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[Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
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marthagr81@yahoo.es
Susii
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micky morales
_Claudia_100%fanGLEE_Bol
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[Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….uyyy, me invade una sensación de incertidumbre por saber si esta historia gustará o no….espero que les agrade
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=PUX7QmQF1go
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Sinopsis
Una simple lección en seducción entre dos amigas puede convertirse en mucho más…
A pesar de su actitud extrovertida, Brittany es absolutamente insegura alrededor de las personas que le atraen, por lo general, no puede obtener el valor suficiente para acercarse a las personas en las que está interesada. Pero mudarse a Lima-Ohio le ha dado un nuevo comienzo, y, después de desarrollar un flechazo por alguien de postgrado, ella decide que es hora de empujar más allá de sus miedos e ir tras lo que quiere.
Santana López es una rompecorazones magnífica que nunca se compromete, pero para sus amigas y amigos cercanos, es tan leal como ellos lo son. Por eso, cuando Brittany se dirige a ella con sus problemas de relación, ella se ofrece a instruirla en el arte de ligar y ayudarla a ser más segura cuando de relaciones se trata.
La amistosa educación en seducción pronto se convierte en un intenso y ardiente romance. Pero el pasado de Santana y sus problemas de compromiso muestran sus feas cabezas, y Brittany termina con el corazón roto. Cuando Santana se da cuenta que ha cometido el mayor error de su vida, tendrá que trabajar más duro de lo que nunca ha hecho antes para lograr que su mejor amiga se enamore de ella una vez más, o puede que la pierda para siempre…
**********************************************************************************************
Capítulo 1
Brittany….
Brittany….
Stirling, Ohio. Mes de Febrero.
Cada vez que girábamos una esquina el viento helado nos golpeaba, casi con despecho, como si estuviera enojado cuando se acababa un edificio. Sus dedos helados pinchaban mis rosáceas mejillas, y apreté mis brazos con más fuerza a mi alrededor, mis hombros hundiéndose mientras me abrazaba contra el ataque.
—Por quinta y última vez… ¿adónde nos estás llevando? —preguntó Rachel, hundiéndose más contra su prometida, Quinn. Ella abrió su abrigo de lana para acurrucarla dentro, su brazo alrededor de su cintura, sosteniéndola cerca. Rachel llevaba una corta chaqueta moderna con un vestido rojo que le quedaba como una segunda piel. Como todas nosotras, usaba tacones altos. De hecho, lo único que llevaba que la protegía del crudo invierno era una bufanda.
Kitty y Marley estaban prácticamente en la misma condición, usando vestidos, tacones y chaquetas livianas. Yo estaba un poco más abrigada en un par de pantalones de vestir de color negro, pero mi top de seda y el blazer liviano estilo traje no hacían nada para protegerme. No tan acostumbrada a los tacones como mis amigas, hacía lentos progresos al final del grupo, mientras Marley nos llevaba a nuestro destino misterioso.
—No es lejos —prometió, mirándonos sobre su hombro mientras guiaba el camino a través de la avenida principal del centro. Jake, su prometido, tenía su brazo envuelto firme alrededor de ella, manteniéndola tan cálida como fuera posible, y detrás de ellos la hermana de Quinn, Kitty, y su mejor amigo, Ryder, se acurrucaban uno contra el otro para buscar calor. También estaban comprometidos. Desde hacía muy poco, en realidad.
Yo, por otro lado, no tenía a alguien que me protegiera del viento.
—¿No está lejos? —le espeté a Marley. Desde mi llegada a Lima-Ohio hace poco más de nueve meses, Marley y yo nos habíamos hecho tan cercanas como hermanas, así que sentía que estaba bien espetarla mientras nos arrastraba fuera de Lima-Ohio sin mucha explicación. De ahí la mala elección de ropas—. Perdiste el derecho a decir “no es lejos” cuando dirigiste nuestros taxis a la estación de trenes Waverley.
La sonrisa de disculpa de Marley se transformó de repente en un ceño fruncido cuando nos detuvo en una intersección.
—De acuerdo, creo que llegamos.
—¿Estás segura? —pregunté, mis dientes comenzando a castañear.
—Eh… —Marley miró al otro lado de la calle a una señalización y luego sacó su teléfono—. Sólo un segundo, chicos.
Mis amigos se apretujaron juntos y me mantuve un poco alejada, mirándolos. Me di cuenta que a pesar de lo fría que estaba, realmente no me importaba. Estaba simplemente contenta de estar allí con ellos, aún sorprendida, incluso, por lo cercana que me había vuelto a ellos. Me habían aceptado completamente en sus vidas, en parte por Marley, pero también por Santana, la amiga de Jake, y mi recientemente adoptada mejor amiga.
Mientras observaba, Santana se giró de hablar con Ryder y Kitty para dirigir su hermosa sonrisa hacia mí.
Parpadeé, distraída por la corriente de atracción que sentí. Me había vuelto tan buena ignorando el sentimiento que me agarró desprevenida. Ese era el problema cuando eres amiga de una chica que te entiende por completo y sucede ser la mujer más atractiva que has conocido en la vida real……Y aquí es necesario aclarar que desde mi adolescencia me declaré oficialmente “bicuriosa”.
Esas mariposas, esa corriente de sentimiento inesperado, me enviaron de vuelta a la primera vez que Santana y yo nos conocimos. Honestamente, merecía una medalla por ignorar mi atracción a ella…
Flashback
Siete meses atrás…
La mamá de Kitty, Elodie Wilde, y su esposo, Clark, nos habían dado la bienvenida a papá y a mí al redil como si siempre hubiéramos sido parte de su familia. Era agradable. Hizo que acoplarme a los amigos de Marley fuera más fácil, y dado que papá y yo habíamos decidido hacer a Ohio nuestro hogar, sería bueno encajar en la vida de Marley. Ella era algo impresionante. También había pasado por cosas realmente terribles estos últimos años. Merecía que alguien la cuidara, y sabía que Jake era la persona que haría eso por ella.
Había entrado con Cole al apartamento de Jake. Mientras él y Marley estaban en la tienda buscando botanas, había decidido ocuparme de Cole para darles algo de tiempo a solas. Esa noche todos planeábamos pasarla con los amigos de Jake, Santana y Noah, a quienes conocería por primera vez, y creí que sería lindo darle a Jake y Marley algo de tiempo a solas antes de que sus amigos aparecieran. Tan pronto como abrí la puerta, Cole fue directo a la consola en la sala de estar mientras yo iba al fondo del apartamento. En la cocina vagué un poco, buscando tazones y platos para las botanas. Apenas estaba lavando los platos, cuando una llamativa, ronca y muy sexy voz dijo:
—Eh… tú no eres Jake.
Cuando giré para enfrentar al intruso, cualquier palabra que pudiera haber bajado de mi cerebro a mi lengua cayó de esa escalera y sufrió una conmoción.
Oh.
Oh, Dios.
Inclinada contra el marco de la puerta, sus brazos cruzados frente a su pecho, estaba la chica más sexy que jamás había visto.
Mi corazón comenzó a latir ridículamente rápido.
Ella levantó una ceja ante mi silencio.
—¿Alguien presionó tú botón de MUDO?
Eso fue gracioso, así que logré una media sonrisa mientras la miraba. Mis ojos la escanearon de pies a cabeza, y mientras asimilaba todo su escultural cuerpo, sentí este pequeño hueco en el fondo de mi estómago, tan abajo que estuvo seguido por un golpe de excitado hormigueo entre mis piernas.
Oh.
Oh, de acuerdo. Eso era algo nuevo.
Tratando desesperadamente de ignorar los hormigueos y fallando, intenté forzarme a través de la excitación y mi timidez para interactuar con la extraña. La extraña que asumí era Santana. Marley me había dicho todo sobre la amiga súper caliente de Jake, Santana. No había exagerado.
Hermosa cual estrella de cine, Santana tenía una hermosa piel morena y ojos tan marrones que eran prácticamente subyugantes, aunque justo ahora brillaban con malicia. Sonreía también, mostrando un par de hoyuelos sensuales y perfectos dientes blancos. Todo esto más una derecha y firme nariz, labios carnosos que miraba fijamente sin vergüenza porque me recordaban a los de alguna actriz, y por lo que podía ver a partir de su esbelta figura, la chica tenía la clara intención de provocarme un infarto por su deslumbrante belleza.
Milagro de milagros, su camiseta de hecho me distrajo de sus pechos. Tenía las palabras “LA RESISTENCIA ES INÚTIL” impresas en ella.
La timidez paralizante que usualmente me invadía cuando enfrentaba a una persona tan caliente se derritió en el fondo cuando comencé a reír.
—Te consideras una de las Borg, ¿no? —Hice un gesto a su camiseta, la cual se refería a la frase de una raza alienígena de Star Trek
.
Ella miró a las palabras, pareciendo sorprendida. Cuando levantó sus ojos de nuevo, estaban sonriendo.
—¿Entendiste la frase? La mayoría de las personas creen que soy una bastarda arrogante.
Me reí aún más, inclinándome contra la encimera.
—Imagino que es un poco de eso también. Y puedes entender su error. No te ves como una fan de Star Trek.
Algo se agudizó en sus ojos, algo intenso. Me estremecí mientras lentamente recorría su mirada por mi cuerpo de arriba abajo nuevamente. Su voz fue más baja, ronca, cuando respondió:
—Tampoco tú.
Esa intensa mirada se sintió como una lenta caricia. Si hubiera sido cualquier otra, hubiera pensado que pretendía hacerme sentir así.
Aún así… me quedé sin aliento. El aire de repente se sintió muy delgado, roto por ésta rara electricidad entre nosotras que no entendía para nada.
—¿Eres una de las amigas de Marley?
Luché contra la timidez que amenazaba con levantarse en mí de nuevo.
—¿No te dijo Cole?
—Noah fue a ver al hombre pequeño. Yo quería una bebida, así que vine directo a la cocina. —Sus ojos me devoraban de nuevo, y aparentemente mi cuerpo había estado dormido hasta que sus ojos lo tocaron porque hubo mucho hormigueo, escalofríos y calor esparciéndose por todas partes—. Definitivamente la mejor opción que he tomado en mucho tiempo.
Um… ¿de acuerdo?
—Oh, bueno, soy Brittany.
Las cejas de Santana se levantaron y luego aclaró abruptamente su garganta, su cuerpo enderezándose del marco de la puerta. Justo así, el aire en la habitación comenzó a volver a la normalidad.
—¿Eres Brittany? Por supuesto. El acento. Por supuesto.
Asentí, confundida por su reacción.
—¿Supongo que eres Santana?
Su sonrisa era amistosa. Platónica. Eso tuvo más sentido.
—Sí, esa sería yo.
—Jake y Marley están en camino. Sólo limpiaba para ellos.
—Claro. —Ella caminó al otro lado de la cocina y la miré con abierta fascinación mientras se servía un vaso de soda—. ¿Quieres uno? —Me ofreció el vaso.
—Estoy bien.
Una vez que tuvo su bebida, me sonrió de nuevo y me di cuenta que la razón por la que no era tan tímida a su alrededor no se debía a su camiseta nerd. Eran sus ojos. Eran imposiblemente amables, y me sentía… no cómoda… pero, sí, tampoco incómoda. Eso era definitivamente inusual para mí alrededor de chicas que acababa de conocer. Especialmente las que me atraían.
—¿Juegas videojuegos, Britt? —preguntó amablemente.
—Uh, sí.
—Bueno, deja de limpiar y ven a jugar—bromeó.
Reí.
—¿Me estás invitando a jugar? —Tan pronto como las palabras dejaron mi boca, me arrepentí. Yo no estaba coqueteando. ¡No sabía cómo coquetear! Ese era sólo mi sentido de humor, y ahora esta chica iba a creer que estaba insinuándome…
Santana se rió, interrumpiéndome.
—Sólo porque entendiste la referencia de Star Trek. De lo contrario, las chicas extrañas para mí no tienen permitido jugar. Son repelentes.
Impávida, crucé los brazos sobre el pecho.
—Bueno, las chicas como tú también son repelentes.
Sonrió enormemente.
—Es cierto. —Asintió hacia la puerta—. Vamos, Yank. Si voy a aniquilarte quiero que sea rápido e indoloro. Soy así de misericordiosa.
—¿Aniquilarme? —Me reí a carcajadas—. Creo que debes haberme confundido con alguien que no va a patearte el trasero.
—¿Siquiera sabes lo que vamos a jugar?
Negué con la cabeza.
—¿Importa a esta altura? Voy a derrotarte sea lo que sea. Por lo que, primero provocamos al oponente, luego comenzamos la paliza.
Santana echó su cabeza hacia atrás riéndose.
—¡Oh, cielos! ¡Ven, rubia graciosa! —Me agarró por el codo y me esforcé en ocultar el rubor por su tacto—. Tengo que presentarte a Noah.
La seguí fuera de la cocina, emocionada por lo rápido que iba a incluirme. También sentí que estaba siendo adoctrinada como una de las y los miles de fanáticos de videojuegos. Sentí esto porque sucedía muchas veces. Estaba bien respecto a eso. Significaba que tenía que aplastar las malditas mariposas en mi estómago cuando mirara a Santana. Y por aplastar, me refiero a que tenía que pulverizar a esos sentimientos hasta la inexistencia…
Fin de flashback
* * *
—¿Britt? ¿Britt, te encuentras bien?
Parpadeé nuevamente, regresando a la acera, a Stirling, al frío.
A Santana, quien estaba de pie frente a mí con un fruncimiento preocupado entre las cejas.
—¿Adónde fuiste?
Sonreí.
—Lo siento, creo que el frío me ha entumecido el cerebro.
—Bueno, ven aquí, tú… —Enganchó mi brazo alrededor del suyo, acercándome—, antes de que un dedo se te caiga.
Me relajé con gratitud junto a su fuerte costado.
—¿No podías haberlo hecho antes? ¿Cómo, hace tres calles?
—¿Y perderme la mirada horrorizada de tu cara cada vez que girábamos una esquina? —bromeó, frotando su mano de arriba abajo por mi brazo.
Hice una mueca, pero estaba acostumbrada a sus bromas, así que lo dejé pasar.
—Lo siento. —Marley lanzó el comentario por encima de su hombro, su rápida mirada llena de culpabilidad—. Debería haberme asegurado de ponernos abrigos.
—S-s-somos estad-o-unidenses —castañeó Kitty, sus dedos enredándose en el abrigo de Ryder—. P-p-p-podemos m-m-manejarlo.
Mi brazo se apretó alrededor de la cintura de Santana cuando empezamos a avanzar nuevamente.
—Bueno, yo soy holandesa —les recordé—. Y de un lugar muy caluroso.
—Soy extranjera también y estoy bien —dijo Rachel, sonando mucho más relajada de lo que parecía. Su peso se tambaleaba cuando su tacón golpeaba una grieta en la calle adoquinada. Quinn la enderezaba mientras ella maldecía al suelo.
—Eso quizás se deba al escudo rubio contra la que te arrimas —contesté secamente.
Ella se echó a reír, acurrucándose más cerca de su escudo.
—Quizás.
—Tenemos frío también —intervino Santana—. Estamos acostumbradas a ello, así que no nos quejamos.
—Nadie se está quejando —discutió Rachel—. Esta es nuestra manera de advertirle a Marley que si no se apresura y llegamos a nuestro destino, vamos a usarla como leña.
Marley rió.
—Casi estamos allí… creo…
Doblamos hacía una calle que nos llevó a una calle principal, y Marley alzó la cabeza hacia los edificios y frunció el ceño mientras la seguíamos. Era sólo una calle corriente, con camionetas y autos estacionados a lo largo de ella.
Hoy Jake cumplía veintiocho años, y mientras que todos asumíamos que íbamos a vestirnos para salir una noche a Lima-Ohio a celebrar, Marley tenía un plan secreto bajo su manga. De alguna manera habíamos terminado en Stirling, una bella ciudad con un glorioso castillo y pintorescas callejuelas, pero muy posiblemente la ciudad más pequeña del mundo también.
No tenía idea qué se le pudo pasar por la cabeza a Marley para arrastrarnos hasta aquí.
Repentinamente, una enorme sonrisa se extendió en su cara mientras se detenía en una esquina frente a un bar.
—Llegamos.
Todos miramos el bar y luego compartimos expresiones perplejas. No había nada particularmente glamoroso respecto al bar. Era… sólo un bar.
—¿Adónde llegamos? —preguntó Jake tranquilamente, su boca torciéndose con diversión.
—Aquí. —Ella señaló hacia arriba y seguimos su movimiento hasta el cartel perforado en la pared de ladrillos sobre la entrada del bar.
Jakeian Place.
Me eché a reír ya que todo empezaba a tener sentido.
—¿Nos arrastraste hasta Stirling por el cartel de una calle? —preguntó Santana con incredulidad.
Pareciendo insegura, Marley asintió.
—No es cualquier cartel de calle. Es el cumpleaños de Jake. Se merece tener una bebida en su propio lugar.
Los chicos y chicas, salvo Jake, parecieron un poco desconcertados por su manera de pensar. Su prometido, sin embargo, la acercó y la miró fijamente a los ojos de una manera que mi pecho se apretó con emoción.
—Me encanta, cariño. —La besó suavemente—. Gracias.
Una mezcla de felicidad y envidia me arraigaron al lugar por un segundo. Adoraba el hecho de que Marley tuviera a alguien en su vida que adorara el suelo que pisaba, pero a menudo me preguntaba si alguna vez llegaría el día cuando una persona me mirara a los ojos como si no hubiera nada más en el mundo que valiera la pena mirar.
Arrancada de mis meditaciones por las bromas del grupo hacia Marley, reí con ellos mientras vagamos dentro del bar cálido juntos. Quizás estábamos vestidos con demasiada formalidad para la atmósfera casual, pero ya que éramos un grupo bastante tranquilo, nadie se incomodó realmente por la pequeña aventura de Malrye. De hecho, creo que incluso varios pensaban secretamente que era lindo de parte de ella.
Definitivamente así era. Ella era un encanto, así que cuando hacía cosas que eran increíblemente lindas, como arrastrar nuestros traseros a un condado diferente sólo para que Jake pudiera tener una bebida en la calle de su nombre, nunca estuve sorprendida.
Papá había hablado de ella desde el momento en que lo conocí. Al principio había estado resentida por esta niña que había tenido a mi padre durante los primeros trece años de su vida mientras yo crecía con sólo el espectro de él. Mamá nunca había dicho ni una sola mala palabra contra papá, y siendo de alguna manera una chica precoz creciendo con amigos cuyos padres divorciados eran ácidos mutuamente, se me ocurrió que era extraño que mamá no estuviera enojada con el hombre que no se había quedado cerca cuando yo llegué. Había empezado a investigar, desgastando a mi madre por meses hasta que finalmente se quebró.
Recuerdo lo increíblemente furiosa que estuve con ella por ni siquiera decirle a mi padre que yo existía.
Luego de haber conocido a papá mientras estaba estudiando en el extranjero en la Universidad principal de Ohio, habían comenzado un intenso romance que mamá terminó abruptamente al regresar a Holanda al término de su programa. No fue hasta que regresó a Holanda que descubrió que estaba embarazada de mí. No confesaría hasta muchos años después que la razón para no ponerse en contacto con mi padre fue porque lo amaba demasiado, y no quería que regresara a su vida por obligación. Amaba a mi madre, pero no era infalible. Fue joven y tomó una decisión egoísta. A los trece no pude ver más allá de eso por un tiempo. Nos tomó tiempo regresar a una buena atmósfera.
Tiempo que más tarde lamentaría perder.
El hecho de que papá abandonara toda su vida en Ohio, para venir y ser padre de una niñita que ni siquiera conocía hasta que me acerqué a él fue un testimonio claro de la clase de hombre que era. Desarraigó toda su vida para convertirse en parte de la mía. Pero haciendo eso dejó a Marley detrás.
Cuando Jake contactó al principio a mi papá para volver a ponerse en contacto con Marley, pensé en cómo mis acciones habían cambiado la vida de ella. Con un padre en prisión y una madre alcohólica, mi papá, que era un viejo amigo del papá de Marley, había sido la única figura paterna estable que tuvieron ella y su hermano Cole en sus vidas. Por supuesto, papá no supo hasta que regresamos a Lima-Ohio que la madre de Marley, Fiona, se había vuelto una alcohólica grave, dejando a Marley criar a su hermano menor sola. Papá y yo estábamos cargando nuestros propios pesos de culpa debido a eso.
Sin embargo, la culpa fue aliviada cuando pasé tiempo en compañía de Marley y Jake. Después de todo lo que ella había pasado, Marley finalmente encontró un hombre que vio lo increíble que era y la trataba con el respeto y amor que merecía.
Sorbí la pinta de cerveza que Santana me había comprado, miré a mi alrededor a mis amigos. Aquí me encontraba yo, rodeada por personas que habían atravesado el infierno y salido del otro lado para encontrar a la persona con la que querían pasar el resto de sus vidas.
Además de Marley y Jake, estaba Rachel, mi compañera mitad inglesa, mitad estadounidense que voló a Lima-Ohio para escapar de una vida vacía en Londres. Cuando pensaba en todo lo que Rachel había perdido, honestamente no sabía cómo ella había seguido en pie. Sabía lo que se sentía perder a mi madre cuando tenía veintiuno, pero no podía imaginar lo que debió haber sido para Rachel perder a toda su familia cuando sólo tenía catorce años. Según lo que se cuenta, ella estaba bastante trastornada cuando se mudó con Kitty y la hermana de esta, Quinn. Al parecer habían tenido sus altibajos debido a los problemas de Rachel, pero finalmente habían conseguido superarlo todo. Se estaban por casar en tres semanas.
Luego, por supuesto, estaban Kitty y Ryder. Era bastante cercana a Kitty, ya que compartimos un idealismo romántico similar, y me había contado toda su historia con Ryder. Había estado enamorada del mejor amigo de su hermana durante años, pero él no la había notado hasta cumplir los dieciocho años, y no hizo ningún movimiento hacia ella, hasta unos años después de eso, y aún cuando lo hizo, dijo que había sido un error. Al parecer, no quería arruinar su amistad con ella y con Quinn. Hubo un montón de idas y vueltas hasta que Kitty estuvo dispuesta a alejarse para siempre, pero cuando mi hermosa y fuerte amiga fue diagnosticada con un tumor cerebral, Ryder finalmente se acercó para estar con ella. Afortunadamente para todos nosotros, el tumor de Kitty resultó ser benigno, y por suerte Ryder, recobró el sentido justo a tiempo para ganar a Kitty para siempre. Habían estado comprometidos por un tiempo, pero nos lo habían dicho hace poco, ahora tenía un anillo brillante de compromiso en su mano izquierda.
Estaba rodeada por amor, y no algo cursi, prepotente, falso del tipo en-tu- cara, sino del real, íntimo, yo-sé-todos-tus-caprichos-y-hábitos-y-aún-así te amo, ese tipo de amor.
—Tienes la prueba final del vestido el lunes, Rachel —dijo de repente Kitty, tomando un sorbo de su mojito.
Estaba sentada junto a Ryder, quién estaba aplastado por Marley y Jake en la única cabina disponible en el fondo de la sala. Rachel, Quinn, Santana y yo estábamos de pie amontonadas alrededor de la mesa, y me maldecía a mí misma por dejar que Marley me convenciera de llevar los tacones de diez centímetros.
Inclinada en Quinn, Rachel respondió:
—Gracias por el recordatorio. Voy a tener que prepararme contra los comentarios sarcásticos de Sue.
Jake frunció el ceño.
—¿Por qué le compras un vestido a esa mujer si es una grosera?
—El vestido —contestamos con Marley y Kitty al unísono.
Después de haber estado en Lima-Ohio durante sólo tres meses, fui honrada cuando Rachel me pidió que fuera una de sus damas de honor. Su amiga de la universidad Rhian había venido desde Londres para el fin de semana, y todas nos habíamos ido a la caza de un vestido para Rachel y para las damas de honor. Después de discusiones con Kitty respecto al color, Rachel se decidió por color champán para sus chicas. Habíamos terminamos en esta tienda de novias en New Town, donde la propietaria, Sue, hizo comentarios mordaces sobre nuestra falta o exceso de recursos.
Éramos demasiado tetonas, demasiado planas, demasiado delgadas o demasiado gordas…
Estábamos a punto de salir de allí cuando Rachel salió con un vestido que la perra había recomendado y Kitty se echó a llorar.
Sí, era así de hermoso.
Claramente, Sue sabía cómo vestir novias, simplemente no sabía cómo diablos hablar con ellas. O para el caso, cómo hacerlo con la gente en general. No soy exactamente la persona más confiada, y tengo más de mi parte justa de inseguridades con respecto a mi cuerpo, así que me fui de esa tienda sintiéndome como una vaquilla de proporciones gigantescas. Gracias, Sue.
Rachel se echó a reír y miró a la cara de Quinn.
—Al parecer, el vestido es bueno.
—Estoy entendiendo eso —murmuró—. Aunque, estoy más ansiosa por quitártelo ese día, que cualquier otra cosa.
—Quinn —se lamentó Kitty—, no delante de mí.
—Deja de besar a Ryder delante de mí y voy a dejar de hacer comentarios sexuales con mi esposa frente a ti.
—Ella no es tu esposa todavía —le recordó Santana—. No hay necesidad de apresurarse.
Solté un bufido.
—Santana, tu fobia al compromiso se está mostrando de nuevo.
Se volvió hacia mí con fingido horror.
—¿Dónde? —Se acarició las mejillas con ansiedad—. Quítamela de encima.
Le aseguré, pasando mi pulgar a través de una imaginaria mota en su pómulo.
—Ahí está. Todo se ha ido.
—Uff. —Tomó un trago de su cerveza y miró hacia la barra—. Nunca voy a echar un polvo con esa cosa a la vista.
—Un encanto —murmuré.
Ella me sonrió con picardía y me hizo un gesto hacia un grupo de mujeres de pie en el bar.
—El deber llama.
Paseó casualmente por la sala y se detuvo junto a una chica de pie con sus amigas. Las amigas se corrieron a un lado mientras Santana y la chica comenzaban a coquetear como si se les fuera la vida en ello. La chica era preciosa, por supuesto, bellos rasgos, cabello largo y oscuro, piel cremosa, extremadamente voluptuosa. Probablemente con un poco de sobrepeso, como yo, pero a diferencia de mí, ella lo llevaba bien. Tenía que cederle eso a Santana. En realidad, no tenía un tipo, no le importaba si la chica era flaca, gorda, tetona, o atlética. Mientras sea linda y una mujer, se sentía atraída por ella.
Tan pronto como Santana le sonrió a la morena, estuvo perdida.
No me sorprendió en lo más mínimo. Con una estatura regular, Santana no era excepcionalmente alta, pero con su combinación de un físico escultural por las artes marciales y mucho ejercicio en el gimansio, una cara hermosa, y el tipo de carisma que simplemente no se puede comprar, a la mayoría de las mujeres no les importaría si la superaban en altura por los tacones si eso significaba pasar la noche en sus brazos.
Sin embargo, yo no. Santana nunca me vería de una manera sexual, así que no tenía sentido ni siquiera permitir que mis pensamientos fueran por allí. Creo que sabía más sobre la verdadera Santana que la mayoría de las personas, así que no era difícil ponerla en la zona de amigas. Podía apagar cualquier atracción que tuviera por ella, porque sabía que nunca iría a ninguna parte. Prefería tener a Santana en mi vida como una amiga que no tenerla en absoluto. Aún con todos sus problemas con el compromiso y la mentalidad rompecorazones sin vergüenza hacia las mujeres, era una chica realmente buena en el fondo, y una muy buena amiga.
—Bueno, está perdida —comentó Rachel en voz baja.
Me volví hacia ella, levanté una ceja cuando la vi sonriéndole a Santana y a la chica.
—Nunca les hace promesas.
