FanFic Brittana - Por Algo Pasan Las Cosas. - Capítulo 19

Tal y como me lo pidieron en este capítulo Puck regresa haciendo de las suyas y créanme no será la última vez que lo veamos.

CAPÍTULO 16

El lunes llegó y con él la rutina que las chicas realizaban cada semana, Brittany buscaba a Santana después de clases y, los días que tenía práctica, la esperaba después del entrenamiento.

A mitad de semana, las cosas cambiaron, Santana había recibido, horas antes, un mensaje de Brittany avisándole que probablemente se retrasaría  pero que sí iría por ella. La morena se encontraba en los vestidores junto con Quinn, como era su costumbre esperaban a que todas las demás se cambiaran para ellas poder platicar con libertad y vestirse a gusto.

S: ¿Sabes? Michelle ya me está hartando. No sé en que estábamos pensando cuando dejamos que ella fuera la capitana (frunció el entrecejo claramente molesta) Alguna de nosotras debería hacer el esfuerzo por quitarla de ahí.

Q: Lo sé San. Pero no podemos hacer nada. ¿Sabes qué es lo que yo pienso? Que el hecho de que llegara a capitana no es casualidad. Es obvio que Michelle está bajo la protección de Sylvester.

S: Pues se me hace injusto.

Q: Lo sé amiga, pero lo único que podemos hacer es seguirle el juego si no queremos que la entrenadora nos torture el resto del año. (se acercó a Santana y apretó su hombro) Bueno San, te dejo. (besó su mejilla) Nos vemos mañana amiga.

Quinn salió de los vestidores dejando a Santana completamente sola mientras terminaba de acomodar sus cosas. Poco después de la partida de su amiga, escuchó que alguien abría la puerta y se metía al vestidor. Sonrió, recordando la última vez que Britt había intentado sorprenderla, con esa creencia continuó haciendo su maleta. No pasó mucho tiempo cuando sintió unos brazos rodear su cintura.

S: ¿Esta vez sí salió como lo planeaste? (dijo sonriendo)

P: Mucho mejor en realidad, preciosa.

Santana se giró rápidamente al escuchar la voz de Puckerman en su oído, intentó soltarse de su agarre pero él la tenía bien sujeta.

S: ¿Qué quieres Puck? Déjame. (Santana forcejeaba con él) Suéltame.

P: ¿Recuerdas que me debes una salida nena? ¿Te acuerdas que te dije que de mi nadie se burla? Pues llegó la hora de que cumplas lo que me prometiste.

Puckerman besó a Santana que por más que intentaba no podía alejar al musculoso chico de ella, la morena empezó a gritar con desesperación.

P: Oh, preciosa. Puedes gritar todo lo que quieras, yo mismo me he encargado de checar los pasillos y los únicos dentro de la escuela somos tú y yo.

Santana estaba desesperada, por su cabeza solo pasaban imágenes de lo peor. Estaba a punto de echarse a llorar cuando la puerta se abrió de repente.

B: San, siempre si…

La rubia detuvo sus palabras al ver a Puckerman acorralando a Santana contra las taquillas.

B: ¿Pero qué haces imbécil?

Puckerman volteó a ver a la rubia y con una sonrisa arrogante en sus labios, se separó de Santana.

P: ¿Qué pasa muñeca? ¿Quieres unírtenos?

Brittany caminó hasta colocarse al lado de Santana. Estaba molesta quería pegarle un puñetazo a Puck.

P: Vaya (decía mirándola de arriba abajo descaradamente) Adam tenía razón al decir que tu amiguita está bien buena.

B: Cállate idiota.

P: Vamos rubiecita, Puck puede con ambas. (decía arrogantemente)

Brittany entendió que Puckerman no se iría si seguía gritándole así que simplemente le siguió el juego.

B: Bueno, (le dijo acercándose coquetamente a él) a lo mejor, podemos divertirnos.

Santana no entendía la actitud de Britt. La rubia se pegó a Puck y colocó sus manos una en cada hombro del muchacho.

P: ¿Lo ves, nena? Deberías ser como tu amiguita y dejarte llevar por el encanto de Puck. (decía complacido y tomando a la rubia por la cintura)

Brittany aprovechó el momento de distracción de Puck y le dio una patada en la entrepierna lo más fuerte que pudo, el chico se retorció en el suelo.

B: Eso es para que aprendas a respetar a una chica. No quiero volver a verte cerca de San ¿me oíste, imbécil? Ahora sé que lo mejor que pudo hacer fue deshacerte de ti.

P: (se levantó adolorido y enfurecido) Esto no se va a quedar así rubia, me las pagarás y también tu Santana.

Puck salió de los vestidores con trabajo, aun no podía caminar por el golpe recibido. Brittany se acercó a Santana y la abrazó, acariciando tiernamente su brazo para tranquilizarla.

B: Tranquila San, ya pasó todo. ¿Te hizo algo?

S: (negó) No, llegaste justo a tiempo, Britt. Yo pensé que estaba perdida.

B: Hey, (llamó su atención y tomó su rostro entre sus manos) olvídalo ¿sí? Ahora estoy aquí contigo y te prometo que no dejaré que ese idiota vuelva a acercase a ti.

Brittany besó la frente de Santana dulcemente y la morena se aferró al cuerpo de su novia.

B: Ahora vámonos de aquí cielo.

Brittany tomó la mochila de Santana que descansaba en la banca y abrazadas salieron de la escuela.

La rubia condujo hasta casa de Santana, cuando llegaron ahí se dieron cuenta de que Maribel no se encontraba en ese momento, la morena lo agradeció porque no tenía muchas ganas de hablar de lo ocurrido.

Ambas chicas subieron a la habitación de Santana, después de que la morena se cambió su uniforme se sentó en la orilla de la cama con la mirada perdida. Brittany la imitó y se sentó junto a ella tomándola de la mano.

B: San, (dijo quedamente, acariciando el dorso de su mano con el pulgar) creo que deberías de hablarlo con el director, (Santana volteó a verla rápidamente) él tiene que enterarse de lo que te ha hecho.

S: No, (dijo negando con la cabeza) lo único que me dirá es que no fue en horarios de clase o alguna cosa como esa.

B: Es verdad que no fue en horas de clase pero fue dentro de la institución, algo debe de poder hacer. Tienen que expulsarlo de la escuela, no puede ir por ahí haciendo lo que se le pega la gana y no recibir un castigo.

S: ¿Y qué le voy a decir? No tengo pruebas de nada. Lo más seguro es que no me crean y las cosas van a ser peor con Puck.

B: ¿Cómo no te van a creer? Él no se ve un santo y estoy segura que todos en el colegio conocen su mala reputación. (hizo una pausa) Yo iré contigo, diré todo lo que vi e incluso lo que le hice si es necesario. San, no puedes dejar que te haga algo como eso y simplemente ande por ahí como si nada hubiera pasado.

S: Pero si no me ha hecho nada, Britt. Me ha dado un par de besos eso es todo.

B: ¿Un par de besos? (repitió confundida la rubia y dando un salto fuera de la cama) San, si solo te dio “un par de besos” fue porque, gracias a dios, llegué a tiempo. ¿Qué crees que hubiera pasado si realmente me hubiera retrasado como te había dicho? Crees que él iba a decir “oh Santana ya te he dado un par de besos ahora me iré de aquí porque eso es lo único que quería”

La rubia elevó la voz al escuchar a Santana, no podía creer que la morena no se decidiera a hablarlo con el director. Santana simplemente se mantenía en silencio pensando lo que la rubia le decía. Brittany frotó su rostro para calmarse, se arrodilló frente a la morena y tomó ambas manos entre las suyas.

B: San, me dices que no te ha hecho nada pero mírate, no dejas de pensar en eso y en lo que pudo haber ocurrido.

S: Lo sé Britt, pero… ¿qué puedo hacer? Ya te he dicho que han sido un simple par de besos nadie le haría nada por algo así.

Brittany se levantó molesta por lo que Santana estaba diciendo, no entendía por qué la morena no accedía a acusar a Puck, de todas maneras era muy probable que en la escuela todos supieran de su mala fama, él se veía un chico problemático y la rubia no creía que esa fuera la primera acusación en su contra. Con la rabia hablando por ella Brittany no pudo evitar soltar su siguiente comentario sin pensar.

B: Un simple par de besos que de seguro te gustaron. (le gritó, la rubia estaba fuera de sí. Santana la volteó a ver incrédula) Es esa la verdadera razón ¿no San? ¿Sigues sintiendo algo por tu ex? Porque si no es así no tengo ninguna otra explicación.

