FANFIC KLAINE. "El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación" Epílogo - Parte II

Observé mientras lo llevaban fuera de la habitación, dejándome solo. Me sentí enfermo. No podía dejarlos hacer esto, esto no era su culpa. Podría presentar cargos también, entonces verían que mi padre me golpeó primero, y luego Blaine sería liberado porque estaba defendiéndome. Pero no lo dejarían libre por eso, ¿no? Defenderme es una cosa, pero él se volvió loco, nunca creerían que lo que hizo fue en defensa propia.

Pongo mis manos sobre mi rostro, intentando pensar en algo. De cualquier manera, Blaine seguiría metido en problemas por esto porque mi padre había presentado cargos, aún si presentaba cargos contra mi padre, los cargos de Blaine seguirían en pie. Autodefensa o no, aún sería acusado de lesiones corporales graves.

¿Y si era enviado a la cárcel por esto y lo perdía? En la única cosa que podía pensar era en conseguir que mi padre quitara los cargos. Tomé mi teléfono y llamé a Finn. Contestó en el segundo tono.

—Finn, Blaine fue arrestado —dije simplemente.

—¿Qué demonios? ¡Esto no puede ser posible! —gritó, haciéndome encogerme lejos del teléfono ligeramente.

—Finn escucha, la hora de visitas comenzará pronto, ¿puedes traerme algo de ropa limpia para entonces? —pregunté, intentando mantener la calma.

—Sí, estaré allí en como veinte minutos —accedió. Podía escucharlo haciendo un estrépito en el fondo, probablemente lanzando todas mis cosas en un bolso o algo.

—Gracias. —Cerré mi teléfono, presionándolo contra mi frente, pensando. ¿Había otra manera? No veía otra opción posible.

Mis manos estaban temblando, estaba asustado, pero de todas maneras marqué el número de teléfono de la casa de mi padre. Sonó por un largo tiempo. Justo cuando estaba a punto de rendirme, contestó. Su voz sonando gruesa por la somnolencia envió un estremecimiento por mi columna. Cerré mis ojos con fuerza.

—¿Hola? —De alguna manera se las arregló para sonar aterrador con una palabra.

—Soy Kurt—dije, tragando el nudo en mi garganta.

Él rió.

—¿Y qué puedo hacer por ti, Kurt?

—Quiero que quites los cargos contra Blaine—contesté, intentando sonar seguro.

Rió de nuevo.

—No voy a quitar los cargos. ¡Ese imbécil rompió mi nariz! Deberías ver lo que le hizo a mi rostro —gritó, haciéndome estremecer. ¿Cómo es que lograba asustarme estando sólo al teléfono?

—Por favor, por favor no hagas esto —rogué, intentando no llorar.

Él suspiró.

—¿Quieres que quité los cargos?

—Sí —contesté, secando las lágrimas de mi rostro.

—Ven a mi casa y hablaremos sobre esto —declaró, sonando divertido.

¿Ir a su casa? Oh mierda, ¿estaba bromeando?

—Sabes que me golpeaste primero. Por favor quita los cargos. —rogué, sintiendo como la bilis subía por mi garganta. Le encantaba sentirse superior, podía notarlo.

—Ven a mi casa y hablaremos sobre eso —repitió.

Levanté la mirada al reloj; Finn estaría aquí en como diez minutos.

—¿Puedo llevar a Finn? —pregunté, sabiendo que era la pregunta más estúpida que había hecho en mi vida. ¿Por qué mierda me dejaría llevar a Finn? Si Finn estaba en algún lugar cerca de nuestro padre, entonces no tendríamos que preocuparnos por cargos, porque él estaría enterrado a un lado de alguna carretera.

—No. ¡Deja a ese maldito fuera de esto! —gruñó.

Mierda, ¿puedo hacer esto? ¿Realmente puedo ir allí y hablar con él? ¿Era lo suficientemente fuerte? Sabía la respuesta a esa pregunta. Haría cualquier cosa por Blaine, aún si tenía que matar a mi padre yo mismo para detenerlo de presentar cargos, lo haría. Sin víctima, no hay crimen.

Me tragué mi miedo.

—Bien, estaré allí en una hora —dije silenciosamente mientras cerraba mi teléfono, desesperadamente intentando no sufrir un ataque de pánico. Necesitaba ser el fuerte ahora.

