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Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
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Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Tu realmente sabes como hacerme sufrir,
esa despedida fue realmente triste y a la vez tan awww
Ahora mismo no se que mas decir...
Así que solo dire que amo tu historia.
Ojala pronto puedas publicar la segunda parte.
Ya quiero saber que pasa y eso.
Un beso, un abrazo y te deseo un (muy atrasado) Feliz Año...
Que este año sea mejor que los otros, bye.
esa despedida fue realmente triste y a la vez tan awww
Ahora mismo no se que mas decir...
Así que solo dire que amo tu historia.
Ojala pronto puedas publicar la segunda parte.
Ya quiero saber que pasa y eso.
Un beso, un abrazo y te deseo un (muy atrasado) Feliz Año...
Que este año sea mejor que los otros, bye.
XoXo
PhantomOfGlee* - Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 08/04/2014
Edad : 28
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Gabriela Cruz escribió:Estuvo hermoso, ojalá y Blaine no abandone a Kurt, en serio nunca vas a decir que enfermedad tiene Kurt, te deseo un Feliz Año Nuevo.
Gracias por leer. Sí diré que enfermedad tiene Kurt, aunque irán saliendo algunas cosas que lo dejaran bastante en claro antes de que lo diga. Saludos
Darrinia escribió:Hola!!!!!!
¿Te gusta hacerme sufrir? ¡No! No respondas que esa no es mi pregunta...
Me haces llorar, mi médico me va a prohibir leerte y no quiero porque quiero saber el final...
¿Mi bebé (Blaine) va a tener su final feliz? (eso no significa que acabe con Kurt, simplemente quiero saber si él va a tener final feliz...
Esperaré la segunda parte...
Besos
Hey, tú sabes que sufro al ver Klainers llorar, así que no disfruto eso. Dile a tu médico que no puedes dejar esto porque se pondrá bueno XD- Ya te contesté tu pregunta y espero quee hayas quedado satisfecha, acá está la segunda parte
gleeclast escribió:Me encanto mucho los dos grandiosos capítulos perdón por no comentar el anterior ojalá kurt si se pueda recuperar y tenga un final feliz con blaine esperare muyyyyy ansioso el siguiente capitulo me encanto mucho la primera parte de esta grandiosa historia
Gracias por leer, no te preocupes por no comentar . Ya veremos que pasa con Kurt y ya veremos que pasa con Blaine. Acá está la nueva temporada
PhantomOfGlee escribió:Tu realmente sabes como hacerme sufrir,
esa despedida fue realmente triste y a la vez tan awww
Ahora mismo no se que mas decir...
Así que solo dire que amo tu historia.
Ojala pronto puedas publicar la segunda parte.
Ya quiero saber que pasa y eso.
Un beso, un abrazo y te deseo un (muy atrasado) Feliz Año...
Que este año sea mejor que los otros, bye.XoXo
hehehehe XD perdón por hacerlos sufrir pero me encanta el drama, perdón. Gracias por leer la historia y gracias tambien por amarla, acá está la nueva temporada que espero que ames también. Besos y abrazos que este sea tu año
En unos minutos subo el nuevo capítulo.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Un millón de estrellas en el cielo. NUEVA TEMPORADA!!!!
N/A:HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA hermosos klainers. Iba a actualizar el domingo pasado pero quise darles una semana de angustia para que asimilaran lo que viene. ¿Alguien vió glee? ¿Tragaron cloro también? No sé ustedes, pero me encantó la nueva temporada (excepto por el oso yogui) porque glee finalmente retomó lo que había hecho en la primera temporada. Asi que si aun no han visto glee, deberían verlo porque en verdad es bastante espectacular . Sin más, arrancamos con la segunda temporada (ahhhh). Disfruten.
Capítulo 29.- Aguamarina.
-¿Y sólo te fuiste?-inquirió la anciana mujer sentada al lado del moreno.
-Así es-respondió este con los hombros caídos y la mirada sumida en tristeza. La mujer negó con la cabeza de manera decepcionada mientras que con manos temblorosas abría su bolso en busca de algo. El altavoz del aeropuerto anunció el abordaje del vuelo 210 al tiempo que varias personas se encaminaban hacia el andén correspondiente. Blaine apretó con fuerza el pañuelo de papel que tenía entre sus manos y se llevó a la cara cerrando los ojos al sentir una nueva lágrima correr por su mejilla. Aun no podía asimilar el haber dejado atrás a su Kurt, al amor de su vida. Había prometido amarlo incondicionalmente y ahora aquí estaba él, sentado en el aeropuerto esperando a que su vuelo directo a Londres saliera. Aunque no era exactamente su culpa tampoco, Kurt se lo había rogado, le había exigido que lo dejara alegando que Blaine merecía un gran futuro lejos de él, lejos de su enfermedad, fuera lo que sea que Kurt tuviera, aunque Blaine ya tenía ciertas suposiciones sobre lo que su chico sufría.
Ni siquiera tenía fuerzas para empezar a pensar en eso, nunca las tendría, ¿Qué persona en su sano juicio sería capaz de aceptar que la persona que más amaba en el mundo iba a morir? Porque sabía que Kurt lo haría, sabía que Kurt iba a morir, él se lo había dicho, le había pedido que lo olvidara que encontrara a alguien más y que no sufriera cuando alguien le dijera que él se había ido de este mundo.
Blaine apretó los ojos haciendo una mueca de dolor. No podía vivir en un mundo sin Kurt, no podía simplemente existir sabiendo que Kurt ya no estaba más. Sintió un dolor fuerte y real en su garganta y sabía lo que significaba, lágrimas. Más aún. Quería llorar, quería gritar, quería arrojarse al piso y patalear hasta cansarse y por más infantil que esto sonara eso era lo que él deseaba. ¡Por dios santo! Estaba dejándolo atrás, estaba cumpliendo lo que Kurt quería, lo iba a olvidar, iba a encontrar a alguien más, iba a desaparecer de la vida de Kurt y Kurt iba a desaparecer de su vida.
Blaine dejó caer su cabeza entre sus manos y su cuerpo se inclinó hacia adelante en la silla dejando salir todas las lágrimas que había logrado contener en el taxi. Sollozos desgarradores salieron de su garganta y tuvo que tapar su boca con las manos, apretándola fuertemente, deseando poder atragantarse con su voz y dejar de respirar para siempre. Estaba perdiéndolo todo, estaba dejando todo lo que amaba atrás, estaba caminando hacia un futuro del que ya no estaba tan convencido, estaba abandonando su corazón en este lugar, porque de algo estaba seguro y era que si abordaba ese avión y llegaba a Londres, sería una persona completamente vacía, patética sin alma y sin corazón.
Sería un fantasma de lo que él había sido.
-Oye, lindo-le habló la anciana tocándole el hombro suavemente. Blaine alzó la cabeza y entonces descubrió a la mitad del aeropuerto mirándole intrigado. Sacudió la cabeza exhausto, ya ni siquiera le importaba. Se secó la cara sin cuidado y miró lo que la anciana había estado buscando en su bolso y que ahora le extendía con una sonrisa triste.
-¿Qué es esto?-preguntó sin tomarlo y con la voz dura llena de dolor. La anciana amplió su sonrisa.
-Es un collar para el dolor-confesó mirándolo de lado. Blaine observó el collar que le mostraba la mayor con ojo crítico. Era una cadena de plata delgada y algo larga, algo que llamó la atención del chico era que no parecía exactamente un collar femenino, era más bien para quien quisiera usarlo, quien necesitara usarlo ya sea chica o chico. Al final de la cadena colgaba con sutileza una pequeña piedra color azul verdoso no tan brillante y no tan opaco y de alguna manera, bastante parecida al color de ojos de Kurt. Suspiró sin entender lo que quería la anciana.
-Es hermoso, pero no comprendo-dijo negando con la cabeza y mirándola confundido. La anciana lo extendió más hacia él y sonrió.
-Es para ti.-dijo entregándoselo. Blaine abrió los ojos como plato e instintivamente alejó la mano de la señora.
-No, yo.. yo no puedo aceptar eso, es suyo y debe significar mucho para usted yo…-
-Me lo dio mi esposo hace 30 años-dijo la mayor encogiéndose de hombros. Blaine abrió los ojos como plato.-Él enfermó gravemente en aquel entonces y los doctores dijeron que no sobreviviría. Él fue mi primer amor, lo había conocido cuando apenas era una niña no mayor de quince años… él tenía 22 cuando lo conocí y el mundo creía que estábamos locos por enamorarnos, mis padres no estaban de acuerdo con nuestra relación y tampoco lo estaban sus padres. Pero no nos importó, me escapé con él y nos casamos en una pequeña capilla dos años después. Él era mi príncipe ¿Sabes? Atento, romántico… perfecto. Trabajó arduamente día tras día para poder comprar una casa para los dos.. bueno, los tres, yo estaba embarazada. Tuvimos una pequeña niña que era el amor de nuestras vidas… los años pasaron y la vida no pudo ser mejor, todo era perfecto parecía un cuento de hadas… pero los cuentos de hadas tienen finales y el nuestro llegó cuando él tenía 51… enfermó de cáncer y los médicos no pudieron hacer nada, la tecnología no era tan buena en aquel tiempo así que lo único que pudieron hacer entonces fue ofrecerle semanas de vida… estaba devastada, justo como tú lo estas. Estaba perdiendo al amor de mi vida, al ser que le había dado significado a mis días, a aquella persona que era la única para mí… y no podía hacer absolutamente nada para detener su partida. Pase sus últimos días con él, aprovechando cada segundo a su lado, hasta que llegó la noche final. Él nos sonrió a mí y a mi hija y a mi nieto nos dijo que nos amaba y que podríamos superarlo en algún momento… justo como tú chico te dijo a ti… pero yo sabía que no sería así… mi hija estaba perdiendo a su padre y mi nieto estaba perdiendo a su abuelo pero yo… Yo estaba perdiendo mi todo, una parte de mí, me estaba perdiendo yo misma, y él lo notó. Así que me dio esto, este collar, él siempre había sido un gran fanático de las gemas, le encantaban todas pero su favorita era el aguamarina-dijo señalando la pequeña piedra al final del collar-Es una piedra que aporta valentía, decisión y ánimo. Otorga confianza en uno mismo. Bienestar y felicidad. Claridad mental para pensar sensatamente y resolver los problemas. Te ayuda a enfrentar el dolor, ese dolor tan grande que tienes justo ahora y que estás seguro de que puede tragarse tu mundo entero, te ayuda a salir adelante, a superar todo y a triunfar ante los baches en el camino… es por eso que tú lo necesitas ahora-dijo tomando la mano de Blaine y dejándolo en su palma abierta-Es tuyo ahora porque lo sé, él me lo está diciendo, me lo dijo una vez, que ese collar sería mío por siempre si así lo quería o bien podría dárselo a alguien que lo necesitara cuando yo ya no lo necesitara más-
-Pero… pero, ¿Usted ya no lo necesita? Es suyo, debe tenerlo y dárselo a su hija o a sus nietos…-dijo Blaine intentando devolverle el collar pero la mujer negó sonriendo mientras se ponía de pie.
-Mi hija es la mejor actriz del mundo justo ahora y todos mis nietos están casados y felices, justo ahora voy a mi fiesta sorpresa en Francia y yo misma no podría ser más feliz… yo ya no lo necesito y nunca más lo necesitaré pero, justo ahora, tú lo necesitas-dijo tomando su bolso y sonriéndole-Y puede ser tuyo para siempre o puedes dárselo a alguien cuando lo necesite… buena suerte con tu vida chico, te lo mereces-y con esto caminó hacia la multitud de personas donde desapareció de la vista de Blaine.
El moreno miró el collar fijamente y pensó en todo lo que la mujer le había dicho. “Te ayuda a enfrentar el dolor” él quería eso, quería salir de ese agujero negro que lo estaba absorbiendo poco a poco y quería volver a ser feliz. “Te ayuda a salir adelante y superar todo” Blaine suspiró aceptando que tendría que hacer eso, salir adelante y olvidarse de lo que había tenido, superar el dolor, superar el pasado, superar a Kurt. “Y a triunfar ante los baches en el camino” Eso lo sabía, él lo lograría, él podría ser una nueva persona y tener todo lo que había deseado una vez, tal vez Kurt tenía razón y él encontraría a alguien más y entonces tendría la felicidad con ese alguien.
Blaine escuchó el anuncio de su vuelo para abordarlo. Se puso de pie suspirando y miró el collar en su mano una vez más. Con una pequeña lágrima bajando por su mejilla lo anudó alrededor de su cuello deseando más que nada que ese collar le diera la fuerza que necesitaba para tal vez algún día volver a ver a Kurt y tener su final feliz con él. El final que se merecían.
MARTES 1:50 PM.
El doctor Martin entró en la habitación de Kurt después de ver a su hijo salir apresurado de ella. Se sentía culpable por ver a Blaine tan destrozado pero era lo mejor para él, Blaine merecía salir a salvo de todo esto sin ser arrastrado por la enfermedad de Kurt. Y eso era otro punto de culpabilidad para él ya que quería al castaño, la quería como si fuera su propio hijo y le partía el alma verlo así, sentado en la camilla con la mirada perdida en la pared de enfrente, el semblante pálido y los ojos rojos llenos de dolor. Frunció el ceño al ver lo que el muchacho tenía entre sus manos, apretaba fuertemente un conejo de felpa y lo pegaba a su pecho instintivamente. Kurt alzó la mirada en cuando escuchó la puerta abrirse y entonces su mirada se convirtió en una de puro odio.
-Hola Kurt-lo saludó el doctor Martin con la voz rota por la mirada que el chico le dirigía-…Sabes que eso fue lo mejor.-
-Váyase a la mierda-dijo el chico mirándolo con furia e inclinándose en la camilla hasta que las agujas en sus venas empezaron a sangrar-¡Yo lo amo! ¡Amo a Blaine! Y todo es su puta culpa Sr. Anderson-gritó tomando una lámpara de la cómoda sin importarle que uno de los tubos se desatara de su brazo desgarrándolo dolorosamente y lanzándosela al doctor quien la esquivó por poco.
-Yo lo siento mucho Kurt, pero sabes que es lo mejor, tú sabes que él no merecía quedarse aquí y verte morir, porque tú sabes que eso te pasara-dijo caminando hacia él y parándose junto a la camilla-sabes que morirás y si él se hubiera quedado hubiera muerto contigo-
La bofetada que Kurt le dio al doctor hizo eco en todo el cuarto vacío. El doctor Martin mantuvo su cara mirando hacia al piso al mismo tiempo que escuchaba a Kurt empezar a sollozar terriblemente.
-¡TODO ESTO ES SU CULPA! ¡USTED LE DIJO SOBRE MÍ, LE DIJO QUE ME LLEVARÁ FLORES, LE DIJO QUE ME INVITARÁ A SALIR Y PERMITIÓ QUE SE ENAMORARÁ DE MÍ Y YO ME ENAMORARÁ DE ÉL!-Gritó Kurt con la voz tan aguda y rota que más bien sonaba como el llanto agonizante de alguien-¡NOS DEJÓ ENAMORARNOS, COÑO!-gritó cerrando los ojos llorando amargamente. Lo había perdido todo por culpa del padre de Blaine, él había planeado todo esto creyendo idiotamente que podría salvarlo pero en realidad solo había logrado arruinar completamente su vida. Su pecho se empezó a agitar y entonces tosió en sus manos. Abrió los ojos y miró sus dedos llenos de sangre y algunos coágulos rojos. Soltó un gemido de dolor y negó con la cabeza sintiéndose frustrado.- Y entonces viene a mi habitación esta mañana diciéndome que debo dejarlo y que él no merece estar conmigo y confesándome todo lo que ha hecho usted, puto bastardo-susurró con la voz quebrada por las lágrimas-Y.. y… y si u..usted cree que algún día lo v..voy a perdón..nar está muy equivocado porque… porque lo odio más que a nada señor Anderson.-
El doctor Martin lo miró por unos segundos sintiendo que por segunda vez cometía un gran error pero ahora al obligar a Kurt a separarse de Blaine. Se sintió una gran basura y no fue capaz de siquiera contestarle al menor. Miró a Kurt y suspiró con tristeza, el castaño temblaba levemente y notaba que le costaba trabajo respirar, tenía la boca manchada de sangre al igual que unos cuantos hilos rojos bajando por sus fosas nasales, sus manos manchadas del líquido escarlata y el pitido de su ritmo cardiaco cada vez más lento. Kurt no lo lograría.
-Llamaré a una enfermera-dijo con la voz bajita saliendo de la habitación. Kurt se acostó agotado en la camilla. Sabía que de nuevo estaba teniendo un maldito sangrado y sabía que eso no era nada bueno. Estaba molesto, estaba triste y estaba desesperado. Quería de alguna forma poder salir de esa habitación y correr al aeropuerto detrás de Blaine y obligarlo a quedarse con él, decirle que no había sido su intención decirle todas las cosas que le había dicho anteriormente y sobre todo rogarle porque lo amara hasta que él muriera. Sabía que era egoísta por su parte y también sabía que el Doctor Martin… no, el Señor Anderson tenía razón. Blaine merecía ser feliz con alguien más, pero él quería a Blaine con él hasta el final y si eso lo convertía en un ser malvado egoísta y terrible entonces lo aceptaba y moriría siendo eso, pero simplemente lo necesitaba con él y si ya no lo tenía entonces ya nada le importaba. Nada. Sólo él. Sólo Blaine.
-Kurt, una enfermera vendrá acá en unos minutos-dijo Rachel entrando en la habitación. Lo miró con la boca abierta y los ojos como plato- ¡¿Qué te pasó?!-gritó corriendo hacia él y arrojándose casi sobre la camilla, acarició el rostro de Kurt con las manos temblorosas y sollozos rotos saliendo por su garganta-¡¡¿QUÉ MIERDA ES LO QUE TIENES, KURT?!!-Gritó desesperada con lágrimas bajando por sus mejillas. Kurt la miró fijamente y parpadeó con lágrimas en los ojos. Ya nada le importaba. No sin Blaine. Ya no.
-Tengo que confesarte algo, Rachel-
N/A: Del uno al diez ¿Cuánto me va a doler que me maten? En serio, en serio me duele escribir a Klaine separado pero HEY! ¿Qué es una historia sin un poquito -demasiado- de drama? Subo capítulo nuevo el siguiente domingo. Que tengan una muy linda semana y no mueran con el siguiente episodio de glee. BESOS
TEMPORADA 2
Capítulo 29.- Aguamarina.
***
-¿Y sólo te fuiste?-inquirió la anciana mujer sentada al lado del moreno.
-Así es-respondió este con los hombros caídos y la mirada sumida en tristeza. La mujer negó con la cabeza de manera decepcionada mientras que con manos temblorosas abría su bolso en busca de algo. El altavoz del aeropuerto anunció el abordaje del vuelo 210 al tiempo que varias personas se encaminaban hacia el andén correspondiente. Blaine apretó con fuerza el pañuelo de papel que tenía entre sus manos y se llevó a la cara cerrando los ojos al sentir una nueva lágrima correr por su mejilla. Aun no podía asimilar el haber dejado atrás a su Kurt, al amor de su vida. Había prometido amarlo incondicionalmente y ahora aquí estaba él, sentado en el aeropuerto esperando a que su vuelo directo a Londres saliera. Aunque no era exactamente su culpa tampoco, Kurt se lo había rogado, le había exigido que lo dejara alegando que Blaine merecía un gran futuro lejos de él, lejos de su enfermedad, fuera lo que sea que Kurt tuviera, aunque Blaine ya tenía ciertas suposiciones sobre lo que su chico sufría.
Ni siquiera tenía fuerzas para empezar a pensar en eso, nunca las tendría, ¿Qué persona en su sano juicio sería capaz de aceptar que la persona que más amaba en el mundo iba a morir? Porque sabía que Kurt lo haría, sabía que Kurt iba a morir, él se lo había dicho, le había pedido que lo olvidara que encontrara a alguien más y que no sufriera cuando alguien le dijera que él se había ido de este mundo.
Blaine apretó los ojos haciendo una mueca de dolor. No podía vivir en un mundo sin Kurt, no podía simplemente existir sabiendo que Kurt ya no estaba más. Sintió un dolor fuerte y real en su garganta y sabía lo que significaba, lágrimas. Más aún. Quería llorar, quería gritar, quería arrojarse al piso y patalear hasta cansarse y por más infantil que esto sonara eso era lo que él deseaba. ¡Por dios santo! Estaba dejándolo atrás, estaba cumpliendo lo que Kurt quería, lo iba a olvidar, iba a encontrar a alguien más, iba a desaparecer de la vida de Kurt y Kurt iba a desaparecer de su vida.
