[Resuelto]Fic Brittana: Walking Disaster! *Capitulo 7: "Viendo rojo"

por naty_LOVE_GLEE Mar Nov 12, 2013 6:43 pm

Hola!! Como están?

Bueno me presento: soy Naty!, Natu!, NaT! (cualquiera de los tres está perfecto), emmm…….y estoy acá para traerles una adaptación de Walking Disaster! “WD”, segunda parte del libro Beautiful Disaster! “BD”, la chica que adaptó BD dijo que no podía con WD así que me ofrecí! Ya que soy regular del foro, digamos, y acá estoy!! Debo decirles que BD me encantó!!! Por lo tanto no dudé en ofrecerme para WD.

Bien! Sobre esta adaptación debo decirles que es la primera que hago! Mi primera presentación en el foro, estoy trabajando en FanFics Brittana que todavía los tengo ahí! Ya saben no me gustaría subir nada hasta que este segura de lo que tengo! Entonces este es mi debut?! Ok! Vamos a lo importante:

Walking Disaster! Está narrada completamente por nuestra amada fuertemente apasionada! Brittany Pierce!, esta chica es increíble!!! Es un torbellino de emociones!! Ni hablar de lo loca y exagerada que puede ser, o parecer, la verdad que yo la amo!! Quisiera tener una Brittany así de intensa, apasionada y loca como es esta!

Espero les guste, y ya saben cualquier cosa díganla sin restricciones! Me resulta difícil adaptarla, algunos sabrán porque, pero espero haberlo hecho lo mejor que pude!, Ah y una cosa más como es una adaptación le pondré mi estilo?! Ok! Es que quiero dejarle una marca?! O algo así ya que sino solo sería copiar y pegar y eso es aburrido para mí, por lo menos, así que quiero sus opiniones!!

Ah! y esto es solo la Sinopsis, solo es una pequeña presentación de lo que viene, es más corto que todo lo que escribí yo :p, pero tenía que ponerlo.....ASÍ QUE ACÁ VAMOS!!!

Sinopsis

¿Cuánto es amar demasiado?

Brittany Pierce aprendió dos cosas de su padre antes de morir.

Ama duro. Pelea más duro.

En Walking Disaster, la vida de Brittany está llena de mujeres, juegos clandestinos y violencia. Justo cuando pensaba que era invencible, Santana López la trae a sus rodillas.

Cada historia tiene dos lados. En el New York Times Bestseller Beautiful Disaster, Santana ha contado su historia. Ahora es el momento de ver la historia a través de los ojos de Brittany.

****************************

Eso es todo por ahora! Sólo una presentación.

Saludos!! NaT!

por adi-santybritt Mar Nov 12, 2013 9:42 pm

Hola!!! Me encanta la idea de ponerle tu estilo!!!
Créeme tienes una fiel lectora espero y lo comiences pronto y también espero el final de la primer parte
Espero la actu
Xoxo

por 3:) Mar Nov 12, 2013 10:05 pm

HOLA,....
he leído BD y me ha encantado es verdad britt era intensa y demasiado loca a veces jajajaja pero era genial!!!!!!
quiero leer la WD espero el 1er capitulo!!!!!!

aqui tienes una fiel lectora,....

nos vemos!!!!

LU!!!!

por **Ali_Pearce** Mar Nov 12, 2013 10:34 pm

Hola! muchas gracias por compartir tu historia con nosotros, pero te pediría por favor que modifiques el titulo de acuerdo al formato indicado en las Reglas Fanfic, el cual debe incluir la palabra FIC.
Cualquier duda puedes comunicarte por MP.
Saludos

por micky morales Jue Nov 14, 2013 12:03 am

Bueno, a esperar y tambien me encanta que la adaptes con algo de tu propio estilo, asi que bienvenida!

por Invitado Dom Nov 17, 2013 9:55 pm

Ya quiero leer! :D Solo una duda ¿En BD no es el papá de Brittany quien muere?

por victoria555 Lun Nov 18, 2013 2:24 am

ammm no he liedo BD ... pero me has capturado. asi ke leere BD y corriendo vengo a leer WD :) y de antemano gracias por la adaptacion.

por Anddy Rivera Morris Lun Nov 18, 2013 11:15 pm

Esperando con ansias el primer capítulo jiji
saludos Nat :D

por naty_LOVE_GLEE Vie Nov 22, 2013 4:49 pm

adi-santybritt escribió:Hola!!! Me encanta la idea de ponerle tu estilo!!!
Créeme tienes una fiel lectora espero y lo comiences pronto y también espero el final de la primer parte
Espero la actu
Xoxo

3:) escribió:HOLA,....
he leído BD y me ha encantado es verdad britt era intensa y demasiado loca a veces jajajaja pero era genial!!!!!!
quiero leer la WD espero el 1er capitulo!!!!!!

aqui tienes una fiel lectora,....

nos vemos!!!!

LU!!!!

micky morales escribió:Bueno, a esperar y tambien me encanta que la adaptes con algo de tu propio estilo, asi que bienvenida!

Alana_98 escribió:Ya quiero leer! :D Solo una duda ¿En BD no es el papá de Brittany quien muere?

victoria555 escribió:ammm no he liedo BD ... pero me has capturado. asi ke leere BD y corriendo vengo a leer WD :) y de antemano gracias por la adaptacion.

Anddy Rivera Morris escribió:
Esperando con ansias el primer capítulo jiji
saludos Nat :D

Hola!!

Mañana subo el prólogo y el primer cap!!

Perdon por no subirlo antes, pero como les había dicho tuve que arreglar algunos asuntos pendientes con BD, ya saben tratar de ser lo más fiel posible con el seguimiento de la primera parte! Además ya les había dicho también que quiero dejarle mi toque a cada cap! A si que tambien veremos como me sale eso!!

Ah!!! Y una ultima cosita, ayer vi el estreno de “EN LLAMAS” se las recomiendo esta Fatal!!!! La cuestión es que en el cine al que fui, no tenía los accesorios de la peli :( yo los quiero ya!! :) A si que si alguna vive en Bs As CABA y sabe de algún cine que los tenga porfa me encantaría si me pasaría la dire para que valla a comprarlos! En serio le estaría muy agradecida!!

Bueno eso es todo! Nos vemos mañana chicas!! Tengan una linda noche!! :)

Saludos!! NaT!

por Nox Vie Nov 22, 2013 4:59 pm

Si genial♥

por Claru! Vie Nov 29, 2013 8:53 pm

awww! Qué bueno que la sigas! <3

por micky morales Vie Nov 29, 2013 10:42 pm

espectacular, si el narrado por santana era mi favorito, imaginate este narrado por britt!!!!

por naty_LOVE_GLEE Mar Dic 03, 2013 9:09 pm

Walking Disaster

Prólogo

Incluso con el sudor en su frente y el salto en su respiración, no parecía enfermo. Su piel no tenía el resplandor melocotón al que yo estaba acostumbrada, y sus ojos no eran tan brillantes, pero todavía era muy guapo. El hombre más guapo que jamás vería.

Su mano se dejó caer de la cama y su dedo tembló. Mis ojos se mueven desde su delgado brazo, por su hombro huesudo, finalmente fijándome en sus ojos. Me estaba mirando, sus párpados abiertos en dos rendijas, sólo lo suficiente para hacerme saber que él sabía que yo estaba ahí. Eso es lo que amaba de él. Cuando me miraba, realmente me veía. No miraba más allá de mí a las otras docenas de cosas que necesitaba hacer con su día, o desconectarse de mis estúpidas historias. Él escuchaba, y eso lo hacía realmente feliz. Todos los demás parecían asentir sin escuchar, pero él no. Él jamás.

—Brittany —dijo, su voz ronca. Se aclaró la garganta, y las esquinas de su boca se curvaron—. Ven aquí, linda. Está bien. Ven.

Mamá puso un par de dedos en mi hombro y me empujó hacia adelante mientras escuchaba a la enfermera. Mamá la llamaba Becky. Llegó a la casa por primera vez hace unos días. Sus palabras eran suaves y sus ojos eran un poco amables, pero no me agradaba Becky. No puedo explicarlo, pero que estuviera aquí me asustaba. Sabía que estaba aquí para ayudar, pero eso no era algo bueno, a pesar de que mi mamá estaba de acuerdo con ella.

El empujoncito de mamá me llevó varios pasos al frente, lo suficientemente cerca de papá para que pudiera tocarme. Estiró sus dedos y acarició mi brazo. —Está bien, Brittany —susurró—. Papi quiere decirte algo.

Metí mi dedo en la boca y lo empujé alrededor de mis encías, poniéndome inquieta. Asentir hizo que su pequeña sonrisa creciera, así que me aseguré de hacer más movimientos con mi cabeza mientras di un paso hacia su cara.

Usó lo que quedaba de su fuerza para deslizarse más cerca de mí, y luego tomó un respiro. —Lo que voy a pedirte será muy duro, hija. Sé que lo puedes hacer, porque ahora eres una niña grande.

Asentí de nuevo, haciéndolo sonreír, incluso si no lo decía en serio. Sonreír cuando se veía tan cansado e incómodo no se siente bien, pero ser valiente lo hacía feliz. Así que fui valiente.