Ella se echó a reír.
—No hay necesidad de defenderla. Sé que Santana siempre lo deja claro, pero estamos hablando de chicas aquí. A veces sólo escuchan lo que quieren oír.
—Sí, pero Santana llevó esto hasta hacerlo un arte. Es como un sexto sentido o algo así. Tan pronto como siente incluso un ligero cambio en su actitud hacia ella, está fuera de allí.
—No puedo esperar a que alguien la amarre. —Kitty se unió, sonriendo con malicia en dirección a Santana.
—Yo también. —Marley lanzó una mirada afilada hacia mí antes de apartarla, y fingí que era demasiada estúpida para entender su significado.
Cambié de tema rápidamente.
—¿Vieron el nuevo tatuaje de Jake? Cole lo diseñó —les dije con orgullo.
Cole Walker era el mejor niño del mundo. Marley había hecho un trabajo increíble en criarlo y lo mejor que le ha sucedido a los dos, con excepción de tenerse el uno al otro, era Jake. Eran muy similares, artistas y nerds geniales, y Jake le había encargado a Cole diseñar su nuevo tatuaje.
Era impresionante.
Una estilizada “J” y “M” se ocultaban en los viñedos dentados y las florituras afiladas del diseño tribal de Cole.
—Oh, veamos —rogó Kitty con una sonrisa.
Jake sacudió la cabeza.
—Está en mis costillas.
—Oh, vamos, no es que vayamos a desmayarnos ante la vista de tus abdominales —bromeó Rachel.
—Son buenos abdominales —dijo Marley con orgullo, dando unas palmaditas en el estómago de Jake.
Quinn tomó un sorbo de su whisky.
—Personalmente, no quiero ver sus abdominales. Podrían… provocar que mi prometida quiera huir de mí.
Ryder asintió impasible.
—La mía también.
—No lo creo—murmuró Jake, sus labios se curvaron con diversión.
—Oh, si vas a ser un aguafiestas… —me quejé, hurgando en mi bolso. Sintiendo el papel entre mis dedos, tiré de él y lo saqué, revelando el dibujo firmado, del diseño de Cole—. Aquí está, este es el tatuaje.
Mientras los demás miraban, Marley me sonrió.
—¿Estás guardando eso?
—Claro, e hice que Cole la firmara también.
Ella se echó a reír.
—Sólo vas a empeorar su enamoramiento por ti.
Me encogí de hombros, sin preocuparme.
—Merece saber lo maravilloso que es.
—Sin hay argumentos allí.
Nos sonreímos la una a la otra mientras los demás elogiaban el talento de Cole.
Santana no tardó en volver al grupo, y la morena regresó a sus amigas, pero mantuvo sus ojos en Santana.
—¿No vas a…? —le pregunté con curiosidad, deliberadamente mirando en dirección a la mujer.
—Oh, sí. —Sonrió infantilmente—. Pero le dije que era el cumpleaños de mi gran amigo Jake y quería pasar un tiempo con él.
Fiel a su palabra, Santana se quedó con todos hasta el cierre. Todos nos preparábamos para salir, cuando su aliento susurró a través de mi oído:
—Me voy.
Me di la vuelta para mirarlo, espiando a la morena curvilínea con mi visión periférica.
—Está bien. Qué te diviertas.
Me guiñó un ojo y luego me besó en la mejilla.
—Siempre lo hago.
Después de decir adiós al grupo, Santana tomó la mano de la chica y salió del bar. Los celos me pincharon mientras miraba la puerta vacía. Mi amiga era la maestra de la seducción. Si quería echarse un polvo, podía.
Por desgracia, para alguna de nosotras eso no era tan fácil.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 2
Brittany…
Brittany…
Papá y yo llegamos a la decisión de quedarnos en Lima-Ohio no sólo por el agujero negro y vacío que la muerte de mamá nos había dejado en Holanda, aunque eso sí era una gran parte de ello, sino porque yo había perdido mi trabajo, mi camino, y mi entusiasmo por casi todo. Mamá había sido diagnosticada con cáncer cuando yo tenía dieciséis años. Luchó contra él, pero regresó tres años más tarde. Cuando tenía veinte años y empezaba la Universidad de Holanda, me tomé unos meses fuera de los estudios para ir a casa y estar con ella.
Falleció dos días después de mi vigésimo primer cumpleaños.
Le tomó mucho a mi padre convencerme de regresar a la universidad, pero lo hice, y me gradué con una maestría en Información y Bibliotecología con algunos años de retraso. Obtuve un trabajo nuevo en una encantadora ciudad holandesa en la biblioteca pública de un modesto vecindario, pero tres meses antes de que Jake se pusiera en contacto con nosotros, nuestra pequeña biblioteca cerró debido a la falta de financiación y me quedé sin trabajo.
Era realmente un tiempo problemático, ya que estaba empezando a volver a ponerme de pie después de perder a mamá. El viaje a Lima-Ohio no podría haber llegado en un mejor momento.
—Uh, discúlpeme.
Parpadeé saliendo de mi estupor y me incliné sobre el mostrador del escritorio para ayuda de la biblioteca, dándole a la chica exasperada delante de mí una sonrisa paciente.
La biblioteca se divide en dos divisiones: Servicios al Usuario y, Librería y Colecciones. Trabajaba en Servicios al Usuario, en una plantilla de unas cuarenta y cinco personas. Fuera de esas cuarenta y cinco personas, al menos, nueve de nosotros teníamos un título en Bibliotecología. Sólo dos eran bibliotecarios: mi manager, Angus, y mi supervisora, Jill.
El padrastro de Kitty, un profesor de historia clásica en la Universidad de Lima-Ohio, me había dado una referencia para la biblioteca principal del campus que me ayudó a conseguir una entrevista. Por desgracia, había demasiados puestos de trabajo bibliotecario a la esquina; me dieron un trabajo, pero como un auxiliar de biblioteca. No me sentía muy mal por eso. Simplemente estaba feliz de tener un trabajo en mi profesión.
Normalmente me paso la mañana o la tarde en el servicio de ayuda en el escritorio de la biblioteca o en la sección de reserva, y la otra mitad del día en la oficina haciendo el trabajo administrativo. Prefería estar frente a la casa e interaccionar con los estudiantes. Había estado allí sólo ocho meses, pero ya estaba familiarizada con un número de estudiantes, y tenía una gran relación con ellos y mis colegas.
—¿Cómo puedo ayudarte? —le pregunté en voz alta, por encima de la charla ruidosa en el fondo.
Más allá de las puertas de seguridad, en la entrada principal de la biblioteca, había un área alrededor de la escalera que los estudiantes habían empezado a usar como un lugar de reunión. En el otro extremo de la sala estaba el escritorio de ayuda, donde podían comprobar manualmente sus libros, y más allá de nosotros estaba la sección de reserva, donde podían revisar el material ya sea por tres horas o una semana, dependiendo de la condición impuesta por la demanda. Las multas que les hacíamos pagar si el material de reserva se vencía eran grandes, por decir lo menos. Estamos hablando de alrededor de tres centavos de dólar por minuto. No suena como mucho, pero si un estudiante no devuelve el material por una semana, o dos, o un mes… sí… ya ven a dónde voy con esto. Mi parte menos favorita del trabajo era decirles a los estudiantes hasta cuánto ascendían sus multas en la sección de reserva.
La chica se acercó más, con las mejillas sonrojadas.
—Estoy reunida con una estudiante que tiene una sala accesible. Desafortunadamente, no podemos entrar en esa habitación ahora mismo debido a… unos estudiantes y algunas actividades pasando ahí.
Cuando se sonrojó aún más, entendí al instante y miré por encima del hombro a Angus, quien estaba tomando una carpeta de un archivador. Angus, un calvo, bien parecido hombre de cuarenta y tantos años con ojos amables y un agudo sentido del humor, escuchó su comentario, y sus labios se retorcieron de risa cuando dijo:
—Tu turno.
Hice una mueca, pero suavicé mi expresión en perfecta serenidad cuando me di vuelta de nuevo a la estudiante.
—Por supuesto. —Cruzando el mostrador principal, alcancé a la chica, cuyo cuerpo entero estaba rígido por la vergüenza. Dios, esperaba estar caminando hacia una pequeña sesión salvaje de besuqueo y no a una plena escena de sexo. Pequeños bastardos cachondos—. ¿Supongo que tu amiga olvidó cerrar su sala la última vez que la usó?
Las habitaciones accesibles eran pequeñas salas privadas en el primer piso, con puertas con cerradura. Estaban reservadas para cualquiera de nuestros estudiantes con una discapacidad. A los estudiantes le eran asignadas de manera permanente durante el semestre; sin embargo, más veces de las que me gustaría contar, me habían dado la tarea de echar a los estudiantes fuera de las salas, no sólo por usarlas cuando no deberían haberlo hecho, sino por utilizarlas como habitaciones de hotel.
Aunque, después de haber capturado a dos estudiantes yendo a ello en el baño menos que higiénico de los hombres, ya no estaba sorprendida por nada.
Al doblar la escalera, tuve que pasar por alto la fuerza del olor del café flotando hacia mí desde la cafetería de los estudiantes. Me gustaría mucho más haber estado sentada ahí bebiendo un café con leche en lugar de estar representando lo contrario a lo que los chicos llaman madame de un burdel.
—Debe haberlo olvidado. —La chica apretó los labios—. Pero ése no es realmente el punto.
Supongo que tenía que darle eso.
Cuando llegamos a la primera planta, arrojé mi largo cabello sobre los hombros, los enderecé, y entré en la sala principal, caminando a través de las cabinas de estudios, los pequeños espacios de estudio, y un grupo de risueñas estudiantes que se sentaban frente a las personas minusválidas. En intento de parecer que iba en serio, me volví a mirar a la chica.
—¿Cuál?
Señaló a la sala tres.
Respirando profundo marché hacia delante, agarré la manija, y empujé la puerta, apenas absteniéndome de cerrar los ojos.
Una chica chilló cuando un hombre gruñó:
—¿Qué demon…?
Vi con mis brazos cruzados sobre mi pecho mientras él rápidamente se subía la cremallera y ella se enderezaba su vestido. Ella se bajó del escritorio, aferrándose al chico, con los ojos brillantes de diversión.
—Ésta no es una habitación de hotel —les dije con calma—. Y la biblioteca no es un punto de encuentro. ¿Capice?
—¿Qué? ¿Eres Al Capone? —se burló el chico, empujando suavemente a la chica hacia mí y la puerta.
Suspiré pesadamente.
—Sólo tengan un poco de consideración por el público en general, ¿de acuerdo? —Mis ojos rápidamente lo miraron por encima mientras levantaba una ceja impresionada—. Nadie quiere ver eso.
La chica se rió mientras que el tipo bufaba, pasando junto a mí.
Eso haría ya la quinta vez desde que había empezado a trabajar en la universidad que había echado a alguien de una de esas habitaciones por comportamiento inadecuado.
Y dicen que una biblioteca es un lugar aburrido para trabajar.
******
Regresaba de mi viaje del deber al escritorio de ayuda para trabajar en la sección de reserva. Mientras ordenaba y mantenía un ojo en el escritorio de ayuda, me puse a pensar en qué iba a cocinar esta noche para mí y Santana, ya que iba a venir a trabajar en mi piso, cuando Sam Evans apareció.
Tratando de actuar de manera tranquila, me deslicé más allá de las estanterías y corrí detrás de la mesa en caso de que requiriera algún tipo de asistencia. Una gran parte de mí esperaba que lo hiciera, mientras que la otra parte estaba aterrorizada.
El tipo era atractivo, y no como la obvia belleza aplastante y muy evidente de Santana, sino en esta ruda clase de belleza de actividades-al-aire-libre, puedo-cortar- madera-con-mis-manos.
Había ayudado a Sam un par de veces. Por supuesto, no había logrado hablar más de unas pocas palabras con él, y había murmurado en voz baja en caso de que salieran en el orden equivocado, lo cual mis palabras tendían a hacer en torno a un chico o chica que me atrajera. Por lo que podía ver por los recursos que Sam tomaba prestado, era un estudiante de posgrado en historia. Por lo general lo veía un par de veces a la semana, y últimamente había empezado a anhelar verlo.
De un metro noventa, Samuel Evans era todo anchos hombros, sonrisa torcida y ojos de color verde claro en los que podías nadar. La última vez que lo había visto, fantaseé con follármelo detrás de las estanterías de libros. Se me ocurrió después que se fue, que había desarrollado un pequeño flechazo con él. Estaba tratando de trabajar a través de mi timidez, con la esperanza de tener una conversación real con él.
No sé de dónde se originó mi insuficiencia con las relaciones. Debido a que mamá estuvo enferma por una buena parte de mi adolescencia, no tuve el mismo tiempo libre que los otros chicos, ya que tendía a cuidar de mi propia madre bastante seguido. Además, era tímida con los chicos y chicas en la escuela. Tuve dos citas en la escuela secundaria y sólo una de ellas terminó en una sesión de besos que fue memorable sólo por su torpeza absoluta.
Durante la universidad fue más o menos igual hasta después de mi segundo año. Estúpidamente decidí deshacerme de mi virginidad al conseguir emborracharme y dormir con una persona mayor que apenas conocía. Fue horrible. Dolió, fue torpe, y una vez que terminó, él salió de mí y se fue. No podía recordar un momento en que me sentí más humillada, más vacía, o más intrascendente, y eso fue un golpe severo a mi confianza. En serio, simplemente tuve tanto miedo de intentarlo de nuevo después de eso, que no lo hice. Y luego, en mi primer año se hizo evidente que mamá no estaba mejorando, así que me fui a cuidar de ella.
En el momento en que volví a la universidad estaba tan consciente de mi falta de experiencia con las personas que me interesaban que simplemente me transformé de una mujer extrovertida a una preadolescente con discapacidad del habla. Por otra parte, el hecho de que era tan cohibida de mi cuerpo jugó un papel muy importante en mi falta de habilidades de seducción también.
—Hola.
Mis ojos se abrieron un poco cuando Sam se acercó al escritorio, arrastrando su mochila hacia arriba, sus bíceps flexionándose deliciosamente por debajo de su camisa azul mientras lo hacía.
Me sonrió, esa sonrisa de medio lado adorable.
—Parece que tengo una multa por pagar. —Pasó una notificación hacia mí y yo la tomé mientras lo miraba a los ojos.
Puedes hacer esto.
Para ponerme en marcha iba a tener que mirar hacia otro lado. Era como mirar al sol durante mucho tiempo.
Con dedos temblorosos, examiné el material y luego me estremecí ante la multa que apareció en la pantalla.
—Ouch. Tan mal, ¿eh?
¿He mencionado que tenía este acento divino que me daban ganas de lamerlo?
Tomé una respiración profunda, empujando a un lado ese pensamiento.
—Es un retraso de tres días, por lo que son ochenta y cuatro dólares.
Hizo una mueca.
—No pueden hacer eso otra vez. ¿Qué tipo de tasa cargan?
¡No es mi culpa! ¡Son los dioses de la biblioteca!
—Dos centavos por minuto —contesté en voz baja.
—Ah, está bien. —Sonrió de modo tranquilizador mientras me entregaba su tarjeta bancaria—. Es mi propia culpa por ignorar las reglas de la sección de reserva.
Le tomó menos de un minuto pagar la multa, pero esos cuarenta segundos fueron cuarenta segundos durante el cual podría haberle preguntado cualquier cosa. En lugar de eso trabajé en silencio y ni siquiera pude mirarlo a los ojos cuando le devolví el recibo y la tarjeta.
—Bien, gracias.
Mis ojos estaban fijos en su barbilla mientras me encogía de hombros. ¿Me encogí de hombros? ¿Qué demon…?
—Adiós.
Mi propia barbilla se levantó ligeramente en reconocimiento. Y luego se fue.
Esto en cuanto a todo ese asunto de la conversación.
Dándome la vuelta con un gruñido profundo, poco a poco me golpeé la cabeza contra la pared, atrás y adelante, atrás y adelante.
—Uh, Britt, ¿estás bien? —La voz de Angus vino detrás de mí.
Mis mejillas se sonrojaron por haber sido capturada en el acto, y me giré rápidamente para enfrentar a mi jefe.
—Sólo comprobando la estabilidad del edificio. Todo está bien.
Angus levantó una ceja.
—¿Qué hay de tu estabilidad mental?
—Eso es definitivamente lo siguiente en el orden del día.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
bueno, me ha gustado la historia aunque no la presencia de boca-trucha pero me hara feliz imaginarmelo siendo despellejado vivo si se mete entre san y britt, en fin.... hasta pronto, espero!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
holap,...
me gusta tu nueva historia!!!
no me gusta sam,... tercero en discordia otra vez???
nos vemos!!!
me gusta tu nueva historia!!!
no me gusta sam,... tercero en discordia otra vez???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
micky morales escribió:bueno, me ha gustado la historia aunque no la presencia de boca-trucha pero me hara feliz imaginarmelo siendo despellejado vivo si se mete entre san y britt, en fin.... hasta pronto, espero!!!!
3:) escribió:holap,...
jejejeje ........igual que tu: detesto a Sam
me gusta tu nueva historia!!!
no me gusta sam,... tercero en discordia otra vez???
nos vemos!!!
ahmmm.......Sam solo sera la confusion de Britt, pero en medio de esas dichosas lecciones se dara cuenta a quien quiere realmente
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os………. jejejeje, debo decir en mi defensa que yo también aborrezco a Sam
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día VIERNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=5inKQvIv1bo
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 3
Cada semana mi papá, Marley, Jake, Cole y yo tratamos de encontrarnos para cenar juntos y esa noche fue en mi restaurant italiano favorito, D’Alessandro, en India Street, justo a la vuelta de la esquina de mi piso. Jake y papá con frecuencia peleaban por la cuenta, pero papá tenía el peso y la edad por encima de Jake, así que usualmente ganaba.
Amo esas cenas. No sólo porque amo la comida de D’Alessandro, sino porque realmente Marley, Jake y Cole se han vuelto parte de la familia para mí y papá, y nosotros para ellos. Especialmente Cole. De todo lo que aprendí de su vida antes de Jake, Cole realmente sólo tuvo a Marley. Ahora tiene esta familia improvisada. Una familia que merecía. Marley había dicho que la instantánea camaradería de Cole conmigo era algo extraño en realidad, una camaradería que todos sabíamos que se había convertido en un pequeño flechazo. Cole era bastante genial para hacer del flechazo algo incómodo, y yo siempre pretendía ser completamente inconscientes de ello. Para el observador externo Cole podría haber pasado por alguien de dieciocho años. Había crecido unos centímetros más estos últimos nueve meses, que lo llevaba a casi los dos metros a los quince años de edad. Sus anchos hombros se habían completado con los entrenamientos con Jake y Santana en judo, y su crianza le había dado ese aire de madurez que la mayoría de los chicos de su edad no tenían. Sin embargo, para mí, y sabía que también para Marley, porque habíamos hablado de eso, no era más que este pequeño niño que adoramos. Eso podría volverlo loco a veces, ya que la mayoría de las personas lo trataban como el adulto joven que aparentaba ser.
—¿Has leído algún libro que me pueda gustar? —preguntó el objeto de mis reflexiones mientras tomaba un sorbo de vino.
—Sí, en realidad. Angus recomendó ésta novela de ciencia ficción sobre una sociedad subterránea distópica. Te va a encantar.
—Genial. ¿Puedo conseguir el e-book?
—Síp. Te mandaré el link.
—Bien, salud. Por cierto ya terminé War of the Worlds.
Alcé una ceja.
—¿Elaborado? ¿Qué piensas?
Se encogió de hombros.
—Fue muy realista para su tiempo y como fue escrito. Bastante sombrío. Me gustó.
Pasando mi mirada a través de la mesa, Jake sonrió a la reseña de Cole.
—Sigue con lo sombrío.
Puse dos dedos en mi frente y lo saludé.
—Entendido.
Cole puso los ojos en blanco.
—No es algo emo o lo que sea. Los libros con finales infelices o sombríos simplemente… te hacen… no sé. Se siente más, o algo…
Lucía avergonzado de tener que admitir que tenía sentimientos (¡el horror!), y sentí la necesidad de tranquilizarlo.
—Entiendo. Los finales infelices y agridulces tienen una tendencia a permanecer contigo, te afecta mucho después de que haya terminado la historia.
—Kitty puede debatir contigo sobre eso —murmuró Marley, intercambiando una sonrisa con papá.
—Ni lo menciones —espeté—. Sin embargo, tengo que mantenerme firme sobre ello. A pesar de que me encanta un buen romance con un final feliz, tengo que admitir que los finales tristes tienen un impacto mayor en mí.
Sentí la mirada de mi papá y me giré para verlo frunciéndome el ceño.
—Guarda eso. —Fruncí el ceño, señalando el surco entre sus cejas—. Estoy perfectamente bien.
—Prefieres los finales tristes a los felices —discutió.
—En literatura. No en la vida real. Li-te-ra-tu-ra.
Papá se inclinó en la mesa hacia mí.
—Me dirías si hubiera algo al respecto.
—Oh Dios mío. —Di una mirada suplicante hacia Marley.
—Por supuesto que está bien —dijo Marley, rescatándome—. Es exitosa, es hermosa, tiene su propio piso, un montón de amigos, y un papá sobreprotector que la ama. Ahora déjala en paz.
Papá estaba ceñudo mientras Marley se burlaba de él. Después de unos segundos pareció procesar sus palabras y sus hombros se relajaron. Se volvió hacia mí.
—Me preocupa que estés sola en ese piso, es todo.
—Difícilmente estoy sola. Santana colocó su oficina allí.
Por alguna razón esto hizo que mi papá frunciera el ceño. Esto fue seguido de inmediato por Marley atragantándose de la risa. Le di una mirada rápida, y se ahogó más.
Honestamente, no sabía lo que hacía falta para que se diera cuenta de que Santana y yo éramos completamente platónicas. Cuando nos conocimos, nos llevamos bien. A veces te encuentras con gente con la que simplemente estás cómoda, y Santana era una de esas personas. Ambas nos sentimos libres para ser quiénes éramos alrededor del otro, y que habíamos conectado en dos cosas. Uno de ellos era el sentido del humor. Las dos estábamos un poco locas. Lo segundo era nuestro friki interno. Ambas abrazamos nuestros friki internos.
Santana era una reportera gráfica como trabajadora independiente, pero tenía otra buena entrada como crítica de películas y videojuegos para una revista internacional de cine y entretenimiento. Mientras que mucha gente la miraba y pensara que era una estrella de cine, en realidad estaba más cerca de mi especie gleek. Había comenzado un blog cuando tenía diecinueve años, reseñando películas, libros y videojuegos. Este blog se hizo tan grande en los últimos años que para el momento en que cumplió veinticinco años tenía miles de seguidores. Esto y sus comentarios inteligentes, divertidos, con personalidad infundida llamaron la atención de la revista y le ofrecieron un trabajo. Por suerte para mí había llevado las películas para ver a mi piso, y podía ser muy divertido. Era conocida por tener mis momentos también. Algunos de mis comentarios incluso habían llegado hasta sus reseñas.
—Entonces, Brittany, ¿alguna historia divertida de biblioteca esta semana? — preguntó Jake, cambiando de tema por mí.
Sonreí agradecida.
—Tuve que echar a otro par de tortolitos de las salas accesibles.
—Jesús, realmente…
Pero no escuché el resto de lo que Jake tenía que decir, porque la puerta de D'Alessandro se abrió y el mundo se desvaneció a mí alrededor mientras él entraba.
Sam Evans.
Mi respiración se detuvo mientras caminaba hacia el podio de la anfitriona con una pareja mayor junto a él. ¿Sus padres quizás?
No lo sabía. Francamente, no me importaba. Lo único que importaba era que estaba allí y podría verme. Si me veía, me podría reconocer y tratar de hablar conmigo. Por otra parte, podría verme y no reconocerme. No sabía qué era peor. Todo lo que sabía era que no quería que mi familia y amigos fuesen testigos del colapso horroroso de Brittany Susan Pierce Topándose con un Hombre Guapo.
—Britt, ¿de verdad estás bien? —preguntó Marley, apartando mi mirada de Sam a ella. Sus ojos verdes estaban amplios de preocupación—. Luces… sorprendida.
—Lo siento, Jake —me disculpé rápidamente por ignorarlo, mi mirada yendo de nuevo hacia Sam.
¡Mierda! La anfitriona lo llevaba por delante de nuestra mesa.
—Debo haber… —Deliberadamente resbalando mi codo sobre la mesa, golpeando mi cuchara de postre hacia el suelo—. Vaya. Disculpen. — Empujé mi silla hacia atrás y caí pesadamente al suelo, agachando la cabeza bajo el mantel. Mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho, me quedé allí, mirando las botas familiares caminando a zancadas junto a la mesa.
Él estaba fuera de alcance. O, más precisamente, yo lo estaba.
El mantel se levantó y la cara rugosa de mi padre apareció delante de mí.
—¿Has estado fumando la hoja loca?
Apreté mis labios para evitar explotar en una carcajada. Negando con la cabeza, extendí una mano temblorosa a mi cuchara de postre. Iba a necesitar un reemplazo, ya que no había manera de que no comiera postre. El tiramisú de D’Alessandro era para morir. Por supuesto quizás podía morir de vergüenza antes de que tuviera que hacer responsable al postre por mi muerte.
—Sólo recuperando los cubiertos caídos.
—Estás actuando más extraño de lo usual.
Bufé y el movimiento hizo que chocara mi cabeza contra la mesa.
—¿Podemos no tener esta conversación aquí abajo?
Su cabeza desapareció y rápidamente salí después de él, estirando el cuello para buscar a Sam.
No había ni rastro de él mientras me ponía de nuevo en mi asiento, y me dejé caer con alivio cuando me di cuenta que la anfitriona los había llevado a la otra habitación del comedor.
Me instalé absolutamente feliz ahora que se había ido, sonriendo mientras levantaba mi cuchara a una camarera que pasaba.
—¿Puedes traerme una cuchara limpia, por favor?
Cuando asintió, sonreí y me volví a mi compañía.
Todos me estaban viendo. Me estremecí por su evaluación.
—¿Qué?
—Mick tiene razón. —Jake alzó una especulativa ceja—. Estás más extraña de lo normal.
Miré a Cole por ayuda, pero sólo se encogió de hombros, y lo tomé como que estaba de acuerdo con ellos. Sin querer que nadie se enterara de mi flechazo sin esperanzas con el Chico de la Biblioteca, busqué una explicación. Finalmente elegí el creativo: “me tomé tres Red Bulls hoy.”
Tan carente de creatividad como pudo haber sido, funcionó, y pronto la conversación fue desviada de mí y mi absurdez.
Muy a mi pesar, antes del postre llegó el desastre. Necesitaba hacer pis y necesitaba hacer pis muchísimo.
Por desgracia, los baños estaban en el pasillo, frente a la otra sala del restaurante, poniéndome en la posible trayectoria de Sam.
Sin embargo, cuando mi vejiga no pudo aguantar más, tuve que dejar mis preocupaciones a un lado y apelar al alivio.
En el momento en que llegué al baño me pregunté por qué me estaba alterando. Me estaba moviendo tan rápido para llegar al baño a tiempo que era un borrón. Sam nunca reconocería mi borrón explosivo inducido por mi vejiga. Hmm, di eso cinco veces rápidamente.
A pesar de mi creciente calma, tenía toda la intención de convertirme en un borrón en mi viaje de regreso a mi mesa.
Lamentablemente, no había tomado en cuenta la colisión con un muro cuando salía del baño.
Tropecé hacia atrás, parpadeando rápido, mientras mis ojos se daban cuenta de la pared de color azul oscuro. Mi cerebro muy rápidamente procesó que no era una pared… sino un pecho. El ancho pecho de un hombre.
