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FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
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micky morales
Linda23
monica.santander
Marta_Snix
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Página 5 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Volviste despues de tanto tiempo he esperado una actualizacion de tu fic. me gusto mucho el capitulo y porfavor no tardes saludos :*
Melany Gleek*** - Mensajes : 125
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Hola! Me acabó de poner al día con los últimos capítulos, pero lo dejaste en una parte super interesante ya quiero que Kenzi y Tamsi concreten.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
micky morales escribió:vaya muy buenos capitulos, hasta pronto!
Me alegro que te gustaran
JulianaLato114 escribió:La verdad esta historia cada vez esta mejor, espero que Britt le salga todo bien. Una pregunta ¿este es el ultimo libro? ¿Con este termina la historia?
Sí, este es el ultimo, con este se termina la historia
Melany Gleek escribió:Volviste despues de tanto tiempo he esperado una actualizacion de tu fic. me gusto mucho el capitulo y porfavor no tardes saludos :*
Si, es que he estado algo ocupada, pero intento sacar algo de tiempo
Nos vemos
Nos vemos
Linda23 escribió:Hola! Me acabó de poner al día con los últimos capítulos, pero lo dejaste en una parte super interesante ya quiero que Kenzi y Tamsi concreten.
Ya te pongo capitulo, no desesperes jajajaja
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 26
Kenzi abrió los ojos al mediodía del Año Nuevo con Tamsin aún dormida a su lado. Se quedó inmóvil, respirando lentamente, con ganas de saborear el peso de la mano de Tamsin apoyada en su pecho. El agarre posesivo de los dedos de Tamsin sobre su piel envió dulces puyazos de placer arrollándola en su interior, preciosas ataduras que temía romper. Algunos detalles de la última parte de la noche anterior estaban un poco borrosos, pero recordaba lo suficiente como para saber que, en definitiva, se sentía mejor de lo que se merecía. Cuando tomó una respiración profunda, un músculo se anudó en sus costillas, pero no era nada que no hubiese vivido anteriormente. Se empujó hasta que logró sentarse, lo que le tomó un poco de esfuerzo y su parte inferior derecha ardió. Sus músculos estaban desgarrados, probablemente un nervio inflamado o dos. Pero estaba moviendo sus cuatro extremidades, su cabeza estaba clara y tenía hambre. Todos eran signos positivos. Ella viviría. Y un poco de dolor era un pequeño precio a pagar por poner a ese imbécil en su lugar. No se arrepintió de golpear su rostro por un segundo. Todo lo que había sido capaz de ver fue cuando sus dedos se clavaron en el brazo de Tamsin como si ella fuese un trozo de carne que pasaba alrededor para quien quisiera un bocado. Los hombres habían estado buscando a Tamsin con ojos codiciosos desde que había entrado en el casino. Al menos en Silver Lake, los Renegados habían aceptado que Tamsin estaba con Kenzi y habían mantenido su distancia, pero en este caso, casi cualquier mujer que no estuviese pegada al lado de un motociclista era un blanco legítimo. Y por supuesto, la mayoría de los hombres de otras confraternidades pensaban que Kenzi no tenía derecho a reclamar una mujer, por ser una. Debería haber sabido eso y no haber dejado que la actitud de ellos le hicieran perder el control. Debería estar acostumbrada a eso, debería mantenerse fría, mantenerse en un bajo perfil. Pero cuando se trataba de Tamsin, todas las apuestas estaban fuera. Tamsin provocaba algo primitivo desde sus rincones más profundos, despertaba cierta posesividad instintiva desde un lugar donde la razón no tenía ninguna regla. Tamsin podía cuidar de sí misma, ella lo sabía, pero no podía detener su profunda necesidad de protegerla, de reclamarla. Kenzi rozó los dedos suavemente sobre las hebras de color rubio que se aferraba a la mejilla de Tamsin y admitió que tenía un problema. Ella misma se había dicho que no tenía por qué ser conocida por tanto tiempo, no tenía necesidad de ser tocada por alguien que realmente la conocía, en quien había llegado a creer. Había creído que su misión, su objetivo, su deber, era suficiente para satisfacerla. Nunca se había mentido a sí misma y no iba a empezar ahora. Tamsin había cambiado todo eso. Otros sólo veían lo que ella les permitía ver, el soldado, la motorizada, la forajida. Tamsin había insistido en ver más allá de la fachada, estar en su interior, tocar a Kenzi sin pretensión entre ellas. Y sin realmente creer que fuese capaz de hacerlo, Kenzi se enamoró. Kenzi bajó de la cama y se dirigió al cuarto de baño. Una ducha caliente le ayudaría a suavizar los calambres en sus músculos y le daría tiempo de averiguar qué hacer con esta nueva revelación. Enamorarse no estaba en las cartas. No era parte de su plan de juego y desde luego no ahora. Tamsin se iría, necesitaba irse y cuanto antes mejor. De hecho, Kenzi tenía que hacer todo lo posible para lograr que Tamsin se fuera. Ahora más que nunca. Por primera vez en su vida, algo le importaba más que la misión. Kenzi inclinó la cabeza hacia atrás y dejó que el agua caliente golpeara contra las contusiones en su rostro, ignorando el dolor, dándole la bienvenida a la fuerte claridad. La noche anterior, había estado dispuesto a tomar a Tamsin…había sido consumida por la necesidad de reclamarla. No había pensado, sólo había sido guiada por impulsos tan profundamente arraigados que no había podido contener...no había querido contener. Ahora estaba pensando. Había dejado de ser egoísta. Cada día que Tamsin permaneciera expuesta, el peligro crecería. Cuando la puerta de la ducha se abrió y Tamsin entró, Kenzi supo que solo tenía unos segundos de coerción antes de que su cuerpo tomara el control. Le dio la espalda, apoyó los brazos contra la pared, dejó caer la cabeza hacia delante. El agua caía en cascada a su alrededor como una pantalla y trató de fingir que daba la bienvenida a la barrera -Voy a salir de aquí en un segundo y te voy a dar un poco más de espacio
- No entré aquí para que tú salieras -Tamsin se presionó contra la espalda de Kenzi, sus pechos firmes humedecidos eran un tormento. Sus manos fueron a la cintura de Kenzi mientras acariciaba el abdomen de Kenzi en círculos lentos -¿Cómo te sientes?
Kenzi abrió los ojos y observó las manos de Tamsin moviéndose hacia arriba y abajo de su torso a través del velo de agua. Sus muslos se tensaron y sus pezones se endurecieron. Por lo general, cuando estaba en la cama con una mujer, su objetivo era el placer, obtener satisfacción de su compañero de cama. No era así con Tamsin. Nunca había estado adolorida por el toque de una mujer así como ansiaba el toque de Tamsin. Se estremeció -Me haces sentir tan bien. Me encantan tus manos sobre mí
- Me encanta tocarte -Tamsin besó la parte de atrás del hombro de Kenzi y se presionó firmemente contra su culo -Y no pienso parar, pero todavía tienes que responder a la pregunta McElroy ¿Cómo te sientes?
Kenzi se volvió y sus pechos se deslizó sobre los de Tamsin. Ella gimió, sus muslos temblaron y se apoyó en la pared de la ducha -Como que nunca quiero que dejes de tocarme
- Oh, sí. Eres tan hermosa -los ojos de Tamsin se abrieron y acarició el rostro de Kenzi -Me pones completamente caliente con tan solo mirarte. Quiero tocarte con tanta fuerza…lo he querido desde el primer momento en que te vi
Un destello de calor rodó a través de la pelvis de Kenzi -Nunca me he sentido mejor en mi vida. Y te he querido desde el primer momento en que te vi sentada en el bar como si fueses la dueña del lugar
Tamsin apoyó las manos en la pared de la ducha y dejó que cuidadosamente su cuerpo descansara gentilmente contra el de Kenzi. Tenía que sentirla, tenía que estar conectada más de lo que nunca hubiese necesitado nada -¿No tienes demasiado dolor?
- ¿Para qué?
Tamsin sonrió y acarició el dragón que ondeaba alrededor del torso de Kenzi y la invitaba con cada una de las respiraciones temblorosas de Kenzi -Para lo que tengo en mente
Los párpados de Kenzi se entrecerraron y se arqueó bajo las manos de Tamsin -Supongo que tendrás que mostrarme y lo averiguaremos
Tamsin contuvo el aliento, tomando la mandíbula de Kenzi. La besó, saboreando el agua cristalina y el líquido caliente, deslizando su boca sobre la de Kenzi, bebiendo su pasión y disfrutando del poder del placer que había necesitado toda su vida. Quería a Kenzi débil por la satisfacción debajo de ella -Quiero hacer que te corras. No voy a ser capaz de detenerme
Kenzi la agarró por los hombros, empujándola hacia abajo -Entonces no lo hagas. Por favor, no lo hagas
Tamsin se puso de rodillas y apoyó la mejilla en el vientre de Kenzi, recuperando su control fracturado. No quería apresurarse, temía que no fuese capaz de contener su necesidad. Besó el ombligo de Kenzi y los músculos apretados bajo su mejilla. Un tembloroso escalofrío recorrió el cuerpo de Kenzi y ella gimió. El deseo eclipsó la razón de Tamsin, bañándola con su ciega necesidad. Sus manos, su boca se movieron por instinto, buscando y dando, deleitándose con el increíble tacto y sabor del cuerpo de Kenzi. Presionó las palmas de sus manos en el interior de los muslos de Kenzi, abriéndola, deslizando sus hombros entre las piernas de Kenzi, sosteniéndola mientras seguía su camino hacia donde quería. Kenzi estaba caliente, húmeda e hinchada y lista para ella. Cuando la tomó dentro de su boca, Kenzi saltó violentamente contra su rostro. Tamsin agarró su culo con las dos manos, sujetándola firmemente y la poseyó lentamente. El tiempo se detuvo, cada sensación se fundía con puro placer. Probó, jugueteó, acarició y chupó hasta que Kenzi gimió y se agarró con el puño de una mano en su cabello.
- Voy a correrme Tamsin
Tamsin cerró los ojos y esperó el momento que había querido desde la primera vez que había visto a Kenzi. Cuando Kenzi se corrió en su boca, experimentó la más dulce conclusión con la que nunca hubiese soñado.
****************
Britt estaba en el sofá del salón con su cabeza en el regazo de Santana, disfrutando de la mirada de relajado placer de Santana. Habían pasado la mañana leyendo los periódicos, hablando de las últimas películas y libros y los acontecimientos actuales. Ninguna de las dos había mencionado el inminente viaje de Britt hacia la Costa Oeste. Santana puso a un lado la sección de reseña de libros y pasó los dedos por el cabello de Britt
- Estás mirando
- Mmm. Impresionante vista -Britt frotó su mejilla contra el centro de Santana -Te ves muy bien
Santana rió -¿A pesar de mi avanzada edad?
- ¿Sintiendo tu edad? -Britt frunció el ceño -Tal vez no debí mantenerte despierta hasta tan tarde anoche
- Por favor –Santana resopló -¿Quién se quedó dormida primero?
Britt sonrió -Me hacía la fácil contigo. Quise darte un descanso
Santana se inclinó y la besó -¿Es así como lo llamas?
- Me gusta verte feliz
- Lo soy. En serio -Santana suspiró, enrollando un mechón de cabello de Britt en un dedo -Pero sigo esperando esa llamada de Lucinda en cualquier momento con una actualización en el itinerario de mi padre y las instrucciones sobre cuándo deberías presentarte para el servicio
Britt sonrió irónicamente -Probablemente tienes razón. Es el nuevo año después de todo y el año de la campaña está sobre nosotros
- Realmente debería llamarla. Desearle un feliz año nuevo. Debería llamarlo…ya que sólo hablé con él anoche por un segundo -Santana negó con la cabeza -Soy tan cobarde. Sé que si lo hago, ella también estará allí
Britt levantó una ceja -¿Eso crees?
Santana rió -¿No lo crees?
- Trato de no pensar en la vida personal de las personas, especialmente no la del presidente de los Estados Unidos
- ¿Aun cuando él es tu suegro?
- Sobre todo por eso -Britt se acercó para tomar su último trago de café y tomó un sorbo –No debe ser fácil para ninguno de ellos, si lo que crees es verdad
- No cuando el público cree que tiene el derecho de saber todo sobre ti -Santana hizo una mueca -Lo entiendo. Entiendo la necesidad imperiosa de que los funcionarios electos sean responsables, pero los límites entre lo que debería ser privado y lo que debería ser del conocimiento público no parece aplicarse a él. O a cualquier persona cerca de él
- No tienes que hacer campaña con él -dijo Britt -No me importaría si salieras de la vista de todos y tampoco a él. Nadie me conoce, excepto por mi relación contigo. Podríamos desaparecer
- ¿Te quejas acerca de ser la esposa de una celebridad?
- No, en absoluto -dijo Britt con seriedad -Pero si quieres salir, podemos mudarnos, encontrar un lugar donde puedas pintar y mantener un perfil bajo
- Créeme, lo he pensado más de una vez. Pero estoy orgullosa de mi padre y creo que lo que está haciendo es importante. Si él cree que le puedo ayudar, entonces voy a hacerlo -Santana se inclinó y besó a Britt intensamente -Y a pesar de mis quejas ocasionales, también estoy orgullosa de ti. Lo que haces es importante y no eres reemplazable. Me quedo
Britt se sentó y pasó un brazo alrededor de los hombros de Santana, acercándola hacia ella
- Gracias. Sólo recuerda, no importa lo que decidas ahora, en el futuro, si quieres alejarte, hacer espacio para ti, encontraremos una manera
Santana apoyó la mejilla contra el hombro de Britt -Sé que lo dices en serio y eso es todo lo que necesito. Saber que estarás allí, sin importa lo que pase -besó el costado del cuello de Britt -Lo harás ¿no es así?
Britt la besó -Siempre
Santana jugó con el botón de la camisa de Britt -¿Cuándo te vas?
- A primera hora en la mañana
- Entonces no hablemos de política o de deber o cualquier otra cosa por el resto del día
- Muy bien ¿Qué te gustaría hacer?
Santana sonrió.
- Además de esto
Kenzi abrió los ojos al mediodía del Año Nuevo con Tamsin aún dormida a su lado. Se quedó inmóvil, respirando lentamente, con ganas de saborear el peso de la mano de Tamsin apoyada en su pecho. El agarre posesivo de los dedos de Tamsin sobre su piel envió dulces puyazos de placer arrollándola en su interior, preciosas ataduras que temía romper. Algunos detalles de la última parte de la noche anterior estaban un poco borrosos, pero recordaba lo suficiente como para saber que, en definitiva, se sentía mejor de lo que se merecía. Cuando tomó una respiración profunda, un músculo se anudó en sus costillas, pero no era nada que no hubiese vivido anteriormente. Se empujó hasta que logró sentarse, lo que le tomó un poco de esfuerzo y su parte inferior derecha ardió. Sus músculos estaban desgarrados, probablemente un nervio inflamado o dos. Pero estaba moviendo sus cuatro extremidades, su cabeza estaba clara y tenía hambre. Todos eran signos positivos. Ella viviría. Y un poco de dolor era un pequeño precio a pagar por poner a ese imbécil en su lugar. No se arrepintió de golpear su rostro por un segundo. Todo lo que había sido capaz de ver fue cuando sus dedos se clavaron en el brazo de Tamsin como si ella fuese un trozo de carne que pasaba alrededor para quien quisiera un bocado. Los hombres habían estado buscando a Tamsin con ojos codiciosos desde que había entrado en el casino. Al menos en Silver Lake, los Renegados habían aceptado que Tamsin estaba con Kenzi y habían mantenido su distancia, pero en este caso, casi cualquier mujer que no estuviese pegada al lado de un motociclista era un blanco legítimo. Y por supuesto, la mayoría de los hombres de otras confraternidades pensaban que Kenzi no tenía derecho a reclamar una mujer, por ser una. Debería haber sabido eso y no haber dejado que la actitud de ellos le hicieran perder el control. Debería estar acostumbrada a eso, debería mantenerse fría, mantenerse en un bajo perfil. Pero cuando se trataba de Tamsin, todas las apuestas estaban fuera. Tamsin provocaba algo primitivo desde sus rincones más profundos, despertaba cierta posesividad instintiva desde un lugar donde la razón no tenía ninguna regla. Tamsin podía cuidar de sí misma, ella lo sabía, pero no podía detener su profunda necesidad de protegerla, de reclamarla. Kenzi rozó los dedos suavemente sobre las hebras de color rubio que se aferraba a la mejilla de Tamsin y admitió que tenía un problema. Ella misma se había dicho que no tenía por qué ser conocida por tanto tiempo, no tenía necesidad de ser tocada por alguien que realmente la conocía, en quien había llegado a creer. Había creído que su misión, su objetivo, su deber, era suficiente para satisfacerla. Nunca se había mentido a sí misma y no iba a empezar ahora. Tamsin había cambiado todo eso. Otros sólo veían lo que ella les permitía ver, el soldado, la motorizada, la forajida. Tamsin había insistido en ver más allá de la fachada, estar en su interior, tocar a Kenzi sin pretensión entre ellas. Y sin realmente creer que fuese capaz de hacerlo, Kenzi se enamoró. Kenzi bajó de la cama y se dirigió al cuarto de baño. Una ducha caliente le ayudaría a suavizar los calambres en sus músculos y le daría tiempo de averiguar qué hacer con esta nueva revelación. Enamorarse no estaba en las cartas. No era parte de su plan de juego y desde luego no ahora. Tamsin se iría, necesitaba irse y cuanto antes mejor. De hecho, Kenzi tenía que hacer todo lo posible para lograr que Tamsin se fuera. Ahora más que nunca. Por primera vez en su vida, algo le importaba más que la misión. Kenzi inclinó la cabeza hacia atrás y dejó que el agua caliente golpeara contra las contusiones en su rostro, ignorando el dolor, dándole la bienvenida a la fuerte claridad. La noche anterior, había estado dispuesto a tomar a Tamsin…había sido consumida por la necesidad de reclamarla. No había pensado, sólo había sido guiada por impulsos tan profundamente arraigados que no había podido contener...no había querido contener. Ahora estaba pensando. Había dejado de ser egoísta. Cada día que Tamsin permaneciera expuesta, el peligro crecería. Cuando la puerta de la ducha se abrió y Tamsin entró, Kenzi supo que solo tenía unos segundos de coerción antes de que su cuerpo tomara el control. Le dio la espalda, apoyó los brazos contra la pared, dejó caer la cabeza hacia delante. El agua caía en cascada a su alrededor como una pantalla y trató de fingir que daba la bienvenida a la barrera -Voy a salir de aquí en un segundo y te voy a dar un poco más de espacio
- No entré aquí para que tú salieras -Tamsin se presionó contra la espalda de Kenzi, sus pechos firmes humedecidos eran un tormento. Sus manos fueron a la cintura de Kenzi mientras acariciaba el abdomen de Kenzi en círculos lentos -¿Cómo te sientes?
