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Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
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Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Espero que santana la encuentre pronto no quiero que se retrase con las quimios y que estara tramando britt? ya quiero saber quien es Quinn y porque influye tanto en la vida de santana y que santana se lo cuentena Britt! :/ sigue actualizando please! :3 me encanta.
Invitado- Invitado
Capitulo 30
CAPITULO 30
Me acerqué a la acera de Los Ángeles, California en un manojo de nervios. No podría creer que estaba aquí, sola en una ciudad extraña. El aire era mucho más cálido que el de Nueva York y sentía que el sol brillaba aún más. Me puse las gafas de sol y detuve un taxi. Le entregué al conductor una hoja de papel del aeropuerto de Ohio y le dije que me llevara a esa dirección. Entré al edificio mientras él se alejaba, me quedé de pie examinando mi entorno. Caminé por el lado de la oficina de alquiler donde me encontraría con Kurt, el gerente del edificio de apartamentos.
—Hola, soy Kurt Hummel, administro todos estos maravillosos departamentos, ¿y tú debes ser Brittany?
Extendí mi mano para saludarlo. —Sí, lo soy.
—Fabuloso —dijo mientras se giraba y tomaba una llave del tablero.
Caminamos hasta el edificio de al lado y me llevó al tercer piso. Insertó la llave y abrió la puerta. Entré y miré alrededor. Estaba totalmente amueblado y limpio y eso es todo lo que necesitaba. Antes de estar de acuerdo en alquilarlo, necesitaba hablar con Kurt primero. Le pedí que se sentara en la mesa. Me miró torpemente mientras se sentaba.
—Déjame adivinar, ¿estás huyendo de la ley?
—No, no es así —me reí—. No puedo dejar un rastro en un papel porque será más fácil que alguien me encuentre.
Se inclinó más cerca. —Oh, ahora me tienes intrigado, continúa.
Seguí con la historia de por qué estaba aquí y todo sobre Santana. Fui tan lejos como para mostrarle mis tatuajes. Me agarró las muñecas y los miró. Luego me miró con lágrimas en sus ojos. —Me empezaste a gustar desde que dijiste hola. —Me reí y se acercó y me abrazó. Llegamos al acuerdo de que no iba a firmar un contrato de arrendamiento y que iba a pagar en efectivo cada mes durante el tiempo que necesitara estar, pero tuve que prometer una cosa: tenía que ir a su casa a cenar y él me daría las llaves de mi nuevo apartamento.
Miré a mí alrededor. Era más grande que mi casa en Nueva York. Lo que más me emocionó fue la chimenea en el salón. La cocina era mucho más amplia con sus muebles blancos y encimeras de granito negro. Este lugar tenía todo lo que necesitaba justo debajo de la cafetera. Entré a la habitación y puse mi bolso sobre la cama. La primera cosa que tenía que hacer era conseguirme un nuevo celular.
Caminé por la calle del centro comercial y me deslicé dentro de la tienda de celulares. Miré a la pared que decía “TELÉFONOS DE PREPAGO”. Tomé un teléfono, pagué y me dirigí a la pequeña tienda de comestibles al final. Recogí algunas cosas esenciales y llevé mis bolsas hasta el apartamento. Estaba agotada cuando volví. Coloqué las bolsas, me senté en el sofá y le envié un mensaje a Hanna.
“NO guardes mi nombre en tu teléfono y elimina estos mensajes después de que los leas.”
“¿Eres un agente secreto ahora?”
“Muy graciosa, ¿qué está pasando?”
“Todo está tranquilo en el frente de la casa hasta el momento, Santana me pidió que le diga si escucho algo de ti. ¿Estás segura de que sabes lo que estás haciendo?”
“Sí, me tengo que ir, recuerda eliminar.”
Desempaqué mi bolso y guardé todo en el aparador y el armario. Lo único que me faltaba era un caballete y pinturas. Bajé las escaleras hasta el apartamento de Kurt y llamé a la puerta.
—Hola fabulosa —respondió exuberantemente—. Entra. —Entré a su departamento maravillosamente decorado que era más grande que el mío.
—¿Sabes donde hay una tienda de arte cerca?
Me miró y ladeó la cabeza. —¿Una tienda de arte? ¿De pinturas listas o suministro artístico?
Me reí. —Suministro artístico.
Giró su cabeza y gritó—: Blaine, ven a conocer a nuestra nueva inquilina que vive arriba.
Blaine, que se veía como si acabara de salir de las páginas de una revista GQ se pavoneaba por el suelo con su mano tendida.
—Encantado de conocerte, Brittany. —Sonrió mientras me besaba la mano.
—Señorita fabulosa quiere ir a la tienda de suministros artísticos, por eso digo que la llevemos.
—Oh no, eso está bien, sólo dime donde está y puedo ir yo sola.
Kurt y Blaine se rieron. —No seas tonta, te llevaremos, alguien tiene que mostrarte los alrededores de L.A.
Me metí en el asiento trasero de su Volvo 2009 mientras los chicos me llevaban a la tienda de arte. Sabía exactamente lo que necesitaba, así que no estuve allí por mucho tiempo. Tomé un caballete, pintura, lienzos y pinceles.
—Estoy tan emocionado por ver lo que vas a pintar —dijo Blaine mientras llevaba el caballete por las escaleras para mí. Había un lugar perfecto en la esquina entre dos ventanas donde encajaba perfectamente. Estaba agotada, y ya eran las 12 am en California y yo seguía con el horario de Nueva York. Necesitaba dormir, tenía una cita temprano a la que no podía faltar. Me deslicé en mi nueva cama de matrimonio y me sorprendí de lo rápido que me dormí.
Abrí mis ojos y tuve que recordar que ya no estaba en Nueva York. Seguía sin creer que estaba en California. Me di una ducha y me puse un lindo vestido de verano color beige y unas sandalias. Arreglé mi cabello en una trenza lateral y me dirigí a la puerta. Una de las principales razones por las que tomé el departamento era porque se encontraba cerca del lugar que visitaré con frecuencia.
Cuando llegué a mi destino, me paré frente al infame Hospital Cedars Sinai Grace. Me reuní con la doctora Danielle Murphy que era la jefe del nuevo estudio clínico de cáncer que afecta a las inyecciones del tratamiento del cáncer y la inmunoterapia.
—Encantada de conocerte, Brittany —dijo la doctora Murphy mientras me hizo señas para que me sentara—. Por lo tanto, ¿fuiste diagnosticada por primera vez con leucemia a los dieciséis? —preguntó mientras me miraba. Asentí.
—Tenías veinticuatro tratamientos de quimioterapia y entraste en remisión y ahora a los veintitrés años la leucemia volvió.
—Sí —dije mientras me miré las manos.
—En primer lugar, déjame decirte que lamento que te tocara y que volverás a pasar por eso otra vez, pero estaba muy contenta cuando recibí tu e-mail porque creo que eres una candidata perfecta para nuestro ensayo clínico. —Me senté allí escuchándola con entusiasmo en su voz.
—¿Tuviste un tratamiento de quimioterapia hace casi unas dos semanas atrás? —Sacudí la cabeza. Cerró mi archivo y lo tiró en el escritorio.
—Brittany, mírame. Estás de prueba y así es como se va a trabajar. Voy a enviarte a casa con algunas píldoras de inmunoterapia, es un cóctel como la quimioterapia, pero con menos efectos secundarios y tienes que tomarlos todos los días que estés en esta prueba. Luego vendrás una vez al mes para tres inyecciones en un lapso de tres meses. Una vez que recibas la última inyección, va a ser necesario comprobar si estás libre de cáncer. Si el cáncer sigue allí, pero te estás sintiendo mejor, entonces seguiremos con el tratamiento durante tres meses. Veo en tu expediente médico que las células madres fueron eliminadas antes de recibir el tratamiento cuando tenías dieciséis.
Le entrecerré mis ojos. —Me había olvidado de eso.
Cruzó los brazos y los tobillos y se apoyó en el escritorio. —Bueno, es algo bueno ya que mi recomendación es que te sometas a un trasplante de células madres una vez que te sientas mejor, para evitar que la enfermedad vuelva a aparecer más tarde. Ahora quédate allí mientras consigo las pastillas y luego eres libre de irte —dijo mientras me daba unas palmaditas en el hombro.
Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Hanna. “¿Cómo está la infame de la Sra. L?”
“La Sra. L no está hablando. Dice que no ha oído hablar de ti, pero que me dirá si lo hace. Britt, ella es rara, está actuando normal. Lo siento mucho.”
Había un pedazo de mi corazón que comenzó a sanar cuando me cuidó después de mi quimioterapia. Ahora esa pieza se rompió en más pedazos que antes. Las lágrimas empezaron a picar en mis ojos cuando la doctora Murphy volvió y me entregó una bolsa llena de píldoras.
—Aquí tienes Brittany, tienes que tomar estas píldoras a primera hora de la mañana antes de comer, y estoy programando tu primera ronda de inyecciones dos semanas más a partir de hoy.
Logré una media sonrisa para agradecerle y me dirigí hacia la puerta. En el momento en que el aire cálido de California golpeó mi piel, las lágrimas comenzaron a fluir. Apenas llegué a casa antes de que mis piernas comenzaran a temblar. Llegué a mi apartamento y me caí al suelo, sollozando entre mis manos. Un fuerte golpe en mi puerta me sorprendió.
—Britt, es Kurt, abre. Te escucho llorar.
Me di vuelta, todavía en el suelo y extendí la mano para abrir la puerta. Kurt bajó la mirada y se arrodilló en el suelo.
—¿Qué está mal? —preguntó mientras me abrazaba. Mis hombros se movían de arriba abajo mientras trataba de hablar.
—Estoy bastante segura de que Santana me abandonó.
—-Cariño, no estás completamente segura de eso. —Me atrajo más cerca. Se sentó conmigo en el suelo mientras lloraba—. Quizás sólo te está dando algo de espacio.
—No lo sé. Hanna dijo que está actuando normal. ¿Cómo puede actuar normal cuando estoy en un total desastre?
—Ella parece diferente, Britt, lo que me has hablado de ella, parece que no lleva su corazón en sus mangas como tu o las demás mujeres. Dale un poco de tiempo, estoy seguro de que está molesta pero no quiere que Hanna lo sepa. —Sacudí la cabeza y me levanté del suelo.
—Gracias Kurt, te lo agradezco. —Me abrazó con fuerza y volvió a su apartamento.
Pasé el resto del día pintando la visión que tenía en mi mente de una casa estilo Cape Cod3 que estaba rodeada de césped. Me imaginaba un muro de piedra corta alrededor de la propiedad, y un arco que conducía a las escaleras de una pequeña playa privada con un barco y un faro. Iba a pintar dos versiones, una de día y otra de noche. No tenía nada más que tiempo, y la pintura era mi escape de la realidad, me hacía entrar a otra con paz y tranquilidad.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn.
¿Que les pareció? Como ven Brittany esta buscando vencer el cáncer pero ahora cree que Santana ya la abandono, ¿Ustedes que creen? Espero sus comentarios, espero más tarde poder dejar un capitulo más.
Me acerqué a la acera de Los Ángeles, California en un manojo de nervios. No podría creer que estaba aquí, sola en una ciudad extraña. El aire era mucho más cálido que el de Nueva York y sentía que el sol brillaba aún más. Me puse las gafas de sol y detuve un taxi. Le entregué al conductor una hoja de papel del aeropuerto de Ohio y le dije que me llevara a esa dirección. Entré al edificio mientras él se alejaba, me quedé de pie examinando mi entorno. Caminé por el lado de la oficina de alquiler donde me encontraría con Kurt, el gerente del edificio de apartamentos.
—Hola, soy Kurt Hummel, administro todos estos maravillosos departamentos, ¿y tú debes ser Brittany?
Extendí mi mano para saludarlo. —Sí, lo soy.
—Fabuloso —dijo mientras se giraba y tomaba una llave del tablero.
Caminamos hasta el edificio de al lado y me llevó al tercer piso. Insertó la llave y abrió la puerta. Entré y miré alrededor. Estaba totalmente amueblado y limpio y eso es todo lo que necesitaba. Antes de estar de acuerdo en alquilarlo, necesitaba hablar con Kurt primero. Le pedí que se sentara en la mesa. Me miró torpemente mientras se sentaba.
—Déjame adivinar, ¿estás huyendo de la ley?
—No, no es así —me reí—. No puedo dejar un rastro en un papel porque será más fácil que alguien me encuentre.
Se inclinó más cerca. —Oh, ahora me tienes intrigado, continúa.
Seguí con la historia de por qué estaba aquí y todo sobre Santana. Fui tan lejos como para mostrarle mis tatuajes. Me agarró las muñecas y los miró. Luego me miró con lágrimas en sus ojos. —Me empezaste a gustar desde que dijiste hola. —Me reí y se acercó y me abrazó. Llegamos al acuerdo de que no iba a firmar un contrato de arrendamiento y que iba a pagar en efectivo cada mes durante el tiempo que necesitara estar, pero tuve que prometer una cosa: tenía que ir a su casa a cenar y él me daría las llaves de mi nuevo apartamento.