Mi corazón empezó a latir con fuerza en mi propio pecho mientras mis ojos se dirigían hacia arriba, mis latidos un escalando, el sudor picando en las palmas de mis manos mientras la belleza familiar y masculina de Sam Evans empequeñecía mi mundo.
Estaba bastante segura de que mi boca estaba abierta de manera poco atractiva mientras él sonreía, sus ojos encendidos en reconocimiento.
Oh, cojones.
—Trabajas en la biblioteca de la Universidad, ¿cierto?
Tragando, ensayé la respuesta en mi cabeza. Luego logré asentir.
—Auxiliar Asistente. —No, eso no era correcto—. Quise decir Asistente Auxiliar.
Demasiado para ensayar.
Su sonrisa se ensanchó y se acercó un poco más, cortando el suministro de oxígeno a mi cerebro ya jadeante.
—Bueno, siempre eres muy servicial.
Y entonces, de alguna manera, Maggie Smith me poseyó.
—Es lo que hago —respondí solemnemente con un acento extranjero.
Afortunadamente uno muy bueno. Pero ése no era el punto.
Mis mejillas ardieron de vergüenza mientras Sam se rió suavemente.
—Seguro.
Tenía que salir de allí. ¡Tenía que salir de allí ya!
—Bueno, mi mesa me está esperando con mi familia.
Dándome una sonrisa incómoda e ignorando el regocijo en sus labios, me apresuré por delante de él, por el pasillo, hacia el otro lado del comedor.
Platos y vasos tintineaban mientras me dejaba caer sin gracia en mi silla y anunciaba en voz alta.
—Creo que deberíamos tomar el postre para llevar y pasar el rato en mi casa. Como ahora mismo. —Asentí alentadoramente—. ¿Sí?
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 4
Estaba frustrada.
Habían pasado unos días y todavía no me había recuperado totalmente de mi mortificación. El objeto de mi flechazo había hecho acto de presencia en la biblioteca, y en cuanto vi su cabeza rubia flotando a través de la zona principal de recepción, me escabullí a la oficina de administración y convencí a mi colega Rachel de que, sí, lo haría, de hecho, prefería actualizar el código HTML del sitio web y responder las quejas de correo electrónico en lugar de pasar un rato en el divertido escritorio de ayuda.
Basta con decir que no estaba de muy buen humor cuando terminé el trabajo ese día, pero cuando giré la esquina en California Ave. y vi una figura familiar inclinada contra la puerta de mi edificio, mi paso aligeró junto con mi estado de ánimo.
Santana sonrió, sus hoyuelos apareciendo mientras levantaba una bolsa de plástico blanco.
—Comida china y una película de invasión alienígena con algún actor chico-bonito que probablemente hará que me den ganas de enterrarme un bolígrafo en el ojo.
Le sonreí con confusión, el olor de la comida para llevar haciendo que los pequeños gruñones codiciosos en mi estómago despertaran.
—¿No tienes una cita esta noche? —pregunté mientras metía la llave en la cerradura y nos llevaba a la oscura, escalera húmeda.
—Ella me llamó por teléfono esta tarde para preguntar si estaba bien con que fuéramos a la fiesta de compromiso de su hermana en vez de la cena. Al parecer, la fiesta fue “improvisada”. —Su expresión para nada impresionada me dijo que no lo creyó ni por un segundo. Lo mismo hicieron las comillas en el aire.
—¿Un evento familiar en la primera cita? —Di un grito ahogado con fingido horror—. ¿Cómo se atreve?
—Eres graciosa.
—Lo sé. —Le dediqué una rápida sonrisa y entramos en mi pequeño apartamento de un dormitorio. Pequeño como era, me encantaba.
La cocina y el salón formaban una sola habitación. La cocina tenía la forma de una L y ocupaba la mayor parte del lugar, dejando espacio para un sofá, un sillón y un televisor. Afortunadamente, la habitación era de buen tamaño y pude entrar en ella un par de estanterías, pero la mayoría de mis libros estaban esparcidos por todo el apartamento. Además, no tenía cuarto de baño. Tenía una sala de baño/ducha.
Funcionaba para mí. Era acogedor.
Quitándome el abrigo, vi como Santana se paseó a la cocina y comenzó a sacar platos y colocar la cena para nosotras.
—Tengo tu pollo a la naranja, nena. ¿Eso está bien?
Me llamaba “nena” con esa profunda voz suya todo el tiempo. Traté de no temblar cada vez. Fallé. Mucho.
—Mi favorito —le grité mientras me dirigía a mi habitación para quitarme mi abrigo y zapatos—. Hay cerveza en la nevera si quieres una.
—Lo tengo. ¿Quieres una o te sirvo una copa de vino?
—Vino, por favor.
—Traje un bote de Rocky Road también para más adelante. Voy a meterlo en el congelador.
En serio, podría casarme con esta chica. Paseando de regreso a la sala principal, sonreí con gratitud hacia ella.
—Te estoy promoviendo a mejor amiga.
Ella frunció el ceño mientras me servía una copa de vino rosado.
—Pensé que conseguí esa promoción años atrás.
—Fuiste promovida a mejor amiga con el mismo estatus de amiga que Kitty y Rachel. Acabas de graduarte a nivel de Marley.
—¿El cual es más alto?
—Sí.
Santana pareció considerar esto.
—¿Hay ventajas para esta promoción?
Le respondí seriamente.
—Sí. Tienes la oportunidad de traerme comida china y helado Rocky Road todo el tiempo.
Me miró sin comprender.
—No te preocupes. Puedes manejar la situación. Ya lo estás haciendo muy bien. —Le froté el hombro cariñosamente mientras rodeaba la encimera de la cocina—. ¿Quieres un café primero?
—Yo lo haré.
—No, no, ve a sentarte, coloca la película. Yo lo llevaré.
Santana colocó mi plato en la mesa de café junto a ella y fue a poner la película. Se acababa de acomodarse en el sofá con su plato en la mano cuando salí de la cocina con el café.
—¿Preferirías morir después de ser experimento de extraterrestres, o ser comida por caníbales? —preguntó Santana casualmente, llevando un bocado de carne y arroz hasta su boca, sus ojos nunca dejando la pantalla de televisión.
Reflexioné sobre su pregunta mientras colocaba su taza en la mesa y luego me acurrucaba en el rincón del sofá con mi propio plato.
—¿Me darían anestesia?
—¿Qué más da?
—Bueno, sí. Si me dieran anestesia, entonces no importa cuál eligiera porque no voy a ser consciente de lo que me está pasando.
Santana sacudió la cabeza.
—No es cierto. Sí importa. Si los extraterrestres experimentan en ti podrían encontrar algo de su investigación que podrían utilizar para destruir a toda la raza humana. O infiltrarse entre nosotras como en La Invasión de los Ladrones de Cuerpos. Los caníbales, por otro lado… bueno, supongo lo único que quieren es… sólo comerte.
No pude criticar su lógica. Ondeé mi tenedor hacia ella en un gesto de asentimiento.
—Buen punto.
—¿Y? ¿Aliens o caníbales?
—Aliens.
—Yo también. Al diablo con la raza humana… los caníbales son muy espeluznantes.
Me eché a reír a carcajadas, casi ahogándome con el arroz mientras inhalaba fuertemente con diversión.
Santana se rió de mí, sus ojos oscuros brillando con afecto.
—Tienes una gran carcajada, ¿lo sabías?
Tenía una carcajada muy impropia de una dama, pero si ella pensaba que era genial no iba a discutirlo. Me encogí de hombros un poco tímidamente, como siempre lo hacía cuando ella soltaba un piropo al azar, y luego hice un gesto a su bolsa para cambiar de tema.
—¿No vas a sacar tu lápiz y papel?
Asintiendo hacia su teléfono sobre la mesa de café, Santana respondió:
—Grabación de voz.
¿Ella estaba grabando nuestra conversación?
—Entonces será mejor sacudir mi agudo ingenio.
—Sólo bastarán los comentarios habituales.
Haciendo caso omiso de la leve insinuación de que no era ingeniosa, tomé otro bocado de pollo y gemí a su alrededor.
—Dios, esto es bueno.
—¿Sí?
—Es tan bueno.
—¿Te gusta eso, cariño?
—Oh, sí.
—¿Qué tan bueno es?
—Creo que este es el mejor que he tenido, en realidad.
—¿Así de bueno?
—Dios mío, sí. —El pollo estaba tan tierno y la salsa de naranja tenía ese equilibrio perfecto de dulce y amargo—. Mmm.
—Eso es correcto. Toma más, nena.
Había cerrado los ojos para saborear mi cena, pero ahora se abrieron de golpe para encontrar a Santana temblando en una risa silenciosa. Mis ojos se clavaron en su teléfono y yo mentalmente reproduje lo que acababa de decir y cómo sonaría en la grabación.
Haciendo una mueca, sostuve mi plato en una mano y le lancé un cojín del sofá con la otra.
—Muy graciosa.
Santana se reía en voz alta ahora, alejando el cojín, mientras sostenía su plato fuera de la trayectoria.
—Lo haces demasiado fácil.
—Eres una atrevida. —Golpeé su cadera con el pie—. Será mejor que lo borres.
Volvió a mirar a la pantalla, sin dejar de sonreír.
—De ninguna manera. Se quedará.
Resultó que Santana tenía razón. El actor niño bonito de verdad te hacía querer meter un bolígrafo en tu ojo.
—Eso fue horrible —opiné mientras ella quitaba el DVD del reproductor—. Pero supongo que no todas las películas pueden ser el Mago de Oz. —Mi película favorita—. O El Padrino. —La película favorita de Santana.
Su labio se alzó en las esquinas.
—¿Esa es tu opinión experta? Recuerda, estás siendo grabada.
—Esa es mi opinión experta. —Bostecé y recliné mi cabeza contra el sofá—. Armé algunas frases durante toda la película. Por la presente, tienes mi permiso para robarlas.
—Bueno, cuando se trata de las habilidades de actuación del niño interpretando al hermano moribundo del héroe creo que definitivamente voy a utilizar: “Se supone que morir es triste. Me siento tan triste como un virgen de secundaria en un hotel barato japonés con una prostituta y un fajo de billetes”.
Santana casi se había ahogado con un camarón cuando dije eso. Arrugué la nariz mientras ella me citaba.
—Realmente tengo que trabajar en mi edición. “Virgen con una prostituta”, habría sido suficiente.
—Y sin embargo no hubiera sido tan gracioso. Tus divagaciones son lo que te hacen graciosa.
—No divago.
—Divagas, nena.
Decidiendo dejarlo ir, le sonreí con cansancio.
—¿De verdad vas a escribir eso en tu reseña?
—¿Qué? ¿Que divagas?
Correspondí su torpeza deliberada con una expresión en blanco y ella negó con la cabeza, sus magníficos mechones suaves y oscuros balanceándose con el movimiento. Tenía el cabello más largo de lo normal, pero se veía bien. Realmente bien. Genial, incluso.
—Una gran cantidad de adolescentes leen la revista.
Mientras se ponía la chaqueta, me acomodé en el sofá y le entregué su celular.
—¿Tienes todo lo que necesitabas?
—Lo suficiente como para aniquilarlo con palabras. —Se inclinó y besó mi mejilla, el olor caliente y picante de su colonia reconfortándome—.Buenas noches, Britt.
Sonreí y di un paso atrás para dejarle pasar, a continuación, la seguí hasta la puerta.
—Gracias por la cena, y mi Rocky Road.
Santana me sonrió de nuevo.
—Gracias por las citas.
La puerta estaba casi cerrándose tras ella cuando de repente agarré la manija.
—Santana.
Girando en el segundo peldaño de mi escalera, levantó dos cejas cuestionadoras hacia mí.
Mirando su cabello, me encogí de hombros y me apoyé contra la puerta.
—No te cortes el cabello, ¿de acuerdo?
Su sonrisa fue lenta, descarada, y muy linda, por lo que traté absolutamente fingir no sentirla en mis olvidadas partes femeninas.
—Te gusta lo que ves, ¿verdad?
Riendo, me eché hacia atrás, preparándome para cerrar la puerta.
—Sólo ayudo a una compañera. Sé que te gusta verte lo mejor posible para las damas.
Casi había cerrado la puerta cuando ella dijo:
—Britt.
Me asomé hacia ella.
Sus ojos brillaban con picardía.
—No dejes de olvidar tu ropa interior roja mojada en el piso cuando tienes una sexy latina como yo alrededor. Nos gusta eso. Sólo ayudando a una compañera, ya sabes.
¿Qué?
Mis ojos salieron desorbitados de horror cuando me di vuelta para mirar alrededor de mi apartamento. Algo rojo llamó mi atención y la mortificación se hundió en mi interior. Mi sujetador de encaje y bragas estaban sobre el radiador, secándose.
¿Cómo no me di cuenta de esto?
—Mátame, mátame ahora —me lamenté, mis mejillas ardiendo de vergüenza mientras hacía una mueca al oír el sonido de la risa de Santana resonando por el hueco de la escalera.
Después de que cerrara mi puerta me puse a limpiar, disparando esporádicamente miradas letales a la ropa interior secándose, como si de alguna manera la culpa fuera de la ropa interior al estar enojada por el hecho de que Santana ahora supiera que tenía gusto por la ropa interior sexy.
Finalmente puse los ojos en blanco y me dije que me comprara un sentido del humor.
Mientras me desvestía en mi habitación, sacando mi pijama gris de la cómoda, alcancé a verme en el espejo. Llevaba mi conjunto de lencería verde esmeralda de satén favorito hoy. En el fondo de mi armario y en una caja de mimbre en mi armario, había mucho más de donde vino este. Me gustaba la ropa interior bonita, pero no me gustaba mirarme en ella. Simplemente me gustaba la sensación de ella.
Congelada, vi mi expresión con los ojos abiertos mientras daba una larga mirada en el espejo. Lo que vi me hizo querer encorvar los hombros otra vez. Lo que vi robó el buen humor en el que Santana me había puesto, y me recordó por qué nunca iba a terminar con un tipo como Sam Evans.
No es que fuera fea, lo sabía. Era sólo que cuando me miraba en el espejo no veía nada especial. Veía una cara plana, con la excepción de los pómulos altos que mamá me dio y los inusuales ojos azules de mi padre. Vi brazos flácidos. Odiaba esos brazos flácidos. Con mi metro setenta no era baja, pero no era lo suficientemente alta como para que mi altura luciera mis caderas cada vez más amplias, un trasero bastante enorme y un pequeño estómago redondeado. Por suerte no tenía una cintura gruesa, pero no podías decir lo mismo de esa pequeña bolsa en mi bajo vientre que se negaba a ser plana.
Después de perder a mi madre por el cáncer, sabía y creía que tener un cuerpo sano era mucho más importante que tener uno delgado y a la moda. Lo sabía.
Lo sabía.
Pero de alguna manera todavía no me sentía sexy o atractiva. Era más que frustrante, era doloroso, saber que estaba bien, pero sentir que estaba mal.
Entristecida de que yo, una inteligente, semi-divertida, loca, leal, y buena mujer, podía sentirme tan negativa sobre mí bajo toda la sonrisa y el humor, sentí el aguijón de las lágrimas en mis ojos. La forma en que me sentía por mi apariencia física era mala. Realmente mala.
Mis puños se apretaron a los costados mientras miraba mi figura corriente. Definitivamente haría Pilates por la mañana.
*****
El olor de la cena flotando en la habitación estaba causando una sobreproducción de saliva excesiva bajo mi lengua.
Después de tres días de dejar la comida que era mala para mí y dolorosamente soportar un DVD instructivo de Pilates, estaba más que lista para devorar un delicioso asado de domingo de Elodie Wilde.
—Juro por Dios que voy a roer un dedo —murmuré, examinando mi mano.
—¿Perdón? —preguntó Kitty distraídamente mientras miraba las fotografías de los arreglos florales que Quinn y Rachel habían elegido para su boda. Los arreglos habían sido seleccionados hace meses, como todo lo demás. Después de un comienzo desastroso con Kitty como planificadora de boda (no porque no pudiera hacerlo, sino porque ella y Rachel tenían unos gustos tan diferentes), Quinn se había hecho cargo de la organización de la boda y Rachel había ayudado con la toma de decisiones.
—¿Por qué estás mirando esas fotos? ¿Otra vez?
—Yo habría escogido las rosas.
—Bueno, yo voy a escoger los lirios —disparó Rachel desde el otro lado de la habitación, sentada en el brazo del sillón donde Quinn se relajaba. Ella estaba hablando de algo con Ryder. Clark estaba en el otro sillón junto a la televisión, consiguiendo de alguna manera corregir exámenes entre toda nuestra charla. Su hijo, Declan, un gleek de los ordenadores de doce años y medio, estaba acurrucado en el suelo con Cole, jugando con la Nintendo DS, mientras que Mick y Jake se sentaban en el otro extremo del sofá en el que Kitty y yo estábamos. Marley había desaparecido arriba con la medio hermana de dieciséis años de edad de Kitty, Hannah. Eran muy cercanas y tendían a desaparecer en la habitación de Hannah para charlar antes de la cena.
Kitty le sonrió a Rachel.
—Siguen siendo muy bonitos. Voy a ir con las rosas en mi boda.
—¿Te gustan las rosas, Ryder? —preguntó Rachel, sonriéndole con picardía a Kitty.
Ryder parpadeó cuando fue sacado de su discusión con Quinn.
—¿Perdona?
—¿Rosas? ¿Para tu boda? Kitty las quiere.
—Kitty puede tener lo que quiera.
Pareciendo un poco desconcertada, Rachel preguntó:
—¿No tienes nada que decir en esto?
Él frunció el ceño.
—Nop. Mi único trabajo es llegar y decir: “Sí, quiero”.
Rachel le hizo una mueca a Quinn, quien parecía estar tratando muy duro de no reírse.
—¿Cómo es que Ryder hace el trabajo que yo quería en nuestra boda?
La boca de Quinn se crispó.
—Podrías haber tenido ese trabajo. Me ofrecí a hacerlo todo yo misma.
—Pero… —Echó un vistazo de ella a Kitty y Ryder—. Hubo una clara manipulación emocional involucrada. Kitty no le está haciendo eso a Ryder.
Ahora Quinn estaba riéndose.
—¿Qué manipulación emocional? Creo que dije algo en la línea de: “Bueno, yo planearé la boda, entonces.” Nada más. Fuiste tú la que se puso toda sensiblera y agradecida y decidiste ayudar.
Las cejas de Rachel golpearon la línea de su cabello.
—¿Sensiblera?
—Uh-oh —murmuró Kitty en voz baja.
Yo sonreí con picardía y de forma intencional añadí más leña al fuego.
—Rachel, puedes llegar a ser un poco sensiblera. Intentas muy duro ocultarlo, pero a veces se te escapa.
—Uh-oh —murmuró Kitty—. Brittany tonta.
Me encogí de hombros, sonriendo, mientras esperaba la reacción de Rachel, lo que siempre garantizaba ser divertido.
En cambio, sólo se me quedó mirando, pareciendo incapaz de llegar a una respuesta. Finalmente, se dejó caer contra el brazo que Quinn había envuelto alrededor de su cintura.
—Yo no soy sensiblera —murmuró—. Soy cariñosa. Hay una diferencia.
—¿Cariñosa? —Ryder levantó una ceja con incredulidad.
Ahora ella parecía definitivamente ofendida.
—Puedo ser cariñosa. Quinn, díselo.
Su prometida le sonrió, y mi pecho hizo ese giro adolorido otra vez cuando ella se inclinó para darle un beso cariñoso en el hombro. Dios, quería lo que ellas tenían.
Rachel se volvió para mirar por encima de su hombro hacia ella.
—¿Eso ha sido una afirmación?
Quinn se rió en voz baja y miró a Ryder con intención.
—Rachel tiene su propio estilo de cariño.
La forma en la que lo dijo estaba llena de insinuaciones, y ella puso los ojos en blanco y se apartó de ella.
—Ahora estás siendo molesta. —Nos dio una mirada indignada e insistió—: Puedo ser cariñosa.
—Te creo —respondí, tratando de no reírme.
Ryder volvió rápidamente la conversación hacia lo que fuera que estaba discutiendo con Quinn mientras Rachel fingía ignorarlos sacando su teléfono y comprobando sus correos electrónicos.
Le di un codazo a Kitty.
—Entonces, ¿de qué crees que están hablando Hannah y Marley allá arriba?
Kitty miró hacia el techo y resopló.
—Hannah ha estado tranquila últimamente… sospecho que un chico está en escena. Ella luce como luce, y es muy graciosa, y sin embargo, ¿no ha tenido una cita todavía? —Kitty parecía incrédula—. No me parece correcto. Creo que ella nos está escondiendo un romance.
—Debes estar muriéndote por saberlo con seguridad.
—Oh, lo estoy. —Los ojos azul pálido de Kitty estaban muy abiertos por la curiosidad—. Pero lo más importante es que ella tenga alguien con quien hablar, incluso si no soy yo.
Fruncí el ceño al pensarlo.
—¿Por qué no eres tú?
—Creo que piensa que me quedaría atrapada en lo romántico del asunto y no le daría consejos reales. Hannah es más realista que yo. Creo que si se trata de un problema de chicos se sentirá más cómoda discutiéndolo con Marley. Ella tiene una perspectiva más práctica en estas cosas, mientras que yo podría ponerme un poco sobre-entusiasmada sobre todo eso. Quiero decir, el primer amor de mi hermanita… es enorme.
—Te estás muriendo absolutamente por saber qué es lo que le está pasando.
—¡Eh… sí! Me está matando.
—¡La cena! —llamó Elodie desde el comedor, y todos salimos disparados como si nos hubiésemos estado muriendo de hambre por días.
Nos metimos en el comedor, aspirando el aroma de la buena comida. Tan sólo hace tres meses, Elodie y Clark habían invertido en una mesa de comedor más grande, ya que sus cenas de los domingos había crecido rápidamente de tamaño desde la llegada de Rachel a sus vidas.
—¿El trabajo va bien? —me preguntó papá mientras nos acomodábamos en nuestras sillas una junto a la otra.
—Ujum —respondí distraídamente, sosteniendo el plato caliente de puré de patatas como si estuviera hecho de oro puro.
Papá resopló.
—Tienes un poquito de baba en la comisura de tu boca.
—No, no lo tengo. —Golpeé el puré en el plato con regocijo y le pasé el cuenco, entonces alcancé inmediatamente la salsa.
—¿Qué pasa con esos ojos hambrientos de dibujos animados que tienes? ¿No has estado comiendo bien?
—Estoy en una estúpida dieta —murmuré.
Sentí que papá se tensó a mi lado.
—¿Para qué diablos?
—Para torturarme. Soy masoquista ahora.
—Britt, ya sabes que no me gustan esas modas. No hay nada de malo en ti.
Oh, no. Probablemente, mi confesión sólo me había conseguido uno de los famosos viajes de compras comestibles de mi padre.
Cuando estaba en la universidad, él aparecía en los dormitorios de vez en cuando con bolsas de papel cargadas con comida, aunque yo no tenía dónde ponerlas.
—Tengo una nevera llena en casa, papá. Ni siquiera lo pienses.
—Hmm, ya veremos.
Tomé un buen bocado de puré untado con mantequilla y cerré los ojos con dulce alivio, diciendo:
—Tan bueno que ni siquiera me importa. —Excepto que lo dije con la boca llena de patatas, por lo que salió más como—: Mu muu uu mmmu mmm mmu.
—Mick, ¿va a ir Dee a la boda contigo? —preguntó Elodie desde el otro extremo de la mesa—. La última vez que hablamos, me dijiste que no estaba segura.
Miré a mi padre, queriendo saber la respuesta a esa pregunta también. Tenía que admitir que, aunque era una mujer adulta de veintiséis años hecha y derecha, todavía era raro ver a mi padre con alguien que no fuese mi madre.
Hace unos cuatro meses, papá comenzó a salir con Dee, una atractiva artista de unos treinta y tantos años. Papá había vuelto a abrir su empresa de pintura y decoración en Lima-Ohio: M. Pierce, y había contratado a Marley. Él ya se había construido una gran reputación y había contratado recientemente a dos chicos más para unirse a su equipo. Antes, cuando eran sólo él y Marley, tomaron un trabajo para esta joven pareja adinerada en Morningside quienes habían comprado su primera casa. Era una casa que necesitaba reparaciones. Allí se encontraron con Dee, una amiga de la pareja a la que le habían encargado pintar un mural de cuento de hadas en el cuarto de los niños. Papá y Dee se cayeron bien de forma inmediata. Ella era la primera mujer con la que había salido en serio desde que mamá murió.
Era muy consciente de que debía estar agradecida a Dee. Desde su aparición, papá tenía menos tiempo para preocuparse por mí, cosa que había hecho. Mucho.
Cuando decidimos establecernos en Lima-Ohio, decidí conseguir mi propio apartamento. Habíamos estado juntos durante mucho tiempo, y yo realmente necesitaba mi espacio. Amaba muchísimo a mi padre, pero a veces su preocupación me hacía sentir como que había algo malo en mí.
La añadidura de Dee era a la vez confusa y alentadora. Supongo que debía llegar a conocerla un poco mejor, ya que todo lo que sabía en ese momento era que no era para nada parecida a mi mamá. Mi madre había sido una belleza de cabello oscuro con pómulos afilados que insinuaban la herencia nativo-americana en su sangre. Su fantástica estructura ósea y su cabello oscuro fueron los únicos atributos físicos interesantes que me dio. De alguna manera, Dios despiadadamente no se había dignado a concederme la belleza de mi madre. Había sido su belleza la que había cautivado los ojos de mi padre en primer lugar, luego, su seco y a menudo retorcido sentido del humor, que heredé, y por último la calma a su alrededor. Mamá podía calmar cualquier habitación con sólo estar en ella. Era una persona relajada, increíblemente tranquila, y eso emanaba de ella a las personas a su alrededor. Era un don.
A pesar de sus defectos, sus desconsideradas decisiones de adolescente, mi madre era infaliblemente amable, compasiva y paciente, razón por la que había sido una gran enfermera. Había manejado su enfermedad con una gracia que siempre conseguía hacerme un nudo en la garganta cada vez que me permitía recordarla. Era una persona muy reservada, no demasiado confiada, pero no insegura o tímida. Sólo silenciosa. Innatamente atractiva. No se puede enseñar ese tipo de atractivo. Lo que yo debería saber con certeza porque estoy segura de que ella trató de enseñármelo y está claro que no adopté. No tenía la intención de tratar de intimidar a mi gleek interior por la oportunidad de ser atractiva. No, gracias. Yo y mi gleek interna éramos leales la una a la otra. Lo habíamos estado desde que tenía ocho años y mi madre me había dicho que estaba bien ser lo que yo eligiese ser.
Flashback
—Mamá, Arnie Welsh sigue llamándome gleek. Lo dice como si fuese algo malo. ¿Ser un friki es algo malo?
—Claro que no, Soda Pop. Y no hagas caso a las etiquetas. No importan.
—¿Qué son las etiquetas?
—Es una pegatina imaginaria que las personas pegan en ti con la palabra que ellos piensan que has escrito en ella. No importa lo que ellos piensen que eres. Importa lo que tú creas que eres.
—Creo que podría ser una gleek.
Ella se echó a reír.
—Entonces sé una gleek. Sólo haz lo que te haga feliz, Soda Pop, y yo seré feliz también.
Fin de flashback
Dios, la echaba de menos.
—Se suponía que Dee estaría visitando a unos familiares en el sur, pero lo ha cancelado, así que podrá ir a la boda. —La respuesta de mi padre a la pregunta de Elodie me trajo firmemente de vuelta al presente.
—Oh, eso es bueno. —Sonrió Elodie—. Realmente la necesito como respaldo para las bebidas. Y creo que podría tener otro trabajo para ella. Una mujer en el trabajo está buscando hacer un mural en su invernadero. Quiere convertirlo en una sala de juegos para sus nietos.
—Se lo diré.
