*FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*

jajaja te encantaaa mantenernos intrigadas y al pie del cañonn ufaa jaja sos genial besos!!

tatymm escribió:jajaja te encantaaa mantenernos intrigadas y al pie del cañonn ufaa jaja sos genial besos!!

Pero por supuesto que me encanta mantenerlas intrigadas, jajaja Muchas gracias, ahora dejo el capitulo para intrigarte aun más!

¡Lectoras queridas, muy buenas y tardias noches! Jejeje se me fue la hora, pero bien. Traigo el siguiente capitulo, que aunque corte en dos mitades sigue siendo bastante largo. Incluye todo lo que nos gusta, y ya me entenderan por qué digo "Nos" incluyendome. Creo que seria bueno que dividan los comentarios porque esta todo bastante mezclado. Saludos.

Capitulo 56: Cambios-Primera parte

La mañana del martes estaba iniciando con la presencia del sol en el horizonte. Los trabajadores municipales se marchaban de sus casas y los repartidores de los periódicos ya guardaban sus entregas en sus bolsas para repartirlas por los barrios. Un jovencito, de no más de quince años, manejaba su bicicleta con pereza, mientras subía el volumen de sus auriculares. Arrojaba un diario a cada entrada y pedaleaba un poco más rápido para que los perros de las propiedades no lo persiguieran. Lima era la ciudad de la rutina, donde todo podía permanecer igual por años y años si lo deseaban sus habitantes. El muchacho puso su vista al frente, pero frenó en seco cayendo de su vehículo, al notar que una bolsa negra de basura avanzaba frente a él.
-¡Pero que demonios! -Se asustó en el piso. Seguidamente, por el costado de la bolsa, se asomó una cabecita castaña.
-Menudo golpe. Creo que por eso mi mamá no me quiere comprar una bici. -Sonreía Iker, con los pelos algo despeinados y su pijama puesta.
-Niño, casi me matas… -Explicaba aquel repartidor levantando sus cosas. -¿Tan temprano sacando la basura?
-Sip, es que quiero sorprender a mis mamis.
-Eso esta raro… De acuerdo, ten. -Decía el muchacho entregándole un periódico al pequeño. –Oye y no andes solo por la calle eh… -Lo aconsejó ya marchándose de nuevo en su bicicleta. El castaño asintió, terminando de correr la gran bolsa de basura hasta dejarla al lado del bote.
Miró a su alrededor: solo una persona, además de él, circulaba por allí.

El despertador comenzó a sonar con frenesí, una hora después del amanecer. Rachel fue quien lo escuchó, levantando su antifaz para dormir. No lo tenía cerca por lo que, con mucha delicadeza, se deslizó sobre su esposa intentando parar el reloj que yacía en la mesa de noche de la rubia. Pero antes de poder agarrarlo, la abogada lo tomó con molestia estampándolo contra la pared. Se tumbó de nuevo en la cama, tapándose la cara con la almohada.
-Buen día cariño… -La saludó la actriz, acariciándole levemente el pecho. Ante eso, la rubia la miró con los ojos medios cerrados, pero esbozando una leve sonrisa. Se sentó a su lado y le dejó un pasional beso en los labios.
- El mejor, porque te tengo a mi lado. -Coqueteó la ex animadora acariciándole la barbilla a su esposa. Seguidamente, se recostaron otra vez, abrazadas.
-No quiero ir… -Murmuraba Quinn, sin dejar de hacerle algunas caricias en aquel castaño cabello bien perfumado y apenas despeinado.
-Pues falta. -Sonreía la judía, mirándola a los ojos.
-No puedo Rach, menos ahora que Amber exigió más empeño… -Alegaba la abogada, frotándose los ojos. -¿Qué clase de consejos son esos? ¿Acaso te gusta escapar de las obligaciones? Bromeaba al cabo de un momento.
-No, claro que no. Pero te viene bien un descanso… Además, así podríamos ir juntas a ver a Charlie.
-¿Tendrás un casting y eso?
-¿Tú que crees? ¿Que te llaman ya para contratarte? Eso no pasa ni en las películas Q. Seguramente tendremos otra entrevista como corresponde… -Explicaba Rachel, levantándose y atando su cabello con una coleta -¿Si vienes?
-¿Y como hago con mi jefa?
-Yo me encargo. -Sonrió la actriz, dejándole un leve beso en la mejilla, antes de salir disparada al salón.
Al cerrar la puerta de su habitación y dar unos pasos en el pasillo, entró al cuarto de su pequeño para que se levante a desayunar. Se cruzó de cejas al encender la luz y notar que aquel lugar estaba impecablemente ordenado, la cama tendida y los juguetes ubicados simétricamente. Dio unos pasos hacia atrás, un tanto inquieta, para salir en búsqueda del judío.
-¿Dónde se metió? Lo único que falta es que se vaya de casa porque ayer lo obligue a cenar brócoli… -Murmuraba con nerviosismo, revisando el baño y dando un vistazo por la ventana al patio de afuera. Al entrar a la cocina, se quedó de una pieza: La mesa estaba puesta, las tazas servidas y el desayuno a punto de comer.
-Buen día mamita linda. -Saludó Iker, bien peinado y vestido.
-Aik… Tú… ¿Tú hiciste esto? -Se impresionó la castaña, corriendo para agacharse frente a su hijo. El pequeño asintió, poniendo sus manos en su espalda. Rachel lo contempló unos segundos sin parpadear, hasta que reaccionó. -… Cariño ¿Estas bien? ¿Tienes fiebre? -Se asustaba tanteándole la frente con los labios.
-Es que me quiero portar bien, y todo a partir de ahora en casa será muy diferente. -Sonrió el castaño apoyando su mano en el hombro de la judía. Rachel se puso en pie, contemplando de nuevo la mesa y viendo que todo estaba prolijo, sin manchas, o fuego. Se giró sobre si, apurándose por sacar a Quinn de la cama.
-¡Cielo! -Exclamó abriendo la puerta de par en par, y haciendo que la rubia, que se estaba poniendo los pantalones parada, cayera al suelo con susto.
-¡¿Era necesario que…?!
-Nada de quejas, tienes que ver esto. -Cortó la castaña ayudándola a pararse con una amplia sonrisa. Segundos después, arrastró a su mujer a la cocina.
Quinn quedó en un shock parcial, terminando de acomodarse los botones de su blusa. Intercaló su mirada entre su esposa y su hijo, que la miraban con emoción.
-… ¿Quién eres y que hiciste con Iker? -Fue lo único que se atrevió a decir.
El niño les hizo una seña para que lo acompañaran en la mesa, cosa que las mujeres obedecieron como viviendo en una realidad totalmente diferente.
- ¿Aik como hiciste esto? El pan está tostado…
-Y el café caliente… -Murmuraba la abogada dándole un rápido sorbo a su taza.
-¿Necesita algo más, joven Fabray? -Se sintió una voz masculina desde el pasillo, haciendo que la rubia escupiera todo lo que se había llevado a la boca. Se giraron en su silla, quedando frente a un hombre de cabello largo, y aspecto bastante desarreglado, con una barba que le superaba el mentón.
-No Carl, te agradezco. Ya puedes marcharte.
-Muy bien. -Asintió el hombre, tomando en brazos una radio y un florero.
-¡EY, EY, EY! ¡¿A dónde se piensa que lleva eso?! ¡Para empezar ¿Quién demonios es usted?! -Exclamó Quinn, corriendo a quitarle las cosas al hombre, que la miró con miedo.
-Su… Su hijo me contrató como su mayordomo, y dijo que me pagaría con estas cosas y comida. -Murmuró el hombre. La rubia tildó su mirada, y prácticamente todo musculo facial que tuviera.
-…Con todo respeto, retírese de mi casa.- Señaló hacia la puerta.
-¿Y la comida…?
-¿Quiere comida? Bien. -Asintió la ex animadora girándose a la cocina.
Tomó una bolsa y metió todos los cereales, las galletas y el helado que encontró, ante la mirada atónita de los judíos. Segundos después, se la entregó al vagabundo que yacía en la entrada.
–Aquí tiene, disculpe las molestias, pero no está contratado. Adiós. -Agregó, empujándolo por la espalda y cerrando finamente la puerta. Rachel tragó saliva, asomándose en el marco.
-Al menos si hizo el desayuno… -Sonrió como los niños pequeños, inclinándose de hombros. Quinn la miró de manera asesina. Levantó el índice abriendo la boca como para empezar a gritar, pero luego bajó la mano. Apretando los dientes, elevó ambas manos haciendo la seña de que iba a estrangular a alguien pero, suspirando, también se detuvo. Seguidamente, inspiro todo el oxigeno que sus pulmones pudieran retener y lo soltó agachándose para tomar sus rodillas. Luego, solo se paró y sonrió de manera un tanto macabra.
-Tienes toda la razon cielito. Vayamos a desayunar, hoy que podemos. -Decía con su dulce voz, mientras la tomaba en hombros. –Por supuesto, ¿Como se nos iba a ocurrir que nuestro angelito iba a hacer el desayuno solito? Es un pan de dios, siempre intentando dar lo mejor de si mismo y ayudando a los necesitados, como a ese pobre, pobre, vagabundo que seguramente no se bañaba desde hace un mes o más. -Agregaba tomando asiento de nuevo en la mesa.
-¿Estoy castigado?
-¡¿Te parece…?! -Explotó Quinn, apretando al máximo sus mandíbulas y sacando todo el color rojo que pudieran poner sus mejillas, en menos de dos segundos. –Perdona, perdona, mi pequeño. -Se calmaba automáticamente acariciándole la barbilla a su hijo.- Fue muy considerado, la verdad. -Finalizo volviendo a tomar café, bajo la mirada preocupada de su esposa.
-Aik no puedes traer gente desconocida a casa, fue muy tierno, pero no fue correcto, pudo ser hasta peligroso.
-Entonces… Será mejor que vayan a buscarlo, porque también le di a Pompón en parte de pagos. -Decía Iker inclinándose levemente de hombros.
Ante eso, Quinn pegó la frente contra la mesa haciendo que esta temblara y las tazas dieran un pequeño salto en su lugar. Otro nuevo día comenzaba en la casa de la familia Fabray.

