FANFIC KLAINE. "El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación" Epílogo - Parte II

Estaba consciente de un pitido molesto; mi cabeza estaba palpitando y pulsando en un lado. Apreté los ojos cerrados intentando alejar el dolor.

—¿Ángel? —dijo Blaine cerca de mi oído. Gemí y volví la cabeza hacia su voz. Me sentía muy mal, como si estuviera en una especie de burbuja. Por fin abrí mis ojos para verlo inclinado por encima de mí, viéndose increíble como siempre, excepto que ahora parecía estresado. Tenía el ceño fruncido, la mandíbula apretada.

—Hola —dije con voz ronca, tratando de sonreír y de ignorar el dolor en mi cabeza.

—Gracias a Dios. Me asustaste. —Inclinó la cabeza y me besó la frente, suspirando con aparente alivio.

—Está bien. Si tan sólo pudiera entrar y echar un vistazo —dijo una voz femenina con severidad.

Miré a mí alrededor y no tenía idea de en dónde estaba. Yacía sobre una cama pequeña, compactado. Era una pequeña habitación de algún tipo, con estantes y armarios a lo largo de las paredes, excepto que se movían, y podía sentir las vibraciones de la carretera.

Blaine se movió a un lado y una señora de traje verde se inclinó sobre mí.

—Hola, Kurt. ¿Cómo te estás sintiendo? —preguntó, haciendo brillar una luz en mis ojos.

Empujé su mano fuera de mí, en busca de Blaine.

—¿Dónde estoy? —pregunté, un poco preso del pánico. ¿Cómo diablos llegué aquí? Estaba en la cocina, entonces me sentí un poco mal…

—Estás en una ambulancia, cariño. Te desmayaste y te golpeaste la cabeza bastante fuerte contra el mostrador de la cocina —explicó, tomando mis manos y colocándolas sobre mi pecho—. Sólo necesito comprobarte. Has estado inconsciente durante unos veinte minutos. —Encendió la luz hacia mis ojos de nuevo, asintiendo con la cabeza, pareciendo satisfecha—. ¿Te duele la cabeza? — preguntó, tocando ligeramente detrás de mí oreja. El dolor atravesó mi cabeza y silbé a través de mis dientes—. Creo que vas a necesitar un par de puntos aquí — dijo ella, asintiendo hacia el lado de mi cabeza.

Tendí una mano hacia Blaine. Inmediatamente la tomó y besó mis dedos, sus ojos no dejaban mi cara. Se veía muy estresado. Después de otro par de minutos nos detuvimos en el hospital y comenzaron a rodear mi pequeña camilla.

—Puedo caminar —protesté, sintiéndome estúpido por ser llevado dentro del hospital en una cama.

—Lo siento, cariño, es una práctica habitual. Arribaste con luces, debes ir en una cama —respondió, guiñándome un ojo. Sonreí débilmente y Blaine se echó a reír, pero no era su risa habitual, era apretada y sin sentido del humor.

Rodamos dentro de un pequeño cubículo y nos dejaron por nuestra cuenta.

—¿Qué paso, Ángel? —preguntó Blaine, inclinándose sobre mí y rozando su mano suavemente por un lado de mi cara.

Me encogí de hombros y luego hice una mueca cuando el movimiento hizo que mi cabeza doliera otra vez.

—No lo sé. Me sentía un poco mareado, entonces me desperté contigo en la ambulancia —le expliqué. Eso era todo lo que podía recordar.

—Oh, Dios mío. Me asustaste tanto. No vuelvas a hacerme esto otra vez. Promételo —indicó, haciéndome reír por cuán serio estaba. ¿Quería que le prometiera que nunca me pasaría de nuevo?

—Blaine, no puedo prometer algo de lo que no tengo control —bromeé, sin dejar de reír. Suspiró y se inclinó hacia delante, besándome ligeramente, encendiendo el fuego en mi interior. Se retiro cuando la cortina se abrió y entró un médico.

—Oops, lo siento. ¿Debo volver más tarde? —preguntó el doctor, sonriendo. Gracias al cielo pareció no tener problema alguno con respecto a nuestras muestras de afecto, de lo contrario se hubiera desatado una controversia en el “Lima Memorial Hospital”.

—Sí, ¿podría darnos cinco minutos? —bromeó Blaine, haciendo reír al hombre.

