Fanfic Brittana - El Corazón De Brittany - Capítulo 26

me encanta que bitt y san estén juntas!!!!!!!!!!!!!

a ver como ver como van la relación entre las dos,.... es verdad los polos opuestos se atraen!!!

me encanto cuando se dicen te quiero,... super dulces!!!!!!!!!!!!!!!!!

Simplemente , no me lleno :( este fic me hace querer más.! Por favor actualiza


Me aguite con eso de que durara poco :(
Como es eso que lo finalizarás , por favor no me hagas esto! Es el mejor fic que he leído , y vieras que si eh leído bastante!

Simplemente consideró que falta , muchísimo más!


:/ quiero boda o por lo menos bebés brittana , considéralo , como regaló de Navidad :(


Pd: no nos abandones u.u

Que que que ???
Aún no :(

Buuu


Así o más intrigada :(

espero ya te hayas recuperado... y estes bien...

esperando tu actu.. :)

Genial el capitulo
En espera de tu pronta actualizacion!
Saludos

Actualiza., quiero seguir leyendo por favor.

CAPITULO 26

—A ver, ¿qué pasa?— preguntó Quinn al tiempo que cerraba la puerta —No es propio de ti pedir una consulta con tanta a prisa—

—Ha sido un fin de semana infernal, Doc— dijo Brittany dejándose caer en el puff —He visto a Patty—

—¿Tu hermana? ¿Cómo ha sido eso?—

Brittany narró la experiencia pasándose por alto los detalles y omitiendo con cuidado cualquier alusión a lo suyo con Santana. Le habló de sus recién descubiertos sobrinos, cómo todavía había sido capaz de reconocer a la misma Patty de hacía una década en el rostro adulto de su hermana mayor y un montón más de percepciones que permanecían vivamente en su cabeza. Cuando terminó, levantó la vista y comprobó que Quinn escribía frenéticamente en su libreta.

—¿Intentando no confundirte con los nombres?—

—No, ya sé quién es quién— contestó Quinn —Es que hay un par de cosas que quiero retomar—

—¿Como cuáles?— la interrogó Brittany, cruzándose de brazos con aire desafiante y plenamente consciente de lo que su psicóloga iba a hablarle.

—¿Qué sentiste al volver a ver a tu madre?—

—¿Tú qué crees que sentí?— dijo Brittany tensando los músculos de la mandíbula —Ni siquiera me podía creer que yo estuviese ahí en medio del supermercado y apareciera ella como una pesadilla o algo así, con todo esa historia de la tristeza y de que me había echado de menos—

—¿No crees que te haya echado de menos?—

Encogiéndose de hombros, Brittany miró al vacío.
—Lo dudo. ¿Por qué iba a hacerlo? No me hizo ni caso cuando vivía con ella— Comenzó a mover los pies de un lado a otro —Tendrías que haber visto cómo actuaba, todo dulzura, incluso preparándole la cena a los niños—

—¿Te molesta que tu madre haga cosas por sus nietos que no hizo por sus propias hijas?— preguntó Quinnn.

—Es todo teatro— afirmó Brittany con enojo, incrementando el ritmo del movimiento de sus pies —Igual que la forma en que me miró antes de irse a su habitación—

—¿Cómo te miró?—

—Con un aire de arrepentimiento y dolor por el hecho de que yo no le hablase— dijo —Que la perdone Patty, pero yo no pienso hacerlo— Sintiéndose demasiado llena de energía como para quedarse quieta, Brittany se levantó y fue hasta la ventana —No tengo ni idea de cómo lo hace. Yo soy incapaz de estar en la misma habitación que esa mujer, y ya ni digamos vivir con ella— Sus dedos se crisparon sobre el marco de madera de la ventana —Después de todo lo que nuestra madre nos hizo… de lo que permitió que ocurriera. ¿Cómo diablos puede Patty hacer eso?—

—¿Se lo preguntaste a ella?— la interrogó Quinn.

—Pues claro que se lo pregunté. Me dijo que nuestra madre ha cambiado, que ya no es la borracha inútil que era antes. Supongo que debería sentir pena por ella ahora que está jodida con la artritis o lo que demonios tenga— En ese momento, volvió la vista hacia el saco de boxeo que colgaba junto al muro opuesto de la habitación —Tantas noches… tantas veces he deseado que viniera a protegerme, que se enfrentara a él por sus hijas, que hiciera algo… cualquier cosa para demostrar que me quería. ¿Por qué no lo hizo?— Con la necesidad de dejar salir toda su ira, cruzó a grandes zancadas la habitación y estampó un izquierdazo al saco —¿Por qué? ¿Qué demonios tenía yo de malo para que no hiciera algo tan sencillo?— El saco se balanceó al encajar un nuevo golpe cargado de rabia —¿Y se piensa que la voy a perdonar?— Golpe —¿Sólo porque le apetece?— Golpe —¿Por qué Patty quiere que lo haga? — Golpe —No— Golpe —No tengo que hacerlo— Golpe —No lo haré— Golpe —No lo haré— Golpe —No pueden obligarme— Golpe —Ya soy adulta— Golpe —Si Patty quiere vivir con ella y fingir que todo es perfecto, genial. A mí no me importa— Golpe —Ella no tiene ni idea de cómo fueron las cosas después de que se marchara— Los nudillos le dolían por la sucesión de puñetazos que le había pegado al saco y Brittany se dejó caer sobre la moqueta, se arrebujó con las rodillas pegadas al pecho abrazándolas con fuerza y vio que Quinn caminaba hacia ella, sentándose en el suelo a sólo un par de pasos de distancia —No tiene ni idea— repitió. La tensión abandonaba lentamente el cuerpo de Brittany y con ella el tono cortante de su voz —Se marchó, no estuvo allí para protegerme de él. Eso supuso que sólo quedaba mi madre, la cual no levantó ni un dedo para ayudarme, así que, ¿por qué debería ayudarla yo? Que se pase el resto de su vida sabiendo que su hija la odia, a mí me da igual—

—Lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia— dijo Quinn —Ella es tu madre, Brittany. Ella es la persona que debía amarte y protegerte y lo que sientes ahora es el dolor por no haber recibido eso. Ya habíamos hablado de eso—

—Sí, muchas veces, Quinn. Lo sé— dijo Brittany —Pero una cosa es no verla, no saber dónde está o lo que le ha pasado, y otra ser consciente de que vive con Patty y que colabora para crear una familia que nosotras nunca tuvimos— Apoyando la cabeza sobre sus brazos, Brittany aspiró profundamente —Es como si todo lo que hiciera falta fuera que yo me marchara para que ellos estuvieran mejor o algo así. Al bastardo ese le dio un ataque al corazón, Patty volvió a casa y entonces mi madre decide que ya es hora de dejar de beber— Acto seguido, meneó la cabeza, cerró con fuerza los ojos y aspiró una gran bocanada de aire —Cuando yo necesité que fuera mi madre, ella no pudo. Y ahora que quiere serlo, yo no lo necesito… ni lo deseo—

—¿Y cuál es el motivo de que estés enfadada con tu hermana?— preguntó Quinn, haciendo que Brittany levantara la cabeza.

