FIC: Glee y los dioses del Olimpo Capitulo VI

 Creo que despues de todo lo que me ha pasado en la vida, estaba totalmente acostumbrado a que me pasarán cosas inexplicables. Pero por lo general pasaban rapido y no tardaban en desaparecer. Y ahora, esta alucinación que era algo así como 24/7 era más de lo que yo podía soportar. Y el tiempo pasó, y con él, el resto del año escolar, el cual todo el colegio parecía estar jugando una broma conmigo. Los estudiantes actuaban como si yo estuviera totalmente  loco ya que estaban convencidos de que el señor Smith -Un señor de piel morena al cual nunca habia visto en mi vida, hasta que subio al autobus al final del viaje escolar - habia sido nuestro maestro de Historia desde la Navidad pasada.
 De vez en cuando yo me refería a la maestra Steward, para que alguien se tropezara o cosas así, haciendo con más ganas que la gente me juzgará loco. Consiguiendo así que yo de verdad les creyera., tal vez la señora Steward jamas existio.
 Pero me negaba a aceptarlo, y Artie no podía engañarme. Cuando le mencione acerca de la señora Steward, el se puso nerviosos, como cuando ocultaba alguna fechoría a los maestros. Por eso supe que me estaba mintiendo acerca de que la señora Steward no existia, lo que era aún más molesto.
 Algo estaba pasando, algo que no entendía pero que tenía que ver con lo que pasó en el museo.
 El clima extraño que prevalecia en Nueva York, no ayudó sentirme mejor. Una noche, una tormenta azotó el campus, lo que hizo añicos las ventanas de mi cuarto, dejando inservibles algunas cosas. Pocos días despues, el mayor tornado registrado hasta el momento aterrizo en el Valle Hudson, a pocos kilometros de St. Vladimir. Y ese tema tambien fue retomado en clasee, ya que un inusual numero de aviones se habian ido a pique en los ultimos meses.
 Comenzaba a sentirme irritable y de muy mal humor la mayor parte del día. Inclusive si vio reflejada en mis calificaciónes... pasar de mi increíble 7 a un no tan increible 6 , no fue muy grato para mi mamá. Incluso me metí en varias peleas con Cartman y sus amigos. Ahora me sacaban de clase clasi en cada una.
 Hasta que por fin estalle. Fue en clase del profesor DeVacchio, que impartia la clase de italiano, me preguntó por enesima vez por que yo era tan peresozo para estudar para el examén de deletreo... exploté. Lo llamé tonto mojigato. Ni siquiera sabia lo que significaba mojigato, pero se escuchaba bien.
 El director Charles le envio una carta la semana siguiente una carta a mi mamá, en la que le indicaba que ya no sería admitido nuevamente en el colegio St. Vladimir el siguiente año. Lo cual me parecío perfecto.
 Quería estar con mi mamá en nuestro departemento, incluso si tenia que seguir soportando a mi padrastro y a sus tontos amigos borrachos.
 Y aún así, habria cosas que extrañaría de St. Vladimir. Como la ermosa vista desde mi habitación, rodeada de arboles boscosos, el río Hudson a la distancia y el agradable olor de las arboles de pinos. Pero sobreo todo extranaría a Artie, que habia sido el unico mejor amigo que había tenido en la vida, aunque fuera un poco extraño. Tendrá que aprender a defenderse sin mi y más de las bromas pesadas que siempre le hacian Cartman y sus amigos.
 Y de igual manera extrañaría la clase del maestro Shue.
 Los examenes finales se acercaban, pero para lo unico que yo estudiaba era para latín. Aún no olvidaba que sel señor shue me indicó que este era un tema delicado para mi.
 Me encerré en mi habitación la noche anterior al examen, frustrado tratando de leer Guía de la Mitología Griega. Las palabras empezarón a revolverse todas gracias a mi dislexia. Era imposible que recordara la diferencia entre Chiron y Charon... o entre Polydictes y Polydeuces. Y saber como conjugar verbos en latín?.... jaja que buena broma.
