FanFic Brittana: Witchcraft. Capítulo XVIII: Fiesta de octubre.

no importa el nombre del sr. fabray, el capitulo estuvo de lo mejor, me encanta como Brittany influye en Santana y espero que Quinny se recupere pronto!

Hola!
Me gusta tu fic... creo que ya te lo he dicho. Tiene estilo y está bien escrito. Y es complejo. Y es original y ni Santana ni Brittany son hombres transformados en mujeres sementales... Y te lo agradezco mucho.
Claro que todo intriga, en tu historia! Pero nada bueno se cocina rápido, así que, por mi parte, te podés tomar todo el tiempo del mundo, aunque no entre actualización y actualización... ;)
Santana es pobre. Eso es todo un dato. Tiene una familia que la contiene y protege, pero está obligada a tener tempranas responsabilidades y a sobrevivir. Es por eso que trabaja? Porque si es así, eso no puede significar poca cosa al momento de considerar su carácter orgulloso. Su carácter es necesario para cubrirla y ayudarla. El mundo de las chicas normales de su edad puede permitirles ser alegres y optimistas y amables, pero no es su caso. Tampoco podría resultarle indiferente el hecho de que debe ganarse algún dinero trabajando en un lugar en el que, en el mejor de los casos, admiran su voz a la par que su cuerpo, como si fuera un increíble trozo de carne (que lo es, vamos, pero no viene al caso, porque no es lo único que es...)
Ese hilo de la historia me fascina. Y tengo la esperanza de que el no saber lo que pasa (porque lo ha olvidado) sea lo que hace a Brittany tan arbitraria con la latina. Brittany ha fascinado a Santana y la obliga, de manera permanente, a ser alguien que no es. Porque, al fin y al cabo, Santana no es un dulce de leche, ni le va a su personalidad estar envuelta en arcoiris ni se pasea sobre un unicornio. Santana no es como Brittany y, a decir verdad, cada vez que la rubia le dice cómo tiene que ser con los demás, tengo la secreta esperanza de que Santana le conteste: acaso yo te digo cómo tenés que ser vos? Porqué diablos no tratás de que te guste como soy y ver un poco más allá, en mi realidad, antes de convertirme en una persona distinta?
Sí, ya sé. Britt sospecha que Santana no es feliz con su coraza y quiere que se la quite, aunque esté muy lejos de saber porqué la tiene. Por otro lado, no debe ser fácil para ella sentirse "vinculada" con una persona de carácter tan difícil. Pero así es nuestra chica. Quién la quiere ver convertida en una mascotita a la que el Glee Club puede humillar, sin que ella al menos intente defenderse con sus comentarios procaces, aunque esos mismos comentarios le duelan en el alma? Eso me llama la atención.
Hay muchas otras cosas que me intrigan y me gustan. Por supuesto, quiero saber qué es lo que une -o unió- a Hannah con Santana. Y de qué la va Emily en todo esto.
También el porqué de la reacción de Quinn con la latina. Es fascinante la relación de estas dos. Has desarrollado con mucho acierto una de las relaciones más importantes en la vida de una persona: la amistad, el conocimiento mutuo y la empatía, ese raro sentimiento que hace que querramos a las personas exactamente por lo que son, y no por lo que esperamos de ellas, aunque las instemos a ser felices cambiando lo que nos las deja serlo.
Me parece que Quinn sabe lo que hace Santana los viernes por la noche, verdad?
Marley... Marley Rose es Bombón? O lo es Hannah? La Marley que ahora aparece no es la misma que también trabaja con Santana en el bar, verdad?
También sospecho que Rachel y Quinn no solo se aporrean porque se gustan, sino que da la impresión, a veces, de que ya tienen algo. Sospecho que con quien hablaba Quinn por teléfono, era con Rachel... Y ahora, que bicho le picó para ingresar a las animadoras? Eso será interesante. Tal vez Santana se vea en la obligación de devolverle el favor de defenderla.
Nuestras chicas se gustan. Se gustan muchísimo. Pero ninguna de las dos sede ni siquiera en sus fueros internos, y da toda la impresión de que ninguna lo hará, en lo inmediato. Me parece que Santana ya sabe que es lesbiana y que no querer admitirlo la ha llevado a una pérdida anterior: Hannah, tal vez?. Brittany parece no saberlo. Pero te digo la verdad, el romance es lo de menos en tu historia. La tensión nunca resuelta entre ellas y todo lo demás es tan creíble, tan variado, que un romance de buenas a primera sería una incoherencia.
Son tan buenos los pequeños giros de las situaciones, aun los más mínimos pensamientos de los personajes, las cosas que dicen y lo que saben que callan. Cada una de tus oraciones vale la pena.
Ojalá puedas continuar pronto! Y gracias, una vez más!!

Hola, chicas! Pues aquí estoy, con un capítulo nuevo ahora :)
Quiero pedirles perdón por todo lo que he tardado en subir uno nuevo, y por no contestar comentarios. En serio, lo siento. Entre cumpleaños, viajes y sacadas de muela, les juro que éstas semanas han sido un completo caos para mí. Bueno, ahora que no puedo (o más bien, no quiero) hablar mucho por mi horrible problema con mi muela, puedo descargarme escribiendo todo lo que no puedo decir n.n
Me leí sus comentarios, y están bien lindos. Agradezco que se tomen la molestia de comentar, y concuerdo con todas. Espero que ésto no les aburra, y prometo tratar de tardarme menos, aunque sé que ustedes son comprensivas respecto a eso, aún así, no está de más una disculpa. Ustedes me importan :)
Como ya he dicho, trato de no irme mucho por las ramas con ésto.
¡Ay, bueno! Ya mejor dejo de escribir, y mejor les traigo el capítulo ya.
Espero que les guste :)
Gracias por leer y comentar, chicas! Un beso enoooorme!!!







La entrenadora si bien apenas terminó de articular esa frase tan pesada para ella, se fue del gimnasio, dejándolas solas a las tres en el enorme edificio. Brittany y Santana se miraron, luego se giraron al mismo tiempo hacia la diminuta chica castaña que estaba aún parada frente a ellas, en la misma posición que había quedado, porque sabía que Brittany, al menos, tendría muchas preguntas para ella, y estaba parada ahí, sólo para que las hiciera.

— ¿Qué acaba de suceder, Rachel? —Preguntó Brittany. En realidad, no comprendía lo que acababa de suceder. Rachel ya esperaba una pregunta parecida.

—Pues nada. —Contestó, tratando de sonar como si nada—Que me uní a las animadoras. ¿Tiene eso algo de malo?

Brittany y Santana se volvieron a mirar, pero ésta vez, se quedaron más tiempo en ellas. Santana se encogió de hombros y Brittany tomó eso como un “Eso basta para mí”.

Santana tomó la enorme maleta que venía cargando con ella y que Brittany no había notado, y se encaminó sin decir nada hasta la puerta de la entrada, bajo la mirada de las dos chicas.

— ¿Iremos a ver a Quinn ésta tarde, Santana? —Preguntó Brittany, antes de que Santana se fuera y no la escuchara. Sólo para confirmar si quería ir.

—Tengo cosas que hacer. —Fue lo que contestó la morena—Iré más tarde.

Brittany frunció el ceño y puso sus manos en sus caderas.

— ¿Es en serio? Pensé que lo que más querías era verla. Además, dijiste que iríamos…

—Yo no dije nada, Brittany. —La interrumpió la latina—Claro que quiero verla, pero los viernes son míos. Quinn sabe eso, así que, no creo que ella tenga algún problema.

La verdad, Brittany tampoco creía que eso fuera un problema para Quinn.

Tal vez, la única que tenía un gran problema con eso, era ella.

—Tal vez no lo dijiste, pero uno lo supone. Es lo más lógico, puesto a como estabas ayer…

Brittany sintió que tal vez se había pasado. Sintió que debió mantener la boca cerrada, pero cuando Santana se ponía en ese plan, su boca simplemente no dejaba de emitir palabras.

Sintió eso, porque vio como Santana palidecía un poco.

Rachel decidió intervenir:

—Si quieren, yo podría…

— ¿A qué te refieres con “como estaba ayer”, Brittany? —Saltó Santana.

—Chicas, yo…

—Tú sabes a lo que me refiero, Santana. —El sentimiento de que se había pasado y de que debía mantener su boca cerrada, desapareció—Te quebraste completamente. Estabas realmente mal. ¿Y ahora finges que no te importa? Claro, eso es lo único que sabes hacer.

Santana cada vez se alejaba más y más de la puerta de entrada para acercarse hacia Brittany, a quién tampoco le quitaba la furiosa mirada de encima. Poco a poco se salía más y más de sí misma, y Brittany también.

Eso la había herido.

— ¿Qué? —Preguntó Santana. No era que no la había oído, era que tenía que escuchar esa frase una vez más, porque le había sonado dolorosamente familiar.

—Pelear, golpear, ser grosera con la gente… ¡Es lo único que sabes hacer! Así arreglas las cosas, según tú.

Las fosas nasales de Santana se abrían poco a poco. Su ceño se fruncía, y sus labios… ¡Oh, sus labios! Estaban convertidos en una completa línea recta. Brittany odiaba esa expresión en su rostro. Odiaba la manera en que sus ojos la veían… y pensar que hace apenas la noche anterior, esos mismos ojos la habían mirado de una manera completamente diferente… pero más odiaba el hecho de que esa mirada iba por y para ella, pero no sabía cómo evitarlo. No sabía cómo tratarla.

—Okey. ¿Sabes qué? Tú ganas. Soy un asco de persona. ¿Terminaste? Bien. Ahora, déjame irme en paz.




—Eso fue algo… muy… intenso.

Le dijo Rachel una vez que subieron al Jetta de la castaña. Brittany no tuvo que pensar mucho para darse cuenta a lo que se refería.

—No quiero hablar de eso, Rach.

—Tú y ella nunca se van a llevar bien ¿verdad?

En eso, Brittany sintió un horrible malestar en todo su ser. ¿Y si era así? ¿Y si ella y Santana jamás podrían llevarse bien? Ella sólo quería fingir indiferencia por lo menos hasta que llegara a la puerta de su habitación, pero ahora, eso se sentía tan imposible.

Rachel arrancó el auto.

—Bueno, es que por un momento pensé que ya lo habían arreglado todo. Ya sabes, eso de estar siempre discutiendo. —Volvió a decir Rachel, viendo que Brittany no decía nada.

Trató de ponerse en el lugar de una persona que en serio odiara a Santana. ¿Qué diría esa persona?

—Tú la conoces, Rach. Es difícil de llevarse bien con ella. —Fue lo único que pudo decir que sonara más o menos “desdeñoso”.

Rachel guardó silencio un pequeño instante, pensando muy bien lo que iba a decir, y cómo decirlo.

La castaña carraspeó.

—Santana no es tan mala, después de todo…

— ¿A qué te refieres? —Preguntó Brittany, confundida. Sabía eso de Santana. Sabía que era otra persona en el fondo, pero lo que quería saber, era como Rachel también lo sabía.

—Escucha, he crecido aquí. Todo el mundo se conoce. He crecido con Santana. Sé que ha cambiado drásticamente desde que la conozco. Ella antes no era así. Si bien, nunca ha sido muy… delicada, por así decirlo… ha cambiado, Brittany. No sé las razones, pero, te diré que yo conocía a otra Santana, y ésta no es.

Okey. Esto simplemente era demasiado. ¿Rachel, conociendo a Santana? ¿Ahora todo el mundo se conocía?

No pudo evitar pensar en una pequeña Santana. Recordó la fotografía en la sala de Santana. Se veía realmente linda, y… feliz. Recordó también la rapidez con la que esa sonrisa se le contagió a ella, aún aunque ni siquiera tuviera motivos para sonreír. Santana se veía hermosa en las fotos, tenía que aceptarlo. Más en las fotos donde sonreía, porque parecía salida de una maldita revista. Pero aún así, era diferente, porque sabes que las mujeres que salen en las revistas sólo están posando.

Ugh. Tenía que dejar de pensar en la sonrisa de Santana, porque, increíblemente, se lo contagiaría aún sin siquiera verla físicamente. Aún aunque ahora se sintiera de lo peor.

—Y me dices esto porque…

—Creo que te pasaste un poco de la raya.

Si bien ya lo sentía, que Rachel se lo dijera sólo hacía que todo se sintiera peor.

Suspiró con desgana.

—Lo sé, Rachel. No necesito que me lo recuerdes. —Admitió. Brittany se sintió terrible consigo misma.

Volteó hacia la ventana, porque eso hacía cuando quería pensar, pero ahora, cualquier cosa que pensara no la ayudaba, porque lo único que tenía en la cabeza ahora, era lo idiota y terrible que había sido con cierta morena que se había ido del gimnasio furiosa con ella.

Aún no oscurecía del todo. Rachel ya no decía nada, y eso era un alivio, porque sentía que cualquier palabra que Rachel pudiera decir, sería sólo para recriminarla.
A lo lejos, divisó a dos chicas caminando por la acera.

No tardó mucho para identificarlas:

Una era Santana. Lo sabía, porque conocía como se le veía el cabello por detrás. Claro, no había podido ir tan lejos, puesto que se fue sólo unos minutos antes que ellas, pero iba con alguien más. Una chica un poco más baja que ella, de una larga cabellera castaña, y que también llevaba una maleta de dimensiones parecidas a la que llevaba Santana. ¿Quién era esa chica?

No fue hasta que las rebasaron y que Brittany giró su cabeza, tal cual niña del exorcista, que divisó a la misma chica con la que había hablado el martes. La chica que veía la lista del glee club.

Santana iba caminando por la acera con Marley Rose.

¡Claro! La hija de la cocinera. ¿Por qué estaba con ella?

Rachel, al parecer, no se percató de eso, pues tenía su mirada fija al frente.

¿Qué hacía Santana López caminando por la acera con Marley Rose, una chica de primer año?





—En resumen, ¡me ha encantado! ¡No puedo creer que me he estado perdiendo de esto! —Exclamó una contenta Marley, haciendo ademanes con sus manos—Es mejor que estudiar en casa.

Santana sonrió levemente, mientras caminaba junto a ella por la acera.

—Te lo dije. Además, tu madre trabaja ahí. Sería el colmo que no estudiaras en McKinley.

Marley se encogió de hombros.

—No entiendo como las personas pueden quejarse de ella. —Exclamó la castaña, aún muy emocionada— ¡Todo el mundo describe la escuela como un infierno! No lo es.

— ¿Por qué dices eso? —Le preguntó Santana.

—Yo pensé que tendría más problemas para socializar, pero resulta que he conocido muchas buenas personas.

— ¿En serio? —Preguntó de nuevo Santana. Sí, estaba un poco sorprendida. No era que le sorprendiera el hecho de que Marley socializara rápido, porque sabía lo adorable que Marley era, pero aún así, no lo pudo evitar.

Hasta se sintió algo celosa.

—Sí. Jake Puckerman me invitó a darme un tour por el colegio, pero…

—Oh, no. Ni se te ocurra…—Saltó Santana.

—Ya lo sé. ¿Crees que no sé cuando me miran el trasero? Además, no es mi tipo. Pero igual, me pareció agradable.

—Es un idiota. No sé como mi amiga Kitty sale con él.

— ¿Kitty sale con él? —Preguntó Marley, sorprendida.

—Oh. ¿Entonces ya conoces a Kitty? —Preguntó Santana, anhelando que Marley dijera que no, porque así tendría por seguro que no ha tratado con el horrible carácter de Kitty.

La voy a matar.

—Sí. Es una chica muy dulce. Me sacó a Jake de encima. —Dijo, con una sonrisa.

Santana abrió mucho los ojos y se vio obligada a mirar a Marley para comprobar que no estuviera bromeando. No, Marley no parecía estar bromeando. ¿Kitty siendo linda con alguien? ¿Siendo “dulce”?

—Pero bueno. —Volvió a hablar Marley—Supongo que lo hizo solamente porque es su novio…

—Yo creo que no estamos hablando de la misma Kitty…

— ¿Rubia, ojos verdes, baja estatura, y linda sonrisa?

—Bueno, yo no la definiría como “linda, linda, LINDA”, pero sí. Entonces, estamos hablando de la misma Kitty. Es bueno que se porte bien con otra persona además de Sugar.

Marley frunció el ceño.

— ¿Que se porte bien, dices?

—Larga historia. —Cortó Santana.

— ¿A ti te va bien en la escuela, Santana? —Preguntó Marley.

Santana se quedó callada, porque de verdad odiaba la respuesta a esa pregunta, aún aunque todavía ni salía de su boca. ¿Qué le diría? ¿La verdad? ¡Vamos! Si Marley la veía como si fuera la maldita mujer maravilla. ¿Le diría que odiaba su vida de estudiante?

Bueno, Quinn lo hacía todo más llevadero, pero ahora ella no estaba. Sugar y Kitty eran punto y aparte. ¡¿Qué diablos?!

—Claro. Me va bien. Me va perfecto. ¿Has pensado en el club en el que piensas unirte?

Cambio de tema, rápido.

Marley de pronto ya no estaba tan entusiasmada, y eso intrigó a Santana.

—Sabes que tienes que unirte a uno ¿Verdad?

— ¿Tú a cuál perteneces?

—Yo estoy en porristas, así que me ahorré ese tedioso trabajo de escoger. ¿Lo has pensado? ¿No has encontrado uno que te llame la atención?

Marley calló, y por un momento, Santana pudo divisar vergüenza en su rostro.

—No. No lo sé. Ninguno me ha llamado la atención hasta ahora.

—Maaaaarleeeeeey…—Reprendió Santana.

— ¡No estoy mintiendo! Aún no me decido… ¡Rápido, corre! ¡El bus se va!

Marley salió corriendo alzando las manos para llamar la atención del chofer que conducía el enorme autobús que estaba por irse. Lo hizo con éxito, pues el chofer se percató y paró. Santana sólo pudo reír ante Marley corriendo y gritando como loca, aún batallando con la gran maleta que tenía que cargar, al igual que ella.

También adoraba a esa niña.






—Como sea. ¿Quieres ir a cenar?

Esa pregunta hizo que Brittany se acomodara de nuevo en su asiento de manera normal, porque ya había perdido de vista a Santana y a Marley desde hacía dos cuadras.

— ¿Qué celebramos? ¿Tu ingreso en las cheerios?

—Ugh. Si no quieres ir, sólo dilo.

Brittany sonrió.

—Claro, si tú invitas.

—Sólo para que quede claro, no estamos celebrando nada. Sólo pasa que hemos estado muy separadas últimamente, Britt.

Brittany sabía que Rachel tenía razón, como casi siempre. Últimamente, habían estado muy distantes, y no se había dado cuenta. La idea de ir a cenar a alguna parte con Rachel no le parecía mala. En verdad, deseaba que con eso se le pasara el remordimiento que, desde que salió del gimnasio de la escuela, la carcomía por dentro.

Rachel se detuvo, como era de esperarse, en breadstix.

— ¿Por qué no vamos a otro lugar? —Preguntó Brittany.

—Claro, Britt. Sólo dime a donde.

¡Rayos! No, no lo sabía.

—Yo no soy la que nació aquí, Rach. Tú deberías invitarme a otros lugares también.

— ¿Qué tiene de malo breadstix?

Brittany abrió la boca para contestar, pero nada salió de ella. En realidad, no había nada de malo con breadstix.

—Yo no dije que tuviera algo de malo, pero todo el mundo viene aquí.

—Pues por algo será. No sé tú, pero yo me muero por una deliciosa lassagna.

El humor tan despreocupado y totalmente inesperado de Rachel la obligó a verla de una manera confundida, pero Rachel pareció no haberse percatado de eso, y si lo hizo, la ignoró por completo.

—Hola. ¿Qué tal? Bienvenidas a Breadstix. ¿Qué puedo ofrecerles?

Una chica de cabello largo y pelirrojo fue la que llegó con ellas, con una bonita sonrisa en la cara, y una libreta y un lápiz en las manos. Brittany y Rachel le sonrieron, y Brittany le hizo una seña a Rachel para que ella ordenara primero.

— ¿Podría pedir una lassagna? —Pidió Rachel— ¡Ah! Y una limonada rosa, por favor. —Agregó.

La camarera asintió, y con otra sonrisa, se dirigió a Brittany.

—Lo mismo que ella, pero cambia la lassagna por un spaguetti con albóndigas.

La camarera rió y se fue. Rachel también lo hizo.

—A veces, eres graciosa. —Comentó Rachel, en burla.

— ¿Sabes qué me sorprende? —Contraatacó Brittany—Que no te he visto sacar tu móvil durante casi todo el día. ¡Bravo! Nuevo récord, ¿eh?

Y bueno, la reacción de Rachel no fue lo que esperaba, exactamente… Bueno, lo correcto sería decir que fue lo contrario. Rachel no se rió para nada. Rachel palideció, y su boca se tornó una completa línea recta. Sus cejas se fruncieron y bajó la vista. Brittany no supo por qué, pero sintió que su comentario había estado completamente fuera de lugar.

Ya le había pasado dos veces en el día. Tal vez, el récord más bien, sería para ella. ¡Bravo! ¿No?

—Oye, lo siento, pero ¿dije algo malo?

Rachel subió la mirada y por un momento, se vio sorprendida y nerviosa.

—No, Brittany. Todo bien. —Dijo, con una sonrisa que acababa de sacar. No muy convincente, por supuesto.

— ¿Segura?

—Claro. ¿Ahora quién eres? ¿Brittany la detective?

Brittany frunció el ceño ante la nueva actitud defensiva que había tomado Rachel. Definitivamente, algo le pasaba a esta chica.

—Rachel, lo que sea que te pase, puedes decírmelo. Soy tu amiga.

—No me pasa nada ¿de acuerdo? —Aseguró Rachel—Sólo tengo mucha hambre.

Brittany la miró ceñuda. No le había creído para nada.

De su bolsillo, sacó su móvil blanco y comenzó a jugar con él y sus aplicaciones, con el objetivo de que Rachel también sacara el suyo, pues Brittany ya la había tachado de una “Obsesiva compulsiva por su celular”, pero, para su sorpresa, Rachel no se movió. Ella la miró incrédula e irritada.

— ¿En serio, Brittany?

— ¿Qué? Yo sólo juego con mi móvil. ¿No quieres hacerlo? ¿No te sientes tentada a sacar tu celular ahora mismo?

—No, porque no tengo con quién mensajearme ahora, Brittany. —Contestó Rachel, secamente.

Brittany parpadeó mucho y se vio sorprendida. Intento fallido. Rachel no cayó.

—Oh. —Dijo, y dejó su celular a un lado en la mesa—Bueno…—Agregó, para cambiar el tema— ¿Cómo ha estado Jesse?

—Pues, supongo que bien. —Contestó Rachel, vagamente—No he ido a verlo, últimamente.

— ¿No fuiste a verlo ayer?

Rachel, pareció haber salido de su trance y contestó:

—Claro que fui a verlo ayer. Está bien.

— ¿Aún no sabes cuándo saldrá del hospital?

—Pronto.

Supuso que Rachel ya no quería hablar de Jesse, así que no preguntó más.

La cena no estaba resultando exactamente como las dos habían pensado que sería.

— ¡Chicas! ¿De nuevo por aquí?

Emily Fields había llegado junto a ellas, saludándolas con una de sus impecables sonrisas. Rachel y Brittany le sonrieron en respuesta.

— ¿Qué las trae? —Preguntó de nuevo la morena, aún con su sonrisa.

—El delicioso spaguetti. —Contestó Brittany.

—Supongo que ya sé que ordenarte siempre que vengas ¿no?

Brittany se encogió de hombros, con una sonrisa. Emily no dejaba de verla. Era una chica muy encantadora, para ser sincera.  

—Ya les tomaron su orden, supongo. —Les dijo a las dos.

—No te preocupes. Ya lo hicieron. —Le dijo Rachel.

—Bueno. Veré como van con eso. Ahora vengo.

Y Emily se fue de ahí ante la mirada de Brittany y Rachel.

—Te llevas de lujo con ella ¿no?

Brittany sonrió, un poco traviesa.

—No me vengas con celitos, porque ella fue mi salvación cuando tú me dejaste sola en esa fiesta ¿Lo recuerdas?

Rachel arqueó sus cejas y abrió su boca, de impresión.

— ¡No puedo creer que me lo reclames! —Exclamó, según ella, ofendida, pero se notaba de kilómetros que no lo estaba—Tú te fuiste a no sé dónde y ya ni te volví a ver esa noche. ¿Sabes lo mucho que me asusté?