Todo salió rápidamente, como una cascada ininterrumpida de palabras. Santana se limitaba a mirarla desde la cama, su cara mostraba una mueca de incredulidad y tristeza al oír lo que la rubia decía.

En el preciso momento en el que Brittany terminó de pronunciar la última palabra, cerró los ojos y suspiró, sabía que había echado todo a perder. Obviamente ella no creía nada de eso, Santana la quería a ella y se lo había demostrado pero el enojo habló por ella y no pudo evitarlo.

B: San, yo no…

S: (la interrumpió) ¿Así que eso es lo que piensas de mi eh?

B: Claro que no San. Yo solo…

S: ¿Sabes qué? Déjalo así. Quiero que te vayas ahora mismo de mi casa.

B: San, por favor.

Santana se paró de la cama y se dirigió hasta las escaleras, Brittany iba detrás de ella, bajó hasta la puerta de entrada y la abrió molesta. La rubia llegó hasta donde estaba la morena y se paró frente a ella, iba a hablar pero Santana no la dejó.

S: Hasta luego Brittany.

Brittany dio una última mirada a la morena y salió cabizbaja de la casa, sabía que debía darle tiempo a Santana para poder pedirle disculpas y explicar lo que había pasado. Llegó hasta su carro, se subió en él y se quedó ahí sentada pensando. Estaba molesta consigo misma por haber dicho esas tonterías. Frustrada como estaba, apoyó su cabeza en el volante.

B: Tonta. Eres una tonta Brittany.

Se quedó ahí sentada durante un largo rato, no pensaba moverse de ese sitio hasta saber que las cosas con San estaban arregladas. Quería a la morena y no pensaba perderla por una tonta pelea como esa.

Después de estar ahí por casi una hora, la rubia decidió tomar su celular y mandarle un mensaje a la morena.

San, cariño, por favor perdóname. Tú sabes que yo te quiero y que no fue mi intención decir lo que dije, estaba molesta y hablé cosas sin pensar. No creo nada de lo que te dije, sé que lo nuestro es verdadero, que me quieres y yo a ti. Por favor, San, lo siento. No quiero echar a perder nuestra relación. Besos. Britt.

Santana vio que la pantalla de su celular se iluminó e inmediatamente supo que se trataba de Britt. La morena se acercó hasta donde estaba asentado su teléfono, lo tomó entre sus manos y leyó el mensaje que había recibido. Sonrió al leer las palabras de la rubia. Claro que la quería, Santana estaba enamorada de la rubia y sabía que Britt también lo estaba de ella. Mordió su labio pensando en lo que debía hacer.

Santana repasó la conversación que tuvo con Britt, ¿Por qué se había negado a hablar con el director? ¿Tenía miedo? ¿Pero miedo a que? Si Puck se iba de la escuela, sus problemas terminarían. ¿Miedo a que no le creyeran? Pero si Brittany tenía razón, la reputación de Puck no era para nada favorecedora, había tenido problemas con anterioridad y el director Figgins ya lo conocía.

La morena pensó y repensó, una y otra vez, todos los argumentos que Brittany había hecho los hizo preocupada por la seguridad de Santana y ella no había hecho caso. Sintiéndose un poco torpe la morena le contestó el mensaje a la rubia.

Britt, amor, perdóname también a mí. Sé que todo lo que me dijiste fue porque estabas preocupada por mí y yo no supe ver eso. Lo siento. Y claro que te perdono. Te quiero muchísimo Britt. Y tienes razón al decir que lo nuestro es verdadero, verdadero y eterno porque yo jamás dejaré de quererte, jamás, sin importar lo que pueda pasar. TE QUIERO AMOR. Muchos besos, San.


La rubia abrió rápidamente el mensaje, el tiempo que le tomó a la morena responder se le hizo eterno a la rubia, estaba nerviosa no sabía que podría decir aquel mensaje. Cuando por fin lo leyó una sonrisa apareció en su rostro, sin pensarlo dos veces se bajó del auto y caminó hasta la casa de San, tocó la puerta con insistencia, no podía esperar más para ver a la morena.

Cuando la puerta se abrió, Santana recibió un fuerte abrazo por parte de la rubia.

B: San, te quiero tanto.

Brittany estaba aferrada a la cintura de Santana quien, a su vez,  se abrazaba al cuello de la rubia.

S: Y yo a ti Britt-Britt.

Las chicas se separaron lo necesario para mirarse fijamente a los ojos, sin romper el abrazo. Brittany se acercó y dejó un suave beso en la frente de Santana, la morena sonrió y acarició la mejilla de la rubia.

B: Perdóname San, fui una tonta. Jamás debí decirte algo como eso, lo siento tanto.

S: No. (negó con la cabeza) Perdóname tú a mí, Britt. Yo fui la tonta, tú tenías razón en todo lo que me dijiste.

B: Oye (dijo acomodando un mechón de cabello detrás de la oreja de Santana y mirándola fijamente) las dos nos equivocamos y lo importante es que lo reconocimos. Las relaciones son así, tienen sus altas y bajas pero solo aquellas en las que existe un amor verdadero, como el nuestro, duran sin importar lo que pase.

Hubo una pequeña pausa, Santana miraba a Brittany con adoración. Después de oír todo lo que ella había dicho, se había enamorado mucho más, si era posible de su novia. Besó a Brittany tiernamente, los besos de la rubia se habían vuelto una adicción para la morena.

B: Uff… Me encantan tus besos.

Santana sonrió al escuchar el comentario de la rubia. Deslizó sus brazos hasta la cintura de la rubia, la abrazó y apoyó su cabeza sobre el pecho de Britt.

S: Gracias Britt, por todo lo que has hecho por mí. Por ayudarme, por cuidarme, por quererme, por estar ahí para mí siempre que te necesito, por todo.

B: No tienes nada que agradecerme San. (acariciaba el cabello de la morena) Tú también me has ayudado muchísimo desde que te conocí.

Britt besó la cabeza de Santana repetidas veces, estuvieron ahí abrazadas, solamente disfrutando del cariño mutuo.

S: Britt, vamos a mi habitación. Quiero que estés conmigo cuando le explique lo que ha pasado a mi mamá.

B: Claro que si, San. Vamos.

Ambas subieron a la habitación de Santana. Una vez ahí, ya recostadas en la cama, la morena se acercó hasta la rubia, tomó su mano y la colocó alrededor de su cuerpo, apoyó su cabeza en el pecho de Britt y la abrazó por la cintura. La rubia besó la cabeza de Santana y acarició su brazo tiernamente.

B: ¿Sabes San? Después de decirte todas esas tonterías, yo, me sentí terriblemente mal. Sabía que había echado todo a perder y, por un momento, pensé que te había perdido. (la rubia abrazó mas fuerte a San)

S: Yo me sentí igual que tú cuando tuve que pedirte que te fueras. El hecho de no poder estar juntas me estaba matando y eso que solamente fueron unos minutos.

Santana se acomodó hasta quedar a la altura de la rubia y ambas se colocaron frente a frente. Se miraban fijamente a los ojos.

B: Lo sé. Ahora que estoy contigo todo es mejor para mí, estar contigo me hace sentir como la persona más afortunada del mundo, (negó levemente con la cabeza) no sé qué haría si te perdiera.

Santana se acercó más a la rubia, juntó sus frentes y tomó con ambas manos el rostro de Britt.

S: Eso, (le dijo mirándola) jamás lo tendrás que averiguar Britt. Te lo prometo. No habrá nada que pueda separarnos. ¿De acuerdo? Nada.

B: Nada.

S: Nada, mi amor.

Santana acortó la poca distancia que las separaba y besó a Brittany, la besó tiernamente, con dulzura, con amor, con todos sus sentimientos a flor de piel. Ellas estaban enamoradas y con ese beso lo demostraban. Igualmente, ese beso era una forma de sellar aquella promesa entre las chicas, esa promesa de amarse por sobre todas las cosas.

Varias horas después, Maribel llegó a la casa, las chicas la escucharon llegar y bajaron a la sala de estar a encontrarse con ella.

M: Hola chicas (sonrió) ¿Qué tal la tarde?

Ambas se voltearon a ver.

S: Pues… de eso quería hablarte mamá.

Santana hizo una pausa, tomó a Britt por el brazo y la acercó hasta el sofá donde tomaron asiento. Maribel conocía a su hija como la palma de su mano, desde el momento en que la escuchó hablar supo que algo había sucedido.

M: ¿Qué ha pasado Santana? (dijo un poco preocupada)

Santana miró una vez más a Brittany quien estaba sentada a su lado y con un ligero asentimiento de cabeza y una sonrisa de apoyo, le indicó que contara lo que había sucedido.

S: Bueno, algo sucedió hoy en la escuela, pero por suerte no pasó nada así que por favor no te alteres ¿de acuerdo?

