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Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
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Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Sofi u.u me disculpo por mi ausencia por estos lados pero he estado full estudio que me he quedado sin tiempo para nada :CCC
lo siento por no comentar, pero déjame decirte que no me he perdido absolutamente ninguno de tus capitulos!!, me han gustado muchísimo!
jajaj correr desnudos ... DESNUDOS!! ajjaja omg ya quiero ver quien le falte a esa regla jajajajaja , espero que pronto se nos venga algo de Klaine jiji, aunque la espera lo hará más increible sin duda jij
como siempre digo me encanta tu fic !!!!
y espero leernos pronto un beso!
,
lo siento por no comentar, pero déjame decirte que no me he perdido absolutamente ninguno de tus capitulos!!, me han gustado muchísimo!
jajaj correr desnudos ... DESNUDOS!! ajjaja omg ya quiero ver quien le falte a esa regla jajajajaja , espero que pronto se nos venga algo de Klaine jiji, aunque la espera lo hará más increible sin duda jij
como siempre digo me encanta tu fic !!!!
y espero leernos pronto un beso!
,
Dablerry********- - Mensajes : 655
Fecha de inscripción : 26/01/2013
Edad : 29
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
hola chicos, de nuevo lo siento por no actualizar antes, pero lo prometido es deuda! trataré de actualizar más seguido gracias por leer mi historia
Dieciséis
La primera salida oficial de nuestro club tuvo lugar el sábado siguiente: fuimos de compras en busca de vestidos y esmoquin para la fiesta de antiguos alumnos. Estaba superemocionado porque Finn había vuelto a casa de la universidad de Northwestern y lo habíamos nombrado socio honorario para la ocasión.
Pero antes, teníamos que sobrevivir a la cena con nuestros padres, el viernes por la noche.
—Ay, qué alegría tener a mis niños en casa —repetía mamá sin parar.
Traté de ignorar sus comentarios mientras examinaba la carta del restaurante favorito de la familia, The Wilderness, es decir, la tierra salvaje. (Nunca llegué a entender qué tenía de salvaje un restaurante familiar pegado a un centro comercial.)
El camarero se acercó a tomar nota de nuestro pedido y bajé la mirada para que Finn fuera el primera en pedir. Siempre se mostraba mucho más valiente que yo con nuestros padres.
—Sí, tomaré el filet mignon con puré de patata al ajo —dijo, mirando directamente a mamá, desafiándola.
—Finn… —dijo mamá con evidente desaprobación.
Finn apartó la servilleta de su plato y se la colocó en las rodillas.
—Madre, los chicos jóvenes necesitan proteínas. Kurt, ¿qué vas a tomar?
El camarero me miró, a todas luces desconcertado. Esbocé una sonrisa mientras pedía una hamburguesa, no muy hecha.
Mamá intervino, frunciendo sus grandes ojos azules —exactos a los míos— y sosteniendo la mirada de Finn.
—Finn… Kurt… —ah, genial, también yo me había metido en un lío—. Ya saben que respetamos su decisión de comer lo que quieran, pero me encantaría que trataran de entender los argumentos de sus padres.
—Verás, mamá, conozco tus argumentos —Finn puso las manos en alto y efectuó un gesto rimbombante —. Sé cómo actuaría Paul en una situación así; pero no soy Paul McCartney. Soy Finn Hummel, y decido comer carne. Montones de carne.
Mientras que la mayoría de la gente opta por hacerse vegetariana por razones éticas o de salud, mamá y papá lo habían hecho, sencillamente, porque Paul McCartney los había convencido.
Percibiendo la tensión que reinaba en la mesa, papá se giró hacia mí.
—Y dime, Kurt Hummel, ¿qué planes tienes este fin de semana con tu hermano mayor?
Estaba a punto de hablarle del día de compras cuando Finn interrumpió:
—Estoy encantado, porque voy a conocer a las socias del club de Kurt.
«Oh-oh».
—¡Cariño, te has apuntado a un club! ¡Qué bien! —exclamó mamá mientras daba un sorbo de agua.
—Sí, desde luego. ¿Qué clase de club, hijo? —papá se inclinó hacia mí, interesado.
—Bueno, eh…, en realidad, no es un club oficial.
Fulminé a Finn con la mirada. La situación resultaba humillante. ¿Qué iba a decir? «Verán, papá, mamá, estoy harto de los chicos porque el hijo de sus mejores amigos se portó conmigo como un cerdo, de modo que he decidido unirme con mis amigas y olvidarme por completo de los tíos».
—Lo ha fundado Kurt. Se llama el Club de los Corazones Solitarios —apuntó Finn.
—Oh, Kurtsie, qué maravilla —mamá se llevó la mano al pecho, entusiasmada porque su hija hubiera utilizado un nombre de los Beatles, aunque no tuviera ni idea de qué iba el club. Podía haber fundado un club llamado El Submarino Amarillo cuyos miembros salieran de fiesta en el océano y ligaran con cachorros de foca, y mis padres seguirían sintiéndose orgullosos.
—Hija, es magnífico que te tomes tanto interés por tus raíces. Bien hecho, muy, muy bien —papá esbozaba una amplia sonrisa de satisfacción.
¿Mis raíces? Mi bisabuelo paterno era inglés, de acuerdo; pero ni con mucho de los alrededores de Liverpool. Y la familia de mi madre procedía de Alemania.
—¿Quieren saber de qué va el club? —pregunté—. Unas amigas, un amigo y yo hemos decidido dejar de salir con chicos…, al menos hasta que abandonemos el McKinley.
Los ojos de papá se iluminaron.
—Kurt Hummel, ¡es una idea magnífica para formar un club!
Mamá se mostró pensativa unos instantes, y luego tomó la palabra.
—Kurt ¿hay alguna razón para que hayas dado este paso?
El corazón me empezó a latir a toda velocidad. Mamá lo sabía. Negué con la cabeza.
—En realidad no. Habrá sido un conjunto de factores, supongo. Pero es que estoy harta de que mis amigas sufran…
—Bueno, Kurt, te repito que me parece genial —papá alargó el brazo a través de la mesa y me cogió de la mano—. Quiero que sepas que estaré encantado de bajar más mesas al sótano cuando esto despegue. ¡Y pensar que nuestro niño ha fundado un club de los Beatles!
—¡No es un club de los Beatles! —aparté la mano de un tirón.
Papá me guiñó un ojo.
—Bueno, un padre tiene derecho a soñar, ¿no te parece?
Mamá permanecía en silencio. Me costaba averiguar su opinión. Pero no pronunció palabra cuando llegó la comida y Finn y yo nos abalanzamos sobre nuestra carne roja y disfrutamos cada mordisco.
Resultaba extraño. Había asistido a innumerables bailes y eventos de cierta formalidad desde primaria. Pero era la primera vez que había salido en busca de un esmoquin y vestidos con un grupo de amigas y Sebastián. Sin duda, cimentaba la importancia de nuestro club, y demostraba lo bien que nos lo podíamos pasar sin necesidad de chicos. Me dio la impresión de que a las dependientas no les hacía mucha gracia tener que aguantar a seis adolescentes correteando de un lado a otro de la sección de vestidos, lanzándose gritos entre sí; pero Finn no tardó en ponerse al mando.
—En una escala de calor, ¡estás que ardes, muñeca! —le dijo a Tina cuando ésta salió del probador enfundada en un vestido negro.
Mientras yo observaba la escena, mi hermano agarró su móvil y se puso a imitar a una presentadora de uno de esos programas de televisión femeninos.
—A continuación, tenemos a Tina Cohen Chang, con un vestido de raso negro. Fíjense en el detalle de pedrería en las mangas tipo casquillo, y en el corte estilo imperio que acentúa su generoso busto…
Tina se sonrojó, efectuó un pequeño giro e hizo una reverencia.
Se abrió la puerta del probador de al lado.
—¿Están listos para verme? —preguntó Tana mientras salía para que admirásemos su vestido… o lo que fuera.
Nos quedamos mirándola fijamente. Tana llevaba lo que podía describirse como una especie de bata, una espantosa bata de flores que ni siquiera mi abuela habría osado lucir en público. Tana se dirigió, contoneándose, al espejo de tres cuerpos.
—Oye, Kurtsie, se me ha ocurrido que podíamos ir preparando el armario para cuando seamos solteronas —sonrió a medida que se quitaba la bata y dejaba al descubierto un ajustado vestido de seda roja con cinturón de lentejuelas a juego. Estaba impresionante—. Venga, Finn, ¿qué puntuación me das en tu escala de calor?
—Sin duda alguna: ¡al rojo vivo!
Tana dio una palmadita y se puso a pegar botes. Caí en la cuenta de que cada día se parecía más a Sebastián.
Si alguna vez llegara a comentárselo, me mataría.
—Por lo que se ve, todos han encontrado vestimenta —indicó Finn mientras nos examinábamos unos a otros. Sebastián había elegido un esmoquin negro con detalles discretos en rosa de estilo años veinte, Unique llevaba el clásico vestido negro sin tirantes, y Mercedes, uno de seda roja de corte imperio, mientras que yo había optado por un esmoquin negro con detalles azules y una camisa a juego.
Nos colocamos en línea delante de los espejos para vernos mejor.
—¿Saben? —dijo Unique—. Me encanta haber elegido un vestido sólo para mí. Antes, siempre me paraba a pensar si le gustaría a mi pareja lo suficiente…
—Sí —interrumpió Tina—. Lo suficiente como para quitártelo.
Tina esbozó una sonrisa.
—En serio, es como si me hubiera quitado un peso de encima.
Sebastián se mordió el labio inferior con ademán nervioso.
