Fic Brittana: Atrévete *Cap 17 - Parte II - Final.*

Ya quiero que se arreglen!!!! Me encanto el capitulo... No me parecio para nada aburrido pero si muy corto xD

Gracias por escribir, no tardes tanto en actualizar porfa...

CREO QUE... DEBERIAS SEGUIR AÑADIENDO COSAS :) :) :) :) :) DIOS ENSERIO PERFECTO. siento no comentar anterior mente esque desde el cel no me deja, pero los leo, osea me encanta <3

me gusto que sany le pegara a san jajajajaja,... yo le hubiese pagado mas a sam pero bueno!!!!
el tiempo que san se valla va a servir para pensar,.. a ver que hace britt!!! a veces el amor el orgulloso,..!!!
dime que marie va a trabajar en unas de las franquicias de su "nuera"????

nos vemos!!!

yo creo que ya deberian arreglar sus problemas, bueno, brittany ya dio el primer paso pero no veo que haga nada para acercarse a santana!

Hola empece a leer la historia y no pude parar esta genial!!
Los capítulos largos son lo mejores me encantan. Asi que segui dandole tu toque a toda la historia jaja!!
Espero que Britt hable con San antes que se vaya de viaje.
Saludos

Me encanto el capitulo♡♡♡
Creo que santana podria haber dicho algo mejor que "te odio"
Espero con impaciencia el proximo capitulo jeje
Y que arreglen lo suyo pronto!!!!

Aburrido?? No para nada :) fue un muy buen capitulo ;) Santana toda celosa *-* me encantó y que bueno que contrataron a la mamá de San!! Será el resultado de los cambios de britt?? Wow! Espero que pronto actualices

Brittany no podía dejar de pensar en Santana, de alguna manera su encuentro del día anterior le sacaba una sonrisa y una mueca disgustada casi al mismo tiempo. Santana estaba celosa, o eso quería creer Brittany, no le gustaba la idea de que su odio llegara a tanto. Sam la había dejado en su casa y las cosas entre ellos parecían ser amistosas, o por lo menos él parecía estar bien con todo.
 
Sacudió la cabeza para tratar de apartar todos sus pensamientos, tenía que estar más despierta que nunca porque ahora tenía que ocuparse de las amenazas, contempló la casa vacía desde el otro lado de la calle durante unos segundos, antes de atravesar la puerta principal.
 
¿A qué jugaba Emily? Will les había contado a ella y a Holly las malas noticias: Emily no sólo era su vecina, sino que su empresa de construcción había trabajado en la casa de los Shuester. Acababan de construir una espaciosa sala de estar para que Will pudiera traer a sus amigos a jugar al billar. Emily había estado presente en las obras y, durante el tiempo que trabajó en la ampliación, había oído hablar de Brittany a Holly, mientras cenaban o se tomaban un café.
 
Will no sólo estaba atónito, sino también asustado. Hasta se le había ido el brillo de la mirada, preso de la consternación. Por mucho que quisiera estar muerta de miedo, por alguna razón Brittany no lo estaba. De alguna manera, tenía la extraña certeza de que Emily no estaba detrás de las amenazas de muerte, a pesar de su comportamiento en el club. Visualizó la sonrisa seductora de Emily, que no le había dejado dudas sobre lo que quería de ella. Si Santana no hubiera estado allí, Brittany podría haberse visto obligada a descargar parte de la tensión de Emily, saciando su propio apetito sexual. Por desgracia, no podía sacarse a Santana de la cabeza. No eran los dedos de Emily los que quería que la acariciaran debajo de la tanga hasta arrancarle gritos de placer.
 
Brittany se echó hacia delante en el sofá y, una vez más, apartó aquellos pensamientos calenturientos de su mente porque su relación había terminado, no importaba cuán celosa estuviera Santana, o cuánto dolor le causará a ella no tenerla a su lado, Brittany no cedería nunca, bueno, al menos no sería la de la iniciativa, por más esperanzas que bailaran en su mente perdida. ¿Por qué demonios se empeñaba en hurgar en la llaga? No podía confiarse de las emociones de su último encuentro, por más satisfactorias o frustrantes que pudieran haber sido. Sacó el teléfono del soporte de la mesa del rincón y observó el número que Will le había apuntado junto con sus nuevos códigos de seguridad. Configuró el teléfono para grabar la llamada, como le había dicho Will, y marcó el número de Emily. De repente no estaba segura de que debía decir cuando Emily descolgara.
 
—¿Emily Fields?
 
—Sí. ¿En qué puedo ayudarla?
 
Will quería que la hiciera confesar, si podía. —Puedes empezar por decirme por qué has destrozado mi casa.
 
—¿Perdón? ¿Con quién hablo?
 
—Brittany. Brittany Pierce.
 
Oyó una risita en el otro extremo de la línea. —Vaya, vaya. ¿A qué debo el placer? He oído maravillas de la verdadera Brittany. Dulce, con un corazón de oro... Holly cree que caminas sobre las aguas.
 
—¿Fuiste tú la que me destrozó la casa, chiflada de mierda?
 
—Si digo que sí, ¿me dejarás ir a ayudarte a limpiarla? —Hablaba con voz calma, preñada de deseo—. Ya sé dónde vives.
 
Aquello confundió a Brittany. Si Emily había provocado los destrozos y le había escrito el mensaje en el porche, querría decir que era la lunática que estaba detrás de las amenazas de muerte. Sin embargo, parecía cuerda y terriblemente cachonda, exactamente igual que en el bar.
 
—Que te jodan —le dijo Brittany con frialdad.
 
—Es lo que intentaba, pero casi me rompiste los dedos.
 
—Sí, lo recuerdo.
 
Brittany sonrió al recordar el dolor que había reemplazado la expresión de lujuria en los ojos de Emily, cuando le había doblado los dedos hacia atrás. Si las miradas matasen, habría caído fulminada allí mismo.
 
Aguantó el auricular del teléfono inalámbrico con el hombro y se dirigió a la ventana para contemplar la casa de enfrente, al otro lado de la calle. Era una casa grande, de tres pisos, que llevaba dos años vacía, aunque habían estado arreglando el patio en las últimas semanas. Al parecer, Emily se mudaría pronto.
 
—Invítame a tu casa —le dijo Emily.
 
—Sí, claro. ¿Te crees que soy idiota?
 
—Finge que lo eres e invítame.
 
—No lo creo.
 
—Tú te lo pierdes, caramelito. Te habría hecho pasar un buen rato.
 
Brittany había visto el deseo ardiente en las profundidades de sus ojos marrones, lástima que ahora ella pareciera inmune a todo el mundo, solo tenía ojos y al parecer pensamientos para una sola persona que la hacía saltar de deseo, sacudió la cabeza.
 
—Podemos quedar para tomar un café, en un lugar público, donde haya gente.
 
—Si eso va a hacer que te sientas mejor... —rió Emily.
 
Brittany no creía que nada fuera a lograr que se sintiera segura, pero por alguna razón tenía que mirar a Emily a los ojos cuando negara lo de las notas y el vandalismo. La habían entrenado para mantener a sus enemigos cerca y para enfrentarse a las amenazas directamente. Estar cara a cara con una mujer que podía hacerle daño le daría una inyección de confianza y, si podía descartar a Emily como sospechosa, Will y Holly no se sentirían mal por haber tenido tratos con ella.
 
—Dentro de media hora en Los Santos —dijo Brittany.
 
Will la mataría si supiera lo que iba a hacer. Lo único que le había pedido era que hablara por teléfono con Emily para ver si podía hacerla confesar. No obstante, Brittany no estaba convencida de que Emily le hubiera mandado las amenazas y solía confiar en su intuición.
 
