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Finalizado Re: Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14)

Mensaje por Dani(: Lun Jul 07, 2014 8:22 pm

Capítulo 18


Estaba sentada al lado de la mujer de la que esa noche más se hablaba en todo el país.
Tras completar cuatro touchdowns sin que interceptaran el pase una sola vez en todo el partido, y llevar a su equipo directo a una victoria que según los expertos era un milagro equiparable a resucitar a un muerto, Santana López había demostrado estar diez veces por encima de lo esperado en su primer partido de la liga se había convertido en una heroína nacional, y sin embargo, de camino al aeropuerto en su tartana, me pasaba el brazo por los hombros como si todavía fuera la vieja gamberra de Southpointe High me sentía agotada, pero había valido la pena darse el tute por verla, y sabía que para Santana significaba mucho. Sobre todo porque no paraba de repetírmelo— ¿Te he dicho ya lo orgullosa que me siento de ti? —dije, y pensé que ojalá aquellas luces cercanas no fueran el aeropuerto.
—Hace cinco minutos. —Me abrazó con más fuerza—. Gracias por venir. Los partidos no son lo mismo si tú no estás, Britt.

—Para mí también es importante.

—¿Vendrás dentro de dos semanas? El fin de semana que viene tenemos descanso, pero al siguiente volvemos a jugar en casa.

—Aquí estaré —aseguré, y pensé que sería el momento ideal para contarle a Santana lo del embarazo y que fue por lo del tratamiento no quería decírselo por teléfono, y no me sentía con ánimos de hacerlo todavía.

Además, aunque hubiera conseguido hacer de tripas corazón, no nos quedaba tiempo material. Cuando llegamos al aeropuerto dispuse como mucho de diez minutos antes de tener que acudir a la puerta de embarque. No quería decírselo deprisa y corriendo. No quería soltarla con la sensación de ir contrarreloj. Si nos hacía falta un día entero, quería poder tomármelo, fuera para hablar o para no decirnos nada y simplemente estar juntas mientras asimilábamos el profundo cambio que iban a experimentar nuestras vidas—Y te quedarás todo el fin de semana, ¿verdad?

—Sí —respondí a la vez que Santana entraba en el aparcamiento.

—Estoy harta de que tengamos que separarnos, Britt —dijo, y estampó la palma de la mano en el volante—. Estoy harta de acostarme sola por las noches, y de enviarte mensajes en lugar de hablar contigo. Te echo de menos. Me vencía el cansancio. Y el embarazo. Y las emociones. Sus palabras me provocaron el llanto al instante.

—Yo también estoy harta —dije con la cabeza hundida en su hombro para que no me viera llorar.

—Tengo una solución para eso, ¿sabes? Para evitar el engorro de estar separadas —dijo con un tono vacilante.

—¿Cuál? ¿Qué me traslade aquí contigo y nos casemos? —pregunté sin hacer grandes esfuerzos para adivinar lo que estaba pensando.

Noté su gesto de asentimiento contra mi mejilla—Yo lo haría por ti si pudiera. Esa vez su voz sonó triste—Pero yo no te lo pediría nunca —repuse—.Tú tienes tus compromisos y yo tengo los míos lo jodido es que los tengamos cada una en una punta del país. Me dio un empujoncito con la cabeza para queme volviera a mirarla, pero no me sentía capaz. Tenía que poner fin a las lágrimas antes de que lo notara—Mi primer compromiso eres tú, Britt.

—Ya lo sé —dije, y me enjugué las lágrimas con el brazo—¿Qué es lo que me estás pidiendo, Santana? Entiendo que soy tu prioridad, pero también soy consciente de que has firmado un contrato nada menos que con un pequeño equipo llamado San Diego Chargers.

—Es verdad, tengo un contrato. De tres años. Si después quieres que lo deje para que podamos pasar los siguientes treinta viajando por los mejores escenarios, lo haré. Exhalé un lento suspiro.

—¿Harías eso por mí? ¿Renunciarías a tu pasión para que yo me dedique a la mía?

—Amor, el fútbol no es mi pasión —dijo, y me besó cariñosamente la frente—. Tú sí. Oh, oh… Sollozos en el horizonte—No me malinterpretes, me gusta el fútbol. Muchísimo. Pero no puedo compararlo contigo, porque no es comparable. Firmé el contrato porque se me da bien esto y porque en tres años puedo ganar tanto dinero que luego tendremos la vida solucionada y tú podrás dedicarte a bailar todo lo que quieras y donde quieras sin tener que preocuparte por el tema económico.

Sabía que tendría que estar yéndome, pero no podía. Estaba cansada de separarme de ella—Tres años de fútbol y tres años de baile. Ni más ni menos. ¿Es eso lo que me propones?

—Lo que te propongo son tres años de fútbol y luego el resto del tiempo juntas, dedicándote al baile si es eso lo que quieres —dijo.

—¿Y si en algún momento decidimos formar una familia? —pregunté. Vi la oportunidad de introducir el tema y lo tomé como una señal—.¿Cómo encaja un bebé en nuestro plan de los tres años aquí y tres años allá?

Noté su cuerpo relajarse contra el mío—Me encantará que tengamos hijos, Britt, porque vas a darme los bebés más preciosos del mundo entero; pero como te dije cuando te conté que congele los óvulos son para más adelante no para ya—La sonrisa que había empezado a dibujarse en mi rostro se esfumó— ¿De acuerdo? Le respondí con un gesto de asentimiento, porque no me fiaba de mí misma si hablaba— ¿Britt? —Dijo, preocupada al captar mi expresión— ¿Estás bien? —Se volvió hacia mí por completo y me sujetó la cara de modo que no pude apartarla.

—Sí —respondí con un tono apagadísimo, tal como imaginaba que iba a hacerlo—. Es que estoy cansada.

—¿Y por qué parece que estés llorando? —preguntó, enjugándome la mejilla con el pulgar.

—Porque cuando estoy cansada me entran ganas de llorar. Hizo una mueca.

—¿Desde cuándo?

—Desde hace poco —dije. Tenía que bajarme de esa camioneta, y no solo porque fuera a perder el avión, sino también porque sabía que si Santana no se relajaba y seguía en el papel de gran inquisidora, acabaría por ceder y plantarle el notición. Justo cuando acababa de reconocer que no estaba preparada para dar ese paso aunque antes lo queria, y que ahora no se planteaba darlo hasta al cabo de diez años la respuesta era obvia: de ninguna manera. No podía decírselo, de momento. No mientras tuviera sus palabras tan frescas en la mente.

—¿Qué pasa? —El rostro de Santana se ensombreció mientras me observaba—.Cuéntamelo, Britt bajé la cabeza, incapaz de contemplar la tortura en sus ojos por más tiempo.

—No puedo. Aún no —confesé—. Te lo contaré pronto.

Dio un resoplido—Llevo tres años oyéndote decir que pronto harás esto o lo otro, y me parece que para ti esa palabra no significa lo mismo que para mí. No tenía por delante tres años, ni siquiera tres meses. Mi «pronto» en ese caso coincidía con su «pronto».

—Te lo contaré pronto —repetí—. Te lo prometo.

—O sea, que puedo esperar sentada. Me mordí el labio.

—Tengo que irme.

—Sí, sí, ya lo sé. Es lo mismo de siempre —dijo, y me escrutó como si quisiera ver mi interior—Ya sé que estás cansada y que tienes que coger el avión, y que no quieres hablar de lo que sea que tanto te preocupa. Pero cuando hayas descansado una noche entera te sentirás mejor. Cuando creas que estás preparada, llámame, Britt; llámame. Da igual si estoy entrenando, durmiendo o en la ducha. Cogeré el teléfono. Llámame mañana, o pasado, o al día siguiente, en cuanto estés mejor, y hablaremos de esto. Lo solucionaremos igual que hemos hecho siempre. Hizo una pausa y esperó—¿De acuerdo, Britt? Solucionaremos esto. Todo irá bien —aseguró, y me estrechó en sus brazos—. Llámame y lo resolveremos juntas. Le devolví el abrazo con la impresión de que me era imposible estrecharla todo lo que habría querido. Pero no hice esa llamada, ni al día siguiente, ni al otro; ni al otro.

*****

Pasó otra semana, ya faltaba una menos para el día D, tal como Holly y yo lo habíamos bautizado. Santana y yo hablábamos a diario, pero no de lo que teníamos que hablar. Yo fingía que todo iba bien y eludía las preguntas comprometidas, aunque sabía que no conseguía engañarla. Incluso evitaba llamar a mis padres, porque ¿cómo podía contarles cosas de la escuela y de la danza y al mismo tiempo ocultarles que estaba en el segundo trimestre de embarazo? Así, cuando Marley me preguntó si el sábado podría ir a trabajar, le dije que sí sin pensarlo dos veces. Mientras estaba en clase o trabajando tenía la mente lo bastante ocupada para fingir que mi vida no estaba entrando en una especie de espiral de descontrol. Tras el inicio del curso, Marley contrató a una administrativa a tiempo completo, pero la mayor parte de las semanas seguía trabajando el sábado o el domingo. Siempre hacía falta empezar, acabar o elaborar por completo algún informe. Siempre había que preparar alguna presentación. Y Marley no solo no me ponía problemas con el horario flexible, sino que me animaba a que lo adaptara a mis necesidades. Daba igual si entraba muy temprano o muy tarde, o si trabajaba en sábado o domingo; la tía siempre estaba allí.

Hasta el punto que empezaba a preguntarme si vivía en la oficina. Ese día Dani estaba libre para cuidar de SL mientras Holly trabajaba, así que me personé en Xavier Industries a las ocho de la tarde. Cuando al cabo de un rato Marley salió de su despacho, yo no había levantado la cabeza del ordenador ni una sola vez—Gracias por echarme una mano hoy también, Britt —dijo, y me dejó un botellín de agua sobre el escritorio—. Es increíble cuánto trabajo soy capaz de quitarme de encima cuando no tengo que preocuparme de que cada dos segundos alguien asome la cabeza por la puerta del despacho.

—No pasa nada —contesté, y antes de apagar el ordenador guardé el archivo del informe al que había dedicado las últimas horas. Se estaba haciendo tarde, y esa noche me había comprometido a llevar comida preparada para todos.

—¿Qué tal te va todo? —preguntó Marley con expresión seria—Rach me ha contado que últimamente te has saltado un montón de clases. Traidora. Se había quedado sin postre.

—Estoy bien —dije, encogiéndome de hombros—. Aunque atravieso una etapa un poco complicada.

—¿Es por culpa de Santana? —preguntó, y se inclinó sobre mi escritorio. Noté el arrebato de ira. Hacía tanto tiempo que no experimentaba ninguno que lo agradecí. Era como si me visitara un buen amigo al que había perdido de vista hacía tiempo.

—Permite que te responda a eso por partes —dije, cruzándome de brazos—. Primero: no es asunto tuyo. Segundo: no es asunto tuyo. —Me levanté de golpe, agarré el bolso y fui directa al perchero para recuperar la chaqueta. Quería salir de allí antes de que a Marley se le hincharan las narices.

—Te hago sentirte incómoda.

Di un resoplido—No me parece precisamente la revelación del año.

Marley soltó una risita. Qué exasperante—Bueno, tal vez esto sí que lo sea —dijo mientras se me acercaba—. Sé por qué te hago sentirte incómoda.

—Yo también —repuse, mirándola de arriba abajo—. Por todo. Solo con pensar en ti me entran sudores. Fantástico. No solo le había dado a entender que pensaba en ella, sino que además, cuando lo hacía, me daban sudores; y a la muy retorcida tampoco le había pasado por alto la connotación. Ya la veía esbozando una sonrisita ladeada.

—Es porque en el fondo te gusto. En el fondo te atraigo, y eso te fastidia. En el fondo sabes que si no fuera por ella, tú y yo estaríamos juntas. —Lo dijo sin que le remordiera la conciencia lo más mínimo, ni siquiera demostraba pudor. Me estaba poniendo negra. Más aún. Y no sabía muy bien si el motivo era que estaba muy equivocada o que no lo estaba en absoluto. Todo me resultaba muy confuso.

—Puede —respondí, encogiéndome de hombros con aire perezoso—. Claro que esa es la respuesta universal, la que contesta cualquier pregunta. Puede. Puede que si las cosas fueran distintas y no existiera Santana, tú y yo nos hubiéramos liado; pero las cosas son como son Santana existe. Y estoy enamorada de ella—Me estaba poniendo frenética, faltaba poco para que empezara a gritarle. Levanté la mano izquierda y le mostré claramente el anillo—. Y vamos a casarnos.

