Segunda guerra (BRITTANA)

¡Hola! Tengo tiempo leyendo los fanfics de esta pagina y pues me anime a hacer uno. Les enseño la sinopsis y si les agrada lo comienzo!




Santana López es una hermosa joven gitana trabajando en la cocina de un campo de concentración nazi donde la hija del general Franz Pierce es la encargada de mantener el orden. Hay mucho rencor, desprecio y ¿pasión? entre ambas jóvenes que apenas están empezando a vivir la segunda guerra mundial.

Me encanta, cuando podre leer tu primer capitulo
Tengo una duda Brittany, es un soldado o no

holap,...

se ve interesante!!!!
quiero el primer cap!!!!

nos vemos!!!!

JanethValenciaaf escribió:Me encanta, cuando podre leer tu primer capitulo
Tengo una duda Brittany, es un soldado o no

Ya esta el primer cap!! Ya veras si sera soldado o no

Puedo decirte que te amo desde ya por compartir este ff tan genial??????
*-------*

Esto es diferente & además la forma tan clara, ordenada de escribir me encantan....
Además que tienes conocimiento sobre el tema, no? Yo apenas & lo entiendo xD Jeje

Sólo espero tener un final feliz *--* por favor, si?
Ya estoy ansiosa de leer, no te tardes por fis :3

Saludos :)

Me encanto!!!!!!! Ese puck es un diablillo' jajajjajajajja
Espero más de tus capitulos , señorita

Elita escribió:Puedo decirte que te amo desde ya por compartir este ff tan genial??????
*-------*

Esto es diferente & además la forma tan clara, ordenada de escribir  me encantan....
Además que tienes conocimiento sobre el tema, no? Yo apenas & lo entiendo xD Jeje

Sólo espero tener un final feliz *--* por favor, si?
Ya estoy ansiosa de leer, no te tardes por fis :3

Saludos :)

Jajajaja, gracias! Pues sí tengo conocimiento y ademas estoy investigando para que las fechas coincidan con la historia! Gracias por leer!

JanethValenciaaf escribió:Me encanto!!!!!!! Ese puck  es un diablillo' jajajjajajajja
Espero más de tus capitulos , señorita

Gracias!!! Espero que te siga gustando

Brittany era una jovencita prodigio del baile, pero por órdenes de su padre tuvo que alistarse en el ejército, él ahora era un hombre con mucho poder, su hermano Sam también lo era.
- ¿Sabes, Quinn? Esta no es la vida que quería – Dijo Brittany acostándose con fastidio en su cama.
- Lo sé, pero lo haces por Alemania, también por el Reich, ¿eso no te motiva?
- Claro que sí
La  verdad es que odio esto.
- ¡Pues vamos! Alégrate. Ojala yo tuviera la edad para alistarme, me encantaría servir a mi patria.
A Brittany nunca le agrado la manera en que el gobierno de Hitler se manejaba, pero ¿Qué podía hacer? Solo tenía 17 años y era una chica.
Por otro lado, toda su familia estaba enamorada del sistema político nazi, su hermano era un soldado, y su padre un político muy prominente, Quinn servía como enfermera para los soldados.

- ¡Suéltenlos! ¡Déjenlos ir! – Gritaba Santana cuando vio a cinco soldados alemanes llevándose a su familia con una crueldad inhumana.
- ¡Cállate, puta gitana!– dijo uno de los soldados en tono lascivo, comiéndose con la mirada a Santana.
Santana se había convertido en una hermosa adolescente, su cuerpo era atlético y tenía un bronceado que hipnotizaba.
- Por favor, déjenlos… - Repetía mientras el carro se alejaba con su familia, ella sabía muy bien la suerte que tenían los gitanos en el tercer Reich.
- Ahora, mi pequeña gitana, tú y yo nos vamos a divertir un montón. – La mirada azul de ese hombre se volvió tan oscura como el océano – ¡Eres muy guapa!
Pierce, eso leyó Santana en la placa del soldado nazi, por el uniforme noto que pertenecía a las SS.
- ¿Qué quiere de mí? – Ya Santana no tenía más fuerzas para pelear ni llorar, se sentía como un pañuelo lleno de dolor, llena de nada.
- ¿Cuántos años tienes? ¿Eh? – Se reía Sam tratando de tranquilizar a la joven.
- Diecisiete.
- ¡Eres una bebé! – Pensó que su hermana tiene la misma edad que esa joven, la imagen de Brittany borro toda la energía sexual en él. – Vamos, te voy a ayudar un poco ¿Qué tal? La vida no siempre es una mierda.
Santana no entendió lo que decía ese hombre, no podía comprender lo que le pasaba, de un momento a otro paso de estar sentada con su familia a estar sentada en un auto rumbo a un lugar desconocido. Veía por la ventana la miseria que llenaba las calles, su vida era una miseria desde que mataron a Puck dos años atrás, pero habían logrado pasar esa experiencia, y ahora todos estaban camino a un campo de concentración. Todos.
Estoy sola, mis hermanos… mis padres. Se han ido.

