[Resuelto]FanFic Brittana: Ángel de Fuego (Adaptada) Cap 39 - Fin

Capitulo 35

Santana se movió en su asiento mientras Quinn se detenía a una cuadra y media de la casa alquilada.

—Parece ser el mismo Ford blanco—dijo Noah.

Santana tocó su auricular, asegurándolo aún más en su oído.

—¿Me pregunto por qué no cambió el coche?—preguntó Santana.

—Tal vez pensó que era más seguro conservarlo que tratar de conseguir otro—dijo Quinn.

—¿Cuánto tiempo tenemos que esperar?—preguntó Artie.

—Completa oscuridad—dijo Quinn.

Santana se recostó en su asiento y trató de relajarse. Completa oscuridad sería dentro de 20 minutos, por lo menos.

La casa estaba en una esquina.

El vecindario era antiguo y parecía ser en su mayoría propiedades de alquiler. La farola más cercana estaba a dos cuadras de distancia.

Más allá de la casa, en la dirección opuesta, estaban estacionados Artie y Noah.

Y en una calle lateral, detrás de la casa, estaban Rachel y Brittany en el nuevo coche que Noah había alquilado.

Santana y Quinn tenían una visual completa de la casa y asumía que Noah y Artie también la tenían.

Santana realmente esperaba que Quinn insistiera en que Brittany se quedara. Demonios, lo había mencionado ella misma, pero Brittany había sido inflexible en que quería ir.

Santana no estaba segura de si era porque Brittany quería estar ahí en caso de que algo le pasara a ella o si Brittany quería algún tipo de cierre con Ángel. Sabía que Brittany estaba albergando alguna tipo de culpa por la fuga del Ángel.

Si las cosas funcionaban como Quinn las había planeado, todo esto terminaría esta noche.

Y pronto.

—Todo esto es una porquería—dijo Quinn—Estamos muy lejos de la casa para zonificar.

—¿La imagen térmica?—preguntó Noah.

—Sí. Demonios, estoy recogiendo señales de todo. Los vecinos parecen estar cenando—dijo Quinn.

—¿Por qué permitiste que Noah tuviera las gafas de visión nocturna?—preguntó Santana.

—Porque ella ya tiene ese juguete—respondió Noah—Sin embargo, también tengo que acercarme.

Quinn levantó el monitor para verlo.

—Creo que esta podría ser la casa—dijo Quinn señalando una agrupación—Si es así, hay más de una persona ahí.



*******************************************************************************************************



Rachel miró a Brittany que había estado cada vez más callada.

Su cabello rubio era movido por la brisa mientras seguía mirando por la ventana abierta. Habían apagado sus micrófonos al principio mientras se dirigían al lugar y la conversación entre ellas se había vuelto fluida.

Encontraba a Brittany bastante atractiva y sabía que si tuvieran la oportunidad, podrían convertirse en amigas.

Pero había una cosa que no habían mencionado.

El plan se matar a Ángel.

Simple y llanamente.

Brittany había sido evasiva esta noche durante la fase de planificación de la misión, simplemente había escuchado y no había contribuido. Parte de eso, por supuesto, era porque no era del FBI y realmente no formaba parte de la misión.

Rachel se preguntaba si había algo más que eso.

—¿Tienes reservas acerca de todo esto?

En las sombras, apenas pudo distinguir la expresión de Brittany, pero le vio asentir.

—Soy policía—dijo Brittany—Sólo en la televisión la única opción es disparar para matar.

—Sé lo que quieres decir—admitió Rachel—Te dije lo que sentía sobre ser juez y jurado. No es algo en lo que creo. Y a pesar de toda la bravuconada de Quinn, ella también lo odia. Sin embargo, su entrenamiento, su experiencia en el ejército le ha preparado para esto—ella suspiró—Es inquietante pensar que estamos vigilando esta casa, esperando actuar para poder matarlo en lugar de capturarlo.

—Sí lo es. Parece apartarse mucho del cumplimiento de la ley—dijo Brittany.

Rachel asintió.

—Los equipos de Figgins se apartan mucho de ella. Sólo he conocido el equipo de Artie, ningún otro. Por supuesto, conozco a Quinn. Y Artie, nunca se aprovecharía de la carta blanca que Figgins le da. Pero imagino que pone mucha presión sobre Figgins asegurarse de tener a las personas adecuadas en sus equipos.

—¿Y no tener a alguien que piense que siempre estarán por encima de la ley? Sí, supongo que es una línea muy fina por donde caminar—Brittany inclinó su cabeza, mirándola—¿Crees que por eso Quinn está lista para asentar cabeza y dejar el FBI?

—Creo que es parte de eso, sí—dijo Rachel—Creo que ella realmente quiere una casa, echar raíces en algún lugar. Creció en una familia de militares. Ha estado en el ejército toda su vida. Creo que está lista para sentar cabeza.

—¿Tiene familia? ¿Hermanos?

Rachel negó con la cabeza.

—No. No tiene familia.

Hizo una pausa, preguntándose si a Quinn le importaría que le contara a Brittany sobre su papá.

No era algo de lo que Quinn hablara.

—Su hermano también estuvo en el ejército. Lo mataron—dijo Rachel—Y... bueno, su papá, también estuvo en el ejército. Encontró a su mamá con otro hombre… un oficial. Él los mató a los dos.

—Oh, Dios.

—Así que está en la cárcel.

