[Resuelto]Fic Brittana: Con otros ojos - Ultimos capítulos

Blaine y Kurt formaban equipo con July y Artie. Ellos se encargaban del congreso. En cuanto llegaron, todos reconocieron a la pareja. Pronto se vieron rodeados de gente dándoles apoyo por la muerte de Santana. En ese lugar no hicieron falta palabras, en cuanto Klaine alcanzaron las escaleras, comenzaron los empujones y las prisas de todos por entrar. Eso no era bueno, pero la multitud no lo sabía. Iban a repartir armas a algunos manifestantes, además de a la pareja, pero fueron arrastrados al interior sin nada con lo que luchar. Además, se vieron separados y lejos del otro antes de que se dieran cuenta.

El menor de los Lopez buscaba aterrorizado a su chico mientras se veía empujado hacia la sala semicircular donde se “votaban” las leyes. Comenzaron a escuchar disparos que indicaban que los guardias defenderían a las personas que allí se encontraban. De pronto, unos brazos lo atraparon y lo arrastraron por un pasillo. No podía soltarse, lo sujetaban con mucha fuerza. El hombre era muy alto y corpulento. Antes de que se diera cuenta de lo que sucedía, se vio sentado en la silla que ocupa el presidente del congreso y le estaban sacando fotos mientra varios aliados se atrincheraban allí. Era un gesto simbólico pero que representaba el cambio mejor que nada. Si pudieran hacer lo mismo en los otros edificios... Sería perfecto ver a Elliot Lopez en la mesa presidencial, a Brittany Pierce en el lugar del vicepresidente y a Rachel Berry ocupando el ministerio de justicia, los pilares que debían liderar el cambio. Ese era el plan de Artie y parecía que una parte se cumplía, sólo faltaba saber si se conseguirían las demás.

***

Mientras el moreno estaba seguro en el interior del parlamento, Kurt intentaba encontrarlo por los diversos pasillos que había en el lugar. Muchas personas corrían a su alrededor, intentando ocupar salones y buscando a todos los parlamentarios. Sintió como alguien lo agarraba y gritó con todas sus fuerzas, pero nadie parecía darse cuenta. Había mucho ruido a su alrededor. El hombre le tapó la boca y lo sacó del edificio con dificultad debido a los movimientos desesperados que hacía el Blue.
– No te muevas. – El desconocido le pidió sin soltarlo.
Él obedeció, tenía mucho miedo. Pensó que tal vez ese día era el de su final, pensó que tal vez se reuniría pronto con Santana. No le dolía por él, al final sabía a lo que se arriesgaba. Le afectaba el daño que podrían sufrir las personas a las que amaba. Sus padres, Blaine, Elliot, Brittany... No le gustaría que sufrieran pero la alternativa era que ellos también murieran. Lágrimas silenciosas cayeron por sus mejillas mientras lo metían en el maletero de un coche.
– ¡Alto! Se lleva a Kurt... ¡Detenerlo! – Gritó Artie desesperado desde su posición frente a la entrada del edificio.
Varios guardias se acercaron pero el vehículo arrancó y atropelló a varias personas en su huida. Abrams tiró varios papeles que tenía en la mano. Ya había perdido a Santana y no podía pensar en perder a nadie más... Pero tenía algo más importante en mente. Debía ocultárselo a Blaine. Temía su reacción, creía que abandonaría la causa. No podía “quitarle” a su hermano y a su novio y pretender que siguiera a su lado. Ordenó a sus hombres que lo sacaran del edificio, las fotos estaban hechas. Además pidió que fueran a buscar a Marley, le parecía la persona adecuada para “sustituir” temporalmente al moreno.

