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Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
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JVM
evean
marthagr81@yahoo.es
monica.santander
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Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Hola.... ¿Alguien me recuerda? ¿Si? ¿No?... Bueno, como sea, hola apreciados seres vivos que habitan este planeta y visitan este hermosos foro (si estoy de buen humor). Si me recuerdan, sabrán que en mi fanfic anterior había dicho que estaba trabajando en una nueva historia, lo cual es cierto, pero esta no es esa historia, les traigo un minific que surgió una noche que tenía bloqueo y me puse a ver una antigua serie y pues desde ese momento ya no me pude sacar la idea de la mente y he decidido plasmarla, este fic tendrá a los mucho unos 5 o 7 capítulos, aún no no lo decido, estoy todavía trabajando en el y haciendo una pausa en el otro, el cual será mucho más largo y complejo (por así decir). Sin más les dejo el primer capitulo, antes una súper breve sinopsis. Cabe mencionar igual que al finalizar este fic pondré la sinopsis de mi otra historia, la cual sigue sin títulos (lo se soy un caos), acepto sugerencias y sus comentarios son siempre bienvenidos, espero disfruten esta corta historia y me acompañen en la siguiente... saludos desde México hasta donde me lean, que tengan una excelente semana.
Sinopsis: La vida es cambios y adaptaciones, más muchas veces no estamos preparados para ellos, Santana y Brittany ¿Podrán con todos los que la vida les tiene preparado?
Capítulo 1
La vida puede cambiar en apenas minutos, segundos, en los cuales no está uno preparado para lo que pasa en esos instantes... Justamente ahora es uno de esos cambios tan drásticos y trágicos de la vida, ella estaba bien, solamente trataba de conectar su nuevo equipo de TV, nunca pensó que los cables estarían mal, que la conexión era incorrecta o que por cosas del destino el plasma soltaría chispas que no solo le inundaron el rostro, si no también parte de los brazos.
-Mama, duele, ayúdame, por favor- se quejaba en la ambulancia rumbo al hospital.
-Tranquila cariño, pronto estarás bien, te lo prometo-
-Yo solo la trataba de prender, te juro que no hice nada incorrecto- se disculpaba una y otra vez con su madre, solo era conectar un tonto aparato eléctrico, ya lo había hecho en muchas ocasiones pasadas.
-Lo sé pequeña, cálmate, falta poco- dijo una madre preocupada al ver a su hija en tal estado, justamente una hora antes su niña estaba entusiasmada en la sala sacando de la enorme caja aquel aparato que la dañó, la sensación de pánico y terror que sintió al escuchar desde la cocina la pequeña explosión junto con el grito ahogado de su hija hacía que su sangre se helara y continuará así hasta ese momento -¿Podrían darle algo para el dolor?- preguntó al paramédicos que iba con ellas en la parte trasera de la ambulancia.
-Lo siento, pero hasta que no la revise un doctor no estoy autorizado para medicarla, debe aguantar un poco más, estamos a nada del hospital- respondía amablemente mientras veía a aquella chica con gasas en la cara y a su madre a punto de perder los nervios.
Así como dijo aquel paramédicos, 47 segundos después la ambulancia se detuvo en la puerta del hospital, fue rodeada instantáneamente de médicos y enfermeras, aquella madre siguió a su hija por todo el largo del pasillo hasta la última puerta donde tuvo acceso, luego unas enfermeras le indicaron que ya no podría seguir con su hija y debía ir a la sala de espera, tratando de controlar su llanto, con un nudo en la garganta y estomago fue a dicha habitación, para sacar su teléfono y marcar a su marido.
La preocupación, miedo, angustia y demás sentimientos se duplicaron al momento de escuchar a su esposo maldiciendo y buscando lo que ella supone sus llaves de su mesa de trabajo.
-Te veo en 10 minutos- fue lo último que escucho antes de que la llamada sea cortada.
Habían pasado una hora y media desde lo ocurrido, ahora se encontraba en los brazos de su marido, ninguna enfermera y menos doctor, había salido a darle alguna noticia sobre su hija. En la sala de espera reinaba el silencio, hasta que cierto zapateo llamó la atención de la pareja.
Una chica corría desesperada por los pasillos de aquel hospital, tenía una ceja ensangrentada y su blusa con algunas manchas de sangre, pero eso parecía no importarle, corría lo más rápido que sus piernas le permitían, solamente cuando llegó a la sala de espera se permitió tomar un respiro, buscó enseguida con la mirada, conectando sus ojos con la de aquella madre desesperada.
-Maribel, ¿Cómo está? ¿Qué sabes?- preguntó aun sin recuperar el aliento del todo.
-Brittany, por el amor a Dios, ¿Qué te ha pasado en la ceja?- dijo Maribel separándose de los brazos de su marido y tratando de ver mejor la herida.
-No, no, no, eso no importa- dijo meneando la cabeza de lado a lado -¿Cómo esta San? ¿Qué pasó?- volvió a preguntar alejando las manos de Maribel de su cara.
-Britt, necesitas que un doctor vea eso, no deja de sangrar.... No sé nada, hace casi dos horas que bajo de la ambulancia y no han salido a decirme nada-
-¿Pero qué pasó?-
-Ni yo lo sé muy bien, estaba en la cocina preparando la cena, Santana estaba en la sala, a medio día había llegado el plasma y equipo de música nuevo que tanto quería, me ayudó todo el día en la casa para que después la dejara instalar todo tranquilamente, escuche como probaba el equipo con esa canción que tanto le gusta...-
-Girl on fire...-
-Sí, esa, la escuche por un momento a todo volumen, pensaba en decirle que le baje, pero decidí no hacerlo, solo sé que cuando terminaba la canción se escuchó como si algo explotara, lo siguiente fue sus gritos, salí corriendo de la cocina y estaba en medio de la sala tapándose la cara y la maldita televisión estaba incendiándose y no dejaba de sacar chispas, llame a la ambulancia, ella se quejaba de mucho dolor, luego la metieron a una sala y no he sabido nada desde entonces- terminó casi llorando, Brittany lo único que pudo fue rodearla con sus brazos para abrazarla fuertemente.
-Tranquila, todo va a estar bien, ella va estar bien, es de San de quien hablamos, nada puede con ella- decía tanto para Maribel como para ella misma.
Así pasaron varios minutos hasta que Ricardo, se acercó a su esposa y a la “mejor amiga” de su hija.
-Brittany, tienes que ir a que te revisen la ceja, sigue sangrando- señaló unas pequeñas gotas que caían de la herida.
-Es cierto querida, debes hacer que te revisen, ¿Qué te ha pasado?-
-Cuando Ricardo llamó a mi madre para informarme lo de San... lo cual le agradezco; estaba en el garaje terminando de arreglar mi moto, justamente estaba guardando las herramientas en los estantes de la parte de arriba cuando escuche "¿Cómo que Santana está hospitalizada?", deje caer la caja y creo que una pinza o algún desarmador me abrió la ceja, no lo sé, yo solo corrí hasta aquí- suspiró sentándose en una de las sillas, la adrenalina del momento había pasado y el dolor ahora se hizo presente.
-Al fin, sabía que ibas a estar aquí, cariño, no vuelvas a salir corriendo así- se escuchó en toda la sala de espera, Susan Pierce entraba en ella cargando a la pequeña Alexa de 7 años.
-Hola- fue lo único que Brittany se atrevió a decir, le empezaba a doler la cabeza.
-Por Dios, supuse que no habías salido ilesa, cariño ven aquí, te tiene que revisar un médico- Susan se colocó al frente de su hija revisando la herida a lo cual Brittany negaba con la cabeza, no se quería mover de ahí, no hasta saber algo de San.
-Vamos rubia, obedezca a su madre, ahora- habló Ricardo en tono autoritario, Brittany lo volteó a ver, frunció el ceño y luego hizo un puchero -Venga, conmigo no funciona esa mirada, déjala para mi hija- agarró a Brittany y la llevó a recepción, no pasaron ni dos minutos cuando una enfermera la llevó a un consultorio para saturar la herida, darle algo para el dolor y la inflamación.
-Cualquier cosa búsquenme, apenas inicia mi guardia- dijo la enfermera guardando todo.
-Gracias- dijo Brittany mientras se tocaba la herida ya cocida con tres puntos- ¿De casualidad no sabe nada de la chica que llego hace unas hora en la ambulancia? Es morena, Santana López- explicaba la rubia, pero la enfermera enseguida negó.
-Lo siento, pero como he dicho, mi guardia tiene 30 minutos que comenzó y no estoy al tanto de las urgencias pasadas, una disculpa- finalizó para luego dejar el consultorio.
Brittany se bajó con cuidado de la camilla dirigiéndose a Ricardo que seguía apoyado en el marco de la puerta, él no se separó de ahí desde que a rubia había entrado.
-¿Mejor?- preguntó al tenerla a su lado.
-No, me duele la cabeza, pero eso pasara con el medicamento, ya tardaron demasiado, Ricardo, estoy muy asustada, no le puede pasar nada- dijo casi sollozando, el hombre no lo dudo y abrazo a aquella rubia.
***********************
Para ninguna de las dos familias era un secreto acerca de la “no relación" amorosa de sus hijas, ellas se conocían hace poco más de tres años, Brittany se había mudado de Ohio a Washington por trabajo de su madre, solamente le faltaba un año para terminar el instituto, lo cual no le parecía nada malo, había hecho amigos rápidamente y a mediados de curso escolar decidió ponerse en forma y entrar al gimnasio que se encontraba a pocas calles de su casa, encontrando ahí a una morena de infarto (pensamientos de la rubia). Santana no era la típica chava que se la vivía en aquel lugar, pero si le dedicaba el tiempo suficiente para tener un buen físico, Brittany literalmente babeaba por ella desde el primer día, con absurdas y un tanto tontas excusas se fue acercando, al principio solo por atracción, pero al ir conviviendo con la morena una rara pero sincera amistad surgió entre ambas, lo que ninguna de las dos esperaba es que terminarían un año después en la misma universidad, la US, la rubia estudiando diseño gráfico y la morena diseño de interiores, lo cual hizo que ambas fortalecieran su amistad y surgiera algo más.
Brittany tenía muy claras sus preferencias sexuales, siempre le habían atraído las mujeres como se supone deben atraerte y gustarte los chicos, pero el problema era Santana, ella se había considerado heterosexual toda su vida hasta el momento en que estuvo con Brittany, la morena sabía perfectamente que desde el principio la rubia se había acercado a ella por atracción, lo cual aceptó siguiendo y ayudándola en sus extrañas dudas y excusas en aquel gimnasio, lo cual agradeció así misma porque debido a eso había encontrado a una excelente amiga. Al principio ignoró por completo todos los coqueteos e indirectas de Brittany, pensando que era divertido y hasta cierto grado halagador, pero todo cambio unos meses después, cuando vio a la rubia tener una cita con un pelirroja insípida y estirada (palabras de Santana) que ni siquiera tuvo la molestia de aprenderse su nombre, sentía que quería ahorcar a la pelirroja, pero también darle un golpe a la rubia por tener tan mal gusto, esa relación para fortuna de Santana duro apenas unas semanas, lo cual podemos decir que la morena pudo haber puesto un poco de cizaña para alejar a esa pelirroja de su rubia... y ahí, bum, se dio cuenta que decir que Brittany era su rubia hacía que viera las cosas de una forma totalmente diferente.
-Joder, no puede ser, mierda, me gusta Brittany- dijo Santana mirándose al espejo luego de su baile triunfal la noche que se enteró que Brittany había dejado a la pelirroja.
Los meses siguientes fueron agotadores para ambas chicas, Santana lidiaba con sus sentimientos y la escuela, mientras Brittany lidiaba con los cambios repentinos de la actitud de su mejor amiga y obviamente igual por la universidad. Una tarde la rubia no lo soporto más, su mejor amiga ahora era distante y siempre parecía en otro planeta, sin mencionar que en más de una ocasión se enojaba cuando la encontraba hablando con alguna chica, más si está se le llegaba a insinuar, por un momento pensó que la morena podía estar celosa, pero enseguida descarto la idea, Santana era hetero, hermosa y jodidamente heterosexual, lejos de su alcance, su amor imposible desde aquel día en el gimnasio.
-¿Me puedes explicar qué carajo te pasa?- preguntó una molesta Brittany arrinconando a la morena en uno de los pasillos desiertos de la universidad.
-No sé de qué diablos habla...- esquivó la morena un tanto nerviosa.
-Oh, claro que lo sabes Santana López, llevas semanas ignorándome, peleándome y tratándome fríamente, me hago tonta, más no lo soy, ¿Qué diablos te pasa?- insistió la rubia.
-Nada Brittany, son cosas tuyas...-
-Claro que no son cosas mías, la semana pasada me hiciste una escena en el boliche porque una tipa se acercó a platicar conmigo, por Dios, Santana, actúas peor que una novia celosa...- al escuchar eso la morena no pudo evitar tensarse y sentirse nerviosa, lo cual no pasó desapercibido por la rubia -¿Estás celosa?... estas celosa- lo repitió más como una afirmación que como una pregunta.
-No... No, no digas tonteras...- trataba de defender la morena.
-Estás celosa- volvió a repetir la rubia.
-Claro... claro que no... Para estar celosa me tendrías que gustar- dijo Santana pero al momento se arrepintió de sus palabras.
-Te gusto-
-¿QUÉ? NO, CLARO QUE NO, POR SUPUESTO QUE NO...digo, no es que no seas una chica hermosa e inteligente porque claro que lo eres, pero no, no, eres mi mejor amiga, tu mejor amiga no te puede gustar... no te debe gustar- se decía a ella misma como lo hacía desde hace semanas atrás.
-Te gusto- decía la rubia sin poder creérselo.
-No Brittany te he dicho que no- dijo Santana desviando la cabeza, mordía todo dentro de ella para poder mentir.
-Repite eso mirándome a los ojos- exigió la rubia tomando el mentón de la morena y haciendo que la mirara fijamente a los ojos.
-Tu... tu no... Tu no... Joder... no puedo- suspiro de la frustración, semanas de arduo trabajo tratando de creerse eso y ocultándolo, para que en menos de 10 minutos Brittany lo descubriera.
-Eso es...- Brittany hizo un silencio dramático –FANTASTICO- gritó a todo pulmón para luego alzar a San y hacerla girar –No sabes cómo me alegra escuchar eso, por Dios que maravilloso día es hoy- gritaba mientras le seguía dando vueltas y reía.
Cuando por fin la emoción del momento se calmó, ambas chicas hablaron de sus sentimientos, llegando al acuerdo que debían tomar las cosas con calma, sobre todo la morena que todo eso era nuevo para ella, Brittany juró que no la presionaría y le daría los tiempos necesarios para poder llegar a tener una relación con ella. Así que el tiempo paso, las chicas tenían citas, se mandaban mensajes y se coqueteaban descaradamente una a la otra, pero ninguna se atrevía a dar el siguiente paso, ambas morían por besar a la otra, ambas se reprimían cada momento que ellas quedaban sola, justamente el día que estuvieron a solo 5 milímetros de besarse los padres de la morena las cacharon justo antes del movimiento final, la morena sentía que moría, ¿ como le iba a explicar a sus padres que se estaba enamorando de una mujer?, pero para sorpresa de ambas y sobre todo de la latina lo único que escuchó ese día fue "Te lo dije, quiero mis 100 dólares" por parte de su madre y un "Genial Santana, solo faltaban dos semanas para las vacaciones decembrinas y ganaba la apuesta" por parte de su padre al mismo tiempo que sacaba de su billetera 100 dólares y se los daba a su esposa; si, sus padres de la morena habían apostado, Maribel decía que antes de las vacaciones invernales las chicas tendrían un avance, Ricardo dijo que durante las vacaciones. Esa tarde fue muy agradable, sentir el apoyo de sus padres y tener a Brittany ahí hacía sentir completa a la morena.
************************************
-Tranquila Brittany, ella va a estar bien, tranquila-
En ese momento vieron a un doctor dirigirse a la sala de espera, no lo dudaron y lo siguieron, casi corriendo para llegar a su lado.
-¿Familiares de Santana López?- preguntó el doctor al entrar en la sala.
-Nosotros- se escucharon las voces unidas de Maribel, Ricardo y Brittany.
-Yo soy su madre, ¿Cómo está mi hija? ¿Estará bien?- preguntó alterada.
-Tiene quemaduras menores de primer grado en el brazo, la cara ha sido la más afectada, sobre todo los ojos, aparentemente una pequeña ráfaga de fuego ha dado justamente en ellos, no sabemos que tanto daño ha causado, pero su vista está comprometida y ahora mismo un especialista la está revisando para poder medir el verdadero daño- dijo ante la mirada fija de 5 pares de ojos.
-¿Pero ella está bien?- Brittany fue la única que habló.
-Sí, le hemos puesto una crema y vendas en las quemaduras y ahora que terminen de revisarla tendrán que sedarla, hasta cuando me quite estaba demasiada alterada.
-¿Qué tan grande usted cree que es daño en la vista de mi hija?- preguntó Ricardo con un nudo en la garganta.
-Yo no soy el adecuado para decirles…-
-Solamente dígalo- interrumpió la voz áspera de Brittany, el medico la observo por unos instante y luego suspiro.
-Hay un 50% que pierda la vista, ya sea parcial o completamente- suspiró – Lo lamento- después de eso se retiró de la sala de espera, sin antes decir que el especialista pasaría a hablar con ellos, pero nadie hizo caso o por lo menos nadie se movía.
Solamente 5 minutos después el especialista pasó, destrozando a la familia con la noticia que Santana había perdido el 90% de su visión, al parecer sus corneas y otras partes del ojos quedaron comprometidas, Brittany tuvo que ahogar un quejido de dolor; Maribel solo se pudo abrazar a su marido para luego soltarse a llorar, Susan dudaba entre abrazar a su hija o darle su espacio, la pequeña Alexa fue la que se terminó acercando a su hermana, la abrazó por la pierna ya que es lo máximo que su altura le permitía.
-Pueden pasar a verla, está dormida, pero el sedante que le hemos puesto es muy ligero, no tardara en despertar, debemos hacerle unas pruebas más, después podrá irse a casa- volvió a hablar el especialista.
-¿Es completamente cierto y seguro lo que usted dice?- preguntó amargamente Ricardo.
-Sí, pero queremos hacer un par de estudios más para corroborarlo, pero el daño está hecho y el pronóstico no es alentador para su hija, lo lamento- Brittany cerro su puño al escucha de nuevo ese lamento, claro que no lo lamentaban, Santana no era su hija ni conocida.
-Brittany- habló Ricardo zarandeando a la rubia, ella estaba tan absorta en su mundo que ni cuenta se había dado que el medico se había ido- Pasaremos a ver a Santana ahora, luego podrás pasar tú, pero no digas nada, no hasta estar completamente seguros- pidió el hombre conteniendo las lágrimas en sus ojos.
Brittany lo único que pudo hacer fue asentir y una vez que los padres se Santana se retiraron de la sala, se dejó caer en la pared para luego tomar su rostro en su cara y llorar. Unos brazos y unas pequeñas manitas trataban de consolarla, pero no había tregua en ese llanto tan amargo.
-No puede ser cierto esto, debo estar soñando- se dijo para sí misma al momento que se empezó a pellizcar y golpear en la cabeza tratando de despertar- No, no, no, a ella no-
-Brittany, detente, te harás daño- intervino rápidamente su madre- Tranquila, ella estará bien, sea cual sea ese resultado ella estará bien, tendrá el apoyo de sus papas y el de nosotras también, solo cálmate cariño- pidió la rubia mayor abrazando fuertemente a su hija.
-Si Britt yo estaré contigo y con Sanny- dijo la pequeña niña abrazándose igual a su hermana, la cual, solo hizo que llorara más.
-----------------------------------------Mama, duele, ayúdame, por favor- se quejaba en la ambulancia rumbo al hospital.
-Tranquila cariño, pronto estarás bien, te lo prometo-
-Yo solo la trataba de prender, te juro que no hice nada incorrecto- se disculpaba una y otra vez con su madre, solo era conectar un tonto aparato eléctrico, ya lo había hecho en muchas ocasiones pasadas.
-Lo sé pequeña, cálmate, falta poco- dijo una madre preocupada al ver a su hija en tal estado, justamente una hora antes su niña estaba entusiasmada en la sala sacando de la enorme caja aquel aparato que la dañó, la sensación de pánico y terror que sintió al escuchar desde la cocina la pequeña explosión junto con el grito ahogado de su hija hacía que su sangre se helara y continuará así hasta ese momento -¿Podrían darle algo para el dolor?- preguntó al paramédicos que iba con ellas en la parte trasera de la ambulancia.
-Lo siento, pero hasta que no la revise un doctor no estoy autorizado para medicarla, debe aguantar un poco más, estamos a nada del hospital- respondía amablemente mientras veía a aquella chica con gasas en la cara y a su madre a punto de perder los nervios.
Así como dijo aquel paramédicos, 47 segundos después la ambulancia se detuvo en la puerta del hospital, fue rodeada instantáneamente de médicos y enfermeras, aquella madre siguió a su hija por todo el largo del pasillo hasta la última puerta donde tuvo acceso, luego unas enfermeras le indicaron que ya no podría seguir con su hija y debía ir a la sala de espera, tratando de controlar su llanto, con un nudo en la garganta y estomago fue a dicha habitación, para sacar su teléfono y marcar a su marido.
La preocupación, miedo, angustia y demás sentimientos se duplicaron al momento de escuchar a su esposo maldiciendo y buscando lo que ella supone sus llaves de su mesa de trabajo.
-Te veo en 10 minutos- fue lo último que escucho antes de que la llamada sea cortada.
Habían pasado una hora y media desde lo ocurrido, ahora se encontraba en los brazos de su marido, ninguna enfermera y menos doctor, había salido a darle alguna noticia sobre su hija. En la sala de espera reinaba el silencio, hasta que cierto zapateo llamó la atención de la pareja.
Una chica corría desesperada por los pasillos de aquel hospital, tenía una ceja ensangrentada y su blusa con algunas manchas de sangre, pero eso parecía no importarle, corría lo más rápido que sus piernas le permitían, solamente cuando llegó a la sala de espera se permitió tomar un respiro, buscó enseguida con la mirada, conectando sus ojos con la de aquella madre desesperada.
-Maribel, ¿Cómo está? ¿Qué sabes?- preguntó aun sin recuperar el aliento del todo.
-Brittany, por el amor a Dios, ¿Qué te ha pasado en la ceja?- dijo Maribel separándose de los brazos de su marido y tratando de ver mejor la herida.
-No, no, no, eso no importa- dijo meneando la cabeza de lado a lado -¿Cómo esta San? ¿Qué pasó?- volvió a preguntar alejando las manos de Maribel de su cara.
-Britt, necesitas que un doctor vea eso, no deja de sangrar.... No sé nada, hace casi dos horas que bajo de la ambulancia y no han salido a decirme nada-
-¿Pero qué pasó?-
-Ni yo lo sé muy bien, estaba en la cocina preparando la cena, Santana estaba en la sala, a medio día había llegado el plasma y equipo de música nuevo que tanto quería, me ayudó todo el día en la casa para que después la dejara instalar todo tranquilamente, escuche como probaba el equipo con esa canción que tanto le gusta...-
-Girl on fire...-
-Sí, esa, la escuche por un momento a todo volumen, pensaba en decirle que le baje, pero decidí no hacerlo, solo sé que cuando terminaba la canción se escuchó como si algo explotara, lo siguiente fue sus gritos, salí corriendo de la cocina y estaba en medio de la sala tapándose la cara y la maldita televisión estaba incendiándose y no dejaba de sacar chispas, llame a la ambulancia, ella se quejaba de mucho dolor, luego la metieron a una sala y no he sabido nada desde entonces- terminó casi llorando, Brittany lo único que pudo fue rodearla con sus brazos para abrazarla fuertemente.
-Tranquila, todo va a estar bien, ella va estar bien, es de San de quien hablamos, nada puede con ella- decía tanto para Maribel como para ella misma.
Así pasaron varios minutos hasta que Ricardo, se acercó a su esposa y a la “mejor amiga” de su hija.
-Brittany, tienes que ir a que te revisen la ceja, sigue sangrando- señaló unas pequeñas gotas que caían de la herida.