—Claro. A nadie le gusta ser el mal tercio, Rach.

—Como sea. —Cortó Rachel—A lo que quería llegar, es a que te llevas de lujo con ella, considerando las circunstancias.

— ¿Ella de Rosewood y yo de McKinley? —Adivinó Brittany—Si me preguntas, creo que esa rivalidad es un tanto… estúpida y sin sentido. ¿Qué? ¿No puedo hablar con quien yo quiera sólo por una tonta rivalidad entre escuelas?

Brittany ni siquiera se dio cuenta de que Rachel ya ni la escuchaba, pero no hizo caso.
Quizá ya se había acostumbrado.

—Ahora vengo. —Anunció, de repente—Voy al baño.

Brittany ni siquiera dijo nada cuando Rachel rápidamente se levantó y desapareció.

La rubia sólo se quedó ahí, observando a cualquier otro sitio sin importancia. Estaba muy aburrida. Observaba las diferentes personas que ahora se hallaban ahí: Ancianos, niños, adolescentes igual que ella, personas de más de treinta años…

Pero su mirada se chocó con una de las personas que menos quería ver.

La rubia que ahora veía, también la veía a ella. Por la chispa de sorpresa que hubo en sus ojos por un instante, Brittany se dio cuenta de que al menos estaba sorprendida de verla ahí. La poca satisfacción que había sentido desapareció cuando esa rubia sonrió casi con malicia.

Ugh. Definitivamente, esa pequeña salidita no estaba saliendo como ella esperaba.

De todas las cosas que hubiera esperado que pasaran, nunca hubiera creído que Hanna Marin iría a su encuentro después de eso. Seguía con su estúpida sonrisa, avanzando hacia ella.

— ¿Cenando sola? —Fue lo que le dijo. Brittany sintió que Hanna se estaba burlando de ella, aunque no había usado ninguna frasecilla mínimamente ofensiva.

—No. Vengo con una amiga. —Se defendió, pero se aguantó las ganas de gritarle.

—Supongo que no es Santana ¿verdad?

¿Qué pretendía Hanna con ese comentario? Supuso que nada bueno, porque seguía con su irritante sonrisita de lado. Brittany deseó quitársela de un golpe, pero mentiría si dijera que Hanna Marin no le causaba intriga. Esa chica sí que sabía cómo quitarle el sueño, y no en el buen sentido de la frase, pero obviamente jamás lo admitiría.

Hanna tomó asiento en el lugar de donde se había sentado Rachel, como si nada.

—Ese asiento está ocupado. —Escupió. Brittany supo que en ese momento, debía tener una cara horrible.

—Sólo vengo a hacerte compañía, Brittany.

—No me interesa tu compañía.

¿Qué se creía? ¿Cómo podía estar ahí, frente a ella, con esa actitud? ¿A dónde quería llegar? ¿Cómo Hanna podía siquiera esperar que le contestara de manera formal, o casual siquiera? Ella estaba al tanto de que Hanna sabía lo que Brittany sentía hacia ella.

Y Brittany sabía que Hanna también tenía el mismo sentimiento hacia ella. Lo sabía, porque sus comentarios no parecían causarle algún mínimo efecto, como si ya los estuviera esperando.

La mirada de Hanna era retadora, furiosa y… ella la examinaba. Hanna no paraba de verla, analizarla, y Brittany quería saber para qué.

Se acomodó en su asiento y se irguió en él, sin quitarle la mirada de encima a la rubia que también la veía, pero antes de que pudiera decir algo…

— ¿Has notado lo mucho que nos parecemos, Brittany?

Esto simplemente la sacó de su órbita. Ese comentario había sonado tan casual, tan simple, que no lo podía creer. ¿Hanna, y ella… Iguales?

Hanna seguía con su aparentemente permanente sonrisa torcida, y Brittany seguía igual de incrédula.

—Oh, por favor. No me digas que jamás has pensado lo mucho que nos asemejamos. ¿Te das cuenta, verdad?

Brittany no dejó salir ninguna palabra de su boca.

—Misma posición social. Rubias. Ojos azules. Similares hasta en nuestra manera de vestir…
Hanna hiso una pausa. Una curiosa, angustiante, y misteriosa pausa.

—… Mismos gustos.

Ya no lo soportó más.

— ¿A dónde quieres llegar? —Cortó, antes de que siguiera.

— ¿Yo? A nada. —Contestó Hanna, con simpleza—Sólo que, ahora que te veo, lo vengo confirmando. Claro, no somos exactamente un duplicado, pero…

—Yo no soy igual a ti. —Escupió, como si fuera veneno.

—Oh, yo no dije que lo fueras. Está claro que tú y yo no somos la misma cosa.

— ¿Entonces qué quieres decir?

Hanna bajó la mirada, sin quitar la odiosa sonrisa y negó lentamente con la cabeza.

—No lo entiendes.

Pero Brittany sí entendía, y lo odiaba. Odiaba saber exactamente a lo que Hanna se estaba refiriendo.

Nunca lo había pensado, pero ¡rayos! Hanna tenía razón. ¿Cómo no se había dado cuenta? Se sentía horrible. Se sentía igual a ella, y eso era algo que no la hacía sentir bien.
Para nada bien.

—No quiero entender lo que no me interesa. —Se defendió.

—Ah. ¿No te interesa?

Quería golpearla. Retorció la servilleta entre sus manos, fuerte e inconscientemente.

—No.

Hanna hizo caso omiso a su negativa y se giró a ver a su alrededor, como si Brittany ni hubiera dicho absolutamente nada. Brittany pensó que quizá Hanna supo que le mintió.

Hasta eso podía adivinar.

— ¿No crees que tu acompañante ya tardó mucho? ¿Qué tanto hace Santana en el baño?

Le sorprendió el hecho de que Hanna diera por sentado de que estaba con Santana, pero se le pasó el asombro cuando recordó la última vez que Santana había ido al baño en ese mismo restaurante.

Tuvo la sensación de que Hanna había hecho ese comentario con el único objetivo de que ese momento le pasara por la cabeza. Ugh.

—No vine con ella. —Contestó. Detestó el hecho de que ese comentario fuera verdad.

— ¿Ah, no? —Hanna, por un momento, se vio un poco sorprendida—Qué raro. Como siempre las veo juntas últimamente…

—Sí, lo haces. —Dijo, cortante.

Hanna no dijo nada. Se quedó callada. Como si estuviera pensando algo, o tratando de recordar. La presencia de Brittany no parecía incomodarle en lo absoluto.

— ¡Hanny! Llegaste. —Dijo una radiante Emily. Acomodó los platos respectivamente y le dio un beso en la mejilla a Hanna— ¿Tienes mucho aquí?

—No. —Contestó, serena.

—Es bueno que le hagas compañía a Britt mientras Rachel no está.

Hanna frunció el ceño.

— ¿Britt?

—Diminutivo para Brittany, tonta. —Emily no tardó en explicar, tranquilamente—Bueno, ahora vengo. Le avisaré a Jhonny que ya salí.

Emily se propuso a irse, pero antes de hacerlo, se despidió de ella con otra de sus adorables sonrisas.

Brittany le correspondió. Miró a Hanna otra vez, pero ya no tenía tan buena cara.

Brittany se preguntó qué diablos había hecho que el rostro de Hanna sufriera algún tipo de percance. Al fin demostraba que no era un maldito robot.

—Ahora no es Santana. Ahora, es Rachel. ¿Santana no te tiene en su agenda? —Se burló Hanna.

Brittany no dijo nada. Estaba cansada de que Hanna la dejara sin palabras, pero simplemente así era. Lo único con lo que Brittany le respondía cuando eso pasaba, era con una terrible mirada repleta de desprecio.

Hanna se puso de pie, mientras tomaba su bolso.

— ¡Ah! —Exclamó—Lo olvidaba. Hoy es viernes.

¿Qué demonios?

—Hasta luego, Britt! —Se despidió Emily, con Hanna a un lado— ¡Provecho!

Brittany apenas movió su mano en forma de despedida.

¡Era viernes!




Rachel volvió después de quince minutos que le parecieron un instante. Se disculpó con ella miles de veces, pero a Brittany le dio completamente igual. Ninguna de las dos se comió su cena en el restaurante, pues estuvieron de acuerdo en que debían irse, así que pidieron que pusieran la comida en platos desechables para llevárselas.

Brittany saludó de manera automática a su abuela y a su gato y subió a su habitación. Eran sólo las ocho treinta y cinco de la noche, y Brittany lo único que quería, era estar tumbada en su cama, mirando cualquier cosa.

Odiaba a Hanna Marin, de eso estaba segura. También estaba segura de que Hanna la odiaba a ella, pero sabía que Hanna era más fría. Hanna jamás demostraría algo que siente. Entonces, la idea de ser igual a Hanna le pareció un poco más lejana, pero las palabras de la rubia le resonaban en la cabeza sin parar. No la dejaban en paz. Se sentía sucia. ¿Hanna tendría razón? ¿Eran… iguales?

Pensó en Santana también. ¿Cómo estaría ella ahora? O más bien, ¿Dónde? La había tratado horrible la última vez que la había visto, de eso estaba segura.

“Okey. ¿Sabes qué? Tú ganas. Soy un asco de persona. ¿Terminaste? Bien. Ahora, déjame irme en paz.”

No, ella no podía dejarla. No así. No de esa manera. Ella no pensaba eso.






—Muy bien, Santana. ¿Podrías decirme qué te sucede? —Le preguntó Marley, una vez que entró a la misma habitación.

Santana no la quiso ni mirar. Sabía muy bien a lo que se refería, pero prefirió hacerse la desentendida. Siguió desmaquillándose frente al espejo, viéndose solamente a ella misma. No quería ver a nadie más. Ni siquiera a Marley.

—No sé de qué me hablas, Marley. —Contestó—Yo hice lo mío. Es todo.

— ¿Bromeas? Lo tuyo es hacer las cosas bien. ¡Cielos! Da gracias al cielo que esos tipos están ebrios, si no lo estuvieran, te aseguro que te hubieran arrojado toda su cerveza en la cara. Lo tuyo es salir ahí, y dar lo mejor de ti.

Santana ahora sí la miro, y no por el espejo, se giró para darle la cara, aún sentada y medio desmaquillada. Marley también la veía, porque, aún aunque Santana hiciera eso para “intimidarla” ella no le temía. Ella era su amiga.

— ¿Dar lo mejor de mí? —Santana soltó una risita irónica—Marley, sólo son unos tipos borrachos que no se acordarán de lo que hicieron a la mañana siguiente. ¿Por qué hacerlo todo bien, si nadie se da cuenta de que lo haces? ¿Por qué nadie se da cuenta de lo bueno que haces, pero nunca se les va a olvidar restregarte en la cara lo malo?

No sabía por qué había dicho eso. Una cosa no tenía nada que ver con la otra, pero no supo por qué no pudo callárselo. No supo por qué lo había dicho, pero al parecer, Marley se dio cuenta de algo, porque se alejó de la puerta, fue hacia ella, y la abrazó. Se sintió muy bien. Se sintió muy necesario. Santana la abrazó de vuelta. No sabía que necesitaba tanto eso.

—No lo sé, pero a mí me gusta lo que haces. —Le dijo Marley— ¿Recuerdas cuando cantaste Back to Black? Me deslumbraste.

Sí, recordaba perfectamente Back to Black. Santana no dijo nada.

— ¿Te digo algo? —Preguntó Marley, cerca de su oreja.

—Dime. —Le contestó.

—No puedo creer lo obvia que eres cuando algo te sucede.

Santana se separó del abrazo y miró a Marley, que la veía tranquilamente. Supuso que la veía así, pero no escandalizarla, pero sí la escandalizó.

— ¿Qué? A mí no me sucede nada.

Marley soltó una risita tímida y casi inaudible.

—En Back to Black estabas pensando en algo. Lo sentí, Santana. Y ahora, también. Desde que salimos de la escuela, has estado muy rara. Sé que algo te sucede.

Santana se quedó callada, de nuevo. ¡Rayos! Entonces sí era súper transparente.

—Pero, descuida. —Dijo Marley—No tienes qué decírmelo. Sólo quiero que sepas que yo estoy ahí, así como tú estás para mí.

Oh, dios. Marley era tan dulce. Era un maldito bombón bañado en chocolate. La veía con una sonrisa tan dulce, inocente… sincera. Le daban ganas de desahogarse con ella. Ella nunca le preguntaba cosas sobre su… vida. Parecía que no le importaba, pero en el buen sentido. Santana tenía la agradable sensación de que si le contaba todo a Marley, ella seguiría con ella. Igual que Quinn…

Pero, no.

—No canté tan mal. —Dijo Santana.

—Oh, sí lo hiciste.

— ¡Oye! —Reprendió Santana, con una pequeña palmadita en el hombro de Marley.

Marley hizo una mueca que decía “Lo siento, pero es la verdad” Y Santana le contestó con otra mueca, que decía “Lo sé”.

—En fin. Lo hecho, hecho está. ¿Qué le vamos a hacer?

Santana se giró para terminar de desmaquillarse y Marley la esperó. Ellas dos ya estaban por irse. Marley tomó su maleta, y una vez que Santana “terminó” lo que hacía, la tomó también. Ya cambiada, tomó a Marley del brazo.

—Es mejor que nos vayamos antes de que llegue Tony y nos…

—Oh, oh.

Cuando Santana abrió la puerta, un hombre alto, castaño, un poco fornido, y de ojos verdes estaba en el umbral de la puerta, viéndolas fijamente, o más bien, a Santana. Ya sabía lo que le esperaba.

—Santana, tengo que hablar contigo. —Fue lo primero que dijo. Ella ya se lo esperaba—Marley, ¿Puedes esperarnos afuera? No tardaré mucho. —Le pidió a la castaña.

Marley asintió y salió de la habitación, mirando a Santana y sólo moviendo los labios para decir un inaudible “te espero aquí afuera”. Santana asintió. Tony no desvió su mirada de Marley, pero la castaña ni cuenta se dio.

Marley era tan inocente para esas cosas…

Una vez que la castaña cerró la puerta tras ella, el hombre habló:

—Creo que ya sabes lo que tengo que decirte ¿verdad?

—Ok. En mi defensa: Yo te dije que no había cenado y que tenía muchísima hambre. Tú no me dejaste cenar, así que, no es completamente mi culpa.

Ok. Qué horrible excusa.

—No, Santana. No sé qué sucede contigo últimamente. —Siguió el hombre—Eres la mayor atracción de éste bar, y si no fuera porque los clientes están demasiado borrachos para recordar, ya me hubieran pedido tu renuncia.

—No lo harán, porque les encanta verme el trasero.

—Santana, ese no es el punto. No tuve chance de hablar contigo cuando pasó lo del tipo borracho que golpeaste.

Ugh. ¿Todo el mundo le iba a recordar esa noche?

—Eso no puede volver a suceder. ¿En qué rayos estabas pensando, eh?

Tony estaba enfadado. Santana lo comprendía. Tony nunca se enojaba. Sabía que la había cagado, pero ¿Qué podía hacer?

—Lo siento, ¿sí? Pero no es mi culpa que todos los hombres que vienen aquí sean unos completos imbéciles.

—Sabes que Tito, Frank, Keith y Max se encargan de esos imbéciles. Que yo recuerde, no te puse de seguridad.

— ¡¿Tito, Frank, Keith y Max?! —Oh, sí. Santana ya estaba enfadada— ¡Ese tipo estuvo a punto de golpearla! ¡Lo hubiera hecho si yo no hubiera llegado! ¡¿Dónde estaban ellos?! ¡¿Sabes qué más hubiera hecho ese estúpido si yo no hubiera…?!

—No me importa. —La cortó él—Tienes más que claro que no debes actuar así. A esa chica, ni la conocemos. No puedes andar ahí de heroína con cualquier chiquilla tonta que se aventura aquí. Ya lo sabes.

— ¡Ella no es una chiquilla tonta! —Gritó, sin contenerse—Y no puedo creer lo que dices. ¿Si hubiera sido yo, lo hubieras dejado pasar también?

—Tú, ni siquiera hubieras necesitado que te defendieran, en primer lugar. En segundo lugar, no es nuestro trabajo cuidar de niñas perdidas. Este no es lugar para chicas como esas, así que ¿qué demonios tenía que estar haciendo aquí?

Me estaba siguiendo. Ugh.

—Da igual. A la próxima, tendré que echarte.

—Es… ¡¿Es en serio?! —Bramó Santana.

— ¡Sí! ¿Tengo cara de que estoy bromeando? ¡Esto no es un juego! ¡Es tu trabajo, por el cual, recibes un buen pago!

Santana se quedó callada. No iba a discutir eso. En serio, le pagaban muy bien. Y contando que nada más iba los viernes…

—Está bien. —Refunfuñó—Pero tendrás que hablar con Tito y los demás, también.

Tony soltó una tranquila sonrisa. Al parecer, le gustó saber que Santana cooperaría.

—Ya hablé con ellos. —Le dijo—Ahora, ya váyanse las dos. ¡Y tengan cuidado!

—Sí, Tony. —Dijo Santana, rodando los ojos.

Tony le dirigió una tierna sonrisa a Marley, y se fue. Marley casi ni lo notó, pues esperaba ansiosa a Santana.

— ¿Qué te dijo? —Le preguntó.

—Que me comportara. ¿Nos vamos? Tengo sueño.

Marley le tomó la mano fuertemente, antes de salir del local. Santana sintió algo muy cálido. Algo que sólo había sentido con Quinn y… Ugh.

¿Cariño? Sí, tuvo la certeza de que era eso.


Apenas entró a su habitación, lo primero que hizo, fue ponerse su pantalón de pijama favorito, la camiseta que le quedaba demasiado holgada, y casi se aventó a su cama. Necesitaba desesperadamente su cama. Se envolvió en las gruesas cobijas blancas, porque la noche había estado muy fría, y caminar con tu amiga a esas horas de la noche, sin suéter, no era algo muy divertido.

Comenzó a sentir el calor de sus cobijas, y se sentía muy bien. Estaba muy cansada. Necesitaba dormir, y sus cobijas le prometían que lo haría, y muy bien. Pero no podía. ¿Por qué, si se moría de sueño? Tenía sus ojos cerrados, y se sentía cansada. Entonces, ¿por qué no podía dormir de una vez?

Lo que ella no sabía, era que, a unas cuantas cuadras de ahí, había una chica. Una rubia chica, que tampoco podía dormir. Ella también se sentía muy cansada, pero no podía dormir. Ella, estaba mirando la luna, que se asomaba por la ventana de su habitación. Brillaba más que de costumbre. Claro, las lunas de Octubre son las más bonitas.

Claro, ninguna se imaginaba que una, le quitaba el sueño, sin querer, a la otra.

—Debo dejar de sentirme de ésta manera respecto a ella. —Dijeron las dos, al mismo tiempo, con su mirada absorta en la misma luna.





Ya sé. Quizá no fue lo que esperaban, pero prometo que el siguiente estará más interesante, confíen en mí!
Ustedes tranquilas, yo nerviosa.
Leeré sus comentarios gustosa, porque amo hacerlo.
Adiós, bebés :) Gracias por leer! Espero sus comentarios :)

pobre santana, obvio que la arpia de hanna sabe lo que hace los viernes, pero pq odia tanto a brittany y que secreto hay entre ella y santana?

uuuu cada vez mas bueno el fic , de verdad quierover como se enamoran esas dos , cuando se den cuenta .
dos rubias y una morenajajajaja
espero tu actualización:D

Micky Morales escribió:pobre santana, obvio que la arpia de hanna sabe lo que hace los viernes, pero pq odia tanto a brittany y que secreto hay entre ella y santana?

Hola :)
Sí, aparentemente, lo sabe. Lo cual, es otro de los martirios para Brittany. ¿No te das una pequeña idea de porqué a Hanna no le gusta Brittany?
Na-ah. Si te lo digo, ya no tendría mucho chiste :(. Lo siento, pero tendrás que adivinarlo, Micky. ;)

¡Gracias por leer, y comentar siempre! ¡Ya te traigo el próximo capítulo! A ver si te gusta :)

Naty_LOVE_glee escribió:Hola!!


Gracias por actualizar!!!! Sos una genia!!! Te amo!!!


Este fic es increible! (no me canso de decirlo).........Yo te espero todo lo que quieras ya sabes que entiendo perfecto lo que tardes en actualizar, porque los caps son un placer leerlos y (para sacarte de tu error) todos son sumamentente interesantes!!! Que va!! Todos son perfectos!!!!! Aunque el cap de beso Brittana (cuando quieras hacerlo, no te apuro, ni nada:p) ese seguro sera la bomba!!, sin embargo repito todos son buenisimos!!! y este no fue la excepción.


Ahora por donde empiezo........En principio me parece que las Faberry estan en crisis?! porque me parece ya obvio que entre ellas hay algo, hay que ver como se dan las cosas entre ellas!


La pelea Brittana :( yo tambien al igual que Rachel pense que ya estaban pasando a otra etapa, que ya no habia tantos rencores entre ellas, y aunque todo sea un mal entendido ellas ahora estan peleadas, ojala y no por mucho.....


Me encanto la amistad de Marley con San, me gusta eso!! Marley me parece muy copada!! y Kitty buena con ella? Será solo para alejarla de Jake? mmmm, no se, pero no se me paso ese detalle!


Siguen habiendo puntos de San que no entiendo, pero seguro que más adelante se empezará a aclarar todo?! Mientras amo como defiende a Britt, se que la quiere, y por eso es Santana la defensora!! incluso frente a su jefe, ella es tan tierna cuando se lo propone!! y es obvio que estuvo molesta todo el tiempo por su pelea con Britt no?! Es muy obvio que le importa mucho :)


Ah!!!!! y claro que no olvido el tema central de este cap!


Hanna y Britt parecidas? bien eso es cierto en un aspecto mmm digamos superficial ahi si te doy la razon, pero lo que son interiormente me parece que Hanna es muy distinta a Britt, tal vez Hanna no sea mala tal vez solo cometio errores, sin embargo Britt me parece mejor persona que ella en todos los sentidos!! No se pero veo muchas cosas valiosas en Britt que Hanna no tiene o por lo menos no me parece!! Asi que la inquietud de Britt con eso del parecido me parece sin sentido, ojala y ella lo vea tambien!


No se pero ya quiero ver el dilema Hanntana es que es como el acertijo que deja todos estos temas de lo que siente San y si realmente solo ve en Britt el parecido superficial con Hanna (aunque eso no me parece para nada), su trama con Hanna, en fin creo que es el punto fuerte para saber la diferencia entre Hanna y Britt para San y lo que ella siente por cada una. (muy largo pero creo que es lo más importante?)


Por cierto me encanta Emily!!!! Es tan linda con Britt!!! Me gusta mucho que se lleven bien!! lo veo como algo que puede ayudar mucho para que San se aclare?! Como que a Emily le gusta Britt, aunque me parece que para Britt es sólo una buena amiga igual y me gusta esa relación, digo no se, estaria bueno que Emily intente algo y ahi este Santana presente y por fin sacando lo que siente ya que entre Britt y San, esta es la más resistente.


y de nuevo las dudas de porque a Hanna no le gusto esa relacion? Tiene algo con Emily o solo el hecho de que sean amigas y ella se lleve mal con Britt y no quiera que su amiga trate con ella?


Ok! no me impaciento, espero ver como desarrollas todas estas tramas de lo más atrapantes!!! Querida escritora, escribes genial!! en serio me tienes atrapada!!! Perdon por los coments tan largos, es que no me contengo!!! :p


De nuevo mil gracias por la actu!!


Por cierto: "Brittany giro su cabeza, tal cual niña del exorcista"? en serio? esa parte me hizo reir un buen rato!!(para que veas no me pierdo ni un detalle) Me encanta!!!


Te sacaron la muela?! Ojala te recuperes, yo no se como es eso o por lo menos no me acuerdo la ultima vez que me sacaron una, pero ammmm no se! Ojala se te pase!!! No se que más decir!!! Me agarraste de imprevisto en ese tema :P


Bien como siempre espero la actu!!! Sos increible!!!! Te adoro!!! Te deseo un buen finde!!! Yo siempre la paso genial (antes de los examenes), te deseo lo mismo!!


Saludos!! Nat!

