[Resuelto]FanFic Brittana: A su Manera (Adaptada) Cap 50 - Final

Capitulo 37

Santana cerró la puerta detrás de ellas, luego se puso nerviosa, cuando Brittany entró en el departamento.

—Me siento como para tomar una ducha—dijo Brittany—Huelo a humo.

—Está bien.

Santana quedó inmóvil en la puerta.

Brittany se dio la vuelta y caminó hacia ella.

—¿San? Es tarde y las dos estamos cansadas—tomó la mano de Santana y sonrió—No estés tan asustada.

—¿Yo?—también sonrió.

—Sí. Aterrorizada. Ahora, ve a tomar una ducha—dijo Brittany, tirando de Santana después de ella, luego le dio un empujoncito hacia el baño.

Cuando Brittany se quitó la ropa, casi se rió. La mirada en el rostro de Santana era puro terror. Esta mujer fuerte y hermosa tenía miedo de hacer el amor con ella.

Tenía miedo de arriesgar su corazón.

Brittany miró a los ojos en el espejo.

¿Estaba segura de esto?

Entonces se acordó de su baile, los besos, el tacto de la mano de Santana en su pecho. Ella se tocó ahora el pecho, sintiendo sus pezones contra su palma, y asintió con la cabeza.

Sí, estaba segura.

Sam, de hecho, ningún hombre la había llevado alguna vez tan cerca del borde del descontrol, con sólo un beso. Pero Santana, oh Dios, Brittany había querido olvidar que estaban en un lugar público y acabar de terminar lo que habían comenzado.

Brittany quería su tacto.

Quería tocar a Santana más de lo que nunca había querido algo en su vida.



Coloco una camiseta sobre su cuerpo desnudo y cepillo de su pelo húmedo. Brittany se había tomado sólo un momento para secarlo. Se encontró con sus propios ojos una vez más.

Ahora, ¿quién tenía miedo?

Santana ya estaba en la cama cuando Brittany salió. Pero no estaba dormida. Sus ojos se encontraron y se mantuvieron. Brittany respiró hondo, y luego se trasladó a la cama. Apagó la lámpara antes de tirar de las sábanas, y luego deslizarse dentro de ellas, el muslo desnudo de Santana la toco ligeramente.

Santana deseó poder decirle que estaba cansada, pero el bombeo de la sangre por sus venas la tenía muy despierta. Ella giro un poco la cabeza, observando el rápido ascenso y caída del pecho de Brittany.

Coincidía con la suya.

Podía sentir el calor irradiado por el cuerpo de Brittany y se sintió atraída por él. Sabía que era prudente no tocar a Brittany, pero fue incapaz de detener la mano que se movió entre ellas y se unieron a los dedos de Brittany. Sintió un apretón suave. Entonces Brittany se volvió de lado, frente a Santana.

—Si no me besas pronto, voy a quemarme aquí mismo, delante de tus ojos— susurró Brittany.

Entonces levantó la cabeza, con su boca a sólo unos centímetros de Santana.

—Quiero que me hagas el amor.

Cerró la distancia, beso a Santana. Los labios se movían contra los suyos, derritiéndose lentamente. Cerró los ojos, para escuchar a Santana gemir tranquilamente. Entonces sintió que Santana cambio, sintió la mano que se deslizaba hacia su muslo, descansando en su cadera. Santana la atrajo más cerca hasta que sus cuerpos se tocaron.

Brittany no podía aguantar por más tiempo. Ella abrió la boca, dejando el interior para Santana. Ella gimió cuando la lengua de Santana exploró su boca, y se encontró con la suya. A continuación, Santana se dio la vuelta, inclinándose sobre Brittany. Uno de los muslos se deslizó entre las piernas de Brittany y se abrió para ella. Apretó con fuerza el centro caliente contra Santana.

—Oh, Dios—murmuró Brittany.

Alejó a Santana, sintiendo como el peso de Santana se estableció en la parte superior de ella. Su cuerpo tenía mente propia, ya que se esforzó por tocar a Santana. Sus manos se movían sobre la espalda de Santana, sintiendo los músculos contraerse bajo sus dedos.

Entonces la boca de Santana estaba de vuelta y la besó con ternura, chupando el labio inferior de Brittany en su boca.

—No tienes idea de lo mucho que te quiero—le susurró Santana contra su boca.

—Sí, tengo una idea y muy buena.

—Por favor, dime si te hago daño.

—No me harás daño.

Santana se sentó, poco a poco tirando de la camiseta de Brittany sobre su cabeza. Abrió la boca cuando los pechos de Brittany se mostraron en la penumbra de la habitación. Sacó su propia camisa, dejando a las dos casi desnudas. Con mano temblorosa, ella llegó a tocar a Brittany. Pequeños senos, pero respondiendo a ella, los pezones se endurecieron de inmediato al contacto de Santana.

—Así que...hermosa—respiró Santana.

Sus dedos se inclinaron ligeramente a través de ellos, entonces ella bajó la cabeza, con su lengua seguío el pico rígido, antes de tomar su interior. Sus gemidos se mezclaban cuando Santana comenzó a chupar su pecho.

Brittany inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, con la boca abierta para tomar aliento.

Tan suave, tan amante era contacto de Santana. Ella pensaba que iba a tener miedo la primera vez que hicieran el amor. Miedo de no saber cómo responder, miedo de no saber tocar. Pero, Dios, que era la cosa más natural del mundo tener la boca de Santana en ella.

Sus manos se movieron y se enterraron en el pelo de Santana, sosteniéndola con firmeza en contra de su pecho. Por fin, ella alzo a Santana besando sus labios, memorizándolos con su lengua.

Santana deslizó su mano a un lado de Brittany, más allá de las costillas hasta la cintura. Su piel era suave, caliente. Ella pasó por debajo de la cintura hasta sus bragas, sacándolas. Oyó el grito de Brittany y sintió como sus caderas se levantaron.

—Si quieres que me detenga, dímelo—le susurró Santana—Yo no quiero hacerte daño—dijo otra vez.

—Yo bien podría hacerte daño si te detienes—murmuró Brittany.

Santana sonrió mientras quitaba del todo las bragas de Brittany. El olor que llego hacia Santana, quién se esforzaba para no enterrar la cabeza entre los muslos de Brittany.

—Sácate las bragas también—declaró Brittany—Quiero sentir tu piel en mi.

Santana, hizo lo que Brittany pidió y ambas quedaron desnudas, luego encajo su cuerpo entre las piernas abiertas de Brittany.

—Sabía que iba a ser así contigo—le susurró Brittany—Tan suave. Sabía que me encantaría estar de esta manera.

Santana se quejó mientras sus caderas se reunieron, empujando juntas. Ella bajó la cabeza, en la captura de un seno con la boca.

—Dios, he soñado con tu boca sobre mí. Traté de imaginar lo que se siente—murmuró Brittany.

—¿Te imaginas mi boca sobre ti?

—Sí—susurró Brittany.

Sus piernas se abrieron más al sentir el movimiento de la mano de Santana viajando entre ellas. A continuación, los dedos se mueven a través de su humedad, deslizándose a través de sus pliegues para tocar su clítoris hinchado. Sus caderas se movieron y ella se quejó con un gruñido que salía de lo profundo de su pecho.

—Oh, San. Dios...

La paciencia de Santana se desvaneció en el momento en que sus dedos tocaron a Brittany.

Así mojada, lista.

Santana tenía que tener su boca ahí. Ella se trasladó más abajo, extendiendo las piernas de Brittany. Su lengua sustituyo los dedos, entrando lentamente en Brittany. Oyó el suspiro de la mujer más joven, sintió las manos que se mueven a través de su pelo.

Su lengua lamió dentro, en degustación de ella, entonces sus labios se cerraron sobre su clítoris, saborearla.

—Jesús—susurró Brittany.