Un kilometro mas lejos de allí, Santana aun no se levantaba. Tenia todo el tiempo del mundo si quería seguir durmiendo, ese día las clases iniciaban después del mediodía, cuando los niños salían del colegio. No obstante su cabeza estaba sumergida en otros temas, por lo que permanecía con un anotador en las manos, escribiendo.
-Okey… Lista de gastos: Luz, gas, y el maldito plomero que casi me arranca el alma por esa cañería oxidada. Después… -Pensaba rebuscando la calculadora de su móvil entre las opciones. -…¿Por qué me cobran el agua? Para eso tendría que poner unos baldes en el patio los días de tormenta; sin dudas me ahorraría cientos de dólares al año. Gracias a dios no tengo internet ni teléfono fijo, ya estaría en bancarrota de ser así con todo lo que hablo con las chicas… Aunque no se si sea tan bueno solo contar con mi móvil. -Hablaba sola, poniendo una mano en su vientre.
Nunca fue destacada en los números y los cálculos. Normalmente era de las que, cuando tenían su sueldo en mano, imponía la ley de gastar y gastar, dejando que otros se hicieran cargo de llevar el conteo de las cuentas básicas. Pero ahora las cosas eran diferentes y, bien o mal, ya estaba aprendiendo a administrar todo por si sola como correspondía.
–Quizás… Puedo convencer a Finn para que revise el auto, y me ahorro el mecánico. Lo mismo que la tintorería… ¡Ah! Olvide recoger la ropa. Diablos, yo y mi mente olvidadiza. -Se quejaba echando hacia atrás la cabeza y peinándose ligeramente el cabello. –La peluquería… No, definitivamente aprenderé a cortarle el pelo a Axel. Menos mal que deje una parte de todo lo del consultorio. Ahora, gastos obligatorios: La guardería, aunque se puede pagar la cuota mínima. Toda esta basura de impuestos y, claro, no podría faltar hacer la compra del mes en el supermercado… ¿Me falta algo...?
No se crean que era raro verla hablando sola, era un buen modo de pensar, además nadie la molestaba y era libre de hacer lo que quisiera en su propia casa.
De pronto, sintió que la puerta se abrió levemente, y unos pequeños ojos marrones la espiaban con picardía. Sonrió enternecida, ya todos estaban despiertos.
-Vaya… ¿Me pregunto, dónde estará Axel? -Murmuró viendo como aquellos ojitos se cerraban a medida que la risa dominaba su pequeño cuerpo. Seguidamente, con un saltito, el pequeño Lopez entró a la habitación.
-¡Qui, mamá!
-Aquí, buen día, dormilón. -Lo saludaba su madre tendiéndole una mano para que se recostara con ella.
-¿Bobby? -Indagó Axel, mostrando que traía arrastrando a su peluche favorito desde su cuarto.
-Si cariño, él también puede venir. -Con eso el moreno se apresuró en treparse. Santana suspiró abrazándolo, escuchando la fuerte respiración de su hijo cerca de su oído, cosa que le producía una leve sensación de tranquilidad. –Ya eres todo un niño grande que duerme solo mi cielo, como pasa el tiempo... -Agregaba, acariciándole levemente la cabeza. –Wow eso es… Aun nos falta comprarle cosas a tu hermana. -Volvía a pensar en números, separándolo un poco para mirarlo a los ojos.
Axel la escuchaba con curiosidad, dando una mirada alrededor del cuarto. Gateó sobre el colchón para acercarse a la mesa de noche del otro extremo de la cama, alcanzando el pequeño pato de peluche que tanto quería. Al volver al lado de su madre, lo dejó sobre el vientre de la latina, que comenzó a reír de buena gana.
-¿Qué me quieres decir...? ¿Le compartirás tus juguetes? -Su hijo asintió mostrando sus dientitos, y volviendo a abrazarla. No podía negar que aquel moreno era lo mejor de su día, en cada momento de su vida. Iba creciendo, era cierto y no podía evitarlo, pero amaba cuan buen niño denotaba que seria. Su móvil empezó a sonar, distrayéndolos de su momento madre e hijos.
-Hey San, buen día. -La saludaba Brittany al otro lado de la línea.
-Hola Britt… ¿Cómo se encuentran? -Indagó la morena, refiriéndose a su socia y la pequeña Hudson que se quedó con ella esa noche.
-Bien, nos levantamos temprano, ahora estamos terminando de desayunar para salir a tomar el autobús que nos deja cerca de su guardería. -Explicaba la bailarina, jugando a hacer muecas frente a Kim que terminaba escupiendo su cereal de la risa. La morena se quedó pensativa un instante.
-¿El autobús...?
-Si… ¿No pensaras que la llevaré en la moto? Puede ser peligroso, y aun no compro otro casco.
-En eso tienes razon, es bueno que seas tan cuidadosa.
-Finn me mataría si le llegara a pasar algo a esta pequeña.
-Oye, yo tengo que ir al mercado luego de dejar a Ax; si nos esperan una media hora, pasamos a buscarlos.
-Uhmm… ¿Segura?
-Por algo te lo estoy diciendo Britt… Decía la latina, levantándose de su cama.
-Bien, nos encantaría. Además… Tengo que hablar contigo, y quisiera que fuera en persona… Santana se cruzó un poco de cejas, no sabia de que tema se trataría como para que la rubia dijera eso.
Se despidieron minutos después, y los morenos se vistieron a toda velocidad. Un desayuno express para ambos no les venia mal para variar, por lo que fueron permitidas algunas golosinas. Antes de salir, la morena subió a buscar su móvil y su bolso, pasando por el pasillo que encaminaba a las puertas de las tres habitaciones. Dio una rápida mirada a la que se encontraba vacía, solo con algunas cajas de libros y cosas sin gran utilidad.
-También tengo que ver cómo decorar este cuarto, ya va quedando menos para finales de diciembre… -Fue un último comentario que hizo, anotándolo en su lista imaginaria de cosas por hacer, recordando las fechas en que la doctora le explicó que era posible que la bebe naciera; detalle que por cierto la ponía algo tensa aun.

En el auto, y escuchando música a buen volumen, llegaron en cuestión de minutos a la casa de Brittany.
Axel espiaba por la ventanilla de la parte trasera, pero al ver que se acercaba Kim, solo tildo su mirada totalmente, casi de igual forma que Santana. Su socia y la hija de su amigo venían bien peinadas, con vestido veraniego y en el caso de la rubia maquillaje a juego totalmente con sus delicadas facciones.
Para la bailarina de las mejores cosas que le podían pasar era quedarse con Kimberly, ya que veían películas animadas, o jugaban a la peluquería, si es que no cocinaban alguna cosa dulce.
Con una sonrisa, se saludaron y emprendieron pronto la marcha a las guarderías de los niños, puesto que se les estaba haciendo un poco tarde, y el tráfico aquel día era peculiarmente denso. Una vez que Ax se fue con su maestra y sus compañeros, las dos mujeres fueron al mercado.
-Anda te has vuelto muy organizada… Hablaba Brittany, leyendo la lista de compras de la morena.
Santana revisaba precios, casi obsesivamente en algunos casos. Los sacrificios valdrían la pena, por más que contara con dinero, de eso no tendría dudas.
- Si bueno, me manejo más fácil así… Y dime… ¿De que querías hablarme?
-Es sobre Jenny… -Ante eso la morena si giró a verla con curiosidad.
-¿Jenny?
-Si, la cuñada de Artie.
-Ah, si la conozco… Pero por su nombre completo. -Murmuraba la latina, volviéndose a concentrar en las góndolas. -¿Qué pasa con ella?
-Pues, algunos días a la semana ella y su grupo vendrán a ensayar a la academia por la noche… Quería saber si eso te molesta… Somos socias, el local es de ambas, y…
-¿Son muchos días?
-No, a lo sumo serán cuatro clases nocturnas semanales, en este mes…
-¿Pagaran la cuota?
-Por supuesto.
-Pues por mí no hay problema, aunque creo que ya es medio grandecita para andar recibiendo clases. ¿No que tenia una tecnicatura o algo así?
-Es mucho más joven que nosotras, se graduó hace poco, así que no dudo que pase de los veinticuatro, pero es digamos una “recién llegada al mundo”, y no siempre es fácil organizar coreografías grupales.- Sonreía la bailarina tímidamente.
Santana la escuchaba atentamente, tal parecía que aquella castaña le caía bien a su socia. No es que a ella le callera mal, en verdad ni la conocía, pero seguía pareciéndole algo extraño el acercamiento que Jennifer había tenido de un momento a otro.
– Yo la entiendo, a ese tiempo yo estaba totalmente acelerada por sacar el titulo en coreografía y poder manejarme totalmente por mi cuenta; a ella le falta ese impulso para adentrarse…
-Vaya cuanto la conoces en tan poco tiempo… -Comenzaba a decir la ex cantante, pero se vio interrumpida por el panadero frente a ellas.
-¡Pero como han crecido ustedes dos! ¿Cuántos años que no pasan a visitarme? -Sonrió un hombre anciano con acento medio italiano, vestido de blanco con un pequeño y arrugado gorro de chef. Las chicas tardaron en reconocerlo pero en efecto, era el mismo hombre que les regalaba algunas galletas cuando eran adolescentes y pasaban a comprar cosas para hacer un picnic o algo por el estilo. -¿Cómo han estado?
-Muy bien señor, es lindo volver a verlo.- Asentía Brittany, tendiéndole la mano gentilmente. El panadero se la beso levemente, haciéndole después una seña a la morena.
-Como olvidarlas, si eran mis clientas favoritas, siempre tan dulces y románticas. Tomadas del meñique, e caminando felices por la vida. ¿Se acuerdan cuando las defendí de los guardias?

(Flashback)
-No San que nos van a echar de aquí… -Murmuraba Brittany, sujetando su mochila con cara de miedo.
-Vamos que aquí esta frio. -Sonreía la latina tomándola de la mano y adentrándose a la cámara donde resguardaban los helados. –Además esta obscuro… -Agregaba poniendo voz sensual, mientras deslizaba su mano por la espalda de la rubia, que sentía escalofríos en cada contacto que tenían.
Se acercaron, sintiendo como su aliento se congelaba al salir al aire, pero no detuvo una leve sesión de besos, que venían necesitando toda la tarde. Sus labios se conectaban de tal forma que les era imposible parar, por el contrario, cada vez los profundizaban un poco más, al punto de rosar tímidamente sus lenguas.
Brittany, se despegó levemente, viendo a su novia en secreto directamente a los ojos, solo para percatarse que toda la vida amaría aquella mirada tan firme pero cautivante.
Los vidrios de las neveras estaban empañados cosa que atrajo su atención. Con suma delicadeza, comenzó a escribir con su dedo, ante los ojos de Santana, una frase muy simple pero linda:


La latina la abrazó por los hombros, dejándole otro leve beso en los labios.
-Y yo te amo más… -Sonreía.
Las puertas de la cámara se abrieron, y dos musculosos hombres se hicieron paso.
-¡Que no saben que este lugar es de paso restringido! -Gritaron, asustando al par de animadoras.
Con agilidad, la morena tomó unas cuantas paletas que sobresalían de las cajas y se las lanzo certeramente en la cara. Seguido a eso sujetó a su chica de la mano y corrieron velozmente para no ser atrapadas.
Cuando los guardias salieron las rastrearon rápidamente por los pasillos.
-¿Tú no viste a dos porristas correr por aquí, Luigi? Indagó uno de ellos con voz dictatorial.
-Eh se fueron por la zona de los lácteos… -Señalaba el panadero, unos años más joven y con el cabello más oscuro. Seguidamente aquellos tipos se largaron para buscarlas.
Luigi rio, mirando hacia el suelo en su costado izquierdo. Las chicas, agachadas tras el mostrador, le agradecían en modo mute.
(Fin del flashback)

-Ah pero qué buenos tiempos. -Sonreía el italiano, viéndolas con ternura. – Es lindo verlas juntas aun, que tengan un bello día. -Les dijo entregándoles una cantidad de galletas con forma de corazón. Eran idénticas a las que le daba antes, eh inevitablemente las chicas le agradecieron conmovidas, aunque hundidas en sus pensamientos, ya que aquellas masas fueron lo único que no presentaron ningún cambio a lo largo del tiempo.

El día transcurrió velozmente, ya el atardecer se hacia presente, y la familia Fabray volvía en el auto rumbo a su casa.
Rachel se llevó una mano al pecho, suspirando un poco extraño.
-¿Estas bien, que tienes? -Se preocupó Quinn, mirándola por un instante mientras conducía.
-Si, es solo que sentí… No se, quizás sea exageración o…
-¿O...?
-Puede ser… Una corazonada, hace tiempo que no sentía una. -Se agitó un poco la castaña, cruzándose de brazos. Su esposa le sonrió con una pizca de escepticismo; por más cosas que pasaran, ella dudaba del sexto sentido que la judía decía tener.
-Quizás sea de buen augurio, porque seguro te llaman para ser la protagonista de la obra. -La calmaba tomándola de la mano.
-¿Tu crees?
-Si cielo, estuviste genial en la audición. Charlie te lo dijo, y el otro protagonista también…¿Cómo se llamaba? Ryan, él también te felicitó y se veía emocionado por trabajar contigo.
-Ya habíamos trabajado juntos. Él es seguidor activo de Charls y sus trabajos; que en lo personal creo que son increíbles. Me decía que la verdadera protagonista abandonó la obra, por otra de mejor presupuesto y fama… -Hablaba la castaña recordando la charla con su antiguo jefe. En ese sentido no le habia explicado mucho los motivos para que una de sus actrices lo dejara colgado, pero mil veces prefería tener a Rachel Berry, de nuevo en su comitiva.
- Ella se lo perderá, estoy segura que tu serás mejor que ella y por mucho. -Sonreía la abogada con ternura.
Su mujer le dio un leve beso en la mejilla sonriendo también, pero no obstante ese malestar en su pecho no cesaba.

