*FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*

me morí de risa con eso de mie-da y mi britt pobre dejándose manipular por axel jeje.. disfrute mucho leyendo este capitulo. Y claro que no nos molesta que actualizes, cuando dices que no lo vas a hacer xD..

-"Genial, esta enojada. Lo que Axel hizo conmigo fue extorción, ¿Pero como se lo digo? En realidad es ilógico que me deje dominar por un bodoque de casi dos años. Ay, pero solo con mirarlo se me cae hasta el apellido, definitivamente él me puede manejar como quiera." Pensaba la bailarina sentándose en el auto de su jefa, que acomodaba en la parte de atrás a su pequeño convaleciente.

hahahahaha lo amé yo se que el puede ser el vínculo que las una.... en especial porque Britt se esta encariñando demasiado con el... y el con Britt...

Jajajjajajja Axel es un amor :)
Quiero acercamiento Brittana!! :) :)
Venga que ahora que Santana y Axel se van a ir de su casa Brittany no les va a proponer que se cambien a la suya? Yo lo haría si fuera Britt... ajajjaajja
Gracias por el capítulo! Y a ver si vuelves a actualizar prontito^^

jajajaja creo que los dulces no fueron suficientes para mantener cerrada le pequeña boquita del chamaco este jajajaja
Maldita Alice, me cae súper mal.

Me encanta este fic.
Espero tu actualización.

¡Hola a todas! Me alegra que hayan disfrutado del capitulo anterior, la verdad es que tengo una fuente de inspiración muy cercana para saber como actúan los niños chiquitos jajaja En algo tienen razón, creo que mi Fic es uno de los pocos que mantiene tan alejadas a las Brittana, pero a la vez me encanta que sea así 3:) Bien, como dije ayer, tenia dos capítulos terminados y aquí les dejo el siguiente. Se vienen grandes cambios... Muchas gracias por comentar, que estén bien.


Capitulo 22: “Culpable”
Aquel soleado sábado en Paris, Kurt recobraba el aliento. Había jugado tres sets seguidos de tenis y estaba exhausto. Su contrincante era un francés bastante atlético, con el que había apostado una botella del champagne más caro que había en el club. Blaine observaba el partido un poco aburrido, ese día no tenía ganas de jugar, por la mañana salió de cabalgata y la verdad se sentía un tanto extraño. No podía evitar sentirse observado todo el tiempo, cosa que le molestaba bastante. Miraba tras su espalda y una que otra persona volteaba para no hacer notar que hablaban de él. Sin dudas ya todos estaban descubriendo que era el nuevo acompañante del famoso diseñador. Para su suerte, el contador ya había vuelto a trabajar en una empresa bien encontrada por su novio. Kurt se estaba distendiendo un poco de todo el revuelo que tenia por su próximo desfile, que se acercaba cada vez más. Aun así intentaba pasar todo el tiempo posible con su hombre, sin evitar llenarlo de caricias, o coqueteos que llegaban a hacer sonrojar al otro castaño. Estaban bien, no tenían de qué preocuparse.
Tras un último set, el ex cantante salió victorioso burlándose del pobre francés que tendría que dirigirse al bar del club en busca del famoso trago.
-¿Viste la paliza que le di? Definitivamente estoy en buena racha. Comentó el diseñador tomando asiento junto a Blaine que disfrutaba un poco del paisaje, pensativo. - ¿Estas bien? Pareciera que te hubieras olvidado la planchita del pelo dentro del jacuzzi o algo así…
-¿Mmm? Oh, no disculpa, estaba soñando un poco.
-¿Y en que soñabas, puedo saber? Indagó el muchacho acomodándose en el hombro del contador.
- Tengo ganas de subirme a un escenario y cantar un poco… Vi el club karaoke que mencionaste hace algunos días… Podríamos ir a casa, cambiarnos y por la noche visitarlo ¿no crees?
-Jojo Vaya que sueñas, me temo que eso no será posible. Reía, tomando un poco de agua de la botella de Blaine. –Tenemos la cena con Steve y los otros chicos ¿Lo olvidas?
-¿Es necesario que vaya? Quiero decir, amo estar juntos, pero también quiero un tiempo para mí…
-Por supuesto que es necesario tontito, y tiempo tienes de sobra, aquí en el club o cuando tengo que estar en las sesiones de fotos. Me molesta un poco, yo siempre quiero pasar tiempo contigo.
-Y yo contigo. Contestó el castaño dándole una leve caricia a su novio –Pero, enserio quería ir, y cantarte una romántica canción de esas que te gustan… Una balada, o que hagamos un dúo…
-Ya no me dedico al canto Blaini, eh perdido práctica. Kurt podía notar que su hombre estaba un poco desilusionado. –Ven, vayamos a dar un paseo. Dijo tomándolo de la mano y arrastrándolo hacia la gran extensión de parque que se desplegaba frente a ellos. Caminaron juntos cerca de una hora, contemplando lo hermoso de la naturaleza. Se regalaban miradas llenas de amor, y algunos leves besos. Finalmente se recostaron bajo la sombra de un gran árbol, a la orilla de una pequeña laguna artificial.
-Juguemos a algo… Comentó Blaine mirando al cielo.
-¿Mmm ahora? Me encanta jugar contigo… Respondió el diseñador con voz sensual apoyándose sobre el pecho de su novio.
-Jaja no, algo menos laborioso. ¿Qué forma ves en esa nube?
-Esto es algo infantil.
-Vamos Kurt, no seas tan aguafiestas….
-Esta bien, ya… No se, ¿un conejo?
-¿Hablas enserio? Yo estaba pensando en una sirena sobre una roca…
-Ok, creo que no tengo la imaginación tan desarrollada. Murmuró el ojos claros, acercándose a su pareja para besar esos labios que tanto le atraían. Blaine estaba a punto de responder a ese pedido, pero algo lo distrajo: entre los arboles alguien se movía.
-¿Qué es eso? Preguntó levantándose bruscamente.
-Quizás sea un paparazzi, no lo mires. Llamaba Kurt desde el suelo.
-No, no. Escucha. Indicó el otro castaño; ambos prestaron atención: Se oía un llanto, a lo lejos,de un niño o una niña –Ven vamos a investigar…
-Ay no Blaine, aquí estamos bien, quédate tranquilo. No pudo evitar enojarse, pero su pareja no dio importancia a su comentario y se paró yendo en la dirección que se oía el ruido. Sin otra opción, Kurt siguió a su novio de mala gana. Llegaron hasta el principio de un bosque, entre los arbustos, una niña lloraba acurrucada en el suelo.
-Hola… Dijo el contador acercándose lentamente. La pequeña no tendría más de cuatro años, y sus grandes lágrimas hicieron estremecer el corazón de aquel hombre. Unos potentes ojos azules lo miraron con miedo. De pronto, ella comenzó a hablar en francés, idioma en el cual Blaine no estaba muy familiarizado.
-¿Qué es lo que dice, Kurt? Preguntó con curiosidad, sin parar de acercarse.
-Esto tiene que ser una broma. Se quejaba su novio desde atrás, con los brazos cruzados. Una mirada molesta por parte de su pareja le hizo suspirar con molestia. –Dice que esta perdida, sus padres estaban cabalgando y ella quiso dar un paseo...
-Pregúntale su edad, y si nombre por favor… Acto seguido el diseñador hablo unas cosas en francés con la niña, que iba secando de a poco sus lágrimas.
-Dice que va a cumplir cinco en un tiempo, y se llama Dominique.
-Dile que tiene un precioso nombre y que nos acompañe así encontramos a su familia. Kurt miró con cara de pocos amigos, pero accedió una vez más a las órdenes de su novio. -¿Y?
-Agradece tu ternura, y opina que tu novio es el más sexy que ha visto…
-¡Kurt! Gritó el contador empujándolo y riendo de mala gana.
-Está bien. Dice que le encantaría venir pero que se lastimó la rodilla tropezando con unas piedras. En ese momento, Blaine tomó en brazos a la niña, con precaución de no tocarle la pierna lastimada.
-Ok, Dominique… Dijo sonriendo. –Dile que no se preocupe, encontraremos a sus padres. Kurt ya se estaba cansando de hacer de traductor, pero por ultima vez le hizo caso. La niña sonreía con cariño hacia el hombre que la cargaba. Blaine inevitablemente le devolvía una tímida sonrisa impactado por esos ojos azules. Llegaron al club los tres, y al cabo de unos minutos dieron con los padres de Dominique, que ya la buscaban con desesperación. Los tres franceses se abrazaron reconfortándose después del susto.
-Muchas gracias. Dijo el padre de esa familia, con los ojos iluminados.
-No hay nada que agradecer, tiene una hermosa hija. Sonrió Blaine satisfecho con su acto.
-Es nuestra vida, no sé que haríamos si no la tenemos con nosotros. Agregó la mujer aferrándose a su hija. –Gracias caballeros, de verdad.
-Espero que pases un lindo cumpleaños Dominique. Comentó Kurt intentado ser agradable.
-Los cumple el mes que viene. Sonrió el hombre. –El diez de junio… Ante esto el diseñador asintió sonriente, mientras que Blaine agacho un poco la mirada y tomó aire. Se despidieron entre más agradecimientos. Kurt tomó de la mano a su chico que volvía a meterse en su mundo de sueños.
-¿No te sientes bien de haber hecho lo correcto? Preguntó el ex cantante con una media sonrisa.
-Si… Claro que si. Murmuró su novio. Algo en esa última charla le hacia daño en el fondo de su ser: El diez de junio también era el cumpleaños de Axel, y ya faltaban pocas semanas para eso...

