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Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
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awong_snix
PAUlANyH
Dolomiti
fanybeaHEYA
lovebrittana95
Jane0_o
10 participantes
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Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Super quiero saber que tan lista esta Santana xD Nueva lectora por aca, Felicidades que buen fic
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
holap,...
me gusto,..
ame que britt diera el primer paso!!!
a ver como va la cita!!!
nos vemos!!!!
me gusto,..
ame que britt diera el primer paso!!!
a ver como va la cita!!!
nos vemos!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Me gusta
Pero donde puedo descargar el libro
Original? ??
Si sabes me puedes pasar el link
Pero donde puedo descargar el libro
Original? ??
Si sabes me puedes pasar el link
PAUlANyH**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 17/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
lauravm98 escribió:Super quiero saber que tan lista esta Santana xD Nueva lectora por aca, Felicidades que buen fic
Se pone mejor a cada momento no dejes de leerlo creeme
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
3:) escribió:holap,...
me gusto,..
ame que britt diera el primer paso!!!
a ver como va la cita!!!
nos vemos!!!!
Es pregunta ??? o deseas las intrigas de lo que uno aria jajaja
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
PAUlANyH escribió:Me gusta
Pero donde puedo descargar el libro
Original? ??
Si sabes me puedes pasar el link
Si no tienes inconveniente posame tu correo y te lo paso
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Te mande el correo por mensaje privado
PAUlANyH**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 17/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Capítulo Cuatro
Santana se reclinó en su silla y se frotó las sienes. Tras cuatro días
de reuniones consecutivas estaba cansada y de mal humor, y le dolía la
cabeza. Miró las notas de las reuniones de esta mañana en frente de
ella, notando garabatos abstractos dispersos a largo de las páginas.
Frunció el ceño y se dio cuenta de que los garabatos reflejaban cuán a
menudo su mente había divagado hacia Brittany durante los últimos
días. Había salido con muchas mujeres, y se había acostado con la
mayoría de ellas, pero ninguna se había inmiscuido en sus
pensamientos como lo hacía esta.
Recordó a Brittany en el vestido de diseño negro y se sintió
pasmada de nuevo por la forma en que se destacaba del resto de las
mujeres en el beneficio, no por pura belleza sino con su presencia.
Brittany irradiaba una energía que hacía que todos los demás en la
habitación parecieran sosos y poco interesantes. Santana no había
malinterpretado el interés en esos ojos, incluso desde el otro lado de la
habitación, pero a la vez había estado demasiado enojada por lo de
Quinn como para actuar en consecuencia.
Puso sus pies sobre el escritorio y miró el reloj. Tenía treinta
minutos antes de su próxima reunión, y este era tan buen momento
como cualquier otro para pensar exactamente que más había
vislumbrado en los ojos de Brittany antes de que bajara la mirada. ¿Fue
sólo curiosidad? ¿Brittany era heterosexual, o tal vez bisexual
aficionada? Santana ponderó los diferentes escenarios mientras
mordisqueaba la ensalada que Tina había dejado en la esquina de su
escritorio. Algo más le molestaba en el fondo de su mente y no podía
señalar que era. Rara vez se equivocaba en su juicio cuando se trataba
de mujeres o de negocios, pero la situación con Quinn había
sugerido un corte en su capacidad de evaluación. Pocas cosas sacudían
su confianza, pero la posibilidad de que estaba perdiendo su capacidad
de juicio lo hacía.
Había hablado largo y tendido con Puck pocas horas antes, en un
intento por determinar su estrategia si Quinn seguía con sus
amenazas. Puso fin a la llamada asqueada y un poco asustada.
Podían manejar a Quinn, pero no sin cierta fealdad. A Santana
no le gustaba ser convertida en rehén, y el hecho de que ella misma
era responsable de esto hacía el problema aún más intolerable. Se
frotó el cuello para soltarse un poco y hojeó el calendario, sonriendo
cuando vio la anotación de la cena con Brittany la noche siguiente. Casi
había esperado que Brittany llamara y pusiera una excusa plausible
para romper la cita. Pero en lugar de eso había confirmado, y
aumentando el nivel de distracción general Santana.
La idea de pasar una noche con una mujer hermosa siempre la
llenaba de anticipación, pero esta vez el cosquilleo familiar de sus
sentidos parecía más intenso. Esto no era sólo una cena más con
otra mujer hermosa, iba a pasar la noche con una mujer que la
atormentaba como pocas. Si no por otra razón que averiguar si se
estaba imaginando la conexión que había sentido con Brittany Pierce,
tenía que volver a verla.
Necesitaba. Santana volteó unos papeles en su escritorio. la
idea de necesitar cualquier cosa la inquietaba. Necesitar es ser
vulnerable, y no podía recordar la última vez que se había sentido de
esa forma por una mujer. Sus necesidades físicas eran otra cosa. Pero
ahora sus deseos le habían complicado la vida intolerablemente,
dejándola al descubierto a ella y a una tercera parte inocente ante el
cruel juego de Quinn. Santana suponía que debía estar agradecida de
que sus emociones nunca habían estado involucradas, su orgullo era lo
único en juego, en lo personal. En el futuro sería más prudente y eso
significaba que fuera lo que fuera que ocurriese el sábado por la noche
con Brittany, ella no iba a tomar decisiones precipitadas que más tarde
pudiera lamentar.
*
Jesús, Brittany, sólo elige algo. Brittany estaba en su armario
examinando las ropas que quedaban cuidadosamente colgadas en la
barra. Observó la pila de prendas que ya se había probado y desechado
en su lecho por no ser las correctas. Estaba nerviosa y quería verse
lo mejor posible. No sabía muy bien cómo clasificar esta noche con
Santana. No era realmente una cita, pero aún así, ciertamente se sentía
como tal.
Las mariposas empujando por espacio en su estómago eran una
clara indicación de que ella estaba esperando esta cena con más
anticipación de la que alguna vez había experimentado con otros
acompañantes. Cogió una percha y finalmente se reconoció a sí misma
que encontraba a Santana más que sólo atractiva y no estaba lo bastante
segura de qué hacer con ese hecho. Brittany era altamente educada,
había viajado mucho, y estaba lejos de ser ingenua en las cosas
mundanas, pero estaba muy lejos de su liga con esto.
Frunciendo el ceño ante las perchas vacías, no pudo recordar la
última vez que había estado así de nerviosa. Viajaba en las altas
esferas y, gracias a su educación, no se dejaba impresionar por la
pompa y circunstancia, o por la gente. A su padre le gustaba su trabajo
como cartero y le había enseñado la importancia del compromiso con
la familia, el trabajo, y el país. Su madre era maestra y, durante toda
su infancia, Brittany había estado expuesta a la literatura y a diferentes
culturas. Todavía conservaba el amor por el aprendizaje y la
aceptación de las diferencias con las que había crecido.
El dinero era escaso en la casa Pierce, y Brittany había trabajado
duro para ganar lo suficiente para asistir a la universidad local, donde
se graduó summa cum laude y se le concedió la entrada a la Facultad
de Derecho de la Universidad de Harvard. En Harvard, Brittany
encontró, casi por primera vez en su vida, gente que creía que su línea
de sangre o su saldo en el banco los hacía superiores a los demás. Por
necesidad, había aprendido a adaptarse a su entorno, y se enorgullecía
del hecho de que nunca comprometía sus valores o su integridad al
hacerlo. Harvard, la había preparado bien para lo que vendría en su
la vida laboral.
En esos días, se vio rodeada por hombres y mujeres de éxito
y también por aquellos que recurren a cualquier cosa para ser un
miembro del club. Brittany era consciente de que tenía enemigos,
compañeros de trabajo que resentían su alto cargo. Por lo general
subestimaban su fuerza y su inteligencia, y si Brittany alguna vez tuvo
que actuar para proteger sus intereses, sus objetivos nunca supieron
qué los había golpeado hasta que todo había terminado. A través de
trabajo duro y dedicación, se había ganado la reputación de ser
brillante en la ley y muy astuta políticamente. La mayoría de la gente
sabía que era mejor no hacer un enemigo de ella, incluso aquellos
cuyos avances ella rechazó.
A lo largo de su carrera se había encontrado con hombres
acostumbrados a salirse con la suya, que pensaban que le estaban
haciendo algún tipo de favor al ligar con ella. Al igual que muchas
mujeres exitosas con las que había hablado sobre este tema, parecía
atraer a los hombres que estaban interesados ya sea en ser dominados
o en conquistarla. Tenía citas cuando encontraba el tiempo y había
logrado mantener dos relaciones semi serias por varios años. Pero
cuando cada hombre le propuso matrimonio, se encontró
sorprendentemente ambivalente. Cuatro años habían pasado desde que
rompió con su último futuro marido, y había salido a medias con un
puñado de hombres en ese tiempo, pero ninguno significó nada. Había
empezado a preguntarse si alguna vez conocería a alguien que pudiera
inflamar su alma.
En los últimos años, las mujeres habían expresado en ocasiones
su interés en ella también -- no era como si ella no conociera ninguna
lesbiana – pero nunca había salido con una mujer en serio. Brittany
Julie Cannon Come and Get Me
tomó una respiración profunda y se detuvo buscando
desesperadamente en su armario. Era sólo una cena. Había estado en
situaciones más íntimas con mujeres. ¿Cuál era la gran cosa aquí?
Con la esperanza de que el sonido de su propia voz calmaría sus
nervios deshechos, dijo, “no estuve tan nerviosa en mi primera cita.”
Brittany sonrió al pensar en Claire Bailey, la primera mujer cuya
invitación había aceptado. Varias citas más tarde, Claire también había
sido la primera mujer que había besado, pero no había ido mucho más
lejos. Brittany había salido con unas cuantas mujeres después de Claire,
pero no se había conectado con ninguna. Se dio cuenta de que, en
muchos aspectos, las mujeres con las que había salido eran muy
parecidas. Exitosas, seguras, y sofisticadas. Pero aburridas.
Santana era diferente, muy diferente. Es la primera mujer que
me pone la piel de gallina. De una buena manera. De una muy buena
manera. Su cuerpo confirmó la descripción y sacudió las manos, como
si ello fuera a expulsar a las sensaciones de hormigueo en las yemas
de sus dedos. Santana podría tener a cualquier mujer que quisiera.
¿Podría quererme a mi? Brittany lo dudaba. No tenía nada que ver con
las mujeres con las que Kurt dijo que Santana salía por lo general.
“Si yo sólo me callara y me admitiera a mí misma que quiero
más que una cena probablemente no estaría tan nerviosa.” Su voz se
apagó mientras la imagen de lo que quería llenó su mente. Nerviosa,
infiernos. Estaba asustada hasta la muerte.
Finalmente se puso unos pantalones de seda verde oscuro y un
top crema sin mangas con una chaqueta verde en contraste. El color
iba bien con su pelo rojo y el suave bronceado que parecía ser una
aberración genética. Su madre tenía la misma coloración inusual. Se
inclinó hacia el espejo unido a la cómoda, se colocó los pendientes,
y estudió la cara críticamente. No está mal. Había tomado un cuidado
especial en la aplicación de su maquillaje, lo que fue todo un reto con
sus manos temblorosas por la anticipación. El efecto resultante,
simplemente ponía en relieve sus características con una mirada
limpia y natural que apenas se podía detectar. Satisfecha con los
resultados, volvió la ropa desechada a su armario, alisó las arrugas del
edredón de plumas que cubría la cama king-size, y ahuecó las
almohadas.
Tenía la intención de alejarse, pero fue arrestada por una imagen
mental de Santana desnuda en la cama grande. Un eje de calor al rojo
vivo se disparó de su estómago y se instaló entre sus piernas. Dando
un paso atrás supo con un golpe repentino que Santana era la primera
mujer que había sido capaz de imaginar en su cama. Rápidamente
cogió su bolso y las llaves y salió de la habitación, el corazón le latía
de manera irregular.
Supongo que esto quiere decir que podría ser una lesbiana.
Mierda, espero saber qué hacer.
*
A doce kilómetros de distancia, en su casa en McComb Drive,
Santana estaba sentada en un mullido sillón de cuero, bebiendo
lentamente Chivas de un vaso de cristal pesado. Su cuerpo estaba
inmóvil, pero su mente corría en competencia directa. No podía
recordar esperar con tanta impaciencia una noche con una mujer como
lo hacía esta noche. Brittany Pierce era ciertamente atractiva y la
chispa del deseo instantáneo, pero había algo en ella que acrecentaba
la anticipación de Santana. Parecía muy diferente de las mujeres con las
que Santana salía por lo general.
Santana nunca había tenido escasez de mujeres atractivas
dispuestas a compartir su cama. Creía que si dos mujeres se sentían
atraídas la una por la otra y ambas querían lo mismo, entonces no
había razón por la que no debían pasar la noche juntas - o en algunos
casos la tarde. Era sólo sexo, algo que dos adultos consienten
disfrutar. Como resultado había tenido muchas parejas sexuales, y la
mayoría de sus relaciones duraban días o semanas, pocas veces más.
Las relaciones casuales satisfacían sus necesidades sexuales y se
adaptaban a su estilo de vida, sobre todo porque estaba consumida en
su totalidad con la reconstrucción de la gestión del día a día de López
McKenzie desde que se hizo cargo de la empresa. No tenía ningún
interés en establecer una relación.
Santana no se engañaba pensando que sus amantes no eran
conscientes de su identidad cuando llegaban a ella, o cuando ella se
les acercaba. Se movían en los mismos círculos, y si los nombres no
eran específicamente conocidos, por lo menos caras lo eran. Sin
embargo, sospechaba que Brittany no se había dado cuenta de quién era
cuando se encontraron por primera vez, y, ciertamente, no le importó
quién era ella cuando la barrió sobre las brasas por su horrible
comportamiento. La invitación a cenar de esta noche había
sorprendido a Santana por completo, y, para ella, las sorpresas eran
pocas y distantes entre sí.
Incluso a través de la línea telefónica sospechaba que Brittany
había actuado impulsivamente, lo que no era una cosa común para un
abogado. Santana tenía suficiente experiencia con los profesionales del
derecho como para saber que ellos piensan detenidamente todo y, por
lo general, saben exactamente cuál será la respuesta de casi cualquier
pregunta que planean hacer. Sonrió ante el reto de mantener a esta
mujer fuera de su paso.
Cuando la campana anunció a su invitada un par de minutos más
tarde, se levantó de forma rápida y cruzó la habitación con más prisa
que de costumbre. Por lo general no hacía que una mujer viniera a su
casa, prefería recogerlas o encontrarse en alguna parte. Un escape más
fácil si necesitaba uno, siempre le decía a sus amigos, y varias veces
se convirtió en realidad. Esta era otra señal de que Brittany no era una
chica de molde.
Los zapatos de Santana se clavaron en el piso de baldosas de
mármol del vestíbulo y la mano le temblaba cuando llegó a la perilla
de la puerta. Apretó su agarre al ver a Brittany en la puerta de su casa.
Ella es hermosa. Santana notó el corte perfecto del traje verde y sólo la
insinuación del escote en la parte superior del top. Su maquillaje
acentuaba sus pómulos, y destacaba sus tímidos ojos azules.
A Brittany se le hizo un nudo en la garganta y su respiración se
hizo más profunda cuando se dio cuenta de que en realidad estaba de
pie delante de esta mujer sorprendente, una vez más. ¿Qué diablos
estoy haciendo aquí?
“Hola.” La voz de Santana casi traicionó la carrera de su sangre
mientras recorría su cuerpo.
“Hola,” Brittany la saludó con timidez, sorprendida por su
reacción al ver a Santana por segunda vez. Captó el corte familiar de
diseño de Hugo Boss en los pantalones de vestir color carbón y la más
oscura blusa de seda que Santana había elegido usar. Muy caliente.
“Lo siento. Por favor entra” Santana abrió más la puerta y se hizo
a un lado para dejar entrar a Brittany. Mmm, hueles delicioso.
“¿Algún problema para encontrar el lugar?”
“No, en absoluto.” Brittany casi se echó a reír, recordando sus
reacciones mientras se acercaba a la laberíntica casa de Santana
momentos antes. Había estacionado en el centro de un largo camino
circular y tuvo que tomar varias respiraciones profundas en un intento
de frenar su nerviosismo y su acelerado pulso. Luego, caminó
lentamente por el sendero de adoquines flanqueado a ambos lados por
flores brillantes y coloridas, y un impecablemente cortado césped. El
olor de la sal estaba en el aire y una suave brisa del océano le
alborotaba el pelo. El paseo normalmente habría sido un placer, pero
todo el tiempo había estado ensayando cómo iba a saludar a Santana.
Por el amor de Dios, es sólo una cena. Sí, claro.
Santana la llevó a través de un espacioso vestíbulo a la sala de
estar decorada en tonos de marrón y canela, con colores que resaltaban
en la tapicería de las sillas y cojines del sofá. Un grabado de Georgia
O´Keeffe colgaba sobre la chimenea y otro en la pared a su izquierda.
La habitación transmitía un sentimiento cálido y cómodo.
“Tienes una hermosa casa,” dijo Brittany mientras se movía para
sentarse en una de las sillas de respaldo alto al otro lado del sofá.
“Gracias. No estoy aquí a menudo, pero cuando estoy me gusta
estar cómoda,” respondió Santana casi con aire de culpabilidad. No
estaba mucho en casa y, a veces, parecía un desperdicio de buenos
muebles.
“¿Qué te gustaría beber?” Se acercó a la barra del bar del otro
lado de la habitación.
“Whisky si tienes.” Brittany no era, por lo general, una gran
bebedora, pero sentía que necesitaba fortificación adicional esta
noche.
“Por supuesto. ¿Cómo estuvo tu semana en el mundo del derecho
empresarial?” Santana se encogió ante la estúpida pregunta, pero,
sorprendentemente, no podía pensar en otra cosa que preguntar.
Normalmente no tenía problemas con la charla casual, que
generalmente salpicaba con insinuaciones sexuales.
“Probablemente igual que la tuya.” Brittany aceptó la copa con
agradecimiento. “Reuniones, llamadas telefónicas, tediosos vuelos
fuera de la ciudad, y más reuniones. Y no nos olvidemos de los
siempre presentes correos electrónicos.” Sofocó una sonrisa. “Creo
que se multiplican cuanto más tiempo están en mi bandeja de
entrada.”
El licor estaba tibio en su mano, pero no fue nada comparado
a la difusión de calor a través de su cuerpo cuando Santana se rió de su
acertada descripción. Sostuvo el vaso con fuerza y tomó un trago,
parpadeando las lágrimas provocadas por la fuerte bebida.
