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Finalizado FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Miér Nov 27, 2013 11:29 am

Hola, a principio de año comencé a escribir mi primer historia sobre Brittana. Aún no está terminada pero ya tengo escrito varios capítulos. Trataré de actualizar por semana, algunos capítulos son muy largos por lo cual los dividiré. Espero les guste, apreciaré mucho que me hagan saber lo que piensan,
El Fic está dedicado a una amiga, ambas somos adictas a los Fic... Esta historia es dedicada para Shaz, mi amiga.
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Miér Nov 27, 2013 11:44 am

La verdad sobre el amor.

Todos piensan que el amor es entre un hombre y una mujer, ¿Por qué sólo quedarnos con esa apreciación? El amor es algo que nace en el momento menos pensado, nos enamoramos de la persona menos imaginada, puede ser que una mujer se enamore de otra mujer. ¿Qué experimentamos cuando eso pasa? ¿Cuáles son las acciones a seguir?
Cuando menos nos imaginamos caemos en la cuenta de que estamos enamoradas, así de simple y tortuosa es la situación, todo tiene sentido en ese instante, esa es la verdad sobre el amor, te enamoras con locura y pasión.



Capítulo 1: conociéndonos.


El sol atravesaba la ventana iluminando mi cuerpo desnudo, me estaba levantando de la cama, a mi lado se encontraba otra mujer, pero dominada por el sueño permanecía inmóvil entre las sábanas.
Al cabo de unos minutos me levanté y me di una rápida ducha, me vestí y salí de la habitación sin despedirme de mi acompañante; bajé por las escaleras dirigiéndome a una amplia cocina donde se encontraba desayunando una mujer de unos 50 años aproximadamente.
- ¡Buenos días nana! –dije.
- ¡Buenos días mi´ja! – respondió ella.
Mientras tomaba un poco de jugo mi nana me miraba fijamente como queriendo reprocharme algo, la miré desafiante como adivinando el posible comentario.
- Santana, ¿cuándo sentarás cabeza? No me gusta esta vida que llevas, acostándote con cuanta mujer ves y encima esa relación rara con esta chica, ni siquiera sé cómo se llama, sólo viene a la casa, entra de noche a escondidas y sale al día siguiente como si nada, para colmo me dice: ¡adiós nana!
Mi nana estaba enfadada, yo estaba cansada del mismo reproche, yo era hermosa y sólo estaba disfrutando de mi juventud, de la manera que mejor me parecía. La mujer a la que se refiere mi nana se llama Marcia, la conocí en un restaurant, Marcia es masajista en un lujoso hotel, una vez fue a almorzar en ese hotel por cuestiones de trabajo y la conocí; esa primera vez ambas nos miramos indiscretamente y sin preámbulos Marcia se ofreció a darme una sesión de masajes de manera particular. Esa sesión se transformó en diversos encuentros furtivos en mi casa, Marcia sólo iba por las noches en busca de placer, cuestión que yo no negué nunca pero dejando en claro que eso no era una relación ni nada por el estilo, simplemente una necesidad física indispensable en mi vida.
- No tengo una “relación rara” con nadie, lo sabes, es sólo sexo; no tengo edad para sentar cabeza, no te apresures nana.
- Tu abuelo preguntó por ti anoche.
- ¿Qué le dijiste?
- Pues te cubrí, le dije que estabas con dolor de cabeza y te habías ido a dormir, por suerte me creyó y no fue a tu habitación. No deberías traer a esa mujer a la casa.
- Yo no la traigo, ella viene sola.
Ante esa respuesta los ojos de mi nana se giraron hacia arriba, yéndose hacia el patio me dijo:
- Ve a hablar con tu abuelo, es algo importante.
Me dirigí a la biblioteca de casa, mi abuelo se encontraba revisando unos papeles en su escritorio, me vio entrar y depositó toda su atención en mí. En esa enorme casa, sólo vivíamos nosotros dos, mi abuela hace muchos años había fallecido al igual que mis padres; ellos se enamoraron muy jóvenes y fruto de ese amor es que nací. Durante años tuvimos una vida plena y feliz, a mis 16 años, todo parecía ser color de rosas, sin embargo mi madre enfermó y tras meses de agonía falleció víctima de una enfermedad cardíaca, mi padre, el imponente empresario Santiago López, se derrumbó ante la ausencia de mi mamá. Se deprimió a tal punto de no importarle nada de su vida, me miraba y no podía creer que yo fuera el fruto de un amor tan grande como el que creó él y mamá, eso me lo dijo un día. Por más que mi abuelo le decía que debía seguir adelante por mi y no dejarse vencer por la tristeza o la melancolía, papá sentía que todo lo que tenía que hacer lo hizo, levantó junto a mi abuelo una importante empresa, aseguró mi futuro, se enamoró de la mujer más hermosa del planeta, me brindó una infancia feliz, y ahora que ya era toda una mujer sabría seguir firme como toda una López.
Papá se encontraba a la deriva sin mamá, y se dejó vencer. Murió unos cinco meses después dejándome al cuidado de mi abuelo, el reconocido señor Gustavo López. Yo no encontraba una razón lógica que explicara todo lo que sucedió en ese año, perdí a mis padres y ni siquiera me consideraba lo suficientemente madura para afrontar todo eso sola, me aferré mucho a mi nana a quien veía como a una abuela e impulsada por mi abuelo me convertí en una importante y reconocida empresaria; me caracterizaba mi belleza y astucia para los negocios, no me dejaba doblegar por nada ni por nadie, era despiadada en los negocios, hombres y mujeres me admiraban, a cada paso que doy cautivo con mi semblante serio y mi miraba intimidante. Los que conocieron a mis padres ven en mí una mezcla perfecta de ellos, la belleza de ambos pero la actitud fuerte e imponente de él, una López con todas las letras.
Siete años han pasado desde la muerte de mis padres, mi abuelo y yo somos la cabeza de la empresa “López & asociados”, en el mundo empresarial somos los reyes de los negocios, todos desean ser socios nuestros, pero sólo algunos lo logran, sin embargo había un hombre que estaba a punto de lograr una hazaña épica al entrar a la empresa y posicionarse como uno de los primeros accionista en “López & asociados”.
- Santana, esta noche tendremos la cena con el nuevo socio, ¿qué opinas al respecto?
- Aún no es socio abuelo, debemos evaluar bien esa unión, si entra será el primer accionista por encima de James Fabray. ¿No crees que eso significa un cambio radical en la empresa? No estoy de acuerdo, no pienso modificar nada, no quiero cambios ni mucho menos perder a los Fabray, Quinn es mi mejor amiga y mi mano derecha en la empresa, no deseo arriesgar nada en relación a ella y a su padre.
- Anoche hablé con él y con Quinn, tú estabas indispuesta y no quise molestarte, pero lo he decidido, tendremos un nuevo socio. Tú misma revisaste las ventajas y desventajas de la unión, nos favorece enormemente a todos, James no tiene problemas con el puesto en la empresa, Quinn menos.
- Abuelo, siento que esta unión generará muchos cambios, no pienso ceder ante nada, déjaselo claro al supuesto nuevo socio.
- Hija, él te conoce ¿quién no? ¡Todo el mundo conoce a Santana López! Sabe cómo eres y está dispuesto a trabajar con nosotros, desde hace años que intenta entrar y no se lo hemos permitido.
- Que me conozca no quiere decir que se acople a nuestras ideas o a las ideas de la empresa.
- Para eso es la cena esta noche, platicaremos con él, analízalo y por favor, sé objetiva, lo conozco desde hace poco pero es un buen hombre trabajador y dedicado, justo lo que necesitamos.
Me fui pensativa a la empresa, esa nueva unión no me brindaba buena espina, en cuestiones administrativas todo era perfecto, las ganancias y el prestigio aumentarían pero había algo raro en todo eso. Pude hablar con Quinn y me quedé más tranquila, el nuevo socio sería el primer accionista pero la ventaja de los Fabray era su habilidad en las leyes, tanto James como Quinn eran abogados y juntos hacían una dupla invencible, factor importante en el éxito de la empresa, ellos resultaban indispensables en cada movimiento que hacíamos con mi abuelo, no realizábamos ninguna acción sin la consulta y aprobación de los Fabray. Inclusive, ellos accedieron a la aceptación del nuevo socio aunque eso significara su desplazamiento de primeros accionistas al puesto número dos. Todo era perfecto, pero algo me hacía ruido y si el río suena, es porque algo lleva.
Llegó la noche y con ella la cena, me vestí sencilla pero elegante. Bajé al comedor y allí lo vi, un hombre de unos cuarenta y tantos años, alto e imponente, su cuerpo era enorme, de joven seguro era un típico muchacho musculoso. Su pelo rubio contrastaba con el castaño color de mi pelo, sus ojos claros resaltaban en la sala y su sonrisa me tranquilizó un poco, aparentaba ser un hombre amable, no estaba nervioso ni asustado, sólo ansioso. Se acercó, me miró con devoción y me dio un abrazo; mi abuelo sonreía, pues nadie me daba un abrazo así porque así. Estaba tiesa ante esa acción, atiné a corresponderle el abrazo y dije:
- Emmm… soy Santana, Santana López.
- Te conozco, te conozco. Soy Harry Pierce– respondió soltándome y mirándome a los ojos–
- Bien señor Pierce, yo…
- Dime Harry, pequeña, “señor Pierce” suena como cuando mi esposa me regaña por algo.
Sonreí ante el comentario, este hombre me agradaba, era particular y poco convencional, tal vez estaba equivocada y sólo lo prejuzgué. Lo invité a sentarse y cenar, ya habría tiempo para hablar de la empresa.
La cena transcurrió tranquila, Harry Pierce no dejaba de hablar sobre anécdotas empresariales que llamaban mi atención y la de mi abuelo, este hombre prácticamente dedicó mucho tiempo al trabajo con el fin de llegar a ser un socio en “la empresa de los latinos” como nos decían. Yo estaba conforme con ese señor, ya no había dudas, él seria socio.
Mi abuelo pidió que nos dirigiéramos a la biblioteca para hablar de negocios, una vez allí pactamos todo lo pertinente a la unión y la firma se haría al día siguiente en una reunión con todos los socios de la empresa. Cuando todo parecía terminar Harry dijo:
- Debo hacer una solicitud.
Miré a mi abuelo, mi mirada decía “nada de cambios”. Pero Harry solicitó que además de él, en la empresa lo acompañaran dos personas de su confianza, ellos tendrían el mismo poder que él en la toma de decisiones dado que representarían entre los tres los accionistas mayoritarios. Mi abuelo dijo que no habría problema con eso pero preguntó quienes eran esas personas, a lo que Harry respondió:
- En primer lugar a mi hija, Brittany, luego a su novio Sam Evans. Los dos han trabajado conmigo en estos años y se merecen su lugar en la empresa.
- No hay problema Harry, todos los accionistas tienen sus “suplentes” por así decirlo- respondí.
Pierce se despidió contento de nosotros, a los dos nos dio un cálido abrazo de despedida ansiando que pasara rápido el fin de semana para empezar a trabajar en lo que era la empresa de sus sueños.
- ¿Viste que una cena sería suficiente Santanita? – dijo burlonamente mi abuelo.
- Sí, es raro, pero me agrada este hombre abuelo.
- Deja ya de pensar, vete a dormir que el lunes será un gran día para López & asociados.
Me besó en la frente y se fue a su habitación, hice lo mismo, recostada en mi cama seguía pensando en que de alguna manera cambios habría en mi lugar de trabajo, se sumaban tres personas desconocidas y esa parte sin control no me gustaba nada, debía manejar todo, conocerlo todo y a todos. Mientras estaba en ese debate mental, la puerta se abrió, Marcia entró y con una mirada pícara dijo: “¿Ocupada López?”. Sonreí y le hice una seña para que ella se posara encima de mí, comencé a besarla y a desvestirla, las luces se apagaron y algunos gemidos empezaron a salir de la habitación, era una noche muy agitada para mí.
………………..
Ese lunes, hice lo mismo que los días anteriores, una breve ducha y dejé a Marcia durmiendo. Entré a la cocina y mi abuelo estaba allí esperándome.
- Debemos irnos hija, menos mal que bajaste, ya iba a despertarte.
Me asusté, mi abuelo no sabía sobre mis andanzas, Marcia entraba a escondidas en la casa, subía a mi habitación por una escalera que daba con la cocina, sólo mi nana y algún agente de seguridad la veían entrar y salir pero ellos jamás le comentaron a mi abuelo sobre eso, yo temía la reacción de él, además como no tenía nada serio con nadie no quería dar esa imagen de mujer promiscua ante mi abuelo. Mi nana me aconsejaba que hablase sobre este tema con él, pues iba a ser peor si él se enterara por otras personas, yo era discreta pero los rumores siempre estaban al orden del día y todos daban por sentado que era lesbiana, pero nadie confirmaba eso, puesto que jamás me había mostrado en pareja.
- Abuelo, me gusta dormir en ropa interior, si alguna vez decides entra en mi habitación, te aconsejo que golpees antes.
- Hija, te he cambiado los pañales, te conozco.
- ¡Abuelo! No es lo mismo, ya no soy una bebé.
- Siempre serás mi bebé, anda, debemos irnos.
Seguí a mi abuelo, él siempre expresaba esa faceta de padre, para él seguía siendo una niña. Juntos llegamos al enorme edificio donde trabajamos. Éramos los primeros en llegar, mi abuelo estaba ansioso por la llegada de Harry, yo sólo pensaba que él exageraba y decidí esperar en mi oficina la llegada de los nuevos socios. Los Pierce llegaron y se dirigieron a la oficina de mi abuelo. Sólo vi pasar a tres personas rubias; tenía hambre así que decidí prepararme algo en la cocina cerca de mi oficina. La cocina era amplia y había una puerta que daba paso a un salón donde había muchas mesas para compartir un buen desayuno o quedarse a almorzar al mediodía. A un costado de la puerta que comunicaba la cocina y el salón tenía un pasillo que guiaba hacia los baños, a lo largo del pasillo en las paredes había espejos, me estaba arreglando el pelo en uno de esos espejos cuando escuché lo siguiente:
- Es genial estar aquí amor – dijo la voz de un chico.
- Papá lo consiguió, no pensé que lo lograría tan rápido – se escuchó una voz femenina.
- Estoy ansioso por conocer a los demás socios, sobre todo a Santana.
- ¿Santana? ¿Quién es ella?
Ante esto quise incendiar todo el lugar con esa mujer adentro, la plática seguía pero alguien se sumaba, era mi secretaria.
- Disculpen, la reunión comenzará en unos minutos, los lugares les serán asignados por la secretaria del señor López.
- ¡Genial! – exclamó el chico.
- En un segundo voy – dijo la chica.
Vi por el espejo que mi secretaria estaba entrando dejando salir a un tipo rubio, y preguntó:
- Disculpa, ¿has visto a la señorita Santana?
- Ummm… –dijo la chica– no sé quién es esa mujer, es mi primer día aquí.
¿Qué?, esto era el colmo, ¿esta chica pretendía trabajar aquí y ni siquiera me conocía?, salí enfurecida del pasillo y me enfrenté a esa persona, era rubia de ojos celestes, alta y esbelta, debo admitir que me quedé un poco embobada por su belleza, ella me miró sin importancia, terminó de beber agua y dijo: “buenos días, permiso” y salió de la cocina como si nada. Mi secretaria me veía pasmada, esa chica prácticamente me ignoró y yo quedé como una imbécil. Nadie me hacía eso.
Entre enfurecida a mi oficina, Carla, mi secretaria, no se atrevía a entrar, sabía que estaba furiosa y cualquier cosa que dijera me haría explotar. Salí y sólo le pregunte si sabía quién demonios era esa rubia, quería confirmar si era la hija de Pierce y en efecto lo era. Me estaban esperando en la reunión, todos los socios se encontraban allí y yo no dejaría que esta chica entrará porque sí a mi empresa.
Adentro todos estaban felices, me vieron entrar y se ubicaron en sus respectivos asientos, me senté frente a la rubia, ni siquiera me miraba y hasta ahí había llegado mi paciencia. Mi abuelo les dio la bienvenida a todos y presentó a Harry, a su hija Brittany y al novio de ella, Sam Evans. Cuando todos estaban por aplaudir en forma de bienvenida me paré y dije:
- No tan rápido, ¿aún no firmaron verdad? Esto es simple, antes de aceptarlos totalmente necesito saber que tanto saben de la empresa, qué tan interesados están, lo digo porque la señorita aquí presente ni siquiera sabe quién es Santana López.
Todos miraron a Brittany, ella entendió que al parecer había cometido algún pecado, una falta terrible que podría costarle el gran negocio a su padre.
- Hija, anoche cenamos con Harry y todo estaba bien, ¿qué es esto? – dijo mi abuelo.
- Harry sabe todo, pero ¿y ella?- dije señalando a la rubia.
Harry sólo me miraba, y me dijo “Ella sabe todo de esta empresa”. Miré a esa mujer y le pregunté “¿Qué tanto sabes?”. Era un reto, la rubia se acomodó en su sillón y comenzó a contar la historia de la empresa desde sus inicios con mi padre y mi abuelo a la cabeza, los detalles más ínfimos lo sabía, los contratos más sobresalientes y las jugadas empresariales que yo había hecho, sólo que cuando hablaba de mi decía “la señorita María López”. Me sorprendió, sabía mi fecha de nacimiento, cuando comencé a trabajar en la empresa y mi primer gran hazaña empresarial conocida como “la movida latina” pues revolucioné todo creando una forma diferente de realizar tratos ganando siempre, sacando ventajas y colocando a López & asociados en la cima comercial. Además de detallar todo eso, tuvo el tupé de decir: “En mis fuentes siempre figuró la señorita María S. López, supongo que esa ‘S.’ es de Santana.”
Quise matarla. Mi abuelo quedó conforme y todos los demás también, me senté y sólo agregué: “Ok, están adentro.” La euforia fue total, se firmó el contrato y trajeron champaña para celebrar. La rubia no me miraba, estaba al lado de su novio y sólo tenía ojos para él, me enfermaba esa situación y decidí salir de allí.
……………………
- No te lo tomes a mal, pero, ¿no conocías a Santana López? -dijo una rubia de ojos verdes.
- La verdad no, no la conocía, Sam siempre me habla de ella, él la adora al igual que mi padre, es una gran empresaria -respondí.
- Con más razón, deberías de conocerla.
- Pues, conozco sus movimientos empresariales y la forma que tiene para trabajar. Al fin y al cabo eso es lo único que importa en los negocios ¿no?
- Mira, soy Quinn Fabray y conozco a Santana desde hace unos años, lo que más le duele a un López es el orgullo y tu acabas de herírselo. Igual, se le pasará pero fue raro ver que alguien no la conocía, ¡en realidad es graciosísimo! Ja
Quinn parecía ser amable, no como Santana, ni siquiera brindó con nosotros, se levantó y salió del salón. No tenía la culpa de no conocerla en persona; mi nuevo trabajo aquí al parecer sería un poco difícil. Miraba a mi padre y estaba feliz, Sam ni hablar, los últimos tres años se dedicaron a planear todo con tal de ser socios de esta empresa, y aquí estábamos, ellos felices y yo siendo arrastrada por la furia empresarial de estos únicos hombres en mi vida.
Santana volvió porque su abuelo la hizo llamar, nos relegaron nuestras obligaciones y le asignaron la oficina a mi padre junto con Sam, frente a la oficina del señor López.
- Yo ¿dónde me ubicaré? – pregunté.
- Tú deberás irte a otro piso, no hay más oficinas aquí – respondió Santana.
- Nada de eso -dijo Quinn- mi oficina es enorme, no hay problema en que la compartamos, a menos que desees una oficina grande para ti sola Brittany.
Santana miró a Quinn y la fulminó con esa mirada, yo acepté el ofrecimiento de la rubia, pues no quería estar sola, además el sólo hecho de provocarle un enfado a la latina me divirtió un momento.
……………………………………
Esa rubia se estaba saliendo con la suya y no me gustaba nada. Necesitaba irme de ese lugar, vi que Harry no estaba en su oficina, mi secretaria me dijo que ellos se habían ido y que mañana harían el amueblamiento de su oficina. Decidí invitar a Quinn a salir esa noche a alguna discoteca o bar, entre diciendo: “Quinn, salgamos esta noche, ¡necesito tener sexo!”, la rubia me miró sorprendida, pero no era mi rubia amiga, sino Brittany. Yo quise esconderme pero ¡no sabía dónde! Ya demasiadas estupideces había hecho en el día y esta chica era testigo de cada una de ellas. “Quinn no está” dijo amablemente. “emmm… sí, ya me di cuenta” contesté y en ese preciso instante hizo su aparición mi amiga querida.
- ¡Santana! ¿Qué sucede?
- Vine a invitarte a salir esta noche, ¿qué dices?
- Saldré con Rachel, pero podemos ir las tres ¿verdad? Brittany, ¿te sumas?
Miré a Quinn asesinándola, Brittany notó eso y respondió que no podría ir ya que tenía otro compromiso. Mejor, no me apetecía estar en un lugar junto a ella, menos en un lugar donde pretendía divertirme.
- Bueno. Las espero en casa tipo nueve de la noche, puntuales Quinn.
- ¡Ahí estaremos San!
Toda la tarde Quinn se la pasó divirtiéndose con Brittany, movían los muebles de un lado a otro, pusieron unos cuadros por un lado y plantas en las ventanas, la secretaria de Quinn se unía a ese movimiento y yo, me estaba irritando, me molestaba la presencia de esa rubia desconocida. Por la ventana de mi oficina podía ver todo lo que ocurría en la oficina de mi amiga, decidí cerrar las persianas y perder ese contacto visual.
Al momento de irme vi que la remodelación había terminado, el escritorio de Brittany quedaba al frente del mío, si las persianas de mi ventana estaban abiertas, ambas podíamos vernos sin dificultad, esa idea no me gustó mucho. Escuché que Quinn se iba, lo que me sorprendió fue su despedida:
- Adiós Santana, nos vemos luego, adiós Britt.
- ¡Adiós Quinnie!
¿Britt?, ¿Quinnie? no llevaban ni horas de conocidas ¿y ya tenían esa complicidad?
Mi amiga se iba y en ese momento llegó Sam, me saludó y le dio un beso a su novia en los labios, ella parecía contenta, se tomaron de las manos y se fueron juntos. Me tendré que acostumbrar a esto, me estaba arrepintiendo de esta unión.
Llegué a casa cansada, me duché y me estaba preparando para mi salida, ni aún cansada dejaría de salir. Estaba desnuda, sólo una toalla cubría mi cuerpo, me estaba por maquillar cuando veo entrar a Marcia en la habitación.
- Vienes temprano, ¿pasa algo?- pregunté.
- No, nada malo, decidí llegar antes. ¿Estás por salir?
- Iré a bailar con Quinn y Rachel.
- ¡Genial! ¿Puedo ir?
- Preferiría que no, y no me esperes, puede que llegue con otra persona, ya te expliqué, no te hagas ilusiones conmigo.
- Lo sé Santana, sólo pensé que podríamos pasar un buen rato juntas.
La miré y no me dejó decir nada más, me besó y me quitó la toalla, cuando estábamos por consumar el acto sexual oí la voz de mi abuelo “¿Santana está en su habitación?” le preguntaba a mi nana, no oí lo que le respondió pero en un abrir y cerrar de ojos logré cambiarme con unas prendas que tenía a mano. Sentí el golpe en la puerta y abrí. Mi abuelo vio que estaba acompañada y dijo:
- Santana, hija, no sabía que estabas con alguien.
- Es una amiga, estábamos charlando.
- Ok, no las interrumpiré, baja a cenar e invítala, tenemos visitas.
- No cenaré aquí, ya quedé en salir con Quinn y Rachel.
- Ellas también pueden cenar aquí, haz que vengan. No tardes.
Mi abuelo siempre me dejo hacer lo que yo quisiera, pero cuando se ponía testarudo era mejor no contradecirlo, y por sus palabras, no deseaba que estuviera ausente en la cena.
Marcia se veía contenta, pero yo acabaría con eso, “Ni lo sueñes, tú no te quedas.”
Mi nana me avisó que Quinn y Rachel ya estaban abajo junto a los demás invitados, me esperaban. Marcia bajaba junto conmigo y ¡vaya sorpresa! Los Pierce en mi sala, Sam y mis amigas. Salí con mi acompañante por un pasillo en dirección a la puerta de salida, ella me miraba enfadada y dijo:
- Es sólo una cena Santana.
- No te quedarás, no te ilusiones porque aquí termina todo, lo sabes.
- Sólo soy diversión para ti ¿verdad?
- Oye, desde el primer momento dejé en claro que no me involucro sentimentalmente con nadie, lo sabías, no me vengas con estos planteos ahora; además, eres tú la que me busca, no yo.
Ella me miraba desafiándome, estaba en desacuerdo con lo que le decía pero sabía que era la verdad, algo me decía que debía parar esto que tenía con ella, antes de que complique mi vida.
- Mañana vendré, espero estés de humor linda.
Me besó cerca de mis labios y salió. Vi que a lo lejos Brittany vio todo aquello. Esto no podía estar pasándome. Tan discreta que soy y al mínimo descuido me dejo ver, encima con ella. Uff, ¿Qué haría ahora?
Entré a la sala y ella me ignoraba, pensé que me fulminaría con su mirada pero me equivoqué. Tal vez no vio nada y es mi paranoia la que me hace imaginarme cosas.
- Santana, ella es Nicole Pierce, la esposa de Harry.
- Santana López, un gusto en conocerla Nicole.