—A mí también me pasa, sobre todo porque ahora puedo concentrarme en otras cosas. De hecho, necesito tu ayuda, Unique. He decidido dejar de ser animador después de la fiesta de antiguos alumnos… y presentarme a las pruebas de baloncesto.
Se escucharon un par de gritos ahogados. Finn rompió a aplaudir.
—¡Madre mía! —exclamó Tana—. ¡Sebastián! Vas a… —Sebastián se sonrojó y bajó la mirada—… fastidiar al personal a base de bien.
A Sbastián se le iluminó la cara.
—¿Eso crees?
—¡Pues claro que sí! Me muero de ganas de que el director Figgins se entere de la noticia. Le va a dar un ataque cuando sepa que uno de sus queridísimos animadores va a…, mmm…, cambiar de equipo, digamos.
Sebastián se echó a reír.
—Ya me imagino los rumores que van a correr por todas partes cuando se lo diga a las chicas.
—¿Puedo preguntarte cuándo decidiste unirte al equipo? No es tan fácil como parece —dijo Unique.
—No pienso que sea fácil, para nada. Siempre me ha encantado el baloncesto, y a veces salía a practicar con mi padre, porque no tenía un hijo con quien jugar, me imagino. Pero quiero formar parte de un equipo. Quiero probar algo diferente. Puede que les parezca un poco egoísta, pero estoy harto de animar a otras personas. Ahora quiero que me animen a mí.
—¿Te apetece venirte este fin de semana y echar unos tiros? —propuso Unique.
Sebastián sonrió.
—Será alucinante. Blaine está repasando jugadas conmigo; hemos estado entrenando los fines de semana.
—¿En serio? —preguntó Tana.
—¡Sí! —la expresión de Diane cambió rápidamente—. Un momento, no hay nada entre nosotros. Confío en que no sea eso lo que piensas.
Tana se encogió de hombros.
—Lleva tiempo animándome a dar el paso, y yo necesitaba un poco de práctica para ver si era o no una nulidad. Pero, por lo visto, Blaine opina que me irá bien. No es que pretenda empezar siendo titular ni nada parecido; aunque, en realidad, no me importa. Lo que quiero es formar parte del equipo.
Unique asintió.
—¡Así me gusta! Y estoy segura de que serás estupendo.
—No sé…
Todos lo bombardeamos con palabras de aliento. Me fijé en que la seguridad de Sebastián iba en aumento al contar con el apoyo general.
Tana alargó la mano y nos quedamos mirándola unos segundos.
—Venga… —exhortó.
Coloqué mi mano encima de la suya y, una por una, las demás nos siguieron. Allí estábamos, con nuestros vestidos y esmoquin nuevos, frente a una hilera de espejos.
Tana me miró antes de tomar la palabra.
—¡Por nuestras nuevas socias, nuestros increíbles vestidos y esmoquin de fiesta y por Sebastián Smythe, dios de la canasta!
Lanzamos gritos y hurras. Las pobres dependientas estuvieron a punto de derrumbarse sobre sus respectivas cajas registradoras.
Una vez que hubimos comprado nuestros vestidos, Tana sugirió «que nos pusiéramos como cerdas hasta que se nos quedaran pequeños». Nos esforzamos al máximo.
Después de despedirnos del grupo, Tana nos llevó a casa a Finn y a mí. Introdujo un CD en la radio del coche.
— Jovencito Kurt Hummel, tengo una sorpresa para usted —anunció. La música de los Beatles inundó el ambiente.
—¡Guau, Tana! No me lo puedo creer…
—Sí, bueno, me gusta pensar que yo también estoy llena de sorpresas —me guiñó un ojo.
Finn se inclinó hacia delante entre el asiento del conductor y el del acompañante.
—¿Sabes, Pen? Se van a hacer cada vez más populares. A este paso, papá va a tener que ampliar el sótano para que quepan todas.
Sonreí. Tal vez Finn tuviera razón. Tal vez esto sólo fuera el principio.
Tracy subió el volumen y las tres empezamos a corear la canción.
I’ve got to admit it’s getting better… Tengo que admitir que está mejorando…
Dieciséis
La primera salida oficial de nuestro club tuvo lugar el sábado siguiente: fuimos de compras en busca de vestidos y esmoquin para la fiesta de antiguos alumnos. Estaba superemocionado porque Finn había vuelto a casa de la universidad de Northwestern y lo habíamos nombrado socio honorario para la ocasión.
Pero antes, teníamos que sobrevivir a la cena con nuestros padres, el viernes por la noche.
—Ay, qué alegría tener a mis niños en casa —repetía mamá sin parar.
Traté de ignorar sus comentarios mientras examinaba la carta del restaurante favorito de la familia, The Wilderness, es decir, la tierra salvaje. (Nunca llegué a entender qué tenía de salvaje un restaurante familiar pegado a un centro comercial.)
El camarero se acercó a tomar nota de nuestro pedido y bajé la mirada para que Finn fuera el primera en pedir. Siempre se mostraba mucho más valiente que yo con nuestros padres.
—Sí, tomaré el filet mignon con puré de patata al ajo —dijo, mirando directamente a mamá, desafiándola.
—Finn… —dijo mamá con evidente desaprobación.
Finn apartó la servilleta de su plato y se la colocó en las rodillas.
—Madre, los chicos jóvenes necesitan proteínas. Kurt, ¿qué vas a tomar?
El camarero me miró, a todas luces desconcertado. Esbocé una sonrisa mientras pedía una hamburguesa, no muy hecha.
Mamá intervino, frunciendo sus grandes ojos azules —exactos a los míos— y sosteniendo la mirada de Finn.
—Finn… Kurt… —ah, genial, también yo me había metido en un lío—. Ya saben que respetamos su decisión de comer lo que quieran, pero me encantaría que trataran de entender los argumentos de sus padres.
—Verás, mamá, conozco tus argumentos —Finn puso las manos en alto y efectuó un gesto rimbombante —. Sé cómo actuaría Paul en una situación así; pero no soy Paul McCartney. Soy Finn Hummel, y decido comer carne. Montones de carne.
Mientras que la mayoría de la gente opta por hacerse vegetariana por razones éticas o de salud, mamá y papá lo habían hecho, sencillamente, porque Paul McCartney los había convencido.
Percibiendo la tensión que reinaba en la mesa, papá se giró hacia mí.
—Y dime, Kurt Hummel, ¿qué planes tienes este fin de semana con tu hermano mayor?
Estaba a punto de hablarle del día de compras cuando Finn interrumpió:
—Estoy encantado, porque voy a conocer a las socias del club de Kurt.
«Oh-oh».
—¡Cariño, te has apuntado a un club! ¡Qué bien! —exclamó mamá mientras daba un sorbo de agua.
—Sí, desde luego. ¿Qué clase de club, hijo? —papá se inclinó hacia mí, interesado.
—Bueno, eh…, en realidad, no es un club oficial.
Fulminé a Finn con la mirada. La situación resultaba humillante. ¿Qué iba a decir? «Verán, papá, mamá, estoy harto de los chicos porque el hijo de sus mejores amigos se portó conmigo como un cerdo, de modo que he decidido unirme con mis amigas y olvidarme por completo de los tíos».
—Lo ha fundado Kurt. Se llama el Club de los Corazones Solitarios —apuntó Finn.
—Oh, Kurtsie, qué maravilla —mamá se llevó la mano al pecho, entusiasmada porque su hija hubiera utilizado un nombre de los Beatles, aunque no tuviera ni idea de qué iba el club. Podía haber fundado un club llamado El Submarino Amarillo cuyos miembros salieran de fiesta en el océano y ligaran con cachorros de foca, y mis padres seguirían sintiéndose orgullosos.
—Hija, es magnífico que te tomes tanto interés por tus raíces. Bien hecho, muy, muy bien —papá esbozaba una amplia sonrisa de satisfacción.
¿Mis raíces? Mi bisabuelo paterno era inglés, de acuerdo; pero ni con mucho de los alrededores de Liverpool. Y la familia de mi madre procedía de Alemania.
—¿Quieren saber de qué va el club? —pregunté—. Unas amigas, un amigo y yo hemos decidido dejar de salir con chicos…, al menos hasta que abandonemos el McKinley.
Los ojos de papá se iluminaron.
—Kurt Hummel, ¡es una idea magnífica para formar un club!
Mamá se mostró pensativa unos instantes, y luego tomó la palabra.
—Kurt ¿hay alguna razón para que hayas dado este paso?
El corazón me empezó a latir a toda velocidad. Mamá lo sabía. Negué con la cabeza.
—En realidad no. Habrá sido un conjunto de factores, supongo. Pero es que estoy harta de que mis amigas sufran…
—Bueno, Kurt, te repito que me parece genial —papá alargó el brazo a través de la mesa y me cogió de la mano—. Quiero que sepas que estaré encantado de bajar más mesas al sótano cuando esto despegue. ¡Y pensar que nuestro niño ha fundado un club de los Beatles!
—¡No es un club de los Beatles! —aparté la mano de un tirón.
Papá me guiñó un ojo.
—Bueno, un padre tiene derecho a soñar, ¿no te parece?
Mamá permanecía en silencio. Me costaba averiguar su opinión. Pero no pronunció palabra cuando llegó la comida y Finn y yo nos abalanzamos sobre nuestra carne roja y disfrutamos cada mordisco.
Resultaba extraño. Había asistido a innumerables bailes y eventos de cierta formalidad desde primaria. Pero era la primera vez que había salido en busca de un esmoquin y vestidos con un grupo de amigas y Sebastián. Sin duda, cimentaba la importancia de nuestro club, y demostraba lo bien que nos lo podíamos pasar sin necesidad de chicos. Me dio la impresión de que a las dependientas no les hacía mucha gracia tener que aguantar a seis adolescentes correteando de un lado a otro de la sección de vestidos, lanzándose gritos entre sí; pero Finn no tardó en ponerse al mando.
