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FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
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Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Joder se me borró la biblia de comentario que había escrito!! Pff!
Bueno haré un resumen
1.- Amo a mis chicas son tan dsadsadsa *-*
2.- Me encantan como San saca de quicio a Britt jajaja, lo admito es estrezante, pero es parte de lo entretenido!
3.- La situación del bebé de San! jajajajaj todo lo que pasó! hasta con el papá de Britt
4.- Neta me dejó en shock la situación de Nicole, que hijo de puta hace eso a su HIJA! D:
5.- Me encantan las apuestas de los chicos del trabajo jajajajajajja!!! son épicos!
6.- Amé la ternura de Puck, con su trajesito y todo Owwwww es perfecto jjeje
7.- Espero la actu :P jajjaja
Saludos! By. Nathie ^^
Bueno haré un resumen
1.- Amo a mis chicas son tan dsadsadsa *-*
2.- Me encantan como San saca de quicio a Britt jajaja, lo admito es estrezante, pero es parte de lo entretenido!
3.- La situación del bebé de San! jajajajaj todo lo que pasó! hasta con el papá de Britt
4.- Neta me dejó en shock la situación de Nicole, que hijo de puta hace eso a su HIJA! D:
5.- Me encantan las apuestas de los chicos del trabajo jajajajajajja!!! son épicos!
6.- Amé la ternura de Puck, con su trajesito y todo Owwwww es perfecto jjeje
7.- Espero la actu :P jajjaja
Saludos! By. Nathie ^^
Nathie_B4E****** - Mensajes : 315
Fecha de inscripción : 06/07/2014
Edad : 30
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Hey.....! :) Ya extraño tu fic :(
Pao Up- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
monica.santander escribió:jajaajaja pero que lio se armo por la idiota de San!!
Rachel es cualquiera!!!
Hola hola!
Rach :s sin comentarios!
Saludos
3:) escribió:holap dani,..
morí de ternura con noah,.. neta kevin es una buena carta para san jajajaja esto le queda genial "Si piensas que soy lindo… deberías ver a mi mamá" jajajajaja
rachel es una HDP,..... tu me haces odiarla,.. la situación de britt san y el papa de britt es traji comico jajajaja,..
nos vemos!!
Hola Hola!
Noah <3 y kevin <3 ! y jajajajajjaaj ese mameluco es hermoso! y RACH USHH y jajajajaj totalmente!
Saludos
Anddy Rivera Morris escribió:Fue simplemente PERFECTO.
Yo quiero a una chica como Santana o a un chico como Adam <3
Estoy pasando por el efecto Bambi en estos momentos
Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJ creo que te apoyo jajaja prefiero a SAN <3 y jajajaja me too!
Saludos
monica.santander escribió:El comentario anterior lo escribi antes de leer los dos ultimos capitulos!!
este maratón estuvo mas que buenísimo!!!
Los próximos capítulos son desde la perspectiva de San?? Seria buenísimo conocer mas de San.
Gracias
Hola Hola!
Me alegro que te gustara :) y nop van a haber capitulos que son asi pero no todos!
Saludos
Pao Up escribió:OMG....! Y con una mierda como es que se fijo en Britt desde el primer instante y por la culpa de Rachel y su calentura maldita Rachel!!!!
Britt ya la tomo y va a luchar por su amor y por Santana y es obvio que Santana la ama solo que tiene un pasado que la persigue! Solo quiero mas de tu fic :)
Hola Hola!
EXACTO! Britt siempre fue la que <3 ! y Exacto asi es :) y me alegra que te guste :D
Saludos
lauravm98 escribió:Espectacular la maratón! !! Gracias ohhh dios amo esta historia
Nathie_B4E escribió:Joder se me borró la biblia de comentario que había escrito!! Pff!
Bueno haré un resumen
1.- Amo a mis chicas son tan dsadsadsa *-*
2.- Me encantan como San saca de quicio a Britt jajaja, lo admito es estrezante, pero es parte de lo entretenido!
3.- La situación del bebé de San! jajajajaj todo lo que pasó! hasta con el papá de Britt
4.- Neta me dejó en shock la situación de Nicole, que hijo de puta hace eso a su HIJA! D:
5.- Me encantan las apuestas de los chicos del trabajo jajajajajajja!!! son épicos!
6.- Amé la ternura de Puck, con su trajesito y todo Owwwww es perfecto jjeje
7.- Espero la actu :P jajjaja
Saludos! By. Nathie ^^
Hola Nathie :)
1- asjhkajdshkaa me too
2-Eso es algo de lo mas hermoso <3 jajaja amo a san !
3-jajajaja kevin <3 san es una loquilla!
4-Pobre nicole :l pero ya veremos que pasa con ella!
5-JAJAJAJAJAJ yo desearia tener amigos asi jajaja
6-:3 jajaja en perfecto no ?
7- jajajaj aqui vienen :P
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Pao Up escribió:Hey.....! :) Ya extraño tu fic :(
Traigo capitulo en un ratito :)
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 16
It's difficult to see from the surface
But everything goes in
And it stings like a spider
Hits you deep inside and...
But everything goes in
And it stings like a spider
Hits you deep inside and...
— ¿Vas a contestar eso? —preguntó papá durante el almuerzo.
Mi celular vibraba y timbraba en la mesa. Finalicé la llamada entrante y regresé a la comida en mi plato.
Susan había cocinado una olla de arroz con habichuelas y cáscaras de huevo. Ella era vegetariana (lo que le resultaba conveniente a mi papá ya que él no gastaba mucho dinero en comida... Peor en un corte de carne fresca).
Susan amaba hacer nuevas recetas combinando cáscaras, de lo que sea que encontrara, con leche hirviendo y papaya.
Probé un poco de las cáscaras hervidas y… ¡Por todo lo sagrado y maloliente de este mundo! Sabía asqueroso.
Me puse una servilleta en la boca y escupí lo que recién había comido.
It's difficult to see from the surface
But everything goes in
And it stings like a spider
Hits you deep inside and...
But everything goes in
And it stings like a spider
Hits you deep inside and...
Mi celular volvió a sonar y esta vez lo apagué por completo.
— ¿No le vas a contestar a la chica? —preguntó Susan.
Para evitar responderle cogí otra cucharada de lo primero que tenía más cerca en mi plato.
Mierda, de nuevo cáscaras.
No pude escupirlas esta vez porque Susan me miraba fijamente.
Las mastiqué y escuché cómo dolorosamente se estrellaban contra mis dientes, gastando el esmalte y posiblemente ganándome una visita donde la buena doctora Thomas, mi dentista. Ella siempre contaba estos chistes secos y sin sentido que me obligaban a poner una sonrisa falsa en el rostro todo el tiempo.
—Britt… No le hagas eso a ella, o a ti misma. Cuando las imagino juntas noto lo mucho que la amas…
— ¡Susan! —Mi papá le lanzó una mirada agria—, deja de darle ideas. Está mejor sin esa tipa. Tomaste una decisión sabia, hija.
No pude sonreírle. ¿Para qué? Tomar distancia de Santana había sido duro.
Llevaba una semana de haberle dicho que necesitaba un descanso para olvidar todo lo que Rachel había causado en mi sistema. No le había hablado o la había visto todavía. Por eso ignoraba sus llamadas y evitaba leer sus mensajes, necesitaba espacio. Espacio para pensar y serenarme; espacio para saber si ella me llegaría a necesitar después de este breve tiempo de separación.
Pero ahí estaba lo jodido del asunto: yo la amaba. La amaba y probablemente ella no sentía lo mismo por mí.
¿Que ella haya tenido sexo salvaje en mi habitación, con mi prima?
Sip, todavía dolía.
¿Que ella haya tenido sexo salvaje en mi habitación, con mi prima, sobre mis libros?
Dolía el doble.
De todas formas no me molesté en quemar todas las cosas que hubieran tenido contacto entre las dos, porque Rachel ya se había encargado de destruirlas.
Justo cuando me disponía a largarme de su apartamento, vi el desastre que había hecho en todo el lugar: ropa mía (y de ella) hecha trizas sobre el suelo. La mayoría de mis libros habían sido cortados y se dispersaban como papelillo sobre la sala. Recortó todas las fotos y pinturas que guardaba con recelo en mi dormitorio; hasta rompió sus fotos, esas de cuando tenía nueve años y ganaba concursos de modelaje y sus padres le compraban ponys con cabello mejor cuidado que el mío.
Rachel de verdad estaba loca. Dejó intacta únicamente la blusa turquesa que se me había acusado de robar hace tiempo atrás en aquella exclusiva tienda.
Hasta se tomó el costo de poner una nota escrita a mano en la que decía: "Para que recuerdes lo que eres: una ladrona. Siempre envidiando lo de otros."
Me eché a llorar y, en un arrebato, puse en la trituradora la prenda que no recordaba haber robado, y la vi desaparecer ante mis ojos.
Esa era la última vez que dejaría que alguien me tratara mal e intentara pisotearme.
También fue el momento en el que decidí que necesitaba un tiempo lejos de Santana para pensar. Entonces vine y terminé con ella y me largué con los ojos llorosos a casa de papá.
No había hablado con Santana toda esta semana; la echaba de menos. Dije que la iba a aceptar con todo y su equipaje pesado pero me quebré en el último momento.
Me dolía recordar las palabras de Rachel, de cómo ellas lo hacían como conejas en todas partes y en todas las posiciones.
Sabía que enamorarme de Santana traería estos problemas, lo sabía y aun así no le hice caso a la alarma en mi cerebro que gritaba peligro.
Ahora ella no dejaba de llamarme o enviarme mensajes con demasiadas letras en mayúscula y con tantos signos de admiración que terminaban cayendo en un segundo mensaje complementario.
—Pues a mí me agrada la chica—dijo Susan llevándose una cucharada de comida y regresándome al presente, sus dientes hacían el mismo sonido que los míos al masticar las cáscaras, solo que ella no hacía una mueca al tragarlas, como yo—. Dime de nuevo, ¿por qué se pelearon?
Susan aún no conocía a Santana, bueno, al menos no cara a cara; solo sabía de ella por las descripciones que le daba papá: una vándala con estilo de mafiosa y apariencia de asesina de abuelitas solitarias, o de secuestradora de gatos. Además de compararla con una potencial criminal.
Tuve que desmentirlo antes de que ella creyera todo eso.
—Santana fue novia de mi prima desde hace un poco más de cinco meses atrás —expliqué—, ella solo se encargó de recordarme el por qué estuvieron juntas durante todo ese tiempo. Me dio detalles muy vívidos sobre su relación.
Aparté las picadas cáscaras de huevo de mi plato y escogí probar esta vez el arroz con habichuelas.
—Oh —Susan se quedó callada después de eso y masticó con esmero su comida.
Ella y papá aún no hablaban de matrimonio. Tampoco vivían juntos pero generalmente Susan cocinaba el almuerzo o la cena para él.
Definitivamente mi papá tendría que estar perdiendo peso porque no creía posible que un puré de brócoli o la ensalada de lechuga que le preparaba Susan lo fueran a engordar, pero aquí estaba, con una barriga que se le marcaba en la camisa y que no dejaba abotonarse correctamente a su quinto botón. Todavía no entendía cómo rayos consiguió a Susan.
—Voy a salir esta tarde —anuncié una vez que terminé con el arroz en mi plato.
Papá se acomodó los lentes mientras me miraba con recelo.
— ¿A dónde? —preguntó cruzándose de brazos. Aún seguía enojado porque le apunté a Rachel con un arma falsa y porque lo hice dudar por un momento de su credibilidad como padre al criarme (también porque acusó injustamente a su película favorita de vampiros de ser mala influencia).
—No me digas que a verte con esa motociclista de mala muerte, ¿verdad?
—Sip. Me va a llevar a que me hagan un tatuaje —bromeé—, justo aquí.
Señalé en dirección a mi trasero.
Él amplió los ojos y dejó de masticar la horrible comida vegetariana que había hecho Susan.
—Solo bromeo, papá. Relájate. Voy a conseguir un nuevo empleo —dije orgullosamente. No me iba a poner a llorar para que me devolvieran mi puesto en el restaurante; en su lugar me despedí de mis amigos y prometí reunirme con ellos la próxima noche para una ronda de karaoke. No quería nada que tuviera que ver con la familia de Rachel.
Ayer estuve viendo los clasificados en el periódico, habían unos empleos interesantes... y otros demasiado raros para mi gusto; como ese anuncio que encontré, de alguien que se hacía llamar Pitágoras101 y publicó que buscaba sumisa de cabello negro para mantenerla atada a la pata de su cama.
O el otro en el que necesitaban chica de veinte años con su propio juego de grilletes y látigos.
Escalofriante.
—Creo que realmente deberías entrar a la universidad. —Esa era Susan.
Papá negó con la cabeza.
—Primero necesita independizarse —le dijo mientras se llevaba un bocado de comida a la boca—, ganar su propio dinero y después se tiene que pagar la universidad ella sola. O mejor aún, consigue un trabajo a medio tiempo y así puedes también estudiar.
No quería admitirlo pero igualmente estuve pensando en esa idea, hasta que me di cuenta que a él se le estaban acumulando las facturas de la luz, el agua, el teléfono, y su suscripción mensual de "Sexy, Varonil y Conservado a los Cuarenta" la revista que, según él, era indispensable ya que siempre daban consejos prácticos sobre cómo evitar la calvicie y cubrir canas a temprana edad.
Desde que salí de la secundaria me comprometí a ayudarlo a él y a mamá con algunas de las cuentas por pagar, pero en estos últimos meses las cosas se pusieron duras: papá renunció a su trabajo por seguir su sueño de tener un deshuesadero de autos chatarra, y mamá se volvió psíquica.
Nada de eso proporcionaba el dinero suficiente como para no endeudarse, así que decidí trabajar a tiempo completo para pagar sus cuentas; de todas formas no podía darme el lujo de ir a la universidad porque nunca podría dar dinero para la inscripción y mucho menos la mensualidad. Además que no me consideraba tan grandiosa como para clasificar para una beca.
— ¿Sabes qué? —Preguntó Susan—. Creo que tengo contacto en ciertas universidades y podrían hacerte un espacio en su programa. El nuevo semestre inicia el próximo mes, aun puedes anotarte. No me respondas ahora, solo piénsalo.
Asentí con la cabeza y me quedé viendo mi plato de comida.
No sabía qué pensar de su oferta. Necesitaba el dinero más de lo que necesitaba los estudios, pero en ciertas ocasiones ambas venían de la mano.
Suspiré y me concentré en las cáscaras.
— ¿No te gustan? —preguntó Susan cuando notó que no las estaba comiendo.
—Oh no, es que las cáscaras de huevo son algo...
— ¿De huevo? Pero si las cascaras de huevo no se comen. Estas son de naranja.
¿De naranja? Esto sabía a todo menos a naranja.
—Oh. Sí, deliciosas —y en contra de mi voluntad me llevé otra cucharada a la boca. Después tendría que hacerme algún lavado estomacal.
Las cáscaras rechinaron contra mis dientes y las mastiqué con cuidado para no quebrarme ninguno.
Susan sonrió satisfactoriamente.
Tenía mi celular tendido a mi lado, lo encendí nuevamente y casi al instante un mensaje de texto se posicionó en la pantalla; era de Santana.
Secreto# 121: Dormí con la luz encendida hasta que tuve doce años le tenía miedo a la oscuridad y pensaba que mi tía abuela Greta me saldría en la noche (ella realmente no era una mujer atractiva) Mi familia solía amenazarme a la hora de comer vegetales: "come, o tu tía/abuela Greta te saldrá en la noche y te va a comer... a menos que te tragues esos vegetales; ella los odiaba" entonces me los atragantaba todos...