- Mi esposo y mi yerno en estos últimos años no han dejado de hablar de ti, créeme, sé bastante cosas tuyas.
Sonreí, al parecer era una especie de obsesión para esos dos rubios. Miré a mis amigas y decidí presentarlas.
- Les presento a mis amigas, ella es Quinn, trabaja conmigo en la empresa, es abogada. Y esta pequeña es Rachel Berry, cantante y actriz.
Todos sonrieron pero Brittany habló:
- ¿Rachel Berry? ¿La actriz de Broadway?
- Sí, la misma, ¿me conoces? – dijo la enana.
- ¡Sí! Bueno, no pude ir a ver alguna función en el teatro pero tu nombre es reconocido en el medio, es un placer poder conocerte en persona, tienes una voz privilegiada, me han dicho que eres muy talentosa.
Berry estaba más que orgullosa por las palabras de la rubia, se sonrieron y comenzaron a platicar de canciones y coreografías, Quinn también aportaba lo suyo en esa charla, yo sólo me limitaba a escuchar. ¿Cómo es que Brittany sabía cosas de Berry si no se crió en la ciudad? Porque la familia Pierce hizo su fama empresarial en Ohio, muy lejos de New York. Tal vez Rachel realmente estaba adquiriendo su tan anhelada fama como actriz.
Sam se acercó y comenzó a platicarme cosas de la empresa, en realidad lo que me contaba no era muy emocionante, me sorprendía su enorme boca, su tono de voz era leve y su pelo se caía por su rostro a cada instante, acción que él corregía acomodándose esos mechones rebeldes con sus manos. Lo miraba y era un poco atractivo, una especie de Justin Bieber versión grande, sus músculos se notaban en ese traje que usaba, pero ella, Brittany, no era para él, algo no encajaba ahí, sin embargo parecían felices ambos. Mientras él me hablaba le lanzaba miradas furtivas a su novia y ella correspondía con una sonrisa tierna, como aprobando nuestra plática.
Mi abuelo contaba historias de su vida provocando la risa del matrimonio Pierce, todos disfrutaban la velada menos yo, deseaba irme de allí, sin embargo, aún faltaba cenar. Luego de unos minutos, mi nana anunció que pasáramos al comedor y nos ubicáramos donde más cómodos nos sentíamos. Mi abuelo se ubicó en la cabecera, invitó a Harry a sentarse a su derecha y a Nicole a su izquierda, Brittany se sentó al lado de Nicole y Sam al lado de Harry, Quinn se ubicó al lado de Sam y Rachel a su lado, no me quedaba otro lugar que al lado de la rubia. Me senté pero estaba incómoda, no deseaba estar allí; me disculpé y fui a la biblioteca para despejarme un poco. Ni bien entré, mi abuelo entró ahí un poco enfadado.
- ¿Qué te sucede?
- Nada, sólo que… - no pude decir nada, ¿qué mentira podría decirle?
- No eres así mi’ja, sea lo que sea déjalo aquí y sal a cenar.
- No me gusta que me obligues a hacer cosas que no deseo abuelo.
- ¿No te gusta comer? Sólo te pido que comas.
- Me pides que cene junto a esa gente que no conozco, eso me molesta, ni me lo consultaste, sólo me lo has exigido. Tenía planes, me cambiaste todo.
- ¿Dónde está la otra chica? ¿Marcia? Santana, yo tampoco conozco a los Pierce, para eso es la cena, para conocerlos. Eres mi nieta, la única, no me defraudes, sal y compórtate como una López, carismática y condescendiente. Los Pierce son importantes para nosotros, no lo olvides.
- Maldito el momento en que acepté esa unión -dije un poco ofuscada.
- ¡No maldigas en mi biblioteca! -dijo enojado- y no mezcles trabajo con cuestiones personales, tu orgullo fue herido por la hija de Harry, ya supéralo. ¿Entendido?
Lo miré enojada, iba a contestarle pero entró mi nana diciendo: “¡No discutan y vayan a comer que esas personas están pálidas y seguro es porque no han probado comida como la gente, no crean que cociné para luego tirar todo a la basura!”
Mi nana sabía que si seguíamos discutiendo todo se nos iría de las manos, pues ambos somos testarudos y siempre queremos tener la razón; ella servía como juez al momento de separarnos en alguna discusión. Parecíamos dos niños regañados por su madre; le hicimos caso, salimos de la biblioteca y nos dirigimos al comedor como si nada hubiera pasado. Menos mal que no seguimos discutiendo, no sabía que podría decirle sobre la ausencia de Marcia pero me dolió lo que dijo de mi orgullo, él me reprocha pero bien que él es peor que yo cuando su orgullo es tocado, soy un reflejo de él y no se da cuenta.
Mi nana era una experta en la comida, nos hizo uno de sus mejores platillos, “Una especialidad de mi tierra”; siempre dice eso en cada comida. Ella era oriunda de México y vaya que cocinaba riquísimo. A todos les gustó la cena y ella estaba orgullosa por tantos halagos recibidos.
A pesar de la rica comida, ya quería irme y temía que mi abuelo no aprobara eso, por suerte fue Rachel la que propuso irnos a algún bar, invitaron a Sam y a Brittany pero decidieron no ir. Mientras me iba con mis amigas la rubia me miró, supuse que mi comentario en la oficina le hacía ruido pues quería salir sólo para tener sexo. La miré y ella desvió su mirada a su novio. Mi abuelo no se despidió, simplemente me miró desaprobando mi actitud pero yo no iba a ceder, no me quedaría ahí soportando a Brittany. Nos despedimos de los Pierce y partimos al bar, era un lugar estupendo, bailamos y tomamos unas copas, mis amigas estaban a los besos, pues sí, Quinn y Rachel eran pareja, en la empresa la mayoría lo sabía y la gente allegada a Rachel también, sus fans se lo tomaron bien pues ella con su declaración dejó admirados a todos, dijo que estaba enamorada y esa persona era la razón de su existir, “Soy como soy, y amo a Quinn” Fueron sus palabras y desde ese momento no le importó lo que le decía su representante y algunos aduladores que no aprobaban esa relación; veían a Quinn como una abogada demasiado seria y apagada, personalidad que no le favorecería a la futura sucesora de Barbra Streisand, pues “necesitaba a su lado a una estrella como ella”. Lo que no sabían es que mi rubia amiga se convirtió en una cursi enamorada, tan tierna y dedicada a su pareja que era capaz de cualquier cosa por Rachel. Esa actitud protectora fue lo que conquistó el corazón de la pequeña estrella. Jamás pensé que este par terminarían juntas, si hasta planes de convivir tienen. Yo estoy feliz por ellas, se nota que se aman y que lo que tienen durará eternamente.
Las veía desde la barra, tan felices juntas y sinceramente, nunca estaría con una persona en esa situación, yo era algo de una sola vez, quería eso, nada de compromisos, nunca estuve de novia con nadie y esa racha no pretendía cambiar por nada ni por nadie. Mientras estas ideas rondaban mi mente, una chica me miraba coqueteándome, le di mi mejor sonrisa y se acercó. Esa chica terminó en mi cama una hora después, tuve sexo con ella casi toda la madrugada, realmente quedé satisfecha.
La chica seguía durmiendo a mi lado y ya era hora de que me fuera a trabajar. Me bañé y me alisté, salí de mi habitación procurando que ella no se despertara y saliera como si nada, pues mi abuelo la vería y pediría explicaciones que realmente no tenía. Entré a la cocina y no había nadie, me serví un poco de café y mi nana apareció.
- ¿Trajiste a otra mujer? –dijo enfadada.
- Si, sólo has que la lleven a su casa cuando se despierte.
- ¿Cuándo sentarás cabeza hija?
- No empieces nana, no ahora.
- Ok, ok, ok… Tu abuelo ya se fue, ¿por qué discutieron anoche?
- Por nada importante, tú sabes nana, ninguno se dará por vencido en nada.
Ella se persignó y le pedía a Dios paciencia para soportarnos. Me le acerqué y le di un beso en la frente, no sería nada sin ella, a pesar de todo la respetaba mucho y haría lo que sea por ella pero no podría satisfacerla en ese deseo de verme “sentar cabeza”. La dejé en la cocina y me fui a la empresa, todos ya estaban allí. Iba a ser otro día largo.
Entré a mi oficina y comencé a trabajar, luego de unas horas entró Quinn.
- ¿A dónde te fuiste anoche San?
- Mientras tú y tu noviecita se estaban besando me fui a casa, me aburría estar sola.
- ¿Y quién te acompaño esta vez?
- No sé cómo se llama, pero la pasé bien.
- Umm… ok, ok. Anoche en tu casa no parecías contenta, ¿por qué no te cae bien Britt?
- ¿Britt? -dije irónicamente- ¿ahora son amiguitas?
- Me cae bien, es una chica muy buena e inocente, deberías conocerla mejor. Lo que pasó en la reunión no es de importancia San, tu ego sigue alto, sigues siendo Santana López.
- Mira, deja de lado ese tema, estas peor que mi abuelo; anoche discutí con él.
- ¿Qué pasó? Cuéntame San…
- Me reprochó lo mismo que tu, mi orgullo y todo eso, pero soy su nieta, es decir, soy su reflejo, además me obligó a estar en esa cena y…- me interrumpió y dijo:
- ¿Qué demonios te molesta? ¿Acaso todo eso no es por tu orgullo? Ya déjalo ¿Sí?
- Solo por ti ¿Ok?, haré un esfuerzo para llevarme bien con ella en la empresa, sólo en la empresa, nada más.
Fabray tenía razón, era mejor dejar de lado eso porque sino todo terminaría mal, ella me abrazó y me dio un beso en la mejilla, se fue contenta de mi oficina, la vi como bromeaba con Brittany, se llevaban bien pero ni crea que yo seré igual. Decidí seguir trabajando, tenía que cerrar un trato muy importante con unos empresarios de Inglaterra y eso se me estaba complicando, hace meses que vengo trabajando en esto. No me di cuenta de la hora hasta que Carla, mi secretaria, me aviso que ya era mediodía, hora del almuerzo y hora en que la mayoría se va a comer algo por ahí o bien se quedan en el salón al lado de la cocina. Generalmente todos salían, quise hablar con mi abuelo pero se iría a almorzar con un socio. No tenía ganas de salir pero alguien me hizo una propuesta: “Santana, ¿Almorzarías conmigo?”. Miré a esa chica y sonreí, era Fabiola, una exitosa abogada, trabajo conmigo en un contrato importante unos meses atrás. Fue un contrato difícil pero con su asesoramiento tuve éxito y esa noche el festejo fue igual de satisfactorio como lo fue trabajar con ella. Le ofrecimos que trabajara para la empresa y no quiso alegando que era libre y unirse a nosotros la ataría a un único jefe y no quería eso. No insistimos pero aquí estaba, sólo que era otra la situación; por lo que había pasado entre nosotras esa vez, ya no quería que trabajara en la empresa.
Brittany salía de su oficina acompañada de Quinn y Sam. Quinn la saludó con un beso:
- ¡Hola Fabiola!
- ¡Hola Quinn!, ¡Hola Britt!, ¡Sam! ¿Qué tal?
- ¿Se conocen? – dijo Quinn.
- Sí, - dijo Fabiola- he trabajado con los Pierce, gran trabajo ¿no Britt?
- Así es, ¿trabajas aquí? –preguntó Brittany.
- Quizás trabaje aquí, depende de Santana.
Todos me miraron, no sabía que dependía de mí, pero si era así, pues mi respuesta era no.
- ¿Por qué depende de mí? -dije.
- Eso dijo tu abuelo, él no hace nada sin consultarte.
- Ja, ja, ja –dije irónicamente- sí claro.
Quinn me mató con su mirada, tenía que aclarar eso:
- En cuestiones de la empresa sí me consulta, aún no lo he hablado con él, pero veremos.
- Fabiola es muy competente, deberían contratarla. – agregó Brittany.
- Ya tenemos abogados, pero veré que puedo hacer.
Fabiola sonrió y dijo “¿Almuerzas conmigo?” estaba por responder que sí cuando Sam dijo “¿Qué tal si vamos todos?” todos dijeron que sí, menos yo. Brittany me miró y no dijo nada, Fabiola y Quinn querían hablar.
- ¿Estás ocupada Santana?- dijo Fabiola
- Sí, bastante ocupada, en otra ocasión será.
Todos se dirigían al ascensor y yo a mí oficina, Quinn me agarró del brazo y por lo bajo me dijo: “¿No qué dejarías de lado el orgullo?” La miré y vi como los demás esperaban a mi amiga, “Lo dije, pero tampoco pretendas que lo haga hoy, dame tiempo, ahora vete, te esperan tus ‘nuevos amigos’, vete.” Quinn se iba pero se arrepintió y volvió sólo para decirme “¡No me digas que estás celosa López! Ja, ja, ja ¡Te amo! Nos vemos más tarde.”
Maldita, no pude decirle nada pues salió corriendo, pero me las pagará. Ahora tenía otro problema en mente, mi abuelo quería contratar a Fabiola, por la forma en que me miró deseaba repetir lo de esa noche o buscar algo más. Ninguna de las dos opciones era de mi agrado.
Mi abuelo regresó después de un par de horas y decidí hablar con él.
- Tenemos que hablar abuelo.
- ¿Sobre qué?
- Fabiola habló contigo para trabajar aquí, dijo que la decisión dependía de mí. ¿Es eso verdad?
- Es una mujer competente y me gusta su manera de encarar los temas, me gustan sus ideas, sabes que la quiero en la empresa, ella no aceptó aquella vez pero sea lo que sea que la hizo volver lo agradezco y no pienso dejarla ir. Volvió sola, algo hay aquí que le gusta y no encontró en otro lugar. Te lo consulto porque eres mi mano derecha Santana, pero no tengo dudas, quiero que trabaje aquí.
- Si tanto deseas eso pues contrátala, pero sólo trabajará para ti, yo ya tengo mi abogada y a esa loca no la cambio.
- Está bien. ¿Estamos de acuerdo entonces?
- Sí. Con respecto a lo de anoche…
- No digas nada, tienes razón, eres igual que yo, una López y capaz yo hubiera reaccionado peor que tu, sin embargo mi’ja, fue un leve error, Britt es una buena chica. Me agrada.
- ¿Britt? ¿Desde cuándo tu tan cariñoso?
- Ella me pidió que la llamara así. No seas celosa ¿ok?
¡Maldita sea! Hasta mi abuelo la quería, no sé si seré capaz de soportar todo esto, hay algo que no me agrada de esta situación, siento que perderé el control de todo, algo está por cambiar, lo presiento y no me siento cómoda con esta sensación de incertidumbre. Quizás he estado canalizando mi descontento en ella, no lo sé, pero me sentía mal, desenfocada y cansada.
- ¿Cómo vas con el contrato nuevo?
- No he avanzado mucho, me está costando, pero lo tendré listo para la próxima semana.
- Lo necesito antes.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Hay otra oferta, nos podrían ganar, no creen en nosotros, piensan que porque somos latinos somos unos inútiles. Convence a esa gente Santana, no quiero perder este contrato.
Estaba perdida, como sea debía arreglar esto, ese negocio se cerraría y sería a través de mi intervención. Toda la tarde estuve encerrada en la oficina, cerré las persianas e intenté concentrarme, le daba vueltas y vueltas y no lograba armar una buena estrategia. Mi secretaria no me molestó por nada, sabía que cuando me encerraba nadie podía molestarme, sino las consecuencias serían enormes. El hambre me acechaba, decidí irme a casa a comer algo preparado por mi nana, ya se me ocurriría algo bueno para estos ingleses. Salí de mi oficina y Brittany me vio, sonrío y siguió leyendo unos papeles, tenía una sonrisa llamativa, dulce, tierna. Tal vez Quinn tiene razón y es realmente una buena chica.
Llegué a casa y mi nana comenzó a prepararme la comida, estaba en la biblioteca pensando en una estrategia para este negocio. Mi nana entró con la comida y me dijo:
- Acaba de llegar tu dizque amiga, se fue a tu habitación.
- ¿Marcia? Umm, has que se vaya, estoy trabajando.
Mi nana me miró con sus ojitos brillosos y le dije “Que no quiera estar con ella ahora no significa que siente cabeza, no te ilusiones.” Salió de la habitación refunfuñando, yo sólo me reía. Ella nunca cambiaría, desde hace tiempo que desea verme en pareja o casada, pero nada de eso iba con mis planes a futuro.
No avancé en nada con mi trabajo, las horas pasaban y seguía estancada. Cuando decidía trabajar en casa mi nana me hacía unas galletas especiales, son riquísimas, no había probado antes unas galletas como esas y esta vez no sería la excepción, me estaba consintiendo. Me dijo que Marcia no quería irse; decidí subir y decirle que se fuera, no hizo ningún berrinche pero cuando estábamos por bajar las escaleras mi abuelo entró en la casa. La parte de las habitaciones en la planta alta estaba conectada con dos escaleras, una que daba a la cocina y la otra a un pasillo que comunicaba a la biblioteca, la cocina, el living-comedor y el patio. Mi abuelo estaba por entrar al pasillo, entonces bajé con Marcia por la escalera de la cocina.
- El abuelito ya me conoce, no hace falta que me escondas Santana.
- Es mi abuelo, no el tuyo, no quiero que te vea por aquí seguido.
- Ok, pero lo de esta noche me la debes.
Salió de la casa dándome un beso en los labios. Me aseguré que se subiera al auto y se fuera, los chicos de seguridad la dejaron salir y eso me alivió un poco, frente a la casa teníamos una distancia como de cincuenta metros desde la calle a la casa propiamente dicha, en ese espacio mi nana creó un lindo jardín que sólo ella cuidaba, allí se encontraban tres hombres de seguridad que controlaban el ingreso de cualquier persona. Marcia podía pasar porque yo lo permitía, a pesar de todo, la pasaba bien con ella.
Me fui a la biblioteca y allí estaba mi abuelo conversando con alguien, era Brittany, Brittany comiendo mis galletas, mi nana a su lado ofreciéndole mis galletas. Miré ese cuadro y sólo dije:
- Hola… Nana, ¿esas son mis galletas?
- Santana hija, -dijo mi abuelo- a Britt le gustan las historias de Poe y también las de Rodolfo Walsh. ¿Puedes creerlo? Le prestaré unos libros, los que leíamos juntos, ¿recuerdas?
- Ok…
Miré a Brittany y ella sólo sonreía, “Tu nana hace unas galletas exquisitas, te envidio Santana.” Expresó; mi nana la besó y se la llevó a la cocina, mi abuelo como un nene estaba recolectando los libros para ella, me pidió que lo ayudara y entre los dos hicimos una linda recopilación. Jamás lo había visto tan emocionado, él tenía raros gustos en sus lecturas y compartir eso con alguien lo apasionaba, primero fui yo, recuerdo que pasábamos tardes enteras leyendo cuentos policiales, tratando de resolver misterios y crímenes. No sabía que Brittany tenía esos gustos también.
Fuimos a la cocina y mi nana le estaba haciendo probar un montón de cosas a Brittany, mi abuelo le entregó los libros y le dijo que el chofer la llevaría a su casa.
- ¿No se quedará a cenar señorita Britt?
- Hoy no, pero en otra ocasión puede ser.
Ella sólo sonreía, era una característica suya al parecer, su sonrisa dejaba atontados a todos, era linda, eso no lo podía negar. Lo que llamó mi atención fue que mi nana la llamó “señorita Britt”, todos se dirigían a ella con ese diminutivo, inclusive mi nana.
Brittany se fue de casa con unos libros y varios frasquitos con dulces hechos por mi nana. Cené con mi abuelo y decidí ir a dormir, porque mi trabajo no avanzaba quizás con un descanso todo fluiría al día siguiente.
………………………..
Estaba desayunando cuando mi abuelo entró a la cocina y me dijo:
- Hija, quiero que trabajes más con Britt.
- ¿A qué te refieres específicamente?
- Que sean más unidas en el trabajo, con Harry me llevo bien pero tú podrías acercarte a ella y ver su forma de trabajar, no es que desconfíe pero esa chica es muy astuta y junto a ti harían grandes cosas.
- ¿Me estás pidiendo que considere hacer eso o directamente me obligarás?
- No quiero obligarte a nada, pero es una manera de trabajar con el socio mayoritario, te estoy pidiendo que hagas lo mismo que hiciste con Quinn, como ella es la hija de James te pedí que se unieran más y ahora mírate, son grandes amigas y excelentes socias, lo que te pido es que hagas lo mismo con Britt ya que ella es hija del socio mayoritario.
- Ok, ¿acaso tengo otra opción?
- No, pero todo saldrá bien, ya lo verás.
Me besó y se fue, mi nana me acompañaba en el desayuno, aproveché para preguntarle que le parecía Brittany y me dijo:
- Es una niña buena, anoche mientras entraba vio salir a esa mujer, pregunto que quien era y le dije que no sabía pero que no diga nada porque al señor López no le gusta que entre gente desconocida a la casa.
- ¿La vio?
- Sí, pero no se dijeron nada, solo se miraron un instante. No veía bien en la oscuridad pero yo ya sabía que era la hija del señor Pierce, pues se parece mucho a él, un hombre así de guapo no se olvida fácilmente…
- ¡Nana! ¿Te enamoraste de Harry? Umm... je, je.
- ¡Ay mi’ja, la belleza se hizo para admirarla!
- Ja, ja, ja.
- En fin, como la conocía le dije “Pase señorita Pierce” y ¿sabes lo que me dijo?
- No… -contesté.
- Me dijo que no le dijera así, que la llame Britt. Es una ternura esa niña, una novia así deberías buscarte Santanita.
- Estábamos bien nana, ¿por qué sacas ese tema?
- Sólo quiero lo mejor para ti mi cielo.
- Ok… ya me voy.
- ¿Traerás a cenar a Britt?
- Umm… lo pensaré.
Me fui a la empresa rápido, Brittany había visto a Marcia de nuevo, esto levantará sospechas, espero no sea una de esas chismosas y le comente algo indebido a mi abuelo. Tenía que hablar con Quinn sobre esto.
Llegué a mi oficina y le pedí a mi secretaria que hiciera llamar a Quinn, ella llegó y le conté sobre mis sospechas acerca de Marcia y Brittany.
- Ella no dirá nada, no es así.
- ¡Apenas la conoces Quinn!
- Pues es una chica muy transparente, ayer prácticamente nos contó su vida, deberías darte el gusto de conocerla.
- Mi abuelo me pidió que me acercara más a ella.
- Es genial, sé que te caerá bien, sólo date el tiempo de tratarla.
- Ok, confiaré en ti y en tu nueva amiguita, ¿cuándo nos juntaremos a jugar? -dije irónicamente.
- No te pases López, tus juegos son raros, pobre Britt…
- ¡Cállate “Quinnie”!
- ¿Estás celosa Santana?
- No, sólo que te involucras muy rápido con ella, y no la conoces.
- Te dije que es súper transparente, ya dejemos de lado este tema y cuéntame, ¿Fabiola trabajará aquí? Ayer por poco y no se te lanza encima.
- Mi abuelo la contratará, trabajará para él.
- Espero no estés pensando en acostarte con ella de nuevo.
- Oye, con quien me acueste es mi problema, tu ocúpate de tu cama que yo lo haré con la mía. Pero ya que tocas el tema, no pienso hacer nada con ella, no me interesa.
- Ok San, te creo. Hey, ¿has considerado hablar con tu abuelo sobre esto?
- No, ¿por qué debería hacerlo? Pensará que soy una promiscua.
- Bue, lo eres mi querida San, tal vez hablándolo con él te controles y no sigas acostándote con cualquiera.
- ¿Qué eres para mi nana? No le diré nada, es algo mío y ya te dije, de mi cama me ocupo yo.
- Está bien, no te molesto más. ¿Salimos en la noche?
- No podré. Aún no puedo organizar nada para los ingleses. Eso me tiene un poco intranquila.
- Relájate San, no por nada te apodaron tus acciones como “la movida latina”.
Mi amiga tenía razón, sólo debía concentrarme y la estrategia saldría sola.

…………………………………….

Veía a Santana desde mi escritorio, hablaba con Quinnie, parecía enojada por algo pero a la vez angustiada, no se percató de que la estaba observando, realmente me llamaban la atención sus facciones y su color de piel, tan contrastante con la mía. Quinnie me dijo que ella es una persona de carácter fuerte pero que en el fondo es realmente una gran persona. Anoche la vi y parecía cansada, no le gustó que comiera sus galletas, eso me pareció tierno, es como una niña. Lo que también me llamó la atención es esa chica, si no me equivoco es la misma chica que vi en la cena aquella noche, ella la besó cerca de sus labios y a Santana eso no parecía molestarle.
- Amor, tu padre quiere hablarte, ven a la oficina.
Sam dijo eso desde la puerta de mi oficina, lo seguí y entré a la oficina de mi padre, mi novio no entró y eso me parecía raro.
- ¿Sucede algo papá?
- Princesa, ayer estuve hablando con Gustavo, me pidió que hablara contigo así trabajes junto a Santana.
- Papá, con Santana apenas nos saludamos, no sé si será buena idea, no quiero entrometerme en sus asuntos, a ella le gusta trabajar sola, lo sabes.
- Hija, conoces como trabaja ella, sé que podrás aprender bastante a su lado, Gustavo cree que Santana tiene mucho para aprender de ti, yo creo que ambas madurarían mucho en lo profesional si trabajan en conjunto.
- ¿Y Sam?
- No te preocupes por él, a mi lado es eficiente y eso basta, siento que su admiración por ella no lo dejaría actuar bien. No te pongas celosa por lo que digo, la admira pero por cómo es profesionalmente.
- Papi, no soy celosa, tranquilo, además él no es el único loco por ella, tu también, jamás entendí eso.
- Ella es igual a su padre, Santiago López me metió en el mundo de los negocios, siempre quise trabajar con él, estar aquí significa un gran honor para mí pero, no nos vayamos del tema, ¿trabajarás con ella?
- Lo haré papi, lo que tú quieras.
Él me abrazó y me dio un beso. Salí de la oficina confundida, tenía que afrontar la situación y trabajar con Santana aunque yo no le cayera bien. Me paré frente a su puerta y la abrí. Santana estaba sentada en su sillón y Carla buscando unos papeles en un armario.
- ¿Puedo hablar contigo Santana?
- Adelante Brittany. Carla, déjanos solas, ¿ya terminaste con eso?
- Sí Santana, ¿les traigo café o algo?
- Para mí no, ¿tú Brittany?
- No, gracias.
Carla salió de la oficina, Santana parecía incómoda con mi presencia allí. Nos miramos unos instantes y ella dijo:
- ¿Qué es lo que necesitas?
- Mi padre me dijo que él y tu abuelo quieren que trabajemos juntas. ¿Sabías algo al respecto?
- Mi abuelo me lo comentó esta mañana, accedí, sólo porque me lo pidió él.
- Ok, entonces ¿socias?
Le extendí mi mano derecha, ella me miró y quiso sonreír pero no lo hizo, yo en cambio no me guardé mí sonrisa y se lo demostré. Tomó mi mano y dijo “Socias”. Su mano irradiaba una temperatura particular, algo tibio y era reconfortante, yo le sonreía, si no fuera tan antipática seguro seríamos buenas amigas.
- Entonces Santana, ¿qué es lo primero que haremos?
- Emmm… estoy armando un contrato para unos empresarios ingleses, se me está complicando pues exigen cosas como igualdad en la repartición de las ganancias pero nosotros tenemos más insumos que ellos y por lógica nos correspondería un porcentaje más alto, además ellos no desean trabajar con las empresas que les proponemos sólo porque la mayoría son latinos, por otro lado…
Santana seguía hablando y yo sólo la escuchaba, por momentos me perdía observando sus facciones, sus muecas y algunos gestos similares a los de su abuelo. El trabajo que teníamos no era fácil y el tiempo estaba en nuestra contra.
- … y debemos hacer este contrato, en un futuro estos ingleses correrán con ventaja en toda Europa y de seguro los necesitaremos, es mejor tenerlos como parte de la empresa pero sin hacerlos socios, eso es lo que quieren pero no se los permitiré, no nos convienen como socios. ¿Entiendes lo que quiero decir?
- Sí, pero hasta el momento sólo me has hablado del problema y no de tu posible solución, ¿qué tienes en mente?
- Me gusta tu actitud rubia… Pues, sinceramente no tengo nada, estamos en desventaja, esas estupideces que piden no nos favorecen, son meros caprichos.
- Entonces no les des el gusto, me dijiste que hay otra empresa que desea hacer el mismo trato, investiguemos que tienen en mente y a partir de eso armamos nuestra estrategia.
- Buen punto pero, no tenemos el tiempo para investigar lo que planean hacer.
- Eso déjamelo a mí. En un rato vuelvo.
Dejé a Santana en su oficina y me puse a trabajar, armar estrategias no me resultaba difícil, es lo que me gustaba de este trabajo, pero antes había que conocer a la competencia, que eran los ingleses y a otras posibles amenazas que en este caso eran esas empresas que buscaban sacarnos el contrato a nosotros.
Santana me observaba desde su oficina, yo sólo seguía compenetrada en mi investigación. De un instante a otro ella estaba parada en el marco de la puerta mirándome.
- No me siento tranquila si no sé qué demonios haces.
- Investigo, Santana, lo importante es saber que tanto poseen, no creo que esas empresas sean más grandes que la nuestra.
- Y, ¿si tienen negocios turbios? De esa forma si puede que tengan más o el mismo capital que nosotr… que nosotros.
Noté que a ella le estaba costando hablar de una unión, es tierna cuando se siente un poco incómoda.
- Si los negocios son turbios, y los ingleses aceptan hacer tratos con ese tipo de personas, entonces no nos conviene hacer ningún negocio, tarde o temprano terminaríamos involucrados o manchados, aunque no participemos directamente en esos malos tratos.
Me miró pensativa, analizando lo que yo le decía, hizo una mueca rara, aspiró aire y lo soltó en unos segundos cerrando sus labios.
- Ok Brittany, tienes razón. Dime, ¿qué tanto has podido averiguar?
- Por el momento sólo estoy leyendo los negocios de los ingleses, faltaría investigar las otras empresas.
- Te ayudaré, dime cómo hacerlo y lo hago, traeré mi computadora.
Santana salió de mi oficina, Quinnie tenía razón, es buena, no lo demuestra pero puedo percibirlo. Trajo su compu y se sentó a mi lado, Quinnie no estaba por lo que le sacó su silla, entre las dos nos pusimos a investigar. Luego de un par de horas la dueña de la silla entró a la oficina.
- Emmm… Santana, tienes una silla en tu oficina, ¿Qué haces aquí?
- Fabray, es verdad, tengo una bella y cómoda silla en mi espléndida oficina, para que veas que soy buena te la presto un rato, ahora lárgate que estamos trabajando en algo importante…
- … emmm…
- ¿No oíste? ¡Vete!
Yo le sonreí a Quinn y ella salió de la oficina haciendo un gesto y diciendo: “Disculpen por entrar en MI oficina y querer sentarme en MI silla.”
Santana como si nada siguió investigando, se reía porque había descubierto una forma de investigar a las demás empresas sin el mínimo esfuerzo, sólo conectándose a internet. “Eres un genio” me dijo cuando vio que la empresa que pretendía ganarnos estaba sumamente relacionada con el narcotráfico. Podíamos denunciarlos, pero meterse en esos problemas nos costaría caro, no teníamos pruebas pero por lo menos sabíamos con quien tratar.
- Brittany, las otras empresas no tienen chances, somos la mejor opción. ¿Los ingleses están limpios?
- Al parecer sí, todos los negocios son legales, eso sí, ellos siempre sacan más ventajas de algún trato.
- Con nosotros no pasará eso, ¿Qué propones que hagamos?
- Tus ideas me gustan pero hay que hacerle unos retoques…
Ya era hora de almorzar pero con Santana seguíamos trabajando sin darnos cuenta de la hora hasta que Sam entró a la oficina.
- Britt amor, ¿vamos a almorzar?
- Estoy cerrando algo gigante, ¿podrías traernos algo para nosotras luego?
Santana me miró y no dijo nada, Sam se acercó y me besó en los labios en forma de despedida, prometiendo traernos comida. Aprecié que Santana se sintió incómoda pero era mejor no decir nada y continuar con la estrategia.
……………………………


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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Salamandra Miér Nov 27, 2013 1:02 pm

Muchas gracias, Clari, de verdad :'3 y sabes que me encanta lo que escribes, te felicito. Te quiero mucho.

Y para los demás que lean, de veras es algo que vale la pena leer hasta el final!.
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Jue Nov 28, 2013 12:29 pm

awww! Gracias! Te quiero! <3
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Patri_glee Jue Nov 28, 2013 12:39 pm

Hola!!! por lo que se ve va a hacer una historia realmente buena, esperare ansiosa como sigue FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 
Saludos y espero que actualices pronto FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 918367557 
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Vie Nov 29, 2013 4:53 pm

Hola! Gracias por leer! Sí los tiempos son buenos puede que mañana actualice...
Besos!
Claru!
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Finalizado Capítulo 2: Trabajando juntas.

Mensaje por Claru! Dom Dic 01, 2013 11:38 am

Tardé un poco... pero sólo un poco. Aquí está el nuevo capítulo, espero publicarlo bien...




