Segunda guerra (BRITTANA)

Eso me gustó :D

Excepto por Arnold.... -.-'
Que tal si tiene así un llamado & se va lejos & pues se muere haciendo su trabajo???? Sería lo más que el tipo muera xD

De echo creí que la que sería un problema era la chica con la que Britt "estaba"...Mmm.... espero no haberte dado una idea o.o

Heya Morrivera escribió:Te doy una idea simple para arnold MATALO buena idea no

Jajaja, ya he matado a mucha gente!

Elita escribió:Eso me gustó :D

Excepto por Arnold.... -.-'
Que tal si tiene así un llamado & se va lejos & pues se muere haciendo su trabajo???? Sería lo más que el tipo muera xD

De echo creí que la que sería un problema era la chica con la que Britt "estaba"...Mmm.... espero no haberte dado una idea o.o

Tatiana era solo una aventurita jajaja, oye, no había visto que eres la autora de algunos de mis fics favoritos en esta pagina!

Este es un soldado nazi llamado Joachim Peiper, pero será nuestro no tan adorado Arnold: http://3.bp.blogspot.com/_OO-gAKxWeUw/TR8sqJXBT7I/AAAAAAAAARk/AVkoVLBCHCQ/s1600/peiper1.jpg así lo pueden imaginar mejor jajaja, aquí esta el otro cap!



