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Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
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Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho el capitulo espero kurt no muera espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyyyyy ansioso me encanta mucho esta grandiosa y muyyyyy maravillosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Gabriela Cruz escribió:Noooo!,!!!, por favor que no muera.
Ya veremos que pasa.
Darrinia escribió:No voy a llorar, no voy a llorar... Mierda!
No llores, ya veremos que pasa
PhantomOfGlee escribió:Por La Santísima Madre Del Klaine
Mi Kurt no se puede morir (bueno, si puede)
Yo y todos los que leemos tu fic no queremos que muera...
Yo se que no vas a matar a Kurt, al menos, no ahora
¿Qué le piensa decir mi papi-suegro a Blaine?
¿Le contara la verdad? ¿Cómo puedes dejarlo ahí y no tener cargo de conciencia?
¿Cuánto tiempo mas tardara el Finchel?
La historia de Kurt me hace querer cortarme las venas con galletas de animalitos.
Y lo peor es que se que aun hay mas :'(
Actualiza pronto que nos tienes con el pendiente.
Lamento no comentar antes pero estaba muy ocupada,
Cuídate, un abrazo
Lo se, mi comentario fue un desastre.XoXo
- NOTA:
Todos somos mortales ;). En el capítulo de hoy no veremos que le dirá, eso saldrá luego. Finchel aun no. Pronto. Pero aun no. La historia de Kurt aun no es contada del todo, las galletas de animalitos no serán suficientes cuando te enteres. Acá está el nuevo capítulo. Tus comentarios me gustan. Son agradables de contestar.
gleeclast escribió:Me gusto mucho el capitulo espero kurt no muera espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyyyyy ansioso me encanta mucho esta grandiosa y muyyyyy maravillosa historia
Gracias por leer, acá está el nuevo capítulo. Cuidate.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Fanfic Klaine. Un millón de estrellas en el cielo. Capítulo 24.
N/A:HOLAAAAAAAAAAAA. Acá el nuevo capítulo. No me maten, si me matan jamás sabran como terina esta historia.
**************************************************************************
CAPÍTULO 24.-FINN HUDSON.
Finn siempre se había sentido inútil en la familia Anderson, algo así como si no encajara ahí. Antes de pertenecer a los Anderson, había sido criado por su padre, un poderoso empresario de Ohio y aunque nunca le había faltado nada material, su corazón siempre había estado falto de amor, de cariño paternal. Jamás había conocido a su madre, o a ningún otro miembro de su familia, solo eran él y su padre. Bueno, él, su padre y la empresa… en realidad solo eran su padre y la empresa, él estaba muy aparte.
Cuando él tenía 7 años su padre había muerto, lo habían asesinado y él lo había perdido todo. Jack Harris, el vicepresidente de la empresa de su padre, siempre tan “leal” y ”bondadoso”, se había adueñado de la empresa un día después de la muerte de su padre, se había apropiado de toda la fortuna y se había deshecho de Finn. Había mandado al pobre e inocente pequeño a un orfanato, en el cual no duró ni dos meses cuando en un acto de amor total el Sr. Y la Sra. Anderson lo adoptaron dejándolo unirse a su hermosa y fantástica familia.
Había conocido a Blaine y se habían tratado como hermanos desde entonces aunque al principio las cosas habían ido un tanto difícil, Blaine había sido adoptado por los Anderson apenas 3 años atrás y se había resentido cuando Finn llegó. Pero con el paso del tiempo se tomaron cariño y al tener la misma edad, los gustos fueron casi los mismos, siempre cursaban los mismos años juntos, se defendían el uno al otro y bromeaban acerca de todo. Todo juntos. Fue fantástico.
Pero luego habían crecido y Blaine había madurado antes que él y entonces se habían creado algunos problemas. Mientras que Blaine se enfocaba en los estudios, Finn leía comics. Mientras que Blaine buscaba universidades, Finn leía cuentos. Y mientras que Blaine se enamoraba, él veía desde lejos al amor de su vida.
Como ahora. Iba en su camino a la casa de Kurt y Rachel para sorprender a la última, porque desde que la había visto por primera vez, sí, aquella maravillosa y mágica vez cuando Rachel lo abofeteó… las mariposas en el estómago de Finn se habían alzado en vuelo.
Se había querido acercar a ella desde el primer momento pero temía equivocarse, temía decir lo incorrecto. Temía defraudar a Rachel. Y cuando Kurt los había juntado aquella vez en la cafetería todo había ido tan bien que Finn se permitió soñar. Se dejó llevar y se la pasó fenomenal con Rachel.
Sin embargo, esa primera salida, había sido la última. Por razones del destino, no se habían juntado de nuevo y luego Finn había descubierto algo horrible.
Había pasado un sábado por la mañana mientras ordenaba algunos papeles en la oficina de su padre. Un folder amarillo y ancho, grueso por los papeles en su interior y visiblemente desgastado llamó su atención por el nombre conocido que resaltaba en letras negras en su portada.
Kurt E. Hummel.
Sin pensarlo dos veces había abierto el folder y luego su mente explotó.
Eran tantas cosas y aunque todas eran espantosas, de alguna forma cada una era peor que la anterior.
Kurt Hummel 6 años, ingresado a emergencias por heridas múltiples, shock crítico, desnutrición y anemia en estado crítico.
Kurt Hummel 11 años, ingresado a emergencias por heridas de navaja, violación, trastorno paranoico.
Kurt Hummel 13 años, ingresado a emergencias por golpes graves, daño interno, violación, maltrato físico y emocional.
Kurt Hummel 16 años, ingresado a emergencias por heridas múltiples de bala, cortes profundos en estómago y piernas, herida grave de cuchillo en espalda baja, hemorragia severa, trauma craneoencefálico, coma inducido.
Y luego, claro, lo peor.
Los ojos de Finn se movían desorientados sobre la horrorosa palabra que marcaba el destino del novio de su hermano.
Esa asquerosa palabra que, combinada con el resto de las palabras hacían que el estómago de Finn girara asqueado.
La puerta se había abierto y su padre lo había observado sorprendido al principio pero luego sus ojos se habían encontrado con la mirada perdida de Finn. Ninguno pronunció palabra alguna.
El Sr. Anderson guardó los documentos y aun sin hablar, se despidió de Finn invitándolo a retirarse y el chico no se había hecho del rogar. Necesitaba algo así como un poquito de demasiado aire para no desmayarse. Pero para su mala suerte al salir del hospital se había encontrado justamente con Kurt.
Lo había visto y era como si lo mirara por primera vez, como si fuera capaz de atravesar todas las capas impuestas por Kurt y pudiera ver a un nuevo y nada usual Kurt. Un Kurt que iba a morir si seguía con el estilo de vida que llevaba.
Desde ese día y los días que siguieron después, Finn se había propuesto a ayudar “disimuladamente” al chico. Habría sido muy fácil decirle que sabía lo de su enfermedad pero no sabía si el chico lo hubiera tomado bien, o si tal vez lo hubiera negado y regañado por husmear en su historial médico. Así que Finn optó por la mentira.
Cada vez que estaba en sus manos intervenía en la vida de Kurt para ayudarlo –sin que este lo supiera- a combatir su enfermedad, o al menos a retrasar los males de esta. Como aquella vez que había ido “casualmente” a la cafetería y le había obsequiado a Kurt un batido de proteínas, hierro y demasiadas vitaminas con nombres extremadamente científicos que no se atrevía a pronunciar.
-Uh… gracias-había murmurado Kurt mirándolo desconfiadamente.
O aquella otra vez cuando había viajado a Londres y había ido a una clínica especializada, buscando nuevas medicinas y encontrando una nueva cuyas estadísticas –aunque bajas y mediocres- eran mejor que la mayoría. Le había mostrado los papeles a su padre y este se los había mostrado a Kurt quien había –finalmente- aceptado la medicina… aunque no empezaría a aplicársela sino hasta dentro de 3 meses, fecha en la que llegaría a américa la primera dosis.
Y por supuesto, aquella vez, cuando había donado su sangre, para Kurt.
Con un suspiró final, caminó por el largo pasillo cuando las puertas del ascensor se abrieron en el piso de Kurt y Rachel. Avanzó nervioso sin saber que palabras decirle a la castaña, había tanto que decir, tantas canciones que cantar, y no se le ocurría ni una sola.
Un grito lo sacó de sus pensamientos. Era Kurt. Su voz sonaba estrangulada y agonizante, la sangre en el cuerpo de Finn se enfrió.
Soltó la bolsa que sostenía con las manos y empujó la puerta con fuerzas. Tenía seguro, Finn entró en desesperación. Ahora de algo debía servir ser el doble de alto y corpulento que los demás.
Se alejó hasta que su espalda quedó pegada a la puerta del departamento de enfrente. Tomó aire. Se armó de valor. Dejó que la desesperación se apoderará de su cuerpo y corrió hacia la puerta de Kurt.
No sabía muy bien como había sucedido el resto de lo que paso, la adrenalina corría abundante por sus venas y su mente giraba desorientada como si estuviera flotando. Como si eso no fuera real.
Entró a la habitación de Kurt y cayó en un sollozo sobre sus rodillas. Sus manos cubrieron su boca temblorosa y de sus ojos empezaron a correr lágrimas.
Kurt yacía inerte en el piso, los ojos fuertemente cerrados y la ropa y cara manchada de sangre. Había demasiada sangre. Demasiada. La escena era aterradora, completamente horripilante.
Las piernas de Finn temblaban salvajemente mientras juntaba todas sus fuerzas y se ponía de pie. Tropezó varias veces y en algunas ocasiones estuvo a punto de caer al piso de nuevo. Llamó a su padre tantas veces y el mismo número de veces fue lo mismo. Nadie contestó.
Finn jaló los cabellos en su cabeza y soltó un grito molesto. Corrió hacia donde estaba Kurt. Lo miró sin saber qué hacer y aun sin saber, hizo lo primero que se le ocurrió. Lo levantó en sus brazos sin importarle mancharse con su sangre. Eso era lo que menos le importaba. Salió del departamento y corrió al ascensor. Estaba pensando en cómo presionar el botón sin soltar a Kurt, cuando las puertas grises se abrieron.
-¡AHHHHHHH!
Una mujer mayor, vestida en harapos y un tanto despeinada soltó un grito del otro mundo, observando a Finn con horror.
-¿QUÉ LE HICISTE? ¡LO MATASTE!-
-No, no, no, no-negó Finn esquivando el bolsazo de la mujer y entrando al elevador, empujando a la señora fuera-Me tengo que ir, me tengo que ir….-
-¡LLAMARE A LA POLICIA! ¡ASESINO! ¡ASESINO! ¡ASESIN…
Las puertas se cerraron y Finn saltó al ver su reflejo en el espejo. Jadeó horrorizado y giró la cabeza para no ver más. Los segundos de agonía en el elevador fueron eternos. Salió a toda prisa cuando las puertas se abrieron, ignoró los gritos aterrorizados de la recepcionista. Se paró en la banqueta y tomó el primer taxi que paró, sin importarle que fuera otra persona la que lo hubiera detenido.
-¿Al hospital?-preguntó un tanto asustado el taxista.
-Sí-dijo mirando la cara de Kurt. Aun con la sangre y la palidez, había algo en él que le resultaba conocido, algo así como una conexión. No sabía que era pero lo que sí sabía era a donde llevarlo para salvarlo-Al Health.-finalizó sin despegar la vista del menor.
******************************************************************
N/A:HASTA LUEGO
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CAPÍTULO 24.-FINN HUDSON.
Finn siempre se había sentido inútil en la familia Anderson, algo así como si no encajara ahí. Antes de pertenecer a los Anderson, había sido criado por su padre, un poderoso empresario de Ohio y aunque nunca le había faltado nada material, su corazón siempre había estado falto de amor, de cariño paternal. Jamás había conocido a su madre, o a ningún otro miembro de su familia, solo eran él y su padre. Bueno, él, su padre y la empresa… en realidad solo eran su padre y la empresa, él estaba muy aparte.
Cuando él tenía 7 años su padre había muerto, lo habían asesinado y él lo había perdido todo. Jack Harris, el vicepresidente de la empresa de su padre, siempre tan “leal” y ”bondadoso”, se había adueñado de la empresa un día después de la muerte de su padre, se había apropiado de toda la fortuna y se había deshecho de Finn. Había mandado al pobre e inocente pequeño a un orfanato, en el cual no duró ni dos meses cuando en un acto de amor total el Sr. Y la Sra. Anderson lo adoptaron dejándolo unirse a su hermosa y fantástica familia.
Había conocido a Blaine y se habían tratado como hermanos desde entonces aunque al principio las cosas habían ido un tanto difícil, Blaine había sido adoptado por los Anderson apenas 3 años atrás y se había resentido cuando Finn llegó. Pero con el paso del tiempo se tomaron cariño y al tener la misma edad, los gustos fueron casi los mismos, siempre cursaban los mismos años juntos, se defendían el uno al otro y bromeaban acerca de todo. Todo juntos. Fue fantástico.
Pero luego habían crecido y Blaine había madurado antes que él y entonces se habían creado algunos problemas. Mientras que Blaine se enfocaba en los estudios, Finn leía comics. Mientras que Blaine buscaba universidades, Finn leía cuentos. Y mientras que Blaine se enamoraba, él veía desde lejos al amor de su vida.
Como ahora. Iba en su camino a la casa de Kurt y Rachel para sorprender a la última, porque desde que la había visto por primera vez, sí, aquella maravillosa y mágica vez cuando Rachel lo abofeteó… las mariposas en el estómago de Finn se habían alzado en vuelo.
Se había querido acercar a ella desde el primer momento pero temía equivocarse, temía decir lo incorrecto. Temía defraudar a Rachel. Y cuando Kurt los había juntado aquella vez en la cafetería todo había ido tan bien que Finn se permitió soñar. Se dejó llevar y se la pasó fenomenal con Rachel.
Sin embargo, esa primera salida, había sido la última. Por razones del destino, no se habían juntado de nuevo y luego Finn había descubierto algo horrible.
Había pasado un sábado por la mañana mientras ordenaba algunos papeles en la oficina de su padre. Un folder amarillo y ancho, grueso por los papeles en su interior y visiblemente desgastado llamó su atención por el nombre conocido que resaltaba en letras negras en su portada.
Kurt E. Hummel.
Sin pensarlo dos veces había abierto el folder y luego su mente explotó.
Eran tantas cosas y aunque todas eran espantosas, de alguna forma cada una era peor que la anterior.
Kurt Hummel 6 años, ingresado a emergencias por heridas múltiples, shock crítico, desnutrición y anemia en estado crítico.
Kurt Hummel 11 años, ingresado a emergencias por heridas de navaja, violación, trastorno paranoico.
Kurt Hummel 13 años, ingresado a emergencias por golpes graves, daño interno, violación, maltrato físico y emocional.
Kurt Hummel 16 años, ingresado a emergencias por heridas múltiples de bala, cortes profundos en estómago y piernas, herida grave de cuchillo en espalda baja, hemorragia severa, trauma craneoencefálico, coma inducido.
Y luego, claro, lo peor.
Los ojos de Finn se movían desorientados sobre la horrorosa palabra que marcaba el destino del novio de su hermano.
Esa asquerosa palabra que, combinada con el resto de las palabras hacían que el estómago de Finn girara asqueado.
La puerta se había abierto y su padre lo había observado sorprendido al principio pero luego sus ojos se habían encontrado con la mirada perdida de Finn. Ninguno pronunció palabra alguna.
El Sr. Anderson guardó los documentos y aun sin hablar, se despidió de Finn invitándolo a retirarse y el chico no se había hecho del rogar. Necesitaba algo así como un poquito de demasiado aire para no desmayarse. Pero para su mala suerte al salir del hospital se había encontrado justamente con Kurt.
Lo había visto y era como si lo mirara por primera vez, como si fuera capaz de atravesar todas las capas impuestas por Kurt y pudiera ver a un nuevo y nada usual Kurt. Un Kurt que iba a morir si seguía con el estilo de vida que llevaba.
Desde ese día y los días que siguieron después, Finn se había propuesto a ayudar “disimuladamente” al chico. Habría sido muy fácil decirle que sabía lo de su enfermedad pero no sabía si el chico lo hubiera tomado bien, o si tal vez lo hubiera negado y regañado por husmear en su historial médico. Así que Finn optó por la mentira.
Cada vez que estaba en sus manos intervenía en la vida de Kurt para ayudarlo –sin que este lo supiera- a combatir su enfermedad, o al menos a retrasar los males de esta. Como aquella vez que había ido “casualmente” a la cafetería y le había obsequiado a Kurt un batido de proteínas, hierro y demasiadas vitaminas con nombres extremadamente científicos que no se atrevía a pronunciar.
-Uh… gracias-había murmurado Kurt mirándolo desconfiadamente.
O aquella otra vez cuando había viajado a Londres y había ido a una clínica especializada, buscando nuevas medicinas y encontrando una nueva cuyas estadísticas –aunque bajas y mediocres- eran mejor que la mayoría. Le había mostrado los papeles a su padre y este se los había mostrado a Kurt quien había –finalmente- aceptado la medicina… aunque no empezaría a aplicársela sino hasta dentro de 3 meses, fecha en la que llegaría a américa la primera dosis.
Y por supuesto, aquella vez, cuando había donado su sangre, para Kurt.
Con un suspiró final, caminó por el largo pasillo cuando las puertas del ascensor se abrieron en el piso de Kurt y Rachel. Avanzó nervioso sin saber que palabras decirle a la castaña, había tanto que decir, tantas canciones que cantar, y no se le ocurría ni una sola.