M: (ya estaba desesperada) Pero si no me lo dices más nerviosa me pones, Santana. Por favor dilo de una vez.

S: Hoy, tuve un pequeño incidente con Puck (hizo una pausa) él… bueno, intentó aprovecharse de mí.

M: ¿Cómo puede ser? (Maribel saltó de su asiento y se acercó rápidamente a su hija) ¿y qué te hizo ese desgraciado? ¿Te tocó?

S: No. (negó rotundamente con la cabeza) no mamá. Cálmate ya te he dicho que no me hizo nada. (la morena volteó a ver a Brittany, tomó su mano y ambas se sonrieron) Afortunadamente, Britt llegó a tiempo para detenerlo.

Maribel se acercó a la rubia y le dio un fuerte abrazo.

M: Oh Britt, cielo. Ya no sé cómo agradecerte todo lo que haces por mi princesa. (se separó de la rubia y la tomó por las manos) Es como si hubieses llegado del cielo para cuidarla, como si Diosito te hubiera mandado para proteger a mi niña.
La rubia se sonrojó al oír lo que Maribel decía.

B: Tal vez. (sonrió) O tal vez, él cruzó nuestros caminos para poder ayudarnos mutuamente, (miró a San) para que ella me ayudara a olvidar muchas cosas y para que pueda volver a confiar en alguien.

M: Gracias Britt. Por todo, eres la mejor amiga que ha tenido mi hija. (sonrió) Sé que la quieres mucho y que ella te quiere a ti.

B: No tiene nada que agradecer. Para mí es un placer cuidarla. Y si, la quiero muchísimo.

Santana se acercó y abrazó a Brittany. Maribel sonrió al verlas juntas.

M: San, hijita, no puedes quedarte de brazos cruzados. Tienes que ir a hablar con el director o algo, no puede ser que ese muchacho esté en la escuela haciendo ese tipo de cosas.

S: Bueno, sí. Por eso quiero que me acompañes a hablar con el director, no me siento segura con Puck rondando por la escuela. Britt dijo que me acompañaría si era necesario, ella vio lo que sucedió.

M: Claro que iremos a la escuela. No puede ser posible que pase algo como esto y no hagan nada para arreglarlo.
Con esa sentencia Maribel dio por acabada la conversación.


El miércoles, Santana y Maribel, se presentaron en la oficina del director, cuando llegaron ahí el padre de Puck ya había llegado, estaba sentado junto a su hijo. Hablaron con el director y le explicaron lo que había sucedido con Puck unos días atrás, como era de esperarse, el muchacho lo negó todo y las cosas no se veían bien para la morena.

Figgins: Lo siento señora López pero no tenemos pruebas de lo que sucedió, no podemos simplemente expulsar a un alumno.

M: No puedo creer que en esta escuela no vean por la seguridad de mi hija. ¿Por qué cree usted que ella está inventando todo esto? Dígame una buena razón.

Santana estaba sentada en silencio, no podía creer lo que estaba pasando. Al frente de ella Puck la miraba con una sonrisa arrogante en sus labios.

Señor Puckerman: Por favor, son adolescentes. Inventarían cualquier cosa para llamar la atención. Seguramente mi hijo no quiso salir con ella y ahora busca cualquier excusa para perjudicarlo.

M: ¿Cómo se atreve? Mi hija no es ninguna mentirosa. Además se ve que usted ni sabe sobre la vida de su hijo porque ellos dos fueron novios.

Figgins: Cálmense señores por favor.

En ese momento, la rubia apareció por la puerta de la oficina.

S: Brittany, llegas justo a tiempo.

Figgins: ¿Quién es usted señorita?

B: Buenos días. Yo soy Brittany Pierce, una amiga de Santana.

Puck: ¿Qué hace ella aquí? (dijo claramente enojado)

Figgins: ¿Usted conoce a la señorita Puckerman?

B: Claro que me conoce. Nos vimos el lunes en los vestidores, cuando estaba a punto de lastimar a Santana. Por suerte he llegado a tiempo.

Todos voltearon a ver a Puck, él simplemente se mantuvo callado.

Figgins: ¿Señor Puckerman es eso verdad?

Puck: Claro que no. Director, yo solo la conozco porque la he visto unas cuantas veces fuera de la escuela.

B: No seas mentiroso, eres un cobarde y un poco hombre.

S: Britt, cálmate.

B: (la rubia bajó la voz que había elevado al notar la hipocresía del muchacho) Escuche director, (se dirigió a Figgins) él tiene razón, yo vengo a buscar a Santana cuando sale de la escuela (negó con la cabeza) pero no es por eso que nos conocemos. (la rubia dio una rápida mirada a Puck) El lunes, Santana se quedó en su práctica de porristas como lo hace cada semana, yo le había avisado que me retrasaría un poco y que me esperara fuera. Por suerte, pude salir antes y vine directamente a esta escuela, al llegar aquí me encontré con Quinn Fabray en la entrada y me dijo que Santana se había quedado en los vestidores. Decidí entrar a buscarla y cuando llegué ahí pude ver que este… muchacho (dijo señalando a Puck) estaba besándola a la fuerza y la tenía acorralada contra las taquillas.

Puck: Eso es una mentira. Los lunes los chicos del equipo de futbol americano tenemos práctica después de las porristas. (dijo sonriendo, parecía tener toda una coartada preparada) ¿Cómo estaría en dos lugares al mismo tiempo?

Brittany ya no aguantaba más, no podía creer la clase de persona que era Puck. Se acercó hasta donde él seguía sentado y lo provocó tal y como lo había hecho días atrás.

B: ¿Es una mentira que te patee la entrepierna y saliste llorando como una nena de ahí? ¿Es una mentira que tuviste que salir arrastrándote porque no podías ni levantarte?

Puck se levantó rápidamente y se enfrentó a la rubia, si había algo que él no soportaba era el ser humillado.

Puck: Lograste engañarme. Solo tuviste suerte muñeca.

Brittany sonrió complacida. Todos en la oficina se quedaron callados al escuchar lo que Puck había dicho, con esa simple oración había dado por hecho que era culpable de lo que se le acusaba. Su padre estaba enojado, lo miraba severamente. Puckerman comprendió que había sido engañado nuevamente al escuchar la voz del director nombrándolo.

Figgins: Noah Puckerman, está usted expulsado de esta institución. En esta escuela no permitiremos ese tipo de agresiones contra sus compañeras. Aproveche lo que queda del día para juntar sus cosas y retírese inmediatamente por favor.

Los dos Puckerman se retiraron de la oficina sin decir palabra, cuando Noah pasó al lado de la rubia la miró enojado y continuó con su camino.

Figgns: Señora López, señorita Santana y señorita Brittany, quiero disculparme por hacerlas pasar por todo esto.

M: No se preocupe director, con saber que ese muchacho ya no es un peligro para mi niña me conformo.

Después de despedirse del director y de que todo quedara arreglado, Santana acompañó a Brittany y a Maribel hasta la salida.

M: Bueno hija yo tengo que irme ya. Tengo que regresar a mi trabajo. (se despidió de las chicas) Hasta luego Britt, gracias por todo.

Maribel se retiró del lugar en su auto. Santana y Brittany caminaron hasta el auto de esta última y la morena abrazó a la rubia.

S: Britt estuviste increíble ahí dentro. De no ser por ti jamás me hubiesen creído. Gracias. (besó su mejilla y deslizó sus manos por los brazos de la rubia hasta llegar a su manos) Eres la mejor.

B: No tienes nada que agradecerme San. (sonrió) No podía dejar que Puck se saliera con la suya. (hubo una pequeña pausa) Y bueno… ahora yo también debo irme. Pero te veré en un rato.

S: De acuerdo, adiós Britt. (le besó la mejilla nuevamente)

Brittany rodeó el carro y se dio cuenta que había un papel con algo escrito en él.

Rubita, ni creas que las cosas se van a quedar así. Ya me las pagarás. Santanita ya no me importa de cualquier manera yo ya me la…

Brittany dejó de leer, no quiso saber más nada de lo que él decía. Estaba molesta, lo único que deseaba en ese momento era tenerlo en frente para poder darle otra patada en la entrepierna como aquel día en los vestidores.

B: Bastardo. (susurró con rabia)

S: ¿Pasa algo Britt? (Santana llamó su atención desde la puerta de la escuela)

B: Ehh… no, es solo publicidad, no sé cómo es que la ponen tan rápido. (dijo en tono de broma y mostrándole levemente el papel)

La rubia se subió al carro y se fue de ahí sin darle importancia a lo que Puckerman había hecho.


Espero que les haya gustado. :D
¡GRACIAS POR LEER EL FIC!

