FF Brittana- ¿Aún la amas? Final! 06/08

Rachel Berry se levantó muy temprano esa mañana, se acercó a la ventana y observó que NY se veía radiante: el sol brillaba, los niños jugaban en las calles y los paraguas que habían adornado la ciudad el día anterior, habían desaparecido. Aprovechó para salir a correr por el parque central.
_ ¡Santana!_ llamó a su compañera, se asomó a su habitación y ésta dormía como si no existiera un mañana. _ Santana... _ suavizó su tono y se sentó al borde de la cama de la morena. _ El día está grandioso, ¿quieres ir a correr conmigo?
_ Berry... _ gruñó separando lentamente sus ojos. _ Es sábado, Dani y yo tuvimos una pelea anoche y tomé unas copas. Agradecería que me dejes dormir._ volteó hacia el otro lado.
_ Oh, lo siento. No sabía lo de Dani, si quieres puedo quedarme.
_ No hace falta que lo hagas, ve a disfrutar del día. _ hizo una seña con sus manos y Rachel entendió que debía dejarla sola.
_ Te traeré un café de regreso. _ dejó un beso en su mejilla y se marchó.

Habían pasado unas horas, Santana se levantó por fin de su cama y tomó una ducha. Debería estar afectada por su pelea con Dani, pero más lo estaba porque no sentía nada. Se suponía que su relación tenía que ser perfecta, Dani la quería y le hacía bien, disfrutaba su compañía y podía ser feliz con ella, pero no, allí estaba otra vez cuestionándose por qué no había logrado amarla tanto como a... Desechó esa idea, no podía volver a recordar a su ex novia, tenía que sacarla de su mente para siempre, ella jamás regresaría.
Terminó con su ducha, se cambió y se fue a la cocina. Kurt estaba allí, tomando un café.
_ Parece que tuviste una noche salvaje _ se burló él al ver su cara.
_ No te das una idea. _ su tono sarcástico hizo que Kurt la mirara serio.
_ Asi que no._ le acercó una taza de café._ ¿Puedo preguntar qué pasó contigo?
_ Tuve una pelea con Dani._ se limitó a responder. Kurt la miró y quiso preguntar más pero prefirió no hacerlo._ Aunque... _ continuó la morena._ Ella tuvo razón en todo, estaba muy afectada porque encontró una foto en mi cuarto.
_ Una foto... _ iba a preguntar pero Santana lo interrumpió.
_ Sí, con Brittany._ sus ojos brillaban al decir su nombre._ Sé que ella tenía razón pero ya sabes, no soporto que toquen mis cosas y enloquecí. Le dije que no debía hacer eso y empecé a gritarle. ¡Dios! Me volvió loca pensar que ella había tocado la única foto que no dejé en casa._ tomó un sorbo de café y siguió._ Quise arrancarle la foto de sus manos y ella la dejó caer. No sé si lo hizo a propósito pero me enojé todavía más. Ella sólo me dió la espalda y se fue. La seguí hasta su casa y continuamos peleando y gritando hasta que me marché. Bebí un par de copas y aquí me ves, mi cabeza está por estallar.
_ ¿Hay algo que pueda hacer?_ Kurt habría querido ayudarla pero aunque Santana se lo había contado, sabía que no aceptaba que nadie se entrometiera en sus cosas.
_ No, escuchar mi aburrida historia es suficiente. ¿Dónde diablos está Rachel? Iba a traerme un café._ cambió de tema repentinamente.
_ Sólo sé que debía hacer unas compras._ se levantó de su silla y se dirigió a la puerta. _ Debo ir a trabajar, diviértete.
_ Uy si, lo haré. _ Se veía triste.
_ Santana...
_ Adiós Lady Hummel, estaré bien.
Kurt sólo salió y la dejó sola. Ella miró alrededor, buscando algo que pudiera entretenerla, vio el teléfono, pensó en llamar a Dani pero unos segundos después se arrepintió, quizás luego. Levantó las tazas y las lavó, luego se asomó a la ventana. En verdad el día se veía grandioso. Había pasado mucho tiempo en Nueva York y pocos habían sido los días soleados como ese. Pensó que en Lima unos años atrás, habría ido con Brittany al parque, a tomar un helado y alimentar a los patos del estanque. ¿Por qué no podía disfrutar de las pequeñas cosas como esas cuando estaba con Dani? Se sentía terrible al pensar en ello.
Era increíble cómo podía su estado de ánimo hacer que el día pareciera nublado y gris. Recordaba haber pasado hermosos días con Rachel, Kurt y Dani aunque lloviera. Se preguntaba si eso podría volver, si algún día volvería a ser tan feliz como cuando había anulado de su mente los recuerdos sobre Brittany. Y volvía a pensar en ella.
_ Que estarás haciendo ahora... _ se dijo para sí misma.

