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[Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
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marthagr81@yahoo.es
Susii
3:)
micky morales
_Claudia_100%fanGLEE_Bol
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Santana caerá en su mismo juego ... Esto esta interesante me gusta tu fic pero antes ponias tres capítulos ahora los has menorado me imaginó que tienes muchas responsabilidades ... ;) saludos
Lucy LP**** - Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….mil disculpas por no actualizar ayer, en mi defensa diré que hice un viaje desde el jueves hasta ayer (prácticamente llegué a casa casi a media noche….y bueno, estaba cansada). Súmenle a ello que no tenía ningún capitulo para actualizar, asi que hoy me puse a trabajar en los 3 capítulos de hoy
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=CBN0pXXJ3GQ
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 10
Bostezando, negué con la cabeza cuando Santana levantó un ceñido número azul.
Su mandíbula se tensó mientras lo volvía a poner en el estante.
—¿Hay algo que te guste? ¿Y puedes, por favor, despertarte de una buena vez?
Estábamos de pie en medio de una tienda de alto diseño de la calle junto a Princess Street, tratando de encontrar algo sexy que ponerme esa noche. Habíamos estado intentándolo durante dos horas y media y aunque la estaba retrasando deliberadamente para torturarla, desafortunadamente me estaba torturando a mí en el proceso. Puse mis manos en mis caderas.
—Me has levantado a las siete y media de la mañana un sábado. Estoy cansada. Estoy aburrida. Odio ir de compras. Soy una de esas mujeres que realmente no pueden soportar los vestuarios, y los maniquís me asustan. Tengo una camiseta que pone: LAS COMPRAS ONLINE SON MI SALVADORAS. ¿Comprendes?
Santana cruzó los brazos sobre su pecho, separando sus piernas. Llevaba pantalones jeans azules oscuro, botas negras, una camiseta blanca ajustada, una chaqueta deportiva negra y un gorro. Estaba increíble y despierta, y a todos lados dónde íbamos, las mujeres y hombres la miraban a escondidas, sus ojos se llenaban de anhelo… hasta que volvían su atención a mí, y el anhelo se convertía en envidia mientras asumían que estábamos juntas.
Tenía que admitir que ésta parte de la salida de compras era divertida.
—¿Crees que yo quiero estar aquí? —preguntó Santana, con irritación tiñendo sus palabras—. También odio ir de compras.
Sonreí burlonamente mientras le daba un puñetazo juguetón en el brazo.
—Entonces vamos a saltarnos este punto, ¡cariño!
Apareció un hoyuelo y sabía que estaba tratando no reír y así arruinar su semblante atormentado. Lo mantuvo.
—Britt, tenemos que hacer esto.
Haciendo pucheros, junté las manos.
—Por favor, sólo vámonos.
Sus ojos cayeron a mi boca por un momento antes de que ella los levantara para buscar mi cara.
—¿Te quieres sentir sexy esta noche?
Hundiéndome con su pregunta, exhalé, miré a mí alrededor y respondí afirmativamente.
—¿Y tienes alguna cosa que te haga sentir ligeramente sexy?
—Sólo ropa interior —admití con un encogimiento de hombros.
Ella se quedó en silencio con mi respuesta, así que le devolví la mirada. Estaba sonriendo.
—Es bueno saberlo. De todos modos, no creo que estés planeando ir tan lejos, así que vamos a encontrarte un conjunto. Tengo clase en un par de horas.
—Disculpe. —Una joven dependienta se acercó, sus ojos sonrientes comiéndose a Santana, quién era al menos diez años más mayor—. ¿Puedo ayudarla en algo?
Santana me levantó una ceja y le respondí con un largo suspiro de sufrimiento antes de girarme hacia la chica.
—Estoy buscando un vestido. Nada ceñido —dije enfáticamente, con los ojos en mi sexy amiga—. Tengo barriguita —le recordé a ella, y luego me volví otra vez hacia la chica—. ¿Tienes algún vestido ciruela?
—Eh… —Sacudió la cabeza—. Tenemos tops ciruela, pero no vestidos.
—¿Tienes faldas de tubo que combinen?
—Oh, sí. Por aquí. —Giró sobre sus talones y comenzó a dar zancadas distanciándose de nosotras.
Santana me estaba mirando con sospecha.
—¿Tops ciruela? ¿Faldas de tubo?
—¿Qué? Te he dicho que odio ir de compras. No he dicho que no sé cómo vestir.
—Voy a matarte —murmuró en mi oreja mientras seguíamos a la chica—. Has estado arrastrando los pies durante dos horas y media.
Me detuve y la agarré del brazo para detenerla.
—Cariño, me has despertado a las siete y media. Un sábado.
—¿Me estás diciendo que las últimas horas han sido una venganza?
Me encogí de hombros con indiferencia.
—Yo no he dicho nada de eso.
—Aquí estamos. —La chica nos llamó y me apresuré hacia ella para escapar del gruñido frustrado de Santana. Sentí su calor en mi espalda cuando me detuve en frente del perchero en el que ella se encontraba—. Tenemos tres tipos diferentes de tops ciruela y aquí hay algunas faldas de tubo que pueden ir con cada uno.
—Perfecto. —Santana palmeó mi trasero con ganas, tan fuerte, de hecho, que el sonido retumbó en las paredes de la tienda. Y picó. Como, realmente picó—. Mi chica estará preciosa con esto.
La chica parpadeó con tanta sorpresa como yo antes de que le murmurara excusas para que nos dejara. Una vez que ella estaba fuera del alcance del oído, giré lentamente la cabeza para mirarla a los ojos.
—¿Qué ha sido eso?
Acarició la dolorosa picazón con dulzura.
—La venganza por la venganza —murmuró con una sonrisa sin arrepentimientos. Sin decir una palabra, tomó algunos tops de mi talla junto con algunas faldas y me los entregó—. Pruébatelos.
Agarrando la ropa con una mano mientras me frotaba mi dolorido trasero con la otra, le susurré:
—Pagaras por eso.
Pasé los siguientes veinte minutos probándome fríamente trajes para su aprobación. Finalmente nos decidimos por un top negro de corte bajo con escote de corazón y un cinturón de cuero azul zafiro con un lazo en la cintura, una falda de tubo ceñida que me llegaba justo por debajo de las rodillas y tenía un bonito pliegue por detrás, unos zapatos de ante azul con tacón de aguja y un bolso que conjuntaba. Santana estaba muy feliz con el conjunto. Yo, por otro lado, estaba demasiado ocupada planeando mi venganza por la palmada en el trasero para prestar realmente mucha atención.
No fue hasta que llegamos al mostrador y la chica me dijo el coste total que giré hacia Santana y le pregunté dulcemente:
—¿Cariño?
Me levantó una ceja.
—¿Qué?
—He olvidado mi cartera.
Sus ojos se estrecharon.
—No, no lo has hecho. —Señaló la bolsa que colgaba de mi hombro—. Está justo ahí.
—Ese es mi bolso. Mi cartera no está dentro —mentí.
—Te he visto poner tu cartera dentro esta mañana, cariño —me recordó con los dientes apretados.
—Bueno, ahora no está, cariño —respondí con mis propios dientes apretados.
Nos miramos la una a la otra por un rato. Hasta que gané.
Mirándome con el ceño fruncido todo el rato, sacó su propia cartera y su tarjeta de crédito. Mientras la chica estaba poniendo mis cosas en la bolsa de compra, descansé una mano sobre el pecho de Santana y le di un suave beso en la mejilla, luego arrastré la boca hasta su oído.
—Venganza —murmuré, inclinándome hacia atrás mientras ella giraba la cabeza para mirarme a los ojos. Los suyos ardían con vehemencia, y por un momento perdí el aliento. Haciendo caso omiso de la ola de deseo que se juntó entre mis piernas por su expresión, susurré—: Mi nalga está palpitando.
Una sonrisa rompió su tensa actitud.
—Suficientemente justo. Sólo lo llamaremos un regalo adelantado de cumpleaños. —Tomó las bolsas y envolvió mi mano alrededor de ellas.
—No. —Sacudí la cabeza, siguiéndola fuera de la tienda—. Es venganza.
—Regalo de cumpleaños —gritó por encima de su hombro.
—Venganza —insistí con firmeza, casi tropezando con mis propios pies mientras me apresuraba a alcanzarla en la calle—. Colega, es una de las cosas más geniales que he hecho nunca. No vas a quitarle valor como algún sinsentido regalo de cumpleaños. Es venganza. —Extendí las bolsas para enfatizar mi punto.
Santana negó con la cabeza mientras sonreía.
—Cariño, era lo más genial que habías hecho alguna vez hasta que admitiste que era lo más genial que habías hecho. —Se rió de mi expresión testaruda—. Bien —concedió—. Ha sido venganza.
A medida que nos dirigíamos por Princess Street permanecimos en silencio entre la multitud de peatones que se iba espesando lentamente, hasta que finalmente mis buenos modales ganaron y dije en voz baja:
—Gracias por el regalo adelantado de cumpleaños.
Un montón de mujeres giraron sus cabezas para ver a Santana López reír fuertemente antes de pasar su brazo por encima de mis hombros para abrazarme a su lado.
Tenía que admitirlo… era un lugar bastante bueno dónde estar.
****
El gorila del Club 39 me miró de pies a cabeza y luego murmuró un coqueto “Buenas noches, cariño” mientras se hacía a un lado para dejarme pasar por la puerta. Hice mi mejor esfuerzo para no ruborizarme por el brillo apreciativo de sus ojos. En su lugar, mis piernas temblaban mientras mis tacones resonaban contra el suelo de piedra de la entrada. Era un desastre, tan nerviosa por esta noche que había acabado llegando tarde y teniendo que mandarle un mensaje a Marley para hacerle saber que simplemente me encontraría con ella, Kitty y el resto del grupo en el bar. Era el bar en el que Marley y Rachel solían trabajar, y solíamos ir allí porque todavía conocían a la mayoría del personal y casi siempre podíamos conseguir una mesa.
Honestamente, no era mi sitio favorito donde pasar el rato. Era oscuro y estaba abarrotado, y como era un bar en el sótano, era un poco claustrofóbico. El mobiliario era escaso e incómodamente moderno, y la pista de baile era del tamaño de mi pequeña cocina. Había un indicio de pretensión en el Club 39 que me repugnaba, y honestamente estaba preocupada de que no pudiera encontrar a nadie aquí con quien realmente quisiera flirtear lo suficiente como para pasar la última prueba de Santana y ganar por mí misma un número de teléfono.
Si el pensamiento de la meta de esta noche no era suficiente para quererme hacer vomitar, lo que estaba llevando y las miradas admirativas que estaba recibiendo de los chicos y algunas chicas definitivamente lo hacían.
Santana tenía razón. Me sentía sexy con esta ropa. Tenía una buena cantidad de escote que mostrar, mi cintura parecía delgada y mis caderas muy curvas. El top y la falda acentuaban todos los aspectos positivos de mi figura y escondían los negativos. También había pasado mucho más tiempo del habitual maquillándome, resaltando mis pálidos ojos con sombra de ojos ahumada y engordando mis labios con un brillo de labios húmedo. Mi cabello había sido fácil porque realmente tenía un buen cabello. Caía por mi espalda en sensuales ondas rubias que realmente eran perfectas para el conjunto.
En total, me sentía muy Marilyn Monroe. Eso no significaba que sabía cómo ir de conservadora a súper zorra.
Ignoré la atención que mi conjunto estaba recibiendo, algo por lo que Santana estaría enojada, teniendo en cuenta que debía estar lanzando sonrisas coquetas, y mi mano se apretó alrededor de mi bolso nuevo mientras buscaba a mis amigas y amigos en la barra.
Los encontré en la esquina, ya sentados en el extraño sofá de cuero de forma cuboides. Kitty lucía su habitual elegancia sofisticada con un vestido suelto rosa pálido y zapatos de tacón de aguja plateados, y Marley estaba con su usual glamour sexy con un vestido azul eléctrico que abrazaba su figura y sandalias de tacón alto que combinaban. Estaban sentadas con sus prometidos respectivos, riéndose de algo que Santana estaba diciendo mientras apoyaba sus codos sobre las rodillas, sosteniendo una cerveza en la mano. Ryder llevaba un traje de diseñador que le quedaba perfectamente, mientras Jake llevaba unos vaqueros oscuros y una camiseta de manga corta de los Ramones. Santana llevaba una preciosa chaqueta de cuero azul y unos pantalones negros.
Todos ellos eran dignos de babear…..en especial Santana.
Mientras me acercaba a la mesa me mantuve esperando que levantaran la vista, sonrieran y me dieran la bienvenida. En cambio, Kitty, Marley y Jake levantaron la vista, miraron a través de mí y miraron lejos antes de volverse bruscamente hacia mí con reconocimiento repentino. Los ojos de Ryder y Santana pronto los siguieron.
La cara sorprendida de Marley rompió en una enorme sonrisa.
—Oh, Dios mío, Brittany, estás… increíble.
Me inquieté, completamente incómoda bajo su examen.
—Uh, gracias. Continuemos. —Sonreí tontamente, y estaba a punto de ir sentarme al lado de Kitty cuando Santana me agarró la mano y me llevó junto a ella. Le sonreí y luego, al instante, me estremecí por la forma en que me estaba repasando. Finalmente nuestros ojos se encontraron.
—Estás increíblemente follable.
Reí, intentando no ruborizarme.
—Como siempre, me dejas encantada, Santana.
—Tienes un talento con las palabras, Santana —dijo Kitty, acordando con sequedad.
Ryder gruñó.
—Es peor que Quinn.
Santana se encogió de hombros y bebió un trago de cerveza antes de responder con pereza:
—Lo digo como lo veo.
Intentando permitir que el franco cumplido de Santana reforzara mi valor, comencé a buscar por la barra a mi víctima.
¿Objetivo?
Bien, eso no suena mucho mejor.
Necesito una bebida.
Señalé sus vasos.
—¿Otra ronda?
Ryder inmediatamente se levantó y pasó junto a la pequeña mesa alrededor de la que estábamos.
—Yo pago. ¿Corona y lima?
Normalmente esa era mi bebida, pero esta noche decidí que necesitaba algo un poco más fuerte.
—Talisker y ginger ale. Con hielo.
Se encaminó hacia la barra, y sentí los ojos de Marley sobre mí.
—¿Estás bien? —le pregunté.
—Sí. ¿Tú lo estás? ¿Whisky?
—Simplemente me apetece algo un poco diferente esta noche. —Aparté la vista de nuevo, buscando. Tenía que haber algún chico o chica que provocara algún tipo de reacción visceral en mí. Lo suficiente, de cualquier manera, como para que quisiera entablar un flirteo con él o ella.
El olor de la colonia de Santana flotó sobre mí mientras se inclinaba para murmurar en mi oído:
—¿Ves algo que te guste?
Me tomó una gran cantidad de autocontrol detenerme de girar hacia ella, pasar mis ojos sobre ella intencionalmente y ronronear como respuesta: “Definitivamente, nena”.
Sin embargo, no tenía las suficientes agallas o era lo suficientemente fría como para hacerlo. Tal vez después, con algunos tragos de whisky en mi torrente sanguíneo, sería valiente.
—Estoy buscando —le dije tranquilamente—. Siento que voy a vomitarlo todo sobre mis zapatos nuevos.
—Por favor, no lo hagas. Sé muy bien lo mucho que cuestan.
Sonreí, mis ojos vagando por el bar.
—Intentaré no hacerlo, por tu bien.
—Lo aprecio.
Por mi vida no podía ver a nadie, pero realmente no estaba demasiado concentrada. Con el muslo de Santana presionado contra el mío, y su colonia flotando en el aire a mí alrededor, me encontraba distraída por la forma en que estaba consciente de ella. Por supuesto, siempre estaba consciente de ella, pero ahora estaba consciente de ella de la misma manera en la que lo estaba siempre de alguien por quien me sentía atraída.
Me puse rígida por la súbita comprensión.
Oh, Dios.
—¿Qué? —Los dedos de Santana se envolvieron alrededor de mi muñeca, dirigiendo mi mirada a su cara de nuevo. Estaba tan cerca, probablemente podría contar todas y cada una de las largas pestañas que enmarcaban sus seductores ojos.
Busqué algún motivo que explicara la repentina tensión de mi cuerpo, mis ojos volando de vuelta hacia el bar. Se detuvieron en un alto chico rubio que tenía un leve parecido con Sam.
—Lo encontré. —Incliné la cabeza en dirección al chico. Estaba de pie justo al lado de la barra, bebiendo una cerveza y riéndose con dos de sus amigos mientras revisaban a las chicas de su alrededor. No era increíblemente hermoso, pero tenía una sonrisa atractiva y unos agradables hombros anchos.
—Bien. Ahora, ve allá arriba hacia el bar a recuperar tu bebida de Ryder, y comienza a coquetear con el chico que has escogido.
Desde el rabillo de mi ojo vi a Marley estudiándonos a las dos cuidadosamente mientras Kitty y Jake platicaban ruidosamente sobre la música. Sintiendo la sangre caliente en mis mejillas cuando pensaba en Marley, o cualquiera, descubriendo lo que traíamos entre manos, en vez de pedirle a Santana un consejo de cómo empezar con el coqueteo como en realidad quería hacer, sólo asentí silenciosamente y me puse de pie.
Les sonreí a las chicas mientras las pasaba, ignorando sus ojos inquisitivos. Me abrí paso a través de la multitud, tratando de poner un balanceo en mis caderas como Marley cuando ella usaba los tacones. Mi corazón estaba latiendo tan fuerte que la sangre retumbaba en mis oídos, y estaba bastante segura de que si decía una palabra saldría como un tembloroso embrollo. Con piernas temblorosas, me acerqué a Ryder, quien estaba parado cerca del final del bar y cerca de mi objetivo.
—Hola. —Me deslicé a su lado y vi el vaso de whisky en la barra—. ¿Para mí?
—Sí, te lo iba a llevar.
—No hay necesidad. —Lo agarré y vertí su contenido por mi garganta, mis ojos se llenaron de lágrimas con el ardor. Palmeé mi pecho y tosí un poco—. ¡Whoo! —El ardor comenzó a disiparse, dejando un agradable calor que creció en mi pecho. Inclinándome sobre la barra e ignorando a Ryder, quien estaba mirándome como si jamás me hubiera visto, toqué con mi dedo a Alistair, ex-colega de Marley y Rachel, en el hombro. Se volvió de servir una pinta y me sonrió cuando me reconoció.
—Brittany, ¿qué puedo hacer por ti?
—Otro Talisker y ginger ale en las rocas. —Azoté el dinero en el mostrador—
. Conserva el cambio.
Tomó el dinero con una mano mientras deslizaba la pinta hacia su cliente.
—Eh, ¿estás bien? —Ryder me frunció el ceño. Asentí rápidamente.
—Nunca he estado mejor. —Eché un vistazo hacia mi objetivo por el rabillo de mi ojo para asegurarme de que él todavía seguía ahí.
Sip. Bien.
Tomé una profunda respiración, tratando de asentar el enredo de nervios en mi vientre.
Girando mi cabeza como si estuviera casualmente echándole un vistazo al club, dejé que mis ojos pasaran sobre él y entonces de regreso. Él atrapó el movimiento y me miró con un brillo de interés en sus ojos.
Eso era bueno.
Sonreí y me devolvió la sonrisa. Eso estaba mejor.
Inclinándome sobre el mostrador de tal manera que mi escote se volviera en cierto modo el punto de enfoque, pregunté:
—Te he visto por la biblioteca, ¿verdad?
El rubio dio un paso más cerca de mí y lejos de sus amigos, todavía sonriendo mientras me echaba un vistazo. Su mirada cayó en mi pecho por unos segundos más de lo que era educado y entonces de vuelta a mi cara.
—¿Biblioteca?
—En la universidad. Soy una bibliotecaria ahí. Eres de postgrado, ¿verdad?
Su sonrisa se amplió.
—No, pero ahora desearía que así fuera. No recuerdo que las bibliotecarias fueran como tú cuando estuve en la universidad. —Tenía un sexy acento inglés y definitivamente parecía interesado.
Podría en realidad pasar la prueba.
—Aquí tienes, Brittany. —Alistair deslizó mi bebida hacia mí mientras lo hacía encontré los ojos de Ryder. Estaba mirando entre el chico y yo como si estuviera inseguro de si había atraído su atención o no. Para tranquilizarlo sonreí, le di un coqueto encogimiento de hombros, y deliberadamente me volví hacia mi objetivo.
—Entonces, ¿es Brittany? —Apoyó un codo en la barra, acercando nuestros cuerpos. Tan cerca que incluso en mis tacones estaba inclinando mi cabeza hacia atrás para mirarlo a los ojos.
—Sí, ¿y tú eres?
—Will. —Extendió una mano para estrechármela, lo cual hice, totalmente gustándome la sensación de su fuerte mano envuelta en la mía.
Sí, definitivamente podía hacer esto.
—¿Es ese un acento extranjero? —Sus ojos buscaron mi cara con interés.
—Sí. Fui criada en Holanda, pero mi papá es estadounidense, así que me mudé de regreso recientemente.
—¿Qué te parece?
Sonreí y respondí honestamente.
—Ha estado bien hasta ahora.
Will bajó su cabeza, sus ojos azules brillando con intenciones sexuales que me sorprendió. No debí hacerlo, aunque eso es lo que estaba esperando, pero aun así… no me sentía tan cómoda si era honesta conmigo misma. No conocía a este chico y no sabía cómo iba a reaccionar a un coqueteo inofensivo. Para algunas personas había una línea delgada en sentirte como si estuvieran coqueteando contigo y en sentirte como si estuvieras siendo engañado sexualmente. Especialmente si en realidad eras sólo un experimento… y ciertamente estaba siendo engañado.
—Esto va a sonar realmente entrometido y cursi, ¿pero alguien te ha dicho que tienes los ojos más increíbles del mundo?
Sí. Santana López. Y sonó mucho mejor viniendo de ella.
Bajé la mirada y entonces lo miré de vuelta debajo de mis pestañas.
—Gracias —murmuré y entonces casualmente giré mi cabeza para ver hacia mis amigos.
Santana estaba parada cerca de la mesa, pero una bajita, esbelta y bien formada rubia estaba prácticamente presionada contra ella, y ella bajó su cabeza hacia su oído para ser escuchado por encima de la música, sus labios rozando su piel.
Me estremecí, sintiéndome fría, y los nervios en mi estómago se volvieron cenizas.
Ni siquiera estaba consciente de que estaba haciéndolo bien en su prueba. Había una bonita rubia con delgadas caderas y hermosa cara presionando su cuerpo contra el suyo, ¿por qué estaría dándose cuenta de lo que yo estuviera haciendo? Calor, y esta vez estaba bastante segura que era el calor del dolor y la ira, quemó debajo de mi piel, y aparté la mirada, sólo para atrapar la mirada de Marley. Ella me miró fijamente por un segundo entonces miró de vuelta a Santana. Cuando puso su atención otra vez en mí, pude ver la preocupación en su expresión, así que le sonreí como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo y me volví hacia Will.