CAPÍTULO 17

Los días pasaron y la relación de las chicas era cada vez más fuerte, estaban enamoradas y de eso no había ninguna duda. Afortunadamente después de aquel mal episodio con Puck, no volvieron a saber de él y la rubia se dio cuenta de que aquella nota había sido solamente palabras para asustarla.

Un fin de semana, como cualquier otro las chicas se encontraban en la casa de la morena, estaban recostadas mirando la televisión y haciéndose mimos entre ellas.

B: San ¿Qué te parece si salimos a dar una vuelta?

S: ¿A dónde quieres ir Britt?

B: (la rubia se encogió de hombros) A ningún sitio en particular. Vayamos a conocer por ahí, demos una vuelta sin un rumbo fijo. ¿Qué dices, amor? (besó su cabeza)

S: (sonrió) De acuerdo (se acercó a la rubia y la besó en los labios) Me parece interesante. Vamos.

Salieron de la casa y empezaron con su pequeño plan. Primero recorrieron parte de la ciudad en el auto, iban tranquilas, platicando y disfrutando de ese pequeño “viaje” juntas. Se detuvieron en ese parque en el que todo había comenzado. Compraron un helado y mientras lo comían decidieron caminar por ahí, iban tomadas de las manos, disfrutando de ese día tan hermoso. Llegaron hasta aquella banca que las unió, para ellas ese lugar era el  inicio de todo lo que hasta ese momento habían conseguido. Ahí comenzó su amistad y ahí mismo Santana se dio cuenta que el cariño que sentía por Brittany no era simplemente de amigas.

Se sentaron en ella y se dedicaron a platicar. Después de un rato ahí sentadas, Santana manchó a propósito sus labios con el helado, se acercó completamente a Brittany, enganchó su brazo con el de la rubia y le dio un beso en la mejilla con la intención de mancharla.

B: ¡Hey! (rió divertida, al sentir el frio del helado en su mejilla. Santana también se rió) Oye, San ahora tendrás que limpiarme la mejilla.

S: (miraba a la rubia con una pícara sonrisa) ¿Y qué pasa si no lo hago? (la retó)

B: (la miró con los ojos entrecerrados) Entonces voy a ponerme triste y me molestaré contigo. (dijo y fingió un puchero)

A Santana le gustaba esa parte de la rubia. En un momento Brittany podía ser la persona más madura, inteligente y protectora del mundo, tal y como lo había demostrado frente a Puck; y al siguiente minuto la más tierna, dulce e inocente chica.

Santana rodeó la cintura de la rubia con su brazo y se pegó a la rubia.

S: No te molestes conmigo Britt. (besó su mejilla nuevamente para quitar el helado) Ya esta ¿ves? He quitado el helado.

Santana sonrió y la rubia también lo hizo. Brittany se acercó a la morena y le dio un rápido beso en los labios.

B: ¿Sabes que quiero hacer ahora? (juntó sus frentes)

S: ¿Qué?

B: Esto.

Ahora fue ella quien tomó un poco de helado con su dedo y lo embarró en la punta de la nariz de Santana. La rubia se rió al ver la reacción de la morena. Santana simplemente arrugó la nariz, tratando de fingir molestia, pero la risa la ganó y termino riendo junto con Brittany.

S: ¡Britt! ahora tú tendrás que limpiarme.

B: (fingió pensarlo y enseguida se rió) Claro que te ayudaré a limpiarlo.

La rubia besó tiernamente su nariz y posteriormente su boca.

Después de ese simple pero divertido momento, las chicas se levantaron de la banca y caminaron de regreso al auto de Britt. Iban tomadas de la mano.

B: ¿Qué te gustaría hacer ahora?

S: Que tal si vamos fuera de la ciudad.

B: Me parece buena idea. (besó su cabeza) Vamos.

Cuando llegaron al carro, se subieron en él y, tal como lo había dicho Santana condujeron hasta las afueras de la ciudad, avanzaron por la carretera, simplemente disfrutando de la vista. Cuando llegaron a un punto que Brittany ya conocía, empezó a detener y pegar el auto a la orilla.

S: ¿Por qué nos detenemos, Britt?

B: Mientras veníamos para aquí se me ocurrió que podríamos ver el atardecer juntas. ¿Qué te parece?

S: (sonrió) Me parece, perfecto.

Cuando el carro se detuvo por completo, las chicas se bajaron de él, el lugar en el que estaban parecía una especie de mirador. Santana caminó hasta la orilla del lugar y lo observó todo con detenimiento.

S: ¡Wow! Amor, esto es increíble.

B: (la abrazó por la espalda) Lo es. (besó su mejilla) Amanda y yo lo encontramos.

Santana giró entre los brazos de Brittany y la miró a los ojos.

S: ¿Amanda? Con ella también encontraste la “playa” ¿cierto? (Brittany asintió) Me parece que salen mucho ustedes dos ¿no crees?

B: (sonrió) ¿Me parece a mí o estas celosita?

S: No estoy celosa, es solo una observación.

B: (rió) San, sabes que Amanda es mi mejor amiga. Cuando llegué aquí, ella fue la primera persona con la que conviví, juntas exploramos todo esto que para mí era nuevo, ella me enseñó la “playa” y juntas descubrimos este lugar. Eso es todo. (le dio un pequeño beso)

Santana se aferró al cuello de la rubia y profundizó el beso. Se separaron y sonrientes juntaron sus frentes.

B: San, cariño, me encanta cuando me besas así, me encanta besarte, es adictivo para mí. (le dio un dulce beso)

S: Y a mí me encanta besarte, tus labios son tan suaves, (dijo pasando suavemente su dedo sobre los labios de la rubia) y tan apetecibles.

Las dos sonrieron. Brittany tomó la mano de Santana y la llevó hasta el auto, se sentaron en el frente del auto y, mientras observaban como el sol se ocultaba por el horizonte, la morena recordó el inicio de sus sentimientos hacia Brittany.

S: ¿Sabes Britt? Yo me di cuenta que empezaba a sentirme atraída por ti mientras escuchaba una canción. (apoyó su cabeza en el hombro de la rubia) Es una canción que se llama “Nada de Nada”.

Brittany rodeó a Santana con su brazo y la pegó más a ella.

B: ¿A si? (besó su cabeza)

S: Si, estaba escuchando música en mi reproductor, las canciones sonaban de forma aleatoria y, justo en ese momento, empezó a oírse esa canción. La escuché y empecé a tararearla quedamente. Recuerdo que, mientras cantaba, en mi mente solo aparecía una persona, una bella mujer rubia de ojos azules y cabello dorado.

Las chicas se miraron a los ojos, Santana se acercó a la rubia y la besó.

B: Y... ¿puedo saber que decía la letra de esa canción? (le sonrió ampliamente a la morena)

S: Bueno, si, (dijo un poco tímida) pero te advierto que no canto nada bien. (sonrió)

B: Para mí, todo lo que tú haces es perfecto, cariño.

Las chicas sonrieron. Santana se bajó de donde estaban sentadas y tiró de Brittany para que hiciera lo mismo. Avanzaron unos cuantos pasos y, sin soltarse de las manos, la morena empezó a cantar con timidez.

S: Quisiera cantarte, una canción que te enamore de mi. (acariciaba la mejilla de Brittany)
Te diga qué siento, te diga quién soy,
y cuánto te haré feliz. (Ambas chicas sonreían cómplices)

Que fueran las caricias, que yo quisiera darte,
que fueran las palabras, que no me animo a decirte
que más o menos sonarían así…

No existe nada que me dé
ni la mitad de todo lo que tú me das
cuando descubres mi mirada
No cambiaría ni loco tu sonrisa,
por todo el mundo por nada de nada.

Que ya eres todo, todo lo que quiero yo
y todo lo que pido a Dios
te esperaría aquí con paciencia
No cambiaría un minuto tu presencia,
Por todo el mundo Por nada de nada.

Santana terminó de cantar abrazada a Brittany, ambas se sentían en un mundo privado, un mundo diseñado solo para ellas.

B: Mi amor, es una canción hermosa. (la rubia la miró directamente a los ojos) Yo tampoco te cambiaría por nada del mundo.

S: Te quiero muchísimo Britt. Eres lo mejor que me ha pasado en el mundo.

B: Yo también te quiero, San. (la besó) Nunca lo dudes. (se miraron un par de segundos y la rubia agregó) ¿Sabes? Yo también tengo una canción perfecta para nosotras.

S: ¿Y cuál es amor? ¿Me la cantarás?

B: Claro que si San. (hizo una pausa) Solo que no ahora.

