[Resuelto]Rivales en los negocios, Capitulo 1, después de tantos años...

Rachel Berry, una ejecutiva de éxito, nunca subestima a sus oponentes, así que cuando Jesse St.James , su ex prometido y ahora rival en los negocios, volvió a la cuidad, estaba 100% segura de estar preparada para afrontarlo, ya que conocía todos sus trucos: ese andar que simplemente te cortaba la respiración, o mas bien se la cortaba a toda mujer que se jactara de tal, su maravillosa sonrisa, su increíble atractivo y su tenacidad, que unos años antes los había unido y terminó por separarlos.

Ahora ambos querían hacerse del mismo cliente. La meta estaba trazada y estaba muy alta y al verse tan seguido a causa del trabajo resultaba embriagador. Pero lo que estaba en juego iba mucho más allá de los negocios.....


**************************************************************+ espero que les guste la idea, espero sus comentarios, ya estoy trabajando en el primer capitulo....

Grrrr. Fic nuevo :3
Interesante mmmm :3
Espero tu actualizacion. Besos, Camii :3

A mi querida Camiiii, aqui te dejo el primer capitulo de esta nueva locura




-Y el ganador es…
Durante la quincuagésima pausa que hizo el presentador antes de anunciar quién era el ganador del premio Addy (al mejor publicista del año), Rachel Berry sintió que el corazón se le paraba.
“Ya está, ha llegado mi momento”, pensó
-Jesse St. James, de la Agencia St.James & Son.
“No puede ser”
Rachel se irgió, sonrió y se unió a los aplausos. Mientras lo hacía, observó al hombre que estaba subiendo al escenario del Hotel Hilton abrochándose la chaqueta de su maravilloso traje hecho a medida.
Lo conocía bien.
Desde luego, era guapo, sensual, inteligente, divertido y su mejor amigo en algún momento de la vida. También cantaba maravilloso y a todo volumen en la ducha, llevaba calzoncillos largos en invierno, le gustaban los musicales antiguos, tenia la molesta costumbre de dejar la tapa del inodoro sin bajar y poseía una fortuna comparable al producto interno bruto de algunos países.
Si, lo conocía muy bien.
Siete años antes, había estado enamorada de él contando los días que le quedaban para convertirse en su esposa. En aquellos momentos, había encontrado los dos trabajos en la misma agencia de publicidad en >Los Ángeles, había dado una cuota para comprarse una casa en el centro de la cuidad y habían hecho todo tipo de planes para la vida que iban a iniciar juntos, una vida que nunca se había materializado.
A Rachel no le importaba las razones que los habían llevado a separarse. Básicamente, Jesse la había acusado de elegir a su familia y no a él. Ella lo veía de manera diferente. Las cosas podrían haber salido bien si aquel hombre hubiera sido capaz de comprometerse.
Así que se habían separado y no lo habían hecho como amigos precisamente. Ahora, todo había quedado en el olvido. De verdad. Rachel había seguido adelante con su vida, por supuesto que sí.
Jesse se había ido a vivir a LA sin ella. Rachel se había quedado en Manhattan y se había olvidado de él.
Hacía 15 meses que Jesse había vuelto a la cuidad y lo había hecho para seguir trabajando en publicidad, un sector en el que Rachel estaba muy bien situada en NY.
Desde entonces, los recuerdos buenos y malos, que Rachel había guardado en el fondo de su corazón amenazaban con desbordarla.