 Nunca le hbia pedido ayuda a algun profesor, bueno, aunque a mayoría de los maestros me odiaba. Pero esta vez decidí hacer una escepción yacudir con el señor Shue por algo de ayuda, y si de verdad era un caso perdido el mío, creo que le pediria disculpas por adelantado de mi futuro examen reprobado.
 Bajé las escaleras de los dormitorios y me dirigí hacia la sala de maestros en donde de seguro lo encontraría. La luz estaba encendida lo que quería decir que ahí se encontraba. Estaba a punto de abrir al puerta pero había alguien más con el señor Shue.
 -Estoy preocupado por Sam -Era Artie que le comantaba al señor Shue.
 No sabía que hacer. Por que Artie andaría contandole al señor Shue que estaba preocupado por mi? Usualmente no soy de los que se quedan a espiar una conversación pero, esta vez hablaban de mi, así que decidi quedarme y escuchar.
 -...Solo un poco mas, solo el verano - Dijo Artie con un tono preocupado - Ellos ya saben quien es Shue -
 -Solo empeoraríamos las cosas con Sam presionandolo así, necesitamos que aún aprenda algunas cosas -
 -Pero que pasa si ya no le alcanza el tiempo? Recuerda que el Solstcio es el tiempo limite? -
 -Tendrán que encontrar una respuesta sin el, dejalo disfrutar un poco más ahora que puede hacerlo -
 -Señor el la vio -Le recordo Artie
 -Imaginación mi joven amigo -Repuso el señor Shue -La niebla de los estudiantes y la de todo el personal sera suficiente para convencerlo de que solo fue su imaginación -
 -Señor yo no puedo fallar... otra vez - La voz de Artie sonaba tan triste
 -Tu no has fallado Artie -Rspondío amablemente el señor Shue.
 El libro de mitología que tenia en mi mano resbalo, lo que provoco que se escuchará un ruido sordo. El señor Shue callo inmediatamente....

Continuará...

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Bueno... en un rato termino de subir todo el capitulo... espero que les guste!! 

 Que pueden esperar de un chico malo como yo. Lo primero que hize cuando el autobus aparcó en la central camionera fue abandonar a Artie. Ya sé, le había hecho una promesa de dejarme acompañarte hasta mi casa pero, hey! no dejaba de mirarme como si fuera hombre muerto, y tampoco dejaba de murmurar cosas como "Por que nunca pasan de los diesciseis?" ó "Otra vez fallé", y eso me estaba asustando.
 Y conociendo a mi amigo, sabía que en algún momento su vejiga entraría en acción. Lo que me dió oportunidad de escapar de él mientras entraba a los baños. Así que solo tomé mi chaqueta y mi maleta y me dirigí hacia mi casa.
 -La 49 y Central Park, por favor -Le dije al chofer del taxi.
 Bueno... creo que deben saber algunas cosas acerca de mi madre antes de que la conozcan.
 Su nombre es Stacy Evans y es la mejor persona que conozco en todo el mundo, lo que refuta mi  teoría de que las mejores personas tienen la peor suerte. Mis abuelos, osea sus padres, murierón en un accidente automovilistico cuando ella solo tenía seis, así que fue críada por sus abuelos a los que realmente no les importaba. Ella quería ser una gran escritora, así que pasó gran parte de la universidad trabajando de mesera para poder pagar la universidad. Pero antes de que lograra terminar su ultimo año, mi abuelo enfermó por lo que tuvo que abondar la escuela y conseguir un trabajo de tiempo completo y así poder solventar los gastos de la casa. Despúes de que su abuelo muriera, su abuela la corrio de la casa, así que quedó sin familia, sin dinero y sin diploma.
 Lo unico bueno que le ha pasado en la vida fue conocer a papá... creo.
 No tengo ningún recuerdo él. Ella solo mencionaba que él tenia dinero y que era importante, y que por lo mismo la relación que mantenian era secreta. Un día como otros, decidió hacer un viaje atravez del Atlantico, pero jamás volvio.
 "Se perdió en el mar" se decia a si misma cuando lloraba. "No murio, solo se perdió en el mar", así que yo crecí creyendo eso.
