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[Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
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monica.santander
JVM
Tati.94
micky morales
23l1
9 participantes
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Si no lo digo es que exploto. ¿Estamos tontos o qué pasa? Que tiene 23 años, que con 23 años sabes más o menos qué quieres. De 23 a 28 no hay una diferencia notable. No es una niña de 18, ni Santana una mujer de 35.Lo que pasa que es muy fácil culpar a la de 23, cuando la que no quiere la relación es la de 28. (Lo de tontos no va por la escritora, va por los personajes jajaja, que me emociono mucho)
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Nooooo por Dios estoy hasta la coronilla, la tapa del craneo, el cerebelo, no se, de las estupideces de santana con lo de la edad, acaso la vagina de santana en 4 años se volvio anciana para la de brittany?????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola de nuevo!!!
enserio santana necesita un golpe en la cabeza,..
en cierto punto puede llegar a ser entendible en miedo por lo que e paso a alex,.. pero a todos no les va a pasar!!!
espero que britt no se entere por otro lada que san sigue con dani!!!
nos vemos!!!
Hola lu, si que lo necesita ¬¬ Si, es entendible, osea sufrio una pena muy grande al perderla, luego la tonta de elaine, pero britt le esta dando todo, es muy distinto ¬¬ Esperemos y no... xq ai si la morena conseguiria que se alejara =/ Saludos =D
madridcks escribió:Si no lo digo es que exploto. ¿Estamos tontos o qué pasa? Que tiene 23 años, que con 23 años sabes más o menos qué quieres. De 23 a 28 no hay una diferencia notable. No es una niña de 18, ni Santana una mujer de 35.Lo que pasa que es muy fácil culpar a la de 23, cuando la que no quiere la relación es la de 28. (Lo de tontos no va por la escritora, va por los personajes jajaja, que me emociono mucho)
Hola, jajajajajaajajaj jajajaaj no si tienes razón, la diferencia no es mucho y si lo fuer asi ai amor de vrdd tampoco importa, jajajaajja y tienes razón no va por la edad, sino x la que la nombra y al saca todo el rato a flote ¬¬ San es una terca y lo esta empeorando todo ¬¬ JAjajaja no es es entendible, es el efecto de las brittana y sus adaptaciones jajajajaja. Saludos =D
micky morales escribió:Nooooo por Dios estoy hasta la coronilla, la tapa del craneo, el cerebelo, no se, de las estupideces de santana con lo de la edad, acaso la vagina de santana en 4 años se volvio anciana para la de brittany?????
Hola, jajajajaajaj si la vrdd q yo tmbn y no somos las unicas jajajajajaajaj. Tampoco entiendo q tanto la edad, aunk fueran mas si ai amor q mas da! osea para algunas cosas se acuerda de la edad y para otras no ¬¬ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Cap 12
Capitulo 12
Al día siguiente, Brittany llegó al departamento de Santana para pasar juntas el fin de semana, tal como habían planeado.
Como la rubia compartía piso, preferían la intimidad del de Santana. Pasaron juntas un fin de semana relajado, leyendo, hablando, cocinando y haciendo el amor.
Durante la siguiente semana, pasaron juntas la mayor parte del tiempo.
Brittany se quedaba en el departamento de Santana con más frecuencia de lo que la morena había planeado: Dani, su distracción y protección, aún estaba en Cairns.
El jueves por la noche después de cenar, cuando estaban cómodamente sentadas en el salón, la conversación derivó hacia las historias de vacaciones.
De pronto, Brittany tuvo una idea:
—Sanny, ¿por qué no nos vamos fuera un fin de semana?, el que viene—sugirió entusiasmada.
Durante los últimos cinco días, Santana había tenido en cuenta hasta cierto punto los comentarios alentadores de sus amigas, pero cada vez estaba más preocupada por lo entrañable que se estaba volviendo todo con Brittany.
Como Dani no estaba, resultaba difícil encontrar una razón para no estar con Brittany.
La única noche en que insistió en que estuvieran separadas, la echó de menos y, de todos modos, se pasó la noche pensando en ella.
Ahora, ¿irse juntas de fin de semana?
Entonces pensó que por qué no, y contestó sonriente:
—¿A dónde te gustaría ir?
—Podemos ir a la casa de mi mamá en la playa, si no la ha de utilizar. Es una casa fantástica, me encantaría que la vieras: tiene una chimenea y está en la misma playa, por la noche se puede oír el sonido de las olas rompiendo—su voz se fue apagando.
Con el ceño fruncido, Santana se levantó del sofá, salió a la terraza y se quedó con la mirada clavada en la oscuridad.
Brittany la observaba:
—¿Qué ocurre?, Sanny.
Con gran esfuerzo, Santana se giró e intentó parecer tranquila.
—No pasa nada, que no me gustan las vacaciones en la playa, eso es todo—respondió con evasivas.
Brittany sonrió:
—A todo el mundo le gusta la playa, es bonito estar ahí, pasear por la arena a la puesta del sol y todo eso. Además, tú vives aquí, frente a la playa.
—¡Oh!, esto es completamente diferente: es la orilla de la bahía, el agua está tranquila y hay caminos trazados alrededor. Nada es salvaje. Tú hablas del océano. La verdad es que yo preferiría ir a algún sitio en el campo.
Volvió a su sitio, en el sofá al lado de Brittany, la rodeó con los brazos y la besó.
—Vayamos a Daylesford y quedémonos en una pensión. Ahora que está empezando el otoño, será bonito.
Brittany estuvo de acuerdo: sonaba bien; así que hicieron sus planes para el fin de semana.
La mañana del sábado bien temprano salieron hacia la pequeña ciudad en el campo, más o menos a una hora y media al noroeste de Melbourne.
Estaba situada entre colinas onduladas y era famosa por sus manantiales de aguas minerales. Había una gran comunidad de gays y lesbianas y estaba lleno de hoteles y pensiones gay.
Escogieron uno de éstos y dedicaron el día a pasear por el bosque cercano y a disfrutar del típico té de la tarde en la ciudad.
Aquella misma noche después de cenar, cuando estaban en la habitación en la que había una enorme cama de latón, un fuego chisporroteante y copas de vino tinto, Brittany le preguntó a Santana por su extraña reacción ante la propuesta de ir a la playa.
—Es que actuaste de un modo raro y parecías muy alterada—dijo Brittany.
Santana dudó un momento y sirvió más vino para las dos.
—Bueno, la verdad es que es una estupidez y a estas alturas ya debería haber encontrado un modo de resolverlo.
Brittany guardaba silencio mientras Santana echaba más leña al fuego y las dos observaron la lluvia ascendente de chispas que desaparecían por la chimenea.
Santana estaba arrodillada en el suelo, frente al hogar y Brittany estaba sentada en el borde de la cama. La morena continuó:
—Me encantaba el mar, su agitación y furia pero, para mí, perdió todo el atractivo y ya no he podido volver a verle la belleza—pensativa, se detuvo y bebió un poco de vino—A veces, cuando estoy en casa y hay tormenta y el mar se encrespa, no soporto mirarlo—inspiró profundamente—Perdí a Alex en el mar: se ahogó.
Al momento, Brittany corrió hacia ella y la rodeó con los brazos:
—Cariño, lo siento—dijo—Si lo hubiera sabido, no te lo hubiera sugerido.
Santana miró los ojos de Brittany, llenos de cariño y compasión, y le sonrió.
—Lo sé, pero no tenías manera de saberlo. Debería habértelo dicho antes.
—No quiero que te sientas mal. No tienes que hablarme de ello si prefieres no hacerlo.
—Quiero explicártelo—acarició con ternura la mejilla de Brittany y volvió a pensar en lo dulce que era—Unos dos años antes de que Alex muriera habíamos logrado ahorrar lo suficiente para comprarnos una casita en la playa... bueno, habíamos dado un dinero a cuenta. También estábamos pagando una casa en Melbourne o sea que, financieramente, nos exigía el máximo. En realidad, era poco más que una cabaña: la pintura se le estaba cayendo y tuvimos que trabajar mucho para ponerla a punto. Pero lo mejor de todo era que estaba justo en la playa. Estaba construida al lado de un acantilado y había escalones cortados en la roca que llevaban hasta la playa. Aquello era muy íntimo: no había muchas casas cerca, la playa era pedregosa y el agua estaba siempre agitada alrededor de los acantilados. Era una playa apartada, a cierta distancia de la playa arenosa y más calmada, donde van las familias y los turistas. Acostumbraban a venir algunos surfistas atrevidos. En cualquier caso, el gasto valía la pena; pasábamos allí prácticamente todos los fines de semana, muchas veces con amigos que se quedaban con nosotras. A mí me gustaba la playa, pero a Alex le entusiasmaba: era muy buena nadadora y costaba trabajo conseguir que saliera del agua; podía nadar en todas las condiciones, incluso cuando yo opinaba que el agua estaba congelada. También le gustaba hacer surf, y eso a veces me daba miedo—hizo una pausa y se acabó el vaso.
Brittany se lo volvió a llenar y la besó en la mejilla.
—Nos habíamos tomado una semana de vacaciones, a finales de verano. Fuimos ahí a celebrar nuestro décimo aniversario; llevábamos cuatro días y el tiempo había sido fantástico. El sábado era nuestro aniversario y por la mañana, después de un baño temprano, compramos langosta fresca directamente del barco, en el muelle—se interrumpió por un momento, mientras su mente se llenaba de recuerdos y sonrió—Fue una cena romántica, con champán, y hablamos de todas las locuras que habíamos hecho juntas durante aquellos años. Nos amábamos profundamente y las cosas parecían ir a mejor—se levantó entonces y, cogiendo el atizador, giró los troncos ennegrecidos, reavivando las llamas que quemaron alegremente.
Había un profundo silencio en la habitación, sólo roto por el crepitar del fuego y el tictac de un viejo reloj en la repisa de la chimenea.
—Aquella noche había refrescado y encendimos un fuego. Después de cenar hicimos el amor en el suelo, frente al hogar. Recuerdo oír el aullido del viento, fuera, mientras se levantaba una tormenta—rió suavemente—Me acuerdo de que Alex se burlaba de mí porque yo insistía en sacar una manta de la cama para ponerla encima de la alfombra. Creía que estaría sucia a causa de la chimenea. A la mañana siguiente, Alex tendía levantarse pronto para darse un baño antes del desayuno, pero yo no la dejé, quería que volviéramos a hacer el amor y la arrastré otra vez hasta la cama. Por supuesto, más tarde me di cuenta de que debería haberla dejado ir.
Se acercó a la ventana y miró fuera, a la luna llena y al manto de estrellas del cielo nítido de la montaña. Con la mirada perdida fuera de la ventana y dándole la espalda a Brittany, continuó:
—Más tarde, después del desayuno, bajamos juntas a la playa y anduvimos por la arena un rato, mirando las charcas que quedaban en las rocas. La marea había bajado y Alex decidió que quería darse un baño e intentó convencerme para que me metiera con ella. Pero hacía demasiado frío, así que me senté en la arena húmeda y miré cómo se adentraba en el mar; tuvo que andar un buen rato antes de que fuera lo suficientemente profundo para nadar. Cuando el agua le llegó por la cintura, se giró y me saludó con la mano, parecía tan lejos, entonces se dio la vuelta y se zambulló.
Cada vez encontraba más difícil mantener la compostura y se paró un momento, mientras se pasaba la mano nerviosamente por la frente.
—Desapareció. Esperé a ver cómo volvía a salir, pero no lo hizo. No podía creérmelo. Desapareció. Nunca más volví a verla con vida—en ese momento, las lágrimas se desbordaron y empezaron a correrle por las mejillas.
Se dejó caer en una silla al lado de la ventana.
Brittany corrió a su lado y la abrazó con fuerza:
—Lo siento mucho, Sanny—dijo suavemente con la voz ronca por la emoción—Ojalá no hubiera muerto.
Santana vio que la cara de Brittany también estaba mojada por las lágrimas y se abrazó estrechamente a ella y apoyó la cabeza contra sus pechos.
Con dificultad, Santana continuó:
—Esperé algunos minutos a que saliera a la superficie, el agua estaba muy agitada y era un sitio tristemente célebre por la peligrosa corriente que rodeaba los acantilados. Empecé a gritarle, corrí hacia dentro, hasta que el agua me llegó al pecho, pero no podía verla. Las olas se iban haciendo más grandes a medida que la marea empezaba a subir. Resulta que estuve ahí durante una media hora, gritando y siendo derribada por las olas.. Me vieron desde una barca que estaba a cierta distancia y se acercaron para ver cuál era el problema. Era peligroso llevar una barca tan adentro. De todos modos, me subieron a la barca y nos dirigimos hacia el otro lado de los acantilados. El hombre me dijo que probablemente la corriente la habría arrastrado y que debíamos ir con la corriente para encontrarla. Tenía razón: la encontramos arrojada por la corriente en las rocas un par de kilómetros más allá. No podíamos acercarnos a causa de los escollos, así que avisaron por radio al guardacostas. Yo estaba histérica: la podía ver flotando, bañada por las olas, y sin poder acercarme. Estaba fuera de mí, intenté saltar del bote y nadar hasta ella, como si fuera a poder. Hicieron falta dos personas, el hombre y la mujer, para detenerme y tranquilizarme. Yo rezaba para que aún estuviera viva.
Se soltó de los brazos de Brittany y anduvo hacia el fuego.
Le había entrado frío.
Brittany le alcanzó un pañuelo y se secó las lágrimas.
—La gente del bote me llevó hasta la playa y corrí por el acantilado entre la maleza para llegar hasta donde se encontraba. Pero estaba muy abajo y no había ningún modo de descender. El equipo de rescate bajó con cuerdas y la subieron en un arnés. No estaba herida.., se había ahogado antes de ser arrojada a las rocas. No recuerdo todo lo que ocurrió después, pero sé que le suplicaba que se despertara; estaba fría como el hielo, la abrazaba con fuerza y recuerdo que pesaba increíblemente; la besaba con mi boca cubierta de arena y ella sabía a sal; empecé a agitarla, suplicándole que no se muriera, que no me dejara.