En Lima, Santana por tercera vez intentaba comenzar a cocinar. Justamente a su madre se le había ocurrido un menú que incluía pollo, claro que crudo, con algo de sangre sumado al olor, la latina terminaba derrotada en el baño o haciendo arcadas. Habían días en que tenia que soportar unas terribles nauseas, cosa que comenzaba a sacarla de quicio. Su hijo estaba mejor de la indigestión que había sufrido el día anterior; pero lamentablemente, por primera vez, se vio obligada a castigarlo lavándole la boca con jabón, por decir cierta mala palabra aprendida recientemente:
-¡No puedo creerlo! Me he pasado horas enteras tratando que diga algo coherente pero no. El muy lindo va y repite… esto es el colmo. Discutía escandalosamente dándole puñetazos al volante haciendo sonar la bocina en varios casos. La rubia estaba arrinconada contra la puerta viéndola fijo y cambiando la tonalidad de su cara a cada mirada de su jefa. “No entiendo el español, ¿Ahora que hago?” Brittany se disculpó de veinticinco maneras diferentes, explicando una y otra vez lo que había pasado en el supermercado, omitiendo el detalle de que había perdido al mini Lopez en el local. En definitiva, Santana terminó riéndose del modo en que la esponja de Axel había memorizado la divinidad de palabra dicha por su niñera, que fue advertida para que se cuidara de cometer de nuevo el mismo error, por su vida.
A ojos cerrados, la latina, logró terminar con la primera parte del almuerzo, por lo menos metiéndolo en la cacerola.
-Vaya que te estas empeñando en joderme la vida. Se quejó en español, siendo oída por Maribel que se había acercado a la cocina. Claramente la otra latina entendió las palabras de su hija.
-¿Con quien estas hablando? Preguntó, dudando de la lucidez mental de la cocinera.
-¿Qué? No, solo estaba… Pensando en voz alta. Se excuso, tragando saliva. Su madre no era tonta, sabia muy bien que su hija le ocultaba algo, y no pretendía quedarse con dudas. -¿Me quieres explicar que es esto? Indagó mostrando unos cuantos papeles, entre los cuales estaban los análisis de la morena.
-¿Y tu que haces metiéndote en mi cuarto? Retrucó con molestia, tomando las hojas velozmente.
-Yo no me metí a ninguna parte, estaban tirados al pasar de tu habitación y yo pase juntando la ropa sucia… Dios mio, si contigo no se puede hablar nada. Criticó con su idioma de origen, cruzándose de brazos.
-Mi vida, mi problema. Cortó la latina con mirada desafiante. - ¿Los leíste acaso?
-¿Enserio me tienes por chismosa, Santana? Preguntó levantando la tapa de la cacerola para ver si su hija estaba siguiendo sus indicaciones de manera correcta. Inevitablemente con el aroma que surgió, la ex cantante casi muere de asco.
“Bien, definitivamente tú no quieres ser un secreto. Más te vale que no heredes mi carácter, mocoso” Amenazó mentalmente recobrando el aliento. Maribel la miraba con incredulidad.
-Oh por amor de dios… Se quejó la dueña de casa cansinamente. Salió de allí sin hacer ningún comentario, pero echando humos. La latina quedo parada en el medio de la cocina sin entender que había pasado. De pronto un portazo hizo retumbar la casa. Madre eh hijo indagaron por la ventana: Maribel salio de su hogar sin siquiera decir a donde iba.
- Ella se lo pierde. Comentó la morena inclinándose de hombros. Una hora más tarde los dos almorzaron tranquilos, aunque no con mucho apetito.
-Ax, come esto que es lo que receto el doctor. Indicó, levantando la cuchara llena de comida. El niño negaba con la cabeza, mordiéndose los labios. –Axel. Sentencio cruzándose de cejas, con el cubierto en la mano. En un acto de rebeldía, el moreno le manoteo la cuchara haciendo que volara al cuerno y poniendo mala cara. Santana se quedo con la boca abierta: su hijo comenzaba a hacerle berrinches, cosa que jamás había hecho.
-Bien, no comas. Se cruzo de brazos con mirada molesta. El pequeño la imito cruzándose de brazos también. Acto seguido su madre lo miro entrecerrando los ojos, Axel continuaba imitándola casi con la misma cara y mueca. Estuvieron así por varios minutos, hasta que finalmente la latina recordó el uso de la psicología inversa: Tomó su cuchara y comió algunos bocados de comida, esperando que el niño continuara con su imitación. A todo esto el pequeño Lopez solo revoleo su plato aun más lejos que su cuchara.
-¡Suficiente! Gritó Santana con molestia. Lo bajo de su silla y lo llevó hasta su cuarto soltándolo en la cama. –Dormirás la siesta ¿Ok? Y ni sueñes que tomaras tu biberón. Amenazó mirándolo fijo. Inmediatamente, Axel abrió sus ojitos y comenzó a formar un puchero con sus labios, agachando la cabeza. La latina sintió que se le doblaban las rodillas y su corazón se quebraba al ver esa carita de tristeza en su pequeño. Se sentó a su lado suspirando un poco cansada.
-Lo siento…. Susurró mirándolo de reojo. –Supongo que vas a tener que soportar que no tenga mucha paciencia… Dijo abrazándolo. Se quedaron en la habitación, por un buen rato, ambos necesitaban una cuota de cariño.

En New York, Quinn y Rachel hacían la típica limpieza primaveral que todos los años la actriz se empeñaba en hacer: guardaban la ropa de invierno, veían lo que utilizarían en el próximo verano, ordenaban los armarios y juntaban algunas cosas para donar a los más necesitados. Eso sin contar la desinfección de toda la casa, y la absorción de todo el polvo con la aspiradora, cuyo sonido traumaba a la pobre Pompón. Iker jugaba tranquilo en la computadora, en tanto Quinn daba una rápida sacudida a todos los objetos del cuarto del pequeño, cantando al ritmo de la música que se escuchaba por todo el edificio. Algunos juguetes atrás de la cama de Aik hicieron que se detuviera a recogerlos:
-¿Aik por qué tienes tantos papeles aquí? Indagaba metiendo la mano por el respaldo.
- Son los dibujos que hago para…
-¡Aaaaaa! Gritó escandalosamente la rubia tirándose hacia atrás y sacudiéndose enérgicamente, cayendo de la cama, dejando solo los pies sobre ella. Iker se volteo a verla con las manos en la boca. Rachel se asomó a ver que locura estaban haciendo los Fabray. Encontrar a su esposa en una posición tan cómoda le dio gracia.
-¿Podrías ayudarme? Pidió la abogada extendiendo una mano. La judía la sostuvo, levantándola con esfuerzo, pero de pronto la soltó con susto. La pobre Quinn se azoto una vez más en el piso.
-¡Iker, quítasela! Exigió la actriz viendo como Timoti, el reptil, caminaba por el torso de su mujer. El hijo de ambas obedeció tomando a la lagartija con total normalidad, en tanto su madre se levantaba por su propia cuenta. La rubia tomo la decisión de dejar esos papeles detrás y ayudar a su esposa con la ropa en su cuarto.
-Si tanto te desagrada ese bicho no entiendo por qué dejaste que lo traiga a casa. Comentaba la judía metida de cabeza en el armario.
-Me dijo que quería un hermanito, seguidamente vio esa cosa en el piso y se distrajo. Cortó la rubia doblando algunas blusas. Rachel salió del closet, literalmente, viéndola con sorpresa. Esas ideas de su hijo la hacían delirar algunas veces.
-Y ¿no crees que seria más saludable eso?… Indagó la castaña con una media sonrisa y los ojos iluminados. Quinn la miro con incredulidad.
-¿Otro…? ¿Hablas enserio? Retruco poniéndose un poco nerviosa.
-Jaj, no, con tu cara mejor dejamos solo a Aik. Hablaba tranquila revisando los bolsillos de algunas prendas. Ya habían tenido esa charla una o dos veces, y la actitud de la rubia fue siempre la misma.
- Eso no significa que nosotras no nos divirtamos simulando que lo buscamos… Comentó la abogada con picardía, haciendo reír a su mujer.
-Callate, que Aik puede oírte. Seguía riendo, en tanto, palpaba algunas cosas dentro de un abrigo. Se tomo la molestia de revisar lo que había allí.
-¿Quinn…? Murmuró al cabo de unos segundos, cruzándose de cejas.
-¿Si, mi amor? Respondió la ex animadora, sin dejar de doblar la ropa.
-¿Qué significa esto...? Preguntó poniéndole frente a ella un papel con un número de teléfono escrito. Los latidos de la rubia se detuvieron por una milésima de segundo. Miró a Rachel que traía una cara de incertidumbre poco frecuente. Solo abrió la boca buscando una respuesta rápida y coherente.
-Este es el número de Alice… Comentó la judía volviendo a leer el papel, turnando su mirada entre la escritura y su perpleja esposa.
-S-Si. Ella, me lo dio hace un tiempo. Dijo que tenia unos amigos con problemas en la división de bienes y podría ser una oportunidad de trabajo para mi y…
-Que raro que haya sido ella quien te pasó su teléfono.
-Si, lo que pasa es que yo no tenía una tarjeta a mano, y ella ya había escrito en un papel el suyo, para que la localizara en caso de hacerme un lugar en la agenda. Argumentaba falsamente, quizás habría sido mejor contarle la verdad, pues la cara de la castaña daba a entender que no creía del todo en sus palabras. Pero recordar a Alice le producía malestar, sobretodo en esos días en que rondaba a su mujer, y más ahora que la acosaba a ella misma. Tomó el papel en sus manos, lo arrugo y lo tiro por la ventana. Tenia que alejarse lo más posible de esa actriz seductora, que le estaba causando problemas.

Volviendo a Lima, los Lopez se habían relajado en la cama de la morena, viendo hacia el techo y cantando alguna canción que conocieran ambos.
-¿Oye tu no lo sabes aun verdad? Hablaba sola, o bueno, con el pequeño que ya estaba más animado. Miró un portarretratos que tenia en su cómoda, una de las pocas fotos que tenia de Samuel y ella, juntos. Ambos eran pequeños cuando se la sacaron, él era cuatro años más grande pero no obstante sus caras de niños traviesos se distinguían a leguas. –Los hermanos son geniales. Algunas veces son un dolor de cabeza o un poco distantes como tu tío, pero… No dudo que tó si serás un excelente hermano mayor Ax. Dijo con una media sonrisa. Si bien aun le costaba hablar así, poco a poco se iba haciendo a la idea de lo que se venia en unos meses.
La interrumpió de pronto un sonido: alguien llamaba a la puerta. Extrañada fue a ver quien era. Una muchacha bastante joven estaba en la entrada, con cara de nerviosismo.
-Ho-hola… Saludo con recelo, tomando bastante aire.
-Umm escucha siendo sincera, no tengo dinero para caridad, y no me llevo bien con los mormones… Aclaró de entrada la latina.
-¿Tu eres Santana? ¿Me permitirías pasar, por favor? Preguntó mirando hacia todos lados. La morena asintió con un extraño presentimiento. Dejó que la chica entrara, notando su semblante nervioso. Era delgada, de ojos café, traía una bolsa de papel en las manos, podría apostar que no tenia más de quince años. En algún lado la había visto antes, pero no recordaba dónde.
-¿En que puedo ayudarte? Indagó mirándola de arriba a abajo.
-Se que sonará raro pero… Perdona, soy Zoe. Se presentó estrechándole la mano. –Quizás no me conozcas, soy hermana de Mark. Nieta de Magnus Robinson…
-¿Mr Robinson, el cartero? Claro, algún parecido te encontraba. Oh, escucha si es por lo de la amenaza hacia el baboso de tu hermano, era una broma, de verdad…
-No, no es por eso que vengo. Murmuraba un poco temblorosa. –Yo vine de visita a la ciudad y… Bueno me estoy quedando en casa de mi abuelo. Santana escuchaba sin entender, pero podía notar que la joven estaba asustada. –Anoche, Mark se puso bastante alterado tras volver del centro. Yo espiaba desde la ranura de la puerta y vi como rebuscaba entre sus cosas… Tomó una caja que tenia bajo su cama y comenzó a prenderla fuego. Me metí, porque parecía algo peligroso. Él me empujo lejos de allí, diciendo que no me atreva a cuestionarlo porque iba a hacer que se quedara sin trabajo.
-¿Estas bien, te hizo daño?
-No, no… Después solo se fue, dejando la caja en llamas. Pero yo la apague y pude rescatar esto… Aclaró sacando algo de la bolsa. -Algunas cosas están ilegibles pero lo que pude entender es que tú eres la dueña de… Santana tomó un montón de papeles, algunos arrugados, otros mojados.
-Por favor no digas nada, mi hermano esta muy loco, una vez lo desobedecí y ahorco a mi gato… Creo que cumplí con darte esto, será mejor que me vaya. Finalizó la muchacha dejando la bolsa en el piso y saliendo disparada del lugar. La latina no pudo articular palabra, la chica no le dio tiempo a reaccionar; solo llevo las cosas hasta la mesa para leerlas más tranquila.
-Por dios… Susurró comenzando a distinguir la letra. –Las cartas… Dijo dándole una rápida inspección a los papeles. Ninguno estaba en su sobre original. Se llevó las manos a la cabeza con gran confusión. -¿Entonces fue Mark quien las estuvo ocultando todo ese tiempo? ¿Por qué? ¿Con que objeto? Decía revisando de nuevo las benditas cartas. Tenían distintas fechas, algunas bastante antiguas otras serian de hace menos, pero se veían borrosas. Todas finalizaban de la misma manera: “Perdóname Sanny, te extraño”

definitivamente odio a marible y a samuel, por dios como se pueden decir familia de santana, y que no me vengan con que lo hacian por su bien porque un padre no hace eso, estara dispuesto a apoyar en todo a sus hijos y etsara ahi para cuando cigan poder levantarlos, eso solo es ser egoistas, por lo menos ya se sabe que si escribio las carta la rubia, pobre brittany siempre necesitando pruebas tangibles para que la moren le crea, ansiosa esperando el siguiente.

