FIC Creo en Ti...

ohhh q liiindooo... un baño relajantee xD

Que tiernos... me encanta como la consiente xD que bellosss!

espero tu actualización xD

Hello!!!

LO SABIA!!!!!!! Él la perseguiria a su apartamento... ahora todo lo del baño, la cena que viene, la musica, que este tan pendiente... WOW me encanto (yo quiero uno así :'(: ) super tierno este hombre de verdad

Esa Nellie no deja de pensar en el pasado y la historia con su padre, se que no funciono, pero hay que dejarlo atras y continuar, Blake se lo ha ganado de verdad... varias hemos sido así de primero la carrera y luego el amor, pero cuando llega no hay que dejarlo pasar, ella deberia pensar en eso...

Besos!!!

PD: nos hace falta Axel!! que niño tan tierno jejeje

Ahhhhhh!! Lo ame
Un baño, me hubiera encantado que se bañaran juntos xD
Actualiza pronto porfiss
Besos

Chicas me demore pero espero que la espera valga la pena:) acá les dejo otro cap me parece que esta larguito ojala que les guste mas que nada:)




¿Esos gestos tan cariñosos le saldrían de forma natural? ¿O lo hacía especialmente por ella?
Cuando entró en el salón, se quedó helada. Blake había puesto la mesa con su mejor vajilla y unas velas rojas que tenía guardadas.
El estaba mirando por la ventana, de espaldas. Quizá vio su reflejo en el cristal, quizá intuyó que había entrado; fuera lo que fuera, se volvió. No estaba sonriendo, todo lo contrario. Nunca lo había visto tan serio.
— ¿Ha habido muchas mujeres? —preguntó Nellie
Le había salido así, sin pensarlo. Y Blake Jenner no parecia sorprendido.
— No.
— Y tú no quieres nada formal , quiero decir Casarte y eso
— No.
— ¿Por qué?
Él sonrió entonces, sacudiendo la cabeza.
— La cena llegará enseguida.
Nellie sonrió también. Con tristeza. Llevaba días pensando en él, pero Blake no quería saber nada de una relación.
— ¿Qué cena?
— La que pedi por teléfono.
— Ah.
— ¿ mejor?
— Sí. Gracias. Siento haberme portado de esa forma...
— No tienes que pedirme disculpas —la interrumpió.
— Sí tengo que hacerlo. Me he portado como una niña. Y yo no…
— No, la culpa es mía. Mi corazón y mi cabeza están teniendo desacuerdos últimamente , no debería haberte besado. Ni siquiera debería estar aquí.
— ¿Por qué?
— Es injusto no decírtelo pero creo que es mejor no dar mas relleno a algo que no.
— Yo no quería sentirme atraída por ti —dijo Nellie entonces—. Y tampoco debería decir eso,
¿no? A veces no pienso antes de hablar. Pero soy una mujer dedicada a su trabajo a lo que le gusta . Tengo una
oportunidad de prosperar, de conseguir que todo el mundo vea mis fotografías, de crecer, Shanna una amiga me esta consiguiendo esa gran oportunidad y yo no puedo dejar eso es lo que siempre he querido en la vida... y no tengo aventuras.
— Yo no quiero una aventura.
— Lo sé. Solo estoy explicando por qué... me he asustado. Al principio, pensé que eras como mi
padre...
— ¿Y no lo soy?
— No. Fue mi padre quien me hizo como soy. Determinada, juiciosa, una persona que necesita
seguridad. Era un irresponsable que nos dejó sin dinero y sin decir adiós. Por eso decidí que nunca estaría con un hombre como él, que nunca necesitaría a nadie.
— No tienes que decirme todo eso, Nellie , no me incumbe
— ¡Ya lo sé!. Pero tú no olvidas los cumpleaños de Axel, ¿verdad? Ni olvidas pagar el colegio. Eres su hermano mayor pero te comportas como un padre
— Claro que no me olvido esas cosas
— No,. Yo no conozco a los hombres, Blake —dijo Nellie entonces, con enternecedora sinceridad—. No sé lo que quieren ni lo que esperan. Puedes irte si te parece.
— Me quedo.
— Entonces, intentaré no decir más tonterías.
— No dices tonterías —sonrió él—. Todo lo contrario, eso me gusta.
Había tensión entre ellos, la tensión que hay entre un hombre y una mujer. Pero los dos querían ignorarla. Porque era mejor. Porque Nellie se sentía ridicula. En su trabajo parecía muy segurade sí misma, pero nunca lo era en las relaciones personales. Y tenía que ser fuerte, tenía que atreverse a ser ella misma.
— La mesa está muy linda—exclamo entonces, apoyándose en el respaldo de una silla—. Normalmente, yo no me molesto en ponerla.
— Pues deberías. Comer delante de la tele es malo para la digestión. La comida debe ser saboreada, disfrutada, todo muy lento
Nellie sonrió.
— Eso esmuy francés.
— No, es más bien sensato.
— ¿Tú nunca comes a toda prisa?
— Alguna vez. Más a menudo de lo que debería —contestó Blake —. Dices que te recordaba a tu padre. ¿También él se ponía camisas que detestabas?
— Ehm..—repitió ella. Entonces recordó—. No.
— ¿Nos parecemos ? ya sabes físicamente
— No. Mi padre era más bajito y con el pelo oscuro.
— ¿Vive?
— No, murió hace unos años. Yo... —en ese momento, sonó el timbre y Nellie no terminó la frase, aliviada.
Jenner abrió la puerta y unos minutos más tarde lo vio entrar en la cocina cargado de bolsas. Después entró en el salón con una ensalada, una botella de vino tinto y una lasaña que él mismo sirvió en los platos.
— Siéntate.
Se sentaron uno frente al otro, ambos en silencio, perdidos en sus pensamientos. Blake parecía sombrío, triste.
Nellie no quería hablar por hablar, no quería romper el silencio, pero tampoco podían seguir con aquella tensión. Tenían que, al menos, aparentar cierta normalidad. Y charlaron de varias cosas: sobre Eva en el hospital, sobre Axel, , sobre Francia; nada comprometedor.