-Es cierto querida, debes hacer que te revisen, ¿Qué te ha pasado?-
-Cuando Ricardo llamó a mi madre para informarme lo de San... lo cual le agradezco; estaba en el garaje terminando de arreglar mi moto, justamente estaba guardando las herramientas en los estantes de la parte de arriba cuando escuche "¿Cómo que Santana está hospitalizada?", deje caer la caja y creo que una pinza o algún desarmador me abrió la ceja, no lo sé, yo solo corrí hasta aquí- suspiró sentándose en una de las sillas, la adrenalina del momento había pasado y el dolor ahora se hizo presente.
-Al fin, sabía que ibas a estar aquí, cariño, no vuelvas a salir corriendo así- se escuchó en toda la sala de espera, Susan Pierce entraba en ella cargando a la pequeña Alexa de 7 años.
-Hola- fue lo único que Brittany se atrevió a decir, le empezaba a doler la cabeza.
-Por Dios, supuse que no habías salido ilesa, cariño ven aquí, te tiene que revisar un médico- Susan se colocó al frente de su hija revisando la herida a lo cual Brittany negaba con la cabeza, no se quería mover de ahí, no hasta saber algo de San.
-Vamos rubia, obedezca a su madre, ahora- habló Ricardo en tono autoritario, Brittany lo volteó a ver, frunció el ceño y luego hizo un puchero -Venga, conmigo no funciona esa mirada, déjala para mi hija- agarró a Brittany y la llevó a recepción, no pasaron ni dos minutos cuando una enfermera la llevó a un consultorio para saturar la herida, darle algo para el dolor y la inflamación.
-Cualquier cosa búsquenme, apenas inicia mi guardia- dijo la enfermera guardando todo.
-Gracias- dijo Brittany mientras se tocaba la herida ya cocida con tres puntos- ¿De casualidad no sabe nada de la chica que llego hace unas hora en la ambulancia? Es morena, Santana López- explicaba la rubia, pero la enfermera enseguida negó.
-Lo siento, pero como he dicho, mi guardia tiene 30 minutos que comenzó y no estoy al tanto de las urgencias pasadas, una disculpa- finalizó para luego dejar el consultorio.
Brittany se bajó con cuidado de la camilla dirigiéndose a Ricardo que seguía apoyado en el marco de la puerta, él no se separó de ahí desde que a rubia había entrado.
-¿Mejor?- preguntó al tenerla a su lado.
-No, me duele la cabeza, pero eso pasara con el medicamento, ya tardaron demasiado, Ricardo, estoy muy asustada, no le puede pasar nada- dijo casi sollozando, el hombre no lo dudo y abrazo a aquella rubia.
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Para ninguna de las dos familias era un secreto acerca de la “no relación" amorosa de sus hijas, ellas se conocían hace poco más de tres años, Brittany se había mudado de Ohio a Washington por trabajo de su madre, solamente le faltaba un año para terminar el instituto, lo cual no le parecía nada malo, había hecho amigos rápidamente y a mediados de curso escolar decidió ponerse en forma y entrar al gimnasio que se encontraba a pocas calles de su casa, encontrando ahí a una morena de infarto (pensamientos de la rubia). Santana no era la típica chava que se la vivía en aquel lugar, pero si le dedicaba el tiempo suficiente para tener un buen físico, Brittany literalmente babeaba por ella desde el primer día, con absurdas y un tanto tontas excusas se fue acercando, al principio solo por atracción, pero al ir conviviendo con la morena una rara pero sincera amistad surgió entre ambas, lo que ninguna de las dos esperaba es que terminarían un año después en la misma universidad, la US, la rubia estudiando diseño gráfico y la morena diseño de interiores, lo cual hizo que ambas fortalecieran su amistad y surgiera algo más.
Brittany tenía muy claras sus preferencias sexuales, siempre le habían atraído las mujeres como se supone deben atraerte y gustarte los chicos, pero el problema era Santana, ella se había considerado heterosexual toda su vida hasta el momento en que estuvo con Brittany, la morena sabía perfectamente que desde el principio la rubia se había acercado a ella por atracción, lo cual aceptó siguiendo y ayudándola en sus extrañas dudas y excusas en aquel gimnasio, lo cual agradeció así misma porque debido a eso había encontrado a una excelente amiga. Al principio ignoró por completo todos los coqueteos e indirectas de Brittany, pensando que era divertido y hasta cierto grado halagador, pero todo cambio unos meses después, cuando vio a la rubia tener una cita con un pelirroja insípida y estirada (palabras de Santana) que ni siquiera tuvo la molestia de aprenderse su nombre, sentía que quería ahorcar a la pelirroja, pero también darle un golpe a la rubia por tener tan mal gusto, esa relación para fortuna de Santana duro apenas unas semanas, lo cual podemos decir que la morena pudo haber puesto un poco de cizaña para alejar a esa pelirroja de su rubia... y ahí, bum, se dio cuenta que decir que Brittany era su rubia hacía que viera las cosas de una forma totalmente diferente.
-Joder, no puede ser, mierda, me gusta Brittany- dijo Santana mirándose al espejo luego de su baile triunfal la noche que se enteró que Brittany había dejado a la pelirroja.
Los meses siguientes fueron agotadores para ambas chicas, Santana lidiaba con sus sentimientos y la escuela, mientras Brittany lidiaba con los cambios repentinos de la actitud de su mejor amiga y obviamente igual por la universidad. Una tarde la rubia no lo soporto más, su mejor amiga ahora era distante y siempre parecía en otro planeta, sin mencionar que en más de una ocasión se enojaba cuando la encontraba hablando con alguna chica, más si está se le llegaba a insinuar, por un momento pensó que la morena podía estar celosa, pero enseguida descarto la idea, Santana era hetero, hermosa y jodidamente heterosexual, lejos de su alcance, su amor imposible desde aquel día en el gimnasio.
-¿Me puedes explicar qué carajo te pasa?- preguntó una molesta Brittany arrinconando a la morena en uno de los pasillos desiertos de la universidad.
-No sé de qué diablos habla...- esquivó la morena un tanto nerviosa.
-Oh, claro que lo sabes Santana López, llevas semanas ignorándome, peleándome y tratándome fríamente, me hago tonta, más no lo soy, ¿Qué diablos te pasa?- insistió la rubia.
-Nada Brittany, son cosas tuyas...-
-Claro que no son cosas mías, la semana pasada me hiciste una escena en el boliche porque una tipa se acercó a platicar conmigo, por Dios, Santana, actúas peor que una novia celosa...- al escuchar eso la morena no pudo evitar tensarse y sentirse nerviosa, lo cual no pasó desapercibido por la rubia -¿Estás celosa?... estas celosa- lo repitió más como una afirmación que como una pregunta.
-No... No, no digas tonteras...- trataba de defender la morena.
-Estás celosa- volvió a repetir la rubia.
-Claro... claro que no... Para estar celosa me tendrías que gustar- dijo Santana pero al momento se arrepintió de sus palabras.
-Te gusto-
-¿QUÉ? NO, CLARO QUE NO, POR SUPUESTO QUE NO...digo, no es que no seas una chica hermosa e inteligente porque claro que lo eres, pero no, no, eres mi mejor amiga, tu mejor amiga no te puede gustar... no te debe gustar- se decía a ella misma como lo hacía desde hace semanas atrás.
-Te gusto- decía la rubia sin poder creérselo.
-No Brittany te he dicho que no- dijo Santana desviando la cabeza, mordía todo dentro de ella para poder mentir.
-Repite eso mirándome a los ojos- exigió la rubia tomando el mentón de la morena y haciendo que la mirara fijamente a los ojos.
-Tu... tu no... Tu no... Joder... no puedo- suspiro de la frustración, semanas de arduo trabajo tratando de creerse eso y ocultándolo, para que en menos de 10 minutos Brittany lo descubriera.
-Eso es...- Brittany hizo un silencio dramático –FANTASTICO- gritó a todo pulmón para luego alzar a San y hacerla girar –No sabes cómo me alegra escuchar eso, por Dios que maravilloso día es hoy- gritaba mientras le seguía dando vueltas y reía.
Cuando por fin la emoción del momento se calmó, ambas chicas hablaron de sus sentimientos, llegando al acuerdo que debían tomar las cosas con calma, sobre todo la morena que todo eso era nuevo para ella, Brittany juró que no la presionaría y le daría los tiempos necesarios para poder llegar a tener una relación con ella. Así que el tiempo paso, las chicas tenían citas, se mandaban mensajes y se coqueteaban descaradamente una a la otra, pero ninguna se atrevía a dar el siguiente paso, ambas morían por besar a la otra, ambas se reprimían cada momento que ellas quedaban sola, justamente el día que estuvieron a solo 5 milímetros de besarse los padres de la morena las cacharon justo antes del movimiento final, la morena sentía que moría, ¿ como le iba a explicar a sus padres que se estaba enamorando de una mujer?, pero para sorpresa de ambas y sobre todo de la latina lo único que escuchó ese día fue "Te lo dije, quiero mis 100 dólares" por parte de su madre y un "Genial Santana, solo faltaban dos semanas para las vacaciones decembrinas y ganaba la apuesta" por parte de su padre al mismo tiempo que sacaba de su billetera 100 dólares y se los daba a su esposa; si, sus padres de la morena habían apostado, Maribel decía que antes de las vacaciones invernales las chicas tendrían un avance, Ricardo dijo que durante las vacaciones. Esa tarde fue muy agradable, sentir el apoyo de sus padres y tener a Brittany ahí hacía sentir completa a la morena.
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-Tranquila Brittany, ella va a estar bien, tranquila-
En ese momento vieron a un doctor dirigirse a la sala de espera, no lo dudaron y lo siguieron, casi corriendo para llegar a su lado.
-¿Familiares de Santana López?- preguntó el doctor al entrar en la sala.
-Nosotros- se escucharon las voces unidas de Maribel, Ricardo y Brittany.
-Yo soy su madre, ¿Cómo está mi hija? ¿Estará bien?- preguntó alterada.
-Tiene quemaduras menores de primer grado en el brazo, la cara ha sido la más afectada, sobre todo los ojos, aparentemente una pequeña ráfaga de fuego ha dado justamente en ellos, no sabemos que tanto daño ha causado, pero su vista está comprometida y ahora mismo un especialista la está revisando para poder medir el verdadero daño- dijo ante la mirada fija de 5 pares de ojos.
-¿Pero ella está bien?- Brittany fue la única que habló.
-Sí, le hemos puesto una crema y vendas en las quemaduras y ahora que terminen de revisarla tendrán que sedarla, hasta cuando me quite estaba demasiada alterada.
-¿Qué tan grande usted cree que es daño en la vista de mi hija?- preguntó Ricardo con un nudo en la garganta.
-Yo no soy el adecuado para decirles…-
-Solamente dígalo- interrumpió la voz áspera de Brittany, el medico la observo por unos instante y luego suspiro.
-Hay un 50% que pierda la vista, ya sea parcial o completamente- suspiró – Lo lamento- después de eso se retiró de la sala de espera, sin antes decir que el especialista pasaría a hablar con ellos, pero nadie hizo caso o por lo menos nadie se movía.
Solamente 5 minutos después el especialista pasó, destrozando a la familia con la noticia que Santana había perdido el 90% de su visión, al parecer sus corneas y otras partes del ojos quedaron comprometidas, Brittany tuvo que ahogar un quejido de dolor; Maribel solo se pudo abrazar a su marido para luego soltarse a llorar, Susan dudaba entre abrazar a su hija o darle su espacio, la pequeña Alexa fue la que se terminó acercando a su hermana, la abrazó por la pierna ya que es lo máximo que su altura le permitía.
-Pueden pasar a verla, está dormida, pero el sedante que le hemos puesto es muy ligero, no tardara en despertar, debemos hacerle unas pruebas más, después podrá irse a casa- volvió a hablar el especialista.
-¿Es completamente cierto y seguro lo que usted dice?- preguntó amargamente Ricardo.
-Sí, pero queremos hacer un par de estudios más para corroborarlo, pero el daño está hecho y el pronóstico no es alentador para su hija, lo lamento- Brittany cerro su puño al escucha de nuevo ese lamento, claro que no lo lamentaban, Santana no era su hija ni conocida.
-Brittany- habló Ricardo zarandeando a la rubia, ella estaba tan absorta en su mundo que ni cuenta se había dado que el medico se había ido- Pasaremos a ver a Santana ahora, luego podrás pasar tú, pero no digas nada, no hasta estar completamente seguros- pidió el hombre conteniendo las lágrimas en sus ojos.
Brittany lo único que pudo hacer fue asentir y una vez que los padres se Santana se retiraron de la sala, se dejó caer en la pared para luego tomar su rostro en su cara y llorar. Unos brazos y unas pequeñas manitas trataban de consolarla, pero no había tregua en ese llanto tan amargo.
-No puede ser cierto esto, debo estar soñando- se dijo para sí misma al momento que se empezó a pellizcar y golpear en la cabeza tratando de despertar- No, no, no, a ella no-
-Brittany, detente, te harás daño- intervino rápidamente su madre- Tranquila, ella estará bien, sea cual sea ese resultado ella estará bien, tendrá el apoyo de sus papas y el de nosotras también, solo cálmate cariño- pidió la rubia mayor abrazando fuertemente a su hija.
-Si Britt yo estaré contigo y con Sanny- dijo la pequeña niña abrazándose igual a su hermana, la cual, solo hizo que llorara más.
Pd: extrañaba publicar, saludos.
Última edición por BrittanaV el Mar Abr 05, 2016 2:45 am, editado 1 vez
BrittanaV*** - Mensajes : 147
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monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
hola, que bueno que publicaste, algo diferente, para refrescar un poco, ahora me carcome la curiosidad de saber como se encuentra santana espero no intente apartar a Brittany de ellla. saludos nos estamos leyendo.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
vaya que bien que aqui estas de nuevo, ahora a esperar la reaccion de santana!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
monica.santander escribió:
:D
marthagr81@yahoo.es escribió:hola, que bueno que publicaste, algo diferente, para refrescar un poco, ahora me carcome la curiosidad de saber como se encuentra santana espero no intente apartar a Brittany de ellla. saludos nos estamos leyendo.
Bueno no te dejemos con la duda, tratare de actualizar cada dos o tres días, a pesar de que no ando tan presionada por la escuela tengo que sacar tiempo para escribir... saludos
micky morales escribió:vaya que bien que aqui estas de nuevo, ahora a esperar la reaccion de santana!!!!!
Claro, ahora la publicare, saludos...
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Capítulo 2
Habían pasado unos minutos cuando el llanto nuevamente inundo la sala de espera, pero ahora era emitido por Maribel; Brittany se levantó limpiándose sus propias lagrimas para acercarse a ella y Ricardo, el cual a pesar de no estar llorando su mirada era de dolor.
-¿Qué ha pasado? ¿Le ha pasado algo a San?- preguntó alarmada.
-No, solo que se ha despertado, no está nada bien, nos ha echado de la habitación, dice que no quiere ver a nadie- respondió Ricardo tratando de consolar a su esposa.
-Brittany, yo sé que tú puedes ayudar a mi hija, entra y quédate con ella, por favor- pidió Maribel entre sollozos.
-Yo… yo no creo-
-Hija sabemos que sí, entra, mueres por estar a su lado y ella te necesita al suyo, vamos- animó Susan acariciando la espalda de su hija.
Brittany asintió a duras penas y se dirigió a paso lento a la habitación que los padres de la morena le habían indicado, tomó aire varias veces antes de entrar, ya que ni se molestaría en tocar porque sabría que la morena retaría para que no pasará. La puerta se abrió lentamente, la habitación estaba en penumbras y pudo divisar a la morena sentada en su cama, una venda cubría sus ojos y su cabello estaba suelto y un poco despeinado.
-¿Quién es?- preguntó asustada la latina -Puedo oírte, largo, dije que no quería que nadie entrara, largo- Brittany ignoraba por completo la petición de la latina, su corazón estaba encogido al verla tan vulnerable- He dicho fuera- volvía a decir, ahora dando golpes al aire – Vete por favor- dijo ahora casi llorando.
Brittany tomo de las muñecas a la morena con cuidado y logro sentarse a un lado de la cama, no sabía que decir, ni mucho menos que hacer, tener a santana tan débil y vulnerable hacia que un nudo en el estómago y garganta se formaran, bajo su vista un momento a los brazos de la morena y vio unas zonas rojizas cubiertas por una crema transparente, paso su dedo alrededor de ellas, sin tocarlas, tratando y queriendo que el dolor desapareciera, ella haría todo por curar todas las herida de su morena, le daría sus propios ojos de ser necesario.
-¿Quién eres?- insistía la latina al punto de casi llorar.
La rubia volvía hacer caso omiso a lo que decía Santana, con mucho cuidado empezó a acariciar el rostro de aquella chica que sin darse cuenta se había enamorado, no pudo evitar sonreír al pasar sus pulgares por sus labios y recordar el momento en que casi los probaba, algo que deseaba hacer desde el momento que la conoció y que estuvo a punto de suceder semanas atrás, entonces sin pensarlo dos veces, fue acercando sus labios a los de la morena, que al sentir la cercanía solamente se quedó estática, por miedo al desconocer que pasaba pero tranquila a la vez, ya que había logrado reconocer el aroma de la rubia.
-Brittany- susurro la morena al separarse del beso, pero no pudo decir más porque nuevamente sintió los labios de la rubia buscando un beso más profundo, el cual ella no se negó, sus lenguas se encontraron en un juego de caricias.
-Te amo- ahora fue Brittany quien hablo al separarse del beso, juntando sus frentes y narices, con mucho cuidado de no tocar el vendaje de la morena, la cual se refugió en los brazos de su rubia para luego llorar amargamente.
-Quiero ver- dijo en medio del llanto- quiero verte- Brittany solamente ahogo su llanto, ya que realmente no podía decir nada.
-Lo sé, lo sé, daría todo porque así fuera-
Y así quedaron, ambas abrazadas, consolándose mutuamente, convirtiendo los segundos en minutos y a ellos en horas, sin darse cuenta, se quedaron dormidas, ni el ruido de la puerta siendo abiertas las despertó. Fueron observadas por Ricardo, el cual no pudo más y dejo correr las lágrimas que llevaba reteniendo toda la tarde, unos brazos le rodearon su cintura.
-No puedo soportar la idea que yo esté aquí, viéndola y ella este sufriendo en esa cama- hablaba con lágrimas recorriendo sus mejillas y furia en sus palabras.
-Yo tampoco cariño- contestó su esposa apoyando la barbilla su hombro, para luego voltear a ver a ambas chicas dormidas en aquella cama- Ella la ama, ¿lo sabes verdad?-
-Sí, puede que al principio cuando me lo insinuaste no lo entendía muy bien, mucho menos lo aceptaba, pero al ir conociendo a Brittany me di cuenta que no hay mejor persona para mi niña- suspiro viendo la misma imagen que su esposa, la rubia tenia fuertemente agarrada a su hija mientras está dormía plácidamente en aquellos brazos.
-Yo no dude, sabía desde el comienzo que Brittany la quería de forma correcta, le tomo un tiempo a San darse cuenta de eso y ahora sé que Brittany será una pieza clave en todo esto, ella lo va a pasar muy mal y daría todo por ser yo en lugar de ella, su vida apenas comienza-
-Demandare a la maldita empresa, le hare pagar por todo este daño a mi hija-
-Sé que lo harás, pero eso no aliviara tu dolor ni el de ella, lo sabes- dijo Maribel dándole la vuelta a su esposo viendo como seguía soltando lágrimas.
-Es mi pequeña, cuando llegó a casa y la vi dormir jure que la protegería de todo, era tan pequeña y se veía tan frágil que me daban ganas de encerrarla en esas esferas de cristal para que nunca le pasara nada, verla así es como si me estuvieran apuñalando el corazón, sabes que la adoro, ella y tu son mi todo- ya no aguantó más y lloró, lloró todo lo que no había llorado en la tarde.
La noche dio paso al día, en el cual la morena al ir despertando se dio cuenta de su realidad y volvió a sentir miedo, miedo de aquella oscuridad que ahora la acaparaba. No pudo evitar empezar a moverse inquietamente, lo cual provocó que la rubia se despertara de golpe.
-Hey, Hey, tranquila San, tranquila, solo te lastimaras- trataba de calmarla.
-Dime la verdad, ¿Volveré a ver?- preguntó bruscamente, la rubia tragó en secó.
-Yo no puedo decirte nada San, no lo sé…-
-Claro que lo sabes, no me mientas, tu no, mis padres lo hicieron diciendo algo de unos estúpidos estudios, pero saben más, yo lo sé, dímelo por favor- rogaba tratando de zafarse del agarre que tenía Brittany a ella.
-San…-
-DIMELO- Brittany dio un largo suspiró y supo que no podía ocultarle la verdad.
-Ayer un especialista te reviso, dijo que…- le costaba hablar- Dijo que perdiste el 90% de tu visión, debido a la ráfaga de fuego y chispas que emitió el televisor en tu vista…- no pudo seguir debido al llanto amargo de la morena.
-Estoy ciega, soy una maldita inválida- decía en su llanto, con palabras duras y crueles.
-No, no, no digas eso, San esto lo podrás superar, yo lo sé…-
-No digas estupideces Brittany, no voy a volver a ver, seré una inútil, todo el mundo me tendrá lastima-
-No San, nada de eso, no pienses así, saldrás adelante, tus padres estarán contigo, yo estaré contigo, no me moveré de tu lado, al igual que mi madre y Alexa, todos estaremos contigo- decía la rubia meciendo en sus brazos a la morena.
-Solo seré una carga- decía llorando la latina.
-No San, no digas eso, porque es una completa mentira-
Pasaron los minutos donde la rubia consoló a la morena, hasta que el toque de la puerta hizo que se separaran, segundos después esta fue abierta dejando pasar a una enfermera.
-Bueno días, traigo el desayuno- dijo empujando una corrito con una bandeja.
-No tengo hambre…- respondió la latina.
-Tiene que comer, cuando termine vendrán por usted para hacer unos estudios, después podrá irse a casa, pero debe comer- insistió la enfermera.
-He dicho que n….-
-Déjela ahí, yo me encargo que coma- interrumpió Brittany, la enfermera asintió y sin más salió de la habitación- Bien que tenemos por aquí- decía husmeando el desayuno de la morena.
-Sea lo que sea no lo comeré, no tengo hambre-
-Bueno ni yo la tendría con esto- dijo refiriéndose al desayuno- Odias la gelatina, el yogur es de durazno el cual eres alérgica y ese sándwich se ve más viejo que Lord- dijo haciendo reír a la latina por lo último dicho – Te puedo ayudar comiéndome la gelatina, el sándwich ni por error lo tocamos y el yogurt tienes buena excusa, así que deshagámonos de todo- se levantó y fue al baño por papel para envolver el sándwich y meterlo en su chaqueta, la gelatina se la comió en dos bocados y el jugo de manzana no tenía tampoco buen aspecto, así que simplemente lo tiro por el lavabo.
Santana solamente escuchaba a Brittany por toda la habitación, sonreía sin quererlo, imaginando todo lo que hacía aquella rubia para que la enfermera no dijera nada, cuando supuso que había terminado, la sintió de nuevo a su lado en la cama.
-Bien, ahora, bajare a la cafetería por algo decente para que desayunes y veré si logró encontrar a tus papas, luego ya avisaremos para que vengan por ti- dijo Brittany acariciando la mejilla de Santana.
-No tiene caso Brittany, tu misma lo has dicho, he perdido el 90% de…-
-Shhh, tranquila, no pierdas la esperanza, pase lo que pase con esos estudios yo estaré contigo- junto su frente con la de Santana y hablaba a milímetros de sus labios.
-¿El beso de ayer… fue por lastima?- preguntó Santana muy temerosa, Brittany se apartó bruscamente de ella y sintió ganas de llorar.
-Claro que no San, ¿Por qué dices eso?-
-Porque, hemos… hemos estado tonteando durante meses y no te habías atrevido a besarme hasta ayer- dijo un tanto molesta ahora, Brittany soltó un suspiro antes de contestarle.
-Puede que así parezca pero no, moría por hacerlo, lo hago desde la primera vez que te vi en aquel gimnasio, si, sé que tal vez no fue el momento adecuado, pero nunca lo haría por lastima, yo sé que podrás… podremos salir adelante de esto-
-Entonces… si te pido que me beses ahora ¿lo harías?- Santana no obtuvo respuesta, ya que a los pocos segundos sintió nuevamente los labios de aquella rubia que tanto la enloquecía.
-Siempre que quieras te besare, aunque no lo pidas, lo hare- dijo la rubia al separarse del beso-Ahora, quédate aquí iré por tu desayuno y a ver a tus papas, Santana te amo, eso tampoco fue por lastima, te amo y mucho- sin dejar que la latina conteste se levantó y abandono la habitación.