Marley metió las manos en los bolsillos— ¿Cuándo?

—Pronto.

—Hice una mueca al reparar en la palabra que acababa de pronunciar. ella también se dio cuenta.

—¿Cuánto tiempo hace que estáis prometidas?—Seguía siendo la viva imagen de la serenidad.

—Tres años. Se me acercó un paso; yo retrocedí otro.

—¿A qué estás esperando?¿Por qué no me habría limitado a repetirle que no era asunto suyo?

—A terminar la universidad.

—No, me parece que no es por eso —dijo con mucha seguridad—. Me parece que estás esperando porque no estás segura. Algo dentro de ti te dice que ella no es la mujer apropiado para ti, y no consigues acallar esa voz.

—Guau Qué bueno —dije, y empecé a aplaudir—. Y la ganadora del premio a la mayor ilusa del año es… —Dejé de aplaudir para señalarla con un gesto teatral. Cuanto más me exasperaba yo, más fresca parecía estar ella daba la impresión de que nada de lo que hiciera o dijera iba a sacarla de sus casillas.

—Dices que tú y yo nunca estaremos juntas, pero eso es porque no te atreves a planteártelo—Dio otro paso en mi dirección, y esa vez al retroceder me topé con la pared. Qué bien.

—No quiero planteármelo —respondí, lanzándole una mirada de advertencia para que no se atreviera a dar un paso más. Hizo caso omiso.

—Pues entonces tendré que echarte una mano. Antes de que tuviera tiempo de darme cuenta de sus intenciones pegó sus labios a los míos y a continuación me cogió. Su boca estaba inmóvil, pero sus manos se deslizaron con suavidad hasta mi cintura sin soltarse.

Traté de quitármela de encima de inmediato. Contra Santana mis fuerzas no tenían nada que hacer, pero a Marley sí que conseguí apartarla un poco, aunque no lo suficiente. Siguió acosándome con los labios, como si estos fueran un náufrago suplicando ayuda. Pero hacía tiempo que yo había lanzado mi único salvavidas a otra persona; y no le había pedido que me lo devolviera, ni deseaba hacerlo. Sabía que en parte Marley tenía razón. Era muy posible que hubiéramos acabado juntas si no existiera Santana. Pero la realidad era muy distinta Marley ocupaba un segundo plano con respecto a Santana; quizá fuera la chica que podría haber sido mi pareja, pero Santana era mi pareja real; y lo sería siempre—Marley, para —protesté contra sus labios implacables. O estaba sorda o había decidido no hacerme caso. Fuera como fuese, no me servía como excusa. Levanté la mano y se la estampé con fuerza en la cara— ¡Para ya! La bofetada captó su atención. Menos mal, porque mi siguiente recurso habría sido un rodillazo cuando Marley dejó de cogerme con tanta fuerza, le propiné otro fuerte empujón y la aparté casi un metro—Eres una cabrona ¿Qué te parece eso como respuesta a la pregunta de por qué no estamos juntas? —Cuando pasé por su lado le di otro empujón por el mero hecho de que se lo merecía, y me dirigí a la puerta—. Y una cosa más: ¡Me voy! No aguardé su respuesta. Corrí hasta el ascensor con la esperanza de llegar al coche antes de que mi mente empezara a procesar lo ocurrido en los últimos dos minutos. Tenía la impresión de estar hiperventilando.

Era posible que lo que Marley había dicho fuera verdad, pero no importaba. Estaba con Santana quería a Santana en el mundo no había lugar para Marley y Brittany, ya que cuatro años atrás le había entregado mi corazón a Santana López no me cabía duda de que si hubiera introducido en un ordenador el nombre de Marley y el mío y hubiera pedido que realizara una prueba de compatibilidad, el resultado habría sido del cien por cien. Lo sabía, pero eso no cambiaba nada. Y lo último que necesitaba era que me lo restregara por las narices cuando mi novia estaba en la otra punta del país y yo sufría una inestabilidad emocional y hormonal del copón. En cuanto se abrieron las puertas del ascensor, crucé a toda prisa el vestíbulo, me lancé hacia la puerta giratoria y seguí corriendo hasta el Mazda. Antes de que me diera cuenta de lo que hacía, había sacado el móvil del bolso. Y, como si mis dedos tuvieran vida propia, mientras entraba en el coche marqué un número de teléfono Santana contestó a la primera llamada—Hola, Britt—El simple hecho de oír su voz desató el alud de emociones que había estado intentando contener. Empecé a sollozar. Con unos sollozos tremendos, convulsivos, asfixiantes. De los que solo había experimentado durante los días posteriores al asesinato de mi hermano—¿Qué te pasa, Britt?—La voz de Santana estaba tensa por la preocupación—Mierda. ¿Te encuentras bien? ¿Dónde estás? —Se le notaba frenética, y daba la impresión de que corría. Tomé aire y conté hasta cinco tratando de serenarme lo bastante para poder tranquilizarla y explicarle que no me estaba desangrando en un callejón ni nada parecido.

—Te necesito, Santana—dije entre sollozos—.Lo siento. Sé que es tarde y que por la mañana tienes entreno… —Me era casi imposible articular las palabras, y cada vez que conseguía pronunciar una me parecía todo un logro—.Pero te necesito .La oí renegar entre dientes. No sé si mi intento de serenarme había servido para calmarla o para que le entrara aún más pánico.

—Ya voy, nena, ya voy —dijo, y ahora no me cabía duda de que estaba corriendo porque la oía cortar el aire a través del teléfono—.Llegaré lo antes posible. Detestaba sentirme tan débil. Era como si necesitara que otra persona me ofreciera su apoyo para sostenerme en pie, pero traté de apartar esa idea y concentrarme en la suerte que tenía de contar con alguien a quien llamar cuando necesitaba ese tipo de apoyo.

—Gracias —susurré a la vez que trataba de arrancar el motor—.Tenía las manos temblorosas y eso me dificultaba la tarea—¿Te han atacado, Britt? —Preguntó— ¿Estás herida? Sabía que se refería a agresiones y heridas físicas, así que respondí en ese sentido.

—No, no me han atacado, y no, no estoy herida.

— ¿Dónde estás? —volvió a preguntar antes de dirigirse a alguien en tono entrecortado; un taxista, tal vez.

—Voy en coche. De camino al apartamento.

—¿Puedes conducir?

Respiré hondo unas cuantas veces más hasta que dejé de temblar—Sí, no te preocupes.
—Vale. Espérame en el apartamento. Estoy de camino, cariño.

—Gracias. —No podía decirle nada más—Te quiero, Britt—Aún se le oía preocupada, pero consiguió tranquilizarme.

—Ya lo sé, Santana —contesté—Ya lo sé. Esperaba que siguiera sintiendo lo mismo cuando le contara todo lo que había estado ocultándole. Cuando llegué a casa, tras pasarme todo el trayecto hecha un mar de lágrimas, Holly estaba allí Dani se había llevado a SL.

— ¿Has salido temprano del trabajo? —Pregunté, y fingí una sonrisa.

—Me ha llamado Santana —explicó, y me atrajo hacia sí—Estaba asustada y me ha pedido que me quedara contigo hasta que ella llegue.

—Siento que hayas tenido que salir antes del trabajo —dije, y me dejé abrazar.

—No es eso lo que más me preocupa —repuso, y me llevó hasta el sofá—. Me preocupas tú. ¿Qué ha pasado? —Me inspeccionó mientras me hacía tomar asiento—Santana me ha dicho que según tú todo iba bien, pero que no lo veía claro.

—A ella le preocupaba que estuviera bien físicamente, y en ese sentido lo estoy —aclaré mientras Holly me quitaba los zapatos de tacón.

—A Santana le preocupa que estés bien en todos los sentidos, Britt —apostilló, y cogió un cojín y una manta de encima de una silla.

—Ya lo sé. Supongo que la respuesta es a la vez sí y no. Si es que eso es posible. —Permití que Holly me tumbara hasta que hube recostado la cabeza en el cojín.

—¿Qué ha pasado? —preguntó mientras me cubría con la manta .De repente, al tener los pies levantados y la cabeza apoyada en un cojín, me sentí exhausta. Me pesaba lo ocurrido durante el mes, durante el día y durante la última hora. Todo junto era demasiado, y el cuerpo iba a pasarme factura sino me permitía desconectar un rato.

—Te lo explicaré más tarde, Holly —dije, y bostecé a la vez que cerraba los ojos—. ¿Me despertarás cuando llegue Santana?

—Claro que sí, Britt —respondió—. Que descanses. —Me dio un beso en la frente, y me dormí.


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Hola Hola aqui un nuevo capitulo espero que comenten y que les guste C:

PD: ODIANDO A MARLEY  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 
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Mensaje por atrizz1 Lun Jul 07, 2014 9:05 pm

olaaa nueva lectora y lo unico que te puedo decir es que amo tu fanfic es interesante asi que felicidadez sigue asi XD  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864   Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 3750214905 
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Mensaje por minerva ortiz Lun Jul 07, 2014 9:25 pm

Nononono comio lo dejas hay.....ODIO A MARLEY.......espero q san le de una leccion siiiiiii?
Nos leemos luego....no tardes plissss...;)
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Mensaje por 3:) Lun Jul 07, 2014 9:52 pm

holap dan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

MATEMOS A MARLEY YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA,...

ya me calmo!!! pinche vieja ojala que santana le vuele la cabeza de una patada,... (todos felices jajajajajjaja)
y que britt le diga de una vez lo del bebe!!!

nos vemos!!!
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Mensaje por micky morales Mar Jul 08, 2014 10:51 am

cada vez que creo que se va a saber lo del bebe vuelve a llegar el final del bendito capitulo y nada, y ahora la idiota de marley arremete contra britt y esta hasta piensa que si hubiesen podido estar juntas, traidora!, sera capaz de contarle a santana lo que paso, quisiera verlo!!!!!!!
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Finalizado Re: Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14)

Mensaje por Dani(: Jue Jul 10, 2014 6:01 pm

atrizz1 escribió:olaaa nueva lectora y lo unico que te puedo decir es que amo tu fanfic es interesante asi que felicidadez sigue asi XD  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864   Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 3750214905 

Hola Hola!
Me alegra que te guste el FIC y que comentes :)
Saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

minerva ortiz escribió:Nononono comio lo dejas hay.....ODIO A MARLEY.......espero q san le de una leccion siiiiiii?
Nos leemos luego....no tardes plissss...;)

Hola Hola!
Creo que queran darle una leccion a San mas bn :l
Saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

3:) escribió:holap  dan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

MATEMOS A MARLEY YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA,...

ya me calmo!!! pinche vieja ojala que santana le vuele la cabeza de una patada,... (todos felices jajajajajjaja)
y que britt le diga de una vez lo del bebe!!!

nos vemos!!!

Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJJA exacto marley es una idiota  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 2602412967 
Digamos que creo que queran patear a San :l
Saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

micky morales escribió:cada vez que creo que se va a saber lo del bebe vuelve a llegar el final del bendito capitulo y nada, y ahora la idiota de marley arremete contra britt y esta hasta piensa que si hubiesen podido estar juntas, traidora!, sera capaz de contarle a santana lo que paso, quisiera verlo!!!!!!!

Hola Hola!
JAJAJAJA es asi que te dire y SI MARLEY  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 2602412967  !
Creo que Van a querer patear a San yo que digo jaja
Saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

En un rato Actualizo Saludos!  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 
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Mensaje por Dani(: Jue Jul 10, 2014 6:42 pm

Capítulo 19


— ¿Cuánto tiempo lleva durmiendo? —La voz de Santana se coló en mis sueños, pero no los interrumpió del todo. Esa noche tenían un cariz más bien sombrío, como de pesadilla.

—Prácticamente desde que has entrado por la puerta —respondió Holly, y sus palabras sonaron lejanas.

— ¿Qué es lo que pasa, Hol? —Santana empezó a acariciarme el pelo.

—No me lo ha dicho, pero me parece que sé de qué va.

— ¿Y de qué va? —Su voz era tensa debido a la preocupación y diría que a algo más, tal vez el cansancio.

—No me corresponde a mí contártelo; no. Ya te lo contará Britt cuando se despierte Santana posó los labios en mi frente y los dejó quietos una fracción de segundo, como si quisiera empaparse de mí.

—Estaba muy preocupada, Hol. Menuda comedura de coco.

—Todo irá bien, Santana. Seguro que entre las dos podréis resolver el problema de Britt, sea cual sea.