Sólo en sus sueños más vívidos pensó que podría ser así, hacer el amor tan suave que sacudió su esencia misma. Con los puños apretados a los costados, la cabeza echada hacia atrás, perdió todo el control de sus pensamientos, sus sentimientos.

Tenía los ojos cerrados y apretó cuando sintió que su cuerpo respondía a Santana, sintió su orgasmo en construcción, hasta que ella no podía aguantar, hasta que simplemente explotó.

Sus caderas se levantaron de la cama, apretando con fuerza contra la boca de Santana. Sin embargo, Santana no se detuvo. Su lengua se movía a través de ella de nuevo, se desliza dentro de manera circular. Una vez más con la boca cerrada sobre ella, chupando con fuerza.

Brittany se estremeció, se sacudió incontrolablemente mientras que Santana la llevó al borde de nuevo. Ella gritó, fue un grito que la dejó sin aliento. Se dejó caer contra la cama, con las manos yendo a las manos de Santana, mientras trataba de recobrar el aliento.

Santana la besó suavemente, moviéndose a través de sus piernas, mojando el camino sobre el vientre hasta sus senos, finalmente llegando a sus labios.

—¿Está bien?

—Más que bien—murmuró Brittany, cuando se probó a sí misma en los labios de Santana.

Tomó a Santana en sus brazos y la abrazó.

—Sabía que iba a ser así contigo—Brittany le dio un beso a la ligera, con los ojos todavía cerrados—Quiero tocarte, pero me parece que no puedo moverme.

Santana se echó hacia atrás y sacó a Brittany en sus brazos, acunándola.

—Descansa. Tenemos un montón de tiempo.

Pero Brittany no respondió.

Ya estaba dormida.

Santana sonrió, moviendo suavemente el cabello de la frente de Brittany. Estaba enamorada de ella, y era tarde para detenerlo. Inclinó su cabeza y la besó brevemente. Ella sintió el brazo de Brittany apretar su cintura, y cerró los ojos también.

Por lo tanto, esto es lo que se siente al enamorarse.

Fue muy agradable.

Pero daba miedo como el infierno.

****************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro, pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Avisen si conocen a alguien del foro del cambio! Saludos =D

Capitulo 38

Brittany abrió los ojos, mirando a Santana mientras dormía. La suave luz del amanecer las rodeaba, y a su enorme transformación.

Santana se veía casi como una niña, tan inocente, tan tranquila.

Brittany se movió lentamente, estirando las piernas. Sonrió y cerró los ojos, para revivir los preciosos momentos cuando Santana había hecho el amor con ella.

Era todo lo que pensó que sería y mucho más.

Santana había sido tan increíblemente amable, como no imagino que fuera posible. Esta detective fuerte, dura, que le había inculcado ese temor en su primera semana, había hecho el amor con ella de la manera más tierna.

—Un osito de peluche—susurró.

Brittany deslizó su mano bajo las sábanas, moviéndose sobre la piel suave hasta que llegó al pecho de Santana. Su mano estaba enroscada a su alrededor, sintiendo el endurecimiento del pezón contra su palma. Lo rodeó con sus dedos y se preguntó cómo se sentiría en su boca.

Cerró los ojos.

Santana había hecho el amor con ella la noche anterior. Y Brittany ni la había tocado. Movió lentamente las sábanas.

Sus ojos codiciosos se fueron a la hermosa vista que tenía delante. Pechos perfectos, se movían sobre el torso de Santana, de manera firme, pero suave. Entonces ella miró la herida, observando distraídamente que los puntos estaban listos para ser retirados.

Inclinó la cabeza, besando suavemente alrededor de la herida ya cicatrizada. Luego se trasladó más arriba, en la búsqueda de los senos que ella había estado soñando durante semanas. Tímidamente, su lengua envolvió al duro pezón y gimió, y luego cerró la boca sobre ella, succionando suavemente.

Oyó como repuesta a Santana gemir, sintió que se movía, sintió como sus manos que se mueven en su pelo. Puso uno de los muslos entre las piernas de Santana y sintió como Santana iba a su encuentro.

Santana tiro de Brittany y la miró con ojos ahumados. Luego, sin decir una palabra, Brittany movió su mano por la piel de Santana, deteniéndose en la cadera antes de deslizarse hacia abajo entre sus piernas. Oyó la respiración rápida de Santana, vio que sus ojos se cerraron cuando Brittany se mudó a su humedad. Mientras que sus ojos se cerraron, cuando sus dedos se deslizaron en la calidez aterciopelada.

Suavemente Santana llego cubriendo la mano de Brittany, sosteniéndola con firmeza en su contra. A continuación, sus caderas se movían, y abrió las piernas.

—Por favor, ve dentro de mí—le susurró Santana.

Brittany vio la cara de Santana cuando deslizó dos dedos dentro de ella, y gemía mientras sentía los músculos contraerse contra sus dedos.

Tan húmeda, tan cálida….tan increíblemente íntima.

Cerró los ojos, al moverse de nuevo a besar Santana cuando el teléfono sonó.

—Oh, Dios, por favor, no ahora—murmuró.

—Ahora no.

Santana se quejó, a continuación, sacó los dedos de Brittany de ella.

—Está bien. Responde—dijo en voz baja.

Brittany llegó al teléfono, sosteniendo contra su hombro mientras con sus manos se dirigió nuevamente a Santana.

—¿Hola?

—¿Pierce? Es Schuester.

Brittany se sentó, lejos de Santana.

—¿Sí, señor?

—No puedo encontrar a López. ¿Está ahí?

—Ah...sí, señor. Ella está aquí.

Brittany miró a Santana y sonrió.

—Está bien. Tengo una orden judicial esta mañana. Sé que estuvo hasta tarde en la noche, pero pensé que te gustaría llegar temprano. He estado en contacto con las dos unidades de observación de la casa. Él no ha salido.

—Sí, señor. Bueno, voy a decírselo. Vamos a estar ahí en tan pronto como se nos sea posible.

Brittany culmino la llamada, y luego arrojó el teléfono en la cama.

—Schuester. Tenemos una orden judicial.

—Bueno—dijo Santana en voz baja.

Se sentó y pasó las manos por el pelo. Luego miró a Brittany. La sabana estaba agrupada alrededor de la cintura y los ojos de Santana aterrizaron en sus pechos al aire. Luego se levantó, mirando a los ojos azules de Brittany.

—Lo siento.

—¿Por qué, te arrepientes?

Santana se encogió de hombros. Parecía que era la cosa correcta que decir. No es que tuviese un montón de experiencia la mañana después.

—Yo no lo siento, San—luego sonrió—Bueno, siento la interrupción de hace un momento—Brittany se acercó, tocando los labios de Santana con los suyos—Pero yo no siento lo de anoche. Ojalá tuviéramos tiempo. Yo quiero tocarte, hacer el amor contigo.

—No sé cómo se supone que debo actuar de esta mañana—admitió Santana.

—No tienes que actuar, San. Ayer por la noche éramos sólo nosotras, ¿recuerdas?

Santana estaba a punto de responder cuando el teléfono volvió a sonar. Brittany lo cogió, frunciendo el ceño mientras escuchaba.

—Estoy bien, Sam—murmuró.

Echó un vistazo a Santana, vio la incertidumbre en su rostro, en sus ojos. Entonces ella miró cuando Santana arrojó las cubiertas fuera de su cuerpo desnudo y salió de la habitación.

Maldita sea.

—Yo quería recogerte antes de salir para el trabajo—dijo—¿Crees que podríamos cenar esta noche?

Puso las rodillas a su pecho y cerró los ojos.

[i]—No, Sam. Esta noche no es buena. Yo estuve trabajando hasta tarde anoche, esta mañana, en realidad.

—Podemos hacer una cena temprana—dijo él.