Brittany estaba moviendo todo como se le daba la gana, ajustando ideas e incorporando otras, me sorprendía, era genial y eso me gustaba, era astuta; con una sutileza envidiable planteaba las ideas y estaba dando forma a una gran estrategia, me sentí una novata a su lado. Ella mientras pensaba sacaba su lengua por el costado de sus labios, arrugaba su frente de una forma graciosa, sus cabellos rubios brillaban ante el contacto del sol y yo estaba embobada con su inteligencia; varias veces la vi jugando con Quinn, riendo y haciendo bromas, mi amiga la describía como una chica inocente, pero era un monstruo en los negocios, eso me gustaba, demasiado. Estaba admirada, prácticamente ella sola armó todo en unas horas; lo que yo no pude hacer en meses ella lo transformó en algo imposible de desaprovechar en un par de horas.
Aun no habíamos comido y yo estaba hambrienta, por suerte llegó Sam y trajo lo prometido. Él debía irse a una reunión así que nos dejó solas, se despedía de Brittany besándola, al parecer no se cansaba de besarla. Siempre que los veía estaban a los besos o haciéndose caricias, eso me incomodaba un poco.
Decidí empezar a comer, porque si resolvía esperar a Brittany a que dejará de besar a Sam, me moriría de hambre. ”Adiós Santana” dijo él, yo sólo moví mi mano pues tenía la boca llena de pasta. Brittany sonrío y dijo “¡Qué tierna! Pero vamos a comer en el salón ¿No? No te morirás de hambre, no te apresures.” Se levantó y llevó su bandeja de comida, se dirigía al salón de almuerzos. La seguí por detrás, yo iba comiendo. Ella me miraba y sonreía, no sé si yo tenía un payaso dibujado en algún lado o qué pero su sonrisa comenzaba a ponerme nerviosa, y a mí, nada me pone nerviosa, bueno, hasta el momento.
Comíamos en silencio, me puse a pensar que ella cuando hablaba de la empresa siempre se refería a “nuestra” empresa. Todos los adjetivos posesivos ella los empleaba, se sentía parte de todo, y armó la estrategia del contrato con tanto esmero que hasta parecía que la empresa es de ella y de nadie más, la protegía de cualquier amenaza. Que sienta eso me llamó la atención, es apasionada con el trabajo, me veía en parte reflejada en ella, quizás haríamos un buen trabajo juntas.
- Mi nana quiere que vayas a cenar.
- ¿Cuándo?
- Umm… no lo sé, ¿cuándo quieres ir?
- Esta noche… ¿Puede ser?
- Se lo diré, estará contenta de verte, no deja de hablar de ti.
La observé comer, es algo estúpido lo sé, pero algo en ella me llamaba la atención. Se dio cuenta que me quedé peor que estúpida viéndola e hizo lo mismo que yo, me miraba. Me puse nerviosa y me levanté, le dije: “Hablemos con mi abuelo sobre el negocio y demos cierre a esto”. Ella aceptó y fuimos a terminar de organizar todo. Quinn estaba en la oficina.
- Ni se te ocurra quitarme la silla Santana, vete a tu oficina.
- ¡Apestas Fabray!
- ¡Ja! No peleen, Santana, yo termino esto y se lo doy a Carla así lo imprima.
- Ok, entonces espero eso. Me voy. ¡Apestas Fabray!
Dije eso y salí de la oficina cerrando la puerta. Veía por mi ventana como Quinn me hacía muecas burlándose de mí. Brittany sólo se reía. Decidí organizar unas cosas en la computadora, estaba ansiosa por hablar con mi abuelo. Mientras esperaba mi nana llamó.
- ¿Traerás a cenar a Britt?
- Quizás… Umm… ¿Qué recibo a cambio yo?
- Te daré una tunda como jamás te la he dado, ¿qué es eso de andar chantajeándome?
- ¡Ja, ja! ¡Nana! Ok, te la llevaré, no te me enojes.
Mientras bromeaba con ella oí que Brittany le entregaba un pendrive a Carla así imprima todo, “Ok señorita Brittany” dijo Carla, pero ella la corrigió “No me llames así, dime Britt”. Al parecer ella imponía ese diminutivo, pero a mí jamás me pidió que la llamara así.
- Mi’ja, ¿sigues allí?
- Sí nana, pero debo colgar, más tarde iré a casa.
- Te esperaré, a ambas.
Esperé unos minutos y Carla me trajo los papeles, le pedí que llamara a Brittany, juntas leímos detalladamente todo; era hora de presentar eso con “el señor López”.
Mi abuelo leía cada párrafo del extenso contrato, analizaba todo y ante una duda que expresaba, con Brittany la disipábamos. Ambas nos lanzábamos miradas furtivas, yo observaba sus expresiones ante la reacción de mi abuelo, pero, no sabía lo que ella miraba en mí.
- Chicas, esto es maravilloso. ¿Trabajaron juntas?
- Santana hizo la mayor parte, yo sólo agregué unas ideas.
- No seas modesta Pierce, abuelo, ella armó todo, hizo un gran trabajo.
- Al parecer las dos son modestas, pero las felicito, este es el primero de muchos grandes trabajos.
- Abuelo, aún no firmaron nada.
- Pero lo harán, lo sé. Ahora mismo hablaré con ellos.
Dejamos a mi abuelo solo en la oficina, ahora era momento de que él actúe. Ya casi era tiempo de irnos.
- Te espero en casa tipo ocho, ¿puede ser?
- ¿Irán las chicas?
- ¿Qué chicas?
- Quinn y Rachel.
- Emmm… las invitaré, no te preocupes.
- Nos vemos más tarde, buen trabajo Santana.
Se despidió de mí, quiso acercarse a darme un abrazo o algo similar pero se arrepintió. Yo decidí irme a casa, tal vez descansaría un poco. Ya en el auto recordé que no invité a las chicas, Brittany no quería estar sola conmigo, era comprensible, no nos tratábamos mucho y yo no tenía la intensión de hacerlo. Llamé a mi secretaria y le dije: “Carla, avísale a Quinn que hoy cenará en mi casa y que lleve a Rachel”, antes de que cortara la llamada escuché una voz conocida, “adiós Carla”, era Brittany; “Adiós Britt” respondió mi secretaria.
Britt… todos le decían así, todos menos yo.
………………………….
Llegué a casa y decidí dormir, tenía un margen de horas para descansar hasta que llegaran mis invitadas a cenar. Mientras me disponía a dormir llegó Marcia.
- ¿Me esperabas López?
- No, ¿Qué haces aquí?
- Hace tiempo que tu y yo nada.
- Estoy cansada, mejor vete.
- ¿Ya no deseas estar conmigo?
- Estoy cansada, otro día.
Se acercó y me dio un beso bastante apasionado, no pude controlarme y comencé a besarla y a sacarle la ropa, cuando estuve a punto de dejarla totalmente desnuda, mi nana entró en la habitación. Me dio vergüenza que me viera así, ella estaba enfadada, no dijo nada y salió de ahí. Marcia quería seguir pero yo no podía, esta vez sí que mi nana se enojó.
- No podemos seguir, mejor vete.
- ¿Es por tu nana?
- Tenemos una cena importante para ella, no se lo quiero arruinar, bueno, creo que ya lo hice… mejor nos vemos otro día.
Me besó y se fue. Salí en busca de mi nana y ella se encontraba cocinando.
- Nana…
- No digas nada. Vete con tu amiguita, sólo espero que no salgas lastimada.
- No saldré lastimada ¿de qué hablas?
- ¿No puedes estar sin tener sexo? Por lo menos esta chica está durando, espero sea una buena señal, prefiero verte con ella antes que andes revolcándote con cualquiera por ahí.
- ¿Por qué me dices esto ahora? Nunca antes me dijiste algo al respecto.
- Siempre te digo que sientes cabeza, no me haces caso, terminarás sufriendo y eso es peor. No quiero verte sufrir hija, y mucho menos deseo verte sola. Si vas a estar con esta chica, que sea oficial o sino la dejas.
- Ella no te gusta, además, no formalizaré con nadie. Lo lamento nana, te quiero pero no me pidas eso.
- Pues que Dios te proteja hija, yo ya hice lo mío.
Me sorprendía esto, mi nana siempre me cubrió en mis andanzas pero al parecer ya se estaba cansando, le di un abrazo y besé su frente. Decidí dormir, porque si seguía pensando la cabeza me explotaría, ella no me entendía, no podía estar con alguien pues ninguna mujer me atraía como para pasar el resto de mi vida con ella, algo les faltaba, o bien, algo me faltaba a mí. No me había enamorado, jamás sentí eso y menos los celos, desconocía sobre eso, quizás mi nana tenía razón, tendría que probar estar con alguien pero el amor no se compra ni se impone, supongo que aparece de la nada, en realidad es eso lo que yo pienso; me imagino estando en un lugar cualquiera y que de pronto aparezca esa mujer que cambiaría mi vida en tan sólo unos instantes. Soy joven y de seguro el amor me tiene guardada una sorpresa, no debería apurarme, si llega bien, en caso contrario, seguiré disfrutando de los lindos momentos siempre y cuando se presenten, sea con quien sea.
Estaba durmiendo, Quinn entró y se acostó a mi lado, me abrazó y dijo “levántate bella durmiente”. Sonreí ante su comentario me di la vuelta y la abracé. Ella me miró raro, no entendía por qué estaba tan cariñosa.
- ¿Qué sucede?
- Discutí con mi nana… ¿Cómo está ella?
- Está bien, se puso feliz de que viniéramos con Britt. ¿Por qué discutieron?
- Ella estaba loca por que trajera a Brittany a cenar, no sé por qué tanta emoción por ella, la dejé en la cocina y me vine a dormir, pero Marcia llegó y…
- ¿Te acostaste con ella?
- No, mi nana lo evitó, nos vio, entró de la nada a la habitación, no dijo nada pero se enojó.
- Santana, una cosa es que ella sepa lo que haces y otra muy diferente es que te vea haciéndolo.
- Quinn, no me pondré en pareja con nadie, es eso lo que quiere pero no puedo. El amor no se impone.
- Y tú, ¿desde cuándo tan filosófica?
- ¡Púdrete Fabray!
- ¡Ja, ja, ja! No, si tú no cambias, vístete y baja, en unos minutos estará lista la cena. Ya tendremos tiempo de hablar sobre ti y el amor.
- No te burles, esto es serio, debo bañarme, quédate y hablamos ahora.
Mientras me bañaba, le conté lo que hablé con mi nana y mis pensamientos sobre el amor, ella me escuchaba atentamente sentada en el inodoro; mientras me cambiaba dijo algo que llamó mi atención: “Tal vez el amor está más cerca de ti, de lo que tú piensas. Fabiola y Marcia no son malas personas y ambas parecen quererte. Deberías intentarlo.” Esas palabras rondaron mi cabeza.
Ya estaba lista así que bajé a cenar. Mi abuelo y mi nana estaban contentos con las cosas que Rachel y Brittany contaban, era un ambiente agradable. Brittany estaba hermosa, tenía el pelo suelto, una remera simple y unos Jeans. Por un momento quedé impactada. Rachel y Quinn siempre tan melosas también estaban lindas, pero Brittany aún más. Besé a mi abuelo y a mi nana, un poco el enojo se le había pasado.
La cena fue tranquila, hice que nuestra nana nos acompañara a cenar, todos contaron algo gracioso y la verdad la estábamos pasando bien. Con Brittany nos dábamos miradas furtivas, no lo podía evitar y menos podía explicar por qué yo hacía eso.
Las chicas planeaban salir pero yo no deseaba hacerlo, a pesar de lo que había dormido, me sentía cansada. Alrededor de la medianoche todas se fueron, se despidieron de mí dándome un beso pero Brittany no, ella besó y abrazó a mi abuelo y a mi nana pero a mi nada. Eso un poco comenzó a fastidiarme.
Ya sola en casa decidí hablar con mi abuelo.
- ¿Todo listo con los ingleses?
- Mañana me darán su respuesta, pero todo saldrá bien, de eso estoy seguro.
- Me iré a dormir, hasta mañana abuelo.
- Tu nana me dijo que discutieron, sé que es porque no tienes novio o algo así, hija, habla con ella antes de irte a dormir.
Si él supiera que es porque no tengo novia, y por cómo me encontró hoy con una mujer, no creo que me hablara así de tranquilo, pero en fin, le hice caso y entre a la habitación de mi nana. En un estante había un montón de fotos mías desde que era una bebé, había una en particular que me gustaba, habré tenido unos seis años cuando un niño me golpeó en mis fiesta de cumpleaños y yo arrugué mi frente con todas mis fuerzas, típica característica de un López, esa imagen ella la captó, y allí la tenía de recuerdo. Todos pensaron que lloraría pero a quien hice llorar fue a ese niño. Desde pequeña ya me caracterizaba como una persona que no se dejaría gobernar por las lágrimas.
Mi nana, estaba acomodando su cama cuando entré, ella se metió en la cama, yo me acerqué a darle un beso en la frente. “No te prometo que cambiaré de hoy a mañana, pero cambiaré, sólo dame tiempo para encontrar a la persona adecuada”. Ella me miró feliz y me abrazó, juntas rezamos en español un padre nuestro, la arropé y me fui a dormir.
Desperté ansiosa, era un día particular, sentía que algo bueno pasaría. Desayuné con mi “contenta” nana y me dirigí a la empresa. Brittany había llegado y estaba a los besos con Sam, miré con fastidio esa escena y me encerré en la oficina. No entendía, ayer estábamos bien y hoy sentía que todo volvía a ser incómodo como antes.
La gente empezaba a llegar y todos la saludaban diciéndole “Britt”, ella sonreía y con cada persona bromeaba o conversaba de algo. Salí de mi oficina y fue como si vieran al mismísimo Diablo, todos me saludaban pero no porque querían sino por simple respeto, me temían. En esos momentos me estaba dando cuenta de algo, mientras yo imponía temor, Brittany los endulzaba con su carisma y su sonrisa. Me molestaba esa situación, estaba quedando como la mala, la bruja o algo así y eso no me gustaba nada. Miraba a Brittany y ya sabía por qué sentía esto, ella era mi antítesis, es por eso que no nos llevábamos bien. Entré de nuevo a mi oficina enojada conmigo misma, Brittany me miraba desde su oficina y yo simplemente cerré las persianas. No quería verla.
Después de unos minutos mi secretaria me anunció que Fabiola quería hablar conmigo, la hice pasar.
- Santana, ¿hoy almorzarás conmigo?
- No lo sé, no estoy de humor.
- ¿Qué pasó? Quizás pueda ayudarte.
- No puedes ayudarme, no te preocupes.
- ¿Por qué siempre tan hostil? Déjame acercarme a ti, tal vez sea la solución a tus problemas.
La miré y pensé en lo que me dijo Quinn y en lo que le prometí a mi nana.
- Fabiola, hoy no es el mejor día para que tu y yo podamos salir a almorzar, no insistas, pero otro día sí.
- ¿Crees que entre nosotras podría haber algo más que una simple amistad?
- ¿No crees que vas muy rápido?
- Sólo quiero ponerte en sobre aviso, me interesas Santana y cuando quiero algo lo consigo.
Se acercó y me besó en los labios. Sonreía coquetamente, esa actitud no me gustaba mucho, para ella yo era algo que deseaba poseer, me sentía como un objeto o una especie de premio, seguro quería alabarse de que ella atrapó a la “inconquistable”, yo no estaba dispuesta a ser el premio de nadie ni permitiría que alguien creyera que soy de su propiedad o algo por el estilo. Las intenciones de Fabiola no me gustaban, mientras se dirigía a la puerta le dije “No pienso mezclar trabajo con placer…” me miró sorprendida y rematé diciéndole “…sólo quiero ponerte en sobre aviso.”
Antes de que dijera algo mi secretaria me informó que en una hora teníamos reunión con todos los socios, le pedí que entrara así Fabiola se iba. Era jueves y estaba llegando el fin de mes, todos los fines de cada mes me gustaba archivar todos los papeles que eran relevantes para la empresa, ese trabajo lo hacía con mi secretaria, generalmente nos quedábamos unas horas extras y le pedí que se quedara esa tarde y a la noche para hacer ese trabajo. Ella como siempre accedió, Carla jamás se negaba, era realmente competente conmigo, confío mucho en ella.
Una hora antes de almorzar se realizó la reunión en la sala de conferencias. Todos los socios estaban allí. Mi abuelo lucía contento al igual que Harry.
- Bienvenidos a todos, -dijo mi abuelo- están aquí reunidos porque tenemos una gran noticia, mi nieta Santana y la hija de Harry Pierce, Britt, han realizado un gran labor al proponer un contrato para los ingleses, a ellos les gustó, pero quieren que nosotros vayamos a Inglaterra y que allí cerremos el trato.
Todos aplaudieron, sabían lo complicado de este tema y era un éxito que consiguiéramos este negocio.
- Con Gustavo hemos hablado sobre quienes deberían ir a Inglaterra, -dijo Harry- estamos más que seguros que las que irán son mi hija y Santana, dado que ellas han armado toda la estrategia, pero habrá que elegir a un abogado y un experto en finanzas que las acompañen como soporte, ¿algún voluntario?
- Yo me ofrezco a acompañarlas –dijo Fabiola, mirándome con una cara como diciendo ‘allá serás mía’, la miré y hablé.
- Prefiero que Quinn me acompañe, se que eres muy eficiente Fabiola, pero tu trabajas para mi abuelo, él te contrató, he trabajado con Quinn por años y por cuestiones de afinidad preferiría que ella me acompañara, además la cuestión legal de este trato la he consultado con ella. Por mi parte yo la llevo a ella, ¿qué dices Fabray?
- Estoy contigo Santana.
- Brittany, -agregué- ¿necesitarás tú un abogado?
- Ummm… con Quinnie es suficiente.
- Bien, -dijo mi abuelo- propongo que Carlos las asesore en temas de finanzas y que él viaje.
Carlos era un hombre de unos cuarenta años, él aceptó ir. Nos iríamos el viernes a la tarde, el fin de semana estaríamos armando todo para dar el lunes un gran salto hacia el éxito de nuestro negocio.
La reunión culminó y todos se irían a almorzar. Fabiola no estaba contenta con lo que había hecho, pero poco me importaba. Decidí irme a almorzar con Quinn.
- Santana, ya que estaremos el fin de semana allá, ¿crees que podría llevar a Rachel?
- Iremos en el avión de la empresa, claro que puedes llevarla, pero, no quiero que te distraigas mucho.
- Descuida ¡primero el trabajo luego el placer! Será un viaje estupendo.
- Necesito salir esta noche Quinn…
- Con Rachel iremos al bar de Karaoke, ese que siempre vamos, ¿nos acompañas?
- Está bien, cantar no nos vendría mal.
- Invitaré a Britt…
- No te atrevas, deberé soportarla todo un fin de semana, no me arruines esta noche.
- Pero… pensé que ya se llevaban bien, ¿qué sucede ahora?
- Nada, sólo, no la invites.
Mi amiga me miraba, sabía que algo le escondía pero no insistió en preguntar. Almorzamos y decidimos volver a la empresa, tenía bastante trabajo por delante, si empezaba ahora con suerte terminaría todo a la noche. Me gustaba quedarme sola en la oficina, si bien Carla estaba acompañándome, sentir esa tranquilidad en la empresa me gustaba y me brindaba una especie de energía positiva que me animaba a seguir trabajando duro todo el mes siguiente sólo para poder hacer esa tarea de archivar y sentir esa tranquilidad mes a mes.
Nos dirigimos a la empresa y al llegar no estaba Carla, sus cosas tampoco estaban, se había ido. Estaba a punto de llamarla para pedirle una explicación pero Brittany me habló: “Carla se tuvo que ir, yo te ayudaré en lo que necesites”. La miré confundida.
- ¿Cómo que se fue? ¿Por qué no me avisó?
- Lo iba a hacer pero como no estás de humor le dije que no te molestara y que yo hablaría contigo.
- ¿Qué sabes tú de mí humor? ¿Quién te crees que eres?
Ya no quería escucharla más, la dejé ahí y entré a mi oficina, tendría el doble de trabajo esta vez.
- No hace falta ser adivina para ver que tienes un humor de los mil demonios hoy, Carla se fue porque su hijo está muy enfermo y nadie lo puede cuidar ahora, la escuché hablar muy angustiada con su hermana, entonces le dije que se fuera -dijo Brittany desde la puerta de mi oficina.
- Es mi secretaria, yo decido que hacer con ella.
- Lo sé, pero tú no estabas, y ya mejor nos ponemos a trabajar, dime lo que debo hacer, esta actividad me servirá para conocer un poco más la empresa.
- No vuelvas a tomar decisiones que no te competen.
Dije esto de mala manera, ella me miró y dijo: “Lo siento, no volverá a suceder. Me dio su número para que la llamemos por cualquier problema”.
Le expliqué lo que teníamos que hacer y comenzamos a trabajar. Acepté su ayuda porque de lo contrario el trabajo sería mayor y cansador. Como una niña ella hacía lo que le indicaba, tal vez había sido muy dura pero realmente me molestó todo esa situación, lo sé, mi orgullo gritaba “¡Estoy aquí!” pero… no lo podía evitar.
Ella estaba sentada frente a mí, el escritorio nos separaba, nos mirábamos de vez en cuando, ante una duda ella me preguntaba y yo le respondía de una forma cortante, sin embargo eso no parecía molestarle, hacía como si no fuera importante, cualquiera en su lugar lloraría o se iría, pero ella seguía allí, sin importarle un comino mi rechazo, me hacía sentir una imbécil, algo sin valor, sin importancia; estaba odiándola por hacerme sentir así, ignorada.
Cerca de las seis de la tarde todos comenzaron a irse, Quinn entró a despedirse de ambas, no entendía por qué estábamos ahí reunidas, nos miró y frunció su ceño como preguntando “¿Qué demonios están haciendo?”, yo sólo la miré y moví mi cabeza levemente de izquierda a derecha, girando mis ojos hacia arriba; ella sonrío y se despidió.
Mi abuelo era el último en irse de la empresa, siempre, y también hacía su retirada, vio que aún yo seguía en la oficina y sólo me saludó con su mano, seguro notó la presencia de Brittany pero no hizo ningún comentario, junto a él se iban Harry y Sam. Sam entró en la oficina de Brittany pero se sorprendió al no verla “Sam te busca” le dije y automáticamente ella salió de mi oficina y se lanzó a los brazos de él. Vi como se besaban y lo cariñosa que ella era, él como un bobo no dejaba de besarla. Estuvieron unos minutos hablando y él se fue. Brittany entró y seguíamos en silencio trabajando, los únicos sonidos que escuchaba eran las hojas de papel cuando pasábamos a leer otra página o acomodar algún documento, también se escuchaba el sonido de la máquina impresora, las risas de la gente de limpieza, los autos que pasaban por la calle, silbidos furtivos y uno u otro grito de un nombre desconocido por nosotras. Noté que me miraba; que me observara no era agradable, no tenía idea que es lo que tanto deseaba averiguar al mirarme, cuando decidía mirarla yo, ella desviaba la mirada a otro lado.
Las veces que Carla se quedaba, ella empezaba a contarme las aventuras de su pequeño, historias de su mamá y algunas veces algo de su última conquista amorosa, siempre terminábamos hablando de temas de la vida, reflexiones meramente filosóficas, a veces bromeábamos sobre temas de la oficina o cualquier otra cosa, esas situaciones en comparación a esta pues eran divertidas, ahora todo era invadido por una soledad incómoda a pesar de estar acompañada.
Brittany repetía esas muecas que hacía la primera vez que trabajamos juntas, no parecía molestarle esa tensión que yo percibía en el ambiente, ya estaba anocheciendo y aún no terminábamos, me di cuenta que por observarla y darle riendas a mi enojo no disfruté del silencio que tanto deseaba sentir a fines de cada mes, sólo di vueltas y vueltas mentales a mis conflictos con ella.
- Listo Santana, ya ordené todo.
- Aún falta trabajo, todo eso que tienes hay que ordenarlo y corroborar que este ingresado en la cuenta de mi abuelo y de la empresa.
- ¿Cómo haremos eso? No tenemos la cuenta de tu abuelo.
- Tú no la tienes, yo sí. Me irás dictando lo que tienes y yo lo agrego, total lo que tienes allí impreso supuestamente debo tenerlo yo aquí en mi computadora.
Ella me miró sorprendida, este trabajo debería hacerlo mi secretaria o algo así, es verdad, no es que no confiara en ella para hacer esto sino que simplemente, me agradaba estar bien informada de cada detalle y movimiento de López & asociados. Cada tres meses hacía un panorama general de todos los ingresos de cada socio, era mi manera de controlar que no hubiese malos negocios o corrupción en mi empresa. Controlaba todo. Brittany me dictaba y yo ordenaba, todo parecía ir normal y terminaríamos rápido, pero había un negocio que no estaba archivado correctamente, faltaba actualizarlo. Yo no sabía por qué eso estaba así, Brittany menos pues era nueva, ella decidió hablar con Carla y ésta le explicó lo que pasó, al parecer el dueño había hecho unas modificaciones legales en su negocio y quien se encargó de esas modificaciones fue Quinn. Carla le indicó a Brittany lo que debíamos hacer, a su vez, ella aprovechó para preguntarle por su hijo y así estuvieron unos minutos charlando…
- Ok Carla… un beso para ti y para ese muchachote, cualquier duda te volvemos a llamar, besos, mañana nos vemos… -cortó la llamada y agregó- Oye Santana, ¿puedo poner música? Estar así en silencio me aburre.
- Ok…
Ella puso música, era variada, muchos géneros, había temas movidos y otros no tanto por ejemplo música clásica, pero cuando estos sonaban ella los cambiaba. Mientras estábamos agregando y rearmando el archivo ella tarareaba las canciones y se movía sutilmente, creo que si no estuviese yo, se largaría a bailar sin ningún problema, no dejaba de observarla, era llamativa su forma de actuar, sus movimientos eran ligeramente delicados, su leve sonrisa me atraía, sus pequeños labios se movían de una forma sexy y atrayente, el pequeño movimiento que hacía con su cabeza al ritmo de la música era simplemente adictivo, ella no dejaba de hacerlo y yo no deseaba que dejara de hacerlo. Por unos instantes imaginé que la sostenía de su cintura y la atraía hacia mí, presionando su cuerpo junto al mío y acariciando su espalda dirigía mi mano a su rubia cabellera, ya frente a frente y sin esperar a que ella lo permitiera la besaba con desenfreno esperando ir aún más lejos…
Dejé de lado esa breve ilusión, me volvería loca, Brittany no podía ser objeto de mi deseo, realmente estos días sin tener buen sexo me estaban afectando el cerebro.
Ya había anochecido y una leve brisa de frío acechaba la ciudad, era otoño y en esta estación mi nostalgia crecía, recordaba los días en que esperaba ansiosa el invierno sólo para ver la nieve caer y jugar con mis padres, hacer muñecos de nieve o ángeles en el suelo, recuerdo que mientras yo estaba haciendo pequeñas bolas de nieve para iniciar una guerra, mi papá sostenía a mi mamá de su cintura, le decía cosas por lo bajo y mi madre tan enamorada, por respuesta le daba pequeños besitos, eran felices y yo también pero como soy malvada terminaba tirándoles mis “misiles” de nieve, finalizábamos los tres en el suelo riendo. A pesar del trabajo de papá él siempre estaba para mí y para mi mamá. Realmente no soy capaz de formar una familia como lo hicieron mis padres, es decir, no encuentro a la persona que realmente me haga pensar en la posibilidad de tener hijos o serle fiel a esa única persona.
Mientras divagaba por mis pensamientos, ella me miraba, me di cuenta y pregunté:
- ¿Qué tanto me ves?
- Emmm… siempre estás muy pensativa, me intriga saber que tanto piensas. Sé que son cosas privadas pero, si alguna vez puedo ayudarte lo haré.
- No creo necesitar de tu ayuda.
- Ok Santana, ok… Cómo tú digas…
Estuvimos una hora más trabajando y por fin terminábamos, eran como las diez y media de la noche, a pesar de todo era temprano, con Carla tardábamos más, pero era bueno terminar de una vez con esta situación incómoda. Acomodamos todo y en un instante apareció Sam, se abrazaron y se besaron, ambos se despidieron de mí y emprendieron el camino hacia el ascensor, él la agarraba de la cintura y ella se dejaba llevar, sonriendo. Tomé mi abrigo y llamé a mi chofer, en unos minutos ya estaría en casa tranquila. Mi oficina estaba llena del perfume de Brittany, sólo eso dejó, ni el eco de su voz quedó, sólo su ausencia y en mi mente su imagen, sus facciones, su rubio pelo y el color celeste de sus pupilas.
Marcelo, el chofer, ya estaba por llegar, cerré todo y al bajar ya estaba en la entrada esperándome. Llegué a casa y me bañé; a las doce las chicas vendrían por mí para ir al bar, allí me relajaría un poco, cantar me gustaba y tenía ganas de hacer un par de canciones de Amy Winehouse, las canciones de ella son espectaculares y la satisfacción de cantarlas es grandiosa.
Comí algo que mi nana me preparó, me alisté para salir junto a mis amigas, como estaba frío, me puse un jean oscuro, unas botas negras y una camisa de jean acompañada de una campera negras con unos detalles dorados. A mi pelo decidí tenerlo suelto, me estaba maquillando y escuché el timbre. En cuestión de minutos Quinn entraría en mi habitación.
- Oye López, ¡qué hermosa que estás!
- Tú no te quedas atrás Quinn… ¿Rachel dónde está?
- Abajo esperándonos, le comenté lo del viaje y está emocionada, la pasaremos genial, obvio primero el trabajo pero San… conoceremos bares ingleses, ¡muchas fiestas deben haber por ahí! Imagínate todo lo que podremos conocer…
- Las inglesas son hermosas y mi nana no estará allí para controlarme… Ummm… es una oportunidad única…
- No cambias ¿no? Si tanto deseas acostarte con alguien, ¿por qué no dejaste que Fabiola vaya al viaje?
- No deseo mezclar trabajo y placer, este es un negocio importante y no lo quiero arruinar además, ¿cómo crees que te dejaría aquí? Parte del trabajo es tuyo, soy justa.
- Pues te lo agradezco pero, ¿no considerarás a Fabiola como algo más que “la abogada de tu abuelo”?
- Prefiero no pensar en eso ahora, ¿nos vamos?
- Algo escondes Santana, lo sé. Sólo te diré que cuentas conmigo para lo que sea, en cualquier momento.
- Ok, ¿nos vamos?
Realmente ni yo sabía lo que sentía o quería con Fabiola, también estaba Marcia, pero… no quiero nada con ellas, sólo es sexo, eso es lo que necesito, es lo que les puedo brindar, nada más.
Llegamos al bar “Diamante Disco”, fuimos en el auto de Quinn, nos bajamos y nos dirigíamos al bar cuando vi dos cabezas rubias conocidas pegadas una a la otra, eran ellos.
- ¡Maldita sea Quinn! ¡Te dije que no invitaras a Brittany!
- ¿De qué hablas?
- Allí está con Sam.
Rachel y Quinn miraron hacia la entrada del bar y en efecto confirmaron lo que les dije, los rubios se acercaban a la puerta del local. “Es una coincidencia San, tranquila”. Me dijo mi rubia amiga. Rachel no entendía nada y ni preguntó, sabía que no le diría nada más que puros insultos. Nos acercamos y ellos nos reconocieron, obviamente se aproximaron al lugar donde nos encontrábamos.
- ¡Chicas! ¡Qué coincidencia! -dijo Sam.
- Realmente no sabíamos que vendrían a este lugar -contestó Quinn.
- Me lo recomendaron, por eso estamos aquí, además a Britt le gusta bailar y con esto del contrato de los ingleses se merece que lo festejemos.
No lo podía creer, ahora los tendría que soportar toda la noche, creí que lo mejor era irme.
- Bueno, ¿entramos Santana? – dijo Quinn.
- Emmm…
Me acerqué a su oído y entre nosotras charlamos:
- No pienso entrar, me iré.
- Ni se te ocurra López, no seas descortés, metete tu maldito orgullo donde sea que entre y pasemos al bendito lugar, no me hagas enojar.
- No me puedes obligar.
- Ponme a prueba latina.
No hice ni el intento de contradecir a Quinn, miré a todos y ellos me miraban, Brittany sonreía, como siempre.
- Bueno, le decía a Quinn que pasemos, no deben hacer fila para eso, vengan…
Me siguieron y automáticamente entramos, los del bar me conocían y como éramos clientas regulares, no hacía falta hacer fila para entrar. Ni bien entramos yo me dirigí a la barra, me acomodé en un lugar y no pretendía moverme de allí, mi noche era un total fracaso, mi día lo fue, todo por causa de ella.
Quinn y Rachel estaban a mi lado, los rubios habían desaparecido, el lugar estaba lleno de personas que bailaban y tomaban.
- Cambia esa cara Santana ¿de qué me perdí? Pensé que te llevabas bien con Britt -dijo Rachel.
- Rach… no es el momento y no quiero explicarte el por qué de mi disgusto, lamento esto pero que Quinn te lo explique.
- A mí no me metas San, no tengo ni idea de por qué la tratas así, ella es buena, ¿acaso te molesta eso?
- ¡Púdrete Fabray!
Brittany escuchó lo último que dije y me miró de una manera diferente, ya no sonreía, no podía distinguir que es lo que su rostro denotaba. No dije nada y me fui al baño, tenía que irme de ese lugar.
- Santana…
- …
- San…
- ¿Qué quieres Rach? Ya me iré, ve con Quinn.
- No quiero que te vayas, toda esta gente está esperando que cantemos y arrasemos como siempre lo hacemos, no me dejes sola, sea lo que sea que haya pasado déjalo ir, ven y canta conmigo.
Rachel me miraba con una cara de perrito abandonado, no pude resistirme, la abracé fuerte y le dije: “Primero un dueto y luego tú cierras con un solo. ¿Te parece justo?”. Ella sonrío y me beso en la mejilla “Vamos San, el público nos reclama”. Ambas nos reímos y nos dirigimos a la barra, tomamos unos tragos esperando que habilitaran el micrófono para cantar. Brittany no me miraba, no me había percatado de lo linda que estaba, unos jeans, tacones negros, una blusa celeste y el pelo recogido en una trenza. De un momento a otro comenzó a bailar con Sam, Quinn y Rachel se le sumaron, pero lo que vi me sorprendió, Brittany bailaba como una profesional, era muy suelta y alegre, sus movimientos eran sencillo pero únicos, Sam no podía servirle como buen acompañante en el baile. Verla bailar me generaba una sensación rara, inexplicable, era como si mi cuerpo me pidiera seguirla y bailar al compás de sus movimientos. Quinn se acercó y me arrastró a la pista de baile, de a poco comencé a moverme, pero no podía dejar de mirar a Brittany. De un momento a otro la gente fue haciéndole espacio para que ella bailara en el centro de la pista siendo observada por todos. Ella sin un mínimo de vergüenza seguía bailando y la gente la ovacionaba. De a uno algunos chicos se le acercaban para hacer algunos pasos con ella, a Sam eso no parecía molestarle, al contrario, era el que más emocionado estaba. De a poco todos iban tomando sus lugares y dejando que Brittany bailara tranquila con su novio, él la besaba, supongo que estaba marcando territorio dado que muchos chicos quedaron impactados por su baile y apuesto a que algún pensamiento más recorría la mente de todos los que quedaron embobados por ella, pues esa rubia bailarina era hermosa.
Después de bailar un rato, volvimos a la barra a tomar más alcohol. Estaban por habilitar el micrófono, pero con Rachel decidimos cantar unos minutos después. La gente disfrutaba de los cantantes que pasaban, sus desafinaciones no eran un problema, todos disfrutaban.
Mis amigas se entretenían con la pareja de rubios, yo sólo miraba a que chica llevaría a casa, muchas mujeres me lanzaban miradas coquetas, sólo tenía que saber elegir. Mientras buscaba una linda mujer la voz del presentador dijo “Es momento de hacer una invitación especial a una cantante local, ella es actriz en Broadway pero no por eso deja de deleitarnos con su voz y talento, demos un fuerte aplauso para… ¡Rachel Berry!” Rach me arrastró con ella al escenario, tomo el micrófono y me lo dio a mí, a ella le dieron otro y dijo “Esta noche mi amiga Santana y yo les cantaremos una canción especial, su mejor amiga es el amor de mi vida para ella le dedico esta canción…”
La gente nos aplaudía, algunos nos conocían y sabían que estando las dos juntas en el escenario el resultado era: éxito total. Rachel eligió un tema de Lady Gaga, The edge of glory, la música comenzó a sonar y así cantamos:
No hay razón para que tú y yo estemos solas
esta noche, yeah, baby, esta noche, yeah, baby.
Tengo una razón para que me lleves a casa esta noche.

Necesito a una mujer que piense que está bien cuando está mal.
Esta noche, yeah, baby, esta noche, yeah, baby.
Justo en el límite donde ambas sepamos que pertenecemos a esta noche.

Es hora de sentir la adrenalina, de presionar al peligro,
voy a regresar al borde junto a ti,
donde ambas podamos enamorarnos.

Estoy al borde de la gloria,
y estoy colgando de un momento de verdad.
Estoy al borde la gloria
y estoy suspendida de un momento junto a ti.

Estoy al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Estoy al borde de la gloria,
y estoy suspendida de un momento junto a ti,
estoy al borde acompañada de ti,

Una imagen más antes de que besemos el otro lado,
esta noche, yeah, baby, esta noche, yeah, baby.
Estoy al borde de algo definitivo que llamamos vida esta noche.
Así es, así es.
Libera tus sombras porque vamos a bailar sobre las llamas,
esta noche, yeah, baby, esta noche, yeah, baby.

¿A quién le hiere si todos saben mi nombre esta noche?

Es hora de sentir la adrenalina, de presionar al peligro,
voy a regresar al, al borde junto a ti,
donde ambas podamos enamorarnos.

Estoy al borde de la gloria,
y estoy colgando de un momento de verdad
Estoy al borde la gloria,
y estoy suspendida de un momento junto a ti.

Estoy al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Estoy al borde de la gloria,
y estoy suspendida de un momento junto a ti,
estoy al borde acompañada de ti.

Estoy al borde contigo.
Estoy al borde contigo.

Estoy al borde de la gloria,
estoy colgando de un momento de verdad.
Estoy al borde la gloria,
y estoy suspendida de un momento junto a ti.

Estoy al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Al borde
Estoy al borde de la gloria,
y estoy suspendida de un momento junto a ti.
Estoy al borde contigo.
Estoy al borde contigo.
Estoy al borde contigo.
Estoy al borde contigo.
Los aplausos eran para nosotras, me bajé del escenario dejando que ella se luciera como siempre le gustaba hacer “Esta canción también es para ti amor”. Quinn estaba súper emocionada, casi nunca se mostraban en público, pero su amor crecía tanto que eso dejaba de importarles; los temas que tenía planeados cantar los dejaría para después, era momento para ellas dos. El tema que Rach le dedicó fue el de Katy Perry “Firework” toda la gente bailaba y cantaba con ella, era toda una fiesta, como el ambiente estaba animado yo también comencé a bailar y a disfrutar del baile. Rachel bajó y no se despegaba de Quinn, algunos se atrevieron a cantar pero no muchos, después de nosotras era imposible salir victoriosos. La gente se ponía un poco melancólica y las canciones tenían ese ritmo lento y tranquilo. Vi como Sam y Brittany bailaban abrazados, Rachel y Quinn igual, decidí ir a la barra a seguir tomando. Con mi vaso en mano y miles de miradas sobre mí, decidía con quien irme acompañada esa noche, Brittany me miraba, mi rostro no tenía expresión alguna, decidí darle la espalda y seguir bebiendo. De repente sentí que alguien me tocaba la espalda, me di vuelta y ella estaba frente mío.
- ¿Qué te sucede? ¿Acaso te molesta que esté aquí? Santana, si es por lo de hoy ya te pedí disculpas…
- ¿Podrías dejar que tome tranquila? Al parecer no te basta con arruinar mis cosas en el trabajo, deja que disfrute este momento, ¿puede ser?
- Te pedí disculpas, ¿acaso eso no te importa? No te entiendo…
- No me conoces, no sabes quién soy.
- Pues me gustaría saber quién eres…
No lo soportaba, la dejé ahí y me dirigí al escenario, “Dame eso” dije y tomé el micrófono en mis manos, ya estaban por cerrar el momento de karaoke pero les dije que era tiempo de mi canción. Les indiqué el nombre de la canción y me acomodé, todos me miraban, cantar hacía que descargará todo lo malo que sentía, era mi tiempo, escuché los acordes y dije, “Para el que no me conozca, esta soy yo.”
Ella es solo una chica, y está en llamas
Más caliente que una fantasía, más grande que una autopista.
Está viviendo en un mundo, y está en llamas
Sintiendo la catástrofe, pero ella sabe que puede volar lejos.

Oh, Ella tiene ambos pies en la tierra
y la está quemando
Oh, tiene su cabeza en las nubes
y no se echa para atrás.

Esta chica está en llamas.
Esta chica está en llamas.
Está caminando en fuego.
Esta chica está en llamas.

Se mira como una chica, pero es una llama
tan brillante, ella puede quemar tus ojos,
mejor mira a otro lado.
Puedes intentarlo pero nunca olvidarás su nombre
la más caliente de las más calientes se dice.

Oh, tenemos nuestros pies en la tierra
y nos estamos quemando.
Oh, tenemos nuestra cabeza en las nubes
y no estamos bajando.

Esta chica está en llamas.
Esta chica está en llamas.
Está caminando en fuego.
Esta chica está en llamas.

Todos se detienen, cuando ella pasa
porque podemos ver la llama que está en sus ojos
mírala cuando esté iluminando la noche
nadie sabe que ella está sola
y es un mundo de soledad.
Pero ella va a quemarlo, nena, quemarlo, nena.

Esta chica está en llamas.
Esta chica está en llamas.
Está caminando en fuego.
Esta chica está en llamas.