—En una escala de calor, ¡estás que ardes, muñeca! —le dijo a Tina cuando ésta salió del probador enfundada en un vestido negro.
Mientras yo observaba la escena, mi hermano agarró su móvil y se puso a imitar a una presentadora de uno de esos programas de televisión femeninos.
—A continuación, tenemos a Tina Cohen Chang, con un vestido de raso negro. Fíjense en el detalle de pedrería en las mangas tipo casquillo, y en el corte estilo imperio que acentúa su generoso busto…
Tina se sonrojó, efectuó un pequeño giro e hizo una reverencia.
Se abrió la puerta del probador de al lado.
—¿Están listos para verme? —preguntó Tana mientras salía para que admirásemos su vestido… o lo que fuera.
Nos quedamos mirándola fijamente. Tana llevaba lo que podía describirse como una especie de bata, una espantosa bata de flores que ni siquiera mi abuela habría osado lucir en público. Tana se dirigió, contoneándose, al espejo de tres cuerpos.
—Oye, Kurtsie, se me ha ocurrido que podíamos ir preparando el armario para cuando seamos solteronas —sonrió a medida que se quitaba la bata y dejaba al descubierto un ajustado vestido de seda roja con cinturón de lentejuelas a juego. Estaba impresionante—. Venga, Finn, ¿qué puntuación me das en tu escala de calor?
—Sin duda alguna: ¡al rojo vivo!
Tana dio una palmadita y se puso a pegar botes. Caí en la cuenta de que cada día se parecía más a Sebastián.
Si alguna vez llegara a comentárselo, me mataría.
—Por lo que se ve, todos han encontrado vestimenta —indicó Finn mientras nos examinábamos unos a otros. Sebastián había elegido un esmoquin negro con detalles discretos en rosa de estilo años veinte, Unique llevaba el clásico vestido negro sin tirantes, y Mercedes, uno de seda roja de corte imperio, mientras que yo había optado por un esmoquin negro con detalles azules y una camisa a juego.
Nos colocamos en línea delante de los espejos para vernos mejor.
—¿Saben? —dijo Unique—. Me encanta haber elegido un vestido sólo para mí. Antes, siempre me paraba a pensar si le gustaría a mi pareja lo suficiente…
—Sí —interrumpió Tina—. Lo suficiente como para quitártelo.
Tina esbozó una sonrisa.
—En serio, es como si me hubiera quitado un peso de encima.
Sebastián se mordió el labio inferior con ademán nervioso.
—A mí también me pasa, sobre todo porque ahora puedo concentrarme en otras cosas. De hecho, necesito tu ayuda, Unique. He decidido dejar de ser animador después de la fiesta de antiguos alumnos… y presentarme a las pruebas de baloncesto.
Se escucharon un par de gritos ahogados. Finn rompió a aplaudir.
—¡Madre mía! —exclamó Tana—. ¡Sebastián! Vas a… —Sebastián se sonrojó y bajó la mirada—… fastidiar al personal a base de bien.
A Sbastián se le iluminó la cara.
—¿Eso crees?
—¡Pues claro que sí! Me muero de ganas de que el director Figgins se entere de la noticia. Le va a dar un ataque cuando sepa que uno de sus queridísimos animadores va a…, mmm…, cambiar de equipo, digamos.
Sebastián se echó a reír.
—Ya me imagino los rumores que van a correr por todas partes cuando se lo diga a las chicas.
—¿Puedo preguntarte cuándo decidiste unirte al equipo? No es tan fácil como parece —dijo Unique.
—No pienso que sea fácil, para nada. Siempre me ha encantado el baloncesto, y a veces salía a practicar con mi padre, porque no tenía un hijo con quien jugar, me imagino. Pero quiero formar parte de un equipo. Quiero probar algo diferente. Puede que les parezca un poco egoísta, pero estoy harto de animar a otras personas. Ahora quiero que me animen a mí.
—¿Te apetece venirte este fin de semana y echar unos tiros? —propuso Unique.
Sebastián sonrió.
—Será alucinante. Blaine está repasando jugadas conmigo; hemos estado entrenando los fines de semana.
—¿En serio? —preguntó Tana.
—¡Sí! —la expresión de Diane cambió rápidamente—. Un momento, no hay nada entre nosotros. Confío en que no sea eso lo que piensas.
Tana se encogió de hombros.
—Lleva tiempo animándome a dar el paso, y yo necesitaba un poco de práctica para ver si era o no una nulidad. Pero, por lo visto, Blaine opina que me irá bien. No es que pretenda empezar siendo titular ni nada parecido; aunque, en realidad, no me importa. Lo que quiero es formar parte del equipo.
Unique asintió.
—¡Así me gusta! Y estoy segura de que serás estupendo.
—No sé…
Todos lo bombardeamos con palabras de aliento. Me fijé en que la seguridad de Sebastián iba en aumento al contar con el apoyo general.
Tana alargó la mano y nos quedamos mirándola unos segundos.
—Venga… —exhortó.
Coloqué mi mano encima de la suya y, una por una, las demás nos siguieron. Allí estábamos, con nuestros vestidos y esmoquin nuevos, frente a una hilera de espejos.
Tana me miró antes de tomar la palabra.
—¡Por nuestras nuevas socias, nuestros increíbles vestidos y esmoquin de fiesta y por Sebastián Smythe, dios de la canasta!
Lanzamos gritos y hurras. Las pobres dependientas estuvieron a punto de derrumbarse sobre sus respectivas cajas registradoras.
Una vez que hubimos comprado nuestros vestidos, Tana sugirió «que nos pusiéramos como cerdas hasta que se nos quedaran pequeños». Nos esforzamos al máximo.
Después de despedirnos del grupo, Tana nos llevó a casa a Finn y a mí. Introdujo un CD en la radio del coche.
— Jovencito Kurt Hummel, tengo una sorpresa para usted —anunció. La música de los Beatles inundó el ambiente.
—¡Guau, Tana! No me lo puedo creer…
—Sí, bueno, me gusta pensar que yo también estoy llena de sorpresas —me guiñó un ojo.
Finn se inclinó hacia delante entre el asiento del conductor y el del acompañante.
—¿Sabes, Pen? Se van a hacer cada vez más populares. A este paso, papá va a tener que ampliar el sótano para que quepan todas.
Sonreí. Tal vez Finn tuviera razón. Tal vez esto sólo fuera el principio.
Tracy subió el volumen y las tres empezamos a corear la canción.
I’ve got to admit it’s getting better… Tengo que admitir que está mejorando…
el baile se acerca....¿qué pasará con Kurt y Blaine? vealo esta semana en "El club de los corazones solitarios" jajaja ok no pero está cerca el cap chicos
Sofi Hummel** - Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/07/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Me encanto el capitulo ya quiero ver que pasa con kurt y blaine espero actualices pronto me encanta esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Uque buen capitulo, me gusto mucho
darckel********-*- - Mensajes : 1028
Fecha de inscripción : 02/10/2012
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Awwww mi Kurt apoya a sus amigas
ADORO A LOS BEATLES
Sigo pidiendo mas Klaine
Besos
ADORO A LOS BEATLES
Sigo pidiendo mas Klaine
Besos
Gaby Klainer********-*- - Mensajes : 911
Fecha de inscripción : 01/07/2013
Edad : 24
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Hola... Nueva lectora!!!
Llevaba tiempo queriendo leer tu fic, hoy que pude lo termine & pues en pocas & simples palabras...
ME ENCANTO!!!!!
Es genial ademas de que hablan de LOS BEATLES!!!
Una de mis bandas favorita
Me alegra que aya actualizado & espero que lo hagas pronto!!!
Cuidate mucho.
Saludos!!!
Llevaba tiempo queriendo leer tu fic, hoy que pude lo termine & pues en pocas & simples palabras...
ME ENCANTO!!!!!
Es genial ademas de que hablan de LOS BEATLES!!!
Una de mis bandas favorita
Me alegra que aya actualizado & espero que lo hagas pronto!!!
Cuidate mucho.
Saludos!!!
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
me haces el día, que bueno que te guste, muajajaja finalmente el baile, aunque es algo corto algo es algo....gracias por leer!gleeclast escribió:Me encanto el capitulo ya quiero ver que pasa con kurt y blaine espero actualices pronto me encanta esta historia
gracias por leer mi fic, que bueno que te haya gustado!darckel escribió:Uque buen capitulo, me gusto mucho
lo sé y de hecho es el Kurt que conocemos! aww lo amo, lo sé!!! pronto veremos más Klaine las cosas van algo lento peor pronto muajaja saludines y lo sé, yo también amo a los Beatles, es genial que ahora en glee hagan covers de ellos.Gaby Klainer escribió:Awwww mi Kurt apoya a sus amigas
ADORO A LOS BEATLES
Sigo pidiendo mas Klaine
Besos
hola....gracias por leer!Veronica Everett Criss escribió:Hola... Nueva lectora!!!
Llevaba tiempo queriendo leer tu fic, hoy que pude lo termine & pues en pocas & simples palabras...
ME ENCANTO!!!!!
Es genial ademas de que hablan de LOS BEATLES!!!
Una de mis bandas favorita
Me alegra que aya actualizado & espero que lo hagas pronto!!!
Cuidate mucho.
Saludos!!!
que bueno que te guste :3 si, jajaja cuando pensé en hacer la adaptación no tenia ni idea de que en la 5 temporada veriamos covers de ellos!
gracias tu también!!!
saludos
Sofi Hummel** - Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/07/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Diecisiete
Una semana después llegó el momento de acudir al baile y todo era un total y completo desastre.