* * *
 
Emily estaba apoyada contra una enorme Chevy Silverado, cuando Brittany llegó al aparcamiento. Estaba casi igual que en el bar, con su camiseta blanca y la piel bronceada alrededor del pelo negro lacio, rápidamente aparto la misma similitud que había agarrado desde la primera vez que la vio con un aire parecido a Santana. En la parte de atrás de la camioneta llevaba mangueras, caballetes y otros materiales de construcción; en el lateral había un gran letrero con el logo de Fields Construction.
 
Brittany echó un vistazo a las calles atestadas de gente, los coches alineados ante los semáforos en rojo y los peatones que esperaban para cruzar la calle. Se obligó a devolverle la sonrisa a Emily.
 
—Dame una buena razón por la que no debería denunciarte a la policía.
 
Emily dejó ver sus blancos dientes al sonreír. —Porque tienes curiosidad. Si no, no estaríamos aquí.
 
Brittany apoyó su peso en el otro pie y la fulminó con la mirada. Se sentía estúpida, como si su vida fuera un libro abierto y aquella mujer la hubiera estudiado minuciosamente. No podía saber lo que Holly le había contado mientras compartían su famosa lasaña.
 
—¿Me estás acosando? —le preguntó.
 
—Si así fuera, ¿podrías culparme? Con ese cuerpo tan sexy que tienes, ¿quién podría resistirse? —respondió Emily, moviendo las cejas.
 
Brittany se cruzó de brazos. Aunque no tenía miedo, todavía le quedaba cierta inquietud y se mostraba precavida y desconfiada. Emily era inescrutable.
 
—¿Y bien...? —preguntó con cautela—. ¿Querías charlar sobre algo o que nos pasáramos el día en el aparcamiento?
 
—Depende. —Emily la repasó de arriba abajo— ¿Podré mirarte cuando la luz del sol te ilumine la cara?
 
Brittany observó los vaqueros ajustados y los restos de serrín en la camiseta de Emily. ¿Y si estaba equivocada y Emily era buena escondiendo sus verdaderas intenciones?
 
O al contrario. ¿Y si la noche que fue a The Sweets Ladys sencillamente había tenido un mal día y era totalmente inocente?
 
—Venga, cobardita, vamos a comer y a conocernos un poco mejor. Parece que tenemos mucho en común —le dijo Emily, indicando la entrada del restaurante.
 
Brittany entró en el restaurante con ella, sin bajar la guardia. Encontraron una mesa libre y se sentaron la una enfrente de la otra. Después de que la camarera tomara nota de lo que querían beber, Emily preguntó:
 
—Así que crees que he destrozado tu casa —arqueó las cejas—. Tienes una casa muy bonita, por cierto.
 
Brittany se puso tensa. —Gracias. Por si lo has olvidado, me amenazaste.
 
Emily se inclinó hacia delante y le cogió la mano a Brittany. Ésta se obligó a no retirarla y a sostenerle la mirada. Lo último que quería es que Emily se diera cuenta de que no estaba tan segura de sí misma como quería aparentar. De hecho, estaba cagada de miedo.
 
—Mi comportamiento no tiene excusa. —Emily se puso seria—. Cuando una mujer se siente avergonzada a veces pierde el control. Te pido disculpas por llamarte zorra.
 
Brittany sacudió la cabeza. —Soy una zorra. Eso no me molestó. —Esbozó una sonrisa sombría cuando Emily rió—. Tú amenaza, sí.
 
—Ah, ¿quieres decir lo de que recordarías mi cara? Supuse que si volvía y me portaba bien a lo mejor me hacías otro lapdance. Aunque no sé si mi corazón lo resistiría. —Le soltó la mano—. Siento haberte asustado y también no haber podido ahuyentar a tu admiradora pesada.
 
Brittany la observó de hito en hito. —¿De qué hablas? ¿Qué admiradora?
 
—Bueno, me pagaron para que la pusiera celosa.
 
—¿Perdona? ¿Alguien te pagó para ahuyentar a Sant…una clienta? —Se le había puesto la carne de gallina.
 
—El rubio con cara de “niño inocente” dijo que intentabas librarte de aquel bombonazo de pelo negro que fue a sentarse contigo. No entiendo porqué, la verdad es que estaba para comérsela entera, de todos modos me pagó cien billetes para que me hicieras un lapdance, porque decía que, si jugaba bien mis cartas, a lo mejor conseguía una cita, además de ahuyentar a tu admiradora. Pero en lugar de eso se me fue la mano y me gané que me echaras del local.
 
Brittany revivió aquella noche de inmediato. Sam se había quedado en la barra, ahora recién tomaba aquel detalle, él siempre se metía dentro de la oficina durante toda la noche. Notó que la ira le quemaba por dentro. ¡Menudo Cobarde! ¿Sam era capaz de caer tan bajo para vengarse de ella? ¿Enviar a una mujer, con la hábil astucia de que Brittany no pensara que existiera un acosador masculino en su lugar? Brittany recordó cómo había dado un puñetazo en la mesa y le había dado un susto de muerte para ordenarle que saliera a bailar.
 
Y lo último?, se había portado tan honorable al aceptar que Brittany nunca lo vería más allá de la amistad, de hecho ella recordaba que aquel acercamiento intimo de él a punto de besarla no le había hecho sentir nada más allá de la incomodidad. Definitivamente, aquel día se había dado cuenta de que ya no sentía ningún deseo por él, ni siquiera para un polvo ocasional.
 
Sin embargo, esto? Menudo amigo! No podía creerlo, él casi la había convencido de su gran nobleza, ella hasta había deseado que sus “cualidades” fueran vistas por alguna mujer que sí lo amara. Dios! Como había podido ser tan ciega, Sam no era un hombre de rara nobleza, recordó sus últimas palabras:
 
—…En el amor todo se vale, y te sorprenderías de las cosas que puedes perder de ti mismo con tal de conseguir lo que quieres, es por eso que el orgullo y la dignidad parecen nada cuando la meta es tan importante para ti…
 
 
—Oh, oh... Me da la impresión de que no lo sabías.
 
Brittany negó con la cabeza. Le iba a cantar las cuarenta a Sam en cuanto llegara a The Sweets Ladys. Y, si era capaz de llegar a aquellos extremos, ¿se habría rebajado aún más y lo de las llamadas y las amenazas serían cosa suya?
 
—Por cierto —murmuró Emily lentamente— Quería darte las gracias por hundir el negocio de mi padre.
 
La sonrisa de Emily se le borró de la cara y Brittany notó un nudo en la garganta.
 
* * *
 
¿Qué posibilidades había de que la adquisición de Pierce hubiera hecho feliz a alguien? La emocionó mucho saber que el padre de Emily se había sentido aliviado al dejar su empresa y retirarse con la cabeza alta. No era de extrañar que hubiera firmado los papeles tan deprisa: estaba listo para que llegara el final.
 
Brittany pulsó el nuevo código para abrir la verja y metió el coche en los terrenos de su casa con una gran sonrisa. Emily le había dicho que se había alegrado mucho por su familia, porque su padre había estado al borde de sufrir una crisis de ansiedad. Gracias a la venta pudo retirarse y Emily tuvo el coraje y el dinero para comprar la subsidiaria de Fields Construction. Era muy triste que su padre no hubiera vivido lo suficiente para verla triunfar en el negocio y para disfrutar de una jubilación confortable y sin preocupaciones.
 
Emily le había explicado que, desde que su madre había muerto, tras una larga batalla contra el cáncer, su padre la echaba terriblemente de menos. Había aceptado su oferta de buen grado, deseoso de empezar de nuevo. En cuanto oyó aquella historia, Brittany supo que había hecho lo correcto con Pierce Industries. Si hubiera optado por la salida más fácil y la hubiera vendido, se habría arrepentido. En lugar de eso, ahora tenía el poder para cambiarle la vida a la gente.
 
