|
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
"Opening Night" en:
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Publicidad
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
+15
AngySalas
monica.santander
Ana Bedoya
VictoriaRivera
Dani(:
vidia
3:)
Nathie_B4E
Anddy Rivera Morris
lauravm98
micky morales
fanybeaHEYA
jas2602
Elita
marcy3395
19 participantes
Página 3 de 13.
Página 3 de 13. • 1, 2, 3, 4 ... 11, 12, 13
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
micky morales escribió:Excelente capitulo, ahora a ver como van las cosas entre ellas!
Hola Hola!
Ya veremos :)
Saludos Y besos
3:) escribió:holap,...
me encanta,...
a ver como empieza la relación de las dos,.. va a ser demasiado intenso,..!!!
ya están las pautas,.. son celosas y posesivas!!!
y van a ser pesadas as viejas que le pueden aparecer a san,..
no vemos,...
Hola Hola!
Son recelosas jajajajaj eso vaaaaaaa serrrrrr tan caliente JAJAJAJAJA
y uffffffffff si -.-
Saludos Y besos
monica.santander escribió:Hola!!!! Veremos como sigue ahora que están juntas.
Va a ser muy divertido.
saludos
Hola hola!
va ser divertido no :P
Saludos y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Capítulo 9
Primero fuimos a la tienda de telefonía móvil la encargada que nos atendió parecía muy susceptible al magnetismo de Santana Se desvivía en cuanto ella mostraba el menor interés en cualquier cosa, y enseguida se lanzaba dar detalladas explicaciones e invadía su espacio para hacerle demostraciones.
Yo intentaba separarme de ellas y buscar a alguien que me atendiera a mí, pero Santana me agarraba de la mano y no dejaba que me separase de su lado luego discutimos sobre quién iba a pagar; parecía pensar que debía ser ella, aunque el teléfono y la cuenta eran míos—Ya te has salido con la tuya al elegir el proveedor —señalé, apartando su tarjeta de crédito y empujando la mía para que la chica la cogiera.
—Porque es práctico al pertenecer a la misma red, las llamadas que me hagas son gratis—Cambió las tarjetas hábilmente.
—Como no quites de ahí esa puñetera tarjeta, no te llamaré en absoluto.
Eso sí funcionó, aunque era evidente que no le hacía ninguna gracia tendría que superarlo.
Cuando volvimos al Bentley, parecía haber recuperado el humor—Ya puedes dirigirte al gimnasio, Angus —le dijo a su chófer, acomodándose en el asiento. Entonces sacó su smartphone del bolsillo Grabó mi nuevo número en su lista de contactos; luego me cogió de las manos mi teléfono nuevo y programó mi lista con los números de teléfono de su casa, de su oficina y de sus móviles.
Apenas había terminado cuando llegamos al López Trainer como era de esperar, aquel moderno gimnasio de tres plantas era el sueño de cualquier entusiasta de la salud Me impresionó la elegancia y la máxima calidad de hasta el último rincón. Incluso el vestuario de mujeres era como sacado de una película de ciencia-ficción.
Pero lo que realmente me puso la piel de gallina fue la mismísima Santana cuando, al terminar de ponerme la ropa de deporte, me la encontré esperándome en el pasillo ella llevaba unos pantalones cortos y una camisa de tirantes negra, lo cual me permitió ver por primera vez sus brazos y piernas desnudas.
Me paré tan de repente que alguien que venía detrás se chocó conmigo no sabía cómo disculparme; estaba demasiado ocupada devorando visualmente el cuerpo de Santana tenía unas piernas delgadas pero hermosas, perfectamente proporcionadas a sus esbeltas caderas y cintura se me hacía la boca agua cuando le miraba los pechos, y las venas que le recorrían los antebrazos le daban un aspecto brutal y endemoniadamente sexy al mismo tiempo llevaba el pelo recogido a en una coleta, lo que hacía resaltar la definición del cuello, las mandíbulas y los rasgos esculturales de su rostro ¡Dios! Conocía a aquella mujer íntimamente. No acababa de asimilarla, no con la prueba irrefutable de su excepcional belleza allí delante Y estaba mirándome con el ceño fruncido.
Separándose de la pared donde había estado apoyada, vino hacia mí, luego me rodeó. Me recorrió con los dedos el estómago y la espalda desnudos según daba la vuelta, poniéndome la carne de gallina. Cuando se detuvo delante de mí, le eché los brazos al cuello y le incliné hacia mí para plantarle un sonoro y juguetón beso en la boca— ¿Pero qué demonios llevas puesto? —preguntó, ligeramente apaciguada por mi entusiástico recibimiento.
—Ropa.
—Pareces desnuda con ese top.
—Creía que te gustaba desnuda—En mi fuero interno estaba muy satisfecha con la elección que había hecho aquella misma mañana antes de saber que ella me acompañaría. La parte superior consistía en un triángulo con tiras largas en los hombros y las costillas que se sujetaban con Velcro y que podía llevarse de diversas maneras, lo cual permitía determinar en qué punto necesitaban los pechos un mayor soporte. Estaba especialmente diseñado para mujeres curvilíneas, y era el primer top que había tenido que evitaba que fuera por ahí rebotando. A lo que Santana ponía peros era al color carne, que hacía juego con las rayas de los pantalones negros de yoga que llevaba.
—Me gustas desnuda en privado —dijo entre dientes—. Tendré que estar contigo cada vez que vengas al gimnasio.
—No me quejaré, puesto que me encanta la vista que tengo delante en este momento—Y además, de alguna manera perversa me excitaba que se mostrase posesiva después del dolor que me había ocasionado su abandono del sábado por la noche. Una muestra de dos extremos muy diferentes, la primera de muchas, estaba segura.
—Terminemos con esto. —Me agarró de la mano y me alejó de los vestuarios, a la vez que cogía dos toallas con logo de un montón junto al que pasamos—Quiero echarte un polvo.
—Quiero que me echen un polvo.
— ¡Joder, Britt! —Me agarraba con tanta fuerza que me hacía daño—. ¿Adónde vamos? ¿Pesas? ¿Máquinas? ¿Cintas?
—A las cintas me apetecer correr un poco.
Me llevó en esa dirección. Vi cómo las mujeres la seguían con la mirada, y luego con los pies. Querían estar en la parte del gimnasio donde estuviera ella, y no podía culparlas yo también me moría por verla en acción cuando llegamos a las aparentemente interminables filas de cintas de correr y bicicletas, nos encontramos con que no había dos cintas libres contiguas.
Santana se acercó a un hombre que tenía una libre a cada lado—Le estaría muy agradecido si se corriera una más allá.
El tipo me miró y sonrió—Sí, claro.
—Muchas gracias.
Santana se subió a la cinta del hombre y me hizo un gesto para que me subiera a la de al lado. Antes de que programara su ejercicio, me incliné hacia ella.
—No quemes mucha energía —susurré—Hace tiempo que fantaseo con la idea de tenerte encima follándome con todos tus dedos en mí.
Sus ojos me taladraron—Britt, ni te imaginas.
Casi mareada sólo de pensarlo y con una agradable sensación de poderío femenino, me subí en la cinta y empecé a caminar a paso ligero mientras calentaba, puse mi iPod para que reprodujera canciones al azar, y cuando sonó «Sexy Back», de Justin Timberlake, apreté el paso y fui a por todas para mí correr era un ejercicio tanto físico como mental a veces deseaba que corriendo deprisa pudiera alejarme de todo aquello que me atormentaba.
Al cabo de veinte minutos aflojé el ritmo, luego paré, aventurándome finalmente a echar un vistazo a Santana, que corría con la fluidez de una maquinaria bien engrasada estaba viendo la CNN en las pantallas de arriba, pero me dedicó una rápida sonrisa mientras me secaba el sudor de la cara bebí agua de la botella mientras me dirigía a las máquinas, y elegí una desde la que podía verla.
Siguió corriendo hasta los treinta minutos; luego fue a hacer pesas, sin perderme de vista en ningún momento mientras hacía ejercicio rápida y eficientemente, no pude por menos de pensar en lo caliente que era claro que yo conocía muy bien lo que había debajo de aquellos pantalones cortos y bragas, pero, pese a todo, era una mujer que trabajaba detrás de una mesa y no obstante se mantenía en perfecto estado de forma cuando cogí una pelota para hacer unos abdominales, se acercó a mí una de las monitores como cabría esperar de un gimnasio de primer orden, era guapa y con un físico muy agraciado—Hola —me saludó, con una sonrisa de estrella de cine que exhibía unos perfectos dientes blancos tenía el pelo castaño oscuro y los ojos casi del mismo color—Eres nueva, ¿no? No te había visto antes por aquí.
—Sí, es la primera vez que vengo.
—Soy Spencer —Alargó la mano, y yo le dije mi nombre— ¿Encuentras todo lo que necesitas, Brittany?
—Hasta ahora sí, gracias.
— ¿De qué sabor has elegido el batido de frutas?
Fruncí el ceño— ¿Perdona?
—El batido que dan con la demostración gratuita—Cruzó los brazos— ¿No te dieron uno en el bar cuando te apuntaste? Se supone que tienen que dártelo.
—Ah, bueno—Me encogí de hombros tímidamente, pensando que era un bonito detalle de todas formas—No me han hecho la demostración habitual.
— ¿Te han enseñado las instalaciones? Si no, puedo hacerlo yo—Me tocó el codo ligeramente y me señaló las escaleras—También tienes derecho a una hora de entrenamiento personal. Podríamos hacerlo esta tarde o quedar para un día de esta semana. Y estaría encantada de acompañarte al bar de comida saludable y tachar eso de la lista también.
—La verdad es que no puedo—Arrugué la nariz—No soy miembro.
—Ah. —Me hizo un guiño—. Has venido con un pase temporal. Está bien. No se puede esperar que tomes una decisión sin tener un conocimiento completo. Pero te aseguro que LópezTrainer es el mejor gimnasio de Manhattan.
Santana apareció detrás de Spencer—El conocimiento completo está incluido —dijo, dando la vuelta para ponerse detrás de mí y agarrarme por la cintura— cuando se es la novia de la dueña.
La palabra novia reverberó en mi interior, provocando que un torrente de adrenalina inundara mi organismo aún estaba asimilando que tuviéramos ese nivel de compromiso, pero eso no me impidió pensar que la denominación sonaba bien—Señora López —Spencer se enderezó y retrocedió un paso, luego alargó la mano— Es un honor conocerla.
—Spencer me tiene entusiasmada con este lugar —le dije a Santana cuando se estrechaban la mano.
—Creí que ya lo había hecho yo—Tenía el pelo húmedo de sudor y olía a gloria.
No sabía que nosotras las mujeres podíamos oler tan bien sudorosas deslizó las manos por mis brazos y noté sus labios en la coronilla—Vámonos. Hasta luego, Spencer.
Yo le dije adiós con la mano según nos íbamos—Gracias, Spencer.
—Cuando quiera.
—Ya, ya —masculló Santana—No dejaba de mirarte las tetas.
—Son unas tetas muy bonitas.
Emitió un tenue gruñido yo me aguanté la risa.
Me dio un azote en el trasero lo bastante fuerte como para hacerme dar un paso delante y dejarme un escozor incluso a través de los pantalones—Esa maldita tirita que tú llamas camisa no deja mucho a la imaginación no tardes mucho en ducharte no vas a tardar en sudar otra vez.
—Un momento—Le cogí del brazo antes de que pasara de largo por el vestuario de mujeres camino a uno exclusivo— ¿Te desagradaría que te dijera que no quiero que te duches? ¿Si te dijera que me gustaría encontrar un lugar cercano donde pudieras meterme esos hermosos dedos mientras estás sudando?
Santana apretó la mandíbula y su mirada se nubló peligrosamente—Estoy empezando a preocuparme por tu seguridad, Britt. Coge tus cosas. Hay un hotel a la vuelta de la esquina.
No nos cambiamos de ropa ninguna de las dos y a los cinco minutos estábamos fuera Santana caminaba con paso enérgico y yo me daba prisa para seguirle el ritmo cuando de repente se paró, se dio la vuelta y me echó hacia atrás con un beso ardiente y apasionado en la abarrotada acera, me quedé tan anonadada que no pude hacer nada aquella gozosa fusión de nuestras bocas, llena de pasión y dulce espontaneidad, hizo que me doliera el corazón a nuestro alrededor la gente rompió a aplaudir cuando me enderezó, estaba mareada y sin respiración— ¿Qué ha sido eso? —pregunté entrecortadamente.
—Un preludio—Reanudó la carrera al hotel más cercano, del que no pude ni ver el nombre, cuando entramos a toda prisa delante del portero y derechos a los ascensores me di cuenta de que la propiedad era una de las de Santana incluso antes de que el director la saludara por su nombre en el momento en que se cerraban las puertas del ascensor Santana dejó caer la bolsa de deporte en el suelo del ascensor, se afanó en desentrañar cómo quitarme el top deportivo estaba yo dándole manotadas para que me dejara cuando se abrieron las puertas y ella cogió la bolsa no había nadie esperando en nuestra planta ni nadie en el pasillo de alguna parte sacó una llave maestra, e instantes después estábamos en una habitación me abalancé sobre ella, metiéndole las manos por debajo de la camiseta para sentir su piel húmeda y sus músculos—Desnúdate pero ¡ya!
Se reía mientras se quitaba las deportivas con la puntera y se sacaba la camiseta por la cabeza y se quitaba el top.
¡Dios mío!... verla en carne y hueso... —todo ella, al caerle al suelo los pantalones cortos y las bragas— fue un cortocircuito sináptico no había ni un solo gramo de carne en ninguna parte, unos pechos grandes y sabrosos y unos abdominales perfectos y aquella V de músculo súper sexy de la pelvis que Rach llamaba el Lomo de Apolo se notaba que ponía en ella el mismo cuidado que en el resto de su cuerpo era una mujer en toda regla, la personificación de todo lo que codiciaba, con lo que fantaseaba y lo que deseaba—Me he muerto y estoy en el cielo —dije, mirando sin disimulo.
