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FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
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monica.santander
Lucy LP
3:)
micky morales
_Claudia_100%fanGLEE_Bol
9 participantes
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Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Que emoción que hallas vuelto ya no sabía que hacer para que regresaras... Que bueno que lo lograste porfa no te vuelvas a ir :( pero por cualquier cosa busca el facebook de glee latino ahí publicarán cualquier noticia respecto al foro
Lucy LP**** - Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
holap,...
es normal que violeta reaccione de esa forma,...
a ver que pasa con san y su regreso para todos,..
nos vemos!!!
es normal que violeta reaccione de esa forma,...
a ver que pasa con san y su regreso para todos,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Me intriga esta historia actualiza pronto..... Me alegro q hayas vuelto!
andrenina89* - Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
micky morales escribió:vaya con la historia, es realmente asombrosa! que bueno que pudiste volver, ojala todos pdan encontrar el foro! hasta pronto!!!!!!
debo admitir que casi me infarto veia que no podia ingresar con el antiguo link
monica.santander escribió:Wooooww que historia!!!!!
Que alegria me dio saber que habias vuelto!!
Como te enteraste del cambio en el foro???
Saludos
por un email, utilizo este medio algunas veces y asi fue como me entere jejeje
Lucy LP escribió:Que emoción que hallas vuelto ya no sabía que hacer para que regresaras... Que bueno que lo lograste porfa no te vuelvas a ir :( pero por cualquier cosa busca el facebook de glee latino ahí publicarán cualquier noticia respecto al foro
es muy dificil que me anime a usar facebook (no le tengo mucha confianza jejejeje), pero siempre buscare la forma como volver (esta vez me entere mediante mi email)
3:) escribió:holap,...
es normal que violeta reaccione de esa forma,...
a ver que pasa con san y su regreso para todos,..
nos vemos!!!
espero te siga gustando la historia
andrenina89 escribió:Me intriga esta historia actualiza pronto..... Me alegro q hayas vuelto!
claro que siempre volvere jejeje
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….uhh, en serio que casi enloquezco o me infarto pensando que el foro había desaparecido jejejeje……hoy les pondré 3 capitulos, por poco no lo hago ya que estoy cayendo de sueño (verán no dormí del todo bien estos dos últimos días , ya se imaginaran que ando como una zombie jejeje)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
*Actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=v9WNjdrrWh0
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Hope” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Seattle y Alabama-Tusscalosa fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Seattle y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone 1 solo libro que consta de: sinopsis + prólogo + 22 capítulos + epílogo + capítulo extra. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany y Santana (es decir, algunos capítulos los narrado por una, y otros capítulos por la otra)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 5
Brittany
Una semana después...
Limpiando mi frente, me senté, mirando la última caja de madera que acababa de abrir. Almacenaba la última de las esculturas de Snix enviadas para la exhibición.
Contuve la respiración cuando retiré suavemente el envase de protección para revelar la única pieza de mármol que simplemente me devastaba cada vez que la veía en una revista o una imagen. Y que una vez volé unos cuantos kilómetros para verla de cerca.
Mientras el embalaje de espuma dio paso lentamente a un suave mármol blanco, las lágrimas llenaron mis ojos. En realidad estaba viéndola en vivo de nuevo. Para serte sincera. En toda su perfección devastadora.
Mientras echaba un vistazo a mi reloj, vi que pasaban quince minutos de la medianoche. Había estado aquí todo el día, tratando de colocar las esculturas en la posición correcta para que la exhibición fuese fluida.
El tema de la exhibición estaba resultando difícil de diseñar. Sentía que había un patrón, una historia natural para las esculturas, pero todavía tenía que descubrirla. No estaba segura de poder hacerlo sin alguna referencia de la propia artista.
Atrapando un movimiento por el rabillo de mi ojo, vi a Christoph, el guardia de seguridad de noche, haciendo sus rondas.
Poniéndome de pie, Christoph saltó hacia atrás asustado.
—¡Srta. Pierce, casi me dio un ataque al corazón! No la vi ahí abajo.
—¡Lo siento! —le dije disculpándome—. Estoy tratando sacarle el embalaje a la pieza final para poder posicionarla correctamente mañana. Está hecha de mármol y es muy alta, así que…
Christoph sonrió, y vino a ayudarme. En pocos minutos, removimos la caja de madera y el embalaje. A medida que la escultura fue revelada, ambos retrocedimos, y mi mano voló a mi boca ante la vista.
Esta pieza era perfecta.
Durante un rato, todo lo que pude hacer fue mirar… observar el ángel blanco de doble faz de metro ochenta de alto, con las manos extendidas como si estuviera suplicando. Ella sostenía una pila de cenizas negras en sus palmas. Sabía por mi investigación que lo que estaba viendo era la parte rota del ángel.
Sus alas estaban resquebrajadas y recortadas y su hermoso rostro estaba contorsionado por el dolor… no, agonía. Su cuerpo estaba curvado hacia adentro, casi como si estuviera luchando para mantenerse erguida. Lo que debería ser un hermoso vestido, estaba desgarrado y roto, manchado con parches de suciedad. Su cabello estaba revuelto y débil, colgando hasta la mitad de la espalda, y la mirada desolada en sus anormalmente ojos grandes… era inquietante.
Rompió mi corazón. Era como si esta escultura tuviera alma, proyectando cada emoción que el artista sintió cuando laboriosamente talló cada curva y la expresión en el rostro del ángel. Podía sentir el dolor desesperante, la tortura interna del ángel roto corriendo a través de mi sangre.
Ninguna imagen que hubiera visto antes le hacía justicia a esta pieza. Ser testigo de ella, realmente, era como recibir un regalo del cielo mismo.
Tomando aliento profundamente, poco a poco moví mis pies y me dirigí hacia el otro lado, donde mis emociones tomaron el control por completo y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
Este ángel era increíblemente hermoso, en completo contraste con su alter ego. El cuerpo de este ángel estaba erguido, voluptuoso y saludable, envuelto en un prístino vestido de estilo romano. Su rostro sereno y sonriente estaba inclinado hacia el cielo, con su cabello largo y espeso cayendo hasta la cintura. Pude sentir la sensación del sol besando sus mejillas, la calidez que envolvía su cuerpo como un abrazo. Sus delicadas manos se encontraban levantadas como emprendiendo vuelo, sus alas de ángel extendidas. Las cenizas negras que su alter ego sostenía tan desesperadamente, en esta creación, estaban esparcidas en el suelo.
Ella estaba liberándose.
Mi corazón latía cada vez más rápido con cada minuto que pasaba. No sabía cuánto tiempo me quedé allí, cautiva de esta estatua.
Sacudiéndome de mi trance, limpié mis ojos y reí por el alcance en que esta escultura me desgarraba.
—Lo siento, Christoph, reconozco que me emociono a veces un poco con el trabajo de Snix…
Miré alrededor de la escultura sin nombre, solo para ver la galería completamente vacía, los sonidos de mi risa resonando en el techo de cristal abovedado.
Riendo de nuevo por la forma en que debí haber asustado a Christoph, me pasé las manos a través de mi coleta desordenada y di una palmada en mis mejillas. Necesitaba llegar a casa. El agotamiento me estaba volviendo loca.
Con nostalgia, eché una última mirada a la escultura y me dirigí al baño para salpicar un poco de agua en mi rostro. Mientras miraba el reflejo del espejo del baño, mi corazón se aceleró por estar en este trabajo. Me encontraba completa y absolutamente cautivada por esta exhibición.
Estaba convencida que ninguna otra exhibición que había organizado podría llegar a mi entusiasmo por esta. Estaba obsesionada con estas piezas. Más que eso, no podía deshacerme de mis pensamientos sobre lo que la artista debió haber pasado en su vida para crearlos. Nada bueno, eso era seguro. Debido a esto, mi corazón se acongojaba por ella.
Contrólate, Brittany, me regañé a mí misma e me moví para salir del baño e ir a casa.
Justo cuando estaba a punto de salir del museo, me di cuenta que había olvidado mi bloc de notas. Tenía que trabajar en el diseño de piso cuando llegara a casa; todavía tenía que modificar el diseño. Nada de lo que había hecho hasta ahora había funcionado. Algo me faltaba, lo que nunca me había pasado. Girándome sobre mis talones, rápidamente regresé a la galería.
Viendo mi bloc de notas apoyado en la parte superior de una caja vacía, corrí para recuperarlo, cuando por el rabillo de mi ojo, vi a una mujer en la galería, al lado de la pieza del ángel.
Temerosa de lo que estaba haciendo aquí tan tarde por la noche, me moví con cautela hacia adelante para llamar a seguridad pero inmediatamente me detuve en seco. La mujer era de estatura mediana, piel morena cuerpo escultural y vestida completamente de negro: jeans negros, una camisa de manga larga negra, el cabello largo y negro recogido en un moño bajo. Pero eso no fue lo que me hizo detenerme y mirarla fijamente. La mujer estaba tan quieta como la noche mientras permanecía de pie con la escultura principal. Su mano se estiró y se posó sobre una de las alas extendida, su cabeza gacha ocultaba su rostro. Sus hombros temblaban, como si estuviera llorando. Como si estuviera llorando por el ángel.
No me podía mover, y mi pecho apretado se tensó cada vez más al ver a esta mujer aparentemente descomponerse.
Decidí hablar con Christoph, di un paso hacia adelante, pero el talón de mi bota hizo clic en el suelo de cemento pulido. Mis ojos se dirigieron bruscamente hacia la mujer, que ahora se había enderezado, ocultando su rostro con la gran escultura.
La sala estaba en silencio, mientras ambas nos quedamos allí inmóviles, tan silenciosa que se podría oír un alfiler caer.
—Esta es una galería privada —dije finalmente encontrando mi voz. Los hombros de la chica se tensaron.
Estirando mi cabeza, traté de tener una mejor visión de ella, pero pareció anticipar el movimiento y dio un paso alejándose de mi visión.
—La galería está cerrada a los visitantes. Realmente no deberías estar aquí—añadí, nerviosamente.
En un segundo, la chica soltó la mano del ala rota de la escultura como si casi la matara hacerlo. Con su cabeza firmemente hacia abajo, se dio la vuelta y salió corriendo de la galería.
Mi corazón latía con fuerza cuando la vi retirarse.
¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué de repente siento como si estuviera de pie en el vacío, sin aire de mis pulmones? Y más concretamente, ¿por qué estaba aquí a estas horas de la noche, derrumbándose delante del ángel?
Sacudiéndome enérgicamente, aferré mi bloc de notas y bolso, y me dirigí hacia el mostrador de seguridad, donde Christoph estaba monitoreando las pantallas.
—¿Christoph? —lo llamé, y miró hacia arriba. Suspiré y me incliné sobre el escritorio—. No puedes permitir que los estudiantes se cuelen en el museo después de la hora, especialmente en mi galería. Muchas personas quieren ver estas piezas de cerca y harán cualquier cosa para conseguir echarles un vistazo.
Christoph frunció el ceño.
—Le aseguro, Srta. Pierce, que ningún estudiante está escabulléndose o ha estado entrando.
Cerré mis ojos un breve momento exasperada.
—Christoph, lo hicieron hace un momento. Acabo de atrapar a una estudiante en la galería, y estaba tocando la escultura principal. ¿Y si se hubiera roto?
Christoph se puso de pie y se apoyó en el mostrador de granito negro delante de mí, con la confusión aún grabada claramente en su rostro. Levantó el libro de registro y leyó los nombres de la página.
—No, solo fueron ustedes dos los que han estado aquí hasta tan tarde.
Estaba por discutir cuando sus palabras finalmente penetraron en mi cerebro.
—¿Nosotros dos? —pregunté, sin entender a quien se refería.
Christoph comprobó la hoja de nuevo.
—Sí, usted y la artista.
Mi cabeza se sacudió bruscamente hacia el libro que sostenía.
—¿Eh... Snix? —solté sorprendida. Algo parecido a mariposas revoloteó en mi estómago, y luché por hablar—: Snix, ¿la artista cuya exposición estoy organizando estaba aquí?
Christoph me miró como si estuviera loca. Estaba empezando a preocuparme de eso también.
—Sra. Pierce, Snix ha estado viniendo cada noche alrededor de esta hora para comprobar el progreso. Pensé que lo sabía. Sue Sylvester lo estipuló antes de que ambas llegaran a Lima-Ohio.
El bloc de notas en mi mano estaba temblando al ritmo de mi estremecimiento, y lo bajé. ¿Snix había estado viniendo todas las noches?
Eso significaba…
—¿Christoph, estaba vestida ella de negro esta noche? ¿Tiene el cabello largo y oscuro?
Christoph asintió.
—Siempre viste de negro. Nunca dice nada. —Christoph se inclinó hacia delante—. Es una artista del tipo melancólico y oscuro. Y, honestamente, asusta como el infierno. Es una chica intimidante.
—¡Oh, Dios mío...! —susurré. Acababa de verla... Ella estaba aquí... Había estado viniendo aquí y no lo había sabido...
De repente, cubrí la mano de Christoph con la mía.
—Christoph, ¿por dónde se ha ido Snix?
—Por la puerta trasera hacia el estacionamiento del personal. Es donde estaciona cada noche.
Inmediatamente comencé a correr hacia la puerta de salida del personal. Mientras hacía pivotar la puerta abierta y salir al frio de la noche, vi impotente como un auto deportivo negro se marchaba del estacionamiento y del museo acelerando.
Permanecí allí dejando que la brisa fresca acariciara mi rostro enrojecido y calmara mi frenético corazón, apreté mis ojos cerrándolos. Pensé en ella de pie junto a la escultura, con la cabeza baja, la espalda tensa y su mano agarrando el ala del ángel, como si su toque fuera lo único que le impidiera caer al suelo.
Mi mirada siguió las luces desvaneciéndose de su auto y susurré en voz alta:
—¿Qué ha sucedido en tu vida para destruirte tanto?
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Capítulo 6
Brittany…
Nadie podía saber de este momento nunca. Este momento de auténtica locura, lo guardaré para mí.
Eso estaba bordeando lo ridículo. A pesar de todo, me encontraba en el baño del museo, aplicando brillo labial de un tono rosa pálido en mis labios, y cepillando mi cabello largo y oscuro hasta que cayó contra mi cintura. Iba vestida sencillamente con una camiseta gris con los hombros descubiertos y jeans negros ajustados que realzaba mi figura. Nunca me vestía bien para galería, demasiado polvo y desorden. Lo que llevaba puesto no era mucho más de lo que normalmente vestiría. Pero no había duda, que pasando media hora de la medianoche entre semana, normalmente no me estaría aplicando maquillaje por la remota posibilidad de que una artista solitaria mostrara su rostro.
Esa artista solitaria que no podía sacar de mi cabeza. Esa artista solitaria con la que soñé la pasada noche. Esa artista solitaria que había estado llorando mientras se aferraba al ala rota de un ángel de mármol. Esa hermosa, llamativa y huraña artista que había huido en el momento en que escuchó el sonido de mi voz.
Era un manojo de nervios, simplemente pensando en cómo sería encontrarme con Snix en persona. Recé a todo los santos para que no fuera una capullo pedante. No quería que mi sueño de esta chica se destrozara.
Comprobando una última vez de que me luciera bien, me dirigí de vuelta a la galería, mirando hacia la mesa de seguridad para ver si Christoph estaba allí. No estaba. Lo que probablemente significaba que Snix no apareció.
Maldita sea. Anoche, al verme, debí de haberla asustado. Si hubiera sabido que había estado viniendo por la noche, podría haberme presentado... podría finalmente haber conocido a la mujer cuyo trabajo me había robado el corazón.
Cabizbaja por la decepción, me acerqué lentamente a la galería y trasladé a un lado las cortinas oscuras, entrando en el espacio de trabajo privado. Bridgette, la directora del museo, había ordenador poner las cortinas esa misma tarde después de mis muchas quejas sobre los estudiantes de arte y los visitantes que trataban de disfrutar de una de las primeras muestras de la exhibición.
Mientras las cortinas se cerraban detrás de mí, me sobresalté sorprendida cuando capté el movimiento adelante.
Mis ojos recorrieron lentamente hacia arriba a un par de piernas vestidas con vaqueros negros, una cintura esculpida y la espalda cubierta con una camisa de manga corta negra salpicada de lo que parecía polvo de mármol.
Mi corazón estaba en mi garganta mientras observaba atentamente los delicados brazos esculpidos y pronunciados bajo la piel morena con algunos tatuajes. Mi mirada se desvió al cuello, parcialmente cubierto por una porción desaliñada de cabello que resultaba largo hasta los hombros.
Snix...
Tuve que parpadear para creer que la mujer con la que había querido reunirme durante años estaba realmente justo delante de mí. Olvidé cómo respirar. Olvide cómo hablar, moverme, o cualquier otra cosa que cualquier ser humano haría naturalmente.
Snix agachó la cabeza, evitando mi mirada, pero estaba segura que sabía que yo estaba aquí. Cada milímetro de su cuerpo estaba tenso, como si estuviera lista para saltar. Mi voz no funcionó correctamente mientras observaba su pecho subir y bajar. Después, con deliberada lentitud, exhaló con dureza por la nariz y levantó la cabeza. Casi me tambaleé hacia atrás. Era... misterioss. No había ningún otro adjetivo que se me ocurriese para hacerle justicia. Misterioss, intensamente sexy, y absolutamente poco convencional... hermosa.
Snix era tan inspiradora para mirar como sus esculturas, y cuando sus ojos casi color chocolate perforaron los míos, solté un suspiro tembloroso reprimido.
Pensé que mis piernas cederían cuando vi esos curiosos, iris de color marrón vagar por todo mi cuerpo. Temblaba bajo su escrutinio, con las rodillas débiles y el corazón revoloteando.
Italiana y latina, pensé. Jake había estado en lo cierto. Snix definitivamente parecía tener raíces italianas.
Se sintió como si los minutos pasaran en silencio mientras estuvimos inmóviles, sin saber qué decir.
Tratando de salvar un mínimo de profesionalidad, salí de mi estupor y di un paso hacia adelante, tímidamente tendiéndole mi mano.
―Hola... ―dije con voz quebrada.
La mirada severa nunca ni una sola vez se desvió de la mía, con sus ojos oscuros, punzantes.
―Soy Brittany. ¿Usted... usted debe ser Snix?
En un segundo, fui testigo de la palidez que se propagaba por sus mejillas y sus ojos cayeron al suelo, con el cabello negro largo hasta los hombros cayendo para ocultar su rostro. Estaba protegiendo su anonimato. Sue me había dicho lo incómodo que era con cualquier aclamación o reconocimiento. Su mentora claramente no estaba mintiendo.
―Está bien. ―Me apresure a decir―. Soy la conservadora de la exposición. Tu presencia aquí se queda conmigo. Estoy éticamente obligada a proteger tu anonimato si así lo deseas.
Los hombros de Snix parecieron relajarse un poco, y suspirando a regañadientes, pasó hacia atrás su cabello largo despejando su rostro y levantó la cabeza.
Esta vez pude verle más claramente. Era muy atractiva, y en el brazo izquierdo, llevaba el tatuaje de un águila con mirada determinada. Ella simplemente gritaba peligro. Tenía los ojos desconcertantemente evaluadores como si no confiase en mí, o en alguien más en realidad.
De repente, Snix se adelantó y estrechó su mano con la mía. Cuando nuestras manos se tocaron, me quedé sin aliento, ligeramente jadeé ante el calor de su abrasadora palma. Se me había olvidado que había estado sosteniendo mi mano para saludarla, demasiado prendada de su aspecto y temperamento silencioso.
―Brittany ―dijo con voz ronca. Mi corazón dio un vuelco al oír su acento ronco.
―Snix ―respondí nerviosa―. No te puedo decir lo feliz que estoy de conocerte por fin ―dije sin aliento. Su boca se apretó, como si mi entusiasmo se perdiera en ella o la irritase. No lo podría decidir.
Aclarando mi garganta, me soltó e hice un gesto hacia la exposición en vías de desarrollo.
―¿Qué piensas? ―le pregunté nerviosamente, temblando sutilmente en mi voz. Me posicioné a su lado para hacer frente a la galería―. Soy una admiradora entusiasta de tu trabajo, así que esto es realmente un sueño hecho realidad para mí, diseñar esta exposición.
Snix permaneció en silencio, así que me volví hacia ella, y sus ojos oscuros se estrecharon como en desagrado mientras nuestras miradas chocaron. Una oleada de calor se extendió por todo mi cuerpo bajo su pesada atención. Podía sentir mis mejillas ardiendo.
―¿Pasa algo malo? ―le pregunté, enhebrando nerviosamente mis dedos por mi largo cabello.
La expresión de Snix se quedó en blanco, el mayor estrechamiento de sus ojos fue el único cambio en su mirada. Snix volvió la mirada hacia la extensión de la galería y lentamente inclinó la cabeza, estudiadamente escudriñando algo delante de nosotras. Reflejando su postura, traté de seguir su mirada y ver lo que estaba mirando.
Snix me miró de nuevo, y por un momento, sentí que la había visto antes. Esa fracción de segundos vislumbrando sus ojos oscuros revelaron una familiaridad en su rostro. Pero entonces el momento se fue tan rápido como llegó y caminó hacia adelante.
Snix se detuvo ante su escultura de una mujer inclinada con la cabeza apoyada en sus manos, las piernas metidas en el pecho... y trágicamente, cada centímetro de su cuerpo perforado con cuchillos de mármol pintados de negro, los cuchillos agrietando el mármol carrara blanco como si estuviera siendo desgarrado por las cuchillas.
―¿Snix? ―pregunté, y me miró.
―Snix ―dijo con frialdad, y un escalofrío recorrió mi espina dorsal con su tono dominante.
―Snix... está bien ―susurré en respuesta. La forma en que se quedó mirando mis labios un poco demasiado largo, me aturdió.
Extendiendo su mano, pasó sus callosos dedos a largo de la curva de la espalda de la escultura y miró a un espacio vacío en la esquina de la habitación.
La vi examinar de cerca sus piezas con cuidado preciso.
Snix de repente se levantó y señaló hacia el rincón más alejado.
―Esto debería ir allí.
Mi corazón se aceleró por la emoción mientras me movía para reunirme con ella, inclinándome por encima del hombro para ver el lugar exacto al que estaba apuntando. Mientras estaba allí respirando suavemente, sentí su cuerpo tensarse en nuestra cercanía. En esta cercanía, olía ligeramente a humo de cigarrillo y a su inconfundible perfume con toques de vainilla.
Olía bien... demasiado bien. Tan bien, que estaba sobrepasando los límites de mi conducta profesional.
Los músculos y tendones en los brazos de Snix se tensaron. Se pasó la mano por el cabello una vez más. Supuse que lo hacía cuando se sentía nerviosa.
―¿Hay alguna razón en particular para que quieras la pieza en esa esquina?―le pregunté.
Snix inclinó la cabeza hacia atrás y miró hacia el techo abovedado de cristal. Hice lo mismo, frunciendo el ceño confundida.
―El sol pasa a través del techo durante la mayor parte del día. Si lo movemos en ángulo justo a la derecha, los rayos atravesarán la escultura y reflejan los cuchillos en el suelo, justo como había planeado.
Cuanto más hablaba, más me recogí en la devastación del profundo timbre de Snix. Al final de su explicación, me di cuenta de que ya no estaba mirando al techo abovedado, sino a ella y a la expresión de profunda tristeza grabada en su rostro. Por un breve momento, Snix cerró sus ojos y pude sentir la tristeza fluyendo de ella.
En un instante, mi corazón se rompió por ella. No tenía ni idea de por qué, pero definitivamente parecía estar sufriendo. Los segundos pasaron en silencio, sin embargo, no podía dejar de mirar su rostro. Esta misteriosa escultora era más intrigante en persona de lo que jamás podría haber imaginado. Intrigante pero problemática... intimidante... una mujer de quien todos mis instintos me decían que me mantuviese al margen.
Como no quería entrometerme en lo que pareció un momento personal, me obligué a centrarme en la escultura.
―¿Estás de acuerdo? ―Snix finalmente preguntó.
―Me encanta ―dije en voz baja y me moví bajo la luna plena y toda su luz que estaba a la vista. Mientras miraba las sombras proyectadas en el suelo, con los ojos como platos.
Mi atención volvió a Snix, que estaba de pie con sus brazos cruzados sobre el pecho. Su dura mirada se centró en mí.
—Estoy de acuerdo con lo que quieras, pero... —Me callé, inclinándome más para comprobar que estaba en lo cierto.
Snix se tensó.
—¿Qué? —espetó.
Retrocedí un poco ante su agudeza. Ella suspiró, sus mejillas se ruborizaron de un tono rojo mientras se mecía insegura sobre sus pies. Era como si estuviera insegura, como si no estuviera acostumbrada a tener a alguien hablando de su arte a nivel personal con ella... como si estuviera completamente fuera de su zona de confort.
Pero eso no podía ser cierto. Aunque esta era su primera exhibición, seguramente debería estar acostumbrada a tener gente discutiendo sobre su arte, tanto académica como públicamente. Había estado esculpiendo durante un par de años.
Suspirando, me enderecé.
—Bueno, con los rayos del sol brillando, parecerá como si estuviera sangrando.
Snix estiró el cuello hacia la escultura, pero no se movió.
—Ven aquí y mira —insté, y de mala gana, Snix se movió a mi lado y se agachó, cuidadoso de que nuestros cuerpos no se tocaran. Supe el instante en el que vio a lo que me refería, cuando una exhalación tranquila escapó de sus labios.
Snix se pasó la mano por el rostro.
—Eso parece —concordó con una voz ronca.
—¿Encaja ese efecto de sangrado en lo que originalmente inspiró la pieza? No queremos cambiar su significado a lo que representa —le pregunté. Snix no había nombrado a ninguna de sus obras maestras, ni aportado antecedentes sobre lo que inspiraban, lo que el arte estaba destinado a retratar. Como escultora, su concepción podría sólo alguna vez se explica por una persona, ella. Pero como la conservadora, el no saber nada acerca de los antecedentes de las esculturas hacia que fuera una pesadilla acomodarlas en una presentación.
—Totalmente —respondió sin aliento.
Pareciendo totalmente desconcertada, Snix se sentó en el suelo, contenta al ver la luz proyectada de la luna crear sombras que parecían riachuelos negros arrastrándose a lo largo de la continuación de hormigón.
Cayendo de rodillas junto a ella, esperé a que hablara. Estaba acostumbrada a los artistas que tenían métodos no convencionales al exhibir su trabajo, pero Snix parecía estar completamente perdida con este proceso.
Inclinándome hacia adelante, tracé una larga sombra negra en el suelo de hormigón pulido con mi dedo para obtener algún tipo de compostura. Cuando levanté la vista, Snix estaba mirándome. Su mirada era un toque más suave que antes y su expresión era cálida.
—Lo siento —le dije rápidamente—. Sé que puedo dejarme llevar por momentos. Tu trabajo... —suspiré y me sonrojé avergonzada— me vuelve algo loca. —Farfullé con una risa nerviosa y volví a trazar las sombras cerca de mis rodillas.
Snix no habló durante unos segundos, pero luego preguntó:
—¿Por qué crees que está sangrando? —Sorprendida, la miré. Snix hizo un gesto con la barbilla a la estatua de mármol del hombre ante nosotras.
—¿Por qué creo que está sangrando? —pregunté, confusa.
Asintió secamente.
Mientras estudiaba la escultura, su forma inclinada como en agonía, le dije:
—¿Por dolor? ¿Sangre? ¿Rechazo?
Los ojos de Snix estaban desenfocados, perdidos en la concentración.
—¿Estoy en lo cierto? ¿Es dolor? ¿Sangre? ¿Algo más?
Los ojos de Snix abruptamente se encontraron con los míos.
—Culpa.
Culpa...
Miré la escultura de nuevo, esta vez con nuevos ojos. Ahora sentía la culpa. Cada daga, un pecado que las personas no deberían haber cometido... la mujer de mármol se estaba rompiendo en pedazos por su culpabilidad.
—Tú... ¿alguna vez sentiste culpa de esa manera, Brittany?
Mi corazón se agitó ante la manera en que Snix pronunció mi nombre, su lengua envolviéndose alrededor de la pronunciación de mi nombre perfectamente. Cuando encontré sus ojos, su mirada me imploró que respondiera a su pregunta.
Tristemente negué. No llevaba nada cerca del nivel de culpabilidad retratada en esta pieza. De hecho, dudaba que muchos lo hicieran.
Con los dientes apretados, Snix repentinamente se puso de pie y corrió hacia la salida.
—¿Te vas? —pregunté, mi voz mezclada con decepción. Snix se detuvo en seco.
—Sí —refunfuñó. Su voz estaba rota, pero no creí que fuera de enojo, sino más bien de pena.
Sentí lo mucho que quería irse. Sus manos se apretaron en puños a sus costados y su delicada espalda estaba imposiblemente tensa bajo la fina tela de su camisa.
No quería que se fuera. Quería que me explicara cada pieza como lo hizo con la mujer destrozada por las dagas. Quería ver el mundo que había creado a través de sus ojos. Quería hablar con la mujer cuyo trabajo apreciaba más que cualquier colección que hubiese estudiado o visto. Quería que explicara su viaje de la vida, para así poder crear la exposición que un genio como ella merecía. Y si era honesta conmigo misma, quería llegar a conocerla también.
—Por favor —le susurré desesperadamente y Snix con cautela volvió hacia mí.
La expresión que llevaba no era acogedora. De hecho, sólo podría ser descrita como francamente amenazante. Pero yo tenía una insaciable necesidad de saber más. No conocía a Snix, en absoluto. Pero algo dentro de mí quería que la ayudara a sanar.
Una cosa era cierta. Conocía su trabajo. Había tenido una visión de la mujer de verdad a través de cada curva de sus creaciones de mármol. Ella podía esconderse detrás de sus tatuajes, su rudeza y cabello largo, pero no podía ocultar lo que aparecía a simple vista. Sus esculturas le gritaban al mundo que ella era imperfecta.
—Nunca pones nombres a tu trabajo —dije mientras los ojos de Snix se tensaron con agitación manifiesta. Di un paso hacia adelante, mirando nerviosamente a través de mis largas pestañas—. Tu trabajo... nunca les das títulos.
Snix se encogió de hombros, pero ese atisbo de inseguridad, o ¿era la reticencia?, que había visto antes, apareció de nuevo en su rostro. Di un paso adelante de nuevo. Ella no dio marcha atrás a medida que nos quedamos cara a cara.
Me temblaban las manos. Era tan maravillosamente fascinante... la piel latina, esos tatuajes prohibidos de su brazo y su espalda baja que cubría a la verdadera mujer que yacía debajo.
—¿Por qué? —le pregunté—. ¿Por qué dejar tus hermosas piezas sin nombre? Nombrarlas les da vida. Un bautismo de su creación, por así decirlo.
Me miró. Tragué saliva, temblando. Pero Snix, esta vez, se inclinó adelante hacia mí, y un escalofrío me recorrió la columna vertebral en previsión de lo que iba a hacer.
—Ponerles nombre las hace demasiado reales —susurró, su aliento caliente recorriendo mi rostro.
—No entiendo… —Empecé a discutir, pero Snix me cortó con su expresión severa.
—Rayos, no merezco todo esto. Me merezco nada de esta atención... créeme... nunca quise esto... pero lo obtuve de todas las malditas maneras.
Aspiré entrecortadamente mientras su cuerpo se alzaba sobre mí. Mis ojos revolotearon para encontrarse con los suyos. Sus ojos casi color chocolate se encendieron con fulgor.
—Eso no es cierto —le susurré. Su obra, más que la de nadie, merecía estar en la exhibición. La gente debía ver a sus obras de arte.
—No me conoces, chica —estuvo en desacuerdo con los dientes apretados.
—Conozco tu trabajo —repliqué, mi corazón rompiéndose un poco ante el aumento de su agresión y su uso condescendiente de la palabra "chica"—. Más que nadie, conozco tu trabajo...