Él tenía un sentido del humor muy irónico que la hacía reír. Le gustaba Blake y no se cansaba de repetirlo y aceptarlo. Posiblemente, estaba enamorándose de él. O no. No sabía mucho del amor. Pero seguramente aquella iba a
ser la última vez que se vieran. Él volvería a su vida, ella a la suya. Cuando terminaron la lasaña, Blake levantó su copa para brindar:
— Por una compañía muy agradable.
— Gracias —murmuró ella
— Hablame de tu trabajo.
Y ella se lo contó; le contó lo excitante que era tomar fotografías , componer, le había contado que había tenido oportunidades donde tocar su música, que era lo que mas le gustaba, le conto que pintaba por que al igual que la fotografía era el mejor medio para poder plasmar lo que se borra en la memoria, le conto lo emocionada que estaba por la galería iba a mostrar sus fotografías



— ¿Algun día me cantaras?
— yo bueno supongo que sí
— ¿Nerviosa por mostrar tus fotografías?-ella asintió- venderás todo
— Espero , sea así , lo que mas me importa es que puedan ver aunque no puedo mentir tengo pánico de las criticas- bajando la mirada-
— Las criticas nos ayudan a mejorar pero estoy seguro que tendras muchas más a favor—
— Espero sea así
— ¿Cuando será?
— Según Shanna el viernes que viene y luego ir viendo como se desarrolla para ver si se alarga la fecha.
— ¿Te gusta mucho verdad?
— Mas que a nada , y sueño en poder viajar y tomar fotos en todos lados, la fotografía y la música son mi mayor sueño , aunque suene muy rural , que no te lleva a nada , esta comprobado que hay muchos fotógrafos que llegan lejos
— Tu lo harás
— Gracias , sabes algún día ire a Francia , me encantaría tomar muchas fotos de ciertos lugares que , son una maravilla
— Yo he amueblado mi casa con muchos cuadros, fotografías , pero no creas que son muy ostentosos , los conseguí en un mercadillo.
— Axel dice que es muy bonita.
— Lo será algún día, cuando esté terminada. Bueno, ya es hora de despedirme. Es tarde.
— Sí —suspiró ella—. Mañana he de levantarme muy temprano.
— Sí, claro —murmuró Blake, levantándose—. ¿Quieres que te ayude?
— No hace falta. Solo tengo que meter todo esto en el lavavajillas.
— Buenas noches, Nellie
— Buenas noches —suspiró
— No funcionaría.-dijo cortante
— ¿Qué?
— Lo nuestro. No funcionaría —dijo Blake entonces.
Nellie cerró la puerta. No, no funcionaría. Era un hombre estupendo, una buena persona. Y muy atractivo. Que vivía en Francia.
Pero, ¿por qué pensaba que no funcionaría? Le habría gustado saberlo. No lo vio al día siguiente y se sintió sola. Lo llevaba en la cabeza y en el corazón. Y no sabía qué hacer. El viernes por la tarde tendría lugar la presentación y Nellie se puso un traje falda hasta un poco mas alto que la rodilla color maíz, una blusa a juego blanca con un pequeño saco del conjunto de la falta zapatos de tacón alto, no se acostumbraba a eso pero sabía que tenía que ir mas que presentable Con un poco de brillo en los labios y un toque de rímel en las pestañas, tenía aspecto de ejecutiva. Como siempre.
Aún turbada por los sentimientos que Blake Jenner le despertaban, condujo hasta la la galería , aparcó el coche y se compuso un poco para controlar los nervios.
Unos segundos después, volvía a ser la seria y responsable profesional que siempre había sido. Había mucha gente y después de charlar un momento con el cuñado de Shanna , se colocó cerca de los cuadros..
Dos horas más tarde, después de haberlo vendido casi todo, de repente vio a Blake en el fondo del local, Ante su silencio, los asistentes empezaron a murmurar y, apartando la mirada, Nellie intentó controlar los furiosos latidos de su corazón.

Enfadada consigo misma por haberse distraído, se concentró hasta el final de la presentación de las fotografías y después se alejo un poco del tumulto , cuando se acerco a sus amigos
— Me alegra saber que también eres humana.
— Claro que soy humana. ¿Por qué dices eso?
— Porque haces que los demás parezcamos de segunda categoría.
— Qué bobada —murmuró Nellie —. ¿Eso es lo que piensas de mi ? Que soy...
— La mejor —dijo Maxfield, un amigo de muy chica , primo de Shanna
— No, quiero decir... ¿pensas que me siento superior?
— No, lo que pasa es que fantaseamos... Anda, ve a tomar un café.
¿Fantasear? Ella se acercó al despacho, pensativa. ¿Sobre qué fantaseaban?
— Que sucede —le dijo Aylin ,otra de sus amigas —. En un momento te quedaste como bloqueada cuando te preguntaban por el precio de las fotografías, bueno yo lo hubiera hecho con aquel hombretón que se te planto a lo lejos
— ¿Cómo?
— El alto de los ojos miel . Guapísimo. ¿Quién es?
— Nadie —murmuró Nellie
La puerta del despacho se abrió entonces y Blake apareció en el umbral, tan sonriente como siempre.
— No deberías estar aquí. Solo es para los empleados, ¿Y sobre todo cómo llegaste aquí?
— Me lo dijo Abraham , sal al pasillo un momento. No sabía por qué le había obedecido, no sabía por qué
iba tras él.
— Quería pedirte disculpas —le dijo Blake —. No quería que te quedaras en blanco.
— Es que... me distraje al verte. ¿Qué estás haciendo aquí?
— Cotillear —confesó él—. Quería verte en un día tan importante- levantando los hombros
Nellie apartó la mirada. Eso era lo que ella quería: verlo en el suyo. Y si Blake quería lo mismo... Pero no sabía cómo reaccionar. Aylin habría sabido, pero ella no.
— ¿Pasabas por aquí?
— No.
— ¿Y cómo sabías dónde iba hacer la presentación te conté pero nada mas no te dije donde era ?
— Me lo conto un amigo tuyo
— Ya veo.Abraham
La puerta del despacho se abrió y Nellie se apartó para dejar paso a Aylin
— Te traigo un café. ¿Le apetece uno? —le preguntó a Blake
— No, gracias.
Con un suspiro de irritación, Nellie los presentó.
—Blake , ella es Aylin una amiga…
Aylin lo miraba como si todos sus sueños se hubieran hecho realidad. Coqueteando descaradamente.
—¿Está disponible?
—¿Para qué? —sonrió él.
—Para cualquier cosa.

hahhahahaaha aylin, coqueta como siempre xD

ohhh blake fue a verla que tierno.... que se dejen de cosas y se junten de una vez xD

me gusta tu fic, nos vemos en la actualización =)

Hello!!!