Escuchó su puerta siendo tocada con desespero, podría ser Santana quizás.
- Arnold… hola – Dijo desganada viendo a aquel rubio inmenso con su traje negro parecido al de ella.
- Brittany, oh, lo de tu familia fue horrible – Le deposito un beso en la mejilla.
- Lo sé… pero así es esta guerra.
- Dame un abrazo, no sabes cuánto te he extrañado. – Arnold abrió sus grandes brazos para recibir a una pequeña rubia. Él no era delicado como Santana, simplemente no era ella.
- ¿Qué has venido a hacer aquí, Arnold? – Brittany no quería sonar desesperada para alejarse de ese hombre.
- A prestar apoyo y pues… a casarme.  Tú sabes que ese fue el acuerdo de nuestras familias.
Un frio intenso recorrió todo el cuerpo de Brittany que se hallaba con los ojos azules vidriosos.
- Arnold, yo no sé si debamos casarnos aún… - Trato de sonar serena.
- Es que no será aún, será en tres semanas. – El rubio estaba sonriente.
- ¿Y por qué no me has consultado? – Ya Brittany estaba molesta.
- Amor, tú voz aquí no importa – Arnold rio con fuerza – Solo, preocúpate por tu vestido que del resto me ocupo yo. Debo irme, más tarde te veo. – Le dio un beso rápido en la boca.
Brittany estaba tan molesta que solo pudo cerrar sus puños con fuerzas y llorar en silencio. Ella sabía del acuerdo de sus familias, sabía que debía casarse. Pero no quería hacerlo, ¿acaso eso era mucho pedir? Caminó a su pequeña dispensa y saco una botella de whisky que pertenecía a Sam y tomó un largo sorbo, se sentía perdida y necesitaba olvidar eso. Se vio en el espejo y con un pequeño mareo caminó lentamente hacia la cocina. Por el olor que había, ese día había exterminio. Ya ella sabía que cuando el aire apestaba a carne quemada y a acido, habían muertos siendo incinerados.
La idea de fugarse con Santana le pasó por la mente, pero estaba segura que no llegarían con vida a la puerta siquiera.
- Buenos días, muchachas. – Saludo Brittany con tono triste, pero tuvo la oportunidad de guiñarle el ojo a Santana.
- Buenos días, soldado Pierce. – Sara parecía que siempre estaba feliz.
- Buenos días – Eso fue lo único que dijo Santana, notó como la morena la vio y entrecerró los ojos. ¿Tanto la conocía?
- Sara. ¿Puedes hacerme un favor? Busca mi ropa y plánchala, por favor. – Necesitaba sacar a la niña de todo eso. – Prometo traerte un chocolate.
- ¡Con gusto señorita Brittany! – Era fácil comprar a Sara con un chocolate.
- Y bien, ¿qué es lo que pasa, Britt? – La morena rompió el breve silencio.
- En tres semanas me caso. – No se fue con rodeos.
- Pero… ¿¡cómo!? – Santana estaba en shock.
- Llegó Arnold hoy a darme la noticia… sin más. Dijo que yo no tenía voz en ese asunto.
- Es un imbécil… tú debes poder salir de eso, tú familia es poderosa.
- La de él también. Mi ambicioso padre firmó un contrato con su familia y con el partido hace tres años… nunca pensé que pasaría de verdad. Creía que alguien le iba a dar su merecido a Hitler y yo saldría ilesa. – Los ojos azules se volvieron grises y vidriosos.
Santana no dijo nada, solo se limitó a acercarse y besar a Brittany con desespero. El beso era amargo y con un sentido dolor en el medio.
- Yo siempre te voy a esperar, Britt. Siempre. – Santana acarició la mejilla pálida con el dedo índice.
- Y yo te buscaré… nos fugaremos San, no sé cuándo pero nos fugaremos. – Santana tocaba el nombre de Brittany en su uniforme.
- ¿Sabes? Los nazis mataron a toda mi gente, pero debo admitir lo guapa que luces en ese traje…
- ¿Te gusta?
- Me gustas tú, y sí, te ves hermosa en él. Tu nombre está hecho tan bien.
- Lo sé… te quiero Santana. – Brittany volvió a besar los dulces labios de la morena pero esta vez con un amor que parecía palpable.
- Debo trabajar, Britt. – Dijo agarrando su mano blanca y acariciando el anillo que ella le dio. – cuídalo, no dejes que él te lo quite. – Brittany sabía que se refería al anillo.
- Santana, me enterrarán con el anillo, lo juro.
- Nos vemos pronto Britt.
No sabía que quería decir con “pronto”, ella estaba segura que ya no podría ver más a su rubia en la noche. Brittany se volvió a escuchar de nuevo a Santana.
- Lo de ayer… fue especial Brittany. – Sin más desapareció, dejando a Brittany con la palabra en la boca.
Te amo, Santana.
Esa confesión para sí misma hizo que le doliera el pecho. No podría tener jamás a Santana de la manera que necesitaba, ella lo sabía. Un toque en la puerta de la cocina la hizo alejarse de sus pensamientos.
- Soldado Pierce – Le saludo un cabo – El mayor Kahn la necesita en su despacho.
Brittany camino en silencio hacia ese lugar, una corazonada le decía que algo malo pasaría.
- Mayor.
- Brittany, pasa por favor. – Vio a Arnold sentado en el despacho bebiendo vino con el mayor.
- ¿Qué necesita? – Brittany necesitaba salir de ese lugar.
- Solo celebrábamos lo de su boda, será dentro de dos domingos. En la sede del partido que está cerca. Puedes ir a berlin si quieres a comprar el vestido… y bueno, por lo de tu familia, te concedo que lleves a alguna bastarda de la cocina como compañía. – Brittany no sabia si estaba más enojada por la actitud en donde todos decidían por ella o por como llamo a sus amigas.
- Me parece perfecto, mayor. – logró sonreír falsamente.
- ¡Pues ya está! Otro matrimonio ario. – El mayor lucía un poco ebrio.
- Si, mayor. Otro matrimonio ario.

Espero que arnold este Muerto, cuando le dijo a britt que su voz aquí no importa me hizo enojar.
Actualiza pronto

Aawww :3 pues gracias por lo de mis ff's :*

Mmm.... en serio, ese chico no me agrada, no su gente -.-'
A ver con que más nos sorprendes xD

Saludos :)

holap,....

neta dime que le ponen en a punta de un cañon y lo mandan a volar al cabron de Arnold (neta que es feo jajajaj)
es sefuro que se va a llevar a san???

nos vemos!!!!