Snix me miró con tanta atención que pensé que podría derrumbarme bajo el peso de su mirada. Entonces, para mi total sorpresa, dejó caer su ceño fruncido y sus ojos con la derrota. Su mano se acercó y tomó un mechón de mi cabello largo entre su índice y su pulgar, frotándolos, antes de que su mirada se fijara en la mía.
El aire parecía tan espeso como la niebla más densa rodeándonos, hasta que Snix dejó caer mi cabello como si fuera una llama. Una expresión de sorpresa incrédula se estableció claramente en su rostro, como si estuviera sorprendida de haberme tocado.
Rápidamente se dio la vuelta.
Esta vez supe que se iba, a pesar de mi protesta. Cuando abrió las pesadas cortinas, le pregunté:
—¿Los títulos...?
El puño de Snix se envolvió alrededor de la tela negra y su cabeza cayó.
—¿De verdad los necesitas tanto? —preguntó brevemente. Un destello de esperanza se desató en mi pecho.
—Me ayudarían... inmensamente. A la gente le gusta poner un nombre a una escultura, y les encanta si hay alguna explicación detrás de su creación. A la prensa le gusta también, por lo que pueden hacer referencia a su pieza favorita en sus críticas. Ya he tenido solicitudes de que algunos de los principales pesos pesados de la industria.
—Al demonio—siseó entre dientes, pero la oí. Esperé en vilo por su respuesta, cada parte de mí temblaba por nuestro extraño encuentro, cuando por fin dejó caer sus hombros—. Bien, como quieras.
—Gracias —le contesté, con mi estómago arremolinándose con mariposas. Snix corrió las cortinas.
—Voy a venir alrededor de esta misma hora mañana por la noche.
—Está bien —le contesté, calor infundiendo mi sangre ante la idea de trabajar con ella de nuevo.
Justo cuando se volvió para irse, rápidamente pregunté:
—¿Snix?
Se detuvo, pero no se volvió.
—¿Hay alguna posibilidad de que seas de Lima? —Sus hombros se tensaron—. Sólo te pregunto porque soy de Birmingham con raíces holandesas, y reconocí tu acento también.
Dudó.
—De muy cerca, puede ser —respondió a regañadientes tranquilamente. Una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios al pensar que éramos del mismo estado, cuando añadió—: Es Snix. Snix —subrayó.
—Está bien —susurré, queriendo decir más.
Pero entonces Snix salió rápidamente a través de las cortinas abiertas, dejándome al lado de la escultura que acabábamos discutir. Cuando me senté bajo el resplandor de la luz plateada de la luna, solté un suspiro prolongado y un escalofrío de compresión me envolvió.
Snix, Snix, es esta mujer dolida y herida tirada en el suelo, la mujer sangrando su culpa...
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Capítulo 7
Santana…
Santana…
- Tú no me conoces, chica.
—Conozco tu trabajo. —Los ojos vivaces de Brittany estallaron con convicción—. Más que nadie, conozco tu trabajo...
Mientras rodeo la inmaculada losa de mármol delante de mí, con mi pecho casi descubierto y sudoroso por el entrenamiento reciente, las palabras de la conservadora se mantenían dando vueltas en mi cabeza.
—Conozco tu trabajo... Más que nadie, conozco tu trabajo..."
Brittany. La maldita Brittany Pierce por meterse en mi cabeza.
Desde el momento en que la había vi hace dos noches en la galería, atrapándome junto al ángel de mármol, me había sorprendido dejándome estupefacta.
Nunca había visto a ninguna chica parecida a ella. Nunca había visto a nadie con ojos tan brillantes, el cabello tan rubio, o una sonrisa tan cegadora. En el pasado, había conseguido una chica siempre que había querido (siempre me gustaron las chicas). Un montón de italianas cerca del parque de caravanas dispuestas para unirse a mí rápidamente. Pero nunca tuve a una chica de su porte dándome ni un poco de atención. Rayos, apenas he visto a una mujer con intenciones de tocarla en cinco años, y mucho menos tener sexo... Por lo que ella es la primera que me hace caso, dándome cuenta con sus palabras que pensaba que era la cosa más grande del mundo.
Entonces anoche, Brittany esperó a que apareciera. A mí. Apenas podía ocupar mi cabeza en ese hecho. Debería haberme mantenido al margen. Nunca quise a nadie involucrado con esta exposición, y mucho menos saber cómo me verían. Pero la morbosa curiosidad de cómo podría lucir mi exhibición me atrajo de nuevo a esa galería, noche tras noche... curiosidad por ver las esculturas que había pasado meses creando, esculturas que no había visto en mucho tiempo... y allí estaba ella, mirándome con su rostro impresionante, toda emocionada por conocer a la maldita Snix.
Snix, una artista ficticia. Snix, la escultora del que el mundo remilgado del arte se había enamorado. Pero nadie, nadie "excepto Sue" sabía que Snix en realidad era Santana López. Una ex convicta de un parque de caravanas. Y nadie tenía tiempo para ella.
Santana López, una ex convicta de veinticinco años, que consiguió una reducción de pena por vender a un proveedor de drogas a los federales. Santana López, la una vez famosa segunda al mando de los Heighters, la integrante más dura y brutal de esa pandilla, una vez famosa de poseer ese pedazo de territorio. Y Santana López, la maldita mujer que rompió el corazón de su mammá moribunda y llevó a los dos mejores hermanos que una chica podría pedir a la ruina.
Santana López merecía vivir en la miseria por lo que había hecho. Santana López merecía ser tratada como escoria.
Santana López no merecía otra oportunidad en la vida.
No, Brittany Pierce puede pensar que el sol brillaba a través de Snix, pero mis hermanos conocían la verdadero yo. Sabían quién era realmente en el fondo. Cielos, la forma en que Violeta me trataba cada vez que me veía me lo decía.
Hace sólo dos horas ella me había demostrado lo mucho que no me podía soportar, y no contuvo sus palabras mientras lo hacía...
***
Sentada en la mesa del desayuno, me bebí mi café negro, como lo hacía todos los días, mientras Kitty cocinaba en los fogones, con los brazos de Jake envueltos alrededor de su cintura. A ellos no les importa nada que estuviera aquí, o al menos Jake no. Allí estaba con sus labios besando a lo largo del cuello de Kitty.
Por mucho que no quisiera ver a mi hermano pequeño babeando sobre su delgada mujer, me encantó verlo tan feliz.
En ese momento, Kitty volvió la cabeza hacia mí e inmediatamente se sonrojó. Jake siguió su mirada y se echó a reír cuando vio lo que tenía a su mujercita tan avergonzada.
—Eres tan linda, Pix —dijo Jake y presionando un beso en la mejilla de Lexi, se sentó frente a mí, después. Kitty sirvió sus huevos y se sentó junto a su marido, poco a poco levantando su tenedor para cortar su comida. Mantuvo los ojos bajos mientras masticaba metódicamente cada bocado de huevos. Atrapé a Jake mirando hacia ella de vez en cuando, con la mano de descendiendo por su pierna.
Durante un minuto, se me encogió el estómago al pensar en lo mucho que a mi mammá le hubiera gustado haber visto a su orgullo y alegría así de feliz. Ella habría adorado a Kitty. Habría sido la hija ideal que mamma nunca tuvo.
Ese único pensamiento de mi mammá, me tenía con los ojos cerrados y a mi garganta luchando contra un enorme bulto de dolor.
—¿Estás bien, San? —preguntó Jake.
Mis ojos se abrieron de golpe, y pude ver sus cejas juntas mientras me miraba.
—Sí —le contesté con voz ronca, tosiendo y cambiando de posición en mi asiento.
Jake me miró con escepticismo, pero no me presionó.
—Entonces —dijo Jake, levantándose de la mesa para darnos más café. Mientras llenó mi taza y se sentó de nuevo, esperé a ver qué quería decirme—. Has estado trabajando largas horas en realidad en ese mercado. Parece que todo el maldito tiempo.
Como siempre mi corazón latía con fuerza cuando Jake sacaba a colación mi cubierta. Como odiaba mentirles a todos, pero no podía decirles lo que realmente estaba haciendo en Lima-Ohio.
—Tomando más turnos. Trabajando tanto como puedo —murmuré vagamente.
—¿Durante la noche? —Jake cuestionó.
—Una tipa con la que trabajo tiene un lugar cerca. A veces me quedo allí. Pero tomo turnos de noche también.
—¿Una tipa con la que trabajas? —Jake sondeó y Kitty miró hacia arriba, con preocupación en sus ojos. Jake se movió en su asiento—. ¿Una ex convicta?
Mis ojos se estrecharon sobre mi hermano pequeño.
—¿Y si ella lo es? —le pregunté—. Yo lo soy, Jake.
Jake abrió la boca para responder, cuando otra voz cortó en su lugar.
—Por supuesto que lo es, Jake. San solamente pasa el tiempo con perdedores y perdedoras. ¿Recuerdas a Elaine? Era maestra titiritera de Santana allá en nuestro hogar, ¿no?
Cerré los ojos un instante y traté de respirar a través de la diatriba de Vio que se aproximaba. Las lanzaba a diario, sus palabras tratando de fustigarme cada vez.
—Probablemente no están trabajando hasta tan tarde. Probablemente regresó a vender coca. La única cosa en la que ella era buena. Una empresaria de la coca.
Cada parte de mí se quedó inmóvil ante la mención del tráfico de drogas, y me volví para mirar a Violeta, que estaba apoyada contra la encimera de granito, haciendo un batido de proteínas. Mi hermanita estaba disparando dagas hacia mí con sus ojos grises.
Había sido así desde que llegué. La mayoría de los días me ignoraba, el resto del tiempo trataba de derribarme, tratando de hacerme sentir como la perdedora que todos creían que era.
Los primeros días, soporte sus ataques, tratando de calmar la ira. Sin embargo, recientemente, había estado quedándome en mi estudio más veces. Sue puso una cama para mí ahí. No quería estar aquí, donde no me querían. No quería herir la vida de Vio más de lo que ya lo había hecho.
—¡Violeta, detente! —dijo Kitty con cansancio, pero levanté mi mano para detenerla.
Cerré la mirada con mi fratellina.
—Lo creas o no, chica, ya no estoy en eso.
Una sonrisa se extendió sobre la boca de Violeta.
—¿Sí, San? ¿Estás reformada ahora?
—Sí, Vio, lo estoy. Sólo trato de seguir adelante con mi vida.
Violeta agarró la coctelera en su mano y dio un paso adelante, con el rostro de un radiante rojo.
—Sabes, solía creer que Dios cuida de la gente buena, pero viéndote sentada aquí en esta casa después de todo lo que le hiciste a Jake, a Kitty y a mí, simplemente no se siente bien. —Vio se inclinó hacia adelante, y por unos minutos, pensé que la chica iba a intentar golpearme, pero se retiró en el último momento—. Has matado a personas, San, por nada más que territorio. Hiciste que Jake y yo disparáramos a chicos y chicas de los King, y lo que me pone más enojada que nada es que Mamma está muerta. Mamma, la mejor mujer que jamás haya existido, ella murió mientras tú vives. ¡Tú!
Mi pecho se apretó mientras veía las lágrimas llenar los ojos de Vio. No quería hacer nada más que levantarme y llevarla a mi pecho y decirle que lo sentía. Pero de ninguna manera iba a dejarme hacer eso.
—Vio, será mejor que cierres la boca en este maldito instante. —Jake advirtió. Vio lanzó sus ojos hacia Jake, a continuación, se centró de nuevo en mí.
—Está bien, Jake. Déjala que diga lo que quiera. Obviamente, quiere sacarlo de su pecho —le dije con frialdad, lo que sólo sirvió enojar más a Vio.
—Santana, nadie merece que le hablen así —dijo Kitty en voz baja, y fue la única vez en toda esta actuación que vi a Vio perder su duro acto de matona.
Sin romper la mirada de Violeta, giré la cabeza hacia Kitty.
—Que diga lo que quiera decir, Kitty. Se veía venir desde hace mucho tiempo.
Los ojos grises de Violeta se encendieron con fuego, y estaba segura que si tuviera un arma, me habría disparado en la cabeza. Se inclinó más.
—Trabaja en tu mercado de pescado de porquería, Santana. Pero sabes que nada de lo que hagas nunca hará que te perdone. No eres más que basura.
Violeta salió de la casa, y me senté a la mesa, sin soltar mi café, la taza casi agrietándose bajo mi puño apretado.
—San, Rayos, no debería haber dicho eso de Mamma… —Jake trató de decir, pero lo interrumpí, lavé mi taza en el fregadero, y la coloqué en el escurridor.
Cerré los ojos e inhalando, para luchar de nuevo contra la devastación que me atravesaba, le dije:
—Ella tiene razón, Jake. Todo lo que dijo fue correcto. —Levanté la mirada para ver a Jake y Lexi mirándome con ojos comprensivos.
No quería ninguna lastima. Sólo me molestó más. No era un maldito caso de caridad.
Saliendo del mostrador, camine más allá de mi hermano y su esposa, pero no antes de decir:
—Si pudiera cambiar de lugar con la Mamma, lo haría en un sin pensarlo. Merezco estar muerta. Nunca he hecho nada bueno en toda mi vida. Violeta tiene razón. Soy basura.
***
Sintiendo el frío metal del martillo en mis manos, comencé a golpear los grandes trozos de mármol Pavonazzo veteado gris que no era necesario en esta escultura. Con cada golpe sentí cada una de las palabras de Violeta golpeando mi pecho como si me estuviera desgarrando.
¿Qué demonios le he hecho a esa niña?
Yo la había destruido, eso es lo que hice. Yo, la mujer que estaba destinada para protegerla, la había destruido.
El polvo de mármol nubló la habitación. Mirando los restos de arcilla que había creado como una plantilla para la escultura, tomé mi martillo y golpeé directamente a través del centro, dos piezas de arcilla se estrellaron contra el suelo.
El martillo colgaba a mi lado. Jadeaba por el esfuerzo, los músculos de mis brazos palpitaban con el peso de la herramienta.
Permanecí inmóvil, mirando fijamente el mármol. Antes de darme cuenta, había recogido mi cincel puntiagudo y comencé a esculpir un nuevo esquema. Una determinada imagen se abrió paso en mi mente, dándole vida con mis manos.
Trabajé como un ser enloquecido. Horas y horas pasaron mientras esculpía en el mármol, finalmente tomando la forma definida.
Trabajé tanto tiempo que los cielos grises dieron paso al negro de la noche y un fuerte viento sacudió las largas ventanas del estudio con vistas al Sound.
Con dolores musculares y el cuerpo agotado, di un paso atrás, evaluando la escultura. Tuve que darle la espalda. No podía soportar mirarla.
Cuando volví, mis ojos se llenaron de lágrimas. Mi ira normal incontrolable se afianzó, provocado por un camión cargado de odio por mí mismo. Entonces, me di cuenta de que Sue estaba de pie en la puerta, mirando fijamente a la escultura sin finalizar, una expresión en blanco en su viejo rostro.
—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —le pregunté, apretando los dientes mientras iba a recoger una toalla que había arrojado sobre mis herramientas. Me limpié el rostro.
—Hace un rato —dijo Sue, mientras arrastraba los pies de su cuerpo envejecido en la habitación, con su bastón de madera a su lado.
Me tensé mientras se acercaba. Odiaba que alguien viera mi trabajo en cualquier momento, pero especialmente cuando estaba en progreso. No podía soportar el juicio.
Sue se acercó a la escultura con las cejas dibujadas y lentamente la rodeó. No le hice caso y me fui a recoger mi paquete de cigarrillos. Encendí uno y di una larga calada.
Sue se arrastró hacia mí, pude ver mirándolo a través del escaso estudio. Sus ojos se dirigieron a la gran cama doble en la esquina más alejada.
—¿Te has quedado aquí mucho? —preguntó.
—Trabajo hasta tarde.
Sue asintió, pero pude ver la preocupación en sus ojos. Solté una larga nube de humo.
No entiendo por qué le iba a importar a alguien.
—Sé que trabajas hasta tarde, Snix. Es cerca de la una de la madrugada.
Me pasé la mano por el rostro. Cielos, había estado aquí todo el maldito día.
Poco a poco levanté la cabeza para mirar a Sue.
—¿Casi la una?
—Sí, son las doce cuarenta y cinco —respondió confusa—. He salido a cenar con unos amigos y pensé en pasar por aquí. Sólo sabía que estarías despierta. Tengo que volver a Nueva York en la mañana, por lo que quería decirte un adiós rápido. Mi trabajo me mantendrá lejos hasta cerca de la apertura de tu exhibición.
Apagando el cigarrillo, alcancé mi camiseta negra que estaba llena de polvo de mármol y arcilla, y me deslicé en mis botas negras.
—Bueno. Adiós.
—¿A dónde vas con tanta prisa? —preguntó Sue cuando me extendí por mi cartera y las llaves del auto.
—A la galería.
—Ah. Todavía vas todas las noches —Sue comentó, y me detuve en seco.
—¿Sabes que he estado yendo?
Asintió con la cabeza.
—Te inscribí como visitante nocturno antes de que incluso llegaras. Sabía que no lo podrías resistir. Es algo bueno. Me dice que no eres tan indiferente a esta exposición como intentas aparentar.
Mantuve mi silencio, sintiéndome como una maldita idiota. Sí, me importaba.
—¿Y vas a revisar su progreso ahora?
Miré fijamente a Sue y supe que la condenada no dejaría de presionarme hasta que hablara.
—Voy a darle nombres a mis piezas
La boca de Sue se expandió volviéndose la puta sonrisa más grande.
—¡Snix! Estoy tan feliz. ¡Los nombres les darán vida! —Entonces frunció el ceño— ¿Pero por qué ahora? Te has negado todo este tiempo.
Mi estómago se estremeció mientras el rostro de Brittany venía a mi mente.
Bajando la mirada, me froté la cara.
—La conservadora me atrapó allí anoche y me pidió que las nombrara. Acepté. Ella fue… persistente. —Me quede callada; por alguna razón me sentía más ligera cuando pensaba en su rostro ansioso.
Mirando la escultura sin terminar de yeso en el medio del estudio, ya sabía que nombre le daría a esa…
—¿Has conocido a Brittany? —La pregunta de Sue me trajo de vuelta al presente.
—Anoche.
Algo cercano a diversión pasó por los ojos de Sue mientras luchaba por no reír. Esa mirada conocedora simplemente me molestó.
—¿Qué? —pregunté con aspereza.
Sue levantó las manos.
—Nada.
Lo miré fijamente, entonces tome otro cigarrillo y lo deslicé entre mis labios. Al salir pasé empujando a Sue.
—Me voy.
Mientras me iba del estudio, juro haber escuchado la risa de Sue.
Abriendo la puerta a la oscura y húmeda noche, agaché la cabeza mientras corría bajo la lluvia y salté dentro de mi auto “El Camino” del 69 negro. Respiré profundamente mientras la lluvia golpeaba el techo de mi auto. El humo de mi cigarrillo llenó la cabina recién tapizada.
Mirando en el retrovisor, me quité la banda que mantenía mi cabello largo recogido hacia atrás y dejé que mi cabello húmedo cayera hacia abajo. El polvo de mármol me cubría por todas partes. Sacudí la cabeza preguntándome por qué siquiera me importaba algo cómo me veía.
Por supuesto que sabía porque me importaba tanto. La razón era de alrededor un metro setenta y cinco. Tenía un maldito cuerpo por el que morir, cabello largo rubio que caía a media espalda, y los más grandes ojos azules que haya visto jamás. Sí, por eso malditamente me importaba repentinamente mi obra. Por una atractiva mujer que se hizo cargo de mi trabajo.
Dejando mi cigarrillo colgando de mi labio inferior, miré mi reflejo. Termina con esto de una vez, San. Deja a la chica en paz. Nombra las esculturas. Dale suficiente información a fondo para que la use sobre los tableros de texto. Luego vete y no regreses.
***
Entrando por la puerta de personal trasera, le eché una mirada al guardia de seguridad nocturno, que siempre estaba en su escritorio. Agachó su cabeza detrás del escritorio para romper cualquier contacto visual. Me tenía miedo. No me sorprendía, la mayoría de la gente lo tenía. Todos excepto Sue, y tal vez Brittany. Sue porque no estaba del toda cuerda, ¿y Brittany? Quién diablos sabrá por qué.
Notando que las cortinas negras estaban cerradas, fue entonces cuando escuché el sonido de música pop en español en el interior.
Inhalando profundamente y rogándole a Dios para tener otro cigarrillo para calmarme, abrí las cortinas y entré en la galería. Se veía muy diferente de la última noche. Todas las cajas de madera y los embalajes de las esculturas habían desaparecido. Solo quedaban mis esculturas y las plataformas para posicionarlas. Las notas manuscritas estaban dispersas en el suelo alrededor de cada pieza.
Escuchando el canto fuera de tono desde la parte trasera de la habitación, seguí el brutal sonido. Mientras rodeaba la esquina, Brittany Pierce estaba allí vestida con una gran camisa blanca, leggings negros ajustados, Dr. Martens rosa y con su cabello rubio atado en un nudo desordenado encima de su cabeza.
No pude quitarle los ojos de encima.
Pero su ropa y cómo se veía no era lo que me tenía fascinada. Ella estaba sosteniendo una brocha de pintura en su mano, pintando lo que parecía ser una prueba de tonos de blanco en la pared posterior, mientras sacudía sus caderas, cantando desafinadamente —amor Prohibido murmuran por las calles. Porque somos de distintas sociedades…—en un español perfecto. Estaba divirtiéndose, dejándose llevar…
Mis cejas bajaron. En toda mi vida, no creo que alguna vez haya estado cerca de alguien que tuviera algo de diversión. Nunca he tenido diversión…
Un sentimiento cálido y desconocido se extendió en mi pecho cuando miraba a Brittany. La veía cantando a todo pulmón la letra, haciendo pinceladas al ritmo de la canción.
Por primera vez en mi vida, quería sentir esa felicidad, solo por un minuto, quería saber cómo se sentiría ese nivel de libertad. Se veía… agradable… en Brittany, allí de pie balanceando sus caderas, sin una maldita preocupación en el mundo, era como sentir un rayo de luz brillando sobre tu rostro cuando has estado atrapada en un pozo oscuro durante toda tu vida.
Después de solo unos minutos observándola, hipnotizada, me enderecé, dejé de sonreír, crucé los brazos sobre mi pecho y aclaré mi garganta.
Brittany se congeló a mitad de una pincelada y giró lentamente su cabeza. Su hermoso rostro estaba salpicado con pintura blanca, y sus ojos azules estaban tan grandes como los de un personaje de Disney mientras aterrizaban en mí. Su piel clara se ensombreció con un brillante rojo. Con cuidado bajó la brocha en la bandeja sobre el carrito que estaba a su lado, susurrando algo para sí misma en voz baja.
Mis mejillas se contrajeron, y tuve que abstenerme de reír a causa de su reacción al encontrarme aquí.
Cielos, parecía mortificada.
—Snix, no sabía que vendrías —dijo ella, completamente nerviosa, sosteniendo su mano en su pecho.
Que me torturen, era hermosa. Pensé lo mismo anoche, pero ahora, ¿justo así…?
Sostuve su mirada, viendo como su pecho empezaba a subir y bajar ante mi atención, fue más y más rápido cuanto más tiempo sosteníamos miradas. Sus pestañas largas revoloteaban nervios y mis puños involuntariamente se apretaron juntos contra mi pecho ante la acción.
—Snix —le recordé fríamente.
Los ojos de Brittany brillaron con vergüenza y su rostro se sonrojó aún más que antes. Levantó su mano para jugar con su cabello. En el repentino movimiento, su camisa desabotonada se abrió en su cuello, Permitiéndome darle un vistazo a su piel clara y la parte superior de sus pechos firmes bajo su sujetador de encaje blanco. Casi gemí ante la vista, pero estaba clavada al suelo, muy estupefacta por esta chica.
—Lo siento, Snix —se apresuró a decir—. Me recordaste sobre tu nombre anoche. No estaba pensando.
Inmediatamente me sentí como una idiota al escuchar la disculpa en su voz suave, pero me mantuve en silencio mientras Brittany se apresuraba a cambiar la música.
Me quede congelada en el lugar mientras ella tomaba una larga y profunda respiración, de espaldas a mí, con hombros tensos y un silencio ensordecedor que nos golpeaba a las dos. Pero se recompuso y se volvió a mí con esa hermosa sonrisa suya en su rostro.
—Estoy tan feliz que lo hayas logrado —dijo ella, acercándose a mí. Sus ojos vivaces recorrieron mi cuerpo, desde mi largo cabello desordenado hasta mi camiseta negra cubierta de arcilla y mis jeans negros rasgados. Los labios llenos y rosados de Brittany se extendieron, mostrando dos hoyuelos en cada mejilla. Con vacilación, llevó su mano a los extremos de mi cabello. Cada parte de mí se congeló y la respiración se me atascó en mi garganta mientras la veía tragar nerviosamente.
Habían pasado años desde que había permitido a una chica que me tocara. Y nunca fue una que se viera como ella.
Cuando su delgado dedo se desvió a mi mejilla, atrapé su esencia… de fresas. La mamma solía encender incienso de fresas en el remolque. No sabía si esa era la razón, pero por primera vez en mucho tiempo, me sentí relajada alrededor de alguien. Extrañamente, parecía como estar en casa.
Brittany tomó parte de mi cabello entre su dedo índice y el pulgar. Sus labios rosados se separaron ligeramente y su cálido aliento se extendió por toda mi rostro.
Me... gustaba su cercanía... su toque.
Un segundo después, Brittany apartó su mano y la sostuvo frente a mis ojos, para que pudiera verlo.
—Mármol —susurró, sus hoyuelos se profundizaron y sus labios hicieron un delicado puchero, sus ojos se estrecharon con sospecha—. Debiste haber estado realmente ocupada hoy. Estás completamente cubierta.
Algo en mi rostro debió haber causado que se alejara, porque soltó mi cabello y retrocedió.
Apreté los dientes. No tenía idea de cómo hacer toda esto. Mujer, deja que la exhibición… sea solo normal.
—¿Lo has estado?
—¿Qué?
—Trabajando todo el día.
Pude ver la emoción en sus ojos. Asentí antes de mirar a otro lado, colocando las manos en mis bolsillos.
Entonces fui hacia la pieza de la daga sobre la que discutimos anoche. Ahora estaba en la esquina que había sugerido, en lo alto de un pedestal y un gran proyector estaba brillando debajo de este. Fruncí el ceño.
—Si no lo quieres realzado, podemos cambiarlo —Brittany dijo de repente detrás de mí. Su esencia de fresas me hizo ir a la deriva de nuevo. Mis labios se tensaron al tenerla tan cerca. Pasó la mano por el pedestal blanco, estudiando la pieza—. Pedí que fuera puesto más alto para maximizar el efecto de los riachuelos. Y puse los proyectores esta noche para que así pudieras ver como se vería de día. ¿Ves?
Me agaché y de inmediato vi que tenía razón. Mientras me levantaba de nuevo, Brittany se mordía el dedo, manteniéndolo entre sus dientes.
—¿Y bien? —preguntó.
—Es perfecto —dije secamente. Realmente lo era. Con el resplandor de los reflectores, corrían riachuelos por quien había esculpido, acomodada en el pedestal y rodeado por una sombra de unos sesenta centímetros a lo largo del suelo. La piel de mi espalda me picaba al sentir la mirada de Brittany en mí.
—¿Entonces lo apruebas?
—Cielos… si… es... —Me fui quedando en silencio sin saber cómo expresar cómo me hizo sentir. Nunca fui buena con las palabras. No, a menos que te estuviera amenazando a alguien para pagar por crack o le rompería las malditas rodillas.
Brittany entrelazó sus manos y una expresión de orgullo se instaló en su rostro, lo cual me hizo retroceder. Necesitaba un poco de distancia.
La hice feliz. Sólo que no estaba segura de cómo manejarlo. La felicidad y yo no nos llevábamos bien.
—Entonces… —dijo mientras se volvía, dirigiéndose a la estatua— ¿Has pensado en cómo llamarla?
Mirando a esa mujer, con lo riachuelos casi ahogando su cuerpo y con la sombras que parecían borbotones de sangre, sólo un nombre me vino a la mente.
—El Desangramiento —susurré antes de tener tiempo para pensar en ello.
Brittany se tensó. Cielos. Ese probablemente era un título estúpido, era una tonta con eso de nombrar el arte.
—¿Drenando la sangre? —reflexionó Brittany en voz baja. Mis ojos fueron a los de ella, pero estaba mirando la escultura, una empática mirada en su rostro—. El Desangramiento… —murmuró bajo su aliento. Sus ojos brillaban mientras miraba los míos.
—De culpa —expliqué, con mi voz quebrándose—. De cada pecado que ha cometido esta mujer… de las acciones que han causado dolor a las personas… acciones que no puede deshacer. Esas dagas estarán allí de por vida.
Brittany contuvo el aliento, y bajé mi rostro, sintiendo la verdad en cada que palabra que cortaba mi negro corazón.
—¿Y cuál fue la inspiración? —empujó tentativamente.
Suspiré y me aparté el cabello de mis ojos. Miré a Brittany, pero no podría ver la mirada de dolor en su hermoso rostro.
—Cielos, chica —dije sin ninguna precaución. Mis ojos se cerraron brevemente mientras trataba de retener estos sentimientos, estos sentimientos que nunca me atrevía a perder.
—¿Realmente necesitas saber cómo pensé en esta pieza? ¿Necesitas cada maldito detalle? —Salió más duro de que quería, pero no estaba realmente cómoda al revelar esto a nadie.
—Solamente algo estaría bien —Brittany se movió nerviosamente más cerca de mí, su voz apenas más audible que un susurro—. Algo como… ¿cómo pensaste en eso? Eso sería suficiente para los tableros de texto.
Lentamente inhalé por la nariz, dejé caer mi cabeza y mi cabelló me cubrió el rostro.
—La tipa es una pecadora. Una mujer que ha hecho cosas realmente jodidas, pero para el momento en el que se dio cuenta del dolor que había causado, era demasiado tarde. Ya había hecho lo peor. Ya había arruinado a personas… arruinado vidas… destruido la inocencia de las personas, cambiando a la gente, cambiando el alma de las personas…
En mi mente vi a Violeta como una niña de catorce años, yo de pie detrás de ella, apuntando a un miembro de la pandilla rival, un King. Violeta sosteniendo en sus manos una Beretta. Sus dedos pequeños estaban temblando, el rostro blanco por el miedo, pero ignoré todo eso. Elaine había asentido hacia mí, ordenándole a mi pequeña hermana a ganarse una Stidda de Heighter, el tatuaje de una estrella en el brazo de un Heighter que mostraba que habías pasado la iniciación… al dispararle a un Rey.
Miré a mi yo de veinte años detrás de Violeta como una maldita demonia en su espalda, susurrando en su oído que se apresurara. Apuntando su brazo hacia nuestro rival y ordenarle ahora mientras Violeta hacía lo que le decía y disparaba una bala directo al tonto que tenía en frente.
Pero más que nada, podía ver a Violeta girándose hacia mí. Aun podía sentir cuan orgullosa estaba de ella, que se hubiera probado a sí misma ante mis hermanos y hermanas, la pandilla que era mi todo y siempre lo había sido desde que tenía doce años. Pero también podía ver el cambio en el rostro de Violeta. La niña a la que Jake y la Mamma querían, cambiando para siempre, como su víctima yacía sin vida en el suelo.
—¿Snix? —preguntó Brittany ante mi silencio.