Kenzi abrió los ojos y observó las manos de Tamsin moviéndose hacia arriba y abajo de su torso a través del velo de agua. Sus muslos se tensaron y sus pezones se endurecieron. Por lo general, cuando estaba en la cama con una mujer, su objetivo era el placer, obtener satisfacción de su compañero de cama. No era así con Tamsin. Nunca había estado adolorida por el toque de una mujer así como ansiaba el toque de Tamsin. Se estremeció -Me haces sentir tan bien. Me encantan tus manos sobre mí
- Me encanta tocarte -Tamsin besó la parte de atrás del hombro de Kenzi y se presionó firmemente contra su culo -Y no pienso parar, pero todavía tienes que responder a la pregunta McElroy ¿Cómo te sientes?
Kenzi se volvió y sus pechos se deslizó sobre los de Tamsin. Ella gimió, sus muslos temblaron y se apoyó en la pared de la ducha -Como que nunca quiero que dejes de tocarme
- Oh, sí. Eres tan hermosa -los ojos de Tamsin se abrieron y acarició el rostro de Kenzi -Me pones completamente caliente con tan solo mirarte. Quiero tocarte con tanta fuerza…lo he querido desde el primer momento en que te vi
Un destello de calor rodó a través de la pelvis de Kenzi -Nunca me he sentido mejor en mi vida. Y te he querido desde el primer momento en que te vi sentada en el bar como si fueses la dueña del lugar
Tamsin apoyó las manos en la pared de la ducha y dejó que cuidadosamente su cuerpo descansara gentilmente contra el de Kenzi. Tenía que sentirla, tenía que estar conectada más de lo que nunca hubiese necesitado nada -¿No tienes demasiado dolor?
- ¿Para qué?
Tamsin sonrió y acarició el dragón que ondeaba alrededor del torso de Kenzi y la invitaba con cada una de las respiraciones temblorosas de Kenzi -Para lo que tengo en mente
Los párpados de Kenzi se entrecerraron y se arqueó bajo las manos de Tamsin -Supongo que tendrás que mostrarme y lo averiguaremos
Tamsin contuvo el aliento, tomando la mandíbula de Kenzi. La besó, saboreando el agua cristalina y el líquido caliente, deslizando su boca sobre la de Kenzi, bebiendo su pasión y disfrutando del poder del placer que había necesitado toda su vida. Quería a Kenzi débil por la satisfacción debajo de ella -Quiero hacer que te corras. No voy a ser capaz de detenerme
Kenzi la agarró por los hombros, empujándola hacia abajo -Entonces no lo hagas. Por favor, no lo hagas
Tamsin se puso de rodillas y apoyó la mejilla en el vientre de Kenzi, recuperando su control fracturado. No quería apresurarse, temía que no fuese capaz de contener su necesidad. Besó el ombligo de Kenzi y los músculos apretados bajo su mejilla. Un tembloroso escalofrío recorrió el cuerpo de Kenzi y ella gimió. El deseo eclipsó la razón de Tamsin, bañándola con su ciega necesidad. Sus manos, su boca se movieron por instinto, buscando y dando, deleitándose con el increíble tacto y sabor del cuerpo de Kenzi. Presionó las palmas de sus manos en el interior de los muslos de Kenzi, abriéndola, deslizando sus hombros entre las piernas de Kenzi, sosteniéndola mientras seguía su camino hacia donde quería. Kenzi estaba caliente, húmeda e hinchada y lista para ella. Cuando la tomó dentro de su boca, Kenzi saltó violentamente contra su rostro. Tamsin agarró su culo con las dos manos, sujetándola firmemente y la poseyó lentamente. El tiempo se detuvo, cada sensación se fundía con puro placer. Probó, jugueteó, acarició y chupó hasta que Kenzi gimió y se agarró con el puño de una mano en su cabello.
- Voy a correrme Tamsin
Tamsin cerró los ojos y esperó el momento que había querido desde la primera vez que había visto a Kenzi. Cuando Kenzi se corrió en su boca, experimentó la más dulce conclusión con la que nunca hubiese soñado.
****************
Britt estaba en el sofá del salón con su cabeza en el regazo de Santana, disfrutando de la mirada de relajado placer de Santana. Habían pasado la mañana leyendo los periódicos, hablando de las últimas películas y libros y los acontecimientos actuales. Ninguna de las dos había mencionado el inminente viaje de Britt hacia la Costa Oeste. Santana puso a un lado la sección de reseña de libros y pasó los dedos por el cabello de Britt
- Estás mirando
- Mmm. Impresionante vista -Britt frotó su mejilla contra el centro de Santana -Te ves muy bien
Santana rió -¿A pesar de mi avanzada edad?
- ¿Sintiendo tu edad? -Britt frunció el ceño -Tal vez no debí mantenerte despierta hasta tan tarde anoche
- Por favor –Santana resopló -¿Quién se quedó dormida primero?
Britt sonrió -Me hacía la fácil contigo. Quise darte un descanso
Santana se inclinó y la besó -¿Es así como lo llamas?
- Me gusta verte feliz
- Lo soy. En serio -Santana suspiró, enrollando un mechón de cabello de Britt en un dedo -Pero sigo esperando esa llamada de Lucinda en cualquier momento con una actualización en el itinerario de mi padre y las instrucciones sobre cuándo deberías presentarte para el servicio
Britt sonrió irónicamente -Probablemente tienes razón. Es el nuevo año después de todo y el año de la campaña está sobre nosotros
- Realmente debería llamarla. Desearle un feliz año nuevo. Debería llamarlo…ya que sólo hablé con él anoche por un segundo -Santana negó con la cabeza -Soy tan cobarde. Sé que si lo hago, ella también estará allí
Britt levantó una ceja -¿Eso crees?
Santana rió -¿No lo crees?
- Trato de no pensar en la vida personal de las personas, especialmente no la del presidente de los Estados Unidos
- ¿Aun cuando él es tu suegro?
- Sobre todo por eso -Britt se acercó para tomar su último trago de café y tomó un sorbo –No debe ser fácil para ninguno de ellos, si lo que crees es verdad
- No cuando el público cree que tiene el derecho de saber todo sobre ti -Santana hizo una mueca -Lo entiendo. Entiendo la necesidad imperiosa de que los funcionarios electos sean responsables, pero los límites entre lo que debería ser privado y lo que debería ser del conocimiento público no parece aplicarse a él. O a cualquier persona cerca de él
- No tienes que hacer campaña con él -dijo Britt -No me importaría si salieras de la vista de todos y tampoco a él. Nadie me conoce, excepto por mi relación contigo. Podríamos desaparecer
- ¿Te quejas acerca de ser la esposa de una celebridad?
- No, en absoluto -dijo Britt con seriedad -Pero si quieres salir, podemos mudarnos, encontrar un lugar donde puedas pintar y mantener un perfil bajo
- Créeme, lo he pensado más de una vez. Pero estoy orgullosa de mi padre y creo que lo que está haciendo es importante. Si él cree que le puedo ayudar, entonces voy a hacerlo -Santana se inclinó y besó a Britt intensamente -Y a pesar de mis quejas ocasionales, también estoy orgullosa de ti. Lo que haces es importante y no eres reemplazable. Me quedo
Britt se sentó y pasó un brazo alrededor de los hombros de Santana, acercándola hacia ella
- Gracias. Sólo recuerda, no importa lo que decidas ahora, en el futuro, si quieres alejarte, hacer espacio para ti, encontraremos una manera
Santana apoyó la mejilla contra el hombro de Britt -Sé que lo dices en serio y eso es todo lo que necesito. Saber que estarás allí, sin importa lo que pase -besó el costado del cuello de Britt -Lo harás ¿no es así?
Britt la besó -Siempre
Santana jugó con el botón de la camisa de Britt -¿Cuándo te vas?
- A primera hora en la mañana
- Entonces no hablemos de política o de deber o cualquier otra cosa por el resto del día
- Muy bien ¿Qué te gustaría hacer?
Santana sonrió.
- Además de esto
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Por fin hay avance entre Kenzi y Tamsin, pero presientó que kensi la va poner cómo toda protagonista con eso de que sé dio cuenta que sé enamoró y quiere alejar a su vieja por su seguridad.
ACTUALIZA PRONTO.
ACTUALIZA PRONTO.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Linda23 escribió:Por fin hay avance entre Kenzi y Tamsin, pero presientó que kensi la va poner cómo toda protagonista con eso de que sé dio cuenta que sé enamoró y quiere alejar a su vieja por su seguridad.
ACTUALIZA PRONTO.
Bueno Tamsin no es de las que se dejen "domar" asi que veremos como sale todo...
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 27
- Con suerte, podremos salir de aquí esta noche -dijo Kenzi -Si llegamos a la carretera antes de la medianoche, podremos estar en casa mañana por la nocheTamsin se centró en ella a través el espejo por encima del lavabo del baño pequeño. El aire aún ondulaba con el calor y su piel estaba echando vapor, por dentro y por fuera. La superficie de su cerebro ardía, sus pensamientos se dispersaban como brasas por las sensaciones y el deseo. No era capaz de concentrarse en otra cosa que no fuese la manera como Kenzi se había sentido contra su boca, sus manos, tan complaciente y abierta e increíblemente suya. Vio como Kenzi sacó una toalla de un estante, frotó su cabello y tiró la toalla a un lado. Los músculos ondeaban en los hombros de Kenzi, su cabello oscuro alborotado en mechones sensuales que caían a lo largo de la columna tensa de su garganta. Tragando el repentino nudo de deseo que amenazaba con ahogarla Tamsin dijo -¿Qué?
La mirada de Kenzi se volvió pesada y se acercó más, rodeando el cuerpo de Tamsin para soltar la toalla que había anudado por encima de sus pechos. Se presionó contra la espalda de Tamsin, sus brazos avanzaron lentamente alrededor de la cintura de Tamsin, Kenzi susurró contra el cuello de Tamsin -Podemos adelantarnos a los demás yendo a casa. Te quiero a solas por un tiempo
Tamsin se estiró hacia atrás y entrelazó sus dedos en el cabello de Kenzi. No podía tener suficiente de ella. Quería tocarla por todas partes. Quería que Kenzi la tocara por todas partes -¿A Ramsey no le importaría?
- Para esta noche, estará tan metido en las fiestas que no le importara donde estamos los demás
Kenzi aspiró el aroma a vainilla del champú y la loción que Tamsin acababa de frotar sobre sus brazos, de esos que siempre se almacenaban en los hoteles, pero que en Tamsin el aroma era tan erótico como el perfume más caro. La humedad bordeaba entre sus cuerpos y cuando tomó los pechos de Tamsin, los pezones se endurecieron en sus palmas -Por otra parte, estamos solas en estos momentos
- Kenzi… -Tamsin susurró un sonido desesperado que podría haber significado detente o dame más.
- Aquí estoy -Kenzi retrocedió girando a Tamsin con las manos en sus caderas y la besó. Tamsin se arqueó contra ella y Kenzi llenó sus manos con la carne suave y caliente. Los dedos de Tamsin se deslizaron en su cabello nuevamente, apretando, tirando, telegrafiando urgencia y deseo. Kenzi besó la garganta de Tamsin, levantando uno de sus pechos dentro de su mano y metió el pezón de Tamsin en su boca.
- Oh Dios -gimió Tamsin.
La cabeza de Tamsin cayó hacia atrás y sus muslos se separaron. Kenzi metió una pierna entre las de Tamsin, un calor acogedor inundó su piel –Ahora
- Tan bien -Tamsin respiró, sus ojos apenas abiertos, nebulosos y sus párpados pesados. Kenzi tomó sus pechos con ambas manos y la besó entre ellos, lamiendo y chupando, deslizando sus dientes sobre la carne tan sensible hasta que Tamsin gritó. Cuando Tamsin deslizó una mano detrás del cuello de Kenzi y apretó el rostro de Kenzi fuertemente contra su pecho, Kenzi deslizó una mano entre ellas, encontrando a Tamsin abierta y húmeda y la penetró. -Sí -Tamsin silbó entre dientes, presionando contra la mano de Kenzi, atrayéndola más profundamente -Sí. Ahora
Kenzi experimentó una sobrecarga dentro de ella, desesperada por escuchar sus sollozos de placer, desenfrenada por la tensa y resbaladiza invitación para tomarla, para poseerla. Su mente se borró, su corazón latió furiosamente, entregándose a la ciega necesidad de reclamar –Te quiero. Te quiero
- Oh Dios… -exclamó Tamsin con sorpresa y placer en el timbre de su voz -…estás haciendo que me corra
Kenzi la condujo hacia el orgasmo y mientras Tamsin aún latía y se presionaba contra su mano, se puso de rodillas y la metió dentro de su boca. El jadeo sobresaltado de Tamsin hizo que la sangre golpeara con furia en la cabeza de Kenzi y la tomó con su boca y sus manos, una y otra vez en una larga oleada de deseo, hasta que Tamsin empujó débilmente su rostro -Detente, por favor, no más, no puedo
Kenzi cerró los ojos y apoyó la mejilla en el muslo de Tamsin, disfrutando los suaves sollozos de satisfacción de Tamsin. Finalmente, se levantó con piernas temblorosas, la atrajo hacia sí y la besó
- Eres increíble
Tamsin dejó caer la cabeza sobre el hombro de Kenzi y se aferró a ella, más que un poco temerosa. Nunca se había entregado tan completamente, nunca quiso ser tomada tan a fondo. Se sintió marcada, sellada con hierro ardiente, una sensación aterradora y estimulante a la vez. El corazón de Kenzi latía furiosamente contra su pecho, como si hubiese corrido kilómetros para llegar a ella. Tamsin besó el cuello de Kenzi, sabía a sal y a vapor -Tú eres la increíble. Ni siquiera estoy segura de lo que me hiciste
Kenzi frotó su rostro contra el cabello de Tamsin -Eres muy sexy, me matas
Tamsin rió con voz temblorosa -Mi intención es mantenerte muy saludable para que puedas hacérmelo de nuevo
- ¿Cuándo?
- Puede que necesite primero un poco de alimento -Tamsin acarició la espalda de Kenzi -Y luego voy querer un par de cosas -su mano bajó al culo de Kenzi apretándolo -Como esto
Kenzi rió suavemente y apretó la pelvis en el muslo de Tamsin -Funciona para mi
- Vamos a hacer acto de presencia para que podamos salir de aquí. Pero ¿Kenzi?
- ¿Hmm? -Kenzi acarició el pecho de Tamsin, pensando en probarla otra vez.
- Estás muy golpeada. Es posible que tengas que usar el asiento de atrás
Kenzi rió -Sigue soñando
Tamsin la besó, la expresión de sus ojos repentinamente serios -Tal vez lo estoy
Kenzi quería decirle que no se preocupara, quería mantenerla a salvo y sabía que no podía hacer ninguna. Pero podía darle la verdad -Esto no es un sueño. Esto es real
****************
El teléfono de Tamsin vibró en el bolsillo delantero de sus vaqueros y buscó en el casino por Kenzi. La encontró en el otro extremo de la barra, bebiendo con Ramsey, Quincy y algunos motociclistas que no conocía. La única persona que podía llamarla era Dan. Ella le dijo a Trish
- Tengo que ir al baño. Te veo más tarde ¿de acuerdo?
