[Resuelto]Fic Brittana: Con otros ojos - Ultimos capítulos

Los hermanos Rose habían ido a las oficinas acompañados por sus dos mejores amigos. Les habían citado por algo importante. Sabían que los resultados de las pruebas de ADN habían llegado y esperaban buenos resultados.
– Tengo buenas y malas noticias. ¿Con cuáles queréis que empiece? – Preguntó Quinn.
– Las malas. – Pidió Elliot.
– Ninguna de las seis familias candidatas es la tuya... – Señaló al mayor. – Sin embargo, sí hemos encontrado la familia de Marley. – Le dedicó una sonrisa a la menor que ella le devolvió. – ¿Queréis ir a visitarlos ahora?
Todos asintieron y salieron de las oficinas. Se subieron a un coche para dirigirse a la zona de la ciudad habitada por los Brown. Fabray aprovechó el viaje para darles un reporte completo de la familia.
– Marley, tu madre se llama Carole Hudson. Tu padre falleció en la guerra, era militar de bajo rango, algo evidente ya que era Brown. Tú todavía no habías nacido. En el momento que te separaron de ella, vino a nosotros porque quería encontrarte. Tienes un hermano mayor, llamado Finn. Trabaja en La Fábrica.
– ¿Qué? Tenemos que hacer algo, no puede ser que mi hermano trabaje en la empresa más peligrosa de todo Lima.
Eso era cierto, La Fábrica era el centro donde todas las armas, explosivos y bombas químicas se construían. En esos momentos, en los que estaban en guerra con un país cercano, el lugar era peligroso, ya que cualquier ataque enemigo tenía como objetivo dicho lugar. A eso se le añadía el peligro de trabajar con explosivos y productos químicos, que hacían que hubiera accidentes mortales con frecuencia. Por eso allí sólo trabajaban Browns, porque sus vidas eran menos “valiosas”.