Brittany recorría los pasillos del hospital rumbo a la cafetería, tenía un mar de sentimientos, pero no dejaba que estos la dominaran, por una parte sentí rabia y enojo por todo lo que le estaba pasando a su latina, pero también tristeza e impotencia al saber que no podía hacer nada y lo más importante, sentía amor, muchísimo amor por Santana, aquella chica que a pesar de su carácter y rabietas era muy fácil de amar.
-No te dejare sola, nunca ni aunque me lo pidas- se dijo a ella misma mientras entraba a la cafetería.
Después de comprar algo decente para que desayune Santana, tomó camino de regreso a la habitación, encontrándose a Maribel y Ricardo en la puerta de está.
-Brittany, cariño, estaba a punto de marcarte, ¿Cómo esta Santana?- preguntó a penas la vio Maribel.
-Bien, despertó un poco alterada, y lo lamento… pero, tuve que decirle la verdad…-
-¿Qué? Brittany habíamos acordado…-
-Yo sé que habíamos acordado, pero no podía ocultárselo, ella me pidió que no le mintiera y no lo hice- suspiró.
-¿Cómo lo tomó?- preguntó ahora Ricardo.
-Mal, cree que será una carga para mí y para ustedes-
-Claro que no, ¿Cómo puede pensar eso?- dijo Maribel a punto del llanto.
-Lo mismo le dije, no sé si la convencí pero si quedo más calmada, hace un rato le trajeron su desayuno pero estaba horrible, así que me deshice de ese y fue a comprarle algo mejor- señaló la bolsa de papel que traía en sus manos.
-Gracias, muchas gracias, por todo lo que haces por ella- Maribel la tomaba de un hombro y le daba una cálida mirada.
-No hay nada que agradecer, Maribel… yo amo a su hija y espero me permitan estar a su lado en este y todos los momentos de su vida, quiero…-
-Claro que lo estarás, no tienes ni porque pedirlo y sé que aunque te lo llegáramos a prohibir tu aún seguirás a su lado- dijo Ricardo sonriendo y Brittany asintió al momento.
-Creo que será mejor que ustedes pasen, hablar con ustedes igual le hará bien, yo espero aquí- les entrego la bolsa de comida- La enfermera pidió que cuando termine de comer avisen para que le hagan los estudios- ambos asintieron y luego ingresaron a la habitación.
A los 20 minutos Brittany que estaba sentada a un lado de la puerta escucho como esta se abría y salía Ricardo, el cual le sonrió y luego caminó a recepción, regreso acompañado de tres enfermeros y la enfermera de la mañana, estos cuatro sacaron de la habitación a la morena, la cual sintió como le tomaban la mano.
-Todo está bien, sea lo que sea yo estoy contigo- susurro Brittany en su oído para luego dejar un cálido besó en su mejilla
–Te amo-
Después de 40 minutos regresaron a Santana, quien tenía un vendaje nuevo y su rostro a pesar de las vendas mostraba cansancio, Brittany no lo dudo y apenas colocaron a la morena en la habitación se acomodó a un lado con ella en la cama y la rodeo con sus brazos.
-Duerme, yo estaré aquí todo el tiempo- besó su cabeza y sintió como poco a poco la morena se quedaba dormida.
-¿Cómo está?- escuchó como preguntaban desde la puerta, era su madre.
-Bien… creo, no lo sé-
-Estará bien, eso estoy segura, le costara, pero lo lograra, ¿Ya dieron los resultados?- preguntó, a lo cual su hija negó con la cabeza –Bueno, supongo que no te moverás de aquí sin ella así que te traje un cambio de ropa, tus tenis y Alexa despertó temprano y le hizo estas galletas para San, espero las coma- puso todas las cosas en el pequeño sillón que había en la habitación.
Brittany suspiró y puso la mirada en la chica que dormía en sus brazos.
-¿Sabes?, mamá, yo la amo, no soporto verla así, no puedo- dijo tratando de tragar sus lágrimas, Susan se puso a un lado de ella y acaricio su espalda.
-Siempre he sabido que la mas, tu padre y yo lo respetamos, sé qué harías cualquier cosa por cambiar las cosas, pero no es posible, solo queda estar con ella, porque si tu amas a una persona estarás con ella en las buenas y sobre todo en las malas, saldrán adelante, nosotros las ayudaremos, no está ni estas sola Britt, eso nunca- Brittany asintió dejando correr sus lágrimas pero sin soltar a Santana.
Dos horas después el mismo doctor de ayer, entró a la habitación, leyó enfrente de Maribel, Ricardo, Susan, Brittany y Santana los resultados de la última.
-Lo lamento, pero es lo que nos temíamos, el daño no es reversible, sus corneas quedaron muy comprometidas y puede que más adelante cuando estén cicatrizadas su pueda hacer algo, pero por el momento es imposible, lo lamento de…-
-Usted no lamenta nada, largo- habló Santana desde la cama.
-Señorita…-
-Largo, todos, fuera, váyanse, quiero estar sola- pidió nuevamente.
-San cariño, cálmate por favor…- intervino Maribel.
-No, no quiero a nadie, váyanse-
-Ya no hay más que podamos hacer, ella podrá irse en un par de horas, solo tienen que firmar todo en recepción, con permiso- el doctor abandono la habitación y lo siguió Susan, Ricardo y Maribel, quien volteo a ver a su hija que tenía hecho puños sus manos y sabía que estaba tratando de no llorar, luego volteo a ver a Brittany que estaba a unos cuantos paso de la cama de hija, la miro fijamente y esta negó con la cabeza, Maribel entendió y salió cerrando la puerta.
Brittany se acercó lentamente a la latina tratando de no hacer ruido y solo cuando estuvo a su lado la rodeo con sus brazos.
-Dije que no quería estar con nadie- se espantó la morena pero sabía quién era.
-Y yo dije que no te dejaría sola- fue lo único que la morena necesito para llorar, llorar como nunca lo había hecho antes en su vida.
Habían pasado unos minutos cuando el llanto nuevamente inundo la sala de espera, pero ahora era emitido por Maribel; Brittany se levantó limpiándose sus propias lagrimas para acercarse a ella y Ricardo, el cual a pesar de no estar llorando su mirada era de dolor.
-¿Qué ha pasado? ¿Le ha pasado algo a San?- preguntó alarmada.
-No, solo que se ha despertado, no está nada bien, nos ha echado de la habitación, dice que no quiere ver a nadie- respondió Ricardo tratando de consolar a su esposa.
-Brittany, yo sé que tú puedes ayudar a mi hija, entra y quédate con ella, por favor- pidió Maribel entre sollozos.
-Yo… yo no creo-
-Hija sabemos que sí, entra, mueres por estar a su lado y ella te necesita al suyo, vamos- animó Susan acariciando la espalda de su hija.
Brittany asintió a duras penas y se dirigió a paso lento a la habitación que los padres de la morena le habían indicado, tomó aire varias veces antes de entrar, ya que ni se molestaría en tocar porque sabría que la morena retaría para que no pasará. La puerta se abrió lentamente, la habitación estaba en penumbras y pudo divisar a la morena sentada en su cama, una venda cubría sus ojos y su cabello estaba suelto y un poco despeinado.
-¿Quién es?- preguntó asustada la latina -Puedo oírte, largo, dije que no quería que nadie entrara, largo- Brittany ignoraba por completo la petición de la latina, su corazón estaba encogido al verla tan vulnerable- He dicho fuera- volvía a decir, ahora dando golpes al aire – Vete por favor- dijo ahora casi llorando.
Brittany tomo de las muñecas a la morena con cuidado y logro sentarse a un lado de la cama, no sabía que decir, ni mucho menos que hacer, tener a santana tan débil y vulnerable hacia que un nudo en el estómago y garganta se formaran, bajo su vista un momento a los brazos de la morena y vio unas zonas rojizas cubiertas por una crema transparente, paso su dedo alrededor de ellas, sin tocarlas, tratando y queriendo que el dolor desapareciera, ella haría todo por curar todas las herida de su morena, le daría sus propios ojos de ser necesario.
-¿Quién eres?- insistía la latina al punto de casi llorar.
La rubia volvía hacer caso omiso a lo que decía Santana, con mucho cuidado empezó a acariciar el rostro de aquella chica que sin darse cuenta se había enamorado, no pudo evitar sonreír al pasar sus pulgares por sus labios y recordar el momento en que casi los probaba, algo que deseaba hacer desde el momento que la conoció y que estuvo a punto de suceder semanas atrás, entonces sin pensarlo dos veces, fue acercando sus labios a los de la morena, que al sentir la cercanía solamente se quedó estática, por miedo al desconocer que pasaba pero tranquila a la vez, ya que había logrado reconocer el aroma de la rubia.
-Brittany- susurro la morena al separarse del beso, pero no pudo decir más porque nuevamente sintió los labios de la rubia buscando un beso más profundo, el cual ella no se negó, sus lenguas se encontraron en un juego de caricias.
-Te amo- ahora fue Brittany quien hablo al separarse del beso, juntando sus frentes y narices, con mucho cuidado de no tocar el vendaje de la morena, la cual se refugió en los brazos de su rubia para luego llorar amargamente.
-Quiero ver- dijo en medio del llanto- quiero verte- Brittany solamente ahogo su llanto, ya que realmente no podía decir nada.
-Lo sé, lo sé, daría todo porque así fuera-
Y así quedaron, ambas abrazadas, consolándose mutuamente, convirtiendo los segundos en minutos y a ellos en horas, sin darse cuenta, se quedaron dormidas, ni el ruido de la puerta siendo abiertas las despertó. Fueron observadas por Ricardo, el cual no pudo más y dejo correr las lágrimas que llevaba reteniendo toda la tarde, unos brazos le rodearon su cintura.
-No puedo soportar la idea que yo esté aquí, viéndola y ella este sufriendo en esa cama- hablaba con lágrimas recorriendo sus mejillas y furia en sus palabras.
-Yo tampoco cariño- contestó su esposa apoyando la barbilla su hombro, para luego voltear a ver a ambas chicas dormidas en aquella cama- Ella la ama, ¿lo sabes verdad?-
-Sí, puede que al principio cuando me lo insinuaste no lo entendía muy bien, mucho menos lo aceptaba, pero al ir conociendo a Brittany me di cuenta que no hay mejor persona para mi niña- suspiro viendo la misma imagen que su esposa, la rubia tenia fuertemente agarrada a su hija mientras está dormía plácidamente en aquellos brazos.
-Yo no dude, sabía desde el comienzo que Brittany la quería de forma correcta, le tomo un tiempo a San darse cuenta de eso y ahora sé que Brittany será una pieza clave en todo esto, ella lo va a pasar muy mal y daría todo por ser yo en lugar de ella, su vida apenas comienza-
-Demandare a la maldita empresa, le hare pagar por todo este daño a mi hija-
-Sé que lo harás, pero eso no aliviara tu dolor ni el de ella, lo sabes- dijo Maribel dándole la vuelta a su esposo viendo como seguía soltando lágrimas.
-Es mi pequeña, cuando llegó a casa y la vi dormir jure que la protegería de todo, era tan pequeña y se veía tan frágil que me daban ganas de encerrarla en esas esferas de cristal para que nunca le pasara nada, verla así es como si me estuvieran apuñalando el corazón, sabes que la adoro, ella y tu son mi todo- ya no aguantó más y lloró, lloró todo lo que no había llorado en la tarde.
La noche dio paso al día, en el cual la morena al ir despertando se dio cuenta de su realidad y volvió a sentir miedo, miedo de aquella oscuridad que ahora la acaparaba. No pudo evitar empezar a moverse inquietamente, lo cual provocó que la rubia se despertara de golpe.
-Hey, Hey, tranquila San, tranquila, solo te lastimaras- trataba de calmarla.
-Dime la verdad, ¿Volveré a ver?- preguntó bruscamente, la rubia tragó en secó.
-Yo no puedo decirte nada San, no lo sé…-
-Claro que lo sabes, no me mientas, tu no, mis padres lo hicieron diciendo algo de unos estúpidos estudios, pero saben más, yo lo sé, dímelo por favor- rogaba tratando de zafarse del agarre que tenía Brittany a ella.
-San…-
-DIMELO- Brittany dio un largo suspiró y supo que no podía ocultarle la verdad.
-Ayer un especialista te reviso, dijo que…- le costaba hablar- Dijo que perdiste el 90% de tu visión, debido a la ráfaga de fuego y chispas que emitió el televisor en tu vista…- no pudo seguir debido al llanto amargo de la morena.
-Estoy ciega, soy una maldita inválida- decía en su llanto, con palabras duras y crueles.
-No, no, no digas eso, San esto lo podrás superar, yo lo sé…-
-No digas estupideces Brittany, no voy a volver a ver, seré una inútil, todo el mundo me tendrá lastima-
-No San, nada de eso, no pienses así, saldrás adelante, tus padres estarán contigo, yo estaré contigo, no me moveré de tu lado, al igual que mi madre y Alexa, todos estaremos contigo- decía la rubia meciendo en sus brazos a la morena.
-Solo seré una carga- decía llorando la latina.
-No San, no digas eso, porque es una completa mentira-
Pasaron los minutos donde la rubia consoló a la morena, hasta que el toque de la puerta hizo que se separaran, segundos después esta fue abierta dejando pasar a una enfermera.
-Bueno días, traigo el desayuno- dijo empujando una corrito con una bandeja.
-No tengo hambre…- respondió la latina.
-Tiene que comer, cuando termine vendrán por usted para hacer unos estudios, después podrá irse a casa, pero debe comer- insistió la enfermera.
-He dicho que n….-
-Déjela ahí, yo me encargo que coma- interrumpió Brittany, la enfermera asintió y sin más salió de la habitación- Bien que tenemos por aquí- decía husmeando el desayuno de la morena.
-Sea lo que sea no lo comeré, no tengo hambre-
-Bueno ni yo la tendría con esto- dijo refiriéndose al desayuno- Odias la gelatina, el yogur es de durazno el cual eres alérgica y ese sándwich se ve más viejo que Lord- dijo haciendo reír a la latina por lo último dicho – Te puedo ayudar comiéndome la gelatina, el sándwich ni por error lo tocamos y el yogurt tienes buena excusa, así que deshagámonos de todo- se levantó y fue al baño por papel para envolver el sándwich y meterlo en su chaqueta, la gelatina se la comió en dos bocados y el jugo de manzana no tenía tampoco buen aspecto, así que simplemente lo tiro por el lavabo.
Santana solamente escuchaba a Brittany por toda la habitación, sonreía sin quererlo, imaginando todo lo que hacía aquella rubia para que la enfermera no dijera nada, cuando supuso que había terminado, la sintió de nuevo a su lado en la cama.
-Bien, ahora, bajare a la cafetería por algo decente para que desayunes y veré si logró encontrar a tus papas, luego ya avisaremos para que vengan por ti- dijo Brittany acariciando la mejilla de Santana.
-No tiene caso Brittany, tu misma lo has dicho, he perdido el 90% de…-
-Shhh, tranquila, no pierdas la esperanza, pase lo que pase con esos estudios yo estaré contigo- junto su frente con la de Santana y hablaba a milímetros de sus labios.
-¿El beso de ayer… fue por lastima?- preguntó Santana muy temerosa, Brittany se apartó bruscamente de ella y sintió ganas de llorar.
-Claro que no San, ¿Por qué dices eso?-
-Porque, hemos… hemos estado tonteando durante meses y no te habías atrevido a besarme hasta ayer- dijo un tanto molesta ahora, Brittany soltó un suspiro antes de contestarle.
-Puede que así parezca pero no, moría por hacerlo, lo hago desde la primera vez que te vi en aquel gimnasio, si, sé que tal vez no fue el momento adecuado, pero nunca lo haría por lastima, yo sé que podrás… podremos salir adelante de esto-
-Entonces… si te pido que me beses ahora ¿lo harías?- Santana no obtuvo respuesta, ya que a los pocos segundos sintió nuevamente los labios de aquella rubia que tanto la enloquecía.
-Siempre que quieras te besare, aunque no lo pidas, lo hare- dijo la rubia al separarse del beso-Ahora, quédate aquí iré por tu desayuno y a ver a tus papas, Santana te amo, eso tampoco fue por lastima, te amo y mucho- sin dejar que la latina conteste se levantó y abandono la habitación.
Brittany recorría los pasillos del hospital rumbo a la cafetería, tenía un mar de sentimientos, pero no dejaba que estos la dominaran, por una parte sentí rabia y enojo por todo lo que le estaba pasando a su latina, pero también tristeza e impotencia al saber que no podía hacer nada y lo más importante, sentía amor, muchísimo amor por Santana, aquella chica que a pesar de su carácter y rabietas era muy fácil de amar.
-No te dejare sola, nunca ni aunque me lo pidas- se dijo a ella misma mientras entraba a la cafetería.
Después de comprar algo decente para que desayune Santana, tomó camino de regreso a la habitación, encontrándose a Maribel y Ricardo en la puerta de está.
-Brittany, cariño, estaba a punto de marcarte, ¿Cómo esta Santana?- preguntó a penas la vio Maribel.
-Bien, despertó un poco alterada, y lo lamento… pero, tuve que decirle la verdad…-
-¿Qué? Brittany habíamos acordado…-
-Yo sé que habíamos acordado, pero no podía ocultárselo, ella me pidió que no le mintiera y no lo hice- suspiró.
-¿Cómo lo tomó?- preguntó ahora Ricardo.
-Mal, cree que será una carga para mí y para ustedes-
-Claro que no, ¿Cómo puede pensar eso?- dijo Maribel a punto del llanto.
-Lo mismo le dije, no sé si la convencí pero si quedo más calmada, hace un rato le trajeron su desayuno pero estaba horrible, así que me deshice de ese y fue a comprarle algo mejor- señaló la bolsa de papel que traía en sus manos.
-Gracias, muchas gracias, por todo lo que haces por ella- Maribel la tomaba de un hombro y le daba una cálida mirada.
-No hay nada que agradecer, Maribel… yo amo a su hija y espero me permitan estar a su lado en este y todos los momentos de su vida, quiero…-
-Claro que lo estarás, no tienes ni porque pedirlo y sé que aunque te lo llegáramos a prohibir tu aún seguirás a su lado- dijo Ricardo sonriendo y Brittany asintió al momento.
-Creo que será mejor que ustedes pasen, hablar con ustedes igual le hará bien, yo espero aquí- les entrego la bolsa de comida- La enfermera pidió que cuando termine de comer avisen para que le hagan los estudios- ambos asintieron y luego ingresaron a la habitación.
A los 20 minutos Brittany que estaba sentada a un lado de la puerta escucho como esta se abría y salía Ricardo, el cual le sonrió y luego caminó a recepción, regreso acompañado de tres enfermeros y la enfermera de la mañana, estos cuatro sacaron de la habitación a la morena, la cual sintió como le tomaban la mano.
-Todo está bien, sea lo que sea yo estoy contigo- susurro Brittany en su oído para luego dejar un cálido besó en su mejilla
–Te amo-
Después de 40 minutos regresaron a Santana, quien tenía un vendaje nuevo y su rostro a pesar de las vendas mostraba cansancio, Brittany no lo dudo y apenas colocaron a la morena en la habitación se acomodó a un lado con ella en la cama y la rodeo con sus brazos.
-Duerme, yo estaré aquí todo el tiempo- besó su cabeza y sintió como poco a poco la morena se quedaba dormida.
-¿Cómo está?- escuchó como preguntaban desde la puerta, era su madre.
-Bien… creo, no lo sé-
-Estará bien, eso estoy segura, le costara, pero lo lograra, ¿Ya dieron los resultados?- preguntó, a lo cual su hija negó con la cabeza –Bueno, supongo que no te moverás de aquí sin ella así que te traje un cambio de ropa, tus tenis y Alexa despertó temprano y le hizo estas galletas para San, espero las coma- puso todas las cosas en el pequeño sillón que había en la habitación.
Brittany suspiró y puso la mirada en la chica que dormía en sus brazos.
-¿Sabes?, mamá, yo la amo, no soporto verla así, no puedo- dijo tratando de tragar sus lágrimas, Susan se puso a un lado de ella y acaricio su espalda.
-Siempre he sabido que la mas, tu padre y yo lo respetamos, sé qué harías cualquier cosa por cambiar las cosas, pero no es posible, solo queda estar con ella, porque si tu amas a una persona estarás con ella en las buenas y sobre todo en las malas, saldrán adelante, nosotros las ayudaremos, no está ni estas sola Britt, eso nunca- Brittany asintió dejando correr sus lágrimas pero sin soltar a Santana.
Dos horas después el mismo doctor de ayer, entró a la habitación, leyó enfrente de Maribel, Ricardo, Susan, Brittany y Santana los resultados de la última.
-Lo lamento, pero es lo que nos temíamos, el daño no es reversible, sus corneas quedaron muy comprometidas y puede que más adelante cuando estén cicatrizadas su pueda hacer algo, pero por el momento es imposible, lo lamento de…-
-Usted no lamenta nada, largo- habló Santana desde la cama.
-Señorita…-
-Largo, todos, fuera, váyanse, quiero estar sola- pidió nuevamente.
-San cariño, cálmate por favor…- intervino Maribel.
-No, no quiero a nadie, váyanse-
-Ya no hay más que podamos hacer, ella podrá irse en un par de horas, solo tienen que firmar todo en recepción, con permiso- el doctor abandono la habitación y lo siguió Susan, Ricardo y Maribel, quien volteo a ver a su hija que tenía hecho puños sus manos y sabía que estaba tratando de no llorar, luego volteo a ver a Brittany que estaba a unos cuantos paso de la cama de hija, la miro fijamente y esta negó con la cabeza, Maribel entendió y salió cerrando la puerta.
Brittany se acercó lentamente a la latina tratando de no hacer ruido y solo cuando estuvo a su lado la rodeo con sus brazos.
-Dije que no quería estar con nadie- se espantó la morena pero sabía quién era.
-Y yo dije que no te dejaría sola- fue lo único que la morena necesito para llorar, llorar como nunca lo había hecho antes en su vida.
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Una disculpa si falta alguna c o z, mi lap tenía trabadas esas teclas cuando escribio el capitulo, según yo revise y puse las que faltaban pero puede que se me haya ido alguna... Sin más espero que sea de su agrado, comentarios siempre son muy bien recibidos.
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
si mi santana sufre, yo sufro, esto es una gran prueba para el amor que esta creciendo entre Britt y Santana. mas aun cuando santana se siente una carga, muchas locuras pueden ocurrir. saludos espero tu pronta actualziacion
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
pq tenia que pasarle esto, ahora a convivir con ella y tratar de que se adapte, bueno, por lo menos que lo intente, no creo que eso sea nada facil!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Difícil comienzo ... Una historia diferente ... La seguiré
Saludos
Saludos
evean********- - Mensajes : 791
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
holap,...
empezó intenso,..
no esta ciega al 100% ahí esperanzas!!!
también ahí barios recursos,..
nos vemos!!!
empezó intenso,..
no esta ciega al 100% ahí esperanzas!!!
también ahí barios recursos,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
marthagr81@yahoo.es escribió:si mi santana sufre, yo sufro, esto es una gran prueba para el amor que esta creciendo entre Britt y Santana. mas aun cuando santana se siente una carga, muchas locuras pueden ocurrir. saludos espero tu pronta actualziacion
Poco a poco iran descubriendo como Santana va toamndo su nueva vida.
micky morales escribió:pq tenia que pasarle esto, ahora a convivir con ella y tratar de que se adapte, bueno, por lo menos que lo intente, no creo que eso sea nada facil!!!!!
Y no lo sera....
evean escribió:Difícil comienzo ... Una historia diferente ... La seguiré
Saludos
Si, comencé así porque no quise darle tantas vueltas al asunto, ojala y te guste. Saludos igualmente
3:) escribió:holap,...
empezó intenso,..
no esta ciega al 100% ahí esperanzas!!!
también ahí barios recursos,..
nos vemos!!!
Si, pero eso sera con el tiempo. Saludos
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Bueno, primero que nada, pensaba actualizar ayer pero por mi Internet que falló ya no pudo, en fin... Si es una historia un tanto diferente, me da gusto que se den cuenta de eso y lo que mas deseo es que sea de su agrado, sin mas les dejo el siguiente capítulos, saludos hasta donde me estén leyendo, buen fin de semana...