Toda aquella situación le resultaba irritante, sobre todo porque Jesse trabajaba para una de las agencias más grandes de la cuidad (St.James &Son) que era la principal rival de la de su padre, que era para la que ella trabajaba.
Desde hacía 15 meses, Jesse y ella habían estado compitiendo, intentando quitarse los clientes y viendo a ver quien se llevaba mas premios.
Por ejemplo el Abby.
Cuando cesaron los aplausos, Rachel apretó los puños en el regazo. No podía soportar que Jesse se hubiera llevado también ese premio. El mes anterior, le había arrebatado el Clio Award, para el que la habían nominado en la categoría de campaña de prensa.
Cualquiera que supiera contar, se habría dado cuenta de que Jesse le iba ganando dos a cero. No era de extrañar que cuando llegó al podio y agarró su trofeo, la buscara entre el público.
Rachel estaba segura de que lla estaba mirando fijamente mientras besaba la estuatilla. Después, ofreció una sonrisa de lo más sensual a los allí presentes, una sonrisa que hizo suspirar a todas las mujeres.
Rachel sintió que el estomago le daba un vuelco, una sensación que conocía muy bien, pero se recordó que ella no era de las que suspiraban por una sonrisa de Jesse St. James.
-Muchos dicen que es un honor el solo hecho de estar nominados para este premio- comenzó Jesse-, pero les voy a confesar un secreto. La verdad es que lo que yo quería era ganarlo. Esta victoria se me hace mucho mas dulce al haber sido elegido de un grupo de personas con tanto talento- concluyó guiñándole el ojo.
“Arrogante hijo de …” pensó Rachel.
Para controlarse, tomó aire profundamente y lo retuvo unos segundos. A continuación, lo dejó salir entre los dientes muy lentamente. Sabía que aquella técnica de relajación le daba resultado, aso que lo hizo varias veces, mientras Jesse seguía hablando.
Así, consiguió reducir la tensión.
“Mirar siempre hacia delante, no hacia atrás” se recordó.
Aquél era su lema.
La entrega de premios estaba a punto de terminar y la conferencia anual de la Federacion de Agencias de Publicidad había tenido lugar aquella tarde, así que Rachel volvería al día siguiente a NY y aunque era domingo, iria directamente al despacho.
Nada nuevo bajo el sol.
Trabajaba muchos fines de semana.
Durante mucho tiempo que había estado hospedada en el Hotel Hilton, había oído que la importante cadena de hoteles de lujo podía estar buscando a una nueva empresa que se hiciera cargo de sus campañas de publicidad a nivel nacional, así que tenía intención de que su agencias, Berrys, fuera la primera en la lista si el rumor resultaba ser cierto.
Un aplauso ensordecedor la sacó de sus pensamientos. Jesse estaba bajando del escenario con los brazos en alto. Llevaba el trofeo en una mano y lucia la otra en un puño para celebrar el triunfo.
Desde luego era muy vulgar.
Tres mesas mas alla, los empleados de St.James &Son se pusieron de pie para dar la bienvenida a su empleado numero uno y Rachel tuvo que hacer un gran esfuerzo para no mirarlos con desprecio.
Sin duda, celebrarían su triunfo con champan y quizás, una de sus preciosas compañeras se ofreciera a celebrarlo con él en privado ¿quién sabía? ¡Y a quién le importaba? Desde luego, a ella no. Rachel tenía muy claro que se iba a acostar pronto porque quería madrugar para estar en NY a media mañana.
Para cuando Jesse se despertara con una buena resaca, ella ya tendría la estrategia preparada para hacerse con la cuenta de Hilton


