Fic Brittana: Atrévete *Cap 17 - Parte II - Final.*

Que alegria......... volviste!!!!!!!
La madre de San me mato jajja!!!
Espero leerte pronto y gracias por hacerte espacio para continuar con la historia.
saludos

ok te agradezco tu regreso para dar fin a la historia, es lo justo para quienes la hemos seguido y entiendo tu falta de tiempo y mas cuando a mi me sobra, asi que reconosco que debo ser mas comprensiva con respecto a eso, muy buen capitulo y mas la mama de san, hasta luego!

Mil gracias por tomarte el tiempo de actualizar a pesar de tener más cosas pendientes saludos, me alegra que al fin se vayan a decir frente a frente lo que sienten *-* saludines!

"-Saca las garras, nena. Aquí viene el siguiente asalto."
Y que asalto.
Por el amor a dios, me encanta esta adaptación. Me reí tanto con la primera parte y la parte de Marie Lopez, preguntándole a Brittany si le gustaban los niños, algo sabe estoy segurisima.
Simplemente amé este capítulo, gracias por hacernos un tiempo y actualizar.

Simplemente perfecto !!!!

DIOS gracias por actualizar, me encantó el cap, de veras me encantó, osea pensé que se iban a matar. ¡AUNQUE! me molestó mucho que Santana le dijese que no tiene madre... :( pero bueno, ellas estan bien, estan enamoradas, y todo perfecto.

y bueno, no importa que hayas tardado, me estaba desesperando, pero yo tambien escribo como te he informado en anteriores comentarios, y se que es no tener tiempo y tener que estar pensando en ESCRIBIR, esto te quita tiempo. pero vale la pena ¿no? aqui tienes mi comentario, y espero que pronto actualices, y si tienes que parar de nuevo, NO pasa nada, pero avisanos :'D


BESOSBESOSBESOSBESOOOS!

holap nat,...

worale!!!! WANKY!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
definitivamente lo bueno y super bueno de as peleas siempre son las reconciliaciones jajajaja
mmm no se pero entere marie y holly (se juntaron las suegras jajaja) quieren nietos,.. eso con sutileza fue un palazo en la nuca a britt jajajaja

nos vemos!!!

Volvistes!!!!! Ame el capitulo estuvo hermoso! ! Y muy Wanky :3 no tardes

Vuelve pronto! Me encanta este fic:3

naty????????????????????????? que pasa anda danos otro capitulo si??????????????

Dame mas capitulos !!!! Por dios, gracias x compartir esta historia, me encanta

Brittany inhaló, muy profundamente, el aroma de Santana. Abrió los ojos y se le encogió el corazón en el pecho al sentir a Santana abrazándola tan fuerte, todavía dormida parecía querer tenerla allí en sus brazos. Se obligó a mirar más allá del cabello oscuro enredado con el suyo, y echó mano de toda su fuerza de voluntad para apartarse de Santana. Ella se alejó de sus brazos fuertes y sus manos únicas, cogió los pantalones que había dejado arrugados en el suelo y se los puso enseguida, seguidos de su camisa también arrugada.
 
Santana abrió los ojos, totalmente despabilada, como si hubiera estado despierta desde hace tiempo y se levantó del sofá. Su rostro estaba totalmente apagado, casi como decepcionado, y se mantuvo muy callada mientras se ponía los pantalones bajo la atenta mirada de Brittany. Ella todavía se estremecía, imperceptiblemente, al recordar cada momento único de la noche anterior, lo más vago que se le ocurría para describirlo era que Santana había sido la mejor amante que haya tenido jamás y, sobre todo, la primera a la que amaba de verdad.
 
¿Cómo podían solucionar todo esto?
Brittany tenía ganas de tirarse a sus brazos y suplicar por su perdón, Santana era lo más importante que quería tener, más allá de cualquier libertad, más allá de cualquier respeto silencioso por su padre.
 
Sin embargo, aquí estaban, mirándose como desconocidas, haciendo como si nada paso y ella no sabía de quien era la culpa tanta obstinación o si las dos tenían la culpa al mismo tiempo.
 
—Míranos —Brittany comenzó—Nos comportamos como si nos odiáramos.
 
Santana se frotó la frente con la palma de la mano. —Nunca te entenderé, ni a ti ni a tu empresa. Tampoco estoy segura de querer hacerlo. Pero tenemos… una conexión.
 