Me encanto!!! estuvo precioso este cap, el super detallista, aunque no te niego que el "No funcionaria lo nuestro" me corto bastante y luego el en la galería, me rei como tonta de solo imaginar la situación jejejeje

Espero por más y tan cómico como todos se dieron cuenta jejeje

Aqui el siguiente caaaap:D me encanta que les guste!!!



Blake soltó una carcajada y, con una mueca de disgusto, Nellie volvió junto a sus amigos.
Una hora más tarde, Aylin no había vuelto. ¿De qué estarían hablando?
Cuando por fin llegó, tenía una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Creo que estoy enamorada! —exclamó—. Tú no estás interesada en él, ¿verdad? Porque sinceramente pienso entrar a escena!!-grito eufórica-
—No —contestó Nellie, sin mirarla—. Y Charlie está buscándote.
—En este momento, hasta puedo soportar cualquier cosa, así sea Charlie y sus insistencias que Dios me vuelven loca, o aguantar sus chistes tan malos, o
cierto, ya he comido, así que si quieres ir a tomar algo...
¿Había comido con Blake? Seguramente, pensó. No era asunto suyo.
Pero volverían a verse.-pensó-

Pasó el día con la cabeza en las nubes. No dejaba de imaginarlos juntos, riendo, bromeando.
Pero Blake pronto se iría a Francia y cuando desapareciese, sería más fácil olvidarlo.
Y evitarlo hasta que se fuera era lo mejor. Pasaría el fín de semana con su madre.
A su madre no le hizo gracia que fuera a verla y Nellie tuvo que controlar una risita amarga.
— No tiene gracia, hija
— No, desde luego —asintió ella.
— Normalmente, me avisas antes de venir. Me encanta que vengas, pero es demasiado tarde para pedirle a alguien que ocupe mi puesto , ¿en serio Nellie porque eres así?
— No pasa nada, mamá. Me quedaré haciendo algunos cuadros, o tomando fotos ya sabes hace bastante no venía por acá
Su madre dejó escapar un suspiro.
— Podría decir que estoy enferma.
— No lo hagas, de verdad. No pasa nada —
Su madre la miró entonces con su expresión amarga. Nunca se llevarían bien, nunca serían amigas
- Anda, ve a trabajar. Nos veremos después.
Nellie pensaba en como es que hubiera sido su madre , antes de conocer a su padre, o si nunca se hubiesen casado.
Nellie subió a su habitación y sacó un álbum de fotografías. No había una sola de su
padre y las que había de su madre estaban cortadas. En ninguna de ellas parecía feliz. Había algunas fotos suyas sonriendo. Pero no era una sonrisa feliz. Su rostro era solemne. Y siempre estaba inmaculada. Ninguna foto jugando en el barro, ninguna montando en bicicleta...

Entristecida, guardó el álbum de nuevo. Sin embargo, no recordaba su infancia como algo triste.
Recordaba ponerse siempre del lado de su padre. Recordaba claramente hacer muecas cuando su madre les daba la espalda.
Qué horrible. Y, sin embargo, de niña le parecía normal.
Turbada por aquella idea, bajó a la cocina para hacerse algo de comer y cuando su madre volvió del hospital en el que trabajaba estaba arreglando el jardín.
— Iba a hacerlo yo más tarde.
— Perdón ¿Quieres un café?
— Yo lo haré.- Nellie asintió triste
Nellie se quitó los guantes y entró en la cocina. Que había dejado tan limpia como la encontró,por supuesto. Sentada en una silla, observó a su madre preparando el café. Llevaba el pelo sujeto en un moño y tenía demasiadas arrugas para ser una mujer de cincuenta y cinco años.
—¿Siempre me has odiado, mamá? Atónita, su madre se dio la vuelta.
— Yo no te odio.
— Bueno, quizá la palabra no es odio. Pero no te gusto mucho, ¿verdad?
— No querías tener un hijo?
— Claro que quería —contestó su madre.
— ¿Entonces?
— Tu padre y yo no estábamos casados.
— Pero se casó contigo cuando te quedaste embarazada.
Su madre dejó escapar una risita amarga.
— Sus padres lo obligaron a hacerlo. Ojalá no lo hubieran hecho. Ni siquiera tuvimos luna de miel y yo pensé que cuando nacieras... Pero no valió de nada. Solo te prestaba atención cuando había alguien delante. El orgulloso padre, qué risa —dijo entonces, sin disimular su amargura—. Nunca tuvimos mucho dinero.
— Pero papá tenía un buen trabajo, ¿no?
— Sí, trabajaba en publicidad, pero le gustaba... salir por ahí. Yo no te odio, Nellie.
— Pero si no fuera por mí, no te habrías casado con él.
— No lo sé. Yo lo quería mucho. Conocía sus defectos, claro, pero estaba enamorada de tu padre.
— Y yo pensé que me quería —dijo Nellie
— Te quería, hija. Cuando creciste lo suficiente como para ser interesante. Eras una niña muy guapa, como un copo de nieve Así te llamaba,¿ lo recuerdas?. Te quería mucho, de verdad. A su manera, pero te quería.
— También debió quererte a ti. Estuvisteis juntos quince años.
Su madre dejó escapar un suspiro.
— Le gustaba estar casado porque se dedicaba a tontear con todas las mujeres. Pero si alguna se ponía seria, le decía: «No puedo, estoy casado».
— ¿Tuvo muchas aventuras?
— Incontables.
— ¿Y tú lo sabías?
— Por supuesto.
— Y yo siempre me ponía de su lado, ¿no?
— Sí.
— Lo siento. ¿Por qué se marchó, mamá?
— Yo no lo sé. Un día volví del mercado y se había llevado todas sus cosas. Sin una nota, sin una llamada
Y ella había culpado a su madre. Durante toda su adolescencia, la había odiado...
— Lo siento.
— Soy yo quien debería pedirte disculpas. Debería habértelo explicado antes.
— No te habría creído.
— No. Y lo más terrible de todo es que, si no hubiera muerto, si entrase ahora mismo por esa puerta, yo lo perdonaría. —dijo su madre entonces—.Te pareces mucho a él.
— Sin el encanto —sonrió ella.
— Sin falsedad. No cometas el error que yo cometí, hija. Usa la cabeza, no el corazón.
Recordando a un hombre de ojos miel , cuya cabeza y corazón estaban en conflicto según le había dicho él mismo, Nellie asintió.
Lo intentaba, pero era muy difícil.
Nellie volvió a casa el domingo por la noche y mientras aparcaba el coche, vio luz en el piso de Eva.
Blake se llevaría a Axel a Francia al día siguiente y no volverían a verse.
Pensaría en él, seguramente durante mucho tiempo, pero no habría relación entre ellos. Se habían besado una vez y eso era todo. No habría nada más.
¿Pensaría Blake en ella alguna vez? Quizá. No lo sabía. No sabía cómo interpretar las señales.
Probablemente, tendría aventuras. Ella, no. Aun sentada en el coche, dejó escapar un suspiro. Había tenido una aventura. Muy corta, desde luego. Le gustaba un chico y necesitaba desesperadamente saber lo que era sentirse amada. Solo duró un mes. Él decía que era demasiado mandona, que quería organizarlo todo, desde las comidas hasta dónde iban o dejaban de ir. Mandona, sí. También le había dicho que estaba reprimida, pero no era represión,
sino inexperiencia. Le había dado vergüenza decirle que era el primero. La aventura fue un desastre y, desde entonces, no había querido volver a intentarlo.
Había salido con algún hombre desde entonces, pero nada importante. Eran amigos, compañeros que no representaban peligro alguno.
Y Blake Jenner no era seguro. Excitante, sin duda. Pero no seguro. ¿Habría salido con Aylin el fin de semana? Probablemente no, si Axel estaba en casa...
Cuando iba a salir del coche, vio que Blake se dirigía hacia ella.
— ¿Qué tal?
— Bien —contestó
— Oí tu coche hace quince minutos y como no salías, estaba preocupado.
— Ah, estaba pensando.
Le gustaba que se preocupase por ella. Pero no debía gustarle. Cuanto más lo viera, más difícil
sería olvidarlo.
Usa la cabeza- le había dicho su madre.
Mientras se dirigían hacia el portal ,Nellie intentaba desesperadamente ignorar los sentimientos
que él despertaba en ella.
— Deberían poner más iluminación en el portal. Está demasiado oscuro —comentó Blake mientras
abría la puerta.
— Nunca ha pasado nada.