***

En el edificio en el que residía el vicepresidente, Brittany, Quinn y Puck avanzaban poco a poco por los pasillos. Sin embargo, se encontraron atrapados pronto. Tenían guardias detrás y delante de ellos, se dieron cuenta de que no tenían salida y que sólo les quedaba dejar las armas y esperar a que no les hicieran daño. Lo primero que hicieron los soldados fue matar al Browns. La ojiazul instintivamente sujetó la pulsera que un mes antes le regalara su novia. Las dos rubias fueron dirigidas al final del pasillo y allí las separaron. A la Green la llevaron hacia una sala e intentaron sacarle información sobre las ayudas que había recibido para localizar a niños que habían sido apartados de su familia. Apenas obtuvieron datos porque la joven era fiel a sus amigos y no pensaba delatarlos. Eso le costó un disparo en el pecho y que la dejaran tirada en el suelo desangrándose mientras los hombres salían de allí.

Por su parte, Brittany estaba tranquila, no le importaba morir. Eso sólo podía significar que, si existía vida tras la muerte, se reuniría con su amor. En esos momentos no hacía otra cosa que repetirse a sí misma que cualquier sufrimiento que viniera merecería la pena porque volvería a ver a Santana. No confesaría, no delataría a nadie. La joven fue llevada hasta el despacho del vicepresidente.
– Hola Pierce. – Saludó un hombre gordo y calvo que estaba sentado en una silla giratoria frente al escritorio. La Blue no dijo nada, y sujetó su muñeca. Ese fue el momento en el que se sintió sola y desesperada. La pulsera no estaba. Lopez no estaba ahí con ella... Al menos lo sentía así. Las lágrimas corrían por sus mejillas pero intentó sacar fuerza para lo que le quedaba por delante.

***

En un lugar lejano, Kurt bajaba del coche y era dirigido a un sótano oscuro. Apenas había luz y había mucho desorden a su alrededor. Llegaron a una pared y el hombre la golpeó. Poco después la puerta se abrió.
– Jesse, he encontrado a Kurt. Es al único que he podido traer. – Dijo el hombre.
– Está bien, yo me encargo. Vuelve a la batalla. – El rubio ordenó. – Sígueme.
El castaño estaba asustado pero siguió al Blue. Llegaron a una sala y el joven se quedó sin habla. Nada lo podría haber preparado para lo que vio allí.

***

Uno de los hombres de La Revolución del Árbol informó a Artie de todos los acontecimientos sucedidos en todos los puntos del conflicto. Demasiados muertos, demasiados heridos, demasiados problemas. Blaine se acercó a él y se dio cuenta de que algo no iba bien.
– ¿Qué pasa? – Quiso saber el Brown.
– Estamos haciendo un recuento de las primeras bajas dentro de los miembros de la organización. – Informó el castaño.
– ¿Alguno por el que me tenga que preocupar? – Quiso saber el menor.
– No sé si haría antes diciéndote los vivos o los muertos.

Kurt estaba asustada pero siguió a Jesse. Llegaron a una sala y el joven se quedó sin habla. Nada lo podría haber preparado para lo que vio allí.
– ¿Santana? – Susurró el joven. La morena levantó la mirada.
– ¡Kurt! – La chica se levantó mientras él fue corriendo hacia ella. Cuando se abrazaron, los dos cayeron sobre la cama en la que estaba sentada la latina. La adolescente emitió un grito de dolor al notar el golpe en su espalda, a pesar de que caían en un sitio blando. El castaño se apartó asustado.
– ¿Estás bien? – Preguntó St James mientras se acercaba con varias botellas y gasas. La chica asintió aun con una expresión de dolor. El rubio ignoró el gesto y levantó la camiseta de Lopez, permitiendo al Blue ver las marcas que tenía su amiga. Todo el pecho, vientre y espalda estaba en un tono diferente al de su piel. Si no tenía uno más rosado por una herida, estaba morado, azul o amarillo por los golpes. El joven palideció, imaginándose todo lo que la hermana de su novio había tenido que sufrir. Jesse comenzó a limpiar todo para evitar que se infectara.
– ¿Podría alguno explicarme qué ha pasado? – Pidió Rose.
– Yo formo parte de una organización que se formó cuando Artie no quiso aceptar que entráramos a La Revolución del Árbol. Hace dos años fui a La Fábrica y me fijé en ella. No me podía creer que alguien tan joven trabajara en algo tan peligroso. Cuando la vi con las lentillas haciéndose pasar por una Blue, la reconocí de inmediato. Me interesaba ayudarla, quiero que las cosas cambien y colaborar con Santana era mi manera de hacerlo. Hace un mes alguien la descubrió y la detuvimos y la encerramos aquí. Cuando ya se hizo oficial que era una Brown y empezaron a torturarla, cogimos a nuestra presa y la llevamos allí. En el momento que se descuidaron, hicimos el cambio y sacamos a Santana. – Informó el rubio.
– ¿Por qué nos lo ocultasteis? – Quiso saber Hummel.
– Intentamos localizaros pero estabais desaparecidos.

