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Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
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mari71087
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Julietta St. James
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Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 11: Señales
Sebastian besa levemente la frente de Rachel, que esta dormida como un tronco, el contacto de los fríos labios de su esposo sobre su frente la molesta un poco y hace que arrugue la frente y se esconda bajo las sabanas; como máximo durmieron 3 horas, y la morena estaba tremendamente cansada, por lo que no ha sido suficiente.
-¡Vamos Rachel arriba!- dice él a media voz. -Tú alarma ha sonado como un millón de veces; Es tarde y tienes que trabajar- añade quitándole las cobijas de la cara.
*Tarde, trabajar* las palabras resuenan en la cabeza de Rachel, y provocan que esta se enderece de golpe. -¿Qué hora es?- pregunta agitada mientras se talla los ojos.
-Casi las 9:30- dice Sebastian mirándola con una sonrisa burlona.
-¡Diablos! Es muy tarde, debiste despertarme hace horas- dice algo molesta mientras se levanta de la cama. –Tengo que tomar un baño- añade cuando ya esta de pie, encaminándose al baño.
-De acuerdo; Prepare el desayuno te espero abajo- dice él saliendo de la habitación.
Ella se mete a la regadera y de la forma mas rápida que puede termina de bañarse, se viste con algo sencillo; un vestido algo suelto de color amarillo, escoge unas zapatillas a juego y finaliza cepillando y secando su cabellera. Baja las escaleras a toda prisa; casi son las 10:00 y ella debería de haber llegado a las 9:00, Lindsay va a matarla. Cuando esta abajo, asoma su cabeza hacia el comedor y maravillada se da cuenta de que todo esta perfectamente servido. Huevos revueltos, pan francés, algunas frutillas y jugo de naranja; inconscientemente esboza una sonrisa que es interrumpida por el rugido de su estomago, estos últimos día no ha comido mucho, en realidad ayer no ceno nada, esta muerta de hambre. Se acerca a donde esta la comida y sin sentarse toma el tenedor y prueba el huevo, después le da una rápida mordida al pan francés. Sebastian ha preparado todo, ella hace un gesto de desagrado… el pan esta insipiente y a los huevos revueltos les falta sal; su esposo nunca ha sido muy bueno cocinando; traga lo que tiene en la boca y para pasárselo le da un trago al jugo, esta terriblemente acido, Rachel se muerde la lengua *Solo trágatelo sin decir nada malo* se dice a si misma, y así lo hace; termina el pan francés, deja la mitad del huevo y el jugo al que apenas le dio un sorbo, lo único que come con gusto son las frutillas, pero no es suficiente, tiene hambre, mucha hambre. *¡No hay tiempo! Se grita, mirando el reloj, 10:15, Lindsay la va ha matar. Esta dispuesta a salir, pero no tiene las llaves del auto con ella ni tampoco su celular; sube hacia su recamara y toma ambas cosas, solo por curiosidad revisa el teléfono, y se da cuenta de que tiene como 8 llamadas de Quinn y unas 5 de Kurt, además de un mensaje;
¡Oye! Sabemos que estas molesta pero podrías por lo menos responder el teléfono; Kurt y yo queremos saber si podemos pasar por NYADA para ver como va todo con la obra, y si hay oportunidad hablar contigo… ¿Qué dices?
Claro, los veo en NYADA…
-Estaba pensando en que yo podía llevarte al trabajo- dice él con un tono algo controlador.
-¿Por qué?- dice Rachel entrecerrando los ojos.
-Ya sabes… para pasar por ti después, y así estar seguro de que todo esta bien- *Malditos celos* piensa Rachel.
-Claro, como quieras…- dice encogiendo los hombros mientras sale a la calle, Sebastian la sigue. Los dos suben al auto deportivo de él, mientras comienzan su camino hacia NYADA.
Rachel comienza a mover sus dedos impacientemente y en ratos suelta sus piros ahogados; mira su reloj 10:30, *Podríamos ir mas lento* se queja dentro de ella, porque Sebastian va exageradamente lento, y parece que se topa con los altos adrede.
-Puedes acelerar- le dice ella muy molesta. Él la mira de reojo y asiente sin ganas.
Aumenta la velocidad y después de unos largos minutos están enfrente de NYADA. Rachel toma su bolso y abre la puerta de auto al mismo tiempo que saca una pierna de ahí.
-Te veo aquí a eso de las 7:00 ¿De acuerdo?- Sebastian asiente, ella se acerca a él y le besa los labios apresuradamente, el corresponde quedándose con ganas de algo mas profundo.
-Te amo- dice, muy tarde porque antes de que termine la morena le ha cerrado la puerta casi en la cara. Tan solo puede ver que se aleja rápidamente y se pierde cuando entra a uno de los edificios.
Ella esta prácticamente corriendo hacia la oficina de Lindsay, para reportarle que ha llegado; sube algunas escaleras, toma un ascensor y esta justamente frente Lindsay. Le lanza una sonrisa de arrepentimiento y se acerca con cuidado a ella.
-No te preocupes, estas aquí, eso es lo que importa; creí que te había sucedido algo- dice Lindsay.
-¡Oh! Para nada, es solo que me he quedado dormida… se me ha hecho tremendamente tarde- aclara la morena.
-Esta bien, se puede ver que no has dormido mucho; Ahora ve al auditorio, los chicos ya debes de estar ahí- Rachel asiente apresurada y se da la vuelta. *¿A que se refiere con que se nota que no he dormido?* piensa llena de duda. Camina para tomar otro ascensor y llegar al auditorio; entra en el elevador y presiona la tecla de piso deseado y espera a que las puertas se cierren, cuando eso sucede Rachel suelta un largo suspiro, esta malditamente hambrienta; comienza a girar la cabeza desesperada, mirando cada parte del ascensor, y entonces se da cuenta a que se refería Lindsay cuando le dijo que lo de no haber dormido era notorio. Mira su cara en una de las paredes del elevador, y ve su reflejo; tiene la cara algo pálida *debe ser el hambre* se dice a si misma, pero lo que le molesta de verdad es que debajo de sus ojos hay manchas amoratadas tornándose en negro, ninguna de las capas de maquillaje a logrado borrar sus terribles ojeras. Maldice para sus adentros, pero justo en ese momento recuerda porque se desvelo y parece convencida de que ha valido la pena. Por fin las puertas se abren frente a ella, ha llegado al piso deseado, sale del ascensor y camina apresuradamente al auditorio. Cuando esta frente a este se detiene un poco, seguramente Jesse ya esta ahí dentro; toma todo el aire que puede y empuja la puerta para entrar, intentado calmar sus nervios y organizar sus ideas.
-Por fin están todos completos…- dice Jesse justo enfrente del escenario; Rachel siente un nudo en la garganta, y se le revuelve un poco el estomago, aunque no haya nada dentro de el. *No puedo entrar* se dice asustada, no esperaba encontrar a Jesse hablando, no esperaba que en la entrada la golpeara la ronca, sensual y perfecta voz de St. James; se queda unos segundos ahí parada, esperando que termine pronto para que ella pueda entrar sin llamar la atención, y Jesse sigue hablando. –Bueno mi nombre es Jesse St. James, estoy aquí para ayudar a Rachel con lo de la obra, en realidad no se donde esta ella, me odia mucho, así que puede que haya renunciado al trabajo por mi presencia pero…-
-No te odio- dice Rachel con un cortante tono de voz, mientras baja hasta donde esta Jesse, que la mira boquiabierto. En su camino nota algo, Quinn y Kurt están sentados en medio del auditorio… *¿Qué diablos hacen aquí tan pronto?* se pregunta, hace no mas de 20 minutos les respondió el mensaje diciéndoles que podía verla ahí, como han llegado tan pronto. Y entonces una idea se le viene a la mente y le provoca un leve mareo *Seguramente estuvieron hablando con Jesse* Y eso es lo que Rachel temía desde el principio, los quería ahí a los tres, sí, pero con ella de por medio, no a los tres solos, hablando; ¿Por qué? Porque Jesse tenia la lengua tremendamente larga, se estremeció un poco al pensar en la lengua de Jesse entre sus piernas, la idea la hace ruborizarse al instante *Idiota concéntrate* le grita su subconsciente. Lo que quería decir era que a Jesse no le importaba hablar del pasado que habían compartido juntos, mientras que Kurt y Quinn eran demasiado chismosos y desde el principio había querido averiguar de qué forma se relacionaban Jesse y ella. Se maldijo a si misma, fue una pésima idea hacer que sus amigos vinieran sabiendo que Jesse estaba aquí. No podía hacer nada, ni siquiera sabía si ellos habían hablado, primero tenía que averiguarlo; se sacudió la cabeza y se dio cuenta de que estaba frente a los alumnos y justo a un lado de Jesse.
-Buenos días chicos, se me ha hecho algo tarde, espero no nos afecte mucho- dice la morena pausadamente. –St. James- añade mientras mira a Jesse y asiente en forma de saludo, él la mira atentamente y le sonríe.
-Buenos días Rachel. No te preocupes, en realidad, a algunos de los chicos también se les hizo tarde, así que no habíamos podido empezar- dice Jesse muy calmado y sin dejar de mirar a Rachel.
-De acuerdo, no perdamos tiempo… Escuche que Jesse se ha presentado, y como dijo esta aquí para apoyarnos y hacer que todo salga mejor…- dice la morena dirigiéndose a los chicos sobre el escenario. –Aunque no se que tipo de experiencia tenga en esto- añade en voz muy baja, tan solo Jesse la escucha.
-Mas de la que crees Rachel, como sabes no suelo fallar en lo que hago, en nada- dice él sonriendo maliciosamente.
-Como sea- dice ella con las mejillas un poco rojas y la mirada perdida. -Ustedes chicos, empiecen con las coreografías de la escena 12- dice alzando la voz mientras mira a los alumnos, que se dispersan y comienzan a hacer lo que Rachel les ha ordenado.
La morena se dirige a donde están Kurt y Quinn sentados, dejando a Jesse atrás, quien mira atentamente a los alumnos; y antes de estar bastante cerca de sus amigos examina sus expresiones. Quinn sonríe pícaramente sin apartar la mirada de Jesse, y Kurt esta serio, parece algo molesto, la mira a ella con algún tipo de resentimiento. Ninguno de los dos le dice que es lo que están pensando, o que es lo que saben; Rachel se acerca un poco más y pide al cielo que no sepan nada de lo de Jesse.
-Hola chicos- dice intentando sonar calmada, pero hay su voz tiembla un poco.
-Ray- dice Kurt levantándose de su asiento mientras abraza a Rachel; a la morena se le hace un nudo en el estomago *¿Me ha llamado Ray?* se pregunta algo asustada.
-Hola dulzura- dice Quinn subiendo las cejas mientras esboza un sonrisa burlona. *Diablos lo saben* se dice a si misma entristecida. Y antes de que pueda decir algo mas, siente que alguien esta detrás de ella y por la forma en que la rubia esta mirando embobada, sabe que es Jesse.
-¡Luces terrible!- exclama Kurt mirando con mas detenimiento a Rachel.
-Gracias- dice la morena sarcásticamente.
-Yo creo que luces hermosa- dice Jesse encogiendo los hombros, mientras la mira intensamente lleno de deseo.
Rachel niega con la cabeza mientras hace un gesto de desacuerdo. –Cállate Jesse-
-Puedes hablar Jesse, me gusta cuando lo haces- dice Quinn con un tono empalagoso de voz, Jesse sonríe ante el comentario sin dejar de mirar a Rachel. La morena se lleva las manos a la cara, y suspira arrepentida *¿Por qué hiciste que ellos vinieran?* se pregunta.
-Puedo preguntar algo- dice Kurt mirando a Rachel que tiene una dura expresión.
-¡¿Qué!?- dice Rachel fulminándolo con la mirada.
-¿Por qué tienes esas ojeras? Pareces un zombi- pregunta Kurt mirando a Rachel con un gesto de repulsión. Todos miran a Rachel curiosos de lo que va a responder.
-Ahhh! E... es… solo que… no dormí mucho- dice algo apenada; *No dormiste nada y gastaste toda tu energía* se recuerda.
-¿Eso quiere decir sexo?- dice Quinn sin pensarlo. Rachel abre los ojos como platos y niega con la cabeza y sin poder soportar las 3 miradas incesantes de los que están ahí, en especial la de Jesse que la fulmina al instante, baja la cabeza.
-¡Rach podrías venir!- exclama Brittany desde el escenario. –Quiero aclarar unas cosas- Rachel agradece que la haya sacado de la situación tan oportunamente; asiente y se da la vuelta dirigiéndose a Brittany.
-¿Por qué le estas viendo el trasero a Rachel?- pregunta Kurt a Jesse, casi susurrando, pero Rachel logra escucharlo.
-¡Él no esta viéndole nada a Rachel!- grita Quinn fulminando a Kurt con la mirada.
-Oh claro que sí- dice Jesse impasible. Rachel alcanza a escuchar lo que dice y se le forma un nudo en el estomago, además de que sus mejillas están ardiendo.
-¿Por qué?- pregunta Quinn algo enojada.
-Supongo que la deseo- responde Jesse en voz baja.
-En tú cama- dice Kurt soltando una leve risita.
-Ciertamente sí…- dice Jesse mirando atentamente a Rachel con la expresión llena de deseo y los ojos brillándole ligeramente. . –Extraño sus perfectas piernas largas enredando mi torso- añade en un susurro, pero Quinn y Kurt lo escuchan a la perfección.
-¡¿Qué?!- exclaman los dos amigos al mismo tiempo mirando a Jesse desconcertados.
-Nada- se apresura a decir Jesse algo tenso.
-Creo que sí dijiste algo- dice Kurt entrecerrando los ojos y mirándolo con asombro. –Piernas largas enredando tu torso ¿Eh? Ese es el tipo de relación tienen tu y Rach- añade perspicaz.
-¡¿Qué!? ¡Claro que no!- exclama Jesse convencido *Rachel me va a matar si les digo algo de lo de nosotros* piensa preocupado. –Me refería a otra persona; a Rachel la conocí hace mucho y solo éramos buenos amigos, nos dejamos de ver y supongo que nos distanciamos- dice para escudarse.
-Claro…- dice Quinn sarcásticamente mientras pone los ojos en blanco.
-Sí – dice Jesse en medio de un incomodo silencio, en el que Quinn y Kurt lo miran buscando pistas de su mentira.
-¿Esta todo bien?- dice Rachel que ha llegado a donde están los otros tres; los mira lleno de curiosidad, el momento no parece muy positivo, hay demasiada tención en las miradas que se echan unos a otros. *Seguramente les ha contado todo* piensa ella afligida.
-Por supuesto Rachel- dice Jesse lanzando su mejor sonrisa a la morena.
El silencio se amplia unos segundos, Jesse ve a rache suplicante, Rachel mira a Jesse molesta, Quinn mira a Jesse mas molesta, y Kurt ve a Jesse y a Rachel sopesando las opciones… están así un rato mas, tan solo comparten miradas, hasta que un sonido desconocido atrae la atención de todos. Es el estomago de Rachel; la morena aprieta los ojos y se muerde levemente el labio.
-¿Qué fue eso?- pregunta Quinn mirando a los otros tres.
-Mi estomago…- dice Rachel en voz baja. –Muero de hambre- añade y Kurt suelta una carcajada. -¿De que te ríes?- pregunta ella molesta.
-Es divertido que tuviste tiempo para sexo salvaje y no desayunaste nada…- dice Kurt soltando una risita burlona, Rachel lo fulmina con la mirada. –Por lo menos para mi es divertido- admite mientras encoge los hombros.
-Debiste de haber desayunado algo- dice Quinn algo mandona.
-Lo intente pero era tarde; Sebastian cocino algo… pero estaba tan terrible que solo me hizo perder el apetito- explica la morena.
-Así que cara de zarigüeya no tiene talento en la cocina- dice Jesse entrando a la conversación sorpresivamente. –Otro defecto a la lista-
Quinn y Kurt ríen levemente; Rachel entrecierra los ojos y fulmina a Jesse con la mirada. – ¡Cállense!… Y tú St. James no lo llames así, no se puede ser perfecto en todo- dice la morena en defensa de su esposo.
-Claro que se puede; Yo puedo- dice mientras le lanza una mirada tentadora a Rachel. - Tú misma deberías comprobarlo- añade; la morena lo mira hipnotizada, y después de unos segundos sacude la cabeza para evitar perderse en su mirada, sin lograr nada porque ambos siguen mirándose intensamente.
-Como sea, tienes que comer algo Rach- dice Quinn poniéndose en medio de Jesse y de Rachel, con un pesado tono de voz. La morena asiente.
-Yo digo que vallamos todos- propone Kurt con una enorme sonrisa en el rostro.
-Sí, Vamos Jesse- dice Quinn tomándolo del brazo.
-¡Espera! Él no va- dice Rachel determinante.
-¿Por qué no?- pregunta Quinn inocentemente. –También tiene hambre… ¿Cierto Jesse?-
-Mucha- dice con un aterciopelado y sensual tono de voz, sin dejar de mirar a Rachel de forma comprometedora. La morena baja la mirada incomoda y siento como sus mejillas se pintan de rojo.
-Como sea…- dice Rachel, porque sabe que no va a poder contrariar a Quinn. –Voy a decirle a Britt que sigo ensayando a los chicos en lo que volvemos- los otros tres asiente y ven como la morena se acerca a Brittany, cruza unas pocas palabras con la rubia, mientras esta asiente y sonríe amablemente. –Esta hecho; Vámonos- dice Rachel saliendo del auditorio, seguida por Kurt y Quinn quien arrastra a Jesse del brazo.
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Hola! Otro capitulo (: Ojala les guste… La verdad es que yo también me siento mal algunas veces por como es Rachel con Sebastian… Y ya se que no es muy agradable que estén casados, pero todo tiene su razón :D Esperen y se darán cuenta a que me refiero. Gracias por sus comentarios, como siempre <3 Dejen sus opiniones; Yo espero poder actualizar muy pronto. Nos leemos después BYE! By: Julietta St. James
Sebastian besa levemente la frente de Rachel, que esta dormida como un tronco, el contacto de los fríos labios de su esposo sobre su frente la molesta un poco y hace que arrugue la frente y se esconda bajo las sabanas; como máximo durmieron 3 horas, y la morena estaba tremendamente cansada, por lo que no ha sido suficiente.
-¡Vamos Rachel arriba!- dice él a media voz. -Tú alarma ha sonado como un millón de veces; Es tarde y tienes que trabajar- añade quitándole las cobijas de la cara.
*Tarde, trabajar* las palabras resuenan en la cabeza de Rachel, y provocan que esta se enderece de golpe. -¿Qué hora es?- pregunta agitada mientras se talla los ojos.
-Casi las 9:30- dice Sebastian mirándola con una sonrisa burlona.
-¡Diablos! Es muy tarde, debiste despertarme hace horas- dice algo molesta mientras se levanta de la cama. –Tengo que tomar un baño- añade cuando ya esta de pie, encaminándose al baño.
-De acuerdo; Prepare el desayuno te espero abajo- dice él saliendo de la habitación.
Ella se mete a la regadera y de la forma mas rápida que puede termina de bañarse, se viste con algo sencillo; un vestido algo suelto de color amarillo, escoge unas zapatillas a juego y finaliza cepillando y secando su cabellera. Baja las escaleras a toda prisa; casi son las 10:00 y ella debería de haber llegado a las 9:00, Lindsay va a matarla. Cuando esta abajo, asoma su cabeza hacia el comedor y maravillada se da cuenta de que todo esta perfectamente servido. Huevos revueltos, pan francés, algunas frutillas y jugo de naranja; inconscientemente esboza una sonrisa que es interrumpida por el rugido de su estomago, estos últimos día no ha comido mucho, en realidad ayer no ceno nada, esta muerta de hambre. Se acerca a donde esta la comida y sin sentarse toma el tenedor y prueba el huevo, después le da una rápida mordida al pan francés. Sebastian ha preparado todo, ella hace un gesto de desagrado… el pan esta insipiente y a los huevos revueltos les falta sal; su esposo nunca ha sido muy bueno cocinando; traga lo que tiene en la boca y para pasárselo le da un trago al jugo, esta terriblemente acido, Rachel se muerde la lengua *Solo trágatelo sin decir nada malo* se dice a si misma, y así lo hace; termina el pan francés, deja la mitad del huevo y el jugo al que apenas le dio un sorbo, lo único que come con gusto son las frutillas, pero no es suficiente, tiene hambre, mucha hambre. *¡No hay tiempo! Se grita, mirando el reloj, 10:15, Lindsay la va ha matar. Esta dispuesta a salir, pero no tiene las llaves del auto con ella ni tampoco su celular; sube hacia su recamara y toma ambas cosas, solo por curiosidad revisa el teléfono, y se da cuenta de que tiene como 8 llamadas de Quinn y unas 5 de Kurt, además de un mensaje;
¡Oye! Sabemos que estas molesta pero podrías por lo menos responder el teléfono; Kurt y yo queremos saber si podemos pasar por NYADA para ver como va todo con la obra, y si hay oportunidad hablar contigo… ¿Qué dices?
Quinn
Rachel maldice para sus adentros; no ha visto a ninguno de los dos desde la vez en que se molesto con ellos por sus niñerías, y la verdad no quiere verlos ahora, porque Jesse va esta ahí y… Claro, si Kurt y Quinn están ahí, St. James va a tener que controlar sus impulsos sobre ella *Puede funcionar* piensa, aunque duda en que en vez de tolerar solo a Jesse va tener que soportar tambien a los otros dos; *¡Al diablo!* se dice a si misma… ¿Qué tan malo puede ser? Y respondió el mensaje con las siguientes palabras:Claro, los veo en NYADA…
Rachel
Sale apresurada del cuarto con dirección a la entrada, abre la puerta y antes de salir mira a Sebastian. -Estaba pensando en que yo podía llevarte al trabajo- dice él con un tono algo controlador.
-¿Por qué?- dice Rachel entrecerrando los ojos.
-Ya sabes… para pasar por ti después, y así estar seguro de que todo esta bien- *Malditos celos* piensa Rachel.
-Claro, como quieras…- dice encogiendo los hombros mientras sale a la calle, Sebastian la sigue. Los dos suben al auto deportivo de él, mientras comienzan su camino hacia NYADA.
Rachel comienza a mover sus dedos impacientemente y en ratos suelta sus piros ahogados; mira su reloj 10:30, *Podríamos ir mas lento* se queja dentro de ella, porque Sebastian va exageradamente lento, y parece que se topa con los altos adrede.
-Puedes acelerar- le dice ella muy molesta. Él la mira de reojo y asiente sin ganas.
Aumenta la velocidad y después de unos largos minutos están enfrente de NYADA. Rachel toma su bolso y abre la puerta de auto al mismo tiempo que saca una pierna de ahí.
-Te veo aquí a eso de las 7:00 ¿De acuerdo?- Sebastian asiente, ella se acerca a él y le besa los labios apresuradamente, el corresponde quedándose con ganas de algo mas profundo.
-Te amo- dice, muy tarde porque antes de que termine la morena le ha cerrado la puerta casi en la cara. Tan solo puede ver que se aleja rápidamente y se pierde cuando entra a uno de los edificios.
Ella esta prácticamente corriendo hacia la oficina de Lindsay, para reportarle que ha llegado; sube algunas escaleras, toma un ascensor y esta justamente frente Lindsay. Le lanza una sonrisa de arrepentimiento y se acerca con cuidado a ella.
-No te preocupes, estas aquí, eso es lo que importa; creí que te había sucedido algo- dice Lindsay.
-¡Oh! Para nada, es solo que me he quedado dormida… se me ha hecho tremendamente tarde- aclara la morena.
-Esta bien, se puede ver que no has dormido mucho; Ahora ve al auditorio, los chicos ya debes de estar ahí- Rachel asiente apresurada y se da la vuelta. *¿A que se refiere con que se nota que no he dormido?* piensa llena de duda. Camina para tomar otro ascensor y llegar al auditorio; entra en el elevador y presiona la tecla de piso deseado y espera a que las puertas se cierren, cuando eso sucede Rachel suelta un largo suspiro, esta malditamente hambrienta; comienza a girar la cabeza desesperada, mirando cada parte del ascensor, y entonces se da cuenta a que se refería Lindsay cuando le dijo que lo de no haber dormido era notorio. Mira su cara en una de las paredes del elevador, y ve su reflejo; tiene la cara algo pálida *debe ser el hambre* se dice a si misma, pero lo que le molesta de verdad es que debajo de sus ojos hay manchas amoratadas tornándose en negro, ninguna de las capas de maquillaje a logrado borrar sus terribles ojeras. Maldice para sus adentros, pero justo en ese momento recuerda porque se desvelo y parece convencida de que ha valido la pena. Por fin las puertas se abren frente a ella, ha llegado al piso deseado, sale del ascensor y camina apresuradamente al auditorio. Cuando esta frente a este se detiene un poco, seguramente Jesse ya esta ahí dentro; toma todo el aire que puede y empuja la puerta para entrar, intentado calmar sus nervios y organizar sus ideas.
-Por fin están todos completos…- dice Jesse justo enfrente del escenario; Rachel siente un nudo en la garganta, y se le revuelve un poco el estomago, aunque no haya nada dentro de el. *No puedo entrar* se dice asustada, no esperaba encontrar a Jesse hablando, no esperaba que en la entrada la golpeara la ronca, sensual y perfecta voz de St. James; se queda unos segundos ahí parada, esperando que termine pronto para que ella pueda entrar sin llamar la atención, y Jesse sigue hablando. –Bueno mi nombre es Jesse St. James, estoy aquí para ayudar a Rachel con lo de la obra, en realidad no se donde esta ella, me odia mucho, así que puede que haya renunciado al trabajo por mi presencia pero…-
-No te odio- dice Rachel con un cortante tono de voz, mientras baja hasta donde esta Jesse, que la mira boquiabierto. En su camino nota algo, Quinn y Kurt están sentados en medio del auditorio… *¿Qué diablos hacen aquí tan pronto?* se pregunta, hace no mas de 20 minutos les respondió el mensaje diciéndoles que podía verla ahí, como han llegado tan pronto. Y entonces una idea se le viene a la mente y le provoca un leve mareo *Seguramente estuvieron hablando con Jesse* Y eso es lo que Rachel temía desde el principio, los quería ahí a los tres, sí, pero con ella de por medio, no a los tres solos, hablando; ¿Por qué? Porque Jesse tenia la lengua tremendamente larga, se estremeció un poco al pensar en la lengua de Jesse entre sus piernas, la idea la hace ruborizarse al instante *Idiota concéntrate* le grita su subconsciente. Lo que quería decir era que a Jesse no le importaba hablar del pasado que habían compartido juntos, mientras que Kurt y Quinn eran demasiado chismosos y desde el principio había querido averiguar de qué forma se relacionaban Jesse y ella. Se maldijo a si misma, fue una pésima idea hacer que sus amigos vinieran sabiendo que Jesse estaba aquí. No podía hacer nada, ni siquiera sabía si ellos habían hablado, primero tenía que averiguarlo; se sacudió la cabeza y se dio cuenta de que estaba frente a los alumnos y justo a un lado de Jesse.
-Buenos días chicos, se me ha hecho algo tarde, espero no nos afecte mucho- dice la morena pausadamente. –St. James- añade mientras mira a Jesse y asiente en forma de saludo, él la mira atentamente y le sonríe.
-Buenos días Rachel. No te preocupes, en realidad, a algunos de los chicos también se les hizo tarde, así que no habíamos podido empezar- dice Jesse muy calmado y sin dejar de mirar a Rachel.
-De acuerdo, no perdamos tiempo… Escuche que Jesse se ha presentado, y como dijo esta aquí para apoyarnos y hacer que todo salga mejor…- dice la morena dirigiéndose a los chicos sobre el escenario. –Aunque no se que tipo de experiencia tenga en esto- añade en voz muy baja, tan solo Jesse la escucha.
-Mas de la que crees Rachel, como sabes no suelo fallar en lo que hago, en nada- dice él sonriendo maliciosamente.
-Como sea- dice ella con las mejillas un poco rojas y la mirada perdida. -Ustedes chicos, empiecen con las coreografías de la escena 12- dice alzando la voz mientras mira a los alumnos, que se dispersan y comienzan a hacer lo que Rachel les ha ordenado.
La morena se dirige a donde están Kurt y Quinn sentados, dejando a Jesse atrás, quien mira atentamente a los alumnos; y antes de estar bastante cerca de sus amigos examina sus expresiones. Quinn sonríe pícaramente sin apartar la mirada de Jesse, y Kurt esta serio, parece algo molesto, la mira a ella con algún tipo de resentimiento. Ninguno de los dos le dice que es lo que están pensando, o que es lo que saben; Rachel se acerca un poco más y pide al cielo que no sepan nada de lo de Jesse.
-Hola chicos- dice intentando sonar calmada, pero hay su voz tiembla un poco.
-Ray- dice Kurt levantándose de su asiento mientras abraza a Rachel; a la morena se le hace un nudo en el estomago *¿Me ha llamado Ray?* se pregunta algo asustada.
-Hola dulzura- dice Quinn subiendo las cejas mientras esboza un sonrisa burlona. *Diablos lo saben* se dice a si misma entristecida. Y antes de que pueda decir algo mas, siente que alguien esta detrás de ella y por la forma en que la rubia esta mirando embobada, sabe que es Jesse.
-¡Luces terrible!- exclama Kurt mirando con mas detenimiento a Rachel.
-Gracias- dice la morena sarcásticamente.
-Yo creo que luces hermosa- dice Jesse encogiendo los hombros, mientras la mira intensamente lleno de deseo.
Rachel niega con la cabeza mientras hace un gesto de desacuerdo. –Cállate Jesse-
-Puedes hablar Jesse, me gusta cuando lo haces- dice Quinn con un tono empalagoso de voz, Jesse sonríe ante el comentario sin dejar de mirar a Rachel. La morena se lleva las manos a la cara, y suspira arrepentida *¿Por qué hiciste que ellos vinieran?* se pregunta.
-Puedo preguntar algo- dice Kurt mirando a Rachel que tiene una dura expresión.
-¡¿Qué!?- dice Rachel fulminándolo con la mirada.
-¿Por qué tienes esas ojeras? Pareces un zombi- pregunta Kurt mirando a Rachel con un gesto de repulsión. Todos miran a Rachel curiosos de lo que va a responder.
-Ahhh! E... es… solo que… no dormí mucho- dice algo apenada; *No dormiste nada y gastaste toda tu energía* se recuerda.
-¿Eso quiere decir sexo?- dice Quinn sin pensarlo. Rachel abre los ojos como platos y niega con la cabeza y sin poder soportar las 3 miradas incesantes de los que están ahí, en especial la de Jesse que la fulmina al instante, baja la cabeza.
-¡Rach podrías venir!- exclama Brittany desde el escenario. –Quiero aclarar unas cosas- Rachel agradece que la haya sacado de la situación tan oportunamente; asiente y se da la vuelta dirigiéndose a Brittany.
-¿Por qué le estas viendo el trasero a Rachel?- pregunta Kurt a Jesse, casi susurrando, pero Rachel logra escucharlo.
-¡Él no esta viéndole nada a Rachel!- grita Quinn fulminando a Kurt con la mirada.
-Oh claro que sí- dice Jesse impasible. Rachel alcanza a escuchar lo que dice y se le forma un nudo en el estomago, además de que sus mejillas están ardiendo.
-¿Por qué?- pregunta Quinn algo enojada.
-Supongo que la deseo- responde Jesse en voz baja.
-En tú cama- dice Kurt soltando una leve risita.
-Ciertamente sí…- dice Jesse mirando atentamente a Rachel con la expresión llena de deseo y los ojos brillándole ligeramente. . –Extraño sus perfectas piernas largas enredando mi torso- añade en un susurro, pero Quinn y Kurt lo escuchan a la perfección.
-¡¿Qué?!- exclaman los dos amigos al mismo tiempo mirando a Jesse desconcertados.
-Nada- se apresura a decir Jesse algo tenso.
-Creo que sí dijiste algo- dice Kurt entrecerrando los ojos y mirándolo con asombro. –Piernas largas enredando tu torso ¿Eh? Ese es el tipo de relación tienen tu y Rach- añade perspicaz.
-¡¿Qué!? ¡Claro que no!- exclama Jesse convencido *Rachel me va a matar si les digo algo de lo de nosotros* piensa preocupado. –Me refería a otra persona; a Rachel la conocí hace mucho y solo éramos buenos amigos, nos dejamos de ver y supongo que nos distanciamos- dice para escudarse.
-Claro…- dice Quinn sarcásticamente mientras pone los ojos en blanco.
-Sí – dice Jesse en medio de un incomodo silencio, en el que Quinn y Kurt lo miran buscando pistas de su mentira.
-¿Esta todo bien?- dice Rachel que ha llegado a donde están los otros tres; los mira lleno de curiosidad, el momento no parece muy positivo, hay demasiada tención en las miradas que se echan unos a otros. *Seguramente les ha contado todo* piensa ella afligida.
-Por supuesto Rachel- dice Jesse lanzando su mejor sonrisa a la morena.
El silencio se amplia unos segundos, Jesse ve a rache suplicante, Rachel mira a Jesse molesta, Quinn mira a Jesse mas molesta, y Kurt ve a Jesse y a Rachel sopesando las opciones… están así un rato mas, tan solo comparten miradas, hasta que un sonido desconocido atrae la atención de todos. Es el estomago de Rachel; la morena aprieta los ojos y se muerde levemente el labio.
-¿Qué fue eso?- pregunta Quinn mirando a los otros tres.
-Mi estomago…- dice Rachel en voz baja. –Muero de hambre- añade y Kurt suelta una carcajada. -¿De que te ríes?- pregunta ella molesta.