 Ella tomaba trabajos de tiempo completo, tomaba clases nocturnas para lograr obtener su diploma de preparatoria y me criaba por cuenta propia. Nunca la escuhe quejarse o enojarse. Ni una sola vez.
 Entonces se casó con Justin Zanotelli, quien fue simpatico los primeros cinco segundos que lo conocimos, despúes mostro quien era realmente... un imbecil de primera. Cuando era pequeño lo apodé "Justin Queso-rancio", tal vez sea grosero, pero era verdad, el tipo apestaba a pizza rancia y a basurero.
 Creo que la forma en la que el y yo nos llevamos, no facilitaba las cosas para mi mamá. Ya lo verán despúes.
 Entré a nuestro apartamento, rezando por que mamá ya estuviera en casa. Pero en su lugar, me encontré con Justin Queso-rancio que estaba en la sala jugando poker con sus amigos, viendo Fox Sport. La sala era un verdadero desastre, dedos de queso y latas de cerveza estaban regados por toda la alfombra.
 Apenas me miró y sin quitarse su cigarro de la boca me dijo..
 -Asì que por fin estas en casa vandalo -
 -Donde esta mamá? -Le pregunté con enfado
 -Donde debe de estar trabajando -Contestó -Entonces... tienes algo de plata?-
 -Ningun bienvenido a casa o que bien que ya hayas regresado? -
 -Como sea... tienes plata? -
 Justin habia subido de peso considerablemente. Ahora si parecía una morsa sin colmillos con ropa de barata y con solo tres cabellos en su cabeza, muy bien peinados para verse más atractivo según el.
 El trabaja para una tienda de electronicos en Queens, pero se la pasaba en casa la mayor parte del tiempo. Era un milagro que aún conservará su empleo. Aún así cada día de pago recibia su cheque, el cual lo gastaba unica y exclusivamente en cerveza y cigarros. Cada que yo estaba en casa por vacaciones, era el encargado de abastecer su bolsillo de mi dinero que ganaba con mis trabajos. Él lo llamaba nuestro "Trato de hombres", o en otras palabras "Si deces algo te partó la cara"
 -No, no tengo -Respondí
 Justin podia oler el dinero a kilometros de distancia, lo cual era sorprendente dado a su propio olor.
 -Tomaste un taxi desde la centra de autobuses - Dijo - Entonces pagaste con uno de cincuenta, por lo que tienes diesciseis o diescisiete dolares de cambio, estoy en lo cierto? -
 -Vamos Jastin, el chico acaba de llegar -COmentó Jace, uno de sus amigos con algo de simpatia
 -Estoy en lo cierto? -Volvio a preguntar enfadado
 -Esta bien, toma -Saqué de mis bolsillos el cambio que tenia y se lo arroje al rostro -Espero que pierdas! -
 -Tus calificaciones llegarán pronto Einstein -Me gritó -Así que no te sientas la gran cosa, me escuchaste! -
 Azoté la puerta de mi cuarto, aunque en realidad yo no tenía cuarto. Durante mi estancia en St. Vladimir,Justin lo habia convertido en su "Estudio" . El realmente no estudiaba allí, solo se ocupaba de leer revistas de autos, pero amaba arrojar mis cosas lo más lejos posible de él, poner sus horribles botas en mi armario y hacia lo mejor que podia para dejar el desagradable olor de colonia por toda la habitación.
 Me eche a la cama. Hogar, dulce hogar.
 Pero tan prontó como pensé en eso. La mirada aterrorizada de Artie entró en mi cabeza, lo que hizó que un escalofrio repentido me atrevezará la espalda... sentía que algo o alguien me observaba, algo como la señora Steward.
 Pero escuche la voz de mi mama -Sam? -
 Abró la puerta de mi habitación y mis temores de esfumarón.
 Sus ojos brillaron y cambiarón con la luz su color. Tiene una nuevas canas en su pelo, pero jamás pensaba que ella estuviera vieja. Cuando me mirá, es como si solo pudiera ver las cosas buenas en mi... solo las buenas.
