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FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo - Página 10 Primer15
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Mensaje por micky morales Dom Nov 30, 2014 11:28 pm

quien es esa tina y pq santana la esta c.......? hasta pronto!
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por minerva ortiz Dom Nov 30, 2014 11:30 pm

dime que santana no engaña a britt......bueno espero que no,y que san le explique a britt porque se comporto hasi.
PD...nueva lectora ;)...actualiza pronto
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 23l1 Lun Dic 01, 2014 7:34 pm

3:) escribió:holap,..

mmmm santana esta jugando al limite con la idiotes al extremo!!!!
lo de tina la afecto pero no para que la ¿"joda"? asi!!

nos vemos!!!


Hola, mmmm san, san, san es un poko dura de cabeza ¬¬. Saludos =D


micky morales escribió:quien es esa tina y pq santana la esta c.......? hasta pronto!

Hola, tina es alguien del pasado de san, bueno y san es porfiada y kiere solucionar todo a su manera =/. Saludos =D

minerva ortiz escribió:dime que santana no engaña a britt......bueno espero que no,y que san le explique a britt porque se comporto hasi.
PD...nueva lectora ;)...actualiza pronto

Hola, =O san es dura de cabeza, pero no tonta, pero dura de cabeza xD.
pd: bienvenida =D.
Saludos =D

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Finalizado FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Cap 11

Mensaje por 23l1 Lun Dic 01, 2014 7:36 pm

Capitulo 11

POV San

Le di media hora antes de seguirla por las escaleras. Quería esperar más tiempo, de manera que el zumbido del alcohol ensordecería mi ventaja un poco más, haciéndome más segura de tener alrededor. Pero no podía soportar estar lejos de ella por otro momento más.

Necesitaba mi tranquilizante.

Quinn me lo había dicho antes.

Brittany es tu cura.

Nada me podía sacar del infierno cuando me sentía así... excepto ella.

Respiré más tranquila sabiendo que no tendría que decir mucho.

Su nueva regla de dejarme con mis demonios en soledad ayudaba mucho.

Cada cosa sobre Brittany me ayudaba.

Cuando entré en la habitación, estaba oscura y ella estaba durmiendo justo como había esperado. Me deshice del vestido y del resto, y me metí debajo de las sábanas, colocándome en su espalda. La primera inhalación de su aroma reconfortante subió a mi nariz y directamente a mi cerebro, calmándome inmediatamente, dándome esperanza de que la fealdad desaparecería. Lo mejor que me había sentido durante toda la noche, fue el instante en caí contra la parte posterior de su cuello y hundí la nariz en su cabello.

Brittany era tan generosa conmigo, a ella nunca le importaba cuando la despertaba y quería follar.

Necesitaba follar ahora mismo.

Ahogar el sentimiento de culpa.

Cuando me moví hacia abajo en la cama y aparté las mantas, la encontré envuelta en una especie de camisón que la cubría de la cabeza a los pies, y de un estilo que podía ser usado por mi abuela... cuando ya estaba bien entrada en sus ochenta. La fea cosa era un candidato a basura, sin duda. Ocultar toda esa belleza lejos de mis ojos sólo me frustró.

Estar medio cabreada no ayudaba a mi juicio, probablemente, pero tampoco me detuvo.

Encontré el lugar dónde desabrocharlo, aproximadamente a la mitad de su pecho, clavé los dedos entre los botones, y dividí el maldito trapo en dos, todo el camino hasta el dobladillo.

Sus senos desnudos aparecieron a la vista primero, y luego el resto de ella.

Me sentí mejor al instante.

Mi excitación estaba más que presente.

Ella se despertó con un jadeo y un grito.

—Shhh—apreté una mano sobre su boca y mis labios fueron a su mandíbula. No quería que los visitantes hacer la vieja rutina del “¿Está todo bien ahí?'' en esta fiesta, ya que el lugar estaba repleto hasta el tope con ellos. Sus ojos se encendieron, y percibí que no estaba contenta con lo que acababa de hacer, pero una vez más, eso no me detuvo—Soy sólo yo deshaciéndome de ese feo camisón por ti. Lo detestaba—saqué mi mano y cubrí sus labios con mi boca en su lugar. Murmuró bajo mis besos al principio, y se tensó debajo de mí, pero una vez que consiguió sentir mi lengua dentro de ella, respondió hermosamente, suavizando su cuerpo, dejándome jugar mis juegos, dejándome tomarla—Detestaba ese camisón, pero te amo a ti—besé su garganta hasta el hueco de su cuello, seguí por su esternón y luego justo entre sus pechos. Chasqueé mi lengua y la arrastré hasta un pezón. Ella arqueó la espalda para acercarse más. Rodeé mi lengua sobre su pequeño y rosado pezón, dando vueltas y vueltas hasta que prácticamente estaba retorciéndose debajo de mí—Eso está mejor—le dije—Tengo que ver a mi bella esposa... cada centímetro de ti.

—¿Santana?

—Shhh, Britt—la tranquilicé—, sólo siente lo que te voy a dar.

Besé mi camino hacia abajo, dándole una caricia a su estómago cuando fui más abajo.

Separando el interior de sus muslos con firmeza, la abrí y disfruté de la magnífica vista.

Ella me dejó sin aliento, y siempre lo hacía.

Su coño... no había palabras para describirlo.

Inhalé, embriagándome con su intoxicante aroma.

Único de Brittany, y absolutamente delicioso, lo que me provocó una instantánea necesidad de tenerla.

Lamí el interior de sus muslos, dando la misma atención a cada uno de ellos hasta que no pude privarme de ello un segundo más, y tuve que tener su dulce coño bajo mis labios.

Empecé poco a poco, con pequeñas lamidas a lo largo de sus suaves pliegues y trabajé en círculos. Ella se flexionó contra mi boca y se meció rítmicamente mientras la construía.

Podría hacer esto toda la noche, por tanto tiempo como disfrutara de mi banquete, o me dijera lo contrario.

Los hermosos sonidos de su respiración acelerándose calentaron mi ansiedad, derritiendo lejos mi tormento, hablándome de su placer. Metí dos dedos dentro de su calidez empapada, retorciéndolos para deslizarse en esa pequeña cueva especial, en el área rasposa de su piel donde sucedía la magia.

Ella se arqueó bruscamente, gimiendo bajo el ataque de mis dedos y de su punto G en combinación con mi lengua y su clítoris.

Una mezcla explosiva.

La tuve viniéndose para mí en menos de dos minutos, jadeando mí nombre justo como me encantaba que lo hiciera.

Totalmente perfecta y jodidamente bella.

Después de que un segundo orgasmo trajo su estremecimiento debajo de mi lengua, ella presionó una mano a la parte superior de mi cabeza.

Sabía lo que eso significaba.

Estaba lista para mis dedos y nuestros sexos unidos.

Arrastré mi boca lejos de su coño y monté hacia arriba, envolviendo sus largas piernas sobre mis brazos. Mi Brittany suspiró ante mí con impaciencia cuando levanté su trasero hasta encontrarlo con mis dedos y sexo.

Me reí de su frustración cuando deslicé mis dedos a lo largo de su clítoris durante unas arrastrantes estocadas.

—Voy a follarte ahora, Britt—susurré, empujando hacia adelante.

Plenamente consciente, perdí gran cantidad de mi control al instante en que mis dedos se hundieron en ella y nuestros sexos se juntaron con  su calor resbaladizo, salí flotando en una nube de sexo y lujuria, y una excelente follada.

El apretado ajuste en su agarre alrededor de mi polla mientras me deslizaba más hondo, extrajo la respiración fuera de mí. Desde la base hasta la punta, ella me tomó, aceptando la invasión que no podía frenar. Nunca había frenado mi torrencial necesidad de estar dentro y junto a de ella.

Imposible.

Ese era mi único lugar verdaderamente seguro en el mundo.

A medida que el frenesí se construía, la sentí apretarse con cada penetración de mis dedos en su resbaladizo coño. Comenzó a jadear y rodar sus caderas para conseguir la fricción donde ella necesitaba que estuviera. Empujé más profundo con cada estocada y vi la mirada que ponía cuando estaba a punto de suceder.

Triunfo.

Se esforzaba en hacerme venir tanto como yo lo hacía con ella.

Mi sexo se preparó para la explosión.

Sus ojos ardieron en los míos, agarré su cuello y lo mantuve en su sitio, girando mi pulgar alrededor y hacia abajo en su boca. Ella envolvió su lengua alrededor de mi pulgar y lo chupó. Mi excitación aumento y me deje ir, un torrente de puro y cegador placer lavó sobre mí, mientras me corría.

Me las arreglé para moverme a un lado antes de desplomarme, consciente del bebé, y el no querer aplastarlo. Brittany respiró pesadamente contra mí, en silencio mientras bajaba de la cima, junto con mis dedos aun latiendo en su interior.

Saqué mi mano de su cuello, la pasé por debajo de un seno y llené mi palma.

Sentí claramente que su corazón latía debajo de la barrera súper suave de carne.

Mi corazón.

—¿Qué fue eso?—preguntó después de un momento, su expresión difícil de leer cuando sus ojos quemaron más azules en la luz de la lámpara.

—Eso fue tú siendo bien y verdaderamente follada por tu esposa, mi Britt—bromeé, soltando de golpe el pecho que sostenía en la mano y dándole un lento apretón de mis caderas.

—No la follada, Santana. Eso, entendí perfectamente cuando rasgaste mi camisón. Quiero saber por qué me abandonaste durante toda la noche para emborracharte en la boda de tu mejor amiga.

Mi excitación se marchitó cuando gané algo de claridad acerca de lo que ella podía estar sintiendo.

Había dolor y tristeza en sus lastimeros ojos, e incluso el acuoso relucir de las lágrimas.

Y el llamarme por mi nombre completo no ayudo.

El sentimiento de euforia se desvaneció cuando me di cuenta de lo que acababa de hacerle a ella.

Yo no la merecería, y nunca lo haría.


POV Britt

Observé su sonrisa satisfecha apagarse para ser reemplazada por remordimiento.

—¿Ha pasado algo, Santana? ¿Decidiste que cometiste un error al casarte conmigo? ¿Eres infeliz... conmigo y el bebé... porque mi cuerpo está c-cambiando?

Tenía que preguntarle.

Sabía cómo operaba, y era por la verdad.

La cosa era que, me sentía así todo el tiempo sobre Santana. Ella siempre había sido tan directa y sincera conmigo desde el primer día.

Amaba eso de ella.

Me decía lo que estaba en su mente, compartía sus deseos, me ayudaba a entender lo que ella quería y necesitaba. Pero este comportamiento individual e incómodo realmente me confundía y lastimaba.

—Oh, Britt... ¡no! ¡Joder, no!—sacudió la cabeza con vehemencia—Casarme contigo fue lo mejor que me ha pasado alguna vez, Brittany. ¿Crees que soy infeliz contigo y el bebé? ¡¿Por qué?!

Ella apartó su mano de mi pecho y se inclinó sobre mí, con el rostro muy cerca, sus ojos oscuros buscando, parpadeando sobre mí, como si mirarme fijamente le revelaría algunos misterios.

—Has herido mis sentimientos. Me dejaste allí en la mesa, te fuiste y empezaste a beber. Nunca haces eso, Santana. ¿Por qué bailase con Gwen y no conmigo?—las lamentables preguntas salieron de mi boca, humillándome, pero no pude evitarlo.

Culpa de las hormonas.

—¿Quién?

—Gwen, la rubia delgada.

No parecía nada más que confundida.

—La cita de Dillon —dije con énfasis, preguntándome si todavía estaba borracha.

—Ahh... sí, ella —gruñó con desdén—, me empujó hacia allá, y estaba demasiado destrozada, y demasiado distraída para decir que no.

—Esto no hace que algo de lo que hiciste esta noche esté bien conmigo—ella necesitaba escuchar mis pensamientos no filtrados y saber que este tipo de comportamiento jamás funcionaría.

—Lo siento tanto, Britt—dijo con seriedad, antes de dejar caer su boca sobre la mía. Me besó suavemente; muy suave y cariñosamente, estableciéndose en su patrón de nuestra sesión de besos post-sexo. Largas y atrayentes barridas de lengua y labios, sin otro propósito que no fuera mostrarme que, efectivamente, me amaba. Me sentí mucho mejor, admitiré, pero todavía estaba confundida acerca de lo que había ocurrido esta noche en la recepción. Cuando por fin se echó hacia atrás y concedió sus ojos de nuevo, me di cuenta de que algo grande iba a ser revelado—Te amo tanto, Brittany, y no puedo hacerlo en esta vida sin ti. Nunca me arrepentiré de nuestro bebé, y nunca dejaré de amarte a ti o a nuestros hijos. Eres mi vida, y estás atrapada conmigo. Eres la mujer más bella del mundo. ¡En el jodido mundo! ¿Me entiendes, Brittany?—sonaba dura, pero la expresión de su rostro era suplicante.

—S-sí—contuve un sollozo, sintiéndome demasiado emocional y aliviada, pero todavía necesitaba algunas respuestas de ella—En-Entonces, ¿qué pasó esta noche? Algo pasó, ¿verdad?

Ella se quedó en su lado y me enfrentó poniendo su mano en mi cadera, como si tuviera que tener contacto físico con mi cuerpo para poder decirme lo que tenía que decir.

—Sí, Britt, algo sucedió—me atrajo hacia ella, apretó sus labios contra mi cabello y respiró profundamente—¿Recuerdas a la mujer que quería conocerte en la cena? ¿Tina?

—Sí. Parecía muy agradable y amable. ¿Cómo la conoces, San?—Tina era una mujer hermosa y encantadora en conversación.

Recordé su aparentemente genuino interés en la forma en que Santana y yo nos habíamos conocido. Había preguntado acerca de mi fecha de parto, pero todo se había sentido socialmente normal para mí, no había nada raro.

—Ella vino a la boda de hoy para presentar sus respetos, supongo, pero tuvo que irse porque era demasiado difícil para ella ver a Quinn y Rach, y a ti y a mí, viviendo nuestras vidas felices con la gente que amamos—empezó a frotar su mano en mi cadera con un movimiento lento—Tina Cohen-Chang estaba casada con alguien que sirvió en las FE con Quinn y yo. Él no... logró salir de Afganistán.

—Oh... eso es horrible. Me imagino Quinn y tú eran cercanas a él…

—Sí. Él estaba bajo mi mando... en mi equipo.

Santana parecía calmada mientras hablaba, pero sentía que estaba albergando alguna pena profundamente arraigada o la culpa de la muerte de ese hombre en la guerra.

Sólo el poder imaginar lo que la experiencia debió de haber sido para ella, era horrible.

—Te preocupabas por él —dije suavemente, no queriendo hacer preguntas que le hicieran daño adicional.

Era mejor que hiciera declaraciones en lugar de preguntar más de lo que se sentía cómodo para compartir.

—Mike Chang era el mejor de los soldados. Fuerte, leal... un luchador hasta el amargo final. El tipo de soldado que quieres en la espalda cuando la mierda llegar estar FUBAR—dijo Santana, con una voz lejana, ponderada con respeto y honor por su camarada caído.

—Yo... te he oído llamar su nombre una vez... cuando tuviste un mal flashback...—barrí mis labios contra su pecho izquierdo y besé justo sobre su corazón.

Apoyé mi oreja allí, así podía oír los latidos de su corazón valiente latiendo contra mí.

Mi corazón.

Ella llevó su mano a la parte posterior de mi cabeza y frotó mi cabello, manteniéndome en su contra, lo que le permitía comodidad.

—Mike. Sí. Esa... me-memoria sobre Mike... es la peor de todas.

—No tienes que hablar de él, San, si no quieres. Sanny, por favor no te hagas pasar por eso de nuevo sólo por mi beneficio.

—No, debes saberlo. Eres mi esposa, y debes saber por qué… por qué soy de esta manera.

Cerré los ojos y me preparé para la explicación, sabiendo que sería algo verdaderamente terrible.

—Te amo, Santana—le susurré.

—Mike fue tomado prisionero junto conmigo. Él sufrió lo que sufrí por veinte días en lugar de mis veintidós. Entonces lo ejecutaron delante de mí. Ellos lo usaron como una… una p-práctica para lo que estaban planeando hacerme—la sentí tragar, pero su voz no cambió. Sonaba extrañamente tranquila y me tensé cuando imaginé cómo Mike Chang había encontrado la muerte. Recordaba muy bien lo que Santana me había dicho una vez. Los talibanes iban a decapitarla y mostrarla al mundo un video de ellos haciéndolo—Utilizaron un gran cuchillo y me obligaron a mirar. Me dijeron que si cerraba los ojos o apartaba la vista, harían que Mike sufriera más tiempo, cortando partes de él que lo mataría, para alargar la agonía y prolongar lo inevitable. Esto era diversión para nuestros captores, en su guerra jodida, piadosa y sinsentido de la que son tan fanáticos—lloré lágrimas silenciosas mientras me contaba su experiencia, incapaz de decir nada, sin saber qué hacer, excepto aferrarme a ella y ser lo que necesitaba que yo fuera—Pero le fallé a Mike. Traté... traté tan jodidamente duro, Britt, no apartar la vista, pero no pude evitarlo...

Dejó de hablar.

El silencio se hizo ensordecedor encima del martilleo constante de su corazón contra mi mejilla, ahora bañada por mis lágrimas calientes... por ella, por su amigo, por la culpa impotente que llevaba sobre las cosas más allá de su control.

—Te amo, y siempre lo haré—no había nada más que decirle.

Ella respiró en mi cabello, cerca de mi sien, y pareció relajarse un poco.

Después de un momento de silencio me hizo una pregunta.

Fue dolorosamente difícil para ella hacer salir las palabras.

