FANFIC KLAINE. "El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación" Epílogo - Parte II

Él se echó a reír. —¿Oh? ¿Eso es todo lo que puedes decir?

Asentí y me reí también. Todavía no tenía palabras para contestar esta pequeña confesión que él acababa de hacer. Mi cabeza todavía estaba girando y sabía que si decía algo probablemente sonaría como un idiota. Me incliné sobre la mesa y tomé su mano, me sonrió felizmente y eso parecía ser todo lo que era necesario. Mi cabeza estaba girando con pensamientos; realmente no sabía qué creer, ¿acaba de hacer aquella enorme confesión sobre cómo se siente, pero eso significa que él no me va a engañar? Bueno en realidad, nosotros no éramos todavía oficialmente una pareja. Blaine sólo ha tenido algunas “citas”; nunca ha tenido un novio, entonces técnicamente no tengo ningún derecho sobre él de todos modos. Necesitaba ser realmente cuidadoso, cuanto más tiempo pasaba con este lindo Blaine, más me gustaba. Estaba en real peligro de tener mi corazón destrozado.

Mi teléfono móvil sonó, salvándonos de un silencio ligeramente extraño. Este no era un silencio incómodo, solamente extraño, en tanto él parecía absolutamente contento solamente sosteniendo mi mano y mirándome. El identificador de llamada dijo que era Rachel.

—Hola, Rachel, ¿qué pasa? —dije alegremente.

—Hola, Kurt, ¿quieres que lleve una película para esta noche?

—Sí seguro. Pero nada de miedo. —sonreí dándole un golpe en la mano a Blaine cuando trató de robar uno de mis rollos primavera de mi plato.

—¿Qué? —articuló con inocencia. Rodé mis ojos y le pasé mi plato.

—Estaba pensando en, Actividad Paranormal 3 —replicó Rachel.

Jadeé; ¿ella está bromeando?

—¡De ninguna manera! ¡No voy a ver eso! —dije, horrorizado ante el pensamiento de ver una película de fantasmas. Me asustaba y después no podía estar solo durante días; ¡tuve que hacer pis con la puerta del baño abierta por el amor de Dios! Podía escuchar su risita.

—Por favor, ¿­­­­Kurt? Realmente quiero verla —pidió, podía imaginar el aspecto de cachorrito en su rostro ahora mismo—. Kurt, por favor —Rachel pidió otra vez.

—De acuerdo, trae esa maldita película —refunfuñé, derrotado.

Al menos Blaine estaría allí, él siempre mantenía mis pesadillas lejos. Sólo sería malo cuando estuviera solo, como en la ducha o algo. Supongo que siempre puedo hacerlo permanecer fuera de la puerta y que me hable o algo mientras estaba allí, no es como que él no hubiera hecho eso por mí antes. Lo miré un poco impresionado, de hecho, cuanto más pensaba en ello, más de este dulce, divertido Blaine, venía a mi mente. Él hizo a menudo pequeñas cosas por mí a las que no les presté atención antes. ¿Siempre había sido dulce para mí, pero estaba demasiado prejuicioso para verlo?

—¿Entonces, qué piensas, está bien? —preguntó Rachel.

Regresé abruptamente a la realidad. Mierda, yo no había estado escuchándola en absoluto.

—¿Lo siento, Rach, qué? No te escuché, lo siento. Estaba preso del pánico por esa maldita película. —me estremecí solo por el pensamiento de ello.

Ella suspiró.

—Te dije que mis papás se marchan a un crucero por el fin de semana, así que pensé que estaría bien si dormía en tu casa esta noche y mañana por la noche. Realmente no quiero quedarme sola —dijo en voz baja. Miré a Blaine y brinqué. Si Rachel se quedaba a dormir eso quería decir que él no podría, porque ella dormiría en la cama plegable sobre mi piso.

—Umh seguro, Rachel, puedes quedarte a dormir durante el fin de semana. A Finn no le importará. —estuve de acuerdo de mala gana.

Blaine disparó sus ojos hasta los míos y sacudió su cabeza.

—¡NO! —articuló de manera suplicante. Solamente le di una mirada de disculpa y me encogí de hombros, yo no podía decirle que no, ella era mi mejor amiga.

—Estupendo. Bueno, iré aproximadamente a las siete entonces, ¡de acuerdo! —gorjeó chillonamente, sonando entusiasmada.

—Sí, nos vemos. —cerré mi teléfono móvil y miré de nuevo a Blaine.