¿En qué había estado pensando? La mente me corría a toda velocidad. ¿Por qué le había dado tanta importancia al hecho de acudir a la fiesta de antiguos alumnos? ¡No podía presentarme en público con aquella pinta!
Escuché unos golpes en la puerta de mi cuarto de baño. Era Sebastián.
—Vamos, Kurt, ¿qué haces ahí metido? Nos morimos por verte.
Estaba convencido de estar sufriendo un ataque de pánico.
—Sí, un segundo…
Traté de ajustarme el esmoquin por enésima vez, si bien resultaba inútil. De ninguna manera podía salir de casa así. Quería entrar en el baile con la cabeza bien alta. Hubiera jurado que, en la tienda, me sentaba mucho mejor. Noté que una capa de humedad se me concentraba alrededor de los ojos. Genial, no sólo tenía un aspecto ridículo, sino que también iba a echar a perder el maquillaje al que Tana había dedicado tanto tiempo, bueno solo un poco de polvo pero es algo.
—Kurt Hummel ¡sal de ahí ahora mismo! —bramó Sebastián, aporreando aún más la puerta.
De acuerdo: eran mis amigas y Sebastián, tenían que ser sinceros. Decidí salir a ver qué tenían que decir. Quizá mi actitud fuera un poco exagerada.
O quizá me iba a poner a vomitar.
Abrí la puerta…
—¡Ta-rán! —hice lo posible para efectuar una entrada espectacular, si bien no fui capaz de mirarlas a los ojos.
—Kurt, estás guapísimo —Tana sonreía, satisfecha—. Estoy tan acostumbrada a verte con camisetas y vaqueros… Pero ¡mírate! —saltaba arriba y abajo. Nunca había visto a ninguna persona tan emocionada por ir a un baile… con un puñado de amigas.
Por descontado, sabía que Tana no tendría pelos en la lengua.
—Y mírate esos glúteos. ¿Quién iba a imaginar que tenías semejante trasero?
Sebastián golpeó a Tana en el brazo.
—Ya lo sé —repuse yo—. Estoy horrorizado. No tenía esta pinta cuando me lo probé. Puede que sea el cinturón —bajé la mirada y lo único que pude ver fue la evilla.
—¡Por favor! —Replicó Sebastián—. Tienes un cuerpo de escándalo; hay que empezar a enseñarlo.
—Es verdad Kurt, desvaría —intervino Mercedes—. ¿Te imaginas la suerte que tienes por no tener que vigilar lo que comes?
Sebastián se acercó a mí y se puso a retocarme el peinado.
—No te preocupes, estás impresionante. Además, no es tan malo como piensas. Mírate el cuerpo entero en el espejo, no sólo el trasero. Eres una preciosidad.
Al llegar al instituto, volvimos a retocar nuestro peinado y maquillaje. Me encontraba más seguro con mi esmoquin y, aunque odiaba reconocerlo, una parte de mí se moría por ver la reacción de algunos de los chicos.
Sentí la vibración de la música antes incluso de que abriéramos la puerta principal. Aceleré el paso, de pronto deseoso de llegar al gimnasio y acabar de una vez con la entrada triunfal. Me apresuré a acceder al interior, sin saber bien qué esperar. Al menos, nadie se reía ni nos señalaba.
Entonces, lo escuché: el típico chillido agudo y penetrante de las adolescentes cuando se divisan unas a otras en un evento formal.
—¡AAAMMMMMYYYYYY! ¡Qué guapísima estás!
—OHDIOSSANTOJEN, ¡menudo vestido!
—¡Mírate!
—¡No, mírate TÚ!
—Vete de aquí. No me puedo creer que te hayas puesto ese color.
—No, vete TÚ.
Rachel que al final se presentó con pareja, se quedó mirándonos a los seis y comentó:
—Chicos, así que van en serio con lo del club, ¿eh?
—Pues claro que sí —respondió Sebastián con tanto entusiasmo que pensé que, seguramente, era el más emocionada del grupo.
—Bueno…, me alegro —Rachel se envolvió con un chal su delgado cuerpo—. Creo que jamás podría hacer una cosa así; pero me alegro por ustedes, chicos.
Sebastián me agarró del brazo.
—Venga, vamos a bailar.
Los seis nos abrimos camino hasta la pista de baile y empezamos a movernos al ritmo de la música. Algunas amigas se sumaron a nosotras. La música estaba demasiado alta para mantener una conversación, pero me encontré a mí mismo hablando de nuestro club cada vez que otra persona se nos unía.
Me di la vuelta y me sorprendió ver que nuestro grupo de seis se había duplicado. Rachel se había sumado a nosotras, junto con varias alumnas de primero y de segundo de bachillerato.
Después de una hora de bailar sin descanso, me tomé un respiro para ir al baño y asegurarme de que me quedaba algo de maquillaje. Me lo estaba pasando tan bien que casi me había olvidado de las parejas del baile. Sonreí al pensar en la cantidad de chicas que estaban pasando más tiempo en la pista con nosotras que con sus respectivos acompañantes.
Marisa Klein, la reina de la fiesta, estuvo tanto rato con nuestro grupo que su novio, el rey de la fiesta, Larry Andrews, la separó por fin de un tirón para poder bailar con ella.
Jessica Chambers y su novio tuvieron una bronca, ya que él la acusaba de no prestarle atención. La verdad es que se peleaban por casi todo. A él no conocía bien, puesto que iba a otro instituto; pero sabía que Jessica se merecía a alguien mejor.
—Me da la impresión de que, esta noche, somos nosotras quienes atraemos las miradas —comentó Tana entre risas mientras regresábamos a la pista.
Entonces, el dj cambió la música pop por una balada, y Tana y yo nos quedamos inmóviles, sin saber qué hacer, mientras las parejas empezaban a pasar nuestro lado cogidas de la mano.
—Mmm, ¿les apetece algo de beber? —preguntó Tana cuando las demás se unieron a nosotras.
Los seis hallamos refugio alrededor de una mesa, donde sentí no poco alivio al encontrar asiento y descansar los pies.
—Oh, Dios santo, Sebastián—dijo Tana, inclinándose por encima de la mesa—. ¿Has visto con quién está Blaine?
«¡¿¡CON QUIÉN!?!».
Desplacé los ojos con aire despreocupado para buscarlo. Había estado tan absorto con el club que ni siquiera había reparado en su presencia.
—Tranquilas, chicas —respondió Sebastián. ¿Tranquilas? ¿Es que se había vuelto loco?—. Ya sabía que vendría con Jeremaiah. Ningún problema.
¿En serio? ¿Por qué Sebastián se lo tomaba con tanta calma? Por fin, me di cuenta.
—Un momento, ¿Jeremaiah Johnson? —dije yo—. ¡Tienes que estar de broma!
—En serio, Kurt, no es para tanto. Por lo visto, Jeremaiah le pidió salir después de un partido de fútbol americano contra Poynette. A Blaine lo desconcertó un poco lo atrevido que era, pero parece ser que la persona que quería como pareja tenía otros planes.
—¿A quién se lo iba a pedir? —por algún motivo, el corazón me golpeaba en el pecho.
—No me lo dijo. Le expliqué que ya no salgo con chicos, de modo que no veo por qué piensa que me molestaría.
La actitud de Sebastián era mucho más madura de lo que habría sido la mía. Me levanté y decidí que había llegado el momento de dar una vuelta. Erin Fitzgerald me estaba contando una historia sobre la obra de teatro del instituto cuando noté un golpecito en el hombro.
Me giré y casi me quedé sin aliento. Blaine llevaba un precioso traje negro con camisa azul celeste y corbata azul, se veía guapísimo.
—Hola, Kurt. Estás hermoso.
—Hola.
Noté que volteaba la mirada a mi trasero y, rápidamente, la volvía a subir. Las mejillas se le sonrojaron y se aclaró la garganta.
—Bueno, por lo que se ve, lo estás pasando de miedo esta noche. Ahora entiendo por qué decidiste asistir en grupo —se inclinó hacia mí y me puso la mano en la parte baja de la espalda—. Aunque, entre tú y yo, el hecho de que las mejores chicas y chicos del instituto hayan acordado venir juntos al baile nos lo ha puesto muy difícil a los chicos a la hora de elegir pareja.
«¡Por favor! El típico coqueteo vacío de siempre», dije para mis adentros.
—Bueno, ya sabes…, tenemos que haceros sudar un poco —le propiné un suave puñetazo en el hombro, de una manera un tanto coqueta; pero, al final, el golpe fue más fuerte de lo que pensaba.
—¡Ay! —exclamó Blaine—. Santo Dios, Kurt, ¿quién iba a imaginar que tenías tanta fuerza?
Bueno, la cosa marchaba bien.
Nos miramos en silencio el uno al otro mientras la música volvía a cambiar a una balada.
Blaine se pasó los dedos por el pelo.
—Oye, Kurt, ¿le importará a tus parejas que bailes conmigo?
Antes de que pudiera responder, se escuchó una aguda voz nasal.
—No, pero sí le importa a TU pareja.
Blaine se puso incluso más nervioso que antes.
—Ah, hola, Jeremaiah. No sabía cuándo ibas a volver. Mmm, conoces a Kurt, ¿verdad?
Jeremaiah me miró de arriba abajo con evidente desaprobación. ¿Por qué se enfadaba? Rodeó con sus brazos la cintura de Blaine y traté de reprimir la risa cuando vi que Blaine daba un respingo.
—Sí, he oído hablar de ti. ¿No es tu padre uno de los Rolling Stones o algo parecido? ---Tienes que estar de broma-
Jeremaiah se quedó mirándome como si yo fuera una especie de lunático.
—Lo que tú digas —se limitó a responder—. Blaine, me encanta esta canción. Vamos a bailar —lo agarró de la mano y lo arrastró hasta la pista de baile. Para ser un palillo de metro y medio carente de alma, tenía la fortaleza de un centenar de defensas de la liga norteamericana.