Santana escondió la cara entre las manos abrumada por el dolor.
Inspiró profundamente y miró a las llamas saltarinas.
—Tuvieron que llevarme a rastras y retenerme para poder meterla en la ambulancia. Me dieron algo para el shock que me dejó inconsciente unas horas y pasé la noche en el hospital. Durante mucho tiempo, deseé haber muerto con ella.
Se giró y miró a Brittany, que estaba sollozando y se acercó y se abrazaron muy estrechamente.
—Sanny, lo siento tanto. No puedo soportar pensar en todo por lo que has tenido que pasar—la besó en la cara, en los ojos, en los labios y se vino abajo en un mar de lágrimas.
Santana la besó.
—Mira lo triste que te he puesto—dijo—Lo siento, cariño. No llores más, ya pasó—mientras besaba la se preguntaba si llegaría el día en que también para ella ya hubiera pasado todo.
Un rato después, estaban las dos acurrucadas muy juntas en la confortable cama.
En la chimenea, el fuego quemaba vivamente y proyectaba imágenes oscilantes y reconfortantes sobre las paredes.
Brittany abrazaba a Santana y le acariciaba el pelo hasta que, pronto, se quedó dormida.
Ella siguió despierta durante un buen rato. De repente, muchas cosas empezaban a cobrar sentido: ahora entendía las reticencias de Santana a empezar una relación con ella; no era raro que tuviera miedo.
Pero su corazón estaba inflamado de amor por Santana y, mientras la sostenía entre los brazos, decidió que sería paciente.
Tengo que hacer que vea cuánto la quiero—pensó Brittany—, Dejar que vea que puede confiar en mí.
Resolvió que aceptaría, sin hacerle pasar un mal rato, las condiciones de Santana de verse con menos frecuencia. Tras esto, se pegó al cálido cuerpo de la morena y pensó que no transcurriría mucho tiempo antes de que ellas dos estuvieran juntas, como era debido, para siempre.
Con un suspiro contenido, se quedó dormida.
Regresaron a Melbourne el domingo a última hora de la tarde y decidieron que Brittany pasara la noche en casa de Santana.
La rubia pensó que le apetecía cocinar para Santana y, de camino a casa, se pararon en un supermercado.
Preparó cordero asado con salsa de menta y verduras al horno. Estaba bien ver a Santana al otro lado de la barra, para variar, relajándose y tomando una copa de vino mientras Brittany cocinaba.
La pelinegra parecía estar disfrutando inmensamente.
Tras el Amaretto y el café, Santana sugirió que la semana siguiente tendrían que tomárselo con un poco más de calma.
—¿Qué hay de tus amigas y las demás cosas que te gusta hacer?
Brittany recordó su promesa privada de ser paciente, así que se mordió los labios y asintió con la cabeza.
Como la rubia compartía piso, preferían la intimidad del de Santana. Pasaron juntas un fin de semana relajado, leyendo, hablando, cocinando y haciendo el amor.
Durante la siguiente semana, pasaron juntas la mayor parte del tiempo.
Brittany se quedaba en el departamento de Santana con más frecuencia de lo que la morena había planeado: Dani, su distracción y protección, aún estaba en Cairns.
El jueves por la noche después de cenar, cuando estaban cómodamente sentadas en el salón, la conversación derivó hacia las historias de vacaciones.
De pronto, Brittany tuvo una idea:
—Sanny, ¿por qué no nos vamos fuera un fin de semana?, el que viene—sugirió entusiasmada.
Durante los últimos cinco días, Santana había tenido en cuenta hasta cierto punto los comentarios alentadores de sus amigas, pero cada vez estaba más preocupada por lo entrañable que se estaba volviendo todo con Brittany.
Como Dani no estaba, resultaba difícil encontrar una razón para no estar con Brittany.
La única noche en que insistió en que estuvieran separadas, la echó de menos y, de todos modos, se pasó la noche pensando en ella.
Ahora, ¿irse juntas de fin de semana?
Entonces pensó que por qué no, y contestó sonriente:
—¿A dónde te gustaría ir?
—Podemos ir a la casa de mi mamá en la playa, si no la ha de utilizar. Es una casa fantástica, me encantaría que la vieras: tiene una chimenea y está en la misma playa, por la noche se puede oír el sonido de las olas rompiendo—su voz se fue apagando.
Con el ceño fruncido, Santana se levantó del sofá, salió a la terraza y se quedó con la mirada clavada en la oscuridad.
Brittany la observaba:
—¿Qué ocurre?, Sanny.
Con gran esfuerzo, Santana se giró e intentó parecer tranquila.
—No pasa nada, que no me gustan las vacaciones en la playa, eso es todo—respondió con evasivas.
Brittany sonrió:
—A todo el mundo le gusta la playa, es bonito estar ahí, pasear por la arena a la puesta del sol y todo eso. Además, tú vives aquí, frente a la playa.
—¡Oh!, esto es completamente diferente: es la orilla de la bahía, el agua está tranquila y hay caminos trazados alrededor. Nada es salvaje. Tú hablas del océano. La verdad es que yo preferiría ir a algún sitio en el campo.
Volvió a su sitio, en el sofá al lado de Brittany, la rodeó con los brazos y la besó.
—Vayamos a Daylesford y quedémonos en una pensión. Ahora que está empezando el otoño, será bonito.
Brittany estuvo de acuerdo: sonaba bien; así que hicieron sus planes para el fin de semana.
La mañana del sábado bien temprano salieron hacia la pequeña ciudad en el campo, más o menos a una hora y media al noroeste de Melbourne.
Estaba situada entre colinas onduladas y era famosa por sus manantiales de aguas minerales. Había una gran comunidad de gays y lesbianas y estaba lleno de hoteles y pensiones gay.
Escogieron uno de éstos y dedicaron el día a pasear por el bosque cercano y a disfrutar del típico té de la tarde en la ciudad.
Aquella misma noche después de cenar, cuando estaban en la habitación en la que había una enorme cama de latón, un fuego chisporroteante y copas de vino tinto, Brittany le preguntó a Santana por su extraña reacción ante la propuesta de ir a la playa.
—Es que actuaste de un modo raro y parecías muy alterada—dijo Brittany.
Santana dudó un momento y sirvió más vino para las dos.
—Bueno, la verdad es que es una estupidez y a estas alturas ya debería haber encontrado un modo de resolverlo.
Brittany guardaba silencio mientras Santana echaba más leña al fuego y las dos observaron la lluvia ascendente de chispas que desaparecían por la chimenea.
Santana estaba arrodillada en el suelo, frente al hogar y Brittany estaba sentada en el borde de la cama. La morena continuó:
—Me encantaba el mar, su agitación y furia pero, para mí, perdió todo el atractivo y ya no he podido volver a verle la belleza—pensativa, se detuvo y bebió un poco de vino—A veces, cuando estoy en casa y hay tormenta y el mar se encrespa, no soporto mirarlo—inspiró profundamente—Perdí a Alex en el mar: se ahogó.
Al momento, Brittany corrió hacia ella y la rodeó con los brazos:
—Cariño, lo siento—dijo—Si lo hubiera sabido, no te lo hubiera sugerido.
Santana miró los ojos de Brittany, llenos de cariño y compasión, y le sonrió.
—Lo sé, pero no tenías manera de saberlo. Debería habértelo dicho antes.
—No quiero que te sientas mal. No tienes que hablarme de ello si prefieres no hacerlo.
—Quiero explicártelo—acarició con ternura la mejilla de Brittany y volvió a pensar en lo dulce que era—Unos dos años antes de que Alex muriera habíamos logrado ahorrar lo suficiente para comprarnos una casita en la playa... bueno, habíamos dado un dinero a cuenta. También estábamos pagando una casa en Melbourne o sea que, financieramente, nos exigía el máximo. En realidad, era poco más que una cabaña: la pintura se le estaba cayendo y tuvimos que trabajar mucho para ponerla a punto. Pero lo mejor de todo era que estaba justo en la playa. Estaba construida al lado de un acantilado y había escalones cortados en la roca que llevaban hasta la playa. Aquello era muy íntimo: no había muchas casas cerca, la playa era pedregosa y el agua estaba siempre agitada alrededor de los acantilados. Era una playa apartada, a cierta distancia de la playa arenosa y más calmada, donde van las familias y los turistas. Acostumbraban a venir algunos surfistas atrevidos. En cualquier caso, el gasto valía la pena; pasábamos allí prácticamente todos los fines de semana, muchas veces con amigos que se quedaban con nosotras. A mí me gustaba la playa, pero a Alex le entusiasmaba: era muy buena nadadora y costaba trabajo conseguir que saliera del agua; podía nadar en todas las condiciones, incluso cuando yo opinaba que el agua estaba congelada. También le gustaba hacer surf, y eso a veces me daba miedo—hizo una pausa y se acabó el vaso.
Brittany se lo volvió a llenar y la besó en la mejilla.
—Nos habíamos tomado una semana de vacaciones, a finales de verano. Fuimos ahí a celebrar nuestro décimo aniversario; llevábamos cuatro días y el tiempo había sido fantástico. El sábado era nuestro aniversario y por la mañana, después de un baño temprano, compramos langosta fresca directamente del barco, en el muelle—se interrumpió por un momento, mientras su mente se llenaba de recuerdos y sonrió—Fue una cena romántica, con champán, y hablamos de todas las locuras que habíamos hecho juntas durante aquellos años. Nos amábamos profundamente y las cosas parecían ir a mejor—se levantó entonces y, cogiendo el atizador, giró los troncos ennegrecidos, reavivando las llamas que quemaron alegremente.
Había un profundo silencio en la habitación, sólo roto por el crepitar del fuego y el tictac de un viejo reloj en la repisa de la chimenea.
—Aquella noche había refrescado y encendimos un fuego. Después de cenar hicimos el amor en el suelo, frente al hogar. Recuerdo oír el aullido del viento, fuera, mientras se levantaba una tormenta—rió suavemente—Me acuerdo de que Alex se burlaba de mí porque yo insistía en sacar una manta de la cama para ponerla encima de la alfombra. Creía que estaría sucia a causa de la chimenea. A la mañana siguiente, Alex tendía levantarse pronto para darse un baño antes del desayuno, pero yo no la dejé, quería que volviéramos a hacer el amor y la arrastré otra vez hasta la cama. Por supuesto, más tarde me di cuenta de que debería haberla dejado ir.
Se acercó a la ventana y miró fuera, a la luna llena y al manto de estrellas del cielo nítido de la montaña. Con la mirada perdida fuera de la ventana y dándole la espalda a Brittany, continuó:
—Más tarde, después del desayuno, bajamos juntas a la playa y anduvimos por la arena un rato, mirando las charcas que quedaban en las rocas. La marea había bajado y Alex decidió que quería darse un baño e intentó convencerme para que me metiera con ella. Pero hacía demasiado frío, así que me senté en la arena húmeda y miré cómo se adentraba en el mar; tuvo que andar un buen rato antes de que fuera lo suficientemente profundo para nadar. Cuando el agua le llegó por la cintura, se giró y me saludó con la mano, parecía tan lejos, entonces se dio la vuelta y se zambulló.
Cada vez encontraba más difícil mantener la compostura y se paró un momento, mientras se pasaba la mano nerviosamente por la frente.
—Desapareció. Esperé a ver cómo volvía a salir, pero no lo hizo. No podía creérmelo. Desapareció. Nunca más volví a verla con vida—en ese momento, las lágrimas se desbordaron y empezaron a correrle por las mejillas.
Se dejó caer en una silla al lado de la ventana.
Brittany corrió a su lado y la abrazó con fuerza:
—Lo siento mucho, Sanny—dijo suavemente con la voz ronca por la emoción—Ojalá no hubiera muerto.
Santana vio que la cara de Brittany también estaba mojada por las lágrimas y se abrazó estrechamente a ella y apoyó la cabeza contra sus pechos.
Con dificultad, Santana continuó:
—Esperé algunos minutos a que saliera a la superficie, el agua estaba muy agitada y era un sitio tristemente célebre por la peligrosa corriente que rodeaba los acantilados. Empecé a gritarle, corrí hacia dentro, hasta que el agua me llegó al pecho, pero no podía verla. Las olas se iban haciendo más grandes a medida que la marea empezaba a subir. Resulta que estuve ahí durante una media hora, gritando y siendo derribada por las olas.. Me vieron desde una barca que estaba a cierta distancia y se acercaron para ver cuál era el problema. Era peligroso llevar una barca tan adentro. De todos modos, me subieron a la barca y nos dirigimos hacia el otro lado de los acantilados. El hombre me dijo que probablemente la corriente la habría arrastrado y que debíamos ir con la corriente para encontrarla. Tenía razón: la encontramos arrojada por la corriente en las rocas un par de kilómetros más allá. No podíamos acercarnos a causa de los escollos, así que avisaron por radio al guardacostas. Yo estaba histérica: la podía ver flotando, bañada por las olas, y sin poder acercarme. Estaba fuera de mí, intenté saltar del bote y nadar hasta ella, como si fuera a poder. Hicieron falta dos personas, el hombre y la mujer, para detenerme y tranquilizarme. Yo rezaba para que aún estuviera viva.
Se soltó de los brazos de Brittany y anduvo hacia el fuego.
Le había entrado frío.
Brittany le alcanzó un pañuelo y se secó las lágrimas.
—La gente del bote me llevó hasta la playa y corrí por el acantilado entre la maleza para llegar hasta donde se encontraba. Pero estaba muy abajo y no había ningún modo de descender. El equipo de rescate bajó con cuerdas y la subieron en un arnés. No estaba herida.., se había ahogado antes de ser arrojada a las rocas. No recuerdo todo lo que ocurrió después, pero sé que le suplicaba que se despertara; estaba fría como el hielo, la abrazaba con fuerza y recuerdo que pesaba increíblemente; la besaba con mi boca cubierta de arena y ella sabía a sal; empecé a agitarla, suplicándole que no se muriera, que no me dejara.
