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FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
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marthagr81@yahoo.es
Lizz_sanny
JanethValenciaaf
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
Estoy de acuerdo con el comentario anterior, esto va mas alla de Las Vegas!!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
Capítulo 40
Brittany se arregló incluso menos que la pasada noche. Santana le había dicho que la discoteca a la que iban no era mucho más que un agujero en la pared al sur de la ciudad, así que ella se aprovechó de la oportunidad, dado que ya se había puesto mucha de la ropa del vestuario moderno que había creado para su nuevo puesto de representante de A&R. Santana también le había preguntado si podía coger su coche en lugar de un taxi aquella noche, lo que a ella no le importó en absoluto, pero dejó conducir a Santana, no deseaba especialmente navegar por el tráfico de Las Vegas Boulevard.
Cuando llegaron a un pequeño y oscuro edificio llamado Lefty's justo después de las nueve, se sintió como en casa en sus sencillos pantalones vaqueros y su camiseta sin mangas. Por supuesto, los vaqueros y la camiseta vintage que Santana llevaba normalmente —aunque esta vez era una camiseta de The Doors— parecían encajar en cualquier lugar. Unas pocas personas en la discoteca lo reconocieron, pero la multitud de aquel bar de cerveza y frutos secos era muy agradable y se entusiasmaron al tener en su ambiente a alguien al que consideraban toda una celebridad.
Mientras se bebían un par de cervezas Coors, observaron y escucharon a un grupo llamado los Outsiders, los cuales estaban liderados por una chica con el pelo rosa y con un piercing en la nariz, acompañada por cuatro fanáticos del heavy metal de unos treinta años. Santana le había dicho que estaban allí porque Anthony le había aconsejado ir a ver al grupo, y lo había hecho la pasada noche, mientras ella se cambiaba de ropa. Sin embargo, Santana y Brittany estuvieron rápidamente de acuerdo al afirmar que aunque los Outsiders eran un grupo de bar decente, probablemente no alcanzarían nunca la fama ni la fortuna.
Cuando salieron del bar solo una hora más tarde de su llegada, Brittany se dio cuenta de que estaba pensando en la noche anterior. Hasta que el nombre de Anthony había aparecido, los recuerdos del Caligula's le parecían más un sueño que algo que había pasado realmente. El placer había sido algo insuperable, y no solo se refería al placer físico, sino también a la intensa alegría de sentirse tan atrevida y valiente, como una criatura sexual completamente libre, puesta en libertad por Santana.
Mientras conducían a través de la oscuridad —el coche dejó pronto la zona de bares y la zona residencial dando paso a un paisaje más disperso y vacío—, ella pensaba acerca de haber hecho algo tan espontáneo, tan extremo, con otro hombre con el que nunca antes había tenido relación, y ahora se veía inundada por las dudas, preocupada por si él la veía de una manera completamente diferente ahora y que hubiera dejado de respetarla. Pero con Santana, no había cabida para preocupaciones así.
Sabía que lo que tenían era temporal, pero también sabía que había algo más que lo puramente físico, que a ella le gustaba verdaderamente, y que quizás incluso le importaba. Y que estaba sinceramente satisfecha de verla revelando su sexualidad tan completamente.
—Eh, ¿adónde vamos ahora? —le preguntó cuando los faros se apagaron bajo la noche, dando a entender que habían abandonado la ciudad completamente, y habían llegado al desierto. A cada lado de la carretera, no podía ver otra cosa que no fuera tierra árida y arbustos bajos de color verde marrón, y hacía unos minutos incluso había pasado rodando por la carretera de dos carriles una barrilla rodante, como aquellas que aparecían cruzando los caminos en las películas del oeste.
—Aquí —contestó Santana cuando aparcó el coche a un lado de la carretera que en realidad no era más que un camino de tierra.
—¿Y dónde es aquí? Parece como si no estuviéramos en ningún sitio.
Ella apagó el motor, se dio la vuelta para mirarla, las luces del salpicadero iluminaban su expresión. Brittany no lo había visto nunca tan seria.
—Supongo que solo quería... estar a solas contigo esta noche. Realmente solas. No solo en la habitación del hotel, sino... lejos de todo.
Brittany no respondió, porque no sabía exactamente qué decir. Se había esforzado mucho por mantener los parámetros de su relación con Santana bien claros en su mente. Incluso aunque supiera que se había enamorado de ella, era consciente de que aquello no iba a llevarla a ninguna parte. Incluso si a Santana le importaba, entendía que no era a nivel de un romance.
Aunque... lo que acababa de decirle sonaba como un romance.
Santana dejó que su mirada cayera un poco, y una sonrisa cargada de disculpas se desplegó en su cara cuando levantó los ojos de nuevo hacia ella.
—¿Te parece extraño? ¿O simplemente... aburrido? Después de todo lo que hemos hecho esta semana, todos los lugares en los que hemos echado un polvo. ¿Te parece extraño que te haya traído hasta aquí? ¿Que quiera estar dentro de ti sin nadie a nuestro alrededor, sin ninguna otra distracción, solamente tú y yo?
Ella tragó saliva, con fuerza. Nunca antes la había escuchado hablar con tanta ternura, o de una manera que sonara remotamente avergonzada.
—No —se las arregló para susurrar. —No, en absoluto. Me... me gusta.
Porque Santana había tenido razón con lo que le había dicho la noche anterior: no importaba cómo de salvaje o descarada fuera, siempre apreciaría a una mujer tierna, cariñosa y romántica.
—Ven fuera conmigo —le dijo. —Quiero estar fuera contigo, sentir la noche contigo.
Mientras Brittany caminaba junto a Santana en el paisaje austero del desierto, empezó a experimentar aquella diminuta sensación, la que puedes tener cuando estás de pie a la orilla de la playa mirando el enorme océano, o del modo en el que había oído hablar a la gente cuando se estaba delante del Gran Cañón. Era como estar completamente sumergido en la naturaleza, obligado a sentirla, a verla. Incluso en la oscuridad, los bordes de la montaña en la distancia eran visibles en su tenue silueta, el cielo arriba era un tono más ligero del azul de medianoche. Una cálida brisa agitaba la noche a su alrededor.
Había comparado la sensación del Gran Cañón con Las Vegas de una manera diferente desde su llegada a aquel lugar, pero aquello... aquello era mucho más profundo, mejor. Se dio cuenta de que también deseaba estar a solas con ella.
Finalmente, Santana se detuvo y se dio la vuelta para mirarla.
—Me gusta estar aquí fuera. Sin luces, sin ruidos, nada excepto tú —después levantó las manos hacia su cara y la besó en la boca. A Brittany le pareció tan excitante y cálido como el primer beso que ella le había dado, en el almacén del Fetiche, e inmediatamente necesitó algo más que eso.
—Fóllame —le gimió con más dulzura de lo que ella pensaba que podían guardar esas palabras.
Y cuando Santana la puso de rodillas en el suelo del desierto, cuando le levantó lentamente la camiseta y el sujetador y le besó los senos, cuando suavemente le quitó los pantalones y después se deshizo de los suyos para abrirse camino hacia su cuerpo cálido y deseoso, ella se dio cuenta de que nunca había pensado en lo dulce que podía ser echar un polvo con alguien.
Se movieron juntas, lentamente al principio, después con algo más de fuerza. contra su verga, encorvaba las caderas y buscaba aquella cálida fricción que tanto le gustaba. Y Santana la besó mientras se deslizaba dentro y fuera de ella, la besó y la acarició y la hizo sentir adorada de los pies a la cabeza.
—Oh, Dios, estás sumamente deliciosa esta noche —le dijo en un cálido suspiro. —Tu vulva desnuda está tan suave y melosa cuando me deslizo dentro de ella.
Vaya, se había olvidado de que quizás pudiera parecerle algo nueva y diferente ahora. La excitaba solo pensar en la idea.
—Me haces sentir mejor que nadie, nunca me he sentido tan bien —continuó Santana.
Y a ella se le oprimió el pecho al escuchar esas palabras.
—¿Nunca? —logró decirle. Ahora Santana la follaba con lentitud otra vez, su erección parecía expandirse hasta lo imposible dentro de ella.
—Nunca —repitió Santana. Después le susurró—, eres la única mujer además de Elaine con la que he follado sin condón.
Aquella frase le dejó algo estupefacta, por muchas razones.
«No había llevado condón en muchas ocasiones». ¿Cómo cono no había caído en una cosa así? Estaba claro que se había dado cuenta de que no lo había llevado puesto más de una vez, ¿pero por qué razón no se había sentido alarmada? Supuso que había estado casada demasiado tiempo, y se había sentido perennemente segura en aquel tema. Y se había sentido completamente consumida por todo lo que le había pasado durante la semana. Entonces, ¿qué significaba aquello? ¿Había cometido un error fatal? ¿Y por qué? ¿Por qué no llevaba Santana ningún preservativo?
—Estoy tomando pastillas anticonceptivas, ya sabes —le recordó ella, mirando aquellos hermosos ojos—, pero eso no te protege de...
Santana levantó la palma de la mano hacia su mejilla, todavía seguía moviéndose lentamente dentro de ella.
—No te preocupes, nena. Estoy sana. Porque como te acabo de decir siempre he tomado precauciones. Siempre. Y sé que tú estás sana porque... sé que estás sana —le dijo y le sonrió con ternura.
Bajo ella, todavía embriagada por la fricción que le creaba con su dulce verga, se mordió el labio.
—¿Por qué? ¿Por qué no...?
Santana la besó en la boca.
—Al principio fue un accidente. Pero después de eso... me haces sentir tan bien, y yo simplemente... quería estar así de cerca de ti. No quería que hubiera nada entre nosotras. Nada.
Ella tomó una gran bocanada de aire, estaba totalmente asombrada por la profundidad de su ternura. Y por lo que ella podía haber jurado que había escuchado en sus palabras. La misma cosa que ella sentía. Amor.
Aunque quizás estaba loca. Quizás estaba confundiéndolo todo. Quizás solo era... su manera de acabar con la relación. Aquella noche era la última noche que pasarían juntas, después de todo. Su última noche en la Ciudad del Pecado.
Aun así no podía evitar acordarse de ello, del fatídico momento en el que Santana pusiera distancia entre ellas y la Ciudad del Pecado.
—No quiero que esto termine nunca —le dijo, con un tono de voz profundo y arenoso.
Oh, Dios. ¿Había escuchado bien?
—¿Qué... qué quieres decir con eso?
Santana entrelazó los dedos entre su pelo.
—Solo porque regresemos a casa en Los Ángeles, no hay razón por lo que no podamos seguir con lo bueno que tenemos, Brittany.
—Pero pensaba que tú... quiero decir... Una vez más, ella la besó.
—Sí. Bueno, normalmente no hago algo así. Pero quizás ahora lo haga. No puedo prometerte nada, no he tenido una relación real en muchos años. Pero no creo que pueda estar contigo y no desearte. No creo que pueda verte solamente como una amiga.
Brittany temió que le explotara el corazón en el pecho. ¿Realmente estaba haciendo que sus sueños se volvieran realidad? ¿Realmente le estaba diciendo que no quería que todo aquello acabase?
—No tienes ni idea de lo feliz que me hace escucharte decir eso.
—Entonces, ¿tú lo sientes de la misma manera? ¿No quieres que esto acabe?
—Dios, sí, siento exactamente lo mismo. Yo... te quiero.
Oh, no, ¿qué acababa de decirle? ¡Había salido así de fácil, imparable! Estúpida, estúpida, estúpida.