Brittany casi se olvidó de respirar. Esperó, deseosa de oír de labios de Santana lo que en el fondo de su corazón ya sabía. Pero cuando Santana se quedó callada, reprimió el impulso de ir hacia ella y sostenerla para que nunca se escapara de sus brazos, sin embargo, contuvo las lágrimas y se dio la vuelta. Santana no iba a decirlo.
 
—Supongo que no hace falta que te acompañe.
 
—¡Espera!
 
El grito agudo de Santana hizo que Brittany se volviera hacia ella. Entonces, le volvieron a temblar las piernas al ver la expresión de su rostro. Trató de respirar con aparente normalidad mientras ella se le acercaba.
 
Santana se detuvo a unos centímetros y alargo una mano para tocarla, sin embargo titubeo y al final dejó caer su mano, Brittany no era tan fuerte así que ella sujeto su mano vacilante y la puso sobre su propia cintura, obligando a Santana a acercarse todavía más, iniciando así, el contacto de sus cuerpos.  Cerró sus ojos un momento mientras la sostenía de cerca, inhaló el olor de su cuello y estuvo a punto de probarlo, cuando Santana, todavía temblando en sus brazos, decidió romper el silencio.
 
—No puedo hacerlo.
 
Brittany sintió que la invadía una negra oleada de decepción. Se le encogió el corazón y la soltó rápidamente, tomando la distancia que necesitaba, sin embargo, no podía disimular su dolor ante aquellas palabras.
 
—No voy a disculparme por nada de lo que he hecho en la vida —dijo con frialdad— Soy quien soy y estoy orgullosa de la persona en la que me he convertido. Nunca llegarás a conocer a la verdadera Brittany.
 
Santana también retrocedió como si Brittany le hubiera dado una bofetada. —¿Tú conoces a la verdadera Brittany? ¿Sabes lo que quieres?
 
Brittany la miró con sus ojos desesperados, escudriñando su rostro, tratando de decirle con una mirada lo que Santana no entendía. —Sí, ¿y tú?
 
Santana no se había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que soltó un incontenible suspiro  junto con las palabras que también había estado conteniendo—También, sé lo que quiero… pero quiero pedirte algo.
 
A Brittany se le aceleró el corazón de nuevo y no pudo soportar la falta de contacto, así que llego de nuevo a Santana y tomó su mano, viendo como los dedos se entrelazaban con facilidad. —¿Qué?
 
—Necesito tomarme unos días para pensar en mi madre, en mi trabajo… En nosotras.
 
Nosotras.
 
Brittany hizo un terrible esfuerzo para no lanzarse en brazos de Santana y suplicarle que se quedara para siempre.
 
—¿Existe un “nosotras”? —preguntó, temerosa de su respuesta.
 
Santana la besó en la frente con sus cálidos labios. —Para mí, sí.
 
Entonces, notó que las lágrimas le nublaban la visión. Se apoyó en Santana para no caer al suelo. La necesidad de abrazarla era superior a su orgullo, así que deslizó los brazos en torno a su cintura y suspiró cuando notó el cuerpo de Santana cernirse con el suyo.
 
—Para mí, también —susurró, sorprendentemente tímida.
 
—Entonces, no lo estropeemos.
 
—De acuerdo.
 
Brittany quería decir algo más, quería decir que anoche era lo mejor que le había pasado en la vida, que siempre pensaría en ello y que la amaba con locura pero notó que Santana había hecho un gran esfuerzo para dar aquel paso y tenía que esperar a que estuviera preparada para dar el siguiente. Aun así, una alegría desenfrenada y exorbitante la dominó y fue incapaz de dejar de sonreír.
 
Lo que importaba era que Santana sentía algo por ella, incluso cuando no sabía del cambio que había hecho en Pierce Industries.
 
Santana la miró como en su noche de amor —Tengo que irme.
 
Brittany asintió y se mordió el labio inferior para no llorar de nuevo. —Estaré aquí cuando vuelvas.
 
Santana la besó otra vez en los labios con ternura y Brittany prolongó aquel beso dulce con un poco más de resistencia antes de soltarla y dejar que se marchara.
 
Luego contempló al amor de su vida desde la ventana.
 
—Por favor, vuelve a mí.— susurró desarmada por el descubrimiento de sentirse completa. Esto era lo que le faltaba, solo Santana podía completarla, hacerla sentir que todo era posible y que amar podía ser un sentimiento infinito, indescriptible y, al mismo tiempo, totalmente frágil.
 