Un grito lo sacó de sus pensamientos. Era Kurt. Su voz sonaba estrangulada y agonizante, la sangre en el cuerpo de Finn se enfrió.
Soltó la bolsa que sostenía con las manos y empujó la puerta con fuerzas. Tenía seguro, Finn entró en desesperación. Ahora de algo debía servir ser el doble de alto y corpulento que los demás.
Se alejó hasta que su espalda quedó pegada a la puerta del departamento de enfrente. Tomó aire. Se armó de valor. Dejó que la desesperación se apoderará de su cuerpo y corrió hacia la puerta de Kurt.
No sabía muy bien como había sucedido el resto de lo que paso, la adrenalina corría abundante por sus venas y su mente giraba desorientada como si estuviera flotando. Como si eso no fuera real.
Entró a la habitación de Kurt y cayó en un sollozo sobre sus rodillas. Sus manos cubrieron su boca temblorosa y de sus ojos empezaron a correr lágrimas.
Kurt yacía inerte en el piso, los ojos fuertemente cerrados y la ropa y cara manchada de sangre. Había demasiada sangre. Demasiada. La escena era aterradora, completamente horripilante.
Las piernas de Finn temblaban salvajemente mientras juntaba todas sus fuerzas y se ponía de pie. Tropezó varias veces y en algunas ocasiones estuvo a punto de caer al piso de nuevo. Llamó a su padre tantas veces y el mismo número de veces fue lo mismo. Nadie contestó.
Finn jaló los cabellos en su cabeza y soltó un grito molesto. Corrió hacia donde estaba Kurt. Lo miró sin saber qué hacer y aun sin saber, hizo lo primero que se le ocurrió. Lo levantó en sus brazos sin importarle mancharse con su sangre. Eso era lo que menos le importaba. Salió del departamento y corrió al ascensor. Estaba pensando en cómo presionar el botón sin soltar a Kurt, cuando las puertas grises se abrieron.
-¡AHHHHHHH!
Una mujer mayor, vestida en harapos y un tanto despeinada soltó un grito del otro mundo, observando a Finn con horror.
-¿QUÉ LE HICISTE? ¡LO MATASTE!-
-No, no, no, no-negó Finn esquivando el bolsazo de la mujer y entrando al elevador, empujando a la señora fuera-Me tengo que ir, me tengo que ir….-
-¡LLAMARE A LA POLICIA! ¡ASESINO! ¡ASESINO! ¡ASESIN…
Las puertas se cerraron y Finn saltó al ver su reflejo en el espejo. Jadeó horrorizado y giró la cabeza para no ver más. Los segundos de agonía en el elevador fueron eternos. Salió a toda prisa cuando las puertas se abrieron, ignoró los gritos aterrorizados de la recepcionista. Se paró en la banqueta y tomó el primer taxi que paró, sin importarle que fuera otra persona la que lo hubiera detenido.
-¿Al hospital?-preguntó un tanto asustado el taxista.
-Sí-dijo mirando la cara de Kurt. Aun con la sangre y la palidez, había algo en él que le resultaba conocido, algo así como una conexión. No sabía que era pero lo que sí sabía era a donde llevarlo para salvarlo-Al Health.-finalizó sin despegar la vista del menor.
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N/A:HASTA LUEGO
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
No puedo decir nada, no puedo hacer otra cosa más que llorar...
Actualiza pronto...
Besos
Actualiza pronto...
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Actúaliza prontooooo
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho este grandioso capitulo ojalá kurt se pueda salvar esperare muyyyyyyyyy ansioso el siguiente capitulo espero actualices pronto me encanta mucho esta genial y muyyyyyy grandiosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Darrinia escribió: No puedo decir nada, no puedo hacer otra cosa más que llorar...
Actualiza pronto...
Besos
No llores. Acá está la actualización. Perdón por tardar tanto en actualizar
Gabriela Cruz escribió:Actúaliza prontooooo
Acá está el nuevo capítulo, discúlpame por tardar tanto en actualizar
gleeclast escribió:Me gusto mucho este grandioso capitulo ojalá kurt se pueda salvar esperare muyyyyyyyyy ansioso el siguiente capitulo espero actualices pronto me encanta mucho esta genial y muyyyyyy grandiosa historia
Hola, gracias por leer, aca está el nuevo capítulo, perdón por tardar tanto.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Fanfic Klaine. Un millón de estrellas en el cielo. Capítulo 25.
N/A:HOLAAAAAAAAAAAAA. Una disculpa enorme por tardar tanto en actualizar, no tuve tiempo antes y ahora me he hecho un espacio pequeñito para actualizar. Espero que no me hayan abandonado y que sigan con ganas de leer. Aun faltan varias cosas más, no sé si estamos cerca del final, tal vez estamos cerca de la mitad XD así que hay historia para rato. Besos grandotes, gracias por leer .
Capíutulo 25.-Blaine Anderson.
****
Blaine había crecido sintiéndose siempre afortunado. No había llevado una vida especialmente fea pero ser adoptado por los Anderson definitivamente había sido uno de los mayores regalos en su existencia. Su familia biológica había muerto en un accidente de auto o algo así y Blaine había sido criado por su vecina, Lucy. Lo había tratado bien y siempre lo alimentaba a sus horas, lo bañaba, lo vestía y siempre lo trató con amor. Todo fue bien hasta que la pobre Lucy falleció, Blaine nunca supo debido a que.
Tenía tres años cuando fue puesto en una casa hogar. Cumplió cuatro, cuando la pareja de recién casados conocidos como los Anderson, lo adoptó. A partir de ese día su vida solo cambió para mejor. Cada día con los Anderson era maravilloso, su padre era estricto pero amoroso y su madre tan sabia y con un corazón tan grande, Blaine se sentía afortunado de tenerlos, y cuando Finn se unió todo quedó completo. Finalmente tenía una familia y era maravillosa.
Sus gustos aunque siempre extraños y raros, nunca habían variado, básicamente había pasado su infancia diciéndole a cualquier ser humano que estuviera dispuesto a escucharlo que algún día sería el más grande y famoso director de Broadway y no se resignaría a nada menos que eso. Tal vez era por eso que Blaine había estudiado tan duro toda su vida, se había esforzado al máximo algunas veces incluso pasando noches enteras sin dormir, perdiéndose fiestas importantes, negándose a la vida social, todo en pro de su sueño.
Había asistido a una preparatoria privada, leyendo tantos libros de música y teatro como era posible estudiando demasiado para poder entrar a la NYU. Siguiendo los pasos de sus héroes, los maravillosos hermanos Huntington, los mejores directores de teatro –según el criterio de Blaine- estudió música y actuación en lugar de estudiar teatro y por más confuso que sonara esto, había elegido esta carrera para abrir más sus posibilidades.
No te limites.
Esa era la regla número uno. La carrera que había elegido le permitía aprender música y actuación, además de tomar una variante en el segundo semestre. Y esa variante había sido teatro. Blaine estaba dispuesto a todo por cumplir su sueño estudiar mucho, perder amistades, viajar lejos, dejar a su familia, abandonar todo lo que conocía, incluso dejar atrás a Romie. Pero entonces conoció a Kurt y ya no estaba tan seguro de que su sueño fuera lo más importante.
En muy poco tiempo Blaine se había perdido profundamente en aquel hombre hermoso de ojos azules semejantes al cielo. En muy poco tiempo, Blaine había aprendido que todo lo que él antes había considerado importante ahora era basura, comparados con Kurt. Poco a poco y en muy poco tiempo, Blaine se había enamorado de Kurt.
Incluso antes de conocerlo, sabía que le hacía falta. Aun antes de verlo, ya lo extrañaba. Incluso antes de salir con él por primera vez, ya lo necesitaba. Aun antes de besarlo, él ya sabía que no podría vivir sin él. Incluso antes de ser su novio, él deseaba su presencia. Incluso antes de que se anotara en aquella lista de la compañía Huntington, él ya amaba a Kurt con todo su corazón. Lo amaba más que nadie. Más que a nada. Su vida se había reducido a eso, a amar a Kurt, a necesitarlo, a extrañarlo, a desearlo, y todo lo que antes había parecido su mayor sueño, se sentía como un pequeño e insignificante nada, cuando tenía a Kurt a su lado. Y ahora, ya no estaba tan seguro de que quería hacer lo que estaba a punto de hacer.
Esa mañana mientras se dirigía a la casa de Kurt esperando finalmente confesarle sus sentimientos, había recibido una llamada urgente de su padre. Maldiciendo por lo bajo había ido al consultorio de su éste para recibir una noticia que ni el mismo se esperaba.
Había pasado la primera fase de la compañía Huntington.
Había pasado la primera prueba y ahora debía asistir a la segunda. Un examen oral en ni más ni menos que en el Her Majesty's Theatre* en la ciudad de Londres, uno de los mejores teatros del West End** donde Marcus Huntington presentaba su más reciente obra. Tenía que ir inmediatamente a Londres donde se dirigiría al teatro y se presentaría frente al mismo Huntington como en una entrevista de trabajo. Era su más grande sueño. Todo lo que siempre había deseado. Todo y más. Y sin embargo ya no se sentía nada emocionado acerca de eso. No si tenía que estar lejos del chico que amaba.
Suspiró con angustia y colgó su celular. Kurt no contestaba. Debía está ocupado o tal vez con los chicos en el hospital. Ya hablaría con él cuando aterrizara.
Guardó su celular y se puso de pie, caminó hasta donde la azafata le sonreía amablemente y con una última mirada al aeropuerto, abordó su vuelo.
***
*Her Majesty's Theatre es un teatro del West End, en Haymarket, Ciudad de Westminster, Londres. El actual edificio es un diseño de Charles J. Phipps y se construyó en 1897 para el actor y mánager Herbert Beerbohm Tree, quien estableció la Real Academia de Arte Dramático en el teatro.
**Teatros del West End es un término popular que se refiere al teatro profesional representado en grandes escenarios del "Theatreland", del barrio West End, situado en el centro de Londres, Inglaterra. Junto con Broadway en Nueva York, suele considerarse que el teatro del West End representa el máximo nivel del teatro comercial en el mundo de habla inglesa.
Gracias por leer Klainers, nos vemos para la próxima. Les dejo un spolier para que no hacer de su espera más angustiosa .
Capíutulo 25.-Blaine Anderson.
****
Blaine había crecido sintiéndose siempre afortunado. No había llevado una vida especialmente fea pero ser adoptado por los Anderson definitivamente había sido uno de los mayores regalos en su existencia. Su familia biológica había muerto en un accidente de auto o algo así y Blaine había sido criado por su vecina, Lucy. Lo había tratado bien y siempre lo alimentaba a sus horas, lo bañaba, lo vestía y siempre lo trató con amor. Todo fue bien hasta que la pobre Lucy falleció, Blaine nunca supo debido a que.
Tenía tres años cuando fue puesto en una casa hogar. Cumplió cuatro, cuando la pareja de recién casados conocidos como los Anderson, lo adoptó. A partir de ese día su vida solo cambió para mejor. Cada día con los Anderson era maravilloso, su padre era estricto pero amoroso y su madre tan sabia y con un corazón tan grande, Blaine se sentía afortunado de tenerlos, y cuando Finn se unió todo quedó completo. Finalmente tenía una familia y era maravillosa.
Sus gustos aunque siempre extraños y raros, nunca habían variado, básicamente había pasado su infancia diciéndole a cualquier ser humano que estuviera dispuesto a escucharlo que algún día sería el más grande y famoso director de Broadway y no se resignaría a nada menos que eso. Tal vez era por eso que Blaine había estudiado tan duro toda su vida, se había esforzado al máximo algunas veces incluso pasando noches enteras sin dormir, perdiéndose fiestas importantes, negándose a la vida social, todo en pro de su sueño.
Había asistido a una preparatoria privada, leyendo tantos libros de música y teatro como era posible estudiando demasiado para poder entrar a la NYU. Siguiendo los pasos de sus héroes, los maravillosos hermanos Huntington, los mejores directores de teatro –según el criterio de Blaine- estudió música y actuación en lugar de estudiar teatro y por más confuso que sonara esto, había elegido esta carrera para abrir más sus posibilidades.
No te limites.
Esa era la regla número uno. La carrera que había elegido le permitía aprender música y actuación, además de tomar una variante en el segundo semestre. Y esa variante había sido teatro. Blaine estaba dispuesto a todo por cumplir su sueño estudiar mucho, perder amistades, viajar lejos, dejar a su familia, abandonar todo lo que conocía, incluso dejar atrás a Romie. Pero entonces conoció a Kurt y ya no estaba tan seguro de que su sueño fuera lo más importante.
En muy poco tiempo Blaine se había perdido profundamente en aquel hombre hermoso de ojos azules semejantes al cielo. En muy poco tiempo, Blaine había aprendido que todo lo que él antes había considerado importante ahora era basura, comparados con Kurt. Poco a poco y en muy poco tiempo, Blaine se había enamorado de Kurt.
Incluso antes de conocerlo, sabía que le hacía falta. Aun antes de verlo, ya lo extrañaba. Incluso antes de salir con él por primera vez, ya lo necesitaba. Aun antes de besarlo, él ya sabía que no podría vivir sin él. Incluso antes de ser su novio, él deseaba su presencia. Incluso antes de que se anotara en aquella lista de la compañía Huntington, él ya amaba a Kurt con todo su corazón. Lo amaba más que nadie. Más que a nada. Su vida se había reducido a eso, a amar a Kurt, a necesitarlo, a extrañarlo, a desearlo, y todo lo que antes había parecido su mayor sueño, se sentía como un pequeño e insignificante nada, cuando tenía a Kurt a su lado. Y ahora, ya no estaba tan seguro de que quería hacer lo que estaba a punto de hacer.
Esa mañana mientras se dirigía a la casa de Kurt esperando finalmente confesarle sus sentimientos, había recibido una llamada urgente de su padre. Maldiciendo por lo bajo había ido al consultorio de su éste para recibir una noticia que ni el mismo se esperaba.
Había pasado la primera fase de la compañía Huntington.
Había pasado la primera prueba y ahora debía asistir a la segunda. Un examen oral en ni más ni menos que en el Her Majesty's Theatre* en la ciudad de Londres, uno de los mejores teatros del West End** donde Marcus Huntington presentaba su más reciente obra. Tenía que ir inmediatamente a Londres donde se dirigiría al teatro y se presentaría frente al mismo Huntington como en una entrevista de trabajo. Era su más grande sueño. Todo lo que siempre había deseado. Todo y más. Y sin embargo ya no se sentía nada emocionado acerca de eso. No si tenía que estar lejos del chico que amaba.
Suspiró con angustia y colgó su celular. Kurt no contestaba. Debía está ocupado o tal vez con los chicos en el hospital. Ya hablaría con él cuando aterrizara.
Guardó su celular y se puso de pie, caminó hasta donde la azafata le sonreía amablemente y con una última mirada al aeropuerto, abordó su vuelo.
***
*Her Majesty's Theatre es un teatro del West End, en Haymarket, Ciudad de Westminster, Londres. El actual edificio es un diseño de Charles J. Phipps y se construyó en 1897 para el actor y mánager Herbert Beerbohm Tree, quien estableció la Real Academia de Arte Dramático en el teatro.
**Teatros del West End es un término popular que se refiere al teatro profesional representado en grandes escenarios del "Theatreland", del barrio West End, situado en el centro de Londres, Inglaterra. Junto con Broadway en Nueva York, suele considerarse que el teatro del West End representa el máximo nivel del teatro comercial en el mundo de habla inglesa.
Gracias por leer Klainers, nos vemos para la próxima. Les dejo un spolier para que no hacer de su espera más angustiosa .
- Sopiler Capítulo 26:
-¡No! ¡No lo entiendo papá, explícame!-gritó Finn perdiendo los estribos.
-Es muy tarde, eso significa Finn, los exámenes muestran un avance muy grande, es casi imposible salvarlo, aún con el tratamiento-dijo el Sr. Anderson luciendo abatido. Finn se dejó caer en la silla sintiendo como su cuerpo se fundia con el plastico.
******
-¿Qué tiene? ¿No piensas decirmelo? Soy su jodida mejor amiga-chilló Rachel con la cara mojada por sus lágrimas desesperadas y la voz rota por sus sollozos.
-Es más díficil de lo que crees...-murmuró Finn evitando su mirada.
-Él... él.. ¿sobrevivirá?-preguntó la muchacha con sus ojos llenos de esperanza y terror en cantidaes iguales.
Finn suspiró y bajó la mirada dejando caer las lágrimas.
*****
-Blaine tienes que regresar lo más pronto posible, es probable que Kurt no lo logre-dijo u padre del otro lado de la línea. Blaine se detuvo en medio de la acera y sintió su cuerpo abadonarlo por completo.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Por favor no tardes con el siguiente capítulo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Yo... Esto... Me dejaste fatal con los spoilers. No puedo parar de llorar.
Espero que actualices pronto.
Besos
Espero que actualices pronto.
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho el capitulo los spoiler me dejaron en shock espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyy ansioso me encanta mucho esta genial y muyyyyyy grandiosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Fanfic Klaine. Un millón de estrellas en el cielo. Capítulo 26.
N/A: HOLA. Siento demasiado la demora chicos y aun más siento no tener el tiempo suficiente para contestar sus comentarios. Estoy en exámenes y ustedes me entenderán, tengo que salvar el semestre XD. Los amo y espero que sigan leyendo esta historia que tanto disfruto escribir. Sin más que decir porque ahora que lo noto pude haber ocupado el tiempo que use escribiendo esta nota sin sentido, en contestar sus lindos comentarios... los dejo con el nuevo capítulo.
***
Capítulo 26.-Tienes que regresar.
Domingo 12:33 PM.
