Química Perfecta {klaine} ADAPTADA.

Que bueno que actualices ya extrañaba este fic


Por favor que Blaine no sea tan terco y escuche a Kurt

Mala mujer, como que te habías olvidado xDDD!!!!!
Esta buenisimo, ojalá pronto actualices (no lo olvideees!!!!)
un abrazo :)

Veronica Everett Criss escribió:Esperare esos capitulos ansiosamente!!!
Cuidate, saludos

Ya actualizo, muchas gracias por leer Vero, ¡besos!

gleeclast escribió: que bueno que te acordaste de la historia me encantaron y fasinaron los dos capitulos espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo

Si, perdón por olvidarme :(. ¡Me alegra que te gustaran! Ya actualizo :).

Gaby Klainer escribió:Que bueno que actualices ya extrañaba este fic


Por favor que Blaine no sea tan terco y escuche a Kurt

Perdón, de nuevo, por olvidarme :(. Me alegra que te guste, gracias por leer Gaby :).

Amyxs41 escribió:Mala mujer, como que te habías olvidado xDDD!!!!!
Esta buenisimo, ojalá pronto actualices (no lo olvideees!!!!)
un abrazo :)

Owwww, sí, ya sé, soy mala y me olvido :( no me castigues jkdfgkdfg ah re loca.
Ya actualizo, besoooos.

48. Blaine.
- Vayámonos de aquí, mi amor, tú y yo. ¡Vamos!
Dejo escapar un suspiro de alivio cuando me monto en Julio y Kurt se sube de un salto detrás. Me rodea la cintura con los brazos y se sujeta con fuerza cuando salimos a toda velocidad del aparcamiento. Volamos por las calles, que con la velocidad acaban convirtiéndose en un borrón. Ni siquiera me detengo cuando empieza a llover.
- ¿Podemos parar ya? -grita Kurt bajo la ensordecedora tormenta.
Aparco bajo un viejo puente abandonado junto al lago. La lluvia golpea el cemento que nos rodea, pero al menos allí podemos resguardamos.
Kurt baja de la moto de un salto.
- Eres un idiota -me dice-. No puedes traficar con drogas. Es peligroso y estúpido, y además me lo prometiste. Podrías ir a la cárcel. A la cárcel, Blaine. Puede que a ti no te importe, pero a mí sí. No permitiré que arruines tu vida.
- ¿Qué quieres oír?
- Nada. Todo. Di algo para que no me quede aquí sintiéndome como un imbécil.
- La verdad es que... Kurt, mírame.
- No puedo -dice mientras observa caer la lluvia-. Estoy tan cansado de pensar en todo lo que puede suceder. -Tiro de él para acercarlo a mí-.
-No pienses, Kurt. Todo se arreglará.-
- Pero...
- Nada de peros. Confía en mí.
Mi boca se cierra sobre la suya. La fragancia de la lluvia y el olor a galletas me tranquiliza. Lo rodeo con los brazos. Él me agarra por los hombros empapados y me reclama más. Deslizo las manos bajo su camiseta y recorro su ombligo con los dedos.
- Ven conmigo -le digo antes de levantarlo del suelo y sentarlo a horcajadas sobre mi moto.
No puedo dejar de besarlo. Le susurro que no puedo vivir sin él. Le recorro el cuello con mis labios y me detengo un instante allí hasta que él se inclina hacia atrás y me deja quitarle la camiseta. Puedo hacerle olvidar todas sus inquietudes. Cuando estamos juntos, no puedo pensar en otra cosa que no sea él.
- Estoy perdiendo el control -dice Kurt mordiéndome el labio inferior. Me encantan sus labios.
- Cariño, ya lo hemos perdido -le digo, y me froto contra él para demostrarle hasta qué punto lo hemos perdido. Él contonea las caderas lenta, seductoramente, en una invitación que no merezco. Le rozo los labios con la yema de los dedos. Él me los besa antes de hacerlos descender hasta su barbilla, su cuello, su pecho. Kurt me coge de la mano.
- No quiero parar, Blaine. -Le cubro el cuerpo con el mío.
Podría hacerlo. Sé que me lo está pidiendo. Pero entonces aparece la conciencia. La estúpida apuesta que hice con Sam. Y lo que me dijo mi madre sobre lo fácil que es dejarse llevar por las hormonas.
Cuando hice la apuesta, no sentía nada en absoluto por este blanquito tan complicado. Pero ahora... mierda, no quiero pensar en mis sentimientos. Los odio, solo sirven para complicarte la vida. Quiero hacer el amor con Kurt, pero no encima de una moto, como si fuera un cualquiera. Alejo mis manos de su cuerpo perfecto. Es lo único sensato que he hecho esta noche.
- No podemos hacerlo así. Aquí no -le digo con voz ronca por la sobrecarga de emoción. Kurt iba a entregarme su cuerpo pese a saber quién soy y lo que estoy a punto de hacer. La realidad es difícil de digerir.
Espero que él se sienta avergonzado, puede que incluso enfadado. Pero, en lugar de eso, se acurruca en mi pecho y me abraza. «No me hagas esto», quiero decir, pero acabo por rodearlo con mis brazos, arropándolo.
- Te quiero -le oigo susurrar tan levemente que por un momento creo que son mis propios sentimientos los que me hablan.
Me siento tentado a decir: «No lo hagas. ¡No! ¡No!» Siento una punzada en el estómago mientras lo abrazo con más fuerza. Vaya, si las cosas fueran distintas, nunca lo dejaría marchar. Escondo el rostro entre su cabello y fantaseo acerca de llevarlo lejos de Fairfield.
Nos quedamos así durante mucho rato, mucho después de que deje de llover. Cuando por fin salgo del ensueño, lo ayudo a bajar de la moto para que pueda ponerse la camiseta.
Kurt me mira con unos ojos llenos de esperanza.
- ¿Vas a hacer ese trapicheo?
Me bajo de Julio y camino hasta el final del túnel. Me mojo la mano con el agua que aún resbala por la pared y dejo que el frío se me cuele entre los dedos.
- Tengo que hacerlo -le contesto sin darme la vuelta. Él se acerca.
- ¿Por qué? ¿Por qué tienes que hacer algo que puede llevarte a la cárcel?
Acaricio su mejilla suave y pálida con la palma de la mano y lo miro con una sonrisa triste.
- ¿No sabías que los pandilleros trafican con drogas? Es parte del trabajo.
- Pues déjalo. Seguro que hay un modo de...
- Todos lo que quieren dejarlo, deben enfrentarse a un reto. Torturas, una paliza. Si sobrevives, te dejan salir. Déjame decirte algo, precioso, solo conozco a una persona que ha salido con vida de un reto. Aunque le zurraron a conciencia, y creo que el tipo preferiría estar muerto. Nunca lo entenderás. Mi familia lo necesita.
- ¿Por dinero? Aparto la mano de su cara.
- No, no es por dinero -Echo la cabeza hacia atrás con una mueca de desesperación-. ¿Podemos cambiar de tema, por favor?
- No quiero que hagas nada ilegal.
- Cariño, lo que tú necesitas es un santo. O un funcionario. Y yo no soy ninguna de las dos cosas.
- ¿Te importo, Blaine?
- Sí.
- Entonces, demuéstramelo.
Me quito la bandana de la cabeza y me peino el cabello con los dedos.
- ¿Sabes lo difícil que ha sido todo para mí? Mi madre espera que proteja a la familia desde los Latino Blood, pero al mismo tiempo lo rechaza. Héctor quiere que demuestre mi lealtad a la banda y tú, la única persona con la que siento que puedo llevar una vida normal algún día, quieres que te demuestre mi amor haciendo algo que podría poner en peligro a mi familia. Tengo que hacerlo, ¿vale? Y nadie, ni siquiera tú, va a hacerme cambiar de idea. Olvídalo.
- ¿Y vas a sacrificar lo nuestro?
- Maldita sea, no me hagas esto. No tenemos que sacrificar nada.
- Si empiezas a traficar con drogas, se acabó. Yo he sacrificado todo lo que tenía por ti... por nosotros. Mis amigos. Mis padres. Todo. ¿No puedes hacer lo mismo?
Le doy mi chaqueta cuando los dientes le empiezan a castañetear.
- Toma. Ponte esto.
Se acabó. Esta es mi vida. Si no puede asumirlo, tendrá que volver con Adam. O con quien encaje en su molde de príncipe azul.
Me pide que lo lleve a casa de Rachel.
- Creo que deberíamos trabajar por separado en el proyecto de química -sugiere antes de devolverme la chaqueta, frente a la enorme casa junto a la playa-. ¿Quieres hacer los calentadores o prefieres redactar el proyecto?
- Como quieras.
- Bueno, a mí se me da muy bien escribir...
- Vale. Yo haré lo otro.
- Blaine, no tiene por qué ser así.
Tiene los ojos húmedos. Tengo que salir pitando de allí antes de que aparezcan las lágrimas. No podría soportarlo.
- Sí, tiene que ser así -le digo antes de alejarme de allí en la moto.