Santana escondió la cara entre las manos abrumada por el dolor.
Inspiró profundamente y miró a las llamas saltarinas.
—Tuvieron que llevarme a rastras y retenerme para poder meterla en la ambulancia. Me dieron algo para el shock que me dejó inconsciente unas horas y pasé la noche en el hospital. Durante mucho tiempo, deseé haber muerto con ella.
Se giró y miró a Brittany, que estaba sollozando y se acercó y se abrazaron muy estrechamente.
—Sanny, lo siento tanto. No puedo soportar pensar en todo por lo que has tenido que pasar—la besó en la cara, en los ojos, en los labios y se vino abajo en un mar de lágrimas.
Santana la besó.
—Mira lo triste que te he puesto—dijo—Lo siento, cariño. No llores más, ya pasó—mientras besaba la se preguntaba si llegaría el día en que también para ella ya hubiera pasado todo.
Un rato después, estaban las dos acurrucadas muy juntas en la confortable cama.
En la chimenea, el fuego quemaba vivamente y proyectaba imágenes oscilantes y reconfortantes sobre las paredes.
Brittany abrazaba a Santana y le acariciaba el pelo hasta que, pronto, se quedó dormida.
Ella siguió despierta durante un buen rato. De repente, muchas cosas empezaban a cobrar sentido: ahora entendía las reticencias de Santana a empezar una relación con ella; no era raro que tuviera miedo.
Pero su corazón estaba inflamado de amor por Santana y, mientras la sostenía entre los brazos, decidió que sería paciente.
Tengo que hacer que vea cuánto la quiero—pensó Brittany—, Dejar que vea que puede confiar en mí.
Resolvió que aceptaría, sin hacerle pasar un mal rato, las condiciones de Santana de verse con menos frecuencia. Tras esto, se pegó al cálido cuerpo de la morena y pensó que no transcurriría mucho tiempo antes de que ellas dos estuvieran juntas, como era debido, para siempre.
Con un suspiro contenido, se quedó dormida.
Regresaron a Melbourne el domingo a última hora de la tarde y decidieron que Brittany pasara la noche en casa de Santana.
La rubia pensó que le apetecía cocinar para Santana y, de camino a casa, se pararon en un supermercado.
Preparó cordero asado con salsa de menta y verduras al horno. Estaba bien ver a Santana al otro lado de la barra, para variar, relajándose y tomando una copa de vino mientras Brittany cocinaba.
La pelinegra parecía estar disfrutando inmensamente.
Tras el Amaretto y el café, Santana sugirió que la semana siguiente tendrían que tomárselo con un poco más de calma.
—¿Qué hay de tus amigas y las demás cosas que te gusta hacer?
Brittany recordó su promesa privada de ser paciente, así que se mordió los labios y asintió con la cabeza.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
holaa morra,...
ya es dificil romper el vinculo las dos!!! aunque san diga y haga lo que sea!!!
es bueno que britt de cierta forma entienda el espacio que quiere san,..
a ver como van las cosas???
nos vemos!!!
ya es dificil romper el vinculo las dos!!! aunque san diga y haga lo que sea!!!
es bueno que britt de cierta forma entienda el espacio que quiere san,..
a ver como van las cosas???
nos vemos!!!
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Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Bueno, Santana es tonta. ¿Qué le vamos a hacer? Habrá que quererla igual jajaja. Yo no sé a quién insulta más Santana si a Dani o a Brittany. Me explico, vale que Dani sea una pasión momentánea, pero que los motivos para ello sean que sabes que nunca te enamorarás de Dani es casi decir que Dani es un bicho de persona lo cual suena cruel. Y con Brittany, pues es evidente el insulto.
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Ok. Ha sido muy triste la historia de como murio Alex, son logicos los miedos de Santana pero solo ella puede salir de eso, ha pasado tiempo y tendria que superarlo, por otra parte, juega con las 2 y a fin de cuentas tal vez todas salgan lastimadas de una u otra forma!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:holaa morra,...
ya es dificil romper el vinculo las dos!!! aunque san diga y haga lo que sea!!!
es bueno que britt de cierta forma entienda el espacio que quiere san,..
a ver como van las cosas???
nos vemos!!!
Hola lu, si que lo es, osea si antes lo era, ahora es mas ajajjajaajjaaja, ajjajaajjajaa ya esta locamente atrapada y enamorada, solo que no lo kiere ver jajajajajajaja. Si, esk es un amor esa rubia jajajaajaj. Esperemos y mucho mejor! Saludos =D
madridcks escribió:Bueno, Santana es tonta. ¿Qué le vamos a hacer? Habrá que quererla igual jajaja. Yo no sé a quién insulta más Santana si a Dani o a Brittany. Me explico, vale que Dani sea una pasión momentánea, pero que los motivos para ello sean que sabes que nunca te enamorarás de Dani es casi decir que Dani es un bicho de persona lo cual suena cruel. Y con Brittany, pues es evidente el insulto.
Hola, bienvenida¿? Si, con su actitud si q lo es =/ JAjajaajajajajajajajajajaj si es al vrdd, solo se puede kerer, no¿? aajajajajaj. Jajajajajajajajajajaj una muy buena resolución de las dos rubias hacia la morena, y creo que tienes razón, pero como dices, o das a entender, dani sabe a lo que va, pero britt no ¬¬ San esta siendo clara con una de las rubias noma =/ Saludos =D
micky morales escribió:Ok. Ha sido muy triste la historia de como murio Alex, son logicos los miedos de Santana pero solo ella puede salir de eso, ha pasado tiempo y tendria que superarlo, por otra parte, juega con las 2 y a fin de cuentas tal vez todas salgan lastimadas de una u otra forma!!!!!
Hola, si q lo fue =/ Si, tmbn lo son =/ Si, osea lo supo dejar con elaine, xq no puede dejarlo pasar ahora con britt¿? es claro que ya siente algo por ella ¬¬ Mmm sip, al menos una de las rubias sabe a lo que va y la otra cree saber por donde va la relación... lo cual no es lo mismo q piensa la morena =/ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Cap 13
Capitulo 13
Durante la ajetreada tarde del miércoles, Santana estaba en su mesa, trabajando, cuando sonó el teléfono: supuso que sería Brittany.
Se habían llamado cada día, aunque no se habían vuelto a ver desde el lunes por la mañana, cuando salieron del apartamento de Santana para ir al trabajo.
Tenía muchas ganas de ver a Brittany.
Se quedó totalmente desconcertada al escuchar la voz de Dani, pero reorganizó sus pensamientos rápidamente.
—¡Oh, Dani!... ¿Qué tal por Cairns?—respondió Santana.
—De fábula. Pensé que quizás querrías ver mi bronceado integral—dijo Dani con su voz grave y seductora—¿Tal vez el viernes por la noche?
La mente de Santana trabajaba a toda velocidad.
No hacía tanto tiempo que una conversación de este tipo con Dani la hubiera hecho estremecerse de lujuria anticipada.
Hoy se estremecía, pero de ansiedad.
Tras una breve pausa, Santana respondió con calidez:
—De acuerdo. El viernes está bien.
Aquella noche con Brittany se sintió muy violenta.
Cuando la ojiazul sugirió que podían encontrarse el viernes por la noche y estar juntas todo el fin de semana, tuvo que esquivar sus ojos.
Ya le había dicho que no estaba libre la noche del viernes.
Sin discutir, Brittany estuvo de acuerdo en pasarse el sábado a media tarde.
Cada vez que Santana la miraba a los ojos o la abrazaba y la besaba, decidía para sus adentros que llamaría a Dani y anularía la cita.
Pero una y otra vez, se decía a sí misma que ése era el único modo de controlarse.
Más tarde aquella noche, cuando tenía a Brittany desnuda y excitada entre sus brazos, con la respiración rápida y superficial, mirándola con veneración, sintió que se le deshacía el corazón y le hizo el amor con más pasión y ternura que nunca.
Aquella noche, Santana no lograba saciarse, no tenía suficiente.
No podía dejarla marchar.
—¿Vodka con tónica?—le preguntó Artie a Santana.
Había sido un día bastante tranquilo para ser viernes y Santana estaba en la oficina, entreteniéndose innecesariamente.
—Sí, y bien cargado, por favor—contestó Santana mientras se dejaba caer en un confortable sillón de piel del despacho de Artie.
No tenía prisa por irse a casa.
El plan de esa noche no le apetecía.
La idea de ver a Dani y hablar con ella no le parecía mal: Dani podía ser muy divertida y estaba segura de que tendría anécdotas graciosas de sus vacaciones; y seguía encontrándola muy atractiva.
Pero sus sentimientos hacia Brittany y la culpabilidad estaban sofocando a toda velocidad las llamas del deseo que sentía por Dani.
Estaba furiosa consigo misma, ¿por qué no podía relajarse y disfrutar?
¿Por qué tenía que hacérsele todo tan difícil?
Artie le tendió la bebida y arrancó la anula de una lata de cerveza.
—¿Verdad que no te expliqué lo que pasó el otro día cuando esa dienta tan estirada, de las tiendas de moda, vino para la presentación?
Santana negó con la cabeza y dio un trago de su bebida.
—Bueno, pensaba que debía de estar a punto de llegar y fui hacia recepción. Cuando iba a doblar la esquina la vi, parada en la puerta con la boca muy abierta y los ojos como platos, contemplando atónita a Sugar—se detuvo y encendió un cigarrillo—, Que estaba escribiendo a máquina o algo así y no la había visto. Uno de esos malditos globos de chicle, enorme, le iba saliendo de la boca. He de reconocer que era su récord personal, casi tan grande como su cara.
Santana rió:
—¿Y qué hiciste?
Artie bebió un trago de cerveza.
—Joder, socia, me largué detrás de la esquina.
Santana empezó a reír como una loca.
Artie dio una calada a su cigarrillo tranquilamente:
—Esperé hasta oír el estallido, tremendo, más fuerte que nunca, y entonces salí y le di la bienvenida, haciendo como si no hubiera pasado nada aunque intentaba taparle la visión de Sugar, que estaba muy ocupada despegándose esa porquería de la cara.
Artie consiguió que a Santana le diera un ataque de risa y, después de un par más de copas, estaba de mucho mejor humor.
Cuando llegó a casa se puso a preparar comida para compartir con Dani.
Decidió relajarse y disfrutar de la tarde y de la noche a continuación. Pensó que otro vodka con tónica le ayudaría, y se lo fue tomando mientras preparaba una ensalada tibia con pechuga de pollo hervida, tomates, olivas negras, alcaparras y orégano fresco, mezclado con un chorrito de zumo de limón y aceite de oliva.
Abrió una botella de vino tinto y se sirvió una copa, luego eligió la música.
Se preguntó qué estaría haciendo Brittany aquella noche, y se sirvió otra copa.
Se sentía mucho más animada cuando sonó el interfono.
Recibió a Dani en la puerta con una de sus sonrisas.
Parecía que estaba en forma y el moreno le quedaba de fábula con el pelo rubio. Dio un beso largo y sensual a Santana, que percibió con alegría que su cuerpo empezaba a responder.
Cuando al final dejó escapar a la morena, Dani dijo sonriendo:
—Parece que has empezado sin mí.
—Sí, me apetecía—contestó Santana—Ven, acompáñame—le tendió la mano y la llevó hasta el mármol de la cocina.
Mientras vaciaba la botella en la copa de Dani, notaba que el vino se le había subido.
—Joder, ¿te has bebido toda la botella?—preguntó Dani mientras Santana abría otra.
Santana se encogió de hombros.
—Sí, estaba muy bueno.
Cenaron y, tal como esperaba la morena, Dani la divirtió con anécdotas graciosas de su viaje.
En determinado momento, en una pausa de la conversación, Dani le preguntó de improviso:
—Y qué, ¿has estado viendo a tu novia nueva mientras yo no estaba?
Santana sintió un terrible nudo en el estómago. Puso mala cara, fue a la cocina, encontró sus cigarrillos y encendió uno.
—Eso es privado y no tiene nada que ver contigo y conmigo—respondió con firmeza.
Dani dio marcha atrás rápidamente:
—De acuerdo, cariño, lo siento—dijo en tono conciliador—No es asunto mío—se levantó de la mesa y fue hacia la cocina. Besó a Santana en el cuello y le dijo—Pero esto sí que es asunto mío ¿verdad?
La más alta estaba luchando por apartar de su mente los pensamientos sobre Brittany. El engaño que sentía que estaba cometiendo le parecía aún peor con aquella alusión a la más joven.
—Sí—dijo en voz baja—, Sí que es asunto tuyo.
Santana empezó a besarla, primero con delicadeza y luego con creciente pasión.
—¡Dios, te deseo tanto, nena!, vamos a la cama—murmuró Dani contra sus labios.
El salvaje atractivo sexual de Dani y la determinación de Santana, empezaban a provocar el efecto deseado, pero la más alta no tenía ninguna prisa.
—¿Por qué no preparas café para las dos, mientras pongo música?—sugirió—Luego iremos a la cama—y volvió a besar a Dani.
En la otra punta de la ciudad, Brittany estaba sentada en un bar tomando una copa con unas amigas.
Habían cenado juntas y luego se habían ido a un local de mujeres. El bar se estaba llenando de lesbianas y la música empezaba a ser más animada. Sus amigas se disponían a pasar una noche agradable, pero los pensamientos de Brittany volvían hacia Santana.
Estaba pensando en las ganas que tenía de verla al día siguiente, cuando se le ocurrió una idea genial.
Dijo a sus amigas que tenía algo que hacer y que quizás volvería más tarde.
Salió del bar, subió a su Madza rojo, viejo y destartalado y condujo hacia una floristería que conocía y que sabía que estaba abierta hasta muy tarde.
Una vez más, eligió una docena de rosas rojas de tallo largo e hizo que las pusieran en una caja con un lazo rojo.
Eran preciosas.
Puede que no fueran muy originales—pensó Brittany, pero las rosas rojas eran las únicas flores lo suficientemente especiales para ella.