* * *
 
—Estoy muy emocionada por la mudanza —afirmó Marie López, mientras transportaba cajas desde la cocina a la puerta principal.
 
—Tendrías que dejarme llevarlas a mí —le dijo Santana.
 
—Ya haces bastante. Se supone que tendrías que estar en Palm Springs, dándote un respiro.
 
—Es lo que habría hecho si hubieras esperado una semana más.
 
Aún no podía creer que su madre hubiera encontrado un nuevo apartamento en veinticuatro horas.
 
—Ni siquiera has empezado en tu nuevo trabajo todavía.
 
—Soy eficiente —replicó su madre, obviamente satisfecha de sí misma—. Cuando vuelva a trabajar ya no tendré tiempo para la mudanza. Además, creía que querías que me fuera de esos apartamentos.
 
—Claro que sí, pero...
 
—Te fastidia que trabaje para el enemigo.
 
—No es eso. En absoluto —protestó Santana.
 
—¿Ah, no? ¿Quieres hablar de ello?
 
—No.
 
—No parece que te alegres mucho.
 
Santana cogió una caja vacía y empezó a meter cacharros de porcelana dentro.
 
—¿Cómo puedes trabajar para ella? —soltó, sin poder contenerse.
 
Hacía dos días que había visto a Brittany y todavía no tenía un plan de acción. Era como si estuviera al borde de un precipicio y lo único que podía hacer era rezar para no cometer ninguna estupidez que la precipitara al abismo. Amaba a Brittany con toda su alma, valla que si lo hacía, y quería encontrar el modo de superar todo el daño que se habían hecho, recordaba intensamente sus demostraciones de amor pero al mismo tiempo creía que Brittany estaba satisfecha con su imperio multimillonario y no parecía dispuesta a disculparse por nada, así que Santana no sabía cómo iban a encontrar un punto medio. Porque ella buscaría ese punto, estaba totalmente enamorada, tanto como para ceder aquella tarde, tanto como para contar los minutos que le quedaban antes de ir detrás de ella.
 
El corazón le dolía por la espera, no pasaría de ese día, terminaría de ayudar a su madre y correría a la casa de Brittany, su amor era más fuerte que cualquier orgullo o resentimiento, encontrarían una solución, la perdida no era una opción, ella cambiaría por las dos, pero no podía dejar de sacar sus angustias en voz alta.
 
—¿Trabajar para quién, cariño?
 
Santana trato de calmarse y puso los ojos en blanco. —Sabes perfectamente de quién hablo.
 
—Trabajo para un él. No una ella.
 
—¿Qué ha pasado con Brittany? —preguntó Santana, encogiéndose de hombros, fingiendo  que no le importaba. Su madre no sabía nada, absolutamente nada, y ella no quería mostrarle como se había rendido ante ella, como había propuesto una solución para un “nosotras” a la mujer que no tenía la intención de disculparse por haber sido participe del declive en su vida.
 
—No te lo creerías aunque te lo dijera. Oyes con las orejas, no con el corazón. —definitivamente ella no sabía hasta donde podía llegar a rendirse su corazón. Trato de fingir indignación.
 
—¿Qué rayos significa eso?
 
Su madre montó otra caja. El ruido de la cinta adhesiva la estaba poniendo de los nervios.
 
—Esa mujer se ha dejado la piel haciendo lo que se esperaba de ella —explicó Marie, mientras le quitaba una taza a Santana y la guardaba en su caja—. Un día, cuando madures, entenderás que las cosas no siempre son lo que parecen.
 
—Y a que te refieres?
 
Su madre lanzó una carcajada. —Nunca has sabido ocultar tu ansiedad, así como tampoco has querido admitir cuándo estabas equivocada. Ése es tu problema: eres terca como una mula.
 
—¿Ah, sí? Me pregunto de quién lo habré heredado.
 
Santana cogió un par de cajas y salió de la cocina—Brittany no es el enemigo. Es un ángel roto —una voz femenina sonó a su espalda.
 
Santana se dio la vuelta y se encontró cara a cara con una mujer de cabello rubio, alta y muy atractiva. Llevaba el pelo cogido con un clip en la parte de atrás de la cabeza.
 