Kurt se abrazó a la morena, se imaginó la felicidad de todos cuando se enteraran de la noticia. Era algo que todos celebrarían si conseguían sobrevivir.
– Tengo que volver al congreso. Tengo que ayudar a los demás a ganar la guerra. – Dijo el ojiazul.
– Ahora que sabéis en qué bando estoy, supongo que yo también puedo ir. – Añadió el otro Blue.
– ¿Qué guerra? ¿De qué habláis? – Quiso saber la latina.
– Se ha levantado la revolución. Tú te quedas aquí a descansar. Cuando todo acabe, alguien vendrá a buscarte. – Dijo autoritario St James.
– ¡No! Algo me dice que si Kurt quiere volver es porque Blaine está ahí. Supongo que habrá más gente allí pero con que esté él es suficiente motivo para que yo también esté. – Aseguró la Brown.
– Están todos menos tu madre que se quedó cuidando a Maria junto a Carole. Nos cuidaremos los unos a los otros. Tú quédate aquí. – Comentó el castaño dulcemente.
– No voy a esperar aquí mientras todos estáis en peligro. – Agregó Lopez.

***

Los tres llegaron al congreso y Artie los vio acercándose a donde él y Blaine estaban estableciendo un plan para asegurar el congreso.
– No puede ser. – Dijo el Blue con la voz entrecortada y emoción en los ojos. No podía negar que se había encariñado con Santana y verla viva era toda una alegría. Al darse cuenta de la reacción de Abrams, el moreno se volvió y su vista se dirigió a su novio de manera que ni siquiera se dio cuenta de que iba acompañado. Corrió hacia él con lágrimas en los ojos.

El abrazo de la pareja fue intenso, el más bajo pensaba que lo había perdido y poder tenerlo otra vez entre sus brazos era algo mágico. Hummel se alivió al verlo vivo y junto a él. Jesse y la latina se quedaron observando la escena con una sonrisa. Cuando se separaron, Kurt se hizo a un lado para que el menor viera a los dos acompañantes del joven. El Brown no podía creer lo que veía, su hermana estaba frente a él con los brazos abiertos esperando un abrazo. No tardó en dárselo, dejándose consolar por la mayor, como lo había hecho de pequeño. Nunca pensó que podría volver a verla y tenerla junto a él era algo más que un sueño.

