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Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
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Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 17
Brittany
Cuatro días de esquivar a Santana e ignorar a Quinn cuando intentaba que yo la viera comenzaba a desgastarme. Esta era una estupidez. Tuve una cita real con Santana López. La había besado un par de veces y caía bajo el carisma sexy que había a su favor.
Toda chica se enamora de una súper estrella en algún momento. Sucede. Es la vida. Se aprende de ello y se sigue adelante. Estaba lista para continuar. ¿Por qué eso me había molestado tan profundamente?
Excepto que en realidad nunca nadie me había traicionado. ¿Pero era realmente traición? No éramos una pareja. No habíamos hecho ninguna promesa. Santana podría follar a cualquier chica del edificio si lo deseaba. Yo no iba a tener sexo con ella. Ella era atractiva. Era lógico que esto ocurriera.
Mi orgullo estaba un poco herido, pero debía recuperarme. Pasé el fin de semana estudiando sola en mi habitación. Era la mañana del lunes y Santana estaría en mi próxima clase. Yo sonreiría y sería amable y distante. No había razón para actuar como si algo importante hubiera ocurrido. No era como si me hubiera llamado el fin de semana o enviado mensajes de texto. Estaba segura de que sabía que yo descubrí su aventura, porque Quinn lo sabía.
Desafortunadamente, ella estuvo allí justo después de lo que yo escuché, así que vio mi reacción inmediata. Realmente, realmente, esperaba que no hubiera compartido la escena con Santana. Tendría que fingir como si nada hubiera ocurrido cuando me enfrentará a ella hoy.
Tenía mis expectativas muy altas en esté romance y ese fue mi primer error.
Al abrir la puerta de Cálculo recordé que la semana pasada Santana llevo mis libros por mí. Me estuvo acompañando a la clase, yo montada en la parte trasera de su motocicleta. Viví en el lado salvaje por dos semanas.
Ya era hora de que me centrara. No escaneé la habitación para ver si Santana ya estaba allí. Encontré un asiento vacío y me centre en no buscarla en la habitación. Si ella se fuera a sentar a mi lado durante las clases, posiblemente tenga dificultad para prestar atención al profesor.
Dejé caer mis libros en mi escritorio, saqué mis lápices y un cuaderno. Le había regresado su laptop a Quinn y le dije que se asegurara de ella la tuviera de regreso. Ya no lo necesitaba. Eso era, por supuesto, falso, pero seguía cabreada.
Luego, una sensación de cosquilleo recorrió mi espina dorsal y sabía sin mirar que la sombra que había caído sobre mi escritorio pertenecía a Santana. Maldita sea.
—¿Puedo sentarme aquí? —Su voz era ronca y sin humor. Estábamos rodeados de gente y el profesor se dirigía a la parte delantera de la sala. No era como si yo pudiera negarme sin hacer una escena. Por no mencionar el hecho que la alertaría que su aventura sexual me molestó.
—Claro —le respondí con una sonrisa forzada y me centre en los números que el profesor comenzaba a escribir en la pizarra.
¿Tenía que sentarse tan cerca? No podía concentrarme con su aroma. Yo ya sabía que olía delicioso. No necesitaba recordarlo.
—¿Vas a mirarme? —preguntó.
No, maldición. No quería mirarla. Obligué a mi cabeza a encontrarse con su mirada. Se veía triste. No me esperaba eso. ¿Por qué estaba triste?
Aunque no podía preguntarle aquello. No iba a dejar que esto fuera más lejos. Yo había dibujado mi línea. Seguiría encontrándome con ella. Ya sea como mi compañera de clase o como la amiga de mi compañera de habitación. Nada más.
—¿Podemos hablar? —Su voz era suave. No quería que nadie más lo oyera.
—No hay nada de qué hablar. Debo escuchar al profesor si quiero pasar la clase —le contesté con la misma sonrisa falsa.
—Brittany —Comenzó a decir y yo levanté una mano para detenerla.
—Si quieres seguir sentado aquí entonces tendrás que parar ahora.
Ella asintió con la cabeza.
—Lo siento.
Odié la manera en que se estremeció cuando le hablé con dureza. Yo sólo quería que se fuera. No quería sentir algo en lo que se refería a ells.
La clase transcurrió a paso tortuga. Cuando finalmente terminó, no miré a Santana. Había conseguido ignorarla toda la clase. Lo cual fue fácil, ya que ella no dijo una palabra. Metí mis cosas en mi bolso y me levanté. Santana seguía sentado en su silla mirando al frente con un ceño fruncido, viéndose ridículamente sexy.
No debería importarme que ella estuviera molesta. No debería importarme. No debería importarme, seguí cantando para mis adentros mientras caminaba por el pasillo y me dirigía hacia la puerta. Yo no miraría hacia atrás. No había ninguna razón para hacerlo. El dolor en mi pecho cuando salí del edificio, dejando a Santana sentada sola allí me molestó bastante. Froté mi sien con la palma de mi mano y seguí mi camino. Tenía clase en treinta minutos.
***
No esperaba ver a Artie sentado en las escaleras de mi residencia hoy.
No me sentía de humor para nada, pero tal vez él estaba allí para recoger a la pelirroja. Todavía no sabía su nombre. Ella podría haber sido a quien Santana se tiraba en la oscuridad.
Le sonreí a Artie cuando sus ojos se encontraron con los míos. Era un buen tipo. Al menos lo fue alguna vez. No actuaba como si estuviera sólo interesado en ti. Ni fingía ante ti que era de una sola mujer. Tenía que darle créditos por eso.
—Hola, Artie —dije cuando llegué a la escalera. No quería tener que platicar con él.
Artie se levantó, bloqueando mi camino por las escaleras.
—Brittany, hola.
Bueno, ya habíamos intercambiado saludos corteses. Tenía tareas que hacer. Empecé a caminar alrededor de él, pero su mano se acercó y tomó mi mano.
—Espera. Quería hablar contigo.
Bueno, mierda.
—¿Sobre qué? —Le pregunté, mirando hacia la puerta para darle una pista de lo que yo quería hacer.
—Sé que metí la pata la semana pasada. Fui un idiota. Pero eres todo lo que he pensado durante dos semanas. No puedo sacarte de mi cabeza. Por favor, sólo ven a tomar un café conmigo. Por lo menos, seamos amigos. Te echo de menos.
Rachel estaba ocupada con Fabrey todo el tiempo y ahora que no tenía a Santana por aquí me sentía sola. Un amigo no estaría mal. Con Artie sabía dónde me encontraba. Era fácil para mí leerlo. No hay secretos, no tenía una apariencia tan sexy que me confundía.
—Amigos estaría bien. Necesito un amigo. Rachel pasa más tiempo en el campus de UT con Fabrey de lo que hace aquí.
La gran sonrisa tonta que solía amar se formó en la cara de Artie.
—¿Podemos ir a tomar café ahora? ¿O tienes planes con un libro?
Los libros podían esperar.
—Déjame ir a dejar esta cosa en mi habitación y vuelvo. Por favor, siéntete libre de pedirle a cualquier chica que pase por aquí una cita —
Bromeé.
El ceño fruncido de Artie apareció y noté que él no pensaba que fuera gracioso.
—Era una broma. Si vamos a ser amigos, entonces tienes que relajarte —dije antes de abrir la puerta y dirigirme a mi habitación.
Una vez que llegué a mi puerta, los sonidos de gemidos me impidieron girar la perilla. Apoyé la oreja contra la puerta y oí a Rachel gritar de evidente placer. Oh, guau. Tenía sexo con ella. Me apoyé lejos de la puerta y me acerqué a la puerta de Quinn y golpeé suavemente. Quinn abrió la puerta y se acercó y sacó una bola de algodón de su oreja.
—¿Qué, no quieres entrar a ver el show porno? —preguntó Quinn.
—En realidad, no. ¿Puedo dejar mi bolsa aquí? Artie me está esperando para ir a tomar café.
Quinn frunció el ceño y asintió con la cabeza. Alargó la mano y cogió la bolsa de mis manos.
—Sí, está bien. —¿Cuál era su problema? Era sólo mi bolsa.
—¿Cuánto tiempo han estado allí? —Le pregunté mirando hacia mi habitación, donde un gruñido me hizo temblar. No quería escuchar eso.
—Lo suficiente. Son como conejos. Conejos Follando. Pobre Quinn, atrapada aquí, escuchando.
—¿Quieres ir a tomar un café conmigo y Artie?
Quinn arqueó su ceja perforada y negó con la cabeza,
—No, gracias. Estoy bien. Las bolitas de algodón funcionan.
—Bueno, si estás segura.
Un “Oh, Dios” de Rachel se hizo eco por el pasillo. La chica estaba loca. Quería quedarse aquí atrapada. Me acerqué a la puerta y la golpee.
—Metete un calcetín en la boca, Rachel.
Quinn negó con la cabeza y cerró la puerta mientras yo caminaba por el pasillo.
Artie se encontraba de pie junto a la puerta, esperándome. También estaba solo. Sorprendente.
—Lamento haberme tomado tanto tiempo. Rachel y Fabrey están en nuestra habitación... —Me interrumpí.
Artie se rió.
—Sí, bueno, me alegro que hayan mudado su fiesta aquí. Ya estoy cansado de eso.
—¿Qué? ¿Quieres decir que esta no es la primera vez?
Artie negó con la cabeza.
—Nop. Ni por asomo.
No podía creer que ella estuviera teniendo sexo salvaje con una chica que acabara de conocer. No es de extrañar que estuviera desaparecida durante tanto tiempo. Se movía demasiado rápido. Tendríamos que tener una charla seria sobre esto. Es la primera relación que tiene después de Puck y saltó a la parte física en menos de dos semanas.
—No tenía ni idea.
Artie se encogió de hombros.
—Sucede. Realmente son el uno en el otro. Fabrey habla de ella sin parar. Quizás sea un poco apresurado para el sexo, pero parecen ser incapaces de mantener sus manos quietas.
—Sí, oí eso. En varias ocasiones —murmuré.
Artie golpeó mi brazo con el suyo.
—No te preocupes por eso, Brittany. Alégrate de que por fin encontró vida después de Puck. Y honestamente, nunca he visto así a Fabrey con alguien antes. Es normalmente desinteresada.
Eso lo hizo un poco mejor, pero aún así ¿en tan sólo dos semanas?
—¿Aún estás saliendo con Santana López?
Yo rodé mis ojos.
—Yo nunca estuve saliendo con Santana López. Tuvimos una cita.
Una. Luego estuvo lista para pasar a una nueva chica.
—¿Estás segura de eso? —preguntó Artie esperando por mi reacción.
—Sí, lo estoy. Como te he dicho, fue sólo una cita. No fue la gran cosa. Yo no era su tipo. Tú y yo ya lo sabíamos. Llegamos al pequeño coche deportivo de lujo que Artie obtuvo de regalo cuando se graduó de la escuela secundaria. No podía recordar cómo se llamaba la marca. Sólo sabía que él estaba enamorado del auto. Me acompañó hasta mi lado y abrió la puerta para mí. Me deslicé dentro y cerró la puerta.
Era cómodo. Sabía qué esperar.
awong_snix- ---
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Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 18
Santana
Santana
No quiso hablar conmigo y no podía obligarla. Necesitaba ganar su confianza. Demonios, necesitaba que me recordara. Qué nos recordara.
De pie en la calle, vi como Artie compraba su café y se sentaron.
Eran como dos viejos amigos. Había pasado más de un año, sin embargo se sentaron riéndose y hablando como si el tiempo no hubiera pasado. Él fue un idiota en su cita, pero se negaba a hablar conmigo. ¿Era esto de lo que me habían prevenido? ¿Cuándo fue que Brittany comenzó a tener sentimientos por Artie?
—No siente nada más que amistad y afecto por él. Puedes verlo desde aquí —dijo Quinn mientras aparecía a mi lado.