Decidió no mencionar el hecho de que el papá de Quinn le había secuestrado y le había llevado al desierto en Canadá para evitar su captura.

—Entonces tú eres su familia—dijo Brittany—San tampoco tiene familia. Su papá también era policía. Allanaron su casa... bueno, toda su familia fue asesinada. Odio pensar en ello y San no habla de eso, pero el sujeto mató a todos, excepto a San. La dejó atada a una silla de la mesa del comedor, con toda su familia muerta a su alrededor. Creo que tenía doce años.

—Dios… ¿cómo sobrevivió mentalmente a eso?

—Ella solía pensar que no lo había hecho—dijo Brittany—Vivió con una tía muy amorosa y ella le ayudó a sanar. Quiso ser policía para poder resolver el asesinato de su familia.

—¿Nadie fue arrestado?

—No. Y después de todo este tiempo, creo que ha aceptado que nadie será detenido por eso.

—Eso tiene que ser muy difícil para ella.

—Sí. Pero hemos formado un hogar, somos nuestra propia familia. Y Marley y Kitty, son nuestras mejores amigas. Marley y San son como hermanas.

—Con nuestro actual estilo de vida, es lo único que extraño—confesó Rachel—Los amigos.

—Otra de las razones para establecerse—dijo Brittany e hizo una pausa—Es extraño lo similares que han sido sus vidas ¿no es así? Quiero decir, excepto el asunto militar, por supuesto.

—Sí. Tal vez por eso son tan parecidas.

Rachel se acomodó en su asiento, disfrutando de la frescura de la noche. Podía escuchar como la brisa agitaba las hojas del árbol de álamo bajo el cual estaban estacionadas. La luz del día había disminuido y ya no podía distinguir el dorado sutil que apenas estaba empezando a aparecer.

Sabía por sus viajes por el oeste que se habían perdido el colorido de las montañas por dos semanas. Tal vez cuando esto terminara, Quinn querría ir a las montañas nuevamente.




*****************************************************************************************************




—Hey chicos—dijo Noah—Está pasando un Mustang negro. Al menos es la tercera vez que lo he visto.

Quinn y Santana se miraron.

—Vigilancia—dijeron al mismo tiempo.

—Maldición—murmuró Quinn.

—Está entrando en la calzada de la casa—dijo Noah, su voz baja.

Quinn sintió como la adrenalina le inundaba y apretó la mano alrededor de su rifle.

Sabía que era demasiado oscuro para un disparo.

No desde esta distancia.

—¿Puedes ver?—susurró Santana a su lado.

Quinn negó con la cabeza.

—Está bien, no es Ángel—dijo Noah—A juzgar por su apariencia, diría que es un matón local.

—Tengo que acercarme—dijo Quinn—No puedo saber cuántas personas están en la casa desde aquí.

—Tengo vigilada la puerta. Ahora todo está tranquilo—dijo Noah.

—Encendió las luces—dijo Santana—Tiene que saber que estamos aquí.

—Si contrató a un local y lo tiene haciendo vigilancia, entonces sí, debe sospechar que estamos aquí—dijo Quinn.

—¿Estás lista para pedir refuerzos?—preguntó Artie.

—Sí, disparemos a todo el maldito vecindario, Artie.

—Si no quieres respaldo, entonces ¿qué sugieres?

—¿Qué tal...? “¡FBI! ¡Salgan con las manos en alto!” ¿Crees que eso funcionaría?

No escuchó nada más que la risa rápida de Rachel.

Artie no se molestó en responder.

Echó un vistazo a Santana.

—Todo el mundo está tan tenso.

Santana levantó sus cejas.

—¿Entonces Plan B?

—¿Tenemos un plan B?

—Esperamos que salga—sugirió Artie—Tiene que salir en algún momento.

—Todavía no tenemos una identificación positiva de que incluso Ángel esté en la casa—dijo Noah.

—Tengo que acercarme—dijo Quinn nuevamente—Déjenme ver si puedo capar algo con la imagen térmica.

—Ten cuidado—susurró Artie.

Aunque era una noche agradable y una ligera brisa soplaba a través de las ventanas abiertas de la camioneta, sintió como goteaba el sudor por su cuello.

Salió en silencio, asegurándose de no cerrar la puerta. Ya había apagado las luces interiores.

—Veo luz en el interior—dijo Noah—Parece la ventana de la cocina. Termina aquí por la cochera.

—Parece una linterna—dijo Artie.

—Copiado—susurró Quinn mientras se apretaba contra los abetos que separaban las dos casas.

Levantó el dispositivo, asegurándose de permanecer en las sombras. Finalmente obtuvo una lectura y se sorprendió al ver a cuatro personas en su interior.

—Tengo cuatro adentro—dijo Quinn.

—No tiene sentido—dijo Artie—Está huyendo. Ha estado en todas las noticias ¿Quién en su sano juicio haría equipo con él?

—Tiene tres millones de dólares—dijo Santana—El dinero habla.

Quinn se arrastró nuevamente hacia la camioneta y entró. Arrojó el dispositivo en el asiento con un profundo suspiro.

¿Cuatro?

¿Quiénes eran y que tan bien entrenados estaban?

—¿Qué estás pensando?

Se volteó hacia Santana.

—Me pregunto si son matones locales, como piensa Noah, o si son parte de su equipo. Tal vez un segundo equipo que había formado… por si acaso.