Sintiendo una lágrima caer por mi mejilla para terminar sobre el tatuaje del águila que ahora cubría mi stidda, añadí:
—Cada daga es un crimen que cometió, con la culpa inundando a todo y todos a su alrededor. Una culpa que nunca termina. —Un sentimiento de reverencia se asentó en mis entrañas, y miré hacia la escultura—. Pero las dagas nunca se van a ir. La culpa va a seguir descosiendo. Las heridas nunca se van a cerrar… las grietas, las fracturas en su cuerpo, nunca van a sanar.
El repentino silencio en la galería me sofocó, provocándome tan sólo querer salir corriendo, abandonar esta maldita exhibición y mi dolor para que alguien más trate con ella. Pero mientras escuchaba la respiración silenciosa de Brittany a mi lado, no podía moverme.
Por primera vez desde siempre, alguien estaba compartiendo este dolor conmigo. Un extraño virtual. Y no sabía qué demonios hacer con lo malditamente bien que se sentía. Había prometido no dejar entrar a nadie. No entendía por qué había roto esa promesa con ella.
Levantando mis manos sucias, sutilmente quité unas lágrimas que había fallado en impedir que cayeran por mi rostro y me volví hacia la escultura, a la escultura que era toda yo.
Echando hacia atrás mi cabeza, miré hacia el techo en forma de cúpula hacia los millones de estrellas. De repente no me sentía tan torturada; cuando me imaginaba a Jake y a mí de niños, a Violeta siendo sólo una bebé en mis brazos. Sólo un par de jóvenes hermanos, los mejores amigos, sentados en el techo de nuestra caravana bajo nuestras espaldas y mirando las estrellas…
***
La manita de Jake señaló hacia el cielo oscuro.
—Esas tres justo ahí son el cinturón de Orión. ¿Puedes verlas, San? ¿Las tres estrellas en una fila? Y esas de allí son las Pléyades, o las Siete Hermanas. Pero para ver las siete estrellas a la vez, tienes que cerrar los ojos, y luego abrirlos muy rápido, porque algunas de ellas se desvanecen al instante, dejando sólo unas pocas—me dijo.
Miré a mi hermanito de ocho años, mientras sostenía a Violeta en mis brazos. Jake no era más que desgarbadas extremidades y grandes ojos marrones, una mini yo, y me reí
.
—¿Cómo sabes todo esto, Jake?
Él se encogió de hombros y sus mejillas se volvieron de color rojo brillante.
—Lo leí en un libro en la escuela. He leído un montón de ellos.
—¿Te gustan las estrellas? —le pregunté.
Se sonrojó aún más.
—Sí. Me hacen sentir feliz.
Se quedó en silencio, sabía que estaba avergonzado por decirme eso. Jake era un pensador; era inteligente.
Mirando al cielo otra vez, señalé una estrella.
—¿Cuál es esa, chico?
Jake se acercó más a mí y siguió mi dedo.
—Esa es Sirius, San —me dijo con entusiasmo. Su rostro se volvió hacia mí.
—¿Te gustan las estrellas, San?
—Me gusta que me hables sobre de ellas, chico —le contesté, sonriendo.
Jake se recostó, mientras escuchábamos a nuestro padre llegar a casa borracho del bar del parque de caravanas y empezar a gritarle a la mamma. La mamma inmediatamente comenzó a llorar, rogándole que no la lastimarla. Sentí a Jake tensarse a mi lado y su respiración cambió. Estaba aterrorizado. Él siempre se asustaba de nuestro padre cuando llegaba a casa destrozado. Esa era la razón por la que lo llevaba ahí, para distraerlo.
Inclinándome, envolví mi brazo alrededor de su hombro y tiré de él a mi lado. Malditamente odiaba a nuestro perdedor padre. Todo lo que él quería hacer era lastimarnos. Así que me hice una promesa a mí misma de que siempre haría cualquier cosa para proteger a mis hermanos.
—Vamos, chico. Dime más. —lo presioné, sintiendo a Jake agarrarse a mi chaqueta y apretar realmente fuerte cuando un vaso de vidrio se rompió en el interior del remolque y mi mamma gritó de dolor.
Con una voz temblorosa, Jake señaló a una estrella brillante.
—E… esa es M… Marte...
—No, ¿en serio? —le pregunté—. ¿Está hecha de chocolate también?
Sentí a Jake empezar a reír débilmente a mi lado.
—No, San, pero es de color rojo y grande, y algunas personas piensan que los extraterrestres viven en esta...
—¿En serio? ¿Extraterrestres? —pregunté con entusiasmo, tirando de Jake y Violeta más cerca.
Jake soltó mi chaqueta, sabía que él había logrado bloquear la paliza de la mamma adentro y exhalé con alivio.
—Veras, Marte, está hecha de roca roja, San...
***
Y así es como llegamos atravesar los malos tiempos. Nosotros tres perdidos en las estrellas, el cielo de la noche llevándonos lejos de la caravana de dolor a la que llamábamos hogar.
Mirar el cielo de la noche se convirtió en lo nuestro, hasta que todo mi afán se convirtió en la banda, mi equipo de hermanos y hermanas los Heighters haciéndose cargo de mi vida... y arrastré al pequeño e inocente Jake a lo largo del paseo. Él había confiado en mí, y yo lo había convertido en un matón traficante de coca a la edad de doce años... justo como yo.
Jake, Violeta y yo nunca miramos las estrellas así otra vez. Lo extrañaba.
Extrañaba mucho a Jake y la relación que solíamos tener... que nunca llegué a comenzar con Violeta cuando ella tenía la edad suficiente para entender.
Mientras miraba al cielo a través del cristal, mis ojos se posaron en el Cinturón de Orión. No podía ir allí ahora mismo. No podía seguir pensando en nuestras vidas antes de que todo saliera mal.
Una mano corriendo suavemente por mi espalda me hizo girar. Los ojos preocupados de Brittany estaban muy abiertos mientras miraba hacia mí, su mano tranquila en mi espalda. Podía sentir el calor de su huella en mi piel como si fuera un hierro de marcar candente abrasara mi piel.
—¿Estás...? —Sus dedos se movieron, acariciando mi espalda, haciendo que mi piel se sintiera como si estuviera en llamas—. ¿Estás bien?
Mi instinto fue apartarme y decirle que se fuera al infierno. Apartarla como lo hacía con todo el mundo, pero a medida que miré sus ojos, no pude moverme... Quería esas manos moviéndose más abajo, para tocar cada parte de mí.
La mano de Brittany subió, sus dedos rozando mi cabello hasta que su dedo índice corrió sobre mi cara.
—¿Snix?
Alcanzándola, agarré su mano para apartarla de mi rostro. Su respiración se entrecortó cuando nuestras manos se tocaron, pero la mantuve... cielos, a saber por qué, pero mantuve su mano contra mi mejilla, con mi corazón palpitando locamente con rapidez en mi pecho.
Un rubor de color rojo subió corriendo del pecho de Brittany a su cuello y mejillas. Su lengua pasó por encima de sus labios rosados y sus párpados bajaron mientras me miraba, sólo respirando... nosotras dos respirando.
—Snix... —Brittany susurró y comenzó a moverse hacia mí. Me quedé mirando esos labios y quería nada más que besarla, levantarla de golpe contra la pared y hacerla mía hasta que ninguna de nosotras pudiera estar en pie.
Pero no podía... nosotras no podíamos.
Apretando su mano, la saqué de mi rostro y la puse a su lado. La decepción se mostró en su expresión adolorida, y de mala gana me moví hacia la mitad de la galería, dándonos algo de espacio.
—¿Snix? —llamó Brittany desde detrás de mí. Cuando la enfrenté, estaba jugando con un mechón suelto de cabello que se había caído de su banda. Se veía tan malditamente linda e inocente, mirándome con esos enormes ojos exóticos, sus largas pestañas revoloteando contra sus altas mejillas—. ¿Estás bien para hablar de las otras? —preguntó ella con timidez.
Quería decirle que no. He terminado con toda esta cosa de exposición, desenterrando cosas de mi pasado que no quiero enfrentar jamás.
En su lugar, tomé una respiración profunda y asentí.
Una sonrisa de alivio se extendió en su rostro, y se movió a mi lado. Inmediatamente sentí su calor, y el aire rodeándonos se volvió espeso. Brittany bajó la cabeza y se sonrojó, sabía que ella sintió el tirón extraño entre nosotras también.
¿Por qué todo en mi vida tiene que ser tan complicado?
—Entonces, ¿cual debemos hacer ahora? —preguntó ella.
—No me importa —le dije, con mis manos en los bolsillos, sintiendo mis cigarrillos... realmente quería un maldito cigarrillo.
Brittany comenzó a caminar directamente hacia mi pieza más grande, la pieza, y me detuve en seco. Le tomó a Brittany un segundo para darse cuenta de que no estaba detrás de ella. De hecho, había dado la espalda, sintiéndome como si una maldita grieta hubiera dividido mi pecho.
No podía lidiar con hacer frente a lo que la escultura significaba para mí en este momento.
—Snix, que…
—No voy a ir ahí —le espeté.
—Está bien —dijo con cautela—. ¿Quieres elegir otra?
Cerré mis ojos y sentí relajarme. Analizando la sala, me di cuenta que casi todas las piezas me destrozaban. Todas ellas tenían algún significado... significados que eran demasiado difíciles de enfrentar. Pero podría revisar unas pocas.
Caminando hacia una pieza más pequeña, un reloj de arena con una mano extendida a través de la arena, le hice señas con un movimiento de mi cabeza para que Brittany se uniera a mí.
—¿Esta está bien? —preguntó, le lancé un sencillo asentimiento—. ¿Tenemos un título?
Mientras miraba la mano de la mujer ahogándose en la arena, sentí la asfixia, la situación imposible en la que estaba... la arena pesada tirando de ella más y más abajo...
—La caída —solté.
Al igual que antes, sentí los ojos de Brittany escudriñando mi rostro, probablemente tratando de leer más, pero esta vez me quedé estoica.
—La caída —repitió, garabateando en su libreta—. ¿Y la inspiración?
***
Después de la sexta pieza, me sentía emocional y físicamente agotada.
—¿Quieres dejarlo por esta noche? —preguntó Brittany seguido de un bostezo.
Exhalando un suspiro de alivio, me pasé las manos por mi rostro agotado.
—Sí —le contesté, y por primera vez desde que había llegado a la galería, mis músculos parecieron perder la tensión... entonces empezó a doler mucho.
Mientras me aliviaba la tortícolis de mi cuello, escuché a Brittany moverse a mi lado. Miré hacia ella. Se estaba sonrojando.
Estaba afectada por mí... Y eso me gustó más de lo que debería haberlo hecho.
—Así que... —dijo en voz baja, acercándose aún más. Mis palmas comenzaron a sudar mientras se acercaba. Y mi corazón palpitando en mi pecho—. Gracias por hacer esto esta noche. No puedo creer lo poderosas que son tus palabras en tus ya impresionantes obras de arte.
Luché contra una sonrisa. Viniendo de cualquier otro conservador, estaba segura que con solo una frase hubiera sido suficiente para arrastrarse delante del escultor, pero no de ella. Vi en sus ojos que le encantaba toda esto. Y aún más descabellado, adoraba mi trabajo... las retorcidas y locas esculturas de mi mente.
Cómo era posible, no tenía ni idea. Estaba convencida de que si ella realmente supiera quién era yo realmente, lo que había hecho, vería las esculturas con una luz completamente diferente; repulsión, y un pobre intento por obtener el perdón.
—Es tarde, o temprano, dependiendo de cómo desees mirarlo. —Se rió tímidamente y miró al suelo.
Fruncí el ceño, preguntándome por qué seguía hablando. Cuando me miró a través de sus largas pestañas, la vista de su rostro a la luz de la luna me robó el aliento. Si fuera pintora, habría creado una gran obra maestra de solo ese impresionante recuerdo.
—¿Tienes hambre? —Mi ceño se profundizó, y la observé tragar. Su mano se levantó para retorcer ese mismo mechón de cabello suelto alrededor de su dedo—. Yo... quiero decir… ¿querrías desayunar conmigo? Esto es, ¿si tienes hambre? —preguntó con nerviosismo.
Abrí la boca para decir que no, cuando mi estómago gruñó. La verdad era, que estaba muy hambrienta.
Brittany, oyendo mi estómago, hizo una pausa, luego esbozó una poderosa sonrisa con hoyuelos, la belleza de esta casi me golpea hasta el corazón. Esta vez, no hubo sonrisa desdeñosa, sólo una sonrisa reacia extendiéndose en mis labios.
Se sentía extraño sonreír. No lo había hecho en mucho tiempo.
—Snix —dijo Brittany través de una risa incontenible—. ¡En realidad sonreíste! —Su rostro estaba iluminado como luces en navidad, negué con la cabeza.
—Sí, no te acostumbres. Es una rara ocurrencia. Brittany dio un paso atrás y puso su mano en su pecho.
—¿Y tienes sentido del humor también?
La vi reír, y mi pecho se encogió hasta el punto en que pensé que los músculos se desgarrarían debajo de mi piel.
Cuando Brittany perdió gradualmente su risa, dio un paso aún más cerca de mí, con sus pechos rozando mi camiseta. Ya no estaba sonriendo. No, ahora estaba respirando con fuerza, luchando contra el impulso de tomarla en mis brazos y aplastar mis labios en los de ella.
Brittany parpadeó, luego volvió a parpadear sin decir una palabra, sólo para luego ofrecer:
—¿Desayuno?
Levantando mi mano, no podía dejar de tomar ese largo mechón de cabello que caía sobre su mejilla y meterlo de nuevo en su desordenado nudo.
Oyendo la respiración de Brittany entrecortándose ante mi tacto, no pude resistir inclinarme, inhalando el olor de su cabello... lavanda.
Los pechos firmes de Brittany rozaron mi camiseta fina, su delgado muslo se presionó firmemente contra mí. Su cálido aliento mentolado sopló sobre mi mejilla, erizando mi rostro, cuando metí la mano en mi bolsillo de atrás, sacando las llaves de mi auto.
—Yo conduzco —le dije ásperamente, moviéndome hacia atrás, rompiendo la insoportable tensión en que estábamos inmersas.
Sin aliento, Brittany presionó su mano contra su estómago, reorientándose.
—Está bien. —Se las arregló para decir y se puso a caminar detrás de mí cuando me lancé a través de las cortinas, saliendo rápidamente y jadeando al aire frío de Lima-Ohio, la lluvia ligera salpicaba contra mi rostro caliente.
Oyendo la puerta cerrarse detrás de mí, saqué un cigarrillo y lo coloqué entre mis labios. Aspiré una larga y dulce bocanada, el humo llenaba mis pulmones, calmándome de una buena vez.
Sin mirar a mis espaldas, pisoteé el pavimento hasta mi auto y abrí la puerta del pasajero, dejándola abierta para Brittany. Mientras me dejaba caer en el asiento del conductor, Brittany se dejó caer a mi lado, con sus ojos azules aún vidriosos de nuestro momento debajo de la bóveda.
Levantando mi cigarrillo, inhalé una larga calada, luego eché la ceniza en el cenicero del salpicadero.
—¿A dónde vamos? —le pregunté, mirando hacia delante a través del parabrisas borroso con la lluvia—. No conozco Lima-Ohio todavía.
Brittany contuvo el aliento.
—Yo tampoco. Sólo puedo pensar en un solo lugar.
—¿Es privado, ya sabes, no está abarrotado de gente?
—Es pequeño.
Encendido el motor, apagué mi Marlboro cereza, encendí otro cigarrillo, y lo dejé reposar sobre mi labio inferior.
—Indícame.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Woowww cuanto dolor en San, pobre!!!
Espero que Britt de alguna manera pueda ayudarla!!
Saludos
Espero que Britt de alguna manera pueda ayudarla!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
vaya! violeta es un tanto cruel, aunque hay que seguir ahondando en la historia para saber los motivos que tuvo san para pertenecer a esa banda y arrastrar con ella a sus hermanos, esperemos que brittany le de esa esperanza que tanto necesita!!!!hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
monica.santander escribió:Woowww cuanto dolor en San, pobre!!!
Espero que Britt de alguna manera pueda ayudarla!!
Saludos
claro que la ayudara....eso tenlo por seguro
micky morales escribió:vaya! violeta es un tanto cruel, aunque hay que seguir ahondando en la historia para saber los motivos que tuvo san para pertenecer a esa banda y arrastrar con ella a sus hermanos, esperemos que brittany le de esa esperanza que tanto necesita!!!!hasta pronto.
ya pronto podrás saber cuales fueron esos motivos.....ya me conmovi de solo pensar en ellos
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….uhh, al fin me libre de un examen bastante complicado y confuso de la Uni (espero que me haya ido bien)……ahhh, ya me puse a suspirar tontamente con la canción de hoy (DEBEN ESCUCHARLA porque es parte importantísima de la historia)……en cuanto a los motivos de San para estar en el tipo de vida tan turbulento de su pasado podrán enterarse en el capítulo 12 o 14 creo (es que los adapte cuando estaba con mucho sueño y no me acuerdo cual era exactamente jejejeje…….solo diré que casi llore leyendo y adaptando esos capítulos y lo que me falta por sufrir en los caps. 19 a 20…..debo admitir que muy pocas cosas me conmueven al borde de las lágrimas y esta historia es una de ellas)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
*Actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=SxoyREqhwn0
*si reproducen la canción podrán darse cuenta que es la canción de la cual se habla en uno de los capítulos de hoy. (SUGIERO FERVIENTEMENTE QUE LA ESCUCHEN)
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Hope” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Seattle y Alabama-Tusscalosa fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Seattle y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone 1 solo libro que consta de: sinopsis + prólogo + 22 capítulos + epílogo + capítulo extra. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany y Santana (es decir, algunos capítulos los narrado por una, y otros capítulos por la otra)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 8
Santana…
Cuanto más tiempo no desplazábamos en el auto, más sabía que no debería estar aquí con esta mujer. Pero estaba y, honestamente, no me iba a ir a ninguna parte. Iba a desayunar con Brittany por la sencilla razón de que no podía ir a otro lugar. Ella me lo había pedido y yo había aceptado. No había otra opción.
―Es un poco más allá —dijo Brittany, señalando una pequeña cafetería escondida en el paseo marítimo. Me reí para mis adentros. Estaba a tan sólo tres manzanas de mi estudio.
En minutos, había estacionado “El Camino” y salimos, con el sol empezando a asomarse. No había nadie alrededor, excepto los trabajadores del mercado organizándose para el día y los primeros compradores esperando el pescado fresco que venía en los barcos.
Brittany y yo entramos en la cafetería con vistas al Sound, donde nos dejaron elegir dónde sentarnos. Los chicos que llevaban el lugar aún estaban preparándose, así que caminé por delante de Brittany hasta el último rincón y me senté. El lugar estaba repleto de banderas italianas, los camareros con rasgos latinos y, sin duda, italianos también.
Me pregunté si ella había elegido este lugar porque había descifrado mi herencia o, simplemente, porque le gustaba el café.
Mientras me dejaba caer en el asiento, Brittany se sentó frente a mí y echó otra ojeada a la cafetería vacía. Estábamos solas. Bien.
―Esto, ¿te parece bien? ¿Esta cafetería vacía? ―preguntó con una sonrisa burlona.
―Sí ―respondí, y sonrió más ampliamente ante mi respuesta cortante.
Y, de nuevo, se encontraba divertida por mi actitud. La mayoría de la gente ya se habría dado por vencida en tratar de hablar conmigo, pero era como si no entendiese que me gustaba estar sola. Que no quería gente alrededor... Rayos, simplemente quería que me dejaran estar.
―No eres alguien con quien tener una pequeña charla, ¿verdad?
Los ojos de Brittany parecían cansados. Rayos, sabía que los míos también, pero los de ella no perdieron su brillo juguetón cuando me miró, esperando mi respuesta.
―En realidad, no.
Se echó a reír de nuevo.
Entonces, un camarero que venía hacia nosotras, llamó a otro en la cocina para acondicionar el patio. Había hablado en perfecto italiano. Llegó a nuestra mesa, su mirada ardía cuando se fijó en Brittany.
El chico se ruborizó de color rojo brillante y agarró torpemente su bloc de notas y bolígrafo en su mano. Algo se apretó en mi estómago cuando Brittany le sonrió y el idiota le dirigió una ancha sonrisa.
Sintiéndome muy cabreada con ese imbécil que estaba revoloteando, me recosté en mi silla y lo fulminé con la mirada. Pronto, se encontró con mis ojos y, cuando lo hizo, los suyos cayeron de inmediato al bloc de notas y, nerviosamente, nos preguntó qué queríamos.
―Café doppio e una brioche alla crema ―pedí.
El camarero levantó la vista y, aunque su expresión seguía siendo cautelosa, preguntó:
―¿Tu parli Italiano?
―Sí ―respondí.
―¿Da dove vieni? ―preguntó, queriendo saber de dónde era.
―No, sono Americana. Yo miei genitori loro sono Italiani ―dije, explicándole que mis padres eran italianos, no yo.
Rayos, apenas había hablado italiano en años. No podía hacerlo. Sólo hablaba italiano con la mamma y mis hermanos. Pero desde que había salido de prisión, no me parecía adecuado. La mamma se había ido. No podía ponerme a hablar su lengua materna mucho más de un par de frases sin que eso me destripara por dentro.
El camarero debió haber visto mi cuerpo endurecerse y mis ojos caer a la mesa mientras se movía para hablar con Brittany. Ni siquiera escuché lo que ella ordenó, estaba demasiado ocupado tratando de respirar a través del dolor que me rasgaba por la mitad.
La sensación de la cálida mano de Brittany colocada sobre la mía me hizo levantar mis ojos para encontrarme con los suyos.
―¿Te encuentras bien? Estás realmente silenciosa. Te he llamado, pero te has perdido en tus pensamientos.
―Estoy bien.
Nos sentamos en silencio mientras el camarero nos trajo nuestros cafés. Una vez que nos dejó solas, Brittany tomó un paquete de azúcar, lo vertió en el café, luego jugueteó con el paquete.
―Entonces. ―Rompió el silencio―. ¿Hablas con fluidez italiano?
―Sí.
―Me han dicho que Snix es un antiguo nombre italiano. ―Levantó su café con leche hacia sus labios, pero sus ojos nunca dejaron los míos, implorándome para que respondiese a su pregunta.
―Mis padres eran italianos, aunque mi padre tenía ascendencia latina, así que lo hablo. También hablo español ―contesté evasivamente, bebiéndome mi doble expresso y haciendo una señal al camarero para que me trajese otro.
―A mí también ―dijo Brittany, y juro que mi corazón se aceleró en respuesta a su ronroneo en ese sexy acento español.
Su rostro se iluminó y añadió:
―Hablo español, nada de italiano, aunque puedo entender algo de lo que dijiste.
Estaba empezando a delirar. Una chica tan sexy como Brittany Pierce sentada frente a mí, el cabello revuelto en un desordenado nudo y la camisa abierta, hablándome en español, era la cosa más ardiente que había visto nunca, Rayos.
Me di cuenta por ciertas palabras en esa frase de que hablaba español y no italiano, aunque ella podía entender mucho de lo que yo había dicho. No podía dejar de dar un golpecito a mi barbilla en apreciación. También podía entender lo que había dicho. Por lo menos un poco.
Se rió de mí y me percaté de que ella había impedido que me ahogara en los oscuros sentimientos sobre mi mamma. Me alejó de ellos... de nuevo.
El camarero estaba junto a nuestra mesa con una bandeja llena de pasteles y café.
―Puedes bajar eso, ragazzo ―le dije, y puso la bandeja delante de nosotras.
―Gracias―dijo Brittany con amabilidad mientras le entregaba un croissant cubierto con Nutella.
No podía quitar mis ojos de ella mientras recogía trozos de hojaldre del croissant y los ponía en su boca, lamiendo el chocolate que se extendió por sus dedos.
No tenía ni idea de lo hermosa que era... y el efecto que tenía sobre las personas.
―¿Tienes pareja? ―espeté de repente.
Brittany se congeló, con su lengua a punto de lamer una gota de Nutella de su pulgar. Un rubor cubrió sus mejillas, bajó la mano y agarró una servilleta.
Aclarando su garganta, negó y susurró:
―No.
Cuando musitó la palabra, me relajé. Ni siquiera me había dado cuenta de que me había tensado ante la idea de que me dijera que tenía una novia o novia rico y guapo... alguien que la trataba como a una reina.
―¿Por qué? ―pregunté bruscamente, y Brittany se echó hacia atrás en su silla. Me moví en la mía también, notando un segundo demasiado tarde lo agresiva que soné. Los ojos de Brittany habían caído sobre la mesa.
Era una imbécil.
Inclinándome hacia delante, con los codos sobre la mesa, añadí:
―Sólo pensé que una mujer como tú tendría una fila de personas de un kilómetro de largo siguiéndola.―Me pasé la mano por la cara muy avergonzada, cielos. Cada vez estaba diciendo más estupideces.
Y esto era por lo que prefería que me dejaran sola como el infierno. Una sonrisa tiró de la boca de Brittany y se encogió de hombros.
―Simplemente nunca conocí a nadie con quie realmente conectase, ¿sabes? Nunca sentí ese rayo que me dejase sin aliento, supongo.
―¿No hay novios? ―pregunté, ahora con curiosidad. Su nariz se arrugó, apareciendo sus hoyuelos.
―En realidad, no. Te aclaro que me gustan las chicas, aunque admito que en mi adolescencia salí con un par de chicos. Me he volcado un poco en mi trabajo en estos últimos años. Nunca conocí a nadie que fuese mi tipo. ―La forma en que se sonrojó y jugueteó de nuevo con el paquete de azúcar vacío, me tenían con ganas de preguntarle cuál era su tipo.
Después de segundos deseando saber, finalmente pregunté:
―¿Y cómo es?
Brittany respiró hondo, empujando sus pechos contra su camisa, y se encontró con mis ojos.
―Una chica que sea protectora, fuerte y dulce a la vez, misteriosa... artística, apasionada... culta... ―Se interrumpió, frotando juntos sus labios de color rosa, y me congelé.
Sus ojos azules perforaban los míos como si pudiera ver a través de mi maldita alma oscura. Me removí ante su escrutinio y sentí mi corazón comenzar a acelerarse.
Obligándome a mirar hacia otro lado, agarré mi brioche y me lo comí en silencio. La tensión nos envolvió de nuevo, pero la saqué de mi mente. Sólo tenía que conseguir aguantar hasta que acabara este desayuno.
―¿Puedo hacerte una pregunta? ―inquirió Brittany, y me recosté en mi silla, mi brioche ahora demolido. Asentí con mi barbilla en respuesta, dándole el visto bueno―. ¿Por qué no quieres que nadie sepa quién eres?
Y allí estaba. La única cuestión que todos querían saber. ¿Por qué Snix era una reclusa?
Me encogí de hombros.
―Porque no me interesa eso de la fama y el éxito.
―¿Entonces para qué la exposición? ¿Y por qué ahora? ―me presionó.
Mirando a lo largo del Puget Sound, eché mi cabello hacia atrás con los dedos. ¿Qué se suponía que tenía que decir? Que estuve encerrada por distribuir drogas de “clase A” dentro de la propiedad de la Universidad de Lima y, en el proceso, casi arruiné a mi hermano impidiéndole llegar a la Liga Profesional de Tenis. Ah, por cierto, no lo sabes. Mi hermano es Jake López, el gran deportista destacado y considerado uno de los mejores tenistas del país. Pero eso es ahora. Hace unos años, yo dirigía un equipo que distribuía drogas en la calle. Ah, y vendí algo de nieve a un jugador de la universidad y tuvo una sobredosis. Así que estaba cumpliendo diez años en prisión, pero salí hace un par de semanas después de cinco años, solo porque delaté a un gran proveedor de cocaína.
No podía decirle nada de eso, así que respondí:
―Sue quería y le dije que, siempre y cuando no tuviera que tratar con la gente, Rayos, podría hacer lo que quisiera.
Brittany ladeó la cabeza mientras me miraba.
―¿Y cómo y dónde conociste a Sue? No me puedo imaginar que se muevan en los mismos círculos.
Si sólo supiese.
Se echó hacia delante, esperando mi respuesta.
―Por ahí.
―¿Por ahí? ―preguntó.
―Por ahí —contesté un poco más firme para hacerle saber que no iba a decir más.
Echándose hacia atrás, empezó a comer de nuevo, sólo hizo una pausa para decir en voz baja:
―Me tienes aún más intrigada, Snix.
Fruncí el ceño.
Debió haber visto mi expresión y añadió:
—Tus obras me apasionan, tan trágicamente hermosas. —Mis entrañas se apretaron cuando dijo esas palabras. Trágicamente hermosas...
Bajó su croissant, dejando escapar una sola carcajada.
—Recuerdo la primera vez que vi una foto de una de tus esculturas. Era una pieza en una revista de Sue Sylvester y ella no hacía más que hablar de su protegida, la solitaria y misteriosa Snix. Acababa de prestarle una de tus piezas al Met, como parte de una exposición contemporánea de estatuas de mármol, una exposición de escultores que aún utilizaban las obsoletas técnicas de martillo y cincel. —Los ojos de Brittany perdieron su enfoque cuando pasó sus dedos a través de un pequeño montículo de gránulos de azúcar que había caído del paquete que usó antes—. Sue mostró tu primera pieza, el único trabajo que había visto en fotos de ti. —Una pequeña sonrisa tiró de sus labios—. Y la pieza sigue siendo mi favorita hasta hoy.
Sabía a cuál se refería. La única pieza que apenas podía mirar ahora sin romperme o llorar sin parar.
—El ángel... —dijo, y pude oír el amor por ella en su voz. Esperaba sentir el golpe habitual de dolor que nunca dejaba de experimentar cada vez que pensaba en esa pieza y lo que representaba.
Pero el que Brittany estuviera sentada aquí ahora, diciéndome que adoraba la pieza, que era su favorita de entre todas mis esculturas, me hizo sentir orgullosa... humilde... muy extasiada. Extasiada de que, de todo lo que había creado, a Brittany le encantara más la pieza dedicada a mi mamma.
—Me encontraba en Texas, en el Museo de Arte Blanton, pero cuando me enteré de que tu pieza estaría en el Met, subí a un avión y volé hasta allá para un mini viaje de cuarenta y ocho horas sólo para verla de cerca. —Se echó a reír—. Lo mismo que hice para conseguir este trabajo, en realidad.
Ese rubor estaba de vuelta en sus mejillas, sólo que esta vez disfruté cada arruga en sus ojos, su sonrojo, los suspiros silenciosos que exhalaba. Estaba disfrutando de Brittany y punto.
—Suena estúpido, Snix, pero ver a tu ángel me cambió. No sé lo que fue, pero... pero... ah, no importa —dijo avergonzada.
—Dímelo —pedí con brusquedad. Realmente necesitaba que terminara esa maldita frase. Necesitaba entender lo que veía en mis esculturas que la conmovían tanto.
Brittany tragó fuerte y largamente, pero me miró con sus ojos azules y dijo:
—Te sentí. Te sentí en cada una de sus curvas. Sentí como si estuviera mirando directamente a tu alma. Sentí el amor que vertiste en aquella escultura... Me hizo reevaluar todo en mi vida... Me hizo querer más... es difícil de explicar.
Inhalé fuertemente, subiendo mis manos para frotar mis ojos.
—Brittany... —gruñí, pero no enojada, sino por el hecho de que me estaba diciendo cosas que no merecía... cosas en las que no querría verse envuelta.
—¿He hablado demasiado?
Pasé mis manos por mi rostro.
—Brittany... si vieras a la verdadero yo... si vieras directamente en mi alma, no estarías sentada aquí, conmigo, ahora.
Los ojos de Brittany se agrandaron.
—¿Qué quieres decir con eso? —Su voz ahora temblaba. La había asustado. Bien. Debería tenerme miedo. No era la chica adecuada para ella. Recién acababa de conocerla, pero sabía que debería fijar sus estándares como a un kilómetro por encima de mí.