—¿El fin de semana? ¿No conseguiré dormir contigo todo el fin de semana? —gimoteó, tan pronto como había cerrado mi teléfono.

—Lo siento, pero no podía decirle que no. Sus padres se marchan durante el fin de semana y no quiere quedarse sola. —lo miré excusándome.

Él suspiró luciendo derrotado.

—Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de fantasmas que da mucho miedo y no voy a estar allí por las próximas dos noches —declaró él con una sonrisa arrogante. Probablemente la voz de Rachel se había escuchado en todo el restaurante.

Jadeé. ¡No había pensado en eso! No dormía muy bien sin Blaine allí, tenía pesadillas, malas, sobre mi padre y, ¿ahora encima tendría sueños de fantasmas también? Desde que tenía ocho años, sólo pasé algunas semanas lejos de Blaine, como cuando uno de nosotros se fue de vacaciones, o un tiempo que él tenía varicela y tuve que estar lejos durante cuatro días. Cada vez que estaba solo, mis sueños eran tan malos que despertaba gritando. Le había pedido a Finn dormir conmigo algunas veces cuando era chico, pero él no detuvo los sueños entonces solamente dejé de pedírselo.

Sabía que Blaine no dormía en absoluto cuando no estaba conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años. Odiaba cuando mis amigos llegaban para quedarse y se quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él estaba impresionado por tener que dormir en su propia cama.


—Bien, no sé por qué luces tan arrogante al respecto; tú no vas a dormir intensamente tampoco. —sonreí, sacándole la lengua.

—¿Umh, es una invitación? —preguntó, levantando una ceja. Al instante comprendí de lo estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra vez porque le mostré mi lengua.

—Seguro —ronroneé, mirándolo de manera seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta que nosotros dejáramos el restaurante.

Inmediatamente saltó de su silla y se inclinó a mi lado, tomando mi rostro en sus manos y besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las personas y sus prejuicios estaban mirando. Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo largo de su labio inferior, la abrió rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome hacia él. El beso estaba tan bueno que me sentí ligeramente mareado. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando sólo para tener sexo después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.

—Gracias —susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. Bueno, no estoy tan acostumbrado a todo esto de tener citas y besuqueos.

—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tu hermano. —frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado.

—¿No vas a decirle, verdad? —pregunté, horrorizado ante el pensamiento de Finn sabiéndolo y volviéndose loco. Asintió.

—Sí, Ángel. Él sabía que tú me gustabas todo este tiempo, pero él no pensaba que yo te gustara, por eso necesito hablar con él sobre que nosotros estamos realmente saliendo. —hizo una mueca mientras hablaba; imagino que estaba pensando en la patada en el trasero que Finn le daría cuando se lo contara.

—Blaine, por qué nosotros sólo lo dejamos por un tiempo y luego tal vez en un par de semanas, si todo va bien, entonces podemos hablar con él juntos. Quiero decir, ¿ni siquiera sabemos si esto va a funcionar, verdad? —pregunté con un encogimiento de hombros.

Realmente no veía el punto en hablar con Finn y trastornarlo todo si esto no iba a funcionar. En realidad, ¿cuánto tiempo duraría esto, una vez que comprendiera que yo realmente no pensaba acostarme con él en un corto plazo? Cuando estuviera aburrido o desesperado, huiría de mí hacia la posibilidad más cercana de sexo fácil, gritando mientras se va.

Se veía un poco asustado.

—¿Tú piensas que esto no funcionará? —preguntó, su voz sonando lastimada.

—¿Honestamente? Solamente no creo que puedas esperar, Blaine. ¿Cuánto tiempo va a pasar antes de decidir qué has tenido suficiente y dormir con algún chico bonito y tonto? —le respondí, odiando la expresión de dolor que cruzaba su rostro.

—Prometo que nunca te engañaré, nunca. He esperado demasiado tiempo por esta oportunidad; no voy a estropearla. —tomó mi mano y podía ver la honestidad en sus ojos. Realmente creía que no me engañaría, pero él era un adolescente después de todo y su cuerpo diría algo más, eventualmente.

—¿Vamos a esperar un poco, está bien? —sugerí, apartando mi mano y haciéndole una seña al camarero. Vino inmediatamente.

—Hola, ¿podemos conseguir la cuenta por favor? —pregunté con una sonrisa, asintió y se fue.

—Voy al baño. Si vuelve antes de que regrese, entonces usa esto, está bien —Blaine instruyó, dándome su billetera y caminando rápidamente al baño.