Rachel había salido hace dos horas y media de su casa, fue a comprar algunos víveres y regresó pasando por el parque. Se sentó al lado de la fuente, mirando atentamente lo que la rodeaba. Había estado allí con Finn en algún tiempo, y ahora estaba segura que él la estaba mirando desde algún lugar. Sonrió ante este pensamiento. Lo extrañaba, pensaba en él todo el tiempo. Santana le había dicho que debía conocer a alguien, pero no podía, todavía había heridas que debían sanar.
Un grupo de niñas estaban bailando, tarareando alguna reconocida canción de la radio. Las miró y no pudo evitar pensar en el club Glee, en sus años en Lima. El familiar sonido de su celular la sacó de sus pensamientos.
_ ¿Dónde te metiste cariño?_ la voz de Kurt era inconfundible. Rió leve.
_ Pasé por el supermercado. Voy camino a casa._ se levantó y empezó a caminar lentamente mientras, con una mano cargaba las bolsas y con otra sostenía el teléfono._ ¿No deberías trabajar?
_ Estoy en el bar muñeca, solo quería saber donde estabas y decirte que fueras a casa cuando puedas. Santana no está muy bien hoy.
_ ¿Desde cuando te preocupas tanto por ella?_ sonaba divertida y confundida a la vez.
_ ¡Oye! Aunque a veces siento que me odia me preocupo por ella.
_ ¿Lograste saber qué pasó?
_ Si, me lo contó mientras desayunábamos._ Kurt le contó a Rachel todo, con detalles. Sabía que podía confiar en ella y que podría ayudar a Santana. Rachel escuchó todo sin interrumpir y luego colgó. Pasó por una pastelería y compró un pastel de chocolate para llevar. Llegó a su departamento, abrió la puerta y vió que todo estaba limpio y ordenado, Santana leía un libro en el sofá.
_ Veo que te dedicaste a limpiar._ le dijo sonriente.
_ Estaba aburrida y saliste hace casi tres horas a buscar un café._ respondió divertida
_ Empezaré a dejarte sola más seguido._ dejó las bolsas en una mesa y se sentó a su lado con la torta._ Te traje algo._ abrió el paquete y se saboreó al verla.
_ ¡Dios, Rachel! Esto es un castigo.
_ Puedo comerla yo sola si no quieres.
_ No se te ocurra._ le arrebató el pastel de las manos._ Primero almorzaremos y luego nos sentaremos a comer esta belleza._ se levantó rápidamente. _ Para sorprenderte aún mas, cociné para nosotras.
_ No lo dices en serio._ se acercó a la cocina mientras Santana guardaba la torta en el refrigerador.
_ Pues sí. Tampoco te emociones._ rió._ Sólo son hamburguesas y papas.
_ Mmm.... Que rico._ le dijo a fin de subir el ánimo a su amiga aunque la veía con los ojos tristes.
_ Igual aún no tengo hambre, ¿Tú?
_ Tampoco._ mintió, y a continuación se sentó frente a Santana, que había tomado una silla anteriormente._ Kurt me contó lo que pasó anoche._ dijo mirándola directo a los ojos._ Te veo triste, ¿sabes?
_ Lo estoy._ no había titubeos en su voz. Ni siquiera se preguntó por qué Kurt se lo había contado._ Rayos, no sé ni por qué siento todo esto._ rió sarcásticamente.
_ Santana, puedes confiar en mí._ extendió su mano para que ésta la tomara y sonrió._ ¿Hay algo de lo que quieras hablar?
_ No he podido dejar de pensar en Brittany estos días. Me pregunto que estará haciendo, dónde estará, con quién... La extraño Rachel, quisiera verla, saber que está bien._ su tristeza era aún más notable. Parecía mentira que estuviera hablando con alguien de ello._ Por otro lado, pienso en Dani. La quiero, me hace bien y es genial. Me ama, lo sé. Me vuelve loca no poder sentir lo mismo, amarla hasta el punto de hacer lo que sea por ella. Lo de anoche fue sólo una excusa para tratar de librarme un tiempo de todo lo que me pasa.
_ Lo de anoche fue... Extraño. Ni siquiera sabía que guardabas una foto con Brittany. Lamento decirlo pero Dani algo de razón tenía.
_ Lo sé._ dijo arrepentida._ Sé que ella tenía razón. Pero no pude evitarlo. Debería hablarle._ reflexionó.
_ Sí, deberías._ afirmó Rachel._ Pero primero debo preguntarte algo..._ hizo una pausa y continuó._ ¿Aún amas a Brittany?

