[Resuelto]Fic Brittana: Con otros ojos - Ultimos capítulos

Brittany y Kurt entraban al hospital sujetando y guiando a Blaine, que se sentía sin fuerzas. Tras ellos, Elliot y Marley que compartían su preocupación. Sin decir nada en la recepción, fueron a la gran sala donde se atendía a Browns. En el hospital había tres partes, la de los pobres, en la que todos los pacientes eran atendidos en una gran sala que sólo separaba a los enfermos con unas cortinas blancas, la de los Greens, quienes tenían habitaciones a compartir entre dos o tres personas (que también eran separados por cortinas) y la de los Blues, que tenían habitaciones individuales. Mientras paseaban por la sala común, vieron al doctor Rose que se acercó a ellos al ver que arrastraban al chico.
– ¿Qué le pasa? – Preguntó el padre de los dos hermanos.
– Hemos oído la explosión y nos han comunicado lo qué había pasado en el colegio. Su padre y su hermano trabajan en la fábrica... Hemos venido a buscarlos. – Informó Hummel.
– Y a ayudar si lo necesitas. – Terminó la hija menor del doctor.
– La explosión ha sido en el almacén de productos químicos... ¿Sabes en que parte de la fabrica trabajan tus familiares? – Preguntó dulcemente el mayor.
– No... – Susurró el chico de ojos de color avellana que en esos momentos estaban humedecidos por las lágrimas que luchaban por salir.
– La explosión ha afectado a muchas partes. Nos han informado que hay muchos heridos. Pronto comenzarán a llegar...
– Aun no están aquí. – Pierce preguntó histérica... Santana podría morir y eso la ponía muy nerviosa.
– Los están atendiendo allí antes de traerlos, hay que estabilizarlos y analizar los daños sufridos antes de que los traigan.

Poco a poco comenzaron a llegar los primeros heridos. Todos se pusieron a ayudar excepto Blaine y Kurt, que esperaban ver, en cada camilla que entraba, a un conocido. Quinn llegó junto a sus amigos y se dirigió hacia la pareja esperando recibir noticias de Santana, pero nadie sabía nada. Rachel, Tina y Mercedes se unieron a ellos. Artie estaba allí, en un lugar apartado mirando discretamente las reacciones de la familia Lopez. Todos intentaban tranquilizar a Rachel que lloraba desconsoladamente en brazos de su hermano, que trataba desesperadamente de controlar su llanto. La madre de los chicos llegó y se unió a ellos en la espera. Cuanto más tiempo pasaba, la desesperación de los familiares de los trabajadores de la fábrica aumentaba.

De repente, una camilla entró y escucharon como el paciente se quejaba de dolor... Esa voz la conocían.
– Finn... – Susurró la menor de las Lopez.
– Avisa a Marley. – Le pidió Hummel a Fabray
Todos los demás fueron hacia el lugar donde dejaron a Hudson. El chico tenía quemaduras en el pecho y piernas, además de que parecía que se había roto el brazo.
– ¿Cómo está? – Preguntaron al doctor Rose que había ido a atender al herido.
– Se recuperará, lo importante es curar sus heridas para evitar infecciones e inmovilizar la fractura para que pueda soldar bien el hueso...
– Es el hermano de Marley. – Le informó Kurt. El mayor se quedó asombrado.
– Avisadle de que está bien. – Pidió el adulto.
– Ya lo han hecho. – Dijo la hermana del herido mientras llegaba acompañado de Elliot. Poco después llegó Carole.
– Finn ¿Sabes algo de mi padre o Santana? – Preguntó Rachel. El más alto dirigió una mirada triste a la chica...
– Lo siento, sé que tu padre está muerto... Los médicos no pudieron hacer nada cuando llegaron... No sé nada de Santana, ni de los Puckerman... Harmony tiene muchas heridas en el lado izquierdo de su cuerpo, pero está bien... Tardarán en traerla porque hay otros heridos más urgentes...
Ante esas palabras, la familia Lopez se derrumbó. Blaine fue acogido entre los brazos de Kurt mientras Rachel se abrazaba a su madre. Finn extendió su brazo ileso para acariciar la espalda de la castaña. Ella recibió el cariño de su amigo con gusto, pero eso no aliviaba su dolor... El ojiazul dejó escapar sus lágrimas a pesar de intentar ser fuerte por su novio. Los nervios traicionaron a Brittany y Quinn, que dejaron de ser fuertes. Ambas dejaron de contener el llanto, una abrazado a su inseparable Elliot y la otra arropada por Sam.