Brittany había finalizado con la clase del dia, y daba algunos saltitos persiguiendo a Kim y a Axel que luego de ser retirados de la guardería se quedaron con ellas, prometiendo portarse bien.
Jennifer llegó más temprano, encontrando a la rubia en el salón aun moviéndose. Se saludaron con alegría, esperando ansiosas la llegada de la noche y el grupo de la castaña, que ya estaba informado de su próxima presentación.
-Bien niños, vamos que yo me encargo de hacer la cena… -Explicaba la latina haciéndose paso en el salón. Se frenó a unos metros de las bailarinas, que le sonreían tranquilamente. –Que tal Jennifer…
-Hola Santana. La saludaba tímidamente. -¿Te gusta la música? -Le preguntó de un momento a otro.
-Pues s-si, enseño canto, claro que me gusta… -Respondía la morena, tomando en brazos a Axel.
-Genial. -Asentía la bailarina más joven poniendo las manos en la cintura. –Leía en internet que la música es buenísima para los niños chiquitos, seguro tu futuro bebe se regocija escuchándote cantar.
-Puede ser… -Agregaba la latina, un tanto incomoda con la libertad con que aquella muchacha hablaba. –Bueno Kimi, será mejor que nos vayamos, así Britt puede seguir concentrada con sus cosas. Además tu papá ya regresa pronto.
-Salúdame a Finn. Le decía la holandesa mientras destapaba su botella de agua. Seguidamente se despidieron con una seña de su mano, quedando solo las bailarinas en el salón.
-Que familia deben hacer… -Murmuraba Jennifer, mirando hacia la puerta. Brittany la escuchaba tomando bastante agua. -¿Santana y Finn están juntos?
Ante eso la holandesa escupió todo de golpe, mirándola con total sorpresa.
-¿Por qué dices eso…? Decía, secándose con su puño, y sonrojándose a tientas.
-Pensaba, como los vi tan cercanos las otras veces, y como Kim se iba con Santana, pues creí que…
-No, no. -Cortaba Brittany velozmente. –Son amigos; Kim es hija solo de Finn. Y San, es divorciada…
- ¿Y la mamá de Kim?
-Falleció hace unos años…
Ante eso Jennifer sintió un nudo en la garganta, no imaginaba que aquel grandulón era viudo; la hija de él le había caído muy bien, parecía una niña muy dulce eh inocente. Le daba pena que solo tuviera a su papá, y de algún modo se sentía identificada, ya que ella tampoco pudo crecer junto a su madre.
La clase inicio un rato después, por lo que esa charla quedó en el olvido.

Finn conducía de regreso, estaba cansado. Había trabajado ayudando a su antiguo suegro en la quinta que tenia de buen ánimo, pero ya para esas horas el agotamiento era grande.
Deseaba llegar pronto a su casa, y tenderse a ver las caricaturas junto a Kim como acostumbraban algunas noches. El trafico en Lima seguía movido, pero para su suerte la radio lo distraía de aquel estresante lio.
Un semáforo en rojo lo detuvo, a lo que el pacientemente mantenía la mirada al frente. Se quito el cinturón por un momento para cambiar de posición y poder acceder a la guantera buscando su disco favorito de Los Beatles.
No se dio cuenta que el semáforo había marcado la luz verde, con lo cual el resto de los vehículos comenzó a circular. Al enderezarse y apresurarse en acelerar, el auto se paró solo.
Intentó arrancar, cruzándose de cejas; pero el único sonido que percibió fue un bocinazo por la parte de atrás, mientras veía con súbito susto como unas luces potentes se acercaban amenazantemente hacia él. Lo chocaron y la camioneta quedó en el medio de cuatro calles.
Confundido y desorientado, miro hacia su izquierda, sin darse cuenta que un segundo auto acabo automáticamente impactándolo desde el lado del acompañante con mucha violencia. Solo percibió como su cuerpo chocaba contra su puerta, que con impulso de las fuerzas de inercia, se abrió.
En un corto flash, se vio tumbado en la carretera, mucho ruido se sentía, pero él solo fijo sus mirar en el obscuro cielo, que dejaba que las titilantes estrellas brillaran frente a él. Su cuerpo no le respondía, y sin más fuerzas que soportar, sus ojos se cerraron, dejando que su cabeza se doblara hacia un costado.

o por diooss!! rach y sus corazonadas!! pobre finn ufa que no le pase nada pobre kim sufriria muchisimoo!! me encanta san celosa mmm jajajaja y britt jaaj muy bueno! me encanta aik jajajaja es todo un caso ajjaa y ax es re dulce y tierno me lo comeria a besos ajja!

muy bueno como siempre nena, mm no entendi dividir los comentarios de que manera? me parecio re corto el cap jaja estoy ansiosa a mañana a leer el otro aunque no me enojo si lo subis ahora jaja re ansiosa pero bueno besitos descansa!!

Como me gustan ese tipo de flashback xD..

Si que tiene buenas corazonadas Rachel eh. Solo espero
y no le pase nada grave a Finn, ya te estabas tardando en
traer algo de intriga y drama

Por cierto lo que Aik hizo fue genial, si que es un diablo ese niño
y Quinn tratando de controlarse, manteniendo la calma, pero creo
es casi imposible con un hijo así jaja.
Hasta la próxima.

Fuuuuuuuuuuuuuccccccc****** Finn se muere???? nooooooo justo cuando hacen que por fin me caiga bien.... :/ ojala que no le pase nada

Jenny me cae geniaal! va a tener algo con britt? :O si te digo la verdad no me importaria jajajaja

y san celosa me encanta :)

Nooooooooo Finn :( Es el primer fic que leí donde el grandote me cae bien y ahora le pasa esto, ojalá no sea nada muy grave. Ay Rachel y sus corazonadas...

Quiero decirte que morí de risa con Aik, juro que hasta ahora lo recuerdo y sigo riendo, especialmente por lo del vagabundo y Quinn ajajajajaja. Y Ax me mata de ternura junto con su sexy mami Santana, que se nota está celosita por Jenny y Britt jé. Britt es un pan de Dios, enserio. Me cautiva su dulzura ♥

Espero que actualices pronto, como ya te lo dije, amo este fic. Me armaré de paciencia para esperar que alguna de las Brittana se acerque más.

Saludos! :)

aun sigo riendo con las ocurrencias de iker, me encantan y no me canso de decirtelo, pero me encantan aun mas las reacciones de quinn, son tan reales, la entiendo, mi caracter es asi de explosivo y creo que me identifico con ella, solo de imagina que metio a un extraño a la casa, aun me rio. Mori de ternura con axel dandole el patito a santana para su hermanita, tambien adoro a ese niño, es irreal estar encarñada con personajes que no existen, axel me recuerda a un bebe que cuide un tiempo, muy tierno y cuando se reia se le veian sus dientitos. el recuerdo brittana a sido genial, y la frase me ha dejado sonriendo, aunque e cierto, la galletas es lo unico que no ha cambiado con el tiempo, ¿El sentimiento cambio? creo que esa ha sido la intriga durante todo el fic. Y por ultimo finn, aqui es el unico fic donde no quiero que a finn le pase algo malo o desaparezca, es genial como has descrito y desarrollado el personaje y me encanta, creo que el drama esta de vuelta. Excelente capitulo y un abrazo.

Finn como le va a suceder eso y jennifer mucha preguntadera

yo solo te pido que esto que le paso a finn no afecte la relacion faberry bastantes problemas an tenido y de paso con ese hijo no mas problemas
tampoco quiero que finn muera me parece que quedaria bn con yenny

hola me encontré con este fic hace un mes atras tenia aproximadamente 53 capitulos algo así bueno el caso es que me los imprime todo y los lei y dejame decirte que no puedo creer que ya vallan 56 capitulos y todavía no hay un acercamiento brittana como se debe y no veo esperanzas solo espero que no llegues al capitulo 100 sin brittana aunque el ultimo flasback fue muy lindo pero noooo yo ya quiero brittana y pronto porque voy a morir de la desesperación.

no había comentado antes xq casi no tengo tiempo, no se como me tienes enganchada a esta historia creo que es la esperanza de ver pronto a brittana juntas hayyy estas niñas que van a paso de tortugas .

básicamente me gusta tu historia esta bien escrita los personajes toda la trama esta bien llevada, otra cosa amo a Iker todas sus ocurrencias me matan de la risa y bueno a pesar que mis brittanas va como ya lo dije a paso de tortuga me declaro una fiel lectora aunque no comente mucho quiero que sepas que te leo y que siempre estoy a la espera de un nuevo capitulo .

saludos espero que actualices pronto

hola de nuevo :) no leíste mal en serio lo imprime y si es verdad se gasta full tinta y hojas pero bueno vale la pena y esto lo hago porque aveces no tengo tiempo para estar leyendo en la computadora y pienso que leer en la comodidad de una cama es mejor!!! al menos que te quedes dormida aunque a mi todavía no me a pasado bueno solo cuando tengo que estudiar .

pasando a lo siguiente como que prevés que esten junta en el capitulo ochentaaaa en serio nooo de verdad que te gusta vernos sufrir pero bueno aquí me mantengo aaaaa me olvidaba espero que no me mates a Finn ojala que no te hallas contagiado de la escritora de grey's anatomy que anda matando a los personajes

espero te valla bien el la nota de tu trabajo me despido saludos

Vrfanbrittana escribió:hola de nuevo :) no leíste mal en serio lo imprime y si es verdad se gasta full tinta y hojas pero bueno vale la pena y esto lo hago porque aveces no tengo tiempo para estar leyendo en la computadora y pienso que leer en la comodidad de una cama es mejor!!! al menos que te quedes dormida aunque a mi todavía no me a pasado bueno solo cuando tengo que estudiar .

pasando a lo siguiente como que prevés que esten junta en el capitulo ochentaaaa en serio nooo de verdad que te gusta vernos sufrir pero bueno aquí me mantengo aaaaa me olvidaba espero que no me mates a Finn ojala que no te hallas contagiado de la escritora de grey's anatomy que anda matando a los personajes

espero te valla bien el la nota de tu trabajo me despido saludos

Totalmente de acuerdo, leer en la cama es lo mejor del mundo :3 si salvo leer libros obligatoriamente, cuando las cosas son hechas con placer es mil veces mejor xD
Jejejeje no dije que estarian juntas en el capitulo ochenta, más bien explique la cantidad de capitulos que planeo hasta terminar la historia. Muchas cosas pueden pasar. Tranquila primero terminare matando los nervios de mis lectoras antes que matar a alguien en el fic, es cierto lo de grays anatomy, a mi me dejo de gustar con esos giros de matar a varios personajes porque no tiene una mejor salida para los actores que ya no quieren participar; solo ruego que Ryan no se copie de esoxD
Muchas gracias por todoo :)

Estando en mi modo rebelde activo, me atrase con la actualizacion. Merezco que me insulten en ingles o español, como ustedes quieran jajaja :)
Lectoras queridas, muy buenas tardes. Ante todo mil gracias otra vez por sus comentarios, y aqui sin más que agregar les dejo la segunda parte, emotiva para mi gusto.Perdonen enserio el retraso. Saludos Ah en las respuestas de más arriba les deje dos fotos, los nombres estan en color al final del comentario. ;)