Miré a mí alrededor. Era más grande que mi casa en Nueva York. Lo que más me emocionó fue la chimenea en el salón. La cocina era mucho más amplia con sus muebles blancos y encimeras de granito negro. Este lugar tenía todo lo que necesitaba justo debajo de la cafetera. Entré a la habitación y puse mi bolso sobre la cama. La primera cosa que tenía que hacer era conseguirme un nuevo celular.
Caminé por la calle del centro comercial y me deslicé dentro de la tienda de celulares. Miré a la pared que decía “TELÉFONOS DE PREPAGO”. Tomé un teléfono, pagué y me dirigí a la pequeña tienda de comestibles al final. Recogí algunas cosas esenciales y llevé mis bolsas hasta el apartamento. Estaba agotada cuando volví. Coloqué las bolsas, me senté en el sofá y le envié un mensaje a Hanna.
“NO guardes mi nombre en tu teléfono y elimina estos mensajes después de que los leas.”
“¿Eres un agente secreto ahora?”
“Muy graciosa, ¿qué está pasando?”
“Todo está tranquilo en el frente de la casa hasta el momento, Santana me pidió que le diga si escucho algo de ti. ¿Estás segura de que sabes lo que estás haciendo?”
“Sí, me tengo que ir, recuerda eliminar.”
Desempaqué mi bolso y guardé todo en el aparador y el armario. Lo único que me faltaba era un caballete y pinturas. Bajé las escaleras hasta el apartamento de Kurt y llamé a la puerta.
—Hola fabulosa —respondió exuberantemente—. Entra. —Entré a su departamento maravillosamente decorado que era más grande que el mío.
—¿Sabes donde hay una tienda de arte cerca?
Me miró y ladeó la cabeza. —¿Una tienda de arte? ¿De pinturas listas o suministro artístico?
Me reí. —Suministro artístico.
Giró su cabeza y gritó—: Blaine, ven a conocer a nuestra nueva inquilina que vive arriba.
Blaine, que se veía como si acabara de salir de las páginas de una revista GQ se pavoneaba por el suelo con su mano tendida.
—Encantado de conocerte, Brittany. —Sonrió mientras me besaba la mano.
—Señorita fabulosa quiere ir a la tienda de suministros artísticos, por eso digo que la llevemos.
—Oh no, eso está bien, sólo dime donde está y puedo ir yo sola.
Kurt y Blaine se rieron. —No seas tonta, te llevaremos, alguien tiene que mostrarte los alrededores de L.A.
Me metí en el asiento trasero de su Volvo 2009 mientras los chicos me llevaban a la tienda de arte. Sabía exactamente lo que necesitaba, así que no estuve allí por mucho tiempo. Tomé un caballete, pintura, lienzos y pinceles.
—Estoy tan emocionado por ver lo que vas a pintar —dijo Blaine mientras llevaba el caballete por las escaleras para mí. Había un lugar perfecto en la esquina entre dos ventanas donde encajaba perfectamente. Estaba agotada, y ya eran las 12 am en California y yo seguía con el horario de Nueva York. Necesitaba dormir, tenía una cita temprano a la que no podía faltar. Me deslicé en mi nueva cama de matrimonio y me sorprendí de lo rápido que me dormí.
Abrí mis ojos y tuve que recordar que ya no estaba en Nueva York. Seguía sin creer que estaba en California. Me di una ducha y me puse un lindo vestido de verano color beige y unas sandalias. Arreglé mi cabello en una trenza lateral y me dirigí a la puerta. Una de las principales razones por las que tomé el departamento era porque se encontraba cerca del lugar que visitaré con frecuencia.
Cuando llegué a mi destino, me paré frente al infame Hospital Cedars Sinai Grace. Me reuní con la doctora Danielle Murphy que era la jefe del nuevo estudio clínico de cáncer que afecta a las inyecciones del tratamiento del cáncer y la inmunoterapia.
—Encantada de conocerte, Brittany —dijo la doctora Murphy mientras me hizo señas para que me sentara—. Por lo tanto, ¿fuiste diagnosticada por primera vez con leucemia a los dieciséis? —preguntó mientras me miraba. Asentí.
—Tenías veinticuatro tratamientos de quimioterapia y entraste en remisión y ahora a los veintitrés años la leucemia volvió.
—Sí —dije mientras me miré las manos.
—En primer lugar, déjame decirte que lamento que te tocara y que volverás a pasar por eso otra vez, pero estaba muy contenta cuando recibí tu e-mail porque creo que eres una candidata perfecta para nuestro ensayo clínico. —Me senté allí escuchándola con entusiasmo en su voz.
—¿Tuviste un tratamiento de quimioterapia hace casi unas dos semanas atrás? —Sacudí la cabeza. Cerró mi archivo y lo tiró en el escritorio.
—Brittany, mírame. Estás de prueba y así es como se va a trabajar. Voy a enviarte a casa con algunas píldoras de inmunoterapia, es un cóctel como la quimioterapia, pero con menos efectos secundarios y tienes que tomarlos todos los días que estés en esta prueba. Luego vendrás una vez al mes para tres inyecciones en un lapso de tres meses. Una vez que recibas la última inyección, va a ser necesario comprobar si estás libre de cáncer. Si el cáncer sigue allí, pero te estás sintiendo mejor, entonces seguiremos con el tratamiento durante tres meses. Veo en tu expediente médico que las células madres fueron eliminadas antes de recibir el tratamiento cuando tenías dieciséis.
Le entrecerré mis ojos. —Me había olvidado de eso.
Cruzó los brazos y los tobillos y se apoyó en el escritorio. —Bueno, es algo bueno ya que mi recomendación es que te sometas a un trasplante de células madres una vez que te sientas mejor, para evitar que la enfermedad vuelva a aparecer más tarde. Ahora quédate allí mientras consigo las pastillas y luego eres libre de irte —dijo mientras me daba unas palmaditas en el hombro.
Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Hanna. “¿Cómo está la infame de la Sra. L?”
“La Sra. L no está hablando. Dice que no ha oído hablar de ti, pero que me dirá si lo hace. Britt, ella es rara, está actuando normal. Lo siento mucho.”
Había un pedazo de mi corazón que comenzó a sanar cuando me cuidó después de mi quimioterapia. Ahora esa pieza se rompió en más pedazos que antes. Las lágrimas empezaron a picar en mis ojos cuando la doctora Murphy volvió y me entregó una bolsa llena de píldoras.
—Aquí tienes Brittany, tienes que tomar estas píldoras a primera hora de la mañana antes de comer, y estoy programando tu primera ronda de inyecciones dos semanas más a partir de hoy.
Logré una media sonrisa para agradecerle y me dirigí hacia la puerta. En el momento en que el aire cálido de California golpeó mi piel, las lágrimas comenzaron a fluir. Apenas llegué a casa antes de que mis piernas comenzaran a temblar. Llegué a mi apartamento y me caí al suelo, sollozando entre mis manos. Un fuerte golpe en mi puerta me sorprendió.
—Britt, es Kurt, abre. Te escucho llorar.
Me di vuelta, todavía en el suelo y extendí la mano para abrir la puerta. Kurt bajó la mirada y se arrodilló en el suelo.
—¿Qué está mal? —preguntó mientras me abrazaba. Mis hombros se movían de arriba abajo mientras trataba de hablar.
—Estoy bastante segura de que Santana me abandonó.
—-Cariño, no estás completamente segura de eso. —Me atrajo más cerca. Se sentó conmigo en el suelo mientras lloraba—. Quizás sólo te está dando algo de espacio.
—No lo sé. Hanna dijo que está actuando normal. ¿Cómo puede actuar normal cuando estoy en un total desastre?
—Ella parece diferente, Britt, lo que me has hablado de ella, parece que no lleva su corazón en sus mangas como tu o las demás mujeres. Dale un poco de tiempo, estoy seguro de que está molesta pero no quiere que Hanna lo sepa. —Sacudí la cabeza y me levanté del suelo.
—Gracias Kurt, te lo agradezco. —Me abrazó con fuerza y volvió a su apartamento.
Pasé el resto del día pintando la visión que tenía en mi mente de una casa estilo Cape Cod3 que estaba rodeada de césped. Me imaginaba un muro de piedra corta alrededor de la propiedad, y un arco que conducía a las escaleras de una pequeña playa privada con un barco y un faro. Iba a pintar dos versiones, una de día y otra de noche. No tenía nada más que tiempo, y la pintura era mi escape de la realidad, me hacía entrar a otra con paz y tranquilidad.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn.
¿Que les pareció? Como ven Brittany esta buscando vencer el cáncer pero ahora cree que Santana ya la abandono, ¿Ustedes que creen? Espero sus comentarios, espero más tarde poder dejar un capitulo más.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
hola........dejame decirte que has hecho un excelente trabajo adaptando la versión original a Brittana........y sí, me gustaría que continuaras haciendolo con el resto de los libros de la trilogía..........jejejeje este fic refuerza la idea de terminar de leer el último libro
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Me imagino que Santana debe imaginar que Britt sé comunica con Hanna y por ello actúa normal para que no sé de cuenta que en realidad la está buscando.
No quiero que mi rubia caiga en depresión xq su recuperación sé hará más difícil, quiero que Santana lla encuentre ya y sé arreglen.
Tienes que dejar varios capítulos más, está historia es muy buena, super adictiva, lees, lees y quieres seguir leyendo.
No quiero que mi rubia caiga en depresión xq su recuperación sé hará más difícil, quiero que Santana lla encuentre ya y sé arreglen.
Tienes que dejar varios capítulos más, está historia es muy buena, super adictiva, lees, lees y quieres seguir leyendo.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Capitulo 31
CAPITULO 31
Me tomé mis quince píldoras de cada mañana y cada noche, y mi cuerpo se estremeció por una hora. Hasta ahora, ese era el único efecto secundario que tenía y después de lo que la quimio me hacía, era como un trozo de pastel. Ocupé el último par de semanas para absorberme a mí misma en mi obra y pasar tiempo con Kurt y Blaine. Pronto se convirtieron en mis mejores amigos en California. A pesar de que intenté mantenerme ocupada, pensaba en Santana cada día y noche. Hanna me mantuvo informada y nada había cambiado; ella no estaba haciendo nada para encontrarme.
La soledad que sentía estaba más allá de lo que nunca había experimentado antes. Cuando estábamos separadas en Nueva York, tenía el consuelo de saber que ella estaba en la misma ciudad y que eventualmente correríamos para estar juntas; pero no está aquí en California y el factor soledad es diez veces peor. Revisaba mi correo electrónico cada día, con la esperanza de que me enviaría uno, pero no lo hizo y yo tampoco, porque era obvio que ella me había superado. Sacaría su foto en línea y pondría mi muñeca sobre mi corazón. Algunas veces, sólo ver una foto de ella aliviaba el dolor, pero la mayoría de las veces lo hacía peor.
En dos días conseguí mi primera serie de inyecciones. Estaba nerviosa por no conocer los efectos que tendrían en mí, así que decidí tomar la mañana e ir a la tienda. Necesitaba abastecerme de algunas cosas en caso de que no pudiera dejar el apartamento. Me puse mis pantalones cortos caqui, una camiseta sin mangas de color negro y un par de sandalias de tiras negras que conseguí en una venta cuando me mudé aquí. Pasé por el apartamento de Kurt y Blaine para preguntar si necesitaban que les trajera algo; gentilmente dijeron que no, pero que lo apreciaban. Caminé por la calle y giré en la esquina a Trader Joes, y cogí algunas cosas para abastecer mi refrigerador. Tomé el sol de California mientras regresaba al apartamento.
Me agaché por mi bolso y saqué la barra de Twiz que ansiaba desesperadamente. Levanté la vista cuando casi llegaba al edificio y llegué a un punto muerto cuando la vi inclinada contra el costado de un Porsche convertible negro. Me miró y sonrió.
—Eres una mujer difícil de encontrar, Srta. Pierce.
Sentí como si la vida me daba otro aliento mientras mi corazón empezaba a correr. Dejé caer mis bolsas al piso y corrí hacia ella tan rápido como podía. Ella ya no estaba apoyada contra el auto cuando salté y envolví mis piernas y brazos a su alrededor. Me agarró, envolviendo sus brazos alrededor mío y sosteniéndome con fuerza.
—Oh, nena, te he extrañado tanto —susurró en mi oído.
—Te extrañé y lo siento.
—Shh… sin disculpas, la única cosa que importa es que te encontré y a salvo.
Levanté mi cabeza, acuné su rostro con mis manos y la besé apasionadamente. Nuestras lenguas se encontraron con entusiasmo y alegría mientras nuestro beso perdido desde hace mucho tiempo nos dejaba sin aliento. Lágrimas empezaron a correr por mi rostro cuando me bajó, y suavemente limpió mis mejillas con su pulgar.
—¿Déjame verte? —dijo mientras me dio la vuelta. Me agarró y sostuvo fuerte—. Luces tan hermosa como cuando te fuiste.
Kurt y Blaine salieron de su departamento aplaudiendo. Giré mi cabeza y sonreí. —Chicos, esta es…
Kurt levantó su mano. —Ya conocimos a esta hermosa mujer, Britt. —Los miré y luego a Santana.
—¿Qué? ¿Cómo?
—Tu sexy y ardiente chica llegó a la oficina de alquiler y quería saber si estabas rentando un apartamento aquí y nosotros dijimos ¡SÍ! Le dijimos que habías ido a la tienda, pero que estarías de vuelta.