“Pienso lo mismo de los mensajes color rosa que Tina me da.
No soy una especialista en genética, pero te juro que se reproducen
como conejos en la esquina de mi escritorio.” Santana lamentó no poder
relajarse.
Brittany se ahogó con el líquido que se deslizaba suavemente en
su garganta cuando la imagen de ella y Santana follando como conejos
en su escritorio inesperadamente le vino a la cabeza.
Santana cruzó el espacio entre ellas en un instante, con
preocupación claramente visible en su rostro. “¿Estás bien?”
No, en realidad estoy mortificada. Brittany logró recuperar el
aliento sin avergonzarse más a sí misma. “Sí, supongo que sólo se
introdujo en el conducto equivocado. Estoy bien, de verdad.”
Parpadeó varias veces más para despejar la cabeza.
Santana regresó a su silla, sin dejar de mirar a su huésped. “Así
que, ¿cuánto tiempo has estado en B & T?”
“B & T?” preguntó Brittany, ladeando la cabeza.
Santana sonrió tímidamente. “Lo siento, no quise insultarte. No
sabías todo el mundo los llama B & T?”
“¿Todo el mundo?”
Santana tomó un sorbo de su bebida. “Bueno, todo el mundo que
hace negocios con ustedes. Bradley y Taylor suena así...” Vaciló
mientras buscaba el adjetivo correcto. “Cargado.”
“Y López McKenzie no?” Brittany no pudo evitar el tono de burla
en su respuesta.
“Um. Tienes razón en eso.”
“¿Por qué no sólo vamos con López Mac? Tiene un bonito
sonido pegadizo.” Esta vez, cuando Brittany tragó su whisky, bajó
suavemente.
“No estoy tan segura de que mis clientes tengan mucha fe en una
empresa que tiene un nombre que suena pegadizo. La gente tiende a
ponerse nerviosa cuando se trata de su dinero.”
“Mmm, supongo que sí.”
El silencio en la sala fue interrumpido por el tic-tac del reloj en el
vestíbulo. Brittany utilizaba a menudo el silencio como una técnica
para lograr que la gente se abriera, y rara vez le fallaba. La mayoría de
la gente se sentía incómoda y balbuceaba para cubrir las lagunas en la
conversación, sin embargo, lo mismo no podía decirse de la mujer
sentada frente a ella. Santana parecía perfectamente relajada, que era
más que lo que Brittany podía decir de sí misma.
Santana estaba lejos de estar relajada. ¿Qué va a traer la noche?
Demonios. Ni siquiera se qué es esta noche para empezar. “Entonces,
Brittany, dime algo acerca de ti.”
¿Te refieres a otra cosa que no sea que no tengo ni idea de lo
que estoy haciendo aquí? ? “¿Algo específico o simplemente en
general?”
Sí, como que eres lesbiana, ¿verdad?. Santana reprimió una
sonrisa y se sentó en la silla. “Sorprenderme.”
Su mirada humeante hizo que el pulso de Brittany se acelerara.
“Algo me dice que muy pocas cosas te sorprenden, Santana.” Sonó más
segura de lo que se sentía.
La forma en que Brittany dijo su nombre envió un rayo de
electricidad a través del cuerpo de Santana, haciendo que sus dedos
cosquillearan con el deseo de tocarla. “Tú lo hiciste.”
“¿En serio? ¿Cómo es eso?” Brittany no podía creer que estaba
llevando adelante esta conversación con lo que parecía ser compostura
cuando su estómago estaba atado en nudos.
Tiene agallas, Voy a concederle eso. Santana tomó otro sorbo de
su bebida y casualmente se cruzó de piernas, dándose un momento
para juzgar a donde debía ir desde aquí. Decidió que con precaución
era el mejor enfoque. “Cuando me invitaste a cenar.”
Brittany respondió sin pensar. “Sí, bueno, un poco me sorprendió
a mi también.”
Santana imitó la pregunta de hacía un momento. “¿En serio?
¿Cómo es eso?” Se sentía como si estuviera en el borde de su asiento
esperando la respuesta.
“No estoy muy segura. Por un lado parecía algo perfectamente
común que hacer para conocer a alguien mejor...” Brittany vaciló, sin
saber muy bien cómo terminar la sentencia.
“Pero por otro lado,” Santana le solicitó, con las manos como
apoyo. Contuvo la respiración, temerosa de que su reputación la
hubiera precedido negativamente. No sería la primera vez que una
mujer se sintiera incómoda de ser vista con ella. Su imagen de vez en
cuando aparecía en la sección sociedad del diario, junto con
su actual “amiga”, como les gusta etiquetar a sus citas. Si tenía
suerte, ese era el único lugar en que aparecía la foto. Pero a los
tabloides locales de mala calidad les encantaba sacar provecho cuando
les era posible, y a veces eso molestaba a sus citas, que valoraban su
privacidad.
“Por otro lado, normalmente no invito a alguien a salir tan
rápidamente después de haberlo conocido. Supongo que me
sorprendió que en realidad lo hice.”
“A riesgo de hacer otra pregunta torpe, ¿por qué estamos
saliendo a cenar esta noche?”
El repique del reloj detuvo la respuesta de Brittany. Miró el reloj.
“¡Oh, He perdido la noción del tiempo. Tenemos que ponernos en
marcha.”
Santana se levantó de su silla con los ojos brillantes. “Me gustaría
pensar que el tiempo vuela cuando te estas divirtiendo.” Cerró con
llave la puerta de entrada detrás de ella y siguió a Brittany por el
camino iluminado hacia su coche. Oyó el canto familiar de la alarma
del coche y las luces del techo emitieron un resplandor cálido y
acogedor invitando a entrar al interior del vehículo. “Bonito coche,”
dijo Santana apreciando el Mercedes convertible último modelo.
Bueno, tal vez ella tiene una vena salvaje en ella después de todo.
“Gracias. Admito que es un poco demasiado, pero es divertido.”
Santana abrió la puerta del pasajero y se deslizó en el interior.
Colocándose su cinturón de seguridad observó a Brittany caminar
alrededor de la parte delantera de su coche. Hasta ahora la noche había
comenzado tal como ella había esperado. Brittany era encantadora,
ingeniosa e inteligente. Santana estaba impresionada por la forma en
que ella había respondido a sus preguntas, directamente, sin la timidez
a la que las otras mujeres con las que salía eran tan aficionadas. Su
honestidad era refrescante, pero Santana se recordó a sí misma que
también había pensado lo mismo de Quinn. ¿Podría haber estado
más equivocada?
Dejó descansar su mirada en la suave línea de los muslos de
Brittany debajo de la tela de color verde oscuro de sus pantalones. La
idea de deslizar una mano en el pequeño espacio entre ellos hizo que
los pensamientos desagradables sobre Quinn se desvanecieran como
un mal sueño. Brittany le sonrió y giró la llave en la ignición. Santana le
Julie Cannon Come and Get Me
devolvió la sonrisa, sorprendida por algo. Felicidad. Simplemente
cambiar una mirada con esta mujer la hacía sentirse genuinamente
feliz.
*
El camino al restaurante llevó quince minutos, y mientras el
empleado del servicio de estacionamiento aparcaba el coche,
instintivamente puso la mano en la parte baja de la espalda de Santana y
la acompañó al interior. El maître las llevó a una mesa junto a la
ventana donde el sol se ponía sobre el Puerto de San Diego.
“Este lugar es fabuloso,” dijo Santana una vez que se sentaron
y el sumiller tomó su orden. Examinó sus alrededores, teniendo en
cuenta que cada mesa estaba ocupada, muchas por gays y lesbianas.
“Estoy sorprendida de que fueras capaz de conseguir una reserva.
Obviamente es muy popular.”
“Podría darte una respuesta ingeniosa y decir que simplemente
mencioné mi nombre y milagrosamente estuvo disponible una mesa,
pero en realidad acababan de recibir una cancelación cuando llamé.”
Santana estaba empezando a disfrutar del sentido del humor de
Brittany. “Me gusta más la respuesta ingeniosa que la real.
Quedémonos con esa.”
“Está bien, pero no esperes que mi nombre detenga el tránsito.”
Brittany escaneó el menú, y su boca comenzó a hacerse agua con las
deliciosas selecciones.
“Tu en ese vestido que llevabas la noche del sábado sin duda
hubieses detenido el tránsito,” dijo Santana.
El corazón de Brittany dio un vuelco con el inesperado cumplido.
Poco a poco levantó la mirada del menú y la estableció en los agudos
ojos del otro lado de los suyos. Eso fue halagador. “Gracias. Me gusta
vestirme arreglada de vez en cuando.”
“¿Y siempre te ves tan hermosa?”
Ella no pierde el tiempo. Esta no era la primera vez que una
Julie Cannon Come and Get Me
mujer ligaba con ella, pero sin duda era la primera vez que lo sentía
recíproco. Con el objetivo de aligerar el ambiente, dijo, “Tu
realmente no esperas que yo responda a eso, ¿verdad? Estaría
mintiendo si dijera que no y sería narcisista si dijera que sí.”
“Bueno, entonces contestaré por ti. Sí, estoy segura de que te
verías preciosa en cualquier cosa.” inmediatamente Santana se imaginó
como se vería Brittany en nada de nada, y sus manos comenzaron a
sudar. “Ahora me estas haciendo sentir avergonzada.”
“Lo siento, pero sólo la verdad fluye de mis labios.”
El corazón de Brittany se detuvo cuando se imaginó esos labios
haciendo otras cosas también. Ella no estaba acostumbrada a tener
fantasías sexuales, sin embargo, no parecía en absoluto extraño que su
mente siguiera extraviada en ese camino desconocido.
Santana noto la mirada de Brittany desviarse a sus labios y leyó
algo más que una mirada fugaz en sus brillantes ojos azules. Sonrió
con la constatación de que sus frescas líneas no serían desperdiciadas.
Este era un terreno familiar, terreno que ella había transitado muchas,
muchas veces, y se relajó. “Esta vista es fantástica.”
“Sí, lo es, ¿no?” respondió Brittany después de que sus bebidas
fueron entregadas. “Me encanta ver la puesta de sol sobre el agua.
Cuando yo era pequeña mi papá me llevaba a la playa por la noche, y
nos sentábamos juntos y escuchábamos el sonido cuando el sol tocaba
el agua.”
“¿Cómo suena?” le preguntó Santana, atraída por el aspecto
nostálgico de la cara de Brittany.
“Como un largo y lento chisporroteo que se hace más y más
fuerte cuando llega al agua y luego va disminuyendo, hasta que
desaparece en el horizonte. Como mujer adulta, sé que el sol no toca
el agua, pero como niña pequeña, te juro que lo podía oír.”
“¿Dónde está tu padre ahora?” le preguntó Santana, con la
esperanza de que Brittany no diría que estaba muerto. Eso era. por lo
general. algo que mataba la conversación.
“Él y mi madre no viven lejos de aquí.” Riendo, Brittany
agregó, “no podrías hacer que se marchen de San Diego, incluso si
dejaras caer una bomba. ¿Qué tal acerca de tu familia?”
Santana se quedó desconcertada por la sinceridad de la pregunta.
Todo el mundo la conocía o bien conocía a su padre, o sabía de él, y
muchos también recordaban a su madre. “Brittany, ¿sabes quién soy
yo?” Dios, eso sonó pomposo. “Quiero decir...” No tuvo oportunidad
de terminar su declaración.
“Sí, Santana, sé quién eres,” respondió Brittany con calma después
de que el camarero apareció y tomó su orden para la cena. “Sé quién
eres pero no te conozco.” Ante la apariencia confundida de Santana
continuó, “Lo que yo sé o bien lo he leído en un periódico o en una
revista o alguien me lo ha dicho.” Vaciló por un momento. “Yo
prefiero escucharlo de ti.”
Santana se quedó sin habla con su observación. Había pasado largo
tiempo desde que alguien había querido conocerla, realmente
conocerla. Todo el mundo pensaba que la conocía simplemente por su
reputación, o por quiénes eran su padre o su abuelo. Todos ellos tenían
impresiones e ideas preconcebidas sobre ella, y Santana se había
acostumbrado a eso. No se había dado cuenta del patrón en que había
caído su vida hasta la simple solicitud de Brittany.
“¿Qué te gustaría saber?” - le preguntó tímidamente, sin estar
segura de querer ir por este camino. Era mucho más fácil para ella
actuar de la manera que se esperaba de ella por sus socios de negocio,
conocidos, e incluso amantes. Eso, sabía cómo hacerlo, esto, era algo
completamente diferente.
“Háblame de tu familia.” Brittany se reclinó en su silla con su
copa en la mano, dispuesta a escuchar.
Santana la complació. De hecho, habló durante toda la cena. Le
contó a Brittany cómo sus bisabuelos habían emigrado de Europa
durante la Primera Guerra Mundial sólo con la ropa que llevaban
puesta y habían construido un exitoso negocio de venta al por menor
en el bajo Manhattan. Acerca de la forma en que sus hijos se habían
expandido a la banca y su abuelo, por su cuenta, había construido una
banca de inversión exitosa.
A lo largo de la cena, Brittany detectó una luz en los ojos de
Santana mientras hablaba de su familia. Se dio cuenta de que se atenuó
ligeramente cuando comenzó a hablar de la muerte de su padre y de
cómo el hermano de su madre se hizo cargo de la empresa.
“Yo tenía veinte y ocho años.” Su tono era de resignada
consternación. “No tenía ningún interés en la gestión de López
McKenzie.”
“¿En qué estabas interesada?” preguntó Brittany.
“Mujeres. Muchas de ellas.” Santana levantó los ojos con cautela a
la mujer frente a ella. La expresión de Brittany no era de repulsión ni
prejuiciosa, sino más bien la animaba a continuar. “Supongo que era
un poco egoísta en ese entonces.”
“¿Supones?” bromeó Brittany.
“Bueno, yo era joven, rica y centrada en mí misma.?
“Y no se te olvide endiabladamente atractiva” intervino Brittany
con humor.
¿En serio? Santana estaba asombrada por el buen carácter de esta
mujer. “Bueno, eso también.” Le guiñó un ojo a Brittany y prosiguió
medio en serio, “Nunca estuve realmente segura de si era guapa o o si
mi dinero se veía bien. Odio admitirlo, pero en ese momento
realmente no me importaba.”
“¿Te importa ahora?” preguntó Brittany directamente.
“A veces.”
Sorprendida por la honestidad en su respuesta, Brittany preguntó,
“¿A veces?”
Sabiendo que lo próximo que iba a admitir iba a afianzar o
arruinar por completo cualquier oportunidad que tuviera de llevar a
esta sexy mujer a la cama, Santana se lanzó de todos modos. “A veces,
sólo necesito relajarme. No quiero ningún involucramiento intenso y
no estoy buscando un compromiso, por lo que realmente no importa
por qué están conmigo.”
Brittany sostuvo la mirada de Santana. No pudo resistirse a aludir al
comentario de Kurt acerca de lo que se rumoreaba de su capacidad
sexual. “He oído que te relajas mucho y que eres muy buena en ello.”
Santana estaba atónita. “Bueno, ya sabes cómo son los rumores,”
respondió, tratando de desviar el comentario.
Pero Brittany no la dejó librarse del gancho. “No, ¿cómo son?”
Santana tomó un sorbo de vino. “Sólo debes creer la mitad de
ellos. La otra mitad son una ilusión por parte de la persona que lanza
el rumor.”
“Y cuál es la mitad que debo creer?” Brittany continuó perforando
a Santana con sus preguntas incisivas. “La parte acerca de la frecuencia
o la de tus habilidades?”
Santana sonrió y decidió darle a Brittany exactamente lo que estaba
buscando. “Muy bien, Consejera. Le diré todo acerca de ello. Soy una
de esas personas que creen que el deseo sexual es una función natural
del cuerpo.” Las imágenes que su comentario le trajeron a la mente
causaron que Santana perdiera momentáneamente el hilo de su
pensamiento. Jugaba con su copa de vino, utilizando el tiempo para
enfocarse. “Y... bueno, si tienes a dos adultos que coinciden en que
piensan de la misma manera, entonces...” Se quebró, no sabiendo muy
bien cómo concluir.
“Tienes a dos mujeres satisfechas.”
La risa en los ojos de Brittany hizo que Santana se uniera a ellos.
“Bueno, sí, si lo haces bien.” Y yo definitivamente lo haría bien
contigo.
Cuando la cena terminó y retiraron los platos de postre,
Brittany preguntó: “¿Por qué estás dirigiendo López McKenzie ahora?”
Santana no estaba preparada para un cambio tan repentino de tema.
Siempre se sentía incómoda al hablar acerca de cómo arrebató el
control de López McKenzie de su tío. Fue una batalla legal larga y
ardua que se había convertido rápidamente en desagradable, con su tío
arrojando barro, insultándola, y apuntando el dedo acusador en todas
direcciones menos en la suya propia. Ella se negó a rebajarse a su
nivel y no acusó recibo o refutó cualquiera de sus comentarios y desde
luego ninguna de sus insinuaciones. Al final, el juez falló a su favor y
el tío Ted estuvo fuera.
“Creo que esta es la etapa de nuestra relación en la que
empezamos a ventilar los trapos sucios.” Santana trató de crear un
ambiente de humor para aliviar su humillación. “Mi tío tenía más
experiencia en apostar a los caballos que en dirigir una empresa de
capital de riesgo. Para él, los principios eran los mismos. Apostar por
un caballo para ganar, apostar por una empresa o idea para ganar. Creo
que de alguna manera lo son, pero las apuestas son un poco más altas.
No pasó mucho tiempo antes de que hubiera llevado la compañía al
borde del abismo.” La historia parecía favorable, pero todavía sentía el
dolor. “Uno de nuestros más antiguos clientes me rastreó en París y no
me ahorró detalles. Supongo que para entonces, finalmente crecí y me
dí cuenta de que la compañía de mi padre era mi derecho y mi
responsabilidad. Así que aquí estoy.”
“¿Y eres feliz?” Era una pregunta sencilla.
Santana se rió.
“¿Qué es tan divertido?”
“Nadie me ha preguntado eso en años. No creo que a nadie le
importe realmente, siempre y cuando estén ganando dinero.” Santana
sabía que su afirmación era cierta.
“Bueno, ¿lo eres?” Brittany todavía quería su respuesta.