Hola :)

Awww. ¡Qué linda eres! Me encanta que, aparentemente, tienes una efusividad increíble. Adoro el hecho de que me comentes, y me gusta mucho que te guste ésto, en verdad. :)

Santana y Brittany siempre pelean. Es como algo que no pueden evitar, así como otras cosas que no podrán evitar más adelante. Ellas son dos mundos diferentes, y veremos qué pasa cuando choquen.
Respecto a las Faberry, lo que pasa entre ellas siempre está escondido entre párrafos. A veces, me dan ganas de hacer una versión de esto, pero en Faberry. Ideas locas que me dan a veces. Ja.
La amistad de Marley con Santana me gusta también. Marley es muy linda, y... ¡A ti nunca se te pasa nada! Yo sabía que lo notarías. ¿Qué crees que pase ahí? No me contestes. Ja.
Es cierto lo que dices. Santana es tan complicada la mayoría del tiempo, sin embargo, eso sólo hace que Brittany se muera por saber más de ella. Y Santana siente lo mismo hacia Brittany, pero ninguna lo diría en voz alta. Hasta eso.
Santana está muy confundida respecto a Brittany y a Hanna. Ella está como... hummm... con un pie fuera, y con el otro dentro. No sé si me explico. UGH. Ya no quiero decirte nada. Tú quieres sacarmelo todo en comentarios, y nnononononon. Así no se puede! Ja.
Pero sí, Emily es muy linda. De verdad, muy linda. Demasiado linda para el gusto de Santana. Eso se verá más adelante. Porque te aseguro que se verá, créelo.

Oh, no. ¡Por mí, escríbeme una bíblia! Enserio, no te preocupes. Yo adoro leer tus comentarios largos, porque yo tomo eso como un "Oye, yo te leo, y me gusta leerte. Y aquí te comento lo que me ha gustado, y lo que no". Y eso me gusta. Me gusta muchísimo.

Por ahora, me va muy bien con mi muela. Al principio, mis días fueron sangrientos :/ Pero después, hice lo que mi dentista me recomendó, y ya pasó. Ahora, creo que me pondrán una corona o algo así, para que no me quede ese hueco ahí. Estoy muchísimo mejor, porque antes me dolía a horrores.
Y este fin me la pasé encerrada en mi habitación, y no por que yo quisiera, si no porque estuve castigada por algo que hice, o algo que no hice :S No lo sé, pero bueno, creo que gracias a eso, he terminado el capítulo más pronto de lo que yo esperaba, así que, puedes agradecerle a mi mamá.

¡Aquí te traigo el nuevisisísimo capítulo! Ojalá te guste :D
¡Un abrazo grandeee!

brittana-bitches!!! escribió:uuuu cada vez mas bueno el fic , de verdad quierover como se enamoran esas dos , cuando se den cuenta .
dos rubias y una morenajajajaja
espero tu actualización:D

Bueno, entonces, puede que te guste este capítulo que sigue. En serio, si esto no es enamorarse, entonces no sé qué sea. Bueno, mentira, sí sé. También sé que habrá historias de amor más intensas que esta, supongo. O sea, me refiero a que, más cursis y amorosas y cosas así, pero, considerando la manera en la que Brittany y Santana se llevan aquí, creo que es un gran avance. Igual, lo dejaré a tu criterio, a ver si te gusta.

¡Besotes grandotes! ¡Gracias por leer y comentar! :D

La vibración, seguido por una musiquita del timbre de su móvil, ya demasiado conocida por ella, fue la que la despertó ese sábado por la mañana… bueno, si aún se le podía llamar “mañana”. El sol ya no era débil, lo que significaba que debían ser más o menos las diez de la mañana, o las once; era muy difícil adivinar.

Sin ver, y a tientas, buscó su móvil por las cobijas, perezosamente. De la misma manera, contestó.

— ¿Bueno?

— ¡Santana Maribel López! ¿Te acabo de despertar? —Escuchó, por la bocina de su teléfono.

Era su mamá. Como extrañaba a esa mujer ahora. El alivio que sintió al escuchar su voz, era enorme. No sabía cuanta falta le hacía, hasta que la escuchó. Las primeras semanas sin ella, fueron fáciles, pero ahora, ya no lo eran. La extrañaba, y esperaba que su mamá también la extrañara a ella.
Debía admitirlo: era un completo desastre sin ella.

—Mamá, yo no me llamo Maribel. —Le contestó, soñolienta.

—Debí haberte puesto un segundo nombre, entonces. Así, cuando te llame, sabrías que estoy enfadada.

—Tú nunca te enfadas conmigo. —Le dijo, sonriendo perezosamente.

— ¿Ah, no? —La retó la mujer—Ya verás cuando llegue a casa, Margarita.

— ¿Ahora soy Margarita?

—Deja de hacerte la graciosa, María. Levántate y dile a Lucy que prepare algo de almorzar, porque sé que tú no lo harás.

Oh. Su madre no sabía nada de lo de Quinn. Sintió un remordimiento terrible. Supo que su mamá había supuesto que Quinn estaría con ella, pero no.

—Mamá, Quinn está en el hospital. —Le informó, con una voz notablemente más seria. Ya no había pizca de sueño en ella.

— ¡Oh, por dios! —Exclamó su madre, alarmada— ¿Qué le sucedió? ¿Está bien? ¿Desde cuándo está ahí? ¿Cómo están Lucilda y Elliot? ¿Ya has ido a verla?

— ¡Mamá! ¡Mamá! —La interrumpió, antes de que no la dejara hablar para nada—Tuvo un accidente de auto. Sucedió hace dos días. Ella aún esta… dormida, por lo que sé.

— ¡Ay, míja! Como quisiera estar ahí para llevarte al hospital a verla.

—Descuida, mamá. Brittany me ha llevado.

Debió haber evitado mencionarla.

— ¿Brittany? ¿Quién es Brittany?

Por eso.

Santana dudó por un momento. No quería hablar de Brittany con su madre. Se sentía… mal, incorrecto, pero no sabía por qué. Pero, también sabía que no podría evitar el tema. Prefirió afrontarlo, para no levantar sospechas con su madre.

Pero… ¡Dios! ¡¿Sospechas?! ¡¿De qué?!

Se acurrucó más entre sus cobijas, como si ellas pudieran protegerla de aceptar… cosas.

—No es nadie, mamá. —Le dijo, tratando de sonar completamente indiferente, aunque sabía que no lo estaba. Ya no podía ser indiferente con algo que tuviera que ver con Brittany—Es sólo una compañera. —Explicó.

— ¿La conozco?

Ugh. La maldita curiosidad típica de los López.

—No, mamá. Te lo dije, es sólo una compañera. No creo que la conozcas nunca. Ni siquiera me cae bien. —Habló, con mucho menos ánimo, y más recelosa.

— ¡Sanny! —La reprendió su madre, con cariño—No seas así. Esta chica te llevó a ver a Quinn al hospital, y que yo sepa, no queda muy cerca de la casa…

Santana soltó un bufido, rezagada, y rodó los ojos. Ahora, tendría que aceptar unas cuantas cosas con su madre.

—Bueno, ya. ¿Qué quieres saber? —Preguntó Santana, dándose por vencida en cuanto dejar el tema de Brittany en paz. ¿Por qué su madre se portaba así de curiosa?

Ah, sí. Era de familia.

— ¿Es una nueva amiga tuya y de Quinny?

— ¡No, mamá! —Se apresuró a contestar. Quizá, un poco más exaltada de lo normal. Tanto, que de manera completamente involuntaria, se destapó completamente, para quedar sentada en su cama, tapada hasta la cintura por las cobijas.

— ¡Ay, Santana! —Exclamó su madre por el teléfono. A Santana le dio la impresión de que estaba desilusionada. ¿Esperaba algo más? Algo… ¿bueno?

— ¿Qué pasa, mamá? —Le preguntó.

—Nada, m’ija. Es sólo que, me ilusionó mucho la idea de que te amigaras con alguien más que Lucy, o Sugar, o Kitty.

Santana hizo una mueca con sus labios. Una mueca… triste.

— ¿Por qué lo dices? —Se animó a preguntar.

— No debes cerrarte a las personas, m’ija. Una nunca sabe. Podrías llevarte una que otra sorpresa.

Mmmmh. Sorpresas.

—Sabes que no me gustan las sorpresas, mamá. —Le contestó.

—Tú sabes a lo que me refiero.

—Bueno, ya. ¿Y nana?

Su madre calló por un momento. Santana supo que se había irritado por el cambio tan drástico de conversación, pero en verdad ya no quería hablar de eso.

—Está dormida, Sanny.

—Oh, bueno. —Dijo, con un tono más apagado. Le hubiera encantado hablar con ella, pero no quería molestarla.

—Supongo que ya te has levantado, Santana.

—Claro, mamá. —Le contestó, sentada en su cama, encorvada y con los ojos entreabiertos.

— ¿Por qué le mientes a tu madre? ¡Levántate ya! —Le gritó, y Santana tuvo que apartarse el teléfono un poco, con un gesto incómodo.

— ¿Cómo sabes que no me he levantado? —Preguntó.

—Conozco lo que tengo. —Fue lo único que dijo.

Y Santana, a regañadientes, se levantó de su cama, estirándose, con el teléfono aún en su oreja.

— ¿Qué me dices ahora?

—Es bueno que me hagas caso.

— ¡Dios! —Exclamó Santana— ¿Tienes cámaras instaladas en la casa o algo? ¡Es espeluznante, mamá!

—No digas tonterías, m’ija. ¿Irás a ver a Quinny hoy?

—Claro. —Aseguró, caminando automáticamente hacia la sala de estar, y ahora, sentarse en el sillón y encender la televisión.

— ¿Y en qué se supone que irás? El hospital no queda muy cerca de la casa que digamos…

Rayos. Era cierto. Le sería realmente muy difícil llegar al hospital. No sabía mucho de las rutas de los camiones, y definitivamente, ir a pie no era una opción. Le fue muy fácil llegar aquella vez, porque Brittany se había ofrecido a llevarla y traerla en su auto… ¿o era el auto de su padre? Ni siquiera se había tomado la molesta de preguntar. Además, no tenía muchas ganas de verla. No después de lo ocurrido la última vez que la vio.

O sea, no era que las ganas de verla no existieran, era sólo que, tenía miedo de lo que diría o haría si la veía.

Oh, dios. ¿Tenía ganas de verla?

El típico “ding-dong” del timbre de la puerta, sonó. Qué raro, no esperaba a nadie. Aún así, alguien llamaba, así que se dirigió a la entrada.

—Ya me las arreglaré. —Le dijo, mientras abría la puerta, encontrándose con lo que, según ella, no quería.

En ese instante, si su madre le había dicho algo más, Santana ni por enterado se hubiera dado, porque frente a ella tenía a Brittany, vestida con una sudadera gris que le quedaba algo holgada, unos leggins negros y unos toms del mismo color, con su bolso de la escuela colgado de un hombro, y su laptop debajo del otro, con una media sonrisa y la cabeza un tanto cabizbaja, como si tuviera vergüenza de algo, y eso la hacía ver tan… linda.

Eso la llevó a admitir que, al parecer, a Brittany todo le quedaba bien. Llevaba su rubio cabello recogido en una coleta alta, aunque aún se le salían unos cabellos rebeldes y le caían por el rostro, como si estuviera atareada, o no se hubiera esmerado mucho en arreglarse, y aún así se veía extraordinariamente bien. Muy bien.

No recordaba la última vez que había sentido eso. Ese sentimiento de ver a otra mujer y sentir… ¿Admiración? ¿Eso era? Es que, siempre que veía a Brittany, tendía a preguntarse: “¿Por qué siempre se ve tan bien?”, “¿Qué hace?”, “Si yo me vistiera igual… ¿Me vería así de bien?” Y odiaba eso. Ella no era de las que se comparaba con otras chicas, ella más bien, siempre había pensado que las otras chicas se comparaban con ella, pero ahora, era al revés. Era estresante.

Pero dudaba que fuera admiración. Ella no admiraba a nadie. No la envidiaba, tampoco. Sólo era que… le parecía tan… diferente a todas las mujeres que conocía. O bueno, casi todas.

En cambio ella, ni siquiera se había lavado la cara aún. Llevaba el pantalón de pijama que se había puesto para dormir, y la vieja camiseta holgada de su hermano, y su cabello sin cepillar. Oh, sí, Santana estaba hecha un completo desastre.

Inmediatamente, sintió el rubor subir hacia su rostro, acumulándose en sus mejillas, aún sin poder hablar. Se quedó en blanco.

Brittany le volvió a sonreír tímidamente y Santana casi se derrite, pero jamás lo admitiría.

“Hola.” Articuló Brittany con sus labios, pero sin hablar. Santana tuvo que parpadear varias veces para poder desviar la mirada de esos labios.

—Santana, no quiero que cometas locuras ¿me oíste?

¿Qué? ¿Esa voz de dónde había salido?

Oh, claro, aún tenía a su madre en el teléfono.

Colgó.

Brittany aún seguía ahí parada frente a ella, pero Santana pudo jurar que la sonrisa de Brittany había cambiado. Se había enternecido, pero… bueno, quizá sólo fue su imaginación.

No supo por qué, pero no podía dejar de verla. ¿Qué tenía esa chica, que sus ojos no podían despegarse de los de ella? Pero, lo que enserio le causaba a su estómago dar mil vueltas sobre sí mismo, era que los ojos de Brittany estaban igual de pasmados en los suyos.

Pero tenía que volver a la realidad. Ella era Brittany Pierce, una testaruda chica mimada que había conocido hace apenas unas semanas. La chica que trataba de ganarle su preciado lugar en las cheerios. La chica con la que no podía pasar un día sin pelear. Ella no podía sentir nada más por ella, que aversión.

— ¿Qué haces aquí? —Le preguntó.

Brittany parpadeó muchas veces, como si la voz de Santana la hubiera sacado de algún tipo de trance o algo así.

—Bueno… hummm… yo… pensé que debíamos terminar la tarea de Pillsbury. —Dijo, alzando un poco su laptop, para que Santana la notara y lo supusiera.

—Yo… no puedo hoy. —Cortó Santana, tajante.

Brittany frunció el ceño, pero luego bajó la mirada.

—Oh. —Exclamó, sin la sonrisa tímida y con la mirada baja— ¿Tienes planes, entonces?

—Sí. —Le dijo Santana. No pudo ignorar el cambio de ánimo en Brittany, pero no se iba a retractar. Aunque, inexplicablemente, no quería que Brittany se alejara de ella, o se fuera, pero prefirió ignorar ese tonto sentimiento—Iba a ver a Quinn hoy. Iba de salida, de hecho. —Agregó, para sonar más convincente.

Pero la respuesta de Brittany no fue nada más que levantar la vista, y recorrerla con la mirada, una mirada confusa y con el ceño fruncido. Luego, soltó una risita.

Eso la extrañó. Mucho. Frunció el ceño.

— ¿Qué? —Preguntó, alzando un poco la voz.

Brittany la miró, con una sonrisa traviesa.

—Oh, ya veo. —Dijo, con un pequeño y juguetón tono de sarcasmo— ¿En pijamas?

Entonces, Santana lo recordó: Ni siquiera la cara se había lavado. Abrió mucho los ojos, y se miró a sí misma, cómo si por arte de magia, la pijama hubiera desaparecido y se hubiera cambiado por algo más… decente.

— ¡Mierda!

Inmediatamente, se dio la vuelta.

En primera, porque la vergüenza se apoderó completamente de ella.

En segundo, porque necesitaba dejar de verla.

Se marchó de ahí, dejando a Brittany en la puerta, mirándola mientras se iba corriendo hacia su habitación.

— ¿A dónde vas? —Le gritó, porque si no lo hacía, la morena no la escucharía.

— ¡Quédate ahí! —Le contestó ella.

Brittany se asomó por el pasillo, y claramente vio a Santana correr desde su habitación hasta el baño con una toalla en su brazo, aunque sólo fue por una fracción de segundo. Después, escuchó un sonoro portazo. Luego de otro instante, escuchó el sonido inconfundible de la regadera.

Mientras, Brittany sonrió por lo bajo y decidió aventurarse en la casa de los López. Bueno, no aventurarse, puesto que sólo planeaba pasarse a la sala de estar, y pues, estar, pero se sentía un poco culpable por no obedecer a Santana con el “quédate ahí”. Y bueno, por otras cosas también.

Caminaba lentamente por el recibidor. Ahora que estaba sola, era cuando notaba las peculiaridades de esa casa. No estaba limpia, pero tampoco estaba sucia. Ahora notaba el olor peculiar que tenía. El olor que Santana también llevaba levemente impregnado en su ropa. Siempre había notado que todas las casas tienen un olor diferente, y de ninguna manera desagradable. No sabía describir el olor que la casa de Santana tenía, pero tenía que decir que era agradable e inconfundible.

Ahora, estaba en el pasillo que dividía la sala de la cocina, y que daba hacia la puerta del patio trasero. Tenía una vista muy buena de la sala y la cocina al mismo tiempo, pero prefirió pasar a la sala. En serio, había muchas fotos de la familia. Había una chimenea de ladrillos rojos. Ya la había notado antes, pero ahora fue hacia ella, porque encima de ella, había una repisa  de madera con fotos encima. Eran personas que ella no conocía. Supuso que eran sus familiares, puesto que casi la mayoría de las personas que aparecían en esas fotos tenían el mismo tono de piel de Santana, y el mismo cabello negro azabache. Le llamó la atención una foto, donde había una hermosa y elegante mujer, Brittany supuso que debería tener un poco más de treinta años, junto con dos personas que ella ya había conocido; el señor y la señora Fabray. Parecía que celebraban alguna fecha especial, como navidad o acción de gracias o algo así, ese tipo de celebraciones que se celebran en familia.

En seguida de esa foto, había una foto de graduación de Diego. Era mucho muy pequeño y adorable. Llevaba puesta la toga y el sombrerito típico negro a juego. Y en seguida de esa, había una del mismo tamaño, pero ahora era Santana. Se veía igual que Diego: adorable, pequeña e inocente. Tenía el mismo rostro, pero no la misma esencia. ¿Cómo se podía captar una esencia en una foto? No lo sabía, pero lo acababa de hacer. Tomó la foto en sus manos para verla mejor, porque Santana de verdad salía muy bien en las fotografías. Se veía tan adorable con ese sombrerito de graduación.

Brittany se embobó.

—A Santana no le gusta que vean esa foto.

La voz de Valentina la sacó súbitamente de su trance. Dio tal respingo, que la foto casi se le cae de las manos.

— ¡Valentina! —Exclamó, aún con restos de su susto en ella— ¡Me has sacado un susto de muerte!

—Como tendrás la conciencia. —Murmuró ella, en forma de burla, llevándose su tasa de chocolate caliente a la boca, pero perfectamente audible para que Brittany escuchara.

Valentina la veía desde la entrada de la cocina. Se acababa de levantar, porque llevaba puesto un largo camisón holgado de mangas largas y un diminuto short. También, estaba descalza.

Se llevó una mano al pecho y la otra la utilizó para dejar la foto de Santana en donde estaba.

— ¿Y por qué está ahí, si no le gusta que la vean? —Preguntó, intrigada.

Valentina no se movió de su lugar. Sólo se encogió de hombros, con la taza de chocolate caliente aún en su boca, pero sin verter el líquido en ella.

—A mi mamá le gusta como salió. —Contestó, simplemente.

Volteó hacia la foto de nuevo. A ella también le gustaba como salía. Salía muy linda, no había razón aparente para que alguien dijera lo contrario sin mentir.

Frunció el ceño.

— ¿Y por qué a ella no le gusta? —Le preguntó a Valentina, refiriéndose a Santana.

La chica se encogió de hombros de nuevo, con simplicidad.

—A uno nunca le gusta como sale en sus propias fotos, supongo.

Eso no le pareció respuesta suficiente, pero bueno.

En eso, el sonido del móvil de Santana comenzó a sonar. Vio a Valentina fruncir el ceño y dirigirse hacia donde la musiquita provenía. Esta provenía de la pequeña barrita que dividía la sala de la cocina. Santana había dejado su teléfono ahí, y ahora Valentina lo contestaba, aparentemente, alegre.

— ¡Hola, mamá! —La escuchó exclamar, alegre.

Brittany aún la veía, sin ningún tipo de disimulo. Valentina estaba hablando con la madre de Santana, a la que no conocía para nada, y eso la llenaba de curiosidad. Valentina hizo una pausa, donde seguro la madre de Santana estaba hablando. Brittany se preguntó por cómo sería el timbre de voz de aquella señora. ¿Sería diferente al de Santana, o sería igual?

—Ahora, está duchándose… No, no sé si vaya a ir a alguna parte… Pues no lo sé, pero es que llegó alguien… Sí, yo creo que por eso te colgó. ¿Cómo está nana? Ugh. Siempre está durmiendo, mamá. Deberían de hacer algo juntas, ya sabes… Oh, no, sólo me estoy tomando un chocolate caliente… ¡Acabo de despertar! Si quieres regañar a alguien, regaña al perezoso de tu hijo, que aún ronca como oso…

Valentina no parecía darse cuenta de que Brittany aún la veía, porque se apoyo en el umbral de la puerta de la cocina, con la mirada en el suelo y una linda sonrisa.

Brittany supuso que esa linda sonrisa era de familia

—Sabes que Santana no hace de almorzar, y yo también soy pésima… aunque hago mi intento. —Agregó, con tono de superioridad—Pues no. Supongo que ahorita nos haremos bolas juntos, ya sabes… Sí, también con Brittany.

Entonces, un escalofrío raro le recorrió el cuerpo. ¿Estaban hablando de ella? La madre de Santana ahora sabía de su existencia, y eso la hacía sentir… rara. Rara e importante, o raramente importante.

— ¿Qué? ¡No! Mami, no voy a hacer eso. ¡Qué vergonzoso! —Exclamó Valentina en un idioma que ella no entendió, ahora, mirando a Brittany, con una mueca de impotencia y vergüenza.

Aún aunque no entendiera lo que Valentina había dicho, Brittany estuvo segura de que estaba hablando de ella.

—Ugh. ¡Está bien! ¡Tú ganas! —Exclamó Valentina de nuevo en ese mismo raro idioma, aparentemente, derrotada.

Luego, Valentina se acercó a ella, alejando el teléfono de su boca y tapándolo con una de sus manos, y le dijo:

—Es mi mamá. Quiere hablarte.

Brittany entró en pánico. ¿Qué le diría a esa mujer? ¿Por qué quería hablar con ella? Ella sólo había llegado a esa casa con el simple propósito de… estar con Santana. Nada más. No había hecho nada malo. ¡Dios! ¡¿Qué demonios quería la mamá de Santana decirle?!

—No tengas miedo. —Le dijo Valentina, aparentemente, Brittany fue muy obvia con su pánico—La verdad es que cuando a mi mamá se le pone algo en la cabeza, nadie en esta casa puede contradecirla, así que… harías bien en contestar.

Eso no la tranquilizó para nada. ¿La madre de Santana era estricta? ¿Era dura? ¿Impenetrable? Oh, dios. ¿Qué pasaba si no hacías lo que decía?

Valentina le ofreció el teléfono, y el pánico no la dejaba. Pero tenía que hacerlo, porque ya había tardado lo suficiente en contestar, y la madre de Santana debía estar esperando.

Oh dios. Oh dios. Oh dios. Oh dios.

—Ho… hola, señora. —Contestó, temblorosa y tratando de no sonar nerviosa.

— ¡Hola!

Ok. La voz de la madre de Santana se podía hacer pasar por Santana, fácil. Supo que no todas las personas diferenciarían la voz de la madre de Santana con la de Santana. La voz de su mamá era un poquito más ronca y madura que la de Santana, aunque las diferencias eran mínimas.

Valentina seguía viéndola, y eso la hacía sentir más nerviosa aún, pero no la analizaba, sólo la veía con una tímida sonrisa.

— ¿Brittany, verdad?

—Sí, soy yo.

— ¡Es un gusto conocerte, m’ija! Aunque sea sólo por teléfono.

¿M’ija? ¿Qué era eso? ¿Acaso ya le tenían un sobrenombre?

—El-el gusto es mío, señora.

—Quiero agradecerte por llevar a Tana al hospital a ver a Quinny. Porque también eres amiga de Quinny ¿verdad?

Brittany rió, pero internamente. Tana…

—No fue nada, señora. —Le dijo. A ver, un momento… ¿Era amiga de Quinn? —Estamos juntas en las porristas. Nos llevamos… bien.