S: Oye, yo te canté mi canción. (San se separó fingiendo estar enojada)

Brittany sonreía al ver a Santana haciendo pucheritos para convencerla.

B: Sanny, entiéndeme cariño. Estoy segura que te cantaré esa canción cuando el momento indicado llegue. Y sé que será el momento perfecto para dedicártela.

S: ¿No puedes adelantarme ni un poquito? (la rubia negó) Eres muy mala.

Santana le dio la espalda a la rubia fingiendo molestia. Brittany se acercó a la morena y la abrazó por la espalda.

B: Si quieres puedo cantarte otra canción ¿Qué te parece?

Santana continuaba fingiendo estar enfadada con la rubia. Brittany se rió de la reacción de la morena, parecía una niña pequeña haciendo berrinche.

B: Bueno cariño, esta canción es para ti.

Brittany besó la mejilla de Santana.

B: Un día más, se llena de color,
y tú vendrás, llenándolo de amor (la abrazó por la espalda)
ya no me preocupo al caminar
porque tú estás aquí. (Britt le cantó al oído)

Y pierdo todo el miedo que me da porque tú crees en mí
tú me enseñaste a disfrutar mi vida mucho más
dejando el sufrimiento atrás
dándome...

Cuando Brittany cantó esa estrofa, aferró su cuerpo con más cariño al de Santana, cerró los ojos y se la cantó desde lo más profundo de su corazón, con la mayor sinceridad que podía.

Santana giró para quedar frente a Brittany.

Santana tenía lágrimas en los ojos, lo que la rubia le cantaba era muy bonito. Se abrazaron y bailaron al ritmo que Britt cantaba.

Brittany veía fijamente a Santana, creía en cada una de las palabras que esa canción decía. La sonrisa en sus rostros jamás desapareció, las dos estaban envueltas en ese momento mágico que había surgido entre ellas.

Cuando Brittany termino de cantar, las chicas se mantuvieron ahí abrazadas. Santana tenía su mejilla apoyada al pecho de la rubia y la rodeaba con sus brazos, sus ojos estaban humedecidos por la hermosa canción que Brittany le había dedicado segundos antes.

S: Britt, amor, te quiero tanto. (Santana la miró directamente a los ojos) Me encantan todos estos detalles tan lindos que tienes conmigo. (la rubia sonrió y limpió las lágrimas que recorrían el rostro de la morena) Siempre estás ahí cuidándome, queriéndome y haciéndome sentir la mujer más feliz y afortunada del mundo.

Santana besó a Brittany con pasión, con amor, con dulzura, deseaba transmitirle todo su amor, su cariño con ese simple gesto. En ese momento ambas chicas se sentían en el mismísimo cielo, nada podría romper su felicidad, eran dos personas completamente enamoradas.

S: Nada podrá separarnos, te lo prometo. Jamás dejaré que te vayas de mi lado, ahora que te he encontrado, estaremos juntas para siempre. Yo simplemente te amo.

Los ojos de Brittany se iluminaron en ese momento, al oír esas palabras provenir de la boca de Santana, sintió que todo su pasado había valido la pena. Estaba parada ahí, escuchando a la mujer de la que estaba enamorada, a la mujer que amaba decirle que ella se sentía de la misma manera. Brittany lloró de felicidad y, con la emoción recorriendo su cuerpo tomó a Santana por la cintura y giró con ella entre sus brazos.

B: Yo también te amo San. (la rubia acariciaba el rostro de su novia) Me enamoré profundamente de ti y mientras más se estrechaba nuestra amistad, más grandes eran mis sentimientos por ti.

S: (se abrazó al cuello de la rubia y besó dulcemente sus labios) ¿sabes cómo supe que estaba enamorada de ti? Porque cada vez que te veía afuera de la escuela una enorme sonrisa aparecía en mi rostro, cada vez que mi corazón se acelera cuando te veo (agarró la mano de Britt y la colocó sobre su pecho), cada vez que estabas cerca de mí y mi cuerpo me pedía aunque fuera un leve contacto, cada vez que me abrazabas y yo deseaba no soltarte.

B: Aww… Sanny.

Las chicas se besaron nuevamente, después de haber expuesto sus sentimientos y de aquel precioso momento.

El sol por fin desapareció por completo, las luces de la ciudad iluminaban todo el lugar bajo sus pies. Brittany abrazaba a Santana por la espalda, tenía apoyado su mentón en el hombro de la morena, ambas estaban mirando aquel espectáculo, estuvieron ahí disfrutando de ese mágico momento.

Decidieron que ya era hora de regresar a sus casas, ambas chicas se subieron al automóvil y emprendieron su camino de regreso a la ciudad. Santana iba más que encantada con todo lo vivido en aquel lugar, la morena no podía dejar de sonreír. Por su parte Brittany estaba sumamente feliz, había pasado por muchas cosas para poder tener un momento como ese, para encontrar a la persona con la que compartiría su vida, pero todo aquello había valido la pena cuando encontró a Santana.

B: ¿Qué te parece si vamos a cenar?

S: Me parece perfecto. (sonrió)

Brittany rápidamente notó que la morena estaba diferente, no sabía con exactitud a qué se debía ese cambio, pero ella la notaba distinta.

Se dirigieron a un pequeño restaurant, mientras esperaban su cena, las chicas platicaban, se reían y bromeaban de cualquier tema que se les ocurría, con cualquier cosa. Santana no paraba de morderse el labio y mirar a la rubia seductoramente, tomaba la mano de Britt y la acariciaba tiernamente o entrelazaba sus dedos y jugaba con ellos; esas acciones estaban distrayendo a Brittany. Su cena llegó en ese momento y la rubia pudo tragar saliva y relajarse un poco, el actuar de la morena estaba elevando su temperatura. Cenaron de esa misma manera, entre platicas triviales y uno que otro coqueteo, miradas cómplices y sonrisas pícaras.

Salieron tomadas de las manos de aquel restaurant, iban muy acarameladas. Cuando estuvieron en el carro y la rubia estaba a punto de encender el carro, Santana la detuvo tomándola del brazo y jalándola para unir sus labios. Brittany se sorprendió al ver de esa manera a la morena pero correspondió el beso, al igual que Santana ella estaba deseosa de sus labios en todo momento.

Santana se separó del beso agitada y mordiéndose los labios, pegó su frente a la de Brittany y la miró directamente a los ojos.

S: ¿Qué te parece si… vamos a tu casa?

Brittany abrió los ojos claramente sorprendida.

B: ¿Estás segura? (Santana asintió con una gran sonrisa en su rostro) Entonces me parece perfecto.

Se dieron un último beso y la rubia condujo con dirección a su casa. Santana aprovecho el trayecto para avisarle a su mamá que había salido con la rubia y que se quedaría a dormir en su casa.

Por fin llegaron a su destino las chicas se bajaron del carro y se dirigieron hasta la entrada de la casa. La rubia abrió la puerta con torpeza a causa de la emoción y el nerviosismo. Una vez entraron se besaron con desesperación, como pudieron se dirigieron hacia la habitación de la rubia y se dejaron caer sobre la cama. Santana estaba sobre Brittany, besándola con pasión; la rubia acariciaba la espalda de la morena y correspondía al beso con la misma desesperación y deseo que San.

Brittany se sentó con Santana sobre su regazo, ninguna de las dos quería romper el beso. Las manos de ambas chicas empezaron a recorrer el cuerpo de la otra y la temperatura iba en aumento. Brittany, descendió sus labios por el cuello de Santana, besaba cada parte de la piel descubierta de la morena,  hizo el mismo recorrido de regreso a la boca de Santana, se besaron nuevamente y posteriormente dirigió sus labios a la oreja de la morena que se encontraba sumamente colorada.

B: (agitada por la excitación del momento la rubia susurró) Quiero que hagamos el amor, cariño.

Al oír el comentario de Brittany, Santana se puso un tanto nerviosa, iba a ser su primera vez con una mujer y no se sentía segura.

La rubia continuó besando a la morena, lentamente deslizó sus manos hasta la cadera de Santana y empezó a levantar su blusa. Al sentir las manos de Britt rozar la piel de su abdomen, la morena entró completamente en pánico.

S: Britt…

B: ¿Qué pasa cariño?

S: Creo que deberíamos detenernos.

Santana, tomó las manos de Brittany y con suavidad las retiró de su cuerpo, se levantó rápidamente dando unos cuantos pasos hacia atrás. Brittany la miraba confundida, hizo lo posible por calmarse un poco y se acercó a San.

B: ¿Qué sucedió amor?

S: Lo siento Britt. (Santana estaba avergonzada, no podía mirar a la rubia a los ojos) Sé que fui yo quien empezó todo pero… No sé, me dio miedo, me asusté. Hay algo que no me deja continuar. Perdóname cariño.

