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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Jane0_o Dom Ago 17, 2014 3:32 pm

Hola queremos tu acualizacion
Saludos
Jane0_o
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:06 am

3:) escribió:holap,...

van bien los preparativos,...
a ver como va a ir la dichosa fiesta de acción de garcías,....
me gusta san como consciente a britt,...

nos vemos!!!!


No hay tiempo que no llegue y plazo que no se cumpla es momento de que termine la historia de amor accidental ya saben termino de escribir comentarios y subo todo esepto el final que sera el viernes
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:09 am

Anddy Rivera Morris escribió:
Muy lindo el capítulo :)
tan bueno como siempre ^^



No hay tiempo que no llegue y plazo que no se cumpla es momento de que termine la historia de amor accidental ya saben termino de escribir comentarios y subo todo esepto el final que sera el viernes

PD. A pesar de todo y como habiamos mencionado antes no temo que te robes a mi novia para nada.

Pero ya que estamos en esto tu a quien eliges

A) a quien a mas pero no te ama
B) quien te ama pero no puedes amar

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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:09 am

Jane0_o escribió:Hola queremos tu acualizacion
Saludos


No hay tiempo que no llegue y plazo que no se cumpla es momento de que termine la historia de amor accidental ya saben termino de escribir comentarios y subo todo esepto el final que sera el viernes
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:14 am



CAPITULO 5 SEGUNDA PARTE



María expertamente controló el tráfico de proveedores y decoradores. Las llamadas para la
oleada de guardias o los adicionales enchufes fueron resueltas con facilidad por la
experimentada ama de llaves. Si esto eran tachuelas para colgar las serpentinas o la
minibomba de vapor para limpiar un derrame sobre la alfombra, estaba un paso adelante de
ellos. Incluso el asunto de Tubbington había sido establecido. Felino, alimento, caja arenera, y un
bolso de catnip fueron ahora prudentemente ocultados en el cuarto de la lavandería. Con su
silla en la apartada esquina de la sala de estar, Brittany permanecía apartada pero todavía podía
mantener una mirada sobre la simetría de las decoraciones del árbol. Con María ocupada y
Sany en ningún lugar a la vista, los decoradores volteaban a ella una y otra vez para las
instrucciones sobre donde colocar este adorno o esa serie de luces. Brittany intentó pensar cómo
le gustaría a su amiga que se viera. Decidió elegante atractivo para la vista sería agradable con
solo un toque de perspicacia añadida.
Sany se detuvo a la mitad de las escaleras y solo quedó boquiabierta con lo que veía. Un
colorido conjunto de azules, amarillos, y rojos adornos acentuaban las ramas del árbol, ningún
área gritaba para más atención que otra, los adornos de oropel estaban cubiertos en tiras de
luces en su totalidad, con el mismo sentido de simetría. Las series de luces multicolores
parpadeaban y brillaban intensamente a excepción de una colección. Azules y rojas luces
enlazadas formaban un diseño de doble espiral de la base a la punta, atrayendo la atención a
la tradicional estrella apoyada allí. El árbol era absolutamente perfecto.
Lentamente, su cabeza giró recorriendo el resto del efecto. Los adornos estaban dispersos
sobre el cuarto, transformando este en un cálido y acogedor espacio. Torcidas serpentinas de
rojo y verde bordeaban la habitación, viejos adornos familiares colgaban de ellos como
campanillas. Sany sonrió cuando el sentimiento de nostalgia la inundó atravesándola y las
imágenes de las fiestas de la infancia se sobrepusieron sobre la moderna escena.
La anfitriona no era la única atónita en el silencio. Brittany levantó la mirada y se encontró que no
podía apartar sus ojos de la belleza en la escalera. El vestido de terciopelo se detenía justo
sobre las rodillas y era la misma tonalidad que el cabello de Sany. Un collar de oro de punto
espigado y un cinturón a juego acentuaban los pendientes y la pulsera de diamantes, dando
color al conjunto. Un toque de rubor realzaba el brillo natural de sus pómulos y una bonita
tonalidad llamada coincidentemente, siempre Brittany, enfatizaba sus labios y uñas. El suave
terciopelo se achicaba abajo cuidadosamente en el frente, perfecto para las ocasiones
familiares y las mangas tres cuartos realzaba cada movimiento de sus largos brazos. Santana
López estaba, en una palabra... hermosa. Cuando Brittany vio los azules ojos mirarla
fijamente, desvió la mirada, avergonzada de haber sido pillada mirando. Envuelta en sus
propias inesperadas emociones, no se dio cuenta que Sany había estado mirándola fijamente
también.
Sany bajó las escaleras, todavía encantada por el milagro realizado en su sala de estar. "Es
perfecto," dijo cuándo llegó a lado de la joven mujer.
"Vi la caja de viejos adornos y pensé que sería agradable ponerlos donde todo el mundo
pudiera verlos y recordarlos. Espero que tenga razón. Dio color al cuarto completo en vez de
solo al rincón con el árbol."
"Esa fue una idea maravillosa y me encanta esto." Dio una sonrisa reservada solo para Brittany.
El reloj de abuelo sonó. "Mi madre estará aquí en cualquier momento." Sany se arrodilló junto
a la silla. "A veces mi madre puede ser un poco desagradable. Intentaré mantenerla alejada de
ti. No se te olvide lo que dije sobre que Rachel era una chismosa. Tengo que andar de un lado
para otro y hablar con todo el mundo pero intentaré pasar tanto tiempo como pueda cerca de
ti." El sonido de una limusina se detuvo en el camino de entrada filtrándose hasta ellas. "Esa es
probablemente ella y tía Elaine ahora."
Según lo esperado, Maribel López llegó con su hermana más joven Elaine. Maribel tomó
seriamente su papel como matriarca, sintiendo ésta como la posición más importante de todas,
incluyendo el de presidente de López Corporation. En cuanto llegó a la puerta estaba
ordenando a los decoradores alrededor y escudriñaba el trabajo del proveedor. Mientras
Sany estaba ocupada escuchando las demandas de su madre acerca de la fiesta, Elaine
deambuló entrando a la sala de estar y vio a Brittany.
"Hola allí."
"Hola."
"Elaine McCarthy, tía de Sany." Extendió su bien manicurada mano.
"Brittany S. Pierce. Soy... una amiga de Sany." Devolvió el gesto. Elaine se quitó su bufanda roja
revelando su teñido cabello castaño.
"Bien..." la mujer mayor dijo, echando un vistazo. "Parece que Sany hizo un trabajo medio
decente." Alcanzó su atestada bolsa y sacó una cigarrera de plata. "Estoy sorprendida que la
fiesta sea aquí este año. Consiguió evitar las últimas reuniones de las dos familias." Una
presión del botón en el encendedor de plata y el cigarro resplandeció a la vida. "¿Sabes dónde
están los ceniceros?"
"Um, no yo no," Brittany contestó, esperando que la mujer pudiera llevarse el asqueroso olor de
su vicio a otra parte.
"Bien, no lo necesito justo en este instante. Así que díme, ¿qué te sucedió?"
"Un auto me golpeó." Se movió en su silla, incómoda con el recuerdo.
"Es una pena. Pero está el seguro para eso, yo supongo. Espero que tengas un buen
abogado." Elaine exhaló, enviando una oleada de humo en la cara de Brittany. "Mi avión estuvo
cerca de veinte minutos retrasado para llegar a Albany. Puedo conducir a través de la nieve sin
ningún problema, yo no entiendo por qué los pilotos gimotean tanto acerca de ésta. No es que
ellos tengan que hacer alguna parada repentina o algo así." El humo se suspendió en el aire,
forzando a Brittany a parpadear rápidamente para mantener las lágrimas a raya. "Supongo que la
gente siempre necesita algo sobre que quejarse."
Brittany pensó brevemente señalar el error en lo que pensaba la rica mujer pero decidió contra
esto. "Supongo que si," dijo, estirando su cabeza alrededor buscando a Sany.
"¡Exactamente!" Elaine dijo emocionada, sus movimientos hacían las cenizas caer en la
alfombra.
"Oh, déjeme encontrar para usted un cenicero." Brittany agarró las ruedas de su silla y se preparó
para hacer su salida.
"Ahora ¿por qué molestarse en hacer eso?" Elaine cogió la atención de un camarero que
pasaba. "Disculpe, yo no veo ningún cenicero por aquí." Su condescendiente tono no fue
pasado por alto ni a Brittany o el joven hombre.
"Le traeré uno enseguida, señora," él contestó.
"Y no pienso que perjudicaría nada que alguien comenzara atender el bar." Giró su atención de
nuevo a la rubia mujer. "Realmente, tu pensarías que les pagamos para estar parados por ahí."
Otra ceniza cayó sobre la alfombra. "Cuando mi marido Richard vivía, los trabajadores nunca
incluso pensaron sobre huelgas. Sabían de donde venían sus cheques, entonces los malditos
sindicatos vinieron adelante..." Elaine hizo una pausa el tiempo suficiente para tirar de una silla,
con eficacia cortando cualquier pensamiento de escape que Brittany pudiera haber tenido.
A Sany no le iba mejor en la cocina. "Madre..."
"Ahora no hay nada malo con decir la verdad, Santana." Echó una mirada desdeñosa
alrededor del cuarto. "El refrigerador debe estar opuesto a la cocina, no junto a esta. Es por eso
que nosotros la teníamos en el otro lado del cuarto."
"Es más fácil que María trabaje con él aquí." Sany se había olvidado que su madre no había
estado aquí desde el verano pasado que remodeló.
Maribel se alejó de su hija. "Cielos evitar que María tenga que caminar algunos pasos para
conseguir la mantequilla. Esto no le molestó a su madre cuando trabajó para nosotros."
Sacudió su cabeza descartándolo. "Líneas de código, Santana. Te he advertido sobre las
líneas de código."
"No pienso que mover el refrigerador diez pies constituye líneas de código, madre."
"Por supuesto que tu no, querida." Los pelos en la nuca de Sany se erizaron en el tono. "¿Y
qué lograste tú con cambiar la cocina? ¿María aún pide su aumento anual? Por supuesto que
lo hace. Estoy muy segura de eso..." Señaló en la zona de cocinar y el lavavajillas. "... fue su
idea."
"¿Por qué no vamos a ver el árbol? Hicieron un muy bonito trabajo adornando éste."
"Veremos." Sany renuente siguió a su madre fuera de la cocina.
Brittany miró a las dos entrar en la sala de estar, Sany señalando las diversos adornos. "¿Ves
cómo los adornos de cuando Rachel, Brody, y yo éramos niños están puestos? ¿No es eso
agradable?"
"Muy agradable, Santana." Por primera vez desde que entró en la casa, Maribel realmente
sonrió. "Recuerdo, cada año que ustedes me daban un adorno. Supongo que algunas
tradiciones familiares son destinadas a caer por el borde del camino." Se volteó y miró a su
hermana y a una mujer en una silla de ruedas. "Ah, aquí estás, Elaine. ¿Y a quién tenemos
aquí?"
"Madre, Brittany S. Pierce. Brittany, mi madre, Maribel López." La voz de Sany seguía siendo
agradable pero sus ojos se cerraron por los mechones de humo que se levantaban de la placa
de cristal que era utilizada como un cenicero.
"Encantada de conocerle, señora López," la joven mujer dijo.
"S. Pierce... S. Pierce..." La frente arrugada se surcó en el pensamiento. "No recuerdo a ningún
S. Pierce. ¿Qué le sucedió a su cara? ¿Y al resto de usted?"
"Tuve un accidente."
"Oh," dijo. "Pobrecita. Una cara tan bonita arruinada así." Maribel se movió para conseguir una
mirada mejor en la mejilla derecha de Brittany. "Bien, no pierdas las esperanzas, querida. Es
asombroso lo qué puede hacerse con cirugía plástica actualmente."
Brittany bajó la mirada a su regazo, deseando estar en compañía de Tubbington en este momento en
vez de estar sujeta a esta tortura. No vio la mirada de empatía que le era dada por Sany.
"Estoy solo feliz de estar viva."
"Por supuesto," la matriarca dijo secamente antes de voltear para hacerle frente a su hija. "¿Así
qué la trajiste a nuestra familiar fiesta de Navidad?"
Brittany no estaba segura que le molestó más, el hecho que Maribel hablaba como si no
estuviera allí o que, con solo algunas pocas palabras, la mujer mayor la hizo sentir como una
extraña más que nunca. De repente una cálida mano se posó sobre su hombro. "Brittany está
quedándose conmigo mientras se recupera."
"¿No pudo su propia gente ocuparse de ella?"
"Ella es una amiga, madre y una huésped en mi casa." La mano en su hombro dio un rápido
apretón antes de retirarse, un tranquilizador gesto que la rubia mujer apreció grandemente.
Maribel miró a su hija y asintió. "Por supuesto, Santana. No teníamos manera de saber que
tenías compañía. Estoy segura que el proveedor puede salir con un plato extra."
"Estoy segura que ellos pueden." A primera vista, Sany parecía tranquila, pero el apretón
constante de su quijada no pasó desapercibido para Brittany.
"Bien..." Maribel miró a su hermana. "Elaine, pienso que hay demasiado rojo en las ramas más
bajas. Ven ayúdame a mostrarles a esta gente como adornar correctamente un árbol."
Elaine hizo únicamente el puro intento de sacar su cigarro. "El problema no está en las esferas,
está en las luces." Dejó su bolso abajo al lado de la silla de Brittany. "Sé una lindura y mantén un
ojo en esto por mí. No deseo tener que cargarlo de un lado a otro." Se alejó sin esperar una
respuesta.
"¿Estás bien?" Sany preguntó una vez que las mujeres mayores estuvieron fuera de alcance.
Podía solo imaginar lo qué Elaine le había dicho a Brittany antes de que ella y su madre hubieran
entrado en el cuarto.
La mujer joven aspiró hondo antes de contestar. "Ellas son absolutamente un par, ¿no es así?"
"Intenté advertirte."
"No estabas exagerando." Levantó la mirada en los intensos azules ojos. "Sany, si va a ser
un problema, puedo entrar el cuarto de la lavandería. No me importa, en verdad."
"Tendría que haberte dejado que tomaras ese escape cuando podías," dijo disculpándose.
"Desgraciadamente ellas te han visto ya. Estás metida, justo como yo, hasta que el último
invitado se vaya." Se inclinó y susurró conspiradoramente, "Bienvenida al mundo de los ricos y
presuntuosos." El timbre anunció la primera de una oleada de llegadas. "Supongo que es hora
de conocer al resto de la familia."
*****
En grupos de dos y tres los parientes llegaron, los que habían planeado acudir así como los
que decidieron después de descubrir que ésta sería en casa de Sany. Limusinas y autos de
lujo alineadas en el largo camino de entrada llenaron el área de estacionamiento mientras que
los taxis dejaban aún más asistentes. La era de la electrónica permitió que las noticias viajaran
rápidamente y la palabra era que el lugar sería esta noche la vieja mansión López.
Rachel y Quinn llegaron casi una hora más tarde de lo esperado. La pelirroja se unió a su madre
y hermana mientras que su esposa se dirigió para el bar. "Que multitud," dijo alegremente
cuando se acercó.
"Sí, empieza a ser un éxito," Maribel contestó. "Tu hermano no está aquí aún, sin embargo."
"Es una pena," Sany murmuró antes de tomar un trago de su copa de champán.
"¿Qué fue eso, querida?"
"Nada, mamá." Observó el cuarto. "Disculpen, tengo que ir a atender a mis invitados. Rachel
puede ayudar a saludar a los que vayan llegando." Las largas piernas la llevaron lejos antes de
que ellas pudieran responder.
La esquina opuesta al árbol parecía ser un buen lugar para que Brittany se ocultara. La gente se
detenía, investigaba sobre lo que le había sucedido, dándole compasivas miradas y se
marchaba. Ella había estado escuchando a escondidas una conversación sobre la historia de
un adorno en particular cuando vio a Sany moverse a través de la multitud. Los azules ojos le
sonrieron calurosamente cuando la alta anfitriona se dirigía en su dirección. "¿Cómo estás?"
"Bien. ¿Es esa tu hermana?" Señaló en la pelirroja que estaba parada al lado de Maribel.
"Mmm." Sany tomó un trago, permitiendo que las minúsculas burbujas cosquillearan su nariz,
y echó un vistazo. "Todo el mundo parece estar teniendo un buen rato. He oído a más de uno
hacer un cumplido por los adornos. Extender los viejos adornos a lo largo de las tiras realmente
fue una buena idea."
"Gracias." Brittany sonrió tímidamente y miró alrededor del cuarto. "Bastante multitud."
"Sí, y algunos de ellos fueron realmente invitados. Rachel dijo que habría cerca de cuarenta y
ya estamos más allá de esa cifra." Sany probó el champán otra vez. "¿Dónde está el tuyo?"
Brittany bajó su voz y echó un vistazo, no deseando ser oída por casualidad. "No pensé que
debería... tu sabes, con el Percocet y todo." Se sentía bastante sola de estar en un cuarto lleno
de extraños, pero el no poder incluso unirse a ellos en un simple brindis la hacía sentir aún más
aislada.
"Oh... no pensé en eso." Sany echó un vistazo y agitó en un camarero, alejándose un paso
de ella en el proceso. El estruendo de la multitud y la música festiva hizo imposible que Brittany
oyera que estaba diciendo. Algunos susurros más y la elegante anfitriona regresó a su lado.
He visto esa mirada en ti antes. ¿Qué está pasándote? Ella preguntó en voz alta, "¿Está todo
bien?"
"Bien. Solo tuve que ocuparme de algo." Recuperó su copa. "¿Así que tú conociste a todo el
mundo?"
"Creo que si. Parece que he estado diciendo 'golpeada por un auto' a lo largo de toda la
noche." La lastimada mujer dio una breve sonrisa. "Hay un pequeño muchacho corriendo
alrededor..."
"Tyler."
"Sí, él es lindo. Bueno, él estuvo aquí antes. Pisó sobre la mesita del café antes de que pudiera
pararlo y me preguntó si mis puntadas dolían."
"Pisó..." Sany miró más allá de ella para comprobar si había algunas marcas restregadas.
"¿Él caminó sobre mi mesita?"
Brittany sonrió a su amiga. "No te preocupes, hice que él se bajara, pero antes de que yo lo
hiciera, él se inclinó y besó mi mejilla."
"¿Él qué?"
"Él besó mi mejilla. Dijo que su madre hacía eso a sus boo-boos."
"¿Tyler hizo eso?"
"Sí, ¿no es eso dulce?" Miró como la expresión de Sany cambió de una de molestia a una de
placer en el agradable acto.
El camarero llegó con una larga copa llena de líquido ambarino. "Aquí está su bebida, Srta..."
"Yo no..." Brittany se detuvo cuando vio la mirada en la cara de Sany. "Quiero decir, gracias."
Quizá ella quiere otra bebida sin que alguien sepa sobre eso, pensó cuando tomó la copa. El
camarero sonrió y se alejó para ocuparse de los otros invitados.
"Es cerveza inglesa de jengibre. Pensé que querrías beber algo que pareciera como el
champán," la mujer mayor dijo, tomando un trago de la suya.
"Sí, esto es perfecto," Brittany contestó, llevando la copa a sus labios. Las minúsculas burbujas
del refresco cosquillearon su nariz como supuso que el champán lo haría. El color igual era casi
perfecto. La cerveza inglesa de jengibre era tan ligera en el color que nadie podría sospechar
que era algo diferente de lo que ellos estaban bebiendo.
Una mujer mayor en un vestido azul se detuvo para hablar con la anfitriona, dando a Brittany la
oportunidad de mirar a su amiga. Sany sonrió y parecía bastante amistosa pero su lenguaje
corporal decía una historia diferente. La ejecutiva se desplazaba de un pie al otro y sus ojos se
lanzaban alrededor como buscando por un escape. Obviamente, había algo acerca de esta
particular persona que a Sany no le gustaba. La mujer mayor continuó hablando,
manteniendo a Sany atrapada por el momento. Brittany decidió que le gustaba la forma que esa
tonalidad en particular del lápiz labial se veía en Sany. La discreta abertura en el vestido
negro de terciopelo reveló que la alta mujer eligió usar una liga y medias para la noche en vez
de pantis. Apuesto que ésas no vienen de un huevo de plástico, pensó para si. Perfectamente
manicuradas uñas daban ligeros golpecitos en la copa de champán en un desconocido ritmo
cuando la conversación entre Sany y la mujer de azul se prolongó. Mirando alrededor del
cuarto, Brittany no pudo evitar preguntarse otra vez por qué ella estaba aquí. No es que alguien
como ella careciera de compañía. Brittany sabía que una de las razones de la gran multitud era la
presencia de Sany. Había escuchado bastante dentro de las conversaciones a lo largo de la
noche reconociendo eso. ¿Así qué, por qué alguien como tú querría a alguien como yo
alrededor? Se preguntó silenciosamente.
La mujer en azul finalmente encontró a alguien más con quién hablar y Sany estaba una vez
más de nuevo a lado de Brittany. "Esa es Agnes, la esposa de Puck."
"Y Puck es..." Intentó, pero había solo demasiados López´s para recordar.
"El primo, del auto lavado."
"Oh, correcto. ¿Es él quién engañó en sus impuestos?"
"Todos hacen probablemente eso, pero él está formando el arte." Sany le dio una mirada
socarrona. "¿Cómo sabes eso?"
Ella sonrió. "El hombre con el tupé y el que está con el cigarro estaban hablando y oí de ellos
un comentario sobre eso." Dio una avergonzada sonrisa. "Estaba sentada justo aquí y ellos
justo allí. No pude pasar por alto eso."
"Así que estarás pasando cuando yo quiera información, ¿huh?"
"Supongo que depende de la información," contestó con una sonrisa.
"Ok," Sany puso las manos en el brazo de la silla de ruedas y se arrodilló de modo que solo
Brittany pudiera oírla. "Y, ¿qué están diciendo sobre la fiesta? Sé lo que me han dicho a mí,
¿pero qué es lo que se dicen los unos a los otros?"
La sonrisa de Brittany creció incluso más ancha. "Todo el mundo está muy entusiasmado con lo
agradable que está, diciendo que les recuerda las fiestas de hace años. Estás obteniendo
muchos elogios." No pasó por alto la mirada de orgullo que cruzó la cara de Sany.
"¿De modo que ellos realmente la están pasando bien?"
"Sí, un estupendo rato, realmente. Oí a más de una persona decir que deseaban que la
hicieras cada año."
Sany miró alrededor. "Sabes, es agradable ver a la familia entera aquí otra vez. Es como
cuando papá estaba vivo."
Brittany puso su mano en la mujer más mayor. "Realmente lo extrañas, ¿no es así?" Azules ojos
la consideraron seriamente antes de que recibiera un casi imperceptible cabeceo.
"Él disfrutaba de estas fiestas." Sany giró y miró en el árbol. "Navidad era su tiempo favorito.
Retrocedía tanto recordando el pasado con todo el mundo o viendo a los niños abriendo sus
regalos." Su cara adquirió una lejana mirada. "Acostumbraba a sacar el proyector y la pantalla y
mostrar las viejas películas caseras." Hubo una larga pausa y Brittany palmeó la mano de su
amiga en silencioso apoyo. "Sip, lo extraño." Sany se levantó, retirando la mano debajo de la
más pequeña. "A él le hubiera gustado esto."
Un alboroto cerca de la puerta atrajo su atención. "Maldición."
Brittany observó la transformación ante ella. Labios presionados fuertemente, ojos estrechos en
abierta intimidación, músculos de la quijada apretados... todo acerca del aspecto de Sany
decía de estar listos para problemas.
Girando su cabeza, Brittany vio lo qué había capturado la atención de su amiga. "¿Es ese
Brody?" Sany asintió, estudió al hombre que se atrevió a volver después del fiasco de la
noche antes. Lo bien parecido corría en la familia, decidió, tomando en su rubio oscuro cabello,
penetrantes azules ojos, y cuerpo atlético. Era difícil para reconciliar la imagen delante de ella
con el gritón maniático que había movido de un tirón la mesita de caoba del café.
"No puedo creer que él se presentara," finalmente dijo después de un minuto.
"Es teatro, ya sabes," Sany dijo. "Él sonriendo y es todo lindo agradable así. Es solo
encantador con mi madre y Rachel... y alguien más que sea bastante idiota para caer en esto."
"¿Qué es lo que vas a hacer?" No podía imaginar a Sany enfrentándolo delante de la familia
entera en la fiesta de Navidad pero Brittany también no podía verla aguantando su presencia toda
la larga noche.
"Supongo que mejor iré allá y saludaré a mi hermano." Le extendió su copa. "Vigila esto para
mí. Regresaré en algunos minutos."
"Sany..." dijo, tomando la copa. "¿Estarás bien?"
"Parte de estar en mi posición es tener que ser agradable con la gente no puedo soportar. Si no
voy allá, mamá pensará que lo estoy desairando."
Brittany la miró alejarse, pensando lo difícil que tenía que ser para Sany ser agradable con su
hermano después de las payasadas de anoche. Dijo una silenciosa oración para que la noche
fuera bien.
Cuando Sany se dirigía hacía su hermano, sintió un jalón en su vestido. Volteó y bajó la
mirada para ver una redonda cara sonriéndole.
"Hola prima Sany."
"Hola Tyler," contestó, arrodillándose a su nivel. "¿Cómo estás? ¿Estás pasándolo bien?"
"Sip." Él extendió una pequeña galleta cubierta con rojo espolvoreado. "Hay muchas cosas
para comer."
"Así que te gustan las galletas, ¿huh?" Envolvió un largo brazo alrededor de él. "Fue muy
amable de tu parte darle a Brittany un beso." Tyler sonrió tímidamente y puso el dulce festivo en
su boca.
"Siff tuf bessas los boo-boos, mejoraranf," él masculló, arrojando las migas de la galleta con
cada sílaba.
Sany tiró de él acercándolo y le dio un abrazo. "Eso espero." Se levantó y revolvió su cabello.
"Eres un buen chico, Tyler." Giró para irse pero tiró del terciopelo otra vez. "¿Qué pasa?"
"¿Sabes donde está el baño?" Se agarró para enfatizar su urgencia.
"Yup, ven." Lo agarró y se movió rápidamente a través del cuarto, no parando hasta que
estuvieron en la oficina. "En ese lugar." Señaló en la otra puerta.
Mientras esperaba para llevarlo de regreso miró el Percocet situado en la mesita junto a la
cama. Oh, no pienso que esa sea una buena idea, pensó para si, agarrando la botella de
plástico café. Una vez que Tyler terminó, lo envió de regreso a la sala de estar y puso el
medicamento en la parte superior del gabinete de los medicamentos, segura que éste estaría
bien allí arriba fuera de alcance de cualquier pequeña mano curiosa. Con la tarea acabada,
regresó a la sala de estar y se fortaleció para saludar a su hermano.
"Oh, aquí viene Sany," Rachel dijo.
"Bueno. No sé donde estuvo todo este tiempo," la matriarca dijo en un tono de desaprobación.
"Lo siento. Tuve que ayudar a Tyler a encontrar el baño," Sany dijo cuando se acercó.
Cabeceó en su hermano. "Hola Brody."
"Hola hermana, ¿cómo estás?" Se inclinó y besó su mejilla. "¡Perra!" Siseó antes de dar un
paso atrás. "Ese vestido se mira maravilloso en ti, ¿no es así madre?"
"Es muy bonito, pero demasiado oscuro." Extendió una mano y tiró en la aterciopelada manga.
"Deberías usar colores más ligeros, Santana."
"Bien, pienso que ella se ve encantadora," él dijo, sonando totalmente de apoyo de su hermana
mayor. "Sany es hermosa no importa lo que use."
Oh eso es, descarga grueso, tú hijo de perra, pensó para si. "Te ves bien esta noche también,
Brody. ¿Traje nuevo?"
"Pues si, lo es. No pensé que algo que tuviera era bastante bueno para esta noche."
"Estoy segura de eso." Azules ojos tiraron dagas en el hombre de cabello rubio oscuro.
"Después de todo, creo que esta es la primera vez que has permitido a la familia entrar aquí
desde que tomaste posesión de ésta." Le dio una siniestra sonrisa, atreviéndose a empujarla.
"Bien, pienso que se ve muy bien aquí esta noche," Rachel chirrió. "Me gusta la forma en que
colgaste todos los adornos alrededor. Todo el mundo se detiene a mirar estos. Quiero ver uno
que hice en tercer grado. Sany, ¿puedes ayudarme a encontrar este?"
"Sip. Pienso que está por ahí," dijo, agradecida por el escape ofrecido.
Caminaron a través de la multitud hasta que un destello de dorados cabellos cogió la mirada de
Rachel. Inmediatamente la pelirroja estaba cambiando de dirección. "¿A dónde vas?" Sany
preguntó.
"A conocer a la infame Brittany S. Pierce," contestó. "Tía Elaine dijo que ella estuvo en un
accidente de auto."
"Rachel..."
"Ahora ¿qué clase de anfitriona sería si pasara y no la saludara como todo el mundo?" Sus ojos
brillaron con travesura.
"Pensé que era la única anfitriona de la fiesta. Es mi casa."
"Como sea," la pelirroja replicó, obviamente no interesada en tontos detalles técnicos como
esos. "De cualquier manera, realmente debo conocerla." Sintió una firme mano agarrar su
antebrazo.
"No te atrevas a hacerla atravesar por una de tus famosas inquisiciones." Sany disminuyó su
apretón, pero únicamente un poco. "Quiero decir, ella es un poco tímida."
"¿Cómo se supone que voy a enterarme de algo acerca de una persona si no le hago
preguntas?" Rachel bromeó, pero la seria mirada en la cara de su hermana la hizo reconsiderar.
"Solo quiero saludarla, no voy a preguntarle por cada detalle personal de su vida."
"¿Lo prometes?"
"Lo prometo."
La lastimada mujer estaba terminando su cerveza inglesa de jengibre cuando vio a las
hermanas acercarse. "Brittany, me gustaría presentarte a mi hermana, Rachel López."
"Hermana más joven," la pelirroja corrigió. Extendió su mano. "He oído mucho sobre ti, Brittany.
Es agradable finalmente conocerte." A decir verdad, Rachel había interrogado a su madre y su
tía en la búsqueda de información sobre la misteriosa mujer. Miró en la hilera de puntadas y
dijo. "Es una pena, una cara tan bonita."
"Rachel, pienso que Alexandra está por ahí en alguna parte. No la has visto en un rato."
El intento de Sany de alejar a su hermana fracasó. "No, ve por delante, hermana. Me
quedaré aquí y charlaré con Brittany." Tomó la copa vacía que Brittany había dejado en la mesita
del café. "Esto va a dejar un anillo. Sany, ¿no tienes algún portavasos?"
"Por sup..." Con la esquina de su ojo cogió la avergonzada mirada en la cara de su huésped.
Fue únicamente entonces que a Sany se le ocurrió que Brittany pudiera no estar acostumbrada
a usar portavasos. "Realmente, pienso que todos ellos están siendo utilizados."
"Bien, supongo que realmente no importa. María puede quitar los anillos más tarde." Rachel se
cruzó enfrente de la silla de ruedas saltando a la mujer y sentándose solemnemente en la
mesita del café, en una posición mucho más cómoda en la cual interrogar a su desconocida
víctima. "Asi que cuéntame, Brittany, ¿cómo conociste a Sany?"
"Yo um..." Verdes ojos levantaron la mirada a los azules, pidiendo ayuda.
"Ella era una hermana de la fraternidad en Pi Epsilon Gamma," Sany soltó abruptamente.
"¿De verdad?" Rachel miraba de Brittany a su hermana y de regreso otra vez. "Pero pareces
mucho más joven que Sany."
"Um... yo brinqué un par de grados en escuela," la joven mujer dijo.
"Oh, eso es bueno. De todas formas, debiste haber sido un estudiante de primer año cuando
Sany estaba en su año superior."
"Lo estaba," Brittany contestó, todavía intercambiando miradas de desesperación con su amiga.
No estaba segura de la razón exacta de la mentira pero entendida que no había forma de
regresar ahora.
"¿Así que de dónde eres?"
"Oh, bien... crecí alrededor de Albany." Tenía miedo de mentir y de mencionar una ciudad con
la que la mundana pelirroja estuviera familiarizada.
"¿De verdad? Bien, Sany y yo fuimos a la academia de San Sebastián."
"Casa de los tigres," Brittany ofreció, atrayendo una sonrisa de Rachel. Estaba agradecida ahora
por las horas pasadas en la biblioteca leyendo el periódico local.
"Sí. Era la animadora principal el año que fuimos los campeones del estado."
"¿Qué deporte?"
"Bien, baloncesto por supuesto," la pelirroja dijo, sus cejas se levantaron levemente. "Estoy
sorprendida que no supieras eso. Sany jugaba..." Miró a su hermana burlonamente.
"Jugué de guardia," Sany dijo, silenciosamente deseando a alguien, cualquier persona que se
acercara para distraer a Rachel.
"Sip, eso es. Estuviste toda la conferencia ese año, ¿no es así? Toda la estatal."
"Toda la estatal," la pelirroja repitió, no particularmente preocupándose acerca de los detalles.
"De todas formas, suficiente sobre Sany. ¿Entonces qué te sucedió? Oí que tuviste un
accidente automovilístico."
"Realmente un auto me golpeó."
"¿Quieres decir que tu caminabas y conseguiste el golpe?"
"Sip."
"Oh, eso es terrible. ¿Así que estás paralizada o algo?"
"Rachel," Sany amonestó. "Su tobillo izquierdo y ambas piernas están quebradas."
"Oh, eso debe doler bastante, ¿huh?"
"Bueno... sip." Brittany no podía imaginar por qué alguien haría una pregunta tan tonta. "Mis
piernas están quebradas muy seriamente."
"Eso es una verdadera pena. Bien, por lo menos eres bastante afortunada de tener a Sany
ocupándose de ti."
"Muy afortunada," Brittany estuvo de acuerdo. "No sé lo que habría hecho sin ella." Dio una
sonrisa a su amiga, una acción no desapercibida para Rachel. La pelirroja se levantó y alisó su
falda. "Bien, si ustedes dos me disculpan, tengo que alternar. Fue agradable conocerte, Brittany.
Estoy segura que pronto nos veremos otra vez."
"Gusto en conocerte también."
"Sany, ¿puedes ayudarme en la cocina un momento?" Rachel preguntó con una cantarina
voz, la clase que siempre rechinaba en los nervios de la hermana mayor.
"Realmente..."
"Esto únicamente tomará un minuto." Agarró el codo cubierto de terciopelo y tiró de Sany
alejándola de Brittany hacía la cocina, dejando a la mujer más joven sola con sus pensamientos.
Los abastecedores y María ocupaban la cocina, no permitiéndoles privacidad. Rachel miró la
puerta del cuarto de la lavandería. "Aquí adentro."
"Tú no deseas entrar allí," Sany advirtió, pero fue demasiado tarde. Su hermana abrió la
puerta para revelar un molesto montón de pelusa anaranjada y blanca.
"¡Mrrow!"
"¿Tienes un gato?"
"Bien solo no estés parada allí. Ella se saldrá." Dio a su hermana más joven un empujón y cerró
la puerta detrás de ellas.
"¿Le harás saber a mamá que tienes un gato?" Rachel preguntó.
"Ella lo sabrá en más o menos veinte segundos después de que salgas de este cuarto," Sany
dijo con conocimiento. "¿Así qué de que quieres hablar?, como si no lo supiera ya"
"Ella no era una hermana de la fraternidad. Apostaría mi Bentley que incluso nunca fue a
Dartmouth." Rachel se reclinó contra la puerta cerrada, una sonrisa engreída cruzó sus labios.
"¿Sabes lo que pienso, Sany?" Continuó sin esperar una respuesta. "Pienso que esto es una
repetición de lo qué sucedió en Stanford."
"No sabes de lo que estás hablando. Brittany es solo una amiga a la que estoy ayudando a salir
de una dificultad. Eso es todo."
"¿Eso es? Le das un trabajo, seguro... ¿está ella viviendo contigo?"
"Ella está quedándose conmigo mientras se cura."
"Oh, ¿así que esto es un arreglo temporal?" Rachel bajó la mirada al desesperado gato que
intentaba conseguir la atención de Sany. "¿Este es suyo o tuyo? ¿O pertenece a ambas?"
"Para esto, Rachel. Tubbington es el gato de Brittany, no hay nada que esté sucediendo entre
nosotras, y esta discusión acabó." Pasó más allá de su hermana y agarró la manija de la
puerta.
"Sany," puso su mano en el hombro de la mujer más alta. "Di lo que quieras pero hay más en
esto que solo ayudar a salir a una amiga." Enfatizó la última palabra, dejando en claro que no
creía que ese era el título apropiado para la rubia mujer.
"Piensa lo que quieras, hermana, pero ahora mismo hay un cuarto lleno de gente que necesito
atender. ¿Y Rachel?"
"¿Sip?"
"No pienso que Quinn estaría demasiado contenta de oír hablar de Andrea ¿no?" Sany dijo,
jugando la única tarjeta del triunfo que tenía contra en su hermana. Hubo silencio en el cuarto
de la lavandería por un momento antes de que Rachel asintiera, aceptando la tácita amenaza.
"Esto mejor que no explote en tu cara, Sany. No puedes permitirte otro incidente como
Daniell."
"Lo sé," la mujer de cabello oscuro dijo enfáticamente.
Sany pasó el resto de la noche manteniendo su distancia de dondequiera que su hermano
estuviera. Afortunadamente parecía que el vanidoso hombre joven no tenía interés en conocer
a la mujer en la silla de ruedas. Esto permitió que pasara la mayor parte de su tiempo
asomándose alrededor de su huésped. El tiempo pasaba lentamente y el licor corría abajo.
Sany había subestimado la capacidad de su familia para consumir alcohol. Brody parecía
estar quedándose apartado de los licores, su sonrisa y amigable actitud permanecieron
constantemente a lo largo de la celebración. Pero cada vez que él la miraba, la sonrisa giraba a
una engreída sonrisa abierta que ella contestaba con una resplandeciente amenaza. Un
intercambio de miradas que la tenía al borde de explotar cuando oyó a Brittany tranquilamente
participar con el resto de los villancicos.
"... fa la la la la, la la la la. This the sea son to be jolly, fa, la la la la."
"Don we now our gay apparel", Sany intervino, uniendo su rico contralto al alto de Brittany.
"Fa la la la la, la la la la," cantaron juntas. "Troll the ancient Yuletide carol, Fa la la la la, la la la."
La canción terminó demasiado pronto para la mujer de cabello oscuro cuando el reloj del
abuelo sonó para anunciar la última hora. Como se esperaba, la música paró y varios invitados
comenzaron a despedirse.
"Supongo que la fiesta está terminando. Mejor juego a la anfitriona," Sany dijo, sus
sentimientos mezclados acerca de la noche. Era agradable ver a todo el mundo tan feliz y estar
recordando los anteriores días de fiesta. La presencia de Brody y los comentarios de su
madre sin embargo hicieron que deseara haber insistido en que ellos llevaran a cabo ésta en
algún otro lugar más. Sin embargo... habría sido agradable compartir otra canción con Brittany, se
lamentaba mientras tomaba su lugar cerca de la puerta, pegando una sonrisa en su cara y
deseando a todo el mundo un viaje seguro a casa.
Esto tomó cada onza de concentración para mantener su sonrisa cuando Brody apareció
delante de ella. "Bonita fiesta, hermana."
"Lamento que no puedas quedarte más tiempo," dijo sin un rastro de sinceridad. "¿Supongo
que te veré en la oficina mañana?"
"No puedo, Sany. Estaré en el campo todo el día, pero hey, si consigo un minuto me acercaré
y te saludaré. Hola, Madre." Maribel y Elaine aparecieron forzando a Sany a tragarse el
comentario que ella deseó decir.
"Madre, ¿marchándote tan pronto?"
"Son casi las once, Santana. Todavía tenemos que dejar a Elaine en el Hilton."
"Podría dejar a tía Elaine allí," Brody ofreció amablemente.
"Oh, eso es tan amable de tu parte, querido, pero el chofer puede llevarla. No desearía ser una
carga para ti." Besó a su hijo en la mejilla. "Él es como su padre, ¿no es así, Elaine?"
"Mucho," la hermana de la matriarca convino, mucho para la molestia de Sany.
"Bien, déjenme por lo menos escoltar a dos encantadoras señoras a su auto." Enganchó su
brazo a través de su madre. "Buenas noches Sany. Ten un buen rato. Debemos hacer esto
otra vez."
"Buenas noches, madre," dijo, ignorando el comentario de su hermano. Besó la ofrecida mejilla
y dio un paso atrás. "Tía Elaine, fue agradable verte."
"A mi también, querida." Brody y las dos mujeres salieron al aire frío de la noche. Sany
inhaló profundamente y soltó esta, sintiendo la manta pesada de estrés que la había cubierto
toda la noche escabulléndose.
Sany comprobó todas las puertas y fijó el sistema de alarma una vez que todo el mundo se
fue. "Me alegra que terminara." Apagó las luces del árbol de Navidad y volteó para hacerle
frente a Brittany. "Así que. Ésa es mi familia. ¿Qué opinas?"
"Allí seguro son muchos de ellos," Brittany contestó. "Tyler es agradable."
"Él es demasiado joven para ser un snob." Sany miró su alfombra. "Mira eso. Sabía que
alguien estaría quemándola." Eploró el resto del cuarto buscando daños, entonces se dio
cuenta que estaba demasiado silencioso. "¿Brittany?" No esperaba ver la cara triste regresándole
la mirada. "Hey," largas piernas cruzaron el cuarto rápidamente. "¿Qué pasa?"
"Nada. Supongo que estoy solo cansada, eso es todo." Vino la suave respuesta, aunque la
joven mujer se negó a mirarla.
"No, hay más que eso." Sany se sentó en la mesa del café, su rodilla tocaba la rueda derecha
de la silla. "¿Qué pasa, Brittany? ¿Alguien dijo o hizo algo que te disgustara?"
Había silencio por un momento antes de recibir una respuesta. "¿Estás avergonzada de mí?"
"¿Por qué dices eso?"
Brittany se encogió. "No lo sé, no importa."
"No." Estiró su brazo y puso su mano en la más pequeña. "¿Es por que le mentí a Rachel?" La
rápida mirada apartada le dio la respuesta. "Brittany, no estoy avergonzada o desconcertada de
ti."
"¿Entonces por qué inventaste esa historia sobre mí que era una hermana de la fraternidad?"
Verdes ojos la miraban, revelando la confusión y el dolor.
"No lo sé," Sany suspiró. "No estoy avergonzada o desconcertada de ti. Si en alguna cosa
estoy avergonzada es de mi familia." Arrastró su mano atrás y recorrió sus largos dedos a
través de su oscuro cabello. "Rachel no me creyó de todos modos." Se dio cuenta que aún
debía a Brittany una explicación, continuó. "Supongo que solo pensé que era más fácil."
"¿Qué diciéndoles la verdad? ¿Qué soy solo una pobre vagabunda sin ningún lugar más para
quedarse?" Brittany volvió su cabeza, rápidamente parpadeando para mantener las lágrimas a
raya.
"No. Eso en absoluto." Extendió su mano y tomó la barbilla de la joven mujer con sus dedos.
"Estás aquí porque quiero que estés aquí, no porque no hay algún lugar más para que te
quedes," dijo enfáticamente. "Mi familia no entendería eso. Lamento si mi intención de
protegerte te hizo sentir que yo estaba avergonzada de ti." Soltó la barbilla de Brittany y bajó la
mirada. La jodí otra vez, pensó para si. "¿Sabes que todo el mundo actuaba hacia ti porque
estás en un silla de ruedas?"
"¿Sip?"
"Si saben que no vienes de dinero, esto habría sido mucho peor. Habrías sido el tema de
conversación en vez de los entremeses."
"De modo que en vez de ser la lisiada, habría sido la pobre lisiada viviendo de ti," la joven
mujer aclaró.
Sany masticó su labio inferior, intentando pensar en una manera de negar la verdad en las
palabras de Brittany. Finalmente se dio por vencida asintiendo. "Es como ellos lo habrían visto, sí,
pero eso no es cómo lo veo y eso es todo lo que importa." Palmeó la mano de Brittany y se
levantó. "Ahora mismo, pienso que nosotras mejor dejamos salir a Tubbington antes de que ella
decida arañar a través de la puerta."
El reloj en la mesita al lado de la cama decía 12:15 para el momento en que Brittany estaba
quitándose el vestido azul y poniéndose nuevamente la camisa de dormir de Dartmouth.
Paseando de un lado para otro a través de la cama estaba Tubbington, todavía protestando su
tiempo en confinamiento y exigiendo atención extra. Sany ayudó a la joven mujer a meterse
en la cama y acomodó las almohadas. "¿Todo listo?"
"Sip, supongo que sí." Brittany miraba alrededor. "¿Sabes dónde está mi Percocet? Pensé que
estaba en la mesita pero no lo veo."
"Seguro." Sany se dirigió al baño. "Lo puse aquí para que Tyler no lo encontrara," dijo en voz
alta. Brittany oyó el gabinete de los medicamentos abrirse y se sirvió una taza de agua
preparándose. El sonido de artículos siendo empujados de un lado para otro en los estantes la
hizo girar su cabeza en la dirección del baño.
"¿Pasa algo?" Fue respondida con el continúo movimiento sobre los artículos seguido por el
cerrar de golpe del gabinete de los medicamentos. "¿Sany?"
La mujer de cabello oscuro salió del baño, su cara una máscara indescifrable. "Alguien lo
tomó."
"¿El Percocet no está?" Las piernas de Brittany estaban palpitando parecían comenzar
rápidamente a intensificarse con la noticia. Sany comenzó a pasear de un lado a otro entre la
cama y el escritorio, su cólera se incrementaba con cada paso.
"Brody. Te apuesto lo que sea que ese fue él. Mierda no puedo creer que hiciera esto." Sus
manos se envolvían en los puños y su quijada estaba visiblemente apretada. "El bastardo viene
a mi casa y te hace esto. Tuvo que saber que esas eran para ti, tu nombre esta en la botella.
¿Qué clase de bestia quita el medicamento a alguien que obviamente necesita tanto este?"
"No sabes con seguridad si fue él."
"Oh sí lo sé. Puedo sentir eso." Su sillón de piel se metió en el camino por donde pasaba y le
dio que un duro empujón. "Insoportablemierdahábilmentorioso."
"Hey..." Brittany dijo suavemente, estirando el brazo y poniendo su mano en el antebrazo de
Sany, sintiendo los músculos agrupados bajo la piel. Permitió a su pulgar deslizarse en la
blanda superficie del brazo de la enojada mujer y comenzó suavemente a frotar. "No hay nada
que puedas hacer sobre eso ahora."
La furia de Sany estaba cerca de estallar cuando sintió el suave tacto. Por razones que no
podía explicar, la cólera pareció disolverse, los tensos músculos se relajaron bajo el calmante
movimiento del pulgar de Brittany. Asintió con acuerdo e intentó pensar en una solución inmediata
a su problema. "Llamaré a la doctora. Quizá puede darte una nueva prescripción." Se dirigió a
su escritorio y agarró el grueso directorio telefónico. "Estoy segura que hay farmacias las
veinticuatro horas en alguna parte." Sany buscaba en las páginas de la sección amarilla,
rompiendo varias de ellas en el proceso con su desesperación. "Doctores, ver médicos.
Maldición, ¿por qué no pueden hacer esto fácil de encontrar?"
"Sany..."
"Barnes... Barnes... no hay Barnes en las listas. Intentaré el hospital." Más páginas se movieron
de un tirón, rasgándose.
"Sany..."
"Todo estará bien, Brittany. Conseguiremos una nueva prescripción y estarás instalada en un
santiamén."
"¡Sany!"
"¿Qué?" Ffinalmente levantó la mirada de su frenética búsqueda.
"Para."
"Pero..."
"Es demasiado tarde para hacer algo ahora. Puedo esperar hasta mañana."
"Brittany, tú no puedes esperar hasta mañana." Miraba de nuevo en la sección amarilla. "Mira,
hay una farmacia toda la noche a menos de cinco millas de aquí."
"No puedes salir ahora."
"Claro que puedo. Puedo ir allí y volver en menos de media hora." Tomó el teléfono.
"Sany, no." Se movió, bien consciente del dolor en sus piernas. "Está comenzando a nevar
allí afuera."
"¿Y? He conducido nevando antes." Su mano puesta sobre el teléfono pero no descolgando
este. "Brittany, necesitas el Percocet, sabes eso. ¿Cómo vas a hacerle para pasar la noche sin
este?"
"Puedo lograrlo. Sany, no quiero que conduzcas esta noche. Está nevando y estuviste
bebiendo."
"No hice eso mucho. Estoy bien para conducir." Se puso de pie, proponiéndose completamente
cambiarse en ropas más apropiadas para salir.
"Estoy segura que la persona que me golpeó se sentía de igual manera." Brittany dijo seria,
causando que Sany se detuviera y la mirara, las palabras golpearon certeras más duramente
de lo que ella imaginaba. "No quiero que jamás tengas que atravesar eso."
Incluso aunque Sany sabía no podía discutir el punto, vaciló antes de bajar su cabeza.
"¿Estás segura que es lo que quieres? Podría tomar un taxi," ofreció.
"No. Es demasiado tarde. Por favor, puedo hacer esto por una noche." Incluso cuando dijo las
palabras, Brittany no estaba absolutamente segura. El dolor había estado constantemente
aumentando y realmente deseaba tener una pastilla en este momento. "Quizá tengas algún
Tylenol o Advil."
"Sabes que no conseguirán calmar el dolor."
"Es mejor que nada."
Sany salió y volvió un minuto después con varias botellas de pastilla contra el matador dolor
de su gabinete de medicamentos. Mientras las recogía, también agarró su sudadera y la
camiseta para dormir, sabiendo que el sofá sería su cama esta noche. Era imposible dejar a
Brittany sola en el piso de abajo. Entró al baño y se cambió mientras Brittany examinaba a fondo a
través de los varios productos que prometían aliviar el dolor y tomó tres pastillas.
"¿Necesitas algo más?" Sany preguntó cuando volvió.
"No, pienso que estoy lista." Extendió los brazos por las cobijas, pero su benefactora fue más
rápida.
"Yo haré eso. Muévete, Tubbington." El felino protestó pero se apartó del camino. Sany metió la
manta alrededor del cuerpo de Brittany. "Ya está."
"Gracias." El anaranjado y blanco gato saltó de nuevo y reasumió su posición en la cama.
"Si necesitas algo, estaré afuera en el sofá."
"Oh Sany, no tienes que hacer eso. Estoy segura que tú cama es mucho más cómoda."
"No, de verdad, el sofá está bien. Dejaré la puerta abierta en caso de que la bola de pelos
necesite salir." Estiró la mano y acarició al ronroneador felino. "¿Necesitas algo más?"
"No, pienso que estoy lista."
"Ok. Entonces, supongo que es hora de decir buenas noches."
"Buenas noches, Sany."
"Buenas noches, Brittany." Alisó una imaginaria arruga en la manta antes de dirigirse a la puerta.
"Recuerda, si necesitas algo, solo llama. Tengo el sueño ligero."
"Lo haré," la joven mujer prometió cuando la luz fue apagada y Sany salió del cuarto.
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:16 am



CAPITULO 6



Remolinos de recuerdos de las navidades pasaron bailando en los sueños de la rica mujer;
regalos deseados y recibidos, risas y felicitaciones, papel de envolver rasgado apartado en la
expectativa de los tesoros ocultos dentro. El sonido de alguien llorando suavemente se rompió
atravesando la niebla, sacando a Sany de su niñez y regresándola al presente. Sus ojos se
abrieron en la oscuridad de la noche y le tomó un momento para darse cuenta donde estaba y
lo que ella oyó. "Brittany," susurró para si, sacudió el peso del sueño y se levantó.
"¿Brittany?" Llamó de la puerta.
"¿Te desperté? Lo siento," la joven mujer se atragantó, agradecida que la oscuridad mantuviera
sus lágrimas ocultas de la mirada de su amiga.
"Sabía que las cosas que tenía no harían ningún bien," Sany dijo cuando entró en el cuarto y
se sentó en la cama. "¿Quieres que salga ahora? Estoy completamente sobria."
Brittany sacudió su cabeza. "No, no te vayas por favor." El dolor era prácticamente insoportable
pero el pensamiento de atravesar este sufrimiento sin Sany era incluso peor. "Por favor."
Estiró su brazo y agarró la mano más grande con la suya. "¿Puedes... puedes tu quedarte aquí
conmigo?" Hubo un cambio en el peso cuando la más alta mujer se deslizó bajo las sábanas.
"Estoy justo aquí." Sany se atrevió a moverse tan cerca como pudo, diciéndose que era para
la comodidad de Brittany y no la propia. Estaba sorprendida cuando sintió la suave mejilla
presionarse contra su hombro.
"¿Está todo bien?" La joven mujer susurró. Sany sintió que las lágrimas comenzaron a
empapar atravesando el algodón y se dio cuenta que Brittany debió haber estado llorando
durante mucho tiempo antes de que hubiera sido despertada.
"Está muy bien," Sany contestó, moviéndose un poco más cerca.
"Esto duele," Brittany admitió, levantando su cabeza para permitir que el brazo de Sany se
deslizará debajo. Ellas movieron sus cuerpos en una más cómoda posición, por lo menos tan
cómodas como pudieron considerando que la lastimada mujer no podía rodar sobre su costado
debido a sus piernas quebradas. Sany consiguió enterrar su cara en el suave dorado cabello,
respirando en el delicado olor. Brittany se encontró arrimándose en la curvatura del hombro de la
mujer más mayor, un lugar mucho más cómodo para ella de lo que la almohada más suave
podría jamás ser. En los brazos de Sany se sentía segura, protegida, cuidada. El palpitante
dolor estaba aún allí, ya de alguna manera este parecía soportable ahora. En menos de
minutos ambas mujeres estaban profundamente dormidas.
****
Brittany se despertó por el palpitante dolor en sus piernas y el sonido de Sany tecleando en la
computadora. "Buenos días," bostezó, acurrucándose nuevamente dentro del calor de su
almohada.
"Buenos días. Tus pastillas están allí en la mesita." La ejecutiva paró de mecanografiar y volteó
para quedar frente a ella. Fue entonces que Brittany notó que Sany estaba vestida para el
trabajo, una falda sastre gris y chaqueta combinación acentuada por una blusa color crema.
"¿Tú saliste ya?" La mujer joven se incorporó despacio, claramente sorprendida.
"Llamé el hospital tan pronto como desperté y les expliqué la situación." Movió su sillón más
cerca y sirvió un vaso de agua de la jarra. "La doctora Barnes estaba allí y extendió otra receta
para ti inmediatamente," dijo mientras daba el vaso a Brittany. "Después fue solo cuestión de salir
corriendo y recoger esta." Miró a la joven mujer tomar las pastillas antes de que se girara y
presionara en algunas más teclas. "Tengo que irme. ¿Necesitas algo antes de que me vaya?"
"No, estoy segura que Karen estará aquí pronto. ¿Está Maria aquí?"
"Sip, llegó aquí hace cerca de una media hora. Le dejaré saber que estás despierta." Sany se
levantó y apagó la computadora. "¿Estás segura yo puedo conseguirte algo?"
"No, de verdad, estoy lista. Ten un buen día en el trabajo. ¿Crees que Brody estará allí?"
"Lo dudo. Él dijo algo anoche acerca de no estar en la oficina hoy." Un destello de la cólera
sobre los acontecimientos de anoche nubló sus facciones. "Es mejor que él no aparezca
tampoco." Estiró una mano y dio a Tubbington una rápida caricia. "El número de mi oficina es dos
en el marcado rápido si quieres darme una llamada."
"Oh, no quiero molestarte o algo así." Brittany silenciosamente deseaba que Sany le diera un
abrazo de despedida pero no se atrevió a pedirle uno.
"Si deseas llamarme, solo hazlo. No te preocupes acerca de molestarme porque no lo haces."
Vaciló por un momento. "Sería agradable oír una voz amistosa a la mitad del día."
"Ok. Entonces te llamaré más tarde." Dejó el vaso abajo y miró a su amiga. "¿Sany?"
"¿Mmm?"
"Gracias por salir esta mañana. Yo de verdad agradezco eso."
Sany sonrió. "De nada." Estiró la mano y dio a la mano de Brittany un apretón. "Ahora de
verdad tengo que ir trabajar. Llámeme más tarde, ¿Ok?"
"Okay."
*****
Era tarde cuando la puerta a la oficina de Sany se abrió y Rachel entró, llevando una carpeta
manila. "Tenía razón," la pelirroja dijo triunfantemente cuando lanzó la carpeta sobre el
escritorio.
"¿Tenías razón acerca de que?" Sany preguntó con desinterés, no molestándose en desviar
la mirada de su computadora.
"Tu huésped." Recogió la carpeta y la abrió, repasando la información que había obtenido.
"Brittany S. Pierce se graduó del instituto de Albany. No hay registros incluso de que hubiera
acudido a la universidad en alguna parte o que posea una tarjeta de crédito. Ella incluso no
tiene una licencia de conducir."
Sany se levantó rápidamente, enviando su sillón balanceándose hacía atrás cuando arrebató
la carpeta de las manos de Rachel. "¿La investigaste?"
"Tuve que hacerlo," la hermana más joven protestó. "Obviamente crees todo lo que ella dice."
"¿Y qué te importa a ti?"
"Sany, ella no tiene obviamente nada y vio un buen ticket de comida."
"No tienes idea acerca de lo que estás hablando." Cerró de golpe la carpeta abajo sobre su
escritorio. "Brittany no me está utilizando."
"¿No? ¿Sabes dónde trabajaba antes de que le dieras un trabajo?"
"En Money Slasher, lo sé. Ella era una cajera allí."
"Una cajera de medio tiempo," Rachel corrigió, "Ganando el salario mínimo. De lo que puedo
decir, antes atendía las mesas en un restaurante barato."
"¿Cuál es tu punto?"
"¿Mi punto es por qué estás haciendo esto? ¿Por qué dejas a una pobre basura blanca vivir de
ti?"
"No... tú... ¡jamás la llames así otra vez!" Sany gritó. "No tienes idea de lo qué estás
hablando, y en cuanto a la 'basura blanca', ¿le has dado una buena mirada a Brody
últimamente?"
"Estás intentando cambiar el tema."
"¿Lo estoy? La estás juzgando porque no tiene el dinero que tú y yo tenemos. ¿Cómo de justo
es esto?" Se acercó a la ventana y miró en el triste cielo gris. "¿Te tomaste el tiempo de hablar
con ella para averiguar qué clase de persona es? No. No todo el mundo que no tiene dinero es
suciedad y no todo el mundo que es rico es una buena persona."
"No estoy diciendo eso."
"¿No lo estás? Averiguas que no nació privilegiada y enseguida asumes que es una
excavadora de oro."
"¿Entonces qué es ella, Sany? Ayúdeme a entender porque ahora mismo no lo hago," Rachel
cuestionó. "Intenta mirarlo desde el punto de vista de la familia. Una mujer de la que nunca
hemos oído hablar de repente se muda a tu casa, completamente con un gato y obvios
problemas médicos y ¿esperas que solo nos recostemos y no estemos preocupados?"
"Sí. Es mi vida, Rachel. Quién se aloje en mi casa es mi preocupación, no la tuya. No hice una
investigación sobre Quinn cuando anunciaste que ibas a casarte con ella."
"¿Estás planeando casarte con ella?"
"Aún no aceptas que ella es solo una amiga, ¿no?" Cruzó el cuarto y se dejó caer en el sofá de
cuero negro. "¿Por qué te preocupa tanto?"
"Solo no deseo verte lastimada... otra vez."
"Esto no es como Daniell, te dije eso antes."
"Puede que no lo pienses así, pero lo qué yo vi..."
"Entonces tu mira mejor otra vez. Brittany no desea nada de mí. Ella es solo una amiga. Para de
intentar hacer esto en algo más de lo que es." Dio un puntapié a sus zapatos sacándoselos y
metió sus pies bajo sus piernas. "No la conoces, Rachel. No sabes como es. Anoche su botella
de Percocet fue robada. Me ofrecí ir a conseguir más pero no quiso que lo hiciera. ¿Eso suena
como alguien que está solo interesado en mi dinero? Ella no me ha pedido una sola vez que la
compre una maldita cosa. Todo lo hago, porque quiero hacerlo, no porque ella me lo pida."
Agitó su mano descartándolo. "¿Lo entiendes?, olvida esto."
"Mira. Eres una adulta. Que tomas tus propias decisiones. Investigué todo lo que pude sobre
ella hoy. Toda la Información está en ese expediente. Haz con esto lo que quieras." Rachel se
dirigió hacia la puerta. "Sany, no te olvides de la cena de mañana con mamá."
"Oh, tengo muchas ganas de que empiece esta," dijo sarcásticamente. "¿Le enviaste a ella una
copia por fax de tu precioso informe? ¿O solo sacaste un anuncio en el Times Useless?"
"Eso no fue necesario, Sany. Estoy solo cuidando de ti."
"La última vez que miré, me ocupaba de mi misma muy bien. No recuerdo haberte pedido ser
mi niñera."
"Bien. Haz lo que quieras, tú lo harás de todos modos." Rachel se fue, no molestándose en
cerrar la puerta. Tina, que había estado escuchando las voces levantadas, discretamente la
cerró y volvió a su escritorio, sabiendo que el intercomunicador estaría llamando en algunos
segundos.
"Tina, guarda mis llamadas." Un segundo después, dos líneas se encendieron y la joven
asistente administrativa habría apostado su cheque completo a que ella sabía a quién llamaba
su jefa.
"Residencia López," María contestó.
"Hola María, ¿puedo hablar con Brittany por favor?" Sany aún estaba sentada en su sofá en la
oficina, las multilíneas bloqueadas del teléfono colocado en el piso al lado de ella. Era de esas
veces que agradecía la longitud extra en el cordón del teléfono gris, incluso si este conseguía
enredarse en sus pies debajo del escritorio de vez en cuando.
"¿Hola?"
"Hola allí." El sonido de la voz de Brittany, hizo sonreír a Sany, la tensión de su conversación
con Rachel desapareció. "¿Cómo estuvo la juez Judy hoy?"
"Oh, no creerías los casos que ella tuvo."
"Cuéntame sobre ellos," pidió, acomodándose nuevamente dentro de una cómoda posición.
Sany no podía explicar esto pero el sonido de la voz de Brittany tenía un efecto calmante en
ella y, en estos momentos, necesitaba ese confort.
*****
Algunos días después, Brittany fue al hospital para que le quitaran los puntos y le tomaran nuevas
radiografías de sus piernas. Sany estaba sentada en la sala de espera, leyendo una vieja
revista de hace seis meses para pasar el tiempo.
"Casi termino," la doctora Barnes dijo, quitando la última puntada en la mejilla de Brittany. Dio un
paso atrás y echó sus guantes del látex en el recipiente rojo de los desechos. "Buen aspecto.
Pienso que no quedará cicatriz. Recuerde mantener ésta alejada del sol hasta que esté
completamente curada. No que sea un problema en esta época del año." Hizo una anotación
en el registro de Brittany. "Usted se está recuperando espléndidamente. A ese ritmo que va, no
veo ninguna razón por la que usted no esté usando muletas hacia finales de la primavera."
"¿Finales de la primavera?"
"Finales de la primavera," la doctora repitió. "Su cuerpo sufrió un severo trauma. Su tobillo
estaba quebrado en siete partes. Va a tomar tiempo para curar. Entienda eso, Srta. S. Pierce,
nosotros estamos hablando de meses de terapia, no semanas." El corazón de la joven mujer se
hundió en las palabras. Ella sabía que tomaría tiempo, solo que no tan largo. ¿Cómo
reaccionaría Sany? Seguramente eso sería demasiado tiempo de permanecer en el lugar
que estaba rápidamente pensando como hogar.
A pesar de los miedos de Brittany, Sany tomó las noticias bien, más preocupada sobre el
progreso de la recuperación que el marco de tiempo. Aunque causó un poco de molestia, la
joven mujer insistió que podría viajar en el asiento trasero de la Cherokee sentándose de lado,
permitiendo que las piernas se apoyaran sobre el terciopelo gris intenso. Sany hizo lo posible
para evitar los baches, pero todavía había algunas veces en que miraba en el espejo retrovisor
y veía a Brittany hacer muecas de dolor cuando pasaban sobre un punto particularmente áspero
de la calle. "Sabes que podría quedarme en casa esta noche," dijo cuando giraban dentro de
López Drive.
"No, tu madre y hermana están contando contigo. Estaré bien."
"¿Pero qué si necesitas utilizar el cómodo o algo así? ¿Qué si necesitas una bebida?" Tiró del
jeep en el camino de entrada y apagó el encendido.
"Iré antes de que te vayas. Si llenas esa jarra en la mesita, estoy segura que estaré bien."
*****
Sany fue la última en llegar al condominio de su madre. Culpó al tráfico de la hora pico de
viernes pero la verdad era que encontró difícil dejar a Brittany sola. Una jarra llena del agua, latas
de refresco enfriándose en la hielera, varios bocados todo al alcance de la mano de la
lastimada mujer... no dejó nada a la improvisación, incluso hasta anotó el número de teléfono
de su madre solo por si Brittany necesitaba algo.
La pequeña mesa redonda del comedor tenía apenas suficiente sitio para todo el mundo.
Sany se encontró sentada entre Elaine y Rachel. Era bastante malo quedar pegada al lado de
una persona derecha pero el fuerte olor del perfume de su tía amenazaba con quitar el apetito
de Sany. "Huele maravilloso," Rachel dijo cuando la fuente de la carne fue colocada en la
mesa.
"Gracias, querida," Maribel contestó como si hubiera sido quién hubiera pasado las horas
preparando la comida en vez de su asistente de medio tiempo. "Sabes que tu hermana siempre
disfruta de una buen asado de cerdo."
"Si lo sé," Sany de buena gana coincidió, estirando el brazo a la fuente.
"Hey, deja algo para el resto de nosotros."
"Vamos Rachel, no te preocupes de eso," su madre la regañó. "Hay suficiente para todos."
Volteó a su hija mayor. "Toma tanto como desees, querida. Estoy segura que debes estar
cansada de esas cenas recalentadas que María hace para ti."
Sany se sirvió el humeante gravy sobre su cerdo. "María es una estupenda cocinera, madre,
lo sabes."
"Sé que cuando yo dirigía la casa ella trabajaba hasta las ocho de la noche. Nunca tuve que
preocuparme de los platos sucios amontonados hasta la mañana."
"Tengo una lavavajillas."
"Humph, otro electrodoméstico comprado para que ella trabaje menos, sin duda." Maribel se
sirvió con un cucharón un poco de salsa sobre su plato. "Sabes que la echas a perder."
"Lo sé," Sany sonrió, sacando una sonrisa de su hermana y un ceño fruncido de molestia de
su madre.
"Primero fue cada fin de semana libre, después fueron las horas acortadas. Por lo menos ella
va, estás pagándole para permanecer en casa justo como esa gente de bienestar."
"Madre, ella hace una semana completa de trabajo, justo como cualquier otra persona."
"Estoy segura que ella está más ocupada que nunca con tu amiga allí," Rachel concordó.
"Sí, ¿cómo está esa pobrecita, querida?" Elaine preguntó. "Ella parece una chica tan
agradable. ¿Cuál era su nombre? Rachel, Ruth..."
"Brittany," Sany corrigió.
"Ah sí," el pariente de visita dijo, en absoluto interesado en el nombre correcto. "Bien de todos
modos, ella parecía una chica agradable. Pásame el maíz, por favor. ¿Bea, viste en el
periódico donde están con la chusma emocionada sobre los cuidados de la salud otra vez?"
"Pienso que el presidente tendría cosas mejores acerca de que preocuparse," la matriarca
replicó. "Quinn, ¿sabes de alguien sin seguro?"
"Por supuesto que no, mamá," contestó, aprendiendo hace mucho exactamente que
respuestas su suegra quería oír.
"Ven, eso es mi punto exactamente. Ellos necesitan preocuparse de cosas más importantes
como reformar el código de impuestos o traer de nuevo la oración a las escuelas." Maribel
tomó un trago de vino. "Estoy diciéndoles, aquí es en donde el país está mal. Hubo una época
en que los niños respetaban a sus mayores. Ahora no puedo conseguir que el muchacho del
periódico lo deje en la puerta cuando está lloviendo. Y él pregunta porqué no le doy propina.
Propinas que debería ganarse, pero parece que hoy en día piensan que la merecen solo por
hacer sus trabajos."
Durante el resto de la cena y después de cenar, y las bebidas, Sany intentaba prestar
atención a la conversación pero encontró su mente escabulléndose de nuevo en pensamientos
de la rubia mujer que la esperaba en casa. Se preguntaba si estaría durmiendo en el sofá o si
Brittany la dejaría compartir la cama otra vez. Esperaba lo último. La mente de Sany estaba tan
ausente que no oyó que su madre se dirigía a ella y fue únicamente cuando Rachel la pateó por
debajo de la mesa que la trajo de nuevo al presente. "Lo siento, ¿qué?"
Maribel frunció el ceño molesta. "Te pregunté si planeas venir aquí para Navidad.
Honestamente, Sany."
"Lo siento, estaba solo pensando sobre algo."
"O alguien," Rachel dijo tan quedamente que solo su hermana pudo oírla.
"Realmente creo que pasaré Navidad en casa este año," contestó, dándole una mirada furiosa
a su hermana menor.
"Oh bueno. Elaine me preguntó si la acompañaba a un crucero pero no quería que estuvieras
sin un lugar para ir."
"¿Qué sobre Brody?" Rachel preguntó.
"Él dijo que tenía otros planes este año, algo sobre ir hasta las montañas con algunos amigos
suyos. Tú y Quinn tienen a los niños, así que la única que me preocupaba era tu hermana."
"Estaré bien, mamá." Sany miró su reloj. "No me di cuenta del tiempo. Necesito volver para la
oficina y recoger algunos expedientes antes de que se haga mucho más tarde." Se levantó y
dejó su servilleta en el ahora vacío plato. "La cena estuvo estupenda, como siempre."
"Esa es mi hija, siempre trabajando," Maribel dijo. "Tal vez algún día encuentres el tiempo para
sentar cabeza y darme algunos nietos."
Sany ignoró el comentario y se puso su chaqueta. "Realmente necesito irme." Echó un
vistazo fuera de la ventana. "Está comenzando a nevar fuerte allí afuera."
"Claro, por supuesto. Ve, y trabaja en la fabricación del dinero. Supongo que tendré que
depender de Quinn y Rachel para que me den un nieto."
"Supongo que sí," la mujer de cabello negro dijo cuando alcanzó la manija de la puerta. "Quinn,
tú mejor ten cuidado en el camino a casa, parece que hay aguanieve. Buenas noches a todos."
*****
"Hey, todavía estás despierta," Sany dijo cuando entró en la que antes era considerada la
oficina y ahora era la habitación de Brittany.
"Sip, son solo las diez."
"¿Algo bueno estan pasando?"
"No realmente." Brittany utilizó el telecontrol para apagar la televisión antes de palmear el espacio
en la cama a su lado. "¿Así qué cómo estuvo tu cena?"
"Agotadora," la mujer más mayor suspiró, tomando el asiento ofrecido en la cama ajustable y
se recargó en una cómoda posición. "Ahora recuerdo por qué odio tanto las cenas familiares."
"¿Por qué es eso?"
"Todo el mundo habla acerca de nada. Se dedican a hablar sobre cosas de las que no tienen
control sobre impuestos y propinas. Por no mencionar a mamá comenzar otra vez acerca de
que no le doy nietos."
"Oh, eso es bastante malo. ¿Ella hace eso mucho?"
"En cada oportunidad que puede," Sany se encogió de hombros. "Vamos, veamos que hay
en la TV."
Se recostaron y miraron un drama de crimen. Ambas adivinaron quién era el asesino mucho
antes de que los policías lo descubrieran. Cuando este acabó Brittany se encontró que no podía
sofocar un bostezo. "Lo siento, debo estar más cansada de lo que pensé," se disculpó cuando
Sany presionó el botón en el telecontrol para apagar la televisión.
"Está bien. Se está haciendo tarde. Supongo que mejor me voy y te dejó dormir un poco." Hizo
el movimiento de bajarse de la cama únicamente para ser detenida por la mano de Brittany en su
brazo.
"¿Te irás arriba?"
"No, probablemente dormiré en el sofá, ¿por qué?"
"Sabes, ésta es una cama grande y estoy segura que es más cómoda que el sofá. Podrías
quedarte aquí." Brittany se mordió su labio inferior. "Quiero decir, si tu quieres, no me importa."
Sany vaciló por solo un segundo. "Bien, no desearía apretarte o algo."
"Tu no lo haces."
"Es más cómodo que el sofá... pero solo si estás segura." Si la verdad fuera dicha, podría
quedarse dormida en cualquier lugar, pero uno definitivamente era su preferido sobre el otro.
"Estoy segura." Brittany sacó una de las dos almohadas de detrás de su cabeza. "Aquí, incluso
compartiré."
Sany sonrió en el gesto. "Deja cambiarme y apagar la luz."
Pocos minutos después Sany estaba cambiada en su sudadera y una camiseta de algodón.
Apagó la luz y se deslizó debajo de las cobijas, conscientemente evitando que su cuerpo
presionara contra Brittany no importa cuanto lo deseara. Su resolución duró solamente hasta en
el momento que el sueño la alcanzó, cuando su cuerpo se hizo cargo e hizo lo que deseó tan
desesperadamente hacer cuando estaba despierta.
Medio dormida, Brittany se despertó completamente cuando sintió el fuerte brazo apoyado a
través de su estómago. Sany dio un suave suspiro de satisfacción en su sueño y se arrimó
más cerca, su cálida respiración acariciando el hombro de la mujer más pequeña. Brittany sonrió
en la oscuridad y bajó su mano izquierda para apoyarla sobre la más grande. Esto tendría que
haberle parecido extraño dormir junto a alguien después de pasar los primeros veintiséis años
de su vida durmiendo sola pero no fue así. Acostada junto a Sany se sentía natural, cómodo,
correcto. Creyó que la mujer más mayor verdaderamente cuidaba de ella, algo que Brittany nunca
había realmente sentido antes. Esto la llenó con un sentimiento de bienestar, lo que sea que no
exactamente pudiera nombrar pero era un maravilloso sentimiento justo igual. Otro suspiro y la
mujer más mayor se movió incluso más cerca, su barbilla apoyada justo sobre el hombro de
Brittany y su cara enterrada en el rubio cabello.
El tiempo hacía tictac mientras la joven mujer disfrutaba de las sensaciones, el calor de la
mano de Sany a través de la camisa de dormir de algodón, las suaves respiraciones
haciéndole cosquillas en su oreja. La sensación de seguridad y confianza que la cubría como
una manta no podría jamás. Brittany tuvo amigos al crecer, compañeros, chicas con quién
compartir secretos, pero nunca sintió hacía ellos lo que sentía hacía Sany. Sus sentimientos
recorriéndola eran más profundos que algo que hubiera conocido y si bien esto tendría que
haberla asustado, no lo hizo. Volteó su cabeza de lado y puso un suave beso en la frente de
Sany. "Dulces sueños," susurró antes de cerrar sus ojos y dejar que el sueño la alcanzara.
*****
La oxidada Statión Wagon traqueteó su camino hasta subir a Morris Street. Delores Bickering
observó la dirección que estaba buscando y dobló estacionándose enfrente de ésta. Había
planeado en visitar a su hermana pero decidió que ya que estaba en el área de todos modos
no le dañaría detenerse y ver a Brittany, especialmente desde que no había recibido una
respuesta, o un cheque, de la joven mujer aún. Bajó rodando la ventana y estiró la mano por la
manija exterior, la única manera de abrir la puerta del auto, y salió. Bajó los escalones que
conducían al apartamento del sótano, frunciendo el ceño cuando vio una pareja de hispanos
moviéndose adentro. Llamó a la puerta. "¿Brittany S. Pierce vive aquí?"
"No, nosotros acabamos de mudarnos. Usted puede hablar con Cecil. Él vive en el piso de
arriba."
"¿Qué jodidos quiere?" Cecil preguntó cuándo abrió la puerta.
"Estoy buscando a Brittany S. Pierce. Pensé que ella vivía aquí."
"Desalojó," gruñó. "La maldita perra no me dio ningún aviso tampoco."
"¿Usted sabe adónde ella se mudó?"
"¿Quién jodidos es usted?" miraba a Delores sospechosamente.
"Soy su madre," mintió.
"No lo sé y no doy una mierda. Si usted desea saber, debe preguntar a la perra que estuvo
aquí. Espere, tengo su nombre aquí en alguna parte. Lo apunté en caso de que el cheque que
me dio botara." Regresó dentro del apartamento, dejándola parada afuera. Volvió un minuto
después con un Post it con unos garabatos anotados en éste. "Aquí está, es el nombre y la
dirección de la perra que sacó sus cosas."
Delores tomó el papel y lo miró. V. López, One López Drive, Loudonville. "¿Usted tiene
un número de teléfono?"
"¿Parezco la puta cabina de información?" Gruñó. "Eso es todo lo que sé. Ahora, a menos que
usted esté interesada en rentar el tercer piso, está haciéndome perder mi mierda tiempo."
Cerró la puerta sin esperar una respuesta. Delores regresó a su auto, desconcertada. Alguien
que vivía en una calle con el mismo nombre que el suyo era sin duda rico, y el hecho de que
éste fuera en Loudonville, donde nadie que estuviera recibiendo subsidio podría vivir era aún
más intrigante. Decidió que necesitaba averiguar más. Ajustó la almohada en el asiento
delantero, la única cosa que mantenía los gastados resortes de presionarse en su trasero, y
giró la llave varias veces antes de que el viejo auto Station Wagon de veinte años
chisporroteara a la vida.
Se detuvo en la más cercana tienda de barrio para proveer de gasolina al auto, no
preocupándole en parar en la bomba surtidora más apartada. Déjalos esperar, pensó para si
mientras ponía el inyector en el tanque. Puso exactamente cinco dólares de gasolina en el
tanque antes de entrar en la tienda. Una vez adentro, tomó un mapa de las calles del condado
de Albany y se dirigió hacia el fondo donde los refrigeradores de los refrescos estaban
alineados. Mientras abría la caja con una mano, Delores utilizó su otra para meter el mapa de
las calles en su bolso. Se acercó al granoso dependiente haciéndole frente con una botella de
Pepsi en su mano. "Setenta y cinco centavos por el refresco y cinco por la gasolina," el
dependiente dijo. Delores sacó un gastado billete de su bolsillo de la chaqueta junto con un
sello de comida de un dólar. El vendedor asintió y devolvió veinticinco centavos,
completamente ignorante del robo en la tienda. Como siempre lo hacía, Delores no pudo
resistir sonreír cuando salió de la tienda, consiguiendo una vez más marcharse con algo gratis.
El Station Wagon farfulló y atravesó el congestionado tráfico de Albany entrando a la más
tranquila zona residencial de Loudonville. En el pueblo donde los ingresos promedio estaban
también dentro de las seis cifras, el oxidado Ford con falsos paneles de madera resaltaba en
marcado contraste con los más nuevos vehículos del vecindario de Sany. Delores hizo dos
equivocadas vueltas antes de encontrar López Drive, culpando al mapa de las calles y no a
si misma. Decidiendo que la mansión grande al principio de la calle tenía que ser el número
uno, tiró del auto sin inspeccionar y sin asegurarse en el largo camino de entrada, deteniendo
este justo detrás de un jeep Cherokee azul brillante. Quitó la llave del encendido y esperó un
momento mientras que el auto continuaba funcionando antes de que este finalmente diera un
moribundo grito y quedara silencioso. Gotas de aceite mancharon la entrada principal mientras
bajaba rodando la ventana para alcanzar la manija de la puerta. Sin duda sobre esto, pensó
para si. Ésta tiene que ser el número uno de López Drive. Si Brittany conocía a la persona
que poseía esta casa, bien por supuesto que esto valía la investigación, Delores razonó. Notó
las tejas de loza del camino de entrada que rodeaban el césped y conducía a la puerta doble
grande de la entrada y siguió esta.
*****
Sany trabajaba en su computadora cuando oyó el traqueteo del sonido de un auto que tiraba
en su camino de entrada. Una rápida mirada en la cama confirmó que Brittany estaba aún
profundamente dormida. Se levantó y se acercó a la ventana, ojos azules se ensancharon en la
vista del color café, blanco y oxidado Station Wagon situado en su camino de entrada. "¿Qué el
infierno...?" La ventana bajó rodando y un brazo estirado por la manija. Miró cuando una
redonda mujer, mal vestida, salía del auto y miraba la casa. El primer pensamiento de Sany
fue que era un perdido viajero o uno de esos molestos vendedores de puerta en puerta. Dio
otra mirada en la mujer pacíficamente durmiendo y decidió interceptar la inesperada llegada
antes de que el timbre pudiera despertar a Brittany.
Sany abrió la puerta y se dio cuenta que ésta no era ningún vendedor a domicilio. Un negro
gorro tejido con una borla en la punta cubría la cabeza de una mujer que parecía estar en la
mitad de sus años 40 mientras una sucia chaqueta amarilla con varias manchas esparcidas
cubriendo la parte superior el cuerpo. Ella sostenía un bolso de gran tamaño en las manos que
no llevaban guantes y sus pies estaban cubiertos con un par de tenis que habían hace mucho
tiempo dejado de ser considerado blancos. La ejecutiva de cabello oscuro bajó la mirada en la
mujer más baja y frunció el ceño. "¿Puedo ayudarle?"
"Um, sí," Delores dijo, levantando la mirada con sorpresa. "Cómo supo..."
"Yo oí..." Sany hizo una pausa cuando intentó pensar en un término discreto para el cubo de
chatarra, "su... auto... estacionarse en mi entrada. ¿Qué quiere?"
"Estoy buscando a alguien y me dijeron que usted podría saber donde ella está. Su nombre es
Brittany S. Pierce."
"¿Quién le dijo que yo podría saber dónde está?" Sany ahora sabía quién era la mujer que
estaba parada delante de ella y no estaba absolutamente feliz con la revelación. Había
prometido llevar la chequera de Brittany al hospital pero con la inesperada alta y todo lo que
habían sucedido desde entonces, no había habido más mención del tema. Por lo que Sany
sabía, Brittany no había enviado nada desde que estaba en su casa. ¿Así que cómo esta
sanguijuela la encontró?
"Paré en su anterior apartamento y me dijeron que usted le había pagado la renta." Delores
tembló y miró sutilmente a la puerta. "¿Puedo entrar? Está bastante frío aquí afuera, usted
sabe."
Sany maldijo mentalmente a quienquiera que la crió educadamente y dio un paso atrás,
manteniendo la puerta abierta. "Entre, ¿señora...?"
"Bickering, Delores Bickering," la redonda mujer dijo, pasando a la ejecutiva y quitándose su
gorro tejido para revelar el liso cabello castaño que parecía necesitar una buena limpieza. "¿De
modo que usted es V. López?"
"Sí," Sany dijo sin molestarse en detalles adicionales. Ahora estaba frente a un dilema moral.
Podría fingir que Brittany no estaba aquí y despachar a Delores empaquetada, pero ese riesgo
trastornaría a la joven mujer. Entonces otra vez, no estaba segura que deseara dejar al buitre
cerca de su compañera. Aceptó renuentemente que la decisión no era realmente suya. "Espere
aquí."
Sany cruzó la habitación y entró en la oficina, asegurándose de cerrar la puerta detrás de
ella. Se arrodilló sobre la cama y puso su mano en el hombro de la mujer durmiendo. "Brittany...
Brittany cariño, despierta."
"¿Hmm?" Verdes ojos se abrieron y parpadearon pesadamente.
"Tenemos compañía, tienes que levantarte."
"¿Compañía?" Dio un sano bostezo y frotó sus ojos. "¿Quién?"
"Delores." Sany hizo lo posible para no dejar mostrar su molestia.
"¿Delores? ¿Bickering? ¿Aquí?" Los ojos de Brittany se ensancharon.
"Delores Bickering. Aquí." Miró cuando las palabras penetraron y el semblante de la rubia
cambió. "Hey, si no deseas verla..."
"No, si se tomó todas estas molestias para encontrarme entonces yo le debo por lo menos
eso."
"Brittany." Tomó la barbilla de la mujer más joven en su mano. "No le debes a ella nada. Lo que
hizo por ti en el pasado lo has ya devuelto en todo caso, estoy segura." Suavizó su tono,
dándose cuenta que esto no ayudaba. "Lo siento, sé que sientes que le debes y no debería
estarte diciendo cómo pensar o sentir." Retiró la mano y se recostó. "Solo no me gustaría ver
que seas utilizada y me temo que es exactamente por eso que Delores está aquí." Tomó el
cepillo y comenzó a peinar el desordenado cabello de Brittany.
"¿Sany?"
"¿Mm?"
"¿Sería demasiado preguntar si podría pedir prestada la blusa que usaste ayer? Puedo cubrir
el resto de mi cuerpo con una manta."
"Será una poco grande en ti pero no hay problema conmigo." Se inclinó y utilizó su largo brazo
para tirar de la blusa gris colocada en el respaldo de la silla. Brittany se quitó la camisa de dormir
al mismo tiempo y cuando Sany se enderezó fue saludada a la vista de los firmes pechos de
la joven. Renuente intentó mantenerse de mirar fijamente para concentrarse en ayudar a Brittany
a meter los brazos en las mangas. "Te dejaré abotonarla mientras traigo la silla." Dijo
repentinamente, dejando la cama y recuperando la doblada silla de ruedas de la esquina.
Pocos minutos después Brittany estaba cómodamente colocada en su silla, la manta metida
cuidadosamente alrededor de sus piernas y caderas. "¿Estás lista?" Sany preguntó.
"Sip," vino la desganada respuesta. La última persona que quería ver era a Delores. No había
contestado a la última carta y en su mente no había duda de que la antigua madre adoptiva
mencionaría el tema del dinero, especialmente después de descubrir dónde estaba viviendo.
"¿Sany?"
"¿Sí?"
"Podrías... Quiero decir, si no te importa, ¿podrías... quedarte conmigo?" Esperaba que la
presencia de Sany pudiera mantener a Delores de preguntar por el dinero, pero más que eso,
deseaba el apoyo emocional que sabía que su amiga le daría. Sonrió cuando sintió la cálida
mano apretar su hombro.
"Todo estará bien allí, no te preocupes," Sany dijo.
Delores volteó de su inspección de los varios adornos que todavía colgaban y jadeó cuando vio
a Brittany en una silla de ruedas. "¿Qué te sucedió?"
"Fui golpeada por un auto," la joven mujer contestó. "¿Cómo supiste dónde estaba?"
"Tu casero me lo dijo," dijo con suficiencia. "¿Demandaste a la persona que te golpeó?"
"La policía no sabe quién fue. Él huyó después del accidente."
"¿No pudieron encontrarlo? Eso es una vergüenza. Si lo encontraran, habrías podido
demandar. Conozco a un buen abogado que te ayudaría si lo necesitarás. Él me representó
cuando me resbalé en un poco de agua en el supermercado. Me consiguió casi cuatro mil
dólares." Delores entró a la parte del desnivel de la sala de estar y se hundió en el sofá de piel,
sacando una mirada de desaprobación de Sany. "Así pues, ven cuéntame lo que has estado
haciendo. No he oído de ti en casi dos meses ya." Alcanzó en su bolso de gran tamaño y sacó
un gastado estuche de cigarros de vinil y encendedor, encendiendo uno sin un pensamiento.
"No permito fumar en mi casa," Sany dijo.
"Oh, no se preocupe, tengo mi propio cenicero," Delores contestó cuando sacaba un pequeño
monedero café.
"No, yo no permito fumar en mi casa," la mujer de cabello oscuro enfatizó, no cuidando nada
sobre el resplandor que recibió de la visitante grande, pero cuidando mucho que Brittany no
hiciera un sonido de objeción.
"Oh, bien." Delores tomó una larga fumada antes de apagar la colilla del cigarrillo. "Así que
Brittany..." Exhaló, llenando el aire alrededor con el translúcido humo. "Cuánto tiempo te quedarás
con la Srta. López, ¿o tu vives aquí ahora?"
Brittany parpadeó en sorpresa y miró a su benefactora, haciendo la misma pregunta con sus ojos.
Sany tragó, insegura de cómo contestar. ¿Qué deseas, Brittany? No había duda en su propia
mente que deseaba a la mujer de cabello rubio en su vida, y en su hogar. ¿Dejando la decisión
en mí significa que lo deseas también? Investigando en los ojos de Brittany, Sany inhaló
profundamente y corrió el riesgo, dejando a su corazón dirigir su respuesta. "Ella vive aquí."
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:17 am