—¿Vas a llevar una cita, Britt? —Me preguntó Clark casualmente, sinceramente sólo haciendo conversación.
Sin embargo, por alguna razón, la pregunta me aguijoneó. Estaba en un lugar extraño en mi largo período de soltería. Aun así, eso no era culpa de Clark. Pegando una brillante sonrisa, negué con la cabeza.
—Santana y yo decidimos renunciar a la molestia de las citas y sólo ir juntas.
Vi a Marley sonreír ante su pollo.
—No —le advertí en voz baja.
Ella levantó la vista hacia mí, sus ojos todos inocentes y saltones.
—No he dicho nada.
—Tu sonrisa lo ha dicho todo por ti.
—Simplemente creo que es bueno lo cercanas que Santana y tú se han vuelto.
Suspirando pesadamente, miré a Jake por ayuda, con la esperanza de que no estuviese de humor para burlarse de mí también.
—Jake, por favor, díselo.
Jake le deslizó a su prometida una sonrisa pesarosa.
—Nena, son sólo amigas. Déjalo ir. No va a suceder. Ni en un millón de años. Nunca. Jamás.
Ouch. Eso fue enfático.
—Santana es caliente. —De repente Hannah tomó la palabra, y cuando la miré vi a la bonita hermana de Kitty frunciéndome el ceño—. ¿Por qué no sales con ella? Quiero decir ella es muy, muy, muy caliente. Yo lo haría.
—Por favor, díganme que ella no acaba de decir eso —suplicó Ryder a la mesa, luciendo enfermo.
—Ella tiene un nombre. —Hannah levantó una imperiosa ceja hacia él.
Rachel parecía estar tratando de no ahogarse con la comida.
—Oh, sí que lo ha dicho.
—Me están sangrando los oídos. —Quinn miró a Rachel por ayuda—. Se sienten como que están sangrando. ¿Están sangrando?
Hannah puso los ojos en blanco.
—Tengo dieciséis, casi diecisiete años, tengo senos, un montón de hormonas, y encuentro a las chicas y chicos atractivos. Lidien con ello.
—Bueno, ahí va mi apetito. —Clark empujó su plato a un lado, con un aspecto tan abatido que sentí pena por él.
Al ver su expresión, y muy probablemente entendiéndolo mejor que nadie en la mesa, mi padre señaló con un dedo amonestador a Hannah.
—Eso fue cruel, Hannah Wilde.
En lugar de dejarse intimidar por papá, Hannah desató en su rostro una implacable, hermosa y fresca sonrisa que hizo que una risa baja se derramara de los labios de papá.
—Bueno —dijo Elodie con un suspiro—, ya que Hannah ha arruinado con éxito los apetitos de sus familiares, eso significa más postre para nosotras las chicas que si queremos comer. Tenemos pegajoso pudín de caramelo y helado.
—Oh… bueno… saben, me siento mucho mejor de repente. —Ryder le hizo un gesto a Quinn, cuyas mejillas se habían calentado ante la mención del postre—. Podría ir por un poco de pudín.
Quinn asintió solemnemente.
—Curiosamente, yo también.
Decidida a abastecerme de una buena comida antes de regresar a mis alimentos de dieta de vuelta en el piso, no estaba segura de querer compartir el pudín con mis amigos. No, no estaba segura en absoluto. Miré a Hannah y le pregunté maliciosamente:
—¿Qué era eso de los senos y las hormonas?
Última edición por _Claudia_100%fanGLEE_Bol el Miér Oct 28, 2015 7:28 pm, editado 1 vez
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
el grupo de amigos es muy divertido, me encanto el comentario de Hannah y aunque se que es muy pronto, muero por mas interaccion entre britt y san!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
holap,..
me gusta la amistad de san y britt por ahora,..
preparativo de boda,.. y san y britt en una boda juntas jajaj va a se divertido,..
britt y su manía de joder la cena,.. ya que ella esta adieta jajaj
nos vemos!!!
me gusta la amistad de san y britt por ahora,..
preparativo de boda,.. y san y britt en una boda juntas jajaj va a se divertido,..
britt y su manía de joder la cena,.. ya que ella esta adieta jajaj
nos vemos!!!
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Holahola! Me gusta la amistad de San y Britt$-$ y todo el grupo de amigos*-*
Saludos!
Saludos!
Susii********-*- - Mensajes : 902
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
muy bueno muuy bueno cuando comienzan las lecciones de santana y porsupuesto sus celos . uhhhhh
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Es muy buena historia!! Quisiera saber como reaccionaria San si Britt saliera con Sam??
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
micky morales escribió:el grupo de amigos es muy divertido, me encanto el comentario de Hannah y aunque se que es muy pronto, muero por mas interaccion entre britt y san!!!!
uhhh.....las cosas entre ellas se pondran "interesantes" cuando empiecen sus lecciones
3:) escribió:holap,..
me gusta la amistad de san y britt por ahora,..
preparativo de boda,.. y san y britt en una boda juntas jajaj va a se divertido,..
britt y su manía de joder la cena,.. ya que ella esta adieta jajaj
nos vemos!!!
mmmmmm........claro que ir a esa boda dara lugar en cierta forma a que empiecen sus "lecciones"
Susii escribió:Holahola! Me gusta la amistad de San y Britt$-$ y todo el grupo de amigos*-*
Saludos!
ahhh......el valor de una buena amistad es invaluable
marthagr81@yahoo.es escribió:muy bueno muuy bueno cuando comienzan las lecciones de santana y porsupuesto sus celos . uhhhhh
jejejeje .........por supuesto que las lecciones daran sus frutos (en especial con ellas mismas)
monica.santander escribió:Es muy buena historia!! Quisiera saber como reaccionaria San si Britt saliera con Sam??
Saludos
cuando San tenga y vea delante suyo esa posibilidad hara todo porque Britt solo vuelva a ella
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenos dias a todas/os………. jejejeje , debo decir en mi defensa que yo también aborrezco a Sam
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=Wy9ysXnoGC4
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 5
The Proclaimers me cantaban a todo pulmón que caminarían quinientas millas y luego quinientas más sólo para ser la persona que cayera a mi puerta. Francamente, estaba conmovida.
—¿Ves? —Gesticulé ampliamente—. ¡Esos justo ahí son dos hombres que saben de qué va todo esto!
Santana tomó mis caderas mientras tropezaba un poco contra la mesa. Su bello rostro se veía medio borroso, pero aun así pude distinguir su sonrisa.
—¿Y de qué va todo esto?
Descansé mis manos en sus hombros e incliné mi cabeza hacia ella.
—Amor, Santana. De eso va todo. De eso se trata absolutamente todo. —Me encogí de hombros, triste y, sí, muy ebriamente—. Lo que significa que tengo un montón de nada.
—Uh-oh. La ebria alegre se ha transformado en la ebria molesta. Creo que es hora de que te llevemos a casa, nena. —Se puso de pie, llevándome con ella.
—¿Qué hay de la chica en el bar? —Me tropecé contra ella, por lo que envolvió sus brazos a mí alrededor, sosteniéndome firmemente.
Después de besar mi nariz, Santana se apartó y me dio un apretón.
—Puedo tener sexo en cualquier momento, cariño. Ahora mismo, me aseguraré de que llegues a casa a salvo.
—¿Cómo lo haces, Santana? —pregunté en un suspiro, la recepción un borrón de sonidos y colores detrás de mí.
—¿Hacer qué?
—Tener sexo todo el tiempo.
—¿A qué te refieres?
—Tú sólo… —Hice un gesto hacia el bar, pero en lugar de eso, la golpeé en la barbilla—. Uups, lo siento. Siempre consigues números. No sé cómo hablarle a una persona que me interesa, mucho menos conseguir sus números. O tener sexo. Se-e-e-exo.
—¿Quién tendrá sexo?
Me giré y casi golpeo a Rachel en la cara con mi brazo volador, pero ella se alejó a tiempo.
—¡Buenos reflejos, linda! —Le sonreí estúpidamente.
Rachel rió, volviéndose formas y giros frente a mí.
—Santana, creo que es hora de que lleves a mi dama de honor a casa, ¿quieres?
—Estoy en eso.
—¡Fue una boda tan hermosa, Rachel! —Arrojé mis brazos a su alrededor y la apreté firmemente—. ¡Pero no conseguí acostarme con alguien!
Su cuerpo tembló de risa mientras gentilmente se desprendía de mi agarre.
—Bueno, eso no parece bueno en absoluto. Las chicas y hombres en mi boda deben estar ciegos.
—Aww —dije, imitando a mi padre—, ¡sólo lo estás diciendo por decir! —La empujé juguetonamente pero obviamente más fuerte de lo que pretendí, porque se tropezó hacia atrás, riéndose de mí.
—Santana, haz que tome mucha agua antes de ponerla en la cama.
Su cuerpo cálido se presionó contra mi espalda.
—Cuidaré de ella, no te preocupes.
—Amiga… —Giré mi cuello para mirarla a la cara—, antes tienes que enseñarme a cómo tener sexo.
******
Nueve horas antes....
Un guitarrista y violinista tocaban una versión instrumental de la canción de Paul Weller “You Do Something to Me” mientras caminaba hacia el altar. Le envíe una sonrisa alentadora a Quinn, quien se veía alta y guapísima en su vestido.
Ryder, Clark y Declan usaban la llamada chaqueta Prince Charlie gris y chalecos a juegos de tres botones. Sus corbatas de seda color champagne estaban elegantemente anudadas contra sus camisas gris oscuro. Se veían fantásticos.
Quinn me sonrió de vuelta, sin un atisbo de nervios a la vista. Sonriendo a Ryder, quien estaba junto a Quinn como el padrino, tomé mi lugar al otro lado del altar junto a Hannah, Marley, Rhian y Kitty.
La música pareció flotar mientras Rachel llegaba a la mitad del camino, sosteniéndose de Clark, quien se había sentido honrado de entregarla, a medida que los ojos de ella se fijaban en Quinn. Estaba hermosa, y cuando moví mi mirada de ella para posarla en su futura esposa, casi me desmayo allí mismo por la mirada en sus ojos.
Guau.
¿Existía alguna persona más enamorada que Quinn Fabray?
Observaba a Rachel en su vestido marfil y blanco, como si ella fuera la única cosa en el mundo que podía o importaría en toda su vida. Contuve el aliento, sintiendo mi nariz picar con entupidas emociones de chica.
Miré a Kitty, quien tenía lágrimas cayendo por sus mejillas, y ello me hizo sentir mucho mejor. Sonriéndole, la vi sorber, sus mejillas sonrosándose.
Rhian, la amiga de la universidad de Rachel, quien era de pocos pelos en la lengua y, honestamente, algo brusca, me sorprendió al tomar la mano de Kitty y darle un apretón alentador.
Todas usábamos vestidos de seda color champagne hasta el piso. El vestido no tenía mangas, sólo tiras gruesas y un escote corazón que se drapeaba en la tela, y que se ajustaba en la cintura, cayendo luego en una cascada al piso sin abrazar demasiado al cuerpo. Era un diseño con clase, y a todas nos lucía bien, incluso a Hannah, quien se veía muy adulta, alzándose a tres centímetros sobre mí aunque ambas usábamos los mismos tacones.
El vestido de Rachel era simple elegancia. No tenía mangas, con un escote tipo corazón, y la parte superior del mismo tenía cuentas de cristal y encaje. La más fina seda de chiflón blanco envolvía su cuerpo en un apretado drapeado, alrededor de la cintura diminuta de Rachel. Desde sus caderas, las capas de chiflón irradiaban reflejos de plata que caían al piso, flotando a su alrededor, no muy infladas, y no muy rectas. Simplemente perfectas. Usaba su cabello en un moño recogido casi estilo griego de suaves rizos y trenzas francesas sueltas.
Cuando Rachel llegó a Quinn, su sonrisa era trémula y vulnerable, de un modo que nunca había visto antes. Presionó un beso en la mejilla de Clark y le murmuró algo mientras él deslizaba su mano a la de Quinn.
Quinn asintió a Clark y luego su enfoque regresó de nuevo a su novia, su gran mano envolviendo la de ella mientras la atraía a su lado, ignorando a su audiencia.
Le susurró algo y ella lo hizo de vuelta. Lo que sea que le dijo la hizo reír e inclinarse para presionar un beso en sus labios. Por unos segundos sólo se quedó ahí, murmurando palabras secretas contra su boca.
El ministro tuvo que aclarar su garganta para llamar su atención y así poder comenzar la ceremonia, y los invitados rieron en sus bancos de madera.
La música se detuvo y la ceremonia comenzó. No podía apartar mis ojos de Rachel y Quinn, y me sorprendería que alguien más pudiera hacerlo. Por supuesto, era su boda, y la mayoría de la gente estaría enfocada en las novias, pero había algo en el modo en que estaban juntas que te llevaba a otro lugar.
Era épico lo que tenían.
Todos deberían tener lo que ellos tenían.
—¿Te recuperaste de los discursos? —le pregunté a Rachel cuando se acercó a nuestra mesa. Los discursos y la cena habían terminado. Ryder nos había hecho reír a todos con su discurso de padrino, manteniéndolo divertido y real y nada sentimental. Clark fue totalmente apropiado y dio un discurso en nombre del padre de Rachel, pero fue sentimental, y muy amable y compasivo, y cuando Rachel bajó la cabeza para luchar contra las lágrimas y Quinn apretó su nuca para tranquilizarla, no creo haber sido la única mujer con lágrimas en sus ojos.
Finalmente Quinn se puso de pie y dio su discurso y, bueno, si alguna mujer o chico en la habitación no terminó enamorándose de ella un poco, entonces mi nombre no era Brittany Pierce.
Rachel se veía radiante, y absolutamente relajada.
—Casi —dijo respondiendo mi pregunta sobre los discursos—. Siento que el discurso de Quinn será su tarjeta de “Sal Libre de la Cárcel” por lo menos por el primer año de nuestro matrimonio.
—Fue un buen discurso.
—Dímelo a mí. —Sonrió, su mirada volviéndose introspectiva de un modo que me hizo sospechar que tenía pensamientos traviesos sobre su esposa.
—Así que, ¿cómo se siente? —preguntó Marley, sus ojos brillando mientras inconscientemente frotaba su propio anillo de compromiso—. ¿Llamar a alguien esposa?
—Raro —respondió Rachel abruptamente. Santana resopló y Jake rió.
—¿Así la llamas?
Ella se encogió de hombros.
—Es la primera palabra que se me vino a la mente.
Yo reí ahora también.
—¿Ni “genial”, ni “maravilloso”, ni “correcto”? Sólo “raro”.
—“Raro” definitivamente gana.
—El matrimonio para mí ya es raro. Es bueno saberlo. —Quinn se detuvo detrás de su esposa, una sonrisa irónica en las esquinas de su boca.
—Bueno, yo no querría normalidad —replicó Rachel. Di un afilado asentimiento.
—Estoy de acuerdo. Lo normal es aburrido.
—Cómo si fueras a saberlo. —Me sonrió Santana—. No reconocerías lo normal aunque te mordiera en el trasero.
—Oh, ¿y tú sí?
—Yo no dije que no fuera raro. Sólo soy mejor ocultándolo que tú.
—¿Por qué habría de ocultarlo? —pregunté al grupo, mi expresión atónita—. Soy increíble.
—Nadie lo discutiría. —Los ojos de Santana brillaron con asombro. Rachel rió.
—Si nos disculpan, tenemos más rondas que hacer.
Nos despedimos de Rachel y Quinn, y nos acomodamos en conversaciones al azar.
—Hola. —Papá se acercó, viéndose apuesto con su traje gris oscuro. Su brazo estaba envuelto firmemente alrededor de la curvilínea cintura de Dee. Ella se veía espectacular en un suave vestido maxi color azul claro, su largo cabello rubio cayendo en ondas sobre sus hombros—. Dee y yo vamos a ir a bailar. ¿Les interesa unirse a nosotros?
—Tal vez en un rato —respondió Marley, con sus ojos suaves mientras miraba a la pareja mayor. Su expresión decía que estaba feliz de que mi padre hubiera encontrado a Dee, y cuando asimilé lo relajado que él estaba, supe con certeza que yo lo estaba también.
—Diviértanse —dije, y les sonreí. Dee me sonrió.
—Te ves hermosa, Brittany. —Sus ojos recorrieron la mesa—. Todos ustedes lo hacen.
—Bueno, tú también —contesté, e inmediatamente sonreí felizmente bajo la sonrisa de aprobación de mi padre.
Los vi caminar a la pista de baile, sintiendo que algo cambiaba dentro de mí.
No mucho tiempo después, Cole decidió reducir su aburrimiento buscando la compañía de Hanna y Dec, y Marley y Jake se pararon para encontrar a Kitty y Ryder.
—¿Quieres otro trago? —Santana hizo un gesto hacia mi copa vacía de champagne.
—Sí. Cerveza.
—Entendido.
La vi caminar a través de la multitud de la recepción nupcial, tan a gusto consigo misma. Se había quitado la chaqueta, quedándose con su precioso vestido rojo. Podía ver a la mayoría de las mujeres siguiéndola con sus ojos, así que no estuve sorprendida cuando una hermosa mujer joven en un vestido corto a la medida de color azul claro se presionó a su lado en el bar y se presentó.
Tuve que esperar veinte minutos por mi cerveza.
Si tuviera la confianza de Santana no habría tenido que esperar veinte minutos por una cerveza. Podría haberme acercado a una chica o chico atractivo, comenzar a coquetear, y me habrían conseguido una. Si pudiera creer en mí misma como sabía que debería, podría levantar mi trasero y hacer precisamente eso.
De hecho, iba a hacerlo.
Busqué en la habitación por personas atractivas y fingí no poder encontrar ninguna.
Hundí la espalda contra el asiento, me di patadas mentalmente en la espinilla, una vez más frustrada conmigo misma.
Después de que Santana terminara de coquetear atrevidamente, volvió a la mesa y arrastró su silla junto a la mía mientras me entregaba mi cerveza.
—Ella era atractiva —opiné.
El lado izquierdo de la boca de Santana se levantó, su hoyuelo me parpadeó.
—Siento haber tardado tanto tiempo.
—¿Conseguiste su número al menos? ¿O sólo una promesa para enrollarse al final de la noche?
Su mirada decía: ¿Qué crees tú?
Nos sentamos en silencio durante un momento, mirando alrededor de la habitación a todos los invitados. A penas conocía a algunos de ellos.
—¿Qué preferirías? —Santana se volvió hacia mí de repente para entablar una conversación—. ¿Estar perpetuamente atascada en la recepción de la boda de alguien más o en el velorio de alguien que no conoces tan bien?
Reflexioné sobre esto.
—¿Conozco bien a la persona de quien es la boda?
—No.
—¿La recepción y el velorio son dentro o fuera?
Santana tomó un sorbo de cerveza.
—¿Es esto un problema de tiempo?
—Sí.
—Vamos a proporcionar igualdad de condiciones a ambos. Dentro.
Me di vuelta poco a poco hacia ella, lista para darle una respuesta.
—Muy bien, voy a ir por el velorio. En la boda tendría que fingir ser feliz continuamente, y es mucho más agotador fingir felicidad que fingir tristeza. Además, no conozco a las personas de la boda muy bien, así que no voy a conocer a muchos de los invitados tampoco. En una recepción de boda eso es incómodo. Por otra parte, hablamos de una perpetua banda sonora de música cursi, por lo que hablamos de una migraña perpetua. No gracias. En el velorio de alguien que no conozco puedo al menos pasar parte de la eternidad escuchando las historias sobre la persona de cada uno de los invitados. Quién sabe, tal vez el fallecido era un aventurero increíble que vivió hasta la gran edad de los cien. Hablamos de muchas historias que de seguro serán interesantes. No habría música horrible. Podría ser miserable si quisiera, pero si no pudiera fingir miseria entonces nadie me culparía ya que no conocía al fallecido tan bien. Por lo general hay un bufet en un velorio, así que tengo más probabilidades de encontrar algo que comer que de hecho va a gustarme. Además, la muerte siempre hace que las personas actúen raro, así que podría haber alguien caliente y afligido que quiera tener sexo arriba en el baño conmigo. En eso pasaría el tiempo.
Santana había estado sentada con su cerveza congelada en sus labios todo el tiempo que había estado hablando, sus ojos ligeramente abiertos de par en par mientras divagaba mi explicación. Finalmente dijo:
—Pensaste bastante en eso.
Me encogí de hombros.
—Tienes que pensarlo bien cuando se habla del para siempre.
—Buen punto.
—Entonces, ¿qué elegirías?
—La boda.
Arrugué la nariz.
—¿Por qué?
Su sonrisa era engreída mientras sus ojos revisaban la habitación. Su mirada se detuvo en la chica del vestido azul.
—Porque siempre hay mujeres sintiéndose triste de ser solteras, y están más que felices de acabar con esa tristeza con el primer hombre elegible en los alrededores.
—Eres vil.
—Oye, no soy la que está planeando aprovecharse de un pariente en duelo por sexo en el baño en un velorio.
—Sí, bueno, al menos tendría el baño para ir a hacerlo. ¿Dónde diablos llevaras a esas tristes y solitarias mujeres si estás atascado en la recepción?
—Creo que el baño podría funcionar para mí también.
—¿Un baño público? —Le arqueé una ceja—. ¿Has hecho eso antes?
—No hagas preguntas de las que no quieres una respuesta.
—Oh, quiero la respuesta —contesté, mirándola con curiosidad. Santana me ignoró, mirando la pista de baile.
—¿Quieres bailar?
Con un suspiro de decepción interno, la excusé y sacudí mi cerveza hacia ella.
—Consigue un poco más de estas para mí y entonces tal vez.
Sonriendo, se levantó.
—Vuelvo enseguida.
**********
De repente la habitación se movió y el suave colchón de mi cama estaba bajo mi espalda, el techo de mi habitación en mi línea de visión. Un toque de plumas en mis pies me hizo empujarme hacia arriba en mis codos y vi a Santana quitándome los zapatos. Después de casi tumbar a Rachel con una grave falta de coordinación, Santana había sido fiel a su palabra y había metido mi borracho trasero en un taxi y prácticamente me cargó por las escaleras hacia mi piso.
—No he tenido sexo en siete años —dejé escapar, sin importar si Santana sabía este embarazoso hecho sobre mí.
Su cabeza se alzó de golpe ante mi confesión mientras quitaba mi zapato derecho.
—¿Estás bromeando?
Sacudí la cabeza, haciendo un pequeño mohín.
—¿Siete años?
—Siete años. Sólo me he acostado con un chico, Santana, una vez. Fue horrible. Yo fui horrible. Soy fatal en el sexo, no puedo coquetear. Soy una perdedora. —Sentí las lágrimas picar en mis ojos y me dejé caer hacia atrás contra la almohada.
Santana terminó la tarea de quitarme el otro zapato. Sentí la cama hundirse a mi lado cuando ella se sentó.
—Ven aquí. —Me levantó y me derretí en sus brazos, su barbilla apoyada suavemente en mi cabeza. Sus cálidas manos frotaron mi espalda con dulzura y en respuesta mis lágrimas de borracha cayeron en silencio.
—No eres una perdedora —me dijo con voz ronca—. Nunca podrías ser una perdedora, Britt, y no quiero escucharte llamarte a ti misma perdedora de nuevo.
—Está bien —murmuré.
Nos sentamos en silencio por un rato y luego decidí que ya que ella sabía tanto bien podría saberlo todo.
—Ya sabes que soy “bicuriosa”. Hay un chico en la biblioteca. Un estudiante. De postgrado. Me gusta, pero sueno como Rain Man cada vez que intento hablar con él.
Santana hizo un sonido ahogado en el fondo de su garganta.
—¿Te estás riendo?
Se la aclaró y respondió con voz temblorosa.
—Nunca.
Por supuesto que se estaba riendo.
—No es gracioso —le dije con gravedad y retiré con poca energía sus brazos, para caer hacia atrás contra mi almohada, mis ojos finalmente a la deriva hasta cerrarse—. Voy a morir sola, Santana.
Y mientras la inconsciencia me empujaba hacia ella, creí escucharle susurrar:
—No bajo mi custodia, nena.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 6
¿Cómo se me habían pegado las bolas de algodón a la boca?
Relamiéndome los labios, empujé la lengua contra los dientes e intenté librarme de la sequedad. Tan pronto como mis labios se separaron, mi cabeza volvió a caer contra la almohada y el dolor se disparó a través de mi frente, alrededor de mi sien y por la parte posterior de mi cráneo.
Mi aliento no olía bien.
Mientras valientemente forzaba mis piernas a moverse, el dolor y la oleada nauseosa que se elevó desde mi estómago fueron sólo dos piezas más que señalaban a una única conclusión:
No tenía sólo una resaca. Tenía la gran jodida resaca.
Ugghhhhhh. Gimiendo, me giré hacia un lado y gentilmente rogué que se abrieran mis ojos. La esperanza era que yo hubiera sido lo suficientemente inteligente ayer por la noche como para haber dejado un vaso de agua junto a mi cama antes de haberme desmayado. Tan pronto como mis ojos se encontraron con el vaso supe que lo inteligente habría sido dejar una jarra de agua junto a la cama. Ya había vaciado el vaso.
Durante algunos minutos alterné la mirada entre el vaso y la puerta de mi habitación, esperando un milagro cada vez que mis ojos se enfocaban de nuevo en mi mesita de noche.
Pero no. Parecía que tendría que levantarme, y conseguir mi propia bebida. Me arrastré hasta sentarme, con lo que la habitación repentinamente giró, y con el giro un recuerdo estalló en mi cabeza, golpeándome de vuelta contra el cabecero.
Santana trayéndome a casa y metiéndome en la cama.
Ese recuerdo fue como una llave desbloqueando el resto, y mientras todo lo que había dicho fluía de vuelta con pelos y señales, mis mejillas ardieron con mortificación. Agarré mi teléfono esperando encontrar algo que probara que mi cerebro estaba inventándose todos esos recuerdos, pero sólo encontré un par de mensajes de Marley y Kitty, preguntándome si había vuelto a casa bien.
Cerré de golpe el teléfono sobre mi mesita de noche y entonces me estremecí de dolor por el ruido.
Cielos….
Le había admitido a Santana que no había tenido sexo en siete años, que sólo lo había hecho una vez, que había sido fatal, y que tenía un enorme enamoramiento con el Chico de la Biblioteca.
—Eres. Una. Idiota, Brittany Pierce. Idio. Ta. —Miré hacia el techo y sentí el pinchazo de las lágrimas en mis ojos. Le dije a Santana algo que no le había dicho a nadie. Con mi trasero borracho, había derramado mis entrañas sobre la rompecorazones más grande que jamás había conocido. Ahora cada vez que la viera, recordaría cómo me había desnudado ante ella.
Era una herida andante y le había dado a Santana López completo acceso para lanzarme sal y cualquier otra cosa que quisiera.
Apretando los ojos, ignoré las lágrimas calientes bajando por mis mejillas y traté de asegurarme la lealtad de Santana. Incluso aunque me hubiera expuesto completamente, todo lo que tenía que hacer era hablar con ella y hacerle prometer que no se lo diría a nadie, o que hablara sobre ello. Nunca más.
Era Santana. Era mi amiga. Mi buena amiga. Podía contar con ella para simplemente dejar esto detrás de nosotras.
El timbre de mi apartamento cortó a través de mi cráneo y gemí, enterrando la cara en la almohada. Después de algunos minutos mi teléfono sonó.
A ciegas, alcancé el móvil, lo abrí, y lo puse contra mi oreja.
—¿Qué? —pregunté en mi almohada, por lo que fue más un gruñido que una palabra.
—Abre la puerta —demandó Santana suavemente y después colgó.