Pero la boca de Santana le volvió a cubrir los labios, y esta vez su lengua se mezcló con la suya, y el deseo parecía doblarse de alguna manera en aquel momento, haciendo que ella tirara de Santana con más fuerza, la rodeara con los brazos y la abrazara con tanta intensidad como pudo. Y cuando finalmente el beso terminó, Santana se inclinó hacia ella cerca de su oído y susurró las palabras más dulces que ella había oído.
—Creo que yo también estoy enamorándome de ti.
—Oh. Oh, Dios —dijo ella, mirando su cara tan divina.
Y casi convulsivamente, ella golpeó el cuerpo contra Santana, necesitaba sentirlo aún más dentro de ella. Ya no le importaba si no alcanzaba el orgasmo, solo deseaba sentirlo, que la llenara.
—Córrete dentro de mí —le jadeó, desesperada, rogándole. —Córrete dentro de mí, con fuerza.
Necesitaba hacer que ocurriera, necesitaba tirar de todo el placer que ella pudiera darle, y necesitaba que dejara parte de ella en su interior.
—Oh, sí —gruñó Santana. —Oh, sí, no puedo parar. Estoy corriéndome dentro de ti. Estoy corriéndome dentro de tu pequeña y dulce vulva —y la embistió, fuerte, fuerte, fuerte, presionando su trasero contra el suelo, de alguna manera haciéndola respirar la seca fragancia del desierto, haciéndola sentir los rayos de luna más intensamente.
Nunca en su vida el sexo la había hecho sentirse tan satisfecha. De una manera completamente diferente a la noche pasada o la anterior. Aquello había sido tan físicamente intenso, y la parte mental había estado en ella, en su atrevimiento, en sus deseos por Santana. Pero aquello... aquello había venido de ella. Ella amándola. Y ella deseando darle placer con tanta libertad, sin que hubiera por su parte un deseo o necesidad en particular.
Aunque un momento más tarde, Santana se disculpó.
—Lo siento, nena. No te he hecho alcanzar el orgasmo.
—No me importa —le susurró ella, sonriéndole. —No podría sentirme mejor de lo que me siento ahora mismo.
*************************************************************************************************
Bueno este es el cap de hoy Una pregunta porque ya no me aparece la lista de todos los fanfics Brittana ? los han eliminado, que sucede ?
Brittany se arregló incluso menos que la pasada noche. Santana le había dicho que la discoteca a la que iban no era mucho más que un agujero en la pared al sur de la ciudad, así que ella se aprovechó de la oportunidad, dado que ya se había puesto mucha de la ropa del vestuario moderno que había creado para su nuevo puesto de representante de A&R. Santana también le había preguntado si podía coger su coche en lugar de un taxi aquella noche, lo que a ella no le importó en absoluto, pero dejó conducir a Santana, no deseaba especialmente navegar por el tráfico de Las Vegas Boulevard.
Cuando llegaron a un pequeño y oscuro edificio llamado Lefty's justo después de las nueve, se sintió como en casa en sus sencillos pantalones vaqueros y su camiseta sin mangas. Por supuesto, los vaqueros y la camiseta vintage que Santana llevaba normalmente —aunque esta vez era una camiseta de The Doors— parecían encajar en cualquier lugar. Unas pocas personas en la discoteca lo reconocieron, pero la multitud de aquel bar de cerveza y frutos secos era muy agradable y se entusiasmaron al tener en su ambiente a alguien al que consideraban toda una celebridad.
Mientras se bebían un par de cervezas Coors, observaron y escucharon a un grupo llamado los Outsiders, los cuales estaban liderados por una chica con el pelo rosa y con un piercing en la nariz, acompañada por cuatro fanáticos del heavy metal de unos treinta años. Santana le había dicho que estaban allí porque Anthony le había aconsejado ir a ver al grupo, y lo había hecho la pasada noche, mientras ella se cambiaba de ropa. Sin embargo, Santana y Brittany estuvieron rápidamente de acuerdo al afirmar que aunque los Outsiders eran un grupo de bar decente, probablemente no alcanzarían nunca la fama ni la fortuna.
Cuando salieron del bar solo una hora más tarde de su llegada, Brittany se dio cuenta de que estaba pensando en la noche anterior. Hasta que el nombre de Anthony había aparecido, los recuerdos del Caligula's le parecían más un sueño que algo que había pasado realmente. El placer había sido algo insuperable, y no solo se refería al placer físico, sino también a la intensa alegría de sentirse tan atrevida y valiente, como una criatura sexual completamente libre, puesta en libertad por Santana.
Mientras conducían a través de la oscuridad —el coche dejó pronto la zona de bares y la zona residencial dando paso a un paisaje más disperso y vacío—, ella pensaba acerca de haber hecho algo tan espontáneo, tan extremo, con otro hombre con el que nunca antes había tenido relación, y ahora se veía inundada por las dudas, preocupada por si él la veía de una manera completamente diferente ahora y que hubiera dejado de respetarla. Pero con Santana, no había cabida para preocupaciones así.
Sabía que lo que tenían era temporal, pero también sabía que había algo más que lo puramente físico, que a ella le gustaba verdaderamente, y que quizás incluso le importaba. Y que estaba sinceramente satisfecha de verla revelando su sexualidad tan completamente.
—Eh, ¿adónde vamos ahora? —le preguntó cuando los faros se apagaron bajo la noche, dando a entender que habían abandonado la ciudad completamente, y habían llegado al desierto. A cada lado de la carretera, no podía ver otra cosa que no fuera tierra árida y arbustos bajos de color verde marrón, y hacía unos minutos incluso había pasado rodando por la carretera de dos carriles una barrilla rodante, como aquellas que aparecían cruzando los caminos en las películas del oeste.
—Aquí —contestó Santana cuando aparcó el coche a un lado de la carretera que en realidad no era más que un camino de tierra.
—¿Y dónde es aquí? Parece como si no estuviéramos en ningún sitio.
Ella apagó el motor, se dio la vuelta para mirarla, las luces del salpicadero iluminaban su expresión. Brittany no lo había visto nunca tan seria.
—Supongo que solo quería... estar a solas contigo esta noche. Realmente solas. No solo en la habitación del hotel, sino... lejos de todo.
Brittany no respondió, porque no sabía exactamente qué decir. Se había esforzado mucho por mantener los parámetros de su relación con Santana bien claros en su mente. Incluso aunque supiera que se había enamorado de ella, era consciente de que aquello no iba a llevarla a ninguna parte. Incluso si a Santana le importaba, entendía que no era a nivel de un romance.
Aunque... lo que acababa de decirle sonaba como un romance.
Santana dejó que su mirada cayera un poco, y una sonrisa cargada de disculpas se desplegó en su cara cuando levantó los ojos de nuevo hacia ella.
—¿Te parece extraño? ¿O simplemente... aburrido? Después de todo lo que hemos hecho esta semana, todos los lugares en los que hemos echado un polvo. ¿Te parece extraño que te haya traído hasta aquí? ¿Que quiera estar dentro de ti sin nadie a nuestro alrededor, sin ninguna otra distracción, solamente tú y yo?
Ella tragó saliva, con fuerza. Nunca antes la había escuchado hablar con tanta ternura, o de una manera que sonara remotamente avergonzada.
—No —se las arregló para susurrar. —No, en absoluto. Me... me gusta.
Porque Santana había tenido razón con lo que le había dicho la noche anterior: no importaba cómo de salvaje o descarada fuera, siempre apreciaría a una mujer tierna, cariñosa y romántica.
—Ven fuera conmigo —le dijo. —Quiero estar fuera contigo, sentir la noche contigo.
Mientras Brittany caminaba junto a Santana en el paisaje austero del desierto, empezó a experimentar aquella diminuta sensación, la que puedes tener cuando estás de pie a la orilla de la playa mirando el enorme océano, o del modo en el que había oído hablar a la gente cuando se estaba delante del Gran Cañón. Era como estar completamente sumergido en la naturaleza, obligado a sentirla, a verla. Incluso en la oscuridad, los bordes de la montaña en la distancia eran visibles en su tenue silueta, el cielo arriba era un tono más ligero del azul de medianoche. Una cálida brisa agitaba la noche a su alrededor.
Había comparado la sensación del Gran Cañón con Las Vegas de una manera diferente desde su llegada a aquel lugar, pero aquello... aquello era mucho más profundo, mejor. Se dio cuenta de que también deseaba estar a solas con ella.
Finalmente, Santana se detuvo y se dio la vuelta para mirarla.
—Me gusta estar aquí fuera. Sin luces, sin ruidos, nada excepto tú —después levantó las manos hacia su cara y la besó en la boca. A Brittany le pareció tan excitante y cálido como el primer beso que ella le había dado, en el almacén del Fetiche, e inmediatamente necesitó algo más que eso.
—Fóllame —le gimió con más dulzura de lo que ella pensaba que podían guardar esas palabras.
Y cuando Santana la puso de rodillas en el suelo del desierto, cuando le levantó lentamente la camiseta y el sujetador y le besó los senos, cuando suavemente le quitó los pantalones y después se deshizo de los suyos para abrirse camino hacia su cuerpo cálido y deseoso, ella se dio cuenta de que nunca había pensado en lo dulce que podía ser echar un polvo con alguien.
Se movieron juntas, lentamente al principio, después con algo más de fuerza. contra su verga, encorvaba las caderas y buscaba aquella cálida fricción que tanto le gustaba. Y Santana la besó mientras se deslizaba dentro y fuera de ella, la besó y la acarició y la hizo sentir adorada de los pies a la cabeza.
—Oh, Dios, estás sumamente deliciosa esta noche —le dijo en un cálido suspiro. —Tu vulva desnuda está tan suave y melosa cuando me deslizo dentro de ella.
Vaya, se había olvidado de que quizás pudiera parecerle algo nueva y diferente ahora. La excitaba solo pensar en la idea.
—Me haces sentir mejor que nadie, nunca me he sentido tan bien —continuó Santana.
Y a ella se le oprimió el pecho al escuchar esas palabras.
—¿Nunca? —logró decirle. Ahora Santana la follaba con lentitud otra vez, su erección parecía expandirse hasta lo imposible dentro de ella.
—Nunca —repitió Santana. Después le susurró—, eres la única mujer además de Elaine con la que he follado sin condón.
Aquella frase le dejó algo estupefacta, por muchas razones.
«No había llevado condón en muchas ocasiones». ¿Cómo cono no había caído en una cosa así? Estaba claro que se había dado cuenta de que no lo había llevado puesto más de una vez, ¿pero por qué razón no se había sentido alarmada? Supuso que había estado casada demasiado tiempo, y se había sentido perennemente segura en aquel tema. Y se había sentido completamente consumida por todo lo que le había pasado durante la semana. Entonces, ¿qué significaba aquello? ¿Había cometido un error fatal? ¿Y por qué? ¿Por qué no llevaba Santana ningún preservativo?
—Estoy tomando pastillas anticonceptivas, ya sabes —le recordó ella, mirando aquellos hermosos ojos—, pero eso no te protege de...
Santana levantó la palma de la mano hacia su mejilla, todavía seguía moviéndose lentamente dentro de ella.
—No te preocupes, nena. Estoy sana. Porque como te acabo de decir siempre he tomado precauciones. Siempre. Y sé que tú estás sana porque... sé que estás sana —le dijo y le sonrió con ternura.
Bajo ella, todavía embriagada por la fricción que le creaba con su dulce verga, se mordió el labio.
—¿Por qué? ¿Por qué no...?
Santana la besó en la boca.
—Al principio fue un accidente. Pero después de eso... me haces sentir tan bien, y yo simplemente... quería estar así de cerca de ti. No quería que hubiera nada entre nosotras. Nada.