Cuando llegaron a la casa, llamaron al timbre. El hogar de los Hudson era una pequeña casa vieja y húmeda. Era domingo, día en el que la familia descansaba, por lo que los dos se encontraban en casa. Lo que nadie esperaba era que estuvieran acompañados.
– Hola Quinn, querida... Pasa, pasad todos. – Dijo Carole amablemente.
– Familia Hudson, quiero presentaros a Marley Rose... Aunque hace años fue Marley Hudson.
La madre se quedó observando a la joven un momento y la abrazó con lágrimas en los ojos. Finn se acercó y se unió al abrazo. Los tres lloraban de felicidad. Brittany, Kurt, Elliot, Quinn, Blaine y Rachel miraban la escena sin saber que hacer. Sentían que eran unos intrusos en un momento tan íntimo. Poco después, los Hudson comenzaron a hablar con Fabray mientras el resto de Blues entretenían a los hermanos Lopez jugando a las cartas. A nadie les pasó desapercibido las miradas que Kurt y Blaine se dirigían, mientras recordaban la confesión de Hummel en el despacho de Fabray.
– ¿Qué hacen ellos aquí? – Preguntó la ojiverde cuando las cosas se calmaron un poco.
– Su padre ha hecho el turno de noche en La Fábrica y está descansando. Mandy ya sabes que descansa los martes y Santana ha ido a casa de los Abrams a ayudar con la limpieza de las chimeneas. – Informó la mujer.
– ¿En su día libre se busca otro trabajo? – Quiso saber la Green.
– Conoces a Santana, cualquier cosa con tal de conseguir dinero... A veces pienso que si pudiera hacer turnos dobles en La Fábrica los haría y luego gastaría todo el domingo haciendo trabajos para conseguir más dinero.
– No lo entiendo...
– Mira a Rach y Blaine... ¿No crees que se merecen lo mejor? Son los dos alumnos más brillantes del instituto de Lima. Todos los profesores dicen que es una pena que no puedan ir a la Universidad. Santana se esfuerza para intentar darles un futuro lejos de esta pobreza. Creo que quiere pagar la deuda que tienen contigo antes de que terminen el instituto para volver a pedirte dinero y así que puedan aspirar a algo mejor. Aunque sólo puedan pagar los cursos para enfermería o técnico. Lo que sea menos que trabajen en La Fábrica o como empleados domésticos...
– Santana también se merece lo mejor, debería pensar más en ella.
– Si Elliot estuviera aquí, compartiría responsabilidades y no les iría tan mal.
– ¿Elliot?
– Sí, Santana no es la mayor de los Lopez. Cinco minutos antes que ella nació Elliot. ¿No lo sabías?
– No, ¿Qué fue de él?
– Era un blue, por lo que fue dado en adopción.
– Espera, ¿Santana lo sabe?
– Sí, su padre quiso buscarlo, pero él y Mandy lo detuvieron. No quieren saber nada de él.
Por primera vez, Marley interrumpió la conversación de su madre y Fabray.
– No entiendo por qué lo hacen. Mira nuestro caso o el de mi hermano. Él está deseando encontrar a su madre.
La rubia miró como el mayor de los Rose jugaba con los dos Lopez... ¿Estaban pasando un rato en familia? No se iba a engañar, conocía la fecha de nacimiento del mayor porque coincidía con la de su amante. No era tan raro pensar que pudieran ser familia, ya que habían descartado las otras seis candidatas y sólo conocía un niño más nacido en esa fecha, Elliot Lopez. Mismo nombre, como ya había pasado con Marley. Demasiadas coincidencias.
– Yo en el fondo los entiendo. Pensar en todo lo que han sufrido... Yo también tuve mis momentos de flaqueza... Los dos quieren a Elliot lejos porque no tiene que sufrir por ellos cuando estará bien cuidado y será amado. – Dijo la Señora Hudson.
– No todo en la vida es el dinero. – Dijo la Green.
– Eso es lo que piensas cuando no te falta comida en el plato, no pasas frío y tienes un buen techo bajo el que cobijarte. – Dijo Finn, interviniendo al fin en la conversación.

Después de horas de conversación, llegó la hora de la comida. Todos se quedaron en la casa de los Hudson a comer, no sin antes encargarse de que un sirviente de los Rose les llevara comida. Cuando estaban a punto de sentarse, llegó Santana acompañada de los hermanos Puckerman. Ellos no llamaron a la puerta, simplemente entraron.
– Hola a todos... – Saludaron los tres.
– ¡Santana! – Gritó la castaña mientras se abraza a su hermana.
– Hola enana... ¿Qué tal lo habéis pasado con Finn? – Preguntó mientras soltaba a la chica y saludaba a Blaine.
– Chicos... ¿Os quedáis a comer? – Preguntó Carole.
– Gracias, pero será mejor que nos vayamos a casa. – Dijo la latina.
– Ni hablar... ¿Les vas a negar a tus hermanos una buena comida? – La mujer preguntó antes de contarles lo sucedido y presentarles a su hijo.

Después de la deliciosa comida, todos se dividieron en grupos para disfrutar de un rato juntos. Santana acabó con Brittany, Kurt y Quinn en una conversación sobre la prohibición de que las personas de distinta clase social se mezcle.
– A mí me parece bien. – Todos se sorprendieron ante la declaración del Brown. – ¿Qué sentido tendría que yo me casase con una Blue? No sabría como moverme en su mundo y ella no podría ser feliz en el mío.
– El amor es algo más que clases sociales. Si yo me enamorase de Blaine y él de mí... ¿No te gustaría que fuésemos felices juntos? – Preguntó Hummel.
– Primero, quita el condicional a tu frase. Estáis enamorados, hasta yo lo he notado. Segundo... ¿Podrías vivir en una casa como ésta con él y trabajarías limpiando casas o en La Fábrica? – Quiso saber la morena.
– Si es por amor, sí. – Dijo el Blue orgulloso.
– ¿Podrías decirme que hacemos tú y yo? – La ojiverde preguntó ofendida.
– No lo sé, sinceramente no lo sé. – Respondió la latina.
– ¿Qué te ha hecho la vida para que seas así? Nadie puede ser tan pesimista. – Cuestionó Pierce.
– Mejor pregunta qué no me ha hecho...