—Sólo me queda esperar. Estaba a punto de recordar que sentía cosas por mí y ahora nada. No puede ser que solo me hable en monosílabos y eso si tengo suerte.
—Esta es la prueba, Snix. Sabías que ocurriría. Su alma debe tener la oportunidad de decidir. Cuando ella está contigo, no tiene la oportunidad porque sus sentimientos por ti la consumen aunque no pueda recordar por qué. Su corazón reacciona a ti, su alma te conoce.
Mis ojos ardían. El dolor me atravesó. Ella era mía, me pertenecía pero me odiaba. ¿Cómo se suponía que esto funcionaría? Justo ahora, no tenía ninguna posibilidad de ganar su corazón o su alma.
—Deja de estar mirándolos, sintiéndote herida y hecao mierda. Ve y haz algo al respecto. Eres Santana López. Eres la maldita Muerte. Él es un alma humana. Puedes hacer esto, anda, ve a resolverlo.
Quinn siempre era buena para una charla. Y tenía razón. Tenía que hacerlo y encontrar una manera de recuperarla. Vine a ella como un humano y otro chico no iba a robarme su alma. Yo podía llegar a lugares que Artie nunca podría.
—¿Y si no recuerda?
—Entonces mejor has que se enamore de ti, de nuevo.
—¿Cómo lo hice la primera vez?
—La dejaste entrar.
La dejé entrar, ver a la verdadero yo. No tuve miedo de mostrarle quién era yo. Nunca le había escondido el hecho de que no era humana. No podría no haber sabido que era la Muerte, pero había pensado que era un espíritu. Esta Brittany ya no veía almas perdidas que vagaban por la tierra.
El Señor Vudú de la muerte ya no estaba sobre ella, eso estaba olvidado. La había tratado como alguien más que se podía romper. Pero mi Brittany era fuerte y no se escondía de nada.
Eres mía, Brittany S. pierce.
Siempre serás mía. Vi como dejó de escuchar a Artie y miró a su alrededor. Di un paso fuera de la sombra de los árboles. Sus ojos me encontraron y pude ver la confusión en ellos desde aquí.
Me perteneces. Una vez lo supiste. Me aseguraré de que lo recuerdes.
La taza de café de Brittany cayó de sus manos y el chico se levantó de un salto por el caliente líquido que corría por un lado de la mesa. Esto era lo que debí haber hecho desde el principio. Ya era hora de asegurarme que Brittany entendiera que no estaba aquí por otra razón más que ella.
Brittany
Santana habló en mi cabeza. ¿Cómo? No me estaba volviendo loca. La vi al otro lado de la calle. Se quedó ahí y habló en mi cabeza. No pude concentrarme en nada de lo que Artie dijo en el camino de regreso al dormitorio. Los dos teníamos una mancha de café en la ropa. Podíamos incluso tener algunas quemaduras, todo lo que pude hacer fue disculparme. No podía hacer más que eso. Porque Santana había hablado en mi cabeza, me había hablado en mis pensamientos. Era su voz, la oí alto y claro.
Me detuve en la puerta de Quinn y toqué dos veces, pero no respondió. Frustrada, fui a mi cuarto y empecé a abrir la puerta, pero luego cambié de idea y toqué primero. No quería ver el trasero desnudo de Fabrey.
Nadie respondió. Abrí la puerta y entré, la cama de Rachel era un desastre y decidí que no quería pensar en eso. Me enfocaría en Santana López hablando en mi cabeza. ¿Era magia? Eso sonó estúpido incluso diciéndolo. Tal vez estaba en algo Vudú, porque escuché a Quinn decir algo sobre eso más de una vez. Pero no tenía sentido.
La puerta se abrió y Rachel entró sonriendo de oreja a oreja.
—Estoy tan malditamente enamorada —dijo con un suspiro de felicidad y cerró la puerta detrás de ella. Inclinándose, su cara se mostraba brillante y muy contenta desde mi vista.
—Diría que vives con la lujuria desde que conociste al chico —Decidí ser honesta. Era ilusa si ella pensaba que estaba enamorada.
—Amo todo lo que va junto con la lujuria —replicó moviendo su mano.
Sabía a ciencia cierta que eso no iba junto. Había experimentado la lujuria con Santana, pero nunca lo había amado.
—Siento lo de antes, pero Brittany no tienes idea de lo bueno que es.
—Por favor, detente ahora mismo. No quiero oír los detalles de tu vida sexual. Pude oírlos y fui muy consciente de que lo estaban disfrutando.
Rachel soltó una risita y saltó a la cama para caer boca abajo y empezando a oler su almohada. —Es maravilloso y huele tan bien.
—Es bueno saberlo —respondí.
—Oh, oí que fuiste a tomar un café con Artie. ¿Cómo te fue? — preguntó Rachel, abrazando la almohada contra su pecho.
—Todo salió bien hasta que se me cayó mi café y lo derramé sobre ambos. Creo que terminaré con una ampolla en mi mano. Me queme bastante.
Rachel se cubrió la boca. —¡Oh no! ¿Artie se molestó?
No tenía idea de cómo reaccionó Artie porque lo único en lo que podía pensar era en Santana... en mi cabeza. Sin embargo, no podía decirle exactamente eso.
—Se sorprendió y luego se río. No hizo más que eso. Tuvimos que irnos, así podríamos ir a casa y cambiarnos.
Rachel comenzó a reír y no pudo parar. Tuve que sonreír porque era divertido. Muy posiblemente arruiné la camisa de Artie. Probablemente debería ofrecerme a comprarle una nueva.
—Habrá una fiesta esta noche en la casa de la fraternidad. Puedo llevar a quien quiera. A Artie le encantaría que vinieras. Incluso si quemaste su cuerpo.
No quería enfrentar a Victoria en una fiesta de fraternidad, eso era algo que quería hacerle frente en otro momento. Además, Artie y yo éramos sólo amigos, él acabaría con alguna chica y me dejarían en paz. No tenía ganas de soportar chicos borrachos toda la noche.
—Preferiría quedarme aquí y poder terminar algunas tareas e ir temprano a la cama.
Rachel suspiró y sacudió su cabeza. —Te estás perdiendo las cosas divertidas de la universidad.
Intenté tener algo de diversión universitaria pero no había terminado tan bien.
***
Rachel se quedaría en casa de Fabrey después de la fiesta. Era probable de que eso se convirtiera en una tendencia. No me gustaba estar sola por la noche, pero me imaginé que Quinn se quedaría a mi lado. Me acurruqué debajo de las sábanas y cerré los ojos. Justo cuando empezada a quedarme dormida, los sonidos de una guitarra llenaron mi habitación. Traté de abrir mis ojos, pero no pude. El pánico comenzó a crecer. Aún no estaba dormida. ¿Por qué no se podían abrir mis ojos?
Sólo soy yo, Brittany.
La voz de Santana estaba en mi cabeza de nuevo. Tenía que abrir los ojos. Algo andaba muy mal. Entonces, ella comenzó a cantar la inquietamente familiar canción que había escuchado en su concierto. La canción que me envió a un ataque de pánico. Esta vez no había miedo. Sólo calidez. (Recomendación audio primero) Despues leer
“No estabas destinada para el hielo. No fuiste hecha para el dolor.
El mundo que vive dentro de mí sólo trajo vergüenza.
Estabas destinada para los castillos y vivir en el sol.
El frío corriendo a través de mi debería haberte hecho correr.
Sin embargo, te quedas aferrándote a mí.
Sin embargo, sigues extendiendo una mano que alejé.
Sin embargo, te quedas cuando sé que no es lo correcto para ti.
Sin embargo, te quedas.
Sin embargo, te quedas.
No puedo sentir el calor.
Necesito sentir el hielo.
Quiero sostener todo hasta que no pueda sentir el cuchillo.
Así que me alejas y yo grito tu nombre.
Sé que no puedo necesitarte, pero tú te rindes de todos modos.
Sin embargo, te quedas aferrándote a mí.
Sin embargo, sigues extendiendo una mano que alejé.
Sin embargo, te quedas cuando sé que no es lo correcto para ti.
Sin embargo, te quedas. Sin embargo, te quedas.
Oh, la oscuridad siempre será mi abrigo y tú eres la amenaza para revelar mi dolor.
Así que vete, vete y borra mis recuerdos. Necesito hacerle frente a la vida que era para mi.
No te quedes y arruines todos mis planes.
No puedes tener mi alma, oh, no soy un humana.
El recipiente vacío que habito no es para sentir el calor que traes.
Así que te alejo y te alejo.
Sin embargo, te quedas.
Ooooooh. Sin embargo, te quedas.
Sin embargo, te quedas.
Sin embargo, te quedas”.
Santana
Decidí que mi forma humana era menos útil en este momento. Me acerqué al campus siguiendo a Brittany en mi verdadera forma. La que sólo las almas podían ver. La que una vez Brittany había sido capaz de ver. Ella durmió profundamente anoche después de que le canté, se durmió. No ser capaz de acurrucarme junto a ella y abrazarla fue duro, pero ella no estaba lista para aceptarme todavía. No haría algo que ella no aprobara. Brittany se detuvo frente a la zona de comidas del campus y miró alrededor. ¿Estaba buscándome? Sabía que no buscaba a Artie.
¿Estás buscándome?
Se puso rígida y luego hizo un pequeño gesto de asentimiento.
Encuéntrame en el parque al otro lado de la calle.
No respondió inmediatamente, pero se dio la vuelta para mirar al parque. Hizo un pequeño gesto de con cabeza y la vi caminar, disminuí el paso detrás de ella.
—¿Por qué puedo sentirte? ¿Dónde estás? —preguntó en un susurro.
Podía sentirme detrás de ella. Eso me gustó. Su alma me reconocía.
—Estoy justo aquí —respondí mientras me aparecía a su lado.
Saltó y dejó escapar un grito. Luego su expresión de sorpresa se convirtió más en una mirada enojada. Su respiración volvió a la normalidad y fuimos al otro lado de la calle, hacia el parque vació a tan sólo unos pasos más.
—¿Qué eres y por qué estás en mi cabeza y cómo me cantaste anoche apareciendo de la nada? —tartamudeó sobre sus palabras. Sabía que ella pensaba que decir eso en voz alta era una locura.
—No soy humana. Sabías eso una vez. Brittany alzó sus brazos. —¿Qué diablos significa eso? ¿No eres humana? ¿Solía saber esto? Tienes que darme algo que tenga sentido, Santana. No estaba manejando bien esto.
—Lo sé y si me das un segundo, lo haré —aseguré, ella puso ambas manos en sus caderas y ladeó la cabeza para hacerme saber que esperaba más.
No podía decirle que su memoria fue borrada. Esa era la única regla que tenía. Nunca dijeron que no le podía decir que yo era la Muerte. Bueno, tal vez lo habían insinuado, pero ellos no lo dijeron realmente. No creyeron que sería lo suficientemente valiente como para contárselo, porque podría suponerme un problema para ganar su amor. Las reglas eran que yo tenía que conseguir que se enamorara de mi otra vez y elegirme sobre su alma gemela.
—La canción que te canté anoche. La que te molestó en el concierto
—Di un paso hacia ella y se tensó—. ¿Puedes decirme cuales eran esas palabras? ¿Las recuerdas?
—¿Sin embargo, te quedas?
—Sí, pero hay más palabras. ¿Las recuerdas? ¿Cualquiera de ellas?
Necesitaba que recordara algo. Algo de nuestro pasado para ser restaurado. Canté esa canción para ella deseando que le recordara a su alma lo que habíamos tenido.
—No estabas destinada para el hielo. No fuiste hecha para el dolor.
El mundo que vive dentro de mí sólo trae vergüenza. Estabas destinada para los castillos y vivir en el sol. El frío corriendo a través de mi debería haberte hecho correr —dijo las palabras lentamente, tratando de entenderlas.
—Sí. Está bien. ¿Recuerdas alguna de las otras palabras?