Hice una mueca; pienso que realmente herí sus sentimientos diciéndole eso. ¡Maldición, podía ser tan estúpido a veces! Lo miré mientras se alejaba, mis ojos inconscientemente enfocaron su trasero. ¡Wow, realmente tiene un lindo trasero! Alguien limpió su garganta al lado mío haciéndome sonrojar porque acababa de verme mirándolo. Alcé la vista y el camarero estaba de pie allí con la cuenta.

—¡Oh, lo siento! No me di cuenta que estabas allí —refunfuñé, avergonzado.

—No te preocupes por ello. —me dio el recibo y se inclinó junto a mí, así que estábamos al mismo nivel. Él puso una mano al dorso de mi silla y una sobre la mesa. Mi corazón comenzó a correr. Él estaba muy cerca.

—Entonces, no te he visto antes por aquí. Definitivamente habría recordado un rostro tan bonito como el tuyo —dijo, sus ojos clavados en mí, desnudándome con la mirada. Me retorcí en mi asiento.

—Eh no, no he estado aquí antes —murmuré incómodamente, mirando la cantidad que debía y agarrando la billetera de Blaine de mi regazo.

—Soy Chandler. —ofreció su mano. Lo miré y tragué saliva; realmente no quería tocarlo, así que solo jugaba con la billetera de Blaine fingiendo buscar algo. Lo sentí jugando con el cabello de mi nuca y me sentí mal.

—¿Así que, cómo te llamas? —preguntó entusiasmado.

—Su nombre es tócalo otra vez y te rompo la cara —gruñó Blaine posesivamente detrás mí. Físicamente me relajé.

El tipo se levantó inmediatamente.

—Lo siento, solamente hablaba con tu novio eso es todo. No paso nada —dijo con inocencia.

—Correcto —contestó Blaine, sonando realmente molesto. Extendió la mano y tomó el recibo y su billetera de mis manos, lo miró y luego le dio el dinero al tipo mirándolo todavía airadamente. Mi respiración todavía no había vuelto a la normalidad, mi corazón seguía corriendo. Blaine me ofreció su mano.

—¿Estás listo, Ángel? —preguntó, sin quitar sus ojos del camarero. Tomé su mano y me levanté, siguiéndolo mientras me conducía fuera del restaurante. Una vez que cerró la puerta se volvió hacia a mí.

—¿Estás bien? Te ves muy pálido —dio un paso más cerca de mí y puso sus labios sobre mi cuello. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y me presioné contra él, dejando que su olor llenara mis pulmones, su respiración soplando mi espalda y hombros, haciendo que todo mi cuerpo se relaje.

Me alejé después de un par de minutos.

—Estoy bien ahora. —le sonreí de modo tranquilizador y acaricié ligeramente un lado de su rostro—. Vamos, hay que regresar. Tengo que ayudar a Finn a limpiar así él comprará la pizza esta noche —bromeé.

Sonrió y entonces caminamos hacia su auto, deslizó su mano en la mía. No podía dejar de sonreír. Se sentía bien por alguna razón; su mano parecía encajar perfectamente en la mía. Era tan natural que era casi demasiado fácil.

***

Tomó un largo tiempo limpiar la casa. Alguien había vomitado en el patio trasero así que mandé a Finn a limpiar eso mientras yo trabajaba en la cocina, recogiendo todos los vasos y botellas vacías. Parecía que la fiesta se había salido un poco de control después de que Blaine y yo nos fuimos a la cama, y mi idiota hermano borracho no se había molestado en detenerlo.

—Ésta es la razón por la que me mantengo sobrio —declaró Blaine, arrugando su cara con desagrado al ver un jarrón lleno de orina en el alféizar de la ventana de la cocina.

—¿Te mantienes sobrio para evitar que las personas orinen en los adornos de mi mamá? —pregunté, riendo. Él asintió.

—Sorprendente pero cierto. Siempre hay alguien que no se molesta en caminar hasta el baño —bromeó, haciéndome reír más.

Me sonrió, haciendo que mi corazón se derrita, y Finn entró.

—Wow, ¿en serio los acabo de escuchar riéndose de algo juntos? Es la primera vez —dijo mirando lo que estaba sosteniendo Blaine y pestañando.

—Será mejor que vaya a resolver esto —murmuró Blaine, caminando rápidamente.

Podía notar que estaba un poco incómodo por mentirle a Finn, pero yo estaba realmente seguro de que un par de semanas sería lo mejor, sólo para asegurarnos que esto era lo que ambos queríamos.