Él estaba frunciendo el ceño. Genial.
—¿Es esa tu novia? —preguntó, inclinando su barbilla en dirección a Santana.
—No. —Me apresuré a asegurarle—. Son sólo mis amigos.
Relajándose, dijo:
—Entonces, ¿estás soltera?
—Estoy soltera. —Tan soltera que era gracioso—. Tú también, ¿verdad?
—Difícil de creer, pero sí. —Soltó una pequeña risa auto despreciativa, y también me relajé, gustándome su respuesta.
—Entonces, ¿qué es lo que haces, Will?
—Soy un ingeniero.
Intrigada, tomé un sorbo de mi whisky, saboreándolo ahora que me sentí más tranquila.
—Cuéntame sobre eso.
Y resultó que ese era más o menos el camino al corazón de un chico. O al menos al de Will. Por los siguientes treinta minutos le pregunté sobre él, sus intereses, su trabajo, sus hobbies, todo el tiempo sonriendo y dándole la impresión de que todo lo que decía era fascinante.
Lo tenía comiendo de mi mano.
Aunque, si no hubiera sido una prueba me hubiera dado por vencida hace unos diez minutos entonces. Seguí esperando que Will me hiciera preguntas sobre mí, pero la mayor parte él pareció feliz de disfrutar de mi atención.
Aburriéndome, me encogí de hombros con simulada renuencia.
—Realmente debería volver con mis amigos… pero… —Sé valiente, Soda Pop—. ¿Puedo… puedo tener tu número?
Will sonrió y extendió su mano.
—Dame tú teléfono.
Abriendo mi bolso de mano, saqué mi celular y sentí el alivio abrumador mientras Will tecleaba su número en él. Cuando me lo devolvió, envolvió su mano alrededor de la mía y suavemente me jaló hacia adelante, sosteniéndome hacia él, mientras su cabeza descendía.
Me quedé congelada mientras presionaba su boca en la mía.
Entonces Santana y su rubia aparecieron en mi cabeza y con rabia abrí mis labios.
Will me besó, su lengua ligeramente tocando la mía.
No fue un beso malo. De hecho, técnicamente él era un buen besador. Pero no sentí nada.
Retrocediendo, sonreí un poco tímida, lo cual pareció gustarle, y dije:
—Te llamaré.
Una vez que me dejó ir, ignoré las sonrisas que sus amigos me lanzaron y me volví en mis tacones para dirigirme de vuelta a mi mesa.
Santana, quien ya no estaba con la rubia, me estaba mirando con una expresión indescifrable en su rostro, al parecer ¿celos?. Mis ojos rápidamente se movieron de ella hacia los otros. Jake y Ryder me estaban sonriendo de manera juvenil, Kitty estaba mordiendo su labio para contener su propia pequeña sonrisa inmadura, y Marley se veía confundida.
—¿Qué fue eso? —preguntó, mirando hacia mi teléfono.
Lo ondeé, y llené mi voz con diversión y despreocupación mientras respondía.
—Conseguí por mí misma un número. —Mis ojos vagaron hacia Santana y ella levantó su barbilla hacia mí, silenciosamente haciéndome señas de que fuera hacia ella.
Me senté a su lado y esperé, pero no dijo nada hasta que los otros comenzaron a hablar entre ellos.
—¿Te divertiste? —preguntó en voz baja, sus ojos buscando los míos. Me encogí de hombros.
—Pasé tu pequeña prueba.
Sus ojos oscuros vagaron hacia el bar, donde Will todavía seguía parado con sus amigos. Esperé por algún tipo de reacción, pero su expresión estaba en blanco cuando se volvió hacia mí.
—Yo no dije que tenías que besar a un extraño.
—No. Pero lo hice.
—Parece que he conseguido a una estudiante destacado en mis manos.
Me encogí de hombros.
Estuvimos calladas por el resto de la noche. Creo que más que nada porque yo estaba perdida en mis propios pensamientos. Cuando era tiempo de irme a casa, como de costumbre Santana insistió en acompañarme. Abracé a las chicas despidiéndome y les di las buenas noches a los chicos, entonces seguí a Santana por George Street en los hermosos tacones que estaban empezando a pincharme.
—Así que… —Traté de parecer casual—. Pareció que conseguiste un número esta noche.
—La rubia.
Resoplé.
—¿Es ese su nombre?
Me dio una “mirada”.
—Es el único nombre que necesito saber.
En ese momento realmente tuve que tratar de recordar por qué Santana era de la manera que era, para así no tener que decirle que se comportaba como un patán. Esta noche me botaría en mi apartamento y luego llamaría a la rubia, se encontraría con ella donde sea, la follaría, la dejaría, y entonces borraría su número de su celular.
No era una buena manera de vivir, pero era la que ella escogió vivir, y yo tenía que respetar sus decisiones. Sí fuera sólo una antigua rompecorazones regular le daría un sermón hasta que sus oídos sangraran, pero cada vez que pienso en eso ahora, pensaba en el tatuaje que tenía inscrito muy cerca de su espalda baja y costado izquierdo.
Entre más cerca estábamos de mi apartamento, más inquieta me ponía, y mientras recordaba que el dolor y la ira me habían desgarrado cuando la vi coqueteando con la rubia, se me ocurrió que tal vez no era que estaba inquieta por sus elecciones, pero sí el pensamiento de ella dejándome para ir a follar con alguna extraña.
Ni siquiera quería analizar eso.
Sin embargo, mientras nos deteníamos fuera de mi edificio, me encontré diciendo su nombre silenciosamente.
—¿Sí? —preguntó, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.
Mirando su rostro atractivo, busqué en algún lugar dentro de mí el coraje que necesitaba para preguntarle lo que había estado quemando dentro de mí desde que nos besamos. Continúe con:
—Cuando nos besamos, eso ayudó.
Volvió su mirada hacia mí, esperando silenciosamente que yo llegara al punto.
Aclaré mi garganta, dando un golpe mental al enjambre de mariposas que habían erupcionado en mi vientre.
—Me sentí mejor —dije, intentando explicarme—. Me sentí… más segura.
—¿Qué estás tratando de decir, Britt?
¿Dónde estaba otro whisky cuando lo necesitaba?
—Um. —Mojé mis labios repentinamente secos—. Quiero que… quiero que me enseñes cómo ser… buena en el sexo.
El enfoque de Santana se intensificó y preguntó con una sorprendente calma.
—¿En teoría o en la práctica?
—En la práctica.
El silencio entre nosotras se estiró tanto que mis mariposas se estaban multiplicando en un increíble índice. La mortificación y el arrepentimiento se mezclaron mientras comenzaba a sentirme horrible por siquiera preguntar, por ponerla en esa posición.
—Santana…
—¿Cuánto has tenido que beber?
Un poco insultada por la insinuación, sacudí mi cabeza rápidamente.
—Sólo he tomado algunos whiskys. No estoy borracha. —Di un arrepentido paso hacia ella—. Mira, lo siento si te he hecho sentir incómoda. No quise hacerlo. Podemos…
Santana presionó un dedo silenciador contra mis labios y abruptamente me callé.
—Eres una de mis más cercanas amigas. No quiero hacer nada que podría arruinar eso.
Ignorando ciertos sentimientos, y por “ignorar” quiero decir empujándolas en las oscuras profundidades de mi ser, me concentré simplemente en mis propios pensamientos mientras me apresuraba a tranquilizarla.
—Si te prometiera que no sería así, ¿pensarías en eso? Yo sólo… quiero sentir como que sé lo que estoy haciendo. Si lo hago, siento que sería capaz de acercarme a Sam con confianza, sabiendo que si él dice que sí a una cita y lo que viene después, si la cita fuera ahí, no sería una experiencia traumática y angustiosa para mí. Confío en ti, Santana. Y no sería exactamente una dificultad —añadí con una pequeña sonrisa, la cual devolvió con una propia.
—Entonces, vamos a dejar esto claro. ¿Quieres que te folle en orden de enseñarte cómo follar a otra persona?
—Lo haces sonar tan sórdido.
Con un suspiro, se inclinó hacia adelante y presionó un beso en mi cabeza.
—Vete a la cama, nena. Si todavía te sientes de la misma manera en la mañana, pregúntame de nuevo.
—Fue lo suficientemente difícil preguntarte la primera vez —murmuré debajo de mi aliento mientras me volvía para abrir el pestillo la puerta del edificio.
Santana escuchó y sentí su mano en mi cadera, su calor en mi espalda mientras su aliento susurraba sobre mi oído:
—Eso fue valiente, Britt.
Me volví para mirarla, con una pequeña sonrisa agradecida en mis labios.
—Valor de borracho o valor real, supongo que lo averiguaremos en la mañana —dijo Santana.
Y entonces se había ido, y el frío viento se precipitó sobre mi piel mientras me dejaba desprotegida en la puerta. Me apresuré para entrar, mi corazón revoloteando como si un millar de mariposas en mi estómago hubiera escapado en mi pecho para causar caos ahí también.
Esas mariposas me hicieron compañía todo el maldito tiempo que luché por quedarme dormida esa noche.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 11
Sí, me quedé dormida, despertando después del mediodía, justo a tiempo para una ducha, vestirme y esperar que papá pasara por el apartamento y me acompañara al almuerzo del domingo de Elodie y Clark.
Sin embargo, en las horas antes de dormir, tuve tiempo para pensar, como Santana había sugerido.
Llegué a una conclusión: quería seguir con esto. Incluso sentía que tenía que hacerlo. Pero… lo que no había considerado cuando le solté mí pedido a Santana era nuestros amigos.
Éramos un grupo muy unido, y aunque estaba segura que Santana y yo podíamos contenerlo, me preocupaba el impacto que esto tendría en la dinámica de nuestro grupo. También me preocupaba más que estuviera excesivamente confiada en mi creencia de que Santana y yo deberíamos involucrarnos en este acuerdo y todo estaría bien.
Pero realmente quería llevar a cabo esto. La verdad era que no creía que estuviese destinada a ser una persona insegura, y eso era porque no lo era en casi todo. Creía en mi propia inteligencia; creía en mi sentido común; creía que mi personalidad; aunque extravagante, era buena; creía que era capaz; creía que podía hacer cualquier cosa que me proponga. Quería creer que si no le gustaba a alguien, entonces ese alguien no valía mi tiempo.
Creía en mí.
Creía en todas las cosas escritas dentro de mí, era sólo que de alguna manera en el camino había dejado de creer en mi ser. No sé por qué. Pero no creo que eso estuviera destinado a pasar. No creo que estuviera destinada a ser el tipo de persona que cuestiona su propia capacidad; que permite que alguien le haga pensar que le falta algo.
Pero ahí estaba. Así era como me sentía.
Y estaba cansada de gimotear, llorar y quejarme de ello conmigo misma. Había visto a mi hermosa joven madre batallar el cáncer y perder esa pelea. La vida era corta. Demasiado corta para pasarla odiando una parte de ti misma, y no hacer algo para recuperar tu confianza. Demasiado corta para no vivirla.
El sexo era una gran parte de la vida y vivir. No me sentía apta en ello y había alguien que podía darme un poco de experiencia práctica para construir mi confianza y llevarme más de cerca a la mujer que creía que estaba destinada a ser.
Así que, después del almuerzo, tenía toda la intención de llamar a Santana y preguntarle de nuevo. No tenía el fuego del whisky para mantener en llamas mi coraje. Era sólo yo y mi determinación para convertirme en una mujer que gustara de sí misma… en todo sentido.
Resulta, que no necesité esperar hasta después del almuerzo para hacer mi pregunta.
*****
Elodie no solo tenía una persona extra que alimentar, sino que Santana había ido antes a la casa de Jake ese día para pasar el rato, y además terminó con una invitación para la barbacoa del domingo. No es que le importara a Elodie. Con la familia Wilde siempre era: “cuantos más, mejor”.
Significaba, sin embargo, que me encontré parada afuera en la pequeña terraza de Elodie y Clark en la parte trasera de su casa. Disfrutando de un cálido día de primavera con Marley mientras los otros estaban dentro.
Estaba esperando a Santana, y mis nervios estaban saltando por todo el lugar. Pensando en el momento en que tendría que repetirle mi petición, me tomé nerviosa una copa entera de vino a largos sorbos.
—¿Estás bien, Britt?
Miré, con los ojos abiertos como platos, a Marley. Ella me estaba observando, pareciendo preocupada.
—Luces agitada.
Dado su expresión ansiosa, de repente quería decirle todo. Las palabras treparon por mi garganta y se atascaron mientras mi corazón latía fuertemente.
—¿Britt?
Por toda mi determinación, me volví insegura mientras miraba a mi amiga.
¿Y si Santana y yo empezando esto era en realidad una mala idea para todos nosotros?
—Tengo esta amiga —balbuceé—. Del trabajo. Me presentó este dilema y tú sabes cómo soy, me gusta tener la respuesta correcta.
Marley se puso seria.
—Está bien. ¿Cuál es el dilema?
—Ella tiene este grupo de amigos. Todos son cercanos, pero hay una chica en ese grupo que le gusta y ambos se quieren pero con sus pasados no saben a dónde los podría llevar algo entre ellas. También les preocupa cómo afectará eso a su grupo.
Me puse tensa cuando terminé de hablar, tratando de pretender que Marley no parecía creer ni por un segundo que el dilema fuera el de una colega. Esperé que me lo reprochara.
—Bueno —suspiró—, creo que si a tu amiga le gusta esta chica debería intentarlo.
Me inundó el alivio y me calmé. Marley no iba a descubrirme. Genial.
—¿Lo crees?
Una pequeña sonrisa reconfortante jugó en sus labios.
—Si realmente quiere hacerlo y siente que es lo correcto para ella, entonces debería. Nadie nunca sabe a dónde la llevará una relación. Entramos en estas cosas ciegos y mientras progresa, mientras se conocen una a la otra, la luz empieza a entrar. En cuanto al grupo de amigos… bueno, si son tan cercanos como dices que son, entonces lo entenderán. Estarán de acuerdo y manejarán, lo que sea que pase.
Tomé un respiro mientras Marley se estiraba para tomar mi mano. Sus ojos me decían que ella veía a través de mi treta, y el reconfortante apretón que me dio me dijo que me apoyaba.
Yo en cierto modo, más o menos, la quise mucho en ese momento.
—Ahí están —dijo Jake mientras abría las puertas francesas y salía al patio, seguido de Santana.
Sonreí saludándolo, mis nervios arrancaron de nuevo ante la vista de Santana, y dejé a Santana, Marley, y Jake llevar la conversación mientras daban sorbos a vasos de Coca Cola.
—Noah y yo estábamos hablando sobre ir a casa por un largo fin de semana en unas pocas semanas —dijo Jake a Santana—. Pensamos que todos nosotros —nos señaló a todos—, podríamos ir. Podríamos rentar una casa, dividirla en seis partes.
—¿Seis? —Santana frunció el ceño.
—Bueno, Marley, yo, tú, Britt, Noah y Lyn. Por supuesto Cole irá con nosotros también.
Santana se volteó hacia mí.
—¿Qué piensas? ¿Una sofisticada reunión con mis padres?
Dentro de mi cabeza había una pequeña versión de mí saltando de alegría y emoción ante la idea de conocer a los padres de Santana, ver de dónde venía, e indagar más en el pasado que había creado a la increíble chica que había llegado a conocer. Por fuera asentí despreocupadamente y sonreí amenamente.
—Suena bien.
—Genial. —Marley trató de alcanzar las puertas corredizas—. Empezaré a buscar algún lugar para rentar.
Ella y Jake entraron al comedor vacío, Jake sosteniendo la puerta abierta para nosotras. Santana sacudió su cabeza.
—Entramos pronto.
Eso significaba que quería hablar a solas conmigo. Contuve el aliento mientras Marley y Jake desaparecían. Santana no dijo nada.
Pasó un minuto. Dos.
Finalmente resoplé.
—¿Me vas a hacer decirlo?
—Depende. —Me sonrió con suficiencia, pero noté que había algo cauto en sus ojos, algo como recelo—-. ¿Qué es lo que vas a decir?
Echando un vistazo hacia atrás a la puerta, me aseguré que estuviéramos definitivamente solas antes de hablar.
—No estaba ebria anoche.
No había ni un toque de diversión en la cara de Santana mientras contestaba:
—Confías en que haga esto contigo, pero tengo que confiar en que no tratarás de transformar esto en algo más que una buena amiga ayudando a otra amiga.
Está bien, en el fondo en ese oscuro lugar donde la había empujado anoche había una pequeña cosa llamaba celos que había levantado su fea cabeza cuando Santana tomó el número de esa chica. Pero eso era sólo un problema pasajero y podía manejarlo. Me atraía Santana, sí, y sí, me preocupaba por ella, pero tenía un antiguo enamoramiento por Sam, no Santana, y Sam era la meta aquí.
Tratando de aligerar un poco la conversación, dije:
—Estoy segura que de alguna manera lograré no enamorarme de ti.
Su hoyuelo izquierdo apareció rápidamente.
—Estoy segura que eso será fácil para ti.
—Me gustaría señalar algo.
—Dilo.
—Sé que estás acostumbrada a tener sexo. Pero te estoy ofreciendo la oportunidad de tener sexo completamente libre de problema. No puede ser una miseria.
—No. —Sonrió sugestivamente—. No es para nada una miseria. —Por un momento estuvo en silencio mientras contemplaba mi proposición. Se volvió a mirar a la puerta, asegurándose que estábamos solas—. Bueno, si vamos a hacer esto, prometo no andar saliendo con nadie más durante… nuestras lecciones. —Supe que no escondí mi sorpresa ante su oferta porque frunció el ceño inmediatamente—. Nena, si vas a empezar tu vida sexual, sé inteligente. Me gusta comprometerme al cien por ciento, y cuando llegue el momento para ti y este chico Sam, asegúrate de que esté limpio antes de que empieces algo. No estoy preparada del todo, pero por ti haría lo que sea.
Ahora que estábamos discutiendo datos personales mi corazón se había unido a la conversación y latía fuerte. Golpeaba, latía, tronaba con fuerza detrás de mi caja torácica, determinado a dejarme saber que estaba ligeramente asustado. Quería que se calmara.
—De acuerdo… ya sabes. —No pude evitar sonrojarme.
Santana cerró la distancia entre nosotras de modo que su pecho rozaba el mío.
—No estás reconsiderando tu proposición tan pronto, ¿verdad?
Uh…
—No. —Obligué a mi coraje a volver al frente—. Sólo quiero establecer que entiendes en qué te estás metiendo. Quiero decir, sé que estabas siendo arrogante al decir que tenías sexo regularmente y que eso no era una miseria, pero la verdad es que esto no es un casual arreglo sexual. Esto es sobre ti… enseñándome… cosas.
Los ojos de Santana se iluminaron con alegría y repitió en voz baja:
—¿Cosas?
Mis mejillas quemaban.
—Cosas.
—¿Cosas?
Miré alrededor de nosotras, buscando oídos atentos. Al no encontrar ninguno, volví a mirarla a los ojos, ignorando la sensibilidad que hormigueaba a través de mi cuerpo mientras nuestros pechos rozaban.
—Como… como complacerte —murmuré en voz baja.
Un brillo ardiente apareció en sus ojos mientras bajaban a mi boca. El aire alrededor de nosotras cambió. Sentí como mis pechos se hinchaban, y esa excitación ahora tan familiar entre mis piernas.
Mi respiración se aceleró. Al igual que la de Santana.
Sentí su cálida mano en mi cadera y me dio un fuerte apretón antes de retroceder, permitiendo que el oxígeno fluyera libremente dentro de mis pulmones de nuevo.
—Este no es lugar para provocarte. —Su voz era baja, cargada con…¿sexo?
Ella estaba tan excitada como yo lo estaba.
Sorprendida, asentí, apartando mi cabello lejos de mi cara.
—Sí. Deberíamos… deberíamos entrar.
—Ve tú. —Señaló la puerta—. Entraré, en un segundo.
Mi mano estaba en la perilla y estaba a punto de entrar cuando su voz, envuelta alrededor de mi nombre, me detuvo en seco.
—¿Sí? —La miré sobre mi hombro.
—Empezaremos esta noche. —La expresión de Santana estaba llena de promesas sexuales que enviaron un temblor bajando por mi columna como si hubiera arrastrando su dedo por mi espalda desnuda—. Estaré en tu casa alrededor de las nueve.
*****
Apenas pude comer en la comida.
Y ahora eran las ocho y cincuenta de la noche y Santana iba a estar en mi apartamento en diez minutos. Estaba esperando que tan pronto como ella entrara por la puerta parte de los nervios darían lugar a la anticipación, porque todo lo que estaba sintiendo en ese momento era ansiedad.
Por suerte fue un gran progreso del miedo que sabía que estaría sintiendo si fuera Sam a quien estuviera esperando que entrara por la puerta. Con Santana había un elemento de seguridad porque la conocía muy bien. Sabía que nunca me lastimaría o me haría sentir estúpida o fea o cualquier cosa negativa. Era la perfecta maestra para guiarme en esto porque confiaba en ella complemente.
Me había duchado cuando llegué a casa y después me puse una ligera capa de maquillaje. Debajo de mis pantalones y camisa estaba usando mi set favorito de lencería. Era de satín blanco con bordes de encaje y se veía lindo contra mi piel clara. Estaba esperando que la distrajera de mi ombligo y muslos flácidos.
—No uses la palabra “flácido” —me reprendí, recordando la advertencia de Santana.
Realmente sin saber cómo actuar o qué hacer, me apresuré por el apartamento tratando de poner en orden las pilas de libros y copias de reseñas de revistas de Santana que había puesto en todas partes. Me pregunté si tal vez necesitábamos algo de música ambiente, y encendí la radio. Inmediatamente después, decidí que era una mala idea ya que no era yo, y Santana sabría que no era yo y supongo que lo mucho que me estaba volviendo loca por la situación. Así que encendí el televisor en su lugar. Cinco minutos más tarde decidí que esto sugeriría indiferencia y no quería que ella pensara que yo era indiferente tampoco.
Estaba tan ocupada correteando por ahí como un idiota que cuando Santana tocó mi timbre terminé tropezando con una pila de libros, me puse de pie sólo para deslizarme a lo largo de mis pisos de madera en los calcetines que llevaba puestos, y me estrellé contra el intercomunicador. Al final apreté el botón de entrada. Abrí la puerta de mi apartamento y respiré hondo.
Sintiéndome sudorosa y asquerosa, y no en lo más mínimo atractiva, fruncí el ceño hacia mis calcetines y me pregunté por qué diablos los llevaba puesto en primer lugar. No eran sexy. Me agaché para quitármelos, pero el derecho quedó atrapado. Tiré repetidamente, maldiciendo el pequeño bastardo a medida que brincaba en un pie. Acababa de arreglármelas para quitar la maldita cosa cuando me golpeé el tobillo izquierdo con la mesa de café, recibiendo el golpe en un hueso, cayendo derrumbada, golpeando mi cabeza contra el cojín suave de mi sofá.
—Jesús, ¿estás bien?