B: No, (se acercó a la morena y la abrazó tiernamente) no tienes que pedirme perdón por nada San. (besó su frente) Te he dicho que las cosas sucederán cuando deban suceder ¿de acuerdo? (sonrió)

S: Si, pero esta vez fui yo la que te provocó y…

B: Eso, San, es lo de menos. Ahora ven aquí.

Brittany entrelazó sus dedos con los de Santana y la condujo hasta la cama, apartó las sábanas y ambas se acostaron. La morena acomodó su cabeza en el pecho de la rubia, esa posición era su favorita porque podía sentir a Brittany cuidándola.

S: Gracias, Britt. Por ser tan comprensiva conmigo. (besó su mejilla)

B: No tienes nada que agradecer, cielo. (acariciaba el brazo de la morena) Somos una pareja, tenemos que apoyarnos y cuidarnos mutuamente.

S: Te amo, Britt. No sabes cuánto.

B: Y yo a ti San.

Santana se abrazó más fuertemente a Britt, no sabía qué clase de fuerza había llevado a la rubia hasta ella, ¿sería una casualidad?, ¿había sido el destino? No estaba segura de ello pero, de lo que si estaba más que segura, era que lo agradecía infinitamente. Con Brittany a su lado, Santana se sentía la  persona más feliz del mundo.


Santana estaba en la escuela, era la hora del receso y como siempre ella y Quinn habían decidido escapar de las otras animadoras, se encontraban sentadas en las gradas platicando. En un momento determinado Santana decidió sacar el tema de su situación con Brittany este fin de semana, le contó todo a Quinn con la esperanza de que su amiga la ayudara de alguna manera.

Q: ¿Qué te puedo decir San? Brittany, ella es un amor. Todo lo que hicieron el fin de semana fue perfecto, maravilloso. (suspiró)

S: Lo sé Q. (santana sonreía ampliamente) Ella siempre es así conmigo, le gusta darme detalles lindos, protegerme, mimarme. Por eso no entiendo que me dio tanto miedo ¿sabes? Yo no, no lo sé. (decía negando con la cabeza)

Q: ¿Sabes que es lo que yo creo? (Santana miró a Quinn y negó levemente) Creo que, en realidad tu si sabes qué es eso que te da tanto miedo.

S: (se mordió el labio) Me da un poco de vergüenza decírtelo (se sonrojó) Lo que… me asusta es no saber qué hacer, va a ser mi primera vez con una mujer y, aunque sé que es Britt y la amo, me da un poco de miedo. Ahí está lo dije.

Q: Santana, tu amas a Brittany y ella te ama a ti, eso es lo único que importa, o lo único que al menos te debería de importar. Ese momento será mágico y especial no porque vayan a tener relaciones sino porque en ese momento te entregarás a la persona que amas.

S: Tienes razón Q, pero creo… que me da pavor defraudarla después de todo lo que ella hace por mí. Y no sólo hablo del sexo, me refiero a todo en general. Ella ha vivido tantas cosas que no me gustaría hacerle daño de ninguna forma.

Q: No tienes que pensar en eso San. Además, sabes que Britt siempre cuida de ti, ya verás que ella te ayudará a sentirte cómoda, te apoyará en todo eso. Una relación es de dos personas, tienen que comunicarse. Cuéntale todo lo que te está pasando, platíquenlo y resuélvanlo juntas. Estoy segura que lo lograrán.

Quinn sonrió ampliamente y abrazó a su amiga para tranquilizarla.

Después de hablar con su amiga, Santana se sentía mejor, lo que Quinn le había dicho era verdad, la única manera de resolver esa situación era platicando con Brittany. La rubia le había dejado claro desde un principio, cuando tuvieron aquel tropezón con el incidente de Puck, que las cosas las resolverían juntas porque ahora eran una pareja y enfrentarían cualquier cosa como tal.


El tiempo pasó rápidamente, las chicas se encontraban mejor que nunca y todo en su vida parecía estar perfecto, su relación era estable y el amor que se tenían no había disminuido en lo más mínimo. Con el ajetreo de los días y las diferentes actividades que mantenían ocupada a Santana, la morena se olvidó del consejo que Quinn le había dado, el tema del sexo no había vuelto a surgir entre las chicas y Santana había olvidado hablar con Brittany sobre lo que sentía.

Y ESE FUE EL CAPÍTULO. POR FAVOR NO SE OLVIDEN DE MI. :D

Sé que prometí que la próxima vez que actualizara traería ya teminado el Fic pero la verdad es que no he podido eescribir porque mi computadora se echó a perder y estuve a punto de perder los pocos capítulos que ya tengo adelantados con ese temor de perder el avance he decidido actualizar aunque sea uno de esos caps.
Así que aquí está.

CAPÍTULO 18

Estando juntas el tiempo volaba, eso pudieron comprobarlo al darse cuenta que dentro de dos días cumplían un mes de ser novias. Britt y Santana se encontraban en la habitación de la morena, estaban recostadas en la cama mirando videos y haciendo cualquier cosa para distraerse. Brittany había tomado de su lugar al Señor Oso y lo mantenía abrazado a su pecho.

B: San ¿te das cuenta que en tan solo dos días cumpliremos nuestro primer mes juntas?

Santana se incorporó en la cama, la rubia imitó su acción y se miraron fijamente a los ojos.

S: Lo sé, cariño. (sonrió ampliamente) Me parece increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando estoy contigo. (se acercó a besar a la rubia)

B: Y… ¿te gustaría algún regalo en específico?

S: Pues… ¿Qué tal una rubia de ojos azules, súper guapa que me haga mimos todo el día?

Santana se acercó a Brittany lenta y coquetamente, acarició su brazo lentamente y la rubia se limitó a sonreír.

B: Bueno, eso es algo que tendrás por el resto de tu vida, no solo ese día.

Santana abrazó a Brittany por la cintura y la besó. Lentamente se recostaron en la cama y continuaron besándose, sin prisas, sin presiones, simplemente disfrutando de aquel dulce beso que estaban compartiendo.

Santana se separó de Brittany y al verla a los ojos algo en ella se despertó. En ese momento supo que lo que la rubia alguna vez le había dicho era cierto, entendió lo que la rubia le había querido decir cuando hablaron aquella noche. Para Santana el momento perfecto había llegado, sin embargo deseaba hacer algo especial para ambas, quería que su primera vez fuera inolvidable.

S: Britt, amor ¿Qué te parece si cada quien prepara una sorpresa para la otra? No es necesario que sea algo caro, simplemente que sea algo con amor.

B: Me parece perfecto San.


Por la noche ese mismo día, Brittany se encontraba en su casa pensativa, no sabía que regalarle a Santana, deseaba sorprenderla y transmitirle todo el amor que sentía por ella, quería que la morena supiera lo agradecida que Britt estaba por dejarla compartir su vida con ella.

Varios minutos después recordó aquella foto que se tomaron en su visita a la feria, se había olvidado de ella y decidió que sería un buen detalle, buscó su cámara y comprobó que la foto estuviera ahí, al día siguiente iría a imprimirla y enmarcarla. Sin embargo, sentía que no era suficiente, caminaba de un lado al otro sin saber qué hacer, de repente una gran idea cruzó por su mente, decidió además escribirle una carta a Santana en la que diría todo lo que sentía, todo lo que la morena provocaba en ella y todo lo que ella deseaba para ambas. Planeó igualmente, llevarla de paseo por la carretera, escapar de la rutina como lo habían hecho aquel fin de semana tan romántico que habían vivido ya varios días atrás.

Ese día Brittany se durmió a altas horas de la noche escribiendo todo lo que el corazón le dictaba.


Al día siguiente en la escuela, una ansiosa Santana miraba el reloj con impaciencia, deseaba que su clase terminara para poder ir a hablar con Quinn. Cuando finalmente se escuchó el timbre salió disparada en busca de su rubia amiga.

S: ¡Quinn! (gritó, para posteriormente alcanzarla en su casillero)

Q: Hola San ¿Qué pasa?

S: Quinn necesitamos hablar, quiero que me ayudes con una sorpresa para Britt. (Santana no paraba de sonreír y la rubia se vio contagiada de su expresión) Verás, mañana cumplimos nuestro primer mes juntas y me gustaría sorprenderla, ella siempre hace cosas hermosas para mí y esta vez me gustaría ser yo quien haga algo lindo por ella.

Q: Vaya ¿un mes tan rápido? No me lo puedo creer. ¡Felicidades amiga! (se abrazaron) yo sabía que ustedes serían muy felices, están hechas la una para la otra. (sonrió) Y claro que cuentas conmigo San. Dime ¿que necesitas?