Ella tomó una gran bocanada de aire, estaba totalmente asombrada por la profundidad de su ternura. Y por lo que ella podía haber jurado que había escuchado en sus palabras. La misma cosa que ella sentía. Amor.
Aunque quizás estaba loca. Quizás estaba confundiéndolo todo. Quizás solo era... su manera de acabar con la relación. Aquella noche era la última noche que pasarían juntas, después de todo. Su última noche en la Ciudad del Pecado.
Aun así no podía evitar acordarse de ello, del fatídico momento en el que Santana pusiera distancia entre ellas y la Ciudad del Pecado.
—No quiero que esto termine nunca —le dijo, con un tono de voz profundo y arenoso.
Oh, Dios. ¿Había escuchado bien?
—¿Qué... qué quieres decir con eso?
Santana entrelazó los dedos entre su pelo.
—Solo porque regresemos a casa en Los Ángeles, no hay razón por lo que no podamos seguir con lo bueno que tenemos, Brittany.
—Pero pensaba que tú... quiero decir... Una vez más, ella la besó.
—Sí. Bueno, normalmente no hago algo así. Pero quizás ahora lo haga. No puedo prometerte nada, no he tenido una relación real en muchos años. Pero no creo que pueda estar contigo y no desearte. No creo que pueda verte solamente como una amiga.
Brittany temió que le explotara el corazón en el pecho. ¿Realmente estaba haciendo que sus sueños se volvieran realidad? ¿Realmente le estaba diciendo que no quería que todo aquello acabase?
—No tienes ni idea de lo feliz que me hace escucharte decir eso.
—Entonces, ¿tú lo sientes de la misma manera? ¿No quieres que esto acabe?
—Dios, sí, siento exactamente lo mismo. Yo... te quiero.
Oh, no, ¿qué acababa de decirle? ¡Había salido así de fácil, imparable! Estúpida, estúpida, estúpida.
Pero la boca de Santana le volvió a cubrir los labios, y esta vez su lengua se mezcló con la suya, y el deseo parecía doblarse de alguna manera en aquel momento, haciendo que ella tirara de Santana con más fuerza, la rodeara con los brazos y la abrazara con tanta intensidad como pudo. Y cuando finalmente el beso terminó, Santana se inclinó hacia ella cerca de su oído y susurró las palabras más dulces que ella había oído.
—Creo que yo también estoy enamorándome de ti.
—Oh. Oh, Dios —dijo ella, mirando su cara tan divina.
Y casi convulsivamente, ella golpeó el cuerpo contra Santana, necesitaba sentirlo aún más dentro de ella. Ya no le importaba si no alcanzaba el orgasmo, solo deseaba sentirlo, que la llenara.
—Córrete dentro de mí —le jadeó, desesperada, rogándole. —Córrete dentro de mí, con fuerza.
Necesitaba hacer que ocurriera, necesitaba tirar de todo el placer que ella pudiera darle, y necesitaba que dejara parte de ella en su interior.
—Oh, sí —gruñó Santana. —Oh, sí, no puedo parar. Estoy corriéndome dentro de ti. Estoy corriéndome dentro de tu pequeña y dulce vulva —y la embistió, fuerte, fuerte, fuerte, presionando su trasero contra el suelo, de alguna manera haciéndola respirar la seca fragancia del desierto, haciéndola sentir los rayos de luna más intensamente.
Nunca en su vida el sexo la había hecho sentirse tan satisfecha. De una manera completamente diferente a la noche pasada o la anterior. Aquello había sido tan físicamente intenso, y la parte mental había estado en ella, en su atrevimiento, en sus deseos por Santana. Pero aquello... aquello había venido de ella. Ella amándola. Y ella deseando darle placer con tanta libertad, sin que hubiera por su parte un deseo o necesidad en particular.
Aunque un momento más tarde, Santana se disculpó.
—Lo siento, nena. No te he hecho alcanzar el orgasmo.
—No me importa —le susurró ella, sonriéndole. —No podría sentirme mejor de lo que me siento ahora mismo.
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Bueno este es el cap de hoy Una pregunta porque ya no me aparece la lista de todos los fanfics Brittana ? los han eliminado, que sucede ?
Caritovega****** - Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 13/05/2015
Edad : 26
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
hola cari,..
ya ahí un futuro después de los limites de las vegas,..
no ahí nada mas bueno que ver las vegas desde fuera de la ciudad,..
pero quiero que britt le diga la verdad,... por que ya hablaron claro de sus sentimientos,..
nos vemos!!!
PD; es raro que no te aparezcan, quizás cargo mal la pag,. a mi me salen las ultimas 300 historias,..
ya ahí un futuro después de los limites de las vegas,..
no ahí nada mas bueno que ver las vegas desde fuera de la ciudad,..
pero quiero que britt le diga la verdad,... por que ya hablaron claro de sus sentimientos,..
nos vemos!!!
PD; es raro que no te aparezcan, quizás cargo mal la pag,. a mi me salen las ultimas 300 historias,..
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
3:) escribió:hola cari,..
ya ahí un futuro después de los limites de las vegas,..
no ahí nada mas bueno que ver las vegas desde fuera de la ciudad,..
pero quiero que britt le diga la verdad,... por que ya hablaron claro de sus sentimientos,..
nos vemos!!!
PD; es raro que no te aparezcan, quizás cargo mal la pag,. a mi me salen las ultimas 300 historias,..
No me aparecen y la verdad no tengo santa idea del porque.. solo me aparecen el la 1 pagina como 33 fanfics y nada más
Caritovega****** - Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 13/05/2015
Edad : 26
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
Caritovega escribió:3:) escribió:hola cari,..
ya ahí un futuro después de los limites de las vegas,..
no ahí nada mas bueno que ver las vegas desde fuera de la ciudad,..
pero quiero que britt le diga la verdad,... por que ya hablaron claro de sus sentimientos,..
nos vemos!!!
PD; es raro que no te aparezcan, quizás cargo mal la pag,. a mi me salen las ultimas 300 historias,..
No me aparecen y la verdad no tengo santa idea del porque.. solo me aparecen el la 1 pagina como 33 fanfics y nada más
uhhh que mal,.. si quieres alguno en particular te lo busco y te paso el link o algo,..
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
3:) escribió:Caritovega escribió:3:) escribió:hola cari,..
ya ahí un futuro después de los limites de las vegas,..
no ahí nada mas bueno que ver las vegas desde fuera de la ciudad,..
pero quiero que britt le diga la verdad,... por que ya hablaron claro de sus sentimientos,..
nos vemos!!!
PD; es raro que no te aparezcan, quizás cargo mal la pag,. a mi me salen las ultimas 300 historias,..
No me aparecen y la verdad no tengo santa idea del porque.. solo me aparecen el la 1 pagina como 33 fanfics y nada más
uhhh que mal,.. si quieres alguno en particular te lo busco y te paso el link o algo,..
Caritovega****** - Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 13/05/2015
Edad : 26
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
Estoy de acuerdo brittany tiene que hablar, que va a esperar, regresar a Los Angeles y que todo se descubra????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPITULO 41
Santana le dio el coche de Brittany al empleado del hotel, después condujo a su preciosa chica por las puertas principales del Venecia, cogido de su mano. Dios, no podía creérselo. Le había dicho que estaba enamorándose de ella. Y mucho más que eso: lo había dicho en serio.Aquello se había acabado. Iba a tener más de Brittany, no solo como una colega, sino como... todo. Una amiga, una amante, y... aquella combinación extraña de las dos mujeres; ni siquiera podía encontrar las palabras para describirlo.
No se había dado cuenta de que deseaba aquello hasta que había escuchado cómo las palabras salían de su propia boca. Joder, hubo muchas palabras inesperadas que supo de su boca aquella noche. Ni siquiera había sabido la razón por la que quería llevarla al desierto hasta que no se encontraron allí. En realidad, había pensado que quizás fuera un lugar bonito y tranquilo para echar un polvo, una buena manera de acabar con su aventura. Pero en el momento en el que detuvo el coche, comprendió que no podía poner fin a todo aquello. Simplemente no podía.
Y no estaba seguro de adonde se dirigía aquello a partir de entonces, pero... no podía acordarse de la última vez que se había sentido tan bien con alguien. Como si hubiera más vida aparte de la música y el sexo. Y la música y el sexo... bueno, joder, ambas cosas eran algo muy bueno, pero... quizás era hora de empezar a hacer algunos cambios en su vida. Dudaba al pensar en «sentar la cabeza», así que decidió que sería más como «entablar una conexión más íntima» y quizás tener a alguien en el que apoyarse, en el que confiar, cuando lo necesitara.
En aquel momento, se sentía totalmente despreocupada. Ni siquiera le importaba si Claire Starr la demandaba. Si lo hacía, ella podría superarlo. Con el amor y el apoyo de Brittany.
Con ella, tenía todo el paquete. Una gatita con la que podía disfrutar de un sexo chispeante. Una compañera dulce y cariñosa. Y una amiga inteligente. Una colaboradora intuitiva. No le extrañaba que estuviera enamorada de ella.
Y si Claire demandaba, o si persistían los periódicos sensacionalistas, o si abundaban más rumores, simplemente sabía que Brittany y ella lo superarían, juntas, y todo saldría bien al final porque todavía la tendría. Siempre había pensado que su trabajo era lo único que realmente importaba, algo con lo que no podía dejar de vivir. Pero acababa de hacer espacio para algo más —alguien más— en su vida y, dejando a un lado a Claire Starr y a sus sucias acusaciones, el mundo le parecía completamente perfecto en aquel momento.
—¿Eres feliz? —le preguntó mientras caminaban por el pasillo que llevaba a la habitación, todavía cogidos de la mano.
Ella le sonrió y se mordió el labio.
—Mucho. Feliz y... llena de polvo —dijo entre risas. Ambos estaban cubiertos por una fina capa de arena del desierto.
—Ese es el precio de echar un polvo sobre la tierra —le dijo con una sonrisa, acordándose de cómo se había movido encima de ella, en la terrible postura del misionero (lo que, de repente, le parecía más íntimo que horrible) y cuánto había dado la bienvenida aquella vez a esa intimidad. —A ver qué te parece esto —le preguntó. —Prepararé un buen baño espumoso en el jacuzzi y nos aseguraremos de que, después de todo, tengas un orgasmo.
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Adelanto del próximo capítulo :
—Sí, sí, ya lo sé. Santana está despedida y yo voy a ocupar su lugar. He formado parte del plan desde el principio, ¿recuerdas? Pero aun así...
—No hay peros que valgan, Brittany. Es tarde y estoy cansado, y tengo que lidiar con un circo de medios de comunicación mañana. Así que hablaremos cuando estés de vuelta. Después de que haya despedido a Santana. Buenas noches.
La llamada se terminó. Y Brittany cerró la tapa de su teléfono, todavía mirando las luces de neón que se desplegaban bajo los veintes pisos de abajo.
Y fue entonces cuando se dio cuenta de que el agua había dejado de caer, y se dio la vuelta para encontrar a Santana allí de pie, desnuda detrás de ella.
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Bueno pues aquí les dejo una actualización, saluditos =D =D viene lo que mas "les gusta" a ustedes EL DRAMA
Caritovega****** - Mensajes : 338
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
hola cari,..
joder no podes a verlo dejado ahí,....
después de la buena noche que tuvieron,...
nos vemos!
joder no podes a verlo dejado ahí,....
después de la buena noche que tuvieron,...
nos vemos!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
lo sabia, sabia que esa idiota de brittany no iba a decir nada y ahora santana va a descubrirla, que porqueria!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPÍTULO 42
Santana había desaparecido en el enorme cuarto de baño, y ahora ella pudo escuchar cómo corría el agua de la bañera.—Me estoy desnudando —le gritó. —No me hagas esperar mucho.