—Finn, ¿se puede quedar Rachel este fin de semana? Sus padres están en un crucero o algo así y no quiere quedarse sola —pregunté, rascando mi nuca y haciendo un puchero. Hizo una mueca.

—¡Ugh! Esa niña no hace nada más que coquetear conmigo, no me importaría tanto si fuera mayor, pero quiero decir, por Dios, ¡tiene la edad de mi hermano pequeño! ¡Ew! —dijo con falso estremecimiento.

—¿Así que piensas que alguien de dieciséis no debería salir con alguien de dieciocho? —pregunté, tratando ser casual.

No lo creyó, me miró con escepticismo.

—No estás interesado en nadie de dieciocho, ¿verdad? —preguntó, entrecerrando los ojos hacia mí. Vi a Blaine volver por el pasillo desde la esquina de mi ojo.

—No, estaba hablando sobre Rachel —mentí. Asintió, al parecer satisfecho.

—No, no creo que deberían. Quiero decir, ¿qué clase de persona de dieciocho años miraría a alguien de dieciséis de esa forma? —preguntó, mirando a Blaine mientras pasaba, viéndose un poco avergonzado.

—Sólo son dos años, Finn, no es la gran cosa. Sólo estás enloqueciendo porque es la misma edad que tengo yo. Sólo porque tú no saldrías con alguien de mi edad, no quiere decir que otros chicos se sientan de la misma manera, ¿cierto, Blaine? —respondí, todavía tratando de sonar casual a pesar de que mi voz se quebró un poco cuando dije el nombre de Blaine.

—Cierto. Conozco a muchos chicos de dieciséis que están increíbles —respondió Blaine, guiñándome un ojo detrás de la espalda de mi hermano.

—Sí, pero tú no puedes salir con ninguno de ellos —gruñó Finn, girándose para mirarlo y golpeándolo en la nuca mientras pasaba. Me encontré con la mirada de Blaine y estaba un poco sorprendido. Wow, Finn de verdad sabía que le gustaba, y al parecer estaba muy en contra a la idea de nosotros estando juntos. Esto podría ser incluso más complicado de lo que pensé.

Rachel llegó aproximadamente una hora más tarde.

—Hola Finn, hola Blaine —ronroneó mientras entraba, dándoles a ambos una sonrisa coqueta. Vi a Blaine reírse en voz baja mientras le sonreía de vuelta.

—Hola, Rach —sonrió Finn, guiñándole un ojo. Realmente no estaba ayudando. Si quería que ella lo deje en paz, entonces, ¿por qué animarla?

—Vamos, dejemos al par de idiotas solos —bromeé mientras agarraba su mano y la arrastraba a mi habitación. Vi a Blaine sonreírme por la esquina de mi ojo.

—No puedo creer que voy a pasar todo el fin de semana aquí contigo y tu hermano. ¿Piensas que Blaine se quedará también? —preguntó con sus ojos brillando.

—No lo sé, tal vez deberías preguntarle. —sonreí un poco incómodo. Podía imaginarla coqueteando con Blaine justo en frente de mí; no estaba seguro de cómo me voy a sentir al respecto.

Dejó caer sus cosas en el piso y se tiró en mi cama. De repente se dio vuelta y agarró mi almohada frunciéndole el ceño, se veía confundida.

—Kurt, ¿por qué tu almohada huele a loción? Tú no usas loción.

Podía sentir mis nervios burbujeando.

—Eh... bueno, yo...eh.... ¡Oh! Se la presté a Finn, así que debe oler a él —mentí, tropezando con las palabras.

Enterró su cara en la almohada.

—Hm, voy a dormir con ésta esta noche —declaró, apretando la almohada.

Me atraganté con la risa.

—Como sea, Rachel. Comamos, estoy muriéndome de hambre. —me empujé fuera de la cama y caminé hacia la puerta así podíamos pedir la comida.

—¡Tengo esto! —chilló, agitando un DVD frente a mi cara. Rodé los ojos y caminé a la sala, dejándome caer en el sofá junto a Blaine. Él puso su mano en el sofá junto a la mía y discretamente frotó su meñique contra el mío cuando nadie estaba mirando.

—¿Pediste la comida, Finn? —le pregunté, poniéndome de lado en el sofá para que mi rodilla toque el muslo de Blaine. Vi una sonrisa asomarse en la comisura de su boca.

—Si, hecho. Estará aquí en diez —dijo Finn, moviéndose en el otro sofá unos centímetros porque Rachel prácticamente se había sentado sobre su regazo.