Cerró los ojos y negó con la cabeza. —Estoy intentándolo — Entonces, sus ojos se abrieron—. No te quedes y arruines todos mis planes. No puedes tener mi alma. No soy un humana. El recipiente vacío que habito no es para sentir el calor que traes. Así que te alejo y te alejo... Sin embargo, te quedas.
—¿Algo de eso tiene sentido para ti? —Todavía me aferraba a la esperanza de que ella recordara algo.
—No. Es muy triste y oscuro. Nada de eso tiene sentido. Suspirando, pasé la mano por mi cabello. ¿Cómo se suponía que iba a explicarle esto?
—¿Sabes lo que es un alma, Brittany? Me refiero, ¿realmente entiendes lo que es un alma?
Ella arrugó su nariz. —Sí, es lo que hay adentro. Es lo que eres. Asentí. —Y un cuerpo es la casa del alma. Una vez que el cuerpo muere, el alma da otra vida.
—¿Así que eres uno de esos creyentes de la reencarnación? No, no era un creyente, conocía los hechos. Sacudí mi cabeza. —No. No creo en nada. Sé que tu alma es quien eres. En este cuerpo y en el próximo eres tú. Siempre serás tú. Yo no tengo alma, Brittany. Esto no es un cuerpo, no como el tuyo. Soy yo. Puedo aparecerme ante los humanos y puedo caminar invisible junto a ellos. Elijo quien puede verme.
—¿Eres como un... fantasma? Porque no me estoy creyendo eso. Te toqué, sé que eres muy real.
Sonriendo por primera vez desde que había empezado la conversación, negué con la cabeza. —No, no soy un fantasma. Soy quien viene a tomar el alma, mi trabajo es tomar el alma del cuerpo en el que ya no puede albergar. Tomo las almas para que puedan habitar otros cuerpos.
Brittany estaba para ahí, estudiándome cuidadosamente. Podía ver su mente procesando lo que acababa de decirle. Llamarme a mí misma algo que ella había dicho que odiaba, no era lo que yo quería hacer. No quería que me odiara inmediatamente por mi título.
—No entiendo. ¿Por qué haces eso?
—Oh, por el jodido amor de Dios. Tuve que hacer esto la última vez y voy a hacerlo esta vez. Suena mejor viniendo de mi —anunció Quinn mientras salía detrás de un árbol.
Brittany se giró para mirarla. —¿Rachel?
—Sí, Human Brain, soy yo. ¿Quién más podría estar escuchando esta jodida mierda?
—Quinn, déjame hacer esto —dije, no queriendo que se entrometiera.
—No puedes hacer esto, Snix. Deberías haber mantenido la boca cerrada. Pero no pudiste. Ahora comenzaste esto y debes terminarlo.
Quinn volvió su atención a Brittany. —Ya hemos hecho esta canción y baile una vez, pero te diré que fue un infierno de lo más divertido desde entonces. El drama fue demasiado y la existencia de Santana estuvo en juego.
Pero esta vez no tenemos de qué preocuparnos sobre personas muertas y todo eso.
—Quinn, vete —exigí. Pero Quinn era uno de los pocos seres que no me temían.
—Claro que sí. Pero primero déjame aclarar esto. Brittany, el actual título de Santana en el gran esquema general de las cosas, es la Muerte.
Cuando es tu hora de irte, esta es la chica que se presenta. Brittany retrocedió un poco y desvió su asustada mirada a mí y hacia Quinn. Esperé que discutiera o llamara a Quinn mentirosa pero no hizo ninguna de esas cosas.
—Di algo, Brittany —supliqué.
—Aléjate de mí —Ordenó, entonces dio media vuelta y echó a correr.
Última edición por awong_snix el Mar Feb 17, 2015 11:00 pm, editado 1 vez
awong_snix- ---
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Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 19
Brittany
Tenía miedo de dormir. Rachel se había ido. Quinn era... Quinn era una vieja amiga de Santana. Di un salto y corrí hacia la puerta del baño y cerré con llave de mi lado. Fui y cerré también con llave la puerta de mi habitación. No es que no les crea. Santana había hablado en mi cabeza, controló mi sueño, y apareció de la nada. Ella es algo.
Aceptar que es la Muerte era más fácil que pensar que era algo así como un fantasma, un mago o Dios no lo quiera —un vampiro. Eran criaturas míticas. Ellos no eran reales. Pero la Muerte, la Muerte era real.
¿Podría la Muerte ser sólo el tiempo justo en el que un cuerpo muere? El alma tiene que marcharse. ¿Es la Muerte la que es llamada para tomar el alma? No tiene mucho sentido. Le creí. Y estaba igualmente aterrorizada de ella. No es sano para un ser humano tener una relación con la Muerte. Era el fin de todo. No estaba preparada para morir. No quería volver a verla hasta que llegara mi hora de irme. Esperaba que no fuera hasta que estuviera muy vieja y arrugada.
Un golpe en la puerta del baño me sorprendió y agarré la herramienta más cercana que pude encontrar. Un sacapuntas. No muy
amenazante.
—Abre la puerta, Human Brain, o voy a entrar. Es muy fácil para mí.
¿Ella era también la Muerte? ¿Había más como ellos? ¿Todos cantan en bandas o visten como emos?
—Está bien. No voy a suplicarte —dijo Quinn mientras aparecía en mi habitación.
—¿Qué eres? —Le pregunté tomando rápidamente de vuelta mi sacapuntas delante de mí.
—¿Qué vas a hacer? ¿Agujerearme con un sacapuntas? ¿En serio?
—Quinn sacudió la cabeza con incredulidad y se acercó y se sentó en el extremo de la cama de Rachel, luego saltó de nuevo—. Me olvidé de toda la acción que esta cosa ha estado recibiendo últimamente. Creo que voy a estar de pie.
—Por favor, sólo vete lejos —Le supliqué.
—Primero, necesito que me preguntes acerca de todas esas cosas locas de mierda que están pasando por tu cabeza. No vas a hablar con Santana, así que habla conmigo.
—¿Eres también la Muerte? —pregunté, porque tenía que saber si debía estar rezando por mi alma y buscando el rosario de Rachel.
—La muerte es un ser. Snix es la Muerte. Ella ha sido y lo será siempre.
—¿Por qué le llamas Snix?
—Es su nombre. Snix significa "famoso por su espíritu". Encaja.
Solía tener sólo el nombre Muerte. Una vieja señora irlandesa se lo dio justo antes de la partida de su alma. Ella dijo que se merecía un nombre más apropiado.
¿Su nombre significaba algo? ¿Por qué me dijo eso? Ella era la Muerte, por amor de Dios. —¿Por qué es cantante de una banda?
Quinn se rió a carcajadas.
—Esa es una buena pregunta. Incluso la muerte se aburre. Cada pocas décadas es algo diferente. Todo comenzó en el primer siglo cuando se convirtió en Gladiador. La lista es larga, pero los que más me divertían era cuando fue una pirata en el año 1500, una proscrita en el 1800 y en 1920 era un gángster, puede ser quien sea. Encontró una música que le atrajo en los años ochenta. Así que ahora, cuando la Muerte no está tomando las almas, es una cantante de una banda. Sin embargo, pasado un rato le pondrá fin a eso también. Buscará otra cusa que ocupe su tiempo. Aunque eso ya cambiado recientemente.
—¿Así que la muerte sólo camina sobre la tierra? ¿Ella no tiene otra residencia? —Tenía series dificultades para comprenderlo.
—Sip. Sólo llena su escaso tiempo libre con pasatiempos.
—Entonces, ¿qué eres?
—Soy una transportadora. Tomo el alma una vez Snix la quita del cuerpo. Supongo que hacia arriba o hacia abajo. Cualquiera que sea el lugar al que esté destinado. Los que van a tener otra vida. Es bastante simple. Los seres humanos tratan de hacerlo más complicado de lo que es.
El creador no hace nuevas almas a menudo. Sólo cuando el número de almas malas superan la cantidad de buenas. Por ejemplo, tú eres un alma nueva.
Yo era un alma nueva. Qué extraño. La gente vivía su vida sin saber si tenían vidas pasadas. Sin saber si iba a tener otra. Pero ahora, sabía que esta era mi primera oportunidad. Mi primera experiencia. No existía pasado para mí. Eso era todo, sólo tenía futuro.
—¿Es tiempo de irme? ¿Es por eso que Santana y tú están cerca de mí?
¿Van a tomar mi alma pronto? —Ese era mi mayor temor. No quiero morir. Seguramente si esta era mi primera vida obtendría más que tan sólo dieciocho cortos años.
—Nop, Human Brain. No es tu hora de ir arriba. Estaría dispuesta a apostar que eres el único ser humano vivo que tiene una vida útil ilimitada.
—¿Qué?
Quinn desechó mi comentario con la mano.
—Nada, olvida que dije eso. Sólo ten por seguro que no estamos aquí para llevarte. Sin embargo, Santana está fascinada contigo. Eso no te pone en peligro. Si tuviera que tomar tu alma, ella no sería capaz de hacerlo. Ella se rebelaría. El Creador luego la tomaría. Por lo tanto, no estás en peligro.
Me quedé sentada, intentando procesar toda esa información. No la cuestioné. Esto tenía sentido. Era una locura como el infierno, pero tenía sentido. Sentí una paz completa al respecto. Pero había una cosa que quería dejar muy claro. Alcé los ojos para encontrarme con los de Quinn.
—No quiero ver a Santana de nuevo. Tener a La Muerte como pretendiente no es normal. Me doy cuenta de que no estoy en peligro, pero quiero que me dejen en paz. Quiero salir con chicos que no puedan hablar en mi cabeza y tomar las almas de los cuerpos. Me gustaría alguien que no fuera inmortal. Santana es atractiva. Es difícil de no sentirse tentada. Si se quedase cerca de mí, me derrumbaría y le dejaría acercarse. No quiero eso.
Así que, por favor, vete. Quinn no respondió. No tuvo una respuesta ingeniosa o un comentario inteligente. Después de unos segundos me miró y se fue. No adiós. No Quinn. Y no Santana.
Santana
Había jugado y perdido. Quinn se sentó en silencio junto a mí. Había hecho lo que le pedí. Brittany tomó su elección. Incluso antes de que supiera que debía que tomar una decisión. Nunca tendría posibilidades de ganar. No me quería cerca de ella. No quería volver a verme. No sería capaz de caminar en este mundo a menos que estuviera trabajando. No podía hacer frente al conocimiento de que ella estaba aquí y no podría hablarle. Tocarla.
Deslicé el collar que me había dado y lo sostuve fuertemente en mis manos. Era todo lo que tenía de Brittany… la Brittany que me había amado, que me había aceptado por lo que era, y me quería de todos modos. No podía existir con cualquier recuerdo de ella. Tenía que dejar mis recuerdos atrás. Tenía que recordar quién era y lo que estaba destinada a hacer. No vivir más en el mundo humano.
—Quiere que la dejen en paz —No era una pregunta. Sólo trataba de dejar que la confirmación se hundiera en mí. Haría cualquier cosa por ella.
Quería hacerla feliz. Ella no era feliz conmigo. No me amaba. ¿Alguna vez podría amarme en este mundo en el que su vida no estaba en la línea de la muerte y no estuviese luchando por ello conmigo a su lado? Comenzaba a creer que era imposible. Brittany se había enamorado de mí durante una época en su vida cuando ella no tenía miedo de las almas. Cuando todo tenía sentido para ella. Ella me necesitaba y yo había estado allí para protegerla. ¿Y si me amaba por las circunstancias? ¿Y si esto hubiera sido lo que Dios sabía desde el principio?
—No sabe lo que quiere, Santana. Está confundida y asustada —dijo Quinn con convicción en su voz.
Me gustaría creer que tenía razón. Pero la realidad era que las cosas eran diferentes ahora. El lazo que habíamos formado ya no era algo que ella sentía. Tenía miedo de mí. Me quería fuera de su vida. La Brittany que no había vivido toda su vida viendo almas y había experimentado esas cosas, no me quería amar. Darse cuenta de ello fue el peor tipo de dolor.