Brittany estaba hecha pedazos, pero tenía claro que eso pasaría, tomó aire y se fue al único lugar en donde se sentía refugiada: la cocina.
- San, necesito que hablemos. – Dijo cortante. Sara estaba tan metida cocinando un Frikadellen que ni escuchó a Brittany llegar.
- ¿Qué sucede? – Dijo con el ceño fruncido, sabía por dónde iba la conversación.
- En dos domingos, me caso.
- Que… rápido. – Fue lo único que logro articular.
- Lo es… necesito ir a Berlín a comprar el vestido, y pues me han dejado ir con una de ustedes. Ven conmigo, por favor.
- Yo… yo no puedo hacer eso, Britt. Ve con Sara. – La rubia no se esperaba esa respuesta.
- Santana, por favor…
- ¿Qué quieres? Que olvide que ese maldito vestido te llevara a los brazos de un idiota – Estaba visiblemente molesta y dolida, alzó la voz más de lo necesario.
- Estaremos juntas un par de días, por favor. – La rubia rogaba con sinceridad.
- No Britt. No quiero saber qué es lo que usarás cuando él te haga el amor, lo siento. – Los gitanos son excesivamente posesivos con sus amantes, y Santana no era la excepción.
- Te necesito… - dijo mientras sollozaba.
- Y yo te necesito a ti, Britt. Pero no puedo fingir que somos amigas y que te ayudaré a escoger tu vestido.
- Pues, no iré a Berlín. – Dijo con firmeza.
- ¿Por qué?
- No te dejaré aquí sola, tienes un cuerpo que todos los soldados babosos ven. No te dejaré.
- Britt… no hagas esto más difícil. – Sabía que la rubia tenía mucha razón. – Yo sé cuidarme sola.
- Sé que lo sabes… pero no importa.
- Está bien, iré contigo. – Dijo resignada, ella tenía la certeza que si Brittany desobedecía alguna orden acabaría fusilada.
- ¿Mañana? – La rubia le sonrió.
- Cuando quieras Brittany, no es que tenga mucha vida que ordenar.
- ¡Paso por ti en la mañana! – Le deposito un besó – O mejor, ven a mi cuarto al amanecer y nos alistamos.
- Ahí estaré – Dijo sin muchas ganas
El día llego con rapidez, ya Brittany había avisado que iría con Santana a Berlín. Espero que llegara Santana, pero no llegaba. Decidió irse a duchar cuando escucho el toque de su puerta.
- ¡Hola, San! Por fin llegas – Dijo solo con una toalla blanca.
Santana cerró sus ojos con mucha fuerza y aspiro aire frio
- Dios, Brittany. Tapate.
- Pasa. – Dijo riendo, por la cara que tenía Santana sabía que la vio lascivamente. – Iba a bañarme justo cuando llegaste, así que, deberás bañarte conmigo.
- Britt… yo… él se dará cuenta. – Dijo con temor.
- Shhhhh, solo ven. – Pensó lo testadura que se había vuelto la gitana.
Brittany se quitó la toalla y dejo a la vista su blanco cuerpo, Santana se quitó la ropa sucia con rapidez y dejo su cráneo libre de pañoleta. Ya tenía el cabello un poco largo, crecía con mucha rapidez.
- Hazme el amor, San.
Santana beso el cuerpo de Brittany bajo la ducha, el ambiente olía a vainilla, el shampoo que Brittany prefería.
- Oye, ya tienes cabello.- Dijo entre jadeos sutiles.
Cuando Santana metió su cabeza entre las piernas de la rubia esta sintió que se caería en la ducha.
- Oh, San, sigue por favor.
La morena introdujo un dedo en Brittany y la penetro con toda su fuerza, Brittany no duró ni un minuto para llegar al orgasmo.
- Dios, podría hacer esto todas las mañanas.
- Créeme, yo también podría. – Dijo riendo.
La sonrisa se le paralizó cuando la rubia la tomo por las caderas y la penetró sin previo aviso.
- Britt…
La rubia la embestía con dureza mientras le dejaba mordidas en el cuello. Santana tuvo un orgasmo que empapó la mano de Brittany.
- Te quiero, Brittany Pierce.
- Y yo a ti, Santana López.
Brittany le prestó de su ropa a Santana y salieron rumbo a Berlín, las calles estaban opacas y llenas de miserias.
- Ojala pudiéramos escaparnos.
- Ah, Britt, con estos tipos cuidándonos es imposible siquiera respirar con libertad.
- Lo sé.
Llegaron con rapidez a la tienda de vestidos.
- Pase, querida. – Dijo una anciana regordeta con las mejillas rojizas. – Pero ella no puede entrar, lo lamento.
- Oh… entonces solo búsqueme un vestido pequeño, cualquiera que sea de su agrado, la esperaremos aquí.
- Pero ¿cómo? El matrimonio es un momento muy importante.
- Lo es, pero yo tengo mal gusto, por favor solo haga eso.
La señora duro unos diez minutos y salió con una caja.
- Es perfecto para ti, querida.
- Gracias, el partido nazi se encargará de pagarle.
Salieron sin decir más.
- Iremos a mi casa, necesito mostrarte algo.
Llegaron a una misión inmensa, Santana quedo anonadada con lo grande que era.
- Todo esto era mío, sabes, la vendí hace unos días.
- ¿Por qué?
-¿Qué hare con eso? Nada. Tengo dinero y no quiero esto.
- Está bien, Britt. – Dijo confundida.- ¿Qué ibas a mostrarme?
- La propiedad, Santana. Debes saber algo, pero no puedes decirlo, Alemania está al borde del colapso, en cualquier momento, todo esto acabará. Necesito que confíes en mí.
El resto del viaje al campo transcurrió en silencio, Brittany se iba a casar era un hecho. ¿Lo de Alemania? Aún no lo creía.
Los días pasaron con una rapidez increíble, habían pasado las semanas entre encuentros furtivos pequeños. Ya era el tan anunciado domingo de la boda de Brittany, Santana solo sabía que ella se iría y la próxima vez que la viera seria de otro.
- Ya me voy San… necesito decirte algo. – Dijo con los ojos llorosos.
- Dime. – Santana estaba tan molesta que la cara le ardía.
- Te amo Santana. – Dijo y corrió con fuerza, dejando a Santana confundida.
La boda fue, para todos los presentes, perfecta. Pero no lo fue para Brittany. Dio gracias a Dios que Arnold estaba tan ebrio en la noche que cuando tuvieron sexo no noto siquiera que Brittany no era virgen. Mientras Arnold la penetraba ella solo tenía fuerzas para llorar, llorar en silencio parecía su nuevo futuro.