Ella le respondió.
—Estaré ahí ahora mismo, cariño, solo quiero comprobar primero mis mensajes —porque en el momento en el que habían entrado en la habitación, Brittany vio que las luces de su teléfono móvil estaban parpadeando. Y aquello la hacía acordarse de... todo.
La horrible mentira, la amenaza que se cernía sobre el trabajo de Santana.
Y ella no estaba exactamente segura de lo que iba a hacer, pero no iba a dejar que nada arruinara todo aquello, lo que las dos tenían. Iba a ocuparse del asunto de alguna manera. Iba a convencer a Schuester de que no importaba lo que hiciera Claire Starr, Santana tenía demasiado valor como para dejarla escapar. Y encontraría la manera de contarle a Santana toda la verdad.
Estaba de pie en la habitación, escuchando cómo se llenaba la bañera y ansiosa por volver con su mujer, así que rápidamente recuperó el mensaje que tenía en el buzón.
—Eh, amiga, soy yo —Quinn. ¡Vaya un alivio! No era Schuester. —Solo llamaba para ver cómo ha ido tu gran semana con Santana López, pero supongo que todavía no estás de vuelta, no sabía exactamente cuándo regresabas a casa. De todas maneras, no puedo esperar a oír todo lo que ha pasado, y espero que me cuentes que has recobrado el sentido y que has matado a polvos a esa tía.
Brittany cerró la tapa del teléfono, se sonrió a sí misma y puso los ojos en blanco. Quinn iba a quedarse asombrada. No es que Brittany fuera a contárselo todo. Algunas cosas eran tan privadas que solo podría compartirlas con Santana. Pero aun así, su amiga iba a sentirse satisfecha al escuchar cómo habían ido las cosas.
—Estoy esperando —gritó Santana juguetonamente desde el cuarto de baño.
—Ya voy —contestó ella, caminando hacia allí, pero entonces el teléfono sonó en su mano. —En un minuto —añadió. —Deja que coja la llamada y estaré ahí en nada, te lo prometo —después abrió el teléfono otra vez y se lo puso en el oído. —¿Sí?
—Hola, Brittany.
Mierda. Esta vez sí era Schuester.
El corazón le latía con fuerza, mientras caminaba a toda prisa por la zona del comedor, entraba en el salón y se dirigía hacia las ventanas que daban a las luces de Las Vegas.
—Hola —dijo, sonando seca.
—Ya sé que es tarde, pero acabo de recibir noticias que pensé que podrían interesarte. Oh, Dios. —¿Cuáles son?
—Claire Starr va a poner una demanda a primera hora mañana por la mañana. Lo que significa que Santana está fuera. Tan pronto como vuelva aquí mañana, voy a pedirle que venga a la oficina y le daré las malas noticias. Así que espero que te hayas puesto al tanto esta semana.
Brittany dejó escapar un suspiro. Realmente esperaba abordar aquella cuestión en la oficina, sin tener lo de Claire Starr dándole la sensación de ser una amenaza definitiva como lo hacía ahora,
pero... bueno, ahora tendría que tomar una estrategia diferente. Dejaría caer el asunto principal del problema —lo de que Santana era algo indispensable— más tarde, pero ahora, solamente hablaría en términos que Schuester pudiera comprender sin que necesitara por ello una discusión más detenida.
—Escucha, he aprendido un montón, pero no lo suficiente todavía. Me parece que sería poco inteligente despedir ahora a Santana. Yo también regreso a casa mañana, así que antes de llamarla, por favor espera a que llegue. Iré directamente a la oficina y hablaremos acerca de esto, ¿de acuerdo?
—No —dijo él. Así de simple.
—¿Cómo?
—Brittany, comprendo tu agitación acerca de que te dejen caer un puesto así tan rápido, pero simplemente no puedo permitir que Santana siga siendo un asociado de Blue Night Records por más tiempo. Van a demandarnos por su culpa. Despedirla es la única manera de dejar bien claro que Blue Night no cierra los ojos cuando se trata de un chantaje sexual. Así que repite conmigo: «Santana está despedida y yo voy a ocupar su lugar».
Brittany dejó escapar un suspiro enfadado.
—Sí, sí, ya lo sé. Santana está despedido y yo voy a ocupar su lugar. He formado parte del plan desde el principio, ¿recuerdas? Pero aun así...
—No hay peros que valgan, Brittany. Es tarde y estoy cansado, y tengo que lidiar con un circo de medios de comunicación mañana. Así que hablaremos cuando estés de vuelta. Después de que haya despedido a Santana. Buenas noches.
La llamada se terminó. Y Brittany cerró la tapa de su teléfono, todavía mirando las luces de neón que se desplegaban bajo los veintes pisos de abajo.
Y fue entonces cuando se dio cuenta de que el agua había dejado de caer, y se dio la vuelta para encontrar a Santana allí de pie, desnuda detrás de ella.
Pero en lugar de concentrarse en su desnudez, su atención fue directamente hacia sus ojos, que le decían que acababa de escuchar el terrible secreto que había estado manteniendo. Su horrenda traición. Porque había sido lo suficientemente estúpida como para hablar de aquello con Schuester, mientras Santana estaba en la habitación de al lado.
—Oh, Dios —dijo ella, el cuerpo le tembló cuando instintivamente caminó hacia Santana. —Santana, esto no ha sido idea mía. Te lo juro —negó con la cabeza. —Y no quería hacer las cosas de esta manera. En absoluto. Tienes que creerme.
—No —le dijo tranquilamente, la ira resplandecía en sus ojos. —No te creo.
Ella sintió de repente que no podía respirar.
—Te lo juro, no quería robarte el trabajo, y tenía planeando, todavía lo tengo, ir a la oficina de Schuester mañana y decirle que despedirte sería un terrible error.
—Cállate, Brittanty —le dijo, con una voz demasiado sosegada; solo sus ojos reflejaban sus emociones—, y lárgate.
Ella tomó una gran bocanada de aire. Aquello no podía estar pasando.
—Santana, por favor. Déjame que te explique. Déjame hacerte entender.
—No puedes —señaló hacia la puerta de su habitación, y su voz se volvió más brusca. —Ahora sal de una puta vez de mi habitación.
A Brittany le dolió físicamente el corazón, también los ojos, cuando las lágrimas empezaron a caerle por las mejillas. Ella tendió la mano para tocarlo, pero él se hizo a un lado con brusquedad.
—Por favor, Santana —le rogó ella. —Por favor. Dame una oportunidad.
—Ya lo he hecho. Y tú la has utilizado para robarme mi jodido trabajo, para mentirme —negó con la cabeza. —Me has engañado, de eso estoy jodidamente segura. Y yo pensaba que eras alguien tan dulce, tan... increíblemente genuina —soltó una carcajada pero carente de alegría, algo que él tomaba probablemente como un gesto de ironía.
Ella tenía las manos tendidas delante, en un gesto impotente, suplicante.
—Todo fue real. Todo lo que pasó entre nosotras. Te lo juro, Santana.
Pero una vez más, ella señaló hacia la puerta.
—No necesito más zorras mentirosas e hipócritas en mi vida, Brittany. Lárgate. Lo digo en serio. No quiero escuchar ni una palabra más de tu embustera boca.
Brittany no sabía qué hacer. Temió que el pecho le estallara. Le dolían los ojos, tenía la nariz mojada por las lágrimas, y las piernas se le habían debilitado. Santana no estaba dispuesta a atender a razones, ni siquiera le daría la oportunidad para explicarle las cosas y que ella lo entendiera.
—¡Ahora! —gritó Santana, haciendo que Brittany se sobresaltara.
Así que, como una perrita asustada con el rabo entre las piernas, corrió a toda prisa hasta el vestíbulo, cogió su bolso de camino y solo se detuvo para mirar atrás cuando alcanzó las puertas dobles.
—Lárgate —le dijo ella una vez más, ahora con un tono de voz bajo y amenazador, como si no pudiera creer que todavía estuviera allí, que todavía tuviera la intención de persistir.
No tuvo otra elección que abrir la puerta y salir de allí, dejando que se cerrara tras ella. Dejar atrás a la mujer que amaba, la mujer que, milagrosamente, también la amaba, hasta que había descubierto su mentira.
Había sido consciente desde el principio de que todo aquello era una mala idea. Pero no podía haber imaginado cuánto podía llegar a perder una vez que todo aquello acabara. Y sintió como si acabara de perderlo... todo.
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tarde o temprano la verdad sale a la luz, era mejor que se enterara Santana por la misma Brittany cara a cara Y no de esta manera .. ahora que creen que pasara ?
Caritovega****** - Mensajes : 338
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
bien, ahora brittany a hacerte cargo de las consecuencias de tus actos!!!! traidora mentirosa!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
hola,..
eso se llama causa y efecto,...
a ver que hace, va si hace algo para arreglar las cosas,..
aunque la confianza es difícil de recuperar a veces,..
nos vemos!!
eso se llama causa y efecto,...
a ver que hace, va si hace algo para arreglar las cosas,..
aunque la confianza es difícil de recuperar a veces,..
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPITULO 43
Brittany estaba agotada. Apenas había dormido en días. Quizás en semanas. Había regresado de Las Vegas destrozada física y mentalmente, y desde las dos semanas que habían precedido a aquel momento el descanso había sido casi inexistente.
Se sentó en la mesa de su despacho con la cabeza entre las manos. Su nueva mesa de despacho, en las oficinas de Blue Night, colocada en una diminuta esquina. Había decidido seguir trabajando desde la oficina, a pesar del hecho de que Santana la había estado haciendo desde casa, porque comúnmente se pasaba la mitad del día encargándose de las cosas que la nueva secretaria de Schuester todavía no sabía hacer y que —Brittany temía— no llegara quizás a saber hacer nunca.
Justo en aquel momento, la chica nueva, Collete, aparecía por la esquina.
—Brittany, la fotocopiadora está otra vez atascada. Y el reportero del que te hablé antes ha llamado otra vez preguntando por Schuester, y no estoy segura de que me crea cuando le digo que no está aquí en este momento.
Brittany se limitó a suspirar. Después arregló la fotocopiadora. Y le explicó a Collete que simplemente siguiera mintiéndole al reportero, explicándole que «no importa si te cree o no». Por supuesto, ella nunca había tenido que mentir diciendo que Schuester no estaba en la oficina, todo aquello había empezado solo hacía dos semanas, desde que había saltado la noticia del despido de Santana. Pero a diferencia de ella, no pensaba que a Collete le importara mucho mentir, lo único era que no se le daba muy bien hacerlo.
Cuando regresó a su propia mesa, Brittany contempló cómo ocuparse del resto del día, sin contar con las futuras interrupciones de Collete. Rápidamente supo que tener un trabajo tan poco organizado hacía fácil aplazar las cosas menos deseables.
Como volver a llamar al nuevo manager de los Blush. Supuso que había sido muy inteligente de su parte contratar a uno, pero ¿por qué tenían que ir y elegir a un tirador tan fuerte como Tommy Max, el chico más duro de todos Los Ángeles? Había sido un incordio para ella durante toda la semana, reclamando cosas que ella ni siquiera sabía cómo solucionar.
También tenía un mensaje en su mesa de Malcolm Barstow, que había heredado de Santana y que no se alegraba en absoluto de que ella ya no estuviera allí. Amenazaba con irse una vez que le cumpliera el contrato y ella no tenía ni idea de cómo convencerla para que no lo hiciera, especialmente ahora que era lo suficientemente grande como para irse con una discográfica más importante si quería.