—No puedo quedarme aquí. No me quiere. Sólo soy la Muerte para ella.
La habitación de Brittany estaba a oscuras y su lenta respiración me dijo que dormía. Me acerqué a su escritorio y en silencio puse el collar que una vez había querido que yo tuviera, porque su amor era interminable como el nudo Celta, sobre su libro. Era de ella, no podía quedármelo, pero tampoco podía dejar que nadie más lo tuviera. Era de Brittany. Éste era un recuerdo de mí que debía dejar con ella. Me acerqué para estar al lado de su cama por última vez. Me permití verla dormir. Desde el primermomento en que la había visto, la observé mientras dormía. Era una tranquilidad que sólo experimentaba con ella.
Me enseñó que yo era capaz de amar. Me enseñó a reír. Me enseñó lo que significaba apreciar algo o alguien completamente. Me gustaría seguir adelante y salir de su vida, pero lo que tuvimos siempre estará ahí, recordándome de lo que alguna vez tuve. Cuándo llegase el momento de que abandone este cuerpo tendría que encontrar la fuerza para dejar que el único recuerdo de mí, en su alma, se perdiera para siempre.
—Adiós, Brittany S. Pierce—dije en voz baja en la oscuridad.
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Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 20
Brittany
Dormir no hizo las cosas más fáciles, parecía que había tenido un muy mal sueño. Me di la vuelta para ver la cama vacía de Rachel. Otra noche con Fabrey. Tenía dos amigas aquí, una estaba en celo y siempre ausente y la otra no era humana. Estaba realmente sola. Cogí el teléfono y desplacé hacia abajo mis contactos hasta que encontré el número de mi madre. Necesitaba oír su voz, debía ser nostalgia lo que sentía.
―¿Brittany? Hola, cariño, ¿estás bien?
―Estoy bien ―Le asegure. Yo no era de llamar mucho a casa. La única vez que hablamos la semana pasada fue cuando ella llamó para ver cómo estaba estableciéndome.
―Son las siete de la mañana. No sabía que fueras capaz de estar despierta a las siete de la mañana.
―Ja. Ja. Tengo tres clases a las ocho a la semana, muchas gracias.
―Oh, bueno, eso lo explica todo. Esto es algo nuevo. Tenía que convencerte con tocino por las mañanas para que te levantaras antes de las siete y media.
―Soy una niña grande ―Le respondí sintiendo un nudo en la garganta. El hablar con mamá no mejoraba la situación. Quería acurrucarme en el sofá con ella y ver las repeticiones de CSI.
―¿Estas segura? Porque algo suena mal.
―Te extraño ―Me las arregle para decir sin llorar.
―Oh, nena. ¡También te extraño! ¿Estás nostálgica? Podría visitarte.
¿Quieres que te visite?
No, yo no quería que ella viniera a visitarme porque no podría dejar que se vaya. ―No. Estoy bien, solo quería oír tu voz esta mañana y decirte que echo de menos tus panqueques. Un latte acaramelado simplemente no es lo mismo.
Mama se echó a reír en el teléfono. ―Bueno, tan pronto llegues a casa para las vacaciones de Acción de Gracias tendrás panqueques esperándote.
―Gracias. Puedo seguir adelante con esto, necesito irme ahora.
Tengo que vestirme.
―Está bien. No llegues tarde a clase. Llámame en cualquier momento que desees. Eres una chica hermosa, inteligente y encontraras tu lugar allí realmente pronto.
―Bueno, hablare contigo pronto. Te amo.
―Te amo, cariño. Adiós.
―Adiós.
Dejé caer el teléfono sobre la cama y me levanté para ir a tomar una ducha. Mis ojos se posaron en el nudo Celta de plata que había visto colgando una vez alrededor del cuello de Santana. Estaba colocado sobre la portada de mi libro. Comencé a cogerlo y me detuve. No estaba segura de como llegó hasta aquí y por qué estaba allí. Le dije que me dejara en paz.
No me gustaba pensar que podía estar en mi habitación mientras yo dormía, así qué corrí al baño. Necesitaba salir de esta habitación y entrar en el mundo real donde las personas tenían cuerpos y no eran inmortales, esa era mi opinión final.
Cuando abrí la puerta principal de la residencia de estudiantes para dirigirme a clase me detuve al ver Artie, se apartó de la barandilla donde había estado apoyado. Tenía café en sus manos, pero yo sabía que no era para él.
―Buenos días ―dijo sonriendo y extendiendo el café hacia mí―. Latte acaramelado con leche.
―Gracias ―respondí tomando el café―. ¿Qué he hecho para merecer servicio de café por la mañana?
Artie se encogió de hombros. ―Me dio una razón para verte. Rachel me dijo a qué hora te ibas esta mañana y pensé que podría conseguir algunos puntos extras. Empezar mi día contigo es un buen comienzo. Sonriendo, tomé un sorbo de café y luego suspiré en aprobación.
―Bueno, gracias. Eso es muy dulce.
―Pero tengo otro motivo por el cual vine ―dijo, frotándose las manos. Ese era su gesto nervioso. Lo conocía bien.
―De acuerdo, ¿Pero podemos hablar camino a mi clase, así no llegaré tarde? ―pregunté caminando a su lado.
―Sí, si, por supuesto ―Caminamos por las escaleras y me dirigí hacia la acera que conducía a la parte delantera del edificio de Ingles.
―Bueno. ¿Cuál es la otra razón por la que te levantaste para venir a sobornarme con café tan temprano en la mañana?
―Me preguntaba si había alguna posibilidad de darme otra oportunidad para una cita. Solo amigos, pero, bueno, no solo amigos.
Quiero pasar tiempo contigo. Tal vez podríamos ir a comer y bolos. Solías patearme el trasero en los bolos.
En circunstancias normales hubiera sido un rotundo no. Sin embargo, me sentía sola. Necesitaba amigos. Artie había sido mi amigo desde hace varios años. Pasar tiempo con él no era la peor idea del mundo.
Eso era sin duda era un paso adelante, por lo menos era humano. No era tan sexy y sus besos no hacían que mis dedos se curvaran, pero era lo suficientemente agradable. No podía comparar a otros chicos con base a Santana. Era injusto. Ella no era un ser humano, por lo tanto un ser humano no podría competir con ella.
―Seguro. Suena divertido. ¿Cuándo quieres hacerlo?
Artie se detuvo y me miró como si no pudiera creer que acabara de aceptar. Empezó a caminar de nuevo, sonriendo como si yo acabara de ofrecerle dinero en lugar de aceptar una cita. ―Uh, mañana por la noche.
No tenemos escuela la mañana siguiente.
Bien, necesitaba algo que hacer. ―Suena como un plan.
***
Tres semanas más tarde y había encontrado un cómodo patrón con Artie. Él me traía cafés tres días a la semana y me llevaba a clase. Íbamos a comer con Rachel y Fabrey los martes, a los bolos los jueves y viernes por la noche era cena o película. Era exactamente como en el instituto.
Todo muy bien organizado y muy aburrido. La única cosa que había aprendido era que tener a alguien contigo todo el tiempo no te quitaba la soledad. Podías estar rodeado de gente pero igual te podías sentir solo. Algo faltaba. Casi podía recordar lo que faltaba, pero justo cuando estaba a punto de recordarlo, lo olvidaba. Simplemente se iba.
Esta noche iba a ir a un grupo de estudio para mi clase de Literatura, a la cual Santana ya no asistía. Me molestaba echarla de menos. No debería extrañarla. La emoción de entrar a clase sabiendo que podría estar allí, ya no estaba. Agarré mi mochila y salí por la puerta bajando por las escaleras. El fuerte chirrido de un metal a todo volumen y bocinas me detuvieron. La gente empezó a salir de los dormitorios para ver qué pasaba. Me acerqué a la multitud cerca de la calle donde dos de los coches que habían chocado estaban inmóviles. El humo salía de los capos. El coche más pequeño se encontraba al revés. Escuché gente gritando y llamando al 911, mientras otros lloraban.
El rompimiento del vidrio atrajo la atención de todos, provenía del auto que se habían volteado. El peso de la camioneta que estaba en las ventanas había sido demasiado. Nadie se movía en el vehículo. Oí a las chicas a mi alrededor en sus teléfonos llamado y diciéndole a la gente acerca del accidente. Nadie parecía saber de quienes se trataba aun.
Fue entonces cuando la sentí. No podía verla, pero ella estaba allí. Nadie parecía darse cuenta. ¿Por qué yo lo hacía? Miré entre los destrozados, buscando cualquier señal, pero no había nada. El hecho de que sabía que ella estaba cerca no me asustaba. Si fuera honesta conmigo misma, quería verla. El calor corría por mis brazos y me estremecí.
―¿Dónde estás? ―susurré.
No obtuve respuesta.
El calor sólo duro un corto tiempo y luego se fue. Las sirenas comenzaron a sonar a todo volumen y la multitud se movió de nuevo.
Estaba confundida.
Y ella se había ido.
Me encontraba triste. No porqué conocía a alguien en esos vehículos que habían muerto. Estaba triste porque ella había estado cerca, pero no fui capaz de verla. ¿Por qué quería verla? ¿Andaba algo mal conmigo?
Me abrí paso entre la multitud hasta que estuve libre de los cuerpo que se apretujaban tratando de conseguir una mirada más cercana del accidente. Tomando una profunda respiración, me acerqué y me senté en los escalones. Estaba segura de que nuestro grupo de estudio no se reuniría esta noche. Sólo esperaba que no hubiera alguien conocido en esos coches.
Mi teléfono comenzó a sonar y lo saqué para ver el número de
Rachel parpadear en la pantalla.
―Hola.
―Oh, Dios mío. Gracias a Dios que estás bien. Acabo de ver los restos del accidente en las noticias y solo dijeron que sucedió justo afuera de nuestro dormitorio. No dieron más información, así que no estaba segura. Artie ya va camino para allá. Lo llamé y dejo su trabajo para ir hasta allí.
No estaba de humor para Artie esta noche. Quería acurrucarme sola en mi habitación y sacar el collar que había escondido en el cajón. Santana lo dejo conmigo por una razón y necesitaba entender por qué.
―Estoy bien. No estoy segura de que lo dejen pasar. Creo que tienen las carreteras bloqueadas, pero lo llamaré y le diré que estoy a bien. Es malo no saber quiénes son.
―Llámame tan pronto como lo sepas, ve a dentro y quédate a salvo
―dijo Rachel con voz de mando. Sonreí, estuve de acuerdo y colgué.
Para cuando Artie llegó, los coches estaban siendo remolcados fuera de la carretera y el forense declaraba al conductor del coche más pequeño como muerto y el cuerpo ya se lo habían llevado. El pasajero del otro vehículo también fue declarado muerto. Todo lo que podía pensar era que
Santana y en como tenía que vivir a través de eso a diario. Era algo de lo que nunca podría escapar. ¿Eso le molestaba? ¿Sentía alguna emoción?
―Toma, te he traído algo para comer ―dijo Artie mientras subía los escalones del dormitorio y se sentaba a mi lado. No había sido capaz de alejarme del accidente, sentada viendo cada momento, cada sollozo y lamento de los familiares que llegaban para que les dijeran que alguien a quien amaban estaba muerto. Lo había visto todo. Ellos se irían esta noche odiando a la Muerte, pero ella sabía que debía que tomar sus almas.
Podía entender su dolor, pero mi pecho dolía por Santana. Ella no causó el accidente, no escogió que estas personas murieran. Eran sus cuerpos lo que no podían sobrevivir. No era su culpa que sus almas no pudieran permanecer dentro de su cuerpo, pero a causa de su nombre y su propósito la gente la odiaba. En este evento, la vida de todos no era una fiesta en absoluto. Era un ser y si sólo comprendieran que no era culpa de la Muerte…
―Pensé que no habías comido nada ―dijo Artie mientras tomaba la bolsa. El olor a hamburguesa y papas fritas salió desde la bolsa. Él tenía razón, yo no había comido nada, pero mi estómago no estaba lo suficientemente fuerte como para comer.