Capitulo 56-Cambios- Segunda parte

Brittany iba en el asiento de acompañante con la mirada algo ida en la carretera. Hacía menos de veinte minutos que había finalizado la primera clase nocturna, y ni bien se acercó a tomar sus cosas para cerrar, su móvil empezó a sonar de manera frenética. Rachel la llamaba yendo a toda velocidad con Quinn hacia el hospital de Lima: su amigo había estado involucrado en un accidente de transito bastante grande, y lo que los médicos llegaron a decirle era que necesitaban familiares o personas allegadas al él.
Jennifer se ofreció inmediatamente para acercarla, ese día había logrado convencer a su hermana mayor para que le prestara su auto.
-Perdona que venga en silencio, no soy buena para estas situaciones, quiero decir… No se qué puedo o no comentar… Hablaba la conductora, mirando de a ratos a su compañera. La rubia dibujó una débil sonrisa con sus labios, pero el temor se notaba ampliamente en su mirar.
- Descuida, ya me basta con que me acerques hasta el hospital, de verdad te lo agradezco…
-Oye… Todo estará bien. -Inspiró la castaña, en tanto maniobraba y movía sus obscuros ojos en busca de más palabras para que su colega se tranquilizara. – Los doctores son geniales, la medicina ha evolucionado muchísimo, no cabe dudas que lo ayudaran y Finn volverá a estar como nuevo con ustedes en breve, quizás hasta ya este bien ahorita.
-Dios te oiga Jenny. Fue lo ultimó que agregó la bailarina agachando la cabeza eh interiormente rezando por el castaño. Minutos después llegaron al hospital.
Se bajaron del auto una vez que encontraron un buen sitio para estacionar. El corazón de Brittany se aceleraba a cada paso que la aproximaba hacia la entrada ¿Seria capaz de ingresar de nuevo a ese lugar? Por alguien que quería no dudaba que podía sacar fuerzas, pero allí estaba, frente a la puerta de vidrio viendo como todo adentro se revolucionaba de enfermeros, doctores, camillas y heridos.
El accidente había tenido una magnitud bastante amplia. La camioneta de Finn fue la primera que desencadenó una serie de choques en las cuatro avenidas en que quedo atravesada. Para suerte de la holandesa, tras quedarse en eterno silencio en la entrada junto a la otra bailarina, Rachel salió de allí con Iker de la mano.
-¡Tia!
-¡Britt, es bueno verte! -Saludaron los judíos, abrazándola de manera algo torpe.
-¿Cómo esta Finn? ¿Qué le paso? Me hablaste demasiado rápido, no termine de entender como fue que...
-Lo chocaron, la camioneta quedó hecha añicos, él salió disparado por la puerta…. Ahora le estaban haciendo estudios, no me pudieron dar mucha información porque hay más heridos y los doctores están muy ocupados como para detenerse a hablar con alguien. -Explicaba Rachel frotándose un poco la cara como para borrar el stress de su mirar. Las corazonadas eran algo que le advertían que se produciría un hecho trascendental, lo había entendido desde el momento en que se estaba por casar con Finn, y cinco minutos después le avisaban que era Quinn, aquella vez, quien había sufrido un accidente.
Brittany la escuchaba aun incrédula de lo que estaba pasando. Seguidamente reaccionó mirando a su compañera que escuchaba todo atrás de ella.
-Pe-perdona. Jenny ella es…
-Rachel, nos vimos el sábado en la tienda donde trabajo.- Asintió la bailarina.
-Si, justo pase a ver a Artie para saber bien la fecha de su boda y me encontré con ella y hablamos un poco. Britt me contaba que te esta ayudando con la coreografía, eso es fantástico.
-Jaj, si, Britt es genial. -Sonreía Jennifer mirando a su compañera con dulzura. La holandesa le sonrió también, pero de manera mucho más leve. Pero al cabo de un instante, se cruzó de cejas, mirando hacia todos lados.
-¿Y Quinn…? Fue una pregunta que dijo casi instantáneamente. La actriz la miró inclinándose de hombros.

La abogada estacionó frente a la casa de su amiga latina. Tras saber que Finn había chocado, se apresuró en acercarse al hospital con su esposa, y una vez que averiguaron a tientas que el castaño estaba vivo, tomó la decisión de ir a avisarle a Santana la situación. No se lo podían ocultar, menos estando Kim con ella expectante a que su padre pasara a recogerla y sin dudas avisarle por teléfono no era la mejor opción. Lo que le preocupaba era cómo darles la noticia, no era muy buena o dulce a la hora de informar ese tipo de cosas y rebuscaba la manera más dócil de hablarles. Tocó el timbre, y pasados unos segundos la morena la recibió con una pizca de sorpresa.
-¿Qué haces aquí Fabray? -La saludó, invitándola para que entre. La rubia se mordía los labios, sin poder disimular su cara de preocupación. La latina se percató instantáneamente del semblante de su amiga, la conocía demasiado bien como para no darse cuenta. Los niños jugaban en el salón, pero también se acercaron velozmente al oír el timbre.
-Oh, hola Quinn, pensé que era mi papi el que había llegado. -Decía Kimberly, poniendo las manos en la espalda.
-Tu papá no debe tardar Kimi, vayan tranquilos aprovechando para jugar.- Le hablo Santana, en tanto la abogada tragaba saliva a más no poder. Los pequeños asintieron, y las mujeres se adentraron a la cocina. –Bien, por tu cara: O atropellaste con el auto a Pompón, o mandaste por correo aéreo a Iker hasta Málaga. -Argumentaba la morena cruzándose de brazos. La rubia suspiró todo el aire que pudo antes de hablar.
-Siéntate… -Le ordenó, provocando que la latina comenzara a preocuparse de verdad. –San… -Murmuraba midiendo cada palabra que pudiera. –Lo que pasa es que…
-¿¡Que Fabray?! Ya me estas poniendo nerviosa.
-Perdona, es que… Finn no podrá recoger a Kim.- Continuaba, agachando la cabeza. Santana se cruzó de cejas, con una pizca de confusión. –Hubo un accidente de transito y él estaba allí…
-… ¿Estaba? ¿Cómo que estaba? ¿Y ahora donde está?- Susurró la ex cantante velozmente.
-No, no, escucha. Él está bien… O bueno, no… O si, o lo estará, o no lo se. Ahora está en el hospital, Rachel me mando un mensaje y dice que lo están revisando.- La psicóloga se llevó las manos a la cabeza, nunca hubiera imaginado que algo así pudiera pasar. Hacia un día apenas había estado hablando con su amigo, diciéndole que ella podía hacerse cargo de Kim si lo necesitaba y podría pasar a buscarla cuando volviera del campo. Esos cambios bruscos eh impredecibles no le gustaban nada, y ahora en su mente se apoderaba el temor de que Finn no saliera bien de esa situación. –Por favor di algo… -Hablaba Quinn, mirando a su amiga, que se había sumergido en pensamientos.
-¿Y ahora que le decimos a Kim? No podríamos mentirle, ella esta esperando a su papá, mientras cenábamos me dijo que ya lo extrañaba. Maldita sea, a Hudson no le puede tocar tanta mala suerte…
-¿Qué pasó con mi papá? ¿Hablaban de él verdad? Interrumpía Kimberly, con un dedo en los labios que generaban un pequeño puchero algo tímido. Las amigas compartieron una mirada de malestar.

Media hora pasó; larga, difusa, como la línea imaginaria que demarca el sonido que se pierde en un pasillo vacío. Brittany había hecho un esfuerzo y se encontraba en la recepción, junto a Rachel y Jennifer, que prefirió quedarse acompañándolas por si necesitaban salir en el auto. Iker jugaba por el corredor con las baldosas. Ya las cosas en el hospital estaban más serenas pero no quitaba que el ambiente siguiera tenso. El escepticismo rodeaba a las amigas, puesto que no habían obtenido ninguna clase de información. Empezaban a temer que si tardaban tanto era porque la situación de Finn era complicada.
-¿Se conocen hace mucho? Indagaba la castaña con mechones rubios mientras observaba a Iker jugar. –Perdón, soy bastante preguntona… -Sonreía iluminando un poco su mirada.
-Con Rach y Finn nos conocemos desde la secundaria, como con Artie… Después, con Quinn, la esposa de Rachel, también nos conocemos pero desde finales de la primaria.- Explicaba Brittany, evitando levantar la mirada frente a una que otra enfermera que pasaba cerca de ella.
-Somos un grupo raro, tardaríamos horas y horas en explicarte todo lo que hemos pasado juntos.- Suspiraba la judía. –De todas formas las que más tiempo llevan de conocerse son Santana y Britt… -Agregaba esbozando una leve sonrisa.
-Bueno pues yo tengo tiempo, y me encanta escuchar historias. Decía Jennifer inclinándose de hombros. Seguidamente Iker se acercó para quedar frente a ella, viéndola con curiosidad.
-¿No te dolió clavarte eso? Señalaba el joven Fabray, haciendo referencia al pequeño pircing de la bailarina castaña.
-Si, llegue a llamar a mi mami y a varios paramédicos cuando me lo hice, pero ¿A poco y no queda bien? Bromeaba Jennifer, mirándolo con picardía.
-¿Los niños se pueden hacer eso?
-Si, pero cuando crecen, a ti te quedaría genial uno en la ceja, con esos ojazos que te gastas.

Pasos veloces se oyeron acercarse, y allí apareció el resto de la familia. Quinn traía en brazos a Axel y Santana sostenía de la mano a Kim, que permanecía con la mirada nublada y triste. La latina miró intercalado a sus amigas y luego a la otra conocida que las acompañaba sin hallar una justificación para que se encontrara allí.
-Chicas… -Murmuró Rachel poniéndose de pie. Kimberly se soltó del agarre para caminar hacia las bailarinas.
-¿Mi papi está bien? -Preguntó mirando con pena a Brittany, que sintió que le daban un golpe en el pecho al ver tan triste a esa niñita. –Oh, hola, tu eres la maga… Sonreía débilmente reconociendo a Jennifer.
-¡Mami, mami, mami, mami, mamá, oyeee, maaaaaaa! Hablaba velozmente Iker, tirándole de la camisa a su madre rubia, que suspiró poniendo su mirada en blanco, entrecerrando los parpados.
-¿Qué hijo, qué? Por el amor de dios, dime qué sucede. -Dramatizaba, mirándolo fijo.
-¿Me puedo poner un pircing en la ceja? -Ante eso la abogada abrió los ojos, sus amigas escuchaban entretenidas.
-¿De donde sacaste esa idea? -Se quejó, mirando de manera amenazante a su esposa.
-Perdón, fue mi culpa. Habló la bailarina más joven, levantando la mano como los niños pequeños. –Le dije que le quedaría bien uno, pero cuando sea más grande…
Quinn la contempló unos segundos: no se le hacia familiar, y le parecía bastante particular que ande dándole ese tipo de ideas a un niño dramático eh hiperactivo como Iker. A todo esto, Santana se había sentado en el lugar que Rachel había dejado vacío, del lado izquierdo de Brittany que la miró con una sonrisa tímida.
-¿Estas bien? Se preocupó, recordando perfectamente que aquella rubia le tenía fobia a los hospitales.
-No podría estar ahí afuera con más incertidumbre de la que ya tengo aquí… ¿Tú te sientes bien?
-Si me dices que Hudson saldrá por una de esas puertas, en muletas a lo sumo, ahí creo que volveré a estar bien…
-Quisiera poder decírtelo entonces…- Murmuró Brittany, mirando de nuevo al suelo y poniendo sus manos apretadas frente a ella. La latina la miró con cariño, esos comentarios de la rubia siempre terminarían enterneciéndola.