Santana pensó por un momento. Feliz no era una palabra que
hubiera asociado con ella cuando asumió el control de López
McKenzie. Era una niña rica mimada entrando en un mundo de
hombres, un mundo lleno de egos, dinero, y la creencia sincera de que
las mujeres no tienen el cerebro para asuntos tan complicados. Luchó
con los clientes y empleados para demostrar que no sólo era lo
suficientemente inteligente sino que también había heredado de su
padre la intuición para los negocios. Pasó un largo tiempo antes de que
se hubiera sentido cómoda, y mucho menos feliz.
“Sí, de hecho, lo soy. Me gusta lo que hago y me parece que
tengo un don para ello.” En broma, dijo, “Tengo que admitir que hay
momentos en que desearía estar todavía dando vueltas sin
responsabilidades y... bueno, ya sabes.” Miró en los ojos de Brittany
para medir su reacción. “Pero en general, lo estoy haciendo bien. ¿Y
tu?”
“¿Si me gusta mi trabajo o si prefiero correr y.. bueno, ya sabes?”
Brittany sabía exactamente a lo que se refería a Santana y la llamó a ello.
Santana levantó las cejas y ladeó la cabeza en acuse de recibo.
“Ambos.”
“Sí, me gusta lo que hago y soy buena en eso,” respondió
Brittany. “No he tenido muchas de oportunidades en el departamento
correr por ahí, por lo que tendré que tomar tu palabra sobre lo mucho
que lo extrañaría.” Esperaba que Santana no se ofendiera con su última
declaración.
“¿Y qué con, bueno... ya sabes?” Santana estaba confiada en que
la conversación iba en la dirección que ella quería.
“¿Qué pasa con ello?” Brittany contuvo la respiración sin estar
segura de que quería para ir por ese camino. “¿Me estás preguntando
si soy virgen?” Se sorprendió de su propia pregunta y del tono
picarezco en el que la preguntó.
“Tu eres una mujer hermosa, Brittany.” Esa simple frase fue su
respuesta.
“Gracias” respondió Brittany en voz baja. Su voz tenía una
ronquera que no había estado allí hace un momento. Sostuvo los ojos
oscuros a través de la mesa. La promesa de pasión que vio allí le secó
la garganta. ¿Cómo esta conversación de transformó de burla en
ardiente deseo? Esta mujer es peligrosa, y yo no tengo ni idea de que
lo que estoy haciendo o incluso de por qué lo estoy haciendo. Brittany
alcanzó la cuenta, agradecida de que sus manos nerviosas tuvieran
algo que hacer.
“Gracias por la cena, Brittany, fue maravillosa,” dijo Santana
cuando finalmente se levantaron para marcharse.
“Estuvo deliciosa, no es así?”
Santana sintió de nuevo el ligero toque de Brittany en la parte baja
de su espalda a medida que avanzaban hacia la puerta. ¿La mano está
más cálida de lo que estaba cuando entramos? El coche se sentía más
cálido también, una vez que se sentaron en el, como si sus cuerpos
estuvieran irradiando calor. Santana rara vez se había sentido tan
consciente de la proximidad de una mujer. Podía oír la respiración de
Brittany y sentir sus ojos.
Su conversación en el viaje a casa fue mínima y el plan de ataque
de Santana estaba tan perfeccionado que ni siquiera pensó en ello.
Cuando Brittany la acompañó hasta la puerta, Santana preguntó, “¿Te
gustaría una copa?”
Brittany sabía exactamente el tipo de copa a la que Santana se
refería, y también sabía a dónde la llevaría una respuesta afirmativa.
“He pasado un momento maravilloso, Santana, y tú eres una compañera
de cena encantadora, pero a riesgo de no volver a verte, ¿podría tener
un vale?”
Dios mío, ¿Qué acabo de decir? Brittany parpadeó, con ganas de
retirar lo dicho, pero sabiendo que no podía. Ya podía ver su respuesta
hundiéndose.
Santana estaba haciendo un trabajo terrible ocultando su sorpresa.
¿Acaba de decir que no? Después de todo ese coqueteo e
insinuaciones, ella dijo que no? “Por supuesto.” Trató de sonar casual.
“Otra vez, tal vez.”
“Sí, otra vez.” Brittany logró una sonrisa incómoda. “Gracias.”
Santana no insistió en el tema, sino que simplemente le deseó
buenas noches.
A medida que se alejaba de la casa de Santana, Brittany se sintió
desconcertada por su reacción a la propuesta que había esperado toda
la noche. ¿No era eso que lo que quería? ¿No quiero sentir sus manos
y sus labios en mi cuerpo? Quiero tener sexo con ella, ¿verdad?
Maldición que si lo quiero. Entonces, ¿por qué diablos le dije que no?
____________________________________________________________________________
Esos deseos que estan y que no se pueden controñar no creen o ustedes que arian un noche o una vida con una mujer como Britt
Dejen sus comentarios la siguiente actualizacion es el miercoles por Snix lo prometo jaja
PD. Alguien me pidio que le enviara el libro lo hice pero como no tenia tiempo de revisar creo no le llego pido disculpas lo reenviare
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
holap,...
dios la tensión entre las dos es extrema jajajaja
bueno por el rechazo de britt le sirve a favor a san para invitarla ahora ella,...
que aria yo con britt,... no salgo de la habitación,.. sea un día o toda la vida jajajajaja
nos vemos!!!
dios la tensión entre las dos es extrema jajajaja
bueno por el rechazo de britt le sirve a favor a san para invitarla ahora ella,...
que aria yo con britt,... no salgo de la habitación,.. sea un día o toda la vida jajajajaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
QUIEROOOOOOO MAS !!
ACTUALIZA PLIS :3
ACTUALIZA PLIS :3
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
3:) escribió:holap,...
dios la tensión entre las dos es extrema jajajaja
bueno por el rechazo de britt le sirve a favor a san para invitarla ahora ella,...
que aria yo con britt,... no salgo de la habitación,.. sea un día o toda la vida jajajajaja
nos vemos!!!
Eso es lo que arias tu me parece buena opción pero lo siento esos sueños que tienes jajaja ella no me deja a mi jaja cuaidate y no dejes de comentar ya estoy acyualizando por si gustas darte una vuelta.
PD. Cuantas veces no sirve de disculpa el ser amables deberias intentarlo jaja el resultado en un 85% es positivo
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Dani(: escribió:QUIEROOOOOOO MAS !!
ACTUALIZA PLIS :3
Perdon pero explique por trabajo cono puedo como antes pero ya esta hoy la actualizacion
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Capítulo Cinco
Brittany estaba cansada. Cansada de mirar el reloj en su mesilla de
noche, cansada de dar vueltas, cansada de pensar en Santana, y,
considerando que eran las cinco de la mañana y no había
pegado un ojo, simplemente cansada. Se dio la vuelta sobre su espalda
y escaneó el cielo raso en busca de respuestas que no habían aparecido
en la pasadas cinco horas. En la silenciosa oscuridad de la noche
recordó cada minuto de su noche con la mujer que ahora dominaba sus
pensamientos, específicamente retrotrayéndose al hecho de que se
había negado a una noche llena de placer. De eso no había duda,
Brittany se dio cuenta de que era probablemente la única cosa que no
estaba en duda, tratándose de Santana.
Ella sabía que Santana haría la oferta y hasta que abrió su boca y la
rechazó, había estado pensando en aceptar. ¿Por qué diablos no lo
hice? Esa era la pregunta que la mantenía despierta. Brittany raramente
cuestionaba a posteriori sus decisiones, prefiriendo analizar la
situación, sopesar las alternativas, mantenerse en su elección, y seguir
adelante. Su mantra era que tomas la mejor decisión que puedes con
los hechos que tienes en ese momento y jugar con debería, podría,
habría no te consigue nada más que dolor.
En los últimos meses había estado actuando fuera de lo normal, y
estaba empezando a preocuparse. Había trabajado duro a lo largo de
los años y había usado su habilidad natural para pensar de manera
lógica y sensata para llegar a donde estaba en la actualidad. Le
encantaba ser abogada y estaba orgullosa de sus logros, pero estaba
empezando a sentir que su vida estaba vacía. Con creciente claridad,
Julie Cannon Come and Get Me
reconoció que deseaba la vida que sus padres tenían. Después de
cuarenta y dos años de matrimonio, su padre aún estaba casado con
“la más bonita pelirroja Estados Unidos”. La cena en la mesa todas las
noches estaba llena con charlas sobre los acontecimientos del día y el
graznido inevitable sobre a quién le tocaba lavar los platos. Su casa
era el lugar de reunión para el barrio y, en aquellos días, siempre
estaba llena de adolescentes, jóvenes e incluso adultos jóvenes.
Sus padres siempre la habían apoyado y asistido a tantas
actividades extracurriculares como les fue posible. Brittany los amaba
por igual, pero estaba más cerca de su padre que de su madre, debido
principalmente a su apoyo incondicional para con ella, incluso cuando
quería participar en los deportes llamados de muchachos. Él había
cogido el balón de football con ella, lanzado miles de lanzamientos,
golpeó a cientos de bolas por el suelo, y la animó desde las líneas
laterales del equipo de football del barrio. Sin él, dudaba que se
hubiera convertido en la mujer segura que era hoy.
Entonces, ¿qué? Entonces, que tengo un gran trabajo, una casa
grande y un coche elegante, montones de dinero, y la envidia de los
que me rodean? Gran maldita cosa. No tengo siquiera un pez con
quien compartirlo.
Brittany tenía compromisos de cena por lo menos cuatro o cinco
veces al mes, pero eran obligaciones de negocios. Trató de recordar
la última vez que salió socialmente. Un latido persistente entre
sus piernas fue un recordatorio, no tan sutil, de que había pasado
mucho tiempo desde que había sentido el contacto de otro ser humano.
Sin duda no podía recordar la última vez que había tenido sexo. Con
alguien más que Duracell. Probablemente había sido siete u ocho
meses atrás, y al parecer no fue particularmente memorable, tampoco.
Brittany se echó a reír. Jesús, tengo que echar un polvo.
Obligándose a cambiar de tema, comenzó a preguntarse de qué
quería hablar con ella su jefe el lunes. Cuando el aviso de la reunión
había llegado a su correo electrónico después de horario ayer, el
asunto estaba en blanco. Sólo una invitación anodina que, por lo
general, rechazaba a menos que fuera consciente del asunto. Su
formación jurídica le prohibía entrar en una reunión sin preparación.
Desafortunadamente no podía hacer eso cuando su jefe la llamaba, por
lo que analizaba los acontecimientos de las pasadas semanas en su
mente, esperando que algo surgiría. Había una cosa que le molestaba
en fondo de su cerebro, y que era su postura acerca de despedir al
chico gay de contabilidad. Había revisado su decisión varias veces
desde entonces y confiaba en que había tomado la decisión correcta.
Pero había esperado a medias que volvería como un boomerang, y se
determinó a no permitirlo. Aparte de las consideraciones éticas, sería
arriesgado para su compañía despedir a cualquiera por esos motivos.
Confiada en que podía manejar cualquier ángulo que su jefe
quisiera elevar alrededor de esa decisión, cerró los ojos esperanzada
de tener por lo menos unas pocas horas de sueño.
*
Santana odiaba estar en espera, pero había estado jugando al
teléfono descompuesto con Puck durante toda la mañana. Mientras
escuchaba la estúpida música, su mente vagaba a Brittany por lo menos
por duodécima vez ese día. Había pasado la mayor parte del domingo
tratando de determinar si ella había leído mal las señales que recogió
constantemente durante su cita. Su radar gay y la experiencia con las
mujeres rara vez le fallaban, y se sorprendió cuando Brittany dijo que
no. Tan sorprendida, de hecho, que ni siquiera trató de disuadirla. Aún
estaba desconcertada por el inesperado rechazo.
Sus amigos le habían dicho en varias ocasiones que su reputación
un día la atraparía. El estómago de Santana se revolvió cuando recordó
lo que había dicho acerca de sus intereses en el pasado. Divertido
Santana. Prácticamente le dijiste que eras una puta y tú te sorprendes
de que ella te haya rechazado. ¡Qué idiota! Sabía que si la
retrospectiva fuera previsión habría adoptado un enfoque diferente.
Estaba tan acostumbrada a que cenar con una mujer hermosa fuese un
preludio del sexo, que apenas había considerado la posibilidad de una
reacción negativa a su apertura. ¿Y por qué me importa lo que ella
piense?
Cuando sus reflexiones fueron interrumpidas por su abogado
finalmente tomando la línea, se quejó, “Puck realmente tienes que
conseguir mejor música de espera. Si no hubieras insistido en que
habláramos hoy, no la habría aguantado. Y así me ayudes, si tengo esa
canción tocando en mi cabeza durante el resto del día personalmente
voy a pisotearte.”
Su relación de cliente - abogado era un tanto diferente a la
habitual. Habían sido amigos desde hacía más de diez años y era
natural que quisiera a Puck como su abogado. Él había declinado más
veces de lo que podía contar citando conflicto de interés, pero sabía
que simplemente tenía miedo de defraudarla. Aún no lo había hecho.
Santana supo que la llamada era seria cuando el no respondió con un
golpe de los suyos.
“¿Puck?”
“He recibido papeles del abogado de Quinn esta mañana.”
Santana se mantuvo tranquila, sabiendo que el otro zapato iba a
caer.
“Ella te está demandando.”
“¿Por qué?” Santana se sintió sorprendentemente tranquila. Sabía
que su mejor amigo estaba conteniendo la respiración.
“Trescientos mil dólares.” Aún no había exhalado.
“¿Por qué motivos?”
Puck titubeó, y Santana supuso que no quería verla herida. Su
amistad contravenía la definición común de un lazo entre un hombre y
una mujer. Pero Santana rara vez pensaba en Puck como un hombre.
Cuando lo miraba no consideraba el género, veía un amigo sincero,
leal y ella sabía que él sentía lo mismo por ella. Habían resistido las
tormentas habituales en conjunto, desde las de una sola noche a las
relaciones fallidas. Santana fue la primer persona a la que Puck había
presentado a su prometida Cristal, y ella se había puesto de pie como
Julie Cannon Come and Get Me
madrina en su boda trece meses más tarde.
Cuando se ponía el sombrero de abogado y se lanzaba adelante,
ella podía decir que encontraba difícil la conversación. “Alienación de
afecto, fraude y difamación. Absurda, por supuesto, ya que tu no has
distribuido tus opiniones en público. Supongo que no se tomó
amablemente que le dijeras que fue un mal polvo.”
Santana lanzó un suspiro. No se sorprendió de que la situación se
hubiera intensificado. Sabía que Quinn iba a ser un problema, sólo
quedaba saber cuán grande. “Adelante.”
Era lo suficientemente astuta como para saber que había mucho
más en el documento legal que ahora proyectaba una sombra sobre su
vida. De su última conversación, sabía que Puck había dejado todo
cuando los papeles llegaron por correo a las ocho de la mañana. Él
había estudiado minuciosamente las diecisiete páginas, tomando notas
en el margen de los pensamientos que le venían a la mente y había
dado a su asistente legal la tarea de recorrer la Web, buscando toda
información sobre Quinn Fabrey. Santana moría de ganas de ver lo que
había reunido, pero Puck había insistido en estudiar el expediente en
detalle para determinar exactamente lo que usaría para deshacerse de
Quinn de una vez por todas.
“¿Qué quieres primero?” , preguntó. “Las buenas noticias o las
malas noticias?”
Durante los siguientes veinte minutos habló de los diversos
elementos de la demanda, Puck a menudo reiteró que si bien esto
se iba a poner feo, iban a ganar. Santana se sentía alentada por su
confianza, pero su instinto le decía que no sería fácil.
Su atención se concentró en una frase específica en medio de la
jerga legal. “Dilo de nuevo. ¿Ella va a llamar a quién en calidad de
testigo?”
“Cualquiera y todas las personas que hayan tenido contacto
sexual anterior o actual con la parte demandada y en la actualidad
cualquier persona con un potencial contacto sexual.”
“Vamos a ver si lo entiendo.” Santana se frotó los ojos. “¿Ella va a
Julie Cannon Come and Get Me
citar a todos las personas con las que me he acostado y a todas con las
que pudiera estar pensando en dormir? ¿Es eso?” Esto estaba
empezando a sonar insano. Ella tenía un montón de defectos humanos
normales, pero no incluían los descriptos en el documento.
“Va a tratar.” La respuesta de Puck manifestaba su compromiso
de no dejar que esto sucediera.
“¿Puede hacer eso?” Santana dijo una oración en silencio.
“No, esto es un truco estándar. Además, si quiere citar a todos
aquellos con los que quieres tener relaciones sexuales, todos
moriríamos de vejez antes de que llegara a la M”
El sonido de la risa profunda de Puck aligeró el estado de ánimo
de Santana. “No estoy segura de cual era tu intención, pero lo tomaré
como un cumplido.”
“No estoy seguro de que eso fue lo que quería decir.” El estado
de ánimo de Puck rápidamente se puso serio. “Esta cuestión podría ser
un problema si nosotros no llegamos a algún tipo de acuerdo con ella.
Tu sabes a quién va a llamar primero, y no tengo que decirte cómo se
sentirá el senador Jarvis de que salga a la luz el nombre de su hija. No
quieres molestar a este tipo. Él tiene un largo alcance en el sector
financiero.”
Santana finalmente se rompió. “Te lo he dicho, yo no le voy a dar
nada. No medio millón de dólares, no cien mil dólares, no cien
dólares, no un maldito centavo! Te pago una suma escandalosa de
dinero, Puck, y espero que termines esto. Ahora.” Golpeó el receptor
en la base y maldijo, “El maldito hijo de puta!”
Tina asomó tímidamente la cabeza por la puerta. Sabía que su
jefa estaba hablando con su abogado y no estaban haciendo planes
para el fin de semana. “¿Estás bien aquí?” Cuando su cabeza no fue
arrancada de inmediato, entró en la espaciosa oficina y se detuvo
frente al escritorio desordenado.
Santana dejó caer su cabeza entre las manos. “Jesús F. Cristo. Me
estoy cayendo a pedazos.” Rara vez perdía los estribos, y cuando lo
hacía nunca se lo tomaba con un espectador inocente. Se sentía tan
Julie Cannon Come and Get Me
pequeña como una mosca como resultado de su diatriba. Levantó la
mano, silenciando las preguntas de Tina mientras cogía el teléfono.
Después de una muy humillante disculpa a Puck, volvió su atención a
su muy preocupada amiga.
Tina inhaló bruscamente ante la mirada angustiada de su jefa.
Nunca la había visto tan angustiada, y lo que le dolía era que no había
nada que pudiera hacer. “¿Puedo traerte algo?”