Me recosté en la cama e intenté calmarme. No podía estar demasiado alterado cuando Finn viniera, de otro modo no querría dejarme solo. Yací allí, contando las losas de espuma en el techo, intentando no pensar en algo más. Llegué a 867 antes de que Finn entrara corriendo a la habitación. Lucía realmente cansado y estresado. Apostaría mi último centavo a que no había dormido muy bien anoche. Me atrajo en un abrazo delicadamente e intenté no estremecerme cuando mi estómago y cabeza dolieron.

—Mierda, Kurt, esto es malo. —Sacudió su cabeza, luciendo enojado y preocupado al mismo tiempo.

Asentí; necesitaba sacarlo de aquí rápido.

—Finn, necesito que vayas a la estación de policía y veas si hay algo que puedas hacer por Blaine. No me dejarán salir en un par días, así que no puedo ir —ordené, presionando su mano.

Él asintió, luciendo preocupado.

—¿Estás seguro de que no quieres que me quedé aquí contigo por un rato? ¿Estás bien?

Asentí y sonreí débilmente.

—Sólo necesito que Blaine esté bien. Así que si puedes hacer eso por mí, Finn —pedí, asintiendo hacia la puerta.

Me abrazó de nuevo.

—Bien. Te llamaré si averiguo algo. —Besó la parte superior de mi cabeza y puso un bolso con mi ropa en el suelo junto a mi cama.

Asentí y lo atraje en otro abrazo para no tener que mentirle en la cara.

—Bien. Por favor ve a ver si puedes hacer algo —rogué.

—Cierto. Te veré en un rato. —Sonrió tranquilizadoramente antes de girarse y correr fuera de la habitación.

Le di un minuto para irse antes de apretar el botón de llamada en la muralla. Una enfermera entró al instante.

—Hola, ¿cómo te estás sintiendo hoy? ¿Necesitas más analgésicos? —preguntó, sonriendo amablemente.

Sacudí mi cabeza.

—No, necesito que me den el alta. Mi hermano fue a buscar el auto. Mi mamá ha tenido un accidente. Necesito irme —mentí, balanceando mis piernas fuera de la cama.

—Kurt, no puedes sólo irte, tuviste una cirugía ayer —frunció el ceño.

—El doctor dijo que podía irme a casa esta semana. Son sólo unos pocos días antes —repliqué, agarrando el bolso que Finn trajo y comenzando a ponerme mi ropa, estremeciéndome levemente mientras me movía.

—¡Kurt, no deberías salir de la cama todavía! Aún si eres dado de alta esta semana sería para estar en cama por un par de días más —explicó, frunciéndome el ceño.

—Mira, aprecio tu preocupación, pero me iré de este hospital ahora. No puedes retenerme aquí en contra de mi voluntad. Conozco mis derechos. Puedo darme de alta temprano siempre que firme una forma diciendo que me voy en contra de las órdenes del doctor para que no pueda demandarlos después —dije severamente.

Ella comenzaba a molestarme; no tenía tiempo para esto. Me miró un poco sorprendida antes de asentir.

—Iré a buscar a un doctor —murmuró, dirigiéndose a la puerta.

—Dígale que traiga las formas con él, no tengo tiempo para esperar —solicité, mordiendo el interior de mi mejilla. Estaba ansioso por terminar con esto; necesitaba a Blaine fuera de problemas, ahora.

Terminé de vestirme y guardé mis cosas y me senté en la cama, impacientemente observando la segunda manilla del reloj avanzando. Finalmente, luego de lo que se sintió como una hora pero probablemente fueron tres minutos, un doctor entró mirándome severamente.

—Kurt, no recomiendo que dejes el hospital todavía —declaró.

Sacudí mi cabeza.

—Mi mamá ha tenido un accidente; necesito ir con mi hermano. Está en el auto esperándome, necesito irme ahora. Sólo muéstreme dónde firmar. —Asentí hacia el sujetapapeles en su mano.

Él suspiró y me pasó la forma apuntando el final.

—Básicamente es un permiso, diciendo que te he recomendado quedarte en el hospital y te estás yendo en contra de mis órdenes —explicó mientras firmaba mi nombre en los tres lugares que apuntó. Asentí y se lo devolví, agarrando mi bolso—. Necesitas tomarlo con calma, Kurt. Si comienzas a sentirte mareado o confuso, regresa. Si comienzas a sangrar o tienes dolores fuertes, tendrás que volver inmediatamente —ordenó, mirándome preocupado.

Asentí confirmando.

—Lo haré. Necesito irme. Gracias por su tiempo —repliqué, haciendo mi camino hacia la puerta. No me detuve para mirar atrás; caminé lo más rápido que pude hacia la parada de taxis y salté en el primer taxi disponible, dándole la dirección de mi padre.