[FIC BRITTANA] Beside You - capitulo 18, actualización 25/01/15

holap pau!!!!,...

me gusto,...
espero que hanna sepa guardar por mucho tiempo el secreto,...
britt va demasiado rápido para decir un te quiero a san aunque no la haya escuchado???

nos vemos!!!

PD: los que mas me gustaron fueron mmmm,.. 50 sombras (es completo), pídeme lo que quieras (recién el el 1er libro pero no esta terminado, pero la trilogía es genial), 13 horas y como eligieron mas de una room 47,... mis favoritas!!!

Que intenso el capitulo , pero wanky *-* que bonito que Britt empieza a sentir algo por San aparte en una de esas es verdad pu, como dijo Puck una vez: Uno no elije al amor, el amor te elije a ti

Wanky...❤ escribió:Cada capítulos es mucho mejor que el anterior! Me encanta demasiado :D un fic brittana muy bueno es ROOM 47 es uno de mis favoritos pero no esta acabado aun así tiene muchos capítulos espero que te guste see you soon!;)

Me alegra que te guste mi fic, y sobre todo por tu critica tan amable. Me recomendaron Room 47, pero busco un fic que sea de sexo rápido. Tipo, que no me lleve 20 capitulos el sexo, me dijeron que en Room 47 el sexo viene después de mil... Y yo necesito acción, si no me aburro y lo dejo por la mitad. Y no es algo que me guste hacer... ¡GRACIAS POR COMENTAR!

Micky Morales escribió:excelente capitulo, en cuanto a que las historias son tu fantasia, estoy de acuerdo pq a mi me pasa igual, por eso me molesto tanto por la falta de consideracion al dejar sin actualizar siglos, y sin ninguna explicacion, si vieras la cantidad de fics desde el 2013 no te lo creerias, bien gracias por el capitulo y hasta pronto!

¡Gracias! Me alegra que te guste. Y si, vi todos los fics que se quedaron por la mitad en 2013... Es una pena porque muchos son buenos, y los que no valen la pena leerlos, estan todos acabados. D: ¡Gracias por comentar!

Dolomiti escribió:Mmmmmm.... Wanky jajaja que mal que san no se quizo quedar con britt espero que hanna sea confiable y guarde el secreto brittana nos leemos la siguiente actu!! Saludines.
Pd. Coincido room 47 es muy bueno, pero no esta terminado, si no mal recuerdo son algo así como 29 caps, beautiful stranger, 13 horas y wallbanger... Quizá alguno te llame la atención saludos

Muy wanky, me alegra que te guste. Bueno, seguro que hay mas posibilidades y muchos mas días para que duerman juntas! no te preocupes por eso y si, Hanna es confiable, no creo que sea mala. No esta en mis planes, jajaja, bueno, todos dicen Room 47, y yo sigo diciendo, que busco un fic que no me haga esperar 20 capitulos en que haya acción, necesito uno rapido, o mas o menos 9 capitulos, no aguanto más, es como que, me agobio xD y como ya he dicho no me gusta dejar los libros por la mitad :(

3:) escribió:holap pau!!!!,...

me gusto,...
espero que hanna sepa guardar por mucho tiempo el secreto,...
britt va demasiado rápido para decir un te quiero a san aunque no la haya escuchado???

nos vemos!!!

PD: los que mas me gustaron fueron mmmm,.. 50 sombras (es completo), pídeme lo que quieras (recién el el 1er libro pero no esta terminado, pero la trilogía es genial), 13 horas y como eligieron mas de una room 47,... mis favoritas!!!

¡Hola señorita desaparecida! Hanna es confiable, todos me lo dicen, yo les digo que se puede confiar en ella cien por cien sin problemas. ¡Gracias por comentar, y por volver!


Y si, leí todos los que me dijiste... Oh dios Pideme Lo Que Quieras, es el fic mas genial que leí en toda mi vida. Pero no esta acabado, en cuanto los otros, 13 horas tal vez lo lea, y Room 47, digo lo mismo que antes, no me gusta esperar tanto con un fic porque me aburro y lo dejo por la mitad...


Gracias a todas y todos los que comentaron, ¡gracias!

BESIDE YOU||CAPITULO 13||¿Porque intentarlo?

-Ashley, estoy aquí, ¿me abres o que mierda hago? –Susurró Santana tiritando de frio, frente la casa de su amiga.

-Pues entra enferma, estamos a menos tres grados, ¿Quieres que los pelos de tu vagina se pongan de punta?

-Pues ábreme la puta puerta, joder.

-Está bien, ya voy, ya voy. –Santana se acercó a la puerta y vio a su amiga bajar corriendo las escaleras.

Ashley abrió la puerta rápidamente acariciando sus brazos por el frio.



-Vale, quiero saber que mierda haces aquí, ¿No ibas a dormir con ella?

-Sí, pero he cambiado de opinión. –Santana pasó delante de su mejor amiga, y se dirigió a las escaleras y subió hasta llegar a la habitación de Ashley dejándola atrás.

Saltó a la cama de su amiga, y suspiró profundamente. Sintió un molesto dolor donde no debería, y volvió a levantarse, Ashley entró por la puerta, y Santana volvió a echarse en la cama, esta vez sin ser tan brusca.

-Brittany sabe que tú lo sabes.

-Mierda… ¿Te ha echado? ¿Por eso has venido?

-No, pero simplemente, no me apetecía quedarme.

-Esto es muy raro, el día que me digas ‘He rechazado un polvo’ me daré permiso a mí misma para ir, golpearte la cabeza y después llevarte a un psicólogo. –Contestó irónicamente.

-Tengo mucho sueño.

-No, no tienes sueño, tienes que hacerme la manicura.

-¿Enserio? Son las diez y media de la noche.

-Ósea, ¿interrumpes en mi casa como si nada, y te niegas a hacerme la manicura?–Alzó la voz irónicamente. –Sabes que soy muy torpe para estas cosas, además mañana tengo una fiesta, y quiero pintarlas rosas para mi conjunto, te mandaré una foto.

-No tengo ganas, te las pintaré mañana a la hora del recreo.

-Oye, ¿Qué te pasa? Si te arrepientes de haberte ido, vuelve, no creo que te rechace si le ofreces una bonita y jugosa vagina para disfrutarla, tocarla… y bueno esas cosas que hacéis las lesbianas.

-¡Ash por dios! –Santana golpeó el hombro de Ashley cabreada.

-Cuéntale a mamá que te pasa.

-No es nada, simplemente… -Tomo aire profundamente. –No, nada, es igual.

-A mamá no se le engaña, ¿qué ronda por esa cabecita?

-Cuando me subí al ascensor, y las puertas se cerraron, juraría haber oído decir a Brittany ‘Te quiero Santana’ No sabía si flipar o que.

-Vale, ¿Y que tiene eso de malo?

-Pues, mucho, solo hace una semana que nos conocemos.

-Sí, pero habéis intimidado.

-Eso no tiene nada que ver, he intimado con muchas chicas, y ninguna me ha dicho ‘Te quiero’. –Contestó Santana dejando caer sus puños sobre el edredón.

-Cuando yo te digo te quiero, es porque te aprecio y porque eres mi mejor amiga, ya sabes, no porque este enamorada de ti. –Torció la comisura de sus labios y se encogió de hombros. –Pero aun así te digo que te quiero porque te quiero, pero no de la manera a la que nos estamos refiriendo.

-Lo sé. ¿Entonces qué hago?

-Pues cuando tengáis un momento asolas, le preguntas si lo dijo, y a que se refería, no creo que cambie nada si ella te quiere.

-Bueno, cambia mucho, me gusta mucho, y me encanta estar con ella, pero sabes que es muy difícil para mí decirle eso a alguien.

-Es difícil decir te quiero, pero es fácil abrirte de piernas con la primera que te pasa por delante.

-No es lo mismo, vale, además yo sé a quién me tiro, y a quien no.

-Vale, mejor vete a dormir, encontraré otra persona que me haga la manicura. –Contestó refunfuñona.

-¿Por qué?

-Odio hablar contigo cuando estas a la defensiva.

-¡No estoy a la defensiva! –Alzó la voz. –Bueno, -Se encogió de hombros. –Tal vez un poco, pero más que nada confusa.

-Confusa, ¿Por qué…?

-Porque si ella ha dicho eso de la manera de la que estamos hablando, y yo no sé lo que siento pero si lo que siento es lo que yo creo que ella siente no sabría cómo decir lo que siento. –Dijo rápidamente. -¡Oh! Todo esto es un dilema. –Terminó Santana llevando las palmas de sus manos a su cara, y dejando caer su cuerpo hacia un lado.

-Mírame. –Murmuró Ashley, Santana volvió a su compostura y miró a su amiga. –Estas buena, ella está buena, tenéis química, si, ha pasado poco tiempo pero eso tiene que darte igual.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Quiero decir, que si siente lo que ha dicho que siente y tú crees que sientes lo que ella siente, pero no lo dices porque aún no sabes si lo sientes… -Ashley se calló un momento y entre cerró los ojos.- Tienes razón esto es un dilema. –Torció sus labios, y se inclinó a su mejor amiga. –Vamos, no te desanimes, lo hablas con ella y fácil, no quiero ver a mi mejor amiga triste. –Ashley hizo un puchero, y Santana sonrió ampliamente.

-Lo único que quieres es que te pinte las uñas. –Se encogió de hombros. –Por eso intentas hacer que me sienta mejor.

-Sí, pero también lo hago porque te quiero y porque no me gusta verte con ese carácter mal humorado. –Se inclinó y abrazó a su mejor amiga.

Santana abrió las sabanas de la cama, estaba muy cansada, y real mente necesitaba dormir algo.

-¿Te importa si me cambio aquí?

-¿Cuándo me ha importado eso? –Santana dibujó una dulce sonrisa en sus labios y se quitó la blusa, después los pantalones.

El timbre sonó mientras Santana se ponía los pantalones de pijama, Ashley se levantó.

-Sorpresa.

Santana vio cómo su amiga se esfumaba por la puerta de su habitación tan rápido como un Ferrari en una carrera, y terminó de ponerse el pijama tan rápido como pudo. Cogió las zapatillas de su amiga, de color marrones y llenas de pelo, con una cabeza de perro que sobre salía de la punta de la zapatilla, y caminó hasta abajo.

Al llegar al pie de las escaleras vio a Alison con una mochila negra, y una bolsa de StarBucks.

-¡Fiesta de pijamas! –Gritó Alison.

-Oh no, no, no, no, no. Quiero dormir. –Reprochó Santana con un dedo alzado al aire y los labios fruncidos.

-¡Traigo bollos de chocolate!

-Está bien, fiesta de pijamas hasta que me coma un bollo de esos.

-¡Genial! –Gritó con entusiasmo.

Ambas subieron, y volvieron a la habitación de Ashley.



****

Ashley y Alison estaban entre sí haciendo cosas que Santana no haría, Santana llevaba un rato hablando con Brittany por mensajes, mientras comía bollos de chocolate, era su segundo bollo, y estaba a punto de comer el tercero, Ashley amaba el chocolate, pero se castigaba cuando lo comía aunque esta noche había comido uno, y Alison otro, Alison lo compraba con tal de ver una sonrisa en el rostro de su mejor amiga, siempre que dormían las tres juntas traía algún dulce para Santana, porque era lo que le alegraba, comer chocolate.

El chocolate no es solo un dulce, el chocolate sirve para muchas cosas, es un afrodisiaco que te hace gemir sin tener que estar practicando el acto sexual. Pero si tomas chocolate antes del acto sexual, siempre es más activo. Y a Santana le volvía loca tener sexo después de comer chocolate, o poner chocolate en los pezones de sus amantes, el placer de Santana, el chocolate y la bollería.



-¿Qué haces? –Preguntó Santana a su profesora por mensaje.

-Estoy en el sofá viendo la televisión, nada del otro mundo. ¿Tu?–

-Estoy con Alison y Ashley, se están pintando las uñas y esas cosas. –

-¿No te gusta hacer esas cosas?

-No, no me gustan esas cosas, demasiado cursis para mi estilo.

-Vaya, pues somos de polos opuestos.

-Me gusta, pero solo para cosas especiales, bodas, o fiestas.

Santana con un bollo de chocolate sobre la cama de Ashley, y su teléfono entre las manos, seguía mensajeando con su profesora sin parar, mientras las dos A hablaban de cómo iba a ser la fiesta de mañana, y básicamente hablaban de cosas que a Santana no le interesaban.

-Debería haberme quedado contigo. –Contestó Santana mordiendo el interior de su mejilla.

-Deberías haberte quedado conmigo.

-Puedo volver, si quieres.

-Sería genial pero me tengo que ir a dormir.

-Sí, yo también.

-¿Te veo mañana?

-Me ves mañana, buenas noches Santana.

-Buenas noches tía buena.



Santana dejó el teléfono sobre la mesita de noche de Ashley, y se levantó de la cama, se acercó a sus amigas y se sentó en el suelo.

-Vale, decirme que estáis haciendo antes de que me quede dormida y os de por pintarme la cara.

-A Ashley le gusta un chico.

-¡¿Qué?! ¿Y no me lo cuentas?

-Quería que estuvieseis las dos, no te lo iba a contar solo a ti.

-¿Pues a que esperas?

-No es de aquí, vive por la montaña le he visto un par de veces y mañana después de la fiesta iremos a su casa.

-¡No! –Gritó Alison. -¡No, puede, ser!

-A ver, no he dicho nada de sexo.

-Ni nosotras tampoco. –Carcajeo Santana encogiéndose de hombros.

-No sé qué pasará ahí dentro, pero hasta que no sepa que él es el correcto, su pene se mantendrá fuera de mi vagina.

-Amo como dices las cosas, tan rudo, y basto. –Se burló Alison con ironía.

-Ella es así de especial, siempre añade a sus frases las palabras ‘Vagina’ ‘Pene’ o ‘Algo jugoso’.

-Dejarme en paz, simplemente, tengo ganas.

-Pues hazlo, es tan fácil como ir y hacerlo. –Santana le dio un bocado a su bollo de chocolate.

-Estoy deprimida.

-Toma, muerde. –Santana puso su bollo entre los labios de Ashley.

-No debo… -Ashley abrió su boca y mordió el bollo. –Si luego me siento mal será tu culpa.

-Que va, esto me lo agradecerás, ¿Sabes lo bueno esta esta esto?

-No, no lo sé. –Contestó irónicamente.

-Muy graciosa. –Dijo Santana sarcástica. –Tengo mucho sueño.

-Si yo también. –Continuó Alison. Ambas se levantaron del suelo.

-¿En serio? Pero si solo son las doce.

-Oh, ¿te parece poco? –Alison y Santana se metieron en la cama de Ashley, y apagaron las luces.

-Encima me quitáis mi cama. –Alison se levantó y fue hacia el sofá que había bajo la ventana, y se tumbó en él.