—Sí —dijo contra mi piel—. Ya lo sé. No sé si fue el contacto de sus labios o sus palabras, pero una de las dos cosas arrancó por fin el telón que me retenía en el mundo de los sueños. — ¿Britt? —El rostro de Santana apareció borroso mientras mis ojos se acostumbraban a la luz— ¿Preciosa? ¿Estás bien?

—Gracias a ti —dije, sonriéndole. Solo por tenerla cerca, ya me sentía diez veces mejor.

—Te dije que te ayudaría.

—Ya lo sé —dije, removiéndome—. ¿Qué hora es?

—Un poco más tarde de medianoche.

— ¿Y cómo has llegado tan rápido? Sus dedos continuaron recorriendo mi pelo, tranquilizándome.

—He cogido un vuelo chárter —respondió—.Ha ido muy rápido. Por una vez me dio igual lo que hubiera pagado. En menos de ocho horas la tenía conmigo.

—Gracias —dije, y aunque sabía que la palabra no bastaba, fui incapaz de decirle nada más por el momento Santana respondió con una sonrisa. Estaba tan cerca que notaba el aroma de su jabón favorito .El hecho de tenerla allí, de contar con su presencia, su sonrisa, su aroma… Me hacían sentirme como en casa.

—Sé que lo mejor es darte unos minutos para que te despiertes, pero estoy fatal, Britt. Estoy fatal desde que he recibido tu llamada. —Su voz volvía a ser tensa—. ¿Qué ocurre? ¿Qué te ha pasado? Era una de las pocas veces que la había visto asustada. La asustaban tanto las preguntas como las respuestas—Pasito a pasito—Holly apareció por detrás de Santana con una copa de zumo de naranja y unas cuantas galletas saladas—. Llevas muchas horas sin probar bocado, Britt. Toma, come y bebe .Si no, ya verás. —Guiñó un ojo mientras esperaba a que me incorporara.

Me di la vuelta de modo que pudiera mirar de frente a Santana y alcanzar el zumo y las galletas—Gracias, Holly. —También a ella le debía mucho, pero esa palabra de gratitud era todo cuanto podía ofrecerle de momento Santana aguardó a que diera el primer sorbo y el primer mordisco, pero yo notaba que tanta espera la estaba matando. ¿Cómo podía explicarle con tacto lo que me había ocurrido esa tarde? Si existía la forma de parar el golpe que supondría para ella enterarse de que la tía de cuyo amor por mí estaba tan segura me había plantado un beso en los labios, yo no sabía cuál era una introducción. Tenía que empezar con una introducción—Marley me ha dado un beso.

Estaba claro que en mi diccionario «introducción» no estaba bien definida. Las líneas que surcaban el rostro de Santana se volvieron más profundas, hasta que cada pliegue se convirtió en un auténtico desfiladero— ¿Cuándo? —Su tono era tan rudo que me asusté.

—Justo antes de que te llamara. —Di otro sorbo de zumo y esperé.

— ¿Dónde? —Tenía la mandíbula apretada y los hombros cada vez más tensos.

—En el despacho. Ahora las venas le sobresalían del cuello. Estaba a punto de montar en cólera.

— ¿Dónde está ahora?

—No lo sé. Y me da igual —contesté.

—Pues a mí no, y voy a enterarme. Sacó el móvil del bolsillo y empezó a buscar en su lista de contactos. Sabía a quién llamaría primero para ir en busca de Marley.

—No —dije, y pensé en arrancarle el teléfono de las manos y arrojarlo por la ventana. Pero lo solucionaría yendo a por el mío—. No vas a ir a buscarla para enseñarle la lección a golpes.

—Eso es justo lo que voy a hacer —replicó al instante, y se detuvo al llegar a los contactos que empezaban por «R».

—No, no lo harás —dije con firmeza, y dejé aun lado el zumo y las galletas. Necesitaba las manos y toda la atención para otra cosa—. No me hace falta que ni tú ni nadie le demuestre a otra tía que soy tuya.

—Te ha besado, Britt —dijo Santana, y entornó los ojos de inmediato

—Parece que sí que te hace falta. Recorrí con suavidad la cicatriz que tenía grabada en la memoria desde hacía años—Da igual cuántos tías deseen besarme, lo intenten o incluso lleguen a hacerlo antes de que les plante un buen sopapo —dije, y la obligué a mirarme a los ojos—Porque yo solo quiero besarte a ti. Y eso es lo único que importa Y para demostrárselo, incliné la cabeza hasta que nuestras bocas quedaron a un milímetro de distancia. No nos habíamos rozado y ya notábamos la electricidad. Y cuando mis labios cubrieron los suyos, esa electricidad se convirtió en algo mucho más grande. Jugueteaban, se acariciaban, succionaban; hasta que noté el anhelo de aire en los pulmones Santana me cogió por la barbilla con delicadeza, pero en ese contacto había una fuerza subyacente.

Terminé recorriendo con la lengua la línea central de sus labios antes de regalarle un delicadísimo beso en la comisura—Ya ves a quién me apetece besar y que me bese, y cuánto me apetece hacerlo; hasta el día en que ya no pueda besar —dije mirándola a los ojos. Su expresión sombría se había esfumado—. Así que no es necesario que le des una paliza a Marley para defender mi honor, porque puedo defenderlo solita. Quédate aquí.
Conmigo—Di unas palmadas en el sofá—. Y si me das otro beso, mejor que mejor.

Se sentó a mi lado y me cogió la mano—Ya sabes que puede que me dé algo si no voy y le meto unos cuantos puntapiés a esa imbécil. Asentí. De hecho, me sorprendía que Santana aún estuviera allí, y que pareciera relativamente tranquila y volviera a hablar con un tono normal. Ese beso debía de haber obrado un verdadero milagro, porque la Santana a la que yo conocía ya habría salido detrás de aquella tipa y le habría roto la nariz. —Pero quiero verte feliz. No hay nada más importante para mí que eso —dijo con un suspiro—. Así que venceré todos mis impulsos y no la arrojaré desde la azotea del Empire State—Otro suspiro. Esa vez más prolongado—. ¿Estás contenta?

—No tienes ni idea —dije, y me pasé los dedos por el pelo. Entre las lágrimas, los mocos y las horas que llevaba tumbada en el sofá, lo tenía hecho una auténtica maraña.
—Tengo una solución rápida para eso —saltó Santana, y me dio una palmadita en la pierna a la vez que se ponía en pie—. Voy a por uno de esos coleteros que vas dejando por todas partes.

—Te aconsejo que empieces a buscar en el cuarto de baño —grité tras ella. Sonreí. En menos de un minuto Santana había pasado de ser una mole sin escrúpulos al alma caritativa que iba a buscarme un coletero. Además, la tenía allí. Daba igual lo que hubiera tenido que pasar para que cruzara el país en un vuelo chárter. La cuestión es que estaba conmigo.
—Impresionante —musitó Holly desde la cocina mientras bebía un té a pequeños sorbos—. Creía que iba a pasarme semanas enteras limpiando los trozos de cristal cuando he visto la especie de cabreo que ha pillado.

Antes de que tuviera opción de responder, oíc errarse de golpe uno de los cajones del cuarto de baño y Santana salió como una centella— ¡Joder, Hol! —exclamó. Llevaba algo escondido dentro del puño cerrado—. ¿Te has quedado embarazada otra vez? Holly puso esa cara de no saber qué está pasando antes de reparar en lo que Santana tenía en la mano. Entonces la cara que puso fue de espanto— ¿Qué coño es esto? —soltó Santana, y le plantó el test de embarazo en las narices. El mismo test de embarazo que yo había metido en el cajón donde guardaba la pasta de dientes, el cacao de labios y los coleteros. Mierda.

—Santana —dije, pero no me oyó.

—¿Qué coño piensas hacer para criar a dos niños tú solita, Hol? —preguntó. Estaba realmente disgustada.

—Santana —volví a decir, esta vez más alto. Holly nos miraba a una y a la otra sin pronunciar palabra. No podía mentir, pero tampoco quería ponerme en evidencia.

—Contesta —insistió ella blandiendo el bastoncito.

— ¡Santana! —Por fin. Grité tanto como era capaz de gritar ella.

— ¡¿Qué pasa?! —soltó ella, y se dio la vuelta. Su expresión se suavizó un poquito al darse cuenta de que era a mí a quien le había contestado así de mal.—El test de embarazo no es de Holly —dije, y sin darme cuenta me llevé las manos al vientre—. Es mío. No asimiló de inmediato lo que le estaba diciendo. Tardó un minuto. Pero cuando vi que su cara enrojecida se volvía pálida, supe que había captado el significado de mis palabras. —Es mío —repetí, mirando el test.

—Espera… —Sacudió la cabeza mirando el bastoncito, y luego volvió a mirarme a mí— ¡¿Qué?!

Recé porque no le diera un síncope, porque nunca la había visto así de pálida y sudorosa, y estaba convencidísima de que esos eran los síntomas de un síncope inminente—El test de embarazo es mío.

Su palidez se volvió aún más pálida justo cuando pronuncié la palabra «embarazo»—No me gastes esas bromas, Luce dijimos que era para más adelante lo sabes —dijo estaba petrificada.

—No es ninguna broma —proseguí en voz baja—. Estoy embarazada. Se tambaleó, pero consiguió recuperarse. Oh, Dios. Se tapó la cara con las manos y estuvo así un rato.

— ¿Desde cuándo lo sabes? Había asimilado que lo del embarazo era cierto. Estábamos progresando, aunque su respuesta no era ni de lejos la que yo esperaba. Sabía que no iba a ponerse a dar saltos de alegría, pero creía que me daría un abrazo y me diría aquello de que lo resolveríamos juntas.

—Desde hace dos semanas.

Dejó caer las manos— ¿Y por qué no me lo has dicho? Esa era la pregunta del millón.
—Por muchos motivos —dije— que ahora ya no importan. Miró el test que sostenía en la mano.

—A mí sí que me importan Vamos. Podía hacerlo.

—Porque tenía miedo.

— ¿De qué? —Preguntó, incapaz de apartar la vista de las dos líneas rosas.

—De todo —respondí, porque era la verdad.

— ¿De mí? —Su voz y su expresión me rompieron el alma. La había herido. Había hecho lo que nunca quería hacer pero al parecer no conseguía evitar. Era mi puto talón de Aquiles: herir a Santana.

—Sí. —Tragué saliva para deshacer el nudo que se me estaba formando en la garganta ella se estremeció.

— ¿De qué me convierta en una madre tan cabrona como la mía? Esa vez fui yo quien se estremeció. Esa idea no se me había pasado por la cabeza ni una sola vez. Me preocupaban muchas cosas, las suficientes como para tener que invertir toda una vida en resolverlas, pero esa no era una de ellas.

—No, Santana —dije, y me entraron ganas de levantarme y acercarme a ella, pero no estaba segura de que mis piernas me obedecieran, viendo el giro que había dado la conversación—Ni se me había pasado por la cabeza una cosa así.

—Entonces ¿por qué me has ocultado durante dos semanas que estás embarazada? ¡Dos putas semanas! Parecía perdida. Hasta tal punto que daba la impresión de que ya no quería encontrarse.

—Precisamente por esto —dije, señalándola mientras notaba que mi genio pujaba por dejarse ver—. Porque tenía miedo de tu reacción.

Ella hizo crujir el cuello y apartó la mirada—Ya; bueno, estabas en tu derecho.

—Pues claro —repuse, y me pregunté si podía rebobinar hasta hacía dos minutos y decirle a Santana que estaba embarazada antes de que encontrara el test.

— ¿El hijo es mío? Ahora era yo quien necesitaba unos minutos para procesar la información. Seguro que la había oído mal, así que pregunté:

— ¿Qué?

—Que si el hijo es mío. No. No lo había oído mal.

—Santana —siseó Holly desde la cocina, y se dirigió hacia ella con intención de ir a pegarle un puñetazo en el estómago.

— ¿Qué pasa? —dijo ella con la mirada enajenada—. Si está embarazada y no me lo cuenta, a saber qué más me esconde. Esas palabras, esa insinuación, me hirieron como nada lo había hecho nunca antes Santana me estaba dando a entender que creía que podía haberle sido infiel, o que lo había sido cuando todo desde el principio fue su idea aunque pasara sin el consentimiento de las dos ese tipo de heridas no se cierran jamás.

—Lárgate de aquí ESTUPIDA —susurré con la mirada fija en mi regazo—. Lárgate de aquí cuando vi que no se movía, me levanté como un relámpago y señalé la puerta mientras la miraba con ojos fulminantes— ¡Que te largues! Vi un destello en sus ojos antes de que se diera la vuelta, no sabía si de enfado o de dolor. Yo misma estaba demasiado dolida para descubrirlo.