El calor subió a mis mejillas de nuevo. Había pensado que al menos tendría la oportunidad de estar sobria y, ya sabes, limpia, cuando la enfrentara de nuevo. Aún en mi vestido de dama de honor, rodé por la cama, me caí, y luego encontré mi camino sobre mis pies desgarbados. Santana empezó a hacer sonar el timbre de nuevo y juro por Dios que el sonido me estaba haciendo vomitar la deliciosa cena que había tenido en la recepción de Rachel y Quinn.
—¡Muy bien! —grité mientras tomaba el intercomunicador de la entrada y presionaba el botón para dejarla entrar.
Para evitar la irritación de escuchar más golpes, aparté el cabello de mi cara y abrí torpemente la puerta, escuchando los pasos de Santana a través del hueco de la escalera mientras la abría. Vi su rostro aparecer a través de las hebras rubias de mi cabello salvaje.
—Pareces cansada y agotada —observó alegremente, pareciendo demasiado sobria y feliz para alguien que había estado bebiendo la noche anterior.
Con la piel picando con vergüenza, le gruñí. Ella levantó una bolsa.
—Te he traído aspirinas, zumo energético y donas.
Debí haberme vuelto verde, porque suspiró, pasó por delante de mí a la cocina y me advirtió:
—Tienes que comer algo.
Gruñí otra vez y me volví al baño. Al ver a la mujer con cabello de loca, pegotes de rímel alrededor de los ojos, pastosa palidez y manchas de pintalabios alrededor de la boca, di un pequeño chillido.
—¿Estás bien? —preguntó Santana con cautela.
Mis dedos temblaban por la resaca mientras me inclinaba sobre el lavabo.
—Parezco la Novia de Frankenstein con una resaca masiva.
—Yo también tendría resaca si tuviera que follarme a Frankenstein.
A pesar de mí misma me reí y luego gemí cuando el sonido pasó a través de mi coco, como mi padre lo llamaba. Tomé un par de respiraciones profundas y luego luché a través de los temblores de la resaca y las náuseas para lavarme rápidamente, cepillarme los dientes, peinar el cabello fuera de mi cara, y cambiarme de ropa por unos pantalones y una camiseta.
Santana me sonrió desde detrás de la mesa de la cocina mientras me acercaba.
—Ahí estás.
Incapaz de encontrarme con su mirada, bajé los ojos al vaso de zumo de naranja, la botella de bebida energética, la aspirina y las donas que me había traído. Murmurando mi agradecimiento, me tragué la aspirina y senté mi trasero sobre un taburete para tragarme mi dona. Después de cinco minutos de completo silencio, Santana finalmente se inclinó sobre el mostrador y forzó que mis ojos encontraran los suyos levantando mi barbilla.
Todo lo de la noche anterior pasó entre nosotras.
—Por favor —susurré, con mis labios temblando mientras luchaba contra las lágrimas y la vulnerabilidad—. Por favor, no se lo digas a nadie, Santana.
Sus ojos oscuros se abrieron un poco.
—¿Así que es cierto?
En lugar de responder, mi mirada se agudizó. Santana suspiró.
—¿A quién se lo voy a decir?
—Santana.
Levantó las manos en un gesto de rendición.
—Te lo prometo, está bien.
Volví a masticar mi dona, mi piel ardiendo por la atención de Santana.
—¿Cómo puede ser posible, Britt? Eres una mujer atractiva y extrovertida…¿Cómo…? —Parecía estupefacta. Honestamente, eso era un poco agradable. Halagador.
Lo cual era probablemente la razón por la que pude mirarla a los ojos mientras respondía:
—Siempre he sido tímida alrededor de las personas que me atraen, pero más que eso, no estaba realmente en el juego. Nunca lo he estado. Mi madre estaba enferma cuando era adolescente. Cuando las otras adolescentes estaban experimentando con los chicos y los besos, las citas y el sexo, yo estaba ocupada encargándome de mi madre. Entonces, ella se enfermó de nuevo mientras estaba en la universidad. —Mis ojos ardían en los suyos—. Tú lo sabes, Santana.
Y ella lo sabía.
Un excéntrico sentido del humor y un gleek interno no eran las únicas cosas que nos habían unido a Santana y a mí inicialmente. Nos unió una tercera cosa: la Gran C.
Cuando yo perdí a mi madre, Santana perdió a su amor de la infancia por el linfoma (cáncer). Tenían sólo dieciocho cuando ella murió.
No mucha gente sabía eso de Santana, y tenía la sensación de que yo era una de las pocas privilegiadas que había conseguido toda la historia. Eso explicaba mucho de ella.
—Eso te consume —susurré—. No te preocupas por nada más. Nada más importaba excepto pasar cada segundo que podía con ella.
Tragó saliva con fuerza, dejando caer sus ojos sobre la mesa.
—Lo entiendo, Britt.
—En el momento en que dejé la universidad estaba, estoy, limitada por mi inseguridad. —Aparté la mirada—. Tener tan poca experiencia… ha destrozado un poco la confianza que podría haber tenido.
Estuvimos en silencio un momento mientras Santana parecía procesar esto. Finalmente giró mi cara otra vez, así que tuve que mirarla a los ojos. Encontré su expresión solemne y pensativa.
—Estuviste realmente triste anoche, Britt. Te conozco por aproximadamente un año y tú me conoces probablemente mejor que la mayoría de la gente, y aun así, anoche sentí como si estuviera viendo una enorme parte de ti que habías escondido de mí. De todo el mundo.
Las lágrimas llenaron mis ojos, mi garganta ardiendo mientras trataba de contenerlas.
—No quiero ser una persona que se mira en el espejo y odia lo que ve, o una persona que se queja sobre cómo no puede interactuar con una persona el tiempo suficiente para conseguir una cita. No es una buena persona para ser, Santana. Sólo quiero ser como todos los demás. Tener una relación con alguien. Pero no puedo. Es patético. Pero al menos no soy lo suficientemente patética como para quejarme sobre ello.
—No es patético —espetó, con los ojos brillantes—. Britt, has pasado por mucho. No puedes esperar ser normal. Y al infierno con lo normal. Lo normal es aburrido. Y tú, cariño, eres todo excepto normal.
Sonreí débilmente, agradecida de que estuviera intentando animarme, pero sin sentirme realmente animada.
—¿Y este chico? —continuó Santana con brusquedad y ¿celos?—. Este chico de la biblioteca. ¿Te gusta?
Asintiendo, enterré la cabeza en mis manos y gemí por mi situación confusa.
—Sí, me gusta.
Santana contempló esto, y cuando parecía que no iba a decir nada, levanté la cabeza de mis manos y la miré interrogativamente. Me sonrió.
—¿Qué?
—Tú estás cerca de no tener experiencia, y yo tengo mucha.
Mi boca se torció con disgusto.
—En realidad no es un buen momento para presumir de eso, Santana Marie López.
Me sonrió.
—No estoy presumiendo, estoy ayudando.
—¿Ayudando?
—Ayudándote.
—¿Ayudándome cómo?
—Ayudándote a tener sexo.
Mis mejillas se pusieron aún más calientes.
—Uh… ¿qué?
Pareciendo bastante contenta consigo misma, Santana se apoyó en el mostrador, cruzando un tobillo sobre el otro y los brazos sobre su pecho.
—Conozco el sexo. Tú no. Te voy a enseñar.
Sintiendo una oleada de… algo… me sonrojé hasta las raíces.
—¿Cómo es… Cómo esto…?
—Primero, trabajamos en tu confianza. Después trabajamos en tu flirteo. Llegaremos a un punto dónde sientas la suficiente confianza para acercarte a ese chico que te gusta y lo invites a salir.
Mi corazón latió a toda marcha con el pensamiento.
—Creo que no entiendes la magnitud de mi ineptitud hacia quienes me interesan.
—Bueno, esa es la actitud equivocada para empezar. —Sacudió la cabeza y se inclinó, con las palmas hacia abajo, sobre el mostrador, con nuestros rostros tan juntos que nuestras narices casi se estaban tocando—. Puede que no haga lo de las flores, chocolates y todo eso con las mujeres con las que salgo, pero eres mi amiga, y me considero la clase de persona a la que una amiga siempre puede recurrir. Los amigos y amigas son importantes para mí, Britt. Y anoche una amiga lloró en mis brazos y me dijo que era infeliz. —Acarició mi mejilla afectuosamente—. Te mereces felicidad, nena. ¿Qué hay de malo en dejar que te ayude a obtenerla?
—Santana —susurré con voz ronca, con la garganta obstruida por la emoción. Eso estuvo bastante bien ya que estaba a segundos de estallar en lágrimas.
—Vamos a ir paso por paso. Empezaremos por tratar de averiguar por qué no te sientes lo suficientemente segura para hablar con las personas que te atraen.
Asentí, y luego hice una mueca cuando el movimiento provocó un fuerte golpe de dolor a través de mi cabeza.
—Pero no hoy, ¿verdad? Porque podría vomitar sobre ti.
Sonrió y se enderezó en toda su estatura.
—Sexy. Pero no. Sin embargo, prepárate. —Me guiñó un ojo mientras tomaba su chaqueta y se preparaba para irse—. Las clases empiezan mañana.
Mi mente estaba zumbando por el giro que la conversación había tomado, por lo que no fue hasta que estaba casi saliendo por la puerta que no me di cuenta de lo que estaba ofreciendo.
—Santana.
Paró, con la mano sobre el pomo de la puerta.
—¿Sí?
Mi sonrisa fue lenta pero llena de aprecio.
—Gracias.
Santana sonrió y abrió la puerta.
—Lo que sea por ti, nena.
********
Durante todo el trabajo había sido un desastre nervioso, yendo toda despistada como resultado del segundo día de mi resaca épica. Angus fue simpático y me dejó pasar la mayor parte del día en la oficina trasera haciendo trabajo administrativo, pero eso no me detuvo de estropearlo, y más temprano que tarde, la simpatía se desvaneció. Al agregar HTML a la página web de la biblioteca, me di cuenta de que los nuevos módulos estudiantiles eran incorrectos. Ya teníamos módulos en el primer piso, donde grandes grupos podían sentarse en una habitación y usar el ordenador para trabajar juntos en proyectos y tutoriales. Módulos adicionales se habían establecido en el segundo piso, y éstos admitían a menos personas. Así lo explicaba la página principal, y luego había una fotografía del módulo y un pequeño pie de página en el que se podía leer: Uso máximo: seis. En lugar de “seis”, escribí “sexo”.
No lo supimos hasta que Janey, una joven colega mía que estaba obsesionada en comprobar la página de Facebook —“Descubierta: Biblioteca Uni Lima-Ohio”, una página usada principalmente por estudiantes para pedir salir a otros estudiantes que habían visto en la biblioteca, pero también donde se publicaba sobre estudiantes que les habían cabreado en la biblioteca, o hecho un millón de cosas desagradables anotadas en línea—, lo descubrió en la página estudiantil. Había divertido mucho a nuestro cuerpo estudiantil. No tanto a mi jefe.
Simplemente me envió a casa antes, dónde me bebí seis tazas de té con la esperanza de encontrar cualquier armonía que los ingleses pensaran que el té proveía. Ninguna armonía fue encontrada.
Santana iba a venir para empezar con nuestras clases y yo ya estaba lista para vomitar todo lo que había comido sobre ella.
Unos veinte minutos antes de la hora que ella iba a llegar, mi padre llamó. Había terminado en casa de Dee y me invitaba a cenar.
—Me encantaría, papá, pero no puedo. Santana va a venir.
—Santana siempre va a venir —replicó papá, sin sonar feliz sobre ello.
—Santana es mi amiga.
—Ujum.
—Papá.
—Es una rompecorazones empedernida.
—Sólo somos amigas —le prometí, aunque mi piel hormigueaba por la anticipación de las posibilidades de esta noche. ¿Qué demonios iba a ser realmente capaz de enseñarme? ¿Y cómo lo haría? Iba a morirme de vergüenza. Simplemente lo sabía. Santana era todo sexo y carisma. Probablemente era una fanfarrona. No, yo sabía que era una fanfarrona. ¿Podía esperar que hablara con las personas que me atraían de la misma forma que ella hablaba con las chicas?
Mis ojos se desorbitaron ante la idea.
—Britt, ¿estás ahí?
—Sí, papá.
—¿Dee se está preguntando si te gustaría venir para la cena el miércoles en la noche en lugar de hoy?
—Suena genial. Estaré ahí.
—¿Cómo te sientes hoy? ¿Todavía tienes resaca? Estuviste bastante destrozada en la boda.
Nerviosamente pasé mis dedos a través de mi cabello mientras trataba de pensar de vuelta en la recepción.
—¿Dije, eh, dije algo vergonzoso?
Papá se rió.
—No. Fuiste una borracha graciosa, cariño. ¿Quién te llevó a casa, por cierto? Nunca me dijiste cuando te mandé un texto ayer.
—Santana me trajo a casa. Ella es así de respetable —señalé, recordándole.
—Sí tú lo dices.
Mi timbre sonó y me estremecí.
—Tengo que irme, papá. Santana está aquí.
Nos despedimos rápidamente y colgué mientras me apresuraba a la puerta para dejar entrar a Santana. Estaba de pie golpeteando mi pie impacientemente mientras lo esperaba. Los sonidos de sus pisadas en el descanso de la escalera parecían coincidir con el ritmo de mi corazón, y para cuando apareció en la entrada de mi puerta yo estaba casi a punto de desmayarme.
Santana retrocedió al mirarme.
—Cristo, te ves como si estuvieras a punto de desmayarte.
Tragué saliva. Ruidosamente.
—Nerviosa por aquí.
Cerró la puerta detrás de ella, haciendo una mueca.
—¿Por qué demonios? Sólo soy yo.
La fulminé con la mirada.
—De acuerdo. Ponte nerviosa. —Caminó a zancadas más allá de mí, quitándose su chaqueta. La lanzó hacia el sofá y entonces entró en la cocina para tomar dos cervezas del refrigerador. Atrapé la que lazó hacia mí. Destapando su cerveza, hizo un gesto hacia mí con la botella—. Para calmar tus nervios.
Cuando no dijo nada por cinco minutos, cinco muy largos minutos, me senté en el brazo de mi sofá y tomé un sorbo de la cerveza.
—De acuerdo, háblame de esto —dijo Santana repentinamente y casi escupí en mi cerveza por la aparente resonancia de su voz en mi pequeño piso—. ¿Qué pasa exactamente cuando una persona a la que estás atraída te habla?
Tratando de no ser más tonta de lo que ya era, luché contra el rubor que estaba determinado a manchar mis mejillas.
—Me quedo sin palabras.
—¿Por qué?
—Estoy muy tentada a insertar una réplica sarcástica aquí, así que sólo iré con un simple encogimiento de hombros. —Y lo hice, me encogí de hombros.
—No me des esa tontería de: “No lo sé, y si lo supiera, no te necesitaría”. ¿Por qué te quedas sin palabras?
Estaba realmente intentando no enojarme con ella. Ese no sería un buen comienzo. Apretando mis dientes, contesté como si fuera obvio… y si lo era.
—No tengo mucha confianza.
Santana me consideró un momento.
—¿En ti misma? ¿En cómo te ves? ¿En tu experiencia sexual? ¿Qué?
—¿Sabes cuán mortificante es esto? —Le fruncí el ceño.
Claramente fastidiada, Santana entrecerró sus ojos hacia mí.
—No estoy aquí para burlarme de ti. Estoy aquí para ayudarte.
Nos quedamos calladas otra vez mientras reunía la confianza para ser honesta. Después de tomar un tembloroso sorbo de mi cerveza, miré hacia el piso y le dije en voz baja:
—Ya sabes de mi falta de confianza por mi mínima experiencia sexual, pero… también es sólo que no… no me siento sexualmente atractiva.
Su silencio arrastró mi mirada hacia ella. Me estaba mirando incrédula otra vez.
—¿Qué?
Bajó su cerveza y plantó sus palmas en la encimera como si estuviera en modo negocios.
—Vamos a empezar en cómo es que no te sientes sexualmente atractiva.
Tragué.
—De acuerdo.
—¿Estás bromeando conmigo?
Retrocedí con su maldición, confundida por el tono enojado de su pregunta.
—¿Qué?
—Levántate —replicó bruscamente—. Vamos, levántate. —Rodeó la encimera de la cocina y caminó pasándome por el frente.
Me puse de pie lentamente, preguntándome qué demonios había hecho mal.
—Sígueme.
Seguirla… está bien. Mis piernas temblaron cuando me di cuenta de que la estaba siguiendo a mi habitación. Con los latidos de mi corazón pulsando en mi garganta, fui incapaz de hablar mientras me detenía en la entrada y la miraba.
Se paró frente a mi espejo de cuerpo completo y lo señaló.
—Dime qué ves.
Me tragué mi nerviosismo.
—Santana… —Retrocedí un paso y mi movimiento la hizo reaccionar rápidamente. Rápido como un rayo, me sujetó y me estaba jalando de vuelta en la habitación con ella hasta que me movió frente al espejo, mientras se quedaba de pie mirando sobre mi hombro.
—Dime. Confía en mí.
Tomando una profunda respiración, dejé que mis ojos se enfocaran en mi reflejo, pasándolos sobre mi rostro, hacia abajo a mi cuerpo y de vuelta a mi rostro.
—¿Britt?
—Veo… veo a una mujer promedio con… —Me encogí de hombros, tan avergonzada que no era divertido—. Con brazos fl-flácidos, una panza, y trasero gordo.
Cuando mi respuesta se encontró con el silencio finalmente reuní el valor para levantar la vista en el espejo hacia el reflejo de Santana. Me estaba fulminando con la mirada otra vez.
—¿Algo bueno?
Miré otra vez mi rostro. Mis ojos eran, como siempre, lo único que me gustaba. Eran ojos llamativos, heredados de mi padre. Inusuales, de color azul intenso, con tantas motas doradas que parecían dorados con cierta luz. Nos han dicho en más de una ocasión, y por algunos amigos, que nuestros ojos eran exóticos, casi felinos. En mi papá se veían bien. Eran duros y perceptivos en su fuerte rostro atractivo. En mi rostro promedio eran lo único que avivaban mis rasgos.
—Mis ojos —susurré suavemente.
—Es verdad, nena. ¿Qué más?
Nerviosa, busqué una respuesta y entonces dije cuidadosamente.
—De acuerdo, mi piel. Tengo buena piel.
Santana me sonrió alentándome.
—Tienes una hermosa piel. —Lanzó un suspiro atormentado—. Vamos a atacar las otras cosas. —Estaba bastante segura que había murmurado debajo de su aliento: “esta mujer loca”, antes de que sujetara mi brazo—. Entonces, ¿dónde están esos brazos flácidos tuyos?
Mi piel sonrojándose del color de las frambuesas, presioné la grasa que rodeaba mis tríceps.
Fui recompensada con una mirada de: “¿qué demonios?” de Santana.
—Eso no es flacidez. Es piel, no tienes nada de definición, pero tampoco tienes flacidez. Regla número uno…
Asentí hacia ella para que continuara, mis ojos amplios, ansiosos de aprender.
—… no uses la palabra “flácido” cerca de alguna persona que quieras follar. Ahora, si es alguien como yo, esa persona podría pasar por alto la inseguridad y pensar que es lindo, pero hay un montón de personas allá afuera que no piensan que es lindo. Todos quieren a una mujer segura en sus camas. No sé si este tipo rubio de la biblioteca es uno de ellos, así que iremos a lo seguro. No hablemos de la flacidez.
Por alguna razón eso realmente me hacía querer soltar una risita, pero también quería que Santana supiera que estaba tomando esto seriamente, así que apreté mis labios y asentí.
—De acuerdo. Lo siguiente.
Parpadeé confundida otra vez.
—¿Lo siguiente?
—¿El supuesto trasero gordo?
El toque de su mano en mi trasero me hizo brincar como tres metros, pero no lo soltó, pasando su mano suavemente sobre mi trasero y dándole un leve apretón.
Vaya, de acuerdo, entonces.
Mi piel estaba picando, y hubo una suspicaz llenura en mis pechos y mi vientre bajo que firmemente traté de ignorar.
—No es gordo. —Santana se inclinó cerca de mi oído, hablando en una voz baja que no hacía nada para reducir mi respuesta física en mi cuerpo—. Curvilíneo. Y te dejaré saber un pequeño secreto: Todavía hay personas allá afuera que les gusta que una mujer sea suave debajo de sus manos, que tenga curvas, caderas, pechos y trasero. —Azotó mi trasero suavemente con la palma de su mano—. Es un buen trasero, nena. No quiero escucharte referirte a él como algo más.
El aturdimiento me arraigó al piso. No sólo eran las cosas muy geniales que estaba diciendo; era la descarga de cosquilleos que me hacían estremecer mientras acariciaba mi trasero y movía su mano hacia arriba, deslizándola debajo de mi camisa, y alrededor de mi cintura para acariciar mi estómago. Tomé una profunda respiración.
No había duda del hecho que Santana me estaba excitando. Realmente necesitaba que no supiera que me estaba excitando.
Santana inconscientemente me salvó. Su mano se hundió hacia abajo, sacudiéndome de mi pequeña neblina sensual en la que me había metido cuando me di cuenta a donde se estaba dirigiendo.
¡A mi vientre!
Agarré su mano para detenerlo, pero cuando nuestros ojos se encontraron en el espejo su expresión me reprendió. Me dio una pequeña sacudida de su cabeza.
—Suéltala, nena.
Sacudí mi cabeza de vuelta a ella.
—Britt.
—Santana…
Su expresión instantáneamente se suavizó con el pánico en mi voz.
—Confía en mí.
Temblando, dejé ir su mano y tomé otra respiración mientras se paraba aún más cerca de mí, el calor de su parte frontal rozándose contra mi espalda. Y repentinamente estaba respirando aceleradamente por una razón completamente diferente mientras las delicadas yemas de sus dedos se deslizaban lentamente abajo de mi estómago.
Nunca había estado más agradecida por traer puesto un sostén que en ese momento. El toque de Santana me estaba excitando tanto que mis pezones se habían endurecido en pequeños puntos.
Oh, Santana…
Ella no necesitaba saber que sus lecciones estaban causando esa clase de reacción en mí. Por primera vez desde que nos habíamos conocido, realmente deseé que mi amiga no fuera tan condenadamente sexy.
Extendiendo su mano, Santana la pasó suavemente sobre mi vientre, de un lado a otro, aprendiéndose mi silueta, hasta que mis mejillas podrían haber guiado a un marinero perdido a casa, estaban muy rojas.
—¿Es ésta la pancita que dices?
Asentí, incapaz de hablar, segura de que si lo hacía saldría toda Greta Garbo y sexo. Eso definitivamente revelaría mi estado hormonalmente cargado.
La mano de Santana se deslizó de vuelta sobre mi estómago a mi cadera, donde se quedó. Me dio un apretón tranquilizador.
—Se siente bien. Suave. Sensual —murmuró en mi oído otra vez, traté y fallé en no estremecerme en respuesta—. Tu piel es como la seda.
En mi cabeza yo estaba jadeando y en la realidad estaba realmente cerca de jadear, así que cuando se alejó abruptamente fue casi como si hubiera lanzado una cubeta de agua fría sobre mí.
Gracias. Necesitaba eso. Me sacudí a mí misma, dándole a mi mejilla una bofetada interna. ¡Espabílate!
—Ahora —comenzó Santana, su voz toda controlada y otra vez normal—, soy una persona reservada y dura, y como sabes, no digo cosas que no quiero decir. Así que, aquí está lo que yo veo.
Oh, Dios.
—Cabello genial, ojos impresionantes, hermosa piel, una sonrisa sensacional, buenos pechos, buen trasero y, largas piernas sensuales. Follable. Muy, muy follable.
Mis labios se crisparon con una carcajada, y tenía que admitir haber sentido una descarga de verdadero placer extendiéndose sobre mí con su análisis.
—Breve.
Santana se encogió de hombros mientras tomaba mi expresión resplandeciente.
—Sólo trato de llegar al punto a través de eso que no hay muchas personas quienes no quisieran follarte. Y esto viene de alguien como yo que muchas mujeres encuentran atractiva. —Destelló una rápida sonrisa arrogante.
Le puse los ojos en blanco. Ella sabía malditamente bien lo sexy y atractiva que era. Me imaginaba que cuando te veías como una estrella de cine era casi imposible no saber lo bien parecida que eras.
—Claro que eres atractiva.
—¿De verdad? —Cruzó sus brazos sobre su pecho, apoyándose contra el estribo de mi cama mientras sus cejas se hundían en consternación—. ¿Pensé que te quedabas sin palabras cerca de la gente que encontrabas atractiva?
¿Aguijoneé su vanidad?
Por dentro estaba alegremente riendo a carcajadas con la idea. Por fuera fui mucho más agradable.
—Tú latina arrogante, ya sabes que cada mujer heterosexual o no en el planeta te encuentra atractiva.
Me recompensó con otra sonrisa arrogante, sus hoyuelos apareciendo en esa manera deliciosamente sexy que podía ser realmente distractora.
—Así que, ¿no te quedas sin palabras todo el tiempo?
—Eres diferente. Tú y yo somos amigas, así que trato de no pensar en ti de esa manera.
—Lo mismo te digo, nena.
Mmm. Genial. Inmediatamente caí en picada desde la altura donde había estado. No sabía qué decir a eso.
Santana se veía como si quisiera reírse.
—Eso no quiere decir que no lo haga.
—¿No qué? —Fruncí el ceño.
Sus ojos vagaron lentamente sobre mi cuerpo de tal manera que me tenía apretando mis piernas negándome a aceptar.
—Pensar en ti de esa manera.
Mi corazón golpeó contra mi pecho.
—¿En serio?
Resopló.
—La última vez que revisé, yo soy una ardiente y sexy latina y tú una mujer atractiva. Sólo porque nosotras no follemos no significa que no he pensado en eso. Así es como las personas igual a mí funcionan.
Fallando en ocultar mi sonrisa, asentí casualmente.
—Lo mismo te digo. Pero… —Me apresuré a explicar—, debido a que eres mi amiga… no lo sé. Sólo estoy cómoda contigo. No hay presión sexual, así que puedo ser yo cerca de ti.
Santana procesó eso y entonces se enderezó desde su posición contra el estribo.
—Voy a trabajar los próximos días, pero el jueves en la noche regresaré y continuaremos.
Subí y bajé mi cabeza estando de acuerdo.
—Espero que te sientas más confiada. —Me disparó otra sonrisa arrogante. Suspirando, miré otra vez el espejo.
—Es agradable saber que hay personas allá afuera quienes podrían pensar como tú, Santana. Pero no todos son como tú. Te he visto. —Le devolví una sonrisa triste—. Encuentras a las mujeres, en general, atractivas. No es algo malo. Es algo genial. Desearía que todas las personas fueran tan fáciles de complacer.
Santana sacudió su cabeza, mirándose un poco impaciente.
—No me siento atraída a todas las mujeres. Créeme. —Dio un paso más cerca de mí, tan cerca que tuve que inclinar mi cabeza hacia atrás para encontrar sus ojos, ojos que ahora ardían de una manera que hacían que mi aliento se atascara en mi garganta—. Si fueras sólo alguna mujer en un bar, te escogería de todas ellas, te llevaría a casa, y te haría mía tantas veces que no serías capaz de caminar derecha en la mañana.
Tragué.
De hecho, creo que podría haber tenido un pequeño mini orgasmo.
—¿Brittany?
—Lo capto. —Me las arreglé para susurrar—. Piensas que soy atractiva.
Sus labios se crisparon otra vez, sus ojos oscuros brillaban con diversión.
—¿Pero y tú?
Con ojos amplios, asentí rápidamente.
—Oh, estoy definitivamente llegando ahí.
Sonriendo enormemente, Santana azotó mi trasero juguetonamente antes de dirigirse a la puerta.
—Bien. Te veo el jueves, nena.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 7
“Cabello genial, ojos impresionantes, hermosa piel, una sonrisa sensacional, buenos pechos, buen trasero y, largas piernas sensuales. Follable. Muy, muy follable.”