***

Después de todos los abrazos y aclaraciones, Artie se reunió con los cuatro para hablar de como estaba la situación. El jefe de La Revolución del Árbol miraba a la mayor de los Lopez con miedo, pero aun así, decidió hablar.
– Hemos perdido el contacto con el ministerio, no sabemos nada de Tina, Marley, el señor Rose y Rachel. Estoy intentando localizar a mis agentes pero no hay manera de saber cómo están las cosas. En el palacio presidencial están todos muertos, allí había destinado a Finn, Elliot, Jake y Kitty. – El ojiazul hizo una pausa para secarse una lágrima. – Por último está la residencia del vicepresidente. Allí tenía dos grupos, uno era el de Sam, Mercedes y Harmony, que están todos bien y a salvo fuera. Ha sido evacuado el edificio por los guardaespaldas del vicepresidente. Sabemos que los del otro grupo están muertos o como prisioneros suyos. Eran Puck, Quinn y Brittany.
Santana sintió como si le faltara el aire. Su hermano y Jesse la sujetaron para que no cayera. Estaba débil por sus heridas y la noticia no le había sentado bien. Su novia, sus hermanos, sus amigos... Necesitaba hacer algo. Estaba claro que no podía hacer nada por muchos de ellos pero...
– Iré a buscar a Brittany. Encargaros de localizar a Rach y avisarme en cuanto sepáis algo.
– Voy contigo, no puedes ir sola. – St James se acercó a ella.
– Yo también. – Se ofreció Hummel.
– Kurt, no. Voy yo. – Dijo el menor de los Lopez.
– Blaine, tú localiza a Rachel. Yo cuido de Santana... ¿Confías en mí?
La pareja se despidió con un beso y los dos Blues acompañaron al ojimiel a uno de los coches que los llevaría al lugar donde Brittany estaba... Viva o muerta...

Santana hacía su mayor esfuerzo en contener las lágrimas, aunque era casi imposible. Estaba sentada en una sala esperando noticias. Cuando habían llegado al congreso Artie había mandado a sus hombres a buscar a Quinn y en esos momentos los médicos atendían a los tres heridos. No estaban en un hospital y las condiciones distaban mucho de ser favorables. Blaine y Kurt no se separaban de ella, sabían que necesitaba su apoyo y ellos no se iban a rendir. Llevaban horas allí, esperando sin poder hacer nada. Sin embargo, Abrams se quedó a distancia de ellos y cuando el menor de los Lopez lo miró, le hizo un gesto para que se acercara a él. El Blue se quedó mirando como su novio hablaba con el líder de La Revolución del Árbol mientras abrazaba a su amiga. Al ver la cara del moreno, apretó con más fuerza a la chica, de manera instintiva. Había malas noticias.
– Santana. – El menor se agachó frente a su hermana y puso sus manos en las piernas de la mayor. – Tenemos noticias de todos... Supongo que querrás que empiece por Brittany. – La latina asintió. – Se va a salvar, pero va a tener secuelas.
– ¿Qué secuelas? – Quiso saber ella.
– La bala afectó a la columna vertebral, no va a volver a andar. – Informó Artie.
– Pero... ¿Está bien? – Insistió la Brown.
– Por lo demás está bien, de momento sedada para evitar dolor. – El Blue aclaró, provocando un suspiro de alivio en la mayor de los Lopez.
– ¿Y los demás? – Preguntó Kurt.
– Jesse está ya descansando, no tenía nada grave. Quinn... – Blaine soltó el aire que tenía en sus pulmones, llegaba un momento difícil. – No han podido hacer nada por ayudarla.
Santana se puso a llorar mientras recibía el cariño de su hermano y amigos. Podía hacer frente a que su novia estuviera herida y no volviera a andar porque seguiría siendo ella misma y su amor por ella no cambiaría. Pero la muerte de alguien a quien quiso tanto, le afectaba.
– Es mi culpa. Si la hubiéramos sacado de allí antes... – Protestó la latina.
– No tiene nada que ver. Si lo hubieseis intentado sacar habríais fracasado y ahora tendríamos que lamentar cinco muertes en vez de una. Además, el problema no ha sido el tiempo que hemos tardado en atenderla. Tenía daños que no se podían curar. Aunque la hubiésemos atendido nada más resultar herida, no habríamos podido salvarla. – Artie informó, en un intento de consolarlo.

***

Artie se había propuesto reunir a todos los supervivientes en la plaza. Con el congreso, el ministerio de justicia y la casa del vicepresidente en sus manos, sólo faltaba el palacio presidencial. Para ello, sus hombres de confianza acompañarían a los Lopez para conquistar el lugar que le correspondía a la mayor. Después, Santana ocuparía el cargo de presidenta y viviría en el palacio, donde todo se habilitaría para la nueva vida de Brittany.