El maldito silencio que inundaba el largo pasillo falto de color solo lograba alterar al pobre chico que yacía sentado en una de las frías sillas. Sus piernas temblaban y sus brazos manchados de sangre se aferraban con fuerza a su nuca. Miraba fijamente al piso e inconscientemente se balanceaba de adelante hacia atrás mordiéndose el labio sin importarle el dolor. Sus bellos ojos cafés, ahora inyectados con sombras rojas debido al llanto que aún no lograba erradicar, parpadeaban rápidamente intentando contenerse. Se sentía jodidamente frustrado, tan putamente frustrado. No podía hacer absolutamente nada por Kurt y eso solo lo enfurecía.
A decir verdad aún estaba en un shock ya que no podía tragarse la imagen que lo había recibido al entrar en la casa de los chicos. Estaba seguro como el infierno de que jamás podría borrar de su cabeza el recuerdo de Kurt yaciendo inerte en el suelo, bañado en su propia sangre. Era imposible de describir las sensaciones que había tenido en ese momento, los pensamientos, dios santo, los malditos pensamientos…
No podía recordar muy bien que había pasado después, solo tenía este loco flashback en su cabeza en donde cargaba a Kurt y salía a la calle tomando un taxi y luego… ¿Qué demonios había hecho? Oh sí, le había llamado a Blaine pero la llamada había sido rechazada, ¿Qué demonios? ¿Por qué su hermano le había colgado? Como sea, le había llamado a su padre y después este le había gritado un par de cosas… luego, si no se equivocaba habían llegado al hospital, se había bajado del taxi y… Mierda, ¿No había pagado? No lo recordaba y francamente no podría interesarle menos. Después había entrado a la recepción y un par de enfermeros lo esperaban ahí junto con su padre, habían conectado a Kurt a un montón de aparatos y luego lo habían arrastrado en una camilla hasta una habitación donde no lo habían dejado entrar… así que ahí estaba él, sentado en una estúpida silla, sin poder hacer nada útil y sin ni siquiera tener una puta idea de lo que le sucedía a Kurt.
Estaba furioso, malditamente furioso, con todas sus emociones revolviéndose y abultándose en su interior provocándole nauseas. Sentía como si en cualquier momento se fuera a caer de bruces contra el suelo y no despertar jamás, como si su cabeza estuviera entumecida y de repente fuera a explotar esparciendo sus sesos por toda la pared… como si fuera a desmayarse solo para despertar de la pesadilla viviente en la que estaba sumergido. Desearía que esto no fuera real, que fuera un terrible sueño, una de esas pesadillas tan realistas en las que incluso puedes sentir todo pero cuando logras salir de ellas y despertar te inunda una paz tremendamente hermosa en la que te ahogas y prometes adorar a cualquier dios siempre y cuando jamás revivieras esa terrible experiencia.
Pero lamentablemente esto no era un sueño. Era real. Kurt estaba en esa habitación y Finn ahí fuera sin saber si él estaba vivo o muerto. No podía pelear contra esto, él no era dios y ni siquiera creía en uno al que le pudiera orar o pedir un deseo… estaba atrapado en el pasillo sin poder intervenir en lo que sea que estaban haciendo dentro de la habitación donde estaba Kurt.
-Finn…-lo llamó el Sr. Anderson saliendo de la habitación en cuestión. El chico se puso de pie a una velocidad de rayo incluso teniendo que sujetarse de la pared para evitar caer debido al repentino mareo.
-¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Lo salvaron? ¿Necesitan que le dé más sangre? Porque no me importaría yo….-
-¡Hey! Finn ¡Hey! mírame, mírame…-le ordenó el mayor tomando entre sus manos el rostro pálido de su hijo. La mirada desorientada de Finn se posó en los ojos serios de su padre y el mundo se le vino abajo.-Siéntate por favor…-continuó el mayor desviando la mirada y empujando el hombro del menor levemente.
-No…-murmuró Finn sin despegar sus ojos del semblante desencajado de su padre. –No, papá, no…-
-¡Siéntate Finn!-ordenó el Sr. Anderson elevando el volumen de su voz. El cuerpo de Finn cayó en la silla pero no por elección propia sino más bien porque de un momento a otro sus piernas habían perdido toda fuerza y no se pudo mantener más tiempo en pie.
-Él está…-
-No está muerto…-confesó el Sr. Anderson aun sin abandonar la postura rígida, casi fúnebre. Finn no se permitió relajarse.
-Pero…-
-Pero… hubo una complicación-dijo el mayor masajeándose las sienes.-Ya sabes la enfermedad que padece Kurt, y las infecciones en él son demasiado frecuentes… sin embargo sucedió algo… los medicamentos alternativos que utilizó Kurt son anticuerpos que intentan curar milagrosamente y así parece que lo hacen, al menos los primeros meses, pero después si se combinan con otros que sirven para combatir gripe o fiebre se causa una infección…
-Kurt tuvo un ligero resfriado hace tres días… no sé si tomó algo, yo no estaba con él, debí haber estado ahí, tal vez hubiera logrado que él no…-balbuceó Finn fuera de sí con el cuerpo tembloroso.
-Finn, detente, no es tu culpa de ninguna manera, lo has apoyado demasiado y no hay posibilidad de que esto sea culpa tuya-dijo el mayor mirándolo con honestidad-Kurt sufrió una infección que se transformó en un caso agudo de púrpura trombocitopénica idiopática-
-¿Ah?-enunció Finn frunciendo el ceño y mirando a su padre con un gran signo de interrogación plasmado en su cara.
-Es cuando el sistema inmunitario destruye las plaquetas que son necesarias para la coagulación normal de la sangre.-explicó el mayor mirando con frustración el poco entendimiento de su hijo-Eso produjo el sangrado bucal y nasal, afortunadamente no hubo sangrado cerebral y pudimos controlar la hemorragia a tiempo pero aun así, esto no es nada bueno Finn, quiere decir que Kurt está avanzando de estado crónico a agudo y de acuerdo con la tomografía que le realizamos, su hígado está sufriendo complicaciones… ¿Entiendes lo que esto significa hijo?-
-¡NO! ¡No lo entiendo papá, explícame!-gritó Finn perdiendo los estribos.
-Es muy tarde, eso significa Finn, los exámenes muestran un avance muy grande, es casi imposible salvarlao, aún con el tratamiento-dijo el Sr. Anderson luciendo abatido. Finn se dejó caer en la silla sintiendo como su cuerpo se fundía con el plástico.
-No… ¿No hay ninguna posibilidad?-preguntó casi sin voz. Su padre suspiró.
-La hay… de hecho hay dos… -confesó tomando asiento junto a su hijo como si ya no resistiera más tiempo seguir en pie.-Sin embargo ambas son complicadas y casi sin chances de supervivencia-
-¿Pero a quien le importa?-exclamó Finn frustrado-¡Hay que tomar cualquier jodida oportunidad y dársela a Kurt ¿Cuál es el problema?-
-El problema es que él ya rechazó esa cura hace dos años…-dijo el mayor negando con la cabeza. Finn lo miró desesperado como exigiéndole aplicarle la cura aún sin su consentimiento. El doctor, entendió su mirada.-Ya lo hice hijo… le apliqué el medicamento hace una hora…-
-Papá…-balbuceó Finn en shock.
-No sabemos si sobrevivirá, pero… si lo hace… me matará…..-finalizó el mayor tragando grueso.
Domingo 12:55 PM.
-¡¿Dónde está?!-
Finn alzó la vista ante aquella voz tan conocida. Miró al pasillo vació y escuchó con curiosidad los gritos desesperados que se acercaban cada vez más a donde él estaba.
-Rachel, tranquilízate, gritando no la hallarás-dijo otra voz también conocida y entonces Finn las vio. Rachel, su bella Rachel se veía tan ¿Abrumada? Esa no era la palabra correcta. Se veía peor, como si no supiera la forma de salvar al mundo de un inminente fin y la vida humana estuviera en sus manos. Sí, así se veía. Y era de la misma forma en que Finn lucía en ese momento. Santana caminaba detrás de la castaña con fingida molestia aunque más pálida que de costumbre. Finn no la conocía demasiado pero sabía que era del tipo de chicas que ocultaba sus sentimientos a casi toda la humanidad y sin embargo aquí estaba con el semblante desencajado y la mirada perdida del simple pensamiento de no saber nada sobre Kurt.
-¡Finn!-gritó Rachel al reconocer al chico-¡Gracias al cielo!... ¿Sabes dónde está? ¿Cómo está? Dímelo, demonios-gritó con desesperación evidente tanto en su voz como en su llanto. Finn la miró intentando contener sus ganas de abrazarla y protegerla entre sus enormes brazos. Estaban en una situación que no lo ameritaba pero Finn tenía tantas ganas de simplemente tomar a Rachel, besarla y finalmente confesarle que la adoraba desde el primer día en que sus miradas se habían cruzado. Ya no lo soportaba más, quería poderle decir lo que sentía por ella y así ambos pudieran tener su final feliz que tanto añoraba… pero no podía. No podía porque la situación no era la correcta, porque Rachel no lo amaba de vuelta y porque sencillamente, la vida no es un puto cuento de hadas.
-¿Cómo te enteraste?-preguntó el chico aplazando el tema para darle a su aturdida mente un momento extra para averiguar una manera sutil de decirle a Rachel que Kurt estaba muriendo.
-¡¿Cómo me enteré?!-gritó horrorizada-Estuve llamándolo toda la mañana y nunca me contestó, entonces llamé a la vecina y ella me dijo que… que lo había visto cubierto de sangre y un chico alto raro llevándoselo de ahí, ¿Sabes cómo putas me sentí? Fue una jodida mierda Finn ¡Una mierda! Y luego salgo al pasillo para intentar relajarme cuando me encuentro con el doctor Martin y me dice que lo tienen en urgencias y no puede decirme nada de él ¡Coño! ¡A la puta mierda! ¡¿Por qué no pueden decirme nada?! ¡Soy su jodida familia!-Finn la miró con lágrimas asomándose por sus ojos y Rachel abrió grandes los ojos-¿Qué tiene? ¿No piensas decírmelo? Soy su jodida mejor amiga-chilló Rachel con la cara mojada por sus lágrimas desesperadas y la voz rota por sus sollozos.
-Es más difícil de lo que crees...-murmuró Finn evitando su mirada.
-Él...él... ¿Sobrevivirá?-preguntó la muchacha con sus ojos llenos de esperanza y terror en cantidades iguales.
Finn suspiró y bajó la mirada dejando caer las lágrimas. Rachel lo miró con pánico puro en su mirada y se cubrió la mano abierta con una mano temblorosa.
-¡La puta!-gritó Santana con rabia y de repente Finn recordó que ella también estaba ahí. La latina estaba pálida y toda temblorosa, se encontraba con los puños apretados pegados a su pecho como si intentara que su corazón no se escapara, sus ojos estaban vidriosos y sus labios apretados. Negó con la cabeza y gritó de nuevo.- ¡Hijos de puta! ¡ESTO NO ES JUSTO, MIERDA NO!-
Y con este último alarido, calló al piso de rodillas deshaciéndose en sollozos que partían el corazón del muchacho. Rachel se hincó junto a su amiga y la rodeó con un brazo pero Santana que parecía no estar a favor del contacto humano la empujó provocado que callera sentada y con mirada perdida. Finn caminó hasta donde estaba la castaña, ofreciéndole su mano para ayudarla a ponerse de pie. Rachel alzó la mirada desde el piso luciendo tan pequeña y desahuciada como nunca antes. Y no dijo nada, simplemente se limpió las mejillas con la manga de su camisa y aceptó la mano que Finn le ofrecía. Se puso de pie y miró ausente su mano entrelazada con la del chico. Finn hizo el ademán de soltarla pero para su total sorpresa, Rachel lo apretó más fuerte, rogándole en silencio que no la soltara. Que se quedara con ella.
Y así lo hizo Finn, suspirando tristemente y jalando a la chica en un abrazo apretado que su alma tanto anhelaba. Rachel aferró ambas manos a la chaqueta del chico y escondió su rostro en el cuello del más alto. Finn subió lentamente una de sus manos desde la espalda de Rachel hasta situarla en su cabello en donde enterró los dedos acariciándola con ternura y provocando que la chica se liberara en lágrimas finalmente.
Rachel lloró sin importarle ya, estaba con él, él la sostenía y la sostendría por mucho tiempo, de eso estaba segura. Así que se dejó ir. Ya no importaba porque era él con quien lloraba.
Lunes 2:43 PM.
-Y dime Blaine… ¿Por qué quieres ser director de escena?-
Blaine continuó sin hablar. Estaba de pie sobre un gran escenario mirando en pánico a las únicas tres personas que lo observaban atentamente en primera fila. Estaba transpirando cantidades ridículamente grandes de sudor y a diferencia de su piel, su boca se había quedado completamente seca. Tragó duro. ¿Le habían preguntado algo? Ah, claro… teatro. Mierda. Blaine simplemente alternaba su mirada de la mujer con sobrepeso que usaba un gorro exageradamente grande y colorido al hombre con una barba tan grande que definitivamente alguien sería capaz de ocultar allí a un bebé pequeño y finalmente su mirada se detenía en el maravilloso Marcus Huntington, la leyenda misma… quien por cierto le había preguntado algo a Blaine hace unos diez segundos y él aún no contestaba nada.
-Uhm…-se obligó a decir Blaine-Bueno… antes que nada, muchas gracias por recibirme, es un completo honor estar aquí con ustedes-dijo amablemente pero simplemente refiriéndose al Sr. Huntington.-Y… para responder a su pregunta yo… wow.. Verán… el teatro, al menos para mí es un monólogo de la vida… una actuación una burla o drama sobre esta… es como si tuviéramos en nuestras manos el mundo entero y pudiéramos moldearlo a nuestro propio gusto… no pretendo sonar engreído, ese es mi último deseo pero… el teatro te permite mostrarle al mundo tantos universos que se pueden crear y yo simplemente tengo tantas historias por contar, tantos mundos por dirigir…. Tanto que relatar….-
-Eso es actitud, me gusta-lo interrumpió de repente el hombre con barba gigante.-Pero aun eres joven, ¿Qué te hace creer que este es tu futuro?
-Señor, no tengo otro destino, esto es para lo que nací, mi vida es el teatro y no me veo de otra forma-
Blaine miró con nerviosismo como las tres personas hablaban entre ellas en voz baja sin mostrar ninguna expresión en su cara. Marcus Huntington se aclaró la garganta antes de hablar.
-Sr. Anderson… debo decir que sus papeles me llamarón la atención, sus calificaciones son sobresalientes y su historial escolar es perfecto… sin embargo eso es algo que muchos estudiantes tienen-Blaine sintió su corazón hundirse y su piel erizarse de la pura decepción-Cada año, miles y miles de aplicantes nos envían sus solicitudes repletas de buenas notas y comentarios positivos sobre maestros, justo como usted hizo. Cartas y cartas con recomendaciones de profesores y los más afortunados con buenos comentarios de gente importante… Tanta gente vacía enviando su documentación para un trabajo en el que lo que más buscamos es inspiración, tantas almas aspirando ser algo que no son solo para tener éxito y debo confesar que en primera instancia usted me pareció uno más del montón…-
-Señor, si me permite-interrumpió Blaine con la voz quebrada. Marcus negó con la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa.
-Eso creía hasta que recibí una carta hace dos días…-confesó divertido. Blaine frunció el ceño. ¿Alguno de sus profesores acaso?-Supongo que usted conoce al remitente un tal… Kurt Hummel-
Blaine se puso pálido, luego verde y finalmente rojo. Sus mejillas ardieron en el reconocimiento de que Kurt se había enterado de su aplicación… se había enterado y sin embargo no lo había mencionado, no había dicho absolutamente nada.
-Él… él… ¿Estaba muy enojado?-preguntó con temor en su voz. Marcus soltó una carcajada.
-Furioso, diría yo-dijo con una gran sonrisa-me amenazó e incluso dijo que te amenazara…- Blaine cerró los ojos e imaginó totalmente a Kurt diciendo todo eso, pero no podía creer que lo hubiera escrito y enviado al señor Huntington, eso era totalmente inapropiado.
-Mierda…-murmuró-En verdad lo siento, él es el amor de mi vida pero algunas veces simplemente dice cada cosa que hay en su cabeza y…-
-Bah, tonterías, me encantó-confesó mirándolo sonriente. Blaine frunció el ceño.
-¿Eh?...-
-Él, tu chico, me insultó, te insultó y a decir verdad se insultó a él mismo, me escribió que eras una de las personas más testarudas que conocía y que seguramente irías hasta el final con esto hasta estar completamente seguro para contarle… dijo que eras alguien imaginativo aunque odiarás admitirlo, que eras sentimental aunque te diera vergüenza reconocerlo y que eras una de las personas más cursis que había tenido la desgracia de conocer… y que si yo no me tomaba si quiera un minuto para apreciar cada perfecta imperfección que tu poseías y te daba una oportunidad para que me probarás que eres el mejor y nunca jamás encontraría a nadie que tuviera una mejor historia que contar… que entonces sería un completo idiota y no merecía dirigir los teatros más refinados del mundo.-finalizó con una sonrisa. Blaine lo miró perplejo, en shock, aun asimilando lo que el hombre le había dicho.-No sé ustedes compañeros-dijo dirigiéndose a los otros dos mayores-pero yo digo que cualquier persona que tenga a un loco enamorado amenazando con bellas palabras a un director famoso, merece un lugar en mi empresa… así que, felicidades Sr. Anderson, está adentro, lo veo en una semana-
Y con esto las luces se apagaron dando por sentado el fin de su presentación, permitiéndole salir del escenario y sentarse en un banquillo donde sujetó su cabeza con ambas manos y soltó un jadeó extasiado que no sabía que contenía. Estaba dentro. Estaba dentro.