Santana entró en el despacho de Quinn, se acercó a su amante y le dio un beso en la boca. La rubia no tardó mucho en apartarse de ella.
– ¿Qué ocurre? – Preguntó Lopez.
– ¿Después de lo que has dicho esta tarde pretendes que me entregue a ti como siempre? – Dijo la ojiverde.
– Lo siento, pero entiéndeme... Si dos personas de distinta clase social se enamoran, todo es dolor. – Aclaró la morena.
– Yo te amo y sería más que feliz si se eliminaran las barreras para que personas con distinto color de ojos pueda tener una relación. Me gustaría estar contigo. Pero veo que ese sentimiento no es mutuo. – Protestó la más alta.
– Nunca dudes de mis sentimientos hacia ti. ¿Recuerdas el día de las lentillas? Yo me sentí fuera de lugar, como si no perteneciera a ese mundo. Como si fuera un bicho raro. – Comentó la latina.
– Eso es porque todos allí eran Greens. Si hubiera mezcla de clases, te habrías sentido mejor... – Dijo Fabray.
– No es solo eso. Yo tengo que trabajar doce horas diarias, seis días a la semana para conseguir dinero para que podamos comer. ¿Estarías dispuesta a ir a la Fábrica a trabajar para estar conmigo? ¿Serías capaz de relacionarte con tu familia o amigos estando con una pobre que no tiene donde caerse muerta? – La sinceridad de Santana era abrumadora.
– Por supuesto que trabajaría en donde fuera por estar contigo. Te amo y eso hace que me de igual todo mientras estés a mi lado. – Dijo Quinn.
– El problema es que a mí no me daría igual. Sería incapaz de arruinarte la vida y hacer que tengas que trabajar cuando tu vida podría ser más fácil lejos de mí. – Continuó la morena.
– ¿Me estás diciendo adiós? – La rubia comenzó a dejar caer lágrimas por sus mejillas, temía la respuesta.
– Creo que lo mejor sería que dejemos nuestra relación mientras podamos. Temo que lleguemos a un punto en el que no haya marcha atrás. Sabemos que, tarde o temprano, esto debe acabar... – La latina se unió a su amante en el llanto. Las dos juntaron sus frentes y se dedicaron a respirar el olor de la otra. Si esa era su despedida, sería hermosa y llena de sentimientos.

Las dos se besaron lentamente. Sus lenguas exploraban cada rincón de la boca de la otra. Las manos de la rubia se colaron por debajo de la falda por las rodillas negra vieja que llevaba la más baja. Ésta atrajo a su amiga más cerca de ella, juntando sus cuerpos todo lo posible. Se tumbaron en el sillón y se quitaron la ropa lentamente. Dejaban caminos de besos por el cuerpo de la otra. Cuando ya no llevaban ninguna prenda, las caricias se volvieron ansiosas. La ojiverde agarró el trasero de la morena para colocarla correctamente sobre ella. Comenzaron a acariciar sus partes íntimas suavemente. Sus respiraciones se agitaban y el sudor comenzaba a cubrir sus cuerpos. La Green atacó el cuello de la menor produciendo un gemido en su acompañante. Lopez puso su mano entre las dos y acarició ambos clítoris a la vez, moviendo un poco sus caderas para aumentar el roce de su cuerpo con sus dedos. Gritos de placer y palabras de amor inundaron la habitación. La primera en llegar al orgasmo fue la latina y poco después la otra. Descansaron un poco, antes de seguir otra vez, donde fue la más alta la que llevó la iniciativa. Besó el cuello de su amante y bajó por su pecho para jugar con sus pezones. Las dos estaban muy excitadas y deseosas de sentir a la otra. Fabray introdujo directamente tres dedos
– Te amo. – Dijo la Brown.
– Yo también te amo. – Respondió la más alta.
La ojiverde comenzó con las embestidas mientras frotaba su sexo contra la otra, buscando placentera fricción. Las dos disfrutaban de ese momento y ninguna quería ocultarlo. Gritos de placer salían de sus bocas mientras llegaban al orgasmo a la vez.