Santana besó mi frente. —Tienes muy buenos amigos aquí.
La abracé de nuevo mientras Kurt y Blaine se acercaban y recogían las bolsas que dejé en el cemento. Santana puso su brazo a mí alrededor cuando caminamos hacia el edificio.
—Mira, sin entrada privada. —Sonreí.
—Estás aprendiendo —rió suavemente.
La llevé a mi apartamento. Kurt y Blaine entraron, pusieron las bolsas en el mostrador y rápidamente se fueron, cuando Blaine me dio un guiño. Santana se giró y pasó un dedo a lo largo de la línea de mi mandíbula y sobre mis labios.
—Tienes mucho que explicar, pero primero voy a hacerte el amor.
Jadeé mientras mi cuerpo se estremeció. Rozó sus labios suavemente contra los míos mientras su lengua bajaba por mi cuello. —Sabes tan bien, ha sido demasiado tiempo, Brittany; te necesito. Necesito sentir tu cuerpo.
Sus palabras sonaban desesperadas mientras mi cuerpo rogaba que me tomara. Me levantó y llevó a mi habitación, sus labios nunca dejando los míos. Me puso frente a la cama y levantó mi camisa sobre mi cabeza, arrojándola al suelo. Sus manos recorrían mis costados y caderas mientras dejaba escapar un ligero gemido. Desabrochó mi sujetador y lo dejó caer al piso. Sus manos estaban acunando mis pechos y tomando mis pezones con sus dedos mientras su lengua exploraba mi ombligo. Encontró su camino hacia mis pechos, mordiendo suavemente mi pezón mientras me quitaba mis pantalones cortos. Mi cuerpo estaba en llamas y el dolor que sentía por ella era un dolor mucho más fuerte que antes. Ni siquiera necesitaba tocarme; mi cuerpo estaba en constante estado de dolor cada vez que ella estaba cerca de mí.
Atraje su cara a la mía y la besé, dejándole saber cuánto la necesitaba y quería. Gimió cuando mis manos sacaron su blusa y mis uñas se clavaron ligeramente en su espalda. Se apartó de mí para quitarse los zapatos y bajarse los pantalones. Observé su delicada figura mientras el fuego en mi interior rugía. Me rodeó con sus brazos y gentilmente me dejó en la cama, cerniéndose sobre mí y mirándome a los ojos.
—Me haces sentir viva, como nunca nadie lo ha hecho.
Pasé mis manos por su perfectamente peinado cabello y la atraje para darle un beso. Sus manos viajaron de mis pechos al borde de mis bragas. Presionó su pelvis contra mí mientras arqueaba mi espalda rogando por más. Deslizó su mano hacia la parte delantera de mi ropa interior y gimió. —Brittany, estás tan mojada.
—Esto es lo que me haces Santana.
Deslizó sus dedos dentro de mí y gentilmente los trabajó mientras su pulgar hacía círculos, excitándome más de lo que ya estaba. El dolor se estaba haciendo insoportable.
—Quiero que te vengas ahora, Brittany, mientras mis dedos están dentro de ti, dándote placer. —Sus palabras me enviaron al olvido mientras gritaba por el increíble orgasmo que esta mujer me dio—. Esa es mi chica. —Sonrió.
Con ella todavía cerniéndose sobre mí y su lengua haciendo círculos en mi pezón, me estiré y cole la mano entre nuestros cuerpos, sintiendo su calor, acariciándola gentilmente y sintiendo la humedad mientras movía mi pulgar suavemente sobre su clítoris —Oh, Dios, Brittany.
Sus labios se movieron a los míos cuando la empujé y me puse encima. Sonrió y se mordió el labio inferior. Quería tomar el control de ella; quería darle placer tanto como me lo dio a mí. Me senté a horcajadas y la tomé, me adueñe de su interior, moviéndome suavemente, hacia adentro y hacia afuera. Sus manos viajaron sobre mis pechos mientras tomaba mis pezones entre sus dedos.
—Eres tan hermosa, especialmente cuando te veo así —gimió.
Estaba hinchándome mientras me movía hacia atrás y adelante, rozándome contra su muslo, preparándome para mi siguiente liberación. Mi mano estaba plantada firmemente sobre su pecho, mientras la otra permanecía en su interior y las suyas en mis caderas; moviéndome adelante y atras.
—Mírame, Brittany; necesito verte venir.
La miré directamente a los ojos mientras nuestra respiración era pesada y me movía atrás y adelante, más y más rápido. Sus gemidos se hicieron más fuertes y sus ojos nunca dejaron los míos.
—No te vengas todavía nena, quiero que lleguemos juntas —jadeó.
Flexionó sus caderas suavemente, invitándome a sentirla completamente, sin creer que fuera posible pero lo era. Se movió arriba y abajo conmigo, y nuestros cuerpos se convertían en uno.
—Grita para mí, nena. Quiero escuchar lo que te hago.
Eso me envió a la cima cuando no pude aguantar más y tampoco ella; un movimiento final mientras ambas nos veníamos sin alejar nuestros ojos de la otra.
Colapsé sobre sus pechos y hundí mi cabeza en su cuello. Me quedé ahí mientras frotaba sus manos por mi espalda, y besé suavemente su cuello, disfrutando su increíble olor. Nuestros ritmos cardiacos se regularon así como nuestra respiración. Sali de ella y me quedé de costado mientras ella me enfrentaba, empujando mi cabello hacia atrás de mi oreja, sin decir una palabra. Ella no necesitaba decir nada; sabía exactamente lo que estaba sintiendo sólo por su mirada y tacto. No quería dejar jamás esta posición; quería esta así por siempre.
—Dime qué estás pensando —dijo. Tomé su mano y la llevé a mi boca.
—Estaba pensando en cuan feliz estoy de que me encontraras. —Sonrió y pasé mis dedos por su brazo—Puedes acecharme cualquier día, Señora Lopez.
Se sentó y me atrajo más, así mi cabeza estaba descansando sobre sus pechos.
—¿Cómo me encontraste? —pregunté.
Me besó en la cabeza. —Te diré todo y tú me dirás todo mientras conseguimos algo de comer, estoy muriendo de hambre.
Levanté mi cabeza y fruncí el ceño. —¿Quieres decir que tenemos que dejar esta cama?
—Sí, cariño, pero confía en mí, vamos a estar en ella muy pronto.
Me estiré y la besé en los labios y salimos de la cama. Nos vestimos y nos dirigimos a la habitación principal del apartamento.
—Este departamento es muy bonito, mejor que el de Nueva York. —La golpee en el brazo cuando la pasé.
—Oye, me gusta mi pequeña caja en Nueva York.
Sonrió y caminó a la cocina. Se detuvo cuando miró las quince botellas de píldoras alineadas en una fila en el mostrador. Agarró una de las botellas y comenzó a leer la etiqueta.
—¿Te importaría explicar lo que son estas? —preguntó mientras me daba una mirada de dolor. Tomé sus manos y la llevé al sofá.
—Estoy en un estudio experimental, por eso vine aquí. —Empezó a interrumpir, pero puse mi dedo sobre su boca—. Déjame terminar.
Sonrió mientras tomaba mi dedo en su boca y lo chupó. Me reí y lo saqué para continuar. —Tengo que tomar esas píldoras cada día. Una vez al mes voy al hospital y consigo una serie de tres inyecciones, se llama un tipo de Inmunoterapia. Tengo que hacer esto por un periodo de tres meses. Una vez completados los tres meses, el doctor analizará mi sangre para ver si el cáncer se ha ido; si no lo ha hecho, entonces continuaré por otros tres meses. Ni siquiera sé si va a funcionar —dije mientras bajaba la mirada.
Levantó mi barbilla, así estaba mirándola. —Funcionará; tiene que funcionar.
—Es sólo un experimento, Santana; es la primera vez que se está haciendo en humanos, por lo que ahora no sé lo que pensar.
—Eres fuerte Britt, eres la persona más fuerte y más obstinada que jamás he conocido en mi vida, y si alguien puede salir a través de esto eres tú, pero tienes que dejar de huir de mí. —Tomé su mano que estaba acariciando mi mejilla.
—Lo sé; sólo estoy tan asustada.
Agarró mis manos, las volteó para mirar mis tatuajes y besó suavemente cada uno de ellos. —No tengas miedo, estoy aquí y voy a ayudarte a pasar por esto. Incluso si este experimento no funciona, no importa, porque volaré contigo alrededor del mundo para encontrar el tratamiento que funcionará porque —tomó una profunda respiración—, te amo Brittany Pierce y te protegeré.
Lágrimas corrían por mi rostro mientras escuchaba las palabras que nunca le dijo a nadie antes. La abracé tan fuerte como podía y susurré en su oído—: También te amo. —Sus dedos se cerraron en la parte inferior de mi camisa cuando la levantó gentilmente. Mi corazón empezó a correr cuando me inclinó hacia atrás en el sofá e hicimos el amor.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn
¿Que les pareció? Santana no deja de darnos sorpresas y creo que Brittany ya se merece tener quien la cuide siempre, espero sus comentarios, tal vez sea el ultimo capitulo por hoy.
Me tomé mis quince píldoras de cada mañana y cada noche, y mi cuerpo se estremeció por una hora. Hasta ahora, ese era el único efecto secundario que tenía y después de lo que la quimio me hacía, era como un trozo de pastel. Ocupé el último par de semanas para absorberme a mí misma en mi obra y pasar tiempo con Kurt y Blaine. Pronto se convirtieron en mis mejores amigos en California. A pesar de que intenté mantenerme ocupada, pensaba en Santana cada día y noche. Hanna me mantuvo informada y nada había cambiado; ella no estaba haciendo nada para encontrarme.
La soledad que sentía estaba más allá de lo que nunca había experimentado antes. Cuando estábamos separadas en Nueva York, tenía el consuelo de saber que ella estaba en la misma ciudad y que eventualmente correríamos para estar juntas; pero no está aquí en California y el factor soledad es diez veces peor. Revisaba mi correo electrónico cada día, con la esperanza de que me enviaría uno, pero no lo hizo y yo tampoco, porque era obvio que ella me había superado. Sacaría su foto en línea y pondría mi muñeca sobre mi corazón. Algunas veces, sólo ver una foto de ella aliviaba el dolor, pero la mayoría de las veces lo hacía peor.
En dos días conseguí mi primera serie de inyecciones. Estaba nerviosa por no conocer los efectos que tendrían en mí, así que decidí tomar la mañana e ir a la tienda. Necesitaba abastecerme de algunas cosas en caso de que no pudiera dejar el apartamento. Me puse mis pantalones cortos caqui, una camiseta sin mangas de color negro y un par de sandalias de tiras negras que conseguí en una venta cuando me mudé aquí. Pasé por el apartamento de Kurt y Blaine para preguntar si necesitaban que les trajera algo; gentilmente dijeron que no, pero que lo apreciaban. Caminé por la calle y giré en la esquina a Trader Joes, y cogí algunas cosas para abastecer mi refrigerador. Tomé el sol de California mientras regresaba al apartamento.
Me agaché por mi bolso y saqué la barra de Twiz que ansiaba desesperadamente. Levanté la vista cuando casi llegaba al edificio y llegué a un punto muerto cuando la vi inclinada contra el costado de un Porsche convertible negro. Me miró y sonrió.
—Eres una mujer difícil de encontrar, Srta. Pierce.
Sentí como si la vida me daba otro aliento mientras mi corazón empezaba a correr. Dejé caer mis bolsas al piso y corrí hacia ella tan rápido como podía. Ella ya no estaba apoyada contra el auto cuando salté y envolví mis piernas y brazos a su alrededor. Me agarró, envolviendo sus brazos alrededor mío y sosteniéndome con fuerza.
—Oh, nena, te he extrañado tanto —susurró en mi oído.
—Te extrañé y lo siento.
—Shh… sin disculpas, la única cosa que importa es que te encontré y a salvo.
Levanté mi cabeza, acuné su rostro con mis manos y la besé apasionadamente. Nuestras lenguas se encontraron con entusiasmo y alegría mientras nuestro beso perdido desde hace mucho tiempo nos dejaba sin aliento. Lágrimas empezaron a correr por mi rostro cuando me bajó, y suavemente limpió mis mejillas con su pulgar.
—¿Déjame verte? —dijo mientras me dio la vuelta. Me agarró y sostuvo fuerte—. Luces tan hermosa como cuando te fuiste.
Kurt y Blaine salieron de su departamento aplaudiendo. Giré mi cabeza y sonreí. —Chicos, esta es…
Kurt levantó su mano. —Ya conocimos a esta hermosa mujer, Britt. —Los miré y luego a Santana.
—¿Qué? ¿Cómo?
—Tu sexy y ardiente chica llegó a la oficina de alquiler y quería saber si estabas rentando un apartamento aquí y nosotros dijimos ¡SÍ! Le dijimos que habías ido a la tienda, pero que estarías de vuelta.
Santana besó mi frente. —Tienes muy buenos amigos aquí.
La abracé de nuevo mientras Kurt y Blaine se acercaban y recogían las bolsas que dejé en el cemento. Santana puso su brazo a mí alrededor cuando caminamos hacia el edificio.
