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[Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 3:) Vie Abr 29, 2016 2:04 pm

hola morra,..

me gusta como van las cosas,..
Michelle no me gusta,... para mi quiere algo mas con britt,...
y por que busaca a san????...
mejor finde para las dos jaja

nos vemos!!!
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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Vie Abr 29, 2016 5:20 pm

Michelle y Maxie no son de mi agrado. no entiendo por que Britt sigue negando a Santana. y Michelle logico como cualquier corriente mortal las acosa para ver cual de las dos cede,o cae, me imagino sus fantasias con la doctora o con la profesora.
marthagr81@yahoo.es
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Vie Abr 29, 2016 7:09 pm

micky morales escribió:son tan lindas juntas!!!!! creo que esa niña tiene un enamoramiento con santana, espero que no sea un problema!!!!


Hola, siiiii!!!!!! =O si pienso igual ¬¬ osea puede que lo tenga, pero que ni se meta en las brittana todo bn xD Saludos =D





3:) escribió:hola morra,..

me gusta como van las cosas,..
Michelle no me gusta,... para mi quiere algo mas con britt,...
y por que busaca a san????...
mejor finde para las dos jaja

nos vemos!!!



Hola lu, y a mi tmbn la vrdd xd¿? Mmm nop la vrdd esk a mi tampoco ¬¬ =O ni que se le ocurra intentar algo xD ajaajjajajaja. Mmm tmbn le gusta =O JAjajajajajaaja si que si jajajajaja. Saludos =D





marthagr81@yahoo.es escribió:Michelle y Maxie no son de mi agrado.  no entiendo por que Britt sigue negando a Santana. y Michelle logico como cualquier corriente mortal las acosa para ver cual de las dos cede,o cae, me imagino sus fantasias con la doctora o con la profesora.



Hola, mmmm nop la vrdd esk no ¬¬ se están metiendo donde no deben ¬¬ =O mmmm algo difícil de decir x miedo a que la puedan echar, no¿? JAjajajajajjajajajajajajajaja de k puede puede, pero que se meta entre ellas nonononono ¬¬ Saludos =D


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Finalizado FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Cap 15

Mensaje por 23l1 Vie Abr 29, 2016 7:11 pm

Capitulo 15


Se aventuraron fuera del dormitorio cuando el hambre les hizo señas.

Santana se hizo cargo de la parrilla y los filetes, informando a Brittany que a pesar de que carecía de habilidades en la cocina, podría ocuparse de hacer la carne.

Brittany preparó una ensalada de espinacas, con aderezo de vino ligero, y preparó una mesa romántica en el otro extremo del porche, sabiendo que el cielo de la tarde era demasiado hermoso para dejarlo pasar.

Comieron, bebieron y hablaban hasta el anochecer.

Cuando el sol empezó a ponerse, Brittany la tomó de la mano, y la llevó la final del muelle. Se sentaron en los tablones del mismo, con los pies colgando fuera, a pocos centímetros de agua.

Santana se sentó detrás de Brittany, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura, de forma que pudiera tener segura a la profesora, y apoyó la barbilla en su hombro. Colocó pequeños besos, en el costado de su cuello, mientras sentía las manos de Brittany cubrir las suyas.

El cielo del oeste bailó con rayas rojas y naranjas. El agua brillaba justo cuando el día y la noche se saludaban.

La palabra cielo corría por la cabeza de Santana.

Si había un lugar donde las personas pudieran encontrar la paz y la belleza, estaba sentada en el medio de ello.

Se sintió feliz, por primera vez, en mucho tiempo.

Estar en presencia de Brittany, provocaba que sus emociones estuvieran un modo de híper-sensible.

Era como si el aire zumbara a su alrededor.

Le acarició el cabello, oliendo el shampoo con aroma floral que usaba.

Cuando el último rayo de sol desapareció, Brittany se volvió y la besó. Un cálido beso suave, nada apresurado, como una promesa de lo que estaba por venir.

Se levantó y ofreció a Santana una mano.

Subieron despacio las escaleras hasta el dormitorio. Poco a poco, se desvistieron entre sí, viendo cómo caían sus camisas y pantalones cortos al suelo.

Santana levantó las sábanas, y dejó que Brittany se deslizarse entre el suave algodón. Esperó a que la rubia la mirara y la besó.

Poco a poco se metió en la parte superior de Brittany, cuidando de no poner todo su peso sobre ella. Tocaron, pecho a pecho, vientre contra vientre. Deslizó su muslo entre las piernas de Brittany, y jadeó, cuando ésta apretó sus labios sobre un punto sensible en su oído.

No había prisa, la noche les pertenecía.








El viernes se convirtió en una mañana tranquila para la pareja.

Santana despertó en los brazos de Brittany, justo cuando el reloj de la cómoda marcaba las diez.

Sonrió ante el recuerdo de su nombre en los labios de Brittany.

Habían vuelto a hacer el amor hasta que se quedaron saciadas y dormidas.

Acurrucó su cabeza contra el pecho caliente. La giró un poco para poder tomar el pezón en la boca, acariciando montículo redondo y firme una vez más.

En unos momentos, sintió a Brittany moverse contra ella.

Sus cuerpos estaban desnudos y entrelazados. Deslizó un muslo entre las piernas de Brittany, presionando con fuerza contra su centro. Esta se movió, colocando a Santana de espaldas. Su centro húmedo pintó su deseo en el muslo de la médica.

Santana sabía, que a ese ritmo, rápidamente se correrían.

Trató de retrasar el clímax cambiando de posición. Pero Brittany, a horcajadas sobre sus caderas, tenía ganas de más. Sus piernas se doblaron y se montaron contra centro de Santana, como un jinete experimentado.

Un gemido ahogado provino de Brittany, cuando la rubia deslizó dos dedos dentro de ella. Brittany se levantó y bajó su sexo con los dedos, tratando de encontrar el pináculo de la pasión.

—Más…

Cuando Santana añadió un tercer dedo, la cama chirrió como Brittany, que se resistía contra su mano, golpeando el cabecero contra la pared. Santana observaba con asombro, cómo Brittany empujaba contra ella, más duro y más rápido.

—¡Cariño!—Brittany gritó cuando echó la cabeza hacia atrás, perdida en el momento.

Sus manos ahuecaban sus pechos, pellizcando los pezones y gritando:

—¡San!—se desplomó en la parte superior del pecho de la médica, que la observaba sonriendo.

Santana retiró lentamente sus dedos, a pesar de los gemidos de protesta de la mujer encima de ella. Oyó de nuevo el chirrido de la cama, y se rio entre dientes, preguntándose si habría arañazos en el suelo de madera.

—No te rías de mí—Brittany se quejó mientras se acurrucaba más cerca, besando el hombro de Santana—Buenos días a ti también—dejó que sus dedos se deslizaran por las esclusas salvajes del pelo de la morena.

—No me estaba riendo de ti. Me gustaría oír que me llamas así—dejó que sus manos se deslizaran arriba y abajo por la espalda de Brittany—Lo prefiero al despertador.

—Desde luego, no era el despertador—Brittany se estiró como un gato, despertándose de una siesta.

Sus brazos rectos por encima de su cabeza y su espalda, se balanceaban cuando involuntariamente se apretó contra el centro de Santana. Sonrió a la figura tendida debajo de su trasero.

—Vamos, vamos a darnos ducha y ver qué problemas podemos conseguir—se inclinó y le dio un mordisco de amor en el cuello, antes de revolverse fuera del alcance del brazo.

—¡Ay!—Santana frotó su cuello mientras se abría paso fuera de la cama, después de que Brittany entrara en el cuarto de baño.







Decidieron aventurarse por el pequeño pueblo.

Disfrutaron durante un par de horas navegando por tiendas de antigüedades y explorando el puerto deportivo.

Santana señalaba los barcos de vela, con sus velas ondeando en el viento, mientras se abrían camino hacia el mar. Brittany sostuvo su mano mientras charlaban.

Mientras caminaban por la calle principal, Santana tomó nota de una pareja de lesbianas fuera de la ferretería. Dio un codazo a Brittany e hizo un gesto hacia las dos mujeres besándose, en medio del aparcamiento de la playa.

—Parecen de aquí—Brittany comentó mientras observaba a la rubia, con una blusa roja, caminar de regreso a la tienda.

—¿Acaso su uniforme te ha dado una pista de donde trabaja?—Santana bromeó mientras apretaba la mano entre las suyas.

El golpe sobre sus costillas detuvo sus burlas.

—Realmente me gusta estar aquí. Es como un mundo diferente. Nadie está en apuros. No hay sirenas en el aire—justo cuando terminó su frase, una sirena en la parte superior de la estación de bomberos empezó a sonar.

Las puertas de un garaje de gran tamaño se levantaron, revelando un camión de bomberos y una ambulancia con todas sus luces encendidas. El fuerte toque de bocina del camión, anunció su salida de las profundidades del garaje.

La ambulancia lo siguió de cerca mientras salían de la ciudad hacia la carretera principal.

Intentando reprimir su sonrisa, Brittany dijo:

—Tal vez deberías pedir un millón de dólares—sus ojos azules centelleaban bajo el sol.

Echando la cabeza hacia atrás, Santana se llevó una mano a un lado de la boca y gritó:

—¡Quiero un millón de dólares!—levantó las manos como si el dinero fuera a caer como lluvia del cielo.

—¡Yo también cariño!—un conductor, que se había detenido para dejar pasar a los vehículos de emergencia, gritó.

Brittany rompió a reír, casi cayendo al suelo de la risa. Su amante, de pie con las manos en las caderas, esperaba que Brittany mantuviera la compostura.

—¿Qué hay del almuerzo? Eso parece más realista—observó el tráfico que pasaba, preguntándose si pensaban que Brittany estaba teniendo un ataque de algún tipo—Bueno, si alguna vez tengo un millón de dólares, no lo compartiré contigo.

—Awhhh… venga, no te enfades. Ha sido divertido—le pasó un brazo por la cintura y la atrajo hacia sí—Y estás muy guapa cuando te sonrojas, morena.

Santana besó la parte superior de su cabeza.

Se aventuraron a un pequeño bistró, con un patio exterior, que daba a la zona de la costa. La camarera dejó algunos menús y les dio una cálida sonrisa.

—Esto parece muy bueno—Santana mencionó cuando abrió el menú.




Se comieron toda la comida que habían pedido, sin dejar nada en los platos, nada que pudiera servirle a las gaviotas. Dieron las gracias a la Camarena, y caminaron hacia el Jeep, estacionado en el otro extremo del puente.

—¿Quieres volver ya que mi dinero no aparece todavía? Tal vez podamos salir en el barco.

—Gran idea. No puedo esperar a verte en traje de baño—Brittany le susurró, mientras se acercaba más a la otra mujer—Y quiero continuar lo que empecé esta mañana.

—Ni siquiera empezaste, Sra. Pierce. Estabas tan preocupada por ocupar mi tiempo.

—Ah, y no me importaría volver a hacerlo—e inclinó besando la oreja de Santana—Y otra vez… y otra vez—le mordió la oreja con los dientes.

—Mierda…—se apartó—Basta ya, o acabaremos por hacer una escena aquí, Pierce—se apartó y comenzó a caminar hacia atrás, hacia el coche—Dudo que los lugareños aprecien a un par de lesbianas que no saben comportarse. ¿Puedo conducir?

—Claro—Brittany pasó las llaves de su coche.

Se dirigieron a la casa de Maxie, tomando el camino de vuelta, por las carreteras principales.

Santana sintió la mano de Brittany en su pierna, y su mente se relajó. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía relajada.

Una escapada romántica lejos, era justo lo que necesitaba.

Aunque el fin de semana apenas había comenzado, esperaba que la cercanía que ahora tenían continuara.

Santana miró hacia el agua y vio una casa en venta, con el número del propietario en un cartel del delantero.

Frenó el coche y miró hacia la casa.

—¿Has visto esa casa?

—No—Brittany se volvió en el asiento, tratando de mirar por la ventana de atrás—Detente o da la vuelta. La última cosa que necesitamos es terminar en la sala de urgencias.

—Eso sería interesante—dedicó una rápida sonrisa y entró en el próximo camino de entrada.

Entraron a través de la hierba alta del patio.

La grava y calzada concha se curvaba hacia el frente de la casa blanca, de dos pisos, con un amplio garaje independiente. Tres ventanas dobles mostraban el segundo piso de losa. Había una pasarela que rodeaba toda la casa hasta la puerta principal.

—Oh, es hermosa—Brittany dijo mientras miraba las altas cumbres de madera blanca y azul marino.

En el porche había una serie de sillas de Adirondack, bien resistentes, que podía haber sido blancas, si no fuera por los descoloridos a un gris opaco.

—Wow, esto es muy bonito—Santana detuvo el jeep frente a una de las puertas del garaje—¿Quieres mirar a su alrededor?

—San, ¿estamos buscando una casa?—preguntó.

La noche de la fiesta, habían hablado brevemente acerca de vivir juntas, pero no habían llegado a confirmar nada.

—¿Qué daño puede hacer mirar? Además, es genial—se inclinó sobre él apoyabrazos y la besó—Vamos, será una aventura.

Deslizó sus piernas mientras salía del coche. Se inclinó y le indicó a Brittany que se uniera a ella.

—¿Tu definición de aventura es violar la propiedad a alguien? No veo ninguna aventura en eso—Brittany murmuró en voz baja, mientras salía de la seguridad del coche—Espero que no haya nadie en la casa.

Santana ya estaba en el porche mirando a través de las ventanas de la fachada.

—Mira este lugar—dijo mientras protegía la frente contra el cristal.

Los suelos de madera estaban cubiertos con una capa de polvo, pero parecían estar en buen estado, y corrían la mayor parte de la planta principal. Una gran sala y la cocina estaban en ese lado de la casa.

—Vamos a la parte trasera, Britt.

El patio trasero daba al lado opuesto de la laguna. Un muelle de veinte pies flotaba sobre las olas. Había un elegante velero, pintado de negro brillante, amarrado en un extremo.

Los adornos de madera de teca y plata brillaban bajo el sol de la tarde. El nombre de la embarcación, dama de compañía, estaba garabateado en la popa, en grandes letras blancas y negras.

Santana se preguntó si el dueño de la propiedad era la misma persona a la que pertenecía ese barco. Se volvió a la casa, acercándose a las ventanas, tratando de conseguir una mejor visión del interior. Encontró una gran puerta corredera de cristal, sobre la que presionó su frente contra el cristal.

Sintió el contacto del cuerpo de Brittany a su lado.

La mujer de cabello rubio imitó sus acciones y lo miró hacia el interior de la casa. La cocina era grande, con una barra de desayuno y zona de comedor.

—La cocina es enorme. Más grande que la tuya.

—Lo es. Me encanta el patio, el porche. Oh, ¿viste?—se volvió y señaló hacia el muelle y el barco.

—Un barco de vela… humm. Creo que he encontrado tu pequeño—Brittany se volvió hacia la casa.

—¿Te gusta?

—¿La casa?—ante el asentimiento de Santana, continuó—Oh por supuesto, es hermosa.

—Voy a llamar—Santana sacó su teléfono y comenzó a marcar.

—San, no podemos—oyó el miedo en su propia voz y observó cómo la otra mujer cortaba la llamada.

—¿Por qué no? Sólo quiero poner saber un poco ¿Tienes miedo?

—Es demasiado…demasiado pronto—se alejó.

Asustada, sí, definitivamente estaba muy asustada.

Santana sabía que Brittany había dicho que le gustaría vivir ahí, pero ninguna de las dos había vuelto a mencionarlo.

Quizás Santana sólo quería obtener información sobre de la casa y eso era todo.

Brittany se pasó la mano por el alféizar de la ventana y luego se volvió a apoyarse contra el lado de la casa.

La mujer morena escuchó la vacilación en su voz y le levantó la barbilla, para mirar a los ojos azules de su amante.

—Sólo quiero ver cuánto cuesta. No comprarla. Demonios, ¿te imagina el viaje que tendría que hacer hasta el Jessup?—rozó sus labios con los de Brittany, provocando una sonrisa a la cara de la rubia—Dios, cómo me gustas, Britt-Britt—dijo mientras apretaba su cuerpo contra el de Brittany.

—No podemos—dijo echándose hacia atrás la cabeza para permitir el acceso, a su cuello a Santana, dejando que sus manos recorrieran toda la espalda dela médica, para luego a su cuello y dejó que sus manos recorrieran arriba y abajo de la espalda de Santana, para luego detenerse en las caderas.

La empujó contra la pared de la casa y deslizó su muslo entre las piernas de Brittany. Esta deslizó las manos alrededor del cuello de Santana y la atrajo hacia sí. Le dio un beso en la boca, por completo, dejando a la médica sin aliento.

Con un dedo, la empujó antes de que decir.

—¡Casa! ¡Ahora!—gritó mientras se abría paso en el porche de atrás y corrió a su coche.

Santana, pisándole los talones, se metió en el asiento del pasajero, con el tiempo justo para que Brittany pudiera poner en marcha el coche y saliera zumbando por el camino de entrada.

Una nube de polvo siguió al Jeep, por el camino de grava, cuando Brittany corrió a la casa, con la mano de Santana acariciando su muslo interno.

Los cinco minutos en coche hasta la casa, les parecieron una eternidad.

Disminuyó la velocidad del Jeep, sobre la calzada, hasta terminar por pisar el freno.

—¡Qué mierda!—la voz de Brittany resonó en el interior del coche.

En el camino de entrada, estaba aparcado el Land Rover de Maxie, cerca de la casa del barco.