Eso era lo único que se repetía en su cabeza, eso y que definitivamente Kurt era el único responsable de esto, lo amaba más que nunca y tenía tantas ganas de saltar el océano Atlántico y besar hasta el fin de los días a su hermoso castaño.
Salió a la calle aun aturdido sintiendo sus extremidades adormecidas y con una sonrisa estúpida en su cara. Sacó su teléfono del bolsillo con la intención de avisarle a todo mundo sobre su reciente éxito, cuando recordó que no lo había encendido desde el día anterior cuando abordó el avión.
Prendió el aparato y cuando los colores se mostraron en la pantalla, rápidamente se visualizó el aviso de llamadas perdidas y la bandeja de entrada completamente llena. Blaine continuó caminando por la banqueta ahora con el ceño fruncido. Miró las llamadas que en su mayoría eran de Finn y su padre, más de su padre. Esto era malo. ¿Le había pasado algo a su madre?
Ni siquiera revisó los mensajes, presionó el botón de llamar en el número de su padre y se llevó el teléfono a la oreja esperando pacientemente a que este contestara.
-¿Blaine?-preguntó la voz gruesa del Sr. Anderson del otro lado de la línea.
-Sí, padre, soy yo-dijo apresurado-¿Está todo bien? No pude encender mi celular antes, lo siento…-
-Hijo…-dijo su padre con la voz un tanto quebrada.-Es… Kurt… Él tuvo un accidente, una complicación en realidad, está internado….-suspiró y espero a que su hijo hablara pero no lo hizo, así que continuó-Blaine, tienes que regresar lo más pronto posible, es probable que Kurt no lo logre-dijo su padre del otro lado de la línea. Blaine se detuvo en medio de la acera y sintió su cuerpo abandonarlo por completo.
-¿Qué?-preguntó con la garganta cerrada, casi sin sonido.
-Él está muriendo… y te necesita aquí-
***
N/A: Soy una mala persona. Pfff, me siento en la necesidad de confesarles que los últimos capítulos los he escrito mientras escucho Run, Run, Run de Tokio Hotel porque me pone demasiado sentimental (no sé porque XD) Así que culpen a mis hermosos alemanes por escribir eso y provocar que yo escribiera esto.
Sin spoilers para que no lloren . Nos vemos la próxima.
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Capítulo 26.-Tienes que regresar.
Domingo 12:33 PM.
El maldito silencio que inundaba el largo pasillo falto de color solo lograba alterar al pobre chico que yacía sentado en una de las frías sillas. Sus piernas temblaban y sus brazos manchados de sangre se aferraban con fuerza a su nuca. Miraba fijamente al piso e inconscientemente se balanceaba de adelante hacia atrás mordiéndose el labio sin importarle el dolor. Sus bellos ojos cafés, ahora inyectados con sombras rojas debido al llanto que aún no lograba erradicar, parpadeaban rápidamente intentando contenerse. Se sentía jodidamente frustrado, tan putamente frustrado. No podía hacer absolutamente nada por Kurt y eso solo lo enfurecía.
A decir verdad aún estaba en un shock ya que no podía tragarse la imagen que lo había recibido al entrar en la casa de los chicos. Estaba seguro como el infierno de que jamás podría borrar de su cabeza el recuerdo de Kurt yaciendo inerte en el suelo, bañado en su propia sangre. Era imposible de describir las sensaciones que había tenido en ese momento, los pensamientos, dios santo, los malditos pensamientos…
No podía recordar muy bien que había pasado después, solo tenía este loco flashback en su cabeza en donde cargaba a Kurt y salía a la calle tomando un taxi y luego… ¿Qué demonios había hecho? Oh sí, le había llamado a Blaine pero la llamada había sido rechazada, ¿Qué demonios? ¿Por qué su hermano le había colgado? Como sea, le había llamado a su padre y después este le había gritado un par de cosas… luego, si no se equivocaba habían llegado al hospital, se había bajado del taxi y… Mierda, ¿No había pagado? No lo recordaba y francamente no podría interesarle menos. Después había entrado a la recepción y un par de enfermeros lo esperaban ahí junto con su padre, habían conectado a Kurt a un montón de aparatos y luego lo habían arrastrado en una camilla hasta una habitación donde no lo habían dejado entrar… así que ahí estaba él, sentado en una estúpida silla, sin poder hacer nada útil y sin ni siquiera tener una puta idea de lo que le sucedía a Kurt.
Estaba furioso, malditamente furioso, con todas sus emociones revolviéndose y abultándose en su interior provocándole nauseas. Sentía como si en cualquier momento se fuera a caer de bruces contra el suelo y no despertar jamás, como si su cabeza estuviera entumecida y de repente fuera a explotar esparciendo sus sesos por toda la pared… como si fuera a desmayarse solo para despertar de la pesadilla viviente en la que estaba sumergido. Desearía que esto no fuera real, que fuera un terrible sueño, una de esas pesadillas tan realistas en las que incluso puedes sentir todo pero cuando logras salir de ellas y despertar te inunda una paz tremendamente hermosa en la que te ahogas y prometes adorar a cualquier dios siempre y cuando jamás revivieras esa terrible experiencia.
Pero lamentablemente esto no era un sueño. Era real. Kurt estaba en esa habitación y Finn ahí fuera sin saber si él estaba vivo o muerto. No podía pelear contra esto, él no era dios y ni siquiera creía en uno al que le pudiera orar o pedir un deseo… estaba atrapado en el pasillo sin poder intervenir en lo que sea que estaban haciendo dentro de la habitación donde estaba Kurt.
-Finn…-lo llamó el Sr. Anderson saliendo de la habitación en cuestión. El chico se puso de pie a una velocidad de rayo incluso teniendo que sujetarse de la pared para evitar caer debido al repentino mareo.
-¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Lo salvaron? ¿Necesitan que le dé más sangre? Porque no me importaría yo….-
-¡Hey! Finn ¡Hey! mírame, mírame…-le ordenó el mayor tomando entre sus manos el rostro pálido de su hijo. La mirada desorientada de Finn se posó en los ojos serios de su padre y el mundo se le vino abajo.-Siéntate por favor…-continuó el mayor desviando la mirada y empujando el hombro del menor levemente.
-No…-murmuró Finn sin despegar sus ojos del semblante desencajado de su padre. –No, papá, no…-
-¡Siéntate Finn!-ordenó el Sr. Anderson elevando el volumen de su voz. El cuerpo de Finn cayó en la silla pero no por elección propia sino más bien porque de un momento a otro sus piernas habían perdido toda fuerza y no se pudo mantener más tiempo en pie.
-Él está…-
-No está muerto…-confesó el Sr. Anderson aun sin abandonar la postura rígida, casi fúnebre. Finn no se permitió relajarse.
-Pero…-
-Pero… hubo una complicación-dijo el mayor masajeándose las sienes.-Ya sabes la enfermedad que padece Kurt, y las infecciones en él son demasiado frecuentes… sin embargo sucedió algo… los medicamentos alternativos que utilizó Kurt son anticuerpos que intentan curar milagrosamente y así parece que lo hacen, al menos los primeros meses, pero después si se combinan con otros que sirven para combatir gripe o fiebre se causa una infección…
-Kurt tuvo un ligero resfriado hace tres días… no sé si tomó algo, yo no estaba con él, debí haber estado ahí, tal vez hubiera logrado que él no…-balbuceó Finn fuera de sí con el cuerpo tembloroso.
-Finn, detente, no es tu culpa de ninguna manera, lo has apoyado demasiado y no hay posibilidad de que esto sea culpa tuya-dijo el mayor mirándolo con honestidad-Kurt sufrió una infección que se transformó en un caso agudo de púrpura trombocitopénica idiopática-
-¿Ah?-enunció Finn frunciendo el ceño y mirando a su padre con un gran signo de interrogación plasmado en su cara.
-Es cuando el sistema inmunitario destruye las plaquetas que son necesarias para la coagulación normal de la sangre.-explicó el mayor mirando con frustración el poco entendimiento de su hijo-Eso produjo el sangrado bucal y nasal, afortunadamente no hubo sangrado cerebral y pudimos controlar la hemorragia a tiempo pero aun así, esto no es nada bueno Finn, quiere decir que Kurt está avanzando de estado crónico a agudo y de acuerdo con la tomografía que le realizamos, su hígado está sufriendo complicaciones… ¿Entiendes lo que esto significa hijo?-
-¡NO! ¡No lo entiendo papá, explícame!-gritó Finn perdiendo los estribos.
-Es muy tarde, eso significa Finn, los exámenes muestran un avance muy grande, es casi imposible salvarlao, aún con el tratamiento-dijo el Sr. Anderson luciendo abatido. Finn se dejó caer en la silla sintiendo como su cuerpo se fundía con el plástico.
-No… ¿No hay ninguna posibilidad?-preguntó casi sin voz. Su padre suspiró.
-La hay… de hecho hay dos… -confesó tomando asiento junto a su hijo como si ya no resistiera más tiempo seguir en pie.-Sin embargo ambas son complicadas y casi sin chances de supervivencia-
-¿Pero a quien le importa?-exclamó Finn frustrado-¡Hay que tomar cualquier jodida oportunidad y dársela a Kurt ¿Cuál es el problema?-
-El problema es que él ya rechazó esa cura hace dos años…-dijo el mayor negando con la cabeza. Finn lo miró desesperado como exigiéndole aplicarle la cura aún sin su consentimiento. El doctor, entendió su mirada.-Ya lo hice hijo… le apliqué el medicamento hace una hora…-
-Papá…-balbuceó Finn en shock.
-No sabemos si sobrevivirá, pero… si lo hace… me matará…..-finalizó el mayor tragando grueso.
Domingo 12:55 PM.
-¡¿Dónde está?!-
Finn alzó la vista ante aquella voz tan conocida. Miró al pasillo vació y escuchó con curiosidad los gritos desesperados que se acercaban cada vez más a donde él estaba.
-Rachel, tranquilízate, gritando no la hallarás-dijo otra voz también conocida y entonces Finn las vio. Rachel, su bella Rachel se veía tan ¿Abrumada? Esa no era la palabra correcta. Se veía peor, como si no supiera la forma de salvar al mundo de un inminente fin y la vida humana estuviera en sus manos. Sí, así se veía. Y era de la misma forma en que Finn lucía en ese momento. Santana caminaba detrás de la castaña con fingida molestia aunque más pálida que de costumbre. Finn no la conocía demasiado pero sabía que era del tipo de chicas que ocultaba sus sentimientos a casi toda la humanidad y sin embargo aquí estaba con el semblante desencajado y la mirada perdida del simple pensamiento de no saber nada sobre Kurt.
-¡Finn!-gritó Rachel al reconocer al chico-¡Gracias al cielo!... ¿Sabes dónde está? ¿Cómo está? Dímelo, demonios-gritó con desesperación evidente tanto en su voz como en su llanto. Finn la miró intentando contener sus ganas de abrazarla y protegerla entre sus enormes brazos. Estaban en una situación que no lo ameritaba pero Finn tenía tantas ganas de simplemente tomar a Rachel, besarla y finalmente confesarle que la adoraba desde el primer día en que sus miradas se habían cruzado. Ya no lo soportaba más, quería poderle decir lo que sentía por ella y así ambos pudieran tener su final feliz que tanto añoraba… pero no podía. No podía porque la situación no era la correcta, porque Rachel no lo amaba de vuelta y porque sencillamente, la vida no es un puto cuento de hadas.
-¿Cómo te enteraste?-preguntó el chico aplazando el tema para darle a su aturdida mente un momento extra para averiguar una manera sutil de decirle a Rachel que Kurt estaba muriendo.
-¡¿Cómo me enteré?!-gritó horrorizada-Estuve llamándolo toda la mañana y nunca me contestó, entonces llamé a la vecina y ella me dijo que… que lo había visto cubierto de sangre y un chico alto raro llevándoselo de ahí, ¿Sabes cómo putas me sentí? Fue una jodida mierda Finn ¡Una mierda! Y luego salgo al pasillo para intentar relajarme cuando me encuentro con el doctor Martin y me dice que lo tienen en urgencias y no puede decirme nada de él ¡Coño! ¡A la puta mierda! ¡¿Por qué no pueden decirme nada?! ¡Soy su jodida familia!-Finn la miró con lágrimas asomándose por sus ojos y Rachel abrió grandes los ojos-¿Qué tiene? ¿No piensas decírmelo? Soy su jodida mejor amiga-chilló Rachel con la cara mojada por sus lágrimas desesperadas y la voz rota por sus sollozos.
-Es más difícil de lo que crees...-murmuró Finn evitando su mirada.
-Él...él... ¿Sobrevivirá?-preguntó la muchacha con sus ojos llenos de esperanza y terror en cantidades iguales.
Finn suspiró y bajó la mirada dejando caer las lágrimas. Rachel lo miró con pánico puro en su mirada y se cubrió la mano abierta con una mano temblorosa.
-¡La puta!-gritó Santana con rabia y de repente Finn recordó que ella también estaba ahí. La latina estaba pálida y toda temblorosa, se encontraba con los puños apretados pegados a su pecho como si intentara que su corazón no se escapara, sus ojos estaban vidriosos y sus labios apretados. Negó con la cabeza y gritó de nuevo.- ¡Hijos de puta! ¡ESTO NO ES JUSTO, MIERDA NO!-
Y con este último alarido, calló al piso de rodillas deshaciéndose en sollozos que partían el corazón del muchacho. Rachel se hincó junto a su amiga y la rodeó con un brazo pero Santana que parecía no estar a favor del contacto humano la empujó provocado que callera sentada y con mirada perdida. Finn caminó hasta donde estaba la castaña, ofreciéndole su mano para ayudarla a ponerse de pie. Rachel alzó la mirada desde el piso luciendo tan pequeña y desahuciada como nunca antes. Y no dijo nada, simplemente se limpió las mejillas con la manga de su camisa y aceptó la mano que Finn le ofrecía. Se puso de pie y miró ausente su mano entrelazada con la del chico. Finn hizo el ademán de soltarla pero para su total sorpresa, Rachel lo apretó más fuerte, rogándole en silencio que no la soltara. Que se quedara con ella.
Y así lo hizo Finn, suspirando tristemente y jalando a la chica en un abrazo apretado que su alma tanto anhelaba. Rachel aferró ambas manos a la chaqueta del chico y escondió su rostro en el cuello del más alto. Finn subió lentamente una de sus manos desde la espalda de Rachel hasta situarla en su cabello en donde enterró los dedos acariciándola con ternura y provocando que la chica se liberara en lágrimas finalmente.
Rachel lloró sin importarle ya, estaba con él, él la sostenía y la sostendría por mucho tiempo, de eso estaba segura. Así que se dejó ir. Ya no importaba porque era él con quien lloraba.
Lunes 2:43 PM.
-Y dime Blaine… ¿Por qué quieres ser director de escena?-
Blaine continuó sin hablar. Estaba de pie sobre un gran escenario mirando en pánico a las únicas tres personas que lo observaban atentamente en primera fila. Estaba transpirando cantidades ridículamente grandes de sudor y a diferencia de su piel, su boca se había quedado completamente seca. Tragó duro. ¿Le habían preguntado algo? Ah, claro… teatro. Mierda. Blaine simplemente alternaba su mirada de la mujer con sobrepeso que usaba un gorro exageradamente grande y colorido al hombre con una barba tan grande que definitivamente alguien sería capaz de ocultar allí a un bebé pequeño y finalmente su mirada se detenía en el maravilloso Marcus Huntington, la leyenda misma… quien por cierto le había preguntado algo a Blaine hace unos diez segundos y él aún no contestaba nada.
-Uhm…-se obligó a decir Blaine-Bueno… antes que nada, muchas gracias por recibirme, es un completo honor estar aquí con ustedes-dijo amablemente pero simplemente refiriéndose al Sr. Huntington.-Y… para responder a su pregunta yo… wow.. Verán… el teatro, al menos para mí es un monólogo de la vida… una actuación una burla o drama sobre esta… es como si tuviéramos en nuestras manos el mundo entero y pudiéramos moldearlo a nuestro propio gusto… no pretendo sonar engreído, ese es mi último deseo pero… el teatro te permite mostrarle al mundo tantos universos que se pueden crear y yo simplemente tengo tantas historias por contar, tantos mundos por dirigir…. Tanto que relatar….-
-Eso es actitud, me gusta-lo interrumpió de repente el hombre con barba gigante.-Pero aun eres joven, ¿Qué te hace creer que este es tu futuro?
-Señor, no tengo otro destino, esto es para lo que nací, mi vida es el teatro y no me veo de otra forma-
Blaine miró con nerviosismo como las tres personas hablaban entre ellas en voz baja sin mostrar ninguna expresión en su cara. Marcus Huntington se aclaró la garganta antes de hablar.
-Sr. Anderson… debo decir que sus papeles me llamarón la atención, sus calificaciones son sobresalientes y su historial escolar es perfecto… sin embargo eso es algo que muchos estudiantes tienen-Blaine sintió su corazón hundirse y su piel erizarse de la pura decepción-Cada año, miles y miles de aplicantes nos envían sus solicitudes repletas de buenas notas y comentarios positivos sobre maestros, justo como usted hizo. Cartas y cartas con recomendaciones de profesores y los más afortunados con buenos comentarios de gente importante… Tanta gente vacía enviando su documentación para un trabajo en el que lo que más buscamos es inspiración, tantas almas aspirando ser algo que no son solo para tener éxito y debo confesar que en primera instancia usted me pareció uno más del montón…-
-Señor, si me permite-interrumpió Blaine con la voz quebrada. Marcus negó con la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa.