Empujando hacia atrás mi cabello, levanté la vista con los ojos plenamente abiertos a Santana, quien estaba de pie en mi puerta.
—Estoy bien —le dije, sin aliento.
Cerró la puerta detrás de ella, sus ojos vagando por mi cuerpo, probablemente en busca de signos de lesión.
—¿Estás segura?
—Por supuesto —le dije alegremente y luego me di cuenta que tenía un par de calcetines sudados en mis manos. Nada sexy. Los metí rápidamente bajo el sofá y me puse de pie, balanceándome un poco por el movimiento brusco.
La risa curvó la comisura de su boca mientras se quitaba su chaqueta de cuero.
—¿Estás segura que estás de acuerdo en hacer esto? No tenemos que hacerlo.
Me pasé una mano temblorosa por el cabello.
—Estoy bien. En serio.
Cruzando sus brazos sobre el pecho, Santana apoyó firme las piernas y me estudió cuidadosamente. Finalmente llegando a una especie de conclusión, me dio una pequeña inclinación de cabeza.
—Muy bien. ¿Sabes cómo deseas iniciar esta cosa?
—Bueno… —Me moví un poco más cerca de ella, encontrando algo de calma en su presencia—. Estaba pensando que podríamos trabajar a través de las bases. Ya hemos hecho la primera base y en cierto modo la segunda base…
Sonriendo ante mí, Santana se rascó la mandíbula mientras pensaba.
—Esa es una cosa extranjera. Tendrás que explicármelo mientras vamos a ello.
¿Decirlo en voz alta? Uh…
Desesperadamente tratando de no parecer avergonzada, ¡esta era Santana, por el amor de Dios! Di otro paso hacia ella.
—La primera base es besarse. Un beso francés. La segunda base es tocarse, y la tercera… —Señalé a sus manos, boca y luego mi entrepierna.
Ella estaba luchando por no reírse de mí. Apreciaba el esfuerzo.
—Britt, vamos a tener relaciones sexuales. Creo que necesitas acostumbrarte a hablar de ello.
La terquedad me hizo sobresalir la barbilla.
—Bien. —Puedes hacer esto. No son más que palabras—. La segunda base consiste en tocar mis pechos por encima o por debajo de la ropa y… entre las piernas. —Oh, Dios mío, oh, Dios mío—. O yo tocándote a ti.
Los párpados de Santana descendieron y dejó caer los brazos a los costados. Dio un paso hacia mí de modo que estábamos a sólo unos centímetros de distancia.
—¿Tocándome en dónde?
Es sólo una palabra.
El rubor tiñó mis mejillas mientras lamía mis labios y pronunciaba:
—Tus pechos……tu cuerpo entero.
Sus ojos destellaron fuego y noté sus respiraciones superficiales cuando ella preguntó:
—¿Y la tercera base?
—Oral —respondí al instante, apretando mis piernas juntas ante la idea de la cabeza de Santana entre mis muslos. Nunca había recibido o dado sexo oral. Estaba a la vez intrigada y nerviosa con respecto a esos actos particulares. De acuerdo con la literatura y el cine, era una delicia.
—Ya puedo adivinar lo que es un jonrón. —Inclinó la cabeza, mordiéndose el labio inferior mientras pensaba en la información—. Hmm, es un plan. Pero creo que lo más importante en este momento para ti es quitarte lo que llevas puesto.
Sentí los temblores empezar en mis dedos ante la idea de estar desnuda delante de Santana.
—¿Ahora? —chillé.
Ella me dio una mirada sin sentido.
—Vas a tener que estar delante de este tipo desnuda. ¿Cómo vas a ser capaz de hacer eso si no puedes hacerlo conmigo?
—¿Completamente desnuda?
Después de un momento de silencio, Santana me ofreció una mirada paciente y amable.
—Muy bien, vamos a ir paso a paso. Desnúdate hasta tu ropa interior.
Un escalofrío me recorrió ante su demanda, pero me encontré respondiendo:
—Podrías pedirlo amablemente, sabes.
Sus labios temblaron.
—Brittany, cariño, ¿podrías por favor desnudarte para mí?
—¿Era eso tan difícil? —resoplé en voz baja a medida que empezaba a desabrochar rápidamente mi camisa.
—¿Es esto una carrera?
Detuve mi dedo en el tercero al último botón.
—¿Qué?
Santana se rió entre dientes.
—Estás desnudándote para mí. Apresurarte de ese modo lo hace sentir como una molestia en lugar de excitación.
Mis brazos cayeron a los costados y apunté con un hombro hacia la parte posterior del apartamento.
—Tal vez deberíamos ir a mi habitación.
—Si estarás más cómoda.
Exhalando, luché contra el revoltijo en mi vientre y me moví hacia mi habitación. Me detuve al final de la cama y esperé hasta que Santana cruzó el umbral y luego, en lo que consideré un momento valiente para mí, la miré directamente a los ojos y poco a poco empecé a desabrocharme la camisa. Santana se quedó inmóvil a medida que la sacaba por mis hombros y la dejaba caer al suelo, quedándome de pie en mi sujetador y pantalones. No me importaba mucho esa parte. Era la siguiente parte lo que me temía, pero mantuve la voz de Santana en mi cabeza, llenándola con sus elogios. Con suerte ella todavía creería todas esas cosas agradables una vez que lo pantalones estuvieran fuera.
Temblé un poco en el primer botón de mis pantalones, pero Santana no hizo comentarios sobre ello. El sonido de mi cremallera fue increíblemente ruidoso en la habitación tranquila, y sentí la tensión entre nosotras aumentar. Con una respiración profunda puse mis manos a cada lado de mis caderas y empujé hacia abajo los pantalones, dejando caer mis ojos con la incertidumbre repentina mientras salía con cuidado de ellos. No sabía qué hacer con mis brazos.
—Nena. —A través de mis párpados entornados vi a Santana dar un paso hacia mí—. Britt, mírame.
Con los brazos colgando torpemente a mis costados, lentamente levanté la barbilla. Su expresión me dejó sin aliento.
El calor y la sinceridad brillaban a través de ella a medida que me decía en voz baja y retumbante:
—Eres hermosa.
Mi mano automáticamente, tímidamente, cubrió mi vientre, y me inquieté al pensar en mis muslos estando exhibidos. Santana tomó tres pasos decididos hacia mí hasta que tuve que inclinar un poco la cabeza para mirarla a los ojos. Tomó la mano que cubría mi vientre y suavemente la movió de nuevo a mi lado.
—No te escondas de mí. —Inclinó la cabeza para susurrar sobre mis labios—. Nunca.
Miré hacia abajo a su camisa con una sonrisa nerviosa.
—Tal vez podrías quitarte algo para que así no me sienta como que estoy a la deriva por mi cuenta en esto.
Ella me sonrió y dio un paso atrás para levantar casualmente su camiseta sobre su cabeza. Me quedé sin respiración.
Esta era la primera vez que veía a Santana sin camiseta y me estaba pateando mentalmente por no ir a esas clases de judo con ella como me había pedido. Ella no era la chica más alta; de hecho era bastante compacta, pero cada centímetro de su cuerpo estaba muy definido. Entre las clases de judo y las visitas semanales al gimnasio, Santana se hacía cargo de su cuerpo, y yo estaba disfrutando de cada segundo de ese cuidado.
Hasta que mis ojos se dirigieron por la estilizada “A” muy cerca de espalda baja.
Alice.
Un fantasma en la habitación.
Agaché la cabeza, fingiendo que no había sido afectada por la visión de ese tatuaje, y luego la miré desde debajo de las pestañas con una falsa sonrisa descarada.
—He visto cosas peores.
Santana se rió y tiró su camiseta a un lado.
—Sabes cómo hacer que una chica se sienta bien.
—Oh, vamos, sabes que eres ardiente.
—Sin embargo, es bueno saber que tú piensas que es así.
Ocultando mi sorpresa ante su admisión, me reí ligeramente y respondí:
—Entonces me aseguraré de mencionarlo a menudo.
Su boca bajó hacia mí de nuevo.
—Lo apreciaría.
A medida que la piel de gallina se extendió a través de mis hinchados pechos, hice un gesto alrededor de la habitación.
—¿Y ahora qué?
—¿Quieres empezar conmigo o contigo?
Fruncí el ceño, confundida.
—¿Por qué deberíamos empezar conmigo? Yo sé lo que quiero. Esto es sobre aprender lo que tú quieres, aprender a ser buena en hacértelo a ti.
Santana inmediatamente negó con la cabeza, el ceño fruncido estropeando su frente.
—¿Cómo puedes saber lo que quieres cuando sólo has tenido relaciones sexuales una vez, Britt? No sólo quieres estar segura de que puedes hacer tocar el cielo a la persona que te atrae, quieres estar segura de tu propio placer. —Sus dedos se movieron a los botones de sus jeans y comenzó a desnudarse. La sangre se apresuró a mis oídos mientras veía—. Aprende lo que se necesita para conseguir que te corras y luego hacérselo saber. Si esa persona no quiere saber cómo conseguir que te corras, entonces hazle hacer que alcances el éxtasis.
Ante eso mis ojos se dirigieron de nuevo a su rostro y resoplé, relajándome un poco.
—Lo tendré en cuenta.
—Asegúrate de hacerlo. El sexo es una calle de doble sentido.
—Muy bien.
—Así que… ¿tú o yo?
—Uh…
—Vamos a empezar contigo. —Pateó sus jeans a un lado. Yo admiraba su cuerpo atlético. Era con mucho, la chica más atractiva que había visto en la vida real y estaba a punto de tener relaciones sexuales con ella.
—Esto es un poco surrealista —murmuré sin pensar.
—Está a punto de ponerse muy real. —Su respuesta fue profunda y seductora.
—Oh, Dios.
Se rió de nuevo y dio un paso de nuevo en mi espacio, la parte posterior de sus nudillos rozaron la curva de mi cintura y enviaron un escalofrío encantador ondulando por mi espina dorsal.
—Voy a quitarte la ropa interior —susurró, su aliento cálido danzando a través de mi boca—. ¿Estás lista para eso?
Ya había estado de pie delante de ella en mi escasa ropa interior y de alguna manera había conseguido pasar a través de ello sin sentirme como una cría. De hecho, sorprendentemente, Santana me había hecho sentir un poco… caliente. Asentí, un poco cohibida, mis ojos elevándose a los suyos a medida que sus dedos rozaron alrededor de mi espalda en busca del broche de mi sujetador.
—Realmente tienes los ojos más impresionantes que existen —susurró mientras expertamente desabrochaba mi sostén, sus hermosos ojos marrones oscuros penetrando los míos.
Casi ronroneé, mi pecho subiendo y bajando rápidamente ahora al sentir sus dedos acariciar mis hombros antes de caer sobre los tirantes de mi sujetador.
Mientras deslizaba los tirantes por mis brazos trazó pequeños círculos en mi piel.
—Como seda —susurró.
Mi sujetador cayó de mi cuerpo y la mirada de Santana cayó a mis pechos desnudos. Ellos se hincharon bajo su atención, mis pezones frunciéndose en el aire frío.
—Nena —dijo con admiración, y yo me estremecí ante la sensación de su cálida mano ahuecando mi seno derecho, su pulgar deslizándose por el pezón—. Maldición, eres tan hermosa.
Una luz se encendió dentro de mí, su luminancia brillando desde lo más profundo de mí, sabía que Santana captó esa luz, porque cuando nuestros ojos se encontraron de nuevo se quedó muy quieta.
—Gracias —me las arreglé para forzar a salir. Por hacerme sentir hermosa.
Yo no tenía que decir las palabras en voz alta. Santana lo entendió.
En respuesta, ella aplastó su boca sobre la mía en un beso profundo y apasionado, y acunó mis dos pechos, sus pulgares deslizándose sobre los pezones fruncidos. Jadeé en su boca mientras el calor se disipaba a través de mi vientre en dirección a mi sexo. Queriendo tocarla pero todavía sin estar segura, arrastré mis manos tentativamente sobre su pecho, aprendiendo la sensación de tenerla bajo mis dedos. Ella era cálida, su piel lisa, y sentí el contacto de su cuerpo. Temblé ante la sensación de tenerla bajo mis manos.
Ella rompió el beso y mis labios hinchados hicieron un puchero en decepción.
Su sonrisa era perversa mientras acercaba lentamente su cuerpo al mío y siguió avanzando hasta que tuve que moverme con ella. La parte posterior de mis piernas golpearon los pies de la cama.
—Sube a la cama —ordenó con voz ronca—. Recuéstate.
Hice lo que pidió, levantándome en mis codos, esperando ansiosamente por su siguiente movimiento. Mis ojos bajaron a sus pechos y luego a sus piernas, la lencería sexy que llevaba….y mi respiración se atascó ante la vista de su cuerpo como la muestra de la perfección femenina absoluta.
Hice eso.
Una sonrisa triunfante curvó mis labios y mi vientre dio vueltas ante su risa baja y complacida. Dio vueltas incluso más fuertes cuando sus manos recorrieron el exterior de mis muslos y sus pulgares se engancharon en el ribete de encaje de mis bragas.
Me congelé, mis ojos se precipitaron a los suyos.
—Britt… —Su tono era tranquilizador.
Asintiendo, levanté las caderas para ayudarla y no pude evitar que la sangre calentara mis mejillas mientras ella poco a poco bajaba mis bragas por mis piernas y las dejaba caer en el suelo.
Se tomó su tiempo devorándome con los ojos.
—Me gusta la ropa interior, pero tengo que decir que no creo que alguna vez hayas lucido mejor de lo que lo haces justo ahora.
Oh, guau. Eso es tan agradable. Sin embargo, decirle que pensaba eso podría haber estropeado el humor, en su lugar, todavía sonrojada, mascullé:
—¿Ahora qué?
—Recuéstate y confía en mí. Quiero que me digas si no te gusta algo que haga y que me hagas saber cuando en verdad te guste algo que esté haciendo.
El aliento salió zumbando de mí mientras me recostaba, mirándola mientras ella subía a la cama y ubicaba sus rodillas en cada lado de mi cintura. El calor de su cuerpo alcanzó al mío y no estaba ni siquiera tocándome. Su perfume se mofaba de mí, su aroma embriagador afectando no sólo mi sentido del olfato, sino también mis papilas gustativas. Quería encontrar el origen en su cuerpo y quería lamer, chupar y besar su piel hasta que ella estuviera gimiendo debajo de mí.
Parecía que Santana tenía una idea similar en mente.
Sus manos se reforzaron en el colchón a cada lado de mi cabeza, se agachó para rozar los labios sobre los míos. De un lado a otro, de un lado a otro. Provocando. Estremeciendo. Frustrando. Justo cuando estaba a punto de quejarme impacientemente, me besó con mayor pasión. Moví los labios debajo de los suyos, nuestras lenguas acariciándose en un profundo reconocimiento que me trajo una nueva compresión de la promesa sexual de un beso. Los besos que tuve antes habían sido mecánicos, un poco como el de Will en el Club 39, y no había sentido nada, no dándome cuenta que un beso con alguien a la que estabas atraída, un beso sensual, era un preludio a lo que estaba por venir.
Agarré la cintura de Santana y el beso se volvió más apasionado y ansioso; suspiré en su boca con placer ante su cercanía. Gimió, sus labios moviéndose por mi boca, mi mentón, mi mandíbula. Hizo un camino de besos por mi cuerpo, su boca caliente, hambrienta, y yo resistí, acariciando su espalda, deslizando las manos arriba hacia sus omóplatos mientras ella se movía hacia abajo.
Cuando esa boca caliente suya se acercó a mi pezón izquierdo, mis caderas golpearon contra su cuerpo en reacción.
—Oh, Dios. —Mis muslos la sujetaron mientras la animaba a acercarse, mi espalda arqueándose por más a medida que primero me lamía y luego chupaba duro, todo el tiempo pellizcando el otro pezón entre su pulgar e índice.
Sentí una humedad surgir con rapidez entre mis piernas.
—Santana. —Mis dedos se enterraron en sus hombros—. Oh, Dios…
Levantó la cabeza, sus ojos marrones a medida que se movía contra mí, su mano traviesa ahora presionando entre mis piernas, sólo la tela de su lencería protegiéndome de su calor palpitante.
—¿Te gusta eso, Britt? —preguntó, su voz tensa—. ¿Te gusta?
Me sonrojé ante su pregunta, pero me encontré a mí misma asintiendo con rapidez.
—Sí, me gusta.
Gimió y enterró su cabeza otra vez, ahora lamiendo mi otro pezón. No había tenido idea de que mis pechos fueran tan sensibles. Mientras continuaba chupándome, provocándome y atormentándome, sentí el bucle de tensión apretarse en mi vientre bajo.
—Santana… —Estaba jadeando duro, apretando su cabeza en mis manos mientras ella hacía círculos con la lengua alrededor de mi areola—. No puedo… No…
De repente se estaba moviendo, deslizándose abajo por mi cuerpo, sus manos acunando y moldeando mis pechos mientras descendía, sus labios trazando besos húmedos por mi estómago. Me estremecí ante la sensación de su lengua por mi ombligo y luego me tensé cuando me di cuenta que su destino era el vértice de mis muslos.
Santana acarició mi estómago de un modo tranquilizador, y miró a mis ojos.
—Ábrete, cariño.
Mordiéndome el labio, la miré medio en asombro y medio en ansiedad mientras dejaba a mis muslos abrirse. Santana se colocó entre mis piernas. Su mano se deslizó a lo largo del interior de mi muslo y preguntó:
—¿Nunca has hecho esto?
Negué con la cabeza, demasiado excitada para hablar. Una chispa de travesura apareció en su expresión.
—Estoy deseando esta reacción.
Me besó allí.
Me estremecí. Era agradable.
Y luego sentí sus dedos deslizarse dentro de mí y un maullido de deliciosa sorpresa se escapó de mis labios, trayendo la mirada de Santana a mi cara. Sus ojos eran intensos, la travesura se había ido y fue reemplazada por la intención sexual. Sus dedos se resbalaron fuera de mí y luego entraron de vuelta. Mis caderas presionaron contra ellos, tratando de seguir su ritmo.
—Estás empapada, Britt —gimió—. Estás tan húmeda y lista para mí.
—Sí. —Me ahogué, levantando mis caderas—. Dios, sí.
Con un gemido de satisfacción, Santana enterró su cabeza otra vez. Sus dedos se salieron de mí, pero antes de que pudiera lamentar la pérdida, abrió mis labios vaginales y casi me salgo de la cama por la sensación de su lengua en mí.
Hizo círculos en mi clítoris, provocando, presionando… y luego lo chupó.
Grité, sintiendo mi orgasmo construirse más rápido de lo que jamás había experimentado, antes de que continuara lamiéndome, presionándome de vuelta hacia el clímax.
Cuando presionó los dedos dentro de mí, exploté en pedazos, gritando su nombre como una súplica mientras mis ojos se cerraban. Me retorcí contra su talentosa boca, mis dedos se curvaron en las sábanas debajo de mí. El orgasmo rodó a través de mí en olas y latí y pulsé contra su boca, hasta que al fin era una muñeca de trapo lánguida.
La sentí moverse hacia arriba por mi cuerpo y cuando al final abrí los ojos, tenía sus manos reforzadas en cada lado de mi cabeza de nuevo, la parte inferior de su cuerpo presionado al mío. Estaba usando esa sonrisa complacida y engreída en su rostro. Rozó los dedos por mi pómulo con cariño, sus ojos estudiándome.
—Tomaré eso como que fue bueno.
Eso era quedarse corta.
La primera y única vez que había tenido sexo, no me vine. Sin embargo, me había estado suministrando mis propios orgasmos desde que tenía dieciocho y gané un vibrador en una rifa estudiantil. Aquellos orgasmos habían sido buenos. Unos cuantos incluso habían sido geniales.
Ninguno de ellos había sido sensacional.
Hasta ahora……Santana era increíble, sencillamente una diosa.
Perezosamente, levanté las manos y las estreché alrededor del cuello de Santana, mis pulgares acariciando su rostro con ternura.
—Voy a dejarte mantener esa mirada petulante en tu cara. La ganaste.
Santana se rió y me besó, permitiéndome sentir su risa contra mis labios en una forma que era increíblemente caliente. Sonreí debajo de ella, pero mientras aumentaba el calor, mientras me saboreaba a mí misma en su lengua, las sonrisas y carcajadas desaparecieron, curvé los dedos más fuerte en su cabello.
Rompí el beso antes de que ella dijera sin aliento:
—Tu turno.
Había un destello de algo en sus ojos, algo que no entendía por completo, pero lo que sabía era que estaba hambrienta. Se removió, moviéndose fuera de mí para acostarse en su espalda, sus brazos cruzados casualmente detrás de su cabeza.
—Soy toda tuya.
Las mariposas regresaron a mi vientre, no tantas como antes, pero estaban allí, animándome cuando me preparaba para recrearme ante una chica muy sexy por primera vez.
—Nunca he…
El semblante de Santana se suavizó y estiró un brazo para colocar mi cabello detrás de mi oreja mientras contestaba:
—Lo sé, Britt. Y no tienes que hacerlo. Jamás. Sólo haz lo que te haga sentir cómoda.
Mi mirada osciló a su regazo y a su cuerpo entero.
—Quiero al menos intentar.
—Entonces te explicaré —contestó. Más rápido que unos parpadeos, empujó el resto de la lencería que la cubría.
La miré boquiabierta.
Cuando perdí mi virginidad, en realidad, no tuve tiempo para observar el cuerpo del idiota de mi pareja. Él sólo me hizo suya de forma ruda y desconsiderada.
Pero con Santana era diferente…..su cuerpo estaba tenso. Suponía que era impresionante…..pero la realidad superaba cualquier fantasía que había tenido con ella. La idea de ella bajo mi control y a merced de mis deseos desencadenó una nueva ola de excitación, pero mientras me imaginaba lo que podía hacerle, comencé a sentirme recelosa.
—¿Cómo…? —La miré de vuelta con los ojos amplios—. Yo…
—¿Britt? —Sus cejas se fruncieron—. Sólo dilo.
—Yo honestamente no se que hacer, eso podría ser un problema así que no sé cómo…
—Britt… —Santana estaba ahogándose en una carcajada—. Respira profundo. —Cerró los ojos y sacudió la cabeza, manteniendo sus pensamientos íntimos para sí misma. Me preocupó por un momento que mi inexperiencia fuera de repente un portarrollo a nuestro encuentro. Pero cuando sus párpados se elevaron sonrió, así que tomé eso y a su hermosa sonrisa como buenas señales—. Sólo inténtalo y verás que al calor de la pasión y el deseo todo te saldrá natural.
Asentí, esperando que pudiera hacer esto.
—Britt, en serio no tienes que hacer est… ahh —siseó cuando la interrumpí al envolver mi boca alrededor de su centro.
Al principio me paralicé por la extrañeza de tenerla en mi boca, saborearla, sentirla como si estuviera todo alrededor de mí, como si no hubiera nada más en el mundo excepto ella. Lo sentí raro. Lo sentí extraño. Y temía que no estuviera hecha para esta parte de la intimidad sexual.