La furia y el resentimiento empezaron a bullir en mi interior. Una parte de mí quería interrumpirlos. Sólo para fastidiar a Jeremaiah.
Pero había abandonado aquel juego. Estaba con mis chicas.
Aunque me reventaba que Jeremaiah hubiera ganado aquel asalto.
klainers, aquí está el capitulo 18, espero que les guste, saludosssssssss!!!! bueno algo es algo, lo llamó precioso es un avance y hay maldito Jeremaiah!!!!!! lo odio con todo mi serr, es un rubio oxigenado sin gracia
Una semana después llegó el momento de acudir al baile y todo era un total y completo desastre.
¿En qué había estado pensando? La mente me corría a toda velocidad. ¿Por qué le había dado tanta importancia al hecho de acudir a la fiesta de antiguos alumnos? ¡No podía presentarme en público con aquella pinta!
Escuché unos golpes en la puerta de mi cuarto de baño. Era Sebastián.
—Vamos, Kurt, ¿qué haces ahí metido? Nos morimos por verte.
Estaba convencido de estar sufriendo un ataque de pánico.
—Sí, un segundo…
Traté de ajustarme el esmoquin por enésima vez, si bien resultaba inútil. De ninguna manera podía salir de casa así. Quería entrar en el baile con la cabeza bien alta. Hubiera jurado que, en la tienda, me sentaba mucho mejor. Noté que una capa de humedad se me concentraba alrededor de los ojos. Genial, no sólo tenía un aspecto ridículo, sino que también iba a echar a perder el maquillaje al que Tana había dedicado tanto tiempo, bueno solo un poco de polvo pero es algo.
—Kurt Hummel ¡sal de ahí ahora mismo! —bramó Sebastián, aporreando aún más la puerta.
De acuerdo: eran mis amigas y Sebastián, tenían que ser sinceros. Decidí salir a ver qué tenían que decir. Quizá mi actitud fuera un poco exagerada.
O quizá me iba a poner a vomitar.
Abrí la puerta…
—¡Ta-rán! —hice lo posible para efectuar una entrada espectacular, si bien no fui capaz de mirarlas a los ojos.
—Kurt, estás guapísimo —Tana sonreía, satisfecha—. Estoy tan acostumbrada a verte con camisetas y vaqueros… Pero ¡mírate! —saltaba arriba y abajo. Nunca había visto a ninguna persona tan emocionada por ir a un baile… con un puñado de amigas.
Por descontado, sabía que Tana no tendría pelos en la lengua.
—Y mírate esos glúteos. ¿Quién iba a imaginar que tenías semejante trasero?
Sebastián golpeó a Tana en el brazo.
—Ya lo sé —repuse yo—. Estoy horrorizado. No tenía esta pinta cuando me lo probé. Puede que sea el cinturón —bajé la mirada y lo único que pude ver fue la evilla.
—¡Por favor! —Replicó Sebastián—. Tienes un cuerpo de escándalo; hay que empezar a enseñarlo.
—Es verdad Kurt, desvaría —intervino Mercedes—. ¿Te imaginas la suerte que tienes por no tener que vigilar lo que comes?
Sebastián se acercó a mí y se puso a retocarme el peinado.
—No te preocupes, estás impresionante. Además, no es tan malo como piensas. Mírate el cuerpo entero en el espejo, no sólo el trasero. Eres una preciosidad.
Al llegar al instituto, volvimos a retocar nuestro peinado y maquillaje. Me encontraba más seguro con mi esmoquin y, aunque odiaba reconocerlo, una parte de mí se moría por ver la reacción de algunos de los chicos.
Sentí la vibración de la música antes incluso de que abriéramos la puerta principal. Aceleré el paso, de pronto deseoso de llegar al gimnasio y acabar de una vez con la entrada triunfal. Me apresuré a acceder al interior, sin saber bien qué esperar. Al menos, nadie se reía ni nos señalaba.
Entonces, lo escuché: el típico chillido agudo y penetrante de las adolescentes cuando se divisan unas a otras en un evento formal.
—¡AAAMMMMMYYYYYY! ¡Qué guapísima estás!
—OHDIOSSANTOJEN, ¡menudo vestido!
—¡Mírate!
—¡No, mírate TÚ!
—Vete de aquí. No me puedo creer que te hayas puesto ese color.
—No, vete TÚ.
Rachel que al final se presentó con pareja, se quedó mirándonos a los seis y comentó:
—Chicos, así que van en serio con lo del club, ¿eh?
—Pues claro que sí —respondió Sebastián con tanto entusiasmo que pensé que, seguramente, era el más emocionada del grupo.
—Bueno…, me alegro —Rachel se envolvió con un chal su delgado cuerpo—. Creo que jamás podría hacer una cosa así; pero me alegro por ustedes, chicos.
Sebastián me agarró del brazo.
—Venga, vamos a bailar.
Los seis nos abrimos camino hasta la pista de baile y empezamos a movernos al ritmo de la música. Algunas amigas se sumaron a nosotras. La música estaba demasiado alta para mantener una conversación, pero me encontré a mí mismo hablando de nuestro club cada vez que otra persona se nos unía.
Me di la vuelta y me sorprendió ver que nuestro grupo de seis se había duplicado. Rachel se había sumado a nosotras, junto con varias alumnas de primero y de segundo de bachillerato.
Después de una hora de bailar sin descanso, me tomé un respiro para ir al baño y asegurarme de que me quedaba algo de maquillaje. Me lo estaba pasando tan bien que casi me había olvidado de las parejas del baile. Sonreí al pensar en la cantidad de chicas que estaban pasando más tiempo en la pista con nosotras que con sus respectivos acompañantes.
Marisa Klein, la reina de la fiesta, estuvo tanto rato con nuestro grupo que su novio, el rey de la fiesta, Larry Andrews, la separó por fin de un tirón para poder bailar con ella.
Jessica Chambers y su novio tuvieron una bronca, ya que él la acusaba de no prestarle atención. La verdad es que se peleaban por casi todo. A él no conocía bien, puesto que iba a otro instituto; pero sabía que Jessica se merecía a alguien mejor.
—Me da la impresión de que, esta noche, somos nosotras quienes atraemos las miradas —comentó Tana entre risas mientras regresábamos a la pista.
Entonces, el dj cambió la música pop por una balada, y Tana y yo nos quedamos inmóviles, sin saber qué hacer, mientras las parejas empezaban a pasar nuestro lado cogidas de la mano.
—Mmm, ¿les apetece algo de beber? —preguntó Tana cuando las demás se unieron a nosotras.
Los seis hallamos refugio alrededor de una mesa, donde sentí no poco alivio al encontrar asiento y descansar los pies.
—Oh, Dios santo, Sebastián—dijo Tana, inclinándose por encima de la mesa—. ¿Has visto con quién está Blaine?
«¡¿¡CON QUIÉN!?!».
Desplacé los ojos con aire despreocupado para buscarlo. Había estado tan absorto con el club que ni siquiera había reparado en su presencia.
—Tranquilas, chicas —respondió Sebastián. ¿Tranquilas? ¿Es que se había vuelto loco?—. Ya sabía que vendría con Jeremaiah. Ningún problema.
¿En serio? ¿Por qué Sebastián se lo tomaba con tanta calma? Por fin, me di cuenta.
—Un momento, ¿Jeremaiah Johnson? —dije yo—. ¡Tienes que estar de broma!
—En serio, Kurt, no es para tanto. Por lo visto, Jeremaiah le pidió salir después de un partido de fútbol americano contra Poynette. A Blaine lo desconcertó un poco lo atrevido que era, pero parece ser que la persona que quería como pareja tenía otros planes.
—¿A quién se lo iba a pedir? —por algún motivo, el corazón me golpeaba en el pecho.
—No me lo dijo. Le expliqué que ya no salgo con chicos, de modo que no veo por qué piensa que me molestaría.
La actitud de Sebastián era mucho más madura de lo que habría sido la mía. Me levanté y decidí que había llegado el momento de dar una vuelta. Erin Fitzgerald me estaba contando una historia sobre la obra de teatro del instituto cuando noté un golpecito en el hombro.
Me giré y casi me quedé sin aliento. Blaine llevaba un precioso traje negro con camisa azul celeste y corbata azul, se veía guapísimo.
—Hola, Kurt. Estás hermoso.
—Hola.
Noté que volteaba la mirada a mi trasero y, rápidamente, la volvía a subir. Las mejillas se le sonrojaron y se aclaró la garganta.
—Bueno, por lo que se ve, lo estás pasando de miedo esta noche. Ahora entiendo por qué decidiste asistir en grupo —se inclinó hacia mí y me puso la mano en la parte baja de la espalda—. Aunque, entre tú y yo, el hecho de que las mejores chicas y chicos del instituto hayan acordado venir juntos al baile nos lo ha puesto muy difícil a los chicos a la hora de elegir pareja.
«¡Por favor! El típico coqueteo vacío de siempre», dije para mis adentros.
—Bueno, ya sabes…, tenemos que haceros sudar un poco —le propiné un suave puñetazo en el hombro, de una manera un tanto coqueta; pero, al final, el golpe fue más fuerte de lo que pensaba.
—¡Ay! —exclamó Blaine—. Santo Dios, Kurt, ¿quién iba a imaginar que tenías tanta fuerza?
Bueno, la cosa marchaba bien.
Nos miramos en silencio el uno al otro mientras la música volvía a cambiar a una balada.
Blaine se pasó los dedos por el pelo.
—Oye, Kurt, ¿le importará a tus parejas que bailes conmigo?
Antes de que pudiera responder, se escuchó una aguda voz nasal.