Una vez había pensado que ser representante de A&R le daría la sensación de ser importante, de sentirse segura. ¡Ya! Todo lo que le había dado aquello eran dolores de cabeza. Y además, un corazón roto.
Era extraño, solo había estado con Santana una semana, pero no podía acostumbrarse a dormir sin ella otra vez. La cama le había parecido muy solitaria cuando su matrimonio con Sam se había roto, pero aquello era diferente. Era más una necesidad profunda, más que un sencillo sentimiento de soledad.
No había visto ni había oído hablar de Santana desde la noche en la que, cubierta de lágrimas, había abandonado su habitación. Y odiaba —simplemente odiaba— saber que ella pensaba que era un tipo tan desagradable de persona. El tipo de persona conspiradora y manipuladora. Aunque el negocio del espectáculo estaba lleno de aquellas personas, así que bajo las circunstancias, no podía culparlo de ello.
Solamente deseaba... bueno, no estaba segura de qué era exactamente lo que deseaba.
Si no hubiera aceptado los planes de Schuester desde el principio, nunca hubiera llegado a conocer a Santana. Y si hubiera sido honesta con ella en algún momento durante la semana que habían pasado juntas, las cosas hubieran sido completamente diferentes. Santana no se hubiera enamorado de ella, de eso estaba segura.
Solamente deseaba... estar en la Ciudad del Pecado, con Santana, aprendiendo más cosas acerca de las nuevas formas de pecar.
Cuando alguien apareció por la esquina de su mesa, ella esperó ver a Collete, pero en lugar de eso encontró a Quinn cuando levantó la cabeza, con un imponente traje de color coral.
—Eh —le dijo su amiga. —¿Cómo lo llevas?
Quinn, por supuesto, estaba al tanto de todo lo que había pasado. Bueno, no sabía lo que había sucedido en el Rendezvous ni en el Caligula's, pero sabía lo del sexo y el amor, y la angustia. Sabía que a Brittany la había destrozado que hubieran despedido a Santana y que tuviera que ver las noticias del pleito de Claire Starr en cada uno de los encabezamientos de noticias sobre el espectáculo. Y sabía que a Brittany le estaba costando mucho adaptarse a su nuevo puesto de representante de A&R.
Brittany se limitó a encogerse de hombros.
—Bueno, de aquella manera —pero entonces, lo reconsideró. —Aunque me da miedo hablar con Malcolm Barstow y con Tommy Max, así que no puedo reunir lo necesario como para devolverles las llamadas. Puede que quizás una respuesta más adecuada sea... fatal. Me va fatal.
Quinn hizo una mueca de dolor.
—Lo siento. Y quizás este no sea el mejor momento para decírtelo, pero... acabo de recibir un comunicado de prensa que dice que Santana va a lanzar su nueva discográfica.
Ella se sentó erguida, estaba sorprendida.
—Estás de coña.
Quinn negó con su cabeza hermosa y rubia.
—Ha encontrado unos cuantos inversores que creen en ella, y está de vuelta en el negocio. Va a llamar a la discográfica Inspiración.
—Oh, ¡eso es genial! —dijo Brittany. La música era la vida de Santana y ella se sintió feliz de saber que estaba labrándose un nuevo lugar para él en la industria con tanta rapidez.
—¿Genial? —Quinn parecía horrorizada. —No, no es genial. Es horrible. No necesitamos ese tipo de competición ahora mismo —Quinn siseaba ligeramente, y adoptó una expresión de disculpa.
—No te ofendas, pero...
Brittany asintió desapasionada.
—Pero no sé lo que estoy haciendo. Estoy de acuerdo contigo. Así que probablemente tengas razón. Estas son terribles noticias para Blue Night. Aun así... me alegro por Santana. No se merecía nada de lo que le ocurrió.
—Oh, aquí tienes tu correo —Quinn dejó caer un puñado de cartas en el buzón que había en una esquina de la oficina de Brittany. —Collete vio que me dirigía hasta aquí y me pidió que te lo trajera. Vaya una vaga. Me preocupa, Brittany. No creo que esté avanzando mucho.
Brittany suspiró.
—Sí, lo sé. Todo el lugar está desmoronándose a nuestro alrededor.
—Y yo tengo que ocuparme de la pesadilla de las relaciones públicas. Yupi por mí —Quinn señaló hacia atrás por encima del hombro. —Así que será mejor que vuelva. Pero... hablando de Santana, ¿cómo te va en ese aspecto? Espero que por ahora estés olvidándote un poco de ella.
Otro largo suspiro salió de ella, el que supuso que respondería perfectamente bien a la pregunta de Quinn. Aparte de todo lo demás, el recuerdo de ella —de ellas, juntas— la hizo sentir como si le estuvieran aplastándole el pecho.
—Oh, cariño —dijo Quinn, y tendió el brazo para apretujarle la mano. —¿Quieres que nos emborrachemos después del trabajo?
Nunca en la vida había salido Brittany a propósito para emborracharse y utilizarlo como una manera de escapar de los problemas o el dolor. Simplemente no era propio de ella. Así que, aunque le pareció muy tentadora la idea, le dijo:
—Gracias de todas maneras, pero voy a intentar enfrentarme a ello sobria.
Después de que Quinn se fuera, Brittany cogió el nuevo paquete de correo, y se quedó boquiabierta cuando vio el remitente de la primera carta. ¡Venía de la alucinante Mansión de Playboy! Al abrir el caro papel, encontró una invitación a una de las fiestas de pijama más famosas del lugar. Oh, Dios.
Era su peor pesadilla volviéndose realidad. Exactamente el tipo cosa que había temido. Porque tenía que ir. Porque necesitaba conocer a más gente, encontrarse con otros de la industria del espectáculo y del ambiente de fiesta de Los Ángeles.
Pero no podía.
No solo por las razones que había esperado, no solo porque le horrorizara la idea, o se sintiera insegura o avergonzada. Simplemente no quería ir a ningún lugar con aquel tipo de aura sexual sin que Santana estuviera cerca de ella.
Y... ¿qué pasaba si Santana estaba allí? ¿Con otra mujer? ¿O con más de una? No pensaba que pudiera soportar algo así. Todavía tenía sus heridas muy recientes.
Oh, ¿a quién estaba engañando? No estaba segura de que alguna vez pudiera ser capaz de aceptar algo así.
«Así que no puedes devolverle las llamadas a tus artistas.
Y estás rechazando conscientemente oportunidades de establecimiento de contacto con la gente más reputada del negocio.
Sí, estás haciendo un trabajo realmente excelente, Brittany». Justo entonces, sonó el teléfono de su mesa y ella lo cogió, deseando que no fuera ni Tommy Max ni Malcolm. —Brittany Pierce.
—Eh, sí, hola. Soy Austin. Austin Colé. Nos vimos hace unas cuantas semanas.
¡Oh, vaya! Cuando el despido de Santana había llegado a antena, Collete había recibido un mensaje de la madre de Austin cancelando su reunión. Brittany se había sentido profundamente decepcionada, y supuso que ellos habían decidido irse con otra discográfica, pero habían pasado tantas cosas, que no había insistido más en ellos.
—Sí, por supuesto. Hola, Austin. Me alegra tener noticias tuyas. Espero que pronto pueda volver a encontrarme con tu madre y contigo.
—Por eso te llamo —dijo el chico. —Está presionándome para que me vaya con los tipos de la otra discográfica. Pero eso se debe principalmente a que Santana fue despedida y todo eso. Así que... supongo que estoy algo confuso. En realidad, no quiero abandonar Blue Night hasta que no hayamos hablado algo más.
—Como te dije en una ocasión, me encanta hablar más. Y puedo entender perfectamente las preocupaciones de tu madre, pero... —suspiró, no estaba segura de cómo de sincera tenía que ser, aunque dado que la sinceridad era su inclinación natural, decidió seguir adelante. Solo Dios sabía que las mentiras no la habían llevado muy lejos. —Para que quede entre y tú yo, Austin. Puedo asegurarte que Santana es inocente de todo lo que lo acusan, solo está pasando un mal momento. Así que, por favor, te pido que no bases tu decisión en lo que escuches en los medios de comunicación.
Al otro lado del teléfono, Austin volvía a suspirar, y ella pudo sentir su confusión. Dios, no era más que un adolescente, ni siquiera había salido todavía del instituto. ¿Cómo se supone que iba a saber qué hacer, cómo escoger la elección correcta? Y puede que toda su carrera dependiera de esa decisión.
El corazón le aporreó con fuerza contra el pecho cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer, pero no pudo controlarse. Porque era lo correcto. Era la cosa más correcta que había hecho desde hacía un par de semanas.
—Austin, ¿puedo darte un consejo, un consejo de corazón, que quede solo entre tú y yo?
—Sí, claro.
—Santana acaba de crear una nueva discográfica, se llama Inspiración. Y a pesar de todo lo que le ha sucedido, es un buena mujer, y desde mi punto de vista, la mejor a lo que música se refiere. Si yo fuera tú, me iría con ella.
Cuando colgó el teléfono unos quince minutos más tarde, se dejó caer sobre la mesa y descansó allí la cabeza. Acababa de dejar escapar la oportunidad de crear algo importante para Blue Night, su oportunidad para dejar su marca en la industria.
Mierda.
Pero todavía sabía que había hecho lo correcto. Por muchas razones.
Así que en lugar de machacarse por ello, solamente rezó para que Schuester nunca se enterara de lo que acababa de hacer, después volvió a coger el teléfono y marcó la extensión de Quinn.
—Quinn fabray, Relaciones Públicas de Blue Night Records. —He cambiado de opinión. Son casi las cinco. Vayamos a emborracharnos.
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bueno aquí les dejo una actualización, buenas noches =D aquellas hermosas personas que me leen a alguna o alguno les gusta la banda fifth harmony o shippea Camren ?
Caritovega****** - Mensajes : 338
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
holap,...
britt cediendo sus "conquistas" musicales en las vegas a san,..
a ver como le va a britt de ahora en adelante,.. mas con lo que hace!!!
nos vemos!!!
britt cediendo sus "conquistas" musicales en las vegas a san,..
a ver como le va a britt de ahora en adelante,.. mas con lo que hace!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Edad : 33
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPÍTULO 44
—Gracias, señora Colé. Y Austin, te veo la semana que viene, tan pronto como acaben las clases. Vamos a tener que empollar un montón de cosas en un periodo muy corto de tiempo, así que prepárate.Santana sonrió mientras dirigía a Austin Colé y a su madre hacia la puerta de su apartamento, que en la actualidad era su lugar de trabajo hasta que se trasladara a la oficina que acababa de adquirir.
Austin levantó la mano, en un ademán grande y le dijo:
—No te preocupes, Señorita lópez. Estaré muy preparado.
—Cuento con ello, y me alegro de que esto vaya a funcionar. Creo que va a ser un gran paso para todos nosotros.
Cerró las puertas detrás de ellos, y se sintió más enérgica de lo que había estado en mucho tiempo. Austin acababa de firmar un contrato haciendo de sí mismo el primer artista de Inspiración. No podía haber imaginado un comienzo más prometedor para la compañía, y sabía que sus inversores estarían muy contentos.
Por supuesto, ahora que sus visitantes se habían marchado, se encontró a sí misma meditando sobre la conversación que había mantenido antes con el chico.
—¿Cómo has oído hablar de la nueva discográfica? —le había preguntado.
Solo había sentido curiosidad, y quería hablar de algo menos serio antes, así que le sorprendió que Austin se hubiera encogido ligeramente y le hubiera contestado:
—Eh... es una especie de secreto.