49. Kurt.
Tras dos paquetes de pañuelos, Rachel dejó de intentar animarme y me permitió llorar hasta que me quedé dormido. Por la mañana, le pido que deje las persianas bajadas y las cortinas cerradas. No hay nada malo en quedarse todo el día en cama, ¿verdad?
- Gracias por no decirme "ya te lo había advertido". -Busco algo que ponerme en su armario después de que me haya obligado a levantarme. Su hermano siempre deja ropa en su armario para prestarme a mí por cualquier emergencia.
Ella está de pie junto al vestidor, maquillándose.
- No voy a decírtelo, pero puedes estar seguro de que lo pienso.
- Gracias -respondo con ironía. Rachel saca unos vaqueros y una camiseta de manga larga del armario.
- Toma, ponte esto. No estarás ni la mitad de mono que con tu ropa, pero seguirás estando mejor que ningún chico de Fairfield.
- No digas eso.
- ¿Por qué? Es la verdad.
- No, no lo es. Tengo la piel demasiado pálida.
- A los chicos les encanta. ¿Sabes cuántas personas pagarían por tenerla así?
- Tengo la nariz torcida.
- Solo desde cierto ángulo.
- Tengo mi "paquete" demasiado grande.
- Kurt, es grande. A los chicos homosexuales les obsesionan los penes grandes. Les da igual que que sea de tamaño exagerado, siempre será grande -dice, apartándome del espejo-. Admítelo, estás como un tren. Vale, ahora mismo tienes los ojos muy rojos y te han salido bolsas después de llorar toda la noche. Pero eres precioso. Mírate, Kurt, y di en voz alta: «Estoy cañón».
- No.
- Venga. Te sentirás mejor. Mírate en el espejo y grita; ¡Mi piel mola!
- No.
- ¿No puedes admitir por lo menos que tienes un pelo precioso?
- ¿Hablas contigo misma delante de un espejo? -le pregunto.
- Claro. ¿Quieres verlo? -Me aparta hacia un lado y se coloca frente al espejo-. No estás nada mal, Rachel -exclama-. Finn es un tipo con suerte -continúa, y volviéndose hacia mí, añade-: Ves, es fácil.
Sin embargo, en lugar de estallar en carcajadas, me echo a llorar.
- ¿Tan fea soy?
Niego con la cabeza.
- ¿Es porque no mi hermano no tiene ropa con pedrería? Sé que tu madre te ha echado de casa, pero ¿crees que nos dejará entrar para asaltar tu armario? No sé cuánto tiempo aguantarás con su talla.
Mi madre no llamó anoche para preguntar por mí. Creo que esperaba que lo hiciera, aunque raras veces cumple con mis expectativas. Y mi padre... bueno, probablemente no sepa que anoche no dormí en casa. Pueden quedarse con mi ropa. Aunque puede que más tarde me escape para ver cómo está Finn.
- ¿Quieres un consejo? -me pregunta Rachel.
La miro con cautela.
- No lo sé. Nunca te ha gustado la idea de que Blaine y yo saliéramos juntos.
- Eso no es verdad, Kurt. Nunca te he dicho nada. Aun así, creo que cuando se relaja, es un buen chico. Nos divertimos mucho el día que fuimos al Lago Ginebra. Finn también. Me dijo que Blaine era un tío guay. No sé lo que ha ocurrido entre vosotros dos, pero tienes dos opciones: o te olvidas de él o sacas toda la artillería.
- ¿Es eso lo que haces tú con Finn?
Sonríe.
- A veces, digamos que Finn necesita un toque de atención. Cuando nuestra relación empieza a hacerse monótona, hago algo para reavivarla. No lo interpretes como una excusa para arrodillarte ante Blaine. Pero si es realmente la persona que deseas, ¿qué te impide ir a por él? No me gusta verte triste, Kurt.
- ¿Me veías feliz con Blaine?
- Más bien obsesionado. Pero sí, también feliz. Más feliz de lo que habías estado en muchísimo tiempo. Cuando alguien te gusta mucho, sueles estar o muy bien o muy mal. ¿Tiene sentido?
- Sí, aunque me hace parecer bipolar.
- El amor puede hacerte sentir así.

Cómo prometí, están los dos capítulos que dije ayer, ¡ojalá les gusten!
¿No creen que Blaine en la moto fue muy tierno? Lástima que va a hacer ese trapicheo, ojalá entre en razón, ¿no?
Gracias por leer, los adorooooooo.

Me encantaron los dos capitulo espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo espero blaine recapasite y no haga el trapicheo y regrese con kurt bueno como lo he dicho antes me encanta esta historia otra vez espero actualices pronto

Ammm... Finn no estaba en silla de ruedas???
Oh Dios me confundooooo :'( hahahaha pero igual me gusta la historiaaa

Wiiiiiiiiii Rachel hizo entrar en razón a Kurt eso es bueno.