Brittany debía ir a un campo de concentración para su nuevo trabajo, su misión era vigilar y cuidar a las cocineras, normalmente eran judías jóvenes las que trabajaban ahí, su trabajo se basaba solo en ser el ente agresor, ella lo sabía.
- Solo debes cumplir órdenes, no es para tanto – dijo su novio Arnold, un cabo de 22 años, muy grande y muy rubio, tenían dos años saliendo gracias a la ayuda de su padre, pero a Brittany no le interesaba aquel joven, ella estaba interesada en la hija de su ama de llaves, Tatiana, una francesa castaña muy bien dotada, quizás un poco regordeta.
Algún día estaré lejos de todo esto.
- ¿Me estás oyendo? – Dijo Arnold mientras bebía té
- Claro.
- Ojala fueras tan apasionada como Quinn, esa niña sabe lo que quiere.
- Es demasiado joven para entender ciertas cosas.
- Hablemos de otra cosa… - Replico Arnold al notar el fastidio en el tono de voz de Brittany - ¿cuándo tú y yo, ya sabes, haremos el amor?
La pregunta la tomó por sorpresa, no supo que responder, cada musculo de su cuerpo se tensó al pensar en el contacto con Arnold.
- Señorita Pierce, su madre la solicita – Dijo una sudada Tatiana
- Debo irme, lo siento. – Dijo Brittany besando la pálida mejilla de Arnold.
Salió dando grandes zancadas detrás de Tatiana, que al parecer iba hecha una furia.
- Ya sabes que me enferma Arnold, ¿cuándo lo dejaras?
Nunca
- Lo siento, sabes que no puedo – Tomo la mano grande de Tatiana – Ven, dame un beso.
Los besos de Tatiana eran buenos, suaves y sabían a pasión.
- Quiero hacerte el amor, Brittany.
De nuevo el cuerpo se le tenso a la rubia al pensar en perder su virginidad. ¿Quería a Tatiana? Sí. ¿Quería regalarle ese momento? No sabía.
- Además, ya casi te vas de la ciudad y no sé cuándo te veré… - Tatiana comenzó a besarle el cuello dejando gotas de sudor en la camisa blanca de Brittany.
Debo hacerlo. ¿Debo?
Brittany se dejó tocar por una experimentada y lujuriosa Tatiana hasta que oyó el ruido de unos pasos que se acercaban con rapidez
Quinn
- ¡Brittany! Dios, te estaba buscando por todos lados. ¿Estabas con Arnold? Buenas tardes, Tatiana.
- Me retiro señoritas, buenas tardes. – Tatiana de nuevo estaba con un mal humor palpable.
- Sí, estaba con él. ¿Cómo te fue en el hospital?
- Amo lo que hago, y todos mis días son buenos sirviendo a mis soldados y a Alemania.
- Lo sé.
Pequeña fascista
Brittany se sentía rata entre los Pierce, no le agradaba la idea de que indirectamente su apellido y sus manos estaban manchados de sangre inocente.
- Sam me llamo hoy, iras a trabar con él en el campo que tiene bajo su mando, es bastante tranquilo, solo un puñado de judíos y unos pocos gitanos.
Brittany se llenó de tristeza al escuchar eso, ¿Cómo podían matar personas solo por su raza?