Capítulo 3
Habían pasado solamente tres días desde que Santana había salido del hospital y trataba de acoplarse a su nueva vida, aunque bueno, no había mucho a que adaptarse, en esos tres días no había puesto un solo pie fuera de su cuarto, ni levantado de la cama a excepción para ir al baño, no hablaba con nadie y se negaba a comer.
-¿Nada?- preguntó Maribel a Brittany quien bajaba con la bandeja intacta de la cena de Santana.
-No, aún nada- asentó la comida en la mesa de centro y se dejó caer en uno de los sillones, era como la vigésima vez que la morena la correteaba de su cuarto en el día y como la centésima en tres días.
-Dios, pensé que tú podrías convencerla, ahora ya no sé qué hacer, lleva todos estos días a base de agua y uno que otro bocado, estoy desesperada- lloraba Maribel con su cara escondida en sus manos.
-Ahora me va a escuchar a mí- Ricardo se levantó y subió a paso seguro las escaleras, rumbo a la habitación de su hija.
Maribel y Brittany escucharon una pelea entre padre e hija, donde Ricardo pedía, no, más bien le exigía a su hija que comiera y saliera de su habitación a lo cual la morena solo contestaba con típicos desplantes y sarcasmos característica de ella, dos minutos después Ricardo bajo con los ojos cristalinos y sus manos temblorosas.
-No sé qué hacer, no puedo, esa no es mi San- dijo sentándose en las escaleras a llorar, rápidamente su esposa se sentó a su lado y lo consoló.
…………….
Así pasaron los días, cada día uno similar al otro, Brittany pasaba la mayor parte de su tiempo en casa de los López a pesar de que Santana no la dejara estar cerca de ella pero no se rendiría tan fácilmente.
Viernes por la noche, Brittany llegaba de la universidad, arrastraba los pies por la sala, tirando su mochila en el primer sillón que vio, agarró un cojín y lo coloco en su cara, pensando que no había nadie en casa dejo que su llanto saliera libremente, se sentía tan abrumada e impotente, Santana llevaba tres semanas encerrada, a duras penas la podía ver, ya que si no cerraba la habitación con pestillo, la sacaba de la habitación tirándole todo lo que pudiera tomar, lloraba, lloraba sin contenerse, todas las noches eran lo mismo, pero hoy sintió que desde que despertó que ya no podría seguir, quería hacer lo mismo que Santana y quedarse encerrada en su cuarto llorando.
-Ahora mismo Santana López está en mi lista negra- Brittany se limpió rápidamente sus lágrimas al escuchar la voz de su padre, acopló su vista a la poca luz que había y lo vio, Robert Pierce de pie en medio de la sala, justamente enfrente de ella con su uniforme militar.
-¡PAPA!- no pudo evitar gritar y tirarse a los brazos de su padre.
Robert estaba en el ejército, lo cual hacía que constantemente estuviera de viaje por muy largos periodos de tiempo, cuando se enteró de lo ocurrido con la pequeña latina que tanto traía loca a su hija y que a él le caía muy bien quiso regresar, pero la situación no se lo permitió hasta el día de hoy.
-Prométeme que ya no te volverás a ir- pidió la rubia en los brazos de su padre.
-No cariño, ya no más, este viejo ahora se quedara en casa a lado de su familia, un lugar donde nunca se debió ir- Brittany no puedo evitar sonreír, por fin, su padre se había dado de baja en el ejército, cumpliendo con su última misión, regresando sano y salvo, tal como lo había prometido antes de su partida, Brittany estaba consciente de todos los peligro que implica la guerra y paso más de una noche en desvelo con el miedo que al día siguiente llegara un oficial del ejército informando que habían matado a su padre o una bomba hubiera alcanzado su campamento.
-Me has hecho muchísima falta, mama no me abraza como tú- lloraba y reía la rubia.
-Estoy aquí, y te puedo escuchar por si lo dudabas- contestaba su madre entrando a la casa y asentando las llaves del auto en la mesa de la entrada.
-Papa, yo también quiero abrazo- pidió Alexa mientras trataba de meterse entre los brazos de Brittany y su padre –No llores Britt, papá ya está aquí y me prometió que no se va a volver a ir, que lo más lejos que se ira será a la habitación de invitado y eso cuando mami se enoje con él- dijo Alexa inocentemente.
-Robert…- reclamó Susan desde la cocina, Brittany no puedo evitar reír.
-Era broma cariño… Alex no digas todo lo que te cuento- susurro lo último para sus hijas, para luego volverlas a abrazar.
Así estuvieron por unos 30 minutos hasta que Susan llamó a Alex para que Brittany y su padre pudieran hablar con calma.
-¿Cómo está?- preguntó al momento de quedar solo con su hija. Brittany soltó un largo suspiro.
-Mal, no deja que nadie se acerque, ha perdido mucho peso, la única vez que ha salido de su casa fue hace una semana y eso porque tenía cita con el médico, Ricardo la cargó y metió al carro por la fuerza-
-Vaya, sabía que era terca y obstinada, pero nunca me imaginé que tanto así- pensaba en voz alta.
-Papá ya no sé qué hacer, todos estamos desesperados, hasta hicimos que Alexa fuera, también la corrió, amablemente pero lo hizo, los doctores han recomendado que vea a un psicólogo, pero no deja ya que ni entremos a su habitación y estoy segura que la próxima vez que Ricardo la quiera cargar Santana se defenderá, ya sabes, su especialidad son los golpes bajo- dijo sin poder evitar sonreír, la morena en más de una ocasión había puesto en práctica ese movimiento.
-Pobre Ricardo, no quisiera ser él- dijo haciendo reír a su hija- Ahora… ¿Cómo estás tú?-
-Mal, papá, no deja ni acercarme, no deja que nadie lo haga, me mata verla así, haría todo porque la situación fuera diferente, le daría hasta mis ojos de ser necesario, papa… la amo, más de lo que llegue a pensar- dijo volviendo a llorar.
-Tranquila mi niña, pronto las cosas mejoraran, deben darle tiempo, lo que está pasando ahora mismo no es nada fácil, yo sé que solo la quieres ayudar, pero dale su espacio- consolaba a su hija.
Después de una larga charla y abrazos de consuelo Brittany quedo profundamente dormida, Robert la tuvo que cargar en sus brazos y subirla a su habitación.
-Estos últimos fines de semana me pide que la despierte temprano para irse a casa de Santana, a pesar de todo no se rinde- dijo Susan desde el marco de la puerta de su hija mayor mientras observaba a su marido acomodándola en su cama.
-Si… pero mañana déjala dormir, Santana tendrá la visita de un Pierce pero no precisamente será mi niña- habló Robert a lado de su esposa, la cual solo alzó una ceja para luego asentir, no pensaba llevarle la contraria a su esposo.
Otro día en la oscura vida de Santana comenzaba, ya no usaba el vendaje, el doctor le había sugerido usar lentes de sol, pero la morena ni se molestó en conseguir unos, ya que no pensaba salir de su habitación en un largo periodo.
-Buenos días cariños, te traje tu desayuno, waffles, con maple y fresa, que tanto te gusta, son de la primera cosecha del año- entró Maribel, tratando de dar ánimos a su hija como todas las mañanas.
-No quiero, llévatelos- contesto dándole la espalda a su madre.
-Vamos San, adoras las fresas, están son grande y muy dulces, no pude resistir comer una a penas las vi- insistía Maribel.
-Bueno, al igual que tu solo comeré cuando las vea- dijo de mala gana aún sin voltearse.
Maribel dio un largo suspiro, luego dejo la bandeja de desayuno en el lugar de siempre y abandono la habitación, su hija se estaba autodestruyendo y no sabía qué hacer para evitarlo. Estaba limpiando la cocina cuando escucho el timbre sonar.
-Brittany como siempre puntual- dijo viendo su reloj que marcaba las 9:00 am y se dirigía a la puerta, pero se sorprendió de ver al mayor de los Pierce de pie en la puerta con ropa normal y una gran sonrisa- Oh…por…dios…- casi grita llevándose una mano a la boca.
-Buenos días Maribel- saludó Robert riendo antes la actitud de su amiga.
-Robert, no lo puedo creer- dijo lanzándose a los brazos de aquel hombre –Por fin estas en casa-
-Sí y ya no pienso irme jamás-
-No me imagino la alegría de Susan y las niñas- comentó alegremente al separarse del abrazo.
-Sí, Alexa tenía miedo de que me fuera como las veces pasadas así que durmió entre Susan y yo… es bueno estar en casa- sonrió pensando en su pequeña hija que esta misma mañana se había colgado de su pierna pidiendo que no se fuera, le tomó 15 minutos convencerla de que no sería así, eso y mostrarle que en lugar de su uniforme llevaba ropa normal.
-Pobre, pero si, es bueno tenerte por aquí… ¿quieres pasar?- el asintió y pasaron a la sala, en la cual Maribel le sirvió un café.
-Brittany ya me ha contado el estado de San, tanto físico como emocional-
-Si… ella no se ha separado de mi hija a pesar de que ella la rechaza todos los días y a veces muy groseramente- se disculpó Maribel con aquel hombre.
-No te preocupes por eso, pero digamos que he venido a hablar con Santana, claro si tú me lo permites- pidió mientras le daba un sorbo a su café.
-Por supuesto, ahora mismo creo que estaría dispuesta a que te la lleves a tu cuartel y trataras que razonara a golpes- dijo bromeando pero con una sonrisa forzada.
-Bueno, espero y eso no sea necesario, veamos que me tiene esa pequeña latina- se puso de pie y camino rumbo a la habitación de la morena.
Santana seguía en la misma posición en la que la había dejado su madre, moría de hambre, pero no quería levantarse, ya que si lo hacía y buscaba la bandeja de desayuno que le había dejado su madre haría un desastre como días anteriores tratando de buscar su celular. A los pocos minutos escuchó como tocaban la puerta, dio un largo suspiro sabía que era Brittany que por si no le fallaba la cuenta de sus días era sábado y la rubia siempre se aparecía después del desayuno, la puerta se abrió y sintió como alguien caminaba a su cama.
-Brittany ya te dije que quiero estar sola- dijo sin moverse y de mala gana.
-No soy Brittany, pero si uso una peluca y me pones a dieta puede que me parezca a ella- dijo una voz que reconocía muy bien, Santana se dio la vuelta y sentó en la cama.
-¿Robert?- preguntó completamente sorprendida.
-El único y original Robert Pierce-
-Por Dios, ¿Cuándo has regresado?- la latina estaba emocionada, aquel hombre era todo para su rubia, tantas noches la acompaño en su llanto y la tranquilizaba para tratar de alejar todos los malos pensamientos acerca de él y la guerra, saber que había vuelto sano y salvo de su última misión hacia que sonriera después de tanto días.
-Ayer en la tarde/noche-
-Por Dios, Brittany debe estar muy feliz, no me imagino a Alexa y Susan, igual yo- hablaba emocionada.
-Sí, claro que lo están, pero a comparación tuya yo no me alegro de verte- sonaba serió.
-¿No?- preguntó extrañada la latina.
-En lo absoluto, ¿Sabes cómo encontré a mi hija a causa tuya?- la latina no supo que contestar- Debería estarte golpeando en este mismo momento, la última vez que me fui me prometiste que la cuidarías y harías todo por hacerla feliz ¿Lo recuerdas?- Santana asintió recordando ese momento afuera de la casa de los Pierce después de año nuevo momento antes que Robert se fuera – No has cumplido con tu palabra-
-Ni lo hare, Robert, así no puedo…-
-¿Qué te limita a no hacerlo?-
-¿Enserio preguntas eso? No creo que no te hayan contado o no te hayas dado cuenta- hizo referencia a su ojos.
-No pensé que fueras tan débil Santana López, de haberlo sabido desde un principio no hubiera dejado que mi hija se acercara a ti, es más ni ella ni nadie de mi familia- al escuchar eso Santana trataba de contener las lágrimas que se formaban en sus ojos.
-Vete- dijo tratando de no llorar.
-¿Para qué? ¿Para seguir hundiéndote en tu miseria?-
-Largo- dijo ahora molesta.
-A mí no me intimida ese tono de voz, no puedo creer que fue lo que vio mi hija en ti, ¿Sabes? me dijo que te había besado, ahora que llegué a casa no dudare en lavarle la boca, tengo miedo que tu desgracia se contagie- mantuvo su tono de voz, sabía que con esa latina no había otro modo.
-Tranquilo, no estará igual que yo a menos que otro maldito televisor explote…-
-No Santana, no me refiero a tu falta de visión, me refiero a tu falta de ganas de vivir, lo que te paso es trágico lo sé, lo he visto y lo he vivido- hizo sonar contra la pared la prótesis de plástico que tenía de su pie derecho- Yo también perdí algo…-
-Pero no es lo mismo, puedes ver, puedes ver a tu familia, mirar atardeceres, leer… verla reír, sonrojarse y hacer esas caras de desagrado cuando le dan algo de comer que no le gusta- Robert sabía muy bien a quien se refería – Yo perdí todo eso, no es algo que puedan sustituir por algo de plástico, su sonrisa jamás se podría sustituir- Santana ya no podía más, dejaba correr sus lágrimas.
-La noche que perdí mi pie fuimos atacados en el campamento, nadie se lo esperaba, yo dormía cuando una granada alcanzó mi tienda de acampar… mi mejor amigo murió esa noche junto con dos colegas más, también pude haber muerto ese día, a pesar de tener destrozado el pie me las arregle para salir de la tienda, me arrastre hasta nuestra zona de entrenamiento, ahí perdí la conciencia- relataba mientras se acercaba a la cama de la latina y tomaba asiento en la punta de está- Cuando desperté me dijeron que no pudieron hacer nada por mi miembro y me informaron de la muerte de los demás, sentí rabia y odio por todos, hasta que me puse a pensar en mi familia, Santana, estaba vivo, la vida me había dado una oportunidad al igual que te la está dando a ti-
-Pero Robert yo no quiero ser una carga, no puedo ni moverme dentro de mi propia habitación sin hacer un desastre- decía llorando.
-Al principio yo tampoco, usando muletas o de plano la silla de ruedas, me negué en regresar a casa por los mismos motivos que tú, pero entendí que las necesitaba y sobre todo que ellas me necesitaban Susan estaba embarazada de Alexa y Brittany necesitaba a su padre, me costó mucho, muchísimo ponerme de pie y seguir adelante pero lo hice- rodeo a Santana con sus brazos y la mecía como si de Brittany se tratara- No serás una carga, ellos solo serán una guía y tu soporte en lo que te acoplas, no será nada fácil, pero no debes rendirte, yo me fui dejando a una fuerte y firme latina, no a esta que llora por los rincones-
-Tengo miedo, miedo de olvidar todo, los colores, las formas, las persona… su cara- decía llorando.
-Algo que amas, jamás será borrado, porque uno lo tiene guardado aquí- señalo su corazón- Y no aquí- ahora su cabeza – Así que no tengas miedo, esto solo es una prueba y vendrán muchas más, las cuales te pueden hacer caer pero nosotros estaremos para levantarte, sobre todo ella- seguía abrazando a Santana.
-Ella me odia ahora, yo lo sé, la he tratado muy mal- dijo separándose del abrazó, lo cual Robert no pudo evitar reír.
-Mi hija hace de todo menos odiarte, a mi muy pesar y por cabezota que seas ella te ama-
Estuvieron platicando alrededor de 30 minutos más y luego Robert se despidió, feliz de dejando a una Santana un poco más animada de la que cuando llego.
-Por cierto, date una ducha, cámbiate por lo menos de pijama, te ves espantosa y apestas- dijo desde el marco de la puerta del cuarto de la latina, la cual tomó una de sus almohadas, no dudo en tirársela y para su buena suerte dio justamente en el rostro del hombre- Joder, pensé que no veías… mi hermoso rostro- se quejaba mientras la latina reía.
Robert bajó las escaleras y se encontró con Ricardo y Maribel sentados en la sala, los cuales se acercaron a penas lo vieron.
-¿Y bien? ¿Te empaco todo para que te la lleves?- preguntó Ricardo.
-Por el momento no creo que sea necesario, puede que me haya pasado un poco pero creo que funciono- dijo sonriendo, unos brazos envolvieron a Robert y escuchó unos suspiros de alivio.
-Muchas, muchas gracias- decía Ricardo en el abrazo- De saber que tú la ayudarías hubiera ido yo mismo por ti- dijo al separase del abrazo, Maribel hizo lo mismo que su esposo y no dejaba de agradecerle.
-Bueno misión cumplida, hora de ir a mi cuartel que mi hermosa sargenta quiere mi trasero todo el fin de semana con ella- bromeo, haciendo reír a los López para luego abandonar la casa.
-¿Nada?- preguntó Maribel a Brittany quien bajaba con la bandeja intacta de la cena de Santana.
-No, aún nada- asentó la comida en la mesa de centro y se dejó caer en uno de los sillones, era como la vigésima vez que la morena la correteaba de su cuarto en el día y como la centésima en tres días.
-Dios, pensé que tú podrías convencerla, ahora ya no sé qué hacer, lleva todos estos días a base de agua y uno que otro bocado, estoy desesperada- lloraba Maribel con su cara escondida en sus manos.
-Ahora me va a escuchar a mí- Ricardo se levantó y subió a paso seguro las escaleras, rumbo a la habitación de su hija.
Maribel y Brittany escucharon una pelea entre padre e hija, donde Ricardo pedía, no, más bien le exigía a su hija que comiera y saliera de su habitación a lo cual la morena solo contestaba con típicos desplantes y sarcasmos característica de ella, dos minutos después Ricardo bajo con los ojos cristalinos y sus manos temblorosas.
-No sé qué hacer, no puedo, esa no es mi San- dijo sentándose en las escaleras a llorar, rápidamente su esposa se sentó a su lado y lo consoló.
…………….
Así pasaron los días, cada día uno similar al otro, Brittany pasaba la mayor parte de su tiempo en casa de los López a pesar de que Santana no la dejara estar cerca de ella pero no se rendiría tan fácilmente.
Viernes por la noche, Brittany llegaba de la universidad, arrastraba los pies por la sala, tirando su mochila en el primer sillón que vio, agarró un cojín y lo coloco en su cara, pensando que no había nadie en casa dejo que su llanto saliera libremente, se sentía tan abrumada e impotente, Santana llevaba tres semanas encerrada, a duras penas la podía ver, ya que si no cerraba la habitación con pestillo, la sacaba de la habitación tirándole todo lo que pudiera tomar, lloraba, lloraba sin contenerse, todas las noches eran lo mismo, pero hoy sintió que desde que despertó que ya no podría seguir, quería hacer lo mismo que Santana y quedarse encerrada en su cuarto llorando.
-Ahora mismo Santana López está en mi lista negra- Brittany se limpió rápidamente sus lágrimas al escuchar la voz de su padre, acopló su vista a la poca luz que había y lo vio, Robert Pierce de pie en medio de la sala, justamente enfrente de ella con su uniforme militar.
-¡PAPA!- no pudo evitar gritar y tirarse a los brazos de su padre.
Robert estaba en el ejército, lo cual hacía que constantemente estuviera de viaje por muy largos periodos de tiempo, cuando se enteró de lo ocurrido con la pequeña latina que tanto traía loca a su hija y que a él le caía muy bien quiso regresar, pero la situación no se lo permitió hasta el día de hoy.
-Prométeme que ya no te volverás a ir- pidió la rubia en los brazos de su padre.
-No cariño, ya no más, este viejo ahora se quedara en casa a lado de su familia, un lugar donde nunca se debió ir- Brittany no puedo evitar sonreír, por fin, su padre se había dado de baja en el ejército, cumpliendo con su última misión, regresando sano y salvo, tal como lo había prometido antes de su partida, Brittany estaba consciente de todos los peligro que implica la guerra y paso más de una noche en desvelo con el miedo que al día siguiente llegara un oficial del ejército informando que habían matado a su padre o una bomba hubiera alcanzado su campamento.
-Me has hecho muchísima falta, mama no me abraza como tú- lloraba y reía la rubia.
-Estoy aquí, y te puedo escuchar por si lo dudabas- contestaba su madre entrando a la casa y asentando las llaves del auto en la mesa de la entrada.
-Papa, yo también quiero abrazo- pidió Alexa mientras trataba de meterse entre los brazos de Brittany y su padre –No llores Britt, papá ya está aquí y me prometió que no se va a volver a ir, que lo más lejos que se ira será a la habitación de invitado y eso cuando mami se enoje con él- dijo Alexa inocentemente.
-Robert…- reclamó Susan desde la cocina, Brittany no puedo evitar reír.
-Era broma cariño… Alex no digas todo lo que te cuento- susurro lo último para sus hijas, para luego volverlas a abrazar.
Así estuvieron por unos 30 minutos hasta que Susan llamó a Alex para que Brittany y su padre pudieran hablar con calma.
-¿Cómo está?- preguntó al momento de quedar solo con su hija. Brittany soltó un largo suspiro.
-Mal, no deja que nadie se acerque, ha perdido mucho peso, la única vez que ha salido de su casa fue hace una semana y eso porque tenía cita con el médico, Ricardo la cargó y metió al carro por la fuerza-
-Vaya, sabía que era terca y obstinada, pero nunca me imaginé que tanto así- pensaba en voz alta.
-Papá ya no sé qué hacer, todos estamos desesperados, hasta hicimos que Alexa fuera, también la corrió, amablemente pero lo hizo, los doctores han recomendado que vea a un psicólogo, pero no deja ya que ni entremos a su habitación y estoy segura que la próxima vez que Ricardo la quiera cargar Santana se defenderá, ya sabes, su especialidad son los golpes bajo- dijo sin poder evitar sonreír, la morena en más de una ocasión había puesto en práctica ese movimiento.
-Pobre Ricardo, no quisiera ser él- dijo haciendo reír a su hija- Ahora… ¿Cómo estás tú?-
-Mal, papá, no deja ni acercarme, no deja que nadie lo haga, me mata verla así, haría todo porque la situación fuera diferente, le daría hasta mis ojos de ser necesario, papa… la amo, más de lo que llegue a pensar- dijo volviendo a llorar.
-Tranquila mi niña, pronto las cosas mejoraran, deben darle tiempo, lo que está pasando ahora mismo no es nada fácil, yo sé que solo la quieres ayudar, pero dale su espacio- consolaba a su hija.
Después de una larga charla y abrazos de consuelo Brittany quedo profundamente dormida, Robert la tuvo que cargar en sus brazos y subirla a su habitación.
-Estos últimos fines de semana me pide que la despierte temprano para irse a casa de Santana, a pesar de todo no se rinde- dijo Susan desde el marco de la puerta de su hija mayor mientras observaba a su marido acomodándola en su cama.
-Si… pero mañana déjala dormir, Santana tendrá la visita de un Pierce pero no precisamente será mi niña- habló Robert a lado de su esposa, la cual solo alzó una ceja para luego asentir, no pensaba llevarle la contraria a su esposo.
Otro día en la oscura vida de Santana comenzaba, ya no usaba el vendaje, el doctor le había sugerido usar lentes de sol, pero la morena ni se molestó en conseguir unos, ya que no pensaba salir de su habitación en un largo periodo.
-Buenos días cariños, te traje tu desayuno, waffles, con maple y fresa, que tanto te gusta, son de la primera cosecha del año- entró Maribel, tratando de dar ánimos a su hija como todas las mañanas.
-No quiero, llévatelos- contesto dándole la espalda a su madre.
-Vamos San, adoras las fresas, están son grande y muy dulces, no pude resistir comer una a penas las vi- insistía Maribel.
-Bueno, al igual que tu solo comeré cuando las vea- dijo de mala gana aún sin voltearse.
Maribel dio un largo suspiro, luego dejo la bandeja de desayuno en el lugar de siempre y abandono la habitación, su hija se estaba autodestruyendo y no sabía qué hacer para evitarlo. Estaba limpiando la cocina cuando escucho el timbre sonar.
-Brittany como siempre puntual- dijo viendo su reloj que marcaba las 9:00 am y se dirigía a la puerta, pero se sorprendió de ver al mayor de los Pierce de pie en la puerta con ropa normal y una gran sonrisa- Oh…por…dios…- casi grita llevándose una mano a la boca.
-Buenos días Maribel- saludó Robert riendo antes la actitud de su amiga.
-Robert, no lo puedo creer- dijo lanzándose a los brazos de aquel hombre –Por fin estas en casa-
-Sí y ya no pienso irme jamás-
-No me imagino la alegría de Susan y las niñas- comentó alegremente al separarse del abrazo.