—No, Sam. No podemos hacerlo. Estoy cansada—luego suspiró—Por favor no me llames—dijo en voz baja—En unas pocas semanas, tal vez podamos vernos.

—Brittany, sólo quiero ir a cenar y verte. Eso es todo.

—Está bien. En unas pocas semanas.

—Brittany, por favor...

—No, Sam. Me tengo que ir. En unas semanas, ¿de acuerdo?

—No, yo te llamo este fin de semana. Tengo que verte.

—Lo que sea—murmuró, y desconectado la llamada.

Se quedó mirando la puerta, con ganas de ir por Santana. Pero no hubo tiempo. Ella tiró las cubiertas y se apresuró en ir a la ducha.

Tendrían que hablar más tarde.




******************************************************************************************************


Santana golpeó con fuerza la puerta y esperó. Entonces llamó de nuevo.

—Richard Grayson. Policía—gritó en voz alta.

Todavía nada.

Ella asintió con la cabeza a los dos uniformados de pie a su lado.

—Entremos—dijo.

Entraron en la casa a oscuras, con sus armas desenfundadas. El interior era tranquilo. Demasiado tranquilo. En el salón había sólo una silla y una mesa pequeña.

Nada más.

No hay televisor, ni estéreo. Santana miró a su alrededor. No había cuadros, ni hay cosas personales.

Era más frio que una habitación de motel.

—¿Estás segura de que tienes el lugar correcto?—uno de los uniformados le preguntó.

—Estamos seguras—dijo Brittany en voz baja.

—Comprueben todas las habitaciones. Vamos a asegurarnos—dijo Santana.

Se movían lentamente por el corto pasillo. La puerta del dormitorio estaba entreabierta y Santana poco a poco la abrió con el pie, con su arma al frente cuando ella entró.

—Mierda—murmuró.

Había un solo colchón tirado en el piso. Las sábanas sucias estaban agrupadas y arrojadas en la parte superior. Había un olor extraño. Los contenedores no estaban vacíos, sin llevarlos fuera durante semanas, ella sospechaba.

Pero donde las paredes que estaban desnudas, estaban cubiertas con fotos. Fotos de chicas jóvenes. Santana señaló a una y le indicó a Brittany.

—Carla Pooper—murmuró Brittany—No está Julie. Ni Cristal.

Algunas fotografías fueron tomadas alrededor de la ciudad cuando las chicas se dedicaban a sus labores diarias. Otras, la reconocieron como copias de los archivos de Belle.

—Detective. Eche un vistazo.

Santana se volvió, después del Oficial Spaten. Detrás de la puerta había una carta. Veintidós fueron los nombres de la lista. El primer nombre en la lista era Angie. Una línea roja se ha elaborado a través de ella. Seguido Cristal. Entonces Carla Pooper. Sue Barnes y Julie. Annette estaba al lado.

—Britt. Llama a una unidad contra el crimen. Tenemos que conseguir que todo esto sea enviado la laboratorio—se dio la vuelta al Oficial Spaten—Acordona el lugar.

—Sí, señora.

—¿Detectives? Creo que hemos encontrado la escena del crimen—dijo el Oficial Rory desde la sala de lavandería.

Ellas siguieron su voz, todos mirando a través de la puerta en el cuarto de lavado.

—Oh, Dios mío—le susurró Brittany.

La mesa de la cocina estaba metida en una esquina. Cubierto de sangre seca, al igual que el piso.

—Jesús—murmuró—¿Son esas piernas?

—No toquen nada mierda—instruyó a Santana.

Se volvió de nuevo a Brittany, que estaba de color blanco fantasmal.

—Tranquila, Britt—dijo otra vez.

Santana sacó su propio teléfono, llamando a Schuester.

—Él no está aquí. ¿Estamos seguras que Annette está a salvo?

—La siguieron con su novia. Ella no está allá.

—Haga que la recojan—dijo Santana—Él tiene un santuario...aquí. Había una lista de nombres. Annette es la siguiente. Es una mierda aquí.

—¿Cómo diablos se escapó?—Schuester exigido.

—A pie, supongo. Su coche todavía está aquí.

—Está bien. Es hora de que informe a Belle Grayson de esto.

—Vamos a ir ahí ahora.—corto la llamada, entonces miró a Brittany—¿Estás pensando en lo que estoy pensando?

—Belle está a sólo a unas cuadras de aquí—estuvo de acuerdo Brittany.

Santana levantó la mano para llamar, entonces Brittany la agarró, deteniéndola.

—Tal vez no deberíamos llamar—dijo en voz baja.

Santana levantó las cejas.

—Si él está aquí, ¿realmente queremos darle la oportunidad de correr?—le preguntó razonable.

—No tenemos ninguna orden judicial—Santana le recordó—¿Cuál es nuestra causa probable?

—¿Ahora decides comenzar siguientes reglas?

—Tienes razón. ¿Qué estaba pensando?



Pero no había ninguna necesidad de forzar la entrada. La puerta no estaba cerrada con llave. Se deslizó en silencio, entonces ambas sacaron sus armas cuando llegaron a la puerta de la oficina de Belle. Estaba entreabierta, la luz encendida. Santana hizo un gesto a Brittany para que se hiciera a un lado de la puerta, y rápidamente la abrió.

Belle estaba atada a su silla, con sangre proveniente de su boca, sus ojos sin vida mirando directamente a hacia ellas.

—Oh, Dios mío—exclamó Brittany.

Ella había sido decapitada, Brittany quiso llegar al cuerpo pero Santana puso un brazo, deteniéndola.

—Es demasiado tarde para ella—dijo en voz baja—Vamos a revisar la casa.

Brittany palideció, pero asintió con la cabeza, luego vio como Santana sacó su teléfono celular y marcó, analizando toda la escena.

—¿Schuester? Envía un carro y una unidad contra el crimen. Belle ha sido asesinada. Vamos a ver el resto de la casa.

—Espera a los refuerzos, López.

Ambas alzaron la vista hacia el sonido de tablas crujientes y suaves pasos generándose.

—No hay tiempo, Schuester. Creo que está todavía en la casa.

—Maldita sea, López. Sólo por esta vez, escúchame.

—Diles que se den prisa, teniente—culmino la llamada, agarró el brazo de Brittany—Lenta y se cuidadosa—dijo en voz baja.

Brittany asintió y siguió a Santana por las escaleras. Las tablas viejas se movieron y se quejó con su cada paso dado, hacía imposible colarse hasta el segundo piso. Santana se trasladó a la pared, con los ojos pegados al otro piso, cuando subía por la escalera.

—Shhh—susurró Brittany.

Ella ladeó la cabeza, escuchando pasos de nuevo. Santana asintió con la cabeza y le indicó a Brittany seguir. Se detuvieron de nuevo, cuando los gritos de las bisagras de la puerta resonaron en la casa en silencio. Santana señaló al final del pasillo a la izquierda. Brittany asintió con la cabeza.

Tragó con dificultad.

Brittany no le importa admitir que tenía miedo. Sus manos estaban sudorosas, y su arma parecía pesar una tonelada en su mano. Su único consuelo era que ella había insistido en que ambas llevaran sus chalecos hoy.

Estaban de pie en el rellano, mirando por el largo pasillo. Había seis habitaciones. Brittany vio como Santana en silencio en posición plana en su estómago, con la mejilla pegada al suelo mientras miraba debajo de cada puerta. En la cuarta puerta, ella asintió con la cabeza. Indico resguardar su espalda, señalando a Brittany, quien asintió con la cabeza.

Santana levantó un dedo, luego dos, luego tres. Una pierna fuerte salió y pateó la puerta. Entraron, con las armas se moviéndose de lado a lado mientras perseguían los gritos.

Ojos muy abiertos, frenéticos miraba cuando observaron a una chica acurrucada en el rincón, con un bate de béisbol sostenido sobre su cabeza. Santana bajó su arma y levantó la mano.