Santana tenia unos días trabajando en una cocina para un monton de alemanes, irónicamente, trabajaba para los asesinos de su familia.
¿Estaran vivos?
Ese pensamiento rondaba su mente todos los días, a cada hora. Su rostro ya no mostraba ni un rastro de luz, no había nada más que ojeras y dolor. La única persona con la que compartia era una joven judía de 15 años, Sara.
- ¿No sabes nada de tu familia aún?
- No.
¿Cómo iba a saber algo? ¿Cree ella que todos están de vacaciones?
Sara era una huérfana, así que, no estaba muy consciente de que pasaba afuera de su pequeña mente.
- Háblame de ti, Santana. Dijo muy risueña Sara.
- ¿Qué quieres saber?
- No sé, ¿tienes novio?
¿¡Novio!?
- No, Sara. Apenas si tenía tiempo para dormir.
La juventud de Santana había sido dura, debía cuidar a sus hermanos mientras Puck y su padre trabajaba. Al morir Puck ella debió cubrir su lugar. De por si era muy difícil para ellos mantenerse en Alemania.
Esa mañana fría y gris, se escuchaban muchos gritos afuera, Puck había salido a trabajar, su padre estaba enfermo así que no pudo ir con él. Todos se escondieron en el ático cuando escucharon a los soldados llegar. Solo gritos y disparos, no había nada más fuera de las paredes… Puck nunca llegó.  
Yo era la mayor, yo debí morir ese día.
Las jóvenes escucharon venir a la soldado Kähler, era una mujer que parecía de 40 años, bastante malhumorada, y solía golpear a las chicas por la más mínima cosa. Ellas no podían hacer nada, eso significaría la muerte. Y Santana quería vivir, vivir para ir por su familia o lo que quedara de ellos.
- Sucias niñas, les tengo malas noticias – Dijo la soldado con risa de autosuficiencia
Golpes.
- En la tarde llegara una nueva  soldado a cubrirme. Deben portarse exactamente igual que conmigo, cualquier falta de respeto será castigado. ¿Entendieron?
- Sí – Sonó al unísono.
Perfecto, otra alemana que nos maltratara solo para reírse.
Santana recordó la primera vez que su madre la golpeo
- Mamá, Santana estaba besándose con la hija de la vecina – Dijo un chillón Blaine.
- ¿Qué dices? – Drina no entendía lo que el niño quiso decir.
- Besándose, como papa y tú. ¿Tendrán bebes, mamá?
Dios, como me golpeo esa noche mama Recordó Santana con una risa infantil
Tenía 15 años cuando beso a Kayla, ella debía tener unos 18 años quizás, ese fue su primer y último beso, luego de esa golpiza no quiso saber más de relaciones. Su familia quería que ella se casara con su primo segundo Adrián, cosa que asqueaba a Santana hasta más no poder.
- ¿Crees que la nueva soldado sea como esta? – Sara la saco de sus pensamientos con rapidez.
- Sí, todos ellos son iguales. ¿Acaso crees que hay bondad en alguno? Ja. – La voz de Santana solo reflejaba rencor.

Esa mañana había amanecido muy gris, o al menos así lo percibía Brittany. Ese día debía viajar para ir a su nuevo trabajo.
Trabajo… sí claro.
Un trabajo debía ser algo digno, y eso para ella no tenía ni una pizca de dignidad.
Vio en el espejo como la falda gris se le ceñía a las piernas blancas, la camisa blanca le quedaba un poco ancha, pero la chaqueta le daba forma a su atlético cuerpo. Una chaqueta gris, con las siglas de las SS y su apellido en un costado. Finalizó su vistazo al ponerse el gorro respectivo.
Las calles de Berlín estaban sucias y llenas de militares. Veía con desprecio todo aquello, esa no era la Alemania que la vio crecer.
Esa mañana se despidió de su hermana y de su siempre ocupada madre, a su padre desde hacía semanas que no lo veía. La relación con sus padres era tan amorosa como podría ser una roca, ellos no estaban interesados en ese tipo de relación, todo era muy formal. Su hermana era una angelita hasta que el fascismo la hizo volverse un poco hostil, tanto asi que ya Brittany no podía hablar mucho con ella.
Increíblemente, Quinn podría delatarme como si fuera una vil criminal
Sus ojos azules se volvieron de cristal al llegar al campo Sachsenhausen, ahí enviaban a los judíos, gitanos y homosexuales… también a adversarios alemanes.
Este lugar es tan frio y triste… yo podría terminar acá.
- ¡Bienvenida, hermanita! – Un feliz Sam llego a recogerla
- ¡Sam! Hace tanto que no te veía – Brittany olvido por un segundo el lugar en donde se realizó su encuentro.
- Te ves muy bien, y qué grande estás – Samuel había sido como un padre para ella
- Gracias por eso.
- Y con que belleza portas el uniforme
Belleza…
Ese comentario la trajo de vuelta a la realidad
- Pues bien, te enseñare tu lugar de trabajo, es bastante fácil,  tenemos a dos cocineras que solo nos cocinan a nosotros. Una gitana de tu edad, y una judía de quince años.
La edad de Quinn.
- Ven, esta es la puerta.