Oh, oh, oh
Ella es sólo una chica, y ella está en llamas.
Brittany me miró todo lo que duró la canción, me bajé del escenario y recibía el saludo de todos, veía a Quinn y a los demás pero no me acerqué tenía que salir de ese lugar, mientras me disponía a irme alguien me tomó de la cintura, era Marcia.
- Cantas hermoso López…
- Gracias linda…
- ¿Bailamos?
- Ummm… prefiero irme, quédate a bailar o si prefieres acompañarme, pues, no tengo problema…
Me miró y sonrió, miré a Quinn y ella notó con quien estaba, le dije adiós con la mano y salí del lugar, Brittany también me vio pero poco me importaba lo que ella pensara de mí. Eran cerca de las tres de la madrugada, entré a casa procurando que mi nana no me viera, entramos y cerré con llave la habitación.
Marcia empezó a desvestirme en la oscuridad, me besaba apasionadamente y yo ya estaba ardiendo, la desvestí y la llevé a la cama, ella se posicionó encima de mí e inició un lento juego erótico, quería dominar el momento y yo se lo permití, me besaba y me acariciaba, ambas estábamos desnudas, en un instante sentí como su mano se dirigía a mi entrepierna y me penetró, sentí sus dedos dentro mío y eso me hacía volar, cuando más cerca estaba de llegar al éxtasis sin pensarlo dije: “Brittany…”
Marcia se detuvo y preguntó “¿Quién demonios es Brittany?”. No supe contestarle, yo misma estaba en shock, ¿cómo pude nombrarla?, no entendía nada, Marcia encendió la luz y me vio asustada, se acomodó a mi lado y dijo:
- ¿Quién es ella?
- No importa eso ahora, no quise decir ese nombre.
- Pero lo hiciste, ¿estabas pensando en ella todo el tiempo?
- ¡No! No sé qué pasó… Deberías irte…
- ¿Irme? La estábamos pasando bien, me sorprendió que dijeras ese nombre pero que eso no arruine este momento.
- No puedo seguir, vete por favor.
- Espero no vayas a buscarla a ella…
La miré enojada y ella sólo me besó en los labios, se vistió y antes de irse dijo “Espero que ésta no sea la última vez que estemos juntas, no es un buen recuerdo de la apasionada Santana López”. Hasta en mi vida privada Brittany arruinaba todo. Esto no podía estar pasándome a mí, jamás me había sucedido, algo había en ella que generaba todo este malestar, algo tenía que hacer yo al respecto, pero no sabía qué…
…………
Desperté desnuda en mi cama, mi ropa estaba tirada por toda la habitación, me levanté y alcé todo, me di una ducha y bajé a desayunar.
- ¿Qué tal la noche mi’ja?
- Pésima nana…
- ¿Qué pasó?
- Estaba cansada y vi a gente que no deseaba ver… volví temprano.
- ¿Desde cuándo alguien le arruina la noche a un Lopez?
- No lo sé… pero no quiero hablar de eso, a la tarde viajo a Inglaterra, prepárame el equipaje, estaré hasta el lunes allá.
- ¿Viajas sola? ¿Tu abuelo irá?
- No, él no viaja, iré con Carlos, Quinn, Rachel y Brittany. Es un viaje de negocios, Rach va porque es la novia de Quinn, pero es por negocios.
- Entiendo… cuidado con las salidas Santana…
- Tranquila nana, todo saldrá bien.
La besé y esperé a mi abuelo para irnos juntos a la empresa. Él estaba contento porque veía que con Brittany trabajábamos juntas, si él se entera como es en realidad nuestra relación seguro me reprocharía todas mis actitudes, parecía apreciar mucho a Brittany a pesar de conocerla hace poco, mi abuelo no era la excepción, todos la querían.
Llegamos a la empresa y decidí que me encerraría en mi oficina, tenía bastante para pensar, no tenía trabajo pendiente ni nada urgente, podría dedicar unas horas a reflexionar sobre esto que me estaba pasando.
Entré a mi oficina, cerré la puerta con llave y sentí el aroma del día anterior, era el perfume de ella, era agradable, no deseaba que se fuera, me coloqué los auriculares y me dispuse a relajarme un momento. Las canciones pasaban una tras otra, cerré mis ojos y me dejé llevar por las melodías, en mi mente aún quedaban rastros de imágenes viendo a Brittany bailar, su cara al verme cantar, parecía admirada pero a la misma vez preocupada, no percibí que estuviera molesta, en su rostro tampoco había maldad, me miraba de una forma que nadie antes me miró, me sentía vulnerable ante ella, sus ojos celestes siempre me observaban, ella algo buscaba en mí, pero me era absolutamente difícil descubrir que tanto busca o que es lo que quiere. Dije su nombre en plena relación sexual, no lo pensé, sólo lo dije, su nombre escapó de mi boca. Abrí los ojos y vi que en mi celular había dos mensajes, ambos de Quinn, en uno decía “Buenos días!! ¿No piensas hablar conmigo?” y en el otro mensaje “Ábreme, ¿qué te pasa?” había pasado una hora y no resolví nada de mis problemas mentales.
Salí de mi oficina y la vi a Carla hablando con Brittany.
- Carla, necesito hablar contigo, ven a mi oficina.
- Santana… -dijo Brittany- creo que las tres deberíamos hablar sobre lo de ayer, yo…
- No digas nada, eso ya pasó. Carla ven ahora -dije de manera imperativa.
Mi secretaria miró a Brittany y entró a la oficina, Brittany parecía estar un poco nerviosa, quiso decir algo pero entré a mi oficina y cerré con llave.
- Carla, ¿por qué no me dijiste que te irías? Eso me molestó bastante, hace tiempo que trabajas para mí, ¿por qué lo hiciste?
- Santana, mi hijo se enfermó, no sabía qué hacer, necesitaba el dinero, no podía decirte que no pero tenía que irme, Brittany se enteró y se ofreció a cubrirme.
- ¿Por qué no me llamaste?
- Brittany me dijo que no parecías estar de buen humor y…
- ¡Tú me conoces más que ella! Tendrías que haberme llamado, lo hubiera entendido Carla…
- Justamente porque la conozco es que coincidía con Britt, me va a disculpar Santana pero ayer algo parecía molestarle mucho, se le nota en su mirada, tuve miedo.
- ¿Crees que podría hacerte algo malo? ¿Cómo puedes decirme que te genero miedo? Me decepcionas Carla.
Ella bajó la mirada y sentí que estaba siendo dura con ella, y casi a punto de llorar dijo: “Temía que me dijera eso, que la decepcionaba, y mire, lo hice”. Me sentí lo peor, la mala de la película, no era ella lo que me molestaba, no era la culpable de mis problemas y esta frustración que sentía, me levanté y me senté a su lado, tomé sus manos y le pedí que me mirara, alzó su vista y temerosamente me miraba; con mi voz más serena le dije:
- No tienes la culpa de nada, no me decepcionas, no debí decir eso, no es así, sólo estoy enojada conmigo misma y lo descargo de la peor manera, discúlpame, pero la próxima vez que hagas algo parecido avísame.
- Lo haré Santana, discúlpame tu a mí.
- Ok, todo arreglado, dime, ¿cuánto necesitas para el médico de tu hijo?
- Nada, ayer Britt me pagó. ¿No te lo dijo?
- No… ¿Cómo que te pagó?
- Pues…
Vi que dudaba en decírmelo pero le exigí que me lo dijera, Brittany le dio la cantidad de dinero que yo suelo darle por trabajar horas extras, pero como Carla no aceptaba nada sin retribuir lo dado, pactaron que ella le debía a Brittany un favor especial. Cuando me contó eso sólo sonreí, no negaré que algo me molestaba de esa complicidad pero el gesto de Brittany fue lindo, creo que yo no lo haría, realmente Brittany era una caja de sorpresas, con cada acción me descolocaba más, no sabía si odiarla, adorarla o simplemente ignorarla. Al parecer ninguna de esas opciones eran válidas dado que no lograba discernir qué demonios era lo que esa rubia generaba en mí.
Carla salió de la oficina y me quedé pensando en todo lo que Brittany había hecho. En eso entró Quinn…
- ¿Qué te sucede?
- Nada Quinn, estoy ansiosa por el viaje.
- No me mientas San… ¿qué hiciste anoche? ¿Marcia durmió contigo?
- No…
- Te fuiste con ella no creo que no hayas hecho nada…
- Pues créelo, te prometí que lo intentaría ¿no?
Quinn no me creía, pero yo no estaba preparaba para contarle lo que me pasó, primero tenía que averiguar por qué yo me sentía así, ella se fue sin decirme nada pero dudando de mis palabras.
La hora del almuerzo había llegado y todos se marchaban a comer algo. No pretendía salir así que le pedía a Carla que me mandara algo para comer. Seguía escuchando música, quería encontrar la solución en alguna canción. Vi que la puerta se abría lentamente y Brittany entró sin permiso.
- ¿Qué quieres? ¿Por qué no golpeas?
- Lo hice, al parecer no me escuchaste.
- ¿Qué quieres entonces?
- ¿La canción de anoche era para mí?
- Podría decirse que sí.
- Cantas muy bien.
- ¿Sólo a eso viniste?
- Pues sí… veo que no tienes ganas de hablar.
- Carla me dijo que le diste dinero por lo de su hijo, ¿Por qué no me lo dijiste?
- Pensé que eso te enojaría más.
- Ok, ok… No discutiré nada más contigo, te haré un cheque por lo del dinero.
- No quiero tu dinero Santana, no lo aceptaré, lo que hice, lo hice por Carla.
Se levantó y se fue. Fui corriendo a su oficina a gritarle algo, no sé qué pero algo le gritaría, entré y estaba con Sam…
- Sam, sal de aquí necesito hablar con Brittany.
Sam salió sin entender qué pasaba, miré a Brittany y nada se me ocurrió para decirle, estaba enojada pero no sabía qué demonios decirle, contra ella no se me ocurría nada, ni una palabra.
- Estás enojada, pero no deberías estarlo, quiero llevar las cosas en paz, no me meteré con tu secretaria, es mi amiga y sólo quise ayudar. No dices nada porque sabes que tengo razón, estoy segura que hubieras hecho lo mismo que yo, ella me ha comentado que se llevan bien, y por lo poco que sé, tú no eres de llevarte bien con todos. ¿A qué le temes? Nadie podrá hacerte daño, yo no te haré daño Santana…
La miré sorprendida, maldita sea, ¿podía ser más amable esta chica? Me descolocaba, era como si estuviera metida en mi cabeza y leyera mis pensamientos, tengo un miedo y es querer tanto a alguien y luego perderlo, vi el sufrimiento en el rostro de mi papá, la nostalgia de mi abuelo por todos los seres queridos que hemos perdido a lo largo de los años, por un momento me estremeció la sola idea de sentirme sola otra vez, extrañar a mamá, sus platicas su risa y el abrazo de papá, sus burlas y ese aroma que me decía que ese hombre me protegería siempre de cualquiera que quisiera dañarme. Estaba siendo herida, ella, Brittany, me hacía mal pero no entendía por qué si tan solo intentaba ser amable y agradarme.
“¡Maldita sea! Sólo… no me robes mi secretaria ¿ok?” dije eso y salí de la oficina. Volví a sumergirme en mis canciones, luego de escuchar un par de ellas apagué mi celular y me recosté en un sillón que tenía en la oficina, de un momento a otro el sueño me dominó y me dormí.
………………
Me desperté y sentí a mí alrededor un brazo, unos mechones rubios estaban a la altura de mi hombro, sonreí por eso y agarré el brazo para generar más presión en mi cuerpo. La rubia se despertó y me mordió levemente el hombro.
- Oye, si Rachel se entera que deseas comerme, te mata a ti y a mí.
- Ja, ja, ja… ¡Qué graciosa! Levántate y ve a tu casa a preparar el equipaje.
- Mi nana lo hará. ¿Qué hora es? Tengo hambre.
- Son casi las cinco, a las siete salimos.
- Demonios… no quiero ir pero debo hacerlo.
- Britt me comentó lo que pasó con Carla, vamos Santana, buscas cualquier excusa para pelear, estás peor que una niña de seis años.
- ¡Es mi secretaria Quinn!
- No seas caprichosa, fue un gesto noble el de Britt.
- ¡Como sea! Ya pasó, dime, ¿Rach tiene todo listo?
- Si, está en mi departamento esperándome, está muy emocionada.
- Por lo menos ella, bueno, levántate y vámonos.
Quinn estaba por levantarse y entró Carla a dejar unas carpetas, nos vio y sonrió, Brittany estaba saliendo de su oficina y pudo vernos a mi amiga y a mí acostadas, Quinn la saludó y ambas sonrieron.
- ¡Vamos levántate! Debo irme…- dije.
- Tú primero ve a comer algo y luego te vas.
Se levantó y se fue con Brittany. Carla salió y después de unos minutos entró con mi comida caliente. “Si Quinn se entera que te fuiste sin comer me mata”. Se sentía agradable recibir tantas atenciones, Quinn era como mi hermana, a veces se transformaba en madre, pero siempre me protegía y me cuidaba como si realmente fuéramos familia.
Comí y me fui a la casa, eran cerca de las cinco. Al llegar mi nana tenía todo listo y mi abuelo me llevaría al aeropuerto. Me di una ducha y bajé a recibir todas las bendiciones de mi nana, le asustaba que viajase en avión, rezaba un padre nuestro frente mío en español y me abrazaba tan fuerte que me daba la impresión que con esa acción ella me transmitía parte de su alma la cual me cuidaba hasta mi regreso, nunca me pasó nada malo y es gracias a ella y su fe en Dios.
Mi abuelo decidió que era hora de marcharse, faltaba una hora para las siete pero hasta llegar al lugar tardaríamos media hora. Nos subimos y mi abuelo comenzó a hablarme sobre los ingleses, el negocio, como debería tratarlos y todo eso, él estaba confiado en que todo saldría bien. Comenzó a bromear y por un momento me olvide que estaba yendo a un país desconocido por mí en compañía de Brittany.
El avión de la empresa estaba listo, el piloto era amigo de mi abuelo y ambos tuvieron una breve charla sobre cuestiones del viaje. Mi equipaje fue introducido en el avión, era la primera en llegar. Después de unos minutos llegó Carlos y seguido de él Quinn y Rachel. Sólo faltaba Brittany, yo ya estaba nerviosa, tal vez había decidido no viajar, quizás en lugar de ella iría Harry o Sam o alguno de ellos la acompañaría para no sentirse sola allá. Los minutos pasaban y no llegaba, las chicas se pusieron a escuchar las historias de mi abuelo y Carlos sólo hablaba por celular. Miré mi reloj y aún faltaban quince minutos para despegar. Estaba atardeciendo, mi día de reflexión se vio frustrado por Brittany y sus teorías sobre mi personalidad, no había aclarado ni una de las dudas que me invaden desde su llegada a la empresa, porque desde ese día comenzó todo este malestar que siento, a veces siento que no es un malestar sino la falta de algo, necesito de algo para sentirme plenamente bien y no sé que es, pero ella fue la que arruinó toda mi tranquilidad, sólo ella. “Allí viene…” escuché que dijeron y ahí la vi, acompañada de sus padres y de Sam. Ella viajaría sola, la notaba tranquila, distendida, le dio su equipaje al asistente del piloto así lo cargaran en el avión y comenzó a saludar a todos. Su sonrisa brillaba más que el triste atardecer, los leves rayos del sol penetraban en su cabellera y la ligera brisa desparramaba algunos mechones que ella intentaba dominar con sus pequeñas manos. Me acerqué a saludar antes de que mi abuelo me retara por ser descortés. La madre de Brittany me abrazó al igual que Harry y ambos me dijeron que cuidara de su hija en el viaje, sólo les sonreí y les prometí que lo haría, pero dije eso por puro compromiso, ni modo que les dijera “No pienso cuidarla, es más ni quiero viajar con ella…”
El piloto anunció que estaba todo listo para el viaje y que vayamos acomodándonos. Me despedí del matrimonio Pierce y de Sam, le di un abrazo a mi abuelo y él en español me dijo “No te deseo suerte hija, sino éxitos en todo, tú puedes”. Me besó y me dirigí al avión, Quinn y Rachel ya estaban subiendo las escaleras, miré a Brittany y ella besó a Sam en los labios, luego se despidió de sus papás, Carlos venía con ella; entre en el avión y decidí sentarme en un asiento al lado de la ventana, la pareja de novias estaban un asiento atrás pero hacia mi izquierda, el pasillo entre sus asientos y el mío era extenso como de un metro y medio de distancia Carlos subió y decidió sentarse también en la parte izquierda pero delante de mí, Brittany hizo un paneo del lugar y decidió acompañar a Carlos. Unos minutos después estábamos despegando, en siete horas llegaríamos a Inglaterra. Quinn y Rachel iban conversando y estaban muy mimosas, los de adelante no hablaban mucho, decidí escuchar música así que me puse los auriculares. Pasadas unas horas las chicas se durmieron abrazadas y Brittany comenzó a charlar con Carlos, no sé qué tanto hablaban pero parecía ser una charla muy animada puesto que los dos tenían algo para decir y se reían. Yo sólo los miraba, en un momento ella se dio la vuelta y fijó su mirada en mí, yo no aparte la mía y como si nada, sonrió; volvió a su charla con Carlos y yo quedé como estúpida intentando descifrar el maldito significado de su sonrisa. A pesar de todo era buena conmigo. No me había puesto a pensar que quizás era buena conmigo por simple interés, tenía que llevarse bien con la futura jefa de la empresa, sin embargo esa idea la descarté, no veía en ella ambición, tampoco actuaba como una aduladora, es más, varias veces me ignoraba, le valía tres pepinos lo que yo hiciera, tampoco notaba en ella esa admiración por la empresa como lo noté en su padre y en Sam, ellos adoraban la empresa pero ella sólo trabajaba correctamente, era buena y hacía un excelente trabajo pero no compartía las mismas ideas que ellos. Yo me doy cuenta de la clase de personas que me rodean, hipócritas, estafadores, mentirosos, aduladores, traidores, etc., también sé cuando los que me rodean son personas de bien, fieles a sus convicciones y coherentes con lo que dicen y hacen; pero ella era difícil de analizar, no era mala, pero no lograba ver su esencia, su verdadera pasión, porque a todas las personas nos apasiona algo y es eso lo que nos moviliza a seguir en la vida, mi pasión es este trabajo que hago, lo disfruto tanto que no me interesa nada más. Observo a Brittany y sé que por más que sea excelente en los negocios esa no es su pasión, pero entonces ¿cuál es?
Estuve bastante tiempo pensando en ella, tratando de entenderla, pero me era imposible o quizás yo era mi propio obstáculo pues mi orgullo no me deja ver las virtudes de ella. Todo el mundo la adora, algo tiene, esa bondad la esparce por dondequiera que va. Inclusive su nombre ya implica algo tierno, Brittany, Britt…
Ella hasta el momento no me ha dicho “Llámame Britt”, conmigo mantiene la formalidad, sólo conmigo porque todos le dicen Britt. Debo ser sincera conmigo misma, es atrayente ese diminutivo, a veces quisiera decirle así, es mucho más fácil y práctico, además como que la define aún más, es el nombre perfecto; la medida de ternura y amabilidad son esas letras que conforman su nombre. Es simplemente ella, dulce y tierna, es Britt.
…………………………
Claru!
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Patri_glee Lun Dic 02, 2013 11:40 am

holaaa!!! excelente capítulo FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1206646864 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1206646864 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1206646864 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1206646864 
saludoss espero y actualices pronto FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1206646864  ya que esta muy buena la historia y me quedo con ganas de leer más FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1202786940 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 1202786940 
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Sáb Dic 07, 2013 7:30 am

Patri, gracias por leer a mi bebé... je El Fic es un hijo para mi y que te guste significa mucho para mi, gracias!
Veré sí actualizo hoy, te explico: mañana es mi cumple y andaré de festejo en festejo je je
Sí tengo un tiempo libre actualizo sino el lunes...
Besos!!
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Lun Dic 30, 2013 1:51 pm

Perdón por la tardanza, en breve actualizo...
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Finalizado Capítulo 3:Inglaterra, anhelos y llantos.

Mensaje por Claru! Lun Dic 30, 2013 2:06 pm

Dejo el capítulo, espero sea de su agrado y gracias por leerme, sé que hay gente que lee, muchísimas gracias!
........................................