Pude oír el miedo mientras luchaba para forzar a las palabras a salir de sus labios.

—¿Crees que hay algún lugar, o una persona en algún lugar que me pueda ayudar?

—Sí, Sanny, sé que la hay.


Última edición por 23l1 el Mar Dic 02, 2014 5:18 pm, editado 1 vez
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 3:) Lun Dic 01, 2014 11:23 pm

holap,...

lo que le carcome a san es la culpa de no poder a ver salvado a sus amigos,... que ella este viva y ellos no que no puedan disfrutar de nada ahora,...
lo que de por si tendría que hacer es hablar,..  tratar de olvidar no creo que aprender que ella no tiene la culpa de lo que paso,.... por lo menos lo que dijo es lago,..

nos vemos!!!
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por monica.santander Mar Dic 02, 2014 2:08 pm

Pobre San. Pero igual no tendria que haber dejado sola a Britt y despues haberla usado como lo hizo.
Saludos
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 23l1 Mar Dic 02, 2014 7:51 pm

3:) escribió:holap,...

lo que le carcome a san es la culpa de no poder a ver salvado a sus amigos,... que ella este viva y ellos no que no puedan disfrutar de nada ahora,...
lo que de por si tendría que hacer es hablar,..  tratar de olvidar no creo que aprender que ella no tiene la culpa de lo que paso,.... por lo menos lo que dijo es lago,..

nos vemos!!!

Hola, sip toda la razon eso es lo que le pasa a la pobre san =/. Sip ojala busque ayuda pronto =D. Saludos =D



monica.santander escribió:Pobre San. Pero igual no tendria que haber dejado sola a Britt y despues haberla usado como lo hizo.
Saludos

Hola, sip lo embarro, pero es humana todos cometemos errores no¿? xD. =O usado jajaja =/. Saludos =D

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Finalizado FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Cap 12

Mensaje por 23l1 Mar Dic 02, 2014 8:04 pm

Capitulo 12

23 de Noviembre


Somerset


POV Britt

Mi oficina era la mejor habitación de la Corte Stonewell. Ricos paneles de roble en las paredes enmarcaban la magnífica vista de la ventana al océano. Me recordaba a All Along the Watchtower, la versión de Hendrix de la canción de Dylan.

¿Qué princesa observaba desde aquí?

¿Cuántos sirvientes tenía?

Sin duda me sentía como una princesa en esta casa.

La Bahía de Bristol se extendida delante de mí, y en un día claro podía ver todo el camino hasta la costa de Gales en el otro extremo de la bahía. Somerset tenía una vista impresionante del país en todas direcciones. Había descubierto que el paisaje interior tenía campos comerciales de lavanda. Kilómetros y kilómetros de flores moradas perfumando el aire, y tan hermoso, tu mente apenas podía aceptar lo que tus ojos veían. Me encantaba venir aquí para los fines de semana largos, y sabía que era bueno para Santana, también.

Ella prosperaba en la paz del lugar.

Cuando Santana y yo habíamos revisado todas las habitaciones de la casa intentando averiguar para qué las usaríamos, había sabido en el instante en que entramos en ésta, que la quería. Y lo sorprendente fue el impresionante escritorio que ya se encontraba en la habitación, confirmando que otros habían pensado en esta habitación como un excelente lugar para trabajar mucho antes que yo.

El escritorio era la segunda mejor parte, después de la vista. Uno enorme, de roble inglés tallado, pero perfectamente equilibrado con artísticos detalles que suavizaban su grosor, haciéndolo perfectamente diseñado ante mis ojos.

Me gustó imaginarme sentada delante de esta espléndida vista del mar y trabajando en mis proyectos para la universidad, o simplemente como un lugar para hacer una llamada telefónica o navegar por la red.

Pura perfección.

Bebí a sorbos mi té de granada y me entregué al profundo azul brillante del océano bajo el cielo justo fuera en mi ventana. Podía sentarme aquí por horas me di cuenta, pero eso no me ayudaría a llevar nada a cabo.

Y tenía muchas cosas por hacer.

Creo que estaba entrando muy pronto al modo de “anidación” del embarazo.

Santana me molestó sobre mi anidación cuando leyó de ello en el “Qué esperar cuando estás esperando” que mantenía en su mesita de noche y estudiaba religiosamente.

Y mi esposa no era una gustosa lectora como yo.

Ella leía noticias sobre el mundo, y publicaciones especializadas, pero no ficción.

Leía para aprender e informarse.

Pensaba que era adorable la manera en que seguía el sitio web y leía el libro para saber lo que le estaba sucediendo a mi cuerpo y lo que estaba por venir.

Santana era tan buena en la preparación y la planificación, y en muchas más cosas, pero sobre todo a cuidar de mí.

Suspiré después de otro momento de ensoñación, sabiendo que tenía tareas que necesitaban atención.

No mis favoritas, eso era seguro.

Pero entonces, dudaba que acomodar cables de computadora fuera la tarea favorita de alguien. Me puse sobre mis manos y rodillas y me arrastré debajo del escritorio para ver si había un agujero taladrado en la parte posterior para que pasara un cable de alimentación eléctrica. Alguien debía haberlo utilizado en la época modera, racionalicé.

Pero podía ser que no.

Me pregunté si Robbie me podría ayudar. Puse mi mano en la esquina interior cóncava y empujé, salí de debajo de mi escritorio, cuando escuché un chasquido mecánico, a continuación, el polvoriento deslizamiento de la madera.

Diarios.

Tres de ellos se apilaban en la parte superior del escritorio. Encuadernados de cuero, dorados y atados con un cordón de seda, las páginas que compartían los pensamientos privados de una joven mujer que había vivido hace mucho tiempo en esta misma casa.

Cuando había desatado el endurecido cordón por los años, fui cautivada desde la primera página. Al punto en que me olvidé de todo lo demás y me perdí en sus palabras…


07 de Mayo de 1837

Hoy visité a J. Compartí mis noticias con él. Más que nada me gustaría tener su comprensión de mi arrepentimiento, pero sé que eso está fuera del ámbito de posibilidades hasta el momento en que me encuentre con mi creador.

Entonces podré conocer sus sentimientos sobre el asunto…

…¿Cuál será el precio de la culpa? Solo cinco letras en una palabra que me entierra con su peso.

...Mi amargo pesar que ahora siempre debe nacer en un silencio interminable que ha roto los corazones de todos aquellos que alguna vez amé.

…Hoy también di mi consentimiento para casarme con un hombre que no quiere nada más que cuidar de mí y permitirle que me ame.

…Así que iré a vivir a la Corte Stonewell y haré mi vida con él, pero estoy muy asustada de lo que me espera. ¿Cómo alguna vez estaré al nivel de lo que se espera?

…Will Schuester todavía no entiende que no merezco ser apreciada por ningún hombre. Estoy rota, por desgracia, y soy incapaz de negar sus deseos por mí, al igual que fui incapaz de negarme a mi amado Jonathan…

E. P.


Emma Pillsbury, quien más tarde se convirtió en Schuester, después de su matrimonio con el Sr. Will Schuester, en el verano de 1837.

El vello en la parte posterior de mi cuello escocía cuando levanté la vista del diario hacia la pintoresca vista.

La coincidencia era increíble.

Mi libro de Keats, la primera edición de poemas, que me había dado Santana la noche en que se me propuso, había pertenecido a esta misma Emma también.

¿Cómo podría siquiera olvidarlo, Para mi Emma. Siempre tuyo, Will. Junio de 1837, en la elegante letra escrita en una época anterior, como una inscripción?

El regalo de un amante.

Aprecié lo que Will le había escrito a Emma. Tan simple y a la vez tan puro en el sentido en cómo él la veía. La amaba, y sin embargo, por las razones que fueran, Emma se sentía indigna de su amor.

La culpa pesaba sobre ella.

Como lo hacía conmigo.

Como lo hace con Santana.

¿Y ahora estábamos viviendo en su casa?

Casi no lo podía creer.

Ella mencionó a Jonathan, el nombre grabado en la estatua del ángel sirena abajo en el jardín, viendo conmovedoramente hacia el mar. Comprendí ahora, que la estatua era un monumento conmemorativo para su Jonathan perdido, y no una tumba.

Porque él no tenía ninguna tumba.

Jonathan se había perdido ahí afuera en el hermoso y a veces terrible mar.

Ella lo amaba… y entonces él se había ahogado. Y Emma sentía que era la única responsable de lo que había ocurrido con él.

Ella lo amaba... y entonces él se había ahogado. Entendía el dolor de Emma mejor de lo que la mayoría de las personas podrían. Lo entendía porque yo también deseaba la liberación de mi propia culpa.

Probablemente nunca me sucedería.

Algunas cosas sólo hay que aceptarlas, aun si el resultado nunca va a cambiar.

Porque, de hecho, sabía lo que significaba sentirse responsable por la pérdida de alguien amado… y que nunca volvería a ver en esta vida.

Sí, lo sentía observándome, pero eso no se llevaba la enorme pérdida que sentía al echarlo de menos. El agujero en mi corazón que su muerte había creado, todavía era una caverna. La culpa con la que luchaba a diario, que todavía se sentía en su mayoría como mi culpa, permanecía dentro de mí. Echaba de menos a mi papá. No me había dado cuenta hasta qué punto su amor y apoyo me habían protegido hasta que experimenté la pérdida de ello.

Extrañaba su presencia.

Extrañaba su amor.

Simplemente lo extrañaba.

Papá, te extraño tanto...

Como si me intentara sacarme de mis pensamientos tristes, sentí una patada y luego un codazo.

Sonreí y froté mi vientre en crecimiento.

—Bueno, hola allí, ángel mariposa.

Mi ángel empujó mis costillas en respuesta, haciéndome reír ante el momento oportuno.

Los movimientos ya no se sentían como alas de mariposa a las veintiséis semanas, pero el nombre se había quedado pegado en mi cabeza.

—Se supone que estás diciéndome que quieres comer, lo que significa que necesito poner algo de comida dentro, ¿verdad?

—Brillante hijo el que tenemos, Britt y yo coincido plenamente. Tienes que comer—dijo Santana detrás de mí, cubriendo mis hombros con sus manos e inhalando profundamente.

Rozó su mentón a lo largo de mi cuello mientras acariciaba el punto sensible con besos.

Me incliné atrás hacia ella y ladeé mi cuello para facilitarle el acceso, e inhalé por mi cuenta, ella siempre olía increíble.

A mi esposa también le gustaba olerme.

En todos lados.

Un poco pervertida, pero me demostraba cuán pura era su honestidad conmigo.

Me gustaba la honestidad.

Necesitaba honestidad para que funcionara nuestra relación.

—Ahh, me has atrapado hablando conmigo misma de nuevo.

—No contigo misma, sino con la pequeña lechuga, y eso hace toda la diferencia. No creo que necesitemos enviarte al Hospital Bethlem todavía —bromeó.

—¿Tenemos un bebé lechuga esta semana? —sacudí mi cabeza ante lo divertido que era para mí que ella pudiera memorizar cada fruta y verdura que salía en ese sitio web prenatal. Ella estaba en lo correcto cada vez, también. Empezaba a pensar que podría tener una memoria fotográfica. Santana recordaba todo, mientras que yo estaba teniendo “cerebro de embarazo” y simplemente olvidaba cada cosa había aprendido alguna vez. Sentí otro golpe—Aquí, siente. El bebé está pateando ahora mismo.

Ella giró la silla y se arrodilló delante de mí, rápidamente levantó mi blusa hacia arriba y bajó la cinturilla de mis mallas, para dejar expuesto mi vientre.

Apunté hacia el lugar donde estaba ocurriendo la acción y ambas observamos.

Tardó un minuto, pero luego el lento movimiento de lo que era más como un pequeño pie, empujó mi piel tan claro como el día, antes de retirarse hacia dentro en un lapso de tiempo igual de rápido.

—Oh, ¿viste eso?—preguntó con asombro.

—Um, sí —asentí—También lo sentí.

Besó muy suavemente por encima del lugar y murmuró:

—Gracias por echarle un vistazo a tu mami y ver que coma a tiempo—entonces levantó la mirada hacia mí con una expresión seria, no severa, pero tampoco sonriente, sólo intensa y llena de emoción.

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—Eres absolutamente increíble, ¿sabes?

Llevé mi mano hasta su mejilla y la mantuve allí.

—¿Por qué lo soy?

—Debido a todo lo que me has dado. Debido a todo lo que puedes hacer—bajó su mirada de nuevo, enmarcando mi vientre con sus palmas—Crear vida aquí dentro—sus ojos se deslizaron de nuevo hacia mí—Por amarme como soy.

Mi corazón se encogió en una pequeña punzada del dolor con la última parte que mencionó. Santana todavía estaba luchando, con lo que me había revelado de la horrible tortura de Mike cuando fue una prisionera. Odiaba pensar en ello, pero sólo podía imaginar lo exponencialmente más doloroso que era para Santana recordar, lo que para mí era sobre escuchar e imaginar.

Santana lo había vivido.

Y no podría olvidarlo, porque su subconsciente la obligaba a revivir el terror a su antojo.

Pero estaba trabajando en la búsqueda de una terapia para ella a través de la Dra. Roswell, algo con lo que ella se sintiera cómodo, y pudiera conducirla por técnicas y métodos útiles para aliviar algunos de sus tormentos. Me negaba a aceptar cualquier otra alternativa para ella.

Santana iba a encontrar algo de alivio, estaba determinada y decidida.

—No te quiero de ninguna otra forma más que como eres. Eres lo que se suponía que fueras—me incliné por darle un beso en los labios, pero me encontró primero, sumergiéndome en un beso profundo que me dejó sin aliento cuando finalmente se retiró.

—Ahora, si la pequeña lechuga no está insistiendo en comer ahora mismo, tendría que cargarte a algún lugar, esposa, y mostrarte cómo pasar un rato verdaderamente agradable—levantó las cejas sutilmente hacia mí antes de acomodar mis mallas y mi blusa de nuevo a su estado original con una eficacia determinada—Pero, por desgracia, ese no es el caso—se puso de pie primero, luego me ayudó a levantarme dándome la mano y después la llevó a su boca para un suave beso—Después de ti, mi esposa.

—Tan protocolaria en este momento, Sra. López-Pierce—dije mientras iba delante de ella—¿Cuál es la ocasión?

Me palmeó bruscamente en el trasero como respuesta.

—¡Ah!—chillé—¡No nalguees simplemente mi trasero, López!

Se rio con esa profunda risa me encantaba escuchar y saltó fuera de mi alcance.

—Me temo que lo hice, Britt, ahora mueve ese espectacular culo holandés tuyo hasta la cocina para que así podamos alimentarte.

—La venganza va a ser divertida para mí—dije, mirando hacia atrás sobre mi hombro y entrecerrando los ojos.

—¿Es una promesa?—dijo en mi oído—¿Qué es lo que vas a hacer?

—Oh… no sé. Puede ser algo… como esto… —giré y agarré su entrepierna, encontrando su sexo, dándole un pequeño apretón—Un apretón en tu lindo sexo por una palmada a mi trasero suena justo.

Su cara no tenía precio.

Y su boca muy abierta en una mueca de sorpresa.

—Te tengo en mis manos, López—le recordé.

Se rio y se inclinó para besarme.

—Esta no es información nueva para mí, mi hermosa Britt-Britt.


********************************************************************************************


POV San

—Es una sorpresa, te lo dije. Tienes que confiar en mí—la conduje caminando cuidadosamente, una bufanda de seda sirviendo como venda—Quiero mostrártelo antes de que todos comiencen a arremolinarse alrededor de nosotras para celebrar tu Día de Acción de Gracias.

Mi Brittany había decidido que quería hacer una cena del Día de Acción de Gracias en nuestra casa e invitar a cada uno de nuestros amigos a participar en la tradición estadounidense que nosotros oficialmente no celebramos en Inglaterra, pero con tan fuerte influencia de nuestros amigos americanos al otro lado del chaco, ésta ciertamente estaba ganando fuerza en Reino Unido. Brittany quiso que una fiesta agradable en casa para que sirviera como fiesta de inauguración de la casa, así que éramos anfitrionas y nos rodearíamos de gente a medio día.

Mi papá y Sara viajaban juntos, como Quinn y Rach. Jake, Bree y los niños por supuesto, además de Anderson y Kitty. Tendríamos la casa repleta de invitados y yo tendría que compartir mi Brittany con todos y cada uno de ellos durante unos pocos días.

Nunca quería compartirla.

Ella olió el aire.

—Huele a clavo, ¿así que debemos estar cerca de tu oficina?

No más cigarrillos en la casa.

Estuve de vuelta a mi hábito de una vez al día después del ultimátum por mi resbalón en noche del Senador, maldita jodida víbora. Hacer eso, el vicepresidente de los Estados Unidos de América. O llegaría en Enero, una vez que el nuevo presidente se instalara en la Casa Blanca. Colt-Oakley había ganado efectivamente las elecciones en Estados Unidos el mes anterior por un amplio margen. Teniendo un soldado horriblemente herido por hijo fue una manera de agitar el patriotismo y ganar votos. Y por lo visto, era intrascendente si el mismo hijo abusaba de jovencitas con sus amigos en fiestas y hacía videos del acontecimiento.

La victoria aplastante no era una sorpresa para ninguno de nosotros.

Brittany parecía resignada a dejar su pasado atrás por su bien, y por eso estaba muy agradecida.

No compartió mucho sobre Oakley, ni sobre su reunión conmigo.

Había dicho que se había sentido menos preocupada por la visita de lo que había esperado, pero esperaba que hubiera trabajado en ello con el Dr. Roswell, porque no podía soportar la idea de ella sufriendo más debido a sus problemas.