-Es divertido que tuviste tiempo para sexo salvaje y no desayunaste nada…- dice Kurt soltando una risita burlona, Rachel lo fulmina con la mirada. –Por lo menos para mi es divertido- admite mientras encoge los hombros.
-Debiste de haber desayunado algo- dice Quinn algo mandona.
-Lo intente pero era tarde; Sebastian cocino algo… pero estaba tan terrible que solo me hizo perder el apetito- explica la morena.
-Así que cara de zarigüeya no tiene talento en la cocina- dice Jesse entrando a la conversación sorpresivamente. –Otro defecto a la lista-
Quinn y Kurt ríen levemente; Rachel entrecierra los ojos y fulmina a Jesse con la mirada. – ¡Cállense!… Y tú St. James no lo llames así, no se puede ser perfecto en todo- dice la morena en defensa de su esposo.
-Claro que se puede; Yo puedo- dice mientras le lanza una mirada tentadora a Rachel. - Tú misma deberías comprobarlo- añade; la morena lo mira hipnotizada, y después de unos segundos sacude la cabeza para evitar perderse en su mirada, sin lograr nada porque ambos siguen mirándose intensamente.
-Como sea, tienes que comer algo Rach- dice Quinn poniéndose en medio de Jesse y de Rachel, con un pesado tono de voz. La morena asiente.
-Yo digo que vallamos todos- propone Kurt con una enorme sonrisa en el rostro.
-Sí, Vamos Jesse- dice Quinn tomándolo del brazo.
-¡Espera! Él no va- dice Rachel determinante.
-¿Por qué no?- pregunta Quinn inocentemente. –También tiene hambre… ¿Cierto Jesse?-
-Mucha- dice con un aterciopelado y sensual tono de voz, sin dejar de mirar a Rachel de forma comprometedora. La morena baja la mirada incomoda y siento como sus mejillas se pintan de rojo.
-Como sea…- dice Rachel, porque sabe que no va a poder contrariar a Quinn. –Voy a decirle a Britt que sigo ensayando a los chicos en lo que volvemos- los otros tres asiente y ven como la morena se acerca a Brittany, cruza unas pocas palabras con la rubia, mientras esta asiente y sonríe amablemente. –Esta hecho; Vámonos- dice Rachel saliendo del auditorio, seguida por Kurt y Quinn quien arrastra a Jesse del brazo.
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Hola! Otro capitulo (: Ojala les guste… La verdad es que yo también me siento mal algunas veces por como es Rachel con Sebastian… Y ya se que no es muy agradable que estén casados, pero todo tiene su razón :D Esperen y se darán cuenta a que me refiero. Gracias por sus comentarios, como siempre <3 Dejen sus opiniones; Yo espero poder actualizar muy pronto. Nos leemos después BYE! By: Julietta St. James
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
:) si todo tiene su razon!!!
Ok!.. Mmm como siempre muy buen capitulo y una ves mas te digo.... Que me encanta a sabastian celoso!!!... Y a jesse tan.... Posesivo?... Sexi?... Con rachel!!!!... ;)
Ok!.. Mmm como siempre muy buen capitulo y una ves mas te digo.... Que me encanta a sabastian celoso!!!... Y a jesse tan.... Posesivo?... Sexi?... Con rachel!!!!... ;)
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 12: Convenientemente Solos
-Y… ¿A dónde vamos?- pregunta Kurt.
-Conozco un restaurante que esta bastante cerca que aquí, la comida esta muy buena y el lugar es encantador; si quieren podemos ir ahí- dice Quinn mirando a los otros 3 y por supuesto sin soltar a Jesse.
-Has ido ahí con Sam- dice Kurt con el propósito de recordarle a su prometido. –Por eso lo dices ¿No?- añade provocando la rabia de la rubia.
-No Kurt- dice secamente, atrayendo mas a Jesse hacia ella; él tan solo hace un gesto de desagrado y Rachel mira la escena confusa.
-Como sea… ¡Muero de hambre! no me importa donde tengamos que comer, solo quiero hacerlo ya- dice Rachel elevando la voz de forma desesperada.
-Sí Rachel, tienes razón, yo también tengo mucha hambre… Hay que adelantarnos tu y yo- dice Jesse mirando a la morena divertido, mientras se suelta de Quinn y se acerca a Rachel.
-¡No Jesse!- Exclama apartando con la vista. - Vamos todos ¡Ya!- demanda Rachel, y todos continúan caminando sin protestar; la rubia los guía al restaurante y después de unos minutos están enfrente del lugar. Entran los cuatro en fila y se sientan en una mesa. Rachel se da cuenta de que Quinn tenia razón, el lugar es muy hermoso; mesas de madera en color negro firmes y lujosas, las paredes de costosa loza blanca, meseros con un uniforme elegante atendiendo a los comensales del restaurante, y una música muy agradable que proviene de un pequeño escenario tipo karaoke, todo esta perfectamente calculado y hermoso. Un mesero llega y les toma la orden, los cuatro hacen su pedido según su ánimo. Pasan incómodos minutos, los cuatro están terriblemente callados, y Rachel siente que cada minuto se debilita mas *Quiero comer* piensa desolada, estira su brazo a lo largo de la meza y recarga la sien en este soltando un largo suspiro.
-¿Qué sucede Rach?- pregunta Kurt.
-Si Rachel ¿Qué sucede?- repite Jesse con un tono de voz tan abrazador, que provoca que a Rachel le duela la cabeza.
-Nada- susurra sin levantar el rostro de su posición actual. Se queda ahí unos segundos con la mente apagada hasta que el sonido del celular de Kurt la hace levantarse de golpe; Rachel ve como Kurt se levanta y se aleja para contestar, y después de eso se da cuenta de que Jesse la esta mirando, otra vez, tan atentamente que le provoca un escalofrió. Deja de verlo al instante y se concentra en Quinn.
-¿Qué?- dice la rubia fastidiada.
-Necesito comer- chilla la morena afligida.
-Y ¿Qué puedo hacer yo?- dice Quinn encogiendo los hombros, Rachel inclina la cabeza y con los ojos le ruega que haga lo que sea posible. –Esta bien, voy a ver si ya traen la comida, o si te puedo conseguir algo…- promete la rubia mientras se levanta de su silla.
-¡No Espera! No te vallas- *Idiota te va a dejar sola con Jesse* se reprocha a si misma.
-Rachel estas delirando…- dice mirando a su amiga con un gesto de compasión. –Vuelvo pronto- añade lanzando una sonrisa encantadora a Jesse, él asiente, sonriéndole aun mas ampliamente y en cuanto la rubia esta suficientemente lejos mira a Rachel atentamente.
-El destino conspira a nuestro favor ¿Eh?- dice Jesse encantado.
-¿De que hablas?- pregunta Rachel desconcertada.
-Ya sabes… Nos han dejado solos, otra vez…- responde él muy calmado, con una sonrisa y con la mirada clava en la morena.
Ella se queda un momento sin palabras, *¿Qué debo decirle?* se pregunta a si misma muy confundida, con la cabeza dándole vueltas. -Deja de mirarme así- dice al fin la morena y al mismo tiempo cruza los brazos sobre la mesa y en el hueco que queda mete la cabeza, para que Jesse no la vea, y para que ella no pueda ver a Jesse.
-¿Por qué?- pregunta él mirándola divertido.
-Me incomoda- exclama desde adentro de su escondite. –Me siento desnuda- añade sin que quiera decir eso, pero es tarde y las palabras han salido de su boca.
Él suelta una carcajada, que provoca un ligero aturdimiento en Rachel. –No digas la palabra *desnuda* mientras hablamos de ti, me hace sentir muy ansioso– dice impasible.
-Bueno supongo que te vuelve loco desnudarme con la mirada- dice ella sin salir de su escondite, resaltando la palabra *Desnudarme*, y sonrojándose por el rumbo que ha tomado la conversación.
-No te desnudo con la mirada…- asegura Jesse. –Solo me pierdo en tus hermosos ojos- el comentario provoca que Rachel levante la cabeza de golpe y enfoque su mirada en Jesse. –Además, lo hago sin querer; cuando me doy cuenta ya te estoy mirando como un estúpido… Luzco muy estúpido ¿Verdad?- dice él bajando la mirada.
-Sí- dice ella mirándolo profundamente. –Muy idiota- termina, mientras se muerde el labio inferior y baja la mirada. –Lo estas haciendo de nuevo, justo ahora…-anuncia incomoda. Jesse baja la mirada avergonzado mientras esboza una torpe sonrisa.
-Lo siento mucho- dice en voz baja. –Voy a controlarme, porque si quiero que esto de trabajar juntos funcione y que tú no me mates en el intento, tengo que hacerlo, se que puedo controlarme- añade muy convencido.
-No, no puedes- dice Rachel mirándolo profundamente y soltando un leve suspiro de decepción.
-¿Qué quieres decir?- pregunta Jesse molesto, Rachel encoge los hombros en respuesta. –Puede que contigo me cueste un poco más de trabajo, pero puedo controlar mis impulsos… No se que te hace pensar que no puedo hacerlo- añade bastante seguro.
-Me besaste ayer, en eso me baso; no puedes controlarte y me estoy pensando lo de seguir trabajando ahí- dice Rachel echándole una mirada asesina.
-Oh… es cierto; pero tienes que comprender que tenía dos años si verte, me encuentro contigo y estás encantadora, el deseo me ahogo; da gracias de que solo fue un beso y no te hice el amor ahí mismo, Rachel- dice Jesse mirando divertido a la morena mientras le lanza una sonrisa burlona.
Rachel siente las mejillas arder y deja de mirarlo de inmediato. –De eso estoy hablando St. James, no sabes controlar tus impulsos y nunca te quedas callado…- dice Rachel mirándolo reprobatoriamente. –Hablando de eso, les contaste a Quinn y a Kurt de lo nuestro- pregunta fulminándolo con la mirada y anticipando que su respuesta será un sí.
-¡¿Qué?! ¿Cómo puedes pensar eso? Nunca les diría nada a tus molestos amiguitos- dice Jesse frunciendo en ceño.
-Bueno pues no les digas nada de nada ¡Júramelo St. James!- exclama Rachel furiosa.
-¡Deja de estar tan irritable! Y no pensaba contarles nada de todos modos…- responde Jesse.
-De acuerdo… Y para tu información no estoy irritable, solo estoy muy hambrienta- aclara la morena poniendo los ojos en blanco.
-Yo podría alimentarte- dice él sonriendo maliciosamente. Rachel traga saliva, *No con comida precisamente ¿Eh?* piensa Rachel; como puede él decir esas cosas así como así; se sonroja de nuevo, muerde su labio inferior desesperada, y evita la mirada de Jesse a toda costa, con la expresión aterrorizada. Jesse la mirada con los ojos pintados diversión y con una sonrisa controladora.
-Vamos Rachel...- suelta Jesse después de un largo silencio, pero la morena no lo mira aunque escucha claramente su voz. – ¡Respira! Soy solo yo, no te voy a comer o algo así-
-No te creo una palabra- dice Rachel suspirando fastidiada.
Jesse pone los ojos en blanco. -Tienes mucha hambre ¿Cierto?- pregunta él cambiando de tema para evitar el enojo de Rachel.
-Como no tienes idea- dice Rachel cerrando los ojos ansiosa. –Donde diablos esta Quinn… quiero comer- demanda alzando la mirada y recorriendo todo el comedor sin rastro de la rubia.
-No lo se, pero no la quiero aquí- dice Jesse levantado las manos.
-¿Por qué?- pregunta Rachel con un hilo de voz mientras mira sus dedos distraída.
-¡No lo has notado!- exclama él molesto. –Esta detrás de mi… Se que soy atractivo y tengo ese efecto en la chicas, pero ¡Dios! Fabray es empalagosamente obvia- añade negando indignado con la cabeza.
Rachel deja de jugar con sus dedos y lo mira a los ojos; arruga la frente e inmediatamente suelta una carcajada. –Es cierto… lleva coqueteando contigo todo el día, y hasta ahora me he dado cuenta de verdad. Esta loca; ¿Sabes que? no la tomes en cuenta, se va a casar pronto y tu no quieres meterte en líos- dice con un suave tono de voz, uno muy relajado, uno con el que no acostumbra hablarle a Jesse, al mismo tiempo sonríe confiada.
-Oh… no te preocupes, no me gustan las rubias- dice él enviándole una amplia sonrisa a la morena.
-Sí, lo se- dice bajando la mirada incomoda.
-Sabes me gusta hablar contigo así, sin pelear, sin gritar, sin miradas asesinas. Solo hablar, como…-
-Amigos- completa ella con una sonrisa y la mirada pérdida; porque si él dice “Como antes”, sabe que su corazón se encogerá un poco. –También me parece agradable- confirma mirándolo los ojos plateados de Jesse.
-Rachel, esto es mejor que estar peleando- ella baja la mirada entristecida. - ¡Oye! Vamos a trabajar juntos, ya se que me odias, pero si llevamos las cosas en orden, sin tonterías, todos vamos a salir beneficiados. Solo como amigos ¿Sí?- termina lanzándole una sonrisa sincera a la morena.
-No te odio, te lo dije antes y no bromeaba- dice Rachel honestamente mirando a Jesse directamente, detectando un leve brillo en sus plateados ojos. –Y creo que tienes razón… Somos amigos ¿No?-añade sonriéndole ampliamente, aunque por dentro se le forma un nudo en el estomago. Él asiente. Ambos se quedan callados unos minutos, muy incómodos, por no encontrar que decirse. Hasta que sus miradas se cruzan un momento, Rachel sonríe leve y bobamente sin darse cuenta; Jesse responde de la misma manera sonriendo mas ampliamente.
-¿Todo en orden?- dice Kurt, provocando el exalto de Jesse y de Rachel; Que dejan de mirarse en el momento y se les borran las sonrisas.
-Sí- confirma Jesse.
-¿Y la comida?- pregunta Kurt frunciendo el ceño. Rachel traga saliva amargamente y vuelve a esconder su cara en el hueco de sus brazos cruzados. – ¿Rach?- dice Kurt con el propósito de saber que le pasa a su amiga.
-Déjala- interviene Jesse. –Tiene hambre, mucha hambre; Quinn fue a ver si ya tenían la comida lista o a ver si podía conseguirle algo a Rachel, pero no ha vuelto desde hace un buen rato-
-Como sea… Blaine me llamo y dice que me tiene que verme urgentemente; Tengo que irme. Nos vemos Jesse- dice Kurt haciendo un gesto con la mano de despedida a Jesse, él responde con una media sonrisa. –Adiós Rachel- añade mientras le da una palmadita a la morena, que no se mueve ni un poco. –Despídanme de Quinn- termina saliendo del restaurante. Después de un rato de silencio por fin llega Quinn:
-¡Por Fin!- exclama la rubia con varios platos de comida; Rachel se endereza rápidamente y se le ilumina el rostro. Quinn pone los platos según corresponde y se sienta en su sitio.
-Dios te bendiga Fabray- dice Rachel comiendo desesperadamente y lanzándole una sonrisa a la rubia.
-De nada Rach- agradece Quinn sonriendo con más entusiasmo a la morena. –Así que… ¿Desde cuando te dedicas a el negocio del espectáculo Jesse?- pregunta la rubia clavando su mirada en Jesse.
-¿Negocio del espectáculo?- pregunta él frunciendo el ceño.
-Se refiere a tu trabajo actual Jesse, lo de la obra- dice Rachel atragantándose con un pedazo de pan.
-¡Oh eso!...- exclama Jesse comprendiendo a que se refiere Quinn. –Bueno, en realidad ayer acabo de comenzar con el “Negocio del espectáculo”, como lo llamas; no tengo idea de porque Lindsay me ha llamado para que me haga cargo, es muy extraño, no tengo nada de experiencia, pero necesitaba el trabajo, así que…- añade encogiendo los hombros mientras tomo una cucharada de su sopa.
-Y ¿Antes a que te dedicabas?- pregunta la rubia muy interesada, Rachel frunce el ceño ante la insistencia de su amiga comprometida.
-Lo mío siempre ha sido el arte, la pintura en concreto- explica Jesse.
-Entonces ¿Por qué lo dejaste?- pregunta Rachel, él le lanza una sonrisa, divertido al ver que ha entrado en la plática sorpresivamente. –Acaso perdiste el talento- añade con un tono superior. Jesse pone los ojos en blanco y aprieta los labios, ligeramente molesto.
-No Rachel, el talento sigue conmigo. Lo deje porque no lograba mantenerme, no es un trabajo que deje demasiado ¿Sabes?... pero lo sigo haciéndolo en mi tiempo libre- dice él tranquilo.
-¡Genial! Tal vez algún día puedas pintarme a mi- dice Quinn guiñándole un ojo coquetamente a Jesse, él solo finge una sonrisa y arruga un poco el ceño. Rachel mira a Quinn molesta, pone los ojos en blanco y suelta un suspiro de fastidio.
-Bueno… Vámonos de aquí- exclama la morena con su plato totalmente vacio.
-¡¿Qué?!- exclama Quinn. –Sí, tu estabas muy hambrienta, pero Jesse y yo aun no terminamos; si quieres puedes irte y dejarnos a nosotros terminar- añade encogiendo los hombros.
-¡No!...- exclama Jesse intentado evitar a la rubia. -En realidad yo ya no quiero comerme esto; puedo regresar con Rachel- inventa decidido.
Quinn pone los ojos fastidiada. –Regresemos todos- concuerda fastidiada. Todos están de acuerdo, así que piden la cuenta y salen del lugar con rumbo a NYADA.
En ese preciso momento Sebastian esta tirado en el sillón de la sala, mirando la televisión, cambiando impacientemente los canales, sin decidirse por nada. No tiene nada que hacer, la temporada de eliminatorias empieza el fin de semana, y hasta ese día el trabajo no lo molestara. Intento llamar a Sam para que hicieran alago juntos, pero el rubio le dijo que estaba muy ocupado *Tal vez otro día* habían sido las palabras de Sam para gritarle que no. Ha probado un montón de posiciones en el sillón y ninguna parece cómoda… No sabe que hacer, esta muy aburrido, de repente fija su mirada en una foto en donde Rachel y él aparecían, suelta un suspiro *¿Que estará haciendo ahora?* se pregunta melancólico y eso parece una buena excusa para hacer algo: llamarla. Toma su teléfono y marca el número de su esposa… timbra una vez, dos veces, tres y cuatro, ella no responde, a Sebastian le parece extraño, espera un momento *Tal vez esta ocupada haciendo algo* se dice a si mismo en forma de consuelo. Después de unos minutos la había llamado casi 9 veces y Rachel no había contestado para nada. Esta hirviendo en celos, llenándose la mente de pensamientos negativo que incluyen a Rachel y a Jesse juntos… *Ella te lo prometió, te juro que no pasaría nada entre ellos, te juro que nunca te haría algo así porque te ama* piensa, con el propósito de calmar sus nervios, pero lastimosamente no funciona, sigue muy celoso por lo que puede estar haciendo Rachel. *Ve a NYADA* se dice a si mismo, porque sabe que es la única manera de recobrar la seguridad. Toma las llaves de auto y sale de la casa, sube a su auto y conduce con dirección a NYADA; hay un tráfico terrible y eso solo contribuye a que su imaginación vuele en forma negativa. *¿Se están besando? ¿Están haciendo el amor en la parte trasera del auditorio? Seguramente St. James la persuadió para que hicieran algo… ¡Maldito imbécil!* piensa torturándose a si mismo de una manera innecesaria. Toma una vez mas su celular *Llámala de nuevo a ver si te contesta esta vez* y así lo hace marca el numero un par de veces y nada Rachel ha desaparecido del mundo. Lanza el celular al asiento del copiloto muy molesto; acelera dispuesto a avanzar un poco y estar mas cerca de NYADA, sin darse cuenta de que el semáforo esta en rojo. Entrecierra los ojos molesto, aprieta los puños y vuelve a acelerar a fondo, hasta que un impacto lo saca de sus pensamientos, frena de inmediato y levanta la mirada al frente; un carro se ha estampado con el suyo *¿Qué has hecho?* se reprocha a si mismo. Desde donde esta puede ver claramente los daños y se alegra un poco al ver que el carro enemigo es el mas afectado en el choque. Antes de que pueda reaccionar una chica sale del auto, lleva lentes de sol, pero tiene un expresión fulminante y aunque él no puede escucharla le esta gritando un montón de maldiciones. Sebastian abre los ojos como platos y mira a la chica desconcertado, hasta que decide bajar para hablar con ella e intentar arreglar lo que sea posible.
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Hola! Un nuevo capitulo :D Con un poquito de St. Berry y sorpresivamente algo de St. Fabray (Forzado)… Además de lo de Sebastian, desde aquí las cosas se ponen algo feas Ja! Ojala les guste, dejen sus opiniones. Yo espero poder actualizar muy pronto; Nos leemos luego. BYE! By: Julietta St. James <3’
-Y… ¿A dónde vamos?- pregunta Kurt.
-Conozco un restaurante que esta bastante cerca que aquí, la comida esta muy buena y el lugar es encantador; si quieren podemos ir ahí- dice Quinn mirando a los otros 3 y por supuesto sin soltar a Jesse.
-Has ido ahí con Sam- dice Kurt con el propósito de recordarle a su prometido. –Por eso lo dices ¿No?- añade provocando la rabia de la rubia.
-No Kurt- dice secamente, atrayendo mas a Jesse hacia ella; él tan solo hace un gesto de desagrado y Rachel mira la escena confusa.
-Como sea… ¡Muero de hambre! no me importa donde tengamos que comer, solo quiero hacerlo ya- dice Rachel elevando la voz de forma desesperada.
-Sí Rachel, tienes razón, yo también tengo mucha hambre… Hay que adelantarnos tu y yo- dice Jesse mirando a la morena divertido, mientras se suelta de Quinn y se acerca a Rachel.
-¡No Jesse!- Exclama apartando con la vista. - Vamos todos ¡Ya!- demanda Rachel, y todos continúan caminando sin protestar; la rubia los guía al restaurante y después de unos minutos están enfrente del lugar. Entran los cuatro en fila y se sientan en una mesa. Rachel se da cuenta de que Quinn tenia razón, el lugar es muy hermoso; mesas de madera en color negro firmes y lujosas, las paredes de costosa loza blanca, meseros con un uniforme elegante atendiendo a los comensales del restaurante, y una música muy agradable que proviene de un pequeño escenario tipo karaoke, todo esta perfectamente calculado y hermoso. Un mesero llega y les toma la orden, los cuatro hacen su pedido según su ánimo. Pasan incómodos minutos, los cuatro están terriblemente callados, y Rachel siente que cada minuto se debilita mas *Quiero comer* piensa desolada, estira su brazo a lo largo de la meza y recarga la sien en este soltando un largo suspiro.
-¿Qué sucede Rach?- pregunta Kurt.
-Si Rachel ¿Qué sucede?- repite Jesse con un tono de voz tan abrazador, que provoca que a Rachel le duela la cabeza.
-Nada- susurra sin levantar el rostro de su posición actual. Se queda ahí unos segundos con la mente apagada hasta que el sonido del celular de Kurt la hace levantarse de golpe; Rachel ve como Kurt se levanta y se aleja para contestar, y después de eso se da cuenta de que Jesse la esta mirando, otra vez, tan atentamente que le provoca un escalofrió. Deja de verlo al instante y se concentra en Quinn.
-¿Qué?- dice la rubia fastidiada.
-Necesito comer- chilla la morena afligida.
-Y ¿Qué puedo hacer yo?- dice Quinn encogiendo los hombros, Rachel inclina la cabeza y con los ojos le ruega que haga lo que sea posible. –Esta bien, voy a ver si ya traen la comida, o si te puedo conseguir algo…- promete la rubia mientras se levanta de su silla.
-¡No Espera! No te vallas- *Idiota te va a dejar sola con Jesse* se reprocha a si misma.
-Rachel estas delirando…- dice mirando a su amiga con un gesto de compasión. –Vuelvo pronto- añade lanzando una sonrisa encantadora a Jesse, él asiente, sonriéndole aun mas ampliamente y en cuanto la rubia esta suficientemente lejos mira a Rachel atentamente.
-El destino conspira a nuestro favor ¿Eh?- dice Jesse encantado.
-¿De que hablas?- pregunta Rachel desconcertada.
-Ya sabes… Nos han dejado solos, otra vez…- responde él muy calmado, con una sonrisa y con la mirada clava en la morena.
Ella se queda un momento sin palabras, *¿Qué debo decirle?* se pregunta a si misma muy confundida, con la cabeza dándole vueltas. -Deja de mirarme así- dice al fin la morena y al mismo tiempo cruza los brazos sobre la mesa y en el hueco que queda mete la cabeza, para que Jesse no la vea, y para que ella no pueda ver a Jesse.
-¿Por qué?- pregunta él mirándola divertido.
-Me incomoda- exclama desde adentro de su escondite. –Me siento desnuda- añade sin que quiera decir eso, pero es tarde y las palabras han salido de su boca.
Él suelta una carcajada, que provoca un ligero aturdimiento en Rachel. –No digas la palabra *desnuda* mientras hablamos de ti, me hace sentir muy ansioso– dice impasible.
-Bueno supongo que te vuelve loco desnudarme con la mirada- dice ella sin salir de su escondite, resaltando la palabra *Desnudarme*, y sonrojándose por el rumbo que ha tomado la conversación.
-No te desnudo con la mirada…- asegura Jesse. –Solo me pierdo en tus hermosos ojos- el comentario provoca que Rachel levante la cabeza de golpe y enfoque su mirada en Jesse. –Además, lo hago sin querer; cuando me doy cuenta ya te estoy mirando como un estúpido… Luzco muy estúpido ¿Verdad?- dice él bajando la mirada.
-Sí- dice ella mirándolo profundamente. –Muy idiota- termina, mientras se muerde el labio inferior y baja la mirada. –Lo estas haciendo de nuevo, justo ahora…-anuncia incomoda. Jesse baja la mirada avergonzado mientras esboza una torpe sonrisa.
-Lo siento mucho- dice en voz baja. –Voy a controlarme, porque si quiero que esto de trabajar juntos funcione y que tú no me mates en el intento, tengo que hacerlo, se que puedo controlarme- añade muy convencido.
-No, no puedes- dice Rachel mirándolo profundamente y soltando un leve suspiro de decepción.
-¿Qué quieres decir?- pregunta Jesse molesto, Rachel encoge los hombros en respuesta. –Puede que contigo me cueste un poco más de trabajo, pero puedo controlar mis impulsos… No se que te hace pensar que no puedo hacerlo- añade bastante seguro.
-Me besaste ayer, en eso me baso; no puedes controlarte y me estoy pensando lo de seguir trabajando ahí- dice Rachel echándole una mirada asesina.
-Oh… es cierto; pero tienes que comprender que tenía dos años si verte, me encuentro contigo y estás encantadora, el deseo me ahogo; da gracias de que solo fue un beso y no te hice el amor ahí mismo, Rachel- dice Jesse mirando divertido a la morena mientras le lanza una sonrisa burlona.
Rachel siente las mejillas arder y deja de mirarlo de inmediato. –De eso estoy hablando St. James, no sabes controlar tus impulsos y nunca te quedas callado…- dice Rachel mirándolo reprobatoriamente. –Hablando de eso, les contaste a Quinn y a Kurt de lo nuestro- pregunta fulminándolo con la mirada y anticipando que su respuesta será un sí.
-¡¿Qué?! ¿Cómo puedes pensar eso? Nunca les diría nada a tus molestos amiguitos- dice Jesse frunciendo en ceño.
-Bueno pues no les digas nada de nada ¡Júramelo St. James!- exclama Rachel furiosa.
-¡Deja de estar tan irritable! Y no pensaba contarles nada de todos modos…- responde Jesse.
-De acuerdo… Y para tu información no estoy irritable, solo estoy muy hambrienta- aclara la morena poniendo los ojos en blanco.
-Yo podría alimentarte- dice él sonriendo maliciosamente. Rachel traga saliva, *No con comida precisamente ¿Eh?* piensa Rachel; como puede él decir esas cosas así como así; se sonroja de nuevo, muerde su labio inferior desesperada, y evita la mirada de Jesse a toda costa, con la expresión aterrorizada. Jesse la mirada con los ojos pintados diversión y con una sonrisa controladora.
-Vamos Rachel...- suelta Jesse después de un largo silencio, pero la morena no lo mira aunque escucha claramente su voz. – ¡Respira! Soy solo yo, no te voy a comer o algo así-
-No te creo una palabra- dice Rachel suspirando fastidiada.
Jesse pone los ojos en blanco. -Tienes mucha hambre ¿Cierto?- pregunta él cambiando de tema para evitar el enojo de Rachel.
-Como no tienes idea- dice Rachel cerrando los ojos ansiosa. –Donde diablos esta Quinn… quiero comer- demanda alzando la mirada y recorriendo todo el comedor sin rastro de la rubia.
-No lo se, pero no la quiero aquí- dice Jesse levantado las manos.
-¿Por qué?- pregunta Rachel con un hilo de voz mientras mira sus dedos distraída.
-¡No lo has notado!- exclama él molesto. –Esta detrás de mi… Se que soy atractivo y tengo ese efecto en la chicas, pero ¡Dios! Fabray es empalagosamente obvia- añade negando indignado con la cabeza.
Rachel deja de jugar con sus dedos y lo mira a los ojos; arruga la frente e inmediatamente suelta una carcajada. –Es cierto… lleva coqueteando contigo todo el día, y hasta ahora me he dado cuenta de verdad. Esta loca; ¿Sabes que? no la tomes en cuenta, se va a casar pronto y tu no quieres meterte en líos- dice con un suave tono de voz, uno muy relajado, uno con el que no acostumbra hablarle a Jesse, al mismo tiempo sonríe confiada.
-Oh… no te preocupes, no me gustan las rubias- dice él enviándole una amplia sonrisa a la morena.
-Sí, lo se- dice bajando la mirada incomoda.
-Sabes me gusta hablar contigo así, sin pelear, sin gritar, sin miradas asesinas. Solo hablar, como…-
-Amigos- completa ella con una sonrisa y la mirada pérdida; porque si él dice “Como antes”, sabe que su corazón se encogerá un poco. –También me parece agradable- confirma mirándolo los ojos plateados de Jesse.
-Rachel, esto es mejor que estar peleando- ella baja la mirada entristecida. - ¡Oye! Vamos a trabajar juntos, ya se que me odias, pero si llevamos las cosas en orden, sin tonterías, todos vamos a salir beneficiados. Solo como amigos ¿Sí?- termina lanzándole una sonrisa sincera a la morena.
-No te odio, te lo dije antes y no bromeaba- dice Rachel honestamente mirando a Jesse directamente, detectando un leve brillo en sus plateados ojos. –Y creo que tienes razón… Somos amigos ¿No?-añade sonriéndole ampliamente, aunque por dentro se le forma un nudo en el estomago. Él asiente. Ambos se quedan callados unos minutos, muy incómodos, por no encontrar que decirse. Hasta que sus miradas se cruzan un momento, Rachel sonríe leve y bobamente sin darse cuenta; Jesse responde de la misma manera sonriendo mas ampliamente.
-¿Todo en orden?- dice Kurt, provocando el exalto de Jesse y de Rachel; Que dejan de mirarse en el momento y se les borran las sonrisas.
-Sí- confirma Jesse.
-¿Y la comida?- pregunta Kurt frunciendo el ceño. Rachel traga saliva amargamente y vuelve a esconder su cara en el hueco de sus brazos cruzados. – ¿Rach?- dice Kurt con el propósito de saber que le pasa a su amiga.
-Déjala- interviene Jesse. –Tiene hambre, mucha hambre; Quinn fue a ver si ya tenían la comida lista o a ver si podía conseguirle algo a Rachel, pero no ha vuelto desde hace un buen rato-
-Como sea… Blaine me llamo y dice que me tiene que verme urgentemente; Tengo que irme. Nos vemos Jesse- dice Kurt haciendo un gesto con la mano de despedida a Jesse, él responde con una media sonrisa. –Adiós Rachel- añade mientras le da una palmadita a la morena, que no se mueve ni un poco. –Despídanme de Quinn- termina saliendo del restaurante. Después de un rato de silencio por fin llega Quinn:
-¡Por Fin!- exclama la rubia con varios platos de comida; Rachel se endereza rápidamente y se le ilumina el rostro. Quinn pone los platos según corresponde y se sienta en su sitio.
-Dios te bendiga Fabray- dice Rachel comiendo desesperadamente y lanzándole una sonrisa a la rubia.
-De nada Rach- agradece Quinn sonriendo con más entusiasmo a la morena. –Así que… ¿Desde cuando te dedicas a el negocio del espectáculo Jesse?- pregunta la rubia clavando su mirada en Jesse.
-¿Negocio del espectáculo?- pregunta él frunciendo el ceño.
-Se refiere a tu trabajo actual Jesse, lo de la obra- dice Rachel atragantándose con un pedazo de pan.
-¡Oh eso!...- exclama Jesse comprendiendo a que se refiere Quinn. –Bueno, en realidad ayer acabo de comenzar con el “Negocio del espectáculo”, como lo llamas; no tengo idea de porque Lindsay me ha llamado para que me haga cargo, es muy extraño, no tengo nada de experiencia, pero necesitaba el trabajo, así que…- añade encogiendo los hombros mientras tomo una cucharada de su sopa.
-Y ¿Antes a que te dedicabas?- pregunta la rubia muy interesada, Rachel frunce el ceño ante la insistencia de su amiga comprometida.
-Lo mío siempre ha sido el arte, la pintura en concreto- explica Jesse.