Ya quiero que brittany conozca a su cocinera santana.
Esos dos capítulos me dejaron de 6, espero mucho amor en esta historia.
Saludos

holap,..

se viene el encuentro entre san y britt,...
por suerte que sam no le hizo nada a san!!!

nos vemos!!!

Ahh *---* por fin se van a conocer :3

Créeme, casi odie a Sam por las intenciones que tenia con Santana...

Mmm.... disculpa mi ignorancia pero esto de la historia & demás no es lo mío. ... Así que... que es la SS? XD

Ya estoy ansiosa de leer más *---*
Saludos niña :3

Elita escribió:Ahh *---* por fin se van a conocer :3

Créeme, casi odie a Sam por las intenciones que tenia con Santana...

Mmm.... disculpa mi ignorancia pero esto de la historia & demás no es lo mío. ... Así que... que es la SS? XD

Ya estoy ansiosa de leer más *---*
Saludos niña :3

Hey! Aca te dejo unos enlaces para que sepas que son las SS y como era su ropa para que puedas imaginar mejor!
SS: http://es.wikipedia.org/wiki/Schutzstaffel
Ropa de Sam: http://hollywoodprop.com/HauptsturmfFuhrerAllgemeine-SSb.jpg
Britt: http://www.cinefania.com/terroruniversal/imagen/sadiconazi33.jpg (las de gris)

Bueno ahora, ya sé el uniforme de los hermanos Pierce

- Jóvenes, esta es la soldado Pierce, ella se encargara de ustedes – Dijo Sam con un tono sumamente serio
- Hola, señorita. – Sara sonaba convencida de que su futuro cambiaria.
A Brittany se le encogió el corazón al ver a esas dos jovencitas, eran tan jóvenes como ella.
Niños jugando a la guerra.
- Buenas tardes. – Brittany trato de sonar lo más fuerte posible.
Santana apenas había levantado la cabeza cuando llego la soldado Pierce.
- ¿Y tú eres? – Trato de sonar suave Brittany para hallar una respuesta.
- Santana López, señora.
Los ojos de Brittany se encontraron con el marrón más intenso que jamás haya visto, los ojos de esa joven reflejaban mucho dolor.
¿Por cuánto dolor habrás pasado?
- Bueno, yo debo retirarme. Trabajen. – Sam salió tan rápido como entro.
- Ustedes tienen media hora antes de empezar la cena, asi que, háblenme de ustedes. – Brittany sonrió con mucha sinceridad.
- Señorita, yo soy huérfana, pase toda mi vida en un reformatorio de menores…
- Oh. ¿Y qué hay de ti, López? – Dijo sacando a Santana de sus pensamientos
- ¿Qué le puedo decir? Soy solo una gitana.
Esa joven era realmente hermosa, tenía un cabello negro que lucía como la seda a pesar de lucir muy sucio.
Ella no me engaña, es igual a la otra soldado.
Había aprendido desde muy pequeña en no confiar en los que no son gitanos, todos juzgaban su cultura, su color, todo de ella. No era la típica rubia alemana.
Santana pudo ver que los ojos azules de la rubia no se despegaban de los suyos, le recordó la manera en que Kayla la miraba.
Deja de pensar idioteces, Santana. Es una puta nazi.
- Bueno chicas, debo retirarme, cualquier cosa que necesiten estaré muy cerca.
- Adios señorita Pierce – Sara se despidió feliz.
- Parece buena persona, ¿no crees?
- No sé… ¿Dijiste Pierce?
- Sí Santana, es el apellido de la soldado. ¿En qué mundo estás?
Es el apellido de Samuel… son hermanos.
- Oh, yo solo estaba pensando otras cosas.
- Siempre estás en lo mismo… vamos a cocinar. Ya tengo sueño.
Esa era la vida de Santana, cocinar, limpiar y dormir. Estaba acostumbrada a las labores hogareñas y a cosas mas fuertes.
Mi hogar…
- Vamos, Sara.