—La policía...no pasa nada—dijo.

Sacó su tarjeta de identificación, mostrándosela a la muchacha, quien finalmente se calmó, sus gritos se convirtieron en sollozos cuando ella dejó caer el bate a su lado.

Brittany se acercó a ella, suavemente tomándola en sus brazos al escuchar las sirenas que se acercaban.

Santana las observó por un momento, una vez más se sorprendido por la compasión que Brittany podría ofrecerle a un completo desconocido. Luego se dio media vuelta y entró en la sala, con el pulgar ya marcando el número en su teléfono celular.

—Sí, es la Detective López. Tengo que hablar con Charlotte Grayson—Santana cerró los ojos—Es urgente.

****************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro, pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Avisen si conocen a alguien del foro del cambio! Saludos =D

Capitulo 39

—¿Vas a quedarte quieta?

—Estoy acostumbrada a hacer esto por mí misma—dijo Santana—Me vas a hacer daño.

—Eres un bebé. No te quejas tanto cuando te están pegando un tiro.

Santana miró en el espejo, observando Brittany como cortó a través de los puntos de sutura en su cintura. Ellos debieron haber sido sacados días antes. Tendría suerte si no estaban infectados.

—No sé por qué no acabas de ir al médico para esto—dijo Brittany.

Sacó otro y sintió el salto de Santana.

—Lo siento. ¿Duele?

—Sí—susurró Santana.

Luego tomó un respiro cuando Brittany puso sus labios ahí, besándola a la ligera.

—¿Mejor?

Santana sonrió.

—Ya sabes, las enfermeras nunca hacen eso.

—Bueno, entonces necesitamos mejores enfermeras.

Brittany terminó, limpiando las costras con peróxido del botiquín de primeros auxilios que había tomado del sargento Jake. La cicatriz era de color rojo, pero no creía que fuera a infectarse. Puso la camisa de Santana hacia abajo, acariciando su piel suave.

Santana dio un paso atrás.

—Gracias.

—Es un placer. Ahora, ¿qué pasa con ellos?—preguntó, al tocar la herida en la frente de Santana.

—Todavía no.

Se pararon frente a frente, con los ojos fijos.

—¿Tienes... tienes planes para esta noche?—Santana preguntó finalmente.

—¿Planes?

Santana miró hacia otro lado.

—Bueno, sé que Sam llamó esta mañana.

Ah.

Sam.

Brittany se estaba preguntando cuando Santana traería la llamada telefónica. Observó la cara de incertidumbre de Santana. Para una mujer tan fuerte, era a veces tan vulnerable.

—En realidad, yo tengo planes—dijo Brittany—Yo estaba pensando en invitarte a una cena temprana. A continuación, yo estaba esperando que vinieras a mi casa.

—¿Qué pasa con Sam?

—¿Qué pasa con él?—Brittany se acercó más, agarrando los brazos de Santana—San, me gustaría decir que Sam llama sólo para ver cómo estoy. Pero no es cierto. Él quiere verme. Y yo no quiero verlo. No siento nada por él, San. Él no entiende, realmente no me cree. Por lo tanto, sigue llamando.

Santana la miró a los ojos, tratando desesperadamente de leerlos.

—No sé lo que quieres de mí—le susurró Santana.

Brittany cerró los ojos.

Dios, este no era el momento ni el lugar para tener esta conversación.

—¿Quieres hablar de nosotras aquí, San? ¿En el baño de mujeres?

—Yo sólo...

—Lo sé. Vamos a casa, ¿vale? Vamos a hablar ahí.

¿Primero?

¿Tenía una casa?

El departamento de Brittany estaba empezando a sentirse de esa manera.

Daba miedo.

Por primera vez en su vida, ella estaba deseando algo que había pensado que nunca tendría.

Y estaba asustada por eso.

—En realidad, creo que me quedaré aquí. No he ido al gimnasio en... un tiempo—dijo Santana—Después de hoy, lo necesito.

Brittany trató de capturar a sus ojos, pero Santana miró hacia otro lado.

—¿Quieres ir al gimnasio?

—Sí.

—Ya veo.

Brittany dio un paso atrás, mirando a Santana. Ella alcanzó a ver tristeza en sus ojos antes de que Santana lo escondiera.

—Bueno, ¿sabes qué? No, no te creo.

Santana levantó la vista.

—¿Qué?

Brittany se acercó a ella, deteniéndose sólo cuando sus cuerpos estaban casi tocándose.

—Tú vienes a casa conmigo. Yo no voy a dejar que te quedes aquí. Vamos a hablar de ello—la voz de Brittany se suavizó—Entonces yo voy a terminar lo que empecé esta mañana.

—Britt...

—No huyas de esto, San. Por favor.

—No… me hagas daño—susurró Santana.

—Cariño, yo no quiero hacerte daño—le tomó la mano—Vamos. Tenemos que estar solas.

Santana asintió y siguió a Brittany, sintiendo la liberación de su mano mientras caminaban de regreso a la sala de la brigada.

****************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro, pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Avisen si conocen a alguien del foro del cambio! Saludos =D

Capitulo 40

Brittany cerró la puerta detrás de ellas, y luego se quedó mirando a Santana. Ella había estado durante el trayecto en silencio, y Brittany se preguntó qué pensamientos corrían por su mente. Una cosa era cierta, ella sabía que Santana no estaba acostumbrada a hablar de sus sentimientos. Estaba tan acostumbrada a mantener todo en su interior, oculto de los demás.

Bueno, eso estaba a punto de cambiar.

—¿Una ducha?

Santana asintió con la cabeza.

Brittany sonrió.

—¿Quieres compartir?

Brittany tomó la bolsa que Santana llevaba en la mano, a continuación, tomó la otra mano con la suya.

—Vamos. No tengas miedo.

Brittany sacudió la cabeza. Hace unas horas, Santana era tan fuerte y en control, subiendo las escaleras sin temor a Dios sabe qué. Ahora bien, estuvo a punto de temblar de miedo.

Santana quedó en silencio cuando Brittany se desnudó. Vio cómo cada pieza de la ropa caída de su cuerpo y ella se quedó, apenas consciente de que no estaba respirando.

—¿Necesitas ayuda?—preguntó Brittany.

—¿Hmm?

—¿Con tu ropa?

—Oh, lo siento—murmuró Santana.

Ella rápidamente se desnudó, y luego metió en la ducha con Brittany. Las manos con jabón se acercaron a ella, se mueven sobre su piel, tomando su pelo. Ella se quedó inmóvil cuando Brittany comenzó a lavar su cuerpo, sus ojos se encontraron con el vapor caliente alrededor.

Tenía miedo, pero el deseo en los ojos de Brittany fue suficiente para sofocar el miedo. Ella se acercó más, tirando de Brittany con ella. Sus cuerpos húmedos se deslizaron entre sí. Santana bajó la cabeza, en la búsqueda de la boca de Brittany.

Su beso fue lento y suave, sin prisas. Entonces Brittany se apartó y metió la barra de jabón en sus manos. Santana frotó el jabón ligeramente a través de los pechos de Brittany, mirando con fascinación como sus pezones se endurecieron.

Se percató de la subida y bajada del pecho Brittany con cada respiración era cada vez mayor, y luego deslizó sus manos hacia abajo. Oyó el suave gemido mientras se movía entre las piernas de Brittany, y el jabón cayó de sus manos.

Las emociones estaban en guerra dentro de ella, ganando el deseo. Agarró las caderas de Brittany y tiró de ella al ras contra su propio cuerpo.

Su beso ya no era suave.

Bocas hambrientas luchaban por el control, y ella gemía cuando Brittany deslizó su lengua dentro de su boca. Bajo el chorro de agua se puso de pie, besándose y tocándose hasta que estuvieron fuera de respiración.

—Hazme el amor—declaró Brittany.

