[Resuelto]FanFic BRITTANA "Play With Me" EPÍLOGO

Hola……buenas       tardes a todas/os (es tan extraño y raro actualizar a una hora distinta a la acostumbrada       jejeje)………me disculpo       con uds. por no actualizar el día de ayer, estaba bastante cansada y sumado a ello que no adapté el capítulo siguiente para darles unos adelantos como ya es costumbre, pero tranquilas que ya lo adapté y tendrán unos cuantos spoilers de lo que pasará próximamente……uhhh, en este capítulo sabrán la clase         de cucaracha que puede llegar a ser  “la madre de Britt”. Dicho esto paso a retirarme porque ya debo prepararme para ir a mis clases vespertinas de la Universidad



*Para quienes no hayan leído la historia anterior, esta es la dirección:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo



*Próxima actualización: día viernes…….procuraré actualizar antes, pero si no pudiera ya saben que día lo haré. Gracias por su comprensión y paciencia.



Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo


Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.



Y la canción del día es……….




*Quise poner esta canción porque si bien a veces podemos encontrar dificultades en la vida, también depende mucho de cada una/o hacer de su vida una experiencia agradable que sepa afrontar los problemas………tal vez no tenga nada que ver, o puede que sí (a mí me gusta pensar que sí) con lo que veremos en el presente capítulo.


NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana)……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Play With Me” de Kristen Proby, la traducción de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)


Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York y mantendré el nombre de la historia original, es decir, “Play With Me”. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente     jejejeje.



Algo más……en la historia original el deporte al que se alude es fútbol americano, sin embargo pensé que lo ideal en el caso de nuestra pareja preferida el tenis se ajustaba mejor




Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
















- Tuve una semana maravillosa. — Estoy acurrucada al lado de Santana en el taxi, en el camino para mi casa, saliendo del aeropuerto. La noche en Nueva York está lluviosa y oscura—. Gracias.


—No necesitas agradecerme. —Besa mi cabello, y aprieta el brazo alrededor de mis hombros—. Yo también me divertí mucho. Vamos a viajar de nuevo en breve.


—Es una cita.


— ¿Por qué no vas hasta mi casa conmigo? —Me pregunta, por tercera vez, haciéndome reír.


—Porque necesito deshacer las maletas, lavar algunas prendas y prepararme para regresar al trabajo. Y tú mi latina sexy también tienes que hacerlo.


—Me podría quedar contigo en tu casa. Si no te importa que mi ropa sucia se lave con la tuya. —Escucho el humor en su voz, e inclino la mirada para ver su bonito rostro.


—Eres siempre bienvenida en mi casa. —Le doy un beso en la mejilla e inclino mi cabeza de nuevo en su hombro. —Necesito darte una copia de la llave.


Ella sonríe contra mi cabello y me besa de nuevo, cuando mi casa aparece al frente. Hay una mujer sentada en los escalones de la entrada.


¡La puta que la pario!


—Mierda.


— ¿Quién es esa? —Santana me pregunta, cuando salgo de sus brazos.


—Sylvia.


—Mierda —susurra.


—Exactamente.


Salto fuera del auto, mientras Santana le está pagando al taxista y corro furiosamente hasta la inútil mujer, sonriendo hacia mí.


— ¿Qué diablos estás haciendo aquí?


—Me colgaste la llamada en la cara, entonces pensé que tendría que venir a hablar contigo personalmente. ¿No me digas que no estás feliz de ver a tu mamá, querida?


—Sal de mi propiedad.


—Eso no es manera de hablarle a tu mamá. —Sus ojos brillan, cuando ella se levanta, y solo verla me deja enferma. Ella tiene mi misma estatura, y está muy delgada. Su cabello rubio esta grisáceo, sus ojos avellanas están apagados y su piel es gris. Su ropa vieja cuelga en su cuerpo. Al mismo tiempo, todavía es bonita.


Pero parece vieja y acabada. Ella no tiene ni siquiera 50 todavía. Mi estómago da vueltas.


—Sabes que no eres bienvenida aquí —le digo con voz fuerte, mis brazos cruzados sobre el pecho, ignorando a la lluvia cayendo sobre mí.


—Así que, esta preciosa morena es tu nueva conquista. —Los labios de ella se abren, en lo que considera una sonrisa seductora, sus dientes están amarillos, y solo es… patética—. Hola.


Santana está de pie detrás de mí ahora, con sus manos aferradas en mi cintura, mostrándome apoyo y nunca estuve tan agradecida por tenerla.


—Creo que Brittany le pidió que se fuera. —Su voz es dura y firme. Su sonrisa desaparece y es substituida por una sonrisa fría.


—No voy a salir de aquí hasta que la perra ingrata me dé más dinero.


—Te dije…


—No me importa lo que dijiste. ¡Me debes! ¡Yo quiero lo que es mío! —Baja los escalones hasta estar en mi cara, pero Santana me jala de lado y pasa a estar al frente, mirando a Sylvia, con sus ojos quemando.


—Ella no te debe nada. Te pido que te vayas. Si no lo haces voy a llamar a la policía. —Su voz es fría e irritada y Sylvia da un paso atrás, con los ojos abiertos y confundida.


¿Será que ella realmente pensaba que bastaba con aparecer por aquí, e iba a salir con el bolso lleno de dinero?


Probablemente sí.


Porque siempre le doy. No importa cómo me siento avergonzada después, siempre le doy. No más.


—Regresa a Montana, Sylvia. Perdiste tu tiempo viendo hasta acá —murmuro con rabia, mientras uno mi mano con la de Santana. Ella aprieta mi mano de manera tranquilizadora.


—No tengo dinero —se lamenta.


—No es mi problema. Yo te envié dinero.


—No fue suficiente —escupe.


—Es la última vez que vas a tener dinero de mí. —Mi voz es baja ahora, y firme. Sus ojos registran la sorpresa de nuevo, y entonces se aproxima a mi rostro con tanto odio, que doy un paso para atrás. Santana frunce el ceño y aprieta de nuevo mi mano.