Ambas estaban abrazadas y desnudas. No querían soltarse porque sabían que eso supondría su separación definitiva.
– A pesar de todo, seguiremos siendo amigas... ¿Verdad? – Preguntó Quinn.
– Claro que sí, estaré a tu lado para lo que me necesites. – Respondió Santana.
– ¿Podrías ayudarme en un caso? – Indagó la rubia.
– Tú dirás. – Aceptó la morena. Su amante aprovechó que ignoraba su conversación con Carole para exponer su caso sin dar nombres.
– Tengo un Blue que busca a su familia. Creo haberlos encontrado, pero no quieren buscarlo. Creen que eso le llevará sufrimiento al joven, pero sé que eso le haría feliz. ¿Cómo puedo convencerlos?
– Creo que si la familia no quiere conocerlo no tienes nada que hacer...
– Ponte en la situación del Blue. Sabes que tu familia biológica fue obligada a darte en adopción. Quieres buscarlos con la esperanza de conocerlos y saber que eres querido, que no fuiste fruto de una violación o que tus padres no eran unas malas personas que se desprendieron de ti sin sufrimiento.
– ¿Y has pensado en ellos? ¿Qué cambia el que los conozca? No son su familia. En caso de que enferme, su familia legal es la que toma decisiones por su salud. Cuando se case, los Greens o Browns de su familia no podrán asistir a su boda. Los hermanos no podrán ir juntos a clase. Ni siquiera coincidirían en el comedor del colegio, el recreo o en los pasillos. A veces es mejor no saber...
– ¿Qué piensas de la reunión de esta mañana de los Hudson?
– Una ilusión... ¿Cuándo será la próxima vez que se puedan ver? Como pronto el domingo. No creo que marque la diferencia unas horas a la semana... ¿De verdad crees que Finn y Marley pueden tener la misma relación que Rachel y yo o que Noah y Jake?
– Santana... De verdad que a veces me desesperas... ¿Crees que mi trabajo es malo?
– No, sólo creo que eres demasiado buena.
– Y tú demasiado conservadora.
– No soy conservadora, simplemente soy consciente de la vida que me ha tocado vivir... El pasado no se puede cambiar...
– Pero sí el futuro.
– En eso estamos.
– ¿Qué quieres decir con eso? – La ojiverde se incorporó para mirar directamente a los ojos de Lopez. Sabía que desde hacía tiempo, varias personas estaban tratando de reclutar gente para luchar contra el gobierno por la libertad y la igualdad de todos. Lo que no sospechaba es que ella formara parte de eso.
– Nada de lo que debas preocuparte.
– ¿No estarás metida en algo ilegal?
– ¿En serio tú te preocupas por ello?
– Es mi vida, yo elegí vivirla con este riesgo...
– Yo también puedo elegir lo que arriesgo en mi vida...
– No si puedes resultar herida.
– Si tu dejas lo de los niños apartados de sus familias, yo dejo en lo que estoy metida.
– Tienes una familia a la que mantener.
– Tengo dos hermanos a los que debo darles un futuro mejor.
– Por favor...

Sin embargo, las súplicas de Quinn no tendrían efecto. Santana había decidido arriesgar su vida para darle a las personas que ama una oportunidad para vivir mejor, aunque eso suponga que ella no la pueda disfrutar. Blaine, Rachel, Quinn, sus padres... Incluso su desaparecido hermano Elliot merecían un mundo mejor...