Sostuvo su micrófono de muñeca cerca de su boca.

—¿Britt? ¿Qué piensas?

Sólo hubo una pequeña pausa antes de contestar.

—No creo que tuviera ningún otro equipo aquí—dijo Brittany—Está acostumbrado a trabajar solo. No creo que confíe en muchas personas.

—Supongo que si hubiera tenido otro equipo, los habría llamado de inmediato—dijo Quinn—Así que si son locales, podemos asumir que no están bien entrenados.

—Así que… ¿qué quieres hacer?—preguntó Artie—Todavía creo que deberíamos esperar que salgan.

—¿Esperar que salgan? ¿Esperar que salgan?—preguntó Quinn—Así que si él sale con sus tres amigos alrededor ¿simplemente los mato a todos? ¿O dejamos que entren en el coche y empezamos una persecución?—pasó una mano por su cabello en señal de frustración—Demonios, tal vez escape el tiempo suficiente para tomar otro rehén. Tal vez podríamos jugar a ese juego nuevamente.

—¿Qué demonios te pasa?

—Estoy cansada, Artie. Estoy frustrada. Y estoy harta de Ángel Figueroa.

—Apoyo eso—dijo Santana en voz baja a su lado.

Quinn cerró sus ojos.

Tenía que centrarse.

No podía estar cansada.

No podía estar frustrada.

No podía estar en el punto en que estaría dispuesta a alejarse de todo.

Se permitió imaginar el futuro, ella y Rachel en un pequeño pueblo de montaña, tal vez viviendo en una cabaña. Demonios, tal vez podrían tener un perro o incluso otro gato.

—¿Quinn?

Era Rachel y ella sonrió, al reconocer el tono suave de su voz.

¿Cómo sabía Rachel que había llegado a su límite?

—Sí, estoy bien—dijo Quinn en respuesta a su pregunta no formulada.

Aclaró su garganta.

—Está bien, hablemos de esto ¿Él sabe que estamos aquí? ¿El sujeto del Mustang está haciendo vigilancia? Ángel es inteligente. No está dejando nada al azar—hizo una pausa, sintiéndose de mal humor—Podríamos esperar, como sugiere Artie. Tal vez podría lograr un tiro cuando salgan. Pero si no lo logro, entonces ¿qué?

—Ellos están dentro de la casa—dijo Noah—No tenemos que pasar desapercibidos ahora. Podríamos acercarnos más. No tendrías que ser tú la única que hiciera el disparo si estamos más cerca de la casa.

—Estoy de acuerdo—dijo Santana—Lo último que necesitamos es permitir que entre a su coche.

—¿Estamos dispuestos a que estos sujetos sean eliminados?—preguntó Quinn.

—Si están asociados con Ángel, no son inocentes—dijo Artie—Podemos suponer que los tres están armados.

Quinn dejó escapar el aliento.

No le gustaba.

Estaban dejando demasiadas cosas al azar y Ángel era demasiado bueno. Tal vez debió haber hecho lo que Artie había sugerido desde un principio… rodear la maldita casa. Pero Figgins había estado de acuerdo con ella.

Eran muy elevadas las probabilidades de que los vecinos quedaran atrapados en un fuego cruzado.

—Tengo un mal presentimiento—dijo Santana a su lado.

—Sí. Yo también.

—¿Quieres que vaya por la parte de atrás como habíamos planeamos?—preguntó Rachel.

—Sí. Britt... Tú permaneces en el coche.

—Lo haré.

—Está bien. Con mucho cuidado, todo el mundo. Aseguren su blanco.

***********************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Pd:solo decir que quedan cuatro capitulos nada mas.

Capitulo 36

Rachel abrió su puerta y la cerró sin hacer ruido.

Antes que pudiera alejarse, Brittany expresó un silencioso “ten cuidado” y Rachel se detuvo y asintió.

—Lo haré. Gracias.

Brittany la miró hasta que desapareció entre las sombras. Presionó su auricular, pero los demás permanecieron silencios y asumió que se estaban moviendo a sus posiciones.

Se sentía impotente… inútil… pero sabía que esta era una misión del FBI y no tenía parte en ella.

Su principal objetivo era permanecer fuera del camino.

Sabía, por supuesto, cuál sería el resultado. Sólo esperaba que terminara rápidamente. Sin embargo, tenía la sensación de que no sería así.

Hasta ahora, nada había sido como se había previsto.

Se descubrió golpeteando nerviosamente su muslo con sus dedos y finalmente abrió la puerta, saliendo al aire fresco de la noche. Paseó sin rumbo, de ida y de vuelta, esperando que algo sucediera.

—Estamos al lado de la casa—dijo Noah en voz baja.

—Déjenme ver si puedo conseguir una lectura de sus posiciones—dijo Quinn.

Brittany miró hacia el cielo, viendo un sin fin de estrellas en lo alto. Dejó escapar el aliento, sabiendo que todo podría terminar en pocos minutos.

—¿Qué demonios? Ahora sólo tengo tres—dijo Quinn.

—Tal vez tuviste una lectura falsa anteriormente—dijo Artie.

—De ninguna manera.

—Las únicas puertas son las del frente y la que está en el garaje—dijo Noah—Nadie ha salido.

—Hay unas malditas ventanas en la parte posterior ¿no es así?

Brittany escuchó su intercambio, frunciendo el ceño cuando le golpeó la posibilidad.