CAPITULO 6 SEGUNDA PARTE



Brittany abrió su boca, después la cerró, impresionada desapareciendo su capacidad de hablar
por un momento. "S... si, eso es." Su voz se quebró y luchó para mantener alejada una sonrisa
de su cara. "¿Así pues, qué te hizo venir para esta área? ¿Visitando a Isabel otra vez?"
Preguntó, refiriéndose a la hermana de Delores.
La mujer grande asintió. "El Tupperware llegó. Sabes que ella nunca conseguirá la ocasión
para entregármelo. Si no vengo y no los consigo acabará usándolos ella misma o vendiéndolos
a alguien más para el dinero justo como el episodio de las galletas. Recuerdas eso, ¿no es así,
Brittany?"
"Isabel recogió todo el dinero por las galletas de las chicas exploradoras pero no lo tenía
cuando llegó la hora de pagar por ellas," Brittany explicó a Sany.
"Suena como exactamente una familia," la ejecutiva dijo secamente.
"No mencionar lo que sus hijos les hacían antes de que fueran repartidas," Delores agregó,
siempre lista para una oportunidad de maltratar al resto de su familia, incluso si ella era
culpable de las mismas cosas. "De modo que..." Giró su atención a su antigua hija adoptiva.
"¿Y qué dicen los doctores? Espero que fueras a un verdadero hospital y no apenas a la
clínica. Sabes que ellos no saben nada allí. Luché con ellos por cinco años sobre Jimmy y
nunca encontraron algo mal con él," Delores dijo. Brittany asintió educadamente pensando para si
que la razón de que nunca encontraron algo con su hermano adoptivo era que nunca hubo algo
mal con él. Jimmy era la imagen de la salud durante el tiempo que ella permaneció con ellos,
sin embargo Delores lo arrastraba de doctor en doctor, insistiendo que una rara terrible
dolencia afectaba a su hijo más joven. "Sabes, él está en el colegio ahora."
"¿De verdad?" Brittany no había pensado que él pudiera hacer la secundaria. "¿Qué es lo que
estudia?"
"Actuación. Algún día conseguirá su propia serie justo como Seinfeld. Incluso consiguió una
oferta para actuar en el centro" presumió, como si el centro Cobleskill fuera algo para presumir.
"Yup, están haciendo Joseph y el Amazing Technicolor Dreamcoat. Andy Gibb dirige la obra en
Broadway, sabes."
"Ahora hay alguien para visitar," Sany dijo arrastrando las palabras, ganándose una ceja
ligeramente levantada de la joven mujer. Dio a Brittany un ligero mohín pero rápidamente volvió a
su normal expresión aburrida a medida que Delores continuaba divagando y llenando a la joven
mujer en todos los acontecimientos triviales que habían sucedido en su familia recientemente.
Finalmente, como Sany sospechó, la conversación giró al dinero.
"Sabes que el estado dejó de pagarme por Jimmy cuando él cumplió dieciocho. No se les
ocurrió a ellos que necesito ese dinero extra cada mes para los otros niños. Uno en el colegio y
los otros cuatro niños aún en la primaria."
"¿No está Jimmy ayudando?" Brittany preguntó.
"Él trabaja únicamente los fines de semana en la gasolinera de Fred. Necesita ese dinero para
la gasolina para ir y venir a la escuela."
"Parece que Jimmy necesita conseguir otro trabajo y ayudar," Sany bromeó, ganando otra
desaprobación, si bien breve, en la mirada de Brittany. Delores se movió, centrando su atención
en la joven mujer y deseando que la mujer de cabello oscuro se marchara. Para su placer, fue
en ese momento que el teléfono sonó y Sany se disculpó por un momento. La maquinadora
mujer se inclinó adelante en su asiento.
"Al estado le da igual. Al idiota del Trabajador Social no le importa tampoco." Hizo una pausa,
suspirando para el efecto. "Es tan difícil cuando estás sola, entiendes eso, ¿no es así, Brittany?"
"Sí," contestó.
Delores sonrió por dentro. "Sabes fue difícil cuando estabas allí, todos los sacrificios que tuve
que hacer justo para mantenerte y a los otros fuera de los orfanatos del estado y de los
hogares de grupo." Miró, satisfecha, cuando Brittany asintió. El anzuelo esta colocado, ahora
encájalo, la regordeta mujer pensó. "Debiste conseguir un poco de dinero de incapacidad, ¿no
es así?"
"Realmente, no. yo no obtuve ningún beneficio en Money Slasher y no he solicitado nada." La
cabeza de Brittany se inclinó, una expresión visible de su conocimiento en cuanto a donde la
conversación iba y su incapacidad de hablar fuerte y parar esta.
"Pero estás viviendo aquí. No puedes decirme que alguien como ella te permite vivir aquí sin
renta. Debes pagarle algo."
"Pienso que ese es un asunto entre Brittany y yo," Sany dijo cuando regresó al cuarto, su tono
enérgico finalizando el tema. No pasó por alto la rápida mirada de alivio que pasó por la
agradecida mujer. Ttambién no pudo pasar por alto la manera en que los hombros de Brittany
cayeron.
"Bien no veo cuál es el gran reparto. Solo pedí una simple respuesta." Delores intentó parecer
dolida, pero nadie le creyó esto.
"Y esta fue contestada," Sany dijo firmemente cuando se sentó. Cruzó los brazos, dejando en
claro que no estaría saliendo del cuarto otra vez. No tenía duda que si no hubiera vuelto la
sanguijuela habría metido culpa en Brittany para que le diera dinero. Sany se estaría
maldiciendo si permitía que eso sucediera.
"Pienso que Brittany es bastante mayor para hablar por si misma, ¿no lo cree?" Delores no hizo
intento de ocultar su rabia. Tenía solamente un tiro para hacer. "Brittany, pienso que debes venir
a quedarte conmigo hasta que te recuperes. Siempre cuidé tan bien de ti cuando eras una
niña."
Allí está. La amenaza estaba sobre la mesa. Delores estaba haciendo que Brittany eligiera entre
ella y Sany y la regordeta mujer estaba segura que la tranquila niña que una vez conoció y
controló vendría por delante y la elegiría.
"Yo... yo..." Brittany sentía la presión cerrarse en torno a ella. Habría sido tan automático de hacer
lo que Delores intentó por tanto tiempo. Ahora tenía realmente una alternativa, una opción para
decidir. Someterse al status establecido hace muchos años o saltar hacía adelante en lo
desconocido con Sany. Levantó su cabeza y miró en el color azul intenso, viendo únicamente
calidez y preocupación. "Yo... yo no deseo irme." Dijo esto tanto a Sany como a Delores.
Observó a la ejecutiva soltar una respiración y darle una pequeña sonrisa. Por otra parte, la
antigua madre adoptiva parecía furiosa.
"Brittany, quiero hablar contigo a solas, ¿o ella toma todas tus decisiones por ti?" Delores se
deslumbró en Sany.
"Brittany es su propia dueña," la mujer de cabello oscuro dijo. "No la controlo, o la manipulo"
insistió. Su propio mal humor estaba rápidamente saliendo y los pensamientos de Sany
estaban centrándose sobre echar a la gorda mujer de una oreja y esperanzadamente sacarla
de la vida de Brittany.
"¿Entonces por qué no la deja decirme eso por ella misma?" Delores gruñó, visiblemente
disgustada sus planes estaba desmoronándose. "Usted no sabe como trabajé duramente para
mantener un techo sobre su cabeza cuando nadie más pudo."
"Usted la recibió debido al dinero extra del estado. Eso es todo lo que allí está." Sany se
levantó y comenzó a pasearse. "¿Le preguntó una vez si había algo que usted pudiera hacer
para ayudarle? No, le preguntó qué pasaba y después entró en su propio pequeño mundo de
problemas, la mitad de los cuales serían solucionados si usted sacara su perezoso trasero y
consiguiera un trabajo en vez de vivir de alguien más." Deliberadamente evitó mirar a Brittany,
segura que vería desaprobación en sus ojos. Sabía que debía parar, dejar a su amiga luchar
sus propias batallas, pero maldita sea si iba dejar a Brittany darle un centavo más a la abusona
de Delores Beckering.
"No tengo que escuchar esto," la grandota mujer dijo furiosamente, poniéndose de pie y
recuperando su bolso. "Brittany, tú estás dejando que esta perra te controle. ¿Vas a darme la
espalda? ¿A la única familia que tienes?" Subió sobre el nivel principal y se dirigió hacia la
puerta. "Después de todo lo que he hecho por ti."
Brittany dejó una solitaria lágrima resbalar por su mejilla. "Espera." Levantó la mirada en Sany.
"¿Por favor?"
"Brittany," la mujer de cabello oscuro protestó. "No tienes que hacer esto."
"Por favor, solo algunos minutos. Estaré bien." Hizo una mueca de dolor internamente en la
dolida mirada en la cara de Sany pero sabía que necesitaba hacer esto.
A pesar de no estar completamente convencida finalmente Sany asintió. "Estaré en el piso de
abajo." Dio una asesina mirada en Delores antes de salir del cuarto.
*****
"Hrmmpf," Delores gruñó cuando volvió a su asiento. "No sé, Brittany. Esta gente rica, piensa que
ellos pueden controlar a todo el mundo solo porque tienen dinero."
"Sany no es así," la joven mujer protestó.
"Ella no te dejó hablar por ti misma. Eres una mujer grande. Lo qué haces con tu dinero es tu
asunto, no el suyo." Alcanzó su bolso y sacó su caja de cigarros. "Podría pensarse que eres
una niña por la manera en que ella te trata."
"Delores por favor no." Brittany señaló en la caja de cigarros.
"Obviamente ella no sabe tratar a los invitados tampoco," la mujer grande se quejó, empujando
la caja nuevamente dentro de su bolso. "Bien, no puedo permanecer mucho tiempo. Tengo que
recoger el Tupperware y espero tener suficiente gasolina para llegar a casa."
"Delores, ¿tú entiendes que no estoy trabajando? No tengo ningún dinero."
"Brittany, vives aquí. No puedes decirme que si necesitas algo ella no te ayudaría." La mujer
grande señaló lo obvio. "Tú no estarás muriéndote de hambre... o acabado la gasolina sobre
algún solitario tramo de la carretera en el camino a casa..." Delores hizo una pausa para el
efecto. "Recuerdo la vez que estaba nevando y tuve que llevarte para el doctor... ¿Qué fue esa
vez?"
"Dolor de garganta," Brittany contestó malhumorada, sabiendo completamente bien lo que la más
vieja mujer recordaba.
"Eso es. Tuve que conseguir recetas para ambos para ti y Jimmy porque él no la había tenido
esta todavía. No pude ir al bingo esa semana debido a eso, lo sabes."
"Lo sé."
"Sabes, los monos valían doscientos cincuenta dólares y tenía justo tanta oportunidad de ganar
como cualquiera en ese sitio."
"Lo sé," Brittany repitió, hundiéndose más y más en el papel que se sabía tan bien.
"¿Sabes lo asustada que estaría la pequeña Jessica si no llegara a casa?"
Cualquier fuerza y reserva de Brittany se había desmoronado con la última implicada amenaza.
Jessica tenía nueve y estaba muy encariñada a su madre. "¿Cuánto necesitas?"
Delores se relajó contra el sofá, triunfante. "Por lo menos treinta dólares."
"No tengo tanto," la joven mujer mintió.
"¿Bien cuánto tienes?"
Brittany pensó rápidamente. "Lo más que pude ahorrar son quince dólares."
"Bien si eso es todo lo que puedes hacer entonces supongo que es lo que será."
"Traeré mi chequera." Agachando su cabeza en derrota, giró su silla y empujó hacía la oficina,
volviendo pocos minutos después con el cheque colocado en su regazo. Delores ya tenía su
chaqueta puesta.
"Gracias, Brittany. Espero oír de ti en Navidad." Delores estiró la mano para el cheque solo para
tener a la joven mujer tirando de éste fuera del alcance.
"Espera..." convocó su valor y respiró profundamente. "Yo... yo realmente no puedo permitirme
darte más dinero después de esto."
La sonrisa de Delores cambió a un enojado gruñido. "Bien, lo recordaré si terminó sin comida o
algo que no debo llamarte por ayuda." Se inclinó y arrebató el cheque de la mano de Brittany.
Ahora, teniendo por lo que ella vino, Delores estaba lista para irse, pero haría lo posible para
reforzar su agarre sobre la joven mujer. Su voz se volvió chillona, acusatoria. "Solo recuerda
esto mientras estás sentada aquí en todo esto..." extendió los brazos abarcando el cuarto. "Que
luché y sufrí para ocuparme de ti por tanto tiempo." Delores abrió la puerta, dejando entrar el
frío aire. "Espero que vuelvas a caminar pronto, Brittany. Quizá algún día pararás de ser tan
egoísta y te darás cuenta apenas cuánto costó para mí mantener un techo sobre tu cabeza." La
puerta se cerró y pronto Brittany oyó el sonido de un motor esforzándose para encenderse.
Después de algunas falsas salidas y un petardeo acompañado por una nube de negro humo
salir del oxidado tubo de escape, el Station Wagon se retiró de la entrada y se dirigió hacía la
calle.
La puerta al sótano se abrió y Sany apareció, mirando alrededor por su invitada incómoda.
"Ella se fue," Brittany dijo en respuesta a la ceja levantada. Preocupada que su benefactora
pudiera disgustarse sobre el cheque, ocultó la chequera debajo de la manta del afgano.
"Sany, siento sobre..."
"No, no te preocupes acerca de eso," la mujer más mayor contestó, cortando la disculpa. "No
tenías ninguna manera de saber que ella podría aparecer aquí." Se acercó colocándose detrás
de la silla de ruedas. "¿Tienes hambre?" Preguntó. "No importa, pregunta tonta."
"¿Qué puedo decir? María es una estupenda cocinera, "Brittany contestó. Su sonrisa de oreja a
oreja le ganó un rápido despeinado del cabello de su compañera.
"Ok, tú dirígete adentro y encuentra algo en la tele mientras veo qué delicias dejó María para
nosotras."
Nada más fue dicho sobre Delores Beckiring mientras avanzaba el día, ambas mujeres estaban
más interesadas en estar acostadas una a lado de la otra en la cama y viendo televisión juntas.
Fue solo después que la noche había caído y ambas estaba instaladas para dormir que Brittany
sacó a colación el tema.
"¿Sany?"
"¿Mmm?"
"¿Te enfadarías conmigo si te digo que terminé dándole dinero a Delores?"
"Pienso que no podría nunca estar enfadada contigo," Sany admitió, rodando sobre su
costado y apoyando la cabeza en su mano.
"¿Decepcionada?"
"No," ella suspiró. "Brittany, si parecí cortante o molesta o..."
"¿Hostil?" La mujer más joven ofreció. Sany miró en las sombras formadas en la débil luz de
la luna y arqueó una ceja.
"No creo que fui hostil, Brittany. Pienso que hice un gran trabajo siendo cortés con la bruja,
especialmente considerando lo que realmente deseaba hacer que era echarla en el banco de
nieve."
Brittany estiró su mano en la oscuridad y recorrió sus nudillos arriba y abajo del antebrazo de
Sany. "Sé que lo hiciste... y agradezco eso."
"No me gusta ver a nadie utilizarte, Brittany," susurró. "Mereces más que eso." Sany vaciló por
un momento antes de continuar. "¿Así qué cuánto le diste?"
"Quince dólares," fue la respuesta. "Solo que le dije que esta era la última vez," Brittany agregó
rápidamente.
"¿Alguna vez le habías dicho eso antes?"
"No."
"Bien entonces, eso es un comienzo, de cualquier forma." Extendió su mano libre y
suavemente acunó la mejilla de Brittany. "Hey, entiendo, de verdad lo hago. Es difícil decir no
después de decir sí por tanto tiempo. Fíjate en mí y mi familia."
"¿Así qué tú realmente no estás molesta conmigo?"
Sany se inclinó y le dio a su joven amiga un abrazo. "Nunca podría estar molesta contigo,"
susurró en el oído de Brittany. No esperó sentir los brazos envolverse alrededor de su cuello y
tirar de ella más cerca.
"No sé qué hice para merecer a una amiga tan buena como tú," la joven mujer se atragantó
cuando se apretó más fuerte. Sany devolvió el abrazo, sonriendo al principio con la
sensación de tener a Brittany. Entonces los recuerdos vinieron sin invitación a su mente... un
destello de azul volando sobre la capota y el parabrisas, sangre juntándose en el suelo, y una
serie de mentiras diseñadas para cubrir la verdad. La sonrisa se descoloró, remplazada por
una mirada de tristeza.
"Yo soy la que no te merece," Sany susurró. Se aferró por un largo momento antes de rodar
de nuevo a su lado de la cama. "Es hora de que nosotros durmamos un poco."
A pesar de sus intenciones cuando cerró sus ojos, el cuerpo de Sany la traicionó cuando este
hizo lo de cada noche. Justo cuando Brittany estaba divagando sintió el cálido peso del brazo de
la mujer más mayor dejado caer a través de su estómago y la cálida respiración acariciando su
hombro. Sonrió y permitió que el sueño la reclamara. Profundo en la tierra de los sueños, ellas
dejaron que el calor de cada cuerpo sorteara el frío de la noche de las dos y un medio siglo de
la vieja casa no pudiera mantenerlo acorralado.
*****
"Sany, ¿tienes un segundo?" Rachel preguntó cuando entró en la oficina. "Hay una demanda
aquí que no tiene ningún sentido."
"¿Desde cuándo tu vienes a mí con algo así?" Preguntó, no molestándose en levantar la
mirada de la pantalla de la computadora.
"Desde que implica materiales y equipo perdidos totalmente de más de cien mil dólares."
"¿Qué?" Sany se volteó de la computadora e indicó para que su hermana tomara asiento en
la silla en el otro lado del escritorio.
"Orbison Contractors presentó una demanda por equipo y materiales perdidos del lugar de
remodelación de ese mini-centro comercial. Dicen que toda la madera y herramientas de un
camión marca New Work fue robado." Le dio a Sany una copia de las múltiples páginas de la
demanda. "Puesto que ellos tienen completa protección con nosotros, también están
demandando por los salarios perdidos debido a la falta de equipo."
"¿Estás segura que esto es legitimo? Quizá ellos solo están intentando poner una demanda
para el dinero del seguro." Sany tiró a través de las páginas, frunciendo el ceño en cada cifra.
"¿Ellos presentaron una denuncia a la policía?"
"Claro que lo hicieron. Encontraron el camión, despojado del metal en Arbor Hill."
Sany leyó la denuncia cuidadosamente, buscando alguna pista de que esto fuera un fraude.
"¿Brody sabe acerca de esto?"
"No. No pude localizarlo. He dejado mensajes por todas partes para él."
"Él está probablemente todavía drogado de todo el Percocet que robó de mi casa durante la
fiesta de Navidad," la ejecutiva murmuró.
"¿Qué?"
"Nada, no importa." Los dientes de Sany se hundieron en la suave madera de su lápiz
mientras continuó estudiando detenidamente la demanda. No hay señales de forzar la entrada,
no que fuera necesario para conseguir pasar una simple cerca con cadenas circundantes en el
lugar de trabajo. El camión fue una pérdida total y no había señales de cifras infladas por las
herramientas y materiales desaparecidos. "No puedo ver algo fuera de lo normal aquí,
hermana. A excepción del costo, ¿qué es eso lo que te preocupa?"
"Realice una comprobación a los informes que tenemos en el archivo y por lo que puede ver,
este proyecto tenía que haber finalizado o casi cerca de eso. Pero según el informe de las
pérdidas, ellos apenas habían comenzado. Le hice a Mike Orbison una llamada y él dijo que
estaban por lo menos a seis semanas de la terminación."
"Si estaban hasta ahora lejos de estar finalizando..." Sany miró el papel otra vez. "¿Entonces
por qué había tanto material allí? Mira esto... todas las hojas de grandes cristales, pintura, tabla
rock, incluso alfombrado. Pensé que ésas eran las últimas cosas que serían entregadas."
"Eso es lo que pensé. Quizá ellos esperaban estar terminando antes esto."
"No, Mike lleva en el negocio bastante tiempo para saber exactamente lo que necesita y
cuando lo necesita. No puedo imaginarlo ordenando que el material sea acarreado al lugar sin
que éste sea utilizado enseguida. Él sabe como fácilmente las cosas son robadas de las obra
en construcción." La frente de Sany se surcó cuando intentaba darle forma al rompecabezas.
"¿Y estás segura que estas cosas estaban en el lugar?"
"No puedo imaginarlo mintiéndonos después de todo este tiempo. Su familia ha trabajado para
nosotros desde los años 60 y ésta es solo la quinta vez que han presentado una demanda."
"Estoy segura que es la primera vez que ha llegado a las seis cifras." Sany tomó el teléfono.
"Tina, localiza a Mike Orbison para mí." Un minuto después el timbre y la luz que destellaba
anunciaron que la tarea fue lograda. "¿Mike? Santana López... bien ¿y tú? Bueno. Mike,
quiero hablar contigo sobre esa demanda que ustedes presentaron contra López
Insurance. Seguro, entiendo eso... si, eso parece extraño a mí también, es por eso que quise
llamarte... no, no hay problema con eso... si... absolutamente... uh huh... si... no, yo no sabía
eso... uh huh... ¿cuándo fue eso?"
"¿Qué está pasando?" Rachel preguntó, obteniendo un ceño de su hermana.
"Sí Mike, estoy aún aquí, continúa... uh huh... ¿cuándo últimamente hablaste con él? Ya veo...
Mike, déjame preguntarte algo, con excepción de tu gente, quién más tenía llaves del edificio?
¿Qué? ¿Bien cuándo pasó esto? ¿Le preguntaste a él acerca de eso? ¿Cuándo? ¿Y ésa fue la
última vez que hablaste con él? Ok. Mike... no, entiendo perfectamente... por supuesto... tú
también... si, salúdame a Sarah... okay Mike, adiós." Sany colgó el teléfono y suspiró.
"¿Qué te ha dicho él?"
"Dijo que todo fue ordenado con semanas de antelación pero Brody se mantuvo empujando
las fechas detrás, es por eso que todo estaba en el lugar cuando sucedió el robo. ¿El informe
de la policía dice si el camión fue atado con alambre o no?"
"Creo que no. No presté a eso mucha atención, ¿por qué?"
"Mike dijo que Brody pasó por ahí la semana pasada y después de que se fuera un juego de
llaves desapareció."
"¿Llaves para qué?"
"El edificio, el camión, las cajas del equipo, todo. Mike dice que estaban en su escritorio cuando
Brody pasó pero no pudo encontrarlas más tarde ese día."
"Sany, tú no piensas..."
"Eso es exactamente lo que pienso." La mujer de cabello oscuro se levantó y fue a la ventana,
el brillante sol reflejándose en los bancos de la nieve abajo. "Rachel, quiero que entres en
contacto con todos los otros contratistas y que les digas que traten directamente conmigo de
ahora en adelante, en lugar de Brody. Si él se presenta en alguna parte, quiero saber acerca
de eso."
"¿Por qué él querría robar? No necesita dinero."
"¡Él me robó a mí!" Sany gruñó furiosamente. "¿Por qué lo estás defendiendo? La verdad
está justo delante de tu cara." El timbre del teléfono interrumpió su diatriba. "¿Qué?"
"John Means de Means Auditing en la línea uno," Tina respondió.
"Estupendo." Se desplomó en su sillón y tomó el auricular. "Esto mejor que sean buenas
noticias," dijo antes de presionar el botón. "Santana López."
Diez minutos después una furiosa Santana y una Rachel boquiabierta se miraban fijamente la
una en la otra.
"¿Ahora me crees?"
"No puedo creer que él pudiera robar de su propia familia," la pelirroja contestó
reservadamente.
"Pues él lo hizo. Algunas semanas más y habría desmantelado la división Real Estate, por no
mencionar lo que habría hecho a la compañía en su totalidad. Seremos afortunados si
presentamos un beneficio este cuatrimestre."
"¿Qué pudo él necesitar con todo ese dinero?"
"¿Qué tú crees, Rachel? No eras tú quién mencionó drogas la semana pasada."
"Lo sé lo dije pero realmente no creía eso."
"Bien, tendrías que." Sany tomó el teléfono y llamó por el interfón a su secretaria. "Tina,
quiero que llames a la compañía de seguridad y al cerrajero. Quiero que todas las cerraduras
sean cambiadas y los códigos de las llaves de Brody sean bloqueados antes de que termine
el día. Llama al piso de abajo y asegúrate de que nadie le permita entrar. Después llama a
todos los directores para una reunión. Me da igual a que horas, solo asegúrate de que todo el
mundo esté allí."
"Solo no puedo creer esto," la hermana más joven repitió.
"Créelo. Nuestro hermano bebé es un ladrón y un mentiroso y me lleva el diablo si él
conseguirá irse con éste."
Para el final del día todas las cerraduras habían sido cambiadas y las noticias comunicadas al
resto de la familia. Sany paró cada proyecto de construcción hasta nuevo aviso y anunció
que John el hermano de Puck manejaría la división Real Estate hasta que un reemplazo
apropiado fuera encontrado. Como precaución adicional, llamó al banco y reportó la tarjeta de
crédito empresarial de Brody como robada solo para enterarse que grandes cantidades
adelantadas habían sido tomadas en la tarjeta durante las últimas dos semanas y esta había
alcanzado su límite. Otro parte de información para agregar al palpitante dolor de cabeza de
Sany por los problemas.
*****
"¿Qué te parece una linda bufanda?"
"Ella odiará eso."
"Hmm... ¿Qué te parece una botella de su perfume preferido?"
"Ugh, odio su perfume."
"Bien, ¿qué le gusta a ella?" Brittany pasaba las páginas del catálogo del Macy's. "Tienen bonita
joyería aquí." Ellas habían pasado las últimas dos horas repasando los diferentes catálogos y
volantes, en vano. Todo lo sugerido fue descartado tan rápidamente y a Brittany estaban
acabándosele las ideas para ayudar a su amiga.
"No. Mamá tiene más joyería con la que ni sabe que hacer." Sany lanzó el catálogo de
Bloomingdale sobre el escritorio, tomó otro, y suspiró. "Odio la Navidad."
"Oh, no será una queja ahora, prometo ayudarte a encontrar algo para ella." Brittany dio a su
amiga una sonrisa. "No puede ser tan difícil encontrar un regalo para tu madre."
"Maribel Phoebe López es sin ninguna duda una de las mujeres más difíciles para
comprarle un regalo." Sany tomó un trago de vino y colocó la copa sobre el escritorio. "Quizá
debería solo enviarla a un crucero." Azules ojos brillaron con malicia en el pensamiento. "Quizá
un agradable largo, crucero."
"¿Le gustaría eso?"
"Yo podría," la ejecutiva contestó con una diabólica sonrisa. "Quizá uno de esos viajes
alrededor del mundo. Tú sabes, quizá seis, ocho... meses."
"Oh, tú. Para," Brittany juguetonamente la regañó, extendiendo una mano para ligeramente
golpear el antebrazo de Sany. "Tu madre no es tan mala, es solo un poco... un poco..." Puso
su dedo en sus labios, intentando encontrar una o dos palabras que pudieran con precisión
describir a la madre de su amiga. "Anticuada."
"Mi madre es una snob, cariño." Sany dijo cuando tomó otro trago de vino rosado. "Ella no
toma un no por una respuesta, espera perfección todo el tiempo, y se preocupa más sobre la
imagen de la familia que lo que nosotros sentimos." Otro trago. "Quizá debería solo darle un
vale de regalo y dejarla seleccionar lo que ella quiera."
"¿Estas segura?" Brittany buscó una página en el catálogo y la extendió para que la mujer más
mayor la viera. "Aquí hay un número gratuito al que puedes llamar para ordenar uno, si eso es
lo que realmente deseas hacer," dijo, su tono dejando en claro que no creía que sería el caso.
A pesar de solamente conocerla por tres semanas, Brittany estaba comenzando a entender
algunos de las pequeños expresiones faciales y actitudes que traicionaban los verdaderos
sentimientos de Sany. Lápices roídos significaban frustración, las uñas golpeando
ligeramente equiparaba al aburrimiento, y el firme pero tierno abrazo que la sostenía cada
noche hablaba de algo que ninguna de ellas se atrevía a ponerle palabras.
Los azules ojos levantaron la mirada del líquido por un momento, entonces bajaron otra vez.
"No," Sany de mala gana admitió. "Solo odio sentirme tan presionada. Siento como que tengo
que conseguir el regalo perfecto."
Ella abrió su boca para protestar, después la cerró, dándose cuenta que en la familia de su
amiga, eso no estaba lejos de ser la verdad. La fiesta de Navidad mostró eso. No únicamente
fue la cosa entera empujada sobre los hombros de Sany, no había habido sentimiento de
agradecimiento de Rachel y Maribel por todo el esfuerzo. Brittany decidió que tal vez una táctica
diferente era pedida a gritos. "Ok. Entonces, ¿cuál es el regalo perfecto?"
Las cejas de Sany se levantaron, no contando con esa reacción de la mujer de cabello rubio.
"Um... no lo sé, algo... algo..." Movía sus manos, provocando que el vino chapoteara dentro de
la copa. "Supongo que nunca realmente pensé acerca de eso."
"Pues entonces, vamos pensar acerca de eso. Ven aquí." Brittany levantó el nivel de la cabecera
de la cama hasta que casi estaba en una posición sentada y acarició el espacio a su lado,
quitando a Tubbington en el proceso. "Veamos, si la única cosa que puedes darle es un regalo
perfecto entonces vamos a encontrar uno." Dio vuelta a las páginas. "Quizá el truco es
conseguir los regalos perfectos, tú sabes, una colección de cosas que le gusten en vez de un
regalo grande. Trae una pluma, marcaré algo que encontremos."
Sany intentó coger algo con que escribir, pero todos sus lápices estaban roídos y no había
una pluma a la vista. Levantó una pequeña pila de papeles sobre su desordenado escritorio
pero ninguna pluma apareció. Abrir el cajón viendo los clips, grapas, incluso un montón de
Post-it, pero nada con que escribir. "Presidente de una multimillonaria corporación y no puedo
encontrar una pluma cuando la necesito." Continuó su búsqueda inconsciente de la página que
Brittany estaba mirando.
¡Eso es! Brittany pensó emocionadamente. Allí ante sus ojos estaban unos juegos de plumas y
lápices en una variedad de precios y diseños. La colección de Mont Blanc eran exquisitos pero
completamente más allá de su escaso nivel de gasto. Dio vuelta a la página y lo vio. En el
centro de la página estaba un bonito juego, un jaspeado diseño en una tonalidad de azul que a
Brittany le recordaban el resplandor de los ojos de su mejor amiga. Con indecisión se enfocó en
el precio escrito en una letra más pequeña abajo y tragó saliva. Esto podría llevarse la mayor
parte de sus fondos restantes. Levantó la mirada para ver a Sany cazando aún la evasiva
pluma, entonces de nuevo al catálogo. El problema de encontrar un regalo para Maribel no
había sido resuelto sino que había otro problema. Brittany discretamente dobló la esquina inferior
de la página, entonces las movió nuevamente a la joyería justo cuando Sany encontró la
desaparecida pluma y vino a la cama. Brittany tomó la ofrecida pluma y movió el catálogo de
modo que la mujer más mayor pudiera ver. "Ahora, vamos a resolver esta cosa. ¿Cuál es el
lugar preferido de tu madre para visitar?"
"Europa. Ella tomó dos de esos viajes país por país y se entusiasmó sobre ambos." Sany
sonrió y, la tensión y preocupación de los últimos días se fueron de su cara. "¡Eso es! Ella lo
amaría. Un viaje por Europa. No puedo creer que no pensé en eso antes." Tomó el catálogo de
Brittany y comenzó a pasar las páginas.
"Wow... ese... es un regalo maravilloso." Intentó difícilmente no parecer demasiado
impresionada pero no obstante esto se mostró en su expresión.
"¿Piensas que es suficiente?" Sany preguntó cuando miraba en el glosario de fotografías,
inconsciente que Brittany, usaba al pensamiento en términos de peniques, estaba ahora
intentando comprender los miles de dólares que un viaje así podría costar. "Estaba pensando
quizá un nuevo guardarropa o..." Levantó la mirada y fue encontrada por la belleza que la
miraba fijamente. Se estudiaron la una a la otra durante varios segundos antes de que Brittany
diera una tímida sonrisa y apartara la mirada.
"Así que um..." Recogió en un pedazo inexistente de pelusa en la manta cuando un suave
rubor subió por sus mejillas. "¿Tú dijiste algo sobre ropa?"
"Um... sip, ropa." Sany cerró el catálogo, no teniendo ya algún interés en la elección de
regalos. Lo que deseaba hacer era apagar las luces y enroscarse contra la mujer más joven.
"Sabes, está haciéndose tarde."
"Sip, supongo que si." Afuera en la sala de estar, el reloj de abuelo anunció las diez pero
ambas mujeres eligieron fingir no oír este. Brittany reclinó la cama en una posición para dormir
mientras Sany recorría alrededor apagando luces y comprobando las cerraduras en las
puertas. En menos de minutos la casa estaba oscura y ellas estaban acostadas en la cama
juntas.
Mirando fijamente arriba en la oscuridad, Brittany pensaba acerca de lo que había pasado antes.
Por ese breve momento allí había habido algo... especial entre ellas. Oyó el sonido de un puño
golpeando una almohada y a Sany deseando poder solo darse vuelta y sostenerla pero eso
normalmente no pasaba hasta que ella estaba casi dormida.
Sany daba vueltas suficientes por ambas. Una vuelta en particular golpeó la lesionada pierna
y la joven mujer silbó en el repentino dolor. "Lo siento, Brittany. Solo parece que no puedo
ponerme cómoda esta noche."
"No te preocupes. Esto solo dolió por un segundo, eso es todo." Estaba alegre que estuviera
oscuro cuando una lágrima se escapó.
"Saldré al sofá." Sany se movió para levantarse solo para ser detenida por la mano de la
joven mujer tocándola en su hombro.
"¿Por qué tú no solo pones tu brazo alrededor de mí como normalmente lo haces? Pareces
dormir bien después de hacer eso." Dio un suave tirón en la camiseta de la mujer más mayor.
"Vamos Sany, sabes que solo terminarás volviendo aquí adentro después de que me duerma
y me sostendrás de todos modos." Tal había sido el caso hace algunas noches. Lentamente,
renuentemente el peso a su lado cambió y sentía el familiar calor del cuerpo de Sany contra
el suyo. Un segundo después y su deseo se hizo realidad cuando un fuerte brazo cubrió su
vientre. Brittany dejó salir un satisfecho suspiro y cerró sus ojos. Para el momento en que Tubbington
decidió donde estaban cambió de lugar y saltó de nuevo en la cama, ambas mujeres estaban



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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:19 am




Capítulo 7




"¿Y qué le compraste a María?"
Sany golpeó el botón mudo en el control remoto y giró su cabeza para mirar a su compañera.
¿Oh, vamos a intentar esto otra vez? "Un regalo." La esquina de su boca se encrespó en una
burlona sonrisa.
"Vamos, dime, ¿por favor?" Brittany le dio su mejor mirada de cachorrito. "No lo diré, lo prometo."
"Ya te dije... un regalo." Ella lanzó una palomita de maíz en el aire y lo atrapó en su boca.
"Ahora ¿pensé que querías ver ese programa?"
"Quiero, pero deseo saber lo que compraste también. Una pista."
Sany fingió considerar la petición por un momento antes de sonreír malignamente con una
diabólica mirada en sus ojos. "No es algo que Maria pueda salir y comprarse. Así como así."
"Esa es una podrida pista," Brittany se quejó, intentando coger su taza.
Eres tan linda cuando haces berrinches. Ella alcanzó la taza primero y se levantó. "Ah, vacía.
¿Quieres más?"
"No, he tenido bastante chocolate caliente por esta noche. Más y estaré levantada a la mitad de
la noche." Le tendió su mano. "Vamos, siéntate y relájate. Te estás perdiendote el programa."
"¿Quieres la bandeja de los aperitivos arriba o abajo?"
"Arriba. No la necesitaremos más," Brittany contestó.
"Seguro, no hay problema." Sany cumplió inmediatamente, sabiendo que la bandeja de los
aperitivos subida era un preludio para algo más agradable que ver un programa de televisión.
Dejó la taza vacía en la mesa del café y volvió a su cojín, esta vez con sus pies arriba y
descansando entre ellas. "Oooh," hizo un gemido exagerado y meneó los dedos del pie.
"¿Te duelen tus pies?" Brittany preguntó.
"Nada peor que lo habitual," contestó. Ah, si... tú sabes lo que deseo, pensó para si cuando
sintió que sus pies fueron colocados en el regazo de Brittany. Espero que tus dedos no estén
cansados esta noche. Levantó su talón en respuesta al suave tirón sobre su calcetín. Pronto
estaba descalza y los diestros dedos de Brittany borraron los dolores del día y no tuvo alternativa
excepto gemir con placer. "Tú haces eso taaann bien..."
"Es fácil contigo. Sé justo dónde empujar y frotar." Brittany demostró su habilidad presionando su
pulgar firmemente a través del arco del pie izquierdo de Sany.
"Mmm, tú puedes parar en.... oh siete u ocho horas." Cerró los ojos y suspiró. Esto es tan
agradable.
"O quizá pare si no me dices que regalo le compraste a Maria." Sus dedos se aquietaron como
si llevaran a cabo su amenaza.
"Tú tienes un difícil trato," Sany admitió. "No es mucho, solo un boleto de avión."
"¿Un boleto de avión? ¿Para dónde?"
"Arizona."
"Es donde está su hijo," Brittany recordó.
"Ella no lo ha visto en más de un año. Pensé que a ella le gustaría hacer un viaje para visitarlo."
Levantó una ceja. "Así ¿qué vas a continuar?" Enfatizó su punto meneando los dedos del pie.
Brittany rió y continuó el masaje. Había llegado a ser un tácito ritual entre ellas. Sany gemiría
acerca de sus pies y ella inmediatamente ofrecería frotarlos. Ellas podrían pasar horas en el
sofá así, Brittany sentada en una reclinada posición con sus piernas rectas y Sany acostada a
lo largo del sofá con sus pies siendo mimados. La mujer más joven únicamente daba un vistazo
en lo que pasaba en la televisión cuando su atención se enfocaba en la suave carne bajo sus
dedos.
Brittany tomó especial placer en el masaje a los pies de Sany. Con la excepción del abrazo en
la noche era el único contacto físico que ellas generalmente compartían. No podía explicar por
qué, pero la hacía sonreír oír los gemidos hedonistas venir de los labios de su amiga en
reacción a sus dedos. Con todo el estrés sobre la auditoria y Brody no hablando a nadie
excepto a su madre, los masajes eran una de las pocas cosas que traían una sonrisa a la cara
de Sany, y esa sonrisa era algo que Brittany trataba de ver en cada oportunidad.
Bajó la mirada y estudió el pie ante ella. La suave piel de bebé no revelaba absolutamente
ningún callo en la parte más ancha del talón. Dejó sus yemas deslizarse sobre la suavidad de
los dedos del pie al tobillo antes de mover sus pulgares hacia atrás para dar un fuerte masaje.
Brittany presionó con un poco más fuerza de lo acostumbrado y fue recompensada con un
gemido que oscilaba sobre el borde de lo sensual. Repitió el movimiento pero únicamente
recibió una versión menor del deseado sonido. Impávida, soltó el pie de Sany y tiró del otro
en su agarre. "Sabes, cuando salga de estos moldes te daré un masaje de espalda que no se
te olvidará."
"Mmmm..." Una lenta, sexy sonrisa cruzó los labios de Sany y abrió un ojo perezosamente.
"Eres demasiado buena para estar desperdiciada en un trabajo de oficina. Pienso que
cambiaré tu puesto a Jefe Masajista."
"Uh huh... ¿conseguiré un aumento de sueldo con ese nuevo título?"
"Tú mantente tocándome así y te pagaré lo que quieras." Los ojos de Sany se cerraron otra
vez mientras los dedos de Brittany presionaban en todos los lugares correctos.
"Recordaré eso," la mujer más joven contestó, su mente viajando en pensamientos teniendo la
fuerte espalda de Sany bajo sus dedos en el futuro. Hmm, un poco de aceite, un agradable
día de verano... tú rodada sobre tu estómago y sin los tirantes de tu bikini... sus dedos pararon
el movimiento y sacudió su cabeza para despejar los inusuales pensamientos. Sí, disfrutaba
tocando a Sany, ¿pero así? Dio una risa corta y se concentró en lo que estaba haciendo.
"¿Qué es tan divertido?" Sany preguntó, abriendo un ojo y bajando la mirada en su amiga.
"Oh, nada... solo algo en Home Improvement. Él realmente es una amenaza alrededor de las
herramientas, ¿no es así?"
"¿Hm?" Oh, ¿es eso lo que estamos viendo? "Uh, sí." Detectó que allí había más en eso que
Brittany no reveló. Pensó solo brevemente acerca de decir algo pero el masaje comenzó otra vez
y Sany cerró los ojos, entregándose al suave tacto. Ellas permanecieron en esa posición
durante la siguiente hora, ambas silenciosamente disfrutando de lo que comenzaba como un
masaje y se tornaba en ligeras caricias. La feliz y pacífica escena fue rota un momento más
tarde cuando el teléfono sonó.
"Maldición." Sany renuentemente se incorporó. "Si esa es una de esas gentes de MCI yo iré
a matarlos." Sus dedos del pie sintieron frío donde apenas segundos antes ellos habían sido
sostenidos en las suaves, cálidas manos de Brittany. Se metió en la cocina y tomó el teléfono.
"Residencia López." Comenzó a caminar nuevamente dentro de la sala de estar, teléfono
en mano, cuando paró. "¿Cuándo pasó eso? Bien, ¿ellos capturaron a alguien?" Caminó
dentro de la vista de Brittany. "¿Es la que esta en Central? Sí, te encontraré allí en una media
hora. Ok, adiós Rachel." Colgó el teléfono y meneó su cabeza.
"¿Sany?"
"Increíble." Se hundió sobre el sofá y soltó una larga respiración. "Alguien allanó la oficina esta
noche."
"Oh no. Espero que no haya nadie lastimado."
"Rachel no dijo nada acerca de eso. La policía capturó al individuo, sin embargo." Sany tuvo
que sonreír internamente. La primera cosa que sale de su boca es la preocupación por otros.
Mi primera preocupación fue si algo fue robado. Esto era sin embargo otro ejemplo de las
pequeñas cosas sobre Brittany que encontraba tan tiernas. "Tengo que encontrar a Rachel en la
estación de policía. Ellos capturaron a uno de los ladrones." Renuentemente se levantó.
"Vamos a llevarte a tu cuarto antes de irme." Ayudó a Brittany a ponerla nuevamente en su silla y
pronto estaba la joven mujer instalada en la cama. "Mejor me voy," dijo cuando bajó la mirada
en los suaves verdes ojos y sintió la irreprimible necesidad de abrazarla. Ah, al infierno con
eso. Se inclinó rápidamente y envolvió sus largos brazos alrededor de los hombros de Brittany.
"Te llamaré si se me hace tarde." Sonrió cuando sintió su apretón devuelto.
"Ten cuidado. Está nevando," la joven mujer dijo una vez que se separaron.
"Lo tendré."
*****
Sany llegó a la estación de policía primero y habló con el sargento de la noche que la dirigió
a uno de los detectives. Volvió al pasillo varios minutos después, a punto de estallar de cólera
por la información que el oficial la había dado.
Rachel y Quinn descendieron por el pasillo, sacudiéndose la nieve de sus chaquetas. "Fui a la
oficina. Tú no creerás esto. Ellos habían levantado esa cinta amarilla y tu oficina parece que un
Buldózer llegó a ésta," la pelirroja dijo mientras colgaba su chaqueta en el cercano estante.
"Parece que ellos intentaban meterse en la caja fuerte."
"Él fue." Sany contestó tranquilamente. "Supongo que fue una buena cosa que cambiara la
combinación la semana pasada, ¿huh?" A la mirada confundida de su hermana, asintió y
continuó. "Eso es, Rachel. Adelante y adivina quién allanó las oficinas e intentó robarnos, de
nuestra ¡FAMILIA!" Su elevación de la voz atrajo la atención de varios oficiales cerca, forzando
a Sany hablar a con los dientes apretados en un intento de mantener su cólera en control. "El
hijo prodigo está abajo en la cárcel ahora. Probablemente están tomándole las huellas
dactilares y presentándole a sus nuevos compañeros por los próximos cinco a diez años." No
hizo ningún intento de ocultar la cólera en su tono.
"¿Tú quieres decir Brody...?" Rachel meneó su cabeza. "No, eso es imposible."
"Tienes razón, Rachel." Apretando sus puños con incredulidad, continuó sarcásticamente. "El
estirado yuppi allí en la cárcel, solo se parece a Brody y lleva su cartera."
"Pero... quizá él solo fue de nuevo a conseguir algo. Tú cambiaste todas las cerraduras, quizá
él activó la alarma accidentalmente." Miró a su marido por apoyo, pero vio solamente la verdad
reflejada.
"Cariño, pienso que tu hermana tiene razón. Estuviste allí, viste la oficina." Él dio a Sany una
mirada de disculpa. "He oído que las drogas pueden obligar a la gente a hacer toda clase de
cosas, incluso robar a sus propios parientes."
"Bien esa es la verdadera aclaración, Quinn. ¿Solo ahora te diste cuenta que Brody tiene un
problema de drogas?"
"Sany, solo porque tú estás disgustada no significa que puedes sacar esto en Quinn. Después
de todo, no es su problema."
"No Rachel, no es culpa de Quinn que Brody este en la cárcel, esa es de Brody, y pienso que
debemos dejar su trasero allí hasta que se enderece."
"¿Qué?" La pelirroja estaba parada entre su hermana y esposa. "¿Tú no puedes honestamente
estar pensando acerca de dejarlo a él allí... en la cárcel?"
"¿Por qué diablos no? Él allanó la oficina, intentando forzar la caja fuerte. Rachel, si lo
seguimos mimando..."
"No lo estoy mimando. Solo digo que tú no puedes dejarlo en la cárcel de noche."
"Oh, bien, gracias por la explicación de la diferencia," Sany se burló, desviando la mirada y
frotándose su cara con exasperación. "Rachel..." Detuvo a su hermana más joven. "Brody
tiene un problema de drogas. Lo primero fue robar el dinero de los proyectos de las
propiedades inmobiliarias después estaba falsificando préstamos. Ahora está cometiendo
robos para intentar conseguir dinero para su hábito. Pienso que es hora para un poco de amor
resistente." Volteó para ver rayas en el maquillaje de su hermana de las lágrimas que
comenzaban a caer. "Mira, quizá esta es la mejor cosa para él. Algunos días para conseguir
esas drogas fuera de su sistema y estará bien como nuevo."
Rachel meneó su cabeza firmemente. "No. Son dos días antes de Navidad. No puedo dejar a mi
hermano más joven, mi ÚNICO hermano, pasar Navidad en la cárcel, solo no puedo." Levantó
la mirada en su marido. "¿No puedes hacer algo?"
"Soy abogado de impuestos, cariño. Si estuviera siendo arrestado por engañar en sus
impuestos, entonces si podría ayudarle. No soy realmente versado en derecho penal."
Rachel golpeó ligeramente su barbilla con su dedo, reacia a darse por vencida. "¡Lo tengo!" Sus
ojos crecieron de par en par. "Nos negaremos a presentar cargos. No hay delito, no hay
cárcel."
"Eso habría estado bien a excepción de un pequeño detalle." Sany sostuvo su índice y pulgar
levemente separados. "Parece que Hércules allí decidió que no quería ir dispuesto con los
policías. Él mordió a uno de ellos." Meneó sus dedos juntándolos como si limpiara apartando la
idea de su hermana.
"¿Qué sobre la libertad bajo fianza? Podemos sacarlo bajo fianza, ¿no?"
"¿Rachel, es mejor dejarlo allí adentro, ¿no entiendes? Necesita ayuda, ayuda que no
conseguirá si se le permite vagar por las calles."
"Sany, sé que ustedes dos no se han llevado bien siempre y sé que está celoso de ti, ¿pero
puedes ser tan mezquina que podrías dejar a tu propio hermano pasar Navidad en la cárcel?"
Un hombre calvo entró a zancadas en la estación, su maletín en una mano y su celular en la
otra. "Vine tan pronto como recibí la llamada." Ese era Richard Jenkins, el abogado de la
familia que hacía un poco más que organizar sus tickets de estacionamiento a cambio de su
enorme anticipo anual. "He estado en el teléfono con el ADA por la última media hora."
"¿Quién te llamó?" Sany preguntó.
"¿Por qué?, lo hizo tu madre, por supuesto. Brody no podía recordar mi número."
"¿Quieres decir que Brody la llamó?" Se apartó de ellos y maldijo silenciosamente. ¿Claro
que la llamaría, quién más podría continuar rescatándolo de lío después de lío? Había una
última esperanza. "¿Qué sobre morder al policía?"
"Me ocupe de todo." Jenkins sonrió orgullosamente. "Él solamente rasgó la camisa del
individuo y no tocó su piel así que nosotros pudimos negociarla por restitución y servicio a la
comunidad que será atendido después de Año Nuevo." Abrió su maletín y guardó el teléfono.
"Si las señoras me disculpan, tengo que regresar en algunos minutos con su hermano."
Cabeceó en Quinn. "Bueno verte otra vez."
"Igualmente, Richard."
Sany estaba harta. Cogió su chaqueta del estante y bruscamente la sacudió poniéndosela.
"¿Dónde vas?" Rachel preguntó.
"No me apetece permanecer alrededor para celebrar." Bajó la mirada para ver que en su prisa
había abotonada mal su chaqueta. "Te estoy diciendo, Rachel, dejarlo salir así es un gran
error." Se dio por vencida con los botones y enfadadamente tiró del cinturón alrededor de su
cintura. "Lo que necesita es rehabilitación, no salir de la cárcel liberado de cargos."
"Quizá lo que necesita es saber que su familia lo ama y lo apoya," Rachel replicó mordazmente.
"¿Cómo piensas que se sintió al descubrir que su propia hermana lo había sacado del negocio
de la familia?"
"¿Cómo te sentiste cuando oíste el resultado de la auditoria? ¿Disfrutaste mirando que tus
beneficios anuales entraron al bolsillo de Brody?" Rachel abrió su boca para protestar,
después la cerró, dándose cuenta que su hermana tenía razón.
"Quizá esto se resuelva, Sany. Esto es quizá lo que necesita para volver al camino."
"No levantes tus esperanzas, Rachel. Tengo la sensación de que esto es solo el principio."
Demasiado enojada para volver directamente a casa, Sany condujo por de las calles de
Albany durante una hora. Volvió a casa, a una oscura casa. Intentando ser tan silenciosa como
fuera posible, se metió al cuarto y comenzó a desvestirse en la oscuridad. "Estoy despierta,"
Brittany dijo cuando encendió la lámpara.
"Estaba intentando ser silenciosa."
"Estaba esperándote. ¿Cómo fue eso?"
"Nada bien." Se volteó de espaldas y se quitó su camisa. "Parece que nuestro ladrón no es
ningún otro que mi hermano bebé."
"¿Brody?"
"Bonita manera de tratar a su familia, ¿no lo piensas?" Tiró de la camiseta sobre su cabeza y
se dio vuelta para encontrar que Brittany había puesto la cama en una posición vertical. Imaginas
que necesitó hablar, ¿eh? Se deslizó bajo las sábanas y ajustó las almohadas. "No me
preocupé ir allá para ver los daños de primera mano. Tengo suficiente con un dolor de cabeza."
Se llevó los dedos a sus sienes.
"Permíteme," suaves dedos sustituyeron los suyos y comenzaron a frotar la sensible área.
"¿Cómo fue eso?" Brittany susurró.
"Mmm... a poco difícil... hmm, sip, justo allí..."
No había una onza de relajación en ningún lugar de la parte superior del cuerpo de Sany, la
joven mujer pronto lo descubrió. Suavemente codeó a la ejecutiva dentro de una sentada
posición y movió sus manos hacía los anchos hombros. Cada músculo estaba agrupado
firmemente, rígidos como si estuvieran listos para la batalla. Presionando suavemente al
principio, después con más fuerza, Brittany forzó a los músculos rendirse a sus manipulaciones.
"Eso es, solo relájate," arrulló. "Cierra tus ojos."
"Ellos están cerrados" vino el relajado murmullo. Brittany sonrió para si en el implícito cumplido.
"Piensa acerca de pasado mañana. Piensa acerca de todas las luces en el árbol... los
regalos..."
"Brittany S. Pierce, ¿estás intentando hipnotizarme?"
"Claro que no, boba." Movió los pulgares a la base del cráneo de Sany y comenzó a
masajear el área delicadamente. "Solo quiero que te relajes y que pienses de cuánta diversión
traerá la Navidad."
"Mmm."
"Eso es..." El tacto llegó a ser más ligero cuando Sany se relajó. "¿Hace esto sentirte mejor?"
"Mucho," suspiró.
"Bueno." Una sonrisa autosatisfecha vino a los labios de la joven mujer. "Qué te parece que
nosotras consigamos dormir un poco y dejemos todas la cosas malas para mañana, ¿Ok?"
Codeó la espalda de Sany sobre su propia almohada. "Buenas noches."
"Buenas noches, Brittany." Hubo silencio por un momento antes de que Sany agregara.
"Gracias." La carga salió de sus hombros por lo menos una noche, rápidamente cayó dentro de
un pacífico sueño.
*****
Sany tomó un trago de café y miró la vista perfecta de la mañana de Navidad. Una ligera
pulverización de nieve había caído por la noche, cubriendo su patio trasero y los árboles que
rodeaban este con un ligero manto de blanco. El sol estaba justo saliendo, toda la escena le
recordaba un grabado de Currier e Ives. Apretando el cinto de su albornoz, abrió la puerta
corrediza y caminó hacía fuera sobre la cubierta, la delgada capa de nieve crujiendo debajo de
sus pantuflas azules. Colocó su taza sobre la mesa, el calor causó un pequeño círculo de nieve
derretida y reveló el metal debajo pintado de verde. Sany inhaló profundamente y sonrió.
Estaba bastante frío para mantener la nieve de derretir pero la falta del viento evitaba que fuera
tan áspero.
Ella parada allí y bebiendo su café, disfrutando de una familia de conejos correteando a través
del campo. Sus grises pelajes eran un vivo contraste a la crujiente nieve blanca. Perfecto. Voy
a hacer de esta la mejor Navidad que tu hayas jamás tenido, Brittany. Por lo menos voy a intentar
hacer todo lo posible. Pensó en los regalos debajo del árbol. Tanto como odiaba los centros
comerciales y compras en general, Sany tomó gran placer en personalmente elegir cada uno
de los regalo para Brittany. Finalmente el frío se coló a través de su bata y se refugió en el
interior.
El reloj de la cocina le mostró que eran justo pasadas las siete. Maldición, demasiado
temprano. Dejando la vacía taza en el fregadero, se dirigió a la sala de estar. Centenares de
minúsculas luces parpadeaban y destellaban sobre el árbol, sus multiplicidades de colores
reflejando el brillo del papel que cubría los regalos apilados en el suelo. Sany sonrió. Todo
era perfecto. Ahora era solo cuestión de esperar para que Brittany despertara. Miró el reloj del
abuelo, esperando que no tuviera que hacerlo mucho tiempo. No había estado tan emocionada
con la Navidad en años. "Vamos, Brittany," murmuró para si, notando que el tiempo parecía estar
pasando mucho más lento que habitualmente. Reordenó los regalos y tomó otra taza de café.
El reloj ahora decía siete treinta. Tubbington se frotó contra sus piernas. "¿Qué quieres?"
"¿Mrrow?"
"El desayuno para ti es dentro de media hora."
"¿Mrrow?" Tubbington se acercó al armario donde la comida para gatos era almacenada y maulló
otra vez. Cuando el maullido no funcionó, el juguetón gatito rodó sobre su espinazo y giró su
cabeza a un ridículo ángulo. Sany se rió suavemente y meneó su cabeza.
"Bien, puesto que es Navidad." Se arrodilló y abrió el armario. "Ok. Ahora, vamos ver lo que
tenemos aquí." Sacó una lata con etiqueta verde y la sostuvo delante del ahora ronroneador
felino. "¿Quieres pavo para Navidad?"
"Mrrow." Tubbington golpeó en la lata con su pata.
"Bien, pavo será entonces."
La alimentación de Tubbington no agotó tanto tiempo como Sany hubiera querido. Cuando el
reloj de abuelo sonó las ocho, la expectativa estaba matándola. "Pienso que es bastante tarde,
¿no lo crees, Tubbington?" Se agachó y levantó al gato en sus brazos. "Vamos a despertar a mami
para que pueda ver todos los bonitos regalos, ¿hmm?"
Sany colocó a Tubbington abajo al pie de la cama y avanzó lentamente al lado de la durmiente
mujer. "¿Brittany? Brittany, hora de despertar." Un suave codazo en el hombro. "¿Brittany? Es la
mañana de Navidad. ¿No deseas levantarte y abrir regalos?"
"Hrmmphf."
"Vamos, es hora de levantarse. No quieres desperdiciar toda la mañana en la cama, ¿es así?"
Somnolientos verdes ojos lentamente se revelaron. "¿Qué hora es?"
"Las ocho." Los ojos rápidamente se cerraron y la joven mujer soltó un gemido. Ella tiró de la
sábana sobre su cara únicamente para que una mano más fuerte jalara ésta echándola atrás.
"Pero es Navidad. Tú no puedes dormir en Navidad." Sany saltó fuera de la cama y empujó
encima el cómodo portátil. "Vamos, arriba y en esto."
Brittany dio un gemido más pero lentamente abrió sus ojos, decidiendo que Sany estaba
demasiado alegre ésta mañana... hasta que se dio cuenta qué mañana era esta. "¡Oh Dios, es
Navidad!"
"Feliz Navidad," Sany se rió suavemente, apartando la sábana del camino y poniéndose
sobre su costado, usando su codo para apoyar su cabeza arriba. "Es una hermosa mañana y
sería un crimen dejarte dormir durante esta."
"¿Cuánto tiempo tienes de estar levantada?"
"Alrededor de una hora y media."
"Estoy sorprendida que esperaras este tiempo." Sany estaba a punto de defenderse cuando
vio el brillo en los ojos de Brittany. Saltó juguetonamente sobre la mujer más pequeña, las dos
enganchándose en una breve lucha de cosquillas. "Tú eres despiadada," Brittany dijo cuando
finalmente se separaron.
"¿Bien, supongo que tú estas despierta ahora, ¿no es así? Solo te dejaré ocuparte de tus
asuntos."
"Uh, Ok. Solo serán un par de minutos."
"Seguro, solo dame un grito cuando estés lista. Llevaré tu café a la sala de estar. Puedes
beberlo y abrir los regalos al mismo tiempo, ¿no es así?"
Brittany escuchó cuidadosamente hasta que estaba segura que Sany no se regresaría,
entonces recuperó el pequeño regalo oculto en el cajón de la mesita de noche. Un inesperado
temor pasó a través de ella. Repentinamente, el juego de la pluma y el lápiz que pidió a Karen
que comprara para ella no parecía tanto un gran regalo después de todo. Si Sany deseara
uno, habría tenido este ya. Quizá no le gustaban los lápices mecánicos porque no podría
morderlos. "Estúpida, estúpida, estúpida," murmuró para si antes de dejar el regalo poniéndolo
en el cajón de la mesita y empujarse sobre el cómodo.
Quince minutos más tarde, estaba vestida usando una camisa color beige que Sany había
insistido en darle. Brittany no creyó por un minuto que esta era demasiado pequeña para su
benefactora, pues colgaba mucho más de ocho a diez pulgadas pasando su propias caderas y
los puños tuvieron que ser dobladas varias veces antes de que pudiera ver las puntas de sus
dedos. De todas formas, ésta le fue dada por Sany, y como la camisa de dormir de
Dartmouth, era algo que presionaba a María que difícilmente conseguía mucho tiempo para
lavarla.
Un último recorrido del cepillo a través de su cabello y Brittany estaba lista. Puso el regalo en su
regazo entonces lo cubrió con el edredón antes de gritar. Algunos segundos después Sany
apareció. "¿Lista?"
"Supongo que sí." Forzó una sonrisa en su cara. Oh Dios, por favor deja que le guste mi regalo,
silenciosamente rezó mientras Sany le ayudaba a meterse a la silla de ruedas y la guiaba
fuera del cuarto.
*****
Un gran montón de regalos derramados debajo del árbol cautivaron la atención de Brittany
cuando Sany le ayudó a entrar al desnivel de la sala de estar. Incluso cuando permaneció
con una familia de cinco una Navidad, la joven huérfana nunca había visto tantos regalos
metidos debajo del árbol. Reconoció el estilo, grande fluído de la letra de Sany en todas las
etiquetas de los regalos. "¿Tú familia vendrá hoy?"
"No. Tengo que ir a ver a la familia de Rachel más tarde, pero ninguno supuestamente estará
visitándome. ¿Por qué?"
¿Por qué poner todos sus regalos debajo del árbol si ellos no vendrán? Su expresión llegó a
ser incluso más desconcertada. "Bien, ¿no son esos sus regalos?" Sany dio una corta risa y
apretó su brazo.
"No. Ellos son tuyos."
Los ojos de Brittany se ensancharon como platos y por algunos segundos se olvidó cómo
respirar. "¿Míos? ¿"T-tú quieres decir...?" Dándose por vencida en un discurso, simplemente
señaló a los regalos.
"Yup, ellos son todos para ti." La frente de Sany se arrugó. "¿Pasa algo?"
"N-no... yo..." Levantó la mirada en la persona más importante en su vida cuando un par de
lágrimas resbalaron por su cara. Brittany tuvo que luchar para evitar que su labio temblara. "Yo
nunca... todos esos... para mi..." Extendió sus brazos y fue encontrada a medio camino,
envuelta en fuertes, confortantes brazos. "Oh Sany."
"Shh, te tengo." Sany dejó un brazo alrededor de la espalda de Brittany y utilizó el otro para
acariciar su cabello. "Lo siento. No estaba pensando acerca de cuántos allí había. Solo estaba
viendo cosas que pensé que te gustarían y las compré."
"P-pero solamente te tengo uno..."
"Shh." Puso sus dedos en los labios de Brittany. "Es el pensamiento lo que cuenta, no algo más."
Enjugando una lágrima con su pulgar, Sany habló otra vez. "Un regalo de ti vale mil de
alguien más, ¿entiendes?"
La rubia cabeza se movió con un débil movimiento. "¿Puedo darte mi regalo primero?"
"Sabes qué..." Sany secó las otras rayas de las mejillas de Brittany. "Preferiría esperar hasta
después de que abras tus regalos. ¿Eso está bien?"
"¿Estás segura?"
"Sip." Se levantó y alcanzó las manijas de la silla de ruedas.
"¿Dónde vamos?" Brittany preguntó con algo de sorpresa cuándo se sintió moverse.
"Es Navidad. Estarás mucho más cómoda en el sofá y estoy cansada de arrodillarme. Vamos,
nos recostaremos y beberemos nuestros cafés, entonces abriremos regalos."
*****
Brittany estaba justo colocándose en el sofá cuando oyeron un estruendo de detrás del árbol.
"¿Qué el...?" Sany exclamó. Obtuvo su respuesta un segundo después cuando Tubbington salió
a toda velocidad de debajo del árbol y corrió a la cocina. Antes de que ninguna de las dos
pudiera hablar, la anaranjada y blanca imagen volvió y saltó nuevamente dentro de la montaña
de regalos.
"¿Qué pasa con ella?" Brittany preguntó, preocupada. "Nunca la había visto moverse tan rápido
antes."
"Pienso..." Sany cruzó el cuarto, se arrodilló, y comenzó a apartar los regalos. "Yup...
Tubbington, eres una pequeña chica codiciosa." Se hizo hacía atrás y dejó a la mujer más joven
ver. El gato estaba acostado sobre su lomo, golpeando en una bola de adorno colgado por
encima de ella. "Tú pequeño bebé allí, se metió en su regalo de Navidad." Metió la mano para
recuperar el paquete únicamente para que su muñeca quedara capturada entre las patas
delanteras de Tubbington. "Ni siquiera pienses en arañarme," le advirtió mientras lentamente
intentaba sacar su mano. Suaves patas revelaron sus armas, las garras presionando contra su
piel hasta que paró el movimiento. Tubbington posó la mirada en ella por un segundo, entonces
comenzó a ronronear y lamer la muñeca de Sany. "Srta. S. Pierce, creo que su gato está
loco." Sacó la bolsa de Catnip. Estaba todavía envuelto en festivo papel verde, excepto por el
prominente pedazo desaparecido en donde había sido masticado.
"¿Tú pusiste el Catnip debajo del árbol?"
"Sip pero este estaba en una bolsa de plástico y fue envuelto en papel."
Brittany sonrió maliciosamente y meneó su cabeza. "Sany, puede oler el Catnip a millas de
distancia. Tubbington. ¿Tubbington? Ven aquí, cariño."
La gata se movió tres pasos antes de caer sobre un bulto en la alfombra y limpiarse.
"No creo que ella este yendo a ninguna parte, Brittany." Suficiente de esto. Yo quiero que tú abras
tus regalos. Extendió el brazo y tomó una camisa envuelta en una caja en papel plateado. "Ya
que estoy aquí de todos modos, vamos a comenzar con tu primer regalo." Volvió al sofá y se lo
dio, intentando difícilmente controlar su entusiasmo y excitación.
Pequeños dedos pasaron sobre el lujoso papel y el lazo rojo. "Es casi demasiado bonito para
abrirse."
"Es solo un envoltorio de papel. Ábrelo," urgió. Vamos, ábrelo y mira lo que te compré. Una
sonrisa semejante a la de un niño creció en la cara de Sany.
Brittany echó un vistazo. "No hay lugar para tirar el papel."
"Tíralo en el suelo. Lo recogeré más tarde. ¡Ábrelo!" Sany se arrimó hasta que estuvo en el
cojín al lado de la mujer más joven.
"No puedo tirarlo en el piso." Sus yemas del dedo trazaron la letra en la etiqueta del regalo.
"Pero..." Sany echó un vistazo, frunciendo el ceño cuando no encontró algo conveniente a la
vista. "Ya vuelvo." Saltó del sofá y entró a la cocina. Brittany escuchó el sonido de los armarios
que se abrían y cerraban, seguido por los cajones. Hubo un murmullo de maldiciones seguidas.
"Aquí está." Algunos segundos después Sany volvió, abriendo la bolsa para la basura. Se la
dio a Brittany y volvió al cojín contiguo, metiendo sus descalzos pies por debajo de sus muslos.
"Ok. Ahora ábrelo."
La joven mujer miró del regalo a Sany. "Gracias."
"Tú ni siquiera sabes qué es todavía." Date prisa y ábrelo. Brittany deslizó su uña debajo de la
etiqueta y cuidadosamente la separó del paquete, dejándola en la mesa lateral. Otro paso y
una ala de la esquina se abrió. "Solo rásgalo," Sany gruñó juguetonamente. "O estaremos
aquí hasta la siguiente Navidad."
Brittany miró el hermoso paquete, la excesivamente emocionada cara de su amiga, entonces al
regalo otra vez. Los pequeños dedos se enroscaron debajo del ala abierta y con un rápido tirón
rasgó una tira grande del papel. Algunas tirones más y la caja fue abierta para revelar una
camisa color óxido. La alzó hasta los hombros y se quedó mirándola. "¡Oh! Es muy bonita."
"¿Te gustó?"
"Oh sí, absolutamente." Brittany miró la longitud de las mangas, notando que ellas estaban a una
perfecta altura de sus brazos más cortos. "No tendré que doblar los puños."
"Por supuesto que no. Me aseguré de conseguir la talla correcta." Sany sonrió
orgullosamente. "¿Te gusta el color?"
"Muchísimo."
"Ésta hace juego con tus cejas. Apuesto que te verás muy bien en esta." Brittany volteó la camisa
de un lado y de otro, asintiendo en acuerdo. Esta era, absolutamente sin lugar a dudas,
maravillosa y no podía esperar para usarla. Ella la dobló y se la dio a Sany, quién la puso en
el cojín vacío en el extremo del sofá. La basura fue apartada del camino y otro regalo
recuperado de debajo del árbol...
*****
Brittany empujó el último pedazo de papel de envolver dentro de la ya atestada bolsa de la basura
y limpió otra lágrima de felicidad de su mejilla. "¿Realmente eres asombrosa, sabías eso?"
"Me alegra que tú lo creas así," Sany respondió con una cálida sonrisa. Este había sido un
día lleno de lágrimas y sonrisas de Brittany y la ejecutiva no habrían podido ser más feliz. "Ésas
son las únicas cosas que no estoy segura." Gesticuló con su mano en el par de tenis azules y
blancos en el regazo de Brittany. "Puedo devolverlos si son demasiado grandes."
"No, son perfectos."
"Estupendo." Sany estiró la mano y los tomó, entonces echó un vistazo por un vacío lugar
para ponerlos. El cojín estaba repleto con ropas y la mesa del café estaba en desorden con
programas de software y varios otros artículos. Iba a dejarlos en la alfombra pero Tubbington vino
corriendo. "Oh no tú no." Al final los tenis fueron puestos encima del montón de suéteres.
Brittany dio una corta aspiración y parpadeó varias veces antes de mover su mano debajo del
afgano. "Supongo que es tiempo para tu regalo ahora. Me tem..."
"No, espera." Sany saltó fuera del sofá. "Hay uno más. No te vayas, ya vuelvo."
Tocando el delgado lazo en el regalo en su regazo, Brittany dejó su mirada posarse en la pila de
ropa. Una lágrima rodó sobre su cara, provocando que un ceño fruncido cruzara la cara de la
mujer de ojos azules en su regreso. "Sabes, no era mi intención hacerte llorar." Reasumió su
posición en el sofá únicamente a pulgadas de Brittany.
Eso le ganó una risita baja. "Estoy solo un poco abrumada, supongo," Brittany contestó,
descuidadamente limpiando las saladas gotas de sus mejillas. "Nunca he obtenido tantas cosas
incluso en Navidad." Miraba alrededor, todavía asombrada de la multitud de regalos
amontonados alrededor. "Solo no puedo..." Brittany bajo la mirada en su regazo y meneó su
cabeza. "Escúchame, he sobrevivido sanamente con mi vida recta fuera de Oliver Twist." Tomó
el ofrecido pañuelo de lino.
"Claro que si," Sany dijo suavemente. "Vamos, déjame darte tu último regalo y entonces
puedes darme el mío." Dejó la caja de la joyería en las manos de Brittany.
"Oh... oh mi." La mano de la joven mujer comenzó a temblar solo para ser afianzada por una
mucho más grande envolviéndose alrededor de la suya.
"Ábrela," vino el susurro cerca de su oído. "Está bien, ésta no te morderá." Después de algunos
segundos, largos dedos abrieron la caja para revelar su contenido.
Brittany miraba fijamente en asombro el colgante unido a una delgada cadena. Justo en pulgada
y media de largo, el oro blanco había sido cuidadosamente moldeado en una exquisita
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:20 am