Blaine dejó caer su cabeza entre sus manos y su cuerpo se inclinó hacia adelante en la silla dejando salir todas las lágrimas que había logrado contener en el taxi. Sollozos desgarradores salieron de su garganta y tuvo que tapar su boca con las manos, apretándola fuertemente, deseando poder atragantarse con su voz y dejar de respirar para siempre. Estaba perdiéndolo todo, estaba dejando todo lo que amaba atrás, estaba caminando hacia un futuro del que ya no estaba tan convencido, estaba abandonando su corazón en este lugar, porque de algo estaba seguro y era que si abordaba ese avión y llegaba a Londres, sería una persona completamente vacía, patética sin alma y sin corazón.
Sería un fantasma de lo que él había sido.
-Oye, lindo-le habló la anciana tocándole el hombro suavemente. Blaine alzó la cabeza y entonces descubrió a la mitad del aeropuerto mirándole intrigado. Sacudió la cabeza exhausto, ya ni siquiera le importaba. Se secó la cara sin cuidado y miró lo que la anciana había estado buscando en su bolso y que ahora le extendía con una sonrisa triste.
-¿Qué es esto?-preguntó sin tomarlo y con la voz dura llena de dolor. La anciana amplió su sonrisa.
-Es un collar para el dolor-confesó mirándolo de lado. Blaine observó el collar que le mostraba la mayor con ojo crítico. Era una cadena de plata delgada y algo larga, algo que llamó la atención del chico era que no parecía exactamente un collar femenino, era más bien para quien quisiera usarlo, quien necesitara usarlo ya sea chica o chico. Al final de la cadena colgaba con sutileza una pequeña piedra color azul verdoso no tan brillante y no tan opaco y de alguna manera, bastante parecida al color de ojos de Kurt. Suspiró sin entender lo que quería la anciana.
-Es hermoso, pero no comprendo-dijo negando con la cabeza y mirándola confundido. La anciana lo extendió más hacia él y sonrió.
-Es para ti.-dijo entregándoselo. Blaine abrió los ojos como plato e instintivamente alejó la mano de la señora.
-No, yo.. yo no puedo aceptar eso, es suyo y debe significar mucho para usted yo…-
-Me lo dio mi esposo hace 30 años-dijo la mayor encogiéndose de hombros. Blaine abrió los ojos como plato.-Él enfermó gravemente en aquel entonces y los doctores dijeron que no sobreviviría. Él fue mi primer amor, lo había conocido cuando apenas era una niña no mayor de quince años… él tenía 22 cuando lo conocí y el mundo creía que estábamos locos por enamorarnos, mis padres no estaban de acuerdo con nuestra relación y tampoco lo estaban sus padres. Pero no nos importó, me escapé con él y nos casamos en una pequeña capilla dos años después. Él era mi príncipe ¿Sabes? Atento, romántico… perfecto. Trabajó arduamente día tras día para poder comprar una casa para los dos.. bueno, los tres, yo estaba embarazada. Tuvimos una pequeña niña que era el amor de nuestras vidas… los años pasaron y la vida no pudo ser mejor, todo era perfecto parecía un cuento de hadas… pero los cuentos de hadas tienen finales y el nuestro llegó cuando él tenía 51… enfermó de cáncer y los médicos no pudieron hacer nada, la tecnología no era tan buena en aquel tiempo así que lo único que pudieron hacer entonces fue ofrecerle semanas de vida… estaba devastada, justo como tú lo estas. Estaba perdiendo al amor de mi vida, al ser que le había dado significado a mis días, a aquella persona que era la única para mí… y no podía hacer absolutamente nada para detener su partida. Pase sus últimos días con él, aprovechando cada segundo a su lado, hasta que llegó la noche final. Él nos sonrió a mí y a mi hija y a mi nieto nos dijo que nos amaba y que podríamos superarlo en algún momento… justo como tú chico te dijo a ti… pero yo sabía que no sería así… mi hija estaba perdiendo a su padre y mi nieto estaba perdiendo a su abuelo pero yo… Yo estaba perdiendo mi todo, una parte de mí, me estaba perdiendo yo misma, y él lo notó. Así que me dio esto, este collar, él siempre había sido un gran fanático de las gemas, le encantaban todas pero su favorita era el aguamarina-dijo señalando la pequeña piedra al final del collar-Es una piedra que aporta valentía, decisión y ánimo. Otorga confianza en uno mismo. Bienestar y felicidad. Claridad mental para pensar sensatamente y resolver los problemas. Te ayuda a enfrentar el dolor, ese dolor tan grande que tienes justo ahora y que estás seguro de que puede tragarse tu mundo entero, te ayuda a salir adelante, a superar todo y a triunfar ante los baches en el camino… es por eso que tú lo necesitas ahora-dijo tomando la mano de Blaine y dejándolo en su palma abierta-Es tuyo ahora porque lo sé, él me lo está diciendo, me lo dijo una vez, que ese collar sería mío por siempre si así lo quería o bien podría dárselo a alguien que lo necesitara cuando yo ya no lo necesitara más-
-Pero… pero, ¿Usted ya no lo necesita? Es suyo, debe tenerlo y dárselo a su hija o a sus nietos…-dijo Blaine intentando devolverle el collar pero la mujer negó sonriendo mientras se ponía de pie.
-Mi hija es la mejor actriz del mundo justo ahora y todos mis nietos están casados y felices, justo ahora voy a mi fiesta sorpresa en Francia y yo misma no podría ser más feliz… yo ya no lo necesito y nunca más lo necesitaré pero, justo ahora, tú lo necesitas-dijo tomando su bolso y sonriéndole-Y puede ser tuyo para siempre o puedes dárselo a alguien cuando lo necesite… buena suerte con tu vida chico, te lo mereces-y con esto caminó hacia la multitud de personas donde desapareció de la vista de Blaine.
El moreno miró el collar fijamente y pensó en todo lo que la mujer le había dicho. “Te ayuda a enfrentar el dolor” él quería eso, quería salir de ese agujero negro que lo estaba absorbiendo poco a poco y quería volver a ser feliz. “Te ayuda a salir adelante y superar todo” Blaine suspiró aceptando que tendría que hacer eso, salir adelante y olvidarse de lo que había tenido, superar el dolor, superar el pasado, superar a Kurt. “Y a triunfar ante los baches en el camino” Eso lo sabía, él lo lograría, él podría ser una nueva persona y tener todo lo que había deseado una vez, tal vez Kurt tenía razón y él encontraría a alguien más y entonces tendría la felicidad con ese alguien.
Blaine escuchó el anuncio de su vuelo para abordarlo. Se puso de pie suspirando y miró el collar en su mano una vez más. Con una pequeña lágrima bajando por su mejilla lo anudó alrededor de su cuello deseando más que nada que ese collar le diera la fuerza que necesitaba para tal vez algún día volver a ver a Kurt y tener su final feliz con él. El final que se merecían.
MARTES 1:50 PM.
El doctor Martin entró en la habitación de Kurt después de ver a su hijo salir apresurado de ella. Se sentía culpable por ver a Blaine tan destrozado pero era lo mejor para él, Blaine merecía salir a salvo de todo esto sin ser arrastrado por la enfermedad de Kurt. Y eso era otro punto de culpabilidad para él ya que quería al castaño, la quería como si fuera su propio hijo y le partía el alma verlo así, sentado en la camilla con la mirada perdida en la pared de enfrente, el semblante pálido y los ojos rojos llenos de dolor. Frunció el ceño al ver lo que el muchacho tenía entre sus manos, apretaba fuertemente un conejo de felpa y lo pegaba a su pecho instintivamente. Kurt alzó la mirada en cuando escuchó la puerta abrirse y entonces su mirada se convirtió en una de puro odio.
-Hola Kurt-lo saludó el doctor Martin con la voz rota por la mirada que el chico le dirigía-…Sabes que eso fue lo mejor.-
-Váyase a la mierda-dijo el chico mirándolo con furia e inclinándose en la camilla hasta que las agujas en sus venas empezaron a sangrar-¡Yo lo amo! ¡Amo a Blaine! Y todo es su puta culpa Sr. Anderson-gritó tomando una lámpara de la cómoda sin importarle que uno de los tubos se desatara de su brazo desgarrándolo dolorosamente y lanzándosela al doctor quien la esquivó por poco.
-Yo lo siento mucho Kurt, pero sabes que es lo mejor, tú sabes que él no merecía quedarse aquí y verte morir, porque tú sabes que eso te pasara-dijo caminando hacia él y parándose junto a la camilla-sabes que morirás y si él se hubiera quedado hubiera muerto contigo-
La bofetada que Kurt le dio al doctor hizo eco en todo el cuarto vacío. El doctor Martin mantuvo su cara mirando hacia al piso al mismo tiempo que escuchaba a Kurt empezar a sollozar terriblemente.
-¡TODO ESTO ES SU CULPA! ¡USTED LE DIJO SOBRE MÍ, LE DIJO QUE ME LLEVARÁ FLORES, LE DIJO QUE ME INVITARÁ A SALIR Y PERMITIÓ QUE SE ENAMORARÁ DE MÍ Y YO ME ENAMORARÁ DE ÉL!-Gritó Kurt con la voz tan aguda y rota que más bien sonaba como el llanto agonizante de alguien-¡NOS DEJÓ ENAMORARNOS, COÑO!-gritó cerrando los ojos llorando amargamente. Lo había perdido todo por culpa del padre de Blaine, él había planeado todo esto creyendo idiotamente que podría salvarlo pero en realidad solo había logrado arruinar completamente su vida. Su pecho se empezó a agitar y entonces tosió en sus manos. Abrió los ojos y miró sus dedos llenos de sangre y algunos coágulos rojos. Soltó un gemido de dolor y negó con la cabeza sintiéndose frustrado.- Y entonces viene a mi habitación esta mañana diciéndome que debo dejarlo y que él no merece estar conmigo y confesándome todo lo que ha hecho usted, puto bastardo-susurró con la voz quebrada por las lágrimas-Y.. y… y si u..usted cree que algún día lo v..voy a perdón..nar está muy equivocado porque… porque lo odio más que a nada señor Anderson.-
El doctor Martin lo miró por unos segundos sintiendo que por segunda vez cometía un gran error pero ahora al obligar a Kurt a separarse de Blaine. Se sintió una gran basura y no fue capaz de siquiera contestarle al menor. Miró a Kurt y suspiró con tristeza, el castaño temblaba levemente y notaba que le costaba trabajo respirar, tenía la boca manchada de sangre al igual que unos cuantos hilos rojos bajando por sus fosas nasales, sus manos manchadas del líquido escarlata y el pitido de su ritmo cardiaco cada vez más lento. Kurt no lo lograría.
-Llamaré a una enfermera-dijo con la voz bajita saliendo de la habitación. Kurt se acostó agotado en la camilla. Sabía que de nuevo estaba teniendo un maldito sangrado y sabía que eso no era nada bueno. Estaba molesto, estaba triste y estaba desesperado. Quería de alguna forma poder salir de esa habitación y correr al aeropuerto detrás de Blaine y obligarlo a quedarse con él, decirle que no había sido su intención decirle todas las cosas que le había dicho anteriormente y sobre todo rogarle porque lo amara hasta que él muriera. Sabía que era egoísta por su parte y también sabía que el Doctor Martin… no, el Señor Anderson tenía razón. Blaine merecía ser feliz con alguien más, pero él quería a Blaine con él hasta el final y si eso lo convertía en un ser malvado egoísta y terrible entonces lo aceptaba y moriría siendo eso, pero simplemente lo necesitaba con él y si ya no lo tenía entonces ya nada le importaba. Nada. Sólo él. Sólo Blaine.
-Kurt, una enfermera vendrá acá en unos minutos-dijo Rachel entrando en la habitación. Lo miró con la boca abierta y los ojos como plato- ¡¿Qué te pasó?!-gritó corriendo hacia él y arrojándose casi sobre la camilla, acarició el rostro de Kurt con las manos temblorosas y sollozos rotos saliendo por su garganta-¡¡¿QUÉ MIERDA ES LO QUE TIENES, KURT?!!-Gritó desesperada con lágrimas bajando por sus mejillas. Kurt la miró fijamente y parpadeó con lágrimas en los ojos. Ya nada le importaba. No sin Blaine. Ya no.
-Tengo que confesarte algo, Rachel-
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N/A: Del uno al diez ¿Cuánto me va a doler que me maten? En serio, en serio me duele escribir a Klaine separado pero HEY! ¿Qué es una historia sin un poquito -demasiado- de drama? Subo capítulo nuevo el siguiente domingo. Que tengan una muy linda semana y no mueran con el siguiente episodio de glee. BESOS
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Entre lo que te acabo de contar en privado y lo que acabo de leer... Sólo puedo comentar lo siguiente...
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho el capitulo aunque este muyyyy triste ojalá kurt se pueda recuperar y sea feliz con blaine a mi no me gusto mucho glee sencillamente ryan murphy esta haciendo que odie a blaine muyyyyy fácilmente pero bueno esto no tiene que ver con esta historia esperare muyyyyy ansioso el siguiente capitulo me gusta mucho esta genial historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Por favor reúne a klaine de nuevo, no lo separes tu también.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Wow! Espera un momento!! Tengo que procesar todo!! Hahahaha!! Kurt se muere!! Y Blaine se va!! Hahahaha! La verdad quiero que estén unidos!! Lamento no haber contestado antes!! Y espero que actualices pronto!!
Abiss Pimen** - Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Chicos, siento muchísimo la tardanza, el nuevo capítulo está en proceso (dejé de escribir porque tuve una semana salvaje votando por klaine) como sea, en serio, en serio lo siento, subo el capítulo el viernes en la noche después del estreno de glee (adjskalalala, el elevador akdkalal). Los amo, gracias por la espera.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Un millón de estrellas en el cielo Nuevo capítulo ¡ALELUYAAA!
N/A:Bueno. Hola . Tuve que haber actualizado ayer después del capítulo de glee pero no pude ya que morí por culpa del beso Klaine. Fue tan jodidamente hermoso, coño, lo amé. Pero como sea, acá está el nuevo capítulo y ahora sí ya me voy a poner al corriente con ustedes, actualizaré cada domingo sin falta . Y bueno, saqué cuentas y por como llevo la historia en mi cabeza aun nos quedan bastantes capítulos (10 o 15 tal vez) asdfghjk no sé, es que quiero detallar todo pero los aburriré así que intentaré hacer entretenidos todos los capítulos... aunque ya todo lo que viene es puro drama, amor fuerte y dolor, así que espero que les guste. Sin más, acá dejo el nuevo capítulo.
Capítulo 30-Errores.
SÁBADO 09:36 PM.
Blaine miraba fijamente la maravillosa vista desde su ventana. Un árbol frondoso, alto, con grandes ramas gruesas repletas de hojas que cubrían toda la ventana. Esa era su vista.
Suspiró fuertemente justo como había hecho una y otra vez, constantemente desde aquel día en que había iniciado su internado en Londres, ya tres meses atrás y cansado se retiró de la ventana caminando hacia el piano que estaba en la habitación. Se sentó en el banquillo y posicionó sus dedos sobre el acorde La.
-¿Seguirás intentando eso?-preguntó su compañero de habitación, Georg DeVan. Era alto, pálido y tenía los ojos azules. Su cabello era castaño y era condenadamente parecido a Ku... bueno, a él.
Blaine se había impuesto un par de reglas primordiales para sobrevivir a su nueva vida en Londres, alejado de todo lo que conocía y una de esas reglas -la más importante en realidad- era no hablar sobre Kur... bueno, sobre él. Ya era jodidamente doloroso estar alejado de él y el recordarlo contantemente no ayudaba en nada, había pasado su primer mes en Londres fuera de su cabeza, inmerso en otro mundo, sin prestar atención a las clases y sin ser capaz de dormir por las noches. Sumergido en la oscuridad pasaba las madrugadas enteras sentado en el piano, mirando las teclas, esperando que la soledad se apiadara de él y al menos le obsequiara un poco de inspiración, algunas letras cuyo sentido formaran grandes obras, algunos acordes cuya melodía formara maravillosas canciones o por lo menos algo de sueño para poder descansar y no lucir como un zombi mal arreglado en clases al siguiente día. Pero por supuesto, eso no pasaba y en cambio todo lo que obtenía Blaine eran horas y horas de autocrítica mental debido a los recuerdos, algunas miradas molestas por parte de sus profesores y hojas completas en blanco que deberían estar impregnadas con su talento artístico y que en cambio resultaban impregnadas de pequeñas gotas de lágrimas de un chico que intentaba iniciar de nuevo.
Y ese era Blaine. Él lo había perdido todo, a su familia, su hogar, sus amigos y el amor, y ahora aquí estaba, en esta nueva ciudad comenzando desde cero intentando ser una nueva persona.
Y ese es el motivo por el que se impuso las reglas, para ser capaz de olvidar lo pasado y concentrarse en el presente y aún más importante, cultivar su futuro.
De esta forma esperaba que el nunca más pronunciar en voz alta (ni siquiera en sus pensamientos) el nombre de su ex, o llamar a su familia y tampoco tener ningún tipo de contacto con todo Nueva York, le ayudara a crear una nueva versión de sí mismo y poco a poco superar sus vivencias para crear nuevas experiencias que lo motivaran a escribir una obra con un final feliz.
Y esto lo llevaba al día presente, donde sentado en el banquillo del piano a las diez de la noche con su compañero de habitación observándolo medio molesto y el sonido estridente de una fiesta en el piso de arriba, lo llevó a tomar una de las decisiones de las que se arrepentiría más tarde.
SÁBADO 10:02 PM.
Blaine sonrió cuando la música se hizo más fuerte en el momento en que le abrieron la puerta. Una chica de cabello color menta lo observó curiosa sin poder reconocerlo bien.
-So.. soy Blaine Anderson-dijo gritando sobre la música-Paul me invitó a la fiesta esta mañana-informó y la chica asintió haciéndose a un lado para dejarlo pasar. Blaine entró a la casa donde la sala le recordó a la pista de aquel bar gay donde había ido con Finn ya un tiempo atrás, ni un alma más cabía y parecía haber mucha gente realizando actos sexuales públicos de los que Blaine solo había visto en las pornos más guarras de internet.
Alzando sus brazos sobre su cabeza se movió entre la multitud intentando avanzar para llegar a la cocina y tomar -por primera vez desde su borrachera infernal con Ku... bueno, con él- una cerveza.
-Con permiso, con permiso.-gritó haciendo a un lado a las personas que o estaban demasiado ebrias para responder o simplemente lo ignoraban.-Voy pasando, estoy pasando, con permiso ¡Hey quita tu mano de ahí! No soy gay amigo.-
-Viniste-dijo una voz en cuanto Blaine entró en la cocina. Alzó la vista y sonrió.
-Hola Romie-saludó mirándola contento de tener a alguien conocido aquí. Romie también había sido aceptada en el curso del Sr. Huntington por lo que la veía bastante seguido y charlaban constantemente todos los días y claro que después de tres meses eran amigos de nuevo.
-Es grandioso que estés aquí Blainey, nunca habías aceptado venir a ninguna fiesta.-dijo ella moviendo de manera coqueta uno de sus mechones rubios entre sus dedos. Blaine suspiró recordando momentáneamente unos dedos pálidos envolviendo un mechón castaño.
-No, yo... no había tenido tiempo para eso-mintió caminando a la mesa y sirviéndose un poco de ponche en un vaso. Romie se paró junto a él y lo observó fijamente.
-¿Haciendo qué? Revolcándote entre un mar de lágrimas por haber dejado al mesero?-preguntó y entonces Blaine se tensó terriblemente porque ninguno de sus compañeros conocía su historia con Kur... con él, y el hecho de que Romie sabía y hasta se atrevía a mencionarlo como si no hubiera sido nada, había sido suficiente para estrujarle el corazón al chico. Blaine alzó la vista y observó a Romie mortificado intentando decirle con la mirada que no hablara de él. Pero como de costumbre, Romie no supo descifrar su mirada, nadie era capaz de hacerlo, nadie más que... su lindo castaño.
-No lo menciones por favor-dijo en voz bajita y temblorosa sintiéndose realmente consternado. Romie lo miró afligida y le tomó la mano suavemente.
-No lo haré Blaine-le dijo mirándolo con seguridad-Pero si quieres olvidarlo, yo puedo ayudarte.-
Blaine bajó la mirada hasta sus manos unidas y de repente la idea de estar con Romie no le pareció tan mala. Romie era una buena persona y ahora era amable con él, habían salido por un tiempo y ella era la única persona en Londres que lo conocía bien, así que no veía el problema en hacer lo que Romie quería que hicieran, ambos eran adultos y ambos eran capaces de tomar sus propias decisiones. Además si iba a iniciar una nueva vida sin Ku... bueno, sin él, tenía que encontrar a alguien nuevo para darle su amor.
Así que sintiéndose solo y lleno de tristeza, asintió levemente apretando la mano de Romie y bajando la cabeza al verla sonreír.