Su cuerpo estaba en llamas y sacó la mano de Santana, presionando con firmeza en su contra.

—Por favor... hazme el amor.

La mano de Santana temblaba cuando llegó en torno a Brittany y se volvió el agua. Sin decir una palabra, se llevó a Brittany de la ducha, envuelta en una toalla gruesa. Se secaron y sus ojos se encontraron. Fue Brittany quien las condujo hasta el dormitorio, Brittany, quien se acostó y atrajo a Santana con ella.

Gimió cuando el peso de Santana se apoderado de ella. Sus bocas se encontraron de nuevo, más lento ahora. Brittany movió sus manos entre ellas, hacia los dos pechos de Santana, instándose más alto. Santana levantó, ofreciendo sus pechos a Brittany.

Brittany gimió cuando la cerró la boca alrededor de su pezón. Sintió a Santana en horcajadas en su muslo, sintió su humedad mientras se movía en su contra.

Santana estaba palpitando, a punto de estallar sólo por la suave presión de la boca de Brittany en su pecho. Ella se movió contra el muslo de Brittany, con ganas de libertad. A continuación, la mano de Brittany la encontró, y se quejó. Sus piernas se abrieron más y buscó los dedos de Brittany, rectificado con fuerza contra ellos.

—No—susurró Brittany.

—¿No?

Santana se inclinó y capturó la boca de Brittany, con su lengua rastreo de sus labios.

—Sí.

—Todavía no. No así.

Ella apartó su mano, haciendo caso omiso de las protestas de Santana. Ella le dio la vuelta, colocándose entre las piernas de Santana cuando su boca volvió al pecho de Santana.

—Britt, por favor—rogó Santana—Me estoy muriendo.

Ella agarró las caderas de Brittany y tiró de ella con fuerza en su contra, con su propia elevación a su encuentro.

—Oh, Dios... no estás haciendo esto fácil—murmuró Brittany cuando sus caderas ondularon en contra de Santana.

Ella quería dejarla ir, para dar a Santana la liberación que tanto ansiaba.

Pero no así.

Ella se apartó, en la búsqueda de la boca de Santana.

—Quiero hacerte el amor—susurró—Quiero saber lo que es. Quiero saber cómo te gusta. Yo quiero mi boca en ti... Quiero mi lengua dentro de ti.

Santana cerró los ojos y gimió.

Dios, estaba tan cerca.

Un toque y ella se habría ido.

Se quedó sin aliento al sentir a Brittany bajar por su cuerpo, sentía su lengua como trazara un camino húmedo en sus pechos y el estómago. Ni una sola vez, en toda su vida, hubo alguien que quería hacerle el amor en la forma en que ahora quería Brittany… quería la boca de Brittany en ella.

Brittany se estremeció cuando ella separó las piernas de Santana. Deseaba tanto a Santana, para llevarla a las alturas que había experimentado la noche anterior. Fue con una boca hambrienta que se encontró con Santana, mojada y lista para ella. Dejó que el instinto asumiera el cargo, su lengua se movía a través de su humedad y se quejó cuando la degusto.

Las caderas de Santana presionaron contra su cara y se mantuvo en su degustación, deslizando su lengua profundamente en su interior.

—Britt... Dios—se quejó de Santana.

La lengua de Brittany pasó en ella, estableciéndose finalmente en su clítoris hinchado y chupando con fuerza con la boca. Ella escuchó el grito de Santana, sintió la presión para arriba, sentía las manos que se apoderaron de su cabeza con tanta firmeza.

En contra de su lengua, sentía palpitar a Santana, casi sintió la explosión que penetró en el cuerpo de Santana. Ella se estremeció, tembló debajo de ella.

Brittany se negó a detenerse.

Ella no había tenido suficiente.

Ella siguió, sintiendo a Santana responder otra vez, sintiendo su humedad, que ya recubre su cara, sus mejillas. Luego sacudió las caderas de Santana contra su boca, más rápido.

Brittany gimió cuando sintió los muslos de Santana apretar alrededor de su cabeza, y luego se levantó de la cama cuando otro orgasmo la sacudió. Brittany finalmente la soltó, y ella apoyó la cara contra el vientre plano de Santana.

Nunca había experimentado algo así…íntimo.

Cerró los ojos al sentir la mano de Santana cepillado su pelo a la ligera. Ella besó el estómago de Santana a la ligera, a continuación, levantó la cabeza. Los ojos Santana estaban cerrados, y luego se abrieron. Brittany frunció el ceño en la bruma de las lágrimas.

—¿Qué pasa?—se arrastró al lado de Santana, para tocar su cara—¿Por qué estás tan triste?—susurró.

—Tengo miedo—admitió Santana.

Sus miradas se encontraron y Brittany entendido. Santana tenía miedo del amor, miedo de ser dejada atrás otra vez.

—Oh, no... no. No tengas miedo—dijo Brittany en voz baja.

Ella pasó las manos por el pelo de Santana, alisándolo. A continuación, la rodeó con sus brazos y la abrazó.

—Te he estado esperando toda mi vida..., para...sentir... esta conexión que siento contigo. Oh, San, te miro a los ojos y veo tanta fuerza, tanta pasión….oh, Dios, y tanta tristeza a veces—tomó la cara de Santana y la obligó a mirarla—Pero sobre todo, veo... veo el amor. Cuando tú me miras, yo quiero que veas eso. Quiero creer eso.

Santana miró a los ojos, sintiendo que las lágrimas se reúnen antes de que pudiera detenerlas. Trató de mirar hacia otro lado, pero Brittany la sujetaba.

—Oh, cariño, está bien llorar.

Santana sentía toda una vida de dolor, de fusión, de distancia. Ella miró a los ojos de Brittany y ella lo quería creer.

—¿Por qué no me dices cómo te sientes?

Santana bajó los ojos.

—Yo no soy... no soy buena en esto—admitió Santana—Yo no sé cómo hacerlo.

Brittany asintió con la cabeza.

—Está bien.

No iba a insistir.

Santana estaba obviamente incómoda. Pero, ahora, Brittany tenía miedo por lo que estaba sintiendo.

¿Qué pasa si Santana no estaba preparada para esto?

¿Qué pasa si Santana no quería esto?

Santana vio un destello de dolor en la cara de Brittany y que trató de ocultar. Cuando Brittany trato de separarse, Santana se lo impidió.

—Yo... siento...

—Dime, San.

—Me siento segura contigo. Pero tengo miedo hasta la muerte—susurró.

Los ojos de Brittany se suavizaron mientras miraba a Santana. Su dulce Santana, tenía tanto miedo de lo que sentía. Brittany tomó la mano de Santana y se la llevó a los labios, y la besó suavemente.

—No voy a hacerte daño. Sabes que, ¿no?

Santana inclinó la cabeza contra su pecho e hizo algo que no había hecho desde que tenía doce años.

Ella lloró.

Hundió la cara en contra de Brittany cuando sintió los brazos a su alrededor y manteniéndola ahí.

Brittany sintió su corazón hundirse con los sollozos que venían de Santana. Durante años y años, esta mujer había estado sola, sin nadie que la amara. Brittany sintió que sus propias lágrimas escapaban de sus ojos.

Esta mujer orgullosa con la confianza lo suficiente como para dejarla ir.

Los brazos de Brittany se tensaron, y prometió en silencio que nunca, nunca le haría daño a ella, no importa qué.

Fue mucho tiempo después antes de que se recuperara lo suficiente como para levantarse de la cama y vestirse. Santana abrió el vino y se sentó tranquilamente en la mesa, mientras que Brittany le servía algo de comer.

Brittany la miró con frecuencia, notando la expresión pensativa en su rostro. Se preguntó una vez más lo que Santana estaba pensando. Entonces detuvo lo que estaba haciendo y se acercó y se inclinó para besar a Santana ligeramente en los labios.