Un grito sacó a todos de sus pensamientos, el señor Rose acababa de atender a Hudson y dejó a las enfermeras que terminaran su trabajo mientras él se acercaba a ver a los tres nuevos pacientes que les traían. Uno de ellos estaba consciente. La persona que transportaba a los heridos habló.
– Dice que se llama Jake Puckerman y que esos son su hermano Noah y Santana Lopez.
– Yo atenderé a Santana. Smith, atiende a Noah y Bale, atiende a Jake. – Ordenó el doctor Rose.

Todos corrieron hacia allí al oír los nombres. El doctor cerró la cortina para evitar que le molestaran después de decirles que en cuanto supiera como estaba les avisaría y mandarles a la sala de espera de la entrada. Todos obedecieron... Todos menos Quinn, que entró.
– Tiene que salvarlo. – Dijo la ojiverde mientras se acercaba a la cama de la chica y le arrancaba un pelo.
– No deberías hacer eso cuando estoy delante... Se supone que debería denunciarte. – Advirtió Rose.
– ¿Me denunciaría por intentar encontrar a la familia de su hijo? – Preguntó la rubia mientras metía el pelo en una bolsa hermética.
– ¿Qué dices? – Quiso saber el doctor.
– Tengo muchos indicios para pensar que tu hijo es un Lopez... Sólo quiero pruebas...
– Si mi hijo es un Lopez...
– Acaba de perder a su padre y la vida de su hermana está en tus manos...
Los dos se miraron a los ojos. Sabían todo lo que estaba en juego.
– El ADN de los padres es más determinante en las pruebas que el de los hermanos. – Dijo el mayor mientras seguía conectando a Santana a diversas máquinas.
– No tengo acceso a ellos. – Informó la menor.
– Yo sí. – Comentó el moreno. – Sólo tenemos que ir al lugar donde están los cadáveres... ¿Reconocerías al señor Lopez si lo vieras?
– Eso es más ilegal que permitirme arrancar un pelo de uno de tus pacientes...
– Por mis hijos hago lo que sea... Ahora necesito que me ayudes con esto... ¿Crees que serás capaz?
– ¿Qué tengo que hacer?
– Limpia su cuerpo para poder ver mejor las heridas.