-Entonces vamos-dijo ella saliendo con él de la cocina y arrastrándolo por el mar de gente en la sala hasta salir al pasillo donde lo arrinconó en una pared y pegó sus labios en un beso húmedo. Blaine soltó aire lentamente y cerró los ojos no queriendo ver la mata de cabello rubio frente a su cara. El prefería imaginar un bonito cabello castaño y corto, suave y sedoso acompañado de unas mejillas sonrojadas en una piel pálida y un bonito cuello blanco listo para ser marcado. Él esperaba tocar un pecho duro, no uno tan abultado como el que tenía restregándose contra sus pectorales en este momento y sentir unos dedos delgados enredarse en su cabello, no esos dedos con uñas postizas que estaban lastimando su cuero cabelludo.
Así que se alejó de aquel beso y abrió los ojos esperando encontrarse con unos ojos azules, hermosos observándolo con curiosidad. Pero sin embargo sus ojos solo visualizaron un par de orbes color marrón que lo miraban con impaciencia.
-¿Tienes protección?-preguntó aquella voz que sonaba bastante diferente a la que Blaine esperaba escuchar. Negó con la cabeza y sintió un repentino alivio inundar su pecho al darse cuenta de que esto detenía todo.-No te preocupes, yo tengo en mi habitación-dijo ella y entonces Blaine se sintió obligado de nuevo.
SÁBADO 11:13 PM.
-No, yo... no, no puedo, detente por favor-pidió Blaine con lágrimas en los ojos mientras se sentaba en la cama y Romie alejaba su boca de su entrepierna. La rubia miró confundida como Blaine salía de la cama recogiendo su ropa del piso y vistiéndose con una rapidez increíble.
-¿Estás bien?-preguntó Romie poniéndose de pie y caminando hacia el moreno para poner una mano en su espalda. Blaine se alejó con un estremecimiento y la miró con desesperación.
-Tengo que irme-dijo saliendo de la habitación sin importarle lo desarreglada que era su vestimenta. Caminó desconectado por varios pasillos, sin un rumbo fijo y sin saber exactamente qué hacía, solo quería caminar y caminar hasta que pudiera borrar lo que había pasado con Romie.
Había sido un completo error haber aceptado ir con ella a su habitación, una equivocación tan grande como el tamaño del agujero en su corazón. Pero en el fondo sabía porque había aceptado. Él quería amor, lo deseaba tanto que lo buscaría en quien sea, incluso en Romie, aunque no había razón para buscarlo más, él sabía exactamente donde estaba su amor... en New York, en un chico hermoso con la piel como de porcelana, cabello castaño suave con ese olor exquisito a vainilla, unos ojos azules tan hermosos y claros que lo hacían perder la respiración, unos labios rosados carnosos que lo habían besado tantas veces llevándolo a lugares en los que nunca había estado, con un cuerpo perfectamente imperfecto que lo había sostenido haciéndolo suspirar y estremecerse de placer... con un corazón tan grande, algo roto pero aun así maravilloso que lo había amado con tanta pasión y tanta entrega que le daban ganas de llorar.
Su amor estaba depositado en un chico que estaba en Nueva York, enfermo y... mierda, Blaine ni siquiera sabía si él seguía... si él seguía...
Un sollozo escapó de su garganta mientras se deslizaba por la pared haciéndose un ovillo en el piso. Su cuerpo entero temblaba y su llanto se escuchaba por todo el pasillo. Ni siquiera le importaba, lo más seguro es que todos creerían que estaba ebrio y tal vez lo estaba, ebrio de amor, ebrio de sentimientos, ebrio de dolor.
Tomó su celular necesitando terriblemente alguien que lo conectara a la tierra de nuevo. Por un segundo la idea de llamar al castaño estuvo en su cabeza pero entonces la desechó rápidamente y en cambio llamó a su mejor amigo, su confidente. Su hermano.
-¿Blaine?-preguntó una voz demasiado conocida del otro lado de la línea. Blaine se cubrió la boca con una mano esperando así poder evitar los sollozos que venían.
-Hey, soy yo-dijo sonriendo al escuchar la risa sorprendida de su hermano.
-Vaya, hombre, teníamos tanto tiempo sin hablar, ¿Cómo te va allá? ¿Las clases son geniales?-preguntó Finn parloteando con entusiasmado. Excepto que su entusiasmo sonaba bastante cansado. Su voz era rasposa y no tan alta como de costumbre, no contenía esa chispa de sobre energía que siempre tenía y sonaba como si estuviera a punto de caer dormido... O tal vez estaba durmiendo y él lo había despertado, ¿Qué hora era en América?
-Uhm... yo estoy bien, ya sabes un tanto agobiado y necesitaba hablar con alguien y... ¿Estás bien? Suenas cansado, ¿Qué hora es allá?-preguntó limpiando las lágrimas de su rostro.
-Oh, son las 6:30 PM-respondió el otro.
-No es tan tarde...-murmuró Blaine confundido-¿Has estado durmiendo bien? Suenas realmente exhausto-
-Yo... uhm...-balbuceó nervioso-No he tenido tiempo para dormir mucho, sí...-
-¿Por qué?-preguntó Blaine confundido, su hermano era del tipo de personas que tomaba bastante en serio el horario de sueño, en todo el tiempo que habían vivido juntos, Finn siempre había sido el primero en irse a dormir y el último en despertar, incluso con su trabajo en el bar y la escuela, su hermano se las había arreglado para dormir las horas adecuadas que necesitaba para estar enérgico todo el día. Así que debía existir una muy buena razón para que estuviera sacrificando sus horas preciadas de sueño.-¿Acaso estás en temporada de exámenes?-
-Yo, no... uh... paso mucho tiempo en el hospital y bueno... no he podido descansar muy bien...-dijo cuidadosamente y con pesar, como si realmente no quisiera contarle eso a Blaine.
-¿Hospital? ¿Están todos bien o… oh…-murmuró al comprender el mensaje oculto en las palabras de su hermano. Estaba hablado de él, de su Kur… bueno, de él.-¿Cómo… Cómo está?-preguntó casi sin voz. Un silencio se extendió por varios segundos hasta que finalmente Finn suspiró y habló.
-Él… uhm… él lo está intentando duro-dijo eligiendo bien sus palabras.-Él ha estado esforzándose bastante y… sí, lo está haciendo bien, incluso aceptó un nuevo tratamiento, aun no hay resultados pero se le ve positivo.-Un sollozo roto salió de la garganta de Blaine y después de esto explotó en un llanto desgarrador. Simplemente enfrentarse a la realidad era algo tan cruel.-Mierda, Blaine, no, no llores-pidió Finn intentando tranquilizar a su hermano-Él lo está intentando, Blaine, él está luchando fuerte, por todos. Él, él ahora está permanentemente en el hospital y los estragos del tratamiento lo tienen enfrentándose a un sinfín de dolores pero aun así no se rinde, él quiere estar bien, él quiere estar sano… para ti. ¿Sabes? Todo el tiempo habla de ti, a todo mundo le cuenta sobre su relación y todas las cosas tontas que hicieron, él está tan enamorado Blaine, él está haciendo esto por ti…-
Blaine se relajó un poco, callando su llanto y prestando suma atención a su hermano.-¿Él aun me ama?-preguntó interesado.
-Sí amigo, demasiado-bufó Finn riendo-incluso el otro día Rach y yo estábamos besuqueándonos en los baños y no nos vio por dos horas enteras y cuando regresamos lo único que nos dijo fue que tal vez algún día podríamos tener citas dobles, ya sabes, Rach y yo y tú con Kurt-
Blaine se tensó. Mierda, escuchar su nombre era tan duro, era como salir de la burbuja donde se había encerrado y regresar a la realidad de que su ex novio estaba muriendo. Negó con la cabeza queriendo evitar las lágrimas y mejor enfocarse en lo bueno y nada más que eso, tenía que ser positivo. Un minuto… ¿Finn había dicho que…
-¿Tú y Rachel están saliendo?-preguntó con los ojos abiertos como plato. Finn río contento y suspiro.
-Sí, desde hace dos meses amigo-confeso entusiasmado. Blaine se atoró con sus propias palabras y balbuceó un par de veces.
-P… Pero… ¿Cómo?-dijo finalmente.
-Bueno, pasábamos mucho tiempo en el hospital juntos, solo se dio, hermano y no podría estar más feliz… todos lo están, mamá, papá, los chicos y Kurt-
-Wow, esto es sorprendente, estoy feliz por ti amigo…-dijo Blaine sinceramente.-Pero, es como si me estuviera perdiendo toda su vida por estar aquí.-dijo afligido.
-Estás estudiando Blaine-dijo su hermano serio.-Además no son cosas muy importantes, ambos sabíamos que Rach y yo terminaríamos juntándonos en algún momento-Blaine entrecerró los ojos y alzó una ceja ante esta declaración.-Y cualquier cosa importante yo te la avisaría… excepto si es sobre Kurt, dijiste que no querías saber nada sobre él así que…-
-¡No!-interrumpió Blaine alterado-Sí quiero saber sobre él, solo, solo no le digas que estás hablando sobre él conmigo-pidió.
-De acuerdo-aceptó Finn-¡Oh! Casi lo olvidaba. Quinn tuvo a su bebé-
-¡Wow! eso es magnífico-dijo Blaine ahora más entusiasmado.
-Sí, fue un niño, espera, eso ya lo sabías-se interrumpió a sí mismo-como sea, se llama Nathan y es muy lindo, es idéntico a Quinn, Rachel dice que se parece a Puck pero ella está un poco ciega así que créeme a mí.-
-¿Dijiste Nathan?-preguntó Blaine sorprendido.
-Sep, Nathan, todos se pusieron súper melancólicos cuando Quinn dijo el nombre y yo ni siquiera entendí porque, me sentí tan fuera de lugar pero aun así tuve que quedarme con ellos, ¡Oh! Te encantara oír esto, Kurt se puso muy contento cuando escuchó el nombre, de hecho Quinn trae a Nathan a verlo todos los días, Kurt simplemente ama a ese bebé, le cuenta historias sobre ustedes y le canta todo el tiempo, tiene una voz hermosa amigo, ¡Hermosa! Él está tan feliz con ese bebé, nunca lo había visto tan entusiasmado por una persona, claro, dejándote de lado…-Blaine esbozó una pequeña sonrisa sintiéndose tranquilo de saber que su castaño tenía algo que lo hacía feliz en esos momentos.
-Gracias Finn-dijo Blaine limpiándose las lágrimas que quedaban en su cara y sonriendo más ampliamente-Mejoraste bastante mi día.
***
Capítulo 30-Errores.
SÁBADO 09:36 PM.
Blaine miraba fijamente la maravillosa vista desde su ventana. Un árbol frondoso, alto, con grandes ramas gruesas repletas de hojas que cubrían toda la ventana. Esa era su vista.
Suspiró fuertemente justo como había hecho una y otra vez, constantemente desde aquel día en que había iniciado su internado en Londres, ya tres meses atrás y cansado se retiró de la ventana caminando hacia el piano que estaba en la habitación. Se sentó en el banquillo y posicionó sus dedos sobre el acorde La.
-¿Seguirás intentando eso?-preguntó su compañero de habitación, Georg DeVan. Era alto, pálido y tenía los ojos azules. Su cabello era castaño y era condenadamente parecido a Ku... bueno, a él.
Blaine se había impuesto un par de reglas primordiales para sobrevivir a su nueva vida en Londres, alejado de todo lo que conocía y una de esas reglas -la más importante en realidad- era no hablar sobre Kur... bueno, sobre él. Ya era jodidamente doloroso estar alejado de él y el recordarlo contantemente no ayudaba en nada, había pasado su primer mes en Londres fuera de su cabeza, inmerso en otro mundo, sin prestar atención a las clases y sin ser capaz de dormir por las noches. Sumergido en la oscuridad pasaba las madrugadas enteras sentado en el piano, mirando las teclas, esperando que la soledad se apiadara de él y al menos le obsequiara un poco de inspiración, algunas letras cuyo sentido formaran grandes obras, algunos acordes cuya melodía formara maravillosas canciones o por lo menos algo de sueño para poder descansar y no lucir como un zombi mal arreglado en clases al siguiente día. Pero por supuesto, eso no pasaba y en cambio todo lo que obtenía Blaine eran horas y horas de autocrítica mental debido a los recuerdos, algunas miradas molestas por parte de sus profesores y hojas completas en blanco que deberían estar impregnadas con su talento artístico y que en cambio resultaban impregnadas de pequeñas gotas de lágrimas de un chico que intentaba iniciar de nuevo.
Y ese era Blaine. Él lo había perdido todo, a su familia, su hogar, sus amigos y el amor, y ahora aquí estaba, en esta nueva ciudad comenzando desde cero intentando ser una nueva persona.
Y ese es el motivo por el que se impuso las reglas, para ser capaz de olvidar lo pasado y concentrarse en el presente y aún más importante, cultivar su futuro.
De esta forma esperaba que el nunca más pronunciar en voz alta (ni siquiera en sus pensamientos) el nombre de su ex, o llamar a su familia y tampoco tener ningún tipo de contacto con todo Nueva York, le ayudara a crear una nueva versión de sí mismo y poco a poco superar sus vivencias para crear nuevas experiencias que lo motivaran a escribir una obra con un final feliz.
Y esto lo llevaba al día presente, donde sentado en el banquillo del piano a las diez de la noche con su compañero de habitación observándolo medio molesto y el sonido estridente de una fiesta en el piso de arriba, lo llevó a tomar una de las decisiones de las que se arrepentiría más tarde.
SÁBADO 10:02 PM.
Blaine sonrió cuando la música se hizo más fuerte en el momento en que le abrieron la puerta. Una chica de cabello color menta lo observó curiosa sin poder reconocerlo bien.
-So.. soy Blaine Anderson-dijo gritando sobre la música-Paul me invitó a la fiesta esta mañana-informó y la chica asintió haciéndose a un lado para dejarlo pasar. Blaine entró a la casa donde la sala le recordó a la pista de aquel bar gay donde había ido con Finn ya un tiempo atrás, ni un alma más cabía y parecía haber mucha gente realizando actos sexuales públicos de los que Blaine solo había visto en las pornos más guarras de internet.
Alzando sus brazos sobre su cabeza se movió entre la multitud intentando avanzar para llegar a la cocina y tomar -por primera vez desde su borrachera infernal con Ku... bueno, con él- una cerveza.
-Con permiso, con permiso.-gritó haciendo a un lado a las personas que o estaban demasiado ebrias para responder o simplemente lo ignoraban.-Voy pasando, estoy pasando, con permiso ¡Hey quita tu mano de ahí! No soy gay amigo.-
-Viniste-dijo una voz en cuanto Blaine entró en la cocina. Alzó la vista y sonrió.
-Hola Romie-saludó mirándola contento de tener a alguien conocido aquí. Romie también había sido aceptada en el curso del Sr. Huntington por lo que la veía bastante seguido y charlaban constantemente todos los días y claro que después de tres meses eran amigos de nuevo.
-Es grandioso que estés aquí Blainey, nunca habías aceptado venir a ninguna fiesta.-dijo ella moviendo de manera coqueta uno de sus mechones rubios entre sus dedos. Blaine suspiró recordando momentáneamente unos dedos pálidos envolviendo un mechón castaño.
-No, yo... no había tenido tiempo para eso-mintió caminando a la mesa y sirviéndose un poco de ponche en un vaso. Romie se paró junto a él y lo observó fijamente.
-¿Haciendo qué? Revolcándote entre un mar de lágrimas por haber dejado al mesero?-preguntó y entonces Blaine se tensó terriblemente porque ninguno de sus compañeros conocía su historia con Kur... con él, y el hecho de que Romie sabía y hasta se atrevía a mencionarlo como si no hubiera sido nada, había sido suficiente para estrujarle el corazón al chico. Blaine alzó la vista y observó a Romie mortificado intentando decirle con la mirada que no hablara de él. Pero como de costumbre, Romie no supo descifrar su mirada, nadie era capaz de hacerlo, nadie más que... su lindo castaño.
-No lo menciones por favor-dijo en voz bajita y temblorosa sintiéndose realmente consternado. Romie lo miró afligida y le tomó la mano suavemente.
-No lo haré Blaine-le dijo mirándolo con seguridad-Pero si quieres olvidarlo, yo puedo ayudarte.-
Blaine bajó la mirada hasta sus manos unidas y de repente la idea de estar con Romie no le pareció tan mala. Romie era una buena persona y ahora era amable con él, habían salido por un tiempo y ella era la única persona en Londres que lo conocía bien, así que no veía el problema en hacer lo que Romie quería que hicieran, ambos eran adultos y ambos eran capaces de tomar sus propias decisiones. Además si iba a iniciar una nueva vida sin Ku... bueno, sin él, tenía que encontrar a alguien nuevo para darle su amor.
Así que sintiéndose solo y lleno de tristeza, asintió levemente apretando la mano de Romie y bajando la cabeza al verla sonreír.
-Entonces vamos-dijo ella saliendo con él de la cocina y arrastrándolo por el mar de gente en la sala hasta salir al pasillo donde lo arrinconó en una pared y pegó sus labios en un beso húmedo. Blaine soltó aire lentamente y cerró los ojos no queriendo ver la mata de cabello rubio frente a su cara. El prefería imaginar un bonito cabello castaño y corto, suave y sedoso acompañado de unas mejillas sonrojadas en una piel pálida y un bonito cuello blanco listo para ser marcado. Él esperaba tocar un pecho duro, no uno tan abultado como el que tenía restregándose contra sus pectorales en este momento y sentir unos dedos delgados enredarse en su cabello, no esos dedos con uñas postizas que estaban lastimando su cuero cabelludo.
Así que se alejó de aquel beso y abrió los ojos esperando encontrarse con unos ojos azules, hermosos observándolo con curiosidad. Pero sin embargo sus ojos solo visualizaron un par de orbes color marrón que lo miraban con impaciencia.
-¿Tienes protección?-preguntó aquella voz que sonaba bastante diferente a la que Blaine esperaba escuchar. Negó con la cabeza y sintió un repentino alivio inundar su pecho al darse cuenta de que esto detenía todo.-No te preocupes, yo tengo en mi habitación-dijo ella y entonces Blaine se sintió obligado de nuevo.
SÁBADO 11:13 PM.
-No, yo... no, no puedo, detente por favor-pidió Blaine con lágrimas en los ojos mientras se sentaba en la cama y Romie alejaba su boca de su entrepierna. La rubia miró confundida como Blaine salía de la cama recogiendo su ropa del piso y vistiéndose con una rapidez increíble.
-¿Estás bien?-preguntó Romie poniéndose de pie y caminando hacia el moreno para poner una mano en su espalda. Blaine se alejó con un estremecimiento y la miró con desesperación.
-Tengo que irme-dijo saliendo de la habitación sin importarle lo desarreglada que era su vestimenta. Caminó desconectado por varios pasillos, sin un rumbo fijo y sin saber exactamente qué hacía, solo quería caminar y caminar hasta que pudiera borrar lo que había pasado con Romie.
Había sido un completo error haber aceptado ir con ella a su habitación, una equivocación tan grande como el tamaño del agujero en su corazón. Pero en el fondo sabía porque había aceptado. Él quería amor, lo deseaba tanto que lo buscaría en quien sea, incluso en Romie, aunque no había razón para buscarlo más, él sabía exactamente donde estaba su amor... en New York, en un chico hermoso con la piel como de porcelana, cabello castaño suave con ese olor exquisito a vainilla, unos ojos azules tan hermosos y claros que lo hacían perder la respiración, unos labios rosados carnosos que lo habían besado tantas veces llevándolo a lugares en los que nunca había estado, con un cuerpo perfectamente imperfecto que lo había sostenido haciéndolo suspirar y estremecerse de placer... con un corazón tan grande, algo roto pero aun así maravilloso que lo había amado con tanta pasión y tanta entrega que le daban ganas de llorar.
Su amor estaba depositado en un chico que estaba en Nueva York, enfermo y... mierda, Blaine ni siquiera sabía si él seguía... si él seguía...
Un sollozo escapó de su garganta mientras se deslizaba por la pared haciéndose un ovillo en el piso. Su cuerpo entero temblaba y su llanto se escuchaba por todo el pasillo. Ni siquiera le importaba, lo más seguro es que todos creerían que estaba ebrio y tal vez lo estaba, ebrio de amor, ebrio de sentimientos, ebrio de dolor.
Tomó su celular necesitando terriblemente alguien que lo conectara a la tierra de nuevo. Por un segundo la idea de llamar al castaño estuvo en su cabeza pero entonces la desechó rápidamente y en cambio llamó a su mejor amigo, su confidente. Su hermano.
-¿Blaine?-preguntó una voz demasiado conocida del otro lado de la línea. Blaine se cubrió la boca con una mano esperando así poder evitar los sollozos que venían.