Hasta que levanté la mirada a su rostro desde debajo de mis pestañas. Esta era Santana.
Reuní mi coraje.
Comencé a hacer todo lo que pidió, y al hacerlo la observé; vi el color elevarse en sus mejillas; vi la forma en que su pecho ascendía y descendía en respiraciones rápidas; vi sus puños curvarse en las sábanas alrededor de ella; vi su boca abrirse en jadeos; vi la capa de sudor construirse por su piel; vi su perfecto abdomen plano ondularse. Y eso me excitó demasiado. No esperé que me gustara hacer esto, pero amaba el poder sensual que me atravesó ante el conocimiento de que podía hacer que Santana se sintiera tan excitada que decía mi nombre entre resoplidos en tonos de gozo.
—Me voy a correr —jadeó, deslizando su mano en mi cabello, y me levanté justo a tiempo para observarla estremecerse a través del clímax.
A medida que su cuerpo se relajaba, arrastró las manos sobre su rostro y por su cabello, sus ojos cerrados para mí y por consiguiente su reacción oculta para mí.
Esperé, insegura.
Lentamente Santana abrió los ojos y me miró fijamente.
¿Bueno?
—¿Disfrutaste eso? —preguntó con aspereza.
—Sí —susurré en respuesta.
—Bueno, porque sin duda me gustaría una actuación repetida en algún momento. —Resopló aire entre sus labios y sacudió la cabeza, sonriendo, antes de que sus ojos brillantes regresaran a mí—. Cielos, chica.
Riendo en voz baja con alivio, me acosté de vuelta en la cama y miré el techo.
—Tomaré eso como que llegué a un puntaje alto en mi primera lección de seducción.
—Como dije antes… eres alguien que supera los límites.
La cama se movió y giré la cabeza para ver a Santana sentarse y deslizar las piernas fuera.
—¿A dónde vas?
Me miró sobre el hombro.
—Creo que hemos tenido suficiente por esta noche. No quiero abrumarte.
Fruncí el ceño, infeliz con este giro de los eventos.
—¿Eso no depende de mí?
Santana estaba buscando su lencería, pero podía ver sus hombros sacudirse con diversión. En lugar de contestar, salió a zancadas de la habitación, su increíble trasero tan mordible que tomó toda mi fuerza de voluntad no perseguirla.
Escuché el agua fluyendo en mi baño y unos minutos después, Santana volvió, limpia y usando su lencería. Alcanzó sus jeans y comenzó a ponérselos. Una vez completamente vestida, me miró, me admiró embelesada, en toda mi sonrojada desnudez.
Extrañamente, no me sentí retorcerme.
Esperé, preguntándome en qué estaba pensando. Muriendo por saber, de hecho. Antes, le habría preguntado, pero de algún modo la intimidad que compartimos había cambiado eso. Ahora si le preguntara que estaba en su mente, podría sonar como alguna novia pegajosa y principiante. En ese momento, odié mi decisión de pedir su ayuda.
Como si sintiera mis pensamientos oscuros, cruzó la habitación y se agachó para presionar un beso dulce en mi boca. Sentí sus dedos en mi cabello mientras se echaba atrás y murmuraba su promesa sexual:
—Mañana haremos tantas cosas calientes…..
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 12
El lunes bien podría haber sido devorada por la bruma. Estaba caminando, hablando, haciendo mi trabajo, y sin embargo, estaba cubierta por esta eufórica niebla que no permitía que nada de eso se asimilara en realidad. En su lugar estaba consumida por pensamientos de la noche anterior, de lo que Santana me había hecho y lo que yo le había hecho a ella.
Estaba consumida por la anticipación de la noche por venir.
Cuando Santana llamó a mi apartamento esa noche no me molesté con la ropa. Me puse otro bonito conjunto de ropa interior, verde esmeralda esta vez, y me puse una bata encima.
Abrí la puerta después de tocar el timbre para dejarla subir, y sus ojos se avivaron mientras vagaban sobre mi conjunto. Cerró la puerta detrás de ella y de inmediato se quitó la chaqueta.
—Me gusta desvestirte —dijo sin siquiera un hola, dejando caer su chaqueta sobre el taburete de mi cocina—. A tu chico Sam puede no importarle, pero dado que es a mí a quien estás a punto de follar en el futuro inmediato… me gusta desvestirte.
Sin saber muy bien qué hacer con eso excepto que me gustaba, respondí:
—Está bien, no me desvestiré la próxima vez.
Santana se mordió el labio inferior, estudiándome.
—La lección de esta noche es todo sobre descubrir lo que te excita. ¿Te gusta estar en el asiento del conductor, te gusta tener a tu pareja en el asiento del conductor, te gusta el control absoluto, la sumisión absoluta, o dar y recibir?
Tenía la esperanza de estar entendiendo lo que quería decir y que ella no estuviera por revelarme que tenía algo por las cruces de San Andrés y los flageladores. Mejor enterarnos ahora para así yo poder correr un millón de kilómetros en dirección opuesta.
—Uh… ¿qué prefieres tú?
—Ambas cosas. —Se encogió de hombros—. Depende de adónde nos lleve el estado de ánimo. —Comenzó a merodear hacia mí y con mi mente todavía en sus gustos sexuales retrocedí hasta que golpeé la pared. Santana se presionó contra mí, sus manos alcanzando los lazos de mi bata.
—Cuando dices control… no estamos hablando de látigos y cadenas, ¿cierto?
Se echó a reír, sacudiendo la cabeza.
—No, nena. Sólo una buena follada a la antigua. —El cinto se soltó y mi bata se abrió, revelando mi ropa interior—. ¿Te he dicho que tienes un gusto condenadamente sexy en ropa interior?
—Es bueno que finalmente sea apreciado.
Empujando la bata fuera de mis hombros, los dedos de Santana permanecieron a lo largo de la parte superior de ellos mientras la tela se agrupaba a mis pies. Mirando sus manos todo el tiempo, ella acarició la piel a lo largo de mi clavícula mientras yo estaba parada temblando de impaciencia.
Sus dedos bajaron por mi esternón y sobre las turgencias de mis pechos. La piel de gallina estalló a la estela de su toque y mis pezones se apretaron en expectativa. En lugar de ceder a sus claros ruegos por atención, Santana dejó que las puntas de sus dedos fueran a la deriva de nuevo sobre mi pecho y suavemente a lo largo de mi cuello, tocando un punto justo debajo de mi oreja que me hizo estremecer de deseo.
La reacción la hizo sonreír e inmediatamente bajó la cabeza para rozar sus labios a lo largo del punto. Sentí el contacto húmedo de su lengua y el escalofrío se propagó de nuevo por mí.
—Dulce lugar —me susurró al oído, rozando allí sus labios y esparciendo besos apenas existentes a lo largo de mi mandíbula. Cuando se detuvo, cerniéndose sobre mi boca, me miró profundamente a los ojos—. Dime lo que quieres esta noche.
Parpadeé, preguntándome exactamente lo que quería decir.
—No pienses en ello —me instó—. Sólo dime lo que quieres.
Mis ojos cayeron a su boca, tan cerca y sin embargo no lo suficientemente cerca. Ronca por la excitación, dije lo primero que me vino a la cabeza:
—Tú…..haciéndome tuya con una pasión y deseo indescriptible.
Mis palabras la afectaron. Lo supe porque ella apoyó las manos en la pared a cada lado de mi cabeza y presionó su cuerpo contra el mío.
—¿Quieres que te toque descaradamente y te haga mía? —murmuró, dejando que su labio superior atrapara mi labio inferior antes de alejarse infinitesimalmente cuando asentí. Sus pestañas bajaron sobre sus ojos—. Quiero oírte decirlo.
Toda la evidencia apuntaba a que a Santana le gustaba hablar sucio. Lo había mencionado en nuestras lecciones anteriores, pero yo realmente no lo había procesado. Claramente, sin embargo, hablar de lo que queríamos hacernos la una a la otra la excitaba.
Yo estaba aprendiendo. Y no sólo sobre ella, sino sobre mí.
Porque hablar de lo que queríamos hacernos la una a la otra también me excitaba.
Incliné mi boca más cerca de la suya, besándola ligeramente mientras contestaba emocionadamente:
—Claro que sí, yo quiero que me toques sin inhibición alguna.
—Este es el punto… —Me besó suavemente, su lengua sólo tocando la punta de la mía—, donde preguntaría… —Me besó de nuevo—, si lo quieres lento o rápido, suave o salvaje… —Otro beso—, pero esta noche vamos a tomar las cosas con calma.
—Ha pasado un tiempo —concordé, suspirando felizmente cuando comenzó a esparcir besos por mi cuello de nuevo.
Sus labios se movieron sobre mis pechos, por mi estómago, y sus manos la siguieron apretando mis pechos suavemente antes de pasar rozando hasta mi cintura. Se apoyó en sus rodillas y bajé la mirada hacia ella, sin aliento por la anticipación cuando dulcemente besó mi vientre antes de abrirse camino a besos hasta el borde de mis bragas. Sus labios se apretaron contra la tela de seda y gemí, aplastando mis palmas en la pared cuando mi cuerpo se hizo cargo, mis piernas separándose. Santana continuó besándome por encima de la tela de mi ropa interior, sus manos curvadas alrededor de mis muslos. Era un tormento, una provocación, mi cuerpo vibrando con necesidad.
Mi respiración tartamudeó cuando sentí su lengua empujar la tela contra mi clítoris.
—Santana —gemí, mi mano derecha moviéndose para enroscarse en su suave cabello—. Por favor…
Ella cedió, echándose hacia atrás para quitar las bragas. Traté de ayudar, pero mis piernas estaban temblando. Después de que las quitó poco a poco, Santana pasó sus manos alrededor de mis dos pantorrillas y deslizó los dedos hacia arriba.
—Tienes piernas fantásticas —me dijo en voz baja—. Recuerdo una noche cuando estábamos viendo una película y estabas usando mallas. Era la primera vez que te había visto en algo que mostraba tu figura. —Besó la parte interior de mi rodilla y volvió a mirarme con una fiereza que me hizo palpitar—. Las estiraste, con los pies sobre la mesa de café, y yo no podía dejar de mirar. No podía creer que hubieses estado escondiendo esas piernas largas y hermosas. Soñé con tus piernas esa noche, Britt. Soñé que estaban alrededor de mi espalda mientras te hacía vibrar hasta la inconsciencia.
La necesidad dio un tirón en mi vientre ante su admisión.
—Dios… Santana…
—Eso es correcto, nena —murmuró mientras levantaba mi pierna derecha por encima de su hombro y me las separaba—. Te voy a llevar directamente al cielo.
—Cielo. Infierno —jadeé, mis dedos rastrillando la pared—. A quién le importa, siempre y cuando llegue hasta ahí en un orgasmo.
Fue una extraña pero no desagradable sensación sentir el resoplo de su risa en mi sexo.
Sonreí.
Y entonces grité de alivio cuando su lengua se deslizó dentro de mí al mismo tiempo que su pulgar se presionaba contra mi clítoris.
Me trabajó hábilmente. Llegué rápido y duro.
Apenas consciente me desplomé contra la pared mientras Santana se ponía de pie.
—Maldita sea —susurré finalmente mientras ella se desnudaba—. Tu boca debería ser ilegal.
Su respuesta fue un profundo beso conmovedor que me hizo balancearme contra ella. Cuando se retiró, mi sujetador se fue con ella y lo tiró por encima de su hombro.
—Cualquier otro día probablemente sólo te follaré apasionadamente contra la pared, pero creo que vamos a iniciarte en esto con cuidado en la cama.
—La pared está bien para mí. —Le di unas palmaditas perezosamente, todavía elevada en mi orgasmo.
Santana sacudió la cabeza, sus labios retorciéndose.
—Esto podría ser un poco incómodo para ti, Britt. Vamos a tomar las cosas con calma. —Suavemente agarró mi mano en la suya y me encontré sonriendo tontamente mientras caminábamos desnudas a través de mi apartamento. Santana miró por encima del hombro y pilló mi mirada—. ¿Qué?
—Estamos desnudas. —Sonreí.
Soltó una breve carcajada y se volteó, halándome contra ella de modo que nuestros cuerpos chocaron. Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y me aferré a sus hombros con fuerza para no caer con el repentino movimiento. Santana inutilizó esa acción infructuosa al girarnos rápidamente y empujarme sobre la cama, cayendo conmigo pero soportando su cuerpo sobre el mío para así no aplastarme.
—Cielos —murmuró, volviendo a sus rodillas.
—¿Qué? ¿A dónde vas?
—No te preocupes. —Se levantó de la cama antes de que pudiera decir nada y el aire frío se movió sobre mi piel mientras ella abandonaba la habitación, al parecer ¿estaba nerviosa?.
Me quedé allí, mirando a mi techo, sintiendo de nuevo su boca debajo de mi oreja y su suave murmullo: “Dulce lugar”.
Habíamos empezado esto debido a mi inexperiencia, pero incluso para mí, la inexperta, esto se sentía como una seducción, no como una enseñanza en seducción. Me mordí el labio y miré fijamente la puerta esperando a que volviera. Tal vez estaba equivocada. Tal vez esto era lo que era: todo parte de la construcción de mi confianza sexual y experiencia.
Soñé que estaban alrededor de mi espalda mientras te hacía vibrar hasta la inconsciencia.
¿O tal vez era una excusa para ceder a la atracción que siempre había estado allí? Atracción que negábamos debido a nuestra amistad.
Santana apareció de nuevo en la puerta, con los ojos devorando cada centímetro de mí mientras merodeaba hacia mí.
Tal vez. Tal vez. Tal vez.
A medida que se arrastraba por mi cuerpo, en ese momento no me importaba por qué estábamos haciendo esto. Sólo me importaba el hecho de que lo estábamos haciendo.
Su mano se deslizó por mi torso y arqueé la espalda ante su toque, una llamarada de calor encendiéndome desde adentro hacia afuera cuando ella frotó el pulgar sobre mi pezón mientras su otra mano se deslizaba entre mis piernas.
Mientras que ella persuadía a mi clítoris con su pulgar, su mano traviesa parecía querer apresurar las cosas, y yo no pude dejar de mirarla.
—Ahora. —Incliné mis caderas contra su toque—. Santana, hazme tuya como sólo tú sabes. Por favor.
Ella gimió ante mi invitación, empujando suavemente mis piernas más separadas antes de apoyarse sobre mí. Su beso fue largo y profundo.
Sentí su mano frotándose contra mí y para mi sorpresa me tensé.
La última vez que un chico me había hecho suya con pasión pero con notaria torpeza, me había dolido.
—Sssh —susurró a través de mis labios, su mano deslizándose entre nuestros cuerpos de nuevo, su pulgar encontrando mi clítoris—. Nena, todo irá bien. Sólo sigue mirándome.
Me relajé, mis ojos trabados con los suyos. Y entonces ella estaba deslizando sus dedos dentro de mí, con una mano sobre el colchón a un lado de mi cabeza para sostenerse a sí misma. Sus ojos se oscurecieron mientras se deslizaba con prisa a través de la ceñida resistencia de mi cuerpo, mis músculos apretándose a su alrededor. Ahogué un gemido. Era incómodo. No doloroso como la última vez, pero tampoco estaba segura de sí era agradable.
Santana cerró los ojos por un segundo, jadeando. Sus brazos temblaban un poco.
—¿Santana? —Apoyé mis manos en su cintura.
—Yo sólo… —Sus párpados se abrieron y mis músculos internos la apretaron de nuevo en respuesta al calor sexual que vi en sus ojos—. Te sientes… increíble —susurró, con los ojos brillantes—. Tan apretada. Estoy tratando de ir suave, pero te sientes tan increíble.
Complacida, acaricié su espalda tiernamente y me di cuenta que el malestar estaba comenzando a disiparse. De repente me sentía ansiosa por aprender más. Mis caderas se levantaron automáticamente, buscando movimiento, y Santana gimió, retirándose de mí. En vez de retirarse por completo como yo pensaba que iba a hacer, introdujo sus dedos de nuevo. Grité mientras sentía la agitación de una hermosa tensión.
Mis ojos estaban fijos en su rostro, hipnotizada por su expresión, por la mezcla de lujuria y dulzura en sus ojos, por la tensión de su mandíbula que me decía que estaba aferrándose a su control.
Y lo hacía por mí.
Era lenta y tierna, su mano libre agarrando mis muslos ligeramente mientras deslizaba sus dedos dentro y fuera de mí, cada caricia una subida gradual hacia el clímax.
Sus ojos se empapaban de mí, viéndome jadear debajo de ella, mirando mis pechos agitarse suavemente contra sus caricias ardientes, y de repente ella estaba empujando un poco más duro, moviéndose un poco más rápido.
—Britt, córrete para mí, nena —ordenó, su voz gutural—. Tienes que correrte para mí.
—Lo haré —prometí, levantando mis caderas contra el bombeo de las suyas, el espiral apretándose, tensándose, oprimiendo…
El pulgar de Santana se presionó en mi clítoris.
Me hice añicos. Fuertemente. Mis ojos revolotearon detrás de los párpados mientras la parte inferior de mi cuerpo se estremecía incontrolablemente, sacudiéndome con fuerza contra Santana mientras aferraba mis caderas con fuerza a las suyas y me seguía hasta el clímax.
Cuando por fin dejé de correrme, mis músculos se relajaron hasta volverse gelatina. Creo que me fundí en mi colchón, apenas capaz de levantar el brazo y curvar una mano alrededor de la nuca de Santana mientras se desplomaba sobre mí, con la cabeza enterrada en el hueco de mi cuello.
Me deleité en la sensación de su pecho subiendo y bajando rápidamente contra el mío, de su cálido aliento resoplando contra mi piel. Las dos estábamos resbaladizas por el sudor y no me importaba. Era maravilloso.
—Entonces, así es como es el verdadero sexo —dije en voz baja, impresionada por ello e impresionada del placer que ella había sacado de mi cuerpo apenas tratado.
Los labios de Santana se presionaron contra mi cuello húmedo antes de que levantara la cabeza y se empujara hacia arriba. Nuestros ojos se encontraron y me quedé inmóvil. Había algo volviendo a la vida en su mirada, algo importante, posiblemente profundo. Aparte de cuando habló de Alice, nunca la había visto tan seria. Tan reservada. Se me quedó mirando un largo rato hasta que… echó la cabeza hacia atrás como si le hubiese dicho algo.
—¿Santana?
Su cuello se puso tenso y se movió con un trago duro antes de que ella me besara rápidamente y saliera de mí.
No podía decir nada. No sabía qué decir.
En su lugar me quedé allí mientras ella salía de la habitación. Escuché mientras oía correr el agua en el baño y luego la descarga del inodoro. Hubo susurro en la sala de estar y oí un ruido sordo, como una bota contra mi piso de madera.
Eso me levantó.
Tiré de mi sábana, la arrastré fuera de la cama y la envolví a mí alrededor. Vagando fuera de la habitación, la encontré poniéndose su chaqueta.
—¿Santana?
Ella me sonrió, pero había algo falso en ello y mi corazón inmediatamente comenzó a latir más rápido.
—¿Santana?
—Yo voy a, eh… mandarte un mensaje de texto cuando esté libre de nuevo.
Algo raro, sólido y frío, se asentó en mi estómago, pero intenté no demostrarlo mientras me arrastraba en mi sábana hacia el tazón de vidrio donde mantenía mis llaves. Levanté mis llaves de repuesto y se las ofrecí a ella.
—Para hacer las cosas más fáciles. Para nuestras lecciones —enfaticé.
Ella las contempló un momento y luego eventualmente, justo mientras mi mano estaba empezando a temblar, se acercó para tomarla. Ella me dio un beso rápido en la mejilla como si fuera a quemarse si se demoraba.
—Buenas noches, nena.
Al verlo apresurarse fuera de mi apartamento, no pude forzar una respuesta a través del nudo de aprensión en mi garganta.
*****
He estado preocupada todo el día. Preocupada de que algo hubiera sucedido en mi habitación la noche anterior que había hecho a Santana repensar todo el asunto de la lección. O peor aún, toda nuestra amistad. Cuando ella no envío mensajes de texto en la mañana, me mordí el labio. Cuando ella no mandó mensajes de texto por la tarde, le espeté a un estudiante grosero que de alguna manera me culpó por su multa de cincuenta libras, y cuando Santana no mandó un mensaje de texto mientras estaba caminando a casa del trabajo comencé a desquiciarme que había seriamente arruinado nuestra amistad.
La alegría que debería haber sentido después de nuestra primera lección, el alivio al darme cuenta que temía tener sexo sólo para descubrir lo fácil y natural que se sentía, fue abrumado por el pesar que esperaba tras bastidores sólo esperando para apresurarse al centro del escenario por la prolongada ausencia de Santana.
Ignoré un texto de Kitty y no respondí una llamada de Marley mientras recogía la cena, me cambié en una camiseta extra grande que usaba para dormir, cuando el clima se ponía un poco más cálido, y me senté en frente de la televisión para no tomar en cuenta una palabra de la película que se estaba reproduciendo.
Fue una sorpresa total entonces, cuando una llave giró en mi cerradura y la puerta se abrió para revelar a Santana llevando un DVD, una computadora portátil y una pluma.
No sabía qué hacer con eso.
Me sonrió, con una sonrisa de verdad esta vez, como si nada hubiera pasado ayer por la noche, y caminó con pasos largos, tirando sus cosas en la mesa de café.
Yo tenía mis pies en el sofá, con mis brazos cruzados alrededor de mis rodillas dobladas.
La mirada de Santana parpadeó sobre mis piernas desnudas mientras se quitaba la chaqueta. Nuestros ojos se encontraron. Y se sostuvieron.
Se aclaró la garganta.
—La lección primero y luego tengo una película que reseñar.
Una parte de mí realmente quería cuestionarla y su extraño comportamiento errático. Pero una mayor parte de mí tenía miedo a las respuestas. O las consecuencias.
—¿La lección de esta noche?
Ella se quitó los zapatos.
—Esta noche es sobre la confianza. Tomar el control.
Y sólo así me di cuenta que estaba enojada con ella por la forma en que se había ido anoche. Realmente, muy, enojada.
Me sobrepasó, convirtiéndome en otra persona.
Dejando caer mis pies en el suelo, me extendí y agarré su cinturón, tirando de ella más cerca de mí.
—Siéntate —demandé, mi voz fría incluso para mis oídos.
Una chispa de incertidumbre apareció en sus ojos por mi tono. Pero ella accedió, dejándose caer en el sofá junto a mí.
No perdí tiempo en hacer mi movimiento.
A horcajadas sobre ella, agarré su cabello en mis manos y la besé con fuerza. Sus brazos se envolvieron a mí alrededor y tan fácil como eso, Santana tomó de nuevo el control del beso.
Bien, nada de besos.
Apartándome, la presioné suavemente de vuelta con una mano en el pecho.
—¿Y bien? —preguntó ella, su voz baja, con sus ojos cuestionando—. ¿Y ahora qué?
En respuesta empecé a desabrochar su cinturón, desabotonando rápidamente sus jeans para que pudiera deslizar mi mano dentro. Santana siseó mientras la acariciaba.