- Claro, dulzura -dijo Trish -Que te diviertas
Tamsin se abrió paso entre la multitud de motociclistas dirigiéndose hacia los baños, pero rápidamente se metió por una puerta lateral antes de llegar a los baños. Algunas personas estaban reunidas cerca de la salida, algunos fumando, otros en diferentes etapas del proceso para llegar al sexo. Ninguno de ellos le prestó atención. Se alejó del haz de iluminación débil emitido por la luz de seguridad por encima de la puerta de incendio y le sonrió a una mujer joven en una chaqueta de cuero corta con imitación de piel de leopardo en la garganta y pantalones que parecían como si estuvieran hechos de látex rojo pintado sobre sus delgadas piernas. Se movía hacia adelante y hacia atrás sobre tacones de aguja, mientras fumaba con furia.
- Ey -dijo Tamsin alegremente -¿Tienes un cigarro que pudiese pedir?
- Por supuesto -dijo la joven, tirando un paquete arrugado del pequeño bolsillo de su chaqueta.
Ella se lo entregó a Tamsin, quien extrajo el filtro de mentol, poniéndolo entre sus labios
- ¿Fuego?
Sin palabras, la chica le ofreció su cigarrillo y Tamsin encendió el suyo con la punta brillante. Se abrazó con un brazo y dio una calada -Gracias. Demasiado ruido allí
- Sí -dijo la muchacha con aire ausente, con los ojos apagados y vacíos. Drogada o tal vez borracha.
- Bueno, gracias -dijo Tamsin alejándose. La chica no le prestó atención. Siguió caminando hasta que no pudo ser escuchada y devolvió la llamada. Dan respondió inmediatamente -No es un buen momento
- ¿Dónde estás?
- Fuera de la ciudad
- Tienes que volver. Pasado mañana, tienes una cita
Tamsin hizo algunos cálculos rápidos -Va a ser difícil para mí hacer eso ¿Puedes cambiar la cita?
- Eso sería incómodo. Hay cierta urgencia
Tamsin suspiró -Haré lo que pueda, pero tengo algunas cosas en proceso que son más importantes
- No entiendo ese sentido ¡Tienes que estar ahí!
- Está bien -Tamsin dejó caer el cigarrillo y lo apagó contra el asfalto agrietado del estacionamiento -Te llamaré cuando esté segura. Y vamos a mantener esto en secreto. Ya hay demasiados ojos en esto
- Sí. No te preocupes
- No ¿por qué habría de hacerlo? –Tamsin terminó la llamada y guardó el teléfono en el bolsillo de sus vaqueros ajustados. Dan era un tipo decente con quien trabajar, pero era más un administrador que un agente de campo. Le preocupaba demasiado la promoción profesional y los informes de las operaciones. Ninguno de los cuales hacía una mínima diferencia aquí.
Encontró a Kenzi todavía en el bar, pero Ramsey había desaparecido. Se inclinó hacia ella y la besó -Ey, bebe
Kenzi pasó un brazo alrededor de sus hombros -Ey
Tamsin acarició con su nariz la oreja de Kenzi -Tenemos que irnos
- Entonces es mejor que hagas que esto se vea bien -Kenzi acercó aún más a Tamsin y la besó. Tamsin agarró la parte posterior de los vaqueros de Kenzi para mantener el equilibrio y luchó por mantener su funcionamiento cerebral. Este espectáculo era para Ramsey y los demás. Pero, Dios, Kenzi sabía besar. Unos minutos después de tener su mente derretida, Kenzi la dejó respirar. -Vamos, bebe -dijo Kenzi con fuerza, agarrando su mano y tirando de ella hacia la multitud -No he terminado
Tamsin la siguió deslizándose con aterradora facilidad a través de la frontera entre la realidad y la fantasía.
****************
Jane pretendió ver el partido de fútbol en el pequeño salón en el primer piso del cuartel. Tan pronto como había llegado al campamento, se había mudado nuevamente a una habitación de diez por diez, igual a la que había ocupado durante sus descansos en la universidad. Su otra opción era encontrar un apartamento y el gasto y el aislamiento hacían de esta una opción mucho mejor. Aquí, estaba cerca de lo que importaba…su padre, su misión, los hombres y mujeres que compartían su pasión por la justicia y la libertad. Era la única mujer alojada en el cuartel, pero eso no era un problema. Los soldados la trataban con amistoso respecto pero eran distantes. Había bajado a la sala con la esperanza de encontrar algo para desviar sus pensamientos de Jenn, pero nada funcionaba. Su culpa le hacía difícil pensar en otra cosa. Estaba aquí, en casa, segura y Jenn estaba sola en algún lugar. Imaginar la desolación de su hermana mantenía a Jane despierta, la atormentaba durante el día, aunque sabía que Jenn estaba preparada para ello. Todos habían sido entrenados con la expectativa de que pudiesen ser encarcelados, interrogados e incluso abusados físicamente. Jennifer sería capaz de soportar, pero Jane no estaba segura de que ella pudiera. El dolor en su pecho crecía cada hora. Su teléfono sonó y leyó el número de su padre con una sensación de alivio. Tenía una misión, algo para llenar el vacío que crecía dentro de ella. Se apresuró a salir para responder en privado
- ¿Señor?
- Te necesito aquí ahora
- Sí, señor. Ahora mismo, señor -escondió el teléfono y corrió a través del complejo, por las escaleras de la sede y nuevamente a la oficina de su padre. Llamó a la puerta y entró -¿Señor?
Graves estaba detrás de su escritorio, con las manos en sus caderas, su rostro inexpresivo
- Tenemos un problema
El pavor serpenteó a través de las entrañas de Jane -¿Señor?
- Los Renegados pueden haber sido infiltrados
El alivio casi la hizo jadear. No era Jennifer. Jenn estaba bien -¿Están comprometidos?
- Es posible -se acercó a la ventana que daba a los campos de entrenamiento. Su espalda se puso rígida, las manos se habían cruzado detrás de su espalda apretada en puños –Mi información es incompleta. Mi contacto en el departamento del sheriff dice que hay una reunión programada entre un agente del FBI que se infiltró en una de las bandas de motorizados locales y un agente de Seguridad Nacional
- Seguridad nacional
Graves se volvió, sus ojos brillaban de furia -Sí. Interesante ¿no es así?
- No me gusta el momento
- A mí tampoco
- ¿Cuan expuesto estamos ante esos motorizados? -preguntó Jane.
- No podemos estar seguros de lo que sabe el agente, pero mi contacto dice que el agente de la seguridad nacional está interesado en nosotros
- Nosotros -Jane respiró -Lo siento, señor, pero no compro que esto sea una coincidencia. No sé cómo, pero tenemos que asumir que esto está relacionado con...la teniente
- Estoy de acuerdo. Sobre todo tomando en cuenta que el agente es…
- ¿Señor?
- Brittany Pierce
El aire de la habitación pareció congelarse y la sangre de Jane desapareció de su cabeza. Luchó contra una oleada de mareo y apretó la mandíbula – Pierce
- Sí -su padre la miró fijamente, como si esperara que ella contestara una pregunta que él no había formulado.
Jane sonrió y la esperanza surgió por primera vez en semanas -Esa es una muy buena noticia, señor
Él sonrió, un gruñido salvaje que le recordaba a un lobo rabioso que había llegado a las montañas cuando ella tenía doce años -Esperaba que dijeras eso, Capitana
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Vaya! Britt cada ves esta mas cerca, espero que no le pase nada. Amo tu historia!
JulianaLato114* - Mensajes : 10
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
JulianaLato114 escribió:Vaya! Britt cada ves esta mas cerca, espero que no le pase nada. Amo tu historia!
Bueno en el siguiente cap, se va a ver que pasa... y si Britt correra peligro o no... Me alegro que te guste
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 28
Santana se dirigió con Britt hacia la puerta y tomó su abrigo del armario. Lo acercó a su pecho como si eso pudiera mantener a Britt con ella un momento más. Se había despertado con una sensación de pesadez en el pecho, como si el aire se hubiese espesado durante la noche, pulsando a su alrededor con intenciones malévolas. Necio, lo sabía. Ella solo quería que su tiempo privado no terminara y eso era bastante natural. Durante unos días habían estado felizmente solas…incluso Lucinda había estado tranquila. Pero el paraíso era temporal- Llámame cuando llegues allí
- Por supuesto -Britt tomó la mano de Santana -¿Qué vas a hacer?
Santana suspiró -Bien podría regresar a DC. Tengo que averiguar qué tiene planeado Lucinda –se rió -Es realmente aterrador cuando está en silencio
- Entonces te veré en un par de días -Britt la besó -No dejes que te convenza de nada loco
- Voy a hacer mi mejor esfuerzo -Santana dobló el abrigo de Britt en la parte superior de su equipaje -Una cosa más
Britt acarició su brazo -¿Qué?
Santana pasó los brazos alrededor del cuello de Britt y se apoyó en ella -No lo sé. Nada. Sólo...te amo
Britt la besó -Yo también te amo. No importa dónde esté o lo que estoy haciendo, siempre estás ahí
- Para mí también -Santana sonrió temblorosamente. Decirle que tuviera cuidado era innecesario… Britt iba a hacer lo que tenía que hacer -Así que. Tienes que tomar un avión. Voy a estar esperando
Britt volvió a besarla -Bien. Porque cuento con ello
****************
Tamsin guardó su teléfono celular y se dirigió al garaje donde Kenzi estaba descargando sus cosas de la moto -La reunión está programada para mañana por la tarde en una taberna llamada Timberwolf Bar and Grill ¿La conoces?
Kenzi bajó el portaequipaje que acababa de desmontar de la moto sobre el mostrador -Sí. Es un pequeño lugar fuera de la vía a unos veinte kilómetros de aquí ¿Por qué allí?
- Dan lo preparó. Se imaginó que sería fácil para mí llegar allí y que no tendría que irme por mucho tiempo. Además, en el medio del día, la probabilidad de que cualquier motorizado esté alrededor son escasas
- Yo debería estar ahí -dijo Kenzi.
Tamsin entendió. Ella se sentiría de la misma manera si la situación se invirtiera y estaría quejándose tan fuertemente como ella. Y Kenzi, sin duda, estaría diciendo lo que exactamente iba a decir -No, tú no deberías estar allí. Es que no tiene sentido táctico
Kenzi metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros y se apoyó en su mesa de trabajo, como tratando de no perder lo que quedaba de su temperamento. Tamsin cogió un trapo de un cubo cerca de la bicicleta y comenzó a limpiar la nieve derretida y la sal del chasis para darle a Kenzi unos minutos para calmarse. Al oír lo que sonó como un rugido, suspiró y se enderezó. Supongo que no -Mira. Sabes las razones por las que las dos no debemos estar potencialmente expuestas, es inaceptable. No voy a repetirlas. Sin embargo, la línea de base…soy tu adiestradora y normalmente debo ser la que debe cumplir con este agente de la seguridad nacional. El hecho de que esté aquí no cambia nada
- Esas son mierdas -Kenzi acechó otra vez, tomó el trapo de la mano de Tamsin y lo arrojó sobre el mostrador. Agarró las caderas de Tamsin, su agarre suave a pesar de la furiosa tormenta en sus ojos -Tu presencia aquí lo cambia todo. Eres una policía y si alguien de los Renegados o la milicia o quien los esté financiando obtiene el menor soplo de eso, estás muerta
- Lo mismo es cierto para ti -Tamsin negó con la cabeza, apoyándose en argumentos de procedimiento con los que no tuviese que admitir lo mucho que la idea de que Kenzi desapareciera una noche le aterrorizaba…y eso era exactamente lo que pasaría si la cubierta de Kenzi fuese descubierta. Sería ejecutada y su cuerpo enterrado en algún lugar donde nadie pudiese encontrarlo y Tamsin quedaría vacía y buscando el resto de su vida. Esta era la forma más segura de garantizar la seguridad de Kenzi y su propia cordura -La probabilidad de que alguien llegue a mí es prácticamente nula, pero incluso si llegara a suceder, tu cubierta estaría protegida. Podría ser extraída y la misión…
- A la mierda con la misión -dijo Kenzi rotundamente. Enredó los dedos en el cabello de Tamsin y la besó -No me importa la misión en estos momentos. Lo que me importa eres tú
La intensidad de las palabras de Kenzi, la fiereza de sus ojos, le quitó el aliento a Tamsin. Quería protestar, quería discutir, pero cómo iba a hacerlo cuando lo único que podía pensar era en que a Kenzi le importaba. Tamsin se obligó a pensar, poniendo a un lado sus sentimientos -No soy la que importa en este momento
- Al demonio que no es así. Eres importante para mí -dijo Kenzi, acariciando la mandíbula de Tamsin -Y no porque eres brillante en lo que haces y dura cuando es necesario… -besó suavemente a Tamsin -Eres importante porque eres terca y tierna, valiente y confiable. Y porque no dejas que me esconda. Eres importante para mí
Tamsin presionó su frente contra el hombro de Kenzi, sintiéndose nada más que competente y en control. Nadie le había dicho anteriormente las cosas que Kenzi le había dicho. Había conocido el respeto y el aprecio, a regañadientes, de otros agentes, pero nunca había experimentado la alegría de ser especial para alguien -No entiendo por qué
Kenzi rió suavemente -Tal vez esa sea una de las razones -besó a Tamsin nuevamente, la fiereza que había estado reflejada en sus ojos no se evidenció en la suave reverencia que emanaba de su boca sobre la de Tamsin -Eres hermosa y confío en ti. Con todo -Kenzi hizo una pausa y volvió a besarla -Te amo Tamsin
Tamsin se sacudió, las palabras le penetraron como una espada -Yo… ¿qué?
- Lo sé. No me lo esperaba tampoco -Kenzi sonrió -Pero lo hago. Te amo -acarició la mejilla de Tamsin, recorriendo con el pulgar el labio inferior de Tamsin -Creo que podría ser feliz contigo en mis brazos por el resto de mi vida
Tamsin contuvo el aliento, dando un paso atrás -Esto es...no sé lo que es esto
- No espero que digas nada y sé que es una locura -el fuego se encendió en los ojos de Kenzi nuevamente -Pero no importa lo que sea o no sea entre nosotras, sigue siendo peligroso que te reúnas con un agente de alto perfil como Pierce en estos momentos. Demasiados ojos en nosotros. Hay demasiadas personas que quieren un pedazo de esta gran compra de armas por venir
Te amo Tamsin. Te amo... Las palabras sorprendentes, las tiernas caricias, la pasión que ardía en los ojos de Kenzi amenazaban con desmoronarla y Tamsin entró en pánico. Por instinto se aferró a lo que era seguro, lo que conocía…la misión, el manto protector del trabajo.
- Creo que podemos confiar en Seguridad Nacional
- ¿En serio? Nunca te tomé por ingenua
Tamsin rió brevemente, permaneciendo lo suficientemente lejos de Kenzi para que no pudiera tocarla. Otra caricia, otra mirada íntima de Kenzi y sus barreras se desmoronarían -Muy bien, punto tomado. Pero en este caso particular, no puedo ver cómo podrían tener algún interés en lo que estamos haciendo. Creo que Pierce está realmente aquí para obtener información y sin duda puedo confiar en ella. Si sabes algo acerca de ella…
- ¿Quién no? -dijo Kenzi con impaciencia -Y no estoy diciendo que no podemos confiar en ella. Pero no sabemos quién más podría saber esto
- Y voy a dejarle eso claro a ella. Sé cómo proteger a mis agentes
La mandíbula de Kenzi se apretó la mandíbula -¿Estamos de vuelta a eso?
- Eso nunca ha cambiado -Tamsin quería decirle que ahora ella era mucho más que uno de sus agentes, que lo había sido desde el principio, pero el tiempo era tan malo. La vida de Kenzi todavía estaba en la línea de fuego, toda la operación era más compleja de lo que nunca hubiese esperado y no podría ser el peor momento para que se involucraran. Y lo estaban, ella lo sabía, pero no podía pensar en ello. En este momento, el éxito de la misión era más importante que nunca, ya que si algo salía mal, Kenzi podría pagar el precio. Tamsin no iba a dejar que eso sucediera y si eso significa ignorar lo que quería, lo que necesitaba…lo haría -Sabes que vine aquí porque esta es una misión crítica que he pasado meses, años, supervisando. Esto es más grande que tú y yo y no podemos ponerlo en riesgo por cualquier cosa, incluso un poco de diversión personal. Me voy a reunir con Pierce sola y tú necesitas concentrarte en tu trabajo en todo esto
Kenzi se puso rígida -Bueno, supongo que eso aclara las cosas
- Bien. Ya que tenemos que estar claras
- Oh, lo estamos. Cristalinas -Kenzi cogió su chaqueta y las llaves -Voy al Rooster. No me esperes
Tamsin había hecho su elección y tenía que jugar su parte ahora. El sonido del motor de la motocicleta, un rugido solitario enojado, murió en la distancia, dejando el garaje en silencio y casi tan estéril como el vacío que llenaba su pecho. Recogió su ropa y algunos objetos personales de la habitación de Kenzi y los llevó hasta su coche. Era mejor hacer la ruptura oficialmente, sobre todo porque ella se iría tan pronto como la operación hubiese terminado. Ya que Kenzi era conocida por no estar con alguien por mucho tiempo, nadie estaría muy sorprendido de que su relación de corta vida se hubiese quemado a sí misma. Se subió al coche y se sentó detrás del volante sin encender el motor. Había tomado la decisión correcta para Kenzi y para la misión y no lo lamentaba. Sólo tenía que aguantar hasta que el dolor cediera lo suficiente como para poder respirar nuevamente.