―No creo que pueda comer algo ―Le dije en tono de disculpa. Fue amable de su parte haber pensado en mí, pero esta noche solo quería dormir, olvidar lo que sabía y lo que había visto. Todo dolía demasiado.
―Tienes que comer algo. Vamos, vamos a entrar. Ver esto no es bueno para ti.
Negué con la cabeza. Tenía que quedarme hasta que terminara. No podía alejarme todavía.
―No puedes entrar, es tarde. Nosotros deberíamos quedarnos aquí. Artie se acercó a mí y tomó mi mano entre las suyas. De pronto, no hubo en ese instante placer o excitación. Mi cuerpo no reaccionaba de alguna manera, él no era más que mi amigo.
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Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 21
Santana
Estoy harta de esta mierda depresiva. Se está poniendo aburrida. No puedes deprimirte por el resto de la eternidad. Especialmente cuando ni siquiera luchaste por ella. Soltaste la bomba acerca de que terminas con las vidas humanas y luego esperas que lo acepte con los brazos abiertos. Esto no es una maldita serie televisiva.
Caminaba de un lado a otro fuera del dormitorio de Brittany. Eran las tres de la mañana y había terminado mis rondas. Verla esta noche me había hecho imposible no volver cuando terminara.
—Sabes que tengo razón. Se resistió e hirió tus sentimientos y tú te pusiste toda melancólica y te fuiste. Las mujeres son todos iguales.
—Cállate, Quinn. No sé qué esperabas que hiciera. No quería volver a verme. Le di lo que quería.
Quinn hizo un sonido de arcadas vomitando.
—Ahora estás siendo una niña. Pobre Santana, no puede hacer que Brittany la recuerde, así que se da la vuelta y corre. Su alma gemela te lo agradece. En serio, lo hace. Ahora él no tiene a nadie interponiéndose en su camino.
—Suficiente. Quinn.
—Lo que sea, necesitas conseguir un par de pantalones. Preguntó dónde estabas está noche. Sé que la escuchaste. Demonios, yo la escuché, y no soy la que quiere manosearla por todos lados. Ella quiere verte luego.
Me detuve y levanté la mirada a la ventana donde sabía que ella dormía. Yo ya me había despedido. Le había dado una vida normal tal como quería. ¿Acaso me equivoque? Si la hubiera forzado a recordar, si hubiera intentado con más ahínco que me amara, ¿habría funcionado?
—Esta es la cosa más injusta de todas. Ella te ama. Sólo no puede recordar. No porque su mente esté enferma, o su cerebro esté dañado, sino porque la Deidad le quitó sus recuerdos. Incluso aunque su cabeza no pueda recordar, su corazón si lo hace.
Me recosté contra la pared de ladrillo y me quedé mirando el cielo oscuro. ¿Su corazón triunfaría? ¿Podría su corazón activar su memoria?
¿Qué si recordaba un día y yo me había ido? ¿Qué, entonces? ¿Sólo la perdería por siempre y ella pensaría que yo no la quería? ¿Qué yo no la amaba?
—¿Qué hago, Quinn?
—Luchar es lo que haces. Lucha.
—No quiero herirla. No quiero lastimarla. Sólo quiero que sea feliz.
—Nunca será feliz si no recuerda.
Brittany
La puerta que quedaba frente a la mía cruzando el pasillo estaba abierta cuando entré en el corredor. Una chica con gruesos rizos negros y una tez aceitunada estaba sentada en la cama hablando con Tina, quién compartía la habitación con una chica llamada Tabby. La chica con rizos me saludó con la mano y saltó y corrió hacia la puerta.
—Hola, no nos hemos conocido todavía. Soy Sugar y sí, de verdad es mi nombre, por favor, no preguntes. Mi madre fumó un montón de marihuana. Tina dijo que compartes la habitación con tu amiga Rachel, quien nunca se encuentra aquí.
Sí que sabía mucho sobre mí. Tina asomó la cabeza por la esquina y su cabello estaba envuelto en una toalla.
—Buenos días, Brittany. Disculpa a Sugar y su charla matutina. Puede ser un dolor de cabeza.
Sugar puso los marrones ojos en blanco y me sonrió. No muchas personas eran más bajas que yo, pero Sugar a duras penas medía un metro. El que su mamá fumara marihuana debió haber frenado su crecimiento.
—¿Vas a ir a la fiesta Omega esta noche?
Sacudí la cabeza, negando.
—No tengo idea de qué es —Yo era un bicho social. Hasta hace poco había estado llegando a conocer a las otras chicas del dormitorio.
—Ooooh, tienes que ir. Los Omega hacen las mejore fiestas.
Solamente permiten chicas lindas. Entrarías sin problema. No, gracias. Había rechazado todas las fiestas a las que Artie me había pedido que fuera. Simplemente no me atrevía a participar. No sonaba como algo en lo que estuviera interesada.
—Va a decir que no. Nunca sale a ningún lado excepto si no es con el bombón que se aparece para sacarla algunas veces en la semana —dijo
Tina desde la silla donde estaba sentada cepillando su cabello.
—Oh, vamos. Será divertido. Podemos reírnos juntas de todas las locuras.
Iba tarde a clase.
—Pensaré en ello —dije caminando por el pasillo.
—Fue un placer conocerte —dijo detrás de mí.
Ella era algo imperactiva.
—Lo mismo digo —respondí y me apresuré hacia la puerta antes de que pudiera decir algo más. Definitivamente necesitaría un café antes de poder tratarla de nuevo.
Esperaba que Artie estuviera fuera esperándome con una taza de café en la mano. Pero por primera vez en semanas, no lo estuvo. Si me apuraba tenía suficiente tiempo para detenerme por un café en mi camino a clases.
—Durmiendo hasta tarde, Human Brain, muy mal.
Me detuve y di la vuelta al escuchar el sonido de la voz de Quinn. Estaba sentada en el capó de su pequeño auto deportivo negro.
—¿Quinn?
Puso los ojos en blanco.
—Hasta donde sé.
Caminé hacia ella.
—¿Qué estás haciendo aquí.
—Tengo algo que te pertenece. Pensé que lo querrías de regreso. Si no mal recuerdo estabas muy unida a esto.
¿De qué estaba hablando? Se encontraba al lado de su auto cuando metió la mano en el bolsillo y sacó algo y me tendió la mano. Lentamente la abrió y situado en la palma de su mano estaba un pequeño broche de oro. Era un corazón de filigrana con piedras rosa pálido. Había visto esto antes. Mi corazón golpeó contra mi pecho mientras extendía la mano y lo tocaba.
—¿Qué es? —pregunté apartando la mirada del broche a la expresión curiosa de Quinn.
—Creo que lo sabes. Debes saberlo. ¿Por qué no tomas este broche y lo colocas en tu bolsillo? Piensa en eso. Mira si es un recuerdo que no puedes recordar.
Cogí el delicado broche. Se veía antiguo pero bien cuidado. Mi cabeza empezó a dar vueltas mientras lo sostenía. Tenía razón. Ahí había un recuerdo.
—¿De dónde lo sacaste?
—¿Por qué es curioso que debas preguntarme eso? Lo encontré en tu habitación. Justo donde lo dejaste.
¿Cómo había encontrado esto en mi habitación? No recordaba si quiera haber puesto esto en cualquier lugar de mi habitación. La miré de nuevo para preguntarle, pero ya no estaba.
Recorrí un camino con mi pulgar sobre las piedras.
—¿Puedes tomar esto y dármelo después de que mi alma abandone mi cuerpo? Quiero tenerlo conmigo. Un agudo dolor atravesó mi cabeza. Extendí la mano y agarré el costado del auto para no caerme.
—Yo te di este broche. Te dije que lo quería llevar conmigo. Dijiste que podrías arreglarlo y lo metí en tu bolsillo.
Otra llamarada caliente se disparó a través de mi cabeza. Me dejé caer sobre el cemento. ¿Qué estaba pasando? Había recuerdos unidos a este broche. Cosas que había olvidado. Dejé caer el broche en mi regazo y agarré mi cabeza con ambas manos mientras el dolor se hacía más fuerte.
—Pero nunca me volviste a ver. Porque tu alma fue borrada de la lista.
La única razón por la que me acordé de ti fue a causa de este broche.
—¡Aaaaaah! —Lloré en agonía. Con cada recuerdo que salía a la superficie, el dolor en mi cabeza se hacía más fuerte.
—Por lo tanto, vine a verte. Para ver qué pasaba con esta alma que era tan única.
La conocía. Santana. Oh, Dios. La conocía. Lágrimas nublaron mi visión mientras me acurrucaba en una bola en el suelo duro. Nadie podría verme metida en medio de dos autos. Mordí mi labio para evitar hacer algún sonido mientras los recuerdos se entrelazaban a través de mi mente de a un solo golpe. Cada toque. Cada momento. Lo había olvidado todo. Un sollozo se me escapó y luché contra el lamento creciendo en mi pecho.
¿Cómo lo había olvidado? La amaba. Ella era todo para mí. ¿Cómo había podido olvidarla? La había alejado. Los sollozos se hicieron más fuertes y dejé de tratar de hacer silencio. Entre el rompimiento de mi corazón y la explosión en mi cabeza fui incapaz de hacer algo más que marchitarme en el suelo y llorar.
Santana
Estoy harta de esta mierda depresiva. Se está poniendo aburrida. No puedes deprimirte por el resto de la eternidad. Especialmente cuando ni siquiera luchaste por ella. Soltaste la bomba acerca de que terminas con las vidas humanas y luego esperas que lo acepte con los brazos abiertos. Esto no es una maldita serie televisiva.
Caminaba de un lado a otro fuera del dormitorio de Brittany. Eran las tres de la mañana y había terminado mis rondas. Verla esta noche me había hecho imposible no volver cuando terminara.
—Sabes que tengo razón. Se resistió e hirió tus sentimientos y tú te pusiste toda melancólica y te fuiste. Las mujeres son todos iguales.
—Cállate, Quinn. No sé qué esperabas que hiciera. No quería volver a verme. Le di lo que quería.
Quinn hizo un sonido de arcadas vomitando.
—Ahora estás siendo una niña. Pobre Santana, no puede hacer que Brittany la recuerde, así que se da la vuelta y corre. Su alma gemela te lo agradece. En serio, lo hace. Ahora él no tiene a nadie interponiéndose en su camino.
—Suficiente. Quinn.
—Lo que sea, necesitas conseguir un par de pantalones. Preguntó dónde estabas está noche. Sé que la escuchaste. Demonios, yo la escuché, y no soy la que quiere manosearla por todos lados. Ella quiere verte luego.
Me detuve y levanté la mirada a la ventana donde sabía que ella dormía. Yo ya me había despedido. Le había dado una vida normal tal como quería. ¿Acaso me equivoque? Si la hubiera forzado a recordar, si hubiera intentado con más ahínco que me amara, ¿habría funcionado?
—Esta es la cosa más injusta de todas. Ella te ama. Sólo no puede recordar. No porque su mente esté enferma, o su cerebro esté dañado, sino porque la Deidad le quitó sus recuerdos. Incluso aunque su cabeza no pueda recordar, su corazón si lo hace.
Me recosté contra la pared de ladrillo y me quedé mirando el cielo oscuro. ¿Su corazón triunfaría? ¿Podría su corazón activar su memoria?
¿Qué si recordaba un día y yo me había ido? ¿Qué, entonces? ¿Sólo la perdería por siempre y ella pensaría que yo no la quería? ¿Qué yo no la amaba?
—¿Qué hago, Quinn?
—Luchar es lo que haces. Lucha.
—No quiero herirla. No quiero lastimarla. Sólo quiero que sea feliz.
—Nunca será feliz si no recuerda.