Santana se quedó muda. Pensó en todo lo que venía ocurriendo esos días por su cabeza, pensó también en lo sucedido la noche anterior y en su reacción al ver el marco y el vidrio del portarretrato rotos, el enojo la llenó otra vez. Miró hacia abajo, tratando de esquivar sus ojos de Rachel. Volvió a sus pensamientos, recordó Lima el día que dejó a Brittany, y también cuando regresó y ella ya había encontrado refugio en Sam, otra vez se sintió enojada, y triste a la vez. Y ahí llegó el recuerdo de la primera vez que vió a Dani y lo feliz que ésta la hizo el primer tiempo de su relación, sonrió ante esto.
-¿Sabes?.-dijo por fin.- Debo amar a Dani._ se levantó y trató de buscar algo que hacer. Rachel se veia confusa y poco convencida.
- No te pregunté eso.- se atrevió a decir.- Pero si así lo quieres está bien. Sólo quiero que estés bien y con la persona que te hace querer ser mejor cada día.
- Dani lo hace.-se convenció a sí misma.
- Entonces llámala.- se levantó.- Voy a darme una ducha.- Estaba marchándose cuando Santana le habló.
- Gracias Berry.
- Sabes que estaré contigo aunque seas insoportable.- respondió sincera y divertida. La miró por última vez y se fue.
Santana se cuestionó un par de veces si debía llamar o no a su novia. ¿Qué le diría? ¿Cómo se lo tomaría? Ella no era de esas personas que piden perdón, estaba muy lejos de serlo pero Dani se merecía al menos una llamada. Decidió hacerlo. Marcó su número y luego de un par de tonos, la voz dormida de Dani contestó.
- ¿Hola?- dijo entre sueños.- ¿Quién es?- se notaba que ni se había tomado el trabajo de leer el identificador.
- Soy yo Dani.- respondió la morena del otro lado.- ¿Dormías?- preguntó lo obvio. -No quería despertarte.
- Está bien, de todos modos ya es muy tarde.- su tono dulce estrujó el corazón de Santana. ¿Cómo podía contestarle tan amablemente después del show que montó la noche anterior?
- Hablaba para saber si estabas bien. Ya sabes, por lo de anoche...
- Ey...- la interrumpió. -Olvidemos eso cariño.- Santana se sorprendió. -Tuve la culpa, no debí ponerme tan celosa. Sé que entre Brittany y tú no pasa nada, sólo son buenas amigas. Lo sé, y lo siento.
- Escúchame, por favor.- suplicó. -Yo estuve realmente mal, perdí la razón por una estupidez. Te traté mal y eso no se justifica.- se sentía terrible porque Dani había sido muy comprensiva.
- Lo importante es que todo pasó, ¿cierto?.- Se notaba por su tono que sonreía.
- ¿Cómo es que lo haces?- preguntó sorprendida la latina.
- ¿Qué cosa?.- rió leve.
- Ser tan comprensiva, tan linda y dulce... - su voz empezaba a parecerse a la de una adolescente completamente enamorada. La sonrisa empezaba a aparecer otra vez.
- Sólo lo hago...- dijo Dani. -Porque te amo.-
Eso último dejó a Santana sin habla. Dani la amaba, en verdad. Ahora recordaba que así habría sido ella con Brittany, comprensiva, tierna y dulce. Se sentía enojada consigo misma por no corresponderle.- Oye...-volvió a hablar su novia.- ¿Te dormiste?
- No, no. De hecho me distraje.- mintió.- Estoy algo cansada y con dolor de cabeza. Lo siento.
- Está bien. Estaré por ahí en la tarde.- En cierto modo Santana sentía que se había librado de algo realmente incómodo. -¿Te parece?
- Si, me parece perfecto.- dijo casi sin pensarlo. -Te esperaré como a las nueve para la cena. Kurt y Rachel saldrán a ver una tonta obra, será una perfecta excusa para no acompañarlos.
- Así que soy una excusa.- dijo en broma.
- Lo eres en realidad.- rió Santana y se sintió bien al bromear con ella.
- Me la pagarás.
- Ya lo veremos.
- Fue agradable hablar contigo, pero debo empezar a hacer algo productivo. Te veo esta noche. Adiós.
- Dani.- dijo evitando que ella colgara.
- ¿Si?
- Te quiero.- estaba tratando de equilibrar su confesión anterior. No le estaba mintiendo al fin, en verdad la quería.
- Yo también Sanny. Adiós.- y finalmente colgó.
Sanny... Hacía un tiempo nadie la había llamado así, sólo Brittany lo hacía constantemente. ¿Qué tan mal estaba intentar querer a alguien? Dani le había dicho que la amaba, y ella no había podido responderle. Tenía una chica realmente genial a su lado, debía empezar a amarla realmente, sin medidas, sin sentimientos confusos, fielmente, sin dudas.
Se apoyó con sus codos en la mesada, tomando su cara entre sus manos. Rachel salió de su habitación y la vió.
- Hablaste con Dani.
- ¡Hobbit! ¡Me asustaste!.- le gritó.
- ¡Ey! Lo de hobbit está de más.- la golpeó suave. -Aparte no eres tan alta, ni...
- Me dijo que me ama.- Santana la dejó callada, tarea que parecía difícil.
- ¿Dani?
- ¿Quién sino ella? ¡Eres realmente increíble!- se le estaba acabando la paciencia.
- Lo siento, quedé en shock.- respondió.- ¿Qué le dijiste?
- Que tenía sueño.
- ¡Santana!- la golpeó nuevamente pero esta vez más fuerte.
- ¿Qué querías que hiciera? ¿Que le mintiera?
- No, pero... - pensó unos segundos. -Está bien, hiciste lo correcto en no mentirle. Al menos está todo bien ya, ¿Cierto?
- Sí. Vendrá a cenar esta noche.- no había ni una pizca de entusiasmo en su voz.
- Pues que bien.- dijo Rachel honestamente.
- Supongo.- su entusiasmo seguía sin aparecer. Necesitaba preguntarle algo a Rachel.- ¿Crees que llegaré a amarla?.- sonó algo confusa.
- Creo que el corazón actúa de maneras misteriosas. Se aprende a amar cuando uno menos se lo espera.- suspiró. -O cuando está en una situación al límite, cuando cree que tendrá mucho tiempo para acomodar sus sentimientos y el destino le juega una mala pasada.
Un silencio incómodo reinó en el lugar.
- Finn te amaba, y sabía que tú a él, lo supo siempre.- Santana casi había leído la mente de Rachel. Se limitó a poner una mano en su hombro.
- El punto amiga, es que no debes esperar que simplemente lo sepa por costumbre. Si amas a alguien haz que lo sepa.
- Te amo Rachel.- la abrazó y sonrió.
- Yo también.- rió ella, sorprendida. -Pero no tendría nada contigo, aunque seas extremadamente sexy.
- Tú te lo pierdes.- se soltó de su abrazo con una enorme sonrisa.
Pasaron media mañana hablando, a Rachel en verdad le gustaba hablar. Almorzaron y comieron la torta mientras veían una película. Se les pasaron las horas rápidamente. Hacía unas semanas que no habían compartido tanto tiempo juntas y en paz. Santana se sentía vulnerable y transparente frente a Rachel, la castaña sabía exactamente todo lo que le pasaba y no tenía miedo de preguntarle o reprocharle nada, siempre estaba segura de sí misma. Quizás eso era lo que Santana había odiado tanto de ella en la secundaria, pero con lo que ahora había aprendido a convivir. Quería ser tan segura a veces de sí misma.
Por la tarde Kurt llegó de trabajar directo a prepararse para la obra, Rachel ya estaba casi lista con un bonito vestido rosa y su cabello recogido en una coqueta trenza. Mientras tanto, Santana intentaba hacer la cena para Dani sin incendiar el departamento. Kurt y Rachel se fueron pasando los veinte minutos de las nueve. Era raro que Dani no llegara todavía. Luego un golpe a la puerta anunció su llegada. La latina abrió.
- Ya estaba pensando que no vendrías.- le dijo dejando un suave beso en sus labios.
- Eso jamás.- respondió una vez adentro. Dejó su abrigo en el perchero. -Sólo me detuve a comprarte algo.
- Oh Dani, no debías hacerlo.- Santana la invitó a sentarse en el sofá.
- Pero lo hice.- sacó un portaretratos de una bolsa. -Me sentí mal por romper el tuyo así que aquí tienes otro.- la morena no sabía que decir, el gesto la derritió por completo. -Y también traje algo más.- Sacó un portaretratos redondo con una foto de ellas juntas. -Sé que no tienes ninguna así que quiero que la tengas en tu cuarto también.
- Gracias.- tomó ambos objetos y la besó. -En serio, muchas gracias. Me encanta esta foto.- la observó unos minutos y sonrió ante el recuerdo inevitable de un día juntas en el parque de diversiones.
- A mi también.- Dani le sonrió dulcemente, como siempre lo hacía. Ella sabía que Santana la quería pero que estaba confundida y lastimada aún, respetaba eso porque en algún tiempo había sentido exactamente lo mismo. Pero estaba dispuesta a hacer que volviera a confiar en alguien, que volviera a sentirse amada y comprendida, aunque le llevara mucho tiempo.
La cena fue realmente perfecta, Santana la había sorprendido con carne horneada y una ensalada típica de Puerto Rico. Hablaron de todo, empezando por sus familias y terminando por la universidad. Se divertían juntas, y por ratos Dani le insistía que debían cantar juntas algún día en el bar.