—¿Ese es el coche de Maxie?—preguntó Santana, moviéndose en el asiento, inclinándose hacia la ventana delantera para ver mejor—Pensé…—dejó de hablar cuando vieron a la dueña de la casa, delante del porche con un gran vaso en la mano, saludándolas.

El contenido de la copa se derramó por la borda y al porche.

—No puedo creerlo.

Santana podía oír la ira en la voz de Brittany, mientras sus dedos agarraban con fuerza el volante.

Brittany salió del coche, y se dirigió hacia el porche, con los hombros rígidos y sus manos volando en el aire.

Santana se quedó parada mirando la escena que se desarrollaba en el porche. Había sido testigo, de este tipo de situaciones, en varias ocasiones en la sala de urgencias.

No importaba lo que Brittany dijera, Maxie haría lo que ella quería. Esperaba que la vicepresidenta del banco no fuera la típica borracha enojada.

Cuando Maxie tropezó tratando de acercarse a Brittany, Santana bajó del coche.

—Me lo prometiste.

—Ahhh…—Maxie se llevó la palma de la mano a la frente—Ay…—se frotó el lugar que acababa de golpearse—Brittany… hey cariño. Estoy aquí.

—Maxie, quedamos en que este fin de semana vendríamos San y yo. Hablamos de ellos.

—¿Quién?

—San, Santana, mi novia.

—Tú eres mi novia—las palabras salieron arrastradas de la boca de Maxie, que intentaba continuar bebiendo.

—¡Maldita sea Maxine! No soy tu novia. Soy tu amiga, y en este momento me lo estoy cuestionando—Brittany dejó que su mano se deslizara por su pelo, empujándolo detrás las orejas—Me dijiste que podía utilizar la casa este fin de semana. Que Santana y yo podríamos tener la casa para nosotras solas—Brittany le recordó—¿Por qué has hecho esto?

—¿Eso era este fin de semana?—inclinó la cabeza y miró a Brittany.

Cuando Santana se acercó a las dos mujeres, pudo percatarse del lamentable estado de Maxie.

—¿Quién carajo es esta?—su observación venenosa estaba dirigida a Santana.

—Hola Maxie—Santana dijo mientras colocaba una mano en la parte baja de la espalda de Brittany, tratando de calmar su estado de ánimo.

Brittany colocó un brazo posesivo alrededor de la cintura de Santana, atrayéndola como si fuera el escudo de un guerrero en una batalla.

—Ya la conoces, es Santana.

La mirada sesgada, en la cara de Maxie, transmitió su desconocimiento. Brittany miró a Santana en busca de apoyo.

—Has estado en su casa. Ella es médico.

—Doctor…—Maxie rio—¿Qué hay de nuevo vieja?—su risa continuó hasta que vio a la pareja abrazada—¡Se supone que debes estar conmigo! ¿Por qué no me amas?—se apoyó contra una columna del porche, deslizándose a través de los tablones de madera.

Brittany vaciló antes de que dar un paso adelante, sintiendo el toque tranquilizador de Santana, que la instaba a seguir.

—Vamos a llevarla al sofá y tome la siesta—Brittany se arrodilló delante de su amiga. Con los dedos, retiró un mechón rebelde de pelo de los ojos de Maxie—Hablaremos de esto más tarde—ayudó a su amiga a ponerse de pie, mientras Santana la ayudaba a meterla dentro de casa.

—¿Hablar de qué nena?—Maxie se tambaleó hasta que Brittany la agarró por la cintura para estabilizarla.

—¿San?—Brittany la llamó.

Santana se preguntó si Maxie había venido desde la ciudad, ya borracha, o si había empezado una vez que llegó a la casa.

Como pudieron, y tras un par de tropezones, la acomodaron sobre el sofá, en frente de la chimenea. Necesitando un poco de espacio, Santana se dirigió hacia el negro Range Rover.

Sabía Maxie tenía un buen trabajo y dinero.

De las conversaciones que había tenido con Brittany, y las interacciones que tuvo con Maxie, algo en su pasado aún la perseguía. En la sala de urgencias, cada día, trataba con personas heridas por conductores ebrios.

No quería dejar, a sabiendas, que Maxie hiciera daño a nadie.

La puerta del conductor estaba entreabierta y las llaves colgaban del contacto.

En el portavasos, entre los asientos delanteros, había una botella vacía de Jim Beam Negro. La sombre del pintalabios de Maxie bordeaba el labio de la botella.

Miró hacia la casa.

Brittany debía conocer el comportamiento de su amiga. Puso la botella, en la parte superior del techo del vehículo, agarró las llaves y cerró la puerta.

Se llevó la botella vacía con ella para mostrársela a Brittany.

—Ella está dormida.

—Se desmayó—Santana la corrigió, levantando la botella para su inspección—¿Esto es normal en ella?

—No—Envolvió sus brazos alrededor de su cintura y se apoyó en la barandilla de porche—Algo tiene que estar pasando. Nunca la había visto en este estado.

—No pongas excusas por ella. Es una suerte que no matara a alguien, conduciendo en ese estado.

—Por favor, entiéndelo—Brittany se quejó, con su estado de ánimo, completamente arruinado con la presencia de Maxie.

—¿Entender qué? Tu mejor amiga está enamorado de ti…

Esa observación hizo que Brittany frunciera el ceño.

Santana pensó en elegir cuidadosamente las siguientes palabras.

—Tiene un serio problema de alcoholismo, Britt. Necesita ayuda—levantó una mano para detener cualquier réplica a su novia—Primero tiene que admitir su problema. Eso no podrás hacerlo por ella. Nadie puede. Créeme, lo he visto suficientes veces. Tiene que hacerlo por sí misma—caminó hasta donde estaba Brittany tocándola en el antebrazo—Puedes apoyarla. Es tu amiga, pero no pongas excusas por su comportamiento. Ella es adulta.

Santana había tenido que tratar con demasiados borrachos abusivos, en urgencias, en el curso de su carrera.

Maxie no encajaba en el molde típico.

Ella tenía éxito, una carrera y dinero. Y de la manera en que Brittany la estaba defendiendo, también tenía la lealtad de sus amigos.

—Ella no tiene a nadie más.

—Entonces apóyala—repitió.

Podía ver las lágrimas que se empezaban a formar en los ojos de Brittany.

—Tiene una fuerte conexión contigo. Más fuerte de lo que me gustaría.

Brittany puso las manos en la cara de Santana, para besarla. Al principio el beso fue lento, como si estuvieran saboreando la esencia de la textura húmeda de los labios una contra la otra, hasta que un suave susurro increíblemente suave escapó de Brittany.

Santana abrió la boca, invitándola a profundizar la unión. La necesidad de lujuria que las había llevado de vuelta a casa, regresó. Separaron sus bocas, pero sus frentes se posaron juntas.

—¿Este ha sido nuestro primer beso de reconciliación?¿Estábamos peleando?

—Si besas así como compensación, puedo empezar peleas más contigo.

—No pienso averiguarlo. Vamos a dar un paseo en barco, mientras Maxi descansa—Santana levantó las llaves del Toyota—Debemos llevarnos las llaves con nosotras.

—Buena idea—se acercó y envolvió su brazo alrededor de la cintura de Santana—Sólo tú y yo—arrastró un dedo, hacia abajo, dejando que su mano se deslizara sobre la cintura de sus pantalones cortos—¿Por qué no vas a ponerte el traje de baño?—tiró del material—Ya hazme saber si necesitas ayuda.

—Seguro…—Santana dijo mientras entraba por delante de ella—Las dos sabemos que nunca saldríamos de la habitación si me ayudas.

—Por eso, seré buena y me quedaré aquí.




El barco aceleró, a través del canal, en el agua abierta de la bahía de Chesapeake.

Brittany se volvió hacia su pasajera, que estaba de pie, con una mano en el marco de la ventana del frente y la otra agarrando el asiento acolchado.

Durante la última hora, Brittany había jugado a ser guía turística, mostrándole los entresijos de los cursos del agua. Espiando el pedazo de tierra que buscaba, se recostó en el acelerador.

El Bayliner desaceleró cuando lo dirigió hacia la entrada pequeña.

—¿Qué pasa?—Santana se agarró rápidamente a una parte del barco.

Brittany señaló la playa desierta que parecía extenderse por una milla.

—Es una playa privada. Mañana, estará llena. Hoy, es toda nuestra—dejo el motor en ralentí cuando entraron en aguas poco profundas.

Enseñó a Santana cómo colocar las líneas de remolque y de anclaje. Cuando asintió, Santana arrojó el ancla de acero pesado al agua.

—¡No es mal para un cuerno verde!—Brittany bromeó mientras miraba el ancla y ponía el motor en punto muerto.

Santana se inclinó, sobre la parte trasera del barco, sorprendida de que pudiera ver el fondo cubierto de arena.

Cuando Brittany apagó el motor, agarró su bolsa de playa y se volvió hacia Santana.

—¿Lista para relajarte?

—Estoy más relajada de lo que he estado en meses.

—Humm… creo recordar haberte visto yacer boca abajo en una posición muy relajado—recordó a la morena convertida en gelatina, sobre el colchón, apenas unas horas antes.

El rubor en ascenso, en las mejillas de Santana, la excitó.

Nadie había seducido tal respuesta.

—Compórtate, o no seré responsable de mis acciones—Santana se deslizó por la borda, metiéndose en el agua, hasta la cintura—¡Ohh!

—¿Fría?

—Un poco—hizo un gesto para que Brittany le diera la bolsa.

La levantó por encima de la cabeza y se dirigió hacia la orilla. Brittany se hundió en el agua.

—Jesús…—siseó cuando sus pies tocaron el agua fría.

Santana se rio al llegar a la playa, mirando a su novia vadear rápidamente a través del agua.

—Está fría.

—Sí, pero vale la pena—hizo un gesto hacia la playa de arena blanca—Te pondré un poco de crema para el sol.

Las cejas levantadas y la sonrisa torcida de la morena, la volvieron a excitar, mientras colocaban las toallas de playa en la arena.

Se sentó en la toalla de playa, le entregó la botella de loción para Brittany.

Brittany tomó la loción y se mordió el labio, mientras miraba las manos de Santana, quitarse la parte superior de su traje, mostrando la pieza más pequeña de material en su pecho, y se tumbó en la toalla.

—Claro.

Mientras la observaba instalarse en la toalla, su corazón latía con fuerza contra su pecho, mientras tomaba en la expansión de la piel expuesta rogando por su tacto. Se arrodilló, en su toalla, junto a Santana. Miró hacia el sol de la tarde.

Si Santana no tenía cuidado, se quemaría.

—¿Estás cómoda?

Brittany oyó el suave gemido como su respuesta. Abrió la botella y colocó algo de la sustancia blanca en sus manos.

—Está un poco fría al tacto.

El murmullo de una respuesta fue enterrado en la toalla.

—No deberías haber me mantenido despierta toda la noche. Necesito dormir—Santana movió sus caderas.

Puso los brazos a un lado, esperando el peso de Brittany sobre ella. Cuando no llegó, soltó un bufido.

—Me estás matando, rubia.

—No lo creo. Además, dijiste que necesitabas descansar—Brittany se instaló en su toalla.
Estaba sobre su espalda, y se puso un par de gafas de sol sobre los ojos. Echó una mirada en Santana que se había dormido.

—Descansa un poco, lo vas a necesitar—sonrió mientras se frotaba la crema solar en los brazos y la cara.

¡Condenada Maxie!, No dejaré que estropees mi gran fin de semana con Santana.



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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Vie Abr 29, 2016 7:29 pm

me encantan esta historia pareciera como relato de una pre y post luna de miel. saludos
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Mensaje por 3:) Vie Abr 29, 2016 8:03 pm

holap morra,...

alguien va a morirrrrr!!!! jajaja
san ya vio SU FUTURA casa de verano???
a ver como va el finde con el mal tercio alado???
y sobre todo haber si britt cómbense a maxie de entrar a AA

nos vemos!!!
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Mensaje por micky morales Vie Abr 29, 2016 11:04 pm

pero que fastidiosa es esta mujer, esa pose de desvalida sola en el mundo es demasiado trillada, hasta pronto!
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Sáb Abr 30, 2016 12:12 am

marthagr81@yahoo.es escribió:me encantan esta historia pareciera como relato de una pre  y post luna de miel. saludos


Hola, jajajajajajajajajaaja esk siendo brittana como no¿? jajajajajajajaja. Saludos =D




3:) escribió:holap morra,...

alguien va a morirrrrr!!!! jajaja
san ya vio SU FUTURA casa de verano???
a ver como va el finde con el mal tercio alado???
y sobre todo haber si britt cómbense a maxie de entrar a AA

nos vemos!!!



Hola lu, =O eso parece XD jajajaajjaajajja. Aiiiii si es tan linda, ya esta viendo su futuro con britt jaajajajajaj. Mmmmm esperemos y al menos termine bn aajajajajaja. Mmmm debería, no¿? Saludos =D





micky morales escribió:pero que fastidiosa es esta mujer, esa pose de desvalida sola en el mundo es demasiado trillada, hasta pronto!




Hola, mmm si la vrdd es q si XD ajjajajjajaajajajja. XD jajajaajajaja aunk en su caso es vrdd, no tiene xq molestar, no¿? jajaajjaaja. Saludos =D



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Finalizado FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Cap 16

Mensaje por 23l1 Sáb Abr 30, 2016 12:15 am

Capitulo 16


Brittany tocó la punta de su zapato el suelo de la sala de banquetes.

En un momento de locura, se había ofrecido voluntaria para acompañante del baile de graduación. Sus razones eran, en ese momento, ponerse en la buena voluntad de la Comisión de Presupuesto, con la esperanza de aprobación de uniformes. Su equipo realmente necesitaba nuevos uniformes para la próxima temporada.

Cuando el señor Holmes, el director, pidió compromisos por parte del personal para el baile de mayo, Brittany levantó la mano.

Esta noche, se arrepintió de su decisión.

Si quería vestirse y salir una noche por la ciudad, preferiría estar con Santana que con los estudiantes mayores de Secundaria de Bayview.

Su vestido era uno que había usado hace tres años, como la dama de honor, en la boda de su compañero de la universidad. Era un vestido color esmeralda, que le llegaba por encima de las rodillas. Por una vez, un vestido de dama de honor, podría ser utilizado para una ocasión especial.

No estaba en sus planes, haberse gastado trescientos dólares, para solo utilizarlo una única vez. El matrimonio ya se dirigía hacia el divorcio, así que no le pareció mal dar un uso alternativo para el vestido.

Una sonrisa apareció en su rostro, al recordar la cara de Santana, cuando esa misma tarde había entrado en la sala de urgencias.


Flashback


La médica estaba charlando, con los miembros de su personal, cuando el hombre de piel oscura, que dirigía el mostrador de admisiones, levantó la cabeza cuando Brittany entró en la unidad. Sus brillantes dientes blancos brillaron, en una sonrisa, mientras asentía con aprobación.

Santana dejó de hablar cuando se dio cuenta de que su personal estaba más interesado por algo o alguien detrás de ella.

Brittany vio como la médica, de pelo negro, se volvió lentamente hacia ella.

La mirada en el rostro de Santana fue de total confusión a la de deseo.

Se acercó a la médica y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Pasando los dedos por la longitud del pelo en la parte posterior de la cabeza de Santana.

—Dios… estás impresionante—dijo tan pronto levantó sus labios de los de Brittany.

Sus frentes todavía se tocaban cuando la ojiazul le acarició el cuello.

—Me gustaría ir contigo—Santana volvió a besarla.

—Tenemos una cita después, Dra. Hot Stuff—dejó que sus dedos permanecieran a lo largo de los hombros de Santana, deslizándolos por sus brazos hasta sus manos.

Con un rápido apretón, se dio la vuelta y se dirigió hacia las puertas, donde estaban situadas las ambulancias.

—Sólo quería saludarte, Sanny—le guiñó un ojo a Spencer y luego se volvió a lanzar un beso a Santana.

—Lo recuerdo—Santana dijo, todavía sorprendida por la aparición de su novia.

—Vamos Dra. Hot Stuff, tienes un paciente—Spencer empujó un informe a Santana.

Esta lo cogió, pero con su atención todavía estaba en la figura que se alejaba, en el hermoso vestido verde.

—Me gusta. No lo arruines Doc.

—A mi también—dijo mientras abría el informe, para asistir al siguiente paciente.


Fin Flashback



Brittany rio todo el camino hasta el coche.

Le encantaría ver cómo estaría Santana en medio de la sala de urgencias.

Sabía que el personal conocía su relación, pero nunca se sabe.

Ahora de pie, en la puerta de entrada, estaba saludando a sus estudiantes. Miró su reloj, seis horas y media hasta poder estar de nuevo en los brazos de su novia... Brittany miró hacia la DJ, que ponía la peor música con la que se había encontrado de cualquier otro acontecimiento.

Recordó el Mitzvah, del hijo de su vecino Barry, aquello también había sido una música de lo más tortuosa.

Al menos eso había sido en hebreo.

Estaba orgullosa de sus jugadores.

Hanna se había presentado con su amigo Sebastián.

No quería acercarse a Michelle, porque desde el incidente en el supermercado, Brittany se había mantenido al margen de su ex jugadora.

Le había mencionado a Santana el incidente.

Esta se había molestado porque la estudiante estaba cuestionando su vida privada.

Cuando Santana, le había mencionado la aparición de Michelle en la sala de urgencias de nuevo, Brittany se preguntó si la estudiante necesita ayuda o algún tipo de asesoramiento.