Brittany. Santana se sorprendió de que su primer pensamiento fuera
Brittany. Realmente me estoy viniendo abajo. Se tomó un momento y
trató de ordenar sus pensamientos y emociones. Cuando nada parecía
caer en su lugar se sentó en su silla y suspiró. “Nada, gracias. Yo lo
siento si mis travesuras te preocupan. ¿Por qué no guardas tus cosas y
vuelves a casa?.” Tratando de poner Tina a sus anchas, insistió,
“Estaré bien, de verdad. Me estaba ventilando.”
Pero ella estaba lejos de estar bien, y le tomó varias horas de
intenso auto-cuestionamiento poner todo en perspectiva. Más
preocupante que el tema con Quinn era que todavía no podía hacer
que su mente se moviera de su enfoque determinado en Brittany, y
estaba desesperada por saber por qué. Aparte de su breve conversación
en noche del banquete de los premios y de la cena el sábado pasado,
realmente no conocía a Brittany en absoluto. Sin duda ella era cálida,
ingeniosa e inteligente, y tenía un gran sentido del humor. Desafiaba a
Santana en todos los niveles. Sin lugar a dudas ella era la mujer más
fascinante que había conocido en mucho tiempo, quizás nunca.
Se le pasó por la cabeza que estaba tan desencantada por
Quinn, que cualquier mujer razonablemente decente y honesta
parecería notable. Y Brittany era más que eso. Ella era hermosa e
independiente, y no parecía tener ninguna agenda oculta; Santana era
una experta en detectar a esas. Había aprendido, creciendo, que podía
tomar a muy pocas personas a su valor nominal.
Santana no estaba segura de cuando había caído por primera vez
en la cuenta de que la mayoría de sus amistades estaban condicionadas
a su riqueza y el estatus de su familia. Ella y su hermana Rachel
habían asistido a la Willingham School en Pennsylvania. Willie, como
sus compañeros de clase llamaban a su escuela, era una de los mejores
internados de chicas privados en el país, con una lista de espera de
admisión de años. La broma era que cuando una mujer ovulaba, ponía
el nombre de la familia en la lista de espera para obtener una de las
codiciadas vacantes cuando el niño pronto-a-ser creciera lo suficiente
como para asistir.
Santana nunca había tenido problemas encajando, era la típica
niña rica, con buena apariencia, un montón de juguetes y dinero para
gastar. También había sido una busca pleitos con una imagen de chico
malo, y todas las chicas estaban tras ella. Pero siempre fue consciente
de que incluso si se sentían atraídas de caminar por el lado salvaje, la
mayoría todavía quería algo más de ella, y rara vez era simplemente su
amistad.
Su hermana Rachel, sin embargo, había heredado el gen de la
confianza y era el factor dominante en su vida desde el día en que
nació. Su madre había muerto cuando Santana tenía seis años, y nunca
hubo ninguna mujer especial en la vida de su padre como para entrar
en el rol de la maternidad. En su lugar, parecía como si hubiera una
nueva mujer dando vueltas cada vez que regresaba de la escuela.
Como hermana mayor, Santana era protectora de Rachel.
Mientras estuvieron en Willie, rescató a Rachel de muchas
situaciones difíciles e incluso peligrosas. La ingenuidad de Rachel
y su fe en la bondad de la gente no sólo le rompió el corazón en forma
regular, sino también su asignación semanal. Santana hizo lo que pudo
para mantener a salvo a su hermana y prevenir que otros la utilizaran,
pero ella no podía estar allí todo el tiempo.
El pobre juicio de Rachel se extendía a los hombres con los
que salía y culminó en su matrimonio con Brody Weston , un intrigante
manipulador que parecía tener la costumbre de salir con mujeres ricas.
Santana había hecho todo lo posible para hacer ver a Rachel quién
era Brody en realidad; incluso lo había hecho investigar y había
descubierto dos prometidas anteriores que se despabilaron antes de
echarse el lazo. Nada de lo que descubrió hizo ninguna diferencia.
Rachel había avanzado demasiado en el camino del amor ciego
como para escuchar.
Para disgusto de Santana, su padre invitó a Brody a unirse a López
McKenzie poco después del matrimonio y se convirtió en un imbécil
aún mayor de lo que era cuando lo conoció. Cuando murió James
López, Brody supuso que estaría en la oficina de la esquina ya que se
veía a si mismo como el jefe de la familia. Rachel no tenía ningún
interés en los negocios y los intereses de Santana estaban puestos en el
sol, el vino y las mujeres, no necesariamente en ese orden. El
testamento de su padre le entregó las riendas de la empresa a su tío, y
Brody se había enfurecido, sin embargo, pronto pareció aceptar que era
simplemente otro culo que besar. Su estrategia no había cambiado
mucho en los últimos años, y Santana podía sentir su hirviente
resentimiento, ahora que el suyo era el culo en cuestión. La única
razón por la que no había despedido a ese imbécil bueno para nada,
era por su hermana.
Brody tenía algunos aliados en López McKenzie, los oportunistas
siempre se reconocen unos a otros en su escalada. Santana había tratado
de eliminar las malas hierbas cuando se hizo cargo de la empresa.
Como era de esperar, algunas de las personas con quienes se había
aliado su tío en su contra de pronto actuaban como si fueran sus
mejores amigos y aliados más cercanos. Los había despedido, sin
pensarlo dos veces. La lealtad le importaba, a pesar de que se diera
cuenta de que a menudo venía con condiciones. La experiencia le
había enseñado que todo el mundo quería algo de ella y, aparte de
unos pocos amigos cercanos y de su personal directo, Santana no
confiaba en muchas personas.
Haciendo un esfuerzo consciente por voltear sus pensamientos en
una dirección más agradable, Santana cogió el teléfono y marcó a una
florista local con la que López McKenzie tenía una cuenta. Cambió
opiniones sobre el arreglo que quería enviar y dio la dirección de
Brittany en Bradley & Taylor. Deseó poder ser una mosca en la pared
cuando el paraguas que contendría el arreglo primaveral fuera
entregado en la oficina de Brittany con la tarjeta que decía, “Espero con
ansias que llueva en el pronóstico.”
Santana negó con la cabeza. ¡Santo Dios!, y ni siquiera hemos
dormido juntas. Quería añadir aún al final de ese pensamiento, pero
por primera vez en muchos años se sentía insegura de sí misma. La
confianza era uno de los muchos rasgos que había heredado de su
padre y, en las raras ocasiones en que la abandonaba, se sentía
inestable. Pocas veces sucedía en sus relaciones con mujeres. Siempre
sabía qué pasos seguir, qué decir, y en qué orden, para llevar a una
mujer a la cama. Había desafíos de vez en cuando, pero el instinto
irrumpía en esos momentos y ella se iba a casa feliz.
Santana se volteó hacia su computadora y sus dedos dudaron en
el teclado. Recordó las primeras semanas que ella se sentó en esta
silla y lo asustada que había estaso. Demasiadas personas dependían
de ella. Pero lo más importante, necesitaba probarse a sí misma. Era la
hija de su padre.
*
Al día siguiente, Brittany respondió su teléfono cuando sonó
después del almuerzo. “Brittany Pierce.”
“Hola, soy Santana.”
El corazón de Brittany saltó al oír la voz en el otro extremo de la
línea.
“Hola a ti .” ¿No puedo pensar en algo mejor que decir?
“Espero no estar interrumpiendo.”
Después de declinar la invitación para pasar la noche del sábado
con Santana, Brittany había dudado que iba a saber de ella nuevo. Se
quedó atónita cuando llegó el ramo de flores, una horas antes.
Inmediatamente sospechó que eran de Santana, y el paraguas lo afianzó
aun antes de que leyera la tarjeta.
“Sí, interrumpes, y gracias a Dios!” Se quitó las gafas de lectura
Julie Cannon Come and Get Me
y empujó su silla lejos del escritorio.
“¿Lo tomo como algo bueno?” Santana no estaba segura de que
había oído bien.
“Es algo muy bueno.” Brittany volteó la silla para hacer frente a la
ventana. “Estoy revisando una declaración, y es el interrogatorio más
árido que he leído. Debo de haber leído la misma página tres veces y
aún no sé cuál es la respuesta del querellante. Así que, sí, tu llamada
es oportuna.” Eso y el hecho de que yo esperaba saber de ti de nuevo.
Santana podía detectar el placer en la voz de Brittany. “Me alegro
de poder servirle, Consejera.”
“Gracias por las hermosas flores. Muy imaginativa.” Brittany
todavía podía sentir las mariposas aletear en su estómago; habían
llegado junto con las flores.
“De nada. Trato de no ser tan predecible.” Santana era cautelosa
cuando enviaba flores a una mujer. Tenía miedo de que contradijeran
su mensaje de sin condiciones. Sin embargo, esta vez estaba buscando
un hilo. “Espero que no haya sido incómodo para ti recibirlas en la
oficina.”
“No, en absoluto. Fue una sorpresa maravillosa.” La entrega
había causado un gran revuelo. Brittany nunca había recibido flores en
el trabajo, y la emoción superaba con creces la inevitable
especulación. Michelle sabía que no debía abrir la tarjeta, y Brittany
sabía que su joven asistente debía estar muriendo de curiosidad.
“¿Estás libre la noche del sábado?” Le preguntó Santana.
“Sábado?” Brittany se volvió rápidamente y analizó su calendario.
“Sí, lo estoy, después de las seis.” Vaciló con expectativa. Santana iba a
invitarla a otra cita. Tenía ganas de reír.
“Tengo entradas para el ballet y me preguntaba si te gustaría
ir.” Sueno como un adolescente pidiendo una cita. Santana estiró
sus piernas sobre la mesa de café de teca frente a ella y trató de
relajarse en el sofá de cuero italiano en su oficina. Junto con estar en
la cama, preferiblemente con alguien, el sofá era su pieza de
mobiliario favorita.
“Me encanta el ballet,” exclamó Brittany. El Lago de los Cisnes
estaba programado para ser representado por el nacionalmente
aclamado Ballet de San Diego, y había tenido la intención de
conseguir entradas. Era una admiradora de las artes, pero su horario no
le permitía asistir a tantas representaciones como le hubiera gustado.
El hecho de que Santana asistiría al ballet era otra pepita de información
sobre ella que Brittany encontró fascinante. Tenía la intención de
descubrir más.
“Sé que es una invitación de último momento, pero mi horario se
acaba de liberar y pensé en ti.” Santana sabía que estaba divagando, lo
que no era común en ella. “Podríamos cenar en el centro antes de que
se levante el telón, si quieres.”
Brittany vaciló. “¿Podemos cenar después? Tengo algo de lo que
no puedo escapar a tiempo para cenar antes de la función.”
Miró la foto de una adolescente en su escritorio. Era su tercer año
como mentor de Marley Danielle, una adolescente identificada por su
consejero de la escuela como en riesgo. Ellas tenían el compromiso de
pasar el día juntas el segundo sábado de cada mes. La relación era
importante para Brittany, y ella nunca consideraba cancelarla a menos
que fuese una situación extrema. Por mucho que quería ver a Santana
de nuevo, las salidas sociales con mujeres atractivas no contaban
como “situación extrema”.
“Si el sábado no es buen día para ti podemos hacerlo en otra
ocasión.”
“¡No!? Dijo Brittany con más fuerza de lo que pretendía. “No,
en serio. El sábado esta bien, a excepción de la cena temprana.”
¿Estoy sonando desesperada?
Santana no se dio cuenta de que había estado conteniendo el
aliento. “Genial. ¿Qué tal si te recojo a las siete?”
“En realidad, ¿puedo encontrarte allí en su lugar?” Brittany sabía
que no sería capaz de llegar a casa desde el acuario y estar lista a
tiempo de que Santana la recogiera. Podía llevar ropa limpia en su
coche y cambiarse en lo de Marley.
Julie Cannon Come and Get Me
Santana sintió la duda en en último comentario de Brittany. “Claro,
ningún problema. Dejaré tu boleto en Will Call y nos encontramos en
el interior.”
“¿Por qué no nos encontramos frente a la estatua del águila cerca
de las siete y cuarto?”
Santana conocía el monumento de bronce de la entrada. “Estaré
allí.” No quería terminar la conversación y frunció el ceño cuando
levantó la vista y vio a Tina asomando en su puerta de entrada
señalando su reloj. “Lo siento, Brittany, tengo que correr. Tina está
de pie en mi puerta luciendo frenética. Nos vemos el sábado?”
“Sí. Gracias.” Brittany colgó y recordó los argumentos que había
tenido con ella misma sin parar durante los últimos días.
Eventualmente había llegado a la conclusión de que ella no quería que
Santana pensara que iba a ser una más en la larga fila de mujeres en su
vida. Brittany no estaba interesada en su dinero, su fama o su poder.
Admitió que al principio había estado en la búsqueda de Santana
sexualmente, pero después de la conversación durante la cena, estaba
igualmente interesada en ella como persona. Introducir el sexo en la
mezcla sería definitivamente embarrar las aguas. Pero me encanta
jugar en el barro.
____________________________________________________________________________
Bueno creo que este capitulo solo dice lo que pensamos, ya listo, matrimonio, y vivieron felices por siempre.... pero aun faltan muchos capítulos y copmo dicen para que el amor triunfe hay que probar que somos dignos de ese amor.
Que opinan quien sera mas soberbia de las dos, que no admita que quieren una nocehe loca
Dejen sus comentarios nos leemos el proximo miercoles
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA :)
no se quiero otro capitulo RAPIDO
no se quiero otro capitulo RAPIDO
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
las cosas van bien, veremos que tal la cita!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
holap,....
si siguen así va a ser divertido,.. a ver quien va a dar el primer paso,...
es verdad la soberbia de cada una,... asta que llegue su noche loca jajaja
nos vemos!!!
si siguen así va a ser divertido,.. a ver quien va a dar el primer paso,...
es verdad la soberbia de cada una,... asta que llegue su noche loca jajaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Dani(: escribió:WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA :)
no se quiero otro capitulo RAPIDO
Ya no hay espera ya esta
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
micky morales escribió:las cosas van bien, veremos que tal la cita!
Ya veras que linda puede ser la noche. ya eta actualizada
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
3:) escribió:holap,....
si siguen así va a ser divertido,.. a ver quien va a dar el primer paso,...
es verdad la soberbia de cada una,... asta que llegue su noche loca jajaja
nos vemos!!!
La noche, la noche es larga y compicada. ya estoy actyulizando
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Capítulo Seis
“La única cosa buena acerca de estos eventos es toda la piel que
se llega a ver.”
Santana lanzó una mirada mordaz al hombre de pie junto a ella.
¿Cómo pudo su hermana casarse con una baba como Brody Weston era
una pregunta que, probablemente, nunca sería respondida, y por qué
seguía aún casada con él era un misterio aún mayor.
“Ah, vamos,” se quejó Brody, tomando un trago de cerveza. Sus
ojos siguieron analizando la multitud de concurrentes al ballet. “Sabes
que te gusta mirar tanto como a mi.”
Santana no describiría las acciones de Brody como mirar, por
definición. Lascivia era un verbo mejor. “Brody, eres un cerdo,” dijo,
sin hacer ningún intento de ocultar su disgusto. “He conocido a tu
madre y sé que te crió con mejores modales.” El padre de Brody había
muerto varios años después de que él y Rachel se casaron, y Mary
Lou Weston se unía a menudo a los López para las reuniones
familiares.
“Sí, lo hizo. Pero además me dijo que era una astilla del viejo
tronco también.” Brody le guiñó un ojo.
De todo punto de vista, su padre había sido un mujeriego, y Brody
en realidad parecía sentirse orgullosos de este patrimonio. Santana
siempre se sentía como que necesitaba una ducha después de pasar
tiempo con él. Podía arruinar su noche muy fácilmente con su
conducta grosera. ¿Dios, dónde esta Rachel?. Buscó entre la
multitud a su hermana. Comenzó a alejarse pero Brody la agarró del
brazo.
“Oh, mira lo que acaba de entrar por la puerta.” Santana no pudo
dejar de mirar, y su corazón se detuvo.
“Tengo que hacerme de algo de eso.” Brody estaba casi jadeando.
Por una vez, Santana estuvo de acuerdo con su cuñado, pero
ciertamente no lo dijo. El marido de su hermana la despreciaba y haría
cualquier cosa para ganar la mano más alta. Brody estaba enojado por
haber sido dejado de lado para ser la cabeza de López McKenzie dos
veces y, sin sutilezas, había dejado claro que no creía que ella
estuviera a la altura. Últimamente Santana había empezado a sospechar
que estaba tramando algo, pero no estaba segura de qué, y ahora tenía
cosas mejores en que pensar.
Brittany no la había visto todavía, lo que le dio a Santana la
oportunidad de admirarla de manera encubierta. Llevaba un vestido
negro sostenido por finos breteles que exponían sus suaves hombros.
El canesú estaba sujeto cómodamente por botones de nácar y mientras
caminaba, los suaves pliegues del vestido se movían con ella, cayendo
justo debajo de las rodillas. Su cabello rubio fresa estaba apartado de
la cara y asegurado en la base de su cuello, y sus orejas brillaban con
diamantes que hacían juego con las joyas alrededor cuello. Un reloj de
oro en su muñeca izquierda completaba sus accesorios. No tenía
ni idea de que una abogada podía ser tan hermosa.
Santana fue arrancada bruscamente de su reconocimiento por un
codo en su costado, cortesía de Brody. “Se ve lo suficientemente bien
como para comerla.” pasó la lengua por sus labios para dar énfasis.
“Qué no daría por ser el hombre que está buscando.”
En el instante en que él terminó su comentario, los ojos de
Brittany se encontraron con los suyos y el corazón de Santana latió más
rápido con la sonrisa de reconocimiento que encendió su cara. No
pudo resistirse a decirle a Brody, “¿Qué te hace pensar que está
buscando a un hombre?”
Brody apartó sus ojos de la mujer que caminaba hacia ellos y
miró a Santana. Después de un momento llegó a la conclusión correcta
y su expresión cambió de la confusión a conmoción. “¿Tu eres su cita ?”
“No te veas tan sorprendido. Tú mismo lo dijiste. Me gusta mirar
tanto como a ti. Sólo que en este caso, consigo tocar también.” Con la
ridícula sensación de vencer a Brody en su propio juego, se alejó.
Cuando se detuvo frente a Brittany, permitió que sus ojos
viajaran a lo largo de ella una vez más. Los detalles finos que se había
perdido desde su punto de observación en el salón estaban ahora
claramente visibles. El pelo de Brittany brillaba y olía un poco a
jazmín. Sus ojos eran cristalinos y se arrugaban en los bordes cuando
sonreía. Su vestido negro moldeaba su cuerpo como un guante, con
una insinuación de escisión expuesta.