-Hey, soy yo-dijo sonriendo al escuchar la risa sorprendida de su hermano.
-Vaya, hombre, teníamos tanto tiempo sin hablar, ¿Cómo te va allá? ¿Las clases son geniales?-preguntó Finn parloteando con entusiasmado. Excepto que su entusiasmo sonaba bastante cansado. Su voz era rasposa y no tan alta como de costumbre, no contenía esa chispa de sobre energía que siempre tenía y sonaba como si estuviera a punto de caer dormido... O tal vez estaba durmiendo y él lo había despertado, ¿Qué hora era en América?
-Uhm... yo estoy bien, ya sabes un tanto agobiado y necesitaba hablar con alguien y... ¿Estás bien? Suenas cansado, ¿Qué hora es allá?-preguntó limpiando las lágrimas de su rostro.
-Oh, son las 6:30 PM-respondió el otro.
-No es tan tarde...-murmuró Blaine confundido-¿Has estado durmiendo bien? Suenas realmente exhausto-
-Yo... uhm...-balbuceó nervioso-No he tenido tiempo para dormir mucho, sí...-
-¿Por qué?-preguntó Blaine confundido, su hermano era del tipo de personas que tomaba bastante en serio el horario de sueño, en todo el tiempo que habían vivido juntos, Finn siempre había sido el primero en irse a dormir y el último en despertar, incluso con su trabajo en el bar y la escuela, su hermano se las había arreglado para dormir las horas adecuadas que necesitaba para estar enérgico todo el día. Así que debía existir una muy buena razón para que estuviera sacrificando sus horas preciadas de sueño.-¿Acaso estás en temporada de exámenes?-
-Yo, no... uh... paso mucho tiempo en el hospital y bueno... no he podido descansar muy bien...-dijo cuidadosamente y con pesar, como si realmente no quisiera contarle eso a Blaine.
-¿Hospital? ¿Están todos bien o… oh…-murmuró al comprender el mensaje oculto en las palabras de su hermano. Estaba hablado de él, de su Kur… bueno, de él.-¿Cómo… Cómo está?-preguntó casi sin voz. Un silencio se extendió por varios segundos hasta que finalmente Finn suspiró y habló.
-Él… uhm… él lo está intentando duro-dijo eligiendo bien sus palabras.-Él ha estado esforzándose bastante y… sí, lo está haciendo bien, incluso aceptó un nuevo tratamiento, aun no hay resultados pero se le ve positivo.-Un sollozo roto salió de la garganta de Blaine y después de esto explotó en un llanto desgarrador. Simplemente enfrentarse a la realidad era algo tan cruel.-Mierda, Blaine, no, no llores-pidió Finn intentando tranquilizar a su hermano-Él lo está intentando, Blaine, él está luchando fuerte, por todos. Él, él ahora está permanentemente en el hospital y los estragos del tratamiento lo tienen enfrentándose a un sinfín de dolores pero aun así no se rinde, él quiere estar bien, él quiere estar sano… para ti. ¿Sabes? Todo el tiempo habla de ti, a todo mundo le cuenta sobre su relación y todas las cosas tontas que hicieron, él está tan enamorado Blaine, él está haciendo esto por ti…-
Blaine se relajó un poco, callando su llanto y prestando suma atención a su hermano.-¿Él aun me ama?-preguntó interesado.
-Sí amigo, demasiado-bufó Finn riendo-incluso el otro día Rach y yo estábamos besuqueándonos en los baños y no nos vio por dos horas enteras y cuando regresamos lo único que nos dijo fue que tal vez algún día podríamos tener citas dobles, ya sabes, Rach y yo y tú con Kurt-
Blaine se tensó. Mierda, escuchar su nombre era tan duro, era como salir de la burbuja donde se había encerrado y regresar a la realidad de que su ex novio estaba muriendo. Negó con la cabeza queriendo evitar las lágrimas y mejor enfocarse en lo bueno y nada más que eso, tenía que ser positivo. Un minuto… ¿Finn había dicho que…
-¿Tú y Rachel están saliendo?-preguntó con los ojos abiertos como plato. Finn río contento y suspiro.
-Sí, desde hace dos meses amigo-confeso entusiasmado. Blaine se atoró con sus propias palabras y balbuceó un par de veces.
-P… Pero… ¿Cómo?-dijo finalmente.
-Bueno, pasábamos mucho tiempo en el hospital juntos, solo se dio, hermano y no podría estar más feliz… todos lo están, mamá, papá, los chicos y Kurt-
-Wow, esto es sorprendente, estoy feliz por ti amigo…-dijo Blaine sinceramente.-Pero, es como si me estuviera perdiendo toda su vida por estar aquí.-dijo afligido.
-Estás estudiando Blaine-dijo su hermano serio.-Además no son cosas muy importantes, ambos sabíamos que Rach y yo terminaríamos juntándonos en algún momento-Blaine entrecerró los ojos y alzó una ceja ante esta declaración.-Y cualquier cosa importante yo te la avisaría… excepto si es sobre Kurt, dijiste que no querías saber nada sobre él así que…-
-¡No!-interrumpió Blaine alterado-Sí quiero saber sobre él, solo, solo no le digas que estás hablando sobre él conmigo-pidió.
-De acuerdo-aceptó Finn-¡Oh! Casi lo olvidaba. Quinn tuvo a su bebé-
-¡Wow! eso es magnífico-dijo Blaine ahora más entusiasmado.
-Sí, fue un niño, espera, eso ya lo sabías-se interrumpió a sí mismo-como sea, se llama Nathan y es muy lindo, es idéntico a Quinn, Rachel dice que se parece a Puck pero ella está un poco ciega así que créeme a mí.-
-¿Dijiste Nathan?-preguntó Blaine sorprendido.
-Sep, Nathan, todos se pusieron súper melancólicos cuando Quinn dijo el nombre y yo ni siquiera entendí porque, me sentí tan fuera de lugar pero aun así tuve que quedarme con ellos, ¡Oh! Te encantara oír esto, Kurt se puso muy contento cuando escuchó el nombre, de hecho Quinn trae a Nathan a verlo todos los días, Kurt simplemente ama a ese bebé, le cuenta historias sobre ustedes y le canta todo el tiempo, tiene una voz hermosa amigo, ¡Hermosa! Él está tan feliz con ese bebé, nunca lo había visto tan entusiasmado por una persona, claro, dejándote de lado…-Blaine esbozó una pequeña sonrisa sintiéndose tranquilo de saber que su castaño tenía algo que lo hacía feliz en esos momentos.
-Gracias Finn-dijo Blaine limpiándose las lágrimas que quedaban en su cara y sonriendo más ampliamente-Mejoraste bastante mi día.
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N/A: ¿Y? Esto no fue tan triste ¿o sí? dejen sus comentarios, gracias por leer. Los amo
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Hola!
¿Que no fue triste?
Mi bebé sufriendo SIEMPRE es triste para mí... Odio que le vaya tan mal en Londres, va a tirar la oportunidad de su vida y ni siquiera está con Kurt... Dah... Al menos, sé que no debo preocuparme... ¡Confío en ti!
Besos
¿Que no fue triste?
Mi bebé sufriendo SIEMPRE es triste para mí... Odio que le vaya tan mal en Londres, va a tirar la oportunidad de su vida y ni siquiera está con Kurt... Dah... Al menos, sé que no debo preocuparme... ¡Confío en ti!
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Un capitulo triste, solo espero que pronto puedan estar juntos.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me encanto mucho este genial grandioso y muyyyyyy maravilloso capitulo ojalá kurt se pueda recuperar y regrese con blaine que bueno que el bebé de queen ya nació esperare muyyyyyyyy ansioso el siguiente capitulo me gusta mucho esta genial y muyyyy grandiosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
¡Hola!
Es el primer fanfic que leo y, precisamente, de Klaine. Hace unos días, 3 para ser exacto, inicié la lectura de esta fantástica historia. Me agrada tu estilo de redacción y sobre todo la historia que estás creando; cada final de los capítulos me deja en ascuas, esperando más.
Ya quiero que estén juntos y Romie, ¡ah! ¡cómo me cae mal! Y sobre Rachel, ¡me sorprendió su personalidad!
Sigue adelante, me agrego a tu lista de lectores fieles.
¡Saludos!
Es el primer fanfic que leo y, precisamente, de Klaine. Hace unos días, 3 para ser exacto, inicié la lectura de esta fantástica historia. Me agrada tu estilo de redacción y sobre todo la historia que estás creando; cada final de los capítulos me deja en ascuas, esperando más.
Ya quiero que estén juntos y Romie, ¡ah! ¡cómo me cae mal! Y sobre Rachel, ¡me sorprendió su personalidad!
Sigue adelante, me agrego a tu lista de lectores fieles.
¡Saludos!
EricIsmaelGM* - Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 10/02/2015
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Darrinia escribió:Hola!
¿Que no fue triste?
Mi bebé sufriendo SIEMPRE es triste para mí... Odio que le vaya tan mal en Londres, va a tirar la oportunidad de su vida y ni siquiera está con Kurt... Dah... Al menos, sé que no debo preocuparme... ¡Confío en ti!
Besos
Hola!
Sí lo siento :c lo volví a leer y noté que le puse mucho drama... de antemano, te ofrezco un "lo siento" por el capítulo de hoy. Y sí, confía en mi, todo estará bien al final besos
Gabriela Cruz escribió:Un capitulo triste, solo espero que pronto puedan estar juntos.
Gracias por leer, pronto, pronto, no te preocupes
gleeclast escribió:Me encanto mucho este genial grandioso y muyyyyyy maravilloso capitulo ojalá kurt se pueda recuperar y regrese con blaine que bueno que el bebé de queen ya nació esperare muyyyyyyyy ansioso el siguiente capitulo me gusta mucho esta genial y muyyyy grandiosa historia
Hola, muchas gracias por leer. Ya veremos lo que pasa con esos dos, no te preocupes saludos.
EricIsmaelGM escribió:¡Hola!
Es el primer fanfic que leo y, precisamente, de Klaine. Hace unos días, 3 para ser exacto, inicié la lectura de esta fantástica historia. Me agrada tu estilo de redacción y sobre todo la historia que estás creando; cada final de los capítulos me deja en ascuas, esperando más.
Ya quiero que estén juntos y Romie, ¡ah! ¡cómo me cae mal! Y sobre Rachel, ¡me sorprendió su personalidad!
Sigue adelante, me agrego a tu lista de lectores fieles.
¡Saludos!
OHDIOSMIO!! soy tu primer fic :,D ahora me siento con la responsabilidad de crear una hermosa historia para tí xD. Muchas, muchas gracias por leer y que bien que te gusten los capítulos es una sensación reconfortante para mí.
Lo siento por el drama exagerado en los capítulo, no es mi intención hacerlos sufrir tanto pero esa es la historia que tengo en mi cabeza y simplemente tengo que ponerla en palabras.
Romie le cae mal a todos pero tal vez más adelante podrían cambiar de opinión, no lo sé, solo digo (spoiler, shhhh)
Y la actitud de Rachel salió de la nada XD al principio me sentía rara cambiando la personalidad de los personajes pero hasta ahora creo que ha funcionado .
Saludos y besos y de nuevo, muchas gracias por leer.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
ACTUALIZACIÓN Un millón de estrellas en el cielo Klaine. Capítulo 31.
N/A:HOLAAAAAAAAAAAA Aquí traigo el nuevo capítulo y espero que les guste. Estaba escuchando Run, run, run mientras escribía esto así que estoy segura de que el resultado es bastante drama. No lo he releído y no lo quiero hacer, confío en que quedó bien a la primera y sé que si lo leo de nuevo querré quitarle muchas lágrimas XD. No desesperen chiquillos, Klaine es endgame.
***
Capítulo 31.-Una nueva decisión.
VIERNES 3:57 PM.
Tres minutos.
Tres largos e infinitos minutos.
Ese era el tiempo que faltaba para que su quinto mes en Londres terminara. Aun resultaba increíble el tan solo imaginar que había pasado todo ese tiempo alejado de lo que amaba, si hace dos años hubiera si quiera pensado en la posibilidad de viajar a otro continente y pasar seis meses allá separado de todo lo que conocía se hubiera vuelto completamente loco. Pero ahora, siendo esto realidad y estando a más de 5 mil kilómetros de distancia de su hogar... ya no se veía tan complicado y doloroso, aunque claro, lo era. Mierda que sí lo era, todo lo que conocía estaba en Nueva York y lo había abandonado sin siquiera mirar atrás, todo. Su familia, sus amigos, la escuela, Kurt... y sí, Blaine ya se permitía decir su nombre, al menos en sus pensamientos.
Habían pasado más de dos meses desde que había sabido algo de él y ante la incertidumbre de los hechos se había rendido ante el creciente deseo de nombrarlo, no en voz alta por supuesto, eso era aun un límite que no se atrevería a romper, decir su nombre a viva voz significaría aceptar que lo que había pasado era real, que ya no estaban juntos y que nunca lo estarían porque Kurt moriría, o probablemente ya lo estaba.
Suspiró frustrado y pasó su mano por su frente enterrando después sus dedos entre los rizos negros en su cabeza. Miró el reloj en la pared de nuevo.
Dos minutos.
El profesor continuaba hablando sobre algo a lo que Blaine no le había prestado atención ya que tenia algo más importante por lo cual preocuparse. La pregunta seguía en su cabeza, ¿Cómo estaba Kurt? ¿Estaba bien? ¿Seguía con vida? ¿Había vencido su enfermedad? O él... ¿Estaba muerto?
Aspiró aire fuertemente dejándolo estancado en sus pulmones por un momento, su respiración en pausa. Se mordió el labio inferior apretándolo entre los dientes con fuerza hasta hacerse daño, sus manos en puños sobre el pupitre temblaban ligeramente al igual que sus piernas. Parpadeó un par de veces tragando el nudo en su garganta, sus ojos húmedos y rojos a punto de estallar, él mismo estaba en un estado similar. Se sentía como si fuera a explotar, reventar, mil emociones emanando finalmente, rompiéndolo hasta el final, poco a poco cada célula de él, quebrantándolo, azotándolo contra el suelo, pisoteándolo. Se sentía como muriendo.
Y todo debido a Kurt. Él había planeado ir a Londres seis meses y después volver a América para trabajar en alguno de los teatros a cargo del Sr. Huntington, pero ahora regresar se veía como algo que lo destrozaría. ¿Qué pasaba si Kurt había muerto? Claro que Finn le había prometido mantenerlo al tanto sobre ella pero Blaine ya sabía por experiencia que su familia haría lo que sea para protegerlo, incluso mentirle, incluso ocultarle la muerte de Kurt.
Así que, ¿Que pasaría si él regresaba a Nueva York? Si volvía solo para descubrir que Kurt no lo había logrado, que Kurt se había ido... Él moriría. Regresar a una ciudad donde había pasado el mejor momento de su vida solo para encontrarse con la muerte de lo que más amaba en la tierra... eso no era algo por lo que él quisiera pasar. No podría hacerle frente a una situación así.
Todo lo que Blaine amaba estaba en Nueva York, pero francamente sin Kurt allí no tenía sentido regresar, sería como auto mutilarse, lastimarse simplemente y ni siquiera se sentía capaz de llamar a Finn para pedir información sobre el castaño, no podía hacer eso porque si su hermano le decía que Kurt había muerto, él moriría también.
No podía regresar, aun si Kurt siguiera con vida, aún si Kurt aún seguía luchando, ¿Si él regresaba y al final el castaño no lo lograba? Blaine se rompería por completo, terminaría de destruirse.
Y si sonaba egoísta a él no le importaba ya. Kurt había sido egoísta por mucho tiempo, pensando solo en él y eligiendo por ambos, era momento de Blaine de cuidar de sí mismo, protegerse, sanarse. Y aceptaba las consecuencias de sus acciones, sabía que se arrepentiría eternamente por simplemente sacar de su vida a Kurt, sabía que se odiaría por el resto de sus días por no haber regresado a Nueva York y pasar al menos un día con él, lo sabía, lo comprendía y resignado lo aceptaba.
Pero no podía hacer nada más que prometerse jamás enamorarse de nuevo, él se dedicaría de ahora en adelante completamente a su carrera, escribiría obras apasionantes y lo haría hasta la muerte.
Un minuto.
Suspiró y se aferró al collar de aguamarina que yacía en su pecho, miró por la ventana y parpadeó. Un extenso campo verde se extendía a su vista, flores de diversos tipos y grandes y frondosos arboles. Alzó su mirada un poco más y alcanzó a vislumbrar los edificios y rascacielos en la ciudad, el cielo nublado y las gotas cayendo golpeando el suelo y el vidrio donde su reflejo lo observaba de vuelta.
Ya no era él, de repente era una sombra de sí mismo, más delgado y pálido, con los ojos hundidos y los rizos largos y desarreglados. Su sonrisa se había ido y su semblante parecía el de un muerto.
Era tan trágicamente similar al cielo gris en la ciudad. Sin razón para sonreír, aceptando dejar de vivir y simplemente existir, convirtiéndose en un cuerpo sin alma, y odiando por siempre aquel día en que se anotó en esa estúpida lista, tomó una decisión.
Nunca regresaría a Nueva York.
SÁBADO 12:38 PM.
-Hola linda-dijo Finn entrando en la habitación que compartía con su novia.
Rachel alzó la vista y sonrió contenta, caminó hasta estar frente al alto y lo besó con cariño separándose después de unos segundos.
-Ya casi estoy lista-informó la castaña regresando a donde se encontraba inicialmente, frente al espejo. Finn se sentó en la orilla de la cama descansando sus manos sobre las piernas flexionadas y observó embelesado a su chica.
Rachel era su todo, siempre lo había sabido, desde la primera vez que la había visto, él lo había presentido. Y ahora aquí estaban, finalmente eran novios, enamorados, y completamente perdidos por el otro.
Sonrió tristemente al reconocer las circunstancias que los habían unido, si no hubiera sido por Blaime y Kurt, ellos nunca hubieran comenzado esto que tenían... no podía estar más agradecido por haber conocido a Kurt y Rachel aquel día en la cafetería, pero tampoco podía dejar de odiar todo lo que había pasado después, especialmente con Kurt.
Él lo quería tanto, como un hermano, eso era para Finn, Kurt era como un pequeño hermano menor al cual tenía que cuidar, al menos así lo sentía, tenían este lazo que no podían ocultar y se sentía totalmente afortunado de haber tenido la oportunidad de conocerlo. Rachel no se sentía celosa ya que ella amaba igualmente al castaño, ya no lo amaba como algo más, ahora simplemente lo amaba, con la misma intensidad y con el mismo dolor.
Finn no sabia nada de Blaine ahora, no tenia idea de que sucedía en su vida y no se atrevía a comunicarse con él por temor a incomodarlo y desencadenar alguna pelea, así que mejor esperaría paciente por noticias por parte del moreno.
Había perdido contacto con su hermano pero había ganado uno nuevo.
Finn se había mudado a la casa de Rachel hacía exactamente un mes atrás y no podría ser más feliz, claro que la ausencia de Kurt aun se sentía muy fuerte. La casa se sentía vacía y lúgubre sin el castaño rondando por ahí, sin caminar por los pasillos sin estar más.
Sus cosas también se habían ido, su cuarto estaba completamente vacío y ni siquiera su cama estaba allí. La habitación que le había pertenecido a Kurt ahora estaba solitaria y gris y permanecía cerrada todo el tiempo, Finn y Rachel no se permitían entrar ahí porque era como abrir una herida que apenas sanaba.
Finn había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había llegado a casa solo para encontrarse con los sollozos desesperados de Rachel, y en todas las ocasiones era lo mismo, él suspiraría afligido, caminaría a la habitación de Kurt y encontraría a Rachel derrumbada en el suelo llorando ante los recuerdos de Kurt, entonces él la abrazaría y le susurraría al oído e intentaría tranquilizarla y hacerla sentir mejor aunque ambos sabían que esto era imposible. Nunca estarías calmados, ambos estaban destrozados, frustrados y resignados.
Rachel se culpaba a sí misma todo el tiempo, reclamándose el no haber notado los cambios en su amigo, odiándose por no haber insistido más, llorando por no haberlo descubierto a tiempo.
Era lo mismo con Finn, él lo había descubierto, había leído los expedientes en el consultorio de su padre y no le había dicho a Blaine, si él hubiera sabido tal vez hubiera convencido a Kurt de aceptar el tratamiento, tal vez lo hubiera hecho a tiempo, tal vez se hubiera curado.
Eran tantos los hubieras y tantas las culpas pero siempre lograban salir adelante, el uno por el otro, Rachel por Finn y Finn por Rachel, se sostenían mutuamente, ambos cayendo y ambos con odio propio, ambos curándose y ambos ayudándose a perdonar.
Pero ambos con el dolor de visitar a Kurt en el hospital solo para verlo postrado en la cama, conectado a esas estúpidas maquinas y sonriendo sin fuerzas aferrándose a su tonto muñeco de felpa...