No quería mentir. No se llevaba mal con Quinn… pero tampoco sabía si era su amiga.

— ¡Oh, una nueva porrista en Lima! ¡Qué alegría!

Brittany sonrió. La señora López no era tan mala, después de todo. Miró a Valentina, y ella también sonreía.

Valentina tal vez pensó que ya era suficiente, porque alzó una de sus manos a Brittany, en señal de que debería devolverle el teléfono. Brittany lo entendió.

—Señora, en verdad ha sido un placer, pero tengo que regresarle el teléfono a Valentina, así que…

—Oh, Brittany, el gusto ha sido mío. —Oyó por la bocina—Espero verte pronto. Y, por favor, cuando te vea, quiero que me digas Maribel. ¿Estamos?

—Claro, señora. Hasta luego.

Y ahí le devolvió el teléfono a Valentina, sintiéndose muy satisfecha consigo misma, aunque aún no entendía del todo qué acababa de suceder.

Valentina sólo habló por unos minutos más con su madre, para luego colgar. Brittany no prestó atención a lo que decía, porque la verdad, aún estaba algo pasmada.

Acababa de hablar con la madre de Santana, y eso se sentía como haber hablado con el mismísimo Barack Obama.

— ¿Te gustaría quedarte a almorzar? —Preguntó Valentina, con la misma simpleza con la que le había hablado durante todo el rato.

Brittany no supo qué contestar. Sí tenía hambre, pero… ¿Quedarse a almorzar? ¿No era muy… extraño y extremadamente confianzudo?

—Veamos si podemos preparar unos panqueques, Brittany. —La invitó, con una sonrisa y dirigiéndose hacia la cocina, una vez que abrió el refrigerador, se giró de nuevo hacia Brittany, quién no se había movido de donde estaba— ¿Piensas quedarte ahí todo el día, o piensas ayudarme?

Y entonces, Brittany ya no pudo quedarse ahí más tiempo. Pero de algo estuvo muy segura: Preparar panqueques con Valentina ya no parecía tan mala idea.




— ¿Qué están haciendo?

Lo primero que vio Santana al llegar a la cocina, fue a Valentina, Diego y a Brittany charlando animadamente en la barra de la cocina, con un enorme tazón en medio de los tres y Diego y Valentina observando a Brittany, quién tenía las dos aspas de la batidora en sus manos.

Los tres voltearon a verla, acabada de salir de la ducha.

—Estábamos esperándote, Tana. —Dijo Diego.

Santana frunció el ceño.

— ¿Ah, sí?

—Sí. —Habló Valentina, con un dejo de triunfo y suficiencia. Como si estuviera orgullosa de algo—Resulta, que prepararemos panqueques.
Santana no sufrió ningún cambio facial. Todos lo notaron. Fue como si Valentina no hubiera dicho nada.

—Prepararemos. —Repitió Valentina, haciendo énfasis—Tú, Diego, Brittany y yo.

—Valentina, nosotros no sabemos preparar ni un huevo frito. —Dijo Santana, escéptica.

—Y por eso tenemos a Brittany. —Explicó ella.

Entonces, la mirada de Santana se posó en la de Brittany, y Brittany casi se sonroja al sentirla. Ella también la miró, tímida.

— ¿Sabes cocinar? —Le preguntó Santana.

Brittany sólo se encogió de hombros.

—Una hace lo que puede. —Fue lo único que le contestó.

Santana le entrecerró sus ojos, y Brittany tuvo la sensación de que no confiaba en ella.

Entonces, le iba a demostrar que sí sabía cocinar.

Valentina y Diego comenzaron a buscar entre la cocina todos los ingredientes. No era de gran ciencia, la verdad. Sólo eran panqueques. No era que nunca hubiera preparado unos.

Entonces, Brittany empezó a verter todos los ingredientes en el tazón para comenzar a mezclarlos. Fue cuando iba a verter la harina, que sintió a Santana llegar por detrás, para observar lo que hacía, y, sin querer, vertió la harina tan rápidamente, que los restos saltaron hacia ella y a Santana. Brittany terminó con la cara y su pecho llenos de harina, y Santana con su cara blanca como la nieve.

Era bueno que tuviera la cara llena de harina, porque así no podrían ver lo roja que se había puesto.

Valentina y Diego se echaron a reír.

—Buen trabajo, Brittany. —Le dijo Santana, sarcástica y aún con harina en el rostro.

—Lo siento. —Dijo Brittany, apenada, con los ojos cerrados por culpa de la harina en su rostro.

—Nosotros podemos con esto. —Les dijo Diego, con aire de superioridad y autoridad—Vayan a lavarse la cara.

Diego tomó el lugar de Brittany y Valentina el de Santana, mientras las dos chicas se dirigían al baño a lavarse.

Una vez que llegaron, Santana se adelantó y fue directo al lavabo que estaba muy cerca de la puerta. Brittany se quedó en el umbral, apoyada en el muro.

—Y yo que ya me había duchado.

—Lo siento. —Volvió a decir Brittany, llena de culpa.

Santana abrió el grifo y comenzó a lavarse. Brittany la veía por el espejo, desde la puerta.

—Como sea. —Decía Santana, mientras se lavaba la cara— ¿A qué viniste, Brittany?

Brittany bajó la mirada. De repente, la pequeña alfombrita color azul celeste que había bajo sus pies, se había vuelto muy interesante.

—Yo venía por la tarea, Santana. —Le dijo—Y también pooorr…

Santana la miró por el espejo, en espera. Santana estaba al tanto de que Brittany no estaba ahí por la tarea. Brittany se estremeció por dentro. Santana tenía una mirada tan…

— ¿Poorrrr…?

— ¡Deja de verme así! —Le pidió.

Santana frunció el ceño. Una vez que sintió que ya no había mucha harina en ella, se irguió y se dio media vuelta para darle la cara a Brittany y ya no verla por el espejo.

— ¿Así, cómo? —Le preguntó.

— ¡Así, justo como me ves ahora!

Santana arqueó una ceja.

—No te estoy viendo de manera… especial.

—Oh, sí lo haces. Vaya que lo haces. Tú sabes bien que lo haces.

—Brittany, yo no sé nada. Sólo sé que estás llena de harina por todas partes, y necesitas lavarte.

A Brittany se le empezaba a meter la harina por los ojos, y le comenzaba a arder. Apartó a Santana del lavabo, y se sacó la sudadera, quedando en una blusa blanca de tirantes.

— ¿Por-por qué haces eso? —Preguntó Santana

Brittany parpadeó muchas veces, extrañada.

— ¿Por qué crees? Le voy a sacudir la harina.

Entonces, Santana se sintió muy tonta. Claro que para sacudirse la maldita harina ¿para qué más?

Pero aún así, Santana también tenía la sensación de que no debía estar en ese lugar, con Brittany así… tan… cerca.

—Bueno, dámela. —Le pidió, mirando hacia algún lado del baño que no fuera Brittany, alzándole la mano para que se la diera. Se preguntó si Brittany podía notar el calor en sus mejillas—Iré a sacudirla afuera y la pondré en la lavadora, mientras tú te limpias.

Brittany trató de verla a los ojos, pero Santana la evitaba. Prefirió darle la sudadera, así sin más, porque ya no quería pelear. No ese día.

Santana se fue de ahí, cruzando el pasillo que daba del baño. Luego la cocina, bajo la atenta mirada de Valentina, y llegando en tiempo récord a su patio, porque sentía que entre más lejos estuviera de Brittany ahora, mejor y más tranquila estaría.

Pero Brittany no había hecho absolutamente nada para que se sintiera de esa manera, lo sabía.

Pero, a pesar de que nada tenía sentido, no podía evitar sentir lo que sentía, y eso la asustaba.

Ahí estaba ella, en su patio, respirando de manera acelerada y con su corazón en sus oídos, asustada de cosas que sentía y que no podía evitar, con la sudadera gris de Brittany en sus manos.

Santana tenía la mirada clavada en esa prenda gris. La tela era muy suave, y aún estaba un poco tibia. A Brittany le quedaba muy bien esa sudadera. Ojalá se la pusiera todos los días. Se veía muy linda en ella. Debía de verse especialmente linda entonces, porque sabía que estaba actuando muy extraña ese día con respecto al aspecto de Brittany.

Ok. Sabía que lo que estaba a punto de hacer, se vería demasiado raro, pero no podía aguantarse las ganas de hacerlo. A ella misma le daba pena aceptar que tenía que hacerlo.

Lentamente, se llevó esa sudadera más y más cerca a su rostro. Y luego, poco a poco acercó su nariz a la parte de la sudadera que está entre la parte delantera del cuello, y la nuca, dónde seguramente Brittany se aplicaba su perfume. Y sí, olía extremadamente bien. Esa fragancia a frutillas rojas que la identificaba. Oh, sí, no le importaría tener ese olor a su lado todos los días. El olor aún era intenso. ¡Al diablo si se veía completamente raro! ¡Era el olor más rico del mundo! Un olor que la hacía sonreír, pero no cualquier sonrisa; era de esas sonrisas bien sinceras que ni siquiera te das cuenta que tienes; esa clase de sonrisas en las que también se cierran tus ojos con suavidad, y te hacen relajar tu rostro lentamente.

Aspiró profundamente. Ya después pensaría en lo perturbador de la escena, cuando se haya llenado los pulmones con ese delicioso olor.

—Tana ¿Qué estás haciendo?

Sus ojos inmediatamente se abrieron como platos y dejó de aspirar al escuchar la voz de su hermana tras ella.

Pensó en una poderosa mentira, rápido.

—Esta sudadera tiene una horrible mancha. —Consiguió decir, dándole aún la espalda a su hermana.

—Déjame ver… —Y Santana sintió la mano de su hermana en su hombro, tratando de ver la sudadera.

Santana, obviamente, se opuso.

— ¡No! —Exclamó, girando su rostro para quedar frente a su hermana, pero cuidando dejar la sudadera fuera de su vista—Yo lo arreglo. Tú vuelve a la cocina.

Valentina frunció el ceño, y la miró. Santana le sostuvo la mirada, pero ninguna dijo nada.

Valentina… ¿sospechaba algo, acaso?

— ¿Qué? —Preguntó la morena mayor.

—Nada. Que tenemos hambre. ¿Podrías apurarte con eso ya?

Uff. Al menos, no comentó sobre su perturbadora acción.

—No molestes y espera en la cocina. —Ordenó.

Pero Valentina no se movió de inmediato, porque se le quedó viendo por un momento, momento en el que Santana, en cualquier otro tipo de circunstancia, le hubiera dicho algún otro comentario en forma de una cruel burla, pero nada le salió. Sólo la miró, y deseó haberle dicho algo, pero de su boca no se formó nada. Eso la extrañó, porque ella siempre tenía cosas que decirle a Valentina.

—Bien. —Le dijo su hermana, y ahora sí, la dejó sola.

Se quedó mirando a la puerta por donde Valentina había entrado a su casa, no muy segura de lo que acababa de suceder.

Igual, prefirió no darle más importancia, y se dirigió a la lavandería de la casa, que estaba a un costado de la cocina, entre ésta, y su habitación, pero prefirió rodear por el patio trasero. Metió ropa a lavar, y junto con ella metió la sudadera de Brittany.




— ¡¿Qué rayos…?!

Eso fue lo que murmuró Santana para ella misma en cuanto bien apenas había entrado a su casa. En el umbral, divisó a Brittany, que estaba en el umbral de la puerta por donde dejabas el pasillo del baño y llegabas a la cocina. Brittany también la veía a ella, pero no le importó lo si Brittany se había asustado, o si la veía curiosa… porque estaba en esa maldita blusa de tirantes y ella no podía ver otra cosa que no fuera Brittany.

Y eso se sentía… peligroso.

Pero lo primero que atinó a hacer, fue caminar a largas y rápidas zancadas hacia ella, tomarla del brazo, y guiarla hacia su habitación. Brittany no pudo hacer nada más que seguirla, extrañada.

— ¿Qué haces? —Le preguntó.

— ¡¿Qué crees que hago?! —Contestó con una pregunta, y tratando de no mirar hacia atrás, y mantener su vista al frente y nada más que al frente—Te prestaré algo para que te pongas encima.

—Santana, no tengo mucho frío, de veras.

—Oh, sí. —La cortó Santana—Sí lo tienes. Además, —Agregó—No puedes andar de ésta manera, con mi hermano rondando por ahí.

¿Y el pobre de Diego de qué tenía la culpa?

—Es-está bien. —Titubeó Brittany, una vez que Santana ya la había guiado hasta su habitación y abrió la puerta de su closet.

Brittany estuvo segura de que el closet de Santana cabía cuatro veces en el suyo. No obstante, no era que la chica careciera de ropa.

Santana tuvo que abrirse paso entre zapatos, tacones, toms, zapatillas desacomodadas, suéteres medio descolgados y otras cosas que Brittany no pudo identificar, para alcanzarle una blusa café de tres cuartos y de botones.

—Ten. —Le dijo, con la mirada en un punto del techo, y con un adorable rojo en sus mejillas, entregándole la prenda—Póntelo.

Brittany lo tomó y se tomó también un tiempo para observarla, pero no a la prenda, a Santana.

Ahora, estaba actuando rara, pero no supo por qué. Pero, que actuara rara no significaba que dejara de ser tan… linda. Linda de la única manera en la que podía serlo una mujer.

—Gracias. —Le dijo, pero no supo si le estaba agradeciendo por la blusa, o por lo linda que era, aunque, sería muy raro agradecerle a alguien por ser linda.

—Te esperaré afuera, y prepararemos los panqueques. No tardes.

Y así, Santana salió de la habitación, y en ningún momento la miró, cosa que a Brittany no le gustó, porque ahora era cuando se daba cuenta que le gustaba mucho cuando Santana la veía.

Aunque no era que iba a tardarse tanto, tan sólo era ponerse la maldita blusa encima, abotonársela y listo. Fue por esa razón que no tardó tanto en salir y llegar a la cocina, donde los tres hermanos ya la estaban esperando, con la masa de panqueques lista.

Valentina, la veía desde el otro lado de la barrita superior, seguramente encima de uno de los banquitos largos, para poder verla bien, con una sonrisa. Diego, se encontraba apoyado en la barrita inferior y más amplia, donde se preparaba la comida y se lavaban los platos. Estaba de espaldas a la barrita, pero con sus manos encima de ella, y también, cómo Valentina, aún tenía puesto su pijamas, y una linda sonrisa en el rostro.

Santana era la más diferente a los tres, pues ella ya no llevaba pijamas, estaba apoyada sobre sus codos en el lugar donde la barrita inferior culminaba, y también la veía, pero su sonrisa no era tan… efusiva. Era, más bien, tímida.

Pero, los tres tenían la mirada más fuerte que había sentido nunca. Los tres tenían esa mirada llena de energía. Sabía que Diego podía conquistar a cualquier chica que quisiera con esos ojos. Valentina podría descubrirte con tan solo una mirada. Y Santana, bueno… ella era Santana.

—Supongo que deberíamos poner manos a la obra ¿no?

Valentina saltó del banquito y abrió uno de los cajones de la cocina integral para sacar un sartén. Encendió la estufa y colocó dicha sartén encima, pero no hizo nada más, pero la miró, como pidiendo ayuda.

— ¿Quieren que yo los cocine?

—Si quieres que el almuerzo pueda ser comestible, entonces creo que deberías hacerlo tú. —Le dijo Diego.

—Pero yo no sé cocinar. —Fue lo que dijo. Pero no era que no supiera cocinar, sólo que cocinar no era algo en lo que podía destacarse.

—Oh, no importa. —Digo Diego, acercándose a ella con el aceite vegetal en las manos y vertiendo un poco en el sartén—Con que no se quemen, está perfecto.

Entonces, Brittany, sintiendo que ya no tenía más remedio, miró a Santana, en busca de que ella protestara o algo así, pero ella no hizo nada. Seguía mirándola de la misma manera en la que la había visto cuando entró a la cocina, y eso la inquietaba.

¿En qué tanto piensa?

—Ugh. La leche se ha terminado. —Anunció Valentina, haciendo que todos se giraran para verla tirar el envase vacío de leche a la basura. Después, agregó—No me comeré mis panqueques sin chocolate.

—Entonces vayan a la tienda. —Les dijo Santana, aún en el mismo lugar, y la misma posición en la que había estado, con un tono indiferente. La verdad, le importaba poco que ya no hubiera leche en casa.

—Bueno. —Dijo Valentina—Tomaré un poco de dinero de tu bolso, entonces. Diego, ¿vienes?

Entonces, Diego asintió con la cabeza y desapareció con Valentina hacia la habitación de Santana, en busca del bolso de la morena mayor. Instantes después, sólo escuchó los pasos de los dos hermanos alejándose más y más, hasta que escuchó el sonido de la puerta de la entrada abrirse y cerrarse. Estaban solas ahora.

Entonces, Brittany mejor comenzó a prepararse para verter la masa líquida en la sartén, porque ésta ya se estaba calentando de más, cuando…

—Oye, Brittany…

Por poco, casi deja caer toda la masa encima de la estufa. Deseó que Santana no hubiera visto eso, y quizá no lo hizo, porque le daba la espalda.

— ¿Sí?

—No quiero que pienses que mis hermanos y yo somos unos inútiles.

Brittany frunció el ceño, pero no la volteó a ver. Se dio cuenta de que le faltaba una espátula para voltear los panqueques, así que comenzó a buscar una por los cajones de la cocina.

— ¿Por qué pensaría eso?

—En realidad, mi hermana es la que cocina, y no lo hace mal.

Brittany seguía sin encontrar la maldita espátula, pero frunció aún más el ceño.

— ¿Entonces por qué no cocina ahora?

—Tengo una teoría. —La escuchó decir, con un tono pensativo que casi la hizo voltear para verla, pero prefirió no hacerlo—Yo creo que ella no quería que te fueras, y creo que supuso que no te quedarías a menos de que sintieras que te necesitábamos para algo y entonces nos ayudaras; así te sentirías más en confianza, así que fingió que no sabía cocinar para que tú lo hicieras y te quedaras a almorzar.

Brittany parpadeó muchas veces. Lo que le había dicho Santana no parecía tan errado, después de todo, acertó con eso de que ella no se quedaría tan a gusto si no ayudaba en algo con el almuerzo.

Encontró la espátula.

— ¿Qué tanto crees que esa teoría sea cierta?

—Un noventa por ciento.

Entonces, sin querer, volteó a ver a Santana ahora sí, y ella la veía. Brittany se dio cuenta de que Santana dio un ligero respingo. Era demasiado tarde como para voltearse y fingir que no la miró, así que la siguió mirando a los ojos, y le preguntó:

— ¿Y por qué no dijiste nada?

Entonces, vio a Santana bajar la mirada hacia sus manos, que ahora ya no estaban en su quijada, ahora estaban apoyadas en la barrita, y jugaba nerviosamente con ellas. Brittany supo que, o Santana estaba a punto de mentirle, o estaba a punto de decirle alguna verdad que realmente no quería decirle.

—Quizá yo tampoco quería que te fueras.

Entonces, una verdaderamente agradable sensación se instaló en su pecho. Era la sensación más reconfortante que había sentido. Pero aún así, no supo por qué, pero se aguantó las ganas de sonreír abiertamente.

Algo olía raro… ¡La sartén! Volteó hacia la estufa, para encontrarse con la sartén echando humo hacia arriba sin parar. Sin pensárselo dos veces, alejó la sartén de la mecha y bajó la flama. No podía cocinar con la sartén demasiado caliente, así que esperaría a que se enfriara un poco, lo suficiente.

Entonces, fue ahí donde Brittany pensó que quizá había imaginado lo que Santana había dicho.

Volteó a mirarla.

— ¿Quieres prepararlos conmigo?

Santana se sorprendió, porque era lo último que pensó que Brittany le diría, además de que, ella no sabía cocinar.

—Brittany, yo no sé cocinar. —Le dijo, por si no lo sabía.

— ¿Y no quieres aprender? —Y le sonrió.

Santana la miró dudosa y confusa desde donde estaba. Parecía que lo pensaba, pero ¿qué tanto pensaba?

Decidió darle otro pequeño empujoncito.

—Sólo son panqueques.

Entonces, Santana por fin se puso de pie y caminó lenta y dudosa hacia ella, y tenía una mirada que ya conocía, una mirada que había visto aquella tarde lluviosa y en esa bodega: como un gato uraño y desconfiado. Pero era Santana, y ella no era ningún gato.

Una vez que Santana se acercó y quedó junto a ella frente a la estufa, ahora sí devolvió la sartén a la mecha y subió un poco el nivel del fuego.
Brittany sonrió un poco más al ver que tenía la atención de Santana.

—Bueno, prepararé uno primero. —Comenzó, tomando el tazón de mezcla en sus manos—Tú me verás, y prepararás el segundo. ¿De acuerdo?

Santana frunció el ceño, pero no dijo nada.

— ¿Que? —Preguntó Brittany, burlona— ¿Acaso Santana López tiene miedo?

— ¡Claro que no!

—Bueno, entonces tú prepararás el segundo.

Santana abrió la boca muchas veces, pero no dijo nada. Brittany vertió un poco de la mezcla en la sartén, haciendo el ya famoso sonidito de que se está friendo, y movió un poco la sartén para que tomara una forma más circular.

— ¿Sabes qué es la única cosa que yo no sé sobre esto?

Brittany frunció el ceño, curiosa.

— ¿Qué cosa? —Preguntó.

—Bueno… —Comenzó Santana—Una vez, traté de preparar uno, pero… no salió bien. No sé qué cosa hice, o qué cosa no hice, pero al tratar de voltearlo, todo se fue por todos lados. —Confesó, penosa y con una risita.

Brittany volteó hacia ella.

— ¿Todo?

—Sí. Me refiero a la mezcla.

— ¡Oh! —Exclamó.

Entendió que a Santana se le había deshecho todo el panqueque y seguramente le quedó crudo.

Brittany volteó a ver la sartén para ver cómo iba el panqueque.

— ¿Cuándo lo voltearás? —Preguntó Santana, curiosa.

—Cuando esté listo.

Santana frunció el ceño, aún viéndola. Entonces, Brittany llamó su atención, para que viera el panqueque.

—Escucha, ¿Ves esas burbujitas de ahí? —Y señaló las ligeras burbujas y orificios que se habían formado en la comida, y Santana los miró.

—Sí.

—Bueno, esas burbujitas te indican que la cara inferior del panqueque ya no está cruda, pero tampoco está quemada. O sea, que debería voltearlo ya.

Entonces, Brittany metió la espátula entre la sartén y el panqueque y lo volteó, cuidando que el aceite caliente no saltara y las salpicara.

Santana pudo observar que el panqueque tenía un color levemente amarillo, tenía unas ligeras manchas cafés que indicaban que estaba tostado, y olía muy bien.

— ¡Está güerito! —Exclamó Santana, con una expresión que indicaba que estaba más que satisfecha con el panqueque.

Brittany frunció el ceño ante tal expresión.

— ¿Güerito? —Trató de repetir entre risitas, mirándola, pero sólo quedó en un pobre “ueritow”. Santana hablaba otro idioma, de eso estaba segura, pero no sabía cuál.

Y el hecho de que Santana hablara otro idioma, sólo la hacía más fascinante aún. ¿Quién hubiera imaginado que Santana hablara dos idiomas?

Santana bilingüe.

Pero Santana también rió, llevándose una mano a la boca y arqueando sus cejas, dejando una expresión tan linda y despreocupada; una expresión que Brittany no había visto en ella, y que ahora se daba cuenta de que le gustaba. Brittany sólo lamentó el hecho de que la mano de Santana no le dejaba apreciar su sonrisa, y los hoyuelos de sus mejillas no lucieron tanto.

— ¿De qué te ríes? —Preguntó.

—Mis hermanos y yo les decimos “güeritos” a los panqueques que no están quemados, y casi siempre, son los más ricos. —Le explicó, ignorando su pregunta—Los panqueques “güeritos” casi siempre le salen a mi mamá.

A Brittany le impresionaba la facilidad con la que esa palabra salía de la boca de Santana, sin ningún tipo de esfuerzo.

— ¿Y qué significa “güerito”? —Preguntó.

Santana rió otra vez, y Brittany tuvo la ligera sospecha de que quizá Santana se reía de ella y de su dificultad para pronunciar esa palabra.