Pagó alegremente una enorme suma de dinero, más de lo que se podía permitir.
Como Santana había dicho que estaba ocupada aquella noche, lo más probable era que hubiera salido, por lo que Brittany pensaba dejar las flores para que se las encontrara al volver a casa.
Si tenía visita, las dejaría en la puerta.
Pero quizás, si tenía suerte, Santana ya estaría en casa, sola. En cualquier caso, estaba segura de que a su morena le encantaría: no quería invadir su espacio, sino que supiera cuánto la quería y que siempre estaba presente en sus pensamientos.
Brittany paró el coche frente al bloque de apartamentos, sobre las once y cuarto. Alzó la mirada al balcón pero no pudo ver ninguna luz a través de los ventanales, o sea, que Santana no estaba en casa con algunas amigas.
Sostuvo contra el pecho la caja de rosas.
Cuando llegó a la puerta de la calle, dudó sobre si llamar al timbre. Si no había salido, puede que estuviera durmiendo y no quería despertarla.
Buscó en los bolsillos de los tejanos y agarró las llaves del apartamento de Santana, que siempre llevaba consigo desde la primera noche que pasaron juntas.
Parecía que la pelinegra se había olvidado y no le había pedido que se las devolviera.
Brittany abrió la puerta de la calle y entró en el vestíbulo. Miró hacia las escaleras que llevaban al departamento de Santana y pensó si debía dejar las flores en el felpudo.
Ahí estarían seguras—pensó Brittany.
Pero sonrió al imaginar a Santana volviendo a casa más tarde o despertándose al día siguiente y descubriendo con deleite la espectacular caja de flores sobre la mesita de café.
La idea era mucho más emocionante.
Santana y Dani estaban juntas en el sofá.
La música se había terminado y el departamento estaba en silencio excepto por los suspiros y gemidos ocasionales.
Llevaban un rato besándose y Dani se retorcía de impaciencia. Empujó a Santana hasta tenderla sobre la espalda y le levantó el suéter, dejándola con los pechos desnudos, y empezó a acariciarlos con la lengua y los labios.
La morena movía las caderas bajo Dani y gemía a medida que su propio deseo se iba despertando.
—Mejor vamos arriba—dijo Santana jadeante.
Apagó la lámpara de la mesa auxiliar y echando una mirada a los ojos de Dani, la tomó de la mano y la llevó arriba.
—Dios, cuanto te he echado de menos—susurró Dani mientras rápidamente le quitaba el suéter a Santana y le bajaba los pantalones y las bragas.
También se quitó la mayor parte de la ropa y, todavía en bragas y sujetador, tumbó a la morena en la cama y empezó a cubrirle el cuerpo de besos.
Brittany comenzó a subir las escaleras hacia el apartamento de Santana.
Ya en la puerta, volvió a titubear y escuchó a ver si oía señales de movimiento: no quería asustar a Santana, si estaba en casa.
Sigilosamente, deslizó la llave en la cerradura, abrió la puerta apenas unos centímetros y escuchó: todo estaba en silencio. Entró, cerró la puerta tras ella, sin hacer ruido y esperó unos momentos hasta que los ojos se le acostumbraron a la oscuridad.
Entonces, percibió una luz oscilante que provenía de arriba de las escaleras.
Brittany sonrió: era la luz de una vela; ella y Santana acostumbraban a hacer el amor a la luz de las velas. Pensó que la morena debía de estar tumbada, despierta y en silencio.
Mientras pensaba si llamar a Santana o si salir afuera y pulsar el timbre, oyó un sonido: era un suave gemido, y era la voz de Santana. A esto, siguió otra voz, apenas audible:
—¡Oh, cariño!
Brittany se quedó helada y el corazón le empezó a palpitar.
No podía ser lo que parecía, no era posible.
Una terrible fuerza la arrastró hacia las escaleras, sin que fuera consciente de ello. Le temblaban las piernas y se le había quedado la mente en blanco.
Otro murmullo, otro susurro y Brittany empezó a subir las escaleras, lentamente, llevando aún agarrada bajo el brazo la caja de rosas.
Pero las llaves de Santana se le resbalaron de las manos y golpearon la escalera con un fuerte ruido.
Santana y Dani estaban desnudas en la cama.
—¡Por todos los diablos!—exclamó Dani saliendo de encima de Santana al instante.
La pelinegra dio un grito ahogado, cogió la bata de los pies de la cama y la apretó contra su cuerpo desnudo.
Brittany las miraba sin poder creerlo y la caja que llevaba bajo el brazo cayó, se abrió y las rosas rojas se desparramaron por el suelo. De repente, se encontró mal y, sin decir una palabra, dio media vuelta, bajó las escaleras y salió huyendo por la puerta.
Arriba, Dani se había recuperado en parte de la impresión de esa brusca interrupción.
No era la primera vez que la llegada imprevista de una amante celosa la sorprendía «con las manos en la masa».
A pesar de la extraordinaria velocidad a la que había sucedido todo, Dani se había dado cuenta de la excepcional belleza de la intrusa y de su tierna edad.
Sonrió, pensando en que aquella jovencita había aprendido, del modo más duro posible, a esperar a ser invitada la próxima vez.
—Por Dios, Santana—la llamó mientras empezaba a bajar las escaleras—, ¿No sabes que no has de dar a tus amantes las llaves del departamento? Es una estupidez...
Se interrumpió de golpe.
Santana estaba arrodillada en el suelo en el umbral de la puerta abierta, con la bata, que se le había caído de los hombros, extendida a su alrededor. Tenía la cabeza agachada, se tapaba la cara con las manos y estaba sollozando.
Dani la ayudó a ponerse en pie y cerró la puerta.
—Venga, amor—dijo con suavidad—, No es tan grave—la abrazó e intentó calmarla, pero Santana la apartó.
—Sí que es tan grave—dijo sollozando, mientras corría hacia el teléfono. Jadeante y agitada le dejó un mensaje a alguien—Por favor, que me llame en cuanto llegue a casa.
Mientras Santana colgaba el teléfono y pasaba rápidamente las hojas de su agenda buscando otro número, Dani dijo desalentada en voz baja:
—Supongo que significa mucho para ti.
Sin tan siquiera girarse a mirarla, Santana le contestó desconsideradamente:
—Lo significa todo.
Santana marcaba otro número de teléfono y Dani regresó a la habitación y se vistió.
Cuando volvió abajo, miró a Santana que seguía hablando por teléfono.
—Adiós, Santana—abrió la puerta y se marchó.
Se habían llamado cada día, aunque no se habían vuelto a ver desde el lunes por la mañana, cuando salieron del apartamento de Santana para ir al trabajo.
Tenía muchas ganas de ver a Brittany.
Se quedó totalmente desconcertada al escuchar la voz de Dani, pero reorganizó sus pensamientos rápidamente.
—¡Oh, Dani!... ¿Qué tal por Cairns?—respondió Santana.
—De fábula. Pensé que quizás querrías ver mi bronceado integral—dijo Dani con su voz grave y seductora—¿Tal vez el viernes por la noche?
La mente de Santana trabajaba a toda velocidad.
No hacía tanto tiempo que una conversación de este tipo con Dani la hubiera hecho estremecerse de lujuria anticipada.
Hoy se estremecía, pero de ansiedad.
Tras una breve pausa, Santana respondió con calidez:
—De acuerdo. El viernes está bien.
Aquella noche con Brittany se sintió muy violenta.
Cuando la ojiazul sugirió que podían encontrarse el viernes por la noche y estar juntas todo el fin de semana, tuvo que esquivar sus ojos.
Ya le había dicho que no estaba libre la noche del viernes.
Sin discutir, Brittany estuvo de acuerdo en pasarse el sábado a media tarde.
Cada vez que Santana la miraba a los ojos o la abrazaba y la besaba, decidía para sus adentros que llamaría a Dani y anularía la cita.
Pero una y otra vez, se decía a sí misma que ése era el único modo de controlarse.
Más tarde aquella noche, cuando tenía a Brittany desnuda y excitada entre sus brazos, con la respiración rápida y superficial, mirándola con veneración, sintió que se le deshacía el corazón y le hizo el amor con más pasión y ternura que nunca.
Aquella noche, Santana no lograba saciarse, no tenía suficiente.
No podía dejarla marchar.
—¿Vodka con tónica?—le preguntó Artie a Santana.
Había sido un día bastante tranquilo para ser viernes y Santana estaba en la oficina, entreteniéndose innecesariamente.
—Sí, y bien cargado, por favor—contestó Santana mientras se dejaba caer en un confortable sillón de piel del despacho de Artie.
No tenía prisa por irse a casa.
El plan de esa noche no le apetecía.
La idea de ver a Dani y hablar con ella no le parecía mal: Dani podía ser muy divertida y estaba segura de que tendría anécdotas graciosas de sus vacaciones; y seguía encontrándola muy atractiva.
Pero sus sentimientos hacia Brittany y la culpabilidad estaban sofocando a toda velocidad las llamas del deseo que sentía por Dani.
Estaba furiosa consigo misma, ¿por qué no podía relajarse y disfrutar?
¿Por qué tenía que hacérsele todo tan difícil?
Artie le tendió la bebida y arrancó la anula de una lata de cerveza.
—¿Verdad que no te expliqué lo que pasó el otro día cuando esa dienta tan estirada, de las tiendas de moda, vino para la presentación?
Santana negó con la cabeza y dio un trago de su bebida.
—Bueno, pensaba que debía de estar a punto de llegar y fui hacia recepción. Cuando iba a doblar la esquina la vi, parada en la puerta con la boca muy abierta y los ojos como platos, contemplando atónita a Sugar—se detuvo y encendió un cigarrillo—, Que estaba escribiendo a máquina o algo así y no la había visto. Uno de esos malditos globos de chicle, enorme, le iba saliendo de la boca. He de reconocer que era su récord personal, casi tan grande como su cara.
Santana rió:
—¿Y qué hiciste?
Artie bebió un trago de cerveza.
—Joder, socia, me largué detrás de la esquina.
Santana empezó a reír como una loca.
Artie dio una calada a su cigarrillo tranquilamente:
—Esperé hasta oír el estallido, tremendo, más fuerte que nunca, y entonces salí y le di la bienvenida, haciendo como si no hubiera pasado nada aunque intentaba taparle la visión de Sugar, que estaba muy ocupada despegándose esa porquería de la cara.
Artie consiguió que a Santana le diera un ataque de risa y, después de un par más de copas, estaba de mucho mejor humor.
Cuando llegó a casa se puso a preparar comida para compartir con Dani.
Decidió relajarse y disfrutar de la tarde y de la noche a continuación. Pensó que otro vodka con tónica le ayudaría, y se lo fue tomando mientras preparaba una ensalada tibia con pechuga de pollo hervida, tomates, olivas negras, alcaparras y orégano fresco, mezclado con un chorrito de zumo de limón y aceite de oliva.
Abrió una botella de vino tinto y se sirvió una copa, luego eligió la música.
Se preguntó qué estaría haciendo Brittany aquella noche, y se sirvió otra copa.
Se sentía mucho más animada cuando sonó el interfono.
Recibió a Dani en la puerta con una de sus sonrisas.
Parecía que estaba en forma y el moreno le quedaba de fábula con el pelo rubio. Dio un beso largo y sensual a Santana, que percibió con alegría que su cuerpo empezaba a responder.
Cuando al final dejó escapar a la morena, Dani dijo sonriendo:
—Parece que has empezado sin mí.
—Sí, me apetecía—contestó Santana—Ven, acompáñame—le tendió la mano y la llevó hasta el mármol de la cocina.
Mientras vaciaba la botella en la copa de Dani, notaba que el vino se le había subido.
—Joder, ¿te has bebido toda la botella?—preguntó Dani mientras Santana abría otra.
Santana se encogió de hombros.
—Sí, estaba muy bueno.
Cenaron y, tal como esperaba la morena, Dani la divirtió con anécdotas graciosas de su viaje.
En determinado momento, en una pausa de la conversación, Dani le preguntó de improviso:
—Y qué, ¿has estado viendo a tu novia nueva mientras yo no estaba?
Santana sintió un terrible nudo en el estómago. Puso mala cara, fue a la cocina, encontró sus cigarrillos y encendió uno.
—Eso es privado y no tiene nada que ver contigo y conmigo—respondió con firmeza.
Dani dio marcha atrás rápidamente:
—De acuerdo, cariño, lo siento—dijo en tono conciliador—No es asunto mío—se levantó de la mesa y fue hacia la cocina. Besó a Santana en el cuello y le dijo—Pero esto sí que es asunto mío ¿verdad?
La más alta estaba luchando por apartar de su mente los pensamientos sobre Brittany. El engaño que sentía que estaba cometiendo le parecía aún peor con aquella alusión a la más joven.
—Sí—dijo en voz baja—, Sí que es asunto tuyo.
Santana empezó a besarla, primero con delicadeza y luego con creciente pasión.
—¡Dios, te deseo tanto, nena!, vamos a la cama—murmuró Dani contra sus labios.
El salvaje atractivo sexual de Dani y la determinación de Santana, empezaban a provocar el efecto deseado, pero la más alta no tenía ninguna prisa.
—¿Por qué no preparas café para las dos, mientras pongo música?—sugirió—Luego iremos a la cama—y volvió a besar a Dani.
En la otra punta de la ciudad, Brittany estaba sentada en un bar tomando una copa con unas amigas.
Habían cenado juntas y luego se habían ido a un local de mujeres. El bar se estaba llenando de lesbianas y la música empezaba a ser más animada. Sus amigas se disponían a pasar una noche agradable, pero los pensamientos de Brittany volvían hacia Santana.
Estaba pensando en las ganas que tenía de verla al día siguiente, cuando se le ocurrió una idea genial.
Dijo a sus amigas que tenía algo que hacer y que quizás volvería más tarde.
Salió del bar, subió a su Madza rojo, viejo y destartalado y condujo hacia una floristería que conocía y que sabía que estaba abierta hasta muy tarde.
