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[Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
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marthagr81@yahoo.es
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Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
monica.santander escribió:Santana adora a Britt!!
Veremos como sale ese tema con el padre!
Saludos
Si la ama, y por eso hará lo que esta a punto de ocurrir.....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
JVM escribió:Lo único malo fue la forma en que de conocieron y llegaron a la vida de la otra como dijo Britt, y aunque ha pasado poco tiempo ya se adoran.
Y bueno parece que habrá bebe pronto jajajaja, mientras que sigan intentándolo jajajaja.
Ahora falta ver como se da la cita con el papá de Britt, obviamente San no dejara ir a la rubia ni a sus futuros hijos ni un centímetro lejos de ella, como le ha dicho a su rubia ahora es de ella y por nada del mundo se ira de su lado !
Bueno si tienes razón pero por algo sucedio, y por lo menos Brittany cayo en manos de Santana y no en otro mafioso que pudo ser cruel con ellla...
Creo que ese detalle ya fue superado por ambas.
Ojala haya Bebe........ sino no dudo que no lo seguirían intentando, jajajjaaj..
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
3:) escribió:Me estas jodiende verdad??? San va a dejar a britt???!!!
Pero si es por el bien de britt... es lo que tiene que hacer...
Puede que aya algo bueno y aya bebe!!!
No me gusta como van las cosas pero bue!!!... a ver la ultima noche juntas!!
Calma, recuerda que en estos grupos mafiosos siempre existe la traicion, y podria decir que en los planes de Santana no esta entregar a Brittany....
Ojala haya bebe.......
para que no creas que estoy jodiendo voy a subir dos cap. para que se enteren de todo.... les parece....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
micky morales escribió:Lo unico que no me gusta mucho es el lenguaje de santana pero supongo que me acostumbrare, no el que utiliza durante sus encuentros pero eso de mascota pues......sigo sin internet asi que solo pdo comentar cuando encuentro un ordenador, pero seguire tratando de aparecer hasta que solucionen mi problema, hasta pronto!!!!!!
Jajajja, sip bueno creo que no te dará tiempo de acostumbrarte por que la historia no es precisamente larga estamos cerca ya, asi que disfrutala.
Hasta Pronto Micky espero leeas y comentes pronto..... saludos..
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
Continuacion.....
El casino era deslumbrante. Nunca había visto un lugar como ese. La familia Pierce nunca se había metido en este negocio. Mi padre me hubiera estrangulado si supiera que estaba aquí, su chica buena en un nido de víboras donde reinaba el pecado y los impulsos desencadenados. Incluso las luces de neón y el repiqueteo de los tragadores de monedas inundaban los sentidos. La mano de Santana apretó la mía con fuerza. Acabábamos de cenar en un reservado VIP del restaurante que estaba sobre el casino.
Me contó cómo compró el casino, luciendo medio aburrida mientras enumeraba todos los detalles de las apuestas y el turismo. Eso era un recordatorio de que este tipo de negocios no la emocionaban. Asesinatos, guerra y dar órdenes a sus fríos hombres era lo que hacía chispear sus ojos.
Fuera, en el piso, estaba más animada. Puso crujientes billetes en mis manos y me dijo que apostara en la ruleta. Las primeras dos rondas, perdí, alrededor de mil dólares se fueron en un instante.
—Aquí. Vamos a recuperar esa mierda, doble o nada, nena. —Puso una pila más grande de billetes en mi mano. Miré hacia arriba, sabiendo que había por lo menos varios miles en mis manos. Santana probablemente no fuera mucho más rica que mi padre, pero era mucho más relajada con su dinero, arriesgado en todos los aspectos.
—¿Estás segura de esto? —susurré. —Claro que sí. Alegra esa cara, mascota. Ten algo de confianza en ti misma, mierda. Una mala racha se convierte en una pérdida solo si arrojas la puta toalla.
— El destello en sus ojos me dijo que estaba apostando más que dinero aquí. La morena estaba manteniéndose firme, recordándome que era una loba tanto en la mesa como en las sábanas. El empleado del casino de rostro serio tomó mi dinero, intercambiándolo por fichas, y luego esperó a que apostara el otro hombre que estaba en la mesa, pulcro y mayor. El juego comenzó. Santana tomó mi pequeña mano en la suya y la apretó. La pelota rodó. Mi mandíbula cayó abierta mientras la pelota daba vueltas y vueltas, bajando la velocidad cerca de mi número en rojo. Santana me dio una palmada en la espalda mientras el repartidor tocó la marca cuando se detuvo y me señaló.
—Te dije que tendríamos a este hijo de puta de nuevo bajo nuestro control. Ve y recoge tu dinero en efectivo. —Reí mientras Santana me daba un empujoncito juguetón hacia la mesa. Las fichas pesaban poco en mi mano, pero se convirtieron en números de cinco dígitos cuando las intercambié por dinero.
El rostro de Santana no mostraba nada excepto una diversión apenas visible. Me preguntaba si Santana le había dado al repartidor alguna señal secreta, sobornándolo o algo. Sin embargo, ¿eso hacía que mi victoria en la mesa fuera menos? ¿Me hacía confiar menos en ella? Diablos no, me dije a mí misma. No solo estaba con una chica que había nacido siendo una ganadora, sino que además era la dueña de todo el maldito juego. Después de tomar nuestro dinero, nos dirigimos al spa. El lugar era tan elegante y glamuroso como el resto del casino. Quería que me dieran un masaje, algo que solamente había sido capaz de disfrutar una vez en una rara escuela de retiro cerca de la frontera con Canadá.
Santana se quitó la chaqueta y la camisa, se bajó el pantalón de vestir y se acostó boca abajo en la mesa con total confianza. Me cambié a su lado, preguntándome por qué seguía sintiéndome tan cohibida cuando ella había hecho mucho más que verme desnuda.
—Mierda, eres hermosa. Mi rostro se calentó, y luego todo lo demás. Levanté la mirada y la vi observándome fijamente, con su barbilla apoyada en sus fuertes manos como una leona acostada al sol.
—Les prometí a las perras que trabajan aquí que les daría una buena propina si hacen que ambas estemos flexibles luego —dijo, recorriendo mi cuerpo con la mirada, mirándome fijamente desde los tobillos hasta mi pecho—. Necesitarás estar toda suave y refrescada esta noche, nena. Si no estás en esta polla en unas horas, haré un agujero follando esta mesa. Movió sus caderas una vez y gruñó, frotando su erección contra la acolchada mesa de masaje a través de su toalla. Tan loca, tan cruda, tan inesperada. Reí.
—Veré que puedo hacer. —Pestañeé, la ira y la lujuria bullían en mi vientre. Dios, seguía sonando como una niña estúpida y avergonzada. Sacudiendo mi cabeza, encontré sus ojos y la miré fijamente, aclarando mi garganta.
—Mejor asegúrate de que también estás en orden, Santana. No estaré nada feliz si no puedes soportarlo cuando esté montando tu polla esta noche.
—¡Mierda! —Cerró los ojos, una sonrisa ruda tiraba de sus labios—. Me preguntaba cuánto tiempo pasaría antes de que mi mente sucia te contagiara, nena. Sigue así. Todavía hay muchas cosas que tengo que contagiarte antes de que termine de reclamar cada milímetro de tu piel jodidamente dulce. Estiró un brazo y los sostuvo hacia mí. Tomé su mano, amando su calor cuando esta rodeó mis dedos. Estuvimos tomados de la mano por un largo rato; realmente largo. Sin embargo, no me importaba la demora. El spa era muy pacífico. Sonaba la caída de agua de una catarata sobre una piscina unos metros detrás de nosotras. Si escuchaba atentamente, juro que oía el suave piar de los pájaros. O quizás el lugar solo tenía un maldito sistema de sonido que simulaba el de un bosque.
Estaba por preguntarle a Santana cuando la puerta frente a nosotras se abrió. Levanté la mirada, esperando ver a las mujeres que nos darían nuestro masaje de pareja. Pero los masajistas terapeutas no iban de negro azabache. No eran tan altos y rudos, y seguro como el infierno no llevaban pesados rifles en sus manos. Santana se levantó y cargó contra ellos primero. Los hombres levantaron sus manos, elevando sus armas. Yo grité. Tuvo que saber que no dispararían si estaban aquí por mí, pero yo no. No iba a confiar en una maldita mierda. Papá era capaz de todo después de tratar de matarme una vez. Mi amante aulló mientras se tiraba sobre un hombre, enviándolo al suelo a pesar de su armadura. El comando gruñó, tirando de la cabeza de Santana. Los dos hombres rodaron por el suelo, luchando como salvajes mientras un tercero estaba parado sobre ellos, intentando encontrar una entrada. Agudos gritos femeninos se oyeron en el vestíbulo afuera. Una pistola se disparó. Cubrí mis oídos y cerré mis ojos. Jesús, todo había pasado. Hecho en un instante. Tenía miedo de mirar y ver a Santana tirada en el suelo, muerta.
Mis oídos no podían ignorar las fuertes pisadas, botas de cuero pisoteando sobre los azulejos. Un periquito gimió justo mientras una mano enguantada me levantaba por los hombros.
—¡No! —grité, pateando y luchando por fin. Dos hombres me levantaron sobre mis pies y me llevaron hacia la salida de emergencia. Miré a Santana, todavía en batalla con los dos comandos. Tenía a un hombre en el suelo, destrozando su cabeza contra el pavimento, pero el segundo comando estaba justo detrás de ella, el culo de su rifle elevado. Las lágrimas picaron en mis ojos como rebeldes avispas cuando vi que la llevaba hacia abajo y escuché el enfermizo golpe. Santana juró, me miró una vez con los ojos enturbiados, y después colapso. Grité como si me asesinaran, ya sin importar la humillación. Ser forzada a fuera por un hombre extraño sólo con mi ropa interior no era ni la mirada del horror de ver a la única mujer que había amado ser matada delante de mí. Grité y grité, ralentizando a mis captores con mis patadas antes de gritar un poco más a través de los dedos del comando alrededor de mi boca. Había un camión esperando, algo que parecía como si estuviera allí para dejar suministros.