Capítulo 7 SEGUNDA PARTE



representación de una rosa. Pequeñas esmeraldas y chispas de rubíes componían los pétalos
y dejando a un solitario diamante apoyado en la base del tallo. Su labio inferior tembló cuando
tocó el colgante reverentemente con la yema del dedo. "Oh Sany... es hermoso," susurró.
"Una rosa para una rosa," Sany dijo, repitiendo el eslogan que la había atraído a la joyería en
principio. Sacó el collar de la caja y abrió el broche. Brittany muy quieta todavía cuando el frío
metal tocó su piel y Sany abrochó la cadena. "Se ve perfecto en ti."
"Esto es demasiado, Sany. No puedo..." Fue parada por un par de dedos presionando contra
sus labios.
"Brittany..." Limpió otra lágrima con su pulgar. "Supongo que Santa debió haberte traído algunos
pañuelos también, ¿hmm?" Quitó otra lágrima de la cara de Brittany. "Escúchame. Quiero que
tengas esto."
"Pero..." Brittany miró alrededor. "Toda esa ropa, los programas, los zapatos y los tenis y..." Los
dedos de Sany la silenciaron otra vez.
"Tú mereces ropa bonita. Tú mereces cosas que te queden y se miren bien en ti." Tomó la
barbilla de la joven mujer en su mano y la forzó a enfrentar su mirada. "Y tú mereces usar algo
bonito. Ahora... Dame un abrazo, diciéndome cuánto te gusta esto, y dame mi regalo." Dijo la
última parte con una juguetona sonrisa, forzando a Brittany a sonreír junto con ella.
"Esto más que bonito, es maravilloso. Yo amo esto." La joven mujer envolvió los brazos
alrededor del cuello de Sany y tiró de ella para un abrazo. "Esto es tan maravilloso," susurró.
"Amo esto muchísimo, gracias."
"Me alegra."
"Tú realmente eres mi ángel de la guarda, ¿no?" Brittany se hizo hacía atrás y miró a su amiga,
verdes ojos brillaban por la humedad. "Eres la mejor amiga que alguien podría siempre tener."
Metió la mano bajo el afgano y sacó el regalo. "Solo desearía tener algo más para demostrarte
justo cuánto significas para mí. Feliz Navidad, Sany." Nerviosamente entregó el regalo, un
millón de pensamientos volaban atravesando su mente. Su ansiedad creció cuando Sany
lentamente quitó la etiqueta del regalo y la metió en su bolsillo. "Bien, ábrela."
La mujer más mayor reía en la impaciencia de Brittany y tiró de la delgada cinta roja. "Tú eres tan
mala como yo... oh." Abrió la larga aterciopelada caja. "Brittany, son hermosas."
"¿Te gustan?"
"Sí, muchísimo." Sany sacó la pluma y la levantó a la luz, la sonrisa nunca abandonando su
cara. "Es un muy bonito diseño. Todos esos azules y verdes arremolinando alrededor. Me
gusta esa banda de oro allí también."
"¿A ti de verdad de te gustó? No estás solo diciéndolo para hacerme sentir bien, ¿no?"
"No cariño, no lo estoy diciendo solo por eso. Realmente me gustan." Se inclinó y le dio a Brittany
un abrazo. "Realmente es un considerado regalo," dijo, apartándose.
"Dijiste que nunca puedes encontrar una pluma por aquí."
"Nunca puedo," Sany convino. "Garantizo que no perderé ésta."
"No sabía si te gustaban los bolígrafos. Probablemente no ya que no puedes morderlos, ¿huh?"
"Brittany, los bolígrafos están muy bien. Realmente, lo están. Únicamente utilizó los de madera
porque eso es lo que tenemos en la oficina como suministro de trabajo. Nunca tuve alguna
razón para comprar un lápiz como éste." Giró el metal en la punta, observando el plomo crecer
desde el extremo. "Te prometeré esto, no masticaré la punta de éste."
"Sería mejor que no," Brittany bromeó juguetonamente, sus temores desaparecieron por la
sonrisa en la cara de Sany. Su tono se volvió serio. "Estoy realmente feliz de que te gusten.
Nunca he comprado a nadie algo así antes."
"Sabes habría sido feliz no importa lo qué tu me dieras, incluso si fuera solo una tarjeta." Bajó
la mirada en el juego y sonrió. "Éstos realmente son hermosos." Se inclinó para otro abrazo,
mucho para la alegría de Brittany.
"Esta es mejor Navidad que he tenido jamás," susurró en el oído de Sany. "Muchas gracias."
La mujer de cabello oscuro sonrió y la abrazó incluso más fuertemente. "De nada. Gracias por
hacer mi Navidad tan especial." Renuentemente terminó el abrazo, su mano todavía agarrando
la caja de la pluma. Observó el reloj. "Uh, no me di cuenta que era tan tarde. ¿Tomó tanto
tiempo solo abrir regalos?"
"Allí había muchos regalos para abrirse," Brittany contestó con una sonrisa. "No tengo idea de
que hacer con todos esos programas de computadora." Gesticuló en el apilado sobre la mesa.
"Tú vas a aprender de ellos." Sany dejó la caja de las plumas abajo y tomó una de las cajas
de software. "Éste te enseñará cómo mecanografiar. Es otro paso y te muestra cómo formatear
cartas comerciales y memorando." Puso la caja en el regazo de Brittany y tomó otra. "Este te
enseñará lo esencial de contabilidad y cálculo. Hay programas para hacer todos los cálculos
reales pero si vas a estar en el mundo de los negocios realmente debes saber lo básico." Puso
los programas de nuevo sobre la mesa. "Los instalaré para ti mañana y te mostraré como
sacarlos para que puedas trabajar en ellos. Una vez que estés cómoda, te mostraré como
registrarte en la red corporativa y puedas acceder al Internet."
"Eso parece como divertido. He estado en el Internet antes. Lo tenían en la biblioteca. Encontré
una vez un sitio genial en el que había toda clase de información sobre cómo cuidar gatos."
"Cualquier cosa de la que estés interesada está allí en el Internet. Cuando al principio me
acostumbré a estar en una computadora, pasé horas navegando en Internet mirando diversas
cosas. Mi archivo de favoritos debe tener una milla de largo."
"¿Archivo marca textos?" Brittany meneó su cabeza. "No sé si pueda conseguir todas esas cosas
de computadora."
Sany rió. "Oh, Brittany. Confía en mí. Unas pocas semanas y tú y la computadora serán las
mejores amigas. Tendré que arrastrarte lejos de ésta."
"No sé sobre eso."
"Si. Es muy adictivo."
"¿Sany? Entiendo como los que mecanografían y los otros programas se suponen me
ayudaran, ¿pero qué es lo que se supone que Rescuer of Maiden me enseñará?" Señaló en la
caja de color brillante con caballeros luchando en la cubierta.
"Uh... bien..." La cara de la ejecutiva se ruborizó levemente y dio una avergonzada sonrisa.
"Ese te enseñará como ser el gran caballero que rescata a la rubia virginal del malvado rey
Dungeon. Pensé que te gustaría un juego para relajarte y descansar."
"Un caballero rescatando a una virginal, ¿hmm?" Brittany echó un vistazo en la cubierta otra vez,
observando que la virginal era de cabello rubio, como ella lo era. Inspeccionó en su propio
caballero personal en brillante armadura. "Estoy segura que lo disfrutaré." Sany sonrió y se
levantó.
"Ahora mismo pienso que tenemos mejor que ir a la cocina y empezar a hacer la comida o no
vamos a estar comiendo hasta tarde esta noche." Brittany observó como la silla de ruedas era
traída.
"Oh, Ok." Se permitió ser levantada en la silla pero antes de que Sany pudiera tirar hacía
atrás envolvió sus brazos alrededor del cuello de la ejecutiva y se apretó, enterrando su cara
en la oscura cabellera. "Gracias. Eres la mejor amiga que he tenido jamás y hoy es uno de los
días más felices de mi vida."
Sany devolvió el abrazo, sonriendo dentro del dorado cabello. "De nada. Y gracias por
hacerlo tan especial para mí."
*****
Cuando llegaron al umbral de puerta de la cocina, Brittany levantó la mirada. "Hey, mira en eso."
"¿Qué?"
"El muérdago. Dejaste este allí arriba todo este tiempo y no lo noté."
"Hmm, supongo que lo hice." El corazón de Sany comenzó a latir más rápidamente. Estaban
directamente debajo del adorno verde. "Um, podría estar bien si..."
"Bien, ambas estamos bajo el muérdago y es Navidad." Brittany tragó, nerviosamente
acercándose lentamente aunque no estaba segura por qué. Después de todo, es solo Sany.
"Sí." Levantó su cara para encontrar la oscura cabeza que venía bajando. Sus labios se
tocaron una vez... dos veces antes de que Sany se hiciera hacía atrás.
"Yo um... supongo que mejor nosotras empecemos la comida." Las guió dentro de la cocina,
sabiendo completamente bien por qué su corazón latía como el golpeteo de un tambor. Los
labios de Brittany eran suaves, tan suaves que casi se había perdido en ellos, parando justo
antes que su lengua pudiera salir. Sabiendo que no podía permitirse otro beso así, Sany hizo
una nota mental dejó a la joven mujer empujarse por si misma en la cocina.
"Sí," Brittany coincidió, girando su cabeza hacia adelante y esperando que el rubor que sentía en
sus mejillas no fuera evidente para Sany. Fue suave y dulce y se sentía culpable sobre la
manera como le hizo sentir. Nadie la había besado desde hacia mucho tiempo y ciertamente no
con tanta suavidad y ternura. Sentía el interior caliente, como si hubiera tragado una fuerte
bebida. Vagamente se dio cuenta que Sany estaba hablándole. "Lo siento, ¿qué?"
"Pregunté si quieres hacer algunas galletas de azúcar."
"Oh. ¿Te gustan las galletas de azúcar?"
"Bien, ellas estarán bien y son la galletas tradicional del día de fiesta." Sany abrió el
refrigerador y sonrió. "Claro que tenemos un paquete de galletas con chispas de chocolate aquí
también." Su tono dejó en claro que era la clase que prefería.
"Suena bien para mí." Rodó hacía el gabinete más bajo y recuperó una lámina para galletas,
cuidadosa de no dejar la silla de ruedas rayar contra la ebanistería de Sany. La barra era
demasiado alta para que fácilmente ayudara con las preparaciones pero Brittany hacía lo que
podía. Sany encendió la radio en la esquina y pronto la música festiva llenó el aire, haciendo
el perfecto escenario para preparar la comida. Ninguna sabía lo que la otra estaba pensando
acerca del muérdago y el beso.
Brittany estaba confusa. Sus sentimientos iban más allá del afecto amistoso, pero cuánto más
allá, no estaba segura. Cuando observó a Sany cortar la pasta de las galletas, fue golpeada
otra vez por lo hermosa que su amiga era. Ciertamente, nadie había significado tanto para ella
y Brittany no podía imaginar su vida sin Sany en ésta. El beso fue cálido y cariñoso y algo que
deseaba experimentar otra vez.
Sany tenía su propio dilema interno. Su mente y cuerpo gritaban, queria sentir de nuevo su
suavidad una vez más, para demostrarle a Brittany justo cuánto significaba para ella, el coger a
su hermosa compañera de dorados cabellos en sus brazos y nunca dejarla ir. Era tortura,
simple y sencillamente, y el frío aire cuando salió para ir a la casa de su hermana no hizo nada
para bajar la temperatura de su afiebrada alma.
*****
Brittany acababa de doblar el último par de bragas y las puso en el cajón inferior del tocador
cuando Sany volvió. Entró en el cuarto y se dejó caer en la cama, sus largos brazos cruzados
detrás de su cabeza. "¿No fue bien?" Brittany preguntó, observando la sombría expresión.
"Oh, a los niños les encantaron los regalos. Igual a Rachel."
"¿Qué sucedió?" Rodó al lado de la cama y puso su mano en el antebrazo de Sany.
"¿Brody apareció o algo así?"
"No, supongo que él está arriba en las montañas con sus amigos. Todo está bien, es solo
que..." Sany apartó su mirada de Brittany y echó un vistazo en el techo. "Algunas veces deseo
no ser la mayor. Es demasiada responsabilidad."
"¿Qué sucedió?"
Sany dio un suspiro y miró de nuevo a su compañera. "Mamá llamó de algún puerto donde su
crucero se detuvo. Ella no está feliz con la forma en que manejé toda la cosa de Brody
desfalcando a la Compañía."
"¿Cómo ella sabe sobre eso? Pensé que no ibas a decirle."
"No hay secretos en esta familia, Brittany," dijo con tristeza. "La cosa es que ella no está
cuestionando si él lo hizo o no, sino cómo yo llevé esto. Dijo que tendría que haber mantenido
una tapa en esto hasta que estuviera completamente segura, y entonces debí haber hablado
con él antes de quitarlo de su oficina."
La mano de Brittany comenzó a moverse arriba y abajo del brazo de Sany en un movimiento
consolador. "¿Rachel por lo menos te apoyó?"
"Ella no dijo una palabra. Ni un pío. ¿Sabes?, a veces me pregunto por qué no solo les digo
que se retuerzan a todos ellos y renuncio. Podría trasladarme a Chicago o a Boston y
comenzar mi propia compañía."
"¿Entonces por qué no lo haces?" Hubo un silencio largo antes de que Sany contestara.
Cuando lo hizo, fue con silenciosa resignación. "Porque me necesitan." Moviendo su cabeza,
dio un resignado suspiro y alcanzó el control. "Vamos, todos esos programas de Navidad
pronto comenzarán. HBO está reponiendo Rich Little versión de A Christmas Carol".
"Nunca la he visto."
"Oh, es bastante divertido. Él hace todos los personajes imitando a famosas celebridades. Lo vi
cuando era una niña. Vamos." Sany encontró el canal correcto y dejó el control remoto a un
lado antes de levantarse y ayudar a Brittany a meterse en la cama. La medianoche las encontró
como lo hacía siempre, la más grande enroscada contra el lado de la más pequeña, ambas
durmiendo satisfechamente.
*****
Brittany miraba fijamente la pantalla, concentración que causaba que su frente se surcara.
Presionó el botón del ratón y movió el siete rojo debajo del ocho negro. Estaba tomando un
corto descanso del programa de mecanografía, había trabajado en él desde hacia casi tres
horas. Estaba satisfecha con su progreso después de solo tres semanas de práctica. Su
velocidad estaba mejorando rápidamente mientras que el número de errores disminuía. Un
tablero bajo apoyado en de los brazos de la silla de ruedas que servía como un improvisado
escritorio, los moldes completos de las piernas hacían imposible para que Brittany las pusiera
debajo del escritorio alejándola bastante para utilizar el teclado.
Maria entró al cuarto con un sándwich y una taza de café. "Necesitas tomar un descanso."
Esperó a que Brittany pusiera el ratón y el teclado de regreso en el escritorio, después le dio el
sándwich, dejando la taza en la mesita de noche al alcance de la mano. "Juro que estás tan
mal como ella está a veces. La he dejado algunas tardes con ella en esa cosa y regreso en la
mañana para encontrarla aún sentada delante de eso." La mujer de mediana edad movió su
cabeza. "Cuando ella estaba en la escuela era de la misma manera."
"¿Cómo era ella, cuando era más joven?" Brittany agarró las ruedas y giró su silla,
silenciosamente pidiendo a María que se sentara y la acompañara. El ama de llaves se relajó
en la suave piel del sillón de Sany y unió sus dedos entrelazándolos.
"¿Así qué quieres saber cómo era ella?" Una amistosa sonrisa atravesó su cara. "Sany era
independiente, siempre lo ha sido. Siempre ha sabido lo que quiere hacer y donde ir."
"No, eso no es lo que quise decir." Brittany meneó su cabeza, intentando pensar en cómo
expresar su petición. "Cuénteme acerca de ella algo que hizo, algo que le sucedió, algo sobre
ella."
"No estoy segura que yo deba. Tú sabes es la regla fundamental de las amas de llaves guardar
lo que ellos ven y oyen en privado."
"Bien no tiene que decirme sus profundos oscuros secretos, Maria," Brittany refunfuño. "Sany
misma me contó que era una alborotadora. Estoy segura que usted debe tener una historia o
dos que recuerde. Estoy segura que ella no era el ejemplo de una niña perfecta."
"¿Perfecta? ¡ja!" La mujer mayor se rió, las esquinas de sus ojos se arrugaron de una manera
maternal. "Santana era muchas cosas cuando estaba creciendo pero perfecta no era una de
ellas. Esta niña me tenía corriendo alrededor más que su hermano y hermana juntos."
"Oh, ¿de verdad? Cuénteme." Los ojos de Brittany se ensancharon con expectación mientras
mordia a su sándwich.
"Espera, déjame traer algo de beber." María salió y volvió un minuto después con un vaso de
refresco y un posavasos. Se colocó nuevamente en el sillón y tomó un trago antes de
continuar. "Recuerdo una vez cuando ella tenía trece y sus padres estaban fuera de la ciudad.
Algunas amigas querían que fuera al centro comercial con ellas. Ahora, normalmente eso
habría estado bien, pero ella se había escabullido de la escuela pocos días antes y su padre la
castigó mientras ellos estaban fuera."
"¿Qué hizo ella?"
"Lo qué cualquier niño su edad haría, ella se escapó. Entró a su habitación y salió trepando por
la ventana. Yo sabía adónde había ido, pero no había manera que pudiera ir tras ella con
Rachel y Brody aquí. No eran más de las cinco o seis y estaba ocupadísima sola."
"¿Y qué pasó?" Brittany estaba escuchando atentamente, imaginando a Sany de trece años
escapándose para pasar tiempo con las amigas en el centro comercial.
"Ella y un par de amigas suyas decidieron que querían probar los cigarros. Bueno claro que
ninguna tienda en el centro comercial iba a venderles a tres chicas adolescentes un paquete de
cigarros. Sany era alta para su edad pero aún... así, decidieron que si no podían comprarlos
entonces ellas los robarían de la tienda."
"Oooh, ¿las atraparon?"
"No, en la tienda no. Las tontas chicas estaban caminando por Cónsul Road fumando y
llevando sus chaquetas de la escuela. Un policía las vio y las recogió."
"Apuesto que usted estaba furiosa."
"Al principio lo estaba, pero entonces descubrí que ella tomó toda la culpa aunque los cigarros
fueron encontrados en uno de los bolsillos de otra chica."
"¿Quiere decir que ella se echó la culpa por alguien más?"
María asintió y tomó otro trago de su refresco. "No le dije a su padre. Imaginé que ser
arrastrada a la estación de policía era suficiente para poner un susto en ella."
Brittany estaba sentada silenciosamente por un momento, en profundos pensamientos. Tenía
sentido perfecto que Sany intentara proteger a otros alrededor de ella. Bajó la mirada a sus
quebradas piernas y asintió. Siempre la guardiana, pensó para si. "María, ¿Sany ha hecho
alguna vez algo así antes?" Indicó en si misma. "Quiero decir, ¿alguna vez ha traído a alguien
que no tuviera un lugar más para ir?"
"Nunca," el ama de llaves contestó. Brittany detectó en esa parte la vacilación de María y esperó
pacientemente para que ella continuara. "Estaba sorprendida cuando trajo a Tubbington aquí e
incluso más cuando llamó para decir que tu estarías quedándote. Sany es una mujer muy
privada." Parecía que quería decir más pero decidió lo contrario.
"Tengo una casa que limpiar y tú tienes un almuerzo que terminar. Ella seguro que llamará
pronto otra vez." María se levantó y recuperó el vaso del escritorio. "A propósito, recuérdale
que la cita de Tubbington es mañana. Ellos llamaron hoy."
"Oh, eso es, me olvidé." Brittany echó un vistazo para asegurarse de que el felino no estaba
alrededor. "¿Cuánto tiempo se supone que estará allí?"
"Solo durante la noche," el ama de llaves contestó.
"Pobrecita." La cara de la joven mujer adquirió una mirada compasiva. "Ella incluso no sabrá
que está ocurriendo. Pero supongo que es mejor que dejarla sufrir con ese calor otra vez."
"Oh, no me recuerdes." Maria movió su cabeza. "Estaba lista para lanzarla hacia el banco de
nieve con todo ese aullido."
"Usted no fue la única. Pensé seguramente que Sany iba a hacer algo la noche que ella no
paraba de estar maullando." Justo entonces el tema de conversación saltó en la cama para
reclamar su espacio para su siesta.
"Goce de esto mientras pueda, señorita," el ama de llaves dijo a Tubbington, que respondió
lamiéndose las patas y frotando su oreja.
"Ella es tan linda," Brittany dijo, estirando su brazo para hacerle una caricia al gato.
"Linda, seguro," Maria se burló. "Intenta hacer la comida con ella bajo tus pies y me dices lo
linda que es." Se inclinó y rascó la cabeza de Tubbington. "Si eres una buena gatita y te quedas
aquí adentro mientras que estoy limpiando te daré un convite extra para gatos antes de irme,
¿qué te parece eso?"
"Oh, a ella le gusta esa idea," la joven mujer dijo cuando Tubbington comenzó a ronronear. "La
vigilaré."
Una vez que María se fue, Brittany colocó el teléfono inalámbrico en su regazo y esperó por
Sany que generalmente después del almuerzo llamaba por teléfono.
*****
"Allí va nuestro bono," Rachel suspiró antes de lanzar el informe de nuevo sobre el escritorio de
Sany. "Pienso que no he visto nunca unas ganancias más bajas en un cuatrimestre. ¿Te
diste cuenta que excelente año habría sido sin esto?"
La ejecutiva abrió la carpeta otra vez, los números aún incomprensibles. Las pérdidas en la
división de Real Estate eran bastantes para hacer mediocre el año entero en términos de
beneficios. Aunque todos los miembros de la Junta Directiva eran familia y sabían exactamente
qué estaba pasando, el resto del mundo de los negocios no, y López Corporation tendría
algunas serias explicaciones que hacer.
Sany recorrió sus dedos a través de su cabello y miró a su hermana. "Todo el año. Él ha
estado destruyendo todo lo que nosotros hemos hecho. Te das cuenta que esto es solo la
punta del iceberg. ¿Aparte esos auditores que van a hacer cuando ellos retrocedan a cuando
asumió el control?"
"¿Tú piensas que ha estado robando hace mucho tiempo?"
"No, las auditorias anuales habrían reflejado algo así. ¿Cuándo comenzó a desaparecer en
fechas topes y tomando mucho tiempo libre?"
"No lo sé... Marzo, abril ¿quizá?"
Sany asintió. "Parece correcto. Él obtuvo ese préstamo en abril." Tomó su pluma y apoyó la
punta contra sus labios. La acción tenía un efecto calmante en ella, recordándole la belleza de
rubio cabello esperándola en casa. "Pienso que cualquier droga que esté metiéndose.
Probablemente crack o heroína. Comenzó a hacerlo antes."
"¿Crack? Sany, solo los yonkies le hacen al crack."
"¿Cómo piensas que llegan a ser yonkies, hermana? No pienso que el crack cuide si la
persona es rica o pobre siempre y cuando tengan bastantes para la siguiente bolsa, o golpe, o
lo que sea que ellos hagan con este." Suspiró y daba golpecitos rítmicos con la pluma contra su
barbilla. "Él necesita ayuda, Rachel probablemente rehabilitación."
"Es bonita. ¿Cuándo la conseguiste?" La pelirroja preguntó, cambiando el tema.
"Brittany me lo dio para Navidad." Sany paró de golpear este y lo extendió para mirar en los
remolinos veteados de azul y verde acentuados por una fina banda de oro. "Tiene una pluma
igual." Espontáneamente, una sonrisa vino a sus labios, una que no fue pasada por alto por su
hermana más joven.
"¿Y cómo está ella?"
Era un tema que no habían hablado desde la fiesta y Sany miraban a su hermana con
sorpresa. "Ella está um... bien. Verá al doctor la próxima semana para que le cambien sus
moldes. Pienso que van a ponerle uno corto para su pierna derecha."
"Oh, eso es bueno."
Un silencio cayó entre ellas. Sany normalmente podría decir cuándo su hermana estaba solo
siendo solícita pero esta vez allí no parecía haber ningún oculto significado, ninguna agenda
secreta en las palabras de su hermana más joven. "Um... sip. Dejamos de necesitar a su
enfermera porque puede moverse bastante bien por si misma." Hizo una pausa y sonrió. "La
comezón la está conduciendo a la locura, sin embargo."
"Oh, apuesto. ¿Recuerdas cuando te fracturaste el brazo? No sé cuanto tiempo le tomó a
mamá para que intentara meter un palo o una regla allí para rascarte." La pelirroja dio un
puntapié a sus zapatos y se sentó en el sofá. "¿Y, qué le diste a ella? Y ven aquí por un rato.
Estoy cansada de hablar a través del cuarto."
Oscuras cejas se levantaron. "¿Desde cuándo tienes deseos de hablar acerca de Brittany?"
"No dije que quería hablar acerca de ella, solo te pregunté que le diste para Navidad, eso es
todo." Rachel bajó la mirada a sus uñas, obviamente evitando la mirada de su hermana. Sany
estaba indecisa a abrirse, insegura acerca del repentino cambio de actitud.
"Algo de ropa y un par de programas de computadora," dijo, no haciendo ningún esfuerzo para
levantarse de su sillón. "No me enloquecí demasiado." La verdad era que había gastado mucho
más de lo que originalmente planeó, pero las sonrisas que Brittany le había dado valieron cada
penique.
"No dije que lo hicieras, Sany." Viendo que su hermana no iba a acompañarla en el sofá,
Rachel estiró sus piernas y dejó sus pies apoyados sobre el cojín. "¿Le gustaron?"
"Sí, le gustaron." La ejecutiva bajó la mirada a su pluma y sonrió, girando el instrumento para
escribir en sus manos.
"¿Así que las cosas van bien entre ustedes dos?"
"Rachel, ella es solo una amiga. Ya te lo dije." Miró fijamente el lápiz por algunos segundos
antes de hablar otra vez, esta vez en voz más baja. "¿Realmente es hermosa, no es así?"
"Es muy bonita, Sany," la pelirroja estuvo de acuerdo. "Supongo que no le tomó mucho
tiempo entender tu hábito para comer cada lápiz a la vista."
"Yo no los como." Un ligero rubor tiñó sus facciones. "Yo los muerdo. Hay una diferencia. No
puedo evitarlo. Lo he hecho desde que era una niña y probablemente continuaré haciéndolo
hasta que sea una señora mayor."
"Bien hermana, estoy dispuesta a apostar que no morderás este." Sany sonrió.
"No, es demasiado hermoso. Además, probablemente quebraría mis dientes en el."
"¿Dijiste que éste tiene una pluma igual?"
"Sip, justo aquí." Sany se volteó por la chaqueta colocada en el respaldo de su sillón y sacó
la pluma del bolsillo interior del pecho. "Incluso se aseguró que tuviera tinta azul en vez de
negra."
"Sabes, nunca vi alguien tan selectiva acerca de con qué color ellos escriben." Rachel se
levantó y se cruzó hacía el escritorio para mirarla mejor. Sany renuentemente se la dio. "Oh,
es preciosa." Hubo un silencio por un momento antes de que Rachel le devolviera la pluma.
"Estaba pensando que quizá Quinn y yo podríamos ir alguna noche para una visita. Nada
sofisticado quizá una de esas parrilladas de invierno que antes te gustaba hacer."
"¿Nosotras no hemos hecho una de ésas en qué... dos o tres años ya?" Sany movió su
cabeza. "No puedo creer que haga tanto tiempo."
"Bien entonces, debemos hacerlo. Será divertido y nosotros conoceremos a Brittany."
"La conociste en la fiesta de Navidad, Rachel," precisó. "Y recuerdo, que no estabas nada
emocionada acerca de eso."
"Bien..." Una culpable mirada pasó sobre la cara de la hermana más joven. "Quizá saqué
conclusiones precipitadas."
"Quizá lo hiciste," Sany convino.
"Así que quizá quiera una segunda oportunidad," la pelirroja ofreció.
El silencio cayó entre ellas por un momento antes de que Sany renuentemente asintiera.
"Estamos justo a la mitad del deshielo de enero así que ésta sería la época perfecta para una
parrillada de invierno."
"Exactamente. Incluso dejaré a los niños con la niñera para que no tengas que preocuparte."
"No, puedes llevarlos. No han estado allí desde hace tiempo."
"Llevaré su PlayStation para que tengan algo que hacer." Rachel extendió la mano y apretó el
hombro de su hermana. "Sabes que les gusta vencerte en ese juego de lucha libre."
"¿Todavía tienen eso? Pensé que era para ese pequeño sistema de juego negro que tenían."
"Oh, todavía tienen ese en alguna parte. Ellos únicamente utilizan el PlayStation ahora. Acabo
de comprarles un nuevo juego de lucha libre. No sé el nombre de él, por supuesto."
"No importa. Tendrán a mi individuo en la lona en tres segundos justo como lo hacen siempre,
excepto Ricky. A él le gusta tirar a mi individuo del ring unas doce veces y ponerlo en coma
antes de declararme vencida." Las hermanas rieron, rompiendo la tensión de las últimas
semanas.
"¿Qué te parece el sábado?"
"Suena bien. Disculpa." Sany presionó el botón del interfono.
"Su mamá en la línea dos. Dice que es urgente," la voz de Tina dijo.
"Gracias." Miró a Rachel. "¿Ahora qué?"

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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:21 am



Capítulo 8



Brittany mantenía el teléfono contra su pecho, debatiendo por cuarta vez en una hora si debería
llamar a Sany o no. La ejecutiva siempre la llamaba a dos y ya eran las cuatro. Cuando el
teléfono sonó, sobresaltó a Brittany bastante que casi se le cae. "Residencia López."
"¿Brittany?"
"¿Sany?" Una sonrisa inmediatamente cruzó la cara de la joven mujer. El sonido del fondo de
alguien siendo llamado a radiología fue suficiente para borrar la sonrisa. "¿Dónde estás?"
"Estoy en Albany Medical." La mujer de cabello oscuro se dio cuenta que estaba parada
exactamente en el teléfono público que había utilizado la noche del accidente de Brittany para
llamar a Puck. Sacudió el pensamiento cuando oyó la voz de su amiga llegar a través del
teléfono. "Oh lo siento, mucho ruido aquí. Estoy bien, Brody estuvo en un accidente
automovilístico."
"Oh no." Las piernas de Brittany palpitaron con la memoria. "¿Está lastimado gravemente?"
"No lo sé aún. Los doctores todavía están con él y no nos han dicho mucho. Perdió al parecer
el control al llegar a una curva y chocó en un poste de teléfono. Hey, tengo que irme. La policía
está hablando con mamá."
"Ok, déjame saber qué está pasando, ¿Ok?"
"Te llamaré más tarde."
Una vez que se despidieron, Sany colgó y se paró al lado de su madre, impacientemente
escuchando las palabras del oficial. "Exceso de velocidad..."
"Todo el mundo sobrepasa el límite de velocidad en esa área," Maribel saltó. "Quizá si el
estado se ocupara mejor de las carreteras algo así no habría sucedido," dijo indignada.
"Las mejores carreteras en el mundo no van a ayudar cuando el conductor está ebrio,
madame." El policía sacó una libreta de notas de su bolsillo del pecho y pasó las páginas hasta
un escrito. "Encontraron una docena de latas vacías de cerveza en el suelo del asiento
delantero. Un alcoholímetro tomado en la escena del accidente mostró que el nivel de alcohol
en su sangre era dos veces del límite legal. ¿Usted todavía quiere culpar a las carreteras?"
Incapaz de protestar y en una pérdida de palabras, Maribel se giró a su hija mayor. La
silenciosa petición fue entendida. Era hora para la guardiana de la familia. "Sargento Mitchell,"
Sany dijo, poniéndose entre el oficial y su madre. "¿Qué pasará con Brody ahora?"
"Después de que le den las puntadas será llevado a la cárcel del condado y retenido. Si llega
allí bastante temprano, el juez Turner dictaminará la libertad bajo fianza hoy, de lo contrario eso
será mañana." Meneó su cabeza. "Le diré esto, Srta. si usted no le consigue a ese hombre
alguna ayuda pronto, sería mejor que planeé pasar mucho tiempo aquí." Guardó la libreta y dio
un paso atrás. "Él tuvo suerte esta vez. Algo que se puede decir gracias al cinturón automático
del asiento y el airback. Podríamos estar pasando algo mucho peor aquí que algunos cortes y
contusiones."
"Sí, mucha suerte." Por la esquina de su ojo, Sany vio a Rachel envolver un brazo alrededor
de su madre, que parecía destrozada entre el regaño del oficial y el romper a llorar. Entendía la
lucha de su madre. Esto era un problema para el nombre López y el dinero no podría
arreglarlo. "Oh." Miró al oficial. "¿Y qué hay sobre su auto?"
"Este fue retenido. Le haremos saber cuando puede recogerlo. Está destrozado, sin embargo."
"Quiero ver a mi hijo," Maribel anunció.
"Una vez que terminen, él será llevado a la cárcel. Usted puede verlo allí una vez que haya sido
registrado."
"Sargento," Sany le dio una suave sonrisa, esperando disipar la tensión en el aire. "¿Dañaría
algo si ella lo ve por solo un minuto?" Lo vio dudar y entró, bajando su voz para que su madre
no pudiera oír por casualidad. "Creo que necesita verlo ahora, no después de que lo hayan
limpiado, ¿no lo creé?" Él bajó la mirada al piso por un segundo antes de dar un pequeño
cabeceo.
"Él es un desastre, Srta. usted necesita conseguirle ayuda."
"Lo haré," prometió.
"Solo un minuto y tendré que estar con ustedes."
"Gracias." Se dió la vuelta para hacer frente a su madre y a Rachel. "Nos va a dejar verlo por un
minuto." Mientras que se movían para seguir al policía, Sany sintió la mano de su hermana
en su brazo.
"¿Estás segura que esto es una buena idea?"
"No," Sany admitió. "Pero no pienso que ocultarle la verdad sea la mejor cosa tampoco.
Quizá sea necesario ahora, para ver lo que se está haciendo a si mismo."
En sus treinta y tres años, Sany podía únicamente recordar un puñado de veces cuando su
madre había llorado. No importaba cuanto algo disgustará a Maribel López, ella lo
guardaba adentro, un rasgo que pasó a su hija mayor. Ya en la vista de su hijo más joven en
una cama de hospital, su cara ensangrentada y contusionada, fue suficiente para traer las
lágrimas a los ojos de la matriarca. Él abrió los ojos en el grito de asombro y miró a su madre,
sus ojos se llevaron un momento para enfocar antes de que dejara caer su cabeza hacía atrás
sobre la almohada. "¿Qué te dijeron?" Preguntó cautelosamente.
"Que tuviste un accidente, cariño." Maribel se acercó a la cama y tomó su mano en las suyas.
"No sé qué sucedió, Madre..." Se lamía los labios como si estuviera muerto de sed. "Estuve
trabajando tarde anoche y supongo que debo haber estado cansado. Salí a conseguir algo
para desayunar y debo haberme quedado dormido al volante." Levantó la mirada a través de
sus ennegrecidos ojos y dio a su madre una mirada de disculpa. "Siento que hayas tenido que
salir para venir aquí."
Maribel palmeó su mano y usó su mano libre para limpiar sus lágrimas. "No te preocupes,
cariño. Estoy aquí ahora. Llamaremos al señor Jenkins y haremos que nos encuentre en la
cárcel. Estoy segura que puede ocuparse de todo."
"Supongo que no debo conducir cansado, ¿huh?" Bromeó, su cara se torció con dolor cuando
intentó incorporarse. "Oh, duele." Sus hermanas intercambiaron dudosas miradas en el
exagerado gemido. El sargento Mitchell educadamente tosió y miró en su reloj.
"Madre, pienso que es hora de irnos," Sany dijo, poniendo las manos en los hombros de la
mujer más pequeña. "¿Por qué tú y Rachel no me esperan afuera en la sala de urgencias?
Quiero hablar con Brody un minuto."
Maribel asintió y se dirigió hacia su hija más joven, quién rápidamente la sacó del cuarto.
Sany escuchó la voz apagada de su madre mientras desaparecían por el pasillo. "... y él es
un muchacho tan hermoso, Rachel. Espero que no termine con ninguna cicatriz."
"¿Y qué pasa, hermana?" Brody le sonrió, su aspecto de Cheshire de marca registrada no
funcionaba demasiado bien con una nariz rota y el ensangrentado labio. Su sonrisa se
descoloró cuando Sany se acercó más, su cara mostrando no enojo, sino preocupación.
"Brody, necesitas ayuda. Las cosas solo están poniéndose peor." A pesar de todo lo que
había sucedido entre ellos durante el último par de meses, seguía siendo su hermano. "Si
recibes tratamiento quizá retiren los cargos."
"¿Tratamiento?" Se mofó. "Tú haces que parezca como uno de esos vagabundos que viven en
la cuneta."
"Mucha gente con dinero y posición entran en tratamiento, Brody. Podrías ir a la clínica Betty
Ford si tú quieres. Tengo entiendo que es un estupendo lugar."
"Si es tan jodidamente maravilloso entonces ve allí."
"Esta vez fue un poste, la próxima vez podría ser otro auto o peor. Esto tiene que parar." Pasó
sus dedos a través de su cabello, frustración que se hizo presente al dejar salir una larga
respiración. "Obviamente tienes un problema con la bebida y probablemente de drogas
también."
"Una mirada y puedes decir eso, ¿correcto doctora López?" Dijo con desprecio.
"¡Tú robaste las pastillas de Brittany de mi casa, Brody! Intentaste forzar la caja fuerte en la
oficina y has falsificado mi firma en préstamos bancarios. ¿Si no es drogas entonces qué es?
Dímelo, porque no puedo entender por qué estás haciendo estas cosas."
"¿Esto es de lo que se trata? ¿Tú amiga no puede encontrar sus estúpidas pastillas y por
supuesto ya que estuve en tu casa una vez en los últimos tres años decides que tuve que ser
yo?"
"Dos veces," corrigió, su quijada se apretaba con cólera. "¿O no recuerdas la noche que
volteaste mi mesa del café?"
"Lárgate de aquí, Sany," gruñó. "Me quedé dormido al volante, nada más. Estás solo
intentando poner a todo el mundo contra mío."
"Estoy intentando ayudarte, Brody. Necesitas rehabilitación antes de que mates a alguien."
"Lo qué necesito es una limpieza algo que no consigo contigo alrededor. Oh poderosa
Santana, Reina de los López´s."
"Brody..."
"¡Vete a la mierda, Sany!"
"Srta. López," estaba sorprendida de que el sargento aún se encontrara en el cuarto, se
había olvidado totalmente de el. "No puede hacer nada más aquí. ¿Por qué no va a ocuparse
de su madre y que ellos se encarguen de el?"
"Eso es, Sany, ve ocúpate de mamá y demuéstrale lo buena hija que eres," Brody gruñó.
"Quizá incluso se olvide que su orgullo y alegría es una tortillera."
Un silencio mortal descendió sobre el cuarto. El cerebro de Sany intentó desesperadamente
reescribir lo que había oído pero fue en vano. Su cabeza bajó, la larga oscura cabellera
ocultaba su cara de la vista del oficial. Sus emociones se arremolinaron y respiró varias veces
antes de que encontrara su voz. "Realmente espero que consigas ayuda, Brody." Salió del
cuarto y se fue en la dirección opuesta del área de espera, incapaz de hacer frente a su familia
todavía.
Afuera la nieve estaba cayendo suavemente, creando una ligera neblina de blanco contra el
gris cielo, Sany se recargó contra el frío ladrillo del edificio. Con su chaqueta todavía arriba
en la sala de espera, la blusa de seda era poca defensa contra el frío viento. De todas formas
la cansada ejecutiva permaneció donde estaba, esperando que el amargo frío congelara algo
de su dolor. Sany estaba desgarrándose entre estar enojada con su hermano y preocuparse
de que estaba en un rumbo de destruirse el mismo con solo dos posibles finales, cárcel o
muerte. Sus hirientes palabras se repitieron en su mente y deseaba nada más que estar en
casa, acurrucada contra Brittany. Brittany... los azules ojos se cerraron y dejó a su mente llenarse
con la visión de la joven mujer. Sany se perdió momentáneamente en la imaginaria
comodidad de los brazos de Brittany cuando sintió una mano muy real en su brazo.
"Hace frío aquí afuera. Vamos adentro," Rachel dijo, dándole la chaqueta a su hermana.
Sany tomó la chaqueta y la abrazó a su pecho. "Gracias. Estaré arriba dentro de un rato.
Solo necesito un poco de aire." El calor de la piel impregnada a través de la seda, le dejó saber
justo el frío que realmente hacia.
"Sé lo que él te dijo," Rachel confesó, tomando la chaqueta y sosteniéndola para que Sany
deslizara los brazos dentro. "El sargento Mitchell me llevó a un lado y me lo dijo."
"Estupendo. Quizá lo pondrá en su informe también." Se enderezó el suficiente tiempo para
conseguir ponerse la chaqueta, entonces se reclinó de nuevo contra la pared.
"Me prometió que no diría nada. Solo estaba preocupado de que estuvieras mal." La pelirroja
puso su mano en el hombro de su hermana. "¿Por qué no descansas? Ve a casa con Brittany.
Estaré aquí con mamá y esperaré al señor Jenkins."
El primer pensamiento de Sany fue aceptar la oferta de su hermana y escapar con la única
persona que le hacía sentirse confortable, apartarse de este lío que no deseaba hacerle frente
y volver a su santuario. Pero ser la mayor significaba estar a cargo, y también llevaba con esto
mucha responsabilidad. Suspiró. "No, sabes que no puedo irme hasta que esto acabe."
"Lo sé, solo pensé que por lo menos lo ofrecería." Rachel miraba la nieve cayendo y tembló.
"Sabes que me estoy congelando aquí fuera."
"¿Por qué no te vas a casa con Quinn y los niños? Puedo ocuparme de mamá."
"No. Si tienes que estar aquí entonces debo estar aquí también. Vamos, la miseria ama la
compañía." Rachel y Sany regresaron adentro y se dirigieron hacia la sala de espera. "Yo
um... le dije a mamá que coincido contigo sobre la cosa de las drogas."
"¿Lo hiciste?"
La pelirroja asintió. "Pensé que quizás podría creer esto más si le dijera que tambien pensaba
que él estaba tomando drogas."
"¿Qué dijo ella?" Sany vio su respuesta en la abatida cara de Rachel.
"No cree que sea tan malo como le dije, e incluso le mencioné lo que me dijiste sobre esas
pastillas desaparecidas de tu casa y del préstamo del banco." Levantó la mirada a Sany y
compartieron una silenciosa pero triste comprensión. Nada de lo que dijeran cambiaría la
opinión de su madre. Alcanzaron las puertas externas de la sala de emergencias.
"Bien... una cosa buena, supongo..." Sany comenzó. En la expectante mirada, sonrió. "Es
agradable saber que estás de mi lado en esto. Lo hace más fácil."
"Hey, no podremos ser la mejor clase de amigas hermana, pero somos aún hermanas," Rachel
dijo. "Además, estoy obteniendo de ti una parrillada de invierno este fin de semana."
"Trato hecho." Juntas regresaron a hacerle frente a la larga tarde de espera mientras las
ruedas y el papeleo de la justicia giraban lentamente.
*****
El sonido de la puerta de un auto despertó a Brittany de su sueño. Bostezó y frotó sus ojos,
observando por los números rojos del reloj que era ya pasada la medianoche. "¿Sany? Estoy
despierta," llamó cuando oyó cerrarse la puerta corrediza.
"Oh." Un momento después la ejecutiva apareció en la puerta. "Lo siento, ¿te desperté?"
"No," mintió y encendió la lámpara. "Quería estar despierta cuando llegaras a casa de todos
modos." Acariciando al espacio vacío en la cama a su lado, preguntó, "¿Y qué sucedió?"
Sany suspiró y se dejó caer en la cama, su cabeza agradeció hundirse en las gruesas
almohadas. Ambos zapatos golpearon la madera dura del suelo y los dedos del pie cubiertos
con las pantis se menearon con alivio. "Ah, mucho mejor." Su reloj de pulsera siguió, dejándolo
en la pequeña mesita lateral. "Brody estaba bebido y cargado con heroína y estrelló su auto
en un poste de teléfono."
"¿Hubo alguien más lastimado?"
"Gracias a Dios, no. Se llevó una nariz rota y algunas contusiones. Encontraron un poco de
cocaína en cuando lo registraron en la cárcel."
"¿Cocaína? Oh Sany, eso es tremendo"
"Debiste ver la cara de mamá cuando agregaron la posesión a la lista de cargos." Meneó su
cabeza. "Todavía no puedo creer que le dieran la libertad bajo fianza." Frotó su cara
vigorosamente con ambas manos. "No lo sé, Brittany," suspiró. "Sabía que algo estaba pasando
pero imaginé que era hierba, no coca." Respiró profundamente. "Esa cosa va a matarlo y a él
incluso le da igual. Intenté hablar sobre ir a rehabilitación pero ni me escuchó." Una breve
mirada de dolor cruzó la cara de Sany en el recuerdo de las odiosas palabras de su hermano.
"Supongo que lo que le diga no importa."
Brittany oyó la tristeza en la voz de su amiga y sabía que allí había pasado más de lo que estaba
diciendo. Se movió en la cama, girando para que la parte superior de su cuerpo estuviera frente
a su compañera. "¿Siempre ha tenido este rencor hacía ti?"
"No." Sany miró fijamente arriba en el techo. "Cuando éramos más jóvenes, Brody era mi
sombra. Cualquier cosa que hacía, él quería hacerla. Si estaba interesada en algo, estaba
interesado en eso."
"¿Qué sucedió?"
Sany se encogió de hombros. "Realmente no lo sé. Comenzamos a hacernos más mayores y
las cosas cambiaron. Pienso que siempre supuso que dado que era el único hijo, sería el que
estaría asumiendo el control cuando nuestro padre dimitiera. Pienso que está resentido
conmigo debido a eso."
"Sin embargo todavía intentas ayudarlo."
"Es mi hermano. ¿Qué más puedo hacer?" Entrelazó sus dedos detrás de su cabeza. "Tenía
tanto potencial, Brittany. Odio ver lo que esas drogas están haciéndole."
"Quizá hay aún esperanza que busque tratamiento el solo."
"Quizá," Sany coincidió. "Supongo que todo es posible. Dios, solo me hace enojar tanto a
veces. Habría podido hacer que lo arrestaran por desfalcar y no lo hice. ¿Piensas que a le
importa? No, intento ayudarle y da la vuelta y me llama una t..." Detuvo la palabra antes de
salieran de su garganta. "... una maldita perra," enmendó. "Ah, no importa, supongo."
"Importa." Brittany extendió el brazo y puso su mano en el hombro de Sany. "Quizás a tu familia
le da igual pero a mi no. No tiene ningún derecho a lastimarte así. No mereces eso. Tú,
Santana López, eres una de las más cariñosas, más tiernas personas que he conocido
nunca y cualquiera que no vea lo especial que eres es un ciego."
Sany estiró la mano y revolvió el cabello de la mujer más joven. "Eso va de ambas maneras,
mi amiga." Había más, mucho más que quería decir, pero el miedo la contuvo. Parte de ella
deseó tirar de Brittany dentro de sus brazos y mantenerla allí para la eternidad y la otra parte
gritar la verdad que las mantendría separadas por siempre. Su humor juguetón desapareció
cuando la última parte ganó. "Hey, pienso que mejor nos dormimos."
"Oh... okay." Brittany estaba sorprendida por el repentino cambio pero se dio cuenta que quizás
era mejor esperar que hablar del tema. Había aún partes de Sany que estaban cerradas a
ella y no deseó hacer algo que hiciera a su amiga incomodarse. Se recostó en su propio lado y
esperó por la compañía bajo las sábanas.
Sany miró en la mujer esperándola y las palabras de Brody hicieron eco en su mente.
"Quizá deba ir a mi propia habitación. Estás durmiendo durante la noche sin dolor y
probablemente te gustaría tener la cama toda para ti sola otra vez."
"Um... Supongo... si eso es lo que quieres," Brittany dijo quedamente, mordiendo su labio inferior.
"Supongo que probablemente estarás más cómoda en tu cama de todos modos."
"Yeah, supongo que si." Sany notó la voz de su compañera llevando el mismo tono de pesar
que el propio sin embargo de todas formas se incorporó y recogió sus zapatos. "Te veré en la
mañana." Se levantó y caminó a la puerta. Su mano estaba sobre la manija cuando oyó un
quedo sollozo. Se dio vuelta para ver tristes ojos verdes mirándola. "Hey, ¿qué pasa?"
Preguntó suavemente.
"N-nada, lo siento. Te veré mañana, Sany." Brittany giró su cabeza pero no antes de que
Sany viera una lágrima rodar libre. Un segundo después que la cama se movió cuando
agregó su peso. Largos dedos acunaron la barbilla de Brittany, forzándola a voltear y encontrar la
preocupada mirada.
"¿Qué pasa?" Sin pensarlo, su pulgar comenzó a acariciar la suave piel debajo de él. "Dímelo,
Brittany."
"¿Estás aún contenta teniéndome aquí? Sé que esto ha sido una inconveniencia y..." Fue
interrumpida por el dedo de Sany sobre sus labios.
"Tú escúchame. No eres una inconveniencia para mí. Y sí, estoy aún contenta contigo aquí.
¿Qué provocó esto?" Habría podido patearse cuando inmediatamente se dio cuenta de la
respuesta a su propia pregunta. "Solo pensé que estarías más cómoda sin mí en tu cama. No
es que no te quiera aquí, lo juro."
"¿Estás segura?"
"Estoy segura."
"Supongo que solo estoy siendo tonta. Inquietándome solo porque deseas dormir en tu propia
cama." Brittany limpió sus ojos con la palma de su mano. "Puedo solo imaginar lo que tu familia
diría si descubriera que estás durmiendo conmigo. Ellos probablemente pensarían que estoy
convirtiéndote en una lesbiana o algo así. No podemos hacer eso, ¿no?"
Sany soltó una profunda respiración y movió su cabeza. "No, no podemos hacer eso." Se
levantó y reunió sus almohadas. No, no podemos tenerlos pensando que Santana López
es una lesbiana, ¿podemos? No querrían arruinar la imagen perfecta de la familia. Está bien
que Brody salga y estrelle autos en los postes y fuerce lugares pero el cielo me prohíbe meter
a una mujer en mi cama. "Te veré mañana, Brittany."
"Podrías dejar la puerta abierta para que Tubbington pueda entrar, por favor?"
"Seguro. Buenas noches, cariño."
"Buenas noches, Sany. Placenteros sueños."
"Tú también." Apagó la luz y salió del cuarto, una pesada manta de soledad se posó sobre ella.
Abriendo la puerta en su habitación, Sany fue golpeada por solo lo extraño que le parecía
dormir sin Brittany. La blusa y la falda de seda aterrizaron apilándose al pie de la cama, seguidas
rápidamente por su bra y medias. Tiró de la manta hacía atrás y se sentó en las frías sábanas.
Los segundos hicieron tictac para cuando la soledad cedió el paso al enojo. Enojo que creciera
hasta que dormir no fue más tiempo una opción. Pocos minutos después se había puesto sus
pantalones y se dirigió al sótano para sacar un poco de agresividad.
¡Thwap! ¡Thwap! Una y otra vez el saco de entrenamiento cogía la furia y la rabia de una mujer
desgarrada entre lo que necesitaba y deseaba y lo qué era esperado de ella. "¡Maldita sea!
¿Por qué no lo pueden entender?" Sany gritó al gimnasio vacío. "No estoy lastimando a
nadie!" Sus enguantados puños golpeaban el saco una y otra vez. Thwap, thwap, thwap. "¿Por
qué esto es tan incorrecto? ¿Por qué?" Su única respuesta fue el crujido de las bisagras de su
saco de entrenamiento cuando sus golpes provocaban tambaleos.
En el piso de arriba, Brittany dejada en la oscuridad, escuchaba los amortiguados sonidos que
llegaban del sótano. ¿Oh Sany, qué dijo él que te lastimó tanto? Abrazó la almohada
fuertemente contra si misma, deseando que fuera su amiga a la que estuviera sosteniendo. De
repente los sonidos de abajo pararon, seguidos pocos minutos después por el sonido de la
puerta del sótano abriéndose. "¿Sany?" Gritó.
¿"Estás bien?" La alta figura apareció en la puerta, su silueta invisible contra la oscuridad de la
noche.
"Yo um... yo... ¿te importaría pasar una noche más conmigo?"
"¿Está todo bien?" Sany cruzó el cuarto y puso su rodilla sobre el borde de la cama.
"Yo solo... tuve un mal sueño y no puedo volver a dormir," mintió. Hubo silencio por un
momento antes de que Brittany sintiera que la manta era tirada hacía atrás y el suave calor del
cuerpo de Sany se acomodó contra el suyo.
"¿Mejor?" La voz en su cuello preguntó.
"Mmm," Brittany se arrimó más cerca, apoyando su nuca contra la suave curva del ofrecido
hombro. "¿Estás cómoda?"
"Mucho," vino el murmullo somnoliento. "Buenas noches, Brittany."
"Buenas noches, Sany." Cerró los ojos y sonrió cuando la respiración de la mujer más mayor
llegó a ser profunda y uniforme. "Todo estará bien. Descansa bien." Susurró antes de permitir
que el sueño la reclamara también.
*****
"Srta. López, ¿puedo hablar con usted un minuto?" Tina preguntó, asomando su cabeza
en la puerta.
"Seguro, entra." Sany dejó su pluma abajo y levantó la mirada, observando la sonrisa en la
cara de la joven secretaria.
"Quiero contarle las buenas noticias yo misma antes de que todo mundo en la oficina las oiga."
"Estás embarazada," la ejecutiva adivinó. La joven mujer asintió alegremente. "Felicitaciones.
Sé que tú y Mike lo estaban intentando. ¿Cuánto tiempo?"
"Gracias, hace tres meses ya. Tengo el presentimiento que Mike hizo ese Quarterback que él
siempre deseó. Estoy claramente ganando bastante peso." Miró en el sofá, entonces a su jefa.
"Por favor, siéntate. Vas a estar saliendo en licencia por maternidad justo en tiempo para el
verano."
"Sobre eso es lo que quiero hablar con usted. Mike no quiere que trabaje una vez que el bebé
nazca. Acaba de obtener un ascenso y piensa que podemos hacer esto con un ingreso."
"¿Así que vas a renunciar cuando se acerque el tiempo?"
"En realidad... Mike no quiere que espere ese tiempo. No quiere que tenga ningún exceso de
estrés." Tina frotó su vientre distraídamente. "Voy a irme justo antes de que mi segundo
trimestre comience."
Sany hizo rápidamente las matemáticas y se dio cuenta que solamente tenía tres meses para
encontrar una nueva secretaria. La idea de atravesar los interminables curriculums vitae y las
entrevistas amenazó con darle un dolor de cabeza. "Bien... Te agradezco que te estés
quedando durante un tiempo. Será agradable tener una transición sin problemas entre tú y tu
sustituta."
"Pondré un aviso en el periódico y notificaré a las agencias de colocación," Tina ofreció. "Me
aseguraré de ser clara sobre sus requisitos." Se levantó. "Bien, mejor salgo de aquí. Apuesto
que el teléfono está sonando descolgado y además que son casi las dos."
"¿Lo es?" Sany miró su reloj, sobresaltada por la cantidad de tiempo que había pasado. "Ok,
Tina. Tenme un borrador del anuncio preparado para mí para mañana, ¿si? Me gustaría tener
a alguien aquí adentro y establecido antes de que te vayas."
Una vez sola, la ejecutiva tomó el teléfono y marcó el familiar número. Dos tonos después la
voz más dulce que había oído nunca contestó. "Residencia López."
"¿Por qué siempre contestas el teléfono así? Sabes que soy yo," bromeó.
"Solo costumbre, supongo," Brittany contestó. "¿Cómo va todo?"
"Realmente hoy está volando. Puede que llegue a casa temprano. ¿Qué hay para la cena?" Se
recostó, dándole un puntapié a sus zapatos y subiendo los pies en el borde de su escritorio.
"No estoy segura. Ella normalmente no empieza la cena hasta alrededor de las cuatro o algo
así."
"¿Por qué no le dices que no se moleste esta noche? Compraré algo de chino para nosotras."
"Oh, eso suena rico."
"¿Hay algo bueno en la TV esta noche o quieres que me detenga y compre una película?"
"No hay mucho sucediendo excepto las nuevas revistas."
"Nosotras siempre miramos eso. ¿Qué te parece una película esta noche?"
"Seguro, suena bien. Hey, mi velocidad está arriba de cincuenta palabras por minuto ya."
"¿Oh yeah? Estupendo." Un minúsculo pensamiento se formó en el fondo de su mente. "Has
estado estudiando esas cartas y formularios de negocios?"
"Por supuesto. Incluso mecanografíe de nuevo algunas viejas cartas que tenías en el escritorio
solo para conseguir práctica."
"Muy bien." Sany sonrió ampliamente en el esfuerzo extra por parte de Brittany. "Hey, Tina me
dijo hoy que está embarazada."
"¿Oh yeah? Eso es estupendo."
"Estupendo para ella, fatal para mí. Ahora tengo que encontrar a otra secretaria. Odio buscar a
una secretaria. Estoy peor que Murphy Brown cuando llegó a eso."
"Oh por favor," Brittany reía. "He estado viendo eso en las mañanas. Ella tenía una que hablaba
con el diablo."
"Tuve dos que creían que Satán estaría descendiendo y asumiría el poder en cualquier
momento. Huelga decir que no duraron mucho tiempo. Tengo una suerte terrible con ellas.
Tina es la mejor que he tenido y me tomó seis meses atravesar sin embargo los objetos
flotantes del mundo secretarial para conseguirla." Un zumbido en el teléfono desvió la atención
de Sany en la luz que parpadeaba en la línea dos. "Cariño, tengo que irme. Dile a María que
no se moleste con la cena y estaré en casa dentro de un rato."
"Ok, Sany, te veo pronto."
"Adiós."
"Adiós."
Sany miró en su querida pluma durante unos segundos antes de renuentemente presionar el
botón en el teléfono. "Santana López."
*****
"Prepárate para encontrar la trituradora, arg arg arg," Ricky el hijo mayor de Rachel dijo. "Él va a
pulverizarte."
"¿Peor que el encargado de una funeraria?" Brittany preguntó.
"Oh, él no es nada comparado a la trituradora." Cogió a su tía pasando. "Hey, tía Sany, ven a
verme pulverizar a Brittany."
"¿No pudiste encontrar algo más agradable para jugar? ¿Se puede saber que le sucedió al
Pac-Man?" Dijo cuando entró en la sala de estar.
"¿Pac-Man?" El de doce años se rió y presionó varios botones en rápida sucesión, expulsando
al hombre de Brittany del cuadrilátero y encima de la estera. "He visto ese juego en las galerías
comerciales. Aburrido. Tienes que ir con los tiempos, tía Sany. Es Virtual Fighter y
Wrestlemania ahora." Bajó su voz para que solo Brittany pudiera oírlo. "La siguiente cosa que
sabrás es que saca esos viejos discos que tiene de los ochentas."
"Hey, me gusta la música de los ochentas," protestó.
"En ese caso tú eres vieja como tía Sany y mamá."
"¿Vieja? Odio decirte, Ricky, pero veintiséis no es viejo."
"¿Veintiséis? Oh hombre, eso es viejo. Vamos, regresa a tu hombre dentro del cuadrilátero
antes de que el conteo lo saque."
"¿Para qué? Cada vez que lo regreso dentro tú lo expulsas otra vez."
"Ese es el objetivo," el chico contestó, moviendo su personaje dentro de la posición. Brittany miró
a Sany y rodó sus ojos, haciendo a la mujer más mayor reír antes de salir del cuarto.
Sany encontró a Rachel afuera en el porche, supervisando los filetes y las hamburguesas
cocinándose sobre la parrilla. El último deshielo de enero hizo que la temperatura bajara a diez
grados, prácticamente balsámico para Albany. Los otros hijos de Rachel, Timmy y John,
estaban disfrutando el brillante sol, montando las bicis que habían encontrado en el garaje.
"Ricky seguro disfruta esos juegos de video, ¿no es así?" La López mayor dijo cuando se
acercó y olió la carne asándose.
"No puedo quitarlo de ellos," Rachel contestó. "¿Crees que nosotras debamos comenzar a freír
las setas ya?"
"No, no dentro de diez minutos o así." Fueron interrumpidas por el de seis años John montado
sobre una bici morada, las lágrimas saliendo de sus ojos.
"¿Qué sucedió, cariño? ¿Te caíste?" Rachel entró en su carácter de madre, levantando a su
hijo en brazos para buscar algún arañazo. Él meneó su cabeza, aún llorando ruidosamente.
"Timmy no para de burlarse de mí a causa de que estoy montando la bici de una chica," gimió,
señalando con el dedo en la florida canasta en el frente.
"Me ocuparé de eso," Sany dijo, extendiendo su mano para tomar la más pequeña en la
suya. "Vamos, John. Hay algunas herramientas en el garaje. Quitaremos esa canasta. ¿Eso
estará mejor?" Recibió un débil cabeceo en respuesta. Con su sobrino remolcado, Sany se
dirigió hacia el garaje.
Satisfecha que la carne pudiera cocinarse sin supervisión, Rachel entró a lo caliente por un rato
y comprobó a su hijo mayor. Lo encontró todavía jugando el juego de lucha libre con Brittany,
quién únicamente hacía esfuerzos simbólicos de luchar nuevamente cuando su personaje era
retirado una y otra vez. "¿Divirtiéndose?"
"Oh sí, mami. Brittany es más un desafío que tía Sany," contestó, sus ojos nunca dejaron la
pantalla.
"Ricky, ¿por qué no vas a jugar billar con tu papá? Quiero hablar con Brittany unos minutos."
"Pero estoy divirtiéndome," gimoteó.
"Richard..." dijo en ese tono de la edad de 'mamá'. Los controles del juego aterrizaron en el
piso y un chico haciendo pucheros se dirigió hacia el cuarto de juegos. Brittany dejó su control en
el sofá al lado de ella, el nerviosismo se estableció como lo hizo cuando Rachel se topó con ella
en la fiesta de Navidad.
"¿Dónde está Sany?" Preguntó.
"Afuera ayudando a Jonh con la bicicleta," la pelirroja dijo cuando se sentó en el cojín
previamente ocupado por su hijo. "¿Así qué tus piernas están mejorando?"
"La doctora Barnes dice que mi pierna derecha está curándose perfectamente." Bajó la mirada
al brillante blanco de sus moldes nuevos, la pierna izquierda todavía cubierta hasta la cadera
pero la otra se detenía justo debajo de la rodilla.
"¿Qué sobre el izquierdo?"
Brittany suspiró, recordando la radiografía de su tobillo que se parecía a un mapa de carretera.
"Ese llevará mucho tiempo. Lo rompí bastante bien."
"Oh, eso es bastante malo." Hubo un torpe silencio antes de que Rachel hablara otra vez. "Ese
juego de pluma y lápiz que le diste a Sany es muy bonito."
"Gracias," la rubia contestó. "Ella está quejándose que nunca puede encontrar una pluma
cuando necesita una y pensé que eso le gustaría."
"Le encanta este. Nunca la veo utilizando algo más ya, y nunca pensé que la vería parar de
morder sus lápices." Rachel miró en los gráficos destellando en la televisión, pidiéndoles que
presionaran el botón de comenzar e introdujeran otra ronda de videos de lucha libre. "Sabes
amo mucho a mi hermana. No me gustaría verla lastimada."
"Ella es una persona muy especial," Brittany coincidió, insegura a donde iba la conversación.
"Espero que entiendas solo cuánto está poniendo la raya teniéndote aquí." La voz de Rachel no
llevaba ningún reproche, solo preocupación por su hermana. Se colocó de lado sobre el sofá,
mirando con cuidado a la joven mujer al otro lado de ella. "Fue lastimada muy seriamente por
Dani. Solo espero que no suceda otra vez."
"¿Qué le hizo él?" Brittany preguntó. Las cejas de Rachel se levantaron. Recordando a su
hermana negando repetidamente una relación, ahora se cuestionaba sus anteriores
suposiciones.
"Um... oh... bien, pienso que quizás deberías preguntar a Sany acerca de eso. Necesito
vigilar los filetes. Discúlpame." Se levantó rápidamente y salió, dejando a una confundida Brittany
mirar su forma de retirarse.
Sin un chico para mantenerse ocupada con los juegos de video, la joven mujer decidió
aventurarse a salir y buscar a Sany. Con una pierna en un molde corto, era mucho más fácil
que maniobrara dentro y fuera de la silla de ruedas. La rampa temporal hecha de madera le
permitía entrar y salir de la parte de desnivel de la sala de estar por si sola. Encontró a la
belleza de oscuro cabello en el porche, hablando con su hermana.
"Hola allí," Sany dijo con una sonrisa cuando vio a Brittany en el porche. "¿Quieres una
chaqueta? Hace más calor pero no tanto."
"No, este suéter es bastante caliente," aseguró. "Ricky está jugando al billar con su padre así
que pensé salir y ver cómo va todo." Olió el aire apreciándolo. "Huele estupendo."
"Mmm, sí." Sany levantó la cubierta y miró hambrienta en los filetes.
"Ni siquiera pienses sobre eso," Rachel amonestó. "Pensé que ibas a hacer los champiñones y
los pimientos"
La ejecutiva se rió y asintió. "Esta bien. Vamos, Brittany. Puedes ayudarme a cortar los
pimientos." Abrió la puerta corrediza e indicó para que su compañera pasara primero. "Rachel,
recuerda que queremos los nuestros hechos bien a punto, no quemados."
"Persiste y conseguirás los pucks del hockey," Rachel dijo, alcanzando el control de la flama en
una falsa amenaza.
"Bien entonces, sabré que tú eres la que cocinó, eso por seguro," Sany contestó con una
bromista sonrisa, sintiéndose mucho más relajada alrededor de su hermana de lo que estuvo
en semanas. Había una familiaridad sobre tener a su familia alrededor eso era agradable pero
era la presencia de Brittany la que verdaderamente le hacía disfrutar el día.
*****
Después de la cena los dos chicos más grandes se reunieron con Sany y Quinn en el cuarto
de juegos para el billar mientras que Brittany se ofreció voluntariamente a jugar un juego de video
con John. Para su sorpresa, no tenía ningún interés en el juego de lucha libre, en su lugar puso
en un juego de autos de carreras donde compitieron el uno contra el otro. Diferente de su
agresivo hermano mayor, John estaba contento de permanecer en su propio carril y no
intentaba sacar a Brittany del camino, a pesar de la bonificación de puntos permitidos para
hacerlo también. Por supuesto que lo dejó ganar, moderando en el botón de velocidad en el
último minuto para permitir que él tomara la ventaja.
Cuando Rachel se acercó, echó un vistazo en ellos de tiempo en tiempo, sorprendida cuando
vio a John sentado en el regazo de Brittany cuando se entablaron en otra carrera. Miró por varios
minutos, notando lo tierna que era la joven mujer con su hijo, mostrándole como hacer que su
auto fuera más rápidamente y no se estrellara mientras se movía alrededor de las esquinas.
Nunca oyó a su hermana mayor llegar por detrás. "¿Hay algo más que tenga que entrar en el
lavaplatos?"
Rachel saltó. "Oh Dios, Sany, no sabía que estabas allí," dijo. "Estaba solo comprobando para
ver lo qué John estaba haciendo," juntas observaron a la pareja por algunos minutos. "Parece
una persona agradable."
"Es una persona agradable," Sany corrigió. "No pienso que Brittany tenga una mala espina en
su cuerpo."
"Bueno, ellos están bien. Vamos a ver lo qué Quinn y los chicos están haciendo."
"Todavía están jugando billar. Justo salí para asegurarme de que todo estuviera recogido y en
el lavavajillas." Siguió a su hermana más joven al cuarto de juegos, volteando en el último
momento para darle un último rápido vistazo a Brittany.
*****
Eran justo después de seis cuando el auto de Rachel salió del camino de entrada. Sany puso
el lavavajillas, después se reunió con Brittany en la sala de estar. "¿Entonces, película o
televisión esta noche?" Preguntó cuando se dejó caer en el cojín del sofá.
"Oh, cualquiera de las dos está bien conmigo, ¿pero nosotras no hemos visto todas tus
películas ya?"
"Bien, hay siempre HBO o pago por evento. Creo que la nueva película de Whoopi Goldberg
está pasando esta noche." Sany echó un vistazo pero no vio lo que estaba buscando.
"¿Dónde está la guía de TV?"
"Oh, por aquí." Brittany lo recogió del extremo de la mesa y se lo pasó. Cuando se lo dio, notó el
color beige del esmalte en las perfectamente manicuradas uñas de Sany. "Oh, ese es un
bonito color." Tomó la mano más grande en la suya para obtener una mirada mejor.
"Sabes, apuesto que este color se vería bonito en ti también." Recorrió su pulgar sobre los
bordes en las uñas de Brittany y se le ocurrió una idea. "Al parecer puedes usar una lima de
uñas."
La rubia retiró la mano y sonrió. "Yeah, supongo que no he prestado mucha atención a ellas
últimamente."
"¿Por qué no se las hacemos esta noche?" Sany ofreció. "Tengo toneladas de esmalte para
uñas en casi cualquier tonalidad que puedas imaginar." En la vacilación de Brittany, agregó.
"Vamos, tengo que hacer las mías de todos modos. Es de la marca de secado rápido. Será
divertido, justo como una fiesta de pijamas." Sany hizo un pequeño guiño junto con ojos de
cachorrito, y estuvo enormemente satisfecha cuando la joven mujer sonrió y asintió. "Genial.
Conseguiré todo y tú puedes dirigirte al dormitorio. La luz es mejor allí de cualquier forma."
Al poco rato se encontraban en la cama, Brittany apoyada arriba contra la cabecera y su
compañera sentada con las piernas cruzadas a su lado. Rodeadas por bolas de algodón, lima
de uñas, una botella de quitaesmalte, y varias frascos de esmalte para uñas de secado rápido.
Sany tomó la mano más pequeña en la suya y comenzó a darles forma a las puntas planas
de las abandonadas uñas. "Ok, también tengamos una platica de chicas."
"Ok," Brittany dijo con una sonrisa. "Vamos a ver, sobre qué no hemos hablado todavía." Utilizó
su mano libre para darse golpecitos con el dedo contra su barbilla. "No hemos hablado sobre
sexo."
"¿Algo que no sepas?" Sany se mofó. "Entiendo que hay libros ahí afuera..."
"Oh, tú..." Brittany le dio un golpe juguetón. "Eso no es lo que quiero decir y lo sabes."
Intercambiaron sonrisas amistosas mientras la lima se movía sobre la otra uña. "Quiero decir
¿por qué alguien como tú no tiene un marido y niños corriendo alrededor? No puedes decirme
que no tienes propuestas."
"Oh, recibo propuestas todo el tiempo, solo que las ignoro. La otra mano por favor." Sany
volteó la lima y reasumió su tarea. "La mayoría de ellos son solo oportunistas que buscan
impulsarse con mi dinero."
"¿Y los otros?"
"Los otros son justos en los cuales no estoy interesada. Quizá me establezca algún día pero no
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:22 am