POBRE SAN, ESA PARTE FINAL ME HIZO LLORRAR, YO TUVE UNA NOVIA PERO ME ENGAÑO CON MI AMIGO, SOLO ME UTILIZO POR MI DINERO, SOLO NO ME HIZO DAÑO,TAMBIEN MANCHO MI APELLIDO. PERO ME GUSTO ESPERO TU ACTUALIZACION.

JanethValenciaaf escribió:POBRE SAN, ESA PARTE FINAL ME HIZO LLORRAR, YO TUVE UNA NOVIA PERO ME ENGAÑO CON MI AMIGO, SOLO ME UTILIZO POR MI DINERO, SOLO NO ME HIZO DAÑO,TAMBIEN  MANCHO MI APELLIDO. PERO ME GUSTO ESPERO TU ACTUALIZACION.

Las mujeres se las traen... bueno, no todas somos así pero hay que irse con cuidado a la hora de conocer a una.

¡Hola! Este es el final de la primera parte de la historia   ¡Espero que les guste!



Cuando Brittany volvió al campo, era otra. Se había vuelto un fantasma que caminaba sin rumbo, estaba seca por dentro. Ahora debía compartir su cuarto con el que era su esposo.
- ¡Señora Brittany! Felicidades por su boda. – Dijo Sara aplaudiendo con felicidad en su rostro.
- Gracias. - Clavó los ojos en Santana – Hola.
- Hola, señora Pierce. – Dijo con sequedad.
- Santana, ahora es la señora Vorgrimler, no Pierce. – Sara corto la conversación.
- Sí… - Solo eso logró decir Brittany.
- Oh. Lo lamento señora Vorgrimler.
- No te preocupes, Santana.
La conversación se acabó tan rápido cuando escucharon las sirenas de alerta.
- Los americanos llegaron a Normandía – Escuchó Brittany decir a lo lejos.
- Ven conmigo ya mismo, Santana. – Dijo Brittany yendo hacia el cuartucho de las jóvenes.
- ¿Qué es eso? ¿Vamos a morir? – Sonaba confundida.
- Escúchame bien, hay un escondite para ti y para Sara, lo tengo preparado. Deben ir para allá ya mismo. ¿Entendiste?
- Sí, Britt… Brittany.
- Sigo siendo tu Britt, ahora bien, toma esto – Le dio lo que parecía una carta – Léela cuando ya estés sola ¿ok? Necesito que no hayan alemanes por aquí cuando la leas, los americanos llegaran rápido para acá. Seguramente las sacaran.
- ¿Te volveré a ver?
- No sé San… quizás me maten, pero si sobrevivo, sé que el destino se encargará de encontrarnos.
- Te amo, Britt. Yo también te amo.
La rubia beso los carnosos labios con tanta vehemencia y con un sabor a separación, las dos sabían que lo más seguro es que jamás se volverían a ver.
- Te amo mucho, Santana. Ahora ve, escóndete con Sara.
Santana iba a salir cuando escuchó a Brittany de nuevo.
- Espera, ven.
Santana se acercó en silencio, vio como Brittany se deshacía de su cruz negra nazi y del nombre de su uniforme.
- Ten, para que no me olvides.
- No te olvidaré. – Le deposito un beso en la mejilla y salio corriendo.
Brittany estaba parada en ese lugar cuando escucho los gritos de Arnold.
- Maldita sea, Brittany. ¿Dónde estás?
- Estoy aquí, Arnold.
- Vamos, debemos irnos.
- ¿A dónde iremos?
- Ya veras, Britt. Agarre unas pocas piezas de ropa para ti y las cosas que tenías en el joyero.