Mientras la familia Lopez esperaba a ser informados sobre el estado del moreno acompañados por sus amigos, alguien decidió acercarse a ellos.
– Hola, mi nombre es Artie. Tengo que hablar con vosotros. Es sobre Santana.
– ¿Qué tienes que ver tú con Santana? – Preguntó Kurt, preocupado por la relación del hermano de su novio con el ojiazul.
– Trabajaba para mí. – Dijo el chico de las gafas.
– Un momento... – Interrumpió Elliot. – Santana... ¿En la Revolución del Árbol?
– Si, ¿Por qué te extraña? – Quiso saber el recién llegado.
– Tiene muchos prejuicios... – Explicó el mayor de los Rose.
– Santana ha sufrido mucho y se ha rendido en su lucha, pero no en la de sus hermanos... Estoy aquí para hablar con ellos del trato que llegué con ella. – Explicó el joven de la silla de ruedas.
– No voy a permitir que hagas daño a la familia de Santana. – Dijo Marley.
– ¿Me explicáis que tenéis con la familia Lopez? Hasta lo que yo sé, los Blues, los Greens y los Browns no pueden relacionarse... Ahora todos estamos hasta el cuello de mierda, así que hablemos claro. Yo soy el líder de una organización ilegal. Quinn es la líder de una subdivisión de una asociación ilegal. Kitty, Sam y July trabajan a su cargo. ¿Qué hacen aquí los hermanos Rose y Kurt? El resto ya sé que son la familia y amigos de Santana... Además de que Quinn comparte cama con ella... – Dijo Abrams.
– ¿Que mi hija comparte cama con quién? – Se sorprendió Mandy.
– Siento haber sido tan rudo, su hija mantuvo una relación con Quinn, una Green. Por supuesto, tuvo que acabar su noviazgo con ella... Porque lo hizo... ¿Verdad?
– Maldito... Así que fuiste tú el culpable... ¿Qué ganas con eso? – Evans se alteró, pero fue sujetado por los hermanos Rose para que no agrediera a Artie.
– Yo no se lo pedí, nunca pediría a nadie que se alejara del amor de su vida... – El moreno miró a Blaine y Kurt. Al castaño le dio un escalofrío. No sabía por qué, pero temía los pensamientos del chico. – Fue su decisión. A lo que voy, tengo que hablar con vosotros sobre el trato que tengo con Santana... ¿Cómo está?
– No lo sabemos todavía. – Respondió el menor de los Lopez, deseando saber todo lo que le contaran sobre su hermana. Le había sorprendido que estuviera en la Revolución del Árbol ya que había demostrado tener una ideología casi opuesta.
– En cuanto lo sepáis, venid a buscarme. Tu hermana trabajaba para mí a cambio de unas ventajas. Entre ellas, una especie de “seguro de vida”. En caso de que muera, os corresponde una indemnización. Los beneficiarios serían Rachel, Blaine y... Quinn. – Dijo el Blue.
– ¿Y si resulta gravemente dañado y no puede volver a trabajar o tarda mucho en conseguirlo? – Quiso saber Kitty.
– En ese caso, nada. Si el “accidente” hubiera sido realizando una misión sí les correspondería ayuda, pero ha sido por una explosión en la fábrica, por lo que no puedo hacer nada... – Dijo el moreno.
– Eso no es justo... – Exclamó July.
– ¿No? ¿Sabes cuantas personas trabajan en la fábrica y están en la revolución? Si tuviera que pagar a todos los heridos de hoy que están a mi cargo, no tendría dinero ni para venir aquí... – Aclaró el ojiazul.
– Es decir, si mi hermana muere, ¿nuestra vida va a estar mejor que si vive pero queda con secuelas? ¡Vete de aquí, no quiero volver a verte en mi vida! ¡Eres una persona indeseable! – Grito la joven Lopez.

En ese momento, el doctor Rose salió e informó que había estabilizado la situación de Santana, pero que la tenía sedada para evitar dolores. Estaría dos días así y luego la despertarían. Todos pasaron y vieron como Quinn acariciaba la cara de la chica que estaba tendida en la cama, con los ojos cerrados en lo que aparentaba un tranquilo sueño. La castaña abrazó a la joven.
– Gracias por ayudar a mi hermana y por hacerla feliz. Volverá contigo, al menos eso espero. – Dijo la menor.

El médico entró y se llevó a Quinn, July, Kitty y Sam. Fueron al lugar donde estaban los cadáveres. Después de diez minutos buscando, la rubia reconoció al padre de su ex novia y tomaron muestras de ADN del fallecido.

La familia Lopez fue llamada para solucionar la situación de sus dos familiares. Había que rellenar papeles y tenían que preparar el funeral del adulto. Kurt y el resto de Browns les acompañaron. Marley y Elliot se dieron cuenta de que Brittany quería estar a solas con Santana, por lo que salieron y la dejaron sola. La rubia aprovechó su intimidad para hacer algo que quería hacer desde hace unos días, más concretamente desde que conversaron en casa de los Hudson.
– Hola. Sé que puede parecer algo raro, pero me gustas mucho. Me gustaría conocerte, pasar tiempo juntas, acariciarte, besarte... Sin embargo, sé que no va a pasar... Tienes demasiados prejuicios y además estás enamorada de otra... Me duele cada vez que te veo, tan inalcanzable, tan perfecta... Me encanta cuando sonríes, pero sobre todo cuando esa sonrisa llega hasta tus ojos. Tus ojos... Son tan perfectos. Me perdería en ellos todos los días... Te digo que mi corazón dejó de latir cuando escuché la explosión y cuando llegamos aquí y veíamos que no te traían... Creí que me moría... Tienes que salir adelante, por ti y por tus hermanos... Aunque quiero que estés tranquila, os ayudaré en todo lo que pueda... Os habéis ganado un hueco en mi corazón... En especial tú...