Blaine se esta sacrificando, Kurt debería entender.

Ya te extrañaba. Tu adaptacion es simplemente super mega hiper mega re contra super mega Genial



Besos

gleeclast escribió:Me encantaron los dos capitulo espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo espero blaine recapasite y no haga el trapicheo y regrese con kurt bueno como lo he dicho antes me encanta esta historia otra vez espero actualices pronto

Me alegra que te guste, y perdón por el restraso :(.

AndersonHummel escribió:Ammm... Finn no estaba en silla de ruedas???
Oh Dios me confundooooo :'( hahahaha pero igual me gusta la historiaaa

Hay dos Finn en esta historia, fue un error mío en el principio :'(, ah. Uno es Finn, novio de Rachel, y otro es el hermano de Kurt, pero ya cambio los nombres y se arregla :).

Gaby Klainer escribió:Wiiiiiiiiii Rachel hizo entrar en razón a Kurt eso es bueno.

Blaine se esta sacrificando, Kurt debería entender.

Ya te extrañaba. Tu adaptacion es simplemente super mega hiper mega re contra super mega Genial



-w-Besos

Perdón por el retraso, de nuevo :(((( pero ya estoy acá, jaja. ¡Muchas gracias, y ya la sigo.

50. Blaine.
A la mañana siguiente, tras la visita de Kurt al almacén, interrumpo mi desayuno al reparar en una cabeza con una cresta en ella que asoma por la puerta principal de mi casa.
- Puck, yo de ti, mantendría una distancia prudencial -le grito.
Mi madre me da una colleja.
- Esa no es manera de tratar a tus amigos, Blaine.
Sigo comiendo mientras ella va a abrirle la puerta a ese... traidor.
- ¿No estarás todavía enfadado conmigo, verdad, Blaine? -pregunta Puck.
- Por supuesto que no está enfadado contigo, Puck. Siéntate y come algo. He hecho huevos con chorizo.
Puck tiene el descaro de darme una palmada en el hombro.
- Te perdono, tío.
Entonces, levanto la mirada, primero hacia mi madre para asegurarme de que no esté prestando atención, y luego a Puck.
- ¿Me perdonas?
- Tienes el labio muy hinchado, Puck -señala mi madre, examinando la herida que le he provocado yo.
Puck se palpa con cuidado el labio.
- Sí, me tropecé con un puño. Ya sabe cómo es eso.
- No, no lo sé. Tropiezas con demasiados puños. Un día acabarás en el hospital -sentencia, apuntándole con un dedo acusador-. Bueno, me voy a trabajar. Puck, intenta mantenerte alejado hoy de los puños, ¿vale? Blaine, cierra con llave cuando te vayas, por favor.
Miro a Puck.
- ¿Qué?
- Ya lo sabes. ¿Cómo pudiste llevar a Kurt al almacén?
- Lo siento -masculla mientras engulle nuestra comida.
- No, no lo sientes.
- De acuerdo, tienes razón. No lo siento.
Observo asqueado cómo utiliza los dedos para coger la comida y llevársela a la boca.
- No sé cómo te soporto.
- ¿Qué ocurrió anoche con Kurt? -me pregunta, siguiéndome fuera de la casa.
El desayuno amenaza con volver a salir por donde ha entrado, pero esta vez no tiene nada que ver con los modales de mi amigo. Lo cojo por el cuello de la camiseta.
- Kurt y yo hemos roto. No quiero volver a escuchar su nombre nunca más.
- Hablando del rey de Roma -canturrea mi amigo estirando el cuello. Le suelto y me doy la vuelta, esperando toparme con Kurt. Sin embargo, no lo veo por ningún lado, y cuando vuelvo a girarme, Puck me propina un puñetazo en pleno rostro.
- Estamos en paz. Y tío, el señor Hummel ha tenido que dejarte hecho polvo para que me amenaces solo por pronunciar su nombre. Sé que podrías matarme con tus propias manos -asegura Puck-, pero dudo que lo hagas.
Saboreo la sangre mientras compruebo que aún tengo la mandíbula en su sitio.
- Yo no estaría muy seguro de eso. Te voy a decir algo. Si no dejas de meterte en mi vida, te daré una paliza. Y eso incluye mis asuntos con Kurt y con Héctor.
- Pues yo también tengo que decirte algo. Meterme en tu vida es lo único que me hace seguir adelante. Joder, incluso la paliza que me dio ayer mi viejo cuando llegó borracho a casa no me entretiene tanto como tu vida.
Agacho la cabeza.
- Lo siento, Puck. No debería haberte golpeado. Ya tienes bastante con tu viejo.
Paco murmura un «no te preocupes».
Anoche fue la primera vez en la que me arrepentí de haber utilizado los puños contra alguien. A Puck le ha pegado tantas veces su viejo que probablemente llevará cicatrices el resto de su vida. Soy un auténtico gilipollas por haber actuado así. En cierto modo, me alegra que Kurt y yo hayamos acabado. No soy capaz de controlar mis sentimientos y emociones cuando estoy con él.
Mi única esperanza es poder evitarlo fuera de clase de química. Sí, eso es, porque aunque no esté cerca de él, no puedo quitármelo de la cabeza.
Una de las ventajas de haber roto con Kurt es que, durante estas dos semanas, he tenido tiempo para reflexionar sobre el asesinato de mi padre. La noche en cuestión ha empezado a regresar a mi mente en forma de destellos. Algo no encaja, pero no logro adivinar el qué. Mi padre sonreía, hablaba, y justo antes de que le dispararan, le vi sorprendido y nervioso. ¿No tendría que haberse sentido así durante todo el tiempo?
Esta noche es Halloween. Y también es la noche que Héctor ha elegido para llevar a cabo la operación. He estado inquieto todo el día. He trabajado en siete coches diferentes, y les he hecho de todo, desde cambiarles el aceite hasta remplazar juntas desgastadas y agujereadas.
Guardo la pistola de Héctor en el cajón de mi habitación, no quiero andar por ahí armado hasta que no sea necesario. Aunque en realidad es una estupidez, porque este será el primer trapicheo de los muchos que me esperan durante el resto de mi vida.
«Eres como el viejo». Intento no darle importancia a la voz que resuena en mi cabeza y que me ha atormentado todo el día. «Como el viejo».
No puedo evitarlo. Recuerdo todas las veces que mi padre me decía: «Somos colegas, Blaine. Tú y yo nos entendemos muy bien. ¿Algún día serás tan fuerte como tu padre?», me preguntaba. Y yo siempre levantaba la mirada hacia él y le contestaba con absoluta devoción: «Claro, papá. Quiero ser como tú». '
Mi padre nunca me dijo que podía llegar a ser mejor que él ni que había otra forma de hacer las cosas. Sin embargo, esta noche demostraré que soy como mi viejo. He intentado comportarme de otro modo asegurando a Carlos y a Luis que podían elegir otro camino. Soy un idiota por pensar que puedo ser un modelo para ellos.
Mis pensamientos vuelven a centrarse en Kurt. He intentado olvidar que irá con alguien al baile de Halloween. Su ex, según me ha parecido entender. Intento apartar de mi mente el hecho de que otro tío le ponga las manos encima.
Estoy seguro de que intentará besarlo. ¿Quién no iba a querer besar esos labios dulces, suaves, aterciopelados?
Esta noche trabajaré hasta la hora en la que tengo que acudir a mi cita. Si me quedara en casa solo, me volvería loco dándole vueltas a todo.
Me resbala de las manos el remachador y me golpea en toda la frente. Sin embargo, no me enfado conmigo mismo, sino con Kurt. A las ocho estoy más enfadado con mi compañero de laboratorio que con nadie en este mundo, aunque no sé si tengo derecho a estarlo.