Ambos con el dolor de sentarse día con día junto a la camilla de Kurt y escucharlo intentar contar las historias de él y Blaine, sus ojos brillantes en ilusión mientras decía que algún día él volvería.
Ambos con el dolor de la noticia de que Kurt no lo lograría, el conocimiento de que sus últimos exámenes no habían mostrado ninguna mejora y las palabras del doctor especialista diciendo que era probable que él no llegara al año siguiente. él
Simplemente con el dolor de decirle adiós a Kurt, su familia, su más querido hermano.
-¿Vamos?-preguntó Rachel parándose frente a Finn y sacándolo de sus pensamientos. El chico alto parpadeó un par de veces y puso una sonrisa leve en su rostro.
-Vamos-dijo poniéndose de pie y tomando la mano de su novia para dirigirse al hospital.
SÁBADO 7:39 PM.
-¡Oh! lo siento, lo siento-se disculpó Blaine al chocar con alguien en el pasillo vacío.
-No, no te preocupes, mi culpa-respondió la otra persona y Blaine abrió los ojos como plato al verlo.
-S.. Serñor Huntington...-balbuceó nervioso-Yo.. yo lo siento tanto, estaba distraído y doble sin fijarme, ¿Lo lastimé? En serio, en serio lo siento yo...-
-Hey, hey, tranquilo chico-lo interrumpió el mayor sonriendo divertido y poniendo una mano en su hombro-No me lastimaste, fue mi culpa, me giré abrupta mente y choqué contigo-continuó sonriendo.-Sin embargo-dijo poniéndose serio-Eso de estar distraído ¿Es algo común en ti ahora no? Tus maestros me dijeron que aunque tu rendimiento es alto y superior al resto, no es el máximo que saben que puedes dar-informó mirándolo curioso. Blaine se mordió el labio fuertemente y apretó los puños sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. El mayor frunció el ceño al notar la reacción de chico y lo miró fijamente-¿Está bien? Todos viajaron a sus casas por el fin de semana ¿Usted no debería viajar a Nueva York para visitar a ese novio suyo? El loco adorable...-
-No-lo interrumpió Blaine con la voz rota. No quería escuchar esto-Yo... yo ya no regresaré a Nueva York... nunca.-confesó mirando hacia el piso rogando por que las lágrimas no salieran. El Sr. Huntington frunció el ceño.
-Bueno, esa es una decisión apresurada, si usted terminó su relación con aquel chico no debería imponerse jamás regresar allá-dijo con sinceridad-Según lo que usted me había dicho él era el amor de su vida y por las acciones de él puedo jurar que el sentimiento era mutuo-continuó mirándolo fijamente con tranquilidad-Ustedes los jóvenes se apresuran ante todo, incluso en las peleas, en las relaciones hay altibajos señor Anderson, pero no debemos darnos por vencidos ante ellos, usted fácilmente puede regresar a Nueva York y arreglarlo todo con él si así lo desea...-
-¡Él murió!-lo interrumpió Blaine desesperándose ante las tontas palabras de su ídolo y alzando la mirada donde sus ojos rojos parpadeaban con las mejillas escurriendo debido a las lágrimas.
-¿Qué?-preguntó el mayor en apenas un murmullo, tenia los ojos como plato y el semblante pálido. Blaine suspiró y se limpió las lágrimas del rostro.
-Bueno, él... no... no lo sé-dijo pasando su mano por su cabello y sintiendo un pequeño sollozo escapar de su traicionera garganta-Él estaba enfermo, muy enfermo y me convenció para que viniera a Londres, él me dijo que lo olvidara, que encontrara a alguien más, que fuera feliz con alguien más ¡PERO NO PUEDO!-estalló apretando su cabello con ambas manos y dejando caer su mochila al suelo, cerró los ojos y dejó que los sollozos salieran-¡Yo lo amo! Lo amo tanto y no sé si él... no sé si sigue... ¡Mierda! si yo regreso y él ya no está moriré, ¡No puedo con esto! Es demasiado... mierda-murmuró lo último cayendo al suelo sobre sus rodillas y cubriendo su rostro con las manos. Sintió una mano fuerte apoyándose en su espalda y luego un suspiro pesado.
-Sr. Anderson-comenzó el mayor. Blaine alzó la mirada y lo observó con dolor-Le tengo una propuesta.
SABÁDO 1:00 PM.
-Hola hermoso-chilló Rachel con alegría al entrar en la habitación de Kurt. Su sonrisa se borró completamente al ver al chico con los ojos cerrados, él siempre estaba despierto para la hora de visitas. Su corazón empezó a latir con fuerza y sus piernas temblaron al caminar a la camilla.
Se paró frente a la camilla y poco a poco alzó su mano hasta posarla en el pecho de su mejor amigo. Respiró fuertemente y se concentró como nunca, sus ojos se abrieron como plato y su mundo se derrumbó.
Finn escuchó desde el pasillo el grito de su novia. Instintivamente giró su rostro y sus ojos se encontraron con la mirada preocupada de Santana. Finn corrió por el pasillo a toda velocidad mirando fijamente la puerta blanca al final de este.
Más gritos.
Empujó la puerta con fuerza y su corazón dio un vuelco al ver la imagen frente a él. Rachel lloraba amargamente, desesperadamente abrazando con fuerzas el cuerpo inerte de Kurt. Lloraba y gritaba y lo miraba fijamente exigiéndole que despertara.
Pero no lo hacía.
Kurt no despertaba.
Se quedó petrificado en la puerta sintiendo que abandonaba su cuerpo totalmente. El momento había llegado. Esto era todo.
Su padre y un grupo grande de enfermeros entraron en la habitación haciéndolo a un lado y separando a Rachel del cuerpo del castaño.
Todos se acercaron a la camilla y movieron cosas a una velocidad impresionante. Finn seguía de pie, ahora con Rachel llorando en su pecho hoy Quinn, Santana, Puck y Sam a su lado mirando horrorizados la escena, pero Finn seguía sin reaccionar, sentía que esto no era real.
Era como si una parte de él estuviera muriendo.
Y así era, aunque aun no lo supiera.
***
N/A: No me odien mucho, no es mi intención escribir esto :c me desconecto y me dejo llevar y este es el producto, les prometo que al final valdrá la pena tanto sufrimiento. ¿Alguien esta fangirleando por el beso Klaine? yo sí, en estos días que se ven tan grises Klaine es el arco iris que alumbra mi vida :') Así que los veo el próximo domingo y si no me equivoco el siguiente capítulo traerá cosas buenas.
Besos .
***
Capítulo 31.-Una nueva decisión.
VIERNES 3:57 PM.
Tres minutos.
Tres largos e infinitos minutos.
Ese era el tiempo que faltaba para que su quinto mes en Londres terminara. Aun resultaba increíble el tan solo imaginar que había pasado todo ese tiempo alejado de lo que amaba, si hace dos años hubiera si quiera pensado en la posibilidad de viajar a otro continente y pasar seis meses allá separado de todo lo que conocía se hubiera vuelto completamente loco. Pero ahora, siendo esto realidad y estando a más de 5 mil kilómetros de distancia de su hogar... ya no se veía tan complicado y doloroso, aunque claro, lo era. Mierda que sí lo era, todo lo que conocía estaba en Nueva York y lo había abandonado sin siquiera mirar atrás, todo. Su familia, sus amigos, la escuela, Kurt... y sí, Blaine ya se permitía decir su nombre, al menos en sus pensamientos.
Habían pasado más de dos meses desde que había sabido algo de él y ante la incertidumbre de los hechos se había rendido ante el creciente deseo de nombrarlo, no en voz alta por supuesto, eso era aun un límite que no se atrevería a romper, decir su nombre a viva voz significaría aceptar que lo que había pasado era real, que ya no estaban juntos y que nunca lo estarían porque Kurt moriría, o probablemente ya lo estaba.
Suspiró frustrado y pasó su mano por su frente enterrando después sus dedos entre los rizos negros en su cabeza. Miró el reloj en la pared de nuevo.
Dos minutos.
El profesor continuaba hablando sobre algo a lo que Blaine no le había prestado atención ya que tenia algo más importante por lo cual preocuparse. La pregunta seguía en su cabeza, ¿Cómo estaba Kurt? ¿Estaba bien? ¿Seguía con vida? ¿Había vencido su enfermedad? O él... ¿Estaba muerto?
Aspiró aire fuertemente dejándolo estancado en sus pulmones por un momento, su respiración en pausa. Se mordió el labio inferior apretándolo entre los dientes con fuerza hasta hacerse daño, sus manos en puños sobre el pupitre temblaban ligeramente al igual que sus piernas. Parpadeó un par de veces tragando el nudo en su garganta, sus ojos húmedos y rojos a punto de estallar, él mismo estaba en un estado similar. Se sentía como si fuera a explotar, reventar, mil emociones emanando finalmente, rompiéndolo hasta el final, poco a poco cada célula de él, quebrantándolo, azotándolo contra el suelo, pisoteándolo. Se sentía como muriendo.
Y todo debido a Kurt. Él había planeado ir a Londres seis meses y después volver a América para trabajar en alguno de los teatros a cargo del Sr. Huntington, pero ahora regresar se veía como algo que lo destrozaría. ¿Qué pasaba si Kurt había muerto? Claro que Finn le había prometido mantenerlo al tanto sobre ella pero Blaine ya sabía por experiencia que su familia haría lo que sea para protegerlo, incluso mentirle, incluso ocultarle la muerte de Kurt.
Así que, ¿Que pasaría si él regresaba a Nueva York? Si volvía solo para descubrir que Kurt no lo había logrado, que Kurt se había ido... Él moriría. Regresar a una ciudad donde había pasado el mejor momento de su vida solo para encontrarse con la muerte de lo que más amaba en la tierra... eso no era algo por lo que él quisiera pasar. No podría hacerle frente a una situación así.
Todo lo que Blaine amaba estaba en Nueva York, pero francamente sin Kurt allí no tenía sentido regresar, sería como auto mutilarse, lastimarse simplemente y ni siquiera se sentía capaz de llamar a Finn para pedir información sobre el castaño, no podía hacer eso porque si su hermano le decía que Kurt había muerto, él moriría también.
No podía regresar, aun si Kurt siguiera con vida, aún si Kurt aún seguía luchando, ¿Si él regresaba y al final el castaño no lo lograba? Blaine se rompería por completo, terminaría de destruirse.
Y si sonaba egoísta a él no le importaba ya. Kurt había sido egoísta por mucho tiempo, pensando solo en él y eligiendo por ambos, era momento de Blaine de cuidar de sí mismo, protegerse, sanarse. Y aceptaba las consecuencias de sus acciones, sabía que se arrepentiría eternamente por simplemente sacar de su vida a Kurt, sabía que se odiaría por el resto de sus días por no haber regresado a Nueva York y pasar al menos un día con él, lo sabía, lo comprendía y resignado lo aceptaba.
Pero no podía hacer nada más que prometerse jamás enamorarse de nuevo, él se dedicaría de ahora en adelante completamente a su carrera, escribiría obras apasionantes y lo haría hasta la muerte.
Un minuto.
Suspiró y se aferró al collar de aguamarina que yacía en su pecho, miró por la ventana y parpadeó. Un extenso campo verde se extendía a su vista, flores de diversos tipos y grandes y frondosos arboles. Alzó su mirada un poco más y alcanzó a vislumbrar los edificios y rascacielos en la ciudad, el cielo nublado y las gotas cayendo golpeando el suelo y el vidrio donde su reflejo lo observaba de vuelta.
Ya no era él, de repente era una sombra de sí mismo, más delgado y pálido, con los ojos hundidos y los rizos largos y desarreglados. Su sonrisa se había ido y su semblante parecía el de un muerto.
Era tan trágicamente similar al cielo gris en la ciudad. Sin razón para sonreír, aceptando dejar de vivir y simplemente existir, convirtiéndose en un cuerpo sin alma, y odiando por siempre aquel día en que se anotó en esa estúpida lista, tomó una decisión.
Nunca regresaría a Nueva York.
SÁBADO 12:38 PM.
-Hola linda-dijo Finn entrando en la habitación que compartía con su novia.
Rachel alzó la vista y sonrió contenta, caminó hasta estar frente al alto y lo besó con cariño separándose después de unos segundos.
-Ya casi estoy lista-informó la castaña regresando a donde se encontraba inicialmente, frente al espejo. Finn se sentó en la orilla de la cama descansando sus manos sobre las piernas flexionadas y observó embelesado a su chica.
Rachel era su todo, siempre lo había sabido, desde la primera vez que la había visto, él lo había presentido. Y ahora aquí estaban, finalmente eran novios, enamorados, y completamente perdidos por el otro.
Sonrió tristemente al reconocer las circunstancias que los habían unido, si no hubiera sido por Blaime y Kurt, ellos nunca hubieran comenzado esto que tenían... no podía estar más agradecido por haber conocido a Kurt y Rachel aquel día en la cafetería, pero tampoco podía dejar de odiar todo lo que había pasado después, especialmente con Kurt.
Él lo quería tanto, como un hermano, eso era para Finn, Kurt era como un pequeño hermano menor al cual tenía que cuidar, al menos así lo sentía, tenían este lazo que no podían ocultar y se sentía totalmente afortunado de haber tenido la oportunidad de conocerlo. Rachel no se sentía celosa ya que ella amaba igualmente al castaño, ya no lo amaba como algo más, ahora simplemente lo amaba, con la misma intensidad y con el mismo dolor.
Finn no sabia nada de Blaine ahora, no tenia idea de que sucedía en su vida y no se atrevía a comunicarse con él por temor a incomodarlo y desencadenar alguna pelea, así que mejor esperaría paciente por noticias por parte del moreno.
Había perdido contacto con su hermano pero había ganado uno nuevo.
Finn se había mudado a la casa de Rachel hacía exactamente un mes atrás y no podría ser más feliz, claro que la ausencia de Kurt aun se sentía muy fuerte. La casa se sentía vacía y lúgubre sin el castaño rondando por ahí, sin caminar por los pasillos sin estar más.
Sus cosas también se habían ido, su cuarto estaba completamente vacío y ni siquiera su cama estaba allí. La habitación que le había pertenecido a Kurt ahora estaba solitaria y gris y permanecía cerrada todo el tiempo, Finn y Rachel no se permitían entrar ahí porque era como abrir una herida que apenas sanaba.
Finn había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había llegado a casa solo para encontrarse con los sollozos desesperados de Rachel, y en todas las ocasiones era lo mismo, él suspiraría afligido, caminaría a la habitación de Kurt y encontraría a Rachel derrumbada en el suelo llorando ante los recuerdos de Kurt, entonces él la abrazaría y le susurraría al oído e intentaría tranquilizarla y hacerla sentir mejor aunque ambos sabían que esto era imposible. Nunca estarías calmados, ambos estaban destrozados, frustrados y resignados.
Rachel se culpaba a sí misma todo el tiempo, reclamándose el no haber notado los cambios en su amigo, odiándose por no haber insistido más, llorando por no haberlo descubierto a tiempo.
Era lo mismo con Finn, él lo había descubierto, había leído los expedientes en el consultorio de su padre y no le había dicho a Blaine, si él hubiera sabido tal vez hubiera convencido a Kurt de aceptar el tratamiento, tal vez lo hubiera hecho a tiempo, tal vez se hubiera curado.
Eran tantos los hubieras y tantas las culpas pero siempre lograban salir adelante, el uno por el otro, Rachel por Finn y Finn por Rachel, se sostenían mutuamente, ambos cayendo y ambos con odio propio, ambos curándose y ambos ayudándose a perdonar.
Pero ambos con el dolor de visitar a Kurt en el hospital solo para verlo postrado en la cama, conectado a esas estúpidas maquinas y sonriendo sin fuerzas aferrándose a su tonto muñeco de felpa...
Ambos con el dolor de sentarse día con día junto a la camilla de Kurt y escucharlo intentar contar las historias de él y Blaine, sus ojos brillantes en ilusión mientras decía que algún día él volvería.
Ambos con el dolor de la noticia de que Kurt no lo lograría, el conocimiento de que sus últimos exámenes no habían mostrado ninguna mejora y las palabras del doctor especialista diciendo que era probable que él no llegara al año siguiente. él
Simplemente con el dolor de decirle adiós a Kurt, su familia, su más querido hermano.
-¿Vamos?-preguntó Rachel parándose frente a Finn y sacándolo de sus pensamientos. El chico alto parpadeó un par de veces y puso una sonrisa leve en su rostro.
-Vamos-dijo poniéndose de pie y tomando la mano de su novia para dirigirse al hospital.
SÁBADO 7:39 PM.
-¡Oh! lo siento, lo siento-se disculpó Blaine al chocar con alguien en el pasillo vacío.
-No, no te preocupes, mi culpa-respondió la otra persona y Blaine abrió los ojos como plato al verlo.
-S.. Serñor Huntington...-balbuceó nervioso-Yo.. yo lo siento tanto, estaba distraído y doble sin fijarme, ¿Lo lastimé? En serio, en serio lo siento yo...-
-Hey, hey, tranquilo chico-lo interrumpió el mayor sonriendo divertido y poniendo una mano en su hombro-No me lastimaste, fue mi culpa, me giré abrupta mente y choqué contigo-continuó sonriendo.-Sin embargo-dijo poniéndose serio-Eso de estar distraído ¿Es algo común en ti ahora no? Tus maestros me dijeron que aunque tu rendimiento es alto y superior al resto, no es el máximo que saben que puedes dar-informó mirándolo curioso. Blaine se mordió el labio fuertemente y apretó los puños sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. El mayor frunció el ceño al notar la reacción de chico y lo miró fijamente-¿Está bien? Todos viajaron a sus casas por el fin de semana ¿Usted no debería viajar a Nueva York para visitar a ese novio suyo? El loco adorable...-
-No-lo interrumpió Blaine con la voz rota. No quería escuchar esto-Yo... yo ya no regresaré a Nueva York... nunca.-confesó mirando hacia el piso rogando por que las lágrimas no salieran. El Sr. Huntington frunció el ceño.
-Bueno, esa es una decisión apresurada, si usted terminó su relación con aquel chico no debería imponerse jamás regresar allá-dijo con sinceridad-Según lo que usted me había dicho él era el amor de su vida y por las acciones de él puedo jurar que el sentimiento era mutuo-continuó mirándolo fijamente con tranquilidad-Ustedes los jóvenes se apresuran ante todo, incluso en las peleas, en las relaciones hay altibajos señor Anderson, pero no debemos darnos por vencidos ante ellos, usted fácilmente puede regresar a Nueva York y arreglarlo todo con él si así lo desea...-
-¡Él murió!-lo interrumpió Blaine desesperándose ante las tontas palabras de su ídolo y alzando la mirada donde sus ojos rojos parpadeaban con las mejillas escurriendo debido a las lágrimas.
-¿Qué?-preguntó el mayor en apenas un murmullo, tenia los ojos como plato y el semblante pálido. Blaine suspiró y se limpió las lágrimas del rostro.
-Bueno, él... no... no lo sé-dijo pasando su mano por su cabello y sintiendo un pequeño sollozo escapar de su traicionera garganta-Él estaba enfermo, muy enfermo y me convenció para que viniera a Londres, él me dijo que lo olvidara, que encontrara a alguien más, que fuera feliz con alguien más ¡PERO NO PUEDO!-estalló apretando su cabello con ambas manos y dejando caer su mochila al suelo, cerró los ojos y dejó que los sollozos salieran-¡Yo lo amo! Lo amo tanto y no sé si él... no sé si sigue... ¡Mierda! si yo regreso y él ya no está moriré, ¡No puedo con esto! Es demasiado... mierda-murmuró lo último cayendo al suelo sobre sus rodillas y cubriendo su rostro con las manos. Sintió una mano fuerte apoyándose en su espalda y luego un suspiro pesado.
-Sr. Anderson-comenzó el mayor. Blaine alzó la mirada y lo observó con dolor-Le tengo una propuesta.
SABÁDO 1:00 PM.
-Hola hermoso-chilló Rachel con alegría al entrar en la habitación de Kurt. Su sonrisa se borró completamente al ver al chico con los ojos cerrados, él siempre estaba despierto para la hora de visitas. Su corazón empezó a latir con fuerza y sus piernas temblaron al caminar a la camilla.
Se paró frente a la camilla y poco a poco alzó su mano hasta posarla en el pecho de su mejor amigo. Respiró fuertemente y se concentró como nunca, sus ojos se abrieron como plato y su mundo se derrumbó.
Finn escuchó desde el pasillo el grito de su novia. Instintivamente giró su rostro y sus ojos se encontraron con la mirada preocupada de Santana. Finn corrió por el pasillo a toda velocidad mirando fijamente la puerta blanca al final de este.
Más gritos.