—Sí me vas a enviar. Sabes lo que va a pasar si no lo haces. Voy a ir a los periódicos y cuento todo sobre la nueva novia de la gran latina estrella de tenis. La basura que ella es. Y de dónde viene. —Sylvia se burla de mí—. ¿No será una gran publicidad para ella?


—Llamaré a la policía —afirma calmamente Santana y la boca de Sylvia se abre.


—Voy a los periódicos…


—Vaya a los periódicos. O al lugar que quiera, después que salga de aquí. No me importa lo que digas. Brittany no es basura, solo salió de ti. —Quedo embobada, mientras Sylvia se ahoga con el insulto—. No puedes lastimarla. Ella dijo que te fueras, ahora vete.


Ella me mira, con la boca en una línea seria.


—Ok. —Camina hasta su antiguo Honda y me mira—. Siempre fuiste una inútil pedazo de mierda…


— ¡Váyase! —Santana le grita, cortándola. Ella entra en el auto y las luces desaparecen a la distancia. No puedo moverme. Solo me quedo aquí, en la lluvia, abrazándome y viendo su auto desaparecer en la calle.


—Mírame.


Estoy tan avergonzada. Jesús, ¿qué debe estar pensando de mí ahora? Entierro mi cara en mis manos y las lágrimas comienzan a caer. Pero llorar no resuelve nada.


—Solo vete, Santana.


—Mírame —repite con las manos sobre mis hombros—. Britt, para. Mírame.


La miro a los ojos, todavía muy avergonzada.


—Lo siento mucho…


—Shh. —Balancea la cabeza y me abraza, envolviendo sus brazos alrededor de mis brazos, prendiéndome contra su pecho, y nunca me sentí tan segura.


—Lo siento mucho, ella es tan horrible. Solo quería decir eso —murmuro contra Santana—. No le voy a enviar más dinero.


—No, tú no lo harás.


—Y tú no le vas a dar dinero. Ella te lo va a pedir.


—Hmm —murmura, sin negar.


—Te lo estoy pidiendo.


—Está bien. Vamos para dentro. —Ella toma las maletas y me lleva para la casa, desactivando la alarma.


—Estoy sorprendida que ella no hubiese tratado de romper la cerradura para esperarme dentro de la casa. —Comento. Ese es su Modus Operandi habitual.


—Ella debe haber visto la alarma. ¿Ves? Te dije que necesitabas una. —Me ofrece una sonrisa de satisfacción y mi pecho se relaja. No quiero pensar más sobre Sylvia. Ella no me puede hacer más daño. Suspiro, cuando ella se voltea de espaldas, para subir las maletas al piso de arriba.


—Sí, tenías razón.


— ¿Qué dijiste? —pregunta, sarcásticamente.


—Eres linda —respondo con una sonrisa.


—No, no fue eso lo que dijiste.


— ¿Me gusta tu ropa?


—No. —Coloca las maletas en el suelo y lentamente pasa los ojos por mí, una sonrisa haciendo cosquillas en sus labios—. Dime.


—Hum… Creo que deberíamos pedir la cena, ¿no?


Ella ríe ahora, no puede contener una carcajada, y el nudo de mi estómago por ver a Sylvia en mi puerta desaparece.


—Creo que dijiste algo sobre que tenía razón.


—No —bromeo.


—Si lo dijiste.


—Yo no haría eso —respondo y balanceo la cabeza—. Debes haberme confundido con otra persona.


—No, eres la única mujer bonita y con una boca inteligente que no puede salir de mi cabeza y corazón actualmente.


—Dios, es tan bueno escuchar eso —respondo sarcásticamente, y ella se mueve rápidamente, haciendo uno de una fuerza descomunal me pone sobre su hombro y me lleva en dirección a las escaleras.


— ¡Hey! ¡Nuestras maletas!


—Las buscamos más tarde. Creo que necesito enseñarte una lección ahora.


— ¿Qué tipo de lección? —miro lujuriosamente su trasero apretado, y le doy una nalgada, solo porque puedo hacerlo.


Ella golpea mi trasero como respuesta, haciéndome gritar.


—Del tipo divertido.


Sonrió, y me sostengo contra su cuerpo delgado, mientras ella fácilmente sube las escaleras. Dios, la amo.




—Entonces, ¿vas a jugar en Arizona el próximo domingo? —pregunto desde mi lugar en el sofá. Santana me enseñó la lección. Creo que puedo necesitar de más clases como esas en el futuro. Soy una alumna retrasada. Luego, pedimos la cena, y ahora estamos en el sofá, viendo un partido de tenis.


Bien, Santana lo está viendo. Yo estoy a punto de pintarme las uñas.


—Sí.


— ¿En casa? —pregunto casualmente.


—Sí. —Ella sonríe para mí—. Después del juego, toda la familia va hasta la casa de mis padres a cenar. Este probablemente será el último fin de semana de este año, que todavía podremos disfrutar de su jardín.


—Ok.


—Quiero que estés presente.


No es un pedido, y eso me hace sonreír. Quiero estar presente.


—Está bien —digo de nuevo. Santana balancea la cabeza y regresa a ver el juego, ahora que eso fue resuelto.


Agito mi esmalte rojo, y coloco mi pie derecho sobre el sofá, mi otro pie doblado contra mi trasero, y lo abro.


Antes de que pueda pasar el pincel sobre mí uña, Santana me interrumpe.


— ¿Puedo ayudarte con eso?


Mi cabeza vibra hasta encontrar sus ojos, por la sorpresa.


— ¿Qué?


—Quiero ayudarte.


— ¿Por qué?


Ella apenas mueve los hombros y sonríe mientras jala mi pie hasta su regazo, haciéndome deslizar contra el apoyo del brazo, me sostiene firme, esperando que le entregue el esmalte.


— ¿Estás segura? Recuerdo que dijiste que no te gustaba hacerlo casi nunca…..


Apenas levanta una ceja para mí, aquella sonrisa arrogante todavía en sus labios, y le entrego el esmalte.


—No es tan fácil como parece, sabes.


—Estoy segura que puedo hacerlo.


—Pensé que estabas viendo el juego.


—Estoy escuchando.