—¿Enfadada? ¿Con Patty? De eso nada, Doc. ¿Es que no me has oído? Yo odio a mi madre, no a mi hermana— Soltándose las rodillas, Brittany cruzó ahora sus brazos sobre el pecho y utilizó la pared para apoyar la espalda.

—Y yo nunca he hablado de odio— contestó Quinn —He hablado de enfado. Es obvio que estás enfadada con Patty—

—¿Y por qué iba a estar enfadada con la hermana a la que llevo intentando encontrar casi diez años?— dijo Brittany, levantándose a continuación para poner un poco de distancia entre la psicóloga y ella —¿Sabes cuántas veces he llegado a creer que había muerto? Todos estos años lo único que nos ha separado es una llamada local y ella vivía con nuestra madre— De pie, tras el sillón reclinable, Brittany estrujó el suave cojín que yacía sobre él —Todos estos años ha tenido la vida que ambas merecíamos. Ella ha conseguido un buen trabajo, dos hijos preciosos y sanos y un lugar estupendo para vivir. Yo soy la que va a tropezones por la vida, la que lucha día tras día por no acabar hasta el culo de alcohol, la que se desnudaba para conseguir un poco de dinero— Con una risotada irónica, gesticuló en dirección a Quinn —Que yo soy la que necesita terapia por toda la mierda que tengo encima. ¿Y sabes qué? Voy y elijo a la única psicóloga que no puede ayudarme con una de las cosas sobre las que más necesito hablar— Acto seguido negó con la cabeza —¿Podría complicarme más la vida?—

—Britt, cuando te metiste en esto ya sabías que no podríamos hablar de Santana— afirmó Quinn levantándose de la moqueta y sentándose en el sofá.

—Pero no sabía lo que iba a acabar sintiendo por ella— dijo Brittany —Entonces no sabía que ambas…— En ese momento, captó la expresión de sorpresa e incredulidad que los ojos de Quinn evidenciaron al adivinar el final de aquella frase —No sabía que acabaría queriéndola— concluyó suavemente, estremeciéndose por dentro al ver la expresión de dolor que surgía en el rostro de la otra mujer.

Cuando Quinn habló, fue con un tono cuidadosamente privado de la más mínima inflexión.
—Entonces Santana y tú… ¿son… novias?—

—Sí— afirmó Brittany, dándose cuenta de que era incapaz de mantener el contacto visual con la ex pareja de Santana.

Pasaron varios segundos antes de que Quinn volviera a abrir la boca.

—Se nos ha acabado el tiempo— dijo a pesar de que faltaban casi quince minutos para el final de la sesión.

—Quinn…— comenzó Brittany.

—Asegúrate de no saltarte ninguna cita y de llevar al día tu diario— dijo Quinn poniéndose en pie —Nos vemos el viernes—

—Espera— Brittany avanzó y puso su mano sobre el hombro de Quinn —Estás molesta— juzgó correctamente.

—El hecho de que quieras empezar una relación con alguien no es asunto mío— dijo Quinn —Brittany, por favor, tengo mucho papeleo que llenar antes de que venga mi próximo paciente—

—Pensaba que lo de mentir estaba prohibido en esta oficina— dijo Brittany liberándola —Tienes razón con eso de que debo aclarar por qué estoy enfadada con Patty. No me había dado cuenta hasta que me lo has dicho. A lo mejor es por eso por lo que más te necesito, para que me ayudes a ver lo obvio cuando yo sola no puedo— Acto seguido, cerró los dedos en torno al pomo de la puerta y se detuvo para mirar una vez más a Quinn —Así que déjame decirte lo que estoy viendo ahora, Quinn. Veo a alguien que todavía siente algo por Santana. Puedes aferrarte a todas tus reglas de ética profesional si quieres, pero esto es algo de lo que tendremos que volver a hablar— Abrió la puerta —El viernes, ¿verdad?—

Esperó a que Quinn asintiera antes de abandonar la habitación con un sinnúmero de emociones dentro, tal y como pasaba después de una cita intensa con la psicóloga.

***

Puesto que no quería ir directamente a casa, Brittany giró en la autopista y enfiló hacia el sur. Las indicaciones permanecían nítidamente claras en su cabeza, así que siguió las señales de tráfico para acabar en la carretera llena de baches que llevaba hasta el parque de caravanas en que vivía Patty. Para decepción suya, el único automóvil que había enfrente era el de su madre. Se planteó por un momento dar media vuelta y marcharse, pero la puerta abatible se abrió y Jessica salió corriendo hacia ella. Al ser descubierta, Brittany estacionó el auto y apagó el motor intentando ocultarse de la vista de la mujer a la que tanto detestaba.

—¡Tía Britt! ¡Tía Britt!— gritaba la pequeña de nueve años mientras bajaba los escalones de su casa y echaba a correr hacia el auto.

—Hola, cariño— dijo, deseando en silencio haber hecho una parada en el camino para comprar un par de golosinas para sus sobrinos. Después de todo era su única tía y debía ponerse al día de un montón de cumpleaños y días festivos —¿Qué tal la escuela?—

—La Señorita Trudeau me ha regañado—

—¿En serio?— Brittany subió en brazos a su sobrina y echó a andar hacia la mesita de picnic —¿Por qué?—

—Por pegarle en el brazo a Melissa Goldman a la hora del almuerzo—

—¿Y por qué has hecho eso?—

—Ella me pegó primero— afirmó la niña en tono defensivo.

—¿Se lo contaste a tu maestra?—

Jessica asintió. —Ahá. Nos regañó a las dos y nos dejó sin recreo— La cabeza de la niña giró repentinamente al escucharse el sonido de la puerta principal —Abuelita, la Tía Britt ha venido a vernos—

La sonrisa que adornaba el rostro de Brittany desapareció en un segundo cuando vio a su madre aparecer frente a la casa.

—Jessica, ve a ponerte la ropa de jugar si vas a estar afuera— ordenó Margaret Pierce.

—¿Por qué?— gimoteó la niña —No voy a ensuciarme—

—Ya sabes lo que te dijo tu madre sobre eso de jugar con la ropa de la escuela— le recordó la mujer de pelo cano. Jessica hizo una mueca de disgusto, pero aun así abandonó el regazo de Brittany y fue hacia la casa.

Ésta se levantó también y se encaminó hacia su auto, metió la mano por la ventanilla abierta y agarró el único paquete de cigarrillos que tenía en la guantera para sobrellevar la ansiedad que comenzaba a embargarla.

—No tengo nada que decirte— dijo al sentir los ojos de la anciana mujer sobre ella. Encendió un cigarro furiosamente, se metió el encendedor en el bolsillo y se reclinó sobre el capó del auto sin dejar de dar la espalda a su madre.

—Brittany…—

—Y tampoco quiero escucharte. Ya tuviste tu oportunidad hace años— Acto seguido, se llevó el cigarrillo a los labios sorprendida de cuánto le temblaba la mano. Cálmate, pensó para sí, consciente de que Jessica regresaría en cualquier momento.

—Te he echado de menos— afirmó Margaret con un tono de franca tristeza.