Tomó mi mano con fuerza mientras el doctor miraba mis ojos y comprobaba mi cabeza, garabateando algo ilegible en su cuaderno.

—Entonces, te desmayaste, Kurt, ¿te has estado sintiendo bien hoy? ¿Has tomado algo que no deberías? —preguntó, mirándome con un poco de suspicacia.

—¿Cómo drogas o algo así? —cuestioné, sorprendido. ¿Parezco un maldito adicto a las drogas? Asintió con la cabeza, mirándome expectante—. No, no he tomado nada. Me he estado sintiendo un poco apagado hoy, un poco mareado —admití.

Escribió de nuevo.

—¿Has comido?

Pensé en ello, ¿había comido? No desayune esta mañana y tampoco comí en el almuerzo porque me sentía mal.

—Uhm, no realmente. Me sentía mal durante el almuerzo.

—Hm, probablemente ese es tu problema. ¿Estás bajo cualquier tipo de estrés o cualquier cosa en este momento? ¿Haciendo exámenes, o ese tipo de cosas? — preguntó, escribiendo de nuevo.

Estrés. Wow, eso es un eufemismo. Mi padre abusivo se mudó de nuevo a la ciudad, trayendo consigo una nueva familia. Hace una semana que lo vi de nuevo por primera vez desde que trató de forzarse sobre mí. Me enteré hace un momento que ha estado abusando de su nueva familia y ellos se van a mudar con nosotros por un tiempo. En realidad, ¿cuánto tiempo estarán con nosotros? ¿Alguien mencionó eso? Tendría que tener a Sebastian con Finn, y Ruby y Tyler pueden compartir la habitación de mi madre, entonces cuando mamá venga a casa yo podría…

—¿­­­­Kurt?  —dijo el médico, sacándome de mi pequeño mundo.

—Oh, claro. Uhm, sí, mi vida ha estado estresante últimamente —declaré.

—Bueno, el estrés puede hacer cosas no tan divertidas por ti. Realmente necesitas comer adecuadamente. Voy a sacar algunas muestras de sangre para asegurarme de que nada más esté pasando. Conseguiré a alguien para que venga y haga los puntos en tu cabeza y Te voy a tener un par de horas sólo para comprobar que todo está bien después de ese golpe —afirmó, sonriendo amablemente.

Fue al armario y sacó una aguja. Miré a Blaine, con los ojos muy abiertos. Odiaba las agujas. Cuando el médico se acercó a mí, Blaine inclinó la cabeza y me besó. Cerré los ojos y fundí mis labios contra los suyos. ¡Por Dios, sabia tan bien!

—Está bien, todo hecho. Iré a mandar esto, los resultados estarán listos en una hora o algo así —anunció el doctor, lanzando la aguja a la basura y escribiendo en un pequeño frasco. Eché un vistazo a mi brazo para ver un pedacito de cinta adhesiva blanca sosteniendo una pelota de algodón en el interior de mi codo.

—¿Ya lo hizo? —pregunté, sorprendido. Wow, ni siquiera lo sentí.

El médico y Blaine sonrieron.

—Sí, todo hecho. Ah, el poder de la distracción —reflexionó el médico, sonriendo abiertamente. Sonreí hacia Blaine, tendría que llevarlo en cada vacunación que alguna vez tuviera a partir de ahora.

—Está bien, así que la enfermera estará haciendo puntos en tu cabeza en pocos minutos. Probablemente estarás aquí durante dos o tres horas más —dijo, dirigiéndose a la cortina.

Asentí.

—¿Puede quedarse mi novio también? —le pregunté esperanzadoramente mientras me aferraba a la mano de Blaine. No quería estar en este lugar estéril solo por mi cuenta.

NOTA:

—¿Puede quedarse mi novio también? —le pregunté esperanzadoramente mientras me aferraba a la mano de Blaine. No quería estar en este lugar estéril solo por mi cuenta.

—Claro, eso está bien. Sólo uno de los visitantes, sin embargo, porque podría haber una multitud preguntando por ti allá afuera —sugirió, riendo entre dientes mientras se iba y dejaba caer la cortina.

Multitud, ¿Qué significa eso? Miré a Blaine, él sonrió.

—Todos vinieron. Yo, literalmente, tuve que empujar a Finn cuando dijeron que sólo una persona podía viajar contigo —dijo, viéndose un poco culpable de ello. Me sonrió y le apreté la mano.