Buuu, la familia de San son todos unos mentirosos, y ese Mark se gano mi odio.. ¬¬.. Ahora que tiene las cartas que hable con Britt y salgan y bla bla bla y Pum, tenemos a Brittana de nuevo!!!.. ^^.. jajajajajajaja.. me encanta Ax!!!. <3 es muy tierno.. :D

Buenisimo el cap. Beso..

Maldito sea Mark ¬¬
Pero que asco de familia jo u.u'
Ahora ya sabe San que todo lo que Brittany les contaba era verdad
A ver que va pasando, y si tienen un acercamiento pronto, que esto ya empieza a ser demasiado! jjajajajaja
Gracias por la actualización :)

Buaaaa que horrible, aunque si me esperaba que ellos tuvieran las cartas xD
Ahora si qu etiene que mejorar la relacion de ellas ,ojala que si .)
Por otro lado Quinn la va a embarrar -.- no es su culpa pero va a terminar feo eso, Alice va a hacer algo lo se >.< y me encanta la pareja Faberry en tu fic xD

un beso espero la actu :)

¡Bueenas noches a todas! :D Mil gracias por comentar tan acertadamente chicas, me encanta que esten tan enganchadas con la historia. Eso si, noto que se estan poniendo ansiosas por saber si habra acercamiento Brittana, mmm por ahora lo veo lejano. No me gusta hacerlas sufrir eh e.e para nada. En fin, si bien ya más o menos van teniendo una idea de lo que será este capitulo lo subo. Yo sigo escribiendo, creo que lo del recreo no lo voy a hacer :p ¿Mejor no? Bueno igual vere... Espero que les guste este cap, y lo entiendan. El final quizas empiece a sacarlas de quicio de nuevo... Saludos