La voz de Santana continuó resonando en mi cabeza durante los momentos de tranquilidad. Había sido así desde el lunes en la noche. Cada vez que recordaba sus halagos me ruborizaba de placer, sonriendo bobamente, y después sobre-analizaba si lo decía o no en serio. Algo de lo que estaba segura que ella se enojaría de saber. No podía evitarlo. No era como si mi confianza en mí apariencia fuera a crecer repentinamente de la noche a la mañana porque la guapísima Santana López me había encontrado atractiva.
Está bien, no estaba mintiendo cuando le dije que ayudaba. Definitivamente ayudaba.
O al menos me puso de buen humor por los siguientes días.
—¿Escuchaste que Jude y Mari de Colecciones Especiales se van a casar?—me preguntó Ronan, uno de mis colegas, mientras comíamos juntos en el salón del personal.
Pensando en esa bruja de Mari, contesté a secas:
—Qué bien por ellos.
—Jesús, puedes guardar más rencor. —Se rió él, masticando su sándwich ruidosamente mientras le enviaba mensajes a su esposa. Sabía que le estaba enviando mensajes a su esposa porque los dos eran adictos a enviarle mensajes al otro durante la jornada laboral. Habían estado casados por cinco años y aún actuaban como recién casados.
Mi boca se abrió de la indignación.
—Ella fue horrible conmigo.
Colecciones Especiales estaba en el sexto piso de la biblioteca y sólo se podía acceder con una cita. Era dirigido por el personal de libros-raros: Jude, Mari y un pequeño grupo de colegas que estaban entrenados para tratar con antiguos y raros libros. Era un trabajo muy genial, y sin lugar a dudas en un lugar muy genial. Cuando había empezado a trabajar para la biblioteca le había pedido a Mari un recorrido. Rápidamente me dijo que el personal regular no tenía permitido entrar a menos que tuviera una cita, y la cita tenía que tener un verdadero motivo.
—Ésta no es una biblioteca pueblerina, señorita Pierce. —Me miró con desagrado por encima de sus lentes—. Y aún si lo fuera, ¿qué méritos encontraría una provinciana como usted en Colecciones Especiales?
Ronan bufó mientras le recordaba lo que ella me había dicho.
—Tienes que darle puntos por usar la palabra “provinciana” en la oración.
—Oh, sabes que quiso decir: “extranjera”. Elitista…
—¿Elitista qué?
—Nada —mascullé, agachando mi cabeza a mi e-reader de nuevo—. Mi mamá siempre decía si no puedes decir algo lindo, no digas nada.
—Mi madre siempre decía si no puedes decir algo lindo, di algo memorable.
Me reí.
—Creo que me robaré esa.
La puerta del salón del personal se abrió y nuestra colega Wendy entró tranquilamente. Estaba sonriendo de oreja a oreja.
—Otro estudiante me acaba de invitar a salir. Este lugar es genial para mi autoestima. No puedo creer que no pensé en venir aquí antes. —Se encogió de hombros mientras agarraba un vaso de plástico del dispensador de agua—. Por supuesto, el hecho de que sea la tercera vez que una mujer ha intentado ligar conmigo es un poco confuso.
Mirando de reojo a Ronan lo vi esforzándose por no reír, lo cual por supuesto me hizo reír. Una vez que perdí el control, también empezó a reír. Wendy era una esposa de treinta y tres años y madre de dos. Ella era atractiva, amigable, divertida, y muy agradable. Y aparentemente un éxito con las mujeres.
Nos observó reír con una sonrisa amable en su cara.
—¿Qué? ¿Creen que estoy haciendo algo para fomentarlo?
Sacudí mi cabeza.
—No lo sé, sólo tómalo como el cumplido que es.
—Tú deberías saber. —Ronan me sonrió—. Siempre están ligando contigo.
Mis cejas se fruncieron juntas.
—Por chicos y chicas como yo que apenas han dejado la adolescencia que follarían cualquier cosa siempre y cuando tenga pechos y una vagina.
—¿Estamos usando la palabra “vagina” en el trabajo ahora? —La voz de Angus hizo que girara rápidamente mi cabeza.
Mi jefe estaba inclinado contra la entrada, observándonos con descarada diversión.
Sonreí avergonzadamente.
—¿Estamos hablando de revistas médicas?
Angus ignoró eso y deambuló hacia la cafetera.
—Conocí a Michael aquí, saben —comentó de repente, lo que nos dijo que había estado parado en la puerta por un rato y sabía exactamente de qué habíamos estado hablando—. Fraternizar con los estudiante no es fomentado, pero tenía veintitrés y él era un estudiante de postgrado de veinticinco años. —Él me sonrió por encima de su hombro—. Algunas veces cuando congenias con alguien es así… no puedes evitar con quién va a ser. ¿Alguna vez te ha pasado eso con alguien, Britt? ¿Un estudiante, tal vez?
Mi pulso palpitaba rápidamente en mi cuello ante su pregunta incisiva. Oh, Dios mío… ¿Angus sabía sobre mi flechazo con Sam? Sacudí rápidamente mi cabeza.
—No.
—Hmm. —Me sonrió con suficiencia, apoyándose en el mostrador—. Bueno, he notado a uno o dos chicos y chicas de postgrado mirándote… en la sección de reserva.
¿Estaba diciendo que había visto a Sam mirándome?
—¿En serio? —chillé.
Angus contestó, riéndose.
—Posiblemente eres la persona más distraída que he conocido en mi vida.
—¿Mirándome? —pregunté para aclararlo.
—Sí. A ti. —Me frunció el ceño—. ¿Por qué lo preguntas como si fuera imposible?
—Um… —Uh-oh. No quería que mis colegas supieran que cualquier autoestima que tuviera se estaba aferrando a mi personalidad con un agarre mortal.
Angus me dio una mirada que sugería que pensaba en mí como algo más que una pequeña loca (él me daba esa mirada muy seguido), agarró su café, y anduvo a zancadas hacia la salida.
—Traten de no usar la palabra “vagina” fuera del salón del personal.
Ronan y Wendy se rieron, pero yo apenas estaba escuchando, sumergiéndome dentro de mi propia cabeza.
“Si fueras sólo alguna mujer en un bar, te escogería de todas ellas, te llevaría a casa, y te haría mía tantas veces que no serías capaz de caminar derecha en la mañana.”
La exquisita voz de Santana se estaba haciendo eco en mi cerebro una vez más, junto con los comentarios de Angus. Tal vez Santana estaba siendo cien por ciento honesta conmigo. Era posible que las personas, personas reales, no adolescentes o jóvenes universitarios, podrían encontrarme atractiva…podrían en realidad gustarle una mujer con un poco de sobrepeso, con curvas y un trasero en ella.
Y yo que había pensado que Sir Mix-A-Lot escribió “Me Gustan los Traseros Grandes” sólo porque era pegadizo.
—Huh.
—¿Qué? —Las cejas de Ronan se levantaron en cuestión.
—Nada —murmuré—. Sólo estoy teniendo una epifanía posiblemente épica aquí.
—¿Quieres compartir?
Sacudí mi cabeza con una sonrisa y me puse de pie.
—Mejor vuelvo al trabajo. —Limpié el pequeño desastre que había hecho, levanté mi taza y me dirigí a la puerta, cantando inconscientemente en voz alta.
Justo antes de que la puerta se cerrara detrás de mí, escuché a Ronan suspirar pesadamente.
—Genial, ahora tengo a Sir Mix-A lot pegado en mi cabeza.
****
Mientras Santana se apoyaba en el mostrador de mi cocina, bebiendo una soda, me permití realmente mirarla en una manera en que no lo había hecho desde que consolidé una amistad cercana con ella. Era un jueves en la noche y ella acababa de llegar para continuar nuestras lecciones. Usando una camiseta simple negra, jeans negros, botas negras y un reloj precioso, se veía glamorosa sin siquiera intentarlo. Sabía que ella me odiaría si supiera que estaba pensando en esa palabra, pero simplemente encajaba con Santana. En cualquier minuto parecía lista para caminar por la alfombra roja o posar para los paparazzi. Cuando había estado usando su hermoso vestido rojo para la boda de Rachel y Quinn, había estado absolutamente hermosa. Ella podría poner en vergüenza a las actrices más renombradas de Hollywood.
Y Santana no era simplemente hermosa por fuera. Debajo de la mujeriega había una mujer más leal que la mayoría, sencilla, compasiva, y, afrontémoslo, generosa. Aquí estaba ella, tomando tiempo de su vida para ayudarme con una situación muy vergonzosa. Hasta ahora, se había esforzado por asegurarse que la experiencia no fuera humillante para mí. ¿Cuántas chicas eran así de amables y pacientes?
Ella era hermosa de principio a fin, y sólo hasta ahora estaba entendiendo que una chica así de hermosa me encontraba a mí atractiva.
—Entonces, ¿se te ha pegado algo? —preguntó Santana cuidadosamente después de tomar el primer trago de su Coca Cola.
—He estado cantando “Me Gustan los Traseros Grandes” por las últimas veinticuatro horas.
Su risa llenó mi pequeño apartamento y chocó contra mi vientre en una manera que no había pasado en un largo tiempo. Tercamente aplasté esa sensación y continué.
—En serio, he captado un poco. Al menos me puso de buen humor, y me ha hecho pensar que tal vez tengo una percepción ligeramente retorcida de mi apariencia física. Sin embargo, no me va a hacer sentirme confiada de la noche a la mañana. La idea de flirtear con Sam, hacer algo con Sam, me pone demasiado nerviosa.
Ella se encogió de hombros.
—Tienes que ser paciente. Llegaremos ahí. Sólo quiero saber que al menos estás pensando en lo que dije. No quiero que esto sea una total pérdida de mi tiempo.
Me esforcé por no estremecerme ante su comentario. Santana era directa. Así es como ella era. No censuraba sus palabras, y si te sentías un poco sensible, era fácil malinterpretarla.
—No estás perdiendo tu tiempo —le prometí.
La comisura de su labio se alzó y un hoyuelo apareció rápidamente en su mejilla derecha.
—No, no estoy perdiendo mi tiempo.
Tratando de no quedar hipnotizada por su hoyuelo, exhalé un poco temblorosa y pregunté:
—Entonces, ¿qué sigue?
—Primero flirtear. Después la ropa.
Parpadeando rápidamente, intenté procesar las palabras en una manera en que las hiciera tener sentido. Pero no podía.
—Uh… ¿ropa?
Santana recorrió mi cuerpo con su mirada explícitamente.
—¿Tienes una falda? ¿Un vestido? ¿Algo que muestre escote?
De repente sabía exactamente a qué se refería. No era que no estuviera a la moda, al menos eso esperaba, pero era un poco conservadora en mi elección de atuendo. Aun así, tenía que tener algo que mostrara escote…
Me tomó demasiado tiempo pensar porque Santana dijo con suficiencia:
—Exactamente.
—Mi ropa no está tan mal.
—No, no lo está. Pero la única vez que te he visto en un vestido fue con el vestido de dama de honor que usaste para la boda. Tampoco te he visto con una falda corta.
Observándola tomar otro sorbo, mis ojos quedaron pegados al movimiento de su garganta. Me encogí de hombros con descuido.
—Nunca he sido tan confiada mostrando piel.
—¿Por qué?
Mis ojos se levantaron para encontrar los suyos e hice una mueca.
—¿Realmente tienes que preguntar eso?
Su respuesta fue un silencio exasperado. Y sí, el silencio podía ser exasperado. Me ericé frente a Santana mientras esperaba impacientemente que contestara la pregunta.
—Está bien, está bien. —Me encorvé sobre el mostrador, empujando mi propio vaso con Coca Cola fría—. Eso implica la posibilidad de personas mirándome fijamente, y si me están mirando, me están juzgando.
Santana contempló esto por un momento antes de contestar.
—¿Fuiste acosada de niña?
—Un poco. No de una manera que podría haberme causado un daño permanente. ¿Por qué?
—Sólo trato de averiguar por qué te da miedo exponerte ante los demás.
Puse mis ojos en blanco.
—¿Esto ahora es una sesión de terapia?
—¿Es necesario que lo sea?
—Santana —mi voz sonó tan seria que él lo dejó pasar—, no hay ninguna historia dramática en esto. Ojalá la hubiera. Realmente, me haría sentir menos idiota. Fui víctima de burlas en la escuela como lo son la mayoría de los niños, pero nada grave. Mi mamá siempre me hizo sentir especial, y cuando mi padre entró a mi vida se mató trabajando para asegurarse de que me sentía extraordinaria. —Le di una pequeña sonrisa, sintiendo ahogarme un poco por la emoción—. Era tímida. Eso fue todo. Y con el cáncer de mi mamá, y las mínimas oportunidades, pasé por alto el sexo y el romance. Cuanto más mayor me hacía, más complicado se ponía, y creo que sólo perdí la confianza que podría haber tenido en mi sexualidad. Eso es todo. Eso es todo lo que hay que saber.
Ella suspiró fuertemente, recorriendo una mano a través de su oscuro cabello desordenado.
—Lo siento, Britt. Sólo quería estar segura que no me estaba perdiendo nada. Realmente quiero que superes esto. Quiero que veas lo preciosa que eres.
Le sonreí.
—Sigue diciendo cosas igual de dulce como esa, y probablemente tendré que ascenderte a primera mejor amiga.
Sonriéndome de regreso, Santana rodeó la encimera de la cocina y se dirigió hacia el sofá. Cuando se sentó, palmeó el asiento al lado suyo.
—Ven, siéntate junto a mí.
Curiosa, hice lo que me pidió. Su sonrisa ahora era burlona.
—Más cerca.
No quería acercarme más. Ella olía bien, algo de lo que siempre estaba vagamente consciente, pero ahora estaba muy consciente del hecho de que yo estaba muy, muy consciente de lo bien que olía.
—¿Por qué? Pensé que ibas a enseñarme a coquetear.
—Lo hago. Parte del coqueteo es el lenguaje corporal. Si te sientas a tres pies de alguien, va a suponer que te tiraste un pedo o que crees que él lo hizo. —Me reí y ella continuó—. Si estás interesada en alguien, empieza por acercarte. Sin embargo, no te metas en su cara… en caso de que ese alguien no esté interesado.
Sintiéndome afectada y probablemente pareciéndolo, le pregunté, con los ojos abiertos y en pánico.
—¿Cómo sabré si esa persona no está interesada?
—Esa persona podría dejarlo claro.
—Pero no sé nada. ¿Qué pasa si yo no pillo sus señales? —El signo revelador de los labios crispándose de Santana me hizo gruñir con irritación—. No te atrevas a reír. ¡Hablo en serio!
—Está bien. —Ella se rió de todos modos, levantando sus manos en rendición—. Cálmate. Te voy a mostrar exactamente lo que quiero decir. Primero, me coquetearás y yo reaccionaré. Tú me dirás si estoy interesada o no.
Mi pulso había comenzado a correr, y mis palmas ya estaban sudorosas ante la mera mención del coqueteo.
—Sí, pero, ¿cómo coqueteo?
Creo que ella oyó el temblor en mi voz porque dejó de sonreír y me dio una pequeña y reconfortante sonrisa.
—Cariño, lo haremos fácil. Siéntate cerca de mí. Empieza a hablarme de una manera que me diga que estás interesada en mí.
—Pero…
—Britt, sólo hazlo.
Respirando profundamente, me deslicé cerca a Santana, decidiendo que mi muslo casi tocando el suyo era buen lugar para detenerme. Levanté la mirada hacia su expresión plácida y…
Estallé en risa.
Sacudiendo su cabeza, a Santana le dio una rabieta de diversión.
—Hagas lo que hagas, no le hagas eso a nadie.
Luego empecé rápidamente a agitar mi mano frente a mi cara con la esperanza de que el aire fresco me calmara y que la risa idiota disminuyera.
—Lo siento —me disculpé en torno a un trago difícil de risitas—. Voy a intentarlo otra vez. —Con un par de respiraciones más profundas me recompuse.
—¿Lista?
Tirando mis hombros atrás, le dije:
—Sí.
—De acuerdo, adelante.
Tomándome un momento, construí la fantasía en mi cabeza. Ya no estaba en casa, en mi apartamento con Santana. Estaba en un bar con un chico que nunca antes había conocido, y se parecía mucho a Samuel Evans.
—Hola, Soy Britt.
Su mirada vaciló rápidamente sobre mí antes de retirarla al otro lado de la habitación.
—Santana.
Mmm, eso pareció frío, pero Santana sólo podría estar probándome.
—¿Es un nombre extranjero?
¿En serio? ¿Eso es lo mejor que tienes?
Santana sólo asintió, sin mirarme.
—Eso significa que no estás interesada, ¿cierto? —Me estremecí, olvidando que esto era una lección y tomándomelo un poco muy personalmente.
Como si ella lo sintiera, Santana se rió.
—Te dije que serías capaz de darte cuenta. Las personas lo hacen bastante fácil.
—Jesús, eso sería vergonzoso en la vida real.
Ella inclinó su cabeza hacia mí.
—Nena, si alguien te responde así, no vale nada, ¿de acuerdo? Te levantas y buscas a alguien que no sea un o una completa idiota.
Sonriendo con gratitud, pregunté.
—Está bien. ¿Y ahora qué?
Sonrió, perversa y seductoramente.
—Ahora voy a devolver el coqueteo. Te dará algo para devolver, así que esta vez te resultará más fácil.
—Qué persona tan optimista.
Dándome otra sonrisa, me empujó con su rodilla.
—Empieza otra vez.
Pensando que debería haber practicado cómo sonreír seductoramente, probablemente habría un tutorial de “cómo hacerlo” en YouTube, antes que Santana llegara, rápidamente traté de igualar ese tipo de expresión en mis labios. Tuve la sensación de que salió rara, pero Santana sólo siguió adelante.
—Hola, soy Britt.
La sonrisa que me dio casi me derritió en el sofá. A través de las pestañas bajadas, los divinos ojos marrones mágicos de Santana viajaron desde mis piernas hacia arriba, permaneciendo durante más de unos pocos segundos en mis pechos, y luego desplazándose hasta mi cara. Me miró a los ojos, pareciendo paralizada, y estaba bastante segura de que si ella me arrojara contra el sofá y me tomara salvajemente me encontraría increíblemente lista para ella.
—Hola, Britt. Soy Santana.
De alguna manera, a través de la sensación de hormigueo y niebla sexual que había lanzado sobre mí me las arreglé para devolverle la sonrisa. Hice un gesto a su soda y pregunté:
—¿Bebiendo sóla esta noche?
—Toma una copa conmigo y no lo estaré.
—Ooh, eso fue genial.
—No rompas el personaje.
Enderecé mi espalda, escarmentada.
—Lo siento.
—No lo sientas, sólo sigue adelante.
Luchando por pensar en una respuesta, decidí que ya era demasiado el tratar de imaginar a Santana como Sam, así que dejé ir eso, recordándome que esto éramos sólo Santana y yo. Nosotros pasando el rato todo el tiempo. Relajándome un poco, dije:
—Voy a tomar una bebida contigo si puedes adivinar mi bebida favorita.
—Bien. Juguetona. —Sonrió de nuevo, volviendo al personaje—. Déjame pensar. —Sus ojos vagaron sobre mí—. Americana. Casual. Relajada… estoy pensando en una cerveza.
Negué con la cabeza, tratando de no sonreír, ya que cerveza era lo que yo bebía en realidad. Pero eso era demasiado fácil para ella.
—¿Whisky?
—Nop.
Ella me dijo con sus ojos que sabía lo que estaba haciendo, pero preguntó con paciencia:
—Entonces, ¿qué?
—Ron y Coca-Cola —mentí.
—Supongo que mis habilidades para leer a las personas no están a la altura después de todo.
—No, creo que sólo significa que no eres psíquica. Por ejemplo… —Le di una pequeña sonrisa y me arrastré más cerca de manera que mi pierna estaba ahora presionada contra el suya. La colonia de Santana golpeó todos mis sentidos y mi corazón comenzó a latir un poco más rápido a medida que continuaba—. ¿Qué te están diciendo tus habilidades para leer a las personas ahora?
Los ojos de Santana bajaron a donde nuestras piernas estaban presionadas juntas, y de repente mis palmas sudaban nuevo. ¿Estaba empezando demasiado agresiva? ¿Todo esto estaba mal?
Oh, cielos, nunca iba a ser buena en esto.
Cuando su mirada se levantó para encontrarse con la mía de nuevo, me sorprendió por un momento el ver cuánto calor había en sus ojos. Sin embargo, cuando contestó:
—Que debería comprarte ese ron y Coca Cola. —Me acordé de que ella sólo estaba actuando.
Me relajé y dejé que mis ojos brillaran mientras me metía en ello también.
—Parece que tus habilidades para leer a las personas están intactas.
La esquina derecha de su boca se inclinó hacia arriba con sexy diversión.
—No son mis únicas habilidades, sabes. Me han dicho que logro maravillas con mis manos… así como con otras partes de mi cuerpo, por ejemplo mi boca.
La insinuación sexual flagrante provocó un sonrojo visiblemente extenso por mis mejillas. Santana se quejó en voz alta, dejándose caer contra el sofá.
—Lo estabas haciendo muy bien.
Traté de enfriar mis mejillas con el poder de mi mente.
—Lo siento.
Simplemente no esperaba que saltaras directamente a lo del sexo.
—No lo entiendo. —Giró la cabeza para mirarme—. Vemos comedias brutales juntas, nos reímos por completo con las bromas sexuales… te ríes, te unes. Nunca hay sonrojos involucrados.
—Pero ésas no son dirigidas a mí —argumenté.
—Así que, ¿la idea de follar con alguien te vuelve tímida?
—Uno, ¿no hemos pasado ya por eso? Y dos, no digas “follar” Santana.
—Tengo que decir palabras obscenas si vamos a llegar más allá de esto.
—Y no seas condescendiente. No soy una mojigata. Es sólo que no me gusta la palabra “follar”.
Tan pronto como lo dije los ojos de Santana brillaron con humor. Podía ver las comisuras de sus labios inclinándose hacia lo que yo sabía que iba a ser una sonrisa enorme.
—Ni siquiera… —La golpeé con un cojín mientras ella se echaba a reír a carcajadas hacia mí—. Deja de ser inmadura.
Después de lo que parecieron al menos cinco minutos de morirse-de-risa- sin-rodeos de mí, Santana finalmente se calmó, secándose las lágrimas de las comisuras de sus ojos.
—Tenemos que trabajar en hablar sucio —dijo, todavía un poco ronca de toda esa diversión a mi costa—. Algunos chicos son sutiles, pero algunas personas te dirán lo que quieren hacerte.
No me voy a sonrojar, no voy a sonrojar.
—Como tú.
—No soy exactamente una chica sutil.
—¿Qué pasa si no me gusta ese tipo de conversaciones?
—Si no te gustan, entonces esa persona no es para ti. Sólo retírate de la conversación y encuentra a alguien que sea sutil. —Santana se inclinó hacia mí, sus ojos cuestionando—. Pero, ¿cómo sabes que no te gusta? Después de todo, es sólo el juego previo.
No me voy a sonrojar, no me voy a sonrojar. Maldita sea, me estoy sonrojando.
Santana me sonrió de nuevo.
—Mira, quizás podemos simplemente hacerme conseguir pasar el sonrojo ante las insinuaciones antes de que veamos si puedo manejar hablar sucio.
Ella me contempló un momento.
—Muy bien. Es tu decisión.
Le di un gesto decidido y luego sólo me quedé allí sentada. Santana me levantó una ceja.
—¿Deberíamos volver a esa parte en la que dijiste que eras buena con las manos?
Se estaba riendo de mí otra vez, pero esta vez sólo con sus ojos.
—Suena como un buen lugar para empezar.
Última edición por _Claudia_100%fanGLEE_Bol el Vie Oct 30, 2015 5:59 pm, editado 1 vez
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
excelente haz dado bastante adelanto, pero se que estamos lejos de que san caiga en su propia trampa, me gustan esas lecciones y ojala brit se vuelva una persona mas en confianza con ella misma mas segura de su belleza por que santana ya es consciente de ello
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
$-$ comenzaron las clases!! $-$ me encanta:3 ya quiero ver que sucede mas adelante:$
Susii********-*- - Mensajes : 902
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
ok san caera en su propio juego y por supuesto se resistira hasta morir!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Veremos en que termina este juego!!! jajaja!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
marthagr81@yahoo.es escribió:excelente haz dado bastante adelanto, pero se que estamos lejos de que san caiga en su propia trampa, me gustan esas lecciones y ojala brit se vuelva una persona mas en confianza con ella misma mas segura de su belleza por que santana ya es consciente de ello
creeme que San ya siente algo por Britt, solo que se niega a aceptarlo
Susii escribió:$-$ comenzaron las clases!! $-$ me encanta:3 ya quiero ver que sucede mas adelante:$
mmmm......como en toda historia, habran momentos emocionantes, de drama......pero después de todo e amor triunfa
micky morales escribió:ok san caera en su propio juego y por supuesto se resistira hasta morir!!!!!
muy cerca con tus predicciones...ya veras mas adelante como sufrirá San para recuperar a Britt
monica.santander escribió:Veremos en que termina este juego!!! jajaja!!
Saludos
te aseguro que el juego terminara con ellas estando juntas jejeje
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenos dias a todas/os……….más adelante se darán cuenta que Santana sentía algo por Britt mucho antes de que empezaran sus lecciones, pero ya saben, los fantasmas del pasado no le permitieron darse cuenta de sus sentimientos
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día VIERNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=k9cKdmy1yWs
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 8
Después de tres horas de insinuaciones finalmente llegué a un punto en que no me sonrojaba. Era aún capaz de proporcionar una réplica bastante descarada. Esto no me convenció de poder ser capaz de acercarme a Sam y empezar a coquetear con él. Sólo me convenció de que me sentía tan cómoda con Santana que mis inseguridades tomaban un salto del ángel de la Montaña de la Baja Autoestima, uno por uno, mientras me encontraba a su alrededor.
Aun así, me sentía mejor de lo que había estado en mucho tiempo, no sólo porque Santana había empezado a minimizar el peso de mis inseguridades físicas, sino porque me sentía como si estuviera agarrando la vida fuertemente y haciendo algo por una parte de mi vida con la que no estaba contenta.
Santana estaba ocupada sin parar el viernes dado que tenía tres sesiones de fotos reservadas para el periódico, una de ellas era una entrega de premios que la tendría ocupada justo hasta la medianoche. En cuanto a mí, tendría mi cena semanal habitual con papá, Marley, Jake, y Cole.
Esto significaba que no habría lecciones.
El sábado fue demasiado, considerando que Santana, Jake, y Cole tenían clase de judo en la tarde y generalmente saldrían juntos después. Sin embargo, todavía vería a Santana.
Marley llamó para preguntarme sobre esa noche, y cuando llegué allí encontré que los chicos estaban ahí, incluyendo a Noah. La prometida de Noah, Lyn, no estaba con ellos y no esperaba que lo estuviera. Las pocas veces que nos habíamos reunido, había pensado que era agradable, pero nunca salía a pasar el rato con los amigos de Noah. Ella tenía su propio grupo, y a los dos le parecía bien con eso.
Santana y Cole jugaban un juego de guerra que Santana estaba en medio de hacerle un review, mientras Noah y yo esperábamos pacientemente nuestro turno. Jake se sentó en la esquina de su escritorio, revisando algunas cosas de trabajo, mientras que Marley estaba medio dormitando sobre la alfombra delante de la chimenea.
Me senté junto a Santana, tratando de no sentirme rara por pasar el rato con ella en una situación normal, con nuestros amigos después de haber pasado toda la noche del jueves coqueteando con ella. A pesar de ser lecciones amistosas, todavía había algo un poco travieso sobre el hecho de que ninguno de nuestros amigos tuviera idea que Santana me había dicho que pensaba follarme, o que había pasado cuatro horas seguidas coqueteando ligeramente hasta que había empezado a sentir un hormigueo entre las piernas.