Santana había levantado la cabeza para mirarlo.
—¿Un secreto? ¿A qué te refieres?
El chico había parecido algo nervioso, después le contestó:
—La persona que me lo dijo me aconsejó que la mejor decisión sería venir a trabajar contigo, pero ella, eh... trabaja para el Blue —se detuvo repentinamente entonces, y corrigió sus palabras—, para otra discográfica.
Desde luego, solo había habido una persona en la que había pensado ella, pero no podía imaginar que ella quisiera renunciar a Austin.
—¿No habrá sido Brittany?
Los rasgos del chico se endurecieron, e incluso cuando le dijo:
—Será mejor que no diga nada —Santana supo la respuesta. Simplemente no sabía la razón por la cual Brittany había hecho una cosa así.
Quizás era su manera de disculparse con ella, y si era ese el caso, ella iba a aceptar las disculpas, pero no iba a cambiar nada de sus sentimientos por ella. Había hablado en serio cuando se lo había dicho aquella noche. No necesitaba otra persona mentirosa en su vida. Y darse cuenta de que Brittany, de todas las demás personas, entraba dentro de aquella categoría... joder, no podía negar que se había sentido jodidamente destrozada.
Lo peor de todo era que quizás ese fuera el primer día durante semanas que no la había tenido en su cabeza las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Había estado tan concentrada en conseguir que Austin firmara el contrato que ese día no había habido lugar en su mente para otra cosa. Hasta que apareció su nombre.
Y entonces, durante unos pocos minutos, había vuelto a Las Vegas... dentro de ella.
Pero ya era hora de que retomara su concentración en el negocio día y noche. Dado que estaba metida en problemas para conseguir que Inspiración despegara del suelo, solo Dios sabía que tenía más que suficiente como para ocupar la mente. Por suerte, unos cuantos clientes de su anterior trabajo en Blue Night iban a renovar su contrato en los próximos meses, así que había hecho unas cuantas llamadas telefónicas y se sintió confiado al saber que algunos de ellos iban a irse a Inspiración e iban a permitirle enderezar sus carreras en la dirección correcta. Así que las cosas habían estado saliendo bien. Pero también tenía que preocuparse del traslado a la oficina, y tenía personal al que contratar, y planeaba tener también mucho trabajo para enseñar a Austin y quizás a otros nuevos artistas.
Y desde luego, estaba el pleito al que tenía que enfrentarse. Claire había puesto dos demandas, una contra Blue Night y otra distinta contra ella. Santana intentaba quitarse aquello de la cabeza tanto como le era posible, dejaba que su abogado se ocupara de casi todo, y tener una nueva discográfica que dirigir era una gran distracción.
Así que simplemente no tenía tiempo que malgastar pensando en Brittany. Incluso si le había ayudado sin saberlo a ponerle el nombre a su discográfica. Le había dicho una vez que ella la inspiraba, y lo había dicho en serio. La hizo sentir cosas que no había sentido en la vida, lo llevó a alturas emocionales —y a bajones también— que lo obligaron a examinar quién era y qué era lo que quería en la vida. No estaba segura de si en aquel momento tenía todo lo que quería, pero tenía una compañía prometedora que construir, y le gustara la idea o no, había sido ella quien lo inspiró, sexualmente, emocionalmente, e incluso profesionalmente, ya que había perdido su trabajo por su culpa.
Parte de ella la odiaba. Nunca antes se había sentido tan engañado, como si fuera una estúpida crédula.
Aunque parte de ella seguía recordando todos los momentos que habían pasado juntas. Aquellos que eran realmente sucios. Y los que habían sido verdaderamente dulces. Y todo lo que quedaba entre las dos cosas también.
Mierda, incluso en aquel momento, todavía le resultaba difícil creer que lo hubiera engañado. Había estado completamente cegada, simplemente no lo había visto venir.
Pero en lo que a Santana respectaba, había sido una lección dura aprendida. La confianza era un bien de mucho valor, y no se la daría a nadie con tanta facilidad en el futuro, incluso a alguien que le pareciera tan completamente inocente como le pareció Brittany. Mierda, había pensado que había aprendido la lección después de lo que pasó con Claire Starr. Pero Brittany era una criatura completamente diferente. Un lobo con piel de cordero.
Había estado reflexionando sobre algunas de las palabras que le había dicho, su promesa de que todo lo que había pasado entre ellas había sido real. Santana no sabía qué creer, simplemente eligió no creerse... nada.
Tenía una compañía que sacar adelante y acababa de firmar un contrato con Austin Colé, así que aquello era un comienzo increíble. Desde ese momento en adelante, volvía a la música y al sexo. No necesitaba nada más que eso, y corrigiendo sus pensamientos de antes, decidió que no quería nada más en su vida.
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Bueno pues aquí les dejo un cap espero lo disfruten!
Caritovega****** - Mensajes : 338
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
es triste que santana no se permitiese conversar con brittany aunque tiene todo el derecho a pensar mal de ella, no se como va a arreglarse esto, no veo la manera, hasta luego!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
hola,..
britt necesita el derecho a la duda,..
espero que se encuentren,..
nos vemos!!!
britt necesita el derecho a la duda,..
espero que se encuentren,..
nos vemos!!!
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Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPÍTULO 45
Era la tercera vez en una semana que Schuester había llamado a Brittany a su despacho, y ella sabía que estaba metida en problemas, solo por el sonido de su voz al teléfono. ¿Qué había pasado ahora? ¿Se habría quejado Malcolm a él directamente? ¿Habría escuchado las cintas de la primera grabación de los Blush? No había ido tan bien como se esperaba, porque el productor seguía pidiéndole una contribución como había hecho Santana en el pasado, y ella simplemente no tenía la experiencia suficiente como para ayudar.Abrió la puerta cerrada del despacho con mucho cuidado, echaba de menos los días en los que su jefe pensaba que hacía bien su trabajo.
—¿Qué pasa ahora? —le preguntó.
Schuester se levantó, prácticamente echando humo por las orejas. Oh, vaya, fuera lo fuera lo que iba a decirle, era malo. Muy malo.
—Acabo de escuchar lo que espero que solo sea un desagradable rumor.
Dios, ella esperaba que así fuera también.
—¿Qué?
—El rumor que corre es que Inspiración acaba de contratar a un nuevo chico prometedor que se llama Austin Colé. El chico que Santana y tú visteis en Las Vegas. Y lo que se dice es que has sido tú quien le envió el niño a ella, diciendo que se encargaría mejor de él de lo que nosotros podíamos hacer.
Sus opciones eran bien simples: mentir, o contar la verdad.
Y pensaba que ya había mentido lo suficiente.
—No es un rumor. Lo hice.
Schuester golpeó un libro que había sobre la mesa de su despacho, y los papeles de alrededor salieron volando.
—¿En qué cono estabas pensando?
Ella levantó el tono de su voz, igual de enfadada que lo estaba Jenkins.
—¡En que Santana hará un trabajo mejor del que yo puedo hacer! ¡Porque me han empujado a un trabajo para el que no estoy cualificada porque no tengo experiencia suficiente! Y porque Austin Colé tiene uno de los mejores sonidos que he oído nunca y, francamente, pensé que se merecía más de lo que yo podía ofrecerle. No quería arruinar su carrera, así que lo envié a Santana.
Schuester se levantaba delante de ella, con la cara roja de rabia, negando con la cabeza.
—Joder, Brittany...
Ella odiaba aquello. Se estaba volviendo cada vez peor. Se suponía que aquel era un trabajo de ensueño, pero era una mierda. Nunca se había sentido tan miserable en un puesto de trabajo.
Justo entonces, Collete asomó la cabeza por la puerta entreabierta.
—Eh, Brittany, cuando tengas un momento, la fotocopiadora se ha quedado atascada otra vez.
—Que le jodan a la fotocopiadora —dijo bruscamente, haciendo que Collete diera un salto y desapareciera después por la puerta.
Tras lo cual, dio media vuelta y miró a Schuester.
—Y que te jodan a ti también. Ya no puedo soportar esto. Soy una mujer inteligente, simpática y profesional, y me merezco algo mejor que esto. Dimito.
***************************************************************
bueno esta es la actualización de hoy, debo decir que solo quedan 2 caps para que termine la historia, que creen ustedes Santana perdonara a Brittany, podrán retomar su relación ?
Caritovega****** - Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 13/05/2015
Edad : 26
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
holap,...
párese que el chico siguió bien el consejo de britt,...
al fin britt declino y se libero de todo!!
ya termina,..
nos vemos!!!
párese que el chico siguió bien el consejo de britt,...
al fin britt declino y se libero de todo!!
ya termina,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Edad : 33
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
por fin brittany hizo lo que debia desde que supo que estaba enamorada de santana!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPITULO 46
REGRESO AL PECADO
Si no hubiera pecado, qué haría falta para que me perdonaras?
Mi destino te ha dado la oportunidad de tener piedad.
Ovidio
Si no hubiera pecado, qué haría falta para que me perdonaras?
Mi destino te ha dado la oportunidad de tener piedad.
Ovidio
**************************************************
¡Oh, Dios, había dimitido! ¡Realmente lo había hecho!
Habían pasado tres días, pero cada vez que se acordaba de ello, las noticias le parecían completamente nuevas, e igual de horribles. Tenía muy poco dinero ahorrado —podría pagar el alquiler de aquel mes y del siguiente, y el plazo del coche—, pero necesitaba otro trabajo, y lo necesitaba rápido.
Ahora, estaba sentada en un parque no muy lejos de las oficinas de Blue Night. Quinn había ido a comprar unos bocadillos y se encontraría allí con ella para comer. Mientras esperaba, abría con precaución su antiguo libro, No necesitas un hombre o una mujer para ser feliz.
Porque ya era hora de que se convenciera de aquello, de una vez por todas. Santana, por supuesto, había hecho mella en aquella creencia, pero al mismo tiempo, después de Santana, no podía imaginar que fuera a encontrar a otra mujer que la hiciera realmente feliz. La había llevado a lugares en los que no había estado antes, y a los que probablemente no iría nunca sin ella, y cualquier otro tipo normal no podía simplemente compararse a aquello.
Estudió la zona alrededor del banco en el que se sentaba y se dio cuenta de que estaba sola, así que le pareció seguro empezar con sus afirmaciones.
—No necesito un hombre. No necesito una mujer. No necesito un hombre.
—Oh, por el amor de Dios, otra vez no.
Miró hacia arriba y encontró a Quinn. Ese día llevaba un espectacular traje de color fucsia oscuro que solo ella podía llevar y parecer atractiva. Le pasó a Brittany un gran envase de polietileno, lo que ella supuso que era su comida.
—Bueno, voy a decirte lo que necesitas —dijo Quinn, mientras tomaba asiento a su lado, con su propio envase blanco apoyado en el regazo. —Necesitas unas vacaciones.
Brittany simplemente suspiró.
—Acabo de tomarme unas. ¿Recuerdas? ¿La Ciudad del Pecado? ¿Montón de sexo? ¿Corazón roto? ¿No te suena todo eso?
Quinn se encogió de hombros.
—Eso era trabajo. Bueno, algo así.
—Ya que lo mencionas, todo aquello fue pagado por Blue Night. Y las chicas que no tienen trabajo no pueden permitirse unas vacaciones.
—Quizás no, pero estás cagada de miedo, y lo único que pretendo es que no lo estés. Y si me pides mi opinión, necesitas otra copa de lo mismo para que se te vaya la resaca.
Brittany se limitó a parpadear.
¿Qué?