Capitulo 23: Laberintos mentales
Las lágrimas iban a apoderarse de ella pero no podía permitirse debilitarse en ese momento. Una mezcla de sentimientos, que luego se transformaron en ira, invadió todo su ser. Atinó a llamar a Finn, en tanto intentaba calmarse, leyendo un poco de todas las escrituras. El castaño llego minutos después alarmado por el pedido urgente de su amiga. Inmediatamente y como pudo, Santana le explico lo que había sucedido.
-¿Y ahora que vas a hacer? Preguntó sorprendido el grandulón, dándole una ojeada a los papeles.
-Quédate con Axel. Cortó la latina mirando por la ventana. Su amigo la miró con incertidumbre, pero asintió tragando saliva: la cara de furia de su amiga era incomparable. Buscó un viejo bat de baseball que tenía guardado en su cuarto y salió disparada a la calle. Allí se encontraba Mark depositando el correo en el buzón de uno de los vecinos. La morena respiro profundo y con todas sus fuerzas le pego en la cabeza al muchacho, que cayo en seco, aturdido con el golpe.
-¿¡Que diablos te pasa!? Gritó el cartero distinguiendo a la latina, que puso un pie sobre el.
-¡¿Por qué tenias las cartas?!
-¿Qué…?
-¡Las cartas, mis cartas, que me escribían a mí!. Aclaró picándolo en el cuello con el bat. El chico hizo el intento de huir, pero fuera de sus casillas, Santana le dio un golpe en sus partes nobles, haciendo que se retorciera del dolor. –¡Dilo o terminare por quebrarte esto en el hocico!. Amenazó levantando de nuevo el bat para masacrarlo a golpes si era necesario.
-¡Fue tu hermano! Gritó nervioso, como una niña. –Me pagaba 20$ por cada carta que sacara de tu buzón, antes de que la recibieras. Somos pobres, necesito el dinero… Sollozó. Santana sentía que su corazón se rompía una vez más, pero mantuvo su mente fría, eso solo confirmaba sus sospechas: ahora entendía perfectamente el mensaje en el contestador aquella vez.
-¿Desde cuando? Preguntó levantando el palo de nuevo.
-Hace años, yo era un niño cuando empecé a hacer esto. Quería el dinero, y era fácil robarlas si mi abuelo era el cartero. Tú también siempre me fascinaste, pensaba que si alguna vez te las entregaba... tendría una oportunidad… Argumentaba rápido y temblando. Santana le dio otro golpe, esta vez en el estomago.
-Samuel no vive aquí hace años…
-Tu madre se encargaba de pagarme cuando el no estaba… Dijo casi sin aire –Se que es ilegal, pero me sobornaban.
-¿No te das cuenta el daño que hiciste? Se agachó, zamarreándolo con fuerza. –Jamás saldría con un delincuente. Le dijo mirándolo directamente a los ojos. –Vete de aquí. ¡Rápido! El chico hizo caso saliendo disparado una vez más.
Santana volvió con la mente totalmente bloqueada a su casa. Finn y Axel observaban todo desde la ventana.
-¿Estas bien? Murmuró el castaño viendo lo agitada que estaba su amiga.
-Fueron Samuel y mi madre todo este tiempo Finn, le pagaban al estúpido ese para que desapareciera las cartas. Por eso no las encontraríamos nunca aquí. ¡Fueron ellos! Gritó golpeando con el bate todo lo que encontrara a su paso. El castaño corrió hasta la cocina dejando a Axel en el suelo, y con un esfuerzo poco frecuente logró tumbar a su amiga en el sofá. Finalmente Santana borro a su alter-ego dañino y simplemente se desplomó sobre el hombro de su amigo conteniendo un grito mezclado por amargos sentimientos.
-Ya tranquila, respira… Vamos, todo esto te hace daño…
-Ya estoy hecha añicos Finn, muy tarde. Hablaba la latina, reteniendo las lágrimas.- Quinn me lo advirtió y yo como una estúpida ciega se lo negué. Pensaba que en las personas que jamás tendría que desconfiar seria en mi familia: en mi hermano ¿Sabes que para mi era como un súper héroe? Y mi mamá… ¿Por qué hicieron todo esto? Millones de preguntas inundaban su mente.
-Esas respuestas no las tengo yo San. Pero piénsalo así... Con esto podrás terminar de creerle a Britt.
-No creo que sea capaz de… ¿Qué significa esto? ¿Qué todo fue un estúpido manejo del destino? O más bien de la gente que nos rodeaba… ¿En quien puedo confiar si ni siquiera mi propia madre fue sincera conmigo?
-Brittany lo entenderá, estoy seguro. Eso si, tienes que hablar con tu madre. Algún buen motivo debe haber para que haya ocultado de este modo las cartas. Ambos estuvieron un buen rato sentados juntos, hasta que Santana logró calmarse. Es un decir, ya que su cabeza solo largaba hipótesis por las cuales Maribel y Samuel le pusieron tanto empeño en ocultarle el correo que recibía a lo largo de varios años. El castaño se fue luego de una hora. La latina siguió leyendo lo que podía de los papeles. Inevitablemente soltaba algunas lágrimas con las narraciones de la rubia, expresando claramente cuanto la necesitaba y deseaba verla, sin dejar de nombrar a la dichosa mafia. No pudo rescatar muchas, pero las más importantes parecían haberse salvado de milagro. Paso buena parte de las siguientes horas releyendo, pensando; una parte de ella deseaba llamar a Brittany y decirle que la perdonara, pero luego se detenia justo antes de marcar. Era cierto, la rubia puso todo el esfuerzo que se requiere, más en estos años, en hacer las cartas y enviárselas con la esperanza que ella las recibiera e intentara comprenderla. Pero habían pasado diez pesados años, en los cuales ella no supo de esa verdad oculta, y el creciente odio hacia la bailarina se formaba en su ser, a medida que intentaba borrarla de su recuerdo. Para ella el perdón era una palabra de oro, que solo se la ganarían las personas que realmente la merecieran, muchos pueden usarla pero pierde su valor a medida que la sobreutilizan. Había sido dañada, traicionada, y obligada a hacerse fuerte, pero a la vez más cobarde, dejando atrás a esa muchacha que se llevaba el mundo por delante. Brittany estaba libre de culpa, ambas sufrieron, pero el mayor peso de esa separación lo llevo ella sumado a la muerte de su padre. Sin lugar a dudas le tomaría un tiempo hacerse a la idea de que todos esos obscuros sentimientos que había creado fueron casi en vano, y tendría que olvidarlos, siendo que olvidar y perdonar eran siempre sus peores desafíos.
Finalmente al atardecer, Maribel reapareció en su casa. Se asustó al ver el desparramo de objetos rotos que su hija no se digno a limpiar. Entró nerviosa al salón, encendiendo las luces; sentada en el sofá la esperaba Santana, su cara podía expresar lo que se avecinaba.
-¿Me quieres explicar que ha pasado aquí? Comenzó la discusión la viuda, poniendo las manos en la cadera. La latina tomo bastante aire para no perder el juicio de inmediato.
-Fui yo. Respondió girando un poco la cara. –Tú me conoces sabes bien que cuando me enojo… Me parezco a papá… Relataba, acariciando levemente la foto familiar de los Lopez junto a ella.
-En eso todos ustedes son idénticos. ¿Por qué te enojaste si se puede saber?
-¿Por qué me mentiste? Retruco la morena conservando su tono calmado.
-Yo no te eh mentido en nada Santana.
-Sigues haciéndolo justo ahora… Maribel. Comentó parándose con delicadeza, la dueña de casa dio unos pasos hacia atrás un tanto dubitativa.
-¡Suficiente, no voy a permitir que me llames ment…! Se interrumpió, recibiendo un montón de papeles en la cara, arrojados muy cortésmente por su hija. Tomó algunos sin entender; inmediatamente sus manos comenzaron a temblar. Santana agachó la cabeza, riendo suavemente como los locos. Humedeció sus labios con la lengua y pensó un segundo sus siguientes palabras.
-Vaya, vaya… Veo que si conoces esa letra. Lo juraste ¿recuerdas?, por papá y peor, por tu nieto. ¿Sabes acaso cuanto tiempo pase pensando que Brittany era una traidora?
-Ella se fue, y te hizo sufrir. Estabas rearmando tu vida, no la necesitabas.
-¡Claro que si! ¡La necesitaba, la quería, mis sueños estaban junto a ella! ¡¿Con que derecho se metieron así en mi vida?! Soltó la morena hablando desde el fondo de su corazón, todos esos viejos recuerdos se agolpaban en su mente dejándola totalmente ciega.
-¡Callate Santana! ¡Eres una malagradecida!
-¡Dime mamá, de verdad, cuál es la razon por la que me ocultaste estas cartas!
-¡Temía que te fueras con ella! Gritó Maribel fuera de si. Santana la miro sin comprender.
-Pero… Yo de todas formas me fui a New York, no tiene sentido que…
-Jamás permitiría que vayas con la persona que asesino a tu padre. ¿Crees acaso que no escuche esa discusión tuya con Carlos? Por dios… Ella te embrujo, o algo para…
-¿Para enamorarme?
-Oh por favor Santana, está más que claro que tú no sabes nada del amor. Mi hija, la que yo crie, jamás saldría con una mujer. Es antinatural. Lloraste por esa tipa, más que por tu propio padre. Deberías estar avergonzada…
- Si sé lo que es el amor, por supuesto que lo se… Me duele todo esto mamá y no sabes cuanto, me traicionaron, me mantuvieron engañada.... Se lo dije a papá aquella vez, y te lo repito a ti, por más que hayan pasado muchos años. Esta persona que vez aquí, frente a ti, es lo que yo soy. Con un pasado triste, con un futuro borroso. Soy yo. Papá murió de un infarto, nosotras no tuvimos nada que ver…
-Eso no lo decía la gente, ni lo pensamos así tu hermano y yo. Todo el pueblo hablaba de las lesbianitas que por salir del armario terminaron matando de dolor y vergüenza a un hombre.
-¿¡Y tú te dejaste guiar por el maldito “qué dirán”?! ¡Pues lamento informarte madre que tu apellido nunca va a brillar ni destacarse con la hija y los nietos impuros que tienes!
-¿¡Nietos!? Confirmo la mujer todas sus dudas.
-Así es. Felicitaciones abuelita, un regalo de cortesía de mi ex marido y mio. En ese mismo instante Maribel le dio una bofetada a su hija como nunca antes lo había hecho, haciendo que la latina retrocediera varios pasos hacia atrás, aturdida. Compartieron una mirada llena de odio, Santana pretendía nombrar hasta a la madre de la madre de su madre, pero Maribel inicio la pelea de nuevo.
-¡Esto es una vergüenza! ¡Tú eres una vergüenza! ¡Largo de aquí! Gritó indicando hacia la puerta. -¡Vete Santana, y has de tu vida la mierda que quieras!
La latina solo asintió, finalmente se dio cuenta en verdad quien era esa mujer.
A partir de ese momento, su única familia era Axel, y los Fabray. Con la furia que tenía, ignoraba inconscientemente de nuevo a su segundo hijo. Buscó a su pequeño, y se lo llevo a su cuarto. Maribel arrojaba todo lo que tenia a su paso, costumbre de familia, claramente. Santana armó como pudo algunos bolsos con ropa y objetos de ambos, sus documentos y el dinero que tenían ahorrado. En algún momento mandaría a buscar el resto sus cosas. En menos de una hora salió del lugar cerrando con un monumental portazo. Su madre lloraba desconsolada y a gritos, pero ya para ese momento se había quedado nuevamente sola en su casa.
Condujo cerca de una hora por toda la ciudad. Estaba bastante nerviosa, Axel estaba inquieto y sumado a eso el futuro mini Lopez estaba logrando que su madre tomara una tonalidad pálida con las arcadas. Se detuvo finalmente casi en las afueras de Lima, cerca de un gran acantilado que finalizaba con varias rocas puntiagudas al fondo.
“Podría llegar a ser una buena opción. No por dios Santana qué estas pensando." Discutía mentalmente mirando el borde del precipicio. –Este no es el fin… ¿Verdad? Preguntaba levantando su mirada al cielo. -Algo bueno tienes que seguir guardándome, podrá pisarme un tren pero aun confió en ti… Por favor, déjame volver a empezar, o acaba con esto de una maldita vez. Ya ahora no me fiare de nadie más, si ni mi propia madre me fue sincera…Solo quiero ser feliz… Murmuró arrodillándose totalmente agotada. Aquel firmamento obscuro le permitía ver los titilantes astros, hasta que repentinamente una estrella fugaz desfilo frente a sus ojos. Sintió que algo vibraba en su pantalón. Era Quinn.
-Hey morena cómo es eso que tú ya ni me llamas… Saludo cordialmente la rubia.
-Hola Quinnie. ¿Cómo están?
-Nosotros bien, acabamos de salir del cine, descansando de un laborioso dia de limpieza... Rach va mas adelante con Aik, querían ir al baño ¿Y tú?
-Aquí… Al borde de un acantilado. Literalmente. Agregó mirando con algo de vértigo hacia abajo.
-¿Qué tu que…? Se alarmó la abogada, sintiendo que se le paralizaba el corazón. Santana tomó bastante aire y comenzó a explicarle con detalle el tema de las cartas. Inevitablemente por la mente de la rubia desfilaba una y otra vez la frase “Lo sabia”. Escuchaba todo casi con más enojo que la propia latina, pero algo al detenia: ella no era quien para quejarse demasiado, luego de la discusión con Santana en el garaje, pudo darse cuenta que ella era solo una las tantas personas que le ocultaron información, junto a Blaine, a Rachel, la familia de la morena e incluso la mafia Pierce. No era, entonces, nadie para juzgar a su amiga y sus actitudes que iba tomando al ir uniendo cabos, hasta formar por fin, ese puente que faltaba en un precipicio de casi diez años de desinformación. Pero la rubia no lo había hecho con malas intensiones, el contexto en el que estaba tampoco la ayudaba demasiado para pensar claramente como ahora: tenían un bebe pequeño por el cual velar, un matrimonio con constantes cambios, varios baches en su trabajo. Lo único que deseaba era que su amiga fuera feliz, y pensaba que la aparición de Brittany, sobretodo unos días antes de su boda, solo iba a arruinar los años en que se empeño en olvidarla. El arrepentimiento de su acción llegó luego de volver a ver a la bailarina, hablar con ella y notar que no cambiaba, que seguía siendo la inocente mujer que creía en el bien; sin contar un constante cuestionamiento mental pensando en otra versión de las cosas: quizás si ella hubiera accedido a ayudar a Britt en esos días en New York, Santana se habría ahorrado el tema del engaño, del divorcio… Todo era un enriedo, pero ya era muy tarde para cualquier cosa que se le fuera a ocurrir. Ahora comenzaba a esperar sinceramente que sus amigas pudieran volver a llevarse bien. La latina se acomodó en su auto, acurrucándose junto a Axel en el asiento de atrás. Hablaron cerca de una hora sin parar.
-¿San y ahora donde vas a vivir?
-Me quedaré en un hotel que hay por aquí en las afueras de la ciudad. Aunque si pretendo ahorrar dinero, creo que nos podríamos quedar en el auto con Ax...
-Ni en sueños Santana, ya en este momento llamó a Finn para que te venda una casa. Me la pagaras después, lo solucionaremos como sea.
-No, terminantemente no. Te amo con el alma Q, pero no voy a permitir que hagas semejante gasto. Tranquila, era broma lo del auto, iré al hotel y mañana más despejada veré que hacer.
-Me asusta escucharte tan tranquila San…
-A mi también…
Tras colgar, cumplió con su palabra, dirigiéndose a uno de los hoteles que se ubicaban al oeste de Lima. Axel se había quedado dormido, por lo que ni bien llegó, solicitó una habitación para una persona. Recostó a su hijo, dándole una leve caricia y mirándolo con amor. Acomodó un poco sus cosas y se dio una ducha. Por esa noche ya había tenido suficiente.
Los primeros rayos del sol atravesaron su ventana despertándola levemente, pero permaneció recostada hasta que su hijo se despertó. Se dieron una sesión de abrazos y cosquillas, por suerte se tenían el uno al otro. Tras cambiarse de ropa, decidieron bajar al restaurant del hotel para desayunar. Esa mañana Santana se sentía bien. No tenía malestar, e intentaba no pensar en la desilusión que había sufrido la tarde anterior. Miraba todo con buenos ojos, tenía una buena corazonada, para variar. Comió junto a Ax, que no tardo en devorar todo lo que tenia enfrente, olvidándose de la enfermedad que había tenido días antes. Volvían a la habitación, tomando el ascensor; pero justo cuando las puertas se estaban por cerrar, una mano paró la acción, reabriéndolas. La latina se inclino para atrás con susto, quedando luego totalmente sorprendida.
-¿Tú? Preguntó arqueando las cejas, y aferrándose a Axel.
-Vaya, vaya pero qué tenemos aquí...
-¿Qué haces en la ciudad? Dijo recordando su relación con aquella persona.
-Jaj Santana Lopez, cuantos años sin escuchar esos tiernos insultos. ¿Cómo te trata la vida?
-Jaj ¿Y a ti? Retruco mirando al muchacho de arriba a abajo. Sabastian Smythe era un viejo conocido. Alguna vez se llevaron fatal en la época del instituto, pero sin lugar a dudas, si ambos se hubieran complementado podrían haber dominado el mundo sin problemas. Él era un chico rompecorazones, muy seguro de si mismo y esas actitudes siempre le cayeron bien a la latina. Cuando ya no iban a la secundaria se encontraron una que otra vez en clubes, pero simplemente como conocidos, compartiendo algún trago o insulto amistoso.
-Estoy de paso por Lima. Tengo mi propia empresa y los negocios me llevan de aquí para allá. Comentaba el castaño acomodándose al lado de los Lopez. Vestía un traje bastante chic, con un peinado formal que lo hacia parecer todo un ejecutivo. Su figura había mejorado considerablemente y una pequeña barba lo hacia ver mas atractivo a la vista. -Veo que tú no perdiste el tiempo tampoco. Indagó acomodándose la corbata, haciendo referencia al niño que la mujer traía en brazos. -¿Cuéntame, como has estado?
-Aquí me ves. Viva, con mi hijo. Volviendo a Lima…
-Vaya eso suena muy esperanzador. Bromeo mirándolos de reojo. La morena no pretendía discutir, ya estaba harta de las peleas. El sonido del ascensor que indicaba el piso de su habitación, interrumpió la charla.
-Bien aquí nos quedamos nosotros. Murmuró, mirando con la frente en alto al castaño, que sonreía con picardía. Seguidamente salió caminando con la misma postura.
-Ya nos veremos de nuevo J-Lo. Comentó en tanto las puertas se cerraban. Santana se giro, pero solo quedó callada cruzando su mirada con la del ejecutivo. El mundo si que es pequeño y las vueltas de la vida, son interminables, como en un laberinto.

cuanto mas tendras ue soportar santana, sin comentarios en cuanto la mujer que dice ser su madre, perdon pero ese titulo se gana y no de esa manera, ahora, por favor que santana no se enrede con sebastiana, es gar, ¿verdad?, que se vaya a vivir con brittany, no pido que vuelvan ya pero por lo menos la amistad, por favor. Que bueno que no tomaste el descanso, porque asi sigues actualizando, esperando el siguiente y espero que todo mejore por favor, un poquito de brittana ¿si? me harias muy feliz, si por favor, por favor, porfavor, por favor.

cvlbrittana escribió: cuanto mas tendras ue soportar santana, sin comentarios en cuanto la mujer que dice ser su madre, perdon pero ese titulo se gana y no de esa manera, ahora, por favor que santana no se enrede con sebastiana, es gar, ¿verdad?, que se vaya a vivir con brittany, no pido que vuelvan ya pero por lo menos la amistad, por favor. Que bueno que no tomaste el descanso, porque asi sigues actualizando, esperando el siguiente y espero que todo mejore por favor, un poquito de brittana ¿si? me harias muy feliz, si por favor, por favor, porfavor, por favor.