- Entonces, Britt. ¿Qué te parecen las muchachas? – Dijo Sam mientras daba un sorbo a su whisky.
- Son agradables, supongo. López es un poco cerrada y la otra muy abierta.
- Oh, Santana está ahí por mí, estuvo a punto de morir.
¿Morir?
- Eso es…
- Eso es la vida.
- ¿Y ella está sola?
- ¿Hablas de parientes? – Brittany asintió – Sí, eso creo. Su familia seguramente son ahora jabones.
Odio mi vida
Realmente, Brittany odiaba la manera en que Sam hablaba de la muerte de personas como si fueran poca cosa. Eso no se parecía a su hermanito mayor que siempre jugaba en el jardín con ella.
¿Qué clase de familia tengo? Por ellos esa pobre chica no tiene familia.
- Bueno Brittany, deberías ir a ver que hacen las muchachas.
Salió de ese cuarto sin decir otra palabra.
El campo de concentración era un lugar muy solitario y oscuro. Olía a carne quemada
Carne de personas, la carne de la familia de Santana.
- Hola chicas – Saludo Brittany mientras se desabrochaba la chaqueta gris para sentarse en la cocina.
- Señorita Pierce, buenas noches. – Sara era muy aduladora, pero sonaba sincera.
- Hola. – Solo eso dijo Santana.
Hay algo en esa gitana que me intriga.
- Sara, qué tal si vas a servir los platos. – Brittany trato de sonar dulce.
- ¡Con mucho gusto!
Quedo sola en esa cocina con Santana.
Solas.
- Tienes un cabello hermoso López, ¿hace cuánto que no lo lavas?
La pregunta tomo por sorpresa a Santana.
¿Acaba de decir que mi cabello es hermoso?
- Semanas…
- Oh, eso es una lástima. ¿Quisieras lavarlo?
Hace semanas que muero por una ducha.
- ¿Podria hacerlo? – La voz de Santana se suavizo.
- Claro, pero… será un secreto. ¿Vale? – Brittany le dedico la sonrisa más sincera que tenia.
- ¡Gracias! – Los ojos de la gitana se llenaron de lágrimas, era increíble como un acto tan normal como bañarse se había convertido en un lujo.
- No debes agradecerme, es un placer para mí.
La alarma mental de Brittany se aceleró, estaba diciendo muchas imprudencias. Desde pequeña, se sentía atraída por las mujeres y a Hitler le encantaba matar a las personas como ella.
- ¿Cuándo…?
- ¿Esta noche te parece bien?
- Me parece perfecto. – Santana se sentía realmente feliz.
- Pues bien, después de que terminen su trabajo, tendrás tu baño.
Ese había su acuerdo, luego del trabajo, Brittany la llevaría a darse una ducha.
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¡Hola! Queria preguntarles, qué tal les parece como va el ff? Se entiende cuando cambian los pensamientos de Brittany a los de Santana? Gracias por leer!  

Muy bueno este ff diferente pero muy bueno pero muy cortos pobre san

Hola de nuevo xD

Creo que entendí lo de la SS....
Britt es muy bonita :3

Me encanta el ff :3
En cuanto a los pensamientos me perdí un par de veces :/ pero nada del otro mundo :)

Hasta pronto :*

Me encanta. Donde habrán quedado la familia de san

Heya Morrivera escribió:Muy bueno este ff diferente pero muy bueno pero muy cortos pobre san

Lamento lo corto, pero la universidad solo me da chance de escribir tres paginas, espero este fin que sean mas largos, saludos!

holap,...

la llegada de britt va a ser muy buena para san,..
a ver cuanto compinche pueden llegar a ser las dos juntas,..

nos vemos!!!