-Vamos, ven aquí idiota. –Susurró Santana, Ashley se tumbó al lado de Santana.

Ambas se giraron hacia diferente lado, y quedaron plácidamente dormidas.





****

Brittany estaba vestida, y con su café en las manos, tenía el maletín preparado para ir a trabajar, e iba con una blusa blanca y una falda marrón ajustada a su cintura que tocaba sus rodillas.

Brittany no dejaba de pensar en lo que ayer había dicho cuando Santana se fue, ella sabía que no lo decía de forma seria, Brittany quería a Santana, pero no la quería de modo serio y formal. Brittany buscaba una relación pero siempre y cuando supiese más de esa persona.

A Brittany siempre le ha encantado compartir sus sentimientos, llegar a casa y preparar la cena para alguien, o llegar y poder saludar a alguien, odiaba dormir sola, y odiaba hacer todo sola, solo tenía a Quinn, y la única persona que le había hecho sentir algo, hacerle sentir ganas de hacer algo, había sido Santana.

Pero era algo imposible, o eso pensaba ella. Estar con una menor era ilegal, y eso la retenía, pero ver las curvas de su alumna la volvía loca, no creía que nadie pudiese resistirse a semejante chica.

Brittany se puso una chaqueta de terciopelo negra, y salió por la puerta con su maletín en las manos. Subió a su coche y condujo hasta el instituto.



****



Brittany estaba en el despacho de profesores, preparando los deberes de su clase, dentro de dos horas, el timbre no había sonado, así que los alumnos aún estaban en la puerta, Brittany le dio un trago a su café y escuchó la puerta abrirse, entraron dos profesores jóvenes.

Brittany no era cotilla, pero sin embargo, si tenía la oportunidad de escuchar algo morboso, lo escuchaba.

-Hay rumores de que una alumna se acuesta con un profesor.

-No, creo que es profesora.

-¿Relación entre chicas? Eso no es un poco… ¿Raro?

-Raro si vives en el mundo medieval, tanto las alumnas como los alumnos están con las hormonas fuera de lugar. –Brittany atentamente, con los ojos abiertos de par en par, su corazón iba a salir por su garganta. Estaba perdida.

-Si es cierto, cuando se sepa quién es se liara una gorda, el director es muy homofobo.

-Yo creo que es gay, y odia a las chicas bolleras. –Brittany recogió sus papeles bruscamente, y cerró su ordenador de un golpe. Abandonando su taza de café, salió del despacho muy cabreada, y asustada.

<< Debo terminar con esto, debo terminar con esto, debo terminar con esto >>

Botaba en la mente de Brittany mientras caminaba por el pasillo con su maletín en la mano y la chaqueta en su brazo. Brittany iba a renunciar a Santana, si con tal de eso no acababa en la cárcel.





****



Santana, Ashley y Alison acababan la clase de Brittany, Santana había evitado sonrisas con ella durante toda la hora, ella estaba deseando verla en su despacho, y abrirle las piernas.



El sonido del timbre rebotó contra las paredes, y todos los alumnos se levantaron.

-No olvidéis los deberes para el lunes. –Todos se marcharon excepto Santana, tardó en recoger sus cosas apropósito, y cuando todo estaba recogido y solo quedaron ambas en el aula Santana se acercó sin ningún propósito sexual, o al menos eso intentaba.

-Hola Srta. Pierce. –Dijo en tono sensual, cuando esta se levantó y caminó hacia la puerta.

-Buenos días Santana. –Contestó secamente, Santana le miró al rostro y vio que algo no iba bien, Brittany se marchó mientras Santana se quedaba tiesa en medio de la clase, varios minutos.

No alcanzaba a comprender porque su profesora había sido tan brusca con ella, el día que la conoció Brittany era dulce y amable. No sabía nada de ella, y aun así era amable.



Santana salió del aula, y caminó sigilosamente hasta el despacho de su profesora, donde aclararía por qué le había contestado tan fría mente, y que le pasaba, su rostro la delataba, y Santana no era tonta.

-¿Srta. Pierce? –Santana entró al despacho y vio a una chica morena quitándose el abrigo.

-Soy Alicia, soy nueva profesora, la Srta. Pierce no tiene más clases hoy, pero tal vez pueda ayudarla yo.

-No creo que puedas ayudarme en lo que necesito… -Susurró Santana, de modo que solo pudo oír ella sus palabras.

-¿Disculpe?

-No nada, hablaré el lunes con ella.

-Está bien, ten un buen fin de semana hermosa.

Santana se quedó parada mirando la puerta unos segundos, recapacitando la última palabra de la frase de Alicia.

-Lo, lo mismo digo. –Fingió una sonrisa sin siquiera mirarla, y salió del despacho muy deprisa.

Santana observó los pasillos vacíos, y en el suelo blanco y brillante veía como las luces del techo se reflejaban en las ráchalas que parecían de hospital.

Santana caminó deprisa y decidida, quedaban muchas horas para poder salir del instituto, la mejor manera era llamar.



-¿Se puede saber dónde estabas? Te hemos buscado por todas partes. –Ashley cogió del brazo a Santana y tiró de ella bruscamente.

-¿Qué mierda te pasa Santana? –Preguntó Alison.

-Nada, no me pasa nada. –Santana tiró de su brazo y se soltó de la mano de su amiga. –Y no vuelvas a cogerme así del brazo, si no quieres problemas.

Santana caminó hasta llegar fuera del edificio, todos los alumnos estaban en grupos sobre el césped, algunos jugaban al futbol, y otros estaban con el ordenador.

Santana caminó hasta la enorme puerta de instituto y se sentó en el césped de al lado, cogió el teléfono de su amiga y marcó el número de Brittany.

<<Lo sentimos, esta llamada ha sido desviada[/i]. >>

Santana miró el teléfono, y vio el inicio, volvió a marcar el número de Brittany.

<<Lo sentimos, esta llamada ha sido desviada. >>



Santana apretó el teléfono con sus manos, lo levantó para poder lanzarlo al suelo.

-Eh, que ese móvil es mío. –Dijo Ashley caminando hacia ella de brazos cruzados. -¿Qué te pasa?

-No me pasa nada. –Contestó Santana, tratando que se fuera y le dejara los diez minutos que quedaban de recreo sola.

-Vamos, no soy tonta, cuéntale a mamá que ha pasado. –Ashley se sentó al lado de su mejor amiga, y le rodeo el brazo sobre el cuello.

-Brittany ha desviado mis llamadas, hoy no me ha mirado a la cara, y no sé por qué.

-¿Estas segura de que ha desviado las llamadas?

-Claro, tengo el teléfono bien apuntado.

-Bueno, pues llámala con mi número.

-Ella sabe cuál es tu número, llame ayer, no creo que sea tan tonta.

-Pues no tienes más remedio que esperar, hasta que puedas ir a verla.

-Lo sé, iré después de comer, supongo.

-Bien, tal vez ha tenido un mal día. –Ashley se levantó y tomó la mano de su amiga, tirando de ella hasta dejarla recta en el suelo. –Vámonos, Alison está esperando.



****



-¿Alguien puede citarme una frase de William Shakespeare?

Santana levantó la mano, la única que levantaba la mano en clase de historia cuando hablaban de Shakespeare.

-¿Santana?

-Se puede hacer mucho con el odio, pero más aún con el amor.

-Gracias, ¿Alguien puede decirme el significado de esta frase?

Santana volvió a levantar la mano.

-El odio hace daño, pero cuando se habla del amor el algo que puede llegar a doler más, porque cuando amas a alguien le entregas tu alma, cuerpo y espíritu, aunque el odio es lo mismo, después del amor puede haber odio, u odio antes del amor.

-Buena reflexión, pero eso no es lo que busco. –El señor Fitz tomó aire, y miró en su libro. -¿Alguien puede citarme una frase de Walt Whitman?

Alison alzó la mano.

-¿Alison?

-Quédate conmigo hoy, vive conmigo un día y una noche y te mostraré el origen de todos los poemas.

-Genial. ¿Puedes definirme esa frase? Como Santana ha hecho.



****



-Bueno chicos, para el lunes necesito una lista de los poetas más famosos que conozcáis, nos vemos el lunes, y que tengan un genial fin de semana.





Santana, Alison y Ashley recogieron sus cosas, y las tres salieron del edificio con eficacia y rapidez, las tres estaban muertas de hambre, y Santana lo único que quería  era ir a ver a su profesora. ¿Debía hacer la maleta?



Santana llego a casa, y tiró la mochila en la entrada, entro a la cocina y encontró a su padre cocinando.

-¿Y mamá?

-Ella tiene trabajo, yo me iré después de comer.

-¿Qué vamos a comer?

-Carne y patatas hervidas. –Santana se encogió de hombros y se sentó en la mesa.

-¿Cómo esta Daniel?

-Se encuentra mejor, está viendo la televisión en tu habitación, espero que no te importe.

-No, claro que no.

-Santana debo pedirte un favor, es muy importante. –Santana se encogió de hombros y cogió una manzana de la cesta que había sobre la mesa.

-Dime. –Dijo después de morder la manzana.

-Se me ha roto el coche, ahora no tengo dinero para pagar la reparación, y necesito el tuyo.

-Claro, no hay problema, todo tuyo. –Santana lanzó las llaves de su coche por la mesa.

-Solo será un tiempo, la semana que viene tengo un caso, ganaré lo suficiente como para arreglarlo.

-¿Qué se ha roto?

-Alguien ha pintado la tapicería y me ha roto todos los cristales, las ruedas están pinchadas, y los retrovisores hechos polvo.

-Por lo menos unos mil dólares… Que cabrones. –Santana mordió su manzana, y la dejó sobre la mesa para hacerse una coleta.

-Tienes suerte de que tu madre no está aquí, los tacos están prohibidos.

-Sí, lo sé, lo siento. –





*****



Brittany salió de la ducha apagada, no se sentía bien, sabía que su vida se iba a volver un desastre cuando todos supieran que era ella la profesora que se estaba acostando con una alumna, Brittany no solo se sentía mal por alejarse de Santana, se sentía mal por el hecho de que acabaría en la cárcel si se descubriera.



Brittany se deslizó hasta su vestidor y cogió un pantalón de chándal gris, ajustado a su tobillo y anchos en sus muslos. Y una camisa de tirantes blanca, no estaba con ánimos de arreglarse, ni si quiera para estar en casa.



Su teléfono sonó varias veces y lo ignoró completamente, tal vez era Santana, pero no quería hablar con ella. Tampoco darle explicaciones, si esto se sabía, era porque su amiga lo sabía, Brittany estaba aterrorizada por lo que iban a decir de ella, y lo que posiblemente le harían… No había durado medio año como profesora, su primer año, y ella sola lo había arruinado.

Brittany, cansada, fue hacia su despensa y sacó una botella de wiski, ella no bebía pero si era cierto que el alcohol te hacía sentir mejor cuando estabas mal, a Brittany le daba igual pasarse el fin de semana ebria.

Se sirvió un vaso de Wiski y se lo bebió de un trago. La garganta le raspaba. Retiró la botella y su teléfono volvió a sonar, eran las seis y media, y se estaba haciendo de noche.

Era Quinn

<<Nunca podré estar tranquila. >>

Pensó.

-Dime Quinn.

-¿Dónde estás? Deberías estar aquí hace una hora.

-No voy a ir.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque no tengo ganas, no me siento bien. –Brittany cortó la llamada, cabreada, y apagó su teléfono.

Se sirvió otro vado de Wiski, y volvió a bebérselo de un trago.

Sin ninguna luz encendida, miró por el gran ventanal que había al lado de su sofá tumbada en él y hundida en la oscuridad.

Se hacía tarde, y lo único productivo que había hecho había sido beberse tres vasos de Wiski, le sorprendía no estar ebria y mareada.



El timbre sonó, Brittany se lo esperaba, se levantó como si nada, no se sentía mareada, simplemente se sentía agobiada de tanto pensar.

Al abrir la puerta se encontró a su alumna de brazos cruzados y con un rostro demasiado apagado.

-Dime que no me coges el teléfono porque se te ha estropeado, y que me has hablado y mirado así en clase para hacer un papel mejor y evitar que supieran que estamos liadas. –Dijo con mucha rapidez, sin casi aliento. Trató de entrar, y Brittany la paró poniendo la mano en la puerta.

-Vete Santana.

-¿Brittany, que te pasa?

-Esto se ha terminado, no tengo que darte explicaciones.

-Sí, si tienes que darme explicaciones, he venido andando hasta aquí por una explicación, así que quiero una explicación.

-Vete, por favor.

-¡No! No hasta que me digas que mierda te pasa. –Santana se encogió de hombros, estaba cabreada, furiosa, frustrada.

-No quiero cerrarte la puerta en la cara, por favor, márchate.

-Por favor, dime que he hecho mal.

-No quiero intentar algo que acabará siendo un desastre. Adiós, Santana. –Brittany retrocedió un paso, y cerró la puerta.

No quería hacer las cosas así, así no es como debería haber acabado, pero Brittany sabía que si dejaba que Santana pasara, acabarían de nuevo una sobre la otra, Brittany lo tenía claro.

Brittany se sentó en el sofá, con las lágrimas al borde de los ojos, jamás se había sentido tan mal consigo misma.  

Se sirvió un vaso más de Wiski, y pensó.

<< Se acabó. >>



*****

Santana se quedó parada en la puerta sin decir nada, las lágrimas caían por sus ojos a medida que pasaban los segundos, no solo se sentía mal, se sentía frustrada, no sabía qué hacer.

Santana se decidió y bajó corriendo por las escaleras, cabreada, se golpeaba contra las paredes a medida que bajaba un piso.

Al llegar abajo, Santana comenzó a llorar con más fuerza, las calles estaban vacías, sus pensamientos hacían eco, igual que las palabras de Brittany, Santana jamás había sido rechazada, y tampoco nadie antes le había hecho algo así.



Santana salió se paró frente un local vacío, apoyó su cuerpo sobre una pared embarrada, se alejó unos centímetros y miró la pared unos segundos, la rabia estaba a punto de hacerle explotar, Santana alzó su puño al aire.

Golpeó la pared varias veces, Santana gritaba mientras golpeaba la pared, estaba frustrada, estaba muy cabreada con todo el mundo. Santana volvió a golpear la pared de nuevo, al quinto golpe no podía sentir la mano, pero no era suficiente.

Volvió a golpear la pared, esta vez con mucha más fuerza.

Alguien cogió a Santana por la espalda, y paró sus golpes, Santana no podía ver su cara. Santana levantó su mano, su mano ardía y no sentía nada más que su mano entera palpitar y las gotas de sangre cayendo por sus dedos, Santana se volteó rápidamente.



-¿Quién coño eres tú?