Cuando llegaron los destinados al ministerio, Rachel salió corriendo del coche para buscar a sus hermanos y a Finn. Sin embargo, lo que vio la dejó sin habla. Santana estaba viva, esperándola con los brazos abiertos y con cara de tristeza y cansancio. Se abrazó a ella todo lo fuerte que pudo, no quería que la separasen de ella nunca más. Después se abrazó a Blaine.
– ¿Dónde están los demás? – Preguntó la joven.
– Hola chicos. Busco a Finn, Elliot y Brittany... ¿Sabéis algo? – Preguntó Marley acercándose a ellos, hasta que se dio cuenta de la presencia de Santana y la abrazó. La latina suspiró agarrando a sus hermanos, uno en cada brazo.
– Brittany está herido pero se recuperará. Elliot y Finn... – Miró a Rachel y la apretó fuerte contra su pecho. – Ellos no han... No han sobrevivido.
El llanto de la menor fue desgarrador mientras se abrazaba a los dos Brown. Rose se abrazó a Kurt, eran sus hermanos. Todos formaron un grupo para abrazarse y consolarse. Las lágrimas caían por las mejillas de todos, pero sobre todo, tenían ganas de luchar, de conseguir que esas muertes no fueran en vano. Querían que la historia recordara a sus amigos como héroes, no como villanos y eso sólo se conseguía si vencían.

***

Por su parte, Sam y July se reencontraban después de no saber nada el uno del otro. Su abrazo fue intenso, con mucho amor y pasión.
– ¿Estás bien, no estás herido? – La joven tocaba la cara y el cuerpo de su novio como si quisiera comprobar que todo estaba intacto.
– Estoy bien... ¿Tú? – Preguntó él acariciándola.
– Ahora bien. Te amo.
– Yo también te amo.
Se besaron con pasión. Estaban juntos y era todo lo que podían pedir. Pero aun les quedaba algo por hacer. Debían localizar a Kitty y Quinn...

***

Los dos Greens se acercaron al grupo de amigos que lloraba en silencio por los que ya no estaban con ellos. Creían que ellos podían saber algo de sus amigos. Al llegar allí, se acercaron a Santana. Tal vez era ella quien mejor supiera las cosas porque, a pesar de todo, sabían que había querido mucho a Quinn. Como era de esperar, la noticia de que sus dos amigas habían muerto les llenó de dolor.

Artie se acercó a ellos, tenía que hablar con la mayor de los Lopez, era el momento de terminar con lo que habían empezado.
– Santana, creo que será mejor que te despidas de ellos y me acompañes al palacio. Mis hombres, tú y yo vamos a derrotar al presidente y vas a ocupar su lugar para cambiar unas leyes para poder instaurar una democracia. – Dijo el Blue.
– De eso nada, yo voy con mi hermana. – Blaine comentó.
– No creo que sea buena idea... – Abrams comenzó a decir, pero fue interrumpido por Kurt.
– Hemos luchado y hemos perdido a personas que queremos. No nos pidas que nos quedemos aquí mientras el nexo que todos nosotros tenemos en común se juega la vida otra vez por nosotros. La última vez casi muere y no lo vamos a permitir.
Todos se sorprendieron ante las palabras del joven, ese día había demostrado mucha fuerza, entereza y valor. Cualidades que todos tenían para enfrentar lo que quedaba. De ellos dependía el éxito o fracaso de la Revolución. Ellos eran los encargados de dar la libertad a su país y de encontrar la manera de que las generaciones futuras recordasen ese día y a las personas que murieron, porque son los vencedores los que escriben la historia.