—¡Hola, Holly! Gracias por venir. —Marie parecía encantada—. Te presento a mi hija Santana. Santana, ya conoces al marido de Holly, Will Shuester.
 
—Sí, lo recuerdo —Santana asintió, cortés—. Encantada de conocerte, Holly.
 
—Igualmente.
 
Santana estudió a las dos mujeres, que sonreían tontamente como si se rieran de ella.
 
—¿De qué se conocen ustedes?
 
—De las clases de arte —dijo Holly.
 
—Aeróbic —intervino Marie.
 
Las dos se echaron a reír como colegialas.
 
—Creo que deberíamos sentarnos. —Holly miró a su alrededor—. ¿Queda algún mueble?
 
—Todos —respondió Marie alegremente—. He decidido tirar la casa por la ventana. Mañana me llevarán el sofá nuevo al apartamento.
 
—No me lo habías dicho —balbuceó Santana—. ¿Te has gastado el resto de tus ahorros?
 
Holly enarcó las cejas. —Creo que ya sé por qué Brittany está que se tira de los pelos por ti.
 
Se acomodó en el sofá mientras Marie preparaba el té.
 
—Díselo —le ordenó desde la cocina.
 
Holly dejó de reír y se puso seria. —Tu madre piensa que ha llegado la hora de que sepas la verdad, Santana, pero cree que a ella no le harás caso.
 
—Esto no va a influir en nada —murmuró Santana, sabiendo que no importaba si Holly venía a decirle que Brittany era el mismo demonio, aunque sospechaba que no vendría a hablarle mal de su hermoso demonio, igualmente nada haría que cambie de opinión, la amaba demasiado como para dejarla ir, hiciera lo que hiciera.
 
Los ojos de Holly mal entendieron el significado de sus palabras, pudo deducir Santana, ya que relampaguearon con determinación.
 
—Quiero a Brittany y no voy a permitir que le hagas daño.
 
Santana apretó los labios con firmeza y dijo, controlando el tono de voz: —Creo que Brittany sabe cuidarse sola.
 
—Al parecer no tienes muy buen concepto de ella.
 
—He intentado ver más allá de sus prácticas empresariales poco éticas.
 
—Qué amable por tu parte. —Holly aceptó el té helado que le ofrecía Marie y preguntó— ¿Siempre es así?
 
—Siempre.
 
—Muchas gracias, mamá —repuso Santana, dando un sorbo de té.
 
—¿Alguna vez has querido a alguien tanto que por protegerle lucharías hasta la muerte? —quiso saber Holly.
 
Santana notó que el corazón se le aceleraba cuando le vino a la cabeza el rostro de Brittany. Su tierno y dulce rostro de siempre, lleno de terror por la acosadora que aparecía de vez en cuando y la que todavía no habían atrapado. Lentamente, respondió:
 
—Entiendo el sentimiento.
 
—Bien, Will y yo queremos a esa niña como si fuera nuestra. Por esa razón busqué a tu madre cuando Will me contó que te había conocido. Noté que las cosas entre Brittany y tú no iban bien y quería ayudar.
 
Santana miró a su madre con el entrecejo fruncido. —¿Así que te has dedicado a hablar de mí a mis espaldas y ahora quieres interferir en mi vida privada?
 
Marie asintió, sin avergonzarse en lo más mínimo. —Es lo que hacen las madres.
 
Santana se sentó, resignada. Cuanto antes oyera lo que la nueva amiga de su madre tenía que decirle, antes acabarían de empaquetar las cajas y se iría tras su amor. Además, también sentía curiosidad: si Brittany tenía amigos íntimos dispuestos a defenderla con una lealtad inquebrantable, significaba que era mucho más que la malvada empresaria que Santana hubiera deseado odiar y no amar como lo hacía, sacarla de su vida y no rendirse ante ella como hacía y haría.
 
—De acuerdo, te escucho —dijo por último.
 
—El abuelo de Brittany era alcohólico. El sueño de su vida era montar su propio negocio y lo intentó, pero acabó en bancarrota. A partir de entonces se volvió un amargado que echaba la culpa de su fracaso a su familia y amigos, en lugar de señalarse a sí mismo. Le pegaba al padre de Brittany y al resto de su familia regularmente. —Holly hizo una pausa para enjugarse las lágrimas—. Convirtió a sus hijos en ladrones y mendigos. John creció sin saber por qué razón tener un negocio podía convertir a un hombre en un monstruo, pero no quería que a otras familias les pasara lo mismo que a él.
 