—Estoy repensando mi plan para convertirme en un artista del tatuaje — anunció Cole, su pulgar moviéndose rápidamente sobre el controlador cuando un objetivo enemigo apareció en la pantalla.
Marley se agitó y parpadeó adormilada a su hermano.
—¿Por qué? Has parloteado sobre ello durante meses.
El juego se pausó mientras Cole la miraba con una expresión un tanto testaruda en su rostro.
—Yo no “parloteo”.
Jake gruñó desde la esquina de la habitación y murmuró sin levantar la vista de sus dibujos.
—Tiene razón, nena.
—Muy bien. —Marley bostezó y se incorporó lentamente—. Has hablado de ello. Para ti eso es “parlotear”.
Cole se encogió de hombros.
—Quiero el trabajo de Santana ahora.
—Quédate con los tatuajes, compañero —respondió Santana—. Uno, este es un trabajo de medio tiempo. No paga todas las cuentas. Y dos, he visto el tatuaje que diseñaste para Jake. Deberías quedarte con eso.
—¿Sí? —Cole trató de no parecer demasiado complacido—. Podría diseñarte uno nuevo, ya sabes tu tercer tatuaje podría ser mi obra maestra.
—¿Uno nuevo? —Marley no pareció adormilada en absoluto ahora mientras apartaba el cabello de su cara. Sus ojos brillaban de curiosidad. Sabía a ciencia cierta que ella encontraba a Santana un poco misteriosa, porque había tratado de sacarme respuestas sobre ella antes. Por mucho que confiara en ella, la historia de Santana no era mía para contar, así que ella permanecía en la oscuridad durante la mayor parte del tiempo—. ¿Tienes tatuajes, Santana?
En esto, al parecer, yo también lo estaba.
No tenía idea de que Santana tuviera tatuajes.
La sala se tornó extrañamente tensa ante la pregunta de Marley, y la respuesta de Santana fue tensa y abrupta.
—Sí.
—¿Qué es?
—Nada. —Se encogió de hombros y reinició el juego.
—Bueno, tiene que ser de algo.
—Te dije que no es nada.
—¿Cuándo los conseguiste?
—Marley…
—¿Dónde están…?
—Cristo, dije que no es nada, ¿de acuerdo? —Santana la interrumpió secamente y la miré con sorpresa. No era propio de ella ser malhumorada o cortante con la gente. Eso significaba una cosa. Los tatuajes o alguno de ellos tenían algo que ver con ella….la chica misteriosa de su adolescencia.
Sin embargo, Marley no sabía lo suficiente sobre ella para entenderlo, así que se veía un poco herida.
—Nena, ¿quieres ayudarme a preparar algunos aperitivos? —preguntó Jake en voz baja, de pie en el mostrador.
Ella lo miró y una conversación silenciosa pasó entre ellos.
—Claro. —Ella tomó la mano que él le ofrecía y la ayudó a levantarse. Incluso después de que salieron de la habitación todavía permaneció llena de inquietud.
Cole se aclaró la garganta y comenzó a jugar de nuevo.
—Creo que el tiempo de reacción de esto es un poco lento, por cierto — ofreció, tratando de cambiar de tema.
Santana asintió con gratitud hacia él.
—Creo que tienes razón, hombrecito.
Comenzaron a discutir el juego con Noah. Durante todo el tiempo, miré a Santana, esperando que la tensión a lo largo de la parte posterior de sus hombros desapareciera. No lo hizo. Mi pecho dolía por ella. Necesitaba saber si ella estaba teniendo un mal rato, estaba allí para ella al igual que ella estaba allí para mí. Me arrastré más cerca de Santana mientras Noah discutía con Cole por los gráficos.
—¿Unos tatuajes? —le pregunté en voz baja al oído, insegura si se enojaría como con Marley.
Santana se volvió hacia mí, con los ojos suave mientras sacudía la cabeza.
—Más tarde, nena —murmuró—. No debería haberle hablado a Marley así.
—Está bien —le aseguré. Dándole a su rodilla un suave apretón, me levanté con la intención de ir a ayudar a Marley. Cuando salía de la habitación, Jake regresaba y fruncía el ceño.
—¿Estás bien?
Él me dio un leve movimiento de cabeza.
—Ella se siente mal por presionar a San.
—Ella se siente mal por hablarle bruscamente, así que no le des un sermón — murmuré.
Jake miró a su amiga y luego susurró:
—Te olvidas de que sé, Britt. No iba a darle un sermón. Pero a veces me pregunto si alguien debería.
Insegura de cómo responder a eso, le di una sonrisa triste y me retiré. Encontré a Marley en la cocina, vertiendo bolsas de patatas fritas o patatas a la inglesa, como ella y papá las llamaban, en tazones. Vi paquetes de cacahuetes y cuencos vacíos, y empecé a ayudar.
—Entonces, ¿cómo va la semana? —pregunté en voz baja—. ¿Papá te ha explotado?
Marley me sonrió por encima del hombro.
—Estamos muy ocupados. Pero eso es bueno.
—¿Y los nuevos empleados?
—Bien. Creo que Jake estaba un poco preocupado por eso, por cómo me tratarían los chicos, pero Mick ha elegido cuidadosamente. Son, literalmente, dos tíos Micks más, así que ahora tengo tres de ellos para lidiar.
Sonreí.
—Lo supuse perfectamente al hablar con papá.
—¿Qué hay de ti? —Su ceño se frunció mientras miraba hacia mí—. ¿Estás bien? Pareces… no sé… Ayer por la noche en el restaurante estuviste realmente callada. ¿Es Mick y Dee? ¿Estás bien con eso? Realmente no hemos hablado de ello y definitivamente parece serio.
Ayer por la noche había estado callada, pero sobre todo, era porque estaba recordando todos los cumplidos y cosas un poco subidas de tono que Santana me había dicho durante nuestras lecciones de la noche anterior.
—Honestamente, sólo ha sido una semana agotadora. Creo que Dee es genial. No hay problemas con eso.
—Todavía puedes sentirte extraña con ello, lo sabes, ¿verdad?
Negué con la cabeza, pero sentí ese dolor presionar sobre mi pecho mientras respondía:
—Papá adoraba a mamá y sostuvo su mano a través de todo. Pasó gran parte de su matrimonio enferma. Demasiado enferma. Tan enferma que eran más como compañeros que amantes, pero papá no se quejó. No creo que siquiera le importara, la amaba mucho. —Sonreí a través de mi visión de repente borrosa—. Se merece la felicidad ahora. Dee es realmente genial y lo hace feliz. Estoy de acuerdo con eso.
No me sorprendí al ver las lágrimas brillando en los ojos de Marley. Ella tenía una tendencia a llorar cuando sus amigos lo hacían porque se preocupaba lo suficiente para sentir lo que sentían.
—Siempre puedes hablar conmigo, Britt, si tienes dificultades por cualquier cosa.
Por supuesto, sabía que esto era verdad y sabía que Marley estaría allí para mí en cualquier momento que la necesitara, aunque sólo fuera para escuchar. Sabía que podía hablar con ella si tenía un mal momento acerca de mi madre, pero la última vez que pasé por un momento difícil sobre eso fue en Acción de Gracias del año pasado. Santana pasó a ser la persona que estuvo allí para verme atravesarlo.
En cuanto a los problemas que estaba teniendo ahora… No podía hablar con Marley acerca de ellos.
Comenzar de nuevo en Ohio, empezar de nuevo con Marley, fue un borrón y cuenta nueva en más de un sentido. No tenía un grupo cercano de amigos en Estados Unidos, pero esos pocos amigos que dejé detrás de mí sabían lo suficiente como para conocer mi historia, o la falta de ella, con los hombres y chicas que me interesaban. Ellos nunca lo dijeron directamente, pero siempre me hablaban de chicos con este toque de piedad, a veces incluso de superioridad, que me hacía sentir aún peor conmigo misma.
Pero Marley… Marley no sabía nada de esto.
Cuando nos conocimos por primera vez estaba pasando cosas muy difíciles con su mamá y papá. Durante mucho tiempo, creo que pensaba que el abuso que sufrió a manos de ellos de alguna manera era su culpa. Conocerla en un momento tan emotivo para ella aceleró nuestra amistad.
Me convertí en una confidente para ella, y de alguna manera encontré las palabras correctas para que se sintiera mejor consigo misma. Debido a eso y mi sentido del humor a veces arrogante, Marley me veía como ésta mujer segura de sí misma, fuerte, confiada y atrevida. Lo sabía porque me lo decía todo el tiempo. Ella me dijo que me admiraba. Con Marley, me agradaba ser yo misma mucho más de lo que solía hacer. Ella era el único espejo en que me gustaba mirar.
No estaba dispuesta a dejar de lado esos momentos cuando me sentía por mí misma en la forma en que debería. Decirle la verdad, acerca de todas estas inseguridades que Santana me estaba ayudando a atravesar, pondría fin a eso. Quería seguir volviéndome la persona que quería ser, y entonces serle sincera. No confiar en ella no era una reflexión sobre lo buena amiga que era. Porque ella era la mejor.
—Sé que siempre puedo acudir a ti. —Tomé su mano y la apreté cariñosamente—. Eres la mejor hermana no hermana que he tenido.
Sus ojos verdes se abrieron con sorpresa y placer ante mi anuncio, y sus labios se entreabrieron como si estuviera a punto de decir algo a cambio cuando de repente oímos un golpe fuerte del piso de arriba. La sonrisa se fue inmediatamente de la cara de Marley mientras miraba hacia el techo. En un profundo suspiro, murmuró:
—Mejor voy a ver cómo está.
El año pasado, Marley había salido del apartamento del segundo piso que había compartido con su madre, Fiona, y Cole. Al descubrir que su madre alcohólica golpeó a Cole, Marley había intentado mantener a su hermano lejos de su madre tanto como fuera posible. Pasaron mucho tiempo en el piso de abajo, en el apartamento de Jake. Finalmente, Jake pidió a Marley y Cole irse a vivir con él, no sólo porque los quería allí sino porque Cole necesitaba salir de esa situación pronto.
—¿Quieres compañía? —ofrecí, sabiendo que lidiar con Fiona era a menudo desagradable para mi amiga.
Ella sacudió la cabeza y me dio una sonrisa de disculpa.
—Sabes lo que piensa de ti.
De hecho lo sabía. Cuando conocí a Fiona había sido mala conmigo, porque siempre había sentido algo por mi padre y estaba celosa de mi mamá y me odiaba por eso. Me había dicho que me parecía a mi madre, como si eso fuera una cosa mala. En realidad, era una de las cosas más bonitas que jamás podría haber dicho de mí.
—Adelante. —La despedí con la mano—. Yo me encargo de los aperitivos.
Suspirando de nuevo, Marley salió de la cocina y me siguió, llevando un plato de sándwiches que había hecho.
—Voy a ver si mamá está bien —le gritó a los chicos y a Santana al pasar la sala de estar.
Jake casi chocó conmigo. Él me dejó pasar, llamando a Marley.
—Yo voy contigo.
Cuando entré en la sala de estar, mis ojos se dirigieron inmediatamente a Cole. Tal como esperaba, sus hermosos rasgos juveniles estaban tensos mientras miraba hacia el techo. Odiaba ver esa mirada en su rostro. Me preocupaba lo que significaba, lo que estaba pasando dentro.
Cole nunca hablaba de ello, pero no podía imaginar que fuera más fácil para él crecer con una madre como Fiona de lo que había sido para Marley. Tampoco era fácil crecer sin un padre, y después descubrir que su padre era un idiota abusivo. Para todos los fines, Marley había sido su madre, no Fiona. Sin embargo, el abuso de su madre debe haber dejado su huella, y la sola idea de esa marca en Cole me hizo sentir enferma. Él era el mejor chico del mundo. No entendía cómo alguien podía hacerle daño.
Sintiendo mi mirada, Cole me observó y sonreí con suavidad. Él me dio una pequeña sonrisa, pero no llegó a sus ojos.
—¿Sándwich? —pregunté, caminando hacia él con el plato. Antes de que pudiera decir nada, me senté junto a él y empujé el plato debajo de su nariz.
Cole aceptó lentamente un sándwich. Permanecí en silencio.
Él me miró, como si estuviera esperando que dijera algo.
En su lugar le di una descarada sonrisa lenta. Cole se quedó mirándome como si fuera una especie nueva. Luego sacudió la cabeza y se echó a reír bajo. Todo su cuerpo se relajó y mordió el sándwich.
Levanté mis ojos sonrientes. Y chocaron con los de Santana y la sonrisa casi vaciló ante su expresión. La expresión de su rostro era tan tierna que me sentí sin aire. Sentí el ya familiar, dolor placentero en mi pecho mientras me guiñaba un ojo.
No creo que alguien pueda guiñar sin verse estúpido o cursi. Estaba equivocada.
Santana podía.
Santana hacía que guiñar fuera ardiente al estilo “baja-bragas”.
Oh, chica, mejor ten cuidado, Soda Pop.
******
—No tienes que acompañarme a casa, Santana —dije cuando llegamos a Leith Walk.
Después de que Marley se hubo ocupado de lo que estuviese pasando con su madre, ella y Jake regresaron al apartamento y cambiamos los videojuegos para ver una comedia. Santana recompuso su error al inclinarse para besar la frente de Marley cuando se levantó para ir al baño, y la tensión entre ellas se desvaneció. El tatuaje o un par de ellos, sin embargo, todavía rondaba mi mente porque… bueno, yo era así de entrometida. Sobre todo, estaba preocupada por la reacción que había suscitado en Santana. Pasé toda la película sin molestarle al respecto, pero cuando Noah se fue, tomamos nuestra señal y anunciamos que teníamos que irnos también.
Santana vivía en Marchmont, una zona densamente poblada por estudiantes detrás de Meadows, un gran parque público detrás de la Universidad de Lima-Ohio. Estaba al suroeste del apartamento de Marley y Jake en London Road, mientras que el mío estaba justo al oeste. Había una buena caminata de cuarenta minutos desde mi apartamento al de Santana.
—Es más de medianoche —respondió en voz baja—. No voy a dejarte caminar sola a casa.
—Soy una niña grande. Puedo cuidar de mí misma.
—Eso podría ser cierto si alguna vez decidieras venir al judo conmigo.
Arrugando la nariz ante la idea, le dije:
—Me gusta verlo, pero no hacerlo.
—Espero que esa no sea tu actitud hacia el sexo. —Ella sonrió con descaro hacia mí—. Por otra parte, el voyerismo es caliente.
Le di un puñetazo en el brazo.
—Eres tan inmadura.
—No puedo hacer nada si no piensas las cosas antes de decirlas — respondió con un indiferente encogimiento de hombros.
—Colega, no había nada sexual en lo que he dicho. Sólo tienes una forma de hacer que todo suene sucio.
Me sonrió.
—¿Tú, una mujer adulta de veintiséis años de edad dice “colega”, y me llamas a mí inmadura?
—Eso no viene al caso —contesté con arrogancia, haciendo caso omiso de su risa. E ignorando su risa, decidí estúpidamente arruinar su estado de ánimo. Aclarándome la garganta, le golpeé con mi hombro—. Así que, ¿el eh… eh, tatuaje o dos de ellos?
Santana permaneció en silencio mientras cruzábamos la calle hacia Union Street. Para el momento en el que giramos y bajamos por Forth Street todavía no había dicho nada. No iba a presionarla. No era mi asunto. Pero estaba preocupada por su reacción a sus tatuajes y lo que significaban.
—Uno es una hermosa cruz en mi espalda baja y el otro es una pequeña “A” tatuada muy cerca de mi espalda baja casi en el borde de mi costado izquierdo. —Su voz se elevó de repente.
—Una “A” —susurré, y la comprendí al instante—. Por “Alice”.
Santana asintió, sus ojos clavándose en los míos, como si estuviera esperando mi reacción.
—¿Cuándo te lo hiciste?
—Justo después de su muerte. —Esos ojos profundos y oscuros estudiaron mi cara con más atención—. ¿Alguna vez pensaste en hacerte un tatuaje por tu madre?
La presión familiar en mi pecho acompañó mi respuesta.
—No lo necesito.
—Me alegra tenerlo. —La voz de Santana fue baja, casi inaudible—. Hay momentos en los que puedo pasar un día entero sin recordarla. Entonces, me sorprendo con la vista del tatuaje en el espejo. Así recuerdo.
Quería decirle que estaba bien vivir su vida, tener días que no fueran afectados por su pérdida, pero me hubiera sentido como una hipócrita si lo hiciera. Si pasaba algún día sin pensar en mamá, la culpa era casi paralizante.
Santana sabía eso. Ella lo sabía y yo sabía su historia. Al recordar todo lo que me dijo tras encontrarme en mi apartamento el noviembre pasado, no iba a ser yo la que le dijese que era hora de seguir adelante…
Flashback
Última Acción de Gracias, Lima-Ohio….
El pavo estaba en el horno y también las patatas asadas. Las patatas para el puré estaban hirviendo y las cebollas estaban cortadas, listas para ser mezcladas con las patatas, justo como mamá lo hacía. La salsa de arándanos estaba hecha. Las verduras humeaban.
Ya que no pude encontrar una tienda en ningún sitio en Lima-Ohio que vendiese pastel de calabaza, tuve que hacer uno desde cero. Me sequé el sudor de la frente, porque el calor de la cocina había llenado el pequeño apartamento hasta el punto de la ebullición. Las ventanas estaban abiertas, pero aun así había tenido que cambiarme a una camiseta de tirantes en un día de otoño en Ohio.
Después de pasar una emocional mañana con mi padre, le había dicho que sólo necesitaba algo de tranquilidad. Noté que no quería dejarme, pero era una mujer adulta y me dio mi espacio. Y estaba utilizando mi espacio para hacer lo que mamá habría estado haciendo si la vida fuese justa.
Terminando el pastel, abrí el horno para ver si podía hacerle espacio. El humo se elevó.
—¿Qué demonios? —grité, alejando el humo para descubrir que el pavo estaba ardiendo.
¿Por qué estaba ardiendo? ¿No lo había puesto el tiempo correcto? Eché un vistazo al reloj y sentí una oleada de mareo sacudirme. ¿Cómo se habían hecho las siete de la noche? El reloj tenía que estar equivocado. Sentí las lágrimas pinchar mis ojos mientras miraba al pavo chamuscado
.
Lo había arruinado.
—¡Lo he jodido! —grité, agarrando un guante de cocina y sacando el pavo. Sintiendo el calor ardiente de la bandeja en mi mano grité con indignación y arrojé su pesada carga en el fregadero.
El timbre de mi puerta sonó y me detuve, tomando aliento.
¿Y si era papá?
Me apresuré al intercomunicador de la entrada.
—¿Quién es? —pregunté tentativamente.
—Santana. Déjame subir.
—Uh, no es un buen momento.
—Acabo de oír tus gritos desde la ventana abierta. Si no me dejas entrar, voy a forzar la puerta.
Pasándome una mano por el cabello, me estremecí ante la humedad en mi línea del cabello. Era un desastre sudoroso.
Le abrí el portal y dejé mi puerta abierta con molestia, luego pisoteé hasta la cocina para comprobar mis patatas rostizadas.
—Las he jodido también —gemí, con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Britt?
Me di la vuelta para ver a Santana, y sea lo que sea que ella vio en mis ojos la hizo detenerse en seco.
—Britt, ¿estás bien? —preguntó suavemente, dando un lento paso hacia mí.
—¡Lo he arruinado! —grité, señalando con mi brazo el pavo—. ¡Está destrozado! ¿Qué sentido tiene que hornee el pastel de mierda si se jode el pavo? He perdido mi tiempo cortando cebollas para el puré porque no tiene sentido ya que las patatas asadas se han quemado. No se puede tener una cena de Acción de Gracias con un solo tipo de patatas, Santana.
—Nena, ven aquí. —Se acercó a mí como si yo fuera un animal herido. Estaba tan confundida por su comportamiento que la dejé enroscar una fuerte mano alrededor de mi brazo y arrastrarme a la sala de estar. Al comprender que me estaba sacando de la cocina, una rabia mal dirigida surgió de mí.
—¡No! —grité, intentando alejarme de ella.
—Jesús, Britt, cálmate —me ordenó entre dientes, sosteniendo mi otro brazo para un mejor agarre—. Cálmate y dime qué está pasando.
—¡No! —Tiré de mis brazos, y cuando eso no funcionó, traté de forzarla lejos de mí, traté de hacerle perder el equilibrio—. ¡Fuera! ¡Tengo que arreglarlo! ¡Tengo que arreglarlo!
—Britt —susurró, con miedo en su voz. Me sacudió con fuerza, con tanta fuerza que paré, con los ojos abiertos, mientras sus manos aflojaban y gentilmente acunaba mi rostro. Miré fijamente a sus ojos oscuros y lo que vi en ellos me asustó.
Estaba actuando como una loca.
Mi rostro se arrugó mientras la familiar agonía atravesaba mi pecho. Mi cuerpo se estremeció, duramente, mientras sollozaba.
—Ella no está aquí para arreglarlo. —Caí contra ella, tratando de recuperar el aliento.
.
Sus brazos se deslizaron a mí alrededor mientras lloraba y en ese momento sentí que sus brazos eran lo único que impedía que me desmoronase por dentro.
—Ella se esforzó —susurré, tomando una respiración profunda, intentando encontrar la calma a través de las lágrimas—, luchó contra ello. Cada Acción de Gracias. —Me relajé con sus palabras de consuelo, mi cabeza moviéndose con el suave ascenso y descenso de su respiración. Dejé que el ritmo se apoderase de mí, y poco a poco mi propia respiración volvió a la normalidad.
Cuando finalmente me di cuenta de lo que me rodeaba de nuevo, descubrí que estaba acostada en el sofá con Santana. Se había tumbado en él, arrastrándome consigo, de modo que estaba acomodada en su costado, con la cabeza todavía apoyada en su pecho y mi mano derecha agarrando su mano izquierda.
—Lo siento —dije, con la voz ronca, los ojos hinchados, las mejillas ardiendo de vergüenza por mi crisis nerviosa. A decir verdad, había estado entrando y saliendo en una crisis nerviosa las últimas semanas, a medida que Acción de Gracias se acercaba. Gran parte de la tensión que tenía se había estado formando firmemente mientras trataba de esconder mi crisis de mi padre.
—No lo sientas —me tranquilizó Santana—. ¿Por qué hoy, Britt?
—Es Acción de Gracias en casa —dije en voz baja, de alguna manera temiendo que si hablaba más alto me pondría histérica otra vez—. Sin importar cuán enferma estaba mamá, siempre luchó contra ello en Acción de Gracias, tratando de hacer que todo fuese normal cuando no lo era. — Mi boca tembló mientras nuevas lágrimas rodaron por mis mejillas—. Era mi mejor amiga. Mi alma gemela.
—Nena. —Oí la empatía dolida en su voz y tomé el consuelo en ella.
—Hoy hace cinco años que murió, en Acción de Gracias. Es el primer año desde su muerte que no he visitado su tumba. —Lloré más fuerte—. No quiero que piense que la he olvidado.
Me abrazó con más fuerza mientras yo seguía llorando, empapando la tela ya mojada de su camiseta.
—Britt… —Santana apretó su brazo a mí alrededor—. Nena, ella no pensaría eso ni por un segundo.
—Estuve con ella a través de todo, Santana. —Me pasé la mano por la nariz mocosa—. No salí cuando fui una niña, dejé la universidad, hice todo lo que pude para ayudarla en su lucha. Y no ganamos. Su vida… se fue. Mis años de adolescencia… se fueron. Debería haber significado algo. Debería significar algo.
—Sí significó algo. Te enseñó a luchar sin importar cuán desesperanzadas parezcan las cosas. Esa es una lección que no muchas personas pueden impartir a sus hijos, pero ella lo hizo. Te enseñó a ser valiente, Britt, y te enseñó que la vida es frágil. La gente lo dice todo el tiempo, pero nunca lo entienden realmente hasta que un minuto están riendo con un ser querido y al siguiente están llorando sobre su tumba. Yo lo entiendo. Lo entiendo porque Alice me lo enseñó. Pienso en ella todos los días, y ella sabe que yo pienso en ella todos los días. No tengo que visitar su tumba para que ella se dé cuenta de eso.
Confundida y preocupada, con mi corazón latiendo más fuerte que antes, limpié mis mejillas a medida que levantaba la cabeza del pecho de Santana para mirarla a los ojos.
—¿Alice?
Un dolor como nunca antes había visto en sus ojos, hablando de una pérdida tan profunda que sentí que se filtró de ella a mí, oscurecía el marrón puro de sus ojos. Cómo se las había arreglado para ocultármelo todos estos meses, nunca lo sabría.
—¿Te ha dicho Jake que somos de Longniddry?
Asentí.
—Es sólo un pequeño lugar a las afueras de Lima-Ohio. Un bonito lugar en la costa. Jake, Noah, Alice y yo crecimos juntos. Todos éramos los mejores amigos hasta que cumplí los trece años y un chico que no me gustaba le pidió a Alice que saliese con él. Me enfadé mucho con ella y nos peleamos. —Ella sonrió suavemente, recordando—. Odiaba pelearme con ella. Era la chica más dulce que conocía. Si discutías con ella, lloraba, y eso te hacía sentir muy mal. Así que nos peleamos, ella lloró y yo la besé para decirle que lo sentía. —Se encogió de hombros, luego se rió vacíamente—. Eso fue todo. Estuvimos juntas. Novias de la infancia.
Tragué el nudo enorme que se había formado en mi garganta, el dolor en mi interior expandiéndose por Santana.
—La amabas.
Lágrimas brillaron en sus ojos, haciendo que mi aliento se atascase en mi garganta.
—Sí. Era mi mejor amiga.
—¿Qué pasó?
Se quedó en silencio un momento y luego sus ojos capturaron los míos, y nuestra conexión sólo se intensificó cuando ella contestó:
—Cáncer. Linfoma. Estaba a punto de cumplir los diecisiete años. —Santana miró hacia otro lado y su brazo se apretó alrededor de mí otra vez—. Estuve con ella a través de cada etapa. Cada pizca de esperanza, cada tratamiento fallido. Realmente creí que íbamos a combatirlo. Como si tan sólo yo pudiese mantenerme respirando para que ella lo hiciese. —Escuché el nudo en su garganta y me tensé contra ella—. Era especial, Britt. Puro. Al final, la única cosa que me ayudó a superarlo fue la creencia de que era demasiado buena para este lugar. Cuando murió dos días después de cumplir los dieciocho años, eso fue todo lo que me ayudó a seguir adelante. Ella era demasiado buena para este lugar.
—Oh, Dios, Santana. —Dejé caer la frente contra su pecho y envolví apretadamente mi mano alrededor de su brazo—. Lo siento.
—Yo también lo siento, nena.
Nos quedamos en silencio por un tiempo, hasta que finalmente conseguí la valentía para decir algo que realmente no quería decir.
—Voy a levantarme. Dejar que te vayas.
Sentí sus labios en mi cabello y luego dijo en voz baja:
—Si te parece bien, estoy bastante a gusto para pasar la noche aquí.
Me relajé al instante.
—Me parece bien.
Fin de flashback
Pasamos el apartamento de papá en Heriot Row y bajamos por Howe Street. Estábamos a menos de un minuto de mi apartamento y todo el camino a casa se había llenado de un silencio cómodo que nace de la conexión tan profunda que habíamos logrado el pasado en Acción de Gracias. Sin embargo, había un peso en el silencio de Santana que me hacía sentir incómoda.
Finalmente, cuando nos detuvimos frente a mi edificio, habló:
—Tengo un par de plazos que cumplir esta semana, por lo que podría no ser capaz de dejarme caer por aquí hasta después de la clase de judo del miércoles en la noche.