—Exactamente lo que dije. Si conocieras mi verdadero yo, lo que he hecho en mi vida, estarías huyendo como alma que lleva el diablo.
—¿Q-qué has hecho? —Sus cejas se fruncieron—. ¿Por qué eres tan dura contigo mismo?
—Penitencia. Un montón de penitencia que necesito pagar.
—Pero, no puedo creer eso de ti.
—Te equivocas.
Sacudió la cabeza firmemente.
—Pero… —empezó a discutir.
Estampando mi puño sobre la mesa, apreté los dientes, cortando todo lo que iba a decir.
—No sabes nada sobre mí, chica —susurré, con mi voz demasiado baja como para ser algo más que una amenaza retumbante—. Puede que conozcas mi arte, pero no sabes nada de mí.
Enderezándome en mi silla, agité mi mano para conseguir la atención del camarero, pidiendo la cuenta.
Brittany no dijo nada más. De hecho, agarró su bolso y se dirigió directamente fuera de la cafetería.
Los camareros la vieron marcharse, empujándose unos a otros mientras le miraban el trasero. Salté de mi asiento, saqué un billete de cincuenta, salí corriendo hasta donde los idiotas italianos permanecían boquiabiertos y estampé el dinero en la barra.
Tan pronto como pusieron los ojos en mí, retrocedieron con las manos en alto. Sus rostros palidecieron al ver lo mucho que me enfurecieron; salí de la cafetería para ver a Brittany al lado de “mi Camino”. Saqué un cigarrillo y, como siempre, lo coloqué entre mis labios, dando una calada calmante. Por una vez, le di la bienvenida al baño de lluvia que se vertía desde el cielo siempre gris.
Al llegar al auto, Brittany mantuvo la cabeza baja y se deslizó silenciosamente en el asiento del pasajero.
Mi estómago se apretó. Rayos, la había lastimado.
En el momento en que regresamos a la galería, había quemado tres cigarrillos y un gran montón de culpa. Pero era lo mejor. No era apta para tener una relación, especialmente con una chica tan buena como ella.
Cuando estacioné el auto en la entrada lateral sombreada, esperé a que saliera. Pero no se movió. El aire en la cabina del “Camino” parecía crujir con electricidad y el calor del aire lleno de tabaco se espesó hasta que fue insoportable. Podía oír cada respiración que salía de la boca de Brittany, y con cada suave inhalación y exhalación, mi corazón se aceleraba cada vez más, la sensación de estar tan cerca y lejos a la vez de Britt era casi dolorosa. Me arriesgué a darle un vistazo. Brittany tenía la mirada al frente, agarrando con fuerza su bolso en su regazo con ambas manos.
Sólo estaba pretendía echar un vistazo, una última mirada antes de salir de mi auto. Sólo tenía la intención de dejarla aquí en la galería, irme y no volver nunca más.
—Necesito el título y los datos de la escultura del ángel. ¿Puedes venir una noche para terminar todo? —preguntó Brittany. No podía soportar lo triste que sonaba, Rayos.
Asentí en silencio, incapaz de hablar, y me volví para mirar por el parabrisas otra vez. Pero cuando Brittany comenzó a estirarse para alcanzar la manija de la puerta, algo dentro de mí se rompió. No podía soportar lo molesta que estaba conmigo. No podía aceptar que se fuera sin conocer su sabor, cielos.
Antes de darme cuenta, mi mano se extendió y envolviendo mis dedos alrededor del brazo de Brittany, la atraje contra mi pecho, capturando brevemente sus ojos abriéndose y su boca soltando un grito de asombro, antes de que aplastara mis labios en los suyos.
Moviendo mis manos de sus brazos, envolví una en la parte posterior de su cuello delgado y la otra sujetó su cabello. Cuando forcé mi lengua en su boca, ambas gemimos con nuestras lenguas chocando entre sí.
Sabía increíble, y cualquier parte de mí que quería llevar esto lento fue anulada al segundo en que sus manos tiraron su bolso al suelo y levantaron la parte inferior de mi camiseta para tocar mi estómago. Gimiendo mientras sus palmas quemaban mi piel, la acerqué aún más con la mano en su cuello hasta que sus pechos se presionaban contra los míos. Brittany soltó un gemido entrecortado, sus dedos se tensaron hasta que sus uñas se clavaron en mi estómago, mi piel ardía por las marcas que estaba haciendo... marcas que se arrastraban por mi vientre hasta la parte superior de mis jeans.
Mi corazón latía sin parar y sin control, rogando desesperado por su mano, mi lengua luchando contra la de ella por el dominio. Pero tan pronto como los dedos de Brittany comenzaron abrir el botón, me quedé helada.
Cielos.
Teníamos que parar.
¿Qué demonios estaba pensando?
Brittany se separó de mi boca, sus labios y lengua húmeda se movieron hacia abajo para lamer y morder mi cuello. En sus manos, el botón en la parte superior de mis jeans se abrió y empezó bajar mi cremallera... los pantalones eran la única barrera entre ella y el éxtasis que podíamos lograr.
Cerrando mis ojos con fuerza, sabiendo que lo que iba a hacer sería doloroso, atrapé sus manos entre las mías. La cabeza de Brittany se alzó de golpe e, incapaz de resistirme, apreté mis manos en sus mejillas y presioné mi boca sobre la suya por última vez, antes de apartarla y ordenar:
—Vete.
Brittany luchó por respirar mientras permanecía sentada con mi camiseta hacia arriba y mi cremallera medio abierta.
—Pero…
—¡VETE! —grité, moviéndome para abrochar mis jeans, levantando mis manos para agarrar el volante. Brittany inhaló con fuerza, pero no miré en su dirección. Si lo hacía, la presionaría contra este asiento y su cuerpo no podría dejarme jamás.
Un momento después, oí la puerta abrirse y cerrarse silenciosamente.
Cerrando los ojos, luché contra la sensación de malestar atravesando mi cuerpo. Pero todo lo que vi fue un par de grandes ojos azules que me decían que podían mirar directamente a mi alma, que me sentían.
En treinta minutos, estaba de vuelta en mi estudio, dejé preparándose una jarra de café fuerte, me quité mi camiseta y vaqueros, me metí en la ducha.
A medida que el agua caliente caía sobre mi cabeza y el vapor ondulaba por la pequeña habitación, en todo lo que podía pensar, era el rostro de Brittany sonriéndome como si no viera todos mis pecados. Hablándome en español, dejando escapar las palabras con fluidez, el gusto de su boca con sabor a Nutella en mi lengua, y la sensación de sus manos bajando para seducirme.
¡Cielos! ¿Qué tenía esta chica? ¿Por qué me afectaba tanto?
Agarrando el gel de baño, eché el líquido verde en mi mano y deslicé el jabón perfumado por mi cuerpo. Pero mientras más lavaba los restos de mármol de mi piel, más imágenes de Brittany pasaban por mi cabeza: sus ojos, su boca, sus hoyuelos tan lindos apareciendo en sus mejillas mientras me sonreía... su voz jadeante cuando me dijo que había volado por todo el país sólo para ver una de mis esculturas de cerca... esos pechos presionados contra su camisa, su pecho enrojecido al mirarme y esos gemidos que se perdieron en mi boca mientras nos besábamos.
Sin ser consciente, mi mano se envolvió alrededor de mis piernas y empecé a acariciarme de arriba a abajo. Gemí en voz alta, imaginando los largos dedos delgados de Brittany tocándome en lugar de la mía y apoyé mi frente en los azulejos húmedos. Moviendo mi mano más rápido, empecé a jadear, me la imaginé desnuda debajo de mí, yo sujetándola para que no pudiera moverse y haciéndola mía... y eso fue todo. Con tan solo un pensamiento de tenerla tan cerca, el clímax llegó junto a los gritos de su nombre, resonando en la cabina de ducha de azulejos.
Sacudiendo mi mano más lento, me toqué con insistencia, con mis piernas todavía temblando por lo condenadamente bien que se sentía... lo mucho que me excitaba apenas imaginar tenerla tendida sobre su espalda con sus delgadas piernas envueltas alrededor de mi cintura.
Pero entonces la realidad me golpeó y los demonios de mi pasado llegaron tronando de nuevo en mi pecho, sacando el aire de mis pulmones, trayendo los habituales sentimientos de odio, tristeza y culpabilidad a cada célula...
Después de secarme, me puse unos pantalones holgados y regresé, exhausta pero sin poder dormir, a mi trabajo actual en progreso y empecé a esculpir la cara de la niña pequeña... la joven, con la cara desgarrada llorando balas… balas que yo le había hecho disparar cuando ella no quería... arruinando así su maldita vida.
Mientras golpeaba el martillo contra la cabeza del cincel puntiagudo, aparté el rostro sonriente de Brittany y sus ojos inquietantes de mi mente.
Tenía que olvidar lo que había pasado entre nosotras. Rayos, de ninguna manera iba a arruinarla también a ella.
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Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Capítulo 9
Brittany
Dos semanas después...
¿Así que es éste? ¿Éste es el lugar donde se hospeda? Pensé, mirando el estudio de escultura desde mi auto. La dirección que Sue me había dado, me llevó a lo largo de la costa, no muy lejos de Pike Market.
La noche era oscura y, a mi lado, en el asiento de mi auto de alquiler, había una caja llena de borradores y títulos. Había llamado a Sue para pedirle que los terminara, pero insistió en que estaba demasiado ocupada en la Costa Este y que debería llevárselos directamente a Snix… en su estudio… el estudio con vistas al Puget Sound... después de dos semanas de no de escuchar nada de ella.
Como siempre, el cielo estaba nublado, había una ligera brisa en el aire, pero el día se mantuvo sin lluvia. Comprobando de nuevo la dirección que Sue envió a mi correo electrónico, suspiré. Este era el lugar correcto...
Estaba postergándolo.
Un gran edificio cuadrado blanco se levantaba delante de mí. Parecía una pequeña fábrica, las ventanas eran grandes, pero estaban oscurecidas en este lado. Estaba escondido en un pequeño camino que ofrecía unas vistas hermosas al océano. Sue había dicho que este había sido su estudio, el que había usado durante años, pero se lo había regalado a Snix por su exhibición.
Mi corazón latía más rápido a medida que miraba las puertas dobles de madera buscando alguna señal de vida. No había nada, lo que significaba que tenía que salir del maldito auto y llamar a la puerta, mostrarle a Snix los borradores y conseguir que me diera permiso para usarlos.
Tomando aliento para darme fuerzas, abrí la puerta del auto, temblando por el frío que se filtraba a través de la tela fina de mi vestido largo lila y la corta y ajustada chaqueta de cuero negra. Mi cabello estaba lacio y suelto, la suave brisa hacía que flotara a través mi rostro.
Agarré la caja que contenía los borradores del asiento del pasajero y cerrando con llave el auto, me dirigí lentamente por la calle hasta situarme ante la gran puerta de madera.
Desde el interior, venía el sonido de música alta y mi estómago se apretó con los nervios. Quería ver a Snix más que nada en el mundo, pero dudaba de que ella, en realidad, quisiera verme. Mis rodillas temblaban cuando levanté la mano y llamé a la puerta.
Mientras esperaba, miré alrededor del callejón, notando que había un silencio sepulcral. Era completamente apropiado para Snix. Un estudio solitario en una calle solitaria para una escultora solitaria.
La música a todo volumen resonaba en el interior y no había ni rastro de Snix. Intenté de nuevo, pero golpeando más fuerte esta vez, esperé unos cinco minutos antes de que me diera cuenta de que no podía oírme.
Sintiendo más y más frío a cada minuto, miré hacia la calle vacía otra vez antes de meter la caja debajo de un brazo y tratar de girar el picaporte.
Giró.
La puerta crujió al abrirse, traicionando la edad del estudio, y revelando un pasillo largo y vacío que llevaba en una sola dirección.
Sujetando la pesada caja con las dos manos, me adentré en el pasillo, pateando la puerta para cerrarla con el pie, y grité:
—¿Hola?
Mi voz no era contrincante para la música de rock duro a todo volumen que provenía de la habitación al final del pasillo. Enderezando los hombros, me obligué a dar un paso hacia delante y suprimí mis nervios. Cuánto más me acercaba al final, más dudaba de la decisión de venir aquí. Este era su espacio privado. Definitivamente, no querría que me entrometiera.
Pero, mientras pensaba en irme, oí el poético sonido de un cincel picando el mármol y me quedé quieta.
Quería verla trabajar. Observar a una artista en su trabajo era un raro privilegio. Y más que eso, quería, no, necesitaba ver a Snix otra vez.
No podía evitarlo. Sentía un tirón dentro de mí que me impedía dar la vuelta e irme.
Apretando los labios, me incliné para colocar la caja con los borradores en el suelo y avancé lentamente hasta estar en el umbral sin puertas... y la vista que me recibió me dejó sin aliento.
Snix estaba de pie en el centro de la habitación, vestida solamente con unos jeans negros rasgados y un top deportivo, su torso desnudo, cada centímetro de su piel morena estaba cubierta de lo que parecían gotas de sudor. Era imposible ver una pizca de piel sin ellos. Nunca había visto a alguien tan agotada en toda mi vida. Pero, aparte de eso, que me hacían agarrarme del marco de la puerta con los dedos rígidos, estaban los músculos definiendo su sexy figura, cada trocito de piel estaba húmedo y brillante, flexionándose con cada golpe del martillo en sus manos.
Sus muslos estaban rígidos mientras se mantenía firme, esculpiendo cuidadosamente la parte posterior de una losa de mármol que parecía ser la imagen de una joven con una chica más mayor a su espalda, susurrándole algo al oído.
La música de rock duro llenaba la sala y, antes de darme cuenta, mis pies me estaban llevando hacia adelante como una polilla a la llama. Cuánto más me acercaba, más me di cuenta.
La espalda de Snix estaba cubierta de cicatrices. De hecho, toda su piel tenía cicatrices, tanto antiguas como nuevas, con relieves y planas, rojas y blancas. Pero una cicatriz estaba en la parte posterior de su cuello grueso... un cuello visible ahora que estaba libre de la cortina de su cabello oscuro, atado en la mitad de su cráneo en un moño flojo.
Eso me hizo sonreír. Siempre había pensado que su cabello largo era su protección, su máscara. Me complacía ver que cuando esculpía lo apartaba de su rostro... como si estuviera libre de todas las restricciones, derramando su alma en sus obras maestras cuidadosamente elaboradas.
Era abrumador ver a una mujer tan desgarrada y torturada, tan cruda y desaliñada, pero apasionada, todo al mismo tiempo...
Sintiéndome segura de dar un paso aún más cerca, curiosa de echar un vistazo a lo que estaba creando, avancé justo cuando hubo un cambio en la música. La pausa de tres segundos entre canciones delató mi presencia cuando mi pie pisó una vieja tabla chirriante del suelo, el sonido del crujido hizo eco en las paredes en el amplio espacio.
Como si estuviera esperando un golpe en la espalda, Snix giró, con su cincel en ángulo como un arma. Me quedé inmóvil, una sensación de miedo descendió por mi columna vertebral.
Los ojos de Snix se agrandaron brillando con sorpresa cuando me vieron clavada en el lugar. Su expresión dura y violenta cambió en un instante. Dejó caer su cincel al suelo mientras su oscura mirada me perforaba.
No nos movimos. No hablamos. Sólo nos miramos, acelerándose nuestra respiración. Mientras rozaba mi labio inferior con mis dientes, permití que mis ojos bajaran hasta su estómago, que era notoriamente definido y plano, brillante por los efectos de su trabajo. Su cintura estrecha era exhibida por sus jeans negros de cintura baja.
Cuando mi mirada ascendió, un calor se propagó entre mis piernas y gemí en voz alta sintiendo la presión insoportable palpitando en mi núcleo.
Unos mechones de cabello cayeron sobre el rostro de Snix, provocando que se viera como un sueño prohibido. Cuando nuestros ojos se encontraron una vez más, la temperatura en la habitación pareció elevarse con la intensa atracción que crepitaba entre nosotras.
Me tambaleé, sin saber qué decir o qué hacer, cuando, con un gemido dolido, Snix se precipitó hacia adelante, presionando su cuerpo contra el mío, y estampó sus labios contra los míos, agarrándome con una mano del cabello y la otra aferrándose a mi trasero firmemente. No podía moverme. No podía hacer nada más que dejarme arrollar por esta mujer, esta chica fuerte y dominante que me hacía perder todo pensamiento racional.
El sabor a tabaco y cerveza llenaba mi boca mientras movía su mano de mi trasero para empezar a quitarme la chaqueta. Jadeé cuando mis labios dejaron su boca, mi chaqueta aterrizó en el suelo mientras otra canción de rock resonaba a través de los grandes altavoces del sistema de sonido, por toda la habitación.
Snix no perdió el ritmo, descendió por mi cuello con sus labios, sus manos liberaron mi cabello para rasgar los tirantes de mi vestido y del sujetador. Mis pechos se endurecieron al instante en que quedaron expuestos a la sala fría.
Puse los ojos en blanco cuando Snix soltó un gemido de satisfacción y, juntando mis pechos con sus manos, chupó mi pezón fruncido. La sensación de sus dientes raspando mi pecho hizo que mi coño se humedeciera incluso más.
―¡Snix, sí! ―siseé mientras succionaba con fuerza, haciéndome gritar, con mis piernas temblando de necesidad.
Totalmente saciada de mi carne, liberó el pezón con un pop y, con sus manos planas, me empujó hasta que mi espalda golpeó la pared. Detuvo su asalto sólo para quemarme con una mirada desesperada, su expresión hambrienta casi derritiéndome en un charco en el suelo.
A medida que sonaba un crescendo en la canción de heavy metal, utilizó ambas manos para bajar mi vestido hasta el suelo, llevándose mis bragas de seda con él.
Estaba completamente desnuda para ella.
Snix dio un paso hacia atrás, en silencio; su pecho estaba levantándose con dificultad a causa de su agitada respiración. No me había atrevido a alejarme de la pared, sus duros ojos de color marrón oscuro me mantenían fija en el lugar.
Solté un suspiro tembloroso mientras me absorbía con su cuerpo, sintiéndome más que hermosa, sus fosas nasales se ampliaban a medida que sus ojos trazaban cada una de mis curvas.
Al ver la ansiedad y la pasión ardiendo en sus ojos, apreté los muslos, buscando la liberación mientras ella abría el botón de su jeans y bajaba la cremallera.
Una sonrisa apareció cuando sus jeans bajaron por sus muslos. Su mirada lo decía todo porque ambas estábamos listas para esto.
―Snix... ―susurré y me preparé mientras pateaba sus jeans hacia un lado, su moño sostenía su cabello largo dándome la oportunidad de ver cada ángulo de su hermoso y serio rostro. Irrumpió hacia adelante, sujetándome contra la pared fría con su pecho húmedo mientras el fuerte ritmo de Tainted Love de Marilyn Manson asaltaba la habitación.
Bajando la mano, me levantó del suelo agarrándome de los muslos, mi espalda rascaba contra la pared. En ningún momento, rompió el contacto visual ni dijo nada mientras los dedos de su mano izquierda comenzaron a pasar por mis piernas y centro de placer, haciéndome gritar con la fricción en mi clítoris.
Estaba lista. Estaba mojada y lista y más que ansiosa para que me tomara y me hiciera suya contra esta pared con la ferocidad que sabía que albergaba profundamente en su interior. Una ferocidad que sabía que necesitaba soltar. Una ferocidad apasionada que quería que descargara conmigo.
―¿Estas segura? ―preguntó mientras me presionaba hacia adelante, sus duros pezones rozando los míos.
Mis ojos revolotearon mientras trataba de formar una respuesta. Pero cuando apretó sus caderas más fuerte, su mano frotó mi clítoris haciendo que le clavara las uñas en el cuello, y no podía ni siquiera hablar.
Snix se congeló y traté de mover las caderas para aumentar esa sensación adictiva de casi llegar a la cima.
―¿En serio, estás segura? No se si podré detenerme después ―espetó, repitiendo su pregunta. Su voz había caído una octava, sonando más gutural, como si hubiera tragado vidrio roto, haciendo que unos escalofríos de excitación cubrieran cada centímetro de mi cuerpo expuesto.
―Por supuesto ―susurré―. Estoy muy segura.
―Bien. ―Fue toda la advertencia que tuve antes de que usara su fuerza para levantarme más alto y, luego, con un solo movimiento rápido, me hizo suya. Gemí al sentir sus caricias tan ardientes y que me satisfacían increíblemente por completo. Su olor inconfundible llenó mi nariz y hundí mis dientes en su hombro mientras un tsunami de placer me envolvía.
La cadencia de la canción se incrementó, Snix usaba el ritmo de los tambores para controlar sus movimientos. Sus gemidos eran guturales mientras nuestros cuerpos se entregaban al éxtasis con fuerza. Su cuerpo tembló y metió la cabeza en el hueco de mi cuello, subiendo de volumen sus fuertes gemidos.
Mis muslos dolían por la fuerza de su agarre. Mi espalda ardía por la pared dura contra mi piel desnuda. Dentro de mí, encendido con fuego, mi núcleo se alzaba cada vez más alto, tanto, que sentía que no podría soportarlo. Cuando la voz de Marilyn Manson elevó el tono, las caderas de Snix se volvieron frenéticas mientras nuestros movimientos apasionados y salvajes me destrozaban contra la pared, mi coño sintiendo cada centímetro de su piel y cercanía.
Mis dedos arañaron sus hombros, cambiando mis gemidos de cortos y jadeantes a fuertes y prolongados.
―¡Snix! ―grité mientras una presión imposible se construía entre mis piernas.
No dijo nada en respuesta a mis plegarias, sus caderas ahora estaban golpeándome furiosamente. Gimió con tanta fuerza que sonó como si estuviera gruñendo en mi cuello.
Cuando me besó una última vez y, después se sumergió de nuevo en mis labios el doble de fuerte que antes, siendo mi perdición.
La espalda y las piernas se me tensaron, grité mi liberación, mi canal estaba contrayéndose al igual que Snix aunque nunca, ni una vez, vaciló en sus besos y caricias.
Mis ojos se cerraron por voluntad propia mientras metía la nariz en su cuello, lamiendo su piel enrojecida. Sus movimientos se hicieron más erráticos, sus gemidos cada vez más altos. Abriendo la boca, sus labios se aferraron a la parte inferior de mi cuello. Chupando fuerte, rugió contra mi piel, tirando de la carne cubierta en su boca caliente mientras su corazón latía aceleradamente. Sentí vértigo ante la sensación de su liberación.
Mi clítoris palpitaba mientras sus caderas se mecían lentamente contra mí, su mano entre mis piernas se sacudía al mismo ritmo que su respiración contra mi cuello.
A medida que la niebla de placer comenzó a disiparse, agarrando con mis manos todavía su resbaladiza piel morena, parpadeé ante la sorpresa de lo que acababa de suceder.
Me había follado a Snix... Me había follado a Snix… sexo frenético, duro y sin inhibiciones… el mejor sexo de mi vida.
Sin estar segura de cómo reaccionaría, me preparé para su rechazo, pero, para mi completa sorpresa, echó la cabeza hacia atrás, chocando su mirada con la mía.
Como siempre, no dijo nada, pero por la expresión sorprendida en su duro rostro, sabía que se estaba sintiendo tan desnuda y expuesta como yo. Cuando inclinó su cabeza hacia adelante, pasando su nariz suavemente por mi mejilla enrojecida, cerrando sus ojos mientras lo hacía, haciendo que se me anegaran los ojos. Nunca había visto este lado de ella antes… el lado casi tierno que siempre había creído que estaba enterrado debajo de ese duro exterior.
Mientras el cálido aliento de Snix se deslizaba por mi cuello, dio un paso atrás, apartándome de la pared. Girándonos, con su mano aun acariciándome sin descanso y mis muslos todavía envueltos alrededor de su cintura, caminó lentamente por la habitación. A medida que avanzábamos, no pude resistir sonreír y poner un mechón de pelo detrás de su oreja. Dándome una mirada rápida, sus ojos oscuros brillaron con calidez ante mi gesto y su boca se torció.
Le gustaba que la tocara de esta manera.
De repente, nos encontrábamos al otro lado de la habitación, Snix me bajó hasta una cama blanda debajo de unos largos ventanales, del techo al suelo, que mostraban una vista panorámica del Sound.
Esa vista no podía igualarse a la de la chica que se cernía sobre mí mientras estaba acostada sobre sábanas blancas perfectamente planchadas. Me miró durante unos segundos antes de inclinarse y presionar su boca contra la mía, sus caderas finalmente se movieron mientras aun buscábamos algo de placer.
Sujetando mis muñecas, sin romper el contacto de mis labios, envolvió cada uno de mis brazos detrás de su cuello, sus labios lánguidamente acariciando los míos.
Sintiendo una oleada de emoción embriagadora hinchándose en mi pecho ante ese acto inesperado, pasé los dedos a lo largo de su cuello, encontrando el camino de aquella cicatriz.
Descartando las preguntas que se formaban en mi mente acerca de cómo se hizo una lesión tan inconfundible, me fundí en su abrazo, disfrutando de la agradable sensación de haber hecho el amor... gozando del simple placer de yacer aquí, fusionando mis labios con la chica que me había afectado como ninguna otra.
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Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Capítulo 10
Santana…
Santana…
Ella sabía a menta.
Olía a fresa.
Había perforado a través de mi maldita alma… el alma contaminada que nunca quise que nadie viera.
La lengua caliente de Brittany luchaba contra la mía, sus manos se arrastraban perezosamente arriba y abajo por mi espalda. Pero la no quería perezosa. Quería que se retorciera debajo de mí. Quería que gritara mi nombre, que me arañara la espalda, que me devolviera a la vida después de cinco años de estar sin nada más que mi propio corazón como compañía… después de años de nada más que entumecimiento.
Restregando mis caderas contra su centro húmedo, comí sus gemidos que me llenaban la boca. De repente, nos di vuelta hasta que Brittany estuvo a horcajadas en mi cintura, sus ojos vidriosos entrecerrados y su boca hinchada abierta mientras me miraba. Tomando una toalla limpia de al lado de mi cama, se la paseé entre sus piernas, eliminando cualquier evidencia de nuestro apasionado encuentro, amando cómo su rostro se sonrojaba ante la acción.
Nunca había visto algo tan sexy en toda mi vida como ella a horcajadas en mi cintura. Sus pechos eran del tamaño perfecto para mis manos, y los levanté para sentirlos contra mis duras palmas. Brittany echó su cabeza hacia atrás y gimió, mi corazón no dejaba de latir de prisa mientras la tocaba.
Necesitaba saborearla. Necesitaba sentirla contra mi lengua. En menos de un segundo, agarré los muslos de Brittany, y con un solo tirón, usé la fuerza de mis brazos para arrastrarla hacia arriba por mi pecho hasta cubrir mi cara. Agarrando fuertemente sus muslos, aplasté su coño contra mi boca. Mi lengua inmediatamente se sumergió en su agujero, retirándose solo para encontrar su clítoris hinchado y lo chupé en mi boca.
―¡Rayos! ¡Snix! ―gritó Brittany. Miré hacia arriba justo para ver sus palmas golpear contra la pared blanca detrás de la cama mientras sus caderas comenzaban a mecerse contra mi lengua, sus muslos apretándose con cada lamida y cada succión.
Sintiendo mi ansiedad por tocarla, gemí, necesitaba desesperadamente que la tocara. Mirando hacia atrás a mis caderas moviéndose contra el vacío, la cara enrojecida de Brittany miró la mía. Sacó sus manos de la pared y susurró:
―Déjame dar la vuelta.
Estaba demasiado ocupada con ella, su sabor era adictivo, que no me moví. Pero mientras mis ojos se cerraban, sentí un dedo acariciar suavemente mi frente, haciéndome abrirlos de golpe.
El hermoso rostro de Brittany encontró los míos, pasando su lengua por sus labios rosas. Jadeando mientras succionaba largamente su clítoris. Brittany soltó un gran gemido y sentí su clítoris palpitar contra mi lengua plana.
―Snix... por favor… quiero saborearte también… Quiero sentir como te estremeces mientras me lames. Quiero que te corras en mi garganta mientras yo me corro en la tuya.
¡Rayos! Oír esas palabras salir de esa boca perfecta hacía que mi corazón se sacudiera, se moviera y se tensara por la sorpresa y palabras buscando sentirla más cerca.
Sin querer perder el ritmo, solté el férreo agarre de sus muslos, y levantando sus caderas, usé toda la fuerza de mis brazos, girándola por la cintura para que se sentara de espaldas sobre mi rostro. Agarrando las suaves mejillas de su trasero y encontrando su hendidura hirviendo, estrellé mi boca contra ella mientras le metía el pulgar.
Los pechos de Brittany presionaban contra mi estómago y gemí fuerte mientras sus suaves manos se envolvían traviesamente en mis piernas. Con un gemido, Brittany tomó la iniciativa en su boca caliente, llevándome a sentir cosas indescriptibles.
La sensación de su boca haciendo lo mismo que yo casi me deshizo, la presión ya se estaba construyendo en mi corazón mientras Brittany me llevaba al borde de la locura.
Mi lengua se movió más rápido contra su clítoris, manteniendo el ritmo con su lengua moviéndose sin cesar. Queriendo escucharla gritar mi nombre, sumergí otro dedo en su coño.
Brittany gimió, separando sus muslos cada vez más en mis hombros, machacado su coño contra mi rostro tanto como podía.
Todo lo que podía sentir era a ella.
Todo lo que podía pensar era en su cuerpo desnudo, en su mirada que no veía a una ex convicta perdedora debajo de mí, sino mi yo real.
La cabeza de Brittany de repente bajó y yo me estremecí. Al sentir sus manos acariciándome, el placer era irreal mientras Brittany se encargaba de hacerme ver las estrellas.
Estaba a punto de correrme. Que ella hiciera ruidos así garantizaban que me estaba por correr… sin medida alguna.
Podía sentir el calor construyéndose, el dolor sordo arrastrándose hasta mis muslos. Necesitando que ella también se corriera, moví la lengua con más fuerza contra su clítoris y curvé los dedos en su coño.
Brittany se movió contra mi rostro y dejó salir un grito. Sus muslos se tensaban y sus caderas se mecían furiosamente contra mi cara mientras mis dedos se hundían de atrás para adelante.
Su mano, que estaba vagando errantemente en mis piernas, me hizo suya con suavidad y rapidez a la vez. Su palma estaba resbaladiza contra mi piel caliente mientras no podía dejar de pensar en la suerte que tenía por tenerla aquí conmigo.
Cuando sus labios envolvieron mi centro, dio una última succión, y rugí contra su clítoris, sintiendo mi clímax dispararse en su boca. Brittany gimió, su coño apretándose mientras se contraía alrededor de mis dedos.
Bebí de su coño, tragando su sabor mientras Brittany procuraba hacer lo mismo conmigo.
Me desplomé sobre la almohada y saqué los dedos de su coño. Nuestra respiración pesada parecía llenar cada centímetro del estudio, mis grandes altavoces crujían por la falta de música que se estaba reproduciendo desde mi teléfono, que todavía seguía conectado.
Con un suspiro de satisfacción, Brittany cayó presionando su mejilla en el interior de mi muslo derecho.
Durante unos minutos, mientras miraba al techo, me permití disfrutar de este momento. No dejé que el dolor de mi pasado me golpeara en el pecho. No dejé que el rostro demacrado de la mammá rondara mi mente o que el odio que Violeta me tenía me revolviera el estómago… simplemente permanecí acostada aquí, todavía saboreando a Brittany en mi lengua, oliendo su esencia a fresa en mi piel húmeda, disfrutando de la sensación de su aliento cálido fluyendo sobre mi pierna.
Rayos, ella era la perfección.
Ella era la luz. Una luz de oro ardiente. Cuando estás encerrada en la oscuridad perpetua, harás cualquier cosa para perseguir esa luz.
La mia luce...