Así que, así era como lo habían hecho. Mi padre cabrón siempre prefirió el sigilo y la sutileza antes que la fuerza bruta. Los hombres me elevaron, preparados para dejarme con otro hombre de negro que estaba por encima de ellos.
Pateé mis piernas y le di a alguien en la cara. El hombre aulló enfadado, arrojándome con más fuerza en su tiro. El hombre del camión me cogió por el pelo, me mantuvo abajo, poniéndose por encima de mí.
—¡No! ¡Sal de encima de mí, mierda! —Mi voz retumbó, estridente como la advertencia final de una tigresa antes de que atacara. Sacudiéndome, agitándome y gritando, intenté ir a por sus ojos. Él emitió su frustración en mí y apretó su agarre en mis hombros, constriñendo mis brazos y piernas hasta que estuve casi quieta. Después su cabeza cayó hacia abajo y chocó contra la mía. Justo en la frente, una explosión de rojo, negro y dolor.
La última cosa que escuché fue el rugido de Santana, el último gruñido que hizo antes de apagarse, y después las cortinas cayeron detrás de mis ojos. Seguí a mi amante en la oscuridad, pero ella no me estaba esperando allí.
—Bienvenida a casa, hija mía. Juré que escuché las palabras de mi padre en mi profundo y oscuro sueño antes de abrir mis ojos y verle. Tan pronto como lo hice, me puse sobre mis pies, estremeciéndome ante el terrible dolor en mi cabeza. Presionar los dedos gentilmente contra mi frente dolía.
—Puedo asegurarte que no hay daños permanentes, Brittany. Mis hombres están bien entrenados. Nicilo sólo hizo lo que era necesario para contenerte. Nunca te haría un daño real. —Dio un paso adelante, la fina línea azul del traje que siempre llevaba añadía más a las sombras en la pequeña cabina. La ligera sacudida debajo de mis pies me dijo al instante que estábamos en un barco. Probablemente el yate de largo alcance que había estado en mi familia durante más de una década, el mismo barco que utilizaba para trasladarse a sus reuniones de negocios a lo largo de la costa. —Shhhh. Papá está aquí.
—Forzó sus brazos a mí alrededor y me abrazó fuerte, nunca dejándome ir cuando gemí y empujé mi espalda contra la pared, buscando una escapatoria que no estaba allí.
—¡Sal de encima! —La fuerza volvió, le empujé tan fuerte como pude. Papá saltó hacia atrás y me miró con sus ojos abiertos. Mi corazón chocó contra mis costillas mientras el horror de la semana pasada retornaba como una inundación, iluminando mi cerebro con rabia, veneno, amor y deseo. Y
—¿cómo podía olvidarlo?— terror. El brutal terror que lo gobernaba todo.
—¿Qué es, Brittany? ¡Pensé que estarías agradecida por verme de nuevo!
—Tú… tú trataste de matarme. Jesús, ¿dónde está Santana? ¿Le has matado también?
—Estará viva por unas pocas horas más —mi padre dijo avinagradamente— .
Si todavía estás enfadada por ese pequeño incidente en el bosque, entiende que estaba haciendo lo que cualquier padre hubiera hecho. Entrecerré mis ojos. No pensaba que daría un paso adelante y lo admitiría.
Pero después de todo, Santana me había enseñado mucho más sobre la bestia que me había criado que los veinte años que estuve viviendo con él.
—¿Qué le has hecho? —pregunté, más preocupada por mi amante que por mi propio destino.
—S. López no sufrirá mucho más. La tortura sólo es un medio para el final, y es un final mortal para una mujer como ella. No hay nada más que hacer sino apagarle y enviar su carne bajo las olas donde podrá juntarse con el resto de los de su malvada sangre. Sacudí mi cabeza.
Enfermizo como era, esperaba que contra toda esperanza él estuviera equivocado, que tuviese demasiada confianza. ¿Seguramente, no podía ser tan fácil capturarme y secuestrar a Santana en su propio territorio?
—Su sangre está en mis manos, Brittany. Tengo que vivir con ello. Igual que con mi intento de matarte. Admito mis errores. Adelante. —Sacó pecho, tomando otro repugnante paso adelante, demasiado cerca para mi comodidad—. Dame una bofetada.
Mi palma picó. Dios, la tentación era fuerte. Quería abofarle sin parar y después hacer cosas peores, cortar su lengua y arrancarle sus ojos, especialmente si me estaba diciendo la verdad acerca de matar a Santana. Pero él quería que yo le hiciera daño, y hacer algo que papá quería que hiciera hacía que mi estómago se revolviera. Mi padre se relajó cuando vio que no me estaba moviendo. Se acercó más, empujando una mano contra mi mejilla, rascando las secas líneas saladas que habían dejado mis desvanecidas lágrimas.
—¿Qué tomará para que las cosas estén bien de nuevo? Quiero que volvamos a estar normal de nuevo. ¿Entiendes por qué tuve que hacerlo, no?
—¡Sí! —Espeté, alejándome de él—. Tú y tu estúpido orgullo, tu honor. Todo lo que amas acerca de este jodido negocio malvado. Derramar más sangre no significa nada para ti. ¡Tampoco qué importa arrancarme mi corazón! Sus ojos ardieron mirándome, sin duda enfadado de que hubiera dejado ir la bomba sobre él. Deseaba que esas palabras le pudieran doler una fracción de lo que él me estaba haciendo.
Su cara se retorció, el enfado convulsionó sus rasgos.
—¡Joder! ¿He criado a una chica que no entiende nada? No eres tonta. Sólo te gusta jugar a ser estúpida. Vi su puño apretarse.
Mierda, si me pegaba, no sería capaz de resistir atacarle y hacerle tanto daño como pudiera, todo el que pudiera por Santana.
—La sangre lo es todo para mí, hija mía —dijo, un poco más suavemente. Su voz casi triste cuando se giró, mirando las calmadas olas por la pequeña ventana— . ¿En serio tengo que deletrearlo? Dejé a tu propia madre por esta familia, por nuestro futuro…
La sangre estranguló mi cerebro. ¿De qué demonios estaba hablando? Mamá murió en un accidente de esquí en los Alpes, o eso me había dicho él desde que tenía seis. Eso fue cuando él volvió solo, y nunca vi a la brillante y hermosa mujer que me sostenía y me cantaba nunca más. Cuando papá se giró hacia mí, los ojos llenos de dolor, mi corazón casi se paró. Nunca le vi tan mal… tan dolido. Me tambaleé hacia atrás, mis labios se abrieron, murmurando mientras mi mundo se rompía.
—No… no… no puedes querer decir…
—Asintió.
—Sí, hija mía. Tu mamá fue secuestrada por un demonio de la rama europea de los López cuando estábamos celebrando nuestro aniversario. Las cosas que le hicieron… Sus ojos relampaguearon, rojos, oscuros y malvado. Respiró brusca y temblorosamente.
Por un segundo, quise acercarme y reconfortarle, y después instantáneamente retrocedí ante el pensamiento. Le escucharía, pero tenía que recordar la vieja y tensa pero amorosa relación que entre nosotros estaba muerta. ¡Tenía que estarlo!
—Mis hombres la encontraron dos días después. La habían golpeado, violado y disparado detrás de la cabeza. Estilo de ejecución. Había una nota puesta debajo de su cabeza rota, escrita en un indescifrable ruso y un pobre inglés debajo.
—Papá se aclaró su garganta, tragando la piedra en ella
—. Ignacio López me dijo que me retirara y que nunca volviera a poner un pie en Europa de nuevo. Trató de asustarme sobre nuestras posesiones ancestrales en Florencia, el lugar donde nuestros ancestros sangraron y murieron. ¡Me retorció las bolas matando a mi jodida mujer! Jadeé.
Papá nunca usaba palabrotas. El recuerdo le había roto, limpiando la calmada, fría y lobuna apariencia que siempre me había mostrado. Estaba temblando cuando se acercó a la pequeña cama y se sentó, enterrando su cara entre sus manos.
—Lo siento mucho, Brittany. Quizás tendría que haber dejado que la mujer de la que estás tan enamorada me cortara la garganta cuando ella tuvo la oportunidad. Habría sido mejor que envolverte en todo esto, intentar poner una bala en tu cabeza antes de que ella hiciera la misma cosa que le hizo a mi preciosa Cora.
—La cara de papá estaba roja y las lágrimas cristalinas eran gruesas en sus ojos cuando miró arriba.
—. ¿Te tocó esa bastarda?
Quería estar enferma. Mi corazón estaba roto, despedazado, sus sangrantes piezas repartidas en dos mundos. Todo lo que pude hacer fue sacudir mi cabeza, una mentira y una pesadilla en una.
Excepto que no estaba segura de quién demonios me estaba tratando de esconder ahora. ¿Era de papá, o era de mí? Su historia perforó cada parte de mí, una pesadilla andante que añadía toda una nueva jodida dimensión a esta broma que llamaba vida. Para mí, la ironía nunca era graciosa. Siempre era salvaje. No, no, no… no puede ser verdad. ¡No puede serlo! Pero lo era. Papá no estaba entrenado en las finas artes. Nunca actuaba con emoción cruda así ante mí —nunca. Por una vez, estaba dejando que su verdadero corazón se expresara, monstruosos secretos sacudiendo el pequeño y distante amor al que trataba de cogerme. Dios. ¡Por Dios! ¿Cómo podía mantenerme leal al corazón de Santana cuando su familia mató a mamá? ¿Cómo?
—Gracias a Dios. Sabía que estaba mintiendo cuando dijo que te había profanado.
—Papá se levantó y se acercó, ofreciendo una mano en mi hombro. Esta vez, no le aparté.
—Las cosas han sido oscuras y peligros por un largo tiempo, Brittany. Has tenido suficiente para durar una vida en sólo pocos días. Te prometo esto: la luz está llegando, hija. Con López muerta, podemos poner esto detrás de nosotros. La manera en que has cambiado a través de esto es prueba de que es el momento de hacerte una correcta mujer de negocios.