No pude evitarlo y comencé a reírme, unas cuantas cáscaras se salieron de mi boca.
Santana continuaba enviándome mensajes con sus secretos numerados.
En cierto modo era lindo, pero me enfermaba del estómago recordar todo lo que había hecho con Rachel Me daba asco.
Yo solo quería saber si ella me llegaría a extrañar tanto como yo la extrañaba justo ahora.
Mi celular vibró en mi mano, era otro mensaje de ella:
*Te extraño, nena. Por favor di que me perdonas y te prometo que dejaré de ser una idiota... Te prometo la luna... ¿Las estrellas? Aggg, no soy buena tratando de ser romántica, tenerte en persona hace que mis palabras salgan espontáneamente.
PD: me estás matando!! Me estoy quemando a fuego lento!!!
*PD2: escribí el primer capítulo de mi auto biografía. Lo llamé: Chica de ojos color tormenta.
Despegué la vista del celular y eché un vistazo hacia papá y Susan, ellos seguían comiendo y hablando entre sí.
Rápidamente le texteé a Adam:
* Eso suena a alguna clase de nombre indio ¿Quién es la chica?
* O.O me respondiste? Me devolviste el color al rostro!
* ¬¬ no seas tonta. Por cierto, estás escribiendo mal los PDs
* y una mierda si me importa cómo los escriba. Me estas respondiendo!!!!! Por favor habla conmigo! La chica eres tú, nena ;) siempre serás tú…
Sonreí a la pantalla y volví a apagar el teléfono.
Santana López ¿Qué iba a hacer contigo?
***
—No te entiendo Britt, ¿sabes que con esto estás dejando que Rachel gane? —me reclamó Rita.
Ella tenía la tarde libre de trabajo y habíamos quedado en ir al cine a ver una película antes de que empezara con mi cacería de empleo; creo que Mirna también se nos iba a unir.
— ¿Que gane el qué? —pregunté haciendo fila en la zona de comidas para pedir el Pop Corn y las bebidas.
—¡Ella logró frustrar tu relación con Santana!
—Ella simplemente me abrió los ojos.
—Pffftt. El otro día llegó Santana a buscarte a mi casa. Armó un escándalo pensando que estabas allí; ¡se metió en mi cuarto y me acusó de tenerte escondida! Le tuve que mentir y decirle que no sabía dónde carajo estabas. Ustedes dos deberían solucionar sus problemas y…
—Hola linda —de repente un muy guapo y bronceado Noah se puso frente a Rita y le dio un casto beso en la boca.
Abrí enormemente los ojos y la miré sospechosamente.
El rostro de Rita se puso de todas las tonalidades de rojo que podrían existir en el mundo.
Noah pareció darse cuenta de mi presencia, y cuando me vio, su rostro rojo empató con el de mi amiga.
—Rita Fiorella Day, ¿cuándo pensabas decirme que ahora salías con el mejor amigo de Santana?
—No… yo no estoy saliendo con él —se defendió ella.
—Lo que pasa… —ese era Noah tratando de rascarse el cuello y evitando el contacto visual conmigo. ¿Qué le pasaba a estos dos? —. Yo saludo así a toda la gente. De donde vengo es normal. Creo que no te he saludado todavía, así que…
Noah se inclinó frente a mí, me tomó de los hombros y presionó sus labios con los míos.
Fue rápido pero se sintió una eternidad.
—Hola Britt, guapa —me guiñó el ojo.
Mis ojos estaban más que abiertos ahora. ¿Qué fue todo eso?
—Oh, yo también, yo también —Mirna acababa de entrar al cine cuando presenció todo esto—; yo también acabo de llegar, lindo vaquero.
Noah tragó saliva audiblemente y se inclinó frente a Mirna, de manera resignada pegó sus labios con los de ella, pero antes de que pudiera retirarse, Mirna lo tenía atrapado por el cuello.
—Suficiente, suficiente —Rita lo ayudó a separarse.
Los labios de Noah quedaron rojos gracias al lápiz de labios color escarlata que usaba Mirna.
—Creo que es nuestro turno —dijo Rita señalándome hacia la fila que se supone estábamos haciendo—, pídeme una soda de uva y una bolsita de gomitas ácidas.
Asentí en modo automático y me escuché ordenar palomitas de maíz caramelizadas y refrescos para las tres.
Seguía preguntándome: ¿qué rayos fue todo eso?
— ¿Viniste a ver una película? —finalmente le pregunté a Noah, solo esperaba que no haya venido con Santana.
—Sí. Vine con s… alguien —él miró disimuladamente a Rita.
Mmmm…
— ¿No te vas a quedar con nosotras, vaquero? —Mirna se le pegó en el brazo y le hizo ojitos.
Noah se separó rápidamente de ella y caminó en dirección a las salas de cine—Lastimosamente no. Pero tal vez nos veamos más adelante.
Se despidió de todas y observó por más tiempo a Rita antes de desaparecer entre un pasillo.
Le lancé miradas acusadoras a ella pero decidió ignorarme.
—Oh, presiento que nos vamos a divertir todas juntas —chilló Mirna—. La última película que vine a ver fue Titanic, en el 97, y ni la vi bien. En ese entonces salía con Rodolfo, el sexy mesero de un bar a tres cuadras, y ambos aprovechamos la oscuridad de la sala para hacer otras cosas más entretenidas…
Y así comenzaba nuestra grandiosa salida: con Mirna contándonos sus aventuras sexuales.
***
— ¿Esa de ahí es Santana? —levanté inmediatamente la vista. El dedo de Mirna señalaba hacia unos asientos más adelante del nuestro.
De espaldas sí parecía ser ella, pero no. No me iba a inmutar si la veía o no.
Puede que no sea ella y…
—Sí, es ella Noah está de su lado izquierdo —Rita señaló a una chica con camisa a cuadros que sostenía una soda tamaño gigante.
Si esa era Santana, ¿entonces quién era la chica que estaba a su lado derecho?
No, no iba a sobre pensar las cosas. Además, se supone que estamos en receso, ella podía hacer lo que quisiera con quien quisiera durante este tiempo, ¿cierto?
Tuve que clavar las uñas en las palmas de las manos para creerme esa porquería.
—Yo realmente no sé por cuál de los dos decidirme —habló Mirna durante los avances—, por un lado está Santana: sexy, femenina, chica mala. Y por el otro está el hermoso vaquero con voz de capataz que en cualquier momento me puede llevar al establo y hacerme cosas malas cuando quiera.
Arrugué la nariz y noté que Rita hacía lo mismo.
Le lancé una mirada de: esta es la última vez que invitas a Mirna con nosotras.
Ella me dio la razón.
La película comenzó y desde ya se nos habían acabado las golosinas; yo seguía sin poder relajarme pensando en que esa era Santana la que estaba platicando con la chica a su lado.
Era increíble que en un momento atrás ella estuviera enviándome mensajes de texto suplicándome para que volvamos, y al siguiente segundo estaba con mi reemplazo. ¿Fue también así para Rachel, cuando la reemplazó por mí?
Decidí ignorarlas el resto de la película.
—Britt, tengo que hablar contigo —dijo Santana mientras le abría la puerta del departamento.
Volví la vista hacia atrás, en dirección a la que Finn y Rachel mantenían una discusión acalorada. Después regresé mi atención hacia Santana— ¿Qué ocurre?
—Es que... —Agachó la cabeza. Sus ojos se movían con preocupación y no dejaba de pasar sus manos por su cabello.
— ¿Quieres pasar? —pregunté. No creía que fuera una buena idea pero ella se miraba nerviosa.
Le abrí más la puerta y dejé que entrara.
Rachel la fulminó con la mirada y Finn parecía confundido, después le restó importancia.
—Vamos a mi habitación —dije y comencé a jalonearla de la mano pero ella no se dejó llevar por mí— ¿Qué ocurre? Te vez nerviosa y...
—Tengo que darte una mala noticia —me interrumpió— Juro que hasta ayer me enteré de todo.
— ¿De qué hablas?
Todo ha estado bien entre Santana y yo estos últimos días, incluso anoche salimos a comer pizza en un pequeño local italiano. Ambas nos comimos todo el pan de ajo que quedó en la mesa y devoramos en cuestión de segundos la pizza.
—Britt... Lo siento pero... —no terminó de hablar y en su lugar volvió a pasar sus manos por su cabello.
La vi, y casi la pude escuchar, tragar saliva.
Antes de que pudiera decir otra cosa, Finn ya estaba a la par mía, mirando furiosamente a Santana; gruñéndole como si quisiera arrancarle la cabeza.
— ¡¿Fuiste tú la degenerada que dejó embarazada a mi novia haciéndola hacerse un estúpido tratamiento?! —gritó él.
¿Qué?
—Oye, ella no se acostó solo conmigo y ese estúpido tratamiento fue una broma que hicimos en un hospital borrachas es poco probable que yo sea la mamá de esa criatura que lleva en el vientre —respondió Santana igual de molesta.
De nuevo, ¿qué?
Los miré a ambos, mis ojos ampliándose con la nueva información que se estaba registrando en mi cerebro.
Me giré en dirección a Rachel y ella me sonreía inocentemente.
— ¿Estás embarazada? —le reclamé.
Su sonrisa se extendió aún más—Tengo cinco semanas —dijo presionando una mano sobre su vientre.
— ¿Cómo sabes que yo soy la mamá? —preguntó Santana, se abrió paso entre Finn y yo y se paró frente a Rachel Lucía frustrada y no dejaba de agarrarse el cabello con ambas manos.
Sentía que un colapso estaba a punto de surgir de mi cerebro.
¿Rachel estaba embarazada? ¿De verdad?
—Sé que es demasiado temprano para sacar conclusiones —habló ella— ¿pero es que no notas el parecido increíble entre los dos?
Una figura que no había notado antes salió de la puerta de la cocina; era un niño de cabello negro y ojos cafés.
Corrió a los brazos de Rachel y la abrazó con fuerza.
—Pequeño bebé, esta es tu otra mamá—le susurró al oído pero en cierto nivel pude escucharlo aun en la distancia a la que me encontraba.
Santana se quedó paralizada por un momento antes de echar sus brazos alrededor del niño.
En alguna parte Finn había desaparecido mientras yo continuaba viendo la dolorosa escena.
—Santana, te presento a Kevin —dijo Rachel, su pelos castaños saltaron de lugar mientras ella aplaudía enérgicamente.
¿Le puso Kevin a su hijo?
Se suponía que Santana y yo íbamos a nombrar así a...
—Me encanta el nombre adoro a nuestro hijo —contestó ella.
Los tres se dieron un enorme abrazo, y yo seguía parada como una idiota observándolos convertirse en una bonita familia en donde no había lugar para mí.
De repente Santana recordó mi existencia y me miró con lástima—Lo lamento, Brittany Pero es que siempre estuve destinada a pasar el resto de mi vida con Rachel —dijo viéndome patéticamente.
Sus palabras hicieron eco en mi cabeza:
Siempre estuve destinada a pasar el resto de mi vida... Con Rachel.
Siempre.
Destinada.
Con Rachel.
Siempre... con Rachel... Destina.
— ¡Brittany, despierta! —sentía que alguien gritaba en mi oído. Una mano agitó mi cuerpo e inmediatamente abrí los ojos.
Fue sólo una pesadilla. Solo una pesadilla.
Inhalé y exhalé repetidamente.
— ¿Qué, qué ocurrió? —limpié las comisuras de mi boca y me erguí en mi asiento.
—Te quedaste dormida en medio de la película —me dijo Rita.
Observé a mí alrededor y sí, la sala de cine ya estaba vacía.
—Oh.
Rita me ayudó a levantarme y juntas salimos por el lado más cercano.
Afuera nos esperaban Mirna y Noah.
Volteé a ver a todos lados para saber si Santana se encontraría cerca, pero no la vi.
Esa pesadilla se había sentido demasiado real, tanto que hasta me dieron ganas de llorar.
No quería admitirlo pero… quería tener pequeños Kevins con Santana, y sólo con ella.
—Entonces… qué casualidad encontrarnos en la misma película —dijo Noah No me parecía una casualidad pero no dije nada. Rita y él se miraban de una forma bastante extraña, como si quisieran desvestirse el uno al otro.
—Sí, una casualidad —dijo Rita frunciendo la boca—. Oye, ¿Santana vino contigo?
Me tensé al oír su nombre.
— ¿Santana? Sí. Vino con su hermana.
— ¿Con su hermana? —Santana jamás me dijo que tenía una hermana.
—No, perdón. Con mi hermana.
— ¿Con tú hermana? —Esta vez era Rita la sorprendida.
—Ah, bueno… Kitty no es mi hermana, es que estoy algo…
— ¿Vino con Kitty? —lo interrumpí.
—Ahh, mierda. No —Key no hallaba qué decir a estas alturas—, vino conmigo pero es que Kitty… bueno, ella…
—Ella se nos pegó —respondió Santana a mis espaldas.
Me giré para verla. Tenía puesta una camiseta negra que acentuaba sus ojos cafés.
Se me revolvió todo de la cintura para abajo; las mariposas en mi estómago despertaron de su largo sueño, y despertaron con un hambre voraz.
—Santana —la saludó Mirna, se puso bastante coqueta.
—Mirna —asintió ella con la cabeza, nunca despegando su vista de la mía.
—Creo que es hora de irnos —habló Noah.
—Sí, estas dos se están viendo como si quisieran desvestirse de forma salvaje —murmuró Mirna refiriéndose a Santana y a mí.
Hablando de ironías.
Despegué la vista de Santana.
—Bien, nos vemos entonces —Noah se acercó a Rita y por cuestión de inercia la besó en la boca… de nuevo.
Y, al igual que antes, él se dio cuenta que lo estaba haciendo frente a todos nosotros.
Se ruborizó y automáticamente se inclinó a mi lado.
—Así me despido también —dijo antes de pegar sus labios contra los míos.
Ambos ampliamos los ojos aun con nuestras bocas pegadas.
Sí, se desató la guerra en ese instante.
Una mano salió disparada hacia el cuello de la camisa de Noah, y lo separó abruptamente de mí.
Me tambaleé mientras mi espalda buscaba soporte en una de las paredes; Santana empujó a Noah y lo elevó a unos centímetros del suelo.
—Santana, no sigas —dije—. ¿No ha pasado una semana desde tu última pelea con Sam y ya quieres partirle la cara a tu mejor amigo?
Su rostro todavía mostraba algunos parches amarillentos cerca de su ojo y su boca.
—No te metas en esto, Brittany —respondió, entre dientes—. Dime, Noah, ¿cómo, en la vida, se te ocurre poner tus sucios labios en los de mi chica? ¿Quién te dio permiso? ¿Acaso no vez el enorme sello sobre su frente que dice que es mía?
Inmediatamente los ojos de todos se fueron a mi frente; hasta yo me llevé una mano para comprobar si era cierto.
Odiaba y amaba cuando se refería a mí como parte de su propiedad. No, odiaba que me tratara como a un objeto. De acuerdo… tal vez sí me gustaba un poco. No, definitivamente la odiaba y… Pero igual la amaba porque sentía que se preocupaba por mí... Aunque se suponía que no debía… aaaahhh.
—Pienso que la “dueña” de Brittany no se ha hecho muy presente que digamos —respondió Noah. Genial. Ahora me sentía como un perro; o como esos pobres pececitos a los que olvidaban alimentar durante las vacaciones y después sus cuerpos sin vida acababan flotando en la superficie—. Además no creo que tengas los derechos exclusivos de ella. No te pertenece…
—Te juro que si no cierras esa boca, te la voy a partir, aunque seas mi amigo. Y no me has contestado, ¿cómo se te ocurre besar a mi chica? Y lo que es peor de todo, ¿cómo se te ocurre besarla frente a tu más nueva conquista?