—Por favor, confía en mí, ¿vale?

—Yo lo hago.
 

****************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro, pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Avisen si conocen a alguien del foro del cambio! Saludos =D

Pd: 2 xq el pasado era muy corto jaajaaj.

Capitulo 41

—¿Qué tan bien lo conoce?

Charlotte Grayson negó con la cabeza, con los ojos moviéndose hacia Santana y Brittany y viceversa. Cruzó las manos nerviosamente.

—Lo conozco desde que era un bebé—dijo en voz baja—Yo sólo tenía quince años cuando él nació. Siempre estaba tranquilo, retirado—entonces ella las miró con ojos llenos de lágrimas—Simplemente no puedo creer que mató a su propia mamá—susurró.

Santana se movió incómoda. Vio cuando Brittany extendió una mano y tocó ligeramente el brazo de Charlotte.

—Sabemos que esto es duro, Sra. Grayson. Pero tenemos que encontrarlo antes de que lo haga de nuevo.

—¿Qué pasa con el albergue? ¿Qué pasa con las chicas? Fue toda la vida de Belle—exclamó.

—Las chicas se han ido. Algunas se fueron sin dejar rastro, otras se quedan con sus amigos. Los que conocemos, las estamos viendo—Santana le ofreció una silla y se sentó—La nota que dejó junto a Belle, que tú has mencionado. Parecía casi tan enojado contigo como lo hizo su mamá. ¿Por qué?

Charlotte sacudió la cabeza.

—Yo no lo sé. Rara vez lo vi, no desde que se fue a la universidad. Belle y yo éramos más amigas que primas. Pasamos mucho tiempo juntas cuando él era joven, pero no recuerdo que haya ningún problema. Era como he dicho, tranquilo. Él y Belle no ha sido íntimos. Se podría pensar estaba, un poco condenado al destierro por la familia, pero... no había mucho cariño entre ellos.

—Belle parecía muy orgullosa de él—dijo Brittany—Ella nos contó un poco acerca de él una vez.

—Sí. No era más que agradecida de que él entró en la universidad. En la escuela secundaria, siempre estaba en problemas. Fue suspendido al menos una vez, que yo sepa. Ella no podía hacer nada con él.

—¿Sabía usted que era gay?—Santana preguntó.

—¿Gay? No, no lo sabía. Belle nunca lo dijo. Pero entonces, nunca tuvo citas en la escuela. De hecho, yo no recuerdo que tuvo amigos, hombres o mujeres.

—Tal vez estaba avergonzado de su mamá y el albergue—Brittany sugirió.

—Creo que él estaba celoso—dijo Charlotte—Belle adoraba a las chicas.

—¿Estuvo involucrado con alguna de ellas?

—¿Qué? ¿Belle? No. Ellas eran como sus propias hijas. Ella habría hecho cualquier cosa por ellas.

—Algo tuvo que haber provocado esto—dijo Santana.

Se frotó ambos ojos con una mano. No tenían nada. Él simplemente había desaparecido.

—¿Hay un miembro de la familia, tal vez, en que hubiera confiado?—preguntó Brittany.

—¿Estás bromeando? Sus padres no le daban a ellas ni la hora del día.

Brittany se echó hacia atrás y suspiró, mirando a Santana mientras seguía a frotarse los ojos con frustración.

—Está bien—Santana, finalmente se puso de pie—Será custodiada y con protección.

—¿Para mí? De ninguna manera—dijo Charlotte.

—Usted no tiene elección. Amenazó con matarte en la nota.

—No me importa. Tengo una vida muy ocupada, detective. No es necesario la custodia policial detrás de mí a donde quiera que vaya.

—Como he dicho, usted no tiene elección. Hasta que lo encontremos, no estás a salvo, Charlotte. Ha estado en el negocio el tiempo suficiente para saber qué.

Brittany vio el movimiento de una mujer a la otra. Entonces Charlotte sonrió.

—¿Vas a ser asignada para protegerme? Podría ser persuadida, si ese es el caso.

Santana levantó una esquina de la boca, pero sacudió la cabeza.

—Uniformados. Dos turnos. Uno en la oficina, uno en la casa.

—¿Y si me decido a ir al bar?

—Entonces la detective Pierce y yo podríamos acompañarte.




******************************************************************************************************



—¿Qué has sacado?

—Nada.

—¿Nada? Estuviste más de una hora—dijo Schuester, alzando la voz.

—Y todavía no tengo nada.

—López, el alcalde me llamó. Él quiere respuestas.

—No puedo chasquear los dedos y milagrosamente producirlo, o ¿acaso puedo?

—¿Has leído el periódico?

—Yo no leo el periódico, y usted lo saben muy bien.

Brittany estaba viendo el intercambio en silencio, al igual que los otros detectives.

—Estamos siendo arrastrados por el fango, López. Seis muertos.

—¿No crees que lo sé? He estado en el lugar en cada uno de ellos—gritó Santana—Yo conozco todos los malditos detalles de sus muertes. ¿Qué quieres que haga?

Fue Hudson que intervino.

—Teniente Schuester, López, cálmense. Esto no soluciona nada. El Alcalde puede llamar a todo lo que quiera, y el periódico puede escribir lo que quiera, pero todavía tenemos trabajo que hacer. Vamos, chicos—abrió los brazos, con una encantadora sonrisa en su rostro—Vamos a repasar todo de nuevo y vamos a resolverlo al igual que cualquier otro caso.

Brittany escondió una sonrisa detrás de su mano.

Oh, ¿cuándo se habían convertido en una gran familia feliz?

—Lo siento, López—finalmente dijo Schuester—Es sólo que... vienen sobre en mí.

—Ellos vienen con usted para mantener las apariencias. Pero esto es personal para nosotros.

—Vamos a llegar a ese bastardo, teniente—dijo Hudson—Si tengo que ir otra vez a ese bar de hombres, lo haré.

Hubo un silencio en la sala ya que todos ellos se quedaron mirando a Hudson.

Miró a su alrededor.

—¿Qué?

—No has estado llamando a los números de teléfono que conseguiste la otra noche, ¿verdad?

—Muy divertido, López.

Ella se rió y se acercó a él, en broma con unas palmaditas en la mejilla.

—Gracias, Finn.

Brittany estuvo a punto del sonrojó y sonrió, acercándose a él, también.

—Gracias por intervenir ahí—dijo en voz baja.

—Sí. No hay problema.

Schuester se quedó mirando a sus detectives. Por primera vez, parecían ser una unidad. Incluso Adams.

Maldita sea, ¿quién lo habría pensado?

Entonces sus ojos se deslizaron a Pierce cuando ella se acercó a López. Vio la caricia breve de Brittany al tocar a Santana, vio cómo sus ojos se encontraron.

—Que me aspen—murmuró. Se aclaró la garganta—Pierce, una palabra.

Brittany miró a Schuester y asintió con la cabeza, volviéndose a encontrar los ojos de Santana por un segundo. Cerró la puerta detrás de ella.

—¿Qué pasa, teniente?

—Nada. No hemos hablado en un tiempo. Sólo quería saber cómo estás.

—Estoy bien.

—Todo está bien ya... ya sabes.

—Sí, señor. Estoy bien.

—¿Estás segura de que estás bien? Sé que López ha estado viviendo contigo. Eso probablemente ha dado un giro en su vida personal. No es que yo estoy haciendo palanca, pero sé que tiene un novio—dijo—¿Cómo está manejando todo esto?

Brittany se inclinó la cabeza hacia atrás y se quedó mirando el techo.

Sí, ¿cómo se tomó Sam de todo esto?

Ella tomó el camino más fácil.

—Él entiende—dijo.

—¿Así que está bien con Santana quedándose contigo?

Brittany lo miró.

—¿Qué está diciendo?