Una vez más, eligió una docena de rosas rojas de tallo largo e hizo que las pusieran en una caja con un lazo rojo.
Eran preciosas.
Puede que no fueran muy originales—pensó Brittany, pero las rosas rojas eran las únicas flores lo suficientemente especiales para ella.
Pagó alegremente una enorme suma de dinero, más de lo que se podía permitir.
Como Santana había dicho que estaba ocupada aquella noche, lo más probable era que hubiera salido, por lo que Brittany pensaba dejar las flores para que se las encontrara al volver a casa.
Si tenía visita, las dejaría en la puerta.
Pero quizás, si tenía suerte, Santana ya estaría en casa, sola. En cualquier caso, estaba segura de que a su morena le encantaría: no quería invadir su espacio, sino que supiera cuánto la quería y que siempre estaba presente en sus pensamientos.
Brittany paró el coche frente al bloque de apartamentos, sobre las once y cuarto. Alzó la mirada al balcón pero no pudo ver ninguna luz a través de los ventanales, o sea, que Santana no estaba en casa con algunas amigas.
Sostuvo contra el pecho la caja de rosas.
Cuando llegó a la puerta de la calle, dudó sobre si llamar al timbre. Si no había salido, puede que estuviera durmiendo y no quería despertarla.
Buscó en los bolsillos de los tejanos y agarró las llaves del apartamento de Santana, que siempre llevaba consigo desde la primera noche que pasaron juntas.
Parecía que la pelinegra se había olvidado y no le había pedido que se las devolviera.
Brittany abrió la puerta de la calle y entró en el vestíbulo. Miró hacia las escaleras que llevaban al departamento de Santana y pensó si debía dejar las flores en el felpudo.
Ahí estarían seguras—pensó Brittany.
Pero sonrió al imaginar a Santana volviendo a casa más tarde o despertándose al día siguiente y descubriendo con deleite la espectacular caja de flores sobre la mesita de café.
La idea era mucho más emocionante.
******
Santana y Dani estaban juntas en el sofá.
La música se había terminado y el departamento estaba en silencio excepto por los suspiros y gemidos ocasionales.
Llevaban un rato besándose y Dani se retorcía de impaciencia. Empujó a Santana hasta tenderla sobre la espalda y le levantó el suéter, dejándola con los pechos desnudos, y empezó a acariciarlos con la lengua y los labios.
La morena movía las caderas bajo Dani y gemía a medida que su propio deseo se iba despertando.
—Mejor vamos arriba—dijo Santana jadeante.
Apagó la lámpara de la mesa auxiliar y echando una mirada a los ojos de Dani, la tomó de la mano y la llevó arriba.
—Dios, cuanto te he echado de menos—susurró Dani mientras rápidamente le quitaba el suéter a Santana y le bajaba los pantalones y las bragas.
También se quitó la mayor parte de la ropa y, todavía en bragas y sujetador, tumbó a la morena en la cama y empezó a cubrirle el cuerpo de besos.
********
Brittany comenzó a subir las escaleras hacia el apartamento de Santana.
Ya en la puerta, volvió a titubear y escuchó a ver si oía señales de movimiento: no quería asustar a Santana, si estaba en casa.
Sigilosamente, deslizó la llave en la cerradura, abrió la puerta apenas unos centímetros y escuchó: todo estaba en silencio. Entró, cerró la puerta tras ella, sin hacer ruido y esperó unos momentos hasta que los ojos se le acostumbraron a la oscuridad.
Entonces, percibió una luz oscilante que provenía de arriba de las escaleras.
Brittany sonrió: era la luz de una vela; ella y Santana acostumbraban a hacer el amor a la luz de las velas. Pensó que la morena debía de estar tumbada, despierta y en silencio.
Mientras pensaba si llamar a Santana o si salir afuera y pulsar el timbre, oyó un sonido: era un suave gemido, y era la voz de Santana. A esto, siguió otra voz, apenas audible:
—¡Oh, cariño!
Brittany se quedó helada y el corazón le empezó a palpitar.
No podía ser lo que parecía, no era posible.
Una terrible fuerza la arrastró hacia las escaleras, sin que fuera consciente de ello. Le temblaban las piernas y se le había quedado la mente en blanco.
Otro murmullo, otro susurro y Brittany empezó a subir las escaleras, lentamente, llevando aún agarrada bajo el brazo la caja de rosas.
Pero las llaves de Santana se le resbalaron de las manos y golpearon la escalera con un fuerte ruido.
Santana y Dani estaban desnudas en la cama.
—¡Por todos los diablos!—exclamó Dani saliendo de encima de Santana al instante.
La pelinegra dio un grito ahogado, cogió la bata de los pies de la cama y la apretó contra su cuerpo desnudo.
Brittany las miraba sin poder creerlo y la caja que llevaba bajo el brazo cayó, se abrió y las rosas rojas se desparramaron por el suelo. De repente, se encontró mal y, sin decir una palabra, dio media vuelta, bajó las escaleras y salió huyendo por la puerta.
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Arriba, Dani se había recuperado en parte de la impresión de esa brusca interrupción.
No era la primera vez que la llegada imprevista de una amante celosa la sorprendía «con las manos en la masa».
A pesar de la extraordinaria velocidad a la que había sucedido todo, Dani se había dado cuenta de la excepcional belleza de la intrusa y de su tierna edad.
Sonrió, pensando en que aquella jovencita había aprendido, del modo más duro posible, a esperar a ser invitada la próxima vez.
—Por Dios, Santana—la llamó mientras empezaba a bajar las escaleras—, ¿No sabes que no has de dar a tus amantes las llaves del departamento? Es una estupidez...
Se interrumpió de golpe.
Santana estaba arrodillada en el suelo en el umbral de la puerta abierta, con la bata, que se le había caído de los hombros, extendida a su alrededor. Tenía la cabeza agachada, se tapaba la cara con las manos y estaba sollozando.
Dani la ayudó a ponerse en pie y cerró la puerta.
—Venga, amor—dijo con suavidad—, No es tan grave—la abrazó e intentó calmarla, pero Santana la apartó.
—Sí que es tan grave—dijo sollozando, mientras corría hacia el teléfono. Jadeante y agitada le dejó un mensaje a alguien—Por favor, que me llame en cuanto llegue a casa.
Mientras Santana colgaba el teléfono y pasaba rápidamente las hojas de su agenda buscando otro número, Dani dijo desalentada en voz baja:
—Supongo que significa mucho para ti.
Sin tan siquiera girarse a mirarla, Santana le contestó desconsideradamente:
—Lo significa todo.
Santana marcaba otro número de teléfono y Dani regresó a la habitación y se vistió.
Cuando volvió abajo, miró a Santana que seguía hablando por teléfono.
—Adiós, Santana—abrió la puerta y se marchó.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
santana es una reverenda estúpida!!!!! no ahi calificativo para ponerle ahora!!!
ahora se dio cuenta que britt era su todo!!!! ahhh me dan ganas de matarla!!!
a ver que hace ahora santana???
nos vemos!!!
santana es una reverenda estúpida!!!!! no ahi calificativo para ponerle ahora!!!
ahora se dio cuenta que britt era su todo!!!! ahhh me dan ganas de matarla!!!
a ver que hace ahora santana???
nos vemos!!!
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Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Creo que ya era hora de que Britt descubriera la mierda que estaba haciendo Santana. Porque la morena bien sabia de los sentimientos de ella y aun así no fue honesta.
Así que sorry pero que se joda ahora, quedo demostrado que la inmadura es ella y que fue la única que estuvo jugando.
Lo único que tenia que hacer era ser honesta con Britt, quien la venia apoyando y tratando de ir a su paso después de saber lo que sucedió.
Haber ahora que sucede!
Así que sorry pero que se joda ahora, quedo demostrado que la inmadura es ella y que fue la única que estuvo jugando.
Lo único que tenia que hacer era ser honesta con Britt, quien la venia apoyando y tratando de ir a su paso después de saber lo que sucedió.
Haber ahora que sucede!
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Que ironica es la vida, ¿verdad? Si Brittany hubiera hecho lo mismo, Santana hubiera dicho jugo conmigo, que si la edad,etc. Después de lo pesada que fue con el tema de la edad, la que estaba jugando era ella. ¿Será también culpa de la edad? jajaja
De 23 a 28 años que hagan un drama jajaja. Si me dices de 23 a 32, lo entiendo, pero a 28...Si no quieres una relación seria, busca una excusa mejor jaja
De 23 a 28 años que hagan un drama jajaja. Si me dices de 23 a 32, lo entiendo, pero a 28...Si no quieres una relación seria, busca una excusa mejor jaja
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Sabía que eso iba a pasar!!!
San las jodio de verdad!!!
Saludos
San las jodio de verdad!!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Ya era hora de que Britt se enterara de la ratada que le estaba haciendo Santana, mal por Britt, pobre. Y de San , que se puede decir?. Que se arrastre no mas.
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Que pena por brit no se merecía eso, esperando el siguiente capítulo. Saludos cordiales
perez102* - Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/08/2012
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Pobre britt, que injusto! pq ella si amaba a santana!!!! a esa estupida que la parta un rayo, jugar asi con alguien que de verdad la queria fue lo peor!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Holaaa, como estas? apenas empece a leer tu fic!! y lo leí de corrido, me encanto!! aunque... tengo ganas de meterle un par de cachetadones a Santana por tonta y cobarde! osea, si entiendo que le da miedo volver a sufrir tanto!! pero... había necesidad de hacer sufrir a Britt? :( en fin.. espero que actualices pronto!! saludos :3
mayre94** - Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 24/02/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
santana es una reverenda estúpida!!!!! no ahi calificativo para ponerle ahora!!!
ahora se dio cuenta que britt era su todo!!!! ahhh me dan ganas de matarla!!!
a ver que hace ahora santana???
nos vemos!!!
Hola lu, si que lo es la vrdd ¬¬ NO! esk desaproveche una relación de amor por algo que no le "hara daño" ¬¬ bn dicen que al pasar algo malo uno se da cuenta de la vrdd =/ y eso le paso a san ¬¬ SI, la vrdd esk si ¬¬ Esperemos y haga algo para que britt la perdone ¬¬ Saludos =D
JVM escribió:Creo que ya era hora de que Britt descubriera la mierda que estaba haciendo Santana. Porque la morena bien sabia de los sentimientos de ella y aun así no fue honesta.
Así que sorry pero que se joda ahora, quedo demostrado que la inmadura es ella y que fue la única que estuvo jugando.
Lo único que tenia que hacer era ser honesta con Britt, quien la venia apoyando y tratando de ir a su paso después de saber lo que sucedió.
Haber ahora que sucede!
Hola, si, tienes un muy buen punto ai, ya era tiempo. Sabia q lo estaba haciendo mal, pero seguia con ese juego para no sufrir ella ¬¬ Si, toda la razón, mas q hablaba de la edad y q britt era menor y la madurez y le salio todo al reves ¬¬ Esperemos y haga las cosas bn ahora y no se haga la tonta esperando que britt de el primer paso... otra vez ¬¬ Aquí el siguiente cap! Saludos =D
madridcks escribió:Que ironica es la vida, ¿verdad? Si Brittany hubiera hecho lo mismo, Santana hubiera dicho jugo conmigo, que si la edad,etc. Después de lo pesada que fue con el tema de la edad, la que estaba jugando era ella. ¿Será también culpa de la edad? jajaja
De 23 a 28 años que hagan un drama jajaja. Si me dices de 23 a 32, lo entiendo, pero a 28...Si no quieres una relación seria, busca una excusa mejor jaja
Hola... bienvenida¿? si es así que bueno jaajjajaajajaj. Si, y sacaria q ella tenia razón y q britt solo era inmadura y no sabia de una relacion seria x su edad y todas esas cosas ¬¬ Jajajajaja lo mas probable ¬¬ tonta de ella :@ Y da igual la edad, si ai amor bn ai, pero san, como dices buscaba excusas y salio mal, muy mal y se lo merece ¬¬ Saludos =D
monica.santander escribió:Sabía que eso iba a pasar!!!
San las jodio de verdad!!!
Saludos
Hola, mmm si, osea aun tenia la minima esperanza q fuera san la q dijera la vrdd =/ Si, osea eso es poco para la gran estupidez que hizo :@ Saludos =D
Tati.94 escribió:Ya era hora de que Britt se enterara de la ratada que le estaba haciendo Santana, mal por Britt, pobre. Y de San , que se puede decir?. Que se arrastre no mas.
Hola... bienvenida¿? si es así que bueno! ajajajajajaj. Si que lo era, no la forma, pero era tiempo =/ Si, ella dio todo y recibió esto =/ Minimo que se arrastre osea! hizo todo, pero todo mal ¬¬ Saludos =D
perez102 escribió:Que pena por brit no se merecía eso, esperando el siguiente capítulo. Saludos cordiales
Hola... bienvenida¿? si es asi, que bueno jajajajajaaj. Si, mucha la vrdd ella dandolo todo y recibio esto =/ Aquí lo dejo! SAludos =D
micky morales escribió:Pobre britt, que injusto! pq ella si amaba a santana!!!! a esa estupida que la parta un rayo, jugar asi con alguien que de verdad la queria fue lo peor!!!!!
Hola, si, si! no se merecia esto! SI, ella dio todo e hizo todo bn! San todo mal, pero mal mal mal :@ La vrdd, no merece el perdon de britt =/ Saludos =D
mayre94 escribió:Holaaa, como estas? apenas empece a leer tu fic!! y lo leí de corrido, me encanto!! aunque... tengo ganas de meterle un par de cachetadones a Santana por tonta y cobarde! osea, si entiendo que le da miedo volver a sufrir tanto!! pero... había necesidad de hacer sufrir a Britt? :( en fin.. espero que actualices pronto!! saludos :3
Hola, bn bn y tu¿? tanto tiempo ajajajajaj. Aaa eso es bueno ajajajajajajaj, bn ai jaajajajajaj. Aaaa eso es mas bueno aun! jajajajaajja, gracias por tu tiempo! Si, y es lo minimo q dan ganas de hacerle ¬¬ Q sufrir si britt con solo mirarla ya la hacia feliz ¬¬ BRitt no se merecia esto para nada =/ Aquí el siguiente cap! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Cap 14-Ultimo
Capitulo 14 - Ultimo
Santana fue a la cocina y se preparó café.