Balanceo mi cabeza y me inclino contra un cojín suave, los brazos cruzados sobre mi estómago, mientras miro su cabeza de pelo oscuro encima de mis pies, con las manos sosteniendo el pequeño pincel y pasándolo por mis dedos, metódicamente pintando cada dedo. Milagrosamente, no pinta mi piel.


—No deberías hacer tu propio cuidado de pies. —Murmura bajito.


— ¿Disculpa?


—No deberías estar haciendo tu propio cuidado de pies. —Repite, levantando la cabeza para mirarme en los ojos.


— ¿Por qué no?


—Porque deberías dejarme cuidarte, consentirte y hacerte una pedicure con algún profesional.


—Oh, por favor —respondo—. ¿Quién tiene tiempo para eso?


—Solo trabajas tres días a la semana, querida.


—Bien, ahora que no voy a enviarle hasta el último centavo que sobre a Sylvia, voy a gastar más en mí —comento con una sonrisa, más la mirada que me envía es feroz.


— ¿Es por eso que te haces tus propios pies? ¿Es por eso que tienes el servicio básico de la Tv por cable? ¿Cuánto dinero le estabas enviando?


—No es de tu incumbencia. —Trato de jalar mi pie, pero ella agarra mi tobillo y me mantiene en el lugar.


—Es de mi incumbencia.


—No, no lo es.


—Britt, no luches conmigo sobre eso. Estoy enamorada de ti irremediablemente, y estás enviando dinero que necesitas, para aquel pedazo de mierda humana. Ahora dime, ¿cuánto le envías?


—Todo lo que sobra.


— ¿Y cuánto significa eso?


—Lo que dije. Pago las cuentas, compro lo que necesito y guardo un poco para emergencias, y le envió el resto.


—Pero, Britt.


—Ya te dije que no lo voy a seguir haciendo. Y no voy a hacerlo.


—Dios, no lo vas a hacer.


— ¿Por qué te molestas tanto? No es tu dinero.


—No es sobre dinero. Es sobre aquella mujer aprovechándose de ti, y la dejaste, me mata saber que te quedaste sin dinero, cuando no necesitabas hacerlo.


—No me quedé sin dinero. —Balanceo mi cabeza, y paso mis manos por mi cabello, frustrada—. Confía en mí, Santana, yo sé lo que es estar sin dinero. Esto no es quedarse sin dinero. Tengo lo que necesito. Estoy bien.


—Estás bien.


—Estoy bien —repito—. No necesito ser rica. Estoy feliz con lo que tengo. Sabes que no estoy contigo a causa de tu gran contrato, ¿verdad?


Ella ríe, como se acabase de decir la cosa más absurda que escuchara.


—Confía en mí, nena, no eres una interesada.


—Bueno, continúa con el trabajo. —Relajo mis pies en sus manos, encogiendo los hombros.


Ella regresa a mis pies, y nos quedamos en silencio, el juego en el fondo, cuando cuidadosamente pinta cada pequeña uña. Cuando pasa la segunda mano, cierra el esmalte, y sopla mis dedos para ayudarlos a secar. Haciéndome cosquillas.


—Tus dedos son tan hermosos como absolutamente todo de ti —comenta en voz baja.


Suspiro cuando termina de encargarse de mis pies. Esta latina sexy, segura de sí misma, gentilmente está pintando mis deditos, ella es adorable. Es dulce. Me ama.


—Gracias por pintarlos —murmuro.


—De nada —responde con una sonrisa—. No fue tan difícil.


—Tal vez te deje pintarlos a partir de ahora. —Le guiño y ella ríe, provocándome escalofríos. Amo su voz. Y adoro hacerla reír.


—Creo que te voy a enviar al spa con Rachel y Kitty, cuando yo este ocupada o si puedo te acompañaré personalmente.


—No me vas a enviar…


—Cállate, Britt. —Me jala a su regazo, con cuidado de no arruinar el esmalte, y me besa profundamente, hasta que las dos estamos sin aliento—. ¿Solo déjame mimarte un poco, ¿ok?


—No necesitas mimarme.


Ella acaricia una mecha de cabello en mi rostro y besa mi frente, enseguida, me coloca contra ella, para que podamos terminar de ver el juego.


—Acostúmbrate a eso —susurra.




— ¿Cómo fueron las vacaciones? —Hanna pregunta, mientras se inclina en el balcón de lado de donde estoy mirando un gráfico, y me pasa un café.


—Fantásticas —respondo con una sonrisa traviesa.


—Te odio. Sabes eso, ¿no?


—Me amas. —Me río, y le doy un abrazo—. Es bueno estar de regreso. Gracias por eso.


Es martes, y estamos trabajando el turno de la mañana.


— ¿Cómo está tu atractiva latina?


—Bien, En el trabajo. —Encojo los hombros y regreso al gráfico.


— ¿Cuánto tiempo trabaja? No sé nada sobre lo que ellas hacen durante la semana.


—Bien, eso varía. Ayer entrenaron en la mañana y, luego, vieron juegos y tuvieron reuniones el resto del día. Ella llego a la casa anoche a las ocho.


—Wow, días largos.


—Sí, y hoy va hacer igual. Ellas están trabajando horas extras por haber tenido una semana libre.


—Que bien. —Ella sonríe.


El teléfono suena en mi codo, y lo cojo.


—Oncología Pediátrica, aquí Brittany.


—Hey, hola Britt, es Lyle de seguridad. Solo quería avisar que la Srta. López está subiendo para verte.


Hago una mueca y miro para el ascensor, cuando escucho la señal de su llegada, y Santana sale, sonriendo de oreja a oreja, caminando en mi dirección.


—Gracias, Lyle. —Termino la llamada y cruzo mi mirada con la suya—. ¿Qué haces?


Ella apenas me abraza, dejando mis pies en aire, me gira en un círculo, y entonces me besa apasionadamente, en frente de todos.


De todo el mundo.


—Uh, Santana, estoy trabajando. —Sonrío y me alejo, confundida, pero satisfecha por la manera en como ella me está mirando animada—. ¿Qué pasó contigo?