-Sí, Alexa tenía miedo de que me fuera como las veces pasadas así que durmió entre Susan y yo… es bueno estar en casa- sonrió pensando en su pequeña hija que esta misma mañana se había colgado de su pierna pidiendo que no se fuera, le tomó 15 minutos convencerla de que no sería así, eso y mostrarle que en lugar de su uniforme llevaba ropa normal.
-Pobre, pero si, es bueno tenerte por aquí… ¿quieres pasar?- el asintió y pasaron a la sala, en la cual Maribel le sirvió un café.
-Brittany ya me ha contado el estado de San, tanto físico como emocional-
-Si… ella no se ha separado de mi hija a pesar de que ella la rechaza todos los días y a veces muy groseramente- se disculpó Maribel con aquel hombre.
-No te preocupes por eso, pero digamos que he venido a hablar con Santana, claro si tú me lo permites- pidió mientras le daba un sorbo a su café.
-Por supuesto, ahora mismo creo que estaría dispuesta a que te la lleves a tu cuartel y trataras que razonara a golpes- dijo bromeando pero con una sonrisa forzada.
-Bueno, espero y eso no sea necesario, veamos que me tiene esa pequeña latina- se puso de pie y camino rumbo a la habitación de la morena.
Santana seguía en la misma posición en la que la había dejado su madre, moría de hambre, pero no quería levantarse, ya que si lo hacía y buscaba la bandeja de desayuno que le había dejado su madre haría un desastre como días anteriores tratando de buscar su celular. A los pocos minutos escuchó como tocaban la puerta, dio un largo suspiro sabía que era Brittany que por si no le fallaba la cuenta de sus días era sábado y la rubia siempre se aparecía después del desayuno, la puerta se abrió y sintió como alguien caminaba a su cama.
-Brittany ya te dije que quiero estar sola- dijo sin moverse y de mala gana.
-No soy Brittany, pero si uso una peluca y me pones a dieta puede que me parezca a ella- dijo una voz que reconocía muy bien, Santana se dio la vuelta y sentó en la cama.
-¿Robert?- preguntó completamente sorprendida.
-El único y original Robert Pierce-
-Por Dios, ¿Cuándo has regresado?- la latina estaba emocionada, aquel hombre era todo para su rubia, tantas noches la acompaño en su llanto y la tranquilizaba para tratar de alejar todos los malos pensamientos acerca de él y la guerra, saber que había vuelto sano y salvo de su última misión hacia que sonriera después de tanto días.
-Ayer en la tarde/noche-
-Por Dios, Brittany debe estar muy feliz, no me imagino a Alexa y Susan, igual yo- hablaba emocionada.
-Sí, claro que lo están, pero a comparación tuya yo no me alegro de verte- sonaba serió.
-¿No?- preguntó extrañada la latina.
-En lo absoluto, ¿Sabes cómo encontré a mi hija a causa tuya?- la latina no supo que contestar- Debería estarte golpeando en este mismo momento, la última vez que me fui me prometiste que la cuidarías y harías todo por hacerla feliz ¿Lo recuerdas?- Santana asintió recordando ese momento afuera de la casa de los Pierce después de año nuevo momento antes que Robert se fuera – No has cumplido con tu palabra-
-Ni lo hare, Robert, así no puedo…-
-¿Qué te limita a no hacerlo?-
-¿Enserio preguntas eso? No creo que no te hayan contado o no te hayas dado cuenta- hizo referencia a su ojos.
-No pensé que fueras tan débil Santana López, de haberlo sabido desde un principio no hubiera dejado que mi hija se acercara a ti, es más ni ella ni nadie de mi familia- al escuchar eso Santana trataba de contener las lágrimas que se formaban en sus ojos.
-Vete- dijo tratando de no llorar.
-¿Para qué? ¿Para seguir hundiéndote en tu miseria?-
-Largo- dijo ahora molesta.
-A mí no me intimida ese tono de voz, no puedo creer que fue lo que vio mi hija en ti, ¿Sabes? me dijo que te había besado, ahora que llegué a casa no dudare en lavarle la boca, tengo miedo que tu desgracia se contagie- mantuvo su tono de voz, sabía que con esa latina no había otro modo.
-Tranquilo, no estará igual que yo a menos que otro maldito televisor explote…-
-No Santana, no me refiero a tu falta de visión, me refiero a tu falta de ganas de vivir, lo que te paso es trágico lo sé, lo he visto y lo he vivido- hizo sonar contra la pared la prótesis de plástico que tenía de su pie derecho- Yo también perdí algo…-
-Pero no es lo mismo, puedes ver, puedes ver a tu familia, mirar atardeceres, leer… verla reír, sonrojarse y hacer esas caras de desagrado cuando le dan algo de comer que no le gusta- Robert sabía muy bien a quien se refería – Yo perdí todo eso, no es algo que puedan sustituir por algo de plástico, su sonrisa jamás se podría sustituir- Santana ya no podía más, dejaba correr sus lágrimas.
-La noche que perdí mi pie fuimos atacados en el campamento, nadie se lo esperaba, yo dormía cuando una granada alcanzó mi tienda de acampar… mi mejor amigo murió esa noche junto con dos colegas más, también pude haber muerto ese día, a pesar de tener destrozado el pie me las arregle para salir de la tienda, me arrastre hasta nuestra zona de entrenamiento, ahí perdí la conciencia- relataba mientras se acercaba a la cama de la latina y tomaba asiento en la punta de está- Cuando desperté me dijeron que no pudieron hacer nada por mi miembro y me informaron de la muerte de los demás, sentí rabia y odio por todos, hasta que me puse a pensar en mi familia, Santana, estaba vivo, la vida me había dado una oportunidad al igual que te la está dando a ti-
-Pero Robert yo no quiero ser una carga, no puedo ni moverme dentro de mi propia habitación sin hacer un desastre- decía llorando.
-Al principio yo tampoco, usando muletas o de plano la silla de ruedas, me negué en regresar a casa por los mismos motivos que tú, pero entendí que las necesitaba y sobre todo que ellas me necesitaban Susan estaba embarazada de Alexa y Brittany necesitaba a su padre, me costó mucho, muchísimo ponerme de pie y seguir adelante pero lo hice- rodeo a Santana con sus brazos y la mecía como si de Brittany se tratara- No serás una carga, ellos solo serán una guía y tu soporte en lo que te acoplas, no será nada fácil, pero no debes rendirte, yo me fui dejando a una fuerte y firme latina, no a esta que llora por los rincones-
-Tengo miedo, miedo de olvidar todo, los colores, las formas, las persona… su cara- decía llorando.
-Algo que amas, jamás será borrado, porque uno lo tiene guardado aquí- señalo su corazón- Y no aquí- ahora su cabeza – Así que no tengas miedo, esto solo es una prueba y vendrán muchas más, las cuales te pueden hacer caer pero nosotros estaremos para levantarte, sobre todo ella- seguía abrazando a Santana.
-Ella me odia ahora, yo lo sé, la he tratado muy mal- dijo separándose del abrazó, lo cual Robert no pudo evitar reír.
-Mi hija hace de todo menos odiarte, a mi muy pesar y por cabezota que seas ella te ama-
Estuvieron platicando alrededor de 30 minutos más y luego Robert se despidió, feliz de dejando a una Santana un poco más animada de la que cuando llego.
-Por cierto, date una ducha, cámbiate por lo menos de pijama, te ves espantosa y apestas- dijo desde el marco de la puerta del cuarto de la latina, la cual tomó una de sus almohadas, no dudo en tirársela y para su buena suerte dio justamente en el rostro del hombre- Joder, pensé que no veías… mi hermoso rostro- se quejaba mientras la latina reía.
Robert bajó las escaleras y se encontró con Ricardo y Maribel sentados en la sala, los cuales se acercaron a penas lo vieron.
-¿Y bien? ¿Te empaco todo para que te la lleves?- preguntó Ricardo.
-Por el momento no creo que sea necesario, puede que me haya pasado un poco pero creo que funciono- dijo sonriendo, unos brazos envolvieron a Robert y escuchó unos suspiros de alivio.
-Muchas, muchas gracias- decía Ricardo en el abrazo- De saber que tú la ayudarías hubiera ido yo mismo por ti- dijo al separase del abrazo, Maribel hizo lo mismo que su esposo y no dejaba de agradecerle.
-Bueno misión cumplida, hora de ir a mi cuartel que mi hermosa sargenta quiere mi trasero todo el fin de semana con ella- bromeo, haciendo reír a los López para luego abandonar la casa.
Última edición por BrittanaV el Sáb Abr 09, 2016 2:25 am, editado 1 vez
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
si lo que el sr. Pierce le dio a Santana es lo que necesita para recapacitar y surgir de nuevo aunque no es facil, que le den dosis diarias, asi poco a poco se recuperara, quiero que se recupere y ya no lastime a Britt
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Bueno hay que entenderla, no debe ser facil de ninguna manera pero esperemos que ahora si salga de esta poco a poco para que pda estar con britt!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
holap,..
es bueno que Robert se allá animado a hablar o a centrar a san,....
espero que salgo de su depresión,..
nos vemos!!!
es bueno que Robert se allá animado a hablar o a centrar a san,....
espero que salgo de su depresión,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Me gusta....
Saludos
Saludos
evean********- - Mensajes : 791
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
marthagr81@yahoo.es escribió:si lo que el sr. Pierce le dio a Santana es lo que necesita para recapacitar y surgir de nuevo aunque no es facil, que le den dosis diarias, asi poco a poco se recuperara, quiero que se recupere y ya no lastime a Britt
El Sr Pierce fue pieza calve en todo esto y para ser sincera no lo tenía contemplado en la historia jajajaja... saludos
micky morales escribió:Bueno hay que entenderla, no debe ser facil de ninguna manera pero esperemos que ahora si salga de esta poco a poco para que pda estar con britt!!!
Si, de poco en poco... saludos.
3:) escribió:holap,..
es bueno que Robert se allá animado a hablar o a centrar a san,....
espero que salgo de su depresión,..
nos vemos!!!
Pronto verán que sucede... saludos.
evean escribió:Me gusta....
Saludos
Es un placer saber que te esta gustando, espero y así siga... saludos
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Hola... Primero que nada una disculpa, tenía pensado actualizar ayer pero me fue de recolección a la playa con mi salón y regrese con tremenda insolación que hasta el momento no me encuentro a mi misma de lo quemada que esto :(.
En fin... Siguiente capitulo, nos centraremos ahora en como San se recupera, ya más adelante iremos dando saltos en el tiempo, porque como dije, no es mi intensión hacer muy larga la historia, pero cada vez que escribo o fantaseo en mis clases, se me ocurren ideas que quisiera poner en la historia, ya veremos como se dan las cosas, espero tengan una buena semana. Un consejo... cuídense del sol (se que no tiene absolutamente nada que ver con la historia) con el cambio climático (que ya NO es un mito, si no una realidad) el sol y el calor son mas fuertes y dañinos para la piel, se los dice alguien con la espalda tostada... Sin mas ya no les aburro más, espero estén bien y nos leamos pronto... saludos
En fin... Siguiente capitulo, nos centraremos ahora en como San se recupera, ya más adelante iremos dando saltos en el tiempo, porque como dije, no es mi intensión hacer muy larga la historia, pero cada vez que escribo o fantaseo en mis clases, se me ocurren ideas que quisiera poner en la historia, ya veremos como se dan las cosas, espero tengan una buena semana. Un consejo... cuídense del sol (se que no tiene absolutamente nada que ver con la historia) con el cambio climático (que ya NO es un mito, si no una realidad) el sol y el calor son mas fuertes y dañinos para la piel, se los dice alguien con la espalda tostada... Sin mas ya no les aburro más, espero estén bien y nos leamos pronto... saludos
Capítulo 4
Eran las 10:50 am Brittany caminaba a paso rápido las pocas cuadras que separaba su casa de la latina, su madre no la había despertado a la hora de siempre, se levantó solamente cambiándose para luego irse a casa de los López, apenas llegó dio un par de golpes y una sonriente Maribel abrió la puerta.
-Buenos días Brittany- saludo animadamente, algo que extraño a la rubia.
-Buenos días Maribel, disculpa la hora, pero me he quedado dormida- se excusó.
-No te preocupes por eso… pasa, Santana esta donde siempre- dijo haciendo referencia a la habitación de su hija, lo cual Brittany asintió y subió de dos en dos las escaleras, a pesar de los malos tratos recibidos por parte de la morena bastaba con verla todos los días para que su día fuera un poquito mejor.
Al estar enfrente de la puerta dio un largo suspiro, preparándose mentalmente para el rechazo de Santana, dio unos pequeños golpes y escucho un “pase” por parte de la morena, algo aún más extraño para la rubia. Al entrar se sorprendió de no ver a la latina en su cama como siempre, analizo la habitación y vio su ropa esparcida por un camino que daba al baño de la propia habitación.
-¿Mama?- preguntó la morena desde el baño.
-No… Soy Brittany- dijo dudando.
-Britt, ¿me puedes pasar la ropa que está en mi cama?- pidió la latina.
Brittany no dijo nada y tomo la ropa que estaba en la cama, para luego acercarse a la puerta y entregársela, pasaron unos minutos cuando Santana salió del baño, con una toalla alrededor de su cabeza, sus jeans favoritos, tenis y su blusa de “Lebanesa” colocada al revés, Brittany suprimo una pequeña risa al verla, no quería hacerla sentir mal, sabía que si estaba fuera de la cama y había optado por dejar la pijama ya era un gran paso, pero ahora su duda era ¿Qué fue lo que le hizo cambiar tan rápido? Ayer en la noche cuando habló con Maribel le había dicho que seguía igual que días anteriores, hasta había vuelto a poner el pestillo a la puerta.
-¿Cómo me veo?- dijo a unos pasos de la rubia alzando sus brazos y dando una pequeña vuelta.
-Muy bien, aunque creo necesitas ayuda con la blusa- se levantó, le quito la toalla de la cabeza para luego quitarle la blusa, girarla y volvérsela a colocar, si bien, tenían esa confianza de verse y estar en ropa interior la una con la otra pero incapaces de ir más allá.
-Bueno, creo que no todo me puede salir- dijo haciendo una mueca.
-No, pero aquí estoy para ayudarte, ven, te daré un cepillo para que domes esa melena negra- sentó a Santana en la cama para luego dirigirse a su tocador y tomar un de los muchos cepillos que tenía en él- ¿Quieres que te ayude a secarlo?- refiriéndose a su cabello mientras le entregaba el cepillo.
-No, en realidad quisiera que me pases la bandeja del desayuno, tengo hambre- susurró lo último ya que sentía pena porque hasta ese día se había negado a comer. Brittany no puedo evitar la sonrisa en su rostro al darse cuenta de todo el cambio positivo que estaba teniendo Santana, sin dudarlo tomó la bandeja con el desayuno frio y se lo acercó- Bien aquí tienes, es café, waffles, fruta y un poco jugó, ¿Qué quieres primero?- le asentó la bandeja en sus piernas a la morena y luego tomo asiento a un lado de ella.
-Waffles- pidió Santana, la rubia tomó los cubiertos, se los colocó en sus manos a la morena, indicándole donde estaba el plató y dejando que ella los cortaras.
Había hablado con los señores López y ellos le habían dicho que el doctor recomendó que sean una ayuda en todo lo que hiciera su hija en vez de hacerlo por ella, Santana con un poco de desesperación por el hambre cortó sus waffles como pudo y se metió un gran bocado a la boca, supuso que Brittany le había recién colocado el maple porque estaba crujientes en lugar de suaves como lo esperaba. En menos de 5 minutos la latina había acabo con los 3 waffles, Brittany sonreía tiernamente al ver por fin comer a su latina, se había ensuciado un poco la boca pero eso era lo de menos, tomo la servilleta y tras mojarla un poco con agua se puso enfrente de Santana y con mucho cuidado la tomó de la barbilla y pasó la tela por toda la comisura de su boca, limpiado todo rastro de maple.
-Gracias- asentó el cuchillo para luego tantear en la bandeja tratando de encontrar la fruta, pero solo logró remojar sus dedos en el café- mierda- dijo sacando sus dedos de este.
-Tranquila, ¿quieres fruta?- preguntó Brittany y Santana solamente asintió- Aquí tienes, esta justamente a un lado del plato, siempre va a estar ahí- puso su mano en el tazón de la fruta y Santana no dudó en empezar a comerla- La cosas siempre tendrán ese orden, tu comida principal en este caso waffles, siempre a la derecha, fruta a la izquierda, café arriba de la fruta, jugo a un lado de este último, azúcar, maple en los bordes de la bandeja y cubiertos también en el extremo derecho- dijo mientras la morena asentía y seguía comiendo.
Al finalizar Santana le entregó la bandeja vacía a Brittany quien bajo para colocarla en la cocina, no entendía el cambio aún de la latina, pero no se atrevía a preguntar con miedo de los desplantes de la latina, al entrar a la cocina se encontró con Maribel tomando un café.
-¿Estuvieron ricos?- dijo haciendo referencia a la bandeja vacía del desayuno, pensando que la rubia como en otras
ocasiones se terminaba comiendo el desayuno de su hija.
-No, esta vez no he sido yo- respondió Brittany con una gran sonrisa.
-¿Quiere decir que…?- la rubia solo asintió y Maribel por fin pudo respirar tranquilamente después de tres semanas que su hija no probaba bocado completo- Por Dios, tu padre debió de regresar hace mucho- Brittany al escuchar eso alzo la ceja y miro interrogante a Maribel -¿No sabes verdad?- preguntó, ella solo negó-Tu padre estuvo aquí antes que tú, hablo con Santana, no sé ni quiero saber que le dijo, pero después que se fue Santana me llamó pidiendo que le sacara un cambio de ropa y la ayudara a llegar al baño- Maribel solo pudo volver a sonreír y darle otro sorbo a su café.
Brittany se sentía confundida, pero a la vez agradecida, su padre una vez más mostró el amor que le tiene a la latina y debía darle un buen regalo de cumpleaños para compensar todo lo que hacía por ella y por San. El silencio de la cocina fue interrumpido por el estómago de la rubia que reclamaba comida.
-¿Brittany desayunaste?- ella bajo la cabeza y negó con la cabeza, una característica de la rubia era su gran apetito y debido a su desesperación de llegar a la casa de los López no desayuno –Hubieras dicho eso desde un principio, ahora mismo te preparo algo, ve si Santana quiere bajar, que sería grandioso, si no, en un momento te subo la comida.
Brittany asintió y se dirigió de nuevo a la habitación y la volvió a encontrar vacía, la puerta del baño estaba nuevamente abierta, se dirigió a él y encontró a la latina lavándose los dientes, sonrió, decidió dejarla y esperar en la habitación.
Minutos después esta apareció a paso lento.
-¿Quién está aquí?- preguntó al sentir la presencia de alguien en su cuarto.
Brittany en silencio se levantó, hasta llegar a su lado, la rodeo con sus brazos, para darle un cálido y muy largo abrazo, Santana se lo devolvió, sintiéndose en calma y protegida, después de tres tortuosas semanas de soledad que ella misma se había impuesto.
-Perdóname Brittany, perdón por todo lo que te he hecho y dicho estas semanas- dijo al separarse del abrazo y tomando torpemente el rostro de la rubia entre sus manos.
-Shhh, no digas nada, eso ya no importa…-
-Sí importa, tu solo querías ayudarme, yo te trate muy feo y me sorprende que aún no hayas salido corriendo- decía con dolor.
-Créeme si no pudiera soportar un poco de tu mal humor y esos desplantes que te dan, hace mucho hubiera dejado de estar contigo- guio a Santana hasta la cama y ambas se sentaron.
-Tu papá vino hace unas horas…-
-Sí, Maribel me comento algo ahí abajo-
-Sí, pero no te dijo que me ha dicho… sabes me dijo que de saber que era tan débil y miserable nunca hubiera dejado que estés a mi alrededor- Brittany no se sorprendió del todo antes lo que Santana decía, su padre, en ocasiones y cuando era necesario era muy severo - Me dijo que tenía muchas razones para vivir y que ustedes siempre estarían conmigo-
-Claro que si San, siempre voy a estar contigo, ahora más que nunca, no tengas duda de eso-
-Yo quiero tratar de llevar una vida lo más normal que pueda, depender de ustedes lo menos posible, puede que sea torpe al principio pero prometo esforzarme para hacer las cosas por mi sola- decía tratando de no llorar –Aunque sé que necesitare siempre de ustedes- Brittany la tomó de nuevo en sus brazos y la acercó a su pecho para consolar.
-Lo se San, sé que darás lo mejor de ti, pero déjame ayudarte, a todos, poco a poco harás todo como antes o lo más parecido posible-
Santana solamente asintió y se dejó llevar por las caricias que la rubia le proporcionaba, después de unos 10 minutos el estómago de Brittany volvió a romper el silencio.
-¿Eso es lo que creo que es?- preguntó divertida la morena.
-Sí, me quede dormida y por venir lo antes posible no he desayunado- dijo haciendo un puchero.
-Bien, vamos abajo a ver que podemos conseguir para ese león que llevas dentro- rió más latina.
-Déjame, sabes que estoy en crecimiento y necesito alimentarme correctamente…-
-Brittany por favor, eso me llevas diciendo desde que nos conocimos hace 3 años- se burlaba la morena.
-Pero es cierto…-
Ambas se colocaron de pie, Brittany le indico como colocarse los zapatos que se había quitado para luego salir de la habitación. Pero antes de bajar las escaleras Santana detuvo a Brittany
-¿Sabes?, tu papa también me dijo que me bañara, porque me veía espantosa y apestaba- dijo haciendo un puchero, lo cual provoco una carcajada por parte de la rubia, no lo pudo resistir más y a paso lento se fue acercando para juntar sus labios con los de la latina que fueron bien recibidos.
-Nada haría verte espantosa, pero puede que si te hiciera falta una ducha…- dijo Brittany al separarse del beso y recibir un golpe de la latina, la cual luego con sus manos busco los labios de la rubia y los volvió a juntar con los suyos.
…….
Habían pasado un mes desde que Santana se había decidido a comenzar su nueva vida, con ayuda de Brittany había logrado memorizar casi todas las habitaciones de su casa y el patio, aún se negaba a salir de su casa, pero nadie la presionaba, sabían que poco a poco la latina iría volviendo.
Brittany llegaba a casa de los López como todas las tardes después de la universidad, hoy había tardado un poco más de lo normal porque consultando en internet había encontrado un centro de artes para personas sordo/mudas e invidentes, donde estaban siempre en contacto con la música, arte y manualidades, aparte de que enseñaban el lenguaje braille, por lo cual decidió visitarlo y tomar algunos panfletos para su morena.
Se bajó de la moto, quitándose el casco y la chaqueta que siempre usaba cuando manejaba, caminó a paso seguro hasta llegar a la puerta y tocar un par de veces, hasta que una morena, con su blusa nuevamente al revés abría la puerta, Brittany al verla comenzó a reír.
-Ni me digas nada, he de suponer del porque te ríes- dijo con gracia -Estuve molestando a papa toda la mañana y su desquite fue antes de irse, cuando me metí a bañar cortar la etiqueta de mi blusa y no dudo que la haya volteado, así que no sé muy bien cómo esta puesta-
-Son como dos niños peleando, así que no me sorprende- Brittany reía mientras entraba a la casa y sonreía, agradecía que la morena y su padre empezaran con las bromas mutuas que eran comunes entre ellos dos, sacando de quicio en más de una ocasión a Maribel - No deberías abrir por abrir así la puerta, mínimo pregunta quien es- dijo ahora más seria.
-No seas gruñona, sabía que eras tú, escuche tu moto y a no ser que sea el repartidor de pizza que cabe mencionar no he pedido ninguna, otra moto no se detendría tan cerca de la casa- caminaba a la sala donde suponía la rubia ya estaba.
Brittany espero a que Santana llegara a su lado, para rodearla con sus brazos y dejarle un tierno beso en la frente, lo cual provoco el ceño fruncido de la morena ya que esperaba un beso en los labios, tanteo con sus manos el rostro hasta encontrar su objetivo y unir sus labios con los de la rubia.
-Eso si es un beso de saludo- dijo al separarse.
-Si hubieras esperado 15 segundos hubieras obtenido uno de igual manera- la rubia rio para luego volver a besarla.
Acurrucadas en el sofá más grande de la sala, Brittany dejaba caricias por todo el cuerpo de Santana, la cual se empezaba a quedar dormida, el ruido de la puerta hizo que las dos chicas se despabilaran, el matrimonio López entraba por la puerta con bolsas de súper hasta el cuello.