Empujó la puerta con fuerza y su corazón dio un vuelco al ver la imagen frente a él. Rachel lloraba amargamente, desesperadamente abrazando con fuerzas el cuerpo inerte de Kurt. Lloraba y gritaba y lo miraba fijamente exigiéndole que despertara.
Pero no lo hacía.
Kurt no despertaba.
Se quedó petrificado en la puerta sintiendo que abandonaba su cuerpo totalmente. El momento había llegado. Esto era todo.
Su padre y un grupo grande de enfermeros entraron en la habitación haciéndolo a un lado y separando a Rachel del cuerpo del castaño.
Todos se acercaron a la camilla y movieron cosas a una velocidad impresionante. Finn seguía de pie, ahora con Rachel llorando en su pecho hoy Quinn, Santana, Puck y Sam a su lado mirando horrorizados la escena, pero Finn seguía sin reaccionar, sentía que esto no era real.
Era como si una parte de él estuviera muriendo.
Y así era, aunque aun no lo supiera.
***
N/A: No me odien mucho, no es mi intención escribir esto :c me desconecto y me dejo llevar y este es el producto, les prometo que al final valdrá la pena tanto sufrimiento. ¿Alguien esta fangirleando por el beso Klaine? yo sí, en estos días que se ven tan grises Klaine es el arco iris que alumbra mi vida :') Así que los veo el próximo domingo y si no me equivoco el siguiente capítulo traerá cosas buenas.
Besos .
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho el capitulo por favor que kurt no este muerto estuvo muyyyy triste esperare ansioso el siguiente capitulo me gusta mucho esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Muy triste el último capítulo, ¡pobre de Kurt y Blaine!
Crecen mis ansias por saber el resto de esta historia que, respecto a la respuesta a mi comentario anterior, ya es hermosa, con un drama que se disfruta y un destino incierto, ¿Kurt sobrevivirá? ¿Blaine regresará? ¿Romie reflexionará y será buena?
Ya lo veré en el siguiente capítulo y sí, estuve "fanboyeando" con el beso de Klaine, pero ¡Walter! ¡arghhh! Pobre de Blaine, no pudo declarar su amor por Kurt...
Espero que pronto se reconcilien y que haya más arcoiris en tu vida, pero sin duda Klaine es uno de los más importantes.
¡Sigue escribiendo!
Crecen mis ansias por saber el resto de esta historia que, respecto a la respuesta a mi comentario anterior, ya es hermosa, con un drama que se disfruta y un destino incierto, ¿Kurt sobrevivirá? ¿Blaine regresará? ¿Romie reflexionará y será buena?
Ya lo veré en el siguiente capítulo y sí, estuve "fanboyeando" con el beso de Klaine, pero ¡Walter! ¡arghhh! Pobre de Blaine, no pudo declarar su amor por Kurt...
Espero que pronto se reconcilien y que haya más arcoiris en tu vida, pero sin duda Klaine es uno de los más importantes.
¡Sigue escribiendo!
EricIsmaelGM* - Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 10/02/2015
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Darrinia escribió:
Este capítulo es triste pero feliz al mismo tiempo. Disfrutalo.
gleeclast escribió:Me gusto mucho el capitulo por favor que kurt no este muerto estuvo muyyyy triste esperare ansioso el siguiente capitulo me gusta mucho esta historia
Muchas gracias por leer. Kurt no está muerto y sí, el capítulo pasado estuvo triste pero este será aun más XD pero no te preocupes, tiene algo MUY bueno al final
EricIsmaelGM escribió:Muy triste el último capítulo, ¡pobre de Kurt y Blaine!
Crecen mis ansias por saber el resto de esta historia que, respecto a la respuesta a mi comentario anterior, ya es hermosa, con un drama que se disfruta y un destino incierto, ¿Kurt sobrevivirá? ¿Blaine regresará? ¿Romie reflexionará y será buena?
Ya lo veré en el siguiente capítulo y sí, estuve "fanboyeando" con el beso de Klaine, pero ¡Walter! ¡arghhh! Pobre de Blaine, no pudo declarar su amor por Kurt...
Espero que pronto se reconcilien y que haya más arcoiris en tu vida, pero sin duda Klaine es uno de los más importantes.
¡Sigue escribiendo!
Gracias por leer y lo siento por el capítulo pasado. Este es mejor. Hoy pasa algo que da una pista grandisima sobre lo que tiene Kurt (Vaya, ya se los estoy prácticamente diciendolo) Romie te sorprenderá hoy . Ya poco a poco todo se irá resolviendo, en serio, ya viene lo bueno. Saludos
Subo el nuevo capítulo en unos minutos, les tengo una sorpresa
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
ACTUALIZACIÓN!! Un millón de estrellas en el cielo. Capítulo 32 y 33.
N/A:HOLAAAAAAAA hermosas criaturas :3 desaparecí el fin de semana anterior pero ya estoy de vuelta. De acuerdo, les tengo una sorpresa y la sorpresa es que me emocioné escribiendo y escribí dos capitulos para ustedes :3. Okay, ahora necesito que hagan algo por mí ¿De acuerdo? Tienen que abrir Youtube y entrar a este link (https://www.youtube.com/watch?v=1FnaibqyVsg) y dejarlo en pausa. Ahora regresen acá y lean :D llegara un momento en el que les diré que pongan la canción y deben escucharla o pierde la escencia . Haganlo mis hermosos. Disfruten la lectura.
Capítulo 31.-Una visita inesperada.
VIERNES 11:24 AM.
-¿Blaine?-
El moreno alzó la vista y miró sorprendido a la persona que estaba de pie frente a él. Esa mañana había decidido salir de su nuevo departamento y desayunar algo diferente en algún lugar bueno en la ciudad. Y sí. Aún seguía en Londres. Su intercambio había finalizado tres meses atrás pero había decidido que definitivamente, regresar a América, no era ni siquiera una posibilidad. Era por eso que le sorprendía ver a quien tenía frente a él, se suponía que ella ya había regresado a Nueva York.
-Hey, Romie-saludó sonriendo o al menos intentando hacerlo, últimamente las emociones de felicidad no le sentaban muy bien-¿Cómo estás? ¿Qué haces en Londres?-preguntó cortésmente.
-Bueno-inició ella sonriendo nerviosa.-Es una larga historia ¿Puedo sentarme?-preguntó amablemente. Blaine la miró por unos segundos y frunció el ceño. Romie se veía muy diferente, demasiado diferente. Su larga cabellera rubia ahora era corta y sus ojos parecían lucir más nobles, era un cambio extraño pero sin duda, muy bueno para la chica. Blaine asintió después de unos segundos.
-Claro, siéntate-dijo ofreciéndole la silla de enfrente. Romie murmuró un "gracias" y tomó lugar.-Entonces... cuéntame.-pidió el moreno mirándola expectante. Romie suspiró y se mordió el labio antes de hablar.
-Okay... ¿Recuerdas la propuesta que te hizo el Sr. Huntington?-preguntó y entonces la respiración de Blaine se detuvo por unos segundos.
-FLASHBACK-
Blaine se encontraba sentado en un mullido sillón de cuero frente al grande escritorio del Sr. Huntington en el despacho de este. El mayor lo observaba sentado al otro lado del escritorio, los brazos cruzados, parecía estar juzgando el aspecto del moreno ya que lo miraba fijamente sin quitarle la vista de encima, sin parpadear, casi sin respirar.
-¿Por qué me pidió que viniera?-preguntó tímidamente Blaine después de varios minutos bajo el escrutinio del otro.
-Bueno, señor Anderson, debe saber que el ver a un joven llorar amargamente en un pasillo conmueve el corazón hasta de la persona más dura-inició observándolo con compasión.
-Lo siento por eso-se disculpó el moreno sonrojándose ligeramente ante su comportamiento anterior hace unos minutos cuando se había largado a llorar en el piso frente a su futuro jefe.
-Bah, no te disculpes por eso chico, soy un director de teatro, aprecio el drama-dijo sonriendo.-Y exactamente de eso quería hablarte-continuó poniéndose de pie y caminando hacia un librero donde rebuscó por varios segundos hasta dar con un libro de portada verde. Lo abrió y lo hojeó mientras continuaba hablando-Puedo decir con seguridad que usted Sr. Anderson es el mejor estudiante que tengo hasta ahora, sus notas son esplendidas y su talento es innegable, pero lo que más me gusta sobre usted es definitivamente su pasión-dijo deteniendo su hojeo en una página específica y sonriendo victorioso hacia esa hoja.-He leído la obra que está escribiendo y no tengo palabras para describir lo maravillosa que es, usted ha elegido moverse a través de un mundo frágil y roto lleno de oscuridad y problemas y ha escrito sobre él, con el mensaje de que todo se puede vencer con el amor-dijo tomando el sobre blanco que se encontraba en la página del libro donde se había detenido segundos antes.-Su obra es oro y necesita ser vista por la gente lo más rápido posible-
Blaine abrió los ojos como plato y su respiración se atoró en sus pulmones. No podía ser cierto. Debía estar equivocado... El sr. Huntington estaba ofreciéndole....
-¿U.. Usted...-balbuceó el moreno temblando ligeramente. El mayor caminó hacia él sentándose en su silla de nuevo sosteniendo algo entre sus manos.
-Sí, estoy ofreciéndole poner su obra en escena, bajo su propia dirección y en uno de los teatros más importantes en Broadway-lo interrumpió sonriéndole complacido.-¿Qué piensa?-
-FIN DEL FLASHBACK-
-Uhm... Sí-murmuró Blaine mirando hacia la mesa-Sí, lo recuerdo-
-Bueno pues, todos nos enteramos de que rechazaste esa oferta-informó la rubia parpadeando confundida. Blaine palideció un poco y tragó duro.
-Uhm... Sí-afirmó nervioso-Yo, yo no podía regresar a Nueva York, aun no puedo-confesó mirando hacia el mantel donde sus manos temblaban ligeramente.
-Lo sé-dijo Romie sonriendo con compasión-Y también sé la razón-
-¿Lo sabes?-preguntó mirándola sorprendido. Romie se mordió el labio y subió su mano hasta posarla sobre la del moreno.
-Yo lo ví-dijo mirándolo fijamente a los ojos. Blaine no reaccionó, no parpadeó confundido, no se alejó espantado, su corazón no latió más rápido ni su respiración se atascó en sus pulmones. Simplemente se quedó en blanco, su mente pareció dejar de funcionar y su corazón dejar de latir. Subió la mirada y observó los ojos enrojecidos de la muchacha, parecía conmovida, a punto de llorar.
-Estaba paseando en el parque y lo vi-continuó mirando hacia la mesa y mordiéndose el labio nuevamente, era como un gesto que mostraba cuan nerviosa se encontraba acerca de algo, el porqué, era lo que intrigaba al moreno-Finn y la bestia de su amiga lo llevaban en una silla de ruedas, él... Dios, Blaine, yo no sabía que él estaba enfermo, no sabía que estaba tan mal, está casi irreconocible-dijo angustiada apretando los labios intentando sostenerse-Yo antes simplemente lo odiaba pero ahora... Él es fuerte, Blaine, pero lo vi, él se está rindiendo-informó haciendo que finalmente Blaine tuviera una reacción.
Miedo.
Él no quería que Kurt se rindiera, era como que no podía verlo de nuevo pero quería saber que aún estaba ahí, que seguía con vida, luchando, esforzándose, intentándolo. Aún tenía esta tonta fantasía en donde tal vez algún día pudiera volver, estar con él, besarlo, abrazarlo, amarlo, sin enfermedades de por medio, solo ellos dos, felices al fin. Y aunque sabía que no era más que eso, una fantasía, algo tonto y estúpido creado por su roto corazón como pegamento para intentar arreglarse, unir todas las piezas y juntarlas de nuevo, aun así, se permitía seguir soñando.
-Él está vivo-dijo en un corto susurro. Su voz rota y más pequeña que nunca, con los sentimientos a flor de piel.
-Él está vivo-repitió la rubia con una sonrisa. De repente la sonrisa se esfumó-Pero él casi no lo está-continuó-Hablé con él, y está envuelta en un entorno tan lúgubre, todos a su alrededor sonríen forzadamente, con las miradas tristes, es como si fingieran que no pasa nada aunque la verdad esté frente a sus ojos. Tu hermano y su novia parecen muertos en vida, están desgastados, asustados, aterrorizados, pude verlo en sus ojos-confesó negando con la cabeza y desviando la mirada del semblante a punto de romperse del moreno-Y no quiero lastimarte más Blaine... Pero lo peor es él, tu Kurt-dijo y Blaine cerró los ojos apretando los labios porque no se sentía listo para escuchar esto. No aún.-Él me preguntó por ti, no hizo nada más que eso, él estaba realmente triste porque no habías regresado, le dije que no sabía mucho de lo que había pasado contigo y él... Bueno, él me dijo que si en serio te quería regresara contigo y... Y me quedara contigo- finalizó mirándolo fijamente. Blaine abrió los ojos y la observó sorprendido. Kurt la había enviado a verlo, Kurt, su Kurt. Él le había dicho a Romie, su peor enemiga que volviera a Londres y lo consolara, que fuera su remplazo... No podía creerlo.
Estaba tan jodidamente enojado con Kurt.
¿Por qué Kurt decidía por él? Él le había dicho que se fuera y él había obedecido, pero esto era más que eso. Esto era romper la tonta fantasía que había creado en su cabeza. Esto era finalmente resignarse, aceptar que iba a llegar un momento en el que Kurt se iba a ir y entonces él debería enfrentarse a esta vida solo. Esto era olvidar a Kurt, dejarlo atrás, y dejar a atrás a Kurt era algo que Blaine jamás iba a hacer.
-Y yo en serio te quiero mucho Blaine-dijo Romie sonriendo con lágrimas en los ojos-Te traté mal al principio pero después me di cuenta de que eras lo que buscaba, eras todo lo que necesitaba, aun lo eres, sé que eres tú-confesó y entonces negó con la cabeza aun sonriendo. Alzó la vista y lo observó decidida.-Y es por eso, porque te quiero, que no me voy a quedar contigo-dijo tomando su bolso y poniéndose de pie-Regresa a Nueva York, Blaine-continuó con lágrimas corriendo por sus mejillas-Regresa con Kurt, él te necesita, ambos están destinados, vuelve con él-
Blaine miró boquiabierto como la rubia se inclinó para dejarle un casto beso en la frente, soltó un ligero sollozo y entonces puso un sobre blanco en la mesa y se retiró del local y de la vida de Blaine, esta vez para siempre.
Blaine observó el sobre frente a él con la respiración apresurada, su corazón latía más rápido, todo estaba a una velocidad extrema pero al mismo tiempo todo se había detenido, nada valía algo, todo estaba intacto. Blaine estaba en shock, se sentía mareado, confundido y maravillado. Leía y leía de nuevo la única frase escrita en el sobre y entonces su todo se volvía nada en segundos. La letra desprolija escrita sobre el blanco papel lo destrozó de una vez por todas. Con esa carta había iniciado su sufrimiento, era el comienzo de su rompimiento, era el principio del final.
Esa carta.
Esas palabras.
Capítulo 33.-Gravity.
De: Kurt Hummel para el Sr. Huntington.
La mente de Blaine estaba nublada, su interior se sacudía con ferocidad, todo estaba borroso, no sabía si era producto de su imaginación o si verdaderamente había cruzado un límite y ahora estaba a punto de desmayarse. Fuera lo que fuera tenía que salir de ahí ya mismo. Con manos temblorosas sacó su billetera y dejó algunos billetes sobre la mesa sin importarle si era el pago correcto, no tenía tiempo para buscar por la cantidad correcta, se estaba desvaneciendo, y su mirada permanecía perpetuamente fijada en el sobre blanco que lo estaba matando.
Se puso de pie y tuvo que sostenerse de la mesa por un segundos debido a que sus piernas parecían hechas de gelatina, en cualquier momento caería. Cerró los ojos y respiró profundo un par de veces. Contó hasta diez y abrió los ojos, sus orbes miel se fijaron en la carta nuevamente, no quería tocarla, estaba seguro de que quemaría, que lo asesinaría, tan solo el tacto con ese trozo de papel lo desgarraría por completo.
Pero a final de cuentas tenía que salir de ahí y no podía abandonar la carta en ese restaurante, tenía que tomarla e ir a su departamento, sentarse, respirar y leer, y aunque sonaba como algo sensato, maduro y brillante, la verdad era que Blaine no estaba tan seguro de querer hacer eso. Prefería ser tonto, infantil y estúpido y correr lejos de ahí para olvidarse de todo. Era injusto que algo escrito por Kurt le fuera entregado a él, era solo una persona, no era capaz de sobrellevar tanto, era demasiado dolor para un simple mortal.
Era demasiado por soportar.
Y sin embargo lo hizo. Tomó el sobre y caminó lejos de ahí. Caminó, caminó y caminó un poco más. Caminó tanto que sus piernas ahora se sentían como rocas pesadas de llevar y sus pulmones como dos globos a punto de explotar. Estaba en un parque, o eso suponía, había pasto y muchos árboles, columpios y gente feliz por todos lados, este era un buen lugar, podría quedarse aquí.
Se sentó debajo de un gran y frondoso roble y miró el paisaje frente a él. Todo era verde y sonrisas, el cielo azul era un contraste hermoso con el pasto y los globos de colores que los niños sostenían eran como puntos borrosos adornado su alrededor. Suspiró cerrando los ojos y tomando el sobre con ambas manos. Lo haría, estaba a punto de hacerlo.
Sus manos nunca habían temblado tanto como cuando abrió el sobre finalmente. Con cuidado sacó la hoja doblada que estaba dentro y lentamente la abrió.
¿Alguna vez ha tenido algo hermoso? ¿Algo tan hermoso y perfecto que lo convertía en un ser egoísta al no quererlo compartir con nadie? Solo imagínelo, la cosa más preciosa en la tierra, su mayor tesoro, lo que más ama en el mundo. Algo tan perfecto y frágil en tus crueles manos, algo que puedes romper pero que en realidad quieres cuidar, proteger de todos, alejarlo del mal, del temor, del dolor y del sufrimiento, aun si todo eso proviene de ti... ¿Sería egoísta y se lo quedaría aun así? ¿Lo mantendría con usted aun sabiendo que lo romperá en cualquier momento? ¿Decidiría ser bondadoso? ¿Lo dejaría libre? ¿Permitiría que tuviera una hermosa vida, la vida que merece aun sabiendo que no podrá tenerlo nunca más? ¿Lo alejaría de usted aun sabiendo que no sería suyo nunca más?
Pues mi estimado Sr. Huntington, yo nunca fui una buena persona. Nunca he ido a la iglesia ni le he rezado a algún dios, jamás he donado a la caridad ni he ayudado a los demás, pero por primera vez en la vida estoy intentando hacer lo correcto, y lo correcto es dejar que Blaine tenga la vida que merece, una vida sin dolor, una vida sin mí.
Él es lo más precioso que alguna vez haya tenido, es lo más importante que tengo y lo más hermoso que nunca tendré. Él es mi todo y más, me completa y me hace mejor, con él soy una nueva persona, mi amor por él no tiene punto de comparación, él es lo que me mantiene vivo. Pero me temo que estoy absorbiendo todo lo bueno en él, poco a poco extinguirá su luz y eso es algo injusto para él.
Blaine no sabe que yo sé sobre su audición, él nunca me lo diría, fue su hermano sin embargo, él me dijo que Blaine había aplicado para esta universidad y entonces me sentí mal, me sentí desecho, él tendría que irse, se alejaría de mí. Fui egoísta. Por unos días intenté mantener esa idea lejos de mi cabeza pero entonces todo cayó sobre mí, él no hará nada si se queda aquí, él pertenece a los escenarios, él pertenece a la fama, él pertenece a las estrellas.
Él nunca se rinde, nunca lo hará, es testarudo, infantil, irritante y aferrado. Usted nunca lo verá dejar nada a medias, nunca lo verá suspirar frustrado, usted nunca lo verá correr, nunca lo verá darse por vencido. Si usted le da algo él lo hará mejor, si usted le ofrece algo él lo tomará y romperá cada una de sus expectativas llevando lo que sea a un nivel más alto de lo cualquiera espera.
Blaine es el hombre más talentoso que he tenido el honor de conocer y francamente si usted no sabe apreciar la maravillosidad de su talento y gracia, entonces usted no es nadie. Blaine es lo mejor que alguna vez podrá encontrar, él se entrega a lo que hace, él lucha por lo que quiere, él logrará todo lo que se propone con o sin su ayuda. Algún día "Blaine Anderson" estará escrito con luces brillantes en cada teatro en cada ciudad, él será todo, y usted querrá ser parte de eso.