 -Oh! Sam, no puedo creer lo mucho que has crecido desde navidad - Dijo mientras me abrazaba fuertemente
 Tenía puesto su uniforme rojo con blanco, de su trabajo de "Candylandia", olía a las mejores cosas del mundo: chocolate, licor sueve y... chocolate, y muchas otras cosas que ella vendía en la dulceria en la que trabajaba en Grand Central. Me había traido una muestra gratis de chocolates suizos.
 Nos sentamos en borde de la cama, mientras comiamos unas tiras de caramelo suave de moras agridulces. Ella pasó su mano por mi pelo, como cuando era niño. No menció nada de mi expulsión, pero exigio saber el por que de las cartas. A lo que le respondí que me estaba asfixiando con tantas preguntas, loq que no era ni remontamente cierto, la habia extrañado tanto que estaba muy emocionado de verla.
 -Tengo una sorpresa para ti -Me dijo emocionada -Iremos a la playa! -
 -Mountack? - Pregunté muy feliz
 -Tres noches, en la misma cabaña que hace dos años -
 -Cuando? -
 -Tan pronto como me cambie -Me respondio con una sonrisa
 No podía creerlo, mi mamá y yo habiamos ido a Mountack, por que en aquella vez, Justin se habia ido a un viaje de pesca con sus amigos.
 -Espera... iremos solo tu y yo verdad? -Pregunté esperanzado
 -A donde iran? -Era Justin que estaba parado en el marco de la puerta
 -A Mountack, he estado ahorrando para este viaje con Sam -Dijo mi mamá levantandose -Además te deje hecho la comida para todo el fin de semana y llené el refrigerador de cerveza -
 -Esta bien... pero solo usarán mi auto para ir y regresar cierto? -
 -Te lo prometo, ahora vuelve a tu juego -
 Justin se marchó hasta la sala de nuevo.
 Una hora despúes ya estabamos listos para marcharnos.
 Nuestra cabaña, la que alquilamos la ultima vez estaba ubicada en la costa sur, cerca de Long Island. Era una pequeña cabaña azul con cortinas desgastadas y medio hundida en la arena. Habiá siempre arena por todas partes e incluso entre las sábanas y arañas por todos los rincones, la mayor parte de las veces el mar era tan frio que no podias nadar en el.
 Amaba ese lugar. Y mi mamá tambien, ya que era el lugar en el que conocio a mi padre.
 Llegamos al atardecer, e inmediatamente abrimos las cortinas junto con las ventanas e hicimos la limpieza habitual. Caminamos por la playa, alimentamos a las gaviotas con frituras de maíz azul. Nos sentamos a orillas del mar comiendo gelatinas azules, caramelos azules agridulces y todas las deliciosas muestra que mi mamá habia traido de su trabajo.
 Verán... tengo que explicar el por que de la comida azules. Siempre me han encantado las cosas azules, y eso incluye la comida. Desde que le dije eso a mi mamá, se encargó de hornear pasteles de cumpleaños azules, smoothies de moras azules, compraba pop tats azules y toda clase de comida azul.
 Cuando oscureció, hizimos una fogata. Asamos salchicas y malvaviscos. Mamá me contaba historias de cuando era pequeña, acerca de los libros que quería escribir. Siempre me contaba las mismas historias, pero nunca me cansaba de escucharlas. Nos quedamos un rato en silencio, pero luego fue roto por una pregunta que era necesaria...
 -Vas a alejarme de nuevo? - Le pregunté - A otra aburrida escuela? -
 -No lo se cielo... -Si voz sonoba dura -Creo que tendré que hacer algo al respecto -
 -Por que no me quieres cerca? - Pregunte con tristeza
 -Nunca digas eso Sam -Dijo mi mamá contestandome con los ojos llenos de lagrimas -Yo tengo que hacerlo Sam, por tu propio bien tengo que mandarte lejos -
 Sus palabras me recordarón a lo que el señor Shue me dijo respecto a que era mejor que yo dejara St. Vladimir.