—Su mano se apretó, y me estremecí bajo sus dedos.
—. ¿Sabes cuánto he querido siempre que florecieras? Tienes un corazón blando, hija mía, tanto como tu mamá. Esperó hasta que le miré. Era una mirada dura sin la mirada turbia por mis lágrimas. —Pero hay mucho de mí en ti también. Si tus ojos se abrieran sólo un poco más, lo verías. Lo entenderías. Serás capaz de manejar todo esto con la cabeza fría y un corazón de piedra. Algún día, cuando ya no esté, Brittany, toda lo que nuestra familia ha construido estará en tus manos. El negocio —nuestra empresa— es más grande que nosotros dos. Es lo que hace que toda la sangre y las vidas que hemos perdido valgan la pena.
Le aparté. Tenía que hacer que parara. El yunque en mi estómago me estaba hundiendo, y cada terrible palabra que decía añadía otro kilo a su peso.
—No puedo lidiar con esto ahora —dije, poniendo un brazo en la pared como soporte, descansando mi cabeza allí.
—Por supuesto —dijo mi padre suavemente—. Tómate un tiempo para descansar tus ojos y pensar en todo esto. Ninguna decisión importante debe ser tomada hasta que lleguemos a casa. Has pasado un gran calvario. Por suerte, tan pronto como elevemos anclas y vayamos a casa, todo este feo negocio estará detrás de nosotros. Cerró la puerta suavemente, dejándome sola. ¿Detrás de nosotros? ¿Está hablando jodidamente en serio? Me pregunté cómo algún día podría ver esta negra nube detrás de mí. No podía olvidar a Santana, mucho menos el torbellino de emociones que suscitaba en mí. Pero ahora que el vicioso secreto de mi familia estaba al descubierto, no podía olvidarlo tampoco. Los López y los Pierces eran enemigos naturales. Mi tragedia sólo era el último capítulo en la guerra de sangre que parecía destinada a durar hasta el fin de los tiempos. Diablos, incluso ahora con la horrible verdad a la luz, todavía le amaba. Pero no quería. ¿Cómo podía amarle cuando el universo y mi propio ADN gritaban cuán erróneo era? ¿Pero cómo podía simplemente olvidarle y dejar que muriera cuando me había reclamado sin un segundo pensamiento sobre nuestros nombres? Mi cerebro luchó por respuestas mientras me tumbaba, escuchando la gentil palmada del océano cerca de mi ventana.
Si no les encontraba pronto, me encontrarían. Si había una cosa clara en todo esto, era que el mundo nunca esperaba por que las cosas fueran fáciles. Y no podía dejar que me rompieran tampoco, no podía dejar que absorbieran mi color para siempre y volvieran todo muerto y gris. Antes moriría de pasión mil veces que dejar de respirar con un aburrido y desinteresado corazón
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
CAPITULO 6
ESPACIO PARA UNA TUMBA
SANTANA
Me desperté con un estruendo destruyendo todo el maldito mundo. El metal se abrió de golpe a solo unos cuantos centímetros por encima de mi cabeza, destruyéndose como si la mierda fuera derretida con un atizador.
Un hombre gritó. Su peso cayó sobre mi espalda. Me levanté, tirando de las cadenas alrededor de mis manos. Mierda, estaba atada. No había manera de quitarme a este imbécil de encima excepto empujándolo.
Me di la vuelta, girando en el suelo para salir de su culo. Cuando cayó al suelo junto a mí, vi sus ojos muertos a través de la pequeña abertura en su máscara negra, un agujero limpio por encima de donde su cerebro solía estar.
¿Dónde carajos estoy?
Tomó varios segundos para tener mis sentidos de vuelta. Quedar inconsciente por el frío, ser capturada, arrojada a un camión de transporte… ¡Brittany!
Ellos sabían que iría tras ella, por lo que habían lanzado mi cuerpo en un camión para llevarme tan lejos de ella como pudiera ir.
Los hijos de puta no habrían estado disparando mientras yo estaba desmayada a menos que hubiera una maldita buena razón.
Tenían que ser mis chicos. Sonreí, escuchando al otro imbécil gritando a varios pasos de distancia. Sentándome para tener una mejor vista, noté que su brazo estaba todo jodido. Debe haber recibido disparos en múltiples lugares, demasiados lugares para recurrir a ese puto rifle grande junto a él y tomar represalias.
Cuando me vio despierta, empezando a sentarme, él realmente se esforzó.
Me moví lentamente hacia él, el torso sin camisa golpeando la grava debajo de mí como la maldita serpiente más peligrosa del mundo, las cadenas repiqueteando mientras mis manos rebotaban por encima de mi culo.
El hombre cerró los ojos. El idiota probablemente esperaba desangrarse antes de que yo lo alcanzara. Por desgracia para su estúpido trasero, Dios no estaba repartiendo misericordia a los hijos de puta de Pierce hoy.
Me tomó una eternidad recuperar mi posición. El hijo de puta estaba lloriqueando, apretando su herida, la poca piel que mostraba se estaba poniendo pálida como un fantasma. Por fin había conseguido poner mis piernas alrededor de su cuello cuando el camión dio un brinco.
Uno de mis chicos había matado al conductor.
Ambos salimos a volar cuando la maldita cosa se sacudió, patinó y luego terminó con una parada brusca. Mi espalda traqueteó cuando golpeamos el suelo, sin soltar el agarre que tenía en su cabeza. Él estaba volando como un muñeco de trapo. Su cabeza golpeó el banco donde habían estado sentados junto a mí.
Había escuchado el golpe enfermizo cuando el cráneo de un hombre se rompe al aplastarlo más veces de las que podía contar. Nunca dejó de ser satisfactorio.
La gran puerta se abrió de golpe un segundo más tarde, levantándose como la puerta de garaje más rápida del mundo. Es Puck, Finn, y varios chicos del casino corrieron y me levantaron, armas listas.
—¡Chyort voz'mi! (mierda) —Puck explotó.
Oh, mierda. Sí, él podía decir eso de nuevo.
No tenía que ver el moretón que esos hijos de puta dejaron a un lado de mi cabeza para saber que era malo. La maldita cosa palpitó como las llamas del infierno en el instante en el que abrí los ojos.
—¡Métanla al coche! ¡La jefa necesita un doctor!
Me estaban llevando como a un pesado saco de ladrillos cuando me sacudí en sus brazos. Puck se inclinó hacia mi oído, tratando de calmarme. Tomó de sus dos manos alrededor de mi muñeca para hacerme pensar en ya no agitar mi puño.
Él todavía no era lo suficientemente fuerte por si solo para tumbarme.
—Vas a estar bien, S. Trajimos a un chico del hospital para revisarte, tan pronto como regresemos al casino…
—Cierra la maldita boca —gruñí—. No vamos a regresar. Ninguna maldita retirada. Mucho menos al lugar donde la seguridad estaba jodida la primera vez.
Me sacudí, pero de alguna manera se las arreglaron para mover mi culo, metiéndome al coche. Puck se sentó a mi lado, sujetándome, tratando de evitar que me levante y destroce el techo del maldito vehículo. Metió la mano en una caja de herramientas y utilizó una navaja de acero para romper las cadenas en mi muñeca.
El bastardo no dudó en preguntarse si eso fue una buena idea después de todo cuando me siento, lista para estrellar mis manos libres en el rostro más cercano.
—¡Cálmese, señora! ¡Usted está a salvo! ¡Ha recibido un fuerte golpe en la cabeza, señora, tiene que confiar en nosotros! —Balbuceó Finn.
—No soy yo por quien estoy preocupada, ¡tienen a mi maldita chica! —El fuego en mi cráneo se desvaneció cuando pensé en ella, y luego se levantó de nuevo, un demonio dispuesto a hacerme derramar ríos de sangre—. Tienen a mi Brittany.
Hermosa, perfecta, y dulce Brittany. Mi Brittany. La chica con la que me había casado y con la que había empezado a esforzarme en tener un bebé, ahora se dirige a la casa de ese estúpido viejo.
¡Mierda! Moví mis puños.
Finn se agacha en la limosina justo a tiempo. Algo bueno también porque habría roto la mandíbula del hijo de puta si hubiera sido demasiado lento por un segundo.
—¡Estamos trabajando en ello, señora! —Dijo Finn—. Él la traicionó.
—¡Maldita sea, Finn, dame algo nuevo para masticar en lugar de la misma vieja mierda!
Se tragó saliva con nerviosismo.
—Las cámaras del casino siguieron a los camiones tan pronto como se escaparon, uno para cada una de ustedes. Los seguimos. La llevaron hasta los muelles privados en el centro de la ciudad. Pierce llevó su barco, como usted lo pensaba. Lo siento, señora, pero solamente había tiempo para ir tras una… pensamos que era mejor ir tras usted, señora.
Sacudí la cabeza, rechinando los dientes.
—Las ideas no van a hacer ni mierda. Esperaba que ese hijo de puta me fastidiara. Simplemente pensaba que estaría más cerca a la entrega que planeamos mañana, ¡no en mi propio spa!
Puck se movió incómodo.
—Todavía estamos tratando de averiguar cómo lograron entrar, S.
—Carajo. Lo hecho, hecho está. Habrá un montón de tiempo para hacer rodar cabezas por esta mierda más tarde. En este momento, dile al conductor que cambie la dirección de esta maldita cosa, y que se dirija a los muelles. Consigue una orden de alquiler para un barco en este puto momento. Vamos a ir tras ella mientras ellos no hayan llegado muy lejos.
Los ojos de Puck se agrandaron.
—S, no estás en condiciones de organizar un…
—¿Rescate? Mierda, que si lo estoy. Puedo estar de pie y mover mis putos puños, ¿no? Este maldito golpe en la cabeza no me ha derribado. ¿Necesitas que me pase a tu lado y abra tus malditos ojos para que puedas ver que no estoy desplomada en el suelo? Mira, maldito. Estoy respirando, estoy enojada y estoy lista para pelear. Si cualquiera de ustedes imbéciles trata de desobedecer una orden directa e intenta detenerme, será el primero en la maldita lista.