OMG que fue eso!!! que incomodo necesito más blellie, es demasiada tensión jejejejej... Me siento mal por la relación que tiene ella con su madre, es bastante delicada, espero que ahora se sienta más querida luego de esa explicación...

Besos y claro que estaremos para comentar jejeje

Lectora nuevisma y amo la trama de tu historia, en realidad eres mi primero comentario (; me encanta la pareja son perfectos juntos haha! pero en fin me encanta tu forma de escribir y desarrollar todo C:

que liindo capii! (recién me di cuenta que habías actualizado) me da un poquito de pena lo de nellie con su mami... y pobre tiene todo el trauma del mujeriego de su papá... y eso no la deja relajarse en su relacion con blake =/... esperoo la continuación.. besootes =)

Hola!!!!!! Soy tu nueva lectora!!! Y admito que AMO tu novela!!! Por Dios! Es todo tan trágico, pobre Nellie, de alguna forma u otra yo la entiendo. Espero que Blake no haya hecho nada chanco con Aylin XDXDXD Ojala actualices pronto!! Besos!!!!!

Bienvenidaaaaa a cada una de las que recién se une de verdad que de todo corazón me alegro que se unan y que les guste!!, e unido dos capitulos así que esta Larguito en recompensa de no ponerles seguido , pero ojala les guste
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— ¿Lo has pasado bien el fin de semana?- pregunto
— Estuve con mi madre. “Porque le dio explicaciones”- se preguntó
Subieron juntos en el pequeño ascensor, rozándose; una intimidad que ella no deseaba. Que deseaba, se corrigió a sí misma, pero que no debía ocurrir.
— ¿Quieres un café? —le preguntó, sin embargo.
Blake la tomó por los hombros y la volvió hacia él.
— No , No quiero un maldito café. Y me había prometido a mí mismo no volver a verte. ¿Has tenido muchas
aventuras, Nellie?
Qué extraño que le preguntara eso- pensó.
— Una.
— Una —repitió él, acariciando su cara como si no se diera cuenta de lo que estaba haciendo. Nellie no quería moverse, no podía moverse—. Te echaré de menos cuando me vaya.
— Yo también —
Lo echaría de menos. Había un anhelo en su interior... ¿Qué pensaría Blake si le dijera que lo deseaba?
Sentía las manos del hombre acariciando su cara, el calor de su cuerpo, su aliento en la frente...
— ¿Axel está en la cama?
— Sigue en casa de Lena —contestó Blake—. Nos vemos todos los días yo... Debería marcharme.
— Sí.
Seguían mirándose, sin decir nada, esperando.
— No quería que me gustases tanto —dijo Blake por fin, como si eso lo explicase todo.
— ¿No querías?
— No. Nunca deberías haberme sonreído aquella mañana, mientras esperábamos al cerrajero.
Fue esa sonrisa. Era una sonrisa preciosa, llena de vida... que Oh Maldición
— ¿Has estado actuando, Blake ? ¿Sonriendo como si no pasara nada?
— Sí.
Nellie asintió. Se sentía atraída como por un cordón invisible y cada vez estaban más cerca. Rezaba para que la besase. No un beso rápido, fugaz, como el que le había dado en la cocina de Eva, sino un beso largo, apasionado...
Y cerró los ojos cuando sintió el aliento del hombre sobre su boca.

Fue un beso cálido, dulce y excitante. Blake la atrajo hacia él y Nellie apoyó las manos en su pecho, sintiendo el calor del cuerpo del hombre a través de la camisa.
No supo quién rompió el beso y tampoco le importaba; apoyó la cabeza en su hombro, con los ojos cerrados. Ninguno de los dos decía nada, y podría haberse quedado dormida allí mismo.

No había pasión en ese momento, solo Paz.

El seguía acariciando su espalda y Nellie se apretó contra su pecho. Pero Blake se puso tenso.
— Debería marcharme —murmuró con voz ronca.
— ¿Sí? ¿Seguro?
— Sí. Y tú nunca deberías haberte sentido atraída por un hombre que lleva camisas de colores raros dibujos ni nada por el estilo
Nellie dejó escapar una risita.
— No, es verdad. La camisa era horrenda.
— La compré en un mercadillo —sonrió él, sin dejar de acariciar su espalda—. Cuando vi que la casa estaba hecha un asco, decidí que no iba a ensuciar mis camisas.