Los minutos pasaban y ninguna de las dos habló. Pero un impulso extraño bombeaba a través de mi sangre… Quería mirarla a los ojos. Quería ver esos hoyuelos en sus mejillas mientras me miraba a través de sus pestañas largas, con una enorme sonrisa cegadora en su boca. Y por primera vez en la historia, quería que alguien estuviera en mis brazos… No, la quería a ella en mis brazos.
Quería que esta chica subiera por la cama y sencillamente estuviera en mis brazos.
Actuando por impulso, me senté, me incliné hacia adelante y pasé mi brazo por debajo del plano estómago de Brittany. La levanté, posicionándola para que se acostara a mi lado.
Sonreí cuando Brittany jadeó sorprendida mientras movía su cuerpo somnoliento para que se acostara a mi lado. Entonces mi corazón estalló en mi pecho cuando un rubor tímido tiñó sus mejillas cuando enganché mi brazo alrededor de su cuello y la tiré para que se acostara con medio cuerpo sobre mi pecho.
Miré hacia arriba, sintiéndome perturbada por lo mucho que me gustaba su mano presionada sobre mi pecho. Mi cuerpo se congeló al estar tan cerca de una mujer. Pero mis dedos agarraron una delgada hebra del cabello largo de Brittany, rodando la suavidad entre el pulgar y el dedo índice.
Pasaron más minutos en silencio y pensé que se había quedado dormida. Con mi mano libre, me acerqué a mi mesita auxiliar y agarré los cigarrillos. Poniéndome un Malboro Red en la boca, lo encendí e inhalé, echando el humo por la nariz. Cuando estaba a punto de tomar otra calada, un dedo me golpeó en la barbilla y me guió a mirar a mi derecha… directamente a los ojos cariñosos de Brittany.
Cielos. ¿Cómo era posible que un par de ojos pudieran decirte tanto?
¿Cómo era posible que un par de ojos tan azules como el cielo pudieran hacerme caer de rodillas con una sola mirada?
―Hola ―dijo, con sus mejillas sonrojadas.
Tomando otra calada, dejé que el humo llenara mis pulmones, pasé mis dedos por la suave piel desnuda de su hombro.
―Mmm… ―gruñí con brusquedad.
Sus ojos revolotearon hacia abajo, luego parpadearon y me miraron de nuevo.
―No esperaba que pasara esto cuando vine esta noche. ―Su rubor se intensificó y me di cuenta de que estaba nerviosa. Nerviosa por mí rechazo.
La mano de Brittany bajó por mi esternón hasta mi estómago, e hizo una pausa antes de acariciar de un lado al otro en la parte baja. Mis músculos se tensaron ante la sensación y Brittany me sonrió, luego presionó un solo beso en mi pecho.
Equilibrando el cigarrillo en mi labio inferior, puse mi mano en su mejilla y le dije:
―Tampoco yo. ―Brittany frunció los labios, sus ojos muy abiertos por el dolor, cuando agregué―: Pero estoy tan segura que me alegra que haya pasado.
Brittany sonrió ampliamente, sus dientes blancos brillaban. Luego, hizo lo imposible… Me hizo reír, una sonrisa feliz de ella me hizo reír, ¡Rayos! No era mucho, un gruñido que apenas si podría pasar como una risa, pero ella la consiguió. De alguna manera, podía traerme un montón de emociones.
Brittany se apoyó en el codo, empujando sus pechos contra mi cuerpo. Tomando el cigarrillo de mi boca, dio una calada. Y sí, ¿ella fumando? No había nada más sexy que ver esos labios envueltos alrededor de la colilla.
Mientras ponía de nuevo el cigarrillo entre mis labios y se volvía a acostar sobre mi pecho, tomé otra calada, y exhalando, pregunté:
—¿Fumas?
Negó.
―No realmente. Solo ocasionalmente cuando bebo. ―Se dio golpecitos en la barbilla―. O cuando he tenido sexo.
Sabía que estaba bromeando, pero una ola enferma de celos barrió a través de mí, y escupí:
—¿Te follas a muchas tipas?
La cabeza de Brittany retrocedió como si la hubiera golpeado, pero no pude evitarlo. Pensar en ella con otra me hacía dar vueltas.
―No, ¡no lo hago! ―dijo entre dientes―. ¿Tú frecuentas a muchas chicas?
Sintiendo el espiral comenzar a relajarse en mi estómago, tiré el cigarrillo todavía encendido en el piso y le respondí:
—No desde hace años.
Brittany quedó boquiabierta y sus pestañas revolotearon sorprendida.
―¿No has estado con nadie en años?
No respondí su pregunta, pero apreté mi boca y entrecerré mis ojos.
Brittany no se desanimó. Inclinándose más cerca, puso su mano en mi mejilla y preguntó:
—¿Por qué? ¿Por qué no has estado con nadie durante tanto tiempo? No dudo que podrías atraer bastante interés.
Negué, diciéndole sin palabras que no íbamos a ir allí, y soltando mi brazo de su hombro, me senté, pasándome la mano por el rostro.
Esta conversación se estaba acercando demasiado a cosas que no quería, nunca, hablar con ella.
Escuché a Brittany suspirar derrotada detrás de mí, después sentí su mejilla presionarse contra mi espalda. Cerré mis ojos y respiré. Me gustaba mucho la sensación de su tacto.
—¿Por qué no me hablas? —susurró. Sentí el dolor en su voz cortar a través de mi corazón—. No le diría a otra alma nada de lo que me revelaras.
Dejando caer mi cabeza y finalmente perdiendo el muro que mantenía alrededor de mí en todo momento, susurré:
—Porque realmente no podría soportar la maldita idea de que me odies.
Brittany rodó su mejilla hasta que su frente se presionó contra mi omoplato:
—Nunca podría odiarte.
—Podrías y lo harías si supieras las cosas que he hecho.
No respondió durante varios segundos, pero entonces sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura y me tiraron a la cama. Aplanándome en el colchón, sus manos en mis hombros, se sentó a horcajadas sobre mi cintura, se inclinó y presionó sus labios sobre los míos. Pero el beso fue más suave esta vez; no dejándome tomar su boca agresivamente como lo había hecho cada vez que nos habíamos besado antes… No, esta chica estaba decidida a hacerme sentir, a sacar el dolor que había enterrado en lo más profundo de mí.
Rompiendo su beso, Brittany puso sus manos en mis mejillas y dijo:
—Vales tu peso en oro, Snix. Eres alguien, alguien realmente especial.
Mis fosas nasales se ensancharon mientras luchaba contra el dolor que estaba obstruyendo mi garganta. Ella no tenía ni una idea de lo mucho que significaba para mí. Estaba completamente equivocada. Pero aun así, esas palabras me traspasaron.
Desplazando sus piernas de mi cintura, Brittany saltó de la cama y envolvió una sábana alrededor de su pecho. No me moví de mi lugar en la cama, decidí mirarla mientras caminaba por la habitación. Sus ojos inquisitivos observaron cada parte de mi estudio: mi puesto de herramienta, el área donde moldeaba las plantillas de arcilla de mis esculturas, el escritorio que normalmente contenía mis bosquejos… y finalmente, sus ojos se fijaron en mi trabajo actual en progreso.
Mi estómago se encogió mientras la veía acercarse cautelosamente a la pieza casi terminada, sus ojos experimentados de curadora evaluando cada centímetro de ella. Y vi cada emoción deslizarse a lo largo de su mirada: entusiasmo, curiosidad… después tristeza, el instinto de tristeza real.
Mientras Brittany rodeaba la escultura, se detuvo cuando llegó a la parte delantera, y observé su boca como su boca se abría mientras el efecto completo de la escultura apareció a la vista. Sus ojos se humedecieron y se acercó a la terminada joven tambaleante sosteniendo un arma en sus pequeñas manos, sus extrañamente ojos grandes llorando sangre y balas. Entonces vi cuando su mirada se desplazó hasta la mujer de veintitantos detrás de ella, sosteniendo el arma de la chica con brazo firme, empujándola al fuego.
La mujer de mármol todavía no estaba terminada. Su rostro aún no estaba esculpido. No me había añadido bastante en sus características. Mis características en esa chica que ya no reconocía, obligando a su hermana pequeña a matar…
Me tensé, esperando por la condenada tormenta de preguntas que Brittany no dudaría en preguntar acerca de mi inspiración, pero para mi sorpresa, simplemente se limpió los ojos, sin ni una vez mirar en mi dirección. En su lugar se movió al otro lado más lejano de la habitación, al piano grande que Sue había colocado aquí.
Mientras Brittany pasaba la mano por el piano de cola negro brillante, su cabeza se volvió hacia mí:
—¿Es tuyo? —preguntó sin aliento.
—De Sue —respondí, mis cejas fruncidas con curiosidad cuando la vi acariciarlo como si fuera una piedra preciosa.
Brittany se giró de nuevo hacia el piano y se dirigió al frente. Levantó la cubierta para revelar las teclas.
—Es hermoso —admiró con asombro y me miró de nuevo—. Es un piano de gran cola Steinway.
Arrastrando los pies más adelante hacia la cama, rodé sobre mi lado, apoyando mi cabeza sobre mi mano.
—¿Tocas?
Brittany asintió, todavía deslumbrada por el condenado piano, y se rió una vez.
—He tocado toda mi vida. Mi madre también sabe y ella me enseñó. Pero sólo teníamos un piano normal… nada como esto. —Brittany se sentó en el taburete de piano y acarició las teclas blancas y negras-. El piano era mi vida cuando era una niña. Y todavía me gusta tocar. Todavía me gusta perderme en la melodía de mi pieza favorita. —Brittany se inclinó hacia adelante e inhaló, su rostro iluminándose—. Es precioso.
No sabía lo que era, tal vez la pasión y la alegría que vi bailando en sus ojos, pero no podía apartar mi mirada de ella mientras se sentaba en ese polvoriento taburete de cuero cubierta sólo por una sábana, una sábana en la que acabábamos de follar. Su largo cabello estaba desordenado y caía libremente por encima de su hombro.
Parecía una pintura.
Brittany liberó sus dos manos de la sábana, dejándola caer hasta su cintura. Me mordí un gemido mientras sus pechos redondeados estaban al descubierto. Pero Brittany no se dio cuenta de que la estaba mirando. En su lugar, flexionó sus manos, y con una sonrisa emocionada apareciendo por la comisura de sus labios, colocó sus dedos sobre las teclas.
Contuve el aliento ante la primera nota que sonó, sus ojos enfocados mientras probaba el sonido, sus pies cambiando hacia adelante para presionar los pedales.
Después, cerrando sus ojos, una expresión serena se extendió por su hermoso rostro. Brittany empezó a tocar… a tocar a la perfección una pieza de música como si estuviera entrenando con Mozart o alguna mierda. Una pieza de música que no podría haber sido mejor adaptada a ella y a su actitud contagiosa. Las notas estaban enlazadas con esperanza, amor y alegría… como una canción de cuna, pero más poderosa. Las notas melódicas me hicieron sentir como que mi vida podría mejorar. Porque eso es lo que Brittany hizo, me hizo sentir que mi vida podía mejorar.
No tenía idea de por qué, pero esta pieza musical que estaba tocando, empezó a traer lágrimas a mis ojos, como una maldita cobarde. Era como si me estuviera diciendo con la canción cómo se sentía acerca de mí… de nosotras… de lo que acabábamos de hacer.
Me concentré en Brittany tocando esa música, sus expresiones faciales cambiando con cada nueva sección: de feliz a triste, de lloroso a completa adoración. Nunca había visto a nadie parecer como que pertenecía a algún lugar tanto como ella lo hizo en el taburete enfrente de ese piano, tocando la más hermosa pieza de música que había escuchado en mi vida.
Estaba completamente envuelta en todo lo que ella era. Sus dedos largos y esbeltos se desaceleraron para tocar una sección más tranquila y menos complicada de la canción, su cabeza meciéndose de un lado a otro, perdida en las notas. Ante ese espectáculo, algo se apoderó de mi cuerpo, corrió como lava a través de mi sangre. Una cosa que nunca me había atrevido a dejarme sentir por… no sabía honestamente si alguna vez había sentido antes…
Esperanza.
Estando con Brittany así… su alma tolerante sólo viéndome a mí y no a mi pasado, una fe ciega injustificada… ella me llenaba de esperanza.
Lei era speranza… Ella era la esperanza. La mia luce… mi luz.
Me recordó a lo que mi mammá esperaba de mí cuando la pandilla me tenía en la profundidad de sus garras. Le había dado un beso de despedida, partiendo a encontrarme con Elaine y mi pandilla mientras la mamma yacía inmóvil en su pequeña cama, su ELA mantenía como rehén de su cuerpo. Me miró con esos enormes ojos tristes, unos ojos que rezaron para que nuestras vidas fueran mejores, y ella había susurrado con palabras entrecortadas, Io prego perché tu possa trovare la tua luce, mia figlia smarrita… Rezo para que encuentres tu luz, mi hija perdida…
Mi corazón latió más rápido cuando el recuerdo invadió a mi mente, apretando a mi pecho. Los dedos de Brittany desaceleraron como si pudiera sentir que estaba desmoronándome por dentro, el dulce sonido de la melodía gradualmente llegó a su fin.
Algo dentro de mí se hizo cargo, e incapaz de detenerme, me deslicé fuera de la cama y crucé en silencio la habitación. Me moví hasta detenerme a un lado de Brittany justo cuando los dedos en una mano bailaban sobre las teclas superiores en el piano, la nota final aguda colgando en el aire.
Antes de que siquiera hubiera tenido una oportunidad de mover sus manos de las teclas y sus pies descalzos de los pedales, tomé su barbilla en mi mano por la espalda, girando su cara para presionar sus labios contra los míos. La presión en mi pecho desapareció tan pronto como su dulce sabor entró en mi boca.
Sorprendida por mi acción, Brittany gimió en mi boca, levantando su brazo para envolverlo alrededor de mi cuello. Sin romper el beso, enganché mi brazo alrededor de su cintura y la levanté del taburete, su espalda alineada con mi cuerpo. Incapaz de esperar más, la incliné hacia adelante para presionar su estómago contra la madera fría del piano, todavía manteniendo sus labios sobre los míos. Enganchando su pierna derecha sobre el interior de mi codo, la levanté lo suficiente para tener más acceso a ella, deslicé mis dedos en su interior. No estaba apresurando esto. Ahora no la estaba follando… era algo más… porque ella era más…
Brittany deslizó su boca de la mía mientras gritaba en voz baja mi nombre:
—Snix…
Deslizándose poco a poco por mi brazo, su mano libre estaba encima de mí sobre su estómago. Mientras de sus cercanía, mis muslos ardían por la sensación, Brittany levantó mi mano y entrelazó sus dedos dentro de los míos.
Arrastrando el aliento al sentir su mano pequeña apretando la mía tan suavemente, me tenía luchando para no dejarme caer de rodillas y rogarle que nunca salga de esta habitación. No necesitábamos el mundo exterior. Teníamos esta habitación. Sólo estábamos ella y yo en esta habitación.
Cuando Brittany llevó su mirada de nuevo hacia la mía, me detuve y me quedé mirándola de regreso. No había música tocando para ahogar todo, sin palabras dichas para romper el silencio… Fue el momento más intenso y significativo de mi vida. Aquí, junto a esta maravillosa y hermosa mujer que sólo conocía a la persona que era ahora, no a la cretina insensible que era antes, hoy era más que eso.
Nunca había pensado que merecía una segunda oportunidad, nunca quise una. En lo que a mí respecta, merecía pasar el resto de mi vida miserable por lo que había hecho. Pero aquí, junto a la mujer más hermosa que alguna vez había visto en mi vida, la mujer que simplemente me tenía, estaba negociando con Dios para que me permita tenerla… sólo por un tiempo… para seguir sintiendo… esto… lo que sea que fuera esto…
—Tu sei bella… —Eres hermosa, susurré y me di cuenta que los ojos de Brittany brillan. Ella se inclinó hacia adelante y presionó un beso breve en mis labios, después inclinó su cabeza hacia un lado, instándome a besar su cuello. Mis caderas empezaron a mecerse de nuevo para incrementar nuestra cercanía, Brittany jadeando ligeramente con cada caricia interminable.
Brittany apretó su agarre alrededor de mi cuello y con nuestros dedos entrelazados aferrándose fuertemente, construí la velocidad, llevándonos más y más hasta el borde.
Unos minutos después, con nuestra piel húmeda hirviendo, Brittany gimió en voz baja mientras se corría. Sus ojos se cerraron, y después de unos instantes más, metí mi nariz en su cabello y también me corrí.
—Snix… —murmuró Brittany en voz baja y apreté mi brazo alrededor de su cintura. La abracé lo más cerca que podía físicamente. Y Brittany me dejó. Me dejó sostenerla en nuestra conexión sin decir una palabra.
—¿Cuál era esa música que tocaste? —pregunté de repente—. Justo ahora, ¿qué fue eso?
—Beso la lluvia de Yiruma —respondió sin aliento, la flacidez de su cuerpo cansado en mis brazos.
Guardé el título de esa canción en la memoria.
—Beso la lluvia.
La alcé en mis brazos, sólo deteniéndome para levantar la sábana del piso y la llevé de regreso a mi cama. Mientras nos acostamos, Brittany salpicó suavemente besos por toda mi cara antes de apoyar su mejilla cariñosamente en mi pecho.
—Te he extrañado, Snix… —susurró adormilada.
La apreté más cerca a mi lado, deseando poder decirle que también la había extrañado. En cambio, le ordené bruscamente:
—Te vas a quedar aquí esta noche.
Brittany acarició uno de mis pechos con su nariz y sentí los músculos de sus mejillas estirarse en una sonrisa.
—Desde la primera vez que vi tu escultura del ángel, quemó mi corazón… siempre supe que si pudiera conocerte en carne y hueso, tu alma haría lo mismo.
Las palabras que dijo bien podrían haber sido un Ave María de Dios mismo, un pase libre para los pecados de mi pasado. Pero eso nunca podría ser cierto. Tenía que pagar las consecuencias. Había arruinado vidas. El karma no funciona de esta forma, dándote todo lo que podrías soñar sin pagar algún tipo de precio.
Presioné mi mejilla en la parte superior de su cabeza y cerré mis ojos.
Era la primera vez que había dormido durante toda la noche sin despertar con sudores fríos e ira insoportable matándome por dentro.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Creó que me ubiera vuelto loca si no volvías jejeje me encanta tu fic esperó que Santana entienda que ya pago por sus pecados y que se merece ser feliz al lado de Britt... Saludos
Lucy LP**** - Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
ufffff, esto ha sido realmente intenso, el alma atormentada de santana ante la calidez de los sentimientos de brittany ha sido fuerte en verdad!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Solo decir que me encanto!!
saludos
saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Lucy LP escribió:Creó que me ubiera vuelto loca si no volvías jejeje me encanta tu fic esperó que Santana entienda que ya pago por sus pecados y que se merece ser feliz al lado de Britt... Saludos
tranquila que ya regrese.......aun falta para que San entienda que debe superar su pasado
micky morales escribió:ufffff, esto ha sido realmente intenso, el alma atormentada de santana ante la calidez de los sentimientos de brittany ha sido fuerte en verdad!!!!!!
por supuesto......uhhh, los capitulos siguientes (13 y 14 son bastante intensos......lo entenderas cuando los leas)....diciendote esto me siento muy malvada jejejeje
monica.santander escribió:Solo decir que me encanto!!
saludos
infinitas gracias por tu apoyo
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Hola……….buenas tardes a todas/os……….solo dire que estos capítulos serán algo intensos, pero los de la siguiente actualización lo serán aún mas (cap 13 y 14 especialmente)…presiento que querrán torturarme cuando vean las últimas líneas del capítulo 12 jejejeje
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
*Actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=oK9y0W7kGF8
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Hope” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Seattle y Alabama-Tusscalosa fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Seattle y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone 1 solo libro que consta de: sinopsis + prólogo + 22 capítulos + epílogo + capítulo extra. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany y Santana (es decir, algunos capítulos los narrado por una, y otros capítulos por la otra)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 11
Brittany
Mientras despertaba con el sol brillante que se filtraba a través de los grandes ventanales del estudio, los rayos iluminaban su cuerpo desnudo y escultural, parecía como si estuviera atrapada en un sueño.
Los brazos de Snix me mantenían cerca; no me había soltado en toda la noche. Atesoraba el toque de esta cercana y torturada chica, pero sentí un oleaje profundo en mi estómago.
¿Qué escondía de sí misma que era tan terrible?
¿Qué estaba atormentando su mente de genio, apartando a quien se acercaba demasiado? ¿Advirtiéndome que me mantuviera alejada?
Levantando mis dedos, tracé suavemente sobre sus facciones fuertemente marcadas, centrando mi atención en el tatuaje de un águila dominante que descansaba en uno de sus brazos. Las líneas parecían como si se las hubiera hecho ella misma, el centro del dibujo parecía como si cubriera algo debajo.
Los dedos siguieron con los ojos, bajando por su delicada barbilla y la piel suave de su cuello como el resto de su cuerpo, un par de tatuajes que cubrían algunos centímetros de su piel.
Era hermosa.
Pero en una inspección más cercana, mis cejas se fruncieron mientras estudiaba una serie de cicatrices y lo que parecían heridas de arma blanca en su abdomen y estómago.
Todas se veían feas, pero ninguna tan dolorosa de ver como la que está en la parte posterior de su cuello.
¿Cómo demonios se las hizo todas?
Volví a pensar en las numerosas preguntas sobre su pasado que habían quedado sin respuesta: los trágicos los antecedentes de sus esculturas, la prístina cama hecha cuando entré en el estudio anoche, las cicatrices, y el hecho de que no había estado con una mujer en años.
Mientras pongo mis ojos sobre su escultura actual, la chica con una pistola, llorando lágrimas de sangre y balas, un pensamiento vino a la mente: ¿Era militar? ¿Era por eso que era tan cerrada? ¿Tan hastiada de la gente... de la vida?
Un pitido estridente sonó del otro lado de la habitación, el ruido estridente despertó a Snix, sus soñolientos ojos oscuros parpadearon hasta abrirse. Contuve la respiración mientras miraba hacia abajo. Frunciendo el ceño como si estuviera confundida por verme tumbada sobre su pecho. Pero cuando un atisbo de sonrisa enganchada en la esquina de su labio superior apareció, sentí un enjambre de mariposas invadir mi estómago.
—Hola —le susurré.
—Muy bien —susurró de vuelta en su acento atractivamente profundo. Inclinándose boca abajo para encontrarse con los míos, nuestros labios se tocaron justo cuando mi teléfono sonó de nuevo.
Gimiendo por la interrupción, me eché hacia atrás.
—Me tengo que ir —anuncié, a regañadientes.
Snix miró hacia el gran reloj colgado en la pared del fondo y asintió. Su rostro se oscureció como si un mal pensamiento hubiera corrido por su mente, pero luego desapareció tan rápido como llegó.
Presionando un último beso juguetón en su abdomen definido, rodé a un lado de la cama, siseé mientras mis pies descalzos tocaron el frío suelo de baldosa congelada. Mientras me levantaba, la mano de Snix atrapó mi brazo, haciendo que la mirara.
El conflicto que jugó en su rostro me confundió, pero después de un reticente suspiro, dijo:
—Vuelve esta noche. —Parecía que le dolía pronunciar esas palabras. Mi corazón se derritió, sabiendo que mostrar tanta vulnerabilidad debía de haberle costado emocionalmente.
Las mariposas en mi estómago se abalanzaron y sumergieron de nuevo y, sonriendo, asentí:
—Voy a llegar tarde, sin embargo. Saldré con unos amigos todo el día y parte de la noche.
Me lanzó una breve inclinación de cabeza, con el rostro impasible y serio.
Tomando mi mano, enrosqué sus dedos con los míos.
—Me gustaría no tener que irme.
Mientras apretaba mis manos, me sonrojé. Sabía que era su manera de decirme que deseaba no tuviera que irme tampoco.
Indignada por tener que asistir al primer partido de la temporada del equipo local de tenis donde jugaba mi querida primita, me obligué a salir de la cama y vestirme.
Snix se sentó en la cama, la sábana bajo a sus caderas mientras encendía un cigarrillo y lo sostenía entre sus labios, viéndose como una versión tan atrayente.
Ella vivía respirando poesía. No los poemas de amor, sino la poesía que te arranca el corazón, lo hace pedazos, lo devuelve de nuevo en tu pecho, y hace que te preguntes, ¿qué demonios te ha destrozado el alma?
No podía apartar mi mirada de ella mientras situaba mi vestido sobre mis pechos, su cabello seductoramente desordenado, su abdomen tenso mientras su brazo se movía arriba y abajo para sostener el cigarrillo mientras inhalaba. Cuando dejó escapar el humo, unas pequeñas arrugas se grabaron alrededor de sus ojos; el efecto severo gritaba peligro. Estaba completamente enamorada de ella.
Snix me pilló mirando mientras rascaba sus uñas sobre la piel de sus pechos. Sus ojos se iluminaron con el deseo evidente, y movió su barbilla.
—Vete de una vez de aquí o no irás a ninguna parte.
Exhalando un suspiro tembloroso a su demanda cortante, me dirigí hacia la cama, donde Snix balanceaba el cigarrillo en su voluptuoso labio inferior, una acción que empezaba a demolerme por lo malditamente sexy que era.
Cuando me detuve a centímetros de distancia, Snix extendió la mano para agarrar mis caderas, y luego tiró de mí más cerca hasta que yací sobre su cuerpo. Liberando una de sus manos, trasladó el cigarrillo de la boca y exhaló el humo, la espesa nube ondulante delante de mi cara, el rico aroma del tabaco mezclado con el almizcle natural provocó un gemido desde el fondo de mi garganta.
—Claro que regresarás esta noche —dijo, asegurándose de que sabía que tenía que obedecer sus órdenes. Con la intensidad sin censura en sus ojos, lo único que pude hacer fue asentir de acuerdo en cuanto su mano en mi cadera se arrastró hacia abajo para pasar un dedo por el contorno de mi coño.
Obligándome a morder un gemido y alejarme, recogí mi bolso del suelo y salí sin mirar atrás.
Cuando abrí la puerta del estudio, absorbí fuertemente el aliento, dejando que el aire frío me calmara. Mientras exhalaba, levanté mi cabeza al cielo y reí de felicidad.
Mi corazón se sentía vivo. Mi alma se sentía... mi alma se sentía... fundida... fusionada a la de Snix. No había otra explicación en donde entendí que había una buena persona debajo de su rudeza y la barrera que despliega para mantener a la gente a un brazo de distancia. Una buena mujer cuya alma sonrió cuando toqué mi pieza favorita de música en el piano, una pieza que significaba mucho para mi corazón. Había tenido que hacerme el amor...
Fundida.
Nada más describía esta nueva sensación de culminación en mí.
Al escuchar el teléfono sonar de nuevo, gruñí por la interrupción. Corriendo hasta mi coche, abrí mis mensajes. Había dos.
RACHEL: ¡¡¡ES EL DÍA DEL PARTIDO!!!
Y otra vez...
RACHEL: He intentado llamarte tres veces, pero no hay respuesta. Y me di cuenta de que no has venido a casa anoche... después de que te fuiste a casa de Snix... ¿Así que estoy asumiendo que las cosas están bien? ¡SÍ! Pero tenemos que salir en una hora si vamos a ir al partido. A Quinny le encantaría verte allí.
Sonreí cuando leí el último mensaje de Rachel y envié una respuesta rápida de que estaba de camino a casa. Ella iba a interrogarme intensamente para más detalles. Simplemente lo sabía.
***
—¡Woww, Rach! Cómo vive la gente rica, ¿eh? —le dije, sacudiendo la cabeza ante la opulencia de la decoración mientras Rachel me conducía a la suite privada de Quinn, en el estadio CenturyLink. Me acerqué a la pared acristalada del suelo al techo, que ofrecía una perfecta visión del campo y di un silbido bajo. Era increíble. Desde esta posición, tendríamos la mejor vista del partido.
Típico de Quinn. La compra de una suite carísima sólo para que su esposa embarazada estuviera a salvo y caliente mientras jugaba.
Por un momento, miré hacia abajo a mi vestido rosa hasta la rodilla, mi chaqueta negra, y mis botas marrones de cowboy favoritas que había tenido durante años. Mi cabello estaba atado con palillos y llevaba grandes aros de plata en las orejas.
Había preguntado a Rachel un millón de veces si lo que llevaba puesto estaba bien. Me aseguró que sí. Pero Rachel realmente no podría dar una opinión sobre lo que ella o yo parecíamos, nunca fue así. Lo que no vio, sin embargo, era que siempre se veía hermosa, sin importar lo que llevara. Y hoy no fue la excepción, ya que ella lucía un vestido negro largo, el paño de su chaqueta ceñida mostraban su creciente vientre y figura imponente. Su largo cabello castaño y estaba fluyendo por su espalda, con sus gafas cuadradas de Chanel complementaban su cara bonita.
Al escuchar a alguien entrar en la habitación, me di la vuelta para ver a Kitty y a Violeta entrar. Kitty tenía una sonrisa enorme hacia todas nosotras, saludando con entusiasmo mientras llevaba su camiseta local “J. López” con unos pantalones jeans. Violeta llevaba la camiseta azul marino y verde también. Esperaba que viniera y dijera hola. En cambio, hizo un gesto con la barbilla en un breve saludo y caminó hasta el otro lado de la suite para sentarse en una silla.
Con el ceño fruncido ante su comportamiento extraño, extendí mis manos a Kitty y besé su mejilla.
—¿Cómo te va, cariño? —le pregunté.
—Bien, ¿tú? —respondió, pero podía ver que estaba distraída por algo. Sonrojándome, agaché la cabeza.
—Estoy muy bien.
Kitty ladeó la cabeza hacia un lado mirándome.
—Qué…
—Ha estado fuera toda la noche, Kitty —Rachel interrumpió desde nuestro lado, y los ojos de Kitty se ampliaron en interés.
—¿Con quién? ¿Dime? —preguntó Kitty, llevándome a un sofá en la esquina de la habitación. Rachel nos siguió y todas nos sentamos.
Tomando una respiración profunda, no podía luchar contra la sonrisa tirando de mi cara.
—Snix —confesé, y la sonrisa emocionada de Kitty reflejaba la mía.
—¿La artista solitaria? —preguntó con curiosidad.
—Sí —le contesté riendo.
—¿Y? —preguntó Rachel—. ¿Qué pasó anoche? No has dicho nada al respecto todavía. ¡Me tienes en vilo!
Me encogí de hombros. No estaba segura de cómo explicar lo que Snix y yo habíamos compartido. No era normal para cualquiera podía imaginar, y honestamente, tanto por su aspecto y actitud cerrada al parecer a todo el mundo excepto a mí, sabía que mis amigos me advertirían que me mantuviera alejada.
Kitty y Rachel estaban esperando ansiosamente mi respuesta, por lo que simplemente dije:
—Fue la mejor noche de mi vida. Está más allá de lo que jamás podría haber imaginado.
Rachel se acercó y me tiró en un abrazo feliz, y Kitty no podía hacer nada más que sonreír. Me reí ante la reacción de Rachel cuando un camarero vino a entregarnos copas de champán.
Mientras extendía la mano para mi copa, me di cuenta de que Violeta se desplomó aún más en su silla, con vista sobre el campo y los auriculares puestos, con la música a todo volumen a bloqueando el mundo, perdida en sus pensamientos. Parecía triste. Mis cejas bajaron interrogantes.
—¿Kitty? —le llamé y, deteniendo su conversación sobre el debut de Jake hoy con Rachel, ella se volvió hacia mí.
Le di un codazo y mi cabeza en dirección de Violeta.
—¿Qué le pasa a Vio? Se ve tan desolada como el pecado y apenas dijo hola cuando entraron.