Finn sostuvo sus manos en alto. El hijo de puta tenía buenas razones para protegerse. En este momento, yo era como un toro enloquecida, lista para atacar a todo el puto mundo, amigo o enemigo. Todos eran iguales, cualquiera o quienquiera que me mantuviera alejado de mi esposa un segundo más.
—Por supuesto, señora. Somos cautelosos, como usted nos entrenó. No somos idiotas. Puck tiene razón y usted debería considerar…
—Considera tu culo en la calle, buscando un nuevo empleo, si no pides esa maldita orden de alquiler ahora mismo. Dale la vuelta a esta maldita cosa y llévanos al puerto. No voy a volver a pedirlo.
Suspirando, Puck intervino la pequeña radio al lado del asiento. Le ladró órdenes rápidamente en ruso al chófer, que parecía desconcertado, sin lugar a dudas adivinando todo lo que escuchó después de ver el profundo morado en mi rostro.
Cuando la charla se detuvo, mis chicos se dieron la vuelta hacia mí.
—Voy a necesitar que ambos cierren la puta boca, dejen de preguntar y hagan exactamente lo que yo diga. Recibí un fuerte golpe en la cabeza, sí, pero no estoy demente. Sé cómo matar y sé tras de quien vamos. Al igual sé que necesitamos un barco. Si caigo primero, los dos tienen que prometerme que se asegurarán de que viejo Pierce esté muerto y de que mi esposa esté a salvo.
Puck metió la mano en la funda por debajo de su chaqueta y descansó su nueve milímetros sobre su regazo.
—Cuando quieras, S. Estamos contigo.
—Bien. Ahora pon a mi maldito abogado en la línea mientras conducimos.
Voy a hacer que ese hijo de puta cambie mi testamento así todo se irá a Brittany y cualquier niño mío que ella tenga en caso de que nuestros traseros terminen hundidos. El momento para dudar que nada ha terminado.
Los dos rusos se miraron entre sí, compartiendo una pregunta silenciosa
acerca de si había perdido la cabeza o no. Me importó un carajo.
Esta mierda se acababa de volver real de una manera que iba más allá de la sangre y la familia. Tenía que conseguir de nuevo a mi chica, o morir intentándolo.
La guerra que mi tío abuelo había luchado durante cincuenta malditos años con el clan Pierce iba a terminar aquí, hoy, de una manera u otra.
Esperaba que el amor y el sexo terminaran el trabajo que las balas y los cuchillos empezaron. De una manera u otra, un linaje familiar iba a llegar a su fin.
Y si todo el semen que había bombeado en su dulce coño hacía su puto trabajo, uno nuevo iba a comenzar.
Me engullí dos puñados de fuertes analgésicos recetados cuando estuvimos en el yate alquilado. Algo de cafeína me ayudaba a relajarme más y me dejaba concentrar. El barco que mis chicos aseguraron era más pequeño que la mayoría de los cruceros de lujo, pero lo haría, ser imperceptible de todos los demás buscadores de placer a lo largo de la costa de Jersey.
Los hijos de puta a la vista no lo descubrirían hasta que estuviéramos justo encima de ellos, abordando sus traseros como piratas enfurecidos. Excepto que yo no estaba detrás de tesoros o cabezas.
Sólo una maldita cabeza, un imbécil muerto y una hermosa chica. Mi chica.
Arreglar esta mierda iba a terminar de un modo u otro aquí en el mar, en el mismo puto océano donde Pierce derramó sangre López.
Esperé con mis hombres mientras nos acercábamos a la embarcación que mantenía a mi chica prisionera. Era casi de noche y una lluvia fría se armó, añadiendo balas glaciales al viento amargo abofeteándo en nuestros rostros.
Yo y media docena de chicos estábamos en cuclillas fuera de la vista, las manos sobre nuestras armas. Cuando estábamos a solo unos pasos del barco de Pierce y ellos empezaron a cagarse en sus pantalones, habíamos saltado en la balsa equipada con motor y nos movimos, atacando sus estúpidos traseros antes de que ellos supieran que los había golpeado.
—Tres minutos, S.
—La voz de Puck vino por la pequeña pieza que llevaba en el oído. Él era el único chico que se quedaba detrás del hombre en el barco, el único entrenado aquí en manejar estas malditas cosas.
Di por radio mi confirmación y cerré los ojos. Gotas heladas bajaron por mi rostro, acariciando el puente de mi nariz. Esa mierda era como un bautismo para el infierno que tenía por delante, otro recordatorio mundano de que la única manera de traer fuego a este mundo congelado de nuevo era abriendo mi propio corazón.
Tan pronto como estuve en ese barco, ya no había donde ocultarse. Brittany, el viejo Pierce y cualquier otro idiota que tuviera la mala suerte de ponerse en mi camino lo iba a ver todo. Cada instinto crudo, monstruoso y hermoso que tenía.
Desnuda, viciosa, magnífica en su furia. Amor, odio, lujuria, atados juntos y con licencia para juguetear. Cualquier cosa que alguna vez despertó mi pasión y todo lo que le dio vida.
—Dos minutos...
Nos estábamos acercando a la sombra oscura flotando en las aguas negras más adelante. No es broma, yo jodidamente reflexioné.
Cada vez que la veía en mi cabeza, mi corazón latía como si hubiera sido golpeado por un rayo. Apreté los dientes, el ritmo en mis venas se convirtió en absoluta sed de sangre cuando recordé quién la apartó de mi lado, y cómo lo iba a pagar el cabrón.
—Un minuto... —La voz de Puck se desvaneció en una larga pausa antes de que empezara a contar los últimos intervalos—. Treinta segundos…
Tiempo de moverse. Levanté la mano y dos hombres se escabullían, bajando rápidamente la pequeña balsa al mar batido. Todos nos deslizamos por la cuerda después de ellos, el embalaje completo. El motor rugió con vida. La mierda se inició como una mula cuando cortamos a través de la oscuridad, en línea recta hacia el destino.
Finn lleva el gancho de anclaje. Cuando la parte delantera de la balsa golpeó la nave de Pierce y el motor quedó muerto, el gancho voló alto en el aire, adjuntando a la nave con un golpe seco. Yo era la piedra de abeto escapándome por la cuerda gruesa, arrojándome a bordo de la cubierta.
—¡Mierda! ¡Intrusa! —Una voz gritó en la oscuridad, demasiado cerca para mi gusto.
Una corriente de balas de mi automática cortó la cogida en dos en el instante en que estaba en mi punto de mira. Los hijos de puta no eran perezosos, sin embargo. Golpeé el suelo metálico frío ya que el fuego de supresión vino en mi camino.
Uno de mis hombres se golpeó trepando por la nave. El grito del hijo de puta se cortó mucho antes de que cayera de nuevo en las ondas, muerta en un instante.
Esperábamos como el demonio que tuviéramos al menos cuatro de los siete hasta aquí. Pierce tenía una pequeña ventaja en número, pero teníamos la sorpresa de nuestro lado y la usamos como una puta de cinco dólares.
Los pendejos no esperaban un asalto por más de un par de chicos, y mucho menos por la noche. Los disparos hicieron temblar toda la nave, iluminando la noche en todas las direcciones. Una cosa era segura: después de esta noche, este puto barco nunca iba a llevar a un cliente nuevo millonario. Estarían de suerte si unos cuantos pisos y paredes escapaban de darse vuelta por un queso suizo.
—Mantengan su fuego caliente, chicos. Voy a entrar para el gran objetivo. — Golpeé mi radio que estaba en mi cuello y corrí, agachándome y tejiendo cerca de los contenedores de almacenamiento escasos en la cubierta para la tapa.
Un golpe de suerte me habría puesto abajo. Los culos siguieron disparando en mi camino, incluso cuando mis chicos entrenaron todo su fuego en la cubierta superior, pero no se detuvieron por nada.
Todo estaba en manos del destino ahora. Además, la desesperación en sus tiros me dijo que me dirigía de la manera correcta, más cerca del hombre que estaban protegiendo. Más cerca de mi mujer.
Golpeé el suelo y rodé a sólo pulgadas de la puerta. Un gordo alrededor cerró la cremallera junto a mi cabeza, gritando como un halcón enojado.
Mi fusil rompió la ventana de cristal y alcancé a desbloquearlo desde el otro lado. Un rápido movimiento de la perilla y empujé hacia adentro.
Los disparos siguen explotando detrás de mí. Estaba malditamente agradecida que estábamos tan lejos de la Guardia Costera que no era probable que vinieran a husmear tan lejos de la costa de Jersey durante una tormenta.
Corrí por el pasillo, girando curvas cerradas y con el objetivo de mi arma en los espacios vacíos. Los hijos de puta anteriores deben haber estado abrumados con la batalla, dirigiendo toda su mano de obra allí para luchar contra mis muchachos. Todavía esperaba que Pierce tuviera unos guardias en algún sitio, debajo de las cubiertas.
Hasta ahora nada.
Me detuve frente a la puerta chapada en oro que sólo puede pertenecer a un jefe idiota. Presionando mis oídos a esto, escuché las voces, con la esperanza de oír a alguien en el interior para matar o rescatar.
Tomó alrededor de un minuto. ¡Ahí!
Reconocería el tono débil e inconfundible de la voz de Brittany en cualquier lugar. Ella estaba hablando con el viejo hombre en susurros, asustada.
Mierda. Ella iba a estar aterrorizada cuando rompa la maldita puerta y gire la pistola a la cara podrida, pero la prolongación de esta mierda un segundo más de lo necesario sólo empeoraría las cosas.
No hay más retrasos. Torcí el rifle alto sobre la cabeza y la aplasté contra la puerta tan duro como pude.
Brittany gritó. Pierce gritó y había un aspecto borroso del movimiento azul feroz cuando forcé la entrada.