Brittany
La puerta que quedaba frente a la mía cruzando el pasillo estaba abierta cuando entré en el corredor. Una chica con gruesos rizos negros y una tez aceitunada estaba sentada en la cama hablando con Tina, quién compartía la habitación con una chica llamada Tabby. La chica con rizos me saludó con la mano y saltó y corrió hacia la puerta.
—Hola, no nos hemos conocido todavía. Soy Sugar y sí, de verdad es mi nombre, por favor, no preguntes. Mi madre fumó un montón de marihuana. Tina dijo que compartes la habitación con tu amiga Rachel, quien nunca se encuentra aquí.
Sí que sabía mucho sobre mí. Tina asomó la cabeza por la esquina y su cabello estaba envuelto en una toalla.
—Buenos días, Brittany. Disculpa a Sugar y su charla matutina. Puede ser un dolor de cabeza.
Sugar puso los marrones ojos en blanco y me sonrió. No muchas personas eran más bajas que yo, pero Sugar a duras penas medía un metro. El que su mamá fumara marihuana debió haber frenado su crecimiento.
—¿Vas a ir a la fiesta Omega esta noche?
Sacudí la cabeza, negando.
—No tengo idea de qué es —Yo era un bicho social. Hasta hace poco había estado llegando a conocer a las otras chicas del dormitorio.
—Ooooh, tienes que ir. Los Omega hacen las mejore fiestas.
Solamente permiten chicas lindas. Entrarías sin problema. No, gracias. Había rechazado todas las fiestas a las que Artie me había pedido que fuera. Simplemente no me atrevía a participar. No sonaba como algo en lo que estuviera interesada.
—Va a decir que no. Nunca sale a ningún lado excepto si no es con el bombón que se aparece para sacarla algunas veces en la semana —dijo
Tina desde la silla donde estaba sentada cepillando su cabello.
—Oh, vamos. Será divertido. Podemos reírnos juntas de todas las locuras.
Iba tarde a clase.
—Pensaré en ello —dije caminando por el pasillo.
—Fue un placer conocerte —dijo detrás de mí.
Ella era algo imperactiva.
—Lo mismo digo —respondí y me apresuré hacia la puerta antes de que pudiera decir algo más. Definitivamente necesitaría un café antes de poder tratarla de nuevo.
Esperaba que Artie estuviera fuera esperándome con una taza de café en la mano. Pero por primera vez en semanas, no lo estuvo. Si me apuraba tenía suficiente tiempo para detenerme por un café en mi camino a clases.
—Durmiendo hasta tarde, Human Brain, muy mal.
Me detuve y di la vuelta al escuchar el sonido de la voz de Quinn. Estaba sentada en el capó de su pequeño auto deportivo negro.
—¿Quinn?
Puso los ojos en blanco.
—Hasta donde sé.
Caminé hacia ella.
—¿Qué estás haciendo aquí.
—Tengo algo que te pertenece. Pensé que lo querrías de regreso. Si no mal recuerdo estabas muy unida a esto.
¿De qué estaba hablando? Se encontraba al lado de su auto cuando metió la mano en el bolsillo y sacó algo y me tendió la mano. Lentamente la abrió y situado en la palma de su mano estaba un pequeño broche de oro. Era un corazón de filigrana con piedras rosa pálido. Había visto esto antes. Mi corazón golpeó contra mi pecho mientras extendía la mano y lo tocaba.
—¿Qué es? —pregunté apartando la mirada del broche a la expresión curiosa de Quinn.
—Creo que lo sabes. Debes saberlo. ¿Por qué no tomas este broche y lo colocas en tu bolsillo? Piensa en eso. Mira si es un recuerdo que no puedes recordar.
Cogí el delicado broche. Se veía antiguo pero bien cuidado. Mi cabeza empezó a dar vueltas mientras lo sostenía. Tenía razón. Ahí había un recuerdo.
—¿De dónde lo sacaste?
—¿Por qué es curioso que debas preguntarme eso? Lo encontré en tu habitación. Justo donde lo dejaste.
¿Cómo había encontrado esto en mi habitación? No recordaba si quiera haber puesto esto en cualquier lugar de mi habitación. La miré de nuevo para preguntarle, pero ya no estaba.
Recorrí un camino con mi pulgar sobre las piedras.
—¿Puedes tomar esto y dármelo después de que mi alma abandone mi cuerpo? Quiero tenerlo conmigo. Un agudo dolor atravesó mi cabeza. Extendí la mano y agarré el costado del auto para no caerme.
—Yo te di este broche. Te dije que lo quería llevar conmigo. Dijiste que podrías arreglarlo y lo metí en tu bolsillo.
Otra llamarada caliente se disparó a través de mi cabeza. Me dejé caer sobre el cemento. ¿Qué estaba pasando? Había recuerdos unidos a este broche. Cosas que había olvidado. Dejé caer el broche en mi regazo y agarré mi cabeza con ambas manos mientras el dolor se hacía más fuerte.
—Pero nunca me volviste a ver. Porque tu alma fue borrada de la lista.
La única razón por la que me acordé de ti fue a causa de este broche.
—¡Aaaaaah! —Lloré en agonía. Con cada recuerdo que salía a la superficie, el dolor en mi cabeza se hacía más fuerte.
—Por lo tanto, vine a verte. Para ver qué pasaba con esta alma que era tan única.
La conocía. Santana. Oh, Dios. La conocía. Lágrimas nublaron mi visión mientras me acurrucaba en una bola en el suelo duro. Nadie podría verme metida en medio de dos autos. Mordí mi labio para evitar hacer algún sonido mientras los recuerdos se entrelazaban a través de mi mente de a un solo golpe. Cada toque. Cada momento. Lo había olvidado todo. Un sollozo se me escapó y luché contra el lamento creciendo en mi pecho.
¿Cómo lo había olvidado? La amaba. Ella era todo para mí. ¿Cómo había podido olvidarla? La había alejado. Los sollozos se hicieron más fuertes y dejé de tratar de hacer silencio. Entre el rompimiento de mi corazón y la explosión en mi cabeza fui incapaz de hacer algo más que marchitarme en el suelo y llorar.
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Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 22
Santana
El cuarto estaba oscuro cuando llegué. Quinn me había llamado aquí. Todo lo que ella había dicho era—: Es Brittany. —Yo había venido de inmediato, pero no esperaba que fuera al dormitorio de Brittany desde donde me estaba llamando. Recorrí la habitación, y encontré a
Brittany acurrucada en la cama durmiendo. Ni siquiera era la hora de comer todavía. Las cortinas estaban cerradas y las luces apagadas. ¿Estaba enferma?
—Recordó —dijo Quinn desde la esquina de la habitación donde ella estaba sentada, mirándome.
—¿Qué es exactamente lo que recuerda? —Le pregunté dando un paso hacia la cama donde Brittany dormía.
—Todo, me parece. Infiernos, no lo sé. Ella no ha hablado. No sé qué tan afectada está aún. Si está herida, mentalmente, espero que me extingas. No puedo vivir con la culpa.
El pánico se apoderó de mí y corrí a un lado de la cama y me arrodillé a su lado. ¿Qué había hecho Quinn? Ella no debía recordarlo todo hasta que la Deidad decidiera que era el momento adecuado. Yo había esperado que un pequeño recuerdo volviera a ella, pero nunca había querido hacerle daño.
—¿Qué... has... hecho? —Levanté mi mirada del cuerpo todavía pálido de Brittany y miré a Quinn.
—Enójate. Por favor. Quiero que lo hagas. Si ella está en mal estado porque tomé una decisión estúpida no voy a ser capaz de vivir con eso.
La expresión solemne de Quinn no sirvió de nada. Quinn nunca era seria.
Extendí la mano y le aparté el pelo de la cara con suavidad. El color natural rosado de sus mejillas había desaparecido. —Dime lo que hiciste, Quinn —Le supliqué.
Yo no podía ayudarla si no sabía lo que había sucedido.
Necesitaba una explicación.
—No estabas luchando. Sólo la dejabas ir. Al diablo con eso. Yo no iba a dejar que ella se marchara tan fácil. No es feliz con la llamada alma gemela que crearon para ella. Está perdida sin ti. Yo... yo le di el broche.
El broche. El que yo había guardado para ella. El que le había devuelto el pasado día de San Valentín. Ella recordó la época en que yo vine por ella cuando era niña. Había pertenecido a su abuela. Quería que yo lo guardara y que se lo regresara en su próxima vida. Pero ella no murió entonces. El broche me había hecho recordar el nombre de la chica.
Así que cuando Brittany S. Pierce estuvo de nuevo en los libros para morir, yo la recordé. Fui a verla. Tenía curiosidad. Entonces, se convirtió en algo más. Mucho más.
—¿Qué pasó? —Le pregunté, temerosa de apartar los ojos de ella. Quería despertarla. Asegurarme de que todo estaba bien. Que su mente no sufrió un trauma que su cuerpo no pudiera soportar.
—La dejé con ella. Entonces me preocupé y me di la vuelta y regrese. Estaba... Estaba acurrucada en el piso con lágrimas corriendo por su rostro diciendo: "Me olvide de ella. ¿Cómo podría olvidarlo?" La llevé hasta aquí y no se ha movido ni dicho nada desde entonces. Sólo duerme.
No podía hacer frente a Quinn ahora. No la quería cerca de mí. —Vete.
Sólo vete —dije sin mirarla.
—Me dirás si se despierta. Necesito saber que está bien.
—Te dije que te vayas, Quinn. Ya has hecho suficiente. Déjanos. Ella no discutió. Se fue.
Tomé la mano de Brittany y la sostuve en la mía. Estaba fría al tacto.
Vi su alma. No fue dañada. Su cuerpo no estaba enfermo. Todo era mental. Me lleve su mano a los labios y la besé suavemente. No debí haber confiado en Quinn. Sabía que haría algo estúpido cuando ella me exigió que luchara anoche. No pensé que haría algo tan perjudicial. Yo había estado ideando un plan. Uno más, uno que realmente funcionara. Intentaría hacer que se enamorara de mí otra vez. Solucionaría esto.
También iba a asegurarme de que ella supiera que yo nunca tuve sexo con otra chica. Quería aclararlo. No me gustaba que eso nos ensuciara.
La mano de Brittany se movió en la mía y me tranquilizó. Esperé para ver si pasaba de nuevo ¿Estaba despertando? ¿Podría despertar? Su mano apenas apretó la mía y la miré desesperadamente, esperando por más. Después de unos minutos, no se movió de nuevo. Alcé los ojos para mirarla a la cara. Sus párpados parecían azules. Estaba demasiado pálida.
Tenía que hacer algo. Yo había pasado semanas sin abrazarla. Ella no había querido. Pero ahora, lo necesitaba. Necesitaba a Brittany a salvo en mis brazos. No podía quedarme aquí mientras ella yacía acurrucada en una bola, fría y pálida. Lo único que podía hacer era esperar y darle calor.
Me quité las botas y retiré la sábana antes de deslizarme detrás de ella. Ella inmediatamente rodó hacia mí y puso sus manos en puños en mi camisa. Dejó escapar varios suspiros pequeños, luego calló una vez más.
Brittany
Estaba caliente. Muy caliente y algo olía maravillosamente. Enterré mi cara en el calor. El olor se hizo más fuerte. Me apreté más a eso y recorrí mis manos por el calor para tocarla.
—Dime que esto significa que estás bien, por favor —susurró una profunda voz en la oscuridad. El calor comenzaba a hablar. Luché duramente para abrir los ojos. Eran tan pesados.
—Esa es mi chica, abre esos ojos y mírame —dijo la voz de nuevo.
Conocía esa voz. El pánico me atravesó y extendí la mano y la agarré. Me estaba dejando. Lo había olvidado. Le dije que se fuera. No sé, no lo sabía.
Luché por abrir mis ojos y encontrar frenéticamente una forma de retenerla aquí. Cuando abriese los ojos, ¿se habría ido ya?
—Shhh, está bien. Te tengo. Tranquilízate, nena. —Me calmó y sus brazos me rodearon, acercándome a ella.