No iba a preocuparse por Michelle, ya que la joven nunca se había acercado a ella de forma directa.

Además, pronto se iría a la universidad.

Ahora, sólo quería concentrar todo su tiempo libre en su relación con Santana.

Desde su regreso, de su escapada de fin de semana, no habían pasado mucho tiempo juntas. El último grupo de internos estaban recibiendo orientación de Santana, sobre el campo de la medicina de urgencia.

Su busca sonaba constantemente.

Los internos tenían preguntas sobre tratamientos, medicamentos, horarios y cualquier otra cosa que surgiera, a cualquier hora del día. La médica nunca se quejó.

Preferiría responder una y otra vez a todas sus preguntas, antes de que los pacientes tuvieran un mal diagnóstico.

Brittany se quedó mirando a sus estudiantes.

Algunos de ellos se irían a la universidad, fuera de casa de sus padres, por primera vez. Otros estaban teniendo problemas para sacar a delante su asignatura de biología avanzada.

Si fracasaban, que no se graduarían.

Sabía que la mayoría de sus estudiantes tenían el potencial para pasar la clase, pero la señoritis era muy contagiosa.

Si algunos estudiantes no se enderezan, tendrían que pasar el verano estudiando.

La música se detuvo por un momento, y la DJ anunció que el servicio de cena comenzaba.

Brittany y los demás miembros de los acompañantes de la facultad se sentaron en la mesa asignada a ellos.

Había trabajado con varios de ellos durante años.

Entre el grupo estaban Ryan Bryan, el profesor de Economía y su esposa, Cassandra, que trabajaba con Maxie en el banco. Cuando Cassandra se sentó junto a ella, sabía que la conversación iría hacia Maxie.

—¿Qué tal tus vacaciones de primavera? ¿Algo emocionante?—preguntó el cónyuge de su colega.

—Pasé un par de días en la orilla.

—¿En la casa de Maxie?—ante el asentimiento de Brittany, Cassandra continuó, con su voz llena de emoción—Me encanta ese lugar. Es un desperdicio que sólo lo utilice los fines de semana. ¿Estaba Maxie contigo?

—Se podría decir eso. Estuvo ahí por un par de días.

Brittany Pensó en el enfrentamiento que había tenido con su amiga, una vez que se le pasó la borrachera.


Flashback


Ella y Santana acababan de regresar de su tarde en el agua.

Brittany trajo la Bayliner hasta uno de los pilotes del muelle. Cuando desaceleraba el motor, vio a Maxie esperándolas, en la zona de hierba, entre la casa y el agua.

—Ummm…—comenzó a Santana.

—¿Por qué no das una ducha? Yo iré haciendo la cena. Quiero hablar con Max.

Maniobró el barco, en el agua, por lo que sus defensas plásticas chocaron suavemente contra la cubierta protectora en el muelle.

—San, agarrar ese extremo.

La médica se acercó y agarró el metal que sobresalía de la base.

Maxie se apresuró a lo largo del muelle para ayudar con el atraque del barco. Se apoderó de la cuerda, en la parte delantera de la embarcación, y la aseguró con un taco en las tablas.

Tenía una mano sobre su frente para bloquear el sol de la tarde. Miró a Santana, pero centró su atención en Brittany. La mueca en el rostro de la maestra, le hizo pensar si había algo mal con el barco.

—Bonita llegada. ¿Estás bien?—Maxie le tendió la mano para ayudar a Brittany a bajar de la embarcación.

Santana subió al muelle sin ningún reconocimiento de su propietaria.

—San—Brittany llamó a la alta figura que acababa de llegar a la orilla—En un momento estoy contigo.

El rubor que coloreó su rostro hizo que Brittany sonriera. La sonrisa se desvaneció tan pronto como volvió su atención a Maxie. Ignoró la mano que le ofrecía y salió del barco.

—Bueno, hola a ti también—Maxie cruzó los brazos sobre su pecho y se quedó mirando a su amiga—Sabes, podrías al menos saludarme, después de todo estás utilizando mi casa y mi barco.

—Divertido Maxine, ya intercambiamos bromas hace unas horas.

La mirada extraña, que pasó sobre el rostro de la banquera, le hizo saber que su amiga no tenía ningún recuerdo de su conversación de antes.

—¿Cuándo llegaste aquí?

—No hace mucho tiempo— Maxie se encogió de hombros.

—En realidad, hace como seis horas. San y yo volvimos de comer y te encontramos borracha como una cuba.

—Sí claro. Britt acababa de llegar.

—¿Cómo Maxie?

—Conduciendo.

—¿Dónde están las llaves?—Brittany la desafió.

Cuando Maxie se tocó los bolsillos, Brittany sabía que no sabía dónde estaban.

—En el mostrador probablemente, o en el Rover.

—Tengo tus llaves—levantó el llavero que pertenecía a su amiga—Me las llevé para que no volvieras a conducir en tu estado—Brittany se volvió hacia su amiga, con las manos plantadas en las caderas—¿Qué está pasando contigo?

—Nada—Maxie miró hacia la casa, cuando la puerta de tela metálica golpeó detrás de Santana.

—Me dijiste que podía usar la casa este fin de semana—esperó que sus palabras fueran escuchadas—Recuerda, quería tener un fin de semana romántico con Santana. Dijiste que podía utilizar la casa y el barco. Que nadie nos molestaría.

—Nadie te está molestando—Maxie respondió.

—¡Oh sí!—pasó junto a ella hacia la orilla—Estás aquí.

—Es mi casa.

—Ya lo sé—se pellizcó el puente de la nariz, un hábito que tenía cuando las cosas no estaban bien—¿Cómo crees que me hace sentir, cuando estás borracha y declarando tu amor por mí, delante de mi novia?—esperó—Te voy a decir cómo me siento. Necesito que ambas aclaremos las cosas.

—Cierto—Maxie se rio.

—¿Te parece gracioso? Condujiste hasta aquí habiendo bebido. Podrías haber dañado a alguien.

Cuando Maxie le sonrió, Brittany continuó.

—Estabas fatal. Tuvimos que llevarte arrastras. Gee Maxine, no voy a volver contigo—vio como la mandíbula de Maxie se tensaba, y su sonrisa desapareció—No voy a ser tu novia nunca más—empujó con un dedo el hombro de Maxie.

—Estás siendo más dramática—Maxie retrocedió un paso.

—Escúchame. Tenía planes muy específicos con Santana, que incluía tanto sexo como fuera posible.

—Jesús Brittany, ¿qué pasa contigo y esa doctora? ¿Es que no ves que no es buena para ti?

—¿Estás bromeando? Santana es lo mejor que me ha pasado en la vida. Ella es dulce, cariñosa, y me hace reír—observó a su amiga que se limitaba a mirarla—Estoy enamorado de ella.

—¿Ella te ama?—la pregunta de Maxie la hizo detenerse.

Todavía Santana no le había hablado de sus sentimientos.

Sabía que había atracción, pero no estaba dispuesta a permitir que Maxie supiera la batalla interna entre su corazón y su cabeza.

—Nos iremos de aquí.

—¿Cómo?

—Estuviste de acuerdo en que podría utilizar la casa. Te dije que si sino, alquilaría un lugar para poder estar las dos solas.

—No era necesario alquilar nada. Jesús, que no ganas tanto dinero como para ir gastándolo en ella.

—¡No es un desperdicio!—sus finanzas no eran de su incumbencia—Una vez más, queríamos estar las dos solas—la rozó al pasar y se dirigió a la casa.

Santana estaba en la parte inferior de la escalera.

Brittany se preguntó si había oído la pregunta de Maxie.

—Intentaré encontrar otro lugar donde quedarnos.

Se dirigió hacia el teléfono colgado en la pared de la cocina. Sacó las páginas amarillas y comenzó a buscar alojamiento, maldiciendo en voz baja.

Cuando fue a recoger el receptor, miró a Santana. Esta le hizo un gesto hacia Maxie, que parecía estar llorando.

—Iré a ducharme. Hazme saber qué decides—se acercó a Brittany y la besó en la sien—Habla con ella. Está confundida—subió las escaleras de madera a la segunda planta.

Colocó el teléfono en la base.

—Está todo reservado para el fin de semana. No hay nada libre.

—Brittany, ¿no puedes quedarte?

—Nos quedaremos. Sólo me hubiera gustado que cumplieras tu promesa—bajó la cabeza y se dirigió hacia las escaleras—Enseguida bajaré a preparar la cena.

—Yo puedo…

—No, Maxie, yo cocinaré. No quiero que hagas nada por nosotras.

Se agarró a la barandilla y empezó a subir las escaleras. A media altura se volvió a Maxie.

—No entiendo por qué a veces haces estas cosas, Maxie. Quiero que sepas que me has hecho daño, por última vez.

Subió las escaleras y encontró consuelo en los brazos de Santana.


Fin flashback


Durante el resto del fin de semana, evitaron a Maxie.

Esta pasó el resto del fin de semana bebiendo, hasta que se fueron.

Sacudiendo la cabeza ligeramente, regresó al presente y a la cuestión planteada por Cassandra.

—Lo siento, estaba pensando en otra cosa. ¿Puedes repetir su pregunta?

—¿Has visto a Maxine últimamente?

Cassandra dobló la servilleta de lino, en su regazo. Ryan resopló y dio a su esposa una mirada severa.

—No desde hace un par de semanas. Tuvimos un desacuerdo y no hemos hablado desde entonces.

Había rechazado las llamadas de Maxie, e ignorado la puerta, cuando se había presentado en su apartamento.

Incluso Quinn le había preguntado, qué estaba pasando entre ellas. Brittany se había limitado a responder que Maxie necesitaba crecer.

—No ha venido al trabajo. Espero que todo está bien.

—Estoy segura de que estará bien.

Se preguntó si Maxie habría encontrado consuelo en nuevas botellas de whisky.




Horas más tarde, cuando uno de sus compañeros de trabajo mencionó las palabras “Last Dance” todos los huesos de los pies de Brittany se regocijaron.

Los zapatos, que había pedido prestados a su madre, estaban de moda pero no eran nada prácticos.

—Baila conmigo.

La cabeza de Brittany se disparó hacia la voz a su lado. Michelle Stanley estaba ofreciéndola su mano. Brittany sacudió la cabeza preguntándose si había oído bien, a la estudiante.

—Baila conmigo, Brittany—solicitó nuevamente.

—Michelle—empezó con calma, escuchando todas las alarmas que sonaban en su cabeza—Eres una estudiante, yo un profesor. Es muy inapropiado—Brittany escuchó los primeros compases de Whitney Houston All My Love—Además, esta es una canción lenta.

—No lo entiendo. Eres lesbiana. Has bailado antes con mujeres. Baila conmigo—Michelle exigió, mientras colocaba su mano sobre el antebrazo de Brittany.

Los ojos de Brittany se dispararon hacia Hanna y Sebastián, preguntándose si los estudiantes habían roto su promesa.

—No.

El rechazo contundente, llamó la atención de la multitud cercana. Dio unos pasos hacia atrás, chocando con el seños Holmes.

—No estoy segura de lo que estás haciendo, pero creo que tendrías una mejor oportunidad de encontrar a un compañero de baile entre tus compañeros.

Se movió para quedar entre el señor Holmes y Michelle.

—Vamos entrenadora, sólo estaba bromeando—sonrió dulcemente y llamó a un muchacho que pasaba.

—¿Qué fue todo eso Sra. Pierce?—el Señor Holmes vio la palidez de su rostro y expresión de sorpresa.

—No estoy muy segura de qué pensar—se apoyó sobre el borde de la mesa.

—Cuando lo sepa, te lo haré saber.

Se llevó una mano a la cara.

Estaba ardiendo.

—No me siento bien. ¿Te importa si me marcho ahora?—preguntó mientras abría el bolso en busca de las llaves.

—No, en absoluto Brittany. Espero que te recuperes pronto—el director dijo mientras miraba a uno de sus empleados favoritos huir del baile de graduación.






******************************************************************************************************************





Santana esperaba impaciente en su sala de estar.

El parpadeo de la luz, de las velas bailaba en el aire, haciendo extrañas sombras en las paredes. Había revisado toda la casa, tratando de que todo estuviera perfecto.

Desde el fin de semana extraño en la orilla, sentía como si se hubiera abierto una brecha entre ambas.

Podía culpar a la cosecha de nuevos residentes que estaba supervisando.
A la junta médica, de urgencias, que aún tenía que nombrar al Jefe de Residentes, para el departamento. Una vez que todo ello terminara, la responsabilidad de Santana se desplazaría a ellos. Como parte de la junta, se había visto obligada a asistir a reuniones, atender a los estudiantes, al personal.

Sabía que no le había quedado mucho tiempo para atender su vida personal.

Sabía que había descuidado a Brittany.

Esta noche, planeó rectificar la situación.

Había llegado del trabajo hacía ya una hora, e inmediatamente había colocado una docena de rosas, de color rosa, en un florero sobre la mesa y varias velas blancas. Después se había dado una ducha, y cambiado de ropa.

El baile siempre parecía ser una noche tradicional de paso para la mayoría de la gente.

Nunca entendió esta concepción, ya que nunca había asistido a ningún tipo de baile formal, en la escuela.

Quería tenerlo todo organizado, como si esta noche, fuera el baile de graduación de ella y Brittany.

El año que viene, le pediría que la acompañara a la gala de HRC, en lugar de ir sola con Blaine y Kurt.

Recién duchada, se puso con un par de pantalones negros ajustados, una camisa de esmoquin blanca, con perlas incrustadas. La chaqueta a juego colgaba de la parte posterior de la silla del comedor.

Lo único que faltaba era Brittany.

El vestido verde esmeralda que llevaba, la había dejado descolocada.

Se había quedado mirando fijamente a figura que se alejaba, tiempo suficiente para que su personal se preocupara. Si Spencer no la hubiera golpeado en el brazo, se habría quedado ahí toda la noche, recordando la parte trasera de la rubia.

Distraída durante cinco minutos, se dedicó a encender las velas.

El plan requería sorprender a Brittany, en la puerta de la cocina, vestida con esmoquin y una rosa en las manos.

Con diligencia, escuchó el Jeep que entraba por el camino de su casa. La puerta del mismo se cerró de golpe.

No sabía cómo había sucedió, pero cuando se dio la vuelta, Brittany ya estaba de pie en la sala de estar, disfrutando de la luz de las velas.

—Mierda—puso mala cara.

Su plan se había arruinado.

—Buenas noches a ti también—Brittany a Santana, y luego desvió la mirada hacia las velas en la habitación—¿Esperas visita?

—Quería darte una sorpresa—bajó la cabeza medio avergonzada.

Brittany le tomó la mano y le levantó la barbilla para contemplar sus conmovedores ojos marrones.

—Estoy sorprendida.

Había contenido la respiración cuando había entrado en casa.

Su coche se había negado a arrancar, y se había visto obligada a ser traída por los Washington.

La sala estaba bajo la luz de las velas, con el sonido de música romántica tocando suavemente a través de los altavoces, y aquello sumado a la visión de su novia, en esmoquin, hizo que su corazón latiera con fuerza.

—Estás espléndida—levantó una ceja, cuando Santana se pasó una mano, por el pelo, en señal de frustración.

—Quería darte la bienvenida en la puerta—llevó una mano a la mejilla de Brittany. Su pulgar se deslizó suavemente través de su piel—Me parece que no puedo hacer nada bien últimamente.

—¿De qué estás hablando?—se apoyó en el calor de su mano—No has hecho nada malo, Sanny.

Santana retiró la mano.

Sabía que sus inseguridades estaban empezando a volver la loca.

Con Dani, la distancia entre ellas había comenzado lentamente. No se había dado cuenta, hasta que había sido demasiado tarde como para hacer algo al respecto.

Con Brittany, sentía que estaba perdiendo el interés de la profesora.

—Hola—se movió para besarla—Estás muy guapa esta noche.

—San, dame la bienvenida en la puerta—le dio un pequeño beso y luego salió por la puerta de atrás.

Llamó a la puerta suavemente, esperando que la puerta se abriera de inmediato. Preocupada, cuando Santana no contestó, volvió a llamar. La puerta se abrió a toda prisa. Santana estaba de pie, con su chaqueta de esmoquin, y una sola rosa en la mano, mientras sonaba Matt Nathanson de fondo.

Sus ojos miran la miraban a ella.

Sonrió y le dio la rosa.

—Nunca tuve que ir a mi fiesta de graduación. Pensé que podía llenar ese vacío contigo—le tendió una mano.

Brittany entrelazó sus dedos, preguntándose cómo había llegado a ser tan afortunada.

—La mejor oferta que he tenido en toda la noche—dijo mientras envolvía sus brazos alrededor de la cintura de Santana, y tiraba de ella en un abrazo.

Apoyó la cabeza en su hombro, por un momento, luego levantó la cabeza y acercó sus labios. Sus manos recorrían desde la cintura de Santana, por su espalda hacia su cabello.

La intensidad de su beso aumentó, hasta que sus bocas se abrieron cuando intercambiaron pequeños mordiscos.

—Eres hermosa—se apartó pero cogió una de las manos de Brittany. Retrocedió en la sala de estar—La primera noche que viniste, bailamos en mi sala de estar.

—Lo recuerdo—sintió el rubor en sus mejillas.

Esa noche fría de enero parecía hacía ya casi una vida. Ahora no podía imaginar su vida sin aquella mujer. Su relación había empezado de manera extraña, pero no lo cambiaría por nada.

—¿Te gustaría hacerlo otra vez?—la pregunta tranquila de Santana la sacó de sus pensamientos.