—Vayamos a Las Vegas. Solo a pasar el fin de semana. Yo conduzco e incluso pagaré la habitación.
—¿Las Vegas? ¿Quieres que vaya a Las Vegas? ¿Después de todo lo que ocurrió allí? ¿Estás loca?
—A eso me refería cuando te decía que necesitas otra copa de lo mismo para que se te vaya la resaca. Necesitas volver a Las Vegas, pasar un buen rato, y dejar de asociar ese lugar con ella. Si no, ese sitio estará arruinado para ti toda la vida, y Las Vegas es un lugar demasiado divertido y está demasiado cerca como para que lo borres de tu lista de destino de escapada de fin de semana.
Brittany negó con la cabeza.
—No.
—Insisto.
—La última vez que insististe en que hiciera algo, acabé con el corazón destrozado.
Quinn puso los ojos en blanco.
—Te dije que te la follaras, no que te enamoraras de ella. Hay una gran diferencia, amiga —abrió la caja de su bocadillo y la lata de soda que había dentro con la comida. —Ahora no voy a aceptar un no por respuesta. Nos vamos a Las Vegas a pasar un fin de semana de chicas. Te recogeré el viernes a las cinco y media.
***************************************************************
Bueno mis queridas lectoras solo queda un capitulo, espero disfruten de este! Ya mañana realizo la ultima actuañización.. besos y gracias por leer, comentar y votar!
Caritovega****** - Mensajes : 338
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Edad : 26
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
holap,...
volviendo a punto cero de nuevo???
no es nada maño volver a disfrutar o recordar lo vivido en las vegas,..
nos vemos!!
volviendo a punto cero de nuevo???
no es nada maño volver a disfrutar o recordar lo vivido en las vegas,..
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
CAPÍTULO 47 FINAL
—¿Cómo van las cosas por la oficina? —le preguntó Brittany a Quinn mientras conducían por el desierto de Mojave.
Quinn soltó una carcajada ligeramente histérica.
—Está patas arriba. Confía en mí, esta escapada no ha sido solo por ti. Yo también lo necesitaba... y mucho.
Discutieron durante bastante tiempo acerca de los varios desastres que estaban sucediendo en Blue Night, pero ambas llegaron a la conclusión de que era deprimente y entonces, encendieron la radio, de la cual salió el último éxito de Malcolm Barstow, lo que hizo que las dos esbozaran una sonrisa. Después Brittany la apagó, y miró el paisaje, plano y de color marrón.
—¿Te conté que Santana y yo follamos en el desierto?
Quinn la miró con una sonrisa astuta.
—No, no me lo dijiste. Y cariño, tengo que decirte que esa mujer te vino que ni pintado. Incluso si solo estuviste con ella una semana.
Brittany le lanzó una mirada irónica.
—¿Por qué? ¿Porque puedo decir la palabra «follar» sin inmutarme?
Quinn tenía una expresión más satisfecha cuando desvió otra vez la mirada del parabrisas.
—Bueno, por eso también, pero principalmente... porque ahora eres una persona mucho más segura. Eres más extrovertida, no dejas que la gente te intimide, y no te vistes ya como si fueras una sargenta.
Brittany nunca había pensado realmente en aquellas cosas —apenas había tenido tiempo, ya que todo lo demás le había estado atormentando— pero quizás Quinn tuviera razón.
—Supongo que quizás... me siento mejor. Definitivamente siento que mi divorcio ha quedado muy detrás de mí, como si me hubiera pasado en otra vida. Y... he sido lo suficientemente valiente como para dimitir de un trabajo supuestamente de ensueño, ¿verdad?
—Creo que ella simplemente... te ha mostrado partes de ti que ni siquiera habías visto antes.
—Puedes estar segura de eso —le contestó, claramente acordándose del sexo, y ambas estallaron a carcajadas.
Todavía pensaba que el fin de semana de chicas en Las Vegas era generalmente una mala idea, pero por Quinn, decidió intentarlo y pasárselo bien, o al menos fingir que así era.
Quinn solía conducir como una maniaca cuando estaba en carretera abierta, así que llegaron a Las Vegas Strip justo después de las diez en punto, lo que a Brittany le hizo rememorar recientes recuerdos. El corazón le latió con fuerza solo al ver los hoteles en los que Santana y ella habían recorrido juntas, las calles por las que habían caminado y la Torre Eiffel, por supuesto.
Pero casi se muere cuando Quinn tomó el desvío que llevaba al hotel Venecia.
—¿Qué estamos haciendo aquí? —preguntó ella.
—Eh... dormir. Quizás comer algo. Y posiblemente salir de fiesta, he oído que hay discotecas geniales aquí.
Brittany le dedicó a su amiga una mirada dudosa.
—Este es el hotel en el que Santana y yo nos alojamos.
Quinn parpadeó.
—Oh. Supongo que lo mencionaste en algún momento, debo haberlo olvidado. Pero eh —se encogió de hombros y sonrió con suavidad—, tomar otra copa de lo mismo para la resaca, ¿recuerdas? Y es un hotel precioso. Y conseguí un precio genial por la habitación, así que no vamos a otra parte.
A Brittany no le gustó la idea, pero supuso que no la mataría quedarse allí. Incluso aunque a cada lugar que mirara se acordara de otra cosa nueva. Intentó no pensar en aquello cuando se registraron y se dirigieron al familiar ascensor en el que Santana había frotado una vez su dura verga contra su trasero. También intentó no pensar en aquello mientras llevaban las maletas a una habitación que se parecía mucho a la que Brittany había ocupado, incluso aunque no hubiera pasado mucho tiempo en ella.
—Entonces —dijo Quinn—, ¿estás preparada para ir a la ciudad?
Brittany simplemente parpadeó.
—Es tarde. ¿No estás cansada?
—De ninguna manera, la noche es joven. Y Las Vegas nunca duerme. Estoy preparada para ir a bailar, o quizás para jugar a algo. ¿Nunca te he dicho la suerte que tengo con los dados?
—Eh, no. Pero aunque tú no estés cansada, quizás yo
lo esté.
Quinn bajó la barbilla y puso los puños sobre las caderas.
—Oh, no lo estás. Vas a salir conmigo sí o sí. Estoy segura de que estuviste hasta las tantas cada una de las noches que pasaste en la Ciudad del Pecado, así que de ninguna manera vas a ponerte el pijama e irte a dormir —Quinn la cogió de la muñeca, y le dijo: —Vamos.
Y antes de que ella supiera lo que había pasado, estaban otra vez en el ascensor.
Debido que era la hora de mayor afluencia, estaba abarrotado de gente, personas que iban y venían de las numerosas plantas, y Brittany no prestó mucha atención hasta que Quinn la cogió del brazo de nuevo y tiró de ella hacia un tranquilo vestíbulo.
—¿Dónde estamos? —preguntó.
—Es una de las plantas bajas. Creo que hay una discoteca al doblar esa esquina.
—No me apetece escuchar música —dijo Brittany, pero aun así siguió a Quinn, pensando que aquella zona le resultaba vagamente familiar y finalmente la reconoció cuando salieron por un par de puertas dobles que llevaban a la lujosa zona de la piscina. —Oh, esto lleva a la piscina. Estamos en el lugar equivocado —le informó a su amiga.
Pero Quinn seguía tirando de ella hacia delante.
—Bueno, mientras estemos aquí, también puedo echar un vistazo, elegir mi sitio para mañana, ya que quiero pasar por lo menos la mitad del día mejorando el bronceado.
Brittany la siguió en silencio, sin desear especialmente volver a visitar aquella piscina, aunque se esforzó por ser tolerante. «Otra copa de lo mismo, otra copa de lo mismo. No necesito una mujer, no necesito un hombre».
La zona estaba sumida en la oscuridad, pero las luces de neón de la ciudad de alrededor iluminaban el sitio lo suficiente como para hacer que ella distinguiera las columnas y los arcos, los árboles podados, y las tentadoras camas que había en varios puntos al borde de la piscina.
Fue entonces cuando vio...
¿No había alguien tumbado en una de aquellas camas?
Ella miró con los ojos entrecerrados, suponiendo que estaba viendo cosas en la oscuridad, pero entonces se quedó helada en el sitio.
Oh, Dios, era Santana.
Vestida con sus pantalones vaqueros y su camiseta, estirado a lo largo de la elaborada cama que había al borde de la piscina, con la cabeza apoyada en el puño. La cruz de su abuela brillaba con la luz de la luna. Y sus ojos resplandecían también, más sexys que nunca.
Santana la miró a los ojos, con una expresión completamente seductora, y curvó un dedo hacia ella, haciéndole gestos para que se acercara.
Estaba conmocionada, no podía procesar lo que estaba sucediendo, así que miró a Quinn para que le echara una mano.
—Ve —le dijo Quinn, dándole un ligero empujón hacia delante.
Brittany miró por encima del hombro, una vez más, a su amiga.
—Pero...
—Estaré abajo, en las mesas de los dados si me necesitas, pero no creo que sea el caso —terminó con una sonrisa, después se dio la vuelta y se alejó, y Brittany se dio cuenta en aquel momento de la amiga tan realmente maravillosa e inestimable que era.
Después giró para mirar a Santana.
No podía creer que ella estuviera allí realmente.
—Túmbate conmigo, Brittany.
Con precaución, ella se acercó a la cama que la había hecho fantasear la primera vez que la había visto. Lentamente se subió a ella, y se reclinó al lado de Santana.
—¿Significa esto... que ya no me odias?
—Nunca te he odiado —le dijo. —No realmente. Solo estaba... enfadada. Me sentí traicionada.
—Por supuesto, lo entiendo. Pero... ¿ya no te sientes enfadada tampoco?
—Llamé a Quinn y quedamos para tomar café, hablamos durante un rato, acerca de ti. Me convenció de que la persona de la que yo me había enamorado era la verdadera tú y no la que me mintió.
—Eso es verdad —dijo ella, y se inclinó hacia Santana. —Odio las mentiras. No quería mentir. Pero sentí que mi trabajo estaba en juego si no lo hacía —miró hacia abajo. —Claro que al final he acabado sin él de todas maneras, pero esa es otra historia.
—Ven a trabajar conmigo —le dijo—, en Inspiración. Ella dejó escapar un suspiro.
—Es una oferta generosa, Santana, pero... he llegado a la conclusión de que no estoy hecha para ser una representante de A&R.
—Sí—dijo ella. —Quinn me contó también esa parte de la historia. Pero no te estoy ofreciendo un puesto de representante de A&R. Quiero que dirijas la oficina. Necesito gente buena, y supongo que tú eres el comienzo perfecto. Aunque también recibiré con gusto tu contribución a la música, nena; eres buena con eso, te lo prometo. También le he ofrecido a Quinn un puesto de relaciones públicas, y creo que va a aceptarlo.
Ella se irguió un poco.
—¿En serio? —ella se veía completamente capaz de dirigir una oficina. Y trabajar allí junto con su mejor amiga y su... bueno, empezaba a pensar que era su amante, pero no estaba segura de en qué punto estaban en aquel momento. —Yo... me encantaría tener la oportunidad de hacer eso, Santana, pero... ¿crees que es una buena idea que tú y yo trabajemos juntas?
—En realidad, sí. En un principio, nos las arreglamos para mezclar el trabajo con el juego bastante bien, ¿verdad?
—¿Va a haber... eh, juego?
Entonces, Santana adoptó una expresión terriblemente seria, y se inclinó para cubrirle la mejilla. Y que la acariciara, después de todo aquel tiempo... oh, Dios, la sensación la invadió por completo.