Aparcó delante de la casa y echó un vistazo a su alrededor antes de salir del Explorer. Por seguridad, Will quería que aparcara en el garaje y usara la puerta interior, pero se negaba a cambiar sus costumbres porque algún idiota quisiera asustarla.
 
Entró y comprobó los mensajes que había en el contestador automático, aunque se desanimó cuando no encontró ninguno de la persona a la que quería oír. Se preguntaba qué estaría haciendo Santana. ¿Pensaría en ella? ¿La odiaría tanto como, ella misma se había autoconvencido de que lo hacía, finalmente? ¿Pensaría en ella y Sam juntos? ¿La odiaría aún más pensando en eso erróneamente?
 
Claro que te odia. Le destrozaste la vida a su madre y de seguro piensa que ya la olvidaste por Sam. Deja de pensar en ella, imbécil.
 
Santana se había ido y, cuanto antes lo asumiera, mejor. El hecho de que no hubiera aparecido después de su último encuentro, aunque solo hubiera sido hace más de 13 horas- inconscientemente no quería darse cuenta del cronometro humano en el que se había convertido por Santana- la dejaba casi sin esperanzas de nada, y todavía más convencida que nunca de que Santana la odiaba profundamente. No estaba tan segura como Holly de que las cosas tuvieran arreglo: aunque Santana estuviera dispuesta a hablar, Brittany ya había cambiado de opinión y ahora no estaba dispuesta a arrastrarse ante ella, sería un dolor insoportable escuchar su odio y suplicar en respuesta. Si no la aceptaba tal como era, aunque no fuera exactamente como Santana pensaba, no había nada que discutir.
 
Se dejó caer en el sofá y le devolvió la llamada a Kurt, quien le había dejado un locuaz mensaje en el que le proponía una fiesta de pijamas. Brittany lo invitó a casa y, mientras esperaba a que llegara, preparó unos aperitivos. No estaba de humor para socializar, pero necesitaba distraerse. Dado que Emily Fields estaba descartada, su misterioso acosador o acosadora seguía suelto. Sabía que Sam nunca le haría daño: si había sido el autor de las amenazas, seguramente estaría intentando asustarla para que retomara su relación de manera estable. Realmente se sorprendía de su ensañamiento pero tal vez después del día anterior, ahora sí, por fin desistiría de ella, tal como había dicho que haría. De todas maneras, hasta que Will arrestara a alguien, ella estaría preocupada.
 
Sonó el timbre y Kurt protestó por el intercomunicador: —¿Por qué has cambiado el número? Me siento como un intruso.
 
—Hasta que Will agarre al chiflado o la chiflada, no voy a darle el nuevo código a nadie.
 
Brittany lo dejó entrar y salió al porche para recibirlo. Kurt llegó en su Suzuki Samurai, un pequeño jeep que le iba pintado con su estilo. Era interesante ver cómo los coches reflejaban la personalidad de sus conductores. Instantáneamente recordó la moto de color rojo llameante en la que había visto a Santana marcharse, sin duda era tan imponente como ella, su fuerza relucía por doquier, la belleza explosiva y el estilo exorbitante no hacían más que cortar la respiración de Brittany, apartó los pensamientos nuevamente, de repente apartar los pensamientos se había vuelto una rutina que tenía que realizar a toda hora. Kurt cogió su bolsa del asiento del acompañante y atravesó el patio de cemento.
 
—¿Me ha parecido que mencionaste una posibilidad masculina?
 
—Si
 
Él pasó por su lado con el ceño fruncido y se metió en la casa. Brittany se dejó caer en el sofá— ¿Sabías que Sam le pagó a la psicópata del bar para que le hiciera un lapdance aquella noche?
 
—Qué dices... ¿A la que tumbaste tras el telón? ¿Y eso te lo ha dicho Sam?
 
—No tiene huevos. —Brittany puso los ojos en blanco, y muy honorable que le había parecido en su último encuentro— Me lo dijo Emily.
 
—¿Quién es Emily? —preguntó Kurt, mientras abría el bote de esmalte de uñas y se ponía el pie de Brittany sobre el regazo.
 
—La psicópata. Se llamaba así, ¿no te acuerdas? Emily Fields.
 
Kurt levantó la mirada. — ¿La has visto?
 
—Resulta que Will la conocía. Hoy he comido con ella. Y adivina qué: va a mudarse a la casa de enfrente.
 
Kurt entornó los ojos. —¿Ha comprado esa casa? —Miró a su alrededor, como si esperara que apareciera algún intruso en cualquier momento— ¿Y por qué me has invitado, exactamente? ¿Para no morir sola?
 
Brittany soltó una risita. —Es muy maja. Hemos mantenido una conversación muy interesante —afirmó, mientras se colocaba algodones entre los dedos de los pies—. ¿Crees que las amenazas de muerte son cosa de Sam?
 
No pareció que a Kurt le extrañara aquella pregunta.
 
—No me sorprendería. Está obsesionado contigo —contestó. Mojó el pincelito del esmalte unas cuantas veces y empezó a pintarle las uñas de color cereza— Yo nunca estoy cuando recibe las supuestas llamadas y nadie ha visto a ninguna persona entrar en el bar y dejar las notas. Además, ¿dónde estaba cuando te destrozaron la casa? Acuérdate de que no vino a cenar. Supuestamente, tenía otros planes.
 
Brittany se concentró en los dedos de sus pies. —Pero, ¿por qué? ¿Por qué se tomaría tantas molestias para asustarme? — Había entendido que él la amaba pero asustarla? Ella no se veía asustando a Santana para que volviera con ella, Brittany nunca haría nada para dañar a Santana más de lo que había hecho inconscientemente con su madre, al contrario, con profunda tristeza, tenía que aceptar que si Santana se acercara, nuevamente, solo sería para gritarle todo su odio, y entonces ella tendría que evitarla a toda costa, sentía que se ahogaba cada vez que pensaba en aquella posibilidad.
 
—Para que vuelvas con él.— Brittany parpadeó y tomo una respiración profunda, tenía que hacerse algún lavado de memoria cerebral, pensó si era posible que su cuerpo también olvidara si pudiera, entonces volvió a centrarse en la conversación que estaban llevando.
 
—Nunca he estado con él.
 
—Pero no porque él no quisiera, cariño. —Kurt le aplicó otra capa—. Tú no has visto cómo te mira cuando estás en el escenario?. Está locamente enamorado de ti.
 
Brittany observó la cabeza agachada de su amigo, claro que ella lo sabía bien, y si no lo sabía antes, entonces lo había terminado de entender perfectamente el día anterior, entendía que a Sam, antes, no le había hecho la menor gracia que Santana la rondara, pero ¿estaba tan desesperado como para montar algo así? Y ahora que sabía la verdad, había sido tan amable. No se lo imaginaba rompiendo ventanas y tirando papel higiénico por el cristal. Sam no era una persona violenta.
 
—No puede ser él. No es posible.
 
Brittany dejó caer la cabeza hacia atrás sobre el cojín y miró al techo fijamente. Tampoco podía descartar completamente aquella posibilidad.
 
—¿Cómo voy a demostrarlo?
 
Kurt no levantó la vista de su creación. —Los psicópatas siempre se delatan a sí mismos. Son demasiado estúpidos como para no hacerlo. Dale tiempo.
 
Al cabo de un buen rato, después de pintarse las uñas de las manos y de los pies, y tras ver varias películas, Brittany estaba tumbada en la cama, pensando en lo que le había dicho Kurt.
 