Rachel salió junto a Kurt del teatro. La obra había sido un verdadero papelón. Se trataba de danzas, por lo que se suponía debía ser maravillosa. En su lugar los bailarines estuvieron descoordinados y poco profesionales. Rachel se lamentaba el dinero desechado en las entradas. Por su lado su compañero se había encontrado con Elliot y habían quedado en ir a comer algo por ahí.
Ella prefirió marcharse a casa después de las miles de indicaciones que Elliot le dió. A pesar que una de ellas era que se tomara un taxi, Rachel esperó que estuvieran lo suficientemente lejos y caminó.
Iba cruzando otra vez el parque cuando una voz muy conocida la interrumpió antes de pasar la fuente.
- ¡Rachel! No puedo creer que seas tú.- la rubia la abrazó fuertemente dejándola sin aire. -En verdad estoy muy contenta de verte.- la ex animadora conservaba esa fresca sonrisa que la caracterizaba.
- Pero, ¿qué haces aquí?- estaba feliz también, aunque sorprendida.
- Vine por unas semanas a probar suerte y ver qué pasa. Me di cuenta que la universidad que elegí no es lo mío así que quiero encontrarme aquí. ¿Cómo has estado? Supe lo de Finn, en verdad lo siento.
- Gracias. Estuve bien, supongo. Tratando de entender al destino si es posible.- sonrió levemente. -¿Tú? No supe nada de tí desde hace un tiempo.
- Estoy bien._-comenzaron a caminar mientras las luces de la gran manzana las iluminaban. -Acostumbrándome al ritmo de Nueva York.
- Cuesta al principio. Después sólo es rutinario. ¡Me alegra tanto verte Brittany!.-exclamó sin ocultar su alegría.- Te ves realmente bien.
- Maduré demasiado ¿sabes? Tuve que empezar a creer en mí cuando salí de Ohio. La gente es extraña afuera de la secundaria, no les importas, sólo te hieren.- a pesar de su relato no había tristeza en su voz. -Así que sólo crecí.- sonrió. -¿Santana está contigo?- preguntó al fin.
- Sí.- dijo Rachel algo dudosa. No quería ir más allá sobre Santana.
- Ella... Ella ¿está bien?
- Ella está muy bien.- se apresuró a decir Rachel.- Muy feliz.
- ¿Cómo ha sido su vida estos últimos dos años?- Brittany parecía ansiosa y algo nerviosa también. A la castaña le sorprendió.
- Britt, ella está con una chica asombrosa.
A la rubia eso le cayó como un balde de agua fría. Rachel fue directa y dura, pero necesitaba crear esa distancia porque conocía la mirada de Brittany, estaba ilusionada. No podía permitirlo, no podía permitir que la rubia de ojos celestes creyera que Santana seguía esperándola.
- Lo siento Britt, yo...
- Está bien.- mintió. -Ella se lo merece.- definitivamente la inocente Brittany habia crecido. -¿Crees que podrías evitar decirle que me viste?
- Claro, lo haré.- entendió perfectamente su motivo, le mostró una sonrisa y se despidió. -Adiós Brittany, suerte con tu búsqueda.
- Espero encontar rápido lo que busco. Adiós Rachel, fue un gusto volver a verte.- a continuación tomó el camino contrario a la castaña.
Rachel no dejó de pensar en ello. Habia visto a Brittany después de mucho y era increíble lo que había crecido. Llegó a su departamento y Santana dormía, Dani se había marchado hace un rato. Se puso un pijama y se sentó un rato en el borde de la ventana. Hacía eso cada noche antes de dormir.
- Aquí estoy de nuevo.- dijo tratando de buscar las estrellas que apenas podían verse. -Fue un día loco, aún en Nueva York. Te extrañé demasiado hoy, me hiciste mucha falta ¿sabes?- sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas. -Jamás me acostumbraré a la idea de no tenerte. Te hablo porque creo escuchar tu voz y ver tu rostro mientras lo hago. No quiero olvidarme de eso.- se abrazó a sus piernas por un instante. -En fin, estoy cansada. La obra fue un desastre, luego Kurt me dejó y tuve que venir sola. ¿Estoy cansándote ya? Sé que no.- sonrió tiernamente. -Debo ir a dormir campeón. Te amo.- tiró un beso al cielo y se bajó de ahí.
Kurt estaba detrás de ella. Se limitó sólo a sonreír, después de todo era su forma de sentirlo más cerca.
- Sólo quería asegurarme que llegaste bien.- le dijo.
- No creerás lo que pasó.- le respondió Rachel y lo invitó a sentarse en su cama. -Iba caminando por el parque y ¡vi a Brittany!
- ¡¿Que viste a quién?!
- Brittany, Kurt. Ella está aquí, en Nueva York.
- ¿Cómo dijiste?.- la voz de Santana resonó en la habitación, dejando a ambos sin palabras y a la espera de una buena excusa. Allí estaba la morena, después de tanto tiempo sin saber sobre Brittany, esperando que alguno de los dos le explicara lo que acababa de escuchar.