“Estas hermosa.” Para los oídos de Santana, el simple cumplido
no transmitía adecuadamente su respuesta. Sin embargo, era sincero, y
se encontró maravillándose por la diferencia entre sus sentimientos
ahora y sus habituales halagos automáticos con sus citas.
Brittany nunca se había sentido tan hermosa como lo hizo en el
momento en que vio a Santana. La expresión en la cara de Santana hizo
que su estómago se agitara y su corazón debió haber caído entre sus
piernas, porque el palpitar ahí era casi insoportable. Igualando el
intenso escrutinio de su cita, dejó que sus ojos vagaran desde los
zapatos impecablemente lustrados al nítido pliegue en los pantalones
negros brillantes y a la pajarita verde oscura complementando la
almidonada camisa de color crema. El cuello bronceado por debajo, de
pronto estaba pidiendo ser besado. Sacudida, su mente perdió todo
pensamiento cuando sus ojos recorrieron la distancia restante y se
encontraron con los de Santana.
“Gracias. Te ves estupenda también,” respondió a través del nudo
en su garganta.
La mirada ardiente en los ojos de Santana era más de lo Brittany
podía soportar. Por mucho que deseara a esta mujer, tenía que detener
esto ahora o arriesgarse a ponerse en ridículo delante de todas
de estas personas. Se acercó y dijo en voz baja “Tienes que parar
de mirarme de esa manera, Santana.”
La ya peligrosa mirada en sus ojos se oscureció. “¿Cómo te estoy
mirando?”
“Como que no puedes esperar para poner tus manos sobre mí.”
Lo que era exactamente lo que Brittany quería. Contuvo el aliento,
esperando la respuesta.
Santana se acercó y se inclinó hasta que sus labios estuvieron a un
pelo de distancia del oído de Brittany. “Esta equivocada Consejera.”
Esperó hasta que tuvo la plena atención de Brittany. “Quiero poner más
que sólo mis manos sobre ti.”
Brittany se estremeció, no estaba segura si debido al cálido aliento
de Santana en su oído o la visión que estalló en su mente. De cualquier
manera no importaba. Estaba tan excitada que temía que explotaría en
cualquier momento. Sonrió y puso su mano en el centro del pecho de
Santana, mirando a los ojos llenos de deseo. Deslizando la palma de la
mano lentamente por el pecho de Santana, dijo: “Lo espero con ansias,”
luego retiró la mano y dio un paso atrás, alejándose de la fuente del
fuego.
Ondas de conmoción recorrieron el cuerpo de Santana con el
contacto de la mano de Brittany. Dio una respiración entrecortada.
“Creo que deberíamos encontrar nuestros asientos.”
Brittany puso la expresión más tranquila que pudo reunir. “Sí,
sin duda tengo que sentarme, tu no?”
Santana no tenía idea de cómo hizo para entrar a la sala sin
echar mano a Brittany y, una vez que la actuación comenzó, tuvo
dificultades tratando de centrarse en los sonidos melodiosos que
venían de la orquesta, cien metros delante de ella. Sus ojos se
mantuvieron a la deriva sobre la piel bronceada que Brittany dejó al
descubierto cuando se cruzó de piernas. Después de un tiempo, se dio
por vencida de intentar concentrarse en el ballet, y eligió en su lugar,
simplemente disfrutar de la vista a su lado. Brittany estaba a su
derecha, una larga extensión de suave muslo a centímetros de sus
dedos, como desafiándola a que tocara. Incluso en la luz tenue, detectó
músculos bien definidos que no esperaba. Nada acerca de esta mujer
Julie Cannon Come and Get Me
es lo que esperaba. Sonrió y levantó las cejas, imaginando el resto
de los muslos de Brittany ocultos por la tela suave. Decidiendo que era
más seguro mirar hacia abajo de la pierna de Brittany que hacia arriba,
siguió el rastro muscular en la rodilla hacia la tibia, que desaparecía de
la vista.
A veinte minutos de la representación Brittany cambió de
posición. El ángulo proveyó a Santana con una visión completa de la
pierna derecha de Brittany, que era igual de atractiva. Prodigó su
atención a la extremidad de forma perfecta, ignorando a la multitud a
su alrededor. Sospechaba que estaba mirando descaradamente pero no
le importó. El choque de los platillos llamó su atención de nuevo al
escenario. Había casi determinado en quá parte del ballet estaban
cuando sintió la presión sobre la parte externa de su pantorrilla
derecha. Pensando que había sido un golpe accidental de Brittany,
cambió su pierna ligeramente para permitir más espacio entre
ellas. Su corazón dio un vuelco cuando el contacto siguió.
Instantáneamente atenta a la acción por debajo de sus rodillas,
mantuvo sus ojos hacia adelante y no movió un músculo. Los dedos
vestidos con medias de seda de Brittany acariciaban su tobillo y
serpenteaban bajo la pierna de sus pantalones. Su respiración se
aceleró mientras el pié de Brittany corría sensualmente hacia arriba y
abajo de su pantorrilla.
Santana arriesgó una mirada hacia el limbo que la atormentaba, y
su estómago saltó ante la imagen del pié de Brittany desapareciendo y
reapareciendo de debajo de sus pantalones. Su mente tomó un giro
erótico y se imaginó otras partes del cuerpo de Brittany en sus
pantalones pero en el extremo opuesto. Observar el vaivén de la pierna
de Brittany la estaba poniendo demasiado excitada y no pudo detenerse
de acariciar lentamente las piernas largas con sus ojos una vez más. El
tempo de la música iba al compás de su mirada abriendo un camino
por la tibia de Brittany, por encima de su rodilla, y a lo largo de su
muslo hasta que la orquesta alcanzó un crescendo cuando su mirada se
posó en las manos de Brittany dobladas cuidadosamente en su regazo.
Julie Cannon Come and Get Me
El programa en la mano de Brittany estaba temblando, alertando a
Santana que no era la única afectada por el encuentro.
No sabía si se sentía aliviada o decepcionada cuando los aplausos
y el repentino aumento de brillo de las luces del teatro marcaron el
intermedio. Sus piernas temblaban mientras se levantó y siguió a
Brittany por el pasillo.
Cuando se acercaron al hall de entrada, tocó el codo de Brittany.
“¿Quieres tomar algo?”
“Sí, gracias.?” Brittany podía sentir a Santana detrás de ella, incluso
sin el tacto. A medida que avanzaban hacia la barra, continuó,
“Como estamos muy arregladas supongo que debería pedir algo
propio de una dama y adecuado para la ocasión, pero lo que
realmente querría es un Whisky en las rocas.”
Santana no pudo contenerse, estalló en una risa profunda,
consciente de unos pocos espectadores volviéndose y mirando a su
alrededor por el sonido. “Si mal no recuerdo correctamente, estabas
tomando con bastante libertad la última vez que estuviste vestida
manera tan bella.?
Dios, que es agradable. Puede convertir cualquier cosa en un
elogio. “Santana, haces que suene como si fuera una borracha!”, dijo
Brittany con fingida indignación. “Yo no estaba de ningún modo
bebiendo demasiado.”
Santana sonrió a la réplica rápida. “Me refería a tu elección de
alcohol, no la cantidad.” Le dio al camarero su orden cuando llegaron
al frente de la línea. Reclinándose en la barra, le preguntó: “¿Estás
disfrutando de la actuación?”
La pose de Santana le recordó a Brittany a Humphrey Bogart en
Casablanca. “Definitivamente. El Lago de los Cisnes es uno de mis
ballets favoritos.” Cuando aceptó la bebida, dejó intencionalmente
que sus dedos rozaran los de Santana y vio sus ojos oscurecerse
inmediatamente. Sin siquiera tratar de ocultar su placer por la reacción
reveladora, le preguntó: “¿Y tu te lo estás pasando bien?”
Santana sonrió, sabiendo que había sido sorprendida mirando las
Julie Cannon Come and Get Me
piernas de Brittany. Le ofreció su brazo a Brittany y la alejó de la
multitud. Cuando llegaron a una esquina apartada del vestíbulo,
se apresuró a maniobrar Brittany de modo que su espalda estuvo contra
la pared. “Sabes que lo estoy,” respondió, mirando deliberadamente
hacia abajo a las piernas que la habían seducido en todo el primer
acto. Estaban cubiertas con la tela sedosa del vestido de Brittany ahora,
y Santana reveló su decepción con un pequeño suspiro.
Sintiéndose aventurera y animada, Brittany bromeó, “Realmente
deberías prestar atención a la actuación, también, Santana. Es hermosa.”
No tenía ninguna intención de admitir que su atención había vagado
constantemente también.
Santana se acercó con una mirada peligrosa en sus ojos. “La
belleza está en el ojo del espectador, Brittany, y yo estoy prestando
atención a algo que es definitivamente magnificente.”
Brittany se echó a reír. “Eres un encanto. Tu has tenido por lejos
mucha práctica encantando a mujeres fuera de sus pantalones.” Sentía
curiosidad de escuchar cómo Santana respondería a su declaración. No
tenía la intención de ser prejuiciosa en absoluto.
“Sólo la verdad y nada más que la verdad, que Dios me ayude.”
Santana cruzó su corazón, pero no tuvo éxito en contener la sonrisa
en su cara. “Y tu no estás usando pantalones,” añadió con un brillo en
sus ojos.
Brittany se rió y tocó el brazo de Santana. “Muy observadora.
Ahora bien, si me disculpas un minuto, tengo que ir al cuarto de
damas.” Sobre su hombro, agregó, “No dejes que nadie te lleve lejos.
Estaré de regreso en un momento.”
Santana tomó un sorbo de su bebida y miró a su excitante
compañía alejarse. Se sorprendió de lo mucho que estaba disfrutando
de todos los minutos que pasaba con Brittany, incluso al margen de su
intercambio de coqueteos. No pudo recordar un momento en el que
simplemente hubiera sentido placer en compañía de una mujer
inteligente. López McKenzie tenía boletos de temporada para el ballet
y Santana normalmente le permitía a sus empleados usar los asientos,
Julie Cannon Come and Get Me
pero había tenido el presentimiento de que Brittany gozaría de esta
producción. Una vez más, se dejó imaginar como lucía el cuerpo que
estaba oculto bajo el vestido negro.
“¡Qué desperdicio.”
Santana se sobresaltó con la voz familiar detrás de ella, pero
mantuvo la compostura. “Es la segunda vez esta noche que has estado
en lo cierto, Brody. No pierdas tu tiempo.”
Su cuñado soltó un bufido. “Debería estar en contra de la ley que
las ardientes ser raras.”
El estómago de Santana se anudó. Estaba pasando una noche
maravillosa y no estaba de humor para los comentarios desagradables
de Brody. “Brody” - lo miró directamente a los ojos - “vete a la
mierda.”
“En realidad, Santana, yo prefiero follarla a ella.” Él utilizó su
vaso para señalar a Brittany, que volvía.
Santana frenó el deseo abrumador de derribar de un golpe al
hombre a su lado. Amaba a su hermana y haría cualquier cosa por ella,
pero soportar el comportamiento grosero de Brody era siempre un reto.
Sospechaba que él engañaba a Rachel y que no pensaría dos veces
hacer exactamente lo que acababa de describir. Rachel siempre se
había negado a escucharla y se mantenía firmemente dedicada a él,
pero era obvio que Brody sólo creía en la parte de en la riqueza de sus
votos matrimoniales.
Santana rápidamente terminó su bebida y se alejó del lodo de su
cuñado, caminando para encontrarse con Brittany. Su vaso vacío era la
excusa perfecta para extraerlas a ambas de la compañía de Brody.
“¿Quieres otra copa?” -preguntó.
Brittany detectó una mirada tensa en Santana un instante antes de
que ella la ocultara. Sospechaba que el hombre que la miraba era la
causa de las molestias de Santana, y pronto se dio cuenta por qué. Antes
de que pudiera aceptar el ofrecimiento de una bebida, él había
invadido su espacio, mirándola de arriba abajo como si pensara que se
sentiría alagada por esta evaluación.
Julie Cannon Come and Get Me
“Bueno, hola.” Su voz destilaba sordidez. “Yo soy Brody, el
cuñado favorito de Santana.”
Santana se encogió cuando se dio cuenta que no podrían escapar.
¿Qué he hecho yo para merecer esto? “Brody, eres mi único cuñado,”
corrigió, conteniendo la respiración por temor a lo que iba a decir a
continuación. Él no la defraudó.
“Soy el cuñado más apuesto que tiene también.” Sus ojos nunca
dejaron el escote expuesto por el vestido de Brittany.
Brittany tenía mucha experiencia desviando las atenciones no
deseadas de los hombres como Brody. “Encantada de conocerte,”
respondió cortésmente pero no alcanzó la mano que se extendía hacia
ella, tomándose del brazo de Santana en su lugar. “Ciertamente puedo
entender por qué tu esposa te atrapó de inmediato.” Dudó un momento
y luego preguntó: “Dime, Brody, ¿es tu mujer tan hermosa como su
hermana?”
Santana sofocó una carcajada al ver la expresión en la cara de
Brody. Brittany no había titubeado o dudado en lo más mínimo mientras
le cortaba las piernas. Ouch. Santana rara vez había visto a Brody sin
palabras, y este momento no tenía precio.
Brittany envolvió ambas manos alrededor del brazo de Santana y se
movió más cerca hasta que sus cuerpos estuvieron en contacto directo.
“Porque si lo es, eres un hombre de suerte.” Su posición junto a Santana
indicaba claramente que estaban juntas, y la intimidad sutil no dejaba
ninguna duda en cuanto a este hecho.
Santana aprovechó la oportunidad para escapar de su lujurioso
pariente de forma rápida en dirección a la barra. Cuando estuvieron
fuera del alcance de su oído, apretó la cálida mano de Brittany en su
brazo. “Eres despiadada.”
Brittany miró como si no hubiese hecho nada más que aplastar a
un mosquito molesto. “Mucha práctica. Son todos iguales.”
Instintivamente sabía que Santana no se sentiría insultada por su
respuesta a las acciones de su cuñado. “¿Vamos a volver y disfrutar
del resto del espectáculo?”
Julie Cannon Come and Get Me
Santana miró a los brillantes ojos azules de la mujer a su lado.
“Vamos” dijo, y el tema estuvo cerrado.
*
Santana había hecho reservas en el exclusivo restaurante Barretts,
a poca distancia del teatro. Al salir del auditorio, Brittany vio a un
hombre corriendo hacia ella, agitando su mano para obtener su
atención.
“Es mi vecino,” explicó, y se detuvieron para esperarlo.
“Odio molestarte,” dijo después de que se hicieron las
presentaciones y él estrechó la mano de Santana. “Pero me preguntaba
si podrías llevarme a casa. Mi esposa fue llamada del hospital a mitad
de la función. Sabes como es esto.”
“¿Quedaste varado?” Brittany podría haberlo besado en ambas
mejillas. Le entregó las llaves del coche y le dijo: “Santana me puede
llevar a casa. Estamos por ir a cenar.” Se volvió ligeramente hacia
Santana. “¿Si te parece bien?”
No había duda en la mirada de Santana. “Será un placer para mi.”
Brittany le dio a su vecino una brillante sonrisa y se
intercambiaron breves bromas de despedida, y luego ella y Santana
reanudaron su paseo.
Sus pasos eran tranquilos, como los sonidos de la ciudad que las
rodeaba. Las farolas arrojaban un brillo suave en la escasamente
poblada acera de ladrillo y argamasa. Los escaparates de las tiendas de
moda mostraban con orgullo las tendencias de la moda, brillantes
diamantes, y los últimos libros con éxitos de ventas. Los sonidos de la
música flotaban en el aire cuando los clientes salían de restaurantes y
bares a lo largo de la calle. Una bocina sonó más abajo en la calle y
una sirena se lamentó a pocas cuadras más. Los vendedores
ambulantes pregonaban de todo, desde rosas rojas a perfumes baratos.
Una suave brisa sopló mechones de pelo rojizo sobre la cara de
Brittany, y ella los sujetó de nuevo en el broche en su nuca mientras
Julie Cannon Come and Get Me
caminaba. La mujer alta junto a ella no hablaba, Brittany sintió que
estaba disfrutando de su sociable silencio, un hecho que le gustaba.
Ella también estaba gratamente sorprendida de que Santana no parecía
darse cuenta de las miradas de admiración que obtenía de otras
mujeres. Brittany hubiera esperado que alguien con su reputación
devolviera la mirada cálida ocasional, pero no lo hacía y a Brittany le
encantó como la hacía sentir eso – de alguna manera Santana estaba
comunicando que Brittany tenía su completa atención, sin importar
nada más.
Esto continuó durante toda su comida. La conversación fluyó
con facilidad durante la cena, y Brittany era consciente de que los ojos
de Santana constantemente derivaban al escote de su vestido. Santana
finalmente renunció a intentar no mirar y simplemente dejó que se
supiera, con una sonrisa cálida e íntima, que estaba disfrutando de la
vista.
Cuando finalmente salieron del restaurante, Brittany se aferró
a su brazo en casi el punto exacto en el que lo había echo mas
temprano esa noche. Se sentía bien. Su mano permanecía en el pliegue
del codo de Santana, mientras paseaban en el aire cálido de la noche.
Santana a menudo tenía una hermosa mujer de su brazo, y esta
noche no era la excepción. Se sentía cómoda con el silencio mientras
caminaban, sus pasos en sincronía. Era raro encontrar una mujer que
no insistía en abarrotar de charla cualquier hueco en la conversación,
por lo que Santana aprovechó la mayor parte de él y sólo rompió el
silencio cuando se acercaron al servicio de estacionamiento. “¿Estás
cansada o te gustaría caminar un poco más?”
“No y sí, pero mis pies me están matando,” admitió Brittany con
cierta tristeza. Se sentía cálida y segura y deseable del brazo de Santana
y quería que durara para siempre. Pero el dolor en su pie derecho era
insoportable y sabía que no podía aguantar mucho más tiempo.
Por principios, Brittany se negaba a usar zapatos que no se
sintieran cómodos. No compraba esa opinión de que la moda
prevalecía por sobre la comodidad. Sin embargo, el par de Pradas iban
Julie Cannon Come and Get Me
tan a la perfección con su nuevo vestido, que desechó la practicidad y
fue por ellos. No se había decepcionado - se veía fabulosa - pero ya
era hora de liberar sus pies.