—¿Ah, sí?— le espetó Brittany —Qué curioso, porque yo a ti no— Saboreando el veneno que portaban sus palabras, aprovechó la oportunidad para soltar todo lo que llevaba dentro —Lo que echo de menos es algo que tú nunca fuiste y nunca serás— Escuchó el sollozo y la puerta abriéndose y cerrándose tras ella —Bien— murmuró, regocijándose al saber que aquella frase había herido en lo más hondo a la mujer. Tras desechar el cigarrillo que apenas consumió, encontrándose sola de nuevo, regresó a la mesa y volvió a sentarse.

Jessica regresó un par de minutos después vestida con un vaquero desgastado y unas zapatillas de deporte que evidentemente jamás volverían a recuperar su blanco original. En su mano, una hoja de papel lucía una flamante “A” de color rojo.

—Tía Britt, ¿quieres ver la nota que he sacado en el examen?—

—Ya la veo, muy bien hecho— dijo, ocultando con cuidado el residuo de rabia que amenazaba con traslucirse en su voz —¿A qué hora vuelve tu mamá a casa?—

—Regresa a las seis— le informó Jessica subiéndose a la banca —¿Te quedas a cenar?—

—No creo— dijo Brittany —Tengo que llegar a casa temprano. Santana se preocuparía si no sabe dónde estoy—

—¿Por qué no la llamas?— sugirió Jessica —La abuelita te puede prestar el teléfono—

Ni en broma, pensó para sí. —A lo mejor vengo otro día— contestó —¿Dónde está Thomas?—

—En clase de natación. ¿Puedo ir a tu casa alguna vez?— Jessica dirigió a su tía una experta mirada suplicante, pero todo lo que Brittany captó fueron rastros de su hermana una generación antes. El cabello de la pequeña tenía el mismo tono rubio y su nariz refinada indudablemente pertenecía a la herencia genética de Patty.

—Pues claro que sí— dijo Brittany a sabiendas de que le tocaba ser una de esas tías que miman en exceso a sus sobrinos —A lo mejor hay alguna película que podamos ver en el cine—

—¡Oh!— exclamó Jessica con entusiasmo —Yo quiero ver Dragones y Magos—

—¿No es una donde sale mucha sangre y cosas así?— preguntó Brittany, arrugando la nariz al recordar los anuncios de la televisión

—Además, me parece que sólo es para adultos—

—Ya he visto pelis para adultos— contraatacó Jessica.

—¿Y si mejor le preguntamos a tu madre?— Brittany sonrió al captar en el rostro de su sobrina cuál sería la reacción de Patty ante tal sugerencia —Ahá, ya decía yo. Estabas intentando tomarle el pelo a tu tía Britt, ¿verdad?— Jessica se echó a reír y empezó a retorcerse cuando Brittany se abalanzó sobre ella y se puso a hacerle cosquillas —Lo sabía, eres igual que tu madre cuando era pequeña—

Las chicas seguían charlando animadamente para cuando el auto de Patty aparcó detrás del de Brittany. La puerta del copiloto se abrió de par en par y una auténtica avalancha de energía salió corriendo a la calle.

—¡Tía Britt!—

—Hola Thomas— dijo ésta, girándose en su asiento para atrapar en pleno vuelo al niño y subirlo a su regazo —¿Te lo has pasado bien en la piscina?—

—Sí— afirmó el pequeño con una sonrisa radiante —El señor Sherman me ha dejado saltar desde el trampolín una vez—

Patty se aproximó a ellos con una bolsa azul fosforescente en la mano.
—Thomas, ve a darle a la abuela tu toalla y el traje de baño para que estén lavados antes del miércoles— dijo.

—Si, mami—

Brittany se levantó y aceptó de buen grado el abrazo de su hermana.

—Hola—

—Me alegro de volver a verte— dijo Patty —Ven adentro y quédate a cenar. ¿No ha venido Santana contigo?—

—No, está en casa— informó Brittany —Yo andaba por ahí y he pensado pasar a saludar. No puedo quedarme—

—Aun así, me alegro de que hayas venido— afirmó su hermana, retirándose un poco sin dejar de rodear los hombros de Brittany con su brazo —Entra un rato aunque sea—

—No puedo— Brittany dio un paso hacia su auto —Ya sabes por qué—

Patty echó un furtivo vistazo hacia la casa y después se dirigió a su hija.

—Jess, entra y ayuda a la abuela con la cena, por favor—

—Vale, mamá. ¿Puedo salir otra vez cuando termine?—

—¿Has terminado los deberes?— le preguntó Patty.

—Casi todos—

—Entonces ya sabes lo que te va a tocar después de cenar, ¿no?—

Brittany  no pudo evitar sonreír ante la mueca de fastidio de su sobrina.

—Volveré a verlos muy pronto— le prometió al tiempo que se agachaba para abrazar a la pequeña.

—Adiós, tía Britt—

—Adiós, cariño—

Las dos hermanas permanecieron en silencio hasta que la puerta se cerró. Fue Patty quien habló en primer lugar.

—Ojalá hicieras un intento por llevarte bien con ella—

—Olvídalo— dijo Brittany —Si tú quieres fingir que no ocurrió nada y que era la madre del año, adelante—

—Oye, sé perfectamente que la culpas por lo que nos pasó, pero Britt, eso fue hace mucho tiempo—

—Ah, ¿y eso lo arregla todo?— Brittany se encaminó hacia su auto y se apoyó contra él, obligando a Patty a seguirla o tener que hablar tan alto que sus palabras entraran por la ventana de la cocina —Era la única que podía interponerse entre él y nosotras y no hizo nada, Demonios Patt, no movió ni un dedo para ayudarnos—

—Ya, pero fue él quien nos hizo daño, no ella. Si quieres odiar a alguien, ódiale a él— dijo Patty con aire furioso —Es a él a quien yo odio—

—Y yo, pero no puedes pretender que ella es sólo una figura inocente en todo el asunto— dijo Brittany elevando el tono de voz hasta igualarlo con el de Patty —Ella es igual de culpable y te juro que soy incapaz de comprender cómo no te das cuenta— Acto seguido, se sacó las llaves del bolsillo y rodeó el auto hasta llegar a la puerta del conductor —Me gustaría verlos a ti y a los niños tanto como pueda— afirmó —pero a ella no la pienso soportar—

—Ésta también es su casa— dijo Patty —No puedo pedirle que desaparezca cada vez que quieras venir—

Tras abrir la puerta de un tirón, Brittany se encogió de hombros.
—Bien. Pues entonces vayan ustedes a mi casa porque por ningún motivo voy a hacer las paces con esa mujer—

Encendió el motor y dio marcha atrás en cuanto Patty se apartó del auto.

La velocidad le importaba muy poco a Brittany a medida que recorría las calles que llevaban hasta la autopista. Una vez allí, se situó en el carril izquierdo y apretó el acelerador llegando al límite permitido. Únicamente el viento que rugía en sus oídos podía mantener a raya el clamor de sus pensamientos, que en nada ayudaban a apartarla de la oscuridad que le acechaba de cerca.