La visita al hospital fue bastante dura para mí, así que no podía imaginar cómo se sentía tener que verlo, hablarle... y tocarlo. Cerré mis ojos y empujé los pensamientos de Lance Oakley lejos. Inhalé la intoxicante esencia de mi Brittany frente a mí y me concentré en lo que quería mostrarle en su lugar.

—Ustedes son implacables ahora mismo. A veces me olvido de lo competitiva que eres—lo que completamente verdad. Brittany es una luchadora en su corazón. Una chica que iba con sus puños arriba lista para dar un golpe, o recibir un golpe en la barbilla. Me encantaba y a mi parecer eso la hacía mucho más caliente—Y creo que es jodidamente caliente, Britt. Ella se rio suavemente con mi último comentario, el sonido sexy de su risa haciendo que me excitara y mi mente se llenara de un sinfín de posibilidades—Está bien, estamos aquí—le dije al oído, posicionando su cuerpo exactamente como quería para que la vista fue perfecta cuando viera la sorpresa—Y creo que deberías saber que he estado esperando por esto durante seis meses. Por seis largos meses, he pensado en este momento—dije dramáticamente.

—Eso es mucho tiempo, Sanny, estoy de acuerdo contigo. Me siento como si hubiera estado esperando seis meses para quitarme esta venda.

Le di golpecitos a sus labios con un dedo y después tracé su contorno lentamente.

—Qué boca tan lista, Britt, y tengo planes para ella más tarde… pero ahora quiero que veas la sorpresa, así que supongo que te quitaré esa venda ahora—comencé desatar el pañuelo mientras su respiración se aceleraba. Mis palabras la habían excitado—Este pañuelo de seda es sexy como el infierno, por cierto. Creo que debería recordar usarlo nuevamente en algún momento—susurré en su cuello.

—Mmmm —gimió muy suavemente.

Un bajo sonido entrecortado que me dijo mucho sobre sus verdaderos sentimientos con respecto a los ojos vendados.

No lo olvidaría.

—Tu sorpresa —dije, quitando la venda.

Ella parpadeó levantando la mirada hacia el retrato de sí misma, observando en silencio.

Me pregunté si ella veía lo mismo que yo.

Las largas piernas apuntando hacia arriba con los tobillos cruzados, los brazos cubriendo sus pechos, los dedos estratégicamente extendidos entre las piernas, el cabello esparcido en el suelo a un lado.

La misma imagen que Tom Pierce me había enviado junto con un correo electrónico, pidiéndome ayuda para mantener a salvo a su hija.

La fotografía cautivante de ella que había visto en la galería la noche que la conocí, y que compré por impulso, sin saber que la galería requería seis meses de exhibición antes de entregármela.

El retrato de mi hermosa Brittany holandesa ahora en mi exclusiva posesión.

Absolutamente impresionante.

—Finalmente la tienes—su voz era baja y suave mientras estudiaba el enorme lienzo ocupando la pared más grande de mi estudio-oficina en Stonewell.

—Sí.

—Tener esta imagen mía realmente significa mucho para ti, San—inclinó su cuerpo hacia el mío mientras juntas veíamos la imagen.

—Oh, sí.

—¿Por qué? —pregunto.

—Bueno, esta imagen fue la primera parte de ti que mis ojos alguna vez contemplaron. Vi esta foto y supe que tenía que tenerla. Fue un momento decisivo que no puedo explicar correctamente, pero que lo entiendo perfectamente.

Acaricié sus brazos lentamente de arriba hacia abajo, dejando caer mis labios en la base de su cuello. La rocé con mi lengua para saborear su piel, amando cómo se inclinó y expuso su cuello para mí.

Tan generosa todo el tiempo, nunca dejaba de sorprenderme.

—Nunca había conocido a un coleccionista antes de esa noche que te conocí—dijo con nostalgia—La idea de que habías comprado mi retrato y luego te había conocido en persona… fue un momento muy decisivo para mí, también. Esa noche, tú ahí parada en tu ajustado traje gris oscuro, la manera en que me miraste a través de la habitación, fue algo que nunca olvidaré mientras viva.

Sus palabras se dispararon directamente hacia mi centro.

—No podría olvidar ese momento aún si lo intentara, Britt. Arde en mi memoria.

—¿Por qué, San?

—Ven aquí—la giré de forma que podía ver en esos hermosos ojos azules y froté mis pulgares sobre sus pómulos—No podría olvidarte esa noche porque cuando te vi en persona por primera vez... volví a la vida de nuevo.

Sus ojos consiguieron una mirada vidriosa.

Cuando sentía una gran cantidad de emoción lo veía en ella, así que sabía que mis palabras significaban algo para ella.

Eran ciertas.

Ver a Brittany esa primera vez... me trajo a la vida de alguna manera, de alguna forma, y nada de eso fue planeado o era lo que esperaba.

Simplemente sucedió así.

—Es verdad. Me hiciste querer vivir, en un momento cuando supe que realmente nunca había pensado en ello, o me había preocupado por ello, por lo que el futuro me deparaba —repetí.

—Te amo, Santana.

—Te amo más, mi hermosa Britt-Britt.

Su expresión cambió de emoción a algo más.

Algo tan maravilloso en mi opinión, una mirada seductora de te-deseo.

—Así que, dijiste algo sobre tener planes para mantener mi boca ocupada—canturreó en voz baja, sus ojos oscureciendo mientras bajaba los párpados ligeramente.

—¿Te estás ofreciendo, Britt?—me las arreglé para preguntar sin que mi voz se entrecortara demasiado.

Ella se arrodillo sobre la gruesa alfombra oriental debajo de nosotras, y me dio la respuesta más excelente.

Con su igualmente excelente y muy ocupada boca.


********************************************************************************************



—Britt, querida, hay que felicitarle por haber dado una excelente comida de Acción de Gracias—dijo mi papá con entusiasmo con su copa de vino—, lo que digo es que es una idea encantadora que creo que deberíamos repetir cada año. Hacerla una tradición para esta familia.

—Estoy completamente de acuerdo, Jonathan—comenzó Sara—Sí, mi dulce Britt, fue encantador. Ha pasado un largo tiempo desde que he disfrutado de una comida de Acción de Gracias estadounidense como la que has preparado con las papas dulces y la salsa de arándanos. Me trae de regreso unos recuerdos realmente felices para mí. Estoy tan contenta de que hayas decidió traer el Día de Acción de Gracias para nosotros, y me encantaría hacerla nuestra nueva tradición, tal y como dijo Jonathan—Ella miró a mi papá con una mirada de devoción total.

Sabía que la tía abuela de Brittany era mitad de holandesa, pero se fue a vivir de niña a Estados Unidos, pero había pasado toda su vida adulta en Inglaterra.

Como le paso a mi Britt, solo que ella de niña vivió en Estados Unidos y ahora poco se vino a Inglaterra.

Sara también captó la atención de mi papá.

No sabía exactamente lo que estaba pasando entre ellos, pero tenía una muy buena idea.

Seguramente lo sabría después de esta noche, dependiendo de qué habitaciones utilizarían o no para dormir.

Todos fueron alrededor de la mesa, dando sus agradecimientos y reconociendo mi Brittany por sus esfuerzos, como debían hacerlo. Emily incluso dio su sincera apreciación por el pastel de calabaza, que le hizo recordar un poco al pan de jengibre pero mucho más "blando".

Brittany les agradeció a todos por venir a compartirlo con nosotras, el rubor había aparecido tras sus alabanzas, tan elegante y humilde. Era una cocinera consumada, pero eso ya lo sabía. Ella había estado cocinando para mí tan pronto como habíamos estado juntas y sólo lo apunté en mi enorme suerte de conseguir a una mujer que era buena en todo lo que hacía.

Hay dos áreas de mi vida en las que he sido bendecida con un poco de suerte.

Una de ellas fue en las cartas, por un tiempo, hasta que lo dejé atrás.

La otra fue al encontrarla.

Y ese regalo era para siempre, hasta mi último aliento.

—Tengo un brindis—dije, levantando mi copa. Mirando todos los rostros de mi familia y nuestros amigos que habían venido para estar con nosotras, y compartir esta celebración de agradecimiento, todo parecía muy adecuado. Me di cuenta de que mi agradecimiento era real por primera vez—Por mi hermosa chica americana, por recordarnos a todos ser agradecidos—puse mis ojos exclusivamente en ella—Pero sobre todo a mí... porque me ha ayudado a ver todas las bendiciones en mi vida que no había notado antes. Ella es la razón por la que tengo algo para estar agradecida—hablé en voz alta para que cada uno pudiera escuchar—Ella es mi Acción de Gracias.
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Mensaje por micky morales Mar Dic 02, 2014 8:44 pm

que linda san, aunque a veces me molesta un poco que para ella todo sea sexo. Bien, hasta pronto.
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Mensaje por monica.santander Mar Dic 02, 2014 9:31 pm

Que lindo capitulo!!!
Espero que San supere sus miedos.
Saludos
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Mensaje por 3:) Mar Dic 02, 2014 10:35 pm

holap,..

san esta sobrellevando la vida cada dia,.. con su pasado,..
amo cuando es jodida mente cursi con cosas al respecto de britt y la lechuga jajaja,...

nos vemos!!!
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Mensaje por 23l1 Miér Dic 03, 2014 6:45 pm

micky morales escribió:que linda san, aunque a veces me molesta un poco que para ella todo sea sexo. Bien, hasta pronto.

Hola, si xD todo es sexo, pero britt no se keda atras tampoko xD. Saludos =D



monica.santander escribió:Que lindo capitulo!!!
Espero que San supere sus miedos.
Saludos

Hola, sip ojala los pueda superar =/. Saludos =D



3:) escribió:holap,..

san esta sobrellevando la vida cada dia,.. con su pasado,..
amo cuando es jodida mente cursi con cosas al respecto de britt y la lechuga jajaja,...

nos vemos!!!

Hola, si paso a paso, jajaaj esk es san =P ellos los ama =D. Saludos =D
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Finalizado FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Cap 13

Mensaje por 23l1 Miér Dic 03, 2014 6:48 pm

Capitulo 13

Parte 3: Invierno


13 de Diciembre

Londres

POV Britt

Le envíe un mensaje de texto a Santana y le pregunté si llegaría antes de que mi nombre fuera pronunciado por la recepcionista del Doctor Burnsley.

No era como si a ella le gustara perderse una revisión prenatal.

La verdad, Santana probablemente estaba más en todos los detalles que yo.

Pasaba más tiempo en sitios web y leyendo libros que yo también leía, con seguridad. Siempre estaba diciéndome pequeños fragmentos y hechos que aprendía de sus búsquedas, sobre cómo nuestro bebé se estaba formando y las etapas de desarrollo. Me burlaba de ella incansablemente acerca de ser un súper nerd que sabía “todo sobre nacimientos de bebés”—para citar a Prissy de lo Lo Que El Viento Se Llevó— y mientras ella era el experto simplemente podía darme toda la información, ahorrándome el trabajo de buscarlo por mi cuenta.

Dejando de lado las bromas, realmente no era de los que olvidara mandarme mensajes o llamar.

Lo intenté una vez más con un mensaje texto

¿Hay algún problema? ¿Dónde estás?

Me pregunte si todavía me encontraría para almorzar.

Teníamos una pequeña rutina después de ver al Doctor Burnsley —almuerzo en algún lugar de la ciudad, antes de que ella tuviera que regresar a su oficina, lo que lo mantenía más ocupada que nunca. Ella estaría partiendo a los XT Juegos de Invierno Europeos en una importante asignación del Rey de Algo-burg justo después de Año Nuevo. Santana no parecía emocionada sobre el trabajo de cuidar a un heredero príncipe real en un evento deportivo internacional, pero cuando el rey se lo pidió personalmente, pienso que prácticamente no tuvo más opción que aceptar.
No podría ir con ella a Suiza de ninguna manera porque volar en el último trimestre no era bueno. Estaría aquí por mi cuenta, pero era solo por una semana.

Planeaba usar el tiempo para dar los últimos retoques en la habitación del bebé y terminarla.

Hacer eso, habitaciones de bebé en plural.

Tenía dos casas por preparar para finales de Febrero.

Decidí que iría de compras una vez que terminara aquí, con o sin Santana.

En un principio, había pensado que sería un buen día para tener hechas algunas compras navideñas. Solo quedaban doce días para ponerlos todos juntos, y los regalos no se envolverían por sí mismos.

—Brittany Pierce—la enfermera marco algo en su planilla, y sostuvo la puerta abierta para mí—Adelante deje una muestra de orina y luego registraré su peso—sonrió dulcemente, probablemente para contrarrestar la horrible mirada que usualmente recibía de mujeres embarazas que desesperadamente necesitaban hacer la primera tarea, por mucho que prefieran tener que hacer la segunda.

Tiempos divertidos.


*****************************************************************************************


POV San

Recordando las estadísticas que el Doctor Wilson acababa de recitar para mí realmente no inspiraron mucho optimismo para mi futuro. Uno de cinco bomberos; uno de tres adolescentes sobrevivientes de accidentes automovilísticos; una de dos mujeres víctimas de secuestro; dos de tres prisioneros de guerra.

Especialmente los últimos dos puntos de esta despreciable lista

¿Qué diablos decía eso sobre Brittany y yo?

Pacientes de TEPT.

Almas dañadas que de alguna manera han caído en la vida de la otra por un giro del destino.
Brittany estaba admitiendo sus demonios, y trabajaba con la Doctora Roswell para encontrar una manera de superar lo que le había pasado. Ella me sorprendía con su fortaleza —muy Británica en sus métodos— al igual que el póster de WWII que el doctor tenía ubicado sobre su escritorio: MANTÉN LA CALMA Y CONTINÚA.

Mi Brittany era valiente y hermosa.

Honesta en verdad.

¿Había alguna esperanza para mí también?

Quería que la hubiera.

Ahora, ansiaba encontrar una forma de liberarme de la maldita maldición que había entretejido en las oscuras cuevas de mi mente. Necesitaba ayuda desesperadamente.

La necesitaba para poder ser la esposa y mamá que tenía que ser para Brittany y para nuestro pequeño o pequeña.

—Así que, escucho—le di al doctor mi punto de vista y pensamientos de por qué estaba aquí con el Psiquiatra de Combate de Estrés, Gavin Wilson, en su insulsa oficina en Surrey, discutiendo los méritos de cursar una Terapia de Comportamiento Cognitivo.

—La meta no es forzarte a que te mortifiques por eventos de tu pasado, sino para llegar a comprender tu estado emocional en el presente. Esta no es el tipo de terapia de “tirarse en el sofá y contarlo todo”, Santana.

Joder, gracias por eso.

Tomé un lento respiro y me sentí aliviada por lo que me dijo.

Hablar me aterrorizaba.

Si hablara de ello, me entumecería, congelada de vuelta en el tiempo en ese lugar, escuchando esas voces, oliendo la orina, el vómito y la mierda, sintiendo el frío, viendo el cuchillo y los… ríos de sangre. Solo le había contado a Brittany una fracción de la peor parte, porque sentí fuertemente que ella se merecía saber lo que había soportado, pero me incomodaba mucho compartir todo lo feo con ella.

La mierda era muy oscura, demasiado horrible, solo jodidamente mucho para que ella tuviera que cargar con ello.
—Eso es bueno entonces, creo. Así que ¿cómo funciona el programa para alguien como yo? —pregunté.

—La TCC tiende a tratar con el aquí y ahora, sobre los eventos durante tu servicio en el Ejército Británico que llevaron a que estés sentada aquí hablando conmigo.

—Mi esposa… ella también tuvo un evento traumático en su pasado. Me preocupa que si le paso esto—mierda, ni siquiera sé cómo llamarlo—mi peor recuerdo, entonces no seré lo suficientemente fuerte para ella cuando necesite mi apoyo. Estamos esperando nuestro primer hijo a finales de Febrero…—me callé, deseando no haber sonado tan patéticamente débil, pero supuse que debería ser honesta con el doc.

—Felicitaciones a las dos—escribió algo en su bloc de notas—¿Está tu esposa en terapia?

Asentí.

—Hace más de cuatro años. Me dice que no se puede imaginar no tener sus visitas al médico.

—¿Y apoyas a tu esposa en su búsqueda de tratamiento y ayuda a través de la terapia psiquiátrica? —preguntó el Doctor Wilson.

Tuve una idea de hacia dónde estaba yendo con su línea de cuestionamientos.

—Por supuesto que la apoyo. Le ayuda y eso es lo más importante.

Su boca se torció hacia arriba en un lado.

—Estoy seguro que tu esposa desea que tengas el mismo nivel de apoyo que ella tiene, Santana. Pero la decisión tendrá que ser suya, por supuesto.

Sé que ella lo hace.

—Entonces ¿qué vamos a hacer cuando venga aquí?

—La TCC reconoce que los eventos en tu pasado le han dado forma a la manera en que actualmente piensas y te comportas. En particular, para ti, por lo que me has dicho, es, aparición tardía de TEPT. Vamos a explorar qué está trayendo tus recuerdos de regreso ahora más intensamente en comparación con el momento inmediatamente posterior del evento—sé por qué—Incluso si la TCC no reside en el pasado, vamos a apuntar a buscar soluciones sobre cómo cambiar tus pensamientos y comportamientos actuales para que puedas funcionar mejor ahora, y en el futuro. Es el procesamiento emocional de tu pasado, más que simplemente revivirlo, esa es la clave.

Asentí y absorbí su explicación.

Me sentía ambivalente, no particularmente optimista de que esto funcionaría en mí, pero no en una forma crítica tampoco.

Me gustaba el doc.

Especialmente su forma de no-tonterías explicando las cosas.

No prometía un milagro.

Porque no habría uno viniendo de ti.

Mi milagro había sido usado hace más de siete años… en el día veintidós.