Santana llegaba al palacio presidencial acompañado de sus hermanos, Kurt, Artie, Tina, Harmony, July, Marley y su padre, Sam, y Mercedes. Con ellos también iban muchos soldados de la revolución.
– Antes de entrar, la prioridad es mantener a Santana con vida. Ella es la clave para el cambio. Tiene que tomar posesión del cargo inmediatamente, en cuanto matemos al presidente. Después cambiar las leyes represoras contra Greens y Browns y luego convocar elecciones. ¿Todos sabéis lo qué tenéis que hacer? – Comentó Abrams y todos asintieron.

Comenzaron su camino por los diferentes pasillos que extrañamente estaban desiertos. Eso no era algo que le gustase a la mayor de los Lopez. No podía ser tan fácil. Instintivamente rodeó a Rachel con su brazo.
– Santana, ¿Qué haces? – Preguntó la joven.
– Algo no va bien. Esto es raro. – Dijo la mayor.
– Lo sé, no hay nadie... Pero eso no justifica que te saltes las órdenes de Artie, a la que hay que proteger es a ti. – Informó ella tranquilamente.
– No permitiré que Maria se quede sin madre. – Comentó la morena.
– Blaine o tú podréis cuidarla... O Marley... Sois sus tíos y la amaréis mucho, lo sé... – Ella aclaró.
– Prefiero que la cuides tú. – La mayor zanjó la discusión.

Los temores de la morena se vieron confirmados cuando varios guardias les bloquearon el camino, sin posibilidad de escapatoria. Los disparos comenzaron a sonar, varios hombres cayeron al suelo en ambos bandos hasta que los atrapados encontraron una escapatoria. Corrieron hacia un salón y bloquearon la puerta. Santana hizo recuento de los que estaban ahí.
– Harmony y Marley... Hay que salir a ayudarlas. – Dijo la morena mientras se dirigía hacia la puerta. Blaine y Sam la sujetaron para impedírselo.
– No se vuelve hacia atrás por nadie. Y mucho menos tú. – Artie aclaró.
– ¡Van a morir! – Gritó mientras intentaba soltarse.
– Todos sabíamos a lo que nos arriesgábamos. Esto es una guerra, habrá bajas. Estamos locos si pensamos que ellos son los últimos muertos. – Abrams concluyó.
– Santana, sé que has perdido a todos tus amigos, pero debes ser fuerte por los que quedan. – Tina se acercó a ella y le acarició la cara. – Debes luchar para volver con Brittany.
La latina asintió y Artie abrió una puerta escondida en una de las paredes.
– Todos los palacios tienen entradas y salidas secretas. ¿Pensabais que veníamos aquí sin que yo me hubiera estudiado el lugar?

Mientras todos los guardias pensaban que estaban atrapados en esa sala, los miembros de La Revolución del Árbol llegaban a otra del segundo piso. Tenían el camino despejado porque nadie esperaba que hubieran llegado hasta allí. Caminaron sin hacer ruido, buscando el lugar donde estaba el presidente. Habían recorrido la mitad de la planta cuando los descubrieron. Su única escapatoria era acceder a la tercera planta por unas escaleras. Blaine y Sam se acercaron a Artie dispuestos a cargarlo.
– ¡No! Dejadme aquí, yo os retrasaría. Sabéis el plan, llevarlo a cabo... Toma, dáselo a Santana. – El Blue les ordenó y le dio un sobre al moreno, el ojimiel le dedicó una mirada compasiva. No eran íntimos amigos pero le había cogido cariño. El Green empujó al más bajo para que corriera a ponerse a salvo.

Despistaron a los guardias gracias a que los soldados de la revolución se quedaron a luchar para que Santana y sus amigos escaparan. Eso significaba que ya nadie más los protegía. La próxima vez alguien querido por ellos moriría. Por eso debían evitar ser descubiertos.

Con la esperanza de encontrar un mapa del lugar o unas indicaciones de Abrams, Blaine le entregó el sobre a la mayor de los Lopez que lo abrió. En él había una única frase escrita.