—Brittany, necesito que escuches lo que voy a decir, y aun más importante, necesito que lo recuerdes. Esto será muy difícil. He estado tratando de recordar cosas de cuando tenía tres años, y yo.... —Su voz se desvaneció, el dolor fue muy fuerte por un momento.

— ¿El dolor se está poniendo inmanejable, James? —dijo Becky, empujando una aguja en la intravenosa de papá.

Después de unos momentos, papi se relajó. Tomó otro respiro y lo intentó de nuevo.

— ¿Puedes hacer eso por papi? ¿Puedes recordar lo que voy a decir? —

Asentí de nuevo, y levantó una mano en mi mejilla. Su piel no era muy cálida, y sólo pudo mantener su mano por unos segundos antes de que se pusiera temblorosa y cayera sobre la cama—. En primer lugar, está bien estar triste. Está bien sentir cosas. Recuerda eso. Segundo, se una niña tanto como puedas. Juega, Brittany. Sé tonta. —Sus ojos le restan importancia—. Y tú y tus hermanas cuídense las unas a las otras, y a tu madre. Incluso cuando crezcan y se vayan a otro lugar, es importante volver a casa. ¿De acuerdo?

Mi cabeza se balanceó de arriba abajo, desesperada por complacerlo.

—Uno de estos días, te enamorarás, hija. No te conformes con cualquier persona. Elige a la persona que no sea fácil, una por la que tengas que luchar, y después nunca dejes de pelear. Nunca... —Tomó un suspiro profundo—, dejes de luchar por lo que quieres. Y nunca... —Frunció el ceño—, olvides que papi te ama.

Incluso si no puedes verme. —Una lágrima cayó por su mejilla—. Siempre, siempre te amaré.

Tomó una respiración entrecortada y luego tosió.

—De acuerdo —dijo Becky, pegando una cosa de aspecto gracioso en sus oídos. Mantuvo el otro extremo en el pecho de papi—. Hora de descansar.

—No hay tiempo —susurró papi.

Becky miró a mi papá. —Nos estamos acercando, señora Pierce. Probablemente debería traer al resto de las chicas para despedirse.

Los labios de mamá hicieron una dura línea, y sacudió su cabeza. —No estoy lista. —Se atragantó.

—Nunca estarás lista para perder a tu esposo, Susan. Pero no quieres dejarlo ir sin que las chicas le digan adiós.

Mamá pensó por un minuto, se limpió la nariz con su manga, y luego asintió. Salió con fuertes pisadas de la habitación, como si estuviera enojada.

Miré a papi, lo observé tratando de respirar, y vi a Becky comprobando los números en la caja junto a él. Toqué la muñeca de papá. Los ojos de Becky parecían saber algo que yo no, y eso hizo que mi estómago se sintiera enfermo.

—Sabes, Brittany —dijo Becky, inclinándose para que pudiera mirarme a los ojos—, la medicina que le estoy dando a tu papá lo hará dormir, pero a pesar de que está durmiendo, aun puede oírte. Todavía puedes decirle a papi que lo amas y que lo extrañarás, y él escuchará todo lo que digas.

Miré a papi, pero rápidamente negué con mi cabeza. —No quiero perderlo.

Becky puso su suave y cálida mano en mi hombro, justo como papi solía hacerlo cuando yo estaba enojada. —Tu papá quiere estar aquí contigo. Quiere mucho eso. Pero Jesús lo quiere con él en este momento.

Fruncí el ceño. —Yo lo necesito más que Jesús.

Becky sonrió, y luego besó mi coronilla. Mamá tocó la puerta y la abrió. Mis hermanas se agruparon alrededor de ella en el pasillo, y Becky me condujo de la mano para unirme a ellas.

Los ojos de Susan no dejaron la cama de papi, y Tabatha y Tara miraron a todos lado, excepto a la cama. Me hizo sentir mejor de alguna manera que todas parecían tan asustadas como yo.

Charlotte estaba de pie junto a mí, un poco más adelante, como la vez que me protegió cuando jugábamos en el patio delantero y las chicas del vecindario trataron de buscar pelea con Tara. —No se ve bien —dijo Charlotte.

Mamá se aclaró la garganta. —Papá ha estado muy enfermo durante mucho tiempo, chicas, y es tiempo para él... es momento de que él... —Su voz se fue apagando poco a poco.

Becky ofreció una pequeña y simpática sonrisa. —Su papá no ha estado comiendo o tomando algo. Su cuerpo se está yendo. Esto será muy difícil, pero es un buen momento para que le digan a su padre que lo aman, y lo extrañarán, y eso está bien para que él se vaya. Necesita saber que eso está bien.

Mis hermanas asintieron al unísono. Todas, excepto yo. No estaba bien. No quería que se fuera. No me importaba si Jesús lo quería o no. Él era mi papi. Él podría tomar a un papi mayor. Uno que no tuviera niñas pequeñas que cuidar.

Traté de recordar todo lo que me dijo. Traté de pegarlo dentro de mi cabeza: Juega. Visita a mamá. Pelea por lo que amas. Esa última cosa me molestaba. Amaba a papi, pero no sabía cómo luchar por él.

Becky se inclinó hacia el oído de mi mamá. Ella negó con la cabeza, y después asintió hacia mis hermanas. —De acuerdo, chicas. Vamos a decir adiós, y luego tienes que meter a tus hermanas en la cama, Charlotte. No necesitan estar aquí para lo demás.

—Sí, mamá —dijo Charlotte. Sabía que estaba fingiendo una cara valiente. Sus ojos estaban tan tristes como los míos.

Charlotte habló con él por un rato, luego Tabatha y Tara le susurraron cosas en cada uno de sus oídos. Susan lloró y lo abrazó por mucho tiempo. Todas le dijeron que estaba bien para él dejarnos. Todas menos yo. Papi no respondió a nada esta vez.

Charlotte tiró de mi mano, sacándome de su dormitorio. Caminé hacia atrás hasta que estuvimos en el pasillo. Traté de fingir que él sólo iba a dormir, pero mi cabeza se puso difusa. Charlotte me cargó y me llevó por las escaleras. Sus pies subieron más rápido cuando los lamentos de mamá llegaron a través de las paredes.

— ¿Qué te dijo a ti? —preguntó Charlotte, encendiendo el grifo de la bañera. No respondí. La escuché preguntar, y recordé como ella me dijo que lo hiciera, pero mis lágrimas no funcionarían y mi boca tampoco.

Charlotte me quitó la camisa sucia por encima de mi cabeza y mis pantalones cortos. —Es hora de entrar a la bañera, pequeña. —Me levantó del suelo y me sentó en el agua tibia, empapando la esponja y apretándola desde arriba de mi cabeza. No parpadeé. Ni siquiera traté de quitar el agua de mi cara, aun cuando odiaba eso.

—Ayer, papá me dijo que cuidara de ti y de las gemelas, y de mamá. —Charlotte cruzó sus manos en el borde de la bañera y apoyó su barbilla sobre ellas, mirándome—. Así que eso es lo que haré, Britt, ¿de acuerdo? Voy a cuidar de ti. Así que no te preocupes. Juntas, vamos a extrañar a papá, pero no estés asustada. Me aseguraré de que todo esté bien. Lo prometo.

Quería asentir, o abrazarla, pero nada funcionó. A pesar de que debería haber estado luchando por él, yo estaba en una bañera llena de agua, inmóvil como una estatua. Ya lo había defraudado. Le prometí en el fondo de mi cabeza que haría todas las cosas que me había dicho tan pronto como mi cuerpo volviera a funcionar. Cuando la tristeza se fuera, siempre jugaría y siempre pelearía. Duro.

por naty_LOVE_GLEE Mar Dic 03, 2013 9:11 pm

Hola! Chicas, perdonen la tardanza, no tenía el tiempo necesario, pero ahora estoy en marcha y prometo de seguro para mañana el primer cap!. Espero sigan por acá, ya saben cualquier cosa solo díganla.

Que tengan una buena noche :)

Saludos!! NaT!

por adi-santybritt Mar Dic 03, 2013 10:36 pm

Hola!!!
Que fuerte ha sido para Britt perder a su padre!!!
Me encantaron las palabras de su padre!!!!

Gracias por volver !!!
PD: esperando la actu !!
Xoxo

por naty_LOVE_GLEE Miér Dic 04, 2013 9:18 pm

Walking Disaster

Capitulo 1: “Santana”

Malditos buitres, pueden esperar por horas. También días. Noches. Mirándote, escogiendo qué partes de ti arrancarán primero, qué piezas serían las más dulces, las más tiernas, o simplemente qué parte sería la más conveniente.

Lo que no saben, lo que nunca han anticipado, es que la presa está fingiendo. Son los buitres los que son fáciles. Sólo cuando piensan que todo lo que tienen que hacer es tener paciencia, sentarse y esperar a que expires, es el momento de sorprenderlos. Ese es el momento de traer tu arma secreta: una absoluta falta de respeto al estado de las cosas.

Ahí es cuando los sacudes con mucha fuerza. No te importa una mierda.

Un oponente en el Círculo, algún imbécil malo al azar tratando de exponer tu debilidad con insultos o lo que es peor aún, tratando de seducirte, una mujer tratando de amarrarte; sucede cada vez, y ya no es una sorpresa como al principio.