—Depende…—miró alrededor de la casa, que ya la consideraba más su casa que su propio departamento.

Alargó la mano para tocar la cintura de Santana.

Atrás quedó esa extraña y tímida mujer que había conocido meses atrás.

Miró a los ojos de su amante, su otra mitad, la mujer que sostenía su corazón.

—¿Y?

—¿Me puedo quedar a pasar la noche?—apretó la mano de Santana.

Vio la mirada de preocupación de su amante, transformarse en una mirada traviesa.

—Podrías haber pasado la noche aquí, la primera vez.

La hizo girar en un paso de baile, consiguiendo que sus cuerpos quedaron en pleno contacto.

—Me gustaría que pasaras la noche. He escuchado que suele ser la tradición después del baile.

—Eres la única con la que quiero bailar esta noche—se dejó llevar por los brazos de Santana, mientras la música continuaba sonando.

—¿Te gustó tu cita?—Santana rio y bajó la cabeza sobre el hombro de Brittany.

Continuaron bailando, en un pequeño círculo, entre el sofá y la televisión. Pasó las manos bajo la chaqueta del esmoquin y se lo quitó. Con la mano libre, la dejó sobre respaldo del sofá.

—Mejor—dijo mientras pasaba sus manos sobre los hombros de Santana, bajándolas por la espalda.

Tiró de la camisa, para sacarla de los pantalones de Santana. Gimió cuando sus manos tocaron la carne caliente de la espalda de su amante.

—¿No te gusta la chaqueta?

—Si, pero me gustas más sin ella—dejó que sus manos vagaran a través de los músculos de la espalda.

Santana levantó la cabeza y comenzó a colocar besos en el cuello de la rubia, hasta detenerse en su oreja. Mordisqueó el lóbulo, lo tomó entre sus dientes hasta que la morena empezó a retorcerse.

—Este vestido me ha tenido soñando durante varias horas—confesó, acariciando su rostro contra el cabello de Brittany.

—¿Eso es cierto, Dra. Hot Stuff?—bromeó al sentir la mano de Santana en la cremallera, entre sus omóplatos.

—Sí…

El gemido resonó en la cabeza de Brittany, cuando la otra mujer bajó la cremallera de su vestido, dejando que el material cayera gradualmente a sus pies.

—He querido hacer eso toda la noche.

Retrocedió para inspeccionar el sujetador de encaje, color Burdeos, a juego con las bragas que llevaba debajo del vestido.

—Wow… es mejor de lo que había imaginado—dejó que su dedo examinara el material sedoso que cubría los senos de Brittany.

Jugó con su pezón, rodeó su dedo alrededor de la protuberancia a través del material blando.

—¡Oh!

El gemido se le escapó, cuando la morena se llevó el pezón a la boca dejando que su lengua hiciera círculos alrededor del material.

—¿Te gusta esto?—cogió el broche, entre los pechos de Brittany, para liberarlos de la prenda limitante—Me encantan tus pechos.

Ahuecó uno, luego el otro. Sus labios y la lengua cubrían la extensión del torso de Brittany.

—¿Por qué siempre tienes más ropa que yo?

Brittany intentó soltar los botones de la camisa de Santana. Frustrada, le sacó la camisa blanca sobre la cabeza y comenzó a deshacerse de los pantalones.

Mientras, la mujer morena deslizaba su dedo largo por la mandíbula de la rubia, y luego por sus labios. Rápidamente reemplazó el dedo con los labios.

El beso comenzó lentamente.

Saboreó la dulzura de los labios entreabiertos hasta que sus lenguas se encontraron. Tiró de Brittany más cerca debido a la urgencia que sentía.

Quería sentir cada parte de la carne de Brittany, mientras sus manos se movían de su pelo por su lado y por su espalda.

Podía sentir sus pechos presionando juntos.

Quería sentir la piel de Brittany contra la suya.

—Te sientes tan bien, Sanny—Brittany gimió mientras continuaban besándose.

La mano de Santana le acarició el pecho hasta que el pezón rosado se puso rígido por el contacto.

Sus labios se movían sobre el cuello de Brittany, acariciando la oreja. Se detuvo para mirarla. Su respiración era pesada y sus ojos llenos de emoción.
Ella le devolvió la mirada con suma intensidad.

—He estado pensando en ti toda la noche—la rodilla de Santana empujó entre sus muslos.

—Te deseo—se movió contra la rodilla.

Deslizó los tirantes del sujetador de Santana de sus hombros, y empezó a lamer y besar sus pechos. Capturó uno en la boca y empezó a chuparlo. Su lengua se movió sobre el pico, mientras empujaba sus caderas para acercarse más.

Un gemido escapó de los labios de Santana, cuando la otra mujer repetía su empuje.

—Ven conmigo—susurró contra sus labios.

Tomó a Brittany de la mano. Siguieron besándose, mientras se abrían camino hacia el dormitorio, hasta que Brittany la empujó contra la pared de la sala de estar, llevando sus manos sobre su cabeza. Colocó besos hambrientos en el pecho y el cuello, y volvió a sus labios. Se apoyó en la entrepierna de Santana. Con la mano libre tiró de los pantalones negros hasta el suelo.

Santana dejó escapar un gemido cuando los dedos de Brittany se deslizaron por su humedad. Esta le soltó las manos, para que la mujer morena pudiera apoyarse en ella.

Sus bocas se encontraron de nuevo.

Los besos estaban llenos de deseo e intensidad.

Los dedos de Brittany continuaron provocándola, acariciándola, llevándola a un lugar al que Santana deseaba ir. Elevó las caderas, intentando moverse para aliviar su sufrimiento. Los labios de Brittany dejaron los de ella, mientras la besaba por el cuello, bajando a través del ombligo, deteniéndose entre los muslos.

Se arrodilló frente a ella, besando y acariciando a Santana, con los labios y la lengua. Tomó el néctar que fluía desde su centro.

La mujer rubia se sentía como un gatito que ronronea.

El placer de saborear la esencia de Santana atormentó su lengua.

Santana apretó los puños, cuando sintió el aliento de Brittany rozar su clítoris. Se apoyó contra la pared, con la esperanza de mantenerse en pie, mientras la otra mujer continuaba haciendo su magia con la lengua. Su cuerpo empezó a palpitar y a convulsionarse cuando la boca y los dedos de su Brittany trabajaron con frenesí.

Todo el cuerpo de Santana se sacudió.

Brittany podía sentir la tensión creciendo a través de músculos internos de Santana, por lo que continuó apretando alrededor de sus dedos. Al aumentar el ritmo, Santana montó contra sus dedos mientras Brittany tomaba el clítoris hinchado entre sus labios, chupando y ordeñando su orgasmo, tratando de prolongar la ola de éxtasis.

—¡Dios mío!—gritó mientras sus manos sacaron la cabeza de Brittany más cerca de ella.

Sintió la sensación sacudirla.

—¡Britt! ¡Britt!—gritó su nombre.

Cayó al suelo, empujando Brittany sobre la alfombra. Al pasar por encima de Brittany, le dio un beso, saboreando su pasión en los labios de su amante.

Santana quería tocarla.

Tiró de la ropa interior de Brittany y la arrojó a un lado. Su mano sentía la dulzura de la feminidad de Brittany, aterciopelad, suave y húmeda, muy húmeda.

Sus besos intensificaron sus sentimientos.

Brittany se quedó con ella mientras se movían juntas en el suelo. Se arqueó cuando su centro se apretó alrededor de los dedos de Santana. El pulgar encontró su clítoris y comenzó a acariciarla ahí.

Su cuerpo vibró contra su dedo con cada toque.

—Te sientes tan bien—Santana le susurró con pasión pesada.

Apenas podía reconocer su propia voz.

Empezó a bajar el rostro sonrojado de Brittany. Esta tembló de nuevo, y un grito escapó de sus labios.

—No puedo dejar de tocarte.

—No quiero que lo hagas.

Cambió su peso y envolvió a Brittany en sus brazos.

—¿Estás bien?

—Creo que podría utilizar otra palabra para describir lo que siento—Brittany sonrió—Wow, sería una. Intensa es otra. Satisfecha… feliz—miró alrededor de la habitación—No hemos llegado a la cama.

—¿Me culpas a mí la culpa de eso?—bromeó. Le acarició la mejilla—Tus ojos son mi punto débil. Me siento como si pudieras ver dentro de mí.

—Mis ojos eh…—Brittany dijo mientras, rodaba en la parte superior de Santana y la miraba fijamente.

Empujó su cabello a un lado y le enmarcó la cara.

—Sí, me pierdo. Una mirada y yo… de duh—se burló de ella.

—Mentirosa. Eres una persona muy calmada Dra. Hot Staff, y eso me vuelve loca—Brittany le tocó la cara—Así que te gustan mis ojos.

—Me gustas—Santana dijo—Mucho y eso es realmente bueno—cerró los ojos y se quedó dormida.



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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D


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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Abr 30, 2016 5:39 am

Santana tan detallista esperando a Britt de esmoquin,.... esta para comerse, al leer el apodo de Dra. Hot Stuff me acorde de Grey´s anatomy, para mi santana seria mi Mcdreamy, McYummy jajajja, no se si me entiendes. saludos.
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Mensaje por micky morales Sáb Abr 30, 2016 7:31 am

Deberian mudarse juntas ya, es obvio que se complementan como pareja, asi que para que pensarlo tanto!!!!!
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Mensaje por 3:) Sáb Abr 30, 2016 12:09 pm

hola morra,...

si que empalagan jajjajel amor asta por los poros!!!
no me gusta la escuncla esa!!!por que jode tanto??

nos vemos!!!
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Sáb Abr 30, 2016 7:10 pm

marthagr81@yahoo.es escribió:Santana tan detallista esperando a Britt de esmoquin,....  esta para comerse, al leer el apodo de Dra. Hot Stuff me acorde de Grey´s anatomy, para mi santana seria mi Mcdreamy, McYummy jajajja, no se si me entiendes. saludos.



Hola, aaaa si es tan tiernucha! jajajajajaajaja. Jajajajajaajaajaajajaj como no, si es san¿? jajajajajajjaa. Jajajajajajajaj la vrdd esk no xD pero si pudieras explicarme todo bn jajajajaja. Saludos =D





micky morales escribió:Deberian mudarse juntas ya, es obvio que se complementan como pareja, asi que para que pensarlo tanto!!!!!



Hola, si, yo pienso igual la vrdd jajajajajaja. Si que si! son perfectas jajajajaja. Eso mismo digo yo, a vivir juntas se ha dicho! Saludos =D





3:) escribió:hola morra,...

si que empalagan jajjajel amor asta por los poros!!!
no me gusta la escuncla esa!!!por que jode tanto??

nos vemos!!!



Hola lu, jajajajajajaajajajajjajaajjaaj xD esk son unos amores las dos! son perfectas jajajajajajajajajajaja. Ni a mi, osea que se mete ¬¬ noseeeeee :@ Saludos =D


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Finalizado FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Cap 17

Mensaje por 23l1 Sáb Abr 30, 2016 7:13 pm

Capitulo 17


Sintiendo el ritmo de la canción que sonaba en la radio, Santana llevó su Honda al aparcamiento de la escuela secundaria de Bayview.

Los cielos azules por encima bailaban sobre las tenues nubes blancas. La cálida tarde de mayo, tenía los campos de golf llenos de hombres de negocios esquivando su trabajo.

Según Brittany, los estudiantes se mordían las uñas deseando la llegada de la vacaciones de verano.

Recorrió el aparcamiento en busca de un lugar para los visitantes. El coche de Brittany se había roto la noche del baile de graduación, y aún estaba en el taller.

Frank había llevado a su hija, por la mañana, y Santana aceptó recogerla por la tarde.

Recordó su primera vez en la escuela.

Había ido a verla a un partido de baloncesto, plagado de jugadoras lesionadas. Aunque al equipo no le fue bien, el tiempo que pasó después con la entrenadora sirvió como fundamento de su relación actual.

Al salir de su coche, enderezó su chaqueta. Venía directamente de una reunión de su departamento.

La decisión de nombrar al Jefe de Residentes se había reducido a Lily Holt y a Serge Phelps, ambos residentes de cuarto año en Jessup. Ella aprobaba cualquier de las dos opciones, pero el comportamiento de Serge con los otros residentes y pacientes, apelaba a su lado más suave.

El joven canadiense francés había aprendió Inglés conversacional rápidamente cuando comenzó sus rondas.

Pensó en lo divertido que era verle tomar leche en vez de café, o llamar a su mamá dos veces a la semana. Su actitud a la hora de tratar con el resto de sus compañeros, así como sus conocimientos médicos y buenos diagnósticos lo hacía un buen candidato al puesto.

Reconociendo el letrero para los visitantes de la escuela, se dirigió a la oficina principal. Una mujer de pelo blanco, detrás del escritorio, levantó la vista de su ordenador para saludarla.

—Buenas Tardes.

La mujer se puso de pie. Entre su pelo y la altura, la empleada le recordó la actriz Betty White.

—¿Le puedo ayudar en algo?

—Hola—cogió la pluma adjunta al portapapeles—Estoy aquí para ver a Brittany Pierce. Ella ha tenido…

—Problemas con su coche. Si. Y usted debe ser la Dra. López.

Santana estaba aliviada de que aquella mujer no se refería a ella al Dr. Hot Stuff, como lo harían sus compañeros del hospital.

—Si, lo soy. ¿Señorita?

—Sra. Denton, soy la administradora de la escuela. Creo que la Sra Pierce está terminando la práctica de graduación en el auditorio. Puedo pedirle a uno de los ayudantes estudiantiles que le muestre el camino.

—Creo que se suponía que debía encontrarme con ella en su oficina.

—El calabozo.

Las cejas de Santana se arquearon hacia el comentario.

—Oh, su oficina se encuentra en la sección inferior del vestuario de las chicas. No tiene ventanas. Yo lo llamo el calabozo porque no tiene ventanas. No hay luz natural—explicó rápidamente—Veré qué estudiante puede acompañarle.

—Hey Dra. López—Michelle Stanley saludó tan pronto como entró en la oficina—Hola señora Denton, me gusta su pin.

La mujer tocó el pasador en la blusa y le sonrió a la estudiante.

—Gracias Michelle. Fue un regalo de mi nieta.

—¿Está buscando a la entrenadora Pierce?—preguntó a Santana, mientras se acercaba a la médica.

—Michelle, ¿puedes acompañar a la Dra. López al auditorio?

Esta fue a expresar una objeción pero la mirada de alivio, en el rostro de la señora Denton, detuvo sus preocupaciones.

—No hay problema. Dra. López, hacía mucho tiempo que no nos veíamos—Michelle dijo haciéndole un guiño, y sonriéndole, mientras mantenía abierta la puerta.

—La señorita Stanley, para dispuesta a ayudarle.

Santana pensó en el día en que se estrelló contra la adolescente, fuera de la entrada de ambulancias.

—Y tienes suerte de ello.

La adolescente caminó hacia atrás, mirándola fijamente. Desvió la mirada hacia sus compañeros, y se volvió hacia Santana.

—La gente puede perderse en estas salas.

Sabía cómo se había comportado con Brittany en el baile, pero no se atrevió a reprenderla.

Brittany pensó que era una broma y la joven sólo quería llamar la atención. Santana se preguntó por qué esta estudiante parecía tener el don de estar siempre alrededor de una de ellas todo el tiempo.

—¿Cómo está tu pierna?

—Duele a veces, por lo general cuando hace frío.

Había notado un ligero tirón en la marcha de la adolescente. Seguramente nadie más se habría dado cuenta.

—Veo que todavía tienes una ligera cojera. ¿Vas a Terapia Física?

—Una vez cada dos semanas—respondió cuando doblaron otra esquina y siguió caminando, por zonas del edificio, por las que Santana no había estado nunca antes—Lo que realmente me gustaría es que alguien me diera unos masajes. Ya sabes, uno de esos realmente profundos.

—¿Estás segura de que ella está aquí?

Santana quería alejarse de cualquier conversación que implicara masajes con aquella joven.

—Quizá debería haber mirado en su oficina. Ella dijo que estaría en la oficina.

—¿Está buscando a la entrenadora Pierce?

Un estudiante que pasaba junto a ellas les preguntó. Santana asintió, mientras se detenían en mitad del pasillo principal.

—Ella está en el salón de actos—el joven señaló por el pasillo hacia la parte trasera del edificio.

—Estarán terminado los trabajos para la graduación—Michelle explicó mientras continuaban la marcha, y giraban por otro pasillo.

Santana notó que el número de estudiantes, en los pasillos, comenzó a disiparse.

—Estaba aquí hace cinco minutos—dijo Michelle.

—Parece que hemos estado caminando durante al menos diez—miró hacia las aulas vacías, y la falta de estudiantes y profesores.

Un poco de alivio se apoderó de ella cuando reconoció a una estudiante caminar hacia ellas, Hanna, la pequeña jugadora de pelo rubio.

—Hola Dra. López—la rubia la saludó.

La mirada de enojo que pasó entre las dos estudiantes no pasó desapercibida para por Santana.

—Michelle, ¿a dónde vas?—Hanna se dio la vuelta cuestionando a su compañera de clase.

—Ocúpate de lo tuyo Hanna—Michelle se rompió.

—No hay necesidad de ser así—Santana reprendió a la joven, que la miró rápidamente, esbozando una sonrisa brillante.

—Ella está celosa de mí—se echó el pelo largo y castaño por encima del hombro—Se cree que será la atleta del año. No hay manera de que la entrenadora la elija.