“El violador de Rachel es el presidente St James”

El Brown tuvo que leer varias veces la frase para entenderla. Le dio la nota a su hermano antes de comenzar a correr, varios lo siguieron mientras otros esperaron a ver la reacción del menor. En cuanto leyó lo que había escrito salió corriendo para seguir a su hermana. La furia crecía en los dos Lopez y ya sólo había una salida. Una muerte lenta y dolorosa para el presidente.

Llegaron a una zona donde había muchos guardias protegiendo un pasillo. Allí debía estar el presidente.
– Tenemos que separarnos en grupos. Unos distraerán a los guardias y otros entrarán. – Propuso el doctor Rose.
– ¡No! Eso sería una condena para los que sean el señuelo. – Dijo Santana.
Tina, July y Sam acompañaron al mayor para ser la distracción de los guardias, ignorando por completo lo dicho por la Brown. La familia Lopez, junto a Mercedes y Kurt se adentraron en el despacho. Los dos guardias que había dentro fueron abatidos fácilmente porque no se esperaban la intromisión. En la sala sólo quedaba el presidente. Evans entraró, había conseguido deshacerse de los guardias que lo perseguían. Sabían que los otros tres habían muerto y tenían que estar atentos por si algún policía superviviente se acercaba allí.
– ¿Vais a matarme? – Preguntó St James.
– Sí. – Respondió Santana.
– Que sea rápido. – Pidió el mayor.
– No, tu hiciste daño a mi hermana y yo te lo haré a ti. – Susurró la morena.
Sam entendió lo que pasaba y disparó al hombre.
– Sé que querías vengarte, pero es importante que no te manches las manos en exceso. Tienes que ser el futuro presidente y si torturas a alguien jamás podrás serlo. Una cosa es luchar por la libertad y otra cosa es por una venganza. Sé merece todo lo que querías hacerle, pero no merece la pena que arruines tu futuro por él. – El Green informó.

Todos los acontecimientos posteriores transcurrieron de forma muy rápida. Antes de que fueran conscientes de nada, ya estaban reunidos preparando las nuevas leyes que darían la libertad y la igualdad a todos los habitantes. Pero todo eso sin Santana. La joven decidió hacer una visita antes. Necesitaba ver a su amor. Todo lo demás vendría después, pero no había nada que desease más en ese momento que un abrazo de Brittany. Sólo sus reconfortantes brazos podrían aliviar su dolor.

Lo peor ya había pasado, aunque aun quedaba mucho por hacer. Sus nuevas vidas serían muy diferentes y tendrían que acostumbrarse a ellas. Pero era claro que todo sería para mejor... Al menos, para la mayoría.

Santana se despertó gritando, empapada en sudor, como todas las noches desde hacía seis meses. Brittany estaba a su lado y se acomodó para poder abrazarla con fuerza.

– Tranquila amor, ya pasó. – La rubia dejaba besos en el pelo de su novia.

La latina había estado reviviendo una y otra vez los peores momentos del día de la batalla. Eso, junto a todas las obligaciones como líder del cambio habían afectado a su vida. Las ojeras eran visibles y lo único que le reconfortaba era estar junto a su pareja. La morena recurría a ella cada vez que se sentía agobiada o triste, porque siempre fue ella su apoyo y su consejera.

Por su parte, la ojiazul se aferraba a su pareja. Sabía que tenía mucha presión y que había pasado por momentos malos. Pierce había estado muy deprimida por las secuelas sufridas por la bala, pero Lopez estuvo tan pendiente de ella y le demostró tanto amor que no pudo dejarse vencer. No pudo hacer otra cosa que mirar al futuro y esforzarse por llevar una vida lo más normal posible. No podía negar que la joven que estaba entre sus brazos había sido fundamental en su recuperación y en la aceptación de su nueva situación.