—Así que, Blaine, ¿tu lindo trasero se quedará esta noche aquí también? Estoy más que feliz de compartir mi cama si quieres. Leí en internet que hay formas de cambiar la orientación sexual de una persona —ronroneó Rachel seductoramente.

Lo sentí cambiar su peso más cerca de mí por lo que su pierna estaba casi sobre la mía.

—No, no puedo. Estoy ocupado esta noche. —se encogió de hombros y apartó la mirada hacia el televisor—. Oh… y, por cierto… me encanta ser gay —declaró con una sonrisa y mirándome por la esquina de su ojo.

—Oh, bueno. Tendrás que ser sólo tu entonces, Finn, si estás interesado —ronroneó.

No escuché su respuesta, mis oídos habían comenzado a sonar. En realidad comencé a sentir celos. Era la primera vez que había sentido algo como esto, quería pararme y gritarle a mi mejor amiga que deje a Blaine en paz. Estallé en risas y mordí mi labio para detenerme.

Todos me miraron como si estuviera loco.

—¿Qué? —preguntó confundido Finn.

Sacudí la cabeza, sonriendo.

—Nada, sólo pensé en un chiste  —mentí levantándome—. ¿Alguien quiere algo para tomar? —ofrecí, necesitando cambiar de tema. Todos dijeron que sí, así que me dirigí a la nevera y agarré cuatro latas de Pepsi.

Mientras cerraba la puerta, Blaine me agarró desde atrás y me hizo girar para mirarlo. Estaba parado tan cerca que podía sentir su respiración golpeándome en la cara.

—Ya te extraño —susurró, besándome suavemente. Tiré mis brazos alrededor de su cuello y lo empujé hacia mí, profundizando el beso y enredando mis manos en su cabello. Dio un paso hacia adelante haciéndome ir hacia atrás, así que mi espalda estaba contra la nevera mientras que él empujaba su cuerpo contra el mío—. Creo que simplemente deberíamos hablar con tu hermano ahora —murmuró mientras se alejaba un par de minutos más tarde.

Negué con la cabeza, mirándolo suplicante.

—No, sólo un par de semanas, es todo lo que pido —esbozó una pequeña sonrisa.

—Está bien, como quieras. Pero, ¿puedes hacer que tu amiga deje de coquetear conmigo? Dile que tengo dueño.

Mi respiración se atoró en mi garganta con sus palabras.

—¿Tienes dueño? —pregunté tímidamente.

Me besó de nuevo, dándole a mi cuerpo un hormigueo y haciendo que anhele por más.

—Definitivamente tengo dueño,  si tú me quieres tener —contestó, mirándome fijamente a los ojos. Por dentro estaba saltando de alegría, mi corazón latía tan rápido que casi lo podía escuchar en mis oídos, pero mi cabeza todavía me decía que tenga cuidado.

—Te tengo si tú me tienes —negocié.

Me dio una sonrisa maliciosa.

—Absolutamente. Cuando estés listo, te tendré todo el tiempo —dijo sugestivamente, meneando las cejas hacia mí. Jadeé y lo empujé, haciéndolo reír—. Oh, vamos, estoy autorizado a decirte comentarios calientes ahora, ¿verdad? Quiero decir, eres mi novio así que tengo que usar mis mejores movimientos contigo —dijo, fingiendo estar herido.

¿Me acababa de llamar su novio? Mi corazón se derritió con el sonido de esa palabra saliendo de su boca.

—Dilo otra vez —susurré, tirándolo más cerca de mí.

—¿Estoy autorizado a decirte comentarios calientes? —preguntó, luciendo un poco confundido.

Negué con la cabeza.

—No, eso no. La siguiente parte —murmuré, presionando mis labios en su cuello.

—¿Eres mi novio? —preguntó. Asentí, con la respiración entrecortada, esas palabras me hicieron sentir como si estuviera volando, honestamente no podía recordar la última vez que estuve así de feliz. Él sonrió—. Eres mi novio, Ángel —ronroneó seductoramente, besando ligeramente mis labios—. Mi chico. —me besó de nuevo—. El único que quiero. —me besó otra vez, ésta vez no lo dejé retirarse, sostuve su cabeza contra la mía y lo besé apasionadamente, haciéndolo gemir suavemente. De pronto, saltó lejos de mí y se movió hacia el costado. Lo miré confundido, ¿había hecho algo mal? Justo entonces, Finn dobló la esquina, dándome una expresión severa.