Brittany se detuvo completamente en el cruce que llevaba a la salida de la carretera, puesto que en ese punto debía tomar una decisión.
A la derecha, los bares le ofrecían un tiempo de olvido, una vía de escape a la rabia y el dolor que la recorrían por dentro. A la izquierda, el pintoresco complejo residencial y Santana. Segura de sí misma, Brittany hizo girar el volante y pisó el acelerador.


Santana esperaba impacientemente en la sala de estar cuando escuchó la frenada del auto de Brittany.

—Ya era hora— dijo mientras avanzaba hacia la puerta de entrada, abriéndola en el mismo momento en que Brittany salía del auto

—¿Dónde te habías metido? después de percatarme de que dejaste el móvil en casa, te llamé al trabajo y Blaine me dijo que te habías tomado la tarde libre—

—He ido a ver a Quinn y luego me he pasado por casa de Patty— afirmó Brittany, encontrándose con Santana a mitad de camino de la casa —Y no estoy segura de que debiera haber hecho ninguna de las dos cosas—

—¿Qué ha pasado? —

Brittany suspiró y se reclinó contra ella.

—Dos historias muy largas de contar—

—Pues, vamos adentro y me las cuentas— dijo Santana rodeando la cintura de Brittany con el brazo —Perdona si he sonado un poco histérica. Es que no es normal en ti eso de irte del trabajo a mitad del día—

—No podía concentrarme— le informó Brittany mientras entraban en la casa —Pensé que si hablaba con Quinn me aclararía un poco, pero sólo ha servido para empeorar las cosas—

—Espera, espera, no te sigo. ¿Por qué hablar con Quinn afecta a tu problema con Patty?—

—No es eso— dijo Brittany, arrojando sus llaves sobre la mesita —Es que al más puro estilo Quinn Fabray, me ha dado mucho en lo que pensar— Acto seguido, meneó la cabeza —No sé cómo explicarlo—

—¿Y si nos vamos al sofá y te abrazo hasta que encuentres la manera?— sugirió Santana, cubriendo los hombros de Brittany con sus manos y guiándola en la dirección deseada.

—¿Por qué cada cosa que me ocurre acaba convirtiéndose en un lío?— farfulló Brittany dejándose caer sobre el sofá —Es como si tuviera los poderes del Rey Midas, pero al revés—
Con la certeza de que Brittany se explicaría a su manera, Santana se sentó a su lado y empezó a acariciarle la espalda suavemente, dejando transcurrir con paciencia el tiempo necesario para que la joven retomara su discurso.
—Me pasé un momento a ver a Patty y acabamos hablando de la vieja— Brittany suspiró —Otra vez. No sé por qué se empeña en seguir intentándolo. Como si eso fuera a cambiar lo que siento. Le he dicho que lo mejor es que a partir de ahora venga ella con los niños aquí y no que vaya yo a su casa—

—¿Y le ha parecido bien?— preguntó Santana.

Brittany se encogió de hombros.
—No sé. En ese momento estaba tan cabreada que me he metido en el auto y he salido a cien por hora— De nuevo, negó con la cabeza —Supongo que Quinn tenía razón con eso de que estoy enfadada con Patty por defender a la vieja… Oye necesito un poco de aire— afirmó —¿Me acompañas afuera?—

—Claro— convino Santana, levantándose y extendiendo la mano hacia la de Brittany. Atravesaron la cocina de la mano, salieron a la terraza y se sentaron. Santana permaneció en silencio mientras Brittany se recostaba en el barandal.

—Le he contado lo nuestro a Quinn— dijo Brittany por fin, rompiendo la calma nocturna y mirándose las manos —Y no le ha hecho ni pizca de gracia—

—¿Por qué lo dices?— preguntó Santana.

—Por la forma en que reaccionó cuando le dije que éramos novias… A lo mejor deberías hablar con ella—

Con una mirada tierna, Santana rodeó a la joven con un brazo y la besó en la frente. —Mi novia—

Brittany le dirigió una mirada timida no muy segura de que la confesión que le había hecho a la ex pareja de Santana había sido adecuada

—¿No estas molesta?— preguntó la rubia

—Claro que no cielo— respondió la escritora tomando la barbilla de la joven para fijar su mirada. —De hecho me emociona saber que hayas aceptado tener una relación seria conmigo— Agregó Santana dándole un beso rápido pero delicado en los labios —Has sido muy valiente al contarle. ¿Estaba enfadada?—

—No, enfadada no — dijo Brittany —Más bien dolida—

—Oh— dijo simplemente Santana acariciando la espalda de su amada e intentando encontrar la forma de manejar aquel nuevo problema. A pesar de que su ruptura con Quinn había resultado tremendamente dolorosa para ambas, pensaba que ya formaba parte del pasado —Hablaré con ella si eso es lo que quieres— afirmó, recorriendo el contorno de la oreja de Brittany con uno de sus dedos —Pero debes saber algo— Alzando la cara de Brittany hasta quedar a su altura, Santana inclinó la cabeza y dejó que sus labios se encontraran —Lo de Quinn conmigo se acabó. Somos buenas amigas y espero que sigamos siéndolo mucho tiempo, pero jamás podríamos volver a estar juntas. Es a ti a quien quiero, sólo a ti— Entonces contempló cómo una sombra de duda seguía brillando en los ojos azules de la joven —¿Qué ocurre?—

—¿Y si Quinn quiere volver contigo?— preguntó Brittany con voz apenas audible y permitiendo que su inseguridad tomara el control —Tienes que admitir que ella es una mejor…—

—No— dijo Santana rápidamente al tiempo que cerraba los labios de Brittany con su dedo indice —No sigas por ahí. Yo no quiero volver con Quinn. Te quiero a ti. Créeme al menos en eso. Nada de lo que Quinn diga o haga cambiará lo que siento por ti—

Después de escuchar las palabras de Santana, Brittany asintió y se dejo llevar por un largo y tierno beso de su amante.


***

Unos minutos después de que Brittany se fuera a trabajar, Santana saltó al interior de su auto y atravesó la ciudad. Tal y como había esperado, el lujoso auto seguía estacionado en los aledaños del bloque de apartamentos de Quinn. Aquella era una reunión que Santana no deseaba, pero por el bien de Brittany debía llevarla a cabo. Deseando que todo marchara bien, caminó hasta la puerta de Quinn y tocó el timbre. Segundos más tarde, la puerta se abrió dando paso a Quinn, quien todavía iba vestida con el pantalón de chándal y la camiseta que usaba para dormir.

—Buenos días— dijo Quinn, apartándose para dejar pasar a Santana —¿Qué estás haciendo aquí?—

—Tenemos que hablar— afirmó Santana

—¿De qué?— le preguntó Quinn sin demasiado entusiasmo al tiempo que señalaba en dirección al sofá.

—Ya sabes de qué— dijo Santana —De lo mío con Britt. Tengo entendido que cuando ella te lo contó no te entusiasmó demasiado—

—Lo que yo sienta es irrelevante— dijo Quinn cruzándose de brazos y apoyándose contra la barra americana que separaba el salón de la cocina.