—Brittany, ambas cometimos un terrible error. El tuyo fue que me mentiste. Pero el mío fue no darte una oportunidad para explicarte. Yo... nunca antes había abierto tanto mi corazón a ninguna mujer, no desde que era una adolescente, así que pensar que me habías utilizado para conseguir un trabajo me dolió en el alma. No me lo tomé muy bien, simplemente di el asunto por zanjado. Pero quiero empezar de nuevo. O para ser más precisos, quiero que lo retomemos desde donde lo dejamos. Como te dije aquella noche en el desierto, no puedo hacerte muchas promesas. Pero sé que te deseo. Sé que me he sentido condenadamente sola sin ti. Sé que por primera vez en mi vida, necesito más para estar satisfecha aparte de la música, el trabajo y el sexo esporádico —después le sonrió. —Necesito el sexo contigo. Y te necesito cerca de mí, en la cama y en el trabajo también. Te necesito en mi vida, Brittany.
Había muchas cosas que Brittany podía haber dicho, pero la manera más sencilla de contestar fue deslizar los brazos alrededor de su cuello y besarla.
Dios, la hacía sentirse tan bien tener su boca otra vez sobre sus labios... sus besos dulces y calientes recorrían su cuerpo como un cálido baño.
—Oh, joder, nena —jadeó lla después, mirándola a los ojos. —He echado de menos besarte. Follarte. He echado de menos sentir tu pequeña y dulce vulva alrededor de mi verga.
—Oh, yo también. Mucho, mucho. Fóllame ahora, Santana, por favor.
La primera vez que había conocido a Santana, no se le había pasado por la cabeza que pudiera tener sexo con ella allí, cerca de la piscina, ni siquiera por la noche, porque los trabajadores o cualquier otra persona podía acabar vagando por la zona, justo como Quinn y ella habían hecho. Pero en aquel momento, después de todo lo que había experimentado con Santana en aquel lugar, entre las luces de neón, ni siquiera dudó cuando tendió la mano hacia la hebilla de sus pantalones.
—Oh, oh Dios —gimió Santana cuando ella le bajó la cremallera de los pantalones y acarició con la palma de la mano su erección tentadoramente endurecida. La masajeó y la tocó, excitada por la sensación de tenerla en su mano, completamente asombrada porque Santana hubiera regresado a su vida.
Santana también tendió la mano para bajarle la cremallera de sus pantalones vaqueros y pronto se los quitó, junto con su braguitas. Y cuando sus dedos se hundieron en su vulva, ella prácticamente aulló de placer.
Después, Brittany le sacó la camisa por la cabeza y le quitó los pantalones. Deseaba verla completa y hermosamente desnuda, y también se deshizo de su propia camiseta y sujetador.
—Lléname —le dijo.
Y ella obedeció, le separó las piernas y colocó la cabeza de su grande verga en su vulva ya preparada, después empujó hacia adentro. Como siempre, ambas gimieron con la entrada, y después empezaron a moverse juntas, en un ritmo familiar que casi le quita la respiración.
—Haces que me sienta tan bien cuando estás dentro, cariño —ronroneó ella entre cálidos besos. —Tan, tan bien.
—Pues acostúmbrate —le dijo —porque pretendo estar ahí más a menudo.
Pronto, Santana salió de ella y le pidió que se apoyara sobre manos y rodillas para que pudiera penetrarla desde detrás. Como solía pasar, ella pudo sentirlo más en aquella postura, y cada uno de sus firmes embestidas la hizo gritar de placer. No le importaba si alguien los escuchaba, o incluso si alguien los veía. Solo deseaba estar con su mujer, en aquel preciso lugar, en aquel preciso momento, en uno de los lugares en el que al principio ella había empezado a ayudarla a deshacerse de sus inhibiciones para convertirse en la mujer que quería ser.
—Fóllame —le pidió ella a través de los dientes apretados. —Más fuerte. Más fuerte.
Un intenso placer la llenaba con cada golpe de su endurecido mango y ella no reprimió nada, y arqueó el trasero para recibir sus embestidas, sollozando de alegría cuando cada una de ellas resonaba en su interior.
Unos cuantos minutos más tarde, descansaban tumbados de lado, la verga de Santana todavía estaba dentro de ella desde detrás, y ella arqueaba la espalda, levantando una pierna sobre su cadera para que su pene se quedara ajustado dentro de su vulva, pero pudo también mirarla a los ojos, tocarle el pecho.
—Te quiero —le dijo ella, sin sentir vergüenza ya, por nada, ni siquiera por eso.
Santana levantó su mano desde su pecho y la llevó hacia su boca, besando la parte posterior.
—Yo también te quiero, Brittany
Y su nueva postura permitió que uno de sus muslos se estirara entre los de ella, y cuando empezó a moverse dentro de ella otra vez, la fricción le estimuló el clítoris. Ella se levantó instintivamente para frotarse contra Santana, para buscar más placer, y viendo su respuesta, Santana comenzó a deslizar su muslo más rítmicamente por su húmeda abertura.
—¿Te gusta esto, nena?
—Mmm —llorisqueó ella. —Sí, cariño, sí.
Y condujo su verga más profundamente dentro de ella, y deslizó el muslo por su pequeña bolita que sobresalía desde la parte de delante de su carne, y la llevó más y más cerca del cielo hasta que... —Oh, Dios, ¡sí, sí, sí!— el orgasmo la inundó como un maremoto que salía de la piscina, llevándose lejos cualquier otra sensación que no fuera el placer. Ella se encorvó contra Santana, bebió de aquello, disfrutó de la alegría que sentía.
—Oh, Santana, ha sido genial...
ELla cambió de posición lo justo como para inclinarse y darle un beso.
—También puedes empezar a acostumbrarte a eso —después la puso sobre su espalda una vez más, se colocó encima de ella y procedió a follársela lenta y profundamente, haciéndola sentir cada larga embestida, y la miró a los ojos, hasta que le dijo:
—Oh, mierda, nena, no quiero correrme ya, pero lo estoy haciendo. Tú estás haciendo que me corra.
Y entonces, la aporreó con cada una de las duras embestidas, haciéndole sentir la intensidad de su clímax, hasta que al fin se quedó quieta pero sin salir de ella. Simplemente bajó el cuerpo para descansar encima de Brittany y la besó con dulzura, entrelazando la lengua con la suya, en un gesto juguetón.
—¿Cómo he hecho que te corrieras? —le preguntó ella, sonriéndole. —Me refiero a que yo... realmente no estaba haciendo nada.
—Fue por mirar tus preciosos ojos.
Ella prácticamente se quedó con la boca seca ante aquella respuesta.
—¿En serio? ¿Eso es todo?
Santana asintió en un gesto corto y directo.
—Eso es todo lo que necesito, al parecer, después de estar separada de ti tantas semanas. Algo que, por cierto, no voy a dejar que pase otra vez.
Cuando salió de ella y se tumbó de espaldas, ella miró hacia arriba, a través del hierro forjado y cubierto de hojas de parra que había entrecruzado sobre la cama, hacia el oscuro cielo de arriba. Desde aquel lugar no podía ver las estrellas —había demasiada luz—, pero podía ver la luna y sentir la brisa. Y justo como en el desierto, experimentar cosas tan sencillas con Santana la hacía sentirse viva.
—Soy tan feliz —le dijo. —Estoy otra vez contigo, y vamos a trabajar juntas cada día, y follarnos durante la noche, y todo será genial.
A su lado ella soltó una carcajada.
—Aunque me siento mal por Quinn. Ha tenido que pasar por un montón de problemas, planeando todo esto contigo y convenciéndome a mí, y aquí estoy, abandonándola por una mujer. No te ofendas —le dijo, poniéndose de lado para poder mirarla. —Pero para una amiga eso es un pecado importante, no importa la edad que tengas.
Aun así Santana se limitó a reír, y acercó su cuerpo desnudo hacia ella.
—No te preocupes por Quinn. Va a estar más que bien.
Brittany parpadeó.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Mañana, Anthony se unirá a nosotros en la piscina. Y Quinn y él harán buenas migas. Él va a llevársela a cenar fuera e irán a pasar la noche al Rendezvous.
Brittany echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
—Oh, Dios mío, va a estar en el paraíso —después miró a los ojos de su amante, con una expresión juguetona en la cara. —¿Y dónde estaremos nosotros mañana por la mañana?
—Donde tú quieras. No me importa, siempre y cuando esté contigo.
Ella ladeó la cabeza y pensó.
—Quizás, podamos... volver a visitar las góndolas. O la Torre Eiffel. Cada vez que pienso en alguno de esos sitios, me excito.
Santana le contestó con un leve gemido de excitación.
—Entonces, iremos a los dos. Y no lleves bragas. Y vas a afeitarte la vulva antes de salir y yo voy a quedarme mirándola. Y para cuando realmente estemos follando, vas a volverte loca de lujuria, justo como la primera vez que fuimos a las góndolas.
Ella se acurrucó más cerca de Santana, y dejó que su calor la invadiera y sacara a la chica sucia que llevaba dentro.
—No puedo esperar.
—Y una vez que Inspiración despegue, tengamos algunos artistas más contratados, saquemos los CD de Austin al mercado, tengamos la oficina organizada y bien liderada, te llevaré de viaje.
Ella enarcó las cejas.
—¿De verdad? ¿Adónde?
—A París. Y a Venecia.
Ella se quedó sin aliento. Se sentía más enamorada de ella con cada minuto que pasaba. —Oh, Santana.
—Quiero navegar por el verdadero Gran Canal contigo, Brittany. Y quiero mirar las luces de París contigo desde lo más alto de la Torre Eiffel.
Aquella era la mujer que había dejado claro que no tenía relaciones con una mujer, que no dejaba que el sexo se convirtiera en romance. Ahora, no podía imaginar a una mujer u hombre más romántico que ella. Y también estaba un poco loca con el sexo. Bueno, definitivamente consideraba aquello como un beneficio adicional, uno que ella esperaba pudiera seguir haciendo que su vida fuera tan extraordinariamente excitante a partir de aquel momento.
—Aunque cuando lleguemos a lo alto de la verdadera Torre Eiffel —bromeó ella—, no esperes que te haga una mamada.
Santana sonrió, sus ojos resplandecían cuando la miraban.
—Ya lo veremos.
Ella no pudo evitar concederle una sonrisa como respuesta, y un tono de voz coqueto, cuando le dijo: —Sí, ya veremos.
Un mes antes, la idea de todo aquello le hubiera parecido inconcebible, pero con Santana, sabía que todo era posible.
«Necesito una mujer, necesito una mujer, necesito una mujer.
Y ahora tengo una, para toda la vida».
******************************************************************************************************
FIN
Bueno hemos llegado al final de esta sorprendente y erótica historia, gracias a cada una de las personas que me leyeron, que esperaban con ansias a que actualizara la historia, mil gracias. Espero que les haya encantado, en cuanto pueda estaré subiendo otra adaptación.
Nos estaremos leyendo, nuevamente gracias y buenas noches.
Caritovega****** - Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 13/05/2015
Edad : 26
Re: FanFic Brittana: "7 Noches De Pecado G'P" terminado
Que bueno que se arreglaron las cosas y que mejor que en el lugar donde empezaron!!!
Y a partir de ahora a emprender un camino nuevo en todos los sentidos juntas!!!
Gracias por la historia, me gusto mucho. Ojala vuelvas pronto con otra historia brittana gp!, igual que esta por fa!!
Y a partir de ahora a emprender un camino nuevo en todos los sentidos juntas!!!
Gracias por la historia, me gusto mucho. Ojala vuelvas pronto con otra historia brittana gp!, igual que esta por fa!!
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Página 7 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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