—Estoy segura de que Britt… la entrenadora seleccionará a quién crea mejor.

Una extraña sensación se apoderó de ella, en ese momento. La piel de gallina recorrió sus antebrazos.

Michelle llegó al final del pasillo y se acercó para abrir una gran puerta doble azul. Filas de luces inundaban la iluminaron de la zona del escenario. Michelle se enroló en el brazo de Santana y comenzó a escoltarla hacia el escenario.

—No puedo esperar para graduarme. Seré tratada como adulto y podré hacer lo que realmente quiero hacer—declaró haciendo más fuerte su agarre en el brazo de Santana.

—¿Qué es lo que quieres hacer?—preguntó mientras se desengancha del brazo de la adolescente.

Michelle se puso delante de ella y se dirigió hacia el escenario planteado. Cuando llegaron al centro, Michelle se dio la vuelta rápidamente para hacer frente a Santana. Su rostro mostraba la misma ira que había visto en el hospital.

—Estás con la entrenadora, ¿no es así?

Su pregunta resonó con pesar. Alargó la mano para tocar a Santana, pasando sus dedos por el antebrazo.

—¿Qué?—Santana estaba sorprendida por las acciones bruscas y su pregunta.

—Tú y la entrenadora Pierce. Britt. ¿Están juntas?—los dedos de Michelle comenzaron a deslizarse hasta las solapas de la chaqueta—Te gustan las mujeres, ¿no?

El pelo en la parte posterior del cuello de Santana se puso de pie, mientras se apartaba de la estudiante.

Michelle la agarró por ambos lados de sus solapas de la chaqueta y tiró de ellas, con tanta fuerza que le golpeó contra el escenario. Llevó sus labios a los de la médica. Impresionada por su actitud, puso sus manos sobre los hombros de Michelle y empujó.

—¡Santana!

La voz de Brittany reverberó en la acústica del auditorio. Michelle dejó escapar un grito, la apartó y se echó en los brazos de Brittany.

Histéricamente sollozó en los brazos de la profesora, justo cuando otro miembro del personal estaba de pie en la entrada de la habitación.

Atónita por las acciones de la adolescente y por la ira en la voz de Brittany, Santana se quedó mirando las solapas arrugadas de su chaqueta.

Aún podía ver las muescas de los dedos de Michelle.

Se enfrentó a Brittany y al otro miembro de la facultad. Hanna estaba justo fuera de la entrada observando la escena.

La ira de Brittany se desbordó mientras empujaba a la adolescente llorando en los brazos de su homólogo. Con un gesto de la mano, se les pidió que abandonara el hemiciclo.

Poco a poco, se acercó a Santana.

La furia en sus ojos de plata quemada como un rayo.

—Britt… es

El movimiento de la mano de Brittany, fue tan rápido, que no lo vio venir.

Simplemente recibió la fuerte bofetada.

La fuerza bruta del golpe, hizo que se tropezara hacia atrás. Su mejilla picó cuando los vasos sanguíneos reaccionaron ante el impacto. Llevándose la mano a la cara, se quedó adormecida, en silencio, mirando a Brittany.

—Dra. López. No quiero que vuelva a pisar, de nuevo, esta institución—su voz se quebró con rabia.

—Te quiero.

Fueros las únicas palabras que pudo pronunciar.

Quería habérselo dicho en una ocasión especial, no de esa manera.

—Por favor, Britt, deja te que te ex…—trató de hacer cara o cruz de la situación.

No era posible que aquello estuviera sucediendo.

Estaba ahí para recoger a Brittany. Iban a cenar con los padres de Brittany, esa misma noche. El fin de semana se dirigían de vuelta a la orilla a mirar la casa.

—¿Explicarme? ¿Explicarme? ¿Quieres que escuche tu excusa? Si realmente “me quieres” ¿por qué estabas abrazada y besando a Michelle? Por favor…—silbó mientras se alejaba—Espero que tengas un muy buen abogado—a mitad de camino por el pasillo, se volvió hacia Santana y añadió otro clavo en el ataúd—Veo que hay algunas cosas que son de familia.

Mirando a la espalda de Brittany, que salía del auditorio, se sintió morir.

¿Cómo podría acusarle de tales acciones, ponerla en la misma categoría que su papá?

En cuanto a lo que la rodeaba, empezó a cuestionar todo.

Su relación con Brittany.

¿Por qué Michelle Stanley la había atacado?

¿Qué había hecho a aquella joven para que actuada de esa manera con ella?


Ella no había hecho nada malo.

Esto no era culpa suya.

Nada de esto era su culpa.

Tal vez le había pasado algo parecido a su papá.

¿Sus acciones también fueron confundidas con otra cosa?

Por primera vez en su vida, deseaba haber creído que su padre fuera inocente.

Con la cabeza baja, se dirigió hacia la salida más cercana, sin importarle si la alarma contra incendios sonaba o no. Recibida por la luz brillante del sol, la pesada puerta se cerró detrás de ella.

Después de orientarse por un momento, siguió un camino, alrededor de la escuela, que la llevaba a la zona de aparcamiento principal. Rezó en silencio, para que Brittany se diera cuenta de lo que había pasado en la escuela no era culpa suya, y la estuviera esperando en su coche.

En cambio, su CRV gris estaba aislado en medio del vacío aparcamiento.

Se sentó al volante, y se preguntó cómo había podido cambiar tanto su vida, en unos minutos.

Se suponía que iban a ir a cenar esta noche con el Pierce. Este fin de semana iban a mirar la casa cerca de la orilla.

En cuestión de quince minutos, su vida pasó de felicidad al completo caos.

Saliendo de la escuela, se preguntó qué iba a pasar.

Sin duda, la escuela se daría cuenta de cómo era Michelle.

Pero ella era inocente.

Tenía Brittany.

¿Por qué iba a querer a nadie más, especialmente un adolescente malcriada?

Se detuvo ante un semáforo en rojo.

Todo sucedió tan rápido que no sabía cómo reaccionar o qué hacer.

Y las acciones de Brittany.

Su mejilla aún le picaba.

Se miró en el espejo, viendo todavía la huella de la mano visible en su rostro.

Lo que le había dicho, le había dolido más que la bofetada.

Las palabras de la profesora resonaban en su cabeza.

Que era como era su padre.

Sabía que ella era inocente.

¿Su papá también lo era?

¿Le podría haber pasado lo mismo que a su padre?


Algunos adolescentes malcriados, cuando no conseguían lo que querían, se ensañaban con otras personas.

Recordó la chica que acusó a su papá.

Louise, ella era una rica hija de papá suspirando por atención.

¿Cuál era el motivo de Michelle?

La niña fue apareciendo en sus ratos libres. Se había presentado dos veces, en urgencias, solicitando que ella le atendiera.

Dios, ¿qué fue todo eso?

Spencer estaba enojada con la adolescente, pero nunca dijo nada. Cuando mencionó a la adolescente, se dio cuenta de que Spencer estaba irritada.

Michelle había tocado a Santana, en el curso de la conversación, y en más de una ocasión, le había guiñado un ojo e interrogado sobre su gusto por las mujeres.

Sacó su teléfono móvil.

Marcó el número de Blaine.

Como su superior y amigo, necesitaba informar al hospital de los posibles cargos.

Le dejó un mensaje.

Retiró el teléfono de su mejilla, y al notar la humedad, se dio cuenta de que había estado llorando. Se enjugó las lágrimas y se dirigió a casa.





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Atónita, Brittany se sentó en el coche de Finn, fuera de la casa de sus padres.

Finn llegó tan pronto como ella lo había llamado. No recordaba haberle llamado ni hablado.

Cuando su entrenador asistente y amigo, se arrodilló frente a ella y la tomó de la mano, en la suya, se puso a llorar. La envolvió en un abrazo y trató de aliviar su sufrimiento.

Su corazón estaba roto.

Nunca en un millón de años habría creído lo que había pasado.

Lo vio.

Vio a Santana fijando a Michelle Stanley, contra el escenario, besándola.

—¿Quieres que te lleve a casa?—la suave voz de Finn penetró en la neblina que la rodeaba.

—Mis padres. Si, llévame ahí—murmuró preguntándose cómo su mundo se había vuelto del revés tan rápidamente.

Su corazón se sentía como si estuviera siendo arrancado de su pecho.

Nada más oír la alarma contra incendios, que había hecho saltar Santana en su salida, fue corriendo por el pasillo hacia el director Holmes.

Su rostro mostraba preocupación al verla.



Flashback


—¿Qué diablos pasó?—Morris Holmes tenía a tres profesores y una estudiante, muy angustiada, esperando en su oficina.

—Había…—Brittany tropezó con sus palabras.

No sabía cómo expresar lo que acababa de presenciar.

—Vi…

—Simplemente tomate un momento—Puso una mano en su brazo en un gesto de calma.

Brittany cerró los ojos y apretó el puente de la nariz.

¿Qué había visto?

—Llegué a la oficina y le dije a la señora Denton, que alguien vendría a recogerme. Luego Michelle Stanley y la Dar. López estaban en el auditorio—Brittany se detuvo.

Michelle había estado en la práctica de la graduación y sabía que habían terminado. Las únicas personas que quedan en el auditorio eran los encargados del trabajo audiovisual.

—Así que… me dirigí de nuevo aquí para reunirme con ellos—hizo un gesto hacia la puerta—Cuando entramos, vi a Michelle Stanley siendo presionada contra el escenario y participando en un beso con la Dra. López.

En su mente, se repetía aquella escena una y otra vez, Santana presionando a Michelle, mientras sus bocas se tocaban. Incluso desde el fondo de la habitación, no había duda de lo que estaba ocurriendo entre las mujeres.

—¡Mierda! Michelle Stanley?—Morris puso su mano sobre su frente.

Sus roces con Geoff Stanley solían terminar con el director, disculparse con el funcionario del condado, con la esperanza de que no les cortaran los presupuestos, de los que dependían.

—¿Por qué diablos el Dr. López estaba en el edificio?

—Mi coche está en el taller. Le pedí que me recogiera después de la escuela.

No reconoció su propia voz, sonaba demasiado vacía.

Ella se sentía vacía.

—¿Una mujer? ¿El Dr. López es una mujer?

Cerró los ojos mientras trataba de concentrarse en los procedimientos para este tipo de situaciones.

Corrió una lista garrapata mental en la cabeza.

Tenía que notificar a la junta y a los abogados.

—Por favor, dígame Sra. Pierce, ¿sabía usted de cualquier tipo de interacción entre la estudiante y su amiga?

Cuando el rostro de la maestra se redujo aún más, sabía que había habido algún contacto.

—La Dra. López trató a Michelle después del accidente de autobús. Creo que hubo un contacto adicional en el hospital y, posiblemente, en un restaurante.

—¿Nada más en la escuela?

—No que yo sepa.

—Parece como si estuviera enterada de lo suficiente Sra. Pierce. Estará suspendida administrativamente y será contactada por los abogados del distrito escolar.

Sacudiendo la cabeza, recordó que sólo faltaba una semana para terminar el año escolar, ¿por qué esto tiene que suceder bajo su mandato?

Los hombros caídos de la mujer frente a él, le transmitieron su sorpresa e incredulidad también.

—Algunas veces las personas no son lo que parecen ser, señorita Pierce. Piense en ello como una lección de vida.

El director Holmes se volvió hacia su oficina, preparando su cerebro para hacer frente a las preguntas de sus superiores.

—Brittany no hables con nadie de esta situación. No quiero que ningún aspecto de la investigación se vea comprometida.



Fin Flashback



—¿Quieres que vaya contigo?” Finn colocó una mano en su rodilla.

Cuando los ojos azules muertos lo miraron, su corazón estaba con el dolor que Brittany estaba tratando.

—Gracias por todo Finn.

Negó con la cabeza.

Se movió como pudo, para salir del coche y entrar en casa de sus padres, sin un pensamiento. Inmediatamente fue a su antiguo dormitorio y se desplomó sobre la cama.

No oyó la puerta abrirse y sentir el hundimiento de la cama, cuando Whitney se sentó junto a ella.

Una cálida mano en su espalda, trató de calmar los sollozos, pero nada parecía borrar la imagen de Santana besando a su estudiante.

Cuando Whitney se acostó junto a ella, se acurró en los brazos de su madre y lloró con más fuerza.

—Está bien—Whitney dijo, mientras besaba la parte superior de la cabeza de su hija.

Finn la había llamado advirtiéndole que algo malo había pasado en la escuela, por lo que se había preparado para una crisis.

—Nada puede ser tan malo que no puedes arreglar—Whitney ofreció aliento.

—Oh mamá, es muy malo. Es tan malo que no sé qué hice mal—lloró en el pecho de su mamá.

Su vida estaba siendo despedazada.

Pensó que no había sufrido tanto desde que se había lesionado cuando estaba en la universidad.

Eso no era nada comparado con la angustia que estaba tratando.

Su novia estaba en una relación con su alumna.

Había estado ciega.

Había permitido que la relación continuara, entre Santana y su estudiante, a pesar de que Michelle se había acercado a ella varias veces.

¿No había visto los signos o Santana había estado jugando con ella todo el tiempo?

Maxie le había advertido, pero pensó que la preocupación de su amiga era por celos.

¿Era la historia sobre el papá de Santana una manera de alejarla de su relación?

Tal vez esa fue la razón, de que Santana se negara a entrar en detalles sobre la muerte de su padre.

Comentario del Director Colmes, sobre su conocimiento de la interacción entre Santana y Michelle, la hizo sentarse en la cama.

Whitney parecía sorprendida por el repentino cambio en el comportamiento de su hija.

—Mamá, voy a necesitar un abogado, un abogado muy bueno—Brittany acunó su cabeza en sus manos.

Iba a tener que lidiar con la realidad de la situación.

Una relación inapropiada entre su estudiante y su amiga. En el centro de la misma, se encontraba ella.

Sabía de sus encuentros.

Sabía que se habían visto en más de una ocasión. Michelle mencionó a Santana en todas las conversaciones que había tenido con ella, primero en el supermercado y luego en la fiesta de graduación.

Eddie había mencionado que Michelle quería salir con alguien más maduro.

Ahora se daba cuenta de lo ingenua que había sido.

Dos jóvenes, jugadoras, habían tenido una relación antes del accidente de autobús.

Luego Santana entra en su vida.

La médica no se deja emocionar, dejando que ella misma marcara el ritmo de la relación.

Cuando Santana finalmente le declara su amor, es sorprendida besando a una estudiante. Santana dijo que me amaba, apartó lejos de su mente aquellas palabras.

En medio del pánico, al ser atrapada con Michelle, Santana finalmente le había declarado su amor.

—¡Necia!—dijo en voz alta—Mamá, soy una completa idiota. No puedo creer que haya dejado que algo así pueda pasar.

—Britty, ¿qué diablos está pasando?—Whitney miró el reloj de la mesita de noche.

Se suponía que tenía que cenar en una hora, pero viendo el estado de su hija, parecía que esos planes habían cambiado.

—Yo le creí. Creí cada palabra de mierda que me decía—se puso de pie y comenzó a pasearse por el suelo delante de la ventana.

—Voy a suponer que te refieres a Santana—se sentó en la cama, con la espalda apoyada en la cabecera—Britty, todas las parejas tienen peleas. Es parte de una relación, tener desacuerdos.

Vio cómo Brittany se detuvo y la miró fijamente.

—¿Besarse con una estudiante de diecisiete años, cuenta como un desacuerdo?

Oyó el resentimiento en su voz, y se sintió mal por desquitarse con su mamá.

Cuando Whitney le puso una mano sobre su corazón, Brittany bajó la cabeza.

—Lo siento mamá. Estoy en estado de shock. No puedo creerlo.

—¿Estás segura Brittany? Santana no me parece que sea el tipo de persona que estaría interesada en una adolescente.

—Mamá, yo las vi. Soy la que entró en el auditorio y las atrapó. Di parte de ello.

—¿Quién es la estudiante?

—Es Michelle Stanley, la chica que se rompió una pierna durante el accidente de autobús.

Se sentó en la silla del escritorio de madera dura. Cruzó las piernas colocando un codo sobre ellas y apoyó la barbilla en la mano.

—¿Santana la trató?

—Sí. Por el amor de Cristo. Así es como la conocí. Ella pensó que yo era la mamá de Michelle.

—Eso no aclara mucho, cariño—Whitney pensó en la tímida médica, que había sido el centro de la vida de su hija durante los últimos meses.

—Hay otras cosas—resopló.

¿Por qué no lo vi?

—Santana mencionó que Michelle apareció en urgencias par de veces. También apareció en un restaurante, cuando nosotras estábamos ahí cenando. Y…

Se debatió, si debía decirle a su madre sobre las conversaciones que ella y Michelle había tenido.

—Mamá, ella sabía sobre Santana y yo. Sabía que éramos novias, que éramos pareja. Michelle me dijo que podía conseguir a alguien mejor y con más dinero.

—Sé que estás muy preocupada sobre tu vida personal en la escuela, pero ¿hay una forma en que ella lo hubiera sabido?

—Santana se lo podría haber dicho.

Pensó en Hanna y Sebastián.

—Una noche, cuando estábamos fuera, un par de mis estudiantes nos vio.

Aunque no había ninguna indicación de que aquellos estudiantes hubieran hablado sobre su sexualidad.

—Nada de esto tiene sentido—se puso de pie en señal de frustración.

—Britty, ¿qué dijo el director Holmes?

—Él me puso en suspensión administrativa, pendiente de investigación.

—¿Y tu trabajo? ¿Hay una posibilidad que pudieras ser despedida por esto?—se levantó de la cama y caminó al lado de su hija.