—Stacy tuvo a su bebé esta mañana. Acabo de venir de allá. —Está tan orgullosa y contenta.


— ¡Oh! ¡Eso es increíble! ¿Cómo están ellos?


—Felices. Stacy está cansada, pero fue maravillosa. El bebé es pequeño y adorable, e Isaac no puede dejar de mirarlo. Lo molestaría, pero la verdad es que no puedo culparlo. El niño es hermoso.


—Estoy tan feliz, por todos ustedes. —Paso mis manos en su cintura, entonces veo una mueca rápida, antes que sea sustituida por su bonita sonrisa.


—Gracias. Entonces, estaba por aquí y quería contártelo.


—Estoy feliz que lo hicieras. No puedo esperar para ir a felicitarlos.


—Todos ellos van a estar en la casa de mis padres, el domingo, eres bienvenida para ir a verlos más tarde. Creo que ellos se quedarán en el hospital hasta el jueves.


—Ok, voy. Seguro. Tengo algunos regalos, que no voy a conseguir esperar para entregárselos.


— ¿Compraste regalos? —Sonríe nuevamente, encantada conmigo.


—Claro. —Encojo los hombros tímidamente—. Los bebés necesitan de cosas nuevas. Además de eso, vas a aprobar lo que compre.


—¿Qué compraste?


—Ropas y accesorios de tenis para el bebé. Él va a estar todo vestido el domingo para apoyar a su tía Santana.


Los ojos de Santana se suavizan, y me jala contra ella, besándome otra vez, lentamente, apenas rozando sus labios con los míos, y no me importa quién nos vea. Entierra sus dedos en mi cabello y me sostiene fuerte, mientras me devora con sus labios. Ella huele tan bien. Ella es toda seguridad y sensualidad. La fragancia de Santana es de vainilla……..y me encanta.


—Te amo —susurra contra mis labios.


—Lo sé —respondo, y ella sonríe de nuevo.


—Tengo que regresar con la organización de tenis, tenemos más reuniones el resto del día. ¿Te voy a ver en la noche? —levanta una ceja con la pregunta, y sonrío.


—Voy a estar allí.


—Perfecto. —Me besa, una última vez, con pasión y devoción a la vez, y se voltea, caminando hasta el ascensor—. Hasta más tarde.


—Hasta más tarde —me despido y la veo desaparecer en el ascensor.


—Oh Yeah —murmura Hanna con diversión detrás de mí—. Ella es buena, chica, caramba.


Suspiro y estoy de acuerdo.


—Sí, ella es buena.




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Breves adelantos – Capítulo 18


—Esto es hermoso.


Santana mira hacia atrás y sonríe. Ahí está.


—Sí, mi padre trabaja duro para esto.


—Lo puedo imaginar.


— ¡Están aquí!

********

—Claro, papá, déjame presentarte a Brittany. —Me sonríe y entrelaza sus dedos con los míos de forma tranquilizadora.


—No creo que debería estar aquí —le susurro. Santana frunce el ceño y besa delicadamente mi mejilla.


—Definitivamente deberías estar aquí —susurra en mi oído. Se endereza y me lleva por el patio—. Conoces a la mayoría. Alguno de nuestros amigos están allí. —Apunta hacia a Artie y Quinn, y todos sonríen de vuelta, asintiendo.

*******

—Voy a estar allá. —Le guiño a Santana, y me vuelvo para irme, pero ella sujeta mi mano y me empuja contra ella, balanceando nuestras manos tomadas detrás de mi espalda y me besa, largo y lento, delante de todas estas personas.


— ¡Alquilen una habitación, joder! —grita Caleb.


— ¡Cuidado con esa maldita boca! —grita la madre de Santana, Maribel, haciéndonos caer a todos de risa.

******

—Solo fue un día difícil —murmura—. Creo que me relajé demasiado del entrenamiento la semana pasada.


Muerdo mi labio. Estábamos de vacaciones la semana pasada.


—Para con eso —llama mi atención, sus ojos feroces—. Esto no fue culpa tuya. Debería haber aprovechado el gimnasio del hotel dónde estábamos.

******

—Entonces, sobre los mensajes que me mandaste… —Se voltea, con sus calientes ojos marrones en mí y me ofrece una media sonrisa.


— ¿Sí?


— ¿Valen todavía?


—No lo sé, tu humor parece haber mejorado sin necesidad de hacer el amor. —Siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo y lo agarro, mientras río de la mueca que pone Santana.


*Agradécele a tu novia por los 250 mil dólares.


—Detente.


— ¿Qué?


—Detén esta mierda ahora.

Hola……buenas       noches a todas/os………a disfrutar del fin de semana       jejejeje……..sólo que no       descuiden el resto de sus deberes…….uhhh la siguiente semana ya tengo programada un par de evaluaciones importantes       en la Universidad y debo prepararme para ello…….el capítulo de hoy describe un ambiente familiar que se ve       ensombrecido por cierta “interrupción” (cuando lean todo el capítulo podrán darse cuenta a que me refiero con ello)




*Para quienes no hayan leído la historia anterior, esta es la dirección:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo



*Próxima actualización: día lunes…….procuraré actualizar antes, pero si no pudiera ya saben que día lo haré. Gracias por su comprensión y paciencia.



Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo



Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.



Y la canción del día es……….








NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana)……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Play With Me” de Kristen Proby, la traducción de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)


Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York y mantendré el nombre de la historia original, es decir, “Play With Me”. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente       jejejeje.


Algo más……en la historia original el deporte al que se alude es fútbol americano, sin embargo pensé que lo ideal en el caso de nuestra pareja preferida el tenis se ajustaba mejor




Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.










Aparentemente, perder un juego deja a Santana un poco malhumorada. O muy malhumorada. Vamos a casa de sus padres, después del partido de esta mañana, y ella está extrañamente tranquila.


Hoy estuve en el juego, en su palco privado con Kitty, Rachel y los chicos. Fue muy divertido. Hasta el final del cuarto tiempo. Las jugadoras de Nueva York estaban tres puntos por arriba de las chicas de Arizona, pero en los últimos minutos, Santana hizo una mala jugada, y su contrincante aprovechó el momento para hacer un movimiento rápido.