-Por dios mujer, un poco más y traes todo el almacén- se quejó Ricardo.
-Tú ni hables, que eres el que se come más de la mitad de los víveres-
-Claro que no… esa es Brittany- se defendió.
-Estoy aquí- gritó la rubia desde la sala para hacer notar su presencia y haciendo reír a la morena.
-Con más razón… deja de comerte nuestra comida- Ricardo hacia una voz algo así un tipo autoritaria pero que solo causaba risa en ambas chicas y su esposa.
-Hey yo solo ayudo con el resto de lo que tu dejas, así que en definición al igual que ellas-señalo a las mujeres López- Como de las sobra-
Maribel tuvo que intervenir en la pelea de su marido y su casi casi nuera, ya que a pesar de que Santana no le había confirmado nada, era más que obvio que entre ellas ya había algo más que una amistad.
-Cariño, por fin llegó tu reloj- dijo Maribel sacando de su bolsa una caja cuadrada.
-No sé por qué nosotros fuimos, Brittany lo pidió por internet ella debió ir- empezaba de nuevo Ricardo mientras comía unas galletas que había encontrado en las bolsas del supermercado.
-Porque yo fui a ver otras cosas- se defendió la rubia llegando hasta él y quitándole las galletas.
-Maribel, dile que me las devuelva- uso el tono de un niño mientras trataba de alcanzar el tubo de galletas que Brittany había alzado en su propio brazo y por ser unos cm más alta que Ricardo podía molestarlo fácilmente.
-Por Dios, se supone que él es el adulto- se quejó la mujer mayor mientras oía a su hija reír- En fin… Aquí tienes San- sacó de la caja un reloj de pulsera, con números digitales y 4 botones a su alrededor.
-Bien, ¿Cómo funciona?- dijo sintiendo como su madre se lo colocaba en su muñeca.
-El botón de arriba del lado derecho te dice la hora, el del lado izquierdo la fecha y los de abajo se supone que es para configurar tu alarma y poner el cronometro, obviamente todo por voz- hablo Brittany acercándose a la madre e hija, lo cual Ricardo aprovechó, para quitarle las galletas a la rubia e irse hasta el otro extremo de sala para que no se lo volviera a quitar.
-Genial- dijo Santana oprimiendo derecho de arriba y escuchando la voz mecánica decir la hora.
“Son las 7:45 de la tarde”
-Sí, pero eso no es todo- Brittany se sacudió de la cara las migajas que la galleta había dejado y tomo la caja nuevamente –Hay otro reloj…-
-¿Otro? Pero si solo me dieron una caja- se asustó Maribel pensando que había dejado la otra caja en el centro de correo.
-No, está bien, esta justamente abajo- Brittany quito un fondo falso de la caja y dejo ver otro reloj un poco más sofisticado ahora de manecillas, pero en lugar de numero tenía relieves de puntos- Este será para más adelante, cuando quieras salir o tengas que ir a un lugar importante, las manecillas tiene puntitos para saber cuál es cual y pues no hay números, solamente más puntitos- puso el reloj en la mano de la morena y le empezó a explicar.
-Gracias Brittany, pero creo que por ahora me quedo con este de voz- Santana volvió a oprimir el botón dejando escuchar de nuevo la voz mecánica.
-Lo sé, primero tienes que aprender a leer con las manos- quitó el reloj de sus manos y se sentó junto a ella en el sofá.
-Sí, pero creo que eso tomara un poco más de tiempo, no sé qué tan fácil o difícil sea aprender el braille-
-Pues pronto lo averiguaras…-
-¿A qué te refieres?- preguntó Santana confundida.
-Hoy he llegado un poco más tarde porque he ido al centro, hace un par de noches estuve indagando en internet y me encontré con un centro de artes y manualidades, pero lo que más me llamó la atención fue su propaganda acerca del lenguaje de signos, indague un poco más, dan clases y asesoramientos en artes musicales, canto, baile, música- Brittany enumeraba usando los dedos de Santana, algo que hacía desde que se conocieron- también manualidades de arcilla, barro y plastilina…-
-Britt al punto- dijo Ricardo que había terminado de comer.
-Bien, el caso es que son clases especiales, para gente sorda e invidente- Brittany evitaba utilizar la palabra “ciega” ya que por alguna razón eso incomodaba a Santana- te enseñan el lenguaje de las señas y lo más importante te enseñan el braille, fui, les explique tu situación y me dijeron que ellos estarían muy felices de recibirte a penas tú quieras, me dieron folletos para que tus papas y yo leyéramos y aparte este, donde por lo que me dijeron en braille está escrito te esperamos- entrego un par de folletos a Maribel y Ricardo, el otro a Santana donde enseguida puso su mano y empezó a sentir aquel extraño lenguaje.
-Wow Brittany, ¿Dónde has encontrado este sitio?- exclamo Ricardo sorprendido de lo bien que se veía el lugar. Brittany solamente se alzó de hombros.
-Vaya, querida, esto es maravilloso, suena estupendo para San- ahora habló Maribel.
-Yo sé que lo es… ¿Qué dices preciosa? ¿Deseas ir?- Brittany preguntó a Santana un tanto emocionada.
-No… no lo sé… es decir suena grandioso, pero, el centro no queda cerca de aquí, supongo que tendré que ir con frecuencia si quiero aprender y no sé cómo haría para llegar- dijo dudosa Santana.
No era que no quisiera ir y aprender, seguía en pie lo de tratar de tener un vida lo más normal posible, sabía que el braille debía ser aprendido por ella pero no quería ser una carga para su familia y “no novia” teniendo que llevarla y traerla todos los días.
-Tonterías, yo puedo llevarte, total Alexa toma clases de Karate igual en el centro- la voz de Robert Pierce se escuchó por toda la casa, todos los presentes voltearon a la puerta y vieron al resto de los Pierce en ella sonriendo- O puedo hacer que corras hasta allá si no quieres que gaste gasolina en ti, sería divertido hacerte correr de 20 a 25 km todas las tardes-
-Hasta crees que lo lograras, media cuadra y ella estará rogando que la cargues- se burló el padre de la latina.
-Oye… puede que aguante dos cuadras- se defendió.
-San, el cómo llegar no es problema, yo vendría por ti todas las tardes de ser necesario, mi padre igual se ofreció, mama también podría hacerlo…-
-Puedo escaparme del Buffet un par de horas en la tarde de vez en cuando de ser necesario- dijo Ricardo.
-O tomar un taxi…- completó Maribel.
-Si quieres yo puedo llevarte en mi triciclo- ofreció inocentemente Alexa, haciendo sonreír a todos y aún más a la latina.
-San…-
-Yo, yo realmente no quiero ser una carga, pero realmente quiero ir- hablaba con la cabeza agachada y con ganas de llorar.
-Quiero que saques eso de tu cabeza de una vez por todas, queremos ayudarte, queremos porque yo te amo- los papas de la rubia hicieron sonar su garganta- bueno está bien, todos aquí te amamos- corrigió la rubia – queremos que sigas adelante, no pienses de esa forma, ya no más, por favor mi morena preciosa, no seas terca por una vez en tu vida- dijo juntando su frente con la de su chica.
Santana no pudo evitar derramar una lágrima al saber que nada sería igual si no contara con el apoyo de tan maravillosas personas, lo menos que podía hacer era aceptar, por ellos y por ella misma.
-Está bien, empiezo el lunes- sentenció, haciendo que todos aplaudieran y festejaran ante la decisión de la latina.
Brittany no se pudo contener y de la emoción fue directo a los labios de la morena que tanto amaba, perdiéndose en ellos, en esa lengua tan vivaz que bailaba con la suya, pero después de un momento y a pesar de aun tener aire fueron separadas.
-Te recuerdo que estoy presente y a la que besas es a mi hija, controla tus hormonas rubia- dijo Ricardo al separarlas logrando hacer un espacio entre ambas para luego sentarse en él.
-Mama llévatelo- pidió Santana haciendo un puchero porque la habían separado de su rubia.
Todos reían por la escena montada por aquellos tres, Santana quería besar a Brittany, Ricardo mantener a Brittany alejada de su hija y Brittany tratando de zafarse del agarre de Ricardo. Luego de eso, Maribel informa que la presencia del clan Pierce era porque los había invitado a cenar, lo cual hizo que todos tomaran un rol para preparar dicha cena, las mujeres con ayuda voluntariamente forzosa de sus esposos hacían la cena mientras que las chicas y la pequeña Alexa jugaban en el patio.
Brittany correteaba a su hermanita por todo el patio mientras Santana escucha sus risas, cuando la pequeña se cansó o más bien canso a su hermana decidió entrar a ver caricaturas mientras esperaba que la cena estuviera lista, las chicas le seguían el camino a dentro de la casa pero Santana detuvo a Brittany que iba a su lado justo antes de entrar.
-Muchas, muchas gracias Britt, eres maravillosa- dijo abrazándola.
-No hay nada que agradecer San-
-Si lo hay, mucho, por todo, yo sé que pasaste horas y horas en la red buscando ese lugar, no dudo que hayas encontrado otros, ido a visitarlos pero que al final no te convencía hasta que encontraste este- la rubia se sonrojo obviamente sin que la morena la viera, pero no pudo evitar sonreír, lo cual la morena si percibió.
-Yo… yo solo quiero lo mejor para ti, te dije que te iba a ayudar con todo esto, es la promesa más grande que tengo y tendré siempre en mi vida después de amarte y hacerte feliz-
-No te debes esforzar mucho Britt, me siento amada, digamos que mi felicidad se está reconstruyendo y ahora tengo la certeza que siempre estarás para ayudarme, también te amo, no sé si lo había dicho antes, pero ahora te lo digo, sin miedo ni dudas, te amo y me siento amada por ti- a Brittany se le llenaron los ojos de lágrimas y abrazo fuertemente a la morena.
-San eso es todo lo que quiero, hacerte sentir mi amor, todo, absolutamente, todo mi amor- terminó sellando sus palabras con un profundo beso.
-Buenos días Brittany- saludo animadamente, algo que extraño a la rubia.
-Buenos días Maribel, disculpa la hora, pero me he quedado dormida- se excusó.
-No te preocupes por eso… pasa, Santana esta donde siempre- dijo haciendo referencia a la habitación de su hija, lo cual Brittany asintió y subió de dos en dos las escaleras, a pesar de los malos tratos recibidos por parte de la morena bastaba con verla todos los días para que su día fuera un poquito mejor.
Al estar enfrente de la puerta dio un largo suspiro, preparándose mentalmente para el rechazo de Santana, dio unos pequeños golpes y escucho un “pase” por parte de la morena, algo aún más extraño para la rubia. Al entrar se sorprendió de no ver a la latina en su cama como siempre, analizo la habitación y vio su ropa esparcida por un camino que daba al baño de la propia habitación.
-¿Mama?- preguntó la morena desde el baño.
-No… Soy Brittany- dijo dudando.
-Britt, ¿me puedes pasar la ropa que está en mi cama?- pidió la latina.
Brittany no dijo nada y tomo la ropa que estaba en la cama, para luego acercarse a la puerta y entregársela, pasaron unos minutos cuando Santana salió del baño, con una toalla alrededor de su cabeza, sus jeans favoritos, tenis y su blusa de “Lebanesa” colocada al revés, Brittany suprimo una pequeña risa al verla, no quería hacerla sentir mal, sabía que si estaba fuera de la cama y había optado por dejar la pijama ya era un gran paso, pero ahora su duda era ¿Qué fue lo que le hizo cambiar tan rápido? Ayer en la noche cuando habló con Maribel le había dicho que seguía igual que días anteriores, hasta había vuelto a poner el pestillo a la puerta.
-¿Cómo me veo?- dijo a unos pasos de la rubia alzando sus brazos y dando una pequeña vuelta.
-Muy bien, aunque creo necesitas ayuda con la blusa- se levantó, le quito la toalla de la cabeza para luego quitarle la blusa, girarla y volvérsela a colocar, si bien, tenían esa confianza de verse y estar en ropa interior la una con la otra pero incapaces de ir más allá.
-Bueno, creo que no todo me puede salir- dijo haciendo una mueca.
-No, pero aquí estoy para ayudarte, ven, te daré un cepillo para que domes esa melena negra- sentó a Santana en la cama para luego dirigirse a su tocador y tomar un de los muchos cepillos que tenía en él- ¿Quieres que te ayude a secarlo?- refiriéndose a su cabello mientras le entregaba el cepillo.
-No, en realidad quisiera que me pases la bandeja del desayuno, tengo hambre- susurró lo último ya que sentía pena porque hasta ese día se había negado a comer. Brittany no puedo evitar la sonrisa en su rostro al darse cuenta de todo el cambio positivo que estaba teniendo Santana, sin dudarlo tomó la bandeja con el desayuno frio y se lo acercó- Bien aquí tienes, es café, waffles, fruta y un poco jugó, ¿Qué quieres primero?- le asentó la bandeja en sus piernas a la morena y luego tomo asiento a un lado de ella.
-Waffles- pidió Santana, la rubia tomó los cubiertos, se los colocó en sus manos a la morena, indicándole donde estaba el plató y dejando que ella los cortaras.
Había hablado con los señores López y ellos le habían dicho que el doctor recomendó que sean una ayuda en todo lo que hiciera su hija en vez de hacerlo por ella, Santana con un poco de desesperación por el hambre cortó sus waffles como pudo y se metió un gran bocado a la boca, supuso que Brittany le había recién colocado el maple porque estaba crujientes en lugar de suaves como lo esperaba. En menos de 5 minutos la latina había acabo con los 3 waffles, Brittany sonreía tiernamente al ver por fin comer a su latina, se había ensuciado un poco la boca pero eso era lo de menos, tomo la servilleta y tras mojarla un poco con agua se puso enfrente de Santana y con mucho cuidado la tomó de la barbilla y pasó la tela por toda la comisura de su boca, limpiado todo rastro de maple.
-Gracias- asentó el cuchillo para luego tantear en la bandeja tratando de encontrar la fruta, pero solo logró remojar sus dedos en el café- mierda- dijo sacando sus dedos de este.
-Tranquila, ¿quieres fruta?- preguntó Brittany y Santana solamente asintió- Aquí tienes, esta justamente a un lado del plato, siempre va a estar ahí- puso su mano en el tazón de la fruta y Santana no dudó en empezar a comerla- La cosas siempre tendrán ese orden, tu comida principal en este caso waffles, siempre a la derecha, fruta a la izquierda, café arriba de la fruta, jugo a un lado de este último, azúcar, maple en los bordes de la bandeja y cubiertos también en el extremo derecho- dijo mientras la morena asentía y seguía comiendo.
Al finalizar Santana le entregó la bandeja vacía a Brittany quien bajo para colocarla en la cocina, no entendía el cambio aún de la latina, pero no se atrevía a preguntar con miedo de los desplantes de la latina, al entrar a la cocina se encontró con Maribel tomando un café.
-¿Estuvieron ricos?- dijo haciendo referencia a la bandeja vacía del desayuno, pensando que la rubia como en otras
ocasiones se terminaba comiendo el desayuno de su hija.
-No, esta vez no he sido yo- respondió Brittany con una gran sonrisa.
-¿Quiere decir que…?- la rubia solo asintió y Maribel por fin pudo respirar tranquilamente después de tres semanas que su hija no probaba bocado completo- Por Dios, tu padre debió de regresar hace mucho- Brittany al escuchar eso alzo la ceja y miro interrogante a Maribel -¿No sabes verdad?- preguntó, ella solo negó-Tu padre estuvo aquí antes que tú, hablo con Santana, no sé ni quiero saber que le dijo, pero después que se fue Santana me llamó pidiendo que le sacara un cambio de ropa y la ayudara a llegar al baño- Maribel solo pudo volver a sonreír y darle otro sorbo a su café.
Brittany se sentía confundida, pero a la vez agradecida, su padre una vez más mostró el amor que le tiene a la latina y debía darle un buen regalo de cumpleaños para compensar todo lo que hacía por ella y por San. El silencio de la cocina fue interrumpido por el estómago de la rubia que reclamaba comida.
-¿Brittany desayunaste?- ella bajo la cabeza y negó con la cabeza, una característica de la rubia era su gran apetito y debido a su desesperación de llegar a la casa de los López no desayuno –Hubieras dicho eso desde un principio, ahora mismo te preparo algo, ve si Santana quiere bajar, que sería grandioso, si no, en un momento te subo la comida.
Brittany asintió y se dirigió de nuevo a la habitación y la volvió a encontrar vacía, la puerta del baño estaba nuevamente abierta, se dirigió a él y encontró a la latina lavándose los dientes, sonrió, decidió dejarla y esperar en la habitación.
Minutos después esta apareció a paso lento.
-¿Quién está aquí?- preguntó al sentir la presencia de alguien en su cuarto.
Brittany en silencio se levantó, hasta llegar a su lado, la rodeo con sus brazos, para darle un cálido y muy largo abrazo, Santana se lo devolvió, sintiéndose en calma y protegida, después de tres tortuosas semanas de soledad que ella misma se había impuesto.
-Perdóname Brittany, perdón por todo lo que te he hecho y dicho estas semanas- dijo al separarse del abrazo y tomando torpemente el rostro de la rubia entre sus manos.
-Shhh, no digas nada, eso ya no importa…-
-Sí importa, tu solo querías ayudarme, yo te trate muy feo y me sorprende que aún no hayas salido corriendo- decía con dolor.
-Créeme si no pudiera soportar un poco de tu mal humor y esos desplantes que te dan, hace mucho hubiera dejado de estar contigo- guio a Santana hasta la cama y ambas se sentaron.
-Tu papá vino hace unas horas…-
-Sí, Maribel me comento algo ahí abajo-
-Sí, pero no te dijo que me ha dicho… sabes me dijo que de saber que era tan débil y miserable nunca hubiera dejado que estés a mi alrededor- Brittany no se sorprendió del todo antes lo que Santana decía, su padre, en ocasiones y cuando era necesario era muy severo - Me dijo que tenía muchas razones para vivir y que ustedes siempre estarían conmigo-
-Claro que si San, siempre voy a estar contigo, ahora más que nunca, no tengas duda de eso-
-Yo quiero tratar de llevar una vida lo más normal que pueda, depender de ustedes lo menos posible, puede que sea torpe al principio pero prometo esforzarme para hacer las cosas por mi sola- decía tratando de no llorar –Aunque sé que necesitare siempre de ustedes- Brittany la tomó de nuevo en sus brazos y la acercó a su pecho para consolar.
-Lo se San, sé que darás lo mejor de ti, pero déjame ayudarte, a todos, poco a poco harás todo como antes o lo más parecido posible-
Santana solamente asintió y se dejó llevar por las caricias que la rubia le proporcionaba, después de unos 10 minutos el estómago de Brittany volvió a romper el silencio.
-¿Eso es lo que creo que es?- preguntó divertida la morena.
-Sí, me quede dormida y por venir lo antes posible no he desayunado- dijo haciendo un puchero.
-Bien, vamos abajo a ver que podemos conseguir para ese león que llevas dentro- rió más latina.
-Déjame, sabes que estoy en crecimiento y necesito alimentarme correctamente…-
-Brittany por favor, eso me llevas diciendo desde que nos conocimos hace 3 años- se burlaba la morena.
-Pero es cierto…-
Ambas se colocaron de pie, Brittany le indico como colocarse los zapatos que se había quitado para luego salir de la habitación. Pero antes de bajar las escaleras Santana detuvo a Brittany
-¿Sabes?, tu papa también me dijo que me bañara, porque me veía espantosa y apestaba- dijo haciendo un puchero, lo cual provoco una carcajada por parte de la rubia, no lo pudo resistir más y a paso lento se fue acercando para juntar sus labios con los de la latina que fueron bien recibidos.
-Nada haría verte espantosa, pero puede que si te hiciera falta una ducha…- dijo Brittany al separarse del beso y recibir un golpe de la latina, la cual luego con sus manos busco los labios de la rubia y los volvió a juntar con los suyos.
…….
Habían pasado un mes desde que Santana se había decidido a comenzar su nueva vida, con ayuda de Brittany había logrado memorizar casi todas las habitaciones de su casa y el patio, aún se negaba a salir de su casa, pero nadie la presionaba, sabían que poco a poco la latina iría volviendo.
Brittany llegaba a casa de los López como todas las tardes después de la universidad, hoy había tardado un poco más de lo normal porque consultando en internet había encontrado un centro de artes para personas sordo/mudas e invidentes, donde estaban siempre en contacto con la música, arte y manualidades, aparte de que enseñaban el lenguaje braille, por lo cual decidió visitarlo y tomar algunos panfletos para su morena.
Se bajó de la moto, quitándose el casco y la chaqueta que siempre usaba cuando manejaba, caminó a paso seguro hasta llegar a la puerta y tocar un par de veces, hasta que una morena, con su blusa nuevamente al revés abría la puerta, Brittany al verla comenzó a reír.
-Ni me digas nada, he de suponer del porque te ríes- dijo con gracia -Estuve molestando a papa toda la mañana y su desquite fue antes de irse, cuando me metí a bañar cortar la etiqueta de mi blusa y no dudo que la haya volteado, así que no sé muy bien cómo esta puesta-
-Son como dos niños peleando, así que no me sorprende- Brittany reía mientras entraba a la casa y sonreía, agradecía que la morena y su padre empezaran con las bromas mutuas que eran comunes entre ellos dos, sacando de quicio en más de una ocasión a Maribel - No deberías abrir por abrir así la puerta, mínimo pregunta quien es- dijo ahora más seria.
-No seas gruñona, sabía que eras tú, escuche tu moto y a no ser que sea el repartidor de pizza que cabe mencionar no he pedido ninguna, otra moto no se detendría tan cerca de la casa- caminaba a la sala donde suponía la rubia ya estaba.
Brittany espero a que Santana llegara a su lado, para rodearla con sus brazos y dejarle un tierno beso en la frente, lo cual provoco el ceño fruncido de la morena ya que esperaba un beso en los labios, tanteo con sus manos el rostro hasta encontrar su objetivo y unir sus labios con los de la rubia.
-Eso si es un beso de saludo- dijo al separarse.
-Si hubieras esperado 15 segundos hubieras obtenido uno de igual manera- la rubia rio para luego volver a besarla.
Acurrucadas en el sofá más grande de la sala, Brittany dejaba caricias por todo el cuerpo de Santana, la cual se empezaba a quedar dormida, el ruido de la puerta hizo que las dos chicas se despabilaran, el matrimonio López entraba por la puerta con bolsas de súper hasta el cuello.
-Por dios mujer, un poco más y traes todo el almacén- se quejó Ricardo.
-Tú ni hables, que eres el que se come más de la mitad de los víveres-
-Claro que no… esa es Brittany- se defendió.
-Estoy aquí- gritó la rubia desde la sala para hacer notar su presencia y haciendo reír a la morena.
-Con más razón… deja de comerte nuestra comida- Ricardo hacia una voz algo así un tipo autoritaria pero que solo causaba risa en ambas chicas y su esposa.
-Hey yo solo ayudo con el resto de lo que tu dejas, así que en definición al igual que ellas-señalo a las mujeres López- Como de las sobra-
Maribel tuvo que intervenir en la pelea de su marido y su casi casi nuera, ya que a pesar de que Santana no le había confirmado nada, era más que obvio que entre ellas ya había algo más que una amistad.
-Cariño, por fin llegó tu reloj- dijo Maribel sacando de su bolsa una caja cuadrada.
-No sé por qué nosotros fuimos, Brittany lo pidió por internet ella debió ir- empezaba de nuevo Ricardo mientras comía unas galletas que había encontrado en las bolsas del supermercado.
-Porque yo fui a ver otras cosas- se defendió la rubia llegando hasta él y quitándole las galletas.
-Maribel, dile que me las devuelva- uso el tono de un niño mientras trataba de alcanzar el tubo de galletas que Brittany había alzado en su propio brazo y por ser unos cm más alta que Ricardo podía molestarlo fácilmente.
-Por Dios, se supone que él es el adulto- se quejó la mujer mayor mientras oía a su hija reír- En fin… Aquí tienes San- sacó de la caja un reloj de pulsera, con números digitales y 4 botones a su alrededor.
-Bien, ¿Cómo funciona?- dijo sintiendo como su madre se lo colocaba en su muñeca.