Sabía eso.

Acepté el regalo como lo había recibido.

El Doctor Gavin Wilson había servido en el mismo ejército que yo. Era una especie de camarada en armas. Si alguien podría ayudarme, probablemente iba a ser alguien como él.

Llegamos a los elementos básicos de las cosas y para el final de nuestro tiempo, me sentía de alguna forma más clara acerca de ni decisión. Me habían dejado un poco de tarea que hacer también.


*****************************************************************************************

Viendo mi reloj mientras me apresuraba fuera del edificio, supe que tenía al menos una hora de viaje por delante para hacer todo el camino hacia la ciudad para encontrar a Brittany con el Doctor B.

Dudaba mucho que pudiera lograrlo.

Palmeé por mi teléfono y recordé que no lo tenía conmigo. Había estado tan distraída por mi primera visita al Centro para Combatir el Estrés, que lo había dejado en algún lugar.
Maldito y jodido infierno.

Esta era precisamente el tipo de estupideces que no necesitaba ahora —mi preocupación número uno.

Distracción.

La jodida peor cosa en mi línea de trabajo. Absolutamente no podía permitirme distracciones, o no sería capaz de funcionar en mi trabajo.

Imposible.

Todos estos desenterrados recuerdos fantasmales estaban jodiendo mi rutina del día a día. Debería tener mi teléfono conmigo ahora mismo, así podría contactar con Brittany. Necesitaba hacerle saber que llegaría tarde, o ella se preocuparía.

Mientras entraba al vestíbulo la vi otra vez —saliendo de otro consultorio, un terapista diferente del Doctor Wilson, pero obviamente alguien que hacia un trabajo similar con sus pacientes.

En realidad tenía sentido.

Ahí está tu tarea.

Buscar el perdón de aquellos a los que creo que he hecho daño.

Mi primer paso hacia la responsabilidad en lidiar con mis problemas me conduciría al mismo lugar que ella.


—Tina, espera —grité.

*******************************************************************************************  


POV Britt

Saliendo del consultorio de Doctor Burnsley, me dirigí a los elevadores.

Todavía nada de Santana, y solo podía imaginar cuan disgustada estaría por haberse perdido mi chequeo. Tendría que molestarla—recordándole todo el tiempo de vinculación emocional geek con el Doctor B y los aburridos chistes sexuales que él había empleado.
No le presté atención a la persona que entró en el elevador conmigo porque estaba ocupada revisando mis mensajes sin respuestas y escribiendo un mensaje a Artie para hacerle saber que había terminado con el doctor.

No hasta que él dijo mi nombre.

—Brittany.

Sin embargo sabía quién era.

Alcé la vista lentamente, comenzando desde el piso. Vi sus piernas, ambas, la de prótesis y la real, sus musculosos muslos, el bajo cuerpo y los anchos hombros, los muy oscuros ojos, el atractivo rostro que ahora me parecía tan diferente.

—Lance. ¿Qué… qué estás haciendo aquí? —mi voz se quebró.

—No te molestes, por favor, pero te vi yendo a tu cita, así que esperé a que salieras.

—¿Estás… estás siguiéndome por todo Londres?

—No—sus ojos parpadearon por un instante pero luego sacudió su cabeza—Estaba con mi propio doctor, sacando medidas para una prótesis permanente.

—Oh—no sabía que decirle. Lance había perdido su pierna, y a pesar de nuestra dolorosa historia, todavía sentía compasión por lo que le había sucedido. Fue como si mi cerebro no pudiera apagar la parte “empática” por completo. Todavía estaba conectada, funcionando, removiendo emociones y recuerdos de hace mucho tiempo. Lance Oakley acaba de seguirme al elevador y me dijo como ha estado esperando a que saliera. Mi cita había durado una hora y media con toda la espera en el vestíbulo, y después más espera en la sala de análisis ¿Por qué había esperado por una hora y media? Dije un mental mierda y pregunté—Así que, ¿por qué me estabas esperando, Lance?

—Te lo dije antes, en el hospital, pero tú no regresaste—bajó la mirada al piso y luego de regreso a mí—Sé que es mucho pedir, pero Brittany, realmente necesito hablar contigo. La pregunta es ¿hablarás conmigo?

—Escuché lo que me susurraste antes en tu cama del hospital, pero no sé si pueda—y realmente no lo sabía.

Parte de mí estaba curiosa en cuanto a por qué quería decirme que estaba arrepentido de lo que había hecho.
Honestamente, estaba completamente confundida por el giro de toda la cosa.

Lance viniendo a pedir perdón nunca estuvo en el menú de posibilidades dentro de mi mente.

Nunca jamás.

Así que cuando él apareció ante mí, como lo hizo en el elevador, luciendo muy sincero, estaba realmente debatiéndome el verlo otra vez. Instintivamente puse mis manos sobre mi vientre.

La puerta del elevador sonó y se abrió. Salí y él me siguió hasta el vestíbulo, su andar cojeando muy pronunciado por su lesión, haciéndome sentir incómoda y completamente confundida sobre qué hacer.

—Entiendo—asintió tristemente—S-sé que estás embarazada… y no quiero molestarte ni mucho menos, pero…—dejó de hablar y levantó una mano en señal de derrota.

—¿Pero qué Lance?—no iba a dejarlo librarse tan fácilmente.

Se acercó a mí, así que pensé que debería explicarlo.

—Tú no me debes nada, Brittany. No quiero lastimarte o perturbar tu vida, pero realmente me molesta que no sepas la verdad sobre mí, sobre qué pasó esa noche.

—Mmm… bueno, sé lo que me pasó a mí, Lance. Lo vi en un video—miré hacia otro lado, incapaz de mirarlo cuando dije la última palabra.

—Lo sé—dijo suavemente—Siento mucho el haberte lastimado y me gustaría tener la oportunidad de explicarme—dejó salir un profundo suspiro—Sé un poco de lo que has pasado. Tu mamá me contó algo de ello cuando intenté ponerme en contacto contigo, pero tu papá no me permitió verte en absoluto, y luego te fuiste a Nuevo México. Acepté que probablemente no podías verme, así que permanecí alejado de ti a propósito. De todas maneras estaba en Irak—dijo amargamente. Después de un momento de silencio continuó—Y-yo… escuché sobre la muerte de tu papá. Recuerdo que cercana fuiste a él. Lamento mucho tu perdida.

Mis malditas lágrimas serán mi muerte.

Me limpié los ojos y traté de reponerme, así podría lograr salir de este edificio y no lucir como si hubiera estado llorando por si Santana aparecía.
O Artie.

De hecho ahora, Artie estaba caminando hacia mí, con una expresión en su rostro que significaba que mi encuentro con Lance había llegado a su fin.

Lance también lo vio.

—L-lo siento, tengo que irme ahora. Lance, buena suerte—dije débilmente.

No tenía nada más que darle.

Me sentía vacía y confundida.

Quería a Santana.

—Está bien—me miró estoicamente, y asintió una vez. Luego presionó una tarjeta en mi mano—Por favor, piénsalo—susurró, antes de darse la vuelta y alejarse, su desigual andar era un signo tangible de lo mucho que Lance Oakley había cambiado en los últimos siete años.

Le dije a Artie que me dejara en Knightsbridge, así podría hacer mis compras.

No había forma de que pudiera ir a casa en este punto.

Necesitaba despejar mi cabeza y procesar mis sentimientos. Una cosa era cierta —no quería compartir con Santana mi encuentro con Lance. Solo la molestaría y la haría territorial, y eso no le haría a ella, o a mí, ningún bien.

Sin embargo, debería llamar al Doctor Roswell y conseguir una cita lo más pronto posible. Necesitaba un consejo imparcial, y Santana sería cualquier cosa menos imparcial. Todavía no sabía dónde estaba o por qué se había perdido mi chequeo hoy, pensé con tristeza, sintiendo lástima por mí misma.

Fui a través de los movimientos de seleccionar regalos para la gente, enfocada con determinación en una simple tarea que completar. Una bata de seda para mi mamá en un amarillo traicionero parecía apropiada. Era realmente muy hermosa y ella probablemente la amaría. Si pudiera enviarlos directamente desde la tienda, quizás incluso podría llegarle a tiempo para Navidad. Ahora no sabía cómo me sentía acerca de mi mamá, especialmente después de la confesión de Lance de que había hablado con ella sobre mí hace años. Me preguntaba cómo habría sido esa conversación.


¿Ella sabía algo que yo no?

La exasperante duda raspó en mí como una picazón persistente.

Su tarjeta estaba en mi bolsa.

Su número estaba ahí.

Podría llamarlo y preguntarle, y él probablemente me lo diría.

Solo habíamos hablado una vez desde nuestra explosiva conversación.

Me preguntaba cuán decepcionada estaba ella de que el papá de mi antiguo novio fuera ahora el vicepresidente, y podría de una manera realista ser el presidente algún día.

Debía ser un trago amargo para ella.

Si había tenido que soportar lo que Lace me había hecho durante todos estos años, supongo que ella esperaba que pudiéramos reconciliarnos en algún momento.

Creía que esa era la razón por la que resentía tanto a Santana.

Sabía que sus planes se arruinaron y que no habría ningún tipo de fiestas en la Casa Blanca para que ella asistiera. Fui raptada por una latina-británica que no daba una jodida mierda por la reina —directo de su boca— si el papá de Lance Oakley era emperador del maldito mundo, ni hablar de una figura política EE.UU.

Santana y yo nos habíamos embarazado y ella se había casado conmigo; incluso mi mamá podía ver que su fantasía no era más que polvo en el viento.

Esas dos eran como gasolina y fósforos listos para arder cuando se vieran obligados a estar juntas de alguna manera.

Tan triste para mí.

Ella sería la abuela de mi bebé y no podía estar del lado de mi esposa.

Mi teléfono sonó.

Finalmente, pensé mientras rebuscaba en ni bolso ¿Número desconocido?
Britt, lamento mucho haberme perdido nuestra cita. Larga historia. Estoy sin mi teléfono en este momento. Es el teléfono de Tina Cohen-Chang el que estoy usando ¿Dónde estás ahora? S.
 
¿Tina Cohen-Chang?

Sabía exactamente quién era ella.

Y parecía muy extraño que Santana estuviera con ella cuando debería haber estado conmigo. Recordé cuan terrible había sido para ella su presencia en la boda, por consiguiente me preocupaba que ella tratara de clavarle las uñas para calmar su dolor. Respetaba la lealtad militar, pero no era justo para Santana sufrir más por su perdida. Si ella estaba culpándola al hablar de su esposo, tendría que poner en su lugar a esa mujer. Me sentía enfurecida mientras contestaba su mensaje, pero recordé que no era el teléfono de Santana el que recibiría mi mensaje, así que me mantuve neutral. Pero me aseguré de agregar el número de Tina a mis contactos, antes de contestarla.

Está bien. Estoy de compras navideñas en Harrod. Artie está aquí conmigo. B.  

Me contestó inmediatamente.

Estoy en camino a encontrarte. ¿Nos vemos en Sea Grill? S.

Bien, si tú lo dices, Sra. López, pensé, mientras respondía con un brusco:

Está bien.

Traté de moderar mi irritación pero algo se sentía fuera de mí, y una vez más, mis inseguridades salieron a la superficie para llenarme de dudas.

Pagué por mis compras y las entregué a Artie para que las llevara a casa por mí.

Luego me las arreglé con las envolturas de los regalos y la entrega para los presentes para mi mamá y Frank con el conserje, y me dirigí hacia el See Grill para esperar a Santana.

Tomé mi té de arándano en el restaurante y reflexioné sobre mi extraño día.

Recordando la tarjeta que Lance había presionado en mi mano; la saqué y la estudié.
Teléfono celular y correo electrónico en la parte de enfrente junto con su nombre y su información de contacto del ejército de Estados Unidos. Le di vuelta y vi un mensaje escrito a mano que no había notado antes.

Por favor déjame hacer lo correcto, Brittany.

Levanté la mirada y vi que Santana había llegado y estaba haciendo su camino hacia mi mesa, un enorme ramo de flores lavanda en sus manos.

Empujando rápidamente la tarjeta de Lance a un lado, me pregunté cuánta culpa estaba sintiendo mi esposa, decidiendo que necesitaba traer flores como ofrecimiento de paz.

Debería apreciar su gesto, me regañé a mí misma.

Excepto que no lo hacía.


POV San

—Así qué, ¿qué pasó contigo?—preguntó, sus ojos sin revelar nada de la naturaleza de sus verdaderos sentimientos.

Las flores fueron aceptadas y olfateadas apreciativamente, pero estábamos en público y Brittany era reservada. Quizás ella realmente quería golpear todo el ramo sobre mi cabeza.

La jodiste.

Todo lo que podía hacer era esperar a que me perdonara por mi enorme lío.

—Esta mañana salí del departamento sin mi teléfono. Perdón por eso.

—Eso no suena como tú, Santana—no levantó la vista de su menú cuando habló… y otra mi nombre completo.

Sí… estás en un lío de mierda.

—No, no lo es. Me temo que estaba distraída cuando salí.

—¿Y por qué fue eso?—le dio vuelta a su menú, estudiándolo como si fuera un raro libro en la Colección de la Biblioteca Británica.

Desesperadamente deseé haber tenido la oportunidad de fumar antes de correr hacia aquí.

—Bueno, no te lo dije porque no estaba segura que sería aceptado —bajó su menú y finalmente me miró—, pero tuve mi primera consulta con el Doctor Wilson en el Centro para Combatir el Estrés esta mañana—sus ojos azules me miraron fijamente sobre la mesa—De acuerdo, bien… el centro está todo el camino fuera de Surrey, y estaba saliendo del consultorio para encontrarme contigo para la cita del Doctor B y me encontré con Tina. Ella también utiliza el CCE. Estaba horriblemente atrasada para ese momento y no tenía ninguna manera de contactar contigo, así que le pedí prestado el teléfono a Tina…

—¿Encontraste alguien?—interrumpió ella, su cara llena de la chispa y el fuego que amaba ver.

Me sentí mejor al instante.

Asentí.

—Lo hice, Britt. Le estoy dando una oportunidad al Doctor Wilson de rasgar a través de mí.

Ella estiró su mano sobre la mesa.

—Estoy muy contenta. Tan contenta de oírte decir esto, San. Es la mejor noticia que he escuchado en todo el día —dijo tirando de mi mano hacia su mejilla.

Sip, volvió a su habitual San, íbamos por buen camino.

Pero sentí que algo más que mi tardanza estaba preocupando a mi Brittany.

—¿Por qué? ¿Estuvo todo bien con el Doctor B? ¿Algo que necesite saber, Britt?

Ella frunció sus labios y lentamente sacudió su cabeza de un lado al otro.

—Nada que reportar del Doctor B. El bebé calabacín de veintinueve semanas está creciendo adecuadamente. Todos sus sistemas están bien—me dio un lento guiño.

Esa es mi Brittany sexy.

—Así que, ¿estás diciendo que el Doctor B es todavía mi mejor amigo?—ella se río de mí silenciosamente, amando burlarse de mí en lugar de interrumpirme.
Era gracioso, y no lo era.

Solo teníamos que ser más creativas cuando llegaba el momento de que disminuyera el sexo. No me podía resistir si la tenía cerca de mí, para acariciar y para olerla.

La intimidad era mucho más que solo hacerlo.

Había aprendido bien esa lección en un corto tiempo desde que había encontrado a mi Brittany.

—Sí, él todavía es tu amigo. Pero, quiero saber sobre tu visita al Centro para Combatir el Estrés—me sonrío completamente de vuelta a su feliz y brillante naturaleza—Cuéntame sobre el Doctor Wilson. Quiero saberlo todo.

¿Cómo puedo contarte todo, mi hermosa Britt-Britt?

¿Cómo?

¿Cómo puedo hacerte algo así?

Deseé poder contarle todo.

Pero dudaba de que alguna vez fuera capaz de hacerlo.
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por micky morales Miér Dic 03, 2014 8:42 pm

bueno siempre espero que pase algo que rompa un poco la pequeña monotonia que se ha formado entre las chicas, me gustaria que britt hablara con el tal lance a ver que tiene que decir, en fin, hasta luego.
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 3:) Miér Dic 03, 2014 10:54 pm

holap,...

cada una se va enfrentando con su pasado,...
a ver que le quiere decir lance a britt ahora???
y si se lo va a decir a san!!!!

nos vemos!!!
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 23l1 Jue Dic 04, 2014 7:51 pm

micky morales escribió:bueno siempre espero que pase algo que rompa un poco la pequeña monotonia que se ha formado entre las chicas, me gustaria que britt hablara con el tal lance a ver que tiene que decir, en fin, hasta luego.

Hola, =O veremos que pasa en estos caps y si se rompe la monotonia. Saludos =D



3:) escribió:holap,...

cada una se va enfrentando con su pasado,...
a ver que le quiere decir lance a britt ahora???
y si se lo va a decir a san!!!!

nos vemos!!!

Hola, paso a paso jajajajaaj, jaja si britt habla ai q ver si se lo dice a san, xq igual san no le dice todo, britt puede hacer lo mismo no¿?. Saludos =D

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Finalizado FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Cap 14

Mensaje por 23l1 Jue Dic 04, 2014 7:56 pm

Capitulo 14

24 de Diciembre

Londres



POV San

—Es hermosa, inteligente, sexy como el infierno, y es genial con la comida—llegué a ella por detrás pegándome a su cuerpo mientras trabajaba en la encimera de la cocina—Trata en otros lugares—dije, apropiándome de un bizcocho de azúcar en forma de pájaro y haciéndolo estallar en mi boca—Dulce y… tú—agarré un puñado de su trasero y le di un apretón mientras el dulce de mantequilla se derretía en mi boca.