—Tú sigues vestida—La emprendió con mi ropa, arrancándome el top sin que me diera tiempo a respirar tiró de mis pantalones y yo me quité las deportivas a patadas, con tanta prisa que perdí el equilibrio y me caí en la cama apenas había recuperado el aliento cuando ya la tenía encima rodamos por el colchón hechas un revoltijo por donde me tocaba iba dejando estelas de fuego el olor limpio y natural de su piel se convirtió de inmediato en un embriagador afrodisíaco que espoleó mi deseo hasta la locura—Eres guapísima, Britt—Me plantó una mano en un pecho y a continuación empezó a comerme el pezón.
Grité al sentir aquel calor abrasador y el azote de su lengua, notando cómo me tensaba en lo más íntimo con cada suave lametón deslizaba mis codiciosas manos por su piel húmeda de sudor, acariciando y apretando, buscando los puntos que le hacían aullar y gemir entrelacé mis piernas con las suyas para intentar darle la vuelta, pero era demasiado fuerte.
Levantó la cabeza y me sonrió—Esta vez me toca a mí.
Lo que sentía por ella en aquel momento, viendo aquella sonrisa y aquel fuego en sus ojos, era tan intenso que dolía. Demasiado rápido, pensé. Estaba cayendo muy deprisa—Santana...
Me besó profundamente, lamiéndome la boca de aquella forma tan suya. Pensé que podría conseguir que me corriera con un simple beso, si ambas le dedicábamos el tiempo suficiente todo en ella me excitaba, desde cómo le veía y le sentía yo bajo mis manos hasta la forma en que me miraba y me tocaba lo que codiciosa y calladamente exigía de mi cuerpo, la intensidad con que me daba placer y obtenía el suyo a cambio, me volvía loca pasé las manos por su sedoso pelo largo y húmedo, y el contacto de su cuerpo con el mío bastaba para ponerme húmeda y anhelante—Me encanta tu cuerpo —susurró, desplazando los labios desde mi mejilla hasta la garganta con una mano me acariciaba el torso desde el pecho a la cadera—No me sacio de él.
—Tampoco has tenido oportunidad —me burlé.
—Creo que nunca podré saciarme—Mordisqueando y lamiéndome el hombro, descendió hasta cogerme el otro pezón entre los dientes. Tiró de él, y el pequeño ramalazo de dolor hizo que se me arqueara la espalda con un tenue grito— Nunca he deseado nada tanto.
— ¡Házmelo, entonces!
—Todavía no —murmuró, deslizándose hacia abajo, rodeándome el ombligo con su lengua—Aún no estás lista.
— ¡Qué! ¡Oh, Dios!... No puedo estarlo más. Le tiré del pelo, intentando que subiera.
Santana me cogió de las muñecas y me las sujetó contra el colchón—Tienes un coño pequeño y apretado, Britt te haré daño si no ablandas y te relajas sentí un violento estremecimiento de excitación me encendía cuando hablaba tan abiertamente de sexo entonces volvió a deslizarse hacia abajo y me tensé.
—No, Santana tengo que ducharme para eso.
Hundió la cabeza en mi hendidura y yo forcejeé para zafarme, y me ruboricé, avergonzada de repente me pellizcó en la cara interior del muslo con los dientes—Para ya.
—No, por favor. No tienes que hacerlo solo los dedos.
Su furibunda mirada apaciguó mis frenéticos movimientos— ¿Crees que tengo un sentimiento hacia tu cuerpo diferente del que tienes tú hacia el mío? —Preguntó con aspereza—. Te deseo, Britt.
Me lamí los labios resecos, tan sumamente enardecida por su deseo animal que no pude articular palabra. Gruñó suavemente y se sumergió en busca de la carne resbaladiza de entre mis piernas. Me introdujo la lengua, lamiendo y separando los sensibles pliegues. Mis caderas se agitaban nerviosas; mi cuerpo, en silencio, pedía más. Era una sensación tan increíble que podría haber llorado— ¡Joder, Britt! Llevo queriendo comerte el coño desde el día en que te conocí.
Mientras la suavidad aterciopelada de su lengua vibraba sobre mi clítoris hinchado, yo hincaba la cabeza en la almohada—Sí. Así. Haz que me corra.
Lo hizo, succionando de la manera más delicada y con un lametón enérgico me retorcía con las sacudidas del orgasmo, tensándome en lo más íntimo, temblándome las extremidades. Me clavó la lengua en el sexo mientras se convulsionaba, estremeciéndose con aquella penetración superficial, queriendo que entrara más adentro sus gemidos vibraban contra mi carne inflamada, haciendo que el clímax se prolongara. Se me saltaron las lágrimas y me rodaron hacia las sienes, el placer físico estaba destruyendo el muro que contenía mis sentimientos Y Santana no se detuvo rodeó la trémula entrada de mi cuerpo con la punta de la lengua y empezó a lamer mi clítoris palpitante hasta que me aceleré otra vez me introdujo dos dedos que se retorcían y me acariciaban estaba tan sensible que me revolvía contra las embestidas cuando acercó los labios a mi clítoris y empezó a lamerme con movimientos rítmicos y regulares, volví a correrme, gritando con voz ronca luego me introdujo dos dedos, retorciéndolos y abriéndome—No—Sacudí la cabeza de un lado a otro; me ardía y me cosquilleaba cada centímetro de mi piel—No más.
—Una vez más —me engatusó con la voz quebrada—. Una vez más y después te follaré con 4 dedos.
—No puedo...
—Sí que podrás—Sopló, lanzándome una lenta corriente de aire en mi carne húmeda, y aquel frescor sobre mi enfebrecida piel volvió a despertar las sensibles terminaciones nerviosas—. Me encanta ver cómo te corres, Britt. Me encanta oír los ruidos que haces, cómo se estremece tu cuerpo...Me masajeó un punto delicado de mi interior y me vino otro orgasmo en forma de lenta y ardiente delicia, no menos devastador, por ser más leve, que los dos anteriores.
Miraba fascinada la austera belleza de su rostro el deseo le endurecía los rasgos, tensa la piel de los pómulos y la mandíbula. Tenía los ojos tan oscuros y dilatados que se veían negros, y se supone que estaba contemplando la cara de una mujer que había sobrepasado los límites de su control para mí era importante que ella hubiera llegado hasta allí en beneficio mío y que lo hubiera hecho para satisfacerme y prepararme para lo que suponía que sería una dura tarde de sexo con 4 dedos me aferré a la colcha, cada vez más expectante se había asegurado de que yo me llevaba lo mío una y otra vez esta era para ella—Fóllame —le ordené, desafiándola con los ojos.
—Britt—Soltó mi nombre al embestirme con cuatro de sus malditos perfectos dedos, hundiéndose hasta el fondo con ellos en una única y feroz arremetida di un grito ahogado la conexión era asombrosamente intensa. Emocionalmente. Mentalmente. Nunca me había sentido tan completamente... tomada. Poseída como con ella y su mano nunca pensé que podría soportar estar inmovilizada durante una relación sexual, y menos con mi pasado siendo el que era, pero el total dominio que Santana ejercía de mi cuerpo aumentó mi deseo a un nivel exorbitante nunca había estado tan lanzada, lo cual parecía una locura después de lo que había experimentado con ella hasta ese momento.
Me apreté a ella, gozando de la sensación de tener sus dedos dentro, llenándome sus caderas se clavaban en las mías para que nuestros sexos se sintieran.
Su cuerpo entero se endureció, sus pezones estaban totalmente duros grité y su pecho resonó con un sonido profundo y primitivo— ¡Dios!... ¡Qué sensación tan increíble!
Agarrándome con más fuerza, empezó a follarme, clavándome las caderas en el colchón con unas embestidas feroces de nuevo me inundó una oleada de placer, que me penetraba con cada empellón de sus dedos en mi cuerpo así, pensé así es como te quiero hundió la cara en mi cuello y me sujetó con firmeza, hundiendo sus 4 dedos rápidamente y con fuerza, diciendo, con la voz entrecortada, crudas y encendidas palabras de sexo que me volvían loca de deseo—Nunca había estado tan caliente Britt siento que mis dedos se van a quebrar en cualquier momento de lo rápido que te hago mía.
Yo había dado por hecho que le tocaba a ella; sin embargo, seguía conmigo, seguía concentrada en mí, moviendo las caderas para provocarme placer en lo más íntimo y sensible emití un tenue sonido de desvalimiento y su boca se posó sobre la mía la deseaba desesperadamente, le clavaba las uñas en sus caderas, luchaba con el impulso de mecerme al ritmo de las feroces embestidas de sus dedos.
Estábamos empapadas de sudor, la piel caliente y pegajosa, respirando trabajosamente cuando ella maldijo mientras nuestros sexos se rosaban cada vez más duro—Córrete, Britt —ordenó con aspereza—Córrete ya.
Alcancé el clímax como un torrente que me dejó sollozando su nombre, realzada y magnificada la sensación por la forma en que sus dedos eran retenidos por mi vagina echó la cabeza hacia atrás, estremeciéndose— ¡Ah, Britt! —Me estrechó con tanta fuerza que apenas podía respirar, mientras ella se corría no recuerdo cuánto tiempo estuvimos de aquella manera, una encima de la otra, con la boca en el hombro de la otra, tratando de calmar y suavizar la garganta me palpitaba el cuerpo entero.
— ¡Guau! —conseguí decir.
—Vas a matarme —murmuró ella con los labios en mi mandíbula—Vamos a terminar follándonos la una a la otra hasta morir.
— ¿Yo? Yo no he hecho nada—Me había controlado por completo, y ¿no había sido de lo más sexy?
—Respiras, que ya es bastante.
Me reí y la abracé.
Alcé la cabeza y ella me acarició la nariz—Vamos a comer algo y luego lo haremos otra vez.
Enarqué las cejas— ¿Puedes hacerlo otra vez?
—Toda la noche— Saco sus dedos empapados de mí.
—Eres una máquina —le dije— O un diosa.
—Tú tienes la culpa. —Con un beso suave y dulce, se levantó—Vamos a ducharnos y pediremos que nos suban la comida del restaurante a menos que quieras bajar.
—No creo que pueda andar.
El relámpago de su sonrisa hizo que se me parara el corazón durante unos instantes—Me alegro de no ser la única.
—Tienes buen aspecto.
—Me siento fenomenal—-Volvió a sentarse en el borde de la cama y me echó hacia atrás el pelo de la frente había dulzura en su cara, su sonrisa era cálida y afectuosa.
Me pareció ver algo en su mirada y se me agarrotó la garganta ante la posibilidad me dio miedo—Dúchate conmigo —dijo, pasándome la mano por el brazo.
—Espera a que me encuentre y voy para allá.
—Vale—Entró en el cuarto de baño, ofreciéndome una inmejorable panorámica de su escultural espalda y su perfecto trasero suspiré.
Oí el agua de la ducha. Conseguí sentarme y deslizar las piernas a un lado de la cama, sintiéndome muy inestable me fijé en que el cajón de la mesilla estaba ligeramente abierto y a través de la abertura vi cosas para follar se me puso un nudo en el estómago el hotel era lo bastante exclusivo como para ser de los que proporcionan esas cosas junto con la obligada Biblia con una mano temblorosa, abrí el cajón un poco más y encontré una considerable cantidad de frascos de lubricante femenino y un gel.
El corazón me latía desbocado otra vez recordé el recorrido, guiado por la lascivia, que nos llevó al hotel Santana ni siquiera preguntó si había alguna habitación disponible aunque dispusiera de una llave maestra, tendría que saber qué habitaciones estaban ocupadas antes de coger una... a menos que supiera de antemano que aquella habitación en particular estaría libre claramente era su suite, un picadero con todo lo necesario para pasárselo en grande con las mujeres que le servían a ese propósito en la vida cuando logré ponerme en pie y dirigirme hacia el armario, oí que se abría la puerta de cristal de la ducha en el cuarto de baño y a continuación se cerraba agarré los dos pomos de las puertas de lamas del armario de nogal, y las separé había una pequeña sección de ropa de mujer colgada de una barra metálica, camisas y pantalones ajustados de traje, así como vaqueros me quedé helada y una tremenda tristeza arrasó con mi orgásmica euforia.
Los cajones de la derecha contenían camisetas perfectamente dobladas, Bragas y calcetines el superior de la izquierda estaba lleno de juguetes eróticos aún sin estrenar no quise mirar los cajones inferiores ya había visto suficiente me puse las bragas y cogí una de las camisas de Santana mientras me vestía, repasé mentalmente los pasos que había aprendido durante la terapia: Sácatelo. Cuéntale a tu pareja qué ha desencadenado esos sentimientos negativos. Afronta la reacción y trabaja en ella.
Tal vez, si no hubiera estado tan alterada por mis sentimientos hacia Santana, podría haberlo hecho. Tal vez, si no acabáramos de haber vivido aquella experiencia sexual tan alucinante, me habría sentido menos desnuda y vulnerable. Nunca lo sabría. Pero me sentía ligeramente sucia, un poco utilizada y muy dolida. Aquel descubrimiento había sido un golpe atroz, y como una cría pequeña, deseaba devolverle el daño.
Cogí el lubricante y los juguetes y los tiré encima de la cama luego, cuando oí que me llamaba con voz risueña y juguetona, cogí mi bolso y me marché.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola!
Bueno vine a dejar un capitulo espero que les guste y cometen que les parecioC:
Saludos Y besos
PD:WANKY.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
santana le metio al bruto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
holap,...
WANKY!!! siempre!!!
lopez la cago llevando a britt a donde lleva a sus putas,...
ya que no llevan ni mmmm media hs de novias y ya la jode,...
espero que la arregle de buena forma!!
nos vemos!!
WANKY!!! siempre!!!
lopez la cago llevando a britt a donde lleva a sus putas,...
ya que no llevan ni mmmm media hs de novias y ya la jode,...
espero que la arregle de buena forma!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
micky morales escribió:santana le metio al bruto!
Hola Hola!
San cagandola nivel dios }:@
Saludos Y besos
3:) escribió:holap,...
WANKY!!! siempre!!!
lopez la cago llevando a britt a donde lleva a sus putas,...
ya que no llevan ni mmmm media hs de novias y ya la jode,...
espero que la arregle de buena forma!!
nos vemos!!