Levantó la cara de Brittany para ver el desgarro que llenaba sus preciosos ojos.

—Mamá, yo lo sabía. No en la medida en que lo sé ahora—se pasó las manos por el pelo, en señal de frustración—¿Cómo puedo explicar que sabía que ellas se habían visto?

—Cariño, no sabes si están durmiendo juntas.

—¡Ahhh! ¡Mamá, ahora tengo otra opinión—Brittany gritó—Voy a tener que explicar por qué no dije nada, y probablemente explicar cuál es mi relación con Santana.

—Vayamos paso a paso. No nos precipitemos. Vamos a hablar con tu papá de la situación y ver si podemos llamar y pedir algunos favores. Creo que hay más de un abogado, que tu padre conoce en Washington—pasó un brazo por la cintura de su hija—Vamos a salir de esto como una familia.

Esperaba que la tranquilidad de su voz filtrada a través de los sentidos de su hija.






********************************************************************************************************



Varias botellas vacías de cerveza cubrían el porche trasero de la casa de Santana, mientras su cuerpo larguirucho estaba desplomado encima de una tumbona cerca de las macetas.

Blaine recogió un par de botellas vacías, y las depositó en la caja de reciclaje.

Estaba en medio de una cirugía de urgencia, cuando su amiga le había dejado un mensaje.

Le devolvió la llamada, pero no había tenido respuesta.

Entre la confusión en su voz y el llanto, apenas fue capaz de entender lo que había ocurrido. Él llamó a su móvil y a casa, pero no obtuvo respuesta.

Finalmente, decidió ir a ver lo que había ocurrido.

Al tocar suavemente su mejilla, se dio cuenta de la mancha roja, con forma de huella de una mano

—¿Qué diablos ha pasado?—preguntó mientras trataba de despertarla—San… vamos cariño—Blaine le acarició el pelo, con la mano.

—¿Britt?—una respuesta borracha fue su única respuesta.

—No, soy Blaine. ¿Qué está pasando?

La cerveza rancia impregnaba su forma arrugada. La ropa, que había llevado en la reunión del departamento, estaba arrugada y sesgada con lo que parecían ser manchas en la parte delantera.

—Es un mal sueño…—trató de levantar la cabeza, pero no pudo.

Se dio la vuelta hacia y vomitó.

Blaine miró a su amiga.

Era mejor médico que conocía, y se preguntó qué habría puesto su mundo al revés.

Estaba claro que había estado bebiendo, bebiendo en exceso, pero nunca la había visto cómo estaba ahora.

Cuando no pudo sacar nada de Santana, que llamó Rachel y le pidió que se reuniera con él, en casa de Santana, cuando saliera del trabajo.

—Cariño, ¿qué sucede?—Blaine sondó de nuevo.

Santana intentaba incorporarse hacia una posición sentada. Escupió el mal sabor de la boca.

—¿Quieres algo de beber?

Ella asintió con la cabeza y se fue a la cocina. Botellas de cerveza vacías se alineaban por toda la encimera.

—Jesucristo, ¿qué está pasando?—agarró una coca cola de la nevera y volvió a salir en la terraza.

Le entregó la lata, que se la bebió de golpe. Cuando terminó, se limpió la cara con el antebrazo, sin preocuparse por su ropa.

Blaine se sentó a sus pies y se pasó la mano a lo largo de su pierna. Ella gimió, pero se dio la vuelta y se desmayó.

El doctor, se frotó las manos por la cara, rascándose el crecimiento diario de su barba.

Miró su reloj TAG Heder.

Rachel debería llegar en cualquier momento.

Tal vez con un poco de ayuda de la EMT, que sería capaz de llevar a Santana arriba, meterla en la ducha y luego en la cama. Algo le había pasado a su amiga, pero no sabía qué.

El sonido de dos puertas de coche cerrándose, hizo que Blaine levantara la cabeza hacia el callejón.

Rachel estaba al lado de su Chevy Colorado, esperando a una mujer alta y rubia. Estaban hablando, pero se detuvieron cuando vieron a Blaine en el porche trasero.

Tomando una rápida mirada a la forma de Santana, Blaine conoció a la pareja en el pequeño patio.

—Rachel, ¿qué está pasando? Me la he encontrado asía cuando he llegado. Está totalmente borracha. Ella sigue murmurando algo acerca de Brittany. Es lo único que he podido entender—dijo que mientras las manos corriendo por su pelo.

—Blaine, Quinn Fabray. Blaine trabaja en el hospital, otro doc—explicó Rachel.

Blaine asintió su saludo a la mujer alta, que le resultaba vagamente familiar.

—¿Dónde está?

—En el porche. ¿Puedes ayudarme a subirla al piso de arriba? Tal vez debamos darle una ducha y meterla a la cama.

—Claro—Rachel dio un paso tentativa hacia el porche y luego se volvió para mirar a Quinn, que asintió con la cabeza—Blaine, ella va a necesitar un abogado. Quinn es oficial de policía y se han presentado cargos contra Santana—Rachel sintió la mano de Quinn, en la parte baja de su espalda.

No podía creerlo, cuando Quinn le habló de los cargos.

Una vez que el hospital se enterara de los problemas de Santana, Rachel sabía que suspenderían a su amiga.

—De ninguna jodida manera. ¡Tiene que haber algún error! ¿Qué diablos está acusada? ¿De regalar servicios gratuitos?

Blaine conocía a Santana, era la persona más generosa que había conocido en su vida.

En muchas ocasiones, había renunciado a sus honorarios por las familias que no podían pagar sus gastos médicos.

—Imposición sexual hacia un menor de edad—Quinn repitió la acusación que había oído en la comisaría.

Los chicos estaban enojados porque el menor implicado, era una mujer, y además era la hija de un funcionario del condado y un conocido médico de Jessup.

Quinn tiró de algunos hilos y consiguió echar un vistazo al informe presentado por el distrito escolar y la familia Stanley.

—Santana está siendo acusada de haber tenido relaciones sexuales con una chica de diecisiete años.

—Eso es totalmente absurdo—el pecho de Blaine se hinchó como si estuviera listo para batallar con Quinn—Ella no se acuesta con adolescentes.

—Blaine, tampoco me creo los cargos, pero eso no ayuda a su situación. El hecho es que se han presentado cargos en su contra. Inocente o culpable, ella tiene que empezar a encontrar la manera de demostrar su inocencia o que los cargos sean retirados.

—Pensé que uno era inocente hasta que se demuestre lo contrario.

—No en este día y edad.

Quinn sabía, de primera mano, cómo personas inocentes eran despreciadas porque la evidencia apuntaba a su manera.

Había visto vidas arruinadas, familias rotas incluso antes de llegar al juzgado.

Cuando los dos trabajadores médicos la miraron, ella continuó.

—Esperemos que sea tratada de manera diferente. Tengo la sensación de que esto va a ser una historia de noticias.

Rachel vio cómo Quinn deslizaba un brazo por debajo de la rodilla de Santana y la sujetaba por la espalda. La oficial levantó a la médica sin esfuerzo, y se dirigió al interior de la casa. La subió por las escaleras hacia el baño principal.

Con Rachel a su lado, sostuvo a Santana mientras la pelirroja le quitaba la ropa.

—Por favor, dime que todavía está desmayada.

—Está totalmente fuera de juego. ¿Por qué estás tan paranoica?

—Rach, tienes que entender que he tenido un contacto limitado con tu amiga, y el contacto que he tenido, digamos, que no creo que sea una de mis fans.

Rachel metió la mano en la cabina de ducha y abrió el agua. Probó la temperatura del agua con su mano, estremeciéndose ante la frialdad. Ajustó la perilla y trajo el agua a un nivel flexible. Se volvió para ver a Quinn luchando con la chaqueta del traje de Santana.

Desde hacía unas semanas, ella y Quinn habían empezado a salir. Desde el principio, decidieron que su relación sería suya. No querían influencias exteriores, de sus amigos o familiares.

Rachel sabía que su historia era menos que estelar.

Cuando Quinn se acercó a ella, en la fiesta de Santana, y comenzó una conversación con ella, Rachel pensó Santana y Brittany la habían enviado para emparejarla.

A los cinco minutos en su primer encuentro, Rachel sabía que Quinn estaba ahí por su propia voluntad. No había manera, de que nadie pudiera influir en la oficial para que hablar con alguien en quien no estuviera interesada.

Cuando Santana y Brittany no estaban a la vista, Quinn estaba al lado de Rachel tratando de llegar a conocer a la técnico.

Antes de que terminara la noche, Quinn le pidió el número de teléfono. A la mañana siguiente, Quinn le pidió reunirse para desayunar, lo que las llevó a almorzar y finalmente a cenar.

Habían decidido no decir a nadie que estaban saliendo.

Esta tarde, cuando Quinn la llamó sobre Santana, a Rachel ya no le importaba.

Si Quinn no la hubiera llamado, ella estaría muy cabreada.

La hermosa rubia, supo en ese mismo momento que su relación había cambiado.





*******************************************************************************************************






Tanya, la presentadora de las noticias locales, estaba dando la noticia

“,… la médica del Jessup hospital, Santana López, está siendo acusada de imposición sexual grave a un menor de edad. No hay detalles respecto a cómo la médica y la mujer menor de edad entraron en contacto. Esperamos tener más información cuando los detalles sean liberados.”



Frank apagó el televisor con el mando a distancia.

—¿Dónde está la presunción de inocencia en este país?

La historia de Santana fue comentada durante los dos primeros minutos de la emisión.

Frustrado con toda la situación, Frank cruzó los brazos sobre su pecho. Whitney tomó el mando a distancia, de su mano, y lo puso sobre la mesita de noche.

—Ella te oirá.

Whitney sabía que su hija estaba en la habitación, debajo de la de ellos. Su hija había tenido siempre un sueño pesado, pero con los acontecimientos de hoy, no estaba segura de si Brittany podría conciliar el sueño.

—No me puedes decir crees que Santana haría cualquier cosa con una mocosa de diecisiete años. He hablado con esa mujer. Ella no deja que casi nadie se acerque a su vida. No puedo creerlo, Whit.

—Frank, apenas conocemos a la doctora. Sé que Britty se preocupa mucho por ella. Incluso la quiere, pero ¿sabemos realmente lo que una persona es capaz de hacer?—se deslizó en la cama para poder descansar su cabeza sobre el hombro de su marido. Su mano recorrió el parche de color gris que le cubría el pecho—Tenemos que apoyar a Britt, ese nuestro deber en esto.

—Y ¿qué pasa con Santana? Es lo único que estoy diciendo, algo está podrido, y apuesto a que esa adolescente tiene algo que ver con eso.

—Santana es una adulta, puede cuidarse por sí misma. Britt dijo que ha estado sola la mayor parte de su vida.

—Exactamente. Ella nunca haría nada que pusiera en peligro todo lo que ha logrado en su vida. Tampoco creo que quiera tirar a la basura su relación con Britt. Nada de esto tiene una pizca de sentido—Frank resopló, mientras se estiraba para apagar la luz de la mesilla.

Atrajo a su mujer más cerca, esperando poder ser capaz de sacar a su hija del lío en que estaba metida.




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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 3:) Sáb Abr 30, 2016 7:57 pm

hola morra,..

en serio??? ni el mas mínimo derecho a la duda le da britt a san???
escuincla y la que la pario!! consiguió lo que quería parece,.. a ver hasta cuanto le llega la mentira,..
me encanta que Frank sea del calan Pierce defienda a san, o por lo menos dude de lo que paso...!!!!
espero y no se arrepienta birtt la jodio mal,... abogados,.. abogados,.. abogados!!!

nos vemos!!!
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Mensaje por micky morales Sáb Abr 30, 2016 8:00 pm

Lo sabia, sabia que esa pequeña arpia haria algo como esto, lo que me cabrea es que britt lo creyera y lastimara a santana de esa manera!!! a ver que pasa ahora!!!!!
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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Abr 30, 2016 9:01 pm

Que cabreada me pone esta parte, La familia de Brittany cree mas en Santana que ella. para mas Quinn que tanto desconfiaba. Brittany se paso del limite, Santana no hubiese contado nada de su pasado, su confidente se volvio su verdugo. Saludos.
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Mensaje por monica.santander Sáb Abr 30, 2016 11:01 pm

Se que va a haber una persona super herida y otra muuuuuuuyyyyyy arrepentida!!!! También se que el papa de Brittany va a ayudar a San!!!
Saludos
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Mensaje por 23l1 Dom Mayo 01, 2016 12:25 am

3:) escribió:hola morra,..

en serio??? ni el mas mínimo derecho a la duda le da britt a san???
escuincla y la que la pario!! consiguió lo que quería parece,.. a ver hasta cuanto le llega la  mentira,..
me encanta que Frank sea del calan Pierce defienda a san, o por lo menos dude de lo que paso...!!!!
espero y no se arrepienta birtt la jodio mal,... abogados,.. abogados,.. abogados!!!

nos vemos!!!



Hola lu, eso parece =/ Mmmm nop... decepcionante la vrdd, no¿? ¬¬ Jajajajajajaajajaajaja insinuaba que era rara... y mira lo que consiguió ¬¬ Al menos alguien si le da el beneficio de la duda, no¿? Espero y haga algo muy grande o importante para demostrar su arrepentimiento la vrdd ¬¬ Saludos =D





micky morales escribió:Lo sabia, sabia que esa pequeña arpia haria algo como esto, lo que me cabrea es que britt lo creyera y lastimara a santana de esa manera!!! a ver que pasa ahora!!!!!



Hola, esk mas de una persona la vio o dijo algo de ella... y no era bueno la vrdd ¬¬ Esk ni un hola la dejo decir ¬¬ Espero y un arrepentimiento de su parte ¬¬ Saludos =D





marthagr81@yahoo.es escribió:Que cabreada me pone esta parte, La familia de Brittany cree mas en Santana  que  ella. para mas Quinn que tanto desconfiaba. Brittany se paso del limite, Santana no hubiese contado nada de su pasado, su confidente se volvio su verdugo. Saludos.



Hola, si que si ¬¬ Eso mismo digo yo ¬¬ donde esta el amor¿? Su entorno le tiene mas fe ¬¬ Espero y britt haga algo bueno antes de que sea tarde ¬¬ Saludos =D





monica.santander escribió:Se que va a haber una persona super herida y otra muuuuuuuyyyyyy arrepentida!!!! También se que el papa de Brittany va a ayudar a San!!!
Saludos



Hola, jajajajajajaajajaj sip, creo que si... espero y sean las mismas que pensamos jajajajajaja. Esperemos y tengas toda la razón ai! Saludos =



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Finalizado FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Cap 18

Mensaje por 23l1 Dom Mayo 01, 2016 12:27 am

Capitulo 18


El joven asistente a letrado acompañó a Santana a la sala de conferencias del cuarto piso de Hauser, Smith y Wilde Abogados.

La habitación era larga y estrecha.

En el centro había una mesa de caoba oblonga con una media docena de sillas de cuero negro empujadas bajo el grano pulido. Sacó una de las sillas, para ella, mientras le explicaba que su jefa, Kitty Wilde, llegaría en unos minutos.

Con aire ausente, ésta le dio las gracias mientras se acomodaba en la silla suave. Dejó el bolso en el suelo y cruzó las manos sobre la mesa. Era evidente que Hauser, Smith y Wilde no reparaban en gastos en lo que respecta a mobiliario de oficina.

Cubriendo toda una pared, había una librería, con estantes de libros, que albergaban miles de volúmenes legales y publicaciones.

Siguiendo la recomendación de Blaine, decidió contratar al prestigioso bufete de abogados, de Washington DC, con una gran reputación en la defensa de senadores, congresistas y los grupos de presión en situaciones comprometedoras.

Aunque Blaine no había necesitado de sus servicios, había trabajado con Kitty Wilde, una socio clave en algunos proyectos de la Campaña de Derechos Humanos.

Desde lo ocurrido en el auditorio, las acusaciones de Michelle Stanley habían continuado. La lista de cargos contra ella había crecido e incluido imposición sexual grave de una conducta sexual hacia una menor importancia e ilegal.

Con un abogado y un representante de la Jessup, se había entregado al departamento de Policía Bayview.

El fiscal del condado quería sangre.

Había intentado que no obtuviera la libertad bajo fianza otorgada por el juez.

Cuando Santana cuestionó al abogado del hospital, le restó importancia como si tuviera la peste. A partir de su reacción, sabía que el hospital no la ayudaría, por lo que decidió buscar su propia representación legal.

Cansada del trasiego mental, sobre cómo se había metido en ese lío con Michelle Stanley, se había visto obligada a dejar todo en manos de profesionales.

Sólo podía decir la verdad.

Ella nunca tocó Michelle Stanley.

Lo que pasó en la escuela era un completo malentendido, y la adolescente tenía algún tipo de venganza contra ella. El factor clave en el caso, sería la declaración de la testigo que las había visto a las dos, y esa era Brittany.

Una y otra vez, recordaba la mano de Brittany golpear su cara, seguida de las palabras hirientes sobre su papá.

Se movió incómodo en su silla, y se llevó las manos a la cara. Se frotó las manos a modo de frustración. No sabía qué le dolía más, el aguijón físico o la referencia a ser como su papá.

Su vida había cambiado, y no había nada que pudiera hacer al respecto.

Brittany se desprendió de Santana sin siquiera mirar atrás. Las llamadas y los mensajes no fueron respondidos o reconocidos.

Brittany cortó toda comunicación con ella.