Parecía que fuera a estallarle la cabeza, y se imaginaba la agonía por la que estaría pasando Brittany. De pronto, recordó la imagen de las flores caídas en el suelo del dormitorio y, mientras salía el café, subió arriba.
Se quedó un momento quieta, sin respiración, al contemplar la cama desde donde la vio Brittany, y luego, agachándose, recogió lentamente las rosas.
No sintió dolor cuando se clavó una espina y miró con indiferencia cómo brotaba la sangre y corría por su mano.
De vuelta a la cocina, colocó las rosas en un jarrón y se sirvió la primera de varias tazas de café.
Las horas pasaban lentamente mientras Santana se reprendía por su estupidez. Tenía que mantenerse en movimiento, encontrar cosas que hacer para aliviar el dolor que atenazaba su pecho.
Se encontró reviviendo el horror del día en que murió Alex, y el dolor que sentía por la pérdida de Brittany no era muy diferente del de aquel día funesto de hacía cinco años.
De madrugada, una débil luz gris empezó a filtrarse por las ventanas, y el aturdimiento de la mente de Santana se disipó: no podía recuperar a Alex, pero estaba Brittany, que se le había ofrecido como un regalo, y si la perdía ahora, no se lo iba a perdonar nunca.
Recordó que le había dicho a Dani que Brittany lo significaba todo para ella y, se dio cuenta de que era verdad.
Hacia la seis, Brittany seguía sin llamar.
Santana estaba agotada, pero dormir era impensable. Fue arriba, se dio una larga ducha caliente y se preparó más café y algo para comer.
A las siete volvió a llamar al departamento de Brittany y despertó por segunda vez a su compañera de piso que le dijo con impaciencia que la rubia no había vuelto.
Santana empezaba a estar terriblemente preocupada por Brittany.
¿Dónde podía estar?
¿Estaría bien?
Si pudiera estrecharla entre sus brazos, besarla hasta que desaparecieran sus lágrimas y asegurarle que nunca más volvería a hacerle daño.
Si tan sólo pudiera decirle a Brittany que la amaba.
Necesitaba hablar con Quinn urgentemente, necesitaba su ayuda. Habían quedado en encontrarse en el mercado, pero resolvió llamarla antes.
Cuando la llamó, hacia las ocho y media, Quinn aún estaba adormilada, la había despertado. Empezó a explicar la historia calmada, pero enseguida se deshizo en un mar de lágrimas.
Quinn estaba asustada:
—Tranquilízate, querida—le dijo—, Pásate por aquí, cuéntamelo todo y ya encontraremos el modo de arreglarlo.
Al colgar, Santana sintió un ligero alivio.
Se lavó la cara con agua fría, y luego cogió las llaves y el teléfono móvil: Brittany sabía el número y también estaba en el contestador, así no perdería ninguna llamada.
Justo antes de salir, se acordó de Dani y decidió telefonearla. Se sintió fatal al recordar cómo la había ignorado la noche anterior.
—Dani, soy Santana. Te llamo para disculparme por lo de anoche.
—Estas cosas pasan, cariño—replicó Dani en tono despreocupado.
—Estaba muy alterada... obviamente, y me olvidé de ti—dijo Santana—No podía pensar con claridad, lo siento.
—Está bien. Es evidente que te importa mucho. ¿La has encontrado?
—Todavía no, y estoy muy preocupada por ella—respondió Santana.
Quedaron en que se llamarían pronto, pero Santana sabía que se había acabado aquella historia ideal con Dani.
Santana, de camino, condujo hacia el departamento de Brittany deseando desesperadamente ver el coche de Brittany aparcado en el sitio de costumbre.
Pero no estaba ahí.
Contuvo las lágrimas que amenazaban con anegarla y continuó hasta casa de Quinn mientras se decía a sí misma que tenía que mantener la calma; debía controlarse y no ponerse histérica.
Pero cuando poco después Quinn abrió la puerta, Santana se desmoronó sobre su hombro llorando a lágrima viva.
Una vez le hubo contado toda la historia, Quinn le dijo:
—Ven conmigo al mercado, Rach salió con las chicas. Ahora mismo no hay nada que puedas hacer y te llevas el móvil por si acaso.
Santana asintió.
—Si quieres, puedes quedarte a pasar el día conmigo: voy a hacer una olla enorme de caldo de verduras para cenar. Sé que si te vas a casa no comerás.
Santana la miró y sonrió.
Pensó, y no por primera vez, en la suerte que tenía de poder contar con una amiga así.
—Gracias, Quinn—contestó—Me encantará.
Dani había estado jugando al cricket por la tarde.
Su equipo había ganado brillantemente el partido contra unas oponentes formidables y de triste fama, llamadas The Western Deadly Dykes, así que ella y unas cuantas más decidieron salir a celebrarlo.
Después de cenar, optaron por visitar unos cuantos clubs y empezaron con Babes: era un poco cutre y tenía fama de ser un sórdido bar de ligue.
A Dani no le gustaba demasiado, pero era un lugar donde matar un par de horas.
Llegaron sobre las once y se acomodaron en la barra. Mientras los ojos se le acostumbraban a la débil luz y los oídos a la fortísima música tecno, Dani, con la copa en la mano, se apoyó cómodamente en el taburete e inspeccionó el local.
Había unas cuantas mujeres tambaleándose en la semi oscuridad, obviamente, algo bebidas y unas pocas bailando llenas de energía en la pista de baile.
Las mujeres de las mesas cercanas a la pista, se gritaban las unas a las otras en un vano intento de mantener una conversación y las parejas, muy arrimadas, se apoyaban contra la pared en diversos abrazos apasionados.
No muy lejos de ella había una de esas parejas.
Se fijó en una mujer con chaqueta blanca que resplandecía intensamente gracias a la luz ultravioleta, estaba inclinada sobre otra a la que empujaba contra la pared. La besaba apasionadamente y frotaba su muslo contra las piernas de la otra mujer.
Dani contempló cómo la mujer de la chaqueta deslizaba la mano bajo el suéter de la otra y le acariciaba los pechos.
Cuando Dani estaba preguntándose hasta dónde iban a llegar, dejaron de besarse por un momento y la mujer de la pared giró la cabeza.
Abrió los ojos de par en par por la sorpresa, al ver que se trataba de la guapísima joven que había aparecido en el departamento de Santana la noche anterior.
Era obvio que había bebido mucho y que estaba en parte sostenida contra la pared por la otra mujer.
Dani vio cómo una vez más un beso cubría la boca de la joven y giró la vista.
No era asunto suyo.
Pero recordó la imagen de Santana en el suelo, la noche anterior, llorando destrozada. Y sabía que quería encontrarla.
Era evidente que no se estaba divirtiendo, sino que se estaba buscando problemas.
Suspiró y dio un trago a su bebida.
Dejar que Santana supiera dónde encontrar a esta chica, no iba a hacerle ningún bien—pensó.
Pero la morena le importaba y si se había enamorado de aquella mujer, bueno, de todos modos lo suyo ya había terminado.
Viendo la expresión de angustia en la cara de la chica, fue hacia el vestíbulo y localizó un teléfono público.
Babes no estaba muy lejos, y Santana se plantó ahí en un tiempo récord.
Entró corriendo en el mugriento vestíbulo y se paró en el mostrador para pagar su entrada individual. Esperó impaciente a que una mujer cubierta de tatuajes le pusiera un sello en la muñeca y la repasara de arriba a abajo, pasó entre las seguridad de la puerta y fue hacia la barra.
Dani se giró y la miró a los ojos durante un instante, antes de señalarle con un movimiento de la cabeza dónde podía encontrarla. Santana la besó en la mejilla.
—Gracias.
Avanzó entre la multitud.
Por todas partes había mujeres abrazándose. Los ojos ya se le habían acostumbrado a la penumbra y miró cuidadosamente a su alrededor.
Entonces, una mujer de chaqueta blanca se echó un poco hacia atrás y dejó ver a la mujer que estrechaba entre sus brazos.
Se dio cuenta de que era Brittany y ahogó un grito. Se quedó helada durante unos segundos, cuando vio que la mujer deslizaba sus manos bajo el suéter de su rubia y que empezaba otra vez a besarla en la boca.
Agarró a Brittany por el brazo.
—Tengo que hablar contigo—dijo Santana.
Con un gesto exagerado, como si fuera su dueña, la mujer empezó a acariciar lentamente la espalda de Brittany, sus caderas y muslos y, sonriendo a Santana, le dijo:
—Está ocupada.
Santana apretó los puños.
—¡Brittany!—dijo otra vez, mirándola.
—Hablaré con ella—le dijo a la mujer—Vuelvo en seguida.
Por encima de mi cadáver—pensó Santana, mientras agarraba la mano de Brittany y la llevaba a través de la sala a una zona tranquila, fuera de la pista de baile.
Encontró una mesa en un rincón poco iluminado y se sentaron.
Brittany levantó la mirada hacia la pelinegra, se echó el pelo hacia atrás y le preguntó fríamente:
—¿Qué es lo que tienes que decir, Santana?
Santana se enjugó las lágrimas que le corrían por el rostro y tragó saliva, para deshacer el nudo que tenía en la garganta.
—Cariño, lo siento mucho—empezó con poco acierto.
Los ojos de Brittany relampaguearon con furia.
—¡Que lo sientes! Santana, ¿tienes la más mínima idea de cómo me siento yo? Fui una idiota por creer en ti. Todo el tiempo creí que lo que sucedía entre nosotras era importante y especial, pero no significaba nada para ti. ¡Seguías tirándotela!—se tapó la cara con las manos, para esconder las lágrimas.
Santana alargó un brazo sobre la mesa, y le tocó el pelo.
—Britt-Britt, por favor, escúchame.
Brittany se apartó de su mano.
—No me tomaste en serio, ¿verdad? Puede que tengas razón. Si no fuera porque soy estúpida e inexperta, no hubiera sido tan tonta.
Santana se dio cuenta entonces de que la mujer de la chaqueta blanca rondaba por ahí, tratando de pasar desapercibida.
—¿Es por eso por lo que estás aquí?, ¿para adquirir experiencia?
—Sí—gritó Brittany.
Las lágrimas continuaron manando de los ojos de Santana y derramándose. Sosteniendo la mirada furiosa de Brittany, le dijo:
—Brittany, estoy enamorada de ti.
Se hizo el silencio durante un momento, mientras Brittany la miraba atónita.
—Quiero que vengas a casa conmigo.
Tras una pausa, Brittany preguntó:
—¿Qué has dicho?
Entonces Santana se levantó, fue hacia ella y la tomó entre sus brazos.
—He dicho que estoy enamorada de ti y que te amo desesperadamente. Por favor, perdóname—sintió cómo el cuerpo de la rubia se relajaba entre sus brazos—He sido tan estúpida, cariño. He intentado luchar contra ello, pero desde el primer momento he estado enamorada de ti—la miró a los ojos—Quiero que estemos juntas para siempre. ¿Podrás perdonarme?
Las lágrimas no dejaban hablar a Brittany, que asintió con la cabeza y Santana le acarició las húmedas mejillas.
—Creí que te había perdido, cariño. Te juro que voy hacer todos los días de tu vida y la que quieras estar conmigo, que olvides este mal momento que te he hecho pasar. Fui una estúpida y lo sé. Pero de verdad, verdad te amor Britt-Britt. Jamás me perdonare por haberte dañado y menos de esta forma tan cobarde. Pero te amo. Eres más de lo que me merezco. Vámonos a casa.
Brittany volvió a asentir y, cogidas de la mano, se abrieron paso entre la multitud y salieron del bar.
Parecía que fuera a estallarle la cabeza, y se imaginaba la agonía por la que estaría pasando Brittany. De pronto, recordó la imagen de las flores caídas en el suelo del dormitorio y, mientras salía el café, subió arriba.
Se quedó un momento quieta, sin respiración, al contemplar la cama desde donde la vio Brittany, y luego, agachándose, recogió lentamente las rosas.
No sintió dolor cuando se clavó una espina y miró con indiferencia cómo brotaba la sangre y corría por su mano.
De vuelta a la cocina, colocó las rosas en un jarrón y se sirvió la primera de varias tazas de café.
Las horas pasaban lentamente mientras Santana se reprendía por su estupidez. Tenía que mantenerse en movimiento, encontrar cosas que hacer para aliviar el dolor que atenazaba su pecho.
Se encontró reviviendo el horror del día en que murió Alex, y el dolor que sentía por la pérdida de Brittany no era muy diferente del de aquel día funesto de hacía cinco años.
De madrugada, una débil luz gris empezó a filtrarse por las ventanas, y el aturdimiento de la mente de Santana se disipó: no podía recuperar a Alex, pero estaba Brittany, que se le había ofrecido como un regalo, y si la perdía ahora, no se lo iba a perdonar nunca.
Recordó que le había dicho a Dani que Brittany lo significaba todo para ella y, se dio cuenta de que era verdad.
Hacia la seis, Brittany seguía sin llamar.
Santana estaba agotada, pero dormir era impensable. Fue arriba, se dio una larga ducha caliente y se preparó más café y algo para comer.
A las siete volvió a llamar al departamento de Brittany y despertó por segunda vez a su compañera de piso que le dijo con impaciencia que la rubia no había vuelto.
Santana empezaba a estar terriblemente preocupada por Brittany.
¿Dónde podía estar?
¿Estaría bien?
Si pudiera estrecharla entre sus brazos, besarla hasta que desaparecieran sus lágrimas y asegurarle que nunca más volvería a hacerle daño.
Si tan sólo pudiera decirle a Brittany que la amaba.