Santana dio una mirada exagerada a sus zapatos. “Ay, veo lo que
quieres decir. Esos me mutilarían.” Le entregó el ticket del
aparcamiento al acomodador. “Tendremos que continuar esto en otro
momento. Conozco un gran lugar con arena tan suave que ni siquiera
se necesitan zapatos. Es como un masaje Shiatsu para los pies.”
El coche llegó y Santana sostuvo la puerta mientras Brittany se
deslizaba en el asiento del pasajero. Su entrepierna se sacudió y su
boca se secó ante la visión de la extensión de las piernas largas que
aparecieron del tajo en el vestido. No fue la única en notarlo, y le hizo
un guiño al boquiabierto acomodador, como diciendo, “Sí, ella es
mía”, y le dio una propina mayor de lo habitual.
*
Las manos de Brittany se negaron a dejar de temblar en todo el
camino de regreso a su casa, y cuando Santana se detuvo en el camino
de entrada supo que no quería que su noche terminara. “Yo quisiera
usar mi vale.” Alzó los ojos de las manos fuertemente apretadas sobre
su regazo para detenerse en un par de ojos negros abrasadores.
“¿Quieres entrar?”
“Sí,” dijo Santana suavemente.
Sin decir palabra Brittany abrió la puerta principal, plenamente
consciente de la proximidad de la mujer que había puesto su cuerpo en
llamas. Una vez en el interior, dejó caer las llaves sobre el aparador y
se volvió hacia Santana. El deseo ardiente de sus ojos hizo que las
rodillas de Brittany se debilitaran. “¿Puedo ofrecerte algo?”
“Sólo tú.” Santana inclinó la cabeza y la besó.
Los labios de Brittany eran más suaves de lo que había imaginado,
y saboreó cada sensación. Mordisqueó suavemente, sonriendo cuando
Brittany hundió sus dedos firmemente en su cabello y la atrajo hacia sí.
Queriendo mucho más, Santana separó sus labios a regañadientes y
besó los finos huesos de las mejillas de Brittany y a lo largo de la línea
de su mandíbula antes de regresar a la tentadora boca. Brittany
rápidamente la invitó a entrar a por más. Con facilidad entrenada, dejó
vagar sus manos por la espalda de Brittany, luego, poco a poco, las
dirigió hacia adelante para cubrir los pechos de Brittany. Besó su
camino hacia abajo por el cuello de Brittany, deteniéndose a atormentar
el pulso acelerado justo encima de su la clavícula, y luego continuar
su viaje para degustar los hombros desnudos que la habían
atormentado durante toda la noche. Santana no estaba segura de quién
gimió pero lo tomó como un estímulo.
Brittany perdido toda noción del tiempo mientras Santana colmaba
sus labios y su piel con los besos que había anhelado durante toda la
noche. Por un momento sintió una tracción en el pecho y,
rápidamente, una boca caliente cubrió su pecho. Jadeó a la sensación
tiró de Santana hacia ella. Justo cuando la boca de Santana estaba a punto
de rodear el pezón erecto, sonó el teléfono.
“No respondas a eso.”
“No iba a hacerlo.”
Santana tomó el pezón completo en su boca y se vio recompensada
cuando Brittany se aferró a sus hombros para sostenerse. Había besado
muchos pechos, pero ninguno le había sabido tan dulce como el que
ella estaba explorando ahora.
“Brittany, ¿estás ahí? Brittany, es Charles Comstock.”
Brittany se puso rígida cuando escuchó la voz de su jefe en el
contestador. “Me temo que necesitamos tu ayuda. La hija de Merison
a sido detenida. Por favor llámame tan pronto como sea posible.”
“Mierda!” Se alejó lentamente del abrazo de Santana. Mierda,
mierda, mierda! Reclinándose en el respaldo del sofá, luchó por
recobrar el aliento. “Dios, lo siento mucho.”
“Está bien.” Santana intentó recuperar el control de su furiosas
hormonas. Durante unos segundos, miró la torpeza de Brittany al
abotonar la parte delantera de su vestido, y luego dijo, “Aquí, deja que
te ayude con eso.” Cerró la brecha entre ellas, que hasta hace unos
momentos había sido casi inexistente. Conforme trabajaba sobre los
botones, sus manos estaban tan inestable como sus piernas.
“Lo siento mucho.” Sentirlo mucho ni siquiera empezaba a
describir la pena de Brittany por la interrupción. “Ese era mi CEO.”
La sonrisa de Santana era suave, sólo podía imaginar cómo una
llamada del jefe podía frenar de inmediato las intenciones amorosas.
Brittany hizo un gesto de frustración. “Soy abogada corporativa,
no criminal. ¿Qué quiere que haga yo? Nunca me llaman a casa y
cuando lo hacen, tenía que ser ahora!”
“Brittany, está bien, de verdad.” Santana cerró el último botón del
vestido de Brittany. Puso su dedo bajo la barbilla de Brittany y la elevó
de modo que sus ojos se encontraron. “Mejor ahora que quince
minutos mas tarde, cuando no habrías sido capaz de contestar el
teléfono.”
La nota de picardía en su voz ayudó a Brittany relajarse. “Suenas
muy segura de ti misma.”
Santana fue arrastrada al destello de los ojos brillantes que la
miraban, y contra su mejor juicio, se inclinó y besó a Brittany de
nuevo. El beso fue tan dulce como el anterior y la respuesta de Brittany
fue instantánea, pero antes de que las cosas pudieran progresar, Santana
alejó sus labios una fracción de pulgada. “Sólo voy a donde la dama
me lleva,” dijo con voz ronca.
Brittany se ruborizó. “Creo que el camino estaba muy claramente
marcado, ¿no?” ¿Cómo puedo estar bromeando con esta mujer,
cuando todo lo que quiero es que me viole en este mismo momento?
“A pesar de que el destino puede ser conocido, la diversión está
definitivamente en el viaje. Y yo estaba esperando con ansias
identificar tus hitos en el camino” ... Bueno, eso fue cursi. Santana se
sintió un poco tonta con su último comentario.
“¿Es eso una promesa?.” preguntó Brittany con expectativa. No
había pensado en otra cosa que en las manos Santana sobre ella en toda
la noche, y la llamada de su empleador había aplastado cualquier
Julie Cannon Come and Get Me
esperanza de un encuentro satisfactorio.
Sus labios estaban a milímetros, sus alientos mezclándose. Santana
estaba tentada de probarlos otra vez - su cuerpo estaba preparado y
listo para ir a la menor invitación - pero Brittany tenía negocios que
atender. Rápidamente, casi castamente, beso los suaves labios rojos.
“Sí, lo es.” Un largo suspiro se escapó de ella mientras se desprendía
de los brazos de Brittany alrededor de su cuello. “Me voy a ir para que
puedas enfocarte y hacer frente a esta crisis.”
Brittany podía sentir la excitación de Santana, pero estaba tomando
la frustrante interrupción con calma. Agradecida de que no le estaba
haciendo pasar un mal momento, acompañó a Santana a la puerta.
“Llámame en unos días.”
“Cuenta con ello.” Santana apretó los dientes para poder resistir el
deseo de besarla de nuevo, y salió por la puerta.
__________________________________________________________________________
Bueno ya estuvo la primera cita es la mas dificil pero parece que para ellas el saber que se desean mutuamente es lo mejor. y depsues que opinan de Brody queriendo a Britt y Santana como siempre defendiendola, eso es lo que se hace eso es mio (con todo respeto) si te le hacercas te mato, ademas las recompensas son grandes al tener a una mujer tan hemorsa educada y todo lo demas que es Britt no. Qu opinana dejen sus comentarios nos leemos despues
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
OMG esta muy bueno! Me gusto tanto que lo leí dos veces :3 Síguelo porfa!!!
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
holap,...
tener una mujer como britt es un privilegio,... y que sepa dejar como idiota a la gente mas jajajajaj
por que tubo que llamar el jefe en ese momento,... lo mato!!!!!
a ver cuando es el próximo encuentro,.. y sobre todo terminan lo que dejaron!!
nos vemos!!!
tener una mujer como britt es un privilegio,... y que sepa dejar como idiota a la gente mas jajajajaj
por que tubo que llamar el jefe en ese momento,... lo mato!!!!!
a ver cuando es el próximo encuentro,.. y sobre todo terminan lo que dejaron!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
lauravm98 escribió:OMG esta muy bueno! Me gusto tanto que lo leí dos veces :3 Síguelo porfa!!!
Gracias y si seguimos con el 7 que ya estara disponible
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
3:) escribió:holap,...
tener una mujer como britt es un privilegio,... y que sepa dejar como idiota a la gente mas jajajajaj
por que tubo que llamar el jefe en ese momento,... lo mato!!!!!
a ver cuando es el próximo encuentro,.. y sobre todo terminan lo que dejaron!!
nos vemos!!!
Si yo quiera una igual, donde la consiga no lo dejo ir jaja y por otrso comentarios de las otras historias tu tampoco
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
Re: Adaptación Brittana "Ven a buscarme " TERMINADO
Capítulo Siete
Summer Merison, la hija de diecisiete años de edad del CFO de
Bradley & Taylor, había sido detenida por conducir ebria. Se suponía
que debía estar a buen recaudo en su cama en un retiro en Mt. Holy
Catholic School, pero en realidad estaba a ocho millas de distancia
cuando estrelló su Mercedes contra un poste de teléfono. Tres de sus
compañeros de campamento estaban en el coche y habían sufrido
cortes y contusiones que requirieron un viaje en ambulancia al
hospital.
Cuando la policía registró su coche, añadieron posesión de
la cocaína a la lista de cargos contra ella y le recitaron sus derechos.
Fue en ese momento en el que Summer pensó equivocadamente que
su belleza y su dinero podían sacarla del problema y se le propuso al
oficial que la estaba arrestando, ofreciendo sexo, dinero, o ambas
cosas. Había usado ambos para rescatarse a sí misma de aprietos en el
pasado, por lo que Brittany podía decir, y había creído que el guapo
joven oficial de policía sería una presa fácil. A pesar de las esposas,
que fueron ceñidas inmediatamente alrededor de sus muñecas, su
sabiduría adolescente le dijo que sólo necesitaba aumentar la apuesta.
Se volvió beligerante y luchó con el oficial mientras él la llevaba a la
patrulla. Estaba tan borracha que se tropezó, cayendo al suelo, y se
cortó la rodilla, lo que sólo la hizo enojarse más.
En el momento en que llegó al hospital, los cargos en su contra
había crecido hasta incluir el resistirse al arresto, agredir a un oficial
de paz, y soborno. De acuerdo con la historia clínica, Summer
continuó despotricando mientras estaba siendo examinada en busca de
Julie Cannon Come and Get Me
lesiones adicionales. Se había negado a pasar la prueba del
alcoholímetro en el lugar del accidente y se indignó cuando la
enfermera descorrió las cortinas y le entregó un vaso de plástico
transparente. Debido a que era menor de edad y estaba acusada de un
delito grave se requería, por ley, un test de drogas. Su indignación fue
total cuando fue reducida y se le introdujo un catéter. Sólo los
resultados de su análisis de orina finalmente la hicieron callar. Estaba
embarazada.
Brittany pasó lo que debería haber sido una noche de pasión
tratando con ésta adolescente arrogante, borracha, y su también
pomposo padre. No pudo convencer a Thomas Merison de que el
derecho penal no era su especialidad. Él seguía insistiendo en que ella
sacara a su “pequeña niña” de esta “situación”, como él lo expresaba.
No sólo se negaba a tratar con el hecho de que su hija tenía un
problema grave, sino que estaba desesperado por mantener el
episodio acallado. Ni él ni la empresa querían todo esto en los
periódicos. A Brittany no le gustaba ser utilizada y pensaba que
Summer debía enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Finalmente acordaron hablar con el fiscal de distrito sobre la
reducción de los cargos si Summer ingresaba en una clínica de
rehabilitación y se mantenía limpia y sobria por dos años.
Brittany se sintió sucia cuando estuvo junto a la chica desaliñada
en la comparecencia de la madrugada. Bajo la amenaza de sanciones
financieras por parte de su familia, Summer se hab'ia tranquilizado,
pero no había perdido la arrogancia. Fue puesta en libertad bajo la
custodia de su padre y una cita establecida con la corte.
Brittany estaba disgustada aún cuando Santana llamó. “Aún no
puedo creer que fui parte de eso.”
La risa de Santana se desbordó desde el teléfono hacia su pelo,
debilitándola. “Por lo menos algo bueno salió de esto.”
“Por favor, dime qué, porque ciertamente no puedo verlo.” Todo
lo que sentía era vergüenza y frustración.
“Un aperitivo.” El tono de Santana era sugerente.
Julie Cannon Come and Get Me
“+Un aperitivo?”
“Sí, un aperitivo.” Su voz se hizo suave y ronca. “Tu me diste
una vista previa de lo que, espero, está por venir. Esa pequeña muestra
hace que te desee más ahora de lo que lo hice entonces.”
Le tomó un momento a Brittany comprender las palabras. No
tenía mucha experiencia ligando a través del teléfono mientras estaba
en el trabajo, y era perturbador. Perturbador de una manera muy
positiva. Sorprendida de ser capaz de responder con calma a un
comentario tan provocativo, respondió: “¿Es así?”
“Sí, Consejera, es así,” dijo Santana firmemente, sin dejar dudas
de sus intenciones.
Brittany sintió el arrebato del deseo comenzar en su intestino y
extenderse rápidamente por todo su cuerpo. Las mariposas volvieron a
su estómago y las imágenes que se agolpaban en su mente hicieron
que sus piernas se debilitaran. “Bueno, Santana, sin duda sabes cómo
hacer que una chica se sienta deseada.”
“No hay absolutamente ninguna duda en mi mente.” Santana lo
estaba disfrutando inmensamente y se preguntó cuán lejos llevarían
este juego previo telefónico.
Brittany se sintió mareada por la voz suave y melodiosa del otro
lado de la línea. Se sentó en su silla, y la parpadeante luz roja en su
teléfono la trajo de vuelta a la realidad. De alguna manera se
recompuso y respondió. “Realmente no se qué más decir a eso que no
sea gracias.” La luz roja parpadeó ante ella casi en voz alta.
“Por mucho que me gustaría continuar con esta línea de conversación,
tengo que volver.” Volver al infierno. Necesito una ducha de agua
fría!
“Bueno,” concedió Santana, más que un poco decepcionada. pero
Brittany estaba en medio de una reunión y Santana respetaba eso.
“¿Puedo llamarte esta noche?” preguntó Brittany esperanzada.
Una oleada de calor atravesó el cuerpo de Santana y cayó entre sus
piernas, traicionando lo mucho que deseaba a esta mujer, y cuán
pronto. “Tengo una reunión de directorio. Probablemente no llegaré a
Julie Cannon Come and Get Me
casa hasta muy tarde.” Maldita sea. “¿Estás libre para almorzar
mañana?”
“No, tomaré el vuelo de las 8:00 am a Chicago.”
“¿Cuándo estarás de vuelta?” Santana estudió el calendario en la
parte superior de su escritorio.
“El jueves por la tarde.”
¿Por qué parece eso a cien años de distancia? “¿Cenamos el
Jueves por la noche?” Santana hizo una nota mental para hacer que
Tina cancelara su reunión con el presidente local de Rotary. Él
quiere algo de mí, y puede esperar.
“Cenar sería genial. Te llamaré cuando vuelva”
El Jueves no podría llegar lo suficientemente rápido. “Te hablaré
entonces. Ten un viaje seguro.”
“Gracias.” Brittany vaciló. “¿Santana?”
“¿Sí.?” Santana podía decir por su tono de voz que había otra cosa
que Brittany quería decir. Después de varios segundos de silencio,
le demandó, “¿Brittany?”
“Sí, aquí estoy. Lo siento.” Brittany se aclaró la garganta como si
tuviera algo importante que comunicar, y luego pareció cortarse. “Te
veo el jueves.”
Decepcionada de que Brittany no terminase lo que iba a decir,
Santana dijo: “Lo espero con mucha ansiedad.”
“Yo también.”
Brittany colgó y respiró hondo. Su bonita y ordenada vida había
sido repentinamente puesta de cabeza por Santana López. Sabía lo
agotada que estaría después de tres días en Chicago, tenía
declaraciones ininterrumpidas que durarían hasta altas horas de la
tarde, y aunque viajaba bastante, siempre tenía dificultad para
dormir en hoteles. Sin embargo, la idea de estar con Santana desterraba
esos pensamientos. Miró el parpadeante botón en su teléfono y
deseó haber podido encontrar las palabras para expresar la única
pequeña preocupación que tenía sobre sus planes.
La mayor parte del tiempo, ella no le dedicaba un segundo
Julie Cannon Come and Get Me
pensamiento a las diferencias entre las historias de sus relaciones, pero
pensaba que debían ser honestas entre ellas. Santana había sido abierta
con ella, pero Brittany había evitado hacer declaraciones personales. El
pasado simplemente no parecía relevante a lo que sentía ahora. Habría
oportunidad para sacar su confesión menor fuera de su pecho, decidió,
probablemente durante la cena. En este momento, deseaba poder
volver a llamar Santana, sólo para oír su voz otra vez.
Sintiéndose estúpida por este impulso adolescente, obligó a su
mente a regresar al trabajo y levantó el teléfono. “Estoy de regreso.
Disculpen la interrupción, caballeros. Ahora, ¿dónde estábamos?”
Brittany era todo negocios de nuevo. Sí, claro. Hace dos minutos
estaba casi teniendo sexo telefónico y ahora estoy hablando a un
grupo de cincuentones hombres blancos de cabello gris.
*
El Boeing 757 rodó al ritmo de un caracol hacia la puerta de
llegada. Brittany había hecho este viaje mas veces de las que podía
contar, pero este viaje de regreso le había parecido más largo que la
mayoría. Estaba en primera clase y el hombre sentado junto a ella
había roncado todo el vuelo. Después de tres días en una sala de
conferencias, bebiendo café rancio, tomando declaraciones y, en
general, aguantando las tonterías del abogado de la defensa, sus
nervios estaban fritos y estaba desecha.
Sin embargo, su nivel de energía se elevó, junto con la parte
superior de su teléfono cuando marcó el número de Santana. “Hola,
¿Tina? Es Brittany Pierce. ¿Está ella?”
“Lo siento, señora Pierce, pero la Sra. López está fuera de la
ciudad. Me pidió que la transfiriera a su teléfono celular. ¿Esperaría
mientras yo la conecto?”
“Por supuesto.” Su ánimo cayó en picada mientras esperaba por
Santana en la línea. Había estado esperando esta noche durante toda la
semana.
Julie Cannon Come and Get Me
“Bienvenida a casa.” La voz melodiosa de Santana hizo que el
pulso de Brittany aumentara su frecuencia.