El viejo crápula era un drenaje más rápido de lo que jamás hubiera imaginado. Vi al bastardo por primera vez desde que tuve un desafortunado cuchillo en la garganta. Sólo que esta vez tenía mi rifle apuntando a él, listo para cortar las tripas en dos, más que un reto para la nueve milímetros lamentable que apuntó a mi pecho.
La armadura bajo mi chaqueta me dejaba absorber un tiro. Dudaba que había pensado esto más adelante.
—Deja caer la puta arma ahora, idiota —gruñí—. Independientemente de lo que sea que vaya a pasar entre nosotros, la dejas ir. Ella no se merece estar atrapada en el fuego cruzado.
El viejo Pierce se me quedó mirando. Sus labios se torcieron. No dijo nada mientras su mano se hundió, bajando la pistola. Asentí con la cabeza, satisfecha, y estaba a punto de apretar el gatillo cuando Brittany se movió, dando un paso en diagonal lejos de su rincón.
Está bien como sea. La chica merecía unos segundos para entrar en otra habitación antes de girarse para ver la cara de mierda que la había criado en una masa sangrienta.
Observé su dulce puto cuerpo cruzar la mitad de la habitación y se detuvo.
Justo en frente de mi arma.
—¿Qué demonios? Muévete, Brittany.
—Mi corazón se metió en mi pecho y volvió a subir como un cohete.
Ella me miró con ojos duros y conflictivos, de pie justo en frente de su viejo.
¡Mierda! La chica no me dejó otra maldita opción que bajar mi arma.
Entonces ella dijo las palabras que rasgaron mi alma.
—No puedes dispararle, Santana. Dile a tus hombres que pongan fin a estos enfrentamientos.
La miré durante un buen minuto. Estaba sacudiendo mi cabeza antes de que las palabras llegaran a mis labios. Cristo, ¿qué coño le habían hecho a ella aquí? ¿La agrietó en la cabeza algún capullo cuando fue llevada desde el casino? ¿Se había olvidado de lo que era, el hecho de que él trató de aniquilarla?
—Bebé, no sé lo que estás pensando, pero hay que hacerse a un lado en este momento. —Hice una pausa, escuchando las explosiones distantes por encima de nosotras. No había casi tantas como antes, eso me dijo que mis chicos habían realizado grandes progresos.
Ella no se movió. Había una extraña, casi espeluznante, calma a su alrededor, una determinación para evitar que dos mundos colisionen entre sí y vuelen separados para siempre. Mi mano se movió en el rifle, pero jódeme si podía levantarlo de nuevo. No mientras ella estaba de pie allí, poniéndose en peligro.
¡Esto es una mierda! Tenía ganas de gritar. Nada más que pura mierda, loca, absoluta, cuando estábamos a un pelo de polla lejos de terminar esta mierda para siempre.
Brittany tragó saliva, deslizando un nudo grueso por su bonita garganta. Si no fuera por la confusión, mi polla se hubiera sacudido, imaginando mi boca besar su camino hacia abajo por su cuello, calmándola porque era la mejor manera que sabía.
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Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
Mierda, lo que no habría dado para hacer que el trabajo aquí. Tenía que hablar con ella en su lugar, convenciéndola fuera de ella.
—¿Qué está pasando, Brittany? Dímelo directamente. ¿Por qué proteges a este hijo de puta?
—¡Debido a que tú no me dijiste qué tan profunda es esta guerra de sangre de mierda! —Escupió—. Tu tío violó y mató a mi madre. ¿Por qué? ¿Por qué no me dijiste la puta verdad?
¡Mierda! Tenía razón y derecho a estar molesta. Sabía de la muerte hace muchos años, uno de los más brutales trabajos de golpe que el tío Ignacio había hecho nunca. No había sabido que era la vieja señora de Pierce, o que se había salido con la suya con ella.
No tenía ilusiones, familia o no. Mi tío era un hijo de puta cruel, pero la sangre fría de hielo por lo general le fue muy útil. Es una lástima que nunca imaginé que estaría pagando por su cagada.
Por primera vez en un muy largo y condenado tiempo, colgué mi puta cabeza, avergonzada del patriarca muerto.
—Bebé, yo no tenía todos los detalles. Me enteré de lo que pasó, pero yo no sabía que era tu mamá. Tienes que creerme. —Solté suavemente el rifle, dejándolo golpear en el suelo—. Bien. Lo tienes a tu manera. No voy a encender este cuarto como planeé. No voy a poner una bala en la cabeza de este idiota si no quieres. Ahí. Estaba fuera y toda mi boca sabía como un desierto.
Las lágrimas llenaron sus ojos. Sus mejillas rosadas eran de color rojo brillante con rabia y confusión. Dio un paso hacia atrás cuando me acerqué directamente a los brazos del viejo.
Bastardo. Consiguió tenerla toda alrededor, amando su antiguo mal culo cuando no hay una buena razón para ello. Mejor que cuente sus estrellas de mierda afortunadas, porque esta muchacha me tiene por las pelotas, o tendría la mitad de su sangre vaciada en el suelo ya.
Sus manos apretaron sus hombros. Idiota, tenía una expresión arrogante en su cara que quería hacerla caer tan mal. Me aseguré de no mirar el rifle a mis pies, lo único que podía hacer para luchar contra la tentación de romper mi promesa.
—Ya has oído mi muy sabia Brittany, López —dijo Pierce—. Deja esta nave en paz y saca fuera a tus hombres. Nos dejas ir y podemos obtener todo este negocio horrible. No es demasiado tarde. Hemos tenido bastantes bajas para una noche.
De ninguna jodida manera. Levanté mis puños, sintiendo la misma tonalidad de tomate en mi chica quemando mi piel. El poder crudo que estrangula mis venas me hizo parecer a una bomba de pie.
—No. Esto termina aquí de una forma u otra. Uno de nosotros no va a salir vivo de aquí. Toda esta jodida historia nos puso justo donde estamos ahora, pero no puedes seguir adelante, hijo de puta. —Di un paso hacia la sala.
Pierce se encogió de hombros y salió de detrás de su hija. No me detuve ni un paso atrás, incluso cuando vi el arma en sus manos, indiqué a mi corazón.
El maldito estaba a punto de disparar, y estaba listo para tomarlo. Si Brittany había hecho su elección, entonces que mire como me muero, que vea mi corazón verter sangre por todas partes en esta baldosa, muriendo como el amor que se suponía que teníamos.
—Hazlo, idiota —gruñí—. Ponlo aquí.
Me puse el tejido apretado aferrándose a mi pecho. Unas correas se rasgaron bajo mis dedos, y el ruido del chaleco antibalas cayendo al suelo. Estaba desnuda, expuesta, lista para dejar el plomo caliente a través de las costillas. Mis ojos se suavizaron de odio, dirigiéndose a mi chica.
—Te quiero, Brittany. Te amo más que a esta jodida vida misma.
Pierce sonrió. Prácticamente podía oír mi corazón latir marcando como un reloj cuando su dedo se tensó sobre el gatillo.
—¡Papá! ¡No! —Brittany lo vio justo a tiempo.
Ella se echó sobre él y le golpeó la pistola al suelo con un nano-segundo para ahorrar. Su disparo fue salvaje, golpeó el techo, esparciendo metralla a través del cuarto. Ella cayó al suelo, persiguiendo la pistola, y la cogió antes de que él se diera cuenta de lo que pasó.
La vi retornando hacia él, agitada mientras daba un gran paso hacia las sillas atornilladas en el suelo de la suite hogar.
—¿Brittany? —Un choque genuino llenó la voz de Pierce—. ¿Qué demonios estás haciendo?
Di un paso para la sala, sólo unos pocos pies. Los ojos de Brittany eran salvajes. Se giró de nuevo, volviendo el arma de nuevo a mí por un segundo, y luego de nuevo a su viejo, donde ella la sostuvo.
—¡No se muevan! ¡Ustedes dos!
Mierda. Clavo mis pies en el suelo y me quedé mirando al capullo delante de mí hacia abajo. Hijo de puta estaba haciendo daño justo en frente de mí, jugando sus juegos de mente, y yo no podía hacer absolutamente nada. Todo dependía de su propio corazón y su cerebro ahora.
Tenía que tomar la decisión. Suya. No de su viejo culo ávido jugándola como un violín. Y si no era yo a la que iba a elegir, entonces quería ser un metro ochenta más bajo, libre de vivir sin sus dulces curvas contra mí.
—Vamos, Brittany. Tú has hecho tu elección. Tú sabes la verdad. ¡Dispárale!
—El viejo bar alias Pierce, me señaló—. ¡Esta delincuente que mató a tu mamá y casi me mato está de pie allí mismo! ¡Ponlo abajo como a la perra salvaje que todos los hombres López blasfeman ser!
Brittany apuntó el arma lejos de los dos. Prácticamente estaba escalando la pared junto a la chimenea con su espalda contra ella, apuntando a un espacio vacío, a la deriva entre dos mundos. Por fin, se giró hacia mí, sin mover la pistola.
—Ella no lo hizo, papá. No puedo hacerlo responsable por algo que otro hombre hizo sólo porque estaban relacionados. Lo puedo culpar por sus mentiras, sus medias verdades, sus errores... pero sólo suya. No de su familia—. Se volvió hacia su padre, dejando caer el objetivo de la pistola en el suelo. —No puedo matar a la mujer que amo más que a cualquier humano.
Si mi corazón no se estaba llenando de orgullo y alivio, me hubiera reído de la expresión de su padre. La jodida mandíbula casi cayó al suelo y se rompe en pedazos, dejando nada más que sus malditos ojos negros mirando fijamente a los mares oscuros a través de la ventana por encima de nosotras, envolviendo sus jodidas expectativas.
¿Expectativas? Por supuesto que no.
Todo su mundo de mierda se había ido y él todavía no había dicho una palabra cuando ella se acercó a mí, intensificando profundamente mi abrazo. Casi aprieto la puta vida fuera de ella. Tenía que mantener un ojo en la mierda para asegurarme de que no se estaba moviendo.