 -Por que no soy normal? -
 -Porque lo preguntas como si fuera algo malo... eres muy importante Sam. Pensé que en la academis St. Vladimir estaría a salvo -
 -A salvo de que? -
 Me miro a los ojos y despúes me dijo
 -He tratado de mantenerte lo más cerca que he podido, pero creo que es tiempo de que te mande al lugar que siempre habia querido tu padre -
 -Espera... mi papá quiso que me mandaras a una escuela especial? -
 -No a una escuela... a un campamento -
 No hablamos más esa noche, solo intentamos dormir... o por lo menos yo lo intentaba.
 Desperté sobresaltado gracias a un trueno. El clima era pesimo, era una tormenta, de la clase que derriba arboles y tira casas. Olas de más de cinco metros se asomoban en el horizonte. Mi mamá se despertó con el siguiente trueno. Se levantó con los ojos muy abiertos y grito -Huracan! -
 Eso no podia ser cierto, en Long Island nunca se habian visto huracanas al principio del veranos, pero creo que el màr lo habia olvidado completamente. Escuchaba el rugido del viento  y luego un sonido más cercano... era una voz desesperada, como de alguin gritando, tocó la puerta de nuestra cabaña.
 Mi madre se colocó una bata y fue a abrir la puerta.
 Artie estaba... parado? en el marco de la puerta tras una inmensa lluvia que azotaba... aunque no era exactamente Artie.
 -Toda la noche buscando, en que estabas pensando? -
 -Sam... que no me has contado -Dijo mi madre asustada
 Estaba en shock mirando a Artie parado y caminando. No entendía lo que pasaba
 -O Zeu kai alloi theoi! -Respondió desesperado Artie-Que no le has dicho? -
 Estaba demaciado conmociondado para darme cuenta de que habia maldecido en griego auntiguo... y lo pero era que lo entendia perfectamente. Estaba soprendido de como Artie habia llegado ahí por su propia cuenta, en medio de la nada, y por que estaba sin pantalones.... y en donde sus piernas debería de estar... en donde sus piernas deberían...
 Mi mamá me zarandeo para que le contestará pero yo solo balbueceaba.
 -Maldición, suban al carro ya!- Gritó mi mamá
 Artie me arrastró hacia el auto de Justin, corriendo, aunque el no corria exactamente. El estaba trotando, moviendo su peludo trasero. AHora comprendí por que tanto misterio sobre su accidente o porque nunca se dejaba ver sus pies. POr que donde deberían estar sus pies, no lo estaban, habían pezuñas...


FIN DE CAPITULO

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 No podía creer lo rapido que atravezabamos la carretera en una noche tan oscura y lluviosa, el viento chocaba con nuestro carro y la lluvia hacia estragos en el parabrisas. No entendía como mi mamá podia conducir con semejante velocidad y sin ver absolutamente nada.
 Cada vez que un relampago iluminaba el cielo, volteaba disimuladamente hacia donde estaba Artie y me preguntaba si me habia vuelto completamente loco o tal vez el me estaba jugando una muy mala broma y traía puesto un pantalón de peluche cafe. Pero me lo hubiera creído de no oler a ese viejo aroma que olí una vez que mi mamá me llevó a un zoologíco, era el olor que despiden los animales cuando estaban mojados.
 -Así que tu y mi mamá se conocen -Dije sin saber que más decir
 -Amm... no exactamente - Los ojos de Artie se enfocaban en el retrovisor, buscando algo pero no habia nada a nuestro alrededor, ni siquiera coches -Nunca nos hemos conocido personalmente, pero ella siempre ha estado enterada de que yo te cuido -
 -Cuidandome? -
 -Bueno, siempre he estado al pendiente de ti. Asegurándome de que siempre estuvieras bien, pero... jamás he fingido ser tu amigo Sam... por que realmente soy tu amigo -
 -Entonces..."Amigo"... que eres exactamente -
 -Eso no importa ahora -Seguia atento a cualquier movimiento
 -Que no importa?! De la cintura para abajo mi amigo es un burro -
 Artie solté un sonido gutural y agudo como una BHEEE EEH EEH!. Era una especie risa particular en el, pero ahora que lo escuhaba más detenidamente, sonaba como una...