Jeje lo pensare lo pensare... Me caes bien y me encantan tus fics, creo que no mereces sufrir. Pero por ahora eso, lo pensare. Gracias por leer :)

Pero que asco de mujer la que dice ser la madre de Santana ¬¬
Pero como se puede ser así? de verdad que no lo comprendo X3
Esto que digo que... Santana no se va a liar con Sebastian verdad? verdad?
Ahora te cuento lo que quiero que pase! jajajja
Quinn habla con Finn para decirle que ayude a la morena a encontrar casa, Finn en su intento porque la latina retome su relación con la bailarina habla con ella y finalmente le pide a Santana que se queden ella y Axel en su casa a vivir hasta que encuentren donde quedarse, Santana acepta y poco a poco Britt la va reconquistando.... Puedo dejar de soñar verdad? jajajajajaja
Gracias por la actualización :)

mmmmm Santana y Sebastian, nose porque no me gusta nada!!.. Lo que falta es que tenga algo con el!!!.. ¬¬.. espero que no nos hagas eso.. jajajaajjajajaja..

Como me cae mal la madre de San, como le va a decir esas cosas y la va a hechar sabiendo que esta con Ax!!.. u.u.. Pobre San.. y veo que falta muuuuuuucho para los momentos Brittana, asi que voy a tener q esperar.. jajajajaja..

Buenisimo el cap. beso

Wow llevaba mucho sin comentar! i'm sorry, encima ahora apenas tengo mucho tiempo para hacerlo... bueno en sí decirte que me encaanta leerte, odio a Maribel ¬¬' y también me gusta que aparezcan nuevos personajes como Seb! I need BRITTANA moments! jajaja

Bueno, pues eso, que espero tu act!
^^ besitos

Primero que nada, me parece perfecto que se expresen, de que existe gente que discrimina así de odiosamente existe. Pero ya dejaremos de verlos en mi fic por un buen tiempo. ¡Lectoras maravillosas! :) Buenas noches, infinitas gracias por leer y comentar. Bueno digamos que a partir de aqui comienza como una segunda parte de la historia, no significa que vaya a cambiar con respecto al drama, saben que me encanta. Voy a seguir un poco sus deseos e ideas, pero no todos e.e no se acostumbren jajaja Broma Broma. Ojala que les guste, en unos días estaré actualizando de nuevo. Saludos y que estén bien.