Hola Hola!
I JUST MEAN WANKY
López la cago grandemente pero lo arreglara o no ? ya veremos jajaj
Saludos Y besos
Anddy Rivera Morris escribió:¡OH MI DIOS!
Hola Hola :3 !
SIN PALABRAS no ? jajajajajaja
Saludos y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Capítulo 10
Mantuve la cabeza baja al pasar por el mostrador de recepción y salí del hotel por una puerta lateral tenía la cara roja de vergüenza al recordar al gerente que había saludado a Santana cuando entramos en el ascensor era fácil imaginarse lo que habría pensado de mí él debía de saber para qué tenía Santana reservada la habitación no podía soportar la idea de ser una de tantas y, sin embargo, eso es exactamente lo que había sido desde el momento en que entré en el hotel ¿Tanto habría costado acercarse al mostrador y conseguir una habitación que sólo fuera para nosotras?
Empecé a caminar sin rumbo ya era de noche y la ciudad asumía una vida completamente diferente a la que tenía durante la jornada carros de comida humeante salpicaban las aceras, un puesto donde se vendían cuadros enmarcados, otro de camisetas, y otro, y otro más que tenía dos mesas plegables cubiertas de guiones de películas y series de televisión con cada paso que daba se iba quemando la adrenalina de la huida se desvanecía el malicioso regocijo al imaginar a Santana saliendo del baño y encontrándose con una habitación vacía y una cama llena de trastos desparramados empecé a calmarme... y a pensar seriamente en lo que acababa de suceder ¿Había sido pura coincidencia que Santana me hubiera invitado a un gimnasio que estaba justo al lado de su picadero? Recordé la conversación que habíamos tenido en su oficina a la hora de la comida y cómo se había esforzado para retenerme estaba tan confusa como yo respecto a lo que estaba pasando entre nosotras, y a mí me constaba lo fácil que era caer en los patrones establecidos después de todo, ¿no había caído yo en uno de los míos al salir huyendo? Había pasado bastantes años haciendo terapia como para salir corriendo cuando algo me dolía completamente abatida, entré en un restaurante italiano y me senté a una mesa pedí un vaso de syrah y una pizza margarita, esperando que el vino y la comida aplacaran mi ansiedad y pudiera pensar con lucidez.
Cuando el camarero volvió con el vino, me bebí media copa sin saborearlo ya echaba de menos a Santana y el ánimo alegre y divertido que tenía cuando me fui estaba invadida por su olor —la fragancia de su piel y de su sexo caliente y juguetón—Me escocían los ojos y dejé resbalar unas lágrimas por las mejillas, a pesar de que era un restaurante muy concurrido llegó la comida, escarbé un poco en ella. Me sabía a cartón, aunque suponía que ni el cocinero ni el lugar tenían la culpa acerqué la silla donde había puesto el bolso y saqué mi nuevo smartphone con la intención de dejar un mensaje en el contestador del doctor Travis Me había sugerido que nos comunicáramos por video-chat hasta que encontrara otro psicólogo en Nueva York y decidí aceptar su propuesta entonces fue cuando vi las veintiuna llamadas perdidas y un mensaje de Santana: «La he cagado otra vez no me dejes habla conmigo Xfvr» Las lágrimas brotaron de nuevo. Sujeté el teléfono contra el pecho, sin saber qué hacer no podía quitarme de la cabeza las imágenes de Santana con otras mujeres no podía dejar de imaginármela follando a todo follar con otra en aquella misma cama, usando juguetes con ella, volviéndola loca, obteniendo placer de su cuerpo pensar en esas cosas era irracional e inútil, y me hacía sentir mezquina, y enferma di un respingo cuando vibró el teléfono, y casi lo dejé caer me daba pena de mí misma y no sabía si dejar contestar al buzón de voz porque veía en la pantalla que era Santana (además, era la única que tenía el número), pero no podía pasar de ella porque se veía que estaba desesperada con todo lo que había querido herirle antes, ahora me era imposible hacerlo—Hola—Mi voz no parecía la mía, empañada como estaba de lágrimas y emoción.
— ¡Britt! Gracias a Dios—Santana parecía muy preocupada— ¿dónde estás?
Miré a mí alrededor pero no vi nada que me indicara el nombre del restaurante—No lo sé. Yo... lo siento, Santana.
—No, Britt. No lo sientas. Es culpa mía. Tengo que encontrarte ¿Puedes describir dónde estás? ¿Has ido andando?
—Sí, he venido andando.
—Sé por qué puerta saliste ¿Hacia dónde fuiste luego? —Respiraba deprisa y se oían de fondo el ruido del tráfico.
—A la izquierda.
— ¿Y luego te metiste por alguna calle lateral?
—Creo que no, no lo sé. —Busqué con la mirada algún camarero a quien preguntar—. Estoy en un restaurante italiano. Tiene mesas en la acera... y una verja de hierro forjado.
Ventanas francesas. Por Dios, Santana, yo...
Apareció su silueta en la entrada, con el teléfono pegado al oído la reconocí de inmediato, la vi detenerse cuando me encontró sentada contra la pared del fondo. Se guardó el teléfono en el bolsillo de los vaqueros que tenía en el hotel pasó de largo delante de la encargada, que le estaba diciendo algo, y fue directo hasta mí apenas me había puesto en pie cuando me atrapó entre sus brazos y me atrajo con fuerza hacia ella—Dios mío —temblando ligeramente, hundió la cara en mi cuello—Britt.
Yo también la abracé estaba fresca por la ducha reciente y me hizo darme cuenta de que yo también necesitaba una—No puedo estar aquí —dijo con voz trémula y separándose un poco para cogerme la cara con las manos—; no puedo dejarme ver en público ahora, ¿vienes a casa conmigo? —De algún modo mi expresión debió de traicionar mi persistente cautela, porque me besó en la frente y murmuró: —No será como el hotel, te lo prometo. Mi madre es la única mujer que ha estado en mi casa, aparte del ama de llaves y el servicio.
—Esto es una idiotez —dije entre dientes— Soy una idiota.
—No—Me retiró el pelo hacia atrás y me susurró al oído— Si tú me hubieras llevado a un sitio que reservaras para follar con otras, no lo habría soportado.
El camarero regresó y nos separamos— ¿Le traigo una carta, señora?
—No hace falta —Santana sacó la cartera del bolsillo posterior y le dio su tarjeta de crédito—, nos vamos ya.
Cogimos un taxi hasta su casa y no me soltó la mano en todo el tiempo no debería haberme puesto tan nerviosa en el ascensor privado que nos llevaba al ático de Santana en la Quinta Avenida los techos altos y la arquitectura de antes de la guerra no eran nuevos para mí y, en realidad, era de esperar si salías con una mujer que parecía tenerlo casi todo. Y las codiciadas vistas a Central Park, por supuesto que también las tenía pero la tensión de Santana era palpable, y ello me hizo darme cuenta de que para ella esto era algo importante cuando el ascensor se abrió directamente al vestíbulo de mármol del apartamento me dio un apretón en la mano antes de soltarme abrió la doble puerta de entrada para hacerme pasar, y pude notar su nerviosismo mientras observaba mi reacción la casa de Santana era tan hermosa como la mujer que la habitaba muy diferente de su oficina, tan aséptica, moderna y fría su espacio privado era cálido y suntuoso, lleno de antigüedades y objetos de arte, realzados por preciosas alfombras Aubusson sobre relucientes suelos de maderas nobles—Es... impresionante —dije en voz baja, sintiéndome privilegiada de poder verlo.
Era como un atisbo de la Santana privada que yo me moría por conocer, y resultaba maravillosa—Entra —me llevó dentro del apartamento—Quiero que duermas aquí esta noche.
—No tengo ropa ni mis cosas...
—Sólo necesitas un cepillo de dientes y tienes uno en el bolso. Podemos acercarnos a tu casa por la mañana y traemos lo demás. Te prometo que te llevaré a trabajar a tiempo—Me atrajo contra su cuerpo y apoyó la barbilla sobre mi cabeza—De verdad, me encantaría que te quedaras, Britt no te culpo por escaparte de aquella habitación, pero al ver que te habías ido me llevé un susto de muerte necesito estar contigo un poco más.
—Necesito que me abraces—Metí las manos debajo de su camiseta para acariciar la piel sedosa de su espalda desnuda—También me vendría bien una ducha.
Con la nariz en mi pelo, inhaló profundamente—Me gusta que huelas como yo—Pero me llevó a través de la sala de estar y un pasillo hasta la entrada de su dormitorio— ¡Vaya! —exclamé cuando dio la luz una enorme cama trineo dominaba la estancia, de madera oscura, que parecía su favorita, y la ropa de cama de suave color crema el resto del mobiliario iba a juego, y los accesorios eran de oro pulido era un espacio acogedor, sin cuadros en las paredes que distrajeran de la serena vista nocturna de Central Park y los magníficos edificios residenciales del otro lado mi lado de Manhattan—El baño está aquí.
Mientras yo observaba el tocador, que parecía estar hecho de una antigua vitrina de nogal con patas en forma de garra, ella sacó toallas de un armario del mismo estilo y me las entregó, moviéndose con aquella seguridad elegante y sensual que tanto admiraba en ella verla en su casa, con ropa informal, me llegó al alma. Saber que era la primera mujer que vivía esa experiencia con ella me emocionó aún más. Sentí que la estaba viendo más desnuda que nunca—Gracias.
Me miró y pareció entender que me refería a algo más que a las toallas—Está muy bien tenerte aquí.
—No tengo ni idea de cómo he terminado así, contigo—Pero de verdad, de verdad, me encantaba.
— ¿Importa mucho? —Santana se acercó a mí, levantándome la barbilla para besarme la punta de la nariz—Te dejaré una camiseta encima de la cama ¿Qué te parecen caviar y vodka?
—Bueno, está un peldaño por encima de la pizza.
—Petrossian’s Ossetra —dijo, sonriendo.
—Rectifico cientos de peldaños por encima—Sonreí yo también.
Me duché y me vestí con la enorme camisa de López Industries que me había preparado luego llamé a Rach para decirle que pasaría la noche fuera y hacerle un breve resumen del incidente del hotel.
Rachel soltó un silbido—No sé qué decir.
Decía mucho de ella que no dijera nada.
Busqué a Santana en la sala de estar y nos sentamos en el suelo para comer sobre la mesa de centro el costoso caviar con mini tostadas y nata fresca. Vimos una reposición de una serie policíaca ambientada en Nueva York que, curiosamente, incluía una escena filmada en la calle del Lópezfire—Creo que sería guay ver un edificio mío en la televisión —dije.
—No está mal, si no cierran la calle durante varias horas para filmar.
Le di un golpecito en un hombro con el mío—Pesimista.
Nos metimos en la cama de Santana a las diez y media y vimos juntitas la mitad de un programa. Saltaban chispas por el aire de la tensión sexual que había entre nosotras, pero ella no hizo ningún avance ni yo tampoco suponía que aún estaba intentando desagraviarme por lo del hotel, intentando demostrar que quería pasar tiempo conmigo sin necesidad de follar funcionó a pesar de desearla tanto, se estaba bien estando sólo abrazadas.
Dormía desnuda, así que fue estupendo acurrucarse junto a ella Puse una pierna sobre la suya, un brazo alrededor de su cintura y apoyé una mejilla sobre su corazón no me acuerdo del final del programa, así que supongo que me quedé dormida antes de que terminara.
Cuando me desperté, aún estaba oscuro en la habitación y yo me había movido hasta el otro lado de mi mitad de la cama me incorporé para mirar la hora en el reloj digital de la mesilla de Santana y vi que apenas eran las tres de la mañana. Yo solía dormir toda la noche de un tirón y pensé que tal vez había extrañado el lugar y eso me había quitado el sueño. Entonces Santana emitió un quejido y se revolvió, muy inquieta, así que comprendí qué era lo que me había despertado Escapaba de ella un murmullo dolorido junto a una respiración atormentada— ¡No me toques! —Murmuraba con violencia— ¡Quítame esas manos asquerosas de encima!—Me quedé helada, con el corazón a mil. Sus palabras, llenas de furia, rasgaban la oscuridad— ¡Maldito cabrón! —Se retorcía y daba patadas a las mantas. Arqueaba la espalda con un lamento que resultaba perversamente erótico—. ¡No! ¡Dios mío...! Me duele.
Yo no podía soportar ver cómo se crispaba y estremecía—Santana —Como Rachel a veces tenía pesadillas, yo sabía que no hay que tocar a nadie en ese trance, así que me arrodillé al lado de la cama y le llamé—: Santana, despierta.
Paralizada de súbito, se dejó caer de espaldas, tensa y expectante. Su respiración era agitada tenía los pezones como rocas le hablé con firmeza, aunque se me estaba rompiendo el corazón—Santana, estás soñando Vuelve conmigo.
Se desmadejó sobre el colchón— ¡Britt!
—Me tienes aquí—Me alejé de la luz de la luna, pero no vi ningún brillo que me indicara que tuviera los ojos abiertos— ¿Estás despierta?
Empezó a respirar con más calma, pero se quedó callada tenía los puños cerrados en la sábana bajera me saqué por la cabeza la camisa que llevaba puesta y la dejé caer sobre la cama me acerqué sigilosamente, estirando una mano cautelosa para tocarle el brazo como no se movía, la acaricié, deslizando suavemente los dedos sobre el músculo de sus bíceps—Santana...
Se despertó con un sobresalto— ¿Qué? ¿Qué pasa?—Me senté sobre los talones, con las manos en los muslos me miró parpadeando y se pasó los dedos por el pelo. Aún se percibía la pesadilla que le tenía atrapada, yo la notaba en la rigidez de su cuerpo— ¿Qué ocurre? —preguntó con brusquedad, apoyándose en un codo— ¿Estás bien?
—Te deseo.