Por su parte, Mandy pidió a su hija que fuera a ver a Finn, no quería que tuviera que ver a su padre o que se rodeara de un ambiente tan negativo. Si se lo hubiera podido evitar a Blaine lo habría hecho, pero no tenía fuerzas para afrontar todo sola. Rachel se dirigió a la cama donde Hudson estaba descansando, Carole los dejó solos.
– ¿Cómo estás? – Preguntó él.
– Triste... Santana está estable, pero sedada para evitar dolores... – Dijo la chica.
– Me gustaría estar a tu lado para que puedas apoyarte en mí cuando lo necesites. – Informó el mayor mientras sujetaba la mano de la otra con fuerza.
– No somos nada... Tú eres el amigo de mi hermana... – Comentó la menor de los Lopez.
– Para mí eres más que eso. Me gustas... Bueno, mejor dicho... Te quiero. ¿Quieres ser mi novia? – Se declaró el moreno. La castaña asintió y besó al joven. La verdad es que la pareja llevaba mucho tiempo enamorada, pero el miedo a que el otro lo viera como un amigo les había paralizado. Cuando terminaron el beso, ella preguntó.
– ¿No te preocupa lo que piense Santana?
– No, ella sabe lo que siento por ti. Al principio decía que tú eras un poco joven para tener novio, pero sé que no le importa. Lo único que quiere, al igual que yo, es tu felicidad y, si es a mi lado, ella lo aceptará.
– De momento no le digamos nada a nadie... No creo que con todo lo que ha pasado sea el momento de decirles a todos que estamos juntos...

Kitty se alejaba del resto de Greens que habían ido con ella porque tenía que llevarse las muestras que habían conseguido para analizar mientras los otros se quedaban para enterarse de las novedades con Santana. Estaba por salir cuando alguien la detuvo.
– ¿Ya tienes lo que buscabas? – Dijo Artie.
– Yo sí... ¿Lo tienes tú? ¿Has estafado a alguna otra persona para hacerla creer que puede aspirar a un mundo mejor? – Respondió la rubia.
– No engaño a nadie, todos saben que se meten en algo peligroso.
– Hablemos de Santana para comprobarlo... ¿Cuál es el trato? ¿Por qué se juega todo por una causa en la que no cree?
– ¿Qué no cree? Santana quiere que sus hermanos estudien y consigan un buen trabajo como médico, arquitecto, juez, abogado... Algo impensable ahora... ¿Realmente no concuerda con nuestros ideales?
– Pero no cree en la mezcla de clases...
– Claro que no lo hace... Ella se siente fuera de lugar en cualquier ambiente que no sean sus amigos los Puckerman, Finn y Harmony... Quinn ha sido la excepción... Y, aun así, mantuvo la distancia con los amigos de su “novia”...
– No quiere encontrar a su hermano...
– Eso no es malo, las probabilidades de que a él le interese son muy bajas... No quiere llevarse otra desilusión.
– Para tu información, creemos haberlo encontrado y está deseando conocerlo.
– Elliot... ¿Verdad?
– Creemos que sí.
– Os ayudaré a convencerla de que se encuentren.
– ¿Cómo?
– Confía en mí.
La chica se agachó. Su intención era quedar frente a él para mirarlo directamente a los ojos y dedicarle una frase sarcástica, algo que le doliera. Odiaba que ese chico tuviera más poder sobre Santana del que tenía Quinn. Sin embargo, algo hizo que cambiara sus planes y juntase sus labios con los del Blue. El chico se sorprendió y tardó unos segundos en acompañar el beso, pero finalmente reaccionó. La mano del moreno recorrió la espalda de la chica en una caricia dulce y cariñosa. La ojiverde introdujo la lengua en la boca del joven y recorrió cada rincón. Cuando notaron la necesidad de respirar, se separaron y se miraron a los ojos. No hicieron falta las palabras. La Green se levantó y se marchó de allí, pensando que acababa de cometer un gran error. Era Artie Abrams, alguien que era prohibido. Alguien que la haría sufrir mucho, alguien que sólo puede ponerla en peligro. Lo mejor era alejarse de allí.