-Eso creía hasta que recibí una carta hace dos días…-confesó divertido. Blaine frunció el ceño. ¿Alguno de sus profesores acaso?-Supongo que usted conoce al remitente un tal… Kurt Hummel-
Blaine se puso pálido, luego verde y finalmente rojo. Sus mejillas ardieron en el reconocimiento de que Kurt se había enterado de su aplicación… se había enterado y sin embargo no lo había mencionado, no había dicho absolutamente nada.
-Él… él… ¿Estaba muy enojado?-preguntó con temor en su voz. Marcus soltó una carcajada.
-Furioso, diría yo-dijo con una gran sonrisa-me amenazó e incluso dijo que te amenazara…- Blaine cerró los ojos e imaginó totalmente a Kurt diciendo todo eso, pero no podía creer que lo hubiera escrito y enviado al señor Huntington, eso era totalmente inapropiado.
-Mierda…-murmuró-En verdad lo siento, él es el amor de mi vida pero algunas veces simplemente dice cada cosa que hay en su cabeza y…-
-Bah, tonterías, me encantó-confesó mirándolo sonriente. Blaine frunció el ceño.
-¿Eh?...-
-Él, tu chico, me insultó, te insultó y a decir verdad se insultó a él mismo, me escribió que eras una de las personas más testarudas que conocía y que seguramente irías hasta el final con esto hasta estar completamente seguro para contarle… dijo que eras alguien imaginativo aunque odiarás admitirlo, que eras sentimental aunque te diera vergüenza reconocerlo y que eras una de las personas más cursis que había tenido la desgracia de conocer… y que si yo no me tomaba si quiera un minuto para apreciar cada perfecta imperfección que tu poseías y te daba una oportunidad para que me probarás que eres el mejor y nunca jamás encontraría a nadie que tuviera una mejor historia que contar… que entonces sería un completo idiota y no merecía dirigir los teatros más refinados del mundo.-finalizó con una sonrisa. Blaine lo miró perplejo, en shock, aun asimilando lo que el hombre le había dicho.-No sé ustedes compañeros-dijo dirigiéndose a los otros dos mayores-pero yo digo que cualquier persona que tenga a un loco enamorado amenazando con bellas palabras a un director famoso, merece un lugar en mi empresa… así que, felicidades Sr. Anderson, está adentro, lo veo en una semana-
Y con esto las luces se apagaron dando por sentado el fin de su presentación, permitiéndole salir del escenario y sentarse en un banquillo donde sujetó su cabeza con ambas manos y soltó un jadeó extasiado que no sabía que contenía. Estaba dentro. Estaba dentro.
Eso era lo único que se repetía en su cabeza, eso y que definitivamente Kurt era el único responsable de esto, lo amaba más que nunca y tenía tantas ganas de saltar el océano Atlántico y besar hasta el fin de los días a su hermoso castaño.
Salió a la calle aun aturdido sintiendo sus extremidades adormecidas y con una sonrisa estúpida en su cara. Sacó su teléfono del bolsillo con la intención de avisarle a todo mundo sobre su reciente éxito, cuando recordó que no lo había encendido desde el día anterior cuando abordó el avión.
Prendió el aparato y cuando los colores se mostraron en la pantalla, rápidamente se visualizó el aviso de llamadas perdidas y la bandeja de entrada completamente llena. Blaine continuó caminando por la banqueta ahora con el ceño fruncido. Miró las llamadas que en su mayoría eran de Finn y su padre, más de su padre. Esto era malo. ¿Le había pasado algo a su madre?
Ni siquiera revisó los mensajes, presionó el botón de llamar en el número de su padre y se llevó el teléfono a la oreja esperando pacientemente a que este contestara.
-¿Blaine?-preguntó la voz gruesa del Sr. Anderson del otro lado de la línea.
-Sí, padre, soy yo-dijo apresurado-¿Está todo bien? No pude encender mi celular antes, lo siento…-
-Hijo…-dijo su padre con la voz un tanto quebrada.-Es… Kurt… Él tuvo un accidente, una complicación en realidad, está internado….-suspiró y espero a que su hijo hablara pero no lo hizo, así que continuó-Blaine, tienes que regresar lo más pronto posible, es probable que Kurt no lo logre-dijo su padre del otro lado de la línea. Blaine se detuvo en medio de la acera y sintió su cuerpo abandonarlo por completo.
-¿Qué?-preguntó con la garganta cerrada, casi sin sonido.
-Él está muriendo… y te necesita aquí-
***
N/A: Soy una mala persona. Pfff, me siento en la necesidad de confesarles que los últimos capítulos los he escrito mientras escucho Run, Run, Run de Tokio Hotel porque me pone demasiado sentimental (no sé porque XD) Así que culpen a mis hermosos alemanes por escribir eso y provocar que yo escribiera esto.
Sin spoilers para que no lloren . Nos vemos la próxima.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Nooo, espero que Blaine llegue a tiempo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho este grandioso capitulo ojalá blaine llegue a tiempo y kurt se pueda recuperar con el medicamento espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyyyyy ansioso me gusta mucho esta genial y muyyyyyyyyy grandiosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
No Pinches Mames
Solo me perdí tres capítulos y pasa todo eso.
Por cierto, una disculpa por eso estuve muy ocupada...
¡OMG! esto es demasiado triste. Bueno, empezare por partes.
Santana, Finn y Rachel me partieron el corazón :'(
Nunca imagine que Blaine también fuera adoptado
por otra parte estoy feliz por el, obtuvo lo que quería.
Kurt me mato de risa con su carta es un amor (Por eso no se puede morir)
Se que probablemente debería sufrir con esto, pero lo ame
ame tu: " Sin spoilers para que no lloren " simplemente me reí tan fuerte
que supongo que mi mamá pensó que estaba loca
¿Qué mas puedo decir? ah! ya se, amo el drama por eso amo tu fic
Tienes que subir pronto nos tienes con el pendiente.
Un abrazo, cuídate mucho.
XoXo
PhantomOfGlee* - Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 08/04/2014
Edad : 28
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
tu fic es perfecto, amo a Kurt, no puedo esperar ver el proximo capitulo <3
Gleek Lopez* - Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 12/12/2014
Edad : 29
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Gabriela Cruz escribió:Nooo, espero que Blaine llegue a tiempo.
Llegará a tiempo ¿A tiempo para qué? Eso lo veremos luego.
Darrinia escribió:
Linda, romperé tu corazón no con este capítulo, sino con el siguiente y me disculpo por adelantado :c
gleeclast escribió:Me gusto mucho este grandioso capitulo ojalá blaine llegue a tiempo y kurt se pueda recuperar con el medicamento espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyyyyy ansioso me gusta mucho esta genial y muyyyyyyyyy grandiosa historia
Hola, gracias por leer y como ya mencioné arriba, Blaine llegará pero no sabemos para qué
PhantomOfGlee escribió:No Pinches Mames
Solo me perdí tres capítulos y pasa todo eso.
Por cierto, una disculpa por eso estuve muy ocupada...
¡OMG! esto es demasiado triste. Bueno, empezare por partes.
Santana, Finn y Rachel me partieron el corazón :'(
Nunca imagine que Blaine también fuera adoptado
por otra parte estoy feliz por el, obtuvo lo que quería.
Kurt me mato de risa con su carta es un amor (Por eso no se puede morir)
Se que probablemente debería sufrir con esto, pero lo ame
ame tu: " Sin spoilers para que no lloren " simplemente me reí tan fuerte
que supongo que mi mamá pensó que estaba loca
¿Qué mas puedo decir? ah! ya se, amo el drama por eso amo tu fic
Tienes que subir pronto nos tienes con el pendiente.
Un abrazo, cuídate mucho.XoXo
1.-No mamo, mi preferencia sexual no incluye ese acto, así que eso de succionar no es lo mío XD
2.-Habia extrañado bastante tus comentarios hilarantes y llenos de fangirleo, me haces sonreír.
3.-Sí... tengo ese don (maldición) de cambiar radicalmente las cosas de un capítulo a otro... lo siento.
4.-Santana, Finn y Rachel me encantan, en especial Finn (quien por cierto [y sí, esto es un spoiler] será alguien muuuuy importante en esta historia)
5.-Blaine es adoptado, sí, creo que no lo supe proyectar bien desde el principio pero bueno...
6.-Kurt es una persona maravillosa, lamentablemente la gente maravillosa tambien muere... nadie quiere que muera Kurt... ya veremos que hago con eso...
7.-¡ME ENCANTÓ TU COMENTARIO SOBRE MI "Sin spoilers" mi madre también piedsa que estoy loca así que podemos ser locas juntas.
Gracias por leer y sí... habra mucho drama aquí. Besos
Gleek Lopez escribió:tu fic es perfecto, amo a Kurt, no puedo esperar ver el proximo capitulo <3
Gracias por leer y gracias por tu comentario, acá está el nuevo capítulo. Besos.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Capítulo 27. Un millón de estrellas en el cielo. ¡Actualicé! Pidan un deseo.
N/A: ¿Recuerdan cuando les dije que era la reina de la torpeza? Bueno, he hecho acto de conmemoración nuevamente y esta vez me he roto dos costillas y me he jodido el talón... es por eso que tardé en actualizar. Como sea, como ustedes son unos amores preciosos del jehová sé que aún leer este nuevo capítulo y no me asesinarán por el capítulo siguiente.
Los quiero ¿Eso ayuda en algo?
Capítulo 27.-Ignorancia perfecta.
MARTES 3:33 AM.
El teléfono de Finn vibró en su bolsillo sacándolo del sueño incomodo en el que estaba sumergido. Abrió los ojos encontrándose con completa oscuridad y una pared blanca tan deprimente como la mierda, bajó su mirada y observó el cuerpo que se extendía en la camilla frente a él. La cara pálida, los cabellos castaños despeinados y esparcidos por su frente, los parpados apretados y en sí el semblante de un cadáver, Finn tembló de tan solo imaginar eso.
Frunció el ceño de repente al sentir de nuevo vibrar su celular y entonces recordó lo que lo había despertado. Introdujo su mano en el bolsillo derecho y sustrajo el aparato contestando la llamada inmediatamente.
-¿Hola?-preguntó con la voz ronca.
-¡Mierda, puto animal!-chilló una voz del otro lado de la línea-¡Los he estado llamado durante horas y nadie me contesta! ¿Cómo está mi novio?-
Oh…
Blaine.
Finn miró nerviosamente a Kurt yaciendo inconsciente en la camilla con una vía intravenosa en cada brazo, unos tubos entrando por su boca, otros por su nariz y unos cuantos más delgados por su abdomen. La palidez extrema, el pitido constante y a veces alarmantemente lento del sensor de frecuencia cardiaca y eso sin contar las convulsiones que presentaba de vez en cuando. Era todo una escena espantosa.
¿Cómo decirle a Blaine que su novio estaba muriendo? ¿Cómo hacerlo sin matarlo a él también?
-Finn, ¿Estás ahí? ¿Cómo está?, mierda…-preguntó su hermano nervioso y desesperado del otro lado de la línea. Finn suspiró.
-¿Qué te dijo papá?-
-¡Nada!-gritó exasperado.-Solo me dijo que tenía que volver a Nueva York y después balbuceó una sarta de palabras médicas que no entendí y luego me dijo que Kurt había tenido un accidente con pastillas, ¿PODRÍAS EXPLICARME DE QUE PUTAS PASTILLAS HABLA?-gritó perdiendo los estribos y Finn pudo claramente escuchar a una mujer pidiéndole que guardara silencio y a Blaine contestándole que se fuera a la mierda.
Finn lo pensó por un minuto. Era obvio que ya era momento de que Blaine se enterara sobre la enfermedad de Kurt, ¡Por Dios! Era algo mortal, algo definiendo la vida de Kurt, y no solo definiéndola, sino controlándola y dirigiéndola, era estúpidamente patético que Blaine aún no supiera sobre esto, era putamente injusto que Blaine no pudiera apoyar a su propio novio. Era momento de que alguien le dijera.
Aunque por otro lado, la ignorancia era tan jodidamente hermosa. El no saber lo que está pasando era el puto paraíso, era como cuando eres niño y hay problemas, claro que los hay, problemas y mierdas grandes como el mundo, vidas destruyéndose, vidas terminando pero tú no lo notas y no lo haces por el simple hecho de que tu mundo es más pequeño y simple que el del resto. Pero entonces los años pasan y te empiezas a enterar de cosas que sucedieron en el pasado y no solo eso, sino que se aúnan nuevas anécdotas a la lisa de mierdas en la vida, y entonces la existencia se vuelve complicada. Y entonces así, con el paso del tiempo se adquiere conciencia, saber y el saber es lo que nos mata, no literalmente, pero sí nuestras almas, nuestra esencia pura, aquello desconocido que nos mantenía felices… simplemente desaparece.
Es por eso que la ignorancia es buena, te mantiene cuerdo y aunque el mundo caiga a tu alrededor tú continuas feliz, por el simple hecho de no estar enterado… de estar sumergido en el veneno mortal de la ignorancia.
Y Finn quería mantener a Blaine ahí, en su burbuja protectora, en su mundo feliz. Y es por eso que no le dijo la verdad y en cambio inventó una de las mentiras más elaboradas en toda su larga corta vida.
-Él tuvo un accidente en la cafetería-comenzó al principio un tanto desorientado sin saber cómo desarrollar su explicación falsa-Él… uhm… Una mujer le lanzó café por accidente y Kurt tuvo una reacción alérgica, eso debes saberlo-Intentó con una risa nerviosa-Papá lo trató y le recetó unas pastillas para… ya sabes… alergias y… alergias. Pero Kurt se equivocó y compró las equivocadas en la farmacia y las tomó-dijo chocando los cinco consigo mismo por su increíble capacidad de mentir-Así que tuvo un problema con las pastillas como dijo papá y él está uhm… inconsciente ahora pero papá le aplicó una medicina de doctores súper cool y él estará bien…-finalizó deseando que la última parte fuera real.
-Oh-dijo Blaine del otro lado de la línea mucho más calmado que al principio-Oh, eso es... es bueno, sí… él estará bien entonces… ¿Rachel está ahí? Me gustaría hablar con ella…-
Finn frunció el ceño.
-¿Por qué?-
-Porque por alguna razón no te creo del todo, amigo…-confesó mortificado. Finn cerró los ojos por varios segundos y tragó el nudo que se había formado en su garganta y que se había mantenido ahí durante varias semanas ya.
-Ella está en casa… quería quedarse con Kurt pero Santana, Quinn y yo la convencimos para que descansara esta noche y pudiera ir a la escuela mañana y pedir un par de días…-explicó el más alto.
-De acuerdo…-asintió Blaine-Como sea, llegaré ahí en un rato amigo…-
-¿Qué?-preguntó Finn abriendo los ojos como plato y bajando su mirada a Kurt quien no se veía exactamente como alguien que iba a estar bien.
-Tengo que colgar el avión ya va a aterrizar… estaré ahí en una hora-
Y con esto la llamada terminó dejando a Finn con el celular apretado contra su oreja y su expresión de shock intacta.
Blaine no podía ver a Kurt así.
N/A:¡Blaine regresa el próximo capítulo! y será en el siguiente capítulo también cuando inicie otra etapa de la fic, algo así como la segunda parte de la historia. No pueden perdérsela.
Ok, he aquí me hago publicidad, okno, pero acabo de subir esta historia a fanfiction y espero que se tomen un tiempo para leerla, ya lo sé, ustedes dirán "Ya, ¿Y para que putas voy a leer algo que ya estoy leyendo acá?" Yo con gusto les contesto linduras XD, verán, allá mi fic tiene un montón de correcciones y uno que otro cambio diminuto que tal vez los hagan entender la historia mejor, es en serio un mejor trabajo que el que presente al principio aquí así que me gustaría que lo leyeran para que no estuvieran tan espantados con mi terrible escritura de los primeros capítulos XD.
Sin más, mas que desearles una feliz navidad y un muy klainesco año nuevo me despido.
Oh! ¿Vieron el trasero de Chris en la foto del tercer capítulo? He moves me....
Los quiero ¿Eso ayuda en algo?
&&&
Capítulo 27.-Ignorancia perfecta.
MARTES 3:33 AM.
El teléfono de Finn vibró en su bolsillo sacándolo del sueño incomodo en el que estaba sumergido. Abrió los ojos encontrándose con completa oscuridad y una pared blanca tan deprimente como la mierda, bajó su mirada y observó el cuerpo que se extendía en la camilla frente a él. La cara pálida, los cabellos castaños despeinados y esparcidos por su frente, los parpados apretados y en sí el semblante de un cadáver, Finn tembló de tan solo imaginar eso.
Frunció el ceño de repente al sentir de nuevo vibrar su celular y entonces recordó lo que lo había despertado. Introdujo su mano en el bolsillo derecho y sustrajo el aparato contestando la llamada inmediatamente.
-¿Hola?-preguntó con la voz ronca.
-¡Mierda, puto animal!-chilló una voz del otro lado de la línea-¡Los he estado llamado durante horas y nadie me contesta! ¿Cómo está mi novio?-
Oh…
Blaine.
Finn miró nerviosamente a Kurt yaciendo inconsciente en la camilla con una vía intravenosa en cada brazo, unos tubos entrando por su boca, otros por su nariz y unos cuantos más delgados por su abdomen. La palidez extrema, el pitido constante y a veces alarmantemente lento del sensor de frecuencia cardiaca y eso sin contar las convulsiones que presentaba de vez en cuando. Era todo una escena espantosa.
¿Cómo decirle a Blaine que su novio estaba muriendo? ¿Cómo hacerlo sin matarlo a él también?