Había tenido mucho cuidado desde muy joven para vivir mi vida de esta manera. Era abiertamente lesbiana y ningún idiota me decía como tenía que vivir la vida, obviamente el temor hacía mi respuesta ante cualquier reclamo era suficiente para callarlos, lo asombroso fue que no tuve que ponerme a la defensiva, lo habían aceptado tanto como yo, al menos los que me importaba que lo hicieran, y eso hacía que mi vida sea tan ligera como yo quería, siempre mujeriega eso diría la mayoría. Esos imbéciles con su corazón sangrando, iban por ahí dando su alma a cada caza fortuna que les sonreía, tanto parejas hetero como homosexuales. Pero de alguna manera yo era de las que nadaban contra la corriente. Era una mujer diferente. Mi forma de vivir era más difícil, si me preguntaban. Dejaba la emoción en la puerta, y la reemplazaba con insensibilidad, o ira, que era mucho más fácil de controlar, era simple. Dejarte sentir vulnerable. Tantas veces como he tratado de explicar este error a mis hermanas, primas, o amigos, me recibieron con escepticismo.

Tantas veces como los había visto llorando o perdiendo el sueño por alguna puta tonta en un maldito par de tacones o un estúpido engreído que nunca daban una mierda por ellos de todos modos, no podían entenderlo. Las mujeres, en mi caso, con ese tipo de angustia no dejaban que te enamores de ellas tan fácilmente. No se inclinaban en tu sofá o te permitían encantarlas en su habitación la primera noche, ni siquiera la décima.

Mis teorías fueron ignoradas porque esa no era la manera en que las cosas sucedían.

Atracción, sexo, enamoramiento, amor y luego la angustia. Ese era el orden lógico. Y siempre había sido así.

Pero no para mí. De. Ninguna. Maldita. Manera.

Decidí hace mucho tiempo que alimentaría a los buitres hasta que una paloma llegara. Una paloma. El tipo de alma que no le impediría nada a nadie, que simplemente camine y se preocupe de sus propios asuntos, tratando de pasar por la vida sin joder al resto de las personas con sus propias necesidades y hábitos egoístas. Valiente. Una comunicadora. Inteligente. Hermosa. De voz suave. Una criatura que fuera camarada con la vida. Inalcanzable hasta que tenga una razón para confiar en ti.

Mientras estaba parada en la puerta de mi apartamento, chasqueé la última parte de las cenizas fuera de mi cigarro, la chica con chaqueta de color rosa en el Círculo destelló en mi memoria. Su rostro manchado con carmesí, sus ojos muy abiertos. Exteriormente parecía inocente, pero me di cuenta de que era sólo su ropa. La empujé de mi memoria mientras miraba fijamente la sala de estar.

Megan estaba acostada perezosamente en mi sofá, mirando la televisión. Se veía aburrida y me pregunté por qué seguía en mi apartamento. Por lo general, tomaba su mierda y se iba antes de que la echara.

La puerta se quejó cuando la abrí un poco más. Me aclaré la garganta y recogí mi mochila por las correas. —Megan. Me voy.

Se incorporó, estiró, y luego se apoderó de la cadena de su bolso excesivamente grande. Yo odiaba los bolsos, siempre me parecieron más prácticas las mochilas, a parte me hacían parecer rebelde y austera, era justo lo que quería. Colocó los eslabones de plata por encima de su hombro y luego se deslizó sobre sus tacones, paseándose por la puerta. Otra cosa que no usaba, tacones, de vez en cuando lo hacía, sin embargo era más de las zapatillas, unas converse eran todo lo que pedía y pediría casi siempre. Me gustaba la comodidad quería estar tan suelta por fuera como me sentía por dentro. Libre.

—Mándame un mensaje si estás aburrida —dijo sin mirarme. Se puso sus gigantes gafas de sol y luego bajó las escaleras, sin encontrarse afectada por despedirla. Su indiferencia era exactamente la razón por la que Megan era una de mis pocas viajeras frecuentes, la tenía clasificada entre las lesbianas orgullosamente declaradas como yo, con la única diferencia de que a mí me gustaba mucho la libertad, libre de ataduras, ella no lo parecía pero lo aparentaba era de las que siempre pedían más de mi y lo mejor, la mayoría aceptaba mis condiciones. No lloró por el compromiso o tuvo una rabieta.

Tomó nuestro arreglo por lo que era, y luego se fue.

Mi Harley brillaba en el sol mañanero del otoño. Me gustaba sentirme libre en todos los sentidos, aparte le daba a mi larga cabellera rubia un aspecto rebelde y salvaje, sin parecer desalineado, eso atraía a la mayoría de las chicas. Una mujer en una Harley, luciendo ruda e intensa, simplemente sexy. Esperé a que Megan se alejara del estacionamiento de mi apartamento, y luego bajé corriendo las escaleras, abrochando mi chaqueta. La clase de humanidades del Dr. Rueser comenzaba en media hora, pero a él no le importaba si yo llegaba tarde. Si no le molestaba, realmente no tenía sentido matarme por llegar allí.

— ¡Espera! —dijo una voz detrás de mí.

Quinn estaba en la puerta de nuestro apartamento, lucia desarreglada y mantenía el equilibrio sobre un pie mientras intentaba ponerse un zapato en el otro. — ¿Dejaste que Megan pasara la noche esta vez?

—No, Q. Sabes muy bien eso.

—Ella se acercó para conseguir un poco de sexo antes de clases, ¿eh? Esa es una manera interesante de asegurarte.

— ¿Crees que es eso?

—Alguien más tiene sus sobras. —Se encogió de hombros—. Es Megan. Quién sabe. Escucha, tengo que llevar a Rachel de vuelta al campus. ¿Quieres que te lleve?

—Te veré más tarde —dije, poniéndome las gafas—. Puedo llevar a Rach, si quieres.

La cara de Quinn se contorsionó. —Uh… no.

Divertida por su reacción, me senté en la Harley y arranqué el motor. A pesar de que tenía la mala costumbre de seducir a las amigas de su novia, digamos que podía detectar a una predilecta de mis gustos a un kilometro de distancia, había una línea que no podía cruzar. Quinn era abiertamente lesbiana, al igual que yo, la diferencia era que justamente no aprobaba mi manera de ver las cosas. Rachel era de ella, y una vez que se mostraba interesada en una chica, ella estaba fuera de mi radar, para nunca ser considerada otra vez. Ella sabía eso. A ella le gustaba darme mierda.

Me encontré con Mercedes detrás de Sig Tau. Ella hacía que El Círculo funcionara. Después del desembolso inicial de la primera noche, le permití recoger el bolso de devoluciones al día siguiente, y le di una parte por las molestias.

Mantuvo la cubierta, me quedé con las ganancias. Nuestra relación era estrictamente profesional, y ambas preferíamos mantener todo simple. Mientras siguiera pagándome, me quedaba fuera de su vista, y siempre que no quisiera tener su culo pateado, ella se quedaba fuera de la mía.

Me abrí paso a la cafetería del campus. Justo antes de llegar a las puertas metálicas dobles, Ashley y Max se pusieron delante de mí.

—Hola, Britt —dijo Ashley, de pie con una postura perfecta. Perfectamente bronceada, pechos dotados con silicona se asomaban desde su camiseta rosa. Esas siliconas irresistibles que rebotaban, fueron las que me rogaron que la follara en primer lugar, pero con una vez fue suficiente. Su voz me recordaba al sonido producido cuando el aire lentamente se soltaba de un globo, y a Nathan Squalor, quién se la folló la noche después de que yo lo hiciera. Ella era bi, y obviamente no cuestionaba su forma de ser, era muy parecida a mi forma de ver las cosas.

Miré por un segundo a Max, fulminándolo con la mirada, idiotas como él eran los que creían que podían conquistarme, aunque sabían que era lesbiana no dejaban de insinuarse, me daba ganas de partirles la cara. Sí, me sentía lo suficientemente fuerte contra cualquiera, a pesar de que era delgada y tenía brazos igual de delgados, apenas tonificados, era fuerte, siempre lo había sido y muchos se sorprendían de ello, nadie podía conmigo. Con las chicas ganaba con mi fuerza, con los chicos era mitad fuerza mitad estrategia, eso de que no importa el físico de tu oponente mientras seas ágil y lista era exacto lo que me describía. Max agachó su mirada, lucía apenado pero no se movía en absoluto, no tenía ganas de pelear ahora, así que decidí ignorarlo.

—Hola, Ashley.

Pellizqué la punta de mi cigarro y lo tiré en la papelera antes de caminar rápidamente por delante de ellos y pasar las puertas. No es que estuviera dispuesta a abordar el buffet de verduras, carnes secas flácidas, y frutas maduras. Jesús. Su voz hacía que los perros aullaran y que los niños se acercaran a ver qué persona de dibujos animados había llegado a la vida.

Independientemente de despedirlos, me siguieron.

—Q. —Asentí. Estaba sentada con Rachel y riendo con la gente a su alrededor. La paloma se sentaba frente a ella, hurgando su comida con un tenedor de plástico. Mi voz pareció despertar su curiosidad. Podía sentir sus grandes ojos seguirme al extremo de la mesa donde tiré mi bandeja.