Sam siempre decía, hacer el amor y no la guerra. El sexo con él siempre había sido apasionado, aunque ahora no sintiera la menor atracción, recordaba como la había hecho sudar en algún que otro momento y tal vez esa extraña inmunidad en su cuerpo desaparecería, devolviéndole el deseo que alguna vez sintió por él. Entonces, ¿por qué no lo amaba desde entonces o incluso ahora, se notaba que él la amaba de verdad, porque no podía ella amarlo ahora? La pregunta la atravesó como un rayo.
 
Con Sam le faltaba algo, igual que con los demás. Con ellos no le sudaban las manos, ni le daba un vuelco el corazón o le dolía tanto en las entrañas por no tenerlos cerca y extrañarlos demasiado, y, por supuesto, cualquier pensamiento romántico estaba fuera de discusión.
 
Brittany estaba enamorada, pero había dejado que el amor se le escapara. ¿Era culpa suya? ¿Importaba de quién fuera la culpa? Había seguido los pasos de su padre y lo había hecho tan bien, incluso en su vida personal.
 
Hundió el rostro en la almohada y trató de dejar de darle vueltas a todo aquello, porque era una tortura. Las imágenes empezaron a sucederse, de una en una, cada vez más deprisa, hasta convertirse en una película que transcurría tras sus párpados cerrados. Santana se le acercó con su hermoso cabello largo y oscuro rodeando su rostro sensual, se inclinó sobre ella y la besó en los labios; una espiral de calor ascendió por sus piernas y el carrusel giró más deprisa, mientras la lengua de Santana se fundía con la suya como chocolate fundido dentro de su boca.
 
Brittany deslizó una mano hacia abajo y se rozó el clítoris con el dedo. Se frotó contra la palma de la mano, imaginando que Santana le metía los dedos. Estaba empapada. Sus pezones rozaban las suaves sábanas que se adherían a su cuerpo. Se obligó a abrir los ojos y se sentó. Concentrada en la oscuridad del techo, trató de ser razonable.
 
—Lo que me faltaba— se dijo a sí misma, mientras negaba con la cabeza, con total ironía en su voz —No dejes que te controle de esta manera también. Domínate, Brittany.
 
Sí, claro. Era así de fácil.
 
Lanzó la almohada a la otra punta de la habitación. Nadie había ejercido tanto control sobre ella en el pasado y, aunque le molestaba, también la asombraba sobremanera. Lo que tenía el amor era que no le permitía aislarse de sus sentimientos, distanciarse o dejar de sentir. ¿Cómo iba a ser capaz de funcionar?
 
* * *
 
A la mañana siguiente, Brittany estaba lavándose los dientes enérgicamente cuando sonó el teléfono.
 
—Atiende, por favor —le gritó a Kurt, porque si era Will no quería perder la llamada.
 
Cuando el teléfono siguió sonando, Brittany escupió el dentífrico y corrió al dormitorio para coger el teléfono que había sobre la mesilla de noche. Su corazón se detuvo por un segundo al oír la voz de Santana.
 
—¿Podemos hablar?
 
Brittany reprimió el impulso de colgarle, Santana la odiaba, quería gritarle todo su odio una vez más y ahora por teléfono? El nudo que se le había hecho en la garganta no la dejaba hablar.
 
—¿Estás ahí? —preguntó Santana.
 
—Ajá.
 
—Brittany, me voy de la ciudad y quería decirte...
 
—¿Qué? —Brittany apartó el terror revolviéndole el estomago al escuchar que Santana se iba, y la explayó un valor recóndito al recordar que entonces todas sus suposiciones eran ciertas y que Santana sí le había mostrado su odio hace unas 32 horas y no los celos en los que había mantenido una inconsciente esperanza revitalizadora, de pronto no estaba de humor para que le echaran en cara los defectos del supuesto carácter que Santana “veía” en ella— ¿Que soy una idiota por hacer lo que me han enseñado a hacer, por enriquecerme quitándole el trabajo a la gente? — Que me odias?, no podía, siquiera, pronunciarlo en voz alta—Ya lo he oído todo, Santana, así que, por favor, trágate tus comentarios de mierda y no vuelvas a llamarme.
 
Colgó el teléfono con un golpe y lanzó el cepillo de dientes contra la pared. Casi no importaba que la criticara pero ella se iba, dejándola con todos sus sentimientos descontrolados.
 
—¡Zorra!
 
Ella se va! Y llama para gritarme por última vez? Ella se va…
 
—Guau, supongo que eso va por alguien. —Kurt saltó sobre la cama y la hizo rebotar encima del colchón— ¿Era el bombonazo latino?
 
—Sí. No. O sea, sí, era ella. Pero no es un bombonazo latino. Es una zorra.
 
—Bueno, perdóname —fingió sentirse ofendido— Estás loca por ella, chica, y ya puedes decir lo que quieras.
 
Brittany se levantó de la cama.
 
—¡No es verdad!
 
—Vale —pasó los dedos seductoramente sobre el edredón de algodón— Pero apuesto a que anoche pensaste en ella cuando estabas aquí sola en tu camita, ¿verdad que sí?
 
Le dio besitos a la almohada y la apretó contra su pecho, entonces intento una voz femenina que se supone tenía que sonar como Brittany, no le costó demasiado, mientras acariciaba con una mano la parte de atrás de la almohada simulando una espalda— Oh! Bombonazo latino!... — hizo una pausa y miró a Brittany— como se llama? —luego se llevo las dos manos a la boca en un gesto exagerado de terror— No puedo creer que no sepa el nombre del amor de tu vida!— refunfuño atónito.
 
—Ella no…— sabía que con Kurt no funcionaban las explicaciones— Santana, se llama Santana López pero ella no…
 
—Oh! Santana, bombonazo latino, López…cuanto quisiera tenerte entre mis brazos! Amor de mi vida no puedo dejar de pensar en ti…— siguió intentando imitar la voz de Brittany mientras abrazaba estrechamente la almohada contra su pecho.
 
Brittany puso los ojos en blanco y abrió el armario. Kurt por fin termino con su no tan mala imitación de ella misma y se sentó en la cama todavía sosteniendo la almohada entre sus brazos.
 
—¿Y qué te ha hecho, exactamente? Ya no me acuerdo.
 
—Me echó la culpa de la desgracia de su familia. —Brittany se puso una blusa azul sobre el pecho y se miró en el espejo que había en la puerta del armario.
 
—¿Y existe la posibilidad de que llamara para disculparse?
 
Brittany asomó la cabeza y le lanzó una mirada incendiaria. Kurt levantó las manos en ademán defensivo.
 
—Sólo digo que...
 

—No existe ninguna remota posibilidad de eso— Ella me odia—Además me importa una mierda por qué ha llamado —le cortó Brittany, mientras se dirigía al tocador a paso furioso— Y no quiero seguir hablando de ella. Tengo un negocio que atender y cosas más importantes que hacer, no olvides que tenía una vida antes de ella y ahora la sigo teniendo tal cual, como siempre… ya no tengo nada que ver con ella, ni me interesa tenerla cerca. Y ahora me voy a hacer esas cosas importantes que tampoco no tienen nada que ver con ella. — Bueno… por lo menos no directamente. Se encogió de hombros aparentando tranquilidad, cuando acababa de darse cuenta que estaba autodefendiendose, reiteradamente y sin sentido,  de un Kurt, sorprendentemente muy callado y atento a cada una de sus palabras vacías, sus mejillas comenzaron a arder de la vergüenza y se dio  la vuelta mientras huía de su mirada divertida.




Bueno… parece que cada pieza cae en su lugar?
Sam??? Ustedes saquen sus propias conclusiones :)
Otro punto de discusión entre Britt y San, que tercas que son! Bueno…Britt especialmente, en este cap, se saca todas las tarjetas de confusión? *ya me enojo yo sola :p*
Kurt y su divertida actitud esclarecedora? ;)
Gracias por leer :) Nos vemos la próxima!