Kitty corrió su pequeña mano por su cara, luciendo esmalte de uñas negro, mirando con simpatía a Violeta, a continuación, de nuevo a nosotras.
—Santana —dijo en un suspiro de exasperación. Hice una mueca.
—Mierda. Sí. Rachel y Quinn me dijeron que había salido de prisión. ¿Cómo va todo? No he tenido tiempo para preguntarte mucho al respecto.
—Santana está, no dice mucho a nadie. Todo lo guarda para sí misma. De hecho, me siento un poco mal por ella. Siempre está sola. —Me incliné hacia delante para acariciar la mano de Kitty. Ella apretó mis dedos—. Pero Violeta... Violeta simplemente está enojada todo el tiempo. Y me rompe verla de esta manera... a las dos hermanas de esta manera. Santana intenta hablar con Violeta, está realmente tratando de hacer las paces, pero Vio simplemente explota si lo hace. No hay esperanza.
—¿Y qué le pasa hoy? Es el debut de Jake en la selección local. Pensé que estaría emocionada. Y están jugando con el equipo de Ryder también, por lo que van a llegar a verlo de nuevo.
—Lo está —respondió Kitty—, pero Santana estará por aquí en cualquier momento. Jake quería a Santana aquí tanto que le rogó para que apareciera. Me destrozó ver lo emocionado que Jake estaba de que Santana fuera a finalmente verlo jugar en la liga profesional. Mi marido adora a su hermana mayor. Incluso después de todo lo que han tenido que pasar, la ama hasta la muerte.
—¿Santana va a venir aquí hoy? —le pregunté con voz cautelosa, con mis ojos muy abiertos. Al instante me sentí incómoda. Nunca había conocido a la tipa o mirado a los ojos, pero sabía que no era nada más que problemas con P mayúscula. Cielos, acababa de salir de la cárcel, por el amor de Dios.
Kitty asintió.
—Como he dicho, Jake quería a Santana aquí. Y no hay que quitarle mérito, Santana está realmente esforzándose. Se está manteniendo fuera de problemas y pasando desapercibida. Está trabajando en ese mercado de pescado que la prisión organizó como parte de su libertad condicional, todas las horas que Dios quiere. Pero aun así, Violeta simplemente no puede perdonarla todavía. Creo que tiene miedo de confiar en ella y amarla como necesita, sólo para tener a Santana volviendo de nuevo a las andadas. Violeta perdió demasiadas cosas a una edad muy temprana. Creo que está tratando de proteger su corazón para que no salga herido. Pero quiero tanto que sean una familia otra vez. Que haré lo que sea para que esto suceda, por el bien de todos.
Mientras escuchaba a mi pequeña amiga, sentí una oleada de orgullo llenándome el pecho. Ella había conquistado mucho cuando fue joven, se recuperó a sí misma desde el borde de la muerte, en dos ocasiones, logró convertirse en una exitosa mujer de negocios al ayudar a otros que sufren de trastornos de la alimentación, y ahora, estaba tratando desesperadamente de reunir un grupo de hermanos destrozados desde hace años por nada más que actos de egoísmo y dolor.
Las tres estábamos sentadas en silencio cuando el teléfono de Kitty sonó.
Miró hacia abajo y se puso de pie.
—Santana está afuera. Voy a bajar a su encuentro. La traeré aquí para ver el partido.
Kitty cruzó la suite hasta llegar a Violeta y le dio un golpecito en el hombro.
Violeta se quitó los auriculares de sus oídos.
—Santana está afuera, cariño. ¿Quieres venir y recogerla conmigo?
Los ojos de Violeta se helaron con veneno y, poniendo los auriculares en su cabeza, dijo:
—Sólo déjala malditamente afuera, Kitty.
Los hombros de Kitty se hundieron, y sin mirar en dirección de Rachel o hacia mí, salió de la habitación para encontrarse con Santana.
Solté un largo suspiro, y Rachel negó.
—Es un desastre —dijo, y tomando un sorbo de mi champán, asentí.
—Así que, cuéntame los pormenores de esta galería que estás diseñando. Se siente como que han pasado décadas desde que hemos tenido una verdadera oportunidad para ponernos al día.
—Bueno... —empecé y lancé todo lo que había pasado en las últimas semanas y los pormenores de la idea esquemática de la exposición de Snix.
Al estar demasiado ocupada hablando con Rachel, de espaldas a la entrada de la suite privada, no vi a Kitty caminando detrás de nosotras hasta que los ojos marrones de Rachel miraron por encima de sus gafas y estos adoptaron una expresión nerviosa. Echándome hacia atrás en mi asiento, vi a Kitty delante de mí.
—Brittany, Rachel —dijo Kitty, y me quedé en el sofá, viendo a alguien entrar en la suite desde mi visión periférica. De repente, mi teléfono sonó desde el interior de mi bolso, y vi que era el museo.
—Lo siento, Kitty, déjame contestar esto —le dije y corrí hacia el lado opuesto de la habitación, fuera de la vista. La llamada terminó diez minutos más tarde, algo sobre que un carpintero arruinó las medidas de un zócalo que estaba construyendo.
Caminando de regreso a la habitación, mi mirada se perdió en la multitud de los espectadores gritando y las animadoras animando en el campo. Me dirigí hacia donde Kitty se sentaba, viendo su cara de duendecillo girarse hacia mí. Kitty inmediatamente se puso de pie, y vi Rachel elevar sus cejas hacia una persona que se sentaba detrás de Kitty. Casi no podía verla mientras se encontraba en un rincón oscuro, solo su cabeza apoyada sobre su brazo en el respaldo de la silla visible desde donde yo estaba.
—Lo siento, cariño —le dije—. ¡Estoy ocupada las veinticuatro horas del día!
—No hay problema —dijo Kitty e hizo señas a sus espaldas—. Brittany, me gustaría que conocieras a Santana, la hermana mayor de Jake.
Sintiéndome nerviosa de conocer a la chica responsable de gran parte del dolor de mis amigos, mis manos temblaban. La mujer detrás Kitty de mala gana se puso de pie. Ella estaba cubierta con una camiseta negra, las mangas enrolladas hasta los codos, y su cabello estaba cubierto por un gorro negro que colgaba bajo en la espalda, cubriendo su cuello.
Cielos, pensé. Era impresionantemente atractiva e intimidante. Probablemente más que Jake en términos similares.
Kitty se movió a un lado, y tomé una respiración profunda cuando la notoria chica mala de Lima se volvió hacia mí, y mientras mis ojos se encontraban con un par de ojos oscuros italianos con raíces latinas... un familiar par de ojos oscuros que estaban grabados en mi corazón...
Toda la sangre se drenó de mi cara.
No... Es... no es posible...
El rostro impasible de Snix palideció mientras me miraba fijamente, boquiabierta y los ojos abiertos en alarma.
Las dos nos quedamos allí, congeladas en nuestros lugares. Inmóviles.
Calladas.
Simplemente mirándonos...
¿Snix es... Santana López?
Lancé una mirada a la izquierda y vi la cara preocupada de Kitty.
Obligándome a reaccionar, tendí una mano temblorosa. La boca de Snix, me refiero a la de Santana, se apretó.
—Hola —le susurré con voz temblorosa, estremeciéndome cuando su cálida palma tocó la mía y envió una corriente habitual de electricidad disparándose por mi columna vertebral.
Santana bajó la cabeza en señal de saludo, justo cuando Kitty añadió:
—Esta es Brittany Susan Pierce, Santana, la prima de Quinn Fabray.
La mano de Santana apretó la mía ante el anuncio de Kitty, y pude ver el desdén por mi prima escrito en su rostro.
Retiré mi mano y deslicé mi mirada involuntariamente por el cuerpo de Santana. Un cuerpo que ahora conocía íntimamente.
El locutor tomó el micrófono a través del campo, elevando su voz fuertemente sobre la multitud en un frenesí enloquecido. El equipo local de tenis estaba saliendo.
Pero no podía moverme.
—¡Brittany! Rápido, ven, o no verás a Quinn y Jake saliendo del túnel —dijo Rachel, y Kitty se apresuró a sentarse a su lado, dejando a Santana y a mí encerradas en una mirada tensa.
—¡Brittany! —Rachel llamó de nuevo. Finalmente capaz de mover mis pies, me tambaleé hacia donde mi mejor amiga se encontraba sentada, mirando hacia atrás para ver a Santana trasladarse al lugar más lejano en el otro lado del cristal con paneles... el asiento que le ofrecía una perfecta visión de mí. Y ella seguía mirando. Sentí sus ojos sobre mí tan claramente de la misma manera que podía sentir el calor sutil de la ventilación al lado de mis pies soplando el aire caliente.
No lo podía creer.
Mi corazón lloraba mientras miraba por la ventana... Estaba completamente enamorada de Santana López.
Sintiendo su mirada quemar a través de mí, me negué a levantar la vista, justo cuando Rachel y Kitty se pusieron de pie. Violeta se había movido al lado de Kitty, dejando a Santana sentado en el lado opuesto de la habitación sola.
Eso por sí solo hizo que mi corazón se apretara. Lucía como la marginada, su propia hermana menor descaradamente la rechazaba... la oveja negra de los hermanos López, perdida y despreciada, obligada a estar sola.
Una mano de repente estuvo en mi hombro. Rachel me estaba mirando.
—Brittany, están a punto de anunciar a Jake y Quinn como la pareja que dará inicio al juego. Ryder ya está en el campo de los Redskins.
Me concentré en el campo y el orgullo corrió por mis venas al ver las banderas y camisetas que decían “Fabray 7”. Mi prima había pasado por demasiado y merecía todo esto. También vi a Ryder, pavoneándose a un lado del campo, siempre ególatra. No lo había visto ni una vez desde la universidad.
Sonreí con entusiasmo forzado cuando los fuegos artificiales y la pirotecnia irrumpieron a través del CenturyLink, la música a todo volumen por los altavoces. Estirándome, tomé la mano de Rachel, agarrándola con fuerza. Necesitaba su apoyo. No por la emoción del primer partido de Quinn de la temporada, sino para mantenerme serena ante la revelación que acababa experimentar.
Snix era Santana.
Mi corazón estaba destrozado.
Tanto como Rachel y Kitty tenían lágrimas en sus ojos, esperando a que sus parejas salieran al campo, y cuando miré al lado de Kitty, Violeta estaba agarrando su mano también. No había nada más que adoración en su hermoso rostro por su hermano, Jake, mientras esperaba el anuncio del nuevo jugador del equipo local. Pero un pozo se tragó mi estómago cuando vi su claro desprecio por Santana.
Pensé en la pequeña escultura de la chica, y luché para no romperme en llanto y sollozar al comprender todo lo que pasaba por mi mente.
Son Santana y Violeta...
El locutor emocionó a la multitud cuando comenzó su introducción de Jake. Oí a Kitty contener la respiración mientras pasaban a través de los elogios deportivos de su marido. Violeta levantó la mano de kitty y la apretó contra su pecho, una gran sonrisa apareció en su cara normalmente tímida mientras la multitud rugía su aprobación y le daba la bienvenida al nuevo elemento del tenis local.
Segundos más tarde, con una fila de llameante pirotecnia, Jake López entró corriendo al campo. Kitty lloró silenciosamente de felicidad a mi lado, pero eso no es lo que casi me hizo llorar también... No, ese honor le pertenecía a una mujer excepcional, a una solitaria figura de pie sola en el lado más alejado de la habitación. Una figura solitaria con sus brazos cruzados sobre su pecho, con la expresión más conmovedora de orgullo en su rostro, mientras observaba a su hermano sostener su raqueta hacia arriba para la multitud. El fantasma de una sonrisa tiró de sus labios mientras veía el rastro de unas lágrimas deslizarse por sus mejillas.
Santana López se preocupaba... Santana López se preocupaba más de lo que todos pensaban, por su hermano... por su familia... más de lo que alguna vez podría haber pensado ser posible debido a la reputación infernal que viajaba con ella.
El dolor se acumuló mi cuerpo. Traté de asimilar que Snix era realmente Santana López. ¿Cómo diablos podía ser esto posible? Parecía como si el universo estuviera jugándome una mala pasada.
Como si hubiera sentido mi dura mirada, los ojos de Santana se dispararon hacia los míos, su orgulloso atisbo de sonrisa cayó por la vergüenza de haber sido atrapada, y se limpió rápidamente sus ojos apartando su mirada de mí.
La mano de Rachel apretó la mía, y cuando me miró a los ojos, estaba mirándonos a Santana y a mí con una extraña expresión en su rostro.
Inclinándose cerca de mi oído, me puse rígida cuando Rachel fue a decir algo, pero justo el estadio levantó positivamente el volumen, el locutor apenas audible sobre los gritos de los fans. Rachel se apartó, sus ojos fijándose inmediatamente en túnel de los jugadores cuando se anunció a Quinn. Desde la fila de animadoras con poca ropa agitando pompones y fuegos artificiales iluminando el estadio, Quinn Fabray salió a la cancha.
Rachel exhaló, y vi sus ojos observando a su esposa mientras ella se detenía en medio de la locura, el amor puro en su mirada mientras su mano pasaba por encima de su redonda barriga. Quinn miró directamente hacia nuestra suite, y sosteniendo su raqueta en su mano, apretó los dedos en sus labios en su dirección. Rachel sorbió sus sollozos y le devolvió el gesto. Quinn sonrió y golpeó su pecho donde estaba su corazón. Corrió hacia Jake, lanzando su mano sobre sus hombros.
Rachel se rió, ahogándose con la emoción.
—Lo siento, chicas, son mis hormonas —dijo, secándose las mejillas.
Soltando su mano y secándole las mejillas con mi pulgar, le dije:
—No, así es como simplemente son ustedes dos.
Rachel se rió, y nos sentamos.
La verdad era que quería un amor como el de ellas... un amor demoledor que te llega hasta el alma, el tipo de amor que te dejaba sin aliento...
Ese pensamiento tenía mis ojos instintivamente buscando a Snix bajo mis pestañas e inmediatamente nos miramos fijamente. Todavía me estaba mirando intensamente.
El silbato sonó en el campo, haciéndome saltar, y me obligué a apartar la mirada de la persona que temía que ya me había robado mi corazón. Me obligué a ver el partido y traté de no pensar en todas las cosas malas que había hecho en su pasado... la montaña de errores... y agravios, que no estaba segura si alguna vez podría conseguir superar...
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Capítulo 12
Brittany
Brittany
El equipo local ganó. Jake incluso anotó en su debut, pero no me atreví a mirar la reacción de Snix. De hecho, cuanto más tiempo estaba sentada en esta silla, menos podía soportar la ola de tensión entre nosotras.
—¿Brittany?
Parpadeé rápido, al darme cuenta de que Kitty estaba diciendo mi nombre, miré a mi lado. Ella se inclinó hacia delante, haciéndome un gesto para que también lo hiciera.
—¿Estás bien? —susurró, y miró cautelosamente a Santana mientras ella miraba por la ventana hacia el campo desalojándose.
Asentí, pero Kitty dijo:
—No te hará daño, sabes.
Fruncí el ceño, desconcertada.
—Qué estás…
—Has estado mirando a Santana todo el partido, y sé que es porque le tienes miedo. Se ve aterradora, con toda esa cubierta de chica mala y ruda, y esos ojos oscuros que parecen que pueden incinerar a la gente a la que mira. Pero no te hará daño. Puedes estar segura de eso.
Conmocionada porque obviamente le estuve prestando mucha atención a Santana, simplemente asentí y me senté en mi asiento, rezando para que Quinn y Jake se apresuraran y llegaran aquí para que pudiéramos irnos.
Necesitaba tiempo para pensar. Sólo necesitaba tiempo para lidiar con esta maldita idea…
Entonces Santana se levantó de su silla y me congelé.
Mis manos se pusieron húmedas mientras veía a Santana escanear la habitación. Rachel y Kitty también la miraron. Santana se veía desanimada y sus puños se abrían y cerraban. Actuaba nerviosa por algo, y la razón de ese nerviosismo pronto se descubrió cuando caminó hacia Violeta.
—¿Quieres ir a buscar una bebida o algo para comer conmigo? — preguntó, y mi pulso se aceleró, viendo el destello de esperanza brillar en sus ojos.
Pero Violeta la ignoró y mantuvo la cabeza baja. El rostro de Violeta era de piedra mientras su mandíbula se apretaba.
—¿Vio? —insistió Santana y estiró la mano para tocar el hombro de Violeta.
Violeta movió su hombro bruscamente.
—No voy a ninguna parte contigo.
La expresión de puro dolor que cruzó el rostro de Santana fue mi perdición. Eso me afectó hasta la medula y excavó un pozo de simpatía en mi estómago del tamaño del Gran Cañón. Y luché contra el impulso de ponerme de pie y abrazarla en mis brazos.
—¿Me traes una botella de agua, San, si vas a la barra? —dijo Kitty, y Santana asintió, aparentemente agradecida por algo que hacer después de ser tan duramente rechazada. Se movió para dejar la habitación, pero no antes de echarme un vistazo, con un destello de dolor desesperado en su mirada.
Cuando Santana dejó la habitación, Kitty enfrentó a Violeta.
—Vio, ¿tenías que ser así? —dijo, la decepción era evidente en su tono. Violeta se encogió de hombros.
—No quería una maldita bebida.
Kitty suspiró y dejó caer la cabeza.
Rachel se movió hacia adelante para consolar a Kitty, cuando Quinn entró en la sala.
Quinn, como siempre, fue en línea recta hacia Rachel y, envolviendo sus brazos a su alrededor, tiró de ella para darle un beso.
Jake entró en la sala poco después de Quinn, e inmediatamente sus ojos comenzaron a buscar en la suite. Todos sabíamos que buscaba a Santana.
Jake, viendo a su esposa aplaudiéndole para felicitarlo, se rió y, tomando su cara entre sus manos, la acercó para un beso. Cuando se alejó, susurró en su oído:
—Ti amo tantissimo. —Haciéndola ruborizar, continuación tomó a Violeta en sus brazos.
—Estuviste increíble, Jake —dijo Violeta con orgullo.
—Gracias, Vio —respondió Jake, y justo en ese momento, la puerta se abrió y Santana entró llevando un botella de agua para Kitty.
Quinn, que justo acababa de abrazarme, se tensó. Pero Jake, toda su cara se iluminó mientras cruzaba la habitación y lanzaba los brazos alrededor del cuello de Santana. Los ojos evaluadores de Santana nos miraba a todas observándolos, y torpemente le devolvió el abrazo a Jake.
—Viniste, San —dijo Jake con alivio. San palmeó la cara de Jake con la mano.
—Lo sabes, hermano —respondió Santana—. Sei stato grande, fratello.
—Grazie, San, grazie —respondió Jake.
Deslizando un brazo por el hombro de Santana, Jake lo dirigió hacia nosotras.
—Tomemos algunas bebidas aquí primero, ¿luego vamos por la cena? — preguntó, mirando a Quinn.
Los ojos de Quinn se estrecharon y se enfocaron en Santana. Los ojos de Santana fulminaban a mi prima con la misma ferocidad.
—Santana —saludó Quinn con frialdad.
—Lucy —respondió Santana.
Jake se tensó mientras miraba entre su hermana y su mejor amiga, pero Quinn rompió la tensión cuando se giró hacia Jake y dijo:
—La cena suena bien. —Y se sentó, tirando de Rachel para sentarla en su regazo.
Kitty se movió junto a Jake donde él de inmediato pasó el brazo alrededor de su cuello.
Santana se quedó junto a Jake, bebiendo una cerveza, y escuchó el resumen de su hermano sobre el partido. Violeta observaba, poco dispuesta a unirse a ellos, pero por la expresión de su rostro, claramente quería hacerlo.
—No me gusta esto —dijo Quinn a mi lado, demasiado bajo para que Santana lo escuchara y mi corazón se hundió por sus palabras.
—Quinn —lo regañó Rachel.
—¿Qué? Después de todo lo que ela hizo, ¿Jake simplemente la vuelve a recibir? ¿Sin hacer preguntas?
Una ira repentina se construyó dentro de mí mientras escuchaba a mi prima ser tan implacable con Santana, y justo cuando estaba a punto de saltar en su defensa, alguien entró en la suite.
—Bueno, mira esto, ¡es como una maldita reunión universitaria!
Mi atención siguió la voz y, allí en la puerta, estaba Ryder. No pude evitar sonreír cuando lo vi ahí, cerveza en mano luciendo tan universitario como siempre con su impecable cabello castaño y sonrisa de mil dólares. Se había engordado un poco desde la universidad, pero aun así era muy guapo.
Ryder entró y chocó las manos con Jake, Violeta y Quinn, abrazó a Rachel, luego giró su enorme sonrisa hacia mí.
—Brittany —dijo juguetonamente—. No has cambiado ni un poco —agregó mientras me envolvía en sus brazos. Cuando miré por encima del hombro de Ryder, devolviéndole el abrazo vagamente, Santana nos miraba, y en esa mirada vi a la verdadera Santana López. Vi a la infame ex-líder de las Heighters, la tipa que no aceptaba ninguna tontería. Y a esta versión de ella, realmente le temía.
Tirándome de nuevo por mis brazos, Ryder se inclinó, y tomándome por sorpresa, plantó un beso en mis labios.
Empujando su pecho, rompí el beso.
—¡Ryder! ¡Aléjate de mí!
Ryder me guiñó un ojo.
—Woww. Sigues siendo mi chica soñada, Britt. Tan sexy como siempre. — Negué hacia él en reprimenda, pero no pude evitar reírme. A los veintitrés años, todavía era un coqueto sin esperanza. Extrañé un poco tenerlo alrededor.
—Ryder, aléjate de mi prima, cretino —dijo Quinn, divertida.
Ryder se rió, levantando las manos.
—Ya me voy. No pude evitarlo. —Se giró hacia mí y subió las cejas. Me reí de nuevo. Siempre me hacía reír. El chico era tan relajado siempre.
Ryder lanzó sus brazos alrededor de mi cuello y nos giró para mirar a toda la vieja pandilla.
—Así que, ¿vamos a salir esta noche? Vuelo de regreso a D.C.10 mañana y quiero ver cómo es la vida nocturna en Lima-Ohio.
—Podemos ir a cenar, pero voy a llevar a Rach a casa después —dijo Quinn.
—Lo mismo para nosotros —Escuché decir a Jake. Ryder suspiró dramáticamente.
—Todos ustedes se están poniendo realmente aburridos mientras envejecen. Nunca los veo y ya me están echando. —Me apretó más fuerte—. Entonces somos tú y yo, Britt —bromeó y me besó en la mejilla—. Estoy seguro de que podemos encontrar algo entretenido que hacer.
Abrí la boca para excusarme por la noche, incluida la cena, cuando escuché a Jake gritar:
—¿San? ¿A dónde vas?
Cuando miré alrededor vi a Santana saliendo por la puerta, con su paquete de cigarrillos agarrado con fuerza en su mano.
—¿Qué pasó? —le preguntó Kitty a Jake. Él negó, confundido.
—Ni maldita idea.
Mi corazón latía con fuerza cuando todo el grupo se movió para sentarse alrededor de una mesa y el camarero nos trajo bebidas. Pero no pude alejar mi mente de Snix… Santana… como sea que quiera llamarse. Sabía que se había ido a causa de Ryder.
El aire en la habitación se hizo sofocante. Necesitando tomar un descanso y hacer frente a las revelaciones de esta noche, me excusé y hui en dirección al baño. Cuando salí del baño e iba por el largo pasillo vacío, doblé en la esquina del cuarto de baño, donde Santana se dirigía en mi dirección.
Ambas nos detuvimos de golpe. Nuestras miradas chocaron.
Se veía furiosa.
Nuestros pechos jadeaban intensamente, y cuando me obligué a caminar hacia la izquierda, Santana me agarró del brazo y me arrastró hasta el baño, cerrando la puerta detrás de nosotras.
Retrocedí hacia la pared más lejana mientras su oscura mirada se giraba hacia mí; parecía tan enojada, con el pecho hinchado y los labios en una línea tensa.
—¿Quién es ese idiota que estaba sobre ti? —exigió, avanzando lentamente. Retrocedí contra la fría pared de azulejos—. ¿Quién era ese imbécil? ¿Estás follándolo? ¿Por qué demonios tenía sus labios en los tuyos?
—¿Quién es él? —susurré con incredulidad, entrelazando con ira mi voz por su actitud—. ¿Quién es él? —chillé más alto—. ¡Es un viejo amigo! ¡Alguien que no he visto en años!
Santana pasó los labios sobre sus dientes, temblando visiblemente. Di un paso adelante cuando me miró, echando chipas por sus ojos.
—¿Quién demonios eres tú, Snix?
—No —me advirtió, con frialdad.
—¿No? —espeté—. ¿No? ¡Eres Santana López! ¡La maldita Santana López! ¡Jesús! —Me pasé la mano por la frente cuando Santana no dijo ni una palabra—. Eres la razón de que mi amigo casi perdiera su beca universitaria. Huiste y lo dejaste para lidiar con todo por sí solo. ¡Lo dejaste traficar con drogas sólo para hacer dinero para tu familia! ¡Amenazaste con “cerrarle la boca” a mi mejor amiga que luchaba contra la anorexia! Y odias a mi prima, ustedes se matarían si tuvieran la oportunidad, ¡se odian! Y…
Me atraganté con el sollozo que empezaba a subir por mi garganta.
—¿Y qué? —preguntó con los dientes apretados—. No pares ahora cuando estás tirando todos esos reclamos encima de mí.
Encontré sus ojos inexpresivos y dije:
—¡Y has estado en la cárcel! ¡Demonios, Snix! Lo que compartimos estas últimas semanas… lo que compartimos anoche… ¡y eres la maldita Santana López! ¡Se suponía que eras Snix! Eras la única chica por la que alguna vez sentí ese maldito alivio en mi corazón, y resultó que eras… ¡ella! ¡Tú!
Santana se echó hacia atrás como si la hubiera abofeteado y mi respiración tartamudeó por la cantidad de dolor grabado en su rostro.
—Y tú eres Brittany Susan Pierce —dijo con rudeza, pero podía oír el dolor irradiando en su voz. La lastimé. Realmente la lastimé—. He oído hablar de ti, Brittany. Conozco a tu maldita prima, recuerdas. Sé de qué familia vienes. Tu presumida familia.
Abrí la boca para hablar, para decirle que no sabía nada sobre mí, cuando dijo:
- Se suponía que tú eras Brittany Pierce… la mujer de la que traté de alejarme, pero seguiste volviendo de todos modos, derritiéndome con tu dulzura. Debías ser Brittany, la única mujer, no, la única persona que sabe lo que he estado haciendo con mi vida durante los últimos años, mientras que en el interior trato de mantener la cabeza gacha y no ahogarme bajo mi culpa. Se suponía que eras la mujer que afirmaba sentir mi trabajo. Y eras la mujer que me dijo que valía mi peso en oro a pesar de que te dije que tenía un pasado turbulento. ¡Te lo advertí! Te dije que era menos que escoria.
Mi corazón se hundió mientras decía esas palabras, porque la hice decir eso. Yo era esa persona. Pero todo este tiempo, ambas pretendíamos ser alguien más. No estaba segura en este momento si algo de lo que compartimos fue real. Estaba tan malditamente herida… tan sorprendida… tan confundida de que perdí mi corazón por una criminal. Una mujer que me autoconvencí de que era una imbécil despiadada y sin alma.
Nuestra fuerte respiración llenó el cuarto de baño. Y, después de que una expresión penetrante cruzara por su rostro, giró sobre sus talones y fue hacia la puerta, girando la cerradura.
De repente me dio pánico que se fuera, mi corazón hizo caso omiso de mi cabeza y grité:
—¡Snix!
Se detuvo, miró hacia atrás, y con puro dolor en los ojos, dijo:
—Resulta que tenía razón, Brittany. Nadie puede perdonar mi pasado, sin importar cuánto me esfuerce en seguir adelante. No hay redención para mí. Mentiste cuando dijiste que podía ser perdonada, Brittany. Me mentiste en la maldita cara. Lo peor es que te creí. Creí que podrías ser mi luz en todo este desastre. —Sus cejas cayeron, su expresión facial se volvió severa—. Eso es lo que malditamente duele más.
Abrió la puerta y se fue, antes de que pudiera reunir las palabras para rogarle que esperara, para hablar de esto.
Deslizándome lentamente por la pared, me desplomé desmadejada. Sin poder contener el fuerte flujo de lágrimas.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Que loco no?
Me parecia que algo asi iba a pasar!!
Saludos
Me parecia que algo asi iba a pasar!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
vaya esto me dolio como si hubiese estado ahi!!!! espero actualizes pronto pq me deprimi!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Pobre San Me dio pena Britt debió tener más tacto total ella se dio cuenta de lo que sufre san y de como a cambiado ... Saludos
Lucy LP**** - Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
monica.santander escribió:Que loco no?
Me parecia que algo asi iba a pasar!!
Saludos
uhhh........preparate para lo que viene en los capitulos de hoy
micky morales escribió:vaya esto me dolio como si hubiese estado ahi!!!! espero actualizes pronto pq me deprimi!!!!!
pssss......aun faltan mas cosas emotivas o dramaticas por ocurrir
Lucy LP escribió:Pobre San Me dio pena Britt debió tener más tacto total ella se dio cuenta de lo que sufre san y de como a cambiado ... Saludos
uhh....espero te gusten los capitulos de hoy
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….los capítulos de hoy serán muy intensos…..a partir de ellos podremos ver las motivaciones de San para haber llevado la vida turbulenta que tuvo (pero mas adelante en otros capítulos profundizaremos en esos motivos)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
*Actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=O9MuvylOvWE
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Hope” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Seattle y Alabama-Tusscalosa fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Seattle y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone 1 solo libro que consta de: sinopsis + prólogo + 22 capítulos + epílogo + capítulo extra. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany y Santana (es decir, algunos capítulos los narrado por una, y otros capítulos por la otra)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 13
Santana
Santana
-¿Quién eres tú, Snix?
El no de Brittany, las palabras de Brittany Susan Pierce acechaban mi mente. No, habían tomado posesión de mi mente mientras conducía “mi Camino” como alma que lleva el diablo hacia mi estudio. Había dejado a Jake y Violeta. No le dije a nadie que me iba. No pude. No podía hacer frente a todo el mundo en esa maldita suite, todos deseaban que yo no me encontrara allí. Las personas que creían que era basura, me miraban como si no quisieran nada más que desapareciera... Brittany y Rachel me miraba como si fuera a caminar hacia ellas, sacar una pistola y asesinarlas.
¡Brittany! Cristo, ¿cómo iba a temerme ahora? ¿Ahora que le había mostrado mi verdadero yo? ¿Acaso nadie entendía que hice lo que hice en mi pasado fue por mi famiglia? Tomé el único camino disponible para mí y mantuve a mi famiglia, conseguí que no le faltara la medicación de mi mamma. Y sí, pagué con sangre, sangre King... pero ¿qué demonios se suponía que debía hacer? Era solo una joven tratando de arreglar los malditos problemas que no podía solucionar...
Al ver un letrero de neón rojo de una tienda de licores, giré bruscamente a la derecha y detuve mi auto. Saltando hacia la tienda, me dirigí directamente a las filas de whisky y agarré una botella de Patrón y Jägermeister.
Necesitaba ahogarme en licor por un tiempo.
Quería olvidar quién era por un momento... al menos por esta noche. Olvidarme de todo. Las últimas semanas, los últimos años... todo... sólo por un rato.
Pero mientras caminaba hacia la caja registradora, la maldita grabación en español a todo volumen por los altavoces de hojalata cambió, la familiar melodía latina me hizo detener en seco.
Parecía que mientras quería olvidar, Dios tenía otros planes.
Cerrando los ojos, todavía podía ver bailando a Brittany esta canción, "Amor Prohibido", de pie en su camisa blanca y botas rosa Doc Martin, balanceando sus caderas mientras pintaba la pared de la galería.