A la vista de todos, los camilleros pasaron a velocidad media. Las mujeres se quedaron inmóviles, solo sintiendo que se les comprimía el pecho: Era Finn el paciente que iba en estado de inconsciencia en la camilla. Llevaba un cuello ortopédico, tenia varios raspones en los brazos y la cara, que además era presionada por una mascarilla de oxigeno.
-¡Papi! Gritó Kim sin poder evitar el uso del mayor miedo y dolor que tuviera su pequeña alma. –Papito, por favor, quítate eso, vamos, necesito un abrazo tuyo…. Decía siguiendo a los camilleros.
-Por favor, sostengan a esta niña. -Pedía uno de los médicos que caminaba junto a los otros trabajadores hospitalarios.
Ninguna de las chicas era capaz de reaccionar, no les parecía creíble estar allí viendo cuan lastimado pudo salir el amigo de todas. Finalmente, fue el mismo Iker el que agarró por la mano a Kim.
-No llores Kimi, no me gusta que llores… -Le dijo, secándole dulcemente las lagrimas a la pequeña Hudson, que se había arrodillado en el pasillo, viendo como los camilleros llevaban a su padre hacia otra habitación.
-Iré a pedir información…
-No Rach, yo voy, y me van a tener que escuchar.- Cortó la abogada mirando a su esposa seriamente, mientras bajaba a Axel. –Cuiden a Kim por favor… -Aclaró antes de avanzar por el pasillo en busca de los médicos.
-No quiero que mi papi se muera, por favor diosito que mi papi se quede conmigo. -Sollozaba la pequeña castaña, haciendo que el corazón de todos en esa sala se estremeciera. De un momento a otro miró a Jennifer, acercándose junto a Iker que luchaba por no generar un puchero en sus labios. –Tú eres maga, ¿Puedes hacer un truco para que mi papi vuelva a estar feliz como ayer? Quiero que este conmigo, y que veamos caricaturas.- Agregaba sin dejar de llorar con mucha pena. La bailarina más joven tragó saliva, no sabiendo qué decirle.
-Los doctores son mejores magos que yo, y les diremos que cumplan tu deseo. -Le dijo con melancolía y un sentimiento de culpa al ilusionar a la pequeña de esa forma con sus virtudes “mágicas”.
-Ahora regreso… Yo… Necesito aire. -Murmuro la morena poniéndose de pie y caminando hacia la salida. Sus otras dos amigas la miraron sin atinar a decir una palabra.
-¿Te quedas con…?
-Si ve, tranquilízala. -Le contestó la judía a Brittany con una seña para que se apurara, mientras atraía a Kimberly para que se sentara a su lado. Seguidamente, la bailarina salió casi corriendo en busca de la latina.
Santana deambulaba en la entrada con un nudo en la garganta y la cabeza gacha.
-¿Qué hacer si a Finn le pasa algo más grave? Comento pensando en voz alta. Brittany se acercó hasta quedar frente a ella, mirándola con tristeza. –Perdón, ya sé que ahora tendríamos que estar allí adentro intentando contener a Kimi, pero… ¿Por qué la vida es tan rara? Pareciera que se ensañara con las personas que no se lo merecen…
-Así es el destino, es algo que no podemos evitar.
-Claro, ¿Y de que va esto, huh? ¿Qué enseñanza nos quedaría si Finn, dios no lo quiera, se muere?
-Que la vida es muy frágil San, un día estamos y al otro… Puede que nos tengamos que ir… -Agregaba la rubia tomándola por los hombros. –Pero Finn va a salir bien, tengamos fe.
-Si lo se… -Susurraba la morena, agachando la mirada. –Esta sensibilidad que me esta matando, ver a Kim así… No pude evitar pensar…- Murmuraba cruzando por momentos sus ojos con los de la bailarina. – Jamás me gustaría saber que uno de mis hijos esta sufriendo de ese modo por mi, seria la misma situación, si me pasara algo…
-Ellos me tendrían a mí…. Como Kim nos tiene a nosotras, y a las chicas. Cortó Brittany sin ningún tipo filtro para las palabras que salían de su alma. – No vale la pena que te preocupes por eso San, ahora tanto Finn como Kim nos necesitan bien. De eso se basa nuestra familia de amigos ¿No? Estaremos en las buenas y sobretodo en las malas.
Finalmente la latina la miró directamente a los ojos, asintiendo con una pequeña sonrisa. A veces las miradas pueden expresar más que mil palabras, y ellas mejor que nadie podían saberlo si lo deseaban.
-Emm ¿Britt? Interrumpió Jennifer, haciendo que la bailarina soltara de un momento a otro a la latina. –Perdón, yo solo venia a decirte que me tengo que ir…
-Oh, si, bien. -Murmuraba la holandesa. –Muchas gracias por todo Jenn, no cualquiera se quedaría en estas cosas…
-No tranquila. Espero que Finn este bien. Será mejor que me marche.
-Conduce con cuidado… -Comentó Santana haciéndole un gesto con la cabeza. La bailarina más joven le sonrió tímidamente asintiendo. Se despidió al cabo de unos segundos caminando lentamente a su auto. Brittany la contempló hasta que su figura se fundió en la oscuridad del estacionamiento. Después, solo tomo de los hombros a la morena, que ya se encontraba más tranquila, y volvieron a entrar al hospital.
Los doctores hablaron con Quinn, informándole que Finn debería quedar internado. No tenia lesiones aparentemente graves, pero si unos buenos golpes, y dos costillas fisuradas que le complicaban la respiración. Sin contar que permanecía en estado de inconciencia, lo que comenzaba a preocuparlos ya que podía significar que tuviera dañado alguna parte del cerebro.

Una chica castaña, bastante joven y de mirada vivaz, corría por los pasillos del hospital. Se encontraban vacíos, no había ningún movimiento de gente por ninguna parte, y ella jugaba entre los ascensores con picardía. Al ascender al tercer piso, la puerta se abrió y quedo frente al gigantón que la esperaba con una media sonrisa. Finn la tomo por la mano, abrazándola contra su pecho. Ella era más bajita, y sonreía suspirando, abrazándose al torso del castaño.
-Me encantaban estos abrazos. -Susurraba Mía, mirándolo con ternura a los ojos. El vendedor le acaricio la mejilla, casi feliz de poder ver esos rasgos que lo habían encantado.
La vida años atrás lo premió haciendo que un día por accidente chocaran en las puertas de Mckinley. Ella se había graduado hacia tres años y, como varios estudiantes, también participó en el coro. Era por eso que iba a visitar a su antiguo maestro, y las casualidades del destino los unieron a partir de ese momento. Mía comenzaba a trabajar en Lima, sus padres se habían mudado de nuevo al campo, y ese ambiente no era para ella. Quería gozar de su juventud, por lo menos en un pueblo más amplio. Como suele pasar, se enamoraron y de verdad se querían.
-A mi me sigues encantando tú… -Le sonrió Finn, tomándola por la mano. La castaña le regaló una encantadora sonrisa, arrugando apenas la nariz.
-Tendría que estar enojada contigo. Dijo con picardía.
-¿Conmigo, yo qué te hice?
-Porque aun sigues queriéndome… -El castaño la miró con curiosidad. –También porque estas aquí, cuando deberías estar gozando de la vida, como nos gustaba.
-¿Quieres que me vaya?
-No… Por lo menos hasta que cumplas con la promesa que me debías. Hablaba la chica caminando por la escalera, y soltándose de la mano de su esposo. Finn la contempló unos segundos, sin terminar de entender lo que ella quería.


Siguiéndola, empezó a escuchar lejanamente una especie de música; los pasillos y las habitaciones seguían vacías y ellos lentamente subían las escaleras de aquel edificio de color blanco. Mía, unos pasos más adelante, comenzó a cantar, y con ello el castaño logró captar a que se refería.

Mía sonrió de nuevo viéndolo atrás de ella, siempre había soñado con cantar algo junto a él. No obstante, continuó caminando escaleras arriba ansiosa por llegar a lo mas alto


Continuaban cantando, pero Finn logró alcanzarla en velocidad, finalizando su camino escaleras arriba. La abrazó por la espalda, y ella sujeto las manos de aquel grandote sobre su vientre. Si miraron compartiendo una mirada dotada de cariño y dulzura. La castaña se liberó del abrazo, arrastrándolo de la mano hacia una última puerta que se encontraba al final de aquel blanco pasillo.
Al abrirla, quedaron en la terraza del edificio, donde todas las luces de la ciudad se podían distinguir como estrellas terrenales.


Se acercaron hasta el borde del edificio, sin ninguna clase de vértigo, sentándose lentamente uno junto al otro. Los astros nocturnos los iluminaban preciosamente. Finn comenzó a recordar todas las cosas que vivió junto a aquella chica: momentos divertidos y tiernos, pero muchos que jamás podría borrar de su memoria.


Mía había apoyado su cabeza en el brazo de Finn, y este la abrazo por el hombro, atrayéndola hacia él. Casi podía percibir su perfume, y escuchar su respiración o sus latidos. En aquel edificio ella murió, había sido el ultimo sitió que logró visitar. El día en que Kim iba a nacer, ellos tenían planeada una noche romántica a la luz de la luna, ahora, allí, podían conformarse con la espectacular vista como pudiendo cumplir con ese plan.
-Gracias… -Sonrió la castaña.
-¿Por qué?
-Por todo Finn, por hacerme tan feliz, por volver mis sueños realidad.
-Quisiera que esto durara para siempre…
-Tú sabes que no se puede. -Continuaba hablando Mía, bajo el brazo del vendedor, que comenzaba a decaer en su mirada.
-Viviría eternamente esta noche, solo para cumplir tus deseos.
-Entonces que así sea… Deseo que vuelvas a la realidad, a vivir.
-No, espera, no me parece un buen deseo de tu parte. -Comentó el castaño, cruzándose de cejas. Su esposa sonrió, dejándole un leve beso en los labios, tan suave como la misma brisa del verano.
-Deseo que estés con Kimi, que la cuides como hasta ahora y siempre le digas que yo la amo en cada momento del día. Desde que los pajaritos empiezan a cantar, hasta que la última estrella aparece en el cielo. Pero también quiero que ambos busquen a la mujer que logrará hacerlos felices, porque sé que existe y esta allá afuera esperándote. -Finn comenzaba a generar unos lagrimones, mientras tragaba saliva. –Es hora de que des vuelta la página amorcito…
-No me pidas eso, no quiero olvidarte.
-No seas bobo, jamás me olvidaras porque estoy aquí. -Agregaba la castaña tocando el pecho del ex cantante, del lado donde estaba su corazón. –Y permaneceré allí por siempre, pero eso no quita que tu si sigas con tu vida. ¿No te das cuenta como debe ser? Ahora estas aquí, abrazándome, pero sabes que las cosas cambiaron y eso es irreversible.
-Detesto que sea asi…
-No deberías, cada cambio es una nueva oportunidad, como todo en esta vida. No temas, que errar y volver a empezar es de humanos. -Seguramente lo que más los había cautivado a ambos era la filosofía que tenían para darle palabras a cada emoción y pensamiento. Finn la abrazó con fuerza.
-No se si cumplir con ese deseo.
-Hazlo, solo espero que sepas identificar a la chica de la que te habló. Además, hay mucha gente que te quiere y te necesita aun. Ya alguna vez nos volveremos a encontrar.
La voz de Mía se iba distorsionando, y Finn poco a poco fue perdiendo la noción del lugar donde se encontraba, que se iba volviendo nublado y confuso.
-Aguarda… Yo… -Intentó decir, pero ya para ese momento todo se torno obscuro. Abrió levemente los ojos, una luz blanca yacía en el techo. Giró un poco incomodo la cabeza, totalmente perdido y desorientado. Veía todas las figuras borrosas, lo que lo ponía algo tenso.
-Mía… -Susurró de manera imperceptible. Sintió que un tibio calor lo tomaba por su mano derecha, que estaba conectada a varios cables y medicamentos. Escuchaba voces, pero no podía entender que era lo que decían. Movía los ojos intentando despejar su nublada visión.
-...Finn… -Logró comprender, viendo alguien con cabello castaño frente a él. Sonrió apenas, creyendo que aun estaba en ese difuso sueño en la terraza.
-Aquí estas… -Hablaba un poco mejor, apretando fuerte aquella delicada mano. –Antes de que te vayas… Recuerda que yo siempre te tengo en mi corazón y eso nada lo cambiara. -Murmuró, aun sin distinguir la figura frente a él.
Rachel tragó saliva, mirándolo con una pizca de sorpresa. Los doctores les habían permitido entrar a verlo por un momento. Brittany y Santana escucharon esas palabras agradeciéndole a la vida que aquel muchacho allá reaccionado, pero no dejaban de mirar a Quinn, que permanecía atrás de Rachel, apretando ligeramente, y de manera disimulada, los dientes.

fue muy triste y a la vez tierno, el sueño de Finn o lo que sea que
haya sido con su esposa y luego kimi llorando por su papa
Por suerte ya despertó eso es lo bueno, la ultima escena da para pensar
el echo de haya sido Rachel quien le tomara la mano, y la reacción de Quinn
solo espero y no sea ella a quien se refería Mía.