—No, pero sí le importa a TU pareja.
Blaine se puso incluso más nervioso que antes.
—Ah, hola, Jeremaiah. No sabía cuándo ibas a volver. Mmm, conoces a Kurt, ¿verdad?
Jeremaiah me miró de arriba abajo con evidente desaprobación. ¿Por qué se enfadaba? Rodeó con sus brazos la cintura de Blaine y traté de reprimir la risa cuando vi que Blaine daba un respingo.
—Sí, he oído hablar de ti. ¿No es tu padre uno de los Rolling Stones o algo parecido? ---Tienes que estar de broma-
Jeremaiah se quedó mirándome como si yo fuera una especie de lunático.
—Lo que tú digas —se limitó a responder—. Blaine, me encanta esta canción. Vamos a bailar —lo agarró de la mano y lo arrastró hasta la pista de baile. Para ser un palillo de metro y medio carente de alma, tenía la fortaleza de un centenar de defensas de la liga norteamericana.
La furia y el resentimiento empezaron a bullir en mi interior. Una parte de mí quería interrumpirlos. Sólo para fastidiar a Jeremaiah.
Pero había abandonado aquel juego. Estaba con mis chicas.
Aunque me reventaba que Jeremaiah hubiera ganado aquel asalto.
klainers, aquí está el capitulo 18, espero que les guste, saludosssssssss!!!! bueno algo es algo, lo llamó precioso es un avance y hay maldito Jeremaiah!!!!!! lo odio con todo mi serr, es un rubio oxigenado sin gracia
Sofi Hummel** - Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/07/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
REVOLUTION
“
We all want to change the world…”
Sofi Hummel** - Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/07/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
auwwww ya te habias tardao jaja y y igual, siento no haber comentado, pero ya estoy al corriente, no tardes quiero klaine!!!! cuidate
Nina Anderson* - Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 25/08/2013
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Voooolviiiiiiiiiiiiiiiiiiisteeeee al fiiiiiiiiiin , Sofi woow si que te demoraste jaja, me gustó mucho el capitulo por que al fin hay atisbos de Klaaaaaaaaaine jajajaja, si por que esos latidos que sintio Kurt es amor yo lo sé, y esos celos también , se viene se vieneeeeeeee jijij
♥ gracias por retomar la historia sofi me encantó, te mando muchos besitos y espero leer pronto la actualización c:
♥ gracias por retomar la historia sofi me encantó, te mando muchos besitos y espero leer pronto la actualización c:
Dablerry********- - Mensajes : 655
Fecha de inscripción : 26/01/2013
Edad : 29
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Aaaa me encanto el capitulo maldito jeremaiah lo odio por que interrumpio y tienes razon ese es un avanze espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me encanta esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Maldito Jeremaiah, lo odio desde que apareció en Glee
Awww Klaine se siente en el aire
Blaine pervertido y descarado ._. le miro el trasero a Kurt
Besos
Actualiza pronto
Awww Klaine se siente en el aire
Blaine pervertido y descarado ._. le miro el trasero a Kurt
Besos
Actualiza pronto
Gaby Klainer********-*- - Mensajes : 911
Fecha de inscripción : 01/07/2013
Edad : 24
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
¿Qué mi socia? ya esperaba aquí tu actualización, estaba uuuuuuuuuuuuuuuurgidota pero tu pues no te me aparecías ah.
Me e quedado con mas ganas de leer sabes que me encanta tu fic aunque sea adaptación? jajajaja AMO A LOS BEATLES!!!
Me voy a otro lado donde ya no te moleste ;D
PD: amo a los gatos miraaaaaaaaaaaaa es tan lindo *o*
Me e quedado con mas ganas de leer sabes que me encanta tu fic aunque sea adaptación? jajajaja AMO A LOS BEATLES!!!
Me voy a otro lado donde ya no te moleste ;D
PD: amo a los gatos miraaaaaaaaaaaaa es tan lindo *o*
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Ese rubio oxigenado es todo un loquillo!!!
Pero bien por mi Kurt que no sedio ante Blaine
Actualiza pronto, cuidate, saludos...
Pero bien por mi Kurt que no sedio ante Blaine
Actualiza pronto, cuidate, saludos...
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
detestable jeremiah le malograste el baile a Blaine y a kurt, pero tendrán otras oportunidades
darckel********-*- - Mensajes : 1028
Fecha de inscripción : 02/10/2012
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Seguí, seguí, es genial.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
jajajaja lo sé =( lo siento, esque hay la escuela, me estaba volviendo loca, perdón en serio perdón gracias, igual cuídate y gracias por leer el fic.Nina Anderson escribió:auwwww ya te habias tardao jaja y y igual, siento no haber comentado, pero ya estoy al corriente, no tardes quiero klaine!!!! cuidate
kurtblainelover escribió: Voooolviiiiiiiiiiiiiiiiiiisteeeee al fiiiiiiiiiin , Sofi woow si que te demoraste jaja, me gustó mucho el capitulo por que al fin hay atisbos de Klaaaaaaaaaine jajajaja, si por que esos latidos que sintio Kurt es amor yo lo sé, y esos celos también , se viene se vieneeeeeeee jijij
gracias por retomar la historia sofi me encantó, te mando muchos besitos y espero leer pronto la actualización c:
siiiiii perdón Dany, la escuela me estaba volviendo loca =( momentos difíciles en la vida de un estudiante pfffff lamento muchísimo la demora jajaj si al fin, aunque pff todavía les falta, jajaja claro que lo sabes igual :3
Gracias por leer , ag si maldito y perdón si hay algún fan de Jeremaiah presente pero es un desgraciado lo aborrezco con todas mis fuerzasgleeclast escribió:Aaaa me encanto el capitulo maldito jeremaiah lo odio por que interrumpio y tienes razon ese es un avanze espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me encanta esta historia
pfff lamento haber tardado
lo sé, jajaja es un pervertido pero así lo amamos And I mean like "DIRTY CUTE" ajsjdsjdj es un descarado con estilo lamento haber tardado estaba abrumada por l escuela pero pff fase superada besosGaby Klainer escribió:Maldito Jeremaiah, lo odio desde que apareció en Glee
Awww Klaine se siente en el aire
Blaine pervertido y descarado ._. le miro el trasero a Kurt
-w-Besos
Actualiza pronto
♫Anny Hummel♫ escribió:¿Qué mi socia? ya esperaba aquí tu actualización, estaba uuuuuuuuuuuuuuuurgidota pero tu pues no te me aparecías ah.
Me e quedado con mas ganas de leer sabes que me encanta tu fic aunque sea adaptación? jajajaja AMO A LOS BEATLES!!!
Me voy a otro lado donde ya no te moleste ;D
PD: amo a los gatos miraaaaaaaaaaaaa es tan lindo *o*
buaaaaaa hermosísima socia disculpame en serio lo lamento, pero esque hay los maestros se pasannn y pues mis papás no me dejaban estar en la compu jajaja AMO A LOS BEATLES!!! ya no tardaré he considerado subir dos capítulos por día para tardar menos, pero no es seguro
P.D SOY ALÉRGICA A LOS GATOS, PERSO SON ADORABLES SOBRE TODO BRIAN, EL GATO DE MI FUTURO ESPOSO A QUIEN CON GUSTO COMPARTIRÉ CONTIGO.
ASH! si maldito rubio oxigenado -_- jajajaja si, no puede caer a la primera, debe dejar que le rueguen un poco!Veronica Everett Criss escribió:Ese rubio oxigenado es todo un loquillo!!!
Pero bien por mi Kurt que no sedio ante Blaine
Actualiza pronto, cuidate, saludos...
lamento haber tardado, en serio, estaba al borde del estrés con los exámenes, calificaciones, etc. GRACIAS POR LEER!
LO SÉ! ES UN $%&/() claro, Klaine siempre tendrá más opotunidades ;)darckel escribió:detestable jeremiah le malograste el baile a Blaine y a kurt, pero tendrán otras oportunidades
gracia por leer!
jajaj si seguiré, gracias por leerRiveraMyLove escribió:Seguí, seguí, es genial.
Sofi Hummel** - Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/07/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Dieciocho
Me imaginaba que los bailes se celebraban los sábados por la noche para que la agitación se pudiera disipar a lo largo del domingo y el lunes fuera un día normal en el instituto.
Bueno, pues en cuanto abrí la puerta del coche de Tana el lunes por la mañana, supe que no iba a ser el caso.
—¡Cierra el pico de una vez! —gritaba Tana.
Cautelosamente, tiré de la manilla, confiando en que, fuera lo que fuese lo que estaba pasando, se detendría una vez que me hubiera montado.
—Eres una fracasada —gritó Jake a su hermana cuando me instalé en el asiento.
—Sí, y TÚ eres un friki —replicó Tana.
Nadie parecía darse cuenta de mi presencia en el coche.
—Mmm, chicos —traté de captar la atención de ambos, pero no funcionó.
—YO no tengo la culpa de que esa novia tuya se lo pasara mejor con nosotras —espetó Tana mientras arrancaba.
—Mantente alejada de mí, y de todo el mundo que conozco. Me da vergüenza que seas mi hermana.
Tana pisó el freno a fondo.
—En ese caso, ¡fuera!
Jake abrió la puerta y se dispuso a bajarse del coche en mitad de la calle.
—Jake, no… —supliqué.
Se bajó, cerró la puerta de un golpe y empezó a pegar botes por la acera.
—Tana, ¿qué demonios está pasando? Ve a buscarlo. No puede andar.
Tana agarraba el volante con fuerza.
—No.
—Llegará tarde a clase.
—Por mí, genial.
—De acuerdo, basta ya. ¿Me quieres decir qué pasa?
Tana volvió a arrancar y mantuvo la mirada al frente cuando rebasamos a Jake.