Fue entonces cuando lo sintió, un movimiento a su lado. Se volteó y se quedó sin aliento cuando vió a Ángel de pie a cinco metros de ella… apuntándole con su arma.

—Ángel.

—Hola, Britt—él se acercó—Tire tu arma—dijo señalando hacia su funda.

Brittany levantó las manos, mirándolo con incredulidad.

—¿Qué... qué es lo que quieres?

—El arma, Britt. Tírala en la calle—él se acercó aún más, apuntando su arma directamente a su rostro—Ahora.




***************************************************************************************************************



Rachel se volteó, una mano presionada contra su oído, sorprendida por lo que estaba escuchando.

Ángel.

Corrió hacia el coche, tratando de ignorar a los demás mientras sus voces sonaban en su oído, todas a la vez. Ya no podía distinguir la voz de Brittany sobre las demás y no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo.

Cuando vio el coche, vio a Ángel empujando a Brittany al interior a través de la puerta del acompañante. Se detuvo en seco y le apuntó, disparando sin pensarlo. Vio que Ángel se sobresaltó y luego lo vio girar en su dirección.

Un tiroteo estalló y se lanzó detrás de un coche estacionado, cubriendo su cabeza mientras las ventanas estallaban a su alrededor, los cristales pulverizados caían a su alrededor. Escuchó el rugido del motor y luego el chirrido de unos neumáticos preparándole cuando el coche de alquiler chocó contra el guardabarros del coche detrás del cual se había cubierto.

Tan pronto como siguió por la calle, ella se puso de pie, apuntándole pero sin disparar.

No podía correr el riesgo de herir a Brittany.

La charla en su oído se hizo casi insoportable, pero notó que la voz de Brittany estaba ausente.

¿Ángel había encontrado el micrófono?

¿El auricular?

—Artie ¡averigua quién está en la maldita casa!—gritó Quinn—Pide refuerzos.

—¡Britt! ¡Britt! ¿Estás ahí?—preguntó Santana.

Rachel escuchó el chillido de unos neumáticos y supo que Quinn y Santana estaban de camino. Se dirigió hacia donde el coche de alquiler había estado estacionado.

Los vidrios rotos cubrían la calle y sus botas crujieron a través de ellos.

Alumbro con su linterna alrededor, deteniéndose cuando vio sangre. No mucha, pero lo suficiente para saber que había acertado. Se agachó y recogió el arma de Brittany, metiéndola en la cinturilla de sus vaqueros.

Levantó la vista cuando una camioneta aceleró hacia ella y se puso a un lado mientras Quinn se detenía bruscamente.

—¿Qué diablos pasó?





*********************************************************************************************************



—Gira aquí... a la izquierda—dijo Ángel.

Brittany tuvo la oportunidad de mirar rápidamente hacia él. Seguía apuntándole con la pistola, pero su otra mano agarraba su estómago.

—¿Estás herido?

—Sólo conduce.

—Ángel ¿estás herido?—preguntó nuevamente mientras giraba en la esquina.

Él no contestó, pero sabía que su respiración era laboriosa.

Ella agarró el volante con fuerza, tratando de decidir qué hacer.

¿Él realmente le dispararía?

Después de todo esto ¿realmente le dispararía?

—¿Por qué haces esto, Ángel?

Él se dejó caer en el asiento.

—Lo siento, Britt. Lamento todo esto.

Reconoció el dolor en su voz.

—¿Qué tan mal herido estás?

—Sí, ella apuntó bien—dijo él—¿Fue tu Santana?

Brittany negó con su cabeza.

—No. Fue la agente Berry. Rachel—dijo ella.

—¿Qué pasa con todas estas agentes mujeres?—preguntó él—Y no, no creo que haya sido tu Santana.

—Ángel, deja que te lleve al hospital—dijo ella.

—No, Britt. No es así como va a terminar.

Él inclinó su cabeza hacia atrás y ella le miró nuevamente.

Afortunadamente el arma ya no estaba apuntando hacia ella. Aún se agarraba el estómago y en la tenue luz de los instrumentos del tablero, pudo ver la sangre que cubría su mano.

—No es demasiado tarde.

—Es demasiado tarde. Demasiado tarde—dijo él—Prefiero morir antes que pasar mi vida en la cárcel—se volteó hacia ella—Hay un camino más adelante. Un camino forestal. Tómalo hacia la derecha.

—¿A dónde vamos?

—Te voy a llevar al dinero—dijo él—¿Tienes tu celular?

Ella vaciló.

Si decía que sí ¿lo tiraría por la ventana como había hecho con el micrófono y el auricular?

—Sí—dijo ella finalmente.

—Bien. Entonces podrán rastrearte.




**********************************************************************************************************




—Vámonos ya—dijo Santana mientras caminaba al lado de la camioneta.

—¿A dónde?—dijo Quinn mientras señalaba hacia la calle.

Rachel escuchó las sirenas a lo lejos y supo que se había informado de los disparos.

Las luces de los porches habían aparecido y pudo ver a las personas saliendo de sus casas, sin duda deseando ver lo que estaba pasando.

—¡Vamos, Quinn! Tenemos que hacer algo—dijo Santana en voz alta.

—No sabemos a dónde iba—dijo Quinn también en voz alta—Déjame pensar.

Rachel dejó que sus dedos rodearan con fuerza el brazo de Quinn.

—Rastrea su celular—dijo Rachel.

Quinn asintió.