—Yo... no puedo hacerlo —me susurró al oído, presionando la nueve milímetros en mi puño. —Hazlo por mí, Santana. Veo lo que él es ahora. Eso sí, no me hagas ver.
—¡Te arrepentirás de esto por el resto de su vida, perra ingrata! —Su viejo gruñó, dando un paso hacia adelante, envalentonado con la ira. —¡Tuviste una oportunidad de poner fin a este lamentable asunto y hacerme sentir orgulloso, pero sólo te lanzaste a los vientos! Parece que todo depende de mí después de todo... Las destriparé a ambas.
No debería haber dejado al idiota decir otra palabra. Se trasladó de una maldita manera más rápido que cualquier cosa, le di el crédito correspondiente. En un guiño, se armó de una navaja del bolsillo y se lanzó, apuntando directamente a Brittany.
La tiré al suelo, agarró la pistola y disparó. Un puto tiro perfecto.
El fuego en los ojos del demonio se apagaron cuando la bala le atravesó el cráneo. Se detuvo a medio paso, dejó caer el cuchillo y cayó hacia atrás, de plano en su culo muerto.
Brittany gritó un segundo más tarde, y luego volvió a gritar cuando se dio cuenta de lo que había sucedido. Tiré el arma y cayó al suelo, dando una mirada más satisfecha al hijo de puta que había matado.
—Está bien, nena. Elegiste correctamente—. La acerqué, inclinando a la fuerza su cabeza lejos del hombre muerto, empujándola hacia mi pecho.
Sus ojos eran enormes. Asustada. Antes de que pudiera hacer otro sonido, aplasté mis labios a los de ella, enterrando todos sus sentidos y el mío en un mundo de besos consumidos.
Todo se acabó. Todo, excepto tú y yo. Todo por lo que tienes que preocuparte el resto de tu dulce vida es manejar estos labios y adaptarte a estas armas cuando las envuelva a tu alrededor.
Mis pensamientos iban convirtiéndose en locura mientras la apretaba con fuerza. La besé, sin dejar de presionarla, cargándola en brazos. La besé y no la solté hasta que ella empezó a calmarse, y aún derramé el calor, enjugando la muerte y la violencia con pura pasión, todo lo que tenía para darle.
Nos fuimos fusionadas juntas, enredadas en el piso, en el mismo maldito beso cuando mis chicos irrumpieron a través de la puerta un minuto más tarde. Finn tomó una mirada al imbécil muerto a unos pocos pies de distancia, luego a nosotros dos y asintió.
—Bozhe Moi. Jodidamente al fin. Está hecho.
A la mierda, mentí. Claro, yo había acabado de derramar la sangre con el viejo Pierce y su tripulación se hundió bajo las olas. Pero las cicatrices emocionales que dejaron en mi esposa no se pueden limpiar de manera fácil.
No estaba realmente terminado. Tan siquiera por la jodida mitad.
Después que la tuve en mi barco y tuve armado a los chicos en el yate de Pierce con explosivos, enviando su culo a la tumba de fuego y hielo que se merecía, toda mi atención estaba en ella.
Estábamos de vuelta en la suite del casino por la mañana. Brittany no había movido un músculo desde que se derrumbó en mis brazos, dejándose caer en un profundo sueño largo al segundo en que un ayudante se la llevó a la habitación. Me lavé la sangre y el sudor de batalla en una larga ducha caliente, entonces me uní a ella, acercándola.
Mis brazos se quedaron a su alrededor toda la maldita noche.
Nadie la va a herir o joder con su cabeza de nuevo. Casi la había perdido ante ese salvaje y mi propio culo tendido en el yate, y esa mierda nunca iba a suceder de nuevo.
Tuve que hacerle saber que el momento de oscuros secretos y omisiones a medias había terminado. Tenía que hacerle entender que ella era mía, maldita sea, mía hasta que yo estuviese tan muerta y extinta como su viejo, mía hasta que viera su sonrisa cien veces por una maldita lágrima que había sacado de sus ojos.
Mía porque yo era su maldito mundo entero, amante, guardián y mejor amiga, todo lo que una esposa normal se supone que es. Es una pena que esto nunca sería un matrimonio normal. Matamos y amamos más duro que el noventa y nueve por ciento del aburrido mundo exterior, cierto. Al final, realmente no importa una mierda.
Si hubiese una manera de llevar la paz a su corazón y hacerle olvidar el dolor y la sangre que ese muerto hijo de puta le había causado, lo iba a encontrar. Me gustaría demostrar mi maldito demonio a ella y probar que no tendría ni una sola cosa por qué preocuparse nunca más.
El pasado manchado de sangre estaba detrás de nosotras, y si Dios quiere, se va a quedar así. Por la mañana, me desperté con su agitación en mis brazos. Respiré profundo, inhalando su aroma, preguntándome cómo diablos ella todavía olía muy bien después de todo eso.
¿No debería una chica oler a azufre después de haber sido sumergida tan profundamente en el infierno como ella?
—Oye —le susurró, envolviendo mis brazos apretando, acercándola—. ¿Te sientes mejor hoy? —Ella me miraba con los mismos ojos fríos de ayer, oscuros e inciertos.
—No puedo creer que se haya ido, Santana. No puedo creer que hizo lo que hizo…
—Créelo, nena. Toda esa mierda se acabó, ahora y siempre. Por fin podemos seguir adelante con nuestras vidas—. Mi mandíbula se tensó cuando la sentí
temblar—. No pierda el tiempo lamentando su maldito culo. Tu padre o no, el hombre era un bastardo y me alegro de que esté muerto. Mataría a ese maldito cien veces más por lo que te hizo, amor. Cualquier cosa por nuestro futuro.
Ella resopló. —¿Y qué clase de futuro es ese? Ni siquiera sé mi pasado y no estoy segura de mi presente. ¿A dónde voy si no sé quién demonios soy? ¿A dónde pertenezco?
Preguntas difíciles merecen malditas duras respuesta. Gruñendo, tiré de ella más cerca, enterrando su cara bonita en mi pecho. Entonces me incliné a su oído, exudando aliento caliente varias veces antes de hablar, enfocada en quemar el frío en su interior.
—Escúchame, Brittany. Te diré exactamente lo que eres: eres una puta López ahora. Lo dice allí mismo, en los documentos legales que firmé cuando pensabas que era Satanás. Eres mi esposa, nena. Mía y sólo jodidamente mía. Te estoy dando una segunda oportunidad, una vida entera de averiguar quién quieres ser, siempre y cuando estés aquí, justo donde perteneces.
Ella lanzó un gemido suave cuando estreché mis manos juntas y apreté su culo, rodando sus caderas en la mía. Mía. Claro que sí, lo dije muchas veces y sigo diciendo lo mismo. Cada vez que dije esa maldita palabra, mi fuego crepitaba más alto, más brillante, más segura que nunca antes. Escucharla, decirlo, sentirla me recordó que tenía el deber de mantener el corazón de esta chica en una sola pieza, para siempre ligado al -lo adivinaste- mía.
—¿Quieres saber de dónde se supone que eres? ¿Quién eres? —Froté mi Mejilla contra su mejilla, satisfecha cuando a ella le dio un pequeño escalofrío—. Tu ya sabes que estás pegada a mí. Deja de actuar como si no tuvieses ni puta idea. Y si necesita recordar, simplemente túmbate y escucha mi pene. ¿Sientes eso, nena? ¿Lo entiendes ahora?
Empujé mis caderas, meciéndome deliciosamente contra ella mientras, arrastraba mi longitud justo contra su montículo, con la esperanza de rozar su clítoris.
¡Tiro al blanco!
Sus uñas se clavaron en mi cuello y todo su cuerpo saltó con placer. Me sacudí con más fuerza, haciéndola gemir un poco más fuerte. Bien. No estaba demasiado triste, ni echa un lío para joderlo. Me di cuenta hace mucho tiempo que la maldita era la mejor medicina de los alrededores, mil veces más potente que las conversaciones sinceras o emborracharse con una dosis
de veneno.
Esa mierda estaba bien para los hombres inferiores. Para mí, lo único que hablaba era la piel-en-la maldita-piel, caliente, cruda y real. Ni una pulgada de espacio para la mentira.
—Dime que sabes qué estoy hablando. No es necesario ocultar la mierda más. No voy a ridiculizarte como si fueras tu viejo muerto o mostrar tu mierda.
Mírame, Brittany—. Dejé una mano vagar por su cuerpo, alzando su culo, dando vueltas lentamente en su camino hasta la mejilla, mientras estiraba su cara hacia arriba, apoyando la barbilla en mi águila tatuada.
—Es necesario que te concentres en los sentimientos, nena. Concéntrate en esto—. Me sacudí con fuerza, frotando tan profundo que golpeé su clítoris a través de su falda y las bragas—. Deja ir todo. Alguna vez has de empezar a preguntarte quién eres o a dónde perteneces, entonces dime, así puedo recordártelo, al igual que yo ahora. Eres mía, nena, y ya está aquí, debajo de mí. Vas a averiguar exactamente lo que eres cuando estés de espaldas, con las piernas abiertas, llena hasta el maldito borde... tu eres mi mujer, maldición. Y eso significa que puedes ser quien coño quieras, Brittany, cuando no estés ocupada retorciéndote en mi pene.
No podía aguantar más. Su cuerpo se sacudió, pero no se resistió cuando tiré de su falda, empujándola hacia arriba. Arrancando sus bragas con una mano.
Me deslicé en ella mientras todavía estaba arañando la blusa, perdiendo un par de botones en mi vuelo desesperada por conseguir sacar la mierda.
Necesitaba ese mismo momento, ni un solo segundo más tarde. Maldición, ella se sintió increíble, mejor que nunca envuelta alrededor de cada pulgada de mí. Brittany parpadeó y luego quedamos atrapadas en la mirada. Cualquier oscuro hechizo que había estado sobre ella, se desvaneció rápidamente cuando empecé a empujar. Varios movimientos y ella respondió, gimiendo mientras liberé sus tetas.