Me estiré a su lado, alineando mi cuerpo desnudo contra el suyo presioné la cara contra su garganta, húmeda de sudor, y lamí con delicadeza la piel salada. Sabía por mis propias pesadillas que sentirte abrazada y querida podía devolver a los fantasmas al armario durante un rato. Me rodeó con los brazos y recorrió la curva de mi columna de arriba a abajo. Oí cómo se libraba del mal sueño con un suspiro largo y profundo la empujé hacia atrás, me subí encima de ella y sellé su boca con la mía. Su sexo chocaba contra el mío y yo me friccionaba con ella me sujetó la cabeza para tomar las riendas del beso, y el simple contacto de su mano en mi pelo me puso enseguida a punto Froté el clítoris una y otra vez contra el suyo y lo usé para masturbarme hasta que Santana lanzó una brusca exclamación y se giró para ponerme debajo.
Luego, separándome las rodillas, me penetró unos centímetros con sus hermosos dedos mágicos—Britt —me dijo, agarrándome muy fuerte—, yo nunca... ¡Cuánto me gusta tocarte! ¡Cuánto me alegro de que estés aquí!
Atraje sus labios hasta los míos y la besé—Yo también.
Me desperté como me había quedado dormida, con Santana encima de mí y con sus dedos dentro de mi ella tenía los ojos entrecerrados de deseo mientras yo pasaba de la inconsciencia al placer encendido le caía el pelo por la cara y los hombros, alborotado, y así parecía todavía más sexy pero lo mejor de todo era que no había sombras en sus espléndidos ojos, ningún resto del sufrimiento que rondaba sus sueños—Espero que no te importe —murmuró con una sonrisa malvada, saliendo y entrando—, pero estás suave y calentita no puedo evitar desearte.
Estiré los brazos y arqueé la espalda, apretando los senos contra los suyos por las esbeltas ventanas rematadas por un arco entraba la tenue luz del amanecer que se extendía por el cielo—Hmm... Qué fácil sería acostumbrarse a despertar así.
—Eso mismo pensé yo a las tres de la madrugada—Hizo girar los dedos y se hundió en mi cuerpo— Pensé que podía devolver el favor.
Mi ser entero se activó, con el pulso a toda pastilla—Sí, por favor.
Rachel se había ido ya cuando llegamos a mi apartamento; había dejado una nota diciendo que tenía trabajo, pero que volvería con tiempo de sobra para la pizza con Finn como el día anterior estaba demasiado disgustada para disfrutarla, no me importaba intentarlo de nuevo ahora que me sentía tan bien—Tengo una cena de negocios esta noche —dijo Santana, asomándose por encima de mi hombro para leer la nota—Esperaba que vinieras conmigo para hacerla más llevadera.
—No puedo dejar tirada a Rachel —dije en tono de disculpa y me volví a mirarle— Las chicas antes que las tetas y todo eso.
Frunció los labios y me aprisionó contra la encimera llevaba un traje que yo le había elegido, un Prada gris grafito, con un brillo muy sutil y como estaba tumbada en la cama mientras ella se vestía, tuve que contenerme para no quitárselo todo—Rachel es una chica, entiendo lo que quieres decir Quiero verte esta noche ¿Puedo venir después de la cena y quedarme a dormir?
Me estremecí de placer con sólo pensarlo le alisé la chaqueta con la sensación de que yo guardaba un secreto especial porque sabía exactamente cómo estaba sin ropa—Me encantaría.
—Bien —asintió con satisfacción—Haré café mientras te vistes.
—El café en grano está en el congelador el molinillo, al lado de la cafetera. Me gusta con mucha leche y un poco de edulcorante.
Cuando volví, veinte minutos después, Santana cogió dos tazas desechables y salimos Paul nos apremió a salir por la puerta y a subir al asiento trasero del Bentley de Santana, que nos estaba esperando Mientras el chófer se incorporaba al tráfico, Santana me echó un vistazo y dijo: —Decididamente, quieres matarme ¿Te has puesto ligueros otra vez?
Me levanté la falda y le enseñé el punto en que el liguero prendía la media negra de seda soltó un taco entre dientes que me hizo sonreír. Yo llevaba un jersey de cuello alto de seda negra y manga corta a juego con una falda roja plisada, de limitada pero decente longitud, y unos zapatos Mary Janes de tacón. Como Rachel no estaba para hacerme algo bonito en el pelo, me lo recogí en una cola de caballo— ¿Te gusta?
—Estoy empalmada—Hablaba con la voz ronca mientras se organizaba las bragas— ¿Cómo quieres que aguante todo el día pensando en ti vestida de esa manera?
—Siempre está la hora de la comida —sugerí fantaseando con un polvo a mediodía en el sofá de la oficina de Santana.
—Hoy tengo un almuerzo de trabajo la pospondría si no lo hubiera hecho ya ayer.
— ¿La cambiaste por mí? Me siento muy halagada.
Se acercó y me rozó la mejilla con los dedos, un gesto afectuoso que ahora era habitual, tierno y muy íntimo estaba empezando a depender de aquellas caricias.
Apoyé la cara en la palma de su mano— ¿No puedes sacar quince minutos para mí?
—Lo intentaré.
—Llámame cuando sepas la hora.
Respiré hondo, busqué en mi bolso y cogí un regalo que no estaba segura de sí Santana querría recibir, pero no podía dejar de pensar en su pesadilla esperaba que lo que iba a darle le hiciera recordarme a mí y al polvo de las tres de la mañana, y le ayudaría a sobrellevar.... —Tengo una cosa Pensé...
De pronto me pareció presuntuoso dárselo— ¿Qué pasa? —Frunció el ceño.
—Nada. Sólo que... —se lo solté de golpe—: Mira, te he traído una cosa, pero acabo de darme cuenta de que es uno de esos regalos... bueno, no es un regalo de verdad estoy pensando que no sería adecuado y...
—Dámelo—Me tendió la mano con brusquedad.
—Puedes rechazarlo sin problemas...
—Cállate, Britt, dámelo ya.
Lo saqué del bolso y se lo di Santana miró la fotografía en completo silencio era lo último en marcos digitales, con imágenes troqueladas que tenían que ver con la graduación, incluida una esfera digital que marcaba las 3:00 A.M. En la foto estaba yo posando en Coronado Beach, con un bikini de color coral y un gran sombrero de paja. Estaba bronceada, feliz y le tiraba un beso a Rachel, que había hecho el papel de fotógrafo de alta costura, gritando palabras ridículas para animar: Preciosa, cariño. Ponte atrevida. Ponte sexy. Espléndida. Ponte traviesa...…guau...
Me dio vergüenza y me moví, inquieta, en el asiento—Como te dije, no tienes que quedarte con...
—Yo... —carraspeó—. Gracias, Britt.
—Bueno... —Agradecí ver el Lópezfire por la ventanilla. Salté deprisa cuando el chófer se detuvo, y me arreglé la falda, sintiéndome cohibida—Si quieres, me la quedo hasta más tarde.
Santana cerró la puerta del Bentley y negó con la cabeza—Es mía, no te la voy a devolver.
Entrelazó los dedos de nuestras manos y señaló la puerta giratoria con la mano con que sostenía el marco me emocioné cuando comprendí que pensaba llevárselo al trabajo una de las cosas divertidas del negocio de la publicidad era que ningún día era igual que el anterior estuve corriendo de acá para allá toda la mañana y ya estaba pensando en qué hacer durante la hora la comida cuando sonó el teléfono—Oficina de Kurt Hummel le habla Brittany Pierce.
—Tengo noticias —dijo Rachel a modo de saludo.
— ¿Qué? —se notaba por su voz que eran buenas noticias, fuera lo que fuera.
—He conseguido una campaña de Grey Isles.
— ¡Oh, Dios mío, Rach! ¡Es fantástico! Me encantan sus vaqueros.
— ¿Qué vas a hacer en el descanso para comer?
Sonreí—Celebrarlo contigo ¿Puedes venir a las doce?
—Ya voy para allá.
Colgué y me balanceé en la silla, tan entusiasmada por lo de Rachel que me entraron ganas de bailar. Necesitaba algo que hacer para rellenar los quince minutos que quedaban hasta la hora del almuerzo, así que revisé mi correo y encontré una alerta de Google con el nombre de Santana Más de treinta entradas en sólo un día Abrí el correo y aluciné con todos los titulares de «mujer misteriosa» que aparecían pinché el primer enlace y me vi a mí misma en un blog de cotilleos.
Allí, a todo color, había una foto de Santana besándome locamente en la acera de enfrente de su gimnasio el artículo adjunto era corto e iba al grano: Santana López, la soltera más codiciada de Nueva York desde Eva longoria, fue vista ayer besándose apasionadamente en público con una mujer misteriosa fuentes de López Industries identificaron a la afortunada como la socialité Brittany Pierce, hija del multimillonario Richard Stanton y su esposa Mónica Cuando se le preguntó por la naturaleza de la relación, dicha fuente confirmó que Miss Pierce es la «actual pareja» de la magnate Imaginamos que muchos corazones se estarán rompiendo esta mañana por todo el país.
— ¡Mierda! —exclamé.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola!
Bueno aqui traigo un nuevo capitulo (:
Espero les guste y que comenten :P
Saludos Y besos
PD: DALE LÓPEZ! jajajaja
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
OMG!!!! Actualiza pronto!!! esta increible!
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Jajajaaj como ira a reaccionar San con la noticia??
Saludos me encanto el capitulo.
Saludos
Saludos me encanto el capitulo.
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
que les den, san esta con britt! hasta pronto please?
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
holap,...
worale,..
amo a lopez la forma mmmm de reconciliándose con britt,... yo así me peleo todo el tiempo jajajaj
bueno ya es una pareja publica,...
a ver como va ahora que todos los saben,..
nos vemos!!!
worale,..
amo a lopez la forma mmmm de reconciliándose con britt,... yo así me peleo todo el tiempo jajajaj
bueno ya es una pareja publica,...
a ver como va ahora que todos los saben,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
lauravm98 escribió:OMG!!!! Actualiza pronto!!! esta increible!
Hola Hola! C;
Traigo capitulo espero que te guste y comentes
Saludos Y besos
monica.santander escribió:Jajajaaj como ira a reaccionar San con la noticia??
Saludos me encanto el capitulo.
Saludos
Hola Hola!
JAJA te llevaras una grata sorpresa de eso :P y me alegro que te gustara ;)
Saludos Y besos
micky morales escribió:que les den, san esta con britt! hasta pronto please?
Hola Hola!
Ellas se dan que nadie lo dude XD jajajajajaja
Traigo capitulo :P
Saludos Y besos
3:) escribió:holap,...
worale,..
amo a lopez la forma mmmm de reconciliándose con britt,... yo así me peleo todo el tiempo jajajaj
bueno ya es una pareja publica,...
a ver como va ahora que todos los saben,..
nos vemos!!!
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJAJA QUIEN NO ?
exacto como se vendra todo !
Saludos y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Capítulo 11
Abrí rápidamente los otros enlaces del boletín y me encontré con la misma fotografía y similares pies de foto y artículos sobresaltada, me eché hacia atrás y pensé en qué significaba todo aquello si un solo beso era noticia de primera plana, ¿qué posibilidad tendríamos Santana y yo de conseguir que nuestra relación funcionara? Me temblaban las manos según cerraba las pestañas del navegador no había tenido en cuenta a la prensa, pero debería haberlo hecho— ¡Maldita sea!
El anonimato era mi aliado me protegía de mi pasado protegía a mi familia de la vergüenza, y a Santana también ni siquiera tenía cuentas en redes sociales, de manera que sólo las personas con las que mantenía una estrecha relación podían encontrarme el muro delgado e invisible que había entre la atención mediática y yo había desaparecido— ¡Demonios! —exclamé en voz baja, al encontrarme en una dolorosa situación que podría haber evitado si hubiera empleado las neuronas en algo más aparte de Santana Además, había que tener en cuenta cómo iba a reaccionar ella a todo esto... Me moría de vergüenza sólo de pensarlo. Y mi madre. No tardaría mucho en llamarme y sacar las cosas de quicio— ¡Mierda! —Al acordarme de que ella no tenía mi nuevo número de móvil, descolgué el teléfono de mi mesa y llamé a mi otro buzón de voz para ver si ya había intentado ponerse en contacto conmigo me estremecí al oír tenía el buzón lleno colgué, agarré el bolso y me fui a almorzar, segura de que Rachel me ayudaría a poner todo aquello en perspectiva estaba tan aturdida cuando llegué al vestíbulo que salí corriendo del ascensor con la sola idea de encontrar a mi compañera de piso cuando la vi, no me fijé en nadie más hasta que Santana se hizo a un lado delante de mí y me cerró el paso.
—Britt —Me miró con el ceño fruncido cogiéndome del codo, me giró ligeramente fue entonces cuando me fijé en las dos mujeres y el hombre que me habían impedido verle.
Les sonreí como buenamente pude—Hola.
Santana me presentó a las personas con las que había quedado para almorzar— ¿Qué ocurre? Pareces alterada.
—Está por todos lados—susurré—Una foto de ti y de mí juntas.
Ella afirmó con la cabeza—La he visto.
La miré sorprendida, desconcertada por su despreocupación— ¿No te importa?
— ¿Por qué iba importarme? —Respondió tranquilamente—Para una vez que dicen la verdad...
Me asaltó una duda—Lo has planeado tú. Tú has filtrado esta historia.
—Eso no es del todo cierto —dijo suavemente—El fotógrafo estaba allí por casualidad. Yo sólo le di una fotografía que valiera la pena imprimir, y dije a los de relaciones públicas que aclararan quién eres tú y lo que significas para mí.
— ¿Por qué? ¿Por qué tenías que hacerlo?
—Tú superas los celos a tu manera y yo a la mía. Ambas estamos fuera del mercado y ahora todo el mundo lo sabe. ¿Qué problema tienes?
—Me preocupaba cómo reaccionarías, pero hay algo más... Hay cosas que no sabes y yo...
—Inspiré profunda y temblorosamente—. Nuestra relación no puede ser así, Santana no puede ser de dominio público. No quiero... ¡Maldita sea! No quiero avergonzarte.
—No podrías es imposible—Me retiró un mechón de pelo suelto de la cara— ¿Podemos hablar de ello luego? Si me necesitas...
—No, no pasa nada. Vete.
Rachel se me acercó. Aun vestida con unos holgados pantalones de cargo negros y una camisa blanca de cuello pico daba la impresión de llevar ropa cara— ¿Todo bien?