—Ladrona—dijo.

—Me quieres a pesar de mi robo—froté mi nariz con la parte posterior de su oreja.

—Lo hago, es cierto. La primera cosa que robaste fue mi corazón—dijo dirigiéndose a mis labios por un beso dulce—, y nunca quiero que me lo devuelvas.

—Eso es algo bueno, porque es todo mío—murmuré antes de que saqueara sus labios con mi lengua.

—Dices las cosas más agradables para mí.

—Pero todas son verdaderas—dije, haciendo que me mirara, con las manos ligeramente entrelazadas bajo su espalda—Eres hermosa—otro beso profundo—Retorcidamente inteligente—arrastré mis labios por su mandíbula y su cuello—Tan sexy que me haces arder—moví mi boca más abajo, hacia el escote que día tras día estaba creciendo más—Y una bruja-cocinera experta—molí mis caderas en las suyas, dándole una buena sensación de exactamente cuánto apreciaba todos sus talentos.


*****************************************************************************************


POV Britt

—Fue hace un año cuando nos cruzamos en una tienda de acuarios, sin tener idea de que llegaríamos a este lugar en nuestra vida juntas—arrastré mis dedos sobre el brazo de Santana mientras estábamos tendidos en el sofá en nuestros costados, mirando las luces en el árbol enmarcado por las luces de la ciudad de Londres—¿Te acuerdas?

—Oh, sí. He recordado muy bien cada día desde que apareciste. Cada vez que veo a Simba en su tanque, lo recuerdo—frotó mi vientre en un círculo, con sus manos tocándome en cualquier lugar que cómodamente pudiera alcanzar en nuestra posición—Sobre todo con mi regalo de cumpleaños, que es perfecto, por cierto. Estoy segura de que incluso Simba está de acuerdo.

—Me alegro que te guste, Sanny. Eres una tipa dura de comprar. Sin embargo, Dory es la novia perfecta para Simba, él definitivamente necesitaba a una buena mujer para mantenerlo a raya.

Ella se rio entre dientes.

—Justo como yo.

—Eso es cierto, pero todavía falta mucho para mi cumpleaños. Tú me compras un carro de lujo y obtienes un nuevo pez.

—Me encanta mi nuevo pez—dijo indignada—, un pez cirujano azul para mi cumpleaños era mi mayor deseo.

Me reí de su estupidez, era encantador que mi esposa seria pudiera bromear y burlarse de mí tan fácilmente. A pesar de sus experiencias de vida, Santana fue bendecida con un maravilloso sentido del humor, que yo apreciaba en ella.

Podía hacerme reír tan fácilmente como podía hacerme arder.

Una mujer con un talento único.

—Así que, realmente, hoy es una especie de aniversario entre nosotras si piensas en ello —dije.

—Un año—inhaló fuertemente en mi cuello—Ni siquiera puede verte bien, pero sí recuerdo tu sombrero púrpura y la bufanda, y por supuesto, cómo fuiste alcanzada por la tormenta de nieve en Noche Buena.


****************************************************************************************

Teniendo en cuenta que era invierno y estábamos desnudas en el sofá de la sala de estar, me sorprendió lo caliente que me sentía, sin ningún tipo de frío incómodo en la habitación.

Sexo caliente y un horno radiante pegado contra mi trasero, en la forma de mi esposa, funcionaban de maravilla, al parecer.

—Bueno, la nieve era mágicamente hermosa, y tienes que entender que una nevada de Navidad para una chica de Cali es probablemente un acontecimiento de una vez en toda su vida.

—Nunca se sabe, ahora que vives aquí, podrían nevar de nuevo algunas Navidades—sus gruesos labios rozaron la parte de atrás de mi cuello.

—Es cierto—me estremecí bajo sus labios haciendo trazos sobre mi piel desnuda—También me acuerdo de estar celosa de esa mujer que llegaba a olerte todo el tiempo, y era divertido, pero yo tampoco te veía a ti. Si lo hubiera hecho, habría sabido que eras la mujer de la noche del espectáculo de Blaine.

Me besó a lo largo de la parte superior de mi hombro.

—El espectáculo de Blaine, la mejor noche de mi vida.

—No para mí—dije, acurrucándome más profundamente contra ella—Estoy bastante segura de que ahora mismo es la mejor noche de mi vida.

—Mmmm… ¿no te importa que no estemos en alguna noche festiva por la temporada?

—Umm, no, no en absoluto. Además, vamos a tener un día completo de ello mañana en la casa de tu papá.
—Preferiría haber pasado la Navidad en Stonewell en vez de aquí—dijo en voz baja, con una mano deslizándose hacia arriba de mi torso y acariciando un pecho, levantando el peso y rodeando el pezón—Pero no podríamos haber hecho esto… así que tal vez no.

Me reí de su lógica.


*************************************************************************************


—Sí, cubos de pinturas y poderosas herramientas plantean un problema para poder encontrar lugares cómodos para echar un polvo—en realidad habíamos considerado pasar las vacaciones en el país, pero las renovaciones en curso en Stonewell nos ayudaron a tomar la decisión de quedarnos en Londres en su lugar.
Aquí, las cosas estaban en su mayoría organizadas, con la excepción de la conversión de un dormitorio vacío en el cuarto del bebé.

—Imagino que habría encontrado una manera de violarte en medio de todo ese equipo gigantesco—dijo susurrando en mi oído, mientras empujaba contra mi culo, queriendo más de lo que ya habíamos hecho.

Una vez nunca era suficiente para Santana, y estaba perfectamente bien con eso.

Tenía esperanza de que su necesidad no se fuera a ningún lado.

No creía que pudiera prosperar sin ella.

—Quiero esto—dijo con voz áspera, introduciendo dos de sus dedos en mi entrada trasera con una presión determinada, enviando sacudidas de excitación, disparándose por todas mis zonas erógenas.

—Sí… está bien—dos palabras y ya había terminado de hablar.

La mayoría de las conversaciones que podía manejar en mi creciente estado de estimulación. La anticipación de lo que iba a hacer con mi cuerpo me enviaba dentro de una neblina sexual de necesidad y deseo, dejándome incapaz de vocalizar demasiado.

Nunca importaba lo que fuera que hiciera, lo haría bien.

Santana se aseguraría.

—Me dejas sin aliento —ronroneó por detrás, donde se encontraba trabajando para prepararme para tomarla.

Sabía que estaba mirándome fijamente, excitándose por la visión de verme de rodillas e inclinada hacia adelante. Sentía las gotas del lubricante que bombeaba desde la botella para ayudarle a facilitar el camino.

Sus dedos eran largos, finos y perfecto, pero aun así apreciaba la lubricación.

Sus manos libres se apoderón de mis nalgas y las abrieron.

Me di cuenta de lo que se avecinaba el instante antes de que lo sintiera.

Su gloriosa lengua.

Santana usó eso en mí primero, la suave burla de mi estrecho agujero, conduciéndome a una especie de estado indefenso donde me estremecía, flotando entre este mundo y otro lugar.

Detuvo su lengua y se colocó en posición.

—Lo haces, Britt. Me dejas sin aliento—la punta de sus dedos contra mi carne—Cada vez—Empujó hacia adelante, penetrando con solo la punta de ellos—Mierda—sentía todo de ellos tratando de fusionarse con la mía, la intensidad de su necesidad de hundirse en mí y las ansias que sentía por que lo hiciera—¡TIEMPO!—gritó en un gemido fuerte, y sus dedos se deslizaron dentro, llenándome en todo su camino hasta el fondo, junto a su sexo uniéndolo a sus movimientos.

—¡Oh!—di un grito ahogado ante su dura, pero hermosa invasión, deshaciéndome por la calidez sexual y la extrema sensación de saciedad que rayaba en dolor, pero sin cruzar la línea.

Justo mostrándome la verdadera intensidad que estaba por venir, una vez que empezó a moverse dentro y fuera de mí en largos movimientos a propósito.

Comencé a temblar, casi fuera de mi mente con sensaciones tan intensas que apenas podía respirar.

—¿Estás bien, Britt?—dijo con voz áspera en la parte posterior de mi oreja, con su mentón raspando mi piel de mi hombro para contenerse, esperando mi respuesta.

Buscando mi aprobación, para ella, de ella tomándome, de la dominación física de mi cuerpo.

Yo siempre se la daría.

La deseaba tanto.

—Síííí—rodé mi cabeza hacia atrás, incapaz de decir más de una palabra más.

Tenía que concentrarme en mantenerme entera antes de que explotara en millones de pedazos.
Nuestra unión se sentía tan abrumadora.

—Oh, mierda, sí—llenó una de su mano libre en mi cabello y empezó a moverse dentro de mí, largos y cuidadosos deslizamientos de sus largos dedos perforándome con exquisita deliberación—Tan bueno, Britt…—gimió con cada embestida, llenándome profundamente, llevándome a lo largo de un viaje erótico, un viaje lleno de lujuria y de sensación—Eres tan hermosa… y jodida e increíblemente sexy—canturreó, trabajando sus dedos con la habilidad que había llegado a conocer y a amar.

Poseyéndome por completo, cada parte de mí al descubierto.

También escuché algo más en su voz.

Una especie de desesperación, un frenético deseo de fundirse conmigo.

Un deseo oscuro ansiando que su cuerpo envolviera el mío completamente, no podía haber ninguna delimitación dónde empezaba y terminaba.

Su sexo, sus dedos, su lengua, su aliento, su humedad.

Su todo, lo quería dentro.

Y así, Santana me tomó hasta que me elevó a los más altos picos de la liberación, y me sostuvo cuando me rompí en billones de fragmentos de gloria resplandeciente.

Tragó mis gritos con su boca, y me dio más de ella, su cuerpo tensándose y preparada para estallar.

Dijo cosas mientras se venía, estremeciéndome con declaraciones de amor y adoración… solo para mí… y así me llenó de sí mismo.


********************************************************************************************


3 de Enero

Londres


POV San

Viendo a Brittany poniéndose su maquillaje no podía apartar los ojos de ella.

Tenía la esperanza de que no me viera mirándola, porque no quería que se sintiera cohibida. Sabía que estaba un poco preocupada, porque su cuerpo había cambiado mucho.

Pero para mí, mi Brittany estaba más hermosa que nunca.

Nuestro pequeño arándano estaba creciendo junto con ella, y ahora era una personita diminuta de treinta y dos semanas, que pateaba y se retorcía alrededor de mí todo el tiempo.

—Será mejor que empieces a prepararte o vamos a llegar tarde. Los planes de tía Sara no esperan a nadie...—se interrumpió, sin apartar su concentración del espejo donde se estaba aplicando sombra alrededor de los ojos.

Llevaba un atuendo corto de encaje negro que me excitaba con solo mirarlo, pero solo estaba medio vestida.

Me di cuenta rápidamente, que sería mejor apegarnos al plan o nunca llegaríamos a tiempo a la cena de cumpleaños de papá. Así que me obligué a pensar en algo no muy interesante, como el trabajo en su lugar.

No tomó mucho tiempo.

El pensar en el joven príncipe Christian de Lauenburg XT de Europa sin duda ayudó a enfriar mi sangre latina.

Mi viaje era solo en dos días y ya temía dejar a mi Brittany.

Ridículo trabajo de mierda.

—Pero me gustaría mucho más observarte —dije.

Ella hizo un sonido suave.

—Bueno, mi trasero está creciendo cada segundo, en competencia directa con mi vientre. Espero que mi trasero no gane. Al final de esta carrera, solo quiero al bebé y no el culo extra—me miró por el espejo, su expresión me regalaba un poco de lo que estaba en su mente.

Aun así era mi Brittany.
Sin embargo, me encantaba ese aspecto de ella.

Me hacía incluso más determinada a estar tan cerca de ella como me fuera posible, para que pudiera tocar, saborear y absorber cada molécula disponible.

Mi necesidad de Brittany seguía siendo tan fuerte como siempre. No tenía dudas de que jamás cambiaría.

—Tu culo es la perfección y nunca me escucharás quejarme de tener un poco más de ti para agarrar—le di un guiño lento y una sonrisa lasciva—Desde aquí, ni siquiera parece que estuvieras embarazada—llegué detrás de ella, mis manos deslizándose por el resto de su panza—Tengo que hacer esto, para comprobar si realmente tienes algo aquí—extendí mis palmas sobre la firme protuberancia redondeada de nuestro bebé creciendo fuerte en su interior.

Se inclinó hacia atrás y descansó su peso contra mí.

—Oh, algo de esto es cierto —dijo— que tú tienes que ver es esto. Y talves la siguiente vez seas tú la que lo tenga.

Me reí en voz baja detrás de ella.

—No lo veo posible, si llega a ver otra vez u otras veces, me encanta que seas tú la que tenga a nuestros bebés Britt-Britt.

—Oh, pero Sanny quiero un o una morenita de descendencia latina como tú—dijo con ternura.

—Oh, mi Britt-Britt pero si mis ovulos pueden hacer eso, me encanta que tengan más de ti que de mí, tus ojos, tu pelo, tu piel, tu nariz… todo—deslicé mis manos hacia arriba, hasta sus deliciosas tetas y levanté una en cada mano, apretando suavemente—Ahora, éstas… son una historia diferente. Han cambiado en el buen sentido y malditamente amo la transformación.

—Me he dado cuenta, y también del cambio de tema, pero tenemos que hablarlo—cerró los ojos por un momento e inclinó su cuello, permitiéndome que la tocara a mi antojo.

Siempre dándose a sí misma y a mis locas necesidades.

—Mmmm… eso se siente perfecto para mí, Sra. López y siempre lo será. Y si quieres lo conversaremos mi Britt-Britt.
—¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me encanta cuando me llamas Sra. López? —preguntó perezosamente, mirándome con esos hermosos ojos.

—Un par de veces, sí. Y estoy encantada de que te guste tu nuevo nombre—le sonreí en el espejo—Sabes que amo decírtelo. Sabes que amo que mi nombre sea tu nombre ahora. Amo un montón de cosas… ahora.

Alargó la mano para sostener mi mejilla, sin dejar de mirarme en el espejo.

—Pero tú también estás consiguiendo un nuevo nombre. Ya tenemos a alguien que pronto llegará con nosotras y te conocerá por un solo nombre y no será Santana, ni San o Sanny.

—Mamá.

—Sip. Serás la mamá de alguien ahora—sonrió suavemente, una mezcla de felicidad—Serás la mejor de todas…  después de mi claro está—susurró.

Brittany siempre me sorprendía con su generosidad, su capacidad para ser tan amorosa incluso al enfrentarse con el dolor y la pérdida.

Valiente.

Fuerte.

Magnífica.

La besé en la parte posterior de su cuello y apoyé mi mentón en su hombro, las dos nos miramos en el espejo.

—Me encanta como suena, mamá. Yo soy una mamá y tú eres una mami, y si tienes razón la mejor de todas mi Britt-Britt.

—Lo somos, sin duda

Regresé mis manos a su estómago.

—Amo a nuestra pequeña piña—la giré para que me mirara y tomé su sonriente rostro en mis manos—Y te amo, Sra. López.

—Yo te amo más —dijo.
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 3:) Jue Dic 04, 2014 9:28 pm

holap,...

me encanta,...
orale ya un año juntas,.. vi casi!!!
simba con novia jajajaj,....
cual es la ultima fruta que termina la gestación????

nos vemos!!!
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por micky morales Vie Dic 05, 2014 9:07 am

son tan lindas juntas, ahora simba tiene pareja, bueno hasta pronto.
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 23l1 Vie Dic 05, 2014 7:18 pm

3:) escribió:holap,...

me encanta,...
orale ya un año juntas,.. vi casi!!!
simba con novia jajajaj,....
cual es la ultima fruta que termina la gestación????

nos vemos!!!

Hola, jajajaaj como pasa el tiempo no¿? xD ajajajaj cada uno con su pareja jjajajaja, eeemmm sandia¿? ajjajaja. Saludos =D



micky morales escribió:son tan lindas juntas, ahora simba tiene pareja, bueno hasta pronto.

Hola, jajaaj son perfectas juntas! jajaa todos tienen lo suyo jajaja. Saludos =D

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Finalizado El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Cap 15

Mensaje por 23l1 Vie Dic 05, 2014 7:23 pm

Capitulo 15

4 de Enero


Londres


POV Britt

La caridad que mi papá defendió cuando estaba vivo envió una notificación a donde sea que una donación hubiese quedado en su nombre. La cantidad de gifs en el mensaje que acababa de leer dejaron molestos a mis globos oculares.

Lo revisé de nuevo, contando los dígitos para asegurarme.

Todos los seis.

La segunda sorpresa fue el mensaje que quedó del donante en la sección de comentarios.

Por favor déjame hacerlo bien, Brittany.

Lance.

No podía creer lo que estaba viendo.

¿Lance había hecho esto?

¿Había hecho una obscenamente gran donación en nombre de mi papá a la Fundación Meritus College?

¿Asistencia desamparada, pero motivada para que los niños consigan una educación universitaria?

¿Por qué haría él eso?

En verdad no podía imaginar porque lo haría, pero sabía que necesitaba averiguarlo. Así que fui por mi monedero y rebusqué alrededor en el lado y en los bolsillos del exterior hasta que encontré la tarjeta que me había dado.

Le di la vuelta y leí el mensaje que había escrito a mano con bolígrafo azul, solo para asegurarme.

Por favor déjame hacerlo bien, Brittany.

Le envié un mensaje con las manos temblando y un corazón latiendo, por miedo a escuchar lo que él quería decirme, pero sabía que el momento de saberlo había llegado.

Santana estaba en las oficinas, preparándose para su viaje a Switzerland al día siguiente. Tampoco le había hablado sobre el intento de Lance por intentar encontrarse conmigo, en su cama de hospital, y después de mi chequeo prenatal.