Por su parte, Artie se sentía atraído por Wilde pero nada le podía distraer de su objetivo. Tenía que liberar a todos de la opresión de las leyes absurdas del gobierno. Después se encargaría de su corazón.

***

Tres días habían pasado, en los cuales Finn había confesado a su hermana Marley su relación con Rachel. Todos los amigos de los Lopez (incluídos los Blues y los Greens) acompañaron a la familia en el entierro del padre. Hudson y el menor de los Puckerman habían salido del hospital. Noah protestaba porque odiaba estar en ese lugar, pero debía guardar reposo. Santana seguía sedada y era visitada por todos sus amigos. Artie también la visitaba, intentando evitar encontrarse con los demás porque sabía que lo echarían de allí.

Brittany estaba sentada leyendo un libro al lado de la cama de Lopez. La morena se despertó y miró perpleja a la joven.
– ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está mi familia? – Su tono de voz era cansado, pero no denotaba molestia. Más bien mostraba desconcierto. La rubia dejó su lectura y concentró toda su atención en la otra.
– Rachel y Blaine están en el instituto. Llevas tres días dormida y sabíamos lo mucho que te molestaría que faltaran a clases muy seguido. Tu madre está trabajando. Por lo que hoy me quedé yo para hacerte compañía. ¿Te parece mal?
– No, todo lo contrario. Te agradezco que te preocupes por mi familia y por mí. – Al terminar la frase hizo un gesto de dolor. – ¿Y mi padre? ¿Y los chicos?
La ojiazul dejó de sonreir. Nunca quiso ser ella quien le diera la mala noticia. Creía que eso correspondía a la familia pero... ¿Cómo evitar la pregunta?
– Eso será mejor que te lo digan tus familiares... – Comenzó a decir la Blue, pero fue interrumpida.
– ¿Quién ha muerto? – Las palabras de la latina fueron claras y directas.
– Lo siento, pero creo que no soy yo quien debe decírtelo.
– En ese caso ha sido mi padre... ¿Verdad? – La Brown fijó su mirada en la otro, que se sorprendió y no supo que responder. – Es un poco obvio, si hubiera sido alguno de los chicos me lo dirías sin rodeos.
– Lo siento tanto... – Dijo Brittany. Santana dejó escapar las lágrimas, no tenía ni ganas ni fuerzas para contenerlas. La rubia se levantó y la rodeó con los brazos, tratando de tranquilizarla.
– ¿Por qué eres tan buena conmigo? – Preguntó entre sollozos la morena. Brittany iba a contestar cuando alguien abrió la cortina y entró antes de volver a cerrar.
– ¿Se lo has dicho? – Quiso saber Puck mientras arrastraba hasta la cama la silla de ruedas en la que estaba sentado. Sus heridas no le impedían caminar, pero debía guardar reposo por lo que las enfermeras le habían prohibido caminar y lo arrastraban todas las mañanas y todas las tardes hasta la cortina que ocultaba a su amigo. Sabía que su amiga necesitaba todo el apoyo que pudiera conseguir. No sólo moral...
– No se lo quería decir pero lo ha descubierto ella... – Se excusó la ojiazul.
– Yo creo que es lo mejor... Santana, tu madre y tus hermanos necesitan que seas fuerte, las cosas no están muy bien que digamos. – Explicó el recién llegado.
– Cuéntame. – Dijo Lopez mientras se secaba las lágrimas y se incorporaba un poco, poniendo cara de dolor, pero aguantándose las ganas de protestar y de llorar que tenía en ese momento.
– Tú y yo hemos perdido el trabajo en la fábrica. – Comentó Noah.
– ¿Qué? – Se sorprendió la rubia.
– Los trabajadores que no hayan ido hoy a la fábrica están automáticamente fuera de la empresa. – Dijo el Brown.
– ¿Qué tipo de seres inhumanos hacen eso? – Preguntó la ojiazul.
– La mayoría de Blues, no te ofendas. – Respondió Santana.
– ¿De verdad? – Pierce se extrañó porque no conocía ese dato.
– Así es. – Confirmó Puckerman. – Tenemos que trabajar seis días a la semana durante diez horas para cobrar una miseria y si faltas por enfermedad más de dos días seguidos, te despiden y no cobras lo que hayas trabajado ese mes.
– Pero... Estamos a finales... ¿Significa que habéis trabajado veinticindo días y no vais a cobrar? – Se escandalizó la Blue.
– Eso mismo. – Confirmó la latina.
– ¿Qué vas a hacer? – Preguntó Noah. Brittany no sabía a qué se refería, pero parecía que Lopez sí.
– Mandaré a Rachel con los Hudson... Todos sabemos que es cuestión de tiempo que acabe allí. Simplemente adelantaré su traslado.
– ¿Me lo podéis explicar? – Quiso saber la rubia, los dos Browns se miraron de manera cómplice.
– Brittany, yo no cobraré nada durante un tiempo, perdemos el sueldo de mi padre. – Santana hizo una pausa, por muy fuerte que debiera ser, por dentro estaba desolado. – Mi madre es incapaz de mantenernos sola. No pienso dejar que mis hermanos se queden en la calle.
– ¿Lo vais a perder todo? – La chico con pecas en sus mejillas palideció.
– La casa es de alquiler, por lo que pronto nos echarán y apenas tenemos dinero... Pero sí, lo perderemos todo.
– ¿Y Blaine? – Preguntó Puck.
– Kurt lo acogerá, de eso estoy seguro. – Dijo la Blue.
– Necesito que me lo diga él. Si no quiere, lo mandaré con vosotros. – Señaló a su amigo que estaba sentado en la silla. Éste asintió.
– Si los Rose acogen a Blaine tú te vienes con nosotros. – Dijo Noah. La morena accedió con un gesto con la cabeza.
– ¿Y tu madre? – Quiso saber Pierce.
– Se quedará interna en la casa que trabaja, por lo que dormirá allí.