- Te hice una pregunta y quiero que me respondas.- Santana intentaba sonar tranquila, caminó hasta la cama y se sentó como enfrentando a Rachel.

- Yo debo dormir.- dijo Kurt y se marchó dejándolas solas.

- Rachel, estoy esperando que me digas que lo que escuché es mentira.- Santana suavizó su tono y llevó una mano a su pecho, en dirección a su corazón.

- No lo es.- dijo ella al fin. -Brittany está en Nueva York.- estaba algo nerviosa. -Me pidió que no te lo dijera pero abandonó la universidad para buscar su sueño aquí.

- Pero...- sus ojos estaban inquietos, su mano seguía en esa posición pero hacía más presión, como si le doliera. -¿Te preguntó por mi?

- Sí, lo hizo.- confesó. -Quiso saber cómo ha sido tu vida. Le dije que estabas en pareja.- esto último lo dijo asustada y mermando el volumen de su voz.

- ¿Queeeeeee?- preguntó algo alterada. -¿Se lo dijiste?- se acercó peligrosamente a la castaña. -Rachel podrías haberla lastimado, tú sabes cómo es ella.

- No Santana, ella está muy cambiada. Ha madurado muchísimo. Y tenía que saberlo.- vió a Santana más confundida que enojada. -¡No digas nada!- exclamó antes de la latina. -Ella debe saber que estás bien, no hay por qué mentirle. Y debe respetar eso. Tú debes respetar eso, respetar a Dani y sobre todo por tus confusiones. Si crees que debes amar a Brittany o a Dani entonces juégatela por una y no las lastimes.

Santana jamás la había sentido tan dura y segura. Sabía que tenía razón. Sólo se deslizó por la pared y empezó a llorar, las lágrimas manifestaban todo lo que venía sintiendo y saber que Brittany estaba cerca la lastimaba más. Rachel se sentó a su lado y la abrazó mientras acariciaba su cabello. La morena hundió su cabeza en el pecho de su amiga, necesitaba llorar, descargarse y tratar de ordenar sus emociones. Rachel lo notó y no preguntó nada, sólo se mantuvo allí como cuando Santana le brindó su consuelo al enterarse de la muerte de Finn. Unos minutos después se quedó dormida, Rachel la acomodó como pudo sobre su cama y ella se fue a la otra habitación. Sabía que eso había sido demasiado para Santana y que debía dejarla descansar. Se cuestionó si debía llamar a Dani pero desechó rápidamente la idea. Decidió dormir.



Al día siguiente Santana despertó con sus ojos hinchados y rojos, se había despertado por la madrugada y había llorado nuevamente sin saber exactamente por qué. Se duchó y salió a desayunar. Llamó a sus compañeros y ninguno respondió. Encontró una nota sobre el teléfono: 'Kurt y yo tuvimos que irnos temprano a trabajar, por la tarde te veremos en NYADA. Tienes unos días libres del bar. Cuidate. Rachel.' Ni siquiera se preguntó por qué tenía unos días libres, los aceptó porque le hacían falta. Ese día se dedicaría a trabajar su voz.



Brittany no había pegado un ojo en toda la noche, había pensado en su encuentro con Rachel y en Santana. Sí, ella tenía novia. Era cuestión de tiempo hasta que encontrara a alguien que la haga feliz, no iba a estar toda la vida esperándola. Pero la idea la lastimaba demasiado. ¿Y si la llamaba? No. Eso sería demasiado, quizás estaba con su genial novia en algún genial lugar. Los celos estaban matándola, sintió una impotencia que no podía controlar. Jamás se había sentido de esa manera, y si no se controlaba no podría concentrarse realmente en sus propósitos. Se levantó de su cama y se propuso salir a correr por la ciudad.

Nueva York se veía fantástico, pero no era Lima, no para ella. Se suponía que haciendo ejercicio iba a dejar de pensar en Santana, pero los recuerdos de la morena, y su perfume estaban presentes con ella. La veía en cada persona, y se preguntaba si buscarla estaba mal. Suprimió todos sus pensamientos y sólo de dedicó a tararear algunas canciones.