Brittany, Elliot, Marley y Kurt estaban en su hora de descanso. Charlaban sobre temas triviales cuando Blaine se acercó a ellos.
– Hola amor. – Dijo él mientras besaba al castaño.
– ¿Qué haces aquí? Es nuestro tiempo libre, por lo que tú deberías estar en clase... – Comentó su novio al separarse del beso.
– Van a corregir el examen de física. Lo hice perfecto, sin ningún error, por lo que le pedí al profesor un rato libre y me lo concedió. Necesito hablar contigo. – Informó él.
– Tu dirás. – Los demás los dejaron solos, aunque no se alejaron mucho para asegurarse de que nadie veía a la pareja juntos.
– Parecen tan felices juntos. – Dijo Brittany al ver a la pareja.
– Ojalá puedan vivir su amor sin problemas. – Exclamó Marley.
– Eso significaría que la Revolución de Árbol acabe derrocando al gobierno... – Comentó Elliot.
– ¿No estás de acuerdo? – Interrogó su hermana.
– Claro que comparto sus ideales... La verdad es que me gustaría participar más activamente en ella... – Dijo el moreno de manera muy seria. No era la primera vez que esa idea había pasado por su cabeza. Más aun al descubrir que había sido apartado de su familia.
– Podríamos entrar... Seguro que encontramos la manera. – Propuso Pierce. Ella también tenía motivos para luchar, aunque muy diferentes a los de su amigo.
– Tú lo que quieres es que la relación entre Blues y Browns sea legal para poder conquistar a Santana Lopez y que ella no pueda poner como excusa la diferencia de clases. – Bromeó Marley.
– Puede ser... ¿Te molesta?
– Al contrario, lo único que me preocupa es que ella no parece muy dispuesta a relacionarse contigo... Además de que está enamorada de Quinn... No quiero que te dañen...
– Lo sé, pero eso no hace que cambie mis pensamientos... Es sexy y tan buena persona... Se esfuerza tanto por sus hermanos... No puedo evitar preguntarme qué no haría por su esposa y sus hijos...
– Wow. Ya está pensando en boda e hijos... Eso no me lo esperaba... – Comentó Elliot.
– ¿Pensar en una relación tiene otro fin? – Preguntó la rubia confundida.
– Sí, sexo salvaje... Vamos Brittany... No eres virgen... Sabes lo que es eso... ¿No quieres disfrutar? Puede que si es algo más superficial puedas tener a tu sexy Brown... – Dijo el mayor.
– Ya he probado las relaciones sin amor y digo que definitivamente no son lo mío... Al menos, cuando estuve con Sarah, como nos amábamos fue algo especial... Las otras veces mejor ni recordarlas... – Confesó Brittany.
– Estoy de acuerdo con ella. – Dijo Marley. – Creo que el amor es lo más importante... ¿No os gustaría estar así como ellos? – La chica apuntó a Kurt y Blaine que se estaban besando.
Nadie dijo nada, todos miraban enternecidos la escena. Estaba claro que todos querían eso... Y eso era algo que parecía que no podrían conseguir... ¿O sí?

Envidiaban a la pareja, se les veía muy felices y enamorados. ¿Por qué no podían ser igual de felices ellos? Estaban convencidos de que la pareja superaría cualquier obstáculo que les pusieran y ellos, como sus amigos, intentarían estar a su lado para apoyarlos. Sabían que necesitarían mucha ayuda, pero ellos no los dejarían solos. Ellos se encargarían de proteger lo más valioso que existía, la felicidad de su amigo Kurt.

Mientras la feliz pareja se besaba y sus amigos los observaban, algo interrumpió la escena.

Un sonido fuerte, desgarrador y lejano separó a los dos amantes y provocó que los amigos se dedicaran miradas cautas. Todos lo reconocieron enseguida y estaban atemorizados. Deseaban de todo corazón equivocarse sobre su origen...