Santana cruzó el recibidor como una exhalación y cerró con un portazo tan tremendo que creí que se habría cargado las bisagras. Antes de volver a desplomarme en el sofá, oí una retahíla de maldiciones, seguida de lo que sonó como un puño atravesando la pared de obra.


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Bueno Bueno aqui un nuevo capitulo ! Espero que les guste y comenten  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

PD: TODAS PATEANDO A SANTANA :)

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Mensaje por 3:) Jue Jul 10, 2014 10:36 pm

holap dan,...

es raro lo que voy a decir,.. pero es relativamente normal la reacción de santana,.. (no me odien)
era una de las posibilidades al haberle ocultado y no habérselo dicho en el momento que se entero, eso estuvo mal,...
a ver como que va a hacer san ahora y si britt le explica como fueron las cosas,... de terca las dos no creo que sea rápido!!!

nos vemos!!
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Mensaje por Anita-P Jue Jul 10, 2014 11:01 pm

Noooo! Por qué me haces esto? Regreso y me encuentro con estos capítulos.
Entiendo a Santana pero también entiendo a Brittany. Espero con ansias una nueva actualización, y que estés super bien! Hasta pronto :)
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Mensaje por monica.santander Dom Jul 13, 2014 1:09 am

actualizaaaaaaaaaaaa!!!!!! Por favor!!!
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Mensaje por Dani(: Dom Jul 13, 2014 9:11 pm

3:) escribió:holap dan,...

es raro lo que voy a decir,.. pero es relativamente normal la reacción de santana,.. (no me odien)
era una de las posibilidades al haberle ocultado y no habérselo dicho en el momento que se entero, eso estuvo mal,...
a ver como que va a hacer san ahora y si britt le explica como fueron las cosas,... de terca las dos no creo que sea rápido!!!

nos vemos!!

Anita-P escribió:Noooo! Por qué me haces esto? Regreso y me encuentro con estos capítulos.
Entiendo a Santana pero también entiendo a Brittany. Espero con ansias una nueva actualización, y que estés super bien! Hasta pronto :)

monica.santander escribió:actualizaaaaaaaaaaaa!!!!!! Por favor!!!

Hola Hola!
Perdón por no contestar sus comentarios paso un potito rapido C:
Los proximos los respondo!
Saludos y Besos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 918367557 Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 
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Mensaje por Dani(: Dom Jul 13, 2014 9:21 pm

Capítulo 20


Las clases, el ballet, la boda, la carrera… Santana toda mi vida parecía estar en la cuerda floja ya no había ni una sola cosa que me ofreciera garantías.

Bueno, de algo sí que estaba segura: seguía amando a Santana quería estar con ella, casarme con ella, vivir y morir a su lado cuando la vida te pone en una encrucijada como la mía, te das cuenta de qué es en realidad importante y qué no Santana, y ahora también el bebé, ocupaban los primeros puestos en la lista después del sábado en que Santana había salido de casa echando chispas, no había vuelto a saber nada de ella habían pasado cuatro días y medio sin que supiera qué pensaba o qué le pasaba por la cabeza, ni siquiera si íbamos a reconciliarnos o si aún quería casarse conmigo la verdad es que si todavía no me había salido una úlcera, le faltaba poco.

Cuando el sábado por la tarde le grité a Marley: « ¡Me voy!», hablaba en serio ella me había mandado un ramo de flores y una nota para disculparse, pero por el momento un beso forzado nos separaba del perdón y del olvido tal vez algún día podría perdonar y olvidar, pero aún habían pasado muy pocos días Marley había cruzado una barrera y había demostrado que no aceptaba un no por respuesta era obvio que no podíamos ser solo amigas, así que tomé medidas drásticas y evité toda forma de contacto incluso contaba con el apoyo de Rach, que cuando descubrió que Marley me había besado se puso hecha un basilisco el martes por la mañana, después de que volviera a saltarme las clases, Holly y Dani me arrastraron literalmente hasta el estudio de danza.

Pero la cosa no duró mucho porque en cuanto me atavié con el maillot observé que una ligera barriguita estiraba la lycra y estuve a punto de sufrir un ataque de ansiedad no era solo por el bebé, sino por todo lo acumulado durante los últimos días tras ventilarme una caja entera de pañuelos de papel, Dani me acompañó a ver a la tutora y la informó de mi «delicada» situación mientras yo acababa con la segunda caja de kleenex al final del día, habíamos conseguido elaborar un horario alternativo que me permitiera continuar el semestre académico sin tener que seguir al pie de la letra el riguroso ritmo de las clases de danza no me había preocupado de mirarlo hasta entonces, porque lo único que quería hacer era bailar, pero resultó que había unas cuantas asignaturas teóricas que también me servían para obtener el título estaba previsto que el bebé naciera en febrero, así que no sabía seguro si podría terminar el segundo semestre, pero eso no importaba no era capaz de proyectarme tan lejos en el tiempo ni siquiera acababa de hacerme a la idea de que un niño crecía dentro de mí, ni de que, cuando lo pariera, tal vez tuviera que criarlo sola Holly y yo habíamos hablado de las dos «A», tal como ella lo llamaba: el aborto y la adopción no pretendía juzgar a los demás, pero yo no me planteaba abortar no podía hacerlo; tan simple como eso le dimos vueltas y vueltas a la posibilidad de dar el niño en adopción, hasta que reparé en que eso tampoco era capaz de hacerlo no había planeado tenerlo, no le había visto la cara, ni siquiera sabía si era niño o niña, pero era mi hijo. Y de Santana no podía entregarlo a otra persona.

Sabía que ese embarazo me ponía la vida patas arriba, tanto la actual como la futura, pero el bebé no tenía la culpa así que lo tendría y lo criaría a ser posible con la ayuda de Santana pero si no me quedaba más remedio, lo haría sola así pues, aunque tenía la sensación de que mi vida era un interrogante gigantesco, me dediqué a abordar las pequeñas cosas que tenían punto final leí un par de libros sobre el embarazo y el parto en uno aparecían fotografías de un parto real; fotografías detalladas que no dejaban de obsesionarme procuraba dormir las horas suficientes, lo cual no me resultaba difícil teniendo en cuenta que me sentía cansada las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana tomaba las vitaminas correspondientes, caminaba y hacía estiramientos, y bebía tanta agua que tenía que ir al lavabo cada media hora la cosa avanzaba había asimilado todo lo que implicaba que hubiera un bebé creciendo en mi interior por fin y pensaba hacer cuanto estuviera en mi mano para que naciera sano había momentos de la noche en que me despertaba invadida por la emoción entonces veía la cama vacía a mi lado y al mirar el teléfono comprobaba que no había llamadas perdidas ni mensajes, y la chispa de felicidad se apagaba.

Daba igual lo que ocurriera, daba igual lo que hiciera o no hiciera Santana, de una cosa estaba segura: iba a ser la mejor mamá del mundo; vaya si iba a serlo dudaba de muchas cosas, pero esa era una de las que sabía con certeza y no estaría sola contaba con Holly, que tenía mucha experiencia y podía ayudarme también estaban Rach y Dani para darme ánimos, abrazarme cuando me hiciera falta llorar o decirme que dejara de quejarme cuando fuera necesario y, aunque todavía no sabían nada del bebé, también tenía a mis padres; y estaba segura de que podía contar con su apoyo al principio se quedarían tan descolocados como yo, pero lo superarían del mismo modo, y me ayudarían a orientarme en ese camino que medaba tanto miedo me concentré en las facetas de mi vida que podía controlar y traté de no obsesionarme con las que no lo permitían me dediqué a tomarme las cosas con calma y vivir el presente, porque si me planteaba el futuro, aunque solo fuera aun día vista, notaba los primeros síntomas de un ataque de pánico esa tarde iban a hacerme la primera ecografía si quería saberlo, me dirían el sexo del bebé tenía la sensación de que hacía muy poco que me había topado con la realidad, de que acababa de enterarme de que estaba embarazada, y ya estaba a punto de saber si compraría los peleles rosas o azules como tantas veces me había ocurrido en la vida, era todo muy surrealista.

Hasta la noche anterior no había hecho ningún intento de telefonear a Santana después de su marcha forzosa ya ni me acordaba de la cantidad de veces que había estado a punto de pulsar la tecla de llamada y había acabado por rajarme el miedo de que me saltara el buzón de voz o de no volver a tener noticias suyas me imponía demasiado sin embargo, fue buena idea comunicarle lo de la ecografía; al menos le ofrecía la oportunidad de personarse allí, porque aunque no quisiera saber nada más de mí tenía la esperanza de que con el bebé fuera distinto tendría que haberle dicho que estaba embarazada en cuanto lo supe y del todo el enreda en la clínica, de eso ya me había percatado me había quedado muy claro por qué estaba tan enfadada pero ella también tendría que haberme llamado nada más caer en la cuenta de lo imbécil que había sido comportándose como lo había hecho, y sin embargo yo aún seguía esperando a que se percatara cuanto más tiempo pasaba, más enfadada estaba.

Pero sobre todo estaba triste después de pasarme una hora que si sí que si no, me decidí a escribirle un escueto mensaje le envié la dirección del centro donde iban a practicarme la ecografía y la hora de la cita, y, en contra de mi propio sentido común, terminé con un: LO SIENTO TE QUIERO luego pulsé la tecla «Enviar» sin darme tiempo a torturarme durante otra hora entera no recibí respuesta, pero incluso mientras rellenaba los documentos en la sala de espera cinco minutos antes de la visita, iba mirando el teléfono sin perder la esperanza tanto Holly como Rach se habían ofrecido acompañarme como muestra de apoyo, pero me inventé un montón de excusas para ir sola había rellenado tantos papeles que empezaba anotar la mano dormida; y entonces llegué al último apartado: «Apoyo del padre o madre» La primera pregunta resultó fácil, y tracé una cruz en la casilla del sí a pesar de las amargas palabras de Santana que resonaban en mis oídos:«¿Sabe quién es la madre?» La segunda y la tercera me costaron más. « ¿Se implicará el padre o madre en la crianza del bebé?», y « ¿Cuenta con el apoyo del padre o madre?» Cuando ya estaba a punto de responder «sí» a ambas cosas, me dije a mí misma que la respuesta era «no» seguía allí atascada cuando la ecografista pronunció mi nombre, así que acabé por crear una casilla nueva para las dos preguntas: «No lo sé»—Hola, Brittany —me saludó la joven ecografista no parecía mucho mayor que yo—Me llamo Amy es por aquí la seguí por el vestíbulo, que olía a antiséptico, con la sensación de que todo aquello formaba parte de un sueño o de una película mi vida ya no parecía mi vida, sino que tenía la sensación de ser una espectadora pasiva que veía las cosas desde fuera, incapaz de ejercer ningún control.—¿Qué tal estás? —preguntó a la vez que abría una puerta dentro estaba oscuro iba a responder con el típico «Bien, gracias» que últimamente salvaba todas las situaciones, pero cambié de idea.

—Cagada de miedo —contesté, y le dirigí una sonrisa de disculpa Amy se echó a reír.

—Por lo menos eres sincera —dijo, y me acompañó hasta la camilla tapizada de escay—Me parece que es la mejor respuesta que he oído en toda la semana—Se sentó en una silla giratoria junto a la camilla y empezó a teclearen su ordenador—. Pasa y ponte cómoda, y enseguida empezamos.

Respiré hondo y, tras tumbarme en la camilla, traté de ponerme cómoda sin embargo, aquello de cómodo no tenía nada en la sala hacía demasiado frío, la almohada era tiesa, el papel con que estaba recubierta la camilla hacía ruido cuando me movía, y había algo que se me antojaba demasiado rotundo en el hecho de estar a punto de saber si el bebé era niño o niña también era consciente de que, en parte, si no conseguía sentirme cómoda era porque me faltaba Santana—Levántate la blusa —dijo a la vez que cogía una especie de lápiz óptico del carrito—Te alegrará saber que hubo un genio que inventó una forma de calentar este mejunje lubricante, o sea, que no darás un bote cuando te lo ponga en la barriga me levanté la blusa con ganas de sonreír.

— ¿Mejunje lubricante? ¿Ese es el nombre oficial? Amy agitó el tubo y me aplicó una buena cantidad justo por encima del ombligo.

—Es el nombre oficial que yo le doy —respondió, y cogió el lápiz óptico y lo bajó hasta mi vientre—Voy a echar un vistazo a los pulmones, el corazón y la columna vertebral del bebé, y si quieres luego comprobaremos el sexo.