—Mira, sin entrada privada. —Sonreí.
—Estás aprendiendo —rió suavemente.
La llevé a mi apartamento. Kurt y Blaine entraron, pusieron las bolsas en el mostrador y rápidamente se fueron, cuando Blaine me dio un guiño. Santana se giró y pasó un dedo a lo largo de la línea de mi mandíbula y sobre mis labios.
—Tienes mucho que explicar, pero primero voy a hacerte el amor.
Jadeé mientras mi cuerpo se estremeció. Rozó sus labios suavemente contra los míos mientras su lengua bajaba por mi cuello. —Sabes tan bien, ha sido demasiado tiempo, Brittany; te necesito. Necesito sentir tu cuerpo.
Sus palabras sonaban desesperadas mientras mi cuerpo rogaba que me tomara. Me levantó y llevó a mi habitación, sus labios nunca dejando los míos. Me puso frente a la cama y levantó mi camisa sobre mi cabeza, arrojándola al suelo. Sus manos recorrían mis costados y caderas mientras dejaba escapar un ligero gemido. Desabrochó mi sujetador y lo dejó caer al piso. Sus manos estaban acunando mis pechos y tomando mis pezones con sus dedos mientras su lengua exploraba mi ombligo. Encontró su camino hacia mis pechos, mordiendo suavemente mi pezón mientras me quitaba mis pantalones cortos. Mi cuerpo estaba en llamas y el dolor que sentía por ella era un dolor mucho más fuerte que antes. Ni siquiera necesitaba tocarme; mi cuerpo estaba en constante estado de dolor cada vez que ella estaba cerca de mí.
Atraje su cara a la mía y la besé, dejándole saber cuánto la necesitaba y quería. Gimió cuando mis manos sacaron su blusa y mis uñas se clavaron ligeramente en su espalda. Se apartó de mí para quitarse los zapatos y bajarse los pantalones. Observé su delicada figura mientras el fuego en mi interior rugía. Me rodeó con sus brazos y gentilmente me dejó en la cama, cerniéndose sobre mí y mirándome a los ojos.
—Me haces sentir viva, como nunca nadie lo ha hecho.
Pasé mis manos por su perfectamente peinado cabello y la atraje para darle un beso. Sus manos viajaron de mis pechos al borde de mis bragas. Presionó su pelvis contra mí mientras arqueaba mi espalda rogando por más. Deslizó su mano hacia la parte delantera de mi ropa interior y gimió. —Brittany, estás tan mojada.
—Esto es lo que me haces Santana.
Deslizó sus dedos dentro de mí y gentilmente los trabajó mientras su pulgar hacía círculos, excitándome más de lo que ya estaba. El dolor se estaba haciendo insoportable.
—Quiero que te vengas ahora, Brittany, mientras mis dedos están dentro de ti, dándote placer. —Sus palabras me enviaron al olvido mientras gritaba por el increíble orgasmo que esta mujer me dio—. Esa es mi chica. —Sonrió.
Con ella todavía cerniéndose sobre mí y su lengua haciendo círculos en mi pezón, me estiré y cole la mano entre nuestros cuerpos, sintiendo su calor, acariciándola gentilmente y sintiendo la humedad mientras movía mi pulgar suavemente sobre su clítoris —Oh, Dios, Brittany.
Sus labios se movieron a los míos cuando la empujé y me puse encima. Sonrió y se mordió el labio inferior. Quería tomar el control de ella; quería darle placer tanto como me lo dio a mí. Me senté a horcajadas y la tomé, me adueñe de su interior, moviéndome suavemente, hacia adentro y hacia afuera. Sus manos viajaron sobre mis pechos mientras tomaba mis pezones entre sus dedos.
—Eres tan hermosa, especialmente cuando te veo así —gimió.
Estaba hinchándome mientras me movía hacia atrás y adelante, rozándome contra su muslo, preparándome para mi siguiente liberación. Mi mano estaba plantada firmemente sobre su pecho, mientras la otra permanecía en su interior y las suyas en mis caderas; moviéndome adelante y atras.
—Mírame, Brittany; necesito verte venir.
La miré directamente a los ojos mientras nuestra respiración era pesada y me movía atrás y adelante, más y más rápido. Sus gemidos se hicieron más fuertes y sus ojos nunca dejaron los míos.
—No te vengas todavía nena, quiero que lleguemos juntas —jadeó.
Flexionó sus caderas suavemente, invitándome a sentirla completamente, sin creer que fuera posible pero lo era. Se movió arriba y abajo conmigo, y nuestros cuerpos se convertían en uno.
—Grita para mí, nena. Quiero escuchar lo que te hago.
Eso me envió a la cima cuando no pude aguantar más y tampoco ella; un movimiento final mientras ambas nos veníamos sin alejar nuestros ojos de la otra.
Colapsé sobre sus pechos y hundí mi cabeza en su cuello. Me quedé ahí mientras frotaba sus manos por mi espalda, y besé suavemente su cuello, disfrutando su increíble olor. Nuestros ritmos cardiacos se regularon así como nuestra respiración. Sali de ella y me quedé de costado mientras ella me enfrentaba, empujando mi cabello hacia atrás de mi oreja, sin decir una palabra. Ella no necesitaba decir nada; sabía exactamente lo que estaba sintiendo sólo por su mirada y tacto. No quería dejar jamás esta posición; quería esta así por siempre.
—Dime qué estás pensando —dijo. Tomé su mano y la llevé a mi boca.
—Estaba pensando en cuan feliz estoy de que me encontraras. —Sonrió y pasé mis dedos por su brazo—Puedes acecharme cualquier día, Señora Lopez.
Se sentó y me atrajo más, así mi cabeza estaba descansando sobre sus pechos.
—¿Cómo me encontraste? —pregunté.
Me besó en la cabeza. —Te diré todo y tú me dirás todo mientras conseguimos algo de comer, estoy muriendo de hambre.
Levanté mi cabeza y fruncí el ceño. —¿Quieres decir que tenemos que dejar esta cama?
—Sí, cariño, pero confía en mí, vamos a estar en ella muy pronto.
Me estiré y la besé en los labios y salimos de la cama. Nos vestimos y nos dirigimos a la habitación principal del apartamento.
—Este departamento es muy bonito, mejor que el de Nueva York. —La golpee en el brazo cuando la pasé.
—Oye, me gusta mi pequeña caja en Nueva York.
Sonrió y caminó a la cocina. Se detuvo cuando miró las quince botellas de píldoras alineadas en una fila en el mostrador. Agarró una de las botellas y comenzó a leer la etiqueta.
—¿Te importaría explicar lo que son estas? —preguntó mientras me daba una mirada de dolor. Tomé sus manos y la llevé al sofá.
—Estoy en un estudio experimental, por eso vine aquí. —Empezó a interrumpir, pero puse mi dedo sobre su boca—. Déjame terminar.
Sonrió mientras tomaba mi dedo en su boca y lo chupó. Me reí y lo saqué para continuar. —Tengo que tomar esas píldoras cada día. Una vez al mes voy al hospital y consigo una serie de tres inyecciones, se llama un tipo de Inmunoterapia. Tengo que hacer esto por un periodo de tres meses. Una vez completados los tres meses, el doctor analizará mi sangre para ver si el cáncer se ha ido; si no lo ha hecho, entonces continuaré por otros tres meses. Ni siquiera sé si va a funcionar —dije mientras bajaba la mirada.
Levantó mi barbilla, así estaba mirándola. —Funcionará; tiene que funcionar.
—Es sólo un experimento, Santana; es la primera vez que se está haciendo en humanos, por lo que ahora no sé lo que pensar.
—Eres fuerte Britt, eres la persona más fuerte y más obstinada que jamás he conocido en mi vida, y si alguien puede salir a través de esto eres tú, pero tienes que dejar de huir de mí. —Tomé su mano que estaba acariciando mi mejilla.
—Lo sé; sólo estoy tan asustada.
Agarró mis manos, las volteó para mirar mis tatuajes y besó suavemente cada uno de ellos. —No tengas miedo, estoy aquí y voy a ayudarte a pasar por esto. Incluso si este experimento no funciona, no importa, porque volaré contigo alrededor del mundo para encontrar el tratamiento que funcionará porque —tomó una profunda respiración—, te amo Brittany Pierce y te protegeré.
Lágrimas corrían por mi rostro mientras escuchaba las palabras que nunca le dijo a nadie antes. La abracé tan fuerte como podía y susurré en su oído—: También te amo. —Sus dedos se cerraron en la parte inferior de mi camisa cuando la levantó gentilmente. Mi corazón empezó a correr cuando me inclinó hacia atrás en el sofá e hicimos el amor.
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Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn
¿Que les pareció? Santana no deja de darnos sorpresas y creo que Brittany ya se merece tener quien la cuide siempre, espero sus comentarios, tal vez sea el ultimo capitulo por hoy.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Wouww un capítulo de muchas sorpresas y hot!..sabía que Santana la encontraría y presiento que hanna ayudo pero no importa.ahora lucharán juntas.. I like!... Esperare con ansias la próxima tanda de CAPs.
pierizip* - Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2013
Edad : 33
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Ante todo quiero que sepas que si no comento es pq cuando voy a revisar las historias que estoy siguiendo me sorprendo de que ya hay publicados varios capitulos de tu adaptacion, cosa que me encanta, pq casi nadie lo hace, y es entonces cuando comento, estos ultimos capitulos han sido simplemente sensacionales y demas esta decir que amo a santana! asi que ya aclarado este punto, hasta muy pronto!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Me a encnatado el capitulo
Y ya quiero leer
El capitulo donde sanatana
Le explica. A britt y ella a santana
Porfa deja uno mas!
Saludos
Y ya quiero leer
El capitulo donde sanatana
Le explica. A britt y ella a santana
Porfa deja uno mas!
Saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
UNO MÁS POR FAVOR, POR FAVOR, QUIERO SABER LA OTRA PARTE DE LA CONVERSACIÓN, DE CÓMO LA ENCONTRÓ?
ESTÁS CHICAS SALIERON DE LA CAMA PARA COMER XQ SANTANA SÉ MORÍA DE HAMBRE Y LO QUE MENOS HICIERON FUE ESO.
ESTÁS CHICAS SALIERON DE LA CAMA PARA COMER XQ SANTANA SÉ MORÍA DE HAMBRE Y LO QUE MENOS HICIERON FUE ESO.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Ame este capitulo, Santana siempre tan protectora ♥♥
Saludos
Espero la actu♥
Saludos
Espero la actu♥
daniela123* - Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 28/07/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
wow! gran capítulo! Espero el tratamiento funcione .. .
Claru!***** - Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 22/09/2012
Edad : 33
Capitulo 32
CAPITULO 32
Santana salió del baño cuando estaba poniéndome los zapatos. —Un lindo toque en el camino. —Me di la vuelta y la miré.
—¿Un lindo toque? —le pregunté.
—Sí, lanzar tu teléfono a la basura en el aeropuerto de Ohio.
Arrugué la nariz. —Sí, sabía que lo rastrearías, así que tuve que deshacerme de él. Por cierto, ¿cómo me encontraste y por qué te tomó tanto tiempo?
Sonrió. —¿Quieres la verdad o quieres que te diga lo que TÚ quieres?
La miré desde el otro lado de la habitación e incliné mi cabeza. — ¿Eh? Quiero la verdad.
Se rió. —Bien, pero debes prometerme que no te enfadarás conmigo—dijo mientras caminaba hacia mí, pero mantuvo la distancia.
Mordí mi labio inferior y entrecerré los ojos. —Está bien, lo prometo.
—En realidad te encontré en menos de una semana. —Ella podía ver la ira desarrollándose mientras yo apretaba la mandíbula y me movía hacia delante y atrás—Oye, lo prometiste.
Tragué saliva. —Continúa.
—Necesitas recordar Brittany, que con la cantidad de dinero que tengo, puedo hacerlo y encontrar información sobre casi cualquier cosa. Te la entregaré sin embargo, me encantó la forma en que sobornaste a la chica en el mostrador para poner tu boleto bajo un nombre diferente, pero lamentablemente a ella le gustó más mi dinero.
—Uf, rastrera.
Se rió. —¿Debo continuar? —Sacudí la cabeza y crucé mis brazos—No te enojes conmigo por lo que voy a decirte —dijo nerviosamente mientras pasaba sus manos por mi pelo—. Tuve a mi chico de tecnología hackeando tu ordenador a través de tu dirección IP.
Mi respiración se hizo pesada mientras mis ojos se abrieron con incredulidad. —Fue entonces cuando vi que buscabas a una Dra. Murphy, así que hice un poco de investigación y eso es lo que me trajo hasta aquí.
Apreté los puños y caminé hacia ella, puso sus manos en frente. —Me prometiste que no te enojarías.
—Eso fue antes de saber que hackeaste mi ordenador, acosadora.
Agarró mis muñecas cuando me acerqué a ella y me retuvo. — Realmente no quiero que me abofetees de nuevo, eso de verdad duele.
—Oh, no tienes que preocuparte por mí abofeteándote, voy a darte un puñetazo en su lugar. —Se rió, besó mis puños y envolvió sus brazos alrededor de mí.
—Dime una cosa más —pedí.
—¿Qué quieres saber bebé?