—Qué ironía —puntualizó Santana—, considerando la de gente que se ha quedado sin empleo por su culpa.
 
Holly suspiró. —Eso no era lo que él quería. Creó Pierce Industries para salvar a los empresarios y a sus familias del desastre. Quería ayudar comprando empresas que estaban al borde de la quiebra. No sé muy bien por qué se estropeó todo.
 
—¿Por avaricia? —sugirió Santana.
 
Holly la miró a los ojos y no se dejó avasallar. —Brittany acaba de poner a mi hijo al frente de la compañía y su trabajo será implementar un nuevo plan de empresa.
 
—Yo también voy a participar —anunció Marie, muy animada—. Brittany me lo ha explicado: la compañía invertirá en los negocios para que remonten y la gente conserve su empleo.
 
Santana cambió de posición en su asiento. Se le había hecho un nudo en el estómago y le estaban entrando ganas de vomitar.
 
—¿Un plan de empresa nuevo?
 
—Ryder y ella llevan meses trabajando en eso —reveló Holly—. Brittany siempre ha odiado en lo que se había convertido la empresa, pero no podía decírselo a su padre, porque no quería hacerle daño.
 
Santana hizo un esfuerzo para aclarar sus enmarañados pensamientos. —Si ya no lleva la compañía, ¿qué es lo que va a hacer?
 

Holly le sostuvo la mirada. —Creo que eso depende de ti.






Hola! Ok, después de mucho tiempo pero aca estamos, y más cerca del final… Les agradezco por leer esta historia y, de nuevo, les pido mil disculpas por el retraso, ya saben que he empezado un nuevo fic y este casi lo tengo terminado, espero que sigan por aquí, y más cuando estamos tan cerca de nuestro final…feliz o triste pero final al fin(?! :)
Y recapitulando, nuestra Brittany no es tan fuerte como pensaba he? ;) Santana ya había tomado su decisión pero se notaba que tenía sus dudas internas por resolver? Y no nos olvidemos de nuestra Holly Ada Madrina de Brittana Shuester? :)
Nos leemos la próxima!

Besos! NaT! 

Holaaaa jejeje volviste te extrañe......la verdad espero un final feliz espero y actualices pronto.....;)

volviste genial el capitulo espero otro pronto

no tardes, porfa!!!

gracias por volver y yo aqui fiel a tu historia, hasta luego!!!!!!!

Volviste!!!! Genial, espero que vuelvas pronto!!
Espero que haya final feliz
Saludos

simplemente, y absolutamente magnifico y perfecto. Espero que vuelvas pronto, porque quiero saber como acaba, aun que no quiero que acabe, quiero saber el final de esta historia. De verdad me encanta. Lo juro, por favor vuelve pronto. OMFGGG

Acabo de empezar tu historia.. bueno ayer y ya llegue a la ultima actualización y me encanta!!! espero actualizes pronto

Final feliz o triste??? no me digas eso jajaja caray! Bueno, espero vaya a buscar a britt pronto

Actualiza pliiiiss esta muy buena ojalas san no se arepienta y vaya donde britt. Saludos

Brittany metió una maleta con ruedas en el camerino, mientras Kurt observaba su rostro en el espejo. Según él, el maquillaje de Brittany le sentaba mejor que su propio maquillaje.
 
—¿Britt? Esto... no he hecho el equipaje —dijo él, cuando Brittany abrió la maleta frente al armario—. Si nos vamos a Hawai, debería prepararme.
 
Brittany soltó una carcajada. —No me voy a Hawai, lo dejo.
 
—No lo dices en serio. —Kurt bajó el aplicador de rímel—. Este sitio no sería nada sin ti. Sí, ya sé que el dinero te da igual, pero a algunos de nosotros nos gusta.
 
Brittany metió las minifaldas y los tops en la maleta. Cuando retiró los trajes de escena de las perchas, se dio cuenta de que había un traje de ejecutiva arrugado en un rincón.
 
—Me he pasado la vida escondida detrás de una falsa sonrisa y un corazón de piedra —dijo, mientras recogía también el traje de chaqueta de marca—. Este sitio era mi refugio. Un cambio, algo diferente. Aquí podía ocultar a la persona que no quería que vieran los demás. Pero la bailarina tampoco soy yo de verdad.
 