Y si esto no es suficiente, ¿Recuerda la pregunta que le hice al principio? Blaine es eso para mí. Es mi tesoro más grande, es mi cosa preciosa, es mi mundo, mi cielo y desgraciadamente yo soy su infierno. Es por eso que quiero que él se aleje de aquí, él será alguien nuevo, él cumplirá sus sueños. Todos tienen algo especial e importante que les da sentido a sus vidas, pues yo le estoy obsequiando lo que le da sentido a la mía, a Blaine.
Y estoy intentando, en serio me esfuerzo por ser buena persona, esto es lo correcto, que él se vaya es lo mejor que puedo hacer por él, pero no quiero hacerlo. Soy egoísta y lo quiero para mí, y es aquí donde entra usted. Ayúdeme a ser mejor persona, acéptelo en su escuela, descubra lo maravilloso que es, aléjelo de mí. Ayúdeme a hacer lo correcto. Tómelo. Dele todo lo que merece. Ayúdelo a brillar, él lo hará.
Y dígale que lo amo. Dígale que siempre lo haré.
Sinceramente y con todo el corazón.
Blaine leyó de nuevo la carta y de nuevo una vez más. Leía las líneas una y otra vez hasta que las letras se volvieron puntos borrosos y el blanco papel se manchó con gruesas lágrimas. Y lloraba mientras leía, lloraba mientras se ponía de pie. Lloró mientras corría a su departamento. No podía parar de llorar.
Kurt no podía parar de llorar. Todo ardía, todo dolía, era un infierno en vida. Estaba mareado, cansado y su cuerpo entero pulsaba en dolor. Su garganta irritada seguía expulsando vomito ácido y sus ojos no paraban de escurrir lágrimas de sufrimiento.
Finn estaba a su lado lo sostenía con fuerza y besaba su cabeza libre de cabello teniendo frente a él una cubeta grande para que vaciara su estómago ahí. Rachel se mantenía en la esquina de la habitación, cubriendo sus oídos, apretando los ojos, llorando en silencio.
Las agujas enterradas en las venas de Kurt lo trajeron de vuelta a la realidad, una nueva ola de dolor lo atacó, gritó con fuerza y sintió a Finn sollozar junto a él. Gritó hasta quedar inconsciente por unos segundos y entonces regresó en sí al sentir más dolor, ya no podía gritar, lamentos apagados salían por su boca, sus dientes apretados. Miraba al techo mientras lloraba y solo pensaba en algo.
Blaine.
Blaine tropezó al entrar a su departamento cayó en el piso chocando fuertemente sus rodillas contra la dura madera. Un sollozo desgarrador escapó de su garganta y entonces perdió el poco control que le quedaba. Arrastrándose por el piso se movió hacia el librero en donde tiró al suelo todo lo que se encontraba en él. No le importaba, quería echar abajo todo.
Con la cara roja de furia y los ojos acuosos en lágrimas se movió por la sala rompiendo cada cosa rompible que encontraba. Floreros, discos, libros, plantas, cojines e incluso las fotos que conservaba ahí. La casa era un caos, lo que no estaba roto estaba aplastado, machacado o al menos tirado en el piso. El enojo corría por sus venas, era una explosión de emociones ahora mismo. No sabía cómo sentirse.
Pasó las manos por su cabello y jaló con fuerza los mechones hasta lograr hacerse daño y gritar de dolor, aunque claro, ese no era el único dolor. El dolor en su alma era peor, era irreparable, no tenía remedio, estaba roto, finalmente estaba roto. Sollozó una vez más y cubrió sus ojos con sus manos, caminó sin saber a dónde se dirigía y sus pies lo llevaron inconscientemente al banquillo del piano que mantenía abandonado ahí.
Nunca lo había tocado desde que había llegado, solo lo utilizaba para intentar componer pero nada salía de él, no tenía inspiración, no tenía nada, pero ahora lo tenía, ahora tenía este cumulo de emociones y sentimientos batallando a muerte en su interior, ahora tenía la experiencia real de un corazón roto, un corazón sin vida, alguien incompleto, ahora sabía lo que era llorar.
Ahora podía cantar. (Aquí pongan la música)
Sentándose en el banco posicionó sus dedos sobre las teclas, las miró por varios minutos sin que nada sucediera, sin tocar nada, ni una melodía emanando de él. Pero entonces cerró los ojos y la perfecta imagen de Kurt apareció frente a él. Kurt, su hermoso Kurt. Kurt sonriendo, Kurt bailando, Kurt besándolo, Kurt acariciándolo, Kurt sosteniéndolo, Kurt amándolo.
La melodía se creó por sí mima.
Era algo simple, unos acordes nada más pero era algo, algo que Blaine nunca había tenido. Y mientras tocaba su mente desenvolvía frente a él toda clase de recuerdos pero todos con algo en común, Kurt estaba en todos ellos. Recuerdos dulces como Kurt con la nariz manchada de chocolate, cruzando los ojos para intentar verse, sonriendo emocionado, sonrojándose, recuerdos agrios, como Kurt molesto, mirándolo irritado cuando él pasaba demasiado tiempo en algún videojuego y no en el castaño, con el ceño fruncido, los brazos cruzados y esa fina ceja levantándose indignada. Recuerdos felices, como Kurt tomando su mano mientras corrían bajo la lluvia que caía sobre ellos, ambos riendo a carcajadas, sin límites, sin arrepentimientos, solo siendo ellos. Y recuerdos tristes, como Kurt enfermo, Kurt llorando, Kurt diciéndole que debería irse, Kurt escribiendo esa carta, Kurt muriendo, Kurt muriendo en ese momento.
Baby
It's been a long time coming
Such a long, long time
Su voz salió rota, quebrada, baja, casi inaudible. Las palabras decían demasiado, había pasado tanto tiempo ya, tanto, tanto que se sentía como una eternidad.
And I can't stop running
Such a long, long time
Can you hear my heart beating?
Can you hear that sound?
'Cause I can't help thinking
And I won't stop now
Kurt sollozó otra vez. Dolía. Dolía demasiado. ¿Dónde estaba? ¿Estaba de nuevo en el orfanato? No quería estar solo ahí, los hombres malos lo tocarían de nuevo, él no quería que lo tocaran. Todo a su alrededor era oscuro pero se estaba quemando, alguien vendría, ya venían los malos, ellos siempre entraban a hurtadillas cuando todos dormían, siempre lo tomaban a él y lo llevaban al baño, lo tocaban, lo usaban, hacían todo con él. Ya venían, estaban cerca, no lo quería, quería que se fueran.
Gritó de nuevo.
And then I looked up at the sun
And I could see
Oh, the way that gravity pulls on you and me
And then I looked up at the sky
And saw the sun
And the way that gravity pushes on everyone
On everyone
Las lágrimas de Blaine escurrían ya sin ser detenidas. Su voz mientras cantaba sonaba más bien como un gruñido de una persona agonizando, y solo tal vez eso era lo que estaba pasando. Blaine se sentía sin remedio, sin ayuda, sin motivo para seguir, no tenía nada excepto a Kurt y ya lo había perdido. Kurt seguía luchando, él estaba peleando, pero se estaba cansando también, y ya estaba llegando a su límite. Se iba a rendir. Y si Kurt se rendía, Blaine también lo haría.
Baby
When your wheels stop turning
And you feel let down
And it seems like troubles
Have come all around
Un grito, un sollozo, un gruñido. Todo al mismo tiempo. Ya casi estaba terminando, el líquido forzado por sus venas ya pronto terminaría de entrar y entonces él sería libre hasta la próxima semana. Tendría unos días de tranquilidad, podría salir al parque con Finn y Rachel, podría dejar que Quinn trajera a Nathan de nuevo, podría ver películas con Santana o jugar algún juego de mesa con Sam y Puck. Podría ir a casa tal vez y tocar un poco de piano, había escrito una hermosa canción para Blaine y no podía esperar a que él la escuchara.
Sonrió casi sin fuerzas.
Estaba cubierta de sudor, lágrimas y otros fluidos. Su cuerpo temblaba en los brazos de Finn pequeños gimoteos aun intentaban salir de su garganta. Pero aun así sonreía. Sonreía pensando en él.
I can hear your heart beating
I can hear that sound
But I can't help thinking
And I won't look now
Blaine tomó una decisión y esta vez estaba completamente seguro de que era la correcta, no había error. Esto era lo que debía hacer. Esto era lo que haría, nada lo iba a detener, nada ni nadie. Estaba decidido, Él tenía que hacer esto.
Una sonrisa floreció en sus labios mientras continuaba esparciendo su corazón en la melodía y en el canto.
No podia esperar más.
And then I looked up at the sun
And I could see
Oh, the way that gravity pulls on you and me
And then I looked up at the sky
And saw the sun
And the way that gravity pushes on everyone
On everyone
Rachel la observó poniéndose de pie y caminando hasta donde se encontraba. Finn mecía lentamente el cuerpo delgado y pálido de Kurt, había lágrimas en sus ojos y sus labios permanecían presionados en la sien del ojiazul. Susurraba algo, no sabía que pero estaba totalmente dolido. Rachel también lo estaba, estaba cayendo.
Pero ella no quería romperse, quería seguir adelante, quería ser fuerte por Kurt, quería transmitirle eso, quería curarlo, quería ser capaz de arrancar la maldita enfermedad de Kurt y lanzarla lejos, lejos de sus vidas, que nunca más regresara… pero era imposible.
-Bla..ne...-balbuceó en un susurro mientras su sonrisa débil se ensanchaba. Tenía la mirada desenfocada y sonreía apenas en una mueca. El corazón de Rachel se estrujó, Kurt realmente necesitaba a Blaine con él. Blaine sería capaz de curarlo. Un milagro, lo que sea, Blaine lo mantendría con vida.
On everyone
Y de nuevo Thomas corría. La calle estaba solitaria y la noche había caído sobre la ciudad, su corazón latía desenfrenado y sus pulmones quemaban como fuego. Pero valía la pena, valía totalmente la pena. Estaba haciendo esto por amor. Estaba decidiendo romperse por amor. Morir por amor.
El seguía corriendo y el tiempo seguía avanzando, el tiempo no paraba tenía que apresurarse, tenía que llegar ya.
On everyone
El proceso terminó finalmente. Kurt suspiró agotado y cayó dormido sobre las sabanas en el segundo en el que le retiraron las intravenosas de los brazos. El cuarto quedó en silencio, el único sonido retumbando era el del monitor cardiaco y las gotas cayendo contra la ventana.
El Dr. Anderson se quitó las gafas y se sentó en una silla acariciando su sien intentando relajarse. Rachel se acomodó al lado de su mejor amigo, tomó una toalla y empezó a limpiarlo con delicadeza, con ternura, llorando en silencio. Finn temblaba debido a los sollozos, acariciaba la cabeza de Kurt sintiendo un nudo en su estómago ante el estado tan demacrado en el que se encontraba el muchacho, unos minutos antes gritaba y sollozaba, ahora dormía y se veía tan tranquilo y relajado, Finn desearía poderlo mantener así, sereno, sin dolor, en paz.
Fuera del cuarto la Sra. Anderson colgaba su teléfono luego de haber tenido una inesperada charla con su hijo. Sus ojos estaban abiertos como plato y su cuerpo no podía moverse. Tenía que entrar a la habitación y avisarle a todos, ahora mismo.
On everyone
Con la respiración agitada, Blaine se paró frente al módulo donde una señora mayor levantó la vista ante su llegada.
-¿Que desea?-preguntó amablemente mirando atenta al muchacho. Blaine respiró un par de veces intentando recuperar la respiración, se sentía abrumado, sofocado y desesperado por hacer lo que tenía que hacer. Dejo la maleta en el piso y se sostuvo del mostrador para hablar.
-Tomaré el próximo vuelo a Nueva York.
On everyone.
N/A:Viene lo intenso. Los leo la próxima semana, besos.
Capítulo 31.-Una visita inesperada.
VIERNES 11:24 AM.
-¿Blaine?-
El moreno alzó la vista y miró sorprendido a la persona que estaba de pie frente a él. Esa mañana había decidido salir de su nuevo departamento y desayunar algo diferente en algún lugar bueno en la ciudad. Y sí. Aún seguía en Londres. Su intercambio había finalizado tres meses atrás pero había decidido que definitivamente, regresar a América, no era ni siquiera una posibilidad. Era por eso que le sorprendía ver a quien tenía frente a él, se suponía que ella ya había regresado a Nueva York.
-Hey, Romie-saludó sonriendo o al menos intentando hacerlo, últimamente las emociones de felicidad no le sentaban muy bien-¿Cómo estás? ¿Qué haces en Londres?-preguntó cortésmente.
-Bueno-inició ella sonriendo nerviosa.-Es una larga historia ¿Puedo sentarme?-preguntó amablemente. Blaine la miró por unos segundos y frunció el ceño. Romie se veía muy diferente, demasiado diferente. Su larga cabellera rubia ahora era corta y sus ojos parecían lucir más nobles, era un cambio extraño pero sin duda, muy bueno para la chica. Blaine asintió después de unos segundos.
-Claro, siéntate-dijo ofreciéndole la silla de enfrente. Romie murmuró un "gracias" y tomó lugar.-Entonces... cuéntame.-pidió el moreno mirándola expectante. Romie suspiró y se mordió el labio antes de hablar.
-Okay... ¿Recuerdas la propuesta que te hizo el Sr. Huntington?-preguntó y entonces la respiración de Blaine se detuvo por unos segundos.
-FLASHBACK-
Blaine se encontraba sentado en un mullido sillón de cuero frente al grande escritorio del Sr. Huntington en el despacho de este. El mayor lo observaba sentado al otro lado del escritorio, los brazos cruzados, parecía estar juzgando el aspecto del moreno ya que lo miraba fijamente sin quitarle la vista de encima, sin parpadear, casi sin respirar.
-¿Por qué me pidió que viniera?-preguntó tímidamente Blaine después de varios minutos bajo el escrutinio del otro.
-Bueno, señor Anderson, debe saber que el ver a un joven llorar amargamente en un pasillo conmueve el corazón hasta de la persona más dura-inició observándolo con compasión.
-Lo siento por eso-se disculpó el moreno sonrojándose ligeramente ante su comportamiento anterior hace unos minutos cuando se había largado a llorar en el piso frente a su futuro jefe.
-Bah, no te disculpes por eso chico, soy un director de teatro, aprecio el drama-dijo sonriendo.-Y exactamente de eso quería hablarte-continuó poniéndose de pie y caminando hacia un librero donde rebuscó por varios segundos hasta dar con un libro de portada verde. Lo abrió y lo hojeó mientras continuaba hablando-Puedo decir con seguridad que usted Sr. Anderson es el mejor estudiante que tengo hasta ahora, sus notas son esplendidas y su talento es innegable, pero lo que más me gusta sobre usted es definitivamente su pasión-dijo deteniendo su hojeo en una página específica y sonriendo victorioso hacia esa hoja.-He leído la obra que está escribiendo y no tengo palabras para describir lo maravillosa que es, usted ha elegido moverse a través de un mundo frágil y roto lleno de oscuridad y problemas y ha escrito sobre él, con el mensaje de que todo se puede vencer con el amor-dijo tomando el sobre blanco que se encontraba en la página del libro donde se había detenido segundos antes.-Su obra es oro y necesita ser vista por la gente lo más rápido posible-
Blaine abrió los ojos como plato y su respiración se atoró en sus pulmones. No podía ser cierto. Debía estar equivocado... El sr. Huntington estaba ofreciéndole....
-¿U.. Usted...-balbuceó el moreno temblando ligeramente. El mayor caminó hacia él sentándose en su silla de nuevo sosteniendo algo entre sus manos.
-Sí, estoy ofreciéndole poner su obra en escena, bajo su propia dirección y en uno de los teatros más importantes en Broadway-lo interrumpió sonriéndole complacido.-¿Qué piensa?-
-FIN DEL FLASHBACK-
-Uhm... Sí-murmuró Blaine mirando hacia la mesa-Sí, lo recuerdo-
-Bueno pues, todos nos enteramos de que rechazaste esa oferta-informó la rubia parpadeando confundida. Blaine palideció un poco y tragó duro.
-Uhm... Sí-afirmó nervioso-Yo, yo no podía regresar a Nueva York, aun no puedo-confesó mirando hacia el mantel donde sus manos temblaban ligeramente.
-Lo sé-dijo Romie sonriendo con compasión-Y también sé la razón-
-¿Lo sabes?-preguntó mirándola sorprendido. Romie se mordió el labio y subió su mano hasta posarla sobre la del moreno.
-Yo lo ví-dijo mirándolo fijamente a los ojos. Blaine no reaccionó, no parpadeó confundido, no se alejó espantado, su corazón no latió más rápido ni su respiración se atascó en sus pulmones. Simplemente se quedó en blanco, su mente pareció dejar de funcionar y su corazón dejar de latir. Subió la mirada y observó los ojos enrojecidos de la muchacha, parecía conmovida, a punto de llorar.
-Estaba paseando en el parque y lo vi-continuó mirando hacia la mesa y mordiéndose el labio nuevamente, era como un gesto que mostraba cuan nerviosa se encontraba acerca de algo, el porqué, era lo que intrigaba al moreno-Finn y la bestia de su amiga lo llevaban en una silla de ruedas, él... Dios, Blaine, yo no sabía que él estaba enfermo, no sabía que estaba tan mal, está casi irreconocible-dijo angustiada apretando los labios intentando sostenerse-Yo antes simplemente lo odiaba pero ahora... Él es fuerte, Blaine, pero lo vi, él se está rindiendo-informó haciendo que finalmente Blaine tuviera una reacción.
Miedo.
Él no quería que Kurt se rindiera, era como que no podía verlo de nuevo pero quería saber que aún estaba ahí, que seguía con vida, luchando, esforzándose, intentándolo. Aún tenía esta tonta fantasía en donde tal vez algún día pudiera volver, estar con él, besarlo, abrazarlo, amarlo, sin enfermedades de por medio, solo ellos dos, felices al fin. Y aunque sabía que no era más que eso, una fantasía, algo tonto y estúpido creado por su roto corazón como pegamento para intentar arreglarse, unir todas las piezas y juntarlas de nuevo, aun así, se permitía seguir soñando.
-Él está vivo-dijo en un corto susurro. Su voz rota y más pequeña que nunca, con los sentimientos a flor de piel.
-Él está vivo-repitió la rubia con una sonrisa. De repente la sonrisa se esfumó-Pero él casi no lo está-continuó-Hablé con él, y está envuelta en un entorno tan lúgubre, todos a su alrededor sonríen forzadamente, con las miradas tristes, es como si fingieran que no pasa nada aunque la verdad esté frente a sus ojos. Tu hermano y su novia parecen muertos en vida, están desgastados, asustados, aterrorizados, pude verlo en sus ojos-confesó negando con la cabeza y desviando la mirada del semblante a punto de romperse del moreno-Y no quiero lastimarte más Blaine... Pero lo peor es él, tu Kurt-dijo y Blaine cerró los ojos apretando los labios porque no se sentía listo para escuchar esto. No aún.-Él me preguntó por ti, no hizo nada más que eso, él estaba realmente triste porque no habías regresado, le dije que no sabía mucho de lo que había pasado contigo y él... Bueno, él me dijo que si en serio te quería regresara contigo y... Y me quedara contigo- finalizó mirándolo fijamente. Blaine abrió los ojos y la observó sorprendido. Kurt la había enviado a verlo, Kurt, su Kurt. Él le había dicho a Romie, su peor enemiga que volviera a Londres y lo consolara, que fuera su remplazo... No podía creerlo.
Estaba tan jodidamente enojado con Kurt.
¿Por qué Kurt decidía por él? Él le había dicho que se fuera y él había obedecido, pero esto era más que eso. Esto era romper la tonta fantasía que había creado en su cabeza. Esto era finalmente resignarse, aceptar que iba a llegar un momento en el que Kurt se iba a ir y entonces él debería enfrentarse a esta vida solo. Esto era olvidar a Kurt, dejarlo atrás, y dejar a atrás a Kurt era algo que Blaine jamás iba a hacer.
-Y yo en serio te quiero mucho Blaine-dijo Romie sonriendo con lágrimas en los ojos-Te traté mal al principio pero después me di cuenta de que eras lo que buscaba, eras todo lo que necesitaba, aun lo eres, sé que eres tú-confesó y entonces negó con la cabeza aun sonriendo. Alzó la vista y lo observó decidida.-Y es por eso, porque te quiero, que no me voy a quedar contigo-dijo tomando su bolso y poniéndose de pie-Regresa a Nueva York, Blaine-continuó con lágrimas corriendo por sus mejillas-Regresa con Kurt, él te necesita, ambos están destinados, vuelve con él-
Blaine miró boquiabierto como la rubia se inclinó para dejarle un casto beso en la frente, soltó un ligero sollozo y entonces puso un sobre blanco en la mesa y se retiró del local y de la vida de Blaine, esta vez para siempre.