No sé en qué momento me dormí, mi celular estaba apagado y me cubrieron con una manta. Al despertar vi que todos dormían menos ella, la de los ojos celestes. Miré mi reloj y ya habían pasado seis horas y media de viaje. Brittany estaba escuchando música, al parecer percibió que me movía y sólo me miró por unos instantes. Yo estaba hambrienta, le iba a pedir algo de comer a la azafata pero ella me dijo que me ajustara el cinturón porque ya íbamos a aterrizar en Londres. Les avisó a los demás lo mismo y en cuestión de minutos ya estábamos pisando territorio inglés, por el cambio de horario nos encontrábamos en plena madrugada inglesa, eran cerca de las siete de la mañana.
Dos autos nos esperaban para llevarnos al hotel que los empresarios nos ofrecían al ser ellos los anfitriones. Un asistente nos indicó en cual deberíamos ir, Carlos, Quinn y Rachel subieron en uno, el asistente subió al otro auto donde yo iba acompañada de Brittany. El chofer y el asistente iban en la parte de adelante, con Brittany íbamos atrás, era raro verla tan cerca de mí, el silencio invadía ese diminuto lugar en el que estábamos, nos mirábamos de reojo como si fuéramos dos desconocidas. El asistente nos dijo que en el hotel nos esperarían los empresarios para desayunar juntos a modo de bienvenida.
- Santana, ¿crees que los empresarios nos hagan muchas preguntas de la empresa?
- Es probable.
- Creo que deberíamos hablar sobre eso en privado.
- No te entiendo, ¿por qué?
- Luego te explico.
Llegamos al hotel y nos indicaron nuestras habitaciones, todas eran en un solo pasillo, una habitación para cada uno. Alrededor de las nueve nos juntaríamos a desayunar, había tiempo de descansar un momento, pero Brittany insistió en reunirnos antes de irnos. Todos fuimos a la habitación de Brittany, y planteo lo siguiente:
- Estoy segura de que en el desayuno comenzarán a realizarnos preguntas sobre la empresa, debemos estar preparados, el lunes es la reunión pero desde el momento en que pisamos Londres ellos están analizándonos, lo presiento.
- ¿Qué propones entonces? –dije.
- Que estemos atentos, cada uno es idóneo en un área específica, si hacen preguntas de índole legal es Quinn quien debe responder, de las finanzas Carlos y en cuanto al contrato, Santana, tu deberías hablar. Yo prefiero no aportar mucho, soy nueva en la empresa y eso podría jugarnos en contra.
- Pero Britt, -dijo Quinn- tu nos has demostrado que sabes bastante de la empresa.
- Coincido con Quinn, ambas hemos armado todo esto, dejemos que la conversación con ellos fluya, tranquila Brittany. Tendremos en cuenta tu aportación, tienes razón, nos están analizando pero tenemos muchas cosas a favor, no lo olvides.
Ella me miró y sonrió aprobando lo que le decía. Cada uno se fue a su habitación, me bañé y me alisté, sólo debía esperar que las demás estuvieran listas, Carlos estaba concentrado en su celular, estaba sentado en unos sillones que había en el pasillo. Lo que dijo Brittany me hizo ruido en la cabeza, no lo había tenido en cuenta pero tenía razón, ella era nueva y no sé si a los ingleses les gustaría la idea de hacer un trato con una empresa representada por la nieta del accionista principal y una novata socia con días de trabajo en la gran empresa de los latinos. Las chicas salieron juntas, las tres estaban en la habitación de Quinn; se llevaban bien entre ellas dado que siempre estaban de humor y sonriendo.
Ya en el ascensor y antes de llegar al piso donde desayunaríamos dije: “Como lo dijo Brittany, estemos atentos a todo lo que digan”. Nos dimos miradas cómplices entre nosotros, éramos un equipo y triunfaríamos, para eso estábamos en ese lugar.
Conocimos en persona a los ingleses, el desayuno transcurría tranquilo, Brittany tenía razón, las preguntas en referencia a la empresa no tardaron en llegar, por suerte cada uno respondió lo que le competía de una manera convincente, todo estaba saliendo bien pero un comentario de uno de ellos sembró el miedo en mi, “Señorita Brittany, a pesar de ser nueva en la empresa, conoce bastante del negocio, espero sepa cuán grande es la responsabilidad que recae en usted como colaboradora en esto, si algo falla o no sale como lo esperamos usted será una de las responsables, no sabemos qué tan capacitada está para afrontar cualquier eventualidad, no posee una experiencia como la señorita López… sin embargo, es admirable su intrepidez para involucrarse en esto”. Brittany lo miró y antes de que dijera algo hablé yo, “Brittany es nueva en López & asociados, es joven para estar en el negocio, pero es excelente en lo que hace, ella junto a su padre sacaron adelante una gran empresa y hoy son socios nuestros por todo ese gran trabajo que hicieron, no cualquiera es socio en López & asociados”. Los ingleses no dijeron nada, ellos pretendían ser socios nuestros y estaban al tanto de nuestras exigencias para ingresar a la empresa, consideré relevante defender a Brittany con ese argumento para darle más importancia a su desempeño y que no quede como una inexperta. Cuando terminé de hablar ella se quedó mirándome, ni ella ni nadie esperaba que yo dijera eso, para rematarla ella agregó “Caballeros, actúo si la situación lo amerita, no se preocupen”. Esa seguridad me gustó, estaba tranquila al momento de hablar, los ingleses quedaron viéndola; ella tenía razón, la tomarían como excusa para cambiar algo del contrato, ahora yo lo presentía, lo vi en sus miradas, había que ponerse a trabajar.
El desayuno terminó y nos dirigimos a las habitaciones a descansar, el cambio de horario no nos favorecía, en la tarde nos juntaríamos a charlar y a preparar todo para el lunes, algo planeaban los ingleses y había que adelantarse a ellos.
Antes de que me recostara en la cama alguien llamó a mi puerta, abrí y era Brittany en pijamas.
- Santana, gracias por defenderme, eso significa mucho para mí, no podría dormirme sin antes decírtelo, gracias…
- No son necesarias las gracias, somos un equipo y entre todos nos defendemos, ¿ok?
- ¡Ok!
Se acercó y me besó rápidamente en la mejilla, entró en su habitación y yo quedé estática, no me lo esperaba, por unos segundos su aroma invadió mi aire y el beso se instaló en mi cabeza. Me toqué la mejilla y sonreí, sonreía como una tonta, sus labios tocaron mi piel… Sólo eso tenía en mente.
Luego de descansar, nos reunimos en mi habitación a trabajar, mi abuelo llamó y lo pusimos al tanto de todo, sin darnos cuenta la noche llegó y decidimos posponer el trabajo y disfrutar un poco de la ciudad, iríamos todos a cenar en algún restaurant inglés y si estábamos con energía visitaríamos algún bar o boliche.
Todos fueron a cambiarse, yo me preparé y fui la primera en salir al pasillo en espera de los demás. Carlos decidió quedarse a dormir, sólo las chicas saldríamos.
Era incómoda la situación, Quinn andaba a los besos con Rach; con Brittany apenas nos mirábamos, yo seguía hipnotizada por el pequeño beso y ella parecía querer decirme algo en relación a eso pero no lo decía. No sé que era peor, ignorar eso que deseaba decirme o preguntar y llevarme una desilusión por recibir una respuesta no deseada.
Decidí no preguntar, ella tampoco hablaría, estábamos igual. Fuimos a cenar y luego a pasear por la ciudad un poco. Quinn iba de la mano con Rach, de un momento a otro se alejaban de mi y de Brittany; entre nosotras había tensión pero ninguna se atrevía a dar el primer paso para acabar con esa situación incómoda. Decidía mentalmente si animarme a preguntarle el por qué del beso, esa cercanía tan repentina, estaba en que le preguntaba y después me arrepentía, iba a hablar pero me callaba, ella me observaba y sonreía. Decidí tomar valor y hablar pero… “¡Hahaha Britt mira!” dijo Rachel señalando un cartel, era la publicidad de un espectáculo de Ballet, la bailarina principal al parecer era norteamericana, por eso les llamaba la atención. Tanto Rachel como Brittany deseaban ir a ese evento, yo no quería pero eran ellas y Quinn contra mí, mi amiga estaba dominada por su novia, yo estaba en desventaja.
Fuimos al lugar a comprar las entradas pero estaban agotadas, y no había más funciones en Londres, era la última. Rachel y Brittany quedaron decepcionadas, si no podíamos entrar pues era mejor ir a un bar. La propuesta de cambiar un baile de ballet por un bar no les gustó nada, se notaba en sus rostros la tristeza.
- Oigan, no es para tanto, seguro este evento se hará en New York.
- No Santana, -dijo Rachel- esta gira es exclusiva de Europa, es una obra magnífica, si no la vemos hoy, no la veremos nunca.
Rach siempre exageraba y transformaba todo en tragedia pura, pero el rostro de Brittany era peor que el de mi amiga. Quinn abrazaba a Rachel consolándola, me acerqué a Brittany y le dije:
- ¿Tan importante es esta obra?
- Deberías verla por ti misma para dimensionar su hermosura.
Escuchar eso de su boca me estremeció, esto era importante para ella. Nos estábamos alejando del lugar y se me ocurrió llamar a un amigo director de Broadway, el más importante de todos. Luego de hablar con él y explicarle lo que quería me dijo: “San, ve al teatro que te dejaran pasar a ti y quienes tú quieras”. Rachel me entregaría su vida por dejarla pasar, así era de exagerada.
- Ok chicas, volvamos, no quiero ver caras tristes, veremos esa función.
- ¿Cómo pretendes que entremos? -dijo Quinn.
- Soy Santana López, ¿lo olvidaste? Lo que quiero, lo tengo, ¡vamos!
Ellas me siguieron pero dudando de lo que les decía, fui y me presenté en la boletería, “Soy Santana López, y vengo a ver la función con tres personas más”. El chico de la boletería hizo un llamado y las puertas del teatro se abrieron, había gente afuera y se sorprendieron de que nosotras entráramos así nada más, como si fuéramos reinas del lugar. El rostro de las chicas cambió totalmente. “¿Cómo lo hiciste?” me preguntaban y yo sólo les dije, “Soy Santana López, no lo olviden”. Brittany estaba feliz y yo también, me puse a pensar si esto lo hacía por ella o por Rach; verlas tan emocionadas era algo que me satisfacía. Quinn se acercó y me abrazó “¡Eres lo más San!”.
Nos ubicaron en un palco, la vista era excelente, la función iba a comenzar, esperaba que realmente esta función fuera algo genial de lo contrario mi humor cambiaría considerablemente. Yo había tomado una clases de ballet cuando era niña, me gustaba pero no tan al extremo como le gustaba a Rach.
La música invadía cada rincón del lugar, las personas estaban concentradas en el escenario, los bailarines hacían un semi círculo para darle lugar a la bailarina principal. Ella se movía delicadamente, a cada movimiento la gente se admiraba, era talentosa. Brittany quedó embobada con eso, miraba con devoción a esa mujer, en momentos de intensidad del baile, cuando la bailarina tenía que hacer movimientos muy arriesgados Brittany cerraba sus ojos y lanzaba un suspiro, como si fuera ella la que bailaba frente a todo ese público.
La función terminó y la ovación fue enorme, realmente disfruté de ver eso, no fue mala idea haber ido. Las chicas estaban contentas, a Brittany la noté rara, estaba feliz pero a la vez ¿preocupada?, ¿triste?... no lograba descifrar que otro sentimiento la invadía en esos momentos.
Llegamos al hotel cansadas, al día siguiente por la mañana seguiríamos trabajando, sólo Rachel dormiría bien, y hablando de ella, se metió en la habitación de Quinn diciendo “Buenas noches”. Brittany se reía, me miró y se acercó un poco más a mí; estaba esperando que me diera otro beso furtivo pero no pasaba nada, hizo el amague de abrazarme pero se apartó un poco, desde esa distancia dijo: “Gracias por llevarme a la función, te debo una”. Sonreí y abrí mi puerta, ella me miraba, “Fue una agradable salida” dije eso y espere a que entrara en su habitación para yo recién cerrar mi puerta. Me recosté en la cama, estaba sonriendo como una tonta, cerré mis ojos y por unos momentos desee que ella entrara en mi habitación y me besara pero no en mi mejilla sino en mis labios, sólo un beso y lo demás fluiría, poco a poco la desnudaría y la acariciaría, provocando que dijera mi nombre una y otra vez, implorando que la hiciera mía, mi nombre saldría envuelto entre los gemidos de ella, una mezcla realmente excitante…
Abrí los ojos y yo misma me sorprendía de mis deseos, no podía pensar de esa forma con ella, eso no pasaría, era una fantasía, sólo una fantasía.
………………………….
El sol atravesaba mi ventana, al parecer me dormí sin desvestirme, aún tenía la ropa de la noche anterior puesta. Sentí que golpeaban mi puerta, atendí y era Quinn…
- Ya pedí el desayuno para todos, ¿por qué tienes puesta la misma ropa de anoche? Nooooo… ¿te fuiste con alguna por ahí y recién vuelves?
- ¡Cállate! ¿cómo crees?…
- Te conozco Santana…
- Sólo me dormí sin ponerme el pijama, estaba cansada.
- ¿Debo creerte?
No le dije nada porque volvieron a golpear la puerta, era Carlos. Lo hice pasar y decidí darme una breve ducha hasta que llegara Brittany y el desayuno. Por suerte las habitaciones eran amplias, cada una tenía una sala, el baño y el dormitorio. Me bañé y me puse ropa cómoda.
Al entrar al salón el desayuno estaba ahí y ella también, como la noche anterior, me miraba y sonreía, mi respuesta ante eso fue una sonrisa y unos “¡Buenos días!” Quinn me miró como diciendo: ¿qué demonios te pasa?
No le di mucha importancia a Quinn, decidí desayunar y comenzar a trabajar, mi abuelo y Harry llamaron, era un gran trabajo, no podíamos fallar, estábamos prevenidos ante cualquier propuesta que a los ingleses se les ocurriera lanzar. El mediodía se acercaba, Rach se sumó a la mesa de trabajo, almorzamos todos juntos y dedicaríamos un par de horas más de trabajo. Todo marchaba bien, la presencia de Brittany ya no era molesta para mí, por momentos nos mirábamos de reojo, esto ya parecía un juego, sin embargo, todo eso se sentía lindo.
Alrededor de las cuatro nos desocupamos de todo, era momento de descansar. Yo decidí dormir un poco, las chicas se iban a pasear por la ciudad y Carlos ni idea que haría, antes de que todos se fueran, pactamos en ir a cenar juntos esa noche.
Me dormí y al despertar ya estaba oscureciendo, ya no quedaban rastros del sol, la oscuridad comenzaba a invadir este país y las luces iluminarían la belleza que siempre observé en las revistas o películas. Miré mi reloj y marcaban las cuatro de la tarde, conté con mis dedos y en Londres supuestamente serian las nueve de la noche. Me bañe y me alisté, iríamos a cenar en el restaurant del hotel, me puse un vestido que se amoldaba a mi cuerpo, color verde con unas líneas grises y unos zapatos negros, mi pelo estaba recogido en una media cola. Salí y decidí esperar en el pasillo, mandé un mensaje a Quinn y a Carlos preguntando si ya saldrían de su habitación, suponía que Rach estaría con Quinn, el número de Brittany no lo tenía es por eso que no le mandé nada. Carlos contestó: “Estoy cansadísimo, no iré, mañana podemos desayunar juntos, pásenla bien”. Esperé un poco más y Quinn no respondía. Escuchaba risas en la habitación de Rachel, al parecer todas estaban allí. De pronto escuché música y la puerta se abrió, la música se escuchaba más fuerte y Quinn salió riéndose de adentro, tenia puesto un bello vestido color rojo, al parecer lo que quería hacer era un desfile, hizo la pose de modelo y Rachel describía sus medidas y lo que llevaba puesto, yo me reía, al igual que las demás, Quinn hizo su recorrido por el pasillo como si este fuera una pasarela; era el turno de Rachel, los comentarios los hizo Quinn “La cantante Rachel Berry luce un vestido negro con un escote muy llamativo, ese color combina perfectamente con el rojo, demuestra la pasión en la oscuridad…” todas nos reíamos por las cosas que Quinn inventaba, Rachel hizo su pasada a pura risa, faltaba Brittany, la música no paraba, e hizo su entrada al pasillo, estaba bellísima, “¡Abran paso a Brittany S. Pierce! ¡Oye, está guapísima vean esas curvas en el vestido que luce, ese escote!...” no sé que más decía Quinn, yo me quedé paralizada viéndola, tenía un vestido que mostraba su cuerpo esbelto, sus piernas largas, es verdad, tenía un escote pronunciado, su cabello estaba suelto, y sonreía a cada paso que daba. Ella se quedó al final del pasillo y las demás salieron para reunirse con Brittany. Yo sólo me reía junto a ellas.
- ¡Están locas! -dije.
- Ja, ja, ja. Fue divertido, agradécele este evento a Rach y a Britt, ellas tuvieron la idea.
Las miré y sonreí, les comenté que Carlos no iría así que decidimos ir nosotras. Bajamos al restaurant y nos recibieron bien, la comida era genial, había una banda tocando en vivo, la música era suave, todo se estaba transformando en una velada realmente agradable.
- Bien, ¿vamos a bailar? -dijo Rachel.
- Preferiría descansar, mañana es un día importante -respondí.
- Dormiste toda la tarde, será sólo un momento, todo está en orden, no te preocupes San, anda, vamos. ¿Vas con nosotras Britt? -dijo Quinn.
- Prefiero dormir, no he descansado en todo el día, además coincido con Santana -dijo Brittany.
- Quinn, si deseas ir con Rach, lo pueden hacer, sólo no tomes mucho, te necesito lúcida mañana… -agregué.
No lo pensaron dos veces, mis amigas se levantaron y dijeron “Nos vemos más tarde…”y salieron del lugar muy emocionadas. Me miré con Brittany, estábamos las dos solas en la mesa, me sentí incómoda, noté que varios hombres nos miraban, pero la miraban mucho a ella, todos la deseaban, lo podía notar en esos ojos lujuriosos que los hombres tienen.
- Nos miran mucho Santana -dijo ella.
- Lo sé, mejor nos vamos ¿no crees?
- Ok…
Nos estábamos por levantar cuando el asistente que nos recibió al llegar al país, se acercó a nuestra mesa.
- ¿Ya se van? Les traigo entradas para un evento -dijo.
- Ya se fueron todos, sólo quedamos nosotras -respondí señalando a Brittany.
- Les dejo dos entradas, la Bailarina Alexandra Hudson dará una pequeña función aquí en el hotel, sabemos que ayer fueron a verla en el teatro, les dejo las entradas, espero lo disfruten.
Dejó las entradas en la mesa y se fue. A mí me sorprendió que supiera lo que habíamos hecho. Nos estaban vigilando mucho, de seguro pusieron micrófonos en las habitaciones y escuchaban todo lo que decíamos. Le comenté todo esto a Brittany y ella dijo “Es probable que tengas razón, pero igual, el trato lo haremos. ¿Nos vamos a dormir?” Me gustaba su seguridad, eso me reconfortaba, no entendía por qué pero si ella lo decía le creía, el trato se realizaría, por otro lado su pregunta me hizo pensar e interpreté eso de otra manera, pensé que querría dormir conmigo, en mi cama. Mi mente en una milésima de segundos imaginó la posibilidad de tenerla en mi cama, semidesnuda, sólo para admirar su cuerpo, tocar su largo cabello y perderme en el color de sus pupilas.
La miré y dije: “Emmm… lo de anoche me gustó mucho, vamos a ver qué tal ahora, ¿no crees?” ella me miró y pensó en mi propuesta, estaba dudando, entonces agregué: “Anoche estabas muy emocionada por lo que vimos, inclusive te pusiste peor que Rachel cuando creímos que no entraríamos, anda, vamos a ver de nuevo a esa bailarina…” ella sonrío y sólo dijo “Tienes razón, vamos…”
Nos dirigimos en silencio hacia el salón donde se desarrollaría el evento, noté a Brittany un poco distante, sonreía pero por compromiso, ella siempre sonríe pero es algo que nace en ella, ahora era diferente, quizás no deseaba estar en ese lugar conmigo. Nos sentamos en unas sillas en la parte delantera, en la primera fila, delante de nosotras había un pequeño escenario delicadamente decorado con telas de color lilas y rosadas. Brittany miraba todo de una manera que me llamó la atención, estaba triste y no entendía por qué.
Las luces se centraron en el escenario, la música cambió y allí estaba la bailarina de la noche anterior, era rubia, su cuerpo se movía al compás de la melodía, Brittany volvía a embelesarse en la coreografía, igual que la noche anterior, capaz que se imaginaba bailando como esa chica. Cada vez que veíamos una coreografía, Brittany sonreía forzosamente y aplaudía, su rostro no demostraba alegría, todo lo contrario, se sentía mal, no me lo decía pero podía percibirlo, era transparente, tal cual la definió Quinn una vez.
El baile había concluido, todos aplaudían. La bailarina desapareció entre las bambalinas, noté como Brittany la observó hasta que desapareció. Esperamos unos minutos para salir pero escuché que dijeron: “¡Britt!”, me di la vuelta junto con Brittany y era la bailarina, estaba allí parada usando un tapado que cubría la vestimenta usada en el baile. La bailarina se acercó y Brittany también, ambas se fundieron en un abrazo muy efusivo, la gente sólo observaba esa situación, al igual que yo, no entendíamos nada, sólo presuponíamos que ellas se conocían de algún lugar.
- ¡Oh Britt tanto tiempo sin verte! Sigues hermosa como siempre… -dijo la bailarina.
- Ale, gracias, tu también te mantienes bien… anoche fui a verte al teatro, te presento a Santana López, ella hizo que entráramos a verte, no sabía que estabas aquí.
Escuché eso y me hizo señas así me acercara a ella, la bailarina me miró de pies a cabeza y dijo: “Santana López, ¿la empresaria? sé que inviertes en obras musicales, me habían dicho que eras una mujer linda, déjame decirte que eres hermosa en persona Santana” Sonreí y la saludé con un abrazo y un beso en la mejilla, Alexandra miraba a Brittany y noté cierta complicidad entre ellas, algo había entre ellas, algo que yo no sabía. Como si nada se tomaron de las manos y tuvieron una charla simple:
- Santana es mi socia, estoy en New York ahora, trabajamos juntas.
- ¿New York? Entonces nos veremos más seguido, te buscaré en cuanto termine mi gira aquí en Europa. ¿Cómo estás? ¿Sam?
- Bien… Sigo con él, estamos bien.
- Hablaremos en New York, te buscaré.
Se miraron y volvieron a abrazarse, Brittany estaba a punto de llorar, Alexandra también. Al parecer se conocían mucho. La bailarina le dijo algo al oído a Brittany y la besó en la mejilla, se fue a saludar a otras personas, desde lejos me miró y agitó su mano en forma de despedida. Sólo le sonreí y salimos del salón.
- ¿De dónde la conoces? No me dijiste que la conocías…
- Ella vivió un tiempo en Ohio, algunos años, luego se fue a New York a estudiar ballet, y ya ves, le fue muy bien.
- Si tan amigas son, ¿por qué no hiciste que nos dejara pasar a su espectáculo anoche? Creo que no te lo hubiera negado.
- Hace muchos años que no la veo ni sé nada de ella, no creí que fuera pertinente pedirle algo así.
- Sigo pensando que no te lo hubiera negado, se emocionó mucho de verte.
- Tal vez tengas razón…
Brittany estaba triste, no hablaba mucho, verla así no me hacía sentir bien, entonces le pregunte:
- Te noto triste, ¿acaso hice mal en invitarte?
- No, claro que no, sólo estoy cansada.
Eso que me dijo no me convenció, llegamos a nuestro piso y sólo dijo: “Buenas noches”, entró a su habitación y yo quedé preocupada, entre a mi habitación y me puse mi pijama, eran cerca de la una de la madrugada, estaba intranquila. Decidí ir y hablar con ella. Golpee la puerta y no me atendía, capaz ya se había dormido, apoyé mi oreja en el mismo lugar donde antes golpee y sentí unos sollozos, no había dudas, estaba llorando, “Brittany, abre la puerta, sé que estás ahí, si no lo haces la abriré como sea, sabes que soy capaz de hacerlo”. Esperé unos segundos y la puerta se abrió, Brittany se limpiaba los rastros de las lágrimas en su rostro, me miró y dijo “¿Qué necesitas?” sólo la observé y respondí: “¿Qué te sucede? Dímelo…”
Brittany no lo soportó más, ya no podía negarlo, con sus manos se cubrió el rostro y comenzó a llorar, me acerqué y la abracé. Cerré la puerta y pude distinguir en la oscuridad del lugar que al parecer ni siquiera entró a la alcoba, sus zapatos estaban tirados en la sala y su cartera también. Me estaba asustando, no sabía qué demonios pasaba ni cómo ayudarla. Ella lloraba abrazada a mí, la llevé a la habitación y la recosté en la cama, estaba a su lado acariciándola, su respiración se hizo dificultosa producto del llanto, le dije que se pusiera ropa cómoda y yo le traería agua. Volví con un vaso de agua, ella estaba con su pijama puesto, bebió el agua y se sentó en la cama, no dijo una sola palabra, me senté a su lado, “Brittany, no te exigiré que me cuentes ahora que sucede, pero si necesitas algo me lo dices, quizás pueda ayudarte”. Ella me miró y volvió a llorar, la abracé nuevamente. Estuvimos unos minutos así, ella de a poco fue disminuyendo su llanto y colocó su cabeza en mi regazo. La miré y acariciaba su pelo. El tiempo pasaba y sólo contemplaba su rostro con la ayuda de una tenue luz que provenía de la ventana, la luz de la luna, en esa oscura alcoba. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado, Brittany se acomodó en la cama para dormir, la arropé y me senté en un costado, ella se movió mas dejando espacio para que yo me acostara, lo pensé unos minutos y no me convencía de acostarme ahí junto a ella, la miraba y al parecer ya se había dormido. Tenía que irme pero no quería dejarla sola. Dejé de lado mis dudas y me acosté a su lado, su perfume invadía el lugar pero era aún más intenso al tenerla a ella cerca de mí. Cerré mis ojos y me dejé llevar por ese aroma, el sueño me dominaba, tal vez debería irme, pero el sueño no me dejaba levantarme de la cama…
……………………………………..
Abrí mis ojos y me enojaba la sola idea de levantarme de la cama, estaba tranquila, me sentía cómoda, miré a mi costado y Brittany dormía plácidamente, su rostro estaba a centímetros del mío, su respiración chocaba con la mía y su aroma me cautivaba una vez más. Me imaginaba abrazándola, despertándola a base de besos y caricias. Me sorprendía de esas ideas, jamás yo hice eso con alguna de las chicas con las que estuve, Brittany era tan sensible que inspiraba eso en mí, ser frágil y tierna. Creo que me volvería loca, decidí levantarme de la cama e irme a mi habitación, seguro ya era hora de prepararse para el gran contrato, el sol aún no salía pero ya empezaba a aclararse el cielo. Antes de salir de la alcoba la miré, dormía tranquila.
Estaba saliendo de la habitación y vi que Quinn también salía de la habitación de Rachel.
- ¿Qué demonios haces en la habitación de Britt? ¡Santana qué hiciste!
- Oye, no te me aceleres, no le hice nada malo.
- ¿Qué? Tú y Britt tuvieron…
- ¡Cállate! ¿Cómo crees? Claro que no. No sé qué pasó Quinn pero lloró toda la noche.
Mi amiga no entendía nada pero se preocupó, entramos a la habitación de Rachel y les conté todo lo que pasó, su cambio de humor, el encuentro con la bailarina y el llanto.
- Qué tierno de tu parte quedarte con ella Santana -dijo Rachel.
- Tenemos que hablar con ella, debe sentirse horrible, ¿qué le habrá pasado? Iré a verla -dijo Quinn.
- No la molestes, espera a que se despierte, a mi no me dijo nada, espero que a ti te cuente qué demonios pasó, cualquier cosa, cuentas conmigo.
Ambas me miraron sorprendidas “¿Qué tanto me miran? No soporto ver a la gente llorar…” me seguían mirando raro, sabían que mentía, “Ok, como sea, me avisas”. Me fui a mi habitación, me fijé la hora y en Londres serían las ocho de la mañana. Me di una ducha rápida y me cambié, alrededor de las diez sería la reunión, quizás Brittany no estaba bien para asistir, en ese caso yo tendría que defender el proyecto. Estaba un poco ansiosa, quería terminar con esto lo más pronto posible, Brittany me preocupaba, no sabía si llamar a Harry o a Nicole. Quinn entró en mi habitación y dijo:
- Es momento de desayunar ¿vas con nosotros?
- No deseo desayunar, ¿Brittany va?
- No ha salido aún, ¿Seguirá durmiendo?
- Vayan a desayunar, intentaré hablar con ella.
Quinn se fue y yo entré en la habitación de Brittany, ella aún dormía, decidí no molestarla. Agarré unos papeles que necesitaba, era raro ver que tenía todo en una carpeta adornada con unicornios. Sonreí al ver eso y salí de ahí, en menos de una hora era la reunión y no podía fallar, me puse a revisar todo una vez más. Unos minutos pasaron y sentí que golpearon mi puerta, abrí y era ella, Brittany estaba ahí, recuperada, no había rastros del llanto de anoche, estaba vestida de una forma elegante, me miró y dijo:
- Perdón por lo de anoche.
- No pidas perdón, ¿cómo te sientes?
- Mejor… no sé qué decirte…
- Podrías explicarme qué fue lo que pasó, no entiendo nada.
- Es algo personal, pero tranquila, ya pasará. ¿Por qué no me despertaron antes?
- Les conté a las chicas lo que pasó, tenía que hacerlo, no sabía qué hacer. Te vi dormir y preferí dejarte descansar.
- Me siento bien como para ir a la reunión, no vine hasta aquí por nada, presumo que entonces tú sacaste mis papeles…
- Emmm… Sí, yo los tengo.
- Ok, iré a traer mis cosas y podemos irnos.
Se dirigió a su habitación pero antes de entrar se dio la vuelta, me miró y se acercó de nuevo, de un instante a otro me abrazó, sus brazos se entrelazaron en mi cuello, y su cuerpo se aferró al mío como si fueran dos imanes, mis brazos automáticamente se posicionaron en su cintura para rodearla en cuestión de segundos, ella generó una leve presión en el abrazo y yo imité eso, “Gracias Santana” la escuché decir. Cerré mis ojos y el abrazo aún seguía, las puertas del ascensor se abrieron y entraron las chicas seguidas de Carlos. Nos separamos rápidamente, “¿Listas chicas?” preguntó él, ambas asentimos con la cabeza. Él entró en su habitación y las chicas abrazaron a Brittany. Para ellas era algo común abrazarse, siempre lo hacían, yo en cambio nunca antes había abrazado a Brittany, ese contacto entre nosotras fue único, lo disfruté, sin embargo fue interrumpido por ellas y Carlos. “Britt, tenemos que hablar” dijeron ellas y se metieron en la habitación de Rachel, Quinn me hizo señas así entrara también. Las cuatro nos sentamos en el sillón de la sala y Rachel empezó:
- Britt, Santana nos contó lo que pasó, ¿hay algo en podamos ayudarte?
- Ya le dije a Santana que es algo personal, con el tiempo pasará, no se preocupen, lamento haber actuado así y generar en ustedes preocupación pero, en serio, ya pasará.
- Por lo menos dinos qué ocasionó esto, al menos una explicación mínima -dijo Quinn.
- Me di cuenta que soy una cobarde, -dijo con sus ojos brillosos- a veces, la cobardía nos hace actuar sin pensar en las consecuencias y sin pensar en todo lo que dejamos de lado, soy débil y esa cobardía definió mi vida, no me quejó de la vida que tengo, amo a todos los que me rodean sólo que, recién me di cuenta de mi cobardía y es difícil asimilar toda esa situación.
La miramos y unas lágrimas rodaron por sus mejillas, las chicas la abrazaron, yo sólo miraba esa escena, Rachel dijo: “Si en algo podemos ayudarte alguna vez, cuenta con nosotras, somos amigas ¿verdad?” ella asintió y volvieron a abrazarse, me miró y yo sonreí. “Es momento de irnos” dijo Brittany y emprendimos la salida hacia la empresa de los ingleses, abajo nos estaban esperando los coches para llevarnos, Rachel se quedaría en el hotel hasta nuestra vuelta.
Yo iba en un coche con Brittany, lo que dijo sembró más dudas sobre ella, no entendía qué pasaba, ni qué relación había entre esa bailarina y Brittany como para que ella pensara que era una cobarde. No nos dijimos nada, ambas estábamos nerviosas. Llegamos al lugar y nos llevaron a una sala de conferencias enorme. Los ingleses estaban ubicados de un lado de la mesa, nosotros nos sentaríamos frente a ellos. Ya era el momento de sacar a flote todo. En cuestión de segundos explicamos todo lo referente al negocio, tanto Brittany como yo aplicamos la estrategia que habíamos armado, hicieron miles de preguntas y entre todos respondíamos, estábamos bien preparados, sin embargo notaba que ellos querían crear obstáculos para que no se realizara el trato. Todo marchaba bien desde nuestra perspectiva, nos convenía este negocio pero no los queríamos como socios, y eso es lo que ellos querían, ser socios.
Luego de una hora y media exponiendo nuestra propuesta era tiempo de saber si aceptaban o no.
- Esa es nuestra propuesta, como verán es la misma que ofreció mi abuelo, lo único que hicimos aquí es graficarle con más detalles todo el planteo de la propuesta.
- Señorita López, la idea nos gusta, pero, pensamos que es mejor si consideran la idea de ser socios, sabemos que no cumplimos con las exigencias que ustedes imponen para formar parte de la empresa, pero ¿por qué no habla con su abuelo y le pregunta si nos hará socios? O, ¿acaso depende de usted la decisión? Sabemos que su abuelo no toma decisiones sin consultarle antes a usted, él está quedando obsoleto al parecer, usted es la que dominara en un futuro todo, tenga en cuenta nuestra propuesta. Seré más directo para que me entienda mejor, no tendremos todas las exigencias que piden pero sabemos que quieren formar parte de nuestro negocio, a futuro los beneficiaría muchísimo, no les conviene desaprovechar esta oportunidad, pero no seremos subordinados de ustedes. Su empresa tiene socios que carecen de experiencia, nosotros tenemos la experiencia, podríamos formar un buen equipo de trabajo.
Yo estaba de pie, el inglés dijo todo eso desde su asiento. Todos me miraron esperando a que accediera a su juego. Me presionaban y lo peor es que tenían razón, la decisión era mía. “Si no decide ahora, no se molesten en volver” dijo. Miré a Brittany como consultando qué demonios hacer, no querían el trato, sólo querían presionarme, y lo hicieron, no podía creer que yo Santana López estaba siendo acorralada, me estaban venciendo. Sabía que eso de los socios inexpertos era en referencia a Brittany. No sabía qué hacer, pero ella, “la inexperta” se paró y dijo:
- Ok señores, entonces nos retiramos, fue un placer igual, la pasamos bien en su país. ¿Nos vamos? -dijo mirándonos- Vi que hay un lindo restaurant donde podemos irnos a almorzar. Adiós señores.
La miré y ella empezó a guardar los papeles, la imité y sólo dije “fue lindo conocer Inglaterra después de todo” Quinn y Carlos comenzaron a guardar sus cosas, suponía que Brittany quería presionarlos también, éramos lo mejor que podían elegir, ninguna otra empresa era viable. Los ingleses se miraron y uno dijo:
- Esperen, ¿podemos volver a charlarlo?
- Hemos expuesto durante hora y media la propuesta -dijo Brittany- no aceptó estar un minuto más hablando de lo mismo, ¿aceptan o no? no quiero dudas, es sí o no. Y a usted señor -se dirigía al empresario que no aceptó el trato- me interesa un comino si no quiere ser un “subordinado” le guste o no seré su superior, a mi tendrá que rendirme cuentas, si quiere estar a la altura de López & asociados tiene mucho por aprender, yo le puedo enseñar… Entonces, ¿firmamos?
Esto último lo dijo con su voz más suave, lo anterior estaba mezclado en un tono de furia y cansancio. Los ingleses se miraron y de a uno fueron asintiendo con sus cabezas que firmarían. Todos firmaron, inclusive el arrogante empresario. Habíamos conseguido el contrato, ella lo hizo posible. Yo no lo podía creer, era asombrosa, me dejó sumamente sorprendida, y yo que estaba a punto de quebrarme.
Salimos del lugar, entramos al ascensor y nos miramos entre los cuatro para comenzar a gritar como locos. Estábamos felices, nos abrazábamos y gritábamos sin parar, hace meses que esto se venía tornando imposible y por fin eran nuestros, como nosotros queríamos. Brittany me abrazó y yo la presionaba muy fuerte contra mi cuerpo, estaba agradecida, y no sabía cómo demostrárselo. Ella me presionaba de la misma manera en que yo lo hacía. “Santana, estaba súper nerviosa, pensé que no resultaría” la miramos y todos la abrazamos, “¿Estás loca? Eso fue genial” respondí y su rostro volvió a mostrarme esa sonrisa que no veía desde ayer por la noche.
Llegamos al hotel con buenas noticias, llamé a mi abuelo y Brittany llamó a su padre, ambos estaban orgullosos de todo el equipo. Almorzaríamos en Inglaterra y luego partiríamos a Estados Unidos.
Hicimos una pequeña celebración en el hotel ya con Rach incluida. Estábamos felices, me preguntaba cómo sería mi relación con Brittany de ahora en adelante, a pesar de que sólo fueron unos días, habían pasado muchas cosas importantes, desde mi punto de vista, bastante importantes, estaba más confusa que antes, eso es lo único que sabía.
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Finalizado Capítulo 3: Inglaterra, anhelos y llantos. Parte 2

Mensaje por Claru! Lun Dic 30, 2013 2:09 pm

Tuve que dividir el capítulo, espero les guste... Besos!!