****************
Con brazos temblorosos, Jane empujó la barra hacia arriba por decimoquinta vez y la dejó caer en los tacos. El sudor corría por sus ojos y los mantuvo cerrados mientras buscaba a tientas en el suelo, al lado del banco de las pesas, la toalla. Levantó la vista cuando alguien puso la toalla en su mano. Su padre se acercó a ella.
- Señor -dijo Jane, sentándose rápidamente.
- Recibí una llamada. Los agentes federales se reunirán mañana por la tarde
- ¿Tiene el lugar?
Sonrió -Lo tengo y nuestro contacto local fue capaz de sugerir un punto de encuentro que estará a nuestro favor. Haremos una reunión en mi oficina en treinta minutos
- Sí, señor -dijo Jane, poniéndose de pie -Voy a estar allí, señor
Su padre se volvió bruscamente y se fue del gimnasio. Corrió hacia la ducha, Jane miró el reloj grande en la pared del fondo. Menos de veinticuatro horas. Menos de veinticuatro horas y tendría toda la munición que necesitaba para liberar a su hermana. A veces, las guerras eran ganadas sin derramamiento de sangre y si su plan funcionaba, podría evitarlo. Pero nada iba a detenerla de liberar a su hermana.
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Yo que pensaba que Kensi arruinaria la relación y resulta que el premio sé lo llevó Tamsin, está igual que Boo en el libro anterior.
Linda23**** - Mensajes : 185
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Linda23 escribió:Yo que pensaba que Kensi arruinaria la relación y resulta que el premio sé lo llevó Tamsin, está igual que Boo en el libro anterior.
Si es que todas las agentes son iguales, unas cabezotas que en vez de hablar de lo que sienten, prefieren dejar de lado lo que sienten para proteger a la persona que ama... ¡Una cabezotas!
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 29
- ¿Volando en solitario esta noche, Kenzi? -dijo Trish mientras se sentaba en el taburete del bar junto a ella.
- Más o menos -Kenzi terminó el sedimento caliente en el fondo de su vaso y se lo tendió a Clyde, el aspirante que había estado manejando el bar del Rooster desde las tres, cuando el personal de plantilla se había ido. Él diligentemente corrió nuevamente hacia ella, tomó su vaso y volvió a llenarlo del grifo.
- Dame un whisky sour (famoso cóctel que contiene Bourbon, jugo de limón, azúcar y opcionalmente, clara de huevo) -dijo Trish cuando Clyde volvió y se apresuró a obedecer. Apoyó el codo en la barra y miró a Kenzi con solemnidad -¿Sólo por esta noche o permanente?
- No estoy segura
- Es una pena. Como que me gustaba
- Sí, a mí también -dijo Kenzi, fiel a la verdad. Siempre era lo inteligente cuando estabas encubierta, pero no se atrevió a decir nada más. No podía fingir que no le importaba y no podía mentir. No sobre Tamsin. Estaba enojada con ella, pero eso no cambiaba nada. Todo lo que realmente quería era borrar la sensación de malestar en su estómago que surgía cada vez que pensaba en Tamsin en peligro. Ella también lo sabía mejor. Si no podía mantener la cabeza en el juego, iba a ser una carga para Tamsin y eso era lo último que quería.
- Es demasiada mujer para ti, sin embargo… -dijo Trish casualmente y agarró la bebida mezclada que le daba el aspirante. Tomó un sorbo con una expresión pensativa en su rostro. Puso la copa en la barra y lo apartó -…esto es una mierda
El rostro de Clyde tomó un tono enfermizo de gris -Lo siento, lo siento mucho. Voy a hacerte otro
- Sí y esta vez trata de poner un poco de whisky en él
- Lo haré. Lo haré. Sólo un minuto -el chico delgado con mechones de cabello hacia un lado cogió el vaso y salió corriendo alejándose.
- Sigue reventando sus pelotas… -observó Kenzi -… y Ramsey no tendrá a quien llevar con él en poco tiempo
Trish rió -Soy una firme creyente en las bolas reventadas. Te ayuda a averiguar quiénes son los verdaderos hombres -Trish tomó la cerveza de Kenzi y se tomó un cuarto de la misma -O las mujeres de verdad
- No voy a preguntar acerca de los detalles
- No importa. No tienes que hacerlo. Estoy siempre dispuesta a decir lo que pienso
Kenzi rió -No puedo decir que no me he dado cuenta
- ¿Ves? allí está. Es por eso que consigues todas las chicas. Porque sabes cómo coquetear
Kenzi casi se tragó la lengua. Lo último que necesitaba era que Ramsey pensara que ella estaba coqueteando con su mujer -Yo...uh...
- Relájate, sé que no lo estabas haciendo. Bueno, a ver, lo estabas pero no lo estabas haciendo en serio y eso es aún mejor. En realidad, hablar con una mujer, jugar con ella, eso es emocionante
Kenzi se resistió a mirar por encima del hombro para ver si Ramsey estaba al alcance del oído. Trish definitivamente tenía algo en mente -Así que, ah, ¿cuál es tu consejo para una indigna como yo?
- Ahora, Lisa… -dijo Trish con una sonrisa de satisfacción -…ella es una mujer con clase. Inteligente y atrevida y sexy. De hecho, estuve un poco sorprendida de verla aquí en un primer momento
El estómago de Kenzi se apretó. Esto era de lo que ella había tenido miedo. Los hombres tendían a rebajar a las mujeres a nada más que a un entretenimiento, pero las otras mujeres, estudiaban a las recién llegadas. Tamsin se destacaba y Trish no era la reina del orgullo sólo porque fuese la vieja de Ramsey. Era pícara, inteligente y fuerte. Kenzi tenía que sellar la cubierta de Tamsin y rápido -Lisa está en una liga propia, a ciencia cierta, pero no es el tipo que se conforma. Podrá ser inteligente pero ¿podrías verla en una oficina?
- No, pero pensé que era una contadora -Trish se detuvo cuando el aspirante le dio otro whisky sour. Ella lo probó, gruñó y dio una leve inclinación de cabeza -Mejor
Su suspiro de alivio fue audible -Gracias. Muy bien, gracias
Trish le despidió con un gesto ausente de su mano y él desapareció -Lisa trabaja con la cabeza y los números, significa que tienes que ser rápido y fuerte. Eso encaja. Y, bueno ¿trabajarle los números a los nacionales? Esa es una posición de poder. Inteligente nuevamente
- Sí, ya veo lo que quieres decir -dijo Kenzi, una oleada de orgullo reemplazó la tensión que ataba sus entrañas en nudos. Tamsin parecía haber vendido su propia cubierta sólo por ser ella misma. Inteligente y atrevida y sexy. Y mucho más.
Trish inclinó su vaso en dirección a Kenzi, como afianzando sus palabras -Así que ella es el tipo de mujer que es bueno conocer. Bueno tener de parte de la confraternidad, si sabes lo que quiero decir
Kenzi asintió lentamente -Es importante tratarla bien
- Exactamente. Y no te haría ningún daño, tampoco. Ella está a unos cien escalones por encima de la basura con la que por lo general te acuestas
- Yo no diría que son basura
- No, no lo harías. Esa es otra cosa que me gusta de ti -Trish tomó un buen trago de su bebida y acarició el muslo de Kenzi, una mano persistente que hizo que Kenzi quisiera saltar y correr -De hecho, si alguna vez me canso de Ramsey, creo que vas a ser mi próxima elección
Kenzi miró desde la mano en su pierna hacia los ojos de Trish brillantes de malicia -Jesús, Trish ¿Estás tratando de conseguirme un boleto de salida de aquí?
Trish sonrió dulcemente y deslizó su mano nuevamente sobre la barra -Por supuesto, no te molestaría si estuvieses enganchada ¿sabes?
Kenzi asintió -Creo que estoy recibiendo el mensaje
- Siempre supe que eras inteligente. Piense en ello -Trish se bajó del taburete y se paseó por la habitación hasta una mesa donde tres polluelos de motorizados se habían congregado con sus bebidas, dejando que Kenzi digiriera los mensajes no tan sutiles.
A Trish le gusta Tamsin, pero también le gustaba que Tamsin pudiese ser potencialmente de los Renegados, asumiendo por supuesto que en realidad era la persona que Trish pensaba que era. Y como ella no lo era, la situación sólo significaba que Tamsin necesitaba desaparecer más pronto que tarde. Ya había atraído mucho la atención. Kenzi contempló la cerveza y decidió que no quería más. Lo que quería no podía tenerlo. Quería meterse en la cama con Tamsin y pasar el resto de la noche envuelta con ella, inmersa en el calor de su cuerpo y el dulce sabor de su pasión. No quería que la misión creara una brecha entre ellas y no quería ser perseguida por el fantasma de que Tamsin fuese descubierta y eliminada. La idea de que Tamsin desapareciera de su vida dolía más de lo que hubiese imaginado, pero al menos si Tamsin regresaba a Los Ángeles antes de que las cosas se pusieran más complicadas, estaría a salvo. Y sobre todas las cosas, Kenzi la quería a salvo. Pero querer no era lo mismo que tener, sobre todo cuando Tamsin quería algo completamente distinto. Pero tal vez no era demasiado tarde. Había cometido un error revelando sus sentimientos…no lamentaba lo que sentía, pero había presionado demasiado fuerte. Tal vez si mantenía las cosas entre ellas estrictamente profesional, tendría una mejor oportunidad para convencer a Tamsin de que se fuera. Kenzi salió del bar y se dirigió a través de la noche fría sin estrellas hacia su garaje. Estacionó la moto en la parte trasera para que no despertar a Tamsin elevando las puertas del garaje. Cuando entró, supo al instante que Tamsin se había ido. La sala mantenía un silencio que sólo podía decir que estaba desprovista de vida. Encendió una luz y escudriñó el espacio. Algunas cosas de Tamsin se habían ido. No había traído mucho, pero los pequeños detalles habían hecho que la habitación cobrara vida con una calidez que nunca había tenido. Ahora era de nuevo un lugar estéril, delimitado por concreto y madera. Mucho como ella. Kenzi se dejó caer en la cama y se quedó mirando el techo. Todas las cosas que importaban eran las mismas…el trabajo que tenía que hacer, la necesidad de atrapar a aquellos que esperaban destruir las cosas en las que ella creía. Lo único que había cambiado era ella. Oh, ella seguía creyendo, aún ardía con la necesidad de llevar a cabo su deber, pero ahora sangraba en lugares que nunca habían sangrado anteriormente. Tamsin la había tocado donde nadie más se había atrevido a llegar y ahora no podía cerrar las heridas. Necesitaba ser tocada donde solo Tamsin podía, algo más de lo que no se había dado cuenta. Se cubrió los ojos con el brazo y se preguntó cómo había vivido tanto tiempo conociendo tan poco de sí misma y lo que realmente importaba.
****************
Britt llamó al apartamento a final de mañana, hora de Santana. Santana respondió a la segunda llamada -Hola, bebe
- Hola -dijo Santana -¿Qué tal el hotel?
Britt rió -Como cualquier otro hotel. El servicio de habitaciones es muy bueno, sin embargo
- Bueno, eso es importante
- ¿Cómo están las cosas?
Santana soltó el más remoto indicio de un suspiro -Tenía razón, Lucinda estaba siendo misericordiosa el último par de días ya que era mi cumpleaños y los días de fiesta. Pero ahora está de vuelta a su antigua Lucinda. Recibí un texto a las 5 am donde se me instruye que aparezca más tarde para revisar el itinerario, los diversos lugares en los que ella quiere que aparezca con mi padre y los planes de respaldo para tomar su lugar si se desvía por alguna razón
- Negocios como siempre
- Exactamente ¿Cómo va lo tuyo?
- Bastante suave hasta ahora. Sabré más tarde -Britt no discutía las operaciones en curso. Santana no le esperaba y había aprendido que lo que más importaba era simplemente conectarse. El sonido de la voz de Santana, el simple hecho de compartir unos momentos de su día y escuchar sobre los de Santana le calmaba. Sabiendo que Santana estaba a salvo y feliz era todo lo que necesitaba para poner sus pies sobre tierra.
- Está bien -Santana se quedó en silencio por un momento -Espero que todo salga bien ¿Vas a informarme, tan pronto como sea posible?
- Por supuesto. Trata de descansar un poco entre las sesiones con Lucinda. Estarás ocupado muy pronto
- Lo mismo digo. Y vuelve rápido a casa
- Lo haré. Te amo
- Te amo. Hasta pronto
Britt desconectó la llamada y empacó las pocas cosas que había removido la noche anterior. Nunca desempacaba completamente, nunca se sabía cuándo tendría que salir a toda prisa. Dependiendo de cómo iba la reunión del día, podría irse la mañana siguiente. Sin embargo, si obtenía del agente del FBI algo concreto que le guiara por el camino correcto, planeaba hacerle seguimiento. El lugar de encuentro era un viaje de dos horas desde su hotel y quería llegar con tiempo suficiente para el reconocimiento. No conocía a ninguno de los agentes implicados y no podía estar segura de lo buena que era su seguridad o su inteligencia. Se lo debía a todos, especialmente a Santana, ser cautelosa.
****************
Tamsin durmió a ratos, despertándose casi a cada hora para comprobar el reloj. En el momento en que decidió salir de la cama, estaba andando por la adrenalina. Tenía que resolver, mantener su mente clara para el encuentro posterior. Por desgracia, lo único que necesitaba para poder hacer eso, no lo tenía. Necesitaba a Kenzi. No podía dejar de preguntarse dónde Kenzi había terminado después de dejar el Rooster. ¿En una de las habitaciones del club en la parte de atrás de la barra con alguna joven promesa para mantenerla caliente? ¿O de nuevo en el garaje a solas en el silencio? O tal vez había regresado y había descubierto que Tamsin se había ido y había decidido que era todo para bien. Tal vez había dormido perfectamente. Ese pensamiento irritó tanto a Tamsin, que arrojó las mantas a un lado y pisoteó hasta el cuarto de baño. La ducha tibia ayudó a despejar su cabeza y se vistió con vaqueros, una camisa de algodón con botones, un suéter negro suelto y botas de motorizado. Recogió su cartera y las llaves y decidió ir a una cafetería para el desayuno. Tenía suficiente tiempo antes de que necesitara salir hacia la taberna. Planeaba llegar a tiempo para ver el ir y venir y tener una idea de quién o si alguien, frecuentaba el lugar. De acuerdo a la inteligencia de Dan, el lugar estaba normalmente desierto, hasta ahora era inusual que tuviese algún cliente, excepto en la temporada de verano. El local no tenían ninguna razón para permanecer en el, ya que estaba en un camino que llevaba de la nada hacia un lugar menos poblado. En general, un lugar perfecto para una cita fuera de la vía y que nadie conocía, iba a encontrarse con una amante en algún lugar que no se pudiera detectar. De todos modos, quería evaluar la entrada y salida de las carreteras del lugar, que tráfico peatonal pudiese haber y planear su propia estrategia en caso de que la cosa fuese mal. La única manera de evitar problemas era ver por sí misma los detalles.
****************
Jane se estiró boca abajo sobre el piso rocoso a unos cien metros por encima de la autopista y doscientos metros de la desviación a la Timberwolf Bar and Grill y miró a través de los binoculares de alta potencia al edificio donde programaron reunirse los dos agentes federales. Su fusil de asalto estaba a su lado. Su forro térmico, su chaleco de camuflaje Kevlar y sus pantalones de camuflaje la mantenían caliente. Tres horas para el encuentro. Había llegado antes del amanecer y no tenía nada para comer, excepto un MRE (alimentos de raciones de combate) en la madrugada. Las galletas, queso y barras de caramelo fueron suficientes para mantener sus manos firmes y su mente clara. No tenía hambre, no estaba al tanto del frío o el viento. Una pequeña molestia no era nada comparado con lo que estaba soportando Jenn, hora tras hora y día tras día. El mundo de Jane se había convertido en una sola tienda, un edificio mixto destartalado enmarcado por un estacionamiento de grava en forma de L. Un hilillo de humo gris brotaba de la chimenea de piedra y el olor a pino ardiendo llegó a ella cuando el viento cambió de dirección. Alguien estaba adentro, aunque el estacionamiento estaba vacío, excepto por un camión destartalado, una oxidada camioneta Ford que presuntamente pertenecía al propietario. No había habido tráfico de cualquier tipo ni dentro o fuera del restaurante en las horas que había estado allí. Un lugar perfecto para llevar a cabo su plan.