—No si eso afecta a Brittany— contraatacó Santana acodándose sobre sus rodillas —Ella piensa que todavía sientes algo por mí—

Quinn se pasó los dedos por el pelo y le dio la espalda.
—No te conviene seguir por ahí, Santana— advirtió.

—¿Por qué?— preguntó la escritora, a pesar de que sospechaba el motivo de que su amiga estuviera tan enfadada.

—Oh, no juegues conmigo— le espetó Quinn repitiendo el gesto anterior —¿Cómo has podido?—

Tres años de convivencia y amor con la mujer que tenía delante se había hecho justo en Santana y sabía que aquel momento en particular precedía a una discusión en toda regla.

—Lo has dicho como si la hubiese secuestrado y obligado a estar conmigo— dijo cruzándose de brazos y reclinándose hacia atrás —Fue de mutuo acuerdo—

—Y no hiciste nada para animarla como a aquella zorra de Colorado, ¿cierto?— dijo Quinn, avanzando como una tormenta por la sala hasta llegar a la chimenea, sobre su repisa descansaba una foto de ella con Santana —Un trofeo más sobre tu cama, ¿eh?—

—Brittany significa más para mí que eso y lo sabes— afirmó Santana a la defensiva —La quiero—

—Hubo una vez en que me dijiste lo mismo a mí— dijo Quinn sin dejar de contemplar la fotografía y evitando la mirada de su ex-amante
—¿Cuánto vas a tardar en tirarte a alguna admiradora?—

—Eso no va a ocurrir— dijo Santana poniéndose en pie.

—Como si una promesa de fidelidad significara algo viniendo de ti— espetó Quinn —¿O es que yo soy la única a la que se las haces?—

—¿De qué va todo esto, Quinn? ¿De que Brittany y yo estemos juntas o de que tú y yo ya no lo estemos?— preguntó Santana —Me pasé tres años intentando volver contigo y me dijiste que no una y otra vez. A lo máximo que pude aspirar fue a alguna que otra noche de sexo—

—¿Y crees que podía volver a confiar en ti así como así?— respondió Quinn —¿Crees que me resultó fácil borrar cuatro años enteros de mi vida?—

—Desde mi punto de vista sí— dijo Santana, intentando con todas sus fuerzas alejar cualquier deje de tensión de su tono de voz. Se plantó detrás de Quinn y le puso las manos sobre los hombros —Sé que fue culpa mía, pero cuando te fuiste sufrí como no tienes idea— admitió a continuación.

—Ya, bueno, yo también sufrí cuando llegué a casa y me encontré aquel mensaje en el contestador— dijo Quinn, revolviéndose para apartarse del contacto de Santana y dirigiéndose al sofá.

—Lo sé— convino Santana en voz baja. Siguió los pasos de Quinn y se sentó en una de las sillas cercanas —Quinn, esta no es la primera vez que estoy con alguien desde que rompimos. ¿Por qué ahora?—

—Con las otras mujeres no ibas en serio— dijo Quinn —Salías con ellas un par de veces, me contabas sus defectos, los motivos por los que no podrías mantener una relación con ellas y pasabas a la siguiente—

—Y ahora no voy a pasar a la siguiente— terminó Santana por ella.

—Todavía me acuerdo de cuando me llamabas echando pestes de tu compañera de apartamento recién salida del infierno— dijo Quinn —Llegué a pensar que el asunto de la cortina de la ducha te acabaría produciendo un infarto—

—Así es— contestó, echándose hacia delante para acodarse sobre las rodillas —Incluso amenacé físicamente a Kurt por habérmela mandado a casa—

—Bueno, ¿y por qué?— Quinn bajó la vista hacia la alfombra —¿Por qué ella y no otra?—

—Yo también me he hecho esa pregunta muchas veces— admitió Santana —Y he intentado hacer una lista con motivos que van desde la soledad hasta algún complejo extraño relacionado con la necesidad de proteger a otra persona— Escogió sus siguientes palabras con cuidado, a sabiendas de que herirían a Quinn y deseando minimizar el efecto lo máximo posible —Pero la verdad es más sencilla: la quiero. Nunca planeé que esto ocurriera, pero ocurrió, y no puedo cambiar lo que siento—

—Tampoco planeaste acostarte con aquella chica de Colorado y lo hiciste— puntualizó Quinn con furia y los ojos destellantes —¿Conoce Britt esa faceta tuya de buscadora de romances o te has guardado la información?—

Santana sintió que se le ponían los pelos de punta al captar su tono acusador.
—Se lo dije— afirmó sin alterar la voz —Y no es el mismo caso. No sentía nada por Lisa. Sin embargo, quiero demasiado a Brittany—

Quinn soltó una risotada y apartó la mirada.
—Ya estás otra vez con lo mismo, Santana. ¿Es que no comprendes que una relación implica muchas más cosas que eso?—

—Claro que lo sé— respondió Santana a la defensiva —Pero también sé que es un buen punto de partida, ¿no crees?—

Quinn se volvió hacia ella. —¿Y qué hay de la confianza?—

—Nunca me perdonarás por aquello, ¿verdad?— dijo Santana, volviéndose a recostar en la silla —Quinn, si pudiese dar marcha atrás en el tiempo y cambiar lo que ocurrió, lo haría—

—Y si hubieras sido tú la primera en llegar a casa y escuchar el mensaje, lo hubieras borrado— Quinn se pasó los dedos por el pelo —¿Es que no lo entiendes? Después de aquello, la confianza entre nosotras desapareció y, sin confianza, la relación era imposible. Me hubiera pasado toda la vida dudando de que me estuvieras diciendo la verdad o intentando encubrir otro engaño. No podía vivir así—

—Quinn, nunca fue mi intención hacerte daño—

—Pues lo conseguiste— afirmó Quinn en voz baja.

Santana asintió y se pasó al sofá para rodear los hombros de Quinn con el brazo.
—Ya lo sé— admitió —Y ya no puedo hacer nada para cambiarlo. Soy afortunada por el hecho de que decidieras seguir siendo mi amiga. No muchas ex lo tolerarían— Permitió que Quinn se recostara contra ella y la abrazó con más fuerza —Eres muy importante para mí, nunca dudes de eso—

—Lo mismo te digo— afirmó Quinn —No quiero que desaparezcas de mi vida—

—Y no lo haré— dijo Santana —Estar con Brittany no va a cambiar nada. Sigues siendo mi mejor amiga— El reloj de Quinn empezó a pitar, asustándolas a ambas —Será mejor que te deje prepararte para ir a trabajar—

—No me he dado cuenta de que era tan tarde— dijo Quinn echándole un vistazo al reloj —Tengo la primera cita a las nueve—

—¿Tú y yo estamos bien verdad?— preguntó Santana poniéndose en pie.

Quinn asintió. —Sí, estamos bien— dijo —Soy yo la que tengo que solucionar un par de asuntos, eso es todo—

—¿Te vienes mañana a cenar?— la invitó Santana —Llamaré a los chicos y montamos una fiesta improvisada—

—Suena bien— afirmó Quinn —Y ahora vete de aquí, que tengo que ducharme—

Santana la atrajo hacia sí para propinarle un rápido abrazo. —Hasta mañana— dijo simplemente.