Saludos! NaT!

Fuera muy padre que santana fuera ala casa de brit para disculparse....nos leemos luego.....;)

holap,...

bueno ya esta todo esta "su lugar"?
sam lo dijo en el amor y la guerra todo se vale,... y va a ser capas de hacer cualquier cosa,.. pero como dijo kurt son tan estúpidos que caen con algo tan simple,.
mm me parece que san se jugo la carta para arreglar las cosas,.. pero britt es tan terca que no la quiere escuchar,.. a ver que hace britt sabiendo que san se va!!!
amo a kurt!!! es re divertido!!! jajaja

nos vemos!!

Estuvo espectacular el capitulo, no tardes tanto por fa y actualiza pronto eh...

Que santana se disculpara estaria bueno
Woww lo de sam no me lo esperaba que hijo de p***
Espero impaciente el proximo capitulo

Coincido, así tal cual como en su lugar... no lo creo, al menos no de momento, se me hizo muy tierno de parte de Santana buscar la manera de hablar con Britt y bueno, en el cap pasado San fue la intensa y en este fue Britt, será que san sólo se va por lo de su torneo?? o se va definitivamente??   
Saluditos!! Espero nos puedas compartir un cap más en cuanto tengas un ratito libre     Quiero saber que pasará ahora!!

quisiera retorcer el cuello de brittany hasta que su lengua se convirtiera en una alfombra!!!!!!!

Oh, entonces si es adaptado! Bueno, algunas veces me confundo en eso perdón JAJAJJAJA.
Soy como una especie de lectora fantasma, lo que pasa es que leo desde el celular y des ahí no puedo comentar las cosas ni nada, pero este Fic me encantó tanto que quería comentarlo, hace mucho que no leo un Fic así de bueno. Cuando leo quiero comentar mil cosas acerca de la actitud de las chicas o de otros personajes pero, ahora, que estoy en la computadora no sé qué comentar porque ya eh leído el capítulo este hace algunos días y no se me ocurre nada.
Pienso que este es uno de los pocos Fics donde Brittany es la que tiene miedo a caer enamorada de alguien (aunque ya lo esté) y es la mejor parte, los personajes perfectamente colocados acorde a los personajes de Glee como el de Kurt, Sam y Dani. Espero la próxima actualizacióm tuya!!

Britt_ escribió:Oh, entonces si es adaptado! Bueno, algunas veces me confundo en eso perdón JAJAJJAJA.
Soy como una especie de lectora fantasma, lo que pasa es que leo desde el celular y des ahí no puedo comentar las cosas ni nada, pero este Fic me encantó tanto que quería comentarlo, hace mucho que no leo un Fic así de bueno. Cuando leo quiero comentar mil cosas acerca de la actitud de las chicas o de otros personajes pero, ahora, que estoy en la computadora no sé qué comentar porque ya eh leído el capítulo este hace algunos días y no se me ocurre nada.
Pienso que este es uno de los pocos Fics donde Brittany es la que tiene miedo a caer enamorada de alguien (aunque ya lo esté) y es la mejor parte, los personajes perfectamente colocados acorde a los personajes de Glee como el de Kurt, Sam y Dani. Espero la próxima actualizacióm tuya!!

Perdon que me entrometa en tu comentario pero si puedes, solo utilizas el link www.gleeklatino.com/login insertas tu usuario y podras hacerlo ;) bueno en el mio funciono

por favor vas a volver????????????????? anda di que si!! y de paso si se puede que sea con un maraton jijiji bueno espero y actualices pronto

lo tipico, comienzan una historia y sin explicacion se pierden!!!!!!

Hola!!
Vas a volver a la historia???
Espero que si y muy pronto!!
Saludos

Britt_ escribió:Oh, entonces si es adaptado! Bueno, algunas veces me confundo en eso perdón JAJAJJAJA.
Soy como una especie de lectora fantasma, lo que pasa es que leo desde el celular y des ahí no puedo comentar las cosas ni nada, pero este Fic me encantó tanto que quería comentarlo, hace mucho que no leo un Fic así de bueno. Cuando leo quiero comentar mil cosas acerca de la actitud de las chicas o de otros personajes pero, ahora, que estoy en la computadora no sé qué comentar porque ya eh leído el capítulo este hace algunos días y no se me ocurre nada.
Pienso que este es uno de los pocos Fics donde Brittany es la que tiene miedo a caer enamorada de alguien (aunque ya lo esté) y es la mejor parte, los personajes perfectamente colocados acorde a los personajes de Glee como el de Kurt, Sam y Dani. Espero la próxima actualizacióm tuya!!

Entiendo, perfecto el termino de “lectora fantasma” yo también lo he sido :P y creo que muchas :P
Y me encanta que te encante :), de nuevo, a veces me pasa lo mismo, cuando quiero comentar algo que pensaba hace unos días, al momento de comentar se me pierden muchos detalles que quería relucir :p
Con respecto a la similitud con la serie, me gusta poner en nuevos roles a nuestras Brittana pero no puedo dejar de lado la esencia de cada personaje así que..me puede un poco la personalidad que tienen en la serie, pero no tanto :) y con respecto a los demás personajes, siempre pretendo incorporar a todo el Glee cast posible y de acuerdo a como los encuentro adecuados para cada personaje, por varias razones, primero porque ya todos los conocemos físicamente y eso ayuda a que tengan un rostro conocido a la hora de identificar cada personaje… y ya mejor paro, porque si no, no llego a dejar el cap :p, espero que lo disfrutes :) y gracias por comentar!

marcy3395 escribió:por favor vas a volver????????????????? anda di que si!! y de paso si se puede que sea con un maraton jijiji bueno espero y actualices pronto

Ahora estoy de vuelta, aunque me temo que no con un maratón....no alcanzarían los pocos caps que quedan para hacer uno :p y gracias por comentar!

micky morales escribió:lo tipico, comienzan una historia y sin explicacion se pierden!!!!!!

Sip, me hago responsable, pero ahora entiendo un poquitin más a los que hacen eso, a veces los tiempos nos juegan en contra, de todas formas siempre estaré más de acuerdo con tu reclamo, no tengo excusa más que las responsabilidades educativas -.-

monica.santander escribió:Hola!!
Vas a volver a la historia???
Espero que si y muy pronto!!
Saludos

Ya mismo subo el cap! y gracias por seguir comentando! :)

me he hecho MUUUUUUUUUUUUUCHAS ILUSIONES al ver que habias comentado... crei que era otro capitulo, entraba todos los dias esperando un capitulo pero nada... es genial que hayas vuelto, ÑDAOFAHSDFOASD

 



Marie López era como una versión mayor de Santana. Sus preciosos ojos marrones estaban rodeados de arruguitas, tenía una sonrisa radiante y caminaba con confianza. El parecido era increíble.
 
Brittany respiró hondo y trató de calmar el latido salvaje de su corazón. Se preguntaba si Santana estaría más furiosa o algo agradecida, aunque sea un poco. Brittany no podía compensar a todas y cada una de las personas a las que su compañía había despojado de todo, pero aquélla en concreto significaba mucho para ella.
 
Aunque no tenía intención de volver a ver a Santana, se repitió a sí misma, por lo menos corregiría el daño que le había hecho a la señora López. Sonrió y fue hacia ella.
 
—Me alegro de que haya decidido aceptar nuestra oferta.
 
La señora López le estrechó la mano con firmeza y ella le devolvió el apretón.
 
—Por favor, siéntese, señora López.
 
—Llámeme Marie. —Tomó asiento en la silla que le indicó Brittany— Me ha sorprendido un poco, como comprenderá, dado que fue su compañía la que me dejó sin trabajo.
 