—Bueno, no es ningún secreto que Santana... es gay. Yo, bueno, si fuera yo, no estoy seguro de cómo lo iba a manejar—admitió—No es que yo crea que Santana haría…jamás... ya sabes.

Brittany sonrió, luego se echó a reír.

Todo era tan cómico.

Estaba preocupado por Santana. Nunca creyó estar preocupado de que Brittany sería la que cruzara esa línea.

—Teniente, si usted está preocupado acerca de Santana, por favor, tranquilo. Nos hemos convertido en amigas.

—Bien... bien. Tenía la esperanza de que ella pudiera ser capaz de dejarte entrar. Ella deja a tan pocas personas acercarse. Ninguno que yo sepa, de hecho—se echó hacia atrás y sonrió—Lo que pasó por aquí hoy en día, yo nunca lo hubiera creído posible. Hudson bromear con López.

—Creo que Finn se ha encariñado con ella.

—Sí, puede que tengas razón—luego se inclinó hacia delante—Pero creo que usted es responsable de eso. Santana ha cambiado. Ella es más humana, si eso es una buena palabra para usar. Has sido muy buena para ella, Pierce. Espero que puedas hacer de esta asociación, la última.

—Sí puedo, Teniente.



*****************************************************************************************************



—¿Estás bien?

Santana asintió con la cabeza, pero mantuvo los ojos fijos en el tráfico.

—Todo el mundo está un poco estresado—dijo Brittany vagamente.

Santana sonrió.

—¿Eso crees?

—No puedo creer lo que hizo Hudson. Me sorprendió.

—Sí. Yo sé lo que quieres decir.

—San, el teniente no quería decir eso. No es tu culpa.

—Yo sé, Britt. Como has dicho, todo el mundo está un poco estresado.

Brittany se sentó en su asiento, sin dejar de mirar Santana. Las líneas de preocupación fueron grabadas en su cara y Brittany sabía que una pequeña parte de Santana se culpa. Brittany se preguntó cómo iba a manejar este caso si ella no hubiera estado, si ella no hubiera entrado en su vida.

¿Estaría durmiendo algo?

¿O Santana estaría trabajando a todas horas, sólo adurmiendo unas cuantas horas cada noche en el catre en el vestuario?

—¿Qué estás pensando?

Brittany la miró, sin saber que Santana la había estado mirando. Alargó la mano y capturó la mano de Santana.

—Yo estaba pensando en ti, en realidad.

Santana apretó los dedos, luego sacó la mano de Brittany en su regazo.

—Estoy bien, Britt. Tenerte conmigo... es... lo que lo hace soportable.

Brittany asintió con la cabeza.

—Nunca me preguntaste lo que me dijo Schuester.

—Oh, sí. ¿Qué fue eso?

—Fue simplemente para asegurarse de que estaba bien. Ya sabes, con quedarte conmigo y todo.

—¿Ah, sí?

—Él se estaba asegurando de que yo sabía que eras gay y...

—¿Y que me estaba comportando?

—Algo así.

Santana sonrió, pero en su mente estaba confundida. Si el teniente Schuester tuviera idea de hasta qué punto su relación se había intensificado, pondría fin a su asociación inmediatamente.

Y, por supuesto, comprendió las reglas del departamento.

Pero de todos los socios que había tenido, ella confiaba en Brittany por completo para ver su espalda. Y no sólo porque se habían convertido en amantes. Brittany era inteligente, y ella no toma riesgos innecesarios.

No había competencia entre ellas.

—¿Qué estás pensando?

—Estoy pensando en que tenemos que ser cuidadosas—dijo Santana.

—¿Cuidadosas?

—Acerca de nosotras. No me gustaría tener de pareja a Adams y si Schuester nos descubre, eso es lo que va a suceder. O peor aún, me va a transferir.

—¿Porque somos amantes?

—Sí.

Brittany, a continuación, apretó la mano de Santana.

—Yo no quiero otra compañera.

—Tal vez yo no necesito estar contigo esta noche—dijo Santana en voz baja—Estoy segura de que todo el mundo ya está pensando en eso de todos modos.

Pero Brittany negó con la cabeza.

—Si tenemos que tomar autos separados y dejar nuestros teléfonos celulares a la vista, eso está bien. Pero yo no voy a robar unos pocos momentos de aquí y allá, San. Dios, espero que eso no sea lo que quieres. Me encanta tener en mi cama. Me encanta despertar contigo—dijo en voz baja.

Santana la miró brevemente mientras estacionaban en la escuela de ladrillos rojos. La ex - escuela secundaria Richard Grayson. Apagó el motor, luego se sentó en silencio mirando al frente.

—No me gusta... Yo realmente odio tener que ocultar esto, Britt—susurró.

—Sólo tenemos que tener cuidado.

—Puedo tener cuidado.

—Está bien. Vamos a ver qué pasa. Es posible que me pedías quedarme en mi propio departamento antes de tiempo de todos modos.

—¿Realmente no crees eso?

—No, quiero creer que no.

—No, porque...

Porque Te amo, Brittany deseaba decir.

—Debido a que nunca va a suceder, San.

Santana suspiró y apretó la mano de Brittany una vez más.

—Vamos. Vamos a ver lo que podemos sacar. Tal vez hay algunos detalles jugosos en los registros de Grayson.


La campana sonó justo cuando abrieron las puertas y los estudiantes emergieron en tropel, todos hablando a la vez. Dejaron de lado a la multitud, haciendo su camino a las oficinas.

El ruido era ensordecedor.

—¿Puedo ayudarle?—la recepcionista preguntó.

Santana le tendió la tarjeta de identificación.

—Nos gustaría hablar con el director, por favor.

Brittany miró en sus notas.

—El señor Dreyfus—luego sonrió—Ella es la Detective López. Yo soy la Detective Pierce. Sólo tenemos algunas preguntas en relación con un ex-alumno.

—¿Está esperándolas?—preguntó ella con nerviosismo.

—No.

—Está bien. Vamos a ver si está disponible.

Ella se fue y Santana puso los ojos, mirando a Brittany.

—La tarjeta de identificación siempre les da miedo.

—¿No puedes culparla? Ella ni siquiera tiene dieciocho años.

Santana se paseaba mientras que Brittany esperó pacientemente. Por fin agarró el brazo de Santana al pasar por el mostrador.

—¿Vas a dejar eso? Me estás mareando.

—¿Cuánto tiempo puede tomar para saber si está disponible? ¡Jesús!

La puerta del despacho se abrió y ambas miraban con expectación como un hombre de cabello gris se acercó.

—Detectives, soy Howard Dreyfus. ¿Qué puedo hacer por ustedes?

Brittany dio un paso adelante, moviendo la mano y sonriendo.

—Sólo tenemos un par de preguntas. ¿Podemos ir a su oficina?

—Por supuesto, por supuesto. Por aquí.

Lo siguieron en el interior, a continuación, Santana cierro la puerta detrás de ella.

—Soy la Detective López. Esta es la Detective Pierce. Homicidios. Tenemos una orden judicial para los registros de Richard L. Grayson. Se habría graduado en...—se dio la vuelta para mirar Brittany con las cejas levantadas.

Brittany sonrió ligeramente.

Ella sabía muy bien que Santana tenía toda esta información en la punta de su lengua, pero obedientemente miró a sus notas.

—Dos mil uno.

—Muy bien. Si me permite una pregunta, ¿qué es esto, porque tantas preguntas?

—Una de Investigación de Homicidios—Santana puso la citación en su escritorio y sacó una silla—Estamos en un aprieto—dijo enfáticamente.

—Por supuesto—levantó el teléfono y esperó—Steph, por favor, traiga el expediente de Richard L. Grayson, de la clase del dos mil uno.

—¿Usted lo conocía?—preguntó Brittany, cuando colgó el teléfono.

—Yo reconozco el nombre.