-----------------------



Bueno aqui termina el capitulo... Espero que no me odien por dejarles este final, pero es lo que toca. COMENTEN todo lo que me odian, y todo lo lo malo que quieres hacerme xD Pero comenten mucho.

volveré el domingo que viene a la misma hora, solo SI COMENTAN MUCHO, si no no se cuando volvere ah. nah es broma, pero espero que pronto!

Noooooooo!!! Tienes que estar bromeando!!! No puedes dejarlo así sin mas y decir que el siguiente cap es hasta el próximo domingo!!!! Es un mala broma verdad??? Tienes que actualizar antes!!!! aaaawwww!!! Ya quiero saber mas

holap pau,...

britt a estas alturas aunque sea tarde y les duela a las dos esta siendo razonable,...
ahora no se quizás ese ¿alguien? es un nuev@/amig@ san y posible competencia de britt!!!
o quizás no a ver que pasa???
es raro pero no te odio por el capitulo ja!!!

nos vemos!!

PD: pídeme lo que quieras! es una de mis trilogías favoritas,... como te dije lastima que no esta terminado (el final del primer libero es interesante jajaj)!!! los libros esta alucinantes!!! lo tenes que leer!!!

Me gusto mucho el capitulo, espero que Brittany se mantenga en su palabra de alejarse de Santana y yo creo que los rumores que hay en la escuela sobre que una profesora y una alumna andan no es sobre ellas o por lo menos eso me hace pensar la forma en la que le hablo esa tal Alicia a Santana. ¡En finnnnnn! Ya veremos que pasa.

Espero tu actualización, saludos. :)

Vaya dramonnnn! Ojala que todo se alegre y espero que la persona misteriosa sea o brittany o otra nueva competencia para que brittany se ponga celosa... Wanky! Bajajaja esperando desde ya tu actualización! <3
Pd: yo si que te leo en wattpad jajajajajajaja y creo que no soy la única... Es mucho mas cómodo :)

oh por favor actualiza andale si???? quiero ver quien llego cuando san estaba llorando

-Te lo diré cuando te calmes, por dios mira como tienes la mano. –Esa mujer sostuvo a Santana en sus brazos, para que no cayera, su mano temblaba igual que todo su cuerpo.

-Suéltame.

-No, es posible que tengas esa mano rota, sube a mi casa.

-Podrías ser una asesina.

-¿Tengo cara de serlo? –Aquella mujer, sonrió dulcemente, Santana se fijó en sus hermosos hoyuelos, y en sus ojos azules. Melena rubia y una sonrisa completa y hermosa. –A demás, no me arriesgaría a tratar de asesinarte después de verte pegar esos golpes.

Santana y esa chica, caminaron hasta un edificio, justo al lado del edificio de Brittany, las lágrimas caían poco a poco por los ojos de Santana, se sentía destrozada, le dolía la mano, ahora solo sentía pena por sí misma. Seguir cabreada no conseguiría que Brittany hablase con ella. Todo era un desastre.



Santana entró en el apartamento, de la chica sin nombre, y se fijó en la hermosa decoración de la casa, todo en blanco y gris. Un sofá que hacia esquina, y delante una barra que daba a la cocina, con la televisión collada a la pared, y una mesa al otro extremo, con patas de hierro y plástico duro.

-Siéntate, pondré la calefacción.

Santana hizo lo que ella pidió, miró su mano, la sangre seguía cayendo, y se fijó en las pieles fuera de su sitio, tenía todos los nudillos destrozados, le dolía la mano, y lo único que podía hacer era mantenerla quieta.

Aquella mujer vino y trajo dos tazas de té, le entregó una a Santana, y ella la dejó sobre la mesa después de darle un sorbo.

-Mi nombre es Amy, ¿Y el tuyo?

-Santana.

-Eres joven, por lo que veo ¿Qué te ha pasado?

-Nada, solo me he cabreado.

-Para dejarte la mano así, no creo que fuese un simple cabreo. –Se encogió de hombros.

-Lo sé, pero prefiero no contarlo. –No quería contar que su profesora le había rechazado.

-Mi novia, Karma, vendrá en unos minutos, me dijo que estaba buscando aparcamiento cuando te vi dando golpes.

-No tenías que haberte molestado, se cuidarme sola…

-No en ese estado, ¿vives muy lejos de aquí?

-A veinte minutos andando.

-Veo que vives por el centro, luego te llevaré a casa. –Santana tomo aire, y bebió de su té, sosteniendo la taza con una sola mano. –Después de que Karma vea tu mano, debe estar rota.

-Me duele mucho.

-¿Es la primera vez que golpeas algo así?

-No, pero nunca me había hecho esto. –Alzó su mano con cuidado. –Soy un desastre.

-No digas eso, todos hemos hecho eso.

-No, esto es como una autolesión, y yo no hago eso. Me siento fatal. –Santana limpio una lágrima que rodó por su mejilla rápidamente, odiaba que la gente la viese llorar.

-Cuéntame porque has hecho esto.

-Básicamente, no puedo contarlo, lo siento. –Terminó Santana.

-Puedes explicármelo sin explicármelo. –Santana asintió, iba a contárselo, sin nombrar la palabra profesora, y Brittany.

-Estaba con una chica, más adulta que yo, bastante más, todo era genial, me sentía genial con ella, este fin de semana íbamos a irnos, pero me ha dejado. Por así decirlo.

-¿Edad?

-Veintiséis…

-Bueno, es algo complicado. Pero en mi defensa, diré que yo tengo veintiocho y que mi novia tiene veinte, y la conocí con veinte años.

-¿Ella tenía doce años? –Contestó sorprendida Santana.

-Yo estaba haciendo prácticas en un restaurante, y ella vino a cenar con unas amigas, es impresionante como con solo doce años pudiese ser tan coqueta. –Dijo con una dulce sonrisa en sus labios.

-Pero como fue eso, ¿Comenzasteis a salir al día siguiente?

-No, nada de eso, estuvimos un año liadas, ella no quería que nadie supiese lo nuestro, porque no había salido del armario, y me hizo esperar dos años para tener sexo. –Suspiró profundamente. –Pero valió la pena, estamos a punto de casarnos.

-Eso es algo precioso. –Santana miró hacia el techo, imaginando algo así con Brittany, y acto seguido miró al suelo. –No creo que ella vuelva a mirarme igual.

-¿Le quieres?

-¿Te puedes enamorar en una semana? –Amy se sorprendió, pero no demasiado.

-Claro, yo no podía dejar de pensar en Karma desde la primera vez que la vi, y lo mejor era que todo lo que teníamos era para nosotras solas, no podíamos vernos con otras personas, pero eso no me importaba, con sus besos era suficiente.

Santana reflexionó un momento, todo había sido su culpa, ella había obligado a Brittany a ir a Starbucks, ella había conseguido que Ashley las viera, y tal vez alguien más. Ella fue muy deprisa con todo, sabía que lo había hecho mal, pero era tarde para volver a empezar con Brittany.

Ella estaba cabreada, estaba muy cabreada. Santana quería correr por ella, no quería sexo, no esta vez, solo necesitaba sus labios, sus caricias y sus cálidos abrazos, necesitaba una explicación. Santana estaba dispuesta a empezar de nuevo.

La puerta se abrió y Amy se levantó, y recibió a una morena, un poco más alta que ella, y le dio un dulce y lento suave en los labios.

-Cariño, debes mirarle la mano. –Karma, soltó sus cosas sobre la mesa, y se acercó a Santana.

-¡Dios mío qué mano! ¿Qué te ha pasado?

-No preguntes, solo mira si la tiene rota, o que. –Contestó Amy, parecía que comprendía el no poder contar la relación de un menor con un adulto. Santana se sentía bien, eran chicas agradables.

-Vamos a ver, Amy cariño, tráeme el botiquín hay que curar esas heridas. –Dijo chasqueando los dedos.

Karma tocó la mano de Santana con mucho cuidado, Santana se quejó varias veces, pero trató de no llorar por el dolor, tenía la mano destrozada.

-Dios mío, casi puedo verte los nudillos, ¿Has golpeado algo, o ha sido una caída?

-Juzga por ti misma. –Santana torció sus labios, y Karma arqueo sus cejas sin dejar de mirar la mano, para tener cuidado y no hacer daño a Santana.

-Has dado golpes.

-Muchos, ¿Cómo la ves?

-Rota no, -Amy entró al salón y dejó un botiquín azul sobre la mesa, Karma dejó con cuidado la mano de Santana sobre su muslo. –Tienes un esguince bastante grabe, deberás tener la mano vendada unas dos semanas.

-¿Qué? ¡¿Dos semanas?! –Dijo Santana.

-Sí, y tienes suerte de que solo sean dos semanas. –Ella abrió el botiquín y sacó agua oxigenada, vendas, esparadrapo, y yodo. –Esto te va a doler.

-Podrías decirme algo positivo.

-No me gusta decir mentiras. –Karma le dedicó una sonrisa a Santana, y puso un trapo bajo su mano para no manchar sus pantalones. –Ahí voy.

Karma volcó el agua oxigenada en la mano de Santana, y ella gritó con todas sus fuerzas.

-¡MIERDA! ¡DUELE JODER! –Santana cerró sus ojos y apretó sus labios. Sintió el aliento de Karma bufar sobre sus heridas y eso hizo que se sintiera un poco mejor, ella, miró su mano y vio espuma blanca sobre sus cuatro heridas.

-Lo siento mucho. –Contestó Karma. –Te voy a dar con algodón, te va a doler pero será más soportable que el agua oxigenada.

-Está bien.

-¿Has visto todo lo blanco?

-Si. –Santana miró a Karma. -¿Qué es?

-Es que hace efecto, cuando el agua oxigenada saca espuma sobre una herida es que está haciendo efecto, y en unos minutos dejas de sentir el dolor en la herida, pero en tu caso, te va a doler porque tienes un esguince grabe en la muñeca.

-¿Y ahora qué? –Dijo mientras daba despacio con el algodón sobre sus heridas.

-Pues ahora, voy a vendarte la mano, pero deberás ir al médico mañana por la mañana.

-No quiero ir al médico, además está muy lejos de mi casa, ahora no tengo coche.

-Puedo llevarte yo, o Amy. –Contestó con una dulce sonrisa.

-No, gracias, vendré a que tú la mires, si no os importa… -Dijo encogiéndose de hombros, Santana se sentía fatal por todo lo que había pasado hoy.

Estaba con unas chicas a las que apenas conocía, no quería ir a casa, no quería a nadie más excepto a su profesora, le importaba un carajo su mano, solo quería abrazar a Brittany durante horas, y dormir sobre su pecho, escuchando su respiración, y los tranquilos pálpitos de corazón.

Sabía que se había acabado, Santana no era una persona que miraba atrás, tenía sexo una noche, tal vez dos y se olvidaba de la chica con la que había estado, sus caprichos eran más grandes que ella misma.

Esther creía que Santana se había ido todo el fin de semana, y ella no podía volver a casa, eran las siete y cuarto, Ashley se estaría preparando para ir a su fiesta, pero necesitaba hablar con ella.

Karma vendó la mano de Santana con mucho cuidado, Santana podía ver sus nudillos destrozados, y optó por cerrar los ojos.

-Bien, esta esta, ahora te pondré dos o tres capas más de venda, debe estar bien apretado para que puedas mover la mano y que no te duela. –Santana asintió, y Karma volvió a coger otra venda.





****



-Gracias por esto. –Dijo Santana levantando la mano, -Por todo.

-No es nada, ahora toma. –Karma le dio un cabestrillo para mantener mi mano quieta sobre mi pecho. –Solo quítatelo para dormir.

-Está bien, gracias. –Santana salió por la puerta, y Amy detrás. Ambas caminaron hasta Salir del edificio, y después buscaron el coche.



Santana no quería ir a casa, así que le envió un mensaje a su mejor amiga.



<< No te vayas aun, voy para tu casa. >>



Santana indicó a Amy el camino, estaba un poco lejos, ya que Ashley vivía en el centro de Los Ángeles como Santana, estaba bastante lejos, tanto como del instituto, y como de Brittany…



-Vale, hemos llegado. –Amy paró frente la casa de Ashley, y Santana revisó que las luces estuvieran encendidas.

Santana bajó del coche y rodeo el coche llegando a la ventana de Amy.



-Gracias, en serio, te debo una.

-No te preocupes, pero recuerda venir para mirarte esa mano. –Amy buscó en la guantera del coche y sacó unas pastillas. –Tomate media cada ocho horas, así hará efecto más rápido.



Santana asintió y se marchó después de darle la mano, picó a la puerta de Ashley, y Ashley la vio en la puerta, se volvió loca al verle con la mano así.

-¡Santana que te ha pasado! –Abrió la puerta y dejó pasar a su amiga. –Por favor dime que no te has liado a ostias con nadie. –Santana rompió en lágrimas nada más traspasar la puerta.

-Con alguien no, con algo sí.

-Cuéntamelo todo, ahora. –Dijo cabreada. –Voy a matar a esa profesora, como que me llamo Ashley Benson Hope.





****



Brittany, dando vueltas por su casa, con el vaso de Wiski medio lleno en la palma de su mano, y ebria, con lágrimas en sus ojos, se sentía la peor persona del mundo, deseaba correr y volver con su alumna, dejarlo todo por ella.

Sabía que nada iba a hacer que Santana perdonase lo que le había hecho, quería saber cómo estaba, no quería que llorase o que estuviese triste por ella, no había pasado mucho tiempo, pero a Brittany le importaba todo lo que le pudiese suceder. Todo lo que pensaba, Brittany quería ignorar las normas y contarle todo sobre ella, contarle su pasado y sus miedos.

Pero uno de sus miedos era contarlos, no podía expresar sus sentimientos, a Brittany le costaba abrirse a las personas, sabía que enamorarse era fácil, pero no contar lo que sentía.

El miedo de perder, el miedo de sufrir de nuevo, el miedo de fallar. Brittany era muy frágil, más que una simple flor.

Se imaginaba, como se sentiría si hubiese sido diferente, si Santana hubiese hecho con ella lo que ella ha hecho, estaría destrozada, por el simple rechazo, de alguien que te importa, y que posiblemente creas.

Su amor por Santana, su atracción era algo incomprensible, nadie entendería jamás sus sentimientos. La amistad era algo frágil para Brittany, pero el amor lo era aún más.



Brittany cogió su teléfono entre las manos, y marcó el número de su alumna, su alumna favorita, a la que había rechazado y echado, y poco posible, destrozado…

-¿Quién? –Contestó una voz desconocida.

-¿Santana? –Preguntó confusa, y muy ebria.

-No, Santana está dormida, está muy cansada ha tenido un día muy agitado, ¿De parte de quién?

-Olvídalo, buenas noches.





Brittany no reconocía esa voz, la palabra ‘Agitado’ rondó por su cabeza varias veces, tal vez sería otra mujer, o eso pensaba Brittany, no se le había pasado por la cabeza pensar en alguna de sus amigas, pero como Brittany no había reconocido a Ashley, Ashley no había reconocido a Brittany.