-Finn, ¿Estás ahí? ¿Cómo está?, mierda…-preguntó su hermano nervioso y desesperado del otro lado de la línea. Finn suspiró.
-¿Qué te dijo papá?-
-¡Nada!-gritó exasperado.-Solo me dijo que tenía que volver a Nueva York y después balbuceó una sarta de palabras médicas que no entendí y luego me dijo que Kurt había tenido un accidente con pastillas, ¿PODRÍAS EXPLICARME DE QUE PUTAS PASTILLAS HABLA?-gritó perdiendo los estribos y Finn pudo claramente escuchar a una mujer pidiéndole que guardara silencio y a Blaine contestándole que se fuera a la mierda.
Finn lo pensó por un minuto. Era obvio que ya era momento de que Blaine se enterara sobre la enfermedad de Kurt, ¡Por Dios! Era algo mortal, algo definiendo la vida de Kurt, y no solo definiéndola, sino controlándola y dirigiéndola, era estúpidamente patético que Blaine aún no supiera sobre esto, era putamente injusto que Blaine no pudiera apoyar a su propio novio. Era momento de que alguien le dijera.
Aunque por otro lado, la ignorancia era tan jodidamente hermosa. El no saber lo que está pasando era el puto paraíso, era como cuando eres niño y hay problemas, claro que los hay, problemas y mierdas grandes como el mundo, vidas destruyéndose, vidas terminando pero tú no lo notas y no lo haces por el simple hecho de que tu mundo es más pequeño y simple que el del resto. Pero entonces los años pasan y te empiezas a enterar de cosas que sucedieron en el pasado y no solo eso, sino que se aúnan nuevas anécdotas a la lisa de mierdas en la vida, y entonces la existencia se vuelve complicada. Y entonces así, con el paso del tiempo se adquiere conciencia, saber y el saber es lo que nos mata, no literalmente, pero sí nuestras almas, nuestra esencia pura, aquello desconocido que nos mantenía felices… simplemente desaparece.
Es por eso que la ignorancia es buena, te mantiene cuerdo y aunque el mundo caiga a tu alrededor tú continuas feliz, por el simple hecho de no estar enterado… de estar sumergido en el veneno mortal de la ignorancia.
Y Finn quería mantener a Blaine ahí, en su burbuja protectora, en su mundo feliz. Y es por eso que no le dijo la verdad y en cambio inventó una de las mentiras más elaboradas en toda su larga corta vida.
-Él tuvo un accidente en la cafetería-comenzó al principio un tanto desorientado sin saber cómo desarrollar su explicación falsa-Él… uhm… Una mujer le lanzó café por accidente y Kurt tuvo una reacción alérgica, eso debes saberlo-Intentó con una risa nerviosa-Papá lo trató y le recetó unas pastillas para… ya sabes… alergias y… alergias. Pero Kurt se equivocó y compró las equivocadas en la farmacia y las tomó-dijo chocando los cinco consigo mismo por su increíble capacidad de mentir-Así que tuvo un problema con las pastillas como dijo papá y él está uhm… inconsciente ahora pero papá le aplicó una medicina de doctores súper cool y él estará bien…-finalizó deseando que la última parte fuera real.
-Oh-dijo Blaine del otro lado de la línea mucho más calmado que al principio-Oh, eso es... es bueno, sí… él estará bien entonces… ¿Rachel está ahí? Me gustaría hablar con ella…-
Finn frunció el ceño.
-¿Por qué?-
-Porque por alguna razón no te creo del todo, amigo…-confesó mortificado. Finn cerró los ojos por varios segundos y tragó el nudo que se había formado en su garganta y que se había mantenido ahí durante varias semanas ya.
-Ella está en casa… quería quedarse con Kurt pero Santana, Quinn y yo la convencimos para que descansara esta noche y pudiera ir a la escuela mañana y pedir un par de días…-explicó el más alto.
-De acuerdo…-asintió Blaine-Como sea, llegaré ahí en un rato amigo…-
-¿Qué?-preguntó Finn abriendo los ojos como plato y bajando su mirada a Kurt quien no se veía exactamente como alguien que iba a estar bien.
-Tengo que colgar el avión ya va a aterrizar… estaré ahí en una hora-
Y con esto la llamada terminó dejando a Finn con el celular apretado contra su oreja y su expresión de shock intacta.
Blaine no podía ver a Kurt así.
&&&
N/A:¡Blaine regresa el próximo capítulo! y será en el siguiente capítulo también cuando inicie otra etapa de la fic, algo así como la segunda parte de la historia. No pueden perdérsela.
Ok, he aquí me hago publicidad, okno, pero acabo de subir esta historia a fanfiction y espero que se tomen un tiempo para leerla, ya lo sé, ustedes dirán "Ya, ¿Y para que putas voy a leer algo que ya estoy leyendo acá?" Yo con gusto les contesto linduras XD, verán, allá mi fic tiene un montón de correcciones y uno que otro cambio diminuto que tal vez los hagan entender la historia mejor, es en serio un mejor trabajo que el que presente al principio aquí así que me gustaría que lo leyeran para que no estuvieran tan espantados con mi terrible escritura de los primeros capítulos XD.
Sin más, mas que desearles una feliz navidad y un muy klainesco año nuevo me despido.
Oh! ¿Vieron el trasero de Chris en la foto del tercer capítulo? He moves me....
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Cada vez lo dejas en lo más emocionante, espero con ganas el próximo capitulo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Hola!
Cada vez lloro más con esta historia. No puedo, simplemente me supera. Si no te he puesto las caritas llorando es porque comento desde el móvil y no puedo :'( por favor, dame alguna esperanza.
Besos
Cada vez lloro más con esta historia. No puedo, simplemente me supera. Si no te he puesto las caritas llorando es porque comento desde el móvil y no puedo :'( por favor, dame alguna esperanza.
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Final de temporada. Fanfic Klaine. Un millón de estrellas en el cielo.
N/A: HOLA. Para aquellos que no leyeron bien, esta es la final de temporada de la fanfic, solo tendrá dos temporadas y algunos drabbles al final pero solo si gustan. Empezaré a subir la segunda temporada el próximo domingo e intentaré actualizar cada domingo sin falta para que terminemos con esto rápido.
Así que el capítulo de hoy (como ya se los había advertido) es triste -muy triste- así que les recomiendo que tengan sus klaineex cerca y alejen toda arma de su alcance (No es lindo que maten a las autoras de las fanfics... solo digo)
Así que sin más preámbulos, les dejó el capítulo.
Capítulo 28-Adiós.
MARTES 5:10 AM.
Blaine irrumpió en el hospital con el rostro pálido y una gran maleta siendo arrastrada detrás de él. Caminó por el pasillo con la respiración agitada y sintiendo la mirada de las personas sobre él. Menos podría importarle.
-Estoy buscando a Kurt Hummel-le dijo al encargado cuando llegó a la recepción-¿En qué habitación está?-El chico lo miró nerviosamente y tecleó rápidamente algo en la computadora, pero no lo suficientemente rápido para la desesperación frustrada de Blaine en ese momento.-¿Podrías apresurarte?-estalló el moreno pero se arrepintió al ver al pobre muchacho teclear más rápido al borde de las lágrimas-Lo siento, pero es urgente… muy urgente-dijo con la voz más calmada.
-L… lo siento, está en una sala en terapia intensiva, solo familiares pueden subir-dijo con la voz tan bajita que Blaine se tuvo que inclinar hacia adelante para poder escucharlo.
-¡Pero yo soy su novio!-gritó encolerizado-¡Soy su jodido novio, debe dejarme pasar!-
-¡Blaine!-
Blaine se giró rápidamente para encontrarse de frente con su padre que le daba una mirada reprobatoria. Caminó hasta él rápidamente arrastrando su maleta de ruedas con cierta molestia.
-He venido a ver a mi novio y este joven no me permite entrar a verlo-dijo el muchacho a modo de explicación. Su padre asintió en comprensión.
-Lo entiendo, pero él es personal del hospital, pídele una disculpa y sígueme si quieres ver a Kurt-
Blaine lo miró con una ceja alzada y luego giró la cabeza levemente para ver al recepcionista que lo miraba temeroso. Blaine suspiró y caminó hacia él, él solo quería ver a su novio, demonios.
-Lo siento-dijo con la mandíbula apretada y mirando a un vaso vacío que yacía en la mesa.
El muchacho lo miró boquiabierto y asintió muy sonrojado. Blaine se giró hacia su padre de nuevo y caminó detrás de este siguiéndolo hacia donde supuestamente estaba el amor de su vida.
MARTES 5:15 AM.
Finn miró su obra. Inclinó la cabeza hacia un lado. Luego hacia el otro lado. Entrecerró los ojos y por último se mordió el labio.
Él definitivamente era una mierda maquillando.
Había pensado que si le ponía un poco de color a Kurt para que la imagen que recibiera a Blaine no fuera tan cruel y dura todo saldría bien, sin embargo no había tomado en cuenta que sus habilidades como maquillista eran mínimas, por no decir nulas. Así que tomó una toallita húmeda y se dedicó a desmaquillar al chico pensando en que el ridículo que había pasado al pedirle maquillaje a una mujer en la sala de espera había sido para nada.
Justo cuando se giró para deshacerse de la toalla la puerta de la habitación se abrió dejando entrar a Blaine. Finn se irguió poniéndose rápidamente frente el campo de visión de su hermano, intentando evitar lo siguiente. Blaine lo observó con el ceño fruncido y lo hizo a un lado empujándolo hacia la derecha sin mucha brusquedad. El más alto se hizo a un lado y se giró hacia la pared no queriendo ver lo que su hermano estaba viendo.
Pasaron los segundos, más y más. Luego minutos y Finn frunció el ceño al no escuchar ninguna reacción alterada o desesperada por parte del muchacho moreno. Se giró preocupado pensando en que tal vez había imaginado a Blaine entrar a la habitación, sin embargo no fue así y la imagen que vio hizo que su corazón se contrajera y sus ojos se llenaran de lágrimas.
Kurt yacía aun en la cama, eso no había cambiado en nada, seguía pálido y los tubos aun entraban en su cuerpo de manera bruta y salvaje. Sus ojos aún seguían cerrados y sus labios aun lucían resecos. Todo era lo mismo, excepto que ahora estaba Blaine. Blaine de pie junto a la camilla. Cuerpo rígido y ceño fruncido. Los puños apretados y las piernas temblorosas. El pecho agitado y los labios apretados. Los ojos parpadeando rápidamente y las fosas nasales ampliándose rápidamente.
Era Kurt inconsciente, sin posibilidades de nada, sin alternativas, sin respuestas. Y era Blaine a su lado, llorando en silencio pero desgarradoramente, mirándolo con una mezcla casi imposible de dolor, amor y desesperación.
Era Kurt allí, sin estar ahí. Y era Blaine estando allí deseando no estarlo.
MARTES 5:27 AM.
Esto no era cierto.
No era cierto y si lo era él se negaba a creerlo.
No podía simplemente aceptar que el chico que yacía en esa camilla era su chico, su Kurt.
Era tan doloroso mirarlo así, apagado, sin vida. Sin estarlo reprochando por beber mucho café o riéndose de él porque había fallado una nota mientras ensayaba. Era Kurt de una manera que él jamás quería volver a ver. Era su Kurt muriendo.
Apretó los puños aún más fuerte sintiendo sus uñas enterrándose en sus palmas, pero no le importaba. No le importaba para nada. Su cuerpo empezó a temblar terriblemente rápido, sus ojos escocían y se llevó los puños a la cara cubriendo su vista con ellos, apretando fuertemente sin importarle hacerse daño. Dio unos pasos hacia atrás y sintió las contracciones en su estómago, el dolor, la pena, el sufrimiento, todo arremolinándose en su interior golpeándolo con tanta fuerza que ahora el dolor era físico también.
Él no era estúpido, no lo era y no se tragaba la tonta historia que Finn le había contado. Él sabía que había algo más, algo mucho más grande que ellos le estaban ocultado y no sabía que era pero sabía que era peligroso, algo lo suficientemente terrible y desastroso para que ellos lo mantuvieran alejado. Y francamente no sabía si quería saber.
Apretó los puños con más fuerza sobre sus ojos y apretó los labios sintiendo las lágrimas correr incontrolables por sus mejillas.
Pensó en él, en Kurt, en todo lo que quería para ambos, el futuro juntos, una casa no muy grande pero lo suficientemente amplia para que pudieran tener un piano en la sala, él sabía que Kurt amaría eso. Tener trabajos estables, hijos, un pez, un gato o hasta una jodida ardilla pero no.
Él estaba bastante seguro de que lo que le ocultaban era algo fuerte, terminal, sin solución. Sabía que sufriría en cuanto lo supiera, que su corazón y no solo eso sino su alma y él entero se destruirían al saber lo que le ocultaban y una gran parte de sí mismo quería aplazar eso el mayor tiempo posible. No quería matar a sus esperanzas aun, esas esperanzas sobre un futuro con él.
No quería pensar en la vida sin Kurt.
No podía.
No era posible. Era injusto. Malditamente y putamente injusto.
Lanzó un grito lleno de dolor y odio que albergaba en lo más profundo de su ser. El dolor de perder a lo que más amaba. El odio hacia ese ser que controlaba todo y que había dejado que estos dos pobres estúpidos se enamoraran solo para poner un fin entre ellos. Dolor de que esto pasara. Odio de que esto pasara.
Soltó otro grito y sus puños abandonaron su cara para dirigirse a otro sitio. Golpeó una lámpara que había sobre la mesita causando que esta cayera al piso y se hiciera añicos contra él. No era suficiente, nada lo era.
Con sollozos desgarradores se movió por la habitación poniendo en muestra su frustración. Golpeó mesas, derribó estantes, pateó sillas y tiró al piso todo lo que le fue posible. Se detuvo de repente al quedar de frente a un espejo pegado a una pared. Miró al ser miserable que se encontraba allí.
Un hombre incompleto con bolsas negras bajo sus ojos hinchados y el cabello hecho un completo desastre, ropa desarreglada y sin alma aparentemente. Subió su mirada sobre su reflejo y su garganta se apretó al ver reflejada la camilla donde se encontraba su amado, sin vida y atravesado por una cantidad incontable de tubos y maquinas.
Blaine llegó a su límite.
Con los puños apretados golpeó el espejo destrozándolo completamente. Con las manos ensangrentadas se dedicó a arrancar los pedazos que quedaron pegados a la pared. Su respiración era agitada y los sollozos aun escapaban de su garganta. No quería ver lo que ese espejo reflejaba, él no quería ver eso porque eso no era lo que él quería para él y Kurt.
Continuó con lo que estaba haciendo sintiéndose cada vez más y más mareado. La puerta de la habitación se abrió y Finn entró seguido por su padre y un par de enfermeras más.
Finn se quedó de pie en la puerta, petrificado, observando el piso cubierto de objetos rotos, vidrio destrozado y sangre. Miró a Blaine, gritando y sollozando mientras su padre lo tomaba por ambos brazos y lo apartaba del espejo totalmente deshecho. Lo miró revolviéndose entre los brazos de las enfermeras que lo intentaban controlar. Miró como su padre lloraba sin ocultarlo mientras tomaba el brazo de su hijo y clavaba una aguja en él. Vio a Blaine que seguía luchando contra los agarres, girar y mirar por un par de segundos a Kurt. Vio como dejo de gritar al instante y sus ojos se oscurecieron dejándose tomar por su padre y las enfermeras, rindiéndose y poco a poco caer en un profundo sueño provocado por el medicamento. Todo esto sin apartar la mirada del castaño.
Porque Kurt era el causante de todo.
MARTES 7:55 AM.
Martin Anderson estaba arrepentido. No podía creer en lo que había metido a su hijo. Lo había hecho entrar al infierno mismo todo por intentar salvar una vida que no podía ser salvada.
Bebió de la botella y se acarició la sien mientras intentaba no ir a tirarse de la azotea del hospital. No podía dejar de pensar en su pobre hijo, su niño, su pequeño sufriendo por ver al amor de su vida escurrirse entre sus dedos, y pensar que él había ocasionado todo esto lo hacía sentirse culpable a niveles infinitos y el peor padre del mundo.
La puerta de su oficina se abrió y entonces entró Elaine Anderson, mirándolo con pena pero al mismo tiempo con enojo. Martin se encogió en su lugar. Tener que sedar y coser las heridas profundas en los brazos de su hijo le había dado la necesidad de contarle todo a su mujer quien a pesar de haberlo reprochado lo había aceptado después de un tiempo.
-No sé lo que estabas pensando cuando tuviste esta idea, Martin-dijo Elaine sentándose en la silla frente al escritorio de su esposo y apartando la botella de él.
-Pensé que salvaría a Kurt y le daría amor a Blaine…-dijo el hombre con la voz apagada. Ahora ni él mismo entendía porque había hecho esto.
-¿Presentándole a tu hijo un chico moribundo esperabas hacerlo feliz?-preguntó molesta-Porque hasta ahora no veo a nadie contento aquí.
-Lo sé, lo siento, yo… yo lo arreglaré-dijo limpiándose los ojos con el dorso de la mano. Su mujer bufó.
-¿Cómo?-preguntó molesta-Ya hiciste esto, no hay forma de remediarlo, Blaine está enamorado, locamente enamorado y él no abandonará al chico tan fácilmente, por mucho que nos duela hay que seguir con esto hasta el final-
-¿A qué te refieres?-preguntó confundido.
-Tendremos que apoyar a Blaine, apoyarlo en medio de esto, sostenerlo en el sufrimiento y estar con él cuando el chico finalmente… bueno…-dijo mirando fijamente a su esposo, esperando que él entendiera el resto, y así lo hizo-Después de eso, tendremos que ayudarlo a seguir adelante. Pero ya no será el mismo, nunca lo será de nuevo.