Me incliné hacia abajo para apretar y chupar, enterrando mi cara en sus pezones rosados, dos rosas gritando para mí tan urgente como el resto de ella. La follé de una forma más consciente de lo que había tomado a ninguna mujer en mi vida. Esto fue más que sexo, más que tener mis pelotas bien puestas y haciéndola brotar por todo mi pene.
Quería joder sus sesos. Tenía que hacerlo. La follaría hasta que ella estuviese entera, curada, perfecta. La follaría hasta que no recordara nada, excepto lo bien que se sentía venirse en mi polla. Cuando ella se tensó y gritó mi nombre, los fuegos artificiales golpearon su cráneo, estaba malditamente demasiada ocupada como para preocuparse por el pasado o el futuro.
Lo único que importaba era el ahora, y todo lo demás podía esperar. Ella iba a aprender la paciencia cuando me estrangulaba con sus curvas cerradas con puro placer.
Ella descifró entonces, que nos quedamos encerradas en el único baile que tenía que preocuparse, el que nos hizo vivir y amar más que cualquier otro.
El ahora. Nuestro ahora. Aquí mismo, entre sus piernas, colocada en esta cama. Mis huesos duelen por el rescate de ayer y así mismo hizo la jodida contusión en la cara. No me importa una mierda. Puto amortiguador, el dolor que aún permanecía no era nada en este mundo retorcido, era solo Brittany y yo. Dos corazones, un pene y una vagina fusionados entre sí, produciendo y trabajando hacia la perfección.
—¡Santana! ¡Joder! —Ella echó la cabeza hacia atrás y lo perdió.
Alcancé sus pezones chupándolos y empuñando su pelo, la mantuve pulsada mientras cerraba sus piernas alrededor de mi cintura. Su pequeño coño estalló alrededor de mi pene un segundo más tarde, chupando y tirando, un pozo de carne caliente irresistible me envolvió.
—¡Joder! Vamos, nena. Vamos.
Casi perdí mi carga en ese momento. Era malditamente sexy sentir su estrechez e ir sin aliento, tan tensa y perdí todo dentro de ella, aturdida como si la hubiera quebrado. Joder, básicamente tuve, y después de que terminamos de follar y descansado de nuestros dolores y molestias, teníamos el resto de nuestras vidas para construir de nuevo.
El sexo despejó la basura fuera de mi cerebro, la misma maldita cosa que estaba haciendo por ella. La volteé cuando sus estremecimientos sin aliento volvieron a ser suaves gemidos. Montándola por detrás, agarre su pelo, tirando con fuerza cuando me deslicé dentro, presionando su útero.
Dios. Maldito dios.
Nunca me canso de verla sacudirse a su alrededor mientras me la follaba. Esta vez, ella echó su culo hacia mí, la necesidad hirviendo superándola por completo. Estaba empeñada en venirse, y eso me hizo sonreír. Cuando estaba perdida en el placer, el pasado estaba a un millón de millas detrás de ella. Estaba viviendo conmigo en este momento hermoso que habíamos creado y en ninguna otra parte.
Gritó, al clavar su dulce culo con mi polla una y otra vez, succionando toda mi longitud en su coño. Mis bolas hervían y apreté los dientes. Mierda. El ahora tenía que dar paso tarde o temprano, por mucho que quería sacarla para siempre. Ella se sentía demasiado bien, rebotando su culito en mis caderas, haciéndome golpear su espalda más duro cada vez que ella abofeteaba mis muslos.
Demasiado, demasiado, ¡jodidamente demasiado!
Tiré de ella hacia arriba por el pelo y la empujé hacia mí, deslizando mi mano libre sobre su muslo. Encontré su clítoris y lo pellizqué, luego chasqueó vueltas agresivas alrededor de la capa, la protuberancia codiciosa, nunca perdiendo el ritmo mientras seguía con poder follándola.
Su vientre se contrajo contra mi brazo, doblándose un poco cuando comenzaron sus espasmos. Los jadeos, gemidos, gritos del lío caliente presionado contra mí, no sólo eran música para mis putos oídos. Era un concierto malditamente entero.
Gruñidos bestiales arrancaron de mi garganta y se estrellaron a través de su serenata orgásmica. Estrellé mi polla hasta arriba dentro de ella, tan alto como pude, y estallé, arrojando mí semilla caliente dentro de su vientre justo cuando ella pulsaba a mi alrededor.
—Joder, joder, joder...
Cada pulso de mi polla, cada explosión, trajo otro gruñido desde mis
profundidades. De alguna manera, a través del fuego delirante, me aferré. Mantuve mis dedos girando alrededor de su clítoris, punteando esa mierda como una loca, haciendo que ella se una a mí en la locura, fiebre sin sentido al puro éxtasis. Nunca me había venido tan duro en mi puta vida. Gruñendo, me vacié a mí misma dentro de ella en bombeos que destruyeron todos los músculos, toda mi energía corriendo por mi polla, disparando dentro de ella en un torrente de fuego líquido.
Si la pequeña contracción caliente que mi polla me dio cuando finalmente me retiré no hubiera estado allí, habría jurado que estaba totalmente desgastada. Pero no lo estaba. Ni la puta mitad.
—Vamos —gruñí, tirando de ella fuera de la cama conmigo.
Ella se quitó la falda, goteando mi venida hacia abajo en uno de sus muslo.
Entré con ella en el gran cuarto de baño y la empujé hacia la ducha, relajándola contra la pared.
Pronto, el vapor había rodeado nuestro sexo. Mi polla estaba dura otra vez en tan sólo unos minutos, frotándola en su culo, besándola todo el tiempo con mis brazos envueltos firmemente.
Cuando estaba a punto de deslizarme, caliente como el infierno para llenarla de nuevo, ella lloriqueo y se volvió.
—¿Eso es todo, entonces? Quiero creer que esto es todo lo que necesito preocuparme a partir de ahora. Es como el cielo aquí contigo, Santana. —Ella empujó sus dedos a través de los míos y me la apretó—. Pero esta semana ha sido aterradora como la mierda. No sólo tú, o matar a mi papá... toda esta estúpida vida. ¿Cómo sé que no hay alguien más por allí cuando te encuentras en problemas con tu negocio?
¿Alguien que va a llegar todo lejos—o algo peor?
Maldita sea. Si ella no fuera tan hermosa, mi polla se hubiera marchitado.
Tenía que trabajar en su formación para guardar este tipo de preguntas para los momentos en que no estaba loca por entrar dentro de ella.
—Nadie está llevando ni una mierda lejos. Si las cosas no se hubieran jodido ayer por la noche, te hubiera dicho sobre eso. Quería decirte que estamos entrando cada vez más en el negocio real y legítimo como este casino todos los días. No voy a dejar el dinero en efectivo de la herencia de mierda que el tío Ignacio comenzó en el extranjero, pero eso no va a causarnos problemas. Vamos a desconectarnos, lento y fácil, y debería ser un juego de niños ahora que las guerras por el territorio con los Pierce se van a reducir a cenizas. ¿Crees que quiero correr el riesgo de que cualquier idiota venga después sobre mis errores? ¿Después de nuestro hijo?
Presioné mi mano en su vientre. Se estremeció al recordar que era absolutamente jodidamente seria acerca de embarazarla. Cuanto antes tomara mi semilla, mejor. No podía esperar a tener un hijo o hija para arreglar esta mierda, liberarnos de viejas guerras de sangre de una vez por todas.
Mi futura sangre no iba a tener que mirar tigres hambrientos en la cara todo el día o ir dentro de los guetos blandiendo sus armas. Algún día, los Lópezs no estarían pagando por acres adicionales y vinos de lujo transportando hielo al extranjero para drogadictos y armas pesadas para los terroristas. O luchadores por la libertad, dependiendo de a quién le preguntas.
—Joder, nena. Cuando me refiero a que esta mierda se acabó, está todo terminado. En el momento en que nuestro hijo nazca, no voy a tener nada de eso. Vamos a traerlo en un negocio real con la misma puta actitud que fue construida nuestras familias. Después de correr en los círculos que nuestra sangre ha estado, van a sacar los malditos dientes fuera de cualquier legitimo multimillonario en bienes raíces o de juego. Van a estar demasiado ocupados haciendo millones en la mierda legal para pensar en centavos en el mercado negro.
Ella me dio una sonrisa, y ni siquiera había sido forzada. La agarré, la inmovilice contra la pared, consiguiendo varios besos antes de que tuviera la última palabra.
—Ya sé todo acerca del arrinconamiento de tesoros ocultos. Ahora, quiero poseer todo el puto mundo, amor, pero si cae plana realmente no me importa una mierda. La compra de un castillo chapado en oro para el cielo no es ni la mitad de importante como tenerte aquí, debajo de estos músculos, con mi polla enterrada en tu calor.
Introduje mis caderas entre sus piernas y agarré mi polla, empujando dentro.
Se sacudió, jadeó, y trató de resistir. Sólo por un nano—segundo.
Cuando empecé a follarla, todas las dudas que ella quería abofetearme en la cara se derritieron. Y me quedé con ellos disolviéndose en un charco debajo de nosotras, igualando el ritmo de la ducha caliente en mi espalda, follándola con la misma confianza que tenía sobre toda esta mierda yendo en la dirección correcta.
Tenía que hacerlo, maldita sea. Le había prometido el universo y siempre mantenía mi palabra. Follamos duro y rápido. Hacia el final de la misma, apenas era capaz de distinguir su calor de la mía. Fuimos una entre sí y una con la nube de vapor que nos rodeaba, una con la constante lluvia de la ducha y nuestra propia pasión tamborileando.
La sostuve hacia abajo y gruñí cuando me corrí. Su culo se sacudió contra mi polla y luego se unió a mí, gorgoteando de puro placer con mi mano alrededor de su garganta. Seguí su piel desnuda para mí, besando y succionando, marcándola con mis dientes.