- Com chequeando -susurró en su radio.
- Bravo uno, chequeando
- Charlie uno, chequeando
Jane asintió satisfecha. Incluso sabiendo que los otros estaban estacionados en la espesura del bosque, no podía detectarlos -Alpha uno, chequeando. Mantengan silencio de radio. Fuera
Se sentó a esperar. Lo único que faltaba era que la presa caminara dentro de la trampa.
- Más o menos -Kenzi terminó el sedimento caliente en el fondo de su vaso y se lo tendió a Clyde, el aspirante que había estado manejando el bar del Rooster desde las tres, cuando el personal de plantilla se había ido. Él diligentemente corrió nuevamente hacia ella, tomó su vaso y volvió a llenarlo del grifo.
- Dame un whisky sour (famoso cóctel que contiene Bourbon, jugo de limón, azúcar y opcionalmente, clara de huevo) -dijo Trish cuando Clyde volvió y se apresuró a obedecer. Apoyó el codo en la barra y miró a Kenzi con solemnidad -¿Sólo por esta noche o permanente?
- No estoy segura
- Es una pena. Como que me gustaba
- Sí, a mí también -dijo Kenzi, fiel a la verdad. Siempre era lo inteligente cuando estabas encubierta, pero no se atrevió a decir nada más. No podía fingir que no le importaba y no podía mentir. No sobre Tamsin. Estaba enojada con ella, pero eso no cambiaba nada. Todo lo que realmente quería era borrar la sensación de malestar en su estómago que surgía cada vez que pensaba en Tamsin en peligro. Ella también lo sabía mejor. Si no podía mantener la cabeza en el juego, iba a ser una carga para Tamsin y eso era lo último que quería.
- Es demasiada mujer para ti, sin embargo… -dijo Trish casualmente y agarró la bebida mezclada que le daba el aspirante. Tomó un sorbo con una expresión pensativa en su rostro. Puso la copa en la barra y lo apartó -…esto es una mierda
El rostro de Clyde tomó un tono enfermizo de gris -Lo siento, lo siento mucho. Voy a hacerte otro
- Sí y esta vez trata de poner un poco de whisky en él
- Lo haré. Lo haré. Sólo un minuto -el chico delgado con mechones de cabello hacia un lado cogió el vaso y salió corriendo alejándose.
- Sigue reventando sus pelotas… -observó Kenzi -… y Ramsey no tendrá a quien llevar con él en poco tiempo
Trish rió -Soy una firme creyente en las bolas reventadas. Te ayuda a averiguar quiénes son los verdaderos hombres -Trish tomó la cerveza de Kenzi y se tomó un cuarto de la misma -O las mujeres de verdad
- No voy a preguntar acerca de los detalles
- No importa. No tienes que hacerlo. Estoy siempre dispuesta a decir lo que pienso
Kenzi rió -No puedo decir que no me he dado cuenta
- ¿Ves? allí está. Es por eso que consigues todas las chicas. Porque sabes cómo coquetear
Kenzi casi se tragó la lengua. Lo último que necesitaba era que Ramsey pensara que ella estaba coqueteando con su mujer -Yo...uh...
- Relájate, sé que no lo estabas haciendo. Bueno, a ver, lo estabas pero no lo estabas haciendo en serio y eso es aún mejor. En realidad, hablar con una mujer, jugar con ella, eso es emocionante
Kenzi se resistió a mirar por encima del hombro para ver si Ramsey estaba al alcance del oído. Trish definitivamente tenía algo en mente -Así que, ah, ¿cuál es tu consejo para una indigna como yo?
- Ahora, Lisa… -dijo Trish con una sonrisa de satisfacción -…ella es una mujer con clase. Inteligente y atrevida y sexy. De hecho, estuve un poco sorprendida de verla aquí en un primer momento
El estómago de Kenzi se apretó. Esto era de lo que ella había tenido miedo. Los hombres tendían a rebajar a las mujeres a nada más que a un entretenimiento, pero las otras mujeres, estudiaban a las recién llegadas. Tamsin se destacaba y Trish no era la reina del orgullo sólo porque fuese la vieja de Ramsey. Era pícara, inteligente y fuerte. Kenzi tenía que sellar la cubierta de Tamsin y rápido -Lisa está en una liga propia, a ciencia cierta, pero no es el tipo que se conforma. Podrá ser inteligente pero ¿podrías verla en una oficina?
- No, pero pensé que era una contadora -Trish se detuvo cuando el aspirante le dio otro whisky sour. Ella lo probó, gruñó y dio una leve inclinación de cabeza -Mejor
Su suspiro de alivio fue audible -Gracias. Muy bien, gracias
Trish le despidió con un gesto ausente de su mano y él desapareció -Lisa trabaja con la cabeza y los números, significa que tienes que ser rápido y fuerte. Eso encaja. Y, bueno ¿trabajarle los números a los nacionales? Esa es una posición de poder. Inteligente nuevamente
- Sí, ya veo lo que quieres decir -dijo Kenzi, una oleada de orgullo reemplazó la tensión que ataba sus entrañas en nudos. Tamsin parecía haber vendido su propia cubierta sólo por ser ella misma. Inteligente y atrevida y sexy. Y mucho más.
Trish inclinó su vaso en dirección a Kenzi, como afianzando sus palabras -Así que ella es el tipo de mujer que es bueno conocer. Bueno tener de parte de la confraternidad, si sabes lo que quiero decir
Kenzi asintió lentamente -Es importante tratarla bien
- Exactamente. Y no te haría ningún daño, tampoco. Ella está a unos cien escalones por encima de la basura con la que por lo general te acuestas
- Yo no diría que son basura
- No, no lo harías. Esa es otra cosa que me gusta de ti -Trish tomó un buen trago de su bebida y acarició el muslo de Kenzi, una mano persistente que hizo que Kenzi quisiera saltar y correr -De hecho, si alguna vez me canso de Ramsey, creo que vas a ser mi próxima elección
Kenzi miró desde la mano en su pierna hacia los ojos de Trish brillantes de malicia -Jesús, Trish ¿Estás tratando de conseguirme un boleto de salida de aquí?
Trish sonrió dulcemente y deslizó su mano nuevamente sobre la barra -Por supuesto, no te molestaría si estuvieses enganchada ¿sabes?
Kenzi asintió -Creo que estoy recibiendo el mensaje
- Siempre supe que eras inteligente. Piense en ello -Trish se bajó del taburete y se paseó por la habitación hasta una mesa donde tres polluelos de motorizados se habían congregado con sus bebidas, dejando que Kenzi digiriera los mensajes no tan sutiles.
A Trish le gusta Tamsin, pero también le gustaba que Tamsin pudiese ser potencialmente de los Renegados, asumiendo por supuesto que en realidad era la persona que Trish pensaba que era. Y como ella no lo era, la situación sólo significaba que Tamsin necesitaba desaparecer más pronto que tarde. Ya había atraído mucho la atención. Kenzi contempló la cerveza y decidió que no quería más. Lo que quería no podía tenerlo. Quería meterse en la cama con Tamsin y pasar el resto de la noche envuelta con ella, inmersa en el calor de su cuerpo y el dulce sabor de su pasión. No quería que la misión creara una brecha entre ellas y no quería ser perseguida por el fantasma de que Tamsin fuese descubierta y eliminada. La idea de que Tamsin desapareciera de su vida dolía más de lo que hubiese imaginado, pero al menos si Tamsin regresaba a Los Ángeles antes de que las cosas se pusieran más complicadas, estaría a salvo. Y sobre todas las cosas, Kenzi la quería a salvo. Pero querer no era lo mismo que tener, sobre todo cuando Tamsin quería algo completamente distinto. Pero tal vez no era demasiado tarde. Había cometido un error revelando sus sentimientos…no lamentaba lo que sentía, pero había presionado demasiado fuerte. Tal vez si mantenía las cosas entre ellas estrictamente profesional, tendría una mejor oportunidad para convencer a Tamsin de que se fuera. Kenzi salió del bar y se dirigió a través de la noche fría sin estrellas hacia su garaje. Estacionó la moto en la parte trasera para que no despertar a Tamsin elevando las puertas del garaje. Cuando entró, supo al instante que Tamsin se había ido. La sala mantenía un silencio que sólo podía decir que estaba desprovista de vida. Encendió una luz y escudriñó el espacio. Algunas cosas de Tamsin se habían ido. No había traído mucho, pero los pequeños detalles habían hecho que la habitación cobrara vida con una calidez que nunca había tenido. Ahora era de nuevo un lugar estéril, delimitado por concreto y madera. Mucho como ella. Kenzi se dejó caer en la cama y se quedó mirando el techo. Todas las cosas que importaban eran las mismas…el trabajo que tenía que hacer, la necesidad de atrapar a aquellos que esperaban destruir las cosas en las que ella creía. Lo único que había cambiado era ella. Oh, ella seguía creyendo, aún ardía con la necesidad de llevar a cabo su deber, pero ahora sangraba en lugares que nunca habían sangrado anteriormente. Tamsin la había tocado donde nadie más se había atrevido a llegar y ahora no podía cerrar las heridas. Necesitaba ser tocada donde solo Tamsin podía, algo más de lo que no se había dado cuenta. Se cubrió los ojos con el brazo y se preguntó cómo había vivido tanto tiempo conociendo tan poco de sí misma y lo que realmente importaba.
****************
Britt llamó al apartamento a final de mañana, hora de Santana. Santana respondió a la segunda llamada -Hola, bebe
- Hola -dijo Santana -¿Qué tal el hotel?
Britt rió -Como cualquier otro hotel. El servicio de habitaciones es muy bueno, sin embargo
- Bueno, eso es importante
- ¿Cómo están las cosas?
Santana soltó el más remoto indicio de un suspiro -Tenía razón, Lucinda estaba siendo misericordiosa el último par de días ya que era mi cumpleaños y los días de fiesta. Pero ahora está de vuelta a su antigua Lucinda. Recibí un texto a las 5 am donde se me instruye que aparezca más tarde para revisar el itinerario, los diversos lugares en los que ella quiere que aparezca con mi padre y los planes de respaldo para tomar su lugar si se desvía por alguna razón
- Negocios como siempre
- Exactamente ¿Cómo va lo tuyo?
- Bastante suave hasta ahora. Sabré más tarde -Britt no discutía las operaciones en curso. Santana no le esperaba y había aprendido que lo que más importaba era simplemente conectarse. El sonido de la voz de Santana, el simple hecho de compartir unos momentos de su día y escuchar sobre los de Santana le calmaba. Sabiendo que Santana estaba a salvo y feliz era todo lo que necesitaba para poner sus pies sobre tierra.
- Está bien -Santana se quedó en silencio por un momento -Espero que todo salga bien ¿Vas a informarme, tan pronto como sea posible?
- Por supuesto. Trata de descansar un poco entre las sesiones con Lucinda. Estarás ocupado muy pronto
- Lo mismo digo. Y vuelve rápido a casa
- Lo haré. Te amo
- Te amo. Hasta pronto
Britt desconectó la llamada y empacó las pocas cosas que había removido la noche anterior. Nunca desempacaba completamente, nunca se sabía cuándo tendría que salir a toda prisa. Dependiendo de cómo iba la reunión del día, podría irse la mañana siguiente. Sin embargo, si obtenía del agente del FBI algo concreto que le guiara por el camino correcto, planeaba hacerle seguimiento. El lugar de encuentro era un viaje de dos horas desde su hotel y quería llegar con tiempo suficiente para el reconocimiento. No conocía a ninguno de los agentes implicados y no podía estar segura de lo buena que era su seguridad o su inteligencia. Se lo debía a todos, especialmente a Santana, ser cautelosa.
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Tamsin durmió a ratos, despertándose casi a cada hora para comprobar el reloj. En el momento en que decidió salir de la cama, estaba andando por la adrenalina. Tenía que resolver, mantener su mente clara para el encuentro posterior. Por desgracia, lo único que necesitaba para poder hacer eso, no lo tenía. Necesitaba a Kenzi. No podía dejar de preguntarse dónde Kenzi había terminado después de dejar el Rooster. ¿En una de las habitaciones del club en la parte de atrás de la barra con alguna joven promesa para mantenerla caliente? ¿O de nuevo en el garaje a solas en el silencio? O tal vez había regresado y había descubierto que Tamsin se había ido y había decidido que era todo para bien. Tal vez había dormido perfectamente. Ese pensamiento irritó tanto a Tamsin, que arrojó las mantas a un lado y pisoteó hasta el cuarto de baño. La ducha tibia ayudó a despejar su cabeza y se vistió con vaqueros, una camisa de algodón con botones, un suéter negro suelto y botas de motorizado. Recogió su cartera y las llaves y decidió ir a una cafetería para el desayuno. Tenía suficiente tiempo antes de que necesitara salir hacia la taberna. Planeaba llegar a tiempo para ver el ir y venir y tener una idea de quién o si alguien, frecuentaba el lugar. De acuerdo a la inteligencia de Dan, el lugar estaba normalmente desierto, hasta ahora era inusual que tuviese algún cliente, excepto en la temporada de verano. El local no tenían ninguna razón para permanecer en el, ya que estaba en un camino que llevaba de la nada hacia un lugar menos poblado. En general, un lugar perfecto para una cita fuera de la vía y que nadie conocía, iba a encontrarse con una amante en algún lugar que no se pudiera detectar. De todos modos, quería evaluar la entrada y salida de las carreteras del lugar, que tráfico peatonal pudiese haber y planear su propia estrategia en caso de que la cosa fuese mal. La única manera de evitar problemas era ver por sí misma los detalles.
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Jane se estiró boca abajo sobre el piso rocoso a unos cien metros por encima de la autopista y doscientos metros de la desviación a la Timberwolf Bar and Grill y miró a través de los binoculares de alta potencia al edificio donde programaron reunirse los dos agentes federales. Su fusil de asalto estaba a su lado. Su forro térmico, su chaleco de camuflaje Kevlar y sus pantalones de camuflaje la mantenían caliente. Tres horas para el encuentro. Había llegado antes del amanecer y no tenía nada para comer, excepto un MRE (alimentos de raciones de combate) en la madrugada. Las galletas, queso y barras de caramelo fueron suficientes para mantener sus manos firmes y su mente clara. No tenía hambre, no estaba al tanto del frío o el viento. Una pequeña molestia no era nada comparado con lo que estaba soportando Jenn, hora tras hora y día tras día. El mundo de Jane se había convertido en una sola tienda, un edificio mixto destartalado enmarcado por un estacionamiento de grava en forma de L. Un hilillo de humo gris brotaba de la chimenea de piedra y el olor a pino ardiendo llegó a ella cuando el viento cambió de dirección. Alguien estaba adentro, aunque el estacionamiento estaba vacío, excepto por un camión destartalado, una oxidada camioneta Ford que presuntamente pertenecía al propietario. No había habido tráfico de cualquier tipo ni dentro o fuera del restaurante en las horas que había estado allí. Un lugar perfecto para llevar a cabo su plan.
- Com chequeando -susurró en su radio.
- Bravo uno, chequeando
- Charlie uno, chequeando
Jane asintió satisfecha. Incluso sabiendo que los otros estaban estacionados en la espesura del bosque, no podía detectarlos -Alpha uno, chequeando. Mantengan silencio de radio. Fuera
Se sentó a esperar. Lo único que faltaba era que la presa caminara dentro de la trampa.
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Omh! el que les dio la info a los extremistas fue Dan?
Van a pillar a Tamsin...Nooooo!!! Pq siempre las chicas deben sufrir... :(
Van a pillar a Tamsin...Nooooo!!! Pq siempre las chicas deben sufrir... :(
Tat-Tat******* - Mensajes : 469
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Tat-Tat escribió:Omh! el que les dio la info a los extremistas fue Dan?
Van a pillar a Tamsin...Nooooo!!! Pq siempre las chicas deben sufrir... :(
Lo peor no es que pillen a Tamsin, sino que crean que Kenzi tiene algo que ver...