—Ayer me montó un espectáculo sólo porque su estúpida novia se pasó casi toda la fiesta con nosotros, en vez de con él.
—¿En serio? ¿Quién era? —me puse a repasar las chicas que habían bailado con nosotros, pero perdí la cuenta.
—La morena menuda con esa falda tan mona de vuelo, color lila.
—¡Anda! ¿Es la novia de Mike?
Tana asintió mientras detenía el coche en el aparcamiento.
—Pues no entiendo que Mike y tú hayan tenido semejante bronca por eso, la verdad.
—Él empezó. Ya sabía yo que encontraría la forma de arruinar una noche increíble —una sonrisa se extendió por el semblante de Tana—. En serio, ¡la montamos en el baile! Las chicas no paraban de decir que sus parejas eran unos sosos. ¿Viste a algún chico en la pista que se lo pasara bien? No, se sentaron en un grupo enorme y se pusieron a hablar de deportes… —cambió la voz para efectuar su mejor imitación de Jake—. ¡Lo que tú digas, tío!
Cuando entramos en el instituto, me repetía a mí mismo sin parar que era otra semana más, que no tenía por qué ponerme nerviosa. Pero el estómago me daba botes cada vez que me acordaba de Blaine en la fiesta, atrapado entre las garras de aquel monstruo de tercero. Decidí caminar con más lentitud que de costumbre. Tal vez él no estuviera allí. Tal vez llegaría a convencerme de que no estaba loco. Tal vez…
Cuando doblé la esquina en dirección a mi taquilla lo vi, quitándose la cazadora. Me alivió enormemente comprobar que no había señal de El que no debe ser nombrado.
Empecé a manipular la combinación del cerrojo y noté que Blaine se daba la vuelta. Nos miramos a los ojos. Sonrió, y fue a decir algo…
—Eh… ¿Kurt? —me sobresalté y casi dejé caer mi bolsa de lona. Al girarme, vi a Eileen Vodak y Annette Ryan, ambas de tercero, que revoloteaban detrás de mí—. Bueno, eh…, pensamos que ustedes son divertidísimas y lo pasamos en grande, eh…, con ustedes, chicos —Eileen se sonrojó y, con ademán nervioso, empezó a enroscarse con un dedo un mechón de su larga melena castaña.
¿Estuvieron el sábado con nuestro grupo?
—Verás, mmm, te admiramos mucho. Lo que hiciste estuvo genial.
—Gracias —respondí en voz baja, confiando en que Blaine no estuviera escuchando.
Annette dio un empujón con el hombro a Eileen.
—Ah, sí. Queríamos saber tu club es sólo para chicas de primero de bachillerato, o si contemplaríais la posibilidad de que se apunte gente de tercero…
Me quedé mirando a Eileen unos segundos, mientras trataba de procesar lo que estaba oyendo.
—A ver, ya sé que somos de secundaria, pero…
Abrí los ojos como platos al caer en la cuenta de lo que me pedía.
—Claro que sí. Cuantas más seamos, ¡más divertido!
Los rostros de Eileen y de Annette se iluminaron.
—Ay, Kurt, muchísimas gracias. Sólo dinos lo que tenemos que hacer.
Ni siquiera sabía lo que yo misma hacía.
—Vale, asi lo haré.
Cuando se marcharon, me giré en dirección a mi taquilla. Blaine cerró la suya y se inclinó hacia mí.
—Hola.
—Hola —respondí. Lamenté no ser capaz de ahogar el impulso de zarandearlo y preguntarle en qué diablos estaba pensando al acudir a la fiesta con tan abominable criatura.
—Hola, Kurt —me giré mientras Unique y Tina se acercaban.
Dediqué a Blaine una sonrisa de disculpa, aunque sentí alivio por la interrupción. Blaine asintió con la cabeza y se encaminó a su clase.
—Un par de chicas del equipo de baloncesto que tenían pareja me han llamado para hablar del club —explicó Unique—. ¿Crees que podríamos admitir algunas socias más?
Mientras me dirigía a clase de Español, me fijé en la gran cantidad de chicas que me saludaban.
—Hola, Margarita —me saludó Artie en español cuando tomé asiento.
—Hola —saqué mi libro y lo abrí por la nueva lección.
Artie se desplazó para acercarse más a mi mesa.
—Oye, Kurt, ¿qué tal fue tu exhibición de pibas el sábado por la noche?
—Bueno, nosotros nos lo pasamos en grande. No veo qué tiene de particular —empezaba a sentirme un tanto a la defensiva.
—¿Y qué narices es eso de que Sebastián va a dejar el equipo de animadoras? —empezó a sacudir la cabeza—. Últimamente hay unas movidas muy raras.
—No es tan raro, creo yo. En cualquier caso, ¿qué tal te fue con…?
—Hilary —repuso él con una nota de enfado.
—Ah, sí, ¡Hilary! Es una chica guay. Seguro que lo pasaste bien —traté de animar un poco a Artie, pues me resultaba extraño verlo sin hacer el tonto.
—No sé cómo es, la verdad. Se pasó casi toda la fiesta bailando con ustedes.
«Ay, es verdad».
Artie abrió el cuaderno y fingió gran interés en sus apuntes. No era su conducta habitual, ni mucho menos.
Me convencí de que pronto se le pasaría. Tampoco era para tanto.
—¿Por qué te importa lo que piense Artie Abrahams? —me preguntó Tana mientras ella y yo nos dirigíamos a almorzar con Unique y Tina a nuestra mesa de costumbre.
—No es sólo él. Durante todo el día me están llegando vibraciones negativas de los chicos —arrojé sobre la mesa la bolsa con mi almuerzo—. Y un montón de chicas han venido a hacerme comentarios de lo más agradables.
—Ya lo sé, ¿no es genial? —repuso Tana.
—Eh, chicas, ¿les parece bien que Rachel se una a nosotras? —preguntó Mercedes, a la que seguían Sebastián y Rachel.
—Claro que sí —respondió Tana—. Nos encanta que hayas vuelto, Rachel.
Rachel se sonrojó.
—Bueno, me dijeron que podía volver cuando estuviera preparada…
Tana abrió los ojos de par en par.
—¡Desde luego! ¡Bienvenida al lado oscuro! —se echó a reír—. Deberíamos juntar esa otra mesa para tener más espacio.
Como era de esperar, Teresa Finer y Jessica Chambers nos preguntaron si se podían sentar con nosotras. Al poco rato, nuestra mesa estaba abarrotada de chicas que comentaban la fiesta de antiguos alumnos. Teresa mencionó que su pareja llegó a buscarla cuarenta y cinco minutos tarde, y, por lo visto, la «cena especial» que la pareja de Jessica le había prometido resultó ser en un Burger King de los que sirven en el coche a los clientes. La pareja de Rachel se pasó la fiesta ligando con otra.
—Chicas, tenían razón —Rachel negó con la cabeza y se puso a juguetear con el rabillo de su manzana.
—No se trata de tener razón o no; de lo que se trata es de estar con gente que te aprecie de verdad —apuntó Sebastián—. Me alegro mucho de que hayas venido, Rachel.
Rachel esbozó una sonrisa y dio un mordisco a la manzana.
—Así que, resumiendo, yo tuve las mejores parejas del baile —concluyó Tana.
Mientras Sebastián, Jessica y Unique hacían planes para jugar al baloncesto durante el fin de semana, me quedé maravillado al ver que Sebastián no mostraba la más mínima vacilación a la hora de hablar de su gran cambio. No se le notaba arrepentimiento ni angustia alguna. Sabía que estaba tomando la decisión correcta, incluso aunque al final no la admitieran en el equipo.
Por lo que parecía, ahora teníamos nuestro propio equipo.
Me imaginaba que los bailes se celebraban los sábados por la noche para que la agitación se pudiera disipar a lo largo del domingo y el lunes fuera un día normal en el instituto.
Bueno, pues en cuanto abrí la puerta del coche de Tana el lunes por la mañana, supe que no iba a ser el caso.
—¡Cierra el pico de una vez! —gritaba Tana.
Cautelosamente, tiré de la manilla, confiando en que, fuera lo que fuese lo que estaba pasando, se detendría una vez que me hubiera montado.
—Eres una fracasada —gritó Jake a su hermana cuando me instalé en el asiento.
—Sí, y TÚ eres un friki —replicó Tana.
Nadie parecía darse cuenta de mi presencia en el coche.
—Mmm, chicos —traté de captar la atención de ambos, pero no funcionó.
—YO no tengo la culpa de que esa novia tuya se lo pasara mejor con nosotras —espetó Tana mientras arrancaba.
—Mantente alejada de mí, y de todo el mundo que conozco. Me da vergüenza que seas mi hermana.
Tana pisó el freno a fondo.
—En ese caso, ¡fuera!
Jake abrió la puerta y se dispuso a bajarse del coche en mitad de la calle.
—Jake, no… —supliqué.
Se bajó, cerró la puerta de un golpe y empezó a pegar botes por la acera.
—Tana, ¿qué demonios está pasando? Ve a buscarlo. No puede andar.
Tana agarraba el volante con fuerza.
—No.
—Llegará tarde a clase.
—Por mí, genial.
—De acuerdo, basta ya. ¿Me quieres decir qué pasa?
Tana volvió a arrancar y mantuvo la mirada al frente cuando rebasamos a Jake.
—Ayer me montó un espectáculo sólo porque su estúpida novia se pasó casi toda la fiesta con nosotros, en vez de con él.
—¿En serio? ¿Quién era? —me puse a repasar las chicas que habían bailado con nosotros, pero perdí la cuenta.
—La morena menuda con esa falda tan mona de vuelo, color lila.
—¡Anda! ¿Es la novia de Mike?