Nellie apenas escuchaba, concentrada en disfrutar de aquellas sensaciones.
— ¿Vuelves a Francia mañana?
— Debería hacerlo —contestó Blake —. Sería lo más sensato. Y tú debes irte a dormir ahora mismo.
— Lo sé.. pero…
Ella levantó la cabeza. Los ojos del hombre se habían oscurecido y enviaban un mensaje que entendía muy bien. Debía apartarse inmediatamente.
— No debería haber ido a buscarte. Pero quería darte un beso. Totalmente egoísta, lo sé, pero
quería saber cómo era.

Ella también lo deseaba. Y no quería apartarse. Había buscado aquel calor durante Le costó un terrible esfuerzo dar un paso atrás, pero lo hizo.
— Me alegro de que... seamos amigos —dijo en voz baja—. Buenas noches, B.
El sonido de la puerta sonaba como una despedida final. Pero no había dicho que se marchaba al día siguiente. Había dicho que «debería» marcharse.
¿Significaba eso que pensaba quedarse unos días más?
También había dicho que marcharse era lo más sensato y que no había habido muchas mujeres en su vida, pero presumiblemente tenía aventuras. Entonces, ¿por qué quería ser sensato con ella? ¿Porque sabía que no debía jugar con sus sentimientos? Jugar con sus sentimientos...
Nellie tuvo que sonreír. Sonaba tan anticuado...


Cuando se despertó, estaba agotada. Después de dar vueltas y vueltas en la cama, había soñado con él.
Si no fuera el sobrino de Eva. ¿habrían tenido una aventura? ¿Habrían hecho el amor?

Mejor no saberlo, en realidad. Si le hubiera dicho que estaba enamorándose de ella, las cosas podrían haber sido diferentes. Pero no lo había dicho y no pensaba hacerlo. Porque no era verdad. Se sentía atraído, como ella, pero el amor... el amor era algo completamente diferente. Había sido tierno, dulce, casi solemne. Pero eso no era amor. La recordaría con afecto, quizá.
Nellie tenía ganas de echarse a llorar.
Aylin la estaba esperando en la galeria por la mañana.
— Hola. ¿Qué tal el fin de semana?
— Bien. ¿Y tú?
—Regular —contestó su compañera de trabajo—. ¿Has visto a Blake ?
— Ehmm si ¿Por qué?
— No, por nada.
— ¿Lo has visto tú?
— Pensé que me llamaría, pero no lo ha hecho. ¿Está casado? ¿Tiene novia? ¿Es gay?
— Es soltero y no es gay —contestó Nellie .
— Me dijo que no podía llamarme —admitió Aylin entonces—. Pero yo esperaba... Vive cerca de tu casa, ¿no?
— No.
Y era cierto. Vivía en Francia. Además, no quería darle información a Aylin. ¿Celos? Seguramente. El día transcurrió con una lentitud aterradora, aunque no tenía razones para suponer que vería a Blake por la tarde. No debería querer. Pero estaba deseándolo.
— Estás muy callada.
Nellie levantó la mirada y sonrió al ver a Shanna
— Siempre estoy callada.
— No siempre. Además, hoy pareces preocupada. Llevas más de media hora mirando esa
Fotografía

Nellie intentó concentrarse, pero cada cinco minutos dejaba lo que estaba haciendo y se quedaba
mirando al vacío, distraída.
¿Cómo se olvidaba a alguien a quien apenas se conocía, a quien no debería conocer?
¿Cómo podía dejar de pensar en Jenner? Nunca se había sentido así. Ella era una chica sensata, siempre lo había sido...
Quizá ese era el problema, quizá si abrazaba la vida como lo hacía Aylin no se encontraría en aquel predicamento. Y, sin embargo, la propia Aylin había esperado que la llamase. Blake parecía ejercer el mismo efecto en todas las mujeres.
El día le pareció interminable y cuando volvió a casa se quedó atónita al ver que había luces de emergencia en el portal.
¿Blake?, se preguntó. Si era así, debía darle las gracias. Todos los vecinos, incluida ella, se habían quejado de la falta de luz, pero nadie había hecho nada. Tenía que ser un extraño, bueno, un extraño no, pero alguien que no vivía allí, quien solucionara la situación.
Nerviosa, llamó a la puerta de Eva. Si él no hubiese abierto inmediatamente quizá no habríaesperado, pero Blake apareció ante sus ojos un segundo después.
— Gracias por las luces. Has sido tú, ¿no?
— Sí.
— Pero deberíamos pagarte por... -Blake tomó su mano y cerró la puerta.
— Hoy no he hecho nada productivo. Intentaba hacer cosas, pero no podía terminarlas. Salíapara hacer algo y se me olvidaba dónde iba. Y quiero besarte, Nellie . Quiero hacerte el amor. Quiero abrazarte y perderme entre tus brazos durante horas, durante días.
Ella no dijo nada. No podía. No quería.
— He pensado que podríamos tener una maravillosa aventura, pero luego me he dado cuenta de que no es posible porque querría más. No debería haberme roto la pierna, no debería haber escuchado a Axel cuando hablaba de ti... —siguió diciendo él, sin dejar de mirarla a los ojos —. Vete, Nellie
Ella se volvió para abrir la puerta, pero Blake la detuvo, como si no pudiera contenerse.
— No, quédate. Vamos a tomar un café. Hablame... tócame. No, no por favor, no me toques —dijo entonces, apoyándose en la pared—. ¿Qué me pasa, Nellie? ¿Qué me haces?
— No lo sé —susurró ella.
— ¿Tú sientes lo mismo?
— Sí.
— Sería una complicación enorme. Yo, en Francia, tú en Londres. Sería imposible que nos viéramos a menudo y...
— Sería imposible.
Quería tocarlo, pasar las manos por su torso, su cuello... apoyar la cabeza sobre su hombro y besarlo hasta quedarse sin fuerzas. Y, sin embargo, debía usar la cabeza. Debía hacerlo. Pero si se resistía, ¿no terminaría siendo una mujer amargada y sola como su madre? Por otro lado, vivir en Francia, sin posibilidad de encontrar trabajo hasta que hablase el idioma, dependiendo de Blake , de un hombre al que no conocía...
— Llevo horas esperando que llegases a casa —le confesó él entonces—. Esperando oír tus pasos en la escalera. Qué tontería, ¿verdad?
— Sí, claro —murmuró ella
— ¿Y tú qué has hecho hoy?
— Soñar —contestó ella—. Aylin me ha preguntado por ti.
— ¿Quién? Ah, Aylin la musulmana- ella asintió
— Esperaba que la llamases y yo... me he puesto celosa. Qué tontería, ¿verdad?
— Desde luego. ¿Cómo puedo mirar a otra mujer? ¿qué hacemos?
— No lo sé. Apenas nos conocemos.
— Y tú no quieres sentir esto, ¿verdad, Nellie ?
— Sí. No. No me gusta sentir esto y, sin embargo, quiero que ocurra. Aunque no sé dónde va a llevarme. Te irás a Francia y me olvidarás.
— No.
— ¿No?
— No te olvidaré. ¿Cómo voy a olvidarte? Pero no soy de los que se casan, ya te lo dije. Y no quiero hacerte daño.
— ¿Por qué no quieres casarte?
— Por Axel ... y por muchas otras razones. ¿Por qué pensabas que era como tu padre?
— Porque eres encantador, como él.
— ¿Y no lo querías?
— Sí. Pero me abandonó —contestó —. Y me dejó con un miedo terrible a ser rechazada, a quedarme sin dinero, sin una casa. No soy nada arriesgada. Si lo hubiera sido... ¿me habrías hecho el amor?
— No —contestó, estrechándola entre sus brazos—. Me prometí a mí mismo hace tiempo que no volvería a enamorarme de nadie. Y ahora, mírame. Yo vivo en Francia, tú vives frente al piso de mi tía que por cierto me odia. Y no me imagino a mí mismo visitándote, haciéndote el amor, con ella mirando por encima del hombro.
— No.
— Esa excusa suena absurda, ¿verdad?
— Sí.
— Los dos tenemos miedo de resultar heridos.
Nellie respiro profundamente. Hubiera querido decir que no le importaba, que prefería arriesgarse...
— Porque tú misma has visto lo que puede pasar cuando dos personas se casan sin que haya una base sólida. Y yo también —dijo—. De modo que puedo marcharme a casa mañana o puedo quedarme hasta el fin de semana.
Debería decirle que se fuera. Sería lo mejor. Pero no quería hacerlo. Quería hacer el amor con el.