Sacudiendo la extraña sensación que se sentía como algo muy parecido a la decepción, dije:
—No hay problema. —Le di una sonrisa arrogante que realmente no sentía—. Practicaré mi coqueteo con mi espejo.
Me sentí gratificada por la risa baja que difundió de ella, una luz cálida se extendió a través de mi pecho a medida que parte de la oscuridad se levantaba de sus ojos.
Me dio un beso en la mejilla.
—Nos vemos pronto, nena. Dulces sueños.
—Buenas noches. —Entré en el edificio y le di una última sonrisa por encima del hombro antes de cerrar la puerta y dirigirme hacia las escaleras de hormigón. Aunque entendía perfectamente por qué estaba así, una pesadez creció en mi interior mientras me ponía el pijama. Sabía que esta noche Santana no iba a necesitar mirarse en el espejo como un recordatorio para pensar en Alice.
No. Ella estaba dentro de ella esta noche; había una mirada atormentada en sus ojos que nunca había visto antes. Algo le estaba molestando, y tenía miedo de que si presionaba demasiado, simplemente me convertiría en otra mujer cualquiera en su vida y me bloquearía por completo.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 9
Mi preocupación por Santana me mantuvo despierta por horas hasta que finalmente me dormí, mi cuerpo suficientemente exhausto para callar a mi cerebro. Preocuparse nunca era divertido, especialmente cuando una solución parecía tan imposible, lo que significaba que estaba agradecida por el almuerzo de domingo en lo de los Wilde al día siguiente.
Rachel y Quinn, de luna de miel en Hawái, estaban ausentes, por supuesto, pero no tuve oportunidad de realmente sentir esa ausencia por el drama. Por “drama” me refiero a que Kitty estaba como loca, todo porque Hannah había tenido una cita la noche anterior.
Mientras papá, Jake, Ryder, Cole y Dec estaban en el piso de abajo, Elodie trabajaba en la cocina con la ayuda de Clark, y yo me reclinaba contra el vestidor de Hannah viéndola sufrir por la emoción de Kitty, a menudo mirando a Marley por ayuda.
—No entiendo. —Kitty levantó sus manos exasperada—. Recuerdo haber estado absolutamente emocionada con mi primera cita. Por supuesto, Ryder y Quinn la arruinaron y volví a casa llorando, pero de seguro tu primera cita estuvo mejor que la mía.
Estaba demasiado ocupada riéndome de Kitty y preguntándome qué demonios habrían hecho Quinn y Ryder para arruinar su primera cita para notar que Hannah se ponía más y más incómoda.
—¿Kitty, puedes parar? —Su tono suplicante giró mi cabeza y fruncí el ceño ante su expresión triste.
Oh, Dios. ¿Había pasado algo? ¿Él había…?
—No sé tú, Kitty, pero estoy comenzando a preocuparme.
Oyendo la seriedad de mi tono, Kitty se enderezó, su amplia mirada azul volando a Hannah.
—Hannah, ¿ese chico te hizo algo?
—Oh, por el amor de Dios. —Marley cruzó sus brazos frente a su pecho y le dio a Hannah una mirada impaciente—. Sólo diles.
—Marley. —Hannah la miró—. No.
Marley miró a Kitty, aparentemente lista para ignorar la molestia de Hannah.
—Ella tiene esta extraña creencia de que si más personas saben de ellos, de alguna forma lo arruinarán. Pero, cariño —se giró de vuelta a Hannah—, después de lo de anoche no creo que eso sea un problema.
Kitty cruzó sus brazos sobre su pecho, frunciendo el ceño.
—¿De qué está hablando Marley?
Esperamos pacientemente, o al menos Marley y yo lo hicimos, para que Hannah finalmente nos confiara cualquiera fuera el secreto que estaba ocultando.
—Sólo… no le digas a mamá.
—¿Por qué no? ¿Estás haciendo algo ilegal? —resopló Kitty—. Estoy comenzando a preocuparme.
Conocía a Hannah lo suficiente para saber que estaba conteniéndose a fuerza de poner sus ojos en blanco.
—No es nada como eso. Es sólo que no quiero que todos lo sepan. Es demasiado deprimente.
—Bien, no le diré a mamá. Ahora escúpelo.
Exhalando pesadamente, Hannah se inclinó contra sus almohadas y miró al póster en su techo. Era una fotografía en blanco y negro del sexy cantante de una de las bandas de rock más famosas del mundo.
—Hace dos años conocí a este chico, Marco. Es un par de años mayor que yo. Me ayudó cuando unos chicos en la escuela me molestaban cada vez que perdía el autobús. Como sea, lo besé un día. —Ella entornó los ojos para sí misma—. Creí que me besaba en respuesta, pero me alejó y me evitó por un tiempo. Luego comenzó a hablarme de nuevo, pero pretendió que nada había pasado. Se graduó el año pasado. —Ella giró su cabeza en la almohada para mirar entre Kitty y yo—. Nos mantuvimos en contacto. Textos. Facebook. A veces nos juntábamos sólo para pasar el rato y charlar. Nunca ha pasado nada entre nosotros, aunque creo haber dejado claro que me gusta. —Una expresión de dolor, un profundo dolor que me tomó por sorpresa, entró en los ojos de Hannah, y de repente supe que este no era un enamoramiento cualquiera de secundaria. A ella le gustaba este chico. En serio le gustaba—. Sé que ha habido otras chicas, no soy estúpida. Pero es diferente cuando de hecho lo ves tú misma.
—¿Qué sucedió? —Kitty se inclinó para tomar su mano.
El labio de Hannah tembló, su garganta funcionando como si luchara por ocultar sus emociones.
—Hace unas semanas lo vi besando a esta chica fuera del cine. Como, realmente, en serio besándola.
Kitty suspiró, con una profunda mirada de entendimiento en sus ojos, y por todo lo que Kitty me había dicho de su pasado con Ryder, ella en realidad entendía.
—Así que finalmente decidiste avanzar y aceptaste una cita. Esto es como un deja vú —murmuró, apretando la mano de su pequeña hermana.
—Scott —Hannah puso sus ojos en mí—, la cita de anoche. Es un buen chico. Es un año mayor. A muchas chicas les gusta, así que dije que sí.
—¿Qué sucedió?
—Espera por ello —murmuró Marley, su boca torcida con molestia—. Es asquerosamente típico. Hombres —resopló.
—Marco se mudó aquí de Chicago. Está viviendo con sus tíos. Son los dueños de D’Alessandro.
—Oh, Dios, amo ese lugar.
—Britt. —Kitty me asesinó con sus ojos—. No cambies de tema.
—Oh, lo siento —chillé—. Continúa.
—Marco trabaja para su tío en el restaurante, algo que nunca me dijo en realidad. —Parecía asombrada de ello—. Va a la universidad de Telford. Estudia para convertirse en carpintero. No sabía que trabajaba también.
Se mantuvo en silencio un momento, perdida en sus pensamientos.
—Hannah. —Kitty tocó gentilmente su pierna—. ¿El resto de la historia?
—Scott me llevó a D’Alessandro.
Todas contuvimos la respiración, entendiendo repentinamente adónde iba todo.
—Marco estaba atendiendo mesas. Nos vio juntos y se veía… —Ella se encogió de hombros, aparentemente perdida—. Se veía furioso. Cuando Scott fue al baño, traté de hablar con él, pero él sólo… apenas me miró y se fue. Desapareció.
Todas estuvimos en silencio un momento y luego dije atontada.
—Suena complicado.
—Suena épico. —Le sonrió Kitty a su hermana.
—Por esto no quería decir nada. —Hannah miró a Marley mientras gesticulaba hacia su hermana.
—Oye —soltó Kitty, algo que no hacía a menudo, considerando que era una persona alegre—. Deja de tratarme como si fuera una idiota romántica. Puedo ser útil, sabes. De hecho, soy experta en muchachos que te alejan por razón inexplicables cuando es obvio que les gustas.
Su hermana la miró cuidadosamente.
—Eso es cierto.
—Digo que lo ignores. —Kitty se encogió de hombros—. Cuando ignoré a Ryder, eso lo empujó para avanzar.
—¿No fue tu tumor?
Kitty la miró fríamente.
—El tumor fue el detonante, pero créeme que lo estaba ablandando con mi ausencia antes de eso.
Hannah se mordió el labio ante el tono de Kitty.
—Lo siento. No quise sonar como una desdeñosa sobre tu tumor.
—Perdonada. —Kitty soltó aire entre sus labios—. Así que. ¿Qué vamos a hacer? Sobre Marco, ¿no?
Por un momento, nos sentamos debatiendo el mejor movimiento, todas considerándolo seriamente dado que era claro como el agua que no era un enamoramiento tonto para Hannah. Este misterioso chico, Marco, quienquiera que fuera, significaba algo para ella, y quería una descripción para ir a D’Alessandro a verlo. Hannah no parecía interesada en jugar con él, y parecía inclinarse más al consejo de Marley de lograr que hablara con ella. Mientras las chicas dejaban la habitación frente a mí ante el llamado de Elodie, repentinamente me golpeó la realidad.
Hannah, una chica apenas por cumplir diecisiete, tenía una mayor vida amorosa que yo.
—Y no es eso deprimente… —murmuré, caminando a las escaleras.
—¿Qué es deprimente?
Me giré para ver a Cole saliendo del baño, sus cejas elevadas de forma interrogante.
—Tortugas —respondí de inmediato, mintiendo porque la verdad era demasiado vergonzosa y complicada para explicárselo a un chico de quince años—. Se ven tan enojadas.
Cole me miró como si estuviera loca, lo cual era posible.
—Eres algo rara, Britt. Lo sabes, ¿verdad?
Asentí resignada y comencé a ir al comedor.
—Pero estás equivocada sobre las tortugas.
El afecto me invadió y me giré con una sonrisa interrogante.
—¿Lo estoy?
—No están enojadas. Sólo contemplan las cosas. Es por eso que se toman su tiempo para llegar a los lugares. Constantemente están reflexionando.
Mi sonrisa se ensanchó y me sonrió de vuelta.
—Es oficial, eres un friki tan grande como yo, Cole Walker.
Él resopló.
—Por supuesto, si ser el más genial de todos ahora se confunde con ser friki.
Riendo, lo seguí al comedor.
—Estás pasando demasiado tiempo con Santana. Su arrogancia se te está pegando.
********
—Supongo que no estás reorganizando los libros de historia, ¿cierto?
La suave voz familiar me sorprendió abruptamente, mientras levantaba de golpe mi cabeza para mirar a Sam sentí a mi lengua enredarse en un nudo de inmediato.
Era el mediodía del lunes y había tomado un momento del escritorio silencioso de recepción para reorganizar libros devueltos. Sam se había acercado mientras estaba en cuclillas, poniendo unos libros en el estante más bajo de la última estantería de la habitación.
Sus ojos verdes lucían amigables e interesados.
—-Estoy buscando un libro en esta sección.
Tomando una profunda respiración, traté de recordar todo lo que Santana y yo habíamos repasado, y aún sentada a los pies de este hombre me sentía completamente inadecuada. Este se suponía que sería mi momento. Se suponía que comenzaría a coquetear y sería el primer día del resto de mi vida.
En cambio me las arreglé para desatar mi lengua mientras me paraba, mi mano alcanzando el carrito de libros y artículos mientras me impulsaba arriba.
—¿Qué estás buscando?
Él observó un pedazo de papel en sus manos y luego miró directo a mis ojos.
—Crímenes Sexuales, Honor, y Ley de España en la Edad Moderna.
Tan pronto como la palabra “sexuales” salió de su boca, sentí mis mejillas encenderse.
Sus labios se curvaron ante mi reacción, y bajé mi cabeza a los libros en el carrito, humillada, y comencé a buscar entre ellos.
—Um —mis manos temblaban del horror de que aún era tan incompetente socialmente como lo había sido dos semanas atrás—, aquí tienes. —Tomé el libro encuadernado en cuero y rápidamente se lo di, incapaz de mirarlo a los ojos.
—Gracias —exhaló—. Creí que no iba a ponerle las manos encima. No dije nada, sólo asentí.
—De acuerdo. Bueno, gracias.
Asentí de nuevo y esperé que su sombra se fuera. Tan pronto como sus pasos se alejaron, levanté mi cabeza y miré el espacio donde había estado.
Era oficial. Era una perdedora.
Y Santana estaba perdiendo su tiempo por completo.
*****
Por los días siguientes evité escuchar mis propios pensamientos. En el trabajo eso era bastante sencillo porque me mantenía ocupada, y estaba constantemente frente a Angus pidiéndole más tareas. No me hubiera sorprendido si él pensara que había empezado una dieta basada sólo en Red Bulls… o crack. Considerando que no había hecho una revisada sorpresa de casilleros, creo que iba por el lado del Red Bull. O ya sabes… simplemente locura.
Esa noche cené con papá y Dee y no fui a casa hasta que estuve tan cansada que prácticamente colapsé en mi cama tan pronto como entré. La noche del martes hice unas compras después del trabajo y compré un par de comedias en DVD. No quería nada deprimente, triste o angustiante. Quería sacar mi mente de cualquier cosa que podría llevarme a ese minuto de absoluta desesperación en la sección reservada con Sam.
Para cuando Santana llegó a nuestra lección del miércoles justo pasadas las ocho, estaba lista para renunciar.
Hablando de tomar el toro por las astas.
Sabiendo que Santana era capaz de comerse un supermercado entero después de las clases de judo, había puesto varios bocadillos en la mesa y tenía una película de Steve Carell reproduciéndose de fondo. Cuando entró, su cabello aún húmedo por la ducha que obviamente había tomado antes de venir, estudié su postura confiada mientras caminaba. Santana no sólo caminaba; se pavoneaba. Esta era una mujer confiada en su cuerpo que sabía cómo usarlo.
Dios, la envidiaba.
—Nena. —Le sonrió a la comida que le había preparado y se sentó rápidamente en el sofá para estar cerca de ella.
—¿Cerveza?
—Por favor.
Le llevé la cerveza y me dejé caer a su lado.
Santana al instante alzó una ceja en cuestionamiento, como era de esperar, extendiendo la mano para tomar una mini dona de chocolate primero. Tenía un poco de gusto por lo dulce.
—¿Qué te pasa?
Viéndola deleitarse con la dona, me debatí en decirle o no. Antes de que hubiera entrado había estado lista para mantener mis manos en alto, pedir disculpas, y explicar que todo había sido una pérdida de tiempo. Ahora que estaba aquí, sin embargo, empecé a preguntarme si se decepcionaría de mí. No decía mucho de mí, sí me daba por vencida tan rápidamente, sobre todo cuando Santana se negaba a hacerlo.
—Sam entró a la biblioteca el lunes.
Me hizo un gesto de ¿celos? para continuar mientras tomaba un trago de cerveza.
—Fue un desastre, Santana. Preguntó por un libro llamado Crímenes Sexuales, Honor, y Ley de España en la Edad Moderna y me sonrojé desde la punta de los dedos de mis pies hasta la raíz del cabello.
Santana hizo una mueca.
—Intentó hablarme, y estaba tan avergonzada de haberme sonrojado que seguí mirando mis pies como una enamorada de cinco años de su vecino de diez.
—Cielos, ¿qué es lo que te pasa con este tipo? —preguntó Santana, acomodándose en el sofá.
—No lo sé. —Me encogí de hombros—. Creo que es un bloqueo mental.
—¿Un bloqueo mental?
Efectivamente, un bloqueo mental. No era tan difícil entender por qué no podía coquetear con Sam. La causa era la razón por la cual había estado evitando pensar acerca de todo esto en los últimos días. Era demasiado deprimente.
—Un bloqueo mental —repetí—. Es la parte que viene después del coqueteo lo que está provocando mi bloqueo mental. —Bajé la mirada, retorciendo nerviosamente mis dedos—. Si el coqueteo funcionara y de alguna manera me las arreglara para tener una cita con Sam… estaría aterrada.
—¿Aterrada?
—Es lo de la no experiencia, Santana. Me hace sentir insuficiente, poco atractiva. No importa lo mucho que me digas que soy atractiva, o lo mucho que trabajemos en el estúpido coqueteo, esa inexperiencia siempre está ahí, burlándose de mí. Me impide hacer cualquier cosa. — Sintiendo mis mejillas enrojecer, me preparé para explicarle lo mala que era la situación—. He besado a dos chicos y una chica, Santana. Tres noches de besar. Eso es todo. Y una de esas noches estaba espectacularmente borracha y perdí mi virginidad. Tres personas en todos mis veintiséis años en este planeta. Ni siquiera sé si soy una buena besadora o no.
El departamento se quedó en silencio, excepto por el murmullo de la película. Le había bajado el volumen cuando Santana avivó la discusión, y ahora era sólo una molestia en un momento de tensión.
—¿Santana?
Se movió un poco más cerca, estudiándome cuidadosamente.
—Es bastante fácil de descubrir.
—¿Qué quieres decir?
—Bésame.
Me eché hacia atrás de un tirón.
—¿Qué? ¡No!
Sonrió.
—Intentaré no tomármelo personalmente.
—No. —Me apresuré a apaciguarla—. No es que no seas besable, sabes que lo eres, tan atractiva, es simplemente que tú eres Santana. Somos amigas. Podría ponerse raro.
Ella sonrió ante mi respuesta.
—Britt, somos adultas. Creo que podemos manejar una sesión de besos experimental sin enloquecer y platicar sobre ello con todos nuestros amigos.
Le hice una mueca.
—Divertido.
—Bueno. —Me dio una mirada de: “qué estas esperando”—. Bésame.
El pulso en mi cuello comenzó a palpitar.
—¿Hablas en serio?
—Completamente.
Mis ojos cayeron a su boca. Tenía una boca con atrayentes labios carnosos. El tipo de boca perfecta, de hecho.
—¿Ahora?
—Ahora.
Temblando, me deslicé por el sofá para que nuestras rodillas se tocaran.
—¿Sólo te beso?
Vi el destello de un hoyuelo pero ignoré el hecho de que estuviera riéndose de mí. Estaba demasiado ocupada hiperventilando sobre si estaba a punto de darle a Santana López el peor beso de su vida o no.
Mi pecho empezó a subir y bajar rápidamente mientras me peleaba por capturar una respiración adecuada.
—Tranquila —murmuró Santana.
Ante su consejo, tomé un enorme aliento y con ello el aroma afrutado del champú de Santana. No estaba usando su colonia de costumbre, y en su lugar olía a fresco y limpieza absoluta.
Por alguna razón me hizo pensar en ella desnuda.
Oh, Dios, Santana desnuda.
Sintiendo mi piel caliente, vi la pregunta en los ojos de Santana, como si supiera que había tenido un pensamiento indecente y quería saber que había sido exactamente.
Para acallar su pregunta, me incliné y presione mis temblorosos labios en los suyos.
Su cuerpo se tensó por un momento, pareciendo querer que yo tomara la iniciativa.
Sus labios fueron cálidos y suaves mientras rozaba los míos tentativamente contra ellos. Al darme cuenta que no iba a hacer ningún movimiento hasta que de verdad la besara, me incliné más cerca, con mis pechos rozando los suyos, y presioné mi boca con más fuerza contra la suya, mi lengua corriendo suavemente por la comisura de sus labios cerrados.
Su boca se abrió, dejándome entrar. Moví rápidamente mi lengua contra la suya, y de repente, no estaba sola en ello. Movió sus labios contra los míos, lamió suavemente mi lengua hasta que todo lo que pude saborear fue azúcar, cerveza, y Santana. Nuestro beso se profundizó.
La piel de gallina subió por mis brazos, y mis pechos se hincharon contra ella. Santana gimió, el sonido vibrando en mi boca.
Mis dedos se apretaron en su cabello. Ni siquiera podía recordar ponerlos ahí.
Mi pecho estaba presionado contra el suyo. No podía recordarla poner su brazo a mí alrededor para tirarme más cerca.
Dios, ella podía besar.
Y su lengua. Vaya. Podía usar su lengua. La idea de ella usando su lengua en otras partes de mí agregó más leña al fuego ya creciendo rápidamente fuera de control en mi interior. Mi piel estaba en llamas. Me sentía como si fuera a estallar por ello en cualquier momento, y no podía importarme menos. Todo lo que me importaba era el sabor de Santana.
La presión creció entre mis piernas, y la frustración creció junto con ella. Necesitaba más. Más de alguna manera. Juntando las manos alrededor de su cuello presioné la rodilla entre la suya para llevarme un poquito más cerca. Esperando un sabor más profundo, le chupé la lengua.
Un gemido salió del fondo de la garganta de Santana y de repente, fui apartada de ella. La ausencia de su boca fue casi dolorosa. Me tomó un minuto salir de la niebla de deseo para darme cuenta que Santana me estaba mirando con los ojos bien abiertos, jadeando.
La realidad se instaló a mí alrededor.
Por un momento me había olvidado de por qué nos estábamos besando en primer lugar.
Apreté mis manos en puños para detener el temblor en mis dedos.
—¿Estuvo… eso estuvo bien? —pregunté, con mi voz baja y ronca.
La expresión de Santana cambió, mientras sus cejas se levantaban en incredulidad. ¿De qué había hecho la pregunta? Sin decir una palabra, tomó mi mano, desenroscó mi puño, y luego la colocó en su corazón.
Atrapada por su mirada oscura, mi corazón aún palpitante, dócilmente la dejé rozar mi mano por su pierna. Me quedé inmóvil en estado de shock cuando deslizó mi palma sobre su corazón que latía acelerado.
—¿Qué crees? —preguntó ella, con su voz ronca por la excitación. Mis cejas golpearon la línea de mi cabello.- En este momento lo único que atraviesa mi mente es haciéndote mía, Britt.
Sentir su corazón desbocado bajo mi mano y saber que yo la había puesto en tal estado envió un torrente a través de todo mi cuerpo. No solo estaba completamente excitada, me sentía un tanto liberada de saber que podía besar. Que de hecho, mi beso podía poner a arder de deseo por mí a una chica tan maravillosa y tan experimentada como Santana López.
Por reflejo, apreté mi palma contra ella y sus ojos se volvieron entornados, su aliento trastabilló. Sentí ese movimiento delator en el fondo de mi vientre. Quería su mano en mí. Quería…
I BELONG WITH YOU. YOU BELONG WITH ME…
—¡Rayos! —jadeé cuando los Lumineers resonaron por toda la habitación desde mi teléfono y me trajo de vuelta a la realidad. Arrancando la mano del regazo de Santana, no pude mirarla a los ojos cuando derribé la caja de mini donas intentando llegar a mi celular—. Es mi papá —murmuré, y levanté el teléfono a mi oído.
No tenía que responder, pero papá siempre se preocupaba cuando no lo hacía, y honestamente, ahora mismo necesitaba un escape.
—Hola —respondí, sonando sin aliento, que era como estaba. Mis mejillas ardieron incluso más ante el pensamiento de hablar con papá después de haber estado toqueteando a Santana.
—¿Estás bien? Suenas sin fuerzas —preguntó papá, con preocupación en su voz.
Lancé una mentira.
—Me pillaste en medio de Pilates.
Un golpecito en mi rodilla llevó mis ojos de mala gana de nuevo a Santana. Hizo gestos hacia la puerta y se puso de pie.
—Me voy a ir —articuló.
Busqué en sus ojos por cualquier pista sobre cómo estaba reaccionando a lo que acababa de pasar, pero si tenía algún pensamiento sobre el asunto, estaba escondiéndolo muy bien. Le di una pequeña despedida a medias con la mano, apenas escuchando a mi papá hablando sobre la televisión que había visto en venta que sería mejor que la de segunda mano que actualmente poseía, mientras veía a Santana salir de mi apartamento.
No había manera de que pudiera concentrarme después de eso. Intenté ver otra película y comer los bocadillos que Santana había dejado atrás, pero mi cuerpo todavía estaba tenso por ser dejada en la estancada, y mis emociones estaban por todo el lugar. Sobre todo, no obstante, estaba preocupada de haberle hecho daño a mi amistad con Santana.
Finalmente, cedí y le envié un mensaje mientras me metía en la cama.
¿Las cosas se pusieron raras?
Estaba mirando hacia el techo en la oscuridad cuando los Lumineers comenzaron a cantarme “hey-ho” otra vez, y levanté mi celular para ver que Santana estaba llamando. El alivio se mezcló con el miedo cuando lo contesté.
Santana estaba riendo al otro lado de la línea.
—Un poco —contestó mi mensaje sin preámbulos—. Pero no tiene que serlo. ¿Especialmente si ayudó?
Todo mi cuerpo se relajó en el colchón ante la respuesta de Santana. A pesar de todavía sentirme un poco ansiosa acerca de todo, decidí que era lo correcto. Sólo era raro si lo dejábamos que fuera raro, así que resoplé en su lugar y respondí:
—No me preocupa que no pueda besar, si eso es lo que estás preguntando.
—Oh, nena. —Su profunda voz retumbó en mi oído y estaba bastante segura que mis pupilas se dilataron mientras el cosquilleo empezaba a subir entre mis piernas otra vez—. Puedes besar. Créeme.
—Bueno, desde luego le creo a tu corazón y a las reacciones de tu cuerpo.
Su estallido de sorprendida risa no hizo nada para calmar mis mejillas repentinamente en llamas. ¿De verdad dije eso en voz alta?
Soda Pop, ya no estás en Kansas.
—¿Te sonrojaste cuando dijiste eso? —preguntó Santana, y pude oír su amplia sonrisa en sus palabras.
—Quizás —dije entre dientes, presionando una mano fría en mi inflamada mejilla.
Su respuesta fue otra caliente y baja risita que le hizo cosas divertidas a mis entrañas. Mientras yacía ahí escuchándola respirar, no podía creer lo mucho que mi estado de ánimo se había transformado desde temprano ese día. Había sentido que perdía contacto con la vida. Me había sentido sola, patética, y sin experiencia. Me había sentido derrotada.
Está noche me sentía excitada, me sentía viva, sentía una agitación de energía en mi interior, y no quería que se fuera. La única manera que conocía de cómo sentirlo otra vez… era pedirle ayuda a Santana. Pero eso era realmente cruzar una línea, y no sabía si ella lo haría, y no sabía si yo estaba dispuesta a arriesgar nuestra amistad sólo para que pudiera sentirme sexualmente capaz.
—¿Britt?
—¿Sí?
—¿Qué está pasando por tu mente? Casi puedo sentirlo en el extremo de esta línea.
Cerré mis ojos, mis latidos acrecentándose mientras me preparaba para pedírselo.
—¿Britt?
—Um… —El teléfono realmente se sacudió en mi mano—. Um… me estaba preguntando…
—¿Sí?
—Me estaba preguntando… —Me desplomé cuando la valentía me abandonó—. ¿Qué pasa después?
—Bueno, estaba pensando que podrías practicar coqueteando en una situación de verdad.
Alerta ahora, le pregunté en voz baja:
—¿Qué significa eso?
—Vamos a salir por tragos con todos el sábado en la noche, ¿cierto?
—¿Sí? ¿Y? —No sabía si me gustaba el sonido de adónde se dirigía con esto.
—El sábado en la mañana antes de mi clase de judo, vamos a ir a comprar un vestido. Te vas a poner algo sexy, para que te sientas sexy, y luego cuando estemos afuera en la noche, te vas a probar a ti misma que eres sexy coqueteando con un chico o una chica y consiguiendo su número.
Me quedé en silencio mientras asimilaba esto, ya sintiendo las mariposas en mi estómago.
—¿Brittany?
—¿Ajá?
—Nena, no tienes nada de qué preocuparte. Lo prometo.
Intentando ser valiente otra vez, puse mi fe en ella.
—Está bien. Confío en ti.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Ooh vaya, eso no me lo esperaba $-$ akahskdk fue intenso :3
Esta historia es tan genial <3
Esta historia es tan genial <3
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
ya empezaron a ponerse rara las cosas, en esa salida otras pden pasar!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
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