—Sí. Eso sería demasiado fácil ¿no es así?

Tomó su teléfono y se alejó unos pasos.

—¿Tina? Ángel tiene a Britt. Necesito rastrear su celular. Transmítelo a la consola de la camioneta, como hicimos en Barstow—hizo una pausa—Y consigue refuerzos para Artie y Noah.

Rachel se volteó hacia Santana.

—La encontraremos.

Santana negó con su cabeza.

—Ese maldito bastardo. No puedo creer que la tenga nuevamente.

—Si sirve de algo… no creo que la lastime.

Santana se la quedó mirando.

—No sabes eso.

—Creo que Britt lo sabe.

***********************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Pd:solo decir que quedan cuatro capitulos nada mas.

Capitulo 37

Si bien el camino del bosque era un camino decente de grava, por el que él la dirigió hasta ahora era accidentado e irregular.

Lo escuchó gemir de dolor cuando cayeron en un hueco.

—Lo siento—dijo ella.

Su mandíbula estaba apretada y su respiración entrecortada.

—Sólo un poco más lejos. Es una vieja cabaña de caza—dijo él—Mi papá solía venir aquí con algunos de sus amigos. La caza era la excusa para venir aquí, pero lo único que hacían era beber.

—¿Quién es el propietario?

—No estoy seguro—dijo él—Parece que no se ha utilizado en veinte años o más.

Ella aminoró el paso aún más ya que la carretera había desaparecido.

Las luces atravesaban la oscuridad, a través de los pinos y los robles y el siempre presente puñado de rocas.

—¿Estás seguro que este es el camino?

—Hay una pequeña entrada a la derecha—dijo él—La cabaña está más allá de ella.

Ella desaceleró para inspeccionar, finalmente vio la entrada de la que estaba hablando.

—¿El coche logrará avanzar?

Él no contestó y ella se adentró por el estrecho camino.

Los árboles rozaban el coche mientras avanzaban a través de ellos, entonces sus faros encontraron la cabaña de la que estaba hablando.

Parecía ser más una choza.

Se volteó hacia él, pero sus ojos estaban cerrados, su rostro desfigurado por el dolor. La pistola estaba a su lado en el asiento y ella supo que no estaba en peligro, si es que alguna vez lo había estado.

—¿Ángel?

Sus ojos se abrieron y parpadeó varias veces.

—Ayúdame, por favor—dijo él.

Ella asintió con la cabeza, luego se apresuró hacia el lado del pasajero para ayudarlo.

Él no hizo ningún intento de tomar el arma.

Ella lo tomó del brazo y lo deslizó alrededor de su hombro. Él se apoyó pesadamente contra ella y sólo cuando caminaron hacia la luz vio lo mal herido que estaba. La sangre cubría su camisa y sus vaqueros y miró fijamente notando que todavía se filtraba entre sus dedos.

—Oh, Ángel—dijo ella en voz baja—¿Por qué no dejas que te lleve a un hospital?

—No.

Él se arrastró y ella soportó su peso mientras se acercaban a la puerta. Un candado nuevo sostenía el pestillo en su lugar.

—La llave está en mi bolsillo derecho—dijo él.

Ella se alejó lo suficiente para encontrar la llave. Estaba en un pequeño llavero que era una divertida cara sonriente color amarillo brillante.

—¿En serio?

Él trató de reír.

—Mi intento de ser divertido, sí.

Ella quitó el candado y empujó la puerta abriéndola.

—Hay una linterna en el estante, justo a la derecha de la puerta.

Ella tanteó a lo largo de la pared, tocando el estante. Encontró la linterna y la encendió. Alumbró alrededor de la cabaña, viendo que sólo era una habitación grande, nada más.

Contra una pared había varias bolsas de lona.

—Sí, así es como encajas tres millones de dólares.

Él se acercó a la pared de enfrente y ella le ayudó, entonces él se deslizó hasta quedar sentado. Se echó hacia atrás, cerrando nuevamente sus ojos.
Dejó que la luz le alumbrara, sorprendida por la cantidad de sangre que vio.

Su rostro estaba pálido y sudaba, una mano todavía apretada contra su estómago. Su ojo todavía estaba descolorido por la paliza que había recibido, pero no estaba tan hinchado como lo había estado.

Pero aun así...

—Jesús—susurró Brittany—Todavía puedo llamar a una ambulancia, Ángel.

—No. No voy a ir a la cárcel—él trató de sonreír—dios sabe que me lo merezco. Pero termina aquí, Britt.

Brittany sacudió su cabeza con tristeza.

—Lo siento.

—No te atrevas—dijo él—No tienes nada que lamentar. Soy yo quien lo siente—la miró—Ven y siéntate. Habla conmigo.




**************************************************************************************************



—Apresúrate ¿quieres?

—Maldita sea, López, estoy conduciendo tan rápido como puedo.

Santana agarró el salpicadero mientras Quinn doblaba en una esquina, patinando cuando la carretera asfaltada se convirtió en grava.

—No es lo suficientemente rápido.

—Por qué no simplemente ves la consola y asegúrate que no hagamos un giro equivocado.

—Ni siquiera sabemos si el teléfono todavía lo tiene Britt—dijo Santana.

Vio que la luz intermitente no se había movido en los últimos diez minutos.

—Demonios, podría haberlo tirado. No se mueve.

—Me doy cuenta de eso—dijo Quinn—Tina ya ha inspeccionado las imágenes satelitales, en busca de edificaciones.