Necesitaba hablar con Quinn urgentemente, necesitaba su ayuda. Habían quedado en encontrarse en el mercado, pero resolvió llamarla antes.
Cuando la llamó, hacia las ocho y media, Quinn aún estaba adormilada, la había despertado. Empezó a explicar la historia calmada, pero enseguida se deshizo en un mar de lágrimas.
Quinn estaba asustada:
—Tranquilízate, querida—le dijo—, Pásate por aquí, cuéntamelo todo y ya encontraremos el modo de arreglarlo.
Al colgar, Santana sintió un ligero alivio.
Se lavó la cara con agua fría, y luego cogió las llaves y el teléfono móvil: Brittany sabía el número y también estaba en el contestador, así no perdería ninguna llamada.
Justo antes de salir, se acordó de Dani y decidió telefonearla. Se sintió fatal al recordar cómo la había ignorado la noche anterior.
—Dani, soy Santana. Te llamo para disculparme por lo de anoche.
—Estas cosas pasan, cariño—replicó Dani en tono despreocupado.
—Estaba muy alterada... obviamente, y me olvidé de ti—dijo Santana—No podía pensar con claridad, lo siento.
—Está bien. Es evidente que te importa mucho. ¿La has encontrado?
—Todavía no, y estoy muy preocupada por ella—respondió Santana.
Quedaron en que se llamarían pronto, pero Santana sabía que se había acabado aquella historia ideal con Dani.
Santana, de camino, condujo hacia el departamento de Brittany deseando desesperadamente ver el coche de Brittany aparcado en el sitio de costumbre.
Pero no estaba ahí.
Contuvo las lágrimas que amenazaban con anegarla y continuó hasta casa de Quinn mientras se decía a sí misma que tenía que mantener la calma; debía controlarse y no ponerse histérica.
Pero cuando poco después Quinn abrió la puerta, Santana se desmoronó sobre su hombro llorando a lágrima viva.
Una vez le hubo contado toda la historia, Quinn le dijo:
—Ven conmigo al mercado, Rach salió con las chicas. Ahora mismo no hay nada que puedas hacer y te llevas el móvil por si acaso.
Santana asintió.
—Si quieres, puedes quedarte a pasar el día conmigo: voy a hacer una olla enorme de caldo de verduras para cenar. Sé que si te vas a casa no comerás.
Santana la miró y sonrió.
Pensó, y no por primera vez, en la suerte que tenía de poder contar con una amiga así.
—Gracias, Quinn—contestó—Me encantará.
********
Dani había estado jugando al cricket por la tarde.
Su equipo había ganado brillantemente el partido contra unas oponentes formidables y de triste fama, llamadas The Western Deadly Dykes, así que ella y unas cuantas más decidieron salir a celebrarlo.
Después de cenar, optaron por visitar unos cuantos clubs y empezaron con Babes: era un poco cutre y tenía fama de ser un sórdido bar de ligue.
A Dani no le gustaba demasiado, pero era un lugar donde matar un par de horas.
Llegaron sobre las once y se acomodaron en la barra. Mientras los ojos se le acostumbraban a la débil luz y los oídos a la fortísima música tecno, Dani, con la copa en la mano, se apoyó cómodamente en el taburete e inspeccionó el local.
Había unas cuantas mujeres tambaleándose en la semi oscuridad, obviamente, algo bebidas y unas pocas bailando llenas de energía en la pista de baile.
Las mujeres de las mesas cercanas a la pista, se gritaban las unas a las otras en un vano intento de mantener una conversación y las parejas, muy arrimadas, se apoyaban contra la pared en diversos abrazos apasionados.
No muy lejos de ella había una de esas parejas.
Se fijó en una mujer con chaqueta blanca que resplandecía intensamente gracias a la luz ultravioleta, estaba inclinada sobre otra a la que empujaba contra la pared. La besaba apasionadamente y frotaba su muslo contra las piernas de la otra mujer.
Dani contempló cómo la mujer de la chaqueta deslizaba la mano bajo el suéter de la otra y le acariciaba los pechos.
Cuando Dani estaba preguntándose hasta dónde iban a llegar, dejaron de besarse por un momento y la mujer de la pared giró la cabeza.
Abrió los ojos de par en par por la sorpresa, al ver que se trataba de la guapísima joven que había aparecido en el departamento de Santana la noche anterior.
Era obvio que había bebido mucho y que estaba en parte sostenida contra la pared por la otra mujer.
Dani vio cómo una vez más un beso cubría la boca de la joven y giró la vista.
No era asunto suyo.
Pero recordó la imagen de Santana en el suelo, la noche anterior, llorando destrozada. Y sabía que quería encontrarla.
Era evidente que no se estaba divirtiendo, sino que se estaba buscando problemas.
Suspiró y dio un trago a su bebida.
Dejar que Santana supiera dónde encontrar a esta chica, no iba a hacerle ningún bien—pensó.
Pero la morena le importaba y si se había enamorado de aquella mujer, bueno, de todos modos lo suyo ya había terminado.
Viendo la expresión de angustia en la cara de la chica, fue hacia el vestíbulo y localizó un teléfono público.
******
Babes no estaba muy lejos, y Santana se plantó ahí en un tiempo récord.
Entró corriendo en el mugriento vestíbulo y se paró en el mostrador para pagar su entrada individual. Esperó impaciente a que una mujer cubierta de tatuajes le pusiera un sello en la muñeca y la repasara de arriba a abajo, pasó entre las seguridad de la puerta y fue hacia la barra.
Dani se giró y la miró a los ojos durante un instante, antes de señalarle con un movimiento de la cabeza dónde podía encontrarla. Santana la besó en la mejilla.
—Gracias.
Avanzó entre la multitud.
Por todas partes había mujeres abrazándose. Los ojos ya se le habían acostumbrado a la penumbra y miró cuidadosamente a su alrededor.
Entonces, una mujer de chaqueta blanca se echó un poco hacia atrás y dejó ver a la mujer que estrechaba entre sus brazos.
Se dio cuenta de que era Brittany y ahogó un grito. Se quedó helada durante unos segundos, cuando vio que la mujer deslizaba sus manos bajo el suéter de su rubia y que empezaba otra vez a besarla en la boca.
Agarró a Brittany por el brazo.
—Tengo que hablar contigo—dijo Santana.
Con un gesto exagerado, como si fuera su dueña, la mujer empezó a acariciar lentamente la espalda de Brittany, sus caderas y muslos y, sonriendo a Santana, le dijo:
—Está ocupada.
Santana apretó los puños.
—¡Brittany!—dijo otra vez, mirándola.
—Hablaré con ella—le dijo a la mujer—Vuelvo en seguida.
Por encima de mi cadáver—pensó Santana, mientras agarraba la mano de Brittany y la llevaba a través de la sala a una zona tranquila, fuera de la pista de baile.
Encontró una mesa en un rincón poco iluminado y se sentaron.
Brittany levantó la mirada hacia la pelinegra, se echó el pelo hacia atrás y le preguntó fríamente:
—¿Qué es lo que tienes que decir, Santana?
Santana se enjugó las lágrimas que le corrían por el rostro y tragó saliva, para deshacer el nudo que tenía en la garganta.
—Cariño, lo siento mucho—empezó con poco acierto.
Los ojos de Brittany relampaguearon con furia.
—¡Que lo sientes! Santana, ¿tienes la más mínima idea de cómo me siento yo? Fui una idiota por creer en ti. Todo el tiempo creí que lo que sucedía entre nosotras era importante y especial, pero no significaba nada para ti. ¡Seguías tirándotela!—se tapó la cara con las manos, para esconder las lágrimas.
Santana alargó un brazo sobre la mesa, y le tocó el pelo.
—Britt-Britt, por favor, escúchame.
Brittany se apartó de su mano.
—No me tomaste en serio, ¿verdad? Puede que tengas razón. Si no fuera porque soy estúpida e inexperta, no hubiera sido tan tonta.
Santana se dio cuenta entonces de que la mujer de la chaqueta blanca rondaba por ahí, tratando de pasar desapercibida.
—¿Es por eso por lo que estás aquí?, ¿para adquirir experiencia?
—Sí—gritó Brittany.
Las lágrimas continuaron manando de los ojos de Santana y derramándose. Sosteniendo la mirada furiosa de Brittany, le dijo:
—Brittany, estoy enamorada de ti.
Se hizo el silencio durante un momento, mientras Brittany la miraba atónita.
—Quiero que vengas a casa conmigo.
Tras una pausa, Brittany preguntó:
—¿Qué has dicho?
Entonces Santana se levantó, fue hacia ella y la tomó entre sus brazos.
—He dicho que estoy enamorada de ti y que te amo desesperadamente. Por favor, perdóname—sintió cómo el cuerpo de la rubia se relajaba entre sus brazos—He sido tan estúpida, cariño. He intentado luchar contra ello, pero desde el primer momento he estado enamorada de ti—la miró a los ojos—Quiero que estemos juntas para siempre. ¿Podrás perdonarme?
Las lágrimas no dejaban hablar a Brittany, que asintió con la cabeza y Santana le acarició las húmedas mejillas.
—Creí que te había perdido, cariño. Te juro que voy hacer todos los días de tu vida y la que quieras estar conmigo, que olvides este mal momento que te he hecho pasar. Fui una estúpida y lo sé. Pero de verdad, verdad te amor Britt-Britt. Jamás me perdonare por haberte dañado y menos de esta forma tan cobarde. Pero te amo. Eres más de lo que me merezco. Vámonos a casa.
Brittany volvió a asentir y, cogidas de la mano, se abrieron paso entre la multitud y salieron del bar.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Pido perdón por los días que me demore en actualizar, pero las vacaciones hacen a uno mas vaga jajajaajaj, al menos a mi jajajaja. Pero! les tendré una recompensa, pero ya mañana!Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
que!!!!! asi nada mas y eso es todo????????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
sin practica no ahí experiencia no??? jajajaja
al fin santana se dio cuenta,.. tarde pero seguro!!!!
enserio ya termina???
nos vemos!!!
sin practica no ahí experiencia no??? jajajaja
al fin santana se dio cuenta,.. tarde pero seguro!!!!
enserio ya termina???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Holiii!!, me alegro que estés bien de vdd me alegro :3, ya lo se que ha pasado un tiempo pero créeme que no es por falta de interés, sino por falta de tiempo, la uní me tiene vuelta loca literalmente!! pero, leer tus historias me dan un respiro!! :P muchas gracias por tu actu!! me encanta que seas constante con tus actualizaciones, nos mantienes siempre esperando por mas y metidas en la trama!!..... ahora... neta? jajajaja Britt así de fácil la perdono? bueno yo le digo un par de cosas y la cacheteo antes y se la pongo difícil, pero bueno Britt es tan dulce que jajaja awwww que linda... en fin me alegra saber que San, aunque tarde reflexiono y pudo recuperar a Britt, hay un epilogo? espero y si!! lo estaré esperando!! saludos! que estés bien :P
mayre94** - Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 24/02/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:que!!!!! asi nada mas y eso es todo????????
Hola, jajaj si xD lo siento, se demoro en llegar la historia, pero avanzo de una y termino ajajajaj. Saludos =D
3:) escribió:hola morra,...
sin practica no ahí experiencia no??? jajajaja
al fin santana se dio cuenta,.. tarde pero seguro!!!!
enserio ya termina???
nos vemos!!!
Hola lu, jajajajajajajajaajjaaj eso dicen ajajajajajaajajja xD Es mejor que nunca, no¿? Sip, es cortita jajajjaaj xD Saludos =D
mayre94 escribió:Holiii!!, me alegro que estés bien de vdd me alegro :3, ya lo se que ha pasado un tiempo pero créeme que no es por falta de interés, sino por falta de tiempo, la uní me tiene vuelta loca literalmente!! pero, leer tus historias me dan un respiro!! :P muchas gracias por tu actu!! me encanta que seas constante con tus actualizaciones, nos mantienes siempre esperando por mas y metidas en la trama!!..... ahora... neta? jajajaja Britt así de fácil la perdono? bueno yo le digo un par de cosas y la cacheteo antes y se la pongo difícil, pero bueno Britt es tan dulce que jajaja awwww que linda... en fin me alegra saber que San, aunque tarde reflexiono y pudo recuperar a Britt, hay un epilogo? espero y si!! lo estaré esperando!! saludos! que estés bien :P
Hola, jajajaaj pero nada que me dices si estas bn tu jaajajajaj. Jajajaj obvio, te entiendo, eso suele pasar, pero como yo digo, tontos, pero necesarios estudios ajajajaj y mientras puedas leer, todo bn! y mucho mejor que te ayuden para despejar un poco la mente! De nada, pero gracias a ti por leer y darte el tiempo de comentar! JAjaajajaja esk a mi no me gusta cuando las dejas, pero cuando pasa eso, mas me gusta cuando vuelven! como la de punto cero!!!! SI!!! alguien q volvio!!!! Ai es la rubia es un amor y no es rencorosa jajajajajajajaaj, yo tmbn hacia algo de lo q dijiste, pero como decimos britt es un amor jajajajaaj. Eso es lo bueno, mejor tarde q nunca, no¿? Si, si que lo ai, espero y te guste! ahora lo subo! Tu tmbn! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Epílogo
Rachel y Quinn estaban de visitas, la ojiverde estuvo a punto de tropezarse con una caja al lado de la puerta y miró sorprendida a su alrededor, a todas las cosas que se amontonaban en el departamento de Santana, habitualmente inmaculado.
Habían transcurrido tres semanas de felicidad para Brittany y Santana y esa noche daban su primera cena con invitados.
Santana como se lo dijo a la rubia de ojos azules, le demostró todos los días que la amaba y que estaba muy arrepentida de lo que la hizo sufrir. Brittany, con su gran corazón le decía que ya todo estaba olvidado y que tenía que vivir su presente y fututo, pero la morena no olvidaba la estupidez que cometió y seguía con detalles para la rubia, su rubia.
—¿Dónde vas a meter todas estas cosas?—le preguntó Quinn a Santana.