Capitulo 24: Una oportunidad
Estaba en una casa vacía, hacia frio, no se oía ningún sonido. Ella caminaba sin entender, era un tétrico lugar gris; las cortinas de seda blanca se zarandeaban levemente. Miro hacia arriba de unas grandes escaleras, todo en lo alto se veía obscuro. De pronto una risa infantil hizo que se alarmara:
-¿Axel? Llamó subiendo los primeros escalones, por el techo se sentían unos pequeños y veloces pasos ir y venir. Subió inmediatamente al segundo piso, pero el cuarto estaba vacío, no había puertas ni ventanas. Un haz de luz entraba por el techo, iluminando apenas esa amplia habitación. De pronto sintió miedo: tras sus oídos podía percibir claramente el susurro y movimiento de algo. Al voltearse, dos serpientes grandes se deslizaban por la pared directo a sus piernas, al correr, estas solo se aferraron más aun, alcanzándola. Se sacudió violentamente, y dichos reptiles quedaron en el olvido, tomando su lugar un par de cadenas largas, pesadas, pero rotas. Tras examinarlas, pudo deshacerse de ese helado y horrible metal, con algo de esfuerzo. Prefirió bajar nuevamente, ya no tenia sentido estar allí.
Caminó hasta el salón, quedando frente a una chimenea bastante rustica, algo vieja; las telarañas la cubrían por completo. El frio comenzaba a desesperarla, por lo que con uno de los pocos tronquillos que había cerca, atizó las cenizas que yacían dentro del hogar. No necesitó mucho movimiento para que inmediatamente se encendiera una gran fogata, de la nada, de las mismas cenizas que ni brazas tenían. Santana miraba hipnotizada aquellas llamas, pero pudo distinguir que en el centro del fuego se formaba una pequeña bola de color rojo intenso. De pronto algo salto impulsivamente al exterior, asustándola y haciendo que se tirara al suelo para protegerse. Aquella bola incandescente, salía volando, tomando la forma de una genuina ave. Finalmente, apagándose y siendo vista por la latina, una paloma blanca como la nieve, dio un revoloteo sobre el salón, posándose sobre el borde de la chimenea de manera majestuosa. Ambas compartieron una mirada de curiosidad. La morena se acercó levemente, pero el ave salió volando nuevamente, a lo que ella la siguió al trote. No pudo seguir su ritmo y quedando otra vez frente a la gran escalera, aquel animal volador desapareció; una pequeña caja rosada la esperaba al pie de los primeros escalones. Miró a su alrededor, comprobando que no había nadie más que ella en el lugar. Con algo de temor, destapó la delicada caja: en su interior una bellísima rosa con pétalos de cuatro colores la deslumbró por completo. Algunos eran blancos, otros tomaban una tonalidad lila, un extraño color verde esmeralda, y por ultimo, unos pocos pétalos amarillos adornaban aquella perfecta y extraña flor. La sostuvo entre sus manos, totalmente fascinada. Un último sonido, hizo calmar todas las malas sensaciones que tenia, ya no existía el miedo, ni el frio, pudo percibir como la paloma regresaba posándose en su hombro derecho… Un llanto, un lejano pero audible llanto de un bebe hizo que mirara hacia todos lados, notando a la vez, que la habitación se iluminaba de forma violenta.
Despertó un poco sobresaltada, se había dormido cerca de dos horas, luego de ver que Axel caía en su siesta de la tarde. Su hijo parecía estar en un particular sueño también, por las muecas que hacia. Se estiro con un poco de pereza dándole un vistazo a la habitación. Repentinamente su móvil comenzó a sonar. Se fijo quien era y dudó un segundo en responder.
-¿Cómo estas? Preguntó frotándose un poco los ojos.
-Bien, por fin tengo crédito. Llamaba para saber como esta Axel… Dijo la rubia con timidez.
-Bi-Bien ahora esta durmiendo. Pero ya se encuentra mucho mejor, gracias por preocuparte.
-¿Y… tú? Indagó no queriendo perder la conversación. La latina se sentó en la cama, recordando un poco todo lo que había pasado en esas horas. Solo atino a suspirar con frustración.
-Mmm eso no suena muy bien que digamos.
-No, para que mentir… Escucha: creo que mañana no iré a trabajar, y me quedare con Axel.
-¿Segura? Oye si no tienes tiempo puedo ir a tu casa y lo recojo, no tengo problema además…
-Ya no vivo con mi madre. Cortó acomodándose algunos mechones de pelo. Brittany permaneció en silencio por un momento. –Ayer por la tarde, nos fuimos de allí.
-Pero… ¿Entonces donde están? No pudo evitar preocuparse por ambos.
-En el hotel Clinton, por el oeste… No podíamos vivir en la misma casa, hay cosas que… Simplemente no podíamos seguir conviviendo. Y está bien, supongo que ahora tendré que apurarme en encontrar un lugar donde estar. Seguramente Finn me ayudara en eso. La bailarina no se atrevió a indagar mucho más, sentía que no le correspondía. Pero le fue inevitable sentirse mal por Santana, en su situación que se le sume el hecho de no tener un hogar para vivir, podría ser muy estresante. Al poco rato, los Lopez decidieron salir al patio del hotel. Un amplio parque con bastantes flores y algunos asientos con mesas para contemplar el paisaje, adornaban el lugar. En tanto Axel aprendía soplar dientes de león, Santana observaba todo pensativa, hundida en cálculos, en mentiras y traiciones. Repentinamente alguien puso una botella de vino, con dos copas frente a ella. Extrañada, levanto modestamente una ceja en tanto imaginaba un nuevo saludo.
-¿Puedo hacerte compañía? Preguntó Sebastián con una impecable sonrisa.
-¿No que tu tienes negocios y ocupaciones?
-¿En domingo? No. Eso es lo bueno de ser dueño de tu trabajo, haces lo que quieres cuando quieres. Respondía tranquilamente, tomando asiento junto a la latina. No le llevo mucho tiempo destapar la botella con total naturalidad. Se sirvió un poco en su copa, olfateando levemente el aroma.
-Muy educado… Comentó la morena con ironía.
-Eh aprendido a catar vinos desde que tenía diez años, y este es un buen Malbec, del sur de Francia. Oh disculpa, sigo siendo descortés, ¿Gustas? Ofreció sin dejar de mirarla fijo a los ojos. Santana quedo dubitativa, en realidad se había hecho la promesa de no beber por un buen tiempo, pero también había oído la teoría que el vino tinto era bueno para el corazón. Asintió, sosteniendo su copa, aclarando mentalmente que seria el último trago.
-Salud… Comentó por lo bajo el castaño
-Jaja ¿y por qué brindamos?
-Por nuestro rencuentro, ¿Qué mejor? Ya estamos mayores para seguir discutiendo como niños Santana… Murmuró bebiendo un sorbo. -¿Sabias que en Argentina existe un vino con ese nombre?
-No me digas… Dijo la latina girando los ojos. En realidad no tenía muchas ganas de charlar.
-Así es, tuve la oportunidad de probarlo en uno de mis viajes. Nada mal, algo fuerte al principio… Continuaba hablando, recostándose un poco en la silla. –Pero cuando le tomas el sabor y el gusto, es agradable, dulce… Me gustó esa combinación, bastante arriesgada y atrevida a la vez. La morena lo miraba un tanto confundida ¿Acaso ese tipo la estaba halagando? ¿En que mundo de locos le estaba tocando vivir? Para su suerte Axel la salvó de esa incomoda situación. El niño había arrancado algunas flores particularmente coloridas y se las traía como obsequio.
-Aww gracias cielo eres muy dulce. Susurro dándole un beso en la frente. Sebastián contemplaba la escena con simpatía.
-¿Cómo se llama este caballero? Pregunto cruzándose de piernas dirigiendo su mirada a ambos, el moreno inmediatamente se cruzo de cejas, ocultándose atrás de su madre.
- Perdona es un poco arisco cuando quiere… Se llama Axel. Respondió la latina tomándolo en brazos. El niño continuaba con la misma cara de desconfianza hacia el otro hombre.
-Me parece bien, solo defiende lo que es propio. Sonreía el castaño guiñándoles un ojo. Los adultos pasaron un tiempo charlando de temas comunes, mas distendidos, recordando anécdotas inclusive. Axel se libró del agarre, para seguir deambulando por el parque. De pronto, logró divisar una silueta inconfundible a lo lejos. Brittany caminaba lentamente hacia él, mirando hacia todos lados. El pequeño Lopez de un salto emprendió una carrera hasta su niñera, que se agacho para recibirlo, dándose un reconfortante abrazo.
-Ax, ya te extrañaba bodoque. Murmuró la rubia peinándolo un poco, en tanto lo bajaba de nuevo al suelo. Instantáneamente el pequeñín la tomo de la mano, tirándola para que lo siguiera.
-Mamá… Hablaba el moreno avanzando a paso firme. La bailarina comenzaba a ver a lo lejos donde estaba Santana. Tomó bastante aire y lo acompañó con su típica sonrisa. Pero al notar con quien se encontraba la latina, no pudo evitar borrar esa expresión de su rostro. En tanto la latina se dio vuelta para ver en donde se encontraba su hijo, quedo shokeada al ver a la rubia acercarse: con jean, unas delicadas sandalias, y una blusa suelta como su cabello, que se movía en perfecta sincronía con la leve brisa de la tarde. Pudo notar que esa espectacular figura continuaba causándole una extraña sensación en el estomago, cosa que la incomodaba bastante, en cierto modo.
-Britt… ¿Qué… digo como estas? Sonrió intentando aparentar tranquilidad.
-Genial, es un día fantástico para estar al aire libre. ¿No creen? Contestó la bailarina con su dulzura característica, pero sin despegar la vista del castaño que acompañaba a su jefa. -¿Qué tal Sebastián?
-Vaya, hola Brittany. Las cosas si que no cambian aquí en Lima. Sonreía con simpleza. –Veo que ustedes siguen llevándose bien… Murmuró con doble sentido. Axel continuaba aferrado a la mano de su niñera.
-Así es, hoy vengo a verlos un rato ya que tengo mi día libre. Reía la holandesa siguiendo el chiste.
-Entiendo, entonces no las molesto más. Dijo el ejecutivo levantándose. Santana observaba todo en total silencio; no se esperaba ver tan pronto a aquella rubia. –Bien, nos vemos J-Lo.
-No me digas así… Respondió la ex cantante con una media sonrisa. Inevitablemente el ejecutivo extendió su mano con algo en ella.
-Mi tarjeta, a tus servicios si deseas emprender algún negocio. Comentó guiñándole el ojo una vez más, haciendo que la morena se sonrojara. Por atrás los otros dos se mordieron levemente el labio
–De acuerdo, un gusto de verlos. Se despidió y se alejó con las manos en los bolsillos. Brittany ya se había acercado con Axel en brazos hasta quedar frente a la latina.
-¿Otra vez tomando? Pensé que querías un cambio… Criticó señalando la botella y las copas.
-Tranquila, fue solo un sorbo. ¿Qué haces aquí?
-Vine a verlos. No podía ocultar que algo le molestaba, era un debate entre si la causa de su malestar era el vino en la mesa o aquel sujeto.
-Lo note Britt, pero no tenias por que molestarte.
-Si tengo. Respondió la rubia tomando asiento. –Te escuche por el teléfono y supuse que podrías necesitar compañía… Además de Axel por supuesto. Suspiro un momento, reflexionando. - Escucha San, siendo sincera contigo... Desde que nos rencontramos, lo único que quiero es volver a ganarme tu confianza, y entiendo que te cueste, y es totalmente comprensible, no ha pasado mucho tiempo desde que nos volvimos a ver. Sé que algunas veces hago y digo locuras, como cuando fui de intrusa por mi cuenta al consultorio…. Pero por favor no intentes alejarme de tu vida todo el tiempo, tú no estas sola aquí, yo puedo ayúdate de buen agrado al igual que Finn.
- ¿Entonces no fue Hudson el de la idea? Brittany negó con una sonrisa, si quería ganar la confianza de la latina tenia que ser del todo sincera con ella y lo sabia.
-Quinn también me encargo que cuidara de ustedes, me encanta como los quiere y protege, sin lugar a dudas ella merece ser tu mejor amiga. Me confió una tarea bastante importante.
-Esa rubia es una de las mejores cosas que me paso… Ambas se miraron fijo, como se estaban acostumbrando a hacerlo últimamente. Finalmente la morena agacho la cabeza esbozando una leve sonrisa, nuevamente un mar de recuerdos y pensamientos la dominaba.
-Ven. Indico, parándose de su asiento. La bailarina obedeció sin entender mucho, aferrándose a Axel que jugaba un poco con su cabello. Santana la espero sosteniéndole la mirada, caminaron juntas hasta la habitación de la morena, hablando del espectacular paisaje del lugar.
-¿Por qué te fuiste de lo de tu madre? No pudo evitar preguntar, dejando al pequeño en el suelo y dando una ojeada al bien decorado cuarto. Santana fue hasta uno de sus bolsos y rebusco por unos minutos, ante la intrigada mirada de la rubia. Se paró soltando un fuerte suspiro, sosteniendo en sus manos las cartas que se había encargado en guardar el día anterior. Se las entregó a la bailarina, quien las recibió con la boca entreabierta. Dio una rápida inspección, sabia que faltaban varias pero las que distinguía le hacían sentir una sensación de regocijo en su alma.
-¿Puedes creer que… mi familia las estaba ocultando a toda costa? Brittany trago saliva en seco; en realidad ella no acostumbraba a pensar mal de nadie, pero muchas ideas no se daba respecto a la desaparición de esas cartas. O eran ellos, o algún problema con su apellido y los que trabajan en su distribución eran la posible respuesta al misterio. No obstante permaneció en silencio, suponía que eso era lo que molestaba a su jefa. Se sentó a su lado mirándola de reojo. Santana negaba con una cara que expresaba claramente la amargura que sentía.
-No soportaban que yo saliera con una chica. Dijo mordiéndose los labios. –El qué dirán les pesaba demasiado como para tolerarlo… La latina le explico todo el plan de su hermano y su madre, no podía dejar de ocultar su enojo, su malestar por sentirse prácticamente traicionada por ellos. También menciono que fue Maribel quien la echo de casa, sin importarle como o donde vivirían. Pese a que podría estar totalmente indignada, Brittany estaba tranquila. Escuchó atentamente a la latina en silencio, cuando ella termino, dejo salir sus impulsos de nuevo.
-Esto no va a ser así… Murmuró parándose y comenzando a recoger las cosas de Axel, metiéndolas en el primer bolso que ubicó. Santana la detuvo tomándola de la mano.
-¿Qué vas a hacer?
-Ustedes vienen conmigo. A partir de ahora y por el tiempo que sea necesario, vivirán en mi casa. Sonrió la rubia sintiendo un hormigueo con el calor de ese agarre. No podía negar que se había encariñado rápidamente de Axel, y seria una locura quedarse de brazos cruzados sabiendo que ambos vivian en un hotel. La latina quedo dubitativa ante esas palabras.
- Estaremos bien, no tienes por qué…
-Yo quiero hacerlo.
-No entiendo tu actitud, deberías estar furiosa conmigo: en todo este tiempo lo único que eh hecho es gritarte, tratarte mal, dudar de ti… ¿Por qué te empeñas tanto?
-Porque nuestra amistad nunca murió para mi San. Puedes darte cuenta con esas cartas, te tuve lejos demasiado tiempo y también te necesite, quiero hacer bien las cosas. Ninguna de las dos tiene culpa en esto. Ahora ayúdame a empacar tus cosas.
-Yo puedo conseguir un sitio para vivir, este lugar es transitorio.
-¿Ves? Ahí estas de nuevo intentando alejarte y rechazando las oportunidades…Está bien, no pretendo secuestrarte. Comento volviendo a su postura calmada - Pero piénsalo así: tienes que ahorrar dinero, lo vas a necesitar y un hotel te causa muchos gastos. Tengo dos habitaciones de huéspedes, y Finn no esta en la ciudad si pretendías pedirle ayuda para ubicar aunque sea un departamento. Se fue hoy por unos cuantos días al campo con Kim, a visitar a lo abuelos maternos de ella. Tu trabajo queda mucho más cerca desde mi casa, y te ahorraras litros de gasolina, porque me quedare con Axel sin necesidad de que lo traigas. ¿No es un buen plan? Sonrió con una mezcla de entusiasmo, picardía y convicción. Santana pensó un momento todos esos argumentos bastante validos. Pasó fugazmente una especie de temor a que en realidad la rubia también perteneciera a la mafia de su familia, pero luego todos los actos que estaba haciendo para ganarse su confianza hicieron que borrara ese pensamiento estúpido de su cabeza, sin contar que aun no lograba articular una especie de disculpa para ella; aunque empezara a entender que ninguna, como bien decía Britt, había tenido la culpa. Pero por otro lado también, ya no estaba dispuesta a fiarse de nadie. Compartió una mirada de complicidad con Axel que escuchaba todo más atrás, expectante. Tenia que tomar una decisión.
-De acuerdo, pero solo unos días. Aceptó bajando la mirada. Ambas no se habían percatado que seguían de la mano, por lo que al reaccionar se soltaron entre risas nerviosas. Tras empacar y robarse algunos jabones del baño, la latina pagó lo que debía en la recepción y marcharon cada una a su auto.
-Oye, pasaré al supermercado a comprar algo para cenar. ¿Vamos juntos? Indagó la bailarina en tanto la morena acomodaba en el asiento trasero a su pequeño.
-Em si, no hay problema. Tú ve adelante.
Mientras conducía, la latina pensaba en si estaba haciendo lo correcto. Sin lugar a dudas Brittany estaba logrando formar ese poder de convicción que tenía antes sobre ella, y las razones que le había dado para que se quedara en su casa eran totalmente cuerdas. Axel se llevaba bien con ella. Todo parecía concordar demasiado bien para que los tres vivieran juntos. Pero eso era lo que le molestaba de algún modo, ella aun no podía gozar de su tiempo de soledad y soltería. Definitivamente se iba a empeñar en conseguir su propia casa en cuanto pudiera. Se puso sus gafas de sol y condujo más de prisa alcanzando a la rubia, que iba mas adelante, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos llenos de ilusión y esperanza.
Tras hacer algunas compras, llegaron por fin a la casa de la holandesa. Axel se había dormido en brazos de su niñera, así que muy amablemente los condujo a él y a su madre hasta su nueva habitación. Recostó con cuidado al pequeño sin poder evitar mirarlo con cariño. Santana observaba desde más atrás con una mezcla de ternura y nervios. Entre las dos, subieron también las cosas de los Lopez. Santana buscó algunas ropas para usar el día siguiente, inevitablemente Brittany notó que dentro de uno de los bolsos de Axel había un objeto bastante conocido.
-Hey… Dijo tomándolo. -¿Aun lo conservas? Sonrió sacando el viejo pato de peluche que le había regalado a Santana hace años, aquel muñeco que la latina encontró en su garaje.
-Este, si, lo encontré en casa de mi... de Maribel, y Axel se enamoró de el… Tendría que lavarlo, esta lleno de polvo a lo que estuvo guardado tanto tiempo… La rubia sonrió con melancolía, sacudiendo un poco el pequeño juguete.
-¿San...Puedo preguntarte algo? Indagó con timidez. La latina le hizo una seña para que hablara, en tanto doblaba algo de ropa. Brittany pensó por un segundo y con un suspiro continuo.
-Si yo… Te hubiera encontrado el día de tu boda… ¿Qué hubieras hecho?
-… Pues… Justamente esa pregunta se la hizo luego de escuchar la historia de la rubia un tiempo atrás, pero no pensó nunca una respuesta ya que dudaba totalmente de su palabra. Se quedó un momento a pensando. –Creo que… Mi reacción siempre habría sido la misma, como aquella vez en el supermercado. Y pudo haber sido peor, era más joven, quería que ese día fuera inolvidable… y… En ese tiempo tú eras lo peor que podría existir para mi. No pudo evitar decir contemplando esos dulces ojos azules que parecían apagarse con sus palabras. –Pero las cosas no fueron así. El tiempo ha pasado…Corrigió acercándose un poco a la bailarina que permanecía escuchándola. Santana la miró fijo un momento, sabia que tenia muchas cosas más para decirle, pero solo agachó la cabeza mordiéndose los labios. Eso si, un pequeño gesto hizo que el corazón Brittany volviera a latir como hacia mucho tiempo no lo hacia: lentamente la latina acerco su mano con la de ella; era tiempo de empezar a arreglar las cosas entre ambas, por lo que fue estirando tímidamente el dedo meñique. La rubia sonrió, haciendo la misma acción, volviendo a hacer ese tan conocido enlace.