Santana señaló la consola mientras se acercaban a un camino a la derecha.

—Gira aquí.

Quinn lo hizo y de inmediato cayó en un hueco, haciéndoles saltar a todas en la camioneta.

—¿Esto es un camino?—preguntó Rachel.

—Estamos cerca—murmuró Quinn.

—No veo otra carretera. No hay nada más en el mapa—dijo Santana.

—Entonces están en un sendero o algo así. Estamos cerca.




***************************************************************************************************




Brittany se sentó junto a Ángel, recostándose contra la pared como él.

Colocó la linterna en el suelo y el haz de luz se proyectó sobre las bolsas de lona. Ella agarró su otra mano y la sostuvo, sintiendo como sus dedos se apretaban alrededor de ella.

—Gracias.

—¿Tienes mucho dolor?

—No está mal. Se siente entumecido—dijo él.

Brittany apartó la mirada de él y se quedó mirando el dinero.

—¿Por qué tres millones de dólares?

—Porque... quería salir de esta vida. Quería empezar de nuevo.

Brittany lo miró nuevamente.

—Háblame de tu esposa.

Sus ojos se abrieron y se encontraron con los suyos.

—¿Así que lo saben? ¿Fue así como encontraron la casa de alquiler?

Brittany asintió con la cabeza.

—Mi único amor—dijo él—María. Pero supongo que sabes cómo terminó.

—Sólo los hechos. No lo que realmente pasó—dijo ella.

Sus ojos se cerraron por un momento.

—Quería una vida normal. Cuando salí de la milicia sólo quería... normalidad. Me enamoré. La primera y la única vez. Tuvimos un hijo. Joseph. Tuvimos una buena vida—dijo él—Vivíamos en el mar y yo trabajaba en un barco. Pescaba. Era una vida simple—volteó ligeramente su cabeza hacia ella—Pero este hombre, quería que trabajara para él. Tenía una lista de enemigos de alto perfil que quería que matara. Enemigos a los que no podía acercarse. Yo sí podía.

Se detuvo por un largo tiempo y ella pensó que no iba a seguir.

—¿Qué pasó?

—Me negué a trabajar para él—dijo él—Un día, cuando llegué a casa... bueno, los encontré. Habían sido masacrados. Mi María y Joseph. Y él me llamó, me preguntó si ahora estaba dispuesto a trabajar para él.

—¿Así que terminaste trabajando para él de todos modos?

—No. Fui a su mansión y le corté la garganta y lo vi desangrarse.

—Ángel... lo siento mucho.

Brittany vio lágrimas en sus ojos mientras él luchaba para continuar.

—Entonces mi mundo se vino abajo. No tenía nada. No tenía corazón. No tenía alma. Así que hice lo único para lo que estaba entrenado. Matar. Mi vida nunca fue la misma. Simplemente estaba vacía... y tan, tan solitaria—dijo él, su voz apenas un susurro.

Brittany sintió una lágrima correr por su mejilla y la limpió.

—Desearía que las cosas fueran diferentes—dijo ella—Otra vida, otro tiempo, creo que tú y yo pudiésemos haber sido buenos amigos.

Él sonrió y asintió con la cabeza.

—Sí. Creo que sí. Aparte de María... eres lo más parecido que he tenido a un amigo—dijo él.

—¿Fue por eso que perdonaste mi vida?

Él asintió con la cabeza.

—Hay algo en ti, Britt, me tocó muy adentro. No estoy seguro que fue, pero no podría hacerte daño. Hay una inocencia en tí. Creo que me recordaste a María desde el principio.

Ella negó con su cabeza.

—No soy tan inocente. Soy policía. He visto demasiado como para todavía tener inocencia.

—Puedes pensar que estás hastiada, pero no es así. Veo una suave dulzura... una inocencia en ti... no podía quitarte eso—tosió varias veces—María era una buena persona. Llena de luz, nunca oscuridad. También veo eso en ti.

Ella sintió como la fuerza le abandonaba cuando su mano se aflojó en torno a la suya.

No supo qué decirle y no pudo contener sus lágrimas.

Pero sus dedos se cerraron alrededor de su mano una vez más.

—No llores por mí, Britt. No merezco tus preciosas lágrimas.

Ella las limpió con impaciencia.

—Lo siento. No puedo evitarlo.

—No. Sé que no puedes. He hecho cosas tan horribles... pero la bondad en ti... bueno, todavía estás tratando de encontrar la bondad en mí. Es inútil. Me temo que no hay ninguna.

—No creo eso.

Él le apretó la mano nuevamente, luego dejó que sus dedos se aflojaran.

—Gracias por estar aquí conmigo... ahora—su voz no era más que un suspiro—No tengo dolor, Britt. En realidad no—se esforzaba por hablar, por respirar—No es... una mala manera de morir.

Ella le miró, sus lágrimas todavía corrían por sus mejillas. Vio como sus ojos se nublaban y parecía alejarse. Su mano se relajó cuando tomó su último aliento... y luego nada.

Permaneció quieto.

Ella secó sus lágrimas, avergonzada por haberlas derramado. Alargó la mano y cerró sus ojos y luego se alejó de él.

Sacó el borde de su camisa de sus vaqueros, para limpiar su rostro y su nariz.

Y justo así, había terminado.

Respiró profundamente.

Ángel estaba muerto.