—Hola, Rachel Todo bien.
Santana me apretó la mano—Disfruta del almuerzo y no te preocupes.
Eso lo decía ella porque no sabía Y yo no sabía si seguiría queriéndome cuando lo hiciera.
Rachel se me puso delante cuando Santana se alejó— ¿Qué te preocupa? ¿Qué ocurre?
—Todo—Suspiré—Vámonos de aquí y te lo contaré mientras comemos.
—Bueno —murmuró Rachel, mirando el enlace que le había enviado desde mi smartphone al suyo—Eso sí que es un beso la postura es todo un detalle. No podría parecer más colada por ti ni aunque se lo propusiera.
—Ésa es la cuestión—Tomé otro buen trago de agua—Que se lo propuso.
Se guardó el teléfono en el bolsillo—La semana pasada no dejabas de meterte con ella porque sólo le interesaba tu vagina. Esta semana está anunciando a los cuatro vientos que mantiene una seria y apasionada relación contigo, y tampoco estás contenta. Estoy empezando a compadecerla parece que todo lo que hace está mal.
Eso me dolió—Los periodistas van a investigar, Rach, y encontrarán trapos sucios. Y como es material escabroso, lo esparcirán por todas partes, y pondrá a Santana en una situación embarazosa.
—Nena—Me puso una mano encima de la mía—Stanton enterró todo aquello. Stanton. Me enderecé. No había pensado en mí padrastro el vería avecinarse el desastre y se encargaría de taparlo porque sabía lo que supondría para mi madre el que aquello saliera a la luz. Aun así...
—Tengo que contárselo a Santana Tiene derecho a estar prevenida.
Me sentía desgraciada sólo de pensar en esa conversación.
Rachel sabía cómo funcionaba mi cabeza—Me parece que te equivocas si crees que va a cortar y salir corriendo. Te mira como si no existiera nadie más.
Hurgué en la ensalada César que me había pedido—Ella tiene sus propios demonios.
Pesadillas. Se ha encerrado en sí misma, creo, por lo que sea que le reconcome.
—Pero a ti te ha dejado entrar.
—Y ya ha dado muestras de lo posesiva que podría ser respecto a esa relación. La he aceptado porque es un defecto que yo tengo también, pero aun así...
—Lo analizas todo hasta el cansancio, Britt —dijo Rach—. Piensas que lo que ella siente por ti tiene que ser un golpe de suerte o un error. Alguien como ella no podría colgarse de ti por tu gran corazón y tu inteligencia, ¿verdad?
—No tengo la autoestima tan mal —protesté.
Tomó un sorbo de champán— ¿De veras? Pues dime algo que tú creas que le gusta de ti que no tenga nada que ver con el sexo ni la dependencia mutua.
Lo pensé y no se me ocurrió nada, lo cual me hizo fruncir el ceño—Vale —siguió, con un gesto de la cabeza—. Y si por un casual López tiene tantos problemas como nosotras, estará pensando lo mismo sólo que al revés, y se preguntará qué ve una chica tan despampanante como tú en una tipa como ella Tienes dinero, así que ¿qué tiene ella aparte de ser una Diosa que no para de joder?
Apoyé la espalda en la silla y asimilé todo lo que había dicho—Rach, cuánto te quiero.
Sonrió—Lo mismo digo, mi vida. Si quieres un consejo: terapia de pareja. Es lo que siempre he pensado que haré yo cuando encuentre a la persona con la que sentar la cabeza Y procura divertirte con ella Tienes que tener tantos buenos ratos como malos; si no, todo se vuelve muy complicado y doloroso.
Me acerqué y le apreté la mano—Gracias.
— ¿Por qué? —Quitó importancia a mi gratitud con un elegante gesto de la mano— Es fácil criticar la vida de los demás. Tú sabes que no podría sobrellevar mis puntos débiles sin ti.
—Que ahora mismo no tienes —señalé, centrando la atención en ella—. Estás a punto de aparecer en la cartelera de Times Square. Vas a dejar de ser mi secreto. ¿No crees que deberíamos elevar la categoría de la cena de pizza a algo más acorde con la ocasión? ¿Qué te parece si sacamos la caja de Cristal que nos dio Stanton?
—Así se habla.
— ¿Vamos al cine? ¿Hay alguna película que quieras ver?
—Lo que tú quieras. No me gustaría interferir con un genio de los peliculones.
Sonreí, sintiéndome mejor, como sabría qué me sentiría después de una hora con Rach—Tú dime si me pongo muy espesa para darme cuenta de que Finn y tú queréis estar solos.
— ¡Ja! No te preocupes por eso. Tu agitada vida amorosa me hace sentir sosa y aburrida. No me vendría mal echar un buen polvo con mi propio semental.
—Sólo tuviste un revolcón de cuarto de mantenimiento hace un par de días.
Ella suspiró—Casi me había olvidado. ¿A qué es triste?
—No lo es cuando tus ojos se están riendo.
Acababa de volver a mi mesa cuando comprobé mi smartphone y me encontré con un texto de Santana en el que me decía que tenía quince minutos libres a las tres menos cuarto. Me pasé la siguiente hora y media dejándome llevar por la imaginación, ya que había decidido seguir el consejo de Rach y divertirme un poco Santana y yo, no tardando, tendríamos que lidiar con la fealdad de nuestro pasado, pero de momento, yo podría ofrecer algo que nos hiciera sonreír a ambas.
Le envié un mensaje de texto antes de salir para decirle que iba de camino.
Teniendo en cuenta las limitaciones de tiempo, no podríamos perder ni un minuto Santana debía de haber pensado lo mismo, pues me encontré con que Scott me esperaba en recepción cuando llegué a la zona de espera de López Industries. Me acompañó en cuanto la recepcionista me abrió la puerta— ¿Cómo te va el día? —le pregunté.
Él sonrió—Hasta ahora bien. ¿Y a ti?
Le devolví la sonrisa—Los he tenido peores.
Santana estaba al teléfono cuando entré en su oficina su tono de voz era cortante e impaciente mientras le decía a la persona que estaba al otro lado de la línea que tenían que ser capaces de arreglárselas sin que ella tuviera que supervisar el trabajo personalmente levantó un dedo en mi dirección, dándome a entender que sólo tardaría un minuto.
Yo respondí haciendo un enorme globo con el chicle que tenía en la boca y reventándolo después ruidosamente ella enarcó las cejas, y presionó los botones para cerrar las puertas y escarchar la pared de cristal.
Sonriendo, me acerqué despacio a su mesa y me senté en ella, haciendo espirales con los dedos alrededor de los labios y balanceando las piernas ella estalló el siguiente globo que hice de un pinchazo con el dedo. Hice un gracioso mohín—Soluciónalo —dijo con serena autoridad a quien estuviera al teléfono—. No podría ir allí hasta la semana que viene, y esperando sólo conseguiríamos retrasarlo más deja ya de hablar. Tengo algo encima de la mesa que requiere atención inmediata y estás impidiendo que se la dedique. Te aseguro que eso no mejora mi predisposición. Arregla lo que haya que arreglar y vuelve a informarme mañana.
Dejó el teléfono en su soporte con violencia reprimida—Britt...
Levanté una mano para interrumpirle y envolví el chicle en un Post-it que cogí de un dispensador que tenía en la mesa—Antes de que me riña, señora López, quiero decir que cuando, ayer en el hotel, llegamos a un punto muerto en nuestras negociaciones de fusión, yo no debería haberme marchado. No ayudó a resolver la situación. Y sé que no he reaccionado muy bien al asunto de las relaciones públicas con la foto. Pero aun así... Aunque no he sido una buena secretaria, creo que se me debería dar otra oportunidad para superarme.
Afiló la mirada mientras me observaba, aquilatando, reevaluando la situación a toda pastilla— ¿Le he pedido su opinión sobre la medida más adecuada que hay que tomar, señorita Pierce?
Negué con la cabeza y le miré desde debajo de mis pestañas. Vi cómo la frustración que le había producido la llamada telefónica le desaparecía e iba dando paso a un creciente interés y a la excitación sexual Me bajé de la mesa de un salto, me fui acercando a ella y le aflojé su camisa con las dos manos— ¿Podemos solucionar algo? Poseo una amplia variedad de útiles destrezas.
Me cogió por las caderas—Que es una de las muchas razones por las que nunca he considerado a ninguna otra mujer para el puesto.
Me invadió una oleada de ternura al oír sus palabras le acaricie su sexo a través de las enaguas— ¿Debería volver a mis obligaciones, entonces? Puedo mostrarle en qué aspectos estoy excepcionalmente capacitada para ser su ayudante.
A Santana se le pusieron duros los pezones en un instante—¡Qué iniciativa la suya, señorita Pierce! Pero tengo una reunión dentro de diez minutos. Y además, no acostumbro estudiar nuevas oportunidades de ampliación de las responsabilidades laborales en mi oficina.
Le subí la enagua hasta las caderas de una forma mágica—Si crees que hay algún sitio en el que no puedo hacer que te corras, habrá que volver y comprobarlo.
—Britt —dijo entre dientes, con la mirada tierna y ardiente. Me rodeó la garganta, acariciándome la mandíbula con los pulgares—Me estás derritiendo, ¿lo sabías? ¿Lo haces a propósito?
Hurgué dentro de sus Bragas y le rodeé el clictoris con dos dedos, ofreciéndole los labios para besarnos ella me complació, cogiéndome la boca con una intensidad que me dejó sin respiración—Te deseo —masculló.
Me arrodillé en el suelo enmoquetado y le bajé las Bragas lo suficiente para acceder a lo que me interesaba.
Ella espiró con fuerza—Britt, ¿qué estás...?
Posé los labios en el su caliente y palpitante clictoris ella se agarró al borde de la mesa, con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos le sujeté las nalgas con ambas manos, me metí su clictoris en la boca y empecé a succionar con delicadeza la suavidad de la piel y aquel olor tan increíblemente atrayente me hicieron gemir noté cómo se le sacudía todo el cuerpo y oí que en su pecho resonaba un sonido ronco.
Santana me rozó la mejilla—Lámeme todo.
Excitada por aquella orden, deslicé la lengua por toda su vagina y me estremecí de gusto cuando me recompensó con un chorro caliente de líquido la chupe toda de arriba y abajo, esperando que me diera más.
Pensé que ojalá tuviera tiempo para prolongarlo. Para volverle loca...
Emitió un sonido teñido de dulce agonía— ¡Dios, Britt... qué boca! No dejes de chupar. Así... ahí.
Yo estaba tan caliente viéndola disfrutar que me revolvía inquieta ella me empujaba la cabeza con las manos para que le siguiera lamiendo el clictoris, tirándome del pelo, que llevaba recogido. Me encantaba la ternura con que había empezado y cómo había ido volviéndose más ruda a medida que el deseo podía con ella Yo estaba incómoda de rodillas, pero me daba igual; no apartaba los ojos de Santana, que tenía la cabeza hacia atrás y trataba de respirar normalmente—Britt, ¡qué bien me chupas! —despojada de todo lo que no fuera el instinto básico de conseguir el orgasmo.
Me electrizaba la imagen de nosotras que tenía en el cerebro: Santana, con toda la urbana sofisticación que le adornaba, junto a la mesa desde donde dirigía su imperio, haciendo que yo le chupara hasta que llegara a su éxtasis le agarré con fuerza por los muslos, tan tirantes, y usé frenéticamente los labios y la lengua en un irresistible intento por que llegara a su clímax luego le introduje un dedo y se lo metía con fuerza— ¡Ay, Britt! —Exclamó con un timbre gutural, al tiempo que se aferraba a mi pelo—, me obligas a correrme...
Le limpié lamiéndole todo desde el clictoris hasta su entrada, maravillada todavía era capaz de follarme a lo loco, y de muy buena gana, yo lo sabía. Pero no había tiempo y a mí no me importaba. Yo quería hacer aquello por ella. Por nosotras. Por mí misma, en realidad, pues necesitaba estar segura de que podía permitirme una práctica sexual desinteresada sin sentir que se aprovechaban de mí—Tengo que irme —le susurré, incorporándome y apretando sus labios contra los míos—. Espero que el resto del día sea estupendo, y la cena de negocios también.
Empecé a alejarme pero me asió por las muñecas, con la mirada puesta en la pantallita del reloj de su teléfono de mesa. En ese momento advertí mi fotografía, colocada en un lugar prominente donde podía verla todo el tiempo—Britt, coño, espera...
Hablaba con un tono de inquietud y frustración y yo torcí un poco el gesto.
Enseguida recuperó su apariencia normal; se puso las bragas y se estiró la falda era muy agradable verla recomponerse, restablecer la fachada que llevaba para el mundo mientras yo conocía por lo menos un poco de la mujer que había detrás me atrajo hacia ella y me besó en la frente. Metió las manos entre mi pelo para quitar el pasador de carey que me lo sujetaba—Yo no te lo he hecho a ti.
—Ni falta que hace. —Me encantaba el roce de sus manos en mi cuero cabelludo— Eso ha estado bien así.
Estaba concentrada en colocarme el pelo, con las mejillas encendidas por el orgasmo—En esto es necesario un intercambio equitativo. No puedo dejar que te sientas como si yo te hubiera utilizado.
Una ternura agridulce me invadió el alma Santana me había escuchado. Y le importaba.
Le cogí la cara con las manos—Sí, me has utilizado, pero con mi permiso, y ha sido increíble. Yo quería darte eso, Santana, ¿recuerdas? Quería que tuvieras ese recuerdo mío, te lo dije.
— ¿Para qué coño necesito recuerdos tuyos si te tengo a ti? Si te refieres a la foto...
—Calla y disfruta de la euforia—No teníamos tiempo de tocar el tema de la foto en ese momento, y además yo no quería porque iba a estropearlo todo—. Si tuviéramos una hora, tampoco dejaría que me lo hicieras a mí. No llevo la cuenta de los tantos, campeona Y, sinceramente, eres la primera mujer a quien puedo decírselo. Ahora, tengo que irme. Y tú, también.
Volví a intentar marcharme, pero me retuvo.
La voz de Scott salió del altavoz—Disculpe, señora López, pero son las tres.