—Pórtate bien con ella— susurró Quinn antes de soltarla.

—Lo haré— le prometió Santana sabiendo que se refería a Brittany —Nos vemos—


***

Brittany llegó del trabajo y se encontró a Santana en la cocina, preparando la cena.

—Mmmm… qué bien huele— dijo mientras se quitaba las botas a patadas y dejaba las llaves en la mesa —¿Qué estás preparando?—

—Una de las recetas favoritas de mi madre— dijo Santana cerrando la puerta del horno —Pollo con crema y arroz casserole—

—Espero que hayas hecho de sobra— dijo Brittany entrando en la cocina —Se me ha atascado la pistola de clavos a primera hora de la mañana y he tardado media hora en arreglarla. Al final he tenido que quedarme trabajando a la hora de comer para ponerme al día— Se acercó un poco más y sonrió al ver que Santana abría los brazos reclamándole un abrazo —Ha sido interminable—

—Bueno, entonces ve a sentarte y relájate— dijo Santana —A la cena todavía le queda un cuarto de hora como poco—

—¿Es obligatorio?— contestó Brittany, disfrutando de la sensación que le prodigaba el cuerpo de Santana contra el suyo —Estoy perfectamente cómoda así— Dejando descansar la cabeza sobre el hombro de Santana, inhaló el rastro que quedaba de su suave perfume —Sí, estupendamente—

Sintió que los brazos que la rodeaban lo hacían con más fuerza.
—La cosa es que así es un poco difícil vigilar la cena— bromeó Santana

—De eso nada— dijo Brittany llevando sus manos a las caderas de la escritora —Acabas de decir que le quedan quince minutos—

—Lo cual no es suficiente para hacer lo que estás pensando— dijo Santana, aunque sus manos también empezaban a vagar por cuenta propia sobre la espalda de Brittany.

—¿Y qué te hace sospechar que estoy pensando en algo?— jugueteó, aprovechando su posición para besar el cuello de Santana. Tras años y años sospechándose carente de instinto sexual, Brittany no pudo por menos que sorprenderse ante la intensidad del deseo que empezaba a sentir. Interponiendo las manos entre sus cuerpos, alcanzó el botón superior de la camisa de Santana.

—Por ejemplo que empieces a quitarme la ropa— dijo Santana sin ninguna intención de detener la avanzada de Brittany

—Es que hace calor aquí dentro— dijo Brittany mientras pasaba el botón por el ojal dejando al descubierto la piel que escondía la prenda. Escuchó la rápida inhalación de Santana y sonrió, comprobando que sus manos eran las causantes —Te deseo— susurró desabrochando el siguiente botón y besando el pecho de la mujer, siguiendo el borde del sujetador y deslizando su lengua por el interior para probar el sabor de su piel.

—Oh… yo también— dijo Santana con una voz más gutural de lo normal justo antes de atraer la cadera de Brittany hacia la suya —Y el motivo por el que haga tanto calor aquí eres tú—

—¿Quieres que pare?— preguntó Brittany al tiempo que le sacaba el faldón de la camisa de la cintura de los vaqueros. La respuesta se la dio la boca de Santana reclamando la suya, un beso que sólo añadió combustible al fuego que sentía por dentro.

—No— murmuró Santana entre beso y beso —No pares—

—¿Y… y la cena?— preguntó alcanzando el cierre del sujetador de Santana.

—Como sigas así no cenamos ni a las diez— dijo Santana deslizando las manos bajo la camiseta de Brittany.

Tras cerrar los ojos ante un nuevo y delicioso beso de Santana, Brittany utilizó los dedos para desabrocharle los dos cierres metálicos del sujetador. Ya sin impedimento para sus avanzadillas, llevó las manos hacia el frente y cubrió los pechos de Santana acariciando delicadamente sus endurecidos pezones. Respondió al gemido de su amante con otro al sentir que su sujetador también se abría y a duras penas fue capaz de romper el beso.

—El sofá— sugirió.

—El sofá— convino Santana, llevando con cuidado a Brittany hacia la sala.

Brittany agradeció la seguridad que le aportaban los brazos de Santana cuando sus piernas chocaron contra la base del sofá. Permitió que la escritora le quitara la camiseta y el sujetador por completo, y sonrió con paciencia mientras doblaba con cuidado la ropa y la dejaba sobre una de las sillas cercanas.

—¿Sabes qué?— dijo mientras apartaba la camisa de Santana de sus hombros —Te preocupas demasiado por mantenerlo todo en orden—

—Ya— contestó Santana al tiempo que doblaba también su ropa y volvía a rodear a Brittany con sus brazos —Es uno de mis defectos—

Brittany deslizó las manos bajo la cintura de los vaqueros de Santana atrayéndola hacia sí.
—Supongo que… ya que eres tan eficaz con eso de doblarte la ropa, deberíamos quitárnosla toda de una vez—

—Me gusta la idea— dijo Santana llevando las manos hacia los pantalones de Brittany.

—Y a mí— afirmó Brittany sintiendo que el botón de su vaquero saltaba del ojal al tiempo que los labios de Santana reclamaban los suyos. Gimió levemente cuando la tela del pantalón empezó a recorrer sus muslos acompañado por su ropa interior. Las manos de Santana cubrieron y acariciaron sus nalgas, robando prácticamente toda la fuerza de sus piernas —No… no puedo seguir de pie— alcanzó a decir durante los pocos segundos que su boca quedaba libre.
No se separaron ni un milímetro al tiempo que Santana la tumbaba sobre el sofá y se echaba sobre ella cubriéndola de calidez. Dado que el vaquero seguía arrebujado a la altura de sus muslos limitando su movimiento, Brittany empezó a revolverse intentando quitárselos.

—Me vas a tirar del sofá— le advirtió Santana.

—No puedo evitarlo— dijo ella —Me desespera sentirme atada—

—Perdona— dijo Santana haciéndose a un lado y alcanzando la cintura del pantalón de la joven —Déjame a mí—

Brittany se sintió vulnerable cuando la última pieza de ropa que llevaba encima cayó y se vio a sí misma tumbada sobre el sofá, desnuda a la luz del día. Santana se dio media vuelta para doblar el pantalón con cuidado y acto seguido se arrodilló junto al sofá. Tras mirarla durante unos segundos, Brittany comprendió el por qué de la fuerte necesidad que había sentido de tocar y ser tocada. Era algo más que puro deseo, era el anhelo, la necesidad de conectar íntimamente con la persona que poseía su corazón.
—Te quiero Santana— susurró, parpadeando para borrar las lágrimas que tantos sentimientos habían llevado hasta sus ojos. Alzando una mano, cubrió la mejilla de Santana y atrajo su rostro hacia sí hasta que sus labios quedaron a pocos milímetros de distancia. No hizo falta más para que Santana tomara el control de la situación y los recorriera por su cuenta.