Con eso de que la intriga tenia que volver, y así será por el final de los tiempo no me alientas mucho eh... al menos miénteme y dime que todos vivirán felices por siempre o que las Brittana estarán por fin juntas y formaran una hermosa familia o que se yo xD..
En fin AMO tu fic.. hasta la próxima.. y buen fin de semana.

que bueno que finn esta bien ya cuando despierte aclarara que se lo decia a mia no a rach! si no se va a armar un gran lio, ojala la mujer sea jenny y que britt y san con esto que paso se den cuenta que aun se aman y vuelvan a estar juntas! por favorr!! jaja besitoss genial como siempree!!

Buenas tardes!!!
Me encanta, me encanta la idea de que quieras dedicarte a las letras. Es una carrera bella (no sé en qué Universidad la harías) pero todo depende de cuál sea tu idea de futuro, osea, con que fin la seguirías.
Tus últimos capítulos han estado tan lleno de sutilezas que debería demorarme un montón para decirte cuántos significados les encontré. Pero no lo haré
Sí!!!: voy a abstenerme por una vez!!!
Ya te lo escribí, pero es muy, muy interesante el modo como nos mostrás a los personajes. A veces desde una óptica muy íntima, a veces desde afuera, como una observadora neutra. Eso impide que demos nada por sentado y mantiene la tensión de la historia.
Me llama la atención que la mente en la que menos estás, es la de Brittany. Una decisión estupenda, aunque tu Brittany difiere del personaje de la serie. Quiero decir, la Brittany de Murphy es mucho menor y casi imprevisible; puede darse el lujo de ser absolutamente franca porque, de todos modos y a excepción de Santana, nadie comprende los caminos de su razonamiento. Es su naturaleza buena, optimista y alegre, la que hace que todo el mundo la quiera y le perdone el que por otro lado sea, al mismo tiempo, extremadamente egoísta.
Tu Brittany es más adulta y generosa, pero tampoco podemos saber lo que piensa. Solo podemos considerar algunas de sus reacciones y hacer conjeturas. Y no solo nosotros: los otros caracteres también. Eso es maravilloso.
Santana es mucho más voluble y, por lo tanto, más previsible; pero, al mismo tiempo, tiene una mente con más recovecos, es más compleja. Es un personaje fascinante desde todo punto de vista y la llevás adelante con una justeza psicológica que me encanta.
El diálogo que tienen las dos en el hospital, fue muy bueno. Un par de cosas: Santana que tiene un giro egoísta en sus pensamientos, a pesar de lo que quiere a Finn, cuando traslada la situación de Kimberly, a sus propios hijos. También la simple certeza de la lógica de Brittany (qué se probaría con la muerte de Finn?: que la vida es frágil... excelente la elección del término "frágil"). Esto último me recordó un diálogo de Michael Cunningham, en las Horas: Leonard Woolf le pregunta a su mujer, Virginia, porque planea matar a uno de los personajes. La escritora le contesta: uno de los personajes debe morir, para que los otros valoren mejor la vida.
Igual, me da mucha alegría que no hayas matado a Finn.
En total, que con todas esas vueltas, nos hacés compartir la incertidumbre de los personajes, nos hacés sostener nuestras hipótesis con apenas algunas puntas de icebergs, algunas cosas, gestos, frases, que quedan visibles. Pero ignoramos el resto. Y eso es estupendo.
Te espero a media semana? Leo los capítulos a medida que los escribís, pero no puedo comentar antes, si es que pretendo hacerlo como me gusta.
Y admitiré que se te descoloque la mandíbula con el largo de este comentario que corto ya, ya...
Gracias, Paz! Un abrazo

Aw, Finn :( Me rompió el corazón. Amo al grandulón, enserio. Y la parte en que Britt consuela a San diciéndole cosas lindas me dio tanta ternura. Pero sin lugar a dudas, lo mejor fue el sueño de Finn.

Amo este bendito fic shdfjhk. Me intento armar de paciencia, pero me estresa que las Brittana no se acerquen más, en plan de conquista o algo así (?) ajajajja.

Espero que actualices pronto, genial capítulo. Saludos :)

Geniaaaaal ya reaccionooo.. vamos finn recuperate pronto para que ya termine el drama jajaja..
Quiiiin..mi pobre y hermosa quiiin..no se por que pero presiento que se vienen momentos dificiles para vos
Con ellos haz lo que quieras....yo solo quiero brittana YA!!!!! que no te das cuenta de cuantos capitulos llevamos esperandoooooo..por favoooooor.. te lo imploroooooo..deja de ser tan crueeeeeel jajajaja...quiero un momento (que incluya todos los besos y caricias del mundo) tan tierno y cargado de amor..que haga que hasta mi pantalla se derrita...Eso quiero...eso anhelo..eso NECESITO.. Adiós

Ok, no te pido mas Brittana, ya capte todo, u entendi que no voy a lograr nada ni rogandote, ni que me ponga de rodillas, ni que te compre una casa en Hawaii con dos chicos en cuero para que te abaniquen con dos hojas de una palmera grande mientras vos tomas un Daikiri de Frutilla y te reis de la vida (? jejejejeeje. Si se da, que se de cuando sea. u.u. Aunque tenga que esperar siglos y silglos. (?. jejeje

Me perdi varios cap muy a mi pesar, e.e. asi que te voy a hacer un comentario general de todos, la conclusion que saque es: QUIERO BRITTANA Y LO QUIERO YA! jejejejeje, na posta, osea pobre Finn, menos mal que esta bien o por lo menos desperto. Lo del sueño que tuvo o delirio fue muy tierno! Ojala que enciuentre a alguien que lo haga feliz porque en tu Fic se lo merece. e.e. Y bueno, eso nada mas. Amo a Iker tambien ♥ jejejeje

Besote ♥

ojala cargues un cap ahora!! y por fa que quiero brittana jaja se que soy ansiosa e insistente pero tu tienes la culpa jaja besos!

tatymm escribió:ojala cargues un cap ahora!! y por fa que quiero brittana jaja se que soy ansiosa e insistente pero tu tienes la culpa jaja besos!

¡Deseo concedido, en gran medida! :) Insiste, resiste, el que no arriesga no gana. :D Saludos!

¡Buenas noches lectoras! Bien, un capitulo más se suma, y los cambios siguen ocurriendo, irán de a poco, pero a la vez se harán evidentes en otros casos. Gracias por sus comentarios, y por estar allí, que son la razon más grande por la que escribo :) Un abrazo y que esten más que bien.

Capítulo 57: Rivalidades
El sol de media tarde opacado por sus enemigas, las nubes, no era un impedimento para que aquel diseñador sonriera, terminando de estacionar en las afueras del estudio de su manager. Los días avanzaban, siéndole fieles en regalarle, en cada momento, situaciones de felicidad. Salvo por ese instante, en que se vio rodeado de fotógrafos y reporteros. Suspiró profundamente, era bueno estar en Francia de nuevo.
Ya hacia más de una semana que la pareja de tortolos había regresado de su experiencia por Europa, y era hora de empezar de nuevo con sus obligaciones. Pero, sobretodo, empeñarse en no dejarse vencer por la agotadora prensa y poder planear maravillosamente el día de su boda.
Saludo rápidamente a sus amigos y de un salto se tiró sobre Blaine, que lo contemplaba desde el sofá. Tras unos breves besos, el sujetó del bigote tomó la palabras.
-Bien K, esperó que hayas actuado como te dije…
-Todo en orden Erni, de verdad. Sonreí, tuve paciencia y les mentí con lo de la fecha. Si que se ponen pesados…
-¿La fecha? -Insinuó Steven, con una ceja levantada. Miraba intranquilo por la ventana, con los brazos cruzados.
-Claro… Ya conseguimos cita con uno de los mejores jueces de por aquí. El nueve de diciembre, será el principio de nuestro cuento de príncipes. -Blaine le dejó un beso en la mejilla, tomándolo por la mano.
-Sin dudas uno de los días más importantes en nuestras vidas. –Agregó el contador, pero velozmente agachó la mirada. –Cariño… Hace unas horas me habló tu padre. Ante eso el ojos claros se volteó a verlo con algo de sorpresa.
-¿Mi padre? ¿Te llamó a ti?
-Si es que… Como tú estas con eso de que no quieres recibir llamados.
-Es una táctica para manejar los rumores. -Interrumpió Ernest sentándose sobre su escritorio, atento a la conversación de ambos. Steven giró los ojos, mordiéndose los labios.
-Bueno al caso… -Decía el contador, separándose un poco de su prometido. –Era para saber cómo estábamos y… para comentarte que Finn tuvo un accidente. - el diseñador cruzó las cejas con una pizca de escepticismo.
-Se nota que mi papá tiene tiempo libre… -Murmuró soltando lo primero que le vino a la mente. Su futuro esposo lo miró con una pizca de sorpresa, había algunas cosas que aun lo sorprendían. Kurt pudo notar que no fue lo indicado aquel comentario por lo cual, con un suspiro y agachando la mirada, volvió a hablar. -¿Se encuentra bien...?
-Si, bueno Carol habló con él por teléfono, y ha tenido que quedarse internado por varios días, así se aseguran que no tendría secuelas. Me pareció muy considerado de parte de Burt decírtelo, se nota que quiere que arreglen las cosas.
-Si supongo que si… Se ve que no le pasó nada muy grave ya que si hablo con Carol, al menos estaba lucido.
-¿De verdad no quieres hacer las pases con él? -Dijo el contador casi en un susurro. Kurt lo contempló unos segundos, pensando un poco esa pregunta. Tenía muchas cosas en la cabeza como para preocuparse por sus malas relaciones con su hermanastro.
-Supongo que podría intentarlo. Pero sinceramente no tengo ideas para arreglar de una vez por todas algo…
-Pero puedes ir de poco, no se, yo pensaba que le mandes un mail, una carta o un pequeño regalo. Cosas sencillas que demuestren que quieres llevarte mejor… -El castaño ojos claros asintió aun pensativo.
Finn no tendría ya a esas alturas nada que reprocharle, el tiempo había pasado y bien o mal él se salió con la suya. Más que nada por Blaine y su padre que comenzaban a insistirle, probablemente buscaría la manera de conectarse de nuevo con el vendedor.
Ernest despertó a Kurt de sus sueños, para pedirle que firmara nuevos papeles que lo esperaban. Rato después la feliz pareja se marchó para seguir con sus planes. El manager quedó frente al rubio que traía aun mala cara.
-¿En que tanto piensas?
-Eso no te incumbe. -Cortó el teñido, moviéndose para buscar su bolso y salir de aquella oficina.
-Claro que me incumbe, ¿Qué te piensas? ¿Que no me doy cuenta la cara que le pones a Blaine? Ya para con eso, hicimos un trato. Alegaba el del bigote, agitando los papeles que Kurt había firmado minutos atrás. -¿Cuándo quieres irte al viaje de tus sueños en Dubai? -Steven tragó saliva, formando una falsa sonrisa en sus labios.
-¿Tan bien manejas los negocios como para poder pagarme todo eso? -Ironizó, haciendo que el manager se riera.
-No, no exageres, te quiero distraído y feliz por un tiempo, eres mi socio ¿No?
-Entonces te traeré una lista con mis deseos. -Cortó el rubio cerrando la puerta. Ernest se fregó la barbilla negando con la cabeza, por su suerte aquel tipo era ambicioso, y se le cumplían sus caprichos podía negar hasta a su propia madre.