<>



Brittany sintió un mareo, y un vuelco en su estómago, se sostuvo a la mesa, y miró el suelo varios segundos, volviendo a marearse, sintió como todo el Wiski, y la poca comida que había digerido hoy, salía por su boca.



Entre arcadas, Brittany no dejaba de vomitar cada segundo.

Minutos después, se sentó en una de las sillas, y soltó el vaso de Wiski, Brittany limpió sus labios con su manga, se encontraba fatal, y algo que no le había sucedido en muchos meses, tenía un hambre terrible.

Brittany buscó la fregona y limpio el asqueroso vómito, cambió el agua, ya sintiéndose un poco mejor, y volvió a fregar el suelo, ahora sabía que jamás, jamás, volvería a probar el alcohol tan excesivamente.

Brittany fue a la cocina y abrió la despensa, sacó magdalenas, galletas, y mucho chocolate.

Comenzó a comer, sin presiones de sentirse mal con ella misma después de comer tanto, sin siquiera respirar, mordía la magdalena sin esperar a tragar.

La puerta de la casa de Brittany se abrió y una rubia apareció por detrás de ella.

-Brittany, que ha pasado, en, tu, apartamento. –Dijo Dianna, caminando de puntillas para no pisar el suelo pegajoso.

-¿Quieres chocolate? –Dijo con una sonrisa ebria. –Está muy bueno. –Abrió una tabla de chocolate Milka con caramelo, y le dio gran mordisco.

-No quiero nada, ¿Qué ha pasado?

Brittany camino hasta su mejor amiga, y puso sus labios a centímetros a los de su amiga.

-Naaada, simplemente… -Botó por el hipo. –Tengo hambre.

-Brittany, estas, borracha.

-¡Noooo! ¡Qué vaa! –Contestó sarcástica. –Solo un poqui-to ebria. –El hipo volvió a contratacar.

-Metete en la ducha, vamos.

-No quiero. –Dianna cogió a Brittany y caminó con ella a rastras hasta el baño.

-Vamos, la ropa fuera.

-He dicho que no quiero ducharme.

-Brittany, tu madre está en camino, haz el favor de quitarte la ropa y meterte ahí dentro.

-¿Qué mi madre qué? –Brittany asustada comenzó a arrancarse la ropa del cuerpo, Dianna ayudo a Brittany a desnudarse, y después encendió el agua caliente.

Brittany entró en la ducha, aun con el agua fría y se mojó de arriba abajo, se enjabonó su melena rubia, y después lavó su cuerpo, despejando absolutamente su mirada, y viendo con más claridad, se aclaró el cabello y se echó crema suavizante, no podía faltar. Si no su melena podía quedar absolutamente hecha un asco.



Brittany se aclaró el pelo de nuevo, y salió de la ducha, enrollando la toalla en su cuerpo, se miró al espejo, vio como las gotas caían de su rostro poco a poco, se sentía mejor… Después de vomitar y lavar su rostro y haber comido como una autentica gula, seguía teniendo hambre pero no veía doble, y podía caminar con facilidad.

Se sentía mejor físicamente, pero no moralmente, seguía sintiéndose una pésima persona, Santana había estado con otra chica, ella se dio cuenta de que si Santana podía ella también, no la necesitaba para nada, pese a que le quería y apreciaba.



Brittany comenzó a pensar que tal vez si buscaba una chica de su edad, podría salir del problema, alumna profesora, igual que Santana de profesora alumna.

Tal vez se equivocaba, tal vez no era una chica polvo.

Brittany se estaba agobiando mucho con todo el tema, solo podía pensar en Santana, y en que su madre venía a cenar, como siempre en un momento inoportuno.



<>



Pensó para sí misma.



Brittany, ya preparada, salió al comedor, estaba muy cansada y seguía con muchísima hambre, Dianna estaba sentada en la mesa leyendo una revista, mientras comía chocolate.

-¿Te encuentras mejor?

-Sí, mucho, ¿Cuándo viene mi madre?

-No viene, era para que te metieras en la ducha. –Dianna carcajeo malvadamente, y le dio un mordisco al chocolate. Se levantó, mirando a su amiga parada y a punto de explotar por el cabreo.

-¿Por qué me has mentido?

-Porque si no te lavas la cara no se te pasa, has potado, lo he notado, solo faltaba la ducha, ahora come un poco y vete a dormir.

-Eres una autentica hija de… -Dianna posó su dedo corazón entre sus labios mandando callar a Brittany, cuando dos segundos después le guiñó un ojo.

-Échate, te traeré algo para comer, ¿Vale? –Dianna caminó hasta la cocina y comenzó a coger las mismas cosas que Brittany estaba comiendo casi una hora antes.

-Cuéntame que ha pasado.

-No ha pasado nada.



Brittany, aún estaba ebria, y como todos sabían, o como cualquier persona corriente sabia, los borrachos decían siempre la verdad, sea dolorosa o no.

-Vamos, cuéntamelo mientras comes algo.

Brittany se lanzó al sofá, y comenzó a hablar.

-Estaba liada con mi alumna, y hoy le he dejado, ahora me siento la peor persona del mundo, y quiero volver con ella, pero he llamado y lo ha cogido una chica, cuya chica posiblemente se esté follando o se haya follado. –Brittany no se arrepintió de decirlo, que se sintiera mejor no quisiera decir que no estuviese borracha.

-¡¿QUÉ TU QUE?! –Dianna caminó hasta el sofá, -¡TU ESTAS COMO UNA PUTA CABRA! ¡¿SABES QUE PUEDES ACABAR EN LA CARCEL?!

-Sip, lo sé. –Brittany empezó a reír sola. –Y me da iguaaaaal.

-No, no te da igual. ¿Alguien más aparte de yo sabe esto?

-Santana, y su mejor amiga. –Brittany se inclinó para arrebatarle el chocolate a su amiga, y le dio un bocado.

-Pueden arruinarte la vida, Brittany.

-Tú no conoces a Santana, así que porque mejor no lo dejas, ¿y vas a tocarle los cojones a otra persona?

-¿Te molesto?

-¡NO! ¡No me molestas, pero siempre que intento estar tranquila apareces y me haces alterarme! ¡Como ahora!

-Está bien, entonces me iré y volveré mañana esperando una disculpa.

-¡No! No te vallas, -Brittany se sostenía de la mano de su mejor amiga. –Llévame a mi cama.



-Está bien, vamos. –Dianna levantó a Brittany como pudo, y la llevó de un lado a otro hasta llegar a su habitación.

Brittany, cayó sobre la cama, y rápidamente cerró los ojos.

-Buenas noches, descansa.

Quinn salió por la puerta, y Brittany sin decir nada, se quedó dormida, sin ningún ruido en casa, pero sus pensamientos recordándole lo hermosa que era Santana, y en lo suaves que eran sus labios.





*****



Al día siguiente, Brittany se levantó al sentir su cama moverse bruscamente, abrió sus ojos muy, muy despacio, y vio a su mejor amiga saltando sobre su cama.

-Dianna que mierda haces. –Murmuró llevando sus manos a su cara.

-Son las doce, despierta. –Brittany dio un salto y se puso completamente recta.

-¿Qué son las que? –Comentó con los ojos completamente abiertos.

-Las doce, felicidades amiga, por fin has dormido más de diez horas. –Dianna se dejó caer sobre la cama. –Venga, vístete te prepararé el desayuno y en unas horas iremos a comer al bar de los Benson, siempre me hacen descuento.

-No tengo ganas, me duele la cabeza.

-No seas aguafiestas, luego por la tarde iremos a comprar, y después cenaremos fuera también, yo invito, a todo.

-¿Qué pasa? Noah hoy trabaja y ayer cobró, ¿No?

-¡eeeeexacto! –Dianna se levantó de la cama, y cogió la botella de agua que había sobre la mesita de Brittany.

-¿Qué vas a hacer con eso?

-Si no te levantas en diez segundos, te lo tiro encima. –Dianna abrió la botella, y Brittany la ignoró.

-No voy a ir a ningún sitio. –Dijo volviendo a acurrucarse en la cama.

-Uno… -Dianna miró a Brittany, esta seguía echada en la cama. –Dos…

-Claro que si Di, venga, déjame.

-Tres, cuatro…

-Sabes que no lo vas a hacer. –Brittany con los ojos cerrados y procesando el dolor de cabeza, y el peso de su cuerpo, seguía ignorando a su mejor amiga.

-Cinco, seis, siete, ocho… -Dianna arqueó una ceja, con una malvada sonrisa entre sus dedos. –Nueve, y diez. –Dianna volcó la botella sobre la cara de su amiga, y empapó absolutamente todo.

-¡DIANNA! –Brittany se levantó de la cama, viendo todo mojado.

-Te he avisado, ahora te va a tocar fregar. –Brittany llevó sus manos a su cara, maldiciendo a su mejor amiga.

-Eres una autentica perra.

-Sí, sí, tú prepárate, voy a por el desayuno. –Dianna caminó victoriosa por el pasillo, mientras Brittany entraba en el baño para buscar la fregona.

Puso agua limpia, y fregó el suelo de su habitación, seguido, quitó el edredón y las sabanas.



Después de haber cambiado las sabanas y el edredón, Brittany se vistió, con unos tejanos blancos, y una blusa negra. Y salió lista para desayunar con su mejor amiga.

Brittany seguía sintiéndose mal, aún estaba deseando hablar con Santana, y pedirle disculpas por su comportamiento de idiota, hacerle comprender por qué no pueden estar juntas, que ella quería, pero era algo imposible…



-Vale, ya estoy. –Brittany sacudió su blusa, y se sentó en el sofá.

-Toma. –Quinn lanzó magdalenas y chocolate. Brittany miró confusa a su amiga, ella no iba a comer eso.

-No voy a comer esto, no hay nada más… ¿Verde? –Preguntó la rubia con una ce sus cejas arqueadas.

-No, come.





****



-Vamos, Santana despierta, es muy tarde y mi madre está al teléfono, dice que nos invita a comer.

-Déjame, por favor.



Santana, echada en la cama de Ashley, y boca abajo, mantenía su mano quieta a un lado, sus ojos se fueron abriendo poco a poco, aunque estaba demasiado cansada como para abrirlos del todo.

-Baja las putas persianas. –Ordenó Santana. –Me está dando el sol en la cara.

Ashley se levantó y subió aún más las persianas, de modo que Santana cerrara los ojos de golpe.

-¿Eres imbécil?

-Sí, sí, venga despierta. –Ashley le quitó las sabanas de encima, y subió a horcajadas sobre ella.

-¿Qué intentas Ashley?

-Que te levantes.

-Pues no parece eso. –Santana, incomoda por la postura, trató de moverse, pero estaba inmovilizada.

-Si no te levantas pienso pasar mi lengua por toda tu cara, ¿Un poco desagradable, no? –Ashley comenzó a reír y a inclinarse a su mejor amiga con la lengua fuera.

-¡Aleja eso de mí! –Ashley negó. -¡Vale, vale, joder, me levanto! –Ashley se inclinó a un más, y rozó su lengua con la mejilla de su amiga.

-Así me gusta.

-Que puto asco, Ash. Joder. –Santana pasó la palma de su mano sobre su mejilla mojada, y Ashley salió de su agarre.

-Venga, a la ducha que nos vamos.

-¿Dónde vamos?

-Ya te lo he dicho, mi madre nos invita a comer.

-Joder.





Santana se levantó y entró en el baño de su amiga, quitando su ropa pieza por pieza, encendió el agua, y mientras oía como caían los chorros caer, se miró al espejo, tenía ojeras, le tocaba pintarse aunque no fuese algo que le encantará.

No tenía buena cara, por unos momentos había olvidado lo que había pasado el día anterior, pero su mano la delataba, Santana abrió la puerta del baño, completamente desnuda y pasó frente su mejor amiga.

-Necesito una bolsa, no puedo mojar la venda. –Ashley se levantó y fue a buscar una bolsa.

Santana miró su mano, estaba destrozada, igual que ella. Quería olvidarse de Brittany, no quería verla, no si era para discutir o para sufrir, ella si iba a verla, necesitaba que ella le abrazara y le dijera que nada había pasado, que todo había sido un error.

Pero sabía que eso no iba a pasar, porque si, todo había sido un error, pero ese era el problema, Santana era el problema; Ella era el error en todo esto, ella podía haber aguantado, haber mirado a Brittany tras la mesa, y haber ido acercándose a ella como una simple amiga, pero su ambición era enorme, era algo que la controlaba.

Santana pensó que todo iba a salir bien, todo iba a ser un secreto, todo iba a ser para ellas, como Amy dijo, pero si lo intentaba arreglar todo saldría mal. Si la llamaba no iba a cogérselo, si iba a verle volvería a echarle, y no necesitaba acabar con su otra mano igual que con la otra.



-Aquí la tienes. –Ashley le entregó la bolsa a su amiga, y le ayudó a ponérsela bien.

-Gracias, no tardo.



Santana caminó hasta la ducha, y enterró su cuerpo bajo el agua. El agua caliente caía por su cuerpo, sentía alivio por estar relajada por fin, ella apoyó su cuerpo sobre los azulejos y dejó caer su cuerpo al suelo. Agachó su cabeza permitiendo que los chorros cayeran sobre su cuello.

El ruido que hacia la bolsa era lo único que la distraía de no quedarse dormida…



Pasados unos minutos, Santana se levantó y comenzó a enjabonar su cuerpo. Sin siquiera pensando en su profesora, si ahora mismo Brittany estuviese desnuda ante sus ojos, con alguna de sus juguetes, o simplemente su cuerpo sin más rogándole sexo, Santana lo único que haría sería sentarse, y pedirle una explicación, preguntarle por qué hizo eso.



Santana no podía explicarse por qué se sentía así, tan confusa y dolida. Jamás le había pasado algo así, no solo era eso, se sentía traicionada, tanto por Brittany como por ella, tal vez pensó que como ella era una persona adulta, sería diferente, tal vez algo más serio, algo que ambas sabrían llevar, sin ninguna pelea tan idiota… Santana se equivocaba.



Santana enrolló una toalla sobre su cuerpo, y salió del baño.

-Tienes suerte de haberte quedado a dormir aquí más de mil veces, tienes ropa para aburrir. –Santana le regaló una dulce sonrisa a su mejor amiga, y pasó un mechón de pelo mojado tras su oreja.



-Te secaré el pelo, pero primero vístete. –Dijo Ashley.







Veinte minutos después, Santana estaba vestida, con unas de sus prendas favoritas, le sorprendía habérselas dejado en casa de Ashley, ya que esos vaqueros y esa sudadera le encantaban.

Vestida con una simple camisa de manga larga, y unos vaqueros negros, Ashley estaba secando la larga melena de su amiga,  después de haber terminado, ambas estaban a punto de salir de casa.