—Estoy bien, Santana, te lo aseguro. Vendrás esta noche, ¿verdad?
—Nada podría impedírmelo.
Me puse de puntillas y le besé en la mejilla—Ya hablaremos luego.
Al terminar la jornada, bajé por las escaleras hasta la planta baja para sentirme menos culpable por no haber ido al gimnasio y lo lamenté muchísimo cuando llegué al vestíbulo. La falta de sueño de la noche anterior me había dejado hecha polvo. Estaba contemplando la posibilidad de coger el metro en vez de volver andando a casa, cuando vi el Bentley de Santana aparcado allí delante. El chófer salió y se dirigió a mí por mi nombre; yo me detuve, extrañada—La señora López me ha dicho que la lleve a casa —me informó, muy elegante con un traje negro y gorra de chófer. Era un hombre mayor, con el pelo rojo canoso, los ojos de un azul pálido y acento agradable y cultivado.
Con lo que me dolían las piernas, agradecí mucho la oferta—Gracias... lo siento, ¿cómo se llama?
—Angus, señorita Pierce.
¿Cómo no me había acordado? Tenía un nombre tan original que me hizo sonreír—Gracias, Angus.
Se llevó la mano a la gorra—No hay de qué.
Entré por la puerta que él había abierto para mí y me acomodé en el asiento alcancé a ver la pistola que llevaba enfundada en un costado, debajo de la chaqueta parecía que Angus, igual que Clancy, eran tanto guardaespaldas como chóferes.
Nos pusimos en marcha y le pregunté: —Angus, ¿cuánto tiempo lleva trabajando con la señora Pierce?
—Ocho años ya.
—Bastante.
—La conozco desde mucho antes —me informó motu proprio, mirándome por el espejo retrovisor— Le llevaba a la escuela cuando era niña. Después, en su momento, dejé de trabajar con el señor Vidal y me fui con ella.
Una vez más intenté imaginarme a Santana de pequeña seguro que ya entonces era guapísima y atractiva ¿Habría tenido relaciones sexuales «normales» de una adolescente? No podía dejar de pensar que las mujeres se le echarían a los brazos incluso entonces. Y, con esa sensualidad innata que poseía, seguro que era una jovencita muy fogosa.
Busqué unas llaves en mi bolso y me incliné hacia delante para dejarlas en el asiento delantero— ¿Puede dárselas a Santana? Vendrá después de terminar lo que esté haciendo ahora y, según lo tarde que sea, puede que no le oiga llamar.
—Por supuesto.
Al llegar a mi casa, Paul abrió la puerta y saludó a Angus por su nombre, haciéndome recordar quién era el propietario del edificio. Me despedí de los dos hombres, dije en recepción que Santana vendría después y subí a mi apartamento. La expresión de Rachel me hizo reír—Santana viene luego —le expliqué—, pero me encuentro tan molida que no sé si podré estar levantada mucho tiempo, así que le he dado unas llaves para que entre. ¿Has pedido la cena?
—Sí, y he puesto unas botellas de Cristal en el vinoteca.
—Eres un encanto —le dije, y le pasé mi bolso.
Me duché y llamé a mi madre desde mi habitación. Hice una mueca de crispación cuando la oí decir con tono estridente: — ¡Llevo varios días intentando localizarte!
—Mamá, si es por Santana López...
—Bueno, en parte, sí. Britt, por amor de Dios, te llaman la actual pareja en su vida ¿Cómo no iba a hablar de eso contigo?
—Mamá...
—Pero también está la cita con el doctor Petersen—El matiz de petulante regocijo de su voz me provocó una risita—. Tenemos que verle el jueves a las seis. Espero que esa hora te venga bien. No da muchas citas por la tarde.
Me dejé caer en la cama suspirando. Había estado tan entretenida con el trabajo y con Santana que lo de la cita se me había olvidado—El jueves a las seis está bien. Gracias.
—Y ahora, háblame de López...
Cuando salí del dormitorio, vestida con pantalones de punto y camiseta de la Universidad de San Diego, encontré a Finn con Rachel en el salón. Los dos se levantaron al verme y Finn me saludó con una franca y amistosa sonrisa—Siento que me veáis con esta pinta —dije, con un poco de vergüenza y pasándome la mano por la coleta mojada— Bajar por las escaleras hoy en el trabajo casi me mata.
— ¿El ascensor tenía el día libre?
—Pues no, pero mi cerebro sí; no sé en qué estaría yo pensando—Pasar la noche con Santana ya era un buen ejercicio.
Sonó el timbre de la puerta y Rachel fue a abrir mientras yo me dirigía a la cocina a buscar el Cristal. Me reuní con el junto al mostrador del desayuno mientras él firmaba ella recibo de haber pagado con la tarjeta de crédito. Me enterneció la mirada que le dedicó a Finn Se cruzaron muchas más miradas como aquélla entre los dos a lo largo de la noche Y tuve que admitir que, como decía Rach, Finn era un bombonazo. Vestido con vaqueros envejecidos, chaqueta a juego y camiseta de manga larga, el aspirante a veterinario tenía un aspecto informal pero bien conjuntado. Parecía muy diferente del tipo de hombres con los que Rachel solía salir Finn parecía más asentado; no excesivamente formal, pero tampoco frívolo. Pensé que sería una buena influencia para Rachel si seguían juntos el tiempo suficiente.
Entre los tres nos zampamos dos pizzas, dos botellas de Cristal y toda Demolition Man antes de darme por satisfecha. Le sugerí a Finn que se quedara a ver Driven para redondear la mini maratón de Stallone; yo me fui a mi cuarto y me puse un «picardías» negro, que me habían regalado en una boda en que fui dama de honor, pero sin la parte de abajo.
Encendí una vela para Santana y me quedé frita.
Me desperté en medio de la oscuridad, percibiendo el fragante aroma de la piel Santana Los ruidos de la ciudad quedaban amortiguados por las ventanas insonorizadas; las luces, por las cortinas opacas Santana se deslizó sobre mí, como una sombra, con la piel desnuda, fresca al tacto Su boca, besándome la mía despacio y sutilmente, tenía sabor a menta además del suyo propio, insuperable. Le pasé las manos por la espalda perfecta y elegante al mismo tiempo, y separé las piernas para que se colocase cómodamente entre ellas. Sentir su peso en mi cuerpo hizo suspirar a mi corazón y encendió mi sangre de deseo—Bueno, hola a ti también —dije casi sin respiración.
—La próxima vez vendrás conmigo —me susurró con aquella voz sexy y decadente, mientras me mordisqueaba el cuello.
— ¿Ah, sí?
Metió las manos debajo de mi trasero, adaptándolo a un hábil movimiento de sus caderas—Sí, Britt Te he echado de menos.
Le acaricié el pelo con los dedos, deseando poder verla—No me conoces lo suficiente como para echarme de menos.
—Eso da una idea de lo que sabes —dijo, burlándose, y se escurrió más abajo para poner la boca entre mis pechos.
Lancé una exclamación cuando me apresó un pezón y comenzó a chuparlo por encima del satén, Profundas succiones que repercutían en mis entrañas, forzándolas a contraerse. Se cambió al otro pecho, levantando el camisón al mismo tiempo. Yo me curvé hacia ella, perdida entre la magia de sus labios que se movían por doquier, su lengua que se hundía en el ombligo y luego bajaba más—Y tú me has echado de menos también —dijo en un arrullo lleno de satisfacción, mientras me bordeaba la vagina con el dedo corazón—. Está abultada y húmeda para mí colocó mis piernas sobre sus hombros y comenzó a lamerme los pliegues de la vulva en tenues y estimulantes lengüetazos, como de terciopelo caliente, por mi carne tan sensible. Me agarré a las sábanas con los puños cerrados y mi pecho empezó a palpitar cuando se puso a hacer círculos alrededor del clítoris con la punta de la lengua, presionando suavemente sobre ese hiper delicado nudo de nervios. Gemí, agitando las caderas sin parar y contrayendo los músculos por la desesperada necesidad de correrme los ligeros y excitantes lametones estaban volviéndome loca; me hacían retorcerme pero no me daban lo suficiente para culminar—Santana, por favor...
—Todavía no.
Era una tortura que me llevara al borde del orgasmo y luego me dejase venirme abajo una y otra vez, hasta que el sudor me cubría la piel y el corazón parecía a punto de estallar. Tenía una lengua incansable y diabólica, hábilmente concentrada en mi clítoris hasta que un único roce me hiciera explotar, para luego bajar un poco y clavármela descaradamente—Por favor, Santana... déjame llegar... necesito llegar, por favor.
—Shh... , cielo mío... ya me ocupo yo de ti.
Concluyó conmigo tan tiernamente que el orgasmo se expandió por mi cuerpo como una onda que nace y aumenta mientras avanza, hasta hacerse una ola que choca y se convierte en un torrente de placer enlazó sus dedos con los míos cuando se puso encima de mí otra vez, Acercó la punta de sus dedos en la entrada de mi cuerpo. Yo gemía, moviéndome para dar cabida a sus 3 dedos Santana me echaba su trabajosa y húmeda respiración en el cuello, estremeciéndose todo ella al deslizar cuidadosamente sus dedos dentro de mí—Eres tan cálida y tan suave... Mía, Britt Eres mía.
Le rodeé las caderas con mis piernas, invitándole a que metiera más hondo sus dedos, con su mano me tomó la boca y empezó a moverse, deslizándose adentro y afuera con lánguida destreza, con el tempo preciso e implacable, pero tranquila y sin prisa ella insistió en ese mensaje hasta que yo jadeaba contra su boca, agitándome sin cesar contra sus dedos, con las manos sin sangre en las venas por la fuerza con que me agarraba a ella.
Me alababa y animaba con encendidas palabras, diciéndome lo hermosa que era... lo perfecta que le parecía... que nunca pararía... que no podía parar. Me corrí con un agudo grito de alivio, vibrando con el éxtasis, y allí estaba ella conmigo. Aceleró el ritmo durante varias potentes embestidas sus dedos iban tan rápidos; luego alcanzó el clímax susurrando mi nombre.
Me hundí con el cuerpo laxo en el colchón, sudorosa, desmadejada, repleta—No he acabado —musitó enigmáticamente, ajustando las rodillas para aumentar la fuerza con que me penetraba con sus malditos dedos Siguió midiendo el ritmo con pericia, reclamando con cada inmersión: tu cuerpo existe para servirme.
Mordiéndome el labio, reprimí los sonidos de inevitable placer que podrían haber roto la tranquilidad de la noche... y delatado la inquietante profundidad de los sentimientos que empezaba a albergar hacia Santana López.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola!
Vengo a dejar capitulo espero que comenten C:
PD: SANTANA
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Oh Margot!!! Esta tan fantastica, Just WANKY!!! Gracias por adaptarla
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
muy ardiente capitulo!!!!!! me encanta que santana lleve las cosas en serio!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
holap dan,..
me gusto!!!
san se toma enserio la relación,..
falta ver cuando britt le cuenta el secreto que tiene!!!
nos vemos!!!
me gusto!!!
san se toma enserio la relación,..
falta ver cuando britt le cuenta el secreto que tiene!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
lauravm98 escribió:Oh Margot!!! Esta tan fantastica, Just WANKY!!! Gracias por adaptarla
Hola Hola!
JAJAJAJJAAJ COMO siempre i just mean Wanky jajajajaja
Me alegro que te guste C:
Saludos Y besos
micky morales escribió:muy ardiente capitulo!!!!!! me encanta que santana lleve las cosas en serio!
Hola Hola!
Jajajajajaja mientras escribia ese capitulo dije aqui no hace calor? jajajajajaja y San lleva 100% en serio a britt espero que britt lo entienda!
Saludos Y Besos
3:) escribió:holap dan,..
me gusto!!!
san se toma enserio la relación,..
falta ver cuando britt le cuenta el secreto que tiene!!!
nos vemos!!!
Hola Hola 3:) !
San quiere al 100% a Britt ! esperemos que la confianza de britt la acepte !
Y ya vera ;)
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Capítulo 12
Santana me encontró en la ducha a la mañana siguiente entró con determinación en el baño principal con su gloriosa desnudez y con el andar elegante y seguro que admiré en ella desde el principio observando la flexión de sus músculos mientras se movía, ni siquiera fingí no mirar sus hermosos senos.
A pesar de lo caliente del agua, los pezones se me endurecieron y por todo el cuerpo se me puso la carne de gallina.
Su sonrisa cómplice mientras se acercaba me indicaba que sabía exactamente qué tipo de efecto producía en mí yo respondí pasando las manos enjabonadas por todo su cuerpo divino a continuación, empecé a chuparle las tetas con tal entusiasmo que tuvo que apoyarse fuertemente y con las dos manos sobre los azulejos.
Su voz ronca y rasgada dándome instrucciones resonaba todo el rato en mi mente mientras me vestía para ir a trabajar, lo cual hice rápido, antes de darle la oportunidad de que terminara de ducharse y me follara bien fuerte, tal y como había amenazado justo antes de correrse.
No había tenido pesadillas durante la noche el sexo parecía funcionar como sedante y yo me sentí enormemente agradecida por ello—Espero que no creas que te vas a escapar —me dijo cuando entró después en la cocina. Inmaculadamente vestida con un traje negro, aceptó la taza de café que le pasé y me lanzó una mirada que prometía todo tipo de perversidades la vi con su atuendo sumamente civilizado y pensé en la mujer insaciable que se había deslizado con sigilo en el interior de mi cama durante la noche el pulso se me aceleró estaba dolorida los músculos me vibraban de placer al recordarla y aún seguía deseando más—Sigue mirándome así y verás lo que pasa —me advirtió, apoyándose con indiferencia sobre la barra mientras daba sorbos a su café.
—Voy a perder mi trabajo por tu culpa.
—Yo te conseguiré otro.
Solté un resoplido— ¿De qué? ¿De esclava sexual tuya?
—Una sugerencia muy provocadora hablémoslo.
—Mala —murmuré mientras enjuagaba mi taza en el fregadero y la metía en el lavavajillas— ¿Lista? ¿Para ir a trabajar?