—¿Se siente bien? —ronroneé sobre su boca, una parte de mí flotando en exterior de esta pequeña escena y preguntándose quién demonios pensaba que era.
—¿Tú qué piensas? —Santana entrecerró los ojos, acariciando mis piernas con sus manos hasta mis muslos y tomando el dobladillo de mi camisa de dormir con ellas.
La solté para así poder quitar sus manos de mí. Sacudiendo la cabeza, chasqueando la lengua hacia ella.
—No toques.
El desagrado oscureció sus ojos. No le gustó eso.
Bien.
Tiré de sus jeans y levantó sus caderas, ayudando a liberarla. No me molesté en tirar de ellos todo el camino hacia abajo. En su lugar, empujé hacia abajo mis bragas, retirándome de ella para poder patearlas antes de montarla a horcajadas de nuevo.
—Quítate el camisón —insistió Santana. Cuando no me moví, ella arrastró una mano por mi muslo, su expresión se suavizó—. Britt, quiero verte.
Me quedé quieta, inclinando la cabeza hacia un lado mientras la estudiaba cuidadosamente.
—¿De verdad?
Había mucho más en mi pregunta de lo que yo quisiera que estuviera ahí. Y justo así, Santana lo entendió completamente.
—Te deseo a ti. Quiero que nos perdamos en el placer y nos acariciemos con lujuria. Y luego después de todo, quiero sentarme con mi amiga, comer algo de comida, y ver una película con ella. No voy a ninguna parte. —Su agarre se apretó—. Ahora quítate el camisón.
Su confianza hizo que la ira poco a poco decayera y justo así volví a mis sentidos. Me sonrojé por mis acciones, mis exigencias y mi fría confianza. Santana se relajó también, con una expresión de suficiencia en sus ojos cuando echó un vistazo a mi rubor.
En un esfuerzo irónico por ocultar mi autoconciencia renovada levanté el camisón por encima de mi cabeza y lo tiré detrás de mí. Ni siquiera tuve la oportunidad de decir o hacer algo antes de sentir la mano de Santana en mi espalda alta entre los omóplatos, junto con el poder de su cuerpo mientras me abrazaba a ella, sus labios chupando mi pezón.
Me arqueé contra ella, suspirando mientras el placer instantáneo corría a través de mí.
Jugó conmigo por un tiempo, pensando en hacerme dócil, pero todavía tenía sus lecciones en mente. Ella quería que yo aprendiera confianza sexual, y aunque no tenía ninguna intención de dejar que mi enojo se incrementara de nuevo, tenía toda la intención de volver a probar sus aguas.
Como Santana ya había señalado, era una rápida aprendiz sobresaliente. Me moví hacia ella, presionándolo de nuevo en el sofá.
—Pon tu mano entre mis piernas.
Sus labios se curvaron en las esquinas.
—Tú hazlo, Britt.
Y así lo hice.
Gemí contra su boca mientras sorbía una respiración profunda. Y luego me moví.
Traté de ir lento, de tomarme estas lecciones con calma, de estar calmada, pero estaba demasiado impaciente, demasiado desesperada por ella.
Demasiado codiciosa. Demasiado inexperta.
Sin embargo, Santana me dejó controlarla.
Y al hacerlo, ambas llegamos duro, pero demasiado rápido.
Me apoyé contra ella, curvando mis brazos alrededor de sus hombros mientras envolvía sus brazos alrededor de mi cintura y me sostenía cerca.
—Creo que todavía estoy aprendiendo —admití sin aliento.
Al escuchar mi incertidumbre, Santana me levantó suavemente, su expresión sincera mientras confesaba:
—Ninguna mujer me ha hecho perderme en el placer tan pronto, pero tú lo logras con tan solo un pequeño contacto. Créeme, nena, no me estoy quejando.
Sonriendo a través de mi vergüenza, le pregunté:
—¿En serio?
Santana sonrió mientras colocaba un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—En serio.
No fue hasta que me levanté, que el estado de ánimo cambió dramáticamente. Una única palabrota salió de los labios de Santana.
—¿Qué? —pregunté, con los ojos abiertos, mirando hacia abajo a su regazo para asegurarme que no le había hecho daño.
—Jamás pierdo el control —espetó.
—Está bien.
Ella frunció el ceño mientras jalaba su ropa interior y jeans de nuevo hacia arriba.
—Britt, jamás había ocurrido.
Ante eso, me subí mis bragas y corrí alrededor de la cama para ir a limpiarme en el baño.
—Estoy segura de que estarás bien —dije por encima de mi hombro, mi corazón latía con fuerza. Esperaba que se encontrara bien. Cielos. Cerré la puerta del baño y me apoyé en el lavabo, mirando fijamente el espejo frente a mí. Mis mejillas estaban sonrojadas y mis ojos tenían un brillo dorado. Me veía verdaderamente follada. Y lo estaba. Había estado en tal prisa por obtener un bocado de lo que claramente se estaba convirtiendo en una adicción que me había olvidado de que Santana no dejaba que alguien tomara el control.
Ahora, si yo tuviera hijos, sería para siempre un hipócrita cuando les diera conferencias sobre el tema de conservar el control o la calma.
Me reprendí hasta el infierno y de regreso, y luego se me ocurrió que no era sólo mi culpa. Santana se había olvidado también. Miré hacia la puerta y al instante hice un mohín. Podría argumentar que se suponía que ella debía ser la experiencia aquí, pero eso realmente no funciona cuando tienes veinte y seis años y lo sabías mejor.
Al oír el ruido de la televisión, me paseé fuera del cuarto de baño para encontrar que Santana había puesto el DVD mientras estaba en la cocina haciendo unos bagels. De repente, mi estómago gruñó.
Santana levantó la vista hacia mí.
—Siento decirte lo de antes.
—Lo olvidé también. Pero va a estar bien, ¿verdad?
—Nunca me había comportado así antes de esta noche, así que deberíamos estar bien. Pero realmente necesitamos tener más cuidado.
Ella lamió la crema de queso de su pulgar y se volvió a la nevera por un poco de soda.
Decidiendo que no quería otro final extraño para nuestra noche, pensé que era mejor no decir nada más, así que cambié de tema.
—¿Qué estamos viendo esta noche?
Santana me entregó mi bagel y le di las gracias, luego la seguí hasta el sofá. Para mi sorpresa, se sentó más cerca de lo usual, poniendo sus pies encima de la mesa y poniéndose cómoda a mi lado.
—Es un musical.
Me atraganté con un bocado de bagel y rápidamente lo tragué para que pudiera preguntar incrédula:
—¿Estás bromeando?
Sonriendo, ella negó con la cabeza.
—Es un musical satírico.
—¿Eso lo hace mejor?
—Esperemos que así sea.
Al final resultó que, el musical fue bastante divertido al principio, pero pronto comenzó a ir cuesta abajo. Claramente aburrida, Santana tomó un sorbo de su Coca-Cola y con sus ojos fijos en la pantalla, preguntó:
—¿Preferirías vivir en un musical o en un mundo post-apocalíptico?
Inmediatamente sonreí, tan increíblemente aliviada de estar pasando el rato con mi amiga, simplemente como siempre y respondiendo sus preguntas extrañas.
—¿Qué clase de mundo post-apocalíptico?
—Piensa en El libro de Eli.
—Duro.
—Sí.
—Así que, ¿qué tipo de musical, entonces?
Ella giró su cabeza en el sofá para sonreírme.
—Grease 2.
Farfullé en el sorbo que acababa de tomar, y me tomó un minuto para respirar con libertad suficiente como para preguntar:
—¿Has visto Grease 2?
Algo de la chispa salió de Santana mientras se encogía de hombros y se giró de regreso hacia la pantalla.
—Alice me hizo verla.
Oh. El fantasma en la habitación.
Empujándolo con el hombro, traté de pasar sobre el momento y recuperar su buen humor.
—Definitivamente voy con el mundo post-apocalíptico. Sobre todo si hay mujeres tan sexys como tú
Su hoyuelo izquierdo apareció.
—Me voy con el mundo post-apocalíptico también.
—Debido a Mila Kunis, ¿verdad?
—Bueno, está eso, pero sobre todo es porque soy anti-violencia.
Arrugué la nariz confundida.
—No lo entiendo. Los mundos post-apocalípticos, lamentablemente tienden a ir de la mano con la violencia.
—Sí, pero es mucho más probable que sea la que muera en un mundo post-apocalíptico. Sin embargo, si tengo que vivir en Grease 2, hay más del noventa y cinco por ciento de probabilidad de que le dispararé al próximo idiota que estalle en una canción. —Ella me miró, toda inexpresiva—. Es sólo la vida equivocada para una pacifista.
Riendo, balanceé mi cabeza en acuerdo.
—Vamos por lo distópico, entonces.
Ella asintió y luego preguntó con una pequeña arruga entre sus cejas:
—Entonces, ¿por qué estás en contra de vivir en un musical?
Negué con la cabeza, mirando a la pareja en pantalla hacer una toma bastante repetida en el musical.
—No es que esté en contra de vivir en un musical en sí. Simplemente me gusta más la idea de vivir en un mundo post-apocalíptico. Creo que sería ruda.
No estaba viendo hacia ella, pero podía sentir sus hombros temblando. Le dirigí una mirada nada divertida.
—Deja de reírte de mí. Sería muy ruda.
—¿Ruda, cómo?
—Yo… yo… eh… bueno, soy inteligente. E ingeniosa. Sería, como, tú, peculiar, extraña e intelectual secuaz mientras tú vas por ahí pateando el culo de todos los cuerpos y dándoles golpes derribadores de judo.
Riendo, Santana cedió.
—Muy bien, eso podría funcionar. —Sus ojos se posaron sobre mí con interés antes de regresar a la pantalla—. Sin embrago, podrías ser un bocado de distracción.
Tratando de no mostrar lo encantada que estaba por el cumplido, respondí:
—Eso podría trabajar a tu favor.
—Sí, si cubrimos tus piernas hasta arriba.
Le di un golpe con mi rodilla y ella casualmente puso su mano en mi pierna, curvándola en ella.
—Creo que a alguien le gustan mis piernas. Ella acarició mi piel, casi distraídamente.
—Son unas piernas geniales, nena. —Se extendió por el bloc de notas a su lado—. Esto se está deteriorando rápidamente.
—¿La película?
—Sí, ¿qué más? —murmuró, garabateando algo en el papel—. ¿Algún comentario ingenioso, o secuaz?
Reflexionando, me quedé mirando la pantalla.
—Hay un cierto parecido a la disfunción eréctil en algún lado de esto.
Ella resopló divertida.
—¿Y cómo es eso?
—Bueno, el argumento y las canciones empiezan bien, cada una mejor que la anterior, hasta que llegas a la mitad y te das cuenta que no va a ninguna parte. Esto resulta cierto hacia la mitad del final, donde empeora la trama, las canciones hacen sangrar tus oídos, y toda la anticipación sólo… —Levanté una mano y la dejé derrumbarse para hacer mi punto.
—Dis-fun-ción E-rec-til —dijo Santana lentamente mientras lo escribía en su bloc. Ella miró de nuevo hacia mí con una sonrisa—. ¿Algo más?
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Uh uh :s cruzaron la raya$-$ a ver quien se enamora primero:s
El fantasma de Alison interrumpe sus momentos :l no me gusta:@
Gracias por los caps!<3
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Susii********-*- - Mensajes : 902
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
holap,..
me parece que las clases van por muy buen camino,... todo sea por sam jajajajaj
ahi que disfrutar la vida,.. y sobretodo los momentos y las experiencias!!!
a ver como termina todo,..
nos vemos!!!
me parece que las clases van por muy buen camino,... todo sea por sam jajajajaj
ahi que disfrutar la vida,.. y sobretodo los momentos y las experiencias!!!
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3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
el bendito tatuaje es un fiel recordatorio de la novia muerta, ahora a ver quien se enamora primero!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Sigo creyendo que San a caído en su propio juego ahora a ver si ambas son capaces de reconocer lo que siente ... Como siempre me gusta tus fics saludos ;)
Lucy LP**** - Mensajes : 168
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
me ha encantado ahora que se han puesto en accion, ambas ya cayeron en la trampa ahora sera ver cual de ellas sera la valiente para confesarlo, santana ya lo hizo con sus acciones la frescura y la inexperiencia de britt son una brisa fresca para santana y mas aun va a conocer a sus padres. whoauuu. espero tu actualizacion.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Susii escribió:Uh uh :s cruzaron la raya$-$ a ver quien se enamora primero:s
El fantasma de Alison interrumpe sus momentos :l no me gusta:@
Gracias por los caps!<3
uhhh....sobre decir que ambas ya cayeron en el juego que empezaron
3:) escribió:holap,..
me parece que las clases van por muy buen camino,... todo sea por sam jajajajaj
ahi que disfrutar la vida,.. y sobretodo los momentos y las experiencias!!!
a ver como termina todo,..
nos vemos!!!
todo sea "supuestamente" por Sam jejejeje.......al final, despues de toda tormenta (drama) viene la calma (ellas seran felices)
micky morales escribió:el bendito tatuaje es un fiel recordatorio de la novia muerta, ahora a ver quien se enamora primero!!!!!
mas adelante se tatuaje desaparecera para dar paso a uno mucho mejor
Lucy LP escribió:Sigo creyendo que San a caído en su propio juego ahora a ver si ambas son capaces de reconocer lo que siente ... Como siempre me gusta tus fics saludos ;)
psss.....San tardara un poco en reconocer sus sentimientos
marthagr81@yahoo.es escribió:me ha encantado ahora que se han puesto en accion, ambas ya cayeron en la trampa ahora sera ver cual de ellas sera la valiente para confesarlo, santana ya lo hizo con sus acciones la frescura y la inexperiencia de britt son una brisa fresca para santana y mas aun va a conocer a sus padres. whoauuu. espero tu actualizacion.
ehhm.....la primera en reconocerlo sera Brittt (ya solte un spoiler jejejeje9
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenos días a todas/os……….debo informarles que ya acabe todo el trabajo de adaptación asi que por más ocupada que este tendrán las actualizaciones puntualmente en los días acordados
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día VIERNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=STh2OwlfSSk
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 13
Después que pasamos el resto de la noche bromeando como en los viejos tiempos, me sentí mucho más ligera cuando Santana se fue a su casa. A pesar de que no hemos hecho planes para reunirnos de nuevo la siguiente noche, no me encuentro muy preocupada sobre eso. Santana parecía estar bien. Sabía que yo estaba bien. Todo estuvo bien.
Cualquier inquietud insignificante fue empujada con fuerza de nuevo en mi pozo de la negación.
En el trabajo al día siguiente mis colegas comentaron sobre mi buen estado de ánimo, y no sólo porque había estado en un inusualmente mal humor el día anterior, sino porque yo estaba de buuuuen humor.
—Si no te conociera mejor, diría que tuviste sexo anoche —bromeó Ronan mientras permanecía de pie junto a mí en el escritorio de ayuda.
Afortunadamente, la mirada de asombro en mi cara se atribuyó al hecho de que él había hecho su jugada en frente de un estudiante, el cual ahora se moría de risa.
—Divertido —le siseé a Ronan cuando el estudiante se alejó.
—De hecho, lo fue. —Rió Angus detrás de nosotros.
—Tú —Señalé hacia él—, eres un jefe malo.
Se rió más fuerte.
—Oh, vamos, Britt. Andas como si todo el mundo pedorreara rosas y meara champagne. ¿Qué pasa?
Parpadeé rápidamente ante su observación, haciendo lo que estoy segura era una cara de: “¿qué carajos?”
—¿Pedos qué y meadas qué? —Miré a mi colega Jill—. ¿Has escuchado eso?
Ella se encogió de hombros, sonriendo.
—Tiene un punto. Has estado diciendo a todos los estudiantes que tengan un ¡“Fenomenal” maravilloso día! toda la mañana.
—¿Y? Estoy siendo cortés.
—Sólo estoy diciendo… —Ronan me miró con atención—. Ayer estabas de un terrible humor y hoy estás en una especie de subidón natural.
Resoplando, me di la vuelta y apoyé la barbilla en mi palma.
—Tuve una pequeña pelea con una amiga el lunes por la noche —mentí, pero intenté mantener mi historia lo más cercana a la verdad posible—. Estamos arreglando el malentendido. Ahora estoy en un buen estado de ánimo.
—Bueno, esa es una explicación extremadamente aburrida —dijo Angus en broma—. Eres una bibliotecaria, Britt. Estás rodeada de libros y materiales para una buena historia. Y sólo dices la verdad. —Él chasqueó la lengua—. ¿No te he enseñado nada?
Sonreí dulcemente.
—Estoy rápidamente aprendiendo a convertirme en una reina del drama.
—Bueno, eso es algo, supongo. Entonces, estaré en mi oficina, donde en cinco minutos un extraño apuesto que se parece un montón a Ryan Gosling o alguna actriz famosa me encadenará a mi escritorio y me hará cosas totalmente inapropiadas y traviesas por las próximas dos horas. —Angus arqueó una ceja—. Ahora, ¿eso no suena mejor que “estaré escribiendo la rotación de este mes”?
Me eché a reír.
—Buen punto. —Tomé un suspiro de arrepentimiento—. Bueno, si quieres saberlo, la noche del lunes tuve sexo salvaje y sorprendente con esta chica caliente, pero la situación se puso extraña y estaba de mal humor por eso, pero ella me sorprendió al aparecer en mi apartamento anoche donde tuvimos más sexo candente como monos salvajes antes de acurrucarnos y ver una película. De ahí mi buen humor hoy.
Los tres me miraron con incredulidad y luego Angus hizo una mueca.
—Mi historia de Ryan Gosling o la actriz famosa fue mucho mejor.
Sonreí y me volteé para atender al estudiante acercándose a mi escritorio, Santana y mi secreto todavía… bueno, era un delicioso secreto.
Más tarde ese día estaba todavía en un estado de ánimo fantástico y más que feliz de ver a mi padre de pie fuera de mi edificio con una bolsa de compra en la mano. Tan pronto como lo alcancé, inclinó su forma masiva para poder darle un beso a mi mejilla.
—Hola, niñita. Espero que no te importe —levantó la bolsa—, he traído algo de comida. Pensé que podría cocinarte la cena.
Abrí la puerta del edificio y nos permití entrar.
—Por supuesto que no me importa. Es muy bueno verte.
Una vez dentro, papá inmediatamente se puso a cocinar y pronto mi apartamento olía a casa. Al igual que en los viejos tiempos, cortamos la verdura juntos y revolví la salsa mientras papá hervía la pasta. No creerían que fuera un arte hervir pasta, pero lo era. Aparentemente. Sólo pregunten a mi padre.
Nuestra conversación mientras cocinábamos fue tranquila. Papá me habló de este nuevo contrato que acababa de firmar para trabajar con la compañía de Quinn de nuevo, mientras yo le conté lo del calcetín que había encontrado en un libro devuelto la semana pasada sólo para encontrar el otro calcetín del par en la sección de reserva el lunes. Eran calcetines sucios. Había sido todo raro. Pero ahí todo era raro, y luego sólo era más raro. Angus tenía la teoría de que teníamos a un chiflado fanático de Harry Potter en medio de nosotros y esta persona había confundido a los ayudantes de la biblioteca de alguna manera con elfos domésticos esclavizados y dándonos calcetines pensó que estaba haciendo un acto humanitario.
Pensé que era una buena teoría.
Mejor que mi teoría de que algún estudiante de primer año inmaduro estaba escondiendo sus calcetines sucios por todas partes, muriéndose de la risa mientras me filmaba en la búsqueda de ellos y luego ponía el vídeo en YouTube.
Comimos sentados en los taburetes de la barra, y estaba teniendo un gran momento simplemente estando con mi papá cuando nuestra conversación tomó un giro más serio.
—Así que, ¿has estado tranquila últimamente? —Él me miró, sus ojos afilados, estudiándome.
Me encogí de hombros, sintiéndome culpable como el infierno por esconder mis travesuras con Santana de papá.
—Sólo he estado ocupada.
—¿Sabías que Rachel y Quinn están de vuelta de su luna de miel?
Otra punzada de culpa. Maravilloso.
—No, no lo sabía. —Removí un pedazo de pasta alrededor de mi tenedor. No sabía porque estaba tan perdida en mi egoísta mundo sexual con Santana López como para dar algo de atención a lo que estaba pasando fuera de ella. Eso tendría que parar—. Debería llamar a Rachel.
—Esta… ausencia… ¿es por Dee? —Papá miró profundamente a mis ojos en busca de respuestas—. Porque creo que deberíamos hablar de eso. Quiero decir, sobre mí y Dee.
Me cortó la respiración el ver su expresión, sus palabras, y sentí que mi pulso se aceleraba. Sudor cubrió mis palmas al mismo tiempo que estaba temblando.
—¿Vas a…? ¿Vas a pedirle que se case contigo?
Papá frunció el ceño y dio un leve movimiento de cabeza.
—No, niñita. No. Aunque tomaré la palidez de tu rostro como una mala señal del sólo pensar en eso.
—No. —Me apresuré a asegurarle—. Papá, me gusta Dee. No la conozco tan bien como tú, pero me gusta lo que conozco.
Me observó, no estando convencido.
—Entonces, ¿por qué te pones mal con la idea de casarme con ella?
Empujando la comida en mi plato, me encogí de hombros.
—Es una tontería. Inmadura. Yo sólo que… todavía pienso en ti con mamá.
El tenedor de papá chocó contra el plato y su enorme mano cubrió la mía, atrayendo mi mirada hacia él. Sus ojos brillaban de emoción cuando me dijo en voz baja, gruesa:
—Una gran parte de mí siempre estará con tu madre. Lo fue desde el momento en que la conocí. Lo que tengo con Dee no va a cambiarlo.
—¿Es eso justo para Dee? —pregunté, tratando desesperadamente de no llorar.
Me apretó la mano.
—Ahora soy un hombre diferente, Brittany. La vida nos cambia, segundo a segundo. Quién era antes de Susan fue un hombre que era adecuado para ella. Quién soy ahora es alguien que espero que sea el adecuado para Dee. Pero la persona más importante en mi vida es, y siempre serás, tú. Necesito saber que estás bien conmigo en seguir adelante con Dee. Y me gustaría especialmente si llegas a conocerla mejor.
Sonreí burlonamente a través del brillo de las lágrimas en mis ojos.
—Papá, soy una mujer adulta. No tienes que preocuparte por lo que pienso.
—Verás —Él negó con la cabeza con una sonrisa—, para el mundo eres una mujer adulta, pero para mí sigues siendo mi niña. Lo entenderás cuando tengas uno propio.
—Entonces, si te hace sentir mejor, quiero que sepas que me alegro por ti. Dee te hace reír. Te hace feliz. Eso es todo lo que me importa.
—¿Te reunirás con ella? ¿Pasarán algún tiempo solas ustedes dos? Sé que le gustaría eso.
Honestamente, es algo que debería haber pensado hacer sin que me lo pidiera, y me di cuenta que realmente había estado encerrada en mis propias inseguridades y problemas durante tanto tiempo que no había sido una muy buena hija últimamente.