Rachel y Kurt le aseguraron que Brittany, probablemente estaría teniendo un momento difícil con la situación, teniendo también que lidiar con la escuela y las autoridades.

La puerta de la sala de conferencias se abrió, y Santana pensó que sería de nuevo el joven asistente, ofreciéndole una taza de café o agua. En cambio, entró una esbelta mujer de pelo largo y rubio con un maletín al hombro.

Ella ofreció la mano, unida a una sonrisa brillante.

—Doctora López, siento la espera—la disculpa rápida calmó los ánimos de Santana—Se ha retraso me juicio por culpa de los ronquidos del jurado que estaba demasiado aburrido, escuchando las explicaciones de mi opositor.

—Estoy segura que el juez se aseguró de que no vuelva a suceder—tomó de la mano suave y le dio una pequeña sonrisa en señal de saludo—La ira del juez Donovan estaba en pleno vigor—Kitty dejó el maletín en el suelo, y tiró de la silla al lado de su clienta—Es todo un personaje.

La abogada miró a la mujer que parecía derrotada a su lado.

Con los hombros caídos hacia delante, y el rostro demacrado. Kitty se preguntó cómo sería la médica era antes de las acusaciones.

Su pelo negro revuelto caía sobre sus ojos, mientras que el resto lo tenía cortado a capas. Sus ojos marrones parecían estar sin vida.

—Dime cómo has llegado hasta aquí doctora López.

Santana echándose hacia atrás en su silla, puso las manos en los cojines de los brazos. Tomó una fuerte respiración y relató los acontecimientos que la llevaron a las oficinas de Hauser, Smith y Wilde.

Su vida fue absorbida por un remolino, que la deslizaban al borde de un abismo.

Desde el incidente en la escuela, relató la llamada del asistente ejecutivo del director de operaciones de Jessup, solicitando su presencia en una reunión de urgencia. La política del hospital, con respecto al comportamiento ético, tenía directrices estrictas. Cualquier violación que no se informara a Jessup podría conllevar la terminación inmediata del empleo.

Aturdida, se recompuso para la reunión.

El breve tiempo que pasó, en aquella reunión, la hizo sentirse más hundida de lo que ya estaba. El resultado del encuentro: suspendida con goce de sueldo, hasta que la investigación y la cooperación con los organismos externos pudiera ser completada.

Cuando el abogado principal del hospital, le preguntó si su abogado se uniría a ella en la reunión, Santana estuvo inmediatamente agradecida por su previsión en contratar a Kitty Wilde.

Su nombre era noticia de primera plana de la prensa local. Las furgonetas de noticias parecían estar acampadas frente a su casa, las 24 horas del día, hasta que la policía comenzó a multarlos por aparcamiento ilegal, en un barrio residencial.

Rachel la visitaba cada noche, y se quedaba con ella por unas horas. Incluso la amiga de Brittany, Quinn, acompañaba siempre a Rachel. La oficial de policía le pidió a Santana por su salud mental y física, pero se abstuviera de mencionar Brittany, la escuela, o a la joven estudiante.

A pesar de lo mal que se sentía en esos momentos, Quinn le ofreció un rayo de esperanza.

Ella y Brittany podrían superar este problema.

—¿Cómo entró en contacto con esta chica?—Kitty sacó una pluma Mont Blanc y un bloc de su bolso—Desde el principio, porque no me pareces el tipo de persona que pasa su tiempo libre en escuelas secundarias.

Cuando la médica empezó a explicarle el primer contacto, aquella noche de la tormenta y el accidente de autobús, Kitty pudo ver una leve sonrisa en el rostro de su clienta.

Kitty recordó la horrible tormenta que paralizó la costa este, desde Georgia a Nueva Inglaterra. Le explicó su tratamiento sobre la fractura en la pierna de Michelle Stanley.

Su voz cambió, cuando habló sobre su encuentro con Brittany Pierce, y le explicó, cómo en el transcurso de la noche le había permitido a la entrenadora utilizar su oficina, e hizo un esfuerzo extra para hacer que se sintiera cómoda.

—¿Ese es el procedimiento estándar? ¿Qué le ofrezcas tu oficina a un extraño?

—No—sintió la subida rubor a sus mejillas.

—¿Me lo puedes explicar?

El lenguaje corporal de inquietud de la doctora, le llamó la atención. Si tenía intención de representar a la Dra. López, en una sala de la corte, tendría que trabajar sobre el lenguaje corporal de su clienta.

—Mirando hacia atrás ahora, supongo que fue como una especia de atracción inmediata. Pensé que Brittany era hermosa. Estaba perdida, magullada y con miedo. Creo que simplemente quería ayudarla.

—¿Eres lesbiana?

—Sí.

—¿Lo saben en tu trabajo?

—Sí.

—¿Y en el de ella?—Kitty estaba mirando sus notas, para organizar su calendario de visitas.

Cuando la Dra. López no respondió, miró hacia arriba.

—¿Brittany Pierce ha informado de ello en su trabajo?

—¿Eso importa?

—Sí. Va a importar si vamos a los tribunales para establecer la relación era tú y la señorita Pierce, y no con la señorita Stanley.

—Nunca he tocado esa chica—al instante se puso a la defensiva.

—Eso no es cierto—Kitty se inclinó hacia delante, en su silla, cuando la cara de Santana se puso roja—La has tocado, cuando la examinaste como paciente.

—Yo no diría que fuera lago sexual.

—Ahí es donde estás en lo correcto. Tuviste una relación paciente médico con una mujer joven. Estoy asumiendo que no era de naturaleza sexual.

—Esa chica me dio un beso. Me agarró de la chaqueta y acercó a ella—se pasó una mano por el pelo—No me di cuenta de lo que sucedía hasta que fue demasiado tarde.

—Tengo una copia del informe de la policía—Kitty deslizó una carpeta sobre la mesa. Sacó una hoja de papel y leyó—De acuerdo con testigos de Brittany Pierce, profesora de la joven, vio a la mujer adulta y mujer menor de edad involucradas en un abrazo y un beso—deslizó el papel sobre la mesa—¿Es tu novia?

—No desde que esto sucedió—cogió el informe y echó un vistazo a la declaración oficial, con el nombre de Brittany en él—No puedo comprender por qué lo hizo. Fui ahí para recoger a Brittany porque su coche estaba roto. Se suponía que íbamos a reunirnos en su oficina, pero ahí me dijeron que estaba en el auditorio. Entonces Michelle Stanley intensificó su oferta para acompañarme ahí…. Mierda, debería haber confiado en mi instinto.

—¿Estás teniendo una relación sexual con Michelle Stanley, de diecisiete años, estudiante en cuestión?

—Por supuesto que no—los ojos marrones de Santana se volvieron hacia Kitty y fulminándola con la mirada—Nunca tocaría a un niño.

—Ella no es una niña, ya sabes—Kitty se puso de pie y comenzó a caminar por un lado de la mesa de conferencias—El consejo escolar será rápido usando eso contra ti. ¿Qué pasa con la señorita Pierce?, ¿hay algo que ella conoce, o que podría utilizar para demostrar que tenías unas relación con una de sus alumnas?

—Yo… yo… oh dios. Mi papá—puso su cabeza entre las manos y se apoyó en la mesa.

—Vas a tener que decirme todo lo que haya, si quieres que te represente.

Puso las manos en la parte superior de una silla de cuero y miró hacia la mujer, que se estaba debatiendo acerca qué decir:

—Vamos a poner todo sobre la mesa y ver dónde estamos. Si eres tan inocente como dices ser, vamos a asegurarnos de que el tribunal lo ve de esa manera también.

Cuando la médica levantó la cabeza, Kitty podía ver sus ojos llenos de lágrimas.

—¿Qué te parece si le digo a Willie que nos pida un par de sándwiches del deli y así podremos llegar a conocernos un poco mejor?—sacó un paquete de pañuelos de su bolso y los dejó sobre la mesa—Vuelvo ahora mismo. ¿Te parece bien pavo?—le guiñó un ojo, mientras salía de la sala en busca de su asistente.

Santana cogió un par de pañuelos de papel, del pequeño paquete, y se secó los ojos, cansada de llorar.

Lo que no le dijo a la señorita Wilde, era que si era declarada culpable; perdería su licencia para ejercer la medicina en el estado de Maryland.

No podía hacer el trabajo que tanto amaba como delincuente sexual.

Quedaría relegada a ejercerlo en un país del tercer mundo. Tenía que comprobar las leyes de Delaware. Necesitaba saber si podría mantener activa su licencia activa en el estado vecino.

Kitty Wilde parecía agradable, y parecía tener ganas de ayudarla. Si la hubiera conocido en otras circunstancias, probablemente haría un esfuerzo por ser más amable con la mujer de cabello rubio. Con su vida en el limbo, sólo esperaba que la temeraria abogada pudiera ayudar a reconducir su vida de nuevo.

Se aclaró la garganta, deseando haber aceptado la oferta de una botella de agua. Saltó un poco, cuando Kitty entró en la habitación. Agradecida tomó la botella de agua que Kitty le ofreció.

—Gracias—giró la parte de arriba y vertió el líquido claro en el pequeño vaso de vidrio.

—Willie traerá el almuerzo en cuando lo recibamos. Golpeará tres veces la puerta, es nuestro código—hizo un gesto con la cabeza hacia la puerta—Si lo prefieres, podríamos ir a mi oficina.

—No, aquí está muy bien—dejó el vaso sobre la mesa—¿Por dónde quieres empezar?

—El principio es siempre el mejor—Kitty se sentó junto a Santana, con su bloc amarillo a su lado—Me han comentado algo de tu papá, vamos a empezar con por tu familia.

—¿Tienes el día libre?—cruzó las manos en la parte superior de la mesa.

—Es por eso pedí el almuerzo.






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Tratando de mantener el ritmo de Artie, Brittany se cuestionó su decisión de salir a correr con su hermano.

Su objetivo principal no era hacer ejercicio, sino quizá aclarar su cabeza.

Durante la semana pasada, su cabeza había estado ocupada todo el tiempo con sus opiniones, juicios, jerga legal etc. Como si las fuerzas del universo estuvieran trabajando en contra de ella, la noche anterior, la fregadera de su cocina se había obstruido.

Deprimida en su departamento, desde la reunión con Marley Rose, su abogada, Brittany no sabía cómo se había metido en el lío en el que estaba, ni cómo solucionarlo.

Si no podía evitar el sistema legal, entonces no sabía lo que haría.

Artie la miró y aminoró el paso. Vio un claro cubierto de hierba, en el camino Gywnns Falls, le hizo una seña hacia ella.

—¿Quieres un descanso?—la observó mientras dejaba caer su trasero en el claro.

—¡Estás tratando de matarme!—se recostó en la hierba.

Estaba agotada de la carrera de tres kilómetros que acaban de hacer. Sentía sus piernas como gelatina. Por primera vez en varios días, sólo podía pensar en sus miembros doloridos.

Levantó las rodillas contra el pecho y gimió. Su mano estaba contra su estómago sudoroso y caliente, mientras trataba de recuperar el aliento y ralentizar su ritmo cardíaco.

—¿Te sientes un poco mejor?—Artie se sentó en la hierba, con las piernas delante de él, haciendo estiramientos.

—No puedo sentir nada—colocó un codo doblado sobre sus ojos sombreados por el sol de la tarde—Recuérdame por qué salí a correr contigo.

—Para liberar la mente de Santana ¿recuerdas?—la golpeó en el muslo—Estira antes de apretar arriba, sino mañana te sentirás peor.

—Has dicho la palabra S—gimió.

—Sí, lo hice.

Miró a su hermana.

La noche anterior, se le prohibió mencionar el nombre de la médica.

—Creo que deberías hablar de ello. Olvídate de lo que los abogados le dicen. Habla conmigo—vio cómo Brittany se sentaba y envolvía sus brazos alrededor de sus rodillas apoyando la barbilla en ellas.

Lo miró fijamente.

—La vi con una de mis estudiantes—cerró los ojos mientras el flash de Santana besando a Michelle Stanley se repetía en su mente.

—Exactamente, ¿qué es lo que viste?

—Santana estaba con los labios sobre los de una estudiante. Sus manos estaban contra Michelle, y ésta atrapada entre sus brazos y su cuerpo contra el escenario.

Como si fuera una película a cámara lenta, perdió el conocimiento de todo lo demás, excepto a Santana y a Michelle contra el escenario.

—¿A qué distancia estabas del escenario?

—Artie, no necesito gafas.

—No estoy diciendo eso. Lo que estoy tratando de averiguar es por qué si Santana tenía una relación secreta con esta chica, iba a dejarse pillar en medio del auditorio de la escuela—esperó la reacción de su hermana—Ella había ido a buscarte. ¿Por qué iba a dejar que la pillaran?

—Ella estaba caliente—sintió el escozor de sus lágrimas, al pensar en aquellas mujeres durmiendo juntas—Se podría decir que algo estaba pasando. Michelle se había dejado ver convenientemente en el hospital o en mi barrio.

—Explicarte.

Le habló de la visita de Michelle al hospital y su encuentro con la adolescente en la tienda.

—¿Dónde estabas cuando las viste juntas?

Brittany puso los ojos en blanco.

Había repasado esa imagen un millón de veces, y el resultado era siempre el mismo.

—Estaba detrás de ellas, en el pasillo central.

—¿Detrás de Santana?

—Sí. ¿Cuál es tu punto?

—Bueno, si estuviera engañando a mi pareja, y sabía que estaba en el edificio, lo último que haría es estar de espaldas a la entrada. Sobre todo, si estoy con un menor de edad.

—Es bueno saber que eres un experto en el engaño—resopló.

No quería tener esta conversación.

Aquella imagen estaba matándola.

No podía comer, no podía dormir.

Por la noche, se acostaba en su cama pensando en Santana.

Sobre el tiempo que habían pasado juntas.

Cómo se habían conocido.

Lo bien que lo pasaron la noche del Día de San Valentín.

Cómo Santana había tratado de ajustar sus horarios para pasar más tiempo con ella.

Tal vez se balanceaba viendo a Brittany y a Michelle al mismo tiempo. Luego estaba su fin de semana en la costa. Incluso después de la aparición de Maxie, estuvieron muy bien juntas.

En medio de todo el caos, Santana finalmente dijo que la amaba.

Se enjugó una lágrima solitaria que se escapó.

—Estoy diciendo que recuerdes aquella pelea que tuve en aquel bar, y por la que tuve que declarar, cuando estaba en la universidad.

Artie puso una mano suave en la espalda de su hermana y lentamente le frotó en círculos pequeños.

La mano reconfortante sobre su espalda a hizo sentir mejor. Artie estaba tratando de ayudarla. Quería ver la situación desde una perspectiva diferente.

Él tenía experiencia, de primera mano, con ir en contra de la mayoría.

Recordó la lucha, el día de San Patricio, en la que el testimonio de Artie fue en contra de otros seis testigos.

—Ese tipo estaba borracho, pero no era estúpido—levantó la cara hacia el sol de la tarde, mirando a través del dosel de ramas por encima de ellos—Caminó hasta que otro chico de la mesa de billar, con las manos a los costados y le embistió en la cabeza. Por lo general, la culpa es de la persona que lanza el primer golpe. Ese hombre era inteligente, daba la espalda a todo el mundo excepto a mí y al chico que golpeó. Yo fui el único que lo vio lo que pasó. Por qué empezó la pelea. El primer golpe fue lanzado por el hombre después de que lo embistió con la cabeza. Todos los testigos lo vieron lanzar el golpe, No ser golpeado primero.

—Me había olvidado de aquello.

El testimonio de Artie cambió el resultado del juicio.

—A veces, vemos lo que otros quieren que veamos. Ese tipo en la barra no se dio cuenta que estaba de pie, y que podía ver cómo golpeó al chico en primer lugar—movió la mano en el hombro y se levantó.

—Realmente no puedo ver a Santana haciendo algo como esto.

—No puedo tampoco. Artie, esto es una gran pesadilla—se puso de pie—Pero la vi—golpeó su puño contra su pecho—Soy la que ha hecho la acusación—una vez más, su puño golpeó su pecho—Le eché a la policía encima. ¡Yo!

—Esa chica también tiene una parte de culpa. Recuérdalo. No es sólo su estado lo que cuenta. Ella parece como si siempre estuviera en problemas ¿Cuánto tiempo lleva en la escuela?

—Junior y el último año de secundaria, la transfirieron desde Bryn Mawr, la escuela preparatoria en Baltimore. Su papá es alguien importante con el condado.

Brittany recordó a Geoff Stanley y la oferta que le susurró al oído en el restaurante.

Se estremeció ante su sugerencia de hacer un trío.

Recordó haberle puesto una excusa sobre que su cita llegaba tarde. No quería que Geoff Stanley supiera que era lesbiana. Ya era bastante malo que él sugiriera hacer un trío, que no quería que le diera más fantasías de ella y Santana juntas.

—¿Por qué iba a trasladarse de una escuela preparatoria privada a Bayview?—Artie cuestionó.

—No le pregunté—dijo Brittany.

La verdad es que nunca había pensado en los motivos por lo que la joven había sido enviada a Bayview.

Brittany estaba en éxtasis, cuando la alta jugadora de baloncesto había entrado en Bayview. Su equipo necesitaba altura, y Michelle Stanley era lo que necesitaban.

Tenía peculiaridades.

No era muy buena estudiante, pero no lo hacía mal.

Nunca pensó en encontrarse en una situación igual. En baja administrativa en su trabajo, en medio de un proceso penal en contra de su novia y no estaba segura, si realmente quería saber la verdad, una vez que la investigación se hubiera completado.