Le eché un vistazo a Rita y ella estaba roja. Parecía furiosa y a punto de echar humo por las orejas.
— ¡Yo.no.estoy.saliendo.con.él! —dijo ella conteniendo la rabia.
Santana le frunció el ceño a su amigo. Pero Noah no le dio importancia a lo que dijo Rita y continuó hablando:
— ¿Y quién te dice a ti que yo fui el que quiso besarla? ¿No te has puesto a pensar que es tal vez ella la que quiera que un auténtico besador la instruya por el camino correcto?
Santana apretó su agarre en el cuello de Noah mientras yo me iba poniendo más y más furiosa con cada comentario que salía de la boca de estos dos.
De todas formas, ¿por qué Noah le decía eso a Santana? ¡Él fue el de la locura con sus besos! Fingiendo que de esa forma saludaba cuando en realidad trataba de encubrir lo suyo con Rita… era tan obvio.
¿Y por qué Rita lo negaba todo?
— ¿Pero qué...? —la voz aguda de una chica me hizo apartar la vista del golpe seguro que Santana estaba a punto de lanzarle a Noah.
Kitty dejó caer una barra de chocolate a medio comer que sostenía en la mano, y se apresuró hasta los chicos que se amenazaban con la promesa de sucios golpes.
— ¡Santana! ¿Qué estás haciendo? —chilló ella.
Había olvidado el buen cuerpo que tenía.
Oh, cierto. Estuve demasiado ocupada pensando en lo último que me dijo cuándo la conocí: ¡ella también se había acostado con Santana!
—Lárgate de aquí Kitty —espetó ella.
— ¿Qué le haces a Noah?
—Se quiso pasar de listo con mi chica. Ella no necesita besar a nadie a menos que sea yo.
Me crucé de brazos y me puse en su línea de visión.
Los ojos cafés de Santana me atravesaron y se turnaban entre mirar hacia Noah, hacia Kitty, o mirar hacia mí.
— ¿Ella no necesita besar a nadie a menos que seas tú? —Dije enojada—. Para tu mayor información, no eres mi dueña.
Resoplé.
¿Quién se creía que era?
—Desde ahora te lo digo: yo puedo besar a quien quiera —le grité.
Lentamente Santana soltó a Noah y se giró por completo hacia mí— ¿Vas a besar a quien quieras? —estaba perpleja, no se lo podía creer.
—Sí. Y aun si besara al noventa por ciento de la población de este país, no me alcanzaría para igualar tu puntaje de folladas con Rachel.
Ella estrechó sus ojos y desencajó su mandíbula.
Kitty rió hasta doblarse de la risa.
— ¿Quieres vengarte por lo que Rachel y yo hicimos en el pasado? —Dijo, ignorando a la hiena que se reía de nuestra disfuncional y problemática relación; ella se acercó lentamente hacia mí— ¿Todo esto por la estupidez que tuve con tu prima? ¿Estupidez que no significó nada?
—Para ti puede que sea una estupidez, pero para mí es algo serio y doloroso de recodar.
¡Ustedes lo hicieron hasta en el restaurante! ¿Crees que eso no amerita que yo tenga el derecho de besuquearme con todos las tipas que quiera? —Me encontraba gritando ahora.
Ambas ignorábamos la gente a nuestro alrededor. Pero fue difícil concentrarse mientras más personas se paseaban por nuestro lado… y Kitty que continuaba riendo con su risa parecida al ataque de asma, o parecido al sonido que hacen los gatos cuando están en celo.
Santana echó un vistazo sobre su hombro y dijo:
—Tú y yo no hemos terminado, Puck.
Entonces me tomó del brazo y me llevó a una zona menos transitada para que habláramos solamente las dos.
Nos pusimos cara a cara en una esquina que nos mantenía ocultas de los ojos curiosos.
Yo todavía seguía enojada con ella.
— ¿De verdad quieres besar a cualquiera para vengarte de mí? —preguntó.
Ella logró acorralarme contra la pared.
Odiaba cuando hacía eso. Yo era una presa fácil para esta depredadora con hambre.
Santana estiró los brazos y los llevó a un lado de mi cabeza, apoyándose de manera que formaba una pequeña prisión de la que no podía escapar.
Sentía su aliento en mi mejilla, olía a esos dulces de cereza y limón que vendían aquí en el cine.
Con mis ojos busqué alguna distracción a mí alrededor porque sabía que, si me concentraba mucho en Santana, el efecto Bambi conoce a López, me dominaría por completo. Pero lo único a lo que tenía acceso era a un cartel de una película muy antigua de chicos bronceándose bajo el sol y a un David Hasselhoff en un diminuto traje de baño.
Estaba sola en esto. A menos que David contara como ayuda, o como el testigo silencioso de lo que sería una pelea épica con Santana.
—Probablemente tengas razón —dijo Santana de manera derrotada, me vi en la obligación de verla a los ojos. Ni siquiera recordaba qué le había dicho—, anda entonces.
— ¿Eh? —sip, el efecto Bambi +López ya circulaba por mis venas tan solo con ver a Santana.
Sentía cómo mis ojos se iban cruzando entre sí y la baba quería salir de mi boca con urgencia.
Tenía que repetirle cientos de veces a mi lengua que el cuello de Santana no era un delicioso dulce para lamer.
—Ve a besarte con la que quieras —dijo trayéndome de regreso de Idiotilandia—. Tienes todo el derecho de hacerlo si quieres. Adelante.
Quitó uno de sus brazos y me dejó el camino libre para que saliera de su prisión.
Esto no me lo esperaba.
Me quedé congelada por un momento sin saber qué hacer.
Parpadeé varias veces hasta que reaccioné.
— ¿Quieres que bese a otras chicas o chicos? —dije horrorizada ante la idea, pero se suponía que yo lo había sugerido.
—Sí. Besa a quien te dé la gana, incluso a Noah No me voy a oponer y haré el intento por no caerle a golpes después.
— ¿Po... por qué? —tartamudeé.
— ¿No es eso lo que quieres, vengarte por todo lo que Rachel y yo hicimos en nuestra relación? Merezco recibir una dosis de mi propia medicina.
—Sí, te lo mereces —admití.
—Entonces esta es tu oportunidad. No solo de vengarte, sino también de ser inteligente y salvarte de un futuro conmigo. Pero antes de que te vayas, sólo quiero que sepas que Rachel y yo dejamos de tener relaciones sexuales desde hace dos meses atrás.
Me quedé boquiabierta— ¿Dos meses? Pero ustedes siempre pasaban metidas en su habitación... Y...
—Sí, emborrachándonos o viendo televisión. Pero las cosas ya no iban bien. Rachel tuvo... tuvo un susto de muerte al pensar que tenía una de esas enfermedades de transmisión sexual y nos apartamos por seguridad. Yo estaba limpia, pero igual frenamos las cosas. Una vez que quitamos todo el sexo de la relación... no nos quedaba nada. Me di cuenta de que ella y yo no teníamos ni los más parecidos gustos en el helado. ¿Puedes creer que detesta el de sabor a cheesecake?
—Dice que es alérgica —recordé cómo de hinchada se le puso la nariz cuando probó un poco.
Santana resopló.
—De verdad lamento que lo que dijo Rachel te haya herido. No puedo cambiar mi pasado. No puedo saltarme la línea del tiempo y borrar esa temporada en la que estuve con ella. Desde un principio siempre me llevé bien contigo, y créeme, nunca se me pasó desapercibido lo hermosa que eres —me sonrojé y Santana aprovechó para acercar su mano a mi rostro y acariciar mi mejilla—. Cuando te vi con esa idiota cubierta de chocolate se me revolvieron los celos, porque como ya habrás notado, soy una tipa celosa Me gusta cuidar lo que es mío.
Rodé los ojos, deleitándome en sus palabras que me tenían tan embobada.
—Ese día pasé toda la noche sin dormir, y con una Rachel con indigestión que no dejaba de decir entre sueños que nunca volvería a comer chocolate en su vida. Eso, y que descubrí que su ropa olía a chocolate derretido, me hizo darme cuenta que ella era la de la idea con esa tipa, no tú.
Abrí la boca para hacer preguntas pero me detuvo cuando puso un dedo sobre mis labios.
—Aún tengo más por decir —me silenció—. Sé que yo no soy la chica adecuada para ti... estoy lejos de ser la mejor en tu lista de prospectos pero, algo me pasa cuando estoy a tu alrededor, se me revuelve el estómago, comienzan a fallarme las piernas… y los celos, ah los celos son lo peor de todo. Esos son los que más duelen.
— ¿Sí?
—Sip. Quiero sacarle los ojos a cualquier tipo o tipa que te mire demasiado, a cualquiera que intente ponerte una mano encima y definitivamente a cualquiera que te bese en frente de mí. Estúpido Noah.
Me puse en puntillas y subí mis manos hasta rodear su cuello y acariciar su cabello.
Se suponía que tenía que seguir enojada con ella pero en estos momentos solo quería tenerla cerca ella colocó sus manos en mi cintura y me subió a sus pies para que estuviera más cómoda.
—Si hacer que beses a todas las personas del mundo hará que me perdones… pues te dejaré hacerlo—Hizo una mueca ante sus últimas palabras.
—Vaya, quién iba a decir que tuvieras un lado tan dulce como un osito de felpa —murmuré.
—No le digas a nadie —susurró.
—De acuerdo. Pero lo mencionaré en el libro.
Su nariz jugó con la mía por un segundo.
—Britt… —sus labios estaban tan cerca de los míos que, cuando ella se los lamió, parte de su lengua también me rozó—. De verdad preferiría que no besaras a otras personas.
No podía pensar.
Estaba en blanco… Bueno, no exactamente en blanco. Estaba idiotizada y embobada, tal vez drogada de verla.
Parpadeé demasiadas veces para tratar de enfocarme pero nada servía.
—Yo… — ¿Yo qué? Hasta había olvidado lo que iba a decir. Mentalmente repasé las tablas de multiplicar; la del siete siempre me costaba más—… tengo una entrevista de trabajo a las cuatro. Mejor me voy.
¿En verdad dije eso?
— ¿Entonces eso significa que sigues enojada conmigo? —comenzó a alejarse.
—No, no lo sé — ¿podía seguir enojada con ella después de escucharla decir que no había nada con Rachel? Santana tenía razón en algo, ella no podía cambiar su pasado. Nadie podía. Pero todavía sentía una espina que me estaba molestando— ¿Por qué esperaste tanto tiempo?
Ella me miró confundida.
— ¿Esperar, a qué?
— ¿Por qué tardaste en decirme cómo te sentías por mí?
—No estaba segura de involucrarme contigo. Una vez que entras en mi vida, muy difícilmente puedo sacarte de allí, y en algún momento sé que vas a desear querer salir. Por eso te estoy dando una salida justo ahora. Yo soy la menos indicada para una relación; tengo mucho con lo que cargar y eso no me hace posible material de novia.
Santana me estaba dando una salida. Una salida de ella y todo la que involucraba: su pasado con mi prima, con Kitty y con tantas otras con las que estuvo. Su raro lado de ocultar a su sobrina, su sospechoso trabajo del que no sabía nada todavía, sus celos compulsivos (que en realidad sí eran algo lindos), sus traumas con su hermano, su locura, sus ingeniosas bromas, su arrogante sentido del humor y su orgullosa personalidad de bastarda y sus bolsillos llenos de dinero que malgastaba.
—No quiero salir —dije viendo cómo el tatuaje de su hombro intentaba escabullirse por la manga de su camiseta oscura—, me has dicho muchas veces lo tonto que es el que continúe queriendo una relación contigo… pero simplemente soy así de tonta.
El brazo de Santana regresó a mi cintura y me apretó con fuerza.
—Haré que valga la pena —murmuró antes de besar mi cuello.
Sus labios siguieron su camino por mi clavícula, y por mi mejilla. Luego me besó en la boca y casi pude sentir la pizca de posesión que estaba demandando en este beso.
Su lengua hizo camino a través de mis labios, y sus manos subían y bajaban por mi cintura y caderas.
Lento y sensual.
—Vamos —susurraba Santana entre besos.
— ¿Dónde? —mi boca regresó a la suya y me vi en la tentación de morderle el labio inferior.
—A mi departamento… —logró decir después de otro beso.
No me opuse y prácticamente dejé que me llevara a rastras lejos de nuestra esquina oculta. No sabía qué me pasaba pero no podía despegarme de ella No me quería mover de donde estábamos. Y eso pensaba decirle a Santana:
—No… —beso, beso, beso— me quiero… —beso con lengua, dedos acariciando mis caderas—… moverme de… —dedos jugando con las orillas de mis pantalones de mezclilla— aquiiiiiii.
Mis palabras salían distorsionadas; me sentía cavernícola pero sinceramente me gustaba la sensación.
—Vaya, vaya —dijo alguien lo suficientemente cerca de ambas como para darnos cuenta de que sus palabras iban dirigidas a nosotras—, show con espectáculo en vivo.
Me separé de la boca, de los dedos, de la lengua de Santana y miré avergonzada a nuestra interrupción.
Era una mujer de cabello canoso y de figura delgada.
Tenía los ojos de color café pálido y su piel lucía una perfecta suavidad que se obtiene con años y años de cuidado.
—Oh, muchachos, no era mi intención distraerlos —dijo la señora dándome un guiño de complicidad y sonriéndome como si me conociera de toda la vida. Pero yo no tenía idea de quién era—, solo quería robarle un minuto de atención a esta hermosa chica de por acá.
Ella palmeó el brazo de Santana.
Miré en su dirección y me arrepentí de inmediato.
Ella lucía como si la catástrofe más grande se hubiera desatado, como si sufriera en gran dolor y no entendía por qué.
¿Quién era ella?
— ¿Qué haces aquí? —dijo Santana, sus palabras salían retorcidas y furiosas.
Al menos Noah no era el único en hacerla enojar hoy.
—Relájate, solo vine con cierta personita a ver una película. Se moría de ganas por ver a James Franco en la pantalla grande —ella sonrió y volvió a guiñar un ojo—. ¿No me vas a presentar a tu novia? ¿Es tu novia, verdad? Es muy bonita.
Volvió a sonreírme.
Se miraba simpática, parecía bastante jovial para una señora de edad avanzada.
—Repito, ¿qué haces aquí? —gruñó Santana.
La tomé de la mano para intentar relajarla, se miraba estresada ella la presionó con fuerza.
—Nanny, ¿quién es ese hombre peludo del fondo? —una niña se acercó a la señora y la abrazó de la cintura, le señaló el cartel de David Hasselhoff que estaba pegado detrás de nosotras.
La niña tenía un cabello no tan oscuro como para ser café, pero tampoco tan claro como para ser rubio; era un color entre ambas tonalidades. Ella era hermosa.
—Ese, pequeña piraña, era el hombre de mis sueños hace treinta años. ¿No crees que se veía atractivo?
La niña arrugó la cara y la escuché decir algo más acerca de los extraños gustos de su abuela, pero no fui capaz de escuchar porque estaba conociendo justo ahora a la pequeña Nicole de la que tanto estuve celosa un tiempo atrás. Lo supe desde el momento en que vi las cicatrices y las quemaduras que tenía en la mitad de su rostro.
Santana, al verla, presionó aún más fuerte mi mano. Sentía que en cualquier momento me iba a quebrar algún hueso pero no me solté o le pedí que me soltara.
Pude verla realmente furiosa la mujer maravilla personificada.