—Claro que no —le sonrió Kurt—. Pregúntale a cualquier stripper.
 
—Ya no voy a ser ninguna de esas personas —afirmó.
 
A Kurt le temblaron los labios. —Ay, cariño, estás realmente enamorada hasta las trancas —La rodeó con los brazos y le estrujó la cara contra el pecho—. ¿Verdad que es el sentimiento más hermoso del mundo?
 
Brittany notó que se le llenaban los ojos de lágrimas, pero las contuvo. Alguien se aclaró la garganta detrás de ella: era Sam, que entraba en la habitación.
 
—¿Va todo bien?
 
—Dentro de un momento, todo irá de maravilla.
 
Brittany notó que la dominaba la ira casi de inmediato. Sam parecía tan inocente...
 
—¿Hay alguna pista sobre la persona que te destrozó la casa?
 
—No. ¿Te puso cachondo pagarle a Emily para que le hiciera un lapdance?
 
La vacilación culpable delató a Sam. —Mierda. Lo siento. Fue una estupidez por mi parte.
 
—No hace falta que lo jures. ¿En qué estabas pensando?
 
Sam le sostuvo la mirada con idéntica firmeza. —Quería alejar a esa mujer de ti. Tú la miraste de una manera que nunca había visto que mirarás a nadie, ni siquiera a mí y a ella apenas la conocías, yo no podía, ni quería entenderlo, así que creí que si me libraba de ella volverías conmigo. Pero eso fue antes de aquella escena en la calle, lo juro, me pareció que ya no importaba mencionarlo cuando todo había quedado tan claro…
 
—Nunca estuve contigo, Sam. Nunca te prometí amor. Lo pasamos bien juntos, pero eso es todo. Nunca hubo más y no te lo dije aquel día porque parecías tan noble.
 
— Lo siento, Brittany, pero todo lo que te dije era cierto. Ya me resigne.
 
—Y justamente por lo que me dijiste… ¿Entonces tienes algo que ver con las amenazas de muerte? También son cosa tuya, ¿verdad? ¿Otro intento enfermizo de recuperarme? ¿Fuiste tan suspicaz como para mandar a una mujer en tu lugar, un cebo para no fijarme que podrías ser tú o cualquier otro hombre en su lugar?
 
Sam dio un respingo. —Yo nunca haría algo así. Puede que te ame tanto como para perder el orgullo, pero no soy un maldito psicópata.
 
Brittany lo miró fijamente, intentando leer su expresión. Por alguna razón, su sistema de alarma interior se fue a la mierda el día que conoció a Santana. Sam le agarró las manos.
 
—Quienquiera que te esté haciendo eso, va en serio, Brittany. Estoy muy preocupado por ti.
 
Si mentía, lo hacía condenadamente bien. Brittany dudó, confusa: si Sam no era la persona que la estaba acosando, tenía que ser Emily, pero Emily le había parecido bastante conforme con el pasado cuando habían hablado.
 
—¿Qué haces? —le preguntó Sam, al ver la maleta.
 
—Vas a tener que buscarte a otra bailarina —contestó Brittany— No voy a volver.
 
* * *
 
—¿Qué pasó con la madre de Brittany? —preguntó Santana, mientras acababan de embalar las últimas cajas.
 
Holly la miró con sus ojos azules anegados en lágrimas.
 
—Se rindió. Creo que se habría llevado a los niños con ella, pero no podía soportar hacerle más daño a John. Para Brittany, su madre lo era todo y su padre también. Desde entonces ha tenido el corazón roto, hasta que llegaste tú.
 
Santana se limitó a mirarla fijamente, ya que se había quedado sin habla.
 
—Y tú, mi cabezona hija, vas y la dejas —apuntó su madre.
 
Ellas no sabían nada de su último encuentro, así que se sintió un poco traicionada por su madre —Te estaba defendiendo a ti.
 
—No necesito que me defienda nadie. Necesitaba que me dieran una patada en el culo por deprimirme en lugar de salir a buscar trabajo.
 
Santana negó con la cabeza; no daba crédito a sus oídos. —Eres mi madre —dijo—. Tenía que defenderte.
 
Aquello le llegó al corazón y, en lugar de responderle con alguna ironía, como siempre, su madre le dio un abrazo.
 