Jesse estaba celebrando su victoria con un vaso del mejor bourbon que había en el hotel. Estaba sentado solo en el salón que daba a la impresionante fuente que había en el vestíbulo. El trofeo que había ganado descansaba en el centro de la mesa, junto a un cuenco de frutos secos.
Estaba encantado de haber ganado, sobre todo por que su triunfo llegaba a expensas de Rachel. De nuevo. Pero la victoria no le parecía tan dulce como había esperado. Le faltaba algo. De nuevo.
Varios de sus compañeros de trabajo se había ido a celebrar el triunfo a uns discoteca, pero él había declinado la invitación diciendo que estaba cansado aunque no era cierto.
Lo cierto era que no estaba cansado en absoluto. Tenía un exceso de energía y no sabía para qué.
Cuando vio a Rachel en la entrada del salón supo lo que estaba ocurriendo, Aquella mujer parecía directamente sacada de sus fantasías, pero lo que lo mantenía despierto por las noches no eran fantasías sino recuerdos.
Algunos eran amargos y otros dulces, pero todos seguían estando vivos en su memoria, como si el tiempo no hubiera pasado.
Aquella mujer lo había hecho sufrir y no podía olvidarse de ella. Por eso, había vuelto a NY. Bueno, por eso y por que su padre le había hecho una oferta imposible de rechazar.
Lo cierto era que quería exorcizarse de una vez por todas.
Por desgracia, mientras la miraba atentamente, se dio cuenta de que lo que realmente quería era estar con ella, acostarse con ella.
Rachel siempre le había hecho sentir eso y siempre le había parecido bien, hasta que había dejado claro que su prioridad era su padre y no él. Entonces, sentirse tan atraído por ella había comenzado a ser un problema.
¿Por qué tenía que ser tan guapa?
En los siete años que habían pasado desde que se había roto su compromiso, no había hecho más que mejorar. En aquel momento con 20 años, tenía la cara más redonda. Ahora, se le había afilado un poco, pero seguía manteniendo aquellos impresionantes rasgos dominados por sus preciosos ojos marrones enmarcados por unas larguísimas pestañas y unas elegantes cejas. Tenía el pelo casa tan oscuro como la noche e igual de brillante como cuando hay luna llena. Ahora lo llevaba mas corto, le caía junto sobre los hombros y algunos mechones dulcificaban su mandíbula y sus pomulos prominentes.
Y no debía olvidarse de su cuerpo.
Jesse se revolvió incomodo en la butaca al no poder evitar fijarse en sus curvas, aquellas curvas que lo hacían ufff, las cosas que le sucedían. Rachel no era voluptuosa, pero tenia un cuerpo de mujer que el vestido color canela que había elegido para aquella ocasión realzaba de manera maravillosa.
La pieza tenía un escote lo suficientemente amplio como para que las miradas se fijaran en su pecho, realzaba también la pequeña cintura y se le amoldaba a la perfeccion en la caderas ¿Y que decir de sus piernas? Jesse recordaba perfectamente las piernas de Rachel, desnudas rodeándolo.
Aquel recuerdo lo obligó a terminarse el bourbon de un trago. El deseo que estaba apoderándose de él a pasos agigantados y para contrarrestarlos, Jesse recordó lo desagradable que podía llegar a ser Rachel.
Hubo un tiempo en el que admiro su técnica de ir directamente a la yugular de los contrincantes, pero ahora que era competidores lo encontraba realmente molesto.
Sin ir mas lejos, el mes anterior, había intentado quitarle un cliente a su agencia, uno de los mejores clientes. Al final, Jesse había conseguido que el cliente no cambiara de agencia recortando cuantiosamente su comisión y negociando durante horas una nueva campaña.
Tenía intención de hacérselo pagar en breve, pero, de momentos, se iba a ir a acostar.
Jesse levantó el brazo para señalarle al camarero que le llevara la cuenta, pero, por desgracia, llamo la atención de Rachel.
Se dio cuente en el preciso instante en el que lo vio porque se puso muy seria y durante un segundo, pareció…vulnerable.
Jesse decidió que debía de haber sido el efecto de la luz del salón y le sonrió mientras acariciaba su estatuilla.
Rachel siguió sus movimientos con interés, frunció el ceño y se dispuso a salir del salón, pero, de repente, pareció cambiar de opinión, volvió a girarse y fue directamente a su mesa.
_Hola Jesse- lo saludó
Seguía teniendo aquella voz aterciopelada y provocativa, pero Jesse ignoró la excitación que le provocaba.
-Hola Rachel, hacia tiempo que no nos veíamos-contestó intentando mantener la compostura.
Se habían visto unas cuantas veces en algún evento, pero aquella era la primera vez en la que conversaban a solas desde que había vuelto a la ciudad.