-Entonces ¿Por qué lo dejaste?- pregunta Rachel, él le lanza una sonrisa, divertido al ver que ha entrado en la plática sorpresivamente. –Acaso perdiste el talento- añade con un tono superior. Jesse pone los ojos en blanco y aprieta los labios, ligeramente molesto.
-No Rachel, el talento sigue conmigo. Lo deje porque no lograba mantenerme, no es un trabajo que deje demasiado ¿Sabes?... pero lo sigo haciéndolo en mi tiempo libre- dice él tranquilo.
-¡Genial! Tal vez algún día puedas pintarme a mi- dice Quinn guiñándole un ojo coquetamente a Jesse, él solo finge una sonrisa y arruga un poco el ceño. Rachel mira a Quinn molesta, pone los ojos en blanco y suelta un suspiro de fastidio.
-Bueno… Vámonos de aquí- exclama la morena con su plato totalmente vacio.
-¡¿Qué?!- exclama Quinn. –Sí, tu estabas muy hambrienta, pero Jesse y yo aun no terminamos; si quieres puedes irte y dejarnos a nosotros terminar- añade encogiendo los hombros.
-¡No!...- exclama Jesse intentado evitar a la rubia. -En realidad yo ya no quiero comerme esto; puedo regresar con Rachel- inventa decidido.
Quinn pone los ojos fastidiada. –Regresemos todos- concuerda fastidiada. Todos están de acuerdo, así que piden la cuenta y salen del lugar con rumbo a NYADA.
En ese preciso momento Sebastian esta tirado en el sillón de la sala, mirando la televisión, cambiando impacientemente los canales, sin decidirse por nada. No tiene nada que hacer, la temporada de eliminatorias empieza el fin de semana, y hasta ese día el trabajo no lo molestara. Intento llamar a Sam para que hicieran alago juntos, pero el rubio le dijo que estaba muy ocupado *Tal vez otro día* habían sido las palabras de Sam para gritarle que no. Ha probado un montón de posiciones en el sillón y ninguna parece cómoda… No sabe que hacer, esta muy aburrido, de repente fija su mirada en una foto en donde Rachel y él aparecían, suelta un suspiro *¿Que estará haciendo ahora?* se pregunta melancólico y eso parece una buena excusa para hacer algo: llamarla. Toma su teléfono y marca el número de su esposa… timbra una vez, dos veces, tres y cuatro, ella no responde, a Sebastian le parece extraño, espera un momento *Tal vez esta ocupada haciendo algo* se dice a si mismo en forma de consuelo. Después de unos minutos la había llamado casi 9 veces y Rachel no había contestado para nada. Esta hirviendo en celos, llenándose la mente de pensamientos negativo que incluyen a Rachel y a Jesse juntos… *Ella te lo prometió, te juro que no pasaría nada entre ellos, te juro que nunca te haría algo así porque te ama* piensa, con el propósito de calmar sus nervios, pero lastimosamente no funciona, sigue muy celoso por lo que puede estar haciendo Rachel. *Ve a NYADA* se dice a si mismo, porque sabe que es la única manera de recobrar la seguridad. Toma las llaves de auto y sale de la casa, sube a su auto y conduce con dirección a NYADA; hay un tráfico terrible y eso solo contribuye a que su imaginación vuele en forma negativa. *¿Se están besando? ¿Están haciendo el amor en la parte trasera del auditorio? Seguramente St. James la persuadió para que hicieran algo… ¡Maldito imbécil!* piensa torturándose a si mismo de una manera innecesaria. Toma una vez mas su celular *Llámala de nuevo a ver si te contesta esta vez* y así lo hace marca el numero un par de veces y nada Rachel ha desaparecido del mundo. Lanza el celular al asiento del copiloto muy molesto; acelera dispuesto a avanzar un poco y estar mas cerca de NYADA, sin darse cuenta de que el semáforo esta en rojo. Entrecierra los ojos molesto, aprieta los puños y vuelve a acelerar a fondo, hasta que un impacto lo saca de sus pensamientos, frena de inmediato y levanta la mirada al frente; un carro se ha estampado con el suyo *¿Qué has hecho?* se reprocha a si mismo. Desde donde esta puede ver claramente los daños y se alegra un poco al ver que el carro enemigo es el mas afectado en el choque. Antes de que pueda reaccionar una chica sale del auto, lleva lentes de sol, pero tiene un expresión fulminante y aunque él no puede escucharla le esta gritando un montón de maldiciones. Sebastian abre los ojos como platos y mira a la chica desconcertado, hasta que decide bajar para hablar con ella e intentar arreglar lo que sea posible.
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Hola! Un nuevo capitulo :D Con un poquito de St. Berry y sorpresivamente algo de St. Fabray (Forzado)… Además de lo de Sebastian, desde aquí las cosas se ponen algo feas Ja! Ojala les guste, dejen sus opiniones. Yo espero poder actualizar muy pronto; Nos leemos luego. BYE! By: Julietta St. James <3’
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
No me digas que sebastian se enamora de la chica :o !...
Mmm porque sera que Rachel no contestaba???... Mmm....
Mmm porque sera que Rachel no contestaba???... Mmm....
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
No me gusta, me encanta :D Es genial, por favor actualizalo pronto, tenes una lectora firme!
Vane-gLeek** - Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 13: Camino a casa
Cuando Sebastian esta abajo del carro, mira a la chica que tiene enfrente; ella da golpes en el suelo con su pie y tiene los brazos cruzados, además de una expresión muy dura, y Sebastian sabe que debajo de los lentes negros le esta echando una mirada de muerte. Él se acerca lentamente hacia la chica, con toda la valentía que puede, porque ha decir verdad, ella le da un poco de miedo. Cuando están frente a frente ella se quita los lentes lentamente, dejando al descubierto la mirada fulminante dirigida a Sebastian. Él se queda petrificado un par de segundos; sí, su expresión es bastante aterradora, pero sus preciosos ojos de color marrón obscuro, lo hipnotizan al instante y hacen que olvide por completo que la chica tiene pinta de querer matarlo. A decir verdad, según Sebastián, ella es bastante atractiva; piel canela, curvas pronunciadas, ligeramente alta, con el cabello en color negro enmarcando su cara y por supuesto sus carnosos labios rojos.
-¡¿Qué estas mirando idiota?!- espeta ella, endureciendo un poco mas su expresión.
-Lo siento- dice Sebastian alzando las manos. –Yo… Solo…Estaba mirando a la conductora más torpe de Nueva York- añade inclinando su cabeza mientras la mira con mas atención.
-¡¿Qué dijiste?!- exclama ella apretando los dientes y después comienza a gritar un montón de cosas en un idioma, al principio desconocido para Sebastian.
-¡Es español!- dice él frunciendo el ceño confundido. -¡Estas maldiciendo en español!-
Ella se detiene de inmediato y lo mira aun mas molesta. -¡Maldito idiota!- grita dando un paso hacia Sebastian. –Quiero que sepas que tú fuiste el que provoco todo esto. La luz estaba en rojo para ti, yo iba conduciendo correctamente- añade señalándolo con el dedo. –Y si vuelves a decir otra de tus idioteces te voy a romper la cara. ¡Imbécil!-
-Me gustaría ver eso- dice Sebastian; la mira un minuto algo intimidado, pero después esboza una sonrisa, divertido por lo que ella acaba de decir. –Como sea… No me importa quien haya sido el culpable ¿Sabes porque?- dice acortando la poca distancia que había entre los dos. –Porque puedo pagar para arreglar esa cosa inútil a la que llamas auto… En realidad si quisiera podría comparte un auto, eso seria más fácil-
-Me gustaría ver eso- demanda ella un poco mas calmada, pero aun lo suficientemente molesta. Los dos se miran a los ojos un par de minutos sin decir nada. –Así que te vas a hacer cargo de todo ¿Cierto?- pregunta ella rompiendo el incomodo silencio entre ambos.
-Seguro linda, de todo- dice él con una sonrisa maliciosa y al mismo tiempo le guiña un ojo, que provoca que la chica baje la mirada un poco nerviosa. –Vamos con los oficiales de transito para que tu y yo lleguemos a un acuerdo- añade; ella asiente levemente y los dos se alejan al lugar donde los oficiales observan el accidente.
Con Rachel, Jesse y Quinn:
-Bueno chicos han mejorado mucho- admite Jesse, que esta sentado detrás de una mesa; a su lado esta Quinn, que no deja de lanzarle miradas coquetas y de suspirar cada que él habla. Y recargada en el escritorio intentando permanecer lo más lejos posible de Jesse y de Quinn, esta Rachel admirando el espectáculo.
-Es cierto chicos, están mucho mejor. Una vez mas y pasamos a la siguiente escena- exige Rachel y al momento todos los alumnos comienzan a ejecutar una difícil coreografía. La morena se da la vuelta para mirar a los otros dos, y se queda confundida, y ligeramente molesta con lo que ve. Quinn esta pasando sus dedos en medio del cabello de Jesse, mientras le susurra algo inaudible en el oído juguetonamente, él tiene una boba sonrisa y de manera nerviosa apoya su codo en la mesa y se lleva una mano a la frente. Rachel aprieta los dientes, y los mira desconcertado por un par de segundos más, pero ellos están demasiado entretenidos para notar su existencia, así que la morena pone los ojos en blanco y se da la vuelta para apreciar lo que los chicos hacen sobre el escenario. Están así un momento los tres distraídos con sus cosas, hasta que una molesta musiquita interrumpe el momento y atrae la atención de todos, incluso de los chicos del escenario; y un millón de mirada curiosas miran la empalagosa y comprometedora posición en que Jesse y Quinn se encuentran, ya que es desde ese lugar donde la música proviene. Jesse se exalta y se aleja de golpe de la rubia, mientras que ella, nerviosa y un poco sonrojada, toma su bolso y saca de el su teléfono celular, se aleja de las incomodas miradas y contesta la llamada cuando esta oculta de todos.
-¡Interesante!- exclama Brittany desde arriba del escenario, ya que la escena de los dos la ha dejado sorprendida. –No sabia que Fabray había roto su compromiso con el chico Evans- añade alzando las cejas. Rachel maldice para sus adentros, y se da la vuelta para fulminar a Brittany con la mirada.
-Es porque jamás lo rompió- aclara la morena molesta. Todos se asombran ante la declaración que ha hecho Rachel, porque según lo que han visto, Jesse y Quinn no estaban simplemente platicando, y si la rubia sigue teniendo en pie su compromiso, solo significa una cosa: -Esta engañado- murmuran algunos de los chicos. -¡Todos a trabajar!- exclama Rachel dejando en silencio la sala que se pone en movimiento de una coreografía. La morena se da la vuelta en busca de Quinn, y comprueba que ella sigue con su llamada. Después mira a Jesse con el ceño fruncido.
-Lo siento- dice él con un culpable tono de voz.
-¡No tienes nada que sentir conmigo!- exclama ella a la defensiva, como si prácticamente él hubiera dicho: *Siento haberme besado con tu mejor amiga a tus espaldas, literalmente a tus espaldas* y claramente diciendo que lo sentía porque ella y él aun tenia una relación, y él la había engañado; obviamente las cosas no eran así y eso era lo que le molestaba a Rachel, que Jesse tuviera compasión de ella, cuando no había razón para tenerla. –Supervisa a los chicos- le manda, Jesse asiente rápidamente. –Vuelvo en un segundo- añade, mientras se aleja directamente al lugar donde Quinn hablaba por teléfono. Cuando esta justamente ahí, escucha como la rubia termina con la llamada.
-¿Qué haces aquí Rach?- pregunta Quinn cuando ve a Rachel frente a ella.
-Necesito hablar contigo- dice la morena algo indecisa.
-¿Hablar? ¿De que?- dice la rubia frunciendo el ceño dudosa.
-Sabes de que- dice ella endureciendo su expresión y cruzando sus brazos frente a su pecho.
-¡Agh!- ruge Quinn molesta. –No puedo intentar nada nuevo, porque ahí estas tú siendo tremendamente molesta y mandona-
-¡Intentar algo nuevo!- exclama Rachel fulminando a la rubia con la mirada. –Así es como le llamas- añade negando con la cabeza en forma de desaprobación.
-Escucha Rachel, no me importa lo que hayas tenido o que tengas con Jesse, porque al parecer a él tampoco le importa mucho, ahora esta pendiente de mí, así que déjame ensuciarme un poco con él- dice la rubia alzando ligeramente de voz.
-¡Quinn! No es acerca de Jesse… Porque todo tiene que ser acerca de él, no es que yo me preocupe mucho por St. James. Esto lo estoy diciendo por ti- dice ella mirando a la rubia suplicante.
-¡Si claro!- dice Quinn sarcásticamente. –Todo esto es por tus estúpidos celos. Supéralo Rachel, es lo mejor ¿Sabes porque? Porque estas casada y a Jesse no le importas en lo mas mínimo, él si te supero- declara ella amenazante.
-¡¿Qué?!- exclama la morena furiosa, mientras levanta las manos para cubrir su cara. -¡No dijiste eso Fabray!- añade apretando los dientes.
-Claro que lo dije… ¡Porque es la verdad!- dice la rubia en forma superior.
-¡Eres horriblemente condescendiente Quinn!- grita Rachel mordiéndose la lengua para no decir algo de lo que se pueda arrepentir. -¡No hay celos! ¡No es acerca de Jesse! Y tampoco es que él y yo hayamos tenido tanto como para que a mi me importe tanto con quien este él- aclara ella muy molesta. *¡Diablos! Jesse y yo si tuvimos algo bastante grande* se recuerda a ella misma y al momento se siente levemente deprimida. –Quinn… escúchame- le dice Rachel a la rubia de forma suplicante. –Eres mi amiga, y jamás te escondería o te mentiría sobre algo- *¡Diablos! Tuviste un amorío con su prometido antes, y jamás se lo dijiste* se reprende al instante. Sacude la cabeza, para poder concentrarse. -No es acerca de Jesse, te lo juro; solo te lo digo porque Sam y tú…-
-¡Ah! ¡Así que de eso va todo!- interrumpe la rubia mirando a Rachel un poco mas tranquila. –Déjame dejarte claro algo Rach; Sí, tal vez amo a Sam, a veces; Y sí, nos vamos a casar, pero tengo que divertirme un poco antes de estar atada a él eternamente y Jesse realmente me gusta ¡Dios, me gusta mucho! Te aseguro que no va a pasar nada malo si me divierto con él un rato. Deja de preocuparte Rach, todo va estar bien con Sam y conmigo… muy bien, si consigo que Jesse se relaje un poco y se ensucie junto a mí- termina la rubia mirando hacia el infinito, mientras se hace un monto pensamientos en su mente. Rachel la mira con el ceño fruncido y con la boca abierta.
-¿Enserio Q?- pregunta la morena confundida.
-Sí- dice Quinn con una sonrisa maliciosa.
-¿Sabes que? Tienes razón ¡No debería importarme un carajo!- declara Rachel molesta, mientras se da la vuelta y deja a Quinn sola; se va enfrente del escenario, donde Jesse guía a los chicos.
-¿Todo salió bien?- pregunta Jesse con una sonrisa de oreja a oreja cuando ve a Rachel detrás de él.
-Como el infierno- responde la morena secamente; a Jesse se le cae la sonrisa de inmediato.
Rachel se sienta detrás de la mesa, ignorando todo lo que pasa a su alrededor, incluso la manera en que Quinn llega junto a Jesse y ambos continúan con su coqueteo. Toma su bolso y mete su mano hasta el fondo, encuentra su celular, no lo ha tocado en todo el día. Cuando prende la pantalla, aprieta los ojos y maldice en voz alta, llamando la atención de los amantes y de los chicos sobre el escenario. Una simple mirada de muerte es suficiente para que todos dejen de mirarla inmediatamente. *23 llamadas de Sebastian* se dice a si misma ligeramente melancólica. Se levanta del lugar y se aleja lo suficiente como para evitar cualquier mirada incomoda. Y entonces le devuelve la llamada a Sebastian…
Con Sebastian:
-Así que eso es todo ¿No?- dice Sebastian mirando a la chica. –Estamos a mano ¿Cierto?-
La chica lo mira con un picara sonrisa durante unos segundos. –No estoy muy segura de cual es tu nombre- dice ella encogiendo los hombros inocentemente.
-¡Oh! Sebastian Smythe- dice él poniendo una de sus manos en frente de ella.
-Santana Lopez- dice ella estrechando la mano de Sebastian, con una sonrisa intrigante. –Me gustaría dejarlo así y ya… pero has destruido mi auto y después de una larga jornada de trabajo solo quería llegar a casa, no soy muy aficionada al transporte publico, así que si eres un caballero, algo que realmente dudo mucho, dada tu afición de chocar a mujeres indefensas, deberías darme un aventón a mi casa, que no esta muy lejos de aquí por cierto- solicita Santana, de una manera que le parece demasiado llamativa y sensual a Sebastian.
-Claro que soy un caballero, además no he chocado a una mujer indefensa, más bien choque a una mujer muy linda y ligeramente salvaje- dice él mirando íntimamente a Santana, que le corresponde con una picara sonrisa. –Vamos, sube al auto; te llevare- añade Sebastian, apuntando a su auto. Los dos se encaminan al auto; Sebastian se apresura y abre la puerta del copiloto para que Santana pueda pasar, pero antes de que ella entre, él detecta su teléfono celular timbrando y lo toma rápidamente, para después dejar pasar a Santana; le da la vuelta al auto dirigiéndose al asiento del piloto, pero ve como el teléfono sigue sonando.
-Dame un minuto- dice él asomando su cabeza por la ventana del auto, dirigiéndose a Santana.
Ella asiente. –De todas formas no tengo a donde ir- dice esbozando un sonrisa de complicidad.
Sebastian se aleja, pero en el momento en que va a contestar la llamada, el teléfono deja de sonar. –Rachel- susurra en voz baja mirando el teléfono, ya que en realidad se había olvidado de su esposa y de que todo esto había comenzado por los celos que lo abordaban. Decide devolverle la llamada de inmediato y Rachel responde instantáneamente.
Llamada:
-Hola- dice Rachel con cierta culpabilidad.
-¿Que sucede contigo? Te llame casi 20 veces y ¿Sabes cuantas veces contestaste? ¡Ninguna Rachel! Estaba a punto de morir de preocupación- exclama él muy molesto.
-Vamos Sebastian… No tienes porque preocuparte, estaba trabajando solamente y mi celular estaba prácticamente muerto, además me llamaste 23 veces, eso es demasiado- dice Rachel explicando la situación.
-Nunca es demasiado Rachel; hablamos de lo que temía y me vuelve loco por no poder estar contigo, además tu estas con el odioso de St. James y…-
-¡Oye! Cálmate…- interrumpe Rachel. –Nada va a pasar te lo dije, tienes que creerme; y para tu seguridad pase la mayor parte del día desayunando con Quinn, solo eso- añade sintiéndose culpable por no mencionar que Jesse había estado también en ese desayuno.
-¿Quinn esta ahí?- pregunta Sebastian.
-Sí, ella vino a NYADA porque quería verme- aclara Rachel
-Eso esta mejor…- dice él mas relajado. –Ella sabe controlarte- añade con mucha seguridad.
Rachel asoma su cabeza y desde el lugar donde esta puede ver a la rubia con sus brazos alrededor del cuello de Jesse, ambos compartiendo un apasionado beso. –Supongo, aunque claro ella no puedo controlarse- dice con el ceño fruncido, sin poder quitar la vista de la escena que Jesse y Quinn están dando.
-¿Qué quiere decir eso?- pregunta Sebastian confundido, mientras se da la vuelta para mirar a su auto, donde Santana esta sentada mirándolo atentamente, lo que lo deja a él ligeramente intrigado.
-Am… nada- aclara ella apretando los dientes porque puede ver que Jesse esta sentado con Quinn sobre él, de la forma mas inapropiada posible, además de que todos los chicos los miran de la forma mas disimulada que pueden.
Santana le lanza una sonrisa traviesa desde el auto y lo saluda con la palma de su mano atrevidamente, Sebastian se queda helado un segundo pero después le responde el gesto con un guiño de ojo y una amplia sonrisa. -¿Rachel crees que Quinn puede llevarte a casa?- pregunta Sebastian sin dejar de mirar a la latina que se muerde el labio juguetonamente.
-Am ¿Qué? ¿Por qué?- pregunta ella distraída con la furia que le provocan Jesse y Quinn.
-Bu… Bueno es solo que he llamado a John, y hemos hecho planes, ya sabes teníamos tiempo de no vernos y me pareció bien- miente Sebastian. –Así que ¿Crees que Quinn pueda llevarte a casa? Porque tal vez John y yo vayamos a un bar o algo así y llegue un poco tarde- admite él, con la mirada clava en Santana que se ha quitado provocativamente la chaqueta de piel que traía encima.
-¡Agh!- gruñe Rachel, cuando Quinn y Jesse estallan en risas traviesas y él muerde atrevidamente el lóbulo de la rubia. –Se… seguro, supongo que Quinn puede llevarme- dice Rachel cortante, con el propósito de terminar la llamada y de interrumpir el estúpido momento de esos dos comparten.
-De acuerdo, te veo mas tarde- dice Sebastian rápidamente con ganas extremas de ir con la latina.
-Claro adiós- dice Rachel un poco molesta.
-Te amo- dice ambos al mismo tiempo, sin dejar de mirar sus objetivos, colgando el teléfono de inmediato.
Con Rachel, Jesse & Quinn:
Rachel se acerca haciendo todo el ruido posible para separar a los amantes que están prácticamente teniendo sexo con ropa. Los sonoros pasos sobre el piso que la morena provoca funcionan a la perfección y hacen que Quinn y Jesse se separen de golpe, aunque claro la rubia queda en el regazo de Jesse.
-¿Todo bien Rachel? Luces algo exaltada- dice la rubia mirándola con curiosidad.
-Sí… Sí, claro; no es nada, estaba un poco preocupada porque tenía unas 20 llamadas de Sebastian, pero parece que todo esta bien- dice Rachel para cubrir la verdadera razón de su furia.
-¡20 llamadas!- exclama Jesse asombrado. –Eso es demasiado controlador- añade negando con la cabeza.
Quinn ríe falsamente ante la expresión de Jesse. –A quien le importa de todos modos- dice la rubia levantándose de las piernas de Jesse y acomodando un poco su ropa y su cabello. –Buenos chicos, tengo que irme ya; nos vemos luego-
-¡Que! ¡Irte! ¡No!- exclama Rachel.
-¿Por qué no? Tengo que irme Rach; Sam me ha llamado y dice que tiene que verme urgentemente, intente negociar con él para poder quedarme aquí hasta tarde, pero parece que me tiene que ver para algo realmente importante- dice la rubia encogiendo los hombros.
-¡No!- exclama Rachel alterada.
-¿Por qué no?- pregunta Quinn.
-Porque se supone que tú tienes que llevarme a casa- explica Rachel suplicante.
-¡Claro que no! Porque se supone que tu tienes una camioneta asombrosa que te puede llevar a cualquiera lado- pelea Quinn.
-Pues para tú información a mi esposo se le ocurrió que el día de hoy tenía que traerme y venir por mí hasta aquí-
-Sigo pensando que ese tipo es muy controlador- interviene Jesse; Rachel lo fulmina con la mirada y continúa hablando:
-Y si eso no fuera demasiado malo ha hecho planes para esta noche y me dijo que no puede venir por mi; Tienes que llevarme a casa Q-
-Enserio no puedo Rach. Toma un transporte público o camina a casa- dice la rubia sin darle mucha importancia.
-Mi casa esta a un millón de kilómetros de aquí, además de que cuando salga de NYADA va a ser muy tarde para tomar cualquier transporte- dice la morena preocupada. –Tienes que llevarme Quinn- exige exaltada, mientras la rubia niega con la cabeza.
-Yo puedo llevarte- dice Jesse encogiendo los hombros.
-¡Genial! Problema resuelto- canta Quinn con una sonrisa.
-¡¿Qué?! ¡No!- exclama Rachel ligeramente nerviosa. –Jesse no puede llevarme-
-Claro que puedo-
-¡No no puedes!- espeta Rachel molesta.
-¡Oh! Por supuesto que sí…Mi vehículo esta afuera y no veo nada que me impida llevarte a tu casa- dice Jesse levantándose de su asiento y acercándose a las otras dos.
-Deja de darle vueltas al asunto Rachel. Yo me voy de aquí y Jesse te lleva a casa; ¡Todos felices, linda!- dice la rubia dándole un palmadita a Rachel en el hombro.
La morena suspira molesta. –Vas a pagar por esto Quinn- dice fulminando a la rubia con la mirada.
-Seguro- dice Quinn, mientras se da la vuelta y sale del lugar.
Con Sebastian y Santana:
Sebastian se acerca a si auto sin dejar de mirar a la chica que esta en su asiento copiloto.
-Lista para irnos- dice él lanzándole una sonrisa a Santana, mientras entra al auto y lo enciende.
-Claro, siempre lista- dice ella con un tono sexy en la voz, que llama la atención de Sebastian.
Él arranca el auto; y con las señas que ella le da para llegar a su casa avanzan a un ritmo realmente accesible. Después de un largo rato la latina señala la que es su casa, y Sebastian aparca en el frente.
-Supongo que deberíamos despedirnos- dice él.
-¡¿Qué!?- exclama Santana. –Claro que no…-
-¿Entonces?...- dice él frunciendo el ceño.
-¡Vamos Smythe! No me hagas decirlo- espeta la latina poniendo los ojos en blanco.
Sebastian la mira con la boca abierta. –Creo que deberías decirlo, porque realmente quiero escucharlo- dice entrecortadamente.
Santana suspira enfadada. –Pasa un rato a mi casa, tómalo como una tregua; porque ha decir verdad sigo un poco avergonzada por haberte gritado todas esas cosas antes- dice ella soltando un risita. –Entra y tal vez… Bueno ya sabes, puedo ofrecerte un trago o algo. Si tu quieres claro- añade mirándolo con un inocente cara llena de suplica.
-Yo… yo… no creo que… no creo que sea una buena idea- dice él tartamudeando por lo nervioso que esta.
-¡Vamos! Solo un trago ¿Sí?- dice ella pestañeando apresuradamente mientras clava su mirada más convincente en Sebastian e inclina su cabeza de una forma infantil.
Él suspira, porque sabe que toda resistencia que pudo tener se ha ido. –De acuerdo, solo un rato- dice encogiendo los hombros mientras abre su puerta y sale del auto, Santana lo imita y los dos se encaminan a la casa de la latina. Ella saca su llave lentamente y abre la puerta, después se adentra a la casa y con un gesto en su mano invita a Sebastian a pasar.
-Pasa- dice ella con una sensual voz mientras seximente se humedece los labios. Sebastian entra sin dejar de mirar a santana e inconscientemente esboza una sonrisa traviesa hacia la latina.
Con Jesse y Rachel:
Ambos se pasan el resto de la tarde haciendo su trabajo con los chicos; claramente están las terribles e incesantes miradas que Jesse le lanza a Rachel, pero en lo general, procuran no cruzar palabra alguna y dedicarse al trabajo. Llega el momento en que todos se tienen que retirar, Rachel les indica que se pueden ir y les da instrucciones para que el día de mañana estén puntuales en el auditorio. Todos los chicos se van dejando solos a Rachel y a Jesse.
-Sabes esto no es culpa mía, el único culpable es tu detestable esposo- dice Jesse acercándose a Rachel, que esta guardando algunas cosas en su bolso.
-¿De que hablas?- pregunta ella de manera cortante.
-De ti tan molesta porque dependes de mí para llevarte a casa- dice él como si fuera demasiado obvio.
-No es como si me importara mucho quien me lleve a casa- espeta ella tomando su bolso. –Solo ha sido un día muy largo- añade, mientras ambos comienzan a caminar hacia la salida del auditorio.
-Seguro como digas- dice él mirándola con el ceño fruncido. –Pero por lo menos deberías intentar mostrarte amigable conmigo, claro si es que recuerdas que dijiste que podíamos ser amigos-
-Estoy tratando- dice ella.
-No, no estas tratando; sigues siendo mala conmigo- dice él en tono infantil.
Ella suspira molesta y después lo mira a los ojos con una dura expresión. – ¡Y ¿Qué es lo te quieres?! ¡Ah! Que me bese contigo sobre la mesa enfrente de toda una audiencia. ¿Eso significa ser amigable para ti?- espeta ella fulminándolo con la mirada.
-¡De esto va todo!- exclama Jesse sorprendido. –No tienes que estar molesta; Quinn es demasiado efusiva y no me es fácil negármele, pero al final odio a la rubias. Deja los celos de lado, porque no es como si tuvieras una razón para estar celosa- dice él mirando la cara atónita de Rachel. –Sigo prefiriendo a la castañas; Y si me preguntas te sigo prefiriendo, sobre todo, a ti- añade con un guiño de ojo.
Rachel gruñe escandalosamente mientras se lleva las manos a la cara. -¡No puedo creerlo!- exclama. -¡No es acerca de ti! ¡No hay malditos celos! Y ¿Sabes porque? ¡Porque no me interesas!- añade levantando las manos llena de furia.
-Vamos Rachel… Solo estoy bromeando- dice él en forma de consuelo.
-Como sea, llévame a casa y acabemos con esto- dice la morena adelantándose en el camino, fuera de NYADA.
Jesse ríe sonoramente y la sigue. Cuando están afuera los dos se dirigen a donde según Jesse esta su vehículo. Y cuando están en el lugar indicado, Rachel se queda con la boca abierta y con los ojos llenos de asombro.
-¿Qué? No te gusta- dice Jesse mirándola divertido.
-¡Una motocicleta!- exclama ella, sin dejar de mirar la Harley roja que tiene enfrente; exactamente, igual a la que solía ser suya algunos años atrás. –Debes estar bromeando- añade levantando la mirada para ver a Jesse que le hecha una mirada llena de confusión
-¿Debería? No lo creo, porque tengo las llaves justo aquí- dice él jugando con un juego de llaves.
-¡Una motocicleta!- vuelve a decir ella exaltada.
-Sí- dice él confundido. -¿Cuál es el problema?-
-El problema es que tengo años sin subirme a una motocicleta, sin tocarla y te juro que no voy a retomar el hábito hoy- aclara la morena.
-Bueno entonces tendrás que ir a tu casa caminando- dice Jesse encogiendo los hombros.
-No puedo caminar hasta casa ¡Ya lo sabes!- exclama Rachel alterada.
-Viendo las cosas así, sube a la motocicleta; solías conducir la tuya propia no es que al hacerlo hoy de nuevo corras mucho riesgo- dice él subiéndose al frente de la motocicleta. Rachel se lo piensa un momento.
-No va a matarse cierto- dice ella nerviosa.
Él esboza una sonrisa. –Claro que no Rachel- la morena se monta a la motocicleta con bastante rapidez. *Justo como en los viejo tiempos* piensa ciertamente afligida. Jesse retira el freno de la moto y se dispone a arrancar, no sin antes mirar a Rachel detrás de él y decirle:
-Vamos linda, envuelve tus brazos alrededor de mí si no quieres realmente morir- esboza una sonrisa atrevida.
-No soy tan idiota St. James- espeta Rachel alzando la cejas. –Recuerda que conducía una moto antes que tú; y estoy bastante segura de que mis padres mencionaron que nunca era realmente necesario abrazar a la persona que tenia enfrente, porque siempre estaba la parte trasera… ¿Ves?- añade agarrando la parrilla trasera de la motocicleta, con bastante fuerza.
-Seguro- dice Jesse ligeramente molesto. –Una lección bastante útil- añade irónicamente.
Jesse arranca la motocicleta y Rachel le da las instrucciones para llegar a su casa. En todo el viaje Jesse le lanza miradas provocativas a Rachel, mientras ella solo pone los ojos en blanco, intentando con todas sus fuerzas ignorarlo. Cuando están enfrente de la casa de la morena, ella se baja de la motocicleta y la mira atentamente, pasando su mirada también sobre Jesse. –No es realmente la mía- dice con una pequeña sonrisa en la cara.
-¡Oh no!- asegura Jesse. –Es el mismo modelo y todo, pero no es la tuya de verdad. Solo la compre porque cuando la vi me recordó a ti y no podía dejarlo pasar- añade encogiéndose de hombros.
-Genial- dice Rachel, quedándose de repente sin palabras. Después de un pequeño silencio, aprieta los ojos y se muerde el labio, porque sabe que lo que va a decir va a ser algo de lo que se arrepienta próximamente. -¿Quieres pasar a tomar un café o algo? Ya sabes solo cortesía- dice antes de que pueda callarse.
-¿Realmente quieres que entre a tu casa?- pregunta Jesse con el ceño fruncido. Rachel baja la mirada y analiza la pregunta un momento.
-No, en realidad no- acepta sintiéndose ligeramente culpable.
-Asombroso, un café me encantaría- dice Jesse esbozando una sonrisa maliciosa.
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Hola (: Nuevo capitulo! Perdón por tardar tanto en actualizar, había estado un poco ocupada, pero aquí estoy; tarde pero seguro, y una capitulo algo largo. Además unos spoilers ocultos en forma de imagen acerca de las parejas que se van a desarrollar. Espero les guste, porque aunque no esta muy pro, pues la hice con mucha dedicacion C: Dejen sus comentarios y opiniones (; Yo los leo después. BYE! By: Julieta St. James
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
wow... Amo tu fic!... Me encanto!!!... Este y todos los capitulos pero en especial este!!!..
Puede que haya visto mal, pero va a haber samchel?... ? Mmm me gusta esa pareja ... Obvio no tanto como st berry :).
Hay ya quiero leer tu próximo capítulo por favor no tardes la próxima vez..