Brittany se sentó también. —Así es, señora, y no tengo palabras para describir cuánto lamento esa situación. Sin embargo, esta compañía nunca ha tenido como objetivo hacerle daño a nadie. Compramos empresas que están a punto de quebrar: habría perdido su empleo igualmente. Espero que lo comprenda.
 
Marie la observó con curiosidad. —Lo comprendo. Por eso estoy aquí.
 
—Me alegro de oír eso —le regaló una amplia sonrisa— Tengo sus papeles preparados. Ya ha hablado con Sarah sobre su salario y su nuevo puesto, pero si tiene cualquier otra pregunta...
 
—Lo cierto es que sí. —Marie agarró la jarra de la mesita de café y se sirvió un vaso de agua— ¿Le gustan los niños?
 
La pregunta descolocó a Brittany por completo. ¿Qué tenía que ver aquello?
 
—Sí que me gustan.
 
—Fantástico. Quiero ser abuela algún día.
 
—Eso es maravilloso. Seguro que tendrá un montón de nietos.
 
—Eso espero.
 
Brittany sintió el impulso repentino de despedir a aquella mujer antes de haberla contratado siquiera. Quizá Marie López estaba loca y tenía que dar gracias al cielo porque Santana la odiara y estuviera fuera de su vida, puso los ojos en blanco por dentro mientras le pasaba el contrato. —Necesito que lo lea y lo firme al final de cada página. Si tiene alguna pregunta, no dude en hacérmela.
 
—A decir verdad sí que tengo más preguntas.
 
Brittany se encogió un poco. A saber qué iba a preguntarle aquella mujer ahora.
 
—¿Por qué yo? Con todas las mentes jóvenes y brillantes que hay en la ciudad, ¿por qué me escogió a mí? —Levantó la mano— No importa, no responda. Me da la impresión de que no me diría la verdad.
 
Aquella mujer no estaba loca. Brittany se puso en guardia de inmediato: Marie era más lista de lo que aparentaba. Sin duda, era una mujer inteligente.
 
—Hay cosas en la vida que no tienen respuesta, Marie, no importa cuánto nos esforcemos en entenderlas.
 
Al parecer, la madre de Santana tuvo suficiente con aquella respuesta y esbozó de nuevo su radiante sonrisa. Firmó el contrato y se lo devolvió a Brittany.
 
—Puede empezar el lunes que viene —le dijo Brittany— Sarah será su supervisora. La está esperando para enseñarle el edificio. Ella le mostrará su puesto. Por encima de Sarah sólo está Ryder Shuester.
 
Los ojos marrones de Marie relampaguearon con curiosidad.
 
—Creía que la compañía era suya.
 
—He decidido dejar mi cargo. Ryder ocupará mi lugar.
 
—¿Demasiado duro?
 
A Brittany la sorprendió una pregunta tan directa; tenía la escalofriante sensación de que Marie sabía más sobre su persona de lo que dejaba entrever.
 
—No, señora. No tiene nada que ver con eso. Sencillamente mi trabajo aquí ha terminado.
 
Marie sonrió y se puso en pie. —Tiene toda la razón. Estoy impaciente por empezar a trabajar para su compañía. Me da la impresión de que tiene planes maravillosos para ella.
 
Se detuvo de camino a la puerta y miró a Brittany una última vez. —Ahora entiendo por qué Holly Shuester te quiere tanto.
 
Sorprendida, Brittany trató de encontrar una respuesta. ¿De qué se conocían Holly y la madre de Santana?
 
—Marie, espere... —empezó.
 
Sin embargo, su nueva empleada ya había salido. La oyó hablando con Sarah, pero no las interrumpió. Cuando las dos pasaron delante de su despacho, Marie le dedicó una gran sonrisa y Brittany supo que su elección había sido acertada. Santana tenía suerte de tener a una madre en su vida, sobre todo a una con tantas agallas. No pudo evitar pensar en su propia madre y en lo que podrían compartir, sobre todo en aquellos momentos…
 
* * *
 
Brittany trabajó unas pocas horas más. Ryder lo tenía todo bajo control y le había ordenado que se marchara del edificio de una vez, porque ella no dejaba de interrumpirlo. Tomó la curva hacia su casa y dio un respingo al reconocer la nueva moto de Santana. Casi cedió al impulso de pisar el acelerador y pasar de largo, pero lo cierto es que su corazón sufría la añoranza, desde su conflictivo encuentro, con pelea incluyendo a Sam de por medio, sabía que su amor no había disminuido, sino todo lo contrario y aunque no entendiera el por qué, por lo menos Santana no se había ido o todavía no se iba, ella necesitaba verla, aunque sea solo unos segundos antes de que suelte todo su odio contra ella. Se detuvo en la entrada y pulsó el nuevo código. Una figura apareció en la parte de atrás de su coche cuando se abrió la puerta.  
 
Se preparó para lo peor. ¿Era esta una de las razones, por las que había contratado a Marie López? ¿Muy en el fondo sabía que Santana tendría que aparecer, aunque solo fuera para discutir? ¿Y en ese caso, soportaría el veneno de sus palabras?
 
Saca las garras, nena. Aquí viene el siguiente asalto.
 
Santana se acercó a su ventanilla. —¿Quién demonios te crees que eres?
 
Brittany miró al frente para evitar el efecto hipnótico de su mirada. —Me gustaría pensar que soy Sandra Bullock rubia, pero en realidad soy Brittany Pierce.
 
—No vayas de lista conmigo.
 
Brittany apretó los dientes con tanta fuerza que temió que se le desencajara la mandíbula.
 
—No voy de nada contigo.
 
Pisó el acelerador y giró para aparcar en el patio. La verja se cerró, pero Santana la había seguido hasta el interior.
 
—Sabes que esto es propiedad privada, ¿verdad? —le dijo Brittany al salir del coche. No podía creer de donde le salía tanta obstinación, sospechaba que la ira de Santana alimentaba su propio orgullo—. Ya sabes lo poco que tarda la policía en llegar a mi casa.
 
—Eres una zorra sin corazón. —Santana subió los escalones del porche de un salto, tras los pasos de Brittany— ¿Y ahora intentas comprar a mi madre? ¿Es que no te detienes ante nada? Me dijiste que no te meterías más en nuestras vidas.
 
Quería que estuvieras aquí, aunque ahora mismo me duele escucharte.
Trato de enfocarse en su repentina y potente obstinación, una vez más.
 
—¿Por qué contratar a tu madre es no tener corazón? La he salvado de trabajar en una hamburguesería cutre, ¿no? —soltó Brittany. Ella misma notó el desprecio en su voz y deseó haberse mordido la lengua.
 
¿Porque decía lo que no sentía? La presencia de Santana la tenía bastante nerviosa, creía que debía defenderse. Esto se le estaba saliendo de las manos.
 
—¡Bruja! —La ira inundó el rostro de Santana—. ¿De verdad creíste que contratándola solucionarías esto? ¿Creíste que te perdonaría así como así?
 
Brittany la miró con perplejidad. Santana la rechazaba y todavía esperaba verla ante sus pies suplicando perdón?
 
—¿Crees que la he contratado por ti? ¿Tengo pinta de que me importe una mierda lo que pienses? No te lo creas tanto: esto no tiene nada que ver contigo. —Brittany metió la llave en la cerradura, ella podía ser el doble de orgullosa que Santana, abrió la puerta de una patada— Es hora de que te marches Santana.
 
Bien…eso es Brittany, tu puedes!
 
Santana miró hacia la puerta y luego volvió a posar sus hermosos ojos chocolate en Brittany muy lentamente. Sus ojos eran alucinantemente intensos, Brittany no tenía por qué engañarse a sí misma.
 