Mis ojos finalmente se abrieron y me quedé mirando al pecho contra el que estaba presionada. Inhalé profundamente. Esta era Santana. Mi Santana.
Esta era mi Santana. Estaba aquí. Oh, gracias a Dios que ella estaba aquí.
Retrocedí hasta que pude mirarle a los ojos.
—Estás aquí. —Mi voz sonó áspera.
—Seh, estoy aquí —respondió. Sus ojos azules brillaban en la oscuridad. Conocía ese brillo. También sabía que brillarían mucho más después de que tomara un alma.
—No te vayas —supliqué, apretando mi agarre en la camiseta que tenía entre mis manos.
—No lo haré —Me aseguró, luego me miró a los ojos—. ¿Te acuerdas?
Sí. Lo recordaba todo. Los dos últimos meses se repetían en mi cabeza. Esas dos semanas con Santana. Fue ella misma y no me recordé nada.
Se había esforzado tanto por llegar a mí. Espera… La chica… La biblioteca.
—Explica a la chica fuera de la biblioteca —dije, necesitando escuchar una explicación porque sabía que existía una. Mi Santana nunca haría eso.
—Está este… chico al que no recordarás, pero que cree que te tomé de él. Así que lo planeó para hacer que me odiaras. Quería que te perdiese también. Él sabía que no eras tú misma y se aprovechó de eso.
—¿Sam?
Los ojos de Santana se abrieron como platos. —Sí, Sam, pero Brittany… Supuestamente no deberías ser capaz de recordar. No tiene alma. Porque era un espíritu Vudú. —Ya lo sé, pero le recuerdo. Santana apartó el pelo lejos de mi cara y sonrió. —Nunca encajaste en el molde. Esto no debería sorprenderme. Te he echado tanto de menos.
El alivio y el amor en sus ojos hicieron que me rompiera. Lo había tratado tan cruelmente. —Lo siento mucho. Te quiero, Santana. Te quiero muchísimo. No sé qué ocurrió. No puedo creer que te olvidase.
Santana bajó su boca y presionó un beso en mi frente. —No te disculpes. Está bien. No tenías nada que ver con esto. Es la Deidad la que hizo esto. Tomaron tus recuerdos.
¿Por qué? ¿Qué había hecho mal?
—¿Hice que se enojaran? Santana negó con la cabeza y apretó su agarre sobre mí. Noté que mis manos seguían agarrando puñados de su camisa y las liberé, alisando la camisa con ellas.
—Cuando un alma es creada, también lo es su pareja. Artie es tu alma gemela. No fuiste creada para ser mi compañera. Tienes que reconectar con Artie y dejar que tu alma decida si puedes vivir sin él.
Tomaron tus recuerdos para que la decisión fuese justa. No sé cómo recordaste sin su ayuda. Pero no podemos dejar que lo sepan. Tendrás que continuar como estábamos. Quieren que elijas y ahora la decisión ya no es justa. No quiero que tomen tus recuerdos otra vez.
¿Podrían llevárselos de nuevo? No. No. No quería eso. —¿Entonces qué hago? ¿Salir con Artie? No quiero salir con Artie.
Santana esbozó una pequeña sonrisa y bajó su boca a la mía. —No quiero eso tampoco, pero no puedo perderte de nuevo. Necesito que me recuerdes.
Su boca cubrió la mía y decidí en ese momento que lo otro no era la cosa más importante. Esta lo era. Deslicé mis manos en su pelo y le acerqué más. El primer contacto con su lengua fue de ensueño. Rodé sobre mi espalda y le puse sobre mí tirando de su cabello. Quería estar cubierta por ella. Necesitaba tenerle cerca. Lo había mantenido a distancia porque mi estúpida mente me había traicionado. Santana se desplazó y movió su cuerpo hasta que encajó perfectamente sobre el mío. Sus brazos descansaban a cada lado de mi cabeza mientras sostenían algo de su peso.
No quería eso. La quería todo de ella. Abrí mis piernas, lo que causó que sus caderas cayeran contra mí.
Se detuvo de presionarse completamente. Me aparté del beso. —Por favor, Santana. No te mantengas lejos de mí. Tragó con dificultad, luego lentamente bajó sus caderas hasta que
No pudo contener la excitación firmemente contra mí. Gimiendo un poco por la nueva sensación, me mecí contra ella. Sus labios estaban sobre los míos instantáneamente y su lengua acariciaba el interior de mi boca con una frenética necesidad. Me mecí otra vez y dejé escapar un pequeño grito de placer mientras el hormigueo entre mis piernas disparaba chispas por todo mi cuerpo.
Santana dejó escapar un gemido mientras nuestras lenguas se enredaban entre sí y esta vez fueron sus caderas las que se mecieron contra las mías. La presión fue más intensa. Eché hacia atrás la cabeza y dejé escapar un sonido que nunca había hecho antes. Los labios de Santana comenzaron a arrastrar besos sobre mi cuello al descubierto y se detuvieron en mi clavícula. Luego de la espera la piel de sus dedos tocó la sensible piel justo debajo del borde de la camisa. Comencé a jadear, deseando que no se detuviera. Su mano se deslizó más arriba hasta que encontró el ajuste entre mis pechos y desabrochó el sujetado fácilmente.
Empujó el indeseado obstáculo fuera antes de acariciar cada pezón con sus dedos.
—¿Quieres que me detenga? —preguntó en un susurro ronco. Negué.
—Quiero tu camisa fuera —dijo, observándome por alguna reacción.
—Bien —contesté elevándome para quitármela.
—No, quiero quitártela —dijo deteniéndome.
Asentí y levantó la camisa por encima de mi cabeza. Sus manos empujaron los tirantes del sujetador de nuevo hasta que no tenía nada cubriéndome.
Su alabanza hizo que mi corazón se disparara.
—Creo que recuerdo haberte dicho que me gustaría verte sin camisa.
—Le recordé.
Una sonrisa apareció en sus sensuales labios, cogió el dobladillo de su camisa y se la sacó.
Oh, mi Dios.
Extendí la mano y paseé los dedos sobre cada músculo definido de su abdomen. Ahora, eso era hermoso. —Ven aquí —dije recostándome sobre la almohada otra vez.
Los párpados de Santana descendieron y me miraron con avidez. Quería su pecho desnudo presionado contra el mío. Alcanzándole, deslicé mis manos detrás de su cabeza y la traje de vuelta hacia abajo, hasta que pude saborear sus labios. Su pecho rozó el mío y le mordí el labio inferior provocando un gemido de aprobación mientras el toque íntimo de nuestros cuerpos nos unía más.
Este era mi Santana. Ya no me sentía perdida o sola. Esa sensación que me había engullido durante las últimas semanas la entendía ahora. Mi corazón sabía que Santana estaba lejos.
awong_snix- ---
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Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
CAPITULO 23
Brittany no quiso que nos pusiéramos de nuevo nuestras camisetas una vez que yo finalmente puse un alto a las cosas.
Cuando ella había deslizado su mano entre mis piernas estuve bastante segura de que iba a explotar. Acababa de recuperar su memoria.
Ella no estaba lista para esto aún. Nosotras habíamos ido más lejos esta noche de lo que alguna vez lo hicimos antes sexualmente. Yo quería facilitarle las cosas y no apresurarla. La única cosa que nos salvó de llevarlo demasiado lejos fue el hecho de que ella se sentía agotada. Una vez que nos detuvimos se acurrucó contra mí y rápidamente se quedó dormida.
Sin embargo, incluso la suave respiración de Brittany hizo que su pecho subiera y bajara contra el mío y creara una fricción que yo no podía ignorar. Cada vez que sus duros pezones se frotaban contra mí, mi control decaía un poco más.
—Bueno, parece que ella lo logro. Memoria intacta y todo. —La voz de Quinn me sorprendió. No esperaba que volviera esta noche. Tiré la manta encima de nosotros.
—Sí, gracias. No es exactamente algo que quisiera que hubiera ocurrido. ¿Entonces, no crees que podrías, oh, no sé, permitirle a esta chica saber algo? He estado preocupada desde que salí de aquí.
—Shhhh… no las despiertes. Está cansada.
—Apuesto que lo está. Se despierta para tener sexo salvaje con la Muerte. Necesita descansar.
—Eso no pasó. Cállate —le advertí en voz baja para no molestar a Brittany.
Quinn hizo rodar sus ojos. —Sí, claro.
—Tiene su memoria nuevamente. Ella está bien. Ahora vete.
Quinn guiñó un ojo y se fue.
—Deberías ser más amable con ella —susurró Brittany contra mi pecho.
Maldita sea, Quinn. La había despertado.
—Lo siento. Vuelve a dormir.
Brittany echó su cabeza hacia atrás y me sonrió tímidamente. — Bueno, me gustaría pero creo que necesitamos ponernos nuestras camisetas. Despertar de este modo me hace desear hacer… cosas.
Saber qué cosas quería hacer me hizo palpitar más fuerte. Iba a tener que levantarme y tomar una ducha fría. —Sí, probablemente es una buena idea. Brittany se empujó contra mí y rodó encima mío. Ella se sentó a horcajadas y colocó ambas manos sobre mis hombros. —O nosotras podríamos hacer cosas.
Brittany sentada encima de mí con su cabello cayendo sobre sus hombros, sus senos al aire luciendo como una diosa, era algo que ningún alma podría rechazar.
—¿Qué cosas quieres hacer? —pregunté mientras extendía la mano y acariciaba su pezón con mi pulgar.
—Quiero quitarnos nuestras partes de abajo —susurró y dejó caer su mirada a mi estómago.
Oh, maldición. Lo que pedía era la muerte.
—Brittany, si nos quitamos los pantalones las cosas podrían ir más lejos…
Ella levantó sus ojos para encontrarse con los míos e inclinó su cabeza hacia un lado y sonrió juguetonamente. —Lo sé. Quiero ir más lejos. Contigo. Ahora mismo.
Todas las razones por las que esto era una mala idea atravesaron por mi cabeza mientras ella se levantaba fuera de mí y comenzó a quitarse sus pantalones cortos. Las bragas de encaje azul claro que quedaron tenían mi completa atención. Deslizó sus dedos en los lados y se detuvo antes de bajarlas. ¿Por qué se detuvo? Arranqué mis ojos de su ropa interior de encaje para encontrar su mirada.
Ella lamió sus labios nerviosamente. —Nunca antes he estado desnuda delante de alguien —admitió.
—Bueno —respondí, me senté y alcancé su cintura atrayéndola hacia mí—. No tienes que quedarte desnuda delante de mí ahora si no estás lista. Pero si tú quieres, entonces seré una mujer muy, muy feliz. Brittany se rió suavemente. —En realidad tú serás una Muerte muy, muy feliz.
Le di un mordisco en el lóbulo de su oreja y a continuación le susurré—: Así es y ahora mismo la Muerte tiene pensamientos muy, muy traviesos sobre ti. Entonces, por favor quítate esas sexys bragas y vuelve a treparte en esta cama conmigo.
Brittany tembló en mis brazos. —Con toda seguridad esa es una buena manera de pedirlo.
Ella se movió hacia atrás y las sacó lentamente por sus piernas hasta que estuvo completamente desnuda. Mi control desapareció. Me levanté y la agarré, apoyé su espalda sobre la cama antes de sacar rápidamente mis vaqueros y cubrir su cuerpo con el mío.
—¿Estás segura de esto? —le pregunté mientras apartaba su cabello lejos de su rostro y contemplaba sus ojos. Yo podía sostenerla justo de esta manera y ser feliz. Nunca quise pedir más de lo que ella estaba dispuesta a dar.
Brittany movió sus caderas hasta que mi excitación fue a punto, estuvo apoyada sobre sus pliegues calientes. —Lo deseo, locamente. —Ella gimió mientras me deslizaba fácilmente contra ella.
Levantando mis caderas dejé que la sensación de mi longitud rozara sobre su excitación. El calor resbaladizo hizo que yo temblara. Quería estar dentro de ella.