—En una escuela de este tamaño, me sorprende que recuerde a los estudiantes que pasan por aquí—dijo Santana.

—Desafortunadamente, yo tiendo a recordar los muy buenos estudiantes... y a los más difíciles también.

—¿Y qué puede decirnos acerca de Grayson?

—Yo no lo habría llamado un elemento perturbador, si eso es lo que quieres decir. Era demasiado tranquilo en clase para eso, y no es que él tuviera un grupo con el cual juntarse. Pero rara vez hizo las tareas, nunca participó en clase. Todavía me resulta increíble que él fue capaz de graduarse. No, los incidentes que hacen que lo recuerde eran destructivos. Cosas pequeñas al principio, pintar con aerosol los armario de las niñas, bloqueando la puerta de la señora Stephens en su laboratorio con serpientes, cambiar la música en la obra de la escuela, cosas así.

Un golpe rápido en la puerta lo interrumpió y la recepcionista, Steph, presumió Santana, entró con un archivo.

—Gracias, Steph—miró a través de él brevemente antes de entregárselo a Santana—Grayson. Esa era su mamá, ¿no fue la que murió el otro día?

—Sí.

—La conocí una sola vez, que yo recuerde—dijo—Richard había suspendido. Envenenó el acuario del laboratorio de ciencias. Ella parecía realmente preocupada, como todo padre.

—Este fue su último año... ¿aquí?—Santana preguntó a hojear el archivo.

—Sí.

—¿Hay alguien que sepa de los profesores, los estudiantes, que podrían haber mantenido contacto con él?

Él negó con la cabeza.

—Como he dicho, no tenía un grupo con quienes juntarse. Y los maestros, bueno, él no era exactamente un estudiante modelo. La mayoría estaban muy contentos de haberse librado de él.

Santana y Brittany se miraron, luego Brittany se estiro, llegando a través de la mesa para estrechar la mano de nuevo.

—Gracias, señor Dreyfus. Le agradecemos su tiempo.

—No hay problema. Si puedo ayudar de alguna manera...

Santana se detuvo en la puerta, los ojos aún pegados en el archivo.

—Aquí dice que él fue atrapado con algo en el armario del conserje. Esa es la forma en que fue capturado. Lo encontró el señor Guerrero.

—Sí.

—¿Sigue empleado aquí? Creo que tal vez nos gustaría hablar con él.

—Lo siento. Sr. Guerrero... fue asesinado ese mismo verano.

—¿Esta muerto?

Ambas se volvieron atrás y se sentaron de nuevo.

—¿Asesinado?

—Sí. Fue encontrado aquí en la escuela.

—¿Qué pasó?—preguntó Brittany.

—Me sorprende no haberlo recordado. Fue bastante horrible, en realidad. Su cabeza fue cortada y él fue encontrado en el contenedor de basura— murmuró Santana, recordando el caso.

Había sido el caso de Adams y Puckerman, uno que nunca resuelto.

—Sí.

—Jesús—le susurró Brittany.

Santana se puso de pie rápidamente.

—Gracias. Usted ha sido de gran ayuda.

—Seguramente, usted no cree... que ¿Richard hizo eso?

—Eso es prematuro, Sr. Dreyfus. Estoy segura de que vamos a estar en contacto—hizo un gesto hacia la puerta—Britt.



—Santo hijo de puta—murmuró Brittany mientras caminaban por el pasillo en silencio—¿Puedes creer eso?

—Adams y Puckerman lo tenían. Vamos a ver su archivo.

—Dios, espero que este limpio. Espero no la hayan cagado.

Santana sonrió.

—Detective Pierce. Su vocabulario.

—Lo siento. Pero si esto estaba justo en frente de sus narices, y todas esas niñas murieron a causa de eso.

—Britt, es fácil de adivinar ahora. No somos los mejores amigos, pero son buenos policías.

—Lo sé. Tienes razón. Estoy exagerando.




***************************************************************************************************


Schuester miró fijamente, y luego tiró las gafas en su desordenado escritorio.

—Observa el archivo. Adams voy a tener un infarto si Grayson era el asesino desde el principio—él negó con la cabeza—¡Cristo! Odio días como este.

—Teniente, podría ser mejor si usted va por el archivo y no una de nosotras—sugirió Santana.

—Demonios, López, ¿desde cuando has tenido miedo de pisar sobre los otros?

Brittany se aclaró la garganta.

—Teniente, es sólo que... todo el mundo... se está llevando bien. Somos como un equipo.

—¿Un equipo? Maldita sea, ¿quién lo habría pensado?—se frotó los ojos—Está bien. Voy a ir con Jake decirle que lo busque él. La única gracia salvadora es que la carga de cada persona es delgada ahora. Esta es la máxima prioridad. Sé que es tu caso, pero quiero a todos en el mismo.

—Sí, señor.

Schuester se quedó frío.

Apenas unos meses atrás, Santana estaría gritándole si hubiera sugerido que ella necesitaba ayuda con un caso.

—¿Qué?

Él negó con la cabeza.

—Nada. Es posible que deseen ir con Hudson y Anderson para ponerlos al día.

—Sí, señor. Lo haremos—dijo Brittany.

Se levantó para irse, pero Schuester llamó a Santana.

—López. Una palabra.

Ella asintió con la cabeza, con sólo un vistazo rápido a Brittany. Cruzó las piernas, a la espera.

—¿Todo bien?

—Bien.

Se recostó en su silla y la miró.

—Nunca te he visto de esta manera.

—¿Qué manera?

—Sabes de qué diablos estoy hablando, no juegues conmigo.

—Sólo estoy... tratando de llevarme bien con todo el mundo.

—¿Por qué?

—¿Por qué?

—Santana, te he conocido siete años. En el último par de meses, eres una persona diferente—se inclinó hacia delante—¿Pierce?

—Ella parece tener un efecto calmante en mí—dijo Santana vagamente.

Él sonrió.

—Por lo tanto, la mejor jugada que he hecho, ¿eh?

—¿Qué quieres decir?

—El capitán quería emparejarla con Adams. Demonios, no es ningún secreto que él y Puckerman son como el agua y el aceite.

—Usted dijo que no era su idea emparejarme con Pierce—le recordó ella.

—Mentí.

Ella levantó la esquina de su boca en una sonrisa y asintió con la cabeza.

—El mejor movimiento que ha hecho. Adams estaría muerto.

Él se rió, inclinándose hacia adelante para hacer frente a Santana.

—Pareces... feliz, Santana. Yo no sé si alguna vez han utilizado esa palabra para describirla antes.

Ella considera su declaración, y luego asintió.

—Estoy tan feliz como yo jamás recuerde haber estado, teniente.

—¿Estamos hablando de trabajo aquí, Santana?¿ O personalmente?

Ella se puso rígida.

—De trabajo, por supuesto.

Él la miró fijamente durante un momento y luego asintió con la cabeza.

—Está bien. Supongo que estaba esperando que fuera personal, también.

Sus miradas se encontraron por encima del escritorio.

—Porque me gustaría... que puedas tener a alguien en tú vida...—continuó.

Santana se encogió de hombros.

—¿Y las reglas y todo eso?

Él sonrió.

—¿Desde cuándo sigues las reglas?

—Will...

—No estoy ciego, Santana. Es sólo que... demonios, pensé que tenía un novio.

Santana sonrió.

—Ella tenía.

Él también sonrió.

—Hemos de tener un secreto, Santana.

—Will, no sé qué decir.

—Santana López, sin palabras. ¡Maldita sea, este lugar se pone cada vez más loco! Ahora, sal de aquí. Tenemos mucho trabajo que hacer.

—Sí, señor—se detuvo en la puerta—Teniente, gracias por su comprensión.

Él asintió con la cabeza, y luego empujó sus gafas, a su despido.

****************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro, pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Avisen si conocen a alguien del foro del cambio! Saludos =D