-Sí, desde luego
-¿Qué tal estás?- le preguntó Jesse
-Bien. La verdad es que muy buen ¿y tú?
-Muy bien. ¿Y tu familia?- añadió intentando ocultar su desprecio.
-Te contestaría a esa pregunta si creyera que de verdad te interesa, pero, si mal no recuerdo, la última vez que te intenté hablar de ellos, no quisiste escucharme-contestó
Por lo visto se le había notado el desprecio.
-Eso es agua pasada-contesto Jesse encogiéndose de hombros-, Veo que sigues trabajando para papi-añadió sin poder morderse la lengua a tiempo.
Rachel se cruzo de brazos, lo que hizo que Jesse volviera a fijarse en el escote.
-¿Y por qué no? La agencia Berry’s es la mejor de NY
-Una de las mejores. La corrigió Jesse-. Yo creía que, después de tantos años, te habrías atrevido a liberarte de él.
-No necesito liberarme de mi padre- contestó Rachel-. Me va muy bien en esta agencia y cuando mi padre se jubile dentro de 8 años, me quedare con ella. Eso quiere decir que, a los 40 sere la presidente de Berry’s. Seguramente, tendré mi propia agencia de publicidad mucho antes de tú. Como vez, no soy prisionera, como tu crees.
-Ya- contestó Jesse intentando ignorar el ácido comentario-. Se me había olvidado que tuviste que elegir y elegiste- añadió
Dicho aquello, se quedaron mirando fijamente.
-Tu también elegiste-murmuró Rachel
Jesse cerró los ojos y sacudió la cabeza.
-¿Ya estamos otra vez con ésas?
-¿Qué esperabas?
-Supongo que un poco más de originalidad. Eres una buena creativa, así que sorpréndeme de vez en cuando
-Me pregunto si eso ha sido un cumplido.
-Avísame cuando hayas decidido al respecto-sonrió Jesse de manera ambigua.
-Mira, sólo he venido a darte la enhorabuena-contestó Rachel descruzando los brazos.
-Muy generoso por tu parte dadas las circunstancias.
-Limítate a decir “gracias”
-De nada-contestó Jesse volviéndose a fijar en su escote-. Ese vestido te queda de maravillas y esto sí que ha sido un cumplido, te lo aseguro.
-Es lo primero que he visto en el armario-contestó Rachel encogiéndose de hombros.
-Veo que sigues teniendo gustos caros para la ropa porque es de una diseñadora muy cara. Lo sé de buena fuente porque es una de mis clientas.
-Sí, de momento-contestó Rachel sonriendo con inocencia.
-Trabajas demasiado-dijo Jesse apretando los dientes-. Me pregunto si tienes vida personal y por qué te molestas tanto en andar ideando estrategas para quitarme los clientes.
-Yo no tengo que idear ningún tipo de estrategia, Jesse, lo único que tengo que hacer es limitarme a hacer bien mi trabajo. En cuanto a mi vida personal, no es asunto tuyo.
-En cualquier caso, me sorprende verte aquí a estas horas. Suponias que ya estarías en la cama, con el despertador puesto y las maletas hechas para salir a primera hora hacia NY.
En aquella ocasión, fue Rachel la que apretó los dientes.
-Para que lo sepas, he quedado con una persona para tomar una copa.
Jesse miró a su alrededor divertido
-Pues siento mucho decirte que te han dejado plantada- comentó
-Veo que te parece graciosa la situación y te la voy a aclarar. En realidad, la que ha dejado plantada a la otra persona he sido yo. Habíamos quedado hace una hora, pero se me había olvidado.
-¿Tenías cosas mejor que hacer? ¿Acostarte sola, por ejemplo?- se burló Jesse-.Perdón- se disculpó al imaginársela sola en la cama-. Es verdad, no es asunto mío.
-Efectivamente
-Olvida lo que he dicho
-He intentado olvidar todo lo que me has dicho en la vida-contestó Rachel indignada.
-¿Si? ¿De verdad? ¿Y te ha dado resultado?
-Por supuesto- sonrió
-¿Me estas diciendo que lo que hubo entre nosotros es agua pasada?-insistió Jesse.
-Por supuesto-contestó Rachel muy segura de sí misma.
-Vaya, me alegro mucho-contestó Jesse ofreciéndole una silla-. Entonces, supongo que no te importará sentarte conmigo y tomar una copa. Así, podrás ahogar las penas.
Jesse se aseguro a sí mismo que la había invitado con el único propósito de borrarle aquella estúpida sonrisa de la cara. Por una parte, hubiera preferido que rechazara la invitación, pero, su parte masoquista sabía que iba a aceptar.
Rachel no se echaba atrás ante un desafío y eso era exactamente lo que había sido su invitación

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++Espero les guste, espero sus comentarios

Que emoción! Fic nuevo y muy interesante grrrr.
Me encantan tus fics y se con mucha seguridad que este no va a ser la gran diferencia :3
Espero tu próxima actualización. Besos, Camii :3
:>.<:

Me guuuusta :D
Actualiza pronto
Besos

ooooooh es muy bueno
uuui jesse que malote sojaosjaksd

actualiza prontooo :)
me gusto mucho