***

En un aula, Artie estaba mirando hacia el pasillo de la zona en la que se encontraba. No había querido salir fuera durante su descanso porque tenía muchas cosas que pensar. Estaba metido en algo muy importante que requería todo su tiempo y esfuerzo... Había veces que pensaba que asistir a clase era una pérdida de tiempo para él. Su destino estaba lejos de las aulas, donde no importaba si habías aprobado o suspendido las matemáticas del último curso, donde no importaba si sabías o no quién había sido el Rey de Inglaterra durante la primera Gran Guerra. Sin embargo, la imagen de dos chicos besándose le llamó la atención. Al más alto lo conocía, iba a clase con él... Al otro lo conocía de otra cosa... Eran Kurt y Blaine, un Blue y un Brown... Algo prohibido... Sin embargo, al moreno lo que le preocupaba era que Santana Lopez, hermana mayor del moreno, le hubiera ocultado la información. Se suponía que les había dado toda la información de la que disponía y, para ser sincero, esa relación era la mejor noticia que el ojiazul podría recibir... Todo encajaba, todo empezaba a tomar forma y color... Y lo mejor es que, si jugaba bien sus cartas, nada lo detendría. Esa pareja podía ser lo que él necesitaba. Lo que comenzara todos sus planes. Un amor prohibido. Un dulce Blue inocente. Un Brown inteligente que tuvo la mala suerte de nacer con los ojos color avellana... En ese momento vio a varios jóvenes mirando hacia allí. Por un momento se preocupó, pero se dio cuenta de que eran los amigos de Hummel. Por lo tanto, la relación estaba bajo la protección de las personas cercanas a la joven. Eso era más de lo que podía pedir...

Mientras la feliz pareja se besaba, sus amigos los observaban y Artie estaba sumido en sus pensamientos, algo interrumpió la escena.

Un sonido fuerte, desgarrador y lejano separó a los dos amantes y provocó que los amigos se dedicaran miradas cautas. El joven de gafas se tensó apretando los puños en las ruedas de su silla. Todos reconocieron el ruido enseguida y estaban atemorizados. Deseaban de todo corazón equivocarse sobre su origen...

En un aula del instituto, July, Quinn, Sam y Kitty charlaban animadamente. Tenían clase de arte y les habían mandado crear una escultura de barro. Los cuatro amigos aprovechaban el ruido del lugar y que todos los demás estaban ocupados en sus proyectos y en sus conversaciones para poder hablar sin ser escuchados.
– A ver si lo he entendido. – Dijo el rubio. – Santana y tú habéis roto. Ella no quiere tener nada contigo porque es ilegal, pero está metida en algo ilegal. Por otro lado, sabes que Elliot Rose es su hermano mellizo, pero no se lo puedes decir porque ella no quiere encontrarlo, aun sabiendo que sus hermanos y su padre en el pasado quisieron buscarlo.
– Eso es. – Confirmó la rubia.
– ¿Has hablado con Artie? Tal vez él pueda darte alguna información. Si necesitas datos, si necesitas saber lo que pasa aquí, él es el indicado. – Propuso Wilde.
– No me dirá nada. Me odia. – Susurró Fabray.
– ¿Qué piensas hacer? – Preguntó el chico.
– Lo tengo claro, me voy a olvidar de Santana y voy a seguir con mi vida. Es lo que me ha pedido y es lo que voy a hacer. En cuanto a lo demás, dejaré el caso en manos del otro grupo. Cuando algo corre el riesgo de volverse personal, el protocolo exige cambiarlo de división.
– Es decir, perdemos la mitad de la cuenta Rose... No nos sobra el dinero. – Kitty comentó.
– ¿Alguna sugerencia? – Preguntó Quinn.
– Tal vez podamos hablar con los hermanos de Santana. Puede que ellos estén dispuestos a reunirse con Elliot. Se le explica la situación y que conozca a aquellos que quieran reunirse con él. Puede que poco a poco los demás accedan. No es la primera vez que una familia de Browns no quiere conocer a su familiar porque la vida los ha tratado mal... El dolor y el rencor, la ilegalidad de la situación y el hecho de que legalmente la situación no cambia hace que muchas veces las familias no estén dispuestas a encontrarse con sus seres queridos... Es nuestro trabajo ayudarlos a encontrar la respuesta correcta.