Perdimos.


Santana ha estado distante la mayor parte del día. Podía ver eso. No estaba siendo ella misma. Los demás siguieron delante de nosotras hasta la casa de los padres de Santana, y me quedé atrás, esperando que diera algunas entrevistas y tomara un baño. Me abrazó cuando me vio, pero no dijo mucho.


¿Qué diablos debería hacer?


No lo sé.


Entonces, solo me acerco, tomo una de sus manos en la mía, entrelazando nuestros dedos, y beso su mano, luego, las descanso en su regazo. Esto produce una media sonrisa.


Estaciona delante de la casa de sus padres, sale del auto y me abre la puerta. Es un día de otoño excepcionalmente caliente.


—Siento el olor de la lluvia —digo casualmente.


—Espero que no. Una parrillada en la lluvia es una pérdida de tiempo.


—Vives en Nueva York. Parrillada en la lluvia es normal.


Ella sonríe, y caminamos por el lado de afuera de la casa de sus padres, hasta el patio trasero, y suspiro. Santa mierda, su padre debe gastar horas y horas por semana en este patio. Incluso en otoño, cuando la mayoría de las flores mueren, y las hojas están cayendo, es un espectáculo para ser admirado, con senderos, bancos y árboles frutales.


—Esto es hermoso.


Santana mira hacia atrás y sonríe. Ahí está.


—Sí, mi padre trabaja duro para esto.


—Lo puedo imaginar.


— ¡Están aquí! —grita una niña de alrededor cinco años de edad, saltando hacia arriba y hacia abajo. Tiene una raqueta y una pelota de tenis, camiseta de la organización femenina de Nueva York y vaqueros, sus largos cabellos negros trenzados girando alrededor de su rostro con entusiasmo. De repente una imagen igual a ella, está de pie a su lado.


—Bueno, hola. —Le sonrío a las pequeñas niñas dulces.


— ¡Hola! —dicen al unísono, sonriéndonos.


—Britt, estas son Josie y Maddie. Son las hijas de Mary.


Todo el mundo está mirando en nuestra dirección, y nos asienten, y solo puedo estar parada, mirando con reverencia el patio trasero. Parece algún tipo de convención de gente bonita.


De verdad.


— ¡Ven a ayudarme con la parrilla, hija! Agarra un refresco. —El padre de Santana, Roberto, está en la parrillera, con una camiseta que decía: Bailando y asando, y empujando una espátula de metal. Algunos de los chicos y chicas están cerca de la parrillera con Roberto, o sentados en una mesa cercana.


¿Qué hay con la adoración de las familias a las parrillas?


Las chicas están dispersas en el patio cubierto en pequeños grupos, conversando y riendo, sujetando los bebés, tomando una bebida. Por Dios, no sabía que las reuniones de familia como estas existían en la vida real.


—Claro, papá, déjame presentarte a Brittany. —Me sonríe y entrelaza sus dedos con los míos de forma tranquilizadora.


—No creo que debería estar aquí —le susurro. Santana frunce el ceño y besa delicadamente mi mejilla.


—Definitivamente deberías estar aquí —susurra en mi oído. Se endereza y me lleva por el patio—. Conoces a la mayoría. Alguno de nuestros amigos están allí. —Apunta hacia a Artie y Quinn, y todos sonríen de vuelta, asintiendo.


Jesús…….todos las personas presentes son tan atractivas.


—Conociste a mi madre y a mi padre, y las niñas. —Nuevamente más sonrisas y asentimientos—. Y esa es la madre de Artie y su padre, Neil y Lucy. Aquel matrimonio vagando por los árboles son los padres de Stacy, y los padres de Mary están sentados con mi madre. Y ese gran hombre, que obviamente tiene rasgos de Quinn, con mi padre en la parrillera, es el padre de Quinn, Rich.


Estoy completamente sobrecargada.


—Hola a todos. —Sonrío y asiento hacia todo el grupo, y todos ellos sonríen y asienten de vuelta. Ellos son un mar de marrón, verde y azul, claramente vestidos para apoyar a Santana.


Excepto Quinn, que está usando una sexy camiseta negra y pantalones jeans descoloridos, su cabello suelto, el brazo tatuado alrededor de la cintura de Rachel, y le está susurrando en el oído, haciéndola reír.


—Creo que Britt podría necesitar una bebida. —Caleb da un paso hacia adelante, y me entrega un refresco. Tiene ojos azules amables y un cuerpo para morirse. Claro él es un militar de aviación.


—Sí, Britt realmente lo necesita —estoy de acuerdo y tomo el refresco—. Gracias.


—Ven a sentarte con nosotras —me llama Kitty, con su hija Olivia en su hombro. Ella está sentada con Mary, Samantha y Stacy en los sofás felpudos, al aire libre en la extremidad del patio.


—Voy a estar allá. —Le guiño a Santana, y me vuelvo para irme, pero ella sujeta mi mano y me empuja contra ella, balanceando nuestras manos tomadas detrás de mi espalda y me besa, largo y lento, delante de todas estas personas.


— ¡Alquilen una habitación, joder! —grita Caleb.


— ¡Cuidado con esa maldita boca! —grita la madre de Santana, Maribel, haciéndonos caer a todos de risa.


— ¿Por qué? —le pregunto.


—Porque puedo. —Me guiña y camina hasta su padre—. Esto no es la manera correcta de asar un filete, papá.


—Aquí. —Mary se aleja más en el sofá, dejando un espacio para sentarme, y me entrega el más nuevo miembro del clan López, Liam—. Está usando la ropa que tan gentilmente le obsequiaste, sujétalo.


Miro a Stacy, que está descansando confortablemente al lado de Kitty.


— ¿Te importa?


—Claro que no. Los bebés son pasados por los brazos de esta familia durante todo el día. Acostúmbrate a eso. —Le sonríe a su hijo con amor, mientras agarro de las manos de Mary y lo envuelvo en mis brazos. Está usando una gorra blanca con claros símbolos representativos de tenis, combinado con el body que parece una camisa, con su nombre al frente, llevando los más pequeños jeans que he visto en mi vida. Y estaba todo envuelto en una manta azul y verde.