— ¿Qué hacen ambas aquí? Abuela, ¿cómo te atreviste a…? —le falló la voz y a mí casi se me salía el aire debido al esfuerzo enorme que hacía al no gritar.
Pero aquí estaba finalmente ante mí, la sobrina de diez años de Santana.
La niña fijó sus ojos cafés en los míos y me sonrió.
— ¿Tu eres la novia de la tía Santana? —chilló.
Asentí algo incomoda por la sangre que dejaba de circular por mi mano.
Entonces ella hizo algo magnifico: corrió a abrazarme.
Entonces yo hice algo estúpido: grité como loca.
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Hola Hola!
Bueno aqui vengo a dejar un capitulo espero que les guste :)
Comenten que le sparecio ;)
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Jajajajajaja ame la parte de los secretos de San jajaja es tan tierna y posesiva :3 no tardes
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
excelentes caps jaja britt por fin conoció a Nicole, espero no asuste a la pobre con su grito jaja donde que se dice que la primera impresión es la que cuenta saludos! Hasta pronto
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Jelow Dani!! (:
ha estado fenomenal estos capítulos, primero comencé como las chicas terminaron! pero igual me ha parecido
divertido todo, me encantó la ternura de San, todos los secretos, simplemente fué hermoso!!!
La reconciliación y todo, la posesión de San!!! es tan dsadsadsa, y es raro, porque yo tenía un novio que era
así, y detestaba en toda la extencion de la palabra, que hiciera eso me ponía fatal, yo creo que porque
mi corazón ya pertenecía a San y Britt, ok no jajajaja
espero que la rubia pueda superar bien todo, porque si es gacho lo que Rachel le dijo ¬¬"
Pd. Espero sinceramente que Britt no la haya arruinado con el grito!!! DD:
Bueno espero la actu! Saludos!!:)) By. Nathie^^
ha estado fenomenal estos capítulos, primero comencé como las chicas terminaron! pero igual me ha parecido
divertido todo, me encantó la ternura de San, todos los secretos, simplemente fué hermoso!!!
La reconciliación y todo, la posesión de San!!! es tan dsadsadsa, y es raro, porque yo tenía un novio que era
así, y detestaba en toda la extencion de la palabra, que hiciera eso me ponía fatal, yo creo que porque
mi corazón ya pertenecía a San y Britt, ok no jajajaja
espero que la rubia pueda superar bien todo, porque si es gacho lo que Rachel le dijo ¬¬"
Pd. Espero sinceramente que Britt no la haya arruinado con el grito!!! DD:
Bueno espero la actu! Saludos!!:)) By. Nathie^^
Nathie_B4E****** - Mensajes : 315
Fecha de inscripción : 06/07/2014
Edad : 30
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap dani,...
me gusto,..
amo los celos de san y lo posesiva que es con britt a veces es divertido ajajajaj
a ver como termina la aparición de nicole????
nos vemos!!
me gusto,..
amo los celos de san y lo posesiva que es con britt a veces es divertido ajajajaj
a ver como termina la aparición de nicole????
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
jajaja!! como que grito al ser abrazada por la sobrina da San???
Me encanto el capitulo.
Saludos
Me encanto el capitulo.
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Demasiado increíble
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
lauravm98 escribió:Jajajajajaja ame la parte de los secretos de San jajaja es tan tierna y posesiva :3 no tardes
Hola Hola!
Fue tan tierno no :3
Saludos
Dolomiti escribió: excelentes caps jaja britt por fin conoció a Nicole, espero no asuste a la pobre con su grito jaja donde que se dice que la primera impresión es la que cuenta saludos! Hasta pronto
Hola Hola!
C: ya veras porque fue que britt grito :) y tienes razon xD
Saludos
Nathie_B4E escribió:Jelow Dani!! (:
ha estado fenomenal estos capítulos, primero comencé como las chicas terminaron! pero igual me ha parecido
divertido todo, me encantó la ternura de San, todos los secretos, simplemente fué hermoso!!!
La reconciliación y todo, la posesión de San!!! es tan dsadsadsa, y es raro, porque yo tenía un novio que era
así, y detestaba en toda la extencion de la palabra, que hiciera eso me ponía fatal, yo creo que porque
mi corazón ya pertenecía a San y Britt, ok no jajajaja
espero que la rubia pueda superar bien todo, porque si es gacho lo que Rachel le dijo ¬¬"
Pd. Espero sinceramente que Britt no la haya arruinado con el grito!!! DD:
Bueno espero la actu! Saludos!!:)) By. Nathie^^
Hola Hola Nathie C: !
Creo que San es tan tierna y hermosa que todo es perfecto jajaja!
JAJAJAJAJA creo que es cierto ya en un novio de uno es feo pero en ellas <3 jajaja y ya veremos que se viene ;)
PD: ya veremos no creo que la cagara jajaja
Saludos
3:) escribió:holap dani,...
me gusto,..
amo los celos de san y lo posesiva que es con britt a veces es divertido ajajajaj
a ver como termina la aparición de nicole????
nos vemos!!
Hola Hola :)
jajajajajajaj san es tan ashjadskjhdaskjas mi amor *-*
Saludos
monica.santander escribió:jajaja!! como que grito al ser abrazada por la sobrina da San???
Me encanto el capitulo.
Saludos
Hola Hola!
Ya veremos :) y me alegro que te gustara ;)
Saludos
Anddy Rivera Morris escribió:Demasiado increíble
Hola Anddy :)
Me alegra que te gustara :D
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 17
El departamento de Santana definitivamente carecía del toque cálido; sus paredes eran todas blancas o azules, y los muebles tenían puras tonalidades oscuras.
La vi ir y venir de su cocina, rebuscando algo en el refrigerador unas cientos de veces antes de salir con suficiente hielo en sus manos; hielo que aplicó inmediatamente sobre mi mano izquierda y masajeó hasta que finalmente se atrevió a verme a los ojos y me dedicó una sonrisa insegura.
—Lo siento tanto, nena —dijo agachando de nuevo la mirada y soplando delicadamente su aliento en mis dedos que horas antes estuvieron insensibilizados bajo su cruel y aplastante agarre.
—No tienes la culpa —dije suavemente.
Me sentía avergonzada al recordar cómo de amorosa se había portado su sobrina conmigo y yo de idiota me puse a gritar pero es que Santana de verdad iba a romperme algún hueso importante en ese momento si continuaba apretándome como lo había hecho, tuve que gritar del dolor y me aparté inmediatamente de ella.
— ¡Santana me estás lastimando! —había gritado y estúpidas lágrimas salieron de mis ojos a borbotones.
No la culpaba, suponía que se había descontrolado al ver a su sobrina en público, en donde la gente se quedaba viéndola con demasiado interés de lo normal, cuando lo único que ella quería hacer era protegerla de las personas curiosas y entrometidas.
Me había asustado pensando que heriría los sentimientos de Nicole porque, justo en el momento en que ella me abrazó, yo había gritado del dolor. Pero en realidad la pequeña me dejó boquiabierta al acercárseme y susurrarme cosas tranquilizadoras en el oído (no sin antes fulminar con la mirada a Santana).
— ¿Estás bien? —Me preguntó— ¿La tía Santana te lastimó? Ya, ya… el dolor va a pasar, no durará para siempre.
Esta niña era increíble. Teniéndola así de cerca pude ver las cicatrices y manchas que cubrían gran parte del lado derecho de su rostro; algunas manchas rosadas (en donde la piel sufrió un mayor daño) se le escabullían por la frente y se escapaban hacia el otro lado de su rostro. Sus cicatrices me recordaron algo que yo había visto con anterioridad, en los tatuajes de Santana Estos seguían los mismos patrones que las cicatrices de Nicole, Santana se había tatuado el hombro con estas líneas que se formaban en el rostro de la pequeña niña.
Saberlo me hizo amarla un poquito más.
Le sonreí a Nicole en medio de mi cortina de lágrimas que me nublaban la visión.
—Ahora ya me siento mejor —dije sorbiendo mocos.
Noté que su pequeño cuerpo llevaba puesto una camiseta en la que se leía: I <3 1D e inmediatamente pensé en Santana cantando borracha sus canciones.
Y hablando de Santana, ella se apresuró a mi lado y me sujetó de la cintura, se veía bastante afectada y a punto de colapsar.
—Voy a llevar a Britt a mi departamento para curarle la mano —anunció ella a su abuela y a su sobrina— Nikky, tú vienes conmigo.
La tomó de la mano y su abuela bufó en alto.
—Santana… deja de ser tan sobreprotectora, nosotras podemos quedarnos a ver la película —le dijo ella— No voy a dejarla sola, va a estar todo bien.
Nicole le hizo pucheros a su tía, y noté el enorme trabajo que hacía Santana para decirle que no.
—Tengo películas en mi habitación —ella trató de convencerla, pero la niña no cedía—. Además llevas tiempo sin visitar mi departamento… ¿no quieres saludar a Steve?
Inmediatamente me sentí curiosa por el mentado Steve ¿Quién era?
Nicole dudó por un momento.
—También tengo helado de frambuesa —eso la convenció por completo.
La niña aceptó y ahora estábamos las tres juntas en el departamento de Santana.
Su abuela se había quedado en el cine a ver la película, y le dejé un mensaje de texto a Rita explicándole que me iba con Santana y que tenía que contarme lo que estaba sucediendo entre ella y Noah, eso no se lo iba a pasar por alto.
Poco a poco la sangre volvió a circular por mi mano y mis dedos fueron saliendo de su estado de coma temporal; Santana colocó hielo y vendó mi palma con una tira de una de sus viejas camisetas se aseguró de que no hubiera ningún hueso roto y por suerte la situación no pasó a mayores.
— ¿Mejor? —preguntó una vez que terminó con la venda.
Asentí con la cabeza.
Me encontraba sentada en el cómodo sillón de su sala mientras ella permanecía arrodillada frente a mí.
Nicole estaba en la habitación de Santana (que por cierto era demasiado grande para una sola persona) viendo películas de Harry Potter y besando la pantalla cada vez que Daniel Radcliffe salía en escena.
Estábamos solas… relativamente Steve estaba recostado del otro lado de la habitación, viéndome atentamente como si supiera que le tenía miedo. Y era verdad, le tenía miedo.
Lo ignoré y regresé a ver el rostro afligido de Santana.
— ¿Quieres decirme por qué te pusiste furiosa al ver a tu sobrina en el cine? —me aventuré a preguntar.
Ella hizo una mueca y se sentó en el suelo para verme directamente a la cara.
— ¿Acaso no notaste cómo la gente se le quedaba viendo? Estúpidos curiosos.
Llevé mis manos hacia su cabello negro y la acaricié con ternura.
—Lo sé, pero te lo dije antes, no puedes encerrarla en una burbuja eso puede acomplejarla.
—Mi abuela, varios psicólogos y yo, nos encargamos que eso no sucediera —respondió—, simplemente no quiero que salga lastimada más de lo que la lastimaron hace tanto tiempo atrás. Ella aún no tiene idea que fue mi hermano quien comenzó el incendio a su propia casa.
— ¿Ella no sabe?
Santana negó con la cabeza.
—Nunca lo supo y nosotras no quisimos decirle nada. Eso la destruiría. Ella cree que sus padres murieron juntos, tomados de la mano como una linda familia con finales felices. Así que sería grandioso que no le mencionaras nada de lo que sabes.
—No diré ni una palabra.
—Lamento haberte lastimado, nena. Me puse como loca al verla entrar y… Los doctores de mi hermano hablan conmigo regularmente y me dicen que él pide ver a su hija. Supo que quedó viva y jura que se arrepiente de lo que hizo pero yo sé que no lo hace. Solo quiere hacerle daño. No quiero que la vea, no quiero que eche a perder la perfecta mentira que he creado para ella.
»No debo exponerla ante nadie porque tampoco quiero que le informen a mi hermano sobre su paradero. Él tiene permitido escribir cartas y no necesito que sepa ni siquiera la dirección de la casa de muñecas de Nicole no lo quiero cerca de ninguna de nosotras… y todo se vino abajo cuando la vi caminar en medio de todas esas personas.
Me senté en el suelo junto a ella y puse mi mano buena en su mejilla.
—Eres una gran tía —murmuré con suavidad.
—Ya era hora de que alguien lo notara —suspiró liberando un poco el estrés de sus hombros.
—Santana… ¿te das cuenta que en algún momento vas a tener que decirle a ella la verdad?
Ella cerró los ojos y cubrió mi mano con la suya.
—Pero no por ahora no en un futuro cercano —llevó mi mano a sus labios y la besó.
Permanecimos recostados una junto a la otra, sin decir nada por varios minutos.
A lo lejos podía ver a Steve moviéndose hacia la ventana de la cocina y atrapar algo de los últimos rayos del sol que poco a poco se escondían en el horizonte. Notó que yo lo estaba viendo con atención y se dio la vuelta azotando su cola contra el marco de la ventana.
Ver cómo el día se iba lentamente convirtiendo en noche me hizo recordar algo importante, me levanté con sobresalto.
— ¡Olvidé que tenía una cita de trabajo hoy! —Mi mamá había logrado conseguirme una entrevista en una librería ubicada en el centro de la ciudad la dueña ocupaba ayuda y me había reservado el primer puesto si me presentaba hoy.
Pero ya era muy tarde para hacer una rápida aparición.
—Ve mañana —suplicó Santana, levantó su mano para acariciar mi pantorrilla—, ya es tarde. Quédate esta noche.
— ¿Quedarme… toda la noche? —mi corazón se aceleró y realmente le gustó la idea.
No. No podía, papá se iba a poner frenético si amanecía en casa de una chica peor si dicha mujer era la pesadilla de su vida.
—Me encargaré de la cena —insistió.
— ¿Sabes cocinar?
—No, pero para eso existe el servicio a domicilio.
Resoplé.
—No creo que deba…
— ¿Te vas tan pronto? —interrumpió Nicole recién saliendo de la habitación de Santana.
Me desgarró en el alma tener que decirle que me marchaba a esos ojos cafés tan inocentes pero a la vez experimentados de la vida.
Suspiré resignada.
—Me quedaré para la cena —afirmé.
Santana sonrió con suficiencia.
—Bien, ordenaré comida china. ¿Alguien se opone? —Miró en dirección a su sobrina y ella negó con la cabeza, luego miró hacia mí y me encogí de hombros—. Entonces comida china será.
Santana se puso de pie y, en un arrebato, me tomó de la cintura y me besó muy fuerte en los labios.
Escuché a Nicole chillar y reír en voz alta.
Hice palanca con mis brazos y logré empujarla en su sitio la regañé mentalmente.
— ¡La besaste! ¿Eso significa que se van a casar pronto? —gritó Nicole.
Me ruboricé por completo, esperé por la respuesta de Santana y lo que obtuve fue:
—Serás la que lance las flores —le guiñó un ojo.
La golpeé en el estómago intentando sacarle el aire, pero mi golpe apenas y la inmovilizó.
Por andar diciendo mentiras como esas es que terminó con una escopeta apuntándole en el rostro.
—Santana… —le advertí con mi tono de voz.
Ella huyó de mi lado y corrió hacia Nicole levantándola del suelo con una sola mano.
—Es hora de que regreses a ver otra película, piraña —caminó con ella en dirección a su dormitorio.
— ¡Pero no, yo quiero quedarme a conocer a tu novia!
—Durante la cena le podrás preguntar todo lo que quieras ahora ella y yo tenemos que besuquearnos en el sofá.
Resoplé audiblemente.
Nicole comenzó a reírse y vi cómo logró salirse del apretado agarre de Santana La envidié por eso, yo nunca podía zafarme con tanta facilidad aunque me retorciera mil veces.