Había encontrado que cuanto más tiempo pasase, simplemente no quería sacarlo a la luz.

¿Con qué propósito?

Necesitaba continuar y lidiar con el aquí y el ahora en lugar de morar en la mierda que había ido mal hace años.

No se lo dije a Santana, a pesar de que sabía que probablemente debería haberle dado una advertencia. No estaría cómodo conmigo viendo sola a Lance, y sería excesivamente territorial hasta el punto de cualquier encuentro, incluyendo su presencia, esto lo haría inútil.

No, necesitaba encontrar a Lance por mi cuenta.

Ese era mi territorio.

Mi pasado.

Y yo era la única que necesitaba enfrentarlo, y ponerlo a descansar.

Así que en su lugar le dejé una nota corta en el mostrador de la cocina.

En caso de que llegase a casa antes que yo, encontraría mi nota diciendo que me fui a caminar.

En favor de algo de ejercicio, caminé hasta el Hot Java, la cafetería alrededor de la esquina del apartamento.

Lance llegó antes que yo y estaba esperando en una ventana ladeada, en una mesa para dos. Se veía como lo hizo la última vez que lo vi —completa y totalmente diferente al chico que había conocido hace una eternidad.

En tantas formas que era verdad.
Ahora era una celebridad política, el tatuado, hijo-héroe de guerra del Vicepresidente Electo. También había tenido un escolta esperándole —mayormente del Servicio Secreto, considerando el riesgo terrorista. Para alguien como él, debía ser enorme.

Se veía miserable sentándose frente a mí, y me preguntaba si aún tenía algún dolor físico por su herida.

—Regresaré a los Estados Unidos muy pronto. Representación de orden por la inauguración—se dio golpes en la pierna con un dedo tatuado—Pero extrañaré Londres. Es un buen lugar en el que desvanecerse.

Si, lo es.

—¿Por qué enviaste esa gran donación en nombre de mi papá? ¿Es de verdad algo en lo que quieres gastar tu dinero, Lance?—pregunté, poniendo la bolsa de té de frambuesa en mi taza en un pequeño vértice de lo sobre-estimulante.

Sin importar cuánto había pensado en ello, no podía por mi vida, ver su motivación por el dinero. Así que, todo con lo que me quedaba era la inimaginable idea de que él realmente podría estar arrepentido.

Importa.

Mierda.

Lance miró fuera de la ventana del café, mirando la concurrida calle con tráfico, y los igualmente ocupados peatones del tráfico, arreglándoselas con la llovizna invernal para ir a sus asuntos.

—Gracias por encontrarme, Brittany. Esto es algo que he querido durante mucho tiempo… y además, temido—puso los ojos en negro al mirarme cuando terminó de hablar.

—Dijiste… dijiste que querías decirme lo que ocurrió en realidad en la fiesta—podía sentir a mi corazón latiendo erráticamente profundo en mi pecho.

—Sí—se movió en su asiento y pareció abrazarse a sí mismo por lo que quería decir—Pero primero, quiero que tengas mis más profundas disculpas por cómo te traté, las cosas que te hice, por cuanto te herí. No tengo justificación por todo lo que hice, ni excusas, solo arrepentimiento.

Sus ojos me golpearon, un rastro de anhelo en su expresión, por qué, no estaba segura.

¿Anhelo por mí?

¿Por lo que podría haber ocurrido con nosotros?

—Así que, antes de que te cuente el resto, quería que al menos escuchases esa parte.

Sentí algo extraño más brillante en mi interior, como una grieta cortándose de un lago congelado. No podía siquiera hablar, pero me las arreglé para comprender sus disculpas al asentir con la cabeza.

—¿Viste el video, Brittany?

Asentí de nuevo con la cabeza de nuevo y mantuve los ojos en mi taza de té de frambuesas.

—Una vez. Eso fue todo lo que pude ver…—mi mente se puso en blanco ante las imágenes recordadas que destellaron en mi cabeza.

Los otros chicos, yo siendo usada, la risa, la letras de la canción, el tormento de mi cuerpo con objetos, como me hablaban como si fuera una puta que quería todo lo que ellos me estaban haciendo.

—Lo siento mucho… no tenía intención de ir tan lejos —dijo.

—¿Entonces qué maldita intención tenías al filmarnos?—espeté, levantando la cabeza—¿Siquiera recuerdas lo que ese video me hizo? ¿Cómo cambió mi vida? ¿Qué intenté matarme debido a eso? ¿Eres consciente de todo eso, Lance?

—Sí—cerró los ojos y parpadeó—Brittany, si pudiese regresar… solo… estoy muy arrepentido.

Me senté ahí y lo miré, casi sin creer lo que estaba esperando.

Durante tanto tiempo había entendido mi oscuro lugar por lo que era.

Un hecho malvado, hecho para mí por gente malvada, desprovisto de arrepentimiento, o incluso humanidad por sus acciones. Pero con Lance ante mí, disculpándose con tanta sinceridad, no parecía tan malo para nada… y era un concepto muy difícil de aceptar.

—Entonces… ¿cuál era tu intención esta noche, Lance? Si sientes que debes hacer las cosas bien conmigo, entonces imagino que tendré que intentar escucharlo.

—Gracias —susurró, golpeando la parte superior de la mesa con la mano delicada, rítmicamente, solo sus dedos levantándose y bajando. Los tatuajes que le decoraban cubrían toda la superficie de su mano derecha, un esqueleto de huesos en la mano intercalado con telarañas entre los huesos individuales de los dedos.

Me preguntaba lo que Papi-O pensaba de toda la tinta en su hijo.

Después de un momento comenzó a hablar.

—Fui un completo idiota contigo —comenzó—, sé eso, y no tengo excusas, pero cuando salí de Stanford y averigüé que estabas con otros chicos cuando me fui, enloquecí de celos porque cualquier te tendría. Quería castigarte por ello ya que así es como mi mente funcionaba por entonces—comenzó a girar el pulgar al lado de su taza de café—Me emborraché en la fiesta con la intención de filmarnos teniendo sexo, así te lo enviaría como un recordatorio de que eras mi novia, y nadie más se metía en lo que era mío cuando estaba lejos en la universidad—se aclaró la garganta y continuó—Ese fue el alcance de lo que planeé para el video, Brittany. Nunca lo habría publicado en algún otro lugar, o mostrárselo a otras personas. Era un recordatorio mío… para ti.

—Pero, esos otros… Justin Fielding y Eric Montrose, estaban ahí—no podía mirarlo, así que en su lugar simplemente miré fuera de la ventana a la lluviosa acera y a las personas ocupadas.

Sin embargo, seguí escuchando.

—Sí —dijo con tristeza—Te emborraché, pero estaba incluso más agotado hasta el punto de que pasé después de que… terminé. Esos dos habían venido a casa conmigo durante las vacaciones de fin de semana y sabían que estaba inclinado a enseñarle a mi novia una lección que ella nunca olvidaría. Les dije lo que iba a hacer con el video de sexo. Como un idiota. Era tan arrogante que nunca imaginé que intentarían entrar. Puedes ver con claridad en el video que después de que follo, después de que termino, no estoy de nuevo ahí en la pantalla. Hay un corte en la filmación, y ahí están solo Fielding y Montrose… y tú. Confía en mí, lo vi una y otra vez, horrorizado por lo que hicieron—aparté la mirada de la ventana y estudié su rostro. Encontró mi cabeza sin protegerse. Vi culpa y arrepentimiento en él—Brittany, yo… yo nunca quise…—sabía que Lance me estaba diciendo la verdad—Nos vieron… y entonces cuando me marché, se quedaron al cargo. Ni siquiera recuerdo dejarte en esa habitación de juego, Brittany. Me desperté a la mañana siguiente en la parte trasera de mi coche. El video ya había sido posteado en una página de compartir y era demasiado tarde. Se distribuyó durante todo el fin de semana—se abrazó la cabeza y la sacudió con lentitud—Y esa música que pusieron ahí…

Intenté recordar la secuencia de imaginería, pero había estado tan traumatizada por mi video visto una sola vez, que en realidad no podía sacar muchos recuerdos de la involucración de Lance para nada. Sabía que había estado enfadado conmigo por salir con Sam. Ser una inmadura zorra de diecisiete años no me había dejado con buenas habilidades en donde iba, lo que hice, o con quien lo hice.

Tristemente, aprendí la lección de una forma dura, pero aún era remarcable a escuchar esta nueva información de Lance.

—Entonces, ¿no lo hiciste porque me odiabas? —le hice la pregunta que siempre había querido que se respondiese.

Era lo que nunca tuvo sentido para mí. Habíamos tenido problemas, pero nunca me había sentido odiada por Lance antes de esa noche. El video se había sentido como odio hacia mí por todo el intermedio de siete años, y había sido difícil soportarlo porque era demasiado confuso.

—No, Brittany. Nunca te odié. Creí que me casaría algún día contigo—sus oscuros ojos parpadearon hacia mí, la culpa y tristeza claramente legibles en ellos. Jadeé, incapaz de responder a lo que acababa de decirme. No tenía opción, así que me senté ahí en silencio y lo miré, incapaz de hacer algo más. Deslizó su mano hacia adelante como si fuese a coger la mía, pero la apartó a tiempo, dejando a sus dedos a unas pulgadas de distancia de la mesa. Era tan extraño que cogí mi taza de té y lo sostuve con ambas manos para que pudiese darles utilidad—Intenté llamarte y verte, pero tu papá y el mío, lo detuvieron. Mi papá me informó de que yo moriría antes de que él me permitiese destruir su carrera política. Me retiró de la universidad y me alistó en el Ejército en dos días. Fui enviado en barco hasta el Fuerte de Benning para Entrenamiento Básico, y no había nada que pudiese hacer. Ni siquiera podía llamarte para decirte que lo sentía, o averiguar cómo estabas—extendió la palma arriba en pregunta—Y ahora con las aspiraciones políticas de mi papá… estoy atrapado en todo ello, realizado sin una forma de salir. Y con él en el Ala Este, estoy más atrapado que antes…—se detuvo con tristeza.

Guao.

Solo Guao.

Nunca en mis más salvajes sueños habría imaginado esta realidad. No sabía que decirle, o como responder así que nos sentamos ahí en silencio juntos durante un minuto. Él ni siquiera sabía sobre la otra sórdida historia que conectaba todo el desastre, el motivo detrás de las muertes de Montrose y Fielding, el intento de chantaje de Sam, el asesinato de mi papá, todo era debido al video.

Lance no lo escucharía de mí, tampoco.

Los eventos habían evolucionado, y era el momento de ponerlos en el suelo para bien.

Nunca nada cambiaría mi más grande perdida, devolverme a mi papá.

Mecí mi estómago protectoramente, necesitando consuelo de algo puro e inocente. Con tanta maldad en mis veinticinco años, sin duda podía encontrar algo hermoso y pacífico moviéndose hacia adelante. Y como un mensaje desde arriba, fui recompensada con un pequeño empujón justo debajo de mis costillas como si dijese:

“Aún estoy aquí y sé que eres mi mamá.”

Sí, mi pequeño ángel mariposa, lo soy.

—Entonces, tu vida cambió después de esa noche… al igual que la mía,—dije después de un momento.

—Sí. Las elecciones que hice esa noche cambiaron todo.


***************************************************************************************


Nos despedimos en la concurrida calle con más del medio circo que había experimentado antes, con seguridad, y conductores, y fotógrafos.

En realidad necesitaba regresar al departamento para comenzar la cenar para Santana ya que esta era nuestra última noche juntas durante un fin de semana.

Tenía que marcharse a Suiza muy pronto por la mañana.

Todo el encuentro con Lance había sido un lado bizarro de las cosas, pero me sentí mucho más ligera de culpa después de escuchar su revelación.
Aún avergonzada por mi conocimiento de lo que me llevó a estar en esa mesa de billar hace siete años, pero un gran auto carga me era liberada.

Me sentí tremendamente aliviada, y por primera vez, sentí como la sensación en realidad podría quedarse conmigo.

—Gracias, Lance.

Me miró con curiosidad.

—¿Por qué, Brittany?

—Por hablarme de tu historia. Por algún motivo, me ayuda a dejar ir… eso—descansé la mano sobre mi vientre, incapaz de explicar tal pensamiento privado con algún tipo de comprensión clara, pero lo hacía sentir perfecto para mí—Pronto seré mamá, y quiero que mi bebé tenga una mamá que pueda mantener su cabeza en alto, y que sepa que no hará nada malo, que es una buena persona, quien hizo estupideces a lo largo de una línea de estupideces.

—Eres una buena persona, Brittany… y desafortunadamente todos hacemos estupideces. Y a veces las cosas malas nos ocurren sin ninguna intervención de las estupideces que hacemos—miró a su prótesis.

—¿Qué harás ahora, Lance?

—Regresaré a casa e imagino que ahora puedo hacer lo que terminé con el Ejército. Aprender a vivir con una pierna. Tal vez regresar a la universidad y finalmente graduarme en un grado de derecho.

—Entonces deberías hacerlo, si eso es lo que quieres—sonreí—Apuesto a que a los estirados profesores de derecho en Stanford les encantarán tus tatuajes.

Se rió.

—Sí, tanto como a las personas en D.C., pero es bueno sacudir las cosas una vez en un tiempo—su conductor abrió la puerta del coche, señalando que era el momento de irse.

—Creo que estás siendo convocado—dije, gesticulando hacia el coche.

—Sí—parecía que tenía más que decir mientras sus ojos me estudiaban—¿Brittany?

—¿Sí, Lance?

—Decirte que tú también me ayudaste. Más de lo que nunca sabrás. Merecías escucharlo de mi parte desde hace mucho tiempo. Así que de nuevo, gracias por verme—cogió un profundo respiro como si estuviera reuniendo fuerza—Eres más hermosa ahora que antes, cuanto tenías diecisiete años, y estoy tan contento de verte embarazada. Vas a ser una maravillosa mamá. Y quiero que recuerdes que eres preciosa a pesar de cómo nos vemos a veces. Voy a recordarte justo como eres ahora—finalizó con una sonrisa, pero podía ver como toda la confesión estaba comenzando a llegarle.

Este encuentro había sido emocional para él, para mí, y ahora era el momento de despedirnos el uno del otro.

No estaba muy segura de cómo responder a sus cumplidos, pero de nuevo, eran alentadores al venir de él.

—Te deseo lo mismo, Lance—extendí la mano hacia él—Espero que consigas la oportunidad de perseguir tus propios sueños ahora.

Tomó mi mano ofrecida y se inclinó hacia mí para un medio abrazo, incluso a presionar su mejilla contra la mía. Entonces regresó a la limusina, la ventana tintada tan negra que le hacía invisible para mí en el instante que la puerta se cerró detrás de él.

Y así, Lance Oakley se fue.

*************************************************************************************

La llovizna era extrañamente cómoda de camino a casa.

Me recordaba a los días sombríos a los que aprendí a acostumbrarme cuando el clima aún era nuevo para mí. Al comienzo, cuando primero me trasladé a Londres, extrañé los rayos del sol de California. Pero mientras florecía en mi nuevo ambiente, sumergiéndome con la universidad y las pesadas influencias culturales a mí alrededor, me encantó más la lluvia de Londres. Así que mientras las gotas de llovizna caían sobre mi sombrero morado y bufanda, no me importó ni un poco.

La lluvia siempre se había sentido purificadora para mí.

Caminé más rápido, apresurándome para llegar a casa antes de que Santana descubriese mi ausencia, y la pregunta que haría sobre dónde había estado.
Sabía que aún no estaba lista para hablar de Lance con ella.
Poseía la verdad de lo que me había ocurrido hace siete años en la fiesta, y remolerlo de nuevo en una conversación no era algo para lo que estuviese muy preparada por compartir, incluso con Santana. Ella tendría que entender que necesitaba hacer esto a mi manera, y confiar en mí era la mejor decisión para mí.

Y, en muchas formas, para nosotras.

Santana debería entender el proceso ahora mientras finalmente estaba en terapia de sí misma. Ser forzada a volver a vivir eventos traumáticos no siempre ayudaba a la víctima.

A veces dolía mucho.

Me empujé a través de las pesadas puertas de cristal de nuestro edificio y saludé a Claude mientras me dirigía al ascensor. Presioné el botón y esperé, sintiéndome un poco más sudada ahora que cuando estuve fuera de la lluvia.

Me quité el sombrero e imaginé que ahora llevaba un mega sombrero de pelo, y tuve la esperanza de que no tendría que subirme con alguien, para evitarle a él o a ella la visión de mí.

Las puertas se abrieron y salió una castaña bajita con características asiáticas a la que había visto antes.

Tina Cohen Chang estaba cubriéndose la esquina del ojo con un pañuelo floral, como si estuviera secándose las lágrimas.

Se detuvo abruptamente, dándose cuenta de que la había visualizado, y era demasiado tarde para fingir que no lo hice.

—Oh, Brittany, hola. Soy yo, Tina. ¿Me recuerdas de la boda de Quinn?

—Sí, por supuesto. Te recuerdo. ¿Cómo estás?—lo que realmente quería preguntarle era un poco diferente:

¿Por qué estás saliendo de mi edificio, y estabas arriba con Santana?

Tenía mis motivos para ser precavida con Tina, sin embargo. Los mensajes de Santana en su teléfono eran desagradables, pero cuando ella le llamó más tarde esa tarde, mi intuición de esposa se despertó.

¿Y ahora estaba aquí en nuestra casa encontrándose con ella?
Tenía la sensación de que ella estaba usándole, o posiblemente algo más, y no me gustaba ni una pizca. También sabía cómo de difícil era para Santana interactuar con ella. El peor trauma de Santana había sido la perdida de Mike mientras eran prisioneros. Había sido forzada a ver el asesinato y fue torturada emocionalmente con eso. Era horrible para ella tener que revivir los sucesos a través de Tina cada vez que llamaba, o quería recordar, o lo que maldita sea que ella estuviese intentando hacer con mi esposa.