Puede que haya visto mal, pero va a haber samchel?... ? Mmm me gusta esa pareja ... Obvio no tanto como st berry :).
Hay ya quiero leer tu próximo capítulo por favor no tardes la próxima vez..
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Me gusta mucho tu fic,
Recien lo lei y me encanto
Ya tienes Una file lectora
Recien lo lei y me encanto
Ya tienes Una file lectora
Wafialex*** - Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
ohoooo... no lo puedo dejar de leer, espero actualices pronto...
Invitado- Invitado
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 14: Protestas (Sebtana Begins)
Rachel apriete ligeramente los dientes el escuchar la respuesta de Jesse, y lo mira un segundo mientras él se baja de la motocicleta y le pone ciertas medidas de seguridad. Después de suspirar fastidiada, la morena se da la vuelta y se arrastra literalmente hasta la puerta; de su bolso saca un juego de llaves e introduce una de ellas en el picaporte, pero antes de abrir la puerta por completo, gira un poco su cabeza y echando una mirada sobre su hombro ve que Jesse esta justo detrás de ella lanzándole una plateada y penetrante mirada, que casualmente le provoca un escalofrío a Rachel. Regresa inmediatamente su mirada al picaporte, un tanto exaltada, y gira la llave dentro de este, empuja la puerta y nota con cierto alivio que la casa esta completamente obscura, ya que esto significa que Sebastian no esta en casa aun, claramente eso era algo que ella sabia desde antes; Si Sebastian hubiera estado ahí, la idea de invitar a Jesse a pasar no se le hubiera pasado por la cabeza, porque amenos de que ella quisiera otra pelea la idea no era muy atinada.
Antes de entrar por completo a su casa, hace un ademan con la mano indicándole a Jesse que entre. Esta vez Rachel se adentro por completo en la casa y enciende una de las luces revelando la impresionante casa. Jesse se queda parado en la puerta y aprecia atentamente cada parte del pequeño pero muy lujoso departamento. Rachel deja su bolso enfrente de las escaleras y enciende un par de luces adicionales, después vuelve su mirada hacia la puerta, y solo entonces se da cuenta de que Jesse sigue ahí parado frente a la puerta entreabierta, mirando cada rincón de la casa; Rachel entrecierra los ojos y lo mira confundida, él se da cuenta y gira su cabeza para mirarla encontrándose con los suspicaces ojos marrones de la castaña.
-Si piensas quedarte ahí, mejor deberías irte- espeta Rachel levemente molesta.
-Lo siento- dice él alzando las manos, claramente sin moverse del lugar donde esta.
-¡Vamos St. James! ¡Entra!- exclama ella realmente desesperada. Jesse le sonríe con simpatía y hace lo que ella le indica; da un paso hacia dentro de la casa y cierra la puerta detrás de él. –Siéntate si quieres. Yo voy a preparar el café- dice perdida ligeramente en la cautivante mirada de Jesse, mientras da un par de pasos hacia la cocina. Jesse se sienta en uno de los sillones, sin dejar de mirar a la castaña intimidantemente. –Y no toques nada- advierte Rachel girándose un poco para mirarlo a los ojos.
La mirada de Jesse se convierte en una mirada divertida mientras esboza una sonrisa burlona por el comentario de ella. –Absolutamente nada… ¿Te incluye a ti linda?- pregunta él arrogantemente.
La boca de Rachel se abre ligeramente ante el comentario de Jesse mientras suelta un suspiro fastidiada. -Nada ni nadie- aclara secamente. –Traigo el café en unos minutos- añade, Jesse asiente y esta vez clava su mirada en ella con más seriedad. Rachel gira su cuerpo apresuradamente y se encamina hacia la cocina con el propósito de alejarse de la mirada depredadora que Jesse le echa. Cuando esta enfrente de la estufa pone un poco de agua a hervir y espera un rato de espaldas al lugar donde esta Jesse, para no captar su insistente mirada. Cuando el agua esta lista, Rachel toma una taza y vierte un poco de agua en ella. Tarda unos segundos en decidir si preparar el café ella misma para Jesse o si dejar que él lo haga solo; Sorprendiéndose a si misma cuando se da cuenta de que recuerda perfectamente la manera en que a Jesse solía gustarle en café. *Dos cucharadas de café, un cuarto de cucharada de azúcar, un poco de crema para café y a veces, solo a veces un poco de canela* recita en su mente, esbozando inconscientemente una sonrisa de anhelo. Decide preparárselo ella misma hasta que su subconsciente le hecha un bufido. *Es asombroso que lo recuerdes, pero seguramente en todo este tiempo él cambio de opinión sobre su café… Ya sabes, como cambio de opinión acerca de que te amaba* Le reprocha su subconsciente insultante y burlándose de la forma en que ella se empeña por conservar las cosas como solían ser. Y aunque la lastime un poco, es la verdad; Jesse no es el mismo y ella tampoco lo es; no es la chica devota que le prepara el café a su amor adolescente con instrucciones exactas. Deja esa taza de lado, Jesse puede prepararse su café como quiera. Toma otra taza y después de poner agua hirviendo en ella deja caer una bolsita de té. El café era otra de las cosas que había dejado para siempre porque le recordaba demasiado a Jesse.
En una charola pone las tazas, un frasco con café, otro con azúcar y uno más con crema, y camina con ella hacia la sala. Cuando esta ahí coloca la bandeja sobre la mesa de centro, justo enfrente de Jesse. Después toma su taza de té y se sienta en el sillón que esta enfrente de Jesse.
-Gracias- dice él. Se inclina hacia adelante y toma su taza; Entonces empieza a preparar su café: Dos cucharadas de café, un cuarto de cucharada de azúcar, un poco de crema y… -¿Tienes algo de canela?- pregunta Jesse con el ceño fruncido. Rachel sonríe para sus adentros.
-Sí, espera- dice ella levantándose y caminando hacia la cocina. Regresa con un frasco de canela y lo deja en la mesa de centro. Jesse toma una cucharada y la vierte en su taza. Y Rachel lo mira mientras él se prepara su café, de la forma mas disimulada que puede. *Parece el mismo* se dice a si misma. *Tal vez… El mismo que nunca te amo* le grita su mente abriéndole los ojos y obligándola a dejar de mirarlo.
-¿Cuál es tu problema con el café?- pregunta Jesse interesado, mirando su taza de té, e inmediatamente después le da un trago al café.
-Am… Bueno… Yo… Yo deje el café hace mucho- explica ella bajando la mirada entristecida.
-¡¿Enserio?!- exclama Jesse alzando las cejas. –Eso es extraño… Porque según recuerdo solías ser una especie de adicta al café-
-Tal vez…- dice ella con la mirada perdida mientras encoge los hombros. –Es solo que me pareció bien dejarlo- añade pensativa.
-Te pareció bien dejar el café pero te fue imposible dejar la nicotina ¿Eh?- dice Jesse en forma desaprobatoria negando con la cabeza; y antes de que ella pueda decir algo él saca de su chaqueta de cuero una cajetilla medio vacía de cigarros y comienza a jugar con ella entre sus dedos. Rachel reconoce la cajetilla de inmediato. Después gira su cabeza hacia su bolso, donde solía estar la cajetilla; la bolsa sigue demasiado lejos de Jesse, y Rachel esta segura de que jamás lo vio moverse ni un centímetro.
-¿De donde la sacaste?- pregunta ella con el ceño fruncido.
-De tu bolso- dice él encogiendo los hombros. –La tome cuando estábamos en la moto, ya sabes cuando estabas distraída- añade con un tono impasible de voz.
-¡¿Por qué?!- exclama Rachel ligeramente exaltada.
-Bueno…- comienza él sin darle mucha importancia. –No me gusta mucho que tengas este hábito; Ya sabes va a matarte algún día. Y por alguna razón pensé que si te quitaba esta cosa, lo ibas a dejar. Pero ahora esa idea no parece muy inteligente, porque si quieres puedes comprar otra cajetilla y continuar fumando así que… Ten, igual no sirve de nada que te la quite- termina, mientras deja la cajetilla en la mesa de centro.
-No fumo- declara ella con la mirada fija en él. Jesse la mira confundido.
-¡Oh! ¡Claro que no!- exclama él irónicamente. –Díselo a la cajetilla de cigarrillos en tu bolso- añade poniendo los ojos en blanco.
-¡No Fumo!- exclamo ella ligeramente molesta. –Hablo enserio… Tomo uno cada milenio; En realidad esa sigue siendo la misma cajetilla de la universidad- explica Rachel, un poco mas calmada.
-Sigue siendo muy extraño- dice el un poco confundido.
-¿Qué? ¿De que hablas?- pregunta Rachel mirándolo con los ojos entrecerrados.
-Quiero decir… Tú- dice él con una ceja levantada. Rachel relaja su expresión y mira sus plateados ojos, Jesse encuentra la mirada ámbar de Rachel y sonríe levemente de lado, el silencio se agranda un poco mas durante la profunda mirada que ambos comparte. –No- dice Jesse cortando el silencio. –Sigues siendo la misma… ¿Sabes? Puedo leerlo en tu mirada- añade sonriendo más ampliamente. –Pero…-
-¿Qué?- cuestiona ella confundida. Jesse agacha la cabeza y deja de mirarla.
-¿Cuándo cambio tanto la pequeña diva?- pregunta él y lentamente vuelve a mirarla con un brillo especial en los ojos.
La pregunta confunde más a Rachel. Su mirada se nubla ligeramente y se le forma un nudo en el estomago. *Cambio cuando se enamoro perdidamente de un imbécil que jamás la amo, cuando el mismo idiota le rompió el corazón y se burlo de ella; y cambio cuando borrarlo parecía la mejor escapatoria, aunque borrarlo a él significara modificarse a ella misma.* recita en su mente, mordiendo su lengua antes de decir cualquiera de las cosas que esta pensando.
-La gente cambia Jesse- espeta ella, apretando los dientes y bajando la mirada.
-Supongo- dice él secamente cuando detecta el tono molesto en la voz de Rachel.
Rachel le da un largo trago a su té hundiendo su mirada en la taza, ignorando los insistentes ojos plateados que Jesse pone sobre ella. Ninguno dice nada por un largo rato; solo esta el silencio. Jesse pasa sus manos sobre su pelo nerviosamente hundido en pensamientos que intentan descifrar cuando las cosas se pusieron tan mal con Rachel, con su chica; Solían amarse y estar hechos el uno para el otro, pero ahora cualquier comentario del pasado parecía abrir una enorme cicatriz en Rachel, que nunca había sanado en realidad, y tan solo los alejaba mas. Y ella se queda ahí quieta, confundida e intimidada, pensando en todo lo que paso entre ellos, y sintiendo un desgaste considerable en su corazón y realmente en todo su ser.
-Esto se esta poniendo incomodo ¿Cierto?- dice Jesse repentinamente, sacando a Rachel de sus pensamientos y aturdiéndola un poco con su grave y profunda voz.
-Destacar eso es muy inteligente de tu parte Jesse- dice Rachel con una mirada fulminante sobre Jesse, provocando que él esboce una sonrisa divertida. Después de darle un trago a su café y soltar un largo suspiro, Jesse se levanta del sillón y dando unos pasos determinantes se para enfrente de una pequeña mesa en donde hay algunos adornos y un par de cuadros, pero sobre todo hay marcos de fotografías. Esto atrae la atención de Rachel, que lo sigue con la mirada dándose cuenta de cómo mira atentamente las fotografías, en su mayoría de Sebastian y de ella, viendo divertidamente la mueca en la cara de Jesse mientras él pasa su dedo índice por los marcos.
-Pensé que había dejado claro la parte de no tocar nada- dice Rachel.
-Bueno pues yo pienso que no… Porque como ves estoy tocando- dice él poniendo aun más atención en las fotografías. La mayoría de las fotografías la sacan una mueca o un gruñido a Jesse *Solo Sebastian, Rachel y Momentos felices* piensa él entristecido y un poco molesto. Hasta que se topa con la última foto. Una fotografía en donde Rachel y Quinn aparecen sonrientes. La toma entre sus amplias manos y la examina un momento antes de decir: -¿Puedo conservarla?-
Rachel entrecierra los ojos y niega con la cabeza, sin creer lo que él ha dicho. -¡Por supuesto que no!- exclama molesta. -¿Por qué querrías conservarla?- añade confundida.
-Bueno… Creo que seria divertido- dice él encogiendo los hombros y mirando con mas atención cada parte de la foto. –Ya sabes… Porque he besado a las dos- añade arrogantemente, con toda la intención de hacer enojar a Rachel. De inmediato esboza una sonrisa maliciosa al comprobar el gruñido que suelta la morena. Rachel aprieta los dientes y lo mira fulminantemente.
-¡Oh! Seguro- espeta realmente molesta.-Seria divertido para tu esposa también- añade frunciendo el ceño y apretando los puños. Jesse suelta el marco de la foto inmediatamente y se da la vuelta para mirar a Rachel con ojos abiertos como platos, la boca entreabierta, su mano pasando a través de su cabello rápidamente y la cara ligeramente pálida. Y solo entonces Rachel se da cuenta de lo que ha dicho. *¡Imbécil!* se reprende a si misma. No debió de haber dicho eso… Porque amenos de que tuviera planeado terminar la noche en reclamos, resentimientos y lagrimas, el recordar que Jesse estuviera casado no era la mejor idea.
Con Sebastian Y Santana:
Santana deja su chaqueta y su bolso sobre un sofá en medio de la sala y después de eso se da la vuelta para mirar a Sebastian, que esta parado enfrente de la puerta, mientras la mira prácticamente sin pestañear.
-Así que… ¿Un trago esta bien?- pregunta la latina sonriendo ampliamente.
Sebastian reacciona al escuchar la voz de ella. –Sí… eso creo- dice ligeramente nervioso, mientras ve como Santana se adentra a un cuarto.
-¿Vodka?- grita la latina desde el lugar en donde esta.
-Lo que tu prefieras esta bien- dice él inspeccionando con la mirada la casa. Después de un rato ella entra a la sala con dos copas de vodka en la mano.
-Ven siéntate- le indica señalando el largo sillón que esta en la sala. Sebastian asiente con una sonrisa y se sienta en un extremo del sillón, Santana lo mira divertida y se sienta a su lado, tremendamente cerca. –Toma- añade dándole la copa.
-Gracias- dice Sebastian sonriendo levemente.
-Espero no estar arruinando algún plan tuyo- dice ella echándole una mirada inocente a Sebastian.
-¡Oh! ¡No! No…- dice Sebastian dándole un trago al vodka. –Iba hacia mi casa cuando paso todo, así que no hay problema- añade encogiéndose de hombros.
-Genial- dice Santana humedeciendo sus labios provocativamente. –Y… ¿Vives cerca de aquí?- cuestiono de nuevo mirándolo con cierto deseo en los ojos.
-Am… Si…Si… Algo así…- dice él terminando el líquido que antes había en su copa.
-¿Un poco mas?- pregunta Santana.
-Por favor- dice Sebastian alzando las cejas. La latina se levanta del sillón y toma de la mano de Sebastian la copa, rozando levemente los dedos de él intencionalmente y esbozando una picara sonrisa. Sebastian contiene la respiración un momento, y suspira nerviosamente cuando ella se aleja al cuarto donde parece tener las bebidas. Tal vez estar bebiendo el vodka tan apresuradamente no sea muy buena idea, pero necesita valor y la bebida parece relajarlo un poco. La latina regresa con la copa de él en una mano y una botella de vodka en la otra. Antes de sentarse al lado de él, ella llena la copa hasta el tope. Después de eso se sienta aun mas cerca de Sebastian y el muslo descubierto de la latino roza, de nuevo, intencionalmente, la mano que descansa sobre la pierna de Sebastian. Al sentir la sueva piel de Santana haciendo contacto con su mano, él siente un escalofrió agradable y muy tentativo que lo hace abrir la boca y mirar a Santana directamente a los ojos. La latina muerde sus carnosos labios intentando lucir arrepentida por lo que acaba de hacer. Y la mirada de Sebastian se dirige exactamente hacia los labios de ella. Pasan unos segundos para que él se de cuenta de que no ha dejado de mirar los labios de la latina en ningún momento, y cuando lo nota se reincorpora nerviosamente sobre el sillón. Le da un trago al vodka y rompe el silencio diciendo: -Ojala y yo tampoco este interrumpiendo ninguno de tus planes-
-¡Oh! ¡Claro que no! Como dije acababa de terminar con el trabajo y venia directamente a mi casa…- aclara la latina.
-De acuerdo- dice él cruzando su verde mirada con los ojos marrones y llenos de deseo de la latina. Santana sonríe alegremente y después le da un trago a la copa, cuando termina la deja sobre la pequeña mesa enfrente de ellos y con su dedo pulgar recorre su labio inferior limpiando los restos de vodka que puedan haber quedado. Sebastian mira sus labios hipnotizado, y Santana inconscientemente hace lo mismo, mirar los labios entreabiertos de Sebastian. Ambos contienen el aliento por unos segundos y sin darse cuenta han inclinado sus cabezas mas cerca del otro, quedando prácticamente con las frentes unidas. Los ojos de santana chispean ansiosamente mientras muerde lentamente su labio inferior, para contenerse lo más que sea posible; pero esto solo hace que Sebastian pierda cualquier fuerza de voluntad que pudo haber tenido e inclinando unos centímetros su cabeza, besa intensamente los labios de Santana. La latina no lo contiene más; pone ambas manos en la nuca de Sebastian y mientras entrelaza sus dedos en el cabello de él lo atrae más hacia ella. Al sentir esto, lleno de ansiedad y deseo, Sebastian deja caer la copa accidentalmente sobre el muslo de Santana y parte de su falda, mas esto no los separa, en realidad resulta mas estimulante, ella suelta un suspiro al sentir la lengua de él rozando la suya y las manos desesperadas de Sebastian viajan alrededor de las piernas de ella, su cadera y su espalda; Santana lo imita y pasa sus manos por el cuello de él. Duran un rato mas así, besándose y tocándose apresuradamente; pero antes de que se separen, Sebastian, con un rápido movimiento se deshace de su anillo de matrimonio y lo guarda en la bolsa trasera su del pantalón, bajando su boca al cuello de Santana.
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Hola! Pues aquí un nuevo capitulo. No había actualizado antes por lo de Cory y así… la inspiración se me había ido. Pero ahorita ya un poco mas tranquila comencé a escribir este capitulo. Así que aquí esta…Gracias por sus comentarios C: Espero les guste. MUCHO SEBTANA (; En el próximo capitulo se vera que paso con Rachel y con Jesse y con Sebastian y Santana. Sobre las parejas sí, va a haber Samchel, St. Fabray, Sebtana Y obviamente SmytheBerry Y St. Berry. Ya verán como se da cada una (: Dejen sus opiniones y comentarios. Yo espero poder actualizar muy pronto. BYE! By: Julietta St. James
Rachel apriete ligeramente los dientes el escuchar la respuesta de Jesse, y lo mira un segundo mientras él se baja de la motocicleta y le pone ciertas medidas de seguridad. Después de suspirar fastidiada, la morena se da la vuelta y se arrastra literalmente hasta la puerta; de su bolso saca un juego de llaves e introduce una de ellas en el picaporte, pero antes de abrir la puerta por completo, gira un poco su cabeza y echando una mirada sobre su hombro ve que Jesse esta justo detrás de ella lanzándole una plateada y penetrante mirada, que casualmente le provoca un escalofrío a Rachel. Regresa inmediatamente su mirada al picaporte, un tanto exaltada, y gira la llave dentro de este, empuja la puerta y nota con cierto alivio que la casa esta completamente obscura, ya que esto significa que Sebastian no esta en casa aun, claramente eso era algo que ella sabia desde antes; Si Sebastian hubiera estado ahí, la idea de invitar a Jesse a pasar no se le hubiera pasado por la cabeza, porque amenos de que ella quisiera otra pelea la idea no era muy atinada.
Antes de entrar por completo a su casa, hace un ademan con la mano indicándole a Jesse que entre. Esta vez Rachel se adentro por completo en la casa y enciende una de las luces revelando la impresionante casa. Jesse se queda parado en la puerta y aprecia atentamente cada parte del pequeño pero muy lujoso departamento. Rachel deja su bolso enfrente de las escaleras y enciende un par de luces adicionales, después vuelve su mirada hacia la puerta, y solo entonces se da cuenta de que Jesse sigue ahí parado frente a la puerta entreabierta, mirando cada rincón de la casa; Rachel entrecierra los ojos y lo mira confundida, él se da cuenta y gira su cabeza para mirarla encontrándose con los suspicaces ojos marrones de la castaña.
-Si piensas quedarte ahí, mejor deberías irte- espeta Rachel levemente molesta.
-Lo siento- dice él alzando las manos, claramente sin moverse del lugar donde esta.
-¡Vamos St. James! ¡Entra!- exclama ella realmente desesperada. Jesse le sonríe con simpatía y hace lo que ella le indica; da un paso hacia dentro de la casa y cierra la puerta detrás de él. –Siéntate si quieres. Yo voy a preparar el café- dice perdida ligeramente en la cautivante mirada de Jesse, mientras da un par de pasos hacia la cocina. Jesse se sienta en uno de los sillones, sin dejar de mirar a la castaña intimidantemente. –Y no toques nada- advierte Rachel girándose un poco para mirarlo a los ojos.
La mirada de Jesse se convierte en una mirada divertida mientras esboza una sonrisa burlona por el comentario de ella. –Absolutamente nada… ¿Te incluye a ti linda?- pregunta él arrogantemente.
La boca de Rachel se abre ligeramente ante el comentario de Jesse mientras suelta un suspiro fastidiada. -Nada ni nadie- aclara secamente. –Traigo el café en unos minutos- añade, Jesse asiente y esta vez clava su mirada en ella con más seriedad. Rachel gira su cuerpo apresuradamente y se encamina hacia la cocina con el propósito de alejarse de la mirada depredadora que Jesse le echa. Cuando esta enfrente de la estufa pone un poco de agua a hervir y espera un rato de espaldas al lugar donde esta Jesse, para no captar su insistente mirada. Cuando el agua esta lista, Rachel toma una taza y vierte un poco de agua en ella. Tarda unos segundos en decidir si preparar el café ella misma para Jesse o si dejar que él lo haga solo; Sorprendiéndose a si misma cuando se da cuenta de que recuerda perfectamente la manera en que a Jesse solía gustarle en café. *Dos cucharadas de café, un cuarto de cucharada de azúcar, un poco de crema para café y a veces, solo a veces un poco de canela* recita en su mente, esbozando inconscientemente una sonrisa de anhelo. Decide preparárselo ella misma hasta que su subconsciente le hecha un bufido. *Es asombroso que lo recuerdes, pero seguramente en todo este tiempo él cambio de opinión sobre su café… Ya sabes, como cambio de opinión acerca de que te amaba* Le reprocha su subconsciente insultante y burlándose de la forma en que ella se empeña por conservar las cosas como solían ser. Y aunque la lastime un poco, es la verdad; Jesse no es el mismo y ella tampoco lo es; no es la chica devota que le prepara el café a su amor adolescente con instrucciones exactas. Deja esa taza de lado, Jesse puede prepararse su café como quiera. Toma otra taza y después de poner agua hirviendo en ella deja caer una bolsita de té. El café era otra de las cosas que había dejado para siempre porque le recordaba demasiado a Jesse.
En una charola pone las tazas, un frasco con café, otro con azúcar y uno más con crema, y camina con ella hacia la sala. Cuando esta ahí coloca la bandeja sobre la mesa de centro, justo enfrente de Jesse. Después toma su taza de té y se sienta en el sillón que esta enfrente de Jesse.
-Gracias- dice él. Se inclina hacia adelante y toma su taza; Entonces empieza a preparar su café: Dos cucharadas de café, un cuarto de cucharada de azúcar, un poco de crema y… -¿Tienes algo de canela?- pregunta Jesse con el ceño fruncido. Rachel sonríe para sus adentros.
-Sí, espera- dice ella levantándose y caminando hacia la cocina. Regresa con un frasco de canela y lo deja en la mesa de centro. Jesse toma una cucharada y la vierte en su taza. Y Rachel lo mira mientras él se prepara su café, de la forma mas disimulada que puede. *Parece el mismo* se dice a si misma. *Tal vez… El mismo que nunca te amo* le grita su mente abriéndole los ojos y obligándola a dejar de mirarlo.
-¿Cuál es tu problema con el café?- pregunta Jesse interesado, mirando su taza de té, e inmediatamente después le da un trago al café.
-Am… Bueno… Yo… Yo deje el café hace mucho- explica ella bajando la mirada entristecida.
-¡¿Enserio?!- exclama Jesse alzando las cejas. –Eso es extraño… Porque según recuerdo solías ser una especie de adicta al café-
-Tal vez…- dice ella con la mirada perdida mientras encoge los hombros. –Es solo que me pareció bien dejarlo- añade pensativa.
-Te pareció bien dejar el café pero te fue imposible dejar la nicotina ¿Eh?- dice Jesse en forma desaprobatoria negando con la cabeza; y antes de que ella pueda decir algo él saca de su chaqueta de cuero una cajetilla medio vacía de cigarros y comienza a jugar con ella entre sus dedos. Rachel reconoce la cajetilla de inmediato. Después gira su cabeza hacia su bolso, donde solía estar la cajetilla; la bolsa sigue demasiado lejos de Jesse, y Rachel esta segura de que jamás lo vio moverse ni un centímetro.
-¿De donde la sacaste?- pregunta ella con el ceño fruncido.
-De tu bolso- dice él encogiendo los hombros. –La tome cuando estábamos en la moto, ya sabes cuando estabas distraída- añade con un tono impasible de voz.
-¡¿Por qué?!- exclama Rachel ligeramente exaltada.
-Bueno…- comienza él sin darle mucha importancia. –No me gusta mucho que tengas este hábito; Ya sabes va a matarte algún día. Y por alguna razón pensé que si te quitaba esta cosa, lo ibas a dejar. Pero ahora esa idea no parece muy inteligente, porque si quieres puedes comprar otra cajetilla y continuar fumando así que… Ten, igual no sirve de nada que te la quite- termina, mientras deja la cajetilla en la mesa de centro.
-No fumo- declara ella con la mirada fija en él. Jesse la mira confundido.
-¡Oh! ¡Claro que no!- exclama él irónicamente. –Díselo a la cajetilla de cigarrillos en tu bolso- añade poniendo los ojos en blanco.
-¡No Fumo!- exclamo ella ligeramente molesta. –Hablo enserio… Tomo uno cada milenio; En realidad esa sigue siendo la misma cajetilla de la universidad- explica Rachel, un poco mas calmada.
-Sigue siendo muy extraño- dice el un poco confundido.
-¿Qué? ¿De que hablas?- pregunta Rachel mirándolo con los ojos entrecerrados.
-Quiero decir… Tú- dice él con una ceja levantada. Rachel relaja su expresión y mira sus plateados ojos, Jesse encuentra la mirada ámbar de Rachel y sonríe levemente de lado, el silencio se agranda un poco mas durante la profunda mirada que ambos comparte. –No- dice Jesse cortando el silencio. –Sigues siendo la misma… ¿Sabes? Puedo leerlo en tu mirada- añade sonriendo más ampliamente. –Pero…-
-¿Qué?- cuestiona ella confundida. Jesse agacha la cabeza y deja de mirarla.
-¿Cuándo cambio tanto la pequeña diva?- pregunta él y lentamente vuelve a mirarla con un brillo especial en los ojos.
La pregunta confunde más a Rachel. Su mirada se nubla ligeramente y se le forma un nudo en el estomago. *Cambio cuando se enamoro perdidamente de un imbécil que jamás la amo, cuando el mismo idiota le rompió el corazón y se burlo de ella; y cambio cuando borrarlo parecía la mejor escapatoria, aunque borrarlo a él significara modificarse a ella misma.* recita en su mente, mordiendo su lengua antes de decir cualquiera de las cosas que esta pensando.
-La gente cambia Jesse- espeta ella, apretando los dientes y bajando la mirada.
-Supongo- dice él secamente cuando detecta el tono molesto en la voz de Rachel.
Rachel le da un largo trago a su té hundiendo su mirada en la taza, ignorando los insistentes ojos plateados que Jesse pone sobre ella. Ninguno dice nada por un largo rato; solo esta el silencio. Jesse pasa sus manos sobre su pelo nerviosamente hundido en pensamientos que intentan descifrar cuando las cosas se pusieron tan mal con Rachel, con su chica; Solían amarse y estar hechos el uno para el otro, pero ahora cualquier comentario del pasado parecía abrir una enorme cicatriz en Rachel, que nunca había sanado en realidad, y tan solo los alejaba mas. Y ella se queda ahí quieta, confundida e intimidada, pensando en todo lo que paso entre ellos, y sintiendo un desgaste considerable en su corazón y realmente en todo su ser.
-Esto se esta poniendo incomodo ¿Cierto?- dice Jesse repentinamente, sacando a Rachel de sus pensamientos y aturdiéndola un poco con su grave y profunda voz.
-Destacar eso es muy inteligente de tu parte Jesse- dice Rachel con una mirada fulminante sobre Jesse, provocando que él esboce una sonrisa divertida. Después de darle un trago a su café y soltar un largo suspiro, Jesse se levanta del sillón y dando unos pasos determinantes se para enfrente de una pequeña mesa en donde hay algunos adornos y un par de cuadros, pero sobre todo hay marcos de fotografías. Esto atrae la atención de Rachel, que lo sigue con la mirada dándose cuenta de cómo mira atentamente las fotografías, en su mayoría de Sebastian y de ella, viendo divertidamente la mueca en la cara de Jesse mientras él pasa su dedo índice por los marcos.
-Pensé que había dejado claro la parte de no tocar nada- dice Rachel.
-Bueno pues yo pienso que no… Porque como ves estoy tocando- dice él poniendo aun más atención en las fotografías. La mayoría de las fotografías la sacan una mueca o un gruñido a Jesse *Solo Sebastian, Rachel y Momentos felices* piensa él entristecido y un poco molesto. Hasta que se topa con la última foto. Una fotografía en donde Rachel y Quinn aparecen sonrientes. La toma entre sus amplias manos y la examina un momento antes de decir: -¿Puedo conservarla?-
Rachel entrecierra los ojos y niega con la cabeza, sin creer lo que él ha dicho. -¡Por supuesto que no!- exclama molesta. -¿Por qué querrías conservarla?- añade confundida.
-Bueno… Creo que seria divertido- dice él encogiendo los hombros y mirando con mas atención cada parte de la foto. –Ya sabes… Porque he besado a las dos- añade arrogantemente, con toda la intención de hacer enojar a Rachel. De inmediato esboza una sonrisa maliciosa al comprobar el gruñido que suelta la morena. Rachel aprieta los dientes y lo mira fulminantemente.
-¡Oh! Seguro- espeta realmente molesta.-Seria divertido para tu esposa también- añade frunciendo el ceño y apretando los puños. Jesse suelta el marco de la foto inmediatamente y se da la vuelta para mirar a Rachel con ojos abiertos como platos, la boca entreabierta, su mano pasando a través de su cabello rápidamente y la cara ligeramente pálida. Y solo entonces Rachel se da cuenta de lo que ha dicho. *¡Imbécil!* se reprende a si misma. No debió de haber dicho eso… Porque amenos de que tuviera planeado terminar la noche en reclamos, resentimientos y lagrimas, el recordar que Jesse estuviera casado no era la mejor idea.
Con Sebastian Y Santana:
Santana deja su chaqueta y su bolso sobre un sofá en medio de la sala y después de eso se da la vuelta para mirar a Sebastian, que esta parado enfrente de la puerta, mientras la mira prácticamente sin pestañear.
-Así que… ¿Un trago esta bien?- pregunta la latina sonriendo ampliamente.
Sebastian reacciona al escuchar la voz de ella. –Sí… eso creo- dice ligeramente nervioso, mientras ve como Santana se adentra a un cuarto.
-¿Vodka?- grita la latina desde el lugar en donde esta.
-Lo que tu prefieras esta bien- dice él inspeccionando con la mirada la casa. Después de un rato ella entra a la sala con dos copas de vodka en la mano.
-Ven siéntate- le indica señalando el largo sillón que esta en la sala. Sebastian asiente con una sonrisa y se sienta en un extremo del sillón, Santana lo mira divertida y se sienta a su lado, tremendamente cerca. –Toma- añade dándole la copa.
-Gracias- dice Sebastian sonriendo levemente.
-Espero no estar arruinando algún plan tuyo- dice ella echándole una mirada inocente a Sebastian.
-¡Oh! ¡No! No…- dice Sebastian dándole un trago al vodka. –Iba hacia mi casa cuando paso todo, así que no hay problema- añade encogiéndose de hombros.
-Genial- dice Santana humedeciendo sus labios provocativamente. –Y… ¿Vives cerca de aquí?- cuestiono de nuevo mirándolo con cierto deseo en los ojos.
-Am… Si…Si… Algo así…- dice él terminando el líquido que antes había en su copa.
-¿Un poco mas?- pregunta Santana.