—Quiero primos —dijo ella corriendo a mi lado—, muchos. Como para formar una banda de música.
Por mi rostro subió el calor de mi sangre.
No dije nada a eso.
—No presiones Nikky, por ahora intentaremos pedirle a la cigüeña que nos traiga uno. Ya tenemos el nombre —Ay no. Si lo decía en voz alta la iba a matar En serio la mataría A ella y a su zorrillo.
¿Realmente… quién tenía un zorrillo como mascota? Solo alguien como Santana.
Steve alzó la cabeza desde su posición, como si supiera que estaba pensando en ella, y regresó a su labor de buscar qué comer entre los muebles de la cocina.
— ¿Por qué mejor no tienen cinco bebés y le ponen Harry, Liam, Niall, Louis y Zayn? —Interrumpió la pequeña—, y no creas que no sé de dónde vienen los bebés. Ya casi cumplo once y no creo en la cigüeña. Conozco el mecanismo, muchas gracias aunque con dos mujeres me cuesta entender todavía.
De ser posible mi rostro se calentó más.
¿Cómo? ¿Tan pronto y ya sabía? Yo a su edad todavía me creía Sailor Moon con mi tiara lunar combatiendo el mal y mis frases de “te castigaré en el nombre de la luna”.
Supe del sexo dos años después, cuando cruelmente la clase de Ciencias Naturales me abrió los ojos; había llegado a casa preguntándole a mamá y a papá si ellos me habían creado de esa forma. La única respuesta que obtuve fue un silencio incómodo y un sonrojo de parte de mi madre.
—La abuela la tiene muy aleccionada —contestó Santana a mi pregunta no dicha en voz alta—El otro día tuvieron la plática.
Nicole asintió con la cabeza.
No podía creer que esta pequeña niña ya supiera todo el concepto básico para… dejar entrar a la anguila en la cueva o las papas fritas en caso de Santana López.
—No es nada complicado —afirmó ella—, una chica y un chico se besan por treinta minutos y luego, ¡puuf! aparece un bebé en tu estómago y con chica y chica es igual la bisabuela me lo explicó todo.
Off… menos mal que ese era el concepto que sabía creo que su bisabuela olvidó muchos detalles de por medio detalles que gustosamente la señora E.L. James no había omitido en sus libros.
— ¿Ustedes quieren que les dé treinta minutos? —preguntó Nicole nos miraba con una sonrisa cómplice.
De nuevo, me ruboricé.
—No, pequeña —comencé diciendo, me agaché para quedar a la altura de sus ojos, ella era realmente bajita—Sólo me tomará dos segundos jalarle la oreja a tu tía y luego voy contigo para ver una película, ¿de acuerdo?
Ella asintió vigorosamente.
—Aunque sin embargo deberías intentar besarla por media hora —susurró Nicole en mi oído—, solo para ver si es verdad que el bebé va a aparecer en tu estómago yo intenté hacerlo con uno de mis compañeros de la clase de recuperación pero la tía Santana me encontró y me dijo que no funcionaba a menos que yo tuviera veintisiete años así que estoy esperando cumplir eso para besarme con un chico por media hora y ver qué sucede…
Me reí al imaginarme a Santana siendo sobreprotectora con su sobrina.
No sé por qué pero se me hacía más irresistible.
— ¿Qué están susurrando ustedes dos? —preguntó ella.
—Nada —respondimos Nicole y yo al mismo tiempo; luego nos reímos al darnos cuenta.
Santana nos miró sospechosamente pero se movilizó hacia la cocina.
Desde ahí nos gritó que iba a ordenar la comida.
— ¿Tú tienes veintisiete años? —me preguntó Nicole una vez que Santana se fue.
Negué con la cabeza
—Solo tengo dieciocho cumplo diecinueve en dos meses.
La niña amplió los ojos.
— ¿Vas a hacer una fiesta? Oh, por favor dime que la harás nunca he asistido a una… bueno, Nanny y Santana siempre me preparan fiestas sorpresas pero es aburrido tenerlas solo a ellas y a Steve o a Carlo.
Su rostro se afligió por un momento.
¿Es que Santana tampoco invitaba a sus amigos? ¿O era que ella no tenía amigos?
¿Asistirá a clases con los demás niños en una escuela?
Ni siquiera lo sabía.
— ¿A qué escuela vas? —le pregunté tratando de enderezar la pequeña cadena con un dije de bigote negro que tenía en su cuello
—No voy a la escuela mis maestros vienen a casa, ¿por qué?
¿Santana la ocultaba también de niños de su edad?
Bueno, a veces los niños podían llegar a ser demasiado crueles cuando notan que alguien es diferente a los demás.
Una ola de compasión y tristeza me invadió por Nicole.
—Solo tenía curiosidad —respondí finalmente.
Ella bajó la mirada y con su pie comenzó a hacer círculos en el suelo.
—Sé que mi rostro no es muy atractivo de ver —confesó en voz baja—, muchos niños salen corriendo cuando me miran. Pero ellos no saben que, a pesar de mis marcas, yo me siento hermosa… o al menos eso dice la tía Santana Así que gracias por no mirarme raro como todos los demás.
Me dio un breve abrazo y salió corriendo hacia la habitación de su tía.
Quedé en cuclillas, sin habla y con una sensación vertiginosa en mi estómago.
Estaba ante una niña muy valiente… en todos los sentidos.
Escuché la puerta del dormitorio de Santana ser abierta y rápidamente Nicole asomó la cabeza a través de la ranura:
—Puse la película El Diario de la Princesa y no me gustaría verla sola, ¿vienes?
Sonreí y me puse en pie, entrando al territorio más íntimo de Santana.
—No me la perdería por nada del mundo.
Para ser Santana era bastante pulcra en su habitación al menos no tenía ningún poster visible de alguna mujer en lencería atrevida, o una banda de rock pesado.
Sus paredes estaban desnudas de cuadros o pinturas y, al igual que el resto del departamento, los muebles eran de tonalidades oscuras con finos acabados.
Su cama era enorme y no pude evitar respirar hondo en sus sábanas de color turquesa; ni siquiera presté atención a la película que Nicole había puesto para que ambas pasáramos un rato juntas. Me sentía drogada y aturdida de solo pensar que Santana dormía en esa misma habitación, en esta misma cama y en este mismo lado en el que me encontraba recostada.
Incliné mi rostro una vez más y pegué mi nariz en las sábanas; aspiré como por vigésima vez el delicioso olor femenino que ella impregnó en sus almohadas.
Espectacular.
Rápidamente me separé, no quería que Nicole me fuera a ver actuando como la loca que olía las sábanas de su tía.
Después de veinte minutos entró Santana y nos anunció que la comida ya estaba lista.
Nicole y yo nos movilizamos hacia la sala y las tres comimos de las cajitas de cartón en donde los alimentos venían bien empaquetados desde el restaurante chino a tres cuadras del departamento.
Nos sentamos en el suelo de la sala, rodeando la mesita de centro e intentando sostener los fideos y el arroz con los palillos chinos, riéndonos cuando ninguna pudo realizar tal hazaña y en su lugar usamos tenedores.
Devoré todo con rapidez y disfruté de la mejor vista de todas: Santana en una camiseta sin mangas y ajustadas a sus curvas y pechos.
Realmente debería usar más como esas hacían que los músculos de su estómago se vieran apetecibles.
—Cuando sea mayor me pintaré la piel como la tía Santana —anunció Nicole mientras metía un puñado de fideos a su boca.
— ¿En qué edad quedamos que eso iba a suceder? —musitó Santana.
— ¡A los treinta! —obedientemente respondió la niña.
Tuve que reírme de eso.
—Santana, tu ni siquiera tienes treinta y ya estás tatuada —le recordé.
—Maduré rápido.
Reí-resoplé a la vez.
—Entonces yo definitivamente estoy calificada para hacerme uno.
—Y yo estaría encantada de supervisar los lugares de tu cuerpo ideales para un tatuaje —me guiñó un ojo.
Mi rostro se calentó.
Aclaré mi garganta y continué con la cena.
—Terminé con mi comida, ¿puedo ahora ver mi galleta de la fortuna? —le pidió Nicole a Santana.
Ella acercó la cajita donde comía la niña y la observó, haciendo una mueca.
—No, no has terminado come tu brócoli.
—No me gusta el brócoli, lo sabes —ella hizo un puchero y se cruzó de brazos.
—Cómelo...
—Pero no quiero... Mira, Britt tampoco lo ha comido —me señaló y me tensé en mi lugar.
Santana se acercó e inspeccionó mi comida al igual que como había hecho con ella.
—Brittany... —me advirtió ella.
— ¿Santana?
—Come tu brócoli.
—Soy alérgica a los vegetales —dije encogiéndome de hombros y llevándome algo de pollo a la boca. Mastiqué lentamente a pesar de que quería devorar todo muy rápido; mi almuerzo había sido un fiasco preparado por Susan, merecía algo de comida decente—Además —continué— se le pueden dar a Steve así que no se desperdician.
Nicole asintió estando de acuerdo conmigo.
Steve apareció en ese momento como si lo hubieran requerido y olfateó en mi dirección.
¡Puaj! Me moví rápidamente hacia Santana hasta que nuestros brazos chocaron uno contra otro.
— ¿Le tienes miedo a Steve y aun así quieres alimentarlo? —preguntó ella, divertida.
—Nadie, pero nadie, tiene un zorrillo como mascota —la fulminé con la mirada—, son apestosos y dejan su hedor por todos lados. Si querías un animal hubieras optado por un perro… o un gato al menos. Vaya, incluso pensaba que eras el tipo de chica con una serpiente como mascota.
Santana se rió y rodeó mi cintura con sus brazos, me movió de tal forma que quedé sentada entre sus piernas abiertas, mi espalda chocaba contra sus pechos.
Justo en ese momento yo estaba teniendo una enorme dificultad para respirar normalmente; y no me lo puso fácil cuando sus largos dedos comenzaron a acariciar mi cabello.
—Tengo un perro —habló en mi oído causándome cosquillas—, solo que mi vecino del departamento de abajo lo cuida cuando yo no estoy en casa. Y en cuanto a Steve... bueno, era un invitado no deseado que se escondía en el dormitorio de Rachel, yo solo lo rescaté antes de que ella llamara a control de animales y ellos lo dañaran.
— ¿En el departamento de Rachel? Me parece haberlo conocido antes —medité. Claro, era la misma mofeta que encontré en la cocina semanas atrás.
¿Cómo llegaría un zorrillo hasta el departamento? Ni idea.
Mientras Santana apoyaba su barbilla en mi cabeza, Nicole estaba entretenida dándole a Steve su brócoli, fingiendo que nadie miraba nada.
—Además, Steve no es apestoso —volvió a hablar en mi oído esta vez me dio un beso en el cuello—, cuando lo llevé al veterinario, me dijeron que alguien le había quitado las glándulas que producen el mal olor es un animal limpio en todo sentido.
Fruncí el ceño ¿Cuándo lo llevó al veterinario?
—Es como un ratón gigante —le dije—No deberías dejar que Nicole juegue con él, la puede morder.
—No va a estar mucho tiempo aquí; mi abuela quiere liberarlo en el bosque este fin de semana ¿Eso te hace feliz?
—De acuerdo, me tranquiliza.
Santana volvió a darme otro beso en el cuello. Reprimí la urgencia que tenía de girarme y que esta vez besara mi boca, pero tenía que comportarme, Nicole estaba cerca y no me parecía lo correcto que mis hormonas revolotearan por todo el lugar.
— ¡Terminé el brócoli! —Gritó la niña cuando acabó de alimentar al apestoso animal (con o sin glándulas) — ¿Puedo ahora agarrar una galleta?
—Bien —Santana extendió el plato que contenía las galletas e hizo que Nicole tomara una.
Ella se precipitó a agarrar la que más cerca tenía.
Antes de partirla y leer su mensaje, nos miró a ambas con ojos entrecerrados.
— ¿No van a agarrar una también? Puede ser de mala suerte si no las abrimos al mismo tiempo —dijo la niña solemnemente.
Le sonreí y tomé la que se encontraba en el centro el brazo de Santana se estiró sobre mi hombro para tomar la que quedaba.
—De acuerdo, a la cuenta de tres cada quien parte su galleta —instruyó Nicole.
Steve se rozó sobre su pierna y lo vi olisquear en su dirección. Yo llevé mis rodillas a la altura de mi pecho, y me pegué más a Santana.
—Uno —comenzó ella con entusiasmo—, dos… ¡tres!
Con mi dedo pulgar ejercí presión sobre la galleta y ésta se partió en tres pedazos pequeños. Saqué un papelito que venía apretadamente doblado y leí su contenido:
“Alguien te está mirando justo en este momento”
¿Alguien me está mirando? ¿En serio? ¿Qué clase de galleta de la fortuna era esta?
Pudieron haber puesto: Si estás leyendo esto es porque puedes leer.
Más obvios no pudieron ser.
Alcé la vista, curiosa por ver qué decían las demás galletas, tal vez tenían mensajes más interesantes que el mío.
Nicole fruncía el ceño y veía el papel confundida, miré a Santana que tenía casi la misma expresión que su sobrina en realidad era algo tierno de ver ambas hacían las mismas muecas y de la misma forma.
— ¿Qué les parece un cambio? —preguntó ella finalmente. Hizo de su papel una bolita y me lo pasó mientras que Nicole tomaba el mío y le entregaba el de ella a Santana.
—Oye no se vale cambiar es hacer trampa —le dije.
Pero ninguno de las dos me prestaba atención; impulsada por mi curiosidad decidí leer la bolita que me había pasado Santana Decía:
“Intenta con otra galleta”
Bufé para mis adentros Claro, intentó con otra galleta.
—Cambio —gritó Nicole después de un segundo.
Automáticamente Adam y ella volvieron a intercambiar papeles tomando de nuevo el mío.
Desenrollé el siguiente, que originalmente pertenecía a Nicole, y se leía:
“DJ Maxxime a tu disposición… para reservar presentaciones: 511-254098”
Tuve que reírme en voz alta. Luego Nicole se contagió, y por último Santana.
—Esas fueron las peores galletas de la fortuna que leído en mi vida —dije entre risas.
—Oye, salió algo bueno de todo esto —dijo Santana— tenemos el número de un DJ si llegamos a necesitarlo.
Me reí un poco más con eso.
—La próxima vez mejor trae helado —le dije.
***
Esa noche llegué tarde a casa.
Santana me había llevado en su motocicleta, y después se aseguraría de ver que su abuela y Nicole también llegaran seguras a su hogar ella me dijo que ellas no vivían en el departamento, solo iban casualmente y trataban de verse todos los fines de semana. Incluso me invitó para ver la liberación de Steve en el bosque.
Iba a rechazar su oferta pero la verdad era que quería pasar todo mi tiempo posible con ella, sin importar que eso incluyera a cierto zorrillo apestoso de por medio.
Una vez en la puerta de la casa de papá, Santana tuvo el descaro de besarme hasta que se me durmieron los dedos de los pies.
—Te extrañé —me decía entre besos—No quiero que vuelvas a huir de mí, por favor. — Llevó mi mano, todavía vendada, a sus labios, y me besó con suavidad—Me volví loca cuando no supe dónde encontrarte Incluso fui a casa de tu madre para que me dijera dónde te escondías toda esta semana.
—Lo siento —dije en un hilo de voz—, me sentía insegura.
— ¿Insegura de qué? —sus manos ahuecaron mi rostro y se inclinó más cerca de mí para pegar mi frente contra la suya.