—Lo siento. Tendría que dar gracias por lo mucho que me cuida mi hija. Pero no te atrevas a echarme la culpa de todos tus problemas.
 
Aquellas palabras apagaron el enfado de Santana como por ensalmo: era exactamente lo que había hecho el abuelo de Brittany. Había culpado de su fracaso a todo el mundo, salvo a sí mismo, y Santana se daba cuenta de que ella estaba actuando del mismo modo. Era más fácil culpar a Brittany que admitir que no podía solucionar los problemas de su madre ella sola.
 
¡Qué estúpida había sido! Antes, había estado a punto de perder a la única persona que le había llegado hasta las entrañas, porque era demasiado cabezota y no quería enfrentarse a la verdad.
 
Y la verdad era muy simple: no podía vivir un solo día más sin Brittany. De pronto, se sintió orgullosa de sí misma al haber pensado en ir tras de Brittany, incluso antes de saber toda la verdad.
 
—Creo que ya has oído lo suficiente sobre la clase de persona que es Brittany —dijo Holly—. Pero, por si necesitas más pruebas, lee esto.
 
Le dejó un recorte de periódico en el regazo.
 
“Brittany Pierce es la fundadora de Nueva Esperanza, una organización destinada a salvar negocios de la bancarrota. La señorita Pierce es muy conocida por el apoyo filantrópico que ha prestado a las asociaciones benéficas de Los Ángeles y ha donado recientemente un millón de dólares para ayudar a las mujeres y los niños que escapan de situaciones de violencia doméstica. Su iniciativa, el programa 'Un Nuevo Principio', proporciona alojamiento y asistencia educativa a las víctimas de maltrato. Ésta ha fundado también Nuevas Generaciones, una organización que colabora en la localización de personas desaparecidas.”
 
Santana pensó en la madre de Brittany. Brittany no se había quedado sentada ni había permitido que la tristeza se apoderara de su vida, sino que hacía cosas por el futuro, ya que no podía hacer nada para reparar el pasado. Aquella mujer no era sólo un ángel roto, sino que tenía el alma rota y trataba de repararla ella sola con su orgullo de por medio. Ya era hora de que Santana fuera a buscarla y estrecharla entre sus brazos para no soltarla nunca, incluso si la misma Brittany se resistía a ello.
 
—Estoy enamorada de un ángel —susurró.
 
—Ah, casi me olvido. —Holly le tendió un sobre amarillo.— Emily Fields —acentuó fuertemente en el nombre, optando una actitud de llamativa exageración —dejó esto antes y me pidió, más bien, casi me suplicó que se lo diera a Brittany. Ella no puede disimular su interés —se encogió de hombros y agregó rápidamente —Te dejaré que hagas los honores. —Cogió un rollo de cinta adhesiva y hablo, con un tono innecesariamente alto, otra vez—. Marie, ¿te he contado lo de las reformas en mi casa? Las ha hecho Emily y de hecho, es una chica muy linda, y también es muy trabajadora.
 
Santana captó la obvia insinuación. Era evidente que Holly no sabía nada de la hostilidad de Emily hacia Brittany y trataba de dejar entrever que, si Santana no jugaba bien sus cartas, Brittany tenía otras opciones, quería infundirle celos y si no fuera porque el miedo era lo primero que sentía lo habría conseguido.
 
Abrió el sobre y desdobló el papel que había dentro. Al principio no entendía qué era: había una esquela grapada a la hoja, con el nombre de George Paul Fields. Enseguida bajó los ojos a las palabras impresas debajo del recorte.
 
 
 
El miedo la atenazó, intenso y asfixiante, y casi se le paró el corazón. Sin embargo, ella se levantó del sofá de un salto, no podía derrumbarse, de ninguna manera.
 
—Llamen a la policía. Que vayan a casa de Brittany. ¡Ahora!
 

El papel se cayó al suelo cuando echó a correr hacia la puerta, con el corazón en un puño, ella se moriría si algo le pasaba a su ángel.




Bueno…Solo puedo decirles que el siguiente cap es el capitulo final. No voy a dejar ningún detalle.
Nos leemos la prox! Y de nuevo, perdonen la tardanza, es largo de explicar pero, es un poco de todo y especialmente tratar de conseguir un final, único e inmodificable…eso es todo. Gracias por todos sus comentarios :)

Saludos! NaT!

OMG no lo dejas así pliss me muero de la angustia actualiza pronto