Posó los ojos sobre mí, posados en mi abultado vientre, y demasiado para mi irritación, el pelo revuelto y la piel mojada.

Sabía que me veía horrible.

—Oh, ahora me voy, pero estoy bien, gracias—parpadeó y miró al suelo.

Sus achinados ojos estaban rojos y a mi parecer había estado llorando.

—¿Estás segura? Te ves molesta.

—En realidad, acabo de dejar a tu esposa, había, algo que necesitaba… darle.

—¿Puedo preguntar lo que era? —pregunté, con audacia.

—Um… creo que tendrías que preguntárselo a Santana, Brittany. No estoy en la libertad de decirlo—sacudió la cabeza y pareció dolida al estar de pie y hablándome.

Tina Cohen Chang estaba resentida conmigo, y si tenía que empujarla más lejos, diría que también se sentía culpable por ello. Tal vez envidiaba la vida que Santana y yo estábamos viviendo juntas… mientras que ella solo tenía recuerdos de Mike.

Exactamente lo que temía.

La sensación de maldecirme no era bienvenida ni complaciente. Me sentía celosa e inútil en el mismo momento. No sabía que decirle por lo que solo asentí y entré en el ascensor.

Tina ya se había marchado cuando las puertas se cerraron.

Cuando llegué al departamento anticipé que Santana estaría ahí quitándose los zapatos, pero no lo estaba.

Las cosas estaban tranquilas.
No era el día de Annabelle así que no estaba esperándola por los alrededores, pero Santana sabía que planeé cocinar esta noche para que pudiésemos tener una tarde tranquila juntas antes de que se marchase a su viaje.

Revisé nuestro dormitorio, pensando que podría estar ahí empacando, pero no lo estaba. Me dirigí a la habitación grande hacia el otro lado del apartamento, cuando olí dientes de ajo. La puerta de su oficina estaba cerrada, pero miré sin tocar.

La habitación estaba oscura a excepción de dos formas de iluminación: el acuario y la punta ardiente de su Djarum Black.

—Estás aquí—mis ojos se adaptaron a la tenue iluminación y capté un destello de su rostro a través de las sombras. Se veía sombría mientras se sentaba ahí fumando en su estudio. No feliz de verme. Sin autentica aceptación—¿Está todo bien? —pregunté, entrando.

—Estás de regreso —dijo perezosamente.

Se sentó ahí mirándome, las brillantes luces del tanque enmarcándole desde detrás, Simba y Dory nadando pacíficamente entre los trozos de brillante coral, mientras ella ignoraba mi pregunta.

—¿Por qué estás sentándote en la oscuridad?—me preguntaba si me hablaría sobre la visita de Tina.

Estaba muy claro que estaba enfadada por eso.

Tenía a fumar después de un mal sueño o un flashback. Encontrar o hablar con Tina parecía traerle el mismo tipo de reacciones de copia, pero ahora fumaba exclusivamente fuera, así que hacerlo dentro de su oficina era la primera pista de que algo no estaba bien. Quería que me hablara sobre sus conversaciones, pero de lejos ella no las habría compartido. No le empujé, como prometí, pero me dolía que Santana al parecer pudiese hablar con Tina sobre cosas que no podía conmigo.

¿Ella podía ayudarla pero yo no?

No estaba feliz con como su acercamiento a Tina me hacía sentir, pero se sentía como que no podía reclamarle o molestarla con ello porque solo haría las cosas más difíciles para ella. Nunca quise ser la responsable por traer a Santana más dolor y estrés que con ella que tenía que lidiar.

—¿Cómo fue tu paseo?—preguntó, apagando el cigarrillo y poniéndose en pie—No te quiero aquí respirando esta mierda.

—¿Entonces por qué estás fumando en casa?—su actitud era muy fría, sentí un temblor de nerviosismo atraparme.

—Mi culpa—caminó hacia mí y me condujo fuera con una  mano en la espalda.

No había resistencia o discusión, podía ver eso simple como el día en la rigidez de su postura mientras se movía a mi lado. Fuimos a la cocina donde me dejó sentarme en el bar. Ella solía sentarse ahí mientras yo preparaba la cena, tanto a trabajar en el portátil como para preguntarme por mi día. Pero no parecía querer hablar cuando puso el teléfono en la encimera de granito con un ruido seco.

Me miró y se cruzó de manos.

Sus ojos me decían que estaba enfurecida, volviéndose aún más  oscuros y agudos.

Tragué e intenté de nuevo.

—¿San, ocurrió algo para molestarte?

Levantó una ceja hacia mí, pero no respondió a la pregunta. Me di cuenta de que no había respondido una sola pregunta de las que le había hecho desde que llegue a casa.

—¿Dónde fuiste a caminar, Britt?—está respondiendo a todo con preguntas por su cuenta.

—Caminé hasta el Hot Java —dije con lentitud, pero teniendo la sensación de que ella ya lo sabía—¿Tienes algo que decirme, San?

—No, Britt, no, pero pienso mucho en lo que haces—cogió su teléfono y levantó la pantalla para que lo viese.

Lance Oakley abrazándome en la calle.
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por micky morales Vie Dic 05, 2014 8:34 pm

vaya esto podria interpretarse de muchas maneras para santana, britt no debio ocultarselo y espero que se de cuenta de ello, ahora estare conectada hasta que actualizes con la esperanza de que no sea todo tan facil para britt!
micky morales
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 3:) Vie Dic 05, 2014 9:10 pm

holap,...

mmm se le viene duro a britt???
se lo tenia que a ver a dicho a san lo de lance,.. a ver si le dice la verdad o no???
que le dejo tina a san???,.. sandia es la frita mas grande va de seguro para ahí jajajajja

nos vemos!!!
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Finalizado Re: FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Epilogo

Mensaje por 23l1 Sáb Dic 06, 2014 7:50 pm

micky morales escribió:vaya esto podria interpretarse de muchas maneras para santana, britt no debio ocultarselo y espero que se de cuenta de ello, ahora estare conectada hasta que actualizes con la esperanza de que no sea todo tan facil para britt!

Hola, mmm osea lo que el paso a britt fue muy fuerte y si ella xfin pudo cerrar su capitulo o su historia y x ahora no lo kiere decir yo creo q san tiene q entender xq ella le sigue ocultando las cosas a britt no¿? dar para recibir, en este caso, creo yo. JAajajaaj aqui otro cap, espero no demorar muxo y no estuvieras nonectada tanto tiempo. Saludos =D



3:) escribió:holap,...

mmm se le viene duro a britt???
se lo tenia que a ver a dicho a san lo de lance,.. a ver si le dice la verdad o no???
que le dejo tina a san???,.. sandia es la frita mas grande va de seguro para ahí jajajajja

nos vemos!!!


Hola, mmm pero britt acaba de cerrar un capitulo o la historia en si y necesita su tiempo no es contar como contar el mismo dia, y creo q san la deberia de entender ella va de goteros contando no¿?. JAJajajajajajaja o no¿? eso seria los 9 meses o zapallo xD. Saludos =D

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Finalizado FanFic Brittana: El Affaire López 4 "Algo Raro y Preciso" (Adaptada) Cap 16

Mensaje por 23l1 Sáb Dic 06, 2014 8:04 pm

Capitulo 16

9 de Enero


Suiza


POV San

El joven príncipe era un hombre del Renacimiento, había descubierto.

Tenía habilidades en las pistas, y con las mujeres también. No era de extrañar que su abuelo estuviera preocupado por él. El muchacho podría muy bien estar en un peligro realmente serio aquí, en XT Europa.

De muerte-por-follar.

La ruidosa folla-fiesta en que se había metido ahora mismo, en el otro lado de la pared, obstruyó mi estado de ánimo aún más. Estaba en un verdadero infierno aquí… el adolescente de al lado seguía en su cogetlón, sin embargo.

Lo que necesitaba era hablar con Brittany y oír su voz. La única cosa que podría hacer los días venideros marginalmente soportables.

No nos habíamos despedido bien en absoluto.

Con una horrible pelea por guardar secretos. Cuando las fotos de su reunión con Oakley me fueron enviadas en un Tweet, recibí la alerta de inmediato.

Estaba totalmente impresionada, por supuesto, pero cuando llegó a casa, y me di cuenta de que no iba a decirme por qué había ido a mis espaldas a encontrarse con el hombre que arruinó su vida y casi la había matado… la perdí.

Perdida.

Exactamente cómo me sentía en este momento, sin mi Brittany. Llené mi vaso de la botella de Van Gogh y tomé un trago.

Mi bebida favorita… cuando la necesitaba.

Seguro como la mierda necesitaba llegar a dormir esta noche si los "oh, mierda sí" y "sí, bebé" no se acababan pronto. Seguramente Su Alteza Real estaría follando una pulgada de su vida pronto, y el silencio podría ser una posibilidad.

Por favor, bendito Cristo.

Brittany no me dijo nada acerca de su visita con Oakley, durante o incluso después de nuestra pelea.

Todavía no sabía por qué había ido a reunirse él.

Puede que nunca lo supiera.

Solo seguía diciéndome la misma cosa una y otra vez.

No puedo hablar de eso ahora, Santana, y vas a tener que aceptarlo hasta que algo cambie para mí.

Cuando la presioné para decirme, se enojó y mordió a cambio con acusaciones acerca de Tina y nuestras reuniones "privadas", diciendo que estaba censurándola para salir a favor de Tina.

¿Lo estaba?

No lo creo, pero luego, cuando Brittany me preguntó por qué Tina había estado en el piso para verme esa noche, no pude decirle.

Aún no estaba preparada.

Su rostro había revelado lo herida que estaba, pero imaginé que el mío lo hacía, también. Nunca antes habíamos estado ni cerca de esta posición en nuestra relación. Ambas paradas sobre nuestra propia tierra, con silenciosos asuntos que habían dado forma a gran parte del modo en que habíamos sido hechas.

Eso malditamente apestaba.

Creo que podríamos haber arreglado las cosas si hubiéramos tenido más tiempo.

No habíamos tenido tiempo, sin embargo. Tuve que venir a este trabajo de mierda y dejarla atrás, embarazada y triste, y sola.

Bueno, no totalmente sola.

Quinn y Rach mantenían una estrecha vigilancia en ella por mí.

Mi Brittany y yo teníamos que concederle seria atención a nuestros problemas cuando volviera, y le había dicho lo mismo cuando tuve que salir muy temprano a la mañana siguiente.

Tenía lágrimas en los ojos, estaban rojos e hinchados, cuando asintió y estuvo de acuerdo conmigo. Cuando besé sus dulces labios en un adiós, se fundieron bajo los míos y sus brazos subieron para abrazarme fuertemente contra su aromática suavidad.

Odiaba a alejarme.

Tuve que hacerlo, sin embargo, y malditamente dolió tener que hacerlo.

Tenía fe en que resolveríamos nuestras diferencias, y trabajaríamos en las dudas que ambas estábamos cargando.

No aceptaría ninguna otra alternativa.

Ella me cogió el rostro con las manos y me dijo:

—Vuelve a mí—sabía que sus palabras significaban algo más que mi presencia física.

Entendía lo que quería decir.

—Nada podrá alguna vez detenerme de volver a ti—dije—O a ti, pequeñín—susurré contra su vientre.

Y creía en eso.

Los golpes que me despertaron no fueron del tipo agradable. De hecho, quien sea que estuviera haciéndolo puede que necesitara una lección de etiqueta, a través de mis puños si no se jodidamente detenían ya.

—¡Santana! ¡Levántate, mujer! ¡Queremos ir a hacer esquí de travesía!

Parpadeé al el reloj de la mesilla. 3:12 a.m. Tropezando fuera de mi cálida cama, abrí la puerta para encontrar a mi joven carga preparado y sonriendo ampliamente.

—¿Ahora?—ladré—¿Vas a subir ahora, Rory?—podría haber esperado estar soñando que él se encontraba frente a mí, pero por desgracia, sabía que no lo estaba.

Él se echó a reír:

—Sí, mujer, adáptate. Es un día muerto de otra manera. Nos iremos ahora y podremos estar en la cima para la luz del día. Tengo que descargarme un poco antes de mañana.

—¿No lo has hecho ya? ¿Qué fue todo el jaleo de la follada de antes, entonces?—era una pregunta válida.

Cuándo carajo dormía este niño era otra. Tenía el mundo a sus pies con su dinero, buena apariencia, estatus real, y además una celebridad. Lo tenía todo a su favor.

Realmente no podía culpar a Rory por nada de eso, pero él se las había arreglado para molestar la jodida mierda fuera de mí.

—Eso fue solo mi historia antes de dormir—se encogió de hombros con alegría y se tambaleó sobre los dedos de los pies, luciendo raro y ansioso por ponerse en marcha.

Dudaba altamente que estuviera bajo el efecto de algo porque si él lo estuviera sería desclasificado por dopaje y su carrera con el snowboard terminaría.

Creo que era solo su exuberancia natural... y el tener jodidos diecinueve años.

Buen Dios de los Cojones.

Si nuestro hijo es así de hiperactivo, estoy jodida.

Bien podría arrastrarse a una muerte temprana y acabar de una vez.

Sacudí la cabeza hacia él y rodé los ojos.

—Dame un minuto para reunir mi equipo, ¿de acuerdo?

—Claro que sí, mujer—sonrió de nuevo, y por primera vez en mi vida me sentí bastante vieja.

Rory y su séquito de cuatro compatriotas eligieron la nieve profunda, no muy lejos fuera de pista, pero no permití que eso me diera una falsa sensación de seguridad, porque era muy consciente de que había riesgos al hacerlo. Les dije directamente antes de salir, que tuvieran las palas y el kit de sogas en sus paquetes, además de sus balizas con ellos. Había visto cómo la gente se vuelve eufórica en el esquí de travesía, y perdía de vista el peligro.
La acumulación de nieve podría cambiar tan rápidamente, y un lapso de solo algunos pocos metros podría tener diferentes condiciones. Había sido testigo de los esquiadores en las laderas justo al lado de avalanchas deslizantes como si fuera una cosa completamente normal de hacer. Algunos terminaron muertos al final, de justo ese tipo de mentalidad, también.

—Recuerden lo que dije… dirijan su tabla de esquí hacia cualquier árbol o a la cresta de la montaña si escuchan un sonido rugiente detrás de ustedes—miré fijamente a cada uno—Y no detengan su ritmo. Sigan adelante, no importa qué—Rory se carcajeó, sus ojos riéndose de mí.

—Sí, Mamá—dijo.

Me di cuenta de que el color de sus ojos era como los de Brittany… cambiaban de azul a celeste con la luz, y con diferentes tonos de ropa.

Eso me hizo extrañarla aún más.

—Lo digo en serio. No la jodas cuando venga una avalancha.

La tercera fuera de pista que eligieron no era un buen prospecto.

Les dije que no.

El exceso de polvo fresco, con poco tiempo para instalarse, se igualaba demasiado al riesgo.

Los muchachos no estaban de acuerdo, y estaban empeñados como el infierno en ir hacia abajo. Lukas y Tobias gritaron las primeras pistas y salieron antes de que pudiera gritarles que volvieran. Carla y Felix comenzaron justo detrás de ellos.

—Lánzate, Santana… si no es ahora, ¿cuándo?—gritó Rory alegremente antes de zarpar hacia abajo, su chaqueta verde neón a mi vista.

Mi elección fue hecha por mí en ese momento y tuve que seguirlo.

No estoy seguro de quién lo desencadenó, pero oí el rugido antes de que viera la nube.

Malas noticias.

Corté hacia un matorral de árboles y cogí el más grande que pude encontrar y me aferré.
Una agitada ráfaga de nieve me despegó del árbol y me envió de culo por la montaña. Perdí la vista de alguna cosa, o alguien, y solo podía rezar para que los muchachos estuvieran viajando por los lados hacia lo seguro.

Fui sacudida violentamente debajo de la cintura, escuché un chasquido.

No había dolor, solo una conciencia de llegar a descansar en un afloramiento de roca. Un voladizo me salvó de ser enterrado por la segunda ola que siguió un minuto más tarde.

Cuando abrí los ojos pude ver el cielo, eso era una buena señal. Significaba que no estaba enterrado bajo un metro de nieve.

Podía respirar.

Miré hacia abajo y descubrí a qué se debió el sonido chasqueante.

Mi bota izquierda había girado 180 grados. Sabía que era muy probable que hubiera sufrido una fractura abierta.

Mierda.

Luché para sentarme y hacer un balance de mi ubicación.

Había sido empujado muy lejos de la diapositiva principal, mi campo de visión no ofreció más allá de franjas en blanco. Gotas brillantes de color rojo salpicaron en la nieve.

Sentí un cosquilleo a lo largo del lado de mi cara, pero no podía decir a través de los guantes de dónde provenía la sangre.

El primer asunto era activar la baliza, así que lo hice, y luego revisé mi pierna.

La jodida cosa estaba tan golpeada.

Esquiar no iba a suceder.

La tabla de esquí estaba perdida de mi voltereta por la montaña.

Tomé una respiración profunda y agarré mi pantorrilla. Conté hasta tres, y torcí a donde se suponía que debía estar... y me desmayé.

Mucho frío.

Registré la temperatura helada, pero no tenía idea de cuánto tiempo había pasado.

Podrían ser minutos. U horas.

Probablemente no horas, sin embargo. Estar horas aquí me mataría de hipotermia.

¿Estaba muriendo?

No.

¡No!

Me negué a creer que lo estaba.