Martin miró a su esposa y tragó duro dándose cuenta de que era verdad. Suspiró resignado y bajo su mirada a la madera del escritorio.
-No-dijo parpadeando varias veces.
-¿No?-preguntó su mujer mirándolo con lastima.
-No-continuó-Aun puedo salvar a Kurt y salvar a Blaine-
MARTES 1:10 PM.
Blaine abrió los ojos y parpadeó jadeando por el exceso de luz. Instintivamente subió sus manos para cubrirse de la luminosidad pero se llevó una gran sorpresa al encontrarse con sus manos completamente vendadas. Frunció el ceño y continuó mirándolas con confusión.
-Golpeaste el espejo… tuvimos que coserte-
Blaine alzó la vista ante el sonido de la voz de su padre. Lo vio ahí, sentado en una silla con el semblante pálido y la mirada perdida.
-¿Cómo está Kurt?-preguntó Blaine sin si quiera interesarle como estaba él mismo.
-Él despertó hace unas horas-dijo luciendo un tanto raro.-Uhm… Él tiene algo que decirte-continuó lanzándole una mirada incomprensible a su hijo.
Blaine sonrió emocionado y se sentó en la camilla dispuesto a ir a ver a su novio ya mismo. Bajó de la camilla y caminó hacia la puerta, pero antes de salir, su padre lo detuvo.
-¿Qué…?-
-Lo siento mucho hijo-dijo arrepentido y salió de la habitación a paso apresurado dejando a Blaine con el ceño fruncido.
Blaine caminaba sonriente por el pasillo sosteniendo (o al menos intentando sostener) un conejito blanco muy lindo que había comprado en la tienda de obsequios. Era algo muy cursi pero había pasado frente al aparador y no había podido evitar comprarlo para dárselo a su hermoso castaño.
Entró en la habitación y su sonrisa se amplió aún más al ver a su Kurt sentado en la camilla mirándolo con una media sonrisa en el rostro. Se acercó a él y se sentó en la orilla de la cama sonriendo como idiota, sin embargo su sonrisa se desvaneció al ver los ojos rojos del castaño ¿Había estado llorando?
Se acercó más a él y lo rodeó con sus brazos. Lo abrazó fuertemente enterrando su cara en su cabello y dejando que las lágrimas corrieran por sus ojos porque había pensado que jamás podría abrazar a su novio de nuevo. Sintió a Kurt aferrarse con su poca fuerza a su espalda y besar en innumerables ocasiones su cuello.
-Kurt…-susurró agachando su cara para juntar su frente con la del chico. Miró a los ojos de Kurt y se perdió dentro de ellos así como Kurt se perdió en los de él.
-Blaine yo…-dijo el ojiazul observándolo con dolor-Tenemos que hablar…-
Blaine se separó confundido mirándolo sin entender, se sentó en la orilla de la cama de nuevo y frunció el ceño.
-¿Qué te sucedió en las manos?-preguntó Kurt bajando su mirada a las vendas del moreno. Blaine se encogió de hombros.
-No importa… ¿Qué sucede contigo?-preguntó. Kurt lo observó fijamente como siempre lo hacía y entonces habló.
-Tenemos que terminar-
Literalmente los oídos de Blaine empezaron a zumbar. Su ritmo cardiaco retumbaba contra su pecho y sus ojos se cerraron. Se puso de pie y se giró dándole la espalda a Kurt. Subió su mano derecha –la que no estaba sosteniendo al conejo de felpa- y como había hecho unas horas antes se cubrió los ojos.
Sintió su pecho convulsionar por las lágrimas que lo estaban invadiendo y tenía tantas ganas de volver a dormirse pero ahora para nunca más despertar.
Giró de nuevo y bajó su mano mirando a Kurt quien lloraba en silencio observándolo todo el tiempo. Quería acercarse a él, exigirle que no lo dejará, obligarla a quedarse con él pero no lo hizo, y en su lugar preguntó.
-¿Por qué?-
La respuesta tardó en llegar. Kurt abrió la boca un par de veces y siempre la cerraba de nuevo no sabiendo muy bien que decir. Fue en la séptima ocasión cuando apretó los puños y cerró los ojos tragando duro cuando habló finalmente.
-Yo… Yo no soy adecuado para ti-
Blaine tenía tantas ganas de reír, tirarse al piso y revolcarse en carcajadas porque dios santo, lo que Kurt estaba diciendo era tan estúpido e idiota y él y Kurt y todos lo sabían.
-Eso no es cierto-dijo con la voz quebrada-eso no es cierto y tú lo sabes, sabes lo que eres para mí y todo lo que he luchado por tenerte, como he peleado por que me aceptes y como eres lo más valioso que tengo así que no me digas pendejadas como esa ¡Dime de una puta vez porque!-estalló rompiendo en lágrimas-¡Y dime la verdad, por una vez se honesto conmigo, Kurt!-
Kurt soltó un gemido lleno de dolor y ocultó su rostro detrás de sus manos entubadas.
Blaine quería decirle que se haría daño, que se lastimaría pero por alguna retorcida razón esperaba que él sintiera un poco del dolor que él estaba sintiendo.
-Dime-exigió con la voz temblorosa por el llanto-¡DIME, KURT!-
-Porque te amo-susurró el castaño casi sin voz, bajando sus manos y mirándolo con los ojos rojos llenos de lágrimas.-Porque te amo Blaine, tanto, tanto como no tienes idea, como no he amado a nadie y... porque te amo tienes que irte, no es justo que estés aquí conmigo porque yo… sé que sabes que estoy aquí, en este jodido hospital por algo muy grave, Blaine… y no puedo mantenerte aquí porque esto no terminará bien… yo tengo fecha de expiración y no quiero que me veas así-dijo con la voz quebrada-Tú… tú tienes un gran futuro Blaine, un futuro tan sorprendente y magnifico esperando por ti, y estoy segura de que lograrás cada cosa que te has propuesto-Blaine negó con la cabeza observándolo sin dejar de llorar-Sí Blaine, te irás y ambos estaremos bien porque sabremos lo que tuvimos y estaremos bien porque recordaremos lo que vivimos juntos, y tú sonreirás y serás inmensamente feliz en Londres en la escuela del Sr. Huntington y luego te graduaras y montarás tu primera obra y todos apreciaran finalmente tu talento y tú podrás acariciar la cabeza de tus hijos y mirar a tu pareja y ser feliz, el hombre más feliz del mundo.-tragó duro con una sonrisa torcida en su rostro.-Y cuando… cuando alguien te diga que yo… que yo ya no existo más, tú no te sentirás mal porque tendrás amor y mucha gente que te apoye y la vida que siempre has soñado y ya no me necesitarás más porque estarás completo-
-Yo no quiero nada de eso si no es contigo-dijo el moreno mirándolo con dolor. Tanto dolor que lastimaba al ojiazul.
-Ahora no-dijo Kurt-pero lo tendrás y serás feliz con eso-
Blaine negó con la cabeza y apretó los puños causando que algunos puntos se reventaran.
-No me iré-dijo él casi sin voz. Kurt estaba demente si creía que él lo dejaría.
-Sí lo harás-continuó Kurt con lágrimas en su rostro.-Tienes que irte porque no puedes quedarte aquí Blaine, debes irte, tienes que dejarme y ser feliz-
-¡Pero si te dejo jamás seré feliz!-gritó él llorando-No me importa lo que sea que tengas, me quedaré contigo-
-Mierda, Blaine, ¡Tienes que irte!-gritó Kurt apretando los ojos.
-No puedo hacer eso Kurt-susurró Blaine con sus hombros temblando por el llanto.
-Pero tienes que hacerlo-dijo el castaño abriendo sus brazos para que Blaine se lanzara a ellos. Blaine no alegó, abrazó a Kurt con todas sus fuerzas dejando que las lágrimas salieran libres porque se estaba rindiendo, y se daba cuenta de que era la última vez que abrazaría a su Kurt.
Kurt lo acunó con sus brazos delgados acariciando su cabello con tanto amor que dolía. Besó su cabello en innumerables ocasiones y le susurró palabras de amor al oído.
-Serás muy feliz Blaine, tan feliz-dijo Kurt con ternura-Y en un par de años ni siquiera recordarás esto, tendrás la vida que siempre has soñado, el trabajo que siempre has querido y todo lo que has anhelado-
-Excepto a ti-dijo Blaine irguiéndose un poco y mirándolo a los ojos-no te tendré a ti-repitió con dolor.
-Pero no importará porque tendrás a alguien más-
Blaine negó con la cabeza sin creer eso y cerró los ojos tomando con sus manos heridas la cara de Kurt, lo besó con urgencia, con deseo y con pasión.
Lo besó como si fuera la última vez aunque aún se negaba a aceptar que ese sería el último beso. Y Kurt correspondió, besándolo con creces, aferrándose a su cabello y jadeando por más. Ambos derritiéndose, llorando en ese beso, dejándolo todo porque querían que el otro tuviera todo de sí mismo.
Sus labios se movían sobre los labios de otros y sus manos recorrían el cuerpo junto a ellos. Querían tener todo del otro y se sentían tristes porque jamás lo lograrían. Nunca llegarían a tener el futuro que habían planeado. Y todo por el maldito destino.
Se alejaron lentamente dejando besos castos sobre los labios del otro y permitiendo que sus manos regresaran a sus propios cuerpos.
Abrieron los ojos y Blaine suspiró dejando que más lágrimas cayeran. Kurt lo miró con la respiración temblorosa y las mejillas mojadas.
Blaine acarició la mejilla de Kurt y acomodó su flequillo detrás de su oreja de manera tierna. Le dejó un beso casto por última vez y lo miró fijamente a los ojos.
-Te amo, Kurt-dijo sin apartar sus miradas.
Kurt soltó una risita entre lágrimas pero feliz y Blaine sonrió lleno de amor.
Se puso de pie y le extendió el conejo de felpa que llevaba con él. Kurt lo tomó con las manos temblorosas y miró a Blaine con nuevas lágrimas acumulándose en sus ojos. El moreno caminó lentamente hacia la puerta y la abrió deteniéndose antes de irse.
-Y nunca dejaré de amarte-dijo con la voz temblorosa y con esto se marchó.
Kurt miró la puerta cerrada y parpadeó un par veces mordiéndose el labio. Bajó su mirada al muñeco de trapo que le había dado el moreno y lo observó fijamente. Suspiró relacionando todo momento que había pasado con Blaine con ese conejo de felpa. Lo aferró a su pecho y miró nuevamente la puerta cerrada.
-Tampoco dejaré de hacerlo Blaine-susurró a la nada con los ojos llenos de lágrimas-Nunca dejare de amarte-
N/A: Sooooo, aquí terminamos la primera parte, no me odien, amo el drama, pero les aseguró una buena historia. Oh, sí, el otro día noté que cumplimos un año con esta historia y que no hice absolutamente nada especial para celebrarlo así que he decidido responderle una pregunta sobre esta historia (no cosas muy secretas por favor) al primer comentario que me haga una pregunta. Así que dejen su pregunta en su comentario y yo se las respondo en privado (solo al primero... y bueno, las que me gusten)
Feliz año nuevo klainers, no sufran. Recuerden que cuando más oscuro está es cuando está a puto de amanecer.
Besos y saludos.
Así que el capítulo de hoy (como ya se los había advertido) es triste -muy triste- así que les recomiendo que tengan sus klaineex cerca y alejen toda arma de su alcance (No es lindo que maten a las autoras de las fanfics... solo digo)
Así que sin más preámbulos, les dejó el capítulo.
Capítulo 28-Adiós.
888
MARTES 5:10 AM.
Blaine irrumpió en el hospital con el rostro pálido y una gran maleta siendo arrastrada detrás de él. Caminó por el pasillo con la respiración agitada y sintiendo la mirada de las personas sobre él. Menos podría importarle.
-Estoy buscando a Kurt Hummel-le dijo al encargado cuando llegó a la recepción-¿En qué habitación está?-El chico lo miró nerviosamente y tecleó rápidamente algo en la computadora, pero no lo suficientemente rápido para la desesperación frustrada de Blaine en ese momento.-¿Podrías apresurarte?-estalló el moreno pero se arrepintió al ver al pobre muchacho teclear más rápido al borde de las lágrimas-Lo siento, pero es urgente… muy urgente-dijo con la voz más calmada.
-L… lo siento, está en una sala en terapia intensiva, solo familiares pueden subir-dijo con la voz tan bajita que Blaine se tuvo que inclinar hacia adelante para poder escucharlo.
-¡Pero yo soy su novio!-gritó encolerizado-¡Soy su jodido novio, debe dejarme pasar!-
-¡Blaine!-
Blaine se giró rápidamente para encontrarse de frente con su padre que le daba una mirada reprobatoria. Caminó hasta él rápidamente arrastrando su maleta de ruedas con cierta molestia.
-He venido a ver a mi novio y este joven no me permite entrar a verlo-dijo el muchacho a modo de explicación. Su padre asintió en comprensión.
-Lo entiendo, pero él es personal del hospital, pídele una disculpa y sígueme si quieres ver a Kurt-
Blaine lo miró con una ceja alzada y luego giró la cabeza levemente para ver al recepcionista que lo miraba temeroso. Blaine suspiró y caminó hacia él, él solo quería ver a su novio, demonios.
-Lo siento-dijo con la mandíbula apretada y mirando a un vaso vacío que yacía en la mesa.
El muchacho lo miró boquiabierto y asintió muy sonrojado. Blaine se giró hacia su padre de nuevo y caminó detrás de este siguiéndolo hacia donde supuestamente estaba el amor de su vida.
MARTES 5:15 AM.
Finn miró su obra. Inclinó la cabeza hacia un lado. Luego hacia el otro lado. Entrecerró los ojos y por último se mordió el labio.
Él definitivamente era una mierda maquillando.
Había pensado que si le ponía un poco de color a Kurt para que la imagen que recibiera a Blaine no fuera tan cruel y dura todo saldría bien, sin embargo no había tomado en cuenta que sus habilidades como maquillista eran mínimas, por no decir nulas. Así que tomó una toallita húmeda y se dedicó a desmaquillar al chico pensando en que el ridículo que había pasado al pedirle maquillaje a una mujer en la sala de espera había sido para nada.
Justo cuando se giró para deshacerse de la toalla la puerta de la habitación se abrió dejando entrar a Blaine. Finn se irguió poniéndose rápidamente frente el campo de visión de su hermano, intentando evitar lo siguiente. Blaine lo observó con el ceño fruncido y lo hizo a un lado empujándolo hacia la derecha sin mucha brusquedad. El más alto se hizo a un lado y se giró hacia la pared no queriendo ver lo que su hermano estaba viendo.
Pasaron los segundos, más y más. Luego minutos y Finn frunció el ceño al no escuchar ninguna reacción alterada o desesperada por parte del muchacho moreno. Se giró preocupado pensando en que tal vez había imaginado a Blaine entrar a la habitación, sin embargo no fue así y la imagen que vio hizo que su corazón se contrajera y sus ojos se llenaran de lágrimas.
Kurt yacía aun en la cama, eso no había cambiado en nada, seguía pálido y los tubos aun entraban en su cuerpo de manera bruta y salvaje. Sus ojos aún seguían cerrados y sus labios aun lucían resecos. Todo era lo mismo, excepto que ahora estaba Blaine. Blaine de pie junto a la camilla. Cuerpo rígido y ceño fruncido. Los puños apretados y las piernas temblorosas. El pecho agitado y los labios apretados. Los ojos parpadeando rápidamente y las fosas nasales ampliándose rápidamente.
Era Kurt inconsciente, sin posibilidades de nada, sin alternativas, sin respuestas. Y era Blaine a su lado, llorando en silencio pero desgarradoramente, mirándolo con una mezcla casi imposible de dolor, amor y desesperación.
Era Kurt allí, sin estar ahí. Y era Blaine estando allí deseando no estarlo.
MARTES 5:27 AM.
Esto no era cierto.
No era cierto y si lo era él se negaba a creerlo.
No podía simplemente aceptar que el chico que yacía en esa camilla era su chico, su Kurt.
Era tan doloroso mirarlo así, apagado, sin vida. Sin estarlo reprochando por beber mucho café o riéndose de él porque había fallado una nota mientras ensayaba. Era Kurt de una manera que él jamás quería volver a ver. Era su Kurt muriendo.
Apretó los puños aún más fuerte sintiendo sus uñas enterrándose en sus palmas, pero no le importaba. No le importaba para nada. Su cuerpo empezó a temblar terriblemente rápido, sus ojos escocían y se llevó los puños a la cara cubriendo su vista con ellos, apretando fuertemente sin importarle hacerse daño. Dio unos pasos hacia atrás y sintió las contracciones en su estómago, el dolor, la pena, el sufrimiento, todo arremolinándose en su interior golpeándolo con tanta fuerza que ahora el dolor era físico también.
Él no era estúpido, no lo era y no se tragaba la tonta historia que Finn le había contado. Él sabía que había algo más, algo mucho más grande que ellos le estaban ocultado y no sabía que era pero sabía que era peligroso, algo lo suficientemente terrible y desastroso para que ellos lo mantuvieran alejado. Y francamente no sabía si quería saber.
Apretó los puños con más fuerza sobre sus ojos y apretó los labios sintiendo las lágrimas correr incontrolables por sus mejillas.
Pensó en él, en Kurt, en todo lo que quería para ambos, el futuro juntos, una casa no muy grande pero lo suficientemente amplia para que pudieran tener un piano en la sala, él sabía que Kurt amaría eso. Tener trabajos estables, hijos, un pez, un gato o hasta una jodida ardilla pero no.