—Estas ropas que le diste al bebé son las cosas más adorables Britt. Gracias.


—Oh, de nada. No pude resistirme a ellas cuando entré. Pero las niñas están absolutamente hermosas. —Sophie, la hija más grande de Stacy e Isaac, y Olivia están con sandalias de bailarina iguales, de tul verde y azul, y tiaras azul en el cabello, más grandes que su cabecitas.


—Stacy hizo las sandalias. —Kitty sonríe, y le da palmadas en la espalda a su hija.


—No hay mucho que hacer, cuando tienes mil meses de embarazo— Stacy observa con una mueca—. Estaba locamente aburrida.


—Esto debe haber sido un desafío, con una hija con solo un año de edad. —Tiro de Liam en mi pecho, y él se acurruca en mi barbilla, suspira, y vuelve a dormir.


—Lo fue, pero Isaac es genial. Consiguió trabajar bastante en casa, y tenía a mi madre, Mary, Kitty y Rachel, para que nunca estuviera sola por mucho tiempo.


Artie se junta a nosotras, besa la mejilla de su hija y, entonces, los labios de su esposa.


— ¿Quieres que la cuide?


—Claro. —Kitty le entrega a la hermosa bebé dormida, con el cabello oscuro como el de Artie y sonríe cuando le murmura al bebé, y vuelve a estar con los chicos.


—Él es sexy con un bebé en los brazos—observa Mary con un suspiro.


—Él es solo sexy —responde Stacy—. Disculpa, Kitty.


—Qué asco —comenta Samantha y hace un ruido de vómito—. Es mi hermano, chicas. ¿Y por qué él tiene que agarrar el bebé? Siempre está con ella.


—Porque viene de mis entrañas —responde Artie de vuelta, después de oír a Sam.


—Oh, Dios, no hables sobre tus entrañas. Voy a vomitar.


—No te disculpes, Stacy. Estás en lo correcto —dice Kitty, riendo—. Aunque, creo que todos los presentes aquí son muy calientes.


Asiento y miro a Santana. Ella está frunciendo el ceño, al lado de los otro chicos, Quinn y Rachel, pero inmersa en sus pensamientos. Está debatiendo internamente la derrota que ocurrió hoy. ¿Qué puedo hacer, para hacerla sentir mejor?


Muerdo mis labios, frotando la espalda de Liam, y entonces tengo una idea.


Con una sonrisa, equilibro a Liam en mi pecho, y agarro mi teléfono de mi bolsillo, enviándole un mensaje.


*Santana, el pensamiento de hacerte mía en el auto de camino a casa, ¿te anima?


Presiono la opción enviar, y beso la cabeza del bebé, mitad de mi oído en las chicas conversando. Mis ojos están en Santana, cuando saca el teléfono del bolsillo de sus pantalones cortos de jeans para verificarlo.


Sus labios se contraen, y sus ojos se encuentran con los míos del otro lado del patio, y entonces sus pulgares se están moviendo en la pantalla.


Mi teléfono vibra con su respuesta.


*¿Estás usando bragas?


Ella me hace sonreír. Me encanta la forma en que es, porque no uso bragas con frecuencia.


*No.


Levanta una ceja, me mira con una mirada terriblemente sexy y caliente, entonces, se concentra en su teléfono nuevamente.


—Britt, ¿cómo les fue en Nueva Orleans? —pregunta Rachel, cuando se junta a nosotras, Sophie en su cadera. El bebé está jugando con el teléfono de Rachel.


—Fue muy bueno —respondo y siento mi teléfono vibrar.


*¿Puedo hacerte cosas “muy interesantes” y placenteras mientras hacemos el amor?


— ¿Qué hicieron mientras estaban allá? —pregunta Mary, con una de sus hijas subiendo a su regazo, no estoy segura de cuál de ellas es. Estamos rodeadas de niños, y estoy intercambiando mensajes subidos de tono con mi irresistible novia.


*Sí, por favor.


—Comimos una tonelada de comida, escuchamos un montón de música, caminamos alrededor de la ciudad. Quería ir a una excursión embrujada, pero Santana se acobardó.


—Escuché eso —grita del otro lado del patio.


—No estaba tratando de esconderlo —grito de vuelta, y todos ríen.


—Siempre quise ir para allá —observa Stacy—. Isaac y yo vamos a ir algún día.


—Tienes que ir —asiento—. Es muy divertido. Y caliente, fue fantástico.


*Solo por ese último comentario, voy a hacer que supliques para te haga mía hoy en la noche.


—Tienes un rostro inconfundible de enamorada, y nada menos que de mi hermana. —Rachel pone a Sophie en sus pies y ella gatea hacia mí, antes de que pueda responder el texto de Santana. La miro y asiento. ¡Claro que sí! Ella solo ríe, y toma un trago de refresco de coco.


—Bebé. —Sophie apunta con el dedo pequeño a su hermano más nuevo.


— ¿Este bebé es tu hermano, niña dulce? —le pregunto, ganando una sonrisa llena de baba, mostrando cuatro dientes delanteros.


—Bebé. —Levanta las manos hacia arriba, confiando en que voy a agarrarla, entonces llevo a Liam a mi brazo izquierdo, y levanto a Sophie sentada en mi pierna derecha—. Bebé. —Lo apunta de nuevo, y después coloca el pulgar en su pequeña boca.


—Sí, este es el bebé Liam. ¿No es dulce?—Beso su rostro liso, entonces le doy un beso en el cuello, haciéndola reír.


—Britt, mira hacia arriba y sonríe. —Levanto mi cabeza al oír la voz de Kitty, y le sonrío a la cámara. Incluso Sophie está tan acostumbrada a ver un lente, que posa hacia la cámara también.


—La cena está lista, gente —llama Maribel. Los chicos ayudan a traer los tazones con ensaladas y frutas hasta la larga mesa al lado de la casa, mientras Roberto coloca filetes y pollos en bandejas.