Al oír al pequeño individuo mexicano moverse detrás del mostrador, abrí los ojos para encontrarlo observándome, con una expresión de terror en sus ojos. Su mano estaba escondida bajo el mostrador cerrado. Realmente tuve que esforzarme por no enloquecer.
Había tratado con todas mis fuerzas aprender a frenar la ira que acumulaba en mi interior. Pero a veces, me esforzaba, realmente luchaba contra ella.
Caminando hacia delante, la cara del hombre palideció cuando dejé las tres botellas sobre el mostrador y saqué algo de dinero. Tragó saliva, y luego extendió la mano temblorosa para tomar el dinero en efectivo.
Estrechando los ojos, espeté:
—Quédate con el cambio. —Antes de agarrar las botellas y salir por la puerta.
Cuando el aire fresco de la noche golpeó mi rostro, me detuve, tensando los músculos mientras trataba de calmarme. Sin aliento, me dirigí a mi auto.
Me deslicé en el asiento del conductor y miré a mi derecha al ver a un grupo de chicos en la parte trasera del centro comercial. Mi estómago se revolvió. Cada uno de ellos estaba vestido con oscura ropa holgada, con los tatuajes de pandilla cubriendo cada centímetro de su piel... y lágrimas entintadas corrían por sus mejillas, demostrando a quien pertenecían.
Mirar a los hermanos riendo mientras estaban juntos, intercambiar coca o lo que fuera, sentí un momento de nostalgia. La única vez que sentí que pertenecía en esta vida fue con las Heighters.
Con Elaine.
Un dolor agudo cortó mis entrañas ante la idea de Elaine. Me sacó de mi vida de miseria y me dio algo por qué vivir. Pasé todos los días con ella, era mi mejor amiga... e hice que la mataran. Ese hecho me obsesionaba cada minuto de cada día.
Tuve que dejar que mi mejor amiga muriera para proteger a mis hermanos.
Nadie sabe lo que la culpa de eso me hace.
Me reí para mí misma. Mis hermanos hicieron todo lo necesario para ni siquiera quererme. La muerte de Elaine enterró cualquier vínculo con mi pandilla. Y ahora mi cabeza tenía un precio... y una horrible cicatriz en la parte posterior de mi cuello para mostrar lo cerca que mis antiguos hermanos de pandilla llegaron a sacar provecho de ello.
Moviendo mis botellas de licor al asiento del pasajero, metí la mano en la guantera y saqué un rollo de cincuenta. Seguía allí.
Me quedé mirando a la pandilla de nuevo, y antes de cambiar de idea, me dirigí hacia ellos.
Uno de sus miembros me vio mientras me acercaba y se colocó delante de sus hermanos, con su rostro serio y preparado para enfrentarme. Sonreí cuando lo hizo. El imbécil no tenía ni idea de quién era yo, quién iba a perder si las cosas se ponían feas.
—¿Qué quieres? —preguntó el diminuto punk cuando me uní a ellos en las sombras.
Sonriendo con frialdad por la actitud valiente del pequeño líder hispano, metí la mano en mi bolsillo. Todos los hermanos retrocedieron, llevando las manos a la parte delantera de sus pantalones jeans para sacar sus armas. Sin inmutarme, saqué mi rollo de los años cincuenta y lo levanté.
—Nieve —dije con frialdad. El líder se relajó e hizo un gesto, calmando a sus muchachos.
Dándome un par de bolsas llenas de polvo blanco, el líder las presionó en mi palma, la sensación de esos paquetes de plástico tan familiares, extrañamente, me tranquilizó. Girando sobre mis talones, el líder gritó:
—¿Estás en una pandilla? Todo indica que lo estás.
Deteniéndome, miré hacia atrás, al ver la camaradería entre los chicos colocados protectoramente alrededor de su líder. Perdí eso. Eso era una familia para mí. Esa era la vida.
—No, ya no —contesté bruscamente, sintiendo la larga cicatriz en la parte posterior de mi cuello ardiendo como el día en que se hizo.
Caminando rápido, llegué a mi auto, metí las bolsas de coca en mis jeans, abrí el Jim Beam y volví al estudio.
Abriendo la puerta de madera vieja del estudio, la atravesé sosteniendo el alijo de licor contra mi pecho, whisky ya abierto, medio vacío de mi viaje a casa. El líquido de color ámbar calentaba mi pecho, y me daba un zumbido perfecto. El estudio estaba oscuro, frío y completamente silencioso.
Silencio... no podía soportar el silencio.
Tropezando a través del pasillo, con cajas y bultos de mármol viejos, finalmente llegué a la entrada de mi estudio, pero no antes de golpear mi pie con una caja grande justo al lado de la puerta.
Con el ceño fruncido por la confusión, me tambaleé hacia mi puesto de trabajo, al lado de mi labor en progreso, tiré del licor en la repisa de madera, saque la mitad de mi coca, dejando la otra bolsa para después. La tiré al lado de las botellas de vidrio adormecedoras de mentes.
Encendiendo una lámpara en el puesto de trabajo, me dirigí de vuelta al pasillo, agarré el cuadro extraño y lo llevé al estudio. Dejando caer la caja junto a mi escultura actual, agarré la botella de whisky y la dejé caer al suelo. Tomando cuatro largos tragos de Beam, coloqué la botella a mi lado y abrí la caja.
El contenido de inmediato apareció a la vista y se llevó el aliento de mis pulmones. Los títulos y los textos para mi exposición.
Cerré los ojos, respiré profundamente, y usé mis manos para ponerme de pie.
Silencio... todo estaba tan silencioso.
Metiendo la mano en el bolsillo de atrás, saqué mi teléfono, tratando de abrir mi música, cuando lo único que podía ver era un montón de llamadas perdidas y mensajes de texto de Jake...
JAKE: ¿Dónde estás, San? ¿Todavía estás aquí en el estadio?
JAKE: Te he buscado por todas partes. ¿Dónde estás? Quiero llevarte a cenar.
JAKE: Vuelve a casa ahora. Estoy preocupado. ¿Por qué te vas sin decírmelo? ¿Pasó algo?
Sintiendo una oleada de culpabilidad recorrer mi pecho, la empujé de mi mente al momento en que me imaginé a ese idiota besando a Brittany en los labios, su sonrisa brillante y enormes ojos mirando después hacia él, y su mano presionando su pecho. Entonces...
“Eras la única chica con la que alguna vez he sentido este maldito rayo en mi corazón, y resultaste ser... ¡ella! ¡Tú!”
Sintiéndome como si hubiera recibido un golpe en mi estómago ante la repetición de sus palabras, palabras que eran muy reales, conecté los altavoces y dejé que los sonoros acordes de Linkin Park resonaran a través del estudio.
Mirando la caja asentada en el suelo, me dirigí hacia adelante, agarrando la botella de Patrón en el camino. Dejándome caer en el suelo de baldosas, la sala comenzó a girar, quité la parte superior y tomé un largo trago como si fuera agua y no realmente un buen Tequila.
Alineando el Patron junto al whisky, metí la mano en la caja, sacando el título que decía "El desangramiento". Mis músculos del estómago involuntariamente se apretaron al ver el título de una de mis piezas allí en blanco y negro.
De alguna manera hacía toda esto tan real.
Colocando la placa titular a mis pies, recogí un tablero más grande. Las letras eran del mismo tipo, el esquema de color negro contra el blanco. Pero había mucho más escrito, y empecé a leer...
—La inspiración de la escultora para su obra misteriosa y altamente emocional; "El desangramiento" nació del intenso conflicto interior de la persona con la culpa. La posición fetal se debe a su incapacidad para hacer frente a su dolor, su confusión interna la fuerza físicamente a arrodillarse. Cada daga pintada cuidadosamente de negro enterrada en el agrietado mármol de Carrara retrata la pesada carga del pecado en su alma, la reparación de la deliberada violación a la moralidad. Las dagas castigadoras son inamovibles y son un recordatorio permanente para la persona de que sus crímenes no pueden ser olvidados o redimidos. Tampoco puede ser salvada. Ella sangra su culpabilidad en un eterno y constante flujo de desolación.
Cuando terminé de leer la última palabra, solté el tablero al suelo y me dejé caer contra mi escultura más nueva, sintiendo que mi pecho se había desgarrado, expuesto para que todo el mundo observara mi interior.
¿Cómo diablos sabía escribir la columna de esa manera? ¿Cómo escribir lo que sentía de esta forma? ¿Cómo diablos sabía cómo entender mi trabajo y a mí a la perfección? Como un maldito y un gran libro abierto.
Sintiendo que mis pulmones estaban siendo exprimidos en un puño, saqué mis cigarrillos y encendí uno. Tomando largas caladas de mi Marlboro y enormes tragos de mi whisky, levanté la mirada y observé a la joven muchacha de mármol con una pistola, llorando balas rojas pintadas y una rabia incontrolable se extendió en mí.
Con cada calada de mi cigarrillo y cada trago de whisky, me empujé cada vez más lejos del borde. Las imágenes del rechazo de Violeta torturaban mi mente. La cara de asco de Brittany cuando se dio cuenta de quien era yo, Santana López, no su preciosa escultora Snix, la mano de Rachel temblando de puro miedo cuando tomó la mía en la suya. Y ese estúpida mueca de Quinn Fabray mientras me miraba con nada más que odio, actuando como si ella fuera de la sangre de Jake, no yo.
Que se jodan.
¡QUE SE JODAN TODOS!
Poniéndome de pie, empecé a caminar de un lado a otro del estudio, agarrando el cuello de vidrio de la botella de whisky más fuerte en la mano y la ceniza de mi casi terminado Marlboro cayendo sobre mi pecho.
Mi corazón latía cada vez más rápido al ritmo del heavy metal de “Walk” de Pantera ahora haciendo vibrar las paredes.
Estaba harta. Harta de intentar demostrar a todos que había cambiado.
Había terminado con esta estupidez del arte, ¡con Snix!
No sabía cómo ser “normal”. ¡Porque no era normal! Nunca lo había sido. Tener un padre abusivo, una lisiada como madre, y obligada a ser la cabeza o líder de la casa a los diez años de edad arruina un poco a una niña "normal".
Drenando el resto del whisky, tiré mi cabeza hacia atrás y grité mi ira, lanzando la botella contra la pared, la oír romperse.
Escupiendo mi cigarrillo acabado en el suelo, me dirigí a al puesto de trabajo y coloqué un paquete de coca en la encimera, metiendo la mano en el bolsillo de atrás agarré mi licencia de conducir. Tomando la pieza rectangular de plástico, corté el polvo en líneas, esa sensación de emoción se arremolinaba en mi estómago sólo de imaginar el éxtasis que seguiría.
Nunca me hice adicta, estaba demasiado ocupada vendiéndolo en las calles, pero me aseguraba de inhalar una raya de vez en cuando, cuando las cosas se ponían mal. Me gustaba el zumbido, el zumbido adormecedor de mentes que el polvo mágico lograba.
Y necesitaba eso ahora más que nunca.
—¡... has estado en la cárcel! ¡Demonios, Snix! ¡Lo que hemos compartido estas últimas semanas... lo que compartimos anoche... y eres Santana López!
Las palabras de Brittany latían en mi cerebro, su decepción se sentía como el peor tipo de migraña. Levanté la cabeza para tratar de quitarme de encima el maldito dolor, sólo para que mi mirada llegara a la imagen de esa maldita escultura.
Violeta...
Violeta que no podía mirarme con algo distinto al desprecio... El recuerdo de su rechazo hoy me partía el alma.
Con el whisky corriendo en mi sangre y esa escultura torturando mi mente, algo dentro de mí se quebró.
Viendo mi martillo tendido en el puesto de trabajo, lo recogí, sintiendo el frío metal en las palmas de mis manos, y giré hacia la escultura casi terminada. Deseando nada más que tenerla fuera de mi vista... desaparecida de mi vida, me coloqué detrás de ella, levanté mi martillo y…
—¡¡¡¡¡SNIX!!!! ¡NO!
Paralizándome al oír su voz superar el fuerte sonido de la música y mi mente borracha, giré mi cabeza hacia la puerta, sólo para ver a Brittany Pierce mirándome fijamente, con la boca abierta y sus manos extendidas tratando de detener la destrucción de esta patética escultura.
Al primer momento en que la vi allí parada con ese corto vestido rosa, botas vaqueras y su cabello rubio tirado hacia atrás, mi corazón se desbocó. Pero luego, cuanto más la miraba, más se prendía el fuego en mi pecho.
Mis manos comenzaron a temblar violentamente. Dejando caer el martillo al suelo, me giré para mirarla, con los brazos rígidos a mi lado.
—¿Qué rayos quieres?—gruñí.
¿Toda la gente de mi pasado esperaba que fuera Santana López? ¿La oscura gilipollas que sólo trajo dolor?
¡ESTA era la maldita Santana López! ¡Podría SER la maldita Santana López!
Brittany abrió su boca ante mi pregunta y su rostro palideció. Di un paso más, y ella dio un paso atrás. Mi labio superior se curvó en humor negro. Casi podía oler su miedo todo el camino hasta aquí.
—¿Qué pasa, rubia? ¿Tienes miedo? —dije en voz baja y áspera, con los ojos entrecerrados—. ¿Tienes miedo de mí?
Brittany inhaló una respiración aterrorizada, levantó su mano para apartar el cabello de su rostro, y por un momento, por esa simple acción, me di cuenta de que estaba realmente asustada... y, por ese maldito momento, mi enojo pareció desvanecerse en vapor.
Parte de mí no quería que esta chica realmente me temiera. Pero recordar al idiota besando sus labios, y la repulsión en sus ojos al descubrir que su preciosa Snix era realmente la oveja negra de los López, me volvieron a enfurecer.
No necesitaba a nadie. Había sobrevivido hasta ahora por mi cuenta. Podía hacerlo de nuevo. Podía hacerlo todo por mi cuenta.
Pareciendo armarse de valor de algún lado, Brittany avanzó, con su rostro nervioso.
—Snix, por favor...
Y eso fue todo. Su súplica susurrada usando ese nombre falso me arruinó. Sabía quién era realmente, pero aun así no se atrevía a decirlo.
Santana López. Santana. López.
¡SOY LA MALDITA SANTANA LÓPEZ!
Avanzando furiosa, luché con todas mis fuerzas para aflojar la constricción de mi pecho por lo bien que lucía. Quería que se fuera. Debía estar fuera de mi vida y no torturarme al estar parada aquí en mi estudio... en mi maldito espacio personal, después de que no había hecho más que escupirme en la cara durante el partido.
Yendo hacia adelante, Brittany retrocedió, los tacones de sus botas vaqueras chasqueando en el suelo hasta que su espalda chocó contra la pared. Levantando mis manos sobre su cabeza, la enjaulé esos enormes ojos de cierva casi me destruyen.
—¿Por qué estás aquí? —exigí. Incluso para mí mi voz sonaba letal.
—Snix... has estado bebiendo —dijo, oliendo claramente mí aliento. Pero me quedé inmóvil, no porque hubiera descubierto que acababa de tomarme una quinta parte de Jim Beam, ¡sino porque me había llamado nuevamente por ese nombre!
—¡Rayos, no soy SNIX! —Rugí, Brittany se encogió debajo de mí—. Mi nombre es SANTANA. ¡S-A-N-T-A-N-A! ¡LA TEMIDA SANTANA LÓPEZ!
La respiración de Brittany se aceleró cuando grité. Esperaba su huida. Quería que huyera del miedo. Sorprendida del miedo por Santana López de las Heighters... como lo haría cualquier otra persona.
Pero en cambio, mientras mis ojos se clavaron en sus lívidos ojos, levantó su mano temblorosa y la colocó nerviosamente en mi pecho, justo encima de donde mi corazón estaba corriendo.
Estaba estupefacta... podía lidiar con su miedo, con ella huyendo asustada... incluso con sus gritos, estaba acostumbrada a causarle miedo a la gente. Pero lo que no podía manejar, lo que no podía malditamente aceptar era su afecto en un momento como este... no podía aceptar la maldita comprensión de sus llorosos ojos azules.
Tragando con dificultad, siseé cuando su caliente palma atravesó la tela de mi camiseta y un rubor rosa coloreó sus mejillas perfectas.
—Santana... —susurró, con su acento claro y fuerte— Santana López...
No… ¡NO! ¡NO! No me podía hacer esto.
No podía darme esperanza... realmente no podía lidiar la condenada esperanza... todo menos esperanza...
Tambaleándome hacia atrás como si me hubieran quemado, dando tumbos tropecé con las tablas de texto en el suelo. Brittany me siguió, sus ojos nunca se apartaron de los míos. Incapaz de seguir mirando su rostro triste, me di la vuelta, entonces me paralicé... no tenía otro -lugar a donde ir.
Una mano se presionó contra mi espalda, mientras oí una breve inhalación brusca. Tensándome por el jadeo de Brittany, cerré mis ojos y me preparé para que me dijera que había terminado. Que se iba y nunca regresaría. Que iba a decirles a mis hermanos lo que había estado haciendo. Pero eso es lo que quería, ¿no? ¿Que desapareciera y saliera de mi vida? Me pregunté a mí misma, sabiendo que la verdad a esa respuesta era un enorme NO.
—Santana... —Brittany dijo con un suspiro de dolor, su mano abandonando mi piel. Se sentía como si hubiera perdido toda la calidez cuando esa mano fue retirada.
Girando lentamente, vi a Brittany en mi puesto de trabajo. Su atención estaba en las botellas de licor alineadas... pero entonces mi estómago cayó cuando vi que no era lo que había captado su atención.
Las rayas de coca...
Parada inmóvil, esperé a que me mirara, y cuando lo hizo, no había nada más que una dolida decepción en su expresión.
Nunca me había sentido tan parecida a la basura italiana como en ese momento. Lucía exactamente como la mujer que pensaba que era. Una perdedora drogadicta.
—Santana... —susurró con tristeza— ¿Qué has hecho?
Mientras miraba sus ojos llenos de lágrimas, sacudí mi cabeza, y tropecé hacia el otro extremo del estudio cerca de mi cama. Pero mientras trataba de conseguir algo de maldita distancia, el fuerte agarre de su mano sobre mi brazo me hizo girar.
Estaba harta. Harta de todo.
—¿Qué? —grité, liberando mi brazo.
Brittany tragó su aprehensión y dio un paso hacia mí, su aroma a fresa llenó inmediatamente mis pulmones.
—¿La has consumido? —me preguntó en voz baja, señalando las rayas de coca.
Las llamas corrieron por mis venas y me incliné, para gruñir:
—¿Por qué te importa? ¿Por qué incluso estás aquí, Brittany Pierce? Sólo vete a tu vida “normal” de regreso a donde tus amigos cultos e imbéciles y con ese idiota para un fácil polvo. Porque eso parece ser lo tuyo, ¿no? ¿Follar sin descanso? ¡Era sólo anoche cuando me encontraba haciéndote vibrar, entonces dejas que ese cretino consiga todo contigo ni siquiera doce horas más tarde!
Fue rápido, casi tan rápido como un destello de luz, pero el rostro de Brittany se llenó de ira incontrolable y, antes de que incluso me diera cuenta, me abofeteó con fuerza en la cara.
Por instinto, con mi rostro ardiendo por la fuerza de su golpe, extendí mi mano y agarré su delgada muñeca, tirando su pecho contra el mío.
—Rayos, ¿tienes deseos de morir? —siseé entre los dientes apretados. Los ojos azules se encendieron, y Brittany espetó:
—¡Vete al diablo, Santana!
Mis labios se tensaron.
—¿Ahora soy Santana? ¿Ahora qué estás tan enojada, soy Santana? —Mi respiración era fuerte, al igual que la de ella, sus grandes y firmes pechos rozando contra mi cuerpo. Bajé mi boca cerca de su rostro y dije bruscamente—: Lárgate.
Apartando su brazo, me giré para dirigirme hacia mi cama, con mi maldita cabeza dando vueltas con demasiado whisky, cuando Brittany gritó:
—¡No follé con Ryder, idiota insensible!
Mis pies se detuvieron abruptamente pero no la enfrenté.
¿Idiota insensible...? Eso era una broma. Daría cualquier cosa para no sentir por sólo un maldito minuto.
—¡Eres una completa maldita gilipollas! ¡He venido aquí para verte! ¡Tenía que verte! Aun sabiendo que eres la temible Santana López, una chica de la que sé debo mantenerme lo más lejos posible... —respiraba rápido, pero mi corazón estaba corriendo más rápido esperando por cualquier otra cosa que tuviera que decir—, yo sólo... —La oí acercarse, luego sentí su cálido aliento en mi espalda filtrándose nuevamente a través de mi camiseta, los escalofríos corriendo por mi espina dorsal—. Simplemente no pude… Cristo, Santana, Simplemente no pude permanecer lejos…
Fue entonces cuando me di cuenta de que realmente no había respirado desde que me había ido de ese partido, desde que habíamos discutido en ese baño. Pero oírla susurrar esas palabras tenía a mis hombros debilitándose. Me volví lentamente hacia ella.
Cuando nuestras miradas se encontraron, pude ver que estaba tan acelerada como yo, un maldito loco veneno corriendo por nuestro cuerpo manteniéndonos cerca. La mirada de Brittany perforó la mía y añadió, con voz derrotada.
—¿Cómo diablos podría alguna vez querer a alguien más ahora que te he tenido?
El aire a nuestro alrededor parecía completamente inmóvil, el pulso latiendo en mi cuello haciéndome sentir tan viva. Sintiendo un rayo quemando a través de mi cuerpo, ambas nos tambaleamos hacia adelante al mismo tiempo, nuestras bocas fundiéndose instantáneamente mientras sus manos me empezaron a atacar, arrancándome la ropa.
Brevemente rompiendo nuestro beso, Brittany arrastró mi camiseta por encima de mi cabeza, mi gorro yendo con ella. Incapaz de saborearla en mi lengua, enrollé su cabello en mi mano y tiré su boca contra la mía, mi lengua empujando dentro. Gemí en su húmeda y caliente boca que rozaba furiosamente la mía mientras sus uñas arañaban mi piel desnuda.
Levantando mis manos, rasgué la camisa de Brittany, haciendo volar los botones hasta el suelo, siguiéndolos su sostén un segundo más tarde. Mientras me movía para quitar el resto de su vestido enrollado en su cintura, Brittany empujó mis hombros, mi boca se separó de la suya mientras caía en la cama, golpeando mi trasero contra el colchón con un ruido sordo.
Casi me infarté al verla de pie sobre mí, con sus ojos azules brillantes y su cabello desordenado y cayendo sobre su hombro. Y esos perfectos pechos desnudos, con lo que quedaba de su vestido colgando lánguidamente alrededor de su cintura, eso simplemente me desarmó.
Sus botas vaqueras estaban enraizadas al suelo, con sus piernas ligeramente separadas. Relamiéndose sus labios mientras me apreciaba, sus hoyuelos luciendo tan condenadamente grandes en sus mejillas rosadas.
Con un gemido, Brittany se lanzó, subiéndose en mi regazo, sus manos instantáneamente bajaron rápidamente mi jeans buscando tenerme cerca.
Cristo... Gemí cuando su caliente palma comenzó a acariciarme arriba y abajo. La boca de Brittany se estrelló contra la mía. No era suave o amable; no, estaba follando mi boca con su lengua. Justo cuando levantó sus caderas, apartó sus bragas a un lado, y poniéndose junto a mi centro, se estrelló con fuerza, haciéndome perder el aliento con un movimiento rápido.
—¡Rayos! —grité, levantando su vestido para dar una palmada en su trasero con mis manos. Gimiendo fuertemente por mi toque, Brittany siguió con sus movimientos, girando sus caderas de manera que casi me vine en cuestión de segundos.
Esta chica me estaba follando. Me estaba follando duro... me estaba poseyendo... me estaba haciendo suya como Santana López...
Al comprender a través de mi mente borracha eso, usé mis manos sobre su trasero para acercarla aún más. Sus dientes mordieron mi labio inferior mientras su respiración se tornó errática, y sus manos tiraron de mi cabello desordenado, casi hasta el punto del dolor. Pero me gustaba esto. Cielos... me encantaba esto, con ella tan salvaje sobre mi regazo.
Echando su cabeza hacia atrás, con sus ojos cerrados mientras gemía y gritaba por la sensación de nosotras juntas. Me incliné hacia adelante, tomé un duro pezón de color rojo en mi boca y lo chupé. Cuando mis dientes rascaron contra su piel, Brittany apretó mi cabeza aún más contra sus pechos mientras ambas nos consumíamos por el placer.
Tirando mi cabeza hacia atrás, vi su cara sonrojarse tan condenadamente sexy cuando se vino, clavando sus uñas en mis hombros. Sabía que me había hecho sangre, pero no me importaba. Sintiendo mí corazón tensarse, apreté aún más su trasero mientras abría su boca, sus ojos se estrellaron con los míos y gritó:
—Santana —mientras se corría.
—¡Cielos! —susurré con un jadeo, mis caderas se sacudieron con la fuerza de lo malditamente bueno que se sentía. Las manos de Brittany se apretaron alrededor de mi cabeza, y mi mejilla descansaba sobre sus pechos húmedos mientras trataba de ralentizar mi pulso, mi corazón, demonios, un millón de pensamientos corrían por mi cabeza.
Justo cuando José González comenzó a cantar "Heartbeats" a través del altavoz, Brittany puso sus manos en mis mejillas y me empujó hacia atrás, inclinando mi rostro para mirarla directamente.
—Debería, pero no me importa que seas Santana. Sólo quiero estar aquí contigo… así... sintiendo este rayo entre nosotras.
Exhalando fuertemente, aparté la mirada y cerré los ojos.
—Cielos, rubia... —Me callé—. No estoy acostumbrada a todo esto.
—¿Qué? —Brittany preguntó nerviosamente, tratando de usar sus dedos debajo de mi barbilla para girar mi cabeza—. ¿Acostumbrada a qué?
Pero no podía mirarla. No estaba segura de que querer ver cuánto deseaba sentir esto... tan fantástico... simplemente me aterrorizaba.
—Santana... por favor... —rogó Brittany.
Levantando mi cabeza, encontré su amplia mirada. Tomando su mano de la palma de la mía, la rocé a través de mis labios, dándole un beso a su piel tibia, deslizándola después por mi cuello y sobre mi corazón.
Brittany contuvo el aliento y un rubor inundó sus mejillas.
—Está latiendo muy rápido —susurró.
No reaccioné, pero cuando sus ojos sondearon, suspiré y dije con voz áspera.
—No solía sentir cosas buenas... No puedo enfrentar la sensación de disfrutar mucho de algo... He hecho demasiadas cosas malas, lo suficiente como para ahogarme... —Los ojos de Brittany brillaban e, inclinándose, presionó tres ligeros besos a lo largo de mi mejilla. Cerrando mis ojos ante ese extraño acto de ternura, algo en mí se derrumbó, y susurré: —Pero contigo... tengo la sensación... de sentir... todo, cada cosa... directamente aquí... —Apreté su mano con más fuerza contra mi corazón.
No era una sentimental. La verdad es, que yo era una cretina de corazón insensible. No era realmente buena con las palabras, confesando mis sentimientos o toda esa cosa cursi que las chicas adoraban. Pero eso no significaba que mi corazón de delincuente no sintiera, no corriera cuando ella estaba cerca... cuando me sonreía... cuando de lleno entendí lo que estaba sintiendo en el fondo, sin siquiera decir una palabra. Ella le dio a este frío corazón, vida. Le dio luz. Ella era su anhelado golpe rítmico.
—Santana... —murmuró Brittany, antes de presionar suavemente sus labios en los míos. Este beso era diferente a cualquier cosa antes. Porque este beso se dio incluso con todas nuestras cartas puestas sobre la mesa.
Rompiendo el beso, Brittany presionó su frente con la mía, entonces cuidadosamente se puso de pie. Solté un largo suspiro mientras la observaba, pero yo no podía apartar los ojos de ella mientras empujaba su vestido hacia abajo hasta que este quedó a sus pies. Mis puños apretaban la ropa de cama cuando se presentó delante de mí tan sólo con su ropa interior de color rosa pálido y botas vaqueras.
Sabía que durante el resto de mi vida, la imagen de la chica más perfecta del planeta, desnudándose sólo para mí, permanecería para siempre en mi cerebro.
Quitándose las botas marrones, Brittany después enganchó sus dedos a los lados de las bragas y las empujó lentamente por sus piernas. Una vez completamente desnuda, dio un paso hacia mí, tendiendo su mano. Poniendo mi mano en la suya, y confiando en alguien completamente por primera vez, me levanté.
Brittany me miró a través de los párpados pesados, liberando mi mano, sólo para dejarlas caer a mis jeans ya desabrochados y caídos a medias. Poniendo sus manos sobre mi pecho, pasó sus dedos lentamente, por encima de mi estómago y enganchó sus dedos en mi cintura. Poco a poco, Brittany me bajó completamente los jeans hasta que se unieron a su ropa en el suelo.
Retomando mi mano, retiró la sábana de la cama y se metió, guiándome para seguirla. Lo hice sin rechistar. Cielos. Seguiría a esta chica a cualquier lugar.
Mientras me acosté de cara hacia Brittany, ella apretó mi mano y me lanzó una sonrisa nerviosa.
—Cielos, Brittany —dije, llevando nuestras manos unidas a mis labios.
—Eres Santana López —susurró ella con incredulidad, haciendo que mis labios se congelen en la piel suave del dorso de su mano—. Se supone que no tengo que quererte... —dijo con voz temblorosa, y sentí mi corazón hundirse. Brittany debió de haber visto algo en mi cara, porque se acercó más hasta que nuestros cuerpos estuvieron al ras y compartimos el mismo aire—... pero no puedo evitarlo. No eres la mujer que todos dicen que eres... ¿verdad?
Sintiendo mis latidos acelerarse, peiné hacia atrás el pelo de su cara y dije:
—Soy exactamente quién ellos creen que soy.
Brittany tragó, una gota de sudor de nuestra cercanía rodó por su delgado y rubio cuello.
—No... te estás castigando a ti misma por las acciones que desesperadamente tomaste para salvar a tu familia, no abrazando a la mujer buena que eres ahora. —Mi estómago se apretó ante la creencia sincera que tenía en mí y cerré los ojos.
La mano de Brittany presionó mi mejilla.
—Mírame —instó. Cuando no hice como ella quería, me rodó sobre mi espalda, presionando sus pechos contra los míos—. Santana, mírame —me instó con más fuerza.
Abriendo a regañadientes mis ojos, la mirada escrutadora de Brittany estaba evaluando mi cara.
—Responde esto —dijo. Esperé a su pregunta—. ¿Tomaste esa cocaína que compraste esta noche?
Mis cejas se fruncieron y traté de alejarme, pero sus manos en mi cara se negaron a ceder.
—Contéstame —insistió— ¿La tomaste?
Mi mandíbula se apretó, pero viendo que no iba a ceder, dije con voz áspera.
—No, no lo hice. ¿Estás feliz?
La sonrisa que luego siguió a mi reacia confesión me derribó. Sosteniendo suavemente sus muñecas, añadí:
—Pero si no hubieras aparecido, lo habría hecho.
Esa sonrisa desapareció y sus ojos miraron a lo lejos.
—No creo que lo hubieras hecho —estuvo en desacuerdo.
—Tú no me conoces tan bien como crees entonces, ¿verdad?
El rostro de Brittany se fundió en una expresión triste y asintió, moviendo su dedo para pasarlo por encima de mi ceño fruncido.
—Si lo hago. Dime. —Observó cómo su dedo trazó los bordes de mi rostro—. ¿De dónde la sacaste? ¿La coca?
Estrechando mis ojos, me encogí de hombros y dije:
—De una pandilla callejera que vi cerca de una tienda de licores.
Los ojos de Brittany brillaron por un segundo, antes de verse completamente tristes de nuevo.
—¿Qué? —espeté. Odiaba la maldita lastima. Podía tratar con el odio, con la lástima, no podía soportarla.