Cuando me senté, Ashley se sentó al lado mío, más bien se pego al lado mío mientras ponía una mano en mi muslo, Max seguía su camino, él sabía perfectamente que nunca podría siquiera llegar a tenerme tan cerca de esa manera, ni siquiera un simple roce, a menos que quisiera probar mi destreza con los puños, pura estrategia.

Algunos de los chicos sentados en nuestra mesa me miraban con asombro otros con odio cuidadosamente inexpresivo, como si ser seguida por dos inarticulados sexos opuestos fuera sorprendente todavía. Algunos no podían aceptarme por llegar a ser una atracción para las chicas, tenía un buen club de chicos odiándome por eso. No podían aceptar mi homosexualidad, siempre era la distracción del lugar, mujeres curiosas, otras seguras de su sexualidad y hombres que no se daban por vencidos eran los que me rodeaban en la mayoría de las veces, que podía decir, les atraía la chica ruda capaz de golpear a un chico sin salir con un rasguño, lo sabía. Pero como dije, ninguno era capaz de decírmelo en la cara, solamente me enfrentaba cuando la obviedad se expresaba en sus rostros, si no lo dejaba pasar.

Ashley apretó sus dedos en mi muslo por debajo de la mesa mientras se abría camino hasta la entrepierna de mis jeans. Justo antes de sentir sus manos sobre mí, escuché los murmullos de Rachel.

—Creo que acabo de vomitar un poco en mi boca.

Ashley se dio vuelta, todo su cuerpo rígido. —Te he oído, puta.

Un panecillo pasó volando frente a la cara de Ashley y rebotó en el suelo. Quinn y yo intercambiamos miradas, y luego moví mi rodilla. El culo de Ashley rebotó en el azulejo de la cafetería. Lo admito, me giré al escuchar el sonido de su piel golpear contra la cerámica.

No se quejó mucho antes de marcharse. Quinn parecía apreciar mi gesto, y eso fue suficiente para mí. Mi tolerancia para las chicas como Ashley no duraba tanto tiempo, ella era del tipo de Megan sólo que mucho más pegajosa. Tenía una regla: respeto. Por mí, por mi familia y por mis amigos.

Demonios, incluso algunos de mis enemigos merecían respeto. No veía la razón para relacionarme con personas que no entendían esa lección de vida. Podía sonar hipócrita para las mujeres que habían pasado por la puerta de mi apartamento, pero si se trataran a ellas mismas con respeto, yo se los habría dado. Sabían perfectamente cuales eran mis condiciones. El hecho de que algunas estén seguras de su sexualidad no significaba que yo tuviera que atarme a una sólo por compartir las mismas preferencias, mi relación con ellas era lo más parecido a lo que un hombre mujeriego tendría. Estaban equivocadas si pensaban que por ser lesbiana buscaba algo más estable con otra igual, la verdad era la verdad y ellas lo sabían desde el momento en que me veían, el hecho de que se entusiasmarán con castillos sobre arena no era mi problema, si querían parar yo no les insistiría, no a menos que de verdad tuviera un interés peculiar hacía ellas, por lo menos eso pasaba de vez en cuando y si caían así caían, siempre sabían el resultado, con o sin conquista de por medio.

Le guiñé un ojo a Rachel, quien se veía satisfecha, le asentí a Quinn y luego tomé otro bocado de lo que sea que estaba en mi plato.

—Buen trabajo anoche, Femme Fatale —dijo Chris Jenks.

—Cállate, imbécil —dijo Brasil en su típica voz baja—. Mercedes nunca te dejaría entrar otra vez si oye lo que estás diciendo.

—Oh —dijo, encogiéndose de hombros.

Llevé mi bandeja a la basura y luego volví a mi asiento con el ceño fruncido.

—Y no me llames así.

— ¿Qué? ¿Femme Fatale?

—Ajam.

— ¿Por qué no? Pensé que era tu nombre en el Círculo. Algo así como tu nombre de stripper.

Mis ojos clavaron a Jenks. — ¿Por qué no te callas y le das a ese agujero en tu rostro una oportunidad de sanar?

Nunca me había gustado ese pequeño gusano. —Seguro, Brittany. Todo lo que tenías que hacer era decirlo. —Se rió entre dientes nerviosamente antes de recoger su basura e irse. Él era de los inteligentes que se alejaban porque ya habían aprendido la lección, nadie podía con mi destreza, menos los cuerpos corpulentos con movilidad reducida y grandes brazos que no servían de nada a la hora de mis tácticas de amague.

En poco tiempo, la mayoría de la cafetería estaba vacía. Miré alrededor para ver a Quinn y Rachel todavía dando vueltas, hablando con su amiga.

Ella tenía el pelo negro, largo y ondulado, y su piel seguía bronceada de las vacaciones de verano. Sus pechos no eran los más grandes que he visto, pero sus ojos… eran de un extraño color marrón metálico. De alguna manera familiar. No había manera de que la hubiera visto antes, pero había algo en su rostro que me recordaba a algo.

Y no estaba segura de qué era.

Me levanté y caminé hacia ella. Tenía el cabello de una estrella porno, y el rostro de un ángel. Sus ojos eran de forma oscura e intensa, singularmente hermosos.

Fue entonces cuando lo vi: detrás de la belleza y la falsa inocencia había algo más, algo frío y calculador. Incluso cuando sonrió, pude ver el pecado tan profundamente incrustado en ella que ningún cárdigan podría ocultarlo. Aquellos ojos flotaban por encima de su pequeña nariz, y sus suaves rasgos. Para cualquier otra persona, sería pura e ingenua, pero esta chica ocultaba algo. Lo sabía sólo porque yo había vivido el mismo pecado toda mi vida. La diferencia era que ella lo mantenía muy dentro, y yo dejaba que el mío saliera de su jaula con regularidad.

Observé a Quinn hasta que lo sintió. Cuando miró en mi dirección, di un cabezazo en dirección a la paloma.

¿Quién es esa? gesticulé con la boca.

Quinn sólo respondió frunciendo el ceño confundida. Ella, volví a gesticular en silencio.

La boca de Quinn se curvó en la molesta sonrisa de idiota que siempre tenía cuando estaba a punto de hacer algo para molestarme.

— ¿Qué? —preguntó, un poco más fuerte de lo necesario.

Pude darme cuenta que la chica sabía que hablábamos de ella, porque mantuvo la cabeza gacha, fingiendo no escuchar.

Luego de pasar sesenta segundos en la presencia de Santana López, percibí dos cosas: no hablaba mucho, y cuando lo hacía era algo así como una perra. Pero no estaba segura... como que me gustaba eso de ella. Levantaba una fachada para mantener alejados a los imbéciles y a chicas como yo, pero eso hacía que, incluso, me llamara más la atención. Sin contar el hecho de que mi persuasión estaba al cien por ciento segura de que ella era lesbiana o por lo menos bi, era un instinto, y si no llegará a serlo creo que igual lo intentaría. Ya me había pasado alguna vez y la curiosidad había podido más para ellas, después no me importaba si les había gustado o no y ellas sabían que era algo de una sola vez por lo tanto tampoco parecía importarles.

Rodó sus ojos hacia mí por tercera o cuarta vez. La estaba molestando, y yo encontraba eso bastante divertido. Por lo que creía, ella era lesbiana, sin embargo las chicas generalmente no me trataban con odio íntegro, aún cuando les enseñaba la puerta. Era eso o simplemente me había equivocado, sin embargo, había algo, no podía dejar de intentarlo. Cuando mis mejores sonrisas no funcionaron, lo llevé a otro nivel.

— ¿Tienes un tic?

— ¿Un qué? —preguntó.

—Un tic. Tus ojos no dejan de moverse. —Si pudiera haberme matado con su mirada, me habría desangrado en el suelo. No pude evitar reírme. Era una listilla y grosera como el infierno. Me gustaba más a cada segundo. Me incliné más cerca de su rostro—. De hecho, esos son unos ojos increíbles. ¿Qué color son? ¿Marrones?

Inmediatamente agachó la cabeza, dejando que su cabello cubriera su rostro.

Punto para mí. La hice sentir incómoda, y eso significaba que estaba llegando a alguna parte. Además afirmaba la llamada de mi percepción.

Rachel saltó inmediatamente, advirtiéndome que me alejara. No podía culparla. Había visto la interminable fila de chicas que entraban y salían del departamento. No quería molestar a Rachel, pero no parecía enojada. Más bien como divertida.

—Tú no eres su tipo —dijo Rachel.

Mi boca cayó abierta, metiéndome en su juego.

— ¡Soy el tipo de todas!- Bueno no exactamente de todas porque obviamente había muchas menos curiosas y seguras de su sexualidad en el sentido opuesto, pero me gustaba pensar que podía con todas, o por lo menos que si les daba la oportunidad, es decir las conquistaba seguro caerían, las chicas seguras y curiosas caían de montones así que no me quejaba. Sin embargo esto era diferente.

San se asomó para mirarme y sonrió. Una sensación cálida, probablemente fue sólo el loco impulso de arrojar a esta chica a mi sofá, pasó sobre mí. Ella era diferente, y eso era refrescante.

— ¡Ah! Una sonrisa —dije. El llamarla simplemente una sonrisa, como si no fuera la cosa más hermosa que jamás hubiera visto, se sentía mal, pero no iba a joder mi juego cuando por fin conseguía algo—. No soy una bastarda después de todo. Fue un placer conocerte, San.