CAPITULO 8 SEGUNDA PARTE



ahora mismo." Soltó la mano que estaba sosteniendo y movió en el montón de frascos.
"¿Entonces qué color?" Buscó y eligió un color rosa. "Pienso que éste te quedaría bien. El rojo
brillante sería demasiado oscuro con tu tono de piel."
"Seguro, adelante." Brittany extendió la mano obedientemente. Sany se acercó más y le dio el
frasco abierto para que lo sostuviera.
"¿Y qué sobre ti?" Sany preguntó mientras pasaba la pequeña brocha a lo largo de la uña.
"No he tenido muchas citas. Hoy en día la mayoría de los hombres esperan que la mujer ayude
con los gastos y tú sabes que no puedo proporcionar eso." Bajó la mirada a la uña a medio
terminar. "Oh, ese es bonito."
"Te dije que te gustaría," la mujer más mayor dijo. "Y no todos los hombres esperan que la
mujer ayude con los gastos."
"Los que conozco lo hacen, si no esperan algo más. He tenido que luchar mi salida de los
autos más de una vez."
Sany se rió suavemente. "Pienso que es un rito del paso. Tú no eres una mujer a menos que
hayas tocado a Horny Harry por lo menos una vez. Es realmente asombroso cuantos de ellos
piensan con la cabeza incorrecta." Volteó la mano de Brittany para conseguir al pulgar. "No vale
mi tiempo para tratar eso."
"¿Tú alguna vez fuiste sorprendida?"
"¿Sorprendida que? ¿Haciendo eso?" La mujer más mayor meneó su cabeza. "La otra mano.
¿Tú?" La contestación sonrojada incremento su curiosidad. "¿Qué sucedió?" Tapó el esmalte y
se inclinó con expectación.
"Dios, esto es embarazoso. ¿Cómo llegamos a este tema pues?"
"Tú lo sugeriste," Sany contestó, meneando sus cejas.
"Oh yeah." Todavía sonriendo, Brittany bajó la mirada a su regazo. "Tenía dieciséis y vivía con
Delores. Salí a una cita con ese chico de la escuela. Él se quedó conmigo afuera y estábamos
en su auto estacionado en su entrada." Se ruborizó con el recuerdo. "Nunca la oí salir."
"¿Estabas ocupada de otra manera?" Sany no pudo evitar sonreír en la incomodidad de su
amiga. "Eso tuvo que haber sido tremendo."
Brittany asintió. "Nosotros no estábamos haciendo exactamente eso pero estábamos bastante
cerca. Y fue tremendo. Ella me castigo por el resto del año escolar y tuve tareas extras desde
entonces."
"Caramba, espero que tú siguiente cita fuera mejor." Sany abrió un frasco de esmalte y
reasumió su tarea.
"Él no salió conmigo otra vez después de la manera en que ella le gritó. Llamó a sus padres
también. Fui humillada. Él incluso no habló conmigo en la escuela porque se metió en muchos
problemas también."
"Todos tenemos nuestros momentos embarazosos," Sany dijo suavemente, dándole a la
mano dentro de la suya un apretón.
"Tú turno. Cuéntame acerca de Dani." La brocha se detuvo a media uña y la cara de la mujer
más mayor parecía que tragó de manera incorrecta.
"Um, ¿Dani?" Su voz chirrió y tuvo que despejarla. "¿Quién habló sobre Dani?"
"Rachel dijo que Dani te lastimó muy seriamente. ¿Qué te hizo él?"
Sany sintió que su corazón cogía velocidad y se lamió los labios nerviosamente. "¿Qué te
dijo Rachel?"
"Solo eso que Dani te lastimó seriamente. No dijo nada más. Lo siento, si tú no quieres hab..."
"No, esta bien," regresó su atención a la mano que sostenía. ¿Cuánto le digo? Levantó la
mirada en la apacible cara, intentando calcular su reacción. "Um... conocí a Dani mientras
estaba en Stanford."
"¿Cuánto tiempo salieron ustedes dos?"
"Nosotros estuvimos juntos cerca de tres meses y medio. Estaba joven, enamorada y
supongo... que Dani no lo estaba."
"¿Qué te hizo él?"
"Me traicionó." Había un tono de dolor de mucho tiempo en su voz. "Después de que terminé
esto, Dani llamó a mis padres y pidió dinero." Mentalmente se maldijo por dejar a Brittany creer
que su ex-amante era un hombre pero todavía se encontró que no podía decir la oculta verdad.
"Amenazando con hacer pública nuestra relación."
"¡Oh eso es terrible!" Brittany jadeó. "No me sorprende que tú no tengas muchas citas."
"¿Muchas?" Sany dio una corta risa. "No he tenido seriamente una cita con alguien desde
hace años. Tengo un servicio de acompañamiento que utilizo para los asuntos formales."
"No vale la pena la molestia, ¿eh?"
"Absolutamente no lo vale," la mujer de oscura cabellera dijo enfáticamente. "Ok, estas hecha."
Soltó la mano más pequeña, deliberadamente trayendo su índice a lo largo del de Brittany cuando
se separaban. "Ese es el asunto del secado rápido. Dale un minuto, entonces estarás lista. Si
elegí tú color, tú elige el mío."
Verdes ojos examinaron con cuidado las varias tonalidades antes de decidir sobre una. "Ya que
tu eres alguien que puede usar los rojos intensos. Pienso que este se vería bonito en ti."
Levantó una tonalidad oscura llamada Corazón. "¿Sabes que esa blusa roja que usaste la
semana pasada esta tonalidad quedaría perfecta con ella?." Se enfocó en las fuertes manos
descansando en el regazo de Sany. "Tienes manos fuertes. No huesudas en absoluto. Debe
ser todo ese entrenamiento." Decidiendo que sus uñas estaban bastante secas, Brittany tomó la
mano de la mujer más mayor en la suya.
Tengo algunas maneras de liberar mi tensión, Sany pensó para si. Compartiendo una cama
no le permitía la privacidad que tenía normalmente en la noche para aliviarse de otra manera.
Intentó difícilmente no pensar acerca de lo agradable que se sentía mantener las manos con
las de Brittany, aunque estuvieran ambas siendo cuidadosas de no manchar las recién pintadas
uñas. El calor, la suavidad... en un principio no se dio cuenta que la joven mujer estaba
hablándole. "¿Lo siento, qué?"
"Nada, estaba solo bromeando."
"¿Qué dijiste?"
"Te pregunté si entrenas tanto porque estás frustrada." Brittany se ruborizó en su intento de una
broma audaz. "Por qué estás abajo en ese gimnasio tan a menudo."
Sany se rió suavemente. "Si ése fuera el caso, estaría allí todo el tiempo. Por supuesto que
hay otras maneras de ocuparse de ese problema," dijo pensando que le gustaba el bonito color
que ascendía por las mejillas de la joven mujer.
"Uh, sí hay," Brittany convino, bajando la mirada. Finalizó la uña en la que estaba trabajando en
silencio. No era común que discutiera de sexo con alguien y se sentía como una adolescente,
curiosa y avergonzada al mismo tiempo. "¿Haces eso?" Prácticamente susurró cuando trasladó
la brocha a la siguiente uña.
"Todo mundo hace eso, Brittany."
"Yeah, estoy segura que lo hacen, solo no pensé... quiero decir que no puedo imaginar..." La
imagen de Sany tocándose ella misma se formó en su mente por un instante antes de que
forzara a ésta alejándola. "No quiero decir que imaginé que tú... bien... tú sabes... lo que quiero
decir..." Tartamudeó deteniéndose, estando ahora completamente avergonzada. "Oh Dios,
¿este tema fue mi idea?" Rió y movió su cabeza. "Supongo que tendría haber escogido algo en
el que tuviera un poco más experiencia."
"Estas linda cuando te sonrojas, sabes." Sany dio una gran sonrisa y movió su cabeza hacía
atrás en el fingido pasar de la brocha del esmalte en su nariz. "Obviamente ambas hemos
tenido mala suerte cuando llegó un romance."
"Sabes que no significa que no encontrarás el amor otra vez." Comenzó a trabajar en la última
uña. "Eres una mujer muy especial, Sany. Cualquier hombre sería afortunado de tenerte...
oops." Extendió una mano y agarró una bola de algodón para limpiar el errante golpe del
esmalte del pulgar.
"Yeah, bien quizá algún día encontraré a alguien, pero no estoy preocupada acerca de eso."
Levantó su mano y sonrió. "Hiciste un buen trabajo, Brittany. Se ven geniales."
"Gracias, tú también." Levantó su propia mano para comparar. "Hey, mira cuánto más pequeña
es mi mano en comparación con la tuya." Presionó juntando sus palmas y soltó una risita en la
diferencia.
"¿Y qué quieres hacer ahora?" Sany preguntó, no haciendo ningún movimiento para retirar su
mano. No quería que terminara - aún no. "La noche es aún joven. Lo sé, ¿qué te parece que
nos trencemos el cabello la una a la otra?"
"Oh, eso suena como divertido," Brittany aceptó feliz. "Me encanta tu cabello. Apuesto que te
verías realmente linda en una de esas trenzas francesas."
"Lo que tú quieras hacer. Confío en que no me harás parecer a Heidi la pequeña Srta. Suiza."
"Ohh." La mujer de cabello rubio hizo un fingido puchero. "Pero te verías tan linda."
"Y justo qué pensarías que te hiciera tú look ¿si querrías ese?" Sany se rió suavemente.
"¿Quieres qué haga tú cabello primero?"
"No, deseo hacer el tuyo primero. Tienes un bonito cabello. Además, tienes que darle a esas
uñas otro minuto o dos para secarse." La mujer más mayor obligada, se volteó para que su
espada diera a Brittany. Los azules ojos se agitaron cerrándose en la sensación de los suaves
dedos hundiéndose en su cabello. La suave, melódica voz oscilando. "Tan espeso y largo. No
sé como no consigues pasar las horas cepillándotelo."
"Soy talentosa," Sany dijo con una sonrisa. "Y tengo una maldita buena secadora de pelo,"
agregó.
"Es muy bonito," Brittany susurró, arrastrando sus dedos a través de las negras hebras. "Cuando
la luz brilla sobre este, algunas partes parecen casi negras como el azabache otras parecen
más claras, como un castaño."
"Se pone un poco más claro en el verano. Me imagino que es por todo el cloro en la piscina."
"Mmm." Brittany comenzó a torcer el cabello en una trenza. "Apuesto a que eres feliz estando en
la piscina durante el verano. Albany es absolutamente abrasador."
"¿El tuyo se pone más claro? Apuesto que lo hace."
"Yeah, llega a ser tan claro que es casi azafrán." Los pequeños dedos continuaron torciendo el
oscuro cabello, cuidadosos de mantener la trenza recta. Ellas mantenían una ligera charla pero
la concentración de Brittany estaba en lo que sus manos estaban haciendo, no en lo qué estaban
hablando. Cuando llegó el final y lo ató, sus dedos automáticamente cayeron sobre los anchos
hombros delante de ella. Experimentó apretando suavemente y fue recompensada con un
profundo gemido. "Parece que puedes necesitar un masaje."
"Amaría uno," Sany contestó, reclinándose en la presión. "Tienes un agradable tacto."
"Gracias." Deslizó los dedos y los pulgares debajo del cuello de la camiseta y comenzó a dar
masaje a los ocultos músculos bajo la caliente carne. Brittany se movió hasta que la abertura le
permitiera dar un suave tirón en la camisa.
"No tienes que hacer eso."
"Lo sé, quiero hacerlo." Dio otro tirón. "No es que haya alguien más aquí para hacer esto, y
además, si no puedo darle a mi mejor amiga un masaje de espalda, ¿quién puede?" Apartó sus
manos cuando la camisa gris clara fue quitada.
"Eso es agradable," Sany murmuró.
"¿Qué es agradable?"
"Mejor amiga." Se volteó para encontrar unos suaves ojos verdes. "Es en ambas direcciones,
sabes. Nunca he tenido a alguien con el que yo pueda hablar como contigo." En un impulso tiró
de Brittany dentro de un abrazo.
Al principio la joven mujer estaba sobresaltada pero después se relajó contra el calor de la
descubierta piel. Con su cara enterrada en el hueco del cuello de Sany, inhaló la mezcla de
perfume, jabón, y el propio olor de la mujer más mayor. Mientras que el abrazo continuó, se dio
cuenta de donde su antebrazo se apoyaba contra la inflamación de los pechos descubiertos.
Nunca había tocado los pechos de otra mujer antes y se encontró con curiosidad enfocada en
la nueva sensación. Ellos eran suaves, cálidos... por un breve instante tuvo el impulso de
ahuecar uno en su mano, para sentir su peso, pero el cuerpo de Sany sacudió con una risa
baja y el encanto fue roto. "¿Qué?"
"Dije que sé que soy suave pero tú no puedes dormir allí," la mujer de cabello oscuro bromeó.
"Oh, lo siento, es solo... yo um..." La cara de Brittany se ruborizó y su mente rechazó ofrecer
alguna excusa.
"Te sentí como si estuvieras flotando e imaginé que tus almohadas eran mejor que mis
pechos." Sany se volteó otra vez y suspiró cuando el masaje de espalda se reanudó.
"Oh, no estoy segura sobre eso," Brittany contestó, moviendo los dedos abajo de la amplitud de la
columna vertebral de su amiga. "Parece que tienes suficiente para hacer una almohada." Se
sorprendió con su audacia y rápidamente intentó echarse a reír. "No es que sea
particularmente carente en ese departamento yo misma." Sus ojos cayeron sobre un pequeño
triángulo de piel más oscura que el resto apenas debajo de los omoplatos de Sany. "¿Sabías
que tienes una marca de nacimiento justo aquí?" Aplastó el área en la pregunta.
"Si he oído. Nunca lo visto yo misma." Brittany continuó trazando la marca con su yema del dedo,
inconsciente del efecto que su tacto estaba haciendo en los sentidos de Sany. "Esta um... no
en una buena posición, incluso con los espejos."
"Hmm, es muy bonito. Es apenas una pequeña cosa, no más grande que mi yema del dedo.
Está justo debajo de tu omoplato." Sus ojos estudiaron el paisaje de la espalda de su amiga,
observando cada peca y marcas de la belleza. Donde sus ojos iban, sus manos le seguían,
extendiéndose y corriendo de una parte a otra. "Tienes una fuerte espalda, Sany." De hecho,
todo sobre ti es fuerte, silenciosamente reflexionó. Fuertes hombros, fuertes brazos, incluso su
mandíbula es fuerte. Se inclinó y vio las grandes manos apoyadas sobre el muslo del Sany. Y
tus manos... fuertes y suaves. Cuando me sostienen por la noche me siento tan segura.
Cuando mis piernas me duelen tanto que no pienso que pueda soportarlo vienes y haces que
se sienta mejor solo poniendo tus brazos alrededor de mí. Nunca se dio cuenta que su mano
se había movido y ahora suavemente acariciaba arriba y abajo de un bien definido bíceps.
"Um... Pienso que está bien, Brittany."
"¿Hmm? Oh." Brittany retiró sus manos y observó a Sany ponerse su camiseta de nuevo.
"Ok, tú turno. Ponte adelante."
Largos diestros dedos se movieron a través de su cabello, contra su cuero cabelludo, dando
masajes mientras trenzaban. Brittany no supo cuándo sus ojos se cerraron o cuándo Sany
comenzó a tararear. Se dio por vencida intentando resolver qué es lo estaba sintiendo y se
perdió en esto. Presionó su espalda contra los dedos de su amiga, suspirando audiblemente
cuando Sany tomó la indirecta y comenzó a presionar los pulgares contra la base del cráneo.
"Ooh, eso es agradable," murmuró, una perezosa sonrisa apareció en su cara.
"Hablando de necesitar un masaje," la ejecutiva contestó. "Eso es, relájate contra mí." Brittany
hizo como la suave voz le dijo, dejando a su cuerpo superior reclinarse sobre Sany. La
camisa de dormir de Dartmouth era grande en ella, el cuello más grande permitió que las
manos llegaran a los hombros sin obstáculo. Suspiró cuando los dedos fuertes forzaron otra
vez a sus músculos a relajarse. Se hundió más profundamente contra el marco más grande
detrás de ella. Sus hombros estaban completamente blandos pero Brittany descubrió que otra
parte de ella estaba lejos de ese estado. No necesitó bajar la mirada para darse cuenta que
sus pezones estaban irguiéndose. Mientras las manos de Sany se movían debajo de la
camisa de dormir, la tela se frotaba contra la encogida rosada piel. Cerró sus ojos, Brittany se
imaginó que esas fuertes manos se movían hacía abajo. Sus ojos volaron abriéndose cuando
se dio cuenta de lo que estaba sintiendo... excitación.
"Hey... um... ¿por qué no encendemos la televisión? Estoy segura que hay algo
transmitiéndose que podemos ver." Alcanzó el control remoto, esperando que su voz no sonara
tan nerviosa para Sany como lo hizo a sus propios oídos.
Sacada de sus propias meditaciones por el repentino movimiento, la mujer de cabello oscuro
pudo únicamente murmurar una aprobación. El ruido de la televisión llenó el aire. Le tomó un
momento para que se diera cuenta que Brittany no iba a recargarse contra ella más.
Desilusionada que el masaje hubiera terminado, Sany volvió a la tarea anterior de trenzar el
rubio cabello. Cinco minutos antes había estado contenta, acogedora, y cómoda. Ahora su
cuerpo sentía frío sin el calor de la mujer más pequeña contra ella. Soltó un silencioso suspiró y
se resignó a contentarse con solo tocar la suave cabellera.
Brittany estaba también sintiendo la pérdida del contacto de su cuerpo. Tomó esfuerzo de su
parte no reclinarse en los dedos de Sany y comenzar el masaje otra vez. ¿Por qué estoy
sintiendo así? ¿Qué está pasando dentro de mí? Es solo Sany. Intentó imaginarse cómo se
sentiría si alguien más estuviera tocándola pero un accidental roce de una mano contra su
clavícula hizo que alejara esos pensamientos. Oh, qué no daría para un agradable masajes de
espalda de ti ahora mismo. Comenzó a reclinarse en el tacto de Sany otra vez y tuvo que
pararse. Esto es loco. Es solo que nadie me ha jamás tocado así antes, eso es todo. Repitió las
palabras una y otra vez en su cabeza hasta que el trenzado fue hecho. Cuando Sany salió de
detrás ella y se recargó contra las almohadas, Brittany sentía todo excepto relajación. Su cuerpo
estaba completamente despierto y quemándose con un fuego que no había sentido en años.
De hecho, el cuarto le parecía absolutamente caliente en estos momentos. Únicamente
esperaba que el sueño pudiera llegar rápidamente. "Estoy cansada," dijo con un falso bostezo.
"¿De verdad?" Sany miró el reloj. "Es aún temprano."
"Yeah, no lo sé, pienso que tu masaje de cuello es el que hizo que me diera sueño. Puedes
quedarte levantada si quieres, la TV no me molesta." Cerró los ojos y frotó su nariz más
profunda en su almohada.
"No estoy cansada todavía pero no quiero mantenerte levantada. Iré al piso de abajo y
entrenaré durante un rato. Estoy segura que eso me cansará."
"Oh, no tienes que irte," Brittany protestó, aunque una idea se estaba formando en su mente.
"No, eso no es ningún problema, de verdad. Necesito un entrenamiento," la tranquilizó, bajando
de la cama y apagando la televisión. "Volveré en alrededor de una mediahora, cuarenta y cinco
minutos o algo así."
"Ok." Perfecto.
*****
Brittany esperó hasta que oyó la música flotando a través del entarimado antes de doblar su
rodilla derecha y separar sus piernas. Darse placer ella misma no era algo que hiciera
frecuentemente pero sus dedos no tuvieron ningún problema en deslizarse entre sus tersos
labios y localizar sus excitados nervios. "Ah..." Sus dedos se sentían fríos rodeándolo por el
líquido caliente y la sensación fue intensa cuando llevó su dedo a través de su clítoris. Llenó su
mente con eróticas imágenes mientras que su pasión creció. Su mano izquierda se metió
debajo de la camisa de dormir y cerró en su pezón llegando a ser difícil bajar el rítmico
bombeo...
... Acostada sobre la gruesa estera azul de entrenamiento, Sany dejó su mano libre viajar en
sus pants para ahuecar su montículo a través de sus bragas. "Ohh..." Los largos dedos
empujaron el algodón contra sus húmedos rizos, entonces más hasta que la entrepierna estaba
saturada. Moviéndose para apalancarse, provocó un poco de aflojamiento en la forma de las
bragas y la utilizó a su completa ventaja, enroscando los dedos bajo el borde del elástico y
entre sus labios inferiores. Cerró los ojos, sus dedos se convirtieron en los dedos de Brittany.
Imaginando a la rubia mujer tocándola tan íntimamente provocando que las caderas de Sany
saltaran violentamente contra la estera y su respiración se acelerara. Esta era una fantasía que
no se había permitido considerar hasta ahora y estaba sorprendida por su fuerza. Era
demasiado para negarlo más. Estaba enamorada de Brittany S. Pierce; nada podría cambiar eso.
En la realidad podría nunca ser pero aquí, ahora, sobre una estera en su gimnasio privado, la
fantasía podría ser real. Aquí no había accidente, ningún hueso quebrado, ninguna vida
destrozada. Aquí estaban solo ella y Brittany, amándose la una a la otra. Los dedos de Sany se
movieron a través de los negros rizos y los rosados labios con vieja familiaridad pero los tactos
eran de alguna manera diferentes, más intensos. Estaba más que lista cuando dos largos
dedos encontraron su entrada y se deslizaron dentro en su primer nudillo...
... Brittany trajo la otra mano abajo y se frotó frenéticamente. El molde integral era la única cosa
que mantenía sus caderas uniformes remotamente en la cama. Los músculos de su muslo se
tensaron y sintió una punzada de dolor en su pierna izquierda pero este palideció en
comparación al placer que sus dedos estaban trayendo. Bombeando dentro, retrocediendo,
entonces dentro más profundo aún, su amante de la fantasía la trajo al borde. Brittany empujó
tanto como podía pero había más... más que no podría completamente alcanzar. Ese lugar
especial estaba tan cerca y aún tan lejos. Dientes apretados fuertemente, cara contraída,
empujó para alcanzar el orgasmo. Bombeando tan intensamente que lastimó los tejidos entre
sus dedos mientras su mano izquierda nunca cesó en sus frenéticos esfuerzos. Brittany se sintió
balancearse sobre el borde pero no podía caer sobre el. Entonces su amante de la fantasía le
habló. "Sí, eso es, Brittany. Déjate ir, eso es." Los tonos bajos de Sany retumbaron a través de
ella, disparando cargas eléctricas que se movieron de sus pechos a su clítoris donde la
explosión final vino con demoledora fuerza..."
"¡Oh... Brittany!" Sany gritó cuando los embates estrepitosamente la atravesaron. Los seguros,
deliberados movimientos la arrastraron fuera del placer, permitiéndole algunos segundos más
con su imaginaria amante antes de caer flojamente de nuevo a la estera. Cerró los ojos,
quedándose allí por varios minutos, poco dispuesta de dejar a la fantasía irse demasiado
pronto. Finalmente su respiración se retardó y la realidad volvió. Con ella vino la profunda
tristeza. No importa lo qué hiciera, nunca desaparecería la verdad sobre el accidente. Nada
quitaría el dolor de Brittany. Sany se incorporó y envolvió los brazos alrededor de sus piernas,
abrazándose en un ovillo. Por tanto tiempo no he necesitado a alguien y ahora estás tú. Miraba
el techo, entonces lentamente enterró su cabeza contra sus rodillas. ¿Qué es lo que voy a
hacer? Te necesito en mi vida, Brittany. No puedo imaginar cómo era esta vida antes de que tú
vinieras y me da pánico el pensamiento de que te vayas para siempre. En este momento no
había nada que Sany deseara hacer más que abrazarse contra la mujer más pequeña.
Respiró hondo y se incorporó, sabiendo que entre más tiempo permaneciera abajo más tiempo
pasaría antes de que pudiera recostarse contra el calor de Brittany.
La toallita entre sus piernas, quitó cualquier rastro de actividad. Su tarea finalizó, dejó ésta de
nuevo en el cómodo sobre la mesita de noche. Brittany se recostó bajo las sábanas y esperó a
que Sany volviera. En la oscuridad, pensó acerca de lo que había sucedido. Nunca en sus
remotos sueños se había pensado teniendo sexo con otra mujer. Ahora, su cuerpo aún
hormigueando por el intenso orgasmo, Brittany intentó resolver sus encontrados sentimientos. Se
preocupaba muy profundamente por Sany, ¿pero de esta manera? No obstante, todo lo que
tomó su pensamiento era la ejecutiva hablándole bajo y seductoramente a ella y Brittany
comenzó a calentarse otra vez. Intentó pensar en dos mujeres teniendo sexo. Nada. No había
interés en absoluto. Las visiones en su mente eran solo sexo, cuerpos y miembros
mezclándose juntos para el placer físico. Pensó en Sany otra vez. Largas, nunca terminando
piernas llevadas a una fácil hinchazón en la cadera después estrechándose a su delgada
cintura. Pechos que ni parecían demasiado grandes ni demasiado pequeños para su alto
marco. Un esbelto cuello llevaba a una cuadrada quijada y fuertes pómulos, todo acentuado
por llenos labios y expresivos ojos azules. Pero la revisión mental no podía permanecer en lo
físico. La rica voz jugó en su oído mientras la dulce fragancia persistiendo sobre la cercana
almohada llenó sus fosas nasales. Brittany de repente se dio cuenta de su mano moviéndose
contra su pecho. El repentino silencio cuando el estereo fue apagado sacudió a la joven mujer
sacándola de su nueva fantasía. Sus manos fueron directo a sus costados y esperó a que la
puerta del sótano se cerrara y que la de ésta habitación se abriera.
"¿Estás despierta?" Sany susurró cuando entró en el oscuro cuarto. Esperó algunos
segundos antes de repetir su pregunta. Contenta de que Brittany estubiera durmiendo,
cuidadosamente se deslizó dentro de la cama. Sus cuerpos estaban apenas tocándose. Intentó
una vez más. "¿Brittany?" Esperó varios segundos antes de recostarse y se meneó en cierre. Su
cara se enterró en el dorado cabello, su brazo descansado a través de la pequeña cintura,
Sany dio un suspiro satisfecho y flotó libremente.
Mucho tiempo después de que la respiración de Sany cediera a suaves ronquidos, Brittany
estaba despierta, sus dedos ociosos hacían círculos en el dorso de la mano que se apoyaba
sobre su estómago. Es demasiado malo que Dani te lastimara tanto, usando su amor contra ti,
amenazando decir a todo el mundo sobre... Sus ojos estallaron abriéndose cuando la pregunta
tomó forma. ¿Por qué sería tan terrible para ti ser involucrada con un compañero estudiante?
No es que tú estuvieras durmiendo con un profesor o algo. A menos... sus ojos crecieron de
par en par.
A menos que Dani sea una Daniell.
awong_snix
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:24 am




Capítulo 9




"Buenos días, María." Brittany rodó dentro de la cocina, siguiendo el olor de los panecillos de
canela recién horneados.
"Y buenos días a ti también, Brittany. ¿Quieres un poco de café?"
"Me encantaría una taza, gracias."
"La traeré aquí a la mesa." El ama de llaves alcanzó en el armario y sacó una taza sin mirarla.
Para el momento en que se dio cuenta cual había agarrado, ya había añadido la crema y
azúcar. "Bien, supongo que Sany tendrá que usar otra taza."
"Usted me dio su favorita otra vez, ¿no es así?" Brittany preguntó con una sonrisa. Esta era otra
de los pequeños caprichos de Sany. Su café de la mañana era siempre servido en una taza
negra con las palabras "el jefe" a través de ésta.
"Me temo que lo hice. La vaciaré y te daré en otra."
"No, no se preocupe. Sany puede vivir sin su taza del jefe por un día." Esto realmente divertía
a Brittany que con las docenas de tazas que llenaban el armario, su amiga estuviera tan
encariñada con esta en particular.
"Ya sabes que le gusta su café en esa taza," María amonestó.
"Es bueno que cambie su rutina de vez en cuando," vino la juguetona contestación cuando
tomó la taza de la mujer mayor.
"¿Y qué está pasando con ustedes dos?" Sany preguntó cuando entró en el cuarto. Tomó el
periódico y echó un vistazo en el titular antes de que notara. "¿Robando mi taza favorita?"
Cruzó detrás de la joven mujer y se sentó en la silla al lado de ella.
"No te preocupes, yo sé quién es realmente el jefe por aquí," Brittany contestó cuando tomó un
trago.
"A veces me lo pregunto," Sany regresó la broma. "¿Crees que puedas enviarme un mail
hoy?"
"Yeah, anotaste qué hacer, ¿no es así?"
"Está al lado de la computadora." Levantó la mirada para ver a María venir con su café. Miró la
taza burlonamente. "¿De dónde vino ésta?" Era una taza de Cartoon Far Side con dos ciervos
en ésta. Uno tenía una diana roja brillante en su pecho. El pie de foto por debajo decía 'infierno
de una marca de nacimiento, Hal.' Sany se rió suavemente y bebió de ésta.
"Ves, el cambio es bueno," Brittany dijo con el labio sobre de su taza. María trajo su desayuno
junto con una jarra de café.
"Si las señoras me disculpan, iré a comenzar en la lavandería."
"Ok, gracias María."
"Yeah, gracias."
Ya solas, ambas mujeres comenzaron a comer su desayuno. Sany tenía el tenedor en una
mano y el periódico en la otra. Aunque ojeaba la sección de negocios, el periódico también
tenía la ventaja extra de permitirle mirar y estudiar a la inadvertida Brittany. Las quebradas
piernas estaban ocultas debajo de la mesa redonda. Con el suave rubio cabello metido detrás
de sus orejas, Sany tenía una vista sin obstáculos de la suave curva de la mejilla de Brittany, la
pequeña nariz respingada, el color óxido de las cejas que se reclinaban por encima de sus muy
verdes ojos. Repentinamente esos ojos voltearon y la miraron. Arrugando las páginas y
bajando la mirada al periódico, Sany esperó que el rubor que sentía no fuera demasiado
visible. "Um... estoy pensando acerca de disminuir algo de la cantidad de trabajo de Tina.
Tengo algunas cartas que necesiten ser puestas al día. No es difícil de hacer pero es tiempo
consumiéndose. Dijiste que aprendiste cómo utilizar la fusión del correo, ¿no es así?" Sus ojos
nunca salieron del periódico, aunque no tenía idea cuáles noticias estaban en el periódico.
"Hmm. Um." Brittany tragó y dejó la taza abajo. "Fue difícil al principio pero una vez que conseguí
agarrarle esto es realmente bastante fácil." Por dentro estaba entusiasmada. Sany me está
dando verdadero trabajo para hacer, no solo ejemplos y pruebas en los programas de
computadora. Verdadero trabajo que necesita ser hecho y me lo está confiando. "Me aseguraré
de que este sea hecho enseguida y prometo que no habrá errores."
Detrás del periódico, la ejecutiva sonrió en el entusiasmado tono. "Te mandaré un correo
electrónico de los archivos tan pronto como llegue al trabajo. Estoy segura que no tendrás
ningún problema con eso." Dejó la sección de negocios del periódico abajo y se sirvió otra taza
de café. "Bien, vamos ver a quién la policía capturó anoche," Sany dijo cuando tomó la
sección local. Se movió a través de las páginas hasta que encontró el informe de la policía
enumerando a toda la gente que fue arrestada o compareció en la corte. Vio el nombre de una
vieja amiga de la preparatoria arrestada por prostitución. "¿Qué?" Acercó más el periódico,
tirando su taza de café encima en el proceso. "Maldición." Se levantó. La blusa amarillo crema
ahora estaba cubierta abajo del frente con el mojado beige del café. Deshizo los primeros
botones, confirmando que este se hubiera filtrado sobre su fondo también. "¡María!" Se giró
para ver al ama de llaves salir del cuarto de lavado. "Café."
"Sobre la seda," María señaló. "Santana Maria, atravesaré más Woolite contigo." Movió su
cabeza, causando que Brittany sonriera mientras el café mojaba la mesa. "Bien, sal de esas
cosas mojadas." Sany se giró para salir del cuarto. "No hay necesidad de ser modesta ahora.
Tú no vas a correr al piso de arriba con el café goteando de tu blusa. Hay bastante desastre
para limpiar aquí mismo."
"Bien." En un movimiento rápido la blusa fue quitada seguida por el fondo. "Dame la falda
también." Un tirón de cierre y la prenda siguió a las otras ropas mojadas en las manos de
María.
Con Sany de espaldas a ella, Brittany dejó a sus ojos viajar arriba y abajo del alto cuerpo
vestido en solo medias y un bra color crema de encaje. Se concentró pero no sintió la
excitación que había experimentado la noche previa. Lo qué sentía era culpa por mirar
fijamente en el cuerpo de su amiga. Esto es tonto. Es solo Sany. Apartó sus ojos cuando el
cuerpo medio vestido se dio la vuelta, levantando la mirada solo cuando oyó a la mujer de
cabello oscuro dirigirse a ella. "Voy arriba a cambiarme."
"¿Oh, sabes qué se vería realmente bonito en ti? Ese pantalón gris de lana y esa blusa azul
claro." Brittany pensó sobre la última vez que había visto a Sany usar ese traje y en como
destacaba sus ojos. "Éstos se ven realmente bonitos en ti."
"El pantalón gris, ¿hmm?" Sany recordó cuánto le gustaba a Brittany esa particular
combinación. La piel chinita se levantó en sus muslos. "Es mejor que vaya a cambiarme antes
de que me congele a muerte por estar parada aquí."
Volvió pocos minutos después, admitiendo para si misma que el pantalón de lana era una
mucho mejor idea que la falda en una mañana tan fría. "Ok, ¿qué piensas?" Preguntó, dándose
vuelta con la blazer doblada en el brazo.
"Estupendo aspecto," Brittany dijo. El pantalón se ajustaba en todos los lugares correctos y la
camisa contorneaba agradablemente sus suaves curvas. "Te ves... preciosa."
"Gracias." Sany bajó la mirada en los destellantes verdes ojos y sonrió. "Te enviaré por
correo esos archivos una vez que llegue allí." Combatió el impulso de darle a la joven mujer un
beso rápido en la mejilla y cambió eso por un apretón en el hombro. "Mejor me voy antes de
que el tráfico se ponga demasiado pesado."
"Oh, Ok. Me aseguraré de tener ese programa subido para que pueda conseguir empezar tan
pronto como eso llegue."
"No tengas prisa, Brittany. Lo que consigas de ellos estará bien." Privadamente le satisfizo al final
no oír el entusiasmo en la voz de su amiga. Sany no tuvo duda cuando llegó la ética de
trabajo de Brittany. "Intentaré estar temprano en casa." En ese momento, el ama de llaves salió
del cuarto de lavado con el estropajo y el cubo en mano. "Mejor me voy antes de que María
encuentre un nuevo uso para ese estropajo."
"A veces," María dijo cuando sacudió su cabeza.
Sany giró su atención a Brittany. "Te llamaré más tarde."
"Okay."
Brittany se rodó apartándose cuando el ama de llaves comenzó a limpiar el desastre. El jeep azul
brillante desapareció del camino de entrada, dejándolas a las dos solas. Es hora de conseguir
algunas respuestas, Brittany pensó para si misma.
"María, ¿fue fácil para usted aprender a utilizar el mail?"
"Señor no, niña. Cuando Sany me dio la computadora yo estaba asustada de encenderla. No
sabía lo que haría."
"¿Pero ahora a usted le gusta?"
"Hablo con mi hijo en Arizona todas las noches." Empujó el estropajo seco sobre las últimas
gotas de lo derramado. "Debiste ver mis cuentas del teléfono antes de eso."
"Apuesto cuando Sany estaba fuera en la universidad las cuentas del teléfono eran algo."
Genial sigue, Einstein. Por qué no solo sales directo y dices vamos hablar del tema Stanford,
mentalmente se regañó. "Quiero decir, es solo tan cercana a su familia y todo."
"Cuando los chicos estaban en el colegio esto por supuesto era un tiempo duro por aquí."
María tomó los platos del desayuno y se dirigió hacia el lavavajillas. "Uno de ellos estaba
siempre llamando para una cosa u otra." Tomó la jarra y sirvió algo del humeante líquido en
una taza para si. "Lo juro estaba en la oficina postal todos los días enviando algo a uno de
ellos."
"Vamos siéntese y hablemos por un rato," Brittany dijo, señalando en el asiento vacío. "No hay
mucho que tenga que ser hecho hoy y tengo que esperar para que ella me envíe esos
archivos."
"Solo por un pequeño rato. Tengo que aspirar. Tubbington arroja más pelo que cualquier gato que
haya visto nunca," volvió a llenar la taza de la joven mujer. Se sentó en la silla ofrecida y tomó
un trago de su café. "Ellos eran exactamente un puñado entonces."
"Supongo que la independencia que vino con estar ausente del hogar debe haber sido
demasiado, ¿huh?" Metió un perdido mechón de rubio cabello detrás de su oreja. "Sany
seguro tuvo un rato duro de esto." Vio el parpadeo en los ojos de la mujer mayor y sabía que
tenía que pisar cuidadosamente. "Ella me contó sobre Dani."
"Esa fue una cosa muy triste y no algo que me guste hablar." María dijo, bajando la mirada a la
mesa. Bebió varios tragos de café. "Alguna gente es solo basura, Brittany. Simple y
sencillamente."
"María, ¿puedo hacerle una pregunta?" En el reacio cabeceo, respiró profundamente y
continuó. "¿Usted piensa qué estoy utilizando a Sany?"
"No importa lo que pienso. Lo qué importa es lo que ella piensa." Vació su taza y le dio a Brittany
una seria mirada. "Odiaría verla lastimada así otra vez."
"No sé como alguien que pueda conocer a Sany por cualquier espacio de tiempo quiera
utilizarla," Brittany dijo suavemente, su mirada fluctuaba de María a la mesa y de regresó otra
vez. "Tiene el corazón más bueno que cualquier persona que yo conozca y no quiero decir por
ser solo generosa. Debe haber sido devastador para ella confiar en alguien y tener esa
confianza rota." No tenía idea que los pensamientos del ama de llaves fueron inmediatamente
al Porsche completamente reparado metido allá en el garaje. "Estando en esa edad, teniendo
algo tan privado expuestos a sus padres..." Brittany meneó su cabeza. "Solo no puedo
imaginarme por qué alguien sería tan cruel con ella. ¿Usted alguna vez conoció a Dani?"
"No, el excavador de oro nunca se presentó aquí," Maria dijo. "Yo únicamente hablé con ella
por teléfono."
Bingo. La gran pregunta fue contestada.
*****
Delores Bickering condujo su oxidada Station Wagon dentro del garaje del estacionamiento
público y se metió en el primer sitio vacío, no importándole que fuera reservado para los
minusválidos. Si recibía un ticket, terminaría en la guantera con el resto de los que había
recibido. Los tickets y el seguro no eran cosas en lo que eligiera gastar su dinero. El vacío
paquete de cigarros golpeó el suelo cuando encendió el último y se alejó de su auto. Si fueran
las cosas de la manera en que las planeó, tendría suficiente dinero para los cigarros antes de
que el día hubiera acabado.
A los López´s siempre le han gustado las cosas grandes. Cuando el Hotel Wellington fue
construído a finales de los años 20, ésta torre sobre el más pequeño edificio López en la
siguiente puerta. El abuelo de Sany lo tomó como un desafío y el resultado fue la
construcción de uno de los edificios más grandes de Albany, más de treinta plantas altas.
Delores estaba parada delante de éste e hizo una mueca desdeñosa en el gran logotipo tallado
en granito rojizo sobre las puertas. Se empujó a través de las puertas giratorias y entró al
espacioso vestíbulo. En la pared estaba una placa de metal dándole la bienvenida a las
oficinas corporativas de López. Bajo éste estaba un directorio de departamentos junto con
los pisos en los cuales estaban situados.
Sany estaba justo terminando un tazón de fruta cuando el timbre sonó. "¿Sí, Tina?"
"Um... hay alguien aquí que quiere verle," la vacilante voz dijo.
"¿Quién?" Un rápido vistazo en su calendario no mostró cita programada para esa tarde. Oyó a
su secretaria preguntar el nombre del visitante y apretó su quijada tan pronto como reconoció la
voz. "Manténgala allí afuera un minuto." Colgó el teléfono y golpeó ligeramente el bolígrafo
contra el escritorio. Maldición, ¿qué está haciendo ésa perra aquí?
La respuesta vino a ella inmediatamente. Su primer instinto fue lanzar a Delores fuera pero
cuando abrió su boca para hablar, Sany notó algo que cambió su decisión. Girando alrededor
en su asiento, alcanzó el ratón e hizo clic encendiendo el ícono de seguridad. Su contraseña y
algunos tecleos más, una pequeña luz roja se encendió en la cámara de seguridad metida
discretamente en la esquina superior de su oficina. Era hora de exponer a Delores Bickering
por lo que ella realmente era. "Envíala adentro."
"Bonita oficina," la mujer grande cabeceó aprobadora cuando echo un vistazo. "¿Usted
emplea?"
"No." Sany no podría creer que tuviera el descaro incluso para hacer tal pregunta. "Usted no
está aquí para preguntarme acerca de un trabajo."
"Vine hablar con usted sobre Brittany." Desabrochó su sucia chaqueta amarilla y se quitó el gorro
tejido, enviando copos de nieve sobre la espesa alfombra Borgoña. "Usted sabe que soy la
cosa más cercana a una madre que ella ha tenido nunca."
"Si usted lo dice." Oops, no quisiera que Brittany me viera siendo hostil con la perra. Forzando
una cortés sonrisa en su cara, dijo con una más cuidadosa voz. "¿Y para qué usted deseaba
verme? Por favor, tome asiento."
Delores se dejó caer en el sofá y lanzó su chaqueta en el cojín más lejano. "Habría pensado
que alguien como usted tendría café para sus visitantes." Miró mordazmente en la vacía
cafetera en la mesa lateral. "Especialmente para aquellos que son parientes de sus amigos."
Los ojos de Sany se estrecharon pero guardó su lengua. "¿Usted dijo que desea hablar
conmigo sobre Brittany?"
"He encontrado una manera de ayudarle a salir."
"¿Ayudarle a salir?"
"Yeah." La mujer grande se incorporó. "Le he encontrado un trabajo en Cobleskill. Puede
comenzar el lunes. Pagan seis dólares por hora."
"¿Por qué necesitaría trabajar en Cobleskill? Eso está a una hora. Además, ¿usted no notó que
tiene dos piernas quebradas? Ella no está en condiciones para trabajar."
"Es en una oficina de telemarketing. No tendrá que estar levantada, solo es hablar por el
teléfono. Por supuesto que pienso que tendrá que mudarse nuevamente conmigo."
"Ella le dijo ya que desea vivir conmigo. ¿Por qué cambiaría su opinión ahora?" ¿Qué truco
está usted intentando sacar? ¿Hacer que Brittany elija entre nosotras? Maldita sea si la dejo a
usted llevársela lejos de mí.
Delores meneó su cabeza. "Usted no entiende. Brittany y yo tenemos un acuerdo. Me debe por
haberla cuidado y prometió ayudarme de cualquier manera que pudiera."
"Déjeme conseguir esto correcto. ¿Quiere que se mude de nuevo con usted y trabaje en ese
empleo de telemarketing para que pueda darle dinero?"
"Pienso que es solo lo justo. Vivió bajo mi techo y comió mi comida por años sin pagar nada y
ya es tiempo para que me devuelva el pago." Delores se cruzó los brazos y se recargó.
"¿Así que le debe a usted por todo lo que hizo por ella cuando vivió con usted?" Sonaba
ridículo pero no se rió. No puedo creerle. Brittany merece mucho más en su vida que un pedazo
de basura como usted.
"Usted puede considerarlo de esa manera. Yo lo considero de esta forma. Habría podido rentar
su cuarto a alguien que hubiera podido pagarme. Me debe el dinero que perdí por no poder
rentarlo. Cuando se fue tuve que comenzar a pagar una niñera en las noches del bingo y los
bolos. Mi generosidad puede ir únicamente hasta ahora. No soy rica, usted sabe. No puedo
permitirme ser tan caritativa como usted."
Tra... Sany agarró el borde de su escritorio. Usted perra. Ahora no tenía duda sobre la razón
de que Delores viniera a su oficina.
"Decidió que Brittany le debe dinero porque vivió con usted cuando era un adolescente, ¿es eso
correcto?"
"Exactamente."
"Y dado que le debe todo ese dinero piensa que debe mudarse con usted y trabajar en ese
empleo para que pueda pagarle lo qué le debe, ¿correcto?"
"Correcto."
Los labios de Sany tiraron hacía atrás dentro de una sonrisa mucho como una cobra justo
antes de atacar.
"Pero dado que soy su amiga pensó usted en venir y ver si había algo que yo pudiera hacer,
¿correcto?"
"Bien, no estamos hablando de mucho para alguien como usted. Si es realmente su amiga
pienso que desearía ayudarla." Delores dijo indignadamente.
"Y yo podría ayudar a Brittany pagando su deuda a usted, ¿esa es la idea?" Sany estaba
cansada del juego y de mirar a la sucia mujer que estaba intentando utilizar a Brittany. Hora de
conseguir el punto. "¿Cuánto?"
"Bien, usted tiene que tener en cuenta cuánto tiempo vivió conmigo y entonces..."
"¿He dicho cuánto?" Sany hizo lo posible para mantener la hostilidad fuera de su tono.
"Vamos, estoy segura que usted tenía una cifra en mente cuando entró aquí. ¿Cuánto piensa
que Brittany le debe por cuidar de ella?" Sacó la chequera del cajón y la abrió.
"Cinco... no, diez mil."
"¿Diez mil dólares y usted se alejará y dejará a Brittany en paz?"
El signo de dólares bailaba delante de los ojos de Delores y la avaricia cantó en su corazón.
Casi estuvo de acuerdo, entonces se dio cuenta que la rica mujer estaba haciéndolo
demasiado fácil. "Espere." Se levantó y se acercó al escritorio, apoyando las rechonchas
manos en la pulida madera. "¿Qué si dijera que quiero quince mil o incluso veinte?"
"¿Es lo qué usted tomaría?"
"¿Usted está realmente dispuesta a darme veinte mil dólares?" La suspicacia apareció. "¿Por
qué?"
"Tengo mis razones." Tomó la pluma para endosar el cheque y se detuvo. No tenía intención
de usar la pluma que Brittany le regaló. Buscó en el cajón, sacó otra y comenzó a escribir.
"Es B- i- c-k-"
"Sé como se escribe."
"Sabe," Delores rió nerviosamente. "Siempre supe que encontraría a alguien que la acogería."
Sus ojos se ensancharon cuando los ceros fueron agregados a la casilla de la cantidad.
Sensación de victoria dentro de su visión, se relajó y recargó su cadera contra el escritorio,
mucho para la irritación de Sany. "Veinte mil dólares. Humph. Puede no parecerle mucho a
usted pero puedo conseguir un nuevo remolque con eso."
Sany se levantó y arrancó el cheque del talonario. "Y por el costo de un remolque usted está
dispuesta a salir de la vida de Brittany y dejarla en paz para siempre, ¿correcto?" Delores
extendió la mano por el cheque pero ella lo sostuvo en el aire. "Este es el trato. Por veinte mil
dólares usted no volverá, nunca llamara o parará cerca. Usted se olvidará que ella existe."
"Déme el cheque y olvidaré todo acerca de ella," Delores prometió, su índice y pulgar agarraron
en la esquina del papel.
"¿Usted incluso no desea despedirse de ella?" La ejecutiva sostuvo el cheque firmemente,
negándose a entregarlo sin una respuesta. No esperaba lo que consiguió.
"¿Por qué? ¿Esto valdrá más dinero si lo hago?" Delores la miró expectantemente.
Sany se olvidó sobre la videocinta en el shock de oír las frías palabras. Con un movimiento
enojado tiró del cheque atrás y se levantó, su marco de seis-pies se elevó sobre la mujer más
baja. "Usted perra." Los azules ojos ardían con furia. "Usted nunca se preocupó por ella, ¿lo
hizo?" Sus puños se cerraron, arrugando el cheque. "¡Usted la recogió solo por el cheque de
cada mes y para tener una niñera incorporada!" Los nudillos se volvieron blancos bajo la
presión y cheque sufrió más daño.
"El cheque..." Delores precisó. "Tenemos un acuerdo."
Sany bajó su cabeza, el largo oscuro cabello ocultaba su cara. "El dinero. Eso es todo lo que
usted le preocupa, ¿no es así?" Su voz era reservada, baja... la calma después de la tormenta.
"Usted utilizó a Brittany por el dinero. La utilizó como una hija para obtener el dinero del estado y
cuando estaba luchando por sobrevivir usted tomó el dinero de ella." Levantando su cabeza de
un tirón, Sany trabó los ojos con la mujer que odiaba. "Ahora está acostada allí con dos
piernas quebradas y en vez de preocuparse sobre ella está intentando conseguir dinero de mí."
"¿Usted quiere deshacerse de mí? Déme el cheque y me iré." La mujer grande extendió su
mano.
"¿Usted quiere el cheque?" Sany aplanó el arrugado cheque, después lo extendió delante de
ella. Lo rompió cuidadosamente en dos, después puso los pedazos juntos y los rasgó otra vez.
"Estoy segura que el Estado de Nueva York le pagó mucho más de lo que usted incluso gastó
en Brittany." Otro rasgón. "Hubo semanas cuando ella pasó sin nada de comida para si misma sin
embargo le enviaba a usted un cheque porque consiguió convencerla de alguna manera que le
debía." Lanzó el montón de confeti sobre el escritorio. Delores podía únicamente estar parada
allí y ver como su plan se derrumbaba. "Usted ha utilizado a Brittany por última vez. Salga de mi
oficina antes de que haga que seguridad la eche."
"Usted no puede..."
"¿No puedo qué? ¿Lanzar a un vividor holgazán fuera de mi propio edificio?" Sany presionó
sus nudillos contra el escritorio para evitar llegar al otro lado y golpear a la asquerosa mujer.
Los músculos en sus antebrazos agrupados y apretados preparados. "Usted lastimó a Brittany y
no permitiré que lo haga otra vez. No merece saber de alguien tan amable y tierna como ella.
Llegue a la de vista de mi casa y haré que la arresten. Una llamada telefónica, una carta,
cualquier intento de ponerse en contacto con ella y haré de su vida un infierno."
Con todas las perspectivas del dinero idas, Delores no tenía nada que perder. "Usted piensa
que es tan inteligente con todo su dinero de mierda. ¡Usted no sabe NADA!" Arrebató sobre el
sofá y agarró su gorro y chaqueta. "¿Usted piensa que Brittany era la única niña adoptada que
tuve?" La puerta se abrió y dos robustos oficiales de seguridad entraron, sin duda llamados por
Tina después de oír las fuertes voces.
"¿Hay problemas, Srta. López?"
"Acompañan a esa..." Perra vino a su mente pero un sentido de decoro tenía que ser
mantenido en la oficina. "... intrusa afuera y asegúrense de que nunca entre otra vez."
"Ustedes mantenga sus manos apartadas de mí," Delores agarró su bolso y estalló delante de
los hombres uniformados. "Cerciórese de que Brittany sepa que usted fue la única que me hizo
detenerme para hablar con ella. Ésta es toda su culpa." La puerta externa de la oficina se cerró,
dejando a una confundida Tina y a una furiosa Sany paradas allí.
"Tina, quita el resto del día. Me iré a casa temprano." Cerró la puerta y se acercó a su
escritorio. Los pedazos del cheque fueron echados al bote de la basura y su preciada pluma
fue puesta de nuevo en su cajón del escritorio.
Hubo unos rápidos golpes antes de que su puerta se abriera. "¿Sany?" Rachel asomó su
cabeza. "¿Qué sucedió? Oí que llamaron a Seguridad a tu oficina."
"Nada importante, solo un cierto asunto del que tuve que ocuparme." Agitó su mano
rechazando. "No te preocupes sobre eso."
"Sabes que voy a averiguarlo de cualquier manera. Puedes también decírmelo." La pelirroja
entró y cerró la puerta.
"Tengo derecho a algo de vida privada." Se hundió en su sillón, un profundo suspiro se escapó
de sus labios. "Deja esto ir, hermana."
"¿Tiene que ver con Brittany?" El rápido tirón de la cabeza respondió a la pregunta de Rachel. Un
torpe silencio cayó entre ellas por varios segundos antes de que ella hablara otra vez. "Um..."
La López más joven bajó la mirada en su uñas. "Si um... bien, sé que tú realmente no
tienes a alguien cercano a ti excepto Brittany y bien, supongo, yo. Si... si necesitas a alguien para
hablar... bien, estoy aquí." Se enderezó y dio un paso atrás. "Los niños están preguntando
cuando pueden ir otra vez." Aclarando su garganta, Rachel continuó, su mirada cayendo sobre
su hermana mayor. "Cuando expliqué a John que Brittany vivía contigo, él me preguntó si eso la
hacía su tía también."
"Ya te dije..." Sany comenzó solo para ser detenida por una mano levantada.
"Lo sé. Le dije que no lo era, pero si esto estaba bien para ella, él podría llamarla así."
Bajando la mirada a su escritorio, la ejecutiva sonrió, entendiendo el indecible gesto detrás de
las palabras. Se levantó y aunque nunca es muy cariñosa con su hermana, Sany se acercó y
envolvió su brazo alrededor de los hombros de su hermana. "¿Qué te parece mañana en la
noche? Estoy segura que Brittany no puede esperar para tener a su individuo de lucha libre
pisoteado otra vez." Soltó el casual abrazo. "¿Pero qué te parece ahora mismo que yo nos lleve
a comer? A algún lugar agradable, ¿qué te parece Maurice o Giovanni?"
"Oh, eso suena rico, ¿pero qué te parece probar ese nuevo lugar chino en Western Aveniue?
Oí que tienen excelente comida."
Un pequeño ícono en la pantalla cogió la esquina del ojo de Sany. Con un comienzo recordó
la videocinta. "Uh... yeah, eso suena rico." Se giró para la computadora y apagó la cámara.
"¿Por qué no vas conseguir tu chaqueta y me encuentras abajo en el vestíbulo? Tengo un par
de cosas aquí que necesito terminar."
*****
Sany llevó a casa el video y lo ocultó en su dormitorio, no viendo razón de mostrárselo a
Brittany enseguida. Sabía que la cinta lastimaría a su preciada amiga y esa era la última cosa que
quería hacer otra vez. En su lugar esa noche y las otras que siguieron fueron pasadas
acostadas una junto a la otra en la cama ajustable viendo televisión o en el sofá mirando
películas. A veces ellas renunciaban al entretenimiento electrónico y solo pasaban el tiempo
trenzándose el cabello la una a la otra o pintando sus uñas. Era una cómoda rutina de la que
disfrutaba enormemente. No se hizo mención sobre los arreglos del continuar durmiendo juntas
y Sany estaba muy bien con eso. Si tuviera la forma dormirían siempre juntas. Amaba la
manera en que el cuerpo de Brittany cabía contra el suyo. Nunca hablaron acerca de los
crecientes abrazos y los cariñosos tactos pero Sany observó que ellos eran instigados por
ambas en partes iguales.
Con Karen no más tiempo necesitada, Brittany llenó sus días trabajando en proyectos para
Sany. Además de mejorar sus habilidades, también le dio una intensa enseñanza de la
manera en que la empresa de su amiga estaba funcionando. Les dio algo más de que hablar
por las tardes otro que de ellas mismas o de lo qué estaba pasando en la televisión. El último
deshielo de enero continuó metido en febrero, prometiendo una anticipada primavera. Ya más
hierba estaba viéndose en el jardín trasero más la nieve y el sol viniendo a través de las
ventanas era suficiente para calentar la habitación sin subir el termóstato. Por supuesto en la
noche había el calor agregado del cuerpo de Sany para mantenerla caliente. Era durante
esas últimas horas de la noche que Brittany pensaba acerca de su relación con su amiga de
cabello oscuro. Con la excepción del trabajo, Sany estaba a su lado constantemente, no que
Brittany se quejara. Gozaba el tiempo que pasaban juntas. A menudo, mientras veían la
televisión, su cabeza se apoyaba contra el hombro de Sany o incluso en el regazo de la
mujer más mayor. Disfrutaba ese tiempo todo lo posible. Sany podría ausentemente acariciar
su cabello o dejar una cálida mano apoyada sobre su hombro. Ellas estaban mucho más
relajadas la una con la otra ahora. Los iniciales abrazos en la cama no fue más asunto tieso,
vacilante. Ahora, cuando llegaba la hora de dormir, el brazo de Sany se envolvía alrededor
de su cintura y la cálida respiración cosquilleaba su cuello cuando ellas moldeaban sus cuerpos
juntos.
Brittany pensó a menudo del cariño cada vez mayor entre ellas. Los abrazos eran un común
acontecimiento y los fomentaba tanto como lo hacía Sany. Parecía que podían sentir las
necesidades de la una en la otra, por lo menos estaba segura que Sany podía sentir las
suyas. Cuando el dolor en sus piernas se encendía, los fuertes brazos la confortaban y
consolaban. Cuando una lágrima la sacudía por una película romántica que motivaba la
necesidad de ser abrazada, no había discusión o petición indirecta, ellas solo se acurrucaban
una contra la otra. Pero sin bien disfrutaba la atención y el cariño, Brittany no estaba segura que
estuviera lista para algo más o si Sany estaba incluso interesada. No había habido besos
desde que estuvieron bajo el muérdago en Navidad y sus conversaciones permanecían lejos
de los asuntos del corazón o del sexo. Si era deliberado por parte de Sany o no, Brittany no
estaba segura. Solo sabía que ella estaba evitándolo, sus sentimientos eran bastante confusos
incluso para pensar en darles voz.
Como en este momento. Ellas estaban acostadas en la cama viendo Dateline y la cabeza de
Sany estaba apoyada contra su hombro. Brittany bajó la mirada al sedoso cabello oscuro
mezclado con el propio. Su compañera parecía tan relajada, tan pacífica. Teniendo su brazo
atrapado entre sus cuerpos era no más una aceptable posición. "Levanta tu cabeza por un
segundo."
"¿Hmm? Lo siento, ¿estoy lastimándote?" La perezosa voz le dijo a Brittany justo cómo relajada
la ejecutiva estaba.
"En absoluto. Solo quiero mover mi brazo." Lo hizo y rápidamente lo envolvió alrededor de los
hombros de Sany antes de que la mujer más mayor pudiera alejarse. "Ahora vuelve aquí."
Jaló suavemente y fue recompensada con la cabeza de su compañera apoyándose justo sobre
su pecho derecho. "¿Cómoda?"
"Mmm, mucho."
"Bien." El comercial terminó y la atención de Sany fue de nuevo a la televisión. Brittany no lo
hizo. Sus dedos empezaron a tirar de los largos oscuros cabellos. "Tienes el cabello muy
suave."
"Si tu lo dices. Pienso que el tuyo es más suave, sin embargo. El mío es justo más grueso."
Los dedos de Brittany se hundieron en el cabello de Sany y comenzaron a masajear su cuero
cabelludo. "Hmm, puedes tener razón sobre eso," concedió. Pero me gusta tocar el tuyo más.
Lentamente los pequeños círculos que estaba haciendo con sus dedos se movieron más bajo
hasta que ellos estaban acariciando la suave piel del cuello de Sany. La televisión fue
completamente olvidada por ambas mujeres a medida que el masaje continuó. ¿Cuánto
estarás permitiéndome? Un solitario dedo se aventuró debajo del suave algodón de la camisa
por un segundo entonces tiró hacía atrás. Otra vez. "¿Dani alguna vez frotó tu cuello así?"
Sany se agitó, sus ojos parecían mucho como esos ciervos cegados por los faros. "Um, nno..."
Tragó, su garganta repentinamente seca. "¿Por qué preguntas?"
"Solo me preguntaba." Brittany ahora vaciló, la pregunta no parecía como tal una buena idea más.
"Es solo... bien, te gusta esto tanto. Había esperado que alguien hiciera esto por ti antes."
"Dani y yo..." Sany buscó las palabras adecuadas. "Nosotros no éramos..." Era un cara o
cruz entre qué estaba más seco, sus labios o su garganta. "No estábamos físicamente
cercanos. No hubo muchos abrazos." Se sentó completamente y se movió hasta que estuvo
enfrente de Brittany. "Pensé que era verdadero amor entonces." Una despreciativa risa dejó ver el
viejo dolor. "Ahora lo sé mejor." Bajó su cabeza y se miró las manos. Brittany permanecía
silenciosa, sintiendo la lucha de Sany con algún demonio interno. Finalmente la alta mujer
eligió la salida fácil. "Por lo menos el sexo era bueno."
Las bromas no estarán funcionando conmigo. Te conozco demasiado bien, Santana
López. "Sabes odio a Dani por lastimarte así." Extendió la mano y puso sus dedos debajo
de la fuerte barbilla, forzando a los azules ojos a encontrar los suyos. "Y no odio a mucha gente
en este mundo."
Sany quitó la mano de su barbilla y la sostuvo dentro de las suyas. "Curioso." Bajó la mirada
a sus manos, su pulgar ocioso rozaba los nudillos de la mujer más pequeña. "Siento de la
misma manera sobre la gente que te lastima." Hizo una pausa por un momento, el miedo
amenazando mantener las palabras atrapadas adentro. "Eres muy especial para mí, Brittany." Su
cabeza se levantó y por varios largos segundos se miraron fijamente la una a la otra.
¿Oh, mi Dios, vas a besarme? Brittany no estaba segura si estaba excitada o asustada cuando su
corazón comenzó a latir a paso acelerado. Sus labios se separaron un poco en subconsciente
invitación.
Estaba justo a punto de moverse hacía adelante cuando vio los resplandecientes azules ojos
parpadear y mirar hacía otra parte.
"Pienso que esto es bastante serio para hablar esta noche," Sany dijo, renuente soltando el
agarre en la mano de la joven mujer. El mágico hechizo estaba roto y ambas sintieron una gran
sensación de decepción. Otra oportunidad perdida...otra ocasión no tomada.
Brittany estaba aún pensando acerca de ese momento mucho tiempo después de que se
hubieran colocado para la noche. Giró su cara para mirar a la mujer dormida junto a ella.
Quería que me besaras. ¿Tú querías eso también? Cuidadosa de no molestar a su compañera,
se apoyó en su codo derecho y metió su cabello detrás de su oreja. Con indecisión bajó sus
labios a la mejilla de Sany, plantando el más suave de los besos allí. Sus ojos se ajustaron a
la oscuridad, Brittany vio tanto como sintió la pequeña sonrisa venir a la durmiente cara. "Te
amo," susurró antes de recostarse en sus almohadas. Entrelazó sus dedos con los que
descansaban sobre su vientre, la joven mujer cerró los ojos.
"Te amo también," Sany murmuró adormilada, inconscientemente se arrimó más cerca. La
expresión sobresaltada de Brittany por un minuto antes de que se diera cuenta que su amiga
estaba durmiendo. Volteó su mejilla para apoyarla contra la oscura cabeza y pronto se quedó
dormida ella misma.
*****
Sany abrió la guía de TV y comenzó a leer las opciones. "'Un paseo por la nubes.' Está
programada. Nosotras vimos esa ya. 'Sabrina', esa es aburrida." Dio vuelta a la página. "Vamos
a ver cuáles están en pago por evento." Un suave tirón en su muñeca la forzó a mover la guía
para que Brittany pudiera mirar con ella.
"Hay esa nueva película de Jim Carrey," la joven mujer ofreció.
"Odio a Jim Carrey. Mira, Bruce Willis haciendo explotar otro edificio."
"Odio las películas de acción. Vamos a ver una romántica."
"¿Por qué una romántica y no una comedia?"
"Bien, este es el Día de San Valentín, boba."
"Si dos personas están realmente enamoradas no necesitan un día para celebrar éste."
"Santana López, eres tan cínica. Dame eso." Brittany tomó la guía de TV y comenzó a buscar
a través de las páginas. "Sabes que podríamos jugar o algo si prefieres. Vi que estás dos
niveles más arriba que yo en 'Rescuer of the Miden'." Se rió de la avergonzada sonrisa en la
cara de la mujer más mayor. "¿Cómo le haces, juegas cuando estoy dormida?"
"Es adictivo. Vamos, encontremos algo para que nosotras veamos."
Quince minutos más tarde la televisión todavía no ofrecía apropiados programas para ver.
"¿Hay qué, cien, ciento cincuenta canales en esto y nosotras no podemos encontrar nada para
ver?"
"Eso es porque no quieres ver alguna historia de amor y yo no quiero ver alguna de esas
películas donde corren rápidamente haciendo explotar edificios," Brittany contestó.
"Mucho para la televisión." Sany presionó el botón de apagado y lanzó el telecontrol sobre la
mesa del café. "Este es un emocionante Día de San Valentín."
"Si estás aburrida entonces vamos a hacer algo diferente."
"¿Cómo qué?"
"Podríamos jugar o hacer la uñas la una a la otra o algo así." Brittany estaba también no sabiendo
qué hacer. Aunque nunca hubiera creído que podría suceder, estaba realmente bastante
aburrida en estos momentos. En dos meses de tiempo habían conseguido ver cada película
que Sany poseía y jugado cada juego en la casa varias veces. Realmente no había mucho
más para hacer excepto... "Hablar."
"¿Hmm?"
"Vamos hacer un poco de chocolate caliente, recostarnos, y hablamos. Tú sabes, una de
nuestras infames conversaciones de chicas." Los ojos de Brittany tenían un brillo de travesura.
"¿Y cuál exactamente sería el tema de la conversación esta noche? No estaré haciendo 'revivir'
tus momentos más embarazosos otra vez."
"Oh vamos, tú te enteraste de algunas cosas bastante embarazosas sobre mí también," la
joven mujer regañó.
"Bien, eso es verdad," Sany concedió. "Y tú das vuelta a esa tonalidad más linda de rojo. Ok,
jugaré pero vamos a estar en la cocina y hacer la cena mientras estamos hablando."
Quince minutos más tarde Brittany estaba sentada en la mesa de la cocina cortando cebollas
mientras Sany estaba parada en la plataforma rebanando champiñones. "Contéstame algo,"
la joven mujer dijo mientras limpiaba el interminable río de lágrimas, "¿Por qué soy yo quién
termina siempre cortando la cebolla?"
"Oh, no puedo soportarlas, me hacen llorar," la mujer más mayor dijo descaradamente.
"Eres afortunada de no estar al alcance de mi mano, Srta. López," advirtió juguetonamente.
Sany sirvió el humeante chocolate caliente en dos tazas, entonces añadió mini-melcochas.
Trajo una a la mesa y la dejó al alcance de la joven mujer.
"Estoy al alcance de tu mano ahora, ¿qué es lo que vas a ser sobre eso?" La inteligente
ejecutiva se dio cuenta de su error un segundo después cuando los pequeños dedos se
deslizados alrededor de su cintura y comenzaron a cosquillearle despiadadamente. "Oh, hey
ya, heh heh, vamos ya, Brittany, solo bromeaba." Se hizo hacía atrás fuera del alcance de las
juguetonas manos. "Tú solo espera..." dijo entre respiraciones. "Cuando estés fuera de esa
silla... Me las pagarás."
"Yeah, ¿tú y qué ejército?" Brittany le sonreía de oreja a oreja, obviamente completamente
orgullosa de si misma. "Parece que yo solo necesito mis dos manos para derrotarte, oh
poderosa guerrera del mundo corporativo."
"Eso es porque conoces mis debilidades," Sany contestó. Y estoy indefensa cuando llegas a
resistirte. Se acercó por detrás de la silla y puso las manos en los hombros de la mujer más
pequeña. "Y una debilidad ahora mismo es que estoy muriéndome de hambre. ¿Quieres tu
filete asado o salteado?"
"Sorpréndeme."
"¿Salteado dijiste? Sale enseguida." Le dio un suave apretón y caminó hacía el refrigerador.
"Oh, hay pastel con crema para el postre."
"Suena estupendo. María selecciona siempre la mejor comida," Brittany dijo. "Tú estabas
prácticamente babeando encima del pollo anoche."
"Otra de mis debilidades," dijo mientras recuperaba los filetes y la mantequilla.
"Tendré que decirle a tus potenciales pretendientes que el camino a tu corazón es a través de
tu estómago."
Y tendría que decirles que mi corazón está ya dado, Sany pensó para si misma. "¿Y qué
sobre ti? ¿Qué cosas secretas debería saber para decirles a tus potenciales pretendientes?"
Observó con atención de que Brittany volteaba a todo menos a ella. "¿Qué es eso? No estoy
entendiéndote." Nadie puede entender ese murmullo. Vamos, Brittany, déjame entrar.
"Um..." Sus dedos remontaron el delicado diseño de su servilleta. "Yo tengo," finalmente
contestó con un encogimiento de hombros. "Supongo que nunca realmente pensé en lo que
desearía en un amante."
Ah, ahora estamos llegando a algo interesante. "Ok, así que piensas en eso ahora. Vamos a
comenzar con lo básico alto, moreno y atractivo. ¿Ahora qué más?" Puso los filetes a cocinar,
agarró su taza, y se dirigió hacia la mesa.
"Bien, supongo que desearía a alguien que fuera inteligente, atento, que tenga sentido del
humor pero no sea un bromista práctico, ningún problemas con juego o drogas o algo así."
Por ahora estoy bateando un mil. "Estar atento a tus necesidades y deseos..."
"Pero no a expensas de las suyas," Brittany interpuso.
"Apropiado," convino. ¿Sus propias? Su ceja se levantó levemente. "Ok, ¿qué más?"
"Hmm." La joven mujer golpeó ligeramente su dedo en la punta de su barbilla. "Oh, bien que
haya honradez y confianza. Tendría que saber que nunca me mentiría. Tiene que haber esa
confianza."
Whoops, nada bueno en eso. Hey, ¿ellos nunca mintieran? ¿Qué es con la neutralidad de
género, Brittany? "No te olvides que él tendría que poder cumplirte cada deseo."
Brittany parecía reflexionar un pensamiento en su cabeza por un momento antes de hablar. "No
sé como nuestros padres lo hicieron. Esperando hasta que estuvieran casados para tener
sexo."
Whoa, ¿de dónde vino eso? "Um, odio decirte mi amiga, pero no pienso que ellos esperaran.
Quiero decir, ¿comprarías un auto sin primero sacarlo para un paseo de prueba?"
"Yeah, quizá es por eso que tantos intercambian el suyo después de algunos años."
"Pienso que ellos solo están buscando un modelo más nuevo."
"Quizá lo qué están realmente buscando no es un auto en absoluto," Brittany ofreció
nerviosamente.
"Tal vez." Sany respiró profundamente y se sumergió adelante en un peligroso territorio. "No
todo el mundo está interesado en autos." ¿Estás preguntando si estoy?
"Y eso está bien," la joven mujer dijo rápidamente. "Si alguien preferiría tener una camioneta
que un auto, más poder para ellos."
"Con cualquier marca, ellos felices, supongo." Tú y yo sabemos que me estás diciendo que
está bien, ¿no es así? Otro pensamiento se le ocurrió a la mujer de cabello oscuro. ¿O estás
intentando decirme que tú eres? "Hay incluso a los que les gustan ambos." Ya está cubre todo
los ángulos, solo en caso.
"Algunas personas no están seguras qué les gusta." Brittany levantó la mirada por un segundo
entonces de nuevo en la mesa. "Quizá creyeron que le gustaban los autos pero ahora piensan
que quieren una camioneta."
Sany dejó salir una profunda respiración. Oh chico, ¿cómo se supone que yo responda a
eso? "Um, bien... e-eso está bien también. Pero pienso que deben tomar su tiempo y no darse
prisa en algo debido a que piensan que a alguien más puede gustarle." Observó los nerviosos
dedos que golpeaban ligeramente el asa de cerámica. "Especialmente si no están seguros."
Vamos ver si consigo eso correcto. "Quizá han conducido únicamente autos y ahora tienen un
amigo que le gustan las camionetas. Pueden pensar que quieren una camioneta también pero
realmente no."
"Así qué estás diciendo que no deben darse prisa en algo, ¿incluso si realmente sienten que
quieren una camioneta?" Vino la suave voz mientras los verdes ojos se levantaron hasta
encontrar los de Sany.
"¿Tuvieron alguna vez deseos de una camioneta antes?" Tanto como las metáforas la
conducían a la locura, la mujer más mayor no deseaba hacer algo que pudiera aparecer los
fantasmas de la obviamente nerviosa Brittany.
"No."
"Pienso que la mejor cosa es que la persona solo pase algún tiempo paseando en auto por ahí
con su amigo para ver si realmente le gustan las camionetas." Eso es, solo dejar todo de la
manera en que está, agradable y seguro. El olor de la carne chisporrotear le dio la excusa
perfecta. "Maldición, me olvidé sobre los filetes." Sany saltó y fue a la plataforma. "Bueno,
están bien. Ahora ves por qué a María no le gusta que cocine."
"Oh, pensé que era porque utilizas cada olla y sartén en la casa."
"Ya veo que las dos hablan de mí cuando no estoy alrededor." Sany sonrió por dentro en el
pensamiento. "Espero que sean buenas cosas."
"Sobre todo las buenas cosas," Brittany bromeó. Un incómodo silencio siguió, roto solamente por
el chisporrotear de los filetes cuando cada mujer se retiró metiéndose en sus propios
pensamientos. Para Sany, la conversación reveló mucho más de lo que había esperado. Miró
en Brittany. Así qué sientes algo. No estoy imaginando los crecientes tactos y abrazos. Con ese
pensamiento sin embargo, vino el miedo. No creo que alguna vez me utilizarías como Daniell
lo hizo pero no puedo poner todo sobre la línea otra vez. No puedo tomar ese riego. En ese
momento Tubbington vino saltando en la cocina y Brittany movió su silla para permitir que el gato
saltará a su regazo. Entonces por supuesto, hay el detalle de menor importancia de mí que soy
la que te golpeó. Estoy segura que si ese pequeño pedazo de información saliera tú incluso no
desearías ser mi amiga mucho menos algo más. En lo más profundo Sany sabía que tenía
razón en mantener las cosas de la manera en que estaban, no importa lo qué su corazón
dijera. Había lastimado a Brittany bastante.
En la mesa, Brittany estaba cruzando su propia agitación mental. Abrazó al ronroneador felino
parpadeando al fondo las emociones y fluyendo demasiado cerca de la superficie. Así que ya
sabes que lo sé. Miró cuando Sany alcanzó el armario para los platos. Tú sabes y no me
deseas. Brittany no estaba segura si estaba aliviada o decepcionada. Su corazón insistió en lo
último.
Sany puso los dos platos en la mesa. "¿Necesitas algo más para beber antes de que me
siente?"
"No, esto está muy bien, gracias." La joven mujer nunca levantó la mirada de su plato. Sin
embargo sabía que esos increíbles ojos azules estaban mirando fijamente en ella. "Esto huele
maravilloso." Tomó su cuchillo y tenedor y se enfrascó en cortar su carne. Sany se dirigió
hacia el lado opuesto de la pequeña mesa redonda, después se detuvo y se sentó al lado de
Brittany.
"Hay más vegetales si quieres."
"No, así está bien." La joven mujer continuó empujando su carne alrededor de su plato.
Sany pudo únicamente sentarse cerca impotentemente y observar como Brittany se retiró
metiéndose en si misma. Odió la tensión pendiendo en el aire pero no estaba absolutamente
segura qué hacer o decir para romper esta. "Um, si tienes alguna pregunta sobre las
camionetas, uh, quizá pueda contestarlas para ti." Oh, eso es brillante, se regaño. "Quiero
decir..." se detuvo por un segundo cuando la cabeza rubia se levantó para encontrar su mirada.
"Quiero decir... odio esta torpeza." Compartieron una pequeña sonrisa antes de que Brittany
bajara su cabeza otra vez.
"No me emociono especialmente con eso yo misma."
"Entonces hablemos." Más fácil decir que hacer.
"No sé qué decir," la joven mujer dijo en una queda voz. El corazón de Sany se estremeció
por el dolor que oyó allí. Sin pensarlo estiró su brazo y puso su mano encima de la de Brittany. El
suave apretón devuelto la dejó saber que el tacto era bienvenido.
"Solo di lo qué está en tu mente." Varios bocados del filete desaparecieron antes de que Brittany
hablara.
"¿Has tenido muchas camionetas?"
"Um..." No era la pregunta que Sany esperaba. "No, Daniell fue la única." Ya está, dije su
nombre. Vamos a conseguir más allá de esta cosa estúpida de autos/camionetas.
"Oh." Brittany retiró la mano y comenzó a cortar más carne.
"Tú no puedes mirarme y hablar de esto, ¿puedes?"
"No." Lentamente un rubor se arrastró sobre su cuello. "Nunca fui buena hablando acerca de
esta clase de cosas."
"Más en la acción que palabras, ¿eh?" La broma de Sany hizo exactamente lo qué esperaba
que hiciera. Brittany le sonrió y le dio un golpe juguetón.
"En realidad, cuando viene a esto, no soy realmente muy buena en ninguna categoría." Se
relajó un poco, manteniendo el contacto visual por varios segundos antes de bajar la mirada
otra vez. "No he tenido la experiencia."
"Quieres decir..." Tienes veintiséis años. Tú no puede ser. "¿P-pero cuando fuiste pillada en el
camino de entrada?" Miró el lindo rubor volver a la cara de Brittany.
"No estábamos haciendo 'eso'. Estábamos trabajando nuestro camino para eso cuando fuimos
pillados." Apartó su plato, desistiendo de pretender comer. Sany hizo igual. "Después de eso,
bueno... eso nunca sucedió."
Sany luchó por mantener una sonrisa fuera de su cara. "Así que tú... nunca has..." La sonrisa
se negó a ser ocultada y tuvo que mirar para otra parte. "... um, ¿siendo llevada para un paseo
de prueba?" riendo.
"Para de reír." Brittany fingió enojo pero la chispa en sus ojos la traicionó. "No. Nadie me llevó
para un paseo de prueba." Tiró a una diabólica mirada en la mujer de cabello oscuro. "Eso no
quiere decir que nadie miró bajo la capota."
"No podemos comenzar esto otra vez." Sany vació su taza y se levantó. "Dado que la cena
obviamente se acabó, vamos a la sala de estar y relajarnos en el sofá." Tengo el
presentimiento que esta conversación va a continuar y yo preferiría hablar bajo la suave luz en
vez de esta potente lámpara fluorescente. "Traeré el pastel con crema."
"No te preocupes por mí." Brittany miró a su amiga abrir el refrigerador y sacar una cerveza. "¿Me
das una de ésas?"
Sany la miró burlonamente. "¿Qué sobre tu Percocet? Pienso que no deberías beber con
eso."
"No he tomado ninguno hoy y no tomaré ninguno esta noche." Brittany no era ni mucho menos
una bebedora pero en este momento su boca estaba tan seca que estaba segura que podría
vaciar un six pack sin problema.
"Está bien," la mujer más mayor contestó con indecisión. Quizá no debo beber. Necesito mi agudeza cuando estoy contigo, Brittany. Sacó dos vasos del armario y siguió a su amiga dentro
de la sala de estar.
Dejó las cervezas y los vasos y en la mesa del café justo cuando Brittany estaba preparada para
transferirse de la silla de ruedas al sofá. "Aquí, déjame ayudar."
"Puedo hacerlo."
"Es más fácil si ayudo." Dio un paso adelante y bajó su cabeza. Había sido demasiado tiempo
desde que Brittany dejó su ayuda y extrañaba la sensación de sostener a la joven mujer en sus
brazos. Un brazo se deslizó detrás de la espalda y sintió los brazos más pequeños envolverse
alrededor de su cuello. Sí, eso es, agárrame. Puso su otro brazo bajo las piernas de Brittany y la
levantó apartando la silla de ruedas con su rodilla. En vez de poner su precioso paquete abajo
enseguida, Sany sostuvo a Brittany sin problemas en sus brazos y bajó la mirada en la cara que
amaba. Si solo las cosas fueran diferentes, pensó cuando sus ojos cayeron sobre los suaves
labios rosados tan cerca de los suyos. En el fondo de su mente sabía que un beso no sería
protestado. Pero el destino a veces encuentra la necesidad de ser cruel, Brittany tuvo que
moverse, provocando que el duro yeso de su molde frotara contra el antebrazo de Sany. Fue
un inmediato recordatorio a la ejecutiva de todas las razones de no actuar sobre sus
sentimientos. Dejó a su amiga abajo rápidamente pero suavemente, desviando la mirada antes
de que cambiara de opinión. Pasó al otro lado del sofá y se sentó de lado en el cojín lejano. Un
rápido torcer de su muñeca y la cerveza estaba abierta. Sany no se preocupó por el vaso,
tomando varios tragos directo de la botella. "¿Quieres algo de música de fondo?" Oh, eso es
brillante. Es Día de San Valentín. Todas las estaciones tocaran canciones de amor.
"Seguro." Para Brittany, cualquier cosa era mejor que el ensordecedor silencio. Sany jugó
nerviosamente con los diferentes controles hasta que encontró el correcto. Ajustó el volumen a
un punto donde podrían apenas oírlo, entonces dejó el control en la mesa. Abrió la otra cerveza
y la sirvió en un vaso sin hacer comentario, entonces se lo pasó a Brittany. "Gracias."