Santana había estado toda la mañana sola, sin embargo no quería salir de su casa. Estaba por fin cómoda, sin obligaciones, sin Rachel cantando y Kurt intentando superarla. Se dedicó a practicar algunos pasos y trabajó con su voz lo mejor que pudo, quería ser mejor, superarse. Recordó que por eso había ido a Nueva York, para ser la mejor y triunfar. Algunos pasos de baile eran realmente complicados, y se preguntaba si hubieran sido más fácil si Brittany se los enseñaba. Seguramente. Inevitablemente todo la hacía pensar en ella, en su cuerpo, en su cabello rubio y sedoso, en sus hermosos y azules ojos, en esos labios que la derretían por completo, en sus pasos de baile, siempre perfectos, siempre coordinados. Era perfecta para ella, no podía verle defectos aunque la conocía demasiado. Pensando en la rubia, y sin darse cuenta empezó a moverse lentamente, con sus líneas en perfecto orden, creando uno de los más fantásticos bailes clásicos. Brittany era su inspiración, lo fue y siempre seguiría siéndolo.



 Rachel y Kurt tenían un descanso para almorzar. Estaban sentados frente a frente, con sus uniformes algo desarreglados por el cansancio.

- En verdad voy a morir uno de estos días.- exageró Rachel.

- Yo sólo necesito descansar.- dicho esto se dejó caer en la mesa.

- Kurt, podemos saltearnos la clase de hoy. No es tan importante.

- Eso no será posible en lo absoluto.- se levantó rápidamente de la posición en la que estaba. -Vinimos aquí a brillar, y eso se logra con esfuerzo y sacrificio. Faltar a una clase es signo de los perdedores.

- Ya, ya. Sólo era una sugerencia. ¡Qué molesto te pones!.- exclamó ella. -¿Qué estará haciendo Santana?- se preguntó. -Me quedé preocupada anoche.

- ¿Cómo reaccionó ante la noticia?

- Se sorprendió, y luego lloró.- recordó la castaña con algo de tristeza. -Kurt, ella la ama aún. Lo vi en sus ojos, estaba esperanzada y tenía ese brillo nuevamente. Luego sólo lloró, y aún así pude sentir que todavía hay amor en su corazón y que está reservado para Brittany.

- Pero Brittany la dejó ser libre Rach, y Santana está con Dani ahora.- dijo él.

- Eres gay pero a la vez ese comentario fue como si estuviera hablando con un heterosexual que no distingue absolutamente nada.

- Oye eso me ofendió.- le dió una mirada fulminante.

- Kurt, concéntrate. Sí, Santana está con Dani pero jamás ha dejado de amar a Brittany, la necesita para ser completamente ella.

 - ¿Por qué es tan complicado el amor? Debería ser la mejor sensación del mundo, estar con la persona que amas y punto, no es tan complicado.

- A veces eso no es posible.- Kurt se sentía terrible.

- Lo siento Rach, no me di cuenta. Soy un completo estúpido.

- Está bien Kurt, ya está. Algún día me acostumbraré.- sonrió triste. -Volviendo a Santana, creo que jamás la vi tan vulnerable y tan triste. Nos necesita.

- Necesita ordenarse. Este tiempo sin trabajo le facilitará las cosas.- se levantó de la mesa. -No te preocupes demasiado.- dejó un beso en la cabeza de su amiga. Rachel quedó pensativa. A pesar de sus diferencias no podía dejar de pensar en Santana, no entendía tantas cosas de ella, pero sabía que ahora estaba triste. Quería ayudarla de alguna manera. Pensó en algo, lo desechó a los segundos. Luego pensó otra cosa y sonrió victoriosa. Algo traía entre manos.



 Ya cansada de correr sin rumbo, Brittany se sentó en el césped al lado de una pequeña laguna observando a lo lejos los edificios. De repente algo la golpeó en su cabeza y dos segundos después vió una pelota a su lado.

- Lo siento.- dijo la muchacha acercándose. -Mi hermano es un poco torpe.

- No hay problema.- respondió amablemente. -Me sacaste de mis profundos pensamientos.- rió y le devolvió la pelota.

- ¿Ah, sí?- sonó divertida. -¿En qué pensabas?

- En esta laguna faltan patos.- su tono algo triste e infantil hizo sonreír a la muchacha.

- Quizás.- dijo sonriendo. -Debo irme, perdón otra vez.

- Repito, sin rencores.- sonrió.

- Por cierto...- extendió su mano. -Soy Dani.

- Brittany.

Los días posteriores no fueron muy diferentes. Por un lado Santana pensaba constantemente en Brittany y en su relación con Dani. Por el otro, Brittany no pensaba en otra cosa que no sea Santana, y cada día se cuestionaba si debía llamarla para salir. Siempre esos planes terminaban desechándose al pensar en la novia de la morena, a quien ella, sin darse cuenta, había conocido y había visto un par de veces más.

Rachel seguía agotada, pero para su alivio ya era viernes. Ese día se levantó temprano y se vistió con jeans azules y una camiseta blanca. Se aseguró de que nadie la escuchara y marcó un número en su celular.

 - ¿Hola?- respondieron del otro lado.

- Brittany, soy yo.- dijo ella. -¿Estás ocupada?

- No, no. Sólo estaba por salir a comprar café. Es raro que me hables.

- Escucha, ¿te gustaría acompañarme a tomar un café? Yo invito.

- Claro. Eso sería genial.- su sonrisa era notable aún por teléfono.

- Ok. Te espero en el pequeño bar en frente del supermercado.

- En 15 minutos estoy ahí. Gracias por la invitación. Adiós.- colgó.

Si Rachel ocultaba algo lo hacía muy bien.
De pronto Santana despertó y su presencia en el comedor la asustó.

- ¡Casi me matas!- le dijo.

- ¿Estabas haciendo algo malo hobbit?

- ¡No me llames así! Y no, sólo pensaba.