Antes de levantarme acerque mi mejilla lo suficientemente cerca de su cara, se la ofrecí por completo, ella me miro incomoda, la verdad esto parecía bastante tonto pero sentía la necesidad de tener algún tacto con ella, estuve esperando pacientemente, pero obvio, no me beso la mejilla, solo desvió la mirada, se notaba lo nerviosa que la había puesto. Me levanté, di la vuelta a la mesa, y me incliné en la oreja de Rachel— Ayúdame aquí, ¿quieres? Me comportaré, lo juro.

Una patata frita saltó hacia mi cara.

— ¡Quita los labios de la oreja de mi chica, Britt! —dijo Quinn. Retrocedí, levantando las manos para resaltar la expresión más inocente que podía lograr en mi rostro.

— ¡Me retiro! ¡Me retiro! —Caminé atrás unos pasos hacia la puerta, notando un pequeño grupo de chicas. Abrí la puerta, y se acumularon a mí alrededor como una manada de búfalos acuáticos antes de que pudiera salir. En el grupo también permanecían dos chicos, la verdad me hartaba de lo mismo, pero no los culpaba, digamos que me sentía sexy, ellos eran como animales atraídos, unos por el sexo opuesto otras por la intriga y la seguridad. La verdad no me importaba en lo absoluto, no ahora. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que tuve un desafío. Lo extraño era que, no iba a intentar joderla a ella. Me molestaba que pensara que yo era una jodida de mierda, pero me molestaba aún más el hecho de que me importaba. De cualquier manera, por primera vez en un largo tiempo, alguien era impredecible. San era totalmente lo contrario a las chicas que había conocido aquí, y tenía que saber por qué.

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Chicas sigue abajo, es que no entraba todo :(

por naty_LOVE_GLEE Miér Dic 04, 2013 9:22 pm

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La clase de Chaney estaba llena. Subí los escalones de a dos hacia mi asiento, y luego me metí entre las piernas desnudas que llenaban mi escritorio.

Asentí. — Señoritas. — Canturrearon y suspiraron en harmonía.

Buitres. Me había follado a muchas de ellas durante mi primer año, otras tantas habían estado en mi sofá mucho antes del receso de otoño. Se clasificaban entre las seguras de si mismas, lesbianas y bi, y las indecisas y curiosas que querían más de mí. Excepto las chicas del final. Eran de la minoría, las chicas plenamente cerradas a probar algo diferente que no sea un pene, la verdad no me interesaban en lo más mínimo, no tenía ganas de hacerles sentir algo diferente, dejaron escapar una sonrisa torcida. Parecía como si sus rostros apretaran sus mandíbulas, me veían como a un vicho raro, la verdad tenía ganas de demostrarles cuan ruda podía ser, y si eso les parecía muy poco femenino no me importaba en lo absoluto, yo sabía que tal vez podía comportarme de esa manera, sin embargo mi aspecto no lo parecía.

Cerca de ellas estaban la mayoría de los chicos, ninguno se acercaba a mi escritorio, por lo menos no de la manera que estas chicas lo hacían, la verdad era que no me gustaban, lo tenían claro, muy pocos intentaban algo, otros solo me envidiaban en silencio. El hecho de que pueda patearles el trasero sin el menor esfuerzo físico ya que la mayoría era esfuerzo mental hacía que las chicas indecisas perdieran interés en ellos y se fijaran en mí, hipnotizadas por mi atractivo misterioso y rudo, más a sabiendas de que era lesbiana abiertamente, algunas se sacaban la curiosidad sin embargo lo seguían intentando como si se tratará de un nuevo reto en el que se fijaba quien podría domarme primero. Todo eso no tenía para nada contentos a la mayoría de los chicos sin embargo pocos se me enfrentaban. El morbo de golpear a una mujer era lo que en parte mantenía alejada a la mayoría, la otra parte era mi reputación en el Círculo. Ganaba odios y amores por doquier la verdad era que inquietaba a todos de alguna u otra manera, eso me gustaba, no era lo que había planeado, ya que solo planeaba mi manera de vivir, no como la vieran los demás.

La morocha en frente de mí se dio la vuelta, sacándome de mis pensamientos y batió sus pestañas. —Hola, Brittany. Oí que se acerca una fiesta de citas en Sig Tau.

—No —dije sin una pausa.

Su labio inferior formó una mala cara. —Pero... cuando me contaste sobre ella, pensé que querrías ir.

Me reí una vez. —Me quejaba de eso. No es lo mismo.

Un rubio que pasaba por mi costado se inclinó hacia adelante.

—Todos saben que Brittany Pierce no va a fiestas de citas. Estás en el camino equivocado, Chrissy.

—Oh, ¿sí? Bueno, digamos que tu eres él menos indicado para hablar de caminos equivocados—dijo Chrissy con el ceño fruncido.

Mientras que los dos discutían entre ellos, noté que Santana se apresuraba para entrar. Prácticamente se arrojó a un escritorio de la primera fila, justo antes de que sonara la campana.

Antes de tomarme un segundo para preguntarme a mí misma por qué, agarré mis cosas y me puse la lapicera en la boca. Luego troté, bajando los escalones, deslizándome en el escritorio al lado de ella. No solo eso, sino que torpemente pegue mi brazo de costado con el suyo, sin dejar espacio entre las dos. La realidad era que no podía detenerme, quería sentirla de un modo u otro. Así sea un simple toque, que lamentablemente salió brusco, sin embargo no retiré mi brazo del lugar.

Sin poder contenerme volví a ofrecer mi mejilla por completo, ladeando la cara, e interponiéndola en su visión de frente, la verdad me sentía un poco tonta, al parecer tan impulsiva y un poco exagerada, sin embargo no podía contenerme.

La mirada en el rostro de Santana superaba lo divertido, y por una razón que no podía explicar, hizo que la adrenalina se apresurara a través de mi cuerpo, el tipo de adrenalina que solía experimentar antes de una pelea. Ella no pregunto, así que yo hablé.- Emmm, hola, no?- la verdad no sabía que decirle seguía en mi misma posición y ella lucía muy nerviosa. Me miró por un momento como decidiendo, de seguro no hubiera dudado si yo hubiera sido hetero o por lo menos no una lesbiana que intentaba seducirla con un solo propósito.

-Hola- Respondió, solamente moviendo los labios. Lo tome como mi primera batalla perdida, así que volví a erguirme, no tenía porque preguntar algo lógico, así que hice como si nada.

—Bien. Así puedes tomar apuntes por mí.

Lucía absolutamente disgustada, y eso sólo me complació aún más. La mayoría de las chicas me aburrían como una ostra, pero esta chica era intrigante. Entretenida, incluso. No la había perturbado, al menos no de una manera positiva.

Mi sola presencia parecía hacer que quisiera vomitar, y encontraba eso extrañamente adorable.

La urgencia de descubrir si era odio real lo que sentía por mí, o si sólo era fingido, vino a mí. Me incliné más cerca.

—Lo siento... ¿te ofendí de alguna manera?

Sus ojos se suavizaron antes de sacudir su cabeza. No me odiaba. Sólo quería odiarme. Estaba un paso adelante de ella. Si quería jugar, yo podía jugar.

—Entonces, ¿cuál es tu problema?

Parecía avergonzada de decir lo que vino después— No voy a acostarme contigo. Por más que sea lesbiana eso no me hace entrar en tu clasificación de condiciones. Deberías darte por vencida ahora mismo.

Oh, sí. Esto iba a ser divertido.

—No te he preguntado si dormirías conmigo... ¿o sí? —Dejé que mis ojos se desviaran al techo, como si estuviera pensando en eso—. Está bien, San. ¿Por qué no vienes con Rachel esta noche?

El labio de Santana se curvó, como si hubiera olido algo podrido.

—Ni siquiera coquetearé contigo, lo juro.

—Voy a pensarlo.

Intenté no sonreír demasiado y delatarme. Ella no iba a entregarse como los buitres encima de mí. Eché un vistazo detrás, todas las que se encontraban alrededor de mi escritorio fulminaban con la mirada la parte trasera de la cabeza de Santana. Del otro lado una que otra nos miraban con asombro cuidadoso pero notable, se que tal vez nunca se acostumbraran a un coqueteo homosexual en medio de la clase, por más que yo sea Brittany Pierce, la Femme Fatale como me decían, la verdad no me importaba en lo más mínimo, ellas eran minoría que si quería pondría en su lugar cuando quisiera. Igualmente todos lo sabían tan bien como yo. Sabían que Santana era diferente, e iba a tener que trabajar en esto. Por una vez.

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Tres garabatos de tatuajes potenciales y dos palabras anotadas al azar, la clase terminó. Me deslicé a través de los pasillos antes de que nadie pudiera detenerme. Lo hice en un buen tiempo, pero Santana de alguna manera había terminado afuera, unos buenos dieciocho metros por delante de mí. Maldición. Intentaba evitarme. Apresuré mi paso hasta que estuve a su lado.

— ¿Has pensando en ello?

—Hola, Brittany —dijo un chico, un tanto colorado. Santana siguió andando, dejándome atascada, escuchando el irritante balbuceo de este chico.

—Lo siento, eh...

—Jonathan.