Eran las dos de la tarde en Londres, llegaríamos a New York a las cuatro de la tarde, el viaje era de siete horas, pero por el cambio de horario parecía como si la tarde no transcurría tan rápido. Nos subimos al avión, Quinn iba abrazada a Rachel, Carlos se disculpó con Brittany porque esta vez no la acompañaría, decidió irse al final del avión a dormir. Me senté en mi lugar, el mismo que elegí la primera vez y ella me dijo “¿Podemos ir juntas?” le sonreí y ella se sentó a mi lado. Emprendimos el viaje de vuelta, no hablábamos, sólo nos mirábamos, como siempre lo hacíamos. Ella estaba tranquila, no había rastros del malestar de la noche anterior, quise preguntarle algo de eso pero lo mejor era no escarbar en la herida. Saqué mi teléfono celular y conecté los auriculares “Escucharé música, me avisas si necesitas algo” ella me miró y sólo dijo “Abrígate bien, la otra vez te dormiste escuchando música y después temblabas del frío, tuve que taparte con la manta, pero creo que yo también me dormiré…” dijo esto y sacó su teléfono y se puso sus auriculares. Era increíble, ella de a poco iba acercándose a mí, me cuidaba y eso resultaba ser jodidamente tierno.
Le hice caso y me cubrí bien con la manta, pero no dormí en todo el viaje, ella si se durmió al igual que los demás. Durante esas horas me dediqué a observarla, hacía unas muecas graciosas, al parecer estaba soñando. Se movía y su manta se deslizaba hacia sus piernas, yo estaba velando sus sueños, la volvía a cubrir con la manta y estaba atenta a ella. Quizás todo lo sucedido en el viaje sirvió para que me diera cuenta que no tenía por qué estar enfadada con ella, hacíamos un lindo equipo, mi abuelo tenía razón, mi orgullo estaba haciendo que me cierre a la oportunidad de conocerla más y aprender de ella.
Todo el viaje recordé cada instante que pasamos en Inglaterra, su dedicación en el trabajo, su preocupación y más que todo su accionar. Las veces que compartimos el desayuno y las comidas, el desfile que improvisaron en el pasillo, su actitud cuando estábamos viendo bailar a Alexandra, su compenetración con el baile, su llanto y su rostro cuando yo la consolaba y la acariciaba. Sentía su perfume y la sensación era embriagadora. Me vi envuelta en ese aroma, embelesada en su mirada celeste, atraída por todo ese enigma que no lograba descifrar. Tenía que averiguar que escondía, que es lo que le preocupaba, no tenía idea por qué estaba tan empecinada en saber lo que le aquejaba a ella pero había una necesidad que crecía en mi interior que me provocaba ansiedad y ganas de conocer eso que ocultaba.
Llegamos a New York, Brittany despertó y los demás también, a lo lejos pude ver a mi abuelo, al papá de Quinn, al matrimonio Pierce y a Sam. La realidad volvió a mí, ella era la novia de él, ella lo amaba. Nos bajamos y nos recibieron con mucha alegría, nos felicitaron y estuvimos ahí unos momentos conversando, mi abuelo pretendía hacer una fiesta celebrando todo este triunfo, todos acordaron que una cena entre nosotros y los demás socios sería estupenda.
Nos despedimos, vi como Brittany se iba abrazada a Sam, no dejaban de besarse, me sentí estúpida, yo preocupándome por su bienestar y ni pensé que quizás él conoce más a Brittany que yo, él sabrá cómo ayudarla. Al parecer estaban bien juntos, se los veía felices y enamorados. Ella sonreía aún más al lado de él, algo invadía mi cuerpo, una sensación extraña y jodidamente molesta, yo quería hacer algo para provocar en ella esa sonrisa, Sam con cualquier cosa que hacía por más mínima que fuera lo lograba, yo en cambio debía esforzarme y pensar bien qué hacer para lograr eso. Ella estaba enamorada de él, de eso no había dudas, ¿por qué sentía esto? ¿Qué es lo que me estaba pasando?
Mi abuelo me abrazó y dejé de pensar en ella unos instantes. Llegamos a casa y mi nana me abrazó muy fuerte, yo aferrada a ella me sentía tranquila, la necesitaba, no entendía todo lo que me estaba pasando y quería que ella me protegiera, el abrazo duró más de la cuenta, ella notó que yo no quería soltarla, me abrazó más y dijo: “Mi niña, ya estás en casa, también te extrañe mi’jita…” mi abuelo miraba todo eso y los celos lo invadieron ya que agregó: “¡Bueno, bueno, ni que ella te hubiera parido!” las dos nos reímos y lo abrazamos, este hombre sí que era celoso.
Mi abuelo habló con mi nana para que organizara ella la cena al día siguiente, yo decidí ir a dormir, estaba cansada, entré en mi habitación y me recosté en la cama. Esperaba que Marcia no apareciera por casa, llamé a los de seguridad y les di la orden para que ella no pasara, que le dijeran que no volví de viaje. Pensaba en Brittany, por más que lo negara ella me importaba, me dormí pensando en ella.
Al despertar bajé a cenar con mi abuelo y mi nana, les conté todo lo que había pasado, mi abuelo se enfureció por la actitud de los ingleses pero festejó la maniobra de Brittany. Omití el incidente de ella, no creí conveniente contarles esa situación, era su problema, supongo que no tenía por qué entrometerme.
Luego de cenar con mi abuelo fuimos a discutir cuestiones de la empresa en la biblioteca. Estuvimos ahí hasta la medianoche. Mi abuelo ya estaba cansado y quería ir a descansar. Antes que se fuera tuvimos una charla particular:
- Santana, dejando de lado el trabajo, ¿qué tal te fue con Britt? Me imagino que ya superaste esa diferencia que tenían.
- Todo bien abuelo, tenías razón, ella es una caja de sorpresas, allá demostró ser una gran empresaria.
- No hablo de lo empresarial, si bien me alegra que reconozcas que es buena, lo que más me interesa es su relación fuera del trabajo.
- ¿A qué te refieres?
- Hija, en los negocios no hay que mezclar la amistad o el amor, puede ser contraproducente, sin embargo, sé por experiencia que cuando eres amigo de aquel con el que trabajas, los resultados son mejores.
- ¿Quieres que me acerque más a ella para mejorar nuestra relación laboral?
- Exacto. Inténtalo.
- No forzaré una amistad con ella, si se da bien, en caso de que no suceda te lo advierto, no me haré la amiga de ella. Ambas somos profesionales y podemos hacer un gran trabajo juntas sin ser amigas.
- Aún no me queda claro por qué no te llevas bien con ella, es un ángel…
- ¡Ahí lo tienes! Yo soy la reencarnación de Satanás.
Él me miró y sonrió, me abrazó y se fue a descansar. Decidí irme a dormir, mañana ya volvía a mi rutina y me esperaba un período de reorganización, las cosas con Brittany eran diferentes, sólo que no sabía cómo sería todo ahora, tal vez nuestra relación se basaría en yo mirarla esperando que me regale alguna de sus sonrisas, ansiando alguna oportunidad de abrazarla. No sabía cuál era el concepto que ella tenía de mí, jamás me importó eso, lo que la gente pensara de mí, excepto mi abuelo; pero lo que ella pensara también era relevante, no sabía por qué, tenía que hablar con ella sobre eso.
Ya en mi habitación, me dormí pensando en ella, se me estaba haciendo costumbre eso. No era algo bueno, pues algo en mi pecho me molestaba, ¿era angustia? Santo Dios, cada vez tenía más dudas…
Desperté y me fui a desayunar con mi nana y mi abuelo. Estar en casa era reconfortante, a pesar de no tener a mamá y a papá vivos, ver a mi nana y a mi abuelo era lindo, no estaba sola, los tenía a ellos.
Luego del desayuno nos fuimos a la empresa, la cena sería en casa, había mucho movimiento, traían sillas y decoraban el lugar, mi nana sí que se esforzaba en que todo saliera bien. Al llegar a la empresa, todos me saludaban con efusividad, mi abuelo estaba orgulloso, esto era alimento para nuestro ego; Carla me abrazó y me dijo que un periodista de una revista empresarial quería entrevistarnos. Le dije que consultara con los demás así pactamos un horario para la entrevista. Brittany aún no había llegado, Quinn estaba hablando por teléfono, me hizo una seña, me acerqué, y esperé a que terminara de hablar.
- ¡OK!, lo tendré en cuenta, gracias, adiós… ¡Santana! Esto es genial, me llamaron de dos bufet para proponerme entrar y quizás ser socia en alguno de ellos.
- ¿Vas a aceptar?
- Oye, son propuestas geniales, pero no podría dejar el trabajo aquí, me gusta esta movida empresarial. Quizás acepte ser asesora, pero trabajar full time para ellos no. ¿Crees que te dejaría?
- ¡Te mato si me dejas!
- Ja, ja, ja… eres capaz. Nos entrevistarán, ¿sabías eso?
- Carla me lo comentó.
- Chicas hay reunión con todos los socios a las diez -dijo la secretaria de Quinn.
- ¿Es por lo del contrato? -preguntó Quinn.
- Sí, me acaba de informar la secretaria del señor Pierce, ¿Britt aún no ha llegado?, hay papeles pendientes que ella debe firmar…
- Un momento -dije- ¿por qué te ocupas de eso? ¿acaso también eres la secretaria de Brittany?
- Emmm… no, sólo la ayudo un poco…
- Búscale una secretaria a Brittany, no puedes estar haciendo cosas por ella si no eres su secretaria…
- Santana, te dije que no necesito una secretaria -dijo Brittany desde la puerta- no insistas, no me hace falta.
- Pero Mary hace de secretaria tuya cuando no lo es, ¿cómo explicas eso?
Estábamos volviendo a pelear por pequeñeces, Quinn me miró desaprobando mi actitud. Miré a Brittany y antes de que respondiera dije:
- Discúlpame… mejor no me meto.
Salí de la oficina y entré en la mía, estaba actuando mal, tenía que controlarme, no podía estar creando situaciones conflictivas con ella. De repente ella entró en mi oficina.
- ¿Estás enojada? -dijo ella sentándose frente a mí.
- No, sólo que… no sé qué decirte…
- No necesito una secretaria, Mary sólo me ayuda un poco nada más.
- Pues en ese caso deberíamos aumentarle el sueldo, no me gustaría que después haya problemas porque trabaja más y cobra menos. Ese es el problema Brittany, deseo que todo marche bien, que no haya irregularidades…
- Lo entiendo, no te preocupes, arreglaré eso. Aprecio tu predisposición para charlar, así evitamos confrontaciones incómodas.
- Las cosas cambiaron Brittany, somos socias y debemos llevarnos bien, todo es por el beneficio de la empresa…
- Coincido, quizás lleguemos a ser grandes amigas…
Dijo eso y sus palabras hacían eco en mi mente, sólo sería su amiga. Aproveché eso y pregunté:
- Puede ser, entonces, ¿debo esperar hasta eso para que me cuentes por qué te pusiste mal esa noche?
- Son temas personales Santana, no insistas por favor…
- Quiero entenderte, estuve contigo sin saber qué hacer, eso no es normal. Nos dijiste a todas que eras una cobarde, que por eso lloraste, pero Brittany, esa mujer que vi en la reunión con los ingleses no es ninguna cobarde, esa mujer eres tú…
- Son cosas diferentes Santana.
- ¿En qué sentido son diferentes? Explícame…
- Lo dejemos ahí, es lo mejor, aprecio tu preocupación, pero lo que pasó es algo sin sentido, te agradezco todo lo que hiciste por mí pero mejor olvida todo.
Se levantó de la silla dispuesta a marcharse, sin embargo, antes de que saliera me paré y le dije:
- No olvidaré eso, lo averiguaré por mi cuenta, créeme, lo haré.
- No puedes saber lo que pasa por mi mente. Es algo personal, nadie lo sabe.
- ¿Ni siquiera tus padres? ¿Sam?
- Nadie, no insistas por favor.
- Si quieres que desista, dímelo.
- No lo haré.
- Ya estás avisada Britt… Brittany.
¡Demonios! Le dije “Britt” pero al instante dije su nombre completo, ella me miró sorprendida, estaba esperando que me dijera que podría llamarla Britt pero nada de eso sucedió, “Haz lo que quieras, no averiguarás nada”. Dijo eso y se fue, quedé decepcionada, aún no tenía su autorización para usar ese diminutivo y tampoco ella tenía confianza en mí como para contarme el por qué de su llanto. Pero lo averiguaría, como que me llamo Santana López. Según ella nadie sabe nada, pero de seguro me mintió, hablaría con Harry, esta noche en la cena sería una gran oportunidad, además su madre también iría, era estupendo, todo giraba a mi favor.
Las horas pasaron, eran las diez y ya comenzaría la reunión. Carla entró en mi oficina y me dijo que me esperaban en la sala de conferencias, también me avisó que la entrevista sería después del almuerzo.
Entré en la sala de conferencias y mi abuelo hizo la bienvenida para todos, informó sobre nuestro logro empresarial y todos nos aplaudieron, Carlos dijo: “Si me lo permites Gustavo, les relataré todo lo que vivimos, al llegar…”él comenzó a narrar todo pero con una emoción envidiable, como si fuera toda una epopeya. Quinn, Brittany y yo sonreíamos y de vez en cuando agregábamos algo. Britt me miraba y yo sonreía como estúpida; noté que Sam la agarraba de mano, él siempre estaba a su lado, a ella parecía no molestarle esa situación, no entendía cómo puede soportar ser tratada como un objeto, porque eso es lo que yo veía en las parejas, el hombre es el dueño de la mujer, ella es un objeto que le pertenece a él. Britt le pertenecía a él y algo de esa pertenecía me molestaba, ella era demasiado inteligente como para ser tratada de esa forma. Tal vez estaba tan enamorada de él que ni siquiera se puso a pensar en la posibilidad de mostrarse más libre, sin que Sam fuera su sombra en todo, en Inglaterra a veces la veía hablar por teléfono, seguro esas llamadas las hacía él, aquí en la oficina siempre se estaban besando, todo el tiempo estaban juntos, muy juntos.
El relato de Carlos había concluido y todos celebramos con champaña. Sam tenía abrazada a Britt, no la soltaba, ella simplemente sonreía. Mi abuelo invitó a todos a la cena. La hora del almuerzo se acercaba, decidí irme antes, me haría bien despejarme un poco.
Llegué a un restaurant y me senté a comer sola. Veía a lo lejos dos chicas comiendo juntas. Me preguntaba si eran amigas o pareja. Se reían de cada cosa que decían, por unos momentos imaginé que esas chicas éramos Britt y yo. Realmente verla como amiga me parecía un poco raro, teniendo un segundo de sinceridad, me dije a mi misma que una amistad no es lo que quería, me atraía, algo tenía que me llamaba la atención, lo malo de esa atracción es que varias veces la había sentido por otras mujeres, deseaba acostarme con ellas y cuando lo lograba, ese deseo desaparecía. Tal vez con Brittany me estaba pasando eso, pero jamás lograría acostarme con ella, por más que lo deseaba, existía un límite, no sé exactamente cuál es ese límite, simplemente lo siento, tal vez su actitud hacia mí es lo que me frena, por un lado me ignora y eso revuelve todo mi ser, pero a la vez es lo que me atrae. Por otro lado su forma de actuar me limita, la veo tan frágil que no podría aprovecharme de cualquier situación para estar con ella, eso sería jugar y en realidad no pretendía jugar, tal vez la haría sufrir, o se ilusionaría y eso traería consecuencias, la primera, problemas con Sam, pues era su novio y la segunda, ella era mi socia, mezclar, placeres con trabajo no era mi filosofía. Por todos lados que lo mirase, ella era prohibida, es por esa razón que pensaba tanto en ella, lo prohibido siempre llama la atención, tenía que parar cuanto antes, porque al paso que iba, me obsesionaría.
Las chicas de la mesa que observaba eran pareja, acababan de darse un beso en los labios, sostenían sus manos y se miraban intensamente. Nunca estuve así con alguien, esa situación era desconocida para mí. Recordé con eso que les prometí a mi nana y a Quinn “intentar” algo con Marcia o Fabiola. De sólo pensarlo me daba dolor de cabeza, maldito el momento donde les prometí eso.
Mi almuerzo concluyó, faltaba una hora para que todos regresaran a la oficina. Salí del restaurant en dirección a la empresa, llegué y en efecto, no había nadie. Me recosté en el sillón de mi oficina y pensando en ella pretendía dormir, ansiaba que ella llegase y se acostara junto conmigo, sé que eso no pasaría pero nadie me quitaba el gusto de imaginarme esa situación.
No dormí por pensar en ella, sólo permanecí acostada mientras escuchaba como de a poco llegaban todos. Cerré mis ojos y sentí que Carla le daba la bienvenida a la reportera, Quinn y Brittany también estaban allí, de seguro me llamarían, ninguna sospechaba que había llegado. Oí que Carla se dirigía a la sala de conferencias y me llegó un mensaje de ella “Santana, la reportera ya llegó”. Me reí por eso, de seguro estaba preocupada porque no llegaba, cerré nuevamente mis ojos, recién el sueño intentaba invadirme. De repente sentí un aroma que de a poco colmaba el aire que respiraba, era ella, Brittany. Fruncí mi ceño, además de pensarla ahora sentía su aroma a lo lejos, yo estaba peor que perra en celo, percibía su perfume muy cerca de mí. Sentí que alguien se sentó a mi lado, abrí los ojos, ¡era ella!
- ¡Dios, Brittany! Me asustaste, ¿por qué entraste así?
- Perdón, Carla te enviaría un mensaje avisándote que ya está todo listo para la entrevista pero sentí que tu celular sonó, pensé que te habías ido sin él. Sólo entré a ver.
Me senté y la miré, no dije nada y me puse de pie, “Vamos, nos esperan”. Como ya es típico de ella, sonriendo iba detrás de mí. La entrevista no fue muy larga, la periodista estaba sumamente informada y sólo hizo preguntas directas. Junto a ella había un fotógrafo que de vez en cuando nos sacaban una foto, al terminar la entrevista, nos pidieron una foto entre todos, sólo estábamos los que viajamos a Inglaterra, Carlos a la derecha, yo a su lado, Quinn abrazándome y a su lado Britt. Cuando creímos que todo había terminado el fotógrafo dijo “Una foto más, sólo entre la latina y las rubias” Quinn me abrazó y Britt también, ella prácticamente me abrazaba desde atrás, sus brazos rodeaban mi cintura, me estremecí, ellas sonreían y yo hice lo mismo, pero mi mente sólo percibía el roce de los pechos de Britt en mi espalda, la suavidad de su agarre en mi cuerpo, la miré, me sonrió. Miramos las tres a la cámara y el flash nos indicó que la foto había salido; Quinn se alejó pero Brittany seguía abrazada a mí, nos sonreímos y el flash volvió a salir. Nos dimos cuenta de eso y nos separamos. Hubiera preferido que en esa sala solamente nos encontráramos Brittany y yo, la recostaría en la mesa y la besaría con pasión, deseando que dijera mí nombre mientras yo la besaba, otro flash me volvió a la realidad, la sala estaba llena de gente.
El fotógrafo nos mostró las imágenes, todas estaban lindas, pero una era especial para mí, donde Brittany me abrazaba y ambas sonreíamos, en ese segundo pensé en la pareja que vi en el restaurant, ¿éramos iguales nosotras, a esa pareja? ¿La gente podría confundirse al vernos? Miraba la foto y pensaba si nos veíamos como amigas o como pareja.
La periodista y el fotógrafo se fueron, Quinn se puso a charlar con Brittany sobre la entrevista, yo las oía pero no les prestaba mucha atención, el abrazo de Brittany me perturbó bastante, tenía ganas de abrazarla y besarla, Quinn la tocaba como si nada, hablaban animadamente y yo me enfurecía porque no tengo esa clase de contacto con ella; una especie de rabia crecía en mi interior.
- Santana, ¿te sucede algo? -dijo Brittany.
- ¿Qué? No, nada -respondí.
- ¿Cómo que nada? -dijo Quinn- ¡Mírate!
- Quinn tiene razón… ¿Te molestó algo? Pareces enojada, estás frunciendo tu ceño…
¡Demonios! Tenía que disimular un poco más, me relajé unos instantes y les dije que no era nada, “Son cosas personales” agregué en un tono suave y cerrando mis ojos, como haciéndome la importante. Quinn me miró y sus carcajadas retumbaron en la sala, “No te hagas la importante, siempre termino sabiendo lo que te pasa, conmigo no hay secretos López…” dijo eso y salió de la sala, Brittany se reía y antes de irse me miró y sonreía maliciosamente, notaba que ella algo me diría, “¿Cosas personales? Ummm… yo si respetaré tu privacidad, espero hagas lo mismo por mí”. Se fue y yo quedé adentro sonriendo, esa mirada me mató, ella era especial, totalmente distinta a cualquiera, hasta el momento era única.
Luego de la entrevista me puse a trabajar, ya llevaba bastante tiempo sin hacer algo, estaba de buen humor, no sé a qué se debía, quizás a ella, pensaba en ella por momentos y esa sensación era agradable. Abrí la persiana de mi oficina y la vi al frente, siempre sonriendo con Quinn, ambas me miraron y sonrieron, yo les respondí de la misma manera. Desde mi escritorio podía ver que la complicidad entre ellas era enorme, reían a cada rato, las carcajadas de ambas llegaban hasta mi oficina, después de todo era un agradable ambiente.
La jornada estaba terminando, todos comenzaron a irse, Quinn entró a despedirse diciéndome que nos veríamos en la noche, llevaría a Rachel a la cena. Sam fue por Brittany, se besaron y se fueron, ella ni siquiera me miró al irse. Quedé esperando su despedida o tan sólo su clásica mirada, pero nada. Mi abuelo y Harry aún no salían, Carla también se fue, decidí esperar a mi abuelo para irnos juntos, como tardaban en salir decidí ir a buscarlos. La puerta de su oficina estaba abierta y logré escuchar que Harry decía: “…y pues Sam quiere casarse ya, no lo sé Gustavo, por un lado sería estupendo que mi princesa se casara con él, es un buen muchacho, pero por otro lado, Gustavo, es mi princesa… no me hace gracia verla casada, lejos de casa, aún la veo como si fuera una niña, ¡mi niña! ¿Me entiendes?” escuché eso y decidí no entrar, mi abuelo suspiró y respondió lo siguiente: “¡Te entiendo hombre! Con mi hijo no pasó eso, pero con Santana, ¡ni te imaginas! Aún no le conozco un novio, pero sé que algo por ahí tiene, quisiera saber con quien anda pero si ella no me lo dice por algo será, yo respeto eso, sin embargo, si me dice que se quiere casar o si algún muchacho se me presenta en casa diciendo que es su novio o algo así… ¡Dios hombre! ¡Soy capaz de matarlo! A mi nieta no cualquier idiota la tendrá como esposa…” sonreí ante ese comentario, no sabía que Harry y mi abuelo se quedaban hasta estas horas en el trabajo para tener charlas de hombres celosos, decidí entrar e interrumpir esa reunión tan rara…
- Permiso… ¿interrumpo? -dije.
- Hija, claro que no, ¿qué deseas?
- Te estaba esperando abuelo, ¿de qué hablaban?
- Cuestiones de la empresa, ya sabes hija, ¿nos vamos? Una cena nos espera y eres una de las agasajadas…
Me abrazó y sonrió, yo lo besé en la mejilla, Harry sonreía también, él nos acompaño hasta la calle, en la noche nos volveríamos a ver. En casa ya estaba todo listo, mi nana sí que era una genia ordenando todo. Me di una ducha y me recosté en la cama a descansar un poco. Sam quería casarse, Brittany de seguro aceptaría, estaban muy enamorados, bajo ningún concepto yo podría interferir entre ellos, el destino me estaba diciendo “Santana, no te metas ahí” cerré mis ojos y quise traer a mi mente el abrazo que me dio esa tarde, su aroma, el tono de su voz y la penetrante mirada celeste.
El tiempo pasó y los invitados empezaban a llegar, podía oír las risas de varias personas, mi abuelo de seguro estaba allí contando sus historias. No sabía que vestido ponerme, quería lucir espectacular esta noche, mi humor era bueno y deseaba pasar una linda velada. Miré en mi closet y no podía elegir entre tanta ropa, al final me decidí por un vestido rojo, zapatos a tono y mi pelo suelto. Sentí pasos que se dirigían a mi habitación, la puerta se abrió y entraron Quinn y Rachel.
- ¡Wow! Santana, te vez preciosa…
- ¡Gracias Rach!
- Ni que fueras de cacería mi amiga… -dijo Quinn.
- ¡Quinn! Es una cena de la empresa, ¿a quién crees que podría cazar? -dijo Rach.
- Fabiola está abajo, preguntó por ti, de seguro ella aceptará tus propuestas…
- Trabaja en la empresa, eso ya es otra cosa -dije.
- Ok, cómo tú digas, pero déjame decirte, el interés de esa mujer se nota a leguas.
- ¿Bajamos? Ya deben estar todos…
- No me cambies de tema Santana.
- Estoy animada esta noche, no me arruines el momento con cuestiones como esas, ¡vamos a divertirnos! ¿Te parece?
Quinn sonrió y las tres bajamos, ya estaban todos, Brittany hablaba con mi nana, lucía un vestido color beige, estaba hermosa, mis ojos no podían mirar otra cosa que no fuera ella. Por un momento giré mi cabeza hacia otro lado y noté que la madre de Brittany me observaba. La miré y la saludé desde la distancia pero ella se acercó a saludarme.
- Santana, un gusto volver a verte… -me dijo mientras me abrazaba y me daba un beso.
- ¡Hola Nicole!
- Te felicito por el logro obtenido, Britt no ha dejado de hablar de lo bien que trabajaron juntas, me ha dicho que eres excelente, tanto en el trabajo como en lo personal…
- ¿Eso dijo ella?
- No deja de hablarme de ti y lo buena que eres, me contó que la pasaron genial en Inglaterra, antes sólo mi marido me hablaba de ti y Sam también, qué tal negocio lo hiciste tu, que este otro trato fue hecho por ti, y muchas cosas más, ahora mi hija también se suma a tu club de fans…
- ¡Ja! Tampoco es para tanto… ¿Te dijo lo que hicimos en Inglaterra?
- Claro, me contó que salieron a bailar, a cenar, a pasear por la ciudad… temía que se sintiera incómoda, pero me dijo que todas se portaron bien con ella. Te lo agradezco Santana…
Brittany no le comentó a su madre lo que realmente pasó, comenzaba a creerle esa historia de “Nadie sabe lo que pienso”. Nicole me miraba de una manera súper tierna, casi como lo hace Britt. Estuvimos conversando un poco y llegó Harry, me saludó como sólo él lo hacía, con un abrazo y un beso. La mayoría de los socios miraban sorprendidos aquel saludo, por lo general no soy de mostrarme afectuosa y mucho menos permitir que me abracen o me besen, pero con Harry era distinto, me transmitía algo particular, no me molestaba que me saludara así, es más eso me agradaba, pero sólo si venía de él, de otro no lo permitiría. Él sonreía y me miraba, sus ojos celestes me tranquilizaban, transmitían paz, estar con el matrimonio Pierce era agradable, me sentía como en familia.
Nicole decidió irse al baño y quedé a solas con Harry, no podía tener una charla libre con él ya que alguien siempre interrumpía saludándonos o algo por el estilo. Britt estaba muy entretenida con Rach, Quinn y Sam; fue en ese instante en que le pedí a Harry hablar con él a solas. Él aceptó y lo llevé a la biblioteca.
- ¿Sucede algo Santana?
- Creo que sí… dime, ¿Qué te dijo Brittany sobre nuestro viaje a Inglaterra? ¿Te contó lo que pasó allá?
- ¿Pasó algo malo? -dijo preocupado y con total seriedad- no me comentó nada malo, sólo que todo salió bien.
- Pues no todo salió bien, Harry te lo contaré porque me preocupa esto, es raro que ella no te haya mencionado nada…
Le conté a Harry lo sucedido, él me escuchaba muy atento. Yo me explayé en el relato y también le conté que Nicole tampoco sabía nada.
- Santana, no sé qué habrá pasado, pero hablaré con ella, te agradezco que la hayas consolado, gracias por estar a su lado…
- Lo volvería a hacer si fuera necesario pero, ¿qué pasó? Eso es lo que trato de entender.
La charla no continuó porque mi nana entró en la biblioteca avisando que debíamos ir a cenar, antes de salir, le pedí a Harry que no comentara nada con Brittany ahora, que primero él y yo cerraríamos bien la charla. Él aceptó eso y nos dirigimos al salón.
Lo que duró la cena lo noté un poco preocupado. Tal vez tendría que haber hablado con él después de cenar, no antes. Brittany seguía pegada al lado de Sam, mis amigas no dejaban de mirarse juguetonamente y yo, al igual que Harry, me preocupaba por esa rubia de ojos celestes. La observaba de vez en cuando, por momentos me di cuenta que yo también era observada por dos personas, Fabiola y la mamá de Britt. Nicole me miraba pero no decía nada, simplemente desviaba su mirada pero yo me daba cuenta que también me observaba.
Fabiola sí que no me quitaba los ojos de encima, estaba en una mesa alejada de la mía, su interés en mi no me agradaba, prefería tenerla mucho más lejos pero no podía hacerlo. Al terminar la cena, la música comenzó a sonar y sólo algunos se atrevían a bailar.
Salí a tomar un poco de aire al patio y Fabiola decidió seguirme.
- ¿Te gustaría que me quedase esta noche contigo?
- Mañana debemos trabajar, es tentadora tu propuesta pero no.
- Santana, ¿por qué no quisiste que viajara contigo a Inglaterra? Te diré que disimulas mal pues noto tu alejamiento…
- ¿Alejamiento? ¿De qué rayos hablas?
- Quiero estar contigo, te lo digo abiertamente, pero a ti parece no importarte, la pasamos bien esa vez, podría repetirse, ¿por qué te alejas?
- Te lo dejé bien claro, no mezclaré trabajo con placer.
- No sólo quiero placer, quiero demostrarte mis sentimientos, permíteme quererte…
Lo que dijo sonaba realmente sincero, su mirada no se apartaba de mis ojos. Le creí, algo sentía por mí, pero no sabía que responderle, podría cerrar ese tema con un rotundo “No siento lo mismo...” pero recordé mi promesa a Quinn y a mi nana, por lo menos debería intentarlo. Ella me miraba esperando mi respuesta, tomé valor y dije: “Ahora no puedo responderte, dame un tiempo ¿Sí?” ella se emocionó, me abrazó y me besó en la mejilla. Era increíble, me hubiera gustado que ese beso y el abrazo provinieran de Britt, la prefería a ella, aunque sus brazos lo abrazaban a él, y esos labios no probarían los míos.
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Patri_glee Miér Ene 01, 2014 5:52 pm

Holaaa Feliz año!!!!
hasta que actualizaste jejejeje muy bue capitulo, me gustaria que britt habla con santana sobre le que le pasa, y muy linda santana en preocuparse por ella
nos vemos en la proxima
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El mundo de Brittany

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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por 3:) Jue Ene 02, 2014 3:20 pm

hola,.....

feliz año!!!!
me encanto tu fic,....
me encanta la actitud que tiene con britt, me encanta como se preocupa y que es capas de hacer para verla bien,....
tienes una nuevo lectora,....

nos vemos,...

LU!!!!!!!!!!!
3:)
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Jue Ene 09, 2014 1:30 pm

Hola chicas! Van a tener que disculparme pero no sé multicitar... disculpen mi ignorancia. Les agradezco que lean el Fic y que además les guste! Son geniales!
Feliz año nuevo para ustedes y bue, en breve actualizo.

Patri, las chicas van a hablar sobre "sentimientos" pero aún no... paciencia! Besos y gracias por leer!

Lu! nueva lectora, nuchísimas gracias por leer! Besos y sigue leyendo, aprecio mucho que digas que te encanta mi Fic...

Gracias chicas! Les dejo otro capitulo, tardo en actualizar pero actualizo... BESOS!!
Claru!
Claru!
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Finalizado Capítulo 4: ¿Enamorada yo? Parte 1

Mensaje por Claru! Jue Ene 09, 2014 1:45 pm


Fabiola se fue de casa emocionada, le di la esperanza de que algo podría pasar; de a poco todos se retiraban Brittany se acercó a mí y dijo:
- Linda cena Santana…
- Agradécele a mi nana, ella es la genia que organizó todo.
- Lo hice, pude hablar con ella bien llegué, a ti no te vi mucho…
- Estaba hablando con los demás en el patio, con Fabiola por ejemplo.
- ¡Ah! ¿Ella no está disgustada por lo del viaje?
- No, claro que no, entiende y acepta mi postura.
- Entiendo… me voy, nos vemos mañana.
Se acercó y me dio un leve beso en mi mejilla, la vi alejarse buscando a Sam e irse juntos de la mano, miré a mi costado y Nicole seguía observándome, me asusté, no era la primera vez que la sorprendía haciendo eso. Se acercó junto con Harry y ambos se despidieron de mí.
- Es bueno ver que tú y Britt ya se llevan bien -Dijo Quinn.
- Te prometí hacer un esfuerzo por llevarme bien con ella.
- Y lo estás cumpliendo, ¡eso es un gran logro!
- Bueno, tampoco exageres Fabray…
- Di lo que quieras, pero tú no eres de perdonar una ofensa así porque si, menos de tener esa relación como la que tienes con los Pierce, es raro, pero es realmente bueno, el bien es para ti San, ella es una gran chica y su familia también.
- Ok, suficiente, mejor vete a dormir…
- Nos vemos mañana…
Rachel se acercó y se despidió, en el salón ya no quedaba ningún invitado, con mi abuelo decidimos dormir, mi nana dio la orden de que arreglaran todo y también se fue a descansar. Nos esperaba un día bastante agitado, sobre todo para mí ya que tenía una charla pendiente con Harry.
Al día siguiente, me levanté con ánimos, no se me quitaba de la cabeza mi charla con Harry, pero esperaba que todo saliese bien. Con mi abuelo nos dirigimos a la empresa, fuimos los primeros en llegar, decidí ir a su oficina, él tenía una hermosa vista hacia la ciudad, como excusa le dije que me dieron ganas de mirar un poco ese laberinto de calles. En realidad, esperaba que Harry llegara así hablaría con él sin que Brittany me viera. Harry llegó, Sam seguro estaba con Brittany, entré en su oficina y le dije:
- Tenemos que hablar Harry… ¿Sam vino contigo?
- ¡Santana! Sam aún no ha llegado, viene con Britt, se retrasarán un poco.
- ¿Él sabe sobre esto?
- No se lo he comentado, a mi esposa tampoco le dije nada, Santana, no tengo idea de por qué ella pudo haberse puesto así.
- Algo tiene que ver esa bailarina, estoy segura.
- ¿Cómo dices que se llama?
- Alexandra… Britt me contó que ella vivió unos años en Ohio.
- ¿Y dices que es una bailarina reconocida? No sé quien es…
- Rachel, mi amiga, estaba loca por verla bailar, conociendo a Rach, no se emociona así por cualquier cosa, yo no la conocía pero es una chica amable.
- Papá, necesito los… Santana, ¿qué haces aquí?
Brittany entró en la oficina, no sabía que decir. Ella me miró fijo, adivinó mis intenciones, sabía muy bien lo que hacía ahí pero le mentí, “Necesitaba un asesoramiento de tu padre”. Lo debo admitir, fue la peor mentira, ella se dio cuenta de mi falsedad y preguntó “¿Qué asesoramiento específicamente?” no supe contestarle, balbuceaba incoherencias, ella dejó de mirarme y centró sus ojos en Harry, él tampoco podía mentirle.
- Princesa, siéntate, debemos hablar… Santana está preocupada, me contó que en Inglaterra…
- No sigas, ¿cómo pudiste? -dijo ella mirándome, no estaba enojada sino decepcionada.
- Brittany, yo…
No supe que decir, esta vez la había regado como nunca, ella me miró y me pidió que saliera de la oficina. No me opuse, los dejé solos.
Me fui a mi oficina, Sam no estaba, los minutos pasaban y no sabía nada aún. Me estaba impacientando, entre en la oficina de Quinn y ella no había llegado. Como fue la cena la noche anterior podían llegar un poco tarde, eso les dijo mi abuelo. Decidí esperar ahí a Brittany y si Quinn llegaba antes mejor.
Unos minutos más pasaron y Brittany entró en la oficina, la noté triste, me maldecía a mi misma por causarle este malestar.
- No debiste decir nada Santana, te pedí que respetaras mis cosas…
- Eso que hiciste no es normal, no te hace bien, me preocupé.
- Te dije que eso pasaría, ahora se hará enorme, deja de meterte.
- Trato de ayudarte, si me dijeras qué demonios te pasó sería más fácil.
- No te interesa lo que me pasa.
- Eso no lo sabes.
- Pues no quiero que te involucres en mis cosas.
- Lo lamento pero ya estoy involucrada, hablo en serio cuando te digo que descubriré que te pasó.
- Deja de meterte, por favor…
Dijo esto último casi a punto de llorar, no deseaba hacerle daño, pero ella no dejaba que la ayudase, “Dime que pasó y paro con todo esto” ella notó que no cedería por nada del mundo. “Por favor no insistas” dijo y comenzó a llorar, intenté acercarme pero ella se alejó, seguía llorando y en ese momento entró Quinn. Vio lo que pasaba y abrazó a Brittany, “¿Qué demonios le hiciste?” me dijo en un tono de enojo, “Trato de ayudarla, no te metas” quise apartarla de Brittany pero se opuso, se paró frente a mí y me dijo: “no te atrevas a tocarla, sal de mi oficina o te saco” eso me enfureció, era mi amiga pero no dejaría que me trate de esa forma y menos que se metiera en un tema que sólo me competía a mí y a Brittany. “Sal tu de aquí, déjame terminar de hablar con ella” cuando dije eso Brittany entre lágrimas dijo que entre nosotras no había nada por hablar, que me olvide de todo, que ella jamás pidió mi ayuda y que si deseaba ayudar que saliera de la oficina. La miré y me maldije, yo intentaba ayudarla pero ella se negaba, me indigné y dije: “Sé que no pediste mi ayuda, pero lo mismo te brindé mi maldito apoyo, sólo necesito una explicación, no descansaré hasta conseguir eso, hazla fácil, dímelo y listo” yo estaba enfurecida, Quinn me miró y ahora ella era la indignada “Déjate de estupideces y sal de mi oficina” la miré y con toda mi rabia le dije “Tú cállate” ella no dijo nada pero una bofetada recibí a cambio de sus palabras, ella también estaba enojada, mi respuesta obviamente también fue una cachetada. Con su mano tocó su mejilla y estaba a punto de darle otra cachetada pero Brittany se puso frente a mí defendiéndola a ella. Me miró con sus ojos tristes envueltos en lágrimas por mi culpa. “Basta, vete” dijo. Dirigí mi vista al suelo, hice todo mal, pero no me rendiría, de alguna forma arreglaría lo que hice pero esto no se quedaría así, averiguaría que es lo que esconde. Salí de la oficina sin decir nada y sin atreverme a mirarlas.
Carla no vio nada pero escuchó lo que pasó, no dijo nada pero esperaba una explicación, la miré y le dije “De esto nada a nadie, lo que pasó es entre Brittany y yo” ella asintió con su cabeza y entré en mi oficina. Esta vez sí que se me fue todo de las manos, verla llorar me produjo un odio tremendo hacia mí misma, por estúpida, sólo quería ayudarla pero ella no me dejaba. Miles de maldiciones recorrían mi mente, no lograba pensar en otra cosa, vi que Quinn y Brittany salían de la oficina y se iban. Eso me molestó aún más, no podía hacer nada, me sentía impotente y quería arreglar de una vez por todo esto. Pensé y pensé, Rachel de seguro podría ayudarme. La llamé y le conté lo sucedido, se enfadó conmigo pero dijo que a pesar de eso me ayudaría.
- Te ayudaré, pero tengo una condición…
- ¿Cuál?
- Debes pedirle perdón a Quinn por lo que hiciste.
- ¿Qué? Ella se metió…
- Santana, actuaste mal. acéptalo. Si no lo haces, no te ayudaré.
- Ok, le pediré perdón, pero dime, ¿qué haremos?
Ella dijo que hablaría con Quinn y vería como estaba Britt, dependiendo de eso, pensaría como podemos actuar. Le pregunté si yo debería hablar con Harry, me dijo que era una buena idea, entonces, me dispuse a hablar con él.
- Harry, tenemos que hablar… creo que hice algo malo.
- ¿Qué pasó?
- Discutí con Brittany, no era mi intención pero… la hice llorar, sólo quiero ayudar, pero no sé cómo…
- No quiso decirme el por qué de su actitud en Inglaterra, pero me dijo que respetara su decisión, y lo haré, te pido que hagas lo mismo, de esa forma puedes ayudarla.
- ¿Qué? ¿Y si eso se repite?
- Si ella necesita ayuda sé que la pedirá, mientras tanto al parecer desea resolver esto por su cuenta, me parece lo mejor.
Él tenía razón, tal vez me sobrepasé, actué guiada por un impulso, algo me gritaba que la ayudara, pero no sabía el por qué de ese impulso, en esos momentos me di cuenta que necesitaba a mi amiga Quinn, pero le había dado una cachetada histórica, no sería fácil volver a hablar con ella, pero la necesitaba. Dejé a Harry y llamé a Quinn, como era de esperarse no atendió. Le mandé un mensaje diciéndole que quería hablar con ella y me respondió “Vete al infierno, ahí perteneces verdad?...” estaba enfadada y tenía razones de más, sólo le respondí “Necesito a mi amiga, sé que la cagué esta vez” no respondió, pero estaba segura que más tarde me buscaría.
Antes de almorzar llegó Rachel a la empresa, le conté mi charla con Harry y ella también coincidía con él.
- Pero Santana, hay algo que no me queda claro… ¿por qué tanto empeño en saber el por qué de su llanto?
- Me preocupé, merezco una explicación ¿o no?
- Pues sí, pero si ella no desea dártela no puedes obligarla, ella no fue a buscarte llorando, tú la buscaste, es raro eso de tu parte.
- ¿Por qué raro? Rachel, no soy un ogro, en ese caso tu eres un hobbit…
- ¡No empieces! Pues te diré la verdad, andas muy rara, antes jamás te preocuparías por un tema así y menos si es sobre una persona que apenas conoces… a menos que…
- ¿Qué estás pensando?
- San, ella… ¿ella te gusta?
- ¿Qué? No digas estupideces…
La verdad lo que planteaba no era una estupidez, era verdad, Brittany me gustaba, inclusive en varias oportunidades fantaseaba con besarla e inclusive algo más… pero esas fantasías debían terminar sino me volvería loca. Rachel aún me miraba esperando otro tipo de respuesta, entonces dije:
- Brittany es una chica linda, no lo negaré, pero tiene novio…
- ¿Desde cuándo eso es impedimento para que tú estés con alguien?
- ¿Por qué me dices eso?
- Deberías ser sincera contigo misma, creo que ella te gusta, sólo que no lo aceptas. Si es así, haz algo al respecto, ella está de novia, es verdad, y no creo que tú quieras algo serio con ella, no arruines más la relación que tienes con Britt.
- Tengo que hablar con Quinn…
Rachel tenía razón, algo me pasaba con ella y debía eliminar ese deseo a toda costa. Rach se fue, prometió hablar con Quinn y convencerla de que aceptara hablar conmigo. Todos se fueron a almorzar pero yo no tenía apetito, tampoco podía concentrarme en el trabajo, le dije a Carla que podía retirarse pues yo no volvería. Llamé a Marcelo, así me llevara a casa, él era chofer de la familia desde sus 18 años, me conocía a mi perfectamente, sabía cuando estaba malhumorada o feliz, teníamos la suficiente confianza como para hablar de cualquier tema mientras me llevaba a algún lugar. Él me miraba por el espejo retrovisor a cada instante pero no se atrevía a decirme nada, al llegar a casa me dijo “La noto triste…” lo miré a través del diminuto espejo, miles de imágenes pasaron por mi mente, pero el llanto de ella se hizo presente y le dije: “Hice algo malo y me arrepiento de eso”, él me miró y no dijo nada más. Me bajé y me dirigí a mi habitación, quería perderme entre mis sábanas, ya no pensar tanto y no sentirme tan culpable.
No sé cuánto tiempo había pasado pero mi nana entró con una bandeja repleta de comida. Me hice la dormida pero ella dijo, “Conmigo no finjas, deja eso para los tontos, sé que no duermes…” abrí mis ojos y sonreí, ella hizo lo mismo, se sentó en la cama y me acariciaba. Sin mirarla a los ojos le dije:
- Hice llorar a una persona hoy, no deseaba hacerlo pero lo hice y me arrepiento.
- Si pides perdón todo cambia, ¿le pediste perdón?
- No…
- Entonces hazlo, pero primero come algo.
Se levantó y salió de la habitación, si le decía que fue a Brittany a quien hice llorar de seguro ya me estaría dando unas nalgadas encima de su regazo por ser mala con ese “ángel” como decía ella. Miré la comida y no deseaba ni siquiera probarla. De un instante a otro logré dormirme, no sé por cuánto tiempo lo hice pero al despertar Quinn estaba sentada en una silla esperando a que despertara. Me senté en la cama, vi la hora en mi reloj y eran las siete de la tarde. Quinn estaba enojadísima, lo podía notar en su semblante. Respiré profundamente y dije: “Perdón…” ella no dejaba de mirarme, analizó lo que le dije y algo tenía para decirme pero no se atrevía, sé que estaba pensando la forma en que me diría lo que deseaba expresar, se acomodó en la silla y comenzó diciendo:
- Te pasaste, ¿cómo te atreves a hacerle daño a Britt? Ella no te ha hecho nada, déjala en paz de una buena vez.
- Ok…
- Hablé con Rach, ella cree que Britt te gusta, ¿es eso verdad?
- No lo sé… tal vez, pero no te preocupes, no le haré nada, está con Sam ¿verdad? No me meteré entre ellos.
- Eso espero, él es todo un caballero con ella, lo encontramos mientras nos íbamos de la empresa después de nuestra pelea. Él no preguntó nada, sólo la consoló.
- ¿A dónde fueron?
- Almorzamos en casa de Britt, su madre no sabe lo que le hiciste, Britt me pidió que no dijera nada, ¿te das cuenta de lo buena que es?
- Oye, ya basta, sé que arruiné todo, lo siento ¿ok?
- Debes disculparte con ella.
- Te llamé y no atendías, luego me mandaste al infierno, deseaba arreglar las cosas en ese momento.
- Volvimos a la empresa después de almorzar pero tú no volviste. Estuvimos trabajando en una propuesta de ella, deberías escucharla.
- Poco me interesa la empresa ahora.
- ¿Qué? ¡Ya es suficiente! ¡Dime qué demonios te pasa! Tú no dirías algo como eso.
- Quinn, no sé qué me pasa, no lo comprendo, ella aparece de la nada y todo cambia en mi vida, no me gusta nada estos cambios, de repente tu y ella son las mejores amigas, yo no puedo cerrar un maldito contrato y ella como si nada lo hace, todos la quieren y yo siento que la odio, pero me doy cuenta que es un maldito ángel, sé que es buena, no hay maldad en su ser pero ¡algo me molesta Quinn! Y no sé que es… no lo entiendo. Te necesito, ayúdame…
- No puedo ayudarte Santana, todo eso que me dijiste está más que claro, el problema está en ti, date un tiempo para pensarlo.
- No puedo estar en el mismo lugar con ella, no quiero.
- Pero, ¿por qué?
- Quinn…
- Dime, algo me ocultas, lo sé, dímelo Santana…
- Tengo fantasías sexuales con ella…
- ¿Qué? ¡Estás loca!
- Es la verdad, no puedo quitarme eso de la cabeza, la veo y deseo que…
- ¡Basta! No des detalles, ¿Hace cuánto que no tienes sexo?
- ¿Qué? ¡Y eso a ti que te importa!
- Te hace falta un poco de sexo, Britt no tiene la culpa de nada, no debí pedirte que sentaras cabeza…
- Eres una imbécil Fabray, ¿cómo puedes justificar mi actitud a la falta de sexo?
- Pues ¿qué otra cosa puede ser? Quieres tirártela a Britt y como sabes que eso es imposible sustituyes tu deseo con fantasías.
- Imbécil…
- Idiota…
- ¡Cállate! Estoy enojada contigo.
- Quinnie… ¿Qué hago?
- Primero le pides perdón a Britt, dejas de meterte en su vida y segundo, ten sexo así se te van esas fantasías.
Quinn estaba por irse, antes de que se fuera le dije “Nosotras, ¿cómo quedamos?”, ella me miró desde la puerta y dijo “Sabes que te amo, eres mi hermana, eres idiota pero eres mi hermana, mañana estaremos mejor” sonreí por eso, me levanté y le di un abrazo, ella no me abrazó, se hacía la enojada, “También te amo Quinn”, la besé en la mejilla y se fue.
Me recosté en la cama y miles de cosas pasaban por mi mente, Quinn tenía razón, el problema estaba en mí.
- Hija, Marcia está abajo, ¿la dejo pasar? -dijo mi nana.
- Sí, que pase.
Marcia entró en la habitación, estaba hermosa, no lo podía negar. Se acercó y me besó en los labios “hasta que te veo latina” volví a besarla y le dije que saldríamos, no quería estar con ella en casa. Me cambié de ropa y salimos en mi auto, nos fuimos a un hotel. Ya una vez en la habitación, ella comenzó a besarme y en cuestión de segundos estábamos desnudas, sentía sus quejidos, me imaginaba que eran los quejidos de Brittany, Marcia me besaba y me acariciaba pero mi cerebro procesaba todas esas acciones como si ella no fuera la autora sino una rubia de ojos celestes, abrí mis ojos y la vi, era Marcia, ella me besaba, pero mi cuerpo deseaba sentir otro cuerpo que no era el de ella, mi nombre salía de sus labios, el tono de su voz no era el que yo deseaba, jamás escucharía mi nombre con la voz de Brittany en una situación como esta, ella no diría mi nombre impulsada por el simple hecho de sentir mis manos en su cuerpo; acariciaba el cuerpo de Marcia intentando imaginarme las curvas de Britt. Ya estaba a punto de explotar de placer pero no era producido por las caricias de Marcia sino por mi imaginación, Britt era la que me estaba haciendo llegar al éxtasis, Marcia me penetró y abrí mis ojos, sentía sus gemidos y Brittany desapareció, volví a cerrar mis ojos y traté de concentrarme en recuperar la imagen perdida, y su nombre salió de mi labios… “Britt…” fue tan leve y cargado de pasión que para Marcia no pasó desapercibido, ella al igual que la última vez, paró repentinamente, abrí mis ojos y ella me dijo “¿En serio Santana? ¿Quién es ella?”
No le respondí, cerré mis ojos, sólo deseaba sentir a Britt, aunque sea una vez, sabía que sería imposible, pero tenía que tomar una decisión, arriesgarme o no hacer nada. Marcia se vistió y enfurecida dijo “Me voy” salió y ni siquiera me moví de la cama. Brittany estaba invadiendo mi vida entera, ya era parte de mí, pero no sabía si yo lo era de la suya.
Me bañé y salí del hotel, llegué a casa temprano pero decidí encerrarme en mi habitación, mi nana entró y preguntó si me sentía bien, me reprochó que no comí nada en todo el día, realmente no deseaba comer nada, esta situación con Brittany me preocupaba bastante, no sabía qué hacer, ¿acaso ella sentía lo mismo que yo? Pero… ¿qué estaba sintiendo yo?
La madrugada pasó lenta, no pude dormir bien, la angustia que sentía interrumpía mi sueño, me dormía pero por pequeños lapsos, despertaba y la mañana no llegaba. Me bañé como dos veces, intentaba acomodar mis ideas pero miles de cosas atravesaban mi mente, inventaba un discurso mental que empezaba pidiendo disculpas a Brittany y terminaba en insultos, luego improvisaba otro y en este el final era entre lágrimas de ella y nos fundíamos en un beso, otros simplemente concluían en la nada, a veces me desviaba de mi objetivo y no solucionada nada. Entre estas improvisaciones el sol se asomaba por el horizonte, bajé a tomar café y me fui a la empresa, aún era tempranísimo, mi nana ni siquiera se había levantado.
Llegué a la empresa y el silencio era dueño y señor allí. Entré en la oficina de Quinn en busca del perfume de Britt pero sólo encontré breves rastros de él. Miré el lugar y recordé la escena del día anterior, era temprano, ella aún no llegaría.
Fui a mi oficina, mire todo mi trabajo acumulado, nunca antes había hecho algo así en la empresa, esta situación me sobrepasaba. Intenté avanzar un poco pero me fue imposible, la ansiedad no dejaba que me concentrara, dejé todo de lado y me senté a esperarla, mi persiana estaba abierta, mi abuelo llegó y se sorprendió de verme, entró y dijo:
- Pensé que dormías aún, ¿qué haces aquí tan temprano?
- Tengo trabajo acumulado, eso es todo.
Me miró sorprendido, pero no dijo nada más, se fue a su oficina. De a poco comenzaban a llegar todos, Quinn llegó antes que Brittany, Carla entró y también se sorprendió de verme, por lo general ella llega antes que yo, estaba preocupada, el trabajo acumulado no era buena señal.
- Santana, hay bastante trabajo y ayer tuviste varias llamadas importantes, hoy volverán a llamar.
- Pasa las llamadas a mi abuelo, pídele que él se encargué.
- Está bien, ¿necesitas algo?
- No, nada.
Carla salió y fue a hablar con mi abuelo. Harry pasó hablando por celular, ella ya llegaría, luego de unos segundos Sam dejaba a su novia en la oficina, la besó en los labios y se fue, ella antes de entrar en la oficina, miró hacia donde yo estaba, nuestras miradas se encontraron, sus ojos estaban tristes aún y yo era la responsable, me paré y me dirigía a su oficina, ella percibió eso y cerró la puerta, ni siquiera golpee, sólo abrí y la encontré abrazando a Quinn.
- Tenemos que hablar Brittany…
- Si sigues en el mismo plan de ayer, ahórrate tus palabras y retírate.
- Quinn, déjanos solas por favor.
Quinn salió de la oficina sin decir nada. Brittany se sentó en su silla, el escritorio nos separaba. Cerré la puerta y bajé las persianas. No sabía cómo empezar, todos mis discursos eran innecesarios… recordé lo que me dijo mi nana, empezaría por ahí.
- Disculpa mi actitud, me sentí mal ayer, discúlpame…
- ¿dejarás de insistir?
- Lo haré… pero debo ser sincera contigo Brittany, no puedo estar contigo en el mismo lugar, no eres tú, ni siquiera sé cuál es la causa pero, no puedo, de eso estoy segura.
- Trabajamos en el mismo lugar, será inevitable vernos.
- Lo sé, pero podemos evitar trabajar juntas, no deseo tener alguna relación contigo.
- ¿Qué?
- Le diré la verdad a mi abuelo, que no quiero trabajar contigo.
- Santana, ¿todo esto es porque no accedí a contarte sobre algo personal? No lo entiendo, en Inglaterra percibí que eras una persona diferente a la Santana que conocí los primeros días, llegué a pensar que seriamos buenas amigas.
- ¿Amigas? ¿Es eso lo que deseas Brittany?
- Claro que sí, no sé que hice para caerte tan mal.
Ella quería una amistad, por supuesto que no sentía lo mismo que yo, y entre ese deseo de ella no se explicaba el por qué de mi negativa a esa amistad.
- No hiciste nada malo, yo no soy de hacer amigos de la noche a la mañana, mira, dame tiempo, tal vez las cosas cambien… yo hablaré con mi abuelo, el tiempo decidirá si volvemos a trabajar juntas, por el momento, pongamos distancia -le dije.
- Si eso te hará sentir más cómoda, lo aceptaré.
- Brittany, jamás tuve la intensión de hacerte daño, intentaba ayudarte, sólo eso.
- Santana, te lo agradezco pero no insistas por favor.
- Ok, sólo quería decirte eso nada más, creo que intentaba realizar una investigación como esas que salen en los cuentos que leía con mi abuelo, de niña soñaba con ser investigadora…
- Los sueños son sólo eso Santana, sueños, jamás se cumplen.
- Si me lo hubiera propuesto seguro lo sería.
- Tal vez, pero por algo no lo hiciste, eran sueños de una niña, simples ilusiones.
- No te creas, en un momento de mi vida me plantee la idea de ser investigadora, pero para eso primero debía ser policía, algo que no era de mi agrado, tenía miedo de fracasar.
- El miedo siempre nos impulsa a lo peor, a lo no deseado.
La charla se tornó rara, lo último que dijo hizo “click” en mi cabeza, ella se consideraba una cobarde, lo dijo en Inglaterra como justificativo de su malestar, pero acabábamos de hablar sobre los sueños, según lo entendí, los cobardes no alcanzan sus sueños, si ella se consideraba una cobarde es porque no siguió su sueño o una ilusión. Eso es lo que ocultaba, su verdadera pasión.
Habría sido buena investigadora después de todo, pero prometí no inmiscuirme en su vida, sabía que debía alejarme, lo tenía que hacer sino sería peor, dejaría de lado mi capricho de saber qué es lo que ocultaba, aunque en cierta forma ya lo intuía, sólo debería averiguar cuál era ese sueño al que renunció. “Me voy, no te molesto más” dije y salí de la oficina.
Ya había aclarado todo pero eso no me reconfortaba, veía que Quinn entró a su oficina y charló con Brittany, luego se abrazaron, hubiera preferido que ese abrazo me lo brindara a mí, debía renunciar a tener esa clase de contacto, no podía ser su amiga, ni su socia, nada, absolutamente nada. Deseaba despejarme, olvidarme por unos momentos todo este problema con ella, busqué en mi navegador la frecuencia de una radio latinoamericana, mi nana a veces me hacía sintonizar esa radio para escuchar noticias de su tierra natal, la música era en español, el locutor presentó el tema de una mexicana, había escuchado temas de ella antes, quizás este nuevo tema sería bueno también…
NADA IMPORTANTE JULIETA VENEGAS
Todo lo que quiero decir, no es nada importante,
nada importante me lo voy a guardar,
y no lo voy a soltar no es nada importante.
Lo que iba a confesar,
es lo que siento cuando tu estas a un lado,
desde hace rato siento algo.
Lo que me sorprende es el momento,
donde ya estás aquí en mi callada forma de sentir.
No voy a entregarte, aún nada.
Todo, lo que quiero decir no es nada importante,
nada importante,
me lo voy a guardar y no lo voy a soltar.
Se delata lo que siento
a las palabras que me atrevo a decirte
no es el momento de hablar.
No voy a entregarte,
no voy a entregarte.
No voy a ceder, el impulso es contarte,
lo que podemos ser.
Todo lo que quiero decir, no es nada importante
nada importante
me lo voy a guardar no lo voy a soltar
no es nada importante.