-¿En serio tenemos que salir?

-Sí, no puedes quedarte encerrada.

-Sí, si puedo, no quiero salir quiero quedarme en casa, viendo películas tristes mientras comemos palomitas o algo que contenga mucho chocolate. –Santana se encogió de hombros mientras su amiga tiraba de su brazo.

-No vas a encerrarte y estar mal por esa gilipollas.

-No insultes. No le insultes.

-Pues vamos, hay muchas vaginas dispuestas para ti ahí fuera, con un poco de suerte para el lunes ya la has olvidado.

-No quiero ninguna ‘Vagina’ solo quiero estar encerrada.

-Pues no, venga mi madre tiene algo especial para nosotras.

-Está bien, iré pero suéltame. –Santana respiró hondo y cruzó la puerta principal. –Joder, me vas a hacer caminar tres manzanas.

-Si hubieses traído tu coche no tendríamos que caminar.

-Mi padre lo necesitaba.

-Bueno, bueno, tu solo camina.



Ashley soltó a Santana y ambas comenzaron a caminar, el día se estaba torciendo, obviamente iba a llover, Santana y Ashley llegaron por fin al bar de Ashley, y entraron, estaba repleto de gente, tanto la barra como las mesas estaban llenas, por suerte quedaba una mesa libre.



Ashley entró a la cocina que había tras la barra, y Santana se quedó esperando en la única mesa que había libre.



-Santana, pasa. –Habló Ashley tras la puerta que llevaba a la cocina interior.

-¡Santana! –Gritó la madre de Ashley. -¡Que guapa estas, ven que te vea!

Santana se acercó a Vanessa, la madre de Ashley, y le dio un gran abrazo.

-¿Cómo te va todo?

-Genial. –Mintió Santana, colocando una falsa sonrisa en su rostro.

-Me alegro, en serio. –Vanessa besó la mejilla de Santana, y miró su mano. -¿Qué te ha pasado?

-Me he caído. –Volvió a mentir, y acto después recibió una mirada fulminante de su mejor amiga, Santana se encogió de hombros.

-Vaya, tu siempre tan torpe. –Rio Vanessa,

-Bueno mamá, ¿Qué tienes hoy?

-Sí, he preparado carne asada y patatas al horno, pero puedo hacer otra cosa si no os gusta.

-Carne asada estará genial. –Contestó Santana con una sonrisa.

-Sí, todo lo que haces sabe genial.

-Muchas gracias cariño, lo tendréis en veinte minutos, aún no está acabado.

-Claro, esperaremos.



Ashley y Santana salieron de la cocina, y volvieron a la única mesa libre que quedaba, ambas se sentaron y esperaron a que su madre trajera la comida, mientras los dos chicos que había en la barra servían a los clientes que pedían cervezas.



-Bueno, ¿Te sientes mejor?

-No, que me hagas salir no significa que esté mejor.



****



-No hay aparcamiento.

-No importa, ve a buscar mesa, yo daré otra vuelta a ver si hay suerte. –Brittany se encogió de hombros y Dianna bajó del coche.



Ella caminó hasta el bar ‘Los benson’s’ entró y vio que estaba repleto y ocupado.

-Oh dios, mio, Dianna. –Murmuró Ashley.

-¿Qué dices? –Habló después Santana.

-¡Es Dianna! –Ashley se levantó deprisa de la mesa y se plantó frente a su vieja amiga.

-¡Ashley, que grande estas! –Dianna abrazó con fuerza a Ashley besó su mejilla un par de veces.

-¿Cómo tu por aquí?

-He venido con una amiga, ella está aparcando pero, tendremos que irnos, no hay sitio.

-Y un rabo, venir con nosotras, estoy con una amiga, no creo que le importe, le han roto el corazón y como que si le das una vagina y se pone feliz, te amaré por siempre.

-Mi amiga tampoco es que esté muy bien. –Rio Dianna.

-Bueno, vamos.

Ambas caminaron hacia la mesa, y Santana sin hacer ninguna mueca, ni ningún pestañeo, miró a la desconocida que se había sentado en frente de ella.

-Ella es Dianna, una amiga de la familia desde hace muchos años.

-Genial, encantada, mi nombre es Santana Lopez.

Dianna abrió sus ojos de par en par, su estomagó dio una completa vuelta, no se sentía muy bien.

-¿Pasa algo? –Dianna escuchó la puerta abrirse, y rápidamente miró hacia atrás.  Brittany se estaba acercando.

-La he cagado, pero bien.

-¿Por qué, qué pasa? –Dijo Ashley preocupada.

-Ey, ¿Has encontrado mesa?

Santana levantó su mirada, y vio a Brittany, su corazón dejo de latir instantánea mente, ni si quiera había pasado veinticuatro horas, estaba a punto de llorar. De explotar por fin.



-¿Qué haces tú aquí? –Preguntó Ashley, Brittany se mantuvo callada, y se sentó despacio.

-Dianna debería irme.

-Si. –Dijo Ashley, Santana agachó su mirada, sin decir nada, ni sentir absolutamente nada más que dolor.

-No, Ashley, esperaremos por otra mesa. –Dianna fue a levantarse, pero llegó la madre de Ashley.

-¡Dianna! –Vanessa abrazó a Dianna, con fuerza. -¿Qué haces por aquí?

-He venido con una amiga a comer, y he visto a Ash. –Vanessa sonrió rápidamente.

-Me encantaría charlar, pero hay mucha gente a la que atender, ¿Qué queréis beber?

-No, no, nosotras esperaremos por otra mesa, que pidan ellas. –Vanessa giró su mirada, Santana no levantó su mirada un segundo.

-¿Qué queréis princesas?

-Largarme. –Murmuró.

-¿Perdón, No te he oído?

-¡Largarme!



Santana se levantó, dejando todas sus cosas, y sin importarle absolutamente nada, y salió por la puerta, las lágrimas rápidamente cayeron por sus mejillas, no podía controlarse.







*******





BUEEENO AQUI OTRO CAPITULO MAS... Lo dejé interesante, y sobre todo lo subí cuando les prometí, a las 23:00 en españa, bueno, espero que comenten y que lo hayan disfrutado, NOS VEMOS EL DOMINGO QUE VIENE!

holap,...

mierda lo están sabiendo mas gente y son conocidas entre ellas,...
hasta cuando le dura la razón a britt o mejor dicho el hígado jajaja
me gusta la pareja de amy y karma,...
la pregunta es britt va detrás de san o va ash???

nos vemos!!!

entiendo a britt pero no era la manera, hasta luego!

karmy!! vaya vaya!!! Me agrada ese par
Por otro lado.... espero que britt haga el intento de hablar con santana espero vaya tras de ella aunque dificilmente San la va a escuchar así sin más o eso me imagino Se me hacen eternos los dias!! pronto nos darás un maratón??? Hay posibilidades??? Jajaja bueno, saludines!! Hasta el siguiente cap!!

Porque?! Si eran tan lindas las dos Quiero que vuelvan y arreglen todo y vuelvan a ser las brittanas tiernas y wankys

Kisses -A

Hey no actualizase hoy :-(

         BESIDE YOU || CAMBIOS INDESEADOS || CAPITULO 15






-Mamá, discúlpanos. –Dijo Ashley, Brittany hundió su cabeza bajo sus brazos, ahora si se sentía mal y parada sin saber qué hacer ni que decir. Como si alguien le estuviese atando los pies y las manos y no pudiese moverse.

-Claro, volveré luego. –Vanessa se alejó y Ashley se levantó de la mesa.

-Di, me ha encantado verte, pero, debo ir a por Santana.

-No, tu no.

-¿Cómo? Hace frió y va con una simple camisa, estará a punto de llover, y, no voy a dejarle sola.

-No, me refiero a que tú, no vayas. –Respiró profundamente y miró a Brittany. –Que vaya ella.

-¿Yo? –Brittany abrió sus ojos de par en par.

-Ayer estabas destrozada, tu misma lo dijiste, estabas borracha pero de todas formas nada lo justifica, ve a por ella, que sepa lo que sientes, esto no es un juego de crías, eres adulta, y ella adolescente, y por eso mismo tú debes llevar las riendas en esta relación, o lo que sea que tengáis.

-Ella y yo, ya no somos nada, nunca lo hemos sido, ha sido solo una semana divertida.

-Brittany, si de verdad te importa, ve, no conozco de nada a esa chica pero sabes que reconozco muy bien las emociones de las personas, y esa niña está destrozada, solo hay que mirarle los ojos. –Brittany respiró profundamente.

-Está bien, ¡Vaya mierda! –Brittany se levantó cogiendo su abrigo y golpeó la mesa con el pie.



Brittany caminó a paso ligero, y al llegar a la puerta, comenzó a correr como si un asesino le estuviese persiguiendo.

Salió y vio las calles vacías, Brittany comenzó a caminar ligeramente, y vio un callejón sin salida que hacia esquina, ella giró su mirada y vio a Santana con la única mano buena que tenía, al aire a punto de golpear la pared que tenía delante.

-No lo hagas.

Santana bajó su mano, y limpió una de sus lágrimas.

-¿Qué más te da lo que haga? Vete con tu amiga, y con la mía, qué más da.

-Yo no sé lo que te da a ti, pero a mí sí me da, y mucho. –Brittany caminó hasta alcanzar a Santana.

-¿Qué haces aquí?

-Venir a buscarte, ¿Es que estás ciega?

-Sí, lo estoy tal vez.-Vaciló. –Pero no quería que lo hicieses, si me he ido ha sido para estar sola, y no verte la cara.

-¿Estas segura de que no quieres mirarme?

-No.

-Pues hazlo. –Brittany se encogió de hombros, se quitó la chaqueta y la pasó por los hombros de su alumna.

-No quiero tu chaqueta. –Santana estaba tiritando, y su piel estaba pálida.

-La verdad, no me importa que no la quieras, póntela.

-¿Has venido a buscarme real mente Brittany? O has venido para tratarme mal, y hacer que me sienta peor.

-No, no nada de eso. –Brittany acarició el brazo de Santana, y se acercó a ella. –He venido porque me importas, y porque no quiero que te estropees esa mano también.

-Vale, pues entonces no voy a hacer nada con mi mano, ya te puedes ir. –Santana le tiró su abrigo, y comenzó a caminar en dirección contraria a Brittany dejándola atrás.

-Santana, lo siento. –Santana se paró a dos metros de distancia. –Siento haberte echado, siento haberte tratado así, ¿Vale?

-¿Qué quieres que haga ahora? ¿Qué corra a tus brazos y que te bese?

-No, quiero que me mires, y que me hables.

-Te estoy hablando, Señorita Pierce.

-No, no me llames así aquí.

-Que pasa, ¿Tienes miedo de que alguien nos oiga y te califiquen como la profesora puta que se tira a su alumna?

-¡¿Qué?! ¿Se puede saber a qué viene eso?

-Se los rumores esos que has escuchado, los sé y yo sé quién son esa profesora y esa alumna, pero en vez de preguntarme, me dijiste que me fuera, te cerraría una puerta en la cara si ojalá hubiese una aquí.

-Yo, yo Santana lo he escuchado también y…

-¿Que vas a decir eh? Que piensas que no somos nosotras, y que terminaste conmigo por otra cosa.

-No.

-Aunque, ¿Terminar el que? –Santana se volteó, y comenzó a reír. –Tampoco hemos estado juntas.

-¿Por qué te comportas así? Quiero hablar contigo bien, no a dos metros de distancia, y sin que me mires a la cara.

-Brittany, ¿Qué quieres?

-Hablar contigo.

-No, Qué quieres conmigo. –Santana se acercó unos pasos, evitando que las lágrimas cayeran por sus mejillas.

-Quiero, quiero disculparme, lo que te hice ayer estuvo mal y estoy fatal.

-¿Fatal? Cuando dejas a alguien es porque tú lo decides, no me has dejado ni veinticuatro horas para poder sentirme mejor.

-Lo sé, pero yo no he planeado esto.

-Pues parece que sí, sería el plan perfecto. –Río sarcásticamente. –Vienes con tu amiga, al bar de mi mejor amiga, sabiendo que voy a irme, para venir detrás y arreglar la cagada que has hecho, tu sola.

-No he planeado esto, lo juro, yo no quería salir, pero Dianna me dijo que en este sitio se comía bien, y se empeñó en que me distrajera.

-Vaya, tu amiga es igual de cabezota que la mía. –Se encogió de hombros.

Brittany caminó hasta Santana, ella se quedó quieta, Brittany acarició los brazos de Santana.

-Santana no quiero estar así contigo, te suplico que me perdones.

-¿Qué tengo que perdonarte? –Preguntó Santana.

-Todo. –Respondió Brittany.

-¿Qué es todo?

-Hum… Haberte cerrado la puerta, haberte echado, haber creído un rumor falso, decirte que esto no puede funcionar.

-¿Crees que es cierto?

-No, claro que no, creo que si lo intentamos irá bien. –Brittany se encogió de hombros, y agarró las manos de Santana entre las suyas.

Fingió una sonrisa y no dijo absolutamente nada.

-¿Puedo abrazarte? –Santana asintió, y Brittany pasó sus brazos por la espalda de Santana, la morena apoyó su cabeza en el hombro de Brittany, y cerró los ojos con fuerza.



Santana no pensaba soltarla, no hasta que pasaran unos minutos, ella se sentía bien con ella, se sentía con más calor, el frío había desaparecido al sentir el tacto de Brittany sobre su piel, se sentía reconfortada.



Santana estaba dolida, no sabía porque ni como, pero lo estaba, tenía claro lo que iba a pasar a continuación, ella quería a Brittany, pero no podía estar con ella, no de momento, en menos de veinticuatro horas no se puede arreglar nada, no por ella, y de todas formas, como ella siempre decía;



‘Los finales felices, no existen.’



-Bueno, tengo que irme. –Santana se encogió de hombros.

-No hemos hablado lo que yo quería hablar, Santana. –Brittany acariciaba los brazos de Santana, con dulzura y delicadeza, como si tan solo fuese una pequeña muñeca de porcelana.

-Entonces… ¿Qué quieres hablar?

-Quiero saber que pasará ahora, con nosotras.

-Pues, no lo sé. –Santana agachó su mirada, buscando el suelo. Se alejó unos centímetros de Brittany. –Yo, no quiero una relación, estaba muy bien como estaba todo y ahora, me siento confundida y necesito…

-Tiempo. –Terminó Brittany.

-Si… -Santana echó uno de sus mechones de pelo tras su oreja.

-Está bien.

-Pero, esto no cambia nada, puedes… Estar con otras personas, no te agobies.

-No lo haré. –Contestó Brittany, fingiendo una sonrisa, no quería otra chica ni otro chico, quería a Santana.  –Agobiarme, digo.

-Eso espero. –Santana le guiñó un ojo, y se alejó. -¿Nos vemos el lunes?