S: Quiero que me ayudes a conseguir unas cosas y que me veas en mi casa a las cinco de la tarde ¿de acuerdo?

Q: De acuerdo.

Ambas chicas se sonrieron con complicidad, Santana le entregó una pequeña lista a Quinn, le agradeció por su ayuda y se retiró directa a sus siguientes clases.

Ese mismo día, Brittany llegó temprano con la esperanza de encontrarse con Quinn, la esperó varios minutos hasta que por fin la vio salir de la escuela.

B: ¡Quinn! Espera un momento por favor.

La chica volteó al escuchar su nombre y sonrió al ver a Brittany caminando hacia ella.

Q: Brittany hola. (la saludó) Déjame felicitarte, Santana ahora es muy feliz. Desde que está contigo, ella es una persona completamente diferente. (la abrazó) No para de hablar de ti y anda con esa sonrisa de tonta enamorada todo el tiempo.

B: (sonrió) Ella también me hace muy feliz. Es lo que más quiero en esta vida.

Q: Eres muy linda Britt. (sonrió) Si esperabas a Santana se retrasó un poco pero estoy segura que ya viene.

B: En realidad quería hablar contigo. (hizo una pequeña pausa) Me gustaría pedirte tu número de teléfono. Verás, tengo preparada una sorpresa para San y quería que me avisaras cuando estuvieran en las prácticas para poder entrar y dejarla en su casillero. ¿Me harías ese favor?

Q: Claro que sí, me encantaría ayudarte con eso, es un gran detalle. Anota mi número y mañana te mando un mensaje ¿está bien?

B: (sonrió ampliamente) Me parece genial, muchas gracias Quinn.

En ese momento Santana salió de la escuela y se acercó hasta donde ambas chicas platicaban.

S: Hola Britt. (besó su mejilla) ¿Qué hacen aquí?

B: Sólo platicábamos. (le guiñó el ojo a Quinn, quien se limitó a sonreír)

Q: Bueno chicas me parece que mejor me voy, tengo cosas que hacer. Nos vemos.

Las chicas se despidieron de Quinn y se dirigieron hasta el auto de Brittany.


A las cinco de la tarde en punto, Quinn apareció en la puerta de Santana. Al oír el timbre y escuchar su teléfono vibrar, la morena se levantó rápidamente, leyó el mensaje e inmediatamente se puso muy nerviosa, sabía que su rubia amiga hablaba de más en algunas ocasiones y ella no deseaba que su sorpresa fuera descubierta.

S: Britt, acabo de recordar que Quinn y yo haremos tarea ahora, de hecho está esperándome abajo. Me temo que tendrás que irte.

B: (hizo un puchero) ¿Pero por qué San?

S: Amm… porque… (se acercó a ella y rodeó su cuello con su brazos) porque si estás aquí me distraigo viéndote, cariño.

B: Te prometo que no haré nada para distraerte.

S: Britt, por favor. Mañana pasaremos todo el día juntas, te lo prometo. Será nuestro día especial y lo disfrutaremos ¿sí? (la besó)

B: Bueno, está bien. Pero con una condición. Que me des otro beso.

Sonrieron y entre juegos bajaron las escaleras hasta la puerta de la entrada. Cuando Santana abrió una sonriente y distraída Quinn la saludó.

Q: (miraba su teléfono) Hola San, traje las cosas que me pediste para…

S: (alarmada la interrumpió) para la tarea, gracias Quinn. Yo no tuve tiempo de salir a comprarlas.

Quinn levantó la vista con cara de confusión y al ver a Brittany parada frente a ella, se sonrojó al darse cuenta que estuvo a punto de echar a perder la sorpresa de su amiga.

Cuando Brittany se fue, ambas chicas se dirigieron al cuarto de Santana, la morena le platicó a Quinn todo lo que tenía en mente para la sorpresa de la rubia, investigaron en internet y también Quinn dio su opinión sobre lo que podían hacer. Tardaron un buen rato pero finalmente lograron planear lo que ambas denominaron como “el día perfecto para la celebración del primer mes”.


El día había llegado, ambas chicas estaban emocionadas, cada una por la sorpresa preparada. Brittany le mandó un mensaje a Santana de buenos días y al recibir respuesta, su día empezó oficialmente con buen pie.

Para Brittany las horas fueron eternas, sin embargo finalmente habían terminado sus clases y rápidamente se dirigió hasta el colegio de Santana, se estacionó esperando el mensaje que le permitiera entrar y colocar el regalo de la morena. Como si sus pensamientos fueran escuchados el mensaje por fin llegó hasta su teléfono y con una gran sonrisa en su rostro se bajó del auto y se dirigió al interior de la escuela para depositarlo en su sitio. Cuando hubo colocado su regalo, regresó de nuevo al auto a esperar que la morena terminara las prácticas y poder sorprenderla.

Quinn se había encargado de dejar abierto el casillero de Santana y de llevársela rápidamente hasta la práctica, la morena no parecía sospechar nada, lo único que ella deseaba era que las prácticas terminaran rápido para poder poner en marcha su plan. Se acercaron hasta el campo y, como si sus pensamientos fueran escuchados, Michelle habló anunciándoles la gran noticia.

Michelle: La entrenadora Sylvester acaba de avisarme que el día de hoy se suspenden las practicas, me pidió que les dijera que no está de humor para aguantar a un montón de mocosas malcriadas que sólo la hacen perder su tiempo.

Al escuchar la noticia todas las chicas se dirigieron hasta los vestidores, a diferencia de otras veces Santana fue de las primeras en cambiarse. Quinn aprovechó su distracción para avisarle a Brittany que la práctica se había suspendido.

Santana se cambió y cuando por fin estuvo lista se acercó hasta donde estaba Quinn.

S: Acabo de avisarle a Britt que la práctica se ha cancelado, me dijo que estaría aquí en unos minutos. (sonrió) Deséame suerte Quinn. (suspiró) Estoy muy emocionada, ojalá que todo salga perfecto.

Q: No te preocupes San. Estoy segura que todo saldrá de maravilla. (sonrió para tranquilizarla) Oye, ¿Me harías un favor antes de irte? ¿Podrías ir a mi casillero y checar si lo bloquee? Es que no lo recuerdo y aun debo cambiarme.

S: Claro que si Quinn. Ahora mismo lo checo y te aviso por mensaje ¿de acuerdo?

Q: De acuerdo. Gracias San.

Santana salió de los vestidores y avanzó por el largo pasillo, la única ventaja que ellas encontraban de ser porristas, era que habían podido elegir tener sus casilleros juntos.


Quinn estaba recogiendo sus cosas, después de haberse duchado mandó un último mensaje a Brittany avisándole que Santana ya iba en camino a su casillero. Justo cuando oprimió el botón de enviar, observó de reojo que varias personas se pararon a su lado. Ahí paradas y mirándola fijamente, se encontraban Michelle y el resto de las porristas.

M: Quinn, me gustaría hablar con Santana ¿sabes si ya se ha ido?

Q: No, ella debe estar buscando unas cosas en su casillero. Además está esperando a alguien. Así que no creo…

M: (la interrumpió) No será esa chica que siempre viene a buscarla después del colegio ¿o sí?

Q: Si, a ella precisamente.

M: (sonrió con malicia) Bien, me parece perfecto. Vamos chicas.

Y como si fuera una orden, todas las chicas obedecieron al llamado que Michelle había hecho. Algo en el interior de Quinn le indicó que algo raro pasaría, sabía que debía seguirlas y así lo hizo, olvidó su maleta y salió tras las chicas.


Cuando recibió el mensaje que Quinn le había enviado, Brittany sonrió y suspiró, estaba nerviosa. Tomó el resto de las cosas que se encontraban en el asiento del copiloto y salió del auto con dirección al pasillo, quería encontrarse con Santana y darle en persona la carta y la fotografía enmarcada. Tenía una enorme sonrisa en el rostro, las mejillas ya le dolían de tanto sonreír pero no podía evitar hacerlo.


Santana estaba a unos cuantos pasos del casillero de Quinn y de repente algo llamó su atención, pegado a su casilla, estaba un post-it. Intrigada se acercó hasta él, lo tomó entre sus manos y con una gran sonrisa en el rostro leyó:

Amor, dentro de tu casillero está sólo una pequeña parte de la sorpresa que tengo preparada para ti. Sabes que te amo muchísimo San.

El corazón empezó a palpitarle y justo cuando estuvo a punto de abrir el casillero y descubrir la sorpresa, una voz llamó su atención.

M: Santana qué bueno que aún no te has ido.