La letra de la canción era llamativa, me gustó. El tiempo pasó y no avancé nada en mi trabajo, Carla estaba visiblemente preocupada…
- Santana, ¿hay algo en que pueda ayudarte?
- No puedes ayudarme… no me estoy sintiendo bien, no logro concentrarme.
- Mira, estuve leyendo este proyecto de Britt, tal vez te interese…
- Lo que provenga de ella no me interesa Carla, ¿estás haciendo de secretaria de ella otra vez?
- No, no es eso, simplemente me pidió una opinión.
- ¿Opinión?
- Es un proyecto que desea presentar a los socios…
- No quiero verlo, no trabajaré con ella directamente, te pido que evites relacionar mi trabajo con el de ella.
Carla no entendía nada pero respetaba mi decisión. La hora del almuerzo llegó y todos se marcharon. Yo seguía escuchando música latina. Miraba los papeles sobre mi escritorio, de repente mi oficina me molestaba, no quería estar en ese lugar. Salí de la empresa y me dirigí a casa, mi nana estaba preparando la mesa para almorzar, me vio y aumentó un plato más. La comida lucía riquísima pero no tenía apetito. Mi nana se dio cuenta de eso y preguntó “¿Qué sucede hija?” la miré pero no dije nada, me abrazó y me pedía que le contara lo que me preocupaba. “Necesito unas vacaciones” dije y la abracé.
No volví a la empresa, me encerré en la habitación, miraba la foto de mis padres, me hacían falta los consejos de mi madre, no sabía qué hacer, mi vida había perdido el rumbo, ya nada me motivaba a ir a la empresa, desde la charla con Brittany como que algo cambió, no podía estar en el mismo lugar que ella, una debía desparecer y deseaba ser yo.
A media tarde mi abuelo llegó a casa, me hizo llamar, él estaba esperándome en la biblioteca. Entré y lo vi sentado en su escritorio, estaba preocupado, lo notaba.
- ¿Qué necesitas abuelo?
- Hablar contigo hija, ¿qué sucede? Tu trabajo no es el mismo, en estos días te he notado triste y sin ganas de trabajar, no has hecho nada desde que volviste de Inglaterra, necesito una explicación.
- No me siento cómoda trabajando con Brittany.
- ¿Otra vez lo mismo? ¿Qué pasó con lo que me dijiste el otro día?
- Te mentí, no me siento cómoda.
- ¿Qué se supone que haga ahora?
- Abuelo, es ella o yo, decide.
- ¿Qué? No puedo decidir eso, te necesito a mi lado.
- Lo lamento… no puedo, no mientras ella siga en la empresa.
- No puedo sacarla sólo por un capricho tuyo Santana.
- No es un capricho, te la haré fácil, me iré yo.
- ¿Tan serio es el problema entre ustedes?
- Abuelo, no sé qué me pasa, no logro concentrarme, ella es excelente, pero hay algo en ella que no me cierra…
- Lo que a ti te pasa hija no tiene nada que ver con ella, sólo descargas tu frustración en ella…
- ¿Frustración?
- Ayer hablé con Marcelo, me dijo que te notó triste, pero me dijo que no estabas triste por cualquier cosa, sino por una cuestión amorosa.
- ¿Qué? Están los dos locos…
Me levanté de la silla, estaba por irme pero mi abuelo me dijo, “Mira como te pones, es verdad, de lo contrario sólo te reirías, acéptalo, estás enamorada” me detuve y lo miré, él se puso frente a mí y no pude decirle nada, bajé mi mirada y dejé que me abrazara, lo necesitaba, con mis brazos lo rodee y su abrazo fue aún más fuerte. Mi cabeza descansaba en su pecho, respire profundo y dije:
- No estoy enamorada abuelo, pero si me gusta alguien, pero no puede ser, es prohibido, es mejor olvidar eso.
- Con razón estás así, triste…
- No entiendo lo que me pasa, nunca antes sentí esto, necesito despejarme por un tiempo…
- Entonces hazlo, tómate el tiempo que necesitas.
- Lo haré, pero abuelo, deseo irme lejos, no volver por un tiempo bastante extenso…
- ¿Estás hablando en serio? Hija, ¿debería preocuparme? ¡Mataré al que te esté haciendo tanto daño!
- No exageres, soy yo, no quiero estar en New York, me haría bien viajar un tiempo, lamento dejarte solo en la empresa.
- Los López nos caracterizamos por ser apasionados, en mis años de adolescente no había mujer que se negara a estar conmigo, -mi abuelo hablaba en un tono socarrón, pero decidí escucharlo atentamente, ambos nos sentamos- pero cuando conocí a tu abuela todo cambió, esa mujer sí que sabía manejarme, llegué a pensar que me había embrujado pero nada de eso mi´ja, ella me enamoró y después de ella no existía otra mujer para mí, lo nuestro fue hermoso, y nuestra bendición fue Santiago, tu padre. Él como todo López, era mi vivo retrato, mi abuelo también me contaba de las andanzas de mis tatarabuelos, todos unos donjuanes y las mujeres eran las damas más deseadas, nuestra sangre hija, es pasión pura y tu padre haciéndole orgullo al apellido no se quedaba atrás, una mujer por aquí, otra por allá, todas bellas ¡Cómo sufría tu abuela! Ella deseaba verlo casado y con hijos pero él se negaba a tener esa vida y como si fuera una cuestión del destino, conoció a tu madre y el “Don Juan” se murió, se enamoró y andaba como bobo detrás de tu madre, ella al principio no lo aceptó, con esa fama de mujeriego era difícil conseguir algo oficial, pero con el tiempo cedió y ya ves, tu llegaste y su amor crecía con el paso del tiempo. La cuestión es esta hija: no somos fáciles de enamorarnos pero cuando lo hacemos es de una sola persona y es quien marca nuestras vidas para siempre, son como nuestro complemento, una simple semilla que al unirse con nosotros crece día a día y siembra las raíces de algo enorme y eterno. Si dices que no estás enamorada, no te preocupes hija, lo que sientas pasará, pero si estás enamorada piensa, a tu corazón lo conquistó quien realmente te merece, lucha por ese amor y los frutos llegarán con el tiempo, es el destino de los López hija…
Dijo eso y me preguntaba a mi misma si estaba enamorada o no. Mi abuelo me besó en la frente y se fue, “Piénsalo bien hija” dijo solamente. Medité unos minutos y realmente no sabía si estaba enamorada, nunca antes me había enamorado, no sabía cómo se sentía eso, pero si mi abuelo tenía razón, ella no era mi destino, ella ni siquiera se fijaba en mí como algo más que su socia, además estaba enamorada de Sam, a propósito, se casarían. No tuve que pensarlo más, me iría de viaje, al volver seguro ellos ya estarían casados y yo ya olvidaría esto que sentía por ella.
Mi abuelo hablaba con mi nana, me acerqué y les dije que debía hablar con ambos. Ellos me escucharon atentamente, les expliqué que no me sentía bien y que decidía viajar por una temporada, no sabía cuánto tiempo estaría fuera de New York, pero lo había decidido. Mi abuelo lo aceptó, pero mi nana desde ese instante comenzó a llorar, me pedía que no me fuera, que no la dejara, me partía el alma verla así pero no podía estar en un lugar donde me sentía mal.
Mi abuelo se fue a la empresa, hablaría con Harry sobre esto, el hecho de que yo ya no iría a la empresa por un tiempo implicaba realizar ciertas modificaciones, además para los socios y las demás empresas esto significaría algo extraño y para los ambiciosos una oportunidad para realizar sus maniobras empresariales. Era jueves, aún no sabía a dónde iría pero tal vez empezaría por Centroamérica, mi nana no dejaba de llorar, de la desesperación llamó a Quinn y le contó lo que había decidido hacer. Mi rubia amiga se presentó en casa en cuestión de minutos, comenzaba el momento de su intervención con el fin de hacerme desistir de mis propósitos.
- ¿Es verdad? ¿Te vas?
- Si Quinn… necesito tiempo para ordenar mi vida.
- Todo esto es por ella, ¿verdad?
- Sí, no pensé que todo cambiaría tan rápido en cuestión de días.
- ¿Qué pasó con eso de intentarlo con Fabiola?
- No puedo Quinn, sabes, hablé con mi abuelo…
Le conté lo que charlamos en la biblioteca y sobre su hipótesis de mi supuesto enamoramiento.
- ¿Estás enamorada?
- No, no lo sé, nunca me enamoré, pero el tema es que no quiero enamorarme, menos de ella.
- Además, Britt está enamorada de Sam.
- Y de seguro pronto se casarán, escuché una vez a Harry contarle a mi abuelo que Sam deseaba casarse.
- No sé si la solución es que te vayas porque crees que podrías enamorarte de ella…
- ¿Qué propones entonces? No me quedaré Quinn, volveré, no sé cuándo pero lo haré, realmente no me siento bien, entiéndeme.
Ella comenzó a llorar y me abrazó, eso significaba que entendía y respetaba mi decisión por más que no estaba de acuerdo, “Te extrañaré…” dijo y seguía llorando, yo no lo pude evitar y lloré junto con ella.
Claru!
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Laura-Fernanda Jue Ene 09, 2014 3:26 pm

Eso fue Lindo!! Y triste :(
Espero tu Actualización pronto
Nueva Lectora ;)
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Patri_glee Jue Ene 09, 2014 9:06 pm

holaaaaa excelente capitulo como siempre!!!
pobre san me da pena como se siente, espero que britt la convenza de que no se vaya.
para mi el sueño de britt era el de ser bailarina y como que dejo su sueño por ayudar a su padre, y se siente una cobarde por no hacer lo que a ella le gustaa
nos vemos en la proxima que espero que sea pronto  FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por Claru! Lun Ene 13, 2014 11:57 am

Awww chicas! cómo están? Yo feliz de saber que les gusta mi historia!
Planeaba actualizar el sábado pero vivo en un lugar donde al mínimo cambio climático nos quedamos sin luz, sin señal telefónica y sin internet... Bue, luz hay pero nada de internet. Les estoy contestando desde mi Cel y no puedo subir un capitulo más desde este aparatito, pero tranqui, actualizaré.

Gracias Laura por leer, bienvenida nueva lectora!

Patri, eres una lectora genial! Creeme que vas encaminada con tus presuposiciones... espero no defraudarte, eso sí, paciencia!

Les dejo un beso chicas! Trataré de actualizar pronto!
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Mensaje por Patri_glee Lun Ene 13, 2014 10:46 pm

Holaaa aca obvio que tenes una fiel lectora!!! ademas tu historia me encanta y mas como la estas llevando a cabo :)
a lo que ando de vacaciones ando seguido en el foro, despues veré como me lleva la universidad pero un lugarcito obvio que me voy a dar para leer tu fic
nos vemos
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por MarisaParedes Mar Ene 14, 2014 2:01 am

Hola! Como dicen por aquí, nueva lectora.
Estoy desvelada y comencé a leer tu historia. La verdad es que el foro me defrauda mucho en los últimos tiempos y salvo tres historias que se continúan y valen la pena, lo demás lo dejo pasar. Pero me leí todo lo tuyo de un tirón y, sinceramente, me gustó.
Quiero hacerte un par de comentarios, está bien?
Ahí va. Me gusta tu Santana. Es bastante Santana. Conflictiva, orgullosa y potente, aunque hasta ahora no hemos visto nada sobresaliente en ella. Me defraudó bastante que no pudiera resolver ella el planteo de los empresarios ingleses, porque en definitiva la respuesta de Brittany era la más obvia y la única posible. Pero supongo que era necesario para la historia, porque Santana necesita admirar a Brittany para que surja en ella el amor.
Me pareció, sí, un poco exagerada la reacción de Quinn al defender a Brittany sin saber si Santana le había hecho algo o no, y llegar a la agresión física. Es algo que siempre me llama la atención en los fics: todo el mundo golpea a Santana y eso es normal. Luego, cuando ella devuelve el golpe, tiene que pedir perdón. Ella siempre tiene que pedir perdón.
Pero por lo demás, me fascina la lógica de los sentimientos de Santana y como los vas desarrollando y haciendo que ella los comprenda. Los celos, normales ante la aparición de alguien tan perfecto como Brittany y que la desplaza (o ella cree que la desplaza) de todos los lugares -profesionales y afectivos- que había ocupado hasta ese entonces. Me encantó cuando se dio cuenta de que todos son correctos con ella porque le temen, y no porque le tengan cariño. Para los caracteres fuertes, esa lejanía de las personas es algo inevitable y con lo que hay que aprender a convivir. Hasta que Brittany apareció, no había nadie que la contrastara tanto y, por ende, su relación con las personas le parecía la única posible.
Su obsesión por saber acerca de lo único vulnerable que encuentra en la rubia, la hizo meter la pata. Le faltó el respeto, aunque sin quererlo. Pero ya está, ya pidió perdón y se retiró del caso. Y llegado ese punto de confusión y de dolor, su cobardía y la lucidez intelectual serán lo único que la salven. Irse puede que no sea la mejor solución, pero tal vez lo único que tenga en la mano. Es una pena que ella deba alejarse de lo que es suyo por derecho y se ganó, pero si ya no encuentra incentivo en el trabajo -y puede permitirse unas vacaciones, bendita ella!!!- entonces no hay demasiado que esperar. La influencia que la rubia tiene sobre ella es negativa; la anula, anula su instinto, anula su capacidad de ser ella misma.
Sin embargo, la lejanía puede aliviarla pero no resolverá sus problemas, y eso ella lo sabe, verdad? El meollo de todo es que, sí está enamorada -y debe estarlo- su mal no tiene remedio, por lo menos por un largo tiempo. Porque "luchar" por su amor es inútil, por lo menos hasta donde ella sabe: está la falta de interés de Brittany, está Sam, están los padres de la rubia... Tiene todas las de perder. Si se queda sufrirá. Si se va... tal vez sea como anestesiarse, pero en el camino puede encontrarse que la devuelva a sí misma, y no necesariamente tiene que ser un interés amoroso: puede ser un emprendimiento, una profesión, un nuevo negocio. Algo que la reconcilie con su fuerza y que la dignifique.
Tengo muchas dudas: el secreto de Brittany, creo, es que ella amaba bailar y nunca se decidió a poner su propio deseo por sobre el de su padre. O tal vez sea que amaba a la bailarina y no se atrevió a seguirla. O las dos cosas. Me inclino por la primera, pero no descarto ninguna. Y entonces la intuición de Santana sobre la pasión de Brittany, sería cierta y sería la danza.
Qué es lo que intuye la madre de Brittany?
Claro, el mayor de los misterios es la propia Brittany. Pero me parece una enorme acierto que te hayas decidido por contar la historia desde la primera persona de Santana, porque entonces sus apreciaciones se asemejan mucho más a la realidad: ningún ser humano saber lo que piensa el otro, y eso es lo que nos vuelve tan vulnerables.
Bueno, ojalá puedas continuar pronto. Te seguiré, si? Besos!
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Mensaje por 3:) Mar Ene 14, 2014 12:09 pm

hola,....

me encanto tu fic,....
aquí tienes una nueva fiel lectora,... O/
por ahora parece buena reacción de san en irse para no joder a britt,....
a ver como reacciona britt cuando se entere que san se valla!!!

nos vemos,...

LU!!!!
3:)
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Mensaje por Claru! Mar Ene 14, 2014 2:09 pm

Patri_glee escribió:Holaaa aca obvio que tenes una fiel lectora!!! ademas tu historia me encanta y mas como la estas llevando a cabo :)
a lo que ando de vacaciones ando seguido en el foro, despues veré como me lleva la universidad pero un lugarcito obvio que me voy a dar para leer tu fic
nos vemos
 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor 2145353087 

Patri, las vacaciones son geniales, en febrero comienzo a trabajar pero no descuidaré las actualizaciones, con tal que leas es más que suficiente, no olvido que has sido una de mis primeras lectoras "visibles" dado que siempre me comentas, eres especial para mí, no imaginas cuan agradecida estoy porque leas este Fic. En breve actualizo así sigas leyendo, un beso enorme!

MarisaParedes escribió:Hola! Como dicen por aquí, nueva lectora.
Estoy desvelada y comencé a leer tu historia. La verdad es que el foro me defrauda mucho en los últimos tiempos y salvo tres historias que se continúan y valen la pena, lo demás lo dejo pasar. Pero me leí todo lo tuyo de un tirón y, sinceramente, me gustó.
Quiero hacerte un par de comentarios, está bien?
Ahí va. Me gusta tu Santana. Es bastante Santana. Conflictiva, orgullosa y potente, aunque hasta ahora no hemos visto nada sobresaliente en ella. Me defraudó bastante que no pudiera resolver ella el planteo de los empresarios ingleses, porque en definitiva la respuesta de Brittany era la más obvia y la única posible. Pero supongo que era necesario para la historia, porque Santana necesita admirar a Brittany para que surja en ella el amor.
Me pareció, sí, un poco exagerada la reacción de Quinn al defender a Brittany sin saber si Santana le había hecho algo o no, y llegar a la agresión física. Es algo que siempre me llama la atención en los fics: todo el mundo golpea a Santana y eso es normal. Luego, cuando ella devuelve el golpe, tiene que pedir perdón. Ella siempre tiene que pedir perdón.
Pero por lo demás, me fascina la lógica de los sentimientos de Santana y como los vas desarrollando y haciendo que ella los comprenda. Los celos, normales ante la aparición de alguien tan perfecto como Brittany y que la desplaza (o ella cree que la desplaza) de todos los lugares -profesionales y afectivos- que había ocupado hasta ese entonces. Me encantó cuando se dio cuenta de que todos son correctos con ella porque le temen, y no porque le tengan cariño. Para los caracteres fuertes, esa lejanía de las personas es algo inevitable y con lo que hay que aprender a convivir. Hasta que Brittany apareció, no había nadie que la contrastara tanto y, por ende, su relación con las personas le parecía la única posible.
Su obsesión por saber acerca de lo único vulnerable que encuentra en la rubia, la hizo meter la pata. Le faltó el respeto, aunque sin quererlo. Pero ya está, ya pidió perdón y se retiró del caso. Y llegado ese punto de confusión y de dolor, su cobardía y la lucidez intelectual serán lo único que la salven. Irse puede que no sea la mejor solución, pero tal vez lo único que tenga en la mano. Es una pena que ella deba alejarse de lo que es suyo por derecho y se ganó, pero si ya no encuentra incentivo en el trabajo -y puede permitirse unas vacaciones, bendita ella!!!- entonces no hay demasiado que esperar. La influencia que la rubia tiene sobre ella es negativa; la anula, anula su instinto, anula su capacidad de ser ella misma.
Sin embargo, la lejanía puede aliviarla pero no resolverá sus problemas, y eso ella lo sabe, verdad? El meollo de todo es que, sí está enamorada -y debe estarlo- su mal no tiene remedio, por lo menos por un largo tiempo. Porque "luchar" por su amor es inútil, por lo menos hasta donde ella sabe: está la falta de interés de Brittany, está Sam, están los padres de la rubia... Tiene todas las de perder. Si se queda sufrirá. Si se va... tal vez sea como anestesiarse, pero en el camino puede encontrarse que la devuelva a sí misma, y no necesariamente tiene que ser un interés amoroso: puede ser un emprendimiento, una profesión, un nuevo negocio. Algo que la reconcilie con su fuerza y que la dignifique.
Tengo muchas dudas: el secreto de Brittany, creo, es que ella amaba bailar y nunca se decidió a poner su propio deseo por sobre el de su padre. O tal vez sea que amaba a la bailarina y no se atrevió a seguirla. O las dos cosas. Me inclino por la primera, pero no descarto ninguna. Y entonces la intuición de Santana sobre la pasión de Brittany, sería cierta y sería la danza.
Qué es lo que intuye la madre de Brittany?
Claro, el mayor de los misterios es la propia Brittany. Pero me parece una enorme acierto que te hayas decidido por contar la historia desde la primera persona de Santana, porque entonces sus apreciaciones se asemejan mucho más a la realidad: ningún ser humano saber lo que piensa el otro, y eso es lo que nos vuelve tan vulnerables.
Bueno, ojalá puedas continuar pronto. Te seguiré, si? Besos!

Marisa! Anoche salté de la cama al ver tu comentario, confieso que soy una especie de admiradora tuya, te conozco por tus bellos comentarios, los cuales son hermosamente detallistas en cuanto a la temática de los Fics. Me admira tu concentración y punto de vista cuando comentas algo. No he podido dormir de la emoción, es un honor para mí que leas esta historia, te lo digo con toda la sinceridad que abunda en mi ser.
Verás, coincido contigo con respecto a Santana, es la típica chica prepotente, lo de los ingleses (como lo has planteado) era necesario para que San admiré a Britt. Pregunta: para vos que sería algo sobresaliente en Santana? Me queda esa duda...
Con respecto a Quinn y la cachetada, no lo había pensado, es verdad lo que planteas pero para mí a San le pegan porque saben que es la única forma de pararla, si le dices algo no sirve, es en vano, entonces se recurre a la violencia física; San pidió disculpas porque ella a pesar de ser una perra, por dentro es buena, mi Santana es así y será la primera en pedir disculpas a pesar de que la otra persona debería hacerlo.