En aquel momento, apareció Brittany en la parte de arriba de las escaleras.
—En el desván—respondió Brittany excitada—Vengan a verlo, está recién acabado.
Rachel la siguió enseguida mientras que Quinn miró a Santana sorprendida, esta sonrió y se encogió de hombros.
—Será mejor que hagas lo que dice la señora.
Las dos subieron por las escaleras para reunirse con Rachel y Brittany, quienes estaban en el enorme vestidor: una escalera plegable descendía desde el centro del techo.
—¡Dios mío! —exclamó Quinn mientras seguía a las chicas por la escalera.
Había un inmenso espacio bajo el tejado y habían pulido el suelo e instalado armarios empotrados y estanterías. Tenía un bonito tragaluz orientado hacia el norte y, al lado, un caballete sostenía una de las pinturas inacabadas de Brittany.
Por todas partes se amontonaban cajas vacías.
—Es fabuloso. Habrán estado muy ocupadas—dijo Quinn claramente impresionada.
—Éste será el estudio de Britt—explicó Santana—Y un sitio para sacar las cosas de en medio. Sólo llevó una semana construirlo y lo hemos pintado nosotras mismas.
—¿Quién lo ha pintado?—preguntó Brittany riendo.
Santana sonrió:
—Bueno, tú eres la pintora de la familia, cariño.
Santana ya estaba vestida para la cena, pero Brittany aún llevaba un par de tejanos viejos y una camiseta sucia.
—Vayamos abajo y tomemos algo—dijo Santana.
Brittany la besó en la mejilla.
—No tardaré ni un minuto, sólo tengo que guardar estas cosas.
Abajo, Santana miró a Quinn y se rió.
—Está tan nerviosa por el traslado. Está tan contenta y el estudio le encanta.
Quinn había llevado una botella de champán para celebrarlo y la abrió.
—Tú también pareces tremendamente feliz. Hacía muchos años que no te veía así.
—La verdad, creí que nunca volvería a sentirme así. Ojalá te hubiera hecho caso antes, así poder se tan feliz como tu y Rach—dijo.
Justo entonces saltó el tapón y Santana cogió una copa para atrapar las burbujas.
—Estaba al alcance de mi mano y casi pierdo la oportunidad.
Brittany bajó corriendo las escaleras para reunirse con ellas. Quinn beso a Rachel en los labios para luego llenó las copas y levantó la suya en un brindis.
—Por dejarse llevar—dijo con una sonrisa de complicidad.
Santana pasó una mano por la cintura de Brittany y la besó en la mejilla.
—Brindo por ello.
Cinco Años Después
Cinco años habían pasado desde que se mudamos juntas.
Cinco años desde que las cosas entre Brittany y Santana mejoraran en su totalidad.
Cinco años que Santana seguía haciendo todo lo posible por su rubia y borrar el dolor que la hizo pasar, ella jamás se olvidaría de eso.
En esos cinco años, habían pasado muchas cosas, como entre Artie y Sugar.
Ellos se habían enamorado y se habían casado hace tres años. Y ahora tenían un hijo, Ryder, y el siguiente en camino.
Kitty y Marley un año después de que las Brittana se mudaran decidieron formalizar más aun su relación y se casaron y ahora estaban casadas y tenían un hijo, Kurt.
Quinn y Rachel en la boda de Kitty y Marley, dieron la notician que era hora de aumentar la familia iban a ser madres. Ahora eran madres de Sam y de la pequeña Charlie.
Brittany y Santana después de un años de estar casadas decidieron tener un hijo, la morena fue la primera en quedar embarazada.
Ahora todo estaba como debía ser.
Todo estaba bien.
Estaban todos en la casa de la familia López-Pierce.
Santana movió su cabeza y vio a todos sus amigos felices conversa dando.
Jake, Bree, Artie, Sugar, Kitty, Marley, Rachel y Quinn.
Mientras sus hijos estaban jugando.
Santana volvió su vista al cielo y sonrió y susurro un silencioso “gracias”, sabía que Alex había ayudado a que ella formara esa familia.
—En que piensas, Sanny—dijo Brittany.
Santana se dio la vuelta para abrazar a una embarazada rubia.
—Qué buena idea fue hacer una comida, ¿no?—dijo Santana.
—Si, es bueno tener a la familia junta—dijo Brittany.
La morena sonrió con cariño.
—Sí, Britt-Britt. Esta fue tú idea, como siempre tienes muy buenas ideas—dijo mientras miraba como su pequeño hijo Santiago corría—Es bueno poder estar un tiempo con las personas que queremos y las cual nos quieren. Además pronto llegara otra personita y tendrá toda nuestra atención como nuestro Santy. ¿Te sientes bien?
—¿Y tú?
—¿Yo? Britt, yo no soy la que tiene a este hermoso bebé que viene en camino—dijo Santana mientras acariciaba el abultado vientre de la rubia—Ya podríamos tener otro, ¿no?—termino con una gran sonrisa.
Brittany río con ganas.
—¿Aun no tengo a Susan y ya quieres otro?
—Sí, ya sabes… pensar en el futuro y esas cosas, ¿no?
Brittany volvió a sonreír y acaricio la mejilla de la morena.
—Tienes toda la razón, mi amor.
Santana la miro a los ojos con nerviosismo.
—¿Qué pasa, San?
—Si… si eso llega pasar le podríamos ponerle Alex, ya sabes funciona para ambos sexos, ¿no?
Brittany la miro con cariño y le dio un tierno beso.
—Me parece una estupenda idea, Sanny—dijo mientras la volvía a besar—Deberíamos volver con ellos.
Santana la volvió a besar con más intensidad y escucho como les silbaban y hacían sonidos.
Ella no los tomo en cuenta.
—Te amo Brittany.
—Te amo Santana.
Habían transcurrido tres semanas de felicidad para Brittany y Santana y esa noche daban su primera cena con invitados.
Santana como se lo dijo a la rubia de ojos azules, le demostró todos los días que la amaba y que estaba muy arrepentida de lo que la hizo sufrir. Brittany, con su gran corazón le decía que ya todo estaba olvidado y que tenía que vivir su presente y fututo, pero la morena no olvidaba la estupidez que cometió y seguía con detalles para la rubia, su rubia.
—¿Dónde vas a meter todas estas cosas?—le preguntó Quinn a Santana.
En aquel momento, apareció Brittany en la parte de arriba de las escaleras.
—En el desván—respondió Brittany excitada—Vengan a verlo, está recién acabado.
Rachel la siguió enseguida mientras que Quinn miró a Santana sorprendida, esta sonrió y se encogió de hombros.
—Será mejor que hagas lo que dice la señora.
Las dos subieron por las escaleras para reunirse con Rachel y Brittany, quienes estaban en el enorme vestidor: una escalera plegable descendía desde el centro del techo.
—¡Dios mío! —exclamó Quinn mientras seguía a las chicas por la escalera.
Había un inmenso espacio bajo el tejado y habían pulido el suelo e instalado armarios empotrados y estanterías. Tenía un bonito tragaluz orientado hacia el norte y, al lado, un caballete sostenía una de las pinturas inacabadas de Brittany.
Por todas partes se amontonaban cajas vacías.
—Es fabuloso. Habrán estado muy ocupadas—dijo Quinn claramente impresionada.
—Éste será el estudio de Britt—explicó Santana—Y un sitio para sacar las cosas de en medio. Sólo llevó una semana construirlo y lo hemos pintado nosotras mismas.
—¿Quién lo ha pintado?—preguntó Brittany riendo.
Santana sonrió:
—Bueno, tú eres la pintora de la familia, cariño.
Santana ya estaba vestida para la cena, pero Brittany aún llevaba un par de tejanos viejos y una camiseta sucia.
—Vayamos abajo y tomemos algo—dijo Santana.
Brittany la besó en la mejilla.
—No tardaré ni un minuto, sólo tengo que guardar estas cosas.
Abajo, Santana miró a Quinn y se rió.
—Está tan nerviosa por el traslado. Está tan contenta y el estudio le encanta.
Quinn había llevado una botella de champán para celebrarlo y la abrió.
—Tú también pareces tremendamente feliz. Hacía muchos años que no te veía así.
—La verdad, creí que nunca volvería a sentirme así. Ojalá te hubiera hecho caso antes, así poder se tan feliz como tu y Rach—dijo.
Justo entonces saltó el tapón y Santana cogió una copa para atrapar las burbujas.
—Estaba al alcance de mi mano y casi pierdo la oportunidad.
Brittany bajó corriendo las escaleras para reunirse con ellas. Quinn beso a Rachel en los labios para luego llenó las copas y levantó la suya en un brindis.
—Por dejarse llevar—dijo con una sonrisa de complicidad.
Santana pasó una mano por la cintura de Brittany y la besó en la mejilla.
—Brindo por ello.
Cinco Años Después
Cinco años habían pasado desde que se mudamos juntas.
Cinco años desde que las cosas entre Brittany y Santana mejoraran en su totalidad.
Cinco años que Santana seguía haciendo todo lo posible por su rubia y borrar el dolor que la hizo pasar, ella jamás se olvidaría de eso.
En esos cinco años, habían pasado muchas cosas, como entre Artie y Sugar.
Ellos se habían enamorado y se habían casado hace tres años. Y ahora tenían un hijo, Ryder, y el siguiente en camino.
Kitty y Marley un año después de que las Brittana se mudaran decidieron formalizar más aun su relación y se casaron y ahora estaban casadas y tenían un hijo, Kurt.
Quinn y Rachel en la boda de Kitty y Marley, dieron la notician que era hora de aumentar la familia iban a ser madres. Ahora eran madres de Sam y de la pequeña Charlie.
Brittany y Santana después de un años de estar casadas decidieron tener un hijo, la morena fue la primera en quedar embarazada.
Ahora todo estaba como debía ser.
Todo estaba bien.
Estaban todos en la casa de la familia López-Pierce.
Santana movió su cabeza y vio a todos sus amigos felices conversa dando.
Jake, Bree, Artie, Sugar, Kitty, Marley, Rachel y Quinn.
Mientras sus hijos estaban jugando.
Santana volvió su vista al cielo y sonrió y susurro un silencioso “gracias”, sabía que Alex había ayudado a que ella formara esa familia.
—En que piensas, Sanny—dijo Brittany.
Santana se dio la vuelta para abrazar a una embarazada rubia.
—Qué buena idea fue hacer una comida, ¿no?—dijo Santana.
—Si, es bueno tener a la familia junta—dijo Brittany.
La morena sonrió con cariño.
—Sí, Britt-Britt. Esta fue tú idea, como siempre tienes muy buenas ideas—dijo mientras miraba como su pequeño hijo Santiago corría—Es bueno poder estar un tiempo con las personas que queremos y las cual nos quieren. Además pronto llegara otra personita y tendrá toda nuestra atención como nuestro Santy. ¿Te sientes bien?
—¿Y tú?
—¿Yo? Britt, yo no soy la que tiene a este hermoso bebé que viene en camino—dijo Santana mientras acariciaba el abultado vientre de la rubia—Ya podríamos tener otro, ¿no?—termino con una gran sonrisa.
Brittany río con ganas.
—¿Aun no tengo a Susan y ya quieres otro?
—Sí, ya sabes… pensar en el futuro y esas cosas, ¿no?
Brittany volvió a sonreír y acaricio la mejilla de la morena.
—Tienes toda la razón, mi amor.
Santana la miro a los ojos con nerviosismo.
—¿Qué pasa, San?
—Si… si eso llega pasar le podríamos ponerle Alex, ya sabes funciona para ambos sexos, ¿no?
Brittany la miro con cariño y le dio un tierno beso.
—Me parece una estupenda idea, Sanny—dijo mientras la volvía a besar—Deberíamos volver con ellos.
Santana la volvió a besar con más intensidad y escucho como les silbaban y hacían sonidos.
Ella no los tomo en cuenta.
—Te amo Brittany.
—Te amo Santana.
FIN
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Hola, bueno aquí el final de otra linda historia. MUCHAS GRACIAS a todas las personas por comentar y leer!
Gracias!
Ya subo el prólogo de la siguiente historia!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net" Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: dije que mañana las recompensaría por la falta de actualización estos días, pero me confundí jajajajaja pensé que era jueves oi xD Suele pasar en las vacaciones, no¿? jajaajaj. Asik el regalo será el viernes.
Hola, bueno aquí el final de otra linda historia. MUCHAS GRACIAS a todas las personas por comentar y leer!
Gracias!
Ya subo el prólogo de la siguiente historia!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net" Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: dije que mañana las recompensaría por la falta de actualización estos días, pero me confundí jajajajaja pensé que era jueves oi xD Suele pasar en las vacaciones, no¿? jajaajaj. Asik el regalo será el viernes.
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Seducción (Adaptada) Epílogo
Holiiiiiiiiiii, otra vez!!! jajajaja :P perdón perdón a veces soy bien despistada :O , yo pues estoy bien muchas gracias, cansada en realidad por lo de la escuela, y luego que me quiere dar gripa :( y me pongo como bebé chillona, jajaja pero bien :P, jajaja si tienes razón a veces los odio con todo mi corazón de pollo, pero pues luego me acuerdo que mis papás no me mantendrán toda la vida, y se me pasa jajajaja :P. awwww que hermoso epilogo, como siempre adoro los finales de Brittana con familia feliz, son los mejores para mi <3 muchas gracias por tu actu, ahora puedo ir a hacer tarea contenta!!!.. en fin.. quería comentarte algo... habría posibilidad en algún momento de que nos regalaras un fanfic con Brittany como la dominante de la relación? jajajaj sinceramente eh leído muy pocos así, pero me gustan, es mas típico ver a San como la dominante, la hembra alfa pecho plateado y así jajajaja :P y a mi se me hace muy genial verlas en un cambio de rol... digo, solo pregunto vdd? jajaja en fin.. si sigues con tus estudios echale muchas ganas!! y no solo a eso, sino a todo... que sigas estando muy bien.. gracias y saludoooos :3
mayre94** - Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 24/02/2015
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
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