—Por favor, Santana, por favor —Pidió cerrando sus piernas alrededor de mis caderas.
Yo no iba a ser capaz de contenerme. Necesitaba estar dentro de ella tanto como ella me quería allí. Colocando una mano al lado de su cabeza me despegué de ella, hasta que estuve en posición con la otra.
Ella hacía suaves pequeños gemidos que me hicieron vibrar fuertemente con anticipación. Deslizándome en su interior dejé que el éxtasis de estar envuelta por ella me inundara. Ella apretado, el calor era diferente de cualquier cosa que yo alguna vez haya sentido. Esto muy fácilmente podría convertirse en una droga para mí si se lo permitía. El cuerpo de Brittany pretendía ser adorado, y yo con mucho gusto lo haría por el resto de la eternidad.
—Santana, haaa tu puedes ser quien quieras verdad—Me pregunto mientras yo seguía depositando besos en su abdomen—Si, porque—respondí –Quinn me dijo que podías ser quien quisieras y tienes poderes yyyy… yo me preguntaba, siiii…tu no sé cómo decirlo—Solo dilo Brittany—le conteste subiendo por su cuerpo hasta que nuestros ojos quedaron frente a frente.
--Puedes adquirir cualquier forma..?— Con una sonrisa traviesa y una cara roja, dirigiendo su mirada a nuestros cuerpos desnudos –Haaa, hooo, ya entendí, ammm bueno esa es la ventaja de ser la Muerte, y como te lo prometí pide lo que quieras y será tuyo—Regresándole la sonrisa traviesa y dándole un beso que le demostrase que cumpliría mis promesas.
—Santana, hooo Muerte siii, Dios Snix—
Brittany
Santana y yo hicimos el amor por primera, segunda y tercera antes de que Rachel tocara la puerta. Santana me besó y desapareció antes de que me levantara y abriera la puerta para ella. Ella había perdido su llave hace dos semanas y nosotras todavía no podíamos encontrarla.
—¿Qué has estado haciendo? He llamado y te he enviado mensajes de texto. Cielos, amiga, es difícil contactar contigo.
Rachel entró simplemente hablando sin parar sobre Fabrey siendo una idiota. Yo no podía concentrarme en lo que me decía porque la comprensión de quién era Fabrey me golpeó. Agarré el pomo de la puerta para impedir caerme.
—¿Me estás escuchando? —preguntó Rachel—. ¿Estás enferma, Brittany? Porque parece que estás a punto de desmayarte. Siéntate en la cama. Está bien. Sé lo que estás recordando.
Santana todavía estaba aquí. Asentí para su beneficio, caminé a la cama y me senté. —Estoy bien. Sólo me mareé. Tú me despertaste.
Rachel frunció el ceño y se dejó caer a mi lado. —¿Estás segura?
—Sí, estoy segurísima.
—Bueno, entonces ¿debería perdonarlo?
¿Perdonar a quién? ¿Fabrey? Estoy confundida.
—¿Podrías explicar todo esto otra vez? El asunto de estar mareada hizo difícil entender lo que decías.
Y sí deberías perdonar a Fabrey porque ella es Puck o al menos su alma. No podía decirle eso, por supuesto. Pero ahora quería ir a abrazar a Fabrey y decirle cuánto la eché de menos. Ella pensaría que yo había perdido la cabeza. No era de extrañar que me gustara tanto.
—Esta chica Siera. La llama para que vaya a cambiar su bombilla a las seis de la mañana y va, Brittany. Se levanta y va a arreglar su luz. Ella no es una idiota. Puede arreglarlo sola. ¿Por qué ella iba a hacer eso? No lo entiendo. Nosotros tuvimos increíble sexo caliente anoche y me despierto con una nota de ella diciendo que estaría de regreso, que Siera llamó porque su bombilla estaba quemada y necesitaba ayuda para cambiarla.
Era extraño. Fabrey necesitaba algunas bofetadas.
—Tienes todo el derecho de estar molesta. Pero tal vez lo entendiste mal.
Rachel se encogió de hombros y recostó su cabeza sobre mi hombro. —No creo que tú puedas malinterpretar eso. Los chicos y chicas apestan.
Pero tú sabes eso. Realmente te gustaba Santana y ella fue y se acostó con aquella chica. Luego Artie te aburre. Puedo verlo en tu rostro. También creo que podría estar acostándose con Victoria de nuevo para que lo sepas.
Bueno. Espero que la follara mucho y mucho.
Acaricié la cabeza de Rachel. —Está bien. Todo esto tendrá sentido tarde o temprano. En cuanto a Artie, si quiere a Victoria puede tenerla.
Hablaré con él al respecto. Probablemente está tan aburrido conmigo como lo estoy con él.
—Veo que ni siquiera te importa. Desearía que él no me importara.
Pero lo hace, Brittany. Me importa mucho.
Desde luego que le importaba. Si él aun fuera Puck yo iría y le pegaría unas bofetadas y obtendría la información de él. Era extraño pensar que era la misma alma, el mismo ser que ahora era alguien más.
Alguien que yo no conocía tan bien. No podía escaparme para darle unas bofetadas a Fabrey.
—Voy a tomar una ducha ¿luego irás de compras conmigo? Necesito una terapia de zapatos.
Santana estaba aquí. Recordé. No quería ir a comprar zapatos. Deseaba sentarme en el regazo de Santana por el resto del día. Bueno, y besarla y hacer otras cosas.
—Umm, supongo, sin embargo necesito ir a un lugar más tarde.
¿Esto va a ser una cosa de todo el día?
Rachel levantó una ceja hacía mí. —¿Qué es exactamente lo que tienes que hacer más tarde?
Podría mentir pero probablemente me atraparía. Decidí ir con la verdad. —Estoy viendo a Santana López otra vez. Todo eso con la chica no pasó. Era otra chica. No oí las cosas correctamente.
Esa era la verdad.
Ambas cejas de Rachel se alzaron. —¿Estás viendo a Santana López otra vez? ¿Ella está de regreso? No la he visto en semanas. Supuse que se retiró y viajó con la banda.
Desplacé mis ojos alrededor de la habitación preguntándome dónde exactamente estaba ella. —Sip, ella está de vuelta. No viajó. Volvió… —me interrumpí.
Rachel me miró de una manera extraña. —De acuerdo. Bueno. Voy a alistarme y tú puedes despertarte para que realmente tengas sentido y luego iremos a comprar zapatos.
Una vez que Rachel cerró la puerta del baño caí de espaldas sobre la cama. Mierda. No quería ir a comprar zapatos.
El cuerpo de Santana cubrió el mío y sus labios rozaron mi oreja. —Iré a trabajar. Que te diviertas. Pero esta noche, eres mía. Vamos a salir y divertirnos. Quiero llevarte a bailar y sujetarte de la manera que quería aquella noche en el club. Solamente prométeme que usarás esas botas marrones. —La voz de Santana era baja mientras hablaba suavemente en mi oído. Me estremecí y deslicé una de mis piernas encima de su cadera.
—Mmm, está bien. Suena agradable.
Santana besaba un punto sobre mi cuello mientras su mano bajaba y corría sobre la pierna que yo casi había envuelto alrededor de su cintura.
—Rachel va a salir pronto. Tengo que irme. No comiences algo que no podremos terminar.
Me reí y bajé mi pierna. —Bien, está bien.
—Te amo, Brittany —dijo ella contra mis labios antes de que se hubiera ido.
____________________________________________________________________________
Bueno les dejo dos nota importantes la primera es que después del capitulo de esta semana subiré los capítulos restantes por que es hora de enfrenarse a la DEIDAD.
La segunda es que les dejo los videos y audios de las canciones de esta saga de libros que les a gustado tanto:
Yet you stay English- Spanish
Closer Sub Español
Dejen sus comentarios como siempre y gracias
PD: Para los que siguen mis otras historias
La seleccion (libro 1 terminado, el segundo y tercero los subiré juntos)
Amor accidental (terminar)
Ven a buscarme (terminar)
Buenos negocios (terminar)
Entre sabanas (libro 1 terminado el segundo y tercero los subiré juntos )
Primero contestare sus comentarios y después subiré las historias hasta llegar a los finales que estarán el viernes después del capitulo y si prometo que los subiré minutos después del final del capitulo 6x08
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
I.N.C.R.E.I.B.L.E...........volviste,que maravilla,esperaré los capitulos con ansias :-)
minerva ortiz*** - Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 30/03/2014
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
bien chica!! pense que nos habías abandonado,feliz estoy por tu regreso espero seguir leyendote
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
minerva ortiz escribió:I.N.C.R.E.I.B.L.E...........volviste,que maravilla,esperaré los capitulos con ansias :-)
Gracias si te interesan las otras adaptaciones ya estoy con la seleccion
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
atercio escribió:bien chica!! pense que nos habías abandonado,feliz estoy por tu regreso espero seguir leyendote
Gracias si te interesan las otras ya estoy con la seleccion
Bueno les dejo hasta aquí el viernes los últimos capítulos después de que termine el capitulo de Glee 6x08 .
A quien eligen ustedes dejen sus comentarios y el viernes el final y por favor en cada comentario digamos VALERIE
Última edición por awong_snix el Jue Feb 19, 2015 1:55 am, editado 1 vez
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
Awong! Que bueno que regresaste! Extrañaba esta historia, bueno casi todas pero esta sin duda la esperaba más... Estuve a nada de sucumbir mi curiosidad y buscar el libro cuando pff!! Veo que dice actualización y yo así de que??? en verdad jajaja me alegro de haber esperado. No se porque no habías vuelto, pero me alegra que lo hicieras espero estés muy bien. Saludos, cuídate y gracias por regresar
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
holap,...
que suerte que volviste!!!
odie a sam con todo el alma cuando separo a britt y a san,...
ame a quinn por todo lo que hizo para ayudar a britt para recuperar la memoria,... y puda volver a estar con san,..
a ver que pasa con dios o que hace???
nos vemos!!!
que suerte que volviste!!!
odie a sam con todo el alma cuando separo a britt y a san,...
ame a quinn por todo lo que hizo para ayudar a britt para recuperar la memoria,... y puda volver a estar con san,..
a ver que pasa con dios o que hace???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
feliz con tu regreso, hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
Dolomiti escribió:Awong! Que bueno que regresaste! Extrañaba esta historia, bueno casi todas pero esta sin duda la esperaba más... Estuve a nada de sucumbir mi curiosidad y buscar el libro cuando pff!! Veo que dice actualización y yo así de que??? en verdad jajaja me alegro de haber esperado. No se porque no habías vuelto, pero me alegra que lo hicieras espero estés muy bien. Saludos, cuídate y gracias por regresar
Gracias si te interesan las otras ya estoy con la seleccion
Bueno les dejo hasta aquí el viernes los últimos capítulos después de que termine el capitulo de Glee 6x08 .
Dejen sus comentarios y el viernes el final y por favor en cada comentario digamos VALERIE
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
3:) escribió:holap,...
que suerte que volviste!!!
odie a sam con todo el alma cuando separo a britt y a san,...
ame a quinn por todo lo que hizo para ayudar a britt para recuperar la memoria,... y puda volver a estar con san,..
a ver que pasa con dios o que hace???
nos vemos!!!
Bueno les dejo hasta aquí el viernes los últimos capítulos después de que termine el capitulo de Glee 6x08 .
A quien eligen ustedes dejen sus comentarios y el viernes el final y por favor en cada comentario digamos VALERIE
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Fan fic Brittana Existence / Predestined/SAM (pendiente)/ Ceaceles / TERMINADO
micky morales escribió:feliz con tu regreso, hasta pronto!
Gracias si te interesan las otras ya estoy con la seleccion
Bueno les dejo hasta aquí el viernes los últimos capítulos después de que termine el capitulo de Glee 6x08 .
A quien eligen ustedes dejen sus comentarios y el viernes el final y por favor en cada comentario digamos VALERIE
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