—Insegura de si volverías a los brazos de Rachel —dije, sintiéndome avergonzada.
No había vuelto a ver a Rachel desde el incidente con la pistola de burbujas y el desastre que le hizo a mi ropa; por su culpa había tenido que saquear el armario de Rita en busca de prendas temporales que me sirvieran mientras ahorraba para una compra rápida en tiendas de segunda mano nunca creí posible que llegara a odiar tanto a una persona… mucho menos que alguien me odiara a mí con esa intensidad con la que Rachel me odiaba.
Santana jugueteó con mis labios, haciendo que mis pensamientos entraran en zonas más seguras.
—Yo no quiero volver con Rachel —me aseguró—Y definitivamente no quiero que vuelvas con el lame vacas.
Fruncí el ceño.
— ¿Qué tiene que ver Sam en todo esto? Sabes que nunca volvería con él.
Pegó de forma casi violenta sus labios contra los míos, con sus manos tomó mi cabeza y la dirigió hasta conseguir la mejor posición para excavar dentro de nuestras bocas.
Su lengua se unió a nuestro beso y conquistó todo a su paso.
Solté un gemido cuando me agarró de la cintura con una mano y me acercó a su cuerpo; dejé de pensar, dejé incluso de respirar y me concentré por completo en lo que sus labios hacían con los míos, en el trabajo que realizaba su ávida lengua y lo que su cuerpo estaba sintiendo en ese momento debido a nuestra cercanía.
Nunca deseé llegar a más que solo besos con Sam, pero con Santana… tenía la enorme necesidad de arrancarle la ropa y que me demostrara sus habilidades en privado pero ella se separó justo cuando iba a sugerirle llevarla a escondidas a mi habitación.
Respiró hondo y yo me acerqué en busca de un poco más de sus labios; antes de que pudiera acercarme, ella me tomó de los hombros y me separó del calor de su cuerpo.
Me escuché protestar y ella sonrió ante el sonido.
Yo estaba en un estado peor que el de Bambi… me encontraba en un estado cavernícola al cien por ciento.
—Me alegra que ya no te interese el lame vacas, porque él está sentado en tu porche, esperándote —dijo Santana viendo a alguien por encima de mi hombro.
Giré y encontré a Sam de pie, viendo de forma horrorizada en nuestra dirección.
¿Qué hacía él aquí?
Me crucé de brazos y me aseguré de que todas las luces en la casa de papá estuvieran apagadas.
Susan no se quedaba a dormir (al menos no se quedó mientras yo estuve toda esta semana) así que papá debería haberse dormido enfrente de la televisión viendo el canal de deportes. Al menos esperaba que estuviera dormido porque Santana y Sam eran capaces de armar toda una guerra, y era seguro que papá iba ponerse del lado de Sam sólo para ver lejos a mi novia tatuada y con motocicleta.
Vaya… sonaba a un cliché de chica mala pero Santana era todo menos un cliché; yo podía dar fe y legalidad a eso.
— ¿Qué haces aquí Sam? —pregunté sigilosamente.
Él se acercó a paso lento y se detuvo cuando Santana se puso a mi lado.
El rostro de Sam tenía ciertos moretones y el lado derecho de su ceja estaba hinchado, eso fue de su pelea con Santana hace una semana, solo esperaba que no viniera a buscar más pelea todavía.
—Pensaba encontrarte en casa —respondió él— sola.
Miró a Santana cuando dijo esto último.
Suspiré.
¿Por qué no podía tener un día normal y tranquilo en mi vida?
— ¿Querías algo? —traté de desviar la conversación a terrenos seguros.
—Sí quería hablarte de una cosa en privado.
Santana bufó y envolvió uno de sus brazos en mi cintura.
—Nada está sucediendo en privado con mi chica —dijo ella clavando sus dedos en mi cadera—, si quieres insistir en hacer de idiota y declarártele una vez más, te voy a hacer el favor de ahorrarte el ridículo escuchaste lo que ella dijo antes: nunca volverá contigo así que deja de insistir de una buena vez.
Sam entrecerró los ojos.
—No puedo creer que te enrollaras con una chica mucho mayor que tú —me acusó—, en serio, ¿cuántos años tienes, abuela?
Oh, oh. Mala pregunta.
Podía sentir la tensión en Santana irradiar por todos los músculos de su cuerpo.
Primero Noah la hacía enojar… ahora Sam.
Genial crearan a un monstruo de los celos.
—Si no quieres que te golpee en las pelotas, dejarás las bromas conmigo, niño.
—No sabía que te atraían las ancianas, Brittany O para el caso, las chicas con apariencia de delincuentes.
—Sam… guarda silencio —lo fulminé con la mirada.
Idiota, idiota, idiota.
Él suspiró, tratando de calmarse.
—No vine a pelear —dijo alzando las manos—, solo quiero pedirte un favor, Britt Quiero que le digas a mi madre que tú y yo somos novios todavía.
Lo que me faltaba…
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Hola Hola :)
Bueno vengo a dejarles un nuevo capitulo espero que lo disfruten y que comenten :)
PD: ¿Que creen que respondera Britt a Sam? ¿No es hermosa san :3 ?
PD2: Dependen de sus comentarios actualizo mañana :)
Saludos Y besos
Comenten!
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Awwww Nicole :3 es tan tierna como San, Jajajajajaja la pobre Brutt con su mano Jajajajajaja
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap dan,...
san es extremadamente sobre protectora con nikky!!!!,...
me encantaría que san le patee la cabeza a lame vacas,...!!!
a ver que pasa con la dichosa cena!!
nos vemos!!
san es extremadamente sobre protectora con nikky!!!!,...
me encantaría que san le patee la cabeza a lame vacas,...!!!
a ver que pasa con la dichosa cena!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
lauravm98 escribió:Awwww Nicole :3 es tan tierna como San, Jajajajajaja la pobre Brutt con su mano Jajajajajaja
Hola Hola!
jajajajaj Nicole es tan askhaskjdha :3 y Britt casi muerta jajaj
Saludos
3:) escribió:holap dan,...
san es extremadamente sobre protectora con nikky!!!!,...
me encantaría que san le patee la cabeza a lame vacas,...!!!
a ver que pasa con la dichosa cena!!
nos vemos!!
Hola Hola!
C: Creo que SAN DEBE de patear a sam pero ya veremos que pasa :)
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
No haz pensado en hacer otro maratón? :( jaja espera, ¿haz hecho alguno? D:
Me muero, esta historia me hace reír, enojar, llorar... Pff jaja amo a San *-*
Me muero, esta historia me hace reír, enojar, llorar... Pff jaja amo a San *-*
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Anddy Rivera Morris escribió:No haz pensado en hacer otro maratón? :( jaja espera, ¿haz hecho alguno? D:
Me muero, esta historia me hace reír, enojar, llorar... Pff jaja amo a San *-*
Hola Hola!
jajajajjaja si hice uno D: jajajajaj y es hermosa no ? jajaja quien no ?
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Capítulo 18
— ¿Entonces ayer no fuiste a tu entrevista de trabajo? —preguntó mamá mientras ajustaba sus lentes de lectura.
Suspiré y me senté en el bulto de cojines que conformaban la sala.
—Nop, Se me olvidó y en ese momento estaba... ocupada.
Mis dedos se movieron alrededor de un hilo color magenta que se desprendía de uno de los cojines.
Mamá se encontraba en su máquina de coser, creando una colcha con pedazos de otras telas inservibles y con olor a moho que almacenaba en el sótano.
En serio, esta mujer iba a aparecer en uno de esos capítulos de acumuladores que pasaban en la televisión incluso creo que tenía guardada la ropa interior que usó el día de su boda ella conservaba todo lo que traía buenos recuerdos; si no pudo guardar mi cordón umbilical fue por puro milagro divino.
—Pastelito... —despegó la vista de su máquina y la fijó en mí; su boca color carmín hacía una mueca—, ¿estás manteniendo relaciones sexuales con la chica?
Mi rostro se puso más rojo que el color de las paredes de la casa.
—Aunque claro —continuó sin dejarme responder—, no te culparía si tu papá se hubiera visto así versión femenina de buena te cuando tenía su edad, hasta yo me vería tentada por ella Uff, te habría concebido a los quince de ser posible...
— ¡Mamá! —Chillé avergonzada—, basta. Ya me hablaste de eso hace años... No necesito saber acerca la vida amorosa que mantenían papá y tú.
—Yo solo digo que, si estás "metiendo a las patatas fritas en la salsa", asegúrate de que sea la indicada o después lo lamentaras —regresó a su trabajo de costura y murmuró—: claro, de haber sabido que tu papá resultaría todo un imbécil, me habría seguido manteniendo pura para Bruce Willis, como era mi plan original.
Resoplé y me puse de pie para inspeccionar los nuevos cuadros que ella había puesto en las paredes de lo que era ahora su centro de atención psíquica.
Frascos de todos los tamaños se apilaban en un estante de vidrio que colocó en la esquina, junto a los certificados que la aseguraban ser una profesional en la lectura de mano (ella misma los imprimió de una página en internet). La excentricidad era el tema principal de toda la casa.
—Susan me comentó algo el otro día —dije casualmente.
Siempre que mamá escuchaba que alguien hablaba de Susan, se ponía sensible y rencorosa.
— ¿Ah, sí? ¿Qué te dijo la pequeña Miss zorra 2013?
Resoplé.
—No la llames así, y sólo me dijo que puede ayudarme a conseguir entrada en una de las universidades privadas de por aquí.
— ¿Y tú quieres estudiar?
—Sí lo estuve pensando y es lo mejor para mí. No quiero pasar el resto de mi vida viviendo a punta de salario mínimo. Si no estudio no voy a poder mejorar mi sueldo en los trabajos.
—De acuerdo... ¿Entonces ya no irás a la entrevista de trabajo que te conseguí con la señora Olivier?
Lo pensé por un minuto—Sí iré, pero no creo que ella quiera contratarme sólo por medio tiempo mientras hago el intento de sacar un título.
Caminé lentamente, observando uno de los cuadros, más específicamente el que nombraba el "trasero de bebé más lindo" y, sin que mamá se diera cuenta, lo quité y me lo llevé detrás de la espalda.
—Me parece bien sabes que no me gusta meterme en tus decisiones; ya eres una chica grande. Te apoyaré en lo que decidas hacer.
—Bueno... quiero estudiar.
Había pensado en eso toda la noche; no quería ser camarera o trabajar en restaurantes de mala muerte por el resto de mi vida.
—Habla con la Señora Olivier, ella es comprensible. Podría darte horarios especiales para que puedas asistir a clases. Ahora, pasando a otro tema, ¿qué opinas de esta colcha? —levantó con las dos manos la peor colcha que haya visto en la vida— ¿hermosa? Ah que te deja sin palabras, ¿verdad?
—Se mira extraña —admití— ¿qué es eso de la esquina?
Ella entrecerró los ojos y buscó donde yo le señalaba.
Un gran pedazo de tela rosada con estampado de cebra cubría toda esa esquina, se me hacía bastante familiar.
—Oh, este el vestido que usaste a los cinco años en aquella fiesta de tu prima. Te veías adorable en cebra. ¿Por qué ya no usas estampados con animales? Te resaltarían el color de los ojos...
—No uso porque ahora no eres tú la que me viste —gracias al cielo—, y no puedes seguir guardando cosas como esta.
Saqué de mi espalda el título que se aseguraba de nombrar a mi trasero de bebé como el más lindo, y lo coloqué entre una pila de revistas Cosmo.
—Aww, pero si eso es adorable —hizo un puchero y se pegó la mal costurada colcha al cuerpo—. Tú solías amar cuando yo te vestía de vaquerita y te tomaba fotos con Joey el oso con ojos de botón.
Mamá tenía una mirada nostálgica en el rostro; recordando las veces que se aprovechó cuando yo era ingenua y tenía cinco años de edad.
—Sí, también recuerdo que me llevabas a un maloliente bar a cantar estrellita dónde estás…
—Extraño esos días ya casi no pasas tiempo conmigo —Se levantó de su asiento, dejando la colcha sobre su máquina de coser—. ¿Qué te parece si tenemos un día de chicas? Puedes incluso invitar a Rita.
Ella se movió en mi dirección y noté que la colcha la seguía con cada paso que daba. Ahí me di cuenta de que accidentalmente se la había cosido a la tela de su largo y colorido vestido/túnica.
—Mamá, la colcha se te…
—Quiero nietos con tratamiento o como sea.
Me quedé muda momentáneamente.
— ¿Qué?
—Dije que quiero nietos como sea —hizo un puchero, me tomó del hombro y me dirigió a la cocina. Ahí me sentó en una de las sillas de su juego de mesa de los años treinta, que originalmente pertenecieron a su madre cuando estaba soltera.
—Te escuché la primera vez. Vuelvo a repetir: ¿qué?
Ella se encaminó hasta el refrigerador y llenó dos vasos con hielo.
—Bueno… cuando el cerdo, machista, calvo y con-posibilidades-de-quedar-ciego-cuando-cumpla-cincuenta de tu padre me dijo que estabas embarazada… como que me emocioné bastante. Me dieron ganas de tener a pequeños niños corriendo por toda la casa y dejándome vestirlos con telas de leopardo. No puedo creer que haya sido todo una mentira.
Llenó los vasos con limonada y me pasó uno.
Inmediatamente me lo llevé a la boca y tragué.
Sabía más ácido de lo normal.
—Déjame ver si entiendo esto: ¿me acabas de hablar para que no me apresuré hace no menos de un minuto, y ahora quieres que te dé nietos como sea? ¿No será más bien que lo que necesitas es volver a tener más hijos? Eres joven todavía…
—Ay pastelito de calabaza, aunque mi espíritu sea más joven que el de la mayoría, mi cuerpo no resistiría otro embarazo. En cambio tú…
Mi rostro se tornó rosa.
—No te ilusiones demasiado —la interrumpí.
Ella tomó asiento frente a mí y se quitó los lentes.
—Brittany Susan Pierce, no voy a vivir para siempre necesito conocer a mis nietos pronto además, creo que la linda bombón de tu novia sería una buena adición a la genética de la familia. ¡Sus niños serían tan bonitos! Todos ojos cafés o… hay hasta una enorme posibilidad que sean ojos azules La única buena herencia que te regaló tu padre fueron esos ojos… ¡aprovecha ahora que estás joven y con fuerzas!
— ¡Ya detente! No pienso quedarme embarazada a los dieciocho. —Ninguna madre le aconsejaría eso a su hija. Corrijo: ninguna madre cuerda.
—Pues te doy mi consentimiento.
— ¡Mamá!
— ¿Qué? Todo lo que dije es cierto.
—Pues tendrás que esperar más tiempo.
— ¡Me estoy volviendo más vieja!
— ¡Deja de hablar como si tuvieras noventa y estuvieras al borde la muerte! Tienes cuarenta y tres, ni siquiera te han salido canas. Ya no discutas más el asunto.
Ella resopló y tomó un largo trago de limonada.
—Ya hasta había planeado un Baby Shower con temática de parque de diversiones —murmuró—. ¡Hasta le avisé a mis contactos más cercanos la buena noticia! Incluso me puse a tejer un pequeño suéter para mi nieto… ¡y sabes que no me gusta tejer!
Cerré los ojos y me masajeé las sienes.
— ¿Por qué hiciste eso? Tú y papá definitivamente fueron hechos el uno para el otro…
—Santana me dijo que pensaban ponerle Kevin Esa chica es tan tierna… y adoro el nombre. Aunque si es niña me gustaría opinar que le pusieran algo como Lee Britt, o Annette, o Delvia… Oh, ¿todo este tiempo anduve con la colcha pegada a la ropa?