—Sí que quiero saberlo —dije mientras ella iba extendiendo el líquido Amy pulsó un botón de un mando a distancia y el televisor que tenía enfrente se encendió no se veía nada más que unas rayas oscuras e indefinidas hasta que de repente apareció una figurita blanca en forma de alubia con brazos y piernas.

Ahí tienes a tu bichito —dijo la ecografista, y movió el instrumento para obtener una imagen distinta ahogué un sollozo espontáneo que no correspondía a ningún pensamiento fue instintivo, como toda mi reacción al observaren la pantalla al bebé que crecía en mi interior Amy me tendió unos cuantos pañuelos de papel justo antes de que empezara a derramar las primeras lágrimas tenía mucha experiencia esas lágrimas no tenían nada que ver con las hormonas ni con el tremendo caos emocional en que me había convertido desde hacía prácticamente un mes eran lágrimas que procedían de lo más hondo del alma; de las que se derramaban ante la creación de una nueva vida o la pérdida de una ya existente, y no estaba segura de que tuvieran fin—Ahí dentro llevas un bebé muy sano, Brittany —dijo Amy al cabo de un rato—. Parece que todo está perfecto más lágrimas— ¿Estás preparada para saber si es niño o niña? —preguntó, y volvió a cambiar la imagen yo me limité a asentir porque me había quedado sin palabras se abrió una rendija de la puerta, y un haz de luz muy blanca llenó la sala cuando alguien se coló por ella.

— ¿Llego demasiado tarde? —Preguntó Santana, cerrando la puerta.

—No —respondió Amy—Llegas justo a tiempo.

— ¿Britt? —Preguntó, acercándose a mí— ¿Llego demasiado tarde? —repitió; unas palabras cargadas de significado me tomé un momento para que mis ojos se acostumbraran a la luz, pero cuando lo hicieron y vi la expresión de su rostro, el corazón estuvo a punto de rompérseme y de arder en llamas al mismo tiempo estaba allí no me había abandonado la tenía a mi lado cuando más la necesitaba, con cara de estar sufriendo, nerviosa y tan muerta de miedo como yo era la imagen más bella que había visto jamás.—No, San —dije, y le tendí el brazo—No llegas demasiado tarde me cogió la mano y se arrodilló a mi lado.
—Lo siento mucho, Britt —se disculpó, y con la mano que le quedaba libre cubrió la mía—Te quiero muchísimo, joder. Y, joder, también quiero mucho a ese pequeño que llevas dentro hizo una pausa y se mordió el interior de la mejilla al parecer, le faltaban las palabras, así que inclinó la frente sobre nuestras manos entrelazadas y cerró los ojos—Hay muchas más cosas que quiero decirte, pero más o menos, para resumirlo todo, te diré que lo siento, y que te quiero… Que os quiero a los dos estaba segura de que durante ese último mes mis conductos lagrimales habían cobrado vida propia y se habían dedicado a vengarse por los ocho años que llevaba sin llorar.

—Yo también lo siento, y también te quiero —respondí Santana tenía razón esas dos frases lo resumían todo.

—Supongo que tú eres la madre —dedujo Amy, esforzándose por ocultar una sonrisa mientras nos contemplaba.

Santana abrió los ojos y enderezó los hombros—Sí, yo soy la madre.
—Muy bien, mamita —dijo Amy, y miró la pantalla del ordenador— ¿Estás a punto para saber si vas a tener un niño o una niña? Santana miró hacia la pantalla y se quedó pálida de tan impresionada como estaba tan pendiente del asunto de nuestra reconciliación que no había reparado en la imagen del bebé sin embargo, ahora sí que lo veía y era incapaz de apartar la mirada apenas podía pestañear—Mira eso —dijo Amy sacudiendo la cabeza—El bebé se está despertando seguro que está contenta de oír la voz de su otra mami volví la cabeza de inmediato.

— ¿Contenta?

—Vas a tener una niña —confirmó Amy, y me guiñó un ojo antes de mirar a Santana ella seguía paralizada, embelesada por completo ante la imagen de nuestra hija moviendo los bracitos y las piernas entonces vi una lágrima temblar en la comisura de su ojo, que enseguida le rodó por la mejilla era la primera vez que veía a Santana derramar una lágrima— ¿Cómo te has quedado? —Pregunté en voz baja.

—Sin palabras —susurró, y examinó la pantalla como si no pudiera ser cierto.
—Es la primera vez que te veo llorar —dije, y le pasé el pulgar por la traza húmeda que la lágrima le había dejado en la mejilla.

—Es que es la primera vez que lloro —respondió ella, aclarándose la garganta—No puedo imaginar un momento mejor para estrenarme que el de saber qué voy a tener una niña contigo, Britt.

—Ya —dije—Yo tampoco.

—Bueno, hemos terminado —dijo Amy—Pero os imprimiré unas fotos para que las colguéis en la nevera y se las enseñéis a todos vuestros amigos. Venga, decid adiós al bebé, mamitas.

—Adiós, cariño —susurré mirando a la pantalla el bebé seguía moviéndose; parecía que bailara realmente, era hija mía.

—Adiós, pequeña —dijo Santana antes de que la pantalla se apagara.

—Podéis quedaros un momento aquí —informó Amy mientras me limpiaba la barriga con unos cuantos pañuelos de papel, y se puso en pie—Y aquí tenéis las primeras fotos de vuestra hija—Me entregó una tira con seis fotografías tomadas desde diferentes ángulos todas me arrancaron una sonrisa allí estaba nuestro bebé nuestra pequeña la palabra del día era «surrealista».

— ¿Tiene unas tijeras? —Preguntó Santana, y se enjugó los ojos con el dorso de la mano—Es que quiero guardarme una en la cartera Amy sonrió y cogió unas tijeras del carrito luego cortó la primera foto.

—No me cuesta mucho darme cuenta de si un bebé tendrá amor y estará bien cuidado —dijo, y le entregó la foto a Santana antes de dirigirse hacia la puerta—Solo con haber pasado unos minutos con vosotras ya sé que vuestra pequeña es muy afortunada. —Sonrió y se dispuso a cerrar la puerta—. Tomaos vuestro tiempo Santana dobló cuidadosamente la foto antes de guardársela en la cartera con expresión placentera.

—Siento mucho no habértelo dicho antes, Santana—empecé, y me incorporé en la camilla con las piernas colgando—. No quería…

—Britt, no tienes que disculparte por nada —me atajó ella, y bajó la vista a mi vientre antes de mirarme a los ojos— Yo sí me he comportado como una verdadera imbécil porque he sido una verdadera imbécil alcé la mano porque no pensaba permitirle que cargara con todas las culpas como siempre.

—Bien sabe Dios lo mucho que te agradezco que digas eso, pero sí que tengo muchas cosas de las que disculparme así que déjame que lo haga, ¿vale? Ella tomó asiento a mi lado en la camilla y asintió—Tendría que haberte contado que estaba embarazada en cuanto lo supe —empecé, pasándome las manos por los muslos—. Pero estaba asustada aterrada no conseguía hacerme a la idea de que todo fue por un mal entendido, y me prometí a mí misma que te lo diría en cuanto lo hubiera asimilado. Y creo que he descubierto que es imposible asimilar una cosa así cuando tienes veintiún años, estás soltera y solo piensas en terminar los estudios a lo mejor lo que ocurría es que nadie se hacía la idea de una cosa así, tuviera la edad que tuviese y cualquiera que fuera la situación en la que se encontrase, porque era algo que superaba la capacidad de asimilación algo muy grande crear una nueva vida gestarla como fuera que se diese dar a luz era un concepto capaz de ofuscar cualquiermente pensante—Cuando pasó una semana y me di cuenta de que estaba igual que antes, supe que tenía que decírtelo pero no quería que fuera por teléfono, y tampoco quería soltártelo a toda prisa cuando fui a ver tu primer partido quería encontrar el momento y el lugar ideales para que pudiéramos pasar el trance juntas tendría que haber caído en la cuenta de que soy un desastre total a la hora de encontrar momentos ideales Santana me cogió la mano y entrelazó sus dedos con los míos—Tendría que habértelo dicho antes lo siento y también siento que te enteraras como te enteraste —Le estreché la mano—. Pero estoy muy, muy contenta de que estés aquí conmigo.

—Yo también estoy contenta —dijo, y se llevó mi mano a los labios—¿Has terminado? De disculparte, quiero decir—Me acarició los nudillos con los labios y me dejó una sensación ardiente—Lo digo porque yo también tengo que ofrecerte una disculpa una disculpa monumental.

—Tiene la palabra, señora López—dije con tono ceremonioso.

Ella me dio un último beso en los nudillos y posó nuestras manos entrelazadas sobre su regazo—El sábado por la noche me fui porque yo también tenía miedo, Britt —confesó—. Tenía miedo, primero, de los motivos por los que no me habías contado lo del embarazo aunque se diera por un error y de no tener lo que hay que tener para ser madre tenía miedo de muchas cosas, pero lo que más me asustaba era perderte—Su voz era tensa cuando bajó la mirada a mi vientre—Y perder al bebé »Esa noche me fui porque tenía miedo, y el hecho de haberme marchado justo en el momento en que más me necesitabas aún me asustó más eso es a lo que he estado dándole vueltas y más vueltas, un día detrás de otro, desde el sábado por la noche ¿Y sabes a qué conclusión he llegado? —preguntó, apoyando su frente en la mía al tenerla tan cerca, sus ojos ocupaban todo mi campo de visión.

— ¿A cuál? —pregunté, casi besándola de lo cerca que estaban nuestros labios.

—A que da igual el motivo por el que me fui —dijo mirándome sin pestañear— La cuestión es que he vuelto siempre volveré, Britt da igual cuántas veces nos tiremos los trastos a la cabeza o no nos entendamos siempre volveré porque mi sitio está contigo.

—Eso sí que es una revelación, López —dije—. Últimamente has tenido muchas, ¿verdad?

—No podría haber llegado hasta donde he llegado contigo si la clarividencia no me hubiera hecho darme un buen cabezazo contra la pared alguna que otra vez.

—En fin. ¿Algo más, o nos besamos y hacemos las paces? Su frente se separó de la mía.

—Una cosa más —dijo, y contrajo la expresión— ¿Te preocupa que sea tan mal madre como lo fue la mía? —Noté el esfuerzo que hacía por ocultar lo difícil que le resultaba pronunciar esas palabras; no en vano llevaba cuatro años acompañándola en los momentos buenos y en los malos.

—El sábado dije la verdad, Santana —repuse, intentando alisar con los dedos las arrugas de preocupación que surcaban su rostro—. Nunca me ha preocupado eso y nunca me preocupará porque ¿sabes a qué conclusión he llegado? —Dije, obsequiándola con su misma pregunta.

— ¿A cuál?

—A que no debo preocuparme por eso; eres muy consciente de ello y lo tienes presente el miedo de convertirte en alguien como tu madre hará que seas la mejor de las madres —dije, y observé que algunas de las arrugas desaparecían—¿Sabes lo que sí me preocuparía? Que estuvieras demasiado segura de que nunca serías como ella, que confiaras tantísimo en que no te convertirías en alguien así aunque pasaran un millón de años que eso te hiciera bajar la guardia y entonces te costaría mucho menos caer en la trampa cuando atravesáramos momentos difíciles—Me detuve para cobrar aliento. Había cogido carrerilla; claro que tenía muchas cosas que decir— Pero eso no va a ocurrir, y por eso no estoy preocupada ah, y una cosa más, Santana: no elegiría a otra madre para mi hija ni aunque me dieran a elegir entre todas las mujeres del mundo las últimas arrugas desaparecieron.

—Joder, nena —dijo—. Si sigues diciendo esas cosas me pondré a llorar otra vez. —Se inclinó hacia mí y volvió a besarme; y esa vez el beso duró más, pero todavía fue demasiado corto para mi gusto.

— ¿Estamos en paz? ¿Hemos descargado el pecho de todo lo que teníamos que descargarlo? Como era una retorcida, bajó los ojos a mi pecho. Y en su cara se dibujó una amplia sonrisa le di un empujón a modo de respuesta.

—Creo que a mí me queda una cosa más para descargarlo del todo —añadió—Tratándose de nosotras, lo raro sería que no quedara algo en el tintero—Sí, pero esto me aplacará durante una temporadita si aceptas —dijo, y se frotó la nuca.