¿Que habrá significado el sueño del principio?

me haz hecho muy feliz con este capitulo, gracias por oir mis suplicas ante mi desesperacion, ¿te puedo dar mas sugerencias? no es cierto, sino me malacostumbrare, simplemente perfecto, aunque sebastian no me agrada nada, pero bueno, tendre paciencia, dejala viviendo ahi con brittany si, por favor. en cuanto al sueño: las serpientes son marible y samuel, de las que ya se ha liberado al igual que las cadenas es todo el rescentimiento y malos recuerdos que ya se han roto, la bola de fuego, imagine un ave fenix que renace de las cenizas y eso es santana, una ave fenix que renace a pesar de todo, la rosa de los cuatro petalos y diferentes colore creo que son susu cuatro amigos que seran sus pilares y quienes la han ayudado a levantrse y la seguiran ayudando: Quinn, Rachel, Finn y Brittany y por ultimo la ave blanca, creo que es esperanza, cambios positivos, lo bueno esta por venir a pesar de la oscuridad que ha vivido. Bien creo que me emociones, el sueño me encanto, exclente capitulo y un abrazo.

Que hermoso capitulo, creo que es el que mas eh disfrutado! sera porque hubo mucho brittana? jaja . Me encanta como escribes sigue asi, nos vemos :D

YAY!!!! BRITTANA!!!! Me alegró mucho este capítulo. Síguelo por fa ya quiero verlas reconciliarse pero antes un poco de drama ¿si?

LynndeMcGinty escribió:YAY!!!! BRITTANA!!!! Me alegró mucho este capítulo. Síguelo por fa ya quiero verlas reconciliarse pero antes un poco de drama ¿si?

¡Con mucho gusto! Me pides drama y tienes razón creo que no le eh puesto suficiente en lo que va de la historia, en cualquier momento volverá (? jejejeje gracias por comentar.

¡Mis lectoras queridas! Muy buenas tardes a todas, ya extrañaba nuestra comunicacion lector-escritora (? Hablando enserio estos días fueron algo tristes sin poder actualizar, pero me sirvió para avanzar con la historia ya que me pegaron golpes de inspiracion, cosa que me deja más relajada, eso sin contar que me pase leyendo fics :3 Bien volviendo al tema del capitulo anterior, el sueño puede tener multiples significados, sobretodo cierta cantidad de objetos, después de buscar un poco me guie con algunas explicaciones que detallo velozmente:
Las cadenas son símbolo de esclavitud en todo sentido, como son las auto limitaciones psicológicas y mentales que detienen el avance y la auto superación; Representa la impotencia de poder liberarse de algo. Entonces soñarse atado con cadenas pero que logra romperlas insinúa que puede liberarse de lo que le molesta
El fuego:Soñar un lugar donde hubo fuego indica rencores, venganza, resentimiento del soñante hacia otras personas y de ellas hacia el soñante.
Soñar un fuego agradable anuncia la visita de amistades sinceras o sorpresas sencillas pero buenas. Puede significar que algo viejo está a punto de terminar y algo nuevo va a entrar en su vida. Sus pensamientos y opiniones están en vías de cambiar.
La paloma:es símbolo de paz, tranquilidad y armonía. Constituye un magnifico augurio, especialmente para los asuntos amorosos, y cuando nos hallamos
asediados de problemas nos lleva la esperanza de que éstos se resolverán. Si el ave se posa ante nosotros es que las nuevas noticias serán tal y como las esperábamos. Si intentamos cogerla y huye antes de que consigamos tocarla augura un amor que no llegaremos a alcanzar....
Las rosas:simbolizan el amor, la pasión, el deseo, la feminidad, la unidad y el romance. También puede significar la llegada de alguien a su vida.
Los 4 colores de los petalos: el color verde representa la esperanza, el despertar, las aspiraciones, la inspiración, la curación, la paz. Color Blanco significa el amor, la franqueza, la fuerza, la pureza o el principio de algo. Asimismo, el significado negativo, puede ser la indiferencia, la frialdad, la distancia, lo invisible, inconcluso o impreciso. El amarillorepresenta la autenticidad de cada cual, la luz de la verdad, la memoria, la fé, la fecundidad,y a inteligencia.Pero tambien la mentira, la decepción, y la traición. Soñar con el color morado implica una reflexión, el equilibrio interno y emocional, la comunicación, los ciclos de la vida y la renovación. Aunque bien dicen. podemos tomarlos como la representacion de cuatro personas, que en algun modo cada uno tiene estas caracteristicas.
Por ultimo, EL llanto:Los bebés simbolizan algo en su ser interior que representa algo vulnerable, puro y no corrompido.
Soñar con un bebé que llora quiere decir que se necesita interiormente atención y cuidado. También puede representar los objetivos no realizados. Puede significar a su vez, que se está enfermo o que ha sufrido una decepción muy grande, que la ha descolocado, o impactado enormemente.
Ok despues de esta mini clase, les digo que estubo muy bien de todas formas lo que imaginaron, como dije mas arriba los sueños, ademas de ser solo eso, pueden ganar distintos significados, dependiendo del contexto. Bueno, no crean que esto se queda aca porque ya esta el siguiente capitulo, creo que les gustara, cualquier cosa me dicen :) ¡Muchas gracias por todo, que esten bien!


Capitulo 25: El vinculo
Habían pasado apenas unos días desde que Brittany, Santana y Axel vivían juntos. Fue un tiempo de adaptación bastante particular, pero tranquilo en definitiva. Los tres seguían con la misma rutina: la morena continuaba trabajando y la rubia encargándose del pequeño. Esa mañana de miércoles, la latina se había quedado dormida. Aparentemente su hijo se había encargado de tirar su celular de manera en que permaneciera disperso en varias partes de la habitación, y obviamente, apagado. Se levantó sobresaltada, y como ya se le hacia clásico resbalo ni bien pisó, con uno de los autos de juguete que andaban por allí.
-¡Axel tu vas a ser el culpable de mi muerte! Exclamó desde el suelo. Brittany entró a la habitación asustada por el escándalo. Su jefa continuaba desparramada con Axel sobre ella haciéndole cosquillas. La bailarina murmuró dos o tres cosas inentendibles.
-Podrías por favor quitarte el cepillo de dientes de la boca… Propuso la morena intentando comprenderla. Acto seguido la rubia escupió la pasta dental que acumulaba en la alfombra.
-Te decía que si estabas bien… Comentó de nuevo, secándose con la manga de su pijama.
-De hecho estaba comenzando a practicar movimientos de relajación. Ironizo la latina, con su humor clásico de las mañanas.
-Oh, pensé que te gustaba la pintura del techo. Bromeo la holandesa, acercándose para ayudarla a levantarse. –¿No puedes despertar sin un reloj al lado?
-Me hubiera despertado temprano de no ser porque Axel se quedo viendo peliculas hasta las dos de la mañana…
-Hey, no me mires así. Amo Toy Story IV, y aparentemente a él también le gusta. Se defendió, levantando al pequeño Lopez en brazos.
-Ya discutiremos el tema de la televisión luego, no creas que olvide lo que paso ayer. Gritó la latina dirigiéndose al baño a toda velocidad. Brittany giró los ojos, cinco veces le dijo que fue un accidente el hecho de que Axel aprendiera a usar el control remoto, cambiando de canales y dejando justamente el canal para adultos. Y cuando decimos adultos, nos referimos a cosas subidas de tono como “La odisea del Sexo”. Aunque le fue inevitable reírse con la reacción de Santana intentando desesperadamente apagar el aparato para que su hijo no se traumara de por vida.
En tanto la morena se arreglaba, los otros dos preparaban el desayuno en la cocina. La rubia había aprendido a preparar el biberón de Ax con ayuda del microondas, cosa que le ahorraba bastante tiempo. Cuando Santana bajó a despedirse, ya su hijo estaba comiendo bastante feliz unas donas glaseadas.
- Recuerda lo de los dulces por favor… Murmuró terminando de cerrarse el saco. La bailarina se quedo tildada viéndola. De verdad que era estricta en cuanto a la alimentación del niño. –No te distraigas mientras cortas el pan. Aconsejó, viendo la cara de su empleada, con voz persuasiva.
-Jajaja ¿que te pasa? ¿Acaso crees que soy tan torpe como para…?
-¿Te has cortado, verdad? Dijo de espaldas, robándole una dona a su hijo que la miro de manera asesina, muy al estilo Lopez.
-Ni me dolió. Se volteo Brittany con un dedo en la boca y las cejas cruzadas. Odiaba cuando le pasaban esas cosas. Santana negó con la cabeza, en realidad era como estar tratando con dos niños en esa casa. Reviso velozmente en su bolso, sacando una bandita de colores. Ser madre de un pequeño le hacia tener que prevenir algunas cosas, si bien Ax era bastante tranquilo eso no quitaba que de vez en cuando se diera uno que otro porrazo o se hiciera algún raspón.
-¿No tenias de Bob Esponja? Rio la rubia aceptando la bandita.
-O tomas esa o busco el alcohol. Amenazó su jefa en broma. Su relación estaba mejorando a buen nivel poco a poco, y ambas podían darse cuenta de eso. Miró la hora y decidió salir pronto al consultorio. Se despidió de Axel con un beso, pero llegando a la entrada recordó algo.
-Oye, hoy a las cinco tiene medico, ¿puedes tenerlo vestido para esa hora? Gritó con la mano en la perilla de la puerta.
-No te preocupes. Le respondieron desde la cocina. –Que te vaya bien. Inevitablemente una sonrisa se dibujo en su rostro mientras caminaba a su auto. Jamás paso por su cabeza que estaría viviendo con aquella rubia, por lo menos no durante esos diez años. Si que estaba viviendo un cambio. Camino al trabajo noto que sus amigas no la habían llamado el día anterior.

-¡Nos alcanza! ¡Corre, corre, corre!
-¡No entiendo por qué tenias que saltar esa cerca!
-¡Amo las dalias! ¡Ese jardín era hermoso, no pensé que un pitbull viviera allí!
-¡Tu nunca piensas Rachel! Se quejaba la rubia huyendo a toda velocidad, en tanto un canino con los dientes afilados rozaba su pantalón con el hocico, totalmente endemoniado. Corrían por las calles de New york a los gritos, cosa que llamaba la atención de, por no decir todos, algunos peatones y conductores. La judía se trepó a una pequeña pared para salvarse del feroz ataque, aterrada. Quinn la siguió con más esfuerzo. El perro saltaba con furia intentando alcanzarlas.
-A la de tres. Dijo la actriz sosteniendo del brazo a su esposa.
-¿Qué tres que? Murmuró la abogada casi sin aliento.
-¡Tres! Exclamó la castaña aventándose al otro lado del muro, llevándose consigo a su mujer que gritaba con desesperación. Lo que no cálculo fue en mirar qué había al pie del paredón: ambas terminaron cayendo a un poso, embarrándose gran parte de la ropa.

-Bien míralo así cielo, la adrenalina es buena para el cerebro y el corazón. Alentaba Rachel un poco más atrás de su esposa, que caminaba de manera peculiar con el pantalón todo mojado pero echando humos. La gente que iba por al calle inevitablemente se reía al verlas pasar. El teléfono de la judía comenzó a sonar, haciendo que desistiera de la charla con la enojada rubia.