—Por supuesto, papá.
Satisfecho, papá cambió de tema de nuevo, hablando de Cole y cómo papá y Marley estaban pensando en comprarle un perro si pasaba sus exámenes al final del año escolar. Cole había hecho un comentario sobre la forma en que siempre había querido un cachorro y Marley se había sentido mal al no saber eso, y ahora ella y Jake estaban discutiéndolo con el casero.
Era divertido, como el comportamiento de Marley con Cole me recordaba a papá conmigo. Sonriendo con cariño a mi padre, me sentía toda blanda y feliz por Cole que había sido bendecido con Marley Walker como madre improvisada.
Y fue en ese momento de felicidad perfecta que Santana utilizó su llave y entró en mi apartamento.
La sonrisa sexy en su rostro se congeló cuando mi padre volteó lentamente la cabeza y levantó una ceja para nada impresionada ante la aparición de Santana. Se miraron mutuamente por un momento, y luego mi padre volteó lentamente la cabeza hacia atrás a mí. Él no estaba feliz.
—¿Tiene llave?
******
Cuando cerré la puerta tras de mi papá, finalmente dejé ir todo el oxígeno que había estado guardando en mi interior y me volteé hacia Santana, mis ojos desorbitados medio en horror, medio divertida. Estaba sentada en mi sofá, bebiendo una cerveza fría y riendo.
—Eso no fue divertido.
Está bien, quizás lo era en cierto modo. Pero también más o menos no lo era. Acabábamos de pasar la media hora más incómoda con mi papá interrogándonos no muy sutilmente sobre nuestra amistad. La parte graciosa fue verlo tratando de hacer a Santana retorcerse. La parte no tan graciosa fue en la que mentí tanto a mi padre acerca de la naturaleza de mi relación con Santana.
Santana puso su cerveza sobre la mesa y se levantó, quitándose los zapatos.
—Tu padre da mucho miedo, maldición —comentó, aún divertida. Observé, interrogándola con la mirada mientras comenzaba a quitarse la ropa—. ¿Estás segura de que él no es la razón por la que no has tenido una pareja en siete años?
Me reí, mis cejas elevándose mientras se paraba delante de mí en nada más que una sexy lencería.
—¿Por qué? Tú claramente no le tienes miedo.
—Yo estoy hecha de un material más fuerte que la mayoría de los mortales. —Se dirigió hacia mí y me agarró la mano, empujándome hacia el baño.
—¿La lección de esta noche? —le pregunté, ya que ella sólo había entrado sin decir una palabra.
Santana cerró la puerta del baño detrás de nosotras y agarró el dobladillo de mi camisa en las manos para tirar de ella hacia arriba y sacarla.
—Espontaneidad. No hay nada más candente que una mujer que quiera hacer cosas calientes todo el tiempo, sin importar dónde estés o lo que estés haciendo.
Me desabroché el sujetador mientras Santana trabajaba en mis jeans.
—Estoy empezando a pensar que estas lecciones son lecciones personalizadas de cómo complacer a Santana López.
—¿No te has dado cuenta que todas las personas piensan de esa manera?—bromeó, quitándome los jeans y la ropa interior.
—No lo sé. —Mi corazón ahora estaba acelerado cuando ella metió la mano en mi ducha y la encendió.
—Bueno, la mayoría de las personas que conozco piensan de esa manera. Así que… ¿esta noche? Sexo en la ducha. No pude tomar una después de clase, así que pensé que sería buena idea compartir una juntas. —Sonrió y se quitó la poca ropa que la cubría.
Lamí mis labios y con entusiasmo la seguí a la ducha.
—Sabes, tengo la sensación de que a las mujeres también les gustan las parejas que quieren tener intimidad con ellas todo el tiempo, sin importar dónde.
La sonrisa de Santana fue una ardiente mientras me empujaba bajo el chorro de agua y en contra de los azulejos.
—Es bueno saber que las duchas hagan tanto por ti, nena. En el gran esquema de las cosas, el sexo en la ducha es bastante vainilla. No puedo esperar a ver cómo reaccionas para mí haciéndote mía en la biblioteca de la universidad.
Mis ojos se abrieron de par en par.
—No puedes hacer eso —respiré, poniéndome caliente y mojada de tan sólo pensar en ello—. Echo a los chicos por eso.
—Pero te gusta la idea… —Ella rozó sus labios sobre los míos y me levantó la pierna—. Admítelo.
Antes de que pudiera contestar, deslizó sus dedos dentro de mí con fuerza y me hubiera golpeado la cabeza contra la pared si ella no hubiera enroscado su mano alrededor para protegerla a la espera de arquearme hacia atrás de placer.
—No importa —me susurró al oído—. Voy a tomar lo mojada que estás como admisión.
*****
—¿Estás segura de que no te importa que pase la noche aquí? —preguntó Santana, rozando con el dedo mi espalda desnuda mientras yacía boca abajo a su lado en la cama.
Después de la deliciosa ducha con sexo, me había secado el cabello, mientras Santana recalentaba algo de pasta para ella. Para el momento en que deambulé fuera de la habitación, había terminado de comer y estaba lista para continuar con nuestras lecciones. Lo supe porque salí de la habitación sólo para que ella me maniobrara a entrar de nuevo inmediatamente. Tres orgasmos más tarde, estaba saciada a fondo, era tarde, y no había realmente ningún sentido en que Santana regresara a casa cuando yo tenía una cómoda cama lo suficientemente grande para nosotras dos.
Con la cabeza apoyada en los brazos, había estado mirando mi cabecera, mi cuerpo tan relajado que estaba casi ronroneando como un gatito. Volví la cabeza para contestarle, mi cabello rozando sobre la almohada.
—Para este punto puedes tener lo que quieras.
Observé sus hoyuelos aparecer y decidí que un día iba a tener que realmente besar esas pequeñas hendiduras sexy.
—¿De verdad quieres hacer mi ego más grande de lo que ya es?
—Hmm, buen punto.
Nos sonreímos la una a la otra antes de que mis ojos se cerraran.
Estaba dormitando cuando sentí el contacto de sus labios contra mi hombro desnudo.
—¿Britt?
Había algo en su tono, algo solemne que me puso instantáneamente en alerta. Al abrir los ojos, busqué su rostro y encontré su expresión igualmente grave. Mi estómago se volcó con incertidumbre mientras la sangre se agolpaba en mis oídos con el golpeteo repentino de mi corazón.
—¿Sí?
Santana se puso boca arriba, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza mientras estudiaba mi techo.
—Realmente eres una de mis mejores amigas, sabes.
Mi pulso se desaceleró un poco mientras el calor se precipitaba a través de mi pecho. Conmovida, extendí la mano para rozar mis dedos cariñosamente por su estómago.
—Lo mismo digo, cariño.
—Entonces, prométeme algo.
Me quedé inmóvil.
—¿Bien?
—Prométeme que, sin importar qué, esto… lo que estamos haciendo… no va a arruinar eso.
No entendí el agudo y sinuoso dolor que cortó a través de la calidez que había inundado mi pecho, pero entendía por qué me estaba pidiendo lo que estaba pidiendo. Estirando la palma de mi mano a través de su estómago, la moví hasta que se detuvo sobre la “A” tatuada en su piel.
—Te lo prometo.
Todo su cuerpo se relajó bajo mi mano y cuando ella volvió la cabeza para mirarme vi ternura y gratitud en sus ojos. Nos sonreímos la una a la otra de nuevo, e ignoré el áspero dolor.
Después de un momento, ella movió su cabeza hacia atrás y volvió a mirar mi techo.
No pude apartar la mirada de su cara, mis ojos centrándose en su precioso rostro, su perfecto perfil, su nariz recta, sus pestañas oscuras, sus hermosos y carnosos labios, para recordarlos. Ya no me sorprendió la forma en que mi cuerpo se erizó a la vida en la mera visión de su hermoso rostro. Por ahora puse ese sentimiento a un lado, sintiendo que su mente estaba en otra parte, en un lugar un poco más oscuro que de costumbre.
Mis dedos rodearon la “A” muy cerca de su espalda baja.
—¿Santana?
—¿Mmm?
—Cuando estés teniendo un momento difícil sobre eso, sabes que puede hablar conmigo, ¿verdad?
Hizo un ligero movimiento de cabeza.
—Estoy bien, Britt.
—¿En serio? Porque cuando Cole mencionó tu tatuaje, pareciste un poco apagada durante unos cuantos días.
Santana me lanzó una mirada y dio un suspiro largo y tembloroso.
—No sé si puedo admitirlo en voz alta.
—Oye, como si yo fuera a juzgarte por nada —bromeé, tratando de relajarla de nuevo y recordándole que estaba a salvo conmigo.
Quería seguir la pequeña sonrisa triste curvando sus labios con la punta de los dedos, pero me contuve.
Y esperé. Hasta que dijo:
—Me hice el tatuaje para así recordar a Alice todos los días.
—Sí, me lo dijiste —le recordé en voz baja.
—A veces desearía no habérmelo hecho. —La vergüenza se asentó en su mirada cuando me miró, y odié que lo sintiera—. A veces pienso que sería más fácil de olvidarla la mayoría de los días.
—Eso es comprensible, cielo.
Santana sacudió la cabeza en negación.
—Se lo prometí.
—¿Qué le prometiste?
Su voz era ronca ahora cuando lo confesó:
—Le prometí que nunca la dejaría. —Se aclaró la garganta, tratando de enterrar la emoción, pero no podía. Mi amiga seguía cargando mucha historia y lo supe a ciencia cierta cuando continuó—. Cuando éramos niñas la protegía de todo. Del padrastro imbécil, de los niños que se había burlado de ella porque no tenía mucho dinero, pesadillas, incluso de historias tristes. Pero no pude protegerla del cáncer. No podía protegerla, así que lo menos que podía hacer era nunca dejarla.
Un nuevo dolor envolvió sus manos heridas alrededor de mis costillas, y me incliné para darle un beso reconfortante en el pecho.
—Santana, seguir adelante con tu vida no significa olvidarla, o dejarla.
Con los ojos entrecerrados, no estuvo impresionada con mi comentario.
—¿Cómo puedes decir eso? Tú más que nadie sabe que no funciona de esa manera. Debería querer ver ese tatuaje en el espejo cada día, Brittany. No debería resentirlo.
Las manos alrededor de mis costillas me exprimieron cuando la voz dentro de mí me dijo que hablara, confesara mi propio secreto profundo y enterrado, la verdadera razón detrás de todo esto. Lo que debería. Por mi amiga, debería hacerlo. Apoyé la mejilla en su pecho y luché por encontrar el control de mi respiración, las lágrimas pinchando mis ojos mientras me obligaba a ser valiente por ella.
—¿Quieres saber la verdadera razón por la que te pedí ayuda? —Me atraganté con las últimas palabras, lágrimas cayéndome de los ojos. Santana se tensó cuando sintió el chapoteo de agua salada en su piel.
Ella se movió debajo de mí, pero sólo para liberar su brazo de detrás de su cabeza para poder envolverlo alrededor de mí.
—¿Britt?
Mirando hacia él ahora a través de mis lágrimas, le susurré mi propia confesión.
—Tenía miedo de resentir a mi madre. Tenía miedo de que en algún lugar profundo dentro de mí la culpase por el hecho de que nunca había tenido lo que todos los demás tenían: el primer amor y el sexo, y el tiempo de explorarlo cuando todos los demás lo estaban haciendo. Pensé —Me limpié las lágrimas—, pensé que si tan sólo pudiera hacer algo al respecto, sería correr el riesgo de que ese resentimiento creciera. Porque resentirme con ella por eso me haría la peor persona del mundo, y no sé si podría haber soportado esa parte oscura de mí misma que culpaba a una mujer que fue amable y cortés hasta el final. —Me enjugué las lágrimas y me apoyé sobre ella, pasándole los dedos tiernamente por el espeso cabello—. No estás sola, Santana.
Presioné un beso reconfortante y lleno de lágrimas en sus labios.
Y de inmediato me encontré de espaldas, con las manos puestas sobre mi cabeza cuando ella se apoyó sobre mí, con los ojos en llamas.
—¿Santana? —Jadeé ante el repentino movimiento.
Su respuesta fue besarme profundamente, toscamente, casi con desesperación mientras ella empujaba mis piernas. Soltó una de mis muñecas sólo para verme detenidamente, y una vez que estuvo lista, me sujetó de nuevo.
Traté de mover los brazos, pero no cederían, y estuve perversamente sorprendida al sentir la rápida excitación moviéndose a través de mí ante la sensación de estar completamente bajo su control.
Su hacer con lo que la complaciera.
Con un gemido de necesidad se dedicó a hacerme suya, mis gritos cada vez más fuertes hasta que un orgasmo de rodar-los-ojos-hacia-la parte-de-atrás-de-mi-cabeza me destrozó las entrañas y grité su nombre en una hermosa liberación.
Después de que Santana llegara al éxtasis del placer, sin aliento, fuera de control, me besó en la frente, pero esta vez no se levantó para ir al baño. En su lugar, envolvió los brazos a mí alrededor, con la cabeza apoyada en el hueco de mi cuello, dejando nuestras piernas enredadas entre sí.
Permanecimos así durante algún tiempo, sin decir una palabra, hasta que por fin el sueño empezó a adormecerme. Sintiendo la fuerza del sueño, Santana nos giró a nuestros lados, mi espalda contra su pecho, su brazo alrededor de mi cintura, sus piernas entrelazadas con las mías, y juntas nos sumimos en un estado temporal de paz absoluta.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 14
Había mucho que aprender de lo que estaba pasando entre Santana y yo, pero por desgracia estaba decidida a aprender las cosas menos importantes. Despertarme con ella a la mañana siguiente, sintiendo sus brazos alrededor de mí, sintiendo ésta maravillosa mezcla de estar espeluznantemente viva pero tan reconfortantemente segura, no me permití tomar el tiempo para leer las señales.
En su lugar, nos despertamos, Santana apresurada al darse cuenta que se había dormido y tenía una sesión de fotos esa mañana muy temprano para una de las secundarias locales. Descubrí que a la tranquila y encantadora Santana no le gustaba llegar tarde. Se basó en el uso de los gruñidos para responderme mientras corría por ahí tratando de prepararse. Era tan linda.
Antes de irse me dijo que trabajaría esa noche, así que tendría que llamarme para organizar nuestra próxima lección, pero no había nada extraño en ella como el martes por la mañana, así que sólo asumí que significaba que ella realmente estaba ocupada y organizaríamos algo más tarde.
Había recibido un par de mensajes de ella desde entonces, pero eran sólo para hacer bromas sobre trabajo, no nada de nuestras lecciones. Estaba bien con eso. No había prisa, ninguna necesidad inmediata de verla ni nada parecido.
Nop. Ajá.
Aun así, busqué una distracción durante la cena del viernes con mi papá y compañía. Marley había elegido D'Alessandro, porque teníamos dos acompañantes extra esa noche. Dee, y Hannah. Se estaba molestando un poco por tratar de que Marco le hablara, por lo que habíamos decidido que la única manera de ver qué diablos pasaba era crear una situación en la que ella pudiera verlo sin parecer una acosadora total.
No teníamos ni idea de si él trabajaba esa noche, pero decidimos que valía la pena intentarlo.
Me senté en la mesa con papá, Dee, Marley, Jake, Cole y Hannah e hice mi mejor esfuerzo para estar ahí y estar presente, pero de vez en cuando un recuerdo de la última semana cruzaría mi mente y me perdería en una pequeña fantasía “Santana y Brittany” hasta que uno de mis compañeros me arrastraba fuera de ella.
Marley me estaba hablando acerca de las fotos de Rachel y Quinn de su luna de miel en Hawái cuando sentí a Hannah tensarse a mi lado. Tanto Marley como yo la miramos y luego seguimos su mirada de conejo congelado al otro lado de la habitación al joven que ocupaba una mesa en la esquina.
Nuestra chica tenía buen gusto.
Un poco joven para mí, por supuesto, pero pude ver la atracción.
—¿Ese es él? —pregunté en voz baja.
Ella asintió rápidamente, lamiéndose los labios con nerviosismo. Eso me sorprendió, ya que nunca había visto a Hannah ser cualquier cosa excepto sociable y confiada. Al parecer, ella había sido una niña tímida, pero nunca podría imaginarla de esa manera. No es que ella fuera particularmente extrovertida o escandalosa; de hecho era una persona bastante fría, tranquila y reservada. Pero también decía lo que pensaba y era muy gracioso cuando lo hacía.
—Ve a hablar con él.
La mandíbula de Hannah se endureció con determinación y de inmediato se puso de pie. Llevaba unos jeans ajustados y una camiseta ajustada que dejaba ver sus curvas. Era casual, pero hermosa. Este chico no tenía ninguna oportunidad.
Sintiendo una molestia en mi vejiga, me di cuenta que iba a perderme el espectáculo.
—Ya vuelvo —murmuré y me dirigí al baño, tratando de no parecer obvia cuando vi los ojos del chico ampliarse por la sorpresa de ver a Hannah a caminar hacia él.
Corrí al baño, y cuando salí, estaba justo detrás de Hannah y Marco, oculta por una planta de imitación. Miré mi mesa, sabiendo que debería volver y darles privacidad. Por otra parte, se trataba de una chica que me importaba, y si el pequeño idiota era malo con ella, quería estar allí para que poder ponerlo en su sitio.
—Te dije que he estado ocupado —dijo con un encogimiento de hombros, su acento americano descolocándome por un momento hasta que recordé a Hannah diciéndome que era de Chicago.
Hannah lo miró con recelo, sobresaliendo un poco su terca barbilla adorablemente puntiaguda.
—¿Así que no estás evitándome?
Marco se rascó la mejilla, sus labios curvándose en la esquina.
—No. ¿Por qué estaría evitándote? —Sus ojos parpadearon sobre su hombro y hubo algo posesivo de la manera que él dijo—: Parece que te has mantenido ocupada de todos modos. ¿Ya tienes un nuevo chico?
Ella lo miró fijamente por un segundo, y estuve muy impresionada por lo tranquila que parecía. Mucho más tranquila de lo que yo podría haber sido. Especialmente si hubiera tenido que enfrentarme a un hombre tan caliente como Marco a su edad. Él estaba a un buen par de centímetros más de los dos metros, complexión atlética, y su mezcla afro-americana y herencia italiana aportaban maravillosamente a su tono de piel caramelo claro, pómulos altos, mandíbula corta, y boca sensual. Sus ojos azul- verdosos eran un fuerte contraste con su piel y pestañas oscuras. Todo esto sólo se hacía más atractivo por su presencia silenciosa pero intensa. Tuve una sensación de que Hannah se había encontrado a un chico serio del cual enamorarse.
—Ese es Cole —respondió finalmente, inclinando la cabeza hacia un lado para darle una arrogante pero aún controlada sonrisa que le decía que pensaba que sus palabras contradecían sus celos—. Es un amigo de la familia. ¿Por qué? ¿Te molestaría si fuera mi cita?
Marco frunció el ceño.
—No, Hannah, no lo haría. Puedes hacer lo que quieras.
Ella era buena en ocultar su decepción, le concederé eso.
—Bueno, lo que quiero es pasar el rato con mi buen amigo Marco, pero ha sido difícil de encontrar últimamente.
Fue su turno para mirarla fijamente, y reconocí el momento en que se derrumbó bajo la mirada de sus grandes ojos de terciopelo marrón. Sacudió la cabeza como si no pudiera creer que estuviera sucumbiendo ante ella.
—Estoy libre el martes por la noche. Podríamos pasar el rato entonces.
—Muy bien. Ha…
—Espiar es grosero, sabes —me dijo una voz familiar en voz baja.
Sorprendida, y no estaba segura de si era una buena o mala sorpresa, me di la vuelta y miré hacia arriba, probablemente luciendo un poco estupefacta, a la cara de Sam.
—Sam —resollé, mi corazón tomándose su tiempo para deslizarse por mi garganta de regreso a mi pecho donde pertenecía.
Sus hermosos ojos brillaron como si estuviera satisfecho de que supiera su nombre.
—Hola de nuevo —dijo con una sonrisa, metiendo las manos en sus bolsillos.
—Eh, hola. —Rápidamente volví a mirar a Hannah al ver que ella se dirigía a nuestra mesa, mirando sobre su hombro con un fruncido entre las cejas. Parecía como si un hombre alto y apuesto italiano estuviera en silencio castigando a Marco.
—Eh… —Me volví hacia Sam—. La conozco. —Hice un gesto a Hannah—. Hannah. Sólo me aseguraba de que estuviera bien. —Me encogí de hombros tímidamente—. Y tal vez escuchando a escondidas, sólo un poco.
Para mi alivio, se rió y de repente se me ocurrió que había hablado con él sin tener que buscar palabras. Me hizo sonreír, y mi sonrisa hizo que los ojos de Sam cayeran a mi boca.
Después de tragar duro por el brillo interesado que vi allí, dije con ironía:
—Supongo que te gusta D’Alessandro.
—Mi restaurante italiano favorito en la ciudad.
—El mío también. —Asentí y luego miré tras de él, tratando de ver en el otro comedor—. ¿Estás con tu familia?
Así de sencillo, Sam pareció incómodo.
—Um, no. Una primera cita. Te vi y pensé en venir a saludar.
Es cierto, me sentí un poco desanimada por las palabras “primera cita”, pero sabiendo que había dejado esa cita para venir a hablar conmigo borró la mayor parte de la decepción.
—La cita debe estar yendo bien.
Se inclinó hacia mí y me susurró con fingido horror:
—Ella pidió ensalada.
Me quedé boquiabierta con verdadero horror.
—¿En D’Alessandro?
—Una ensalada y agua. Es doloroso de ver.
Una oleada de risitas salió.
—Lo apuesto.
Sam se rió también ahora, sus ojos vagando por mi cara de una manera que era agradable, pero también sugería que se encontraba sorprendido por mí. Eso no era tan sorprendente. Era la primera vez que había entablado una conversación conmigo.
—Bueno —dijo, pareciendo reacio—. Mejor me vuelvo. Le dije que iba al baño.
—Está bien. —Sonreí tontamente—. Probablemente te veré en la biblioteca entonces.
—Definitivamente —murmuró de manera sensual y sonreí aún más viéndolo alejarse.
Tan pronto como estuvo fuera de la vista, me dirigí de nuevo a la mesa, sintiendo aleteos cálidos en mi pecho. Eso había ido bien. Realmente bien.
¡Mis lecciones con Santana estaban dando sus frutos!
Santana.
Fruncí el ceño repentinamente cuando los aleteos cálidos desaparecieron y aterricé en mi silla pesadamente.
—¿Quién era? —preguntó Marley.
Todos estaban mirándome ansiosamente. Incluso papá.
—Un chico de la biblioteca.
Papá inclinó la cabeza hacia un lado, una mirada curiosa en sus ojos.
—¿Un colega?
—No, un estudiante de postgrado. Es muy agradable.