-Por favor- dice Sebastian alzando las cejas. La latina se levanta del sillón y toma de la mano de Sebastian la copa, rozando levemente los dedos de él intencionalmente y esbozando una picara sonrisa. Sebastian contiene la respiración un momento, y suspira nerviosamente cuando ella se aleja al cuarto donde parece tener las bebidas. Tal vez estar bebiendo el vodka tan apresuradamente no sea muy buena idea, pero necesita valor y la bebida parece relajarlo un poco. La latina regresa con la copa de él en una mano y una botella de vodka en la otra. Antes de sentarse al lado de él, ella llena la copa hasta el tope. Después de eso se sienta aun mas cerca de Sebastian y el muslo descubierto de la latino roza, de nuevo, intencionalmente, la mano que descansa sobre la pierna de Sebastian. Al sentir la sueva piel de Santana haciendo contacto con su mano, él siente un escalofrió agradable y muy tentativo que lo hace abrir la boca y mirar a Santana directamente a los ojos. La latina muerde sus carnosos labios intentando lucir arrepentida por lo que acaba de hacer. Y la mirada de Sebastian se dirige exactamente hacia los labios de ella. Pasan unos segundos para que él se de cuenta de que no ha dejado de mirar los labios de la latina en ningún momento, y cuando lo nota se reincorpora nerviosamente sobre el sillón. Le da un trago al vodka y rompe el silencio diciendo: -Ojala y yo tampoco este interrumpiendo ninguno de tus planes-
-¡Oh! ¡Claro que no! Como dije acababa de terminar con el trabajo y venia directamente a mi casa…- aclara la latina.
-De acuerdo- dice él cruzando su verde mirada con los ojos marrones y llenos de deseo de la latina. Santana sonríe alegremente y después le da un trago a la copa, cuando termina la deja sobre la pequeña mesa enfrente de ellos y con su dedo pulgar recorre su labio inferior limpiando los restos de vodka que puedan haber quedado. Sebastian mira sus labios hipnotizado, y Santana inconscientemente hace lo mismo, mirar los labios entreabiertos de Sebastian. Ambos contienen el aliento por unos segundos y sin darse cuenta han inclinado sus cabezas mas cerca del otro, quedando prácticamente con las frentes unidas. Los ojos de santana chispean ansiosamente mientras muerde lentamente su labio inferior, para contenerse lo más que sea posible; pero esto solo hace que Sebastian pierda cualquier fuerza de voluntad que pudo haber tenido e inclinando unos centímetros su cabeza, besa intensamente los labios de Santana. La latina no lo contiene más; pone ambas manos en la nuca de Sebastian y mientras entrelaza sus dedos en el cabello de él lo atrae más hacia ella. Al sentir esto, lleno de ansiedad y deseo, Sebastian deja caer la copa accidentalmente sobre el muslo de Santana y parte de su falda, mas esto no los separa, en realidad resulta mas estimulante, ella suelta un suspiro al sentir la lengua de él rozando la suya y las manos desesperadas de Sebastian viajan alrededor de las piernas de ella, su cadera y su espalda; Santana lo imita y pasa sus manos por el cuello de él. Duran un rato mas así, besándose y tocándose apresuradamente; pero antes de que se separen, Sebastian, con un rápido movimiento se deshace de su anillo de matrimonio y lo guarda en la bolsa trasera su del pantalón, bajando su boca al cuello de Santana.
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Hola! Pues aquí un nuevo capitulo. No había actualizado antes por lo de Cory y así… la inspiración se me había ido. Pero ahorita ya un poco mas tranquila comencé a escribir este capitulo. Así que aquí esta…Gracias por sus comentarios C: Espero les guste. MUCHO SEBTANA (; En el próximo capitulo se vera que paso con Rachel y con Jesse y con Sebastian y Santana. Sobre las parejas sí, va a haber Samchel, St. Fabray, Sebtana Y obviamente SmytheBerry Y St. Berry. Ya verán como se da cada una (: Dejen sus opiniones y comentarios. Yo espero poder actualizar muy pronto. BYE! By: Julietta St. James
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
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Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 15: Na hay matrimonio
-Espera… ¿Qué?- espeta Jesse con la voz entrecortada mirando a Rachel confundido.
Ella inmediatamente baja la mirada y aprieta los dientes. -¿Qué de que, St. James?- dice cortantemente. Se levanta del sillón con un rápido movimiento y toma las dos tazas vacías mientras se encamina a la cocina para deshacerse de la insistente mirada de Jesse.
-¿Qué fue lo que dijiste?- pregunta Jesse con un amenazante tono de voz, siguiendo con la mirada a la castaña.
-Escuchaste lo que dije- responde Rachel secamente mientras se adentra a la cocina.
Jesse estudia la expresión de la morena y analiza las palabras que momentos antes salieron de su boca *Esposa…* piensa él algo confundido al principio; sin embargo después se da cuenta de lo que esta sucediendo, e involuntariamente le sale una carcajada, que provoca que Rachel le eche una mirada fulminante al instante. Con largos pasos se encamina a la cocina, en donde la morena lava apresuradamente ambas tazas y cuando esta ahí, se recarga en el marco de la puerta y se queda mirándola durante un par de segundos. Rachel percibe inmediatamente la mirada de Jesse en su espalda, lo que provoca que contenga el aliento y apriete los ojos mientras el agua corre por sus manos.
Jesse suspira con pesadez. –Ah… Rachel Berry; Nunca creí que fueras tan inocente- dice lentamente saboreando cada una de sus palabras y mirando con superioridad a la castaña. Ella se gira inmediatamente al escuchar las palabras de Jesse y con el ceño fruncido pregunta:
-Espera… ¿Qué?- Jesse la mira burlonamente cuando formula su pregunta y esboza una sonrisa maliciosa sin responder absolutamente nada. –Creo que no estamos hablando de lo mismo- concluye Rachel nerviosamente.
Jesse amplia su sonrisa y da un par de pasos a través de la cocina, que lo dejan precisamente enfrente de Rachel, apenas a unos centímetros de distancia. Ella respira profundamente aspirando la fragancia del hombre que tiene enfrente, la misma fragancia después de tanto tiempo, y repentinamente ella desea saltar a sus brazos y empañarse de ese glorioso aroma; el pensamiento hace que la cabeza le de vueltas. –Ay Linda- susurra Jesse de una manera provocativa. –Me temo que estamos hablando exactamente de lo mismo- añade mientras eleva una de sus manos y pasa un mechón suelto del cabello de Rachel detrás de su oreja; hay un leve roce entre su mano y la mejilla de ella, uno casi invisible, pero eso es suficiente para provocarle a ambos un agradable escalofrió.
-No se de que…- comienza a decir Rachel, pero se detiene cuando los plateados ojos de él encuentran sus ojos chocolate. –De que… de que… hablas-
-¿Ah no?- pregunta Jesse tentativo; Rachel intenta dar un paso hacia atrás, pero se da cuenta de que detrás de ella esta la encimera y prácticamente esta aprisionada. Él pasa uno de sus brazos por el costado de la castaña apoyándolo en la encimera. Ella niega lentamente. –Genial- añade él, mientras que con el brazo libre acaricia el brazo descubierto de Rachel, desde la muñeca hasta el hombro, en una cálida y suave caricia que hace que a Rachel se le acelere el corazón.
La castaña no lo soporta mas; no soporta la tentación que conlleva tener a Jesse a una distancia tan corta; no soporta no poder controlar el deseo de besarlo, de besarlo una y otra vez como si el infierno que le provoco en algún momento no hubiera ocurrido; no soporta que la mirada plateada de ese hombre la queme hasta los huesos; y sabe que si no hace algo tarde o temprano va a caer ante sus encantos. Rachel humedece lentamente sus labios y contiene la respiración antes de hacer cualquier movimiento. Y entonces se da cuenta de que Jesse, sin dejar de mirarla con un deseo voraz, esta acercando su rostro hacia ella, cada vez un poco mas, tan cerca que puede sentir su respiración. Tan cerca que los labios del él ya están rozando los suyos.
-¡No!- gime Rachel nerviosamente, mientras gira su cabeza al otro lado para evitar los labios de Jesse. Nada de esto esta bien. Él rompió su corazón y después de todo él esta casado; aunque analizando mejor las cosas, ella también esta casada. –Detente- susurra casi arrepentida de haber detenido el intento de beso.
Jesse eleva ambos brazos y los coloca a los costados de Rachel a la altura de su cabeza envolviéndola por completo, mientras los recarga en la pared, ligeramente tenso, y aparta sus plateados ojos de los ojos de la morena lleno de hastió. -¿Qué quieres de mi, Rachel?- dice Jesse suplicante.
-¿Qué te hace pensar que quiero algo de ti? ¡No quiero nada de ti!- sentencia Rachel molesta, mientras aparta uno de los brazos de Jesse de su costado y se aleja de él hasta la otra orilla de la cocina.
-Eso no es lo que me dicen tus celos- dice Jesse negando con la cabeza. Inmediatamente una chispa de rabia se dibuja en todo el ser de Rachel.
-¡¿Qué celos?!- pregunta Rachel alterada. –Te he dicho varias veces que no hay celos, que tu no me interesas-
-¡Vamos Rachel! Ambos sabes lo que esta pasando aquí- dice Jesse clavando un mirada desesperada sobre Rachel.
-Yo no- declara ella secamente.
-Claro que si- asegura él dando un paso hacia ella. –No puedes ignorar la atracción, no puedes ignorar la química y tampoco puedes dejar de lado tus celos- sentencia él impasible. –Pero sabes que…- añade mientras da pasos determinantes acercándose más a ella. –Debes dejar de preocuparte por todo eso…- Rachel se ha quedado totalmente inmóvil, tiene los dientes apretados y un nudo se esta formando en su estomago, pero por mas que su mente le diga que se aleje de él, no lo hace, no puede y realmente no quiere hacerlo; La forma depredadora en que Jesse de acerca a ella la llena de tentación y hace que quiera averiguar a que esta dispuesto él. –Porque tu eres lo único que quiero… lo único que deseo- susurra él, ya lo suficientemente cerca de ella. Rachel muerde su labio bruscamente antes de quedar encantada con la mirada plateada que la acecha. Y ahí están otra vez, tan cerca como les es posible. Con sus miradas fundidas en una y con todos esos deseos incontrolables por el otro. Jesse pasa su mano por la mejilla de ella, un leve roce que significa mucho para ambos y en ese instante Rachel pone una mano en el pecho de él, una parte de ella lo hace para detenerlo, otra parte lo hace simplemente para saciar el deseo de tocarlo.
-Por favor… detente- suplica Rachel perdida en la mirada plateada de Jesse; él esboza una sonrisa burlona ante la petición de la castaña.
-¿Por qué, Rachel?- pregunta él maliciosamente. -Temes no poder contralarte si continuo- añade mientras deposita un pequeño beso en el lóbulo de la morena.
Al escuchar las palabras de Jesse, Rachel baja la mirada horrorizada; Tiene razón. Si él no se detiene ella no va ha hacer nada para parar la situación. No va a poder y quizás no va a querer. La presión es demasiada y aun así es superada por el deseo; su corazón palpitante, su respiración ligeramente acelerada y sus piernas debilitadas hasta la muerte son pruebas bastante grandes de cuan extasiada esta por la situación con Jesse. Y antes de si quiera analizarlo un poco, se da cuenta de que no va ha hacer algo para evitar lo que puede suceder; ¿Por qué? Porque, aunque le duela, en cuerpo y alma le pertenece a Jesse, no importan las decepciones, no importa el tiempo, no importa que ambos estén casados y tengan vidas separadas, ella es de él tan fielmente que debería ser un crimen. Y entonces se da cuenta de que, como Jesse dijo alguna vez el destino ha hablado; no hay otra explicación lógica para que en ese momento ambos estén solos, tan cerca y con tanto deseo al aire. Después de dar un largo suspiro, levanta la mirada hacia los ojos de él, lentamente, muy lentamente, y ahí están los ojos plateados mirándola atentamente de una forma inquebrantable, con un brillo indescriptible, expresando cierta lujuria y cierto arrepentimiento; eso es todo lo que ella necesita para tomar una decisión. No puede negarse a algo que desea con tantas ganas.
-No es que quiera controlarme- susurra Rachel antes de humedecer levemente sus labios.
La mirada segura de Jesse se nubla ligeramente e involuntariamente frunce el ceño. Acaba de escuchar perfectamente las palabras que salieron de la boca de Rachel, pero le parece tan increíble que se convence a si mismo de que es una fantasía; seguramente se esta imaginando todo, suele fantasear con una vida de ensueño junto a Rachel, y las palabras que acaban de salir de la boca de la morena no pueden ser mas que una fantasía. Porque la única realidad posible que conoce es que ella esta casa y enamorada fielmente del idiota de Smythe. Y cuando esta prácticamente seguro de que se ha imaginado todo, percibe que Rachel se esta acercando a su rostro. Los ojos chocolate de la morena están fijamente mirando a los suyos, su pequeña mano sigue descansando sobre el pecho de él, y con los labios entreabiertos se aproxima cada vez mas a los labios endurecidos de Jesse. Las cosas suceden demasiado rápido para ambos; ninguno de los dos analiza las cosas, solo se dejan llevar. Los labios de Rachel hacen contacto con los de Jesse en cuanto apenas. Pero antes de que él pueda profundizar el beso y antes de que ella pueda saciar las ganas de besarlo como nunca, un molesto ruido interrumpe todo. Rachel se aleja de él exaltada, mientras dirige su mirada hacia el lugar de donde proviene el sonido. Y antes de que la castaña pueda tomar el teléfono, Jesse estira su brazo y lo toma lleno de frustración, después responde la llamada:
Llamada:
-Hola- dice una voz masculina al otro lado del teléfono.
-¿Quién habla?- pregunta Jesse molesto.
-Am… No… No… Creo que he llamado al número incorrecto- dice la voz al otro lado de la línea.
-Idiota- murmura Jesse de manera casa inaudible. –Seguro que sí- añade dirigiéndose a la persona que esta al otro lado del teléfono. Y la llamada termina.
-¿Quién era?- pregunta Rachel, que esta del otro lado de la cocina con el ceño fruncido y una taza de té entre sus manos.
-Como voy a saberlo yo…- espeta Jesse molesto. –Dijo que había marcado el número incorrecto-
-¿Era un él o una ella?- cuestiona Rachel cada vez mas alterada.
-Era un él, Rachel… ¿Por qué te importa?-
-¡Seguramente era Sebastian imbécil!- exclama Rachel furiosa.
-Oh… Supongo que sí era él- dice Jesse a la ligera. y antes de que Rachel pueda lanzarle la taza de té a Jesse, el horrible sonido del teléfono interrumpe la conversación. La morena fulmina con la mirada a Jesse, mientras se acerca a tomar el teléfono.
Llamada:
-Hola- dice Rachel nerviosamente.
-¿Rachel eres tú?- cuestiona Sebastian confundido.
-Sí-
-Ah… Genial… Am… eh…-
-¿Qué sucede Sebastian?-
-¿Eh? ¡Ah si claro! Yo solo quería decirte que voy para la casa en este instante; no quería que te preocuparas… Todo esta bien-
-Oh claro… te espero aquí- dice la morena poco convencida.
-Seguro. Nos vemos-
-Sebastian viene en camino- dice Rachel, mientras coloca el teléfono en su lugar. -Tienes que irte de aquí Jesse-
-No creo… Tú y yo estábamos en algo- demanda él posesivamente.
-No estábamos en nada- aclara ella mientras sale hacia la sala, seguida por él.
-¿Ah no? Porque yo estoy seguro de que sí. Si no hubiera sido por esa estúpida llamada de tu esposo estaríamos en algo-
-Fue un error Jesse- dice Rachel con la mirada perdida. Después da unos pasos hasta la puerta y antes de que la pueda abrir, Jesse la toma de la muñeca y la atrae hacia él.
-Yo no lo veo así- dice con los ojos brillando de deseo.
-Bueno yo sí… Las cosas no funcionan así; Yo estoy casada y tú…-
-Yo no Rachel- interrumpe él; sin soltar su muñeca, sin dejar de mirarla. –Te lo dejo muy claro nena; Yo no estoy casado… ¿Ves?- aclara alzando su mano, sin ningún anillo. –Y como tu esposo esta por llega y yo me niego a perturbarte más por hoy, me voy linda- añade, pero antes de irse, la atrae hacia él aun más. –Piensa en eso- susurra encima de los labios de Rachel, únicamente rozándolos de manera tentadora, sin completar el beso. Después se da la vuelta y sale por la puerta, dejando detrás de él a Rachel tremendamente confundida.
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¡¿Qué?! ¿Jesse St. James no esta casado? Yo creo que esa es una sucia mentira para convencer a Rachel de que este con él… Pero quien sabe; Yo sé (; Y que hay con Sebastian regresando a casa, se suponía que estaba besándose apasionadamente con Santana…
Nuevo capitulo! Tenía un ratote sin actualizar; Perdón, no había tenido tiempo. Pero espero que este capitulo les guste. Ya se que había prometido Samchel y St. Fabray pero todavía no puedo introducirlos S: Sin embargo quiero dejarles claro que estas parejas no son muy importantes, ni tampoco intervienen mucho en la historia, solo son un parte pequeña pero nada muy grande, obviamente todo será St. Berry, SmytheBerry y a veces Sebtana (: En el próximo capitulo va a ver un flashback con lo que paso con Santana y Sebastian, y porque él esta camino a casa… Y espero por fin introducir Samchel. Dejen sus comentarios y opiniones. Yo actualizo lo más pronto posible. BYE! By: Julietta St. James
-Espera… ¿Qué?- espeta Jesse con la voz entrecortada mirando a Rachel confundido.
Ella inmediatamente baja la mirada y aprieta los dientes. -¿Qué de que, St. James?- dice cortantemente. Se levanta del sillón con un rápido movimiento y toma las dos tazas vacías mientras se encamina a la cocina para deshacerse de la insistente mirada de Jesse.
-¿Qué fue lo que dijiste?- pregunta Jesse con un amenazante tono de voz, siguiendo con la mirada a la castaña.
-Escuchaste lo que dije- responde Rachel secamente mientras se adentra a la cocina.
Jesse estudia la expresión de la morena y analiza las palabras que momentos antes salieron de su boca *Esposa…* piensa él algo confundido al principio; sin embargo después se da cuenta de lo que esta sucediendo, e involuntariamente le sale una carcajada, que provoca que Rachel le eche una mirada fulminante al instante. Con largos pasos se encamina a la cocina, en donde la morena lava apresuradamente ambas tazas y cuando esta ahí, se recarga en el marco de la puerta y se queda mirándola durante un par de segundos. Rachel percibe inmediatamente la mirada de Jesse en su espalda, lo que provoca que contenga el aliento y apriete los ojos mientras el agua corre por sus manos.
Jesse suspira con pesadez. –Ah… Rachel Berry; Nunca creí que fueras tan inocente- dice lentamente saboreando cada una de sus palabras y mirando con superioridad a la castaña. Ella se gira inmediatamente al escuchar las palabras de Jesse y con el ceño fruncido pregunta:
-Espera… ¿Qué?- Jesse la mira burlonamente cuando formula su pregunta y esboza una sonrisa maliciosa sin responder absolutamente nada. –Creo que no estamos hablando de lo mismo- concluye Rachel nerviosamente.
Jesse amplia su sonrisa y da un par de pasos a través de la cocina, que lo dejan precisamente enfrente de Rachel, apenas a unos centímetros de distancia. Ella respira profundamente aspirando la fragancia del hombre que tiene enfrente, la misma fragancia después de tanto tiempo, y repentinamente ella desea saltar a sus brazos y empañarse de ese glorioso aroma; el pensamiento hace que la cabeza le de vueltas. –Ay Linda- susurra Jesse de una manera provocativa. –Me temo que estamos hablando exactamente de lo mismo- añade mientras eleva una de sus manos y pasa un mechón suelto del cabello de Rachel detrás de su oreja; hay un leve roce entre su mano y la mejilla de ella, uno casi invisible, pero eso es suficiente para provocarle a ambos un agradable escalofrió.
-No se de que…- comienza a decir Rachel, pero se detiene cuando los plateados ojos de él encuentran sus ojos chocolate. –De que… de que… hablas-
-¿Ah no?- pregunta Jesse tentativo; Rachel intenta dar un paso hacia atrás, pero se da cuenta de que detrás de ella esta la encimera y prácticamente esta aprisionada. Él pasa uno de sus brazos por el costado de la castaña apoyándolo en la encimera. Ella niega lentamente. –Genial- añade él, mientras que con el brazo libre acaricia el brazo descubierto de Rachel, desde la muñeca hasta el hombro, en una cálida y suave caricia que hace que a Rachel se le acelere el corazón.
La castaña no lo soporta mas; no soporta la tentación que conlleva tener a Jesse a una distancia tan corta; no soporta no poder controlar el deseo de besarlo, de besarlo una y otra vez como si el infierno que le provoco en algún momento no hubiera ocurrido; no soporta que la mirada plateada de ese hombre la queme hasta los huesos; y sabe que si no hace algo tarde o temprano va a caer ante sus encantos. Rachel humedece lentamente sus labios y contiene la respiración antes de hacer cualquier movimiento. Y entonces se da cuenta de que Jesse, sin dejar de mirarla con un deseo voraz, esta acercando su rostro hacia ella, cada vez un poco mas, tan cerca que puede sentir su respiración. Tan cerca que los labios del él ya están rozando los suyos.
-¡No!- gime Rachel nerviosamente, mientras gira su cabeza al otro lado para evitar los labios de Jesse. Nada de esto esta bien. Él rompió su corazón y después de todo él esta casado; aunque analizando mejor las cosas, ella también esta casada. –Detente- susurra casi arrepentida de haber detenido el intento de beso.
Jesse eleva ambos brazos y los coloca a los costados de Rachel a la altura de su cabeza envolviéndola por completo, mientras los recarga en la pared, ligeramente tenso, y aparta sus plateados ojos de los ojos de la morena lleno de hastió. -¿Qué quieres de mi, Rachel?- dice Jesse suplicante.
-¿Qué te hace pensar que quiero algo de ti? ¡No quiero nada de ti!- sentencia Rachel molesta, mientras aparta uno de los brazos de Jesse de su costado y se aleja de él hasta la otra orilla de la cocina.
-Eso no es lo que me dicen tus celos- dice Jesse negando con la cabeza. Inmediatamente una chispa de rabia se dibuja en todo el ser de Rachel.
-¡¿Qué celos?!- pregunta Rachel alterada. –Te he dicho varias veces que no hay celos, que tu no me interesas-
-¡Vamos Rachel! Ambos sabes lo que esta pasando aquí- dice Jesse clavando un mirada desesperada sobre Rachel.
-Yo no- declara ella secamente.
-Claro que si- asegura él dando un paso hacia ella. –No puedes ignorar la atracción, no puedes ignorar la química y tampoco puedes dejar de lado tus celos- sentencia él impasible. –Pero sabes que…- añade mientras da pasos determinantes acercándose más a ella. –Debes dejar de preocuparte por todo eso…- Rachel se ha quedado totalmente inmóvil, tiene los dientes apretados y un nudo se esta formando en su estomago, pero por mas que su mente le diga que se aleje de él, no lo hace, no puede y realmente no quiere hacerlo; La forma depredadora en que Jesse de acerca a ella la llena de tentación y hace que quiera averiguar a que esta dispuesto él. –Porque tu eres lo único que quiero… lo único que deseo- susurra él, ya lo suficientemente cerca de ella. Rachel muerde su labio bruscamente antes de quedar encantada con la mirada plateada que la acecha. Y ahí están otra vez, tan cerca como les es posible. Con sus miradas fundidas en una y con todos esos deseos incontrolables por el otro. Jesse pasa su mano por la mejilla de ella, un leve roce que significa mucho para ambos y en ese instante Rachel pone una mano en el pecho de él, una parte de ella lo hace para detenerlo, otra parte lo hace simplemente para saciar el deseo de tocarlo.
-Por favor… detente- suplica Rachel perdida en la mirada plateada de Jesse; él esboza una sonrisa burlona ante la petición de la castaña.
-¿Por qué, Rachel?- pregunta él maliciosamente. -Temes no poder contralarte si continuo- añade mientras deposita un pequeño beso en el lóbulo de la morena.
Al escuchar las palabras de Jesse, Rachel baja la mirada horrorizada; Tiene razón. Si él no se detiene ella no va ha hacer nada para parar la situación. No va a poder y quizás no va a querer. La presión es demasiada y aun así es superada por el deseo; su corazón palpitante, su respiración ligeramente acelerada y sus piernas debilitadas hasta la muerte son pruebas bastante grandes de cuan extasiada esta por la situación con Jesse. Y antes de si quiera analizarlo un poco, se da cuenta de que no va ha hacer algo para evitar lo que puede suceder; ¿Por qué? Porque, aunque le duela, en cuerpo y alma le pertenece a Jesse, no importan las decepciones, no importa el tiempo, no importa que ambos estén casados y tengan vidas separadas, ella es de él tan fielmente que debería ser un crimen. Y entonces se da cuenta de que, como Jesse dijo alguna vez el destino ha hablado; no hay otra explicación lógica para que en ese momento ambos estén solos, tan cerca y con tanto deseo al aire. Después de dar un largo suspiro, levanta la mirada hacia los ojos de él, lentamente, muy lentamente, y ahí están los ojos plateados mirándola atentamente de una forma inquebrantable, con un brillo indescriptible, expresando cierta lujuria y cierto arrepentimiento; eso es todo lo que ella necesita para tomar una decisión. No puede negarse a algo que desea con tantas ganas.
-No es que quiera controlarme- susurra Rachel antes de humedecer levemente sus labios.
La mirada segura de Jesse se nubla ligeramente e involuntariamente frunce el ceño. Acaba de escuchar perfectamente las palabras que salieron de la boca de Rachel, pero le parece tan increíble que se convence a si mismo de que es una fantasía; seguramente se esta imaginando todo, suele fantasear con una vida de ensueño junto a Rachel, y las palabras que acaban de salir de la boca de la morena no pueden ser mas que una fantasía. Porque la única realidad posible que conoce es que ella esta casa y enamorada fielmente del idiota de Smythe. Y cuando esta prácticamente seguro de que se ha imaginado todo, percibe que Rachel se esta acercando a su rostro. Los ojos chocolate de la morena están fijamente mirando a los suyos, su pequeña mano sigue descansando sobre el pecho de él, y con los labios entreabiertos se aproxima cada vez mas a los labios endurecidos de Jesse. Las cosas suceden demasiado rápido para ambos; ninguno de los dos analiza las cosas, solo se dejan llevar. Los labios de Rachel hacen contacto con los de Jesse en cuanto apenas. Pero antes de que él pueda profundizar el beso y antes de que ella pueda saciar las ganas de besarlo como nunca, un molesto ruido interrumpe todo. Rachel se aleja de él exaltada, mientras dirige su mirada hacia el lugar de donde proviene el sonido. Y antes de que la castaña pueda tomar el teléfono, Jesse estira su brazo y lo toma lleno de frustración, después responde la llamada:
Llamada:
-Hola- dice una voz masculina al otro lado del teléfono.
-¿Quién habla?- pregunta Jesse molesto.
-Am… No… No… Creo que he llamado al número incorrecto- dice la voz al otro lado de la línea.
-Idiota- murmura Jesse de manera casa inaudible. –Seguro que sí- añade dirigiéndose a la persona que esta al otro lado del teléfono. Y la llamada termina.
-¿Quién era?- pregunta Rachel, que esta del otro lado de la cocina con el ceño fruncido y una taza de té entre sus manos.
-Como voy a saberlo yo…- espeta Jesse molesto. –Dijo que había marcado el número incorrecto-
-¿Era un él o una ella?- cuestiona Rachel cada vez mas alterada.
-Era un él, Rachel… ¿Por qué te importa?-
-¡Seguramente era Sebastian imbécil!- exclama Rachel furiosa.
-Oh… Supongo que sí era él- dice Jesse a la ligera. y antes de que Rachel pueda lanzarle la taza de té a Jesse, el horrible sonido del teléfono interrumpe la conversación. La morena fulmina con la mirada a Jesse, mientras se acerca a tomar el teléfono.
Llamada:
-Hola- dice Rachel nerviosamente.
-¿Rachel eres tú?- cuestiona Sebastian confundido.
-Sí-
-Ah… Genial… Am… eh…-
-¿Qué sucede Sebastian?-
-¿Eh? ¡Ah si claro! Yo solo quería decirte que voy para la casa en este instante; no quería que te preocuparas… Todo esta bien-
-Oh claro… te espero aquí- dice la morena poco convencida.
-Seguro. Nos vemos-
-Sebastian viene en camino- dice Rachel, mientras coloca el teléfono en su lugar. -Tienes que irte de aquí Jesse-
-No creo… Tú y yo estábamos en algo- demanda él posesivamente.
-No estábamos en nada- aclara ella mientras sale hacia la sala, seguida por él.
-¿Ah no? Porque yo estoy seguro de que sí. Si no hubiera sido por esa estúpida llamada de tu esposo estaríamos en algo-
-Fue un error Jesse- dice Rachel con la mirada perdida. Después da unos pasos hasta la puerta y antes de que la pueda abrir, Jesse la toma de la muñeca y la atrae hacia él.
-Yo no lo veo así- dice con los ojos brillando de deseo.
-Bueno yo sí… Las cosas no funcionan así; Yo estoy casada y tú…-
-Yo no Rachel- interrumpe él; sin soltar su muñeca, sin dejar de mirarla. –Te lo dejo muy claro nena; Yo no estoy casado… ¿Ves?- aclara alzando su mano, sin ningún anillo. –Y como tu esposo esta por llega y yo me niego a perturbarte más por hoy, me voy linda- añade, pero antes de irse, la atrae hacia él aun más. –Piensa en eso- susurra encima de los labios de Rachel, únicamente rozándolos de manera tentadora, sin completar el beso. Después se da la vuelta y sale por la puerta, dejando detrás de él a Rachel tremendamente confundida.
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¡¿Qué?! ¿Jesse St. James no esta casado? Yo creo que esa es una sucia mentira para convencer a Rachel de que este con él… Pero quien sabe; Yo sé (; Y que hay con Sebastian regresando a casa, se suponía que estaba besándose apasionadamente con Santana…
Nuevo capitulo! Tenía un ratote sin actualizar; Perdón, no había tenido tiempo. Pero espero que este capitulo les guste. Ya se que había prometido Samchel y St. Fabray pero todavía no puedo introducirlos S: Sin embargo quiero dejarles claro que estas parejas no son muy importantes, ni tampoco intervienen mucho en la historia, solo son un parte pequeña pero nada muy grande, obviamente todo será St. Berry, SmytheBerry y a veces Sebtana (: En el próximo capitulo va a ver un flashback con lo que paso con Santana y Sebastian, y porque él esta camino a casa… Y espero por fin introducir Samchel. Dejen sus comentarios y opiniones. Yo actualizo lo más pronto posible. BYE! By: Julietta St. James
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Actualizaste :3 Me encanta!... Espero pronto un nuevo capitulo!... :D
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
¡NUEVA LECTORA!
Realmente me encantó tu fic, me dejó completamente intrigada y con ganas de seguir leyendo. Amo St. Berry y amo tu fic. Ojalá actualices pronto :) ♥.
Realmente me encantó tu fic, me dejó completamente intrigada y con ganas de seguir leyendo. Amo St. Berry y amo tu fic. Ojalá actualices pronto :) ♥.
LizFaberry* - Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 14/02/2013
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 16: ¿Gigoló rubio?
Sebastian:
Ahora él estaba conduciendo a toda velocidad hacia su casa; tenía la mirada fija en el camino, sus hombros tensos se recargaban forzadamente en la parte trasera del asiento y su mente divagaba de una manera tan insoportable que le había provocado un terrible dolor de cabeza. El único pensamiento claro que había en su mente era el de que había estado apunto de engañar a su esposa, y lo peor de todo era que lo iba a hacer con una perfecta desconocida. Sí, Santana era bastante atractiva y en poco tiempo él había descubierto que tenía un lado tremendamente sensual, pero eso no era una escusa para engañar a su esposa. Él había dudado de Rachel, creía que ella era capaz de engañarlo con Jesse, y por más que ella le había dicho que nunca le haría algo así, él no le había creído, los celos lo habían cegado y estaba seguro de que Rachel lo iba a engañar, no porque ella quisiera hacerlo, sino porque St. James tenia sus métodos y sabia convencer. Pero en vez de eso se había encontrado a si mismo en una casa desconocida, besando apasionadamente a una latina jodidamente sexy y escondiendo su anillo de bodas. ¿Realmente lo necesitaba tanto? ¿Necesitaba tanto sentirse amado? Tal vez sí. Rachel había estado tan distante los últimos días; estaba tan tensa, casi no hablaban, y a penas y recibía un beso de buenos días, uno de despedida y uno de buenas noches; ella no quería saber nada de acostarse con él. Y aunque no le gustara aceptarlo lo necesitaba demasiado. Extrañaba sus pequeñas manos recorriendo su cuerpo, extrañaba sus labios haciendo contacto desesperadamente con los suyos, extrañaba su cuerpo, y la extrañaba a ella, a la que solía ser. Pero ya no era su Rachel. Sebastian sabia que su esposa estaba pasando por una momento difícil con lo de la obra, pero no era eso lo que la tenia tan distante, él lo sabia, era algo mas. Tenía que esperar a que su esposa se normalizara, pero la espera lo estaba matando y cual había sido su solución, bueno tener sexo con la primera chica linda que se le había insinuado. Por lo menos no había llegado a consumarlo. La culpa lo había golpeado bastante fuerte.