Antes de que comenzará con su articulado intento lo detuve —Lo siento, Jonathan... Yo... tengo que irme.- Odiaba tener que recordarles que no me interesaban en lo absoluto, sabía que algunos lo intentaban como un desafío tanto como las chicas seguras. Sin embargo pocas veces sucedía, así que fue mala suerte. Seguí andando y creo que él agradeció su buena suerte y sólo me siguió con la mirada.

Antes de poder descifrar quién era Jonathan y que le haría si volvía a intentarlo, las largas y bronceadas piernas de Santana aparecieron a la vista. Llevé un Malboro a mi boca y troté hasta llegar a su lado.

— ¿En dónde estaba? Ah, sí... tú estabas pensando.

— ¿De qué estás hablando?

— ¿Has pensando en venir?

—Si digo que sí, ¿dejarás de seguirme?

Pretendo reflexionar sobre eso, y luego asiento.

—Sí.

—Entonces iré.

Y una mierda. Ella no era así de fácil.

— ¿Cuándo?

—Esta noche. Iré esta noche.

Me detuve a medio paso. Planeaba algo. No había anticipado que fuera a ir por el ataque.

—Genial —dije, fingiendo sorpresa—. Te veré después, San.

Se alejó sin mirar atrás, esta vez creo que fue un rápido movimiento antes de que volviera a ofrecerle mi mejilla, sé que parecía infantil pero lo habría hecho, me sentía como una niña de cinco años frente a ella, tenía ganas de tontear como toda una adolescente, eso amenazaba íntegramente mi rudeza adquirida con el correr de los años así que tenía que tener cuidado con ella.

Desapareció detrás de otros estudiantes en su camino a clases.

El cabello rubio recortado de Quinn apareció en mi vista. No estaba apurada en llegar a nuestra clase de computación. Mis cejas se presionaron juntas. Odiaba esa clase. ¿Quién ya no sabe cómo manejar una jodida computadora?

Me uní a Quinn y a Rachel, mientras se mezclaban entre el flujo de estudiantes en la pasarela principal. Ella reía y la observaba con estrellas en los ojos mientras Rach me ladraba. Rachel no era un buitre. Era enana, sí, pero podía tener una conversación sin decir “o sea” después de cada palabra, y era bastante divertida a veces. Lo que más me gustaba de ella era que no venía al departamento hasta después de muchas semanas de su primera cita, e incluso luego de que vieran una película completamente acurrucadas en el departamento, volvía a su habitación de la residencia.

Tenía el presentimiento de que el período experimental antes de que Quinn pudiera acostarse con ella estaba a punto de terminar, sin embargo.

—Hola, Rach —dije, asintiendo.

— ¿Cómo va todo, Britt? —preguntó. Me saludó con una sonrisa amigable, pero luego sus ojos estuvieron de vuelta en Quinn. Ella era una de las afortunadas. Chicas como Rachel no venían muy seguidas.

—Este es el mío —dijo Rachel, haciendo señas hacia su edificio, girando por la esquina. Envolvió sus brazos alrededor del cuello de Quinn y la besó. Ella agarró su camiseta a ambas lados y la acercó antes de dejarla ir.

Rachel nos saludó con la mano una última vez a ambas, y luego se unió a su amigo Kurt en la entrada principal. Rachel era lesbiana así que no tenía problema por ella y Kurt era gay, no significaba ninguna amenaza, además se trataban como hermanos. Quinn realmente se preocupaba por esas cosas.

—Estás enganchándote con ella, ¿verdad? —pregunté, dándole un golpecito en el brazo.

Me dio un empujón.— No es asunto tuyo.

— ¿Tiene una hermana lesbiana o bi igual que ella? No igual si es hetero, podría intentarlo mientras sea igual que ella.

—Es hija única. Deja a sus amigas en paz también, Britt. Hablo en serio.

Las últimas palabras de Quinn fueron innecesarias. Sus ojos eran una cartelera para sus emociones y pensamientos la mayor parte del tiempo, y ella claramente hablaba en serio, tal vez hasta un poco desesperada. No estaba simplemente enganchándose con ella. Estaba enamorada.

—Te refieres a Santana.

Frunció el ceño. —Me refiero a cualquiera de sus amigas. Incluso las que son hetero. Sólo mantente lejos.

— ¡Prima! — dije, enganchando el codo alrededor de su cuello—. ¿Estás enamorada? ¡Estás haciendo que se me empañen los ojos!

—Cállate —gruñó—. Sólo prométeme que te mantendrás alejada de sus amigas.

Reí. —No te prometo nada.

******************************

Bueno chicas, esta vez cumpli! :p. Prometo no tardar mucho la próxima vez.

Nos vemos pronto! o mejor dicho nos leemos?! :p

Saludos!! NaT!

por micky morales Miér Dic 04, 2013 10:04 pm

Excelente, que mas pdo decir, si el anterior fue mi favorito por mucho tiempo, estoy segura de que este sera igual, gracias por eso!

por Keiri Lopierce Jue Dic 05, 2013 12:45 am

Hasta que por fin actualizas de verdad he esperado tanto por este FF ya que quede enganchada con la primera parte es bueno ver la perspectiva de Britt eso me agrada y espero tu próxima actualización saludos

por Dolomiti Jue Dic 05, 2013 1:11 am

Que emocionante seguir con la historia, la verdad me encanto la primera parte y esta segunda se ve realmente prometedora [Resuelto]Fic Brittana: Walking Disaster! *Capitulo 7: "Viendo rojo" 4061796348

[Resuelto]Fic Brittana: Walking Disaster! *Capitulo 7: "Viendo rojo" 4061796348

Espero tu actualizacion!! [Resuelto]Fic Brittana: Walking Disaster! *Capitulo 7: "Viendo rojo" 1206646864

por adi-santybritt Jue Dic 05, 2013 4:21 pm

Hola !!!!
Me encanta como Britt llama a las chicas lol (buitres)
Me alegro que britt defendiera a Rachel de esa chica en el desayuno y tenga en cuenta que siempre será así con su familia y amigos!!!!
Espero la actu!!!!
Xoxo

por 3:) Vie Dic 06, 2013 2:49 pm

me encanto,.....

va estar genial ver la perspectiva de britt,......
me divertí mucho cuando leí el anterior,....

nos vemos!!!!!!!!!!!!!

por naty_LOVE_GLEE Sáb Dic 07, 2013 10:12 pm

micky morales escribió:Excelente, que mas pdo decir, si el anterior fue mi favorito por mucho tiempo, estoy segura de que este sera igual, gracias por eso!

Gracias a vos por leer! La verdad espero te guste mi adap! Le pondré todo mi empeño! Acá va la actu, voy a tratar de hacerlo más seguido :)

Besos! NaT!

Keiri Lopierce escribió:Hasta que por fin actualizas de verdad he esperado tanto por este FF ya que quede enganchada con la primera parte es bueno ver la perspectiva de Britt eso me agrada y espero tu próxima actualización saludos

Perdón!! Perdón de verdad tuve muchas cosas en la cabeza ultimadamente XD ahora ya esta todo tranqui!! Y el tiempo ayuda.

Y si la verdad nuestra rubia es muy especial, a mi me encanta adap!

Aca te dejo la actu! Espero te guste, cualquier cosa porfa decila, estoy muy atenta en los errores y obvio le agrego cosas mías :)

Besos NaT!

Dolomiti escribió:Que emocionante seguir con la historia, la verdad me encanto la primera parte y esta segunda se ve realmente prometedora
Espero tu actualizacion!!

Hola! Sip! la segunda esta genial! :)

Acá te dejo la actu! Espero sea de tu agrado!

Besos NaT!

adi-santybritt escribió:Hola !!!!
Me encanta como Britt llama a las chicas lol (buitres)
Me alegro que britt defendiera a Rachel de esa chica en el desayuno y tenga en cuenta que siempre será así con su familia y amigos!!!!
Espero la actu!!!!
Xoxo

Si a mi tmb me gusta cuando les dice Buitres. Nuestra rubia tiene sus codigos aunque no lo parezca y la familia y amigos es lo más importante para ella, bueno por ahora :)

Acá va la actu! Espero te guste!

Besos NaT!

3:) escribió:me encanto,.....

va estar genial ver la perspectiva de britt,......
me divertí mucho cuando leí el anterior,....

nos vemos!!!!!!!!!!!!!

Gracias por leer, acá dejo la actu! Espero te guste!! Cualquier error porfa tmb te pido me lo hagas saber, hay cosas que agregó yo! Simple quiero ponerle dinamica :)

Besos NaT!

por naty_LOVE_GLEE Sáb Dic 07, 2013 10:22 pm

Walking Disaster

Capitulo 2: “Detonación”

¿Qué estás haciendo? —preguntó Quinn. Estaba parada en medio de la habitación, con un paquete de snaks en una mano y ropa sucia en la otra.

—Uh, ¿limpiando? —le pregunté, metiendo los caballitos de tequila en el lavavajillas.

—Ya vi. Pero… ¿Por qué?

Sonreí, con la espalda hacia Quinn. Ella iba a patear mi trasero. —Estoy esperando compañía.

— ¿Y?

—Santana, Q. Invité a Santana.

—Amiga, no. ¡No! No jodas esto para mí, mujer. Por favor no.