No. puedo. creerlo. La. voy. a. matar.
***
La librería de la señora Olivier era grande y bastante visitada.
Mientras entraba por la puerta principal, unas chicas con uniformes escolares corrieron agitadas hacia la sección de Jóvenes Adultos y chillaron emocionadas al ver uno de los libros que se exhibían en los estantes.
Varias sostuvieron en sus manos la copia de un libro cuya portada era una mariposa atrapada en un frasco de vidrio; comenzaron a chillar más fuerte y besaron el libro con devoción.
Me adentré más en la tienda y pregunté por la señora Olivier a la chica de cabello morado que atendía la caja. Ella tenía un piercing en el labio inferior y me señaló, aburrida, en dirección a una habitación escondida entre un estante de libros con temática paranormal.
Toqué suavemente la puerta y me deslicé dentro.
Era una oficina bastante impersonal; una mujer con el cabello rubio se encontraba hablando por teléfono, haciendo anotaciones en una agenda manchada con garabatos.
Me indicó que tomara asiento y así lo hice.
Mis piernas desnudas sintieron rápidamente el frío de la habitación; el aire acondicionado me daba justo en el rostro y me hacía más difícil la labor de tranquilizar mis nervios.
—Bien Tú debes ser Britt, ¿cierto? —Dijo la mujer una vez que colgó el teléfono—, soy Laura Olivier. Puedes llamarme simplemente Laura.
—Mucho gusto —extendí mi mano y tomé la suya.
—Pensé que te vería ayer. Pero igual es bueno verte hoy; como habrás visto, la tienda cada día más se encuentra llena de clientes. Necesito toda la ayuda extra que pueda conseguir, ¿estarías dispuesta a comenzar hoy?
Vaya, ella iba directo al punto.
—Claro —respondí. Me sentía ansiosa por comenzar en este nuevo empleo.
Me gustaba leer, y definitivamente me emocionaba estar cerca de los libros.
—Um. Aunque… —tenía que plantearle lo de mi posibilidad de trabajar por medio tiempo… y no sólo eso. Me había comprometido a ayudarle a Sam a fingir por dos días que sería su novia y comenzaba esta noche en la cena. Hey, su madre me caía bien. Ella no tenía la culpa de tener a un hijo tan tonto como él. Y por supuesto que Santana estaba furiosa por eso.
Después de quince minutos de discutir horarios con Laura, finalmente llegó a un acuerdo conmigo y con mi idea de conseguir mi título.
Me sentía agradecida de que decidiera contratarme y además ser flexible con mi tiempo, no todos los jefes te harían ese favor. Al menos Cliff no lo hubiera hecho.
—Ahora ve con Mindy para que te dé un tour de cómo se manejan las cosas por aquí —me dijo ella mientras contestaba una nueva llamada.
Suponía que Mindy era la chica de cabello morado.
Salí de la diminuta oficina de Laura y me encontré a la misma chica aburrida de la vida detrás del mostrador ojeando una revista de mascotas.
— ¿Tú eres Mindy? —le pregunté.
Ella alzó la vista y reventó una burbuja de goma de mascar en su boca. Parte del chicle se le pegó en el piercing tipo argolla ubicado en su labio.
Asintió con la cabeza y volvió a bajar la vista.
— ¿Qué opinas de esto? —Preguntó enseñándome la revista, era una foto de una iguana sobre una roca— intento adoptar una nueva mascota. Antes tenía un hámster pero mi recién comprada serpiente se lo comió.
De acuerdo. Mindy no se parecía en nada a la gente a la que estaba acostumbrada.
—Oh, yo soy una persona más de perros, gatos, tortugas…
— ¡Tortugas! Cierto, no requieren mucha atención. Me gusta más esa idea —dijo dándose la vuelta; tomó su celular y comenzó a llamar a alguien.
Desde mi ángulo de vista podía observar que debajo de su cabello morado había otro tono de color: uno turquesa con mechones rosados.
Incluso vi un tatuaje en su brazo derecho de una paloma que deletreaba la palabra LIBERTAD con ramitas de olivo.
Mindy se quedó hablando un buen rato con esa persona del otro lado de la línea telefónica, y yo buscaba entre los alrededores a más empleados para que me asesoraran ya que ella discutía sobre su siguiente compra en el teléfono.
—Mindy está loca —dijo alguien a mis espaldas.
Me volteé para ver a una chica gordita que llevaba el nombre de la librería bordado en una orilla de la camiseta verde que usaba.
—Soy Rocio, pero todos mis amigos me dicen Shio. Tú debes ser la famosa Britt que Laura nos mencionó ayer, ¿verdad? Acabo de ver que saliste de su oficina.
—Sí, soy Brittany Laura me dijo que hablara con Mindy.
Shio rodó los ojos.
—Ven Mindy no está en sus cabales como para hacerte una introducción al fascinante mundo de una librería.
Dejé que me tomara de la mano y me condujera hacia la zona cerca de las estanterías de libros de auto ayuda.
—Primero que nada… tienes que usar el uniforme todo el tiempo. Usamos las camisas verdes los lunes, miércoles y viernes, y luego la azul los martes y jueves. Fines de semana usamos morado.
Me condujo a través de una puerta ubicada en un costado de la tienda y nos quedamos paradas cerca de un desorden de cajas cargadas con libros aun sin desempacar. Era una bodega de gran tamaño; un chico asiático que se encontraba desenvolviendo cajas nos miró con recelo cuando pasamos a su lado.
— ¿Quién es esta? —dijo malhumorado.
Shio rodó los ojos y puso una mano con manicura rosada sobre su hombro.
—Tranquilo Mike, es la nueva le estoy enseñando todo el trámite.
— ¿La embarazada? —miró fijamente mi barriga.
—Sí, ella —respondió Shio—aunque debo decir que no se te nota nada como vas a engordar en los próximos meses debes ir pidiéndole a Laura camisas de tamaños más grandes.
Mi rostro se puso rojo de la cólera.
¿Por qué todo el mundo pensaba que estaba embarazada?
—No estoy embarazada —dije entre dientes.
—Ah, ¿no? Laura nos dijo que tu madre le avisó recién hace una semana de tu embarazo.
Maldije por lo bajo.
—A mi mamá se le rayó el disco, está loca —dije—, en realidad no estoy embarazada.
Shio y el otro chico se miraron entre sí con preocupación.
—Pues entonces, cariño, te tocará fingirlo porque no existe otra razón en la tierra por la que Laura te haya contratado.
El chico asiático asintió con la cabeza.
—Laura es una perra malhumorada. Solo te aceptó porque se siente identificada contigo.
Fruncí el ceño— ¿Cómo?
—Mira —el chico tomó mi mano y me hizo sentarme en una de las cajas llenas de libros por desempacar—, Laura perdió a un bebé cuando era más joven. Ahora cree que puede redimirse con cada embarazada que mire; en especial si dicha embarazada tiene la edad que ella tenía cuando perdió a su bebé.
—No creas que es amable de nacimiento —dijo Shio sentándose a mi lado—, ella solo es así con los clientes que compran a grandes cantidades y con mujeres embarazadas.
Señaló a mi vientre plano, en donde definitivamente no estaba creciendo un bebé.
—Si le dices que no estás esperando traer a una personita a este mundo, te va a hacer comer mierda por el resto de tu vida. Créeme, ella es una pesadilla cuando se lo propone.
Ahora entendía por qué el trato preferencial que me dio.
No podía creerlo. ¿En qué me había metido ahora?
Tragué saliva.
—Será mejor que te asegures, para el final del día, quedar, de hecho, embarazada o al menos raptar un bebé en nueve meses. Porque Laura es rencorosa y no tienes ni idea de lo mal que te haría pasar si sabe que le estabas mintiendo.
Mierda ¿Qué clase de trabajo me recomendó mamá?
Por el resto de la tarde los chicos lograron enseñarme el manejo de las cosas. Incluso me mostraron cómo tratar con jovencitas alocadas que buscaban cualquier material con respecto a Edward Cullen, y lo agresivas que podían llegar a ponerse cuando se les decía que todo estaba agotado.
Hasta me enseñaron cómo no mirar fijamente a las mujeres mayores de cincuenta que ponían pilas de libros eróticos a la hora de pagarlos. Aquí no se debía juzgar a nadie por sus preferencias con lo que compraban.
Me vi tentada a llevarle algo de lectura a Mirna; la echaba de menos junto con el resto de los chicos del trabajo.
Aún no había tenido la oportunidad de hablar con Rita para que me diera una explicación en cuanto a su extraña relación con Noah Y ni siquiera había hablado con Santana desde que había aceptado jugar a la parejita feliz con Sam.
Pero cuando vi su motocicleta estacionada fuera de la librería cuando salí del trabajo, tuve la pequeña esperanza de que ya me haya perdonado.
La vi recostada contra la pared de ladrillos del local, tomando una bebida helada y poniendo una postura sexy que la hacía verse como si fuera la reina del mundo.
Llevaba puestas sus gafas oscuras y su chaqueta de cuero negra.
Se me hizo agua la boca.
Al verme, se despegó de la pared y caminó a mi encuentro.
—Linda camisa —dijo viendo el nuevo uniforme que me consiguió Shio—, aunque me gustaba más lo que te hacía usar Porky en el restaurante en especial aquel traje de policía…
Se detuvo a pocos centímetros de mi rostro y me dedicó una sonrisa de lado.
—Oh, cállate —me puse en puntillas y pasé mis manos por detrás de su cuello.
Santana se las ingenió en apretar mi cintura sin siquiera tener que dejar su refresco.
La besé en la boca y me encantó sentir sus labios helados presionándose contra los míos.
Dejé que mi lengua la incitara un poco y luego, no sé si por la valentía que sentía en el momento (o la estupidez, dependiendo de cómo lo mires) le dije la cosa siguiente:
—Santana, quiero que me embaraces sea con ese tratamiento o no pero lo quiero… por favor.
Definitivamente ella no se esperaba eso para ser sincera yo tampoco.
¿En serio le acababa de suplicar porque me embarace por un tratamiento?
Su boca cayó abierta y su cerebro se desconectó como por dos minutos completos, podía ver toda clase de reacciones pasar por sus ojos.
—Mierda —respondió.
Lanzó el refresco al suelo y algunas gotitas salpicaron mis piernas.
No sabía si estaba procesando todavía mi idea o si estaba asustada por mi proposición.
La mayoría de adolecentes eran unas gallinas en cuanto les hablabas de bebés, matrimonio… Alto ahí, matrimonio no. No me quería casar a los dieciocho y sin duda no estaba capacitada para sentar cabeza y ser madre de familia.
Desestimé la idea del bebé rápidamente. Me arrepentí de lo que le dije a Santana, pero ya era muy tarde para retractarme.
¿Qué había hecho?
—De acuerdo, nena. Hagámoslo —dijo ella después de pensarlo muy bien—. Traigamos a Kevin a este mundo —susurró mientras me tomaba de la cintura y me pegaba a su cuerpo para darme un largo y prolongado beso.
Oh, oh. Yo estaba en problemas.
— ¿Mi departamento aunque no podamos hacer el tratamiento ya, intentamos algo? —murmuró después de despegarse de mi boca.
Como era de esperarse mis ojos quedaron bizcos después de ese beso borrador de conciencia y moral.
—Claro —me oí responder.
Lo siguiente que supe era que ella me estaba llevando en brazos hacia su motocicleta estacionada en la acera y me colocó con cuidado en el asiento de cuero.
Ay Dios, ay Dios, ay Dios.
¿En qué lío me metí?
Yo no estaba pensando con la cabeza… ¡estaba pensando con las hormonas!
No podía tener un bebé de Santana… bueno… tal vez… ¡No!
¡Basta de pensar así, Brittany!
Simplemente no entendía por qué rayos salieron de mi boca esas palabras.
—Santana, yo… —no me dejó terminar de hablar y comenzó a besarme nuevamente.
Iba a sufrir una combustión espontánea.
Mi cerebro era puro líquido en estos momentos. No podía recordar ni mi nombre, aunque, curiosamente, sí que podía recordar el suyo.
Enganché mis brazos detrás de su cuello y no me importó la cantidad de personas que pudieran estar viendo el espectáculo gratis que Santana y yo les estábamos regalando, quería devorarla como a un postre. Como una paleta helada.
Mmmm…
—Mejor nos ponemos en marcha —dijo cuando logró separarse de mis labios.
Protesté (en serio, protesté) y la tomé de las solapas de la chaqueta para pegarla una vez más contra mi boca.
Me importaba un carajo respirar, sólo quería comérmela a besos…
—Britt… cierto que soy toda terreno pero… hay mucha gente viéndonos. Tal vez preguntándose si nosotras simplemente vamos a hacerlo sobre mi motocicleta, aquí, en el espacio público.
La niebla de deseo se disipó por unos instantes para permitirme ver el resto del estacionamiento, una señora le tapaba los ojos a su hija mientras corrían hacia su auto. Varios chicos de colegio se quedaron parados en medio de la acera solo para vernos; y parejas de distintas edades simplemente se reían de nuestra muestra pública de afecto.
Bien. Me había dejado llevar.
Grandioso.
Ahora iban a pensar que yo era una pervertida, porque definitivamente la imagen de pervertida ya la tenía: en algún momento abrí mis piernas y empujé a Adam entre ellas, lo tenía todavía agarrado de las solapas de la chaqueta y, en medio de nuestro majestuoso beso, logré desordenarle el cabello.
Sip, la gente debía verme como una pervertida.
Tratando de salvar lo poco que quedaba de mi dignidad, la aparté suavemente y recompuse mi falda y mi propio cabello (que estaba igual de despeinado que el de Santana).
—Creo que es hora de irnos —dije con voz neutra. Me coloqué bien en el asiento y esperé a que Santana se subiera frente a mí.
Finalmente se subió y la vi reacomodarse dos veces antes de poner en marcha el motor.
Iba a arrancar cuando le grité que parara.
—Se te olvidó el casco —le recordé.
—Oh, cierto —dijo con voz lejana. Se reacomodó nuevamente en el asiento y me pasó uno de los dos cascos que llevaba en la parte frontal de la motocicleta.
Me lo puse y arrancamos, no sin antes volverse a reacomodar.
¿Por qué rayos se reacomodaba tanto? Tal vez viajar conmigo era incómodo.
Le rodeé la cintura con los brazos y pegué mis muslos a su espalda… lo que no fue buena idea ya que eso provocó que nos saliéramos de la carretera.
— ¡Santana! —grité.
— ¡Es tu culpa! —me gritó de regreso.
— ¡¿Mi culpa?!
—Solo… solo nada de contacto hasta que lleguemos al departamento.
—Bien —respondí de mala gana.
Quité mis manos de su espalda y me agarré al asiento; si me caía de la motocicleta y me partía el cráneo, iba a pesar en su conciencia.
Santana manejó relativamente despacio y con cuidado; en todo el camino estuve pensando en cómo decirle que ya no quería que nos hiciéramos ese tratamiento o que “intentáramos hacer un bebé”.
La vergüenza me carcomía por dentro.
Un bebé cambiaba las vidas de las personas… yo no estaba lista para tener uno.
Finalmente llegamos a su ostentoso edificio, y estacionó la motocicleta en el sótano.
Tomamos el elevador y en menos de un minuto nos encontrábamos justo fuera de la puerta de su departamento.
Me picaban los dedos de las manos y quería reprimir la urgencia de salir corriendo como cobarde.
Una vez dentro, me senté en el mismo sofá en el que un día atrás compartíamos bromas con su sobrina y nos reíamos de las peores galletas de la fortuna.