51. Kurt.
Estoy frente al Taller de Enrique, haciendo ejercicios de respiración para controlar los nervios. Sé que Blaine está solo porque no veo el Camry del dueño del garaje por ningún lado.
Estoy decidido a seducirle.
Si lo que llevo puesto no llama su atención, nada lo hará. Voy a dar toda... voy a sacar toda la artillería. Llamo a la puerta, cierro los ojos y rezo para que todo salga tal y como tengo planeado.
Me abro la chaqueta de satén larga y plateada y la fresca brisa nocturna me acaricia la piel desnuda. Cuando el chasquido de la puerta me alerta de la presencia de Blaine , abro lentamente los ojos. Pero no son los ojos avellana de Zayn los que observan mi cuerpo semidesnudo. Es Enrique, que tiene la vista clavada en mi pecho descubierto y mi pantalón super-ajustado en algunas partes como si acabara de tocarle la lotería.
Muerto de vergüenza, me cubro con la chaqueta. Si también pudiera esconder la cabeza dentro de ella, lo haría.
- Blaine -grita Enrique, estallando en carcajadas-. Un niño que pide caramelos pregunta por ti.
Es posible que tenga la cara de color rojo remolacha, pero estoy decidido a seguir adelante. Estoy aquí para demostrarle a Blaine que no voy a abandonarle.
- ¿Quién es? -pregunta la voz de Blaine desde el interior del garaje.
- Yo ya me iba -me dice Enrique, pasando por mi lado-. Dile a Blaine que cierre el taller cuando se vaya. Hasta otra.
Enrique cruza la sombría calle mientras canturrea en voz baja.
- Enrique, ¿quién...? -La voz de Blaine se desvanece cuando llega a la puerta del taller. Me mira con furia-. ¿Necesitas indicaciones para llegar a algún sitio en particular o has venido para que te arreglen el coche?
- Ninguna de las dos cosas -respondo.
- ¿Buscas caramelos en esta zona de la ciudad?
- No.
- Se acabó, Kurt, ¿lo entiendes? ¿Por qué sigues entrometiéndote en mi vida y atormentándome de este modo? Además, ¿no tendrías que estar en el baile de Halloween con algún tipo del instituto?
- Le he dejado plantado. ¿Podemos hablar?
- Mira, tengo un montón de trabajo por hacer. ¿A qué has venido? ¿Y dónde está Enrique?
- Se ha ido -le informo, nervioso-. Creo que le he asustado.
- ¿Tú? No lo creo.
- Le he enseñado lo que llevo debajo del abrigo.
Blaine arquea las cejas.
- Déjame entrar antes de que acabe congelado aquí fuera. Por favor -le suplico, mirando hacia atrás. La oscuridad ahora me parece aterradora y el corazón me late con fuerza. Me encojo bajo el abrigo. Tengo la piel de gallina y empiezo a temblar.
Blaine deja escapar un suspiro, me conduce al interior del taller y cierra la puerta. Afortunadamente, hay un calefactor en medio del local. Me planto frente a él y empiezo a frotarme las manos.
- Mira, la verdad es que me alegro de que hayas venido. Pero ¿no rompimos hace poco?
- Quiero que lo intentemos de nuevo. Fingir que solo somos compañeros de laboratorio ha sido una tortura. Te echo de menos. ¿Y tú, me has echado de menos?
Parecen asaltarle las dudas. Ladéala cabeza, como si no estuviera muy seguro de haber oído bien.
- Sabes que aún estoy en los Latino Blood, ¿verdad?
- Lo sé. Aceptaré lo que me ofreces, Blaine.
- Nunca podré cumplir con tus expectativas.
- ¿Y si te dijera que no tengo ninguna expectativa? Aspira una profunda bocanada de aire y la suelta lentamente. Sé que está reflexionando porque su expresión se ha vuelto muy seria.
- Voy a decirte algo -dice finalmente-. Te quedarás mientras me termino la cena. No te preguntaré lo que llevas, o mejor dicho, lo que no llevas bajo el abrigo. ¿Trato hecho?
Sonrío con vacilación y me acomodo el cabello con las manos.
- Trato hecho.
- No tienes que hacer eso por mí -me asegura, apartándome la mano suavemente del pelo-. Traeré una manta para que no te ensucies.
Espero hasta que saca una manta de lana de color verde de un armario. Nos sentamos sobre ella y Blaine mira el reloj.
- ¿Quieres un poco? -pregunta, señalando la comida. Tal vez si como algo consiga tranquilizarme.
- ¿Qué es?
- Enchiladas. Mi madre las hace deliciosas -explica cortando un pedacito con el cuchillo y pasándomelo-. Si no estás acostumbrada a la comida picante...
- Me encanta el picante -le interrumpo, metiéndomelo en la boca. Empiezo a masticar, deleitándome con la mezcla de sabores. No obstante, al tragarlo la lengua me empieza a arder. En algún lugar remoto puedo distinguir el sabor, pero sigue picando mucho.
- Pica. -Es lo único que puedo articular mientras intento tragar.
- Te lo he advertido. -Blaine me pasa su vaso-. Bebe. Es mejor la leche, pero solo tengo agua.
Cojo el vaso. El líquido me enfría la lengua, pero cuando lo apuro siento que el fuego se reaviva.
- Agua... -imploro.
Blaine rellena el vaso.
- Bebe lo que quieras, aunque no creo que sirva de mucho. Pronto se te pasará.
En lugar de beber, esta vez meto la lengua en el líquido y la dejo ahí. Ahhh...
- ¿Estás bien?
- ¿A ti qué te parece? -replico como puedo.
- Lo cierto es que resulta erótico verte así, con la lengua a remojo. ¿Quieres darle otro bocado? -pregunta con picardía, comportándose como el Blaine de siempre.
- Ni de coña -le espeto, aún con la lengua dentro del vaso.
- ¿Todavía te pica?
Aparto el vaso para contestarle:
- Parece que tengo un millón de jugadores de fútbol clavándome las botas en la lengua.
- Ay -se lamenta entre risas.. ¿Sabes? Una vez me dijeron que lo mejor para calmar el picor es besar a alguien,
- ¿Es lo único que se te ha ocurrido para insinuar que quieres besarme?
El me mira fijamente y me atrae con sus ojos avellanas.
- Kurt, yo siempre quiero besarte.
- Me temo que no lo vas a conseguir tan fácilmente, Blaine. Quiero respuestas. Primero las respuestas y después los besos.
- ¿Por eso has venido hasta aquí desnudo bajo esa chaqueta?
- ¿Quién dice que vaya desnudo? -le digo, acercándome a él.
Blaine deja el plato sobre la manta. Si la boca me quema aún, apenas me doy cuenta. Ahora me toca a mí hacerme con el control de la situación.
- Juguemos a algo, Blaine. Lo llamo Haz una pregunta y desnúdate. Cada vez que formules una pregunta, tendrás que quitarte una prenda. Yo haré lo mismo.
- Calculo que me da para unas siete preguntas. ¿Cuántas tienes tú?
- Empieza, Blaine. Acabas de hacer tu primera pregunta. -Él asiente con la cabeza y se quita uno de los zapatos-. ¿Por qué no empiezas con la camiseta? -le pregunto.
- Confío que sepas que acabas de hacer una pregunta. Creo que es un ejemplo...
- No es una pregunta -insisto.
- Acabas de preguntarme por qué no empiezo por la camiseta -dice con una sonrisa.
Se me acelera el pulso. Me bajo el pantalón ajustado y escondo las piernas bajo la chaqueta.
- Ahora solo me quedan cuatro prendas. Blaine intenta mantenerse distante, pero en sus ojos distingo un deseo que no había visto hasta ahora. Y la estúpida sonrisa desaparece de su rostro en cuanto se pasa la lengua por los labios.
- Necesito un cigarrillo. Es muy difícil dejarlo. ¿Has dicho cuatro?
- Eso ha sonado como una pregunta, Blaine.
Él niega con la cabeza.
- No, listillo, no era una pregunta. Pero ha sido un buen intento. Veamos. ¿Cuál es la verdadera razón que te ha traído hasta aquí?
- Porque quería demostrarte cuánto te quiero -respondo.
Blaine parpadea un par de veces, pero no demuestra emoción alguna. Esta vez se quita la camiseta y la deja a un lado, mostrando su torso bronceado y marcado como una tabla.
Me arrodillo a su lado, esperando poder tentarle y hacerle perder el control.
- ¿Quieres ir a la universidad? Dime la verdad.
Él vacila un instante.
- Si mi vida fuera diferente, sí.
Me quito una sandalia.
- ¿Te has acostado alguna vez con Adam? -me pregunta.
-No.
Se quita el zapato derecho, sin dejar de mirarme en ningún momento.
- ¿Lo hiciste con Sebastian? -le pregunto yo.
Duda antes de contestar: - No quieres saberlo.
- Sí que quiero. Quiero saberlo todo. Los hombres con los que has estado, la primera persona con la que te acostaste...
Él se frota la nuca, como si le hubiera dado un tirón y quisiera aliviar el dolor.
- Vaya, eso son muchas preguntas -dice-. Sebastian y yo... bueno, sí, nos acostamos. La última vez fue en abril. Por entonces, aún no sabía que me estaba engañando con otro tío. No recuerdo muy bien las aventuras anteriores a Sebastian. Atravesé un periodo de un año en el que me apetecía salir con un chico diferente cada semana. Y me acosté con la mayoría. Fue una tontería.
- ¿Usaste siempre protección?
- Sí.
- ¿Quieres contarme tu primera vez?
- Mi primera vez fue con Santana.
- ¿Santana López? -pregunto, confusa. Blaine asiente.
- No es lo que crees. Ocurrió el verano antes de entrar en el instituto y ambos queríamos zanjar el tema de la virginidad y averiguar por qué todo el mundo le daba tanta importancia al sexo. Fue horrible. Yo estuve muy torpe y ella se pasó casi todo el tiempo riendo. Ambos llegamos a la conclusión de que no había sido muy buena idea intentarlo con alguien que era casi como un hermano, y además no fue buena idea hacerlo con una mujer. Vale, ya te lo he contado todo. Ahora, por favor, quítate la chaqueta.
- Aún no, nene. Si te has acostado con tantas personas, ¿cómo sé que no has pillado alguna enfermedad? Dime que te has hecho pruebas.
- Cuando me pusieron las grapas en el hospital, me hicieron varios análisis. Créeme, estoy sano.
- Yo también. Por si te lo estás preguntando. -Me quito la otra sandalia, contento por no sentirme como un estúpido ni que él se cabree por hacerle tantas preguntas-. Te toca.
- ¿Alguna vez has pensado en hacer el amor conmigo? -suelta, quitándose un calcetín mientras espera mi respuesta.