Salieron de ese campo en un auto que iba con muchísima rapidez, lo único que podían hacer era escuchar disparos en el fondo, y gritos, muchos gritos.
- Quítate ese uniforme y ponte esto. – Le dijo mientras le daba un vestido azul de algodón y él se ponía un traje.
Brittany sabía que estaban huyendo de Alemania. Pero no sabía a donde se dirigían. Llegaron a un puerto cercano y pudo ver un submarino.
- ¿Vamos a salir en eso? – Dijo con temor.
- Si, es “eso” o nuestras vidas. Los americanos nos mataran.
Brittany sabía que podía morir también ese submarino, pero no tuvo más remedio que entrar en él.
Por otro lado, en el campo alemán, Santana escuchaba los disparos al fondo. Los soldados de menor rango se habían quedado deshaciéndose de todos los prisioneros que tenían. Santana tenía miedo, pero debía tener fuerzas por Brittany y por Sara.
- La señorita Brittany es un sol… ojala que pueda sobrevivir.
- Ojala, Sara. Ahora no hables más.
Esperaron dos días, sin comer, sin dormir. Solo escuchaban gritos, pero luego, hubo un silencio ensordecedor, hasta que escucharon unos autos contra el cemento.
- Volvieron, Santana.
Se quedaron escuchando hasta que notaron que hablaban inglés, eran los americanos.
Santana salió con Sara con temor y vieron los grandes tanques americanos, así que se apartó y leyó la carta.
"Querida Santana, he sido una cobarde por no poder fugarme contigo, pero aquí estamos. He pensado en tu futuro y quiero lo mejor para ti. En mi cuarto, hay una baldosa falsa, busca lo que hay ahí, todo eso es tuyo. Úsalo con sabiduría.
Tuya por siempre, Brittany Susan Pierce."
Santana corrió hacia el cuarto de Brittany buscando la baldosa falsa hasta que la hallo, saco esa pequeña pieza de madera y vio una bolsa de terciopelo. Oro, había mucho oro y una nota.
“Te amo, para esto vendí mi casa”
Los ojos de Santana se volvieron de vidrio, Brittany había hecho todo eso solo por ella, por una simple gitana. Salio y vio a un hombre que le sonreía.
- ¡Hey! Soy el piloto Artie Abrams, te sacaré de aquí.
Y entonces, lo notaron. El destino se encargó de separarlas, y no sabían por cuanto tiempo o si era para siempre. El futuro era incierto para las dos, y el corazón de ambas se rompió en silencio.

Que dolor para santana y a brittany ,separarse

Chica, hoy cumplo 16 años, ya estoy vieja, jajajjaja espero ser ejecutiva como mi familia.
Saludos a tu familia, aunque no los conozca.

JanethValenciaaf escribió:Chica, hoy cumplo 16 años, ya estoy vieja, jajajjaja espero ser ejecutiva como mi familia.
Saludos a tu familia, aunque no los conozca.

¿Vieja? Eres una bebé!! Jajaja , oye gracias! Saludos a la tuya, y Happy b!

Muchas gracias, gigolina :)

holap,...

se termino casando nomas,...
me gusto e gesto de britt para e futuro de san,...
a ver que pasa con las dos???? y cuanto tardan en volver a estar juntas!!!!

nos vemos!!!