—Postgrado —repitió papá, pensando sobre eso—. Chico inteligente, entonces. —Él me sonrió con descaro—. Definitivamente está interesado en ti, cariño. ¿Te gusta?
Algo desagradable me apretó el estómago mientras consideraba las observaciones de mi padre. Sam de hecho parecía interesado. Había dejado su cita para venir a hablar conmigo. ¿Significaba eso que… si lo volvía a ver… qué pasaría?
Y… Jesucristo… ¿qué querría que ocurriera?
Santana.
Me encogí de hombros otra vez, luchando por respirar a través de la opresión repentina en mi pecho.
—Realmente, no lo conozco bien.
*******
Mis piernas se sentían pesadas mientras caminaba por las escaleras de concreto hacia mi puerta. Por suerte había pasado la cena molestando a Hannah con preguntas y riendo mientras sostenía su posición ante las burlas de Cole.
Sin embargo, tan pronto como estuve sola, caminando hacia mi apartamento, el dolor de cabeza que había estado muriendo por mostrarse cobró vida entre mis ojos. Me froté las sienes, deseando que mi cerebro no estuviera tan enredado y en mal estado en estos momentos.
Las líneas estaban borrosas, y otras líneas en realidad las había cruzado. Había un montón de líneas y ninguna de ellas era de una consistencia sólida.
Tontas lecciones.
Con un gran suspiro entré en mi apartamento y me detuve en seco ante la vista de Santana apoyada en mi sofá, con los brazos cruzados sobre el pecho, con las piernas cruzadas en los tobillos.
Dios, era tan hermosa.
Ni siquiera tenía que decir una palabra y mi corazón ya latía con fuerza.
Cerré la puerta detrás de mí, me apoyé en ella, dando vuelta a la cerradura. Nuestros ojos se encontraron a través de la habitación y se aferraron.
—¿Nueva lección? —Las palabras salieron todas roncas y necesitadas.
Santana se irguió en toda su estatura.
—La lección de esta noche: Utiliza tu iniciativa.
Sin decir una palabra más me saqué mi chaqueta y empecé a desvestirme.
Los ojos de Santana ardieron mientras caminaba lentamente hacia mí.
—Buena iniciativa.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Lo único que tienen que reconocer estas niñas es que están enamoradas una de la otra!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
ese par estan locas una por la otra, ahora solo resta que se den cuenta!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Que asco Sam con Britt:@ ladhdjk pero no importa, igual va a salir perdiendo:D
Mmm:$ de apoquito van fluyendo las cosas entre mis Brittana*--*
Mmm:$ de apoquito van fluyendo las cosas entre mis Brittana*--*
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
que lindo, bonitas lecciones pero se avecina lo tormentoso britt tendra su oporturnidad con sam y santana donde quedara, santana creo que ya no quiere el tatuaje con A sino con "B". Espero actualizacion pronto.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
hola,...
definitivamente sea todo por sam jajajaja
van demasiado bien las lecciones,.. cuidado que la alumna no supere a la maestra jajaj,..
nos vemos!!!
definitivamente sea todo por sam jajajaja
van demasiado bien las lecciones,.. cuidado que la alumna no supere a la maestra jajaj,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
ACTUALIZA POR FAVOR
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Si actualiza porfa... Cada día esta más interesante esta historia a ver como terminan las clases :) saludos...
Lucy LP**** - Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
monica.santander escribió:Lo único que tienen que reconocer estas niñas es que están enamoradas una de la otra!!!!
Saludos
por supuesto que si....esperemos que ambas lo hagan pronto
micky morales escribió:ese par estan locas una por la otra, ahora solo resta que se den cuenta!
antes pasaran por algunas cosas
Susii escribió:Que asco Sam con Britt:@ ladhdjk pero no importa, igual va a salir perdiendo:D
Mmm:$ de apoquito van fluyendo las cosas entre mis Brittana*--*
coincido contigo......Sam jamas me gusto ni en la serie ni en los fics jejejeje
marthagr81@yahoo.es escribió:que lindo, bonitas lecciones pero se avecina lo tormentoso britt tendra su oporturnidad con sam y santana donde quedara, santana creo que ya no quiere el tatuaje con A sino con "B". Espero actualizacion pronto.
claro que ese tatuaje lo tendra mas adelante y lo mostrara con orgullo primero ante Britt (y de que manera...y el lugar..ufff)
3:) escribió:hola,...
definitivamente sea todo por sam jajajaja
van demasiado bien las lecciones,.. cuidado que la alumna no supere a la maestra jajaj,..
nos vemos!!!
todo por los fines pedagogicos jejejeje
marthagr81@yahoo.es escribió:ACTUALIZA POR FAVOR
enseguida actualizo
Lucy LP escribió:Si actualiza porfa... Cada día esta más interesante esta historia a ver como terminan las clases :) saludos...
ya mismo actualizo
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….mil disculpas por no actualizar ayer, créanme que tenía un muy buen motivo para hacerlo (ayer tenía un examen de una materia complicada en la universidad…..ahhh, los deberes universitarios….afortunadamente ya me libre del dichoso examen y me fue muy bien jejejeje)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=wrjQUjASyAA
*no lo pude evitar, en cuanto escuche de mucho tiempo esta canción no la pude sacar de mi mente jejejeje
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que modifiqué levemente el título de la historia (tomé el nombre de una calle al azar de Ohio -admito que de esta calle me atrayeron los bellos paisajes), honestamente no se si obré bien al poner el nombre, ya saben que no soy tan buena para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Before Jamaica Lane” y es de autoría de Samantha Young (autora de la obra “Calle Dublín”) (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual BOOKZINGA (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Escocia y algunos relacionadas este y algunas ciudades de EE.UU fundamentalmente; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 1 solo libro que consta de: sinopsis + 28 capítulos + epílogo. Este libro es narrado desde la perspectiva de Brittany (Olivia en la historia original)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 15
The Lumineers estaban cantando para mí. Usualmente eso era algo bueno, pero la noche previa había sido muy física y quería quedarme en la cama hasta tarde en mi sábado.
El cuerpo cálido de Santana estaba presionado contra mi costado mientras yo yacía sobre mi estómago, mi rostro enterrado en la almohada. La sentí moverse contra mí mientras mi tono de llamada la despertaba.
—Nena —dijo, frotando mi espalda suavemente—, tu teléfono.
Murmuré incoherentemente en la almohada.
El delicioso calor de ella sobre mi lado izquierdo desapareció y gruñí un poco más. Rodó de vuelta sobre mí, besó mi hombro y depositó el teléfono en la almohada al lado de mi oído. Haciendo una mueca de dolor por cuán fuerte era, levanté la cabeza y a tientas lo agarré.
—Hola —contesté soñolienta, ni siquiera revisando el identificador de llamadas.
La voz áspera de Rachel contestó:
—Hola a ti. ¿Cómo estás?
Más espabilada ahora, me elevé en un codo, disfrutando la sensación de los dedos de Santana acariciando mi columna.
—Rachel, es bueno escuchar de ti. ¿Cómo estás? ¿Cómo fue la luna de miel?
—Fue grandiosa. Conoces a Quinn. —Soltó una risa baja e íntima—. Fue tan divertida.
Le lancé a Santana una mirada, quien estaba acostada allí mirándome, toda sexy. Al final entendía lo que esa risa baja e íntima significaba.
—¿Fue hermoso?
—Espectacular. Recomiendo Hawái para todos. Si no fuera por los bichos raros que en cierto modo, podrían, más o menos inquietarme, nunca habría vuelto a casa. Hablando de eso, Kitty y Ryder están buscando casa y están viendo una propiedad en mi calle. Kitty dijo que quería revisarla de nuevo, así que voy con ella esta tarde. Pensamos que después podríamos regresar a mi lugar por un par de tragos. Sé que Marley no puede hacerlo debido a que está trabajando, pero esperaba que quisieras pasar el rato con nosotras.
—Estaré allí. ¿A qué hora?
—Al mediodía.
Fruncí el ceño.
—Uh, ¿qué hora es?
—Faltan quince… —comenzó a contestar Santana, pero la corté de inmediato, estampando mi mano sobre su boca. La fulminé con la mirada mientras sentía sus labios curvarse debajo de mi palma. Sus ojos bailaban con regocijo.
—¿Qué fue eso? —preguntó Rachel con curiosidad.
Lo último que necesitaba era a mis amigas descubriendo mi situación con Santana… debido a que lo último que necesitaba era un sermón preocupado.
—La radio. Mi alarma.
—Bueno, entonces, supongo que no necesito decirte que es las nueve y cuarenta y cinco. Eso es una hora extraña para configurar tu alarma.
—Es sábado —contesté con rapidez, nerviosa—. Duermo un poco más los sábados y, ah, ya sabes, las nueve y media parece demasiado temprano, pero las diez parece demasiado tarde así que… —Mi mano se apretó sobre la boca de Santana mientras se reía más fuerte ante mi pobre desvarío.
—Así que eres rara —finalizó Rachel por mí—. Ya sabía eso. Te veo pronto. — Colgó y al instante saqué la mano de la boca de Santana, la hice un puño, y comencé a golpearla en el brazo.
—Amiga, ¿estás tratando de que nos atrapen?
Su risa murió en un resoplido a medida que se frotaba el brazo.
—Podría no importarme.
—Mentirosa. —La empujé juguetonamente—. Si yo no quisiera ser sometida a la mirada preocupada de: “ooh, ¿crees que es una buena idea?”, entonces sé que ciertamente tú no.
En respuesta Santana se sentó, me agarró las manos y me forzó a acostarme sobre mi espalda, la seducción engreída curvando sus labios cuando me abría mis piernas con las suyas.
—¿Qué estás…?
Fui interrumpida por su boca imponente y pronto me encontré derritiéndome en la cama mientras me besaba en sumisión. Cuando llevó sus labios abajo a mi mentón, rociando pequeños roces temblorosos sobre mi cuello, logré encontrar mi voz.
—¿Qué estás haciendo? Tengo sólo unas dos horas para ducharme, vestirme y arrastrar mi trasero a casa de Rachel.
—Hmm. —Fue más abajo, liberando una de mis muñecas para acunar mi seno en su boca. Suspiré, involuntariamente arqueando mi espalda cuando me lamía mi pezón—. Tengo judo en un par de horas también. Haré esto rápido. —Me sonrió desde debajo de sus pestañas, perverso y seductor, mientras su mano se deslizaba entre mis piernas—. Lo prometo.
Las sensaciones deliciosas se extendieron a través de mí.
—Uh…
Y luego se levantó abruptamente, dejándome tendida allí con mi espalda arqueada fuera de la cama.
—¿A dónde demonios te vas? —espeté.
Su risita cálida me golpeó en la parte inferior de mi vientre cuando comenzó a buscar a través de mi cómoda.
—No te preocupes. Ya vuelvo. Sólo busco un par de pantis.
—No tengo ninguno. Tengo un par de medias de liguero en el fondo de mi cajón de ropa interior —respondí, confundida.
—Incluso mejor.
—¿Siquiera quiero saber por qué estás buscando pantis?
Sin contestar, Santana encontró las medias y subió de vuelta a la cama. Con una eficiencia hábil que me tomó completamente por sorpresa, ató un extremo de las medias alrededor de mis muñecas y el otro alrededor de las tablillas del cabecero.
Esposas improvisadas.
Jalé de ellas, sintiendo el material estirarse, pero no aflojarse.
—¿Qué demonios?
Santana ya no estaba sonriendo y se acomodaba a sí misma sobre mí.
—Cuando te sostuve abajo la otra noche… te hizo mojar tanto, nena, que enloquezco sólo pensar en ello. —Su voz se suavizó mientras sus ojos se oscurecieron—. Te pusiste demasiado excitada por eso.
Me sonrojé, recordando cuánto había disfrutado el hecho de que Santana pudiera hacer lo que quisiera conmigo y mis manos no estuvieran libres para detenerla. Fue completamente una sensación sorprendente, pero una que no pensé que tendría con cualquier persona. Me permití estar intrigada por la noción de ser prisionera de Santana, me permití la fantasía, porque… confiaba en ella. Detrás de la fantasía estaba el conocimiento que ella sólo haría cosas que me gustaran, me encantaran y que nunca me lastimarían.
Aun así, no sabía que lo había hecho tan obvio.
Jalé de las medias, volviéndome incesantemente más sin aliento.
—Entonces, ¿ahora qué?
Acarició la parte posterior de mis muslos y luego curvó las manos alrededor de ellos, subiendo mis piernas alrededor de sus caderas antes de presionar su traviesa mano izquierda en mi entrada.
—Ahora estás completamente a mi merced… mientras te hago vibrar hasta dejarte inconsciente.
*******
Mirando a la cocina destartalada, me pregunté si Kitty y Ryder estaban chiflados.
—Chicas, estamos hablando de mucho trabajo aquí —murmuré, viendo el cable suelto y un camino de humedad en la parte inferior de la esquina izquierda de la habitación.
Kitty miró hacia atrás, a mí y a Rachel, con tristeza.
—Ryder dijo lo mismo, pero quería otra mirada. —Acarició la pared—. Me encantan estas construcciones.
—Kitty, sabes que si quisieras el piso de vuelta, Quinn y yo estaríamos felices de buscar algo más —ofreció Rachel.
Pero también podría haberle ofrecido ahogar el gato de alguien.
—¡Rachel, no! Ese piso es especial para ustedes.
—También es especial para ti.
—No tanto. —Sacudió la cabeza con un suspiro pesado—. Vamos. Quedarme aquí es deprimente.
Salimos arrastrando los pies del apartamento en Dublin Street, Kitty miró atrás con anhelo mientras subíamos la colina hacia el lugar de Rachel.
—Es un enorme trabajo de renovación. Sólo que no tenemos tiempo.
—Es una fuente permanente de gastos —agregó Rachel—. Había problemas de humedad y en el cableado. Kitty, sería un constante dolor de cabeza.
—Tienes razón, tienes razón, sé que tienes razón —murmuró Kitty, y me hizo un puchero mientras que Rachel nos dejaba entrar en su apartamento.
Froté el brazo de Kitty para tranquilizarla.
—Encontrarás un lugar.
Quinn estaba trabajando en su club nocturno, Fire, así que teníamos el piso para nosotros solas. En preparación de nuestra venida, Rachel ya había hecho unos pocos aperitivos y compró varios cócteles. Nos reímos y disfrutamos en la cocina mientras bebíamos mojitos y comíamos sándwiches diminutos.
—Así que, ¿nos deleitarás dándonos detalles de la luna de miel? — pregunté, sonriendo descaradamente a Rachel.
Rachel sonrió ampliamente.
—¿Con la hermana menor de Quinn en el lugar? No. Todo lo que diré es que pasamos un momento delicioso todo el tiempo. Y Quinn sólo le gruñó a un chico.
Me reí a carcajadas.
—¿Gruñó?
—Él estaba mirando mis senos, y quiero decir mirando fijamente, mientras que Quinn estaba justo ahí. —Arrugó la nariz y sacudió la cabeza—. Pensé que a Quinn iba a explotarle una vena.
Nos reímos, pero mi diversión quedó paralizada bajo la preocupación cuando Rachel de repente me arrojó una sonrisa traviesa.
—Así que, Kitty dijo que fuiste toda Mujer Fatal en el Club 39 mientras que yo estaba afuera. ¿Conseguiste el número del chico?
Resoplé, tratando de cubrir el hecho de que mi corazón estaba latiendo duro y comenzaba a sudar. Mentir era horrible, una mierda y justificarme al decirme que no estaba mintiendo, estaba simplemente ocultando, era una cagada totalmente. Les estaba mintiendo a mis amigas y no me gustaba.
—¿Mujer Fatal? Fue sólo un número.
—Nunca te he visto tan interesada antes. —Kitty volvió sus ojos amplios a Rachel—. Deberías haberla visto flirteando toda sexy. Hablando de eso. —Me miró de vuelta inquisitivamente—. ¿Cómo te sentirías yendo a una cita con un chico que Ryder conoce?
El latido de mi corazón se volvió más unas palpitaciones enfermizas.
—¿Has estado hablando de mí?
—Sólo desde esa noche en el bar. Pensamos que quizás estabas tomando tiempo para establecerte antes de que comenzaras a salir en citas, así que nunca dijimos nada antes. Pero entonces, el sábado parecías mostrar interés. Y Dougie es estupendo.
—¿Doogie?
—Douglas. Dougie.
Resoplé.
—Suena encantador.
Rachel se rió.
—Estoy imaginando a Doogie Howser.
—Cierto. —Solté unas risitas de forma inmadura.
Kitty nos frunció el ceño.
—Um. ¿Quién?
—Fue un programa de la televisión americana.
—¿Sobre qué?
—Un niño doctor genio.
Kitty nos dio una mirada sufrida.
—Dougie no es un niño. Es un arquitecto muy agradable y muy guapo.
—No dejes que Ryder te escuche decir eso.
—Britt, estoy hablando en serio. Por favor, considera salir con él.
—No salgo en citas a ciegas.
Me echó una mirada detenidamente.
—¿Llamaste al tipo cuyo número conseguiste?
Uh-oh. ¿Cómo le decía que no quería salir con este chico Doogie debido a que estaba demasiado ocupada echando polvos con Santana? Me devané los sesos por una excusa que sonara plausible, volviéndome cada vez más nerviosa mientras el silencio se extendía entre nosotras. Mis ojos buscaron a Rachel por ayuda ya que ella era la reina de no hacer nada que no quisiera hacer y no le importaba nada si no te gustaba su explicación. En lugar de ayuda, observé su rostro volverse de un color enfermizo.
—¿Rachel, estás bien? —Me incliné hacia adelante, tocando su brazo.
Presionó los labios y se giró hacia el fregadero. Kitty miró a su cuñada con preocupación.
Después de un momento Rachel inhaló una profunda respiración.
—¿Esos mojitos saben bien para ustedes? —preguntó con un hilo de voz.
—Bien.
Rachel se encogió de hombros, tomando otra respiración.
—Uh… —Me eché atrás con cautela ahora—. ¿Vas a vomitar?
Me hizo una mueca.
—No, no voy a vomitar.
—Ten. —Kitty empujó un plato de sándwiches hacia ella—. Apenas has comido algo esta mañana.
—Kitty, si no sacas ese plato fuera de mi cara te comeré a ti.
—Creo que va a vomitar —murmuré, echando a Kitty atrás.
—Deja de decir “vomitar” —espetó Rachel.
Elevé una ceja a Kitty.
—Alguien es gruñona cuando está enferma.
—Sip —acordó Kitty—. Tuvo mal estomacal el año pasado y le gruñó a cualquiera que se le acercara.
—Estoy justo aquí —resopló Rachel, lanzando una mirada de soslayo peligrosa a nuestra dirección. Con sus ojos grises angulosos, ella en verdad sabía cómo dar una buena mirada feroz.
—Y nos gustaría que te quedaras allí si vas a estar enferma.
Kitty me sonrió. Rachel no lo hizo.
—Tienes suerte de que me gustes, Brittany Pierce.
Le sonreí ampliamente y contesté intencionadamente:
—No lo sé.
Sacudió su mirada hacia mí.
—No puedo ser gruñona cuando eres tan linda.
—Y mi plan maestro funciona.
Rachel resopló y luego de inmediato estampó una mano sobre su boca.
Esperamos mientras tomaba respiraciones profundas hasta que al final se volvió a nosotras.
—Estoy bien. —Se movió cerca de la mesa en la esquina y se sentó en una silla—. Estos mojitos definitivamente no están funcionando para mí.
Sin que se lo pidieran, Kitty le sirvió a Rachel un vaso con agua y nos unimos a la mesa. Para mi disgusto, lo primero que Kitty dijo fue:
—¿Entonces? Dougie. ¿Sí?
—No. Estoy… —Me encogí de hombros, decidiendo darle un poco de la verdad—. Hay un chico en la biblioteca. Me gusta.
Kitty sonrió, chispas de curiosidad brillando en sus ojos claros.
—Bastante justo. ¿Trabajas con él?
—Es un estudiante. De postgrado. —Mi tono decía: “No quiero hablar sobre eso,” y, para mi sorpresa, Kitty lo dejó ir.
En lugar de darme la inquisición Española sobre él, preguntó:
—¿Cómo va el trabajo?
—Bien. Será difícil ser promovida, pero, ya sabes, es un ambiente bueno y me gustan mis compañeros. No creo que estaré dejándolo pronto. ¿Qué hay sobre ti?
—Casi he finalizado mi doctorado y la universidad está discutiendo ofrecerme un contrato de un año con ellos como profesora de curso. Están impresionados conmigo y mi tesis, así que ayer me hablaron en privado para hacerme saber que me están considerando.
Kitty era una especialista en historia del arte. No sabía mucho de eso, pero sabía que había soñado con una carrera en la universidad al igual que su padrastro, Clark, así que eran noticias enormes.
—No me dijiste eso —dijo Rachel en voz baja, recogiendo un sándwich con delicadeza.
Kitty se encogió de hombros con modestia.
—No estaba segura si mencionarlo o no en caso de que se venga abajo.
—No lo hará, Kitty —le respondió Rachel con firmeza—. Estoy orgullosa de ti.
—Yo también.
Nos sonrió con gratitud.
—Gracias.
—Significa que probablemente estaré consultándote para buscar documentación en la biblioteca.
—Sip. Tal vez puedas mostrarme al Chico Biblioteca mientras estoy allí.
Asentí, luego tomé un trago largo de mi mojito. ¿Por qué, cuando pensé en Sam, ya no sentía las mariposas y una avalancha de posibilidad?
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 16
Era feliz.
Verdadera y pacíficamente feliz.
Y no tenía intención alguna de analizarlo.
Analizarlo seguramente mataría toda la felicidad.
Acostada con la cabeza sobre un cojín, con las piernas estiradas sobre el regazo de Santana, la miré por el rabillo del ojo mientras miraba la película y distraídamente me acariciaba el tobillo.
Nuestra relación sexual había estado aumentando en las últimas dos semanas, hasta que casi todas mis inhibiciones habían desaparecido. El sexo con Santana era fácil. No me sentía cohibida. No estaba preocupada por si lo estaba haciendo mal.
Mi confianza aumentó, y sin embargo evitaba a Sam. En su lugar, estaba perdida en este mundo de sexo, risas y diversión con Santana. Todavía pasábamos el rato juntas, pero ahora lo mezclábamos con ratos de sexo.
Alucinantes ratos de sexo.
Nunca pasamos el rato en el piso de Santana, nunca lo había visto, porque decía que prefería mi apartamento, de modo que a menudo utilizaba la llave que le había dado. Hoy estaba especialmente complacida de haber llegado a casa y encontrarla en mi sofá, comiendo mis patatas fritas y viendo la televisión. Acababa de tener “la cena” con Dee que papá había sugerido hace unas semanas, y hasta que había visto a Santana en mi casa me había estado sintiendo un poco tosca.
Me incliné besando su sien para hacerle saber que estaba feliz de verla y luego me puse un camisón de seda que Santana me había comprado. Cuando volví a la habitación, sólo necesitó una mirada a mi rostro y acarició el sofá junto a ella. Me senté y dejé que me envolviese en un abrazo.