—Bueno…—Santana ahora se mordió el labio, tratando de pensar en cómo le explicaría a Brittany—Para empezar, es güerito,  no “ueritow”. Y así se le llama a algo que no es moreno. En los panqueques, mis hermanos y yo nos referimos a que no está quemado, y que, por lo general, va a saber rico. Güerito, es como le dicen en México a alguien que es rubio, así como tú.

— ¿Entonces soy una güerita?

—Si hubieras vivido donde yo viví, así te hubieran apodado. Y créeme, serías la sensación.

Santana parpadeó muchas veces, como si no creyera lo que había dicho, y Brittany la miró confundida.

— ¿Por qué?

—Es que, en México no hay muchas personas como tú. Güeritas y de ojoazul. No es que no haya, sí hay, pero… no sé… la gente tiene como un tipo de estereotipo. En cuanto ven a una persona rubia, saben de inmediato que no es de ahí, y eso les llama la atención.

Brittany miró su panqueque rubio, pero no es que lo mirara de verdad.

— ¿Y a ti te llaman la atención?

Ahora, no supo de dónde demonios había sacado valor para mirarla a los ojos y ver su reacción. Santana no la miró. Miraba al panqueque, y abría y cerraba su boca, con nerviosismo, al igual que sus parpados.

—Y-yo… supongo que ya me acostumbré. —Fue lo que ella dijo.

Entonces ahora sí, Brittany miró su panqueque, y supo que quizá éste ya se había tostado de más. Entonces, lo levantó con la espátula y lo puso en un plato.

Perfecto para cambiar de tema.

—Tu turno.

Entonces, Brittany le ofreció la masa, y Santana la tomó, un poco dudosa, y mirándola como diciendo “no estoy segura de esto”. Brittany la miró, diciendo “oh, sí, sí lo estás”.

Santana tomó el tazón, y con una última mirada dudosa a la rubia, y después de que le asintió con la cabeza, Santana vertió la mezcla en la sartén.

Una vez que comenzaron a salir las burbujas, Santana levantó la espátula para voltearlo, pero Brittany puso su mano sobre la de ella y la detuvo.
Santana sintió ese contacto tan… bien.

— ¿Qué? —Preguntó.

—Espera un poco. —Pidió Brittany, aún con su mano sobre la de ella.

— ¿Por qué?

—Por favor.

Y Santana así hizo, aunque confundida. Una vez que esperó lo suficiente, lo volteó, para ver que el panqueque había quedado un poco más moreno.

—No sé quién pienses que se lo va a comer, porque a mis hermanos no les gusta así.

Brittany sólo se encogió de hombros.

Valentina y Diego llegaron con el cartón de leche en las manos de Diego, y Brittany pudo notar la sorpresa en sus rostros al ver a su hermana mayor frente a la estufa, con la espátula en la mano.

Entonces, ellos no quisieron quedarse atrás, y prepararon los suyos también, olvidando que “no sabían cocinar”, llenando la casa del delicioso y característico olor de los panqueques en la mañana.

Santana preparó chocolate helado y con eso fue con lo que acompañaron su almuerzo, sentados los cuatro en la mesa y dispuestos a compartir juntos la comida. Cada uno tomó dos panqueques para cada quien.

— ¿Por qué tomas ese? —Le preguntó Santana a Brittany, una vez que tomó sus panqueques.

—Me gustan los más morenos. —Contestó ella, cortando una rebanada del panqueque más tostado.





— ¿No ibas a ver a Quinn hoy?

Eso lo preguntó Brittany a Santana, porque vio que la morena, después de almorzar, ya se había ido a acurrucar a uno de los sillones de la sala y había encendido la televisión que estaba encima de la chimenea.

Santana la miró por un momento, como si la hubiera tomado por sorpresa y no comprendiera lo que estaba hablando. Luego, saltó del sillón.

—C-claro que sí. —Le dijo—Sólo que…

— ¡Yo quiero ir a verla!

Esa fue Valentina, que había llegado y, aparentemente, acababa de salir de la ducha, porque aún se secaba su largo y liso cabello con su toalla café.

—Yo también. —Dijo Diego, llegando a la sala con las chicas.

Brittany vio a Santana fruncir su ceño, paseando la mirada entre sus dos hermanos.

— ¿Vamos? —Habló Brittany.

Ahora, Santana a la que volteó a ver, fue a Brittany.

— ¿Has andado en autobús alguna vez? —Fue lo que le preguntó.

Brittany negó con la cabeza.

—He venido en auto, Santana. —Explicó—Podríamos ir en él.

Entonces, con la misma expresión en su rostro, se acercó a ella, para hablarle en un tono más bajo, seguramente para que sus hermanos no la oyeran.

—No tienes que llevarnos, Brittany. —Casi le susurró, seriamente—Nosotros podríamos…

—Yo también quiero ver a Quinn, Santana—Bueno, eso no era del todo cierto, pero ya qué. Sabía que Santana no dejaría que los llevara si no le decía algo convincente, así que…— ¿No crees que sería absurdo que se fueran en bus, pudiendo ir los cuatro en auto?

Santana la miró, y Brittany le sostuvo la mirada. Era como si Santana le dijera con la mirada que dejara de mentir, pero Brittany no dijo nada.

—Bueno. —Cedió Santana—Vámonos, entonces.

Y así, los hermanos López salieron junto con Brittany, y subieron al Cruze gris de la chica. Brittany no pudo evitar notar las caras de “Los voy a matar” que Santana les dirigía a sus emocionados hermanos. Arrancó el coche.

—Ya cállense, los dos. —Les ordenó Santana, desde el asiento del copiloto—Pareciera como si nunca se hubieran subido a un auto en su vida.

Y así, los dos hermanos menores de Santana guardaron silencio, dándose cuenta de lo cómicos que habían sonado. Santana negó con la cabeza y se giró de nuevo hacia el frente.

“Get me bodied”, “Green light”, “Deja vu”, “Beautiful liar”, “Ego”, “Halo”, y por último “Crazy in love” sonaron en las bocinas del auto de Brittany mientras llegaban al hospital. Santana notó como Brittany disfrutaba tanto esas canciones, y no pudo evitar sonreír un poco.

—Te gusta Beyonce, entonces. —Comentó, una vez que Brittany apagó el auto, cuando ya se había estacionado en el parqueadero del enorme hospital de Lima.

Brittany volteó a verla, con una tímida sonrisa en su rostro.

— ¿Bromeas? Beyonce es… Beyonce. La diva de las divas. ¿Has visto como canta y baila al mismo tiempo? ¡Es impresionante! Admirable, en verdad. Sin mencionar lo bella que es.

—Ugh. Para ahora. —La detuvo Santana, abriendo la puerta del copiloto y comenzando a salir—Me queda claro que te gusta.

—Me encanta. Algún día la conoceré. —Prometió Brittany, haciendo lo mismo que Santana.

—Yo también sueño, Britt.





No vieron a los padres de Quinn por ninguna parte, aún aunque Santana los estuvo buscando como una loca para ver si podrían entrar a ver a Quinn. Ahí estaban ellos, parados frente a la puerta de la habitación de hospital de Quinn, viendo si entrar o no, cuando Valentina habló de repente, llamando la atención de los demás.

— ¡El señor Marín! —Exclamó, emocionada y señalando al doctor que debía andar rondando los cuarenta, rubio y de unos ojos azul celeste, que se le hacían familiares. Ella ya lo había visto antes. Era el mismo doctor que había llamado al padre de Quinn mientras hablaba con ella.

El doctor los miró y en su rostro se esbozó una sonrisa. Brittany supo que ya se conocían.

— ¡Chicos! —Exclamó, cuando se acercó a ellos y los saludó con un abrazo grupal, que todos correspondieron, menos Brittany, que se alejó un poco, pues sintió que debió hacerlo— ¡Vaya! Cada vez que los veo, más grandes me parecen. —Les dijo, con una sonrisa nostálgica— ¿Cómo está su madre?

—Aún está en Kauffman. —Contestó Valentina—Con la abuela.

—Espero que regrese pronto. —Dijo el doctor—Mientras tanto, cuídense ¿de acuerdo?

— ¿Podemos pasar a ver a Quinn? —Preguntó Santana, mirándolo.

El hombre los miró de nuevo, y luego miró a Brittany. Frunció un poco el ceño, en señal de confusión, y a Brittany no le extraño, puesto que sabía que no la conocía.

—Ella también viene con nosotros. —Le informó Diego, y extendió uno de sus brazos para invitar a Brittany a acercarse y… socializar—Ella es Brittany, y también viene a ver a Quinn.

El hombre le sonrió.

—Un placer, Brittany. —Entonces, el hombre le extendió la mano, y Brittany se la estrechó, un poco dudosa e intimidada, pero, nada fuera de lo normal—Yo soy el doctor Marín. Un gusto.

Marín.

—El gusto es mío, señor.

Volteó a ver a Santana, y no estaba relajada. No estaba como había estado en la mañana, y Brittany se preguntó el porqué. ¿Ese hombre tendrá algo que ver?

—Y… Claro. —El señor Marín intercaló miradas entre la puerta y ellos, luego hizo un gesto con su mano, indicando que debían esperar, y dijo: —Pero esperen un momento, ¿sí? Echaré un pequeño vistazo antes.

Entonces, el hombre de bata blanca entró por la puerta y la cerró, para luego, después de unos instantes, aparecer de nuevo, con una sonrisa, ante la mirada de los cuatro chicos, y les dejó abierta la puerta.

—Pueden pasar. —Les dijo, con una sonrisa—Yo tengo que irme. ¡Dejo a la paciente en sus manos!

Entonces, el doctor Marín los dejó ahí en la puerta, con la clara señal de que entraran. Así hicieron. Los cuatro chicos entraron, con Santana al frente.

Quinn estaba tumbada en cama, pero ahora era distinto, porque ahora estaba despierta. Oh, sí. ¡Quinn estaba despierta! ¡Qué alegría!

Ya no se veía como la primera vez que Brittany la había visto en el hospital. Las heridas ya casi no se notaban, y Quinn ya no se veía tan demacrada. Se veía cansada, eso era todo, pero no demacrada. Definitivamente, había mejorado bastante.

Quinn los miró, y una cansada y soñolienta sonrisa se posó en ella. Brittany no pudo haber estado más contenta en ese día. A pesar de que no sabía qué tipo de relación sostenía con Quinn, era absurdo esconder que estaba feliz porque la rubia se encontraba bien ya. Trato de imaginarse el rostro de Santana al verla, porque la latina le daba la espalda, y no la veía, pero supuso que debería estar muchísimo más emocionada.

—Enanos. —Dijo Quinn, con su voz igual de soñolienta que su sonrisa. Seguramente acababa de despertar.

— ¡Quinn! ¡Estás viva!

Ese fue Diego, que no se preocupó por esconder su obvia emoción, y fue a abrazar a Quinn, quién le correspondió el abrazo desde su cama.

— ¡Diego! ¡Cada vez estás más fuerte! Siento que estás a punto de quebrarme. —Se quejó Quinn, al sentir el fuerte abrazo del chico.

—Lo siento. —Se disculpó, y la soltó, ruborizado.

—Supongo que ya sé a quién pedirle que NO me enseñe a conducir.

—Já. Muy graciosa, Valentina.

Valentina también se abalanzó hacia Quinn, estrechándola en sus delgados brazos.

Una vez que Valentina se hizo a un lado, sólo quedaba Santana, y Quinn lo sabía, y la miraba. Quinn le sonreía, pero Brittany no podía ver la cara de Santana todavía.

— ¡Quinny! —Escuchó la voz de la latina, por fin, una voz más amable y penosa de lo normal. Eso la extrañó— ¿Cómo estás?

Brittany supo que a Quinn también le extrañó el repentino carácter amable de Santana, pero prefirió no decir nada.

—Pues, ahora bien. —Contestó la rubia, desde su cama—El doctor me ha dicho que no ha sido nada grave. Pero…

— ¡Oh! —La interrumpió Santana— ¡Es un alivio, Quinny! ¡No sabes lo feliz que estoy!

Entonces, Santana se acercó a la cama de su amiga y la ayudó a incorporarse un poco más erguida en la cama.

— ¿Me dejas sacudirte tu almohada? Debe estar muy sucia…

—Me la han sacudido esta maña…

— ¡Insisto!

Santana le sacó la almohada que Quinn tenía tras ella, a la fuerza. Quinn sólo tenía una cara de no saber qué diablos le pasaba.

Entonces, Santana comenzó a propinarle almohadazos desenfrenados por toda la cara a Quinn, a lo que la rubia sólo podía moverse e intentar cubrirse con sus manos.

— ¡Santana! —Gritaba Quinn— ¡¿Qué haces…?!

— ¡¡Eres una completa tonta!! —Estalló una enfurecida Santana, entre almohadazos— ¡¡Una tonta total!! ¡¡Me tenías con el alma en la boca!! ¡¿Qué te he dicho sobre hablar por teléfono y conducir?! ¡¡Por eso te pasan éstas cosas!! ¡¡Cosas malas!!

— ¡Brittany! —La llamó Quinn en busca de ayuda, lo que le sorprendió, porque pensaba que Quinn no la había visto aún— ¡Aléjala de mí, antes de que ahora sí me mate, por favor!

No dudó mucho en hacerlo, pues Santana estaba histérica. Le arrebató la almohada, sin más. A Santana no pareció importarle, sólo se quedó mirando fijamente a su mejor amiga, respirando ruidosamente, aparentemente, descargada.

—Dudo que alguien pueda matar con una almohada. —Le dijo Brittany.

Quinn la miró, luego miró a Santana.

—Yo no lo dudo, si ese alguien es Santana.

Ahora sí, Santana se abalanzó hacia su mejor amiga y la estrechó en un fuerte abrazo. Valentina, y Diego las veían, y Brittany también.

No supo si Valentina y Diego lo notaron, pero, en medio del abrazo, Brittany sintió la mirada de Quinn en ella, y supo que le decía algo, pero no supo qué era.

Quizá, sólo había sido su imaginación.







Bueno, aquí está el capítulo quince. En realidad, tuve que cortarlo ahí. Quería terminar el día, pero ese será un sábado muuuuuuuuuuuy largo, así que ahí lo corté. Además, de que ya les quería actualizar. Era así de que "Ay, si todos actualizan, ¡pues yo también!"
No sé qué les haya parecido ésto, pero espero que les guste.
Trataré de no tardar con el próximo.
¡Las quiero! :D
Gracias por leer. Un beso grandotote! :*[/i]

no lo hubieras cortado, lo hubieras puesto completo XD, me alegra que haya sido tan largo el capítulo, aun así me quedé con ganas de seguir leyendo.

San poco a poco va dejando que Britt se incorpore a algunas de sus actividades y eso es bueno, puede ver que Britt es diferente a como ella la ve, espero Britt siga así, que esté presente día a día en la vida de San.

Que bueno que Quinn se despertó y que, al parecer, está bien, esperemos le sirva de lección para ya no estar con el celular mientras maneja.

Que linda San cuando regaña a Quinn, y no lo dudo, si alguien puede matar con almohadazos esa es San, hasta les creo que pueda matar con una bolita de algodón, pero como siempre, preocupada por los suyos.

Creo que aceptaron más rápido y fácil a Britt Valentina, Diego y hasta la mismísima Maribel que San, eso le da puntos de ventaja no?

Saludos y espero los siguientes capítulos sean aun mas largos ^^, cuidate y suerte!

El capitulo estuvo buenisimo, me encanto en verdad, los hermanos y la mama de san demasiado buena gente, y san a punto de acabar con Quinn estuvo de lo mejor, actualiza pronto porfa!

Hola nueva lectora, leo este fic desde hace mucho tiempo y me encanta:D: es divertido y gracioso,
una pequeña pregunta habrá finchel y ritty?





PD:les invito a leer el fanfic xover Glee On Proyect

¡Hey, hola! Soy yo, su desaparecida y últimamente irresponsable escritora. Vengo con una noticia que quizá no les guste tanto... Ya sé que ha habido veces en las que me he tardado muchísimo más en actualizar, pero eso había sido por cuestiones de trabajo (cansancio, falta de inspiración debido al cansancio, falta de tiempo, etc)... Bueno, esto también es por trabajo, pero, verán... Es que, ahora estoy en EUA, San Antonio Tx, para ser más precisa, y me quedaré aquí por... Más o menos una semana, o puede que más, y aquí no tengo laptop ni nada, lo único que dispongo para estar al pendiente de este foro es mi móvil, y estoy escribiendo éste mensaje porque recién entendí cómo puedo comentar desde aquí, así que... Espero puedan entender. He estado solamente dejando comentarios, porque es lo único que puedo hacer mediante mi móvil. Estaré leyendo y comentando fics, así que no estaré del todo tan perdida, pero sin poder actualizar:c Aquí no me deja escribir mucho, así que cuando actualice desde mi pc contesto comentarios y todo. ¡Besos! Y perdón :( trataré de actualizar lo más rápido que pueda. Sé que, aunque son poquitas las que me leen,no me gusta dejarlas sin saber :( ¡Gracias por todo! Y ésto aún no acaba, a menos que ustedes quieran ;) ¡Beso! :*

Pues entonces a esperar!

Me gusta mucho tu fic!

Saluditos!

facot escribió:no lo hubieras cortado, lo hubieras puesto completo XD, me alegra que haya sido tan largo el capítulo, aun así me quedé con ganas de seguir leyendo.

San poco a poco va dejando que Britt se incorpore a algunas de sus actividades y eso es bueno, puede ver que Britt es diferente a como ella la ve, espero Britt siga así, que esté presente día a día en la vida de San.

Que bueno que Quinn se despertó y que, al parecer, está bien, esperemos le sirva de lección para ya no estar con el celular mientras maneja.

Que linda San cuando regaña a Quinn, y no lo dudo, si alguien puede matar con almohadazos esa es San, hasta les creo que pueda matar con una bolita de algodón, pero como siempre, preocupada por los suyos.

Creo que aceptaron más rápido y fácil a Britt Valentina, Diego y hasta la mismísima Maribel que San, eso le da puntos de ventaja no?

Saludos y espero los siguientes capítulos sean aun mas largos ^^, cuidate y suerte!

Hola! Ay. Es que si lo ponía completo, el capítulo hubiera salido demasiado largo, pero considerando todo el tiempo que he tardado en seguirlo, me arrepentí de no hacerlo. Lo siento :(
Y en este capítulo, creo que sabrán más una de la otra. Síp, nuestras chicas se conocen más y más y yo no puedo esperara a que se acepten.
Oh, créeme que Quinn aprendió su lección, pero hummmm... bueno, es mejor que leas el capítulo.
Santana se preocupa demasiado por todo, creo que nos hemos dado cuenta. Sí, se preocupa. Eso me parece algo taaan lindo, aunque tenga que decirlo yo misma.
¡Sí! Claro que le da muchísimos puntos de ventaja. Ya quiero que leas cuando regrese Maribel, junto con una sorpresa...

¡En fin! Gracias por leer y por comentar. Este capítulo no es exactamente largo, pero si me tardaba más, te juro que me moriría de la vergüenza.
¡Cuidate también! :)

naty_LOVE_glee escribió:Hola!!


Mmmm……..por donde comenzar! Esto esta buenísimo!!


Amé el cap!!! Obviamente porque fue totalmente Brittana y con esos comportamientos!! Por Dios!!


Increible!!! Mis Brittana están enamoradas!!! Eso espero!!! Porque “más claro echale agua” No?!



Antes de empezar por lo mejor, sólo déjame decirte que ya estoy odiando a Hanna Marin, es como una maldita sombra que está entre mis Brittana, incluso no estando visiblemente presente. Llama la atención de San, quien pareciera que se olvida de Britt en el momento en que Hanna cruza por su mente……… Y eso no me gusta para nada! El sólo hecho de pensar que San puede sentir algo más fuerte por ella que por Britt, hasta a mi me da celos. *suena muy ilógico no?, pero es la verdad* San sólo puede sentir cosas por Britt!!!


Además yo pienso que amor, lo que se dice, amor es uno solo y unico!!! No podes amar a dos personas de la misma forma, siempre uno es superior!!! De ahí que creo que nadie puede estar enamorado de dos personas a la vez, es imposible!! Además ya dije! Sólo me convence Brittana!!! Ellas son únicas!! En todo sentido. Ni Dantana, ni Bram, ni Hanntana (en tu caso), ni ninguna otra pareja que quieran formar tanto en Fics como en la serie podrán superar a Mis Brittana!!!!! *BRITTANA FOREVER!!*


Bien dejando en claro esos puntitos xD ……………….


Me gusta mucho la relación que tiene San con su madre!! Eso si, ahora que lo pienso creo que no has mencionado hasta ahora a la familia de Britt o sus papás o el motivo por el que se cambio de cole, o por lo menos no lo recuerdo ahora, pero eso sí, creo que estoy tan eclipsada en la vida de San que tiene muchos interrogantes como ya sabemos, que no me había fijado mucho en la vida de Britt, ahora me quedo la gran duda!! Releeré los caps! Mientras de verdad creo que no sabemos mucho de Britt, si es así, como lo pude pasar por alto?! De verdad que escribes genial!! De eso no hay duda, y todo esto esta tan bien armado, en serio es un placer leerte!!! :)


Cuando San abrió la puerta y Britt estaba allí, casi me derrito, por todo lo que pensaba San y toda la situación en sí, no me gusto que rápido quisiera evadirla disque volviendo a la “realidad” (obvio que esa no era) haciéndose a la mala, y lo del pijama fue muy gracioso!!


Amó a Valentina!! Es una genia! Me encanta cuando pone nerviosa a Britt y ni hablar de cuando atrapó a San con las manos en la masa (o mejor dicho en la sudadera ) en serio lo ame!! Sobre todo porque San decia que eso que hacia era “perturbador” cuando en realidad era tan romantico, al menos para mi! Podía parecer pervertido tmb pero no para mi fue muy tierno de su parte, si eso no es amor, entonces no se, porque por lo menos yo no me pongo a oler la ropa de mis amigas y menos de mis enemigas :p jajjaja!!!


En fin Valentina y Diego, aunque creo más Valentina, armaron todo para que Britt se quede porque presiente el sentimiento Brittana?! Para mi es eso, es que esta en el aire *aspira profundamente y pone cara de embobada :p*. Eso me parece…….digo nada más…


Tmb me mató Britt hablando con la mamá de San!! Si seguro fue como hablar con el mismísimo presidente! Y ni contar que Britt no sabía ni siquiera sabia que San era bilingüe! Y obvio tmb su familia!


En serio, tal vez no lo haces adrede, pero me matan esos “amagues”, diría yo, que ocurren con mis Brittana!!, para empezar cuando se fueron para el baño me dije “puede pasar algo?! Si!!” me auto convencí y después resulta que estuvo muy bueno pero no era lo que pensaba. Después yo ya tmb parecía tonta como Santana mal interpretando algunas situaciones, aunque fue gracioso cuando Britt se quito la sudadera y San pensó cualquiera, esa ni yo la malinterpreté, lo que le dijo Britt de la mirada me encanto!!


Otro importante “amague” fue cuando San volvió de dejar la sudadera, en serio, yo ya estaba pegada al monitor cuando leí:


“Pero lo primero que atinó a hacer, fue caminar a largas y rápidas zancadas hacia ella, tomarla del brazo, y guiarla hacia su habitación. Brittany no pudo hacer nada más que seguirla, extrañada.”


Yo me dije “Noooo!!!!! O más bien Siiiii!!!!! Oh! valla por fin!!!!! OMG!! Es ahora o nunca!! Bueno no nunca pero ahora!!!!” y resulta que no!.... pensé cualquiera! Eso sí que me pareció adrede! Si que juegas con mis sentimientos he! Esta te la perdono porque me gustan los acercamientos sino nada :p.

Me encanto eso de agradecerle por ser linda! Aaaah!! Brittany está enganchadisima!!!!


Otro amague cuando las dejaron solas! Si que se acercaron pero todavía nada de nada por fuera todo por dentro y en cada uno de los pensamientos de ambas sin soltarlo para afuera.


Me reí mucho con eso de “güerito”, yo maso tenía una idea de que se trataba pero no me acordaba! Y el titulo debió ser más bien “Panqueques y güerita fan de Beyonce”?? Si es que no mal interprete el significado……….


Y Epa!!! Mira que no me perdí nada de las indirectas con el panqueque he! Solo espero que San no sea uno, o sea no me gustaría que San sea una panqueque, digo hablando entre líneas tmb!! :)


Me alegro que Quinn este mejor!! Y las Quinntana se hallan reconciliado, y al final que le dijo Quinn con la mirada a Britt?! Que se me hace que eso quedará en eso, como lo interpretemos nosotras?! Ok! Me encanta!