—Bueno, me alegra despertar contigo a mi lado en lugar de Finn. Así que gracias.

Inclinó la cabeza y me besó ligeramente.

—También me alegra. —Suspiró—. Será mejor que vaya y les diga que estás bien, y que deben ir a casa —dijo, poniéndose de pie.

—Igual date prisa, ¿de acuerdo? —le pedí, dándole mi cara de cachorrito.

Sonrió.

—Voy a ser tan rápido como sea posible —prometió, besándome en la frente y saliendo rápidamente. Cerré los ojos y esperé a que regresara.

Blaine estuvo de vuelta a los cinco minutos con un sándwich pre-empacado y una bebida.

—Oye, no sé si tienes permitido uno de estos, todavía, por lo que tendrás que esperar hasta que la enfermera venga a coserte la cabeza. No me perdí eso, ¿verdad? —preguntó preocupado.

—No, no te lo perdiste. —Sonreí por cuán considerado era todo el tiempo.

Se sentó en la silla junto a mí y tomó mi mano. La enfermera entró unos minutos más tarde y cosió mi cabeza, al parecer necesitaba seis puntos de sutura. Hice que Blaine me distrajera todo el tiempo, realmente era el mejor analgésico conocido por el hombre. Tal vez debería tratar de embotellarlo de alguna manera, y luego venderlo.

¡Sería rico!

***

Finalmente, después de una hora y media, el médico regresó.

—Hola, tengo los resultados de los análisis de sangre y las radiografías del cráneo de Kurt. Parece que no fue la falta de alimentos lo que te hizo perder el conocimiento —dijo, mirándome con seriedad.

Blaine se puso tenso a mi lado, apretando mi mano, inclinándose tan adelante en su silla que no me sorprendería si se cayera de un momento a otro.

—Ok, así que, ¿qué era? —le pregunté con curiosidad. No podía ser nada malo.

Sólo tenía dieciséis años, por amor de Dios, no fumaba, no bebía mucho, no tenía exceso de peso, hago ejercicio físico con regularidad. Quiero decir, no debería enfermar, ¿o sí?

—Kurt, hemos detectado un traumatismo cerebral en la parte superior de tu cráneo. Lo siento mucho —afirmó.

Me eché a reír. ¿Qué clase de broma es esa? Maldita sea, fue divertido, casi lo creo. Negué con la cabeza, sin dejar de reír.

—No, en serio, ¿qué es?

Miró de mí a Blaine.

—Tienes un traumatismo craneoencefálico, para ser exactos —repitió.

Dejé de reír inmediatamente. Eso no es cierto. No, esto era un error.

—Eso no puede ser posible, doctor, solo fue un golpe superficial. Un golpe superficial no puede provocar tanto daño. Está equivocado, toda esta mierda está equivocada —protesté con brusquedad, sacudiendo mi cabeza, tenía que ser otra cosa.
 
Miré a Blaine, estaba pálido, su vista fija en el suelo, la mano que sujetaba la mía temblaba violentamente.

—No, un golpe superficial no puede provocar dicho daño. Kurt, en este último tiempo tú ¿has sufrido algún accidente automovilístico? ¿O reiterados golpes en la parte superior del cráneo, quizás? —preguntó el doctor.

Miré a Blaine de nuevo. Mi mente se lleno de recuerdos donde mi padre me golpeaba cruelmente, prácticamente durante toda mi infancia. Recordé mi último golpe hace tres años atrás, dejándome inconsciente sobre el suelo de la sala, sangrando. Todo encajaba; el mareo, los dolores de cabeza, el cansancio. Esto no podía ser verdad.

—¿Kurt? —indagó el doctor. Yo solo me limite a asentir, sintiendo como mi pecho se ajustaba y mi respiración se entrecortaba—. ¿Sabes? Los maltratos pueden generar estas reacciones a nivel cerebral, provocando la aparición de repentinas depresiones e incluso, en este caso, trastornos cerebrales aún después de pasados los años y siendo ya adulto. —reflexionó, mirándome comprensivamente.

Esto no podía ser cierto. Por favor, díganme que esto es una especie de inmenso error, o incluso uno de esos programas de cámara oculta donde la gente saltará y gritará “caíste” en cualquier momento.