-El botón de arriba del lado derecho te dice la hora, el del lado izquierdo la fecha y los de abajo se supone que es para configurar tu alarma y poner el cronometro, obviamente todo por voz- hablo Brittany acercándose a la madre e hija, lo cual Ricardo aprovechó, para quitarle las galletas a la rubia e irse hasta el otro extremo de sala para que no se lo volviera a quitar.
-Genial- dijo Santana oprimiendo derecho de arriba y escuchando la voz mecánica decir la hora.
“Son las 7:45 de la tarde”
-Sí, pero eso no es todo- Brittany se sacudió de la cara las migajas que la galleta había dejado y tomo la caja nuevamente –Hay otro reloj…-
-¿Otro? Pero si solo me dieron una caja- se asustó Maribel pensando que había dejado la otra caja en el centro de correo.
-No, está bien, esta justamente abajo- Brittany quito un fondo falso de la caja y dejo ver otro reloj un poco más sofisticado ahora de manecillas, pero en lugar de numero tenía relieves de puntos- Este será para más adelante, cuando quieras salir o tengas que ir a un lugar importante, las manecillas tiene puntitos para saber cuál es cual y pues no hay números, solamente más puntitos- puso el reloj en la mano de la morena y le empezó a explicar.
-Gracias Brittany, pero creo que por ahora me quedo con este de voz- Santana volvió a oprimir el botón dejando escuchar de nuevo la voz mecánica.
-Lo sé, primero tienes que aprender a leer con las manos- quitó el reloj de sus manos y se sentó junto a ella en el sofá.
-Sí, pero creo que eso tomara un poco más de tiempo, no sé qué tan fácil o difícil sea aprender el braille-
-Pues pronto lo averiguaras…-
-¿A qué te refieres?- preguntó Santana confundida.
-Hoy he llegado un poco más tarde porque he ido al centro, hace un par de noches estuve indagando en internet y me encontré con un centro de artes y manualidades, pero lo que más me llamó la atención fue su propaganda acerca del lenguaje de signos, indague un poco más, dan clases y asesoramientos en artes musicales, canto, baile, música- Brittany enumeraba usando los dedos de Santana, algo que hacía desde que se conocieron- también manualidades de arcilla, barro y plastilina…-
-Britt al punto- dijo Ricardo que había terminado de comer.
-Bien, el caso es que son clases especiales, para gente sorda e invidente- Brittany evitaba utilizar la palabra “ciega” ya que por alguna razón eso incomodaba a Santana- te enseñan el lenguaje de las señas y lo más importante te enseñan el braille, fui, les explique tu situación y me dijeron que ellos estarían muy felices de recibirte a penas tú quieras, me dieron folletos para que tus papas y yo leyéramos y aparte este, donde por lo que me dijeron en braille está escrito te esperamos- entrego un par de folletos a Maribel y Ricardo, el otro a Santana donde enseguida puso su mano y empezó a sentir aquel extraño lenguaje.
-Wow Brittany, ¿Dónde has encontrado este sitio?- exclamo Ricardo sorprendido de lo bien que se veía el lugar. Brittany solamente se alzó de hombros.
-Vaya, querida, esto es maravilloso, suena estupendo para San- ahora habló Maribel.
-Yo sé que lo es… ¿Qué dices preciosa? ¿Deseas ir?- Brittany preguntó a Santana un tanto emocionada.
-No… no lo sé… es decir suena grandioso, pero, el centro no queda cerca de aquí, supongo que tendré que ir con frecuencia si quiero aprender y no sé cómo haría para llegar- dijo dudosa Santana.
No era que no quisiera ir y aprender, seguía en pie lo de tratar de tener un vida lo más normal posible, sabía que el braille debía ser aprendido por ella pero no quería ser una carga para su familia y “no novia” teniendo que llevarla y traerla todos los días.
-Tonterías, yo puedo llevarte, total Alexa toma clases de Karate igual en el centro- la voz de Robert Pierce se escuchó por toda la casa, todos los presentes voltearon a la puerta y vieron al resto de los Pierce en ella sonriendo- O puedo hacer que corras hasta allá si no quieres que gaste gasolina en ti, sería divertido hacerte correr de 20 a 25 km todas las tardes-
-Hasta crees que lo lograras, media cuadra y ella estará rogando que la cargues- se burló el padre de la latina.
-Oye… puede que aguante dos cuadras- se defendió.
-San, el cómo llegar no es problema, yo vendría por ti todas las tardes de ser necesario, mi padre igual se ofreció, mama también podría hacerlo…-
-Puedo escaparme del Buffet un par de horas en la tarde de vez en cuando de ser necesario- dijo Ricardo.
-O tomar un taxi…- completó Maribel.
-Si quieres yo puedo llevarte en mi triciclo- ofreció inocentemente Alexa, haciendo sonreír a todos y aún más a la latina.
-San…-
-Yo, yo realmente no quiero ser una carga, pero realmente quiero ir- hablaba con la cabeza agachada y con ganas de llorar.
-Quiero que saques eso de tu cabeza de una vez por todas, queremos ayudarte, queremos porque yo te amo- los papas de la rubia hicieron sonar su garganta- bueno está bien, todos aquí te amamos- corrigió la rubia – queremos que sigas adelante, no pienses de esa forma, ya no más, por favor mi morena preciosa, no seas terca por una vez en tu vida- dijo juntando su frente con la de su chica.
Santana no pudo evitar derramar una lágrima al saber que nada sería igual si no contara con el apoyo de tan maravillosas personas, lo menos que podía hacer era aceptar, por ellos y por ella misma.
-Está bien, empiezo el lunes- sentenció, haciendo que todos aplaudieran y festejaran ante la decisión de la latina.
Brittany no se pudo contener y de la emoción fue directo a los labios de la morena que tanto amaba, perdiéndose en ellos, en esa lengua tan vivaz que bailaba con la suya, pero después de un momento y a pesar de aun tener aire fueron separadas.
-Te recuerdo que estoy presente y a la que besas es a mi hija, controla tus hormonas rubia- dijo Ricardo al separarlas logrando hacer un espacio entre ambas para luego sentarse en él.
-Mama llévatelo- pidió Santana haciendo un puchero porque la habían separado de su rubia.
Todos reían por la escena montada por aquellos tres, Santana quería besar a Brittany, Ricardo mantener a Brittany alejada de su hija y Brittany tratando de zafarse del agarre de Ricardo. Luego de eso, Maribel informa que la presencia del clan Pierce era porque los había invitado a cenar, lo cual hizo que todos tomaran un rol para preparar dicha cena, las mujeres con ayuda voluntariamente forzosa de sus esposos hacían la cena mientras que las chicas y la pequeña Alexa jugaban en el patio.
Brittany correteaba a su hermanita por todo el patio mientras Santana escucha sus risas, cuando la pequeña se cansó o más bien canso a su hermana decidió entrar a ver caricaturas mientras esperaba que la cena estuviera lista, las chicas le seguían el camino a dentro de la casa pero Santana detuvo a Brittany que iba a su lado justo antes de entrar.
-Muchas, muchas gracias Britt, eres maravillosa- dijo abrazándola.
-No hay nada que agradecer San-
-Si lo hay, mucho, por todo, yo sé que pasaste horas y horas en la red buscando ese lugar, no dudo que hayas encontrado otros, ido a visitarlos pero que al final no te convencía hasta que encontraste este- la rubia se sonrojo obviamente sin que la morena la viera, pero no pudo evitar sonreír, lo cual la morena si percibió.
-Yo… yo solo quiero lo mejor para ti, te dije que te iba a ayudar con todo esto, es la promesa más grande que tengo y tendré siempre en mi vida después de amarte y hacerte feliz-
-No te debes esforzar mucho Britt, me siento amada, digamos que mi felicidad se está reconstruyendo y ahora tengo la certeza que siempre estarás para ayudarme, también te amo, no sé si lo había dicho antes, pero ahora te lo digo, sin miedo ni dudas, te amo y me siento amada por ti- a Brittany se le llenaron los ojos de lágrimas y abrazo fuertemente a la morena.
-San eso es todo lo que quiero, hacerte sentir mi amor, todo, absolutamente, todo mi amor- terminó sellando sus palabras con un profundo beso.
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
que lindo ese amor aun con dificultades que parecen que se lo tragan a uno y a todo su mundo, perder la vista debe ser como perderse a uno mismo, y no poder encontrarse.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
demasiado tierna esta historia, son 2 familias demasiado lindas, a ver como le va a san en ese sitio!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
holap,..
es bueno que san salga a delante y se valga por si sola!!!
me encanta como la ayudan las familias!!!
a ver como le va el primer día de escuela de a san!!!
nos vemos!!!
es bueno que san salga a delante y se valga por si sola!!!
me encanta como la ayudan las familias!!!
a ver como le va el primer día de escuela de a san!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Que lindas familias!!!!
Al fin San entro en razón!!!
Saludos
Al fin San entro en razón!!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
marthagr81@yahoo.es escribió:que lindo ese amor aun con dificultades que parecen que se lo tragan a uno y a todo su mundo, perder la vista debe ser como perderse a uno mismo, y no poder encontrarse.
Lo debe ser, no me imagino cuanto. Espero estés disfrutando la historia, saludos.
micky morales escribió:demasiado tierna esta historia, son 2 familias demasiado lindas, a ver como le va a san en ese sitio!!!!!
Si, creo que es mi primer fic que escribo donde las familias de ambas se llevan o por lo menos estan todos, espero les guste como sigue la historia, saludos.
3:) escribió:holap,..
es bueno que san salga a delante y se valga por si sola!!!
me encanta como la ayudan las familias!!!
a ver como le va el primer día de escuela de a san!!!
nos vemos!!!
Poco a poco, verán como se iran dando las cosas, saludos.
monica.santander escribió:Que lindas familias!!!!
Al fin San entro en razón!!!
Saludos
Si, no pensaba alargar mucho eso, en fin espero la historia vaya siendo de su agrado, saludos desde donde me leas.
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
Bien, antes que nada una disculpa por la semana ausente, pero es que si no era una cosa era otra, en fin, mi intención es actualizar de dos a tres veces por semana, pero de no ser posible si les aseguro un capitulo por semana antes de que empiece mi temporada de exámenes... Bueno, no me enfoque tanto en las clases de San, es más bien a la relación que esta teniendo con Brittany, más adelante ya veremos esos detalles de la nueva vida de San, sin más espero que le este gustando la historia, no todo siempre sera lindo ni cursi, tengo ya medio escrito uno que otro capitulo con drama, sigan comentando que me gusta leerles, espero tenga buena semana... saludos
Capítulo 5
-Santana debes tener más cuidado cariño, aún te estas acostumbrando al bastón- decía su madre mientras curaba unos raspones en la cara y brazos de su hija.
-Lo siento, solo que aún no me hago la idea que debe ir siempre adelante- reía al saber que por tratar de huir de Brittany había salido corriendo y tropezado con un desnivel de la calle, el gruñido de Brittany hizo que la risa parara.
-Bien listo, solo pequeños raspones y con esa limpieza bastara, ahora las dejo, quede con Susan de ir por macetas y semillas para los jardines, nos vemos más tarde chicas, cuídense… cuídala- susurro lo último a la rubia que estaba a su lado mientras tomaba su cosas.
Maribel salió de su casa para luego subir a su carro y encontrarse con la mayor de las mujeres Pierce, Santana, se levantó de la mesa del comedor y buscaba a tientas a Brittany, quien seguía de pie junto a la puerta de la cocina, al llegar a ella Santana rodeo su cintura con sus brazos para luego dar pequeños besos de su ya oficial novia. Sabía que estaba molesta porque ella le había pedido que no corriera, dos veces antes de que se caía y mandara a volar su bastón varios metros en la acera, la rubia más que enojada aún estaba un poco asustada al ver a su latina en el suelo.
-¿No me vas a besar?- preguntó Santana haciéndose la indignada, ya que repartía besos por el cuello y mandíbula de su rubia y está ni se inmutaba- Vamos mi amor, no se enoje, solo fue una pequeña caída, no me paso nada…- continuo con sus besos.
-Te pudo haber pasado algo, no estoy en contra de que diviertas- dijo porque Santana había corrido de ella tratando de huir de un ataque de cosquillas- pero debes tener más cuidado y tomarme enserio cuando te digo que no hagas algo- decía en tono serio y sin moverse.
-Britt, solo fue una pequeña caída, tienes que admitir que a veces eres muy sobreprotectora, hasta más paranoicas que mi madre- respondió Santana dándose por vencida y ahora un tanto molesta, Brittany dio un largo suspiro, ahora fue ella quien abrazo por la espalda a la morena.
-Entiende que eres lo más valioso para mí, no quiero que nada te pase, me asusté mucho cuando te vi en el suelo- dijo Brittany apretándola más a ella y sintiendo su cálido contacto, pero ahora la morena era quien la rechazaba- perdón ¿sí? Tratare de relajarme, pero siempre te voy a cuidar, aunque se enoje- en un movimiento rápido Santana ya estaba siendo cargada por su novia y con esto no pudo evitar reírse.
-Brittany bájame, la última vez me tiraste- decía riendo, agarrándose fuertemente ya que la rubia había empezado a dar vueltas.
-Te tire porque no te quedabas quieta, justamente como ahora- se detuvo para luego sentar a Santana en un sillón de la sala y ponerse al frente de ella.
La morena busco con sus manos el rostro de Brittany, cuando dio con él, tomó sus mejillas para acariciarlas, pasar sus dedos delicadamente por sus labios y luego por los ojos, Brittany ante esto cerro los ojos, dejándose hacer por Santana, ya que está le había dicho que era su forma de recordar siempre su rostro.
-Eres hermosa- sentencio Santana sin dejar de acariciarla.
-No más que tú- respondió, librándose de las manos de Santana para sentarse a un lado de ella, quitándole sus gafas de sol que siempre usaba cada vez que salía y depositar un beso en cada uno de sus ojos- Eres hermosa por dentro y por fuera, no sabes cuánto te amo- culmino con un tierno beso que Santana aceptó gustosamente.
-Yo igual te amo- respondió, en un momento que sus labios se separaron pero al instante volver a juntarse.
Santana se acercó y profundizo el besó, empezando a acostar a Brittany quedando ella arriba, la rubia, empezaba a acalorarse, Santana no dejaba quietas sus manos, le acariciaba los pechos al mismo tiempo que su lengua recorría toda su boca, no pudo evitar gemir cuando los besos abandonaron su boca para ubicarse en su cuello, luego el lóbulo de su oreja para luego meter sus manos bajo su blusa, la rubia se sentía aturdida, a punto de perder el control, pero algo logro hacer clic en su cabeza y lentamente fue separando a la morena.
-San… para- dijo, pero fue silenciada con otro beso y más caricias- Santana por favor- rogó.
La morena se despegó bruscamente de su novia y la miraba con el ceño fruncido.
-¿Ahora porque Brittany?- reclamó enojada- ¿Crees que no me he dado cuenta de que me rechazas?, esta es la 4, ¿Qué hay de malo conmigo?- dijo la morena sintiendo lágrimas en los ojos, su novia no quería hacer el amor y no sabía las
razones de esto.
-No mi amor, no es nada acerca de ti- se apresuró a decir- San…- suspiró agachando la cabeza.
Brittany se sentía hasta cierto punto frustrada, siempre que se había imaginado hacer el amor con Santana lo había imaginado muy especial, con velas, pétalos de rosa y todas esas cosas cursis, cosas que ahora la morena no podría ver, no sabía qué hacer para hacer su primera vez juntas lo más especial. Había estado con muchas chicas desde su adolescencia pero nadie se comparaba con esa latina que la traía loca de amor.
-Yo… yo quiero que nuestra primera vez sea especial- dijo sin más.
Santana notó el cambio en el tono de voz de su novia y todo enojo se esfumo.
-Brittany, solo por el hecho de que estaré contigo, amándote, dejándome amar es lo más especial que me podría pasar, no tienes por qué buscarle más, somos tu y yo hasta el final, con nuestro amor y absurdas peleas- Santana se volvió a acerca a su rubia buscando su rostro- no quiero que pienses que tienes que preparar algo para que sea especial, nosotras ya somos especiales, es más somos asombrosas- Brittany no pudo evitar reír por lo último- Pero sé que aún así no me harás caso y prepararas algo muy bonito, que me encantara y te amare aún más, así que…- suspiro, ya que se arrepentiría por lo que diría- Te esperare, cuando tu creas que es el momento perfecto para hacer que grites mi nombre en fantásticos órganos, que luego te arrepentirás de no haberme dejado hacer antes- Brittany soltó una carcajada, Santana a veces era demasiado ocurrente, la morena se puso de pie y camino rumbo a la cocina- Ahora, mientras tú te relajas, yo te hare un súper sándwich para luego compartirlo, tumbarnos en el patio a escuchar música y hablar de universos paralelos- Brittany no pudo evitar sonreír, se sentía muy afortunada, por lo mismo tenía que pensar en algo muy especial para su morena.
Santana abría el refrigerador, sacando todo lo necesario para hacer su sándwich de su rubia, Brittany no tardó en hacerle compañía.
-No sé, pero no creo el betún sepa bien con jamón y pepinillos- dijo viendo como Santana estaba a punto de untar betún de vainilla a un pan.
-Joder con mi padre, siempre se olvida de poner las cosas en su lugar, el otro día quería unas quesadillas y donde se supone que va el queso encontré salchichas, en las salchichas tocino y en el tocino fresas- decía Santana molesta, ya que para ser un poco más independiente en sus clases que tomaba en el centro de arte le sugirieron que todo tome un orden, refrigerador, alacena, despensa en general, para que la morena pueda prepararse cosas y no depender de otra persona.
-Bien, no hay problema, acomodemos esto de nuevo y luego preparare té helado-
Pasaron la tarde juntas, comiendo, bromeando y robándose muchos besos, luego para la cena, cuando Ricardo y Maribel habían regresado a casa Santana pidió comer afuera, lo cual a su familia le encantó la idea, Brittany no los acompaño a pesar de la insistencia de los López, pero creía que la morena debía pasar tiempo a solas con su familia y ella con la suya, por lo cual fue por su padre, comprando la cena arriesgándose al regaño de Susan por esto y luego a rentar películas, tendrían una noche familiar.
Días después Brittany se comía la cabeza tratando de pensar algo para prepararle a su morena y hacer su encuentro muy especial, estaba en una de las mesas de picnic en el exterior de su universidad, era tanto su bloqueo mental que empezó a golpearse la frente con la propia mesa.
-Joder- exclamo sin tener idea alguna.
-¿Qué pasa rubia? ¿Problemas en el paraíso?- preguntó Blaine, un compañero de Brittany juntó con su muy afeminado novio Kurt.
-Hola chicos… no, todo bien, solo que quiero prepararle algo especial a San pero no se me ocurre nada- suspiró volviendo a golpearse.
-¿Para qué quieres hacerle algo especial?- preguntó ahora Jake, otro compañero, que no era del agrado de Brittany pero lo soportaba solo por ser hermano de Puck un viejo amigo de la familia y de ella.
-Porque a comparación tuya, hay personas que quieren demostrar cuanto aman a su pareja y lo especial que son para uno- dijo Kurt, que tampoco era devoto a él.
-Vamos, no te comas la cabeza-ignoró a Kurt- Llévala a donde sea, no es que tu chica te reclame por el aspecto del lugar o cosas por el estilo, solo descríbeselo maravilloso y listo, ojos que no ven, noche que puedes tenerla en tu cama- dijo como si nada, ganándose la mirada de odio de Brittany.
-Lárgate antes que te rompa la cara- contesto Brittany empuñando su mano y chirriando sus dientes.
-¿Qué?, yo solo digo lo que yo haría- Volteo a ver a los otros dos, quien el mas pálido lo miraba con ojos de odio y su engomado novio negaba la cabeza.
-Largo- gritó Brittany roja de la cólera que ese tipo le provocaba.
Jake al ver el enojo de la rubia decidió mejor tomar sus cosas e irse.
-Tranquila Britt, es un idiota- trataba de tranquilizarla Blaine.
-Un idiota que un día de estos le daré la golpiza de su vida si llega a decir algo más de San o comentarios de ese tipo- sentenció Brittany tratando de tranquilizarte.
-Bien, dejemos eso a un lado, cuéntanos, para que quieres eso especial ¿una fecha importante?- Brittany negó con la cabeza- Tal vez ¿Una noche de pasión?...- la rubia se puso roja y poco a poco asintió con la cabeza, Kurt no pudo evitar emocionarse- Por fin, ya se habían tardado demasiado, si fuera hetero y tuviera una novia como esa latina, por Dios, hace mucho me la hubiera comido completita- Blaine y Brittany rieron, ya que ellos no podían ni imaginarse a Kurt con una mujer y mucho menos con Santana.
-Sí, bien, el punto es que no sé qué hacer, en otra situación llenaría de pétalos, velas y demás la habitación, me pondría ropa sexy y dejaría que ella haga conmigo lo que quiera- suspiró.
-Bueno, ten en cuenta que tenemos 5 sentidos en total, Santana por desgracia perdió uno de estos, pero estoy casi seguro que los 4 restantes se agudizaron- explicaba Blaine- Ahora, en lugar de ver y que guarde esas imágenes siempre en su cabeza haz que guarde olores, sabores y sensaciones-
A Brittany se le ilumino el rostro con una sonrisa y se paró como si tuviera un resorte.
-Eso es Blaine, eres un maldito genio- dijo emocionada- Nos vemos chicos ya sé qué debo hacer, los adoro- beso a Blaine casi casi en los labios y luego salió disparada a su moto.
-¿Sabes? Solo porque sé que esa rubia muere por su latina y no le van los hombres, le he pasado en alto eso- dijo Kurt limpiando restos de brillo que dejo la rubia en su novio- porque de ser otra le arranco la boca, el único que puede tenerte así de cerca o más soy yo nene- beso los labios del moreno, el cual al separarse lo miro con una cara de tonto enamorado.
Ese sábado por la noche Brittany citó a la morena en su casa, había logrado convencer a sus papas que visitaran a su abuelo en un viaje exprés a Oregón, al principio Robert y Susan no estaban todos convencidos pero falto con que la rubia llamara a su abuela y esta amenazara a su hijo que si no la iba a ver, jamás en lo que le quedara de vida le volvería a preparar su famoso pastel de carne y galletas de arándanos que el ex sargento adoraba, eso fue suficiente para que Robert empacara su maleta, de su esposa y la de su hija más pequeña para partir rumbo a casa de sus progenitores.
La morena se terminaba de vestir para ir a casa de su rubia donde la había citado porque según le tenía una sorpresa, Santana tenía la esperanza que le regalara un perro, esos labradores hermosos que sirven de guían y que siempre estaban al lado de su amo, sonriendo terminó de cepillarse el cabello para luego tomar su reloj y apretar el botón para saber la hora.
“Son las 6:42 de la tarde”
-Genial, vamos bien-
Salió de su habitación tomando su bastón, teléfono y bolso, luego bajo las escaleras y se dirigió a la puerta.
-¿Segura que no quieres que te lleve?- volvió a insistir su padre desde la sala.
-Por centésima vez que no, solo son 3 cuadras y media, la casa de Brittany está en una esquina y las calles la puedo cruzar siempre con alguien que este por el rumbo o simplemente esperar hasta que un auto toque el claxon y me deje pasar- explico a su padre.
-Sé que puedes, pero es inevitable preocuparme, si te pasa algo no tendré a quien echarle la culpa cuando me cómo la parte del pastel que siempre guarda tu mama- dijo Ricardo- pero en fin, avísame cuando llegues por favor.
Santana sonrió negando la cabeza mientras caminaba a la puerta de su casa, se despidió de su padre y empezó a caminar. Tenía ya más de 4 meses desde que había pasado lo del accidente, Santana ya se sentía con más confianza, pero sabía que siempre tenía que tener cuidado, había hecho dos veces anteriores el recorrido de su casa a la de su rubia, pero una vez seguida por Maribel sin que según ella se dé cuenta, pero los tacones de su madre no eran nada silenciosos y otra donde Robert la espera y vigilaba desde su casa con binoculares, eso lo supo gracias a la pequeña Alexa que soborno con un chocolate. Ahora era realmente la prueba, a paso seguro y desdoblando su bastón empezó su caminata, en el primer cruce un señor la ayudo, en el segundo sorprendentemente el conductor del carro que venía se paró, bajó y ayudo a la morena, el ultimo cruce fue ayudado por un tierno niño que por su estatura y voz le calculaba de unos 8 o 9 años. Veinte minutos después estaba llegando a casa de su novia, sana y salva. No tuvo tiempo de tocar la puerta ya que esta se abrió.