— ¿Quieres algo de tomar? —me preguntó.
Negué con la cabeza.
Se podía sentir la tensión y la incomodidad en el aire; esperando cualquier momento para explotar.
Santana se sentó a mi lado; su brazo rosando el mío, su perfume invitándome a tener mi nariz pegada contra su piel todo el día… y fue como si la bomba estallara: ambas empezamos a besarnos con furia, como si nunca en la vida nos hubiéramos besado antes (o como si no pudiéramos pasar ni un solo segundo sin la boca de la otra); de alguna manera logré quitarle la chaqueta y lanzarla contra el suelo. Las dos terminamos recostadas sobre el sofá, y mi cabeza descansaba sobre un suave cojín mientras Santana me embriagaba con sus besos.
Ella sostuvo mi mandíbula con su mano e inclinó mi cabeza en la mejor posición para hacer nuestro beso algo más hambriento y posesivo.
Nuestras lenguas se acariciaron y sentí el peso de Santana cambiar mientras llevaba una mano por debajo de mi camiseta.
De alguna forma reaccioné y logré separarme de sus labios.
—Santana… —no sabía cómo decir esto— lo estuve pensando y… —me quedé sin habla cuando ella comenzó a levantar mi camisa a la vez que depositaba pequeños mordiscos en mi cuello.
— ¿Sí? —preguntó aun torturándome.
—Lo que dije en el estacionamiento… —sus dedos acariciaban mi vientre y lentamente comenzaron a subir—, lo del bebé…
—Ajá... —sus dientes mordisqueaban mi cuello mientras yo rogaba para que no fuera a dejar marcas.
—Yo… — ¿qué iba a decir? ¡¿Qué?! Ni siquiera podía recordarlo—, es que…
Sus dedos subieron hasta mi sujetador y me estremecí.
Su boca llegó a la mía en cuestión de momentos.
Cuando uno de sus dedos se coló entre mi sujetador y tocó la piel sensible de uno de mis senos, jadeé.
Sam siempre intentaba meter mano dentro de mi blusa pero yo no lo dejaba llegar más que a mi ombligo. Con Santana… bueno, quería romper todas las reglas con ella.
Entonces recordé la razón por la cual estábamos en su departamento: se me había zafado la cordura y le pedí que nos hiciéramos un tratamiento.
Creo que me afectó hablar con mamá y oírla mencionar tanto la palabra embarazo.
Reaccioné y abrí enormemente los ojos. Hice el intento de sentarme pero lo único que provoqué fue chocar contra la frente de Santana.
Ambas protestamos al sentir el golpe y yo llevé mi mano a mi frente y eché de nuevo mi cabeza hacia atrás, hacia el cojín.
Los dedos invasores de Santana seguían debajo de mi camiseta pero ya no jugando dentro de mi sujetador.
—Lo siento, yo… es que no creo que esté lista para embarazarme y tener un bebé —dije con el rostro en llamas. Solo quería huir y meter mi cabeza en un hoyo—. Estuve pensando con claridad y no estoy calificada para hacer esto.
Santana rió y se apartó un poco de mi cuerpo para darme espacio.
—Britt, yo tampoco estoy lista para ser madre No es el destino que Kevin venga al mundo todavía. Solo quería ver cuánto tiempo te iba a tomar para que entraras en razón; pero créeme, nena, si tú dices ahora… pues lo hacemos ahora. Si me dices nunca… entonces tendré que esperar hasta hacerte cambiar de opinión.
Me mordí el labio y sonreí aun con mis mejillas calientes en vergüenza.
—Algún día —prometí.
—Estaré esperando ansiosa —se inclinó y besó mi boca… y continuó, y continuó besándome con avidez.
Llevé mis manos a su cuello y me perdí en ese beso.
Sus dedos apretaron el hueso de mi cadera y yo suspiré en sus labios.
—Espero que tomes en cuenta todo el sacrificio que estoy haciendo por no llevarte a mi cama justo en estos momentos —susurró contra mi oído—, me siento como un mártir.
Mejillas, no se sonrojen.
—Deberían hacer una estatua en mi honor. Mujer…
Pero los besos se detuvieron cuando mi celular comenzó a timbrar desde el bolsillo de mi falda.
Santana apartó su boca de la mía y me sonrió como la viva encarnación del pecado.
—Veamos en dónde está tu celular —dijo y comenzó a dirigir sus manos por los costados de mis caderas.
Me ahogué en mi propia saliva.
Santana iba a hacer que me diera un ataque cardiaco si seguía pasando sus dedos por todo mi cuerpo.
—Bolsillo derecho —alcancé a susurrar antes de quedar muda repentinamente cuando dejó su mano en mi muslo y comenzó a acariciar de arriba abajo, de arriba abajo mi pierna.
Esto iba a acabar conmigo en cualquier momento.
Finalmente alcanzó mi celular y vio el nombre de la persona que me llamaba.
Sus dedos se cerraron sobre mi carne.
—Britt está muy ocupada en estos momentos como para atender —respondió—Habla su novia.
Se detuvo un momento para escuchar la contestación y me sonrió perversamente diciendo:
—Sí, señor. Estoy viendo a Britt justo en estos momentos, está jadeando, sudada y con los ojos para atrás… debajo de mí. ¿Algún problema con eso?
Salí de mi estupor al escucharla hablar con quien sea que me haya llamado.
— ¡Santana! —la regañé y me erguí todo lo que pude debajo de su cuerpo.
Traté agarrar mi celular pero ella lo apartó y se lo pasó a la otra mano.
—De nuevo: Brittany no puede atender ahora. Tiene las manos bien atadas en algo justo en este instante. ¿Quién iba a decir que le gustaban las esposas? Nunca se me hubiera ocurrido…
— ¡Santana, ¿quién es?! —susurré ya enojada.
Ella tapó el auricular del teléfono y me dijo:
—Es tu padre. No te preocupes, estoy manejando muy bien la situación, nena —me guiñó un ojo y continuó hablando como si nada.
— ¿Mi padre? ¡Santana dame eso! —me moví para quitarle el celular pero ella se levantó y se apartó lo más lejos posible de mi lado.
Antes de que pudiera escapar hacia la cocina, me lancé contra su espalda y me sujeté de su cuello para evitar caer.
Subí mis piernas hasta su cintura y ahí intenté de nuevo quitarle el celular.
— ¡Santana!
—Bien, parece que tengo que regresar a mi labor de complacer a una dama muy insaciable —volvió a decir.
— ¡Que me lo des ya! —grité furiosa.
—Upss… tengo que colgar. Nuestra Britt es una pequeña cosa furiosa —murmuró ella, caminando conmigo a cuestas sobre su espalda.
La golpeé en el estómago con mi pie pero lo único que provoqué fue que mi zapato cayera al suelo.
— ¡Dámelo! —volví a gritar.
Santana me movió de su espalda para dejarme en un costado, sobre su cadera, y allí, ambas comenzamos a luchar por el control del celular.
—Soy una mujer con una misión… mejor cuelgo antes de que se desespere —le pegué en el brazo y eso hizo que el celular cayera lejos, estrellándose en el suelo.
Santana y yo dejamos de luchar para observarnos la una a la otra. Entonces, repentinamente, comencé a golpearle el hombro y el pecho.
— ¡Cómo… te… atreves… a decirle eso… a mi papá…! —mis golpes parecían no surtirle efecto ya que ni siquiera lograban moverla ni un centímetro de donde estaba parada.
—Britt… escúchame.
Me removí entre sus brazos y me acerqué para morderle el cuello.
— ¡Britt! —me subió a una mesita de tocador y se quedó entre mis piernas, con su frente pegada a la mía, ambas sudorosas y respirando fuerte—Escúchame, sólo un momento.
—Después de todo lo que acabas de decirle a mi papá no dudo que cuando llegue a casa me quiera enviar a un convento y me obligue a ser monja —chillé.
Ella comenzó a reír.
— ¡No te rías! ¡¿Cómo pudiste?! —Pero incluso yo ya estaba riéndome.
—Nena, fue una broma. No era tu padre quien hablaba.
— ¿Entonces quién…?
—Fue ese jodido lame bolas de toro.
— ¿Quién?
Santana suspiró fuertemente.
—Tu ex novio. Quería recordarte que te espera en su casa a las siete porque su madre quiere verte para la cena.
—Oh.
—No entiendo por qué tienes que hacerte pasar por su novia. Es tan poco hombre que no puede conseguirse una propia.
—Oye, solo será por dos días. Su madre es una buena mujer, pero él es un asno. No lo hago por él, ya hablamos de esto —moví mis ojos hasta su clavícula y la besé allí brevemente.
No se me había pasado por alto que tenía sus manos puestas a ambos lados de mis piernas y que mi falda estaba un poco más arriba de lo normal.
—Mordiste mi cuello —no era una pregunta, era una afirmación.
Asentí con la cabeza, viendo las pequeñas marcas de mis dientes justo sobre su hombro izquierdo.
—Bien, a mí me gusta aplicar la ley de la igualdad —dijo y con eso comenzó a mordisquear mi cuello también.
Iba a protestar pero esto se sentía tan bien que simplemente eché la cabeza a un lado para que su boca abarcara más territorio.
Sentí su sonrisa ganadora por mi cuello, y su lengua la acompañó con rítmicos golpecitos.
Había notado que a Santana le gustaba mucho besar mi cuello. Sonreí pensando que tal vez en su otra vida debió ser una vampira.
Me acerqué para olfatear su camisa, respirando hondo cuando olí su deliciosa fragancia.
Estaba tan perdida en sus atenciones y en la forma en la que comenzaba a reaccionar su cuerpo que, cuando escuché unos piececitos moverse hacia nosotras, no pude reaccionar a tiempo para retirarme de ella.
— ¡Tía Santana, ¿qué le haces al cuello de Britt?! —gritó Nicole horrorizada.
Rápidamente ella se apartó de mí.
Yo todavía estaba sobre la mesa del tocador, respirando con dificultad, con mi falda levemente hacia arriba y con el cabello enredado y pegado sobre mi frente.
— ¡Santana! —llamó su abuela. Su voz parecía provenir desde la cocina—. Espero que no te importe pero te trajimos algunas cosas del supermercado. Ayer noté que no tenías nada y… oh… —se quedó paralizada al verme en mi condición actual, y al ver a Santana toda sonrosada y sudorosa.
Mi rostro estaba demasiado lejos de ser llamado rojo, esta tenía que ser la tonalidad de la vergüenza en carne viva.
Hice un esfuerzo por bajarme de la mesita, y acomodé mi falda lo mejor que pude; evitando hacer contacto visual con la abuela de Santana y con la niña.
De solo pensar en las cosas que pudieron hallarnos haciendo si hubiéramos estado en ese sofá, se me ponía más rojo el rostro.
—Pero, hola ahí jovencita —dijo la señora de cabello canoso, su sonrisa de complicidad se extendió por todo su rostro—, eh… lamento haber interrumpido… por segunda vez esta semana. Lo siento mucho.
—No, no hay problemas. Yo… yo ya me iba —dije, busqué con la vista mi celular en el suelo y lo recogí aun con la cara ardiendo.
— ¡No te vayas! —Gritó Nicole—. Yo también quiero jugar a los vampiros contigo y la tía Santana. Porque, ¿eso estaban jugando, verdad?
Mi rostro se siguió calentando cada vez más.
—No, Nikky —dijo su abuela—; ese juego sólo los adultos lo juegan.
—Aiishh… ojalá tuviera veintisiete —la niña hizo un puchero encantador y se cruzó de brazos.
— ¿Llevaste a Nicole al supermercado contigo, abuela? —preguntó Santana Su voz se estaba llenando con un borde asesino.
Rodé los ojos ante la excesiva necesidad de proteger a su sobrina.
—No, no la llevé conmigo. La recogí en casa y utilicé la llave que me diste para entrar a tu departamento. Aunque creo que la próxima vez mejor llamo primero a la puerta.
Y ahí va de nuevo mi rostro a ponerse rojo.
—Bien —contestó ella—. Voy a llevar a Britt a su casa. Quédate todo el tiempo que quieras.
—Un placer verte de nuevo, Brittany —dijo ella, acercándose para darle un beso a mi mejilla.
—Igual. Nos vemos luego Nicole —me despedí también de la niña y le sobé la cabeza.
Ella me retuvo un momento más y susurró:
— ¿Besaste a la tía Santana por treinta minutos?
—Sí —respondí en voz bajita.
— ¿Y…?
—No ocurrió nada —le aseguré.
—Oh, debe ser porque aún no tienes veintisiete.
Asentí con la cabeza, tratando de verme lo más seria posible.
—Yo creo lo mismo —susurré.
Una vez que me puse de pie (y encontré cerca de la sala el zapato que se me había caído) fui escoltada hacia la salida por Santana.
Ella agarró su chaqueta del suelo y me sonrió en complicidad al recordar la urgencia que ambas teníamos hace un momento por desaparecer nuestras ropas.
De nuevo… mi rostro cambió de tonalidades.
Me despedí de todos, incluso de Steve que estaba escondido detrás del sofá, y salimos de su apartamento en silencio.
—Será mejor que vaya directo a casa de Sam —le dije mientras caminábamos.
—De acuerdo. Dime dónde es y yo te llevo.
—Esa no me parece una buena idea. Creo que a la madre de Sam le daría un ataque si me ve bajando de una motocicleta con una tipa tatuada.
Santana enganchó mi mano con la suya y caminamos hacia el elevador con nuestros dedos entrelazados.
—Mientras use ropa nadie sabrá que soy una chica tatuada, a menos que quieras que me quite la camisa para que ella vea el espectáculo completo.
—No seas tonta mejor tomo un taxi hasta allá.
—No, nena. No discutas conmigo. Yo te llevo y me quedo contigo durante la cena.
Me detuve en seco—Santana… no vas a ir a la cena en casa de Sam.
Ella no me miró a la cara cuando dijo:
—Por supuesto que iré quién sabe lo que ese lame ubres de vacas haría si no estoy allí para ponerlo en orden.
—No te va a dejar quedarte… ¿qué le voy a decir a su madre cuando me vea aparecer contigo?
Se encogió de hombros.
—Dile que…
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
holap dan,.....
amo a san!! definitivamente kevin quiere llegar rápido jajjajaja
si la teoría de nikky fuera verdad britt ya tiene el kinder completo jajajaja
a ver como va la cena con la filia del lame vacas!!! me encanto la broma de san jajaja
nos vemos!!!
amo a san!! definitivamente kevin quiere llegar rápido jajjajaja
si la teoría de nikky fuera verdad britt ya tiene el kinder completo jajajaja
a ver como va la cena con la filia del lame vacas!!! me encanto la broma de san jajaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
"Dile que..." QUÉ? D:
jaja antes de comenzar a leer me dije uy, capítulo largo... *-*
pero conforme lo hacía se me hizo corto jaja quiero maratón, he dicho! :( Asdfghjkl
otro magnífico capítulo, mi Dani :D
Besote!
jaja antes de comenzar a leer me dije uy, capítulo largo... *-*
pero conforme lo hacía se me hizo corto jaja quiero maratón, he dicho! :( Asdfghjkl
otro magnífico capítulo, mi Dani :D
Besote!
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
Jajajajajaja Nicole tan inocente awww ame el capitulo!
lauravm98******* - Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
que le diga que Caray!! Actualiza pronto saludines
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
mmmmmmm que le ira a decir?? Muy interesante esa cena con San y Sam en la misma mesa!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: Prohibido Enamorarse de Santana López #2 ( Capítulo 16,17 28/5/15 )
queremos capituloo y maraton maraton maraton
marcy3395***** - Mensajes : 255
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