N/T: Perdón por tardar, en serio, pero bueno, cnsiguieron dos capítulos (?). Perdón, otra vez, y ojalá no pase de nuevo.

Me encantaron los dos capitulos estuvieron geniales que bueno que actualizaste espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me encanta mucho esta historia esta realmente genial

Me encanto.  
Me gusta mucho tu Fic.  
Ya quiero leer el próximo capitulo.  
Saludos!!
   

Hola

Primera vez que comento, pero es que antes no estaba registrada. Pero la leo desde el principio.

Me gusta mucho la historia y como está escrita.

Espero que pronto actualices y no me hagas esperar mucho.

Besos

Oh por Glee

En que momento tan interesante has dejado el capitulo


Wiiiiii Klaine is Back


¿Ya he dicho que me encanta tu fic? Si no te lo he dicho pues, me supermegahiperrecontra encanta  

Besos

Entendi lo de finn, lo siento soy medio Britt aveces (siempre) hahahahaa
Amo tu fic no se es mega distinto aunque estoy preocupada por blaine por hacer ese trato :/
Espero que actualizes !!!! :D

Me encantofascino y ame muchooooooooo este capitulo que bueno que kurt no se entero bien de lo de la apuesta y que bueno que se descubrio por fin la verdad de todo espero no le pase nada malo a blaine o a puck que mal que ya se va a acabar esta historia espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me encanta muchoooo esta historia

Hola!

Capítulo fantástico, estoy deseando ver que pasa... Sólo que algo me dice que voy a llorar mucho... No se...

Me pongo de rodillas y te suplico que Blaine no muera... y que sea muy feliz en el futuro con Kurt.

Muchos besos

Me encanto.  
Ya quiero leer el siguiente capitulo.  
Saludos!!
   

Me encanto.