¡Hola! Para que no existan confusiones con los pensamientos decidi hacerlos de esta manera: Pensamientos de San Pensamientos de Britt ¡Disfrútenlo!  


- Ah, Santana. Estoy tan agotada, iré a dormir. – Sara solía estar muy cansada.
- Seguro, yo me quedare acá un rato más. – Santana trato de sonar lo más convincente, normalmente ella iba con Sara a dormir.
Si es que a eso se le puede llamar dormir.
El cuartucho que compartía con Sara era miserable, solo un montón de pajas que servían de cama, en un costado había una taza para hacer sus necesidades. Santana jamás había vivido en el lujo, pero nunca se las vio tan difícil. Ella compartía cuarto con sus hermanos, pero al menos tenían una cama cómoda y un baño decente.
- Pssst
Ese sonido la devolvió a la realidad, al asomarse vio a una espléndida Brittany con un vestido de algodón amarillo, era corto y muy fresco, llevaba su cabello suelto, lucia tan hermosa que a Santana se le olvido en donde estaba, y quien era esa chica.
¿Hermosa?
- Hola soldado Pierce – Santana trato de sonar como si no hubiera pensado aquello.
- Oh, puedes llamarme Brittany cuando no tengo uniforme, pero ya sabes, debe ser un secreto. – La sonrisa de la rubia irradiaba felicidad. – ¿Nos vamos, Santana?
- Sí soldado… digo, Brittany – La morena sonrió sinceramente.
- Vamos, sígueme, iremos a mi recamara.
Su recamara.
Santana la siguió totalmente en silencio, a esa hora no habían soldados cerca, se suponía que esa tarea la cumpliría la soldado Pierce, y ella estaba a su lado llevándola a su recamara.
Increíble.
El camino transcurrió en un silencio abrumador, al fondo, se podían escuchar unos ladridos. Y Brittany solo escuchaba los latidos de su corazón golpeando sus tímpanos.
- Es aquí – Se detuvo en frente de una puerta de madera bastante linda.
- Gracias… - Sonó más como un susurro que como una palabra.
- No es nada, pasa por favor.
Santana entro a una habitación bastante amplia, y con un olor a limpieza que daba gusto, el espacio tenía una cama más grande que la que ella compartía con Sara.
- El baño esta al fondo, puedes durar lo que desees. Yo estaré aquí leyendo.
- Gracias, Brittany. Aprecio mucho lo que haces por mí.
- ¿Cuántos años tienes, Santana?
- Diecisiete.
- Yo también, es increíble que estemos viviendo esto, ya sabes…
- ¿La guerra? ¿Toda esta muerte?
- Sí, eso. ¿Y tu familia?
Esa pregunta heló a Santana en lo más profundo de su ser
- No lo sé. Vi que se los llevaron y… - Santana no pudo sostener más las lágrimas – no sé qué ha sido de ellos.
- Yo lo averiguare, lo juro. Si está en mis manos no les pasará nada.
- ¿Por qué? – Las lágrimas caían con más rapidez de los ojos de la morena.
- ¿Qué cosa? – Los ojos de Brittany reflejaban confusión.
- ¿Por qué haces esto por mí? Soy solo – cito con sus dedos – “una puta gitana”
NO ERES ESO
- No hables así de ti – Brittany aspiro aire con los ojos cerrados – Eres solo una víctima de algo que no es tu culpa, ni de tu familia. Ni mía
- Eso dicen de nosotras… tú lo sabes. – Santana secó sus lágrimas con rapidez. Pero amenazaron con salir de nuevo al ver los ojos cristalinos de la rubia.
¿Por qué eres así conmigo?
- Santana, también dicen que los soldados son todos unos asesinos, y mírame, no lo soy. No dejes que alguien te pisotee… - Brittany camino con rapidez – Iré a buscar un libro, puedes entrar.
Santana no dijo más nada, no hacía falta. La tensión en esa habitación era palpable, la soldado tenía razón en lo que decía, mucha razón.