-Por supuesto. –Santana se alejó sin más, y dobló esquina.



Brittany esperó unos segundos antes de salir e irse, ya no podía hacer nada más que esperar, había sido una semana, no solo placentera, si no dulce y asombrosa para ella y, haber podido disfrutar de la compañía de Santana había sido una de las mejores experiencias que Brittany había tenido desde que dejó a Kevin, no le quedaba más remedio que pasar página, y olvidar esto, dejarlo como un bonito y borroso recuerdo.



Brittany volvió al bar de Ashley, la lluvia ya había comenzado a caer, y el frío había aumentado aún más. Ella entró en el restaurante y se sentó en la mesa, tratando de olvidarse de lo sucedido y del rechazo de su alumna, y pensando que su mejor amiga conseguiría hacerle sentir mejor, más de lo que ella podría conseguir…



-¿Dónde está Santana? –Preguntó Ashley con el ceño fruncido.

-Estará yendo a su casa, supongo.

-¿Qué? ¿Sola? ¿No se suponía que ibas a buscarla?

-No quiere saber nada de mí. –Brittany se encogió de hombros. –No voy a obligarla a que venga conmigo ni a que esté conmigo, bonita semana, pero solo eso, semana.

-¿Perdón? No le has dado ni veinticuatro horas para respirar. –Ashley se levantó de la mesa, golpeando la pared. –No sé ni que te ha visto, eres pésima persona.

-¡Ashley! –Saltó Dianna.

-¿Qué? ¿Piensas que la voy a defender? Santana es una de las personas más confiables que he conocido jamás, no es traicionera, ni mala persona, no se merece esto, ella no ha contado lo vuestro.

-Ashley es una cría, igual que tú, cuando se le pase todo volverá a estar bien.

Brittany no decía nada, se mantenía en el silencio, apartada de la conversación, o al menos tratando de estar apartada, nada tenía sentido en este momento, ni si quiera su presencia tenía sentido.

-Me encargaré de que eso no sea así, ayer la mandó a paseo sin ninguna explicación, no sé ni cómo esta tan mal. –Ashley se encogió de hombros, cuando Brittany la miró. -¿Sabes una cosa rubia? Ella tiene a todas las chicas que quiere, se las tira y las deja ir, solo se ha enamorado una vez, y estuvo medio año sin querer salir, no voy a permitir que por ti vuelva a  pasar por una simple semana, aléjate de ella, o habrá consecuencias.





Ashley recogió todas sus cosas, incluidas las de Santana, y rodeó la mesa.

-Di, dile a mi madre que le cojo el coche, y que me guarde la comida para la cena, pediré algo para comer, ha sido un placer verte.





Ashley se alejó de ellas y cogió las llaves del coche de su madre, que estaban tras la barra.





Ashley se subió al coche y condujo por la carretera, llovía con mucha fuerza, y no veía a Santana por ninguna parte.

Segundos después, al lado de una tienda, había un banco, donde una chica morena, y encogida estaba sentada en él.



Ashley bajó del coche y abrió su paraguas, cogió el abrigo de Santana y se acercó a ella, sin duda estaba tiritando, hacia más frío del que ella pensaba que haría.

-Santana, ¿Estas bien? –Santana levantó la vista, viendo a su mejor amiga con una media sonrisa entre sus labios.

Santana no dijo absolutamente nada, se mantuvo seria, y callada, como si nada existiera en ese momento.

-Vamos, retomemos el plan, veremos las películas que quieras, y te prepararé chocolate caliente. –Ashley se acercó más a ella, y pasó el abrigo de Santana por sus hombros.

-¿Tienes el coche de tu madre? –Habló por fin.

-Lo he cogido prestado, -Santana estornudó. –Vamos, antes de que pilles la peor gripe de tu vida.



Santana se levantó y aferró a su mejor amiga, ambas caminaron hasta el coche, y fueron a casa de Ashley, sin mantener ningún tipo de conversación.





-Por fin en casa, dios, maldita lluvia.

-Quiero mi chocolate caliente. –Santana puso una sonrisa seria y fue hacia el salón, se sentó en el sofá y tomó el control remoto para elegir canal.



Ashley se sentó en el borde del sofá y miró a Santana.

-¿Estas bien?

-Estoy perfectamente, ahora ves a hacer lo que me has dicho antes de que me quede dormida. –Santana se quitó las botas, y se echó en el sofá, estaba mojada, pero no le importaba.

-Santana…

-¿Qué? Tengo hambre. –Ashley no hacía nada más que mirarla.

-Que si estás bien.

-Estoy genial, ya te lo he dicho. –Santana se levantó y cogió su móvil. -¿Comida china, mexicana, o pizza?

-Había pensado cocinar algo, tu y yo, para que te distraigas.

-Estoy muy distraída, elige o lo hago yo.

-Pizza.

-Está bien.

-Va a ser un fin de semana muy largo.











Un mes después…





-Oh no, mierda, mierda, ¡SANTANA LEVANTA LLEGAMOS TARDE!

-¿Eh? –Murmuró Santana. -¡Me cago en la puta! –Gritó levantándose rápidamente.



Santana se levantó de la cama corriendo, y abrió su armario, sacó unos jeans negros ajustados y una blusa blanca con puntos negros expandidos sobre ella.

-¿Se puede saber qué haces aquí aun? Lárgate. –Gritó Santana a la chica que se ajustaba los pantalones y terminaba de coger la ropa que habia de ella en el suelo.

-No solo tú llegas tarde. ¿Lo sabes?

-Claro que lo sé, solo vete antes de que mi madre vuelva.

Aquella chica, terminó de vestirse, igual que Santana, ambas prepararon sus cosas, y salieron por la puerta.



-Te llevaré a tu instituto, tienes suerte de que no está muy lejos del mío, si no irías andando. –Contestó Santana, muy cabreada ya que llegaba tarde, otra vez, aunque eso real mente le daba igual.

-Cariño no te pongas así, ayer me entretuviste demasiado. –Aquella chica, fue a besar a Santana, ella se apartó.

-Melissa, tendrías que haber puesto la alarma, y no me llames cariño.

-Pues parecía que ayer no te importaba que lo dijera.

-Iba borracha, has sido otra más. De otra noche.

-Yo no creo eso, y menos después de que gritaras mi nombre mientras te hacia mía en tu cama. –Aquella chica, trataba de acercarse a Santana, pero Santana no quería, una chica de una noche, era solo una chica de una noche.

-¿Sabes? Mejor ve andando, tengo prisa, adiós.



Santana se subió al coche, y Melissa se quedó atrás, a Santana le daba igual lo que haría, o lo que le pasara ahora mismo.







Santana llegó al instituto, después de falsificar una nota de su madre, entró en su clase, interrumpiendo y llamando la atención de todos.

-¿A qué se debe llegar, una hora y media tarde señorita Lopez?

-Lo siento, he tenido cita con el médico, no volverá a pasar.

-Eso espero, adelante.

-Gracias Señorita Pierce. –Santana camino hasta su sitio, Ashley la miraba desconcertada.

-Santana, ¿se puede saber que mierda te pasa? Esta es la tercera vez que llegas tarde en esta semana, sin hablar de las faltas de la semana pasada, y de la anterior, al final van a pensar que tienes algo grabe, e intervendrán los servicios sociales. –Le susurró Ashley, lo más bajito y despacio que pudo, para que nadie la oyera.

-Lo siento, estaba con una chica, ayer bebí demasiado.

-Esto tiene que acabarse, si repites curso no podrás ir a ninguna universidad.

-No voy a ir de todas formas, hablaremos luego.





*****



-Nos vemos el viernes, acordaros, debéis traer la página sesenta y cuatro, y cincuenta y dos hechas. –La señorita Pierce comenzó a recoger sus cosas.

Esa era su ultima hora de clase, aunque debía quedarse a corregir unos exámenes y preparar más cosas de la semana que venía.

Era viernes, y Brittany estaba preocupada por lo que le pasaba a Santana, tal vez esa era su verdadera personalidad, ella sabía que no iba al médico, y también sabía que estaba ocultando algo, Santana evitaba a Brittany a toda costa, igual que Brittany a ella, a no ser que fuese para darle permiso para entrar a clase, o preguntarle como estaba, y que ella la ignorase.

Santana había tenido un mes terrorífico, Ashley había intentado hablar con ella, pero no quería, ella se descontroló después de hablar con Brittany el mes pasado, Ashley había tenido que ir a buscar a Santana varias veces a bares, o en clubes nocturnos que se metía, cada noche, nadie sabía nada de lo que hacía, ni si quiera Ashley, ella solo se encargaba de ir a buscarla, si es que Santana tenía suficiente uso de razón para poder llamar.

Santana lloraba cada dos por tres sin dar explicaciones, y trataba muy mal a las chicas, tanto adultas como jóvenes, lo único que hacía era tener sexo, y beber alcohol.

Santana cumplía los dieciocho en dos semanas, su padre ya había comprado un apartamento para ella, y ella no quería ir a verlo, todo había cambiado, en un mes.

Mientras que Brittany, había estado concentrada en su trabajo, había pasado varios fines de semana con Dianna y Noah en su casa en Los Ángeles, su vida seguía igual, o más aburrida que antes, nada salvaje, todo tranquilo, se sentía una mujer de cuarenta años, aburrida y sin un hombre al que cuidar o comprarle tabaco.

Ella había perdido seis quilos, y estaba mucho más delgada que antes, Dianna iba a visitarla cada dos por tres, intentando no faltar a su trabajo, e intentando cuidar a su amiga, pero en cuanto se despistaba, se pasaba días sin comer.

Había pasado un largo mes, Brittany, creía haber olvidado a Santana, y Santana, sabía que no la había olvidado, pero hacia como que sí, Ashley no sabía qué hacer, se estaba descontrolado.

Esta vez era peor que con Elaine, Ashley ni si quiera comprendía porque Santana tenía ese comportamiento, no le presaba atención a Daniel, y había tenido muchas peleas con su madre, varias eran por levantarse con mujeres en su cama o llegar borracha y dar gritos a las cinco de la mañana, no se arrepentía de nada de lo que hacía, y no sabía cómo pararlo.



-Señorita Pierce, tenemos que hablar. –Le susurró Ashley a Brittany, a punto de levantarse de su mesa para marcharse. –Santana está muy mal.

-Es hora del recreo, puede venir a mi despacho, si quiere.

-Claro, le sigo.



Ashley y Brittany caminaron por el pasillo, y fueron al despacho de Brittany, ambas entraron y Ashley se encargó de que la puerta estuviese cerrada.

-Tienes que hablar con ella.

-¿Perdón?

-Mira, sé que se acabó, y sé que ha pasado un mes y que te dije que si te acercabas a ella habrían consecuencias, pero no sé qué le dijo, o que le hizo, pero está a la defensiva todo el tiempo, se acuesta con chicas sin siquiera saber su nombre, bebe alcohol a cada hora, y… Creo que toma drogas. –La cara de Brittany cambió completamente, Ashley hablaba en un tono demasiado serio, si Santana seguía descontrolándose seguramente podría sucederle algo grabe.

-Ashley… Todos los adolescentes hacen eso, solo se está divirtiendo, algún día tú también lo harás.

-No, no, no lo entiende, Santana nunca ha sido así, sé que lo vuestro terminó hace bastante, pero necesito que hable con ella, la veo de lejos y está mal, pero luego me acerco y finge una sonrisa, como si todo fuese bien. –Ashley se encogió de hombros, sentía que estaba perdiendo a su amiga.

-No puedo obligarla a cambiar, tú eres su amiga, puedes ayudarle.

-Por favor, Señorita Pierce es mi mejor amiga, si le pasara algo yo no podría perdonármelo jamás, no recurriría a usted si supiera como solucionar esto yo sola, pero sin embargo sé que usted es la única que puede.

-Lo siento mucho, de verdad. –Brittany abrió la puerta, señalándo a Ashley el camino, ella salió sin más.

-Piénselo, acabará con ella misma si no le ayuda. –Brittany cerró la puerta, y se sentó en su mesa.

Brittany no podía hacer nada por Santana, había pasado mucho tiempo, si era verdad que ella había cambiado, pero Brittany no quería volver a caer en el mismo agujero, su trabajo era más importante.





Las campanas resonaron en los pasillos, y todos los alumnos desaparecieron en menos de diez minutos, lo único que quedaban eran los profesores, que salían un poco más tarde, y los alumnos castigados.

La lluvia había vuelto a apoderarse del cielo de los ángeles, y Ashley era una de las ultimas en salir, ya que debía ir a hablar con uno de los profesores, para que le asignara nuevo compañero en clase de gimnasia.



Ashley salió del instituto, y abrió su paraguas, caminó hasta la puerta exterior, y vio a su mejor amiga sobre una columna sentada, y cubierta de la lluvia por un pequeño techo que cubría cada columna.



-¿Santana que haces aquí? Vamos, tengo paraguas.

-No, ves tú, iré más tarde.

-¿Por qué te quedas aquí siempre? Vamos, pasemos la tarde juntas, y olvídate de los bares y del alcohol por un día.

-No, gracias, estoy bien, vete. –Santana sonrió amplia mente.

-Santana hace mucho frío, tengo el coche de mi madre.

-Y yo el mío, pero me iré andando. –Ashley asintió.

-Está bien, cuando dejes de hacer la subnormal, y decidas volver a comportarte como antes, háblame, mientras no quiero saber nada de ti.

-Genial. –Santana comenzó a reírse, y sacó una petaca con vodka dentro. –Puedes ir feliz, mi hada madrina.

-Te estas volviendo un desprecio humano Santana, el sexo y el alcohol no te dan felicidad.

-Recuerdo que hace un mes, y poco menos me repetías a cada segundo que habían muchas ‘Vaginas’ a mi disposición, entonces, estoy aprovechando todas las que lo están.

-Pero no así, ¿Todos los días? Vas a un club nocturno, eliges a tu víctima, te la follas y se acabó, llegas tarde, has suspendido todos los exámenes que hemos hecho hasta ahora, ya no usas vestidos, y ni si quiera te arreglas un poco.

-Veo que has hablado con mi madre. –Santana bebió de su petaca.

-Pues claro, y no me gustaría saber que piensa Daniel de esto.

-No metas a mi hermano, Ashley.

-Quedan dos semanas para tu cumpleaños, espero que te decidas a estar con tus amigas y familiares, y te olvides de todo lo que has hecho hasta ahora, abre los ojos.

-Está bien, mami dos, lárgate.



Ashley se fue, dejando a Santana bebiendo de su petaca, al Ashley desaparecer, Santana guardó la petaca, y esperó, como todos los días, callada y pensando, como siempre, le daba igual lo que su amiga o familia pensara, se sentía bien y no se arrepentía de nada de lo que hacía, cumplía dieciocho, ¿A quién le importaba?