Ya sospechaba yo quien habia asesinado al padree de Blaine y le atine.

Que mal que se este acabando el capitulo.

Ojala Kurt no se entere de la apuesta y si se entera que Blaine le explique

Besos

gleeclast escribió:Me encantofascino y ame muchooooooooo este capitulo que bueno que kurt no se entero bien de lo de la apuesta y que bueno que se descubrio por fin la verdad de todo espero no le pase nada malo a blaine o a puck que mal que ya se va a acabar esta historia espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me encanta muchoooo esta historia

Me alegra que te guste dsjigbdsfohfdh.
Ya la sigo :).

Darrinia escribió:Hola!

Capítulo fantástico, estoy deseando ver que pasa... Sólo que algo me dice que voy a llorar mucho... No se...

Me pongo de rodillas y te suplico que Blaine no muera... y que sea muy feliz en el futuro con Kurt.

Muchos besos

¡Hola!
Nadie quiere que muera :(((, ojalá que no (te dejo con la duda, porque yo ya sé :b).
Besos.

Alexx Colfer Klainer escribió:Me encanto.  
Ya quiero leer el siguiente capitulo.  
Saludos!!
   

¡Me alegra que te guste! Ya subo, besos :).

Gaby Klainer escribió:Me encanto.

Ya sospechaba yo quien habia asesinado al padree de Blaine y le atine.

Que mal que se este acabando el capitulo.

Ojala Kurt no se entere de la apuesta y si se entera que Blaine le explique

-w-Besos

Hola Gaby, me alegra que te guste :).
Ya sigo.

53. Kurt.
Llevo sentado cinco minutos frente a la casa de Rachel. Todavía no puedo creer que Blaine y yo lo hayamos hecho. No me arrepiento de nada, pero todavía no me lo creo.
Sin embargo, esta noche he podido sentir la desesperación en Blaine, como si quisiera demostrarme algo con acciones en lugar de con palabras. Soy un estúpido por haberme puesto sensiblero, pero no he podido evitarlo. He derramado lágrimas de alegría, de felicidad y de amor. Y cuando vi que se le escapaba una lágrima, la besé... Quería conservarla para siempre porque era la primera vez que Blaine me permitía ver esa faceta suya. Blaine nunca llora, no deja que nada le afecte hasta el punto de ponerse sentimental.
Pero esta noche ha cambiado, aunque se niegue a admitirlo.
Yo también he cambiado.
Entro en casa de Rachel. Mi amiga está sentada en el sofá de su salón. Mi padre y mi madre están acomodados junto a ella.
- Vaya, parece que te he pillado haciendo de mediadora -me mofo.
- No estoy haciendo de nada, Kurt. Es solo una charla -explica Rachel.
- ¿Por qué?
- ¿Acaso no es obvio? -pregunta mi padre-. Te has ido de casa.
Me planto delante de mis padres, preguntándome cómo hemos llegado a este punto. Mi madre lleva un traje de chaqueta y pantalón negro, y tiene el pelo recogido en un moño, como si se hubiera vestido para asistir a un funeral. Mi padre lleva puestos unos vaqueros y una sudadera, y tiene los ojos inyectados en sangre. Estoy seguro de que ha pasado toda la noche en vela. Tal vez mi madre también, pero ella jamás permitiría que se le notara. Se ha puesto colirio en los ojos para enmascararlo.
- No puedo seguir fingiendo que soy el hijo perfecto -les explico con tranquilidad, sosegadamente-. Debéis aceptarlo.
Mi padre frunce el ceño, como si estuviera esforzándose por mantener la compostura.
- No queremos que seas perfecto. Elizabeth, dile cómo te sientes.
Mi madre niega con la cabeza, como si no entendiera por qué estoy sacando las cosas de quicio.
- Kurt, esto ha ido demasiado lejos. Deja de hacer pucheros, de rebelarte, de ser egoísta. Tu padre y yo no queremos que seas perfecto. Solo queremos lo mejor para ti, eso es todo.
- ¿Es porque Finn, por mucho que lo intente, no es capaz de cumplir vuestras expectativas?
- No metas a Finn en esto -ruega mi padre-. No es justo.
- ¿Por qué no? Todo esto es por él. -Me siento derrotado, como si por mucho que intentara explicárselo, ellos nunca llegaran a entenderlo. Me desplomo sobre la afelpada silla de terciopelo frente a mis padres-. Y, además, no me he escapado. Estoy en casa de mi mejor amiga.
Mi madre se aparta una pelusilla del muslo.
- Y se lo agradecemos. Nos ha contado todo lo sucedido. Nos ha informado a diario.
Miro a mi mejor amiga. Está sentada en una esquina, como si fuera una espectadora de la crisis familiar de los Hummel. Rachel levanta las manos con aire de culpabilidad y se dirige a la puerta para repartir caramelos a los últimos chicos que acaban de llamar a la puerta.
Mi madre se endereza en el borde del sofá.
- ¿Qué tenemos que hacer para que vuelvas a casa?
Espero demasiado de mis padres, tal vez más de lo que ellos pueden darme.
- No lo sé.
Mi padre se lleva la mano a la frente, como si le doliera la cabeza.
- ¿Tan mal te sientes en casa?
- Sí. Bueno, no tan mal. Pero es muy estresante. Mamá, me sacas de mis casillas. Y papá, no soporto verte ir y venir de casa como si vivieras en un hotel. Somos extraños viviendo bajo el mismo techo. Os quiero mucho a los dos, pero no quiero ser siempre el mejor, tan solo deseo ser como soy. Me gustaría ser libre para tomar mis propias decisiones y aprender de mis errores sin que me entre el pánico, me sienta culpable o me preocupe por no estar cumpliendo con vuestras expectativas -les explico, reprimiendo las lágrimas-. No quiero decepcionaros. Sé que Finn no puede ser como yo. Lo siento mucho... pero, por favor, no lo mandéis a un centro por mi culpa.
Mi padre se arrodilla junto a mí.
- No lo sientas, Kurt. No vamos a hacerlo por ti. La discapacidad de Finn no es culpa tuya. No es culpa de nadie.
Mi madre no dice nada. Está muy rígida, con la mirada fija en la pared, como si estuviera en trance.
- Es culpa mía -suelta de repente.
Los dos la miramos fijamente porque esas son las últimas palabras que esperábamos oír de su boca.
- ¿Elizabeth? -interviene mi padre, intentado atraer su atención.
- Mamá, ¿de qué estás hablando? -pregunto.
Sigue mirando al frente.
- Todos estos años me he estado culpando.
- Elizabeth, tú no tienes la culpa.
- Cuando tuve a Finn, lo llevé al jardín de infancia -sigue mi madre en voz baja, como si estuviera hablando consigo misma-. Confieso que envidiaba a las otras madres. Tenían niños normales que podían mantener la cabeza en alto por si solos y coger cosas. La mayoría de las veces me miraban con lástima. No lo soportaba. Me obsesioné. Empecé a pensar que podría haber evitado su discapacidad si hubiera comido más verduras o hubiera hecho más ejercicio. Me culpé por su condición incluso cuando tu padre insistió en que no era culpa mía. -Me mira y sonríe con melancolía-. Entonces llegaste tú. Mi príncipe castaño de ojos azules.
- Mamá, yo no soy un príncipe y Finn no es una persona de la que tengamos que compadecernos. No saldré siempre con el chico con el que esperáis que salga, no voy a vestir siempre como queráis que vista y, definitivamente, no voy a actuar siempre como esperáis que actúe. Finn tampoco va a cumplir con vuestras expectativas.
- Lo sé.
- ¿No os supondrá ningún problema?
- Probablemente, no.
- Eres demasiado exigente. Haría cualquier cosa para conseguir que dejaras de culparme por todo lo que salió mal. Queredme por quién soy. Quered a Finn por quien es. Deja de concentrarte en lo negativo porque la vida es demasiado corta.
- ¿Se supone que no debe de preocuparme lo más mínimo el hecho de que hayas decidido salir con el miembro de una banda? -me pregunta.
- No. Sí. No lo sé. Sí hubiese sabido que iba a contar con tu aprobación, te lo habría contado. Si le conocieras... no es cómo la gente cree que es. Si no tengo otra opción que verme a escondidas con él, lo haré.
- Pertenece a una banda -espeta mi madre con brusquedad.
- Se llama Blaine.
- Conocer su nombre no cambia el hecho de que esté en una banda, Kurt -interviene mi padre.
- No, no lo cambia. Pero es un paso en la dirección correcta. ¿Preferís que sea sincero o que os oculte la verdad?
Tardo una hora en conseguir que mi madre acceda a dejar de dudar tanto de mí. Y para que mi padre acepte volver a casa antes de las seis, dos veces por semana.
Yo accedo a llevar a Blaine a casa para que mis padres puedan conocerlo. Y a decirles dónde estoy y con quién. No han querido aprobar ni celebrar mi elección, pero al menos es un comienzo. Quiero hacer las cosas bien porque recoger los pedacitos que componen mi familia es mucho mejor que dejarlos tirados en el suelo.