— ¿Estás nerviosa? —pregunté, asombrada la última vez que recordaba haberla visto nerviosa era en la línea de cincuenta yardas, cuando me pidió…

—Cásate conmigo, Britt —dijo, y dio un resoplido—. Tengo que hacer todo lo posible porque esto salga bien, y la única forma que sé de hacerlo es formando una familia.

—Ya somos una familia, cariño —dije mientras me preguntaba si acabaría arrancándose la piel de la fuerza con la que se la frotaba.

—Ya lo sé, pero quiero formar una familia de esas que enmarcan el certificado de matrimonio y lo cuelgan encima de la chimenea —insistió—Quiero que nuestra hija tenga dos mamás comprometidas, casadas quiero que crezca en un entorno estable y educativo, porque yo no lo tuve quiero que seas mi mujer y ser tu mujer por nuestra pequeña, Britt pero te mentiría si no reconociera que también tengo motivos egoístas para querer llevarte al altar.

—Tienes todo el derecho a ser egoísta —dije, y le cogí la mano y se la aparté del cuello—Has tenido mucha paciencia conmigo durante los tres años que te he estado repitiendo que pronto llegaría el momento.

—Sí, me parece que en este caso tu idea de «pronto» no va a funcionar, Britt no quiero que nuestra hija tenga edad de casarse antes de que nos casemos nosotras—Arrugó la nariz—Espera ¿Qué estoy diciendo? Nuestra hija no se casará nunca, ni siquiera tendrá novio o novia de hecho, no sabrá nunca lo que es una chica o chico, porque si se le ocurre aparecer por casa con alguien como yo, te aseguro que no respondo.

Me eché a reír con esa risa tan genuina que te sacude todo el cuerpo hacía bastante tiempo que no me sentía así le sonreí—A mí me encantaría que apareciera por casa con alguien como tú —dije—Sería el orgullo de su mamá.

—Me parece que no esa historia de la atracción fatal se termina contigo para mi hija quiero lo mejor de lo mejor.

—Vale, vale —dije, y levanté las manos en señal de rendición porque Santana y yo podíamos pasarnos días enteros dándole vueltas al tema y no habría forma de saber cuál de las dos tenía razón—. Bueno, ¿cuándo nos casamos? Las cejas de Santana tocaron el techo de la forma en que las enarcó.

—Espera… ¿Me estás diciendo que estás preparada? ¿Hablas de poner fecha y enviar invitaciones?

—Estoy preparada —dije, y traté de no reírme ante su expresión se le veía igual de boquiabierta que cuando descubrió lo del embarazo— ¿Qué te parece? ¿Dentro de unas semanas? ¿De unos meses? —Se retorcía las manos de tan emocionada que estaba—Estamos en un hospital, ¿verdad? —Dije, encogiéndome de hombros—Seguro que habrá un capellán, o un pastor, o alguien con poderes para casarnos ¿Recordáis la expresión de asombro de Santana de hacía unos segundos? Pues no era nada en comparación con la que tenía ahora.

Abrió la boca, pero de ella no brotó nada sacudió la cabeza con fuerza y lo intentó otra vez— ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? Sabía que era una locura, y que la familia y los amigos pondrían el grito en el cielo cuando se enteraran, pero pensaba echarles la culpa a las hormonas y a la forma en que Santana me estaba mirando la vida implicaba compromiso consistía en dar y recibir, y en el caso de mi relación con Santana hasta entonces yo había recibido más de lo que había dado ella me lo había dado todo, y volvería a hacerlo si fuera necesario me había llegado el turno de subir al puesto de los dadivosos tanto si me casaba con ella de inmediato como al cabo de diez años, iba a hacerlo sí o sí iba a casarme con Santana López.

Había llegado el momento de desprenderme de mis dudas y mis miedos infundados y aferrarme a lo que me ofrecía las máximas garantías: Santana—Si te refieres a que nos demos el sí esta misma tarde, eso es exactamente lo que estoy diciendo nunca la había visto tan radiante.

—Justo cuando estaba pensando que no podría amarte más de lo que te amo…

—Voy y te propongo una boda relámpago en la capilla del hospital, preñada y vestida con una camiseta y una falda con cuadros escoceses su sonrisa se intensificó.

—Exacto.

Y antes de que supiera lo que estaba pasando, Santana me había cogido en brazos y había salido flechado por la puerta nada más llegar al pasillo, echó a correr enfermeras, médicos y pacientes giraban en redondo para mirarnos mientras hacíamos un sprint hasta la capilla partiéndonos de la risa—¡Vamos a casarnos! —Gritó Santana, desternillándose— ¡La hostia puta!

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Hola Hola !
Les quiero decir que estamos a nada del fin de la historia un capitulo más el epilogo y eso es todo !
Espero que les gustara las historia y todo y gracias todas las que comentan C:
Besos y Saludos
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Mensaje por 3:) Dom Jul 13, 2014 10:37 pm

holap dan,....

me gusto,...
me encanto que san aya recapacitado y se diera cuenta de las cosas,...
BODAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! jjajajajajajajaj santana esta mas feliz que nene con regalo nuevo de papa noel jajajaj
lastima que va a terminar,...

nos vemos!!

(por lo menos me levantaste tantito el animo)
3:)
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Mensaje por monica.santander Lun Jul 14, 2014 12:37 am

Que genial por momentos creí que San no llegaría.
Un capitulo mas y el epilogo??? Que rápido paso!!!!
Me encanta esta historia 
Saludos
monica.santander
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Finalizado Re: Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14)

Mensaje por Dani(: Vie Jul 18, 2014 4:10 pm

3:) escribió:holap dan,....

me gusto,...
me encanto que san aya recapacitado y se diera cuenta de las cosas,...
BODAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! jjajajajajajajaj santana esta mas feliz que nene con regalo nuevo de papa noel jajajaj
lastima que va a terminar,...

nos vemos!!

(por lo menos me levantaste tantito el animo)

Hola Hola!
JJAJAJAJAJA se le hizo realidad despues de 3 años no jajaja oh san jajaja
Si lastima :l

Saludos y beso

PD: me alegro que te gustara y comentaras siempre muchas gracias en serio Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 3750214905 

monica.santander escribió:Que genial por momentos creí que San no llegaría.
Un capitulo mas y el epilogo??? Que rápido paso!!!!
Me encanta esta historia 
Saludos

Hola Hola!
Exactamente estamos a nada de terminar la historia C:
Y me alegro que te gustara y que comentaras siempre muchas gracias !
Besos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 2013958314 
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Mensaje por Dani(: Vie Jul 18, 2014 11:50 pm

Capítulo 21


Santana no me dejó en el suelo hasta que llegamos a la capilla del hospital, situada en la primera planta cuando estuvimos frente a la tienda de regalos, me bajó al suelo y me dio un beso prolongado que hizo que encogiera los dedos de los pies dentro de los mocasines, y luego salimos corriendo a buscar al capellán. O al pastor. O al cura. O al primero con poder para casarnos. Nos daba igual. Me dirigí al mostrador de la tienda con la esperanza de que tuvieran algo que nos sirviera de alianza provisional hasta que diéramos con una de verdad. Y alguien escuchó mis plegarias. En la vitrina había varios anillos de titanio peinado.

Perfecto. Le pregunté a la mujer que había tras el mostrador si me dejaba verlos, y después de probarme tres para compararlos creí dar con uno que le iría bien a Santana costaba la friolera de treinta dólares y, tras convencer a la dependienta de que no me lo envolviera para regalo porque en menos de diez minutos alguien lo llevaría puesto, corrí hasta la capilla miré a ambos lados del pasillo, pero no vi a Santana, así que crucé la puerta y encontré lo que andaba buscando de pie frente al altar.

Su sonrisa me hizo pensar en cosas por las que bien podría fulminarme un rayo por haberlas pensado dentro de una capilla Santana se había arreglado el vestido que llevaba con esmero, y con eso estaba todo lo elegante que requería la ocasión yo no iba mejor vestida. Ni siquiera me había acercado al servicio para pasarme un peine por el pelo o aplicarme un poco de brillo de labios eso formaba parte de la gracia del día. De la gracia de mi relación con Santana nos mostrábamos como éramos, sin pompa ni ostentación, y nos aceptábamos la una a la otra tal cual—Hola, bella novia de mejillas sonrosadas —dijo Santana, y volvió la cabeza para hacer un gesto de asentimiento—He buscado un cura—Un ancianito con el collarín blanco y una sonrisa se situó detrás de lo que parecía más un podio que un altar—Y un testigo—Señaló a un hombre de mediana edad cargado de mopas y escobas sentado en el primer banco—¿Has encontrado algún anillo? Levanté el dedo pulgar, de donde me colgaba la alianza—Entonces solo faltan las firmas y los «sí quiero» —concluyó Santana, y ladeó la cabeza para animarme a recorrer el pasillo hasta el altar erguí la espalda y puse una expresión teatral mientras sostenía frente a mí un ramo de flores imaginario, e inicié mi marcha saludando a derecha e izquierda hasta llegar junto a la mujer a quien iba a prometer mi amor eterno—Taa-taa-ta chán —berreó Santana más que cantar—. Taa-taa-ta-chán incluso a marcha lenta llegué a su lado antes de que terminara de tararear— ¿No se lo había dicho, padre Joe? —Dijo Santana, posándome la mano en la mejilla—. ¿A qué es lo más bonito que ha visto en la vida?

La sonrisa del padre Joe se hizo más amplia—Me parece que eres una joven muy afortunada.
—Sí, joder, ya lo creo… —Santana dejó la frase inacabada y se volvió hacia el cura con cara avergonzada

—Lo siento el padre Joe se rió entre dientes y juntó las manos frente a él— ¿Empezamos?

—Sí, jod… —Esa vez Santana rectificó a tiempo— ¿A usted qué le parece?

—Gracias por acceder a casarnos —dije—Seguro que en un sitio así no ven muchas bodas el padre Joe se inclinó como si quisiera confesarme un secreto.

—Te sorprendería saberlo.

—Es tu última oportunidad de salir a toda leche, Britt —dijo Santana, y extendió las manos frente a mí yo miré hacia la puerta antes de volverme hacia ella le cogí las manos.

— ¿Y qué te parece si cuando terminemos con esto salimos a toda leche las dos juntas?

—Trato hecho —respondió ella, e hizo un gesto de asentimiento al padre Joe.

—La señora López me ha dicho que quiere una ceremonia corta —empezó el padre Joe yo me eché a reír.

—Cómo no.

—Si a usted le parece bien, señorita Pierce.

—Uau. —Santana abrió los ojos como platos— ¿Te das cuenta de que es la última vez que te llaman «señorita Pierce»?

—Sí, precisamente para eso estoy aquí, me parece —solté, y me eché a reír al pensar que esa boda era tan poco convencional como toda nuestra relación— Y sí, padre Joe, me parece bien que la ceremonia sea corta.

—Algo me dice que vuestra relación es muy fluida —dijo el padre Joe con un destello en la mirada Santana y yo nos miramos y sonreímos.

—No sabe hasta qué punto —respondimos al unísono el padre Joe se aclaró la garganta y se volvió hacia Santana—Hija, repite conmigo.

—Ah, no se preocupe, padre —dijo Santana, levantando la mano—. Hace tiempo que memoricé los votos.

— ¿Qué? No tendría que haberme sorprendido.

—No sabía cuándo ibas a dejarte cazar, y tenía que estar preparada por si era en un momento inesperado —confesó.

Me puse de puntillas y le planté un beso en los labios—Justo cuando creía que no podía estar más enamorada de ti…Ella me guiñó un ojo y soltó un pequeño resoplido.

—Yo, Santana López, te tomo, Brittany Susan Pierce… —Me mordí el labio para evitar sonreír—. Como legítima esposa, para honrarte y respetarte de hoy en adelante, en la fortuna y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad… hasta que la muerte nos separe. —Soltó otro resoplido, esa vez más largo—. ¿Qué te ha parecido?

—Es lo más romántico que me has dicho en la vida —repuse.

—Muy bien, hija —alabó el padre Joe antes devolverse hacia mí—Britt, ¿quieres repetir conmigo, o tú también te lo sabes de memoria?

—Ya me lo sé, padre —dije, y estreché las manos de Santana sorprendentemente, ni ella ni yo estábamos sudorosas a ninguna nos ponía nerviosa hacernos promesas eternas— Yo, Brittany Susan Pierce… —Ahora era el turno de que Santana tuviera que esforzarse para no sonreír—Te tomo, Santana López, como legítima esposa, para amarte y respetarte de hoy en adelante, en la fortuna y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad… hasta que la muerte nos separe al terminar de pronunciar los votos, me pregunté por qué había tardado tanto en llegar hasta ese punto. ¿Qué era lo que tanto me preocupaba? Ahora Santana era tan mía como lo era antes unos simples votos no cambiarían nada. Pero mientras permanecía allí plantada frente a ella me di cuenta de que al mismo tiempo lo cambiaban todo.