Santana estaba confundida al ver a todas las chicas, incluida Quinn, paradas frente a ella. Sin entender muy bien a qué se debía todo aquello, regresó a aquel papel que debía fingir todos los días en la escuela, fingió una sonrisa y contestó.

S: ¿Qué se te ofrece Michelle? Bueno… a ti y a todas.

Santana dio una rápida mirada a Quinn como interrogándola. La rubia simplemente se encogió de hombros y negó en respuesta, indicándole a su amiga que no sabía de qué se trataba todo aquello.

M: Santana las chicas y yo estamos preocupadas por ti. (hizo una pausa) Esa mujer, (puso cara de asco) la chica que viene a verte después de clases quiere aprovecharse de ti. Estamos seguras de ello.

S: ¿Hablas de Brittany? ¿Qué quieres decir con aprovecharse? (dijo confundida)

M: Si, de Brittany. (dijo con cara de asco) Verás… una fuente muy confiable (dijo volteando a su derecha donde Quinn y dos chicas más se encontraban paradas) nos informó que esa chica es lesbiana.

Santana cambió su semblante a uno completamente serio, su corazón se aceleró y retumbaba dentro de su pecho rápidamente.

S: ¿A sí?

Preguntó más nerviosa que sorprendida. Miró por segunda ocasión a Quinn, esta vez con un poco de molestia en su rostro, la rubia negó con la cabeza apresuradamente.

M: Así es. Así que te sugerimos que te alejes de ella, no vaya a ser que (la miró de pies a cabeza con asco) te contagie a ti también. No queremos que te conviertas en una como ella.

S: (tomó una falsa actitud de desprecio) ¿Saben que chicas? No tienen nada de qué preocuparse ¿de acuerdo? Es más les agradezco que me hayan dicho esto, a partir de ahora tendré más cuidado al tratarla, no vaya a ser que me malinterprete y crea que soy igual de rara que ella.

Michelle sonrió maliciosamente y Santana le sonrió de igual manera para hacerle creer que hablaba con sinceridad.

M: ¿Entonces… dirías que esa rara no es tu amiga?

Michelle tenía una actitud de soberbia increíble, actuaba como si estuviera disfrutando de aquella conversación. Santana miró por tercera ocasión en dirección a Quinn, su rubia amiga negaba rápidamente, tenía una expresión de preocupación en el rostro, como queriéndole advertir de algo.

S: ¿Mi amiga? ¿Ese fenómeno? ¡JA! (rió sarcásticamente) Esa chica no es nada mío, la única razón por la que finjo llevarme con ella es su carro. (La sonrisa de Michelle se amplió más si era posible. Por otro lado, Quinn, bajó la mirada dejando ver un rostro de total preocupación y miedo) Ustedes saben que mi mamá no quiere comprarme uno y ella, bueno, es mi chofer personal. Viene a buscarme todos los días y ni siquiera duda cuando la llamo. Apuesto a que si en este momento le marco por teléfono viene corriendo. Estoy segura que la tengo a mis pies.

Una muy satisfecha Michelle sonrió ante la respuesta de Santana, la morena sonreía de igual manera mirando a su capitana. De repente, la mirada de Michelle dejó de conectar con los ojos de Santana para dirigirse un poco más allá del pasillo, a espaldas de la morena.

M: ¿Ya has escuchado a mi amiga fenómeno? Ahora puedes desaparecer de su vida, yo puedo asegurarme de que llegue segura a casa. No necesitamos que tú la contagies con tus perversiones.

La sonrisa de Santana se borró inmediatamente al escuchar esas palabras, sintió su corazón detenerse y lentamente giró el rostro para ver a una abatida Brittany mirándola directamente a los ojos, en su rostro se remarcaba una expresión de dolor y sufrimiento que Santana jamás deseó ver en Britt. Sus ojos se encontraban llenos de lágrimas contenidas y su mirada dejaba ver la gran decepción de la rubia.

B: No te preocupes (hizo una pausa, su voz se notaba completamente destrozada, parecía que rompería a llorar en cualquier momento) me ha quedado completamente claro. (tragó saliva y miró directo a los ojos de la morena) Ten por seguro que jamás volverás a verme.

Arrojó los obsequios que habían en su mano y corrió de ahí, sabía que no podría contener las lágrimas ni un momento más, corrió lo más rápido que pudo sin mirar atrás. Subió a su auto y se alejó de ahí a toda velocidad. El que debía de haber sido el mejor día de su vida, se había convertido en la pesadilla más horrible y jamás pensada, deseaba nunca haber ido a aquel cyber, quería regresar el tiempo y evitar todos aquellos recuerdos que tenía de Santana.


Mientras tanto en el colegio, Santana no se había movido de su posición, observó una caja caer al suelo y a una rubia salir corriendo, el rostro desecho de Brittany volvía una y otra vez a su mente.

M: Bueno, San, ahora que te hemos ayudado debemos irnos. (volteó a ver a todas las demás) Vamos chicas.

Santana no contestó, simplemente se quedó parada, mirando fijamente aquella caja en el piso. Las porristas desaparecieron de ahí dejando a Santana y a una muy preocupada Quinn a solas.

Cuando estuvieron solamente ellas dos, Santana caminó hasta donde la caja se encontraba, se agachó y la tomó entre sus manos, se quedó ahí parada, simplemente mirando aquel paquete. La rubia se acercó lentamente hasta su amiga.

Q: ¿San? ¿Estás bien?

Una muy molesta Santana levantó la mirada con brusquedad, sus ojos estaban repletos de lágrimas y su expresión mostraba una genuina rabia.

S: ¿¡Cómo pudiste hacerme algo así!? ¿¡Hacernos algo así!? (Quinn estaba confundida) ¡Y no me mires como si no supieras nada! Eras la única en toda esta maldita escuela que sabía acerca de la sexualidad de Brittany. Acerca de lo nuestro.

Q: Santana yo…

La morena se encontraba fuera de sí, nada lograba tranquilizarla.

S: Confié en ti, Quinn. Te hablé de los problemas que Brittany había tenido en su antigua ciudad y aun así no te importó nada. Creí que eras mi amiga y me has traicionado de la peor manera. Quiero que te alejes de mí, que no vuelvas a dirigirme la palabra, que no regreses a mi vida nunca más. Has acabado con lo único que me hacía realmente feliz, has acabado con mi vida.

Quinn no podía creer lo que estaba escuchando.

Q: Santana sabes que jamás te haría algo como eso, yo no le he dicho nada a nadie. Somos amigas y además estamos…

S: No quiero oír tus excusas. Ahora lárgate de aquí.

Q: San.

S: Vete Quinn. ¡Vete! ¡Lárgate, no quiero verte!

Quinn se fue de ahí completamente dolida, no podía creer lo que estaba pasando.

Cuando por fin se quedó completamente sola, Santana se echó a llorar. Se acercó hasta su casillero y abrió la puertecita, adentro había un gran ramo de flores esperando por ella. Pegó la pequeña caja a su pecho y sus sollozos no cesaron, tomó el ramo entre sus manos y se retiró de ahí.

Todo le parecía, un sueño, una pesadilla de la que deseaba ser despertada lo más pronto posible. Sentía que su corazón había sido arrancado de su pecho y pisoteado justo enfrente de ella.

Había imaginado aquel día tan solo una noche atrás, empezaría como un día cualquiera, irían al cine disfrutarían de su mutua compañía, continuaría con aquella cena romántica que ella tenía planeada, para finalmente concluir con la noche que marcaría una nueva etapa en su relación. Sin embargo, todo aquello había quedado como una lejana ilusión, Santana podría haber imaginado cualquier otra situación menos aquella en la que se encontraba.

Llegó a su casa, como era de esperarse completamente vacía, su mamá aun no llegaba del trabajo y entonces un pensamiento cruzo por su cabeza. Se imaginó a la rubia entrando detrás de ella, tal y como lo habían hecho infinidad de veces, subirían a su cuarto y pasarían el resto de la tarde juntas. Las lágrimas aparecieron nuevamente en su rostro, subió corriendo hasta su habitación, ni siquiera se desvistió, Santana se arrojó sobre la cama y lloró, lloró intensamente deseando una y otra vez regresar el tiempo y evitar todo ese desastre.

Estuvo desahogándose durante mucho tiempo, cuando logró calmarse un poco giró su rostro y vio al Señor Oso sentado en la silla junto a su cama, se acercó hasta él y lo tomó entre sus brazos. Lo primero que Santana pudo notar fue que aún conservaba el aroma de la rubia, recordó aquel día en la feria, la felicidad y la manera en que disfrutaban de estar juntas, su complicidad incluso antes de ser pareja. Santana no salió de su habitación ni un solo momento aquel día, estaba sumamente triste, sentía que lo había perdido todo.