—Si supiste en menos de una semana que estaba aquí, ¿por qué esperaste tanto tiempo para venir? —El dolor en mi voz era evidente y ella lo sabía mientras suspiraba y me miraba.
—No querías ser encontrada tan rápidamente y te estaba dando tiempo, ¿de verdad crees que te dejaría pasar tu cumpleaños sola?
La miré y sonreí mientras enterraba mi cabeza en su cuello. Mañana es mi cumpleaños número veinticuatro.
Caminamos de la mano a la playa, extendió la manta sobre la arena caliente y puse la canasta sobre ella.
—¿Sabes, podríamos haber ido a un restaurante?
Le di una palmada en el brazo. —Me encanta la playa y no hay nada más romántico que tener un picnic aquí.
Sonrió mientras ponía su brazo alrededor de mí. —Sexo en la playa es igual de romántico, ¿podemos hacer eso?
Mi piel se encendió cuando dijo eso a medida que ese familiar dolor apareció. —Mira la zona a tu alrededor cariño, hay niños. —Se rió y abrió la cesta de picnic, sacó una fresa y seductoramente me alimentó con ella. Gemí cuando la mordí.
—Si sigues haciendo eso no va a importar si hay gente alrededor, te voy a tomar aquí y ahora —susurró.
Sonreí y me mordí el labio. —Calma hermosa, hay un montón de tiempo para eso.
Comimos, hablamos y disfrutamos de la calidez del sol. Me incliné para besar a Santana cuando una niña pequeña, de unos 5 años, se acercó y me dio un golpecito en el hombro.
—No puedo encontrar a mi mamá —se quejó.
—¿Cómo luce tu mamá? —le pregunté.
Se frotó los ojos con sus pequeñas manos. —Su pelo es como el tuyo.
—Bueno, eso definitivamente lo reduce —dijo Santana. Le lancé una mirada y se encogió de hombros.
—Vamos, cariño, vamos a ver si podemos encontrarla, pero primero ¿cuál es tu nombre?
Inclinó la cabeza y cerró un ojo. —Chloe.
—Encantada de conocerte Chloe, soy Brittany y esta es mi amiga Santana —le dije mientras estrechaba su pequeña mano. Santana me miró y luego a su pequeña mano que se extendía hacia ella.
—Encantado de conocerte Chloe —sonrió.
La forma en que le estrechó la mano me derritió por dentro, tan suave y pura. Me levanté, la tomé de la mano y le indiqué a Santana que hiciera lo mismo. Se levantó y tomó su otra mano mientras la paseamos arriba y abajo de la playa. Oí a una mujer gritar el nombre de Chloe. Santana y yo dimos la vuelta cuando la pequeña mujer con el ondulado pelo rubio vino corriendo hacia ella y la abrazó fuerte.
—Chloe, me has asustado.
Se levantó y nos miró. —Muchas gracias por cuidar de ella.
Me sorprendí cuando Santana habló. —No hay problema, pero debe cuidarla mejor. —Lo fulminó con la mirada, tomó a Chloe de la mano y se alejó.
—Santana, eso no fue muy agradable.
Suspiró. —Mírala, ¿parece totalmente de 19 o 20? Ni siquiera debería tener un hijo, ella misma es todavía una niña.
No estaba segura de dónde salió eso, pero tuve la sospecha de que tenía algo que ver con su hermana. Caminamos de regreso a la manta, separó las piernas y me llevó en medio de ellas con mi espalda apoyada en sus pechos.
—El último recuerdo que tengo de mi madre era en la playa. Creo que por eso me gusta tanto, me siento más cerca de ella cuando estoy aquí —dije en voz baja mientras miraba hacia el océano azul.
Santana se apretó con más fuerza a mí alrededor y besó suavemente mi cuello. —Háblame de tu recuerdo. —gire la cabeza hacia un lado mientras ella se inclinaba y besaba mis labios.
—Eran nuestras últimas vacaciones antes de que muriera. Mi padre nos llevó a la playa porque ella quería ver la puesta de sol sobre el agua. La recuerdo sentada en un sillón con un gran sombrero de paja blanco y grandes gafas de sol blancas. Yo construía un castillo de arena y justo cuando el sol comenzaba a ponerse me llamó y me hizo sentar en su regazo. Señaló la puesta del sol, y dijo: "Mira eso Brittany, no hay nada más hermoso que la puesta de sol sobre el agua del océano. Quiero que recuerdes algo por mí, si alguna vez te sientes triste, sola o necesitas hablar conmigo, ven aquí y espera a que el sol se ponga y estaré allí contigo.
Santana me levantó y me hizo girar, así estaba frente a ella. Me acarició la cara con el dorso de una mano mientras la otra estaba alrededor de mi cintura. —Los recuerdos son nuestra forma de aferrarnos a las cosas que amamos, y planeo crear los más bellos recuerdos contigo.
Miré fijamente sus encantadores ojos mientras me inclinaba y besaba suavemente sus labios húmedos. Podía sentir el latido de su corazón y mi cuerpo despertó —Te amo Santana Lopez —susurré.
Profundizó nuestro beso mientras pasaba sus manos por mi pelo. —Te amo.
Salté y tomé su mano, tirando de ella detrás de mí.
—¿A dónde vamos? —preguntó mientras envolvía sus brazos en mi cintura.
—Ya verás —le dije.
La llevé a un faro que noté más temprano ese día al final de la playa. Rogué que la puerta estuviera desbloqueada cuando di vuelta a la manija y se abrió. Me volví hacia Santana y sonreí.
—Brittany, ¿qué estás haciendo?
Cerré la puerta y la tiré de su blusa hacia mí, besándola apasionadamente.
—Dijiste que querías sexo en la playa. Bueno, esto es lo mejor que puedo darte en este momento. Lo llamaremos sexo en un faro en la playa.
Gruñó y luego su rostro se iluminó. —Chica pervertida —dijo mientras me empujaba contra la pared.
Sus manos levantaron mi blusa hasta mis pechos mientras su lengua exploraba mi cuello. Desabroché su pantalón e introduje mi mano. Gimió cuando pasé la mano arriba y debajo de su piel caliente y humeda. Fácilmente bajó mis pantaloncillos y bragas, y deslizó sus dedos dentro de mí para asegurarse de que estaba lista. No perdió el tiempo mientras colocaba su muslo en medio de mis piernas, su mano se deslizo hacía bajo hasta perderse en mi interior entrando no suavemente, sino duro y con tanta fuerza que me hizo gritar. Entraba y salía de mí a lo que parecía la velocidad de la luz, besándome salvajemente mientras yo intentaba mantener mis movimientos dentro de ella. Agarró mi muñeca y las sujetó por encima de mi cabeza con una mano mientras se perdía desesperadamente en mi cuello. Su aspereza era algo que nunca había experimentado antes y me hizo preguntarme si esto es lo que el sexo era para ella con otras mujeres. Mi cuerpo se disparó en llamas cuando juntas nos enviabamos hasta el punto de no retorno. Gemí su nombre como me ordenó.
—Dime que quieres que te folle, quiero oírte decirlo.
Me obligué a decirle lo que quería oír. Dimos una última embestida mientras ambas gemimos y nos vinimos. Enterró su cabeza en mi cuello mientras soltaba mi mano, permanecimos en silencio, todavía enterradas una en la otra sintiendo nuestro calor y humedad, con cuidado salió de mi y gimio cuando yo me retire, me abrazó con fuerza. Cuando nuestra respiración se calmó, levantó la cabeza y la acercó a la mía.
—Nunca dejas de sorprenderme.
Sonreí. —Vamos a salir de aquí e ir a casa.
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Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn.
Como lo pidieron les dejo un capitulo más, como ven Santana siempre consigue lo que quiere y nunca deja de ser una acosadora con Brittany. Nos vemos mañana con otra serie de capitulo.
Santana salió del baño cuando estaba poniéndome los zapatos. —Un lindo toque en el camino. —Me di la vuelta y la miré.
—¿Un lindo toque? —le pregunté.
—Sí, lanzar tu teléfono a la basura en el aeropuerto de Ohio.
Arrugué la nariz. —Sí, sabía que lo rastrearías, así que tuve que deshacerme de él. Por cierto, ¿cómo me encontraste y por qué te tomó tanto tiempo?
Sonrió. —¿Quieres la verdad o quieres que te diga lo que TÚ quieres?
La miré desde el otro lado de la habitación e incliné mi cabeza. — ¿Eh? Quiero la verdad.
Se rió. —Bien, pero debes prometerme que no te enfadarás conmigo—dijo mientras caminaba hacia mí, pero mantuvo la distancia.
Mordí mi labio inferior y entrecerré los ojos. —Está bien, lo prometo.
—En realidad te encontré en menos de una semana. —Ella podía ver la ira desarrollándose mientras yo apretaba la mandíbula y me movía hacia delante y atrás—Oye, lo prometiste.
Tragué saliva. —Continúa.
—Necesitas recordar Brittany, que con la cantidad de dinero que tengo, puedo hacerlo y encontrar información sobre casi cualquier cosa. Te la entregaré sin embargo, me encantó la forma en que sobornaste a la chica en el mostrador para poner tu boleto bajo un nombre diferente, pero lamentablemente a ella le gustó más mi dinero.
—Uf, rastrera.
Se rió. —¿Debo continuar? —Sacudí la cabeza y crucé mis brazos—No te enojes conmigo por lo que voy a decirte —dijo nerviosamente mientras pasaba sus manos por mi pelo—. Tuve a mi chico de tecnología hackeando tu ordenador a través de tu dirección IP.
Mi respiración se hizo pesada mientras mis ojos se abrieron con incredulidad. —Fue entonces cuando vi que buscabas a una Dra. Murphy, así que hice un poco de investigación y eso es lo que me trajo hasta aquí.
Apreté los puños y caminé hacia ella, puso sus manos en frente. —Me prometiste que no te enojarías.
—Eso fue antes de saber que hackeaste mi ordenador, acosadora.
Agarró mis muñecas cuando me acerqué a ella y me retuvo. — Realmente no quiero que me abofetees de nuevo, eso de verdad duele.
—Oh, no tienes que preocuparte por mí abofeteándote, voy a darte un puñetazo en su lugar. —Se rió, besó mis puños y envolvió sus brazos alrededor de mí.
—Dime una cosa más —pedí.
—¿Qué quieres saber bebé?
—Si supiste en menos de una semana que estaba aquí, ¿por qué esperaste tanto tiempo para venir? —El dolor en mi voz era evidente y ella lo sabía mientras suspiraba y me miraba.
—No querías ser encontrada tan rápidamente y te estaba dando tiempo, ¿de verdad crees que te dejaría pasar tu cumpleaños sola?
La miré y sonreí mientras enterraba mi cabeza en su cuello. Mañana es mi cumpleaños número veinticuatro.
Caminamos de la mano a la playa, extendió la manta sobre la arena caliente y puse la canasta sobre ella.
—¿Sabes, podríamos haber ido a un restaurante?
Le di una palmada en el brazo. —Me encanta la playa y no hay nada más romántico que tener un picnic aquí.
Sonrió mientras ponía su brazo alrededor de mí. —Sexo en la playa es igual de romántico, ¿podemos hacer eso?
Mi piel se encendió cuando dijo eso a medida que ese familiar dolor apareció. —Mira la zona a tu alrededor cariño, hay niños. —Se rió y abrió la cesta de picnic, sacó una fresa y seductoramente me alimentó con ella. Gemí cuando la mordí.
—Si sigues haciendo eso no va a importar si hay gente alrededor, te voy a tomar aquí y ahora —susurró.
Sonreí y me mordí el labio. —Calma hermosa, hay un montón de tiempo para eso.
Comimos, hablamos y disfrutamos de la calidez del sol. Me incliné para besar a Santana cuando una niña pequeña, de unos 5 años, se acercó y me dio un golpecito en el hombro.
—No puedo encontrar a mi mamá —se quejó.
—¿Cómo luce tu mamá? —le pregunté.
Se frotó los ojos con sus pequeñas manos. —Su pelo es como el tuyo.
—Bueno, eso definitivamente lo reduce —dijo Santana. Le lancé una mirada y se encogió de hombros.
—Vamos, cariño, vamos a ver si podemos encontrarla, pero primero ¿cuál es tu nombre?
Inclinó la cabeza y cerró un ojo. —Chloe.
—Encantada de conocerte Chloe, soy Brittany y esta es mi amiga Santana —le dije mientras estrechaba su pequeña mano. Santana me miró y luego a su pequeña mano que se extendía hacia ella.
—Encantado de conocerte Chloe —sonrió.
La forma en que le estrechó la mano me derritió por dentro, tan suave y pura. Me levanté, la tomé de la mano y le indiqué a Santana que hiciera lo mismo. Se levantó y tomó su otra mano mientras la paseamos arriba y abajo de la playa. Oí a una mujer gritar el nombre de Chloe. Santana y yo dimos la vuelta cuando la pequeña mujer con el ondulado pelo rubio vino corriendo hacia ella y la abrazó fuerte.
—Chloe, me has asustado.
Se levantó y nos miró. —Muchas gracias por cuidar de ella.
Me sorprendí cuando Santana habló. —No hay problema, pero debe cuidarla mejor. —Lo fulminó con la mirada, tomó a Chloe de la mano y se alejó.