—Imagino que tenéis los anillos…

—Sí —respondió Santana, y se sacó algo del bolsillo era una delgada alianza de plata. Un anillo de boda con tres piedras preciosas. Parecía que hubiera estado deseando que llegara ese momento. Sostuve la mano izquierda sobre la suya y ella situó la alianza frente a mi dedo anular—Estas piedras somos tú y yo, Britt, y nuestra pequeña —dijo—. La esmeralda es por tu fecha de nacimiento, el rubí por la mía, y la amatista por cuando se supone que nacerá ella. Quería que fuera algo especial, ¿sabes? Había puesto el alma en ese anillo.

—Lo sé —respondí, y me esforcé por deshacer el nudo que se me había formado en la garganta—. Es muy bonito, Santana me lo encajó en el dedo.

—Con este anillo, te desposo la alianza con las gemas correspondientes a los tres miembros de mi familia relucía sobre el anillo de prometida que había llevado en solitario durante tres años. Estaba contento detener una compañera tuve que enjugarme los ojos antes de cogerle la mano izquierda.

—El mío no está tan pensado, pero servirá. De momento.

—Servirá eternamente —aseguró, contemplando el anillo cuando se lo deslicé en el dedo, me di cuenta de que era verdad. Le encajaba a la perfección.

—Con este anillo, te desposo el padre Joe nos miró, primero a una y luego a la otra.

—Y ahora, por el poder que Dios me otorga, yo os declaro esposas y Podéis…

—Sí, padre —lo atajó Santana, y me rodeó con los brazos para atraerme muy cerca de sí—. Esta parte también me la sé—Sus labios cubrieron los míos, y me besó. Fue un beso parecido al primero que nos dimos, tímido y ávido, y a la vez daba la impresión de ser el último, lento y devorador mi primer beso de mujer casada resultó ser bastante pasmoso, sí señor los labios de Santana solo se separaron de los míos cuando nos vimos obligadas a tomar aire—Por fin —dijo con un suspiro.

—Sí —respondí, y le besé la cicatriz—Por fin.

—Felicidades —terció el padre Joe, todavía con aquel destello en los ojos—. Sed buenos la una con la otra—Nos obsequió con una última sonrisa y bajó del altar para salir de la capilla seguido de nuestro testigo silencioso.

—Y ahora, ¿qué? —Pregunté, tirando de ella en dirección a la puerta—Ahora que me has convertido en una mujer con honor, ¿qué es lo siguiente que tienes pensado?

—Seguramente tendríamos que conseguir el dichoso certificado oficial de matrimonio para que pueda colgarlo en la pared —dijo, con una sonrisa de oreja a oreja.

—Nuestro matrimonio es todo lo oficial que tú y yo necesitamos que sea —repuse— Claro que, bien pensado, un certificado de matrimonio enmarcado quedaría muy bien en el hogar de las López—Fuera cual fuese ese hogar, porque la verdad es que en ese tema estábamos todavía un poco verdes— Pero cuando te he preguntado me refería a lo que haremos en las horas siguientes, no en los días siguientes.

—Entonces… ¿qué te parece si vamos a cenara un buen restaurante? Con velas. Y una botella de champán —propuso, y se interrumpió enseguida.

— ¿O mejor una botella de agua con gas? Le empujé para que cruzara la puerta y la arrastré tras de mí.

—Lo de la cena suena bien —dije, y tiré de ella para que avanzara más rápido por el pasillo hasta que hubimos dejado atrás los ascensores y el puesto de enfermeras—Pero tengo una idea mejor. —Me detuve frente a la última puerta del pasillo. Me colé dentro y di un vistazo rápido. Estaba vacía, y tenía pestillo, y una cama recién hecha situada junto a la ventana.

—Estoy totalmente abierta a nuevas ideas, Britt —dijo Santana mientras yo la arrastraba dentro de la habitación—, pero ¿qué tiene que ver una habitación de hospital con tus planes? Cerré la puerta por dentro y la arrinconé contrala pared—Esto —dije, y la besé. Con ganas.

—Sí que es una idea mejor, sí —repuso ella contra mis labios ávidos. Tanteé mi blusa hasta dar con el dobladillo y me la quité sin desabotonármela—. Mucho mejor. La siguiente prenda fue el vestido de Santana, y luego sus dedos juguetearon con mi sujetador hasta
desabrochármelo. Llevó las manos a mis pechos y los cubrió con ellas—Mierda, Britt. —Santana se apartó de mí, y bajó la vista a donde un momento antes tenía las manos. Abrió los ojos como platos—. ¿Qué narices significa esto?

—Estar embarazada tiene sus ventajas —dije, y bajé la cabeza para contemplar cómo mis garbancitos habían ascendido a la categoría de tetas gracias a que dentro de mí crecía un bebé.

—Joder, sí, ya lo creo —dijo ella, y recolocó las manos en su anterior posición.

—Y también me excito más —añadí, guiñándole un ojo—. Y cuando digo que me excito más hablo de volverme loca, jadear y pedirte que me folles mañana, mediodía, tarde y noche.

—Si no me dejas entrar ahí enseguida, voy a emprenderla con algo —soltó, cogiéndome en brazos y yendo derechito hacia la cama—. Con las tetas grandes y ese vocabulario me estás haciendo una faena.

—Pues entonces date prisa —dije, y le besé el cuello mientras deslizaba la mano por dentro de sus bragas—Mierda, nena. Hablo en serio —gimió cuando rodé su clictoris.

—Yo también —repuse, y empecé a hacer círculos en su centro entonces me tumbó en la cama y se colocó a gatas entre mis piernas. De repente, su cara adquirió una expresión seria.

— ¿Podemos hacer esto? —dijo, con la respiración entrecortada—. Lo digo por lo del embarazo y tal si no lo hacíamos, yo ardería en llamas de un momento a otro Tiré de sus bragas para abajo.

— ¿No te parece un poco raro tener que abstenerse de hacer lo que creó el bebé a causa del bebé? —Bajé totalmente sus bragas.

—Otra vez me parece que hablas en chino.

—Entonces cierra el pico y hazle el amor a tu mujer.

—De acuerdo—Ella deslizó las manos por dentro de mis braguitas y me las bajó. La falda tendría que quedarse donde estaba porque yo ya no aguantaba más—. A ver qué tal es la señora López en la cama se puso encima de mí, me rodeó con los brazos y se dejó caer poco a poco hasta pegar su pecho al mío. En su cara se dibujó una estúpida sonrisilla—Me parece que no me costará acostumbrarme a según qué cosas, Britt.

—Los parloteos me sobran. Follar no.

Su sonrisa bobalicona se transformó en otra cosa cuando empujó los dedos hacia mi interior. Yo estaba tan a punto que se deslizó hasta el final entonces bajó los labios a mi cuello y succionó mi piel sensible. Me torturaba con sus besos prolongados mientras evitaba cualquier otro movimiento—Sé buena —dije, tratando de hacer fuerza con las caderas, pero me tenía inmovilizada. Estaba a su merced— A fin de cuentas soy tu mujer Santana me dio un último beso en el cuello antes de situar el rostro frente al mío.

—Mirándolo así… —dijo, y me miró fijamente a los ojos mientras se deslizaba los dedos hacia atrás Y justo cuando creía que iba a sacarlos, volvió a entrar de golpe con sus malditos dedos estiré un brazo tratando de aferrarme al cabezal metálico en busca de ayuda. Al parecer, el aumento del apetito sexual con llevaba una cuenta atrás más rápida hasta alcanzar el orgasmo con la otra mano le aferré la espalda y clavé los dedos mientras ella metía y sacaba sus dedos con movimientos rítmicos.

—No puedo más, cariño —gemí mientras ella volvía a introducirse en mí; notaba el inicio del clímax.

—Yo tampoco —jadeó ella, y retomó el ritmo hasta que mis suspiros y sus gemidos guturales fueron al unísono entrelazó los dedos con los míos en el cabezal mientras yo me contraía alrededor de sus dedos Santana me rodeó con los brazos y se tumbó de espaldas arrastrándome consigo tenía la respiración tan agitada como yo, y nuestros pechos subían y bajaban al compás—Te quiero, Brittany López —susurró, y me acarició la espalda con los dedos.

—Te quiero, Santana López. —Levanté la cabeza para mirarla—Bueno… ¿Y qué tal es la señora López en la cama? En su rostro volvió a dibujarse la misma sonrisilla estúpida.

—De vicio. Su brazo amortiguó mi risa.

—Mejor que mejor, ya que es a quien tendrás que hacerle el amor hasta que te quedes más arrugada que una pasa y te mueras.

—Estupendo —dijo parecía contenta y satisfecha, y agotada. Una buena combinación.

—Así, señora López… —Levanté la cabeza de su pecho y, fingiendo que sostenía un micrófono, hablé en tono ceremonioso—Ahora que con veintiún años está casada, prevé estar cambiando pañales antes de los veintidós, y acaba de celebrar la luna de miel en la cama de un hospital… —Sostuve en alto el micrófono imaginario—. ¿Cómo se siente?

—Como la tía con más puta suerte del mundo. Me identificaba bien con esa sensación.

—Bien dicho —alabé—. Ha sido muy convincente ella me pasó los dedos por el pelo y me contempló como si para él fuera lo más especial sobre la faz de la Tierra.

—Sí que debo de ser muy convincente. Hace unos minutos te he convencido para que dijeras que sí, ¿verdad?

Pensé en todas las ocasiones en que había conseguido convencerme aquel primer día en la playa, cuando de buen principio me dije que no estaba hecha para mí, pero fui incapaz de mantenerme alejada de ella. La mañana en que, me hallaba en mi taquilla de la escuela, me convenció para que la acompañara a la fiesta de inicio decurso. El día en que me propuso que me casara con ella en la línea de cincuenta yardas, enfrente de cincuenta mil hinchas. Y, por fin, el momento en que me había convertido en su esposa ante el altar, cuando me moría de ganas de darle el sí.

—Sí, Santana —dije—Me has convencido.

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Aqui el ultimo capitulo C:
Solo falta el epilogo espero que les gustara la historia y todo (:
Saludos y besos
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Mensaje por monica.santander Sáb Jul 19, 2014 12:35 am

Genial al fin Britt acepto!! Espero puedas publicar pronto el epilogo!!
Saludos
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Mensaje por Dani(: Dom Jul 20, 2014 3:09 pm

monica.santander escribió:Genial al fin Britt acepto!! Espero puedas publicar pronto el epilogo!!
Saludos

Hola !
Muchas gracias por comentar y seguir la historia en serio
MUCHOS BESOS  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 
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Mensaje por Dani(: Dom Jul 20, 2014 3:33 pm

Epilogo


Santana volvía a encontrarse en la línea de cincuenta yardas, aclamada por decenas de miles de seguidores, pero ya llevaba jugados unos cuantos partidos de la segunda temporada con los Chargers yo seguía ocupando el asiento de la zona central delantera, y la vitoreaba como todos los demás seguidores.

Pero esa vez tenía a nuestro bebé de seis meses jugueteando y balbuceando sobre mi regazo no era de extrañar que la niña hubiera actuado con criterio propio a la hora de salir a conocer el inmenso mundo a fin de cuentas era hija mía y de Santana nació con tres semanas de antelación, y no sé si en algún momento Santana se quedó sin respiración durante las doce horas de reloj que duró el parto, pero no se apartó de mi lado cuando por fin nació la niña, su otra madre apenas podía apartar los ojos de ella para cortar el cordón umbilical ese día derramó su segunda lágrima. Y también la tercera, y tal vez incluso una cuarta, cuando el médico dijo que nuestra hija estaba en perfectas condiciones de salud después de terminar el primer semestre académico me trasladé a San Diego para estar junto a Santana.

Para tener al bebé y planear nuestro futuro cuando nació, nuestra vida se convirtió en una locura, pero conseguí matricularme de algunas asignaturas en la universidad local que me servirían para mi licenciatura así que, aunque despacito, iba bien encaminada el hecho de terminar la carrera era más bien una cuestión de orgullo y terquedad a nuestra hija le pusimos el nombre de Annalise Marie López nadie de la familia se llamaba así; y tampoco nos matamos para buscar un nombre cargado de significado Santana se prendó de él una noche en que estábamos consultando libros de nombres; y cuando digo que se prendó de él hablo en sentido literal si yo hubiera dicho que no me gustaba o que quería ponerle otro, seguro que habría cedido pero la gran cifra de parientes biológicos de Santana ascendía nada más y nada menos que acero, así que se había ganado el derecho de llamar como quisiera a la pequeña que llevaría de por vida su ADN en la mitad de la sangre.