— Quédate —dijo en voz baja.
Casi antes de que terminase de decirlo, Blake la estaba besando.
Besándola de verdad, con pasión, con ternura. Era más bonito de lo que hubiera podido imaginar y duró mucho tiempo.

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH me encanto, DIOS como me haces esto, esta historia me la imagino completica, que complicado, que pasión, que de todo, es perfecto todo jejejeje...

Nos vemos luego!!!

Awwwww Porfin!
porfin porfin porfin
Estaba esperando hace mucho tiempo eso,ojala que lleguen al segundo paso
Me encanta la historia es tan dulce y linda
Actualiza pronto
Besos

ME demore eh! pero bueno espero valga la pena este capitulo!!! ahora tengo que ponerme a escribir mas por que hasta donde tenía se me acabo , así que espero el sabado o domingo regresar con nuevo capitulo:D



Él tenía las manos debajo de su chaqueta, ella alrededor de su cuello. Después de la urgencia inicial, el beso se hizo más exploratorio, más lento. Y Nellie sabía cómo responder. Con Blake sabía cómo hacerlo.
— Llevo mucho tiempo deseando hacer esto. Desde que me sonreiste aquella mañana en tu apartamento Imaginaba cómo serían tus labios hinchados por un beso. Y ahora lo sé. Es... muy excitante.—dijo él, sin dejar de mirarla a los ojos—. Vamos a la calle —anunció entonces.
— ¿Por qué?
— Porque es más seguro. Vamos a cenar fuera. Ve a cambiarte, si quieres. Te doy quince minutos.
Mareada, incrédula, Nellie entró en su apartamento. Siempre había leído que al amor le acompañaba una cierta desesperación. Pero ella no se sentía desesperada. Blake tampoco. Era como si hubieran estado esperando aquello toda su vida.
Quería hacer el amor con él, pero no de una forma desesperada. Quería que fuera dulce, apasionado, lánguido.
Después de ducharse, eligió un pantalón jean y una blusa. Después de ponerse brillo en los labios y rímel en las pestañas, tomó una chaqueta verde de cuero y lo esperó, como una niña obediente.
Quería tener una aventura con él. Podría soportarlo, estaba segura.
Se verían cuando él fuera a Londres. Aceptaría el nuevo trabajo, si pasaba las pruebas. Seguiría teniendo su vida solucionada... Entonces, ¿por qué todo le parecía tan poco satisfactorio? De no querer nada había pasado a quererlo todo.
Y no podía olvidar lo que Eva le había dicho tantas veces: que Blaje Jenner enseguida perdía interés por
algo que ya había conseguido. Pero no parecía ese tipo de persona. Estaba como ella:
sorprendido, confuso, emocionado. Si tuviera más experiencia, si supiera algo más sobre los hombres...
El sonido del timbre la sobresaltó.
— ¿Nos vamos?
Nellie asintió
— Quiero estar contigo —le dijo, unos minutos después—. ¿Puedo decir eso?
— Sí —asintió él, mientras paseaban de la mano por la calle.
— Llevo tantos años concentrada en mi carrera que no sé cómo portarme.
— Lo haces muy bien.
— No soy una persona débil, Blake . Soy decidida y seria. Tengo un buen trabajo, un apartamento,
dinero ahorrado y un estupendo grupo de amigos. Me gusta tener mi vida organizada.
— Por tu padre, No quieres depender de nadie.
— Eso es. Pero ahora... ¿qué pasa contigo? ¿Siempre consigues que las mujeres hagan lo que tú quieras? ¿Me has hipnotizado?
— Yo me hago la misma pregunta. Ni siquiera sé dónde vamos.
Nellie soltó una carcajada.
— ¿Y cómo has podido viajar por todo el mundo?
— Suerte, supongo.
- No te conozco, ¿verdad?
— No —asintió él—. ¿Te gusta la comida japonesa?
— Sí.
— Entonces, vamos. Hay un restaurante indio cerca de aquí.
Diez minutos después estaban sentados cerca de un ventanal, en un bonito restaurante iluminado
suavemente por velas.
— Hablame de tu padre.
— ¿Por qué?
— No fue un buen padre, ¿verdad?
— No. Aunque yo no lo sabía cuando era niña. Para mí era perfecto, un héroe. Divertido, amable,
cariñoso.—explicó—. Como tu con Axel las cosas que Eva me ha dicho, me hizo creer que eras como él.
— Sigue.
Ella le contó sinceramente todo lo que pudo sobre el desastroso matrimonio de sus padres y sobre el miedo de su madre a los hombres.