—Santana, eso no fue muy agradable.
Suspiró. —Mírala, ¿parece totalmente de 19 o 20? Ni siquiera debería tener un hijo, ella misma es todavía una niña.
No estaba segura de dónde salió eso, pero tuve la sospecha de que tenía algo que ver con su hermana. Caminamos de regreso a la manta, separó las piernas y me llevó en medio de ellas con mi espalda apoyada en sus pechos.
—El último recuerdo que tengo de mi madre era en la playa. Creo que por eso me gusta tanto, me siento más cerca de ella cuando estoy aquí —dije en voz baja mientras miraba hacia el océano azul.
Santana se apretó con más fuerza a mí alrededor y besó suavemente mi cuello. —Háblame de tu recuerdo. —gire la cabeza hacia un lado mientras ella se inclinaba y besaba mis labios.
—Eran nuestras últimas vacaciones antes de que muriera. Mi padre nos llevó a la playa porque ella quería ver la puesta de sol sobre el agua. La recuerdo sentada en un sillón con un gran sombrero de paja blanco y grandes gafas de sol blancas. Yo construía un castillo de arena y justo cuando el sol comenzaba a ponerse me llamó y me hizo sentar en su regazo. Señaló la puesta del sol, y dijo: "Mira eso Brittany, no hay nada más hermoso que la puesta de sol sobre el agua del océano. Quiero que recuerdes algo por mí, si alguna vez te sientes triste, sola o necesitas hablar conmigo, ven aquí y espera a que el sol se ponga y estaré allí contigo.
Santana me levantó y me hizo girar, así estaba frente a ella. Me acarició la cara con el dorso de una mano mientras la otra estaba alrededor de mi cintura. —Los recuerdos son nuestra forma de aferrarnos a las cosas que amamos, y planeo crear los más bellos recuerdos contigo.
Miré fijamente sus encantadores ojos mientras me inclinaba y besaba suavemente sus labios húmedos. Podía sentir el latido de su corazón y mi cuerpo despertó —Te amo Santana Lopez —susurré.
Profundizó nuestro beso mientras pasaba sus manos por mi pelo. —Te amo.
Salté y tomé su mano, tirando de ella detrás de mí.
—¿A dónde vamos? —preguntó mientras envolvía sus brazos en mi cintura.
—Ya verás —le dije.
La llevé a un faro que noté más temprano ese día al final de la playa. Rogué que la puerta estuviera desbloqueada cuando di vuelta a la manija y se abrió. Me volví hacia Santana y sonreí.
—Brittany, ¿qué estás haciendo?
Cerré la puerta y la tiré de su blusa hacia mí, besándola apasionadamente.
—Dijiste que querías sexo en la playa. Bueno, esto es lo mejor que puedo darte en este momento. Lo llamaremos sexo en un faro en la playa.
Gruñó y luego su rostro se iluminó. —Chica pervertida —dijo mientras me empujaba contra la pared.
Sus manos levantaron mi blusa hasta mis pechos mientras su lengua exploraba mi cuello. Desabroché su pantalón e introduje mi mano. Gimió cuando pasé la mano arriba y debajo de su piel caliente y humeda. Fácilmente bajó mis pantaloncillos y bragas, y deslizó sus dedos dentro de mí para asegurarse de que estaba lista. No perdió el tiempo mientras colocaba su muslo en medio de mis piernas, su mano se deslizo hacía bajo hasta perderse en mi interior entrando no suavemente, sino duro y con tanta fuerza que me hizo gritar. Entraba y salía de mí a lo que parecía la velocidad de la luz, besándome salvajemente mientras yo intentaba mantener mis movimientos dentro de ella. Agarró mi muñeca y las sujetó por encima de mi cabeza con una mano mientras se perdía desesperadamente en mi cuello. Su aspereza era algo que nunca había experimentado antes y me hizo preguntarme si esto es lo que el sexo era para ella con otras mujeres. Mi cuerpo se disparó en llamas cuando juntas nos enviabamos hasta el punto de no retorno. Gemí su nombre como me ordenó.
—Dime que quieres que te folle, quiero oírte decirlo.
Me obligué a decirle lo que quería oír. Dimos una última embestida mientras ambas gemimos y nos vinimos. Enterró su cabeza en mi cuello mientras soltaba mi mano, permanecimos en silencio, todavía enterradas una en la otra sintiendo nuestro calor y humedad, con cuidado salió de mi y gimio cuando yo me retire, me abrazó con fuerza. Cuando nuestra respiración se calmó, levantó la cabeza y la acercó a la mía.
—Nunca dejas de sorprenderme.
Sonreí. —Vamos a salir de aquí e ir a casa.
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Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn.
Como lo pidieron les dejo un capitulo más, como ven Santana siempre consigue lo que quiere y nunca deja de ser una acosadora con Brittany. Nos vemos mañana con otra serie de capitulo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Maravilloso. Por Fin juntas y cómo debe ser.
Gracias por públicar este capítulo, nos Leemos pronto.
Gracias por públicar este capítulo, nos Leemos pronto.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Ahora solo quiero saber
Quien es quinn en esta historia
Saludos
Quien es quinn en esta historia
Saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Tanta felicidades me esta dando miedo... No quiero que les pase nada... Y cuando Santana le hablará de Q?.... Esperare la próximo actualización.
Genial!
Genial!
pierizip* - Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2013
Edad : 33
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Quinn debe ser algo de la primer novia de San... amiga? Hermana?
ummm!!!
ummm!!!
Claru!***** - Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 22/09/2012
Edad : 33
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
YA ME MUERO POR SABER QUIEN ES QUINN EN ESTA HISTORIA! Y PORQUE AFECTA LA VIDA DE SANTANA? Y QUE SE LO CUENTE A BRITT! :) y no afecte su relación xd
Invitado- Invitado
Capitulo 33
CAPITULO 33
Casa; refiriéndose a nosotras volver a casa sonaba agridulce. Santana se acercó al atril y miró intrigado mi pintura.
—Tengo que decir Brittany, eres una artista muy talentosa; esta pintura es impresionante.
Me acerqué, deslicé mis manos en sus bolsillos traseros y apoyé mi barbilla sobre su hombro.
—Gracias. Esta es mi visión de un futuro... se ve tan tranquilo allí.
—Es muy hermoso, sugiero que lo mantengas y no lo vendas —dijo.
La besé en la mejilla. —Tal vez lo haga.
Me detuve por un momento mientras miraba en la profundidad de mi pintura. —Iba a decirte, ya sabes.
Alcanzó mis manos y llevó mis brazos alrededor de su cintura. — ¿Decirme qué?
Tomé una profunda bocanada. —Acerca de venir aquí y ver a la Dra. Murphy. Quise hablarte de ello ese día pero estabas tan enojada; te escuché en el teléfono, en tu oficina, con Quinn.
Bajó la mirada. —Lo siento, nunca debí decir esas cosas de ti, estaba… —No podía encontrar las palabras que necesitaba decir, así que la interrumpí.
—Tienes que hablarme de ella Santana, nunca podremos avanzar si no lo haces y creo que tengo derecho a saber.
Se dio la vuelta por lo que quedamos enfrentadas y presionó su frente contra la mía. —Lo sé y lo haré, pero no esta noche bebé.
Comenzaba a pensar si alguna vez me lo iba a decir porque si no era así, tendría que averiguarlo por mí misma y eso era algo que no quería tener que hacer. Suspiré y fuimos a la habitación.
Me desperté con la sensación de mi cuello siendo cubierto por pequeños y ligeros besos. Sonreí y me giré ara ver a la mujer sexy que estaba enviado escalofríos por todo mi cuerpo.
—Feliz cumpleaños bebé —sonrió y presionó ligeramente mis labios.
Entrelacé nuestros dedos y me acurruqué en su pecho. —Gracias.
Me sorprendía cuán rápido cambiaron las cosas. No hace mucho tiempo atrás estuve asustada de celebrar este día sola. No es que no lo hubiese celebrado porque fue hace 8 años atrás que fui diagnosticada con cáncer la primera vez, y estoy aquí frente a ella otra vez, pero Santana hace las cosas mucho mejor; me hace sentir a salvo y feliz.
—No te muevas —dijo rápidamente mientras se levantaba de la cama. Me mordí el labio inferior ansiosamente esperando a que regresara.
Vestida sólo con una enorme camisa, se pavoneó en la habitación sosteniendo una bandeja. No pude hacer nada menos que contener la respiración mientras miraba sus piernas perfectamente cinceladas y sus caderas quedaban a la vista. Santana Lopez sabía que era una mujer sexy y no tenía ningún problema en dejármelo saber. Dejó la bandeja sobre mis piernas y se sentó junto a mí. Con una sonrisa que se extendió de oreja a oreja, bajé la mirada hacia los huevos revueltos, los panecillos, las frutas y el tocino que estaban frente a mí.
—¿Cómo, cuándo, dónde?
Rió mientras tomaba mi tenedor y pinchaba los huevos. —Puesto que no tienes nada más que huevos, bajé y fui a la cafetería.
Sonrió en lo que abría su mano y me tendía mi dosis diaria de quince pastillas; no hace falta decir que rodé los ojos. Levantó el tenedor y lo llevó a mi boca mientras que yo graciosamente sacaba los huevos de el.
—Eres asombrosa —sonreí.
Tomé el tenedor de su mano y compartí mis huevos y tocino con ella. Una felicidad que nunca pensé que existiera creció dentro de mí. Estaba tan feliz y eso me asustó; me asustó de muerte porque todo en lo que seguía pensando era nada menos que un por siempre y nunca quise este sentimiento de final.
—Hora de los regalos. —Sonrió y extendió un brazo por debajo de la cama. Sacó tres cajas hermosamente envueltas y luego quitó la bandeja de mi regazo.
—Amo los regalos —chillé.
La expresión en su rostro era pura felicidad. Estaba tan feliz en este momento como yo. Me tendió la primera caja y cuidadosamente la desenvolví. Mi boca se abrió mientras sacaba un nuevo iPhone de la caja.
—Tu número de teléfono es el mismo que antes; tú sabes, ¿ese que tiraste? —Sonrió—.¿Quién se deshace así de su teléfono? —Sacudió la cabeza.
En broma le golpeé el brazo. —Estoy loca, ¿recuerdas?
Rió y me besó en la mejilla. Encendí el teléfono e instantáneamente hubo mensajes de todos mis amigos deseándome un feliz cumpleaños.
Un mensaje de Hanna decía: “Feliz cumpleaños perra, nah, sabes que te quiero, llámame pronto, tenemos mucho con lo que ponernos al día. Por cierto, ten mucho sexo de cumpleaños, te lo mereces”.
Sacudí la cabeza y reí. Santana sabía cómo era Hanna así que ni siquiera preguntó qué dijo, podría adivinarlo simplemente por mi reacción.
Tomó el aparato de mi mano y lo dejó en la cama mientras me tendía la siguiente caja. Sonreí y me mordí el labio inferior ansiosamente desenvolviendo, excitada como un niño la mañana de Navidad, la caja perfectamente plateada. Saqué la tapa y dentro había un impresionante brazalete de plata con el símbolo del infinito recubierto de diamantes.
—Santana, yo… lo amo. Es el regalo más hermoso que nadie me ha dado.
Tomó la caja de mi mano y me quitó el brazalete. Lo desabrochó y lo puse sobre mi muñeca. —Te amo, no sólo por quien eres, sino por la persona en que me he convertido por ti. Este es mí Por siempre para ti.
Las incontrolables lágrimas que parecían haber plagado mi rostro recientemente comenzaron a caer por mis mejillas, pero fueron rápidamente detenidas por la respuesta de Santana.
—Oh no, no lo harás. No habrá lágrimas en tu cumpleaños, no importa si son buenas o no; las prohíbo, ¿lo entiende Señorita Pierce? —No pude evitar sino romper a reír ante su voz dirigente.
Envolví mis brazos alrededor de ella tan fuerte como pude y encontré su boca con la mía. Respondió, pero rápidamente rompió nuestro beso. — Aún tienes un regalo más que abrir.
Sonreí mientras me recostaba contra la almohada. —Me mimas demasiado.
Me dio una caja alargada mientras sonreía. La tomé y con la misma delicadeza, la desenvolví al igual que las demás. Saqué la tapa y me quedé observando el bono en su interior. Miré a Santana y mis ojos comenzaron a hincharse.
—No lo hagas, nada de lágrimas.
Esta vez no pude evitarlo, mis emociones estaban demasiado idas porque en el interior de la caja había dos pasajes para Paris. Mientras ella me observaba, limpió gentilmente las lágrimas bajo mis ojos.
—Sé que tu sueño es ir a Paris, lo vi en la lista que escondiste en tu escritorio y tan pronto como el doctor diga que está bien, estaremos en el primer vuelo hacia allí y nos quedaremos por cuento tiempo quieras.
No podía creer que recordara lo que estaba en mi lista de cosas a partir de ese breve minuto en que la vio. Me sentí abrumada por el cariño que estaba recibiendo de esta mujer quien no hacía mucho tiempo atrás, era incapaz de amar a nadie. Me senté a horcajadas y tomé su cara entre mis manos.