Cuando las primeras gotas cayeron en su cuerpo lleno de suciedad se sintió como el cielo, extrañaba esa sensación.
Gracias, Brittany.
La gitana tenía los ojos cerrados mientras paseaba el jabón por su aun escultural y bien definido abdomen cuando escucho la puerta del baño.
- Lo siento, Santana. Me preguntaba si querías comer algo.
- Si tú quieres… - Santana quiso decir algo más cuando la rubia intervino.
- Si quiero. – Una tajante Brittany no dio chance de responder porque sus pasos se alejaron rápidamente.
Brittany no pudo dejar de ver a Santana cuando salio de la ducha radiante con la bata de baño de seda que ella le dejó. El cabello negro caía en hondas bien formadas, y su piel tenía un hermoso color bronce,  no estaba manchada de negro carbón.
- Te ves… bien. – Logró decir la apenada rubia.
- Gracias.
¿Me acabo de sonrojar?
- Te hice un sándwich, no se cocinar y esto fue lo que hallé.
- Dios, no sé cómo agradecerte esto, Brittany.
- Agradécemelo no contándole a nadie y manteniendo tu nuevo cabello radiante escondido – Brittany le sonrió con picardía.
- Lo haré, tranquila – La sonrisa de Santana ilumino la habitación.
O al menos eso le pareció a Brittany.
- ¿Quieres hablarme de tu familia?
- Está bien… - Santana sabía que debía confiar en aquella chica que apenas conocía hace horas – Éramos seis, a mi hermano Puck lo mataron hace dos años, y ahora solo quedábamos mis padres, Rachel y Blaine. Ellos son morochos, tienen 15. No te imaginas lo difícil que fue soportarlos cuando eran pequeños, y Blaine, ese pequeño chismoso. – La voz de Santana se llenó de un amor inexplicable.
- Debe ser una locura soportar a dos de la misma edad – Brittany pensó en tener a dos Quinn
- Sí que lo es. – Santana sonrio al recordarlos.
- ¿Por qué Blaine era un “pequeño chismoso”?
Esa pregunta dejo pensativa a Santana. ¿Podía confiar tanto en Brittany?
- Él le hablo a mi mamá acerca de que me besé con alguien, jamás me habían castigado tanto – Su risa corto el aire – y luego de eso mi madre le decía que me vigilara.
- Oh – Brittany rio con fuerza – Debiste besar a alguien que no debías – No supo por qué pero su mente viajo hasta pensar en Tatiana.
- Créeme que sí. ¿Y tú tienes novio?
- Supongo, no sé, estoy en una especie de relación con un soldado por compromiso. Mi padre quiere que me case con el y todo eso… - Brittany se quebró al pensar en su futuro con Arnold.
- Eso es una mierda, a mí también me obligaron a casarme, ¡pero ya ves! Quizás este campo no sea tan malo después de todo.
- No puede ser tan malo, ¿o sí? – La rubia se llenó de curiosidad.
- Es mi primo segundo, pero, ni siquiera lo conozco. Es una locura.
- Sí que lo es… por cierto, te traje ropa nueva. Busque dos uniformes, uno para ti y otro para Sara. Se los dejaré en la mañana, esta noche usa el viejo, por favor.
- Lo hare, gracias, esos uniformes apestan, literalmente. – Santana rio como hace mucho no lo hacía.
- Haré que se los cambien más seguido, y vere como hago para que Sara también se duche.
- Oh, ella está en edad del gato aparentemente, ni siquiera se lava la cara. Solo las manos para cocinar.
La risa de ambas lleno el cuarto, esa noche podría haber nacido una nueva amistad que parecía de años.

3:) escribió:holap,...

la llegada de britt va a ser muy buena para san,..
a ver cuanto compinche pueden llegar a ser las dos juntas,..

nos vemos!!!

Será buena créeme!

holap,.. (yo de nuevo jajaja)

me encanta todo lo que hace o va a hacer britt por san y también con sara,..
se me hace que de cierta forma san va a ser la protegida de britt!!!

nos vemos!!!