Holaa!!
tu historia está GENIAL! muchas gracias por tan lindo Fic, además dejame decirte que me ENCANTA todo lo que tenga que ver con la primer y segunda guerra mundial, siempre veo documentales y esas cosas :) por eso ya ni bien leí el titulo de tu historia me enganche al toque! la termine al tirón. El gesto de Britt en vender todo para un futuro mejor para santana fue de lo más hermoso, ella le prometió que no dejaría que nada malo le pasara y cumplió. Ese Arnold sí bastante apuesto y todo pero BASTANTE espina en el trasero! una que deberías pensar seriamente en quitar hahahaha ;P me dio mucha tristeza lo de ambas familias, pero creo que fue por pensar en la idea de que quinn, rachel, blaine y puck murieran hahaha a sam no, de hecho me cae pesimo ese boca de trucha SIEMPRE me cayo mal y SIEMPRE ME CAERA MAL hahaha. Pero enserio que tu historia es maravillosa hasta lagrimeé al final. Esa sara es lo más por cierto y me encanto el hecho de que ambas hayan tenido su primera vez juntas *__*. bueno BESOS Y SALUDOS DESDE ARGENTILANDIA ESPERO ANSIOSA LA SEGUNDA PARTE!!

vickybrittana escribió:Holaa!!
tu historia está GENIAL! muchas gracias por tan lindo Fic, además dejame decirte que me ENCANTA todo lo que tenga que ver con la primer y segunda guerra mundial, siempre veo documentales y esas cosas :) por eso ya ni bien leí el titulo de tu historia me enganche al toque! la termine al tirón. El gesto de Britt en vender todo para un futuro mejor para santana fue de lo más hermoso, ella le prometió que no dejaría que nada malo le pasara y cumplió. Ese Arnold sí bastante apuesto y todo pero BASTANTE espina en el trasero! una que deberías pensar seriamente en quitar hahahaha ;P  me dio mucha tristeza lo de ambas familias, pero creo que fue por pensar en la idea de que quinn, rachel, blaine y puck murieran hahaha a sam no, de hecho me cae pesimo ese boca de trucha SIEMPRE me cayo mal y SIEMPRE ME CAERA MAL hahaha. Pero enserio que tu historia es maravillosa hasta lagrimeé al final. Esa sara es lo más por cierto y me encanto el hecho de que ambas hayan tenido su primera vez juntas *__*. bueno BESOS Y SALUDOS DESDE ARGENTILANDIA ESPERO ANSIOSA LA SEGUNDA PARTE!!

Muchas gracias por tu comentario! Jajajaja Arnold será un poco espinozo pero no tanto Espero que sigas leyéndolo!

No puede ser... Lo inevitable pasó, se separaron. Con esas cosas soy tan sensible. Ojalá, no importa cuánto pase, se vuelvan a reencontrar.

Gracias por hermosa esta primera parte, espero la 2da!! :)

Cuando podemos leer la segunda parte de la historia

No te preocupes, seré paciente, jajaja mañana te espero.......
Suerte en tu universidad!!!!!!

¡Hola! Aquí empieza la segunda parte es corto pero vamos tanteando terrero, espero que les guste.


Era un caluroso día de verano en Argentina, la luz del sol tocaba las calles de Villa Maipú haciendo que el concreto humeara. Santana vio con fastidio hacia la calle mientras limpiaba el tope de su cocina. No se acostumbraba a ese clima tan caliente aunque tuviera ocho años viviendo ahí, todo el mundo pensaba que por ser morena se adaptaría más rápido pero no fue el caso. Luego de ser rescatada por los americanos, Santana vivió un tiempo en Italia donde conoció a un joven siciliano bronceado de ojos azules. Se casaron luego de un año de estar saliendo, finalmente se mudaron de continente cuando la familia de Enzzo consiguió establecerse en el país. Su casa no era muy grande, pero era lo suficiente para que viviera con su esposo, era imposible que tuviera un hijo con él, porque el moreno era estéril. Ella quería a Enzzo, pero no lo amaba.
No como a Britt
No volvió a saber de Brittany nunca más, y el recuerdo de esa rubia le dolía en el alma. ¿Habrá muerto? Y si no está muerta ¿Dónde estará? Seguramente no en Norteamérica, tampoco en Alemania.
- Bellísima, ya estoy en casa. – Oyó a Enzzo llegar. Santana intentaba hablar español lo mejor que podía, pero su acento la perseguía.
- Estoy en la cocina.
Su esposo era un hombre atento y muy amoroso, Santana solo lamentaba jamás poder tener un hijo con él. Y se recriminaba seguir pensando en la rubia cuando todos los días tenía a Enzzo manchado de pintura con una rosa para ella.
- Ya vienen las vacaciones largas, ¿sabes? Te tengo una sorpresa.
- ¿Así que una sorpresa? – dijo Santana besando a su esposo.
- Sí ¡Vamos a Bariloche!
- Eso suena fantástico, mi amor. – A Santana le hacía ilusión pasar un tiempo alejada de esa casa.