—Gracias por todo, te amo Santana Lopez —dije mientras la besaba y le demostraba por las siguientes dos horas cuán agradecida estaba.
El día fue perfecto. Todos los días eran perfectos cuando los pasaba con Santana. No me importaba si nos retenían en una cueva en medio de la nada, aún seguirá siendo perfecto. Kurt y Blaine nos llevaron a un ostentoso bar en medio de Los Ángeles por mi cumpleaños. Lo habían planeado antes de saber que Santana estaría aquí, pero enseguida estuvo dentro y dijo que sería divertido.
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Historia original trilogía Forever de Sani Lynn
Brittany ya se merecia unos momentos de felicidad, sin embargo, aún Santana no le habla sobre Quinn ¿porque será? en fin , espero sus comentarios y nos vemos más tarde con otro capitulo.
Casa; refiriéndose a nosotras volver a casa sonaba agridulce. Santana se acercó al atril y miró intrigado mi pintura.
—Tengo que decir Brittany, eres una artista muy talentosa; esta pintura es impresionante.
Me acerqué, deslicé mis manos en sus bolsillos traseros y apoyé mi barbilla sobre su hombro.
—Gracias. Esta es mi visión de un futuro... se ve tan tranquilo allí.
—Es muy hermoso, sugiero que lo mantengas y no lo vendas —dijo.
La besé en la mejilla. —Tal vez lo haga.
Me detuve por un momento mientras miraba en la profundidad de mi pintura. —Iba a decirte, ya sabes.
Alcanzó mis manos y llevó mis brazos alrededor de su cintura. — ¿Decirme qué?
Tomé una profunda bocanada. —Acerca de venir aquí y ver a la Dra. Murphy. Quise hablarte de ello ese día pero estabas tan enojada; te escuché en el teléfono, en tu oficina, con Quinn.
Bajó la mirada. —Lo siento, nunca debí decir esas cosas de ti, estaba… —No podía encontrar las palabras que necesitaba decir, así que la interrumpí.
—Tienes que hablarme de ella Santana, nunca podremos avanzar si no lo haces y creo que tengo derecho a saber.
Se dio la vuelta por lo que quedamos enfrentadas y presionó su frente contra la mía. —Lo sé y lo haré, pero no esta noche bebé.
Comenzaba a pensar si alguna vez me lo iba a decir porque si no era así, tendría que averiguarlo por mí misma y eso era algo que no quería tener que hacer. Suspiré y fuimos a la habitación.
Me desperté con la sensación de mi cuello siendo cubierto por pequeños y ligeros besos. Sonreí y me giré ara ver a la mujer sexy que estaba enviado escalofríos por todo mi cuerpo.
—Feliz cumpleaños bebé —sonrió y presionó ligeramente mis labios.
Entrelacé nuestros dedos y me acurruqué en su pecho. —Gracias.
Me sorprendía cuán rápido cambiaron las cosas. No hace mucho tiempo atrás estuve asustada de celebrar este día sola. No es que no lo hubiese celebrado porque fue hace 8 años atrás que fui diagnosticada con cáncer la primera vez, y estoy aquí frente a ella otra vez, pero Santana hace las cosas mucho mejor; me hace sentir a salvo y feliz.
—No te muevas —dijo rápidamente mientras se levantaba de la cama. Me mordí el labio inferior ansiosamente esperando a que regresara.
Vestida sólo con una enorme camisa, se pavoneó en la habitación sosteniendo una bandeja. No pude hacer nada menos que contener la respiración mientras miraba sus piernas perfectamente cinceladas y sus caderas quedaban a la vista. Santana Lopez sabía que era una mujer sexy y no tenía ningún problema en dejármelo saber. Dejó la bandeja sobre mis piernas y se sentó junto a mí. Con una sonrisa que se extendió de oreja a oreja, bajé la mirada hacia los huevos revueltos, los panecillos, las frutas y el tocino que estaban frente a mí.
—¿Cómo, cuándo, dónde?
Rió mientras tomaba mi tenedor y pinchaba los huevos. —Puesto que no tienes nada más que huevos, bajé y fui a la cafetería.
Sonrió en lo que abría su mano y me tendía mi dosis diaria de quince pastillas; no hace falta decir que rodé los ojos. Levantó el tenedor y lo llevó a mi boca mientras que yo graciosamente sacaba los huevos de el.
—Eres asombrosa —sonreí.
Tomé el tenedor de su mano y compartí mis huevos y tocino con ella. Una felicidad que nunca pensé que existiera creció dentro de mí. Estaba tan feliz y eso me asustó; me asustó de muerte porque todo en lo que seguía pensando era nada menos que un por siempre y nunca quise este sentimiento de final.
—Hora de los regalos. —Sonrió y extendió un brazo por debajo de la cama. Sacó tres cajas hermosamente envueltas y luego quitó la bandeja de mi regazo.
—Amo los regalos —chillé.
La expresión en su rostro era pura felicidad. Estaba tan feliz en este momento como yo. Me tendió la primera caja y cuidadosamente la desenvolví. Mi boca se abrió mientras sacaba un nuevo iPhone de la caja.
—Tu número de teléfono es el mismo que antes; tú sabes, ¿ese que tiraste? —Sonrió—.¿Quién se deshace así de su teléfono? —Sacudió la cabeza.
En broma le golpeé el brazo. —Estoy loca, ¿recuerdas?
Rió y me besó en la mejilla. Encendí el teléfono e instantáneamente hubo mensajes de todos mis amigos deseándome un feliz cumpleaños.
Un mensaje de Hanna decía: “Feliz cumpleaños perra, nah, sabes que te quiero, llámame pronto, tenemos mucho con lo que ponernos al día. Por cierto, ten mucho sexo de cumpleaños, te lo mereces”.
Sacudí la cabeza y reí. Santana sabía cómo era Hanna así que ni siquiera preguntó qué dijo, podría adivinarlo simplemente por mi reacción.
Tomó el aparato de mi mano y lo dejó en la cama mientras me tendía la siguiente caja. Sonreí y me mordí el labio inferior ansiosamente desenvolviendo, excitada como un niño la mañana de Navidad, la caja perfectamente plateada. Saqué la tapa y dentro había un impresionante brazalete de plata con el símbolo del infinito recubierto de diamantes.
—Santana, yo… lo amo. Es el regalo más hermoso que nadie me ha dado.
Tomó la caja de mi mano y me quitó el brazalete. Lo desabrochó y lo puse sobre mi muñeca. —Te amo, no sólo por quien eres, sino por la persona en que me he convertido por ti. Este es mí Por siempre para ti.
Las incontrolables lágrimas que parecían haber plagado mi rostro recientemente comenzaron a caer por mis mejillas, pero fueron rápidamente detenidas por la respuesta de Santana.
—Oh no, no lo harás. No habrá lágrimas en tu cumpleaños, no importa si son buenas o no; las prohíbo, ¿lo entiende Señorita Pierce? —No pude evitar sino romper a reír ante su voz dirigente.
Envolví mis brazos alrededor de ella tan fuerte como pude y encontré su boca con la mía. Respondió, pero rápidamente rompió nuestro beso. — Aún tienes un regalo más que abrir.
Sonreí mientras me recostaba contra la almohada. —Me mimas demasiado.
Me dio una caja alargada mientras sonreía. La tomé y con la misma delicadeza, la desenvolví al igual que las demás. Saqué la tapa y me quedé observando el bono en su interior. Miré a Santana y mis ojos comenzaron a hincharse.
—No lo hagas, nada de lágrimas.
Esta vez no pude evitarlo, mis emociones estaban demasiado idas porque en el interior de la caja había dos pasajes para Paris. Mientras ella me observaba, limpió gentilmente las lágrimas bajo mis ojos.
—Sé que tu sueño es ir a Paris, lo vi en la lista que escondiste en tu escritorio y tan pronto como el doctor diga que está bien, estaremos en el primer vuelo hacia allí y nos quedaremos por cuento tiempo quieras.
No podía creer que recordara lo que estaba en mi lista de cosas a partir de ese breve minuto en que la vio. Me sentí abrumada por el cariño que estaba recibiendo de esta mujer quien no hacía mucho tiempo atrás, era incapaz de amar a nadie. Me senté a horcajadas y tomé su cara entre mis manos.
—Gracias por todo, te amo Santana Lopez —dije mientras la besaba y le demostraba por las siguientes dos horas cuán agradecida estaba.
El día fue perfecto. Todos los días eran perfectos cuando los pasaba con Santana. No me importaba si nos retenían en una cueva en medio de la nada, aún seguirá siendo perfecto. Kurt y Blaine nos llevaron a un ostentoso bar en medio de Los Ángeles por mi cumpleaños. Lo habían planeado antes de saber que Santana estaría aquí, pero enseguida estuvo dentro y dijo que sería divertido.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever de Sani Lynn
Brittany ya se merecia unos momentos de felicidad, sin embargo, aún Santana no le habla sobre Quinn ¿porque será? en fin , espero sus comentarios y nos vemos más tarde con otro capitulo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Que felicidad, todo es color rosa.
Quiero saber quién es la innombrable, pienso que es hermana de la ex de Santana y la tiene chantajeada.
Quiero saber quién es la innombrable, pienso que es hermana de la ex de Santana y la tiene chantajeada.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Santana dulce con britt, ,e derrite de ternura!
Lo de quinn es raro
Saludos y hatsa la actu
Lo de quinn es raro
Saludos y hatsa la actu
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Hey.....! Me avento en una sentada la historia y es facinante :) Me encantaaa como va la historia
Saludos y bueno me tendras aqui cada vez que actualizes!
Saludos y bueno me tendras aqui cada vez que actualizes!
Pao Up- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
Capitulo 34
CAPITULO 34
Entramos al bar mientras Kurt nos arrastraba a través de la multitud de personas hacia una cabina en la parte trasera. Nos sentamos en el lado del escenario y el piano; el lugar donde las bandas locales tocaban. Pero no había ninguna tocando esta noche; era libre para cualquier cliente que quisiera mostrar su talento en el escenario.
Nos sentamos en una cabina redonda, Santana a un lado y Blaine al otro. Una camarera pelirroja, vestida con una diminuta falda negra que apenas cubría su culo y una camiseta sin mangas que exponía todo su pecho, se acercó a nuestra mesa para tomar nuestra orden de bebidas. Blaine y Kurt ordenaron un par de Martini para cada uno y Santana ordeno una botella de champagne para celebrar. Me di cuenta de que Santana estaba incómoda porque ella la miraba de arriba abajo en vez de tomar mi pedido, y tenía miedo de otro comentario como el de la marisquería. Me miró y pudo verme preparándome para decir algo, por lo que intervino y me rodeó con su brazo.
—Mi novia tomará un vaso de vino blanco. —Le sonrió. Ella me miró de arriba abajo.
—Oh, pensé que estaba con uno de ellos.
Me removí en el asiento mientras Blaine me acercaba a él. — Cariño, está con los tres y deberías ver las cosas que puede hacernos al mismo tiempo, oh Dios mío, es increíble.
Le lanzó una mirada asesina y se fue cuando los tres chocamos los cinco en el aire y Santana se sentó allí sacudiendo la cabeza. Me incliné y me acurruqué contra ella, disfrutando de la esencia que ya estaba provocándome dolores.
—No estés celosa, cariño; sabes que te quiero más a ti.
Se rió mientras movía la mano que descansaba en su regazo, la colocaba a mi muslo desnudo y lentamente la subía bajo mi falda, deteniéndose tan pronto como sus dedos alcanzaron el encaje de mis bragas. Mi cuerpo se estremeció y tembló cuando sonrió. La camarera trajo nuestras bebidas y no apartó los ojos de mí mientras las ponía sobre la mesa.
Kurt se inclinó. —Creo que le gustas. —Me reí y tomé un sorbo de mi vino.
—Sólo una copa esta noche. No creo que debas beber mientras estés tomando la mediación, además de que tienes las inyecciones mañana por la mañana —dijo Santana mientras sus dedos pasaban sobre el encaje y ahora tocaban piel desnuda. Salté con el contacto.
—Gracias por tu preocupación. La tomaré en consideración —dije con los dientes apretados.
Kurt y Blaine se excusaron al ver a un par de amigos a través de la barra. Santana sonrió cuando se alejaron, luego tomó mi barbilla y la giró en su dirección. —¿Quieres que pare? —preguntó seductoramente. Mi respiración empezó a aumentar a medida que frotaba ligeramente el área que ahora palpitaba por ella.
—¿Qué me harás hacer? ¿Venirme aquí en el bar delante de todos? —pregunté casi sin aliento.
Me dio esa seductora sonrisa y me retorció las caderas de tal forma que ahora estaba sentada enfrentándole en la cabina.
—Ese era mi plan, pero tienes que actuar como si nada estuviera pasando.
Insertó suavemente un dedo mientras me mordía el labio. Miré alrededor del bar para ver si alguien prestaba atención, pero todo el mundo estaba bebiendo, bailando o charlando. Mi piel ardió y mi corazón se aceleró cuando insertó otro dedo y empezó a frotar mi zona adolorida con el pulgar. —Oh, joder —dije mientras enterraba la cabeza en su cuello.