—Me parece que no.
 
Santana quería estrangularla y ver cómo aquellos labios finos y rosados le suplicaban clemencia, no importaba cuanto quisiera besarlos al mismo tiempo, terminó siguiendo a Brittany hasta la sala de estar, ignorando sus miradas incendiarias y su actitud de niña insolente.
 
Brittany dejó la maleta en el suelo, al lado del sofá.
 
—Adelante. Di lo que hayas venido a decir y lárgate de aquí. Espera. —Se acomodó en el sofá. El sarcasmo era evidente en sus palabras—. Ya estoy lista. Me gusta estar sentada cuando la gente se me tira a la yugular. La sala es toda tuya.
 
Santana no estaba segura de si quería matarla o follársela hasta dejarla inconsciente. El escote de Brittany se insinuaba entre los pliegues de su blusa de seda, tentándola a probarlo. Sus esbeltas piernas se veían muy atractivas con aquellos pantalones ajustados, que le marcaban la curva de su fabuloso trasero. A Santana le costaba trabajo concentrarse en lo que quería decir.
 
—¿Cómo puedes estar ahí sentada con tanta arrogancia mientras tu empresa le destroza la vida a la gente?
 
Brittany se limitó a mirarla de hito en hito. Se encogió ligeramente de hombros y Santana dio un paso hacia ella.
 
—Voy a decirte una cosa —musitó Brittany con una mirada defensiva—. No tienes ni idea de lo que estás hablando. Crees que está bien invadir mi espacio y comportarte como si yo fuera el enemigo. ¿Por qué? Porque he tenido éxito donde tú has fracasado: he conseguido que tu madre se sintiera segura y feliz. ¿Por qué tú no has sido capaz?
 
Furiosa, Santana gritó —¡No me dejaba!
 
—Eso es patético y lo sabes. Si fuera mi madre, la habría sacado de ese barrio antes de que tuviera tiempo de deshacer el equipaje.
 
—Qué fácil es hablar. Como tú no tienes madre...
 
—¡Zorra!
 
Brittany se levantó de un salto y alzó la mano para abofetearla, pero Santana le sujetó la muñeca antes de que le alcanzara la mejilla. Brittany le tiró del pelo como una gata salvaje. A Santana, el dolor en el cuero cabelludo le arrancó un cosquilleo en la entrepierna y, mientras le clavaba las uñas a Brittany, la besó en la boca con fuerza. Esta dejó escapar un gritito desde el fondo de la garganta y aflojó la mano que tenía aferrada al cabello de Santana. A los pocos segundos, dejaba caer los brazos y le sacaba la ajustada camiseta del pantalón con manos temblorosas. Santana arranco su boca, con demasiada resistencia y pudo oír un gesto de protesta entre los jadeos de Brittany que la hicieron sonreír en su interior.
 
—Sabes que eres una zorra, ¿verdad?
 
Santana le echó la cabeza hacia atrás para llegarle mejor al cuello, le mordisqueó su delicada piel y saboreó su aroma de vainilla.
 
—Y me siento orgullosa de serlo —repuso Brittany, metiéndole la mano bajo la camiseta y arañándole la columna.
 
Cuando Santana echó la cabeza hacia atrás, llevada por aquel dolor tan dulce, Brittany aprovechó para torturarle el cuello con besos y mordiscos.
 
—¿No te parece que ya es hora de que dejes de culpar a los demás de tus problemas? —murmuró, mientras descendía hacia sus pechos.
 
Santana emitió un gruñido ronco, agarró la blusa de Brittany y se la abrió de un tirón. Los botones de perlitas repiquetearon sobre la mesita de café al caer. Brittany jadeaba y con cada respiración se le hinchaban los pechos bajo el sujetador de encaje. Santana le acarició la delicada tela antes de apartarlo y saborearle el pezón. La acusación de Brittany aún resonaba en su cabeza y lo cierto es que ella había llegado a la misma conclusión, aunque no quería admitirlo en voz alta.
 
—¿A qué has venido? —susurró Brittany.
 
Santana sabía la respuesta. Había venido a hacerle daño, a verla aullar de dolor, igual que había llorado su madre el día en que la despidieron. Pero también quería verla retorcerse de deseo. Santana no estaba segura del papel que estaba desempeñando ni del porqué. ¿Estaba defendiendo el honor de su madre o sólo la había usado de excusa para ir a ver a Brittany? Se sentía culpable por querer meterle los dedos hasta el fondo. ¿Intentaba castigarla porque ella no tenía fuerza de voluntad?
 
Deslizó los dedos sobre el botón del pantalón de Brittany y se lo desabrochó. Lo siguiente fue la ruidosa cremallera.
 
—He venido a decirte cuánto te desprecio.
 
—Oh! No estarás aquí porque ya sabes que…estoy con Sam?— Brittany le preguntó con acida picardía, sin embargo la jugada le salió en contra, en vez de ver aquellos ojos furiosos, presenció el vacio de su mirada, dando paso a una inconfundible consternación que hizo que Santana retrocediera como si Brittany la hubiera golpeado, la sonrisa picara en su rostro se desvaneció y antes de que pudiera acercarse a Santana fue ella quien se acerco, agarrando su brazo firmemente.
 
—Tú no estás con él— dijo, casi preguntando en un susurro, definitivamente el juego que había planteado con respecto a este tema murió en sus labios. Ella podía reaccionar sobre la ira pero nunca podría actuar sobre el dolor de Santana.
 
—No, pero podría— dijo intentando mantener la calma de su voz. Los ojos de Santana volvieron a encenderse y Brittany se quedo sin aliento, totalmente fascinada al ver el cambio radical, como si alguien hubiera encendido la luz, sin embargo cuando Santana habló su voz era controlada:
 
—No podrías— respondió apretando el agarre de su otra mano alrededor de su cintura. Brittany volvió a sentirse pequeña alrededor de sus firmes brazos, los ojos de Santana no la engañaban y sus labios estaban a un centímetro, podía sentir el calor de su boca, el olor a chocolate de su aliento.
 
Brittany asintió en silencio, hipnotizada por aquellos labios que respiraban sobre los suyos, ambas terminaron con el ansia y sus bocas se apretaron, hambrientas, chupando los labios, apretando sus brazos alrededor de la otra, buscando con movimientos de cabeza las posiciones más cómodas para sentir sus labios llenos y completos. Brittany mantenía una mano enredada entre los cabellos de Santana, pegándola a sus labios todo lo que podía, Santana comenzaba a acariciar su piel debajo de la camiseta, provocando un estremecimiento arduo sobre la pálida piel, ahora sonrosada.
 
Santana arrancó su boca y la plantó en el cuello delicado, pasando sus labios con audacia. Brittany gimió y apretó más su agarré alrededor de la cintura de Santana y ella sintió que le flaquearon las rodillas: Brittany la volvía loca.
 
El juego por el control del poder, las acusaciones silenciadas y resentimientos impotentes, las tenían atrapadas en un círculo de obstinación que poco tenía que ver con el amor. Brittany le agarró la camiseta con los dientes y se apartó unos centímetros, sus jadeos apenas dejaban que las palabras salieran completas—  Quítate esta mierda.
 
Santana la tiró sobre el sofá y se puso encima de ella, con una mano descendiendo entre sus piernas.
 
—Las órdenes no las das tú, Brittany, las doy yo.
 
Intentó pasar debajo de la lencería que separaba el control de su deseo e ira acumulada,  pero Brittany pateó, se dio la vuelta y se arrastró boca abajo por el sofá.
 
—¿Dónde diablos te crees que vas?
 
No importaba cuanto deseo arrasador hubiera entre ellas, Brittany no podía olvidar el odio que las mantenía separadas del amor.
 