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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:25 am




CAPITULO 9 SEGUNDA PARTE




"De nada." Sany se recargó contra el brazo del sofá y tomó otro trago de su cerveza. Se
miraban la una a la otra, silenciosamente esperando que la otra comenzara. Una canción
comenzó y terminó sin un sonido de ninguna de las dos mujeres. "Bien, esto es productivo," la
ejecutiva finalmente dijo.
"Quizá debamos solo dejarlo para esta noche," Brittany sugirió.
"No. Necesitamos sacar esto abiertamente." Dio un profundo suspiro y alcanzó su cerveza.
Para su sorpresa estaba ya vacía. "Wow. No he tomado una así en mucho tiempo." ¿Por qué
estoy tan nerviosa? Sé lo que tengo que hacer. "Brittany, tú significas mucho para mí, sabes eso."
Se forzó para encontrar la mirada de la joven mujer, esperando que sus palabras no sonaran
tan falsas para Brittany como lo hicieron a sus propios oídos. "Pero tomé una decisión hace
mucho tiempo que la empresa viene primero." Incluso sobre mi propio corazón. "No puedo
volver sobre eso."
"¿Dani te lastimó tan seriamente?"
"Si ella lo hizo" Sany había estado mirando su regazo y levantó su cabeza en sorpresa en el
gentil tacto en su extendido tobillo. "Es más complicado que eso, pero..."
"Tu camioneta esta estacionada en el garaje y no irá a ninguna parte," Brittany ofreció. Sus
palabras que le ganaron una sonrisa conmovedora.
"Algo así. Necesito otra cerveza. ¿Qué te parece?"
"Estoy haciéndolo muy bien con ésta." Tomó otro trago y observó cuando Sany salió de la
habitación.
Ahora sola, Brittany sentía el nerviosismo que intentaba mantener bajo control echándolo de lado.
Sus traguitos se convirtieron en tragos y su vaso estaba casi vacío para el momento en que
Sany volvió. Miró el alto, inclinado cuerpo doblarse sobre el cojín y mirarla expectante.
¿Supongo que ahora es mi turno, huh? Tomó otro trago, el alcohol reforzaba su valor. Levantó
la mirada en los suaves ojos azules. "No sé lo que quiero," susurró. "Nunca he sentido de esta
manera sobre alguien más, Sany." Apartó la mirada y terminó su vaso, su corazón palpitaba
con fuerza dolorosamente dentro de su pecho. Brittany no tenía idea de cómo habían comenzado
esta conversación pero sabía que no podían dar marcha atrás ahora.
"¿Así qué a dónde vamos nosotras de aquí?" La voz de Sany era titubeante, traicionando las
fuertes emociones luchando dentro de ella. "No quiero perder lo que nosotras tenemos." No
quiero perderte.
"No, lo sé." Miraba anhelante la cerveza de su amiga. Sany sonrió y se la pasó. "Gracias."
Brittany tomó varios tragos de la botella antes de devolverla. "Supongo que las cosas pueden solo
permanecer igual. Quiero decir, nosotras somos aún amigas, ¿correcto?"
"Las mejores amigas," Sany corrigió, pasando la cerveza.
"Las mejores amigas." La mujer rubia sonrió. "Y las mejores amigas pueden dormir una junto a
la otra a y no tiene que significar nada."
"Correcto, y las mejores amigas, pueden aún abrazarse."
"Absolutamente." Brittany estaba animada por la dirección de la conversación. "Y a veces..." El
sonrojo comenzó a levantarse sobre sus mejillas. "... si esta es una ocasión especial... ellas
pueden incluso besarse." Sus orejas quemadas de un rojo intenso y no se atrevió a levantar la
mirada. Si lo hubiera hecho habría visto la ceja arqueada y la sonrisa dirigida en ella.
"Sí, si hay una ocasión especial yo no veo razón de por qué las mejores amigas no puedan
besarse." La mente de Sany fue nuevamente al bienaventurado beso bajo el muérdago. Se
maldijo por bajarlo después de los días de fiesta.
"Te diré un secreto," Brittany aún no podía mirarla. "Antes, cuando me levantaste. Yo um...
pensé... quiero decir yo esperé... que tú pudieras besarme." Dijo las últimas palabras tan bajo
que Sany casi las pasó por alto. Levantó la cerveza y dio de regreso la botella vacía. "Lo
siento, no me di cuenta que estaba sedienta."
"No te preocupes. Hay suficiente cerveza. ¿Quieres otra?"
"No... si. Por favor." Sany se levantó del sofá y se arrodilló abajo al lado de Brittany. Levantó
una mano y dio vuelta a la cara de la joven mujer hacía ella. "Ahora regreso." Su pulgar rozó
contra un labio demasiado suave. "Yo deseé besarte también." Se levantó y presionó sus labios
en la coronilla de dorado cabello. "¿Quieres ese pastel de crema ya?"
Con su miedo disipándose, Brittany encontró que su hambre había vuelto. Asintió y miró a Sany
salir del cuarto. ¿Deseas besarme también? Estiró su mano y tocó el punto donde los labios de
su amiga habían tocado su cabello. Cuando Sany volvió, Brittany la recompensó con una
sonrisa de oreja a oreja y los dedos se arrastraron unos sobre los otros cuando la botella fue
intercambiada. "Gracias."
"De nada," dijo volviendo a su asiento. Sabía que estaba pisando una línea peligrosa pero no
podía detenerse. "Feliz Día de San Valentín, Brittany." Extendió su botella, observando que la
joven mujer había servido la suya en el vaso.
"Feliz Día de San Valentín a ti también, Sany." Los cristales tintinearon juntos y ambas
tomaron un saludable trago. "¿Recuerdas en la escuela primaria cuando acostumbrábamos
repartir valentines a todo el mundo en clase?"
"¿Yeah?"
"Bien, de vuelta entonces pediríamos a nuestros amigos que fueran nuestros valentines,
¿correcto?"
"Correcto, recuerdo eso." Sany sonrió. "¿Brittany S. Pierce, estás pidiéndome que sea tu
Valentín?" Recibió una tímida sonrisa en respuesta. "Seré tu Valentín con una condición." Dejó
la cerveza abajo y se movió más cerca. "Tienes que ser el mío, también." Se arrodilló en el
cojín al lado de Brittany, sus caras apartadas a menos de pulgadas.
"¿Sany?"
"¿Mmm?" Su atención estaba únicamente sobre los labios de la joven mujer.
"Podría el Día de San Valentín... ser considerado... ¿una ocasión especial?" Prudentemente
amortiguó la cerveza, Brittany levantó su brazo y encrespó su mano izquierda alrededor de la
nuca de Sany, los largos mechones oscuros resbalan a través de sus dedos. No hubo
respuesta, sólo una sonrisa y el bajar de los labios a los suyos.
El recuerdo de Sany del beso de Navidad palideció en comparación a la realidad. El suave,
delicado roce de labios juntos la hizo tener hambre de más y volvió, mordiendo el labio inferior
de Brittany con los suyos varias veces antes de dejar salir lengua para probar la suavidad. Se
hizo hacía atrás y recibió un suave gemido de protesta. Oh sí, podría fácilmente perderme en ti,
Brittany S. Pierce. Muy fácilmente. "Feliz Día de San Valentín." Sany retrocedió a una distancia
'amistosa' y recuperó su cerveza. Para su inmenso placer, fue otro segundo antes de que los
verdes ojos se abrieran y se enfocaran.
Para Brittany, todas las historias sobre los fuegos artificiales y las campanas estallando fueron
reales. Se sentía absolutamente mareada y no pudo resolver si fueron los besos de Sany o la
cantidad de alcohol que había consumido. La sensación de hormigueo en sus labios gritó su
elección y su corazón palpitó con fuerza en acuerdo. "F-feliz Día de San Valentín para ti
también." Levantó la mirada y vio la sonrisa de gato Cheshire en la cara de Sany. "¿Qué?"
"Nunca antes mis besos habían dejado a alguien sin aliento." Estiró la mano y tomó la de la
mujer más joven en la suya. Mirar en la forma en que tú me miras. Si tú supieras la verdad...
Sany echó un vistazo en el reloj, observando que era demasiado temprano para fingir estar
cansada. "¿Quieres ver una película?" Sin esperar una respuesta, alcanzó los telecontroles. Un
segundo después la música había parado, substituido por Chevy Chase fanfarroneando a lo
largo de la película 'Vacations'. "Allí vamos."
Brittany echó un vistazo en la televisión entonces de regreso en la mujer que acababa de besarla
tiernamente. Sany se negó a mirarla. Tú no estás engañándome. Esa película justo no es
interesante. ¿De qué estás asustada? Nunca te lastimaría como Dani lo hizo, lo juro. Entendía
que su amiga necesitaba un poco de espacio y Brittany estaba dispuesta a darlo. La noche había
contestado a muchas preguntas. Ahora sabía que sus sentimientos eran recíprocos, por lo
menos parcialmente. El beso había sido la prueba. Su miedo a ir más lejos había sido
apaciguado por la declaración de Sany que ella no quería tomar su relación en esa etapa,
pero ahora Brittany necesitaba...algo. "¿Sany? ¿Puedo acostarme en tu regazo?"
"Me gustaría eso." Se colocaron en la posición familiar, la cabeza de Brittany en su regazo y su
mano ligeramente acariciando el dorado cabello debajo de esta. El tacto llevaba con este un
nuevo significado ahora, a la luz de las recientes revelaciones. La ternura estaba aún allí, pero
envuelta en una capa de amor que se movía de la una a la otra. Los dedos de Sany se
desviaron para trazar el contorno de la pequeña oreja ocultada por el cabello de Brittany. La
mano apoyada en su rodilla comenzó a moverse también, trazando ociosos círculos a través
del algodón grueso de su pants, haciendo que Sany deseara tanto estar usando un short
para así poder sentir esos dedos moviéndose a través de su piel. ¿Oh Dios, cómo voy a hacer
esto? Bbajo la mirada en Brittany. Si tú solo supieras cuánto deseo hacerte el amor en este
momento. No sé si puedo hacer esto, estar tan cerca de ti y no poder tocarte de la forma en
que quiero. Su dedo índice recorrió la quijada hasta la barbilla. Te amo tanto, Brittany.
Al final de la noche, era hora para otra prueba. La casa fue cerrada y las luces fueron todas
apagadas para la noche salvo la pequeña lámpara al lado de la cama. Brittany estaba preparada
para meterse en la cama cuando sintió los fuerte brazos de Sany envolverse alrededor de
ella y levantarla. "Imaginé que ayudaría otra vez."
"Huh uh," observó que la alta mujer no hacía esfuerzo de soltarla, no que se estuviera
quejando. "¿Supongo que te debo alguna clase de recompensa por ayudarme?" Una sonrisa
tiró en la comisura de la boca de Sany.
"Bien, tú no me 'debes' nada pero si quieres darme una recompensa, por supuesto no me
importaría." La bajó a la cama, su boca a escasas pulgadas de la Brittany. Ambas mujeres
estaban completamente conscientes de la manera en que la parte superior de sus cuerpos
estaban presionándose juntos.
"No me importaría." Sonrió cuando sus labios se encontraron, sorprendidas en lo perfecto que
era este sentimiento. Cuando Sany se hizo para atrás, ella se hizo para adelante,
prolongando el contacto por otro segundo. Demasiado pronto para su comodidad, el peso
sobre ella se movió, remplazado por las cálidas sábanas.
"Buenas noches, Brittany." Sany se acomodó a su lado, el largo brazo se envolvió alrededor de
su cintura como de costumbre. Sonrió en la oscuridad. Cuando el nervio naufragó como debía,
el día había resultado mejor de lo que Brittany había pensado que sería. A su manera ellas
hablaron de sus miedos y sentimientos y ahora estaban durmiendo juntas como hacían cada
noche. Aunque sabía que algunas cosas habían cambiado entre ellas, había mucho más que
había permanecido igual. Bajo su mano para entrelazar sus dedos con los más grandes.
"Buenas noches," la adormilada voz de Sany murmuró cuando apretó sus dedos unidos.
"Buenas noches."
*****
En el mes que siguió, ambas mujeres se ajustaron a la nueva faceta de su relación y todo lo
que esta conllevaba. La revelación y el reconocimiento de sus sentimientos les permitió más
libertad cuando venía para demostrar el cariño la una por la otra. Había mucho más contacto y
ambas fueron bastante creativas cuando definieron el término 'amigas cariñosas'. Para Sany,
no había nada más agradable que pasar una noche intercambiando suaves caricias y tiernos
besos con Brittany acurrucada en sus brazos. Continuó diciéndose que no estaba rompiendo su
promesa a su padre dado que ella y su diosa de dorados cabellos no eran amantes, sin
embargo con cada mirada, cada tacto, Sany sabía que estaba mintiéndose a si misma.
Estaba cautivada por la joven mujer con la tierna sonrisa y suave risa y no había nada que
pudiera cambiar eso.
"Penique."
"¿Hmm?" Bajó la mirada para ver sonreír unos verdes ojos que levantaban la mirada en ella.
Estaban en su posición favorita sentada en el sofá con Brittany encrespada en su regazo. Había
pasado casi una semana y media desde que el molde derecho fue quitado y el izquierdo
acortado justo debajo de la rodilla. La diferencia del peso era una bendición para los muslos de
Sany y la suavidad del cuerpo de su compañera era también absolutamente bienvenido.
"Un penique por tus pensamientos. Parecías lejos de aquí, durante un rato."
Sany levantó su mano para ahuecar la mejilla de la mujer más joven. "Nada, solo pensando."
"¿Sobre? ¿O debo suponerlo?"
"Sobre ti," dijo simplemente, sacando una sonrisa de oreja a oreja de Brittany. "Me importas
mucho tú..." Su pulgar remontó sobre la fina cicatriz en la mejilla de su compañera, un severo
recordatorio de la oculta verdad. "Estoy tan contenta de que estés conmigo. Soy muy
afortunada."
Brittany sonrió y frotó su mejilla contra la mano grande. "Yo soy la que es afortunada." Trabando
los azules ojos con los suyos, continuó. "Nunca entenderé por qué me recibiste en tu casa, una
completa extraña, y hacer todo lo que puedes para ayudarme." Se arrimó más cerca, apoyando
su cabeza en el pecho de Sany. "Pero siempre te estaré agradecida por eso. Y esto." Agitó
su mano para indicar su íntima posición. "Tú no me empujas ni me haces sentir incómoda."
"Nunca," la mujer de cabello oscuro dijo vehemente. "Nunca querría hacer algo para hacerte
sentir de esa manera."
"Y tú no podrías. Se eso." La cara de Brittany se volvió seria y se apartó un poco. "Apuesto a que
deseas que me de prisa y decida sobre si me gustan las camionetas o no." Era una idea que
jugaba en ella constantemente en el fondo de su mente, especialmente después de algunos
bastante acalorados besos intercambiados.
"Hey," Sany susurró. "Eso es algo que únicamente tú puedes decidir." Atornilla los
eufemismos. "Se que no hablamos acerca de esto mucho pero..." Vaciló, en absoluto segura
que quería sacar el tema con el objeto de sus deseos sentada en su regazo. "Es más que solo
preocupación por otra mujer." Puso un dedo para silenciar la protesta de Brittany. "Pon tus
sentimientos sobre mí a un lado por un minuto. Piensa acerca de lo que significa ser una...
lesbiana." Después de muchos años de estar avergonzada por quién era, Sany encontró
difícil decir realmente la palabra en voz alta.
"Esto es más aceptado actualmente," Brittany dijo suavemente.
"No en mi mundo." Dijo las palabras más duramente de lo que era su intención, la amargura
coloreando su tono. En una voz más baja agregó. "No en mi familia." Su mente destelló de
nuevo a ese fatídico día en el estudio de su padre cuando la forzaron a aceptar su castigo de
por vida. Bajó la mirada a su amada, Sany decidió que si esa fuera la única cosa que la
restringía, podría marcharse por una oportunidad de estar con su Brittany. La fina blanca cicatriz y
el yeso restante dieron vuelta completamente al cerrojo en esa puerta.
"Nada tiene que cambiar," la suave voz dijo quedamente. "Ambas somos felices y nadie está
siendo lastimado." Sany sintió los suaves brazos envolverse alrededor de ella y un ligero
apretón. Feliz devolvió el abrazo. "Vamos," Brittany dijo. "Tu hermana va a estar aquí pronto y
estoy segura no querrías que nos viera así." Intentó apartarse pero se encontró mantenida en
el lugar por las fuertes manos de Sany.
"No deseo dejarte ir." Las palabras llevaban mucho más significado que solo ese momento y
Brittany lo sabía. Se inclinó hacía adelante y besó a la mujer de cabello oscuro.
"No me iré a ninguna parte." Sus labios rozaron juntos otra vez y el miedo fue perdido en la
cara del amor. Como siempre le gusta hacer, el reloj de abuelo sonó a la hora y rompió el
momento. Con la ayuda de Sany, Brittany se levantó en su pierna derecha y deslizó las muletas
bajo sus brazos. "¿Dónde pusiste los rotuladores? Sabes que los niños estarán queriendo
pintar el molde nuevo."
"Creo que están en un cajón en la cocina. Hablando de lo cual, nosotras podemos
probablemente hacer algunas galletas para los chicos."
"¿Y para las chicas?" Brittany apoyó su axila contra la parte superior de la muleta y utilizó su
mano libre para palmear el estómago de Sany.
"Bien," la ejecutiva agachó su cabeza y dio una avergonzada sonrisa. "Pienso que hay otro
pastel de chocolate chips en el refrigerador." Salieron hacía la cocina.
"No cuentes en eso a menos que María comprara los comestibles ayer," Brittany dijo. Entraron en
la cocina justo cuando la minivan de Rachel tiró en el camino de entrada.
Sany abrió la puerta corrediza y los saludó. "Fuera de mi camino, yo primero" Ricky el de
doce años dijo cuando corrió pasando con el Play Station en la mano. Timmy de diez años y
John de seis años lo siguieron rápidamente, ambos hacían la misma cantidad de ruido que el
pre-adolescente muchacho. Brittany rápidamente se hizo para atrás contra la plataforma para
evitar de ser atropellada por el trío.
"No corran en mi casa," Sany gritó inútilmente.
"No sé... ellos nunca escuchan," Rachel dijo cuando entró, seguida por Quinn. Vio a Brittany y
sonrió. "Brittany querida, Sany dijo que estabas en muletas." Se acercó y le extendió su mano.
La joven mujer se equilibró en su pie derecho y devolvió el gesto. "¿Así que las cosas te van
mejor?"
"Sí, todo va bien según la doctora Barnes. Solo esperando que mi tobillo se cure
completamente."
"Bueno bien, me alegra que estés mejor. Sin embargo no deberías estar de pie tanto tiempo."
Lanzó a su hermana mayor una mirada y sacó una silla. "Tú solo siéntate justo allí. Si quieres
algo, estoy segura que Sany lo traerá para ti." Brittany comenzó a protestar pero decidió que
era más fácil ceder. Para su sorpresa, Rachel se sentó en la silla contigua. "Quinn, ve a ver que
están haciendo los chicos. No deseo remplazar algunas de las cosas de mi hermana." Una vez
que salió del cuarto, la pelirroja indicó en la silla vacía. "Ven siéntate, yo no quisiera que los
niños oyeran por casualidad esto." Brittany y Sany intercambiaron miradas confusas cuando la
mujer de cabello oscuro se sentó.
"¿Qué está pasando? ¿Todo está bien contigo y Quinn?"
"Por supuesto todo esta bien con nosotros. Nosotras estamos felizmente casadas desde hace
trece años, "Rachel contestó.
"¿Entonces cuál es el problema?" Sany decidió que era mejor no mencionar las aventuras
sobre las que sabía, incluyendo la actual.
"¿Tú sabes de ese broche de diamantes que papá le dio a mamá en su vigésimo quinto
aniversario?" La López mayor asintió. Su padre había gastado una extravagante cantidad,
incluso para una familia tan rica como lo eran ellos. Era una de las posesiones más preciadas
de Maribel. Rachel bajó la mirada al encaje del mantel. "Ha desaparecido."
"¿Desapareció? ¿Qué quieres decir con desapareció?" Los ojos de Sany se ensancharon
con incredulidad. "Ella lo guarda en su caja fuerte cuando no lo está usando, ¿no es así?"
"Ella dijo que lo puso allí adentro. Únicamente cuatro personas saben la combinación. Mamá,
tú, yo... y." Las hermanas se miraron la una a la otra, entonces asintieron lentamente en
acuerdo.
"Brody." Sany empuñó sus manos. Brittany nunca había oído un nombre dicho con tanto
coraje, como si fuera una maldición. Sin pensarlo, estiró su mano y la puso sobre la más
grande. Se dio cuenta de su error inmediatamente cuando sintió el encogimiento y la retiró.
Intercambiaron miradas antes de que Sany hablara otra vez. "¿Cuándo descubrió esto?"
"Ayer. No te gustará esto," Rachel comenzó. "Dijo que había ido a casa de su amiga para la
noche de martes de brigde y cuando volvió notó que el marco de la pintura no estaba al ras
contra la pared pero no pensó nada de esto."
"¿Está la caja fuerte detrás del cuadro?" Brittany preguntó.
"¿Cuándo fue la última vez Brody estuvo allí?" Sany preguntó, asintiendo al mismo tiempo a
la pregunta de su amada.
"El sábado en la noche." La pelirroja suspiró. "Pienso que él lo tomó y le dije eso a mamá
también."
"¿Le dijiste?" La López mayor no se molesto en ocultar su sorpresa. "¿Le dijiste que su
precioso Brody pudo haberle robado? ¿Qué te dijo ella?"
"Justo lo qué piensas que diría," Rachel contestó. "Me acusó de asociarme contigo contra él.
Dijo que no entendíamos como estaban las cosas difíciles para él. Pero pienso que me cree."
Volteó a Brittany. "Nuestra madre no ve nunca las cosas tan claras como debería."
"Esa es una manera de considerar esto," Sany dijo, secretamente satisfecha que su hermana
hubiera invitado a Brittany a entrar en lo que obviamente era una discusión familiar. "Más
precisamente, ella ve lo que únicamente desea ver y algo que moleste su visión es incorrecto."
Suspiró y rascó su cabeza en la frustración. "Nada que podamos hacer sobre lo que ella
piensa. ¿Qué sobre el broche?"
"Pagaremos sobre la reclamación, por supuesto. Ése no es el problema."
"No, el problema es un muchacho que piensa que las drogas lo hacen un hombre. ¿Por qué no
me llamaste por esto?"
"Justo supe esto ayer y no quise perturbar tu fin de semana." Miró a Brittany sutilmente. "Además,
sabía que te vería hoy."
Sany ignoró la descarada implicación de su hermana. "¿Y qué vamos a hacer sobre él?
Ahora él está robando a su propia madre."
"Hice que el cerrajero pasara y cambiara la combinación en su caja fuerte. Seguros López
pagará la reclamación. Realmente no hay nada más que podamos hacer."
"Eso es todos lo que tomó, ¿solo su broche?"
"Sí," Rachel asintió. "Todas las otras joyas están aún allí. Pero solo nosotros sabíamos que el
broche era la pieza más cara allí adentro. Tiene ese collar que parece que vale más que ese y
estaba sin tocar."
"Brody sabe que todo es valioso. Mamá solo los saca en ocasiones especiales.
Probablemente imaginó que ella no lo notaría enseguida." Sany miró a Brittany,
silenciosamente deseando que ellas estuvieran solas. Una profunda cólera fluyó dentro de ella
y solo el abrazo de la joven mujer podría disminuir ésta. Al infierno con esto, tú ya piensas que
nosotras somos amantes. Respiró profundamente, estiró el brazo, y envolvió su mano
alrededor de la más pequeña de Brittany.
Rachel dio lo que era claramente una incómoda sonrisa. Tú comenzaste esto. Sany apretó la
mano de su amiga una vez más, entonces la retiró. Echó un vistazo de lado para ver la
sorprendida e interrogativa mirada de Brittany. Sonrió y esperó que la rubia mujer pudiera
entender. A veces yo solo necesito tocarte.
"Y... um... vamos a hablar de otras cosas." Rachel dijo. "¿Conseguiste la receta de María para
el pollo relleno?"
"Lo hice, pero no estoy de humor para escándalos alrededor de eso esta noche. Tendrás que
venir durante la semana y hacer que ella lo haga."
"¿Quieres decir ese con el brócoli y esa salsa?" Brittany preguntó. "Es delicioso. María dijo que
siempre te ha gustado."
"Bien, a Sany le gusta también." La cautivadora sonrisa de la joven mujer provocó que Rachel
devolviera una del mismo modo. "María hace absolutamente los mejores rellenos."
"Sí lo hace," la López mayor convino. Brittany sonrió para si misma recordando la caja roja
que decía 'Stove Top' colocada sobre la barra una tarde. Decidió guardar el secreto de la ama
de llaves. Además, había intentado hacer la Stove Top antes, cuando vivía sola, y nunca le
quedó tan bien como a María.
Con el asunto librado del gesto físico y puestas en un asunto más familiar, Rachel visiblemente
se relajó. "Es por eso que Sany decidió conservar a María. Cocina tan bien, si trabajara para
mí estaría tan grande como una casa."
"A veces me siento de esa manera también," Brittany dijo, palmeando su estómago. Justo
entonces John entró escabulléndose en la cocina.
"Mami, quiero un poco de refresco."
"Necesitas decir por favor y tienes que pedírselo a tu tía Sany," su madre dijo. Él miró a su
alta tía y repitió su pregunta correctamente.
"Por supuesto."
"Tía Brittany, ¿puedo sentarme en tu regazo?" Sobresaltados ojos encontraron su inocente
pregunta. "¿Por favor?" Él agregó, pensando que ese era el problema.
"Um bien..."
"Si tía Brittany quiere dejar que te sientes sobre su regazo, esa es su decisión," Rachel dijo. Miró a
Sany y asintió.
"Seguro, si quieres hacerlo. Eso está bien." Brittany empujó hacía atrás su silla un poco para
darle a él espacio. Él rápidamente se subió y envolvió su brazo alrededor de su estómago para
evitar resbalarse. "¿Tus hermanos te dejaron jugar con ellos?" Preguntó en su oído.
"No, ellos no son divertidos para jugar," John puso mala cara.
"Quinn no es mejor," Rachel dijo. " juro que al instante que los controles están en sus manos
sus treinta años caen." El ruido de los chicos discutiendo atrajo su atención. "Mejor iré a ver lo
qué están haciendo antes de que uno de ellos mate al otro." Se levantó y le extendió la mano a
su hijo más joven. "Vamos, John."
"Estaremos allí en un minuto," Sany dijo, parada cerca de la silla de Brittany. Una vez que
estuvieron solas, se inclinó para un beso. "Pienso que Rachel está encantada contigo."
"No lo sé. Cuando me tocaste, parecía que se tragó un insecto."
"Pero incluso después de eso dejó a John sentarse en tu regazo y te llamó tía Brittany."
"Mmm, eso es verdad." Permitió un beso más de Sany antes de alcanzar sus muletas.
"¿Llamaste para las pizzas ya?"
"Maldición, sabía que me olvidé de algo. ¿De cuál quiere todo el mundo?"
"Dos grandes de champiñones, dos supremas, y tu quieres tu peperoni y champiñones," Brittany
dijo. La estridente voz de Rachel vino de la sala de estar. Al parecer había una lucha de
voluntades ocurriendo entre ella y su hijo de doce años, Ricky.
Sany meneó su cabeza. "Mejor salgo allá. ¿Puedes llamar por mí? Es tres en el marcado
rápido."
"Seguro." Brittany tomó el teléfono y presionó el botón mientras Sany iba a evitar la tercera
guerra mundial. Lo consiguió en el primer intento e hizo el pedido. Colgó y estaba justo
colocándose sus muletas debajo sus brazos cuando el teléfono sonó. Pensando que era la
llamada de regreso del lugar de las pizzas, Brittany lo tomó. "¿Hola?"
¿"R-Sany?" No reconoció la voz pero claramente entendía el tono. La mujer en el otro
extremo del teléfono estaba llorando.
"No, soy Brittany."
"¿Podría usted por favor decirle a Sany que su madre está al teléfono? Yo-es muy
importante," Maribel sollozó.
"Espere solo un segundo." Dándose cuenta que no podría sostener el teléfono en una mano y utilizar las muletas, Brittany lo dejó abajo en la barra y se dirigió a la sala de estar.

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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:26 am



Capítulo 10


Rachel tenía agarrado a Timmy y Quinn estaba sosteniendo a Ricky mientras los dos chicos se
lanzaban insultos el uno al otro. "Tú hiciste trampa."
"¡No hice!"
"¡Si que hiciste!"
"¡No hice!"
"¡Suficiente!" La voz de Sany retumbó sobre las ruidosas protestas. "Me da igual quién hizo
trampa o de quién era el turno. Si ustedes dos no pueden jugar agradablemente yo voy a
apagar eso." La amenaza no había detenido a los dos hermanos de discutir una y otra vez.
"Pero él comenzó esto."
"¡Timothy!" Ambas gritaron.
"Sany." Brittany se apoyó sobre sus muletas. "Tú madre está en el teléfono." Cuando la alta
mujer pasaba, le habló en una voz más baja. "Ella parece que ha estado llorando." Eso hizo a
la mujer de cabello oscuro vacilar por un segundo antes de tomar el teléfono. Un padre llorando
nunca significa algo bueno.
"¿Mamá? Ma... Mamá... Mamá, para de llorar. No puedo entenderte." Silenciosamente indicó
para que Brittany llamara a Rachel. "Ok, dímelo otra vez, lentamente." La pelirroja entró en la
cocina justo cuando Sany intentaba unir las piezas que su histérica madre le estaba diciendo.
"¿Están seguros? mamá ok, está bien, tranquila... ¿qué dice él?" Se volteó de espaldas a la
otra mujer y se apoyó contra la plataforma. "Mamá, escúchame cuidadosamente, dijo seguro
que ese es Brody?" En la mención del nombre de su hermano, la mano de Rachel fue a su
boca.
"¿Pasa algo?"
"¿Quién te llamó?" Sany preguntó cuando alejaba a su hermana. Tenía bastante para
intentar entender lo que Maribel estaba diciéndole. "No, Rachel está aquí. Pasaremos y te
recogeremos, sí mamá, estaremos allí en quince minutos, no. No llames a nadie más. Si
necesitan ser llamados, lo haré más tarde. No, no llames un taxi. Estaremos justo a allí. Sí, lo
prometo... adiós." Presionó el botón de apagado y dejó el teléfono abajo en la barra.
"¿Sany?" Rachel dio un paso adelante. "¿Le pasó algo a Brody?" No hubo respuesta.
"¿Sany?"
"Brody..." De espaldas a ellas, se agarró del borde de la barra. "Él estaba yendo hacía el este
en el carril del oeste de la autopista."
"Oh mi dios," Brittany susurró. Sany se empujó a si misma para situarse y hacerles frente.
"Brittany, necesito que vigiles a los niños hasta que volvamos. Estoy segura que solo comerán
pizzas y jugarán vídeojuegos."
"Por supuesto," la joven mujer contestó. "Cualquier cosa. Sabes eso."
"Traeré a Quinn y nuestras chaquetas," Rachel con voz temblorosa. Salió del cuarto para ir por
su marido. Brittany cojeó hacía su alta compañera. Por varios segundos, ninguna habló.
Finalmente Sany rompió el silencio.
"No sé que tan tarde estaremos. Intenta meterlos a la cama a las diez. Hay suficientes
habitaciones para que escojan."
"Me ocuparé de eso," Brittany prometió. Levantó su mano y acunó la mejilla de la mujer más
mayor. "Te amo."
Los ojos de Sany brillaron y sonrió. "¿Cómo sabes justo qué decir?" Tiró de su amor
acercándola y la besó en la cabeza. "Te amo también, Brittany. No mates a los niños ni juegues
ningún juego que implique que te amarren, ¿Ok?"
"Pienso que puedo manejarlos. Tienes cosas más importantes de que preocuparte." Sintió a
Sany dar un paso atrás y se dio cuenta que Quinn y Rachel habían entrado al cuarto.
"Te llamaré tan pronto como sepa algo."
"No pueden tener nada de cafeína o azúcar después de las siete. John tiene que estar en cama
a las ocho y los otros niños pueden permanecer levantados hasta las diez." Rachel dijo mientras
buscaba en su bolso. "No puedo encontrar las llaves. Quinn, ¿dónde están las llaves?" Su labio
inferior temblaba y sus manos comenzaron a temblar.
"Conduciré," Sany dijo firmemente, arrebatando las llaves de su hermana. El cambio en su
tono motivo que Brittany la mirara. Donde suaves curvas acentuaban la fuerte mandíbula, tensos
músculos se apretaban justo debajo de la superficie. La espalda de Sany estaba recta, su
postura imponente. No era la suave, sensible mujer que era con Brittany en privado. En su lugar
estaba la ejecutiva, la líder de una multimillonaria compañía y la cabeza de una poderosa
familia. Aunque entendía la necesidad para las dos identidades, Brittany de todas formas
desesperadamente deseaba que Sany no tuviera que ser la guardiana todo el tiempo. Odiaba
la manera en que la presión y la tensión agotaban la energía de su amada. Mirándolos irse,
Brittany pudo únicamente rezar para que todo estuviera bien.
*****
Las campanadas del reloj despertaron a la mujer que dormitaba. Brittany alcanzó sus muletas y
se puso de pie. Un rápido frotamiento de sus ojos le ayudó a ver que era las tres. No había
habido llamada telefónica aún, ninguna palabra. Fue a la cocina y comenzó a preparar una
jarra de café. Sin duda cuando Sany volviera desearía un poco. Pronto Brittany estaba
sonriendo en el pacífico sonido de la cafetera. Ricky y Timmy habían decidido continuar su
pelea, forzando a Brittany en un momento dado a enviarlos por separado a las esquinas para
tranquilizarlos. Esa acción le ganó una colorida serie de palabras de Ricky. Únicamente la
amenaza de repetírselas a su tía Sany consiguió calmarlo. A la hora de irse a la cama tomó
la salida fácil y dejó a cada chico escoger su propia habitación para dormir. Sus brazos aún le
dolían de subir las escaleras dos veces antes de que los sobrinos de Sany se quedaran
finalmente dormidos.
Brittany pasó el tiempo bebiendo café en la mesa de la cocina y releyendo el diario. Tubbington
saltaba dentro de vez en cuando, exigiendo atención, entonces salía. El total de tres días de
noticias impresas y la mitad de la jarra de café resbalaron para antes de que el jeep de Sany
tirara por el camino de entrada. Se levantó sobre sus muletas y fue a la puerta, abriéndola con
tiempo para ver a Quinn ayudando a su esposa y suegra a salir del vehículo. "Oh Señor,"
susurró, sabiendo que lo peor había sucedido. Sany asumió el control por su cuñado y ayudó
a Maribel a entrar.
"¿En qué habitaciones metiste a los niños?" Preguntó cuando pasaba.
"Las habitaciones a ambos lados de la tuya y la que está al final del pasillo," Brittany dijo,
ahogando al fondo un nudo en su propia garganta. Hasta que vio las desoladas miradas en sus
caras, se había estado aferrando a la esperanza de que había sobrevivido Brody de alguna
manera al accidente. Sany asintió y miró a Quinn.
"La habitación de la izquierda cerca al final del pasillo está vacía. Ponla allí. Pondré a mamá en
mi habitación." Tomó el bolso de la matriarca y lo dejó en la barra. "¿Mamá? Vamos, pienso
que necesitas acostarte por un rato."
"Pero tengo que llamar..."
"Me ocuparé de que todo el mundo sepa. Necesitas acostarte." Vio a Quinn conducir a su
esposa fuera del cuarto. "Vamos, iremos arriba ahora."
"Horrible... Esto es solo tan horrible..." Maribel gritó.
"Lo sé, mamá. Vamos ya." Sany condujo a la afligida mujer.
Quince minutos más tarde volvió a la cocina. "Brittany, ¿crees que puedas hacer una jarra de
café?"
"Ya la hice. Tu taza está en la mesa." Sany miró en la familiar taza, entonces en su
compañera. "Imaginé que necesitarías un poco de café," Brittany dijo con un encogimiento de
hombros. "He tomado un poco yo misma." Ambas miraron la jarra casi vacía.
"Ese es buen pensamiento." Frotó sus ojos. "¿Qué hora es?"
"Casi las seis treinta."
"Supongo que debo esperar una hora o así antes de empezar a llamar a todo el mundo."
Sany envolvió las manos alrededor de su taza y miró fijamente el oscuro líquido. Insegura
qué decir, Brittany permanecía silenciosa, dando a su compañera el tiempo que necesitaba. Los
azules ojos brillaron con la amenaza de derramar las lágrimas pero permanecían enfocados en
el café. Después de un prolongado silencio, Sany comenzó a hablar. "Los testigos dijeron
que giró fuera de la rampa en vez de sobre la rampa." Su labio inferior tembló y parpadeó
rápidamente. "Iba a exceso velocidad y chocó contra un camión de basura justo antes de entrar
a la autopista."
"Sany, lo siento tanto." Puso su mano en el fuerte antebrazo.
"Ellos um..." El parpadeo aumentó cuando luchaba por mantener las lágrimas dentro. "Ellos
tienen que hacer una autopsia." Su voz se enredaba. "Piensan que tomó... drogas..." Un
sollozo se escapó de sus labios y Sany se encontró siendo tirada en los brazos de Brittany.
"Está bien, te tengo," la joven mujer arrullaba. Las sillas rasparon a través del piso de la cocina
cuando se acercaron, ninguna quería romper el contacto. La guardiana necesitaba consuelo y
Brittany era la única que podía proporcionarle este.
"No e-es justo. Era demasiado joven," Sany se atragantaba. "Las drogas..."
"Lo sé." Besó la morena frente. "Lo sé." Comenzó a mecerla mientras las calientes lágrimas
empapaban su camisa. Los sollozos atormentaron al alto marco pero Brittany seguía,
murmurando consoladoras palabras y frotando suavemente la espalda de Sany. "Te tengo...
eso es, suéltalo."
"Fueron esas malditas drogas," gritó.
"Lo sé." Brittany continuó meciendo y sosteniendo a su amada hasta que finalmente las lágrimas
amainaron y los sollozos se redujeron a sorbidos. Sintió el tirón de Sany hacía atrás y soltó el
abrazo. "¿Mejor?" Recibió un tembloroso cabeceo. "Ven aquí." Tomó una servilleta de lino de la
mesa y limpió la húmeda cara. "Desahógate... eso es mejor."
"Gracias, solo necesitaba... bien, esto." Sany con fatiga se hundió nuevamente en su silla y
movió su cabeza. "Esto es solo tan difícil de creer." No había nada que Brittany pudiera decir así
que arrimó su silla hasta que sus rodillas estaban tocándose. Sany puso su mano sobre la
más pequeña y la apretó. "Los próximos días van a ser duros."
"No tienes que atravesar esto sola." Brittany levantó su mano libre y ahuecó la mejilla de su amor.
"Estaré justo aquí contigo, lo prometo." Miró el reloj. "Es aún demasiado temprano para llamar
a todo el mundo y realmente necesitas un poco de descanso. Has estado levantada toda la
noche."
"¿Qué sobre ti?" Por primera vez Sany notó los oscuros círculos debajo de los hermosos ojos
verdes. "¿Dormiste algo?"
"Me quedé dormida alrededor de las dos pero estaba levantada para las tres."
"Ambas necesitamos dormir un poco." Se levantó, entonces frunció el ceño. "Tengo que dormir
en el sofá. Si alguien despierta..." No hubo necesidad de acabar la oración.
"¿Por qué no tomo el sofá? Necesitas la cama cómoda más que yo."
"Estoy demasiado cansada para discutir contigo Brittany."
"Entonces no lo hagas," la joven mujer dijo firmemente. Sany la miró y se preguntó si alguien
más podría hablarle de esa manera y salir impune por eso. Sospechó que nadie, excepto tal
vez María. Sus ojos se entristecieron en el pensamiento de dar la noticia al ama de llaves quién
había conocido a Brody desde que era un bebé.
"Hay tanto hacer. Tengo que llamar a los primos..."
"Puedes hacer todo eso después de que hayas tenido un par de horas de descanso." Brittany se
forzó para levantarse sobre sus muletas. "Vamos ya, me acostaré contigo hasta que te quedes
dormida." Sany asintió con fatiga. Necesitaba descansar y no había duda que con su rubia
amiga a su lado podría hacer justo eso.
Después de ir al baño y de cambiarse sus pantalones, Sany se arrastró en la cama. "¿Estás
segura qué no te quedaras dormida?" Murmuró grogui mientras arreglaban sus almohadas.
"No, he tomado tanto café que no pienso que podré dormir." Brittany extendió su brazo. "Ven
aquí, déjame sostenerte." Pronto Sany se acomodó contra su pecho. "Eso es," comenzó a
acariciar el largo oscuro cabello. "Tú descansa y deja que me preocupe de ti para variar."
*****
Brittany estaba tarareando suavemente y dulcemente acariciaba la espalda de su durmiente
compañera cuando oyó el auto llegar por el camino de entrada. Cerró sus ojos lentamente con
la certeza que era ya lunes y en menos de un minuto María estaría cruzando la puerta,
totalmente inconsciente de los acontecimientos de la noche previa. Echó un vistazo en Sany
y sabía que no podría despertarla para esto. "Me ocuparé de eso," susurró antes de deslizarse
y poner un tierno beso en el hombro de la durmiente mujer.
Entró a la cocina justo cuando María estaba cerrando la puerta corrediza. "Oooh, ese viento," el
ama de llaves dijo cuando se quitaba su chaqueta. Dio vuelta y se dio cuenta que no estaba
sola. "Oh, buenos días, Brittany. ¿Es el auto de Rachel el que está en el camino de entrada?" En
ese mismo momento notó la cafetera medio vacía y los periódicos derramados sobre la mesa.
"Sí."
"Brittany, ¿qué pasa? ¿Dónde está Sany?"
"Está durmiendo. María, por favor venga siéntese." Brittany apoyó las muletas contra la barra y
sacó una silla.
"¿Por qué Rachel está aquí? ¿Están los niños bien? ¿Algo le sucedió a Quinn? Está..."
"No, ellos están bien. Por favor siéntese." Brittany soltó una respiración y esperó a que el ama de
llaves se sentara antes de sentarse ella misma.
"Estás asustándome. ¿Qué pasa?" La voz de María estaba llena de preocupación. Brittany sentía
la garganta apretarse incluso antes de que hablara.
"Desearía que hubiera una manera fácil de decirle esto." Dándose cuenta que sus palabras
estaban únicamente inquietando más a la mujer mayor, respiró profundamente y continuó.
"Brody se mató en un accidente de auto anoche."
Como un espejo rompiéndose, la cara de María perdió toda la compostura y rompió en llanto.
Como hizo con Sany, Brittany tomó a la afligida mujer en sus brazos y la confortó. El ama de
llaves permitió el contacto por algunos minutos antes de levantarse y limpiar sus ojos. "Bien
entonces, creo que hay cosas que debo hacer." Se acercó a la cafetera. "Estoy segura que una
jarra recién hecha estaría en orden."
"María, usted no tiene que hacer eso."
La mujer mayor volteó y la miró. "Brittany, no soy una López. Sany dice que soy el ama de
llaves pero eso no me hace familia. Recuerdo cuando su padre falleció. Trabajé para ese
hombre por veinticinco años y en el día de su funeral estaba aquí asegurándome de que
hubiera bastante comida para la gente que iba a llegar después del servicio de entierro."
"Eso es terrible," Brittany jadeó. "¿Sany no le dio el día libre?"
"Sany no estaba a cargo entonces, estaba su madre." María vació el café en el fregadero y
giró en el grifo. "Dijo que me necesitaba aquí para ocuparme de todo por ella. ¿Qué era lo que
se suponía que hiciera?"
"Estoy segura que Sany no esperará que usted trabaje." Cojeó dando otro paso y habló en
una voz más baja. "Maribel está aquí también."
"Bien entonces, estará esperando té caliente cuando baje." María abrió el armario y sacó la
tetera. "¿A qué horas vas a despertar Sany?"
"Pienso que le daré otra media hora o así. Estuvo levantada toda la noche."
"Hmm, Maribel normalmente despierta a las ocho. Probablemente debes despertar a Sany
una vez que el café este listo." Brittany asintió en el acuerdo. No sería una buena cosa despertar
a su compañera y entonces hacerle frente a su madre inmediatamente.
*****
Brittany siguió a María dentro de la habitación y dejó la taza humeante de café en la mesita de
noche. "Comenzaré el desayuno para los niños. Estoy segura que estarán levantados pronto."
"Gracias. Estaremos afuera en algunos minutos," dijo, sus ojos nunca dejaron a la durmiente
mujer. Una vez que oyó el clic de la puerta cerrándose, Brittany recargó las muletas contra la
pared y se colocó al lado de su compañera. Se apoyó sobre un codo y bajó la mirada,
silenciosamente deseando no tener que despertar a Sany. Incluso dormida la cara de la
ejecutiva mostraba los signos del dolor. Los aún cerrados ojos mostraban la hinchazón por el
llanto y no había paz en las cinceladas facciones. "¿Sany? Hora de despertar, cariño."
"¿Hmm?" Los ojos que no obtuvieron bastante sueño se abrieron con momentánea confusión.
"¿Qué hora es?"
"Cuarto para las ocho," la joven mujer contestó. Sany gimió y se incorporó.
"Supongo que mejor me levanto entonces. Tengo un día ocupado delante de mí." Sus ojos se
ensancharon en la vista del café que le era dado. "Oh, gracias." Tomó un trago y sonrió
agradecidamente. "Necesitaba esto." Tomó otro trago, después miró a Brittany juguetonamente.
"¿Tú hiciste esto?"
"María lo hizo."
"Oh Dios, María." Sany puso su mano a su boca. "Tengo que..."
"Me ocupé de eso por ti," Brittany dijo en un tono bajo, sus ojos traicionaban justo lo difícil qué
había sido para ella ser la portadora de las malas noticias.
"Ven aquí." La alta mujer apoyó la espalda contra la cabecera y extendió su brazo derecho.
"Pero tienes cosas que hacer," dijo, aunque no había nada más en el mundo que deseara
hacer en ese momento que acurrucarse en los brazos de Sany.
"Puedo prescindir de un minuto." Tristes ojos azules miraban a Brittany. "Realmente necesito
sostenerte." Cuidadosa de no derramar el café, se abrazaron, la cabeza rubia apoyada contra
el pecho de la ejecutiva. "Gracias."
"Si hay algo que pueda hacer..."
"Tú lo estás haciendo ahora," Sany dijo, presionando sus labios contra la cabeza de Brittany.
"Solo necesito algunos minutos de tranquilidad contigo antes de que salga allí y haga frente a
cualquier persona." Tomó otro trago de café y comenzó ociosamente a acariciar los cabellos de
miel. "Va a ver centenares de personas que estarán entrando y saliendo por los próximos días.
Tubbington estará pasando mucho tiempo en el cuarto de lavado." Frotó su mejilla contra el suave
cabello entonces tomó otro trago. "¿Si Quinn y Rachel se quedan, podrías ayudar a mantener a
los niños ocupados? Les gusta jugar videojuegos contigo."
"Por supuesto, Sany. Cualquier cosa que tú necesites." Tanto como ella no deseaba hacerlo,
Brittany se separó del abrazo. "Mejor vuelvo allí y veo si María necesita alguna ayuda. Además,
estoy segura que quieres vestirte antes de que todo el mundo despierte."
"¿María? ¿Ella no se fue a su casa?"
"No, está haciendo el desayuno."
"Dile que puede irse a su casa. No tiene que trabajar hoy." Sany estaba sorprendida de
recibir un rápido abrazo. "¿Por qué fue eso?"
"Sabía que no la harías trabajar."
"Por supuesto que no. ¿Cómo podría esperar que trabaje después de esto?"
"Tú madre lo hizo cuando tu padre murió." Miró la quijada de Sany tensarse.
"No soy como mi madre," dijo tajantemente. Arrojó las sabanas detrás y se levantó. "¿Brittany, te
importaría decirle a María?"
"No, no me importaría en absoluto," la joven mujer dijo momentos antes de que Sany cerrara
la puerta del baño. Tomó la taza vacía. "Tendré café recién hecho esperando por ti cuando
salgas." Era más fácil decir que hacer cuando Brittany intentaba resolver como maniobrar con sus
muletas. La solución fue sostener el asa con sus dientes, lo cual le ganó una mirada de
desaprobación de María cuando entró a la cocina.
"Eres tan testaruda como ella lo es, ¿no es así?" El ama de llaves la reprendió cuando tomó la
taza. "Sabes que habría ido a recogerla. No necesitabas traerla aquí."
"María, Sany dijo que usted no tiene que quedarse hoy. Estoy segura que podemos manejar
todo."
"¿Fue esa su idea o la tuya?"
"Suya."
"Ya veo." El ama de llaves asintió. "Puedo esperar eso de alguien tan generosa como Sany.
Sin embargo, pienso que debo quedarme."
"¿Por qué? Usted está justamente tan perturbada como todo el mundo, ¿por qué debe
quedarse y trabajar?"
"¿María? ¿María está usted allí?" Maribel gritó desde las escaleras.
"Por eso," la mujer mayor dijo. Salió a la sala de estar y levantó la mirada en la matriarca. "Hay
té esperando por usted, señora López."
"Oh que bueno, que está aquí." Maribel bajó las escaleras, su cara mostraba las señales de
una madre abatida. "Es terrible, ¿no es así? Solo simplemente terrible."
"Trágico," el ama de llaves estuvo de acuerdo.
"¿Dónde está mi hija?" Finalmente vio a Brittany apoyada sobre sus muletas. "Hola, querida. ¿No
eres tú la pequeña amiga de Sany? ¿La que estaba en la silla de ruedas?"
"Sí, Madame. Mi nombre es Brittany."
"Brittany, ¿dónde está Sany?"
"Ella está vistiéndose. Saldrá en un minuto."
"¿Ha comenzado a llamar a alguien ya?"
"Lo haré en un minuto," Sany dijo cuando salió de la habitación de Brittany. Parecía serena pero
Brittany sabía que era una actuación. Los hinchados ojos dijeron que nuevas lágrimas de dolor
esperaban para desbordarse. "Buenos días, mamá."
"No hay nada bueno acerca de este día, Santana. Tú mejor empieza. Llama a tu tía Elaine
primero." La matriarca caminó a zancadas en la cocina, despidiendo con eficacia a su hija.
"Supongo que es mejor empezar a hacer algunas llamadas telefónicas." Miró en la dirección de
la cocina y meneó su cabeza. "Voy a utilizar el teléfono en la oficina. Discúlpenme."
Brittany esperó hasta que la puerta al cuarto se cerró antes de hablar a María en silencioso tono.
"¿Por qué es tan cruel con Sany?"
"No está tratando de ser cruel," el ama de llaves explicó. "Maribel tiene una cierta manera de
manejar las cosas. Ésa es su manera."
"Sé que está dolida pero Sany también. ¿No puede ver eso?"
"Algunas personas no puede ver más allá de su propio dolor, Brittany." María miró a la cocina.
"Tengo que entrar allí."
Brittany se quedó parada allí por un momento, su primer instinto fue hacerle compañía a Sany
pero entonces se dio cuenta que había una mejor manera de ayudar a su amiga.
Acorazándose ella misma, siguió a María a la cocina.
*****
Maribel estaba sentada en la mesa con una taza de té en una mano y un pañuelo en la otra.
"Señora López, ¿le importaría si me siento aquí?" Brittany preguntó dulcemente. "Todavía no
puedo estar de pie por mucho tiempo."
"Bien sí, siéntese. María, un poco más de té."
"Gracias," la joven mujer dijo cuando tomó asiento. El ama de llaves se acercó con la tetera y
una taza de café para Brittany. Intercambiaron miradas pero no dijeron nada. Maribel miraba su
reloj.
"Pensaba que Ricky estaría levantado ya. Él siempre es un madrugador."
"Estuvo levantado hasta tarde. Tuve problemas para conseguir que se durmiera."
"Eso es, usted los vigiló, ¿no es así?" Brittany asintió. La matriarca sorbió su té. "Ese Ricky. Es
como Brody, usted sabe."
"Me temo que no me familiaricé con su hijo. ¿Por qué usted no me cuenta sobre él?"
Sany entró en la cocina una hora más tarde buscando su café. Su garganta comenzaba a
estar seca después de hacer tantas llamadas. Una ceja se arqueó en la vista de su madre,
Brittany, y Rachel sentadas y hablando en la mesa. Dado que la espalda de Maribel daba hacia
ella, Sany esperaba poder entrar furtivamente, conseguir el café, y salir. El sonido de la voz
de su hermana, sin embargo, truncó esa esperanza. "Sany."
"Buenos días Rachel." Se dio vuelta e hizo frente a la mesa. "Mamá, Puck y los niños estarán
aquí en un rato. La mayoría estará aquí esta tarde."
"¿Hiciste los preparativos? Quiero qué te asegures de que tenga lo mejor, lo mejor de todo."
"Me ocuparé de eso" Sany dijo. "Tengo algunas más llamadas por hacer. Tina puede
encargarse de los socios y ponerlo en la prensa." María le dio la taza. "Regresaré más tarde."
"¿Llamaste a tu tía Elaine?"
"Su servicio contestó. Regresará la llamada."
"Pero estás en el teléfono." La voz de la matriarca se levantó incisiva. "No podrá llamar
Santana, no quisiera que se enterara de esto en las noticias."
"Tengo la llamada esperando, mamá. No conseguirá la señal ocupada."
"No puede enterarse de esto en las noticias. Brody era su sobrino preferido."
"Le dejé un mensaje con su servicio." ¿Qué es lo que quieres que yo haga? No puedo hacer
que me llame. Tragó su café, haciendo una mueca de dolor en el quemante calor que bajaba
por su garganta.
"Señora López. ¿Le gustaría un poco más de té?" Brittany preguntó.
"No en este momento, querida. Debo ir a pasar algo de tiempo con mis nietos." Miró a su hija
más joven. "Rachel, supongo que si tú y Quinn tienen otro niño lo llamarás Thomas."
"Mamá, hemos decidido que tres..."
"Tonterías. Eres ciertamente bastante joven y no es como qué tu figura podría arruinarse por
otro niño. Tu hermana continúa sin mostrar ningún interés en tener niños." La matriarca se
levantó. "Voy a ir con los niños y después puedes llevarme a casa, Sany. Te dejaré saber
cuando esté lista."
Los nudillos de la alta mujer dieron vuelta al blanco cuando agarró la asa de su taza y echaba
fuego por los ojos en la retirada de su madre. Rachel se paró al lado de su hermana. "No sabe
lo que está diciendo. Está solo dolida por lo de Brody."
"Sabe exactamente lo que está diciendo, hermana. El problema es que nosotras continuamos
aguantando esto." Volteó a Brittany. "La gente va a comenzar a llegar pronto. Es posible que
quieras entrar en tu habitación antes de que suceda."
"No." Recogió sus muletas. "Puedo ayudar. Vigilaré a los niños para que los adultos puedan
estar juntos. No me importa."
"¿Estás segura?" Sany la miró y fue difícil forzarse para no buscar un abrazo. ¿Sabes cómo
de loco va a estar y tú aún quieres ayudar? Estaba segura que no sería tan generosa si la
situación fuera inversa. Entonces otra vez, cuando viene de ti, no hay nada que yo no haría.
"Gracias," dijo suavemente.
"Por supuesto. Eso es lo menos que puedo hacer." Brittany sonrió y Sany se encontró
irremediablemente perdida en ésta.
"Ahem." La tos cortés de Rachel rompió el momento.
"Es mejor que regrese a las llamadas telefónicas."
"Sany, me aseguraré de que mamá llegue a casa. Tú preocúpate de entrar en contacto con
todo el mundo," la pelirroja dijo.
*****
Estaba casi anocheciendo cuando Rachel y su familia se fueron a casa de Maribel. Sany
decidió permanecer oculta en la oficina tanto como fuera posible mientras sin que lo supiera
Brittany estaba haciendo lo posible para mantener a la matriarca alejada de ella. Cuando la
minivan se retiró de su camino de entrada, la mujer de cabello oscuro exhaló un suspiro de
alivio y entró a la sala de estar. Maldición. En su escondite, no había notado que el grupo de
parientes que llegaron estaban sobrepasando a aquellos que se habían ido y ahora cerca de
treinta López´s estaban flotando alrededor. Vio a Brittany inmediatamente y fue directamente a
ella. "Hola."
"Hola. Tu madre se fue."
"Vi eso." Echó un vistazo, su alta figura le permitía ver pasar la masa de gente. "¿Piensas que
podrían ser un poco más ruidosos?"
"¿Quién es el de chaqueta azul con la corbata deshecha?"
"Michael. Posee una representación de Toyota. Uno de los primos," Sany dijo cuando miró al
hombre joven, frunciendo el ceño en su actuación de duelo.
"Oh."
"¿Por qué preguntas?"
"Estaba diciéndome que él y Brody estaban muy unidos."
"Yeah y estaba 'unido' a papá después de que murió. Entonces no consiguió nada y ahora no."
"Quieres decir que está únicamente actuando así porque..." Brittany se detuvo, pensando de
cómo Delores actuaba cuando su padre murió. "Eso es horrible."
"Estoy sorprendida que esté aquí y no saqueando el condominio de Brody en éste momento.
Debe haber estado tan cercano a él que olvidó la dirección por todo su dolor." Oculta de la vista
de otros, una pequeña mano recorrió la espalda de Sany y comenzó a frotar en suaves
círculos.
"Estarán marchándose pronto, ¿no es así?"
"Bien, no hay razón para que ellos se queden. Todos dieron sus condolencias a mamá y
averiguaron cuando y donde el entierro esta programado. Solo cayeron aquí porque no tienen
un lugar mejor para estar." Un fuerte estruendo del cuarto de juegos atrajo su atención. "Vuelvo
enseguida."
El estruendo resultó ser una barra completa con sus ocupantes. "Hey, Cuzz," el borracho
hombre arrastró las palabras. Dos de la media docena de hombres que estaban parados
alrededor se movieron para ayudarlo a levantarse. Un alcoholímetro no era necesario para
saber que todos estaban absolutamente borrachos.
"Puck, ¿qué estás haciendo?"
"Los muchachos y yo estamos solo levantando un poco a Brody." Se tambaleó de nuevo
directo sobre el taburete. Ella caminó más allá de él y fue detrás del bar.
"Una botella de escocés y la mitad de una botella de vodka. Ustedes individuos han estado
brindando por él suficientemente, creo." Tapó el vodka y apagó la luz detrás de la barra. "Creo
que es hora para que sus esposas los lleven a sus casas." Caminó alrededor apagando las
luces y colgó los tacos. Uno por uno los hombres refunfuñaron y salieron del cuarto, no todos
sin ayuda. Le llevó un poco más de tiempo separar al grupo de mujeres reunidas hablando de
cada tema imaginable. Únicamente cuando el último pariente se fue hizo a María aparecer con
la aspiradora. "No te preocupes esta noche," Sany dijo.
"Mira ese cuarto," el ama de llaves dijo incrédulamente.
"Todavía estará aquí por la mañana, María. Este ha sido un largo día y estoy agotada. Por
favor, solo deja esto hasta mañana, ¿Ok?"
"Si lo deseas. Estaré aquí a primera hora como de costumbre. ¿Debo traer algo especial del
supermercado?"
"No, nada"
"Un rollo de pasta para galletas chocolate chip," Brittany intervino. "Um, tú sabes a los niños le
encantan las galletas. Quizá los mantendrá ocupados." Cogió la ligera sonrisa en los labios de
Sany y sabía que su idea fue bien recibida. "Mejor que sean dos," enmendó, sus ojos nunca
dejaron a los de su amiga.
Una hora más tarde, dos cuerpos estaban acurrucados alrededor uno del otro, ambos luchando
con los bostezos. "Eres una mujer increíblemente atenta," Sany murmuró en el oído de la
joven mujer.
"¿Mm?"
"Las galletas. Y se que toleraste a mi madre para mantenerla apartada de mí." Apretó el
hombro bajo de su mano. "No sabes cuánto agradezco eso."
"Tú tenías bastante sobre que preocuparte." Se retorció metiéndose en el cálido cuerpo detrás
de ella. La ventaja más grande de tener su molde acortado era que podía acomodarse tan
cerca como deseara con Sany. "No es tan mala."
"Eso es porque no es tu madre."
"Cierto."
"Esa es una buena cosa también." La mano que había estado apretando el hombro de Brittany,
se movió hacía su cintura.
"¿Por qué es eso?"
"Porque," Sany contestó mientras tiraba de la más pequeña mujer sobre su espalda y ponía
las manos en ambos lados de la cabeza de cabellos dorados. Relajó sus hombros, trayendo
sus labios tan cerca que sus respiraciones se mezclaron. "Eso te haría mi hermana y garantizo
que hay veces en que mis pensamientos en ti, están lejos de ser fraternales." Incluso en la
tenue luz de la luna Brittany pudo ver la maliciosa sonrisa antes de que fuera substituida con una
cara más seria. "No sabes cuánto me has ayudado hoy. Me hiciste sentir... bien... muy
especial."
"Con todo lo que significas para mí, ¿cómo podría hacer algo menos?" Subió su mano y
acarició la cincelada cara sobre ella. "Y tu eres especial. Sé que va a ser difícil tratar con tu
familia por los próximos días pero estaré allí ayudándote a atravesar esto. Ahora vamos, estás
cansada, estoy cansada, y mañana será otro largo día. Ya hemos hablado suficiente por esta
noche." Brittany puso su mano en el hombro de Sany y tiró de el, forzando a la más alta mujer a
acostarse contra ella. "Eso es mejor."
"¿Brittany?"
"¿Mm?"
"¿Puedo quedarme así... en tus brazos?" La mujer que normalmente se hacía cargo sonaba
casi como una niña asustada con su petición. Tan duro como esto era para Brittany en oír a
Sany en tal dolor, esto llenó su corazón de saber de que era la mujer de más edad que
volteaba por consuelo. "Siempre," susurró, apretando su agarre.
"No puedo creer que se haya ido." Hubo un largo silencio. "Sé que las cosas habían sido
difíciles entre nosotros últimamente pero eso no es lo que veo cuando pienso en él."
"¿Qué ves, Sany?" Susurró, su mano se movía acariciando el largo cabello. "Cuéntame
sobre el Brody con el que tú creciste, el que tú amabas."
"Era de pequeño el muchacho más lindo." Brittany sintió el cuerpo contra el suyo relajarse cuando
los felices recuerdos emergieron. "Estabamos unidos cuando era pequeño. Lo que sea que yo
estuviera haciendo, quería hacerlo. Era mi sombra." Una lágrima cayó y Sany tragó
difícilmente.
"Hey, ¿harías algo para mí?"
Un asentimiento. "Cualquier cosa."
"Piensa atrás a un feliz momento, solos tu y Brody. Cierra los ojos y representalos en tu
cabeza." Esperó algunos segundos. "¿Lo estás viendo? Ahora, cuéntame sobre eso. ¿Es
verano o invierno?"
"Verano."
"¿Adentro o afuera?"
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:26 am