N/T: Perdón por tardar, per tenía que estudiar matemática para sacarla ahora, an diciembre (rendí hoy, bitches) y adivinen quien tuvo 4... ¡YO! SDOFGBDSJG ASÍ QUE APROBÉ estoy feliz, ah.
Ojalá les guste este cap, y en el próximo vamos a saber qué pasa con Blaine y Puck :).

Me encanto mucho este capitulo que bueno que kurt hablo de todo con sus papás y ellos aceptaron a blaine aunque no del todo ya quiero saber que pasa con blaine y puck espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare con muchas ansias me encanta y fascina mucho esta historia y felicidades por a ver pasado tu materia

Me encanto.   
Que bien que Kurt se logro desahogar con respecto a sus padres.   
Y que ellos hayan entendido un poco.   
Y no lo juzguen por salir con Blaine.   
Ojala y con el tiempo logren aceptarlo.   
Ya quiero leer el próximo capitulo.   
Saludos!!
   

Hola!

Lo primero, enhorabuena por aprobar...

Ahora el capítulo. De verdad que me ha gustado que Kurt haya llegado a un acuerdo con sus padres, pero algo en mi interior me dice que Blaine no va a llegar a conocerlos... No sé, hace ya varios capítulos que me dejas esta sensación de que Puck, Blaine o los dos van a morir y no me gusta...

Sigo de rodillas suplicando, aunque cada capítulo que pasa me parece que es como rezar a Dios, al final, pasará cualquier cosa menos lo que yo quiera...

Espero que actualices pronto...

Besos

Hola C. bueno, ya no comentaba desde uuuuuuuuuuuuuuuuuuh este capitulo, creo que el numero de "u" son los que no e comentado, bueno creo que me faltaron ajajaja pero ya estando serios y bien comportadas.
¿Por que me haces esto? ah, ah.
Dios amo este fic como nunca e amado a alguien ;D ajajaja bueno, de verdad que amo este fic, ya salí de vacaciones así que podre arruinarte la vida jodiendotela con cada uno de mis pricis lindis comentarios :DDDDDD
alégrate bitch ._. jajaja no te creas.
Hahaha bueno te dejo arruinándote la vida ahora
Bye:33

gleeclast escribió:Me encanto mucho este capitulo que bueno que kurt hablo de todo con sus papás y ellos aceptaron a blaine aunque no del todo ya quiero saber que pasa con blaine y puck espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare con muchas ansias me encanta y fascina mucho esta historia y felicidades por a ver pasado tu materia

¡Me alegra que te guste! Ya la sigo :).

Alexx Colfer Klainer escribió:Me encanto.   
Que bien que Kurt se logro desahogar con respecto a sus padres.   
Y que ellos hayan entendido un poco.   
Y no lo juzguen por salir con Blaine.   
Ojala y con el tiempo logren aceptarlo.   
Ya quiero leer el próximo capitulo.   
Saludos!!
   

Me alegra que te guste :).
Ya subí, besos.

Darrinia escribió:Hola!

Lo primero, enhorabuena por aprobar...

Ahora el capítulo. De verdad que me ha gustado que Kurt haya llegado a un acuerdo con sus padres, pero algo en mi interior me dice que Blaine no va a llegar a conocerlos... No sé, hace ya varios capítulos que me dejas esta sensación de que Puck, Blaine o los dos van a morir y no me gusta...

Sigo de rodillas suplicando, aunque cada capítulo que pasa me parece que es como rezar a Dios, al final, pasará cualquier cosa menos lo que yo quiera...

Espero que actualices pronto...

Besos

¡Hola! Muchas gracias sdhfbadsngf.
Roguemos porque estén bien.........
Ya actualizo, besos.

♫Anny Hummel♫ escribió:Hola C. bueno, ya no comentaba desde uuuuuuuuuuuuuuuuuuh este capitulo, creo que el numero de "u" son los que no e comentado, bueno creo que me faltaron ajajaja pero ya estando serios y bien comportadas.
¿Por que me haces esto? ah, ah.
Dios amo este fic como nunca e amado a alguien ;D ajajaja bueno, de verdad que amo este fic, ya salí de vacaciones así que podre arruinarte la vida jodiendotela con cada uno de mis pricis lindis comentarios :DDDDDD
alégrate bitch ._. jajaja no te creas.
Hahaha bueno te dejo arruinándote la vida ahora
Bye:33

Annyyyyyy, bueno, no me molestás, ya lo sabés, boba.
Me alegra que te guste, askjdfvalsdb.
Jajajajaj, besos, ya subí.