Me di la vuelta, cruzando los brazos. —Traté, Q. Lo hice. Pero, no pude.—Me encogí de hombros—. Hay algo sobre ella. No puedo evitarlo.

Su mandíbula se apretó, y luego pisoteó hasta su cuarto, azotando la puerta detrás de ella.

Terminé de lavar en el lavavajillas, y luego di la vuelta al sofá para asegurarme de que no hubiera nada fuera de lugar. No sería divertido explicar eso.

El hecho de que había estado con una buena parte de las chicas hermosas en esta escuela no era un secreto, pero no veía la razón para recordárselo cuando ella viniera a mi apartamento. Se trataba de la presentación.

Se trataba de San, sin embargo. Haría falta mucho más que publicidad falsa para meterla en mi sofá. En ese punto, la estrategia consistía en ir un paso a la vez. Si me centraba en el resultado final, el proceso iba a ser jodido. Ella veía cosas. Estaba más lejos de la inocencia que yo; a años luz de distancia. Esta operación era nada menos que precaria.

Yo estaba clasificando la ropa sucia en mi dormitorio cuando oí la puerta abrirse. Quinn generalmente escuchaba el auto de Rachel antes para ir a recibirla a la puerta.

Idiota.

El cierre de la puerta de Quinn era mi señal. Entré en la sala y allí estaba: gafas, el pelo amontonado en la parte superior de su cabeza y lo que podía haber sido un pijama. No me habría sorprendido si hubiera estado usando ropa sucia.

Era tan difícil no reventar en carcajadas. Ni una sola vez una mujer había venido a mi apartamento vestida así. Mi puerta principal había visto faldas de mezclilla, vestidos transparentes sobre bikinis. Un puñado de veces, maquillaje a kilos con mucho brillos.

Pero nunca pijamas. Vamos ni siquiera yo me atrevía a vestirme así, me gustaba el maquillaje un tanto oscuro pero suave, no quería parecer una zorra, tal vez una imbécil pero nunca una zorra, siempre andaba con remeras lisas y ajustadas o blusas holgadas, que para muchas eran muy femeninas aunque a mí no me parecían tanto, tal vez el hecho de andar con los rizos caídos de costado de manera rebelde era lo que hacía parecer todo más normal, sin embargo casi nunca andaba con zapatos ni tacos, llevaba mis converse casi siempre o unas botas de cuero negro o marrón con apenas una pequeña elevación y jeans ajustados, me gustaban ajustados, una pulsera negra en mi muñeca, anillos metálicos negros y grises y de vez en cuando shorts ajustados, para mostrar mis largas piernas, digo no todo podía ser reputación, me importaba como lucía. Ruda, sexy e intimidante, era todo lo que quería demostrar, creo, todo lo que era.

Su apariencia explicaba inmediatamente porque había sido tan fácil convencerla de que viniera. Ella estaba tratando de darme nauseas para que la deje en paz. Si no luciera absolutamente sexy hasta con eso, hubiera funcionado, pero su piel estaba impecable, y su falta de maquillaje y gafas sólo hacían resaltar más el color de sus ojos.

—Ya era hora de que llegaras —dije, dejándome caer en el sillón.

Al principio, parecía orgullosa de su idea, pero cuando hablamos y no dije nada, estaba claro que ella sabía que su plan había fracasado. Mientras menos sonreía, más tenía que detenerme para no sonreír de oreja a oreja. Era muy divertido. No podría superarlo.

Quinn y Rachel se nos unieron diez minutos más tarde. Santana estaba nerviosa, y yo estaba malditamente cerca de empezar a delirar. Nuestra conversación se había dirigido a su incredulidad por mi afición por la lucha, no, mejor dicho, su incredulidad por mi habilidad para ganarle a cualquiera, por más cuerpo macizo que se me pusiera en frente. Obviamente ella veía que detrás de toda esta ropa articulada había un cuerpo delgado y escaso de musculatura pronunciada más no tonificada, sin contar con el clásico morbo de diferencias entre los sexos opuestos. Me gustaba hablar con ella acerca de cosas normales. Era preferible a la difícil tarea de decirle que se fuera después de estar con ella. Ella no me entendía, y yo como que quería que lo hiciera, a pesar de que parecía enojada.

— ¿Quién eres tú… la Karate Kid? ¿Dónde aprendiste a luchar?

Quinn y Rachel parecían estar avergonzadas por Santana. No sé por qué, a mí no me importaba. El hecho de que yo no hablara mucho de mi infancia no quería decir que estuviera avergonzada.

—Tuve una mamá con problemas alcohólicos y mal temperamento, y hermanas que portaban el gen de idiotez.

—Oh —dijo simplemente. Sus mejillas se pusieron rojas, y en ese momento, sentí una punzada en el pecho. No estaba segura de lo que era, pero me molesto bastante.

—No te avergüences, San. Mamá dejó de beber, las hermanas maduraron.

—No estoy avergonzada. —Su lenguaje corporal no coincidía con sus palabras. Luché por pensar en algo para cambiar de tema, pero luego su mirada sexy, desaliñada, vino a mi mente. Su desconcierto fue remplazado inmediatamente por la irritación, algo que era mucho más cómodo.

Rachel propuso que viéramos televisión. La última cosa que quería hacer era estar en una habitación con Santana, siendo incapaz de hablarle. Me paré. — ¿Tienes hambre, San?

—Ya comí.

Las cejas de Rachel se levantaron. —No, no lo has hecho. Oh… es cierto, se me olvidaba que tú tomaste una ¿pizza? antes de que viniéramos.

Rachel, como la adoro ahora mismo. Santana se sintió avergonzada de nuevo, pero cubrió rápidamente su enojo.

Aprender su patrón emocional no llevaba mucho tiempo.

Abrí la puerta, tratando de mantener mi voz casual. Nunca había estado tan ansiosa por estar a solas con una chica, sobre todo sin tener sexo con ella. —Vamos. Tienes que tener hambre.

Sus hombros se relajaron un poco. — ¿A dónde vas?

—Dondequiera que tú desees. Podemos ir a una pizzería. —Me encogí por dentro. Eso pudo haber sonado demasiado impaciente. La verdad no me salía otra cosa, teniéndola en frente parecía más torpe que nunca.

Miró sus pantalones. —Realmente no estoy vestida.

No tenía idea de lo hermosa que lucía. Eso la hacía aún más atractiva. —Te ves bien. Vamos, que estoy muriendo de hambre.

Una vez que ella estaba sobre mi Harley, por fin pude pensar con claridad otra vez. Mis pensamientos eran por lo general más relajados en mi moto. Las piernas de Santana tenían mis caderas apretadas, pero eso era extrañamente relajante, también. Casi un alivio. No recuerdo nunca haberme sentido así con una chica arriba de mi moto alguna vez.

Esa sensación extraña que sentía a su alrededor me desorientaba. No me gustaba, pero de nuevo, me recordaba que ella estaba cerca, así que era tan reconfortante como inquietante. Decidí resolver mi mierda. Santana podía ser una paloma, pero sólo era una jodida chica. No necesitaba tener mis bragas hechas un manojo.

Además, había algo debajo de esa fachada de niña buena. Me odiaba porque había sido lastimada por alguien como yo. Por fin había encontrado a una chica que era lo suficientemente interesante como para quererla conocer, y una versión de mí ya la había lastimado.

A pesar de que la acababa de conocer, el pensamiento de que algún o alguna imbécil le hiciera daño me enfureció. Que Santana me asociara con alguien que le había hecho daño era peor. Pisé el acelerador cuando entramos al estacionamiento de Pizza Shack. El viaje no había sido suficiente para solucionar la mierda en mi cabeza.

Ni siquiera estaba pensando en mi velocidad, por lo que cuando Santana saltó de la moto y empezó a gritar, yo no podía dejar de reír. —Conduje al límite de velocidad.

—¡Sí, si estuviéramos en la autopista! —Quitó la maraña de cabello por debajo de la corona de su cabeza, y luego separó su largo cabello con los dedos.

No podía dejar de mirarla mientras lo envolvía y se lo ataba de nuevo. Me imaginaba que así lucía en la mañana y luego tuve que reprenderme por el intenso deseo que casi me obliga a agarrarla de la nuca y plantarle un beso Pierce en medio de la calle. Sin contar que ya sentía humedad en mi interior.

Mantuve la puerta abierta. —No dejaría que nada te pasara, San.

Pisoteó furiosa junto a mí hacia el restaurante. Fue una lástima, era la primera chica a la que le había querido abrir la puerta. A mí siempre me habrían la puerta sobre todo imbéciles sintiéndose lo suficientemente machos como para “reformarme”. Ignorantes, por lo menos aprendieron la lección. Yo nunca lo había hecho. Había estado esperando ese momento, y ni siquiera se dio cuenta.

Después de seguirla dentro, me dirigí a la mesa de la esquina. Grupos de estudiantes estaban sentados en varias mesas juntas en el medio de la habitación. Ya gritaban que yo tenía una cita, y apreté los dientes. No quería que Santana escuchara.

Por primera vez me sentí avergonzada por mi conducta. Pero no duró mucho. Al ver a Santana sentarse al otro lado de la mesa, malhumorada y molesta, me animé enseguida.