Wooooow!!! No me des tanto la mano que me agarro del codo tmb! Mira todo lo que escribo!! Vos me diste via libre asi que tendrás que aguantar!


PD: ammm…….ya me habían hablado de la efusividad! Digamos que soy muy activa?! :) Por lo menos casi siempre porque como todos tmb tengo mis días, no te creas he! A veces ando Bajoneada pero se me pasa!!


PD2: no me malinterpretes si te hago preguntas es solo para que sepas que me las hago mentalmente (ok! Espero lo hayas entendido :p) Es obvio que no espero que las contestes en un coment todas, me conformo con que me des una idea o por lo menos una insinuación de algo que ocurirra?, asi de chiquitita? Porfa? Ok no! Me encanta la intriga y descubrir todo cap por cap!


PD3: Emily muy linda?! Si!!!!!!!!!!! Como espero leer eso!!!!!! Tmb espero que Hanna no este en medio de ese asunto, no se, ya no me gusta que este en todas partes como para que ahora sea ella la que cause los celos de San y no Britt!!! O Ambas?! No me gustaría que fueran ambas, solo Britt!! Mejor ni me adelanto aquí usted es la escritora!!! *Epa!! Me encanta hacerme a la “no te tuteo, o te trato de usted solo cuando suena bien!”*Y me encanta su manera de escribir!!! Así que soy una tumba en ese aspecto! :)


Ultimo, que bueno que lo de la muela ya este solucionándose, es increíble no?! Digamos que no nos conocemos y sin embargo tenemos un vinculo! No se si me explique, es largo y ya no quiero abusar de tu tiempo! Creo que eso será en otra ocasión! Ahhh!!! Y castigada?! Y no se sabe bien por qué? O no lo quieres contar?! Perdóname pero la curiosidad es lo mío, jjajajja!!! Encima si lo pones así como no preguntarse, digo si yo pusiera, ammmm, algo así……… *ahora no se me ocurre nada u.u*, supongo que tendrías curiosidad?!


OK!!! Bueno!!!! Suficiente!!!!! Creo que ya está por hoy!


Espero la actu!! Como siempre!! Al pie del cañon *hace el saludo militar :p*


Ammm, que tengas una muuuuuyyyy buena semana!! Yo estoy en previas a parciales :(.



Saludos!! NaT!

Hola, Naty!
Qué bueno que te guste esto, en serio. Me encanta que te guste :)
En efecto, yo creo que se están enamorando.

¡Uy! Nononono, no hay que odiar, Naty. Bueno, a mí también me da un poquito de rencorsito todo lo que Hanna es capaz de crear en Santana, pero no conocemos su historia aún. ¿O sí? Imaginamos lo que quizá pasó entre ellas, pero quizá eso no es lo que en realidad pasó. Santana siente cosas por muchas personas... su madre, su abuela, sus hermanos, Quinn... ¡En fin! Santana quiere a muchas personas, sólo que no es alguien a quién le guste demostrarlo, y menos frente a Brittany, aunque puede que eso pronto cambie.

Y, Naty, me siento con la obligación de decirte que tienes todo el teclado lleno de razón. No se puede amar a dos personas al mismo tiempo... No de la misma forma. Siempre se ama a uno más que a otro. ¡Rayos, qué acertada! Esto siempre lo he tenido en cuenta al escribir esta historia, así que... ya se verá.

Awww. ¡Tienes un corazón 100% Brittano! ¡Cómo el mío! Dantana por mí está bien, pero siempre tendré esa esperanza de que Brittana vuelva. Bram fue un chiste para mí, si me lo preguntas. ¡Punto para Brittana!

Naty, de nuevo tienes razón. No lo pasaste por alto, porque en realidad no se sabe mucho sobre la familia de Brittany por ahora, lo único que se sabe, es que vive cerca de la casa de Santana, y que vive con su padre. No se ha mencionado a su madre, ni su relación con su padre. Pero no te preocupes, poco a poco se sabrá sobre ellos, porque también forman parte importante de esta historia, no te apures. También, poco a poco se sabrá la razón por la que Brittany se cambió de ciudad, y el porqué tuvo que ir a Lima, habiendo tantos lugares a los cuales podría ir.
Tú tranquila :).

Sí, Santana actúa de manera graciosa al estar con Brittany a veces. De alguna manera, es linda. (de muchas maneras, más bien) Y Brittany también piensa lo mismo así que... bueno, veremos.

La familia de Santana es muy particular. ¡No puedo esperar a hablar más sobre ellos en esta historia! No creo que Diego haya armado algún tipo de plan con Valentina, pero creo que Valentina SÍ. Si bien Valentina no sabe lo que pasa entre su hermana y Brittany, se imagina algo turbio, y créeme cuando te digo que Valentina puede ser muy curiosa a veces, y más tratándose de su hermana mayor. Valentina me encanta.

Oh, dios. ¡Lo siento por los amagues! Te juro que no lo vi de esa manera hasta que leí tu comentario. No te preocupes, los habrá, y hasta creo que más intensos, pero aún no es el momento. ¡Lo siento! Te los debo, ahora.

Sí, bueno... no es el mejor título de capítulo que se me ha ocurrido. En verdad, creo que suena algo tonto, pero en verdad que no encontré otra forma de llamarle a este capítulo. Sí, debí pensarlo mejor n.ñ ¿Santana de panqueque? ¡Suena deliciosooooo! Ok, lo siento, pero si Santana fuera un panqueque, seguramente lo devoraría. ¡En fin! Quizá Brittany lo usó de indirecta, quizá no. Sólo ella lo sabe.

NA-AH. No cantes victoria aún, Naty. Nuestras quinntana aún no hablan así que tú digas muy "bien bien BIEN". De eso se sabrá en los próximos capítulos, porque no es cualquier cosita, eh.

ReplyPD: Wow! Eso es bueno. Tus amigos te han de adorar. Y claro, como todos. No sería bueno que fueras alegre todo el tiempo, porque todo el mundo tiene sus bajas, tú, yo y todos, así que no te preocupes :).

ReplyPD2: ¡Por supuesto que no te malinterpreto! Me encantan las preguntas, y más las que puedo contestar, sólo que eso es exactamente lo que quiero: que descrubran cuando leen. ¿Quieres pequeñas insinuaciones y pistas? ¡Bien, te las daré! Pero chiquitititas, okay? :)

ReplyPD3: Lo leerás, créeme, pero para tu desgracia, también leeras a Hanna en medio de muchas cosas. Lo siento :( Pero debes saber que Brittany también lo estará así que las cosas se pondrán... flamables. Santana se verá en muchos aprietos a causa de muchas rubias, así que... bueno, se verá.
¡Oh! Me siento una señora ahora. Sería mejor que me tutearas, porque me siento como lo tía amargada de alguien. Jajajá!

Y lo de mi muela se solucionó! Gracias por el interés. Ya no tengo muela, pero al menos ya no me duele. Es un dolor que no le deseo ni peor enemiga... o bueno, tal vez a ella sí (JIJIJI) Como sea, creo que tienes razón, es raro tener una especie de vínculo con alguien que no conoces. Es raro y de alguna manera, me da un poco de miedo. ¿Qué tal si eres un asesino en serie? Una nunca sabeee... ¡Jajajá!
Y ¡Uff! Eso fue hace casi más de un mes y ya casi ni recuerdo porqué el castigo. Recuerdo el doloroso castigo, pero no recuerdo la razón. :( Qué lástima. O sea, no es que no lo recuerde para nada, sólo que me encuentro confundida sobre todas las cosas que he hecho y ya ni lo recuerdo, así que mejor no digo nada, pero estoy segura de que valió la pena, aunque ya no lo recuerde :) Jajajá, lo siento por ponerlo de manera curiosa.

¡Aquí te traigo la actu, señora sí señora! *devuelve el saludo militar* ¡Espero que le guste la actu, señora sí señora!
Ok, bueno, no sé como hacer eso, así que omitámoslo.

Fueron unas excelentes semanas, y espero de todo corazón que te haya ido bien en tus parciales. En serio, suerte con eso!

Gracias por leer, Naty :)

Johe gleek 13 escribió:Hola nueva lectora, leo este fic desde hace mucho tiempo y me encanta:D: es divertido y gracioso,
una pequeña pregunta habrá finchel y ritty?





PD:les invito a leer el fanfic xover Glee On Proyect

Humm, gracias. Qué bueno que te encante :D Y, no estoy segura de que si habrá Finnchel, y Ritty, pues... no lo sé, no estoy segura de poder meter a Ryder en esta historia.

Gracias por comentar ! :D

¡Fer Brittana4ever! escribió:Pues entonces a esperar!

Me gusta mucho tu fic!

Saluditos!

¡Gracias por la comprensión! y A mí me gusta que te guste :)

¡Saludos también! :D

Bueno, ya sé que no tengo algún tipo de perdón por tardarme tanto en actualizar. ¡Más de un mes! Lo siento muchísimo.
Yo no sabía que esa semana se convertiría en dos. Y luego, cuando llegué, una nueva historia no me dejaba en paz, se los juro.

Sí, tengo otro fic. Uno que empecé con muchísimas ganas, pero creo que no es tan bueno. Lo dejaré ahí abierto, pero no lo seguiré, al menos no aquí. Lo seguiré, pero no lo publicare, porque si no lo sigo, no me dejará en paz, yo sé lo que digo. Ni modo, las cosas pasan o no pasan por algo :/. Bueeeh.

Bueno, aquí les traigo otro capítulo. Espero que les guste :)
Gracias por leer y comentar :D









— ¡¿Que esa tonta hizo qué?!

La reacción de Quinn cuando Santana le comentó que Rachel Berry había ingresado a las cheerios sorprendió a todos en esa habitación, hasta a Valentina y Diego, aunque no supieran de qué rayos hablaban.

Santana parpadeó muchas veces, sorprendida. Brittany frunció el ceño y se cruzó de brazos, porque el que Quinn estuviera tumbada y débil en la cama de un hospital, no aminoraba el hecho de que acababa de llamar “tonta” a su mejor amiga, pero aún así, prefirió pasarlo por alto esta vez.

La expresión de Quinn, era un verdadero poema.

—Nuestra reacción fue casi la misma. —Confesó Santana, sentada enseguida de Quinn. Ahora, ella era la que debía mantener un poco de compostura.

—Pero… pero… pero…—Balbuceaba Quinn—No puedo entender cómo Sylvester ha podido… Ella… ¡Ella odia a las cheerios! ¡Odia las falditas…! ¡Ella ni siquiera tiene algún tipo de coordinación…!

—Escucha, Quinn. —La interrumpió la morena, con un tono tan sereno que a Brittany le pareció que la que estaba hablando no era ella—Sé que no eres la mejor amiga de Berry. Sé que ni siquiera te cae bien, pero… ¡Jesucristo, debiste verla! ¡La enana fue asombrosa! … Nunca mencionen que lo dije. —Les advirtió a todos los que la rodeaban, después de meditarlo.

—Genial. —Gruñó Quinn, cruzándose de brazos y girando los ojos—No pasan ni tres días, y este puñado de polvo ya me reemplaza con la primera tipa que se le pone en frente…

—No es eso, Quinny. Sabes que las regionales están cerca, y luego las nacionales… sabes que debemos estar en forma… Además, te he dicho que Berry no ha estado tan mal… Quizá nos sea de muchísima ayuda…

— ¡¿Estás insinuando que yo no soy de ayuda, Santana López?!

Quinn se levantó ligeramente de su respaldo al preguntar eso. Santana retrocedió un poco. A Brittany le parecía increíble como la situación podía invertirse completamente en cuestión de minutos. Un minuto, Santana está por asesinar dolorosamente a Quinn con una almohada. Al otro, Quinn está a punto de cortarle el cuello a Santana con nada más que su mirada. ¿Qué diablos sucedía?

— ¡Yo no dije eso! —Se defendió la chica.

—Da igual. —Bufó Quinn, relajándose un poco, pero no completamente. Se acomodó de nuevo en su cama y soltó aire ruidosamente, claramente insatisfecha y molesta.

¿Por qué Quinn se molestaba por eso? Sí, es raro, porque… es Rachel, hasta a ella le había parecido extremadamente anormal ver a Rachel meneando sus caderas y haciendo piruetas, pero a fin de cuentas, ella era buena, y trataba de ayudar. ¿Acaso eso era malo? ¿Por qué le molestaba tanto?

Santana y Quinn eran tan raras…

Por otro lado, Santana entendía como se sentía Quinn. Entendía exactamente lo que se sentía ser reemplazada sin ningún tipo de miramientos. Como si todo lo que te has esmerado por hacer, no importara en lo absoluto. No contara. Como si no importaras.

Entendía bien a Quinn.

Por una fracción de segundo, pensó en Brittany. En que ella estaba ahí detrás, y no entendía como habían llegado a eso. Cuando llegó a Lima, Quinn la había recibido con una noticia semejante, casi igual, igual, y Brittany era la razón. Sentía cierta aversión hacia Brittany, pero entonces, ¿Cómo se explicaba que ahora pasaba más tiempo con ella de lo que esperaba? Todo lo que había llegado a sentir, era muy… confuso y contradictorio.  

No supo cuando su mano se posó en la de su amiga, pero lo notó cuando Quinn la miró y relajó su semblante. Santana notó también que su amiga entendía que quería ayudarla, y le gustó.

Era de las raras veces en las que a ella le tocaba ser la relajada, mientras que Quinn era la histérica. Era bueno saber que si una la pasaba mal, la otra estaría para ayudar.

Pensó en Brittany otra vez.

¿Quinn la ayudaría también con… eso, o bueno… lo que sea que fuese?

— ¿Y cuando saldrás de aquí? —Preguntó Valentina, parada a un lado de Diego, que procuró prestar atención a lo que Quinn contestaría. Santana también. Y hasta Brittany, que aún estaba parada a un lado de la entrada, abrazada a sí misma, repentinamente incómoda.

Quinn hizo una mueca.

—El doctor ha dicho que estaré aquí por una semana más. Al parecer, el cinturón no es un invento desagradable… Sólo está mi…—Quinn dudó un segundo, luego después de una mueca, agregó—Tobillo.

Santana abrió mucho sus ojos, pero trató de no perder la calma.

— ¿Tobillo? ¿Qué tiene tu tobillo?

El ambiente se tensó de pronto. Quinn calló por un momento, pendiente de la reacción de su mejor amiga, que la miraba expectante, al igual que Valentina, Diego, y Brittany. Era obvio que todo el mundo había dado por hecho de que Quinn volvería pronto a la escuela y a su vida normal. Ahora, sabían que eso tardaría…

Quinn hizo una mueca con sus labios. Se tornaron rectos, como si pidiera disculpas por algo, luego, lentamente apartó la manta que la cubría, para dejar ver su pierna derecha. La pierna no se veía nada mal, sólo unos cortes y moretones… Lo que en realidad tenían que ver, era el tobillo envuelto en yeso.

Santana ya no pudo guardar la calma.

—Pe-pero… No entiendo como… El señor Marín ha dicho que estabas bien… ¿Me mintió?

— ¡No! —Se apuró a calmar Quinn— ¿No me ves? Estoy increíble. Creo que me ha ido muy bien a como pude haber acabado. Sólo tendré que usar muletas por unas semanas…

Santana se mordió el labio y bajó la mirada. Ella no quería eso. Ella quería a su mejor amiga sana y salva. La quería bien. ¿Qué pasaría con las regionales? ¿Cómo lo haría sin ella?

Quinn le dio una palmada en el hombro, cosa que hizo que Santana alzara la mirada y se encontrara con el rostro de su amiga, que le sonreía y la miraba con ternura.

—…Y eso está bien. —Le dijo, con una amplia sonrisa.

Santana tomó eso como un “Deja de preocuparte tanto”.

La morena sonrió, pero casi por impulso, le dio una fugaz y fuerte palmada en la cabeza.

— ¡Auch! —Exclamó Quinn, frunciendo el ceño y llevándose una mano al lugar que su amiga le había golpeado— ¿Qué ha sido eso?

—Eso te pasa por idiota. —Reprendió Santana—Y ahora, te has quedado sin auto, y sin teléfono. A la próxima, tal vez me obedezcas sobre algún consejo que te doy.

—Ni loca.

Santana la fulminó con la mirada, pero Quinn sólo se dedicó a sonreír con esa linda sonrisa que tenía.

No duraron mucho tiempo ahí. En realidad, sólo pasaban a verla. Santana y Quinn hablaban como debían hablar dos mejores amigas, y Diego y Valentina se unían a ellas cada cuando. Pero Brittany seguía en donde estaba. Y Quinn podía notarlo. Aún aunque Santana aparentara estar normal, ella sabía que no lo estaba. Algo le pasaba a su amiga. ¿Cuánto tiempo había estado ahí? Y Brittany… Brittany actuaba rara también. ¿Habrán peleado de nuevo? Ok. En primer lugar… ¿Qué hacía Brittany ahí, con Santana?

Habrán peleado, como siempre.

Pero Quinn no se había dado cuenta de que su mirada se había clavado en Brittany sin querer. Se dio cuenta cuando la otra rubia la miró también, pero no desvió su mirada. La mirada de Brittany estaba cargada de algo que ella no supo identificar. Cuando la conoció, Quinn no se había imaginado que los ojos de Brittany podrían mirar así. Brittany no era una mala persona, lo sabía, pero ahora, era… diferente. Como la vez que se había encontrado con ella en el baño, o más bien, Brittany había ido a su encuentro, a hablar de Santana…

Tal vez, se preocupaba por ella también.



—Volveremos a venir ¿Oíste?

Avisó Santana, mientras se inclinaba lo suficiente para poder darle un fugaz beso a Quinn en la mejilla, a lo que la rubia no renegó. De hecho, parecía querer ese beso. Claro, era lo obvio…

Eran las mejores amigas.

Entonces, a Brittany le dieron unas ganas de abofetearse a sí misma por lo que estaba sintiendo y pensando. ¿Estaba enfadada? ¿Con quién? Se sentía como estar enfadada, pero no había un motivo válido por el qué estarlo. Entonces era una verdadera tonta, porque sólo una tonta se enoja sin motivos.

Sólo fue un fugaz besito en la mejilla, pero a Brittany le pareció que estaba cargado de cariño… Es que… ¿Cómo le habrá hecho Quinn para que Santana le dé tanto amor?

Meneó levemente su cabeza, como si así se sacudiera sus pensamientos indeseados. Comenzó a andar para salir de ahí, cuando escuchó la voz de Quinn.

—Hasta luego, Brittany.

Brittany se giró distraídamente para despedirse de Quinn, con una sonrisa que no supo si era fingida o era sincera. Sabía que Quinn no le había hecho nada para que sintiera ese tipo de cosas, pero no podía evitarlo. Esperaba que, cuando se recuperara y pudiera hablar con ella mejor, dejara de sentir todo eso.

—Mejórate pronto, Quinn. —Le deseó, y con una última mirada, salió de la habitación, dejando a los hermanos López con la chica.

Quinn le caía bien. Quinn era buena chica, y lo sabía, sólo que no entendía de donde salía tanta… incomodidad hacia ella. Además, Brittany sabía que quizá los hermanos López necesitaban más tiempo con Quinn, porque obviamente ellos llevaban más tiempo conociéndose, y siendo… amigos. Sí, lo mejor era dejarlos un tiempo a solas. Además, tenía sed. Iría a la máquina de sodas por algo de beber. Sí, eso haría.

Caminó por el largo y blanco pasillo, hasta llegar a la gran sala de espera. Casi estaba vacía. Las incómodas sillas no estaban ocupadas por nadie, y la sala estaba iluminada por el enorme ventanal que era casi todo el muro que daba hacia el estacionamiento del hospital. Las persianas estaban abiertas lo suficiente para dejar entrar libremente la luz del sol de la tarde. Debían ser como las… ¿dos de la tarde?

Se dirigió hacia la cafetería. Ahí sí había un poco más de gente. Al entrar ahí, Brittany echó un vistazo a su alrededor. Había personas leyendo. Otras estaban en parejas, charlando. Había también varios grupos de personas charlando también, pero Brittany supuso que esa era una familia. En realidad, el hospital en sí estaba muy vacío. Brittany prefirió suponer que se debía a que no había muchas personas enfermas a quién ver.

No había máquina de sodas, así que fue directo a la barra, que no estaba vacía; había otra chica llamando la atención de la mujer que atendía, así que le tocaba esperar a que la morena de a lado se decidiera, tratando de no prestar mucha atención, pues le parecía grosero escuchar conversaciones ajenas, aún aunque no fuera una conversación importante. Eso no se hacía.

—Entonces, ¿Qué debería escoger? ¿Qué escogería usted? —Preguntaba la chica, indecisa.

Bueeeno, sí, estaba escuchando, pero no porque fuera una grosera metiche, sino porque, ¡Ay, vamos! Estaba a un lado, era imposible no escucharla. Además, ese timbre de voz le resultaba un poco familiar, pero prefirió ignorar ese detalle. Optó por analizar todo lo que la cafetería le ofrecía, para no estar igual de indecisa que esa chica.

Pero aún así, aquella indecisión le parecía divertida.

—Oh, no lo sé, señorita. ¿Qué clase de comida desea comprar? ¿Se siente muy hambrienta, o…?

—Oh, no no. —Se apuró a cortar la chica, pero sin dejar de ser cortés y sin dejar el tono dulce en su voz—En realidad, sólo se me antoja algo dulce, pero algo así como… ligero. Ya sabe, un pequeño refrigerio. Además, aquí hace un poco de frío, y afuera no está precisamente cálido…

—Pues si me pregunta, en casos como éste, a mí me gusta acompañar este clima con un muffing de la abuela Clara. Y si a ese muffing, le suma un chocolate caliente…

¿Muffings de la abuela Clara? ¡Esos muffings eran deliciosos!

— ¡Delicioso! ¡Me encantan los muffings! —Exclamó la chica—Un muffing y un chocolate caliente, será.

—Bueno, hay muffings con sabor a plátano, con chispas de chocolate, con nuez…

La chica guardó silencio. Obviamente, se encontró con otra encrucijada.

—El de nuez es el mejor.

La chica se giró para ver quién había sido la que había dicho eso. Fue ahí cuando Brittany se dio cuenta que se trataba de Emily. ¡Con razón esa voz le parecía conocida! La morena llevaba unos leggins negros así como los que llevaba ella, sólo que ella llevaba una blusa blanca con un pequeño estampado negro en el centro, y encima una camisa de botones color verde militar, abierta. Emily sabía combinarse la ropa. La morena le dedicó una de sus habituales y lindas sonrisas, antes de saludarla.

— ¡Hola, Britt!

—Hola, Em.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó curiosa la morena, ladeando un poco la cabeza— ¿Algún familiar enfermo?

—Oh, no. En realidad, vine a ver a una amiga, y ahora vengo por algo para beber, y tú tardas mucho en decidirte.

Emily soltó una risita nerviosa, y pidió disculpas con la mirada. Le pagó el dinero correspondiente y ahora la mujer se giró hacia Brittany, quién sólo pidió su botellón de agua de manera amable.

— ¿Quieres sentarte un rato? —Le preguntó la morena con una sonrisa, después de que Brittany dio los dos dólares que la mujer le había pedido por el botellón.

A decir verdad, eso le caería de maravilla. Era mejor esperar a Santana con Emily, que esperarla sola, así que accedió. Emily tomó asiento en una de las mesas con sillas acolchonadas, lo que Brittany agradeció, porque por lo menos no estarían heladas. La rubia se sentó frente a ella, y vio como Emily comenzaba a sacar una revista de su bolso.

— ¿Sólo quieres que te acompañe para que leas tu revista? —Preguntó Brittany, falsamente ofendida.

Emily parpadeó varias veces, como dándose cuenta de que la había cagado, aunque no fuera así.

— ¡Lo siento, Britt! Ugh. Soy una grosera…

—Estaba jugando, Em. —Se apuró a aclarar— ¿Qué lees? —Preguntó ceñuda. Esa no era una revista de la que esperaría que llevara una chica de… ¿Cuántos años tenía Emily? Supuso que tenía la misma edad que ella, si no era que más grande…

— “Muy interesante”. —Contestó la chica—La verdad es que el nombre le queda muy bien.