- Berry si piensas demasiado terminarás tan loca y amargada como Tina.- se burló con su tono de maldad.

- Ni que lo digas. Te pasas los días pensando. Y no precisamente en Dani.

- Cállate.- le ordenó. -Ni lo menciones.

- Debo irme.- dijo entre risas.

- ¿A dónde?

- A correr.

- ¿Con jeans?-  la miró incredula. -Suerte con eso.

- Es que en realidad...- no era buena mintiendo. -Iba a salir a correr pero ahora prefiero sólo ir al supermercado a comprar un par de cosas.- se dirigía a la puerta.

- Suponiendo que es cierto, que te vaya bien.- respondió Santana. -Cuídate, estamos cerca de navidad y podrían secuestrarte para ser un elfo de Santa.

- Te odio.

- No lo haces.

-  Adiós Satanás.- dijo finalmente y se marchó.

Rachel llegó al lugar y Brittany ya estaba allí, sentada en una mesa apartada del resto de la gente.

- Así que te gusta estar sola.- le dijo al verla.

- Demasiado.- respondió entre risas. Le dió un beso en la mejilla y siguió. -Será que me acostumbré. Cuando fui al MIT estaba sola, y ahora también.

- Ya no.- sonrió. -Ahora sabes donde puedes encontrarme.

- ¿En el parque? O quizás en este bar.- respondió entre risas.

- Es cierto, no te dije dónde vivo.- la camarera se acercó. -¿Qué vas a tomar?- le preguntó a Brittany.

- Un café está bien.

- Serán dos entonces.- la camarera se fue.- Sigamos.- se dirigió a la rubia. -Vivo del otro lado del parque...

- No quiero saberlo.- la interrumpió. -Lo siento, no quiero ser grosera, pero... Bueno, tú lo sabes.

- Sí, lo sé.- hizo un gesto de confusión. -Pero mi teléfono está siempre disponible.

- Gracias.- llegó la camarera con su orden.

- Ahora lo que me trae aquí.- siguió Rachel colocando azúcar a su café. -¿Cómo has estado? ¿Ya sabes lo que quieres para tu vida?

- Estuve bien, trabajando en unos pasos de baile y dando algunas clases a niñas pequeñas. Una mujer me pidió ayuda en su academia así que estaré ahí por ahora. Creo que ahí está mi futuro.

-¡Brittany eso es realmente genial!- no fingía alegría, en verdad estaba contenta.

- Sí, lo es. Y me hace sentir bien. ¿Sabes? Me sentí estúpida toda mi vida, y ahora poder enseñar algo en lo que realmente soy buena, me llena de alegría.- bebió un sorbo de café y se quedó un rato mirando la taza. -¿Y tú? ¿Cómo ha sido tu vida?

- Yo llegué aquí a brillar, conseguí el papel de Fanny Brice y tuve más oportunidades en pequeñas obras. Sin embargo, la muerte de Finn me devastó. Él estaba en mis planes del futuro, y de un día al otro ya no está más, se fue.- su voz sonaba tranquila aunque sus ojos no decían lo mismo. -Creí que no volvería a cantar más, y luego descubrí que él hubiera querido que yo brillara. Así que volví al ruedo.- Brittany la miraba atentamente. -No lo hubiera hecho sin Kurt ni Santana. Ellos realmente fueron un gran apoyo.

- Eres muy fuerte y valiente Rachel. En verdad te admiro.- dijo Brittany honestamente. -Tienes grandes convicciones y buenos amigos. Finn te amaba, y estoy segura que estará siempre contigo.

- Vaya...- suspiró y sonrió. -Maduraste tanto. Te lo agradezco, yo también lo sé. En fin, ¿tú eres feliz?- la pregunta fue directa.

- Sí, soy feliz.

- ¿En cuanto a las cuestiones del corazón?
Brittany rió leve.

- He amado a la misma persona los últimos 8 o 9 años de mi vida.- respondió. Rachel sólo sonrió. -Si es que eso no fue claro, todavía amo a Santana y no puedo estar con nadie más.

- Es medio tonto esperarla tanto, ¿no te parece?- su pregunta no sonaba confusa sino desafiante.

- Yo la dejé ir porque creí que esto era lo mejor para ella. Pero jamás dejé de amarla, y estoy segura que ella tampoco lo hizo, lo siento en mi corazón, Rachel.- se llevó ambas manos en dirección a su corazón. -Santana aún me quiere.

- Claro que lo hace.- se le escapó. -Solo que como amiga.- Quiso arreglar la situación pero la empeoró.

- No.- respondió segura. -Sé que todo lo que me amó no se fue por completo. Pero no te preocupes, no intentaré hacer nada. Respeto su nueva vida.

- Necesito ser sincera contigo.- se resignó Rachel. -Te invité aquí porque necesito que me ayudes.

- ¿Con qué?

- Santana está realmente confundida. Han sido semanas difíciles para ella. De una manera u otra te extraña y tuvo algunos problemas con su novia por ello.

 - Quieres que te ayude a sacarla de su confusión.- reflexionó Brittany terminando su café de un sorbo.

- Exacto.

- Pues no lo haré.

- ¿Cómo?- se sorprendió la castaña.

- Si ella me quiere volverá, sino no. Ella es grande, sabe cómo ordenar lo que siente y cuando el tiempo lo quiera, decidirá con quien se siente feliz. Yo ya no tengo nada que hacer.

- No entiendes. Conozco a Santana, es muy terca.

- Tú no entiendes.- a pesar de su molestia jamás levantó su voz. -Nadie la conoce como yo. En cuanto a mí se refiere, sabe exactamente qué hacer y cómo actuar. Que no suene engreído, pero Santana sólo es ella cuando está conmigo. Y espero realmente que pueda serlo con quien elija estar.