Capítulo 10 SEGUNDA PARTE


"Afuera. Estamos acampando con la familia."
"¿Qué es lo que ustedes dos están haciendo?"
"Pescando." Brittany sintió la sonrisa de Sany contra su pecho. "Era un día perfecto. Estábamos
en el muelle, solo nosotros dos." Su frente se surcó. "No sé donde estaban todos los demás."
"No te preocupes de ellos," la joven mujer dijo, continuando su suave caricia a la oscura
cabellera. "Estabas pescando con Brody. ¿Capturaste un pez?"
"No, pero él lo hizo." Se relajó contra Brittany otra vez. "Bonito muy grande. Luchaba como el
diablo también."
"Cierra tus ojos. Ahora piensa sobre ese día y cuánta diversión tú y Brody tuvieron juntos. Eso
es..." Brittany cerró los ojos y dejó que la profunda y regular respiración cerca de su oído la
calmara en el mismo pacífico sueño.
*****
Brittany fue una constante fuente de apoyo para Sany. El informe de la autopsia había vuelto
con desagradables noticias. Una variedad de drogas ilegales fueron encontradas en el sistema
de Brody. Los López´s habían esperado mantener la información privada, pero ellos eran
un nombre en Albany y mientras las noticias de la mañana divulgaron que uno de los
López´s había muerto en un accidente anormal, las noticias de la tarde no estuvieron tan
amables. Una estación, encontró la excusa perfecta para reutilizar viejas imágenes, enganchó
la noticia de la autopsia de Brody con un informe sobre drogas en Corporate América. Esto
produjo, mucho para la consternación de la familia, manada de reporteros de noticias alrededor
de la casa de Sany, negándose a aceptar la corta declaración que la familia estaba de luto y
no tenía ningún comentario sobre los resultados de la autopsia. Antes de que el día hubiera
terminado, ellos recibieron noticias que el conductor del camión de basura había demandado
un juicio contra el estado de Brody. Maribel declaró que la autopsia era nada menos que una
'exagerada fabricación' y el conductor del camión 'un codicioso oportunista' que intentaba
aprovecharse de un desafortunado accidente. Brittany escuchaba las observaciones y asentía
frecuentemente, haciendo su parte para hacerle las cosas más fáciles a Sany.
Para el día del funeral, sin embargo, la paciencia de la ejecutiva y la tolerancia estaban ambas
en bajo suministro. Los últimos días habían amontonado frustración sobre frustración en ella y
la familia parecía felizmente ignorante de la tensión que estaban poniendole. No únicamente
reuniéndose en su casa para llorar, se reunían para visitarse con cada uno de los otros, no
permitiéndole a Sany privacidad o tranquilidad. A pesar de los mejores esfuerzos de Brittany,
Maribel todavía conseguía deslizarse más allá e interrogar a su hija sobre cada detalle del
servicio. Había discusión de las más pequeñas cosas, tales como quién viajaría en que
limusina, en quién estaría en el porta féretro, incluso sobre en que sección de terreno de la
familia debería ser sepultado. Sany guardó la cólera en su interior, liberando esta únicamente
después que todo el mundo se había ido. Entonces, su saco de entrenamiento sería el
receptor. Solamente cuando estaba físicamente y emocionalmente agotada podía meterse a la
cama y buscar el confort de los brazos de Brittany. Los papeles invertidos se sentía extraño sin
embargo al mismo tiempo confortaba a Sany. En los brazos de la mujer más pequeña podía
dejar el estrés irse y encontrar paz. Reforzaba su fuerza interna, permitiéndole hacer frente a
los desafíos de los recientes acontecimientos.
"María estará aquí más o menos en una hora para recogerte." Sany subió el cierre de su
falda y alcanzó su cinturón. "Volverá aquí en vez de ir al servicio del entierro de modo que
alguien esté aquí para cuando la gente comience a llegar." Abrochó el cinturón y tiró del abrigo.
"Ya está. Creo que estoy lista ahora." Se puso un pequeño sombrero negro sobre su recogido
cabello.
"Desearía poder estar allí contigo," Brittany dijo seriamente.
"Lo se, cariño." Tomó la barbilla de la mujer más joven. "No se qué habría hecho sin ti éstos
últimos días."
"No se qué habría hecho sin ti estos últimos meses," Brittany contradijo.
"Sabes si pudiera estarías allí justo a mi lado."
"Es mejor si permanezco atrás con Maria. Será más fácil entrar y salir con mis muletas."
"Oh, déjame ayudarte con tus tenis antes de que me vaya."
"Puedo hacer eso, Sany. Te arrugarás tu falda."
"Siéntate." Sus largos dedos hicieron rápidamente el trabajo de aflojar los cordones. Se
arrodilló y puso una mano en la pantorrilla de Brittany. El material satinado de su alta calceta
hasta su rodilla no coincidía con la suavidad natural que Sany normalmente sentía. Usando
su rodilla como un reposapiés, puso el tenis en el pie de su compañera y comenzó a atarlo.
"Recuerda, que la iglesia va a estar abarrotada. Asegúrate de conseguir un asiento. No quiero
encontrarte apoyada de espaldas contra la pared, ¿lo comprendiste?"
"Lo comprendí." Se inclinó y ajustó el lazo en la blusa de Sany. "¿Llevas tu pañuelo?"
"Y un repuesto."
"Todo bien entonces, supongo que estás lista." Brittany hizo una pausa por un segundo, entonces
puso las manos en los hombros de la mujer más alta. "Sany, se que piensas que tienes que
ser así de grande, una mujer fuerte pero tú no lo eres. Incluso aunque ustedes dos tenían
problemas, era de todas formas tu hermano y se que lo amabas. Si tienes que llorar, hazlo."
Sus palabras le ganaron un tierno beso en la frente cuando su compañera se puso de pie.
"Te veré después del servicio." Sany se quedó inclinada bastante tiempo para meter un
errante mechón del dorado cabello detrás de la oreja de Brittany. Si solo hubiera una manera de
tenerte conmigo hoy. Esto va a ser tan duro hoy sin ti justo allí a mi lado.
Según lo esperado, la iglesia estaba abarrotada con los amigos, la familia, y los socios de los
López´s. A pesar de las palabras de Sany, Brittany estaba contenta de estar parada de
espaldas contra la pared pero un hombre que estaba sentado en el último banco se levantó y le
ofreció su asiento. Recargada de espaldas en la pared, María tomó posesión de las muletas de
modo que nadie tropezara sobre estas. Desde su posición en la parte de atrás de la gran
iglesia era imposible ver a Maribel y sus hijas en la banca de adelante. Brittany escuchó las
monótonas palabras cuando el sacerdote atravesó las habituales frases de confort y oraciones
de consuelo. Cuando el final se acercaba, indicó a María para sus muletas, decidiendo que era
más fácil salir ahora que esperar y hallarse enganchada dentro del tropel de gente.
Justo cuando se subía en el auto de María las puertas de la iglesia se abrieron. Desde su
ventajosa posición, pudo ver a los seis hombres llevando el ataúd. Miró cuando Maribel salió,
flanqueada por sus hijas. Brittany escudriñó pero estaba demasiado lejos realmente para ver los
ojos de Sany. La cabeza de su amiga estaba agachada y su brazo estaba alrededor de su
consternada madre. Vio que Rachel estaba también proporcionando apoyo a la afligida mujer
cuando bajaban los escalones y entraban en la limusina que las esperaba. Al darse cuenta que
María la esperaba, Brittany puso las muletas en el asiento trasero y subió al auto.
*****
Justo como Sany había pronosticado, los amigos y los miembros de la familia comenzaron a
fluir dentro de la casa menos de media hora después de que el funeral hubiera terminado.
Largas mesas cubrieron un lado de la sala de estar, platos apilados con panes, carnes, y
quesos. Apoyada contra una pared fuera del flujo principal del tráfico, Brittany observó que era el
primer sitio al que la gente iba en cuanto ellos llegaban. Dado que el cuarto de lavado tenía
muchas barras y perchas, este servía como un improvisado guardarropa. Los fríos vientos de
marzo retrasaron cualquier idea que la gente pudiera haber tenido sobre guardar sus
chaquetas para la estación todavía.
Las puertas eran abiertas y cerradas por cincuenta personas que había allí para el momento en
que Sany llegó con su madre y hermana. Brittany vio la melena de de cabello oscuro sobre el
resto de la muchedumbre y comenzó a dirigirse hacía allá. El viaje fue hecho más fácil cuando
había sido vista y la resuelta ejecutiva la encontró a medio camino. "Hola." De esta cercanía,
era fácil ver el maquillaje encubriendo los oscuros círculos debajo de los ojos de Sany.
Apoyándose pesadamente en su muleta derecha, Brittany discretamente extendió su mano y
entrelazó sus dedos, dándoles un ligero apretón.
"Hola tú misma," Sany dijo, devolviendo el cariñoso gesto con uno propio. "Absolutamente
una muchedumbre." Rastreó el área, rápidamente observando a esos que serían problema
cuando el tiempo fuera pasando y las bebidas continuaran fluyendo. "Tú espera, Brittany. Antes
de que la noche termine te garantizo por lo menos una pelea a puño."
"¿Pelea a puño? ¿En un funeral?"
"Les doy una hora para lamentar la muerte de Brody. Después de eso, el tema girará en su
testamento y las especulaciones de quién conseguirá que y entonces la pelea estará
comenzando, estoy segura." Se dirigieron hacía una esquina cercana a las escaleras. Brittany
observó como su compañera desplazaba su peso de una pierna a la otra y de regreso otra vez.
Pienso que has sufrido en esas ropas suficiente tiempo, Brittany pensó para si misma.
"Sany, vienes a mi cuarto por un minuto."
"Seguro," contestó, agradecida por la oportunidad de escaparse. La primera cosa que Sany
notó cuando entró en el cuarto fue uno de sus trajes ordenados cuidadosamente en la cama.
"Pensé que estarías más cómoda en tus pantalones," Brittany dijo con un encogimiento de
hombros. A la enfática mirada en los zapatos en el piso agregó, "sé cuánto te duelen tus pies
después de estar en tacones todo el día. Los bajos estarán perfectamente aceptables con esos
pantalones. Te he visto usarlos antes."
"¿Así qué tuviste a María escogiendo esto para mí?"
"No," Brittany contestó con una orgullosa sonrisa. "Los escogí yo misma y los traje abajo. María
estaba ocupada."
Las atenciones casi trajeron a Sany a las lágrimas. Parpadeando rápidamente, extendió la
mano y dejó que un dedo trazara la quijada de la mujer más pequeña. "Gracias." Dio un paso
atrás y un puntapié a sus zapatos. "Mejor me cambio y regreso allá. Estoy segura que alguien
está buscándome. Probablemente mi madre." Agregó la última parte aguantando su
respiración. La falda golpeó el piso seguido rápidamente por su fondo.
"¿Todo fue bien en el servicio?"
"Nada que no pudiera manejar." La quijada de Sany se apretó notoriamente pero no dijo
nada, en su lugar recogió sus pantalones y los deslizó sobre las piernas cubiertas por las
medias. Brittany notó la tensión pero no dijo nada, asumiendo que sería por el estrés del funeral y
los parientes. Los largos dedos del pie se menearon dentro de los cómodos pero elegantes
zapatos mientras la blusa gris era metida dentro de la delgada pretina. "Ah, me siento mejor
ya."
"¿Hay algo que pueda hacer por ti?" Brittany preguntó. "Como intentar mantener a tu madre
ocupada. Está cansándose de mí colgando alrededor de ella, tú sabes."
"Lo oí. Rachel estará dirigiendo la interferencia por la mayor parte. Puedes quedarte aquí, que
mucho recomiendo por cierto, o puedes solo salir allí y escuchar a mis primos y a mis primos
segundos y a Dios sabe quién más divagar acerca de nada de importancia."
"Bien, cuando lo pones de esa manera." Sonrientes ojos verdes acompañaron la sarcástica
observación. "¿Cómo puedo resistirme?"
*****
Para Brittany, los sonidos no era nada sino un estruendo general. Sany, por otra parte, los
últimos años aprendió en cómo ocuparse de una muchedumbre y poder identificar las
conversaciones individuales fácilmente. Mientras se movía a través del cuarto, cuidadosamente
escuchó los diferentes temas. Para el momento en que llegó con Puck, sabía más sobre el
barco nuevo que su primo había comprado que cuando él lo hizo. El conocimiento permitió que
se deslizara fácilmente dentro de la conversación. Moviéndose de persona en persona, Sany
recorrió la habitación. Cuando pensó que había saludado a todo el mundo, intentó escurrirse a
la cocina en donde había visto a su belleza rubia ir algunos minutos antes.
"Sany." Los azules ojos rodaron en el sonido de la voz de su madre.
"¿Sí, Madre?" Volteó para ver a Maribel parada detrás de ella. Para ese instante, la agitación
que había sentido hacia sus parientes se disipó en la cara de la afligida mujer. Sany
inmediatamente suavizó su tono. "¿Hay algo que necesites?"
"¿Dónde está tu hermana?"
"No lo sé." Irguió su cuello para ver sobre la muchedumbre pero no había señales del distintivo
cabello rojo. "Quizá Quinn la llevo a su casa."
"Vamos Santana," las arrugadas manos fueron a sus caderas. "Sabes que Rachel no se iría sin
despedirse de mi," la reprendió. "Honestamente, a veces me pregunto que estás pensando."
"Lo siento, mamá. No estaba pensando." La ejecutiva resistió el impulso de frotar sus sienes.
Era una inútil defensa contra una madre el dolor de cabeza de todos modos.
"Bien, la muerte de Brody nos tiene afectados a todos." Maribel limpió sus ojos con su
pañuelo. "Tu padre tenía tan altas esperanzas de él. Una trágica pena, eso es lo que es." Un
nudoso dedo se levantó en el aire y los ojos de la matriarca crecieron de par en par. "Lo tengo."
"¿Tienes qué?" Sany preguntó con indecisión, segura que no le gustaría la respuesta.
"La manera perfecta de decidir sobre el legado de Brody. Siempre disfrutó su tiempo en la
universidad. Puedes establecer una beca en su nombre." Una autosatisfecha sonrisa se formó
en la cara de la mujer mayor. "Sí, esa sería la manera perfecta de honrarlo."
"Podemos hablar acerca de eso en algún otro momento, mamá."
"No hay nada para hablar," Maribel dijo firmemente. Los ojos de Sany se estrecharon
levemente cuando vio a Michael deslizarse detrás de su madre.
"Hola tía Maribel, hola Sany."
"Michael," la ejecutiva dijo llanamente.
"¿Quieres lo qué todo mundo está bebiendo?" Levantó su vacío vaso.
"Nada para mí," Sany dijo. Y estoy dispuesta a apostar que el tuyo ha sido vaciado más de
una vez, pensó para si misma cuando el tenue olor del alcohol flotó hacía ella. Maribel levantó
su vaso casi lleno para indicar que estaba muy bien en ese momento también.
"Oh bien." Miró en sus zapatos, entonces se movió en las dos mujeres. "Entonces Sany,
¿tienen decidido cuando ustedes van a hacer que su testamento se lea?"
"No me di cuenta que había una gran prisa para hacer eso, Michael," dijo. Las dagas que sus
ojos lanzaban fueron desperdiciadas en él, dado que su mirada estaba por todas partes
excepto en ella.
"No, ninguna prisa en absoluto," encogió los hombros. "Es solo que nosotros estábamos muy
unidos y pensé que debía saber cuando eso será." Levantó la mirada y finalmente se dio
cuenta de las mortales miradas que estaba consiguiendo. "Bien um..." intentó despejar su
garganta, que repentinamente sintió como si un limón fue exprimido en ésta. "Estoy seguro que
me dejarás saber cuándo será."
"Me aseguraré de que todo el mundo afectado sea notificado."
"Correcto, como dije." Limpió su sudorosa mano en el lado de su chaqueta. "Bien, si las
señoras me disculpan." Volteó y tomó a la mano de su tía en la suya. "Tía Maribel, siento tu
pérdida." Sany rodó sus ojos cuando Michael besó la mano de la mujer mayor. "Cuz, te veré
alrededor." Desapareció en la muchedumbre, dejándola otra vez sola con su madre.
"Um, pienso que mejor iré a ver si todo está bien en la cocina." Dio medio paso atrás como
preparación a su rápido escape.
"Tonterías. Estoy segura que María puede manejar cualquier cosa que surja," Maribel dijo
descartándolo. "¿Por qué no vas a encontrar a tu hermana?"
"Esa parece una buena idea, mamá. Regreso enseguida." Sany giró y se movió a través de la
muchedumbre tan rápidamente como podía. Para su desagradable sorpresa, terminó cara a
cara con Michael.
"Ah, fantástico encontrarte aquí," dijo, sonriendo en su propio chiste.
"No piensas que la rutina de Eddie Haskell era mucho un sátira, ¿Michael?"
"Oh por favor, ese es justo mi encanto natural."
"Lo que sea." Tanto como disfrutaba una buena lucha verbal, éste no era ni el tiempo ni el lugar
para esto. "¿Has visto a Rachel?"
"La última vez que la vi. Estaba en la cocina con esa amiga tuya." Las voces levantadas cogió
la atención de ambos.
"Mierda, John. Te dije que vendieras cuando estaban en cuarenta y ocho y un octavo. No es mi
problema que no lo hicieras." La gente rápidamente se apartó de los dos enojados hombres,
formando un círculo.
"Tú eres mi corredor. Se supone que te ocuparías de estas cosas por mí. ¿Tienes alguna idea
de cuánto dinero perdí?"
"Sabías que ellos hablaban de la fusión." Sany rompió a través del círculo en ese momento.
"Si no actúas rápidamente, serás derrotado."
"¿Cómo Sally Ryan?" La ejecutiva respiró profundamente. Los nombres de las antiguas novias
nunca eran una buena señal.
"Sabías que no tenía una cita para el baile. No es mi culpa que la invitara a salir antes de que
tú lo hicieras."
"Sabías que quería salir con ella. Era todo de lo que hablé ese año."
Sany sabía que esto iba a intensificarse rápidamente dentro de una clásica riña López.
Pisó entre los hermanos que peleaban. "¡SUFICIENTE! Se supone que ustedes están aquí de
luto por la muerte de Brody, no peleando sobre alguna chica que perdieron hace quince
años." Un intenso latido comenzó detrás de sus ojos, la señal de un relativo dolor de cabeza.
"John, no estás en secundaria más. Supera esto." Los hombres intercambiaron terribles
miradas y se alejaron en diferentes direcciones. Un murmullo de palabras y entonces todos los
demás volvieron a sus anteriores conversaciones. Sany pasó sus dedos a través de su
cabello enérgicamente.
"¿Estás bien?" Una suave voz por detrás de ella preguntó.
"Yeah." Volteó para ver los familiares ojos verdes mirándola con preocupación. "De verdad,
Brittany. Estoy bien."
"Solo me aseguraba. Te oí gritar."
"Solo una típica reunión López," Sany masculló. Cogió un flash de naranja y rojo en la
esquina de su ojo. "Uh oh." Rachel y su madre estaban acercándose rápidamente. "Veo que
mamá te encontró," dijo una vez que su hermana estuvo al alcance del oído.
"Te dije que no se había ido todavía," Maribel dijo. La mirada en los ojos de Rachel dejó en
claro que ella no deseaba haber sido encontrada. Oh chico, esto va estar bueno, Sany pensó
para si misma. "Estaba justo diciéndole a tu hermana que quiero revisar las cosas de Brody.
¿Supongo que todavía tienes las cajas arriba en el ático?"
"¿Qué, de cuándo vivió aquí? Él tomó lo que quería y tiré el resto."
"Pero había trofeos y cintas y premios..."
"Si no se los llevó, estás se perdieron."
"¿Y nunca se te ocurrió que yo podía querer esas cosas?" Maribel estaba parada directamente
delante de su hija mayor. "¿Cómo puedes ser tan desconsiderada?"
"¡Mamá!" Rachel exclamó. Brittany estaba parada allí silenciosamente, su atención centrada en el
tic del músculo en la quijada de Sany.
"Mañana iré a revisar su apartamento y veré si guardó algo."
"No te preocupes. Tu hermana me recogerá y buscaré yo misma." Las hermanas
intercambiaron miradas. Rachel se encogió los hombros, esto era lo primero que oía acerca de
eso también.
"Pienso que debes esperar algunos días, mamá. Sus pertenencias no irán a ninguna parte."
Sany estaba preocupada de lo que pudieran encontrar allí.
"Tonterías. Mañana estará bien."
"No pienso que mañana..."
"¡Santana Maria!" El tic se convirtió en un sólido apretar. Brittany se movió más cerca a su
amiga y discretamente puso sus yemas de sus dedos contra la espalda de Sany. Los
músculos estaban agrupados y apretados, otra indicación de la tensión de Sany. Presionó
levemente y comenzó a frotar en pequeños círculos.
"Bien, mamá. Rachel y yo te llevaremos al apartamento de Brody mañana." Genial, ahora
tengo que ir esta noche y comprobar las cosas. Se reclinó casi imperceptiblemente en el suave
tacto de los dedos de Brittany.
"Honestamente, no se por qué haces las cosas tan difíciles, Sany. En este día de todos los
días tienes que ser tan testaruda." Maribel puso en los ojos secos su pañuelo. "Pido una
simple cosa. Solo quiero algo para recordar a mi hijo y lo tienes que hacer difícil."
"Mamá..."
"No Rachel, pedí una simple cosa de ella. Solo porque no podía llevarse bien con su hermano
no es excusa para trastornarme."
La espalda de Sany ahora era un sólido grupo de tensión y le tomó un momento antes de
que pudiera relajar su quijada suficiente para hablar. Los suaves movimientos que circundaban
su espalda aumentaron en presión. ¿Piensas que estoy a punto de perder, no es así? Echó un
vistazo de lado en su compañera. Ver la mirada de comprensión y apoyo en esos verdes ojos
fue suficiente para guardar el agudo comentario de pasar a través de sus labios. En su lugar
miró a su madre y asintió. "No era mi intención trastornarte. Supongo que todos nosotros
estamos todavía en shock." Sany sabía que estaba rindiéndose, pero hoy no era el día para
estar en el estrado con su madre. "Mejor iré a comprobar unas cosas. Discúlpadme." De
espaldas a su madre, dio a Brittany una cariñosa sonrisa y salió del cuarto.
Entrando en la cocina, Sany estaba contenta de ver que la única persona allí era María. Se
acercó al refrigerador y sacó una botella de agua. Tomó un largo trago antes de hablar a su
ama de llaves. "¿Tienes aspirinas? Tengo un palpitante dolor de cabeza y realmente no quiero
salir allí otra vez."
"Hablando con tú madre otra vez, ¿no es así?" María abrió un cajón y sacó un blister. "Estoy
segura que hay algún Tylenol o Motrin aquí adentro."
"Lo siento," Rachel dijo cuando entró. "Está muy rara hoy." Las dos hermanas estaban paradas
cerca del extremo de la encimera. María encontró algo para hacer en el cuarto de lavado,
permitiendo a las dos mujeres su privacidad.
"¿Cuándo fue la última vez que estuviste en su casa?" Sany preguntó antes de echar tres
píldoras en su boca y tomar varios tragos de agua.
"¿Estado? Nunca he estado allí. ¿Por qué iría a su apartamento?"
"Vamos a tener que ir allí, y tú lo sabes. Quién sabe lo que habrá o que cosas podria tener."
Puso la botella nuevamente dentro del refrigerador. "¿Puede Quinn mantener un ojo en los
niños?"
"Estoy segura que puede." Rachel miró en su reloj. "Nosotros estaremos marchándonos en
algunos minutos. ¿Quieres reunirte en casa de Brody alrededor de las seis o siete?"
"Siete sería mejor. Quién sabe cuánto tiempo los demás van a quedarse." Sany miró fuera de
la puerta de cristal en el arco iris de autos que dejaron en desorden su camino de entrada. "Por
lo menos otra hora o dos."
"Y entonces ahí está mamá."
"Oh no." Sany meneó su cabeza. "Tú no vas a dejarla aquí conmigo. Cuando te vayas, ella
se va." Echó un vistazo en la sala de estar. "Hablando de lo cuál, ¿qué le pasa a ella?"
"No lo sé. Después de que te alejaste continuó sin parar hasta que Brittany le preguntó algo
acerca de Brody y de sus trofeos. Vi eso como mi escape y lo tomé." La pelirroja se inclinó y
habló en un conspirador tono. "Personalmente, no pienso que está realmente interesada en sus
trofeos."
Sany sonrió con orgullo. "No lo está. Está intentando impedirme que cometa matricidio."
"¿Quieres traerla con nosotras esta noche?" Rachel ofreció.
"No. Esperemos que no estemos allí mucho tiempo." Hizo una pausa por un momento,
entonces agregó "pero fue amable de tu parte preguntar." Suspiró y golpeó sus nudillos en la
barra. "Supongo que no puedo ocultarme aquí siempre."
"Me llevaré a mamá con nosotros cuando nos marchemos. No tendrás que sufrir mucho más
tiempo."
"¿Cómo lo hice para sobrevivir dieciocho años con ella?" Sany preguntó, meneando su
cabeza en el desconcierto. "No puedo hablar con ella un día sin necesitar de cortar o retorcer
su cuello."
"Oh, eso es fácil," la pelirroja sonrió. "Yo estaba allí la mayor parte del tiempo."
"Eso es, tú estabas." Sany golpeó ligeramente un elegante dedo en su barbilla. "Te
recuerdo." Esquivó un juguetón empujón. "¿No fuiste tú la que chocó el auto de papá con su
bici y me culpó?"
"Um... bien eso fue hace mucho tiempo, Sany. ¿No fuiste tú la que se olvidó de abrir su
ventana una noche y tuvo que furtivamente entrar por la mía?"
"Ah, cierto." Envolvió el brazo alrededor de los hombros de su hermana. "Pero no fuiste tu la
que..." Comenzó cuando caminaron de regreso a la sala de estar.
*****
Sany introdujo la llave en la cerradura. "¿Qué es ese olor?" Preguntó, arrugando su nariz.
Rachel se encogió de hombros en su falta de una respuesta y sacó una bufanda de su bolso. La
puerta se abrió y la ejecutiva movió el interruptor. "Hijo de perra," respiró. Las ropas estaban
esparcidas por todas partes, los cojines del sofá estaban en el piso, la mesa del café y cada
otra superficie horizontal estaba cubierta con latas de cerveza y basura. Cerveza rancia y ropas
sucias se mezclaron con otro olor inidentificable.
"Oh mi dios," Rachel dijo cuando observó la escena. "Esto es asqueroso."
"Triste es más lo que es," Sany murmuró, recogiendo un pequeño espejo cuadrado que
encontró sobre la barra. La reveladora hoja de rasurar estaba reclinada al lado de este. "Es una
buena cosa que viniéramos aquí primero." Mostró a su hermana el espejo empañado con un
fino polvo blanco. "No hay manera que podemos hacer que mamá vea este lugar con este
aspecto." Rachel asintió en el acuerdo. Sany lanzó el repugnante espejo sobre la barra y
desabrochó su chaqueta. "Supongo que mejor buscamos algunas cajas y bolsos de basura
para toda esta mierda." Para su sorpresa, la pelirroja, que era adversa a cualquier clase de
trabajo doméstico, no discutió.
"Pondré algo de música," Rachel dijo, abriéndose paso para el estéreo. "Vamos ver ¿cómo
funciona?" Presionó el botón de power y fue inmediatamente golpeada con unos
incesantemente altos decibelios de ruido.
"¡APAGA ESA COSA!" Sany gritó cubriéndose sus oídos. Un segundo después había
tranquilidad silenciosa otra vez.
"¿Cómo podía soportar escuchar esto fuerte?"
"Maldición si lo sé. Quizá las drogas afectaron su audición. Bien empecemos a trabajar. Quiero
llegar a casa a una hora decente." La cocina compartía una media pared con la sala de estar,
permitiendo a las dos hermanas platicar mientras recogían la basura. Sany levantó la
tapadera del bote de basura en la esquina. "Oh Dios." Lo cubrió rápidamente. "Creo que
descubrí de donde viene ese olor" se ahogó, dando algunos pasos atrás.
"No puedo oler eso más," Rachel gritó desde el lado lejano de la sala de estar. "Todo lo que
huelo es cerveza." Movió un cojín para encontrar una pizza medio comida pegada a la
alfombra. "Oh Sany, no quiero tocar esto."
"Te diré que vamos a hacer limpiaré lo que sea que estás mirando si tú sacas estos platos de
esto... um... supongo que lo llamarías agua." Se acercó con las puntas de sus dedos pero solo
no podía lograr tocar el viscoso líquido. "Sé que no estaré tocando esto."
"Debimos haber traído guantes." La pelirroja recogió una lata vacía de cerveza y comenzó a
tirar dentro de la bolsa. "¿Así qué las cosas están bien entre tú y Brittany?" Preguntó
casualmente.
"Nos llevamos bien, sí." Sany arqueó una ceja. "Rachel, te dije..."
"Lo sé, lo sé. Ustedes no son amantes, ustedes son solo amigas." La hermana más joven agitó
su mano descartándolo. "Me rendí intentando resolver esto." Puso la caja abajo y se acercó a
la barra que separaba la sala de estar y la cocina. "Ella me da la misma historia que tú pero
ustedes no actúan como amigas."
"Tenemos muchos trabajo que hacer aquí, Rachel."
"Sany, mírame." Cuando habló otra vez, su voz era más suave. "No me importa. He
observado la manera en que ustedes dos actúan alrededor de una con la otra."
"¿Y qué ves?"
"¿Qué veo?" Rachel dio una pequeña sonrisa. "Te veo feliz en cierto sentido que nunca pensé
que serías." Se rió en el sonrojo de su hermana. "Vamos, tú hiciste la pregunta. Realmente
Sany, es obvio para mí que estás enamorada de ella. Por lo que respecta a cómo Brittany
siente sobre ti..." La cabeza de la mujer de cabello oscuro se levantó rápidamente. "Ella no es
Dani."
"No, no lo es" la ejecutiva convino enfáticamente. "Brittany nunca me ha pedido nada. Lo que le
he dado, es porque he querido hacerlo."
"Veo eso," Rachel contestó. "¿Piensas que no he estado observando? Tomas más días libres
de lo que hiciste alguna vez y no vas a ninguna parte. No veo ningún auto nuevo, aunque no vi
tu Porsche por ahí. ¿Lo vendiste?"
"Sí." La verdad era que, tan pronto como fue reparado, había firmado a Hans para venderlo en
cualquier precio que él pudiera. "No quiere autos o cosas costosas. Incluso no tiene licencia de
conductor. No está intentando conseguir nada de mí."
Rachel levantó sus manos. "No tienes que defenderla, Sany. Solo estoy diciendo que no vi
algunas de las cosas que me dijeran que está utilizándote y no creo que lo haga. Me gusta."
"¿Te gusta?" La sorpresa se mostró en su cara. Es era una rara confesión de su hermana más
joven. "Así qué... estaría bien contigo si nosotras fuéramos... ¿una pareja?"
"No voy a fingir que entiendo por qué quieres estar con una mujer. No tiene ningún sentido para
mí." Levantó su mano para impedir a su hermana hablar. "Pero esta es tu vida, y Brittany te hace
feliz, entonces eso es todo lo que importa. Así que sí, está bien conmigo si ustedes dos son
pareja." Miró a Sany venir de detrás de la barra y alegremente aceptó el abrazo. "Es tu vida,
hermana, si Brittany es la que está para ti entonces no dejes que nadie las mantenga separadas"
susurró en el oscuro cabello.
Sany retrocedió hasta que estuvieron a una distancia de un brazo separadas. "¿Qué hizo que
cambiaras de opinión? Te recuerdo llamándola de todo, más un reencarnación de Daniell."
"Estaba equivocada," Rachel se encogió de hombros. "Hey, eso sucede." Frotó sus manos.
"Estoy haciéndola mi secretaria," Sany ofreció voluntariamente. "He estado llevando trabajo a
casa para que lo haga y hasta ahora no ha habido error." Sonrió suavemente. "Tiene una
buena cabeza para las cifras también... muy organizada." Si, la sonrisa creció más ancha. "¿Tú
sabes que no se me da bien ordenar mi mail?"
"¿Quieres decir que desenmarañó ese desorden que llamas tu inbox?" Rachel movió su
cabeza. "Recuerdo cuando le pediste a Tina que hiciera eso. Pensé que iba a renunciar allí
mismo."
"Brittany lo hizo incluso sin ser pedido" Sany dijo orgullosamente. "Así es como ella es."
"Parece que eres muy afortunada, hermana. Ahora suficiente de esta sensible charla. Tenemos
trabajo para hacer aquí. ¿Deseas intentar y conseguir el estéreo a un volumen que no rompa
los vidrios?"
"Seguro." Sany se movió a través del cuarto, la sonrisa nunca dejó su cara.
*****
"¿Ella dijo eso?"
"Yup... ooof."
"Oops, me gusta eso." Brittany movió sus codos del pecho de Sany y se colocó, cruzando sus
brazos sobre el pecho izquierdo de la mujer de más edad. Apoyó la barbilla encima de ella
entrelazando los dedos. "¿Así qué realmente dijo que le gusto?"
"Dijo que le gustas." Sany sonrió en la oscuridad, su mano suavemente frotaba la espalda de
la mujer más pequeña. "¿Ves? Has ganado sobre las mujeres López."
"No a todas."
"Amor, incluso yo no he ganado sobre mi madre todavía. Creo que solo tendrás que aceptar
que dos de tres no es malo."
"Bien..." Brittany subió poco a poco hasta que sus caras estuvieron a la misma altura, cabellos
dorados y negros se mezclaron sobre sus hombros. "Hay realmente una única López que
es la que importa para mí." Los ojos de Sany se cerraron cuando suaves labios presionaron
contra los suyos. "Y ahora esa López necesita dormir un poco." A pesar de sus palabras,
Brittany no pudo resistir inclinarse para un beso más largo. "Mmm, a veces me pregunto si soy
realmente Cenicienta y tu estás sosteniendo la zapatilla de cristal."
"Si lo hiciera, eso me haría una muy afortunada mujer," Sany contestó.
"Nunca entenderé que hizo que alguien como tú corriera el riego sobre alguien como yo." Brittany
movió la mayoría de su peso sobre la cama y reclamó el hombro de la mujer de más edad
como su almohada. "A veces temo que todo esto sea algún sueño maravilloso y voy a
despertar y encontrar que te fuiste," sintió los brazos de Sany apretar protectoramente
alrededor de ella.
"Nunca dejaré que suceda, Brittany. No permitiré nunca que vuelvas a la manera en que
acostumbrabas vivir."
"Eso no me asusta." Frotó su nariz más intensamente en el hombro de Sany.
"¿Entonces qué lo hace?"
"Perderte," reservadamente admitió. "Todo el dinero y posesiones en el mundo no significan
nada para mí sin ti."
"Te amo también," Sany susurró, levantando su cabeza el tiempo suficiente para poner un
beso en la cabeza de Brittany. Ellas se acurrucaron juntas, colocando las piernas hasta que
encontraron una cómoda posición y la sensación pacífica de estar una con la otra las relajó dentro del sueño.
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:28 am




Capítulo 11



El reloj marcaba justo pasadas las seis cuando la llamada de la naturaleza tiró de Brittany de su
dormitar. Somnolientos ojos verdes se abrieron y se enfocaron sobre la mujer durmiendo
debajo de ella. Le llevó algunos minutos liberarse del rompecabezas humano que ellas habían
formado durante la noche.
Después de un rápido viaje al baño, Brittany se colocó las muletas y fue a la cocina a preparar
una jarra de café. Servía el humeante líquido en dos tazas en el momento en que Sany entró
en el cuarto. "Buenos días. Pensé que te gustaría un poco de café."
"Mmm, sí gracias." La alta mujer se acercó y envolvió sus brazos por detrás alrededor de Brittany.
"Buenos días, amor." Presionó sus labios en la cabeza de la joven mujer. "Tengo que recoger a
mi madre en un par de horas."
"Entonces definitivamente necesitas tu café," Brittany dijo, entregando las dos tazas. "Y si vas a
darme un beso de buenos días, eso estará correcto."
Sany movió su cabeza. "Mmm, aliento de la mañana. Nada de besos hasta después de que
cepille mis dientes."
"Correré el riesgo."
"¿De verdad?" Una ceja se levantó un poco cuando dejó las tazas abajo. Dando la vuelta, tomó
primero una muleta, después la otra, y las puso al lado antes de coger a Brittany en sus brazos.
"Así qué tu quieres un beso de buenos días, ¿hmm?" Bajó su cabeza y volcó todo su amor en
una serie de suaves besos. Mordió y persuadió con sus labios hasta que sintió la boca de Brittany
abrirse para ella. Sany tragó un suave gemido cuando su lengua exploró el interior de la boca
de la joven mujer. ¿Oh sip, querías este, no es así? Para su completa sorpresa sentía una muy
insistente lengua empujando dentro de su propia boca. Ahora fue el turno de la ejecutiva gemir.
Cuando se separaron, fueron varios segundos antes de que su respiración volviera a un
manejable nivel. "¿Así?" Preguntó con voz ronca. "Éste tiene su aprobación para un beso por la
mañana, ¿Srta. S. Pierce?"
"Oh sí, muy agradable." Brittany se alzó para otro rápido rozar de labios antes de alcanzar sus
muletas. Bésame así cada mañana y seré feliz por siempre. Con renuencia retrocedió, su
cuerpo entero gritaba por más contacto. "Mejor bebe tu café antes de que se ponga frío."
Sany miró el reloj. "Preferiría pasar el día contigo, tú sabes." El agudo pitido esbozó un ceño
de la ejecutiva. "Recibiré esta. Con mi suerte es probablemente Rachel que intenta eludir tratar
con mamá hoy." Tomó el teléfono. "Residencia López... Sip, buenos días a ti también,
hermana. ¿Qué sucede?" Brittany miró como las oscuras cejas se fruncían en desconcierto. "Mm
hmm, ella está despierta... no, nosotras acabamos de levantarnos y estamos tomando café."
Ahora la frente se elevó y los azules ojos se trabaron con los verdes. "Bien... seguro, eso suena
bien para mi. Déjame preguntarle, aguarda." Sany sostuvo el teléfono sobre su pecho.
"Rachel desea saber si te gustaría salir a desayunar."
"Uh, seguro." Sería la primera vez que saliera de la casa a excepción de las citas con su doctor
y el funeral. Observó una sonrisa cruzar la cara de Sany.
"Seguro, suena bien, Rachel." Ellas ultimaron detalles mientras Brittany bebía su café. Para el
momento en que Sany colgó, su café se había enfriado bastante para beberse en cuatro
largos tragos. "Debemos irnos ahora. Se supone que nos encontraremos allí en cuarenta y
cinco minutos. Correré arriba y me vestiré." Recogió la ahora vacía taza de Brittany y la dejó con
la suya en el fregadero. "¿Me haces un favor?"
"Lo que sea," la joven mujer contestó.
"¿Usas esa camisa color oxido?" Una sonrisa tímida vino a los labios de Sany. "Pienso que te
ves realmente preciosa con ella."
"No creo que ninguna de las faldas vaya con ella."
"Los pantalones color caqui lo hacen. Estoy segura que la pierna es bastante amplia para
franquear el molde."
Brittany sonrió. Cuando había abierto esas ropas en Navidad pensó que irían bien juntos.
También sabía que Sany tenía una debilidad por esa camisa en particular. "Seguro, pero eso
te costará."
"¿Costarme?" El desconcierto giró en diversión cuando vio la calculadora sonrisa.
"Tienes que usar esa camisa gris de algodón y esos jeans negros."
"¿Los anchos o los ajustados?"
"Los ajustados." Brittany se dio cuenta de cómo podría ser tomado y se ruborizó. "Solo pienso
que esos te sientan muy bien." Murmuró, apartando la mirada cuando sus orejas giraron a una
incluso más brillante tonalidad de rojo.
"Huh uh," Sany sonrió maliciosamente. "Estás linda cuando te ruborizas, tú sabes eso."
"Me has dicho eso antes."
"Eso es aún verdad." Se acercó a la mesa y se arrodilló hasta que sus ojos estuvieron al nivel
con los de la joven mujer. "En realidad, la verdad es, que eres hermosa en cualquier momento.
Con o sin un sonrojo." Se inclinó y dio a Brittany un beso en la mejilla. "Vamos, estoy
hambrienta."
*****
"¿Puedo traerles a las señoras algo de beber para empezar?" La camarera preguntó. Las tres
mujeres estaban sentadas en una mesa, Rachel sentada sola en un lado. Brittany abrió su boca
pero antes de que pudiera pronunciar un sonido, Sany habló. "Café en este lado y a ella té...
limón, sin crema. Estaremos listas para ordenar cuando usted vuelva."
"Vuelvo enseguida con sus bebidas."
"¿Sabes ya qué quieres?" La ejecutiva preguntó sin levantar la mirada de su menú. Dio un
suave toque debajo de la mesa a Brittany para que entendiera que la pregunta era dirigida a ella.
"Um..." Exploró el menú, observando con gran alarma los precios abajo a lado derecho. ¿Seis
dólares cincuenta centavos por dos huevos y pan? ¿Dos noventa y cinco por el café? Su
apetito se redujo en proporción directa a los precios. "Creo que realmente no estoy tan
hambrienta. Quizá solo una tostada y café."
"Oh no, Brittany," Rachel dijo. "Tienes que probar sus huevos benedict. Es el mejor en Albany, lo
juro."
"No, estaré bien con las tostadas, estoy segura." Sabía sin mirar que era la receptora de una
inquisitiva mirada de Sany. Quizás se olvide de mi estómago quejándose antes. La camarera
volvió con sus bebidas y cuando habían sido servidas miró expectantemente en Sany.
Con un asentimiento de su cabeza, la mujer de cabello oscuro indicó a Brittany. "Ella tomará dos
huevos, con pan tostado, picadillo de carne de res y papas fritas. Tomaré lo mismo excepto
que quiero tocino en vez de picadillo y mis huevos deben estar bien cocidos. ¿Rachel?"
"Tomaré unos waffles Belgas con fresas y crema."
"Correcto, le traeré su comida pronto."
Brittany miraba a Sany boquiabierta. "Dije que estaba bien con una tostada."
"Rachel, ¿nos disculpas por un momento por favor?"
"Seguro, Sany. En realidad creo que necesito hacer un viaje al tocador de damas." Tomó su
bolso y abandonó la mesa.
"¿Por qué hiciste eso?" No había acusación en el tono de la joven, solo curiosidad.
"¿Por qué mentiste acerca de no tener hambre?" Sany contradijo. "Mírame. Dime que
únicamente deseas una tostada y que el precio no tenía nada ver con esto." Su mano derecha
se deslizó bajo la mesa y comenzó a acariciar el muslo izquierdo de Brittany. "Entiendo que
pienses de cuanto cuesta todo. Desearía que no lo hicieras, pero se que lo haces. También se
que no voy a sentarme aquí y dejar que comas solo una tostada para el desayuno." Una mano
más pequeña agarró la suya debajo de la mesa y la apretó.
"Ok, gracias." Brittany se inclinó más cerca. "En realidad, el picadillo y los huevos suenan
maravillosos."
"Tú los amarás, confía en mí."
Un corto tiempo más adelante Brittany limpiaba el plato con el último trozo de pan tostado
mientras las dos hermanas hablaban. El tema actual era impuestos, y para alguien que siempre
acostumbra la forma fácil, era un tema con el que se sentía penosamente fuera de lugar. Las
mujeres López, por otra parte, habían charlado durante toda la comida sobre exenciones y
vacíos legales. Brittany sonrió y desayunó tranquilamente, escuchando los ricos tonos pero no las
palabras de su alta compañera. Excluyó a Rachel completamente y así, pasó por alto su
nombre la primera vez que fue mencionado. "Lo siento, ¿qué?"
"Pienso que la estamos aburriendo, Rachel." Sany rió cuando vio el culpable rubor cubrir la
clara piel.
"Dije que Wendy necesita cualquier recibo que tengas para tus impuestos." Viendo la
confundida mirada de Brittany, Rachel explicó. "Wendy es nuestra contable. Ella hará tus
impuestos para ti pero pienso que le está faltando algún papeleo. Tiene únicamente tu W-2 de
López."
"Bien, tengo el único de Money Slasher. No me llevará mucho tiempo llenar la forma así que no
he evadido este aún. ¿Por qué tendría una declaración de ingresos de López? Sany no
decidió darme el trabajo como su secretaria hasta la semana pasada."
"Whoops," Sany dijo. "Puedo explicar." Se giró en su asiento para poder hacer frente a Brittany.
El corto banco y sus piernas largas significó que su rodilla terminara apoyada sobre el muslo
cubierto de color caqui. "¿Recuerdas cuando hice que firmaras todas esas formas para que
nosotros pudiéramos conseguirte en el seguro? Tú estás en la nómina de pago desde
entonces."
"¿Quieres decir que no sabías que estás recibiendo un pago cada semana?" Rachel preguntó.
La aún impresionada Brittany meneó su cabeza. "Firmaste una autorización directa del depósito
para la unión de crédito. Llenaste un W-4 para tus exenciones."
"No recuerdo lo que firmé. Estaba aún en el hospital y con todo ese matador dolor..."
"Sany, ¿no le dijiste lo que estaba firmando?"
Ahora fue el turno de la ejecutiva para ruborizarse. "Bien..." Miró a Brittany. "Cuando estabas en
el hospital, todo lo que podía pensar era en asegurarme que tuvieras el mejor cuidado. Sé que
te dije que eras ahora empleada de López Corp."
"No pensé que querías decir que en realidad recibiría pago." Discretamente puso su mano en la
rodilla de Sany. "Debe haber cientos de dólares allí adentro."
"Me gusta más miles," la ejecutiva corrigió. "No pago a mis trabajadores morralla suelta como
Money Slasher. Pago un salario real. Por eso la gente con habilidad y talento no nos deja
después de algunos años y entra a alguna otra firma."
"Sany, no puedo conservar ese dinero. No lo gané. ¿No puedes solo devolverlo o algo así?"
Eso ganó risa de ambas López´s. "¿Qué?"
"Brittany querida, ¿tienes alguna idea cuánto papeleo estaría involucrado en hacer algo así?"
Rachel se rió suavemente otra vez. "Eso es imposible."
"El dinero es tuyo, Brittany," Sany agregó. "Siento no haberlo mencionado antes. Honestamente
no pensé en cosas como cheques y tu por supuesto no has necesitado ningún dinero."
"Está bien. Podemos hablar acerca de eso en algún otro momento." Brittany llevó la taza de café
a sus labios, mentalmente decidiendo a qué instituciones benéficas daría el dinero si no podía
convencer a Sany que lo devolviera.
"Hablando de más tarde," la ejecutiva miró en su reloj. "Mejor nos vamos."
"Espera." Rachel puso su mano a través de la mesa, rogando a su hermana permanecer donde
estaba. La pelirroja miró a Brittany con tal seriedad que hizo que el pulso de la joven mujer se
acelera con nerviosismo. "Solo quiero decirte algo antes de que nos vayamos." Se lamió los
labios y echó un vistazo rápido en su hermana mayor antes de continuar. "Brittany, amo mucho a
mi hermana, con Brody desaparecido, bien... esto justamente me ayudó a hacer que me diera
cuenta que estaba siendo injusta con ella. Nunca la he visto más feliz que cuando está
contigo."
"Rachel, no me avergüences," Sany advirtió juguetonamente aunque el calor se levantaba en
sus orejas.
"Oh tú quédate tranquila o le diré sobre la vez que una vez cogiste el auto de papá para un
paseo subrepticio y fuiste detenida por la policía," la hermana más joven advirtió. "Ahora, como
estaba diciendo antes de que tan groseramente me interrumpieran, ella es feliz y eso es lo que
es importante." Tomó la cuenta y le echó un vistazo antes de pasarla a través de la mesa a su
hermana. "Tú turno. Treinta y ocho y seis para la propina."
"Gracias, sabes que odio calcular eso." Sany abrió el bolso y sacó su cartera, pasando a
través de varias tarjetas plásticas hasta que encontró la que buscaba. Pocos minutos después
la cuenta fue pagada y estaban paradas junto a sus vehículos, que estaban estacionados uno a
lado del otro.
"Tengo que dejar a Brittany y entonces te encontraré en casa de mamá," Sany dijo cuando quitó
la alarma y abrió la puerta del pasajero.
"Ok, no tardes mucho." La pelirroja giró hacia Brittany. "Fue agradable que nos acompañaras a
desayunar."
"Gracias por invitarme" contestó. "Y gracias por lo que dijiste allí adentro... con respecto a que
ella merecía ser feliz."
"Yeah yeah, todo el mundo es feliz," Sany dijo con un fingido gruñido. "Excepto mamá, que
va a tener un ataque si no llegamos pronto."
"Estaba siendo seria," Brittany dijo, golpeando el brazo de la alta mujer.
"También yo." Miró a su hermana más joven. "Rachel, aprecio lo que dijiste allí adentro... así
como lo de anoche."
"¿Crees que dirían algo si dos hermanas se abrazan en público?"
"¿A ti de verdad te preocupa lo que digan?" Sany contradijo. Ellas se abrazaron, para
sorpresa de Brittany, Rachel le dio un rápido abrazo. Se despidieron y estaban pronto sobre la
carretera.
*****
Después de ser dejada en la casa, Brittany se encontró sin nada que hacer. Sany no estaría
seguramente de regreso hasta media tarde. Anduvo alrededor, vagando dentro y fuera de cada
habitación en la primera planta. Entonces sus ojos siguieron las escaleras. La curiosidad
consiguió lo mejor de ella y colocó las muletas en la escalera inferior.
Aunque había estado en el dormitorio de Sany antes, esta era la primera vez que realmente
lo miraba. Esta es bastante grande para un apartamento entero. Un acolchado banco situado
debajo de una impresionante ventana. Una puerta abierta al lado conducía al baño privado y la
joven mujer hizo una nota mental para visitarlo más tarde. Brittany vio que su amiga tenía no uno
sino dos tocadores así como el increíble vestidor. Un espejo de cuerpo entero empotrado
haciendo juego con la madera situada en una esquina. Una cabecera, con luces y entrepaños,
complementada por una cama king sized. Había mesitas de noche de ambos lados también.
Sobre la pared opuesta a la cama estaba una versión más pequeña del centro de
entretenimiento del piso de abajo. Brittany abrió las puertas para revelar una televisión de
veintisiete pulgadas, una colección de videos de Sany y un VCR. Sus ojos, repasaron
familiares títulos buscando algo interesante para ver. Hileras de cintas que no tenían cajas o
etiquetas en los costados. Tomó uno y miró el título. Oh Sany, no sabía que tenías esta clase
de cintas. Sonrió y la metió en la VCR. Bien, ésta debe ser interesante. Colocó las almohadas
en la cama y se sentó para ver su primera película de adultos.
Para su sorpresa, había realmente un argumento para la película. Brittany no prestó atención al
título pero calculó rápidamente que era sobre dos amantes femeninas que son separadas
dentro de una celda por un cruel vigilante. La primera escena de sexo apareció rápidamente y
verdes ojos se ensancharon en la vista de dos desnudas mujeres besándose la una a la otra.
Eran los mismos lentos, suaves besos que compartía con Sany. Entonces sus besos
cambiaron. Llegaron a ser más apasionados y una mujer comenzó a gemir cuando la otra
apretó su pezón. De repente los sueños de Brittany tenían otra dimensión agregada a ellos
cuando intentó imaginar a Sany hacer el mismo sonido. "Mmm..." Miró a las dos mujeres
comenzar sus actos de placer y se imaginaba cada uno haciéndolo con su compañera. La
excitación fue inmediata pero más que eso era otra sensación, una mucho más importante. Las
mujeres en la pantalla hicieron que Brittany se diera cuenta que esto era más que un acto físico.
Incluso aunque eran actrices interpretando un papel, cada tacto era tierno, casi amando. Entre
los quejidos y los gritos había repetidas declaraciones de amor de la una por la otra. Por eso es
que lo llaman hacer el amor, se dio cuenta quizás por primera vez. Ahora entendía lo que
estaba negándole a Sany... y lo qué Sany estaba negándose a si misma honrando su
promesa a su padre. Apagó la VCR, Brittany se sentó y miró fijamente la pantalla azul durante
varios largos minutos mientras las últimas piezas del rompecabezas cayeron en su lugar.
*****
"¿Probarás las costillas de cerdo?" Sany preguntó, pegando sus labios con satisfacción. "Te
digo que, no hay nada como una buena comida china para llevar."
"No, no las he probado todavía," Brittany contestó reservada, sus ojos nunca abandonaron su
plato, el contenido que estaba siendo empujado alrededor sin objetivo por su tenedor.
"Deberías. Los rollos de huevo están bastante buenos también. Absolutamente nada de
grasosos."
"Hmm Um." El brócoli y el cerdo sufrieron más cambios.
"¿Brittany, pasa algo? Has estado silenciosa desde que llegue a casa."
"Sany, ¿puedo preguntarte algo?"
"Cualquier cosa, sabes eso."
"Si nunca le hubieras hecho esa promesa a tú padre... si nada estuviera siendo para ti un
obstáculo... querrías..." La rubia mujer meneó su cabeza y levantó sus ojos con miedo e
incertidumbre en su mirada. "¿Podríamos nosotras ser amantes?"
Sany se puso de pie. "Creo que hemos terminado de comer. Vamos a la habitación y
hablaremos. Me ocuparé de los platos más tarde."
"Sí, eso sería mejor." Brittany convino, levantándose en su pie bueno. Sí, tú y yo nos
acurrucáramos juntas en el sofá... "¿Sany? estaría bien si solo fuéramos al dormitorio?
Quiero decir, nosotras podemos siempre ver televisión allí adentro, ¿correcto?"
Campanas de advertencia y los silbidos explotaron en la cabeza de Sany y tragó
reflexivamente. "Uh... ¿estás segura?" Considerando el tema de discusión, no estaba
completamente segura que acostarse juntas en la cama era una sensata idea.
"Sí." Y con esa palabra dicha en voz alta, Brittany se dio cuenta que sí, realmente estaba
segura... acerca de todo. Una vez dentro del cuarto, Brittany reclinó las muletas contra la pared y
pacientemente se equilibró en su pie bueno.
"¿Quieres cambiarte primero?" Sany preguntó mientras bajaba las sábanas.
"No, estamos bien justo de la manera en que estamos." Una vez que las ropas de cama
estuvieron listas, se deslizó entre ellas y rodó sobre su costado para hacer frente a la mujer
que había capturado su corazón. Sany comenzó a unírsele. "Espera." Brittany estiró la mano y
encendió la lámpara. "¿Podrías apagar la luz?" Pronto el brillo fue substituído por una cálida,
suave luz.
"Así que estamos en la cama y quieres hablar," Sany ofreció cuando se acomodó.
"Si nosotras estamos," asintió apoyándose en un codo, posó la mirada en los azules ojos sin
fin. "¿Vas a contestar a mi pregunta? Si no hubieras hecho esa promesa a tu padre, podríamos
ser amantes?"
"Creo que no estás segura..."
"Olvídate de eso por un minuto." Extendió la mano y recorrió ligeramente con la yema de su
dedo debajo de la quijada de la mujer más mayor. "Si fuéramos solos tú y yo, nadie más."
Sany estaba aún usando su camisa gris y con tres botones desabrochados, la visión era
completamente tentadora. Brittany movió su yema del dedo abajo de la cincelada quijada a la
larga garganta y más allá, parando solamente cuando este encontró el borde del encaje del
bra. Observó con cierto placer que la respiración de la mujer más mayor se había acrecentado.
"Brittany, te amo y lo sabes." Sany extendió una mano y acunó su mejilla. "Si no hubiera
obstáculos, si realmente fuéramos solo tú y yo, sí. Estaría muy honrada de ser tu amante." Fue
recompensada con un rápido beso. Los curiosos dedos estaban conduciéndola a la locura pero
no podía encontrar la fuerza para pararlos.
"Sany..." Los distrayentes dedos lentamente desabrocharon el botón siguiente de la camisa
gris. "Somos solo tú y yo. No hay obstáculos."
"Brittany..." Su cuerpo respondió inmediatamente a su camisa siendo desabotonada. Los pezones
se endurecieron debajo del blanco bra y todo su cuerpo hormigueaba con excitación. Abrió su
boca para protestar y para encontrar una cálida, suave lengua presionar contra la suya.
"Mmm." Bajo la gentil insistencia, Sany se relajó y dejó a la joven mujer tomar el control.
Brittany la sintió ceder y disminuyó la presión de sus labios. Su mano libre viajó por su propia
voluntad, deslizándose debajo de la camisa de algodón y contra la cálida piel. En un
movimiento que impresionó a ambas, la errante mano se cerró sobre la suave copa de encaje y
apretó un poco. Sany jadeó y su cuerpo se arqueó en el tacto.
"Te gusta esto," Brittany observó, dándole al firme montículo otro apretón y disfrutando la
reacción inmediata. Dejó su mano donde estaba, bajó su cabeza hasta que sus labios
estuvieron contra el oído de su amante. "Sany," dijo roncamente. "Te amo y deseo hacer el
amor contigo." Enfatizó su declaración chupando un dispuesto lóbulo, después maniobró hasta
la boca de Sany. Teniendo cuidado de no golpear la espinilla de la mujer de más edad, Brittany
deslizó su pierna izquierda entre las más largas.
"Brittany..." Tenía todas las intenciones de parar esto antes de que fuera demasiado lejos pero en
vez de eso su cuerpo obedeció a su mente, su mano se cerró alrededor de la de Brittany,
alentando más exploración. Sany estaba ardiendo y luchó por encontrar una razón para
resistirse. "N- no debemos."
"¿Por qué?" La rubia mujer sacó su mano de debajo de la camisa de algodón y miró a su
amante con toda seriedad. "¿Dime por qué debemos continuar negándonos esto a nosotras
mismas?"
"Lo prometí..." Los dedos presionaron contra los labios llenos.
"No." Había una sosegada cólera en la voz de Brittany. "No Sany. Puedes prometer muchas
cosas pero renunciar a tu felicidad para siempre no es una de ellas." Suavemente trazó una
definida ceja negra. "No puedes prometer renunciar a mi felicidad, tampoco." Sus ojos se
agitaron bajando para estudiar los labios antes de viajar de regreso para llegar a perderse en
ese pozo de interminable azul. Sany no se movió, todavía luchando con sus demonios
internos. Apoyándose sobre su codo derecho, Brittany utilizó su mano izquierda para soltar su
blusa, trance que la hacía exponer cada vez más carne cuando cada botón fue desabrochado.
Sonrió en la intensa mirada en los ojos de Sany. Una vez que la camisa color óxido colgara
holgadamente, Brittany tomó la mano más grande en la suya y la trajo al área cubierta por la seda
beige. "Por favor, no, no luches contra esto," susurró cuando sintió la resistencia de Sany.
Presionó su pecho contra la cálida mano y gimió cuando sintió el tentativo apretón.
La limitada experiencia de Brittany no la había preparado para la sacudida que el tacto de Sany
le trajo. Otro apretón y estaba segura que simplemente moriría sin que su amante la tocara.
Sintió que era empujada sobre la cama y no se opuso. Largos oscuros cabellos cosquillearon
su cara y la lengua que buscando entró a su boca era completamente insistente. "Siimphf."
Nada puede sentirse mejor que esto, pensó para si misma ansiosamente cuando devolvió el
beso con igual frenesí.
"Te amo," Sany exhaló cuando el beso finalmente terminó. Apoyada en su codo, su cuerpo a
medias encima de la mujer más pequeña. Sintió a Brittany intentar sacar la camisa gris de los
jeans. "Espera." Girando sobre sus rodillas, desabotonó y bajó el cierre de sus pantalones.
Desabrochó el último botón en su camisa y lentamente sacó los extremos. Ahora colgaba
libremente en su cuerpo, bastante abierta para mostrar un vislumbrar de su bra debajo. Con
una lentitud que era tortura para el sistema nervioso de la joven mujer, Sany deslizó el tejido
gris de sus hombros, dejándolo caer en la cama detrás de ella. "¿Este también?" Preguntó,
tocando el gancho del frente de su bra.
"Por favor," Brittany pidió. Su amante sonrió ante la urgencia en su voz. Una rápida vuelta y las
copas cayeron. El bra cayó encima de la camisa y durante varios segundos ninguna de las dos
mujeres habló. Los ojos de Brittany estaban mirando la más hermosa vista que jamás había visto
y dijo tanto con la mirada en su cara. "Bésame otra vez."
Oh sí, eso es mucho mejor, pensó para si cuando sus manos viajaron sobre la desnuda piel de
la espalda de Sany. Estaba plenamente consciente de los lugares donde su camisa estaba
abierta y su piel tocaba. Compartieron una serie de perezosos besos hasta que sintió una
inquieta mano intentando quitar su camisa. "Sí," convino, intentando quitarla mientras aún
estaba acostada de espaldas.
"Por favor... permíteme," Sany pidió. Brittany asintió y se dejó ser atraída a una sentada
posición. Su camisa se encontró lanzada contra la silla en la búsqueda de Sany por quitarlos
del medio. El bra beige terminó en el piso. Se bajó de nuevo de la cama pero su amante
permaneció donde estaba. Corazones palpitando con fuerza y cuerpos pulsando cuando ellas
miraron abiertamente la una los pechos de la otra. Donde su propia aureola era de color
rosado, la Sany era más oscura, casi café. Bajó la mirada y estaba sorprendida de ver sus
pezones todavía manteniéndose firmes como pequeñas gomas, la piel alrededor de ellos aún
suaves pero comenzando a fruncirse. Incluso el día más frío no hace que ellos se levanten así
musitó mientras miraba de nuevo para ver los pezones de su amante comenzar a hacer la
misma cosa.
"Tú... eres... hermosa," Sany susurró. Se bajó y lentamente, muy lentamente, piel desnuda
tocó la piel desnuda. Ambas gimieron suavemente y sonrieron en el reconocimiento del placer
mutuo. Largos dedos se hundieron en el dorado cabello mientras los más pequeños se
envolvieron alrededor de su musculosa espalda. Sus bocas jugaron un juego de dar y tomar,
lenguas bailando de un lado para otro mientras ellas flotaban en el amor de una en la otra.
"Oh... oh sí, esto es agradable," Brittany jadeó cuando sintió la boca de su amante trasladarse a
su cuello. Sintió los labios separarse y la suave lengua lamía su piel. Subió sus manos para
posarlas en la nuca de Sany. "Si... mmm, esto se siente tan bien."
"Siii." El cuerpo de Sany estaba presionándose contra el suyo, traicionando el aumento de la
pasión de la mujer más mayor. Brittany dejó que su mano derecha bajara hasta que llegó a los
botones de los jeans negros. Desde que fueron desabotonados, había mucho espacio para que
se deslizara adentro. Cuando agarró la firme mejilla, Sany gimió contra su piel y comenzó a
chupar su cuello en serio. "Brittany..."
"Si Sany... esto se siente sí tan bien." Apretó más duramente y fue recompensada con
renovadas contorsiones.
"Vas a conducirme a locura, ¿sabías eso? No puedo concentrarme cuando haces eso." Admitió
apartando su trasero de las distrayentes caricias de Brittany. Separó las piernas más pequeñas
con un toque con las propias, colocándose de modo que sus labios estuvieran a la par con los
pechos de la joven mujer. El largo cabello oscuro formó una suave capa que cosquilleaba
cuando este se movía sobre la clara piel. "Te amo tanto," Sany dijo jadeantemente cuando
reclamó los labios de Brittany para los propios. Fosas nasales dilatadas con irregulares
respiraciones cuando se besaron apasionadamente.
"Pero..." Lo que sea que Brittany iba a decir fue perdido cuando sintió un beso en la superficie
inferior de su pecho. "Ooooh." Sany contestó con un ahogado gemido y continuó lamiéndole
y mordisqueándole su suave carne. "Se siente tan bien..." Oh, esto es el cielo. Nada puede
sentirse mejor que esto. Sintió la cálida respiración en su pezón un instante antes de que una
húmeda lengua rodara sobre este. "Oh, Sany, siiii..."
Las pruebas de intentos con los muchachos adolescentes nunca habían preparado a Brittany
para la sensación de ser amorosamente succionada. La arrancada sensación fue contestada
con un intenso palpitar entre sus piernas y sus caderas se movieron por propia voluntad,
presionando duro contra Sany. Sus manos estaban enterradas profundamente en el oscuro
cabello y estaba dividida entre mantener a Sany donde estaba o pedirle que le diera al otro la
misma atención. Antes de que pudiera decidir, la lengua y los amorosos labios soltaron su
tesoro. "Oh, no pares..."
Sany se rió suavemente y presionó su muslo contra el centro de Brittany. "No estoy parando."
Usando sus codos para apoyarse, se inclinó para un beso. "Te amo, Brittany."
"Te amo." Sus bocas continuaron dando y tomando, las manos de Brittany bajaron entre sus
cuerpos y acunaron dos dispuestos montículos de carne. El gemido de Sany vibró a través
de sus labios y Brittany contestó con uno propio. Sus dedos se enfocaron, moviéndose en
círculos más pequeños hasta que ellos estaban suavemente acariciando las endurecidas
cimas.
"Oh amor," Sany jadeó. "Y-tú no puedes... unggh... hacer eso." Osciló retirándose fuera del
alcance y movió su cabeza. "Te dije que no puedo concentrarme cuando haces eso."
"Esto se siente tan agradable." Brittany estiró su mano solo para ser detenida por una mano más
grande, más fuerte.
"Sí," la mujer más mayor convino. Besó cada nudillo, luego las palmas antes de liberar las
manos de Brittany.
"Quiero..." ¿Cómo digo esto sin sonar cruda? "Quiero..." Envolvió los brazos alrededor del torso
de Sany y subirse, agachando su cabeza con tiempo para traer su boca a su meta.
"¡Oh Dios, Brittany!"
Brittany encontró su cabeza sostenida en el lugar por las manos de Sany mientras alegremente
recorría su lengua sobre la oscurecida aureola. Oh si... esto es agradable. Oyó tanto como
sintió la respiración de Sany acelerándose y sonrió contra el erguido pezón antes de frotar
sus labios de un lado para otro contra el. Se rindió a las fuertes pero gentiles manos que la
empujaban de nuevo sobre la cama.
"Deja... que te... muestre... a ti... algo que deseo... mi Brittany," Sany dijo antes de bajar su boca
al pecho de Brittany.
"Oooh...." La boca y las manos de Sany estaban en el movimiento constante en sus pechos.
Sus manos agarraban y soltaban el oscuro cabello y sus caderas estaban en constante
movimiento contra el torso de la mujer más mayor. "Ronnieeee..." Bajó la mirada para ver la
boca succionando su pecho. "Te sientes... oh, tan bien... haciendo esto..." Su respiración se
aceleraba y sus caderas presionaban duramente contra el torso de Sany. Su amante
contestó con un descendente empuje contra su muslo, haciendo a ambas extremadamente
conscientes de su propia humedad. "Por favor... Te necesito..." Intentó alcanzar entre sus
cuerpos el botón de sus pantalones.
"Siiii..." Sany asumió el control de la tarea, liberando el pecho que estaba succionando y se
levantó dándose sitio. Largos dedos hicieron su trabajo rápido del botón y el cierre pero en vez
de quitarlos, la mujer de oscura cabellera se colocó hacia atrás, poniéndose de lado sobre
Brittany para permitir que su mano derecha se deslizara entre los caquis y las bragas blancas de
algodón.
"¡Oh sí, SÍ!" Brittany gritó cuando dos dedos presionaron contra su muy sensible área. Tomó la
cara de Sany y la trajo para un ardiente beso. "Oh no pares por favor." Sus oscilantes
caderas causaron aflojamiento en el tejido, dando más sitio para que los traviesos dedos
exploraran. Ellos echaron un vistazo bajo el elástico después lo retiraron, alternando suaves
roces con firmes frotaciones. Brittany se levantó rápidamente, más rápidamente de lo que jamás
había hecho y la asustó. Enterró su cabeza en el cabello de Sany y se aferró firmemente.
"Sany..." Sus respiraciones venían en rápidos descargas y no estaba segura si sobreviviría al
intenso placer enviado a través de su sistema. Los dedos cambiaron la dirección, frotando el
algodón en movimiento circulares contra su clítoris. Brittany gimió y movió sus caderas
frenéticamente. "No puedo... oh Sany... por favor... yo..."
"Shh... te tengo..."
"Sany... oooh..." Sus manos se agarraron desesperadamente en los hombros de su amante.
"Por favor... más fuerte... Oh... si Sany, siiii..." La cálida respiración acarició su oído, ambos
confortando y excitando al mismo tiempo.
"Brittany, te amo."
"Siiii." Un intenso palpitar comenzó profundamente dentro y ganó ímpetu cuando se extendió
externamente.
"Mi preciosa Brittany... si estás cerca, puedo sentirlo." La presión y el ritmo se incrementaron y el
cuerpo de la joven mujer reaccionó, oscilando de un lado para otro más rápido mientras sus
dedos agarraban los hombros de Sany más fuertemente.
"Si... más fuerte... ooh..." Sus dientes firmemente apretados, Brittany se balanceó sobre el borde
por un agonizante duración de tiempo. Después un largo dedo se deslizó debajo de las
empapadas bragas y resbalaron entre sus hinchados dobleces. "¡Oh Dios!" Una vez, dos
veces, tres veces a través de su clítoris y el mundo estalló para Brittany. "Ronnieeeee... ah." Gritó
cuando el orgasmo pulsó a través de ella, robando a la joven mujer de toda razón y sentido.
Una ronca voz murmuraba palabras que no entendía en su oído y estaba vagamente
consciente de ser suavemente mecida pero la realidad era un plano lejos lejos fuera de ella en
este momento. Sentía a su cuerpo ir blando y confió en los fuertes brazos de su alrededor para
protegerla mientras flotaba sin rumbo en el resplandor.
Largos minutos después Brittany encontró la fuerza para levantar su cabeza e investigar dentro
de una amorosa mirada de azul. "Te amo."
"Mmm, te amo también," Sany dijo, sellando las palabras con un beso.
"¿Quieres que me mueva?"
"No, quédate aquí, yo quiero sostenerte."
"Suena perfecto," Brittany murmuró, frotándose más profundamente en el abrazo de su amante.
"Podría justo permanecer así para siempre."
"Seguro. Siempre que tu quieras." Sany estaba delirantemente feliz y satisfecha de pasar el
resto de la tarde abrazada a pesar de no tener su propia liberación aún. Todo lo que le
importaba era la tierna mujer en sus brazos. Los minutos hicieron tictac antes de que la cabeza
de Brittany se levantara otra vez. "¿Estás bien?" preguntó.
"Estupendamente," la rubia mujer contestó, besando la carne desnuda cerca de sus labios.
"Eres maravillosa."
"Tuve puntería para complacer."
"Mmm, muy buena puntería," Brittany bromeó.
"¿Te dije qué te amo?"
"Una o dos veces, dímelo otra vez." Destelló una brillante sonrisa que Sany sintió la
necesidad de recompensar con una serie de besos.
"Te... amo... a ti... con... todo... mi... corazón." Incapaz de resistirse, profundizó el beso,
rodándolas para que Brittany estuviera en la parte de abajo. Pero cuando comenzó a besar una
línea hacía la garganta de la mujer más pequeña, Sany se encontró detenida por insistentes
manos. Se levantó y las manos se movieron para reclamar sus pechos. Comprendiendo la
muda petición, Sany juntó sus codos para sostenerse sobre el cuerpo de su amante. Había
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:30 am