Blaine observó el sobre frente a él con la respiración apresurada, su corazón latía más rápido, todo estaba a una velocidad extrema pero al mismo tiempo todo se había detenido, nada valía algo, todo estaba intacto. Blaine estaba en shock, se sentía mareado, confundido y maravillado. Leía y leía de nuevo la única frase escrita en el sobre y entonces su todo se volvía nada en segundos. La letra desprolija escrita sobre el blanco papel lo destrozó de una vez por todas. Con esa carta había iniciado su sufrimiento, era el comienzo de su rompimiento, era el principio del final.
Esa carta.
Esas palabras.
De: Kurt Hummel para el Sr. Huntington.
***
Capítulo 33.-Gravity.
De: Kurt Hummel para el Sr. Huntington.
La mente de Blaine estaba nublada, su interior se sacudía con ferocidad, todo estaba borroso, no sabía si era producto de su imaginación o si verdaderamente había cruzado un límite y ahora estaba a punto de desmayarse. Fuera lo que fuera tenía que salir de ahí ya mismo. Con manos temblorosas sacó su billetera y dejó algunos billetes sobre la mesa sin importarle si era el pago correcto, no tenía tiempo para buscar por la cantidad correcta, se estaba desvaneciendo, y su mirada permanecía perpetuamente fijada en el sobre blanco que lo estaba matando.
Se puso de pie y tuvo que sostenerse de la mesa por un segundos debido a que sus piernas parecían hechas de gelatina, en cualquier momento caería. Cerró los ojos y respiró profundo un par de veces. Contó hasta diez y abrió los ojos, sus orbes miel se fijaron en la carta nuevamente, no quería tocarla, estaba seguro de que quemaría, que lo asesinaría, tan solo el tacto con ese trozo de papel lo desgarraría por completo.
Pero a final de cuentas tenía que salir de ahí y no podía abandonar la carta en ese restaurante, tenía que tomarla e ir a su departamento, sentarse, respirar y leer, y aunque sonaba como algo sensato, maduro y brillante, la verdad era que Blaine no estaba tan seguro de querer hacer eso. Prefería ser tonto, infantil y estúpido y correr lejos de ahí para olvidarse de todo. Era injusto que algo escrito por Kurt le fuera entregado a él, era solo una persona, no era capaz de sobrellevar tanto, era demasiado dolor para un simple mortal.
Era demasiado por soportar.
Y sin embargo lo hizo. Tomó el sobre y caminó lejos de ahí. Caminó, caminó y caminó un poco más. Caminó tanto que sus piernas ahora se sentían como rocas pesadas de llevar y sus pulmones como dos globos a punto de explotar. Estaba en un parque, o eso suponía, había pasto y muchos árboles, columpios y gente feliz por todos lados, este era un buen lugar, podría quedarse aquí.
Se sentó debajo de un gran y frondoso roble y miró el paisaje frente a él. Todo era verde y sonrisas, el cielo azul era un contraste hermoso con el pasto y los globos de colores que los niños sostenían eran como puntos borrosos adornado su alrededor. Suspiró cerrando los ojos y tomando el sobre con ambas manos. Lo haría, estaba a punto de hacerlo.
Sus manos nunca habían temblado tanto como cuando abrió el sobre finalmente. Con cuidado sacó la hoja doblada que estaba dentro y lentamente la abrió.
¿Alguna vez ha tenido algo hermoso? ¿Algo tan hermoso y perfecto que lo convertía en un ser egoísta al no quererlo compartir con nadie? Solo imagínelo, la cosa más preciosa en la tierra, su mayor tesoro, lo que más ama en el mundo. Algo tan perfecto y frágil en tus crueles manos, algo que puedes romper pero que en realidad quieres cuidar, proteger de todos, alejarlo del mal, del temor, del dolor y del sufrimiento, aun si todo eso proviene de ti... ¿Sería egoísta y se lo quedaría aun así? ¿Lo mantendría con usted aun sabiendo que lo romperá en cualquier momento? ¿Decidiría ser bondadoso? ¿Lo dejaría libre? ¿Permitiría que tuviera una hermosa vida, la vida que merece aun sabiendo que no podrá tenerlo nunca más? ¿Lo alejaría de usted aun sabiendo que no sería suyo nunca más?
Pues mi estimado Sr. Huntington, yo nunca fui una buena persona. Nunca he ido a la iglesia ni le he rezado a algún dios, jamás he donado a la caridad ni he ayudado a los demás, pero por primera vez en la vida estoy intentando hacer lo correcto, y lo correcto es dejar que Blaine tenga la vida que merece, una vida sin dolor, una vida sin mí.
Él es lo más precioso que alguna vez haya tenido, es lo más importante que tengo y lo más hermoso que nunca tendré. Él es mi todo y más, me completa y me hace mejor, con él soy una nueva persona, mi amor por él no tiene punto de comparación, él es lo que me mantiene vivo. Pero me temo que estoy absorbiendo todo lo bueno en él, poco a poco extinguirá su luz y eso es algo injusto para él.
Blaine no sabe que yo sé sobre su audición, él nunca me lo diría, fue su hermano sin embargo, él me dijo que Blaine había aplicado para esta universidad y entonces me sentí mal, me sentí desecho, él tendría que irse, se alejaría de mí. Fui egoísta. Por unos días intenté mantener esa idea lejos de mi cabeza pero entonces todo cayó sobre mí, él no hará nada si se queda aquí, él pertenece a los escenarios, él pertenece a la fama, él pertenece a las estrellas.
Él nunca se rinde, nunca lo hará, es testarudo, infantil, irritante y aferrado. Usted nunca lo verá dejar nada a medias, nunca lo verá suspirar frustrado, usted nunca lo verá correr, nunca lo verá darse por vencido. Si usted le da algo él lo hará mejor, si usted le ofrece algo él lo tomará y romperá cada una de sus expectativas llevando lo que sea a un nivel más alto de lo cualquiera espera.
Blaine es el hombre más talentoso que he tenido el honor de conocer y francamente si usted no sabe apreciar la maravillosidad de su talento y gracia, entonces usted no es nadie. Blaine es lo mejor que alguna vez podrá encontrar, él se entrega a lo que hace, él lucha por lo que quiere, él logrará todo lo que se propone con o sin su ayuda. Algún día "Blaine Anderson" estará escrito con luces brillantes en cada teatro en cada ciudad, él será todo, y usted querrá ser parte de eso.
Y si esto no es suficiente, ¿Recuerda la pregunta que le hice al principio? Blaine es eso para mí. Es mi tesoro más grande, es mi cosa preciosa, es mi mundo, mi cielo y desgraciadamente yo soy su infierno. Es por eso que quiero que él se aleje de aquí, él será alguien nuevo, él cumplirá sus sueños. Todos tienen algo especial e importante que les da sentido a sus vidas, pues yo le estoy obsequiando lo que le da sentido a la mía, a Blaine.
Y estoy intentando, en serio me esfuerzo por ser buena persona, esto es lo correcto, que él se vaya es lo mejor que puedo hacer por él, pero no quiero hacerlo. Soy egoísta y lo quiero para mí, y es aquí donde entra usted. Ayúdeme a ser mejor persona, acéptelo en su escuela, descubra lo maravilloso que es, aléjelo de mí. Ayúdeme a hacer lo correcto. Tómelo. Dele todo lo que merece. Ayúdelo a brillar, él lo hará.
Y dígale que lo amo. Dígale que siempre lo haré.
Sinceramente y con todo el corazón.
Kurt Hummel.
Blaine leyó de nuevo la carta y de nuevo una vez más. Leía las líneas una y otra vez hasta que las letras se volvieron puntos borrosos y el blanco papel se manchó con gruesas lágrimas. Y lloraba mientras leía, lloraba mientras se ponía de pie. Lloró mientras corría a su departamento. No podía parar de llorar.
888
Kurt no podía parar de llorar. Todo ardía, todo dolía, era un infierno en vida. Estaba mareado, cansado y su cuerpo entero pulsaba en dolor. Su garganta irritada seguía expulsando vomito ácido y sus ojos no paraban de escurrir lágrimas de sufrimiento.
Finn estaba a su lado lo sostenía con fuerza y besaba su cabeza libre de cabello teniendo frente a él una cubeta grande para que vaciara su estómago ahí. Rachel se mantenía en la esquina de la habitación, cubriendo sus oídos, apretando los ojos, llorando en silencio.
Las agujas enterradas en las venas de Kurt lo trajeron de vuelta a la realidad, una nueva ola de dolor lo atacó, gritó con fuerza y sintió a Finn sollozar junto a él. Gritó hasta quedar inconsciente por unos segundos y entonces regresó en sí al sentir más dolor, ya no podía gritar, lamentos apagados salían por su boca, sus dientes apretados. Miraba al techo mientras lloraba y solo pensaba en algo.
Blaine.
888
Blaine tropezó al entrar a su departamento cayó en el piso chocando fuertemente sus rodillas contra la dura madera. Un sollozo desgarrador escapó de su garganta y entonces perdió el poco control que le quedaba. Arrastrándose por el piso se movió hacia el librero en donde tiró al suelo todo lo que se encontraba en él. No le importaba, quería echar abajo todo.
Con la cara roja de furia y los ojos acuosos en lágrimas se movió por la sala rompiendo cada cosa rompible que encontraba. Floreros, discos, libros, plantas, cojines e incluso las fotos que conservaba ahí. La casa era un caos, lo que no estaba roto estaba aplastado, machacado o al menos tirado en el piso. El enojo corría por sus venas, era una explosión de emociones ahora mismo. No sabía cómo sentirse.
Pasó las manos por su cabello y jaló con fuerza los mechones hasta lograr hacerse daño y gritar de dolor, aunque claro, ese no era el único dolor. El dolor en su alma era peor, era irreparable, no tenía remedio, estaba roto, finalmente estaba roto. Sollozó una vez más y cubrió sus ojos con sus manos, caminó sin saber a dónde se dirigía y sus pies lo llevaron inconscientemente al banquillo del piano que mantenía abandonado ahí.
Nunca lo había tocado desde que había llegado, solo lo utilizaba para intentar componer pero nada salía de él, no tenía inspiración, no tenía nada, pero ahora lo tenía, ahora tenía este cumulo de emociones y sentimientos batallando a muerte en su interior, ahora tenía la experiencia real de un corazón roto, un corazón sin vida, alguien incompleto, ahora sabía lo que era llorar.
Ahora podía cantar. (Aquí pongan la música)
Sentándose en el banco posicionó sus dedos sobre las teclas, las miró por varios minutos sin que nada sucediera, sin tocar nada, ni una melodía emanando de él. Pero entonces cerró los ojos y la perfecta imagen de Kurt apareció frente a él. Kurt, su hermoso Kurt. Kurt sonriendo, Kurt bailando, Kurt besándolo, Kurt acariciándolo, Kurt sosteniéndolo, Kurt amándolo.
La melodía se creó por sí mima.
Era algo simple, unos acordes nada más pero era algo, algo que Blaine nunca había tenido. Y mientras tocaba su mente desenvolvía frente a él toda clase de recuerdos pero todos con algo en común, Kurt estaba en todos ellos. Recuerdos dulces como Kurt con la nariz manchada de chocolate, cruzando los ojos para intentar verse, sonriendo emocionado, sonrojándose, recuerdos agrios, como Kurt molesto, mirándolo irritado cuando él pasaba demasiado tiempo en algún videojuego y no en el castaño, con el ceño fruncido, los brazos cruzados y esa fina ceja levantándose indignada. Recuerdos felices, como Kurt tomando su mano mientras corrían bajo la lluvia que caía sobre ellos, ambos riendo a carcajadas, sin límites, sin arrepentimientos, solo siendo ellos. Y recuerdos tristes, como Kurt enfermo, Kurt llorando, Kurt diciéndole que debería irse, Kurt escribiendo esa carta, Kurt muriendo, Kurt muriendo en ese momento.
Baby
It's been a long time coming
Such a long, long time
Su voz salió rota, quebrada, baja, casi inaudible. Las palabras decían demasiado, había pasado tanto tiempo ya, tanto, tanto que se sentía como una eternidad.
And I can't stop running
Such a long, long time
Can you hear my heart beating?
Can you hear that sound?
'Cause I can't help thinking
And I won't stop now
Kurt sollozó otra vez. Dolía. Dolía demasiado. ¿Dónde estaba? ¿Estaba de nuevo en el orfanato? No quería estar solo ahí, los hombres malos lo tocarían de nuevo, él no quería que lo tocaran. Todo a su alrededor era oscuro pero se estaba quemando, alguien vendría, ya venían los malos, ellos siempre entraban a hurtadillas cuando todos dormían, siempre lo tomaban a él y lo llevaban al baño, lo tocaban, lo usaban, hacían todo con él. Ya venían, estaban cerca, no lo quería, quería que se fueran.
Gritó de nuevo.
And then I looked up at the sun
And I could see
Oh, the way that gravity pulls on you and me
And then I looked up at the sky
And saw the sun
And the way that gravity pushes on everyone
On everyone
Las lágrimas de Blaine escurrían ya sin ser detenidas. Su voz mientras cantaba sonaba más bien como un gruñido de una persona agonizando, y solo tal vez eso era lo que estaba pasando. Blaine se sentía sin remedio, sin ayuda, sin motivo para seguir, no tenía nada excepto a Kurt y ya lo había perdido. Kurt seguía luchando, él estaba peleando, pero se estaba cansando también, y ya estaba llegando a su límite. Se iba a rendir. Y si Kurt se rendía, Blaine también lo haría.
Baby
When your wheels stop turning
And you feel let down
And it seems like troubles
Have come all around
Un grito, un sollozo, un gruñido. Todo al mismo tiempo. Ya casi estaba terminando, el líquido forzado por sus venas ya pronto terminaría de entrar y entonces él sería libre hasta la próxima semana. Tendría unos días de tranquilidad, podría salir al parque con Finn y Rachel, podría dejar que Quinn trajera a Nathan de nuevo, podría ver películas con Santana o jugar algún juego de mesa con Sam y Puck. Podría ir a casa tal vez y tocar un poco de piano, había escrito una hermosa canción para Blaine y no podía esperar a que él la escuchara.
Sonrió casi sin fuerzas.
Estaba cubierta de sudor, lágrimas y otros fluidos. Su cuerpo temblaba en los brazos de Finn pequeños gimoteos aun intentaban salir de su garganta. Pero aun así sonreía. Sonreía pensando en él.
I can hear your heart beating
I can hear that sound
But I can't help thinking
And I won't look now
Blaine tomó una decisión y esta vez estaba completamente seguro de que era la correcta, no había error. Esto era lo que debía hacer. Esto era lo que haría, nada lo iba a detener, nada ni nadie. Estaba decidido, Él tenía que hacer esto.
Una sonrisa floreció en sus labios mientras continuaba esparciendo su corazón en la melodía y en el canto.
No podia esperar más.
And then I looked up at the sun
And I could see
Oh, the way that gravity pulls on you and me
And then I looked up at the sky
And saw the sun
And the way that gravity pushes on everyone
On everyone
Rachel la observó poniéndose de pie y caminando hasta donde se encontraba. Finn mecía lentamente el cuerpo delgado y pálido de Kurt, había lágrimas en sus ojos y sus labios permanecían presionados en la sien del ojiazul. Susurraba algo, no sabía que pero estaba totalmente dolido. Rachel también lo estaba, estaba cayendo.
Pero ella no quería romperse, quería seguir adelante, quería ser fuerte por Kurt, quería transmitirle eso, quería curarlo, quería ser capaz de arrancar la maldita enfermedad de Kurt y lanzarla lejos, lejos de sus vidas, que nunca más regresara… pero era imposible.
-Bla..ne...-balbuceó en un susurro mientras su sonrisa débil se ensanchaba. Tenía la mirada desenfocada y sonreía apenas en una mueca. El corazón de Rachel se estrujó, Kurt realmente necesitaba a Blaine con él. Blaine sería capaz de curarlo. Un milagro, lo que sea, Blaine lo mantendría con vida.
On everyone
Y de nuevo Thomas corría. La calle estaba solitaria y la noche había caído sobre la ciudad, su corazón latía desenfrenado y sus pulmones quemaban como fuego. Pero valía la pena, valía totalmente la pena. Estaba haciendo esto por amor. Estaba decidiendo romperse por amor. Morir por amor.
El seguía corriendo y el tiempo seguía avanzando, el tiempo no paraba tenía que apresurarse, tenía que llegar ya.
On everyone
El proceso terminó finalmente. Kurt suspiró agotado y cayó dormido sobre las sabanas en el segundo en el que le retiraron las intravenosas de los brazos. El cuarto quedó en silencio, el único sonido retumbando era el del monitor cardiaco y las gotas cayendo contra la ventana.
El Dr. Anderson se quitó las gafas y se sentó en una silla acariciando su sien intentando relajarse. Rachel se acomodó al lado de su mejor amigo, tomó una toalla y empezó a limpiarlo con delicadeza, con ternura, llorando en silencio. Finn temblaba debido a los sollozos, acariciaba la cabeza de Kurt sintiendo un nudo en su estómago ante el estado tan demacrado en el que se encontraba el muchacho, unos minutos antes gritaba y sollozaba, ahora dormía y se veía tan tranquilo y relajado, Finn desearía poderlo mantener así, sereno, sin dolor, en paz.
Fuera del cuarto la Sra. Anderson colgaba su teléfono luego de haber tenido una inesperada charla con su hijo. Sus ojos estaban abiertos como plato y su cuerpo no podía moverse. Tenía que entrar a la habitación y avisarle a todos, ahora mismo.
On everyone
Con la respiración agitada, Blaine se paró frente al módulo donde una señora mayor levantó la vista ante su llegada.
-¿Que desea?-preguntó amablemente mirando atenta al muchacho. Blaine respiró un par de veces intentando recuperar la respiración, se sentía abrumado, sofocado y desesperado por hacer lo que tenía que hacer. Dejo la maleta en el piso y se sostuvo del mostrador para hablar.
-Tomaré el próximo vuelo a Nueva York.
On everyone.
***
N/A:Viene lo intenso. Los leo la próxima semana, besos.
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
¿Te gusta hacerme sufrir? Espero que... No sé, ya no sé ni que esperar de este fic...
Actualiza pronto ;)
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
En seri te gusta hacernos sufrir, solo espero que pronto los juntes.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Fueron dos capítulos sumamente tristes. Espero que Blaine llegue antes que Kurt se de por vencido y ¡Wow! Romie ha dado un giro impresionante aunque, a mi parecer, falta explicar más el motivo de tal cambio.
Haber leído al momento de escuchar la canción despertó en mí muchas emociones, me sumergí en las palabras y "viví" la escena.
Te felicito por ambos capítulos y espero el siguiente, ¿será ya el tan esperado reencuentro?
Saludos.
Haber leído al momento de escuchar la canción despertó en mí muchas emociones, me sumergí en las palabras y "viví" la escena.
Te felicito por ambos capítulos y espero el siguiente, ¿será ya el tan esperado reencuentro?
Saludos.
EricIsmaelGM* - Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 10/02/2015
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Me gusto mucho el capitulo estuvo realmente genial espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyyy ansioso me gusta mucho esta genial grandiosa y muyyyyyyyy maravillosa historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine. Un millon de estrellas en el cielo.
Darrinia escribió:
¿Te gusta hacerme sufrir? Espero que... No sé, ya no sé ni que esperar de este fic...
Actualiza pronto ;)
Besos
Lo siento por el drama, pero para mí el drama es lo que hace a una historia :( no quiero verte sufrir Darri, animo!!
Gabriela Cruz escribió:En seri te gusta hacernos sufrir, solo espero que pronto los juntes.
No me gusta hacerlos sufrir XD sufro escribiendo yo también. Espero que te guste este capítulo
EricIsmaelGM escribió:Fueron dos capítulos sumamente tristes. Espero que Blaine llegue antes que Kurt se de por vencido y ¡Wow! Romie ha dado un giro impresionante aunque, a mi parecer, falta explicar más el motivo de tal cambio.
Haber leído al momento de escuchar la canción despertó en mí muchas emociones, me sumergí en las palabras y "viví" la escena.
Te felicito por ambos capítulos y espero el siguiente, ¿será ya el tan esperado reencuentro?
Saludos.
Sí, lo siento por eso. Hoy veremos que hace Blaine . Lo de Romie tal vez sabremos un poco más un poco más adelante. Gracias por leer y escuchar la canción, me gustó como quedó todo junto :3. Acá está el nuevo capítulo y el próximo domingo subo el siguiente, gracias por leer, saludos ;)
gleeclast escribió:Me gusto mucho el capitulo estuvo realmente genial espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muyyyyyy ansioso me gusta mucho esta genial grandiosa y muyyyyyyyy maravillosa historia
Muchas gracias por leer, acá está el nuevo capítulo, espero que te guste :).
En unos minutos subo el nuevo capitulo
knuth archambault** - Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
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