“Gracias.” El ruido de fondo que oyó venir a través del
teléfono le sonaba demasiado familiar. “¿Dónde estás?”
“Aeropuerto Charles de Gaulle.”
“Estás en París?”
“Oui,” respondió Santana. “Estoy parada en la línea de aduana. En
realidad estoy acompañada por cerca de mil de mis mejores amigos,
también de pie en la línea de la aduana.” En su recuento, más de la
mitad de las cabinas estaban vacías, y las que tenían personal parecían
tener problemas con el equipo de detección de pasaportes,
aumentando el tiempo de espera para entrar en la legendaria capital
aún más.
Brittany hizo un conteo rápido de los días y las zonas horarias y
frunció el ceño. “¿Estás entrando o saliendo?”
“Por desgracia, entrando” Santana no estaba contenta de tener
que salir del país el día en que Brittany estaba regresando. “Fue
totalmente inesperado. Un cliente en una de nuestras cuentas
principales se reúne con algunos inversores aquí y a último momento
decidió que necesitaba mi ayuda, específicamente mi presencia. Así
que aquí estoy. Cumpliendo una orden, si se quiere. Si este tipo no
valiera un paquete para mí le habría dicho que fuera a volar cometas y
ya, pero no pude. Espero que lo entiendas.”
“Por supuesto que entiendo.” Brittany recordó con tristeza cómo
en muchas ocasiones había abordado un avión un par de horas después
de haber sido notificada de que iba a alguna parte. Por necesidad había
aprendido a empacar de forma rápida y a viajar con poco peso. Trató
de ocultar la decepción en su voz, pero de repente se sintió demasiado
cansada para tener éxito. “Lo mismo me ha sucedido más de una vez.”
“Brittany, estoy tan decepcionada como tú, créeme. Me gustaría
mucho más estar cenando con una mujer hermosa que el servicio a la
habitación.”
“He estado en París, Santana. No hay escasez de hermosas mujeres
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con las que puedes cenar.” Y eso me preocupa.
“Pero ninguna de ellas eres tu,” dijo Santana en voz baja, dándose
cuenta de que su declaración fue sincera y no sólo palabrería para
mantener a una chica enganchada. Realmente quería ver a Brittany una
vez más.
“Gracias, es un pensamiento agradable.” Brittany suspiró por la
oportunidad perdida. “Si ni siquiera podemos hallar tiempo para
hablarnos ¿cómo vamos a hacer para... ?” Se detuvo cuando se dio
cuenta de lo que estaba a punto de decir.
“¿Para qué? demandó Santana.
Tener sexo durante horas. “Pasar tiempo juntas,” dijo vacilante.
Su mente rápida llenó los huecos.
“¿Y tu deseas que pasemos tiempo juntas, como tu lo llamas?”
Santana agarró el teléfono con más fuerza, los pies clavados en el piso.
“Tu sabes que si.”
La entrepierna de Santana comenzó a palpitar. A menudo se
excitaba en un instante a la vista de una mujer, o de su contacto, pero
muy rara vez con sus palabras. Junto con la sensación pulsante vino
un cálido resplandor que se extendió por todo su cuerpo. “Brittany,
yo ...”
El resto de su sentencia fue amortiguada y pasaron unos instantes
antes de que ella regresara en la línea. En el ínterin Brittany la pudo oír
hablando con alguien en francés.
“Brittany, lo siento, me tengo que ir. Estoy en la ventanilla y el
un agente de aduanas me dice que tengo que colgar o no estampará mi
pasaporte. Te llamaré tan pronto como llegue a mi hotel. Tengo que
correr. Bye.”
Y así como así, se había ido.
*
Santana llamó a Brittany esa noche, y varias otras noches, mientras
estaba en París. Ya que tuvo que ir a Europa, decidió tomar ventaja e
investigar futuros clientes potenciales. Dos semanas más tarde tenía
ocho nuevos clientes y se había asegurado financiamiento para un
importante proyecto de desarrollo para otro. Con todo, estaba contenta
y había sido un viaje muy productivo.
A pesar de que su agenda estaba muy ocupada, encontró la
oportunidad de mezclar negocios con placer, comer con viejos amigos
y unas pocas mujeres que le habían dejado bien en claro que estaban
dispuestas a ser su nueva amiga, al menos por una noche o dos. Había
estado en París en muchas ocasiones y encontró que las mujeres
francesas eran fabulosas en la cama. No tenían inhibiciones, eran muy
creativas, y se despedían a la mañana siguiente con un beso en la
mejilla y un au revoir.
En su última noche en la Ciudad de la Luz, Santana decidió
aceptar una oferta tentadora y, por el momento, estaba encontrando a
Isabellla una compañía entretenida. La música era lenta, las luces
tenues, e Isabellla era suave y receptiva en sus brazos. Había
momentos en que Santana quería una noche lenta, seductora, y otras
veces lo único que quería era un buen polvo. Esta tarde estaba
definitivamente en estado de ánimo para lo segundo y, por todos los
indicios, Isabella estaba más que dispuesta a acceder.
Diez minutos después de su baile lento y caliente, estaban
caminando la corta distancia al apartamento de Isabella cerca del
Palacio de Justicia. La mano de Isabella era pesada en su brazo y ella
habló todo el trayecto. La acera estaba llena de turistas bulliciosos y
Santana fue empujada varias veces, una vez tan fuerte que casi perdió
los estribos. No podía dejar de comparar este paseo incómodo con la
última vez que había caminado con una mujer en su brazo. Esa noche
había sido tranquila y ella y Brittany estaban casi solas. Santana había
estado tan cómoda con el silencio entonces como lo estaba molesta
con el ruido ahora. Me pregunto si Brittany a estado alguna vez en
París con un amante.
La idea tuvo una respuesta sorprendente de ella: consternación
instantánea y algo parecido a resentimiento. No quería pensar en
Brittany en los brazos de alguien más. Percibió pasos y se obligó a
prestar atención a sus alrededores. Isabella abrió la puerta del
apartamento y apenas esperó a que se cerrarse detrás de ellas antes de
abalanzarse sobre Santana, sofocándola con sus besos. No era que
Santana no esperara ser besada, pero seguía pensando en Brittany por lo
que sus reacciones eran lentas. Isabella le preguntó algo y tuvo que
repetirlo antes de que respondiera.
“No, no he cambiado de opinión. Tu sólo me sorprendiste. Esto
es exactamente lo que quiero.”
Santana dejó que la mujer francesa la guiara a través de la
habitación por una puerta abierta. Cuando sus ojos se acostumbraron a
la oscuridad, tomó el control. Sus manos se mantuvieron estables
mientras desabotonaba la blusa de Isabella, y pronto el piso estaba
lleno de su ropa. La cama crujió bajo su peso y Santana frunció el ceño
ante el irritante ruido. Isabellla la hizo rodar sobre su espalda y volvió
a besarla. Santana torció la boca apartándola y se preguntó cuándo los
besos de Isabella se convirtieron en sosos en vez de sensuales. Pensó
en los besos suaves y ligeros como una pluma de Brittany y en lo
excitada que se había sentido con ellos.
“¡Ay!? Se sobresaltó por una mordedura en el cuello. Mierda,
mejor que eso no deje una marca. Trata de explicárselo a Brittany. Se
quedó inmóvil, dándose cuenta de lo que acababa de pensar. No le
debía a Brittany una explicación. No le debía nada.
“¿Estás conmigo, chérie?”
La voz desconocida sacudió a Santana de regreso a la morena
mujer que se cernía sobre ella. Empujando a un lado los pensamientos
de Brittany, cambió rápidamente sus posiciones y mostró a Isabella
cuán con ella estaba. Las piernas envueltas alrededor de ella y la
imagen de extremidades ágiles y musculosas vestidas de seda, le
vinieron a la mente. Maldita sea Santana, ¿en que coños estás
pensando? Presta atención.
Nunca había estado distraída en los brazos de una mujer
hermosa desnuda, pero no podía dejar de pensar en Brittany. A pesar de
que había usado a menudo el sexo para liberarse de sí misma o de
las presiones del trabajo, esta vez no podía evitar la sensación de que
estaba haciendo algo mal. Su cerebro le decía que no era así, pero su
intestino estaba gritando todo lo contrario. ¿Brittany se sentiría herida
si supiera que estaba haciendo esto? ¿Le importaría?
“Vas a la follarme a mí o a la mujer en la que estás pensando?”
exigió Isabella, claramente molesta.
Santana pudo entender, ella misma estaba menos que contenta.
¿Cómo se atrevía Brittany a controlar con quién follaba? No necesitaba
el permiso de nadie para dormir con una mujer, especialmente de
alguien con quien incluso no se había acostado. No era asunto de
Brittany lo que hacía en su tiempo libre y, si sus papeles se invirtieran,
no sería asunto suyo a quien escogía Brittany para dormir, tampoco.
Santana dejó que sus acciones hablaran por ella. Tenía a Isabella
retorciéndose debajo de sus manos y su boca y Brittany no iba a
interferir con su placer. Por desgracia, estaba completamente
equivocada en eso. Mierda, mierda, mierda!
Se alejó de Isabella, y después de murmurar una sincera disculpa,
recogió su ropa y se vistió. Ni siquiera se molestó en abotonar su
camisa antes de salir por la puerta. Su cabeza latía y su estómago
estaba hecho nudos, mientras caminaba a lo largo del Sena de regreso
a su hotel. Estaba enojada de que los pensamientos en Brittany no
pararan de irrumpir cuando estaba con Isabella, y estaba aún más
furiosa por no poder evitar que sucediera, pero lo que la perturba más
eran los sentimientos que tenía acerca de Brittany. Se sentía culpable
por toda la noche con Isabella y estaba incluso un poco celosa de
imaginar a Brittany con otra persona.
El aire frío parisino enfrió su cuerpo, pero el único alivio
parecía a flor de piel. Todavía estaba batiéndose acaloradamente en su
interior. La luna llena iluminaba las calles desiertas, con luz suficiente
para que pudiera ver. Eran más de las 2:00 am e hizo un rápido cálculo
para determinar la hora en California. Se preguntó qué estaría
haciendo Brittany. ¿Estaba todavía en el trabajo? Estaba cenando sola o
con alguien? Deteniéndose en un poste de luz en el Quai des Orfebres,
buscó su teléfono.
*
Santana despertó en el avión con el olor del desayuno y no se
sorprendió de haber soñado con Brittany. Por un momento,
experimentó una punzada por su episodio con Isabella, pero
rápidamente empujó a un lado el sentimiento por ridículo. Después de
intentar sin éxito encontrar a Brittany la noche anterior, había caminado
por horas en las calles, rodeando su hotel, hasta que el agotamiento
finalmente la llevó a su interior. Metódicamente se había duchado,
empacado sus maletas, y esperado a que un taxi la llevara al
aeropuerto.
En el salón de primera clase, esperando que el vuelo partiera,
había llegado a una decisión. Rara vez se sentía culpable por su
actividad sexual y no estaba a punto de empezar ahora. No estaba
comprometida con ninguna mujer y, en lo que se refería a ella, era
libre de ver a quien quisiera.
Santana suspiró y bajó la bandeja. Y da la casualidad que la única
mujer que yo quiero ver es ella.
Durmió intermitentemente durante el resto de su largo vuelo de
regreso a casa, pasó la aduana rápidamente, luego se dirigió
directamente a su oficina desde el aeropuerto. Se enfrentaría más tarde
con el jet lag. A pesar de que Tina se había hecho cargo de los
asuntos urgentes, sabía que su escritorio tendría pilas de trabajo, y
a pesar de que era viernes y que podía pasar el fin de semana
poniéndose al día, odiaba cuando el trabajo se le salía de control.
Cuanto antes hiciera algunos avances en lo acumulado, mejor.
Apilado era un eufemismo. Santana hojeó su calendario de los
los próximos días y se atragantó con el café cuando vio la cena del
Consejo de Derechos Humanos pautada para mañana por la noche.
Mierda, ¿cómo pude haberlo olvidado! Era una gran defensora de la
Campaña de los Derechos Humanos y había asistido a la cena anual
los últimos diez años. Rápidamente marcó la línea directa de Brittany
desde la memoria, rezando por que no tuviera ya una cita para la
noche.
“No tengo ninguna excusa por no haberte invitado antes, Brittany”
dijo cuando el pitido del correo de voz sonó. “Siento mucho el
llamado de último minuto, y entendería perfectamente si tienes otros
planes...”
“¿Santana?” atendió Brittany. “Esta bien. Entiendo y me encantaría
ir contigo. La cena de HRC, supongo”
“Sí, mañana.”
Brittany hizo una pausa. “Es bueno tenerte de nuevo en casa.”
“Es bueno estar aquí,” dijo Santana con vehemencia. Trató de
encontrar las palabras para expresar lo bueno que era escuchar la voz
de Brittany y saber que estaban en la misma ciudad y que pronto iban a
verse de nuevo.
“Recógeme a las siete. Y no llegues tarde” añadió Brittany en
broma, tal vez para aligerar el ambiente.
“Sí señora. Estaré allí.” Santana nunca se había sentido tan
aliviada de tener una cita en su vida.
____________________________________________________________________________
Creo que a tod@s nos ha pasado que despues de la primera cita ya no puedes ovidarte de la persona y quin diga que no es cierto miente, claro si esta persona es la correcta digo en el camino encontramos muchas incorrectas jajaja. Dejen sus comenatriso por favor
Bueno ya sabran si leen mis otras historias que me ausentare por trabajo y de ser posible actuliare el 31 de julio de lo contrario sera hasta el 6 de agosto disculpen espero no se enojen mucho
Summer Merison, la hija de diecisiete años de edad del CFO de
Bradley & Taylor, había sido detenida por conducir ebria. Se suponía
que debía estar a buen recaudo en su cama en un retiro en Mt. Holy
Catholic School, pero en realidad estaba a ocho millas de distancia
cuando estrelló su Mercedes contra un poste de teléfono. Tres de sus
compañeros de campamento estaban en el coche y habían sufrido
cortes y contusiones que requirieron un viaje en ambulancia al
hospital.
Cuando la policía registró su coche, añadieron posesión de
la cocaína a la lista de cargos contra ella y le recitaron sus derechos.
Fue en ese momento en el que Summer pensó equivocadamente que
su belleza y su dinero podían sacarla del problema y se le propuso al
oficial que la estaba arrestando, ofreciendo sexo, dinero, o ambas
cosas. Había usado ambos para rescatarse a sí misma de aprietos en el
pasado, por lo que Brittany podía decir, y había creído que el guapo
joven oficial de policía sería una presa fácil. A pesar de las esposas,
que fueron ceñidas inmediatamente alrededor de sus muñecas, su
sabiduría adolescente le dijo que sólo necesitaba aumentar la apuesta.
Se volvió beligerante y luchó con el oficial mientras él la llevaba a la
patrulla. Estaba tan borracha que se tropezó, cayendo al suelo, y se
cortó la rodilla, lo que sólo la hizo enojarse más.
En el momento en que llegó al hospital, los cargos en su contra
había crecido hasta incluir el resistirse al arresto, agredir a un oficial
de paz, y soborno. De acuerdo con la historia clínica, Summer
continuó despotricando mientras estaba siendo examinada en busca de
Julie Cannon Come and Get Me
lesiones adicionales. Se había negado a pasar la prueba del
alcoholímetro en el lugar del accidente y se indignó cuando la
enfermera descorrió las cortinas y le entregó un vaso de plástico
transparente. Debido a que era menor de edad y estaba acusada de un
delito grave se requería, por ley, un test de drogas. Su indignación fue
total cuando fue reducida y se le introdujo un catéter. Sólo los
resultados de su análisis de orina finalmente la hicieron callar. Estaba
embarazada.
Brittany pasó lo que debería haber sido una noche de pasión
tratando con ésta adolescente arrogante, borracha, y su también
pomposo padre. No pudo convencer a Thomas Merison de que el
derecho penal no era su especialidad. Él seguía insistiendo en que ella
sacara a su “pequeña niña” de esta “situación”, como él lo expresaba.
No sólo se negaba a tratar con el hecho de que su hija tenía un
problema grave, sino que estaba desesperado por mantener el
episodio acallado. Ni él ni la empresa querían todo esto en los
periódicos. A Brittany no le gustaba ser utilizada y pensaba que
Summer debía enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Finalmente acordaron hablar con el fiscal de distrito sobre la
reducción de los cargos si Summer ingresaba en una clínica de
rehabilitación y se mantenía limpia y sobria por dos años.
Brittany se sintió sucia cuando estuvo junto a la chica desaliñada
en la comparecencia de la madrugada. Bajo la amenaza de sanciones
financieras por parte de su familia, Summer se hab'ia tranquilizado,
pero no había perdido la arrogancia. Fue puesta en libertad bajo la
custodia de su padre y una cita establecida con la corte.
Brittany estaba disgustada aún cuando Santana llamó. “Aún no
puedo creer que fui parte de eso.”
La risa de Santana se desbordó desde el teléfono hacia su pelo,
debilitándola. “Por lo menos algo bueno salió de esto.”
“Por favor, dime qué, porque ciertamente no puedo verlo.” Todo
lo que sentía era vergüenza y frustración.
“Un aperitivo.” El tono de Santana era sugerente.
Julie Cannon Come and Get Me
“+Un aperitivo?”
“Sí, un aperitivo.” Su voz se hizo suave y ronca. “Tu me diste
una vista previa de lo que, espero, está por venir. Esa pequeña muestra
hace que te desee más ahora de lo que lo hice entonces.”
Le tomó un momento a Brittany comprender las palabras. No
tenía mucha experiencia ligando a través del teléfono mientras estaba
en el trabajo, y era perturbador. Perturbador de una manera muy
positiva. Sorprendida de ser capaz de responder con calma a un
comentario tan provocativo, respondió: “¿Es así?”
“Sí, Consejera, es así,” dijo Santana firmemente, sin dejar dudas
de sus intenciones.
Brittany sintió el arrebato del deseo comenzar en su intestino y
extenderse rápidamente por todo su cuerpo. Las mariposas volvieron a
su estómago y las imágenes que se agolpaban en su mente hicieron
que sus piernas se debilitaran. “Bueno, Santana, sin duda sabes cómo
hacer que una chica se sienta deseada.”
“No hay absolutamente ninguna duda en mi mente.” Santana lo
estaba disfrutando inmensamente y se preguntó cuán lejos llevarían
este juego previo telefónico.