CAPITULO 11 SEGUNDA PARTE



olvidado de cuan sensibles eran sus pezones hasta que sintió las palmas de Brittany frotarlos.
Gimió y se arqueó al tacto. "Oh si.. .eso es agradable."
"Te gusta esto," la joven mujer observó.
"Mucho..." Las manos se movieron y Sany ahora encontró que sus pezones eran rozados por
curiosos pulgares. "Mucho." Sentía los índices de Brittany juntarse y comenzar a apretar en un
movimiento de bombeo. "Oh sí, eso es taann agradable..." Intentó mirar pero se sentía
demasiado bien y sus ojos se negaron a permanecer abiertos. "Sí Brittany, esto es... agradable y
tierno... mmm."
"Sany..." Las pequeñas manos dejaron los pechos y se envolvieron alrededor de su espalda,
suavemente impulsándola hacía adelante. Tomando la indirecta cuando vio la rosada lengua
moverse rápidamente hacía afuera y humedecidos labios a la expectativa, ella montó a
horcajadas el cuerpo de Brittany y se inclinó adelante hasta que sus pechos se movían justo
sobre la boca que esperaba. Esta vez se forzó para mirar. Sus ojos se movieron desde el
dorado cabello y la clara piel a las pelirrojas cejas enmarcando los ojos verdes. La trayectoria
continuó, pasando por los suaves pómulos y de la respingada nariz a los labios y a la amorosa
lengua proporcionándole alivio a sus doloridos pezones. Como si lo que sus ojos estaban
viendo no fuera suficiente, los oídos de Sany fueron tratados con el placer de las palabras de
Brittany y de las manos que habían estado tocando ocasionalmente su cuerpo ahora
deslizándose debajo de la pretina de sus jeans.
"Permíteme... ooh... Brittany... deja quitármelos. Necesito quitármelos." Lamentó su petición
cuando sintió la cálida boca dejar la sensible carne.
"Sí," la joven mujer convino, intentando bajar el negro tejido.
"Yo lo haré." Rodándose, Sany rápidamente se quitó sus jeans y bragas. Antes de que
pudiera volver a su posición anterior, se encontró sujetada abajo por su pequeña pero
insistente amante. La boca de Brittany reclamó su pecho mientras un muslo cubierto de color
caqui se deslizó entre sus piernas. El áspero tejido frotó contra un ya hinchado clítoris y Sany
gritó al contacto.
"¿Te lastimé?" Brittany preguntó, con ojos temerosos.
"No." Estiró su mano y acarició la suave mejilla, impulsándola suavemente a continuar su tarea.
"No amor, no me lastimaste. Por favor... solo continúa haciéndolo..." Sany suspiró cuando la
caliente lengua acarició su pecho otra vez. "... Qué estás haciendo." Sintió algo duro rasguñar
su piel justo sobre su pantorrilla y, recordó un incidente anterior en la semana, separó las
piernas para darle más que suficiente espacio entre el molde de su amante y su espinilla aún
curándose. El cambio provocó que su muslo presionara entre las piernas de Brittany. Los
murmullos fueron interrumpidos por lo que Sany consideró ser un muy lindo chillido y repitió
el movimiento, ganando un profundo gemido y devolvió un empuje de la rubia mujer. Eso es
bueno para la piel. Sus largos dedos fácilmente se deslizaron debajo de los caquis y las bragas
para un suave agarre a la redonda carne.
"Oh, Sany..."
"Quítate esto, Brittany." Sus dedos se movieron más bajo hasta que rozaron húmedos rizos.
"Déjame tocarte." Un enfático cabeceo fue todo lo que necesitó para rodarlas. Cuando movió el
tejido sobre el molde, un parpadeo de culpabilidad intentó meterse pero el amor rápidamente lo
apagó. Sus ojos viajaron hacia arriba, su pulso se aceleró en el húmedo sitio visible en la
entrepierna de las bragas de Brittany. Rubios rizos asomaban, embromando con una indirecta lo
que estaba oculto. Luchando por quitarse la tentación, Sany miró sobre el firme abdomen, los
perfectos pechos, la mirada de deseo y la pasión en la cara de su querida. "Eres tan hermosa,"
susurró reverentemente. Enganchando sus dedos bajo la pretina, quitó la última barrera antes
de coger a Brittany arriba en sus brazos.
Por largos minutos se abrazaron juntas, intercambiando besos y tiernos tactos mientras
convenientemente se acostumbraban ambas a tocar y ser tocadas. Fue Sany quién dio el
primer paso, bajando la mano y movió sus dedos a través de los suaves rizos rubios. "¿Te
gusta esto?" Murmuró, sus labios rozaron su cabello quitándose del oído de Brittany.
"Mmm, eso es agradable." Intentó hacer lo mismo pero sentada en el regazo de su amante hizo
esa hazaña imposible. "Quiero tocarte también."
"Me gustaría eso," Sany admitió, moviéndose hasta que estuvieron una al lado de la otra.
Tuvo que acomodarse un poco para el alcance más corto de Brittany pero pronto los dedos
jugaban en los oscuros rizos. "Eres suave, como un gatito," comentó. Su dedo medio se movió
más abajo, mojándose en los pulidos pliegues. Trayéndolo hasta su boca, Sany lamió la
dulce esencia.
"Mmm... ¡oh!" Fue tomada para cuando el dedo de Brittany bajó pero no únicamente tocando sus
labios inferiores sino metiéndolo entre ellos, rozando contra su clítoris. Su mano bajó y agarró
la pequeña muñeca. "Por favor..." Tomando dos de los dedos de Brittany, utilizó sus más largos
para dirigirlos contra su centro. "Ah... oh sí." Sany levantó su rodilla y se abrió para su
amante. "Brittany, por favor..." Presionó los dedos más pequeños contra ella en un movimiento
circular y suspiró. Sintió resbaladizos sus muslos internos y débil observó que cuando se dada
su propio placer nunca produjo una cantidad tan copiosa de fluído.
"Lo tengo," Brittany dijo cuando tomó el control, inclinándose y suavemente poniendo a Sany de
espalda contra la cama. "¿Me... me deseas... adentro?" Dijo las últimas palabras deteniéndose
pero el gemido de Sany y la elevación de la cadera contestaron eliminando cualquier temor
que tuviera. Lentamente, con indecisión, empujó un dedo hacia adentro. Estaba asombrada de
la sensación del caliente húmedo músculo que rodeaba su dedo. Oh Sany... estás tan
caliente y suave. La reacción de Sany fue inmediata, gritando y presionándose duramente
contra el dedo de Brittany.
"Sí Amor, más... por favor Brittany... siiii." Ella etió un segundo, entonces un tercero. La
transformación era asombrosa. El jefe de una corporación importante era incapaz de formar
una oración completa. Su nombre llegó a ser un mantra en los labios de Sany, combinados
con palabras tales como más fuerte, más rápido, más profundo, y el ocasional oh solo para
redondear esto. Brittany presionó dentro más profundamente, la piel entre su anular e índice
quemaban cuando intentó satisfacer la petición de su amante. Oh Dios, Sany... te sientes tan
bien. La mujer de cabello oscuro se movió debajo de ella pero Brittany se negó a dejar ir su
premio. La sensación de los músculos internos apretando sus dedos la excitó y no había duda
en su mente que la voz de Sany era dos octavas más arriba que lo normal. El metal del
marco de la cama crujía con cada empuje y los gritos de su amante llegaron a ser más
urgentes. "Brittany."
"Estoy justo aquí." Giró su cabeza y besó la suave piel.
"Yo... Brittany..." Los muslos de la alta mujer comenzaron a temblar.
"Te amo, Sany." Sintió los músculos rodeando sus dedos apretarse y comenzó a bombear
tan duro y rápido como podía. Repentinamente fue cogida en un apretón demasiado fuerte
para romperse cuando las caderas de su amante se arquearon levantándose de la cama.
"Yo..." El oscuro flequillo se pegó a la frente empapada de sudor y cada palabra fue rasgada de
los fuertemente apretados dientes. "Te... amo... oh Brittany... Brittany, yo. Yo... ohhh."
"Sí amor... si." Ellas resistieron juntas, los dedos de Brittany se enterraron en el interior
profundamente. Únicamente cuando el último espasmo pasó retiró sus dedos y se acurrucó en
los brazos de Sany.
"Esa es una sonrisa bastante grande que he visto en tu cara," Sany dijo cuando el habla
volvió.
"Soy feliz."
"Mmm." Besó la frente de Brittany. "Me alegra oírlo."
"¿Puedo preguntarte algo?"
"¿Cuántas veces tengo que contestar a esa pregunta?"
"Lo siento." Besó los labios de Sany en disculpa... entonces otra vez por el puro placer
escarpado de esto. Abrazándose tan juntitas como podía, Brittany reclinó su cabeza en el amplio
hombro. "¿Era esto... lo que esperabas?" ¿Realmente te complací?
"Fue todo lo que deseaba y más." Brittany sintió los dedos debajo de su barbilla y levantó su
cabeza para mirar dentro de los tiernos ojos azules. "¿Qué te pareció a ti?" Sany preguntó.
"Esta es tu primera vez. ¿Cómo te sientes con esto?"
Brittany se movió y unió sus labios. "Me sentí muy, muy amada." Puso su cabeza de nuevo en el
hombro de Sany. "Mmm, agradable."
"¿Solo agradable?"
"Más que agradable." Se giró sobre su estómago y apoyó su cabeza en el abdomen de Sany.
"Pienso que haré de esto mi nueva almohada." Con el calor de su amante contra ella, Brittany
dejó sus ojos cerrarse. "Mmm, puedes mantenerte firme."
"Faltaría más." Moviendo su brazo a una posición más cómoda, Sany comenzó a mover su
mano arriba y abajo de la espalda de Brittany. "¿Así?"
"Mm hmm."
Algunos momentos en la vida son solo sencillamente perfectos. Para las nuevas amantes, este
era uno de ellos. Relajadas... saciadas... simplemente disfrutando de la sensación de los
cuerpos de la una en la otra. La mano de Sany se movía sobre la espalda de su amante,
alternando entre perezosas figuras en ochos y largas curvas pasando de los hombros a las
caderas. Brittany devolvió el cariñoso tacto con uno propio, dejando los dedos deslizarse sobre el
flexible muslo. Las tiernas caricias eran agradables pero los brazos podrían permanecer vacíos
solo mucho antes de que la necesidad creciera demasiado grande. "Ven aquí," Sany susurró,
extendiendo sus brazos. Pronto estaban abrazadas, compartiendo suaves besos y tiernas
palabras de amor. Finalmente la lámpara fue apagada y el sueño reclamó a dos mujeres muy
felices.
*****
Somnolientos azules ojos se abrieron en una cortina dorada. Sany sonrió, gozando de la
sensación del cabello de Brittany sobre su cara. Se estiró, revelando la sensación de la piel
contra piel. Era una maravillosa sensación y que no tenía deseos de terminar pronto. Echó un
vistazo en el reloj y gimió. Estaba indecisa entre estudiar a la durmiente mujer o despertarla
antes de que llegara María. Tengo el resto de nuestras vidas para mirarte dormir. "Brittany...
cariño, hora de despertar." Una suave sacudida del hombro... nada. "Brittany... Brittany..." El
durmiente bulto gimió y madrigó bajo las cobijas. "No no. No," Sany se rió suavemente.
Enganchando sus dedos en el borde de la sábana, la separó para exponer sus desnudos
cuerpos al fresco aire de la mañana. La mano de Brittany automáticamente se estiró por el
desaparecido calor solo para ser cogida por la más grande de Sany. "Buenos días." Llevó
mano hasta sus labios y comenzó a besar cada nudillo. "Yo... te... amo... Brittany."
"Mmm, te amo también," contestó, levantando sus nublados ojos verdes hasta mirar a su
amante de cabello oscuro. "Qué te parece que durmamos hasta tarde hoy, ¿hmm?"
"Me encantaría pero María llegará aquí pronto." Recorrió con su dedo la mejilla de Brittany. "No
desperté a tiempo para llamarla y decirle que no viniera," se disculpó.
"Está bien. Tú no sabías que nosotros podríamos..." Se ruborizó. "Tú sabes..."
"¿Hacer el amor?" Sany ofreció, rodándolas hasta que estuvo arriba. Su cabello colgaba,
poniéndose contra la mejilla de Brittany. Incapaz de resistirse, bajó sus labios para un beso. "Te
amo." Renuentemente se hizo para atrás. "Pero ahora mismo tengo que ser... mala."
"Mejor hazlo rápido antes de que esté justo detrás de ti," la joven mujer dijo, alcanzando sus
muletas. Cuando Brittany volvió del baño, descubrió a Sany medio vestida. Sintiéndose un poco
incómoda con su propia desnudez, fue a su tocador y comenzó a sacar las ropas que iba a
usar. Se sentó en el borde de la cama y estiró su mano por sus bragas. La siguiente cosa que
supo, es que estaba aplastada de espaldas sobre la cama con seis pies de la mujer acostada
encima de ella.
"¿Tienes alguna idea de cuánto te amo?" Sany inhaló, ojos azules oscurecidos por la pasión.
Los labios bajaron y fueron encontrados a medio camino por un par igualmente ansiosos.
Suaves gemidos de placer llenaron el aire cuando el beso se profundizó y las lenguas
danzaron juntas. Las manos de Brittany estaban alegremente tocando a través de la amplia
extensión de la espalda y terminaron deslizándose abajo para acunar el trasero de Sany a
través de sus ropas cuando oyeron el sonido del auto de María en el camino de entrada.
Nuevas amantes, eso es lo que ellas eran, el beso no terminó hasta que oyeron el sonido de la
puerta del auto cerrarse. "Supongo que tenemos que parar." El tono de la ejecutiva dejó en
claro que parar no era lo que realmente deseaba hacer.
"Si, nosotras debemos," Brittany contestó, inclinándose para un rápido beso más antes de que su
alta amante se levantara.
"A menos que quieras dar a María una exhibición." Sany tiró de una camiseta gris de algodón
sobre su cabeza y la metió dentro de sus pantalones. "Iré a hacerle compañía mientras te
vistes." Incapaz de resistirse, robó un beso muy dulce antes de salir del cuarto.
*****
"Buenos días, Sany," el ama de llaves dijo cuando entraba y cerraba la puerta corrediza. "Oh,
hace frío allí afuera esta mañana. Pensé que habíamos visto lo último de la nieve en esta
temporada."
"Oh, probablemente esta sea una buena tormenta para molestarnos antes de que la primavera
llegue," la ejecutiva dijo, tomando el periódico del día de las manos de María. En ese momento
Tubbington merodeó dentro de la cocina, buscando su comida de la mañana.
"¿Mrrow? ¿Mrrow?"
"¿Y adónde piensas que vas?" Sany preguntó cuando levantó al felino en sus brazos.
"¿Hmm? ¿Qué es eso? Quieres el pavo rebanado para desayunar, ¿eso dijiste?" Ella contestó
ronroneado y lamiéndose las garras lo que hizo a ambas mujeres reír.
"Ese gato está tan echado a perder," María dijo cuado se dirigió hacía el cuarto de lavado a
colgar su chaqueta. "Sé que ambas deslizan pedazos de carne por debajo de la mesa para ella
cuando están comiendo. Es por eso que es tan difícil mantenerla fuera de la cocina."
"Oh, y eso no tiene nada que ver con los trocitos que dejas caer 'accidentalmente' en el suelo
mientras estás cocinando, ¿correcto?"
"Buenos días," Brittany dijo cuando entró al cuarto. "Oh María, espero que usted esté planeando
hacer un copioso desayuno porque estoy muriéndome de hambre esta mañana. Buenos días,
Tubbington." Apoyando las axilas contra sus muletas, se paró directamente enfrente de Sany y
comenzó a acariciar a su gato, aunque sus ojos nunca dejaron la cara sonriente de su amante.
"Espero que hayas dormido bien," susurró.
"De lo mejor. ¿Qué sobre ti?" La voz de la ejecutiva llevaba el mismo tono suave que había
calmado a Brittany después de que hicieron el amor y la mujer joven reaccionó a eso sin
pensarlo, presionando su cabeza contra el pecho de Sany y sacando una sobresaltada
protesta de Tubbington.
"Maravilloso." Se hizo para atrás y acarició al gato, encendiendo de nuevo el motor
ronroneante. "Maravillosa y hambrienta."
"Tendré el desayuno listo en más o menos veinte minutos," María dijo sin levantar la mirada de
los huevos que estaba batiendo. Cuando se volteó para empezar a hacer el café, Sany se
aprovechó y se agachó para darle a Brittany un tierno beso. Cansada de estar aplastada entre las
amantes, Tubbington zigzagueó para liberarse y salió trotando a la sala de estar.
María volteó para hacer una pregunta pero se encontró sin habla en la vista ante ella. Las dos
mujeres se besaban profundamente, las manos de Sany estaban metidas en el cabello de
Brittany. Desviando la mirada rápidamente, el ama de llaves se negó a darse la vuelta otra vez
hasta que oyó los sonidos de las sillas siendo sacadas y el periódico abierto. Contenta que la
cafetera tuviera una opción de pausa, sacó la cafetera y llenó dos tazas.
"Aquí tienes, Brittany," dijo amablemente cuando colocó la humeante taza abajo enfrente de la
joven mujer.
"Gracias."
"Sany." Dejó una taza amarilla abajo y volvió la encimera a comprobar los huevos. Una ceja
se levantó en la desconocida taza y Sany intercambió una mirada de extrañeza con Brittany
antes de encogerse de hombros y volver al informe del mercado de acciones.
Un rato después María volvió a la mesa con dos platos. El plato de Sany contenía un
pequeño omelet con queso y pan tostado mientras el Brittany estaba cargado de un omelet
relleno, una rebanada de fresco melón, y pan tostado con mermelada de uva.
"Gracias, María. Usted sabe exactamente como me gusta esto." La joven mujer sonrió de oreja
a oreja, ganando una sonrisa del ama de llaves.
"Sí lo sé. Ahora si ustedes señoras me disculpan tengo que ir a lavar." Tomó una cesta vacía
del cuarto de lavado y fue a recoger la ropa sucia. Las amantes volvieron a su desayuno antes
de que un pensamiento pasara por la mente de Brittany. "Sany, va a ver la ropa toda tirada
sobre el cuarto." Su cara comenzó a ruborizarse por la vergüenza.
"Espero que compruebe debajo de la cama. Pienso que es donde tu ropa interior terminó,"
Sany contestó, meneando sus cejas lujuriosamente.
"¡Sany!" Golpeó el musculoso brazo. "No es divertido."
"Sé que no lo es," la ejecutiva se disculpó. "Ven aquí." Movió su silla un poco y tiró de Brittany
contra ella. "Amor, estará descubriéndolo tarde o temprano."
"¿Piensas qué estará bien con esto?"
"Por supuesto. He conocido a María desde que era una niña pequeña. Sabe cuánto significas
para mí. Estoy segura que estará feliz," Sany dijo con seguridad.
Pero el ama de llaves era todo menos feliz. Volvió con una cesta llena de ropa sucia justo
cuando las mujeres estaban terminando su comida. "Santana, necesito hablar contigo," dijo
irritada antes de entrar al cuarto de lavado. La tapa de la lavadora se abrió después se cerró
con un estruendo. La secadora sufrió el mismo abuso.
"¿Qué está pasando?" Brittany preguntó con preocupación.
"No lo sé pero voy a descubrirlo." Sany dejó su servilleta y entró en el cuarto de lavado,
cerrando la puerta detrás de ella.
"¿Qué está pasando, María?"
"Sabes que sería mucho más fácil para mí si no tuviera que inspeccionar toda la casa por tus
ropas." Dio la espalda a su patrona, aparentemente emparejando los calcetines limpios.
"¿Quieres hablar conmigo acerca de dejar mi ropa en el piso? Las he dejado tiradas antes y
nunca te ha disgustado eso." Sany se acercó. "Estás molesta desde antes del desayuno. Mi
taza no estaba sucia. Tú me diste esa cosa fea amarilla a propósito. ¿Por qué?"
"No soy tonta, Santana. Tengo ojos." Arrugadas manos sostenían sudados calcetines en un
agarre de muerte. "¿Cómo puedes hacer esto?"
"Supongo que esto no tiene nada ver con la ropa y para con el jodido Santana. Estás hablando
de Brittany y de mí." Esperó por una respuesta pero su ama de llaves continuaba poderosamente
doblando los calcetines. "¿Cuál es el problema, María? ¿Está bien ser una lesbiana siempre
que no actúe como una?"
María dio vuelta y dio un enfadado fulgor. "He sido apoyo siempre de ti y de tus preferencias.
¿Cómo te atreves a pensar de otra manera?"
"¿Entonces qué es esto?" Su quijada se tensó en cólera. "Brittany ha estado viviendo aquí desde
hace más de tres meses. Tenías que saber que dormíamos juntas."
"Durmiendo, Sany, durmiendo." María sacó las sábanas de la cesta y las metió en la
lavadora. "Tú ciertamente no estabas 'durmiendo' con Brittany anoche." El detergente fue
descuidadamente echado adentro y la tapa se cerró de un golpe. "Esto está mal, solo
verdaderamente mal lo qué estás haciéndole a ella."
"¿Por qué es incorrecto amarla? ¿Por qué es hoy algo diferente que ayer? ¡Ayúdame a
entender por qué estás tan molesta porque ahora mismo no entiendo!" Sany cerró de golpe la
mano sobre la secadora, el ruido reverberaba a través del pequeño cuarto. "No es como
Daniell, María. Es de Brittany de la que estamos hablando."
"Sé que no es como Daniell. Nunca dije que lo fuera. Brittany es una dulce, amable y tierna
mujer que merece todo lo mejor que la vida puede darle." Iracunda se acercó a la barra y
comenzó a ordenar la ropa limpia. "Ella ha sido bastante lastimada."
"¿Qué?" Sany meneó su cabeza. "¿De qué estás hablando?" Puso las manos en los
hombros del ama de llaves y volteó a la mujer más mayor para hacerle frente. Los ojos de
María estaban brillantes y Sany suavizó su tono. "Amo a Brittany. Nunca podría lastimarla."
"¿No piensas que ocultándole la verdad la estás lastimando?"
"¿Y justo qué verdad es la que le estoy ocultando?" Preguntó con indecisión.
"Sé sobre el accidente... vi el Porsche antes de que Hans lo arreglara."
El color abandonó la cara de Sany y se recargó contra la secadora, esperando que sus
piernas la pudieran mantener derecha. "Oh Dios," susurró. Miraba a su amiga y ama de llaves
de toda la vida con aterrados azules ojos. "María, no puedes decir nada. Tú no puedes
contarle."
"¿Contarle?" La mujer más mayor metió sus dedos a través de su corto cabello y movió su
cabeza. "No Sany, no le contaré. Conozco bien mi posición." Se volteó de nuevo a la pila de
ropa. "Además, no es mi casa para decir nada, es tuya." Hizo una pausa por un momento. "¿O
es que solo vas a dejarla que continúe pensando que eres su caballero de brillante armadura?"
Las palabras picaron pero Sany no pudo negarlas. "Yo... no puedo contarle. No puedo
perderla. No puedo." Su voz enganchada y tuvo que mirar para otro lado. "Dejaría todo para
estar con ella pero no puedo hacer eso."
"Mejor que continúe creyendo que algún borracho la golpeó y tú viniste en su rescate que
confesarle que eres responsable." María hizo una pausa, debatiendo entre si realmente quería
hacer la siguiente pregunta o no. "¿Estabas bebida?" A la falta de respuesta, volteó, leyendo su
respuesta en la cara de la alta mujer. "Dios querido... tú estabas."
El largo cabello oscuro formó una cortina cuando Sany bajó su cabeza y asintió
avergonzadamente. "Estaba nevando y yo... nunca la vi hasta que era demasiado tarde."
Respiró varias veces antes de hablar otra vez. "Daría cualquier cosa para cambiar lo que
sucedió esa noche." Levantó la mirada, azules ojos brillaban. "Pero no puedo. Por favor, no
puedes decirle nada a ella."
María apartó la mirada y por un minuto nada fue oído excepto el golpe sordo de la secadora
mientras ambas mujeres luchaban con sus pensamientos. Después de lo que pareció una
eternidad para Sany, el ama de llaves suspiró y asintió.
"No voy a estar arruinando la felicidad de esa niña, incluso si esta es una mentira. Ha tenido
muchas verdades feas ya." Giró de cara a Sany. "No seré la que le cuente."
Sany soltó una profunda respiración. "La amo, María. La amo más de lo que yo he alguna
vez amado a alguien en mi vida y no puedo perderla." Se paró al lado de la mujer más mayor y
reclinó sus codos en la pila de los frescos linos. "Si yo puedo..." miró fijamente la pared, "...
pasaré el resto de mi vida haciéndola feliz. Por favor dame esa oportunidad."
"Cuanto más tiempo le ocultes la verdad peor será cuando la descubra. Le debes la verdad,
Sany."
"Lo sé," reconoció. "Pero no puedo. No aún."
"Ve con ella. Tengo cosas aquí que necesito hacer." Ante la mirada interrogadora de Sany
dijo, "ve, estaré bien una vez que termine aquí adentro. Solo necesito algunos minutos."
*****
"¿Qué fue todo eso?" Brittany preguntó cuando Sany volvió.
"Ella está solo teniendo un mal día, eso es todo," mintió. "Pienso que la muerte de Brody aún
la tiene mal."
"¿Estás segura que no es nada que yo haya hecho?"
"Estoy segura que no es nada que hayas hecho, amor." Se inclinó y dio a Brittany un rápido beso
en la cabeza. "Vamos, estoy segura que hay algunas cintas de la Juez Judy que no he visto
aún." Bajó sus labios hasta que estuvieron al nivel con una bien formada oreja. "Amaría estar
abrazada en el sofá contigo."
"¿Pensé que no querías darle a María un show?" Brittany preguntó.
"¿Qué?" Puso su mano en su pecho como si dijera '¿quién yo?'. "¿Piensas que no puedo
mantener mis manos alejadas de ti?"
"No." La rubia mujer sonrió y, equilibrándose en un pie, dejó las muletas a un lado. Envolvió los
brazos alrededor de la cintura de Sany y moviéndose muy estrechamente. "Yo no estoy
segura que pueda mantener mis manos en mi." Estiró su mano y agarró un puñado de suave
trasero. "¿Ves lo que quiero decir?"
"¿Te volví una adicta al sexo anoche?"
"No, por supuesto no." Brittany se ruborizó y recostó su cabeza contra el pecho de Sany. "Solo
disfruto tanto tocándote y sé que te gusta eso también."
"Muchísimo," la mujer de cabello oscuro murmuró.
"Sabes..." Verdes ojos levantaron la mirada y se encontraron desamparadamente perdidos en
el azul. "Me da igual lo que veamos siempre y cuando pueda estar en tus brazos." Los labios se
tocaron justo cuando María salía del cuarto de lavado. No había que confundir el amor pasando
entre las dos mujeres. Esto apaciguó un tanto a la ama de llaves y pudo poner una sonrisa en
su cara cuando Brittany volteó mirándola. "María, siento sobre la ropa, me aseguraré de ponerlas
en el cesto de ahora en adelante," dijo, pensando que la desordenada ropa era la razón de que
el ama de llaves estuviera tan molesta.
"Lo siento, Brittany, no fue mi intención actuar así. No sé que me pasó. ¿Por qué ustedes no se
sientan y me dejan traerles un poco más de café?" Tomó las tazas vacías y se apresuró más
allá de ellas. "Sany, no deberías dejarla permanecer así tanto tiempo." La ejecutiva
inmediatamente cumplió, ayudando a Brittany con su silla.
"Pienso que acabo de ser regañada," susurró en el oído de la joven mujer.
"También pienso que lo fuiste," vino la contestación. "Tú mejor siéntate."
"Buena idea." Un rápido beso en la mejilla y Sany tomó asiento. María volvió con los cafés y
sonrió afectuosamente a Brittany, disipando la preocupación de la joven mujer.
"Aquí tienes, querida."
"Gracias."
"Bien, pienso que llevaremos esto a la sala de estar y dejaremos a María sola," Sany dijo
cuando se puso de pie. "¿Brittany sabes qué cinta tiene a esos dos compañeros de cuarto
discutiendo sobre los dos mil dólares de la cuentas del teléfono?"
"Yeah, pienso que lo sé. ¿No has visto ese aún?"
"No."
"Entonces te estás perdiendo uno bueno, Sany," el ama de llaves convino. "Esos dos tontos
se presentaron vestidos como si fueran a uno de esos conciertos de rock punk con sus cuerpos
todos perforados y verdes cabellos."
"Oh sí, eso fue espantoso, ¿no es así?" Brittany convino. "Y el rubio con esa cosa en su lengua...
ewww." La joven mujer se estremeció en el pensamiento. "Puedo entender los piercing en la
orejas ¿pero las lenguas y cejas?"
"Y sus madres los dejan aparecer en televisión nacional así," María señaló mientras las seguía
dentro de la sala de estar. "Y pensaba que algunos de los trajes en Jerry Springer estaban
mal."
"Debiste haber oído la manera en que la juez Judy les gritaba," Brittany agregó. "Creo que está
en la cinta marcada martes." Se instaló sobre el sofá mientras que María empujó el reposet en
una mejor posición para ver la televisión y se sentó. Sany puso la cinta y dio vuelta para
tomar a su amante en el ofrecido abrazo todo el día cuando vio al ama de llaves sentada allí.
Observando la posición de Brittany sobre un extremo del sofá, hizo lo mismo, bajando la bandeja
de los aperitivos entre ellas para poner las tazas de café. La apertura de los créditos comenzó
y Sany metió sus pies por debajo de si misma, apoyando su codo contra el brazo del sofá.
Mientran que cada uno de los litigantes explicaba por qué no eran responsables de la cuenta,
ojos azules echaron un vistazo en María. La mujer más mayor estaba atenta en el caso y no se
fijó cuando una larga pierna se estiró hasta que los dedos del pie presionaron contra la cadera
de Brittany. El movimiento le ganó una mirada burlona de la joven mujer pero Sany
simplemente meneó una oscura ceja y volteó la cabeza hacía la televisión. Intentando
difícilmente no sonreír maliciosamente, Sany continuó pasando los dedos del pie por un lado
del muslo y la cadera de Brittany. Al parecer era demasiado juguetona porque la mano de la joven
mujer apretó sobre el errante pie y lo sostuvo de todas formas. Sany casi lo hizo hacía atrás
pero sintió el suave tacto del pulgar de Brittany acariciando de un lado para otro contra la yema
de los dedos de su pie. No se movió para protestar cuando sintió que su calcetín era quitado
lentamente. Como el mejor magistrado ya que el juez Wapner continuaba regañando a los
litigantes, Sany se encontró recibiendo uno de los mejores masajes de pies que Brittany le
había dado nunca.
El caso terminó y otro comenzó. Curiosa, Sany retiró su pierna derecha y estiró su izquierda,
satisfecha cuando sintió las delicadas manos quitar ese calcetín también. Rodó sobre su
espalda, usando el brazo del sofá como una almohada. Pronto ese pie estaba recibiendo el
mismo amoroso tacto y Sany decidió que podría importarle un cacahuate quién ganó y perdió
en el programa de televisión. Cerrando los ojos, se concentró en los dedos de Brittany contra su
piel y la sensación relajada que estaban creando. Los minutos hicieron tictac para cuando ese
episodio finalizó y otro comenzó.
María se levantó y habló, rompiendo el trance de Sany. "Tengo que volver al trabajo aquí.
Brittany, vas a echarla a perder si mantienes eso."
"Hey, no descubras todos mis secretos," la ejecutiva perezosamente protestó.
"Eso está bien, María. Solo le recordaré a ella que la próxima vez querré mi masaje de pies."
Dio una palmadita a los pies descansando sobre su regazo. "Pero ahora mismo necesito visitar
el pequeño cuarto de las chicas."
"Pero estoy cómoda," Sany dijo, meneando sus pies.
"Tú no estarás cómoda si hay de repente una gran humedad justo aquí."
"Bien, necesito otra taza de café de todos modos." Se incorporó y dio a Brittany las muletas,
tomando un beso como pago. "Mmm, cuando regreses nosotras subiremos la bandeja de los
aperitivos y nos abrazaremos, ¿Qué te parece eso?" Sany decidió mostrar algunas de las
ventajas de estar cerca mordisqueando la suave piel del cuello de su amante. "¿Hmm? Tú, yo,
un sofá de suave cuero."
"Compórtate, María está aún aquí, lo sabes." Permitió un beso más antes de separarse.
"¿Puedes traerme un poco más también, por favor?"
"Seguro, cariño."
Sany estaba justo regresando a la sala de estar cuando oyó a Brittany llamarla. Poniendo las
tazas en la mesa del café, entró en el cuarto para ver lo que necesitaba su amante. "Estoy justo
aquí, Brittany. ¿Qué necesitas?"
"¿Podrías traerme unas bragas?" La voz claramente avergonzada en el otro lado de la puerta
del baño preguntó.
"¿Por qué? Qué es... oh." Maldición. "Ok, espera justo allí. Conseguiré eso." Sany intentó
excluir la desilusión de su voz cuando se acercó al tocador. De todas las veces para que le
llegue su período, musitó, sacando unas apropiadas bragas blancas de algodón del cajón.
Entró al baño para encontrar a una Brittany claramente avergonzada sentada en el retrete, las
manchadas bragas ya enjuagadas y esperando dentro del lavabo.
"De todas las veces de ser una mujer," Brittany dijo cuando tomó las limpias. Hizo lo posible para
sonreír. "Supongo que la sincronización es pésima, ¿huh?"
"Eso sucede," Sany contestó. "¿Cómo está el pantalón?"
"No creo que esté manchado." Una rápida comprobación confirmó su declaración. "Saldré en
algunos minutos."
"Toma tu tiempo." Sany se inclinó y besó la frente de su amante. "No te preocupes por eso,
Brittany. ¿Es cuánto... cuatro, cinco días? Sobreviviremos."
"Cuatro o cinco días." La joven mujer repitió las palabras como si fueran una sentencia de
muerte. Sus ojos parpadearon en su amante y una idea se formó en su mente. "Sabes, solo
porque tengo esto no quiere decir..."
"Sí lo sé. Quiero que esto sea mutuo," Sany dijo firmemente, a pesar de lo que su cuerpo
estaba diciéndole.
"Pero..."
"Ningún pero. Nosotras podemos esperar hasta entonces." Viendo la mirada en la cara de
Brittany, se arrodilló y levantó la pequeña barbilla con sus dedos. "Hey, mírame. He esperado
años por ti. Algunos días más no van a matarme." Dejó a su dedo viajar hacía la delicada
garganta y la uve que se formaba en la camisa de Brittany. "Te amo." Se puso de pie y recogió la
prenda sucia. "Llevaré esto a María para que pueda ser lavada enseguida mientras terminas aquí dentro”


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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:31 am



Capítulo 12



Cuando llegó la hora de irse a la cama, Brittany se vistió en su habitual camisa de Dartmouth
mientras Sany se puso pantalones y la camiseta. Se deslizaron bajo las cobijas y se
acurrucaron juntas por un momento antes de que la joven mujer soltara una queda risita.
"¿Qué?" Sany preguntó.
"Lo siento, es solo que parece extraño estar vestidas después de lo de anoche," admitió, sus
dedos se deslizaron debajo de la manga corta y acariciaron la suave piel encontrada allí.
"No hay nada que diga que tenemos que estar vestidas," Sany precisó. Sin previo aviso se
incorporó y se quitó su camisa, la luz de la lámpara revelaba sus generosos pechos a la mirada
de Brittany. "¿Por qué no te quitas el tuyo también?"
"Bien... supongo que esto no dañará nada."
"Por supuesto que no." Hambrientos ojos tomaron en la vista haciéndosele agua la boca por los
pezones de Brittany cuando la camisa de Dartmouth fue quitada. "Dios, Brittany..." Sany tragó. "...
Eres tan hermosa." Cubrió el cuerpo más pequeño con el propio y dejó que sus bocas
encontraran algo mejor para hacer que hablar. Los labios de Brittany se separaron gustosamente
cuando el beso se hizo más profundo y sus manos rodearon la espalda de su amante en un
intento de tirar de sus cuerpos incluso más cerca. Las pasiones se encendieron y las caderas
se encontraron incapaces de permanecer quietas. "Brittany..." Sus labios se movieron a la
delicada piel del cuello de la joven mujer y comenzaron a besar hacia abajo únicamente para
ser parados a pulgadas de su objetivo la rosada piel fruncida.
"Sany... tengo mi período, ¿recuerdas?" Se rió de la desanimada mirada en la cara de su
amante. "Es únicamente por algunos días." Sus dedos rozaron los lados de los pechos de
Sany. "Por supuesto..." Un pulgar rozó sobre un oscurecido pezón. "... tú no." El otro pulgar
repitió el movimiento. "Sany... déjame hacerte el amor."
La mujer de cabello oscuro se apartó del cuerpo de Brittany y se acomodó a su lado y lejos de los
distrayentes dedos. "No puedo." Remontó el contorno de los labios de la mujer más joven con
su dedo. "Deseo darte el mismo placer que tú me das." Hizo una pausa. "Sabes... hay algunas
parejas que tienen sexo incluso con sus períodos."
"No sé, Sany...eso parece desagradable para mí. Solo no puedo hacer eso." Brittany rodó sobre
su costado y apoyó su cabeza en su mano. "Te amo pero no puedo dejar que me toques allí
ahora mismo." Estiró su mano libre solamente para ser detenida.
"No tú no. No me embromes." Sany estiró el brazo y apagó la luz. "Te amo, Brittany. Vamos a
dormir."
"¿Estás segura que no puedo hacer nada por ti?" Su mano merodeó otra vez, está vez
alcanzando su objetivo.
"Brittany..." Resuelta quitó la mano de su amante de su pecho. "Solo si es mutuo." Se inclinó y
sus labios encontraron los de Brittany. "Ahora vamos a dormir."
*****
La alarma fue apagada, señalando el comienzo de un nuevo día. Sany despertó y se dirigió
abajo a su entrenamiento matutino, imaginando que Brittany dormiría hasta que volviera. Estaba
sorprendida, por lo tanto, cuando volvió para encontrar a la joven mujer sentada en la mesa,
completamente vestida y bebiendo café. "Pensé que aún estarías durmiendo."
"Oh no. ¿Olvidaste qué día es este?"
Sany sirvió el café en su taza. "¿Hmm?"
"Dijiste que podríamos ir a la oficina hoy. Tina se irá al final de la semana."
"¿Era eso hoy?" Intentó parecer seria pero el tirón en la esquina de su boca la traicionó. "Lo
recuerdo, amor. Solo imaginé que tomarías su tiempo para levantarte." Tomó un trago de café.
"No tendrás que hacer ningún trabajo hoy de todos modos, solo acostumbrarte al
funcionamiento de la oficina y a aprender como utilizar el teléfono."
"Si hay algo para que yo haga, lo haré, no me importa," Brittany dijo cuando entregó el periódico a
Sany.
"¿Qué hice para ser tan afortunada?" Estiró la mano y acarició la mejilla de la joven mujer.
"Pienso que la suerte está en mi lado."
"Creo que mi corazón podría discutir contigo sobre eso." Se inclinó para un beso y fue
encontrada a medio camino. "Te amo, Brittany."
"Te amo también."
Este fue el paseo más agradable a la oficina que Sany jamás tuvo. Casi fue un paseo
turístico cuando ellas viajaron a través de las varias calles de Albany. En un intento de evitar
pasar cerca del parque Washington, la vista del infortunado accidente, Sany tomó uno largo,
desvió la ruta atravesando el área del centro de la ciudad hasta que llegó a State Street y al
edificio López. Dejó a Brittany enfrente del gigantesco edificio antes de continuar al
estacionamiento. Pocos minutos después volvió y sostuvo la puerta para que la joven mujer
pudiera entrar.
Nunca había estado dentro de la palaciega estructura, la joven mujer estaba rápidamente
espantada de los altos arcos del techo y los espacios abiertos de par en par del vestíbulo. Una
placa grande de metal les daba la bienvenida al edificio López.
"Nuestros ascensores están por aquí," Sany dijo, sonriendo para si misma en la mirada en la
cara de Brittany. "¿Asumo que te gustó mi edificio?"
"Es hermoso. Y tan grande."
"Mucha gente trabaja aquí."
"¿Todos ellos trabajan para ti?"
"No." Sany presionó el botón para subir, frunciendo el ceño cuando levantó la mirada y vio a
cuántos pisos el elevador estaba. "La mayor parte del vestíbulo y los primeros cinco pisos son
rentados a otras compañías y negocios. El resto de ellos trabaja para mí."
"¿Sé que es una compañía grande y todo pero justamente cuánta gente trabaja para López
Corp?"
"Pregúntale a Rachel, ella sabe. Pienso que entre todas las distintas divisiones hay cerca de
diez mil trabajando para nosotros a través de la región, pero no estoy totalmente segura. Ah,
aquí vamos." El elevador se abrió y varias personas salieron. Brittany observó el cambio
inmediato en la postura de su compañera. Con la relajación ida, la cómoda Sany también. La
mujer ante ella era ahora Santana la poderosa y la que inspiraba temor. Entraron y el botón fue
presionado antes de que las puertas pudieran cerrarse. "Puedes también recargarte contra la
pared, Brittany. Será un largo paseo al piso de arriba."
Sany mantuvo la puerta abierta mientras Brittany salía bien en sus muletas. "Tina, quiero que
conozcas a Brittany S. Pierce. Brittany, esta es Tina." Las mujeres intercambiaron saludos mientras
Sany revisaba sus mensajes. "¿Todo establecido?. Brittany, Tina te mostrará alrededor y
conseguirás ubicarte. Estaré en mi oficina si necesitas algo." Intercambió un guiño con Brittany
antes de cerrar la puerta.
El escritorio de la ejecutiva estaba lleno con papeleo y el almuerzo era la última cosa en su
mente cuando Brittany llamó a la puerta y asomó su cabeza por ésta. "¿Hambrienta?"
"¿Es tiempo ya?" Sany miró su reloj y levantó una ceja con sorpresa de la cantidad de tiempo
que había pasado. "Hay un deli en el piso de abajo si quieres llamar y hacer que entreguen
algo." Levantó la mirada y se encontró perdida en los ojos de jade. Se levantó y cabeceó a la
puerta. "Ven entra y cierra." Brittany hizo lo que le pidió y se sentó en el sofá, dejando su pierna
izquierda apoyada sobre los cojines. Sany se arrodilló a su lado, frotando los labios
suavemente contra la oreja de la joven mujer. "¿Sabes cuánto te amo?" Susurró.
"Sabes que podría demandar por acoso sexual," Brittany bromeó. "El gran jefe malo viene sobre
su inocente joven secretaria... ohh..." Sus ojos se agitaron cerrándose cuando la exploradora
boca bajó para morder su garganta. "Mmm, afortunada secretaria."
"Afortunada jefa," Sany murmuró en respuesta cuando sus labios viajaron a lo largo del cuello
de Brittany. "Vamos a olvidarnos del almuerzo." Sus largos dedos alcanzaron para desabotonar la
blusa color óxido pero se encontraron ellos mismos detenidos.
"Sany, no podemos hacer esto. ¿Cómo se supone que alguna de nosotros consiga trabajar si
me mantienes atrapada en tu sofá?" Se liberó de los dedos de la mujer de más edad y puso
sus manos en los anchos hombros en un intento de evitar que la boca de Sany viajara más
bajo. "¿Qué quieres para almorzar?" Vio el travieso destello en los azules ojos antes de que
sintiera la cálida respiración acariciando su oído. Sus ojos se ensancharon en las eróticas
palabras susurradas en un tono increíblemente sensual. "Um... oh Dios... tú no puedes
hablarme así."
"Te gusta eso, ¿si?" La ceja de Sany se meneó ante el pensamiento. "Hmm..." Acarició el
dorado cabello y sus labios bajaron al oído de la joven mujer. "Tengo toda la intención de
hacerte el amor justo aquí en este sofá." Su voz era pura seducción y sus manos se movieron
para cumplir su promesa, tomando el pecho de Brittany.
"Sany, no podemos hacer esto ahora." Se movió del tacto demasiado erótico. "Tengo mi
período, ¿recuerdas?"
"Tú sabes, un valiente guerrero puede estar dispuesto a entrar a un sangriento campo de
batalla."
"¡Santana!" Chirrió dándole juguetonamente una palmada en el hombro de la mujer más
mayor. "No puedo creer que dijeras eso." Suavemente apartó a Sany y se incorporó.
"Necesitas sacar tu mente del canal y pensar sobre el almuerzo."
"Ya te dije que no estoy hambrienta... de comida." Su boca reclamó a la de Brittany cuando se
movió sobre el sofá, cubriendo el cuerpo más pequeño con el propio.
La puerta se abrió abruptamente. "Hey Sany, pensé que quizás podríamos tomar el almuerzo
en..." La voz de Rachel se arrastró apagándose cuando miró a su hermana saltar fuera del sofá
y desviar la mirada. La pelirroja sonrió maliciosamente cuando una bastante avergonzada Brittany
se incorporó y precipitadamente restituía los botones que los hábiles dedos habían
desabrochado. "Oh, supongo que tienes ya planes para el almuerzo. Hola, Brittany."
"Hola, Rachel." La joven mujer bajó la mirada culpablemente.
Incapaz de resistirse, la López más joven miró a su hermana. "Hey Sany, realmente
necesitas recordar cerrar con llave tu puerta cuando no deseas ser interrumpida o ¿tú aún
quieres continuar diciéndome que nada sucede?"
"La mayoría de la gente sabe que para entrar a mi oficina debe anunciarse," la ejecutiva gruñó,
claramente tan avergonzada como Brittany. "¿Dijiste algo sobre almorzar?"
"Bien, no deseo interrumpir sus planes."
"No tenemos planes aún," Brittany dijo, recuperando la mayor parte de su compostura. "Acababa
de entrar para preguntar a Sany lo que ella quería cuando..." La sensación de las manos de
su amante sobre su cuerpo estaba aún fresca, haciéndola respirar profundamente. "Um, ¿qué
tenías en mente?" Se forzó para no mirar a Sany.
Rachel sonrío maliciosamente antes de continuar. "Acaban de abrir un nuevo lugar chino en
North Pearl Street. Oí que su buffet es fabuloso."
"¿Sabes lo qué mamá diría si supiera que comiste de un buffet en público?" Sany bromeó.
"Seguro, suena bien para mí." Vio a Brittany alcanzar sus muletas. "Oh... no hay absolutamente
algún estacionamiento cerca de éste." Pensó por un momento. "Ya sé, os encontraré abajo, te
bajaré, entonces traeré el auto de nuevo al estacionamiento. Es únicamente unos cinco
minutos de caminata desde aquí."
"No tienes que hacer eso," la joven mujer contestó. "Eso no está lejos en absoluto. Puedo
hacerlo."
"No sé, Brittany... cruzar State Street con todo ese tráfico al medio día." Sany meneó su
cabeza. "Rachel, ¿por qué no solo hacemos que entreguen algo aquí?"
"Eso está bien para mi."
"¿Estás segura?" Brittany preguntó. "Parecía que deseabas salir por un rato."
"No, solo quería que algo más que las telenovelas me hiciera compañía para el almuerzo hoy."
La pelirroja miró a su reloj, el teléfono, y entonces a su hermana. "Pero realmente tengo
hambre." Otro pensamiento se le ocurrió. "¿Dónde vamos a comer?"
"¿Por qué no la sala de conferencias?" Sany preguntó.
"No podemos. Brooker tiene una reunión allí."
"¿No hay un comedor?" Brittany preguntó inocentemente. Las hermanas se miraron la una a la
otra y se rieron suavemente.
"Hay un deli en el vestíbulo y un cuarto de descanso en el pasillo pero no realmente un
comedor," Rachel dijo. "La mayoría de la gente sale para el almuerzo o come en sus escritorios.
Los comedores tienden a hacer que la gente tome largos descansos y eso reduce la
productividad."
"Oh, no empieces con eso otra vez," Sany advirtió. "Primero serían los flojos, luego los
fumadores, después los chismes." Se acercó y puso las manos en los hombros de la hermana
más joven. "Antes de que sepas ella emitirá toda clase de notas y tendré a la Clerical Unión
gritando en mí otra vez."
El almuerzo y el resto del día de trabajo volaron rápidamente. Como Sany esperaba, todo
mundo conoció a Brittany inmediatamente ella les gustó y la joven mujer rápidamente se ubicó en
su nueva posición. La ejecutiva rápidamente aprendió los beneficios complementarios de tener
a su amante siendo su secretaria. Sany no podía tener suficiente de los besos de la rubia
mujer y la podía llamar a la oficina solo para probar el dulzor de la boca de Brittany una vez más.
Las fantasías jugaron en la mente de la ejecutiva. Fantasías que incluían, el acojinado sofá de
cuero en su oficina, y a Brittany desnuda y esperando por ella. Ademas, sabía que ellas podrian
únicamente ser eso. Tanto como se amaban la una a la otra, había un tiempo y lugar para todo
y en su oficina durante horas de trabajo no era este. Abriendo su agenda, los azules ojos
cayeron en el próximo sábado. Estaba segura que Brittany habría acabado su período para
entonces. La veteada pluma verdeazulada giró en sus dedos antes de que distraídamente
dibujara un corazón en la sección de notas de la página. Pronto el corazón encontró letras
garabateadas dentro de el. R. G. + V. C. Enternecedoras rosas comenzaron a llenar los
márgenes, cuando Brittany las vio más tarde, provocaron que la joven mujer irrumpiera en
lágrimas de felicidad. Si bien Sany estaba sorprendida por la reacción, ella estaba más que
dispuesta a ofrecer consuelo, tomando a su amante en sus brazos y descansando su barbilla
sobre el dorado cabello. Este era uno de los tiempos que disfrutaba más, sostener a Brittany en
sus brazos. Era en esos momentos que Sany se sentía entera, completa. Sabía que nunca
podría vivir sin los danzarines ojos verdes y la hermosa sonrisa de su preciosa Brittany.
*****
Cuando ese sábado llegó, Sany estaba despierta con el sol, visiones de hacerle el amor a
Brittany una y otra vez danzaban en su mente. Era una particularmente imagen animada en la
que se concentró cuando salió de la cama y caminó sin prisas al baño.
"¡Oh, hijo de perra!" El grito de exclamación despertó a Brittany de su sueño.
"¿Qué pasa?"
"Nada." Otra maldición ahogada, entonces el sonido del agua corriendo.
"¿Sany?" Brittany tomó las muletas y se dirigió al baño. "¿Estás bien?"
"Yeah," Sany contestó del otro lado de la puerta. Su ropa interior terminó en el lavabo con el
agua corriendo sobre ella. Se lavó y entonces abrió la puerta. "¿Adivina qué conseguí?" Dijo
cuando pasó, complaciendo a Brittany con la vista de las firmes mejillas meneándose debajo de
la camiseta gris.
"Estás bromeando."
"Nop." Sacó unas bragas del cajón y se las puso. "Hablando de la pésima sincronización." Se
inclinó y le dio a Brittany un rápido beso. "Pero tu deberías hacerlo," susurró en una voz ronca,
sus manos se deslizaron debajo del dobladillo de la camisa de Dartmouth en la búsqueda de
los montículos gemelos. La joven mujer se retiró fuera del alcance.
"Espere un minuto allí, señorita... No pude tocarte cuando tenía el mío."
"P-pero..." La ejecutiva hizo un mohín, dándose cuenta adonde la conversación estaba
dirigiéndose... y era a cuando ella no estaba. "Brittany... tú sabes que solo porque no pudiste
tocarme eso no significa..."
"Ni siquiera pienses en intentar eso. No funcionó cuando lo intenté, ¿recuerdas?" Los ojos de la
joven mujer se posaron en el atlético cuerpo delante de ella y suspiró. "Estaba deseando esto
también, lo sabes."
"Pero... pero..." Sany fue silenciada por los dedos de Brittany contra sus labios.
"Espero que lo superes rápidamente, querida," la joven mujer dijo cariñosamente. "Quizá el
próximo mes reconsideres cuando quiera tocarte."
*****
Brittany deseaba que Sany pudiera estar en el consultorio con ella cuando la doctora Barnes le
quitó el molde pero una importante reunión forzó a la ejecutiva a permanecer en el trabajo
mientras María llevó a la joven mujer a la cita. La pequeña sierra alternadamente cortaba el
yeso, haciéndole cosquillas en el proceso. "Solo un poco más," la doctora dijo. La sierra fue
puesta abajo y unas tijeras cortaron a través del algodón y soltaron el molde que sostenía la
pierna de Brittany. La primera cosa que vio cuando bajó la mirada a su pierna fueron los largos
filamentos del rubio vello asomándose más allá de la seca, escamosa piel. Meneó los dedos
del pie, frunciendo el ceño en el tinte de dolor que atravesó su tobillo. Había estado haciendo
esto por varias semanas y la respuesta siempre había sido la misma sin embargo Brittany de
alguna manera había creído que cuando el molde fuera quitado el dolor desaparecería.
Después de todo, no llevó mucho tiempo para que su pierna derecha se curara y aguantara su
peso. "¿Cuándo puedo comenzar a caminar en él?" Flexionó su pie, silbando en la agonía que
esto causó.
"Me temo que caminar no es algo que vaya a suceder durante un tiempo aún, Srta. S. Pierce."
"Pero..." Miró a la médica temerosamente. "Usted dijo no más moldes."
"Así es, no más moldes," la médico la tranquilizó. "Pero su tobillo sufrió muchas lesiones y no
ha curado tan bien como había esperado. No podemos dejarlo sin soporte. Usted necesitará un
refuerzo." Cruzó el cuarto y recuperó uno del cajón. Una lona azul oscuro cubría unas correas
planas metálicas y el velcro lo mantenía todo unido. Brittany miró el objeto con desdén. Este
representaba el aplastamiento de su esperanza y otro recordatorio del accidente. Escuchó
silenciosamente cuando la doctora explicó la necesidad de la terapia física e hizo hincapié de
que el tobillo estaba demasiado débil para soportar algún peso todavía y una docena de otras
cosas que Brittany no quiso oír. Su único consuelo era que podría quitarlo para tomar baños.
Tanto como la rubia mujer había estado deseando remojarlo en una tina de agua caliente, esto
parecía insignificante ahora.
Los intentos de María de hacerla hablar en el camino a casa fueron encontrados con
respuestas entre dientes o silencio. Una vez adentro, Brittany anunció que estaba cansada y se
retiraría a su cuarto.
Esperando ansiosamente que la doctora estuviera equivocada, puso las muletas contra la
pared y dejó su pie izquierdo apoyarse contra el suelo. Había una punzada de dolor pero nada
con lo que no pudiera vivir. Se inclinó, poniendo más peso en el delicado tobillo. El terrible dolor
la atravesó y se desplomó sobre el piso. El dolor fue el catalizador cuando los conductos
lacrimales se abrieron y su respiración salió en sutiles sollozos. María entró y la ayudó a
meterse a la cama donde Brittany rápidamente se quedó dormida.
Sany entró un poco tiempo después, había sido llamada a casa por la preocupada ama de
llaves. Tomó solo una breve explicación de lo qué sucedió en el consultorio de la doctora para
que la ejecutiva se diera cuenta por qué su amante estaba tan trastornada. Brittany había estado
emocionada en el desayuno sobre la perspectiva de tener el molde quitado completamente.
Atraída dentro del buen humor de la joven mujer, Sany nunca dio algún pensamiento a la
posibilidad de que ellos pudieran remplazar el molde por un apoyo. De hecho, había estado
más enfocada en el conocimiento de que su período por fin había finalizado y después de una
semana y media finalmente podría hacer el amor con Brittany otra vez. Ahora mirando los
hinchados ojos y la reveladora humedad en la almohada, sintió un pedacito de culpabilidad.
Todos los pensamientos amorosos se alejaron de su mente, Sany dio un punta pie a sus
zapatos y subió a la cama junto a su amante.
Brittany sintió una suave caricia en sus hombros cuando la conciencia volvió. Inhaló la fragancia
del perfume de Sany y sonrió, sabiendo que su querida estaba allí con ella. Rodó sobre si e
hizo una mueca por el dolor en su tobillo. "Hola."
"Hola tú misma," Sany contestó. Su frente se frunció con preocupación. "¿Te dieron algo para
el dolor?"
"Más Percocet," se encogió de hombros, su tono era bajo. "Puedo darme un baño ahora pero
no mucho más." Se dejó ser arrastrada contra la mujer más alta y enterró su cara en la blusa
de seda. "Todavía tengo que utilizar las malditas muletas." Se acurrucó más cerca, sus yemas
del dedo remontaban el contorno del bra de Sany. "Intenté poner el peso en él," admitió.
"Pero esto duele demasiado." Sus piernas se frotaron la una contra la otra. "Y ahora esto pica."
Sany asintió, recordando cuando el molde derecho de Brittany fue quitado. "Y dime," Brittany
continuó. "¿Cómo fue el último día de Tina?"
"Bien. Ella gozó su fiesta de baby shower sorpresa."
"Bueno, me alegra que lo disfrutara. Siento no haber estado presente."
"Shh, ella entendió. Le encantaron los trajecitos y las cobijitas para el bebé, a propósito." Los
nudillos de Sany rozaban contra la suavidad de la mejilla de Brittany. "Pero ahora mismo no
quiero hablar de ella. Has tenido un día bastante áspero por esto. Mira, tu molde fue quitado y
ella dijo que podrás tomar baños ahora, ¿correcto?"
"Correcto..."
"Y qué te parece que dejamos ir a María a casa temprano hoy y tú y yo nos aprovechemos de
esa escandalosa tina grande que tengo arriba, ¿hmm?" Sintiendo la vacilación de Brittany,
agregó, "tengo una botella llena de burbujas de baño justo esperando por ti. Y si eres buena
chica puedo incluso ser convencida para unirme a ti."
"¿Estás diciendo que terminaste con...?" Los ojos de Sany brillaron con travesura cuando
asintió. Brittany tragó saliva. "Oh." El dedo que había estado remontando la línea del bra ahora
recorría de un lado para otro contra el gancho trasero. "Eso quiere decir que puedo tocarte
ahora," la joven mujer murmuró, su voz en un sensual susurro. "Extrañé eso, tú sabes.
Tocarte." Levantó su cabeza, sus labios encontraron los de Sany. "No me castigues así otra
vez."
"No lo haré," la ejecutiva prometió, sabiendo bastante bien lo que la mujer más joven estaba
sintiendo. "¿Cómo estás sintiendo tu tobillo ahora mismo? ¿Crees qué estás para ese baño?"
"¿Vas a acompañarme?" Brittany preguntó sin vergüenza, la visión de una mojada, desnuda
Sany hizo que su corazón latiera más rápidamente.
"Me encantaria hacerlo," la mujer de cabello oscuro respondió.
*****
Sany atenuó la luz, cambiando el brillante blanco a un suave amarillo antes de que su
amante entrara en su dormitorio. "Siéntate en la cama, te ayudaré a desvestir," ofreció.
Ahorrando tiempo, comenzó a desnudarse, quitándose su falda y la blusa antes de darse
cuenta que Brittany estaba parada allí, observándola. Se giró de frente a la mujer más joven,
lentamente quitándose el resto de su ropa. Estaba parada allí desnuda, sus oscuros rizos
destacando en contraste a su piel. Brittany tragó varias veces mientras sus ojos vagaron arriba y
abajo del escultural cuerpo.
"Tan hermosa," la joven mujer susurró.
"Mi turno para ver tu belleza," Sany contrarrestó, conduciendo a Brittany al borde de la cama.
Las muletas fueron apartadas del camino y uno por uno los botones abiertos para revelar la
cremosa blanca carne. Por fin toda la ropa fue quitada, únicamente dejando el apoyo azul
marino para empañar la imagen. Cuidando de no golpear el delicado tobillo, Sany abrió las
correas del velcro y quitó el apoyo. "Pienso que una ducha primero para quitar toda esta piel
muerta sería una buena idea."
"¿Tú vas a sostenerme en la ducha?"
"No, hay un banco construido adentro en la pared y la ducha esta sujeta a una manguera. Es
uno de esa clase de masajeadores."
"Tú realmente tienes..."
"¿Todos los juguetes?" Sany intervino. "Yup." Sonrió ampliamente cuando sus ojos cayeron
en su cajón de la mesita de noche y su mente se llenó de imágenes de lo que estaba oculto en
el interior. "Sabes Brittany..." su voz adquirió un tono sensual. "Tengo algunos juguetes que no
has visto todavía."
"Que clase de... oh." Verdes ojos se ensancharon en sorpresa, entonces se cerraron con el
pensamiento de los posibles usos. "Esa clase de juguetes."
"Mmm hmm." Cuando se besaron, Sany presionó su cuerpo contra el de Brittany, gimiendo al
sentir el muslo de la mujer más joven presionar contra su hinchado centro. Devolvió el favor,
moviendo su musculoso muslo contra los húmedos pliegues de Brittany. "Sigue haciéndolo y
nunca entraremos a ese baño," dijo roncamente. Con gran autocontrol levantó el cuerpo de la
mujer más pequeña y la recogió en sus brazos. Sonrió cuando sintió los brazos de Brittany
envolverse alrededor de su cuello. Como una previsión estiró una mano y con sus dedos
enganchó el borde de la manta, tirando de la esquina mientras aún se sostenía sobre su
amante.
"Me gusta cuando me sostienes así," Brittany dijo, plantando tiernos besos por todo el hombro y
clavícula de Sany. Pronto estuvieron en el baño y tuvo que soltarse del abrazo.
Balanceándose en un pie e inclinándose contra la pared para apoyarse, esperó mientras que
Sany rápidamente abría el agua y regulaba la temperatura. Una vez que estuvo listo, dejó
que su alta amante le ayudara en la ducha.
"Si soy demasiado brusca contigo, déjamelo saber, ¿Ok?" Sany pidió cuando se arrodilló al
lado de ella.
Pero la ejecutiva fue todo menos brusca. Envolvió la toallita alrededor de su dedo y dio a esta
una generosa espuma antes de ir a alguna parte de la piel de Brittany. Poco a poco la piel muerta
fue quitada, dejando nuevo rosado detrás. Cuando esa tarea fue terminada, utilizó su gel para
afeitar poniendo una buena espuma antes de que su maquina de afeitar quitara el picante vello
de la pierna de Brittany. Una vez finalizado, se acercó a la tina caliente y agregó las burbujas de
baño antes de volver a la ducha. "Es una tina grande. Va a tardar cerca de diez a quince
minutos llenarla. ¿Quieres esperar o meterte mientras se está llenando?"
"Creo que preferiría esperar y hundirme en ella al mismo tiempo. Pasó mucho tiempo desde
que me bañé."
"De acuerdo. Déjame secarte. Entonces puedes sentarte en ese acojinado banco ahí hasta que
esté listo." Se acercó al closet de la ropa blanca para coger más toallas.
Brittany se recargó y miró el vaivén de las caderas y el firme cuerpo apreciativamente. El montón
de toallas bloqueó su vista de los pechos de Sany cuando la mujer volvió pero sabía que los
vería de cerca y personalmente muy pronto. Su deseo fue concedido un minuto después,
cuando los fuertes brazos la recogieron y la sostuvieron apretadamente contra los suaves
montículos. Brittany se aprovechó de su posición para mordisquear el cuello de su amante
mientras era llevada a la tina. No queriendo que Sany accidentalmente resbalara, paró su
atormentar y bajó la mirada a las agitadas, burbujas cubriendo el agua. "Cuidado con tu tobillo,"
la mujer más mayor le recordó. "No tienes nada para protegerlo aquí adentro." Brittany extendió
los brazos a los lados de la tina cuando Sany se arrodilló y la bajó adentro.
"Ohhhh... Esto es agradable," la joven mujer ronroneó cuando el agua caliente se arremolinó
alrededor de ella. Un moldeado asiento le hizo señas que se sentara y lo hizo, sorprendida de
encontrar minúsculos chorritos masajeando su espalda. Se giró para ver que había de hecho
varias hileras de minúsculos agujeros brotando en corrientes de agua debajo de la superficie.
"Esto es muuyyy agradable."
"Así qué te gusta esto, ¿hmm?" Sany preguntó cuando se colocó en el asiento adyacente, la
diferencia de altura motivó que sus pezones destacaran sobre el agua mientras que los de
Brittany se ocultaban debajo de la espuma.
"Le veo claras ventajas a esta tina," Brittany dijo cuando sintió una suave pero decidida mano
moverse bajo el agua. Separó sus piernas, dando a Sany el acceso que necesitaba.
"Algunas... definitivas ventajas... uh huh." Giró su cabeza y encontró sus labios reclamados por
su amante de cabello oscuro. El beso rápidamente se volvió apasionado y cuando la mano de
Sany subió hasta la copa de su pecho, Brittany estaba segura que iba a tener un orgasmo justo
allí.
"Han sido ocho largos días," la ejecutiva gruñó, sus ojos atormentados sin piedad por las
burbujas que se negaban a dejarla ver los tesoros ocultos debajo. Giró y montó los muslos de
Brittany a horcajadas, con la intención de besar a su amante. Pero se olvidó de una cosa
importante... la diferencia en su altura. Antes de que Sany pudiera colocarse de nuevo, la
boca de Brittany había aceptado la aparente invitación y había reclamado su pezón. "Oh Brittany..."
Los azules ojos se cerraron cuando dejó que la joven mujer se saciara primero de uno,
entonces del otro pecho. Finalmente se hizo hacía atrás bajando la mirada en los hermosos
ojos verdes. "Mantén eso y no estaremos aquí adentro por mucho tiempo." Se hundió
nuevamente dentro de su asiento.
"No sé lo que consigues en mí," Brittany dijo cuando un lindo rubor apareció en sus mejillas. "Te
moviste y de repente ellos estaban allí."
"Te he vuelto en una maniática sexual con únicamente una noche de pasión, ¿si?" Sany
bromeó.
"Únicamente cuando esto viene de ti." La mano de la joven mujer se movió debajo del agua
para apoyarla en el muslo de su amante. "Te amo y amo tocarte."
"Esto me pasa de la misma manera, lo sabes," Sany dijo, poniendo su mano en la mejilla de
Brittany. "Mejor me muevo al otro lado o nunca conseguirás una oportunidad para mojarte."
"No, está bien. Yo preferiría tenerte junto a mí."
Bueno resultó ser un término relativo cuando ambas se aprovecharon de la intimidad que la
tina caliente ofreció. Los labios encontraron una razón para buscarse a menudo y los pechos
nunca estuvieron tan limpios. Las manos jabonosas vagaron libremente, a veces
atormentando, a veces acariciando, siempre prometiendo una apropiada recompensa durante
una espera tan larga. La paciencia de Sany había sido probada al límite. Sus dedos vagaron
sobre la sedosa piel, sin embargo no podía tocar de la manera en que deseaba. "Brittany..." Su
voz sonaba cruda, profundamente sensual en su ronquera. "Pienso que es hora de salir de la
tina." Y meterte en mi cama.
La mente de Brittany se cerró a todo excepto a las grandes palmas que acariciaban sus doloridos
pezones. "Oh... sabes bien como hacer eso..." El tacto era dulce y sin embargo tortuoso al
mismo tiempo... justo la correcta cantidad de fricción cuando Sany dibujó pequeños círculos
con sus palmas. Brittany metió sus dedos a través del sedoso cabello oscuro, sólo las puntas
realmente estaban mojados, y tiró de su amante para un beso. Las manos de Sany estaban
encajonadas entre los levantados senos y esto únicamente sirvió para hacer que ambas
mujeres desearan más. Los besos eran apasionados, conducido por los días de dolorosa
necesidad, ambas silenciosamente habían elegido al no placer a ellos mismas sino que
prefirieron esperar hasta ahora, hasta este momento. Sany se mantuvo bastante tiempo para
liberar sus manos de su suave prisión y para sacar a la mujer más pequeña en sus brazos.
Salió de la tina y se detuvo el tiempo suficiente para que Brittany tomara algunas toallas del
estante antes de entrar a la suave luz del dormitorio. Puso a la joven mujer abajo en el
cobertor, no preocupándole para nada que este se mojara. Tomaron turnos con las toallas para
secarse la una a la otra, ambas sabían que había un sitio que no estaría secándose en
cualquier momento pronto.
Brittany se encontró acostada sobre su espalda, el confortante calor de Sany sobre ella. "Creo,
mi pequeña rosa, que estoy desesperadamente enamorada de ti." Las cariñosas palabras
fueron puntualizadas con un tierno beso en su mejilla. "Realmente," Sany corrigió. "Sé que lo
estoy." Brittany sintió un largo dedo trazar su camino hacía su mejilla. "Eres lo mejor que me ha
sucedido nunca," su amante continuó. "Sé que esto suena cursi y todo pero esto es verdad." El
dedo que vagaba encontró su camino hacía sus labios y Brittany pensó que su corazón reventaría
por las emociones que corrían a través de él. "Te amo."
"Te amo, Sany." La espera de Brittany había acabado cuando sintió los suaves labios sobre los
suyos. Podría besarte siempre, pensó para si. "Siiii..." Diestros dedos encontraron su pezón y
apretaron suavemente, trayendo mucho más placer que todo lo que sus propias manos
hubieran hecho antes. Devolvió el beso con fervor, sus manos subieron para regresar la
exquisita sensación. Sany rompió el beso y dio un gemido hedonista. Brittany recordó cuánto
fue disfrutado su tacto la primera vez que hicieron el amor y repitió los movimientos, apretando
ligeramente con su pulgar e índice. Sí Sany, eso es.
"Eso... eso se siente tan bien, Brittany."
"Me alegra," contestó, incrementando el ritmo en las crecidas endurecidas cimas de los
pezones de Sany cuando sus bocas se juntaron otra vez. Las lenguas se lanzaron y bailaron,
dando y tomando mientras exploraban la una la boca de la otra. Cuando el beso finalmente se
rompió, Sany se movió hacía abajo y Brittany sentía los húmedos rizos rozar su muslo. "Sany,
donde estás... unggh..." Su pezón fue rodeado por el calor húmedo, una lengua experta
funcionando en concierto con los blancos dientes para sacar las más maravillosas sensaciones
de su cuerpo. "Sí amor... siiii..." Enterró sus dedos profundamente en el sedoso cabello,
impulsando a su amante a hacerlo. Sus caderas comenzaron a moverse hacía arriba en
búsqueda de alivio, encontrando este en la flexible piel del muslo de Sany. "Oh..." Se levantó
otra vez, clavando sus talones en la cama. Un cegador dolor atravesó su tobillo izquierdo. "Ow
ow... ow... espera."
Sany se quitó en un abrir y cerrar de ojos y alcanzó la lámpara. "¿Qué pasa? ¿Te lastimé?
¿Fui demasiado dura? ¿Qué?" Las palabras salieron en una ráfaga de preocupación.
"No no, no fuiste tú," gimió, alcanzando su desprotegido tobillo. "No estaba pensando." La
cama se levantó un poco cuando Sany se bajó, volviendo un momento después con el
apoyo.
"No voy a correr ningún riesgo en que te hagas daño otra vez."
"Lo siento..." El resto de su oración fue cortada por los labios de Sany sobre los suyos.
"No lo hagas," la ejecutiva dijo cuando el beso terminó. El apoyo fue asegurado, la colocación
fue comprobada, entonces como una añadida precaución Sany las movió de lado para que
los pies de Brittany colgaran sobre el borde. "¿Ahora dónde estaba yo?"
"Creo que tú estabas justo aquí," Brittany agregó servicialmente, utilizando sus manos de ambos
lados de la cara de Sany para dirigir a la mujer de nuevo a sus erguidos pezones. "Ahh..." Se
recostó y dejó a su amante de cabello oscuro succionar sus pechos, perdiéndose en la
sensación. Pero pronto esos amorosos labios se movieron hacía abajo, plantando suaves
besos sobre su torso. Brittany sintió que sus piernas eran separadas y se dio cuenta de lo que
estaba a punto de suceder. Había leído sobre esto en un libro en la biblioteca, incluso vio este
actuado en el vídeo para adultos, pero nunca experimentó el acto íntimo. Largos dedos
separaron sus pliegues y antes de que Brittany pudiera reaccionar la cálida respiración la
acariciaba, sintió la lengua de Sany sobre ella.
"Mmm," la ejecutiva gimió con aprobación.
"Ohh... oh sí, es agradable, Sany... nnggh..." Era indescriptible, un ascenso más alto que
cualquiera que hubiera jamás conocido, sin embargo no había miedo. Se movió contra el
músculo invasor, sus dedos como garras contra la oscura cabeza. La lengua de Sany buscó
cada resquicio y hendidura, provocando que las caderas de Brittany tomaran vida propia. "Si...
oh..." Sintió sus piernas levantadas y pronto se encontraron apoyadas sobre los hombros de
Sany cuando la amorosa lengua cambiaba de largas caricias a rápidas ligeras sacudidas
sobre su parte más sensible. "Oh Dios... Sany..." Oh no, no aún, pidió silenciosamente
cuando su cuerpo comenzó el espasmo. Por favor, es demasiado pronto. Pero la joven mujer
fue impotente cuando su cuerpo flaqueó a un clímax contra la lengua de su amante.
El pecho aún golpeándole con fuerza, Brittany apenas tuvo tiempo para tener su respiración
nuevamente bajo control antes de que sus labios fueran reclamados y los dedos de Sany
encontraron el manantial de deseo que los esperaba.
"Brittany..." Sintió a Sany esperar justo en el exterior de su entrada, suavemente rogándole le
permitiera entrar. ¿Tan pronto? No sé si yo... ooh. Cualquier duda que Brittany pudo haber tenido
sobre estar lista para más fue borrada cuando sintió el dedo de Sany deslizarse dentro de
ella. La cálida respiración acarició su oído. "Oh Brittany... esto es tan agradable..."
"A-a-a-agradable..." repitió, su atención construía un túnel al lugar donde ellos estaban
reuniéndose. "Más... ooh..." El dedo de Sany la llenó profundamente, tocando a Brittany en
sitios que no sabía que existían. Giró su cabeza para ver los azules ojos sonriéndole.
"¿Te gusta esto?"
"Siiii... siiii... más..." Sintió una sensación de pérdida cuando Sany se retiró de nuevo al borde
de su abertura, entonces gritó con placer cuando dos dedos la penetraron completamente. Oh
awong_snix
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Jue Feb 19, 2015 2:33 am