Tendría un chupetón cojonudo antes de que el día se acabara con todo el esperma que había bombeado dentro de ella. Y después de un breve descanso, estaríamos de vuelta en ello.
Ninguna mierda. Estuvimos follando hasta que ella salió de aquí con círculos bajo sus ojos y una sonrisa en su rostro, condenadamente zumbaba en el sexo y el amor para pensar en su pasado de mierda con ese tirano que llamaba papá.
Si mi esposa tenía alguna duda acerca de sí misma o de mi loco culo por el tiempo que nos quedaba en este casino, entonces estaría buscando una receta para una erección más larga, sabiendo que no la había follado lo suficiente.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
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CAPITULO 7
MAS QUE SOLO UN EPILOO
BRITTANY
Siete meses pasaron y todavía se siente como ayer. Nunca pude haber imaginado vacacionar en México durante todo el invierno. La mentalidad del sitio que mi papá me inculcó desde el nacimiento se desvanecía un poco más cada día bajo el sol caliente. Pero entonces no me podría haber imaginado estando embarazada tampoco, por no hablar de amar a un mujer como Santana López. A veces está peligrosamente cerca de sentirse como un sueño. Lo bueno es que hay recordatorios constantes, pequeñas garantías como siendo contraída en la lujuria cuando sus brazos se envuelven alrededor de mi para demostrarme que es real. No hay fuego en mis fantasías más salvajes como este.
Se ha convertido en mi vida, mi amor, mi liberación, mi todo. Estar en sus besos, sus brazos, la forma en que su piel tatuada se siente contra la mía. Luego pienso en aquellos días lejanos cuando creía que iba a ser mi peor pesadilla, sorprendida de que ella se hubiese transformado en una gran héroe guapa.
No me atrevo a llamarla un ángel, a pesar que su cuerpo y su devoción dicen que debería. Los ángeles no nacen con esta boca sucia y malos deseos entre las sabanas. Nunca volverá a ser un ángel, pero es mi esposa y yo no la quisiera tener de ninguna otra manera.
Los ángeles no están en el negocio de romper cabezas tampoco. A veces, Santana tiene que irse lejos. No es más tímida con los detalles, incluso cuando se trata de sangre o dinero sangriento, pero por lo general la detengo antes de que llegue demasiado lejos. Ella se calma y es todo lo que importa.
No necesito escuchar sobre cómo está poniendo a otro hijo de puta que merece estar en la tumba. Mi amante, mi loca, dueña de mi corazón, es una jodida cabrona. Es una asesina, una comerciante de cosas que podrían convertir a cualquier ciudadano obediente de las leyes en un blanco fantasma.
Pero es mi cabrona, mi asesina, mi demonia. Mía. Cuando está lejos, todavía siento su amor cada vez más profundo en mí. Nuestro hijo está previsto en solo otras dieciséis semanas más o menos, justo a tiempo para volver a los Estados Unidos para el verano.
—Bebé. —Ella viene detrás de mí mientras estoy sentada con un vaso grande de agua, posada sobre el balcón con vista al tranquilo Caribe.
Miro hacia arriba y sonrio. Prefiere estar sin camisa a mí alrededor cuando estamos solas. La señora sabe que también lo prefiero. El embarazo hace cosas insanas en la mente de una mujer. Si pensaba que estaba loca antes, conocerla de la manera en que lo hice y entregarle mi corazón salvaje, entonces debo ser la estrella loca de antojos ahora. En cualquier momento en que la veo venir hacia mí a solas con esa chispa en sus bestiales ojos, quiero saltar en sus brazos y rodar mi lengua por el centro de esa águila de doble cabeza sobre su pecho.
—¿Cómo esta nuestro bebé? ¿Cómo estás tú?
Hace la misma dulce pregunta cuando viene después de un largo día haciendo cosas letales. Me pongo de pie, sonrió, asiento y envuelvo mis manos alrededor de ella.
Creo que ya sabe lo que estoy a punto de decir. Tomó unos meses que el mensaje se hundiera, al igual que, realmente, realmente se hundiera en mi alma, cada palabra hermosa de Santana.
—Mejor que ayer —le digo antes de atraer mis labios a los suyos.
Suena loco, tal vez incluso cursi como el infierno, pero no me importa. Es la pura verdad. Todos los días de mi vida desde que empujó el contrato de boda en mi cara es más real y verdadero que los veinte años que pasé bajo el régimen de mi padre.
Santana rompe el beso después de un buen rato y sonríe. Luego se mueve de nuevo, bajando las manos hacia mi culo, arrastrándome más cerca de ella. Nunca es suficiente. A veces juro que tratamos de fusionarnos, empujarnos todo el camino hacia el alma de la otra.
Estoy segura y completamente en llamas en sus brazos. Y por fin, por fin, he descubierto quién estoy destinada a ser.
Soy Brittany López, esposa de la más poderosa chica mala del norte de Miami y la madre de su hijo. Si esto me convierte en un monstruo estoy en mi propio derecho de serlo, entonces estoy dispuesta a tirar de mi pequeño cuerno y bailar. Cuando la beso, no hay culpa ni arrepentimiento.
El mundo no aprobaría mi vida o todas las cosas que he hecho, pero el mundo puede irse al demonio. Esta es mi vida, y he elegido recibirla con los brazos abiertos, lo bueno y lo malo, lo amargo y dulce, el oscuro pasado y el soleado futuro.
Santana sonríe, levanto en alto mis brazos, rebotando unas pulgadas más cerca del paraíso antes de que lleve sus labios hacia los míos de nuevo. Esta vez no hay más descanso entre besos. Solo una larga ráfaga de lengua, dientes y labios que nos conducen a la cama, donde mi corazón está destinado a arder mientras ella enciende mi cuerpo de la manera que amo.
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FIN..
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
Me encanto!
Al final Pierce recibió su merecido, según el lo mas importante era la sangre pero le hizo daño a su propia hija. Y bueno ahora como dijo San a empezar de cero con su mujer, sin conflictos familiares.
A empezar una nueva familia solo Britt y San.... Y bueno su bebé!
Aparte que mejor que aunque haya sido difícil su comienzo se aceptaron tal y como son, y se aman así, sin ocultarse nada. Además de que todo fue tan intenso desde el principio y así sera siempre jajajaja.
Al final Pierce recibió su merecido, según el lo mas importante era la sangre pero le hizo daño a su propia hija. Y bueno ahora como dijo San a empezar de cero con su mujer, sin conflictos familiares.
A empezar una nueva familia solo Britt y San.... Y bueno su bebé!
Aparte que mejor que aunque haya sido difícil su comienzo se aceptaron tal y como son, y se aman así, sin ocultarse nada. Además de que todo fue tan intenso desde el principio y así sera siempre jajajaja.
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
Wooowwwww está historia fue una ráfaga!!!!!
Muy buena!!!! Gracias
Saludos
Muy buena!!!! Gracias
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
Por fin el bastardo recibio lo que merecia... y por britt nada mas ni menos!!!
Era la ultima generacion en guerra...
Me gusto la historia... y con todo lo que tenia..
Era la ultima generacion en guerra...
Me gusto la historia... y con todo lo que tenia..
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
Muy buena la historia, algo diferente y muy muy "caliente" corta pero sustanciosa, asi que hasta la proxima y gracias !!!!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
JVM escribió:Me encanto!
Al final Pierce recibió su merecido, según el lo mas importante era la sangre pero le hizo daño a su propia hija. Y bueno ahora como dijo San a empezar de cero con su mujer, sin conflictos familiares.
A empezar una nueva familia solo Britt y San.... Y bueno su bebé!
Aparte que mejor que aunque haya sido difícil su comienzo se aceptaron tal y como son, y se aman así, sin ocultarse nada. Además de que todo fue tan intenso desde el principio y así sera siempre jajajaja.
Me siento muy feliz por que a todas les gusto la historia se que fue un poco fuerte, a veces salida de tono, pero a veces un poco de cambio no esta mal, verdad????? yo siempre que elijo una historia la leo siempre pienso en todas ustedes. Eso me pasa continuamente mientras leo estoy pensando si les gustara.
Y pues les ha gustado y le agradezco por leer por comentar de principio a fin.... creo que tambien desearon que fuera mas larga jajjajaj a mi me paso..... Gracias..
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
monica.santander escribió:Wooowwwww está historia fue una ráfaga!!!!!
Muy buena!!!! Gracias
Saludos
jajaaj sip, yo hubiese deseado que fuera mas larga, ya que la historia daba para mas... pero asi son las cosas. Me siento realmente bien por que les haya gustado la historia, espero que la proxima eleccion sea asi de acertada, tengo unas en mente unas me llevaran mas tiempo que otra. pero todo sea por traerles mas historias a ustedes que leen y comentan como aquellas que leen y no comentan..... Gracias a ti por leer y comentar desde el principio hasta el fin de la historia....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
3:) escribió:Por fin el bastardo recibio lo que merecia... y por britt nada mas ni menos!!!
Era la ultima generacion en guerra...
Me gusto la historia... y con todo lo que tenia..
Gracias Lu, me siento muy feliz por que te haya gustado, se desde el comienzo que seria de tu agrado y pues varie un poco y elegi algo subido de tono, y como mencione anteriormente cuando elijo algo o leo algo siempre estoy pensando en ustedes si les gustara o no....... Gracias por leer mis adaptaciones .... significan mucho para mi...
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]Brittana: Cicatricez de Amor (Adaptacion) GP-Santana. FINALIZADO
jajajaja sip te entiendo en cuanto lo que dices fue mas que explicita pero muy buena la historia, espero que les sigan ustando las historia que suba por que son para ustedes para que las leen y las disfruten, siempre que leo elijo tal o cual historia pensando siempre en ustedes ya se volvio un habito... Gracias a ti por que siempre lees y comentas mi historia y eso para mi significa mucho, mucho.....micky morales escribió:Muy buena la historia, algo diferente y muy muy "caliente" corta pero sustanciosa, asi que hasta la proxima y gracias !!!!!!!!!
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
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