El temor por estar indefensa y totalmente expuesta se desvaneció bajo el amor transmitido en aquel beso. Brittany sintió el delicado contacto de unos dedos que acariciaban su abdomen, moviéndose en forma de círculos crecientes mientras los labios de Santana continuaban robándole el aliento. Siguiendo la línea de la columna de la escritora, dejó que sus dedos bajaran por su espalda hasta llegar a la cadera, todavía bajo el amparo de sus vaqueros.

—También yo— murmuró Santana abandonando la boca de Brittany y trasladándose hacia su mandíbula —Eres tan hermosa…— Brittany pudo solamente arquear su cuerpo ante la serie de besos que recorrían su garganta, un cuerpo que empezaba a reaccionar al aventurar el punto hacia el que se dirigían aquellos labios. Gimió levemente y se agarró con fuerza a los vaqueros de la mujer, a la altura del culo, cuando una mano de Santana cubrió su sexo —Tan suave…— continuó la escritora acariciando uno de los pezones de Brittany con su lengua.

Brittany sólo fue capaz de ahogar un gemido y aferrarse con más fuerza al cuerpo de Santana mientras con la otra mano impedía que la boca de su amante se apartara de su pecho.

—Oh, Dios… adoro que hagas eso…— murmuró entre suspiros.

—Mm hmm— convino Santana trasladándose hasta el otro pecho. Ese movimiento provocó también que los suyos quedaran al alcance de la boca de Brittany y la joven aceptó de buen grado el obsequio. Con los ojos cerrados, empezó a succionar y acariciar con la lengua el pezón que ya había atrapado entre sus dientes siguiendo el mismo ritmo que segundos antes había sentido por parte de Santana. Al sentir una mano sobre su muslo, separó las piernas y bajó el pie derecho al suelo. Acto seguido, elevó las caderas para animar a Santana a seguir adelante y se sorprendió cuando el pecho del que tanto estaba disfrutando le era arrebatado. La protesta, sin embargo, murió en sus labios al sentir la mano de Santana sobre su rodilla, abriéndole aún más las piernas.

—Oh, Santana, sí…— dijo cuando ésta se situó entre sus muslos revelándole lo que pretendía hacer.
Una serie de delicados besos en la parte interior de sus muslos la excitaron brevemente antes de que los labios de la escritora cayeran sobre su sexo. El primer contacto de la lengua de Santana en sus humedecidos pliegues estremeció todo su cuerpo, más aún porque sabía perfectamente que aquello iba a llevarla mucho más allá de lo que cualquier tipo licor podría hacerlo. Sentía como si Santana estuviese tocándola por todas partes; sus manos experimentadas recorrían sus muslos, sus caderas y sus pechos, mientras que sus labios y su lengua trazaban una enloquecedora ruta sobre su zona más íntima.
—Oh si… asi— dijo Brittany entre gemidos.
La lengua de Santana le transmitió al principio una sensación de frío comparada con la de su clítoris. Brittany balanceó la cabeza de un lado a otro y atrapó con su pierna la espalda de Santana cuando los dedos de la escritora comenzaron a jugar y atormentar sus pezones, pellizcándolos con la misma cadencia con la que su lengua le acariciaba el clítoris.

—¡Santana!— lloriqueó moviendo frenéticamente sus caderas  
Durante interminables minutos, Santana hizo crecer la espiral de placer hasta estar segura de que no podía hacerlo mucho más. Entonces, la mano izquierda de Santana abandonó el pecho de Brittany y descendió, robándole el poco aliento que le quedaba con aquel nuevo frente de ataque, ahora introduciendo dos de sus dedos en su centro empapado. Sacandolos y metiendolos a un ritmo constante, hasta cuando por fin su mundo se desdibujó en una oleada de placer, Brittany gritó el nombre de Santana y se aferró con fuerza al sofá intentando sobrevivir a las acometidas que recorrían su cuerpo cuando llegó al orgasmo.

—Shh… tranquila… estoy aquí— murmuró Santana cerca de su oído. Hubo algunas otras palabras, pero Britttany descubrió que le resultaba difícil concentrarse en otra cosa aparte de la calidez y la comodidad que le prodigaba el cuerpo de la mujer. Aquel era un refugio que no tenía interés en abandonar. La primera vez que Santana intentó apartarse, la abrazó con más fuerza, expresando en silencio lo que deseaba. Entonces recorrió con su mano la espalda de la escritora hasta toparse con la cintura de sus vaqueros.

—No puedo creer que sigas con los pantalones puestos— dijo, apartándose poco a poco del abrazo de Santana y sentándose sobre el sofá.

—Estaba ocupada en otra cosa— afirmó Santana al tiempo que se inclinaba sobre ella para besarla con rapidez —Las rodillas me están matando—

—A lo mejor debería besarlas para que se te pase— se ofreció Brittany cubriendo los codos de Santana con sus manos y levantándose junto con ella —Claro que no puedo hacerlo así— añadió dándole un tirón a la cintura del vaquero —Te los vas a tener que quitar—

Acto seguido, deslizó las manos entre el pantalón y la ropa interior de la mujer y empezó a deslizárselos por la cadera.

—Eso crees, ¿eh?— preguntó Santana recorriendo sin parar la espalda y los hombros de Brittany son sus manos —¿Y si resulta que todavía no he acabado contigo?—

Brittany acarició el abdomen de Santana y dejó que su frente descansara sobre el hombro de su novia.
—Maldita mujer…— farfulló —Un día de estos vas a matarme—

—No puedo evitarlo— dijo Santana, rodeando a la joven con sus brazos y estrujándola contra sí —Me encanta tocarte— continuó al tiempo que bajaba la cabeza para besarla en la frente.

Con la ventaja que le otorgaba su posición, Brittany empezó a besar a Santana en el cuello y después siguió descendiendo hacia su pecho.
—A mí también me encanta tocarte— dijo al tiempo que se arrodillaba en el suelo —Y mi plan ahora mismo es tocarte hasta que no puedas más— Lo siguiente fue deslizarle los vaqueros hasta los tobillos e indicó a su amante que se apoyara sobre sus hombros y levantara una pierna y después la otra para dejarlas desnudas —¿Sabes? Me encantan esas tanguitas tuyas, pero también deberían desparecer del mapa— dijo besando el sexo de la escritora que se adivinaba tras la prenda, que un segundo más tarde caía al suelo junto al pantalón. Y con un leve empujoncito, Santana estaba ya sobre el sofá.

—La ropa…— comenzó Santana al tiempo que se inclinaba hacia el lugar donde Brittany permanecía arrodillada.

—Déjala— dijo Brittany separando las rodillas de la mujer.

—Es que…—

—Es que nada. Dentro de un minuto te va a importar muy poco dónde esté tu ropa— dijo Brittany. Con total determinación de ganar aquella pequeña batalla, comenzó a recorrer la parte interior de los muslos de Santana con las yemas de sus dedos —Olvídate de eso por una vez en tu vida. Relájate y disfruta— Entonces Brittany se empleó en hacer sentir al máximo a Santana utilizando sus dedos, comenzando en introducir dos de ellos cuidadosamente en el interior de su pareja, metiéndolos y sacándolos a un ritmo continuo hasta que las caderas de la escritora se elevaron inmediatamente al sentir las caricias que esta le proporcionaba.