Vos crees que Santana se vaya? La Santana luchadora, ¿puede dejarse vencer y escapar? Ummm...

Vas encaminada con lo de la danza, pero paciencia, ya llegaremos a ese punto y también a la intuición de Nicole, la madre de Britt. Me encanta sembrar un poco el misterio pero vas presuponiendo cosas que no se alejan a la verdad, espera al avance de los capítulos y veremos cual será tu impresión.
Te cuento algo? Al principio comencé a escribir como una narradora testigo pero lo cambie, justamente por lo que planteas, ¿qué siente la otra persona? ¿cómo actúo? La verdad es que no sabemos cómo demostrar nuestro amor ante esa persona intrigante que nos roba suspiros.
Trato que mi Fic se asemeje a la vida misma, lo más verosímil posible, espero hacerlo bien. Esta historia nació de una necesidad enorme por expresar todo lo que llevo dentro, las experiencias y mi amor por Brittana, es una historia simple y común.
Marisa, gracias por leer! Te mando un abrazo y un beso!

3:) escribió:hola,....

me encanto tu fic,....
aquí tienes una nueva fiel lectora,... O/
por ahora parece buena reacción de san en irse para no joder a britt,....
a ver como reacciona britt cuando se entere que san se valla!!!

nos vemos,...

LU!!!!

Mi "nueva fiel lectora" eres genial! La fidelidad es lo que más aprecio de las personas. je
Es bueno alejarse pero no es lo correcto, los problemas no se resuelven solos, pase lo que pase hay que enfrentarlos y luchar, sea cual sea el resultado.
La reacción de Britt? Uff... espero no defraudarte, en breve actualizo...
Besos Lu! Mi "nueva fiel lectora"...
Claru!
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Finalizado Capítulo 4: ¿Enamorada yo? Parte 2

Mensaje por Claru! Mar Ene 14, 2014 2:20 pm

Aquí la otra parte, trataré de actualizar el fin de semana, si hay algún error, sepan disculparme. En caso de que haya algo que no entiendan me lo dicen, gustosa les sacaré las dudas.
Un beso! Espero disfruten la lectura, las quiero...

Capítulo 4: ¿Enamorada yo? Parte 2

La noche llegó, mi abuelo estaba triste, mañana hablaría con los socios sobre mi apartamiento temporario de la empresa. “¿Hay forma de que cambies de parecer?” me dijo, lo miré y le dije que no. Me besó y se fue a dormir, mi nana dejó de llorar pero estaba triste, Rachel me llamó, trataba de convencerme que no me fuera pero fue imposible. Fabiola también llamó, pedía explicaciones, sólo le dije que volvería, pero que no me esperase pues no sabía por cuánto tiempo me ausentaría de la ciudad. Al parecer era noticia mi alejamiento de la empresa, mañana iría a hablar con los socios, les tenía que dar una explicación, por otro lado, sería el último día donde la vería a Brittany. Tenía que acostumbrarme a la idea de no volver a verla, ella rondaba por mi cabeza a cada instante, tal vez con el tiempo las imágenes que poblaban mi mente desaparecerían.
A la mañana siguiente fui temprano a la empresa, debía acomodar mis cosas y dejar todo los negocios a mi cargo en manos de mi abuelo, Carla era mi preocupación, tal vez ahora si sería la secretaria de Brittany. Carla llegó después de unos minutos y me dijo:
- Santana, ¿es verdad que te vas de la empresa?
- Sólo será por un tiempo.
- ¿Qué será de mí?
- De eso me ocuparé yo, tal vez te asigne como secretaria de Brittany, al fin y al cabo se llevan bien ¿no? Por eso no te preocupes, no te dejaré sin trabajo.
- La extrañaré muchísimo, nada será igual sin usted…
Me abrazó, estaba a punto de llorar, lo noté en sus ojos. Quinn entró en la oficina y tenía una cara de perros. Carla salió y Quinn fue la que me abrazó esta vez. Con tanto cariño no daban ganas de irme, pero no podía quedarme.
En los pasillos de la empresa el rumor se esparció, todos me miraban y no creían que me iría. Harry entró y él también intentó hacerme entrar en razón.
- Santana, una vez te dije que podías contar conmigo y con mi esposa para lo que sea, ¿lo sabes verdad?
- Claro Harry.
- ¿Hay algo que podamos hacer por ti ahora? Ayudaste a mi hija y estoy en deuda contigo. No quiero que te vayas, Gustavo me comentó que no pretendes desistir de tu decisión, pero tal vez yo pueda hacer algo, él está triste…
- Lo sé Harry, pero realmente no puedo, ahora todo parece trágico pero con el tiempo esto pasará, quien sabe, tal vez en unos meses vuelva, sólo necesito despejarme un poco.
- Te entiendo hija, y ya sabes, puedes contar conmigo, mi esposa te manda saludos, desea verte antes que te vayas.
- Gracias, trataré de verla antes de irme.
Harry me veía como su hija, mi abuelo me decía así “hija” pero escuchar esa palabra de unos labios que no eran los de mi abuelo sonaba raro, me recordaba a mi papá, lo necesitaba, de seguro si estuviera aquí me habría dado un sermón y estaría calladita trabajando sin hacer algún berrinche. Brittany llegó a la empresa, Sam la acompañaba como siempre, él me miró y me saludó con tristeza, hasta él estaba triste.
Cerré las persianas de mi oficina, era hora de guardar todas mis cosas, tenía años en esta oficina, todos pensaban que en un futuro volvería, era lo que les hacía creer pero realmente no deseaba hacerlo, me iría a viajar un poco y quizás me montaría una empresa yo misma en algún lugar, algo pequeño, esos eran mis planes.
Estaba concentrada en mis pensamientos cuando Brittany entró en la oficina, no se anunció, abrió la puerta y le dijo a Carla “Que nadie se atreva a molestarnos” cerró la puerta y me miró fijamente. El tono de su voz fue serio, me recordó a la Brittany que se enfrentó con los ingleses en aquella oportunidad. Se sentó frente a mí, respiró profundamente y con el semblante cubierto de seriedad me preguntó “¿Es verdad? ¿Te vas?” la miré y quise insultarla, mi boca se abrió pero ningún insulto salió, no me atrevía a insultarla, bajé mi mirada y dije:
- Sí, es así.
- ¿Por qué?
- No te interesa el por qué, alégrate, ya no nos veremos más.
- ¿Es por todo lo que pasó entre nosotras?
- No diré nada más…
- Está bien, entonces me escucharás, eres una inconsciente, una egoísta, ¿cómo te atreves a dañar a tanta gente? -mi mirada se centró en ella, mi ceño se frunció pero no dije nada, la escuchaba solamente- tu nana me llamó hace unos minutos, no deja de llorar, está preocupada por ti porque no sabe lo que te pasa, tu abuelo por poco y se derrumba frente a mi padre y a mí, Quinn está triste, inclusive Sam, ¿no te das cuenta? Decides irte de un día para otro, y todo ¿por qué? ¿Un capricho?
- ¡No te permitiré que hables sobre lo que estoy sintiendo, no tienes la mínima idea por lo que estoy pasando!
- No me importas tú, me importan esas personas a las que les estás haciendo daño, deja que te ayuden, habla con tu nana, por lo menos dile algo que la tranquilice. Haz con tu vida lo que desees pero ten en cuenta como tus decisiones afectan a los que te quieren y te aprecian, además, no puedes dejar a tu abuelo solo con la empresa, eres tú la que mantiene todo en orden, piénsalo.
- La decisión está tomada, tú no me harás cambiar de opinión. Y confío que la empresa no se irá a pique si me voy, podrán seguir sin mí.
- ¿No planeas volver verdad?
No le contesté, no me atrevía a decir “volveré en un tiempo”, no podía mentirle, me dolió el hecho de que dijera que no le importaba lo que yo sentía, pero eso me dio la valentía para decirle: “¡Claro que volveré! En un tiempo, pero volveré”. Ella me miró fijo, me analizó y ¡demonios! Sabía que mentía.
- Eso es mentira, planeas no volver más… pensé que eras una mujer valiente, me equivoqué, eres una cobarde.
- Ya estuvo bueno ¿no? Yo respeté tu decisión de no decirme que te pasó en Inglaterra, las cosas no salieron bien pero asumí la responsabilidad de mis actos y no insistí, te pido que ahora tú respetes mi decisión.
No le gustó lo que le dije pero sabía que tenía razón, “Nadie desea que te vayas, no lo hagas, tómate el tiempo que desees para arreglar tus conflictos, pero no nos abandones”. Dijo eso con un tono suave, fue como la última carta del juego, ya no había nada más que decir, por lo menos de su parte, pero yo si tenía una duda: “Creí que no te importaba lo que me pasa, ahora dices que no los abandone, te incluyes en eso, no entiendo”. Ella me miró y con total seguridad dijo: “Si me interesa cómo te sientes, pero tú no me dejas ayudarte, prefieres alejarte y eso lo respeto, pero estás dañando a muchas personas con esa decisión, si te vas, sabré que a ti ellos no te importan…”
No pude decir nada más, ella salió de mi oficina. Miré mis cosas, no podía irme, debía enfrentar mis conflictos, o sea, debía enfrentarla a ella, soportar esto que sentía y controlarlo para que no se transformara en algo crónico. Mi nana, pobre, de la desesperación recurrió a Brittany para que me hiciera entrar en razón, ella estaba en lo cierto, no podía causarles daño a las personas que quería, no debía abandonar a mi abuelo.
Después de la charla con Brittany, medité un poco las cosas, tenía que hablar con mi abuelo. Fui a su oficina y él estaba preocupado, Harry estaba con él y lucía igual.
- ¿Pasa algo? -dije.
- Todos se enteraron de tu apartamiento temporario, presiento que nos atacaran… los socios están como locos hija, quieren hacer modificaciones si te vas… -dijo mi abuelo.
- Harry, déjame un momento a solas con mi abuelo.
Harry salió, en unos minutos todos los socios estarían en la sala de conferencias dispuestos a exigir las dichosas modificaciones ni bien yo me alejara, por más que eran empresarios que con mi abuelo elegimos, la mayoría eran ambiciosos y deseaban ascender en la empresa, querían ser los líderes, pero ese lugar lo ocupaban mi abuelo y yo, si me voy alguien querrá ocupar mi lugar y la lucha por llegar ahí sería tremendamente sangrienta.
- ¿Tienes miedo abuelo?
- No lo sé Santana…
- ¿Dónde quedó ese hombre fuerte que me decía que nadie ni nada puede con un López?
- Pues a ti te ganó el desamor, y a mí la tristeza, no sé qué haré sin ti en la empresa, eres mi cerebro hija, mi corazón…
- Abuelo…
- Pero basta de sentimentalismos, confío en que volverás, mientras tanto lucharé contra esas fieras…
- ¡Ese es el Gustavo López que conozco! Pero no estarás en la lucha solo.
Me acerqué a él y lo abracé, él se dejó envolver por mis brazos como un niño pequeño, ¿cómo se me pasó por la cabeza dejarlo solo? Él siempre estuvo conmigo, fue un pilar indestructible ante las diferentes cosas que nos pasaron, siempre afrontamos las cosas juntos, él y yo, “los latinos”, “los temibles López”… no iba a dejarlo así, Brittany tenía razón, estaba siendo egoísta, pero podía cambiar eso. “Esos no podrán con nosotros abuelo, lucharé a tu lado, al diablo el maldito desamor, no te dejaré solo, vamos a patear traseros…” él me miró y sonrió, me abrazó muy fuerte, yo me reía y él sólo dijo: “Te amo hija” nos fundimos en un abrazo, él debía ser la razón por la cual seguir luchando, dejando de lado cualquier malestar inclusive si eso me mataba por dentro de a poco.
Nos anunciaron que nos esperaban en la reunión, fuimos juntos. Al entrar noté que algunos sonreían exageradamente, esos eran los ambiciosos, los que estaban preocupados eran los que realmente sentían ese amor por la empresa. Por lo menos esto sirvió para conocer realmente las intensiones de ellos.
Brittany no me miraba, estaba enojada o frustrada, el hecho de que no deseaba que me fuera era gratificante, aunque lo negara ella tampoco deseaba que dejara la empresa. Brittany me volvería loca, lo sabía pero correría el riesgo.
- Ya que estamos todos, les damos la bienvenida, hay novedades en la empresa… -dijo mi abuelo.
- Ya lo sabemos -dijo un socio- Santana se marchará de la empresa por un tiempo, es necesario hacer modificaciones, propongo que…
- Un momento -dije- ni siquiera he dicho que me voy y, ¿ya planeas cosas?
- Tu partida es un hecho Santana, déjanos trabajar a nosotros, los que realmente queremos trabajar.
- ¡Vete al demonio! ¡A mí no me hablas así! ¿Sabes qué? Has logrado que desista de mi idea, no me iré, al demonio con sus modificaciones, la reunión ha terminado, ¡todos a trabajar!
Todos se quedaron mirándome, seguro parecía una broma, les debía una explicación y se las di: “¿Creen que dejaré solo a mi abuelo para que un par de aduladores pretendan ocupar mi puesto? Están equivocados, ahora sé muy bien con quienes trabajo y trato todos los días, he vacilado, lo sé, pero no soy tan cobarde como para escapar y dejar que esto se convierta en un circo…” algunos rieron y los aplausos se hicieron escuchar, mi abuelo me abrazó y dio por finalizada la reunión, Quinn me abrazaba muy emocionada “Si que eres una López” me dijo, de a poco todos se retiraban, Brittany me miraba desde lejos pero ahora me sonreía.
Carla al enterarse de mi decisión me abrazó, comenzó a decirme todos los pendientes uno tras otro, estaba retrasada, había trabajo acumulado, le pedí que las reuniones las dejara para después de almorzar y que ordenara por prioridad los temas que debía tratar, ese trabajo lo haría al día siguiente, iba a ser sábado pero me tomaría ese día para ponerme al tanto. Faltaba una hora para el almuerzo, aún me faltaba hablar con una persona más.
Salí de la empresa y me dirigí a mi casa. Entré en la cocina y mi nana estaba sentada en la silla llorando, me acerqué y antes de que dijera algo ella me dijo: “Mi´jita, la voy a extrañar” su llanto aumentaba, la abracé fuerte, la bese varias veces en la cabeza y dije: “No llores, te harás vieja, lo conseguiste, no me iré, no te dejaré”. Ella me miró sorprendida, sequé las lagrimas de su rostro con mis manos, “Es en serio nana”, me abrazó más fuerte y siguió llorando, en español decía que Dios había escuchado sus plegarias, que no sé cuantos rosarios rezaría y cosas así; me besaba y no dejaba de llorar. Yo sonreía, una vez más Brittany tenía razón, no podía dañar a mi nana, sí era un ángel.
- Dime nana, ¿por qué mandaste a Brittany a hablar conmigo?
- ¿Ella fue la que te convenció? ¡Bendita sea por siempre! Sabía que ella lo lograría, mi´jita estaba desesperada, algo me decía que ella me ayudaría…
- Yo no dije que ella me convenció…
Me miró fijo y sabía que mentía, no dijo nada, me besó y se puso a cocinar una comida especial para mí. Yo me dejé consentir pero también me puse a pensar en la influencia de Brittany sobre mi decisión, ella estaba logrando cosas que nadie lograba, sentía que me conocía, era vulnerable ante ella, pero nada de eso me molestaba, un poco de miedo si tenía pues ella intuía mis acciones, sabía cómo actuaría, es como si supiera cada movimiento que haría y apenas nos tratábamos. Eso me daba miedo pero la sensación de saber que ella podía entenderme en algún sentido, generaba en mí cierta tranquilidad.
Después de almorzar regresé a la empresa, toda la tarde estuve ocupada, por suerte logré concentrarme y hacer bien las cosas. Estaba en la cocina de la oficina bebiendo algo cuando Fabiola entró.
- Pensé que te perdería Santana.
- No puedes perder lo que no es tuyo.
- ¿Algún día tendré el privilegio de decir que eres mía?
Estaba por contestarle pero Harry entró en la cocina.
- ¡Aquí estás! Santana, mi esposa te invita a cenar en casa, no hagas planes para esta noche.
- Emmm… ¿cenar? ¿dónde?
- En casa, pasaré por ti, nos vemos.
Harry salió del lugar sin darme tiempo de decir sí o no… miré a Fabiola y ella dijo:
- Si lo deseas, podemos vernos después de tu cena…
- Hoy fue un día agotador, ¿te parece que mañana almorcemos juntas?
Ella sonrió y me abrazó, correspondí a ese abrazo, mis manos rodearon su cintura y alguien más entraba, era Brittany, nos vio y salió rápido. Me separé de Fabiola bruscamente, me asusté “¿Qué sucede?” la miré y le dije: “Nada, olvídalo, nos vemos mañana”. Salí de ahí y Brittany estaba en su oficina, ¿habrá pensado que entre Fabiola y yo había algo más?
Entré en mi oficina y la miré desde mi escritorio, ella me miró también, estuvimos así unos segundos y cada una siguió con lo suyo. Ella se fue antes de la empresa, Sam la acompañaba, el sólo hecho de imaginarme en una mesa con ese par cenando me producía pereza. No quería ir, pero Nicole me invitaba, por más que no tenía ganas, algo me decía que debía ir.
Regrese nuevamente a casa y me bañe, me recosté en la cama y medité todo lo que viví en ese día. Aún me faltaba lo más difícil, enfrentar una cena con ella, no sabía qué relación teníamos, no sabía cómo tratarla, estaría en terreno desconocido, era preferible ir acompañada, le pediría a mi abuelo que me acompañase. Le consulté pero él preferiría dormir, estaba cansado.
No tenía de otra, iría sola. Me cambié y esperé que Harry pasara por mí. Llegó alrededor de las nueve de la noche. Mi nana estaba feliz de que fuera a cenar con los Pierce, ella parecía más emocionada que yo.
Durante el camino Harry me contaba pequeñas historias de su vida, era gracioso escucharlo, se definía como un tipo soñador, él decía que Britt heredó eso de él, en cambio Nicole era más realista y lo posicionaba en la tierra, pero eso no significaba que no lo comprendiera, es más lo ayudaba a seguir algunos sueños. La forma en la que hablaba de su esposa denotaba cuan enamorado estaba de ella.
Llegamos a su casa, era un lugar lindo, no había agentes de seguridad como en mi casa pero si estaba todo protegido por un sistema de seguridad. Noté que había dos balcones en la parte delantera de la casa, yo miraba hacia arriba y él dijo: “Un balcón es el de mi reina, el otro de mi princesa” sonreí por el comentario, sabía a quienes se refería, me preguntaba cuál era el balcón de la princesa.
Entramos y su reina estaba acomodando la mesa, me vio llegar y dejó lo que estaba haciendo para acercarse y saludarme con un abrazo, “Qué bueno que hayas venido, te advierto, esta noche no se hablará nada de negocios o de empresas” sonreí y asentí con mi cabeza. Harry me llevó al living, decía que quería mostrarme algo. Él resultó ser un coleccionista de monedas antiguas, me mostraba sus monedas y del lugar donde provenían, me parecía rara esta reunión, pero lo estaba disfrutando.
- Espero que mi padre no esté aburriéndote… -dijo una voz conocida por mí.
- No, no lo está haciendo.
- Hija, ¿dónde está mi colección de billetes? Santana, te encantará verlos…
- Están en la biblioteca, voy por ellos.
- No hija, quédate con Santana, yo iré -dijo y salió del living.
- ¿Segura no te aburre?
- Claro que no, parece un niño, es tierno.
- Ja, ja… es verdad.
Nos miramos por unos segundos, deseaba agarrarla y besarla, quería tocar su cabello y dejarme llevar por mis deseos, vinieron a mi mente las imágenes que inventé guiada por el placer, esas imágenes donde ella gemía y decía mi nombre…
- ¿Cómo está tu nana?
- Emmm… bien, tranquila, cree que eres un ángel o algo por el estilo.
- Lo sé, hablé con ella, dijo que me cocinaría de esas galletas que te gustan a ti, son riquísimas…
- Ummm… no probarás galletas como esas. ¿Sam dónde está?
- ¿Sam? En su departamento.
- ¿Vendrá luego?
- No, mi madre quería que la cena fuera en familia.
- Perdón, ¿en familia?
- Je… lo siento, o sea, nosotros junto contigo, son ideas de mi mamá.
No seguimos la charla porque Harry llegó con una especie de álbum con billetes de diferente valor y procedencia. Nicole nos llamó a cenar. Todo transcurrió de manera agradable, con Brittany nos mirábamos de reojo, y si ella hablaba me perdía entre las facciones de su rostro, sorprendía a Nicole observándome, pero no me decía nada, eso me daba miedo, temía ser demasiado obvia en relación a lo que Brittany me hacía sentir.
La cena fue agradable, Nicole decía que tenía una sorpresa para mí y para Brittany. Nos pidió que la acompañáramos a la biblioteca, allí había una pantalla enorme, nos pidió que nos sentáramos en un sillón. Harry usó el sillón individual y yo me ubiqué en el sofá, Brittany se sentó a mi lado, Nicole tenía unos CDs en la mano, eran tres, eligió uno y lo puso. Se veía un cielo y ramas de árboles “Amor, ¿esto ya está grabando?...” las carcajadas salían del video, me estremecí, un escalofrío recorrió mi cuerpo, esa era la voz de mi padre. La imagen en la pantalla ahora era la de mi madre, miraba de manera dudosa a la cámara y sonrió, saludó con su mano y dijo “Hola a todos” casi me muero, era como si ella realmente estuviera del otro lado, viéndome y saludando a la vez, mis lágrimas salieron, no las pude contener. Mi madre le indicaba a mi papá que en efecto ya estaban grabando. El lugar era un patio, el césped estaba verde y el cielo extremadamente celeste. Mis padres grababan todo a su pasó, allí estaba el matrimonio Pierce, no me había equivocado, Harry era un hombre apuesto y musculoso, como me lo imaginé la primera vez que lo conocí, saludaban alegremente a la cámara. Los miré y ellos también estaban emocionados, mis lágrimas no cesaban y Brittany me tomó de las manos. Volví a mirar la pantalla, no sabía que mis padres habían conocido a los Pierce desde hace años. “Esto es en Ohio Santana, tus padres y tú fueron unos días a visitarnos…” dijo Harry. ¿Cómo? ¿Yo también había ido? ¿Qué edad tenía?, miles de dudas surgieron, pero todo lo resumí en una sola pregunta: “¿Dónde estoy yo?” seguía mirando la pantalla y allí estaba yo, sonreí, habré tenido unos tres años, mi pelo era un poco rizado y mi piel un poco más morena, estaba sentada al lado de una bebé rubia, la abrazaba y le daba besitos que ella correspondía, sus manitos pequeñas acariciaban mi rostro y yo reía, entonces mi voz de niña dijo: “Mamá, Britt-Britt me besa, mira…” yo ponía mi mejilla y la beba me besaba. ¡Dios Santo, esa beba era Brittany! Me sonrojé, la miré, sus manos aún sostenían las mías pero también estaba sonrojada.
- Mamá, ¿qué es esto? Jamás me lo mostraste…
- Los tenía guardado hija… ¿Acaso no se ven tan tiernas?
El resto del video fue sobre los juegos que hacía con “Britt-Britt” la alzaba, ella apenas podía caminar, me seguía mucho y yo la cuidaba, en un momento decidí peinarla y ella quedó con dos coletas, una más alta que la otra. Mis padres y los de Brittany reían.
Ese video terminó y Nicole dijo: “Hay otro video, te encantará, ¿sabes? Fuiste la primera en decirle ´Britt-Britt´ a mi hija, en realidad la única, nunca nadie la nombró así… ¿Le sigues diciendo así?” mientras se levantaba a poner otro video esperaba mi respuesta, ella al parecer no sabía las diferencias que tuve con su hija, me miró y le dije: “No, no le digo así. Ni siquiera sabía que nos conocíamos desde pequeñas…” miré a Brittany y ella también lo hizo, nuestras manos seguían entrelazadas, no quería que me soltara.
- Harry, ¿por qué no le dijiste a las chicas que se conocían?
- Amor, no lo sé, entre tantas cosas me olvidé…Santana, tu padre y yo no fuimos grandes amigos pero si nos hubiéramos conocido antes de seguro lo hubiéramos sido. Yo vivía en Ohio, una vez vine a Nueva York y lo conocí por casualidad, él no tenía la empresa en ese entonces pero los planes estaban en marcha, ese mismo día que nos conocimos fuimos a un bar y me contó todo sus planes, su energía me contagió, y allí nació la idea de dedicarme a los negocios. Mi esposa estaba embarazada de mi princesa y yo vine aquí en busca de trabajo, no lo conseguí; Santiago era un hombre de mundo, hablaba con uno de aquí, con otro de allá y así fue dándose a conocer, yo en cambio no tenía el coraje para hace lo que él hacía, no conocía la ciudad y decidí volverme a Ohio, mi hija nacería y debía ponerme a trabajar. Como estaba obsesionado con la idea de ser empresario, hice en Ohio lo que él hacía aquí. De a poco fui transformándome en un pequeño empresario pero él, era un monstruo, crecía cada vez más. Una vez que volví a Nueva York lo visité, él se alegró de verme y prometió ir a Ohio a visitarme. Pues después de unos meses él llegó con su esposa y una bella muñequita en brazos que me decía “Hola, yo soy Santana” -yo sonreía, el relato de él era atrayente- ni bien llegaste a casa te pusiste a jugar con Britt, te llamaba la atención su color de pelo y sobre todo el color de sus ojitos, ¿te acuerdas amor? –le preguntaba a Nicole- Le decías a tu mamá: “mami mira la bebé, tiene ojos claros, es linda” todos nos reíamos. Los días que estuvieron de visitas fueron los mejores. Santiago me hablaba de sus negocios y quería que yo fuera su socio, pero no podía dejar Ohio, Britt era pequeña y yo recién comenzaba en el mundo de los negocios, además mucho no podía aportar a la empresa de los López. Santiago me decía que siga trabajando y que el día en que fuera socio de un López llegaría. El tiempo pasó y los negocios de ambos nos separaron aún más, pero yo trabajaba en post de mi familia y alcanzar mi meta más preciada. A veces iba a visitar a Santiago, me contaba que todo marchaba bien y que su familia era la mejor, estaba orgulloso de ti, decía que eras el vivo retrato de él, pero… después tu madre enfermó y… pasó todo eso. Fui al funeral de tu madre y al de tu padre, Nicole también… ¿no nos recuerdas?
- Emmm… -lo miraba y dudaba- no Harry, no lo recuerdo.
- Fuimos, lamenté muchísimo todo lo que pasó, tu abuelo no me conocía en ese entonces, mucho no podía acercarme, por un lado sentí que perdí mi oportunidad de trabajar con él, pero me dolió más sentir que un amigo se fue. Me dediqué a trabajar y luego comencé a escuchar sobre la hija de Santiago López. En un momento no podía creer que esa pequeña que una vez tuve en brazos manejaba tremenda empresa, tu padre era un hombre que sabía mucho, no se equivocó al decir que sería socio de algún López.
- Él fue todo para mi, mi madre también… los extraño.
Dije eso y sentí como ella presionaba mis manos, Nicole se sentó a mi lado y me besó en la frente “No seremos latinos pero puedes vernos como si fuéramos tus papás sustitutos” sonreí ante eso y ella puso play para ver el otro video, allí estábamos nuevamente como centro de atención, Brittany y yo. Mis padres nos alzaban, Britt estaba en brazos de mi madre y yo en los de mi papá, Brittany no quería separarse de mí, me agarraba de la cara y de mis orejas, sus manitos blancas resaltaban en mi piel morena, nos reíamos, yo la abrazaba y los demás sonreían, Brittany no dejaba de besarme y yo sonreía, tocaba sus cabellos rubios y ahí jugábamos. Mis padres miraban esa complicidad entre nosotras y sonreían, toda la escena era tierna. El resto del video era de lo mismo. Los juegos entre esas pequeñas pero mis padres y el matrimonio Pierce se unían, mis padres se besaban a cada instante, eran muy apasionados, Harry sólo sostenía a Nicole de su cintura y se lanzaban miradas picaronas, Brittany al ver eso dijo “¡Papá! ¿Y esa mirada?” Harry se puso colorado y le dio vergüenza. Las demás sonreímos, ellos se levantaron y se dieron un breve beso. Era lindo vivir estos momentos con ellos. Vi que ya era un poco tarde y decidí que era hora de irme. Brittany soltó mis manos, un ligero escalofrío me recorrió entera, mi cuerpo demandaba el tibio calor de su cuerpo, el contacto físico entre nosotras era necesario, por lo menos eso pedía mi cuerpo.
- Me voy, gracias por todo…
- Espera Santana, te daré los CDs así los tienes de recuerdo, yo hice otra copia -dijo Nicole.
- Ok… gracias.
Nicole me abrazo y me dijo: “Eres igual de bella que tu madre”. Sonreí, Brittany me miró, se acercó y sus labios hicieron contacto con mi mejilla, la sensación era reconfortante. Nos miramos unos segundos y decidí salir. Harry me llevó a casa, me dio un beso antes de despedirse, “Gracias por aceptar ir a casa, debemos repetir la cena en otra ocasión” lo pensé un poco y la cena se hizo porque él prácticamente me llevó, me reía para mis adentros pero no estuvo mal, disfrute de la velada y si, quería repetir eso. “Me gustaría que me charlaras más cosas de mi papá” le dije, él me miró y dijo “Lo que sea pequeña, ve a dormir ahora”.
Ya en cama, me puse a pensar en las cosas del destino, conocía a Brittany desde que era una niña, nos llevábamos bien en ese tiempo, tal vez la historia se repita, tomé los CDs que Nicole me dio y vi que eran dos, tal vez el tercer CD no era para mí. Puse uno en mi computadora y volví a ver a mis padres, y a Brittany, congelé la imagen y ahí me quedé buen tiempo viendo a esa bebita hermosa que mi madre sostenía en brazos.
……………………………………………………………………
- Mamá, ¿dónde están los CDs? Los mismos que le diste a Santana.
- ¿Para qué los quieres hija?
- Quiero volver a verlos, nunca me los mostraste.
- Estaban guardados, ayer recordé que los tenía y me puse a buscarlos.
Ella me dio dos CDs, estaba por poner uno en el reproductor de DVD, y noté que había un CD sobre el televisor, decía “Santana”, me pareció raro y dije:
- Mamá, ¿y este CD?
- Ese es para Santana.
- ¿Por qué no se lo diste?
- Aún no es el momento hija.
- ¿El momento para qué? ¿Puedo verlo?
- Es para ella hija… no sé si algún día se lo daré… no le digas nada.
La miré de manera rara, ella me besó y se fue. Miré nuevamente los CDs, me parecía raro todo eso, nos conocíamos desde niñas y no lo sabía, me decía “Britt-Britt” y eso me agradaba, mi mamá tenía razón, nunca nadie me llamó así. Cada juego era gracioso, no me despegaba de ella y eso no parecía molestarle a esa niña morena, realmente yo era molesta, no la dejaba en paz pero ella reía a cada instante. Ahora a nuestra edad ella casi no dejaba que me acercará, habíamos pasado por muchas cosas en poco tiempo, cuando recordaba lo que pasó en Inglaterra una opresión en el pecho me invadía, fue tierno de su parte consolarme, hoy le devolví en parte ese buen gesto, la vi llorar por sus padres, no sabía que mis padres conocieron a los López, con razón mi padre está obsesionado con esa familia; lo que me llamaba la atención es ese CD que mi madre no me dejó ver, algo misterioso había allí escondido.
Mi padre volvía de dejar a Santana, entró en la biblioteca, y comenzamos a hablar.
- Papi, ¿por qué no me constaste lo de Santana?
- Me olvidé hija…
- ¿Por qué yo no fui al funeral de los padres de Santana?
- Cuando su madre murió no te llevamos, considerábamos que no era prudente, pero cuando Santiago falleció, fuiste tú la que no quiso ir, ¿recuerdas?
- No…
- Tenías esa competencia de porristas, preferiste eso antes que acompañarnos a New York.
Dijo eso y recordé, era verdad, era buena en el equipo de porristas, me gustaba lo que hacíamos allí, a mi mente vino la imagen de mi papá triste casi a punto de llorar y mi madre llorando y consolándolo. Ellos se iban a New York, un amigo de papá había muerto y yo me quedé en casa de Kurt, un amigo mío, ambos íbamos a la competencia. Quien hubiera imaginado que si elegía ir de viaje conocería a Santana desde antes.
- Lamento no haber ido…
- No fue tu culpa, era lógico, eras pequeña y sólo te interesaban tus amigos, es común.
- Pero quizás ella me necesitaba, después de todo fue mi primera amiga y no me lo dijiste.
- Eras muy pequeña Britt, ella también. Pero míralo de esta forma, ahora pueden recuperar ese tiempo perdido.
Él tenía razón, no estuve con ella antes pero desde ahora todo podía cambiar. Si bien no nos hablamos mucho y aunque ella trate de alejarse, las cosas nos estaban guiando para que nos juntáramos, me importaba ser su amiga, algo en ella había que la hacía sufrir, sentía el deseo de estar a su lado y brindarle mi amistad, tal vez con lo que descubrimos las cosas cambiarían, para mí, siempre fuimos amigas.
Mi padre se despidió y se fue a dormir, yo quedé mirando los videos donde no dejaba en paz a Santana, ella siempre sonreía, era tierna, detuve la imagen justo donde su madre me tenía en brazos, era verdad lo que decía mi mamá, Santana era muy parecida a ella, ambas eran mujeres hermosas.
………….....
Claru!
Claru!
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Mensaje por 3:) Mar Ene 14, 2014 3:30 pm

ame a san asiéndose valer el legado Lopez ante todos,..
morí de ternura con los vídeos de nícol con san y britt de niñas definitivamente una cena en familia,....!!!
ya de niñas andaban dándose besitos,... san contenta!!! jajajajaj
que tiene el ultimo CD???
nueva obsesión para britt,??? respecto a san!!!

nos vemos,...

LU!!!
3:)
3:)
-*-*-*
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Finalizado Re: FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

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