- ¡Por Dios, Puck! Quédate quieto. – El pequeño niño rubio solía saltar por todos lados. – Oh, Quinn, no le sigas el juego. – Los gemelos eran problemáticos.
La vida de Brittany había sido complicada, pero ahora no era tan mala. Salió de Alemania en un submarino que la llevo hasta Bariloche en Argentina, era un lugar grandioso para ella, sus problemas yacían en que no dominaba el español y que no estaba con Santana. Hacía ya tres años que no supo más de Arnold, según las personas del pueblo dijeron que se fue con una latina, cosa que a la rubia poco le importaba. Ella ya tenía lo que quería: sus hijos y su restaurant. Su propio negocio surgió luego de que Arnold se fuera dejándola sola con sus hijos que apenas tenían dos meses, con sus grandes ahorros compró un pequeño galpón en donde ahora está “Mi pequeña Alemania”
- Mamá, todas tus amigas tienen esposo. ¿Y tú? – Quinn era una niña lista.
- Yo los tengo a ustedes. – Sonrió con sinceridad.
- Pero nosotros no somos tu esposo. ¿Lo somos?
- No lo son – Brittany reía con mucha fuerza por el planteamiento de la pequeña – La semana que viene llegan los turistas, así que tenemos mucho que hacer. ¿Me acompañas?
La niña se sentía feliz en el restaurant, decía que ella era la chef, cosa que su hermano replicaba a cada instante diciendo que él era el chef. Realmente la chef era Brittany, solo tenía cinco trabajadores en su negocio y a veces le tocaba hacer de todo, pero era feliz.

- ¿Cuándo nos vamos? – Pregunto Santana mientras comía un trozo de pan.
- En seis días, bellísima. – Enzzo era un esposo de ensueño.
El italiano se fue a trabajar, era un obrero pero con su sueldo le daba una vida decente a Santana que aun guardaba el gran regalo de Brittany.
- Podríamos comprar una casa más grande, pero ¿qué le diré a Enzzo acerca de ese oro? – Santana pasaba mucho tiempo hablando consigo misma. – No puede saberlo.
Santana saco un pequeño joyero donde tenía guardada la cruz negra de Brittany y su nombre, pensó en los ojos azules de la soldado y en lo bien que se había comportado con ella.
- ¿Estarás viva Brittany? – Una lágrima rodó por su mejilla

- Mamá, Puck se rapó la cabeza. – Brittany corrió hacia el baño al escuchar a su hija gritar. Era imposible tomarse cinco minutos para ella.
- Dios, Puck. ¿Qué te hiciste? – Puck tenía un gracioso corte mohicano, Brittany trato de no reírse.
- Yo solo quería cortar mis puntas. – Dijo el pequeño con un puchero.
- Pero, ¿de dónde sacas tantas cosas?
- Lo dijo el barbero, mamá.
- Ven, vamos a la sala. – Amaba mucho a sus hijos, pero rezaba para que crecieran rápido
Brittany había preparado un amplio menú alemán para la llegada de los turistas al lugar, esa semana estuvo trabajando como loca para preparar todo. Su restaurant era pequeño pero muy céntrico, sabía que la temporada iba a ser larga.

holap,...

worale 8 años!!!!
bariloche el centro de la reunión ahora,...
por lo menos ya no esta el idiota del marido de britt,.. por lo menos le dejo algo bonito que son punk y quinn!!!
a ver que pasa cuando se vean???? y cuanto tardan???

nos vemos!!!

Holisssss, pasaron 8 años, ese Arnold que bueno que no esta con britt
Que bueno que britt, tuvo hijos, y los llamo puck a honor al difunto hermano de san y quinn a su hermana
Podrá santy quedar embarazada de britt y podrán llamar a su hijo o hija SAM O RACHEL.
ESPERO QUE YA SE VEAN.
ACTUALIZA PLISSS,