Brittany se sintió mareada por la voz suave y melodiosa del otro
lado de la línea. Se sentó en su silla, y la parpadeante luz roja en su
teléfono la trajo de vuelta a la realidad. De alguna manera se
recompuso y respondió. “Realmente no se qué más decir a eso que no
sea gracias.” La luz roja parpadeó ante ella casi en voz alta.
“Por mucho que me gustaría continuar con esta línea de conversación,
tengo que volver.” Volver al infierno. Necesito una ducha de agua
fría!
“Bueno,” concedió Santana, más que un poco decepcionada. pero
Brittany estaba en medio de una reunión y Santana respetaba eso.
“¿Puedo llamarte esta noche?” preguntó Brittany esperanzada.
Una oleada de calor atravesó el cuerpo de Santana y cayó entre sus
piernas, traicionando lo mucho que deseaba a esta mujer, y cuán
pronto. “Tengo una reunión de directorio. Probablemente no llegaré a
Julie Cannon Come and Get Me
casa hasta muy tarde.” Maldita sea. “¿Estás libre para almorzar
mañana?”
“No, tomaré el vuelo de las 8:00 am a Chicago.”
“¿Cuándo estarás de vuelta?” Santana estudió el calendario en la
parte superior de su escritorio.
“El jueves por la tarde.”
¿Por qué parece eso a cien años de distancia? “¿Cenamos el
Jueves por la noche?” Santana hizo una nota mental para hacer que
Tina cancelara su reunión con el presidente local de Rotary. Él
quiere algo de mí, y puede esperar.
“Cenar sería genial. Te llamaré cuando vuelva”
El Jueves no podría llegar lo suficientemente rápido. “Te hablaré
entonces. Ten un viaje seguro.”
“Gracias.” Brittany vaciló. “¿Santana?”
“¿Sí.?” Santana podía decir por su tono de voz que había otra cosa
que Brittany quería decir. Después de varios segundos de silencio,
le demandó, “¿Brittany?”
“Sí, aquí estoy. Lo siento.” Brittany se aclaró la garganta como si
tuviera algo importante que comunicar, y luego pareció cortarse. “Te
veo el jueves.”
Decepcionada de que Brittany no terminase lo que iba a decir,
Santana dijo: “Lo espero con mucha ansiedad.”
“Yo también.”
Brittany colgó y respiró hondo. Su bonita y ordenada vida había
sido repentinamente puesta de cabeza por Santana López. Sabía lo
agotada que estaría después de tres días en Chicago, tenía
declaraciones ininterrumpidas que durarían hasta altas horas de la
tarde, y aunque viajaba bastante, siempre tenía dificultad para
dormir en hoteles. Sin embargo, la idea de estar con Santana desterraba
esos pensamientos. Miró el parpadeante botón en su teléfono y
deseó haber podido encontrar las palabras para expresar la única
pequeña preocupación que tenía sobre sus planes.
La mayor parte del tiempo, ella no le dedicaba un segundo
Julie Cannon Come and Get Me
pensamiento a las diferencias entre las historias de sus relaciones, pero
pensaba que debían ser honestas entre ellas. Santana había sido abierta
con ella, pero Brittany había evitado hacer declaraciones personales. El
pasado simplemente no parecía relevante a lo que sentía ahora. Habría
oportunidad para sacar su confesión menor fuera de su pecho, decidió,
probablemente durante la cena. En este momento, deseaba poder
volver a llamar Santana, sólo para oír su voz otra vez.
Sintiéndose estúpida por este impulso adolescente, obligó a su
mente a regresar al trabajo y levantó el teléfono. “Estoy de regreso.
Disculpen la interrupción, caballeros. Ahora, ¿dónde estábamos?”
Brittany era todo negocios de nuevo. Sí, claro. Hace dos minutos
estaba casi teniendo sexo telefónico y ahora estoy hablando a un
grupo de cincuentones hombres blancos de cabello gris.
*
El Boeing 757 rodó al ritmo de un caracol hacia la puerta de
llegada. Brittany había hecho este viaje mas veces de las que podía
contar, pero este viaje de regreso le había parecido más largo que la
mayoría. Estaba en primera clase y el hombre sentado junto a ella
había roncado todo el vuelo. Después de tres días en una sala de
conferencias, bebiendo café rancio, tomando declaraciones y, en
general, aguantando las tonterías del abogado de la defensa, sus
nervios estaban fritos y estaba desecha.
Sin embargo, su nivel de energía se elevó, junto con la parte
superior de su teléfono cuando marcó el número de Santana. “Hola,
¿Tina? Es Brittany Pierce. ¿Está ella?”
“Lo siento, señora Pierce, pero la Sra. López está fuera de la
ciudad. Me pidió que la transfiriera a su teléfono celular. ¿Esperaría
mientras yo la conecto?”
“Por supuesto.” Su ánimo cayó en picada mientras esperaba por
Santana en la línea. Había estado esperando esta noche durante toda la
semana.
Julie Cannon Come and Get Me
“Bienvenida a casa.” La voz melodiosa de Santana hizo que el
pulso de Brittany aumentara su frecuencia.
“Gracias.” El ruido de fondo que oyó venir a través del
teléfono le sonaba demasiado familiar. “¿Dónde estás?”
“Aeropuerto Charles de Gaulle.”
“Estás en París?”
“Oui,” respondió Santana. “Estoy parada en la línea de aduana. En
realidad estoy acompañada por cerca de mil de mis mejores amigos,
también de pie en la línea de la aduana.” En su recuento, más de la
mitad de las cabinas estaban vacías, y las que tenían personal parecían
tener problemas con el equipo de detección de pasaportes,
aumentando el tiempo de espera para entrar en la legendaria capital
aún más.
Brittany hizo un conteo rápido de los días y las zonas horarias y
frunció el ceño. “¿Estás entrando o saliendo?”
“Por desgracia, entrando” Santana no estaba contenta de tener
que salir del país el día en que Brittany estaba regresando. “Fue
totalmente inesperado. Un cliente en una de nuestras cuentas
principales se reúne con algunos inversores aquí y a último momento
decidió que necesitaba mi ayuda, específicamente mi presencia. Así
que aquí estoy. Cumpliendo una orden, si se quiere. Si este tipo no
valiera un paquete para mí le habría dicho que fuera a volar cometas y
ya, pero no pude. Espero que lo entiendas.”
“Por supuesto que entiendo.” Brittany recordó con tristeza cómo
en muchas ocasiones había abordado un avión un par de horas después
de haber sido notificada de que iba a alguna parte. Por necesidad había
aprendido a empacar de forma rápida y a viajar con poco peso. Trató
de ocultar la decepción en su voz, pero de repente se sintió demasiado
cansada para tener éxito. “Lo mismo me ha sucedido más de una vez.”
“Brittany, estoy tan decepcionada como tú, créeme. Me gustaría
mucho más estar cenando con una mujer hermosa que el servicio a la
habitación.”
“He estado en París, Santana. No hay escasez de hermosas mujeres
Julie Cannon Come and Get Me
con las que puedes cenar.” Y eso me preocupa.
“Pero ninguna de ellas eres tu,” dijo Santana en voz baja, dándose
cuenta de que su declaración fue sincera y no sólo palabrería para
mantener a una chica enganchada. Realmente quería ver a Brittany una
vez más.
“Gracias, es un pensamiento agradable.” Brittany suspiró por la
oportunidad perdida. “Si ni siquiera podemos hallar tiempo para
hablarnos ¿cómo vamos a hacer para... ?” Se detuvo cuando se dio
cuenta de lo que estaba a punto de decir.
“¿Para qué? demandó Santana.
Tener sexo durante horas. “Pasar tiempo juntas,” dijo vacilante.
Su mente rápida llenó los huecos.
“¿Y tu deseas que pasemos tiempo juntas, como tu lo llamas?”
Santana agarró el teléfono con más fuerza, los pies clavados en el piso.
“Tu sabes que si.”
La entrepierna de Santana comenzó a palpitar. A menudo se
excitaba en un instante a la vista de una mujer, o de su contacto, pero
muy rara vez con sus palabras. Junto con la sensación pulsante vino
un cálido resplandor que se extendió por todo su cuerpo. “Brittany,
yo ...”
El resto de su sentencia fue amortiguada y pasaron unos instantes
antes de que ella regresara en la línea. En el ínterin Brittany la pudo oír
hablando con alguien en francés.
“Brittany, lo siento, me tengo que ir. Estoy en la ventanilla y el
un agente de aduanas me dice que tengo que colgar o no estampará mi
pasaporte. Te llamaré tan pronto como llegue a mi hotel. Tengo que
correr. Bye.”
Y así como así, se había ido.
*
Santana llamó a Brittany esa noche, y varias otras noches, mientras
estaba en París. Ya que tuvo que ir a Europa, decidió tomar ventaja e
investigar futuros clientes potenciales. Dos semanas más tarde tenía
ocho nuevos clientes y se había asegurado financiamiento para un
importante proyecto de desarrollo para otro. Con todo, estaba contenta
y había sido un viaje muy productivo.
A pesar de que su agenda estaba muy ocupada, encontró la
oportunidad de mezclar negocios con placer, comer con viejos amigos
y unas pocas mujeres que le habían dejado bien en claro que estaban
dispuestas a ser su nueva amiga, al menos por una noche o dos. Había
estado en París en muchas ocasiones y encontró que las mujeres
francesas eran fabulosas en la cama. No tenían inhibiciones, eran muy
creativas, y se despedían a la mañana siguiente con un beso en la
mejilla y un au revoir.
En su última noche en la Ciudad de la Luz, Santana decidió
aceptar una oferta tentadora y, por el momento, estaba encontrando a
Isabellla una compañía entretenida. La música era lenta, las luces
tenues, e Isabellla era suave y receptiva en sus brazos. Había
momentos en que Santana quería una noche lenta, seductora, y otras
veces lo único que quería era un buen polvo. Esta tarde estaba
definitivamente en estado de ánimo para lo segundo y, por todos los
indicios, Isabella estaba más que dispuesta a acceder.
Diez minutos después de su baile lento y caliente, estaban
caminando la corta distancia al apartamento de Isabella cerca del
Palacio de Justicia. La mano de Isabella era pesada en su brazo y ella
habló todo el trayecto. La acera estaba llena de turistas bulliciosos y
Santana fue empujada varias veces, una vez tan fuerte que casi perdió
los estribos. No podía dejar de comparar este paseo incómodo con la
última vez que había caminado con una mujer en su brazo. Esa noche
había sido tranquila y ella y Brittany estaban casi solas. Santana había
estado tan cómoda con el silencio entonces como lo estaba molesta
con el ruido ahora. Me pregunto si Brittany a estado alguna vez en
París con un amante.
La idea tuvo una respuesta sorprendente de ella: consternación
instantánea y algo parecido a resentimiento. No quería pensar en
Brittany en los brazos de alguien más. Percibió pasos y se obligó a
prestar atención a sus alrededores. Isabella abrió la puerta del
apartamento y apenas esperó a que se cerrarse detrás de ellas antes de
abalanzarse sobre Santana, sofocándola con sus besos. No era que
Santana no esperara ser besada, pero seguía pensando en Brittany por lo
que sus reacciones eran lentas. Isabella le preguntó algo y tuvo que
repetirlo antes de que respondiera.
“No, no he cambiado de opinión. Tu sólo me sorprendiste. Esto
es exactamente lo que quiero.”
Santana dejó que la mujer francesa la guiara a través de la
habitación por una puerta abierta. Cuando sus ojos se acostumbraron a
la oscuridad, tomó el control. Sus manos se mantuvieron estables
mientras desabotonaba la blusa de Isabella, y pronto el piso estaba
lleno de su ropa. La cama crujió bajo su peso y Santana frunció el ceño
ante el irritante ruido. Isabellla la hizo rodar sobre su espalda y volvió
a besarla. Santana torció la boca apartándola y se preguntó cuándo los
besos de Isabella se convirtieron en sosos en vez de sensuales. Pensó
en los besos suaves y ligeros como una pluma de Brittany y en lo
excitada que se había sentido con ellos.
“¡Ay!? Se sobresaltó por una mordedura en el cuello. Mierda,
mejor que eso no deje una marca. Trata de explicárselo a Brittany. Se
quedó inmóvil, dándose cuenta de lo que acababa de pensar. No le
debía a Brittany una explicación. No le debía nada.
“¿Estás conmigo, chérie?”
La voz desconocida sacudió a Santana de regreso a la morena
mujer que se cernía sobre ella. Empujando a un lado los pensamientos
de Brittany, cambió rápidamente sus posiciones y mostró a Isabella
cuán con ella estaba. Las piernas envueltas alrededor de ella y la
imagen de extremidades ágiles y musculosas vestidas de seda, le
vinieron a la mente. Maldita sea Santana, ¿en que coños estás
pensando? Presta atención.
Nunca había estado distraída en los brazos de una mujer
hermosa desnuda, pero no podía dejar de pensar en Brittany. A pesar de
que había usado a menudo el sexo para liberarse de sí misma o de
las presiones del trabajo, esta vez no podía evitar la sensación de que
estaba haciendo algo mal. Su cerebro le decía que no era así, pero su
intestino estaba gritando todo lo contrario. ¿Brittany se sentiría herida
si supiera que estaba haciendo esto? ¿Le importaría?
“Vas a la follarme a mí o a la mujer en la que estás pensando?”
exigió Isabella, claramente molesta.
Santana pudo entender, ella misma estaba menos que contenta.
¿Cómo se atrevía Brittany a controlar con quién follaba? No necesitaba
el permiso de nadie para dormir con una mujer, especialmente de
alguien con quien incluso no se había acostado. No era asunto de
Brittany lo que hacía en su tiempo libre y, si sus papeles se invirtieran,
no sería asunto suyo a quien escogía Brittany para dormir, tampoco.
Santana dejó que sus acciones hablaran por ella. Tenía a Isabella
retorciéndose debajo de sus manos y su boca y Brittany no iba a
interferir con su placer. Por desgracia, estaba completamente
equivocada en eso. Mierda, mierda, mierda!
Se alejó de Isabella, y después de murmurar una sincera disculpa,
recogió su ropa y se vistió. Ni siquiera se molestó en abotonar su
camisa antes de salir por la puerta. Su cabeza latía y su estómago
estaba hecho nudos, mientras caminaba a lo largo del Sena de regreso
a su hotel. Estaba enojada de que los pensamientos en Brittany no
pararan de irrumpir cuando estaba con Isabella, y estaba aún más
furiosa por no poder evitar que sucediera, pero lo que la perturba más
eran los sentimientos que tenía acerca de Brittany. Se sentía culpable
por toda la noche con Isabella y estaba incluso un poco celosa de
imaginar a Brittany con otra persona.
El aire frío parisino enfrió su cuerpo, pero el único alivio
parecía a flor de piel. Todavía estaba batiéndose acaloradamente en su
interior. La luna llena iluminaba las calles desiertas, con luz suficiente
para que pudiera ver. Eran más de las 2:00 am e hizo un rápido cálculo
para determinar la hora en California. Se preguntó qué estaría
haciendo Brittany. ¿Estaba todavía en el trabajo? Estaba cenando sola o
con alguien? Deteniéndose en un poste de luz en el Quai des Orfebres,
buscó su teléfono.
*
Santana despertó en el avión con el olor del desayuno y no se
sorprendió de haber soñado con Brittany. Por un momento,
experimentó una punzada por su episodio con Isabella, pero
rápidamente empujó a un lado el sentimiento por ridículo. Después de
intentar sin éxito encontrar a Brittany la noche anterior, había caminado
por horas en las calles, rodeando su hotel, hasta que el agotamiento
finalmente la llevó a su interior. Metódicamente se había duchado,
empacado sus maletas, y esperado a que un taxi la llevara al
aeropuerto.
En el salón de primera clase, esperando que el vuelo partiera,
había llegado a una decisión. Rara vez se sentía culpable por su
actividad sexual y no estaba a punto de empezar ahora. No estaba
comprometida con ninguna mujer y, en lo que se refería a ella, era
libre de ver a quien quisiera.
Santana suspiró y bajó la bandeja. Y da la casualidad que la única
mujer que yo quiero ver es ella.
Durmió intermitentemente durante el resto de su largo vuelo de
regreso a casa, pasó la aduana rápidamente, luego se dirigió
directamente a su oficina desde el aeropuerto. Se enfrentaría más tarde
con el jet lag. A pesar de que Tina se había hecho cargo de los
asuntos urgentes, sabía que su escritorio tendría pilas de trabajo, y
a pesar de que era viernes y que podía pasar el fin de semana
poniéndose al día, odiaba cuando el trabajo se le salía de control.
Cuanto antes hiciera algunos avances en lo acumulado, mejor.
Apilado era un eufemismo. Santana hojeó su calendario de los
los próximos días y se atragantó con el café cuando vio la cena del
Consejo de Derechos Humanos pautada para mañana por la noche.
Mierda, ¿cómo pude haberlo olvidado! Era una gran defensora de la
Campaña de los Derechos Humanos y había asistido a la cena anual
los últimos diez años. Rápidamente marcó la línea directa de Brittany
desde la memoria, rezando por que no tuviera ya una cita para la
noche.
“No tengo ninguna excusa por no haberte invitado antes, Brittany”
dijo cuando el pitido del correo de voz sonó. “Siento mucho el
llamado de último minuto, y entendería perfectamente si tienes otros
planes...”
“¿Santana?” atendió Brittany. “Esta bien. Entiendo y me encantaría
ir contigo. La cena de HRC, supongo”
“Sí, mañana.”
Brittany hizo una pausa. “Es bueno tenerte de nuevo en casa.”
“Es bueno estar aquí,” dijo Santana con vehemencia. Trató de
encontrar las palabras para expresar lo bueno que era escuchar la voz
de Brittany y saber que estaban en la misma ciudad y que pronto iban a
verse de nuevo.
“Recógeme a las siete. Y no llegues tarde” añadió Brittany en
broma, tal vez para aligerar el ambiente.
“Sí señora. Estaré allí.” Santana nunca se había sentido tan
aliviada de tener una cita en su vida.
____________________________________________________________________________
Creo que a tod@s nos ha pasado que despues de la primera cita ya no puedes ovidarte de la persona y quin diga que no es cierto miente, claro si esta persona es la correcta digo en el camino encontramos muchas incorrectas jajaja. Dejen sus comenatriso por favor
Bueno ya sabran si leen mis otras historias que me ausentare por trabajo y de ser posible actuliare el 31 de julio de lo contrario sera hasta el 6 de agosto disculpen espero no se enojen mucho
awong_snix- ---
- Mensajes : 552
Fecha de inscripción : 15/11/2013
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