En ese momento llegaron los Lopez poniendo final a la conversación de los jóvenes. Brittany pudo ver como Santana cambiaba de actitud para no preocupar a sus hermanos, apoyando a su madre y siendo fuerte por ellos, como Puck le había pedido. Después de un rato hablando de las soluciones encontradas, llegaron los Hudson, los Rose y Kurt. Todos accedieron a ayudar a la familia, por lo que el problema estaba solucionado, al menos de momento...

Después de estar un rato en el hospital, Rachel se excusó para ir al baño. Una vez dentro de los servicios femeninos entró en uno de los cubículos. Desde ahí no pudo darse cuenta de que alguien más entraba. Cuando salió vio que un hombre la atrapaba entre sus brazos. Lo único que pudo ver de su agresor fueron sus ojos azules...

La madre de Santana salió del hospital para ir a trabajar antes de que su hija volviera. No podía esperarla porque si lo hacía llegaría tarde. Los demás estuvieron hablando aunque se notaba que Santana estaba preocupada.
– San... Te conozco... ¿Qué te pasa? – Preguntó Blaine.
– ¿No creéis que Rach tarda mucho? – Quiso saber la latina.
– La verdad es que sí. – Dijo el menor.
Marley se ofreció a ir a buscarla y entró a los baños. Allí la vio, había algo de sangre a su alrededor, su ropa estaba mal colocada y totalmente arrugada, además de que la blusa estaba rota. La joven lloraba desconsolada apoyada en la pared abrazándose a sí misma. No necesitó que la menor hablara para saber qué le había pasado. Se agachó junto a ella y le ofreció sus brazos para que se desahogara.
– ¿Ha sido un Blue? – Preguntó la ojiazul. La Brown afirmó con la cabeza mientras la otra la abrazaba. No podían hacer nada. Eso que había pasado era totalmente legal en ese mundo. No podían denunciar. Pero sí podían ayudarla. Mandó un mensaje de texto a Elliot y Kurt y él fueron allí acompañados de su padre. Entre los cuatro llevaron a la joven hasta una camilla, la limpiaron, le curaron las heridas y le dieron medicamentos para el dolor. El doctor estaba con el corazón encogido. Más al ver a su hija llorar.
– Marley, si no te encuentras bien puedes salir. – Dijo el médico.
– Es solo que... Es la novia de mi hermano... – Todos se sorprendieron ante la confesión. Nadie sabía de la relación Finchel. Sin embargo, el mayor se dio cuenta de algo. Si su hija estaba así porque era la novia de Finn, ¿Cómo estaría Elliot si se enterara de que esa es su hermana?
– Por eso debes ser fuerte. – Dijo Kurt.
– Creo que deberíais informar a la familia. – Pidió el doctor.
El mayor de los hermanos Rose fue donde se encontraban los demás. Cuando lo vieron entrar todos se dieron cuenta de que algo grave pasaba. Les contó lo sucedido y vio como los dos hermanos y el novio de Rachel rompían en llanto.
– Ella os necesita. Teneis que ser fuertes. – Dijo el Blue.