O sea, que la llamamos Annalise Marie se parecía a mí, pero tenía los mismos ojos cafés de Santana, y a los seis meses ya ponía caras que eran increíblemente idénticas a algunas de Santana Y hablando de la tal señora López… Santana se situó en su posición, a punto para el lanzamiento yo estaba preparada para ponerme a dar saltos y a gritar con los siete kilos que pesaba Annalise en los brazos cuando alguien sentado a mi lado me dio unos golpecitos— ¿Puedo cogerla yo, tía Britt? SL se había convertido en todo una mujercita en cuestión de un año Holly y ella seguían ocupando el antiguo piso de White Plains, pero ahora Dani vivía con ellas hacía un mes que le había propuesto matrimonio y pensaban casarse en invierno no nos veíamos tan a menudo como me habría gustado, pero unas cuantas veces al año se las apañaban para asistir a alguno de los partidos de Santana o para ir a jugar a la playa, y nosotras también hacíamos todo lo posible para devolverles las visitas—Claro, SL —dije, y senté a Annalise sobre su regazo, aunque sin apartar demasiado las manos—Sujétala bien porque no para de moverse, es un terremoto.

—Tranquila —respondió ella, y la rodeó con fuerza por la cintura y ella, cómo no, se calmó al momento ahora que estaba con la tía SL el clamor inundó el estadio desde el principio del juego hasta el fin para amortiguar un poco el ruido, Annalise tenía su propio gorrito de lana y lo llevaba puesto en todos los partidos a diferencia del de Santana, el suyo era de color rosa. Y también tenía unas cuantas prendas de los Chargers que hacían juego con mi camiseta me quedé sentada junto a SL por si Annalise decidía saltarle de los brazos, y saludé con la mano a Sybill, que estaba batallando con sus cuatro retoños varias filas más abajo—Tengo que decirte una cosa, Britt —empezó Holly, dándome un codazo desde el otro lado—La casita en la playa que Santana te compró como regalo de boda es una maravilla, y Dani, SL y yo nos estamos planteando convertir la segunda planta en nuestra residencia permanente seguro que no os importa, ¿verdad? Ya que habíamos empezado con los codazos, yo le propiné otro.

—No, no nos importa mientras SL no se mee en todas las plantas y Dani no vaya dejando sus bragas por ahí.

—Oh, oh, no creo que eso sea posible —dijo— Ostras, estoy pensando que igual es mejor que me mude yo sola me eché a reír sabía que en parte hablaba enserio; no con respecto a dejar a SL y a Dani, pero sí en cuanto a mudarse siempre que venían a vernos se alojaban en nuestra casa, ya que teníamos espacio, y la playa en el patio trasero. Y la verdad es que con Holly, Dani y SL se cumplía el dicho de que cuantos más, mejor mis padres también se las apañaban para visitarnos unas cuantas veces al año por algún motivo, el hecho de tener un bebé en la familia resultaba especialmente estimulante como regalo de boda, Santana me había sorprendido entregándome las llaves de la casita de la playa que yo quería alquilar para las vacaciones solo que en vez de tenerla alquilada, ahora era nuestra.
El año anterior habíamos podido pasar las vacaciones allí, y queríamos seguir haciéndolo Santana había vendido su súper camioneta y había hecho reconstruir por completo su antiguo vehículo ya no podía decirle que tenía una tartana, porque era precioso— ¿Qué tal te va con la escuela de danza? —preguntó Holly con la vista fija en el partido Santana había gritado tiempo muerto en el último minuto y estaba encajada en plena reunión con sus compañeras de equipo.

—Muy bien esta semana pondrán la tarima, y casi estará todo terminado —respondí mientras buscaba en la bolsa de Annalise el mordedor en forma de jirafa que tanto le gustaba—Ya tengo unos cuantos alumnos matriculados.

—Pobrecillos. Teniéndote a ti de profesora, todos los días volverán a casa llorando —comentó, con una sonrisita de complicidad.

—Apúntate al grupo de adultos y ya me encargaré yo de que vuelvas a casa llorando —solté, y la obsequié con una sonrisita idéntica al a suya.

—Bah —dijo, y dio un codazo a Dani, que estaba sentada a su lado—Las mallas y las zapatillas de ballet les sientan mejor a Dani.

—Jamás todo se te ve mejor a ti—soltó Dani, y la atrajo hacia sí para darle un buen beso en los labios me eché a reír y observé qué tal iba el partido habían salido de la reunión y se estaban situando de nuevo en sus posiciones como segundo regalo de boda, Santana había adquirido un viejo edificio abandonado en una zona muy bohemia de la ciudad, y me dejó al cargo del proyecto de restauración para transformarlo así que, a la vez que trabajaba para sacarme el primer semestre del curso, me ocupaba de construir una escuela de danza había hecho grandes progresos con el tema del dinero Santana me había prometido que el dinero y la fama no la cambiarían, y tenía razón seguía vistiéndose con las Converse y bebiendo cerveza barata; pero lo más importante era que seguía mirándome como si fuera todo su mundo sus ojos seguían expresando la misma ternura cuando me decía «Te quiero», y no vacilaba a la hora de pararse en la carretera para ayudar a alguien a cambiar una rueda.

O sea, que Santana seguía siendo Santana, y yo seguía siendo yo; y lo nuestro seguía siendo lo nuestro lo único que había cambiado era la cuenta corriente, tal como ella me había prometido además de animar a mi equipo favorito y cambiar pañales, seguía empeñada en encontrar un poco de tiempo para trabajar pero me di cuenta de que ya no lo necesitaba tanto por la cuestión de ser capaz de ganarme las habichuelas, sino porque deseaba hacer algo por mí misma al unir ese deseo con mi pasión por el ballet… nació el proyecto de la escuela de danza el hecho de saber que tal vez algún día sería capaz de influir en una niña igual que madame Fontaine había influido en mí, me hacía sentirlo como la guinda de una tarta helada muy especial—Vamos, tía Santana —lo animó SL, con cuidado de no gritar demasiado al tener a Annalise en brazos.

—Trae —dije, y me dispuse a coger a la niña—Dámela a mí, y así podrás dar saltos y gritar para animar a tía Santana ya sabes que desde el campo puede oírte, ¿verdad?

—Sí —dijo SL con aire importante, y me dejó que cogiera a Annalise.

—Ven, cielito vamos a animar a mamá—La besé en la coronilla y me puse en pie justo cuando el centro lanzaba el balón Santana ni siquiera intentó el pase, se abrazó a la pelota e hizo un sprint en dirección a la zona de anotación contuve el aliento mientras el estadio estallaba en vítores cuando llegó a la línea de las diez yardas, expulsé el aire y cuando puso un pie en la zona de anotación, dio la impresión de que el estadio iba a hundirse con el fragor yo me limité a ponerme en pie y sonreírle seguía siendo todo un espectáculo verla jugar Santana bajó el balón, se dio la vuelta y siguió corriendo junto a la línea de banda chocó la mano con algunos de sus compañeras al pasar, pero no había quien la parara cuando pasó frente a nosotras hizo una pausa y nos sonrió—Esto se lo dedico a mis chicas —dijo, levantándose el casco.

—Considéranos suficientemente impresionadas —grité, inclinándome hacia delante Annalise no paraba de retorcerse buscando a su Santana con la mirada sonreía y hacía burbujitas con la saliva, de emocionada que estaba.

—Ven, pequeña —dijo Santana, levantando los brazos se la confié a sus fuertes manos—¿Quieres verlo desde el mejor sitio?

Annalise se puso a mover los brazos con gran agitación no cabía duda de que era hija de Santana—Vale, vale—Santana se echó a reír y la atrajo hacia sí—Pero antes necesito que tu madre haga una cosita por mí entonces esbozó aquella sonrisa suya que me provocaba un cosquilleo en el estómago y seme plantó enfrente con la cabeza ladeada yo me incliné y la besé; y, tal como había ocurrido la primera vez que hice aquello, el mundo entero se desvaneció a mi alrededor solo existíamos Santana y yo, y nuestra pequeña era eso a lo que llaman un momento culminante—Te quiero, Britt —dijo, después de que Annalise colara su manita entre nuestras bocas.

Había cogido el labio inferior de Santana y no pensaba soltarlo—Te quiero, Santana.

Ella se dio la vuelta y volvió al terreno de juego con Annalise, y no se detuvo hasta que estuvo en el centro de la línea de cincuenta yardas entonces la meció en los brazos y dio una vuelta sobre sí misma despacio los flashes delas cámaras resplandecían, los fans gritaban; aquello era una especie de anarquía controlada, pero yo sabía que para Santana en ese momento no contaba nada más que ella y su pequeña mirándolas tuve esa misma sensación estábamos en nuestra burbuja, una burbuja muy agradable mi vida no era para nada tal como la había planeado ni siquiera estaba cerca de serlo era mil veces mejor Sybill tenía razón me sentía muy recompensada a pesar de haber sacrificado, o aplazado, algunas cosas para estar junto a mi esposa y a mi hija.

Aquella muchacha con el alma destrozada a quien conocí en la playa quedaba muy, muy lejos después de aquello vinieron la universidad y la liga nacional de fútbol, la boda y una hija habían pasado varios años pero alguna que otra vez, cuando Santana me miraba y me dedicaba aquella sonrisa tranquila y llena de complicidad, volvía a convertirme en aquella chica del escueto bikini negro que suspiraba por una chica que nunca creí que pudiera ser mía.

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Hola Hola!
Que puedo decir me agarra nostalgia del fin de esta hermosa hostira pero bueno
Despues de algunos meses esta aqui el fin espero que les gustara muchas gracias a todas las que leyeron y comentaron !
Siempre me alegraron espero que se enamoraran de esta historia igual que yo !
Muchos Besos
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Mensaje por monica.santander Dom Jul 20, 2014 5:56 pm

Hola!!! Mejor imposible!!! Gracias por seguir y terminar con la historia que me encanto!!!! 
Besos
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Mensaje por 3:) Dom Jul 20, 2014 9:33 pm

holap dan!!!!

ame la adaptación,.. con sus idas y vueltas,..
traumas y felicidades!!!! me encanto!!!

nos vemos!!!!!!!!
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Mensaje por atercio Dom Jul 20, 2014 10:01 pm

ohhhhh esta historia fue muy buena, felicitaciones, seria muy chevere que hubiera un epilogo de mucho tiempo despues...hay te dejo la sugerencia ;)
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Mensaje por micky morales Lun Jul 21, 2014 12:16 am

gracias, gracias y mil millones de gracias!!!!!!!
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Mensaje por Anita-P Lun Jul 21, 2014 1:41 pm

Amé esta historia! :) Me encantó toda, completa, y el final realmente lindo. Muchas gracias por tu tiempo!
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Mensaje por Dani(: Miér Jul 23, 2014 8:37 pm

monica.santander escribió:Hola!!! Mejor imposible!!! Gracias por seguir y terminar con la historia que me encanto!!!! 
Besos

Hola Hola!
Me alegra que siempre comentaras y te gustara !
MIles de besos y saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

3:) escribió:holap dan!!!!

ame la adaptación,.. con sus idas y vueltas,..
traumas y felicidades!!!! me encanto!!!

nos vemos!!!!!!!!

Hola Hola!
Me alegra que te gustara tanto y siempre comentaras te lo agradezco
Besos y saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

atercio escribió:ohhhhh esta historia fue muy buena, felicitaciones, seria muy chevere que hubiera un epilogo de mucho tiempo despues...hay te dejo la sugerencia ;)

Hola Hola!
Me alegro que te gustara !
Estuve pensando en eso pero como que tengo muchas historias pero amaria hacer uno!
Saludos y besos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

micky morales escribió:gracias, gracias y mil millones de gracias!!!!!!!

Hola Hola!
Me alegro que te gustara y siempre comentaras :)
Besos Y saludos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 

Anita-P escribió:Amé esta historia! :) Me encantó toda, completa, y el final realmente lindo. Muchas gracias por tu tiempo!

Hola Hola!
Me alegra que te gustara y siempre comentaras !
Saludos y besos  Fanfic Brittana: Crash #3 FINAL 20/07/14) - Página 15 1206646864 
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