-¿Ya terminaste Hudson?
-Aun me falta…
-Nunca creí que ver a un hombre que tarde más que una mujer en cambiarse. -Se quejaba Santana, esperando en la habitación del hospital que Finn había utilizado por casi una semana. El castaño se reía encerrado en el baño.
-Si quieres, pasas y me ayudas… -Bromeaba, en tanto se abrochaba lentamente la camisa. Se movía cuidadosamente ya que continuaba tieniendo delicada la zona de su torso. Ademas, aun tenía raspones sin contar dos puntos en su ceja, que se notaban.
-Claro cómo no ¿No quieres un baño de esponja también?
-Mmmm… No, ya para eso tuve a las enfermeras. -Sonreía Finn, abriendo la puerta.
Ese mediodía salía de alta. Para su suerte ya los doctores se habían asegurado que la contusión que tuvo en la cabeza fue pasajera. El vendedor pasó varios días con bastantes confusiones mentales, hasta que finalmente pudo ubicarse en tiempo y espacio. La lesión en sus costillas evolucionaba bien, aunque por un tiempo tendría que abstenerse de hacer ejercicio.
Sus amigas siguieron un itinerario cuidadosamente creado por Rachel: Brittany se hacia cargo de Kim, Quinn se manejó con las trabas que ponían los del seguro con la camioneta del castaño, que por cierto no quedó en buenas condiciones; en tanto, Santana y la misma judía se encargaban de cuidar del herido en los horarios de visita y cuando tuvieran tiempo. Claro que la latina iba por dos cuestiones importantes: la primera era su amigo, y la otra...
-¿Y mi gelatina? -Insinuó el ex cantante sentándose en su cama con delicadeza.
-¿Qué gelatina?
-La de manzana que me trajo la enfermera hace una hora, San. -Se quejaba Finn, mirándola con los ojos entrecerrados.
-¿No quieres mejor una saludable fruta? Es fuente de proteínas y vitaminas....
-¡Te comiste mi gelatina!
-Ya, es que estaba tentadora. -Reía la morena. –Vamos, vengo toda la semana comiéndome la comida que no quieres.
-Corrección, la comida que no llego a comer, porque tú justamente apareces al horario del almuerzo.
-Yo no manejo los ratos en que me da hambre. -Se defendía la latina, tomando asiento junto a su amigo.
- Bien, mientras sea para el pequeño pacman latino que tienes allí, vale la pena el sacrificio.
Ante eso Santana le dio un almohadazo, haciendo que el castaño riera quejosamente, para esas cosas aun le dolía moverse. Una enfermera bastante joven y con una encantadora sonrisa ingresó a la habitación.
-Hmmm… Le traje el registro señor Hudson, así lo firma y tiene autorización de irse.-Murmuró, acercándose tímidamente. Finn la miró lo más disimulado que pudo pero, bajo la vista de Santana, había sido muy obvio aun así.
-Muchas gracias Lauren, por todo. Desde acomodarme la almohada en las noches a…
-Es mi trabajo. -Contestaba cortésmente la muchacha. El vendedor firmó todo con tranquilidad, entregándoselos devuelta pasados unos minutos. –No era necesario que escribiera su teléfono… -Sonrió la joven agachando la mirada. Ante eso, la latina se cruzó de cejas mirando a su amigo con reproche. Inevitablemente el castaño se sonrojó, titubeando un poco. –Aunque ya con eso tendremos sus datos, uno nunca sabe cuando tiene que volver…
-Si, por ahí mañana me caigo de las escaleras y vengo de nuevo bajo los cuidados de este maravilloso personal.
-Ni en chiste, que nosotras no te vendremos a ver ya para la próxima. -Se quejó Santana, alcanzando las cosas de su ex compañero. La enfermera solo negó con la cabeza, y se despidió saliendo de la habitación. –Eres increíble Hudson, le coqueteaste fácilmente a cinco de ellas y créeme… La de la verruga en el cuello, no era nada atractiva.
-Ya quisieras tú haber quedado internada para que te mimen como lo hicieron conmigo. -Decía el castaño, guiñándole el ojo. – Mejor vamos, de todas maneras me harté de esta habitación. -Agregó tomando a su amiga para marcharse.

El viaje en el auto fue entretenido, al vendedor le parecía que hacia años que no veía bien las nubes, o sentía un poco de aire fresco rosando su cara, como el que ingresaba por la ventanilla. Tendría unas semanas libres hasta quedar en completas condiciones de nuevo, por lo cual aprovecharía para estar con Kim, y hacer otras cosas que venia planeando. Al llegar a su casa, sus otras dos amigas lo estaban esperando con una sonrisa en la entrada.
-¡Bienvenido a casa papito! -Sonrió Kim, corriendo para ir a tomarlo de la mano. Finn la despeinó un poco con cariño, contemplando de nuevo su hogar con un suspiro de bienestar: nunca antes había valorado tanto estar vivo.
Al ingresar, pudo ver que todo estaba incluso más ordenado de lo que recordaba, con confusiones mentales y todo; la vida de hombre soltero le daba la libertad de ser un tanto desprolijo si quería.
-Britt y yo ayudamos a limpiar. -Le explicaba Santana, mientras buscaba cosas en la nevera para hacer el almuerzo.
-También aprovechamos para ir de compras y llenar tu refri, que daba un poco de pena.- Agregaba la bailarina.
-Y fue interesante ingresar a tu baño… -Comentó Rachel mostrándole dos revistas que exponían el esplendor femenino de varias modelos sin ropa, o a lo mucho con algunas plumas de decoración. Los amigos rieron de buena gana, aunque Finn estaba más rojo que un tomate mientras su ex prometida le refregaba las revistas en la cara.
-Más allá de que Rach anduvo revisando mis reservas para la soledad, gracias chicas. No sé qué habría hecho sin ustedes. -Agradeció el castaño poniendo a su hija lentamente sobre sus piernas. Sus amigas lo abrazaron en conjunto, era bueno que las cosas se hayan normalizado, o por lo menos tendieran a volver a como estaban antes.
Almorzaron juntos, hablando de las novedades que tenia la judía con su nuevo trabajo, puesto que había sido totalmente aceptada con el papel protagónico de la obra dirigida por Charlie; sin dejar de nombrar a todo el bendito personal que constaba de bastante gente que, en definitiva, ninguno de los presentes podría conocer.
Cuando se percataron que los Hudson estarían bien por su cuenta como deberían, las tres mujeres se marcharon. Brittany daba clases una hora antes que Santana en la academia, y Rachel ya iniciaba sus ensayos, sin contar que le gustaba juntarse con sus colegas para interiorizarse de otros chismes tras bambalinas.