La temperatura aumentaba y el deseo crecía, pero en medio de los besos y las caricias, la culpa lo abordo. No podía hacerle eso a Rachel, eso seria demasiado. Se detuvo en seco sobre los labios húmedos de Santana, ella lo noto, y lo miro sorprendida. -¿Sucede algo malo?- pregunto ella, aun con la respiración acelerada; pero no dejo que él respondiera, decidió que podía remedir lo que estuviera pasando y dirigió sus labios al cuello de él mientras hacia el intento de desabrochar su pantalón con una de sus hábiles manos. Pero no pudo hacerlo, él la detuvo mientras la empujaba lejos. –No puedo- dijo él bajando la mirada. –Es por tu linda esposa ¿No?- susurro ella mientras deslizaba su torso por su blusa. Sebastian la miro extrañado. –Desde el primer momento note el anillo; No todo el mundo es tan inocente como tú. Pero pensé que si habías accedido a traerme a casa, era por algo. Quería ayudarte, desestresarte- añadió mientras disparaba una mirada sensual y encogía los hombros inocentemente. –Tengo que irme- dijo él levantándose del sillón, ella asintió resignada. –Para tu información mi numero esta en tu teléfono ahora- reconoció la latina entregándole el teléfono celular a Sebastian. –Puedes llamarme si necesitas algo de ayuda- añadió esbozando una sonrisa maliciosa. Sebastian negó con la cabeza nerviosamente y salió de la casa de la manera más rápida que pudo. En el momento en que salió de la casa de Santana, tomo su celular y llamo a Rachel.
Llamada:
-Hola- dijo él con la voz entrecortada y los nervios de punta.
-¿Quién habla?- pregunto una voz masculina al otro lado del teléfono.
-Am… No… No… Creo que he llamado al número incorrecto- dijo Sebastian nerviosamente.
-Idiota- murmuro la voz. –Seguro que sí- añadió dirigiéndose a él. Y la llamada termino.
Estaba tan nervioso y tenía demasiada presión y culpa mezcladas encima, que se había equivocado… Había marcado el número incorrecto. Solo necesitaba oír la voz de Rachel para saber que todo iba a estar bien, para liberarse de la culpa y para deshacer el nudo en su estomago. Volvió a marcar el número de su casa.
Llamada:
-Hola- dijo la voz de Rachel al otro lado, y sonaba tan distante como solía sonar últimamente
-¿Rachel eres tú?- pregunto Sebastian confundido.
-Sí-
-Ah… Genial… Am… eh…-
-¿Qué sucede Sebastian?-
-¿Eh? ¡Ah si claro! Yo solo quería decirte que voy para la casa en este instante; no quería que te preocuparas… Todo esta bien- dijo él nerviosamente tropezando con las palabras.
-Oh claro… te espero aquí- dijo ella sin darle mucha importancia, en realidad parecía molesta por escucharlo. Tal vez ella ya sospechaba algo de lo que estaba pasado.
-Seguro. Nos vemos- término él con cierto temor.
Y eso fue todo… Ahora iba camino a casa para verla, para tenerla cerca y darse cuenta de que todo iba a estar bien. No había forma de que Rachel sospechara algo de lo que había pasado; él intentaba convencerse de eso.
Rachel:
Ella continuaba parada frente a la puerta con la boca abierta, los labios resecos y la mirada perdida. Él verdaderamente había dicho hace apenas un momento que no estaba casado, realmente había levantado su mano sin ningún anillo a la vista. Ella no estaba muy segura de que sí hubiera pasado eso.
¿Porque Jesse St. James disfrutaba tanto confundiéndola? -No quiero perturbarte mas por hoy - había dicho como si le hiciera un enorme favor, pero la realidad era que la castaña no podía estar más perturbada. Él estaba mintiendo, ella lo sabía. Era imposible que no estuviera casado. Se lo había dicho aquella noche en el auditorio y después de todo ese era su destino, casarse con esa odiosa chica cuyo nombre prefería no mencionar; no era eso lo que su padre quería, no era eso lo que él quería también, Jesse había mencionado en la carta cuanto la amaba, el matrimonio era solo una pieza para armar todo un rompecabezas de felicidad. A Rachel no le extrañaría que Jesse y Marissa –Cual fuera su apellido- ya tuvieran uno o dos bebes… Al final eso era lo que la morena esperaba. Y entonces St. James le decía que no estaba casado. ¿Por qué le mentiría con algo así? Porque era mentira, eso era seguro; que no trajera un anillo no significaba que no estuviera casado, incluso ella misma evitaba usar su propio anillo algunas veces. Rachel se arrastro al sillón, para sentarse, mientras analizaba de nuevo la pregunta: ¿Por qué Jesse le mentía con respecto a su matrimonio? No había una razón… Intento analizarlo con más detenimiento; Él era Jesse St. James, hacia las cosas por una razón. No era ese tipo de hombre que toma decisiones al viento, él disfrutaba el hecho de planear sus acciones. ¿Pero porque mentir acerca de algo que lo hacia supuestamente feliz? La castaña suspiro fastidiada; porque diablos le estaba dando tantas vueltas al asunto. No debía de importarle si Jesse estaba casado o no… Eso no era de su interés; por lo menos no tenía que ser de su interés. Y ahí estaba, sentada en su sillón, torturándose a si misma con un debate interno acerca de “Jesse St. James Casado O No” ¡Era tan estúpida!... Pero entonces algo la golpeo –Por supuesto- susurro repentinamente horrorizada, mientras comprendía todo. ¡Era tan estúpida! Si Jesse le había mentido acerca de su matrimonio, era su culpa. No era ella la misma que estuvo a punto de besarlo en la encimera de su cocina. No era ella la que había dicho que no quería controlarse. Ella era la que lo había deseado con tantas fuerzas. La misma que le había dado alas a continuar. Y Jesse St. James no iba tomar todo eso de una forma positiva. Él obtenía lo que deseaba. Obtenía lo que le pertenecía. La deseaba a ella Y ella le pertenecía; al principio Rachel se había negado a pertenecerle, pero hace una hora estaba sobre él apunto de besarle. Era una señal, y Jesse no la iba a dejar pasar. Tal vez amaba a su esposa, pero la deseaba a ella y después de dejarle claro que ella también lo deseaba, no había marcha atrás. Él iba a conseguirla, mintiendo acerca de no estar casado, tal vez, pero iba a conseguirla. El pensamiento le provoco un escalofrío, mordió ligeramente su lengua y decidió que no le iba a dar importancia, lo iba dejar pasar. Y sin un comentario interno mas, se levanto del sillón, fue hacia su habitación y tomo un largo baño para despejar su mente. Por supuesto no funciono, la idea de ella cayendo en las trampas de Jesse le asqueaba ligeramente, especialmente por el hecho de que sabia que tarde o temprano eso iba a pasar. Después de secar su cabello y ponerse su pijama se metió en su cama y se cubrió con las sabanas; paso por su mente que Sebastian iba a llegar en cualquier momento y que debía de esperarlo, pero no pudo digerirlo bien y termino dormida en un lado de la amplia cama matrimonial.
Sebastian:
Cuando él estuvo en la puerta de su casa le extraño un poco que estuviera totalmente oscura; ni una luz encendida alrededor del departamento. Después de adentrarse, comprobó que el lugar estaba prácticamente desierto; Cada rincón de la casa estaba obscuro y vacio. La habitación que compartía con Rachel era el único sitio ocupado, pero estaba igual de obscuro y silencioso como el resto de la casa. Su esposa dormía pasivamente en su lado de la cama; su cabello castaño le cubría levemente la cara, sus labios estaban entreabiertos y su respiración era profunda y continua, casi acelerada. Sebastian sonrió al verla así, tan quieta y tan tranquila. Sabia que debía de estar molesto porque ella no lo había esperado, porque se había quedado dormida, pero verla ahí durmiendo de una manera casi teatral le hizo recordar cuanto la amaba. Después de besar lentamente la frente de Rachel y de apartar un par de cabellos que corrían por su cara, Sebastian tomo una ducha rápida y se metió a dormir al lado de su esposa. Rachel sintió la presencia de él e intento murmurar algo parecido a una disculpa por haberse dormido, él la callo con un beso rápido en los labios y ella susurro un –Te amo- casi inentendible. Sebastian sonrió aun mas ampliamente y después de un rato ambos se quedaron profundamente dormidos; Ambos con cientos de pensamientos incorrectos y estresantes.
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La luz de la mañana se adentraba por las blancas cortinas, Sebastian envolvía con sus brazos a Rachel, mientras ella mantenía una de sus manos sobre la de él, era demasiado perfecto; él no quería levantarse y a decir verdad ella tampoco. Pero el incesante sonido del despertador taladro sus oídos e hizo que salieran del momento. La castaña se enderezo y miro a Sebastian que continuaba medio dormido a su lado. Deposito un beso en los labios de él y dijo:
-Buenos días- él sonrió bajo los labios de la morena.
-Buen día linda- murmuro él.
-Continúa durmiendo; Yo te veo más tarde- dijo ella determinante. No quería que él la llevara otra vez, no quería que surgiera algo en su agenda y que ella tuviera que viajar en la parte trasera de la motocicleta de St. James, eso seria demasiado para su nivel de paciencia.
-¿Qué? No… No Rach; Yo te llevo a NYADA- dijo él apunto de levantarse de la cama.
-¡No! Estas cansado… Puedo conducir; Quédate aquí y confía en mí- ordeno Rachel recostando a su esposo en la cama. Él no intento protestar, tenia que confiar en ella, después de todo ella había confiado en él, y eso no había salido muy bien; no tenia derecho a pelear con la castaña.
-Como digas… Pero no olvides llamarme mas tarde- dijo Sebastian acomodándose de nuevo para dormir.
-Hecho - dijo Rachel mientras se adentraba a la ducha. Después de bañarse y arreglarse tomo algo de desayunar y salió de la casa hacia NYADA en su camioneta. Cuando estuvo en la universidad hizo su recorrido habitual hasta el auditorio. Y se enfrento a lo que mas temía; Jesse St. James ya estaba sentado en su asiento examinando algunas cosas sobre su escritorio. Cuando la castaña lo vio se le revolvió el estomago, pero no tenia otra opción, bajo las escalera hasta llegar a su silla, dejo su bolso de lado se sentó; por su puesto la mirada plateada ya estaba sobre ella.
-Buenos días- dijo él con su habitual tono de voz, un poco mas confiado tal vez.
-Buenos días- dijo Rachel secamente.
-¿Sucede algo malo?- pregunto Jesse.
-No para mí- explico Rachel aun más cortante. Él sonrió ampliamente ante la indiferencia de la castaña.
-Supongo que si te deje aturdida- dijo él impasible.
Rachel lo miro confundida. -¿Aturdida?...-
En respuesta él alzo su mano (Libre de anillo) enfrente de Rachel. Ella solo bajo la mirada fastidiada. –Tu matrimonio no es un asunto de mi importancia- se excuso Rachel.
Jesse soltó una carcajada. -¿Estas segura? Porque yo pude percibir tu preciosa cara tan pálida como el papel cuando te lo dije-
¿Realmente había palidecido? ¡Dios! –Eres tan estúpido- vocalizo ella clavando una mirada de muerte en él.
Jesse solo rio mas fuerte. –Se que tienes tus dudas… Pero lo que te dije es enserio; No estoy casado… Nunca me he casado de hecho- explico él sinceramente.
-Eres malditamente mentiroso- condeno la morena. –Tú mismo me lo dijiste aquella vez en el auditorio… Antes de que golpearas a Sebastian ¿Ah? ¿Recuerdas?-
La expresión burlona de Jesse desapareció. –Sé que te lo dije… Pero no hablaba enserio; Lo dije porque pensé que tú no hablabas enserio cuando dijiste que estabas casada. Nunca paso por mi mente que tú te pudieras casar… ¡Eso parecía una locura! ¡Tú no podías estar casada!- escamo él pasándose las manos por el cabello, notoriamente alterado.
-¡¿Porque parecía una locura que yo estuviera casada?! ¿Qué es lo que te parece tan extraño? Tal vez no soy una modelo pero…-
-¡No! No es eso… Tú… Tú eres hermosa Rachel; Toda mi vida estuve seguro de que cualquiera hubiera dado lo que fuera por estar en mi lugar… Por estar contigo. Eres tan perfecta- dijo él terminando con un susurro de voz. Rachel no pudo decir nada, ella tan solo lo miro. –Pero… Bueno… Yo creía que… que… que tu… que tú me amabas- añadió él con las mandíbula endurecida y la mirada llena de resentimiento.
Ella iba a decírselo. Iba a decirle que lo amaba, que siempre lo amo. Que había sido él el que había arruinado todo; él mismo era el que había declarado amar a otra, había dicho que no la amaba… Porque tenia que ser ella la que se quedara a esperar hasta que él se decidiera por ella. Eso era injusto, merecía ser feliz, feliz mediamente tal vez. Pero antes de que pudiera decirle todo eso, los chicos entraron en pequeños grupos al auditorio, listos para ensayar. Rachel tan solo bajo la mirada nerviosamente y Jesse suspiro profundamente.
-Buenos días chicos- dijo Jesse con una amplia sonrisa. Rachel hizo un gesto de saludo con su mano y forzó una sonrisa. Después de un poco de calentamiento y de algunas instrucciones los chicos comenzaron a hacer sus escenas bajo la dirección de Rachel y de Jesse, ellos se mantuvieron alejados y no cruzaron ni palabras ni miradas.
Eran mas o menos las 12:00 y Rachel decidió que era buena idea llamar a Sebastian, seguramente él ya estaría despierto. Así que la castaña se alejo del frente del escenario, dejando a Jesse al mando, y se encamino hasta su bolso; cuando estuvo ahí tomo su celular y comenzó a marcar el número de su esposo. Pero antes de que pudiera completar la llamada escucho unas voces detrás de ella. Dejando de lado el teléfono, alzo la mirada y se encontró con dos cabezas rubias acercándose a ella. Sam y Quinn peleaban de una forma insolente casi infantil; la castaña sonrió ante la imagen de sus dos amigos peleando.
-¡Hola!¡Hola Raquel!- exclamo Quinn abrazando estrechamente a Rachel, la morena correspondió y beso la mejilla de su amiga sin muchas ganas. Después la rubia murmuro algo en el oído de Rachel: -Espero que no te moleste, pero Sam insistió en venir… él prácticamente olio que yo estaba Intentando algo nuevo con Jesse. Y dijo que si yo venia tanto para acá debía de haber una razón, y esa razón era un hombre. No ha dejado de celarme y de decir que lo estoy engañando… ¡Esta loco!-
-Lo estas engañando Fabray- susurro Rachel recibiendo en respuesta un gesto grosero por parte de la rubia.
-Hola Rachel- dijo gentilmente Sam, que estaba parado detrás de su prometida. La castaña sonrió ampliamente, siempre era un placer ver a Sam; habían sido amigos por tanto tiempo y después de todo tal vez algo más que amigos, recordó Rachel avergonzada.
-Hey Sammy- dijo ella entusiasmada mientras abrazaba al rubio y besaba su mejilla, él respondió alegremente. –Tenía tiempo sin verte- murmuro Rachel.
-Lo se… Pero estoy aquí, puedes verme todo el tiempo que desees- dijo él con una enorme sonrisa.
-Siempre es un placer verte- dijo la castaña inclinando ligeramente su cabeza.
-Lo mismo digo, linda- dijo él con un tono de voz mas intimo, mas profundo. Su mirada se clavo en Rachel y la morena quedo petrificada un segundo.
-¡Hola Jesse!- grito Quinn emocionada mientras miraba que Jesse se acercaba con largos pasos cada vez más y más a Rachel y a Sam; sus plateados ojos estaban clavados en los dos, y parecía estar reconociendo algo, alguien. -¡¿Qué esta haciendo aquí el gigoló rubio?!- pregunto Jesse confundido y furioso, con el ceño fruncido y con la mirada fija en Sam. Rachel abrió la boca sorprendida y nerviosa; Sam entrecerró los ojos, ligeramente molesto; y Quinn miro la escena confundida.
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Hola (: Aquí el nuevo capitulo; Ojala les guste. Ya metí a Sam <3 y pronto va a haber mas Samchel y obviamente mas St. Berry( Tambien Sebtana) (; Dejen sus comentarios y opiniones. Yo actualizo lo más pronto posible… Nos leemos luego BYE! By: Julietta St. James
Sebastian:
Ahora él estaba conduciendo a toda velocidad hacia su casa; tenía la mirada fija en el camino, sus hombros tensos se recargaban forzadamente en la parte trasera del asiento y su mente divagaba de una manera tan insoportable que le había provocado un terrible dolor de cabeza. El único pensamiento claro que había en su mente era el de que había estado apunto de engañar a su esposa, y lo peor de todo era que lo iba a hacer con una perfecta desconocida. Sí, Santana era bastante atractiva y en poco tiempo él había descubierto que tenía un lado tremendamente sensual, pero eso no era una escusa para engañar a su esposa. Él había dudado de Rachel, creía que ella era capaz de engañarlo con Jesse, y por más que ella le había dicho que nunca le haría algo así, él no le había creído, los celos lo habían cegado y estaba seguro de que Rachel lo iba a engañar, no porque ella quisiera hacerlo, sino porque St. James tenia sus métodos y sabia convencer. Pero en vez de eso se había encontrado a si mismo en una casa desconocida, besando apasionadamente a una latina jodidamente sexy y escondiendo su anillo de bodas. ¿Realmente lo necesitaba tanto? ¿Necesitaba tanto sentirse amado? Tal vez sí. Rachel había estado tan distante los últimos días; estaba tan tensa, casi no hablaban, y a penas y recibía un beso de buenos días, uno de despedida y uno de buenas noches; ella no quería saber nada de acostarse con él. Y aunque no le gustara aceptarlo lo necesitaba demasiado. Extrañaba sus pequeñas manos recorriendo su cuerpo, extrañaba sus labios haciendo contacto desesperadamente con los suyos, extrañaba su cuerpo, y la extrañaba a ella, a la que solía ser. Pero ya no era su Rachel. Sebastian sabia que su esposa estaba pasando por una momento difícil con lo de la obra, pero no era eso lo que la tenia tan distante, él lo sabia, era algo mas. Tenía que esperar a que su esposa se normalizara, pero la espera lo estaba matando y cual había sido su solución, bueno tener sexo con la primera chica linda que se le había insinuado. Por lo menos no había llegado a consumarlo. La culpa lo había golpeado bastante fuerte.
La temperatura aumentaba y el deseo crecía, pero en medio de los besos y las caricias, la culpa lo abordo. No podía hacerle eso a Rachel, eso seria demasiado. Se detuvo en seco sobre los labios húmedos de Santana, ella lo noto, y lo miro sorprendida. -¿Sucede algo malo?- pregunto ella, aun con la respiración acelerada; pero no dejo que él respondiera, decidió que podía remedir lo que estuviera pasando y dirigió sus labios al cuello de él mientras hacia el intento de desabrochar su pantalón con una de sus hábiles manos. Pero no pudo hacerlo, él la detuvo mientras la empujaba lejos. –No puedo- dijo él bajando la mirada. –Es por tu linda esposa ¿No?- susurro ella mientras deslizaba su torso por su blusa. Sebastian la miro extrañado. –Desde el primer momento note el anillo; No todo el mundo es tan inocente como tú. Pero pensé que si habías accedido a traerme a casa, era por algo. Quería ayudarte, desestresarte- añadió mientras disparaba una mirada sensual y encogía los hombros inocentemente. –Tengo que irme- dijo él levantándose del sillón, ella asintió resignada. –Para tu información mi numero esta en tu teléfono ahora- reconoció la latina entregándole el teléfono celular a Sebastian. –Puedes llamarme si necesitas algo de ayuda- añadió esbozando una sonrisa maliciosa. Sebastian negó con la cabeza nerviosamente y salió de la casa de la manera más rápida que pudo. En el momento en que salió de la casa de Santana, tomo su celular y llamo a Rachel.
Llamada:
-Hola- dijo él con la voz entrecortada y los nervios de punta.
-¿Quién habla?- pregunto una voz masculina al otro lado del teléfono.
-Am… No… No… Creo que he llamado al número incorrecto- dijo Sebastian nerviosamente.
-Idiota- murmuro la voz. –Seguro que sí- añadió dirigiéndose a él. Y la llamada termino.
Estaba tan nervioso y tenía demasiada presión y culpa mezcladas encima, que se había equivocado… Había marcado el número incorrecto. Solo necesitaba oír la voz de Rachel para saber que todo iba a estar bien, para liberarse de la culpa y para deshacer el nudo en su estomago. Volvió a marcar el número de su casa.
Llamada:
-Hola- dijo la voz de Rachel al otro lado, y sonaba tan distante como solía sonar últimamente
-¿Rachel eres tú?- pregunto Sebastian confundido.
-Sí-
-Ah… Genial… Am… eh…-
-¿Qué sucede Sebastian?-
-¿Eh? ¡Ah si claro! Yo solo quería decirte que voy para la casa en este instante; no quería que te preocuparas… Todo esta bien- dijo él nerviosamente tropezando con las palabras.
-Oh claro… te espero aquí- dijo ella sin darle mucha importancia, en realidad parecía molesta por escucharlo. Tal vez ella ya sospechaba algo de lo que estaba pasado.
-Seguro. Nos vemos- término él con cierto temor.
Y eso fue todo… Ahora iba camino a casa para verla, para tenerla cerca y darse cuenta de que todo iba a estar bien. No había forma de que Rachel sospechara algo de lo que había pasado; él intentaba convencerse de eso.
Rachel:
Ella continuaba parada frente a la puerta con la boca abierta, los labios resecos y la mirada perdida. Él verdaderamente había dicho hace apenas un momento que no estaba casado, realmente había levantado su mano sin ningún anillo a la vista. Ella no estaba muy segura de que sí hubiera pasado eso.
¿Porque Jesse St. James disfrutaba tanto confundiéndola? -No quiero perturbarte mas por hoy - había dicho como si le hiciera un enorme favor, pero la realidad era que la castaña no podía estar más perturbada. Él estaba mintiendo, ella lo sabía. Era imposible que no estuviera casado. Se lo había dicho aquella noche en el auditorio y después de todo ese era su destino, casarse con esa odiosa chica cuyo nombre prefería no mencionar; no era eso lo que su padre quería, no era eso lo que él quería también, Jesse había mencionado en la carta cuanto la amaba, el matrimonio era solo una pieza para armar todo un rompecabezas de felicidad. A Rachel no le extrañaría que Jesse y Marissa –Cual fuera su apellido- ya tuvieran uno o dos bebes… Al final eso era lo que la morena esperaba. Y entonces St. James le decía que no estaba casado. ¿Por qué le mentiría con algo así? Porque era mentira, eso era seguro; que no trajera un anillo no significaba que no estuviera casado, incluso ella misma evitaba usar su propio anillo algunas veces. Rachel se arrastro al sillón, para sentarse, mientras analizaba de nuevo la pregunta: ¿Por qué Jesse le mentía con respecto a su matrimonio? No había una razón… Intento analizarlo con más detenimiento; Él era Jesse St. James, hacia las cosas por una razón. No era ese tipo de hombre que toma decisiones al viento, él disfrutaba el hecho de planear sus acciones. ¿Pero porque mentir acerca de algo que lo hacia supuestamente feliz? La castaña suspiro fastidiada; porque diablos le estaba dando tantas vueltas al asunto. No debía de importarle si Jesse estaba casado o no… Eso no era de su interés; por lo menos no tenía que ser de su interés. Y ahí estaba, sentada en su sillón, torturándose a si misma con un debate interno acerca de “Jesse St. James Casado O No” ¡Era tan estúpida!... Pero entonces algo la golpeo –Por supuesto- susurro repentinamente horrorizada, mientras comprendía todo. ¡Era tan estúpida! Si Jesse le había mentido acerca de su matrimonio, era su culpa. No era ella la misma que estuvo a punto de besarlo en la encimera de su cocina. No era ella la que había dicho que no quería controlarse. Ella era la que lo había deseado con tantas fuerzas. La misma que le había dado alas a continuar. Y Jesse St. James no iba tomar todo eso de una forma positiva. Él obtenía lo que deseaba. Obtenía lo que le pertenecía. La deseaba a ella Y ella le pertenecía; al principio Rachel se había negado a pertenecerle, pero hace una hora estaba sobre él apunto de besarle. Era una señal, y Jesse no la iba a dejar pasar. Tal vez amaba a su esposa, pero la deseaba a ella y después de dejarle claro que ella también lo deseaba, no había marcha atrás. Él iba a conseguirla, mintiendo acerca de no estar casado, tal vez, pero iba a conseguirla. El pensamiento le provoco un escalofrío, mordió ligeramente su lengua y decidió que no le iba a dar importancia, lo iba dejar pasar. Y sin un comentario interno mas, se levanto del sillón, fue hacia su habitación y tomo un largo baño para despejar su mente. Por supuesto no funciono, la idea de ella cayendo en las trampas de Jesse le asqueaba ligeramente, especialmente por el hecho de que sabia que tarde o temprano eso iba a pasar. Después de secar su cabello y ponerse su pijama se metió en su cama y se cubrió con las sabanas; paso por su mente que Sebastian iba a llegar en cualquier momento y que debía de esperarlo, pero no pudo digerirlo bien y termino dormida en un lado de la amplia cama matrimonial.
Sebastian:
Cuando él estuvo en la puerta de su casa le extraño un poco que estuviera totalmente oscura; ni una luz encendida alrededor del departamento. Después de adentrarse, comprobó que el lugar estaba prácticamente desierto; Cada rincón de la casa estaba obscuro y vacio. La habitación que compartía con Rachel era el único sitio ocupado, pero estaba igual de obscuro y silencioso como el resto de la casa. Su esposa dormía pasivamente en su lado de la cama; su cabello castaño le cubría levemente la cara, sus labios estaban entreabiertos y su respiración era profunda y continua, casi acelerada. Sebastian sonrió al verla así, tan quieta y tan tranquila. Sabia que debía de estar molesto porque ella no lo había esperado, porque se había quedado dormida, pero verla ahí durmiendo de una manera casi teatral le hizo recordar cuanto la amaba. Después de besar lentamente la frente de Rachel y de apartar un par de cabellos que corrían por su cara, Sebastian tomo una ducha rápida y se metió a dormir al lado de su esposa. Rachel sintió la presencia de él e intento murmurar algo parecido a una disculpa por haberse dormido, él la callo con un beso rápido en los labios y ella susurro un –Te amo- casi inentendible. Sebastian sonrió aun mas ampliamente y después de un rato ambos se quedaron profundamente dormidos; Ambos con cientos de pensamientos incorrectos y estresantes.
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La luz de la mañana se adentraba por las blancas cortinas, Sebastian envolvía con sus brazos a Rachel, mientras ella mantenía una de sus manos sobre la de él, era demasiado perfecto; él no quería levantarse y a decir verdad ella tampoco. Pero el incesante sonido del despertador taladro sus oídos e hizo que salieran del momento. La castaña se enderezo y miro a Sebastian que continuaba medio dormido a su lado. Deposito un beso en los labios de él y dijo:
-Buenos días- él sonrió bajo los labios de la morena.
-Buen día linda- murmuro él.
-Continúa durmiendo; Yo te veo más tarde- dijo ella determinante. No quería que él la llevara otra vez, no quería que surgiera algo en su agenda y que ella tuviera que viajar en la parte trasera de la motocicleta de St. James, eso seria demasiado para su nivel de paciencia.
-¿Qué? No… No Rach; Yo te llevo a NYADA- dijo él apunto de levantarse de la cama.
-¡No! Estas cansado… Puedo conducir; Quédate aquí y confía en mí- ordeno Rachel recostando a su esposo en la cama. Él no intento protestar, tenia que confiar en ella, después de todo ella había confiado en él, y eso no había salido muy bien; no tenia derecho a pelear con la castaña.
-Como digas… Pero no olvides llamarme mas tarde- dijo Sebastian acomodándose de nuevo para dormir.
-Hecho - dijo Rachel mientras se adentraba a la ducha. Después de bañarse y arreglarse tomo algo de desayunar y salió de la casa hacia NYADA en su camioneta. Cuando estuvo en la universidad hizo su recorrido habitual hasta el auditorio. Y se enfrento a lo que mas temía; Jesse St. James ya estaba sentado en su asiento examinando algunas cosas sobre su escritorio. Cuando la castaña lo vio se le revolvió el estomago, pero no tenia otra opción, bajo las escalera hasta llegar a su silla, dejo su bolso de lado se sentó; por su puesto la mirada plateada ya estaba sobre ella.
-Buenos días- dijo él con su habitual tono de voz, un poco mas confiado tal vez.
-Buenos días- dijo Rachel secamente.
-¿Sucede algo malo?- pregunto Jesse.
-No para mí- explico Rachel aun más cortante. Él sonrió ampliamente ante la indiferencia de la castaña.
-Supongo que si te deje aturdida- dijo él impasible.
Rachel lo miro confundida. -¿Aturdida?...-
En respuesta él alzo su mano (Libre de anillo) enfrente de Rachel. Ella solo bajo la mirada fastidiada. –Tu matrimonio no es un asunto de mi importancia- se excuso Rachel.
Jesse soltó una carcajada. -¿Estas segura? Porque yo pude percibir tu preciosa cara tan pálida como el papel cuando te lo dije-
¿Realmente había palidecido? ¡Dios! –Eres tan estúpido- vocalizo ella clavando una mirada de muerte en él.
Jesse solo rio mas fuerte. –Se que tienes tus dudas… Pero lo que te dije es enserio; No estoy casado… Nunca me he casado de hecho- explico él sinceramente.
-Eres malditamente mentiroso- condeno la morena. –Tú mismo me lo dijiste aquella vez en el auditorio… Antes de que golpearas a Sebastian ¿Ah? ¿Recuerdas?-
La expresión burlona de Jesse desapareció. –Sé que te lo dije… Pero no hablaba enserio; Lo dije porque pensé que tú no hablabas enserio cuando dijiste que estabas casada. Nunca paso por mi mente que tú te pudieras casar… ¡Eso parecía una locura! ¡Tú no podías estar casada!- escamo él pasándose las manos por el cabello, notoriamente alterado.
-¡¿Porque parecía una locura que yo estuviera casada?! ¿Qué es lo que te parece tan extraño? Tal vez no soy una modelo pero…-
-¡No! No es eso… Tú… Tú eres hermosa Rachel; Toda mi vida estuve seguro de que cualquiera hubiera dado lo que fuera por estar en mi lugar… Por estar contigo. Eres tan perfecta- dijo él terminando con un susurro de voz. Rachel no pudo decir nada, ella tan solo lo miro. –Pero… Bueno… Yo creía que… que… que tu… que tú me amabas- añadió él con las mandíbula endurecida y la mirada llena de resentimiento.
Ella iba a decírselo. Iba a decirle que lo amaba, que siempre lo amo. Que había sido él el que había arruinado todo; él mismo era el que había declarado amar a otra, había dicho que no la amaba… Porque tenia que ser ella la que se quedara a esperar hasta que él se decidiera por ella. Eso era injusto, merecía ser feliz, feliz mediamente tal vez. Pero antes de que pudiera decirle todo eso, los chicos entraron en pequeños grupos al auditorio, listos para ensayar. Rachel tan solo bajo la mirada nerviosamente y Jesse suspiro profundamente.
-Buenos días chicos- dijo Jesse con una amplia sonrisa. Rachel hizo un gesto de saludo con su mano y forzó una sonrisa. Después de un poco de calentamiento y de algunas instrucciones los chicos comenzaron a hacer sus escenas bajo la dirección de Rachel y de Jesse, ellos se mantuvieron alejados y no cruzaron ni palabras ni miradas.
Eran mas o menos las 12:00 y Rachel decidió que era buena idea llamar a Sebastian, seguramente él ya estaría despierto. Así que la castaña se alejo del frente del escenario, dejando a Jesse al mando, y se encamino hasta su bolso; cuando estuvo ahí tomo su celular y comenzó a marcar el número de su esposo. Pero antes de que pudiera completar la llamada escucho unas voces detrás de ella. Dejando de lado el teléfono, alzo la mirada y se encontró con dos cabezas rubias acercándose a ella. Sam y Quinn peleaban de una forma insolente casi infantil; la castaña sonrió ante la imagen de sus dos amigos peleando.
-¡Hola!¡Hola Raquel!- exclamo Quinn abrazando estrechamente a Rachel, la morena correspondió y beso la mejilla de su amiga sin muchas ganas. Después la rubia murmuro algo en el oído de Rachel: -Espero que no te moleste, pero Sam insistió en venir… él prácticamente olio que yo estaba Intentando algo nuevo con Jesse. Y dijo que si yo venia tanto para acá debía de haber una razón, y esa razón era un hombre. No ha dejado de celarme y de decir que lo estoy engañando… ¡Esta loco!-
-Lo estas engañando Fabray- susurro Rachel recibiendo en respuesta un gesto grosero por parte de la rubia.
-Hola Rachel- dijo gentilmente Sam, que estaba parado detrás de su prometida. La castaña sonrió ampliamente, siempre era un placer ver a Sam; habían sido amigos por tanto tiempo y después de todo tal vez algo más que amigos, recordó Rachel avergonzada.
-Hey Sammy- dijo ella entusiasmada mientras abrazaba al rubio y besaba su mejilla, él respondió alegremente. –Tenía tiempo sin verte- murmuro Rachel.
-Lo se… Pero estoy aquí, puedes verme todo el tiempo que desees- dijo él con una enorme sonrisa.
-Siempre es un placer verte- dijo la castaña inclinando ligeramente su cabeza.
-Lo mismo digo, linda- dijo él con un tono de voz mas intimo, mas profundo. Su mirada se clavo en Rachel y la morena quedo petrificada un segundo.
-¡Hola Jesse!- grito Quinn emocionada mientras miraba que Jesse se acercaba con largos pasos cada vez más y más a Rachel y a Sam; sus plateados ojos estaban clavados en los dos, y parecía estar reconociendo algo, alguien. -¡¿Qué esta haciendo aquí el gigoló rubio?!- pregunto Jesse confundido y furioso, con el ceño fruncido y con la mirada fija en Sam. Rachel abrió la boca sorprendida y nerviosa; Sam entrecerró los ojos, ligeramente molesto; y Quinn miro la escena confundida.