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 30
Britt pasó por delante del Timberwolf Bar and Grill sin disminuir la velocidad. El aparcamiento estaba vacío, excepto por una camioneta de diez años de edad, estacionada en el lado del edificio. No sabía que el lugar era en realidad un negocio, habría asumido que estaba abandonado…la madera era gris por la antigüedad y estaba astillada en algunos lugares, el techo tenía huecos donde las tejas se habían volado y el estacionamiento no era más que un cambio de grava de barro. Condujo durante otros tres kilómetros explorando ambos lados de la carretera, las rutas de acceso o desvíos en que los vehículos podrían estar ocultos y no vio nada. Cinco kilómetros por la carretera, un grupo de casas cuadradas de un piso, un garaje con una fila de pastillas de barro al frente y una pequeña tienda que convenientemente señalaba el pueblo de Stromberg. Un cartel escrito a mano en frente de la tienda anunciaba gasolina, pizza, café y gusanos. Siguió conduciendo durante otros diez kilómetros y no vio nada a ambos lados de la carretera, excepto el bosque. Eventualmente, dio la vuelta en U…hacia un camino de fuego estrecho y regresó. Pocos coches pasaban a su lado en el camino. Nadie parecía darse cuenta. Continuó más allá de la taberna, que todavía no daba señales de vida y luego a la ciudad más cercana, a unos veinte kilómetros al sur. Fue a través de la ventanilla de autoservicio en el McDonald’s y se sentó en el estacionamiento a beber su café y esperar. Treinta minutos antes de la hora de encuentro, tiró su taza de café en un bote de basura y completó todo el circuito nuevamente, era tiempo de entrar en el estacionamiento de la taberna. Después de estacionar el Pathfinder viendo hacia la carretera frente al bajo edificio, salió y miró alrededor. No había utilizado el estacionamiento de atrás como si no tuviese necesidad de ocultar su presencia y tuviese todas las razones para querer ser capaz de salir rápidamente si algo salía mal. La carretera de dos carriles estaba vacía, el bosque silencioso. Entró. El bar rancio estaba vacío y silencioso como las montañas de los alrededores. Un hombre canoso, delgado, en una camisa de franela escocesa roja y negra y pantalones de color caqui holgados estaba encaramado en un taburete alto al final de la barra con un periódico extendido hacia fuera delante de él. Él miró hacia arriba y la miró con curiosidad, como si la presencia de un cliente potencial fuese una sorpresa.
- ¿Puedo ayudarla? -dijo.
- ¿Alguna posibilidad de conseguir un café?
Él se rascó la barba y asintió con la cabeza -No veo por qué no ¿Quieres algo de comer?
- Creo que estoy bien por ahora
- ¿Perdida?
- No que yo sepa, no
Él asintió con la cabeza, se deslizó fuera del taburete y desapareció a través de un puerta con una ventana de portal lo que Britt presumía era la cocina. Desabotonó su chaqueta para darse acceso a su arma en caso de que él regresara con más que café para ella. Unos minutos más tarde emergió de la parte de atrás con un tarro de porcelana blanca y una pequeña caja de cartón con la crema. La colocó sobre una mesa redonda de madera cerca de la puerta.
- ¿Necesita azúcar?
- Estoy bien, gracias -dijo ella y le entregó una billete de cinco dólares. Él lo tomó y caminó detrás de la barra para traer el cambio mientras ella vertía la crema dentro de su café. Crema real. La última cosa que había esperado -Quédate con el cambio
Él la miró por encima del hombro, su expresión curiosa de vuelta -Gracias
Cuando él volvió a su periódico, Britt se trasladó con su café a otra mesa cercana a una ventana desde la que podía ver tanto la puerta de la cocina, que presumiblemente daba al estacionamiento trasero, como la puerta principal. A pesar de que el cristal de la ventana estaba rayado y arenoso, tenía una buena vista de la pequeña parcela en frente del edificio, así como la carretera de acceso en ambas direcciones. Cinco minutos más tarde, un sedán azul oscuro se estacionó junto al SUV que alquiló. Una mujer salió luciendo como la foto que Britt había sacado de los archivos del FBI cuando había conseguido el nombre del agente con el que se reuniría. Tamsin Dunbar parecía más joven en persona que lo que mostraba la foto de su archivo, pero actuaba como una agente de campo con experiencia. Dunbar se había apoyado en su coche y antes de salir del vehículo, exploró los alrededores a fondo antes de abandonar la protección ofrecida por el coche. El propietario levantó la vista de su periódico nuevamente cuando Dunbar se dirigió hacia la mesa de Britt y dijo -¿Le traigo algo?
Dunbar asintió con la cabeza hacia Britt -Lo que ella tiene estaría bien
- En un minuto
Se deslizó fuera de su taburete y desapareció en la parte posterior.
Dunbar se sentó frente a Britt -Este lugar es un poco fuera de lo común
- Me di cuenta -dijo Britt -Preferiría tener un poco más de compañía
- Sí. A veces, posibles testigos son una buena cosa -Dunbar miró alrededor de la habitación -¿Qué piensa del camarero?
- Es difícil de decir. Me dio crema para el café
Dunbar rió brevemente -Creo que podrían ser algunos puntos para él, pero no estoy segura de que sea una recomendación válida
- ¿Qué tan segura está usted de la persona que creó este sitio de reunión?
- Totalmente segura -dijo Dunbar con convicción -He trabajado con el hombre durante años. Él es sólido
- ¿Qué pasa con la inteligencia?
- No debería haber nadie más en esto. Hemos mantenido el funcionamiento silencioso
- Está bien, pero vamos a hacer esto rápido de todos modos -dijo Britt -Lo que estoy buscando es una conexión con alguien en una milicia en este estado, particularmente un grupo bien organizado que está creciendo potencialmente por sí mismo desde cero
- Bueno, tenemos un montón de grupos paramilitares… -dijo Dunbar -…pero todo eso está en los archivos de la oficina. No ha venido hasta aquí por antecedentes
- Lo qué hay allí es muy superficial. Estoy buscando rastrear individuos específicos y tengo que atravesar el camuflaje rápidamente
- ¿Nombres?
Britt sacudió la cabeza -Probablemente no son los reales. Los alias son Jennifer Pattee y
Angela Jones ¿No creo que signifique algo para usted?
Dunbar sacudió la cabeza -No. Tenemos algunos nombres, pero tampoco podemos estar seguros de que las personas sean reales ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
- Mi instinto me dice que este grupo que educa a sus hijos en los hogares, probablemente los entrenan para infiltrarse en organizaciones para acciones posteriores. Para eso se necesita una planificación sofisticada y de largo alcance y los grupos marginales radicales no son lo suficientemente estables como para llevarlo a cabo. Tenemos que buscar en algunas de las bases paramilitares con el liderazgo y los recursos profesionales
- ¿Poner gente en el interior de dónde? -preguntó Tamsin -¿De qué nivel estamos hablando, en términos de infiltración?
Britt la miró en silencio.
- Así que por eso está aquí, personalmente… -murmuró Dunbar -…Jesús. Para eso se necesita toda una jodida cantidad de recursos y un líder con carisma y poder -las cejas esculpidas de color rubio de Dunbar se arrugaron -El grupo más grande que tenemos está aquí en Bitterroots y lo que sabemos, es que aparte de ser grandes, es que están bien establecidos y bien organizados. También tienen dinero detrás de ellos
Britt sintió los primeros indicios en sus entrañas que normalmente significaba que estaba en el camino correcto -¿Qué tan grande y que cantidad de dinero?
- Lo suficiente como para que puedan llegar a un cuarto de millón en un corto plazo de tiempo
- Eso es un montón de dinero. La cantidad de dinero que necesitaría un grupo para armar el tipo de operación que estoy investigando -Britt sacó una foto de Jennifer Pattee y la imagen levemente borrosa de Angela Jones que había estado en su archivo de Eugen Corp y la pasó a Dunbar -¿Alguna vez has visto a estas mujeres?
- No -dijo Dunbar, después de estudiarlas durante unos momentos -Lucen parecidas
- Jones logró transferir una foto enviada por fax para su aplicación de empleo, por lo que es difícil de decir, pero no me sorprendería si están relacionadas. No podemos conectarlas, pero creo que lo están -Britt echó un vistazo a su reloj. El dueño de la taberna se había ido hacía rato. El edificio estaba en silencio -Háblame del grupo que estás vigilando
- El hombre principal de la milicia se conoce con el nombre de Graves. Podría ser real, podría ser una de esas identidades cultivadas desde hace tanto tiempo, que su nombre original sería difícil de rastrear. Sabemos que tiene mujeres en su organización, pero eso es lo mejor que puedo decirle
- ¿Tienes a alguien en el interior? -Dunbar no dudó.
- No
- Pero tienes a alguien que pueda estar cerca
Dunbar sostuvo la mirada de Britt por un largo momento, sin mostrar algo en sus ojos. Estaba tomando una decisión y Britt se preguntaba sobre el origen de su renuencia. Alguien que quería proteger.
Britt dijo -No voy a poner en peligro a su agente
- No sé eso -dijo Dunbar -Sin querer faltarle el respeto
- De ninguna manera. Tampoco voy sacar el rango de seguridad nacional con usted, porque no tengo que hacerlo ¿verdad?
Dunbar hizo una mueca -No tiene que hacerlo. Tengo a alguien que se está acercando. Puede ser que seamos capaces de conseguir algo más de información acerca de los otros miembros del grupo
- ¿Cuánto tiempo?
- Pronto. Una cuestión de una semana, quizá dos
- ¿Supongo que está buscando quién está detrás de esto? ¿El hombre del dinero?
- Estamos detrás de todos ellos -dijo Dunbar, con acero en su voz.
- Necesito que te montes en esto
- ¿Alguna posibilidad de que la información corra en ambos sentidos?
- No puedo prometer eso. Pero si necesitamos ayuda local, usted va a ser mi primera llamada
- Me parece justo. Tengo otros contactos que podrían ser capaces de ayudar a investigar a las personas que cumplan con el perfil -dijo Dunbar -Si son educados en el hogar, finalmente necesitarán un punto de entrada en el sistema oficial y a menudo utilizan infiltrados que les ayudan a allanar el camino. Puede ser que seamos capaces de rastrear eso
- Bien -Britt sacudió la cabeza -El café está tomando demasiado tiempo
Dunbar se puso de pie -Si. Digo que salgamos…
La puerta de la cocina se abrió completamente y la mujer que Britt conocía como Angela Jones, vestido de camuflaje y llevando una Glock en la mano, entró.
- Van a querer poner sus armas en el suelo -dijo Jones casualmente. Le sonrió casi gratamente a Britt. La automática lucía como una extensión de su brazo, firme y cómoda -Lentamente. Y entonces usted querrá venir conmigo
- No lo creo -dijo Britt en voz baja.
Jones disparó y Dunbar se tambaleó hacia atrás con un grito agudo cayendo al suelo. Britt sacó su arma y apuntó a Jones, que estaba apuntando a Dunbar en el suelo, aparentemente despreocupada por la automática en la mano de Britt.
- Por favor no se resista… -dijo Jones -…o disparo a la cabeza esta vez
Dunbar se retorcía en el suelo, la sangre se filtra entre los dedos que presionaban su brazo, y dijo sin aliento -Olvídese de mí. Maldición dispárele
La puerta de la taberna detrás de Britt se abrió con una ráfaga de aire frío y supo por la mirada en el rostro de Jones que estaba en inferioridad numérica. Bajó su arma.
Jones asintió -Eso está mejor. Ahora, venga conmigo
- Ella viene también -dijo Britt, indicando a Dunbar. Si se iba sin ella, Jones tendría que asesinar a Dunbar. No habría testigos de esa manera -Si no lo hace, yo tampoco
- ¿Por qué no? -dijo Jones -A lo mejor va a ser útil
Britt se inclinó, puso un brazo detrás de los hombros de Dunbar y la ayudó a levantarse - ¿Qué tan malo es?
- Herida superficial, creo
Alguien pinchó a Britt en la espalda con un cañón de pistola.
Jones dijo -Vamos
Britt no tenía otra opción si quería mantener viva a Dunbar. Se fue.
- ¿Puedo ayudarla? -dijo.
- ¿Alguna posibilidad de conseguir un café?
Él se rascó la barba y asintió con la cabeza -No veo por qué no ¿Quieres algo de comer?
- Creo que estoy bien por ahora
- ¿Perdida?
- No que yo sepa, no
Él asintió con la cabeza, se deslizó fuera del taburete y desapareció a través de un puerta con una ventana de portal lo que Britt presumía era la cocina. Desabotonó su chaqueta para darse acceso a su arma en caso de que él regresara con más que café para ella. Unos minutos más tarde emergió de la parte de atrás con un tarro de porcelana blanca y una pequeña caja de cartón con la crema. La colocó sobre una mesa redonda de madera cerca de la puerta.
- ¿Necesita azúcar?
- Estoy bien, gracias -dijo ella y le entregó una billete de cinco dólares. Él lo tomó y caminó detrás de la barra para traer el cambio mientras ella vertía la crema dentro de su café. Crema real. La última cosa que había esperado -Quédate con el cambio
Él la miró por encima del hombro, su expresión curiosa de vuelta -Gracias
Cuando él volvió a su periódico, Britt se trasladó con su café a otra mesa cercana a una ventana desde la que podía ver tanto la puerta de la cocina, que presumiblemente daba al estacionamiento trasero, como la puerta principal. A pesar de que el cristal de la ventana estaba rayado y arenoso, tenía una buena vista de la pequeña parcela en frente del edificio, así como la carretera de acceso en ambas direcciones. Cinco minutos más tarde, un sedán azul oscuro se estacionó junto al SUV que alquiló. Una mujer salió luciendo como la foto que Britt había sacado de los archivos del FBI cuando había conseguido el nombre del agente con el que se reuniría. Tamsin Dunbar parecía más joven en persona que lo que mostraba la foto de su archivo, pero actuaba como una agente de campo con experiencia. Dunbar se había apoyado en su coche y antes de salir del vehículo, exploró los alrededores a fondo antes de abandonar la protección ofrecida por el coche. El propietario levantó la vista de su periódico nuevamente cuando Dunbar se dirigió hacia la mesa de Britt y dijo -¿Le traigo algo?
Dunbar asintió con la cabeza hacia Britt -Lo que ella tiene estaría bien
- En un minuto
Se deslizó fuera de su taburete y desapareció en la parte posterior.
Dunbar se sentó frente a Britt -Este lugar es un poco fuera de lo común
- Me di cuenta -dijo Britt -Preferiría tener un poco más de compañía
- Sí. A veces, posibles testigos son una buena cosa -Dunbar miró alrededor de la habitación -¿Qué piensa del camarero?
- Es difícil de decir. Me dio crema para el café
Dunbar rió brevemente -Creo que podrían ser algunos puntos para él, pero no estoy segura de que sea una recomendación válida
- ¿Qué tan segura está usted de la persona que creó este sitio de reunión?
- Totalmente segura -dijo Dunbar con convicción -He trabajado con el hombre durante años. Él es sólido
- ¿Qué pasa con la inteligencia?
- No debería haber nadie más en esto. Hemos mantenido el funcionamiento silencioso
- Está bien, pero vamos a hacer esto rápido de todos modos -dijo Britt -Lo que estoy buscando es una conexión con alguien en una milicia en este estado, particularmente un grupo bien organizado que está creciendo potencialmente por sí mismo desde cero
- Bueno, tenemos un montón de grupos paramilitares… -dijo Dunbar -…pero todo eso está en los archivos de la oficina. No ha venido hasta aquí por antecedentes
- Lo qué hay allí es muy superficial. Estoy buscando rastrear individuos específicos y tengo que atravesar el camuflaje rápidamente
- ¿Nombres?
Britt sacudió la cabeza -Probablemente no son los reales. Los alias son Jennifer Pattee y
Angela Jones ¿No creo que signifique algo para usted?
Dunbar sacudió la cabeza -No. Tenemos algunos nombres, pero tampoco podemos estar seguros de que las personas sean reales ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
- Mi instinto me dice que este grupo que educa a sus hijos en los hogares, probablemente los entrenan para infiltrarse en organizaciones para acciones posteriores. Para eso se necesita una planificación sofisticada y de largo alcance y los grupos marginales radicales no son lo suficientemente estables como para llevarlo a cabo. Tenemos que buscar en algunas de las bases paramilitares con el liderazgo y los recursos profesionales
- ¿Poner gente en el interior de dónde? -preguntó Tamsin -¿De qué nivel estamos hablando, en términos de infiltración?
Britt la miró en silencio.
- Así que por eso está aquí, personalmente… -murmuró Dunbar -…Jesús. Para eso se necesita toda una jodida cantidad de recursos y un líder con carisma y poder -las cejas esculpidas de color rubio de Dunbar se arrugaron -El grupo más grande que tenemos está aquí en Bitterroots y lo que sabemos, es que aparte de ser grandes, es que están bien establecidos y bien organizados. También tienen dinero detrás de ellos
Britt sintió los primeros indicios en sus entrañas que normalmente significaba que estaba en el camino correcto -¿Qué tan grande y que cantidad de dinero?
- Lo suficiente como para que puedan llegar a un cuarto de millón en un corto plazo de tiempo
- Eso es un montón de dinero. La cantidad de dinero que necesitaría un grupo para armar el tipo de operación que estoy investigando -Britt sacó una foto de Jennifer Pattee y la imagen levemente borrosa de Angela Jones que había estado en su archivo de Eugen Corp y la pasó a Dunbar -¿Alguna vez has visto a estas mujeres?