—¿Estás bien? —preguntó, dándome un beso en mi cabello.
—Fue sólo… estuvo bien. Es sólo que hablamos sobre mamá. Eso siempre me saca de control.
En respuesta, me abrazó por un tiempo. Se sentía maravilloso.
El teléfono de Santana zumbó sobre la mesa y retiró mis piernas de su regazo para poder llegar a él. Encendió la pantalla, sus cejas juntándose mientras leía el mensaje de texto que acababa de recibir.
—¿Todo bien?
—Es Jake —murmuró—. Creo que está empezando a sospechar. Preguntándome por qué estoy ocupada todo el tiempo.
—Sólo dile que estás ocupada. No necesita saber con quién.
—He estado manteniéndome ocupada mucho últimamente, seguro sabe que debo estar con una sola mujer, y querrá saber quién es. Incluso yo no puedo encontrar una pareja sexual nueva todos los días.
—No estamos teniendo sexo todos los días.
—Casi.
Me encogí de hombros, cediendo a la verdad.
—Bien. Pero estamos tratando de resumir años de experiencia en unas cuantas semanas aquí.
Santana sonrió y de repente me agarró de los tobillos, tirando de mí hacia el sofá antes de arrastrarse sobre mí.
—Ya lo sé, es tan agotador —bromeó—. Estoy completamente cansada de esto.
Estaba tan cansada de eso que tiró de mi camisón y se sentó de nuevo para tirar de su camiseta y desabrochar sus pantalones jeans para estar más cómoda. Mis muslos ya temblaban de emoción mientras sacaba mis bragas y las tiraba por encima de su hombro.
El apartamento se llenó con mis gemidos suplicantes mientras hundía la cabeza entre mis piernas y me llevaba al clímax con la lengua. Estaba apenas recuperando la coherencia cuando de pronto se apoderó de la parte trasera de mis pantorrillas para levantar mis piernas sobre sus hombros.
Esto era nuevo.
Sus labios rozaron los míos.
—Vas a sentir todo tan alucinante de esta manera, nena. Espera.
—¡Santana! —grité, sintiendo cada caricia suya, a la vez que deslizaba sus dedos en mi interior.
Estaba en lo cierto. Sus caricias, su forma de hacerme suya y la presión dentro de mí se construía, construía, construía…
—¡Ahh! —grité, sujetando una mano alrededor de mi muslo y apretando los dientes por el dolor.
—¿Qué? ¿¡Qué!? —Santana se detuvo, con pánico en su voz—. ¿Britt?
—Tengo un calambre en la pierna —gemí.
Santana se detuvo inmediatamente, sus jadeos sonando muy fuerte en la pequeña habitación.
—¿Cuál?
—La izquierda. —Me las arreglé para responder a través de la fea incomodidad.
Santana deslizó su mano por mi pierna y encontró el músculo acalambrado en la parte posterior del muslo. Mis dedos se hundieron en el sofá mientras comenzaba a masajearme.
Después de un tiempo el calambre comenzó a ceder y mientras Santana sentía la tensión comenzar a salir de mí, el sofá empezó a temblar un poco con su risa.
La mortificación me golpeó al instante.
Tuve un calambre en la pierna durante sexo caliente. Eso no estaba bien. No era sexy.
Ruborizándome, golpeé las manos sobre mi rostro.
—Oh, Dios.
Santana se rió más fuerte.
Estaba tan avergonzada que estaba al borde de las lágrimas. Me senté, agaché la cabeza y la empujé lejos de mí.
—Britt. —Ya no se reía. Santana me agarró, pero la empujé con más fuerza, tratando de arrastrarme lejos de ella—. Brittany.
—Vete. —Le di un codazo en el estómago, pero eso sólo hizo que pelease más duro. Y era más fuerte que yo. En una maraña de extremidades enredadas acabé tumbada boca abajo, el lado izquierdo de mi rostro pegado al sofá y mis manos cautivas por encima de mi cabeza.
Santana me besó en la mejilla.
—¿Vas a calmarte, por favor?
—Estoy humillada —susurré, cerrando los ojos.
Sentía el pecho de Santana en mi espalda mientras descansaba su barbilla en mi hombro, sus labios cerca de los míos.
—¿Por qué estás humillada? Cielos, Britt, soy sólo yo.
Me encogí de hombros, no con mucho éxito, contra su peso.
—Me ha dado un calambre en la pierna. Interrumpiendo el sexo.
—Nena —el humor se adentró en su voz—, por favor, no me hagas reír, porque creo que la risa no sería buena en este momento.
Miré a su boca.
—Crees bien.
—Sin embargo, ha sido divertido. —Me besó la mejilla de nuevo—. Y no es gracioso como para que te sientas humillada. Es sólo divertido. La Britt que yo conozco puede reírse de sí misma.
Empujé mi rostro en un cojín, como si de alguna manera pudiera esconderme.
—Supongo que todavía no soy lo suficientemente confiada en estas cosas.
—¿Qué? ¿Crees que un pequeño calambre en la pierna va a hacer que dejes de gustarme?
Medio me encogí de hombros de nuevo.
El peso de Santana se levantó de mi espalda, pero mientras se sentaba sus manos agarraron mis caderas. Tiró de mi cuerpo por lo que tuve que doblar las rodillas para no perder el equilibrio. Descansé mi peso en los codos, mi respiración saliendo en un silbido mientras la miraba por encima del hombro.
—¿Qué estás haciendo?
Acarició mi amplio trasero, sus ojos llenos de una intensidad oscura mientras sus rodillas empujaban las mías hasta separarlas. Sin decir palabra, deslizó apasionadamente sus dedos dentro de mí.
Me quedé sin aliento, viendo como ella cerraba los ojos mientras saboreaba la sensación de mí. Se echó hacia atrás y esta vez se estrelló contra mí. Ahogué un grito, mirando cómo se abrían sus ojos, su agarre prácticamente haciendo moretones en mis caderas. A través de los dientes apretados, me preguntó:
—¿Se siente como que no te quiero?
Me alcé contra ella, en silencio pidiendo más.
—No. —Negué con la cabeza, y luego arqueé la espalda mientras empujaba sus dedos dentro de mí. Y justo así, Santana empezó a follar la mortificación hasta sacarla de mí.
Mi cabeza cayó hacia adelante, mi cabello se derramó por el sofá, mis gritos mezclados con los gemidos de Santana mientras se mecía en mi contra con creciente desesperación. Cuando sus movimientos se desaceleraron repentinamente, retrasando así mi orgasmo, miré por encima de mi hombro hacia ella a través de los mechones de mi cabello revuelto.
—¿Por qué? —gemí.
—Quiero sentirte —respondió, su voz áspera mientras su mano libre se deslizaba hasta la piel húmeda de mi estómago.
—Santana —suspiré de placer, con la cabeza apoyada en su hombro.
Tomó mi pecho amorosamente con su mano derecha mientras que con la otra me seguía proporcionando placer. Mis caderas se sacudieron como reacción a la presión de sus dedos contra mi clítoris.
Me moví contra ella, encontrando el ritmo de su sensual tortura, deslizándome hacia arriba y hacia abajo sobre sus dedos, sintiéndome fuera de mi mente con la sensación. Envolví mi brazo detrás de mí, mis dedos clavándose en la parte posterior de su hombro mientras me aferraba a ella como si mi vida dependiese de ello.
—Esto es tú y yo —jadeó, conduciéndose más rápido y con más fuerza contra mí—. No vuelvas a huir. No de mí.
—Está bien. —Negué con la cabeza en su hombro—. Está bien.
Se quedó quieta con los dedos sobre mi clítoris.
—Prométemelo.
—Santana, no pares, no pares —dije en voz baja a toda prisa—. Por favor, estoy tan cerca. Estoy tan cerca.
Se sacudió contra mí y se quedó inmóvil.
—¡Santana! —me lamenté, mis manos cayendo a sus caderas, agarrándola detrás de mí—. ¡Por favor!
—Prométemelo. Dime que no huirás. —Mordió mi oreja, el mordisco casi doloroso—. Dime que nunca huirás de mí. Y luego pídeme que te folle.
Mi cerebro estaba demasiado ocupado disparando neuronas por mí como para cuestionarla.
—Nunca voy a huir de ti —dije en un grito ahogado, empujando mi trasero en su regazo—. Ahora, por favor, por favor, fóllame. Hazme venir.
De repente estaba sobre mi estómago, el pecho de Santana contra mi espalda, sus gemidos llenando mis oídos mientras empujaba sus dedos dentro de mí una y otra vez, moliéndome contra el sofá, y llevándome hacia un orgasmo que me voló la cabeza.
Mi grito de liberación llenó el apartamento, sólo un poco amortiguado por el propio grito ronco de Santana mientras ella se venía en el primer agarre de mi clímax.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
Capítulo 17
El sábado siguiente me apiñaba con Marley debajo de un paraguas mientras esperábamos que Kitty y Rachel salieran de la casa en Ohio Street. El agente inmobiliario, Ryan, un ex-colega de Marley de cuando había trabajado en la agencia inmobiliaria de Quinn, Fabray & Co., comenzó a hablar con Kitty mientras Marley enlazaba su brazo con el mío.
Ryder y Kitty habían encontrado un lugar que les gustaba. El espacioso apartamento Georgiano tenía pisos de madera cruda, techos altos y detalles de época. Cualquier trabajo que tuviese que ser hecho era meramente estético. Kitty estaba enamorada, a Ryder realmente le gustaba, y Kitty quería nuestra opinión.
Fue un rotundo “sí” por parte de nosotras.
Una vez que Ryan se fue, Kitty nos sonrió con emoción.
—Estoy tan contenta de que les guste. Realmente agradezco que hayan venido a verlo. —Empezó a bajar las escaleras y Rachel se apresuró a meterse debajo del paraguas con ella mientras las seguíamos—. Especialmente tú, Britt. —Sonrió con curiosidad por encima del hombro—. Has estado tan ocupada últimamente.
Le devolví la sonrisa, esperando que no fuese una sonrisa un poco sorprendida, llena de pánico.
Marley apretó mi brazo contra sus costillas.
—Es curioso —murmuró por lo que sólo yo podía escucharla—, pero Santana también ha estado ocupada últimamente.
Obligándome a no reaccionar, no podía decir nada. No quería mentir abiertamente, así que eso significaba que sólo me quedaba el silencio ignorante. A decir verdad, llevábamos cinco semanas con nuestras lecciones, ¿todavía podíamos llamarlas lecciones?, y ahora estaba un poco desesperada por hablar con alguien sobre lo que estaba pasando con Santana y conmigo. Marley tenía más experiencia que yo sobre relaciones, y las personas en general, y ahora me encontraba en un punto en el que estaba tan necesitada de un consejo que me preguntaba si debería dejar que esa necesidad eclipsara todas las razones que tenía para no acudir a ella.
Llegamos a una abrupta parada en la acera cuando el celular de Rachel sonó. Rebuscó en su bolso y nos sonrió como disculpándose mientras contestaba.
Verla era desconcertante. Era desconcertante porque algo que no entendía pero que definitivamente no me gustaba se introdujo en sus ojos. Poniéndose pálida, murmuró su agradecimiento a quienquiera que estuviera en el otro extremo de la línea y dejó que su teléfono colgara en mitad del aire mientras miraba perdidamente hacia el espacio.
—¿Rachel? —Kitty la sacudió suavemente, presintiendo lo que tanto Marley como yo presentíamos.
Algo andaba muy mal.
—Rachel, ¿qué pasa?
Parpadeó repentinamente, y nos echó una ojeada, con los ojos vidriosos de miedo.
—Me tengo que ir.
—¿Rachel? —Kitty dio un paso hacia ella cuando comenzó a retroceder—. ¿Rachel Barbra Berry?
—Me tengo que ir.
—¿A dónde?
—Yo… sólo —Se llevó una mano a la frente, poniéndose más pálida a cada instante—. Me tengo que ir.
—En serio, me estás asustando. ¿Qué está pasando?
—Kitty —espetó, pero tan pronto como sus ojos se enfrentaron con los de su cuñada se suavizó—. Sólo… necesito estar sola un rato.
Después de un momento de minuciosa contemplación Kitty finalmente asintió. En silencio, vimos cómo Rachel giraba sobre los talones de sus botas y lentamente se alejaba de nosotras, con los brazos cruzados sobre el pecho, la barbilla metida.
Kitty, Marley y yo compartimos miradas de preocupación.
—¿Qué. Fue. Eso? —pregunté, sintiendo mi estómago revolverse con inquietud.
Kitty no respondió mientras sacaba su propio celular con manos temblorosas. Movió rápidamente la pantalla un par de veces y empezó a teclear rápidamente.
—¿Qué estás haciendo ahora? —Marley miró hacia el teléfono de Kitty, luego volteó su mirada de nuevo en dirección a donde nuestra amiga se había marchado.
—Mandándole un mensaje de texto a Quinn para hacerle saber.
Me acurruqué más cerca de Marley para consolarla.
—¿Alguien sabe sobre qué pudo haber sido esa llamada?
—Ni idea. —Kitty se abrazó a sí misma, casi causando que su paraguas golpeara a una persona que pasaba caminando. Pero no era consciente de ninguna otra persona en ese momento, y su pánico estaba haciendo que mi inquietud aumentara—. Pero no he visto a Rachel tan reservada en mucho tiempo. Eso definitivamente no es bueno.
****
—Va a estar bien —me tranquilizó papá, halándome a su lado para darme un abrazo.
Después de que Kitty le enviara un mensaje a Quinn, había saltado en un taxi para ir a casa con Ryder, y Marley y yo saltamos en un taxi para regresar a su apartamento. Cuando llegamos allí, Cole, Jake y Santana volvían de la clase de judo y les contamos todo lo que había sucedido con Rachel. Nadie tenía la menor idea de lo que significaba.
Fue sólo después, mientras estábamos sentados alrededor de la sala de estar, que me di cuenta que era la primera vez en dos semanas que Santana y yo estábamos en la misma habitación con nuestros amigos. Esta vez se sentía extraño. Se sentía extraño porque después de que hubiese estado observando a cuatro parejas de enamorados durante los últimos meses me parecía que lo que Santana y yo teníamos no era tan diferente. No sólo estábamos teniendo sexo alucinante, sino que pasábamos el rato juntas, hablábamos de cosas que nos molestaban, nos reíamos… nos acurrucábamos. Santana bromeaba y se burlaba de mí y me robaba el teléfono para tomar fotos al azar de mí todo el tiempo.
Nos preocupábamos la una por la otra. Mucho.
Ocultar lo que obviamente teníamos detrás de la excusa de las lecciones de educación sexual y mantenerlo en secreto estaba empezando a carcomerme las tripas. Sobre todo porque conocía a Santana.
No había superado la necesidad de ver esa “A” en su pecho en el espejo todos los días, y no sabía si alguna vez lo haría. Para mí era cada vez más evidente que estaba en peligro de salir lastimada.
Pero de alguna manera no era lo suficientemente inteligente como para liberarme de la situación.
Unas cuantas veces esa tarde sentí sus ojos sobre mí y eso me hacía retorcerme incómodamente, como si pudiera exactamente ver dentro de mí lo que estaba pensando.
Soda Pop, si ella supiera lo que estabas pensando habría salido corriendo por la puerta más rápido que una fugitiva.
Así que cuando mi papá me llamó y me invitó a una cena temprana me entusiasmé con la oferta, saliendo a toda prisa del apartamento de Marley y Jake con apenas un adiós a Santana.
*****
Papá había amontonado un pollo marinado, papas y ensalada, y estaba sentada en el taburete a su lado, picoteando mi comida mientras me tranquilizaba después de que le dijera sobre el incidente de Rachel.
Negué con la cabeza ante sus certezas.
—No viste su rostro. Parecía… angustiada.
—Quinn la encontró, ¿no?
—Sí. Kitty me envió un mensaje para decirme que la encontró en el castillo, donde Quinn pensó que estaría.
—Bueno, sólo tendremos que esperar y saber de ellas.
Asentí, pero seguí empujando mi comida en mi plato, mis pensamientos consumidos por Rachel y Santana.
—Has perdido peso —comentó papá—. Termínate la comida.
Ése era otro aspecto positivo del sexo constante y activo. Realmente había perdido unos cuantos kilos e incluso me había tonificado un poco. No es que pudiera decirle a mi papá la razón. Mis mejillas ardían sólo con el pensamiento.
—He estado muy ocupada. No tengo un montón de tiempo para comer.
Papá levantó una ceja inquisitiva.
—Me he dado cuenta que en estas últimas semanas has estado un poco distante. ¿El trabajo está manteniéndote ocupada?
—Sí, el trabajo… y, ya sabes, a veces ayudo a Santana con su trabajo como crítica.
Capté la mueca de desprecio en su labio superior con el rabillo de mi ojo.
—Seguramente le pagan por hacer eso ella misma.
—Es mi amiga, papá —le advertí.
—No puedo evitarlo. Tiene veintiocho años y no ha madurado muy bien. Se pavonea por ahí tomando fotos y jugando videojuegos y viendo películas, y se lleva a la cama a cualquier cosa que se mueva. Eso no es una persona madura, Brittany. Eso es una muchacha. Una que es problemática. Y no me gusta que husmee a tu alrededor.
—¡Oye, es suficiente! —dije bruscamente, mi tenedor cayendo con un estrépito en mi plato.
Papá miró con sorpresa mi sonrojado rostro enojado.
—No la conoces —dije antes de que pudiera responder—. No sabes nada de ella.
—Entonces, ilumíname. ¿Qué hay sobre esta chica que encuentras digna de tu respeto y tu tiempo?
—Es una buena amiga. Una amiga leal, solidaria y compasiva.
—¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué ha hecho?
Cruzando los brazos sobre mi pecho, me eché hacia atrás, mirando a la hermosa ventana panorámica que daba a Heriot Row. No podía mirar a mi padre a los ojos cuando admití:
—El pasado Acción de Gracias te mentí. Te dije que estaba bien, pero no lo estaba. —Sentí el aire a su alrededor espesarse cuando se tensó—. Cuando te dejé me fui a casa y entré en un loco colapso. Cociné un pavo, papas, todo, pero lo quemé y comencé a perder los estribos. Quiero decir… realmente perder los estribos. Por suerte, Santana acababa de pasar y me atrapó en mitad de ello y se sentó a mi lado mientras sollozaba sobre mamá encima de ella. —Me atreví a echar un vistazo a mi papá y vi que su mandíbula estaba tensa, sus ojos brillantes por la tristeza—. Santana estuvo realmente allí para mí, papá. Y la entendía. Me entendía. Ella perdió al amor de su vida cuando tenía dieciocho años. —Mi voz se quebró en las palabras “amor de su vida”—. Ella murió de cáncer.
—Jesús. —Papá bajó la cabeza, pasándose la mano por el rostro como si estuviese agotado por las noticias.
—Eran novias de la infancia y según todos ella era bastante especial. Ella no ha sido la misma desde entonces. No puedes decirle a nadie, papá. No habla de ello.
Papá me miró, su mirada afilada.
—¿La estás viendo?
Mi pulso empezó a acelerarse, mis extremidades temblando mientras bajaba los ojos. No podía mentirle a mi papá. Simplemente no podía.
—No estamos en una relación, si es lo que preguntas.
—Oh, niñita —gimió como si tuviera dolor—. Espero que sepas lo que estás haciendo.
Sintiendo las lágrimas arder inexplicablemente en mis ojos, miré hacia otro lado y agarré mi tenedor para jugar de nuevo con mi comida.
—No puedes decir nada. Nadie sabe de lo nuestro.
—¿Y a quién le voy a decir?
Le sonreí débilmente a mi plato.
—¿Estás decepcionado de mí?
—No. —Su mano descendió alrededor de la mía, aquietando mis movimientos nerviosos—. Pero mi niña se merece más que eso en lo que ustedes dos andan. Te mereces comenzar a hacer una vida con alguien. Tú mereces ser el amor de la vida de una chica o chico, según tú lo prefieras.
De alguna manera me las arreglé para no llorar. En cambio, le sonreí, empujando todas las cosas negativas a mi profundo pozo oscuro.
—Lo creas o no, Santana me ha llevado un centenar de pasos más cerca de encontrar eso.
—No lo entiendo.
—No tienes que hacerlo, papá. Sólo saber que estoy mejor de lo que he estado en mucho tiempo.
Me estudió por un momento.
—Está bien. Me alegro, cariño.
Mi teléfono sonó, interrumpiendo nuestra seria charla. Al ver el rostro de Marley en mi pantalla, tomé el teléfono a toda prisa, cuando me di cuenta que probablemente estaba llamando por lo de Rachel.
—Hola.
—Kitty acaba de llamar —dijo sin preámbulos.
—¿Y?
—Rachel está embarazada….esta asustada, no creyó que el tratamiento de fertilización funcionara tan pronto y al primer intento
Me quedé inmóvil, frunciendo el ceño mientras le echaba un vistazo a papá.
—¿Eso no es una buena noticia?
Marley suspiró profundamente.
—Creo que eso removió algunos fantasmas, Britt.
Comprendiendo, cerré los ojos fuertemente en empatía.
—¿Su familia?
—Sí. —La exhalación de Marley fue temblorosa—. Kitty dice que Quinn está bastante molesta por la reacción de Rachel. Se supone que debe ser uno de los días más felices de su vida.
Me sentí muy mal por ellas.
—Se acaban de casar. Se supone que todo este tiempo debe ser increíble para ellas.
—Sí. De todos modos, sabía que estabas preocupada, así que pensé que debería hacerte saber.
—Gracias, Marley. Hablaremos más tarde.
Después de colgar, me dirigí a mi expectante padre.
—Rachel está embarazada.
Papá parecía tan confundido como yo me había sentido al principio.
—¿Eso no es algo bueno?
—Todo indica que eso ha abierto algunas viejas heridas muy dolorosas… sobre su familia.
—Eso sucede a veces. Es sólo… algo… que lo activa. Y está sintiendo todo de nuevo.
Supongo que nosotros también lo entendíamos.
—Sólo espero que pueda superarlo.
—Lo hará. —Papá sonaba convencido—. Quinn es su familia. Va a luchar para superarlo por ella.
Sólo podía esperar que mi optimista padre estuviese en lo cierto, porque si alguien merecía la felicidad eran Rachel y Quinn Fabray Berry.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
muy comprensible la reaccion de quinn de molestarse, se supone que es un momento feliz, en cuanto a britt y san, parecen pareja, asi que cual es el problema?
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Before California Ave.": Sinopsis + Cap. 28 + Epílogo (02 de Diciembre 2015)
hola,..
ya se estan dando cuenta de cierta forma ya que las dos desaparecen constantemente jajajaj
ya parece de la práctica de las lecciones de sexo ya estan pasando a mas,..
es buena noticia lo del bebe,... a ver que pasa??
nos vemos!
ya se estan dando cuenta de cierta forma ya que las dos desaparecen constantemente jajajaj
ya parece de la práctica de las lecciones de sexo ya estan pasando a mas,..
es buena noticia lo del bebe,... a ver que pasa??
nos vemos!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
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