 -Cabra! -
 -Que? - Respondí confuso
 -Soy una cabra de la cintura para abajo -
 -Da igual! -
 -Bhee eeh eeh! Que los demás sátiros no te escuchen decir eso por que te harían trizas con semejante insulto -
 -Wow! Espera... sátiros? como en las historias del señor Shue? -
 -Fueron las señoras del puesto de frutas una historia? -Dijo levantando una ceja -Fue la señora Steward una historia? -
 -Así que por fin admites que existio una señora Steward! -
 -Claro que si Sam -
 -Entonces por que me hiciste sentir como un loco? -
 -No Sam, nunca lo hize por que entre menos supieras, más seguro estarías ya que sería menor el numero de mostruos que atraerías -
 -Pero entonces como es que nadie más vio a la señora Steward? -
 -Mira, ponemos una especie de niebla en los ojos de los humanos. Esperabamos que creyeras que todo lo que te pasaba fuera una alucinación tuya, pero poco a poco te fuiste dando cuenta de las cosas -
 -Quien soy? Espera un momento, que quieres decir? -
 Un extraño ruido, como de unos mugidos se encontraban en algún lugar cerca de nostros, muy cerca. Algo nos perseguia.
 -Sam -Dijo mi mamá -Hay mucho que quiero explicarte, pero antes tenemos que ponerte a salvo -
 -A salvo de que? Que diablos me esta siguiendo? -
 -Nadie peligroso -Contestó ironicamente, supongo que por causa aún del comentario del burro - Soló el señor de los muertos y alguna que otra arpía que quiere asesinarte -
 -Artie! - Lo reprendió mi madre
 -Lo siento señora Evans... podría ir un poco más rapido? -
 Trataba de comprender lo que estaba pasando, pero no podía. Sabía que esto no era un sueño o una pesadilla. Yo no tenía una gran imaginación, así que tampoco podía ser algo que yo imaginará.
 Mi mamá giro bruscamente en un pequeño sendero que nos conducia por cabañas pequeñas, colinas boscosas y señales que decian "Recoja sus propias fresas".
 -A donde se supone que vamos? -
 -Al unico lugar en el que estarás a salvo Sam -Contestó mi mamá, aunque su voz sonaba nerviosa y con algo de temor - El lugar al que tu padre quería enviarte -
 -Me meterás a una escuela que no conozco por que unas ancianas cortarón un hilo? -
 -Esa no son ancianas Sam -Respondío Artie un poco asustado -Ellas son las parcas, y sabes lo que significan que ellas se te hayan aparecido? Ellas solo hacen eso cuando estas a pun... cuando alguien va a morir -
 -Woa! dijiste Tu! -
 -No... dije "alguien" -
 -Chicos! -Dijo mi mamá mientras giraba el volante con fuerza hacia la izquierda, lo que me dio oportunidad de ver una sombra enorme que desaparecio entre la tormenta.
 -Que demonios fue eso? -Pregunté pasmado
 -POr favor... ya casi estamos ahi -Dijo mi mamá haciendo caso omiso de mi pregunta -Solo un par de kilometros más... por favor! -
 Seguimos encaminados a donde sea que fueramos. Pensé en elseñor Shue y en la espada que me habia arrojado el día que me enfrente a la señora Steward. Antes de que pudiera preguntarle a Artie acerca de eso, el bello de todo mi cuerpo se encrispó. Hubo un destello cegador, un golpe muy fuerte del lado izquierdo de nuestro coche y por último un BOOM!, nuestro carro había explotado.
 Solo recuerdo haber sentido un momento en el que no habia sentido la gravedad sobre mi. Despúes de eso, abrí los ojos y traté de quitrame el cinturon de seguridad con exitó. Caí sobre mi costado izquierdo lo que dolio mucho.
 -Sam! -Gritó mi mamá
 -Estoy bien mamá -Traté de incorporarme. El coche realmente no había explotado, pero por el dolor que sentía podía asegurar que si, solo había caído en una zanja.
 Las puertas estaban atoradas, así que el unico lugar que teníamos para escapar era el parabrisas que ahora se encontaba totalmente destrozado. Un relampago... fue la unica explicación que pude darle al hecho de que salimos volando hacia la carretera. A mi lado se encontraba un vulto inmovil algo grande.