- No -dijo Dunbar, después de estudiarlas durante unos momentos -Lucen parecidas
- Jones logró transferir una foto enviada por fax para su aplicación de empleo, por lo que es difícil de decir, pero no me sorprendería si están relacionadas. No podemos conectarlas, pero creo que lo están -Britt echó un vistazo a su reloj. El dueño de la taberna se había ido hacía rato. El edificio estaba en silencio -Háblame del grupo que estás vigilando
- El hombre principal de la milicia se conoce con el nombre de Graves. Podría ser real, podría ser una de esas identidades cultivadas desde hace tanto tiempo, que su nombre original sería difícil de rastrear. Sabemos que tiene mujeres en su organización, pero eso es lo mejor que puedo decirle
- ¿Tienes a alguien en el interior? -Dunbar no dudó.
- No
- Pero tienes a alguien que pueda estar cerca
Dunbar sostuvo la mirada de Britt por un largo momento, sin mostrar algo en sus ojos. Estaba tomando una decisión y Britt se preguntaba sobre el origen de su renuencia. Alguien que quería proteger.
Britt dijo -No voy a poner en peligro a su agente
- No sé eso -dijo Dunbar -Sin querer faltarle el respeto
- De ninguna manera. Tampoco voy sacar el rango de seguridad nacional con usted, porque no tengo que hacerlo ¿verdad?
Dunbar hizo una mueca -No tiene que hacerlo. Tengo a alguien que se está acercando. Puede ser que seamos capaces de conseguir algo más de información acerca de los otros miembros del grupo
- ¿Cuánto tiempo?
- Pronto. Una cuestión de una semana, quizá dos
- ¿Supongo que está buscando quién está detrás de esto? ¿El hombre del dinero?
- Estamos detrás de todos ellos -dijo Dunbar, con acero en su voz.
- Necesito que te montes en esto
- ¿Alguna posibilidad de que la información corra en ambos sentidos?
- No puedo prometer eso. Pero si necesitamos ayuda local, usted va a ser mi primera llamada
- Me parece justo. Tengo otros contactos que podrían ser capaces de ayudar a investigar a las personas que cumplan con el perfil -dijo Dunbar -Si son educados en el hogar, finalmente necesitarán un punto de entrada en el sistema oficial y a menudo utilizan infiltrados que les ayudan a allanar el camino. Puede ser que seamos capaces de rastrear eso
- Bien -Britt sacudió la cabeza -El café está tomando demasiado tiempo
Dunbar se puso de pie -Si. Digo que salgamos…
La puerta de la cocina se abrió completamente y la mujer que Britt conocía como Angela Jones, vestido de camuflaje y llevando una Glock en la mano, entró.
- Van a querer poner sus armas en el suelo -dijo Jones casualmente. Le sonrió casi gratamente a Britt. La automática lucía como una extensión de su brazo, firme y cómoda -Lentamente. Y entonces usted querrá venir conmigo
- No lo creo -dijo Britt en voz baja.
Jones disparó y Dunbar se tambaleó hacia atrás con un grito agudo cayendo al suelo. Britt sacó su arma y apuntó a Jones, que estaba apuntando a Dunbar en el suelo, aparentemente despreocupada por la automática en la mano de Britt.
- Por favor no se resista… -dijo Jones -…o disparo a la cabeza esta vez
Dunbar se retorcía en el suelo, la sangre se filtra entre los dedos que presionaban su brazo, y dijo sin aliento -Olvídese de mí. Maldición dispárele
La puerta de la taberna detrás de Britt se abrió con una ráfaga de aire frío y supo por la mirada en el rostro de Jones que estaba en inferioridad numérica. Bajó su arma.
Jones asintió -Eso está mejor. Ahora, venga conmigo
- Ella viene también -dijo Britt, indicando a Dunbar. Si se iba sin ella, Jones tendría que asesinar a Dunbar. No habría testigos de esa manera -Si no lo hace, yo tampoco
- ¿Por qué no? -dijo Jones -A lo mejor va a ser útil
Britt se inclinó, puso un brazo detrás de los hombros de Dunbar y la ayudó a levantarse - ¿Qué tan malo es?
- Herida superficial, creo
Alguien pinchó a Britt en la espalda con un cañón de pistola.
Jones dijo -Vamos
Britt no tenía otra opción si quería mantener viva a Dunbar. Se fue.
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
O: jsjbdhsvsjshsvhsbss esto se pone cada vez mas bueno espero el sig. Cap hola marta porfin me pude poner al dia con esta historia maravilla aqui una fiel lectora saludos
karla ruiz** - Mensajes : 59
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
karla ruiz escribió:O: jsjbdhsvsjshsvhsbss esto se pone cada vez mas bueno espero el sig. Cap hola marta porfin me pude poner al dia con esta historia maravilla aqui una fiel lectora saludos
Hola!! Sí, ahora viene lo bueno!!
Nos vemos
Nos vemos
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 31
- Revísenlas -dijo Jones a quien estaba detrás de Britt.El cañón de la pistola en la parte baja de la espalda de Britt se apartó y alguien de forma rápida y eficiente verificó sus piernas y torso buscando un arma de respaldo, luego hizo lo mismo con Dunbar.
- Están limpias -anunció una voz ruda de hombre.
- Por la parte de atrás -Jones hizo un gesto hacia la cocina con su Glock mientras Britt y Dunbar caminaron hacia ella con otro miliciano justo detrás de ellas. Ella abrió la puerta de la cocina y un pelirrojo que no parecía tener más de veinte años, vestido con uniforme de combate y llevando un rifle de asalto, las apuntó por el pasillo de una larga y estrecha cocina.
El camarero estaba boca abajo en el suelo delante de una estufa de hierro fundido astillado. Britt no podía saber si estaba vivo o muerto. A su lado, Dunbar caminaba vacilante -¿Puedes hacerlo?
- Lo lograré -dijo Dunbar con los dientes apretados.
Se dirigieron en fila india por la parte trasera, a través del porche destartalado bajando tres maderas tambaleantes hacia el estacionamiento detrás de la taberna. Montones de nieve sucia rodeaban la pequeña zona del estacionamiento.
- Hacia el bosque -dijo Jones desde atrás de Britt y siguieron a la pelirroja por un terraplén de poca profundidad hacia lo que parecía ser un camino sinuoso establecido entre los árboles, la nieve pisoteada por el paso de muchos cascos. Ni Britt ni Dunbar estaban vestidas para escalar.
Dunbar se resbaló en la pendiente de nieve y Britt la agarró para evitar que se cayera.
- Estoy bien -dijo Dunbar, pero su rostro estaba blanco como la nieve acumulada circundante.
Britt no tenía dudas de que si se vieran obligados a dejar atrás a Dunbar, la milicia dispondría de ella y no tenía intenciones de dejar a una agente caída -Lo lograrás
Tropezaron con imponentes pinos densos, durante veinte minutos, lo más cerca que Britt pudo estimar. Tal vez la mitad de una milla. No era de extrañar que no hubiese visto ningún signo de emboscada. No habían llegado por el camino. Otras dos personas, un hombre y una mujer, se encontraron con ellos en el camino con armas automáticas en la mano. No hicieron ningún intento de ocultar sus rostros, lo que significaba que tenían previsto ejecutar a sus cautivos cuando ya no fuesen de ningún valor estratégico, o estaban muy seguros de que su fortaleza era inatacable. Finalmente salieron a un pequeño claro donde una Humvee esperaba. Un gran contenedor de basura con un letrero que decía Precaución, área de alimentación de osos ocupaba el resto del espacio. Habían entrado en la parte final de lo que probablemente era un camping, casi con toda seguridad desierta en esta época del año. La pelirroja abrió la parte trasera del Humvee y les hizo un gesto para que entraran Britt medio levantó a Dunbar hacia el compartimiento y ella se desplomó contra la pared lateral al instante. Britt se quitó el abrigo y lo tiró adentro antes de subir tras ella. Dos de los cuatro mantuvieron sus armas de entrenamiento ante ellos hasta que Jones llegó por un lado y se metió en el asiento trasero. Tan pronto como se arrodilló en el asiento trasero colocó su arma de entrenamiento ante ellos y los otros entraron apilados y la Humvee se alejó.
- Quiero revisar su herida -dijo Britt.
Jones pareció deliberar.
- Ella no tiene ningún valor para ti muerta
- No hagas ningún movimiento brusco… -dijo Jones en su tono persistentemente casual, -…porque realmente no quiero tener que matarte
- ¿Qué quieres? -preguntó Britt, agarrando el cuello del suéter de Dunbar con ambas manos y tirando con fuerza. El material estaba deshilachado alrededor del agujero de bala y fue capaz de romper el material lo suficiente como para ver la herida. Un orificio de entrada del tamaño de una moneda en la parte superior del brazo de Dunbar sangraba lentamente. El orificio de salida era más grande, estaba en lo alto de la parte posterior de su hombro y sangraba copiosamente.
- Sólo quiero que nos hagas compañía durante unos días -dijo Jones -Hasta que podamos hacer un intercambio
Britt la miró por encima del hombro -¿Por Jennifer Pattee?
Jones sonrió -Eres rápida
- Ahora que te veo en persona, el parecido es evidente ¿Hermanas?
La boca de Jones se endureció -Es uno de los nuestros. Eso es todo lo que importa
- ¿Tienen un botiquín de auxilio en esta camioneta? Dejar que se desangre no tendría ningún propósito
- Se mantendrá por un tiempo
Britt desabrochó su camisa, se la quitó y la plegó como un vendaje improvisado. Lo presionó firmemente en el hombro de Dunbar -¿Puedes mantener la presión sobre esto?
- Sí -dijo Dunbar, agarrando la camisa. Tenía los ojos vidriosos pero estaba sentada por su propia fuerza, que era más de lo que Britt podría esperar.
La franela de Britt no proporcionaba una barrera para el frío, pero se apoyó en el lado de la Humvee y cruzó de brazos, contemplando a Jones. No podía ser mucho mayor que Pattee y tenía el mismo fervor ardiente en sus ojos como el de su hermana. Tenían que estar de camino hacia el campamento y una vez que llegaran allí, sus opciones serían limitadas. Pero estarían mejor de lo que estaban en este momento, con ninguna posibilidad de escape. Britt se sentó a esperar. Serían extrañadas muy pronto. Pero descubrir su ubicación en el corazón de esta tierra virgen podría ser más problemático.
****************
Kenzi no había dormido, repitiendo su conversación con Tamsin una y otra vez. Debería haber insistido en prestarle respaldo. Debería haber mantenido la boca cerrada acerca de sus sentimientos…de todos modos Tamsin no le había dado ninguna razón para pensar que sus sentimientos sobre ella le importaran. Tamsin había venido a hacer un trabajo y que era lo que importaba, lo único que le importaba. Se habían metido en sus papeles, claro ¿y por qué no? No había ninguna regla en contra de la atracción física, o en actuar en función de ella para el caso. Pero Kenzi fue la que perdió de vista la realidad. Tal vez había estado viviendo en un mundo de sombras por tanto tiempo, que ya no podía reconocer la diferencia por más tiempo. Y ahora Tamsin estaba allí sola. Había intentado ahogarse en su auto-recriminación con una larga ducha caliente, pero tan pronto como había terminado, había empezado a mirar el reloj. Había esperado que Tamsin la llamara una hora antes. No importaba lo que estaba pasando entre ellas, Tamsin era una profesional y habría mantenido a Kenzi informada. Cuando no llamó, Kenzi se vistió, se subió a su motocicleta y se dirigió al motel de Tamsin. El coche de alquiler de Tamsin no estaba allí. La reunión había sido casi tres horas antes y Tamsin ya debería haber vuelto. Kenzi se sentó a horcajadas en su bicicleta, el motor rugió y consideró las opciones. No podía llamar a Tamsin al teléfono en caso de que la reunión se hubiese complicado y ella estuviese en medio de algo. Podría utilizar el número que tenía para llegar a su adiestrador en caso de problema y pensó que Tamsin podría hacer también lo mismo. Tenía un número de respaldo que nunca había usado y que sospechaba iría a la pareja de Tamsin. Lo intentaría si no recibía pronto noticias de Tamsin, pero primero, echaría un vistazo por sí misma. Giró su motocicleta y se dirigió al Timberwolf Bar and Grill.
****************
Tamsin cerró los ojos y luchó para mantener a raya las náuseas. El latido de su hombro se aceleraba como una puñalada desgarradora de dolor cada vez que la Humvee caía en un bache, que era cada dos segundos. Su cabeza le daba vueltas y su mente seguía deslizándose hacia una niebla gris, donde el tiempo se transformaba en una larga agonía.
- ¿Cómo te va? -preguntó Kenzi.
No, no Kenzi. Kenzi se había ido. Kenzi había dicho...que había dicho... ¿por qué Kenzi se había alejado, porque la había dejado?
- Dunbar -dijo la voz nuevamente, ahora más nítida. Una voz de comando.
Tamsin abrió los ojos. Los ojos de Brittany Pierce eran como de un celeste de invierno, duros como el hielo. La sangre de Tamsin aumentó, su mente se aclaró -Estoy un poco confusa –dijo Dunbar en un susurro.
- Déjame chequear la herida
Pierce levantó el vendaje improvisado de su hombro. Ella era suave pero firme.
- Parece que el sangrado se está desacelerando ¿Cómo está tu mano?
Tamsin flexionó los dedos. El movimiento impulsó ondas abrasadoras a través de su brazo –No tan bien
- ¿Entumecida?
- Desearía
- Eso es bueno, entonces. Los nervios están bien -Pierce presionó la camisa plegada, empapada ahora con sangre, contra su hombro -Mantén la presión. Y necesito que te quedes despierta
- Lo haré
Pierce se recostó a su lado. Tamsin se concentró en permanecer despierta. Tenía que permanecer despierta, porque si no lo hacía, se desharían de ella y Pierce podría tratar de detenerlos. No iba a dejar que eso sucediera. Tenía que aguantar. No podía dejar que ellos la usaran contra Pierce. Tenía que proteger la misión, proteger a Kenzi. Kenzi la echaría de menos. Al menos Kenzi no sabría dónde buscar. Al menos ella estaría a salvo.
****************
Britt estimó que habían avanzado una hora cuando la Humvee saltó de la carretera por un camino irregular. Las ventanas se empañaron y no podía ver mucho hacia fuera, a excepción de que estaban en un bosque denso. Parecían estar subiendo y la Humvee estaba fría. A su lado, Dunbar temblaba -Voy a buscar mi abrigo para ponerlo a su alrededor
- Poco a poco -dijo Jones.
Britt puso su abrigo sobre Dunbar -¿Sigues conmigo?
- Sí -dijo Dunbar –Mejor
- Bien -Britt se recostó y diez minutos después la Humvee se detuvo. Jones las mantuvo en su punto de mira, mientras los otros salían. La puerta trasera se abrió.
- Salgan -ordenó a Jones. Britt ayudó a Dunbar a bajarse del vehículo y saltó a su lado. El campamento estaba a oscuras. Lo único que podía ver era un anillo de edificios con pocas luces que salían a través de las ventanas aquí y allá. Podría haber un centenar de milicianos en el lugar, o diez.
Jones apareció a su lado y le hizo señas hacia la izquierda con su arma -Por ese camino
- Si tienes un hospital de campaña, ella…
Jones pateó a Britt detrás de la rodilla y se fue hacia abajo, apenas logrando sostenerse a sí misma antes de caer por completo. Las piedras pequeñas cortaron sus manos. Jones se agachó a su lado.
- Harías bien preocupándote por ti misma
- Si esperas negociar con nosotros… -dijo Britt empujándose lentamente a una posición de rodillas y tragándose la rabia -…probablemente sería una buena idea mantenernos sanas
- Yo no he dicho que voy a negociarlas a las dos
- No pensaba que eras una tonta y dos rehenes son siempre mejor que uno
Jones colocó el cañón de la Glock bajo la barbilla de Britt hasta que Britt tuvo que levantar el cuello para aliviar la presión -Y puede ser más sensato dejar de dar órdenes. No eres nada aquí. No eres nadie
Britt se quedó callada. Jones parecía racional, pero no quería presionarla. Lo que necesitaba era permanecer sin restricciones tanto como fuese posible y no lo lograría antagonizando a sus captores. Tenía que tener una idea del espacio físico, de cuántos milicianos estaban alojados aquí y encontrar una manera de comunicarse con alguien en quien confiara. Y tenía que evitar que Dunbar se convirtiera en una víctima -Estás tomando las decisiones aquí. Sólo quiero que reciba un poco de ayuda médica
Jones se levantó -Llévalas a la enfermería. Pongan un guardia en la puerta y fuera de las ventanas. Estaré ahí en un minuto
Britt se puso de pie, satisfecha de haber ganado una pequeña victoria. Dunbar necesita atención y mientras estuviesen juntas, ella tendría una mejor oportunidad de permanecer viva. Aprendió que con Jones podría razonar. La enfermería resultó ser un edificio de una sola planta, un poco más grande que un garaje, con dos camas estrechas, una única ventana por encima de ellas y un armario cerrado con llave que probablemente contenía los suministros médicos. Los guardias les ordenaron sentarse en las camas. Dunbar se dejó caer frente a Britt a través del pasillo estrecho. Las sombras oscuras de dolor y fatiga bordeaban sus ojos, pero su mirada era muy clara. Ella era dura. El guardia en la puerta era una mujer de unos 30 años con el cabello rubio corto y ojos verdes. Sostenía su arma con familiaridad y las miraba con frío desdén. Britt consideró correr hacia ella y estimó que estaría herida o muerta antes de llegar a sus pies. Unos minutos más tarde, Jones entró, se dirigió al armario metálico gris, lo abrió y sacó un paquete de campo. Se lo lanzó a Britt -Debes saber qué hacer con esto. Adelante
- Acuéstate -dijo Britt a Dunbar, quien parecía que iba a resistir -Adelante. Tenemos que limpiar esto antes de que se infecte
Dunbar se recostó contra la almohada delgada, haciendo una mueca mientras se inclinaba sobre su lado derecho por lo que el hombro herido quedaba elevado. Britt abrió el paquete de campo en la parte superior de la mesa de metal plana que se interponía entre las dos camas. El guardia mantenía su arma de entrenamiento sobre ella mientras trabajaba. Jones se puso a los pies de la cama de Dunbar, con los brazos cruzados, observándolas. Britt cortó la camisa de Dunbar hasta su hombro y la levantó descubriendo la herida.