Agarró la linterna y sacó su celular del bolsillo, con la intención de llamar a Santana. Pero antes que pudiera hacerlo, escuchó la camioneta y vio los faros parpadeando en el exterior.

Ángel había estado en lo cierto.

La habían encontrado.

Empujó la puerta abriéndola y reconoció la camioneta de Quinn. Pero para estar segura, levantó sus manos mientras caminaba hacia la luz.

—¿Britt?

—Estoy bien—dijo Brittany en voz alta.

Santana estaba en la luz, pero Quinn le detuvo antes que pudiera acercarse.

—¿Ángel?—preguntó Quinn.

Brittany dio una rápida sacudida de su cabeza.

—Él está... está muerto—dijo Brittany señalando hacia el interior.

Quinn dejó caer su brazo de Santana y Santana se apresuró, envolviéndola entre sus brazos.

Brittany se hundió en su abrazo, sabiendo que esta pesadilla había terminado.

Santana se apartó mirándola.

—¿Sangre? ¿Qué pasó?—preguntó Santana mientras limpiaba el rostro de Brittany.

—No. No es mía—dijo Brittany—Estoy bien. Él fue... él fue herido. Una herida grave.

Brittany se volteó hacia Rachel, encontrándose con su mirada.

Rachel negó con su cabeza lentamente.

—Lo siento, Britt. Debí haber…

—No. Hiciste todo bien—dijo Brittany.

Se acercó y la abrazó con fuerza.

—Gracias, Rach—entonces le sonrió—¿Puedo llamarte Rach?

***********************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 38

La linterna de Quinn cruzó por la habitación, aterrizando en el cuerpo de Ángel, el cual estaba apoyado contra la pared.

La sangre empapaba su camisa y vaqueros.

Se acercó y se puso en cuclillas junto a él, palpando su cuello con un dedo. Su piel todavía estaba caliente, pero no sintió pulso.

—¿Así que ese es Ángel?

Quinn se volteó, encontrando a Santana en el umbral. Se puso de pie y asintió.

—Sí. Ese es él.

—No era lo que esperaba—dijo Santana.

—¿Un monstruo, tal vez?

Santana todavía lo miraba fijamente.

—Sí. Un monstruo. Luce como un sujeto normal, limpio.

—Aun así era un monstruo.

Quinn se acercó a las bolsas de lona y abrió una.

—Jesús, López... ¿Alguna vez has visto esta cantidad de dinero?

Santana negó con su cabeza.

—¿Cuántas personas murieron por eso?

—Demasiadas.

Quinn cerró la cremallera nuevamente y la tiró a un lado, luego abrió otra. También, estaba llena de dinero en efectivo. Asumió que todas estaban llenas.

Su teléfono rompió el silencio y ella respondió.

—¿Artie? ¿Cómo te fue?

—Estamos bien. Noah tenía razón. Eran locales. Ángel les dio algo de dinero para vigilar la zona y para ser distractores para él. Cuando nos divisaron, él se deslizó por la ventana trasera.

—¿Hubo tiroteo?

—No. Demonios, casi se orinaron en sus pantalones—hizo una pausa—¿Britt? ¿Está bien?

—Sí, está bien. Ángel está muerto.

—Bien ¿Y el dinero?

—Está aquí. No que sepa como lucen tres millones de dólares, pero no hay mucho aquí. Estamos en una clase de cabaña, en el bosque—dijo Quinn—Haré que Tina nos ubique en el GPS. Ahora que todo ha terminado, probablemente Figgins involucre a la oficina de Albuquerque nuevamente.

O al menos esperaba que lo hiciera.

Estaba dispuesta a ponerle fin a este caso.

—¿Quieres que vayamos hasta allá?

—Sí. Y trae algo de pizza. Estoy hambrienta.

***********************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 39 - Fin

—No puedo esperar para salir de aquí—dijo Santana mientras guardaba la poca ropa que tenía en la mochila que Marley había dejado para ellas.

—¿Sí? ¿No vas a extrañar a Quinn?

—Difícilmente—agregó—Sin embargo, supongo que se acostumbró a mí. Y realmente me gustó Rachel.

Brittany asintió.

—Sí. Rach es agradable. Creo que si viviéramos en la misma zona, Quinn y Rachel encajarían muy bien en nuestro pequeño círculo de amigos.

Santana se rió.

— Marley volvería loca a Quinn. Por supuesto, no puedo verlas en una ciudad ¿tu podrías?

—No. Parecen sentirse en casa en una casa rodante.

Brittany levantó sus cejas.

—¿Y tú? ¿Lista para regresar a la ciudad?

—Sí ¿tú no?

Brittany se acercó y deslizó sus brazos alrededor del cuello de Santana.

—Estoy lista para ir a casa. Estoy lista para regresar a nuestra vida.

Santana movió su cabeza, besando a Brittany lenta e intensamente.

Sí, también estaba lista para regresar a sus vidas.

Se alejó un poco, encontrándose con sus ojos.

—¿Estás bien? Quiero decir, con...

—Estoy bien. Sabía cuál sería el resultado, San. Simplemente no anticipé estar ahí cuando él muriera. Fue... emocional.

—Sé que se metió en tu cabeza, Britt.

Brittany asintió.

—Sí, lo hizo. Pero en un buen sentido, Sanny. Y, honestamente, me alegra haber estado ahí cuando él murió. Lo entiendo mejor.

Brittany se alejó de Santana.