La morena pretendía poner un poco de orden en su propia casa, pero a medio camino recibió una llamada desde la guardería. Dando una vuelta de 180 grados, volvió al centro bastante alarmada. Al ir estacionando, notó que era perseguida por otro vehículo que estacionó a unos milímetros de su precioso auto. Le hicieron una seña con las luces, que logró distinguir por el espejo retrovisor, y terminó riendo mientras negaba con la cabeza. Ambas se bajaron de sus respectivos vehículos.
-No me digas: Te llamaron por un problemita. -Comentó Quinn, poniendo sus anteojos de sol en la frente. La latina se apoyó sobre su auto con delicadeza, asintiendo y haciendo que su amiga suspirara corriéndose un mechón de la cara.
La voz de la directora de aquel jardín infantil era de trueno. A las chicas les recordó a la entrenadora Sylvester cuando no tomaba café y algo salía mal en una de las prácticas, aunque en esos casos era preferible salir corriendo. Leía una lista detallada con toda la cantidad de cosas que se habían roto, incluyendo un corte de energía eléctrica.
-Bien, por sus caras pareciera que no termino de cerrar la idea. -Hablaba la mujer sentada tras su escritorio. –Lily, por favor tráelos. -Habló por un comunicador que mandaba su mensaje de voz a la secretaria del otro lado de la oficina. Segundos después, la muchacha ingresó trayendo a dos pequeños atrás de ella.
Santana se llevó una mano a la frente, no sabiendo si reír, sacarles una foto, o empezar a transformarse de igual manera en que Quinn lo estaba haciendo sentada a su lado: Iker no traía camisa, una cinta roja a la altura de la frente, dividía su castaño cabello solo para despeinarlo aun más; su cara era una combinación de pinturas verdes, marrones y negras, que solo dejaban al descubierto sus divinos ojos iluminados; contando, también, que su pantalón estaba rasgado, y en su espalda estaba marcada otra mano más pequeña de color rojo. Por otro lado, Axel traía un casco, muy bien hecho con una cacerola, su cara también estaba pintada, pero dividida en dos colores: una parte verde y la otra negra. Tenía la camisa desabrochada, rasgada y repleta de pintura, sin soltar un pequeño bate de baseball.
-Eh ahí, a estos dos revolucionarios. Iker, ¿Podrías explicarnos lo que pasó? -El joven Fabray solo atinó a tragar saliva, viendo que Quinn ya estaba castigándolo de por vida solo cruzando sus ojos con los de él.
-En lo personal me gustaría que mi primo tome la palabra, ya ven que yo suelo ser muy charlatán y…
-Iker Fabray Berry, más te vale que le hagas caso a tu directora.- Comento Quinn, mirándolo de manera asesina, pero con una sonrisa. Axel se acercó a su madre, y Santana aprovecho para limpiarle la cara con un pañuelo.
-Sé que esto se ve mal… Pero Ax y yo teníamos que hacerlo. -Iniciaba el castaño, con su típico discurso.
-¿Y con que necesidad Iker? Continuaba la directora quitándose los anteojos.
- Los niños de sala de cinco nos molestan porque son más altos. Ni hablar a los más pequeños, Ax fue testigo de como arrojaban a las niñas quitándoles sus muñecas para sacarles la cabeza. Lo sé porque me lo dijo…
-Axel no hab… -Empezaba la abogada, levantando el índice a modo de reproche, pero su amiga la frenó con la mano.
-Bueno y fue por eso que decidí que tenia que actuar. Planeamos con mis compañeros, y los de Ax, una manera de hacer que esos chicos no se acercaran más al patio de juegos. Nos disfrazamos para escabullirnos entre los arboles y el pasto así no nos descubrían. Todo eso lo aprendí en los exploradores directora, seguramente la mujer más buena y linda que eh visto en mis cuatro años con nueve meses de vida. ¿Ese lunar tiene un pelo nuevo? Déjeme decirle que le queda radiante. -Agregaba el judío con una radiante sonrisa, que comenzó a decaer al notar que no convencía a ninguna de las presentes. - En fin… Cuando aparecieron cerca del arenero, salimos con palas, bates y utensilios del comedor para darles un susto. Oh, por cierto… -Se frenaba mirando a su familia latina. –Ax batea muy bien, tumbo a varios niños de un solo golpe. Debería ir a clases, así se vuelve un famoso jugador de las grandes ligas, se hace rico y me lleva a Disney con Mickey. -Argumentaba, volteándose a ver a la docente frente a él. – Todo marchaba bien, pero luego mis amigos dijeron que seria bueno que las ventanas tuvieran algunos agujeritos más, así no teníamos calor; y los amigos de Ax entraron al salón de música para que su maestra no intentara tocar otra canción con la guitarra… Y, luego las niñas vieron que hacíamos más cosas que ellas y pues… Empezaron a arrojar pintura por todos lados. Un poco cayó sobre un enchufe eh hizo varias chispitas. Y creo que eso es todo… -Finalizaba el joven Fabray aspirando bastante aire, mientras se inclinaba de hombros. Había hablado casi a la velocidad que su madre judía lo hacia normalmente, lo que significaba que estaba adquiriendo esa capacidad. Santana se tapó la boca ahogando una carcajada, mientras Quinn se cubría la cara roja de la vergüenza.
-¿Y qué nos puedes decir del accidente de la señora del almuerzo? -Comentó la directora, tocándose apenas el lunar que tenia en la mejilla. La rubia levantó la cabeza, haciendo rechinar los dientes, ya no sabia si soportaría más.
- Necesitábamos algunas armas, los cucharones y los cascos como el de Axi… Entonces para que no nos impidieran llevárnoslos prestados, até a la señora Becker para que no nos alcanzara.
-Santana y Quinn, pasó a explicarles que la señora Becker es una mujer muy buena, dulce con los niños, pero a punto de cumplir los ochenta años y con una cadera de titanio recientemente estrenada. -Interrumpía la docente apuntando a las mujeres, que tragaron saliva, con su bolígrafo. -¿Qué más Iker?
-Bueno, como aprendí a hacer nudos, cuando estaba sentada en la mesa de la cocina pelando fruta, uní los cordones de sus zapatos, gateando debajo de las sillas. No pensé que se iba a tropezar al pararse, ni que la bandeja de galletas le caería en la cabeza… Aunque estaban deliciosas, con Ax nos comimos unas cuantas. -Señalaba el judío a su primo, que aprovechó para buscar en los bolsillos de su jean, entregándole uno de esos bocadillos a su madre. –Y como se quedó dormida en el piso, me lleve las cucharas y las cacerolas. Pero todo fue para que nos dejaran en paz.
Quinn elevó la cabeza clamándole a todos los santos una señal para darse cuenta que aun valía la pena vivir en esa locura que le tocaba por vida. Con sus judíos que cada día la sacaban de quicio, su estresante trabajo y todo.
- La buena noticia es que la cocinera se encuentra bien. Y por este problema que demarca Iker haremos una reunión de apoderados en breve para tratar los problemas que presentan algunos de los niños. Iker, tú y tus compañeros se quedaran a limpiar su salón, al igual que Axel. No serán expulsados conforme nunca más vuelvan a hacer tal locura. -Hablaba la directora, que en definitiva se enternecía con los niños. –Aunque creo que no vendría mal que se vayan poniendo algunas cosas claras: Nada de planes ni rebeliones ¿Está claro? Los primos asintieron con una pequeña sonrisa de inocencia.
-Y disculpen que las hayamos llamado, pero ya ven que este no era un tema que tratar solo por nota.
-Me parece correcto y le agradezco que no se enfade con ambos. Si son traviesos, pero créame que no lo hicieron con malas intensiones. Se encargaran de limpiar y si quiere nosotras los ayudamos. -Hablaba la latina poniéndose de pie.
-No te preocupes, yo entiendo. No les quitamos más su tiempo, aunque claro está que tendrán que hacerse responsables de algunas otras cosas…- Agregó la directora, entregándole el presupuesto que se verían obligadas a saldar. En ese momento, Santana comprendió a Quinn, en todos los más amplios sentidos de la palabra.
Fue la misma abogada la que, minutos más tarde, tuvo que sacar a su mejor amiga de aquella guardería a los tirones. La latina no se quedó callada, argumentando que era demasiado dinero para uno o dos cristales, una cantidad de pintura indefinida, y un pequeño problema en la falla eléctrica, que por cierto criticó, ya que no era correcto que se armara un corto circuito por unas simples gotas de tempera colorida sobre un enchufe. La rubia optó por llevarla a una cafetería, en definitiva ya ese día en su trabajo estaba perdido, a sabiendas que le podría costar caro.
-Vaya con estos niños… -Comentaba la morena tomando una buena taza de té, más tranquila.
- Iker cada día se supera, tú me pides que le tenga paciencia pero estas cosas ya se están saliendo de control. Unos revolucionarios… Dios, ¿Me quieres explicar cómo es posible que haga todo esto?
-Por tus genes. -Argumentaba la latina, recordando divertida las palabras de su sobrino. –Si Aik hizo lo que hizo fue por luchar por el bien y la justicia. Aunque podría haberlo hecho sin romper cristales o instrumentos musicales…
-Lamento que Ax absorba todo lo que le inculca Abraham.
-No digas eso Fabray, Ax lo adora, es su primo y siempre lo va a seguir. Ya eso lo teníamos claro, sabíamos que ellos iban a quererse casi como hermanos, al igual que nosotras. -Sonreía Santana. – Aunque no dudo que incluirán a alguien más en sus maldades… -Comentaba acariciándose levemente el vientre, al sentir un ligero movimiento. La abogada apoyó su mano, sin ningún tipo de vergüenza.
-Pues si es así todo el tiempo, creo que tendremos un pequeño tornadito más en la familia. -Hablaba la ojos verdes sintiendo a su sobrina con una media sonrisa. -¿Ya has pensado un nombre…?
-No, aun hay muchas cosas que no eh planeado bien para ella aun…
-No es por apurarte pero no te duermas en los laureles, que de un día al otro ya la conocerás.
-Callate, ni bromees con eso. -Suspiró la morena. - ¿Tú de verdad no has pensado en tener otro hijo? Ante esa pregunta, Quinn casi rompe su taza por la manera en que la presionó con su mano.
-Me lo dices como si fuera la cosa más natural y divina del mundo, sin ofender ni querer quedar mal. Acabamos de salir de la guardería que mi propio demonio se ocupó de destrozar y me vienes con esas preguntas. ¿Rachel te estuvo hablando?
-No yo solo decía… ¿Está todo bien entre ustedes? Últimamente hablas de ella como enojada.- Argumentaba Santana, mirándola fijo.
La abogada agachó un poco la cabeza, olvidando el tema de la pregunta mientras sorbía un poco más de café. En realidad, desde hacia unos días, las cosas en casa se sentían algo tensas. La judía comenzaba con sus ensayos lo cual la mantenía más hiperactiva, todo lo contrario a lo que Quinn deseaba, que era encontrarla más relajada, con ánimos de pasar el rato juntas tras volver del trabajo. Le agradaba verla feliz, animada con el proyecto que iba desarrollando y del cual le hablaba sin cansancio. Pero interiormente, presentía que algo estaba pasando o iba a pasar, y la mantenía inquieta. Sin contar que venían varios días en que no tenían una noche de intimidad, que se le iba haciendo un poco necesaria, era humana y ya se estaba mal acostumbrando a los placeres terrenales de esa índole.

Las amigas no pudieron hablar mucho más, puesto que un mensaje de auxilio de Brittany, alarmó a Santana. En cuestión de minutos llegó a la academia, donde varios chicos discutían entre si, enfrentados.
-¿Qué es lo que pasa?- Le preguntó a su socia, que se hallaba en el medio de los alumnos.
-Todo empezó porque unos chicos de canto le dijeron a los de baile que no eran tan buenos.
-¡A ver, silencio en la sala! -Estableció la latina elevando las manos. Por lo que se veía, a ella todos le tenían un gran respeto, no se sabia si por su estado o porque en verdad su cara generaba esa sensación de permanecer en silencio obedeciendo a sus ordenes o arriesgarse a que te estampe algo en la cara. – Bien, así me gusta. Que pasen los que se burlaron… -Añadió cruzándose de brazos.
Tras dos minutos de silencio, finalmente dos de sus alumnos dieron un paso al frente.
-Perdone profesora… -Comentó uno de los muchachos sonrojándose.
-No, a mi no me tienes que pedir disculpas: una porque no perdono fácil y otra porque es a tus compañeros a quien les faltaste el respeto. Chicos vamos, vienen aquí para pasar un buen rato, aprender, y hacer lo que les gusta, no pueden andar burlándose, porque no está bien.
-Como si nunca se hubiera burlado de alguien… -Murmuró el chico, sin levantar la mirada. La morena levantó una ceja, inclinándose apenas de hombros.
-Es cierto, y más cuando era una adolescente que creía que podía llevarme el mundo por delante. Pero cuando te das cuenta que no todo gira en torno a ti mismo, puedes ver que cosas tan simples como que todos somos diferentes, y a unos les es más fácil aprender que a otros. O qué ¿Tú ya puedes mantener algún tono sostenido David? -Le dijo al otro joven que la miraba con vergüenza. El muchacho negó mordiéndose los labios, al igual que su compañero de burlas.
-San tiene razon chicos, nada aquí esta planeado para que discutan, por el contrario. -Agregaba Brittany. –Miren ya que estamos todos reunidos aprovechamos para felicitarlos, ya van varias semanas con las clases, y sus mejoras y esfuerzos se van notando de a poco. Con paciencia, lograran todos ser unos excelentes bailarines y cantantes, de eso no dudo porque confió en ustedes. Santana y yo planeábamos inscribirlos en el festival de Lima, dentro de un mes. -Ante eso todos los alumnos iluminaron su mirada inspirando bastante aire, sabían que ese evento era genial por donde se lo miraran. –Pero... Conforme pasen estas cosas, continuaremos solamente aquí, ensayando hasta que aprendan que formamos un grupo, que nos une por el amor a la música y la cultura. -Todos comenzaron a negar y decir que no.
-Bien, me agrada su entusiasmo, y esto no es para mantener amenazado a nadie. Pero tienen que prometer dos cosas: Que darán lo mejor de ustedes, y como el grupo que somos nos apoyaremos si es que vamos a concursar o simplemente mostrar lo que aprendimos. -Ante eso los chicos asintieron sonriendo de nuevo, ya dejando de lado el ambiente algo tenso que existía.
Las profesoras sonrieron satisfechas, suponían que hechos así podían ocurrir aunque preferían evitar que pasaran. Las clases debían iniciar de nuevo, por lo que ya se organizaban para ingresar cada una a su salón.
-Gracias por apoyarme.
-Hey, para eso estoy. -Sonrió la latina dándole un leve golpecito en el hombro.
-Jajaja aun asi te agradezco y me encanta verte y escucharte cuando les hablas. A mi se me hace más difícil con tus alumnos, que de todas formas deberían saber que el baile es lo mejor. -Agregó Brittany, cuando Santana se volteaba para ir a su clase.
Ante eso, la morena se volvió a verla, levantando una ceja, bajo la mirada atenta de todos .
-No bromees, que el canto es la ley y el que manda en el ranking. -Estableció haciendo que sus chicos aplaudieran apoyándola. La bailarina miró con un leve aire de superioridad a su socia, guiñándoles un ojo a sus propios pupilos.
-El baile fascina.
-Pero el canto seduce.
-Si pero el baile termina enamorando.
-El canto aun más. -Argumentaba básicamente Santana, quedando a unos centímetros de la rubia que le sostenía la mirada con picardía. Era como si se hubieran olvidado totalmente que estaban a la vista de más de veinte jóvenes curiosos.
-Parece que las cosas entre ellas son tensas también….- Le murmuró un muchacho de baile a una joven de canto.
-Si pero yo no creo que sea la misma tensión, que teníamos nosotros hace minutos atrás.
-¿Quieres apostar? -Comentó Brittany finalmente, después de una discusión infantil de ambas peleando por lo que enseñaban, sonriendo ante la cara de sorpresa de su socia. Por supuesto que Santana no se negó, por el contrario, sacando a la luz su orgullo latino, estableció la fecha, la hora, y el lugar.
Ambas se batirían a un duelo, y los alumnos de toda la academia serian sus jueces. Eso solo provocó risas al final, ya que parecía que discutían como niñas pequeñas, pero no en malos términos, siempre sosteniendo aquel extraño vinculo que al parecer terminaba uniéndolas cada vez más.

ooo me encantoo ya quiero leer ese dueloo me muerooooo la tensionnn que tienen es seual y de amoor jajajja que desastre los peques por dioss que lo mataria a aik jajja que rebeldes los amoo!! muy buen cap segui asi espero leerte muy pronto besos!!

Pero cómo es posible que a Santana le guste la comida del hospital??
Cuando pienso que los pequeños Aik e Iker no pueden tramar algo peor van y se superan! Son increíbles...y más increíble aun la paciencia de ambas madres! Jajaja
Uhhhh duelo Brittana...me mueeero por leerlo...sin duda no es la misma tensión que había entre los alumnos....espero que no tardes en actualizar porfa!! Esto cada vez se pone más y más interesante y muero por saber que pasará entre ellas! Ese duelo promete muuuuchoooo!!
Un besazoooo