Entonces Brittany vio la revista, y se dio cuenta de que era la misma edición de revista que leía Valentina la vez que amaneció en casa de Santana.

— ¿”Muy interesante”? —La verdad, eso le había salido de lo peor. Eran palabras que no podía pronunciar.

Emily comenzó a reír, llevándose una mano a su boca y arqueando un poco sus cejas. Esa situación era casi como un deja vú.

Casi como Santana...

—Es lindo como tratas de pronunciar el español. —Dijo la morena, entre risas.

Ah, con que era español.

— ¿Sabes español?

Emily bajó la mirada, pero sin quitar la sonrisa de sus labios. Era como si estuviera apenada.

—Un poco… Bueno, es que tomé clases… ¿Sabías que el plátano es bueno para combatir la resaca?

Brittany frunció el ceño. ¿Emily acababa de cambiarle la conversación? ¿Por qué? ¿No le gustaba hablar sobre ella misma? Emily se dio cuenta de que quizá eso había sonado algo raro y fuera de contexto, así que decidió explicarse mejor ante Brittany.

—Bueno, aquí dice que durante la borrachera se pierde mucho potasio, lo cual, es una de las principales razones de los malestares a la mañana siguiente, y el plátano contiene mucho de eso, así que…

Brittany se aguantó las ganas de sonreír cuando se dio cuenta de que eso ya lo sabía, y lo sabía por la hermana de Santana, cuando las dos la cuidaron en una de sus resacas. Prefirió no decepcionar a Emily, y le dijo:

—No, no lo sabía.

—Yo tampoco. —Confesó la morena—Por eso me gusta esta revista. Me entero de cosas muy interesantes.

Ahí estaba el español de nuevo.

—En fin. ¿Qué haces aquí tú? —Preguntó, en parte porque sí tenía curiosidad, y otra porque todo eso le recordaba a la familia López, la cual quería dejar por un momento. Y más a cierta chica...

—Bueno…—Comenzó Emily—Yo vengo con las chicas. El primo de Spencer está aquí desde hace unas semanas, y nosotras vinimos a acompañar a Spence…—Emily estaba dispuesta a seguir, pero frunció el ceño confundida, como si recién se hubiera acordado de algo— ¿Recuerdas cuando jugamos contra ustedes?

Eso la sacó un poco de su órbita, pero un instante después, lo recordó. Ese fin de semana lluvioso no podía olvidarlo aunque quisiera. Ese fin de semana fue cuando Santana la dejó sola en esa oscura bodega. Fue cuando había cometido la estupidez de perseguirla. Fue la primera y la única vez en la que había visto a Santana ir tras Hanna, y eso… no se sentía bien. ¿Cómo había sido tan estúpida para perseguirla? Era obvio que Santana no la necesitaba, y nunca lo haría.

—Lo recuerdo. —Dijo, y trató de no sonar amarga.

—Bueno, vinimos a ver a Jesse.

Brittany frunció el ceño.

— ¿Spencer y Jesse son primos?

Emily la miró por un momento, y su mirada era muy cómica, como si estuviera impactada y tratara de reírse de eso.

— ¿No lo sabías? Pensé que Rachel te lo había dicho.

—Hummm… No, no lo sabía.

—Bueno, pues ahora lo sabes.

Entonces, Brittany frunció el ceño.

—Sí sabes quiénes han sido los que lo han dejado así, ¿verdad? —Preguntó, porque estaba confundida sobre toda esa situación de Jesse con Rosewood. Aunque, supuso que si las escuelas tenían ese tipo de rivalidad, era una reacción entendible por parte del equipo de Rosewood. Entendible, más no justificable.

—Son unos idiotas. —Bufó Emily, meneando la pajilla roja del vaso de chocolate caliente mientras la veía con frustración. Se veía que en serio eso le acongojaba—No sabes cómo se puso Spencer después de eso. Estaba hecha una fiera.

—Lo imagino.

—Yo sólo espero que lo traten mejor en McKinley entonces…

—Bueeeenoo…—La verdad era que en McKinley no lo trataban mejor que lo habían tratado en el campo de fútbol. La única que veía que lo trataba bien, era Rachel, y eso porque era su novia—No es que sea el jugador más querido por la escuela…

Emily hizo una mueca.

—Pobre de Jesse.

— ¿Y por qué estabas aquí en la cafetería?

Había preguntado eso sólo porque quería cambiar de tema. Nunca había visto a Emily triste o acongojada por algo, pero no le gustaba.

Emily guardó silencio por un momento, y la miró. Su mirada era muy dulce y amable. Brittany supo que Emily era de esas chicas que no mataría ni a una mosca, y en realidad, eso le gustaba mucho de ella. Sabía que Emily sería una gran amiga, y la chica capaz de ser su mejor amiga sería muy afortunada.

—Necesitaba estar sola. —Le dijo—Además, tenía un poco de frío y hambre, y vine a buscar algo para comer.

—Bueno, puedo irme si quieres…—Le dijo, y comenzó a levantarse un poco de su silla, apenada.

— ¡Oh, no! —Emily se disculpó, y le tomó de la mano para que no se fuera—No quise decir eso. Me vendría bien compañía, pero… ya sabes… otro tipo de compañía.

Brittany frunció el ceño. Obviamente, se refería a sus amigas. ¿Estaba enfada con ellas? ¿Emily enfadada con alguien?

—Sé lo que estás pensando. —Le dijo, y Brittany volvió a sentarse, sin dejar de mirarla—No estoy enfadada con ellas. Es sólo que… necesito mi tiempo. Me gusta estar con ellas, pero también me gusta estar con otra gente, o a veces, simplemente estar sola. Disfruto la compañía, y también disfruto la soledad.

Eso sonaba algo raro. Emily hasta le pareció fascinante. Nunca había oído decir a alguien que disfrutara estar sola. Era lo contrario a lo que ella disfrutaba, porque ella odiaba estar sola. No entendía como a alguien podría gustarle sentirse sin nadie. Amaba estar acompañada.

— ¿La soledad? —Dudó Brittany.

— ¿No te gusta a ti?

—La verdad no. —Confesó—Nunca me he sentido cómoda con… eso.

Emily sonrió de nuevo, pero no era una sonrisa que irradiara felicidad, más bien, era una sonrisa tímida y llena de comprensión. Era una sonrisa ladeada, y muy linda.

—Soledad, Brittany. Y no es mala. La verdad, no entiendo como la gente piensa que la soledad es algo malo. La soledad te sirve para conocerte a ti misma, y estar contigo. ¿No crees?

—Yo creo que la gente a lo que tiene miedo en realidad, es a quedarte sin nadie. Sentir que estás sola, y que no hay nadie para ti. Que no hay nadie que te ayude, o simplemente te comprenda. ¿No sería lo peor que podría pasarle a alguien?

Brittany mantuvo la mirada firme, como si esas palabras no le importaran, o como si no salieran de las más profundas dudas de su corazón. Trató de no sonar amarga, otra vez.

Emily la veía como si la comprendiera, y a Brittany hasta casi le da la impresión de que supo que esas palabras no eran solo palabras, eran dudas de verdad.

—Uno nunca se queda sin nadie, Brittany. Siempre va a haber alguien para ti. De hecho, yo creo que hay alguien en este mundo que nació solamente para estar contigo, y si no lo encuentras y te sientes muy sola, siempre puedes mirar en un espejo y darte cuenta de que nunca estás sola. ¿Quién mejor para comprenderte que tú misma?

Entonces Brittany la miró, pero sintió su mirada suavizarse un poco, y Emily le sonrió. Esta chica era increíble. ¿Cómo podía ser amiga de Hanna, de Spencer y de la otra chica que aún no sabía cómo se llamaba? Era muy diferente a ellas, pero después se dio cuenta de que tampoco las conocía tan bien como para dar por hecho de que no eran agradables. Pero Hanna sí, ella definitivamente no le agradaba, y rogaba que no se apareciera por ahí.

— ¿Puedo decirte algo? Sin ánimos de ofender, ni nada…

—Quieres saber por qué soy amiga de Hanna, Spencer y Aria.

Esa no fue una pregunta, fue una afirmación. ¿Acaso era así de transparente? Rogó para que Emily no se ofendiera y que entendiera que tampoco quería ofender a sus amigas. Aparentemente, entendió eso, porque aún llevaba una sonrisa en sus labios, y rió un poco.

—No te preocupes, no me molesta. —La tranquilizó, entre tímidas risitas—Y bueno, a Spencer y a Aria las conocí en la primaria. Hemos sido amigas desde entonces, pero Hanna siempre ha sido mi amiga. Es muy linda una vez que la conoces ¿Sabes?

¿Hanna? ¿Linda? No. O bueno… ¿Sí? La única vez en la que había visto a Hanna vulnerable, fue la vez el partido. Estaba llorando, de eso estuvo segura, pero… ¿Por qué? Hanna era un robot malvado sin sentimientos siempre que la veía, pero esa noche fue… diferente. Recordaba cómo sus ojos celestes centelleaban, y no precisamente de felicidad. No sabía si Emily sabía aquello, pero no se lo diría.

Estuvo a punto de decir algo, cuando vio la mirada de Emily alzarse hacia un lugar por encima de ella, con el ceño fruncido. Brittany supo que estaba viendo algo tras ella, así que se giró para ver a Santana llegar junto a ellas, con los brazos cruzados y matando a Emily con la mirada.

Fue cuando Santana por fin la miró, pero no quitó su fría y dura expresión. Parecía que quería cortarle la cabeza con la mirada, y de paso, también miró a Emily de arriba abajo, con desprecio, como si quisiera recalcar lo obvio: Odiaba a Emily.

Ahora era cuando se daba cuenta de que Santana podía tener tantas facetas de ella misma con diferentes personas… En la mañana, era una chica no tan dura. Parecía que se había quitado su dura actitud por un momento para estar con ella... más relajada. Luego, cuando Santana estaba con Quinn, podía ver todo el cariño que Santana era capaz de dar, pero ahora con Emily, estaba segura de que aún con todo eso… Santana todavía era capaz de lanzar una de las más amenazantes miradas que habría podido ver.

—Venía a avisarte que tenemos planeado irnos. —Dijo, con una fría voz— ¿Piensas irte tú también o piensas quedarte con tu amiguita?

Sorprendentemente, a Brittany ya no le inquietaba esa reacción de Santana, porque algo le decía que siempre que estuviera Emily ahí, siempre actuaría así.

Pero lo que sí le sorprendió, era que la palabra “amiga” la había dicho con más énfasis.

—Vine contigo, ¿lo recuerdas? Llegamos juntas, nos vamos juntas.  

Brittany no supo qué había dicho, pero el semblante de Santana cambió radicalmente. Parpadeó muchas veces y se vio sorprendida. A Brittany le dio la impresión de que Santana había esperado cualquier otro tipo de contestación de su parte, pero no esa.

—Bueno. —Dijo Emily, mirándola con una sonrisa y encogiéndose de hombros. Ahora con la revista entre sus manos—Supongo que nos veremos después, Britt.

Santana rodó los ojos con exasperación y bufó. Brittany se levantó de la mesa, dispuesta a irse de ahí con Santana, cuando…

— ¿Britt? ¿Santana? ¿Emily? ¿Qué están haciendo aquí?

La voz de Rachel sonó por la cafetería también, seguramente por Jesse. La castaña llegó con ellas, de brazos cruzados y con la confusión en su rostro.

—Hemos… venido a ver a Quinn. —Dijo.

— ¿Quinn? ¿Está aquí? ¿Qué le pasó?

Esa había sido Emily, muy intrigada. No estaba fingiendo interés, eso lo supo. Ignorando enormemente a Santana.

Pero Santana no la ignoró a ella.

— ¿A ti qué te importa? —Escupió.

Brittany sintió que tenía que ponerse en medio de esas dos morenas, así que eso hizo.

—Tuvo un accidente de auto por hablar por teléfono mientras conducía. —Le informó Brittany, ahora no muy cómoda.

—Oh. —Emitió Emily. Estaba ignorando enormemente a Santana—Espero que se recupere pronto. ¿Está bien?

Brittany esperaba que Santana se calmara un poco, y de repente, Santana no parecía prestarle atención a aquella conversación, lo cual, agradeció.

—Sí, lo está. Ella está bien, pero su tobillo es el que no lo está tanto…

— ¿Tobillo? ¿Qué le pasa a su tobillo?

Esa había sido Rachel. Brittany no se dio cuenta del alterado tono de voz que había usado su amiga, o quizá se había dado cuenta, pero lo dejó pasar. A veces Rachel podía ser muy intensa.

—Se lo enyesaron. Tendrá que usar muletas por unas semanas…

— ¡Con que la mano derecha de Santana está en muletas!

Esa voz que ya odiaba conocer y que sonaba dulce, pero que ella sabía que no lo era, sonó tras ella. Vio de reojo a Rachel girarse hacia la entrada de la cafetería, y también vio a Emily frente a ella intercalar miradas entre ella y un lugar tras ella.

Hanna parecía estar muy alegre.

Ahora entendía el repentino apaciguamiento de Santana. Era por ella.

Ugh. ¿Por qué ahora?

— ¡Qué bonito panorama con el que nos vinimos a encontrar, chicas!

Eso fue lo que Hanna le decía a Aria y a Spencer mientras caminaba hacia donde ellas se encontraban, y Brittany no pudo evitar darle una mirada a Santana, para verla…

Su rostro era el mismo de siempre, siempre que la veía. Eso no cambiaba.

—Hanna…—Escuchó decir a Emily, en voz baja. Brittany supo que esa era la manera de Emily para calmar aunque sea un poco a Hanna, sin que nadie lo notara.

Pero Hanna no le hizo mucho caso…

—Es una lástima que Quinn se lastimara el tobillo. —Se burló Spencer, a un lado de Hanna— ¡Y las regionales que están tan cerca!

—Oh, seguro eso no es problema, Spence. —Habló Aria— ¿Qué no sabes que ya tienen una nueva cheerio?

En eso, las tres chicas que habían llegado miraron fijamente a Rachel, pero sólo Aria y Spencer prolongaron su mirada, pues Hanna, después de un instante, arrastró sus ojos celestes hacia Santana.

Brittany no podía creerlo. ¿Cómo ellas estaban al tanto de todo eso? ¿Sabían que Rachel era cheerio? Y dejando todo eso… Quería que Hanna moviera sus ojos de donde seguramente los tenía… ya, en ese mismo instante. No sabía qué clase de persona era Hanna, pero ahora era una persona muy diferente a cuando la había visto ese fin de semana lluvioso en esa bodega.

—Me pregunto si serás tan buena…—Dudó Hanna, ahora viendo a Rachel, de manera burlona.

Tenía que intervenir. Ya no pensaba quedarse parada, viendo como Hanna y sus secuaces las atacaban indirectamente, y nadie parecía decirles nada. ¿Así era siempre? ¿Sólo por ser de Rosewood? En sus planes no estaba darle una razón a Hanna para que creyera que la estaba intimidando. Además, era la capitana de las cheerios ¿no? O bueno, mitad capitana, pero capitana a fin de cuentas. Compartía ese título con Santana, pero intuía -dolorosamente- que ella no diría nada. Al menos, no por el momento.

Dio un paso para quedar cerca de Hanna, y así, interrumpir cualquier contacto visual con otra chica que no fuera ella, cosa que pasó. Hanna tenía sus ojos clavados en ella, con una ceja enarcada.

—Oh, te aseguro que somos mejores que ustedes. —Escupió, de manera verdaderamente corrosiva.

Entonces, una chispa de sorpresa se asomó en los ojos celestes de la chica que tenía enfrente, y la miró fijamente.

—Oh. ¿En serio? Pareces muy segura…

—Porque lo estoy.

Ahora, Hanna dejó salir una sonrisa torcida y acortó la distancia entre Brittany y ella. La rubia más alta y de ojos azules no desistió, se quedó ahí, mirándola. No iba a retroceder.

—Pues eso lo veré en las regionales. Ustedes y su estúpido equipo con nombre de cereal, contra nosotras.

—Las cheerios siempre han ganado sobre Rosewood. ¿Qué te hace pensar que esta vez será diferente?

Esa había sido Rachel, y Hanna se giró para verla, luego, dejó salir una sonrisa que a Brittany le sacó mucho de quicio, y luego se giró a ver a la propia Brittany.

—Antes no estaba Brittany.

Ok. Eso había suficiente.

— ¿Sabes qué? —Se aproximó a Hanna de manera peligrosa y le siseó, harta y enfadada—Será mejor que seas tan buena como dices, porque si de por sí nunca ganaban, ahora menos, Hanna.

Y Hanna no se hacía para atrás.

— ¿Ah, sí? —La retó la otra rubia frente a ella, arqueando una ceja— ¿Quién se encargará de eso?

—Yo.

—Vámonos de aquí, Britt. —Le pidió Rachel.

No se lo dirían dos veces. Salió de esa cafetería a largas y pronunciadas zancadas, pero salió con algo con lo que no había entrado:

Unas inmensas ganas de ganarle a Hanna en las nacionales, y una completa seguridad de que iba a hacerlo. Hanna no iba a ganarle…

Hanna no era mejor que ella.




¿Qué demonios había sido eso?

Ahora, se encontraba dando una larga caminata rápida, tratando de alcanzar a una alterada y aparentemente furiosa Brittany, que caminaba hacia su auto, pero no la esperaba, y caminaba tan rápido que no sabía si podría alcanzarla.

— ¡Hey! —Le gritó, lo suficientemente alto para que pudiera escucharla, pero entre jadeos— ¡Espera!

Brittany sólo se detuvo cuando llegaron al auto. Cuando se giró y la miró, pudo ver que Brittany aún seguía furiosa. Wow. ¿Cuánta furia podría contener en esos ojos? Se veía tan furiosa, que decidió no decir nada más. Brittany tampoco lo hizo cuando se volvió a girar, y con la llave del auto, lo desaseguró y entró en él, seguido por sus dos hermanos. Santana entró también, pero tratando de obtener alguna pista por la cual Brittany se comportaba ahora de esa manera.

Nadie dijo una sola palabra cuando iban de regreso a casa. Bueno, Diego y Valentina iban jugando a cualquier cosa en el asiento trasero y sólo se escuchaban sus risitas y murmullos. Brittany había encendido el reproductor y sonaban leves musiquitas que Santana no se preocupaba tanto por identificar, porque no podía dejar de tratar de descifrar a Brittany. La miraba de reojo en ocasiones, cuando no miraba el paisaje de la ventana, en busca de algún indicio de que se encontraba mejor, pero no, Brittany seguía con su mirada en la carretera, los dos brazos afirmados en el volante -y por el color blanco de las yemas de los dedos de Brittany, deducía que lo afirmaba bien- sus rozados y delgados labios fruncidos y las cejas también, lo que le daba un aspecto… duro. Y la rubia no daba ninguna señal de que le importara su presencia. Eso era extraño, porque Brittany siempre la notaba. Nunca la ignoraba. Hasta ahora, nunca nadie la había ignorado.

Trató de imaginar las razones por las cuales Brittany estaría de esa manera, pero dejó de tratar cuando se dio cuenta de que las razones que le venían a la cabeza eran estúpidas y sin sentido alguno. O bueno, no parecían tan coherentes…

¡Y pensar que la enfadada al principio era ella!

Ok. Bueno, ya podía dejar de ignorarla y comportarse como siempre… ¿Por qué no dejaba ese carácter tan duro, cortante e incómodo? Ese carácter tan… tan como el de… ella. Oh dios. ¿Así era ella siempre? ¿Así se sentía Brittany cuando la trataba?

¡Por fin! Habían llegado a casa y el tortuoso y silencioso viaje había terminado. Al menos, podría hablar un poco con Brittany con la excusa de la tarea. Pero, en ese momento se sorprendía porque… ella jamás había necesitado alguna excusa para hablar con alguien. Si ella quería decirle algo a una persona, sólo lo hacía y ya. Pero ahora, hablar con Brittany se sentía tan… difícil, e incómodo. Además, ¿Qué le iba a decir?

Valentina y Diego se fueron hacia sus respectivas habitaciones mientras Brittany, en medio del recibidor, ni siquiera había dado cinco pasos dentro de él cuando se giró hacia Santana súbitamente y le extendió la mano.

—Necesito tu teléfono. —Le dijo, con la misma fuerte y decidida mirada.

Santana frunció el ceño, confundida.

¿Su teléfono? ¿En serio?

— ¿Qué?

— ¿Podrías prestarme tu teléfono?

Brittany aún la veía fijamente, pero no como en la mañana. Parecía que estaba enfadada con ella, lo que no le ayudaba mucho, porque ni ella misma estaba tan contenta consigo.

Se preguntó si Brittany estaría enfadada con ella por la misma razón que ella.

No. A ella no le interesas.

—Toma. —Se lo sacó del bolsillo trasero del pantalón y se lo entregó sin más— ¿Qué vas a hacer?

Brittany no contestó de inmediato. Santana vio como tecleaba unas cuantas letras y se colocaba el móvil en la oreja. ¿A quién rayos llamaba desde su celular?

—Hola. ¿Kitty? … No, soy Brittany… Estoy con ella. Escucha, llama a Sugar… Oh. ¿En altavoz? Bueno, escuchen, llamen a las demás cheerios y díganles que vengan a casa de Santana cuanto antes. … Sí, las esperamos.

— ¿Qué acabas de hacer? —Curioseó, mientras Brittany le devolvía el celular.

—Junta cheerio.

— ¿Ah, enserio? ¿Cuál es el motivo?

— ¿El que las regionales se encuentren más que cerca no es un buen motivo para ti?

—Brittany, enserio pensé que trabajaríamos en nuestra tarea el día de hoy.

—Eso puede esperar…

¿Esperar?

— ¿Más?

—Escucha. Lo de Pillsbury es para finales de semestre, ¿me equivoco? —Santana negó lentamente con la cabeza, extrañada—Estamos a Octubre. Las regionales son en noviembre, ¿no? —Ahora, Santana asintió con la cabeza—No tenemos mucho tiempo para prepararnos, y la verdad es que hasta ahora, no tenemos nada. Si seguimos así, las de Rosewood nos van a pasar por encima.

—El semestre también se acaba en noviembre, Brittany.

—Esto es más importante.

— ¿Desde cuándo las regionales son más importantes que la escuela?

Desde que me doy cuenta de que no quiero perder contra esa chica.

— ¿Me ayudarás o no?

Santana se mordió el labio inferior inconcientemente. Brittany se estaba comportando… diferente. De hecho, parecía que se habían invertido las personalidades. ¿Cuándo Santana se había preocupado por una tarea escolar, mientras a Brittany le importaba un comino y se fijaba en otras cosas?

Pero ella también era la capitana. No la oficial, pero capitana, y debía comportarse como tal.

Miró a la rubia que tenía enfrente a los ojos, y le dijo:

—Bien. Estoy contigo, Brittany.

Por favor, no hagas que me arrepienta.

Y Brittany la miró directamente a los ojos, y le sonrió. Santana la miró fijamente y se encontró a ella misma deseando que sus ojos pudieran tomar fotografías y así poder guardar esa imagen y poder sacarla cuantas veces quisiera para volver a verla otra vez. Santana había visto muchas sonrisas en su vida; muchas de ellas, falsas; otras, lindas… pero esa, esa definitivamente era diferente. Se sentía realmente diferente. Brittany tenía algo… algo que no sabía qué era, pero le sacaba todas las cosas, actitudes, dudas e intrigas que ella jamás había imaginado sentir siquiera.

Daba miedo, en verdad.

Y Brittany se tomó muy enserio todo. Cuando llegaron las cheerios, ella ya había preparado varias mezclas de música movida para ensayar. Santana esperaba alguna señal de que Brittany quería hablar con ella, pero no hubo nada. Ella en verdad estaba clavada en lo que hacía. Sugar, Kitty y Rachel la seguían, al igual que las demás cheerios. Todas estuvieron de acuerdo en que, si querían ganar, tenían que ensayar duro, porque ya no quedaba mucho tiempo. Santana también lo sabía, pero de alguna manera, su mente no estaba tan concentrada como la de las demás.

Al final del día, quedaron en que ensayarían todo el tiempo. Se irían más temprano a la escuela. Ensayarían entre clases, y al final de estas. Habían hecho grupos de dos y de tres para juntarse en diferentes casas y ensayar nuevos movimientos. Los que fueran eran buenos. Mientras más movimientos tuvieran para escoger, mejor.

Brittany iba muy enserio.