- ¿Y si se equivoca?

- Estaré para ella.- dijo con dulzura.

- ¿Tanto la amas?

- Ella confió en mí cuando nadie lo hizo, me ayudó a crecer y me protegió. No sería esto sin ella. Claro que la amo, como a nadie en este mundo.
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- Háblale. Ella se pondrá contenta.- le sonrió y le pasó un papel. -Este es su nuevo número, perdió el anterior. Cuando necesites algo, ella estará. Ahora debo irme.- sacó dinero y se lo dió. -Yo invité. La próxima te toca.- la besó en la mejilla y se fue.
Brittany se quedó pensando, agarró fuertemente el papel entre sus manos. Era como si quisiera aferrarse a algo que fuera de Santana, algo que recordara sus besos, sus abrazos, sus caricias, su perfume.
Se levantó, pagó y salió lentamente, sin rumbo. En el camino se topó con un chico que cantaba y tocaba guitarra, se quedó un rato ahí y le dió unos dolares. Le gustaba disfrutar de la música, sentirla. Se pondría a bailar pero decidió no hacerlo. Un rato después emprendió su regreso a casa.



 Rachel llegó a su departamento. Santana y Kurt estaban mirando telenovelas en el sofá.

- ¿Cómo están?- preguntó. -Hace frío afuera.

- ¡Cállate!- exclamó Kurt. -Nos perderemos el final.

- Pequeña mentirosa, ¿dónde están las cosas del supermercado?- preguntó Santana sin quitar sus ojos del televisor.

- Pues... No encontré lo que quería.- mintió.

- Claro.- dijo la morena sarcástica.

- ¡Cállense!- Kurt sonaba enojado. Santana se levantó del sofá y se dirigió a la cocina con Rachel.

- Lady Hummel tiene un terrible humor.- le susurró. -¿De dónde vienes?

- Ya te lo dije.

- Pero quiero la verdad.

- Está bien. Arruinarás la sorpresa.- improvisó.

- ¿Qué sorpresa?

- Mmm...-miró el calendario. Era 11 de diciembre. Perfecto. -Mañana es un día especial para Kurt. Es su aniversario con Blaine.- no estaba segura si la mentira había funcionado pero continuó. -Y quería hacer una fiesta, invitar a nuestros amigos.

- Así que una fiesta.- refexionó Santana en voz baja. -¿Por qué no me lo dijiste?- había creído en la mentira. -¡Una fiesta suena genial!

 - Bueno pero no se podrá. Blaine no vendrá hasta semana entrante.- eso era cierto.

- La semana entrante será.- se resignó la latina. -Oye estaré en mi cuarto, me duele un poco la cabeza.

- Está bien.- respondió Rachel aliviada. -Te llamaré a almorzar.

En su habitación y recostada en su cama, llamó a Dani.

- Buen día princesa.- dijo Dani del otro lado con dulzura. -¿Me extrañas?

- Buen día amor.- respondió con la misma dulzura. -Debo admitir que sí, no me llamaste temprano.

- No vas a creerlo.- sonaba muy emocionada. -Mi hermanita empezó clases de baile, al otro lado del parque. Por fin pude encontrar un buen lugar así la pequeña disfrute unas horas al día.- Dani había intentado sacar adelante a sus hermanos desde la muerte de su madre. -Así que busqué otro empleo para pagar sus clases. Tendré menos tiempo pero lo valdrá.

- Me alegro demasiado por Lizzie, pero no te exijas tanto. Descansa.

- No te preocupes, lo tengo controlado.- le dijo. -Aparte la profesora es realmente genial. Me ha esperado con el pago de este mes.

- Me alegro por ustedes Dani, realmente. Quiero verte esta noche.

- Estaré trabajando hasta las once y después debo cuidar a mis hermanos. ¿Mañana?

- Pero Dani...- reprochó ella.

- Lo siento. ¿Quieres venir a cenar aquí? Sé que no es lo mejor para tí pero...

- Está bien, no hay problema. Iré un rato a verte en el bar si no te molesta.

- Claro que no. No te enojes.- le suplicó con cariño. -Prometo recompensarlo.

- Se me ocurren algunas maneras de hacerlo.- sonaba provocativa.

- Ya me las contarás.- le dijo siguiéndole el juego.

- Voy a dormir un rato. Te veré esta noche.

- Está bien. Te amo.- otra vez esas palabras que la descolocaban.

- Yo también.- respondió atada a la obligación y colgó.
No quiso pensar en nada, así que volteó y se durmió.



 La rubia llegó al apartamento. Era confortable y bonito. En la sala de estar tenía sillones negros, con un ventanal enorme con vista a la ciudad. A diferencia de Rachel, Kurt y Santana, su departamento era más lujoso.
Su cuarto era más grande que el de Ohio. Tenía una cama de dos plazas, una mesa de noche a su lado, con un retrato suyo acompañada por su madre, más a la derecha había un armario haciendo juego y un espejo. Tenía muchas fotos en la pared. En dos de ellas se la veía abrazada a Santana. Para la izquiera otro ventanal, otra espectacular vista. Abajo de ella un cofre y una alfombra. Al lado, su escritorio y su ordenador. Un par de libros y más fotos.
Se sentó en la alfombra, empezó a mirar a su alrededor y sacó de su bolsillo el papel con el número de Santana. Lo marcó en su celular y empezó a preguntarse si debía llamarla. ¿Cuál sería su excusa? Si es que quizás eso importaba. Sin dar más vueltas presionó el botón y comenzó la llamada. Uno, dos, tres tonos. Iba a colgar.

- ¿Hola?.