-¿Eres tú latina?
-¿¡Cuantas latinas más conoces Barbra!?
-En algún momento serán dos: Tú y mi futura sobrina.
-¡Ja! muy chistosa… No puedes hablar así, ni siquiera sabemos lo que será.
-Yo si, recuerda que soy psíquica. Oye y…
-Hola San, ¿Cómo están? Intervino la rubia Fabray robándole el teléfono de las manos a la castaña.
-Yendo para el trabajo Q, voy a llegar tarde aunque no quiera. Hay unos locos haciendo protesta contra los animales o algo así. Comentaba viendo por la ventana a unos cuantos tipos vestidos de vacas bailando una extravagante danza.
-Hoy es el día a favor del vegetarianismo, seguramente por eso están llamando la atención. Es raro que no este Rachel Berry con ellos. Argumentaba la abogada sentándose en un banco de plaza, ofendida con su mujer. En tanto hablaba con su amiga se quito uno de sus zapatos: podía jurar que sentía algo dentro, y no era una piedra exactamente.
-¡Maldita sea! Gritó reboleándolo al medio de la calle con asco, una gran babosa paseaba dentro del zapato totalmente mojado. -¿Puedes creer que me sumergí en un charco por culpa de esta loca? Solo con escuchar la mitad de la historia, la latina se retorcía de la risa al otro lado de la línea. Amaba hablar con esas dos, siempre tenían una historia que le alegraba el día. Hablaron unos minutos más, hasta que su amiga se despidió puesto que no quería que la multen por conducir hablando sin el manos libres. Justo en ese instante un auto paró frente a la Faberry.

-¿Las llevo? Preguntó Alice bajando el vidrio del acompañante. Las otras chicas compartieron una mirada de complicidad. Esas coincidencias les hacían pensar en que las vigilaban o algo así.
-No Rachel, iremos caminando hasta casa.
-Hey espera, no podemos andar así por la calle, soy una figura publica ¿Recuerdas?
-Podríamos ir en mi auto… Oh, aguarda, es verdad también lo tiraste a una zanja. Si tanto te gusta el barro deberías ir a un spa.
-Mira: lamento que el mecánico aun no te llame, pero yo no pienso andar haciendo el ridículo, más de lo que yo lo vengo haciendo. Si vienes iremos rápido a casa, nos ahorraremos este bochorno y si tienes suerte podríamos terminar dándonos una ducha juntas… Hablo la castaña en menos de cinco segundos con cara suplicante.
-¿Y bien? ¿Se suben? Aprovechen que voy en esa dirección, y estoy estrenando vehículo…Interrumpió la otra actriz, viendo como las chicas se miraban fijamente. Ese día las actrices tenían la jornada libre. Finalmente ambas se acercaron, Quinn aceptó más por la propuesta de la judia que por otra cosa.
- Solo iré con ustedes bajo con una condición. Aclaró la rubia en tono serio, ganándose una mirada de curiosidad. –Necesito que muevas el auto, acabas de pisar mi zapato…
Lo que siguió de viaje de regreso a casa fue bastante incomodo para Quinn, en todo momento evitaba mirar o escuchar a Alice. Sentía una molestia, o un extraño sentimiento con solo verla allí, hablando de manera tan hipócrita con Rachel. Se sentía bastante mal de haber tenido pensamientos con la muchacha, pero para su suerte un sermón bien dado por Santana en esa semana que había pasado, la hizo aterrizar en la realidad. Perdida en sus pensamientos ni se dio cuenta cuando por fin llegaron a su departamento. Ambas seguían mojadas hasta la cintura, pero inevitablemente la judía deseaba divertirse con su esposa. Fue un largo recorrido de apasionados besos los que pasaron hasta llegar a la puerta del departamento, que la rubia abrió sin necesidad de llave.
-Un momento… Murmuró la abogada. -¿No cerraste con llave cuando salimos a dejar a Aik?
-No lo recuerdo, creo que si.
-Entonces por qué pude abrirla. Dijo la rubia entrando de inmediato a su departamento. Rachel la seguía con temor, olvidándose del momento candente que estaban viviendo.
-¡Sorpresa! Gritaron dos voces desde el sillón. Quinn casi muere de un infarto, hasta reconocer a esos dos hombres. Sonrientes, sentados en el sofá, con unas copas de champagne en sus manos.
-¡Papis! Gritó con euforia la judía corriendo a abrazar a sus padres. Hiram y Leroy se habían mudado a Miami hacia años, dejando Lima por temas de trabajo de uno de ellos. El que los padres de la judía ya no estuvieran en Ohio fue una de las tantas razones por las cuales la actriz abandonó, sin querer volver, aquella ciudad. Los dos hombres tenían la costumbre de aparecer de sorpresa, cosa que siempre desquicio a la abogada con quien su hija quiso casarse. Ambos adoraban a Quinn, pese al mal humor que podía tener algunas veces, y fueron los únicos por parte de las familias de ambas que las acompañaron, aunque sea espiritualmente, para todos los sueños que tuvieran. Tienen una clara obsesión por Iker, desde que supieron en que iba a ser concebido.
-¿Cuándo llegaron? Preguntó la castaña sentándose entremedio de los hombres.
-O cómo entraron… Comentó por lo bajo la rubia acercándose a saludarlos, más calmada.
-Lo siento Quinnie, es el loco de Hiram con eso de que estuvo en la milicia y las puertas no son un impedimento para el…
-Échame la culpa, yo al menos use una navaja, tú pretendías taclear la puerta. ¿Quién es más loco?
Por lo que se ve, las cosas contra las puertas viene de familia.
Inevitablemente la rubia se reía con la discusión de sus suegros. Los quería, Leroy fue siempre su confidente, mientras que Hiram era casi como el padre, consejero y sobreprotector, que tanto le hizo falta.
-Vamos al grano con esto: Exijo saber donde esta el heredero de mis bienes. Cortó el sujeto de anteojos mirando hacia todos lados en busca del tornado de su nieto.
-Ahora está en la guardería papá… Quinn y yo fuimos a dejarlo hace un rato.
-¿Y se puede saber por qué están todas sucias? Indagó Leroy, mirándolas. –Si quieren hacer cositas sucias es mejor que sea en casa ¿No creen? Comentó terminando de beber de su copa. Las mujeres se sonrojaron, riendo nerviosamente.
-Y no se preocupen por nuestra presencia, nos quedaremos hasta el fin de semana, así que por favor no se abstengan de ser libres y disfrutar de los placeres de la vida; nosotros no dejaremos de hacerlo…. Agregó Hiram sirviéndose champagne -¿Qué? No me miren así, estoy de vacaciones.
Definitivamente iban a ser unos días particulares los que siguieran en la casa de las Faberry.

Horas más tarde, cuando finalmente se hartó de escuchar a uno de los llorones de sus pacientes, la latina dio por finalizada su jornada de trabajo. Para su suerte el tiempo ese día paso bastante rápido, ahora tenia que ir por Axel para llevarlo a su control de niño sano. Al salir del consultorio choco con alguien casi en la puerta. Debería empezar a caminar con la frente en alto de nuevo para así dejar de pasar por esas situaciones.
-¿Cómo estas Santana?
-Ya enserio, esto me asusta. ¿Me sigues acaso?
-Resulta ser que el dueño de este local es uno tío mio, lejano, pero pariente a fin. Cuando no tienes mucha familia en la ciudad debes conformarte. Charlaba Sebastián.
-Vaya, las vueltas de la vida son bastante grandes.
-Mas bien pequeñas diría yo, cuanto más chicas son, más posibilidades de encuentro existen.
-Lo que tú digas sabelotodo…
-Puedo hablar todo lo que quiera ¿Me vas a decir que te aburro? Sonreía con una picardía, que se reflejaba también en su mirada. -¿Trabajas aquí?
-S-si, estoy haciendo una suplencia. Aunque no lo creas se me da escuchar a la gente. Bromeaba la latina, un poco incomoda por la mirada fija del muchacho.
-Mmm seriamos una buena combinación, yo que hablo, tú que escuchas. Qué dices, un café aquí a unas cuadras se veía bastante tentador… Insinuó señalando hacia sus espaldas.
-Me cae mal el café. “Fantástica excusa Lopez, cada día te superas más. Ahora vas a quedar como una amargada, resentida social. Aunque bueno no estoy mintiendo. Pero lo que daría por volver a tomar una taza sin tener que sufrir con…”
-¿Me estas escuchando? Interrumpió Sebastian chasqueando los dedos, ante la cara de nulidad de la morena.
-Perdona, es que de verdad no me sienta muy bien, y… tengo que llevar a mi hijo al medico. Sebastian asintió de buen modo, por lo que se veía aquella mujer era bastante comprometida con su familia, y no pretendía entrometerse. Aunque en realidad eran pocas las veces en que era rechazado por alguien, siempre conseguía lo que quería, así lo tenía asumido, y con eso comenzaba a llamarle la atención aquel desafío latino. Cuando ya se estaban despidiendo jugó una última carta.
-Me quedo un tiempo más en Lima, si quieres podemos salir a cenar o algo. No tengo muchos conocidos por aquí con los cuales divertirme.
-¿Y pretendes que yo, una chica sexy y ocupada, pierda mi tiempo contigo?
-Conociéndote, puedo apostar a que te sigue gustando la diversión nocturna Lopez. En algún modo eso era cierto, pero ya no podía permitirse darse ese tipo de lujos. Trabajaba, tenia una familia por la cual velar, por más que haya tenido esa actitud una que otra vez, ahora intentaba hacer las cosas bien. “Pero estas divorciada” Resonó sin querer en su cabeza. Le gustaba sentir esa libertad por su sangre, y no pretendía ocultarlo, pero ella también conocía lo básico de aquel chico, y su diversión iba siempre acompañada de otras cosas más profundas. Ya no tenia ganas de gastar su tiempo con gente que en definitiva terminaría lastimándola, como todos. “Pero seria solo una sana entretención”
-Te llamare, si tengo lugar en la agenda. Soltó sin pensar mucho más, aunque después se arrepintió de sus palabras. Se largó del consultorio, dejando al ejecutivo con una sonrisa de maldad y triunfo.

Minutos después, llegó a casa de Brittany, no pretendía llegar tarde a la consulta con el pediatra. Entró rápidamente, dejando su bolso y su saco en la habitación, caminaba por el pasillo directo al baño cuando sintió algo particular cerca de ella.
-Hola, mamá. Saludó Axel con una voz tan dulce que causo que la latina poco mas se derrita ahí mismo. Lo abrazo con fuerza llenándolo de besos.
-¿Aprendiste a decir hola? ¿Cuándo? Sonreía con emoción.
-Hoy mientras jugábamos a las escondidas… Respondió la bailarina atrás de ellos. –Yo gritaba “hola” para que me encontrara más rápido, y luego el empezó a repetirlo. Tiene buena memoria.
-Eso es genial, estas aprendiendo más que cuando ibas a la guardería. Pero ahora será mejor que nos vayamos, estas muy guapo. Dijo dándole a una mirada a su pequeño. –Eso si. Aclaró despeinándolo un poco, verlo con el cabello tan arreglado le hacia recordar a cierto tipo que se llenaba la cabeza de gel. –Bien ahora si, despídete de Brittany. En ese momento, Axel simplemente pidió que lo bajen. Santana obedeció un poco extrañada. El niño corrió inmediatamente hacia su niñera, que contemplaba un poco más atrás, y la tomo de la mano; dirigiéndole una mirada a su madre.
-Ax tenemos que irnos… No hay tiempo para jugar.
-Mamá… Murmuró el moreno de nuevo arrastrando a la rubia con él, sin soltarla. Ambas se miraron extrañadas. Finalmente la latina comprendió el mensaje.
-Hijo pero…
-¡Mamá! Gritó con una mezcla de euforia y molestia. La ex cantante trago un poco de saliva, no tenia tiempo de regañarlo ni nada por el estilo.
-¿Quieres venir? Dijo, dándose por vencida, con un suspiro de molestia.
-Cómo negarse a los deseos de Ax. Sonrió la rubia tomándolo en brazos y dirigiéndose a las escaleras, en tanto el niño le sacaba la lengua a su madre, triunfante.