— ¿No te rebelaste?
— No —
— ¿Porque te sentías culpable?
— Pensé que mi padre volvería. Durante años lo pensé. Sabía que volvería porque me quería.
Pero no volvió. No me envió cartas el día de mi cumpleaños, ni en Navidad. Nunca más supimos
de él —con tristeza—. Y ahora ya no puedo preguntarle por qué se portó como lo hizo y me siento... incompleta.
— ¿Tienes miedo de que la historia vuelva a repetirse? ¿Tienes miedo de que no puedan quererte?
Ella negó con la cabeza.
— No lo sé. Quizá sea así, pero no estoy segura.
— ¿Pensabas que yo era como él por lo que te dijo Eva?
— Al principio, sí.
— Si olvidaras lo que has oído sobre mí, ¿Qué queda?
— Un hombre encantador, con una sonrisa preciosa. Te gusta la vida y se nota. Además, me miras como si no entendieras lo que está pasando.
— Pensé que era inmune.
- no soy como tu padre, Nellie. El prefirió la salida más fácil, desaparecer sin dejar rastro, sin dar explicaciones. Yo jamas haría algo así con Axel Nunca lo abandonaría. Jamás.
— Lo sé. Lo quieres mucho.
— Es toda mi vida.
— ¿Y no hay sitio para nadie más? —preguntó ella
— No es una cuestión de sitio. Anda, come —sonrió Blake, tomando el tenedor.
Pero ella quería respuestas. Necesitaba respuestas.
— Blake...
— Me reí el día que nos conocimos —dijo él entonces—. Me reí cuando dijiste lo de la camisa. Quería volver a verte, pero ya entonces supe que sería peligroso. Sin embargo, las circunstancias hacen que volvamos a vernos.
— Sí.
— No quise dejar de verte. Y eso es egoísta por mi parte.
— Esas cosas pasan, a veces.
— ¿La gente que no te conoce piensa que eres arrogante? —le preguntó el entonces, inesperadamente.
— ¿Y cómo voy a saber lo que piensa la gente?
— Pocos hombres te piden que salgas con ellos, ¿verdad?
Ella asintió sin entender del todo.
— Porque tienen miedo de que los rechaces.
— No, porque los hecho para atrás con mi actitud.
— No, tu actitud es un reto —replicó él—. Pero asumen que, como eres guapísima, tienes la agenda repleta. Por eso no intentan ligar contigo.
— Eso es ridículo.
Aunque mucha gente parecía pensar que llevaba una ajetreada vida social. Y que salía con cientos de hombres.
— No lo es.
— Pues eso no pareció afectarte a ti.
— No, pero mis invitaciones siempre han sido para darte las gracias. Y no eres arrogante en absoluto.
Cuando fuimos a aquella terraza y todo el mundo se quedó mirándote, tú te pusiste colorada. Además, he notado que nunca miras a los hombres.
— Porque lo toman como una invitación.
— Pero a mí sí me miraste. Como un desafío, como retándome a pensar que yo podría gustarte.
— Porque me ponías nerviosa. Ya te he dicho que no sé nada de los hombres. No sé cómo
tontear, cómo ligar. No sé qué hacer cuando me dicen algún cumplido.
— Se suele decir: gracias —sonrió el—. ¿Eres como tu madre?
— ¿Como ella? No, pero... yo no he vivido su vida.
— ¿Qué hizo cuando tu padre se marchó?
— Buscó trabajo. No teníamos dinero, no teníamos nada. Trabajó en un supermercado, de cajera.
— Y se volvió amargada, ¿verdad?
— Sí.
— Si te hubiera ocurrido a ti, ¿qué habrías hecho?
Nellie lo pensó un momento.

Me encanto!!!!!!!! Espero que la sigas pronto!! Tu fic es uno de los mas originales que he leido!!! Es super lindo!!!!!

Quickblellie como me dejas así jejejeje me encanta tu fic, no puedo dejar de decirlo, ahora estan en una cita con la intencion de conocerse mejor, no quiero que sea una aventura ellos necesitan cosas estables, sobre todo si pensamos en Axel, le hara daño si Blellie no lo toma en serio jejje

Besos amiga, a la espera de tus actualizaciones!!!

Si si tarde lo se , es que ando a full con la Uni, pero bueno acá un cap cortito a nada? jajajaja y me e dado cuenta que falta poco para que termine y espero que sigan hasta el final y quizás al final cree otra así ya saben que agarro ideas de autoras por lo menos en ese caso es así o quizas siga con mini fic con el tiempo se vera