— ¿Puedo salir con Sugar o Kitty? —Preguntó Diego comiendo una manzana, cosa que se le había pegado de Quinn, llegando a la sala con ellas.

— ¿Que acaso no te dije que no nos miraras ensayando? —Le preguntó Santana, en forma de regaño, desde el sillón donde se encontraba recostada. Estaba exhausta.

— ¡A ti no te estaba viendo! —Exclamó Diego, con repulsión— ¡Qué asco!

—Si sabes que Kitty sale con Jake Puckerman, tu compañero de equipo en fútbol ¿verdad? —Preguntó Brittany, recostada en el suelo. Le daba mucha pena recostarse en el sillón, porque le parecía un exceso de confianza, así que se recostó en el suelo, porque de verdad estaba muy cansada, como Santana.

—Entonces saldré con Sugar. —Dijo, triunfante y juguetón.

—Tranquilo, Romeo, que Sugar nunca ha salido con nadie formalmente, y no creo que la impresiones, hermanito. Además, Sugar terminaría odiándome por todas las estupideces que seguro harías.

—Brittany, ¿saldrías conmigo?

— ¡Pff! ¡Suerte con eso!

Eso la sacó de su tranquilidad. ¿Qué había sido eso? Se apoyó sobre sus codos y se giró para ver a Santana, que no la veía, tenía su mirada en el televisor de plasma en la pared, como si lo que había dicho no importara en lo absoluto.

¿Qué pasaba por la mente de esa chica?

— ¿Suerte con eso, Santana? —Repitió, realmente ofendida— ¿A qué te refieres, exactamente?

Entonces, fue ahí donde Santana se daba cuenta de la gravedad del asunto. Dejó de mirar el televisor para mirar a la rubia que se veía realmente enfadada con ella.

—Oh, bueno, ya sabes…—Comenzó a explicarse, haciendo leves ademanes con sus manos—No eres la chica más… adecuada… con la que algún chico querría salir. ¿Me explico?

—No, no lo haces. Explícate mejor.

—Oh bueno…—Comenzó Diego, incómodo, porque el ambiente se empezó a tensar de pronto ahí—Creo que… yo me iré…

— ¿No es obvio? —Saltó Santana, desde donde estaba—Simplemente hoy te la has pasado de un humor horrible. Te la pasaste ignorándome todo el día después de que fuimos al hospital. ¡Eres la chica más complicada que he conocido! ¿Todavía quieres que me explique mejor?

¡¿Que era la chica más complicada que había conocido?! ¡¿A esa chica le hacía falta un tornillo?!

— ¿Complicada yo? ¡¿Complicada yo?! —Alzó su voz, y se puso de pie para ver a Santana mejor— ¡Vaya! ¡La señorita sencillez ha hablado!

Santana detectó el sarcasmo al instante, e hizo lo mismo que Brittany, quedando más o menos a su altura. Bueno, restándole unos diez centímetros…

— ¿De qué hablas? ¡Yo soy muy sencilla!

— ¡Claro! Si tú eres muy sencilla, ¡yo soy la hija perdida de Obama!

Diego bufó y se fue de ahí, resignado a que había sido completamente ignorado. Claro, ninguna de las dos se dio cuenta de eso.

—Escucha, si no quieres escuchar la verdad, entonces no hagas preguntas…

Brittany la interrumpió.

— ¿Humor horrible? ¡Tonterías! ¿Te ignoré? ¡Por supuesto que no! Yo nunca podría… —Se calló.

…Ignorarte. Vamos, díselo.

—Claro que lo hiciste. —Dijo Santana, con la voz notoriamente más baja y desviando la mirada hacia otro lado. Fue casi como un murmullo.

Entonces… ¿Por eso Santana había actuado de esa forma toda la tarde? ¿Tan distante?

Brittany trató de buscar la mirada de Santana, pero la morena simplemente la evitaba.

—Santana… ¿Es por eso que te has comportado tan distante y distraída toda la tarde? ¿Crees que te… he ignorado?

Santana se negaba a verla… y a contestar.

—Santana… ¿Al menos podrías mirarme?

Brittany no esperó a que la chica volteara. No creía que lo hiciera, así que ella la tomó de la quijada y la hizo voltear a verla. Se sorprendió por lo suave que era su piel, aún aunque ya la había tocado antes. Sus ojos marrones se clavaron en ella de una manera que casi le puso la piel de gallina. Eran tan bellos… No podía creer lo fácil que era perderse en ellos.

Y Santana se vio en la incapacidad de mentirle. No podía hacerlo cuando la veía a los ojos. Simplemente no se le venía ahora ninguna excusa convincente que darle. Todo se volvía muy revuelto cuando Brittany estaba cerca. Todo era un… un desastre. Quería dejar de verla a los ojos, porque de esa forma estaba segura de que le inventaría alguna excusa inteligente, pero se encontró a ella misma deseando poder mirar esos ojos por más tiempo. Se sentía como si los ojos de Brittany fueran un imán, y sus ojos fueran el metal. Simplemente los atraía.

— ¿Qué?

— ¿Es eso? ¿Piensas que te ignoré? ¿Qué te estuvo pasando hoy?

—Es que… Hoy… cuando salimos del hospital… —Santana simplemente no sabía cómo comenzar sin sonar estúpida, lo que era irónico, porque en ese momento estaba sonando muy estúpida. Paseaba su mirada por todos lados, pero no encontraba otro lugar para mirar— ¡Ojalá no hubiéramos ido a ese tonto hospital!

— ¿De qué hablas, Santana?

Oh, Santana estaba divagando… ¡y era tremendamente linda!

—Yo lo único que sé, es que en la mañana, al estar aquí, tú y yo… estabas tan bien. Eras tú. Estabas siendo tú. Luego, cuando fuimos al hospital, cuando salimos de esa maldita cafetería, no sé qué demonios pasó, pero algo se movió dentro de ti y te volvió jodidamente fría y distante. Eras completamente lo contrario a ti. Eras completamente chocante, y eso… tú… eras horrible. Eras tan… tan como yo.

Santana sonaba tan sincera y al mismo tiempo… apenada, Brittany pudo verlo en sus ojos. Ella no estaba mintiendo. Además, ese sería exactamente el tipo de cosas que, ella sabía, le ocultaría.

Vaya, entonces sí fuiste una completa idiota con ella.

— ¿”Tan como tú”? —Repitió en pregunta— ¿Eso es lo que piensas de ti?

—Eso es lo que todo el mundo piensa de mí.

Santana no la miró cuando le dijo eso, y se abrazó a sí misma, como si sintiera que tuviera que abrazarse a sí misma porque no había nadie que quisiera abrazarla.

Yo te abrazaría si me dejaras, pequeña.

—Estoy segura de que Quinn no piensa eso de ti, ni Valentina, ni Diego… ¡Y quién sabe cuántas personas más!

Santana seguía sin mirarla a los ojos y Brittany lo único que deseaba en ese momento, era que Santana le creyera. Quería que comprendiera de una vez que había mucha gente que la quería. Quería que dejara de pensar que era de lo peor. Brittany quería que se quisiera.

—Y tampoco yo pienso eso de ti.

Entonces, Santana por fin la miró, con una expresión… ¡Rayos! No sabía cómo interpretar sus ojos en ese momento.

¿Por qué me miras así?

Entonces, Santana rió. ¿Qué? ¿Por qué reía? Parecía que se estaba riendo de algo que sólo ella entendía.

— ¿De qué te ríes? —Le preguntó. A Brittany le pasó por la cabeza de que quizá se estaba riendo de lo último que le había dicho, y eso le hizo sentirse algo tonta, pero no se retractaría, porque era verdad.

Santana agachó la cabeza, aún con una sonrisa ausente.

—Desde que te conozco, no he sido más que una perra fría contigo. Y ahora, se intercambian papeles sólo por un día y yo no puedo ni tolerarlo. Qué jodido ¿no?

Brittany no dijo nada, porque simplemente no podía. De tantas cosas que quería decirle, ninguna salía de su boca. No sentía que lo que decía Santana fuera cierto, sólo era lo que Santana suponía. Era lo que pensaba, y a veces, lo que piensas no suele ser verdad.

Pensó en decirle que no era cierto, que ella no era de la manera en la que se describía, pero supo que no le creería. La idea de que Santana se viera a ella misma de esa manera la hacía enfadar, pero no sabía con quién. No era con Santana. Ella supuso que la hacía enfadar con quién fuera o lo que fuera que había hecho que Santana se viera de esa manera. Se enfadaba, pero no sabía exactamente con qué, o con quién, pero sabía que estaba enfadada con alguien

—Ya no lo haré más, te lo prometo.

Pensaba cumplirlo. Si esa -la que sea que hubiese sido- actitud hacía a Santana sentir de esa manera, jamás la tomaría de nuevo.
Santana la miró a los ojos de nuevo, sólo para preguntarle:

— ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te hizo comportarte de esa manera?

Entonces, a Brittany le cayó el veinte por fin: Santana intuía que su actitud de “perra fría y distante”, como la de ella, tenía una razón. ¡Claro! Nadie era de esa manera sólo porque sí. Santana sabía que su actitud tenía un porqué, sólo que no sabía cuál era ese porqué, de la misma manera en la que ahora le pasaba a Brittany con ella.

A Santana le había pasado algo, algo que la hizo cambiar. De eso, estuvo completamente segura, pero…

Bueno, al menos ella tiene el valor para preguntar.

Pero entonces se dedicó a pensar en la pregunta de Santana. Brittany sabía qué cosa, o quien le había hecho comportarse así, pero no sabía si debía decirle. Hanna parecía alguien importante para ella, y sentía que si le decía lo que en realidad sentía hacia rubia, Santana la dejaría. Era un sentimiento estúpido en muchos sentidos. Pero no podía evitar sentirlo. ¿Qué diablos le iba a decir ahora?

—No quiero perder. —Le dijo.

Eso pareció haber sido suficiente para Santana, que desvió la vista de sus ojos y no dijo nada más, yéndose hacia la cocina, ocultando su mirada.
Pero Brittany sabía que lo que le acababa de decir no era una completa mentira. No quería perder, no contra Hanna…

Sólo que se evitó explicar qué era exactamente lo que ella en realidad no quería perder.

Quizá sea hora de irme.



Y bueno, ahí está. No sé qué más decirles, sólo que espero que les guste, y si no les gusta, díganme lo que no les gusta! Tal vez pueda cambiarlo :)

¡Gracias por leer!

ESTA HISTORIA ME ENCANTA OJALA DEJEN PRONTO TODA ESA MALA LECHE LA BRITTANA Y ACEOTEN QUE SE GUSTAN DE UNA VEZ Y HANNA SI MOLESTA QUE SE FIJE EN EMILY Y DEJE LA FIESTA EN PAZ VAS A PONER FABERRY

Por favor serian tan amables de dejar las evasivas y decirse a la cara que se gustan?

Oh Dios..esta historia se me hace TAN familiar ><
Porfa sigue pronto, me encanta el fic...y solo deseo ver el crecimiento de los personajes y aclaración de pensamientos y sentimientos...


Saludos :)

Bueno no se ustedes pero estoy empezando a sospechar que entre Santana y Hanna paso algo muy fuerte y ese algo fue un romance que no quieren recordar.

Que entre Rachel y Quinn tiene algo escondido.

Que a Santana le gusta Quinn pero no lo quiere admitir porque es su mejor amiga y que a la vez tambien le gusta Britt por su forma de Ser. Y no entiendo porque Valentina como la primera vez no le cayo muy bien Britt y despues es que es ahora que le esta empezando a caer o bueno eso es lo que yo entiendo.

Saludos!

SARAH NILE escribió:ESTA HISTORIA ME ENCANTA OJALA DEJEN PRONTO TODA ESA MALA LECHE LA BRITTANA Y ACEOTEN QUE SE GUSTAN DE UNA VEZ Y HANNA SI MOLESTA QUE SE FIJE EN EMILY Y DEJE LA FIESTA EN PAZ VAS A PONER FABERRY

Me agrada que te guste. La irán dejando poco a poco, por eso no te preocupes. Y... ¿Quién sabe? Quizá sí te escuche con eso de Hanna y Emily. Y sí, habrá Faberry pronto.

Espero que te guste este próximo capítulo. ¡Besos!

Micky morales escribió:Por favor serian tan amables de dejar las evasivas y decirse a la cara que se gustan?

Pues a mí me queda claro que el fuerte de esas dos no es precisamente la amabilidad :S ¡No te preocupes! Eso va a pasar, y te prometo que será bonito. No las tengo esperando por nada. Sé que la espera es horrible, pero valdrá la pena. ¡Pinky promise!

Muchísimas gracias por leer y comentar, Micky :)

Tat-tat escribió:Oh Dios..esta historia se me hace TAN familiar ><
Porfa sigue pronto, me encanta el fic...y solo deseo ver el crecimiento de los personajes y aclaración de pensamientos y sentimientos...


Saludos :)

¿Familiar? ¿En serio? ¿De dónde? A mí también me parece algo... familiar, por así decirlo. Espero que puedas contestarme, porque en verdad me provocaste curiosidad. También espero que te guste el siguiente capítulo :)

Muchísimas gracias por leer! :D

¡Fer Brittana4ever! escribió:Guerraaaaa! Jajajajaja!


Supongo que con mi Britt a la cabeza ganaran verdad?

Que buena que San haya hecho esa similitud de carácter, quizá sirva para que se de cuenta, de lo fría que es a veces.

Una preguntita... Falta poco para que tengamos algo Brittana? Puede sonar impaciente, pero igual ya llevan tiempo dándose vueltas y todo eso...

Como sea, igual te seguiré, ya te lo dije me gusta esta historia.

Besitos! Nos estamos leyendo!

_________________

Hola! :)
Sí, ten por seguro que Brittany dará guerra. Sí, se escuchó algo impaciente, pero no te culpo. Tienes razón en eso, pero siendo sincera, tampoco me gustaría apresurar las cosas. Quiero decir, las dos son dos chicas que creyeron ser heterosexuales toda su vida. Y si bien una ya intuía su orientación sexual, es esa chica de caracter orgulloso y obstinado, y que le importa demasiado el "qué dirán" como para aceptarse. Eso es difícil para muchas.
Te prometo que su acercamiento definitivo será especial. No las tengo esperando por nada, así que, me esmeraré para hacerlo bien, pero sobre todo, coherente. Tampoco haré que se odien un día, y al otro se den cuenta de que se aman con locura. Sería incoherente ¿no?

Gracias por seguir la historia, aún aunque Brittany y Santana no hayan tenido ningún acercamiento de ese tipo. Sé que lo esperan con ansias... ¡No te imaginas cuánto lo espero yo!

Besos a ti también! :D

naty_LOVE_glee escribió:Hola!!!


Dios!! cuanto tiempo!!! Mira que te tardaste he!!, en el tiempo que te fuiste yo ya tengo dos Fics! :) para que veas como ha pasado el tiempo. Ahora ingresé a la comunidad?! de escritoras/adaptadoras Brittana?. jajjaja, no en serio, paso tiempo.......


Me alegra que no nos hallas olvidado, en serio entiendo perfecto lo del tiempo, a veces uno no puede con todo, si te lo diré yo.


Bien algo que tengo que resaltar del cap antes que nada:


AMÉ A BRITT!!!!!!! CON TODO MI CORAZÓN BRITANESCO!!! LA ADORE!!!!


Paso el tiempo pero de nuevo nos sorprendiste con otro magnifico cap! De verdad que me encanta leerte sos lo más!!! Esperaba tu actu!! siempre la espero.


bueno en que estaba......ah! sí!


BRITT TE AMO!!!!! GENIA!!! *se volvió loca? le habla a un personaje ficticio? Sip :p*


En serio me fascino, esa nueva personalidad muy a lo Santana!!! Me hizo recordar a "All Or Nothing" con la diferencia de que esta Britt no era iriente solo indiferente!!!! y atrevida!!! Yeah!!! la adore!!!


Tmb AMÉ a Santana nerviosa y provando un poquito de su propia medicina, por Dios!! fue lo mejor!!!


Yo diría "Toma Santana Para que tengas y repitas!!" haber si se da cuenta de lo dificil que es a veces y que tmb se de cuenta de que Britt puede dejar de tenerle paciencia e ignorarla. Que sienta lo que Britt siente cuando ella es indiferente. Eso me Encanto!!!


Aunque la promesa estuvo de más, si Britt quiere ser Indiferente y volver loca a Santana yo la apoyo sin pestañear!!! Me gusta mucho esa Britt y San se merece más de su propia medicina y así darse cuenta de que Britt puede hacer lo que quiera.


Emily y Britt: *.* Me encanto esa interacción tan cariñosa!!! sip Em es CASI como Santana, y me gustaría que hubiera algo entre ellas, no se, se ven lindas y a Santana le daría algo cosa que amaría más!!!! Pero obvio Brittana Forever!!! Sólo con un Crush de Em hacia Britt y tal vez un piquito me conformo, Ok! No! como quieras vos!! La verdad que me encanta como estas llevando esa relación!


Odie a Hanna!!! Es que es tan irritante y Britt enfrentadola para que deje de mirar a Santana *.*, que lindo de verdad!! Amo esa actitud celosa de la rubia!!! Tmb odie que Santana se tranquilizara solo con la presencia de Hanna y que de nuevo pareciera que Britt no existe cuando Hanna esta presente, ODIO ESO!!!!


La manera en que se le planto Britt!!! "Dale con todo Britt!!!, matala!!!! descuartizala!!! y después envia los restos a las demás secuaces de Hanna!!!" *Ok de nuevo divagando, es que no me contengo :)*


La seriedad con que se lo tomo todo!!! Y San ofuscada por esa indiferencia, lo repito, adoré esa situación que se le presento a San!!!


y OBVIO, PERO RECONTRA OBVIO QUE BRITT NO PERDERÁ CONTRA HANNA!!! Es que no le llega ni a los talones, nuestra rubia es un dulce de leche de persona y Hanna es arrogante y muy irritante para mi gusto!! Hasta la Britt enojada y poniendo los puntos se me hace tan tierna *.*


Un cap hermoso!!!! *me levantaría y te aplaudiría pero bue*




RESPONDIENDO A TU RESPUESTA, jajaj sono gracioso!!


Mató "tenes todo el teclado lleno de razón" Me encanto y a mi teclado tmb :p


Fuera de eso, la verdad sip!! Y es un alivio que vos pensarás lo mismo, porque no me hubiera gustado que salieras con que San ama a dos personas de la misma forma porque simplemente no se puede :)


UN CORAZON BRITANEZCO!!! eso es lo que tengo *.* y si me preguntas a mí, debería llamarse "BRAMCESTO" y no Bram, jajaj es un chiste interno :p, no los odio para nada :p, no hablando en serio arruinaron su amistad, porque la verdad era que yo veía una muy linda amistad allí....... y por las cosas tontas que compartian me parecían hasta hermanos y despues la cagaron bien feo, tanto que hasta yo me dí cuenta que incluso BLAM tuvo más popularidad que BRAM, siendo BLAM solo un Bromance, así que metida de pata para Murphy. UPS!! :P


No me apuro no me apuro, *levanta las manos con signo de inocencia :P* solo que no sabemos nada de Britt y estaría bueno saber más de ella :)


Y sip! sientelo, sientelo mucho!!! *reclama señalando con el dedo acusador :P* fuiste muy mala con eso de los amagues, yo por lo menos no me los imagine, todavía no llego a tanto, pero si los sentí, así que nos debes mucho y cuando dices intensos mi Corazon Brittana se toma un suspiro profundo, esperando!!!


El titulo estuvo perfecto, no entendiste lo que quise decir era que como el cap hablaba de gueritas y la indirecta de San para mi que venia de ese lado a que Britt era una guerrita. Bueno ya con eso.


Si san fuera un panqueque?, dejame pensarlo como por dos nanosegundos, Creo que hasta me como el plato donde venga ella Lol, jajaj fue gracioso.
Pero yo me refería a Santana como panqueque en el sentido de que, bueno no se halla pero aca en Argentina le decimos panqueques a la gente que se da vuelta como uno!


Ok para ser mas exactos es como lo más parecido a la palabra bipolar, por un momento piensa una cosa y por otro momento piensa otra, pero en nuestro caso alguien que es un panqueque esta referido a que alguien pasa de una persona hacia otra, se entiende?, yo lo ponía como ejemplo entre Hanna y Britt, San por un momento parece estar al 100 con Britt y despues aparece Hanna y como que cambia de postura, osea una panqueque. Espero que se halla entendido XD


Yo vi bien las cosas entre las Quinntana! No se tal ves se vera mejor en los prox caps?


Chiquitisimas pistas!!!! Okay!!!!!! Espero tranquila, na mentira si!!!!!!!!


Bueno con respecto al tuteo, es como con cariño, no se si entiende es como con advertencia/cariño, acá es algo así, pero lo tomaste como todo lo contrario :(


Ok ves como te tuteo para no confundir eso :P


Te doy miedo? :p Ok en todo caso sería asesina en serie porque soy mujer! :P, mal chiste jajaj! Bueno no sep, soy argentina, mas especificamente porteña!! y me olvida de algo.......a sip! no soy una asesina en serie, tal vez solo te asesino con la mirada pero nada más halla de eso! :)


Los parciales Bien!!! ahora estoy en finales, osea lo que le sigue, pero que se le hace, a estudiar!


Bueno Stop! siempre escribo y escribo y escribo y nada me alargo un poco XD


Ahora me voy corriendo a actualizar mis dos Fics!!! Estoy en eso y obvio leyendo los fics que mas me interesan, como el caso de este y el de Honor, creo los unicos que leo con toda la atención, porque me encantan!!!


De nuevo gracias por actualizar!!! Espero de nuevo y espero que no tardes tanto esta vez :)


Saludos!! NaT!

¡Lo sieeeento! Estoy consciente de lo mucho que he tardado entre cada actualización. ¡Juro que antes de comenzar a publicarlo, mi vida no era tan ocupada! En serio, antes, tenía tiempo de sobra. Pero al universo le gusta complicarme la vida, y después de Julio, mi vida se colmó de cosas por hacer. Cosas importantes.
¿Es tarde para desearte una feliz navidad y un próspero año nuevo? :S Lo siento, en verdad. Con tantas fiestas y recalentado, me ha sido imposible actualizar. ¡Pero aún no es tarde para desearte un feliz día de reyes! O bueno, si eso también se celebra en tu país :S.
Me encanta que te gusten los caps, y aunque no tenga mucho tiempo para contestar comentarios, ¡ten por seguro de que todos los leo encantada! No te mortifiques pensando que escribes mucho y me da hueva leer, porque no es verdad. Yo amo leer, y si es comentarios (ya sean buenos o malos) sobre mi fic, PUES QUÉ MEJOOOR.

¿Tienes dos fics? ¡Válgameee! ¡Pues dime como se llaman y los comienzo a leer!

¡Juro solemnemente que trataré de actualizar más seguido! En serio, yo sé que me paso :C

Te traigo este capítulo, a ver si te gusta:) ¡Gracias por leer, Naty, y muchas más por comentar!

GabyLopez escribió:Bueno no se ustedes pero estoy empezando a sospechar que entre Santana y Hanna paso algo muy fuerte y ese algo fue un romance que no quieren recordar.

Que entre Rachel y Quinn tiene algo escondido.

Que a Santana le gusta Quinn pero no lo quiere admitir porque es su mejor amiga y que a la vez tambien le gusta Britt por su forma de Ser. Y no entiendo porque Valentina como la primera vez no le cayo muy bien Britt y despues es que es ahora que le esta empezando a caer o bueno eso es lo que yo entiendo.

Saludos!

Enre Hanna y Santana hubo algo, sí. Eso se sabrá más después, porque aún no puede revelarse. Estás muy cerca, debo decir.
Y bueeeeno, tienes una intuición algo desarollada, aunque tampoco creo que fuera difícil de darse una idea, pero... eso de Santana y Quinn... creo que se aclarará todo un poquito más después de este capítulo.

Y buenoo... yo no creo que Valentina haya desarrollado algún sentimiento feo hacia Brittany. Valentina es muy lista. Si bien al principio notaba lo mal que se llevaba con su hermana mayor, no pensaba que fuera una rivalidad seria. Valentina aclaró un poco las cosas con Brittany alguna vez. No creo que se hayan llevado mal alguna vez, sólo que... Valentina es muy perspicaz para su edad.

¡Espero que te guste este próximo capítulo! ¡Gracias por leer y comentar! :D