54. Blaine.
Se supone que el intercambio va a tener lugar aquí, en el parque natural de Busse Woods.
La zona de aparcamiento y los alrededores están a oscuras, de modo que solo tengo la luz de la luna para encontrar el camino. El lugar está desierto, excepto por un sedán azul con las luces encendidas. Me adentro en el bosque y reparo en una figura oscura tendida en el suelo.
Echo a correr en esa dirección mientras me invade una sensación de pavor. A medida que me acerco, reconozco la chaqueta. Es como si estuviera presenciando mi propia muerte.
Me arrodillo en el suelo y le doy la vuelta al cuerpo lentamente.
Puck.
- ¡Mierda! -grito cuando su sangre caliente y húmeda me moja las manos.
Puck tiene los ojos vidriosos, pero mueve lentamente la mano y me agarra por el brazo.
- La he cagado.
Apoyo su cabeza sobre mis muslos.
- Te dije que dejaras de meterte en mis asuntos. No te mueras aquí. ¿Me oyes? ¡Te digo que no lo hagas! -le advierto con la voz estrangulada-. Maldita sea, estás sangrando por todas partes.
De la boca le cuelga un hilo de sangre reluciente.
- Estoy asustado -me susurra antes de hacer una mueca de dolor.
- No me dejes. Aguanta. Todo saldrá bien. Sujeto con fuerza a Puck, consciente de que acabo de mentirle. Mi mejor amigo se está muriendo. No hay vuelta atrás. Siento su dolor en mi propia alma.
- Mira por dónde. El falso Blaine y su amiguito, el auténtico Blaine. Bonita noche de Halloween, ¿eh? -Me vuelvo hacia la voz de Héctor-. Qué lástima que no reconociera a Puck antes de dispararle -continúa-. Tío, a la luz del día sois tan distintos. Supongo que debería ir a mirarme la vista.
Saca una pistola y me apunta con ella. No estoy asustado; estoy furioso. Y necesito respuestas. - ¿Por qué lo has hecho?
- Bueno, si te empeñas te diré que todo es culpa de tu padre. Quería salir de los Latino Blood. Pero no hay modo de salir, Blaine. Él era el mejor hombre que teníamos. Justo antes de morir, intentó salir de la banda. El reto al que tuvo que enfrentarse fue aquel trapicheo. El mismo que te ha tocado a ti. Y ninguno de los dos saldréis vivos de esta. -Estalla en carcajadas y su risa resuena en mis oídos-. Ese estúpido hijo de puta nunca tuvo ninguna posibilidad. Tú eres como tu viejo. Pensé que podría adiestrarte para que ocuparas su lugar como traficante. Pero, no, eres igual que él. Un desertor... Un rajado.
Miro a Puck. Está respirando con dificultad. Apenas puede expulsar el aire de los pulmones. Reparo en su pecho manchado de sangre, en la mancha roja que se extiende lentamente. La escena me recuerda a mi padre.
Aunque esta vez no tengo seis años. Ahora lo tengo todo mucho más claro.
Puck y yo nos miramos durante un intenso segundo.
- Los Latino Blood nos han traicionado a los dos, tío. -Son sus últimas palabras antes de desplomarse sin vida entre mis brazos.
- ¡Déjalo en el suelo! Está muerto, Blaine. Como tu viejo. ¡Levántate y mírame a la cara! -grita Héctor, agitando el arma en el aire como un lunático.
Coloco el cuerpo sin vida de Puck en el suelo con delicadeza y me pongo en pie, preparado para luchar.
- Pon las manos sobre la cabeza, donde pueda verlas. ¿Sabes? Cuando maté a tu viejo lloraste como un bebé, Blaine. Lloraste en mis brazos, en los brazos del tipo que lo mató. Qué ironía, ¿verdad?
Solo tenía seis años. Si hubiese sabido que el asesino era Héctor, no habría ingresado en los Latino Blood.
- ¿Por qué lo hiciste, Héctor?
- Chico, nunca aprenderás. Tu padre pensaba que era mejor que yo. Pero le demostré que estaba equivocado. ¡Vaya si lo hice! Se jactaba de que la zona sur de Ohio había ganado mucho desde que habían puesto el instituto en el vecindario rico. Decía que en Ohio no había bandas. Yo cambié eso, Blaine. Hice actuar a mis chicos y conseguí que todas las familias me pertenecieran. O venían conmigo o lo perdían todo. Eso, chico, es lo que me convierte en el jefe.
- Eso te convierte en un chiflado.
- Chiflado. Genio. Da igual -dice antes de empujarme con el arma-. Ahora ponte de rodillas. Creo que es un buen lugar para palmarla. Justo aquí, en el bosque, como un animal. ¿Quieres morir como un animal, Blaine?
- Tú eres el animal, gilipollas. Al menos podrías mirarme a los ojos cuando me mates, no como hiciste con mi padre.
Cuando Héctor empieza a dar vueltas a mí alrededor, comprendo que aquella es mi última oportunidad. Le agarro por la muñeca y lo obligo a caer al suelo.
Héctor se pone hecho una furia y se levanta como un resorte, con la pistola aún en la mano. Aprovecho su desorientación para propinarle una patada en el costado. Él se da la vuelta y me golpea con la culata de la pistola en un costado de la cabeza. Caigo de rodillas, maldiciendo el hecho de ser simplemente un chico.
El recuerdo de mi padre y de Puck me otorga la fuerza necesaria para enfrentarme a la borrosa silueta de Héctor. Soy consciente de que está preparándose para pegarme un tiro.
Intento golpearle, pero caigo redondo al suelo. Héctor me apunta al pecho con su Glock.
- ¡Le habla la policía de Arlington Heights! ¡Tire la pistola al suelo y levante las manos donde podamos verlas!
A través del bosque y de la neblina, apenas puedo distinguir las luces rojas y azules que brillan a lo lejos.
Levanto las manos.
- Tira el arma, Héctor. Se acabó el juego.
Héctor sigue apuntando la pistola hacia mi corazón.
- Baje el arma -grita la policía-. ¡Ahora!
Tiene una mirada enloquecida. Siento su rabia desde el metro y medio que nos separa.
Sé que va a hacerlo. Es un cabrón.
Va a apretar el gatillo.
- Te equivocas, Blaine -dice-. El juego acaba de empezar.
Todo ocurre muy rápido. Me lanzo a la derecha cuando empiezan a sonar los disparos.
Pum. Pum. Pum.
Me tambaleo hacia atrás y comprendo que estoy herido. La bala me quema la piel, como si alguien estuviera echando tabasco en ella.
Entonces, todo se vuelve negro.

N/T: Bueno... lloremos todos juntos por Puck. No quería que muriera :(((, pero bueno, así es el libro original y no iba a cambiarlo.
Ahora hay que rezar porque Blaine siga vivo.
Ojalá les halla gustado el capítulo, los adoro :).

Hola!

Odio tener razón...                    

Por favor, no tardes mucho con el siguiente capítulo...

Besos