Santana la agarró del pie y se tiró encima de ella para inmovilizarla en el sofá. La respuesta de Brittany se perdió entre los cojines, mientras Santana le quitaba los pantalones y dejaba al descubierto su precioso trasero. Luego le quitó la camisa y el sujetador sin encontrar resistencia por parte de Brittany. Al pasarle los dedos por la suave curva de la espalda, se emocionó. Le separó las piernas a Brittany y la penetró con los dedos. El gemido de Brittany la deshizo por completo.
 
—Hazme el amor, Santana. Por favor.
 
El juego de hacerse daño había acabado.
 
En el momento en que Brittany le suplicó que la hiciera suya, que la amara como nunca lo había pedido anteriormente, el intenso sentimiento en sus palabras devolvió a Santana al presente de inmediato y ya no fue capaz de seguir alimentando su ira. Le sacó los dedos y le dio la vuelta. Su pecho subía y bajaba rítmicamente y los pezones se endurecían todavía más bajo su atenta mirada. Santana no pudo resistirse y los tomó entre sus labios, uno después del otro, chupándolos lentamente.
 
Tampoco pudo resistirse a levantar su mirada en el fondo azul oscuro de unos ojos brillosos y potentes que perforaban su mirada, entonces el tiempo se detuvo instantáneamente mientras se observaban, expresando lo que sus bocas orgullosas y obstinadas no fueron capaces de decir. En el silencio, ahora pacifico de la sala de estar, sus respiraciones eran dificultosas, Santana observo los rasgos de la mujer que revolvía sus sentidos, Brittany tenía su hermoso rostro sonrosado, sus cabellos tan claros como el sol estaban desparramados y algunos mechones tapaban la frente delicada, apartó aquellos cabellos no pudiendo detener la yema de sus dedos que pasaron a acariciar la frente, las cejas rubias y delineadas, terminando por acunar parte del rostro definido, acariciando con tacto de pluma.
 
Brittany hizo lo mismo, ansiosa he hipnotizada por el momento tan perfecto, deseaba decirle cuanto la amaba mientras sentía el calor de la palma de su mano en la mejilla, sosteniéndola con mucho cuidado y cariño, ella misma definía aquellos rasgos latinos, con sus dedos contrastando en la piel bronceada, mientras pensaba que ambas eran tan distintas, desde sus rasgos físicos totalmente contrarios hasta sus propias características personales, sin embargo nunca había esperado amar tanto a su polo opuesto, de la manera en que lo hacía y ahora los ojos de Santana no podían engañarla, el momento era tan potente que sentía por fin estar envueltas en la realidad oculta, dejando los resentimientos y acusaciones afuera de la culminación del amor.
 
Ninguna de las dos quería pronunciar una sola palabra, por miedo a arruinar el momento celestial, así que procedieron a expresar sus intensas emociones a través del tacto, totalmente ansiado y añorado.
 
Santana le dio un beso de pluma, casi incapaz de apartar el vinculo de su mirada, trato de hacerse para atrás para volver a mirar aquel azul alucinante cuando una firme mano sostuvo su cuello, demostrándole la necesidad de los labios temblorosos que no estaban dispuestos a soltarla con facilidad. Caricias suaves, de simple dulzura y reconocimiento como si hubieran pasado años de su último encuentro procedieron a demostrar la suplica de su amor silencioso.
 
Tanto ellas como sus cuerpos no tardaron mucho en dar paso a la pasión que resplandecía del amor, profundizando los agarres y haciendo de los besos más húmedos e intensos.  Santana traslado su boca hasta el cuello, mientras trataba de no distraerse debido a las caricias de las manos de Brittany en sus costados, contando sus costillas y pasando por su abdomen, sentía temblores lentos que no podía describir, toda ella era un mar de sensaciones. Brittany besaba el otro lado de su cuello, aspiraba fuerte sobre su cabello y lamía la sal de su piel, Santana quiso pasar sus labios por aquellos pechos que cubrían sus manos y así lo hizo, bajo lentamente sobre el cuerpo tembloroso y cubrió un pezón después del otro, hasta que Brittany comenzó a empujar su pelvis lentamente contra ella, todavía ninguna de ellas podía creer que sus cuerpos estuvieran tomándose su tiempo, cuando siempre había sido todo fuerte y ávido de sensibilidad, sin embargo, el amor tenía sus tiempos y aquello era demasiado especial como para perderse un solo segundo.
Se tocaron y exploraron con mucha adoración, Brittany le concedió el regalo de ser la primera en satisfacer su ansia y así lo hizo, su amor obstinado estaba abierto y mojado, y sacudía las caderas ligeramente, como muestra de su necesidad, Santana se fundió en ella, intentó calmar su propia pasión mientras Brittany se arqueaba y gemía en cada lenta y profunda sacudida.
 
Quería centrar toda la atención en Brittany. Sentía su explosión incontenible y aumento los movimientos de su mano mientras su boca adoraba los pezones sensibles en su boca. Lo único que veía y sentía era a Brittany: no existía nada más, salvo ellas dos. Brittany se sacudió contra ella apretando sus brazos a su alrededor. Se retorció y estremeció, gritó y se balanceó bajo el peso de Santana, hasta que las sacudidas remitieron y las contracciones se convirtieron en pulsaciones en torno a los dedos de Santana. Cuando se calmó su respiración, miró a Santana a los ojos e inevitablemente sonrió en la plenitud del momento, Santana no pudo más que parpadear ante aquella mirada que la hacía sentir como la única persona en el mundo.
 
En silencio, Brittany comenzó su propia exploración, tomando el control, satisfaciendo su propia añoranza, tan lento y tan dulce como Santana la había hecho sentir, demostrándole que esto iba más allá de cualquier cosa, tratando de sellar todo su amor en la acción de su cuerpo deseoso y hambriento de amor, entonces Santana gritó y estalló en sus brazos, no pudiendo evitar una sonrisa idéntica a la de Brittany. Ambas simplemente permanecieron juntas, abrazándose estrechamente, nunca podían tener suficiente, y la sonrisa en sus rostros no podía suprimirse, siguiendo a cortas y dulces risitas, roces de narices y pequeños dulces besos, hasta que una de ellas se rindió en otro sueño puramente pacifico, sin ninguna preocupación en la vida más que mantener el cuerpo de su amante firmemente sujeto al suyo. Santana hundió la nariz en el cuello de Brittany, aspiró el olor tan solo de ella y se quedó quieta, escuchando el sonido de su corazón.
 

¿Se reiría si le dijera que estoy estúpidamente enamorada de ella?




Bueno… aca estamos más cerca del final! *.*
Vamos por partes…
Como vieron a Marie? A mí me encantó la pregunta de los niños :) y está claro que algo se trae entre manos.
Y bueno… no podemos dejar de hablar de este final de capitulo *.* Ellas se dicen de todo y después terminan más enamoradas que nunca, lo que puede hacer el amor (?) Es toda una intensidad que enloquece a cualquiera y en mayor parte, es culpa mía, no puedo dejar de agregar situaciones o momentos, :p espero que no fuera demasiado para ustedes…y si lo es, entonces acepto quejas y reclamos :p
 
En general, pido perdón por la tardanza, se me complico mucho con el comienzo de clases e incluso hoy debería estar estudiando pero estoy aquí porque amo Brittana y no podía dejar de adaptar este cap, agregando los sentimientos por las ultimas noticias que vamos recibiendo día a día con respecto a S6 y la nueva cuenta de Twitter de Heather! Estoy como inspirada por todo y espero que me perdonen y aguarden que estamos en la cuenta regresiva del final de esta historia y cada cap es esencial :)

Muchos besos! NaT!