La comida es abundante y deliciosa.


—Esta es la última vez en este año que haremos parrilla. Hasta el próximo verano, las reuniones de familia las haremos contratando servicios de comida. Es mucho trabajo para alimentarnos —me dice Kitty, mientras agarra a Sophie de mi regazo, plantándola en su cadera curvilínea.


—Puedo ver eso —respondo, y beso la cabeza de Liam nuevamente.


—Britt, te ves bien con un bebé —observa Artie, cuando se une a su mujer, con Olivia durmiendo en su pecho musculoso.


—Así como tú. —Le guiño, y él ríe.


—Deja de coquetear con mi amigo. —Santana hace una mueca, cuando se une a mí. Sonrío y le entrego al bebé.


—No estoy coqueteando. Estoy solo prestando atención extra a alguien que es muy atractivo —respondo sin sonreír, mis ojos abiertos y serios, tratando de aguantar la sonrisa, mientras Artie sonríe y besa a su esposa, y la mueca de Santana se profundiza.


—Él no es atractivo. Él es de la familia.


Le doy una carcajada alta, sujetando mi estómago, y prácticamente doblándome por reír.


—Santana —suspiro—. ¿Ya viste a tu familia, tus amigos? Todos parecen haber salido de un anuncio de modelaje profesional.


—No —refunfuña y besa la pequeña cabeza de Liam.


—Sí, lo parecen. —Kitty está de acuerdo—. Es una buena familia para ser parte.


— ¿Ves?


—Así, recibirás más de un castigo por esto más tarde, ya sabes a lo que me refiero —me susurra, mientras se une a nosotros para comer.


—Santana, dame a mi hijo. —Isaac lleva las manos para agarrar el bebé—. Y sé que él es tan pequeño, pero no lo pases al tipo equivocado. Pareces tener problemas con eso hoy.


—Púdrete, Isaac —gruñe Santana, mientras le entrega al bebé cuidadosamente a su primo.


— ¡La boca! —grita Maribel.


—Eres un idiota —le murmura Santana a Isaac, así su madre no puede escuchar nada más.


—Solo estaba tratando de provocarte. ¿Muy pronto todavía?


—Muy pronto todavía.


— ¿Cuál fue el problema, hoy, morena? —pregunta Puck, ahora que el asunto fue presentado, y Santana suspira, pasa las manos por el rostro y se sienta pesadamente en una silla, mirando el plato lleno de comida.


—Solo fue un día difícil —murmura—. Creo que me relajé demasiado del entrenamiento la semana pasada.


Muerdo mi labio. Estábamos de vacaciones la semana pasada.


—Para con eso —llama mi atención, sus ojos feroces—. Esto no fue culpa tuya. Debería haber aprovechado el gimnasio del hotel dónde estábamos.


—Es eso al menos está bien. Sera la próxima semana. —Caleb palmea su hombro, y se sienta al lado de Santana con un plato lleno. Y así, el asunto está descartado.


La conversación continúa alrededor de nosotras, las gemelas corriendo y jugando en el patio, los bebés están siendo arrullados. Es un caos amoroso, y esto es increíble y maravilloso. Y no puedo creer que esté aquí.


—Oye. —Rachel toca mi pierna debajo de la mesa, y se inclina para hablar conmigo de forma que solo yo pueda oírla—. ¿Hablaste otra vez con Sam?


—No —susurro.


— ¿Nunca más? —susurra de vuelta.


Sacudo mi cabeza, y mantengo mis ojos en mi comida.


— ¿Hace cuánto tiempo?


—Tres años —susurro.


—Estoy segura de que su número no cambió. —Encuentro sus ojos marrones preocupados en los míos.


—Tampoco el mío.


Asiente, y le da un mordisco a la ensalada de papa.


—Buen punto.


Miro hacia arriba, a tiempo para ver a Mary y Caleb intercambiar una mirada, entonces, rápidamente se alejan el uno del otro. ¿Qué está pasando ahí? Ellos están obviamente atraídos el uno por el otro, pero no interactúan realmente. Solo se quedan mirando el uno al otro. Voy a tenerle que preguntarle sobre eso a Santana más tarde.


—Entonces, vamos a hablar de la boda. —Rachel aplaude y salta un poco en la silla, mientras todos los chicos sueltan gemidos.


— ¿Habría una posibilidad, que ustedes las chicas hablaran sobre la boda después, cuando podamos escapar para ver el futbol o algo así? —pregunta Caleb, ganando una mirada afilada de Rachel.


—No. Estamos a menos de un mes. Además de eso, no tengo mucho que hacer, Marley está cuidando de la mayoría de las cosas, de cualquier manera. —Toma un sorbo de vino y saca una lista, haciendo que los chicos soltaran un nuevo gemido, y no puedo dejar de reír.


—La fecha, como todos saben, es el doce de octubre. Seis de la tarde. Tienen invitaciones con la dirección y toda esa palabrería. —Toma otro sorbo, mientras todos la escuchamos, los chicos inquietos—. Una vez que sean solo Artie y Kitty en el altar, esto va a ser fácil para todos ustedes. Ropas bonitas, no se olviden de los regalos, y vengan preparados para la fiesta.


Se mete la nota en el bolsillo y vuelve a comer.


— ¿Eso es todo? —pregunta Puck.


—Sí —responde con una sonrisa.


—No nos dijiste nada que no sabíamos.


—Lo sé, solo quería hablar sobre mi boda por un minuto. —Ella está satisfecha, mientras lleva un pedazo de carne a la boca—. ¡Oh! Y mi despedida de soltera es el próximo domingo en la noche.


— ¿Por qué un domingo? —pregunta Samantha con una mueca.


—Porque tenemos alguna cosa estúpida de negocios el sábado. —Rachel rueda los ojos y Quinn ríe—. Entonces, tiene que ser el domingo. Los otros fines de semana están llenos con una boda y pesados partidos de tenis.


—También te amo, hermana. —Santana le tira un palo, y ella le sopla un beso.


—Entonces, todo el mundo tiene el lunes de trabajo, para recuperarse.