—Oh, Britt… si…si…— gimoteó Santana bajo los dedos de su amante, moviendo cada vez más a prisa las caderas acelerando así la excitación que comenzaba a innundarla.
Tan pronto Brittany se percató de los temblores que comenzaban a producirse en el cuerpo de la excitada mujer, retiró sus dedos de su interior y dirigió su cabeza entre las piernas de la escritora para terminar de excitarla con la lengua.
—Britt…— gimoteó denuevo —Britt voy… a correrme—
Ya que la extasiada mujer se encontraba casi en el límite debido a las caricias que la había provocado sus dedos, Brittany no tardó mucho en hacer explotar a su acompañante con rápidos movimientos circulares alrededor de su clítoris hinchado. Al acariciar y chupar el centro de Santana, esta estalló frenéticamente, sosteniendo firmemente con ambas manos la cabeza de la joven mujer en su sitio, moviendo sus caderas y restregando su sexo contra los labios de la rubia hasta que se dio por satisfecha, derramando a la vez en su boca los fluidos de su excitación.

Esa tarde todo lo que tenía en mente era lanzar a Santana hasta el punto más álgido una y otra vez… hasta que en efecto, consiguió más de un orgasmo para su hermosa y adorada acompañante.

Hey que tal!! Ayer leí las actualizaciones pero en la madrugada jajaja por eso no había comentado....     
Fué tan.. wow!!!    Britt ya estando con su hermana y sobrinos!! y bueno es comprensible
la reacción que tuvo con su mamá, no le será fácil pero espero que poco a poco vaya sabiendo controlar su resentimiento.
Y de las brittana!! No no no!!! Sin palabras me encanta su relación     
Por un momento creí que Quinn reaccionaría mal, pero me encantó que al final si hubiese "aceptado" por asi decirse
la relacion de las brittana!!     

En cuanto a la adaptación me encanta, no se de que novela será pero en verdad que me encanta tu adaptación       Aunque admito que a veces eres la culpable de mis desvelos... jajajajaja valen sin duda la espera.
Espero que haya algo de faberry o alguien que esté con Quinn que sin duda merece encontrarse a alguien!!   

Pd. Que bueno que ya estés mejor!!    Besos!! Felices Fiestas y como siempre estaré al pendiente de tus actualizaciones!!

Holaa es la primera vez q comento pero me encanta estefic es muy bno..l espero la act felicesss fiestas

Por favor ni se te ocurra terminarlo pronto si no quieres ser la culpable de mi inminente entrada a un centro de salud por un ataque de desesperacion, que sigas mejor, hasta pronto!

Hola!!!!
Oh no creí que Quinn se molestaría por lo de las chicas,
awww su novia !!!!!

Entiendo a Britt sobre perdonar a su madre!!! no me gustaría que me estuvieran presionando para perdonar a alguien!!!

Wow WANKY !!!

Una pregunta!!! Que paso con la cena ???? Jajaja
Espero la actu!!!!

Xoxo

PD: feliz año nuevo!!!!

Hola :)
Me encanta como va la historia, amo como es Santana aunque sea excesivamente ordenada, incluso cuando están en "eso" dobla la ropa jajajaj aunque lo paso por alto en el último capitulo gracias a la distracción de Brittany >.< just wanky !! jajaj

danos un pequeño spoiler de lo que vendrá !!! :3 ... las Brittana van a tener problemas entre ellas¿?¿?, habrá Faberry¿? igual me gustaría ver a Quinn con alguien :)

dijiste que esta era un adaptación, de donde la sacaste? (hasta ahora no he visto los típicos errores que se hacen cuando se adapta un libro) De todas maneras gracias por compartir esta historia !!

Ojala actualices pronto ! Que estés bien y que pases un feliz año nuevo
Au revoir :)

wooooo,...
me encanta los capítulos como siempre,...
es comprensible que britt no perdone a su madre tiene razón nunca la ayudo,.. y no la puede perdonar por que no vio el cambio de su madre,... simple y sencillo no estuvo ahí,..!!!!!!!!!!
me encanta que ya sean NOVIAS oficiales,...!!!!! y quinn,... no se ja!!!!

nos vemos!!!!!!!!!!!!!!

PD: FELIZ AÑO NUEVO!!!!!!!!!!!!!!!!!

hola!!!
como siempre excelente capitulo :)
espero que despidas muy bien este año
y que el próximo sea el mejor de todos
gracias por adaptar y actualizar
saludos

Hola que tal??
Te he dicho lo mucho que me gusta tu historia???
Creo que, bueno me encanta!! y mas me encanta la historia entre San y Britt es super tierna creo que nunca he leido a una San como esta..
La historia de Britt es sumamente interesante y atractiva.
Espero que actualices pronto. Obvio te deseo el mejor fin de año y un mucho mejor comienzo!!!
Saludos

Pobre de Quinn :( Después de todo, ella y Brittany no son tan diferentes. Ella también tiene un demonio que necesita que le ayuden a quitarse de encima, ¿No? ¡Ojalá Rachel entre más en esta histoooria! Y si lo hace, me encantaría leer eso. Ay, no. Siento esto taaan reaaal. Me encantaaaa! No puedo dejar en paz a Quinn, porque aparentemente ella es del tipo de personas que tienen su propio infierno personal, pero aún así, hacen como si no lo tuvieran y tratan de ayudar a los demás con sus demonios, pero las personas como Quinn no siempre se dan cuenta de que, para poder ayudar a las personas con sus problemas, primero tiene que arreglar sus propios conflictos.

Me encanta. ¡Qué digo! ¡Me fascina esta historia! Estoy segura de que te lo he escrito millones de veces. A veces, hasta pienso que es tuya porque, o sea, no he encontrado ninguna palabra que me haga pensar que no son Santana y Brittany las de ahí. Ya ves que a veces se les escapa un nombre, o un "él" donde debería decir un "ella" y así, y te felicito por eso! :)

Espero puedas continuar con la historia. Mucha suerte!

Un beso! :)

Esperando el siguiente!

Cada capítulo me gusta más! Britt ya esta acostumbrándose ;) a sus noches de pasión y amor que lindas


Saludos , espero que te encuentra muy bien de vdd.
Feliz año :) besos

queremossssssssssssssssssss capituloooooooooooooooooooo         

Uff ando bien ansiosa por leer jaja

:p saludos

sigo esperando la actu! :/     

pd: FELIZ AÑOO!!!              

por donde empezar... a ver, me anime a leer esta historia desde ayer en la mañana, cuando empece realmente mis vacaciones.... y la verdad no he parado de leer hasta llegar ahora al último capitulo publicado y ya muero por saber que sigue y cuando publicarás nuevamente y todo eso >.<
me encanto la historia, de verdad es notable, todo es demasiado bien logrado... bueno espero leerte pronto >.< saludos

me encanta como va avanzando la relación brittana
u quinn a mi igual me gustaría que encontrara alguien

MEEE encantaaaa la historiaaa !!

Disculpen, el corazon de Brittany colapso y esta muerta y por eso no han habido mas actualizaciones?

Actualiza, Actualiza, Actualiza, Actualiza,

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:-((