Se terminó el café y yo alargué la mano para cogerle la taza, pero ella la eludió y enjuagó ella misma la taza. Otra tarea mortal que la convertía en más asequible y menos en una fantasía a la que yo nunca tendría la oportunidad de aferrarme.
Ella me miró—Quiero invitarte a cenar por ahí esta noche y, después, llevarte a mi casa y meterte en mi cama.
—No quiero que te canses de mí, Santana—Era una mujer acostumbrada a estar sola, una mujer que no había tenido una relación física importante en mucho tiempo, si es que la había tenido alguna vez ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que aparecieran sus instintos de huida? Además, teníamos que permanecer ocultas ante la gente como pareja.
—No me pongas excusas—Sus rasgos se endurecieron—No eres tú quien decide si puedo hacer esto.
Me di de cabezazos contra la pared por haberla ofendido se estaba esforzando y yo tenía que asegurarme de reconocérselo, no desanimarle—No me refería a eso simplemente, no quiero agobiarte además, todavía tenemos que...
—Britt —dijo con un suspiro mientras la fuerte tensión desaparecía de ella con aquella exhalación de frustración— Tienes que confiar en mí. Yo confío en ti. De no ser así no estaríamos aquí.
—Vale —asentí tragando saliva— Cenamos y, después, a tu casa lo estoy deseando.
Aquellas palabras de Santana sobre la confianza permanecieron en mi mente durante toda la mañana, lo cual me vino bien cuando sonó la alerta de Google en mi bandeja de entrada.
Esta vez había más de una foto cada artículo y entrada del blog tenía varias instantáneas de Rachel y yo despidiéndonos con un abrazo en la puerta del restaurante donde habíamos almorzado el día anterior los pies de foto especulaban sobre la naturaleza de nuestra relación y en algunas decían que vivíamos juntas otras sugerían que yo había pescado a la «Mujeriega multimillonaria, Santana López» mientras continuaba con mi novia, la prometedora modelo.
El motivo de la publicidad se hizo patente cuando vi la foto de Santana mezclada con las que nos sacaron a Rachel y a mí la habían sacado la noche anterior mientras yo estaba viendo películas con Rach y Finn y mientras se suponía que Santana se encontraba en una cena de negocios en la foto, Santana y Magdalene Pérez se sonreían de una forma íntima mientras ella apoyaba la mano en el brazo de ella en la puerta de un restaurante los pies de foto iban desde los elogios por «el grupo de guapas famosas» de Santana hasta la especulación de que ella estuviera ocultando su mal de amores, provocado por mi infidelidad, saliendo con otras mujeres.
Tienes que confiar en mí.
Cerré mi correo electrónico, respirando con rapidez y con el corazón acelerado.
Aquella confusión de los celos me retorcía las entrañas yo sabía que era imposible que hubiese tenido una relación íntima con otra mujer y sabía que yo le importaba pero odiaba a Magdalene con todas mis fuerzas —lo cierto es que ella me había dado buenas razones para ello durante nuestra conversación en el baño— y no soportaba verla con Santana No podía soportar ver cómo ella le sonreía de una forma tan tierna, sobre todo después del modo en que ella me había tratado.
Pero aparté todo aquello lo metí en un cajón de mi mente y me concentré en el trabajo Kurt se iba a reunir al día siguiente con Santana para repasar la solicitud de propuestas para la campaña de Kingsman y yo estaba organizando el flujo de información entre Kurt y los departamentos que participaban.
Kurt asomó la cabeza por la puerta de su despacho—Oye, Britt, vamos a comer juntos Blaine y yo en el Asador de Bryant Park me ha preguntado si quieres venir quiere volver a verte.
—Me encantaría—La tarde se me arregló ante la idea de disfrutar de un almuerzo en uno de mis restaurantes favoritos con dos chicos realmente encantadores harían que no pensara en la conversación que en pocas horas iba a tener con Santana sobre mi pasado.
Claramente, mi intimidad había desaparecido tendría que echarle pelotas y hablar con Santana antes de que saliéramos a cenar antes de que siguieran viéndola conmigo en público tenía que saber el riesgo que corría por relacionarse conmigo.
Cuando recibí un sobre interno poco después, supuse que se trataba del bosquejo de uno de los anuncios de Kingman, pero en lugar de ello, me encontré con una tarjeta de Santana.
A MEDIODÍA EN MI DESPACHO.
— ¿De verdad? —murmuré, enfadada por la ausencia de un saludo y una despedida.
Por no mencionar la falta de ninguna fórmula de petición ¿Y cómo olvidar el hecho de que Santana ni siquiera hubiese mencionado haberse encontrado con Magdalene en la cena? ¿La había invitado a ella como sustituta mía? Al fin y al cabo, para eso estaba, para ser una de las mujeres con las que ella alternaba fuera de su habitación de hotel le di la vuelta a la tarjeta de Santana y le escribí el mismo número de palabras sin firmar.
LO SIENTO YA TENGO PLANES.
Una contestación irritante, pero se la merecía cuando dieron las doce menos cuarto, Kurt y yo nos dirigimos a la planta baja cuando me detuvieron los de seguridad y el guardia llamó a Santana para decirle que yo estaba en el vestíbulo, mi irritación pasó al enfado—Vámonos —le dije a Kurt mientras daba zancadas hacia la puerta giratoria sin hacer caso a las súplicas del guardia de seguridad para que esperara un momento me sentí mal por meterle en esto.
Vi a Angus y al Bentley parados en el bordillo en el mismo momento en que escuché a Santana gritar mi nombre detrás de mí como el golpe de una fusta la miré mientras se unía a nosotros en la acera con rostro impasible y una mirada gélida—Voy a comer con mi jefe —le dije desafiante.
— ¿Adónde vais, Hummel? —preguntó Santana sin apartar los ojos de mí.
—Al Asador de Bryant Park.
—Me aseguraré de que ella va—Dicho lo cual, me agarró del brazo y me condujo con firmeza hacia el Bentley y hacia la puerta trasera que Angus mantenía abierta para mí Santana entró detrás de mí obligándome a arrastrarme por el asiento la puerta se cerró y salimos de allí.
Tiré de la falda de mi vestido de tubo para colocármela bien— ¿Qué haces, además de avergonzarme delante de mi jefe?
Pasó un brazo por encima del respaldo del asiento y se inclinó hacia mí— ¿Rachel está enamorada de ti?
— ¿Qué? ¡No!
— ¿Te la has follado?
— ¿Has perdido la cabeza? —Avergonzada, miré a Angus y vi que actuaba como si estuviera sordo— Que te follen, conquistadora millonaria con tu grupito de famosas guapas.
—Así que has visto las fotos.
Estaba tan enfadada que resollaba los nervios aparté la cabeza haciendo caso omiso de ella y de sus estúpidas acusaciones—Rachel es como una hermana para mí. Ya lo sabes.
—Sí, pero, ¿qué eres tú para ella? Las fotos son increíblemente claras, Britt Sé reconocer el amor cuando lo veo.
Angus aminoró la marcha para que una multitud de peatones cruzara la calle. Yo abrí la puerta y giré la cabeza hacia atrás mirando a Santana para que pudiera ver bien mi cara—Está claro que no es así.
Cerré la puerta de golpe y empecé a andar con paso enérgico dejando claro mi enfado Había reprimido mis dudas y mis celos con un esfuerzo hercúleo, ¿y qué obtenía a cambio? Una Santana con un cabreo irracional—Brittany, párate ahora mismo.
Le hice una peineta con el dedo sin girar la cabeza y subí corriendo los escalones de la puerta de Bryant Park, un exuberante oasis verde y tranquilo en medio de la ciudad el simple hecho de cruzar la calle y subir desde la acera era como transportarte a un mundo completamente distinto achaparrado bajo los imponentes rascacielos que lo rodeaban, Bryant Park era una zona ajardinada que quedaba tras una hermosa y antigua biblioteca un lugar donde el tiempo se detenía, los niños reían con la alegría inocente de unas vueltas en el tiovivo y los libros constituían unos preciados compañeros.
Por desgracia para mí, la guapísima ogro de un mundo me siguió al otro Santana me agarró de la muñeca—No corras —me siseó al oído.
—Actúas como una demente.
—Quizá sea porque me estás volviendo loca, joder—Sus brazos se endurecieron hasta convertirse en cintas de acero—Eres mía dime que Rachel lo sabe.
—Claro, igual que Magdalene sabe que tú eres mía—Deseé que pusiera algo cerca de mi boca para poder morderlo— Estás llamando la atención.
—Podríamos haber hecho esto en mi despacho si no hubieses sido tan condenadamente cabezota.
—Tenía planes, idiota. Y me los estás arruinando—La voz se me rompió y las lágrimas empezaron a salir mientras notaba que había muchos ojos puestos sobre nosotras me iban a despedir por dar aquel espectáculo tan vergonzoso—Lo estás jodiendo todo
Santana me soltó en ese instante y me dio la vuelta para que la mirara con sus manos sobre mis hombros se aseguró de que aún no pudiera escaparme de allí—Dios mío—Me aplastó contra ella colocando los labios sobre mi cabello—No llores lo siento.
Golpeé el puño contra su pecho, lo cual tuvo el mismo efecto que si hubiese golpeado una roca— ¿Qué pasa contigo? ¿Puedes salir con una mala zorra que me llama puta y que cree que va a casarse contigo y yo no puedo ir a comer con una buena amiga que ha estado apoyándote desde el principio?
Colocó la palma de la mano sobre la parte de atrás de mi cabeza y apretó su mejilla contra mi sien—Britt, Maggie estaba por casualidad en el mismo restaurante donde yo cenaba con mis socios.
—No me importa. Quieres hablar sobre cómo me mira una persona. Y tú... ¿Cómo puedes mirarla así después de lo que me dijo?
—Cielo... —Sus labios se movían fervientemente por mi rostro— Esa mirada era por ti Maggie me alcanzó en la puerta y le dije que me iba a casa contigo no puedo evitar la mirada que pongo al pensar en nosotras estando a solas y juntas.
— ¿Y esperas que me crea que ella sonrió al escuchar aquello?
—Me dijo que te saludara de su parte, pero supuse que eso no te sentaría bien y no estaba dispuesta a fastidiar nuestra noche por ella.
Mis brazos se deslizaron alrededor de su cintura—Tenemos que hablar esta noche, Santana Hay cosas que tengo que contarte si un periodista busca bien y tiene suerte... Tenemos que mantener nuestra relación en privado o terminar con ella cualquiera de las dos cosas será lo mejor para ti.
Santana colocó las manos sobre mi cara y apretó su frente contra la mía—Ninguna de las dos es una opción válida sea lo que sea, lo solucionaremos.
Me puse de puntillas y apreté la boca contra la de ella Nuestras lenguas se acariciaron y se sumieron en un beso muy apasionado tomé algo de conciencia de la multitud de personas que pululaban a nuestro alrededor, el murmullo de numerosas conversaciones y el continuo ruido del incesante tráfico del centro de la ciudad, pero nada de aquello importaba estando al abrigo de Santana, mientras ella me acariciaba me producía tanta tortura como placer era una mujer cuyos cambios de humor y pasiones volubles rivalizaban con los míos.
—Venga —susurró recorriendo mi mejilla con la yema de los dedos— Vámonos para seguir con esto.
—No me escuchas, loca cabezota tengo que irme.
—Vámonos juntas a casa después del trabajo—Fue apartándose, agarrándome de la mano hasta que la distancia hizo que los dedos se separaran.
Cuando me giré hacia el restaurante cubierto de hiedra vi que Kurt y Blaine me esperaban en la entrada formaban una pareja extraña, Kurt vestido con su traje y Blaine con sus vaqueros gastados y sus botas viejas.
Blaine estaba con las manos en los bolsillos y una enorme sonrisa en su atractivo rostro—Creo que tengo ganas de aplaudir ha sido mejor que ver una película romántica.
Me ruboricé mientras cambiaba mi peso de un pie a otro.
Kurt abrió la puerta y me hizo una señal para que pasara—Creo que puedes olvidar lo que te he dicho antes tan sabiamente sobre qué López es una mujeriega.
—Gracias por no despedirme —contesté irónicamente mientras esperábamos a que el encargado comprobaba nuestra reserva—. O al menos, por darme de comer antes.
Blaine me dio un golpecito en el hombro—Kurt no puede permitirse el perderte.
Mientras apartaba la silla para que me sentara, Kurt sonrió— ¿Cómo si no voy a informar a Blaine con regularidad de tu vida amorosa? Es adicto a los culebrones, ¿sabes? Le encantan los dramas románticos.
—Estás de broma —dije soltando un bufido.
Blaine se pasó una mano por el mentón y sonrió—Nunca admitiría ni una cosa ni la otra. Los hombres deben mantener sus secretos ocultos.
Sonreí, pero fui dolorosamente consciente de mis propios secretos. Y de lo rápido que pasaba el tiempo antes de tener que revelarlos a las cinco de la tarde me estaba armando de valor para contar mis secretos. Estaba tensa y triste cuando Santana entró en el Bentley y mi intranquilidad no hizo más que empeorar cuando vi cómo estudiaba mi rostro, que yo trataba de apartar cuando me cogió la mano y se la llevó a los labios, me dieron ganas de llorar aún me estaba recuperando de nuestra discusión en el parque y aquél era el menor de los problemas que debíamos tratar.
No hablamos hasta que llegamos a su apartamento.
Cuando entramos en su casa, me condujo a través de su preciosa y cara sala de estar y a lo largo del pasillo hasta su dormitorio allí, extendido sobre la cama, había un fabuloso vestido de cóctel del color de los ojos de Santana y una bata de seda negra que llegaba hasta los tobillos—Tuve un poco de tiempo para ir de compras antes de la cena de anoche —me explicó.
Mi temor se desvaneció un poco, suavizado por el placer que me produjo su consideración—Gracias.
Colocó mi bolso en una silla junto al vestidor—Quiero que te pongas cómoda puedes ponerte la bata o algo mío. Voy a abrir una botella de vino y nos sentiremos mejor. Cuando estés lista, podremos hablar.