 -Artie! -
 Estaba inconciente, un hilo de sangre corria por su frente y se unia al que salía por su boca. Aún aunque fuera mitad burro o mitad cabra, seguía siendo mi mejor amigo.
 -Chips... -Murmuro, lo que significaba que estaba bien
 -Sam, tenemos que irn... -Su voz se quebró
 Giré mi cabeza y me encontré con una figura enorme a la orilla de la carretera. La vista hacia que se me erizará la piel, era la silueta de un hombre muy grande, casi como un jugador de futbol americano. La mitad superior se veía un poco borrosa. Sus manos levantadas hacia que pareciera que tuviera cuernos.
 -Sam... tenemos que salir de aqui -Dijo mi mamá con un hilo de voz
 Los dos salimos por la parte en la que solía encontrarse el parabrisas, y ayudamos a salir a Artie que aún se encontraba inconciente. Cuando los tres logramos salir del auto mi madre me dijo
 -Sam, tienes que correr... ves ese gran árbol que esta ahí? -
 -Que? -
 Gracias a un relampago pude ver a lo que mi madre se referia. Era un inmenso arbol estilo navidad. Con unas marcas talladas en la copa.
 -Esa es la frontera -Continuo mi mamá -Pasá por encima de esa colina y verás una granja grande en el valle. No te detengas hasta que llegues me escuchaste bien? -
 -No vas a venir? - Pregunté, pero sus ojos eran tristez... como cuando miraba el mar -No mama! tu tienes que venir conmigo... ayudame a cargar a Artie! -
 -Chips... -Seguia murmurando Artie
 -El no nos quiere a nostros... te quiere a ti! -
 Él? Observe de nuevo la silueta que ahora se acercaba más a nosotros... pero ahora me daba cuenta de que realmente no era que tuviera los brazos alzados, sino que eran cuernos... de verdad.
 -Mamá... no puedo dejarte con esa cosa -
 -No pierdas tiempo Sam, ve!
 -Vamós mamá! -
 -Sam.. Te dije que... -
 -Mamá no te voy a abandonar, así que ayudame con Artie -
 Al fin mi mamá se dio por vencida y me ayudo con Artie. Nos pusimos cada quien un brazó sobre nuestro hombro y, aunque con un paso complicado nos dirigimos hacia la colina. Al fin tenia una primera mirada del monstruo. Tenía facil unos tres metros de altura, sus brazos y piernas eran algo así como sacadas de una revista de alterofilia o cosas así. No llevaba ropa, salvo una sabana de seda blanca que se podría decir que era como una especie de taparabos. Si no fuera por la espeluznante que se veía la parte de arriba de cuerpo, podría decir que sería muy gracioso verlo con el taparrabo.
 Aspero pelo cafe iba creciendo desde su ombligo hasta llegar a su cara. Su cuello era una masa de musculos y piel que conducian a su enorme cabeza, que tenía un hocico tan grande como mi brazo. Su nariz brillaba con una enorme argolla, tenia unos crueles ojos negros y unos enorme cuernos de color blanco con una punta sumamente afilada.
 -Ese es ... -Comenté asombrado
 -Hijo de Pasifae -Respondio mi mamá -No puedo creer cuanto quieren verte matarte para mandarlo a él -
 -Pero el es el mino... -
 -No digas su nombre -Me advirtió -Los nombres tienen poder, escucha el no tiene una vista y un oido nefastos, así que será muy facil para el encontrarnos por nuestro olor -
 -Entonces que hacemos -
 -Percy... cuando nos detecte, el vendrá hacia nosotros. Espera hasta el último segundo y salta fuera de su camino, directamente hacia los lados,me entiendes? -
 -Como sabes todo esto? -
 -No importa... estas preparado? -
 El hombre toro se dirigia hacia nosotros... con una increible furia
 -Vamo Sam... como te dije! -
 Sus ojos brillaban con odio puro y el apestaba a carne podrida. Bajó la cabeza y sus cuernos se dirigián directamente hacia mi pecho. En elúltimo momento salté como mi madre me había dicho. El hombre toro bramó de frustración y se volteó para hacer su siguiente embestida, pero esta vez a mi madre y a Artie que aún se apoyaba en su hombro. Como pudimos  habiamos llegado a la cima de la colina, por lo que se podia ver hacia el otro lado la granja.  El hombre toro siguio bramando y observando a mi mamá que habia colocado ya a Artie sobre el cesped. Ahora ella se dirigia lentamente hacia abajo, directo hacia la carretera, tratando de alejar al mostruo de Artie.