Cuando Santana se tranquilizó, Brittany miró su reloj. Eran las siete de la mañana, aun era pronto para levantarse y tampoco podrían volver a dormir. Levantó el rostro de la moreno y juntó sus labios con los de la latina en un beso dulce que pronto se tornó pasional. No tardaron mucho en dejarse llevar por la lujuria y el amor. A pesar de todo lo ocurrido, la rubia era capaz de sentir placer y eso era algo que hizo feliz a Lopez. No tanto por ser capaz de intimar y tener sexo con Pierce, era más por saberse capaz de seguir dándole placer a la chica que la había enamorado.

Ambas se bañaron juntas y se prepararon para un día difícil. Por primera vez en décadas, se votaba en unas elecciones democráticas en las que tanto Blues, Green como Browns podían votar y que la importancia de sus votos fuera la misma. Les apenaba que muchos de ellos no lo fueran a ver, pero Puck, Jake, Quinn, Finn, Elliot, Kitty, Harmony, Marley, Tina, July y el señor Rose estarían orgullosos de todo lo que habían conseguido.

Blaine y Kurt se juntaron con ellos en la sala principal del palacio presidencial. Toda la familia Lopez vivía allí y, salvo que, contra todos los pronósticos, no fuera elegida presidente, seguirían así por mucho tiempo. Rachel bajó con Maria, que ya tenía 7 meses y que sentía pasión por su tía Santana.

Jesse llegó para acompañar a la familia a votar. Su relación con todos había mejorado, sobre todo con la menor. Los dos se habían acercado mucho y, aunque la chica no olvidaba a Finn, parecía que volvía a sonreír.

Una vez se encontraron en el colegio electoral, los reporteros tomaron fotos de toda la familia. Brittany acariciaba la mano de su novia para intentar tranquilizarla. Los nervios estaban presentes en todos.

Sam y Mercedes se unieron a ellos. A pesar de que el rubio extrañaba mucho a July, había comenzado una relación con la Brown. Pero algo que había cambiado mucho era la relación del ojiverde con Blaine. Ya no eran simples conocidos que apenas habían pasado tiempo juntos. En ese momento, eran íntimos amigos. St James, Evans y los hermanos Lopez estaban muy unidos y los cuatro eran el pilar del gobierno del cambio.

El día de votaciones fue pacífico y tranquilo en todo el país, reflejando las ganas de cambio que tenían todos. Sin embargo, Santana estaba de los nervios. Su futuro y el de las personas que amaba estaba en juego. ¿Qué sería de ellos si no ganaba? Artie ya no estaba y no confiaba en que su futuro estuviera protegido, por mucho que todos le aseguraran lo contrario. Si fuera ella sola, no le importaría. Podría trabajar, podría esforzarse... Pero Rachel debía encargarse de su hija y Brittany todavía no podía hacer mucho porque no se había acostumbrado del todo a su nueva situación.

Blaine llegó con Kurt, ambos sonrientes y el Brown abrazó a su hermana.

– Hemos ganado. ¡Lo conseguimos! – El menor levantó a la nuevo presidenta.

En cuanto se libró del abrazo del menor, se sentó sobre las piernas de Brittany y la besó. Se abrazaron y besaron intensamente, felices y con lágrimas en los ojos. Habían luchado tanto por eso, que al haberlo conseguido se sentían aliviadas.

Las cosas no habían hecho más que empezar, Santana tendría que luchar por su futuro, el de su familia y el de su país, pero no lo haría sola. A su lado estaban sus hermanos, más unidos que nunca. Blaine sería su mano derecha durante su gobierno y Rachel se ocuparía de su bebé hasta que pudiera tomar posesión de su cargo como ministra de la igualdad, encargada de que no se volvieran a repetir situaciones propias de la falta de libertad de la etapa anterior. Brittany estaría con ella y la apoyaría, siendo su remanso de paz y tranquilidad, la mejor medicina anti estrés. Jesse y Sam estuvieron con Lopez en el gobierno, haciendo que fuera más fuerte, ya que tenía representaciones de todas las antiguas clases sociales.

Pero una cosa estaba clara, el futuro sería mejor de lo que ninguno de ellos había soñado... Porque eran libres e iguales...