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Hola (: Aquí el nuevo capitulo; Ojala les guste. Ya metí a Sam <3 y pronto va a haber mas Samchel y obviamente mas St. Berry( Tambien Sebtana) (; Dejen sus comentarios y opiniones. Yo actualizo lo más pronto posible… Nos leemos luego BYE! By: Julietta St. James
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Extrañaba tu fic últimamente casi nadie actualiza los fics que a mi me interesan :( Y creo k esta de mas, decir que me encanto!... :D.... Gigoló rubio?... Jaja... Que gracioso!.... Espero que muy muy pronto publiqués un nuevo capítulo :D
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
:O Totalmente impactada...Perdona si no comente antes pero no me acordaba la contraseña..mi mente esta en cualquier lado...Simplemente me encanto, me da mucha intriga el saber porque Jesse llamo gigolo rubio a Sam, aunque es obvio que se debe a que en algun tiempo antes de este tiempo eran vecinos pero me genera intriga
Vane-gLeek** - Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 03/12/2012
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 17: Revelaciones
-¿Gigoló rubio?- murmuro Quinn con una ceja levantada mientras miraba de pies a cabeza a su prometido.
Sam negó con la cabeza. -¿Qué es lo que eso quiere decir?-
-Todos sabemos lo que quiero decir- dijo Jesse con un amenazante tono de voz. –Tu eres él mismo que…-
-¡Jesse!- interrumpió Rachel apresuradamente. Tenía un presentimiento que le decía que St. James sabía más de lo que debía de saber. –Él es Sam Evans, el prometido de Quinn- aclaro fulminando con la mirada a Jesse. La rubia soltó un gruñido fastidiada por el comentario de Rachel.
Jesse entrecerró los ojos, confundido. -Eso no tiene sentido- susurro mirando a Quinn a Sam y por último a Rachel.
-No se lo que quieras decir, amigo… Supongo que me estas confundiendo con alguien mas- dijo Sam encogiendo los hombros.
-Claro que no te estoy confundiendo… Tu eres el mismo tipo con el que Rachel…-
-¡St. James!- interrumpió Rachel con un grito ahogado. –Ven aquí… Necesito hablar contigo- ordeno la morena mientras se alejaba al frente del escenario. Jesse la miro un momento extrañado y después le dio la espalda a la pareja de rubios mientras se acercaba a donde estaba Rachel.
-¿Qué sucede?- comento él pacientemente.
-¡Podrías callarte!- murmuro Rachel muy molesta. –No se que es lo que sepas acerca de Sam; pero estoy bastante segura de que Quinn no sabe nada de eso… Así que evita tus estúpidos comentarios-
-¿Por qué Quinn no lo sabe? Pensé que era tu mejor amiga- cuestiono Jesse elevando las manos en símbolo de desesperación.
-Sí, es mi mejor amiga; Y si no se lo he dicho es porque… Espera, estamos hablando de lo mismo ¿Cierto?-
-Yo estoy hablando de tú y Sam envueltos en un asunto sexual- dijo Jesse exaltado.
-También yo- coincidió Rachel asintiendo levemente con la cabeza.
-No puedo creer que estés engañando a Sebastian; Realmente parecía que lo amabas- dijo Jesse negando can la cabeza mientras le lanzaba una mirada de reproche a Rachel.
-Claro que lo amo. No te casas con alguien solo por…-
-Despecho- completo Jesse con una mirada maliciosa.
-Lo amo… Me case con Sebastian por que lo amo- aclaro Rachel determinante.
-Claro que si- murmuro Jesse con cierto sarcasmo.
-Lo hice por amor, no porque mi estúpido padre me obligo a casarme con él- espeto Rachel con la cara hirviendo de rabia. Jesse bajo la mirada entristecido, y la castaña se arrepintió de su comentario. –Y solo para tu información, no estoy engañando a Sebastian- añadió ella un poco más tranquila.
-Tal vez tú no lo consideres un engaño; Pero para mí, que tú estés teniendo sexo con el costoso prometido de tu mejor amiga, es engañar- dijo Jesse cada vez aumentando mas su tono de voz, mientras se pasaba las manos por el cabello.
-Baja la voz- ordeno Rachel fastidiada. –No estoy teniendo sexo con Sam… Ese acuerdo entre nosotros termino hace mucho tiempo- añadió la castaña cada vez mas exaltada.
-Eso es lo que dices… Pero yo no te creo ni una palabra- dijo Jesse negando con la cabeza.
-No voy a discutir esto contigo St. James- espeto Rachel molesta. –Pero… ¿Cómo es que tu sabes acerca de esto?- cuestiono la castaña con el ceño fruncido.
-¡Podrían ponernos un poco de atención!- exclamo Quinn detrás de ellos; Interrumpiendo lo que Jesse estaba a punto de explicar. Se estaba haciendo una odiosa costumbre de todo el mundo interrumpirlos cuando iban a comenzar a hablar de algo realmente importante. Rachel soltó un bufido mientras dirigía una mirada fulminante a la rubia. Jesse apretó los ojos y maldijo para sus adentros.
-Estamos trabajando Quinn; No puedes ser el centro del mundo todo el tiempo… Algunas personas tenemos cosas que hacer- espeto Jesse con un fuerte y duro tono de voz mientras le lanzaba una mirada sombría a la rubia. Quinn se encogió levemente al lado de su prometido.
-¡No le hables así!- exclamo Sam dando un paso hacia Jesse. –No se quien eres, pero no tienes ningún derecho de gritarle- añadió aun mas molesto.
-Vamos Sam- intervino Quinn mientras tomaba el brazo del rubio. –No es para tanto- Sam suspiro con pesadez y retrocedió unos pasos.
-Justamente así Q, Controla a la maquina sexual-
-¡Es suficiente!- espeto Rachel con un grito ensordecedor, mientras se ponía enfrente de Jesse. Sam estaba confundido y bastante irritado. La castaña tomo a Jesse del brazo y lo alejo de los dos rubios. –Deja de decir idioteces St. James. No conoces a Sam y no puedes insultarlo; Así que cierra tus bonitos labios antes de que pueda romperte la boca- dijo amenazadoramente, dejando a Jesse helado por un par de segundos.
-Tengo bonitos labios… ¿Eh?- provoco Jesse con una sonrisa casi invisible. Rachel apretó los dientes dispuesta a dejarlo atrás, pero él la tomo de la muñeca y la obligo a mirarlo.
-Lo… Lo siento- murmuro él sin muchas ganas. –Creo que estoy algo celoso- confeso con la mirada clavada en el suelo.
-¿Celoso?- susurro Rachel casi de forma inaudible.
-Sí-
-¿Por qué?- pregunto ella de forma involuntaria.
-Es por Sam… Él es especial para ti; Lo supe cuando llego y tú lo saludaste, Sam te importa. De una forma diferente a la que te importa Sebastian, con él parece más fuerte… Y después de lo que has tenido con el rubio, bueno me hace sentir ligeramente remplazado-
-Esto no tiene sentido… Tú no deberías sentirte así ¿Por qué te sientes así?- dijo Rachel tropezando con sus propias palabras mientras se perdía por completo en los ojos plateados de él
-No lo se- respondió Jesse en voz baja; después elevo la mirada y se encontró con los ojos chocolate de Rachel. –Supongo que aun… aun te am…-
-¡No!- interrumpió Rachel rápidamente mientras bajaba la mirada. –No lo digas… No puedo manejar este tipo de cosas, no puedo manejar las mentiras-
-Pero…-
-No- repitió Rachel secamente mientras se daba la vuelta y se acerca a donde Sam y Quinn estaban. Jesse se quedo parado a la distancia mientras los otros tres conversaban.
-¿Esta todo bien Rach?- pregunto Sam lentamente. La castaña asintió débilmente mientras mordía su labio inferior.
-¿Cómo esta Jesse?- pregunto Quinn dándole bastante importancia.
-No lo se- espeto Rachel secamente. –Y sinceramente no me importa- añadió mientras ponía los ojos en blanco.
-Como sea…- dijo la rubia ligeramente molesta. –Sam y yo estuvimos hablando y creemos que es una buena idea que organicemos algo en casa… Ya sabes; Música y bebidas- añadió Quinn guiñándole el ojo a la castaña.
-No creo que sea una buena idea- dijo Rachel poco convencida.
-¡Vamos Rach! Hace mucho tiempo que no pasamos tiempo juntos y realmente extraño eso- suplico Sam con una enorme sonrisa en el rostro. –Sebastian va a estar encantado con la idea-
-Y yo estoy segura de que Jesse también va a agradarle- intervino la rubia; ganándose la mirada juzgadora de los otros dos.
-No me agrada ese tipo… Tú misma lo escuchaste, me llamo “Maquina Sexual” ¿Qué quiere decir con eso?- dijo Sam desorientado.
-Sí, Sam tiene razón; Jesse no es ni siquiera agradable, y la mayor parte del tiempo es un maldito patán- murmuro Rachel proyectando sus sentimientos.
-Bueno tal vez no es muy educado- dijo Quinn poco convencida. –Pero no podemos dejarlo afuera, estoy segura de que no esta escuchando ahora mismo- se excuso encogiéndose de hombros. Sam y Rachel solo pusieron los ojos en blanco.
-Como sea…- dijo Sam seriamente.
-De acuerdo… ¡Vamos a tener una gran fiesta!- exclamo la rubia mientras saltaba ligeramente y clavaba los ojos en Jesse que se había ido al frente del escenario.
Con Sebastian:
Y ahí estaba de nuevo; Sentado en su sillón, cambiando impacientemente los canales de la televisión y comiendo comida chatarra en forma descontrolada. Otra vez Rachel no lo había llamado… *Lo prometió* pensó ansiosamente; Pero simplemente no lo llamaba y lentamente los celos lo abordaron de nuevo. No tenía el derecho de dudar de ella; Porque: ¿Quién había terminado en la casa de una desconocida en una sesión de apasionados besos con una ardiente latina? Había sido él. Rachel le había prometido que no lo engañaría; le había pedido que confiara en ella; le había dicho un millón de veces que no seria capaz de hacerlo algo así… Pero ¿Por qué él no podía creerle? Su subconsciente le gritaba a forma de tortura las formas en que Rachel estaba engañándolo con Jesse. *En la parte trasera del auditorio; En el asiento trasero de la camioneta de ella; En el departamento de él; En un hotel…* Había tantas posibilidades. *Tienes que dejar de pensar en eso* se dijo a si mismo con toda la paciencia posible. Rachel no iba a engañarlo, porque lo amaba, porque estaba casado con él; Y después de todo, porque se lo había prometido. *Esta todo en tu mente* pensó Sebastian mas tranquilo. Si Rachel no lo llamaba era porque estaba ocupada, no con St. James, estaba ocupada trabajando solo eso. Tenia que creerle, era lo único que podía hacer después de que él había estado apunto de serle infiel.
Tomo aire lentamente y se acomodo en el sillón; después apago el televisor y aturdido por el aburrimiento fijo la mirada en su teléfono celular. Tenia que llamarle tarde o temprano… Pero entonces algo lo golpeo: *-¿Quién habla?- * había dicho una voz masculina al otro lado del teléfono. *-Idiota- * había murmurado la misma voz, creyendo que Sebastian no lo había escuchado. –Seguro que sí- había dicho ese tipo para finalizar la llamada.
Con la respiración acelerada y los ojos muy abiertos Sebastian se dio cuenta de lo que estaba pasando; se dio cuenta de que esa voz le resultaba bastante familiar. Jesse St. James; la misma voz odiosa y ególatra de St. James. Sebastian tomo su celular y reviso el registro de las llamadas, y comprobó lo que más temía; la primera vez que había llamado a Rachel la noche anterior, no se había equivocado como creyó. Marco el número correcto la primera vez, el error era que había contestado la persona equivocada. Su esposa y St. James habían estado juntos esa noche, de eso no había duda. Sebastian soltó un gruñido y golpeo fuertemente el sillón. Le creyó a Rachel, ella le había jurado que nunca lo engañaría, y ¿Ahora que?… los dos le estaban viendo la cara de estúpido. Esa era la razón del porque Rachel había estado tan distante, tan callada tan… diferente. Era porque le remordía la conciencia, profundamente la castaña se sentía culpable. Pero Sebastian no lo iba a permitir… Nadie se iba a burlar de él; no de esa forma. Apretó el celular entre sus manos y después de pensarlo un poco mas se dispuso a marcar cierto numero.
Llamada:
-Smythe- murmuró una voz del otro lado.
-Sí, Santana…- susurro Sebastian nerviosamente.
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Hola (; Aquí el nuevo capitulo! A todos muchas gracias por comentar y por leer. Espero que este capitulo les guste… Yo actualizo lo más pronto que pueda. (Voy a regresar a la escuela así que puedo tardar un ratito. Paciencia por favor) Dejen sus comentarios y opiniones. Nos leemos luego. BYE! By: Julietta St. James
-¿Gigoló rubio?- murmuro Quinn con una ceja levantada mientras miraba de pies a cabeza a su prometido.
Sam negó con la cabeza. -¿Qué es lo que eso quiere decir?-
-Todos sabemos lo que quiero decir- dijo Jesse con un amenazante tono de voz. –Tu eres él mismo que…-
-¡Jesse!- interrumpió Rachel apresuradamente. Tenía un presentimiento que le decía que St. James sabía más de lo que debía de saber. –Él es Sam Evans, el prometido de Quinn- aclaro fulminando con la mirada a Jesse. La rubia soltó un gruñido fastidiada por el comentario de Rachel.
Jesse entrecerró los ojos, confundido. -Eso no tiene sentido- susurro mirando a Quinn a Sam y por último a Rachel.
-No se lo que quieras decir, amigo… Supongo que me estas confundiendo con alguien mas- dijo Sam encogiendo los hombros.
-Claro que no te estoy confundiendo… Tu eres el mismo tipo con el que Rachel…-
-¡St. James!- interrumpió Rachel con un grito ahogado. –Ven aquí… Necesito hablar contigo- ordeno la morena mientras se alejaba al frente del escenario. Jesse la miro un momento extrañado y después le dio la espalda a la pareja de rubios mientras se acercaba a donde estaba Rachel.
-¿Qué sucede?- comento él pacientemente.
-¡Podrías callarte!- murmuro Rachel muy molesta. –No se que es lo que sepas acerca de Sam; pero estoy bastante segura de que Quinn no sabe nada de eso… Así que evita tus estúpidos comentarios-
-¿Por qué Quinn no lo sabe? Pensé que era tu mejor amiga- cuestiono Jesse elevando las manos en símbolo de desesperación.
-Sí, es mi mejor amiga; Y si no se lo he dicho es porque… Espera, estamos hablando de lo mismo ¿Cierto?-
-Yo estoy hablando de tú y Sam envueltos en un asunto sexual- dijo Jesse exaltado.
-También yo- coincidió Rachel asintiendo levemente con la cabeza.
-No puedo creer que estés engañando a Sebastian; Realmente parecía que lo amabas- dijo Jesse negando can la cabeza mientras le lanzaba una mirada de reproche a Rachel.
-Claro que lo amo. No te casas con alguien solo por…-
-Despecho- completo Jesse con una mirada maliciosa.
-Lo amo… Me case con Sebastian por que lo amo- aclaro Rachel determinante.
-Claro que si- murmuro Jesse con cierto sarcasmo.
-Lo hice por amor, no porque mi estúpido padre me obligo a casarme con él- espeto Rachel con la cara hirviendo de rabia. Jesse bajo la mirada entristecido, y la castaña se arrepintió de su comentario. –Y solo para tu información, no estoy engañando a Sebastian- añadió ella un poco más tranquila.
-Tal vez tú no lo consideres un engaño; Pero para mí, que tú estés teniendo sexo con el costoso prometido de tu mejor amiga, es engañar- dijo Jesse cada vez aumentando mas su tono de voz, mientras se pasaba las manos por el cabello.
-Baja la voz- ordeno Rachel fastidiada. –No estoy teniendo sexo con Sam… Ese acuerdo entre nosotros termino hace mucho tiempo- añadió la castaña cada vez mas exaltada.
-Eso es lo que dices… Pero yo no te creo ni una palabra- dijo Jesse negando con la cabeza.
-No voy a discutir esto contigo St. James- espeto Rachel molesta. –Pero… ¿Cómo es que tu sabes acerca de esto?- cuestiono la castaña con el ceño fruncido.
-¡Podrían ponernos un poco de atención!- exclamo Quinn detrás de ellos; Interrumpiendo lo que Jesse estaba a punto de explicar. Se estaba haciendo una odiosa costumbre de todo el mundo interrumpirlos cuando iban a comenzar a hablar de algo realmente importante. Rachel soltó un bufido mientras dirigía una mirada fulminante a la rubia. Jesse apretó los ojos y maldijo para sus adentros.
-Estamos trabajando Quinn; No puedes ser el centro del mundo todo el tiempo… Algunas personas tenemos cosas que hacer- espeto Jesse con un fuerte y duro tono de voz mientras le lanzaba una mirada sombría a la rubia. Quinn se encogió levemente al lado de su prometido.
-¡No le hables así!- exclamo Sam dando un paso hacia Jesse. –No se quien eres, pero no tienes ningún derecho de gritarle- añadió aun mas molesto.
-Vamos Sam- intervino Quinn mientras tomaba el brazo del rubio. –No es para tanto- Sam suspiro con pesadez y retrocedió unos pasos.
-Justamente así Q, Controla a la maquina sexual-
-¡Es suficiente!- espeto Rachel con un grito ensordecedor, mientras se ponía enfrente de Jesse. Sam estaba confundido y bastante irritado. La castaña tomo a Jesse del brazo y lo alejo de los dos rubios. –Deja de decir idioteces St. James. No conoces a Sam y no puedes insultarlo; Así que cierra tus bonitos labios antes de que pueda romperte la boca- dijo amenazadoramente, dejando a Jesse helado por un par de segundos.
-Tengo bonitos labios… ¿Eh?- provoco Jesse con una sonrisa casi invisible. Rachel apretó los dientes dispuesta a dejarlo atrás, pero él la tomo de la muñeca y la obligo a mirarlo.
-Lo… Lo siento- murmuro él sin muchas ganas. –Creo que estoy algo celoso- confeso con la mirada clavada en el suelo.
-¿Celoso?- susurro Rachel casi de forma inaudible.
-Sí-
-¿Por qué?- pregunto ella de forma involuntaria.
-Es por Sam… Él es especial para ti; Lo supe cuando llego y tú lo saludaste, Sam te importa. De una forma diferente a la que te importa Sebastian, con él parece más fuerte… Y después de lo que has tenido con el rubio, bueno me hace sentir ligeramente remplazado-
-Esto no tiene sentido… Tú no deberías sentirte así ¿Por qué te sientes así?- dijo Rachel tropezando con sus propias palabras mientras se perdía por completo en los ojos plateados de él
-No lo se- respondió Jesse en voz baja; después elevo la mirada y se encontró con los ojos chocolate de Rachel. –Supongo que aun… aun te am…-
-¡No!- interrumpió Rachel rápidamente mientras bajaba la mirada. –No lo digas… No puedo manejar este tipo de cosas, no puedo manejar las mentiras-
-Pero…-
-No- repitió Rachel secamente mientras se daba la vuelta y se acerca a donde Sam y Quinn estaban. Jesse se quedo parado a la distancia mientras los otros tres conversaban.
-¿Esta todo bien Rach?- pregunto Sam lentamente. La castaña asintió débilmente mientras mordía su labio inferior.
-¿Cómo esta Jesse?- pregunto Quinn dándole bastante importancia.
-No lo se- espeto Rachel secamente. –Y sinceramente no me importa- añadió mientras ponía los ojos en blanco.
-Como sea…- dijo la rubia ligeramente molesta. –Sam y yo estuvimos hablando y creemos que es una buena idea que organicemos algo en casa… Ya sabes; Música y bebidas- añadió Quinn guiñándole el ojo a la castaña.
-No creo que sea una buena idea- dijo Rachel poco convencida.
-¡Vamos Rach! Hace mucho tiempo que no pasamos tiempo juntos y realmente extraño eso- suplico Sam con una enorme sonrisa en el rostro. –Sebastian va a estar encantado con la idea-
-Y yo estoy segura de que Jesse también va a agradarle- intervino la rubia; ganándose la mirada juzgadora de los otros dos.
-No me agrada ese tipo… Tú misma lo escuchaste, me llamo “Maquina Sexual” ¿Qué quiere decir con eso?- dijo Sam desorientado.
-Sí, Sam tiene razón; Jesse no es ni siquiera agradable, y la mayor parte del tiempo es un maldito patán- murmuro Rachel proyectando sus sentimientos.
-Bueno tal vez no es muy educado- dijo Quinn poco convencida. –Pero no podemos dejarlo afuera, estoy segura de que no esta escuchando ahora mismo- se excuso encogiéndose de hombros. Sam y Rachel solo pusieron los ojos en blanco.
-Como sea…- dijo Sam seriamente.
-De acuerdo… ¡Vamos a tener una gran fiesta!- exclamo la rubia mientras saltaba ligeramente y clavaba los ojos en Jesse que se había ido al frente del escenario.
Con Sebastian:
Y ahí estaba de nuevo; Sentado en su sillón, cambiando impacientemente los canales de la televisión y comiendo comida chatarra en forma descontrolada. Otra vez Rachel no lo había llamado… *Lo prometió* pensó ansiosamente; Pero simplemente no lo llamaba y lentamente los celos lo abordaron de nuevo. No tenía el derecho de dudar de ella; Porque: ¿Quién había terminado en la casa de una desconocida en una sesión de apasionados besos con una ardiente latina? Había sido él. Rachel le había prometido que no lo engañaría; le había pedido que confiara en ella; le había dicho un millón de veces que no seria capaz de hacerlo algo así… Pero ¿Por qué él no podía creerle? Su subconsciente le gritaba a forma de tortura las formas en que Rachel estaba engañándolo con Jesse. *En la parte trasera del auditorio; En el asiento trasero de la camioneta de ella; En el departamento de él; En un hotel…* Había tantas posibilidades. *Tienes que dejar de pensar en eso* se dijo a si mismo con toda la paciencia posible. Rachel no iba a engañarlo, porque lo amaba, porque estaba casado con él; Y después de todo, porque se lo había prometido. *Esta todo en tu mente* pensó Sebastian mas tranquilo. Si Rachel no lo llamaba era porque estaba ocupada, no con St. James, estaba ocupada trabajando solo eso. Tenia que creerle, era lo único que podía hacer después de que él había estado apunto de serle infiel.
Tomo aire lentamente y se acomodo en el sillón; después apago el televisor y aturdido por el aburrimiento fijo la mirada en su teléfono celular. Tenia que llamarle tarde o temprano… Pero entonces algo lo golpeo: *-¿Quién habla?- * había dicho una voz masculina al otro lado del teléfono. *-Idiota- * había murmurado la misma voz, creyendo que Sebastian no lo había escuchado. –Seguro que sí- había dicho ese tipo para finalizar la llamada.
Con la respiración acelerada y los ojos muy abiertos Sebastian se dio cuenta de lo que estaba pasando; se dio cuenta de que esa voz le resultaba bastante familiar. Jesse St. James; la misma voz odiosa y ególatra de St. James. Sebastian tomo su celular y reviso el registro de las llamadas, y comprobó lo que más temía; la primera vez que había llamado a Rachel la noche anterior, no se había equivocado como creyó. Marco el número correcto la primera vez, el error era que había contestado la persona equivocada. Su esposa y St. James habían estado juntos esa noche, de eso no había duda. Sebastian soltó un gruñido y golpeo fuertemente el sillón. Le creyó a Rachel, ella le había jurado que nunca lo engañaría, y ¿Ahora que?… los dos le estaban viendo la cara de estúpido. Esa era la razón del porque Rachel había estado tan distante, tan callada tan… diferente. Era porque le remordía la conciencia, profundamente la castaña se sentía culpable. Pero Sebastian no lo iba a permitir… Nadie se iba a burlar de él; no de esa forma. Apretó el celular entre sus manos y después de pensarlo un poco mas se dispuso a marcar cierto numero.
Llamada:
-Smythe- murmuró una voz del otro lado.
-Sí, Santana…- susurro Sebastian nerviosamente.
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Hola (; Aquí el nuevo capitulo! A todos muchas gracias por comentar y por leer. Espero que este capitulo les guste… Yo actualizo lo más pronto que pueda. (Voy a regresar a la escuela así que puedo tardar un ratito. Paciencia por favor) Dejen sus comentarios y opiniones. Nos leemos luego. BYE! By: Julietta St. James
Última edición por Julietta St. James el Lun Sep 23, 2013 12:28 pm, editado 1 vez
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
uhm, actualizaste!... :) Sebastian la engañara o:
Maquina sexual?.... Jaja :) Bonitos labios asjkfsdak SIII!!!
Que secedera en la fiesta?..... Asjkjdsdask.... Espero tu proximo capitulo.... :D :D :D
Maquina sexual?.... Jaja :) Bonitos labios asjkfsdak SIII!!!
Que secedera en la fiesta?..... Asjkjdsdask.... Espero tu proximo capitulo.... :D :D :D
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Julietta, actualiza plis, necesito un nuevo cap :D
belen.berry* - Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 28/09/2013
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
hola soy nueva y a decir verdad es gracias a tu fic....para poder opinar jeje, muy aficionada?
PORFA ACTULIZA ESTOY DESPERADA
PORFA ACTULIZA ESTOY DESPERADA
alejadiba* - Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Después de que la agotadora jornada de Rachel terminara, se encontró a sí misma, de una forma inexplicable, en la parte trasera de la camioneta de Sam Evans. Quinn Fabray, la prometida del anterior, y la mejor amiga de Rachel, se encontraba en el asiento del copiloto, y canturreaba de forma fastidiosa la gran noche que iban a pasar los cuatro. El cuarto involucrado, perseguía por detrás, en su motocicleta, la camioneta de Sam; y de forma regular lanzaba miradas fugaces a la castaña por el retrovisor; Rachel ignoro la mayoría de ellas. Pero no dejo de sentirlas durante todo el camino; tampoco dejo de maldecir a Jesse St. James en su mente. Dios sabia que en ese momento no podía odiarlo más… Principalmente porque en algún momento de aquel largo día, Jesse estuvo a punto de decirle que la amaba. Y Rachel lo odiaba por eso; porque no era algo que quisiera oírle decir, no una vez más; porque él no había cambiado ni un poco, porque seguía siendo el estúpido mujeriego de siempre… porque estaba casado y, aun así, no dejaba de mirarla con esos ojos penetrantes, como si quisiera desnudarla. La castaña lazo un bufido, cuando los ojos plateados se fijaron en ella, de nuevo, y sin más, se concentro en su teléfono celular.
Ella había marcado el numero de su esposo un incontable numero de veces con el propósito de distraerse mientras llegaban al lugar; de todas formas invitar a Sebastian a la reunión era parte del plan ¿Cierto?. Pero él jamás le respondió ninguna de las llamadas. Tal vez estaba ocupado, tal vez había salido, tal vez no escuchaba su teléfono, o tal vez no le importara un carajo que su esposa le llamara al celular; No lo sabía, y francamente no le importaba. Tenía muchos problemas en ese momento, como para añadir la ausencia inexplicable de su esposo y complicar su mundo un poco más. Iba a ser una noche muy larga, y todo gracias a la estúpida idea de Quinn, sobre tener una fiesta.
Pero lo que era realmente importante para ella era: ¿Por qué había aceptado ir a la dichosa fiesta? No había una razón exacta. Pero dentro de sí misma, Rachel sabia que había sido débil más que débil; No se había permitido perder una oportunidad como aquella. Jesse St. James y ella en la misma fiesta; Tal vez con unos tragos de más, tal vez bailando juntos, tal vez besándose, tal vez en la cama juntos…
Dios sabía cuanto anhelaba que eso sucediera, pero sabía mejor cuanto le molestaba pensar así. Así que antes de que la idea se hiciera demasiado visible en su mente se sacudió con rapidez y aparto sus pensamientos hacia otro lado.
-¿Esta todo bien Rach?- interrumpió Quinn mientras se aplicaba lápiz labial y la miraba de reojo por el espejo del copiloto.
-Bueno… Dejando de lado que he sido arrastrada a una estúpida fiesta, sin mi total consentimiento, supongo que estoy bastante bien, Quinnie- La rubia puso los ojos en blanco con desdén, mientras que Sam reía sonoramente.
-Tan irónica como siempre ¿Cierto?- murmuro el rubio con una enorme sonrisa en el rostro mientras su mirada verdosa golpeo a la castaña.
Rachel debió de sentirse molesta; con una situación como esa encima y con un comentario tan odioso… Simplemente no era el momento en el que ella fuera criticada. Pero era Sam, y aunque algunas veces le gustara negarlo, Sam era realmente especial para ella, y nada de lo que le dijera, por mas fastidioso que fuera, le molestaría. Así que en vez de discutir con él, le sonrió involuntariamente, y el rubio, en paz consigo mismo, regreso al volante.
La castaña miro atentamente su celular en busca de una señal de su esposo. Pero no había ni rastro de él. Lo llamo de nuevo y este no contesto. Rachel suspiro con pesadez y segundos después se dio cuenta de que aparcaban en frente del departamento de los Evans-Fabray. También la moto roja de Jesse se había detenido metros atrás.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Había estado más de una vez en el departamento de los Evans-Fabray. Simplemente porque Sam era el amigo más cercano de Sebastian, y porque Quinn era su mejor amiga. Los cuatro solían salir mucho, era así de simple. Pero por alguna razón, al entrar al lugar, sintió que le ambiente se volvía pesado y embriagador. Ella supuso que fue porque Jesse St. James estaba ahí también, y la ola de calor cuando estaban tan cerca era inevitable.
-¿Llamaste a Sebastian, Rach?- pregunto Sam desde la cocina.
-Sí- respondió ella mientras miraba una fotografía en la que aparecía, Sam y Quinn, él pasando su brazo sobre los hombros de ella, ambos con una sonrisa, Sebastian y ella también estaban ahí, él estaba besándola, mientras que su propia mano descansaba en su cuello. Suspiro lentamente; Había sido en unas vacaciones en Venecia, que los cuatro compartieron, y parecían tan lejanas; Pero no solo Italia estaba lejana, lo verdaderamente alejado era Sebastian y ella tan juntos, tan enamorados, tan felices…
-¿Y?... Viene para acá ¿Cierto?- Sam la saco de sus pensamientos.
-No lo creo…- dijo Rachel regresando su atención hacia Sam. –Es que… no contesta mis llamadas- y no pudo ocultar el tono de decepción sobre su voz.
-¡Una verdadera pena!- dijo Quinn adentrándose a la sala con botellas de licor y vasos de vidrio. –Hace tanto tiempo que no veo a cara de suricato- ella lo dijo en forma cariñosa, pero la burlona y ronca risa de Jesse, quien había permanecido en una esquina de la casa, resonó en el lugar haciéndolo sonar maleducado. Rachel lo fulmino con la mirada; Lo siento murmuro él, antes de que Quinn continuara. –La cosa es que no importa si Sebastian prefiere quedarse solo en casa, totalmente deprimido y patético; Nosotros empezaremos a disfrutar por él- La rubia se paseo por toda la sala repartiendo vasos de vodka, con una sonrisa exagerada.
-No es lo que él quiere- espeto Rachel, y por alguna razón quiso defender a su esposo. –Quedarse en casa patéticamente, quiero decir; Sebastian ni siquiera sabe que tenemos una fi… fiesta, tal vez… tal vez quiere venir, y… y... ¡El problema es que no contesta el teléfono!- Su voz se había elevado, su cara se enrojeció y sus manos apretaban con fuerza el vaso de vidrio. Todos se quedaron callados.
-Tranquila, Rachel- murmuro Jesse, que hasta ese momento no había dicho nada, y se acerco a ella con una calma posesiva. –Si Sebastian no viene no es el fin del mundo, nena… Puedes divertirte de todas formas- Le guiño un ojo y de pronto noto que él estaba tan cerca de ella; su aliento rozaba su cara, y sus ojos estaban mirándola de una forma tan atemorizante, en una forma sexy, claro, pero terriblemente acosadora.
-Jesse, tiene razón- interrumpió Sam lentamente, y Rachel agradeció que lo hubiera hecho, porque de no haberlo hecho, Jesse hubiera perdido el control sobre sí mismo y le hubiera tomado ahí mismo; tal vez la hubiera tocado suavemente o tal vez la hubiera besado, y ella no iba a poner precisamente resistencia. –Puedes divertirte con nosotros ¿Cierto? ¡Sera una noche increíble!- dijo con una sonrisa. -En muchos aspectos, puedo equivocarme- añadió en voz baja mirando a Jesse despectivamente.
-De acuerdo, dejemos a Sebastian lejos y comencemos con esto; Llamare a Kurt, tal vez quiera unírsenos- canturreo Quinn, mientras ponía la música alta. –Jesse, podrías ayudarme a traer algunas botanas, mientras hago un par de llamadas- solicito la rubia con una picara sonrisa, que Sam detecto con cierto enojo.
-Si tú quieres- dijo Jesse encogiéndose de hombros, mientras caminaba detrás de Quinn.
-Realmente me disgusta ese tipo- dijo Sam, cuando él y Rachel se quedaron solos bajo la música con sus bebidas en la mano.
-Bueno, yo lo odio- dijo la castaña con una sonrisa hipócrita, dándole un profundo trago a su vodka.
-Lindo- dijo Sam mirándola divertidamente. Rachel solo puso los ojos en blanco.
-Creo que llamare a Seb una vez más- dijo determinante. –Él siempre contesta el teléfono, y estoy… estoy un poco preocupada. Solo para estar segura- añadió bajo la mirada juzgadora de Sam, el rubio solo asintió.