Santana seguía pensando, cuando el ruido de la puerta principal del instituto se abrió, y la distrajo completamente, a la misma hora de siempre, 3:15 de la tarde, cuando Brittany salía, y no se daba cuenta de que Santana la esperaba para ver cómo se iba. No tenía valor a hablar, nunca lo tenía, solo podía evitarla y mirarle de lejos.



Había pasado un mes, y había hecho todo lo posible por dejar de pensar en su profesora, pero… nada le había servido, después de haber quedado en la manera que quedaron, pese a que Brittany le dio otra oportunidad, ella la rechazó, no sabría cómo entrar en el juego de nuevo, como decirle que quería estar con ella, era una tontería.

Tenía sexo por tenerlo, no sentía absolutamente nada, placer tal vez, pero no era lo mismo, deseaba no haber conocido a Brittany jamás, antes de seguir con esto.



-Sí, Di estoy saliendo del edificio, llegaré en unos veinte minutos, no tardo más. –Brittany hablaba por teléfono, y miraba recto con mucha concentración, la presencia de Santana no era nada para Brittany, ni si quiera la miraba, nunca lo hacia.

Que Santana no haya olvidado a Brittany, no significa que Brittany no lo hubiese hecho, el tiempo lo dice todo, y el tiempo había decidido separarlas, y que cada una siguiera con su vida.

Aunque una de esas vidas se desmoronara poco a poco, como un niño pequeño torpe, que le cae su helado sobre la arena. El helado está bien, pero está sucio, y ya no se puede hacer nada para arreglarlo, y la única solución es comprar otro, y tirar ese a la basura.



Santana vio a Brittany alejarse, y subirse en su coche, ella ya había cumplido su misión del día, así que se levantó, y comenzó a caminar yendo a su casa, tenía el coche, pero le apetecía caminar, aunque tuviese que mojarse, la lluvia y una buena caminata era lo que le hacía reflexionar sobre la mierda de vida que tenía.

Santana conocía un callejón que cortaba el camino para volver a su casa, lo tomó mientras caminaba con prisa, y se arrepentía de haber dejado su coche tres manzanas atrás. Su mochila se estaba mojando, y su pelo se estaba volviendo un desastre. Más de lo que ya lo era.

El corazón de Santana se aceleró, al ver el coche de Brittany pasar por su lado. Se quedó parada tres segundos, y después agachó su mirada, y caminó más rápido que segundos antes.

Santana vio el coche pararse poco a poco.

<< No subas, no subas, no subas, no subas, no subas joder no subas. >>

Santana siguió caminando, el coche siguió avanzando, al paso de Santana.

<< No pares el puto coche, lárgate. >>

El coche de Brittany arrancó con más fuerza, avanzando dos metros, después se paró y la puerta del Co-Piloto se abrió.

<< No quiero subir, no subas. >>



Santana avanzó hasta el coche, y pasó por delante.

-¡Santana sube!

-No puedo, tengo prisa.

-Te llevaré a casa. –Santana arrugó su nariz, y echó su pelo mojado y pegado en su cara, tras su oreja.

-No, gracias.

-Sí, vamos sube. -Insistió

Entro al coche corriendo, y cerró la puerta.

-Estas empapada, toma, tengo una toalla aquí. –Brittany miró en el asiento de atrás, y cogió una toalla, se la entregó a Santana y ella se secó la cara.

-Gracias, pero no hacía falta.

-Sí, puedes coger una pulmonía.

-No sería la primera vez en todo el mes que me pongo enferma por la lluvia.

-Sí, el tiempo se está descontrolando muchísimo. –

Brittany arrancó el coche, y el silencio se inundó entre ambas, Santana se pasaba la toalla por su pelo todo el rato, quedaba bastante para llegar a casa de Santana, y ninguna sabía que decir, pero Brittany, como siempre fue la primera en romper el silencio.

-¿Puedo preguntarte algo? –Santana miró a Brittany, se lo tomó como un sí. -¿Por qué llegas tarde? ¿Qué te pasa?

-¿Por qué todos me preguntan lo mismo cada día? No me pasa nada, estoy bien, joder.

-Recuerdo el día que te vi por primera vez, me tiraste los tejos, y no dejabas de sonreír, cuando estabas conmigo, cuando te veía por los pasillos antes de comenzar el curso, siempre sonrías, ahora no lo haces.

-Espera, ¿El año pasado estabas?

-No, solo estaba haciendo prácticas, estuve dos semanas antes de que el curso acabara, pero te conocí oficial mente el mes pasado. –Brittany consiguió sacarle una sonrisa a Santana, y ella se la devolvió.

-No lo sabía, no te había visto.

-Estoy segura de eso. –Brittany sonrió. –Pero a lo que me vengo a referir, es que quiero saber qué te pasa, tienes ojeras, y vas mal vestida, no te ofendas.

Santana volvió a sonreír, era inevitable no hacerlo.

-Pero algo te pasa, y deseo saber que es para poder ayudarte.

-No me pasa nada, por favor deja de preguntarme eso.

El coche se paró, y Santana vio por la ventana la puerta principal de su casa.

-¿Es aquí verdad?

-Sí, aquí es.

Santana fue a bajarse del coche, pero no le dio tiempo, Brittany agarró su brazo, y puso el pestillo de las puertas.

-¿Qué haces?

-Sé que estás mal, puedo verlo en tus ojos Santana, por favor ven esta tarde a mi apartamento.

-No voy a volver a lo mismo de hace un mes.

-No, no me mal interpretes quiero hablar contigo, Dianna estará hasta las siete u ocho, mañana es sábado, no creo que tengas nada más importante que hacer, por si la cosa se alarga.

-No creo que vaya, he quedado con unos amigos, iremos a tomar algo.

-Bueno, solo piénsalo, te espero a las siete y si no apareces, pues no te molestará más.

-Lo pensaré, gracias por trame.

Santana se quedó esperando, las puertas estaban cerradas. Brittany esperaba a que Santana saliera, pero no lo hacía.

-Brittany… Las puertas están cerradas. –Ella torció sus labios.

-Oh, sí, sí, perdóname. –Brittany abrió las puertas, Santana salió y sin mirar atrás, entró en su casa.

Dejó caer todas sus cosas al suelo, y apoyando su cuerpo contra la puerta, respiró hondo, estaba muy cansada. A partir de ahí, comenzó a caminar guiándose por el olor de la comida, su padre estaba en casa.

-Hola papá. –Dijo Santana sentándose en la mesa. -¿Qué tal tu día?

-Bien, ¿Y el tuyo?

-Bien, supongo.-

-Has llegado tarde otra vez, Santana. –

-Lo siento, me he dormido.

-No, no me valen más excusas, no puedo seguir cubriéndote, si tu madre se entera de que estas faltando tanto a las clases se va a cabrear muchísimo, ya suficiente tiene con que llegues borracha y a las tantas. –Santana se encogió de hombros, le daba igual lo que le dijera.

-Cuando me mude no os molestaré más, podéis aguantar dos semanas más.

-No Santana, no te irás de aquí hasta que vuelvas a comportarte como tal, lo siento mucho, pero esto no es bueno ni para ti ni para Daniel, no le das un buen ejemplo, y no eres lo suficientemente responsable como para vivir sola.

-No me hagas esto, estoy deseando irme desde hace años como para que ahora me hagas esto, además el apartamento está a mi nombre. –Protestó Santana, a punto de tirar la mesa, y todo lo que se pusiera a su alcance.

-No, está al tuyo y al mío, y como soy yo quien va a pagar todo hasta que tengas trabajo, esas serán mis condiciones. –Miró a Santana, pero ella no le devolvió la mirada. –Tú no eres así, eres buena y dulce, estoy segura de que si de verdad quieres ese apartamento, cambiaras tu comportamiento.

-Tú también has sido joven, ¿Sabes? Quiero divertirme.

-Una cosa es divertirte una vez a la semana, o una vez cada dos semanas, y puede que te desparrames y sean tres a la semana, pero cada día, un día tras otro, volviendo borracha y teniendo sexo con desconocidas. ¿Eso es lo que quieres de verdad? Tener dieciocho significa que eres mayor, no mayor para hacer lo que quieres, si no mayor para responsabilizarte,  y mentalizar que a partir de ahora todas tus decisiones serán como las de un adulto.

Santana no dijo nada, él tenía razón.

-Este será el trato, tienes dos semanas para volver a comportarte, y un día antes de tu cumpleaños decidiré si darte las llaves, o no dártelas.

-De acuerdo. –Terminó Santana.

-¿Lo prometes? –Preguntó.

-Lo prometo. –Ambos se dieron la mano.

Santana tenía dos opciones, divertirse este ultimo día, o ir a ver a Brittany. Sabía lo que quería hacer, debía aplazar lo de Brittany para otro día, este iba a ser su ultimo desparrame.



Santana comió con su padre, y luego se duchó, para poder prepararse e ir con amigos, como estaba haciendo estos últimos días, pero esta vez sería la última, debía disfrutar y aprovechar.



****



-Ya estoy en casa. –Exclamó Brittany en la puerta, mientras dejaba su bolso sobre la mesa, y su chaqueta en el perchero.

-Hola Brittany, he hecho la comida.

-Joder Di, se cocinar, no hace falta que vengas todos los días. –Protestó Brittany dejando caer su cuerpo cansado sobre el sofá. –Pareces una criada.

-No, no lo parezco porque no me pagas, aunque deberías, vamos a comer, hoy me voy pronto.

-A ver si es verdad.

- Ja – Ja, eres tan graciosa rubia. –Dijo con ironía. –Vamos, levántate y ayúdame a preparar la mesa.

-Está bien. –Murmuró Brittany mientras reía, y se levantaba del sofá.

****



Cerca de las siete y media, Brittany dio por sentado que Santana no aparecería por allí, Dianna se había ido hace unas horas, y se había pasado todo el tiempo viendo la televisión, ahora Brittany se había pasado a la cerveza sin alcohol, y era lo que hacía, ver la televisión y tomar cerveza sin alcohol, después de haberse emborrachado por primera vez, y haber experimentado tal mal sentimiento, decidió no volver a beber alcohol, vomitar no era algo que le hiciese sentir bien.



A las ocho, Brittany comenzó a recoger y limpiar su apartamento hasta el fondo, decidió no dejar ninguna esquina sucia, y ni un poco de polvo. Empezó por el baño, después su habitación, y por último la cocina y el salón, lo bueno de Brittany es que jamás se cansaba limpiando, ya que era algo que le gustaba, y era entretenido.





Brittany terminó su limpieza a fondo cerca de las diez, se sentía cansada, después de más de dos horas limpiando, decidió hacerse algo para comer, una tortilla francesa y una ensalada, algo que ni engordaba mucho, ni le hiciese sentirse mal después.



Brittany, mientras digería la comida que acababa de comer, reposaba en su sofá mientras veía Charmed, algo obvio en ella, cuando su teléfono sonó, esperanzó que fuese Santana, pero no, el número no estaba guardado.

-¿Si?

-Hola Señorita Pierce, soy Ashley.

-¿Ashley? ¿Cómo has conseguido mi número de teléfono?

-Está guardado en la agenda del teléfono que le dejé a Santana después de romper el suyo.

-Oh, ¿Y a qué se debe esta llamada?

-¿Has hablado con ella?

-Ya te he dicho que no voy a hablar con ella, si alguien puede solucionar lo que le sucede, eres tú, lo siento.

-Te equivocas… gracias, y buenas noches. –Brittany apagó su teléfono y lo lanzó a la otra punta del sofá.

Era viernes y no tenía ningún plan, había cenado, había limpiado, trabajado, y estado con la pesada de su amiga por unas horas. Tal vez debía salir, pero no le apetecía, nunca le apetecía, estaba cansada, pero no tenía sueño, por lo que el resto de viernes y fin de semana, seria trabajo, y nada más que trabajo.





****



-¡Por fin estas aquí!

-Siento el retraso, mi hermano quería que viese unas películas con el. –Santana saludó a Sugar y a Mike, a ella con dos besos, y a Mike con un fuerte abrazo.

-¿Traes el dinero?

-No, hoy solo alcohol, no voy a comprar más pastillas, si queréis tomar pastillas, podéis comprarlas vosotros, lo siento.

-¡Que dices! ¿Qué bicho te ha picado?

-Mi padre me ha picado, mi mejor amiga. Y mi profesora. –La última frase la susurró, con toda la gente que había, no creía que nadie le hubiese oído.

-Bueno, pues nada de pastillas para la señorita Lopez, ¿Qué te apetece? –Mike, guió a Santana hacia una mesa llena de botellas de alcohol, las fiestas ahí eran geniales.

-Coca-Cola con ron, ya sabes, lo mismo de casi siempre.

-La verdad, no lo sé, cada día que vienes siempre pruebas cosas diferentes. –Mike se volteó y preparó el Ron con Coca-Cola. –Aquí lo tienes princesa, cuando quieras algo más, házmelo saber.



Santana se giró, y buscó a Sugar, ambas se fueron a un sofá, y comenzaron a beber y a reírse, eran las once, Santana había bebido algo antes de ir, pero ahora comenzaba su fiesta, su última fiesta.





*****



Brittany estaba medio dormida en su sofá, eran las tres y media de la madrugada, y sus ojos se mantenían abiertos, aunque estaban a punto de cerrarse, por muy poco.



Brittany por fin se volteó y cerró sus ojos dispuesta a dormir, profundamente, pero el timbre la interrumpió. Ella maldijo en voz baja, y cogió su bata de seda, se la colocó y la ató a su cintura, caminó hasta la puerta, mientras se recogía el pelo, ¡Sorpresa, Brittany!





-¿Santana que haces aquí? –Santana se tambaleaba de un lado a otro. -¡¿Estas borracha?!





----------------------------------------------------------------------------



AQUI TERMINA EL CAPITULO, primero que todo, disculparme por no poder haber subido capitulo el domingo anterior, no pude, así que me disculpo, y aqui les dejo este capitulo, Y LES INFORMO que este domingo SI habrá capitulo, a la misma hora que hoy, 23:00 en españa.



Y YA SABEN, DEJEN MUCHOS COMENTARIOS, Y NOS VEMOS ESTE DOMINGO, 23:00 EN ESPAÑA.



SALUDOS! -Paula ^^!

creo que a britt no le importa santana, y santana de tonta se enamoro, hasta luego!

holap,...

bueno parece que mas sen esta pagando o ella elige eso por la decisión de britt
a ver como arreglan las cosas???? y que va a hacer britt???

nos vemos!!!

Vaya, ambas están hechas un lío... Britt sin comer y san metiéndose drogas y alcohol van de mal en peor!! Pero quiero leer mas!! Jaja sin mencionar que el domingo es mi cumple así que esa actu será un buen detalle para alegrar mi día jajaja jajaja saludos!! Besos

Me siento mal por San porque igual ella ama mucho a Britt pero al parecer Britt no siente eso mismo por ella ojala que Britt le abra la puerta a San y no se la cierre en la cara porque conociéndola como es en tu fanfic es capaz Actualiza luegoo

-¡Noooooo! –Santana comenzó a reír. –Bueno, un poco.