- ¿Tienes algún anestésico local? -preguntó Britt.
- Si lo hiciéramos, no lo desperdiciaría en ella
- Adelante -dijo Dunbar, los músculos alrededor de su boca apretados con fuerza -Voy a estar bien
Britt abrió el paquete de Betadine y sacó los hisopos -Lo siento
La mandíbula de Dunbar se apretó mientras Britt limpiaba cuidadosamente el orificio de entrada y el orificio de salida, pero no hizo el menor ruido. Britt se detuvo, dándole tiempo a Dunbar para respirar -Voy a tener que limpiar el interior del trayecto para asegurarme de que no hay material extraño de la ropa en la herida
- Lo sé
Britt empapó el último hisopo con el resto del antiséptico y cuidadosamente trabajó en la herida. Dunbar se puso rígida, su cuello se arqueó, el sudor corría por las sienes en su cabello rubio. Al terminar, Britt descartó los hisopos, aplicó una gasa limpia y la fijó con una venda circular alrededor del brazo de Dunbar. Se echó hacia atrás sobre sus talones y miró a Jones
- ¿Qué pasa con los antibióticos?
- Tal vez…si cooperas -dijo Jones.
Britt se levantó -¿Qué quieres?
- El nombre de alguien con el poder de tomar decisiones y darme así lo que quiero. Alguien que no tenga miedo de romper las reglas
Britt casi sonrió -Lucinda Washburn
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Oh my god! Oh my god! Oh my god! Marta actualiza por favorrrr necesito otro capitulo no lo puedes dejar ahi jsjajajaja
karla ruiz** - Mensajes : 59
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Cómo pasan estás cosas, quiero matar a jane cómo va hacerle eso a mis chicas ojalá le den hasta por la cédula y a ti también por dejarlo ahí.
ACTUALIZA PRONTO, YA.
ACTUALIZA PRONTO, YA.
Linda23**** - Mensajes : 185
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Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
karla ruiz escribió:Oh my god! Oh my god! Oh my god! Marta actualiza por favorrrr necesito otro capitulo no lo puedes dejar ahi jsjajajaja
Hoy no tenía pensamiento de actualizar de nuevo, pero bueno sere buena...
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Linda23 escribió:Cómo pasan estás cosas, quiero matar a jane cómo va hacerle eso a mis chicas ojalá le den hasta por la cédula y a ti también por dejarlo ahí.
ACTUALIZA PRONTO, YA.
Eso sono a amenaza... tengo miedo....
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
Fecha de inscripción : 11/06/2013
Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
Capitulo 32
- ¿Crees que debería abordar el matrimonio entre personas del mismo sexo en Ohio? –Andrew López se reclinó en su silla de cuero detrás de la gran mesa de nogal en la Oficina Oval.Santana se encaramó en un sofá antiguo, con una taza de café humeante a su lado. El camarero había traído bocadillos, pero no tenía mucho apetito. Preferiría haber estado en casa, esperando la llamada de Britt, pero cuando su padre le había pedido que viniera durante una de sus escasas horas libres, ella vino -Creo que deberías hacerlo si plantean el problema. De lo contrario, tan temprano en la campaña, probablemente deberías concentrarte en los principales temas de salud, presupuesto y empleo
- ¿No crees que es un problema importante? -su tono no era desafiante, sólo lleno curiosidad.
- Lo es para mí y otras personas que se verán afectadas por la decisión, pero para el votante promedio, no. En realidad, no piensan en las cosas que no les afectan personalmente y en este momento lo que les afecta es su cheque de pago, el costo y la disponibilidad de la asistencia sanitaria y su futuro económico
- ¿Y la guerra?
- Los mismos problemas…la guerra afecta en todas esas cosas, pero si puedes mantener la atención en los aspectos positivos aquí en casa, evitarás los temas que terminarán siendo una bandera para que los contrarios ondee, mientras que ellos evitan los problemas reales que enfrentaremos en los próximo cuatro años y medio
Andrew asintió -Creo que tienes razón, aunque a veces es frustrante… -su teléfono sonó, señalando que su secretaria tenía que hablar con él. Rara vez lo interrumpían y nunca lo hacían cuando estaba con su hija, a menos que fuese urgente. Frunció el ceño y cogió el teléfono –Sí Kelly. Por supuesto. Dile que entre directamente -Colgó, todavía con el ceño fruncido.
- ¿Debo irme? -preguntó Santana, suponiendo que había recibido alguna notificación de una nueva emergencia.
- No, es Lucinda. Pidió que te quedaras
- ¿Yo? -dijo Santana, la inquieta agitación que había tenido en su estómago durante todo el día se transformó en ansiedad -¿Dijo por qué?
- No, pero estará aquí en cualquier segundo
Un fuerte golpe resonó en la puerta que se abría y la secretaria se apresuró hacia un lado, permitiendo que Lucinda Washburn pasara.
- Gracias, Kelly -dijo Andrew, cuando su secretaria lo miró con una pregunta en sus ojos –Nos encargamos ahora
Obediente, la secretaria cerró las puertas. Lucinda se dirigió hacia ellos, con los ojos azules brillantes como el hielo.
- ¿Qué ocurre? -dijo Santana, sosteniendo la delicada la taza de porcelana, como si se tratara de un ancla.
- Acabo de recibir una llamada en mi línea directa. Una mujer que afirma que tiene a Brittany como rehén"
Santana sabía que Lucinda estaba hablando, pero las palabras eran indescifrables. Lo único que oía era un rugido de mar golpeando en su cabeza. Desde su interior, la ira brotó como un géiser en llamas, mientras que un glaciar tallaba su camino hacia su corazón -Lo siento ¿Qué has dicho?
- Una mujer dijo que Britt le había dado mi número…que mantenía a Britt cautiva
- ¿Qué es lo que quiere? -dijo Santana, su voz sonaba extrañamente tranquila para sus propios oídos. El corazón le latía con tanta fuerza que le sorprendía que los otros no pudiesen oírlo.
- Quiere intercambiarla por Jennifer Pattee
- Trae a Averill aquí y llama al jefe de la agencia -López se sentó rígido detrás de su escritorio, con sus palmas en la carpeta de escritorio, su mandíbula parecía de piedra.
Lucinda respiró lentamente -Yo no lo aconsejaría señor Presidente
Las cejas de Andrew se elevaron -¿Por qué?
Lucinda miró a Santana -¿Danos un minuto?
Santana colocó cuidadosamente su taza en la mesa junto a ella, complacida cuando no hizo ningún ruido, preguntándose cómo era posible que la electricidad que le quemaba a través de sus nervios, no hicieran temblar sus manos. Se levantó sobre sus pies los cuales no podía sentir
- No vas a discutir sobre Brittany sin que yo esté presente. Di lo que tengas que decir, Luce
- Es posible que tengamos que tomar decisiones que no podrán salir de esta sala. No creo que la participación de otras agencias sea sabia
- ¿Cómo planeas traerla de vuelta sin el FBI y la Seguridad Nacional? -dijo Santana.
- Tenemos algunas opciones, pero si tenemos que discutir la posibilidad de un intercambio, no queremos un registro…
- No -dijo Santana -Ningún intercambio. Sabes tan bien como yo que eso no va a garantizar la seguridad de Brittany. Y… -tenía que dejar de tragar los fragmentos de vidrio que acuchillaban su garganta -…Britt nunca nos perdonaría a ninguno de nosotros por hacer eso
- ¿Te importa, siempre y cuando ella esté a salvo? -su padre le preguntó con suavidad.
Santana vio simpatía y lo que podría ser miedo en sus ojos. Su padre nunca tenía miedo, incluso cuando era joven y su madre se estaba muriendo, él había sido una roca. Temía por su sufrimiento, lo sabía y ella le hizo ver que ella no se iba a romper -Brittany sabe que yo sé lo que es importante para ella. Ella confía en que yo sé lo que importa. No vamos a comprometerla. Jennifer Pattee se queda donde Britt la puso
- ¿Sabes lo que Britt estaba haciendo ahí? -preguntó Lucinda.
- No exactamente. Ella no habla de estas cosas conmigo en detalle -Santana trató de pensar. Era tan difícil cuando el terror comía los bordes de su mente. Britt…alguien estaba reteniéndola por la fuerza. Alguien que le haría daño, que quería hacerle daño a todos. Deseaba una pistola. Deseaba un objetivo para su furia. Deseaba hacerle daño a los que querían dañar a Britt y sabía que no era lo que Britt necesitaba. Tenía que pensar -Ella tenía un contacto que iba a establecer una reunión con un agente encubierto. Estaba buscando a la milicia...estaba bastante segura de que Pattee tenía vínculos con ellos, Jones también. Tal vez habló con Lauren cuando estaban en Atlanta. Utilizó su teléfono celular, así que no estoy segura de quien la llamó…
- Puedo conseguir a alguien para acceda a sus llamadas -dijo Lucinda.
- ¿Puedes?
Lucinda se encogió de hombros -Vamos a mantener esto entre nosotros
- Hazlo -dijo el presidente.
- Está bien -dijo Lucinda -Tan pronto como tenga los nombres de los contactos de Britt, voy a hacer preguntas personalmente y descubrir con quién se iba a encontrar
- ¿Cuánto tiempo? -preguntó Santana.
- Debería ser capaz de rastrear sus llamadas…
- No -dijo Santana bruscamente -¿Cuánto tiempo nos dan para entregar a Pattee?
- Doce horas para hacer los arreglos para transportar a la prisionera -los puños de Lucinda se apretaron -Me van a llamar de nuevo para los detalles mañana a las 06:30 de su tiempo
- ¿Y si decimos que no? -preguntó Santana.
- No dijeron…
- Luce… -dijo Santana con enojo -…no me puedes proteger de esto. Ella es mi esposa
La expresión de Lucinda se suavizó -Lo sé, cariño. Lo sé. No sabemos lo que van a hacer y suponer o imaginar, no va a ayudar a Britt. Lo único que podemos hacer es lo mejor para detenerlos. Haremos que sea suficiente
- Vamos a detenerlos… -dijo Santana -…pero no va a ser suficiente. No será suficiente hasta que alguien page
****************
Kenzi pasó por delante de Timberwolf Bar and Grill, disminuyendo ligeramente cuando sus faros barrieron el estacionamiento estrecho en frente del edificio. Un explorador negro nuevo estaba estacionado al lado del coche azul de alquiler de Tamsin. La señal de carretera de la taberna estaba apagada y no había ninguna luz encendida sino un bombillo de seguridad que parpadeaba en una esquina del negocio destartalado que arrojaba un haz de luz uniforme en la dirección a la calle. El negocio parecía vacío y desierto. En su viaje de regreso, nada había cambiado y se estacionó al lado del coche de Tamsin, apagó el motor y se sentó en la oscuridad. Escuchó por señales de vida y no oyó nada, ni música, ni ruido de voces, ni estrépito o ruidos para indicaran que el negocio estaba ocupado. Y sin embargo, los vehículos sugerían que alguien estaba alrededor. Sus sentidos gritaban problemas. Bajó de su motocicleta y sacó su Glock del bolsillo interior de su chaqueta de cuero, la sostuvo a su lado y subió por el porche de madera. Manteniéndose cerca de la fachada del negocio, se acercó a la ventana más cercana y dio un rápido vistazo hacia dentro. Una luz tenue sobre la barra que provenía de un anuncio de cerveza no revelaba nada más que una habitación vacía. Trató la puerta y se abrió. Con cautela, la empujó de par en par y se agachó en el cuarto, dándole la espalda a la pared y cubriendo el espacio con su arma. Nada. Una señal indicaba los baños al otro extremo de la habitación y se abrió paso en esa dirección. Se asomó en la habitación de un solo puesto para hombres, la puerta estaba abierta, vacío. Lo mismo en el baño de mujeres. La única otra puerta estaba detrás de la barra, probablemente conducía a la cocina. La habitación contigua estaba oscura. Una vez más, abrió la puerta y entró agachada, haciéndose un pequeña objetivo tanto como le fue posible. El lugar era pequeño, lleno de aparatos y algunas cajas de suministros y olía a grasa vieja y café quemado. También estaba vacío, excepto por el cuerpo tendido en el suelo bajo el claro de luna justo dentro de la puerta de atrás. Pasó por encima de él dirigiéndose a la puerta de atrás y no vio otra cosa más que una camioneta. Los dos estaban solos. Se arrodilló y buscó el pulso. La leve ondulación en su arteria carótida le dijo que no estaba muerto, sólo inconsciente. Encontró un paño de cocina sobre la encimera, lo empapó de agua fría, lo escurrió y lo puso en la parte posterior de su cuello. Unos segundos más tarde, se agitó y gimió.
- Sólo quédate quieto -dijo Kenzi -No voy a hacerte daño
El hombre en el suelo no se movió, pero sus párpados parpadearon -¿Fuiste quien me puso aquí?
- No. Estoy buscando a una rubia que vino antes, probablemente se encontró con alguien
- No recuerdo mucho -murmuró.
- ¿Estás herido en otra parte, además de tu cabeza?
- No lo puedo decir. Alguien me golpeó por detrás, supongo. Dio la vuelta una vez, la cabeza me duele, voy a volver a dormir
- Probablemente tengas una conmoción cerebral. Voy a llamar una ambulancia en un minuto
- No -dijo con una fuerza sorprendente -No hagas eso. Voy a estar bien.
- Puedes estar más lastimado de lo que piensas
- Me han herido más de esto antes. Ayúdame a sentarme
Kenzi puso la Glock en su bolsillo de atrás, puso las manos bajo sus brazos y lo ayudó a sentarse con la espalda contra el mostrador. Encontró un interruptor de la luz de la cocina y la encendió. Él parpadeó, centrándose en ella.
- ¿Quién eres tú? -preguntó.
- Sólo alguien en busca de una amiga
- ¿No hay nadie en la otra habitación? -ella negó con la cabeza.
- No puedo ayudarte. No he visto nada
- ¿Escuchaste algo?
Él frunció el ceño -Como he dicho, estaba medio desmayado. Creo que soñé que hubo un disparo -se tocó el pecho como si estuviese comprobando si estaba sangrando -Supongo que fue un sueño
- ¿No viste a nadie?
- La puerta detrás de mí se abrió mientras estaba poniendo café. Antes de que pudiera volverme, alguien me golpeó
Emboscada, pensó Kenzi. El socio de Tamsin la había emboscado o alguien lo usó para llegar a Tamsin. Tenía que hablar con él, saber quién más sabía de esta reunión. Tanto Tamsin como la agente de Seguridad Nacional habían desaparecido. Sólo había una conclusión. Alguien las había tomado por la fuerza.
- Voy a revisar la otra habitación
- Sí, voy a quedarme aquí
Encontró un interruptor de luz junto a la puerta y salió a la sala en el bar ya iluminada. Una silla volcada que no había visto en la oscuridad yacía junto a una mesa junto a la ventana. Una mancha irregular de un pie de diámetro empañaba el suelo junto a ella y se agachó para mirar. Supo antes de tocarla lo que iba a encontrar. Sangre. Una de ellas había sido herida, bastante grave y ambas se habían ido. Una tormenta de ira y de auto-recriminación se apoderó de ella. Tamsin estaba en problemas y Kenzi debió haber estado allí. Había jugado todo mal y ahora Tamsin estaba pagando el precio. Tenía que encontrarla antes de que el precio fuese demasiado alto para pagarlo.
Marta_Snix-*- - Mensajes : 2428
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Edad : 36
Re: FanFic [Brittana]Código de Honor. Epilogo
no puede ser atraparon a Britt santana se va a morir!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
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