Pedí dos cervezas. La mirada de disgusto en la cara de Santana me pilló con sorpresa. La camarera coqueteaba abiertamente conmigo, no la recordé ni me interesaba hacerlo, el hecho de que me coquetee libremente la mantenía con los buitres, era lesbiana o bi y me conocía o le hablaron de mí, porque no era como que salía por la calle y las chicas se me lanzaban, obviamente solo las que me conocían y sabían mis preferencias o solo las que lo sabían. No me importaba en lo absoluto, lo único que veía era que Santana estaba infeliz. Al parecer, podía hacerla enojar sin siquiera intentarlo.

—¿Vienes aquí a menudo? —espetó, mirando al mesera.

Diablos, sí. Ella estaba celosa. Espera. Tal vez la manera en la que era tratada por la mayoría de las mujeres y por los hombres era una desviación. Eso no me sorprendía, ni un poco. Esta chica hacía que mi cabeza diera vueltas.

Apoyé mis codos en la mesa, negándome a dejarla ver lo que me hacía. —Así que, ¿cuál es tu historia, San? ¿Eres una odia mujeres rudas en general, o sólo me odias a mí?

—Creo que sólo a ti.

Me tuve que reír. —No puedo comprenderte. Tú eres la única chica que ha estado disgustada conmigo, antes del sexo. No te pones nerviosa cuando hablas conmigo, y no tratas de llamar mi atención. Y todo eso es sorprendente sabiendo que tus preferencias son las mismas que las mías.

—No es un truco. Simplemente no me caes bien.

Auch. —No estarías aquí si no te gustara.

Mi persistencia dio sus frutos. Su ceño fruncido se suavizó y relajó la piel alrededor de sus ojos. —No digo que eres una mala persona. Simplemente no me gusta ser un objetivo por el sólo hecho de ser una lesbiana que no cayó en tus encantos.

Lo que fuese que se apoderó de mí, no lo pude contener. Tratar de contener mi risa fue en vano, y luego me eché a reír. Ella no creía que yo fuera una idiota después de todo, sólo no le gustaba mi forma de llegar. Además había dicho encantos no era algo de lo que me sorprendiera, sin embargo que lo dijera ella resultó aterradoramente especial para mí y no sabía bien porque. Una oleada de alivio se apoderó de mí, y me reí más fuerte de lo que me había reído en años. Tal vez nunca.

—¡Oh, Dios mío! ¡Me estás matando! Eso es. Hemos de ser amigas. No voy a aceptar un no por respuesta.

—No me importa ser amigas, pero eso no quiere decir que tratarás de meterte en mis bragas cada cinco segundos.

—No dormirás conmigo. Lo entiendo.

Eso fue todo. Sonrió, y en ese momento, se abrió un nuevo mundo de posibilidades. Mi cerebro brilló con canales porno-San, y luego todo el sistema cayó, y apareció un recordatorio sobre la nobleza. Sobre no querer arruinar esta rara amistad que acababa de empezar.

Le devolví la sonrisa. —Tienes mi palabra. Ni siquiera pensaré en tus bragas… a menos que quieras que lo haga.

Apoyó sus pequeños codos en la mesa y se inclinó. Por supuesto, mis ojos fueron derecho a sus pechos, y la forma en que ahora presionaban el borde de la mesa.

—Y eso no sucederá, por lo que podemos ser amigas.

Desafío aceptado.

—Entonces, ¿cuál es tu historia? — preguntó Santana—. ¿Siempre has sido Brittany “Femme Fatale” o “Madbitch” Pierce o sólo desde que llegaste aquí? —Usó dos dedos en cada mano, como comillas cuando dijo los dos espantosos apodos de mierda.

Me encogí. —No. Mercedes comenzó eso después de mi primera pelea.

Odiaba esos apodos, pero el de “Madbitch” era el que más se les pegaba. Una absoluta ironía. A todo el mundo parecía agradarle, así que Mercedes siempre lo usaba.

Después de un silencio incomodo, Santana finalmente habló—: ¿Eso es todo? ¿No me dirás nada acerca de ti misma?

A ella no parecía importarle el apodo, o solamente aceptó la historia. Nunca sabía cuando iba a ofenderse o a enloquecer, o cuando sería racional y mantendría la calma. Santo infierno, no podía conseguir bastante de ella.

—¿Qué quieres saber?

Se encogió de hombros. —Las cosas normales de dónde eres, lo que quieres ser cuando seas grande… cosas así.

Tuve que trabajar para mantener la tensión fuera de mis hombros. Hablar sobre mí, especialmente de mi pasado, estaba fuera de mi zona de comodidad.

Le di algunas respuestas vagas y lo dejé así, pero entonces oí a una de las cheerios de Eastern haciendo una broma. No me hubiera molestado ni un poco si no estuviera temiendo el momento en el que Santana se diera cuenta de la razón por la cual se estaban riendo. Bien, eso era una mentira. Me habría cabreado aunque no se diera cuenta.

Ella seguía queriendo saber sobre mi familia y mi carrera, y yo trataba de no saltar de mi asiento y enseñarles porque no deberían molestarme en este momento. Como mi ira hervía, centrarme en la conversación se me hizo más difícil.

—¿De qué se están riendo? —preguntó finalmente, haciendo un gesto hacia la ruidosa mesa.

Negué con la cabeza

—Cuéntame —insistió.

Mis labios se apretaron en una delgada línea. Si ella se iba, probablemente no tendría otra oportunidad, y esos imbéciles tendrían algo más de que reírse.

Me miró expectante.

A la mierda. —Se están riendo de mí por tener que llevarte a cenar, primero. No es por lo general… lo mío.

—¿Primero?

Cuando entendió el significado, su rostro se congeló. Estaba avergonzada de estar aquí conmigo.

Hice una mueca, esperando que saltara.

Sus hombros cayeron. —Y yo que tenía miedo de que se estuvieran riendo de ti por ser vista conmigo así vestida, y ellos creen que voy a dormir contigo —se quejó.

Espera, ¿Qué? —¿Por qué no querría ser vista contigo?

Las mejillas de Santana se tornaron rosas, y miró hacia la mesa. —¿De qué estábamos hablando?

Suspiré. Ella estaba preocupada por mí. Pensó que se reían de la forma en que lucía. Bueno la verdad era que yo también andaba muy sencilla, no como ella pero siempre mantenía unos parámetros para mi vestimenta, sin embargo ella lucía increíble, incluso con esa ropa. Me decidí a hacer otra pregunta antes de que lo reconsiderara.

—De ti. ¿Cuál es tu especialidad?

—Oh, eh… educación general, por el momento. Todavía estoy indecisa, pero me estoy inclinando hacia contabilidad.

—Tú no eres de aquí, sin embargo. Debes haber tenido un traslado.

—Soy latina.

—¿Y por que el cambio?

—Sólo quería escapar

—¿De qué?

—Mis padres.

Estaba huyendo. Tenía la sensación de que la chaqueta y las perlas que llevaba la noche que nos conocimos eran una fachada. Pero, ¿para ocultar qué? Se molestaba bastante rápido con las preguntas personales, pero antes de que pudiera cambiar de tema, se escucharon más murmuros de las cheerios.

Asentí. —Entonces, ¿por qué Eastern?

Santana espetó algo. Me perdí lo que fuera. Las cheerios eran cada vez más molestas, entendía porque sin embargo no me pude contener más. Estaban siendo irrespetuosas conmigo y con Santana. Me puse de pie y di unos pasos, se empezaron a empujar unas a otras por la puerta, tropezando y tropezando con una docena de pares de pies. La verdad era que no importaba si me había acostado con la mayoría, si querían pelea la tendrían, si hubiera sido hombre hubiera sido distinto, solo una advertencia.

Los ojos de Santana excavaron la parte de atrás de mi cabeza, trayéndome de vuelta a mis cinco sentidos. Me planté de nuevo en la mesa, ella levantó una ceja, y de inmediato mi frustración y mi ira se desvanecieron.

—Ibas a decirme por qué elegiste esta escuela —le dije. Pretender que el show de hace poco no había ocurrido era probablemente la mejor manera de continuar.

—Es difícil de explicar —dijo, encogiéndose de hombros—. Supongo que sólo se sentía bien.

Si había una frase para explicar lo que yo sentía, era esa. No sabía qué diablos hacía, ni porque, pero algo de estar sentada frente a ella me traía una extraña sensación de calma. Incluso en medio de mi furia.

Le sonreí y abrí mi menú. —Sé lo que quieres decir.

***************************

Hola!!! Chicas, esta vez actualice más rápido, me voy a poner las pilas para pasar más seguido. Espero les guste el cap! Esto va lento pero seguro, lento pero seguro ;)

Por cierto ahora tmb actualizo “Mi linda Santana”, digo por si alguien de acá lo lee :)

Que tengan un muy buen domingo!! Hoy me toco quedarme en casa :(.

Siempre mil gracias por leer!!

Besos! NaT!

por adi-santybritt Dom Dic 08, 2013 10:36 am

Hola!!!!
Me ha encantado!!!!!
Al parecer la mayoría de las chicas!! Coquetean con san!!! (Buitres)
Amigas!!! Por algo se empieza!!!!!
Me alegro que actualizaras más pronto!!!
PD:espero la actu!!!!!

Xoxo

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