—Sé que era un asesino, sé todo lo que hizo. Pero ahora entiendo el por qué—volvió a mirarla—Por supuesto, no justifica lo que hizo—respiró profundamente—Pero me alegra que haya terminado. Y espero no tener que pasar por algo así nuevamente.

—Tú y yo... ambas.

Brittany sonrió y asintió con la cabeza.

—¿Entonces? ¿Qué es lo primero que vamos a hacer cuando regresemos?

—Quiero comer Tex-Mex. Vayamos al lugar favorito de Rose y compremos unas enchiladas de pollo y una Rios Rita—dijo Santana, ya imaginando como mordía la enchilada picante—No puedo creer que hayamos estado en Nueva México y todavía no hayamos probado la comida mexicana.

—¿Cansada de la pizza?

Santana se rió.

—Dios, Quinn y su pizza. Creo que he tenido suficiente como para un año.

Brittany sonrió nuevamente.

—Temprano hablé con Kitty.

—¿Oh sí? ¿Cómo le va?

—Bien. Regresará al trabajo el lunes.

—Eso es genial.

Brittany le apretó la mano.

—También dijo que Marley le estaba insinuando a Schuester que querías regresar a Homicidios.

Santana puso los ojos en blanco.

—Se suponía que no tenía que decir nada.

—¿Significa eso que has tomado una decisión?

Santana ladeó su cabeza interrogante.

—¿Qué crees que debo hacer?

—Bueno, sé que no has sido feliz con el FBI, aunque nunca me dijiste nada—dijo Brittany.

Santana asintió.

—Extraño al equipo, sí—se encontró con la mirada de Brittany—¿Crees que Schuester me traiga de regreso?

Brittany sonrió y se acercó más, besándola.

—De acuerdo con Kitty, ya tienen listo tu viejo escritorio para ti. Además, sólo puedo imaginar los problemas en los que se meterán tú y Marley como compañeras.

Santana se rió y atrajo a Brittany en un fuerte abrazo.

—Tienes razón. Y sí, ya he tomado mi decisión. Quiero regresar.

—Bien. Entonces vamos a casa, mi Sanny.




*************************************************************************************************************



Quinn se detuvo en la carretera, mirando hacia la derecha, donde tomarían la carretera 64 hacia las montañas de Colorado.

Echó un vistazo a Rachel, quien estaba sentada con Lola en su regazo. Retiró sus manos del volante y suspiró.

—Estoy cansada, Rach. Cansada de esta vida.

Rachel le sonrió.

—Sí, sé que lo estás, cariño. Entonces ¿dónde quieres instalarte? ¿A qué tranquila y pequeña ciudad de montaña quieres llamar casa?

Quinn se encogió de hombros.

—Tal vez no tenemos que sentar cabeza de inmediato. Quizás... podríamos... ya sabes, comprar nuestra propia casa rodante. Podríamos viajar con las estaciones. No me importaría pasar el invierno en una playa.

—Así que la vida de la que estás cansada... ¿es sólo del FBI, no los viajes?

—Este caso tuvo su efecto en mí. Perseguir a Ángel a través de las montañas a pie… demonios, no soy tan joven como solía serlo.

—¿Eso es todo, Quinn?

Quinn negó con su cabeza.

—No—suspiró—Siento como si ya no tuviera el impulso. Estoy cansada de todo. Estoy cansada de las armas, de la violencia. Quiero un poco de paz. No quiero tener que temer cada vez que suene el teléfono y preguntarme a donde nos enviará Figgins.

Rachel se extendió a través de la consola de la casa rodante y colocó la mano sobre su muslo, apretándolo ligeramente.

—Entonces hagámoslo. Tenemos algo de dinero ahorrado—dijo Rachel—En los últimos años, no es como que hayamos tenido gastos de subsistencia—sonrió—Bueno, aparte de las pizzas.

—Muy graciosa—Quinn cubrió la mano de Rachel con la suya—¿Lo dices en serio? ¿Quieres ir a ver las vistas conmigo? ¿Ser turistas por un tiempo?

—Sí. Iría a cualquier parte contigo, Quinny.

Quinn levantó la mano de Rachel y la besó suavemente.

Había estado tan asustada de que Rachel dijera que no.

—Así que viajaremos por los alrededores y cuando encontremos el perfecto pequeño pueblo de montaña, nos estableceremos ¿Qué te parece?

Rachel rió.

—Suena como un plan.

—Bien.

Quinn finalmente sacó la plataforma a la carretera, sintiéndose libre.

—Ahora sólo tenemos que decirle a Figgins.

—Sin embargo, voy a extrañar la casa rodante.

—Conseguiremos otra, sólo que no tan grande.

Quinn arriesgó una rápida mirada hacia Rachel.

—¿También puedo tener un perro?

Las cejas de Rachel se elevaron.

—¿Crees que Lola lo permitiría?

La mirada de Quinn se fijó en Lola, quien estaba establecida con majestuosidad en el regazo de Rachel.

La gata negra se volteó y la atravesó con lo que parecía ser ojos acusadores.

—Probablemente no—dijo Quinn con una risa—Creo que igual tendremos uno de todos modos.

***********************************************************************************************************
Hola, aquí el fin de otra linda historia. Espero que les gustara. MUCHAS GRACIAS a todas las personas que se dieron el tiempo de leerla y mas aun de comentarla! Ya subo el prólogo de otra!

Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D