Rachel se fue al patio trasero del departamento y suspiro con pesadez; Sí, iba a ser una noche larguísima, y en ese momento ni siquiera sabía si iba a salir libre de las garras de Jesse *Mantente recta; Amas a Sebastian* se recordó con cierta culpabilidad. Pero en lugar de olvidarse del asunto, un grupo de pensamientos la abordaron; primero recordó la forma en que, ese mismo día mas temprano, Jesse casi le decía que la amaba; Y después aparecieron todos los mágicos momentos entre Jesse y ella del pasado *Solía ser tan bueno* Pensó distraída, con la mirada perdida, pero con la mente ocupada repasando cada uno de sus momentos juntos. *Después de todo eran almas gemelas ¿No?; Él solía ser su príncipe azul; Ella iba a ser la Sra. St. James; Se suponía que estarían juntos por el resto de sus vidas; Que triunfarían juntos; Que formaría una familia; Que pasarían cualquier obstáculo… Incluso si había un matrimonio forzado de por medio; Incluso si Jesse tenia que irse por un tiempo; Incluso si no le escribía durante 10 meses; Incluso si ella se estaba acostando con su vecino mientras Jesse estaba ausente; Incluso si ella poco a poco perdía le esperanza… ¡Pero no se suponía que él la olvidara, ni que le dijera por medio de una estúpida carta que estaba casado y que ya no la amaba, ni que él jamás volviera...*
Un nudo se le formo en la garganta quería llorar y quería gritar, pero aguanto las lágrimas, porque no se suponía que después de 3 años llorara por Jesse St. James, no valía la pena. Y se sintió estúpida por hacerse eso a sí misma. Pero se sentía más molesta; Porque, al final, él había vuelto ¿No? Y ella seguía enamorada de él, le gustara o no, y si él tronaba los dedos, la tendría de vuelta y ella estaría enredada en su cama, y él se iría otra vez, y sería un ciclo eterno, y la única que iba a perder dentro de ese ciclo, iba a ser ella. Pero ella lo amaba, y no le importaba todo lo que él le había hecho pasar; No le importaban todas las lágrimas derramadas por él, ni que ella nunca hubiese vuelto a ser la misma después de que él se fue. Y no le importaba un carajo porque amaba a Jesse St. James como el primer día *Somos almas gemelas ¿No?*.
Tenía los ojos llorosos, pero ignoro el sentimiento mientras tomaba su celular y marcaba el número de Sebastian; Timbro un par de veces y cuando la castaña pensó que, de nuevo, él no iba a responder, la voz de Sebastian resonó en el teléfono:
-¡¿Qué quieres, Rachel?!- pregunto él; Su voz era grave y obscura, y ella sabía que sonaba así cuando él estaba molesto. La castaña se quedo un par de segundos en silencio.
-Seb... Sebastian…- balbuceo, mientras intentaba aclarar sus ideas; ¿Por qué estaría él molesto?
-¡Por dios santo, Rachel! Me has llamado unas 15 veces y lo único que quieres es comprobar si el número esta correcto; Sí, soy yo; Pero diablos ¡Que es lo que esta mal contigo!- Él estaba gritando, estaba siendo ofensivo, y ella sintió una pulsada de miedo.
-U… única… únicamente quería saber si estaba todo bien; Quie… Quiero decir, no me contestabas y Quinn y Sam organizaron una reunión y solo queríamos saber si querías venir… Es… es… estaba preocupada, y… y… tu…-
-¡Detente! Estoy bien ¿Sí?, Pero también estoy ocupado, y no tengo tiempo para oírte balbucear estupideces; Diles a los rubios que no puedo ir. Te veo mas tarde.- fue lo último que dijo antes de cortar la llamada.
Rachel se quedo parada en medio de jardín con el teléfono pegado al oído; sus manos temblaban, su respiración se acelero y de sus ojos salían un par de lágrimas. Devolvió el teléfono a su bolso y se sentó en el cobertizo mirando hacia ninguna parte mientras limpiaba sus mejillas. Estaba tan aturdida y repentinamente se sintió cansada. Pero después de un rato, cuando ella pensó que no podía sentirse peor, porque nada peor pasaría, escucho como unos pasos pesados y rítmicos se acercaban al patio trasero. Se encogió un poco cuando supo que conocía perfectamente ese estilo de caminar. Y cuando levanto la vista, no le sorprendió ver a Jesse detrás de ella, clavando sus ojos plateados, de una forma posesiva, ya muy familiar, y con una sonrisa tímida.
-Es una linda noche ¿No?- dijo él, y sin previo aviso se sentó al lado de la castaña. Tan cerca de Rachel, que ella comprobó que él seguía usando la misma colonia, después de tres años. Sí, se exalto un poco, así que un segundo después se puso de pie, dispuesta a volver dentro de la casa. –No, no, no- dijo Jesse con su melódico tono de voz. Tomo suavemente la muñeca de la morena para retenerla, y ella pudo sentir como el contacto quemaba su piel de forma agradable –Te quedaras aquí; 10 minutos- prometió él. Y extrañamente Rachel no se movió ni un centímetro más. –Quiero hablar contigo- No era una petición, y ella lo supo; Entonces una oleada de curiosidad y miedo juntos, la golpeo. Así que arranco su muñeca de los dedos de Jesse y, parada enfrente de él, dispuesta a escucharlo dijo: -No me resulta agradable la idea de escuchar tu odiosa voz por 10 minutos; Pero si después de eso me dejas libre el resto de la noche y el resto de la semana, para ser justos, tendrás el tiempo que solicitas… Habla- sentencio ella con autoridad, y sintió que de alguna forma iba a soportar esos 10 minutos.
Jesse rio levemente ante sus palabras. –Solías amar mi voz ¿Cierto? “Podría oírte cantar el resto de mi vida”eso fue lo que me dijiste…- Rachel contuvo el aliento; Sí, se lo había dicho, y mas de una vez. Pero quería detenerlo, antes de que continuara hablando de su pasado juntos, pero no pudo, porque las palabras se quedaron atoradas en el fondo de su garganta. Jesse continuo –Es divertido ver como cambiamos en tres años; Pasamos de un “Te amo, solo tu y yo; Tu eres todo lo que yo necesito” a un “Quiero hablar contigo; No quiero escuchar tu odiosa voz”- los ojos de él se detuvieron en el vacio, y las estrellas del cielo hicieron brillar con melancolía sus pupilas; Rachel pensó que jamás iba a poder olvidarse de cuan perfectos eran en ese instante.
-Te lo dije una vez, todos cambian; tu no podías se eternamente el artista perfecto y romántico y yo no podía seguir siendo la chiquilla idiota con sueños platónicos- dijo, y se sintió bien decirlo en voz alta.
-Bueno, a mi me hubiera encantado quedarme así; Quedarme contigo, por lo menos- dijo Jesse, y sus ojos azules la miraban con tanta pasión.
-Eres tan hipócrita- murmuro ella con desdén.
-No lo soy, solo estoy siendo sincero; Y tú por primera vez desde que nos volvimos a ver, deberías de ser sincera también-
-¿Ser sincera con respecto a que? ¡Quieres que diga que me rompiste el corazón, que llore hasta quedarme sin lágrimas, que arruinaste todo lo que era, que si hay algo, roto, desgastado o mal en mi, es tu culpa… Que te odio por eso, que puedes estar seguro de ello. ¡Bueno, ahí lo tienes; Lo he dicho!- sus ojos desorbitados se nublaban lentamente.
-Hice lo que tenia que hacer, Rachel. No tenía alternativa, y tú sabías eso-
-Claro que lo sabía, pero te tomo mucho tiempo, y todas las esperanzas que tenía se rompieron poco a poco, y la espera no tuvo ninguna recompensa; Ni siquiera volviste-
-Volví, Rachel, estuve ahí para ti. Pero al parecer tu estabas muy ocupada teniendo sexo con Sam, y que se suponía que tenia que hacer, rogar por tu amor; Bueno, Rachel, no soy estúpido-
-Por supuesto que lo eres, y eres un mentiroso; Tú no sabes nada sobre Sam, no sabes nada sobre nuestra relación. Y no tienes que meterlo en esto-
-Como sea, al final todo lo que hubo entre nosotros desapareció ¿No? No se de quien fue la culpa, pero no me importa, porque…-
-Era Inevitable- murmuro ella de una forma casi inaudible. Sus manos temblorosas se escondieron en sus bolsillos.
- ¿Qué era inevitable, Rachel?-
-Todas las cosas entre nosotros; Las que pasaron, y las que vayan a pasar; Simplemente no pudimos ni podemos controlarlo-
Jesse se puso de pie, se acerco a ella, acaricio su mejilla y la miro, pero esta vez no era una mirada controladora, ni una sexy, esta vez era una mirada dulce, profunda e infinita. Ella quería detenerlo, realmente quería, pero no se movió, por el contrario poso una de sus manos en su hombro en un intento de detener el tiempo, de quedarse ahí para siempre, porque sus ojos plateados estaban tan preciosos esa noche, y ella quería besarlo con tantas ganas. –Te amo- dijo él, y parecía ser honesto, real. Pero repentinamente algo golpeo a Rachel: Jesse St. James era un mentiroso y por default era un idiota; Y, por alguna razón, ella lo amaba, y quería besarlo con tantas ganas, que el resto de la historia se desvaneció dentro de su mente. Pero no le importo; De nuevo, no se movió, no dijo nada, se enfoco en sus perfectos labios. Simplemente lo miro, quiso conservar sus ojos brillando dentro de una mirada sincera por el resto de su vida. –Y se que no quieres que te lo diga; Porque tu no lo siente, porque no te importo en lo absoluto, porque amas Sebastian, o por lo que sea. Pero en este preciso momento te amo tan intensamente que tengo que decírtelo-
Entonces se acerco a ella, cada vez mas, como esperando que lo detuviera, pero ella no se movió, porque quería que pasara, solo apretó su mano alrededor de su hombro. Y Jesse creyó que no podía contenerse más. Así que, sin dejar de mirarla, pasó su mano libre por el cuello de Rachel y la atrajo hacia él; ambos cerraron los ojos cuando sus labios se rozaron, pero antes de que ella hiciera algún movimiento para atraerlo completamente sobre sus labios, Jesse se detuvo en seco, recargo su frente sobre la de Rachel, cerro sus ojos y suspiro tranquilamente. Después se enderezo, la miro, y ella noto que él parecía nostálgico. Después, Jesse beso su mejilla suavemente y sin decir nada más se fue por la puerta del patio, con la espalda recta y su caminar rítmico.
Rachel no supo que hacer, no quería volver dentro de la casa detrás de él, así que se volvió a sentar en el cobertizo y contemplo el cielo amargamente. *Tan cerca, tan lejos* pensó entristecida consigo misma; porque otra vez había sido débil, lo había deseado con tantas fuerzas que si él no la hubiera detenido, ella seguramente no lo hubiera hecho tampoco; Se vio así misma en la orilla del cobertizo teniendo sexo con Jesse, y se sintió avergonzada, sin rastro de dignidad. Lo amaba de tal forma, en la que le importaría un carajo dejar de lado sus principios, si estaba de por medio el sexo casual con el amor de su vida.
Debía de estar volviéndose loca; Sentía esas oleadas de ansiedad corriendo por su cuerpo, y el peso en su estomago crecía cada vez mas, estaba nerviosa y temblorosa. Así que sin pensarlo mucho, rebusco en su bolsa y saco su cajetilla de cigarros, esta vez llevaba un encendedor, así que lo encendió y lo metió en su boca aspirando de forma placentera la nicotina.
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Holaaaaaa! Sí, sigo viva; Y sí, se que no escribí durante meses, pero realmente lo siento. Quería continuar mis Fanfics, pero la escuela se puso más que pesada y tenia exámenes diarios y el tiempo se me agotaba ): Agradezco sus comentarios y todo eso, voy a continuarla hasta el final cueste lo que me cueste. Sin embargo, no se si sigo teniendo lectores, porque paso tanto tiempo que muchos debieron hartarse D: Si lees esto comenta y dame tu opinión sobre la historia y sobre el capitulo *0* Me ayudaría a continuar escribiendo. Como sea, les dejo el capitulo; Ojala les guste… Dejen sus comentarios y sugerencias (; Nos leemos luego si así lo quieren BYE! By: Julietta St. James ST. BERRY BITCHES xd asdfghjklñ! PD: Actualizo cuanto antes C:
Después de que la agotadora jornada de Rachel terminara, se encontró a sí misma, de una forma inexplicable, en la parte trasera de la camioneta de Sam Evans. Quinn Fabray, la prometida del anterior, y la mejor amiga de Rachel, se encontraba en el asiento del copiloto, y canturreaba de forma fastidiosa la gran noche que iban a pasar los cuatro. El cuarto involucrado, perseguía por detrás, en su motocicleta, la camioneta de Sam; y de forma regular lanzaba miradas fugaces a la castaña por el retrovisor; Rachel ignoro la mayoría de ellas. Pero no dejo de sentirlas durante todo el camino; tampoco dejo de maldecir a Jesse St. James en su mente. Dios sabia que en ese momento no podía odiarlo más… Principalmente porque en algún momento de aquel largo día, Jesse estuvo a punto de decirle que la amaba. Y Rachel lo odiaba por eso; porque no era algo que quisiera oírle decir, no una vez más; porque él no había cambiado ni un poco, porque seguía siendo el estúpido mujeriego de siempre… porque estaba casado y, aun así, no dejaba de mirarla con esos ojos penetrantes, como si quisiera desnudarla. La castaña lazo un bufido, cuando los ojos plateados se fijaron en ella, de nuevo, y sin más, se concentro en su teléfono celular.
Ella había marcado el numero de su esposo un incontable numero de veces con el propósito de distraerse mientras llegaban al lugar; de todas formas invitar a Sebastian a la reunión era parte del plan ¿Cierto?. Pero él jamás le respondió ninguna de las llamadas. Tal vez estaba ocupado, tal vez había salido, tal vez no escuchaba su teléfono, o tal vez no le importara un carajo que su esposa le llamara al celular; No lo sabía, y francamente no le importaba. Tenía muchos problemas en ese momento, como para añadir la ausencia inexplicable de su esposo y complicar su mundo un poco más. Iba a ser una noche muy larga, y todo gracias a la estúpida idea de Quinn, sobre tener una fiesta.
Pero lo que era realmente importante para ella era: ¿Por qué había aceptado ir a la dichosa fiesta? No había una razón exacta. Pero dentro de sí misma, Rachel sabia que había sido débil más que débil; No se había permitido perder una oportunidad como aquella. Jesse St. James y ella en la misma fiesta; Tal vez con unos tragos de más, tal vez bailando juntos, tal vez besándose, tal vez en la cama juntos…
Dios sabía cuanto anhelaba que eso sucediera, pero sabía mejor cuanto le molestaba pensar así. Así que antes de que la idea se hiciera demasiado visible en su mente se sacudió con rapidez y aparto sus pensamientos hacia otro lado.
-¿Esta todo bien Rach?- interrumpió Quinn mientras se aplicaba lápiz labial y la miraba de reojo por el espejo del copiloto.
-Bueno… Dejando de lado que he sido arrastrada a una estúpida fiesta, sin mi total consentimiento, supongo que estoy bastante bien, Quinnie- La rubia puso los ojos en blanco con desdén, mientras que Sam reía sonoramente.
-Tan irónica como siempre ¿Cierto?- murmuro el rubio con una enorme sonrisa en el rostro mientras su mirada verdosa golpeo a la castaña.
Rachel debió de sentirse molesta; con una situación como esa encima y con un comentario tan odioso… Simplemente no era el momento en el que ella fuera criticada. Pero era Sam, y aunque algunas veces le gustara negarlo, Sam era realmente especial para ella, y nada de lo que le dijera, por mas fastidioso que fuera, le molestaría. Así que en vez de discutir con él, le sonrió involuntariamente, y el rubio, en paz consigo mismo, regreso al volante.
La castaña miro atentamente su celular en busca de una señal de su esposo. Pero no había ni rastro de él. Lo llamo de nuevo y este no contesto. Rachel suspiro con pesadez y segundos después se dio cuenta de que aparcaban en frente del departamento de los Evans-Fabray. También la moto roja de Jesse se había detenido metros atrás.
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Había estado más de una vez en el departamento de los Evans-Fabray. Simplemente porque Sam era el amigo más cercano de Sebastian, y porque Quinn era su mejor amiga. Los cuatro solían salir mucho, era así de simple. Pero por alguna razón, al entrar al lugar, sintió que le ambiente se volvía pesado y embriagador. Ella supuso que fue porque Jesse St. James estaba ahí también, y la ola de calor cuando estaban tan cerca era inevitable.
-¿Llamaste a Sebastian, Rach?- pregunto Sam desde la cocina.
-Sí- respondió ella mientras miraba una fotografía en la que aparecía, Sam y Quinn, él pasando su brazo sobre los hombros de ella, ambos con una sonrisa, Sebastian y ella también estaban ahí, él estaba besándola, mientras que su propia mano descansaba en su cuello. Suspiro lentamente; Había sido en unas vacaciones en Venecia, que los cuatro compartieron, y parecían tan lejanas; Pero no solo Italia estaba lejana, lo verdaderamente alejado era Sebastian y ella tan juntos, tan enamorados, tan felices…
-¿Y?... Viene para acá ¿Cierto?- Sam la saco de sus pensamientos.
-No lo creo…- dijo Rachel regresando su atención hacia Sam. –Es que… no contesta mis llamadas- y no pudo ocultar el tono de decepción sobre su voz.
-¡Una verdadera pena!- dijo Quinn adentrándose a la sala con botellas de licor y vasos de vidrio. –Hace tanto tiempo que no veo a cara de suricato- ella lo dijo en forma cariñosa, pero la burlona y ronca risa de Jesse, quien había permanecido en una esquina de la casa, resonó en el lugar haciéndolo sonar maleducado. Rachel lo fulmino con la mirada; Lo siento murmuro él, antes de que Quinn continuara. –La cosa es que no importa si Sebastian prefiere quedarse solo en casa, totalmente deprimido y patético; Nosotros empezaremos a disfrutar por él- La rubia se paseo por toda la sala repartiendo vasos de vodka, con una sonrisa exagerada.
-No es lo que él quiere- espeto Rachel, y por alguna razón quiso defender a su esposo. –Quedarse en casa patéticamente, quiero decir; Sebastian ni siquiera sabe que tenemos una fi… fiesta, tal vez… tal vez quiere venir, y… y... ¡El problema es que no contesta el teléfono!- Su voz se había elevado, su cara se enrojeció y sus manos apretaban con fuerza el vaso de vidrio. Todos se quedaron callados.
-Tranquila, Rachel- murmuro Jesse, que hasta ese momento no había dicho nada, y se acerco a ella con una calma posesiva. –Si Sebastian no viene no es el fin del mundo, nena… Puedes divertirte de todas formas- Le guiño un ojo y de pronto noto que él estaba tan cerca de ella; su aliento rozaba su cara, y sus ojos estaban mirándola de una forma tan atemorizante, en una forma sexy, claro, pero terriblemente acosadora.
-Jesse, tiene razón- interrumpió Sam lentamente, y Rachel agradeció que lo hubiera hecho, porque de no haberlo hecho, Jesse hubiera perdido el control sobre sí mismo y le hubiera tomado ahí mismo; tal vez la hubiera tocado suavemente o tal vez la hubiera besado, y ella no iba a poner precisamente resistencia. –Puedes divertirte con nosotros ¿Cierto? ¡Sera una noche increíble!- dijo con una sonrisa. -En muchos aspectos, puedo equivocarme- añadió en voz baja mirando a Jesse despectivamente.
-De acuerdo, dejemos a Sebastian lejos y comencemos con esto; Llamare a Kurt, tal vez quiera unírsenos- canturreo Quinn, mientras ponía la música alta. –Jesse, podrías ayudarme a traer algunas botanas, mientras hago un par de llamadas- solicito la rubia con una picara sonrisa, que Sam detecto con cierto enojo.
-Si tú quieres- dijo Jesse encogiéndose de hombros, mientras caminaba detrás de Quinn.
-Realmente me disgusta ese tipo- dijo Sam, cuando él y Rachel se quedaron solos bajo la música con sus bebidas en la mano.
-Bueno, yo lo odio- dijo la castaña con una sonrisa hipócrita, dándole un profundo trago a su vodka.
-Lindo- dijo Sam mirándola divertidamente. Rachel solo puso los ojos en blanco.
-Creo que llamare a Seb una vez más- dijo determinante. –Él siempre contesta el teléfono, y estoy… estoy un poco preocupada. Solo para estar segura- añadió bajo la mirada juzgadora de Sam, el rubio solo asintió.
Rachel se fue al patio trasero del departamento y suspiro con pesadez; Sí, iba a ser una noche larguísima, y en ese momento ni siquiera sabía si iba a salir libre de las garras de Jesse *Mantente recta; Amas a Sebastian* se recordó con cierta culpabilidad. Pero en lugar de olvidarse del asunto, un grupo de pensamientos la abordaron; primero recordó la forma en que, ese mismo día mas temprano, Jesse casi le decía que la amaba; Y después aparecieron todos los mágicos momentos entre Jesse y ella del pasado *Solía ser tan bueno* Pensó distraída, con la mirada perdida, pero con la mente ocupada repasando cada uno de sus momentos juntos. *Después de todo eran almas gemelas ¿No?; Él solía ser su príncipe azul; Ella iba a ser la Sra. St. James; Se suponía que estarían juntos por el resto de sus vidas; Que triunfarían juntos; Que formaría una familia; Que pasarían cualquier obstáculo… Incluso si había un matrimonio forzado de por medio; Incluso si Jesse tenia que irse por un tiempo; Incluso si no le escribía durante 10 meses; Incluso si ella se estaba acostando con su vecino mientras Jesse estaba ausente; Incluso si ella poco a poco perdía le esperanza… ¡Pero no se suponía que él la olvidara, ni que le dijera por medio de una estúpida carta que estaba casado y que ya no la amaba, ni que él jamás volviera...*
Un nudo se le formo en la garganta quería llorar y quería gritar, pero aguanto las lágrimas, porque no se suponía que después de 3 años llorara por Jesse St. James, no valía la pena. Y se sintió estúpida por hacerse eso a sí misma. Pero se sentía más molesta; Porque, al final, él había vuelto ¿No? Y ella seguía enamorada de él, le gustara o no, y si él tronaba los dedos, la tendría de vuelta y ella estaría enredada en su cama, y él se iría otra vez, y sería un ciclo eterno, y la única que iba a perder dentro de ese ciclo, iba a ser ella. Pero ella lo amaba, y no le importaba todo lo que él le había hecho pasar; No le importaban todas las lágrimas derramadas por él, ni que ella nunca hubiese vuelto a ser la misma después de que él se fue. Y no le importaba un carajo porque amaba a Jesse St. James como el primer día *Somos almas gemelas ¿No?*.
Tenía los ojos llorosos, pero ignoro el sentimiento mientras tomaba su celular y marcaba el número de Sebastian; Timbro un par de veces y cuando la castaña pensó que, de nuevo, él no iba a responder, la voz de Sebastian resonó en el teléfono:
-¡¿Qué quieres, Rachel?!- pregunto él; Su voz era grave y obscura, y ella sabía que sonaba así cuando él estaba molesto. La castaña se quedo un par de segundos en silencio.
-Seb... Sebastian…- balbuceo, mientras intentaba aclarar sus ideas; ¿Por qué estaría él molesto?
-¡Por dios santo, Rachel! Me has llamado unas 15 veces y lo único que quieres es comprobar si el número esta correcto; Sí, soy yo; Pero diablos ¡Que es lo que esta mal contigo!- Él estaba gritando, estaba siendo ofensivo, y ella sintió una pulsada de miedo.
-U… única… únicamente quería saber si estaba todo bien; Quie… Quiero decir, no me contestabas y Quinn y Sam organizaron una reunión y solo queríamos saber si querías venir… Es… es… estaba preocupada, y… y… tu…-
-¡Detente! Estoy bien ¿Sí?, Pero también estoy ocupado, y no tengo tiempo para oírte balbucear estupideces; Diles a los rubios que no puedo ir. Te veo mas tarde.- fue lo último que dijo antes de cortar la llamada.
Rachel se quedo parada en medio de jardín con el teléfono pegado al oído; sus manos temblaban, su respiración se acelero y de sus ojos salían un par de lágrimas. Devolvió el teléfono a su bolso y se sentó en el cobertizo mirando hacia ninguna parte mientras limpiaba sus mejillas. Estaba tan aturdida y repentinamente se sintió cansada. Pero después de un rato, cuando ella pensó que no podía sentirse peor, porque nada peor pasaría, escucho como unos pasos pesados y rítmicos se acercaban al patio trasero. Se encogió un poco cuando supo que conocía perfectamente ese estilo de caminar. Y cuando levanto la vista, no le sorprendió ver a Jesse detrás de ella, clavando sus ojos plateados, de una forma posesiva, ya muy familiar, y con una sonrisa tímida.
-Es una linda noche ¿No?- dijo él, y sin previo aviso se sentó al lado de la castaña. Tan cerca de Rachel, que ella comprobó que él seguía usando la misma colonia, después de tres años. Sí, se exalto un poco, así que un segundo después se puso de pie, dispuesta a volver dentro de la casa. –No, no, no- dijo Jesse con su melódico tono de voz. Tomo suavemente la muñeca de la morena para retenerla, y ella pudo sentir como el contacto quemaba su piel de forma agradable –Te quedaras aquí; 10 minutos- prometió él. Y extrañamente Rachel no se movió ni un centímetro más. –Quiero hablar contigo- No era una petición, y ella lo supo; Entonces una oleada de curiosidad y miedo juntos, la golpeo. Así que arranco su muñeca de los dedos de Jesse y, parada enfrente de él, dispuesta a escucharlo dijo: -No me resulta agradable la idea de escuchar tu odiosa voz por 10 minutos; Pero si después de eso me dejas libre el resto de la noche y el resto de la semana, para ser justos, tendrás el tiempo que solicitas… Habla- sentencio ella con autoridad, y sintió que de alguna forma iba a soportar esos 10 minutos.
Jesse rio levemente ante sus palabras. –Solías amar mi voz ¿Cierto? “Podría oírte cantar el resto de mi vida”eso fue lo que me dijiste…- Rachel contuvo el aliento; Sí, se lo había dicho, y mas de una vez. Pero quería detenerlo, antes de que continuara hablando de su pasado juntos, pero no pudo, porque las palabras se quedaron atoradas en el fondo de su garganta. Jesse continuo –Es divertido ver como cambiamos en tres años; Pasamos de un “Te amo, solo tu y yo; Tu eres todo lo que yo necesito” a un “Quiero hablar contigo; No quiero escuchar tu odiosa voz”- los ojos de él se detuvieron en el vacio, y las estrellas del cielo hicieron brillar con melancolía sus pupilas; Rachel pensó que jamás iba a poder olvidarse de cuan perfectos eran en ese instante.
-Te lo dije una vez, todos cambian; tu no podías se eternamente el artista perfecto y romántico y yo no podía seguir siendo la chiquilla idiota con sueños platónicos- dijo, y se sintió bien decirlo en voz alta.
-Bueno, a mi me hubiera encantado quedarme así; Quedarme contigo, por lo menos- dijo Jesse, y sus ojos azules la miraban con tanta pasión.
-Eres tan hipócrita- murmuro ella con desdén.
-No lo soy, solo estoy siendo sincero; Y tú por primera vez desde que nos volvimos a ver, deberías de ser sincera también-
-¿Ser sincera con respecto a que? ¡Quieres que diga que me rompiste el corazón, que llore hasta quedarme sin lágrimas, que arruinaste todo lo que era, que si hay algo, roto, desgastado o mal en mi, es tu culpa… Que te odio por eso, que puedes estar seguro de ello. ¡Bueno, ahí lo tienes; Lo he dicho!- sus ojos desorbitados se nublaban lentamente.
-Hice lo que tenia que hacer, Rachel. No tenía alternativa, y tú sabías eso-
-Claro que lo sabía, pero te tomo mucho tiempo, y todas las esperanzas que tenía se rompieron poco a poco, y la espera no tuvo ninguna recompensa; Ni siquiera volviste-
-Volví, Rachel, estuve ahí para ti. Pero al parecer tu estabas muy ocupada teniendo sexo con Sam, y que se suponía que tenia que hacer, rogar por tu amor; Bueno, Rachel, no soy estúpido-
-Por supuesto que lo eres, y eres un mentiroso; Tú no sabes nada sobre Sam, no sabes nada sobre nuestra relación. Y no tienes que meterlo en esto-
-Como sea, al final todo lo que hubo entre nosotros desapareció ¿No? No se de quien fue la culpa, pero no me importa, porque…-
-Era Inevitable- murmuro ella de una forma casi inaudible. Sus manos temblorosas se escondieron en sus bolsillos.
- ¿Qué era inevitable, Rachel?-
-Todas las cosas entre nosotros; Las que pasaron, y las que vayan a pasar; Simplemente no pudimos ni podemos controlarlo-
Jesse se puso de pie, se acerco a ella, acaricio su mejilla y la miro, pero esta vez no era una mirada controladora, ni una sexy, esta vez era una mirada dulce, profunda e infinita. Ella quería detenerlo, realmente quería, pero no se movió, por el contrario poso una de sus manos en su hombro en un intento de detener el tiempo, de quedarse ahí para siempre, porque sus ojos plateados estaban tan preciosos esa noche, y ella quería besarlo con tantas ganas. –Te amo- dijo él, y parecía ser honesto, real. Pero repentinamente algo golpeo a Rachel: Jesse St. James era un mentiroso y por default era un idiota; Y, por alguna razón, ella lo amaba, y quería besarlo con tantas ganas, que el resto de la historia se desvaneció dentro de su mente. Pero no le importo; De nuevo, no se movió, no dijo nada, se enfoco en sus perfectos labios. Simplemente lo miro, quiso conservar sus ojos brillando dentro de una mirada sincera por el resto de su vida. –Y se que no quieres que te lo diga; Porque tu no lo siente, porque no te importo en lo absoluto, porque amas Sebastian, o por lo que sea. Pero en este preciso momento te amo tan intensamente que tengo que decírtelo-
Entonces se acerco a ella, cada vez mas, como esperando que lo detuviera, pero ella no se movió, porque quería que pasara, solo apretó su mano alrededor de su hombro. Y Jesse creyó que no podía contenerse más. Así que, sin dejar de mirarla, pasó su mano libre por el cuello de Rachel y la atrajo hacia él; ambos cerraron los ojos cuando sus labios se rozaron, pero antes de que ella hiciera algún movimiento para atraerlo completamente sobre sus labios, Jesse se detuvo en seco, recargo su frente sobre la de Rachel, cerro sus ojos y suspiro tranquilamente. Después se enderezo, la miro, y ella noto que él parecía nostálgico. Después, Jesse beso su mejilla suavemente y sin decir nada más se fue por la puerta del patio, con la espalda recta y su caminar rítmico.
Rachel no supo que hacer, no quería volver dentro de la casa detrás de él, así que se volvió a sentar en el cobertizo y contemplo el cielo amargamente. *Tan cerca, tan lejos* pensó entristecida consigo misma; porque otra vez había sido débil, lo había deseado con tantas fuerzas que si él no la hubiera detenido, ella seguramente no lo hubiera hecho tampoco; Se vio así misma en la orilla del cobertizo teniendo sexo con Jesse, y se sintió avergonzada, sin rastro de dignidad. Lo amaba de tal forma, en la que le importaría un carajo dejar de lado sus principios, si estaba de por medio el sexo casual con el amor de su vida.
Debía de estar volviéndose loca; Sentía esas oleadas de ansiedad corriendo por su cuerpo, y el peso en su estomago crecía cada vez mas, estaba nerviosa y temblorosa. Así que sin pensarlo mucho, rebusco en su bolsa y saco su cajetilla de cigarros, esta vez llevaba un encendedor, así que lo encendió y lo metió en su boca aspirando de forma placentera la nicotina.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Holaaaaaa! Sí, sigo viva; Y sí, se que no escribí durante meses, pero realmente lo siento. Quería continuar mis Fanfics, pero la escuela se puso más que pesada y tenia exámenes diarios y el tiempo se me agotaba ): Agradezco sus comentarios y todo eso, voy a continuarla hasta el final cueste lo que me cueste. Sin embargo, no se si sigo teniendo lectores, porque paso tanto tiempo que muchos debieron hartarse D: Si lees esto comenta y dame tu opinión sobre la historia y sobre el capitulo *0* Me ayudaría a continuar escribiendo. Como sea, les dejo el capitulo; Ojala les guste… Dejen sus comentarios y sugerencias (; Nos leemos luego si así lo quieren BYE! By: Julietta St. James ST. BERRY BITCHES xd asdfghjklñ! PD: Actualizo cuanto antes C:
Julietta St. James****** - Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 24/01/2013
Edad : 27
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
Hola! :) la vas a continuar? Perdon por no comentar...... Lo habia leido y no comentado.... Pero estuvo muy bueno el capitulo.... ojala la continues! Pliss! :)
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fanfic St. Berry Tú eres todo lo que quiero Capitulo 18: ¿Las Fiestas Invocan El Romance?
me encanto... aunque quiero entender bien las razones de jessie... y k mal por sebastian u.u me dio mucha pena que la trate asi
sigue con erl proximom k prometo k lo leo
sigue con erl proximom k prometo k lo leo
littlefran22* - Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 24/08/2014
Edad : 34
Groffchele
Groffchele!! New video!
https://www.youtube.com/watch?v=FhK1p44kWys&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=FhK1p44kWys&feature=youtu.be
PaulitaLove* - Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 19/02/2014
Edad : 29
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