Santana automáticamente dejó de llorar, algo que sorprendió muchísimo a Brittany. Era comentar que su familia les necesitaba fuertes y la joven cambiaba su actitud. En ese momento la rubia se dio cuenta de que no tenía nadie con quien desahogar todo su sufrimiento.
– Yo no puedo ir donde está... ¿Podríais traerla aquí? También necesito que alguien avise a mi madre... – La mayor de los Lopez pidió.
– Puedo ir yo a ver a Mandy. – Se ofreció Carole y salió de allí en busca de la mujer.
– De momento están atendiendo a Rachel, cuando acaben podrá venir aquí. Deben asegurarse que no le pasa nada. – Comentó el más alto.
– No puede estar sola. – Se lamentó el herido.
– Blaine y Finn pueden ir con ella. – Propuso Puckerman.
Los dos aludidos fueron a reunirse con ella.
– Localiza a Artie. – Pidió Santana a su amigo Noah en cuanto se quedaron solos.
El chico aceptó su cometido y sale de allí. Media hora después la joven Lopez es llevada junto a su hermana. La chica se mete directamente en la cama de la latina y se abraza a ella sin notar la expresión de dolor de la joven. Desde muy pequeña hacía eso cada vez que tenía miedo o quería sentir el cariño de la mayor. Cuando la castaña se quedó dormida (gracias a la medicación), Santana miró seria a Finn.
– Ya le pedí a Noah que avise a Artie, esto no quedará así. – Dijo la chica.
– Estoy dentro. – Informó el más alto.
– Yo también. – Añadió Marley. – ¿Qué vamos a hacer?
– Artie lleva años buscando a Blues violadores y realizando venganzas. Ya que la justicia no actúa, lo hace la Revolución del Árbol. – Comentó Hudson.
– Eso no es así exactamente. Ellos dan la información a los familiares de la víctima y son ellos quienes deciden qué hacer. Aunque sí puedes pedirles a la Revolución del Árbol que sean ellos quienes se ocupen de lo sucedido. – Aclaró la mayor de los Lopez.
– ¿Me dejarás ayudar? – Preguntó Blaine. Todos dirigieron la mirada a su hermana, esperando la respuesta.
– Es peligroso. – Dijo ésta.
– Me da igual. Es mi hermana también. No es nada de Finn y Marley y a ellos les dejas que actúen. – Protestó el menor.
– La verdad es que, si mi intuición no me falla, creo que el grandullón es mi futuro cuñado y el otro es el futuro cuñado de tu hermana, así que creo que sí son algo de Rachel. – Respondió la morena. Todos la miraron sorprendidos.
– ¿Como sabes que estamos juntos? Hace horas que acabas de despertarte... – Se extrañó Hudson.
– Si Blaine y Kurt son evidentes, vosotros lo sois aun más... Además de que ya sabía que te gustaba, tú me lo dijiste. – Informó Lopez.
– Tienes razón. Espero que no te moleste... – Comenzó a decir el más alto.
– Sabes de sobra que quiero su felicidad y hay muy pocas personas en el mundo a quienes se la confiaría. Tú eres una de esas personas.
– Gracias. No te decepcionaré.