-Madre mía, ¿Qué haces aquí?

-¿No habíamos quedado? –Santana se miró la muñeca, no tenía reloj. –Uy, si no tengo hora. –Santana volvió a reírse. -¿Qué hora es?

-Muy tarde.

-Oh vaya… ¿Puedo pasar? –Santana veía doble, ni si quiera podía mantearse en pie. –Hum, ¿O me vas a cerrar la puerta en la cara? –Santana comenzó a reír de nuevo.

-No, pasa. –Brittany se apartó para que Santana pasara, ella comenzó a caminar, pero sus piernas se tambaleaban.

Santana llego a dentro, y al darse la vuelta cayó al suelo.

-Mierda, otra vez. –Santana, de rodillas en el suelo, seguía sin parar de reír. –

-Dios Santana. –Brittany se agachó y levantó a Santana del suelo.

-Sí, sí, tu solo ayúdame. –Brittany llevó a Santana al sofá.

-¿Puedo saber a qué has venido?

-¡Habíamos quedado! –Santana, estaba estirada en el sofá, sus ojos estaban medio abiertos.

-Sí, pero hace más de seis horas.

-Brittany… -Santana comenzó a encontrarse muy mal. –Me encuentro mal.

-No, no, espera, no vomites. –Santana negó, segundos después comenzó a tener arcadas.

-No, puedo respirar. –Murmuró, Brittany se levantó deprisa.

-Vamos al baño. –Brittany cogió a Santana, y la llevó arrastras hasta el baño.

Santana se arrodilló en la taza del váter, seguía teniendo arcadas.

Brittany se recogió el pelo con una pinza, y después le agarró el pelo a Santana, esta seguía teniendo arcadas. Brittany miró a Santana, su rostro se estaba quedando pálido.

-Mierda, ¿Santana que te pasa? –Ella seguía teniendo arcadas, pero no conseguía vomitar, sentía que se ahogaba. -¡Joder!

Brittany se remangó la camisa, mientras Santana, cada vez se quedaba más pálida.

Brittany pasó su brazo por delante de Santana, y metió dos dedos en la boca de Santana, ella seguía teniendo arcadas, cada vez más frecuentes, Brittany pensaba que hoy acabarían en el hospital.

Brittany volvió a meter sus dedos dentro de la boca de Santana, sin dejar de sujetar el pelo de Santana, comenzó a vomitar, de forma excesiva. Todo el alcohol y todo lo demás que había tomado, salía por su boca a presión, Brittany no sabía si sentir asco, o sentirse bien, le había ayudado, pero no era algo bonito de presenciar.

Santana, seguía vomitando, sin parar, y Brittany cada vez estaba más preocupada.





Minutos después, Santana, ya no vomitaba, pero no se movía del váter. Con una mano, y con muy pocas fuerzas, tiró de la cadena, y trató de levantarse, como pudo, Brittany se lavó las manos rápidamente, y ayudó a que Santana se levantara.



Santana se inclinó a la pica, y encendió el grifo, dio un trago de agua y se enjuagó la boca, era asqueroso. Y lo peor, se sentía avergonzada.





Diez minutos después, Santana estaba tumbada en el sofá de Brittany con los brazos sobre su rostro, se sentía mejor, pero no podía mirar a Brittany a la cara, había sido humillante, y muy vergonzoso.

-¿Te encuentras mejor? –Preguntó.

-Si. –Santana se levantó, quedando sentada, su piel estaba ardiendo. –Tengo mucha calor.

Brittany pasó su mano por la frente de Santana, su piel estaba ardiendo.

-Estas ardiendo, abriré un poco las ventanas. –Brittany se levantó, y abrió las ventanas, esas ventanas estaban muy duras, así que tenía que hacer mucha fuerza para poder abrirlas. Brittany abrió las ventanas, y al voltearse, vio a una Santana descubierta, de cintura para arriba.

Brittany no dijo nada, y volvió a sentarse en el sofá, teniendo la incómoda imagen de los pechos de su alumna completamente descubiertos a su lado, no era la primera vez que los veía, pero resultaba incómodo y caliente, Brittany no sabía cómo se controlaría. Ya que abusar de ella en su estado, no estaría bien.

-¿No te importa verdad? –Santana preguntó, tumbada de nuevo en el sofá. –No es la primera vez que me ves las tetas.

Brittany no dijo nada, miraba por la ventana, y no decía nada.

-Brittany… -Habló Santana.

-Dime. –Brittany miró a Santana. A los ojos, solo a los ojos.

-Estoy muy borracha. –Santana comenzó a reírse, parecía que se encontraba un poco mejor.

-Lo sé. –Contestó Brittany.

-¿Sabes que me gusta hacer cuando estoy borracha?

-¿El qué?

-Dar besos. –Santana comenzó a sentirse excitada de un momento para el otro. –Y no solo en la boca.

Brittany escondió una sonrisa, miró a Santana y negó con su cabeza.

-No.

-¿No me deseas? –Santana deslizó sus manos por su abdomen. –Todo esto puede ser tuyo otra vez.

-Será mejor que vaya a por un pijama antes de que termines de desnudarte.

-Yo no duermo con pijama, no desde hace un tiempo. –Santana se dio la vuelta, su mirada, seguía el cuerpo de Brittany. –Uf, joder.

Santana estaba deseando montarse encima de su profesora, desnudarla, y dejarla sin respiración, estaba excitada, y todo era más salvaje cuando bebía alcohol.

Ella seguía teniendo mucho calor, no tenía más remedio que acabar de quitarse la poca ropa que le quedaba.

Brittany volvió al salón con un pijama en la mano, y se lo lanzó a Santana.

-No me lo voy a poner, tengo mucho calor.

Santana, ahora estaba tan solo con ropa interior, Brittany la miró, su boca se estaba haciendo agua. Se veía tan pequeña, débil, y sensual. Brittany sintió vibraciones donde no debería, no otra vez.



-Por favor, al menos ponte la camisa.

-No, además me iré a mi casa en un rato.

-Santana, en estas condiciones no puedes irte sola, ni andando, ni conduciendo, quédate en mi cama, yo dormiré en el sofá.

-No puedo Brittany, le he prometido a mi padre que mi comportamiento sería mejor, si no aparezco por allí no me dejará irme a vivir sola.

-Llama mañana, diles la verdad, estas en casa de una amiga, has bebido y no podías ir a casa, que estas bien, y ya está.

-Está bien, pero entonces tú duermes en la cama conmigo, no voy a dejar que duermas en este sofá de mierda. –Santana se levantó tambaleante. –No, no te ofendas.

-No te preocupes. –Brittany pasó su mirada por el cuerpo de Santana, de arriba abajo, desesperada por tomarlo, y hacerlo suyo. Se estaba volviendo loca, sus curvas, su abdomen, sus pechos, ella era tan hermosa. –Si quieres que duerma contigo tienes que ponerte el pijama.

-No voy a dormir con ropa. –Contestó Santana provocativa.

-Pues entonces nada de cosas raras, no quiero abusar de ti cuando menos eres consciente de lo que dices.

-Créeme, si soy consciente. –Santana respiró hondo y se acercó a Brittany unos pasos. –Soy consciente de que quiero desnudarte, hacerte mía, soy consciente de que estoy desnuda, no solo porque tengo calor, quiero tenerte desnuda a mi lado.

-No sabes ni lo que dices, venga, vamos dentro. –Brittany apretó sus muslos con fuerza, y se contuvo las ganas de lanzarse.

-Sé que me deseas, igual que yo te deseo a ti. –Santana lamió sus labios, y se acercó mucho más, tenía a Brittany a punto de mira, solo debía avanzar unos minutos más, para poder besarla, ella se mantenía quieta. Ambas lo hacían. –Sé que estas mojada, y que deseas que yo limpie esa humedad, que mi lengua recorra tu zona venus, deja de contenerte, el hecho de que este borracha no quita el hecho de que no sea consciente de lo que quiero.

Brittany cada vez apretaba más sus muslos, iba a estallar, podía sentir su zona más íntima palpitar, estaba deseando que Santana hiciese todo lo que mencionaba, Brittany estaba completamente desorientada.



Quieta, y son los labios entre abiertos, oliendo el perfume de Santana, con mezcla de vodka y whisky. Los ojos de Santana brillaban, y su cuerpo se veía completamente hermoso tan cerca.



Santana se inclinó, y rozó los labios de Brittany, ella cerró los ojos, esperando más, pero Santana se apartó, se dio la vuelta, y caminó hasta la habitación de Brittany.

-¿Qué coño acaba de pasar? –Preguntó Brittany en voz alta.



Brittany caminó hasta su habitación, y vio a Santana sentada en la cama, apoyada en el cabecero de la cama sus piernas estaban cruzadas, y lo único que cubría su vagina mojada, era una fina tela blanca.

Brittany cabreada, cruzó la habitación y entró en el vestidor, si Santana jugaba ella también.

Brittany se quitó toda la ropa, dejando todo en el suelo, caminó por la habitación, y después fue hacia su lado de la cama, vacilante, abrió las sabanas, y se tumbó, lo más lejos que pudo de Santana.

Santana estaba alucinada, echaba demasiado de menos, ese precioso cuerpo desnudo.

Santana, se acercó a Brittany, y llevó sus labios a su cuello, Brittany se apartó rápidamente.

-Oh, no, no, si quieres que duerma aquí, más te vale no acercarte mucho. –Santana, sin dejar de sonreír, se puso en la esquina, y cerró los ojos.



Brittany apagó las luces, y por fin, por fin, podía descansar. Ambas se durmieron rápidamente, Santana porque estaba borracha hasta las trancas, y Brittany porque no podía más con su cuerpo, después de una dura semana de trabajo, por fin llegaba el fin de semana, podía descansar.







A la mañana siguiente, Brittany abrió sus ojos, y miró el reloj, eran las doce y media, no era muy pronto, pero tampoco muy tarde. Se volteó, y vio a Santana, completamente, y profundamente dormida a su lado, Brittany iba a dejarla dormir todo lo que quisiera, pero esperaba que no se levantara a las tres de la tarde.



Brittany se levantó, desnuda, y se puso el pijama que más abrigaba, por la mañana hacia demasiado frio. Brittany se vistió y fue a preparar el desayuno, o más bien, a prepararse el desayuno.



A la una y media del mediodía, Santana no daba señales de vida, Brittany estaba limpiando y planchando ropa, incluyendo la de Santana de ayer.



Brittany pensó, que hubiese pasado si Santana y ella hubiesen tenido sexo, si hubiesen hecho algo más que dormir en esas sabanas, Brittany lo deseaba, quería volver a follarse a su alumna, pero no era propio, su deseo era más grande que su trabajo, ya no se sentía como antes, pero la atracción seguía estando ahí, Brittany aun sentía algo por Santana, aunque fuese mínimo, pero quería evitarlo, no quería volver a dudar de ella, no quería una relación que fuese a ir mal, Santana era perfecta para ella, pero no se daba cuenta.

No hablamos solo de mucha química sexual, hablamos de dos personas que desde la primera vez que cruzaron palabras sintieron algo más que amistad, o una típica relación de profesora y alumna.

Brittany se preguntaba si ella era la única que había hecho esto, muchas alumnas se habían sentido atraídas por profesores a lo largo de la vida, a todo el mundo puede pasarle, enamorarte de un amor no correspondido. Pero… se preguntaba si de esas u esos alumnos enamorados, ¿Había surgido algo? ¿Había funcionado?

Brittany necesitaba opiniones, no para sentir algo, porque eso ni si quiera lo decide ella, necesitaba saber si algo así, era posible, un futuro entre ambas, entre una profesora y una alumna, sin tener que dejar su trabajo.

Tal vez, Brittany debía esperar hasta que Santana acabara el instituto, entonces podría ser para ella sola, pero serian muchos meses sin sus caricias, aunque si había aguantado un mes, podría aguantar ocho meses más.

Si hubiese una reunión de padres, Brittany debería hablar con los padres de Santana, cruzar miradas con ellos, conocerles, y seria incomodo a lo largo del tiempo, cuando sacaran su relación a la luz, sus padres sabrían que ella fue su profesora, y podrían mandarle a la cárcel.



Todo era un dilema, Brittany no podía hacer nada.



La puerta que separaba el pasillo del salón, se abrió y salió una Santana medio desnuda.

-¿Brittany dónde está mi ropa? –Preguntó Santana, estaba muerta de frio.

-Ahí tienes el pijama que te dejé ayer, póntelo, ahora tu ropa se está lavando. –Santana asintió y cogió el pijama.

Comenzó a ponérselo, cuando el timbre sonó y se llevó la atención de ambas, Brittany sin más, abrió la puerta y vio a su mejor amiga con una luciente sonrisa, y su novio detrás de ellas.

-¡Hola Birttan…! –Brittany cerró la puerta rápidamente, y corrió hacia Santana.

-Mierda, mierda, escóndete, es Dianna.

-¿Qué pasa? Ella ya me conoce.

-Sí, pero no quiero que sepa que estas aquí, y viene con su novio.

-¿Qué?

-Joder, joder. –Brittany comenzó a hiperventilar.

-¿Dónde me escondo? –Preguntó Santana, a media vestir.

-En mi habitación, por favor, no salgas, los sacaré de aquí.

-Brittany, no ha pasado nada no tienes por qué ponerte así.

-Su marido es muy detallista, y sobre todo muy cabrón, en cuanto te vea sabrá que no tienes veinte años, ¿Sabes? Ese es capaz de hacer de las suyas.

-Vale, ya me escondo.



Santana entró en la habitación, y cerró todas las puertas, la verdad es que a ella le daba igual que la viesen en casa de Brittany, pero el problema no lo tendría ella, si no Brittany, y mucho más si la encuentran a medio vestir, con un pijama.



Brittany abrió la puerta.

-¡Hey, hola! ¿Cómo está mi mejor amiga? Espero que bien, adiós. –Dianna paró la puerta con su mano.

-No vuelvas a hacer eso. –Dianna entró, con su novio detrás, el estómago de Brittany comenzó a dar vueltas.





---------------------------------------- ---------------------------------------------------------

bueno aqui acaba el capitulo, siento no haber podido hacerlo muy largo, pero el domingo que viene será extra largooooo y por fin les daré algo mas que momentos intensos, *w*

comenten si quieren que continue, y si hay muchos comentarios, ya saben, me tendrán de vuelta el proximo domingo a las 23:00

saludos -Paula ^^

estuvo muy bueno como siempre, solo que esperar de domingo a domingo no es muy placentero pero si hay que hacerlo, pues hay que hacerlo, bye!!!!