Envolví mis brazos a su alrededor para que se viera como si estuviera abrazándola mientras sacaba e introducía sus dedos. —¿Por qué estás haciéndome esto? —pregunté mientras comenzaba a llevarme al orgasmo.
Acercó sus labios a mi oído. —Porque me gusta complacerte y sé que lo quieres. Estás tan mojada, Brittany.
Mi cuerpo estaba preparándose para entrar en el olvido y ella lo sabía; podía sentirlo. Recuerda que necesitas estar en silencio.
Fácil para ella decirlo; no estaba viniéndose en un lugar público, y no era tan sencillo guardar silencio cuando Santana Lopez te llevaba hasta el borde de un orgasmo. Apreté mi mano alrededor de su cuello, hundiendo los dedos en su delicada piel, mi boca en su cuello mordiéndola suavemente con mis dientes; empezó a gemir. Que empezara el juego, era hora de pagar.
Mi cuerpo alcanzó el punto de no retorno mientras cerraba los ojos y enterraba la boca profundamente en su cuello, liberándome sobre sus dedos. Mordisqueé su lóbulo, lo que la puso al borde. Tan pronto se aseguró de que mi orgasmo había acabado, me tomó de la mano y nos deslizó fuera del asiento.
—¿Qué haces? ¿A dónde vamos? —Me reí mientras mis piernas temblaban incontrolablemente.
Me condujo por un estrecho pasillo y abrió una puerta que daba a un armario. Me empujó dentro y la cerró. La habitación estaba a oscuras y la única luz que podía ver era la proveniente de la ranura de la puerta. Levantó la falda y me bajó las bragas. Alcancé su vestido para levantarlo pero mi espalda fue empujada contra la puerta mientras iba hacia abajo y lamía alegremente mi zona adolorida. Pasé mis manos por su pelo mientras seguía indagando con su lengua, lamiendo y chupando, haciendo insoportable el controlarme. Se detuvo e introdujo sus dedos y se movía rápidamente dentro y fuera de mí hasta que me liberó.
Senti como se ponía de pie, deslizándose lentamente sobre mi cuerpo—Feliz cumpleaños, nena —jadeó en mi oído.
—Tienes problemas de control —susurré sin aliento. Le oí reír.
—Tú eres la que me llevó al faro, ahora estoy devolviéndote el favor.
—¿En un armario, Santana? —Me eché a reír.
—Oye, en cualquier lugar en el que podamos, ¿Esta bien?
Abrí cuidadosamente la puerta mientras ella miraba afuera para asegurarse de que no venía nadie. Dejamos el armario y caminamos casualmente por el pasillo como si nada hubiera pasado. Regresamos a la mesa en donde estaban sentados Kurt y Blaine.
Nos miraron cuando Blaine comenzó a decir—: ¿Dónde estuvieron…?
Y luego fue interrumpido por Kurt gritando—: Oh Dios mío, tienen pelo post sexo, acaban de tener sexo en alguna parte. —No dije nada, pero las sonrisas de nuestras caras contestaban a su pregunta.
Kurt y Blaine preguntaron si estábamos listas para irnos porque tenían un pastel de cumpleaños esperándome en casa. Sonreí cuando Santana le hizo señas a la camarera para que se detuviera y le diera la factura. Me excusé al baño para arreglarme el pelo y el maquillaje. Iba de regreso a la mesa y noté que la camarera seguía todavía allí inclinada con su escote en la cara de Santana. Pude ver sus ojos fijos en mí y el pánico en ellos mientras se preguntaba qué pensaba. Me acerqué a la mesa y le toqué el hombro a la camarera.
—Perdona, ¿qué cojones crees que estás haciendo?
Se giró y me miró. —Escucha, perra, si te estás tirando a los tres entonces no tiene nada de malo dejarme probar a esta ricura. —Le sonrió a Santana.
La expresión en su rostro era de puro pánico ya que no me quitaba los ojos de encima. —¿A quién le estás llamando perra? —grité.
Santana salió de la cabina y me rodeó con el brazo. —Vámonos, Britt.—Rápidamente me sacó fuera del bar mientras Kurt y Blaine se reían.
—Oh Dios mío, Britt, ¿ya has retraído las garras? —rió Kurt.
Santana me besó en la mejilla. —No puedo llevarte a ningún sitio.
La miré severamente. —No soy yo; eres tú y esas malditas mujeres a las que atraes. —Se echó a reír mientras me abrazaba y llevaba al coche.
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Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn.
El siguiente capitulo es un pequeño adelanto de lo que veriamos en el segundo libro, para que se den una idea y me digan si les gusta, espero sus comentarios.
Entramos al bar mientras Kurt nos arrastraba a través de la multitud de personas hacia una cabina en la parte trasera. Nos sentamos en el lado del escenario y el piano; el lugar donde las bandas locales tocaban. Pero no había ninguna tocando esta noche; era libre para cualquier cliente que quisiera mostrar su talento en el escenario.
Nos sentamos en una cabina redonda, Santana a un lado y Blaine al otro. Una camarera pelirroja, vestida con una diminuta falda negra que apenas cubría su culo y una camiseta sin mangas que exponía todo su pecho, se acercó a nuestra mesa para tomar nuestra orden de bebidas. Blaine y Kurt ordenaron un par de Martini para cada uno y Santana ordeno una botella de champagne para celebrar. Me di cuenta de que Santana estaba incómoda porque ella la miraba de arriba abajo en vez de tomar mi pedido, y tenía miedo de otro comentario como el de la marisquería. Me miró y pudo verme preparándome para decir algo, por lo que intervino y me rodeó con su brazo.
—Mi novia tomará un vaso de vino blanco. —Le sonrió. Ella me miró de arriba abajo.
—Oh, pensé que estaba con uno de ellos.
Me removí en el asiento mientras Blaine me acercaba a él. — Cariño, está con los tres y deberías ver las cosas que puede hacernos al mismo tiempo, oh Dios mío, es increíble.
Le lanzó una mirada asesina y se fue cuando los tres chocamos los cinco en el aire y Santana se sentó allí sacudiendo la cabeza. Me incliné y me acurruqué contra ella, disfrutando de la esencia que ya estaba provocándome dolores.
—No estés celosa, cariño; sabes que te quiero más a ti.
Se rió mientras movía la mano que descansaba en su regazo, la colocaba a mi muslo desnudo y lentamente la subía bajo mi falda, deteniéndose tan pronto como sus dedos alcanzaron el encaje de mis bragas. Mi cuerpo se estremeció y tembló cuando sonrió. La camarera trajo nuestras bebidas y no apartó los ojos de mí mientras las ponía sobre la mesa.
Kurt se inclinó. —Creo que le gustas. —Me reí y tomé un sorbo de mi vino.
—Sólo una copa esta noche. No creo que debas beber mientras estés tomando la mediación, además de que tienes las inyecciones mañana por la mañana —dijo Santana mientras sus dedos pasaban sobre el encaje y ahora tocaban piel desnuda. Salté con el contacto.
—Gracias por tu preocupación. La tomaré en consideración —dije con los dientes apretados.
Kurt y Blaine se excusaron al ver a un par de amigos a través de la barra. Santana sonrió cuando se alejaron, luego tomó mi barbilla y la giró en su dirección. —¿Quieres que pare? —preguntó seductoramente. Mi respiración empezó a aumentar a medida que frotaba ligeramente el área que ahora palpitaba por ella.
—¿Qué me harás hacer? ¿Venirme aquí en el bar delante de todos? —pregunté casi sin aliento.
Me dio esa seductora sonrisa y me retorció las caderas de tal forma que ahora estaba sentada enfrentándole en la cabina.
—Ese era mi plan, pero tienes que actuar como si nada estuviera pasando.
Insertó suavemente un dedo mientras me mordía el labio. Miré alrededor del bar para ver si alguien prestaba atención, pero todo el mundo estaba bebiendo, bailando o charlando. Mi piel ardió y mi corazón se aceleró cuando insertó otro dedo y empezó a frotar mi zona adolorida con el pulgar. —Oh, joder —dije mientras enterraba la cabeza en su cuello.
Envolví mis brazos a su alrededor para que se viera como si estuviera abrazándola mientras sacaba e introducía sus dedos. —¿Por qué estás haciéndome esto? —pregunté mientras comenzaba a llevarme al orgasmo.
Acercó sus labios a mi oído. —Porque me gusta complacerte y sé que lo quieres. Estás tan mojada, Brittany.
Mi cuerpo estaba preparándose para entrar en el olvido y ella lo sabía; podía sentirlo. Recuerda que necesitas estar en silencio.
Fácil para ella decirlo; no estaba viniéndose en un lugar público, y no era tan sencillo guardar silencio cuando Santana Lopez te llevaba hasta el borde de un orgasmo. Apreté mi mano alrededor de su cuello, hundiendo los dedos en su delicada piel, mi boca en su cuello mordiéndola suavemente con mis dientes; empezó a gemir. Que empezara el juego, era hora de pagar.
Mi cuerpo alcanzó el punto de no retorno mientras cerraba los ojos y enterraba la boca profundamente en su cuello, liberándome sobre sus dedos. Mordisqueé su lóbulo, lo que la puso al borde. Tan pronto se aseguró de que mi orgasmo había acabado, me tomó de la mano y nos deslizó fuera del asiento.
—¿Qué haces? ¿A dónde vamos? —Me reí mientras mis piernas temblaban incontrolablemente.
Me condujo por un estrecho pasillo y abrió una puerta que daba a un armario. Me empujó dentro y la cerró. La habitación estaba a oscuras y la única luz que podía ver era la proveniente de la ranura de la puerta. Levantó la falda y me bajó las bragas. Alcancé su vestido para levantarlo pero mi espalda fue empujada contra la puerta mientras iba hacia abajo y lamía alegremente mi zona adolorida. Pasé mis manos por su pelo mientras seguía indagando con su lengua, lamiendo y chupando, haciendo insoportable el controlarme. Se detuvo e introdujo sus dedos y se movía rápidamente dentro y fuera de mí hasta que me liberó.
Senti como se ponía de pie, deslizándose lentamente sobre mi cuerpo—Feliz cumpleaños, nena —jadeó en mi oído.
—Tienes problemas de control —susurré sin aliento. Le oí reír.
—Tú eres la que me llevó al faro, ahora estoy devolviéndote el favor.
—¿En un armario, Santana? —Me eché a reír.
—Oye, en cualquier lugar en el que podamos, ¿Esta bien?
Abrí cuidadosamente la puerta mientras ella miraba afuera para asegurarse de que no venía nadie. Dejamos el armario y caminamos casualmente por el pasillo como si nada hubiera pasado. Regresamos a la mesa en donde estaban sentados Kurt y Blaine.
Nos miraron cuando Blaine comenzó a decir—: ¿Dónde estuvieron…?
Y luego fue interrumpido por Kurt gritando—: Oh Dios mío, tienen pelo post sexo, acaban de tener sexo en alguna parte. —No dije nada, pero las sonrisas de nuestras caras contestaban a su pregunta.
Kurt y Blaine preguntaron si estábamos listas para irnos porque tenían un pastel de cumpleaños esperándome en casa. Sonreí cuando Santana le hizo señas a la camarera para que se detuviera y le diera la factura. Me excusé al baño para arreglarme el pelo y el maquillaje. Iba de regreso a la mesa y noté que la camarera seguía todavía allí inclinada con su escote en la cara de Santana. Pude ver sus ojos fijos en mí y el pánico en ellos mientras se preguntaba qué pensaba. Me acerqué a la mesa y le toqué el hombro a la camarera.
—Perdona, ¿qué cojones crees que estás haciendo?
Se giró y me miró. —Escucha, perra, si te estás tirando a los tres entonces no tiene nada de malo dejarme probar a esta ricura. —Le sonrió a Santana.
La expresión en su rostro era de puro pánico ya que no me quitaba los ojos de encima. —¿A quién le estás llamando perra? —grité.
Santana salió de la cabina y me rodeó con el brazo. —Vámonos, Britt.—Rápidamente me sacó fuera del bar mientras Kurt y Blaine se reían.
—Oh Dios mío, Britt, ¿ya has retraído las garras? —rió Kurt.
Santana me besó en la mejilla. —No puedo llevarte a ningún sitio.
La miré severamente. —No soy yo; eres tú y esas malditas mujeres a las que atraes. —Se echó a reír mientras me abrazaba y llevaba al coche.
____________________________________________________________________________
Historia original trilogía Forever de Sandi Lynn.
El siguiente capitulo es un pequeño adelanto de lo que veriamos en el segundo libro, para que se den una idea y me digan si les gusta, espero sus comentarios.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Dios y que pasa con quinn en esta historia
Saludos
Saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Me encanto el capítulo, muy divertido el comienzo y el final por lo de la camarera.
Nos leemos, quiero saber cómo sigue.
Nos leemos, quiero saber cómo sigue.
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
Re: Fic. Brittana: Por siempre (3er. libro)...Capitulo 14 ¡AVISO!
Sí no es mucha molestia y cuando este a alcance podrías pasarme la trilogia forever a este correo. mmaria-1990@hotmail.com
Está historia es maravillosa y me gustaría tenerla, para agregarlos a mis libros favoritos. :-)
Está historia es maravillosa y me gustaría tenerla, para agregarlos a mis libros favoritos. :-)
Linda23**** - Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
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