Me río conmigo misma. No es que Rachel sea una mujer egoísta, ella solo piensa que las cosas son simples. Como si fuera fácil para las personas tomar un día libre, para recuperarse de una resaca.


—Tú vendrás también. —Me lanza una mirada afilada, desafiándome a decir lo contrario. Rápidamente hago cálculos con los horarios en mi cabeza, consciente de los ojos de Santana en mí.


—Creo que tengo libre el próximo domingo en la noche. Voy avisarles que no estaré disponible para la guardia esa noche.


—Bien. —Sonríe Kitty—. Va a ser muy divertido.


Roberto se levanta, sujetando su cerveza en el aire.


—Quiero proponer un brindis. Por mi familia, que ha crecido a pasos gigantescos desde el año pasado. Soy un hombre bendecido, por estar rodeado de hombres buenos, mujeres hermosas, y los bebés más increíbles que hayan nacido.


— ¡Por la familia! —El padre de Artie está de acuerdo, y todos beben, y después la conversación se retoma nuevamente.


Cuando estamos terminando el postre, el cielo se cae sobre nosotros. Sabía que la lluvia caería muy pronto. Estamos, felizmente, bajo un patio cubierto, y la mayoría de los alimentos fueron guardados.


Todos trabajan juntos para cubrir la parrillera, ahora empapada, y llevamos a los bebés adentro, lejos de la humedad. Por el resto de la tarde, vemos un juego de tenis en la televisión, algunos adultos juegan con las gemelas. Los bebés fueron alimentados, cargados, cambiados y mimados.


Los padres de Stacy, Artie y Mary se fueron. Santana y yo estamos descansando en una extremidad de un gran sofá de cuero, viendo tenis, mi cabeza en su regazo. Bostezo y siento mis parpados pesados.


—Oye, rubia sexy, ¿estás lista para volver a casa?


—Cuando quieras. No estoy con prisa.


Me sonríe suavemente, con los ojos suaves y amorosos.


—Te amo —susurra.


Le sonrío, feliz, y corro mi mano por su rostro.


—Eres tan hermosa.


Ella toma mi mano y besa mi palma.


—Vamos a salir de aquí.


Me ayuda a levantar del sofá, y nos despedimos de todos, lo que lleva más de media hora. La madre de Santana, Maribel, me abraza fuerte.


—Por favor, vuelve pronto, Britt. Te queremos.


—Gracias —murmuro tímidamente.


—Ella va a volver —comenta Santana, mientras besa a su madre en la mejilla.


Inclino mi cabeza hacia atrás, cuando salimos, y disfruto de la lluvia. Está oscuro ahora, y la lluvia pesada, pero no está frío. Es una lluvia de verano tardía.


—Amo la lluvia en esta época del año.


—Genial. Entra en el auto, cariño.


Le sonrío.


— ¿No te gusta la lluvia?


—Me gusta, pero te puedes enfermar si no sales de ella.


—No, no lo voy a estar, eso es un mito —asiento despreocupadamente, y me quedo en la lluvia por un minuto más, entonces, me uno a Santana en su auto.


— ¿Siempre eres así de terca? —pregunta.


— ¿Cuánto tiempo hace que nos estamos viendo? —pregunto.


— ¿Cuánto tiempo? Más de un mes —responde y se aleja de la casa de sus padres.


—Por lo tanto, ya deberías saber, que soy siempre terca. —Sonrío dulcemente, mientras ella ríe.


—Entonces, sobre los mensajes que me mandaste… —Se voltea, con sus calientes ojos marrones en mí y me ofrece una media sonrisa.


— ¿Sí?


— ¿Valen todavía?


—No lo sé, tu humor parece haber mejorado sin necesidad de hacer el amor. —Siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo y lo agarro, mientras río de la mueca que pone Santana.


*Agradécele a tu novia por los 250 mil dólares.


—Detente.


— ¿Qué?


—Detén esta mierda ahora.



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Breves adelantos – Capítulo 19


—Te lo dije, Santana. Viste como era ella la semana pasada. ¿Por qué diablos harías eso? Ella solo va a volver por más, y más. Se habría ido, si la hubieras dejado tranquila. —No puedo soportar este pensamiento, y mi voz se quiebra, cuando siento las lágrimas mezclarse con la lluvia en mi rostro.


—Ella nunca se habría ido, mi amor. —Su voz es calmada ahora, más firme. Sacudo la cabeza hacia atrás y hacia adelante, y entierro mi rostro en mis manos.

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—Déjame terminar. Esa mujer es la razón de que no puedas decir que me amas. Esa estúpida y odiosa mujer. —Sacude la cabeza en frustración y se aleja de mí, entonces vuelve—. Si tengo la oportunidad de sacarla de tu vida, ¿por qué no lo haría? El dinero no es nada para mí. Ella es la razón de que tengas problemas de confianza. Ella es la razón de que sea tan difícil para ti mostrarles a las personas que las amas.


— ¿Qué eres ahora, una psiquiatra? —pregunto con una sonrisa, y me odio por eso, cuando veo el dolor en sus ojos.

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—Santana. —Hablo pausadamente. Tomo su rostro en mis manos, y acaricio sus mejillas con los pulgares—. Santana.


—Te amo —susurra, sus labios tan cerca de tocar los míos. Puedo sentirlos moviéndose. Cierro los ojos. Siento las lágrimas calientes en mi rostro, corriendo, mezclándose con la lluvia caliente. La estoy hiriendo. Y esto me está matando.


—No puedes decírmelo. —Esto no es una pregunta.


—Te lo puedo mostrar —susurro.

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—Santana.


—Eres mía, maldita sea. Te voy a proteger de cualquiera o de cualquier cosa, ¿entiendes? —Sus ojos están abiertos, aún con dolor en ellos, mirándome firme—. No necesito tu permiso para mantenerte segura.


Antes de que pueda responder, me está besando nuevamente.


Me está marcando de una forma que nunca lo hizo antes. Esto es jodidamente caliente, y la quiero. Quiero ser suya. La amo más de lo que jamás pensé posible, y esto me asusta interiormente.