CAPITULO 12 SEGUNDA PARTE



Dios, se siente tan bien. No pares por favor. Brittany desesperadamente buscó los labios de su
amante y gimió su placer dentro de la boca de Sany. Un sorprendente movimiento fue
establecido cuando se besaron hambrientamente. Incapaz de utilizar su pierna izquierda para
apoyarse, Brittany subió su talón derecho sobre la cama y se arqueó en los empujes de Sany.
"Siiii..."
"Oh Brittany... te sientes tan bien, tan agradable... te amo."
"Yo... te... amo." Las palabras de Brittany salieron sin aliento cuando los oscilantes movimientos
aumentaron. Los dedos de Sany continuaron llenando y retirándose mientras su pulgar
rozaba de un lado para otro contra el erecto clítoris de Brittany. "Oh Dios... por favor." No tenía
idea qué estaba pidiendo pero confiaba en Sany para darle eso.
"Siiii," la mujer de cabello oscuro gruñó. Brittany sintió los suaves labios presionar contra su cuello
y gimió su aprobación cuando los dedos de su amante buscaron nuevos lugares
profundamente dentro.
"Oh sí, Sany... si... oh esto es tan agradable... si..." Se arqueó nuevamente, presionando sus
pechos contra el firme cuerpo sobre ella. Sany se movió, encontrando un erecto pezón
pidiendo atención. Eso fue demasiado para Brittany. La humedad contra su pierna, los dedos
acomodados profundamente dentro de ella, la caliente amorosa boca besando su pecho... un
fuego comenzó profundamente dentro, pulsando hacía fuera hasta sus piernas agarrotadas, su
respiración cogida en su garganta, y sus músculos apretados abajo, negándose a dejar ir los
dedos de Sany. "Oh Ronnieeee... Yo... estoy..."
"Sí amor." Los atrapados dedos se movían tanto como podían. "Te tengo, déjate ir..."
"Yo... yo... oh Dios, ¡Sany!" Los músculos internos se convulsionaron, el orgasmo se
estrellaba atravesando con más fuerza que alguno que Brittany hubiera incluso conocido antes.
Nada existió únicamente los amorosos brazos que la sostenían y las tiernas palabras que eran
susurradas en su oído. Los párpados de Brittany se negaron a abrirse, su cuerpo pulsaba con
réplicas sísmicas. Esto fue varios segundos antes de que se diera cuenta que su agarre
alrededor del cuerpo de Sany evitaba probablemente a su amante la respiración. Relajó los
brazos, dejándolos caer flojamente de nuevo a la cama. "Oh Sany," suspiró, su boca seca y
sintiendo su cuerpo totalmente deshuesado.
"Shh... te tengo, amor." Brittany abrió lentamente los ojos, la suave luz de la lámpara permitió que
viera la amorosa sonrisa en la cara de Sany. "Voy a sacar mis dedos ahora, ¿Ok?" Dijo, sus
dedos restantes absolutamente aún adentro. Brittany asintió y se estremeció ligeramente cuando
la íntima conexión fue rota.
"Eres maravillosa," susurró, acurrucándose dentro de los abiertos brazos. "Mmm, podría
permanecer así por siempre."
"Me gustaría eso también," Sany dijo. Cuando su mano acarició la mejilla de Brittany, la joven
mujer inhaló el olor de si misma y su cuerpo se movió en la memoria reciente de donde habían
estado esos dedos. metió su mano izquierda entre sus cuerpos parando únicamente cuando
sus dedos rozaron húmedos rizos.
Sany gimió y sus caderas se movieron hacía adelante en respuesta. "Acuéstate," Brittany
susurró.
Colocando a su alta amante diagonalmente a través de la cama, se movió hasta que sus labios
encontraron un arrugado punto para llevar dentro de su boca. La firme mano en su nuca
hablaba justo tan alto como el gemido que venía de los labios de Sany. Sus dedos
encontraron la caliente humedad esperando por ellos. Levantando la cabeza de su tarea por un
segundo, trajo los dedos a sus labios y los probó, su lengua se deslizaba hacía fuera para
retirar cada gota. "Brittany... Dios eso es sexy," Sany musitó. Inspirada por las palabras de su
amante, la joven mujer procedió a hacer una demostración de la limpieza sus dedos,
recompensada por el ansioso retorcer debajo de ella. Con deseo, curiosidad, y una buena
dosis de nerviosismo, Brittany descendió hasta que sus labios estaban cerca del oscuro triángulo
de vellos. La mano en su nuca permanecía, suavemente impulsándola a continuar. Las piernas
de Sany se separaron de par en par en invitación. Subiendo sobre una pierna y colocándose
dentro de la posición, Brittany encontró sus labios a escasas pulgadas de su objetivo. Bastos
oscuros vellos cosquillearon su cara antes de que su lengua dividiera el camino y se hundiera
dentro para probar el dulce líquido. Los gemidos de Sany eran amortiguados por los muslos
presionando contra los oídos de Brittany pero la joven mujer los sentía igualmente. Su boca
rápidamente aprendió su camino alrededor cuando la respiración de Sany vino más
rápidamente. "Siiii, oh Brittany, allí... no... si correcto, justo allí, siiii."
Largas piernas se envolvieron alrededor de sus hombros, sujetando a Brittany a su lugar. No que
le importara. El sentir a Sany reaccionando a su lengua era suficiente para mantener a la
joven mujer en esa posición por siempre. Alternó de lamer el clítoris de Sany a sumergirse
más abajo y beber más del líquido evidencia de su efecto sobre su amante. Los gritos y
gemidos fueron el aliciente para encenderla, su objetivo para enviar a Sany sobre el mismo
pináculo maravilloso que había alcanzado apenas unos minutos antes. Cuando envolvió sus
labios alrededor del pequeño eje y comenzó a chupar, Sany gritó y movió sus caderas hacía
arriba, moviéndose contra la cara de Brittany. Continuando por instinto, la joven mujer comenzó a
chupar más fuertemente, su lengua firmemente moviéndose de un lado para otro sobre el
engullido clítoris. Pronto las piernas de Sany temblaban y Brittany envolvió los brazos alrededor
de ellas para mantener su posición. Los músculos en su cuello tiraron contra el empuje hacía
arriba de Sany cuando un fuerte grito fue rasgado de la garganta de la mujer más mayor.
Brittany succionaba tan fuertemente como podía, su lengua moviéndose rápidamente sobre el
paquete de nervios. Su alegría al momento de la liberación de Sany rivalizó con la sensación
de su propio orgasmo y su propio sexo convulsionó en respuesta. Permaneciendo apartada del
hipersensible clítoris, Brittany dejó a su lengua viajar a lo largo de los pliegues, no deseando
terminar el momento íntimo. Únicamente cuando sintió que las manos de Sany la impulsaban
a subir la hicieron abandonar su preciada localización y dio a los labios cubiertos con oscuros
rizos un beso final. Fuertes brazos la subieron recostándola contra un ancho hombro. En largos
minutos ninguna habló, contentas simplemente de descansar en el resplandor. Manos
recorriendo perezosamente sobre la desnuda piel, silenciosamente comunicando su amor de la
una por la otra. "Te amo," Sany finalmente susurró, dando a Brittany un beso en su frente.
"Mmm, te amo también." Levantó su cabeza, mirando dentro de los satisfechos azules ojos.
"Siempre que no nos hagas esperar así otra vez," advirtió.
"Te prometí antes que no lo haría," Sany dijo suavemente.
"Lo sé, solo quería recordártelo." Brittany bajó su cabeza y suspiró satisfechamente. "¿Podemos
dormir aquí arriba esta noche? Estoy cómoda."
"Tú siempre estás cómoda sobre mí," la mujer más mayor rió suavemente. "Podemos dormir en
cualquier parte que tu quieras." Miró el reloj. "Aún es temprano. ¿Quieres ver la televisión? ¿Un
vídeo? ¿Hacer el amor otra vez?"
"Hmm, vamos a ver." Brittany levantó su cabeza y sonrió maliciosamente. "Ver algo que hemos
visto ya antes y estar viéndolo otra vez o hacerle el amor a la mujer más maravillosa en el
mundo." Puso el dedo contra su barbilla. "Chico, es una difícil decisión."
"Bien, vamos ver qué puedo hacer para influir en ti," Sany dijo, rodando a la mujer más
pequeña sobre su espalda. "¿Y si yo comienzo en la parte superior y recorro mi camino hacía
abajo o de la parte inferior para arriba?"
Mirando desde su sitio en el piso, Tubbington bostezó y comenzó a limpiarse, segura que sus
dueñas no estarían abandonando la cama en algún cercano momento.
*****
En la insistencia de Brittany de que ella podría subir las escaleras con sus muletas, Sany había
trasladado la cama ajustable a uno de los cuartos de huéspedes y las pertenencias de la joven
mujer trasladadas dentro de su habitación. Tubbington descubrió que el asiento de la ventana era
mucho más cómodo que su cama del gato, mucho para la consternación de María cada vez
que entraba para pasar la aspiradora. Mientras Sany sacaba a lucir sus músculos moviendo
los muebles alrededor para acomodar el tocador extra, Brittany estaba parada junto al centro de
entretenimiento mirando las cintas de video en búsqueda de algo para que ellas vieran. Una
cinta sin etiqueta encima del gabinete atrajo su atención. Pensando que ésta era otra de las
cinta para adultos de Sany, Brittany la puso en la VCR y encendió la televisión. Para su
completa sorpresa, era un vídeo de la oficina de Sany y Delores estaba parada allí. El
volumen estaba apagado y su antigua madre adoptiva parecía como que estaba gritando. Brittany
pulsó el botón de stop y retrocedió la cinta. "¿Amor, por qué no me dijiste que Delores pasó por
tu oficina?"
Sany paró de mover el tocador y se volteó para estar de frente a su amante. "No quería
lastimarte."
"¿Fue esto antes o después de que ella hubiera estado aquí?"
"Después."
"¿Qué sucedió?" Echó un vistazo en la VCR cuando un clic de apagado anunció que la cinta
fue retrocedida. "¿Ella pidió dinero?" Preguntó reservadamente.
"Brittany..." Sany se acercó detrás de su amante y envolvió sus brazos alrededor de la mujer
más pequeña, con muletas y todo. "Tú eres todo para mí. No quiero verte sufrir con esto."
"Quiero ver qué sucedió." Brittany se apartó del abrazo y se dirigió a la cama. "Siéntate junto a
mí." Para el momento en que Sany se reunió con ella en la cama, el volumen estaba en el
correcto nivel y Brittany pulsó el botón de play.
La cinta comenzó con Delores entrando a la oficina y mirando alrededor. "Bonita oficina.
¿Usted emplea?" Sany notó la mirada avergonzada de Brittany y puso su brazo alrededor de la
mujer más pequeña, acercándola. Sabía que el resto de la cinta sería duro de ver. La escena
presentada se reveló, culminando con Delores siendo escoltada fuera de la oficina.
Sany estiró la mano por el control remoto. "Ya está." Para su sorpresa, Brittany mantuvo el
control fuera del alcance.
"No espera, hay más." En la pantalla, Rachel entró en la oficina. "¿Sany? ¿Qué sucedió? Oí
que llamaron a Seguridad a tu oficina." El diálogo continuó, atrayendo a Brittany cuando
estudiaba las reacciones de su amante. "Te amo, sabes," dijo suavemente cuándo la cinta
terminó.
"Lo sé," Sany sonrió. "Estaba solo intentando protegerte, eso es todo."
"Vi eso," contestó. Apoyando su cabeza contra el hombro de la mujer de más edad Brittany
continuó. "Noté que no utilizaste la pluma que te di para extender ese cheque."
"No, no pude," Sany admitió. "Incluso aunque sabía que podría romperlo, no podía utilizar tu
pluma para hacer eso." Un pensamiento se le ocurrió a ella. "Brittany... ¿ella ha intentado entrar
en contacto contigo en algún momento?"
"No, no desde ese día que estuvo aquí y tomó el cheque." Apretó a su alta amante contra ella.
"Fue todo una mentira con ella," dijo reservadamente, mirando fijamente la pantalla en blanco.
"Tú eres la única que me ha enseñado lo que el amor significa." Levantó la mirada en los
interminables azules ojos y sonrió. "El amor es acerca de dar, no tomar." Se arrimó más cerca.
"Como lo que tú y yo tenemos. No es solo sobre sexo. Es sobre honestidad y cuidar de todas
las pequeñas cosas." Dio a Sany un tierno beso. "Lo que nosotras tenemos es..." Brittany luchó
por las palabras. "... es..." Nada vino, ninguna palabra podría describir cómo se sentía por estar
con Sany. Finalmente movió su cabeza en derrota. "Todo lo que sé es que cuando estoy
contigo me siento completa."
"Curioso, siento de la misma manera sobre ti." Devolvió el beso, usando su lengua para
separar los labios de Brittany y para deslizarse adentro para una rápida probada. "Te amo por
siempre, Brittany."
"No más secretos, Sany." Los labios de la joven mujer se movieron a lo largo de la quijada de
la ejecutiva. "Nada oculto entre nosotras."
La mujer de cabello oscuro se tensó en las palabras. No sabes lo que estás pidiendo, Brittany. No
puedes saber todos mis secretos. Apenas no puedo arriesgarme a perderte. Sany decidió
que la distracción podría funcionar y comenzó a mordisquear el lóbulo enmarcado por los
dorados cabellos. "Hablando de oculto." Abrió primero uno, entonces dos botones en la camisa
de Brittany. "¿Por qué tú y yo no aprovechamos la tina caliente y jugamos a 'encontrar' el jabón?"
Dejó que su lengua trazara el contorno de la oreja de Brittany y bajó su voz a un gruñido en la
garganta. "¿Hmm? Prometo hacer este digno de tu tiempo." Otro botón rendido a los diestros
dedos. "¿Qué dices, Brittany? Sé que has estado preguntando por ese masajeador en la ducha."
"¿El realmente está...?"
"Um hmm... Estaría feliz en mostrártelo." Recogió a Brittany en sus brazos y se dirigió hacía el
baño, decidida de poner todos los pensamientos del pasado fuera de la mente de la belleza de
dorados cabellos.
*****
Cuando las flores florecieron y los días se hicieron más largos, Brittany trabajada duramente en
su terapia física. Tomó cada oportunidad para fortalecer y construir resistencia en su tobillo.
Mientras que Sany se aseguraba que permaneciera descansando este en casa, la a veces
sobré protectora amante no podía mantenerla tan fuertemente vigilada en la oficina. Brittany
había progresado desde que no ponía peso que tocara sus dedos del pie y el reposapiés
debajo de su escritorio proporcionó la perfecta resistencia oponiéndose a la práctica durante
del día. Cuando podía exceder este, lo que era común, Brittany encontró a Sany siempre
dispuesta a proporcionar un masaje de pies que hacía que todos los dolores y molestias
salieran. Por supuesto esto frecuentemente conducía a las nuevas amantes a encontrar otras
cosas para tocar y acariciar pero eso estaba bien con Brittany. El decoro profesional que ellas
mantenían durante el día en el trabajo se iba al instante en que entraban a la casa. Ya fuera en
la cocina o la mesa del comedor, se sentaban una junto a la otra, compartían mutuamente de
los platos y pasando besos junto con la sal. El postre requería únicamente un tazón con dos
cucharas y las tardes más calurosas eran pasadas en el columpío abrazadas juntas mirando
las estrellas. Era el cielo en la tierra y Brittany no podría imaginarse el ser más feliz, excepto a ser
librada de las muletas.
Cuando el día vino a principios de junio que las muletas pudieron ser dejadas detrás en el
consultorio de la doctora Barnes, Sany insistió que celebran saliendo a cenar, ir al cine y una
última parada de la noche a uno de los pequeños drive-in por un helado y algunos minutos más
para bajar la comida. Llegaron a casa después de las once pero ninguna mostraba alguna
señal de estar cansada. Al contrario, una proposición fue aceptada y se hicieron el amor a largo
de la noche.
La noche incluso no había cedido su lugar al tenue gris de la mañana cuando un claxon tocó en
el camino de entrada, despertando a Sany de su profundo sueño. "¿Qué demonios...?"
Agarrando su bata del extremo de la cama, se la puso y se acercó a la ventana. "Tubbington,
bájate. Juro que dejas suficiente pelo aquí como para hacer otro gato." Inclinó su rodilla contra
los blancos cojines del asiento de la ventana y miró, sus ojos se ensancharon en sorpresa en la
camioneta y el barco estacionados en su camino de entrada. "Oh mierda." Maldijo cuando
recordó la fecha. Abrió la ventana y asomó su cabeza. "¡Puck!" El hombre que estaba parado
al lado del carro sonrió y saludó.
"Hey Cuz, vamos, los peces están picando."
"Me olvidé por completo del día de la apertura. No puedo ir."
"¿Ir adónde?" Una adormilada Brittany murmuró antes de hundir su cabeza nuevamente dentro
de la almohada e inmediatamente quedarse nuevamente dormida.
"¿Qué es lo que quieres decir con que no puedes ir? ¿Estás despierta, no es así? Tienes una
licencia de por vida y hoy es el día de la apertura. Tienes que ir. Siempre vamos y quiero
probar mi barco en el Mohawk." Miraba su reloj. "Vamos, Sany. Quiero llegar allí a tiempo de
pescar algo."
El día de la apertura de la temporada baja era una fecha establecida desde hacia mucho
tiempo entre Sany y su primo mayor, una tradición que databa desde tiempo atrás cuando
eran niños. Miró a la desnuda mujer en la cama, entonces asomó su cabeza de nuevo a la
ventana. "¿Puck, puede Brittany venir?"
"¿La rubia? Seguro, solo dense prisa, ¿si?" Miró su reloj otra vez.
"Estaré abajo en cinco minutos." Cerró la ventana y se acercó a la cama. "Brittany... Brittany,
levántate, cariño."
"¿Te oí decirle a alguien que nosotras iríamos a pescar?" Levantó su cabeza y miró a Sany
quitarse la bata y abrir varios cajones.
"Yup. Es día de la apertura por la temporada baja y Puck está aquí para llevarnos a pescar."
"No te recuerdo mencionar nada acerca de que nosotras iríamos de pesca hoy... o algo de ese
asunto." Brittany se incorporó y se estiró perezosamente, atrayendo una apreciativa mirada de
Sany. "¿Y por qué ir tan temprano? No es que ellos estarán haciendo las maletas y
abandonaran el agua si esperamos un par de horas más."
"Si nosotros esperamos más tiempo, ellos no picarán. Vamos, perezosa. Será divertido."
Brittany se sentó detrás del asiento del pasajero, permitiéndole una buena vista del maníaco en el
que Sany confió sus vidas. Puck firmemente creía que su avanzado detector de radares le
advertiría de cualquier trampa de velocidad aproximándose y el Ford ocho cilindros volaba
sobre la autopista revolviéndole el estómago rápidamente. "Entonces rubia, ¿has pescado
antes?" Gritó sobre el ensordecedor sonido de la música Country-Western.
"Um... no, no en un barco."
"Estarás poniéndole carnada en su anzuelo, Cuz," dijo a Sany. "Espero que ella no se
mareé."
"Por supuesto que no." Se giró en su asiento. "Tú no te mareas, ¿no?"
"No, pero puede ser que me mareé en el auto si él se mantiene conduciendo así," Brittany dijo lo
suficientemente bajo para que únicamente Sany oyera.
"Está intentando recuperar el tiempo perdido."
"Nosotros recuperaremos mucho tiempo si todos vamos al hospital."
"Haré que vaya mas despacio," Sany aseguró, volviéndose sobre su asiento. "Hey Puck,
sabes que la policía tiene esos detectores láser ahora. Tú no puedes evitarlos. Mira, la policía
está apostada a una milla sobre la carretera. No quieres ser arrestado otra vez este año, ¿no?"
El velocímetro bajó a una razonable velocidad solo mientras ellos efectivamente pasaban a la
policía esperando oculta cubriéndose en medio de un árbol. "Maldición, tienen más de ellos
fuera este año," dijo, vigilando mejor su velocidad. Brittany se atrevió a dar un vistazo en el
tablero de instrumentos, satisfecha por ver solo dos dígitos cerca del extremo de la aguja
anaranjada. Deslizando su mano derecha alrededor del asiento, dio al brazo de Sany un
suave apretón de agradecimiento.
Cuando llegaron a la rampa del barco, Puck dio de reversa al muelle, deteniendo el barco
algunos pies de la línea de flotación. "Nosotros mejor subimos antes de que yo ponga el barco
en el agua." Salieron de la camioneta y Puck subió en los veintidós pies de largo, en la parte
superior de la línea del Ranger Bass Boat, Sany subió a Brittany y se quedó para recoger las
cañas de la camioneta, dejando a la joven mujer en los robustos brazos de Puck. Unos
segundos después Brittany estaba sentada en uno de los acojinados bancos. "Aquí. Tú mejor te
pones el chaleco. Sany me matará si llegas a ser carnada."
"Pensé que no había aquí ningún pez peligroso en este río" Brittany dijo cuando Sany encendió
el coche y movió hacía atrás el barco en el agua.
"No hay, aunque los bagres pueden darte absolutamente una mordida."
"Tú no intentes asustarla," Sany gritó desde la camioneta. Recogió las diversas cañas y cajas
del equipo de pesca de la parte trasera y se las pasó a Puck antes de desatar el barco y
mover la camioneta al área de estacionamiento.
Tenía el motor funcionando y listo para irse para el momento en que ella volvió. "Ok. Señoras,
sujétense ahora. Es hora de ir a pescar." Se alejó del muelle y se dirigió río arriba. "Solo
veamos lo que cuatrocientos caballos pueden hacer en aguas abiertas." El agua detrás de ellos
se sacudía y la proa se levantó cuando él encendió los motores.
Brittany miró nerviosamente a Sany. "Por favor dime que no conduce un barco como conduce
esa camioneta."
Pararon varias millas río arriba con el motor principal levantado a favor del carrete de la caña
de pescar. Sany puso carnada al sedal de Brittany primero, después al propio. Puck instaló un
par de sedales para él y tomó una posición en la proa del barco, colocándose en una de las
elevadas sillas giratorias. Sany ayudó a Brittany a colocarse en una de la popa y tomó la de a
lado para ella. El temprano sol de la mañana comenzaba a aclarar el cielo y como esperaban
los peces estaban saltando. Puck rápidamente hizo la primera captura, un pequeño lenguado
que apenas estaba sobre el límite. Este aterrizó en el depósito de reserva con la esperanza de
ser desechado más tarde.
"¿Estás pasándolo bien?" Puck preguntó.
"Justo excelente," Sany contestó, arrojando su sedal fuera una vez más.
"¡Hey!" Brittany sostuvo su caña en un agarre de muerte. "Creo que tengo algo." La punta de su
caña se sumergió una vez, después dos veces, entonces un fuerte gimoteante sonido llenó el
aire cuando el pez salió, llevando su sedal con éste. Oyó la caña de Sany golpear la cubierta
seguida inmediatamente por los fuertes brazos envolviéndose alrededor para ayudar a afianzar
la caña.
"Comienza a traer atrás tu sedal," Sany dijo, su respiración cosquilleaba la oreja Brittany. "No lo
dejes conseguir algún aflojamiento o el se meneará rápidamente liberándose." Brittany encontró
las manos de su amante cubriendo las suyas y juntas trabajaron animosamente.
"Consiguió un lunker allí, ¿eh?"
"Tiene este, Puck," Sany contestó. "Seguro es más grande que ese pequeño pez que tú
lanzaste allí dentro hace algunos minutos. Mejor agarra una red para éste."
El pez intentó otra vez escaparse, casi teniendo éxito en tirar la caña libremente de la mano de
Brittany. "Oh Sany, es demasiado fuerte, aguanta tu la caña." Intentó darle la caña pero la mujer
de cabello oscuro la rechazó.
"No, puedes hacer esto," Sany dijo cuando soltó su agarre y dio un paso atrás, dejando a
Brittany manejar a la lobina sola. "Eso es, mantén la caña tensa, desgástalo abajo."
"Oh mi..., el se siente tan grande," la joven mujer exclamó, tirando aún fuertemente de la caña
con el pez intentando liberarse. De repente este saltó directamente del agua, mostrándoles
todo contra lo que Brittany estaba levantado.
"Mierda santa," Puck exclamó. "Resiste, yo debí traer la red grande."
"Tienes un monstruo allí," Sany dijo, parándose a lado de su amante. Pensando que su primo
no estaba mirando, extendió el brazo y puso su mano en el hombro de Brittany, acariciándolo con
cariño. La lobina finalmente se cansó y permitió ser traída junto al barco donde Puck la sacó
con la red.
"Hijo de perra. Qué es un pez jodidamente grande," dijo alegremente, metiendo su mano dentro
de la branquia para levantarlo para que ellas pudieran verlo.
"Bonita lengua, Puck," Sany lo reprendió, mirando a Brittany sutilmente.
"Oh, ella ha oído eso antes," dijo, recibiendo un destello de su prima. "Hey rubia, seguro
pescaste un infierno de una boca grande aquí. Debí haber traído una cámara fotográfica."
"Mira que grande es," Brittany dijo. "¿Puedo devolverlo ahora?"
"¿Devolverlo?" Puck rió. "Cariño, este no es la clase de pez que tú regresas. Esta es la clase
que tú llevas al taxidermista para una exhibición."
"¿Exhibición?" Volteó con Sany, quién estaba ocupada quitando el anzuelo. "No quiero
conservarlo."
"No puedo creer lo grande que es," la ejecutiva dijo. "¿Brittany, estás segura que no quieres
concursarlo para un trofeo? Él es una belleza."
"Estoy segura."
"¿No quieres incluso tocarlo antes de que lo devuelva?" Levantó al culebreante pez delante de
la cara de Brittany.
"No," prácticamente chilló, empujando el brazo de Sany. "Es grande y es hermoso y quisiera
que entrara de nuevo en el agua, por favor."
Los López´s intercambiaron miradas antes de que Sany se agachara y dejara al pez en el
agua. Puso carnada en el anzuelo de Brittany otra vez y volvieron a la pesca.
"¿Él no está enojado porque regresé al pez?" Brittany preguntó una vez que Puck estuvo fuera
de distancia.
"¿Enojado? No, no enojado. En shock, pero no enojado."
"¿Tú estás enojada?"
Sany volteó para hacerle frente. "Eres tan tierna eso es asombroso." Brittany sintió el calor de la
palma de su amante en su mejilla. "No, amor. No estoy enojada. Sin embargo, no puedo creer
que dejaras ir un premio ganador así. No eres definitivamente de esta clase de pesca."
"No, supongo que no lo soy," admitió. "Pero estoy divirtiéndome, incluso si me gusta dejar los
peces ir."
Sany sonrió y se sentó de nuevo en su lugar. "Lo importante es que estés pasándolo bien."
"Siempre que estoy cerca de ti estoy pasándola bien," Brittany contestó, sacando una cálida
sonrisa de su amante. Puck gruñó con otra picada, pero la lobina palidecía en comparación al
colosal que Brittany había pescado.
Sany fue a la proa a ayudarle. "Caramba Puck, pesca otra docena o algo así de esos y allí
puede haber suficiente para un sándwich," bromeó, levantando el pequeño pez.
"Robusto har har, Cuz." Frunció el ceño cuando Sany midió el pez y lo encontró demasiado
chico para conservarlo. "Quizá la rubia nos pescará otro."
"Su nombre es Brittany."
"Oh ¿yeah?" Puck volteó hacia la mujer rubia en cuestión. "Hey rubia, ¿estás pasándolo
bien?"
"Sí," respondió, alegremente vigilando ambas cañas la suya y la de Sany. "Esto es divertido."
Puck se inclinó hacía su prima. "Tú y yo hemos estado pescando aquí para el día de la
apertura por más de veinte años ya, y nunca hemos pescado uno tan grande."
"Ella es algo más, ¿no es así?" Sany contestó, sonriendo en la dirección de su amante.
"Haber como lo consigues, Cuz," dijo, mirando a Brittany. "Agradable chica. Si creo en los
rumores flotando alrededor debo esperar verla en todos los actos familiares de ahora en
adelante."
"¿Qué rumores?" Sany deliberadamente bajó más su voz, no quería que Brittany oyera por
casualidad. "¿Qué has estado oyendo sobre ella?"
"Vamos Sany, somos López´s. Sabes que no hay secretos en nuestra familia. Todo
mundo sabe que ustedes dos están compartiendo las sábanas." Puck contestó. "Tengo que
admitir sin embargo, que después de toda la mierda esa que sucedió cuando estabas en la
universidad, pensé que no andarías con una mujer nunca más." Miró a Brittany de nuevo. "Pero
ella parece muy agradable."
"No creo que con quién estoy acostándome o no sea asunto de nadie," dijo defensivamente.
"Tranquila, Cuz." Levantó sus manos. "No es un gran problema." Sany se relajó un poco.
"Hey, por lo menos te clavaste tu misma en una linda. No es que tengas que ir a otra parte a
buscar eso cuando tienes algo así esperando por ti en casa."
"Hey Sany, creo que conseguiste algo," Brittany gritó mientras miraba el extremo del sedal
sacudirse.
"Sí, lo conseguiste sin duda," Puck bromeó lo bastante bajo para que únicamente su prima
oyera. Toda la pesca si tú me preguntas."
Claro que es, Sany pensó para si misma mientras se dirigía a la popa. ¿Así qué te gusta ella
también, eh? Una sonrisa se formó en sus labios cuando miró al viento jugar con el cabello de
Brittany. La aceptación de Puck del papel de la joven mujer en su vida era importante para
Sany. Los viajes a pescar los sábados en la mañana que disfrutaba tanto continuarían como
siempre... únicamente que ahora con la mujer que amaba allí junto a ellos. Sany cerró los
ojos y giró su cara hacia el cielo, dejando que los rayos del sol calentaran su bronceada piel.
Algunos días son solo perfectos, musitó. El sol salió, los peces están picando... Tengo a
Brittany...
"Sany, pienso que," Brittany dijo más insistentemente.
"Oh, lo siento," dijo, saliendo de sus pensamientos.
Eran alrededor las diez cuando finalmente se dirigieron de nuevo al muelle. El pez de Brittany
había sido el más grande del día, aunque Sany sacó dos que eran impresionantes. Puck
utilizó cada señuelo en su caja del equipo de pesca y aún no valió la pena mostrar sus
esfuerzos. El orgullo masculino le hizo tirar de regreso los pequeños que había pescado.
Salieron del camino a un restaurante para almorzar antes de volver a casa. Mientras Brittany fue
directamente al baño, Puck ayudado por Sany metieron las cañas y el equipo de pesca
dentro. "Buen día de pesca, Puck."
"Para ti y la rubia, quizás," resopló. "Podría haber tenido mejor suerte pescando un resfriado."
"La temporada acaba de comenzar, Puck. Conseguirás un trofeo de pesca la próxima vez,
estoy segura."
"Sí, pero no importa que tan grande sea, este no se comparará a su pesca, Cuz." Miró su reloj.
"Hablando de pesca, si no me aparezco en casa pronto la jefa va a pensar que encontré una
linda como la tuya."
"No hay nadie como Brittany," Sany dijo enfáticamente.
"No dudo eso. Debe ser algo bastante especial para permanecer contigo después del
accidente."
"Um, Puck..." Lo condujo apartándolo, quitándose de donde Brittany pudiera oírlos. "Tienes que
cuidar lo que dices. Ella no sabe sobre el accidente."
"¿Qué quieres decir con que ella no sabe? ¿No es la que estaba en muletas y todo? Quiero
decir, es la razón por la que tu Porsche consiguió los daños, ¿no es así? Consigo una frenética
llamada tuya una noche y después de eso ella aparece. No se necesita un título universitario
para calcularlo."
"Ella no sabe sobre el Porshe," la ejecutiva aclaró. "Mira Puck, es la clase de cosas que no
puede saber Brittany."
"¿Nunca le has dicho?" Frotó la incipiente barba en su cara y miró a la casa. "Oh hombre,
Sany. Estás caminando en una delgada línea con esa clase de secreto. Maldición, la peor
cosa que he ocultado a Agnes son algunas insignificantes aventuras y una cuenta bancaria
oculta."
"Y estoy segura que la madre de tus hijos aprecia eso," Sany dijo secamente.
"La madre de la mayoría de mis hijos, quieres decir."
"¿Ella no sabe sobre el chico?"
"No. Sé bastante para cubrir mis pistas." Abrió la puerta de su camioneta y se dejó caer sobre
el asiento. "Ella es una chica agradable, Sany. Tráela a pescar en cualquier momento." Giró
la llave, el Ford rugió a la vida. "Te veo el lunes en el trabajo."
"Adiós Puck." Sany esperó hasta que salió del camino de entrada antes de dar vuelta y
dirigirse nuevamente dentro de la casa, rogando que pudiera confiar en que su primo guardaría
su secreto.
*****
Brittany mecanografiaba un memorandum cuando el teléfono sonó. "Oficina de Santana
López. Srta. S. Pierce al habla."
"Hola Brittany, soy Wendy de contabilidad. ¿Está Sany por ahí?"
"Lo siento. Ella está en una reunión ahora mismo. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?"
Recordó a la contable de la vez del impuesto en que había entregado su W-2 de Money
Slasher.
"Estoy justo a la mitad de la estimación trimestral del impuesto de Sany y no puedo encontrar
el papeleo de su Porshe."
"¿Porshe?" Sany nunca me ha dicho nada acerca de tener un auto deportivo con excepción
del Mustang. "¿Wendy, estás segura? Sé que tiene la Cherokee y el Mustang pero no sé nada
sobre un Porshe."
"Hmm, a menos que ella se deshiciera de éste. De todas formas necesito el papeleo sobre él o
no podré terminar esto. ¿Crees que puedas encontrarlo y enviármelo?"
"Seguro. Lo buscaré ahora mismo."
"Gracias, Brittany. Estaré esperándolo."
"Ok, adiós."
"Adiós."
Brittany puso el auricular de regreso en la horquilla y alcanzó su bastón. Si hay tal auto, Sany
tendría ese papeleo en sus archivos privados. Alcanzando en su cajón del escritorio, sacó una
pequeña llave y se dirigió a la oficina de Sany.
Efectivamente, detrás de los expedientes de la Cherokee y el Mustang estaba una carpeta que
indicaba el Porshe y Brittany lo sacó del archivero y volvió a su escritorio. Dejó la carpeta abajo y
llamó a la secretaria de Rachel para que la cubriera mientras llevaba el expediente a Wendy.
Cuando recogió la carpeta otra vez, una foto cayó. Miró el auto rojo, pensando que éste era
demasiado rápido para el gusto de Sany. Abriendo la carpeta para regresar la foto, sus ojos
cayeron en un recibo que sobresalía encima de los otros papeles. Era una factura de la
reparación de la importadora de autos de Hans. Sus ojos ensancharon en el total en la parte
inferior. No puedo imaginarme pagando una factura de reparación como esa. Cálculos de horas
y materiales llenaron la factura, pero fue una nota escrita a mano justo sobre el total que
capturó su atención. Comienzo de reparaciones 12-5, terminado 1-18.
Brittany se hundió en su sillón sintiendo como si un martillo la hubiera golpeado en el pecho. Las
reparaciones comenzaron 12-5. Justo después del accidente. Si eso no fuera suficiente, otro
recibo mostraba que el Porshe había pasado inspección solo una semana antes. "Oh Dios..."
Una sensación enferma revolvió su estómago y tuvo que tragar varias veces para mantener su
café abajo.
No había el misterioso conductor extraño bebido. Este era Sany. Las lágrimas comenzaron a
caer, manchando de rimel las mejillas de Brittany. Es por eso que querías ayudarme tanto. Fue
toda una mentira para protegerte. Limpiando sus ojos con un Kleenex, extendió sus manos
temblorosas y abrió el Rolodex. Su labio inferior tembló y su visión desenfocada cuando intentó
encontrar el número de la compañía de taxis que Sany utilizaba para recoger a clientes del
aeropuerto. Fue todo una mentira. Sus manos temblaban tan duramente que erró el número
dos veces antes de finalmente alcanzar el correcto. La voz de Brittany era tan titubeante cuando
habló con el despachador.
Fue informada que había uno solamente a una cuadra de retirado y que éste la encontraría
enfrente del edificio. Sin esperar que la secretaria de Rachel llegara, Brittany recogió su bolso y
bastón y abandonó la oficina. Está bien, Sany. No tienes que preocuparte acerca de mi más.
Sofocó de nuevo un sollozo. Entiendo.
María estaba sorprendida de ver un taxi meterse en el camino de entrada y aún más de ver a
Brittany salir. Abrió la puerta corrediza. "¿Qué estás haciendo en casa en la mitad del día?
¿Brittany? Niña, ¿has estado llorando?"
"No es nada, María," aspiró. "¿Dónde está Tubbington?"
"Ella está acostada en alguna parte, ¿por qué?" Brittany no contestó, en su lugar pasó a la ama
de llaves y se dirigió hacía las escaleras. "¿Qué está pasando? ¿Dónde está Sany?"
"En el trabajo," vino la triste respuesta. Para la consternación de María, el taxi parecía estar
esperando por Brittany. Pocos minutos después, Brittany bajó las escaleras, una de las maletas de
Sany estaba en su mano.
"¿Qué está pasando? ¿A dónde vas?" Para su sorpresa, los verdes ojos estaban bordeados
con rojo.
"¿Podrías por favor decirle al hombre que esta es la única maleta? Tengo que traer a Tubbington."
Dejó la maleta en el fondo de las escaleras y regresó a recuperar a su gato.
"Brittany espera." María la siguió arriba, parando a la joven mujer con una firme mano en su
hombro. "¿Qué está pasando? ¿Tú y Sany tuvieron una pelea?"
"¿Sabías que ella fue la que me golpeó?" La mirada en los ojos del ama de llaves respondió la
pregunta. Brittany asintió, sospechando eso. "Desearía que me lo hubieras dicho. Desearía que
ella me lo hubiera dicho." Tragó difícilmente, no deseando comenzar a llorar otra vez. "Necesito
conseguir a Tubbington."
"¿A dónde vas? ¿Sany sabe que te estás marchando?"
"María, no puedo hablar acerca de esto. Por favor, solo quiero conseguir a mi gato y salir de
aquí." En ese momento el anaranjado felino apareció en la parte superior de las escaleras y se
dirigió hacía sus brazos abiertos. "Tubbington, ven aquí, dulzura." Tomó al gato en sus brazos.
"Vamos, corazón. Tenemos que irnos ahora."
"Brittany, por favor espera un minuto." María estaba parada delante de la puerta, negándose a
dejar a la joven mujer pasar. "¿Has hablado con Sany? Necesitas hablar con ella antes de
irte y que tomes alguna decisión precipitada."
"No queda nada para decir," Brittany sollozaba, airadamente limpió una errante lágrima.
"Devolveré su maleta tan pronto como pueda."
"¿A dónde irás?"
"No lo sé," admitió. "Solo sé que tengo que irme." El claxon del taxi sonó, atrayendo su
atención. "Necesito irme ya. Por favor cuídate, María."
"Brittany, no te vayas por favor. Estoy segura que si solo hablaras con Sany..."
"No." Su tobillo estaba empezando a palpitarle por el exceso. "Déjale saber que no voy a
demandarla o cualquier cosa, de modo que ella no tiene que preocuparse." Fue a la cocina y
entonces atravesó la cortina de la puerta. El conductor la ayudó a ella y a Tubbington a entrar al
auto, entonces vino a la puerta a conseguir la maleta. María le dio a él un bolso conteniendo
una caja y varias latas de comida para gato, su otra mano atareadamente presionaba el
marcado rápido en el teléfono.


____________________________________________________________________________


Hasta aquí en la historia que les a parecido que tal si dejan sus comentarios recordando que el final sera este viernes después de glee 6x08 y cuando dejen sus comentarios digamos VALERIE
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por 3:) Jue Feb 19, 2015 11:17 pm

holap,...

me encanto la maratón!!!
definitivamente a san se le viente todo complicado con el tema del accidente!!!
le perdono lo de la vieja que cuidaba de britt y inclusive le dio chance de que le diga la verdad,..
a ver que hace san para que britt la pueda perdonar????

nos vemos!!!
3:)
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Canek Mar Feb 24, 2015 4:38 pm

Por favor actualiza, ya no aguanto mas quiero saber que pasa.

Actualiza por favor :(
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por Monze30 Jue Feb 26, 2015 6:22 pm

Por favor por favor por favor por favor actualiza ya, quiero saber que va a pasar ahora que Britt sabe la verdad, por favor
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por VaityCZ Vie Feb 27, 2015 4:01 am

Hola
Que tal?
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por VaityCZ Sáb Feb 28, 2015 4:07 am

Mmm mi comentario anterior no se publico completo :(
Como lo vas a dejar alli? ACTUALIZA RAPIDO PORFAVOR!!
Quiero saber que va a pasar ahora :/
Me encanta esta historia :)
Bye
Saludos
VaityCZ
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Activo Re: Adaptación Brittana "Amor accidental" TERMINADO

Mensaje por awong_snix Vie Mar 20, 2015 7:42 pm

Capítulo 13





"Dos por ciento de crecimiento no es lo que esperaba cuando te contraté para este puesto,"
Sany dijo, sus ojos se precipitaron del informe delante de su nervioso gerente. El agudo
sonido del teléfono sacó un fulgor de ella. Esto tiene mejor que ser malditamente importante
para arruinar una perfectamente buena mordisqueada. "Disculpa." Alcanzó el teléfono antes de
que el molesto timbrazo pudiera ser oído otra vez. "¿Santana López... quién?... Bien,
¿dónde está Brittany? ¿Por qué tú estás contestando mi teléfono? Bien... ponla a ella en la línea."
Miró al hombre sentado enfrente. "Eso es todo por ahora. Mejor que vea números más altos el
próximo cuatrimestre." Giró su atención de nuevo al teléfono. "¿María? ¿Qué pasa?"
Rachel caminaba por el pasillo hacia la oficina de Sany en búsqueda de su secretaria cuando
vio a su hermana ir a toda velocidad por el pasillo y dirigirse hacía las escaleras. "Sany, ¿Qué
está pasando?"
"No puedo hablar ahora. Debo irme." La puerta se abrió y ella desapareció, los pasos
golpeaban en el metal de las escaleras. La pelirroja entró en la oficina de su hermana.
"Margaret, ¿qué sucedió aquí?"
"No lo sé, Sra. López. Brittany me llamó para que viniera a cubrirla por algunos minutos
mientras que ella iba a entregar algo a contabilidad pero cuando llegué aquí se había ido.
Supuse que no pudo esperar pero no la he visto desde entonces. La cosa extraña es que
Wendy llamó hace algunos minutos buscándola."
"¿Quieres decir que Brittany nunca se presentó?"
"No. Iba a ir buscarla pero entonces la ama de llaves de la Srta. López llamó y sonaba
verdaderamente trastornada. La enlacé a la sala de conferencias. Después la Srta. López
vino corriendo aquí adentro y agarró su maletín y salió. No me dijo una palabra. ¿Usted quiere
que permanezca aquí?"
"No, todo está bien. Puedes regresar a tu escritorio ahora. Cerraré aquí adentro. No creo
tampoco que ellas regresaran hoy."
Una vez que su secretaria salió del cuarto, Rachel miró a través de los papeles en el escritorio
de Brittany. Viendo la carpeta del Porshe, la abrió. El recibo en la parte superior todavía tenía
huellas donde por lo visto habían caído las lágrimas. Raro, no la recuerdo diciéndome nada
sobre estar en un... "Oh mi Dios," susurró. "No." Sentándose en el sillón, giró la computadora y
entró registrándose bajo su identificación. Abrió el archivo del personal y comparó las fechas
del recibo. "Oh Sany." Las piezas se colocaron en el lugar y estaba segura que Brittany lo había
calculado fácilmente también. Pensó en llamar a la casa de Sany pero decidió en lugar de
eso conducir allá. Si lo que pensaba que había sucedido, su hermana podría necesitarla.
*****
Cuando Rachel llegó, Sany estaba en el teléfono. "¿Qué quiere decir con que no sabe adónde
fue dejada? ¿Cuántas mujeres con gatos usted lleva diariamente?... Bien puede usted por lo
menos decirme si era un hotel o una terminal de autobuses? ¿Usted piensa que era un hotel?
¿Alguna idea de cuál? Usted fue de mucha ayuda, gracias," dijo sarcásticamente cuando cerró
de golpe el teléfono. "No saben o no están diciendo. Malditas inútiles compañías de taxis."
Levantó la mirada para ver a su hermana parada allí. "¿Qué estás haciendo aquí?"
"Pensé que podrías necesitar ayuda." Sacó la silla adyacente y cabeceó un movimiento a María
hacía la cafetera. "Vi el papeleo del Porshe en el escritorio de Brittany. Sany, tengo que
preguntar. El accidente..."
"Fui yo," Sany contestó tristemente.
"Y nunca le dijiste."
"No."
"De modo que ahora lo descubrió sola y decidió dejarte."
"Parece de esa manera," Sany suspiró, mirando fijamente el teléfono. "Vino aquí, empacó
algunas ropas, tomó a Tubbington y se marchó."
"Quizá solo necesita un poco de tiempo para pensar sobre eso."
"Diría que ya está pensando sobre eso." Pasó sus dedos a través de su cabello. "Se fue,
Rachel. Ella... ella me dejó."
"Sany, volverá. Ustedes dos se aman."
"Piensa que le mentí."
"Tú le mentiste," la López más joven precisó. "Sany, tienes que contar con que está
trastornada sobre esto. Tú la golpeaste y mentiste sobre eso. No puedo creer que guardaras
ese secreto. ¿Cómo pensaste que reaccionaría al descubrirlo? Especialmente después de que
ustedes dos... tú sabes... se hicieron amantes."
"No puedo estar sin ella, Rachel." Sus ojos cayeron en la silla vacía que solo unas horas antes
estaba ocupada por Brittany comiendo su desayuno. "La necesito." Miró el teléfono otra vez.
"¿Cuántos hoteles puede haber en Albany? María, tráeme el directorio telefónico."
"Ayudaré. ¿Dónde está la otra línea de teléfono?"
"En la oficina. Pregúnteles primero si reciben mascotas. Eso debe eliminar a la mayoría de
ellos."
Cuarenta y cinco minutos de llamar a hoteles ninguna señal apareció de su querida Brittany.
Sany estaba muy trastornada y frustrada para el momento en que Rachel salió, un pedazo de
papel en su mano y una sonrisa triunfante en su cara. "Intenté pensar como ella lo haría. Sabes
que se preocupa sobre el dinero. Comencé llamando a los moteles más baratos y voila, la
encontré."
Sany tomó el pedazo papel y lo miró. "¿El Barcade? ¿Ese motel cucarachero en el centro?"
"Debe ser el motel más barato de Albany que permita animales," Rachel dijo.
"Tengo que ir a verla."
"Sany, espera." Rachel puso su mano en el hombro de su hermana. "Quizás deberías llamar y
hablar con ella por teléfono primero. Tú estás trastornada, ella está trastornada. Quizá una
confrontación cara a cara no es tan buena idea. ¿Y si llegas allí y no desea hablar contigo?"
"Hablará conmigo," Sany dijo. "¿Por qué no lo haría? Brittany es una mujer razonable. Estoy
segura una vez que le explique lo que sucedió, me perdonará y vendrá a casa a donde ella
pertenece."
"Lo esperó también," Rachel contestó, no completamente convencida que su hermana tuviera
razón.
*****
Sany tiró de su auto en el estacionamiento lleno de baches. Desde el asiento del conductor
miró la envejecida y decrépita construcción. La sucia pintura color crema estaba levantada en
varios lugares y a la mitad del nivel superior faltaba el pasamano. Las abolladas puertas y
ventanas quebradas se agregaron al sabor del motel barato. Sany estaba segura que podría
conseguir que Brittany fuera a casa con ella. Estaba a punto de entrar a la oficina cuando vio al
familiar gato anaranjado saltar dentro de una de las ventanas del nivel superior.
Brittany saltó con la cucaracha que vio salir escabulléndose de detrás del retrete. Llamaría
mañana a otro sitio para alojarse. Toc toc. "¿Brittany?" La voz de Sany la sobresaltó. No
esperaba hacerle frente a su amante tan rápido. Agarrando su bastón, caminó a través de la
manchada alfombra y se paró detrás de la puerta, presionando su frente contra el frío metal.
"Vete, Sany," dijo suavemente.
"Brittany, por favor déjame entrar. Necesitamos hablar."
"Por favor ve a casa. Estoy bien."
"Tú no estás bien. Si estuvieras bien estarías en casa conmigo." La perilla de la puerta se
movió de un lado a otro, mostrando la frustración de la ejecutiva por hablar a través de la
puerta de acero. "Amor, por favor solo déjame entrar para que podamos hablar."
"No hay nada que decir, Sany. Vete a casa. No tienes que preocuparte. No te demandaré o
cualquier cosa."
"¿Demandar?" La perilla de la puerta de movió otra vez. "Brittany, déjame entrar. No estoy
preocupada acerca de que me demandes. Vamos, cariño. Necesitamos hablar."
"Entonces habla. Puedo oírte." Brittany sabía que no podía abrir la puerta. Estaba a punto de
llorar con esto y ver a Sany sería más que suficiente para empujarla sobre el borde. "¿Qué
quieres decir?"
Un silencio largo. "Quiero decirte que te amo. Que quisiera que vinieras a casa conmigo y que
habláramos de esto. Por favor Brittany, siento haberte mentido."
"¿Lamentas que mentiste o lamentas que lo descubrí?" Cerró los ojos. "Por favor... solo vete a
casa, Sany."
"No puedo irme sin ti."
Brittany golpeó su mano contra la puerta. "Tú... tú eras mi caballero de brillante armadura, sabes.
Realmente pensé que habías bajado y me habías rescatado como una cenicienta en la vida
real." No se molestó en limpiar las lágrimas que corrían por su cara. "Y todo este tiempo
estabas solo intentando protegerte. Una tonta es lo que fui."
"No... Brittany, no entiendes."
"¿Qué no entiendo? Tú me golpeaste, mentiste sobre eso, me hiciste pensar que todo lo que
estabas haciendo salía de la bondad de tu corazón, entonces dejaste que me enamorara de ti."
Brittany desenfrenadamente, cerró de golpe su puño contra la puerta. "Maldita seas, Sany.
Maldita seas. ¿Por qué dejaste que me enamorara de ti?" Los sollozos se negaron a ser
retenidos y se derrumbó en el piso. "Por favor vete Sany. No hay nada por decir." Abrazó sus
rodillas contra su pecho y lloró.
"Brittany, por favor." La joven mujer se negó a contestar, incluso cuando la petición fue repetida
varias veces. Finalmente Sany se alejó, sus pasos crujían contra la madera trayendo aún
más dolor al corazón de la joven mujer. Brittany se acostó en las raídas sábanas que cubrían la
cama y lloró metiéndose en un inquieto sueño.
*****
Rachel entró en la oficina externa para encontrar a su secretaria sentada en el escritorio de
Brittany. "¿Cómo está?" Preguntó.
"No ha salido de su oficina en todo el día," Margaret contestó.
"¿Estás todavía reteniendo todas sus llamadas?"
"Excepto..."
"Lo sé," Rachel agitó su mano descartándolo. "María o Brittany, ¿correcto?" Meneó su cabeza y
se dirigió hacía la oficina de Sany. Margaret saltó inmediatamente.
"Sra.López, no pienso que quiera ver a nadie."
"Oh no, Margaret. Ella quiere ver a alguien. Solo que no soy yo." Con eso, alcanzó la manija de
la puerta.
"Yo no..." Sany comenzó, deteniéndose cuando vio quién era. "Rachel, estoy muy ocupada."
"¿Ocupada haciendo qué? ¿Escondida en tu oficina y trabajando hasta el agotamiento?" cerró
la puerta y se paró delante del escritorio de su hermana. "Sany, no puedes seguir así."
"No comiences a jugar a la mamá gallina conmigo. No estoy de humor."
"¿Y qué planeas hacer? ¿Quedarte en esa depresión? ¿Te has mirado en un espejo
últimamente?"
La tensión había tomado su peaje en Sany. Los círculos oscuros debajo de sus ojos eran un
testimonio a la falta de sueño. Sus mejillas estaban sin color, su cabello dado solamente el más
distraído cuidado. La malhumorada mujer había comenzado a pasar la noche en su oficina,
encontrando un hogar vacío demasiado para soportar. Rachel reconoció el traje de su hermana
como uno que mantenía en el closet de la oficina para las emergencias.
"Ven a mi casa a cenar esta noche, Sany," rogó. "Sabes que Quinn y los niños desean verte."
"No. Tengo cosas que atender aquí."
"¿Ninguna palabra de Brittany todavía?"
"Dejó el Barcade hace una semana y se registró en el Maverick. Cambiando un cuartucho por
otro." Sany frotó su cara con las manos. "Debe haber dejado instrucciones con el encargado
del mostrador de no dejar pasar ninguna llamada. Ellos siempre toman los mensajes pero no
devuelve mis llamadas." Rachel asintió, teniendo ya conocimiento de ese hecho gracias a las
frecuentes llamadas telefónicas a María.
"¿Has intentado hablar con ella otra vez?"
"¿Cuál es el punto?" Sany suspiró. "Hice eso dos veces e incluso no me abrió la puerta."
Enterró su cabeza en sus manos. "Solo se mantiene diciéndome que me vaya."
"Hermana, odio decir esto pero quizá deberías considerar moverte."
Sany levantó su cabeza y dio a su hermana una mirada de total desesperación. "No puedo,
Rachel. ¿No entiendes que es todo para mí?" Una lágrima rodó por su mejilla. "La necesito
como necesito el aire o el agua. Me siento tan vacía sin ella." Desvió su cabeza, airadamente
limpiando las lágrimas que parecían formarse tan fácilmente durante la última semana. "¿De
qué sirve todo esto?"
"¿Hmm?" Rachel no entendía la pregunta.
"¿De qué sirve todo esto?" Gesticuló en los informes y papeles sobre su escritorio. "¿Cuáles
son las ganancias y proporciones y los beneficios si no hay nada que valga la pena para
compartir esto? ¿Para qué vale la pena la preciada reputación López y el status si la única
mujer que mas necesito en mi vida ni siquiera me habla?"
"Sany, estás hablando como loca ahora. Sabes tan bien como yo que este negocio tiene que
sobrevivir y hacer dinero."
"¿Para qué? ¿Para qué podamos tener muchos más ceros en nuestras cuentas bancarias?" Se
levantó y miró por la ventana. "Esto no significa nada sin ella."
"¿Santana?" Sany limpió su cara con su mano antes de voltear para ver a Maribel parada
en la puerta. "Estaba en el centro haciendo algunas compras y espero que ustedes muchachas
me acompañaran a almorzar." Entró y cerró la puerta. "¿Qué le sucedió a tu amiga? Pensé que
ella reemplazó a Tina."
"Se fue," Sany dijo sin dar detalles. "Estoy demasiado ocupada para almorzar hoy, mamá, tal
vez Rachel pueda ir contigo."
"Bien, no es nada importante yo supongo." Se sentó en el sofá. "¿Así qué la mujer que
intentaste ayudar se fue? Yo habría podido decirte que no trabajaría." Miró a su hija más joven.
"Esa gente no entiende que trabajar duro lo es todo. Solo quieren sentarse y recoger un
cheque. Supongo que la registraran para el desempleo para que hurgue el bolsillo de tu
hermana más."
"Brittany no es así, madre," Rachel la defendió. "No renunció porque no le guste trabajar. Hay
otras razones."
"No hay excusa para dejar un trabajo bien pagado excepto pura holgazanería. Está en su
sangre."
"¿En la sangre de quién, mamá?" Sany saltó. "¿La pobre basura blanca de la que te encanta
hablar?" Sus manos agarraron el respaldo de su silla, los nudillos blancos por la presión. "Estoy
segura que hay gente así, pero Brittany no es una de ellos. Es buena y honesta y daría su última
moneda de diez centavos para ayudar a otra persona."
"Santana..." El tono de Maribel era bajo, advirtiendo.
"No. He tenido suficiente. Tú miras mal a todo el mundo que no es una sangre azul como
nosotros. Brittany nunca jamás ha hecho algo para ganar tu antipatía, sin embargo la tratas como
una bastarda en las reuniones familiares." Apunto de estallar de cólera, Sany dejó sueltas las
palabras que se negaron a ser ocultadas más tiempo. "Me da igual lo que pienses, mamá, yo
amo a Brittany y no te permitiré hablar mal sobre ella, ¿me entendiste?"
Rachel dio un paso atrás, segura que su madre y hermana estaban a punto de tener una batalla
real de palabras. Nunca alguna de ellas se había resueltamente enfrentado a su madre y ahora
Sany acababa de anunciar su desafío en el más tabú de los temas. Maribel se tensó y
frunció los labios.
"¿Pensé que ese asunto fue precisado hace años o has olvidado tu promesa a tu pobre
padre?" La matriarca estaba ahora parada delante del escritorio de Sany, sus manos
apoyadas sobre la superficie de caoba. "Le juraste a él que habías terminado con esas ideas
pervertidas."
La tensión de perder a Brittany agotó cualquier tacto o moderación que Sany pudiera haber
tenido. "¿Piensas que diciéndome que no ame a mujeres harán desaparecer esos
sentimientos? No es así. Ustedes dos me forzaron a prometer eso no importándoles como me
sentía. ¿Qué está tan mal con amar a otra mujer?"
"Santana, piensa sobre tu posición por un minuto."
"¡A la mierda mi posición!" Sany se apartó de su sillón y dio un paso adelante observando
que Rachel rápidamente se puso entre ellas. "Enfréntalo, madre. Tú hija mayor es una lesbiana.
No puedes cambiar eso así que mejor aprende a aceptarlo. Brittany es mi amante y dejaré todo lo
que tengo para conservarla." Bajó su voz, el serio tono mortal. "Incluyendo mi familia."
"Quizá este no es el mejor momento para hablar acerca de esto," Rachel dijo, intentando dirigir
a su hermana mayor lejos de su madre.
"No Rachel," Maribel se erizó. "Es obvio que tu hermana ha decidido tirar todo lo que su padre
y yo trabajamos por todos estos años."
"¿Por qué es tan difícil para ti aceptarlo?" Sany gritó. "Es mi vida."
"Mamá, no hay razón por la que ella pueda ser así y seguir haciendo un buen trabajo dirigiendo
la compañía."
"¿De qué lado estás?" La matriarca se giró hacía su hija más joven. "No me digas que aceptas
esto, que Quinn lo acepta."
"No estamos para decidir a quién ama Sany, mamá." Rachel respiró profundamente y miró a
su hermana mayor. "Y sí, Quinn y yo aceptamos a Brittany," agregó.
"No puedo creer esto." Se acercó al sofá y recuperó su bolso. "Habría pensado que después de
la muerte del pobre Brody te hubieras dado cuenta lo que puede suceder colgar con el
elemento incorrecto. ¿Y justo cómo crees que los accionistas se sentirán sobre esto?"
"No es asunto de los malditos accionistas con quien estoy durmiendo," Sany habló fuerte.
"No es que ellos puedan despedirme fuera de la oficina."
"Tú sola no controlas los intereses, Santana. No te olvides de eso."
"En realidad, mamá," Rachel intervino. "Con las acciones de Brody entre nosotras tenemos el
cincuenta por ciento de las acciones. Todo lo que necesitamos es a Puck, Michael, o John
para votar con nosotras y tendremos el control de los intereses."
"¿Así que eso es?" Los labios de Maribel estaban fruncidos, su frustración era obvia. "Bien. Si
Santana desea tirar su vida y tú estás dispuesta a ayudarla, que así sea. Llamaré a un taxi
desde el piso de abajo." Salió furiosamente de la oficina, dejando a las hermanas solas otra
vez.
"Bien esto fue productivo," Sany suspiró cuando se hundió en su sillón. "Finalmente me
enfrenté a ella e incluso no importa porque Brittany se marchó de todos modos."
"Sabes que esto no es el final de esto, ¿no es así?" Rachel dijo. "Garantizo que allí estará un
mensaje en mi máquina cuando llegue casa."
"Lo sé, hermana. Siento que tuvieras que estar en medio de esto." Tomó su pluma, el regalo
que hacía que su corazón doliera aún más por su querida Brittany.
"¿Sany... quieres que intente y hable con Brittany?"
"¿Crees que podría haber alguna diferencia? No quiere hablar conmigo."
"No creo que pueda hacerle daño," Rachel dijo.
"Haría un trato con el diablo si pensara que podría hacerla hablar conmigo otra vez." Levantó la
mirada en su hermana. "Por favor. Si piensas que hay algo que tú puedas hacer o decir para
hacer que ella entienda como me siento, hazlo."
"¿En qué el motel está?"
"El Maverick en Central. Más o menos a ocho millas al oeste del Arcadia."
"Ese qué casi está en la línea de la ciudad de Schenectady, ¿no? ¿El que pone todos esos
llamativas adornos de Navidad cada año?"
"Ese es el lugar."
"Iré a hablar con ella pero necesitas contarme lo que realmente sucedió esa noche. Merece
saber la verdad completa, no solo lo que esos papeles que encontró le dijeron."
Sany vaciló, después asintió en acuerdo. "Estaba en Sam's..."
*****
"Aquí tienes, dulzura" Brittany dijo cuando puso el plato de la comida enlatada abajo para Tubbington.
Depositó la lata vacía en la basura justo cuando hubo unos golpes en la puerta. "¿Quién es?"
"Rachel López."
"Um..." Brittany miró por la mirilla, verificando que la pelirroja estuviera sola. "No estoy realmente
de humor para compañía en este momento," dijo suavemente.
"Brittany, es de mala educación dejar a alguien parado fuera de la puerta."
"Pero..." Renuente quitó la cadena y el cerrojo. Abrió la puerta. "Rachel, si esto es acerca de
Sany..."
"Por supuesto que es acerca de Sany," la pelirroja dijo cuando entró al cuarto. "Mi hermana
está descorazonada y tú ni siquiera le das la oportunidad de explicarse. Hola, Tubbington."
"Mrrow."
"Nada hay realmente que decir, ¿no?"
"Tú dímelo." Rachel se sentó en una cama e indicó para que la joven mujer se sentara en la
otra.
"Me mintió."
"Sí lo hizo... sobre el accidente. No sobre lo que siente por ti. Hay una diferencia."
"¿Cómo puede algo que se construye sobre una mentira ser verdadero?" Brittany se levantó y
cojeando se acercó al minúsculo refrigerador para tomar una botella de agua.
"Mintió sobre el accidente. Todo lo demás era verdad, Brittany. Sus sentimientos por ti son
verdaderos y tú tienes que saber eso."
"Sé que siente algo," la joven mujer respondió después de que volviera a su asiento.
"Si pudieras verla, sabrías que siente más que algo." Extendió su mano y tomó la mano de
Brittany. "Escúchame, estamos hablando acerca de mi hermana ahora. La conozco. No es de las
que toma los sentimientos de las personas ligeramente, especialmente los propios." Rachel
soltó y bajó la mirada. "Brittany, esto está matándola. No está comiendo, no está durmiendo, nada
le importa a ella ahora."
"Esto no ha sido un picnic para mí tampoco," confesó.
"¿Entonces por qué no ir y hablar con ella? Vamos, Brittany. Piensa en esto por un minuto. Si
todo lo que quería hacer era cubrir sus huellas, ¿entonces por qué se quedó en el hospital?
¿Por qué no solo te abandonó y dejó que ellos se preocuparan de cuidar de ti?"
"No lo sé... quizá se sentía culpable."
"Dime algo Brittany, cuando ustedes dos, tú sabes... ¿te hace sentir a ti qué tiene culpa?"
"No, por supuesto que no."
"¿Entonces por qué supones que todo lo que hace viene de la culpa?" Rachel sonrió por dentro
en la confusa mirada en la cara de Brittany. "Si tuviera solo culpa, no habría abierto su casa para
ti. No habría hecho todo lo que hizo para ocuparse de ti. Mira, sé que estás demasiado dolida
pero tienes que mirar el cuadro entero. Sany te ama."
"¿Cómo se supone que la perdone?" La joven mujer preguntó, su voz quebrada por la emoción.
"Han sido seis meses y todavía no puedo caminar sin dolor. Tengo cicatrices."
"¿Ves esto?" Rachel enrolló su manga hasta revelar una pequeña cicatriz blanca cerca de su
codo. "Sany y yo estábamos corriendo en nuestras bicicletas y rozó la mía haciéndome caer.
Me fracturé mi codo y tuve que pasar el verano en un molde. Todavía no puedo extender este
brazo completamente y se cada vez que va a llover ahora. ¿Piensas que no debí haberla
perdonado por eso?"
"Por supuesto que no. Fue un accidente," Brittany dijo.
"Exactamente. Fue un accidente cuando provocó que me cayera de mi bici y fue un accidente
cuando te golpeó con su auto."
"No es lo mismo, Rachel."
"¿No lo es? Dime algo, Brittany. ¿Piensas que intentó golpearte con su auto?"
"No."
"Entonces fue un accidente, ¿correcto? Incluso si éste fuera su culpa este seguiría siendo un
accidente." Se movió en la cama, intentando encontrar un sitio donde los resortes no intentaran
empujar a través de la delgada manta. "¿Qué recuerdas sobre esa noche?"
"No mucho," Brittany admitió. "Intentaba llegar a casa y algunos hombres comenzaron a
perseguirme. Recuerdo correr a través del parque y después sobre Madison. La siguiente cosa
que recuerdo es despertando en el hospital."
Rachel asintió, los acontecimientos encajaban con la descripción de su hermana. "¿Tú saliste
corriendo por la esquina o en medio de la calle?"
"Creo que era por el medio, nevaba, no lo sé."
"Sany dice que iba sobre Madison cuando precipitadamente saliste de entre algunos
vehículos estacionados. Dice que no hubo manera de que se detuviera a tiempo."
"¿Entonces por qué inventar la historia acerca de llegar después del accidente?"
"Tomó un poco de vino en la cena y se preocupó que la arrestaran por conducir bebida. Sí,
mintió para cubrirse pero se aseguró de que se ocuparan de ti. Intentó hacer responsablemente
las cosas, Brittany. Tienes que darle el crédito por eso."
"Fue un accidente," la joven mujer susurró. "Si no hubiera estado bebiendo..."
"De todas formas no habría podido evitarte. Si estás buscando a alguien para culpar, culpa a
los hombres que estaban persiguiéndote."
"¿Pero por qué no me dijo la verdad después?"
"¿Qué sucedió cuando descubriste la verdad, Brittany?"
La joven mujer miró su regazo. "Yo la dejé."
"No le has dado la oportunidad para explicarse, ¿lo hiciste?" Se acercó a la mujer que
consideraba su cuñada. "Brittany, el accidente no fue su culpa. Puede ser culpable de mal juicio
pero no de algo más. ¿Tú amas a Sany?"
Levantando su cabeza para mostrar sus brillantes ojos con expuestas lágrimas, Brittany contestó.
"Sí."
"¿Piensas que te lastimaría a propósito?"
"No."
"¿Entonces por qué la estás castigando por algo sobre lo que no tenía control? Déjame llevarte
a casa, Brittany."
*****
Sany estaba sentada en el sofá, el colgante que le había dado a Brittany para Navidad en sus
manos. No había recibido noticias de Rachel y la ejecutiva temió que la intervención de su
hermana no tuviera efecto en Brittany. Las lágrimas salían libremente, mojando sus manos con
las saladas gotas. El sonido de la puerta corrediza abrirse atrajo su atención hacia la cocina.
Cuando vio a Rachel entrar a la sala de estar sola, el corazón de Sany se hundió. Abrió su
boca para hablar pero no hubo nada para decir. Fuiste a por Brittany y ella no volverá.
"¿Sany?"
"Todo está bien, Rachel. Sé que hiciste lo posible." Miró fijamente el colgante. "¿Ella... dijo
algo?"
"Dijo muchas cosas, pero quizás sería mejor si se lo preguntas tú misma." Fue entonces que la
puerta corrediza se cerró, alertando a Sany que Rachel no estaba sola.
"¿Está aquí?" Se levantó y rápidamente se limpió las huellas de las lágrimas en su cara. "¿Está
ella aquí?" A toda velocidad pasó a su hermana y entró a la cocina sin esperar una respuesta.
Brittany apenas tuvo tiempo para dejar a Tubbington en el piso antes de que se encontrara cogida enlos fuertes brazos de Sany. El bastón chocó ruidosamente en el piso cuando la alta mujer la
hizo girar dándole vueltas, abrazándola apretadamente. "Estás... aplastando... me."
"Oh, lo siento." Sany rápidamente dejó a su amante abajo y recuperó el bastón. "Es solo...
bien..."
"Todo está bien," Brittany dijo, estirando su brazo para tomar la mano más grande en la suya.
Estaba sorprendida de ver una expresión tan demacrada en la cara de Sany. Se dio cuenta
que la separación había sido justo tan dura para su amante como lo fue para ella. "Te extrañé
también."
"Por favor no te vayas otra vez," Sany rogó. No había intentado sonar tan desesperada pero
el pensamiento de no tener a la rubia mujer en su vida era demasiado para soportar. "Haré
cualquier cosa... solo no te marches."
"No puedo prometer eso," Brittany dijo tristemente, apartándose y apoyando la mano contra la
barra. "Tengo preguntas, Sany. Necesitamos hablar."
"Pienso que esa es mi señal para irme," Rachel se dirigió dentro de su posición en el arco entre
la cocina y la sala de estar. "Hermana, saca la maleta de Brittany de mi auto."
Los ojos de Sany nunca salieron de su amante. "Seguro... vuelvo enseguida, ¿Ok?"
"Estaré aquí," la joven mujer contestó suavemente, dando una tenue sonrisa. La ejecutiva
renuente abrió la puerta corrediza y salió. Rachel se acercó y puso su mano en el hombro de
Brittany. "¿Vas a estar bien?"
"Yeah," asintió, dando vuelta de frente a la pelirroja. "Gracias."
"Brittany, sé que ella te lastimó pero que no olvides como fácilmente puedes lastimarla también.
Sé benévola con mi hermana. Te ama mucho." Cuando Sany volvió, Rachel se despidió y
salió.
Una vez que estuvieron solas, un incómodo silencio cayó sobre las amantes. Estaban en la
cocina perdidas en sus propios pensamientos y miedos. Tubbington se metió dentro del cuarto y
distinguió libremente el negro de los pantalones de Sany. "¿Mrrow?" Se frotó contra su alta
dueña y comenzó a ronronear.
"Hey allí." Se agachó y recogió al feliz gato. "¿Cómo has estado? ¿Estuviste cuidando bien a
mami?"
"Te extraño, sabes," Brittany dijo, moviéndose un par de pasos más cerca. "Se la pasó llorando
por ti y mirando a la puerta." Bajo la mirada al suelo. "Me lo pasé llorando también," agregó
quedamente. Sany bajó a Tubbington y cerró la restante distancia entre ellas justo cuando los
labios de Brittany comenzaron a temblar. "Esto se sentía como alguna clase de horrible pesadilla
de la que no podía despertar." Los brazos de Sany la rodearon justo cuando la joven mujer
se derrumbó en lágrimas.
"Está bien, amor te tengo." Sostuvo a Brittany fuertemente, temiendo que si la soltaba
desaparecería. "¿Quieres ir a sentarte en el sofá y hablar?"
"Seguro," la joven mujer sollozaba. "Si tú quieres hacerlo."
"Lo que tú quieras hacer, Brittany. Si prefieres sentarte en la mesa..."
"No, el sofá sería agradable." El cuarto de motel no tenía un sofá... bien, no uno en el que se
hubiera sentido segura sentada sobre el. Las manos apoyadas en la espalda de la una en la
otra, la pareja entró a la sala de estar. Brittany tomó su acostumbrado cojín en el extremo
mientras Sany vaciló, entonces se sentó en el extremo opuesto en vez de en el medio. Para
su sorpresa, la joven mujer se recorrió para ocupar el cojín vacío. Sany tomó esto como una
buena señal y puso la mano en la rodilla de Brittany.
"Te amo, Brittany."
"Lo sé." Respiró profundamente y miró dentro de los azules ojos que la frecuentaron en sus
sueños. "Y yo también te amo. No habría vuelto si no lo hiciera."
"Siento haberte mentido. Desearía que hubiera alguna manera que pudiera resarcir esto."
"¿Harías algo ahora?"
"Cualquier cosa."
"Dime lo qué realmente sucedió."
"Brittany, eso está en el pasado. Porque no puedes..." Fue silenciada por el dedo de Brittany sobre
sus labios.
"Porque necesito saber qué sucedió," interrumpió. "Por favor Sany. Me debes la verdad."
La ejecutiva asintió y tragó. "Sucedió tan rápidamente." Sacudió su cabeza, los oscuros
mechones se agitaron con el movimiento. "Fue tan rápido." Mirando dentro de los suaves ojos
verdes, continuó. "Nunca te vi, Brittany, estaba conduciendo, pensando en que acababa de
desperdiciar la noche con un idiota y de repente allí estabas tú. Pisé los frenos pero con la
nieve en el piso..." Sus ojos se cerraron brevemente en la memoria del total silencio que
precedió al horroroso golpe. "No hubo nada más que pudiera hacer." Apartó la mirada otra vez,
enfocándose en el reloj del abuelo. "Había tanta sangre, Brittany. Pensé que te había matado.
Cuando me di cuenta que no, te puse en mi auto y te llevé al hospital tan rápidamente como
pude."
"¿Por qué te quedaste?" Sany sintió una pequeña pero insistente mano en su barbilla,
forzándola a encontrar la mirada de Brittany. "Hiciste tu trabajo, me llevaste al hospital. Habrías
podido irte y nadie jamás habría sabido. ¿Por qué no te marchaste?"
"Necesitaba asegurarme de que estabas bien. Cuando ellos vieron que no tenías seguro,
querían enviarte al Memorial. Quería asegurarme de que tuvieras el mejor cuidado y ese
estaba en Albany Med así que mentí sobre el seguro."
"¿Y tu estabas protegiéndote después de eso?"
"No.Quizá hasta que hice que firmaras los papeles," Sany admitió. "Pero no después de eso."
"¿Entonces por qué te mantuviste volviendo?"
Sany dio la única respuesta que podría, la honesta. "Deseaba verte. Para lograr conocerte
mejor."
"¿Sabes lo que recuerdo sobre esos primeros días?" Brittany miró hacía el techo. "Esto es sobre
todo borrosos vistazos aquí y allá, solo pedacitos realmente. Deben haber estado dándome
alguna fuerte droga entonces."
"Estaban," Sany convino.
"Recuerdo levantar la mirada y verte." Sonrió calurosamente y miró a su amante. "Allí estabas,
esa maravillosa mujer diciéndome que todo estaría bien."
"Me preguntaste si yo era un ángel," la mujer de cabello oscuro agregó, sonriendo para si
misma en el recuerdo.
"Lo eras para mí, sabes. Eras mi propio ángel de la guarda personal, cuidando por mí cada
paso del camino. Eras mi caballero en brillante armadura, mi héroe." Levantó el brazo de
Sany y recargó su cabeza contra el pecho de la mujer más mayor. "No sabía por qué tomaste
tanto interés en mí pero estaba agradecida." Su voz se volvió triste. "Ahora lo sé."
"No." Sany apoyó su palma contra la mejilla de Brittany. "Esa primera noche actuaba por el
instinto de conservación y miedo pero no pienses jamás que fingí preocupación después eso."
Los azules ojos buscaron los verdes, rogándoles que entendieran. "No puedo explicarlo pero
había algo sobre ti, Brittany S. Pierce. No podía dejar de pensar en ti, y las únicas veces que era
feliz era cuando estaba contigo. Pienso que me enamoré de ti desde ese primer día que
despertaste en el hospital."
"¿Qué sucedió con el Porshe?"
"Lo arreglé y después lo vendí. No podría conducirlo otra vez." Bajó la mano y comenzó a
acariciar el dorado cabello cayendo en cascada sobre los hombros de Brittany.
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