—Tal vez deberías decírselo a tu abogada—Artie vio cómo una mueca de dolor cruzó el rostro de su hermana—Todo lo que sabes, tienes que decírselo. Incluso si piensas que va a lastimar a Santana, tienes que ponerlo todo sobre la mesa.

—Su papá—bajó la cabeza y se tapó la cara con las manos—Su papá tuvo un romance con una estudiante. Ella me lo contó, justo antes de Pascua. Tuvo una infancia de mierda. Ella no tiene a nadie.

—Ella te tiene y ella nos tiene a nosotros. Si la amas, debes creer en ella—vio cómo sus palabras penetraron su terca fachada—Vamos, tenemos que correr de nuevo—miró su reloj y comenzó a correr de vuelta, a lo largo de la vía del parque.

Tomando una respiración de limpia, Brittany comenzó de nuevo a correr.

Dejó que su hermano fuera delante, sin siquiera intentar atraparlo. Sus pies golpeaban contra el camino de tierra, que solía ser transitada por ciclistas y excursionistas.

Ella solía correr la pista, tres veces a la semana, cuando vivía en casa.

Correr le resultaba terapéutico.

Le permitía liberar sus pensamientos y estar más cerca de la naturaleza.

Reflexionó sobre la sabiduría de su hermano.

Quería llamar a Santana, pero Marley Rose le dijo que no podía tener contacto con ella o con nadie de la escuela. Aunque la abogada le aseguró que ella no había hecho nada malo, Brittany se preguntó qué tendría, bajo manga, el consejo escolar.

Se cuestionó si Geoff Stanley podría influir en la escuela con la financiación.

El director Holmes parecía preocupado, cuando se enteró de que la estudiante estaba involucrada.

Su carrera en el Bayview había terminado.

Oficialmente, no lo sabía, pero en su corazón sabía que la administración lo culparía de la situación. Ese punto negro lo seguiría, por el resto de su carrera en el Bayview.

Los estudiantes y el personal nunca lo olvidarían.

En cambio, las historias sobre lo ocurrido cambiaban según donde se contaba. Para septiembre, estaba segura de la historia sería que estaba teniendo un romance con Michelle Stanley.

Tal vez este era el momento de dejar de lado la enseñanza y seguir su sueño de enseñar y entrenar a nivel universitario.

Después de casi siete años de enseñanza en Bayview, era el momento para decidir su destino.

Esperaba que todo terminara pronto.

Tal vez entonces, su vida podría volver a una cierta apariencia de normalidad.

A medida que sus pies se movían contra la tierra, sintió que su músculo empezaba a dolerle.

Mañana, se quejaría de sus músculos.

Al menos mantendría su mente alejada de Santana y Michelle Stanley por un período de tiempo.







*************************************************************************************************************





Horas más tarde, Santana se sentía exhausta física y emocionalmente agotada, en un reservado de la parte trasera de Johnny`s Diner.

Emma le había servido su café descafeinado, murmurando algo acerca de dormir. Su amiga, y propietaria del lugar, la besó en la mejilla en cuando la vio entrar en el restaurante vacío.

Agradecida por la tranquilidad, se deslizó en el reservado, donde solía pasar su tiempo, cuando era estudiante.

Cuando había salido de Bethesda, decidió dirigirse a casa, pero cambió de opinión en cuanto vio las furgonetas de la prensa, estacionadas a lo largo de su calle y un reportero a llamando a su puerta.

Rodeó el barrio durante unos minutos, decidiendo finalmente ir a la cafetería.

Saludo de Emma, intentando no llegar.

Quería su vida de nuevo.

Quería ir a casa, meterse en la cama, en los brazos de Brittany y quedarse dormidas.

Tomó un sorbo del café caliente, recodando la conversación que tuvo con Kitty Wilde. Le contó su infancia, sus luchas, su vida cuando sus padres ya no estaban con ella.

Kitty se quedó intrigada, cuando le habló de Holly Holiday, la abogada que la ayudó cuando era una adolescente.

Kitty le pidió permiso para ponerse en contacto con la abogada de Ohio, para hablar de su caso anterior, afirmando que no quería sorpresas. Santana le dio su consentimiento, pero no le gustó la sensación de incertidumbre que le quedó.

Emma le trajo comida que no quería, pero se la comió de todos modos.

Johnny, generalmente atraía a borrachos nocturnos que querían un poco de grasa, en sus estómagos, antes de intentar volver a sus casas.

Quería salir de allí, antes de que la multitud entrara.

Miró su reloj y se preguntó cuánto tiempo más tendría que esperar a que la prensa se fuera de su casa, y dejarán de molestar a sus vecinos. Desde que la noticia se había hecho pública, no había tenido un solo momento de paz.

Había sacado ropa de su armario, dejándola en el coche, tratando así de evitar a la prensa, y colarse en su casa, cuando podía, aunque la mayor parte de sus noches se estaba alojando en casa de Rachel o de Blaine.

Al menos, la habitación de la hermana de Rachel estaba libre.

Necesitaba un día, en el que pudiera pasar unas horas, con los amigos, aunque no podía ni pensar en beber.

Recogió sus cosas, abrazó a Emma, le dio las buenas noches, y fue a salir.

Se detuvo cuando la puerta se abrió.

Nada más entrar, al verla, Brittany se detuvo en seco, haciendo que su amiga Maxie, que entraba tras ella, se chocara contra su espalda. Las dos mujeres se quedaron mirando la una a la otra.

—Bueno, mierda mira quién está aquí, ¡la pedófila!—Maxie gritó para que todos, en el restaurante pudieran oírla—¿Saliendo en busca de tu próxima víctima?

Santana sintió como si le hubieran clavado un cuchillo en sus entrañas y retorcido con cada palabra que salía de la boca de aquella mujer.

Se apartó para dejarlas pasar, evitando el contacto visual con las dos.

Maxie acechó a ella y se puso cara a cara, con ganas de pelea. Santana parpadeó, un par de veces, sorprendida de que Maxie tuviera la audacia de hacer algo así en público.

—¡Nada de eso aquí!—Emma gritó, desde detrás del mostrador, viniendo al rescate de Santana.

Maxie apretó los puños a los costados, cuando Quinn entró.

—¡Qué demonios!—Quinn agarró a Maxie por los brazos y la apartó de Santana—¿Estás loca?

Maxie comenzó a luchar contra la fuerza de la policía.

—¡Ni siquiera me digas que crees que es inocente!—Maxie la regañó, indignada por que al parecer Quinn estaba poniéndose de parte de Santana.


—Maxie, ¡ve y siéntate!—Quinn empujó a la banquera, hacia una mesa en la parte trasera del restaurante, y luego miró a Brittany por primera vez, desde que llegó.

Su cara estaba recubierta con una fina capa de sudor, y palideció cuando Quinn le tocó el brazo.

—Brittany, no puedes hablar con ella.

Las palabras de Quinn penetraron en su estado de trance.

—Ve a sentarte. Yo me encargaré de todo—presionó sobre el brazo de Brittany, haciendo un gesto hacia la mesa donde la esperaba Maxie.

—Vamos Doc, te acompaño fuera—Quinn mantuvo la puerta abierta para Santana, que se había quedado mirando Brittany—No puede hablar contigo y tú no puedes hablar con ella. Lo sabes. Hay una investigación en marcha.

—Yo solo…—miró a Quinn luego a Brittany.

Juró que podía ver las lágrimas en sus ojos.

—Me iré—pasó a través de la puerta.

—¡Violadora de mierda!—Maxine gritó a su espalda.

Se puso rígida y se habría dado la vuelta si no fuera por la mano de Quinn en su espalda.

—Sólo sigue caminando Doc. Yo me encargaré de esa bocazas—rodeó la esquina con Santana, por el callejón, y sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo—¿Quieres uno?

—Claro... —dijo mientras observaba a Quinn encender el humo.

—Tus primas subirán—Quinn intentó burlarse de ella y le ofreció uno.

Tomando el encendedor, encendió el extremo con la pequeña llama.

—Ya no tengo primas.

Se apoyó en el edificio, llevándose el cigarrillo a los labios. Reflexionó sobre la última vez que se había apoyado contra la pared de Johnny.

Brittany la había empujado contra el ladrillo duro y besado hasta dejarla sin sentido. Al menos aquellas horribles palabras se las había gritado Maxie y no Brittany...

—¿No te meterás en problemas estando aquí, con el enemigo?

—¿Tu eres el enemigo, Doc?—Quinn le preguntó, mientras la miraba fijamente.

Santana negó con la cabeza.

—Creo que tenemos un sistema de justicia para hacer su trabajo y ver donde caen las fichas.

—Cuidarás de ella ¿verdad?—su voz se quebró.

Ni siquiera podía decir el nombre de Brittany.

—Estoy poniendo mi casa a la venta. Ya no me queda nada más aquí. Todo se ha ido a la mierda.

—Tienes Rachel, Blaine y Kurt.

Quinn oyó lo que el silencio de la otra mujer no decía.

—Me resulta muy duro quedarme aquí. He perdido a mi chica, mi trabajo, y mi integridad—se apartó de la pared—Gracias por el cigarrillo Quinn. ¿Te veré en la boda?

—Por supuesto. Y Santana, cuídate.

Las palabras de la policía se hicieron eco de las paredes del callejón, mientras la médica se adentraba en la oscuridad. Quinn caminó de regreso a la entrada, aplastando su cigarrillo en la acera debajo de su zapato.

—¿Cómo diablos puedes tener una conversación con esa mujer?—Maxine estaba en la puerta esperando a Quinn.

—¿Por qué no te relajas?—pasó junto a ella y se sentó frente a Brittany. Emma trajo una jarra de café y llenó la taza de Quinn—Gracias Emma.

Levantó los ojos hacia el iris gris tormento, frente a ella. Por lo general, los ojos de Brittany irradiaban electricidad, pero la mujer frente a ella, parecía como un barco perdido en el mar.

—¿Estás bien?

—No…. no, no lo estoy—se limpió la cara—Estoy cansada de llorar. Estoy cansada de sentir que hice algo mal cuando no lo hice.

El impulso que había adquirido durante su carrera desapareció. Una mirada en Santana, y volvió a tambalearse en una montaña rusa emocional.

—Las cosas se calmarán. Cuando lo hagan, serás más fuerte para ir a través de ello—Quinn le tomó la mano.

—No quiero ser más fuerte. Quiero recuperar mi vida. Quiero salir corriendo por la puerta y decirle a Santana que todo fue un gran error.

Pensó en su anterior conversación con su hermano.

Tenía que pensar realmente lo que vio.

Le explicaría a su abogado acerca de la transferencia de Michelle Stanley a Bayview, dos años antes.

También le comentaría cómo la posición de Geoff Stanley, con el condado, podría influir en la decisión que la junta tomara.

—No fue un error—Maxie argumentó, sentándose de nuevo junto a Brittany—La viste con tu estudiante. Nada puede cambiar eso.

—Tal vez no vi lo que pensé que vi—alejó su mano de Quinn—Quiero despertar junto a Santana y saber que todo esto no ha sido más que un mal sueño.

Levantó los ojos a la propietaria, Emma.

La mujer asintió y se alejó.

—¿Qué es lo que te hace pensar eso?—Maxie se reclinó en su silla estudiando a su amiga.

—Se llama amor Maxie. La quiero. No importa qué y eso es lo que más duele. La quiero, a pesar de que supuestamente está durmiendo con una de mis estudiantes.

Miró hacia la ventana, deseando que Santana volviera para cenar. Quería verla entrar por la puerta y pedirle que fueran a dar un paseo para poder hablar.

—Está durmiendo con ella. No tengo ninguna duda.

—Bueno, tengo mis dudas y yo soy la única que cuento—se puso de pie y salió de Johnny.

Mirando hacia el cielo de la noche, sabía que había sido una mala idea venir a Johnny.

Había demasiados recuerdos, en el restaurante, para sentarse ahí y tratar de no pensar en Santana.

No le importaba lo que Maxi dijera.

Santana nunca se aprovecharía de nadie.

Había pasado por demasiadas cosas en su vida como para poner en peligro su carrera. En el fondo, quería olvidar lo que había visto, y decir que Santana era inocente.

Aceptaría el consejo de su hermano y hablaría con su abogado, sobre las sospechas que rodeaban a los Stanley y cómo Michelle era la clave de todo el rompecabezas.

La verdad saldría eventualmente.

Al igual que Quinn le había aconsejado, dejaría que el sistema judicial siguiera su curso.

Cuando salió del restaurante, sin darse cuenta de que se estaba dirigiendo a casa de Santana. Cuando dobló la esquina familiarizada, vio de lejos la casa.

Una furgoneta de noticias se le cruzó, en su camino de regreso a la ciudad.

No había ninguna luz encendida en la casa.

Sólo una pequeña luz, en la casa del vecino, y un cartel de se vende, en el patio trasero. Se detuvo en seco, oyó el grito ahogado que salió de sus labios.

Santana se estaba marchando.

Era tan mala la situación, que había tenido que poner en venta el único lugar al que ella llamó casa Brittany había pensado en la casa de Santana como su hogar.

Se dio la vuelta rápidamente y corrió de vuelta por donde había venido.

No se detuvo hasta que llegó a su coche. Se sentó en el interior, intentando calmase. Las lágrimas corrían por su cara y dejó escapar un grito salvaje de dolor.

Estaba perdiendo todo lo que tenía.

La casa de Santana era su hogar.

La venta de la casa significaba que la médico se iba.

Recordó que una vez, Santana le había dicho que tenía miedo de que ella la dejara.

Ahora, en lugar de eso, era Santana la que se iba.

Quinn y los abogados le habían dicho que no podía hablar con ella, que debía cortar todos los vínculos o la investigación estaría comprometida. Al igual que su hermano Artie dijo, si creía en Santana, sabría qué de todo ello era la verdad.

Se dio cuenta que le creía, pero también que la había hecho mucho daño.

Las palabras que le había arrojado a la cara, la ponían enferma. Usó la información que tenía de su padre para lastimarla.

Secándose las lágrimas de su rostro, deseó poder volver en el tiempo, y pedirle no la recogiera de la escuela.

Así podría disfrutar recordando bailar con ella, en la sala de estar.

Arrancó el vehículo, lo sacó de la zona de aparcamiento, y se dirigió hacia la casa de Santana. Deteniéndose frente a la casa, anotó el número del cartel.

Dejó que su mirada viajara hacia la habitación de arriba, había una pequeña luz que se dejaba ver, a través de la ventana, la única señal de vida en la casa. Luchó contra las ganas de caminar hasta la puerta principal, y pedirle perdón.

En silencio, rezó para que con el tiempo, pudieran encontrar una manera de volver la una a la otra.

Amaba a Santana y sabía que ella nunca la traicionaría.


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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D


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Mensaje por marthagr81@yahoo.es Dom Mayo 01, 2016 1:09 am

Maxine es una atrevida de m.... vamos a cortarle esa lengua viperina. Brittany tendra mucho de que arrepentirse
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por monica.santander Dom Mayo 01, 2016 1:11 am

Los únicos que no dudan de Santana son los familiares de Britt que loco no???
Y Britt con dudas!!
Saludos
PD; harás algún maratón??
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Mensaje por 3:) Dom Mayo 01, 2016 1:43 pm

hola morra,...

un tiro en la frente a Maxine como carajos se le ocurre decir tremenda mierda de san??
britt ya se dio cuenta demasiado tarde del cagadon que se mando con san,...
la escuincla a ver que no le salga el tiro por la culata con todo lo que hizo,..

nos vemos!!!
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por micky morales Dom Mayo 01, 2016 1:47 pm

Me siento tan afectada como santana, espero que por lo menos si se vende esa casa sea brittany quien la compre, que injusticia!!!! [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo - Página 4 2824147739 [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo - Página 4 3718790499 [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo - Página 4 597186406
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Finalizado Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo

Mensaje por 23l1 Dom Mayo 01, 2016 7:08 pm

marthagr81@yahoo.es escribió:Maxine es una atrevida de m.... vamos a cortarle esa lengua viperina. Brittany tendra mucho de que arrepentirse



Hola, si que si :@ tmbn ¬¬ Demasiado...¬¬... pero mejor tarde que nunca, no¿? xD Saludos =D




monica.santander escribió:Los únicos que no dudan de Santana son los familiares de Britt que loco no???
Y Britt con dudas!!
Saludos
PD; harás algún maratón??



Hola, totalmente al revés =/ esa britt esta escuchando nose que parte de su cuerpo y personas ¬¬ Saludos =D

Pd:mmm esta semana que viene no tengo mucho tiempo xq parto las pruebas xD pero después de eso si que si!





3:) escribió:hola morra,...

un tiro en la frente a Maxine como carajos se le ocurre decir tremenda mierda de san??
britt ya se dio cuenta demasiado tarde del cagadon que se mando con san,...
la escuincla a ver que no le salga el tiro por la culata con todo lo que hizo,..

nos vemos!!!



Hola lu, eso mismo! que se cree! un juez o q¿?! Tarde, pero mejor que nunca, no¿? Esperemos y si ¬¬ esa niña... Saludos =D





micky morales escribió:Me siento tan afectada como santana, espero que por lo menos si se vende esa casa sea brittany quien la compre, que injusticia!!!! [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo - Página 4 2824147739 [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo - Página 4 3718790499 [Resuelto]FanFic Brittana: Con Todo mi Corazón (Adaptada) Epílogo - Página 4 597186406



Hola, si que si =/ Osea britt tiene que hacer algo así, si no mas, por su desconfianza ¬¬ Saludos =D



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