Mi cuerpo podía soportar más que esto, lo había hecho en el pasado.

Era fuerte.

No podía morir.

Tenía que volver a Brittany... y nuestro bebé.

No podía dejarlos solos.

Ambos me necesitaban.

Le prometí que volvería.

No iba a morir aquí.

Todo lo que necesitaba era entrar en calor.

Calidez.

Brittany era cálida.

El lugar más cálido que podía imaginar era a Brittany envuelta a mí alrededor cuando estaba haciendo el amor con ella. Brittany era mi lugar cálido y seguro, desde el primer momento. Y aunque mi mente consciente no lo supo en ese momento, mi corazón ciertamente lo hizo.

Fui a donde yo podía sentir su calidez…



...Lo supe en el momento en que entró a la habitación. La verdadera Brittany Pierce era aún más cautivante en carne y hueso que en su retrato, el que gratamente, ahora me pertenecía.

Ella tomó un sorbo de una copa de champán y estudió su imagen en la pared de la galería.

Me pregunté cómo se veía a sí misma.

¿Era confiada?

¿Implacable?

¿O algún punto intermedio?

—Ahí está mi chica—dijo Anderson, abrazándola por detrás—¿Es imponente, no? Y tienes los pies más bellos que cualquier mujer en el planeta.
 
—Todo lo que haces se ve bien, Blaine, hasta mis pies—se dio la vuelta y le preguntó—¿Así que, ya vendiste algo? Permíteme parafrasear. ¿Cuántos has vendido?

Podía oír todo lo que se decían el uno al otro.  

—Tres hasta ahora y creo que éste se irá muy pronto—dijo Anderson—No seas obvia, ¿pero ves a la tipa latina en traje gris, de cabello negro, hablando con Carole Andersen? Es interrogada. Parece que ha sido atrapada por tu maravilloso y desnudo ser. Probablemente se irá para una buena sesión de toqueteos tan pronto como pueda conseguir el lienzo para ella sola. ¿Cómo te hace sentir eso, Britt cariño? Alguna persona rica linda tocándose ante la vista de tu belleza sobrenatural.

Malditamente lo deseaba.

Se quedarían con él durante seis largos meses.

—Cállate, eso es desagradable. No me digas cosas como esa, o voy a tener que dejar de tomar trabajos—ella sacudió la cabeza hacia él como si estuviera chiflado—Es una malditamente buena cosa que te quiera, Blaine Anderson.

—Es cierto, sin embargo—divagó Anderson—, y esa tipa no ha dejado de mirarte desde que llegaste aquí. Y ella no es hetero.  

—Te irás al infierno, Blaine, por decir esas cosas—le dijo mientras levantaba la vista y me revisaba. Podía sentir sus ojos en mí, pero seguí mi conversación con el director y aparenté indiferencia.

—Estoy en lo cierto, ¿eh?—le preguntó Anderson.

—¿Sobre lo de masturbarse? ¡No es posible de ninguna manera, Blaine! Es demasiado hermosa para tener que recurrir a su mano para tener un orgasmo.

Oh, mierda.

No pude evitar mirarla entonces.

Era imposible apartar la vista cuando acababa de oír esas palabras salir de su boca.

A ella le gusta lo que ve.

Las referencias a mis manos y masturbarme —por ella— y un plan de juego totalmente nuevo se reorganizó en ese momento. Tenía que conocerla esta noche, y eso era todo lo que había.

Pero ella se asustó, se bebió su copa de champán, y se despidió de su amigo.  

Espera, no te vayas todavía.  

La vi contemplar la posibilidad de llamar a un taxi o caminar. Sus piernas eran largas y jodidamente magníficas, cualquiera podía ver eso, y cuando se volvió hacia la estación, supe que había tomado su decisión.

No podía permitirlo.

Si alguien estaba detrás de ella, tendría la oportunidad perfecta mientras caminaba sola, y el pensamiento de que alguien quisiera hacerle daño hizo algo a mi interior que nunca había sentido antes.

—Es una muy mala idea, Brittany. No te arriesgues. Déjame llevarte.  

Se quedó inmóvil en la acera, y se volvió rígidamente para enfrentarme.  

—No te conozco en absoluto —dijo.  

Lo harás, hermosa chica americana… lo harás.

Le sonreí e hice un gesto hacia el Rover, ni siquiera muy consciente de qué carajo estaba haciendo.  

Solo necesitaba estar más cerca.

Pero ella tragó profundamente y tomó una postura defensiva, y llamó mi atención.

—Incluso me llamas por mi nombre, y… ¿y esperas que me meta en un auto contigo? ¿Estás loca?

Casi loca.

Me acerqué y le ofrecí mi mano.

—Santana López.

—¿Cómo es que siquiera sabes mi nombre?—dios, amaba el sonido de su voz... sexy como el infierno—Acabo de comprar el Reposo de Brittany de la Galería Andersen por una buena suma no hace ni quince minutos. Y estoy bastante segura de que no estoy mentalmente deteriorada. Suena más PC que loco ¿no crees?

Ella tentativamente alargó la mano.

La tomé.

Me agarré de ella y cubrí su mano con la mía.

En el instante en que nuestros cuerpos se tocaron algo pasó dentro de mi pecho.

Una chispa, calor… no sé qué, pero era algo.

Dios, sus ojos eran inusuales.

No podía decir cuál era precisamente su color.

No me importaba, sin embargo, solo quería mirarlos durante un jodidamente largo tiempo y averiguarlo.

—Brittany Pierce.

—Y ahora que nos conocemos, como Brittany y Santana—hice un gesto con la cabeza hacia el Rover—.¿Me permitirás llevarte a casa?  

Tragó saliva de nuevo, su adorable cuello moviéndose en un tirón lento.  

—¿Por qué te preocupas tanto?  

Respuesta fácil, esa.  

—¿Porque no quiero que nada te suceda? ¿Porque esos tacones se ven encantadores al final de tus piernas, pero será un infierno caminar con ellos? ¿Porque es peligroso para una mujer estar sola durante la noche en la ciudad?—no pude evitar mirarla, de la cabeza a la punta de los pies, para justificar mi punto. Ella debía saber lo jodidamente caliente que era—Especialmente una que luzca como tú, Señorita Pierce.  

—¿Qué pasa si tú no eres segura?  

Si ella supiera por qué estaba aquí.  

Me pregunto qué me diría entonces.  

—Todavía no te conozco, o alguna cosa de ti; o si Santana López es tu verdadero nombre.  

La Señorita Brittany Pierce era una chica inteligente.  

Admiraba su honestidad y reticencia en no ceder a subirse al auto de una completa desconocida, sin tener ningún problema con ello. Era la hija de Tom Pierce después de todo.  

—Hay un punto en eso. Y es uno que puedo corregir fácilmente—le mostré mi carné de conducir y le entregué una tarjeta de negocios—Puedes conservarla—le dije—Estoy muy ocupada con mi trabajo, Señorita Pierce. No tengo absolutamente nada de tiempo para una afición como ser una asesina en serie, se lo prometo.  

Ella se echó a reír.  

Era el sonido más jodidamente hermoso que había escuchado alguna vez.  

—Bien hecho, Señorita López—apartó mi tarjeta, y luego dijo algo que realmente me complació—Bien. Puedes darme un aventón.

Oh sí, Britt, puedo.  

Los pensamientos de cómo podría darle un aventón hizo que me excitara y tomara nota.  

No pude evitar mi sonrisa.  

La Señorita Pierce no tenía absolutamente ninguna idea de lo que estaba haciéndome con sus comentarios inocentes. Si alguna vez tenía la oportunidad de darle un aventón en mi cama, sería uno largo y memorable con seguridad, porque no llevaba mujeres a mi cama. Creía que ella podría ser la excepción a mi regla, sin embargo.  

¡¿Qué en la puta madre está mal contigo?!  

Pensé, mientras ponía la mano en su espalda y la llevaba hacia el Rover.  

Me gustó cómo me permitió hacerlo.  

Y por fin pude olerla.  

Florido y malditamente increíble.  

Me pregunté si el olor era perfume o algo que usaba en su cabello.  

Fuera lo que fuera, quería enterrar mi nariz contra su cuello y obtener una bocanada de ello… olía tan bien para mí.  

La acomodé en su asiento, y sentí emoción una vez que me encerré con ella.  

Tenía a esta hermosa chica sola en mi auto, conmigo.  

Estaba a salvo y nadie iba a llegar a ella mientras caminaba sola en la oscuridad.  

También podía hablar con ella y escuchar su voz. Podía olerla, y mirarla, admirar sus largas piernas dobladas en el asiento de al lado, e imaginar cómo sería tener esas hermosas piernas divididas a ambos lados de mi sexo.  

Le pregunté dónde vivía.  

—Plaza Nelson en Southwark.

No la mejor locación, pero podría ser peor.  

—Eres americana —dije, sin pensar en nada mejor.  

—Soy holandesa, pero me fui a vivir muy chica a Estados Unidos, y ahora estoy aquí con una beca de la Universidad de Londres. Programa de postgrado.

Sabía eso, por supuesto, pero realmente quería saber acerca de su otro trabajo.  

—¿Y el modelaje?  

Mi pregunta la aturdió.

Comprensible, supuse.

Sabía cómo se veía desnuda.

Jodidamente espectacular.

—Um, yo… posé para mi amigo, el fotógrafo, Blaine Anderson. Él me lo pidió, y ayuda a pagar las cuentas, ¿sabes?  

—En realidad no, pero amo ese retrato tuyo, Señorita Pierce—mantuve mis ojos en el camino.

No le gustaba que la interrogara.

La ponía a la defensiva.

Lo juro, literalmente chisporroteaba en su asiento antes de dejarme tenerlo.

—Bueno, mi propia corporación internacional nunca llegó como la suya, Señorita López. Recurrí al modelaje. Me gusta dormir en una cama en lugar de un banco del parque. Y el calor. ¡Los inviernos aquí apestan!  

Oh, mierda, sí, ella es increíble.

—En mi experiencia, he encontrado muchas cosas aquí que apestan—miré y fijé sus relucientes ojos, bajando a sus labios, imaginándolos envueltos alrededor de mi pene, disfrutando profundamente agitarla por mi respuesta.  

—Bueno, estamos de acuerdo en algo, entonces—se frotó la frente y cerró los ojos.

—¿Dolor de cabeza?

—Sí. ¿Cómo lo supiste?

Tuve la oportunidad de tomar otra mirada larga y pausada de ella.

—Simplemente una suposición. Sin cena, solo el champán que te tomaste en la galería, y ahora ya es tarde y tu cuerpo se está levantando en protesta—incliné la cabeza—¿Cómo lo sabría?

Ella me miró como si se le hubiera secado la boca.

—Solo necesito un par de aspirinas, un poco de agua y estaré bien.

Eso no era bueno en absoluto.

—¿Cuándo fue la última vez que comiste algo, Brittany?

—Así que, ¿volvemos a los primeros nombres de nuevo?

Sí, lo estamos, Britt.

No me gustaba que ella no cuidara de sí misma. Tenía que comer como todos los demás. Después de un momento, dijo algo acerca de preparar comida cuando llegara a casa.

¿A esta hora de la noche?

Por el amor de la mierda, eso simplemente no iba a suceder, Brittany.

Entré en una tienda de esquina y le dije que se quedara en el auto, que estaría de vuelta. Le conseguí una botella de agua, un paquete de Nurofen y una barra proteínica que parecía agradable al paladar. Solo esperaba que los aceptara de mí.

—Qué necesitabas conseguir en la tienda…

Sin preocuparse. Tomó el agua tan pronto como la vio y empezó a beber.

Quité las píldoras del paquete para ella y las sostuve en mi mano abierta. Tomó esas también y las tragó, drenando la botella rápidamente. Dejé la barra proteínica en su rodilla.

—Ahora cómelo… por favor.

Ella suspiró un largo y estremecedor aliento, que hizo que mi pene se contrajera de nuevo, y abrió la barra lentamente. Pero algo cambió en su actitud cuando le dio un mordisco y comenzó a masticar. Sentí la melancolía en ella cuando bajó la cabeza y susurró:

—Gracias.

—El gusto es mío. Todo el mundo necesita lo básico, Brittany. Alimentos, agua... una cama. No respondió a mi sutil reprimenda.

—¿Cuál es tu dirección real? —pregunté.

—La 41 de Franklin Crossing.

Me dirigí de nuevo a la carretera y en un momento, oí su móvil chirriar. Respondió a un texto y pareció relajarse un poco después de eso. Algunos momentos más tarde, cerró los ojos y se durmió.  

Tenerla cómoda y sintiéndose a salvo conmigo, volcó una especie de interruptor en el interior de mi cabeza. No podría decir qué exactamente, porque era algo que nunca había experimentado antes. Solo sabía me gustaba malditamente ese sentimiento.

Hice algo imprudente entonces.

No estaba orgullosa de lo que hice, pero eso no me impidió hacerlo.

Tomé cuidadosamente el móvil de su regazo y llamé a mi número con él.  

—Brittany, despierta—me incliné y toqué su hombro, hablándole lo suficientemente cerca como para oler su aroma natural.

Sus párpados temblaron erráticamente, las largas pestañas barriendo sobre la piel cremosa con una pizca de aceite de oliva en ella. ¿Estaba soñando? Sus labios eran finos y de un rosa claro, apenas se separaban cuando respiraba.

Unos mechones de su largo cabello rubio caían sobre una mejilla. Quería levantar a mi nariz y olerlo.  

Sus ojos se abrieron, abriéndose amplios cuando fue consciente de mí.  

—¡Mierda! Lo siento, yo… ¿me quedé dormida?—forcejeó con el pestillo de la puerta frenéticamente, el sonido del pánico en su voz.  

Cubrí su mano con la mía y le calmé.

—Tranquila. Estás a salvo, todo va bien. Solo te quedaste dormida, es todo.  

—Está bien... lo siento—ella jadeó profundamente, miró por la ventana, y luego de nuevo a mí con cautela.  

—¿Por qué sigues pidiendo disculpas?—parecía muy sacudida, y no quería nada más que calmar sus temores, pero al mismo tiempo… estaba molesta con la extraña sensación de que no tenía absolutamente ninguna razón intencionada de estar sintiendo eso.  

—No lo sé —me susurró.

—¿Estás bien? —sonreí, esperando no estar asustándola.

No me gustaba la idea de ella teniendo miedo de mí, pero quería que me recordara después de esta noche.

Quería que confiara en mí, también.  

—Gracias por traerme. Y el agua. Y el otro…

La interrumpí, sabiendo que tenía que hacerme cargo para que hubiera una nueva oportunidad para encontrarme con ella otra vez.

—Cuídate, Brittany Pierce—abrí la puerta—¿Tienes tu llave lista? Voy a esperar hasta que estés dentro. ¿Qué piso es?

Sacó la llave de su bolso y puso su móvil dentro.

—Vivo en el estudio del departamento superior, quinto piso.

—¿Compañero de cuarto?

—Bueno, sí, pero ella probablemente no está adentro.  

¿Qué estaba pensando?

Quería saber lo que ella pensaba de mí, si estaba interesada en saber algo más acerca de mí.

—Esperaré a que la luz se encienda entonces —dije.

Ella abrió la puerta y salió.

—Buenas noches, Santana López—me dijo antes de cerrar la puerta.

La seguí con la mirada mientras se dirigía a la puerta, usó su llave y entró.

Esperé hasta que vi la luz encenderse en su apartamento del quinto piso antes de arrancar.

No sabía exactamente lo que sentía, o lo que podría suceder mientras me alejaba de su casa.

Pero sabía esto: Vería a Brittany Pierce de nuevo.

Más que definitivamente. No había otra opción que aceptara al respecto…



Sonreí para mí misma, porque ya no me sentía el frío.

Mi pierna dolía, pero sabía que realmente no importaba ahora. Me sentía cálida, y estaba en mi lugar seguro con mis recuerdos de Brittany, donde todo era bueno y correcto.

Ella era mi luz y lo había sido desde el primer momento en que miré en su belleza.

Me había amado y mantenido entera, cuando yo no creía que fuera posible para alguien lograr ese milagro.

Íbamos a tener un bebé pronto.

Pensar en nuestro bebé me ponía feliz, pero muy triste al mismo tiempo.

No podría ver a mi hijo en el lugar al que iría.

Él o ella nunca me conocerían.

Pero Brittany le contaría a nuestro hijo o hija acerca de mí.

Sería una mamá maravillosa.

Ya lo era.

Brittany era buena en todo lo que hacía y la maternidad no sería diferente.

Sabía que no había mucho tiempo para mí.

No podría mantener mi promesa.

Eso arrancó a mi corazón, peor de lo que cualquier cosa podía.

Le había prometido que volvería a ella.

Había dicho que nunca nada podría evitar que volviera a ella.

Desesperadamente quería decirle lo mucho que la amaba, y lo feliz que me había hecho en nuestro tiempo juntas.

¿Cómo podría desaparecer, sabiendo que había sido amado por la mujer más perfecta del mundo?

Que ella era la única persona que realmente vio dentro de mi oscura alma para encontrarme… y todavía me hacía sentir como si hubiera ganado la jodida lotería nacional de la vida.

No me dolía tanto saber que mi vida iba a ser corta.

La plenitud estaba en saber que Brittany había sido una parte de ella.

Brittany era mi vida.

La última pieza de mi rompecabezas, que finalmente me había completado.

Solo necesitaba una forma de decírselo, de alguna manera, para que no se preocupara por mí. Quería que supiera lo feliz que fui al final de mi vida... porque había sido bendecida con el raro y precioso regalo... de amarla.

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Hola, bueno solo escribo para decir que solo quedan 4 capitulo más el epílogo, es decir, solo los últimos 5 caps para el final esta linda historia. Saludos =D
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