—¿Una pandilla callejera? —preguntó ella—. ¿Cómo las y los Heighters?
Mis cuerpo se tensó.
—¿Y qué pasa si lo era? ¡Rayos! ¿Por qué preguntas de todos modos?
—Santana —dijo suavemente, pasando su dedo sobre mi tatuaje en el brazo... el águila que solía ser mi stidda. Yo solía estar tan condenadamente orgullosa de ese tatuaje de la estrella negra en mi brazo, orgullosa de que mi pandilla tuviera mi lealtad, mi confianza.
—Estabas dolida después del partido... después del rechazo público de Violeta... después del mío... —su expresión cayó ante eso, una expresión culpable en su rostro— y tú corriste de nuevo hacia la única cosa que conocías. A la única vida que has vivido aquí en fuera.
Mi respiración se detuvo ante cuán bien me comprendía. Siempre lo hacía, desde el momento en que vio por primera vez mi arte.
—¿Santana? —instó, esperando mi respuesta.
Dejando caer mi mirada a sus uñas pintadas de rosa, le confesé:
—Yo no sé cómo hacerlo...
—¿Hacer qué, cielo? —Brittany se sonrojó cuando me llamó así. No tenía idea de lo que había dicho, pero de seguro como el infierno que me gustó la forma como que sonaba. Sonaba como una expresión de cariño... sonaba como si le importara. Nadie había dado algo por mí antes.
Levantando mi mano, saqué los palillos de su cabello, cayendo largos y rubios mechones sobre mi cuerpo. Pasé mis dedos a través de los hilos de seda.
—Santana, ¿no sabes cómo hacer qué?
Oliendo el champú de lavanda en su pelo, le dije:
—Ser normal... conseguir que la gente confíe en mí... crea en mí... me den una segunda oportunidad. ¿Cómo existes en este mundo sin tener que luchar? ¿Sin dolor?
Los ojos de Brittany se empañaron y se movió hasta estar totalmente tumbada encima de mí, entrelazando sus piernas con las mías.
—Nunca has sabido cómo liberarte del dolor, ¿verdad? ¿Alguna vez has sido feliz?
Odiando la simpatía en su mirada, volví la cabeza, prendiendo fuego en mis entrañas.
—No lo hagas —siseé. Pero ella siguió:
—Te criaste luchando toda tu vida, uniéndote a una pandilla porque eso es lo que las chicas hacían de donde venías, después pasaste tu tiempo cuidando a tu mamma enferma, a Jake y Violeta. Y entonces...
Tragando mi orgullo, terminé:
—Entonces me encerraron.
—Santana... Nunca has conocido la verdadera felicidad... —Una lágrima cayó de los ojos de Brittany. La sequé con la yema de mi pulgar. No podía creer que estuviera llorando por mí. No podía creer que esas lágrimas fueran por mí. Nadie más que mi mamma lloró por mí antes. Pero la mamma lloró por el estado de mi alma, por los padres de las personas que había matado... pero no Brittany, ella lloró por la mujer que nunca conoció la felicidad.
Incapaz de ver a Brittany romperse, y por una vez, hablando sin cuidarme, dije suavemente:
—Sono felice insieme a te.
Brittany se quedó quieta y sus ojos azules se encontraron con los míos, su boca ligeramente abierta en estado de conmoción.
—Santana... ¿Tú...? —Me encogí de hombros y Brittany apretó su mano sobre mi acelerado corazón. Una sonrisa tembló en sus labios al claramente sentirlo correr y ella preguntó—: ¿Eres... tú eres feliz conmigo?
Exhalando un suspiro reprimido, le confesé:
—Sí.
—Santana —exclamó y sus pestañas parpadearon rápidamente mientras luchaba por contener las lágrimas. Levantando su cuerpo más arriba, pasó su dedo sobre mis labios, y me dijo—: Bésame. —Antes de que supiera lo que había dicho, aplastó su boca con la mía.
Sosteniendo a Brittany contra mi boca, nos besamos perezosamente mientras recorría mis dedos por su espalda, amando la sensación de su temblor ante mi tacto. Debería haber una escultura creada para ella. Era perfecta.
Cuando Brittany separó sus labios de los míos, nos di la vuelta hasta que estuvimos enfrentadas y acariciando con sus manos la parte posterior de mi cuello.
Su expresión cambió y pude sentir sus dedos trazando mi cicatriz.
—¿Santana? —gruñí en respuesta, mi pecho se apretó por lo que yo sabía que iba a preguntar—. ¿Cómo te hiciste esta cicatriz?
Debió de haberme sentido tensarme. Me acercó más y susurró:
—Por favor, dime... deja de guardarte todo. Puedes confiar en mí.
Acostando mi cabeza contra la almohada, Brittany se arrastró más cerca.
—Me la hice en la cárcel —le dije vagamente. Los ojos de Brittany se agrandaron.
—¿Cómo? ¿Qué pasó?
Cerrando los ojos, pensé en ese día y sin necesidad de abrir los párpados, me quedé en la oscuridad y le dije:
—Mis viejas hermanas de la pandilla que estaban dentro de la cárcel me encontraron sola y vinieron hacia mí. Sabía que llegaría el día en que ellas conseguirían vengarse de mí. Nadie traiciona a una o un hermano de la pandilla, pero yo lo hice, y querían sangre por sangre.
Podía oír la respiración de Brittany acelerándose. Pero como una maldita fuente, este dolor sólo comenzó a verterse fuera de mí.
—Estábamos en el patio, ellas de un lado y yo del otro, mientras trataba de mantener mi cabeza abajo. Había conseguido mantenerme al margen de ellas, cerca de dos años, pero cuando Alessia, la hermana mayor del líder de las Heighter femeninas le declararon cadena perpetua, supe que era sólo cuestión de tiempo antes de que vinieran a matarme. Esa imbécil era mala, y quería verme muerta por lo que le sucedió a su hermana pequeña, Elaine…
—¿Qué pasó con su hermana?
Mis ojos se abrieron de golpe y mis manos empezaron a temblar. Rayos, ¿por qué estaban temblando mis manos?
Brittany notó mis manos y las apretó entre las suyas. Perdiendo el color de su rostro, presionó:
—¿Santana? ¿Qué pasó con Elaine?
No quería decírselo, pero ella necesitaba saber lo que había hecho en mi pasado. Necesitaba saber quién era la maldita tipa con la que estaba acostada.
—Tuve que matarla —susurré. Las manos de Brittany agarraron las mías tan fuerte que empezó a detener el flujo de sangre.
—Tú... tú...
—Tuve que matarla —confesé.
—Santana, ¿por qué? —susurró con incredulidad. Podía oír la sorpresa en su voz. La verdad era, que nunca entendería completamente cómo podía matar. Sólo la gente que crece en una pandilla lo haría. ¿Cómo podría la gente educada en un dulce hogar con legales padres saludables, comprender jamás cómo una niña pequeña tiene que luchar, a veces hasta la muerte, por la supervivencia?
Miré por la ventana hacia la noche oscura, las estrellas brillantes en el cielo y mi estómago cayó mientras pensaba en mi mejor amiga, en todo lo que habíamos pasado juntas.
—Para salvar a mis hermanos —dije con voz áspera—. Tenía que matarla para darles a mis hermanos la oportunidad de una vida mejor. Elaine era mi mejor amiga, mi hermana de armas. Era la persona más cercana a mí, pero sabía que cuando entrara en prisión, iría detrás de Jake y Violeta. Estaba obsesionada con tener a los López de su lado. Y una vez que tú has conseguido la stidda, estabas en la pandilla. Eras Heighter de por vida. La única salida era la muerte. Si tratabas de irte, era…
—Muerta... —interrumpió ella y, encontró mis ojos, y asentí.
—Sí. Si Violeta y Jake eran plenamente iniciados, miembros de pleno derecho, la stidda se tatuaría en sus mejillas izquierdas, unidos a la pandilla para toda la vida. Sabía que la única manera de que pudieran ser libres era eliminar a Elaine. Así que llamé al líder de nuestro rival. La pandilla de los King, contra la que me había dedicado toda mi vida a luchar y le dije cuándo y dónde encontrar a Elaine. Mi mejor amiga y hermana de pandilla murió exactamente cuando y donde yo le había dicho a los King que podían encontrarla. Elaine fue asesinada a tiros por mis manos, pero Jake y Violeta estaban libres. —Suspiré—. Fue la mejor cosa que he hecho por ellos. La sangre en mis manos nunca va a desaparecer, pero al menos mis hermanos están fuera y viviendo buenas vidas... la que yo nunca podría haberles dado. Yo los había arrastrado a esa banda, era justo que los sacara de esa estupidez. Simplemente me llevó demasiado maldito tiempo ver la luz.
Brittany se quedó en silencio, “Labios de un ángel” de Hinder sonaba a través de los altavoces, el único sonido en el estudio.
—Tuviste que matar a tu mejor amiga... —murmuró ella sombríamente.
Tuve que mirar hacia otro lado, consumido por la pena de repente.
—No me puedo imaginar teniendo que tomar esa decisión. Sería como elegir matar a Rachel para salvar a Quinn. Sería... imposible. No podría vivir conmigo misma.
El peso constante que presionaba sobre mi pecho se aligeró algo cuando ella comprendió lo que era mí día a día. Oí la tristeza en su voz. Ella entendió lo que haber matado a Elaine me hizo, todavía me hacía. Comprendió la gravedad de la decisión más difícil que jamás haya tomado.
Los labios de Brittany presionaron en mi piel dándome fuerza y preguntó:
—¿Cómo conociste a Elaine? ¿Cómo incluso te involucraste con esa pandilla?
Tanto si quería o no, esa pregunta me llevó directamente hacia el pasado...
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: FanFic BRITTANA "Sweet Hope": Sinopsis + Prólogo + Epílogo & Capítulo Extra (24 de Octubre 2015)
Capítulo 14
Santana
Santana
Flashback
Lado oeste del parque de caravanas Heights Ohio, Lima
Hace dieciocho años...
Entrando al remolque con una Violeta de dos años retorciéndose en mis brazos, vi a Jake sentado en el sofá, con la cabeza agachada y llorando.
Al acercarme pude ver sangre en su rostro y una contusión en su ojo.
—¿Jake? ¿Qué pasó? —pregunté y me apresuré a agacharme delante de él. Puse a Violeta en el suelo, pasándole un camión de juguete roto, luego me volví hacia Jake y lo obligué a retirar sus manos de su rostro. Jake trató de poner resistencia, pero yo era más fuerte y no pudo luchar contra mí. Mientras bajaba sus manos, Jake no me miró, pero pude ver el estado de su rostro. La ira me hizo temblar—. ¿Quién te hizo esto? —espeté.
Jake parpadeó cuando apreté mis dedos contra su ojo hinchado.
―¡Jake! —grité, Violeta saltó sorprendida por mi tono airado mientras jugaba en el suelo.
—No quiero hablar sobre eso —dijo Jake, casi sin voz mientras lloraba.
—Bueno, yo si quiero hablar de eso —dije y limpié sus lágrimas con mis pulgares—. ¡Dime quien te golpeó! ¡Los voy a matar!
Jake levantó su cabeza y suspiró.
—Algunos chicos mayores de la escuela. Santana. No los conoces.
—¿Por qué te golpearon? —pregunté. Tomando una toalla, empecé a limpiar la sangre de su rostro. Violeta, fue gateando hacia Jake y se aupó hasta apoyarse en el sofá.
—Hola, fratellinia —Jake saludó a Violeta y la atrajo contra su pecho, los gorditos brazos de Violeta le devolvieron el abrazo.
—¿Jake? —insistí de nuevo—. ¿Por qué te golpearon?
Los ojos de Jake se entrecerraron.
—¿Me has visto, Santana? —Jake usó su mano para apuntar su ropa—. Soy pobre. Todas mis ropas me quedan pequeñas, mis zapatillas deportivas están viejas y me lastiman los pies, pero papá no dejará a mamá comprarnos ropa nueva. Los chicos en la escuela… ellos se burlan de mí…
Tirando la toalla en el suelo, presionó mi mano sobre mi estómago. Se sintió como si alguien me hubiera pateado… ellos se burlan de mi…
—Todos los días es lo mismo, Santana. No soy tú, nadie se asusta de mí. — Jake bajó la cabeza. Sus lágrimas cayeron en sus sucios jeans—. ¡Odios nuestras vidas! Odio a papá. Odio que golpeé a la mamma, la hace trabajar todo el tiempo y se gasta el dinero en emborracharse.
Mientras miraba a mis hermanos pequeños, los dos vestían ropas desgastadas, todos pasábamos hambre, algo en mi estalló. Poniéndome de pie, mis entrañas parecían que estaban ardiendo.
—¿Santana? —El rostro magullado de Jake me miraba desde el sillón. Estaba asustado.
—Quédate con Vio. —le ordené y salí corriendo del remolque. Estaba tan enojada. ¡Tan malditamente enojada! Antes de que me diera cuenta, estaba corriendo por el parque de caravanas. Mantuve mis ojos mirando hacia delante mientras corría al bar del parque, ignorando a las Heighters, ignorando a todos los Heighters hombres y mujeres que me miraban pasar corriendo y atravesaba la entrada del bar.
Me detuve y busqué a mi padre. Escuchando a una mujer reír, mis ojos siguieron el sonido. La sonriente mujer estaba sentada en el regazo de papá.
Irrumpiendo donde él estaba, me paré a su lado y toqué su gran brazo. Sus ojos se encontraron con los míos y su rostro se llenó de disgusto.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí, chica? —Arrastró sus palabras, con tono ebrio.
Respirando profundamente, dije.
—Necesito dinero. Jake y Violeta necesitan ropas y necesitamos comida.
La mirada de papá se oscureció mientras yo hablaba y me empujó fuertemente en mi pecho. Tropecé hacia atrás mientras él y la mujer se reían.
Apretando mis dientes, corrí hacía mi padre y lo empujé de vuelta.
—¡Ellos necesitan ropa! ¡No es justo! —grité—. ¡A Jake le están pegando en la escuela por eso!
El bar se quedó en silencio mientras papá me miraba. Su piel empezó a enrojecer y empecé a retroceder. Mi estómago dio vueltas mientras me di cuenta de lo que acababa de hacer. Lo hice enojar. Realmente enojar.
En segundos papá había echado de sus piernas a la mujer semi desnuda y estiró su mano para tomarme del cuello. Me arrastró fuera del bar y se abrió camino por las puertas hacia la fría noche.
La mano libre de papá agarró mi cabello y tiró de mí para mirarlo.
—¡Tú pequeña idiota! ¡Vas a pagar por estar jodiéndome!
Su mano soltó mi cabello y me golpeó en la mandíbula, el dolor hizo que mis piernas se debilitaran y luego caí al suelo. Mi cuero cabelludo ardía mientras papá mantenía su firme agarre de mi cabello, golpeándome de nuevo en mi estómago. Soltó mi cabello y me dejó caer. Cerrando mis ojos, me doblé en el suelo tratando de protegerme de la patada que sabía que vendría, cuando de repente, escuché a alguien deteniendo a mi padre.
Abriendo mis ojos, vi a Remo Marino el líder supremo de la pandilla de los y las Heighters, agarrando a mi padre de los brazos.
—¿Qué diablos le estás haciendo a esa niña, viejo apestoso? —preguntó. Pude notar que papá luchaba para soltarse
.
—¡Suéltame, pedazo de cretino! —gritó de vuelta. Pero entonces más integrantes de los Heighters lo rodearon y empezaron a lanzar golpes.
Traté de sentarme, sin saber qué hacer, cuando una mano presionó mi hombro. Mi cabeza giró a mi derecha, cuando vi a Elaine Marino a mi lado. Traté de alejarme de ella. La mamma me había dicho que me mantuviera alejado de la pandilla Heighter, decía que no solo causaban problemas.
—Relájate ragazza —dijo Elaine—. No te voy a lastimar.
—¿No? —pregunté. Mi voz estaba ronca y mis ojos se volvieron al resto de la pandilla quienes estaban golpeando a mi padre en el suelo.
—Papá —susurré y me tambaleé para ponerme de pie. Elaine se unió a mí y envolvió su brazo alrededor de mi hombro, forzándome a quedarme donde estaba.
Los Heighters empezaron a alejarse de mi padre y mis ojos se abrieron al verlo rodar de dolor en el suelo, cubierto en sangre. Nunca antes había lo visto tan vulnerable.
Mi mirada nunca dejo mi Papá, pero alguien se puso frente a mí y levanté la mirada. Remo Marino.
—¿Santana López, verdad? —preguntó y asentí, mirando detrás de Remo a todos los integrantes varones y mujeres Heighters que me observaban. Sabía que todos eran Heighters por las estrellas negras en el brazo.
—¿Te pega así con frecuencia? —me preguntó Remo. Mi atención volvió al viejo líder Heighter y asentí. No me atrevía a mentirle.
—Yo… yo necesitaba dinero para mis hermanos pequeños. Ellos necesitan ropas. Papá no me lo iba a dar. —Dejé caer mi cabeza por la vergüenza—. Me enojé y vine detrás de él… fui una estúpida. Fue culpa mía que me pegara.
Remo miró hacia atrás sobre su hombro a mi padre tratando de levantarse y sacudió su cabeza.
—Odio a los malditos imbéciles como él. Y tú no eres estúpida, niña. Hiciste bien. —El brazo de Elaine afirmó su agarre en mi hombro y vi a Elaine asentir en dirección a Remo quién levantó su ceja.
No sabía qué significaba esa mirada.
—Filippo, dale a la chica un poco de efectivo —Remo le dijo a un chico que estaba a su lado. Filippo metió la mano en su bolsillo, sacó un rollo de efectivo y lo puso en mis manos.
Mi boca se abrió ante la cantidad de dinero que me dio. Debió haber sido como cientos de dólares. Me encontré con la mirada de Remo de nuevo.
—¿Quieres seguir reuniendo efectivo así?
Mirando el dinero de nuevo, asentí.
—Bien —dijo Remo. Giró su mentón hacia Elaine—. ¿Conoces a mi prima pequeña Elaine, Santana?
Miré a Elaine.
—Un poco.
—Velaré por ella, Rem. Le enseñaré como se hacen negocios- respondió Elaine.
Remo asintió.
—Bene. —Elaine quitó su brazo de mi hombro y Remo se alejó—. Vuelve aquí mañana después de la escuela, Santana, y nosotras podemos hacer que ganes una maldita tonelada de dinero, mucho más que eso.
La emoción de ganar más efectivo me paralizó. Podía ayudar a mi mamma.
Podía ayudar a mis hermanos.
Los Heighters empezaron a alejarse a excepción de Elaine.
—¿Por qué? ¿Por qué me ayudan? No entiendo. —pregunté y Elaine me sonrió.
—Eres latina, pero con evidentes raíces italianas, fratella. Nosotros cuidamos de los nuestros. —Encogió sus hombros—. Y la forma en que hoy enfrentaste a tu viejo muestra que tienes agallas. No tienes miedo de luchar por una causa. Lo harás bien con nosotros. Te cuidaremos la espalda.
A sus palabras, dejé salir un largo suspiro.
—Grazie —dije sinceramente—. Grazie mille.
Elaine vino a mi lado y tiró su brazo alrededor de mi cuello de nuevo. Empezamos a caminar hacia mi remolque, de vuelta con mis hermanos, cuando miré hacia atrás, a mi padre en el suelo.
—¿Qué pasará con mi padre? Nos volverá a pegar después de esto. Pagaré por lo que hicieron.
Elaine se rió.
—Él no va a tocarte de nuevo, Santana. Sabe que es mejor no hacerle nada a un Heighers. Ahora estás con nosotros, ragazza. Si incluso respira a tu alrededor, Remo se asegurará de que no lo vuelva a hacer nunca más.
—¿Papá no tocará a mi mammá y mis hermanos de nuevo? —pregunté aliviada.
Elaine negó y sentí una sonrisa aparecer en mis labios. Elaine se rio ante mi reacción y asintió.
—Estaré junto a ti siempre, ragazza. Ahora, vamos a buscar nueva ropa para esos hermanos tuyos…
Fin de flashback
***
Brittany guardó silencio mientras terminaba de hablar, sintiendo mi maldito corazón herido al pensar en ese día. El día que los Heighters cambiaron mi vida.
—¿Ellos te protegieron de tu violento y borracho padre...? —dijo Brittany—. ¿Ellos te ayudaron a vestir a Jake y Violeta?
—Sí —le contesté con brusquedad.
—Santana... —dijo la voz acuosa de Brittany—. Tu vida era tan triste. No me extraña que te fueras con ellos. Te dieron la esperanza de que todo fuera a estar bien.
Negué.
—Fue más que eso. Ellos me salvaron. Mantuvieron a mi familia adelante, cubrían mi espalda... Maldición les debo todo.
—¿Y tu padre?
—Se fue dos semanas después. Se mudó con esa zorra que estaba en su regazo. Fue el mejor día de mi vida. Sabía que fue Remo y los Heighters quien lo había obligado a irse. —Solté una carcajada—. Ellos nos salvaron a todos.
—Dios, Santana. No sé qué decir. Eras tan joven. Tan joven para tener que lidiar con todo eso tú sola.
—No me sentía joven en ese momento. Tenía doce años, pero me parecía como si tuviera veintisiete.
—¿Y Elaine? ¿Se hicieron buenas amigas?
No podía evitarlo, pero ante su pregunta, todavía sentí ese lazo que había tenido con mi mejor amiga.
—Ella siempre estuvo conmigo después de ese día. Nunca me dejó sola. Me enseñó todo lo que necesitaba saber para sobrevivir, para ganar dinero. Fue la única persona que nunca me defraudó. Desde el día en que nos conocimos, hasta el día en el que murió, cuidaba mi espalda sin dudar. —Mi cuerpo se tensó al recordar el momento en que había oído que había muerto… Murió por mi causa. Había sentido como si me hubieran cortado en dos, al recordar nuestra amistad. Me había sentido como la mayor desgraciada en la faz de la tierra—. Y yo se la entregué a nuestros rivales para salvar a Jake y Violeta... Todavía no he podido reconciliarme con eso. Creo que nunca lo haré. Nunca he tenido a nadie tan cerca de mí, desde entonces, dudo que alguna vez lo tenga de nuevo.
Oí a Brittany sorber, y cuando miré a sus ojos llenos de lágrimas, sentí cada pedacito de tristeza por la pérdida de mi amiga que había mantenido encerrada durante tanto tiempo, salir fuera de mí.
Era culpable de matar a la chica que me salvó la vida para salvar a la sangre de mi sangre.
—¿Y la cicatriz? —Señaló Brittany de repente—. En tu cuello.
Me encogí de hombros.
—Una pelea estalló en el patio. Alessia y el resto de las Heighters lo usaron para encubrir el llegar hasta mí. —Hice una mueca, aun viéndolas a todas acercarse, ocho malditas de ellas contra mí—. Luché contra ellas lo mejor que pude, pero dos de ellas me inmovilizaron contra la valla. Alessia sacó el cuchillo y, justo cuando los guardias comenzaron a inundar el patio, pasó el cuchillo por mi cuello. —Agarré más con más fuerzas la mano de Brittany, por alguna razón, necesitaba su maldito apoyo—. Corrieron mientras yo caía al suelo y comenzaba a sangrar.
—Dios mío... —dijo Brittany—. ¿Cómo no moriste?
Mi pecho se apretó.
—Estuve cerca. Me operaron y pasé semanas y semanas en la enfermería.
—Cristo, Santana... ¿Y Jake y Violeta? ¿Por qué no se lo dijeron? No puedo creer que a ellos no les importara.
Mi visión se desenfocó mientras miraba al vacío.
—Santana, por favor. —Presionó Brittany.
Viendo su rostro necesitado de respuestas, me maldije en voz baja.
—Cuando averigüe que Alessia entraba en prisión, corté todos los lazos con mis hermanos. Dije a la prisión que no tenía familiares.
—¿No entiendo? —dijo Brittany. Su lindo y preocupado rostro estaba todo arrugado. Levantando mi mano pasé mis dedos por su mejilla, rodeando un hoyuelo profundo y dije—: Alessia es una imbécil sádica, una loca. Asesinaba por algo más que una simple apuesta, esa bastarda mataba por diversión. Y yo había conseguido que le dispararan a su muchacha, a su hermanita. Esa tipa iba a venir por mí, de cualquier forma que pudiera.
—Jake y Violeta... —dejó morir las palabras, entendiendo por qué hice lo que hice.
—Violeta había dejado de venir a verme para entonces, era solo una niña y me odiaba, pero Jake aún seguía viniendo cada vez que podía. Sabía que él, Violeta y Kitty estaban viviendo una buena vida en Lima. Vio estaba en una buena escuela, Jake estaba empezando para un buen equipo de tenis, Kitty estaba comiendo mejor y comenzó su propio centro de tratamiento... —Las lágrimas llenaron mis ojos y tosí para aclarar mi voz—. Estaba tan condenadamente orgullosa.
—Oh Santana —dijo Brittany y besó mi hombro. Agarrando el cabello de Brittany, terminé.
—De ninguna manera iba a comprometer todo lo que ellos tenían ahora, la vida que mi mamma quería para ellos, así que corté todos los lazos. Alessia y sus malditas chicas no tendrían ninguna posibilidad de llegar hasta mis hermanos, a menos que cruzaran el país y sabía que las tontas no tenían los fondos para ir tan lejos. Si llegaban a mis hermanos, sería cuando vinieran a verme. Ese drama no iba a pasar.
—¿Así que Jake nunca supo que dejaste de verlo para salvarlos?
Sacudí la cabeza para indicar
—No.
—¿Tampoco nunca supieron que estabas herida... que podrías haber muerto?
—No, y nunca lo sabrán —le dije con severidad.
Acercándose, Brittany presionó sus labios en los míos, besándome en tres ocasiones. Levantándose justo por encima de mi rostro, dijo:
—Ellos deben saber lo que pasaste para salvarlos, Santana. Si tan solo lo supieran, si Violeta supiera…
—No los salvé, Brittany, los condené. Cuando eran niños, hice tratos con los Heighters para llevarlos a pelear a mi lado en la guerra callejera, pensando que era muy importante. Como si un maldito pedazo del parque de caravanas fuera malditamente importante. Pero mis hermanos, nah, ellos no eran como yo. Eran inteligentes, talentosos... iban a tener algún lugar de la vida. Es decir, una vez que llegaran a alejarse de mí.
El rostro de Brittany se oscureció.
—Santana, eres la persona más talentosa que conozco, mira lo que creas —dijo.
Tuve que contener una sonrisa ante la convicción de su voz mientras señalaba mi trabajo en progreso. Pero esa sonrisa rápidamente cayó cuando agarré sus mejillas y le dije:
—No soy una buena persona, Brittany. Estoy maldita. Tengo un alma realmente oscura y muchos más pecados amontonados en mi puerta que el mismo diablo. Deberías estar alejándote de mí, no deseando correr hacia la oscuridad que hay en mis manos que solo traen dolor.
—Es demasiado tarde —dijo en voz baja—. Ya me has consumido. No hay vuelta atrás contigo, no ahora. Mi mano nunca va a soltar la tuya, oscuridad eterna o no.
—Entonces te compadezco.
La boca de Brittany se separó y contuvo el aliento de forma brusca. Pasé la yema de mi pulgar por su labio inferior y dije:
—He matado gente. ¿Entiendes eso? He mandado personas al hospital. He arruinado muchas vidas... no hay redención ahí fuera para mí. No hay belleza, ni cuento de hadas que se encuentre vinculada a mí.
Brittany negó y una expresión determinada se extendió por su rostro. Pero entonces, algo pasó sobre su rostro mientras miraba a mi chica de mármol llorando balas, y encarándome otra vez, ella dijo en voz baja.
—El arte más hermoso a menudo nace de la más desesperada de las circunstancias. —Y con esa única frase, destrozó mi corazón de piedra en pedazos.
—Rayos, rubia… —gruñí, luchando contra el exceso de emoción, pero Brittany apretó su dedo en mis labios antes de que pudiera decir nada más.
—Tu arte es tu redención, Santana. Snix es tu renacimiento, tu segunda oportunidad en la vida. Eres una víctima de las circunstancias, no una pecadora por elección.
Sintiendo mi garganta obstruirse tan fuerte que sentí que iba a ahogarme, luché por tomar aire, sólo para susurrar.
—La mia luce. —Mientras me quedé mirando a esta mujer a mi lado, completamente asombrada por su defensa de una perdedora como yo.
El rostro de Brittany se sonrojó y bajó la cabeza hasta mi pecho, con sus brazos alrededor de mi cintura. Llegando a mi mesa auxiliar, agarré un cigarrillo y lo encendí. Tomé una larga calada.
—No puedo oler el humo ahora sin pensar en ti —murmuró Brittany. Pasé la mano a través de su cabello y me preguntó—. ¿Por qué hay un águila ahora cubriendo tu estrella Heighter?
Tensándome, tomé otra calada y dije:
—Un par de años después de que me encarcelaran, mis compañeras reclusas Heighter entraron en mi celda y la borraron con una aguja y tinta. Habían oído que Alessia venía y no querían que pensara que me habían dejado tranquila durante dos años sin desquitarse de alguna forma. Ni siquiera me molesté en luchar, las deje borrar el símbolo de una banda a la que ya no quería pertenecer de todos modos. Después del ataque, unos pocos meses más tarde, conseguí una aguja y tinta de mi compañero de celda y lo cambié por completo.
—Pero ¿por qué un águila? —preguntó Brittany cuidadosamente.
Suspirando, le dije:
—La mamma acostumbraba ungir mi frente con agua bendita cada noche cuando era pequeña, me decía que veía mucha determinación en mis ojos y eso me hacía parecerme a la mirada de un águila. No sé por qué, pero cuando levanté esa aguja que había borrado mi pasado, la imagen estaba en mi cabeza y antes de darme cuenta, un águila estaba en mi brazo.
—Santana —dijo Brittany, y levantó su cabeza—. Acerca de tu mamma… Cubriendo su boca, sacudí mi cabeza.
—Ya no más. Rayos, chica, no puedo soportar hablar más de todo este drama esta noche. Te he dicho más de lo que había planeado decirle alguna vez a alguien. Necesito que me dejes en paz ahora.
Yo solo no podía seguir con lo de mi mamma. Era una parte de mi permanecería encerrada en mi corazón y nunca quería abrir. No sería capaz de soportar la culpa.
Brittany asintió, entendiendo que no podía hablar más. Mi cabeza estaba girando con el whisky, pero más que eso, daba vueltas porque Brittany volvió a mí sabiendo quién era yo.
Suavizando el ceño en mi frente Brittany confesó:
—No puedo creer que esté total y absolutamente enamorada de Santana López.
Me quedé inmóvil ante su confesión, mi corazón palpitaba contra mis costillas y, sonriendo, mientras ella besaba por todo mi cuello.
—Nadie va a estar feliz acerca de nosotras. No van a entenderlo. Pero no puedo evitar que no me importe.
A ella puede que no. Pero a mí sí.
Podía oír la tristeza en su voz cuando pensaba en sus amigos, en su prima arrogante, cuando todos descubrieran que ella era mía. Ellos no lo tolerarían.
Necesitando protegerla, le dije:
—No pueden saberlo nunca, Brittany. Es mejor para todos si ellos nunca se enteran de lo nuestro. No quiero que piensen mal de ti por quererme.
Brittany asintió, luego su cabeza se inclinó hacia un lado y sonrió.
—Te quiero, Santana. Con defectos y todo. Y llámame Britt, ¿de acuerdo? Fuera del trabajo solamente mi madre me llama Britt.
Tomé una última calada de mi cigarrillo, apagué el filtro en el suelo, luego rodé a Brittany sobre su espalda, colocando mis caderas entre sus piernas.
—No más charla. Quiero hacerte mía de nuevo.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
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