 -Correo Sam -Me dijo -No puedo ir más lejos -
 Pero yo me quedé ahi, congelado de miedo, viendo como el mostruo la atacaba. Ella trató de eludirlo como me habia dicho, pero el mostruo habia aprendido la lección. Su mano había salido disparada y logró atrapar por el cuello a mi mamá.
 -Mamá! -
 Ella me miro y con sus últimas palabras me dijo -Corre -
 Luego, con un furioso rugido, el mostruo cerró su puño sobre el cuello de mi mamá, y ella se disolvio ante mis ojos. Se habia... ido.
 -NO! -
 El miedo ahora era enojo. Nueva fuerza quemaba en mi cuerpo, y ahora el mostruo había adquirido una nueva victima. Artie se encontraba tendido, indefenso sobre el cesped. Se dirigió hacia el encorvado, a punto de cornearlo. No podía permitir eso, así que me quite mi chamarra roja y empezé a agitarla.
 -Hey! -Grité - Tonto pedazo de carne podrida! -
 El mostruo se giro hacia mi y levantó su puño, como queriendo señalar a su siguente victima. Entonces tuve una gran idea, me coloque adelante de un gran pino y agitando nuevamente mi chaqueta. El hombre toro se dispuso a atacar de nuevo, y yo tenía planeado saltar hacia un costado, pero el fue mucho más rapido que la vez anterior... tenia que esquivarlo a como diera lugar.
 MIs piernas se tensarón, no podía saltar hacia los lados, así que salté hacia arriba usando la cabeza del toro como trampolín.
 Como puede hacer eso? No tenía tiempo para averiguarlo, uno de sus cuernos quedó atoscado en el arbol. Me alejé de ahí rapidamente, mientras el toro seguía forcejeando con al árbol hasta que, repentinamente el cuerno que tenía atorado... se  partió por la mitad, dejando libre de nuevo al mostruo.
 Volvió a atarcarme y esta vez... logró su cometido. Para mi suerte me golpeo con el costado que no tenía cuerno, pero aún así me aventó lejos del lugar logrando que impactara la cabeza contra una roca al caer. Cuando me levanté mi visión era borrosa, mire hacia los lados y encontré el cuerno del mostruo justo a lado de mi. El impacto debió haber safado el cuerno del arbol. Ahora lo tenia en mi mano, listo para usarlo.
 El mostruo embatio de nuevo hacia donde yo estaba, atacó y sin pensarlo dos veces, antes de que impactará conmigo, levanté mi mano y sujeté con las dos el cuerno. Esté impacto de lleno en su estomago, causando una terrible agonía en él. Comenzó a desintegrarse... no como mi madre, más bien como un castillo de arena cuando llega la marea.
 El mostruo se habia ido.
 La lluvia habia parado, pero la tormenta apenas comenzaba. Las rodillas me temblaban. Sentía la cabeza casi a punto de explotarme. Me sentía asustado y debil. Pero aún así tenía que continuar. Tomé a Artie y lo arrastre hacia donde se encontraba la granja. Yo estaba llorando por el dolor que me causaba el ver desaparecer a mi mamá.
 La última cosa que recuerdo es haberme desmayado en un porche de madera, mirando un ventilador dando vueltas y a una familia con rostros muy severos, un hombre con una prominente barba y una chica muy linda, con su pelo rubio y rizado, como el de una princesa. Ambos me mirarón y la chica comentó...
 -Es él. El debe ser -
 -Silencio Quinn -Respondio el hombre - Todavia esta conciente, vamos traelo adentro -
 
FIN DE CAPITULO