—Me gustaría darme una ducha rápida. —Deseé que pudiéramos separar lo que había ocurrido en el parque de lo que tenía que contarle para así poder tratar cada asunto como se merecía, pero no tuve otra opción. Cada día que pasaba suponía una oportunidad más para que alguien le contara a Santana lo que tenía que escuchar de mis labios.
—Como quieras, cielo estás en tu casa.
Cuando me quité los tacones y me metí en el baño, sentí el peso de su preocupación, pero mi revelación tendría que esperar hasta que yo me sintiera mejor. En un esfuerzo por hacerme con ese control, me tomé mi tiempo bajo la ducha. Por desgracia, eso hizo que me acordara de la que nos habíamos dado juntas esa misma mañana. ¿Había sido nuestra primera y última ducha como pareja?
Cuando estuve preparada, encontré a Santana de pie junto al sofá de la sala de estar.
Ella se había puesto los pantalones de un pijama de seda negro que le quedaba por debajo de la cintura y un top y Nada más. Una pequeña llama parpadeaba en la chimenea y en una cuba llena de hielo colocada sobre la mesita había una botella de vino. En el centro, había dispuesto varias velas de color marfil y su resplandor dorado era la única iluminación aparte de la del fuego—Perdone —dije desde la puerta de la habitación—. Estoy buscando a Santana López, la mujer que no cuenta con ningún romanticismo en su repertorio.
Sonrió tímidamente, una sonrisa infantil que contrastaba enormemente con la sexualidad madura de su torso desnudo—No creo que sea así simplemente intento adivinar lo que te puede complacer y luego pruebo, con la esperanza de acertar.
—Tú me complaces—Crucé la habitación hasta ella y la bata negra osciló alrededor de mis piernas. Me gustó ver que ella se había puesto algo que encajaba con lo que me había regalado.
—Eso quiero —dijo serio—. Me estoy esforzando.
Me detuve delante de ella y bebí ante la belleza de su rostro y la forma tan erótica con que su pelo le acariciaba la parte trasera de su espalda pasé las manos por sus brazos antes de dar un paso más hacia ella y apretar mi rostro contra sus pechos—Oye —murmuró envolviéndome con sus brazos—, ¿esto es por haber sido una estúpida a la hora del almuerzo? ¿O qué es lo que tienes que decirme? Háblame, Britt, para que yo pueda decirte que no va a pasar nada malo.
Acaricié su seno con mi nariz sintiendo su tamaño contra mi mejilla y respirando el olor tranquilizador y familiar de su piel—Deberías sentarte. Tengo que contarte algunas cosas sobre mí. Cosas feas.
Santana me soltó a regañadientes cuando me aparté de ella Me acurruqué en su sofá con las piernas encogidas por debajo de mi cuerpo y ella nos sirvió unas copas de vino dorado antes de sentarse. Inclinándose hacia mí, pasó un brazo por detrás del respaldo del sofá mientras sostenía la copa con la otra mano, prestándome toda su atención.
—Bien. Allá va. —Respiré hondo antes de empezar, sintiéndome aturdida por el elevado ritmo de mi pulso. No podía recordar cuándo había sido la última vez que había estado tan nerviosa ni tan mal—. Mi madre y mi padre nunca se casaron. La verdad es que no sé mucho sobre cómo se conocieron porque ninguno de los dos habla de ello. Sí sé que mi madre procedía de una familia adinerada. No tanto como el que consiguió al casarse después, pero más del que la mayoría de la gente tiene. Se estaba presentando en sociedad con toda la parafernalia del vestido blanco y la presentación el quedarse embarazada de mí fue un error que hizo que la repudiaran, pero se quedó conmigo—Bajé la mirada hacia mi copa—De verdad que la admiro por ello. Tuvo muchas presiones para deshacerse del bebé... de mí, pero siguió adelante con el embarazo. Claro está.
Ella pasaba los dedos por mi cabello mojado tras la ducha—Por suerte para mí —dijo.
Agarré sus dedos y le besé los nudillos y, a continuación, ella colocó la mano sobre mi regazo—Incluso con un bebé, pudo conseguir pescar un millonario. Él era un viudo con un hijo dos años mayor que yo, así que creo que los dos pensaron que se trataba de un acuerdo perfecto. Él viajaba mucho y apenas estaba en casa y mi madre se gastaba su dinero y se ocupaba de criar a su hijo.
—Comprendo la necesidad de dinero, Britt —murmuró—. Yo también necesito tenerlo. Necesito el poder que te da. La seguridad.
Nuestros ojos se miraron. Algo ocurrió entre las dos tras aquella pequeña confesión.
Hizo que me resultara más fácil contar lo que venía después—Yo tenía diez años la primera vez que mi hermanastro me violó...
El pie de su copa se rompió en su mano se movía con tanta rapidez que su rostro se desdibujó mientras agarraba el cuenco de su copa contra su muslo para que no se derramara.
Me puse de pie cuando ella lo hizo— ¿Te has cortado? ¿Estás bien?
—Estoy bien —contestó con voz cortante fue a la cocina para tirar la copa rota haciéndola añicos. Yo dejé la mía con cuidado. Las manos me temblaban. Oí armarios abriéndose y cerrándose. Un momento después, Santana volvió con un vaso de algo más oscuro en la mano.
—Siéntate, Britt. —Me quedé mirándole. Su cuerpo estaba tenso y su mirada, gélida se pasó una mano por la cara y dijo con más suavidad—: Siéntate... por favor.
Mis flaqueantes piernas cedieron y me senté en el filo del sofá, apretándome la bata alrededor del cuerpo Santana se quedó de pie, dando un largo trago a lo que fuera que tenía en la mano—Has dicho la primera vez ¿Cuántas veces fueron?
Respiré varias veces tratando de calmarme—No lo sé perdí la cuenta.
— ¿Se lo contaste a alguien? ¿Se lo contaste a tu madre?
—No por Dios, si lo llega a saber me habría sacado de allí. Pero Nathan se aseguró de que yo estuviera demasiado asustada como para contárselo—Traté de tragar saliva para humedecerme la garganta e hice una mueca al sentir el dolor y la quemazón como si fuera de papel de lija cuando volvió a salirme la voz, apenas fue en forma de susurro—Hubo una vez que me sentí tan mal que casi se lo conté, pero él se dio cuenta Nathan sabía que yo estaba a punto de hacerlo así que le rompió el cuello a mi gata y la dejó sobre mi cama.
— ¡Dios mío! —El pecho se le movía con fuerza—. No es sólo que fuera un hijo de puta, es que estaba loco. Y estaba abusando de ti.... Britt.
—Los criados tuvieron que saberlo—Continué aturdida mientras miraba mis manos retorcerse. Sólo quería terminar con aquello, sacarlo todo para poder volver a guardarlo en el cajón de mi mente donde poder olvidar aquello durante mi vida diaria— El hecho de que tampoco dijeran nada me hizo pensar que también estaban asustados. Eran adultos y no dijeron anda. Yo era una niña. ¿Qué podía hacer si ellos no hacían nada?
— ¿Cómo saliste de aquello? —Preguntó con la voz quebrada— ¿Cuándo acabó?
—Cuando cumplí catorce años creía que estaba teniendo el periodo, pero había demasiada sangre. Mi madre se asustó y me llevó a urgencias. Tuve un aborto. Mientras me examinaban encontraron pruebas de... otros traumatismos. Desgarros vaginales y anales...Santana dejó el vaso en la mesa con un ruido sordo y fuerte—Lo siento —susurré, sintiéndome como si estuviera enferma—Te ahorraría los detalles, pero tienes que saber lo que alguien podría descubrir el hospital denunció los abusos ante los servicios sociales para menores. Todo está en los registros públicos y han sido precintados, pero hay gente que conoce la historia. Cuando mi madre se casó con Stanton, él reforzó aquellos precintos, pagó dinero a cambio de acuerdos de confidencialidad... cosas así. Pero tú tienes derecho a saber que esto puede volver a salir a la luz y hacer que te avergüences.
— ¿Avergonzarme? —Preguntó bruscamente llena de rabia—. La vergüenza no está incluida en la lista de cosas que sentiría.
—Santana...
—Destruiría la carrera de cualquier periodista que escribiera sobre esto y luego desmantelaría la publicación que sacara el artículo. —Su voz sonaba tan fría y llena de furia que era glacial—. Encontraré a ese monstruo que te hizo daño, Britt, donde quiera que esté y voy a hacer que desee estar muerto.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo porque le creí. Lo vi en su rostro. En su voz. En la energía que irradiaba y en su mirada afilada. No sólo era una mirada oscura y peligrosa Santana era una mujer que conseguía lo que quería, no importa lo que costara.
Me puse de pie—No merece la pena el esfuerzo Él no merece que pierdas el tiempo.
—Tú sí. Tú lo mereces. ¡Maldita sea! ¡Joder!
Me acerqué a la chimenea en busca de calor—También hay una estela de dinero. Los policías y los periodistas siempre siguen el dinero. Alguien puede preguntarse por qué mi madre dejó su primer matrimonio por dos millones de dólares, pero su hija, de una relación anterior, se quedó con cinco—Sin mirarle, sentí su repentina quietud—Por supuesto —continué—, es probable que ese puñetero dinero ahora haya aumentado considerablemente, yo no lo toco, pero Stanton administra la cuenta donde lo deposité y todo el mundo sabe que tiene la habilidad de ser un Midas. Si alguna vez te preocupa que yo quiera tu dinero...
—No sigas hablando.
Giré la cara hacia ella Vi su cara, sus ojos Vi la pena y el horror pero lo que más me dolió fue lo que no vi.
Mi mayor pesadilla se había hecho realidad Había temido que mi pasado pudiera afectar negativamente a la atracción que ella sentía por mí le había dicho a Rachel que Santana quizá se quedara conmigo por los motivos equivocados. Que podría quedarse a mi lado, pero que aun así —a todos los efectos—, la perdería de todos modos.
Y parecía que así era.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola!
Bueno en este capitulo se ve el secreto de Brittany algo doloroso :l
Espero le sguste el caítulo y comenten:)
PD: Britt siempre piensa que santana la va a dejar por eso pero creo que no sera asi es para que queden tranquilas ;)
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
holap,..
me gusta cuando se ponen celosas una d la otra,..
es bueno que britt le aya contado a san lo que le paso,... san no va a matar a nadies por ahora,...
a ver como reacciona san ahora,.. y si deja a britt,.. lo que tiene britt es inseguridad por todo lo que le paso!!
nos vemos!!
me gusta cuando se ponen celosas una d la otra,..
es bueno que britt le aya contado a san lo que le paso,... san no va a matar a nadies por ahora,...
a ver como reacciona san ahora,.. y si deja a britt,.. lo que tiene britt es inseguridad por todo lo que le paso!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Genial capitulo, nada mas para decir jajaja!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Es un grandicimo hijo de puta... por fa actualiza, quuero ver como continúan las cosaa entre ellas
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Buen capítulo, estuvo mucho más interesante de lo normal, aunque me hiciste llorar con la confesión de Britthany !!
Espero tu actualización pronto !!
Graciias por hacer este FanFic !!
Eres buena !!
Espero tu actualización pronto !!
Graciias por hacer este FanFic !!
Eres buena !!
AngySalas** - Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 26/07/2014
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Pero que mierda de tipo!!!!
Actualiza pronto por fsvorrr!!!
Saludos
Actualiza pronto por fsvorrr!!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)
Dani, me he perdido de tantoo! :(
ando super enferma y no he tenido oportunidad de entrar al navegador a leer, me arden los ojos, bueno, tengo malestares de gripe y creo que con eso te digo todo, ya me leí estos capítulos pero aún me faltan los del infierno de Santana a partir del 7 así que no piensen que te he abandonado eh, es por cuestiones de salud xD sin más espero que te encuentres muy bien y no como yo kjhfd besos!
ando super enferma y no he tenido oportunidad de entrar al navegador a leer, me arden los ojos, bueno, tengo malestares de gripe y creo que con eso te digo todo, ya me leí estos capítulos pero aún me faltan los del infierno de Santana a partir del 7 así que no piensen que te he abandonado eh, es por cuestiones de salud xD sin más espero que te encuentres muy bien y no como yo kjhfd besos!
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: No te escondo nada (Capitulo 12 7/8/14)
amo este fic asi como amo la saga ...
esos miedos de britt y los celos entre ellas son los que me ponen la piel chinita porque uno nunca sabe como reaccionara santana y siempre sorprende...
falta un poco para el REAL drama!!...
me encanta la forma en que vas adaptando .... no lo dejes plis ..:)
saludos suerte!!!
esos miedos de britt y los celos entre ellas son los que me ponen la piel chinita porque uno nunca sabe como reaccionara santana y siempre sorprende...
falta un poco para el REAL drama!!...
me encanta la forma en que vas adaptando .... no lo dejes plis ..:)
saludos suerte!!!
fanybeaHEYA***** - Mensajes : 208
Fecha de inscripción : 04/03/2014
Edad : 29
Página 3 de 13. • 1, 2, 3, 4 ... 11, 12, 13
Temas similares
» FANFIC BRITTANA "NO TE ESCONDO NADA" CAPITULO 6
» Fanfic [Brittana] Halo.Tomo 3.Heaven. Capitulo: 16 Los durmientes y los muertos
» [Resuelto]Fanfic [Brittana] Halo.Tomo 2.Hades. Capitulo: 32 La espada de Miguel. Epílogo
» Fanfic Brittana! Fallen.. Capitulo 2 (parte 2) Y Capitulo 3- "Dibujo Obscuro"... 30/06/2014
» •Luchare por ti y por nuestro amor• [FanFic Brittana] ---Capitulo 13--- [Brittana, Klaine y Faberry]
» Fanfic [Brittana] Halo.Tomo 3.Heaven. Capitulo: 16 Los durmientes y los muertos
» [Resuelto]Fanfic [Brittana] Halo.Tomo 2.Hades. Capitulo: 32 La espada de Miguel. Epílogo
» Fanfic Brittana! Fallen.. Capitulo 2 (parte 2) Y Capitulo 3- "Dibujo Obscuro"... 30/06/2014
» •Luchare por ti y por nuestro amor• [FanFic Brittana] ---Capitulo 13--- [Brittana, Klaine y Faberry]
Página 3 de 13.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1