Él estaba bastante seguro de que lo que le ocultaban era algo fuerte, terminal, sin solución. Sabía que sufriría en cuanto lo supiera, que su corazón y no solo eso sino su alma y él entero se destruirían al saber lo que le ocultaban y una gran parte de sí mismo quería aplazar eso el mayor tiempo posible. No quería matar a sus esperanzas aun, esas esperanzas sobre un futuro con él.
No quería pensar en la vida sin Kurt.
No podía.
No era posible. Era injusto. Malditamente y putamente injusto.
Lanzó un grito lleno de dolor y odio que albergaba en lo más profundo de su ser. El dolor de perder a lo que más amaba. El odio hacia ese ser que controlaba todo y que había dejado que estos dos pobres estúpidos se enamoraran solo para poner un fin entre ellos. Dolor de que esto pasara. Odio de que esto pasara.
Soltó otro grito y sus puños abandonaron su cara para dirigirse a otro sitio. Golpeó una lámpara que había sobre la mesita causando que esta cayera al piso y se hiciera añicos contra él. No era suficiente, nada lo era.
Con sollozos desgarradores se movió por la habitación poniendo en muestra su frustración. Golpeó mesas, derribó estantes, pateó sillas y tiró al piso todo lo que le fue posible. Se detuvo de repente al quedar de frente a un espejo pegado a una pared. Miró al ser miserable que se encontraba allí.
Un hombre incompleto con bolsas negras bajo sus ojos hinchados y el cabello hecho un completo desastre, ropa desarreglada y sin alma aparentemente. Subió su mirada sobre su reflejo y su garganta se apretó al ver reflejada la camilla donde se encontraba su amado, sin vida y atravesado por una cantidad incontable de tubos y maquinas.
Blaine llegó a su límite.
Con los puños apretados golpeó el espejo destrozándolo completamente. Con las manos ensangrentadas se dedicó a arrancar los pedazos que quedaron pegados a la pared. Su respiración era agitada y los sollozos aun escapaban de su garganta. No quería ver lo que ese espejo reflejaba, él no quería ver eso porque eso no era lo que él quería para él y Kurt.
Continuó con lo que estaba haciendo sintiéndose cada vez más y más mareado. La puerta de la habitación se abrió y Finn entró seguido por su padre y un par de enfermeras más.
Finn se quedó de pie en la puerta, petrificado, observando el piso cubierto de objetos rotos, vidrio destrozado y sangre. Miró a Blaine, gritando y sollozando mientras su padre lo tomaba por ambos brazos y lo apartaba del espejo totalmente deshecho. Lo miró revolviéndose entre los brazos de las enfermeras que lo intentaban controlar. Miró como su padre lloraba sin ocultarlo mientras tomaba el brazo de su hijo y clavaba una aguja en él. Vio a Blaine que seguía luchando contra los agarres, girar y mirar por un par de segundos a Kurt. Vio como dejo de gritar al instante y sus ojos se oscurecieron dejándose tomar por su padre y las enfermeras, rindiéndose y poco a poco caer en un profundo sueño provocado por el medicamento. Todo esto sin apartar la mirada del castaño.
Porque Kurt era el causante de todo.
MARTES 7:55 AM.
Martin Anderson estaba arrepentido. No podía creer en lo que había metido a su hijo. Lo había hecho entrar al infierno mismo todo por intentar salvar una vida que no podía ser salvada.
Bebió de la botella y se acarició la sien mientras intentaba no ir a tirarse de la azotea del hospital. No podía dejar de pensar en su pobre hijo, su niño, su pequeño sufriendo por ver al amor de su vida escurrirse entre sus dedos, y pensar que él había ocasionado todo esto lo hacía sentirse culpable a niveles infinitos y el peor padre del mundo.
La puerta de su oficina se abrió y entonces entró Elaine Anderson, mirándolo con pena pero al mismo tiempo con enojo. Martin se encogió en su lugar. Tener que sedar y coser las heridas profundas en los brazos de su hijo le había dado la necesidad de contarle todo a su mujer quien a pesar de haberlo reprochado lo había aceptado después de un tiempo.
-No sé lo que estabas pensando cuando tuviste esta idea, Martin-dijo Elaine sentándose en la silla frente al escritorio de su esposo y apartando la botella de él.
-Pensé que salvaría a Kurt y le daría amor a Blaine…-dijo el hombre con la voz apagada. Ahora ni él mismo entendía porque había hecho esto.
-¿Presentándole a tu hijo un chico moribundo esperabas hacerlo feliz?-preguntó molesta-Porque hasta ahora no veo a nadie contento aquí.
-Lo sé, lo siento, yo… yo lo arreglaré-dijo limpiándose los ojos con el dorso de la mano. Su mujer bufó.
-¿Cómo?-preguntó molesta-Ya hiciste esto, no hay forma de remediarlo, Blaine está enamorado, locamente enamorado y él no abandonará al chico tan fácilmente, por mucho que nos duela hay que seguir con esto hasta el final-
-¿A qué te refieres?-preguntó confundido.
-Tendremos que apoyar a Blaine, apoyarlo en medio de esto, sostenerlo en el sufrimiento y estar con él cuando el chico finalmente… bueno…-dijo mirando fijamente a su esposo, esperando que él entendiera el resto, y así lo hizo-Después de eso, tendremos que ayudarlo a seguir adelante. Pero ya no será el mismo, nunca lo será de nuevo.
Martin miró a su esposa y tragó duro dándose cuenta de que era verdad. Suspiró resignado y bajo su mirada a la madera del escritorio.
-No-dijo parpadeando varias veces.
-¿No?-preguntó su mujer mirándolo con lastima.
-No-continuó-Aun puedo salvar a Kurt y salvar a Blaine-
MARTES 1:10 PM.
Blaine abrió los ojos y parpadeó jadeando por el exceso de luz. Instintivamente subió sus manos para cubrirse de la luminosidad pero se llevó una gran sorpresa al encontrarse con sus manos completamente vendadas. Frunció el ceño y continuó mirándolas con confusión.
-Golpeaste el espejo… tuvimos que coserte-
Blaine alzó la vista ante el sonido de la voz de su padre. Lo vio ahí, sentado en una silla con el semblante pálido y la mirada perdida.
-¿Cómo está Kurt?-preguntó Blaine sin si quiera interesarle como estaba él mismo.
-Él despertó hace unas horas-dijo luciendo un tanto raro.-Uhm… Él tiene algo que decirte-continuó lanzándole una mirada incomprensible a su hijo.
Blaine sonrió emocionado y se sentó en la camilla dispuesto a ir a ver a su novio ya mismo. Bajó de la camilla y caminó hacia la puerta, pero antes de salir, su padre lo detuvo.
-¿Qué…?-
-Lo siento mucho hijo-dijo arrepentido y salió de la habitación a paso apresurado dejando a Blaine con el ceño fruncido.
888
Blaine caminaba sonriente por el pasillo sosteniendo (o al menos intentando sostener) un conejito blanco muy lindo que había comprado en la tienda de obsequios. Era algo muy cursi pero había pasado frente al aparador y no había podido evitar comprarlo para dárselo a su hermoso castaño.
Entró en la habitación y su sonrisa se amplió aún más al ver a su Kurt sentado en la camilla mirándolo con una media sonrisa en el rostro. Se acercó a él y se sentó en la orilla de la cama sonriendo como idiota, sin embargo su sonrisa se desvaneció al ver los ojos rojos del castaño ¿Había estado llorando?
Se acercó más a él y lo rodeó con sus brazos. Lo abrazó fuertemente enterrando su cara en su cabello y dejando que las lágrimas corrieran por sus ojos porque había pensado que jamás podría abrazar a su novio de nuevo. Sintió a Kurt aferrarse con su poca fuerza a su espalda y besar en innumerables ocasiones su cuello.
-Kurt…-susurró agachando su cara para juntar su frente con la del chico. Miró a los ojos de Kurt y se perdió dentro de ellos así como Kurt se perdió en los de él.
-Blaine yo…-dijo el ojiazul observándolo con dolor-Tenemos que hablar…-
Blaine se separó confundido mirándolo sin entender, se sentó en la orilla de la cama de nuevo y frunció el ceño.
-¿Qué te sucedió en las manos?-preguntó Kurt bajando su mirada a las vendas del moreno. Blaine se encogió de hombros.
-No importa… ¿Qué sucede contigo?-preguntó. Kurt lo observó fijamente como siempre lo hacía y entonces habló.
-Tenemos que terminar-
Literalmente los oídos de Blaine empezaron a zumbar. Su ritmo cardiaco retumbaba contra su pecho y sus ojos se cerraron. Se puso de pie y se giró dándole la espalda a Kurt. Subió su mano derecha –la que no estaba sosteniendo al conejo de felpa- y como había hecho unas horas antes se cubrió los ojos.
Sintió su pecho convulsionar por las lágrimas que lo estaban invadiendo y tenía tantas ganas de volver a dormirse pero ahora para nunca más despertar.
Giró de nuevo y bajó su mano mirando a Kurt quien lloraba en silencio observándolo todo el tiempo. Quería acercarse a él, exigirle que no lo dejará, obligarla a quedarse con él pero no lo hizo, y en su lugar preguntó.
-¿Por qué?-
La respuesta tardó en llegar. Kurt abrió la boca un par de veces y siempre la cerraba de nuevo no sabiendo muy bien que decir. Fue en la séptima ocasión cuando apretó los puños y cerró los ojos tragando duro cuando habló finalmente.
-Yo… Yo no soy adecuado para ti-
Blaine tenía tantas ganas de reír, tirarse al piso y revolcarse en carcajadas porque dios santo, lo que Kurt estaba diciendo era tan estúpido e idiota y él y Kurt y todos lo sabían.
-Eso no es cierto-dijo con la voz quebrada-eso no es cierto y tú lo sabes, sabes lo que eres para mí y todo lo que he luchado por tenerte, como he peleado por que me aceptes y como eres lo más valioso que tengo así que no me digas pendejadas como esa ¡Dime de una puta vez porque!-estalló rompiendo en lágrimas-¡Y dime la verdad, por una vez se honesto conmigo, Kurt!-
Kurt soltó un gemido lleno de dolor y ocultó su rostro detrás de sus manos entubadas.
Blaine quería decirle que se haría daño, que se lastimaría pero por alguna retorcida razón esperaba que él sintiera un poco del dolor que él estaba sintiendo.
-Dime-exigió con la voz temblorosa por el llanto-¡DIME, KURT!-
-Porque te amo-susurró el castaño casi sin voz, bajando sus manos y mirándolo con los ojos rojos llenos de lágrimas.-Porque te amo Blaine, tanto, tanto como no tienes idea, como no he amado a nadie y... porque te amo tienes que irte, no es justo que estés aquí conmigo porque yo… sé que sabes que estoy aquí, en este jodido hospital por algo muy grave, Blaine… y no puedo mantenerte aquí porque esto no terminará bien… yo tengo fecha de expiración y no quiero que me veas así-dijo con la voz quebrada-Tú… tú tienes un gran futuro Blaine, un futuro tan sorprendente y magnifico esperando por ti, y estoy segura de que lograrás cada cosa que te has propuesto-Blaine negó con la cabeza observándolo sin dejar de llorar-Sí Blaine, te irás y ambos estaremos bien porque sabremos lo que tuvimos y estaremos bien porque recordaremos lo que vivimos juntos, y tú sonreirás y serás inmensamente feliz en Londres en la escuela del Sr. Huntington y luego te graduaras y montarás tu primera obra y todos apreciaran finalmente tu talento y tú podrás acariciar la cabeza de tus hijos y mirar a tu pareja y ser feliz, el hombre más feliz del mundo.-tragó duro con una sonrisa torcida en su rostro.-Y cuando… cuando alguien te diga que yo… que yo ya no existo más, tú no te sentirás mal porque tendrás amor y mucha gente que te apoye y la vida que siempre has soñado y ya no me necesitarás más porque estarás completo-
-Yo no quiero nada de eso si no es contigo-dijo el moreno mirándolo con dolor. Tanto dolor que lastimaba al ojiazul.
-Ahora no-dijo Kurt-pero lo tendrás y serás feliz con eso-
Blaine negó con la cabeza y apretó los puños causando que algunos puntos se reventaran.
-No me iré-dijo él casi sin voz. Kurt estaba demente si creía que él lo dejaría.
-Sí lo harás-continuó Kurt con lágrimas en su rostro.-Tienes que irte porque no puedes quedarte aquí Blaine, debes irte, tienes que dejarme y ser feliz-
-¡Pero si te dejo jamás seré feliz!-gritó él llorando-No me importa lo que sea que tengas, me quedaré contigo-
-Mierda, Blaine, ¡Tienes que irte!-gritó Kurt apretando los ojos.
-No puedo hacer eso Kurt-susurró Blaine con sus hombros temblando por el llanto.
-Pero tienes que hacerlo-dijo el castaño abriendo sus brazos para que Blaine se lanzara a ellos. Blaine no alegó, abrazó a Kurt con todas sus fuerzas dejando que las lágrimas salieran libres porque se estaba rindiendo, y se daba cuenta de que era la última vez que abrazaría a su Kurt.
Kurt lo acunó con sus brazos delgados acariciando su cabello con tanto amor que dolía. Besó su cabello en innumerables ocasiones y le susurró palabras de amor al oído.
-Serás muy feliz Blaine, tan feliz-dijo Kurt con ternura-Y en un par de años ni siquiera recordarás esto, tendrás la vida que siempre has soñado, el trabajo que siempre has querido y todo lo que has anhelado-
-Excepto a ti-dijo Blaine irguiéndose un poco y mirándolo a los ojos-no te tendré a ti-repitió con dolor.
-Pero no importará porque tendrás a alguien más-
Blaine negó con la cabeza sin creer eso y cerró los ojos tomando con sus manos heridas la cara de Kurt, lo besó con urgencia, con deseo y con pasión.
Lo besó como si fuera la última vez aunque aún se negaba a aceptar que ese sería el último beso. Y Kurt correspondió, besándolo con creces, aferrándose a su cabello y jadeando por más. Ambos derritiéndose, llorando en ese beso, dejándolo todo porque querían que el otro tuviera todo de sí mismo.
Sus labios se movían sobre los labios de otros y sus manos recorrían el cuerpo junto a ellos. Querían tener todo del otro y se sentían tristes porque jamás lo lograrían. Nunca llegarían a tener el futuro que habían planeado. Y todo por el maldito destino.
Se alejaron lentamente dejando besos castos sobre los labios del otro y permitiendo que sus manos regresaran a sus propios cuerpos.
Abrieron los ojos y Blaine suspiró dejando que más lágrimas cayeran. Kurt lo miró con la respiración temblorosa y las mejillas mojadas.
Blaine acarició la mejilla de Kurt y acomodó su flequillo detrás de su oreja de manera tierna. Le dejó un beso casto por última vez y lo miró fijamente a los ojos.
-Te amo, Kurt-dijo sin apartar sus miradas.
Kurt soltó una risita entre lágrimas pero feliz y Blaine sonrió lleno de amor.
Se puso de pie y le extendió el conejo de felpa que llevaba con él. Kurt lo tomó con las manos temblorosas y miró a Blaine con nuevas lágrimas acumulándose en sus ojos. El moreno caminó lentamente hacia la puerta y la abrió deteniéndose antes de irse.
-Y nunca dejaré de amarte-dijo con la voz temblorosa y con esto se marchó.
Kurt miró la puerta cerrada y parpadeó un par veces mordiéndose el labio. Bajó su mirada al muñeco de trapo que le había dado el moreno y lo observó fijamente. Suspiró relacionando todo momento que había pasado con Blaine con ese conejo de felpa. Lo aferró a su pecho y miró nuevamente la puerta cerrada.
-Tampoco dejaré de hacerlo Blaine-susurró a la nada con los ojos llenos de lágrimas-Nunca dejare de amarte-
888
N/A: Sooooo, aquí terminamos la primera parte, no me odien, amo el drama, pero les aseguró una buena historia. Oh, sí, el otro día noté que cumplimos un año con esta historia y que no hice absolutamente nada especial para celebrarlo así que he decidido responderle una pregunta sobre esta historia (no cosas muy secretas por favor) al primer comentario que me haga una pregunta. Así que dejen su pregunta en su comentario y yo se las respondo en privado (solo al primero... y bueno, las que me gusten)
Feliz año nuevo klainers, no sufran. Recuerden que cuando más oscuro está es cuando está a puto de amanecer.
Besos y saludos.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Estuvo hermoso, ojalá y Blaine no abandone a Kurt, en serio nunca vas a decir que enfermedad tiene Kurt, te deseo un Feliz Año Nuevo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Hola!!!!!!
¿Te gusta hacerme sufrir? ¡No! No respondas que esa no es mi pregunta...
Me haces llorar, mi médico me va a prohibir leerte y no quiero porque quiero saber el final...
¿Mi bebé (Blaine) va a tener su final feliz? (eso no significa que acabe con Kurt, simplemente quiero saber si él va a tener final feliz...
Esperaré la segunda parte...
Besos
¿Te gusta hacerme sufrir? ¡No! No respondas que esa no es mi pregunta...
Me haces llorar, mi médico me va a prohibir leerte y no quiero porque quiero saber el final...
¿Mi bebé (Blaine) va a tener su final feliz? (eso no significa que acabe con Kurt, simplemente quiero saber si él va a tener final feliz...
Esperaré la segunda parte...
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me encanto mucho los dos grandiosos capítulos perdón por no comentar el anterior ojalá kurt si se pueda recuperar y tenga un final feliz con blaine esperare muyyyyy ansioso el siguiente capitulo me encanto mucho la primera parte de esta grandiosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
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