Un sonido fuerte, desgarrador y lejano interrumpió la conversación. Los cuatro se miraron aterrados. Sabían de dónde provenía ese sonido y lo que significaba.

***

En otra aula del instituto, Rachel, Mercedes y Tina atendían una aburrida clase de historia. Mientras la profesora estaba escribiendo en la pizarra lo que debían copiar, ellas se distraían dibujando en sus cuadernos o pensando en sus problemas. Todo transcurría con normalidad hasta que...

Un sonido fuerte, desgarrador y lejano interrumpió la clase. Las tres chicas se miraron asustadas. Sabían lo que significaba ese sonido. El miedo recorrió sus cuerpos, temían lo que pasaría a continuación...

***

En la fábrica, los hermanos Puckerman, Harmony, Santana y Finn trabajaban sin descanso en una parte del almacén. Era una zona peligrosa debido a la cantidad de productos químicos altamente inflamables que estaban allí.
– ¿Puedes volver a explicarme por qué demonios no quieres buscar a Elliot? – Preguntó la chica.
– Él tiene su vida y yo la mía... No tengo nada más que pensar. – Respondió la latina.
– Yo no me arrepiento de haber encontrado a Marley. – Informó el más alto.
– Eso es diferente... Para empezar, él también te buscó a ti y ha sido educado en una familia que respeta a nuestra clase y que considera que el gobierno está equivocado... ¿Qué habrías pensado si fuera uno de esos Blues que se creen superiores a nosotros porque sus ojos son “especiales”?
– Si no buscas a tu hermano, nunca sabrás como es... – Intervino Noah.
– Además, no quiero que sufra... Sea como sea, no tiene sentido que lo pase mal porque nuestra vida es difícil. Mira donde trabajo... Mira donde trabaja mi padre. – Lopez señaló a su progenitor, que se encontraba a pocos metros de ellos. – Eso preocupa a cualquiera... Más si cuando pasa algo a ti no te van a avisar porque, oficialmente, no eres nada de tu familia. Ni lo serás nunca... Es ilegal hasta que salgas a tomar un café con tu hermano... ¿Qué tipo de relación podríamos tener?
– ¿Has pensado en Blaine y Rachel? – Preguntó Jake.
– Es en lo único que pienso... – Dijo Santana.
– Mentira. Si pensaras en ellos, buscarías todas las opciones posibles para darles un futuro mejor. Un hermano Blue puede ser de mucha ayuda para ellos... Además, habrías aceptado que Quinn te perdonara la deuda... Tu orgullo es mayor que tu amor a tus hermanos... Déjame decirte que el orgullo no da de comer. – El mayor de los Puckerman comentó.
– El amor a mis hermanos tampoco... – Replicó ella.
– No sigáis. No lo vamos a convencer... Al igual que no lo convencimos de que no se metiera en nada ilegal... – Dijo Finn.
– Consejos doy pero para mí no tengo... Vosotros estáis todos hasta el cuello de mierda... Incluso más que yo... – Protestó Santana.
– Pero nosotros no tenemos una familia a la que ayudar. Afortunadamente, nosotros somos independientes en cierto grado. Si uno de nosotros falta, su familia no lo pasará mal económicamente a parte del dolor de nuestra muerte... – Dijo la otra joven.
– No sabéis a qué tipo de acuerdo he llegado con Abrams... – Insinuó la latina.
– Ni lo queremos saber... Lo que queremos es que salgas de ahí... Es peligroso. – Explicó Jake.
– También es peligroso trabajar aquí... ¿Debería dejarlo? – Preguntó ella.