Tana asintió mientras detenía el coche en el aparcamiento.
—Pues no entiendo que Mike y tú hayan tenido semejante bronca por eso, la verdad.
—Él empezó. Ya sabía yo que encontraría la forma de arruinar una noche increíble —una sonrisa se extendió por el semblante de Tana—. En serio, ¡la montamos en el baile! Las chicas no paraban de decir que sus parejas eran unos sosos. ¿Viste a algún chico en la pista que se lo pasara bien? No, se sentaron en un grupo enorme y se pusieron a hablar de deportes… —cambió la voz para efectuar su mejor imitación de Jake—. ¡Lo que tú digas, tío!
Cuando entramos en el instituto, me repetía a mí mismo sin parar que era otra semana más, que no tenía por qué ponerme nerviosa. Pero el estómago me daba botes cada vez que me acordaba de Blaine en la fiesta, atrapado entre las garras de aquel monstruo de tercero. Decidí caminar con más lentitud que de costumbre. Tal vez él no estuviera allí. Tal vez llegaría a convencerme de que no estaba loco. Tal vez…
Cuando doblé la esquina en dirección a mi taquilla lo vi, quitándose la cazadora. Me alivió enormemente comprobar que no había señal de El que no debe ser nombrado.
Empecé a manipular la combinación del cerrojo y noté que Blaine se daba la vuelta. Nos miramos a los ojos. Sonrió, y fue a decir algo…
—Eh… ¿Kurt? —me sobresalté y casi dejé caer mi bolsa de lona. Al girarme, vi a Eileen Vodak y Annette Ryan, ambas de tercero, que revoloteaban detrás de mí—. Bueno, eh…, pensamos que ustedes son divertidísimas y lo pasamos en grande, eh…, con ustedes, chicos —Eileen se sonrojó y, con ademán nervioso, empezó a enroscarse con un dedo un mechón de su larga melena castaña.
¿Estuvieron el sábado con nuestro grupo?
—Verás, mmm, te admiramos mucho. Lo que hiciste estuvo genial.
—Gracias —respondí en voz baja, confiando en que Blaine no estuviera escuchando.
Annette dio un empujón con el hombro a Eileen.
—Ah, sí. Queríamos saber tu club es sólo para chicas de primero de bachillerato, o si contemplaríais la posibilidad de que se apunte gente de tercero…
Me quedé mirando a Eileen unos segundos, mientras trataba de procesar lo que estaba oyendo.
—A ver, ya sé que somos de secundaria, pero…
Abrí los ojos como platos al caer en la cuenta de lo que me pedía.
—Claro que sí. Cuantas más seamos, ¡más divertido!
Los rostros de Eileen y de Annette se iluminaron.
—Ay, Kurt, muchísimas gracias. Sólo dinos lo que tenemos que hacer.
Ni siquiera sabía lo que yo misma hacía.
—Vale, asi lo haré.
Cuando se marcharon, me giré en dirección a mi taquilla. Blaine cerró la suya y se inclinó hacia mí.
—Hola.
—Hola —respondí. Lamenté no ser capaz de ahogar el impulso de zarandearlo y preguntarle en qué diablos estaba pensando al acudir a la fiesta con tan abominable criatura.
—Hola, Kurt —me giré mientras Unique y Tina se acercaban.
Dediqué a Blaine una sonrisa de disculpa, aunque sentí alivio por la interrupción. Blaine asintió con la cabeza y se encaminó a su clase.
—Un par de chicas del equipo de baloncesto que tenían pareja me han llamado para hablar del club —explicó Unique—. ¿Crees que podríamos admitir algunas socias más?
Mientras me dirigía a clase de Español, me fijé en la gran cantidad de chicas que me saludaban.
—Hola, Margarita —me saludó Artie en español cuando tomé asiento.
—Hola —saqué mi libro y lo abrí por la nueva lección.
Artie se desplazó para acercarse más a mi mesa.
—Oye, Kurt, ¿qué tal fue tu exhibición de pibas el sábado por la noche?
—Bueno, nosotros nos lo pasamos en grande. No veo qué tiene de particular —empezaba a sentirme un tanto a la defensiva.
—¿Y qué narices es eso de que Sebastián va a dejar el equipo de animadoras? —empezó a sacudir la cabeza—. Últimamente hay unas movidas muy raras.
—No es tan raro, creo yo. En cualquier caso, ¿qué tal te fue con…?
—Hilary —repuso él con una nota de enfado.
—Ah, sí, ¡Hilary! Es una chica guay. Seguro que lo pasaste bien —traté de animar un poco a Artie, pues me resultaba extraño verlo sin hacer el tonto.
—No sé cómo es, la verdad. Se pasó casi toda la fiesta bailando con ustedes.
«Ay, es verdad».
Artie abrió el cuaderno y fingió gran interés en sus apuntes. No era su conducta habitual, ni mucho menos.
Me convencí de que pronto se le pasaría. Tampoco era para tanto.
—¿Por qué te importa lo que piense Artie Abrahams? —me preguntó Tana mientras ella y yo nos dirigíamos a almorzar con Unique y Tina a nuestra mesa de costumbre.
—No es sólo él. Durante todo el día me están llegando vibraciones negativas de los chicos —arrojé sobre la mesa la bolsa con mi almuerzo—. Y un montón de chicas han venido a hacerme comentarios de lo más agradables.
—Ya lo sé, ¿no es genial? —repuso Tana.
—Eh, chicas, ¿les parece bien que Rachel se una a nosotras? —preguntó Mercedes, a la que seguían Sebastián y Rachel.
—Claro que sí —respondió Tana—. Nos encanta que hayas vuelto, Rachel.
Rachel se sonrojó.
—Bueno, me dijeron que podía volver cuando estuviera preparada…
Tana abrió los ojos de par en par.
—¡Desde luego! ¡Bienvenida al lado oscuro! —se echó a reír—. Deberíamos juntar esa otra mesa para tener más espacio.
Como era de esperar, Teresa Finer y Jessica Chambers nos preguntaron si se podían sentar con nosotras. Al poco rato, nuestra mesa estaba abarrotada de chicas que comentaban la fiesta de antiguos alumnos. Teresa mencionó que su pareja llegó a buscarla cuarenta y cinco minutos tarde, y, por lo visto, la «cena especial» que la pareja de Jessica le había prometido resultó ser en un Burger King de los que sirven en el coche a los clientes. La pareja de Rachel se pasó la fiesta ligando con otra.
—Chicas, tenían razón —Rachel negó con la cabeza y se puso a juguetear con el rabillo de su manzana.
—No se trata de tener razón o no; de lo que se trata es de estar con gente que te aprecie de verdad —apuntó Sebastián—. Me alegro mucho de que hayas venido, Rachel.
Rachel esbozó una sonrisa y dio un mordisco a la manzana.
—Así que, resumiendo, yo tuve las mejores parejas del baile —concluyó Tana.
Mientras Sebastián, Jessica y Unique hacían planes para jugar al baloncesto durante el fin de semana, me quedé maravillado al ver que Sebastián no mostraba la más mínima vacilación a la hora de hablar de su gran cambio. No se le notaba arrepentimiento ni angustia alguna. Sabía que estaba tomando la decisión correcta, incluso aunque al final no la admitieran en el equipo.
Por lo que parecía, ahora teníamos nuestro propio equipo.
Sofi Hummel** - Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/07/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Ya quiero que Blaine haga alguna movida (sé que le gusta Kurt, es fácil de ver).
JBJDSGBDSFH, me gusta mucho, seguí.
JBJDSGBDSFH, me gusta mucho, seguí.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Me encanto.
Fue tan divertida la pelea entre Santana y su hermano.
Me gusta que la idea de Kurt fuera empleada por varias chicas.
Y que Rachel se haya unido.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
Fue tan divertida la pelea entre Santana y su hermano.
Me gusta que la idea de Kurt fuera empleada por varias chicas.
Y que Rachel se haya unido.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Me encanto mucho el capitulo que bueno que actualizaste que bueno qie ya se unieron mas personas al club de kurt espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare con muchas ansias me encanta mucho esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
ame este capitulo, esperaba actualización con ansias, este fic es muy bueno
darckel********-*- - Mensajes : 1028
Fecha de inscripción : 02/10/2012
Edad : 27
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
Oh God, este es de mis fics favoritos y déjame decir que amo este fic de verdad, todo esto me mata, ame el capitulo ¿Artie y Kurt? suena guay pero no se...aun así me encanta este fic, es hermoso me encanto que adaptaras el libro, ajajaj de verdad y realmente soy un unicornio (?. Err...me salí de tema okay no soy unicornio pero si un pandicornio.
Jajaja bueno espero y no te moleste y sigue.
Jajaja bueno espero y no te moleste y sigue.
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: Fic El club de los corazones solitarios Capítulos 20 y 21
You're Back!!!!!!!! jij y te entiendo totalmente con lo de la demora, yo igual estuve atrapada en el caos estudiantil jiji pero lo bueno es que ya pasó ♥ ♥ me gustó el capitulo !!!
Sooofi que buenisimo que el club se volvió populars aaay espero que los hombres no le hagan nada a mi Kurtie ¬¬
y Blainey days pobre mi pequeño queria hablar y lo interrumpieron chan chan
espero saber pronto que pasa , graaacias por actualizar ♥ !! i love it
Sooofi que buenisimo que el club se volvió populars aaay espero que los hombres no le hagan nada a mi Kurtie ¬¬
y Blainey days pobre mi pequeño queria hablar y lo interrumpieron chan chan
espero saber pronto que pasa , graaacias por actualizar ♥ !! i love it
Dablerry********- - Mensajes : 655
Fecha de inscripción : 26/01/2013
Edad : 29
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
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Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
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Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
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Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
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Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
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Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
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