— Me habría puesto a trabajar y habría seguido viviendo.
— Pero tu vida no es la de tu madre.
— Desde luego que no. Ella cometió un error al casarse con mi padre.
— Todos cometemos errores y debemos aprender de ellos.
— ¿Por qué siempre hablas de Eva con una sonrisa irónica.
— Es un mecanismo de defensa, supongo.
— ¿Y Axel? ¿Nunca te pregunta por qué no te llevas bien con su tía?
— Alguna vez. Y le digo que tenemos personalidades diferentes. Pero yo no odio a Eva y él lo sabe.
— Se acabaron las preguntas —sonrió él entonces moviendo la comida en el plato, como si hubiera
perdido el apetito—. Tú me haces soñar, Nellie Intento apartar esos sueños, pero vuelven a mí, como las olas a la playa. Eres una gran contradicción... tímida, abrupta, impaciente. Y, sin
embargo, hay algo en ti que me atrae, que me intriga. Eres buena con Axel, con la señora Da
—vies... Aylin también me dijo que eras muy buena. Me fui a comer y ella me siguió, así que aproveché la oportunidad para preguntarle por ti. Discretamente.
—Ya veo —murmuró ella
—Me contó que, lo buena que eres , sencilla, eres especial Nellie, que amas lo que haces, te encanta pintar tomar fotografías cantar y aunque dudas en tus habilidades
—Sería un mundo espantoso si uno no pudiera echar una mano de vez en cuando.
—Sí, pero no es eso lo que me atrae de ti. Y tampoco es tu belleza porque, si no fueras buena
persona, tu belleza no sería atrayente. No estoy explicando esto muy bien... —sonrió Blake cortado—.
No quiero equivocarme, Nellie no quiero ir demasiado aprisa. Quiero llevarte a mi cueva y mantenerte allí, calentita y segura. Pero quiero ir despacio.
Lo mismo que sentía ella. Exactamente lo mismo.
—Yo también quiero eso.
—Pero no sería justo para ti —dijo él entonces.
—¿Por qué no?
—Tienes una propuesta de trabajo que te interesa mucho y aunque nada me gustaría más que
conocerte... —Blake dejó escapar un suspiro— tengo que pensarme las cosas.
—¿Me llamarás cuando vuelvas a Francia? —preguntó Nellie
—No. Es mejor que no lo haga.
—No te he preguntado eso.
—Lo sé.
—No quiero que esto termine aquí. Podríamos vemos de vez en cuando y...
—¿Clandestinamente?
—Suena horrible, ¿verdad? Pero si no quieres que Axel y Eva lo sepan... No me hagas suplicar,
Blake
Él tomó su mano.
—No quiero hacerte daño, Nellie. Vamonos de aquí. Puedes invitarme a un café.
—Vaya, gracias.
—Tiene que ser así, cariño. Soy un hombre frágil.
También ella lo era. Aunque acababa de descubrirlo.

LOS DÍAS siguientes pasaron sorprendentemente rápido. Demasiado rápido. Tenían que
conocerse mejor, había dicho Blake
—Ahora nos conocemos mejor —había replicado Nellie
—No lo suficiente.. Te deseo con toda mi alma, ya lo sabes, pero no quiero hacerte daño.
—No vas a hacerme daño.
—Hay muchas probabilidades de que te lo haga —suspiró el
—¿Por qué?
—Porque fue culpa mía que mi noviazgo no funcionase. Y no he cambiado. No soy otra persona y si no fuera por Axel no dudaría en mantener una aventura contigo.
—¿Pero casarnos?
—No —insistió él.
Salieron todas las tardes para conocerse mejor. Y, hasta la noche anterior a su partida, se habían
despedido siempre en la puerta de casa.
Paseaban, tomaban el autobús hasta la plaza de Trafalgar, iban por el barrio del Soho de la
mano... incluso fueron a un club de jazz a bailar. A pesar de su altura, Blake era un buen bailarín.
Y también era inteligente y tenía un gran conocimiento sobre muchas cosas, de modo que hablaron, se besaron... pero no hicieron el amor.
La frustración era su constante compañera.
«¿Nos conocemos mejor ahora?», preguntaba Nellie cada noche.
«No», sonreía él.
Era difícil para los dos y el viernes por la noche, la última oportunidad de estar juntos antes de
que él volviera a Francia, se abrazaron en el pasillo como si no quisieran separarse nunca.
A Nellie le costaba trabajo imaginarse la vida sin él. En sus brazos, con la cara enterrada en su
pecho, sintiendo la excitación del hombre y la suya propia, acariciaba su espalda con toda la
ternura de la que era capaz. Necesitaba tocarlo, necesitaba su sonrisa.
—Recordaré el olor de tu pelo, el tacto de tu piel... Esto es absurdo, Nellie
—Lo sé —suspiró ella—. Pero a unos metros de aquí hay una cama estupenda.
—No. Tengo que irme. Ella levantó la cabeza.
—Entonces, nos veremos, ¿verdad? Volveremos a vernos.
—¿Clandestinamente?
—Sí —contestó acariciando su cara como si quisiera memorizar cada uno de los rasgos.
—Te llamaré —le prometió él.
—¿Cuándo?
—El lunes por la noche.
—Vale. No es muy agradable tener que insistir, ¿sabes?
—¿Crees que a mí no me duele?
—No lo sé. Si te doliera de verdad me dirías por qué. ¿Es por Axel? ¿Tienes miedo de decírselo?
Blake le puso un dedo sobre los labios, pero ella lo apartó.
—Te deseo —dijo, con sinceridad, mirándolo a los ojos.
Y, por primera vez, el la besó con desesperación, sin poder disimular el estado en que se
encontraba. Sus dedos temblaban mientras desabrochaba los botones de su blusa. Después,
inclinó la cabeza para acariciarla con la boca y ella dejó escapar un gemido. Era maravilloso ser
acariciada por el hombre... que amaba.
Nellie abrió los ojos y empezó a acariciar su pelo. Lo amaba. Y los dos estaban temblando.
Cuando levantó la cabeza, Blake tenía los ojos brillantes y respiraba con dificultad.
—Tengo que hacer un par de cosas antes de ir a buscar a Axel —dijo, con voz ronca—. Le
dije a Lena que llegaría a las nueve.
Nellie miró su reloj y vio que eran las ocho y media.
—Pero...
—No me mires así. No me acompañes. El se volvió hacia la ventana. Y ella sabía por qué.
—¿Me dejas tu dirección? Él dudó un momento, pero al final asintió con la cabeza.
—¿La casa Jenner? —sonrió Nellie, al ver lo que había anotado en el cuaderno.
—Cuando llegué al pueblo, a la gente le costaba trabajo entender mi nombre. Lo de Blake Alexander Jenner no es muy normal en Francia, ¿sabes? Así que pensaron que me llamaba Blake de nombre. Monsieur Janner, me llaman. Así que mi casa es la casa Jenner. A Claude, el constructor,
le hizo mucha gracia y colocó un letrero de hierro forjado en el porche.
Nellie dejó el cuaderno sobre la mesa.
—Tienes muchos amigos allí, ¿verdad? Axel me dijo que os lleváis bien con todo el mundo.
—Eso espero. A mí me caen muy bien.
—¿Por qué vives en Francia?
—Por accidente, por impulso, no sé. Pero un día vi esa casa, una ruina, y me enamoré de ella.
Me daba pena dejar que se cayera. Solo pensaba restaurarla porque es un hermoso trabajo
arquitectónico, pero al final me quedé allí. Y la gente es encantadora con Axel y conmigo.
—Suena estupendo.
—Lo es. Adiós, Nellie
—Adiós no —dijo ella.
—No.

nueva lectoraa!! me encanto tu fic de verdad es muy linda espero el otro capitulo! :) de verdad sigue escribiendo!