-Llegaste- exclamo emocionada la rubia.
-Sí, ya puedes llamarle a mi madre, mi padre, calmar a Susan y Robert diciéndoles que saluden a tus abuelos- Brittany soltó una risita nerviosa ya que era cierto, todos supieron de la travesía de la morena.
Diez minutos después terminando la última llamada, Brittany buscaba a Santana que según ella la había dejado en la sala pero que ahora no se encontraba ahí, busco en la planta baja y no la encontró, subió y la escucho en el baño del pasillo. Poco tiempo después la puerta se abrió dejando ver a Santana con una coleta y sin sus lentes de sol.
-Te encontré, pensé que habías huido para unirte a la pandilla de Lord Tubbington- bromeo Brittany.
-Nah, ya lo intente y no me aceptaron, su argumento es que soy muy humana- le siguió la corriente.
-Ven aquí- Brittany la rodeo con sus brazos para luego besarla, así estuvieron en el pasillo hasta que la rubia cortó el beso, ya que no quería que las cosas se adelantaran- Bien, vamos, tengo una sorpresa-
Santana se dejó llevar, pensando que bajarían, pero en su lugar entraron a lo que la morena supuso era la habitación de su novia, para luego salir al balcón donde había una pequeña mesa con la cena servida.
-Bien, cenaremos aquí, porque es una linda noche, también porque sé cuánto amas la brisa, más en otoño como ahora, también corte el pasto hace unas horas y se puede sentir su olor- Brittany guio a Santana hasta su lugar donde la cena ya estaba acomodada como la morena estaba acostumbrada y luego se sentó enfrente de ella.
-¿A qué se debe todo esto?- preguntó divertida la morena.
-Bueno, primero porque te amo, segundo, hace mucho no tenemos un momento de solamente tú y yo, tercero te amo….-
-Eso ya lo dijiste- recalcó la morena.
-Sí, pero es la razón principal, será siempre así- contesto la rubia al mismo tiempo que dejaba un beso en la mano de su morena.
La cena fue de lo más ameno, Brittany trató de convencer a Santana que era ella quien había cocinado pero la morena no se lo creyó ni por medio segundo, ya que a la rubia se le quemaba hasta el agua, luego de ser descubierta y haber confesado que la había comprado entraron de nuevo a la habitación, cerrando con seguro y corriendo la cortina, empezaba a estar nerviosa, era tiempo de ver si todo lo que había planeado era del agrado de su morena, pero más que nada sería la primera vez que estuvieran juntas después de haberlo deseado por tanto tiempo.
-Brittany por dios, ¿Dónde has conseguido este juego de sabanas? Es lo más suave que he sentido en mi vida- dijo Santana, Brittany sonrió automáticamente.
Sin decir nada fue una de las mesas de noche para prender velas aromáticas que había comprado, luego caminó a su tocador y encendió su estéreo, dejando escuchar las canciones que ellas compartían desde que eran amigas como de cuando ya estaban en su relación formal, pero lo más características de las canciones es que todas eran solamente instrumentales, haciendo que el ambiente se tornara melodiosos y pacífico.
Santana se había acostado en la cama disfrutando la suave textura de las sabanas cuando el olor a vainillas y canela fue
detectado por su nariz, ella adoraba esos olores, luego escuchar la música fue lo último que necesito para entender que pretendía Brittany, automáticamente sonrió y no pudo evitar excitarse, por fin estaría con su rubia, meses por no decir años de deseo hacia esa rubia por fin podrían hacerse realidad, pero una pequeña punzada de tristeza no pudo evitar que la invadiera, tanto que había deseado ese momento y no podría ver a rubia, sus pensamientos no pudieron seguir adelante ya que unos brazos la rodearon por la espalda.
-Te dije que quería que fuera especial, pero si ahora tu no quieres, estoy dispuesta a quedarme así y disfrutar la noche acurrucadas- habló Brittany estrujándola en sus brazos.
-Me muero por estar contigo mi Britt-Britt, amo los detalles que te estás tomando en hacer, como te lo dije ese día y te lo repito ahora, no era necesario nada de esto, solo con estar contigo es más que suficiente- Santana se giró y ahora sus narices chocaban- Te amo tanto- buscó a tientas los labios de su novia para luego juntarlos con los suyos, el beso empezó lento y cariñoso, pero rápidamente subió de tono, Santana rápidamente se colocó encima de la rubia y no dudó en empezarla a acariciar por todas partes.
Brittany tenía sus sentidos al máximo, no se imaginaba como estaba Santana, sin perder tiempo, le quitó su blusa a la morena, viendo su perfecta piel canela con un sujetador rojo, pasó sus manos por sus pechos y luego recorrió su espalda.
-Por Dios San, eres hermosa- dijo sin pensarlo.
La morena sonrió y busco nuevamente los labios de su novia, ahora fue está quien despojo a la rubia de su blusa, tocando cada parte de piel descubierta, sintiendo una suave sensación, recordando el color nívea característico de Brittany.
-Tu igual eres hermosa, siempre los has sido para mí y siempre te recordare así-
Empezó a bajar sus besos por la mandíbula de la rubia, cuello, clavícula para llegar al valle de sus pechos, pasando su lengua por este al mismo tiempo que acariciaba cada uno, sintiendo aun con el sujetador lo duro que se estaban poniendo los pezones de la rubia. En un rápido movimiento Brittany le quito el sujetar a Santana, extasiándose con los pechos bien dotados de su novia, Santana no se quedó atrás y alzando un poco a la rubia logro igual quitar el sujetador, rápidamente su boca volvió al valle de sus pechos pero ahora muy cerca de los pezones.
-¿Dime que color son?- hizo referencia a los pezones de su rubia, mientras su nariz jugueteaba con uno perfectamente erecto.
-San… por… por favor…- pidió Brittany al sentir ahora la lengua de la morena rodeando su pezón.
-Vamos Brittany, dime para que pueda seguir- volvió a lamer, haciendo que la rubia soltara un gemido.
-Son… son rosados- dijo jadeando y sintiendo como su humedad aumentaba con cada segundo.
-Justo como los imaginaba, rosados y duros, haciendo contraste con tu piel perfectamente blanca-
No dijo más, simplemente se metió todo el pezón a la boca y jugó un rato con él para luego darle la misma atención al otro, después de dejar bien lubricados esa parte de Brittany, siguió su recorrido, ahora besando las costillas y abdomen de Brittany.
-Aquí, justamente aquí tienes dos lunares, que me volvían loca cada vez que te veía en bañador- dijo lamiendo la zona donde ella recordaba estaban los lunares.
Brittany ardía, quería tocar y sentir a Santana, pero cada vez que trataba de girar o moverse la morena la inmovilizaba dejando caer todo su peso.
-No cariño, quiero probarte y tocarte antes que tú a mí, luego tú podrás hacer conmigo lo que desees- afirmo Santana desabrochando los jeans de Brittany.
La ropa interior fueron bajados juntos con los jeans, dejando a la rubia completamente desnuda, desnuda y excitada, Santana pudo sentir la calidez de la zona de la rubia a penas la toco, lentamente paso un dedo por el sexo de Brittany y sintiendo como este se deslizaba con gran facilidad debido a toda la humedad de la rubia.
-Oh mi amor, estas tan mojada- ahora deslizaba dos dedos por su sexo pero sin llegar a penetrarla.
Brittany gemía sin poder contenerse, Santana estaba jugando con ella y no sabría cuánto tiempo más podría soportar, sin previo aviso, la boca de la morena se apodero del monte de nervios de la rubia, haciéndola gritar. Santana lamia y succionaba lentamente el sexo de Brittany, esta puso una mano en la cabeza de la morena incitándola más, la cual con una mano, abrió suavemente los labios mayores de la rubia para poder meter su lengua y probarla hasta el fondo.
-San…- gemía Brittany
La morena sintió como el cuerpo de Brittany se empezaba contraer, así que en un rápido movimiento la penetro con dos dedos, sintiendo su apretado y cálido interior, dos dedos se convirtieron en tres y las embestidas de la morena fueron
acompañadas por su boca que jugaba con todo lo que podía lamer.
-Ya… ya no… no puedo más- advirtió Brittany.
Santana apresuro sus embestidas y momentos después escuchó gemir a Brittany mientras sus dedos eran apretado y succionados en el interior de la rubia. El orgasmo de Brittany llegó con sacudidas a su cuerpo y una capa de sudor que la cubría, Santana salió lentamente y empezó un camino desde el sexo de Brittany, por su abdomen, costillas, pechos, deteniéndose en sus pezones, para seguir en la clavícula, mandíbula y finalmente llegar a los labios de la rubia, quien al probar los de la morena la excitación volvió a su cuerpo al probarse a ella misma, sin dejar que la morena reaccione giro colocándose encima de ella y quitándole los pantalones de chándal junto con las pequeñas braguitas que tenía, besaba a Santana con euforia, como si la vida se le fuera en eso, no lo dudó y entrelazo sus piernas, haciendo que ambos sexos se tocaran y pudiendo sentir la humedad de la morena. Santana gimió con todo esto, empezando un movimiento involuntario de caderas en el cual buscaba el máximo contacto de su sexo con el de Brittany, la rubia abandono los labios de la morena para pasar al cuello, mientras el movimiento de cadera aumentaba, haciendo que ambas gimieras y ambos cuerpos empezaran a sudar.
-Te amo, te amo tanto- dijo Brittany mientras embestía fuertemente a la morena con sus caderas- Quiero que cada vez… cada vez que sientas el olor a vainilla y canela pienses en mi- la penetró con dos dedos, haciendo que la morena gritara por la sorpresa- que cuando escuches música instrumental tus sentidos se emocionen y te excites en solo pensarme- sus caderas aún conservaban el mismo ritmo, lo que ahora dificultaba la respiración de ambas- quiero… meter… meter todo mi amor en ti… y hacerte sentir todo esto… esto que me… me trae… loca por ti- culmino volviendo a besar a la morena y aumentado aún más el ritmo de las caderas, bastaron unos minutos más para que Santana llegará a un maravilloso orgasmo, lo cual Brittany la acompaño segundos después.
Ambas se desplomaron en la cama, agitadas y sudadas, Brittany tapó a Santa y la envolvió con sus brazos.
-Fue maravilloso- dijo una adormilada Santana.
-Claro que lo fue, estuvo contigo- dijo Brittany más despierta que la morena.
-Sí, es la mejor noche de mi vida, a pesar de que no obtuve mi perro guía que pensaba me ibas a regalar- bromeo
Santana, al recordar el pensamiento con el que se dirigió a la casa de la rubia. Brittany no pudo evitar reír.
-Sí, puede que esto haya sido mejor que un perro guía pero no descartare la idea- dijo dándole caricias en la espalda a
San, pero no obtuvo respuesta ya que la latina había quedado profundamente dormida- Descasa San, te amo- dijo acomodase y dejándose llevar por Morfeo.
-Lo siento, solo que aún no me hago la idea que debe ir siempre adelante- reía al saber que por tratar de huir de Brittany había salido corriendo y tropezado con un desnivel de la calle, el gruñido de Brittany hizo que la risa parara.
-Bien listo, solo pequeños raspones y con esa limpieza bastara, ahora las dejo, quede con Susan de ir por macetas y semillas para los jardines, nos vemos más tarde chicas, cuídense… cuídala- susurro lo último a la rubia que estaba a su lado mientras tomaba su cosas.
Maribel salió de su casa para luego subir a su carro y encontrarse con la mayor de las mujeres Pierce, Santana, se levantó de la mesa del comedor y buscaba a tientas a Brittany, quien seguía de pie junto a la puerta de la cocina, al llegar a ella Santana rodeo su cintura con sus brazos para luego dar pequeños besos de su ya oficial novia. Sabía que estaba molesta porque ella le había pedido que no corriera, dos veces antes de que se caía y mandara a volar su bastón varios metros en la acera, la rubia más que enojada aún estaba un poco asustada al ver a su latina en el suelo.
-¿No me vas a besar?- preguntó Santana haciéndose la indignada, ya que repartía besos por el cuello y mandíbula de su rubia y está ni se inmutaba- Vamos mi amor, no se enoje, solo fue una pequeña caída, no me paso nada…- continuo con sus besos.
-Te pudo haber pasado algo, no estoy en contra de que diviertas- dijo porque Santana había corrido de ella tratando de huir de un ataque de cosquillas- pero debes tener más cuidado y tomarme enserio cuando te digo que no hagas algo- decía en tono serio y sin moverse.
-Britt, solo fue una pequeña caída, tienes que admitir que a veces eres muy sobreprotectora, hasta más paranoicas que mi madre- respondió Santana dándose por vencida y ahora un tanto molesta, Brittany dio un largo suspiro, ahora fue ella quien abrazo por la espalda a la morena.
-Entiende que eres lo más valioso para mí, no quiero que nada te pase, me asusté mucho cuando te vi en el suelo- dijo Brittany apretándola más a ella y sintiendo su cálido contacto, pero ahora la morena era quien la rechazaba- perdón ¿sí? Tratare de relajarme, pero siempre te voy a cuidar, aunque se enoje- en un movimiento rápido Santana ya estaba siendo cargada por su novia y con esto no pudo evitar reírse.
-Brittany bájame, la última vez me tiraste- decía riendo, agarrándose fuertemente ya que la rubia había empezado a dar vueltas.
-Te tire porque no te quedabas quieta, justamente como ahora- se detuvo para luego sentar a Santana en un sillón de la sala y ponerse al frente de ella.
La morena busco con sus manos el rostro de Brittany, cuando dio con él, tomó sus mejillas para acariciarlas, pasar sus dedos delicadamente por sus labios y luego por los ojos, Brittany ante esto cerro los ojos, dejándose hacer por Santana, ya que está le había dicho que era su forma de recordar siempre su rostro.
-Eres hermosa- sentencio Santana sin dejar de acariciarla.
-No más que tú- respondió, librándose de las manos de Santana para sentarse a un lado de ella, quitándole sus gafas de sol que siempre usaba cada vez que salía y depositar un beso en cada uno de sus ojos- Eres hermosa por dentro y por fuera, no sabes cuánto te amo- culmino con un tierno beso que Santana aceptó gustosamente.
-Yo igual te amo- respondió, en un momento que sus labios se separaron pero al instante volver a juntarse.
Santana se acercó y profundizo el besó, empezando a acostar a Brittany quedando ella arriba, la rubia, empezaba a acalorarse, Santana no dejaba quietas sus manos, le acariciaba los pechos al mismo tiempo que su lengua recorría toda su boca, no pudo evitar gemir cuando los besos abandonaron su boca para ubicarse en su cuello, luego el lóbulo de su oreja para luego meter sus manos bajo su blusa, la rubia se sentía aturdida, a punto de perder el control, pero algo logro hacer clic en su cabeza y lentamente fue separando a la morena.
-San… para- dijo, pero fue silenciada con otro beso y más caricias- Santana por favor- rogó.
La morena se despegó bruscamente de su novia y la miraba con el ceño fruncido.
-¿Ahora porque Brittany?- reclamó enojada- ¿Crees que no me he dado cuenta de que me rechazas?, esta es la 4, ¿Qué hay de malo conmigo?- dijo la morena sintiendo lágrimas en los ojos, su novia no quería hacer el amor y no sabía las
razones de esto.
-No mi amor, no es nada acerca de ti- se apresuró a decir- San…- suspiró agachando la cabeza.
Brittany se sentía hasta cierto punto frustrada, siempre que se había imaginado hacer el amor con Santana lo había imaginado muy especial, con velas, pétalos de rosa y todas esas cosas cursis, cosas que ahora la morena no podría ver, no sabía qué hacer para hacer su primera vez juntas lo más especial. Había estado con muchas chicas desde su adolescencia pero nadie se comparaba con esa latina que la traía loca de amor.
-Yo… yo quiero que nuestra primera vez sea especial- dijo sin más.
Santana notó el cambio en el tono de voz de su novia y todo enojo se esfumo.
-Brittany, solo por el hecho de que estaré contigo, amándote, dejándome amar es lo más especial que me podría pasar, no tienes por qué buscarle más, somos tu y yo hasta el final, con nuestro amor y absurdas peleas- Santana se volvió a acerca a su rubia buscando su rostro- no quiero que pienses que tienes que preparar algo para que sea especial, nosotras ya somos especiales, es más somos asombrosas- Brittany no pudo evitar reír por lo último- Pero sé que aún así no me harás caso y prepararas algo muy bonito, que me encantara y te amare aún más, así que…- suspiro, ya que se arrepentiría por lo que diría- Te esperare, cuando tu creas que es el momento perfecto para hacer que grites mi nombre en fantásticos órganos, que luego te arrepentirás de no haberme dejado hacer antes- Brittany soltó una carcajada, Santana a veces era demasiado ocurrente, la morena se puso de pie y camino rumbo a la cocina- Ahora, mientras tú te relajas, yo te hare un súper sándwich para luego compartirlo, tumbarnos en el patio a escuchar música y hablar de universos paralelos- Brittany no pudo evitar sonreír, se sentía muy afortunada, por lo mismo tenía que pensar en algo muy especial para su morena.
Santana abría el refrigerador, sacando todo lo necesario para hacer su sándwich de su rubia, Brittany no tardó en hacerle compañía.
-No sé, pero no creo el betún sepa bien con jamón y pepinillos- dijo viendo como Santana estaba a punto de untar betún de vainilla a un pan.
-Joder con mi padre, siempre se olvida de poner las cosas en su lugar, el otro día quería unas quesadillas y donde se supone que va el queso encontré salchichas, en las salchichas tocino y en el tocino fresas- decía Santana molesta, ya que para ser un poco más independiente en sus clases que tomaba en el centro de arte le sugirieron que todo tome un orden, refrigerador, alacena, despensa en general, para que la morena pueda prepararse cosas y no depender de otra persona.
-Bien, no hay problema, acomodemos esto de nuevo y luego preparare té helado-
Pasaron la tarde juntas, comiendo, bromeando y robándose muchos besos, luego para la cena, cuando Ricardo y Maribel habían regresado a casa Santana pidió comer afuera, lo cual a su familia le encantó la idea, Brittany no los acompaño a pesar de la insistencia de los López, pero creía que la morena debía pasar tiempo a solas con su familia y ella con la suya, por lo cual fue por su padre, comprando la cena arriesgándose al regaño de Susan por esto y luego a rentar películas, tendrían una noche familiar.
Días después Brittany se comía la cabeza tratando de pensar algo para prepararle a su morena y hacer su encuentro muy especial, estaba en una de las mesas de picnic en el exterior de su universidad, era tanto su bloqueo mental que empezó a golpearse la frente con la propia mesa.
-Joder- exclamo sin tener idea alguna.
-¿Qué pasa rubia? ¿Problemas en el paraíso?- preguntó Blaine, un compañero de Brittany juntó con su muy afeminado novio Kurt.
-Hola chicos… no, todo bien, solo que quiero prepararle algo especial a San pero no se me ocurre nada- suspiró volviendo a golpearse.
-¿Para qué quieres hacerle algo especial?- preguntó ahora Jake, otro compañero, que no era del agrado de Brittany pero lo soportaba solo por ser hermano de Puck un viejo amigo de la familia y de ella.
-Porque a comparación tuya, hay personas que quieren demostrar cuanto aman a su pareja y lo especial que son para uno- dijo Kurt, que tampoco era devoto a él.
-Vamos, no te comas la cabeza-ignoró a Kurt- Llévala a donde sea, no es que tu chica te reclame por el aspecto del lugar o cosas por el estilo, solo descríbeselo maravilloso y listo, ojos que no ven, noche que puedes tenerla en tu cama- dijo como si nada, ganándose la mirada de odio de Brittany.
-Lárgate antes que te rompa la cara- contesto Brittany empuñando su mano y chirriando sus dientes.
-¿Qué?, yo solo digo lo que yo haría- Volteo a ver a los otros dos, quien el mas pálido lo miraba con ojos de odio y su engomado novio negaba la cabeza.
-Largo- gritó Brittany roja de la cólera que ese tipo le provocaba.
Jake al ver el enojo de la rubia decidió mejor tomar sus cosas e irse.
-Tranquila Britt, es un idiota- trataba de tranquilizarla Blaine.
-Un idiota que un día de estos le daré la golpiza de su vida si llega a decir algo más de San o comentarios de ese tipo- sentenció Brittany tratando de tranquilizarte.
-Bien, dejemos eso a un lado, cuéntanos, para que quieres eso especial ¿una fecha importante?- Brittany negó con la cabeza- Tal vez ¿Una noche de pasión?...- la rubia se puso roja y poco a poco asintió con la cabeza, Kurt no pudo evitar emocionarse- Por fin, ya se habían tardado demasiado, si fuera hetero y tuviera una novia como esa latina, por Dios, hace mucho me la hubiera comido completita- Blaine y Brittany rieron, ya que ellos no podían ni imaginarse a Kurt con una mujer y mucho menos con Santana.
-Sí, bien, el punto es que no sé qué hacer, en otra situación llenaría de pétalos, velas y demás la habitación, me pondría ropa sexy y dejaría que ella haga conmigo lo que quiera- suspiró.
-Bueno, ten en cuenta que tenemos 5 sentidos en total, Santana por desgracia perdió uno de estos, pero estoy casi seguro que los 4 restantes se agudizaron- explicaba Blaine- Ahora, en lugar de ver y que guarde esas imágenes siempre en su cabeza haz que guarde olores, sabores y sensaciones-
A Brittany se le ilumino el rostro con una sonrisa y se paró como si tuviera un resorte.
-Eso es Blaine, eres un maldito genio- dijo emocionada- Nos vemos chicos ya sé qué debo hacer, los adoro- beso a Blaine casi casi en los labios y luego salió disparada a su moto.
-¿Sabes? Solo porque sé que esa rubia muere por su latina y no le van los hombres, le he pasado en alto eso- dijo Kurt limpiando restos de brillo que dejo la rubia en su novio- porque de ser otra le arranco la boca, el único que puede tenerte así de cerca o más soy yo nene- beso los labios del moreno, el cual al separarse lo miro con una cara de tonto enamorado.
Ese sábado por la noche Brittany citó a la morena en su casa, había logrado convencer a sus papas que visitaran a su abuelo en un viaje exprés a Oregón, al principio Robert y Susan no estaban todos convencidos pero falto con que la rubia llamara a su abuela y esta amenazara a su hijo que si no la iba a ver, jamás en lo que le quedara de vida le volvería a preparar su famoso pastel de carne y galletas de arándanos que el ex sargento adoraba, eso fue suficiente para que Robert empacara su maleta, de su esposa y la de su hija más pequeña para partir rumbo a casa de sus progenitores.
La morena se terminaba de vestir para ir a casa de su rubia donde la había citado porque según le tenía una sorpresa, Santana tenía la esperanza que le regalara un perro, esos labradores hermosos que sirven de guían y que siempre estaban al lado de su amo, sonriendo terminó de cepillarse el cabello para luego tomar su reloj y apretar el botón para saber la hora.
“Son las 6:42 de la tarde”
-Genial, vamos bien-
Salió de su habitación tomando su bastón, teléfono y bolso, luego bajo las escaleras y se dirigió a la puerta.
-¿Segura que no quieres que te lleve?- volvió a insistir su padre desde la sala.
-Por centésima vez que no, solo son 3 cuadras y media, la casa de Brittany está en una esquina y las calles la puedo cruzar siempre con alguien que este por el rumbo o simplemente esperar hasta que un auto toque el claxon y me deje pasar- explico a su padre.
-Sé que puedes, pero es inevitable preocuparme, si te pasa algo no tendré a quien echarle la culpa cuando me cómo la parte del pastel que siempre guarda tu mama- dijo Ricardo- pero en fin, avísame cuando llegues por favor.
Santana sonrió negando la cabeza mientras caminaba a la puerta de su casa, se despidió de su padre y empezó a caminar. Tenía ya más de 4 meses desde que había pasado lo del accidente, Santana ya se sentía con más confianza, pero sabía que siempre tenía que tener cuidado, había hecho dos veces anteriores el recorrido de su casa a la de su rubia, pero una vez seguida por Maribel sin que según ella se dé cuenta, pero los tacones de su madre no eran nada silenciosos y otra donde Robert la espera y vigilaba desde su casa con binoculares, eso lo supo gracias a la pequeña Alexa que soborno con un chocolate. Ahora era realmente la prueba, a paso seguro y desdoblando su bastón empezó su caminata, en el primer cruce un señor la ayudo, en el segundo sorprendentemente el conductor del carro que venía se paró, bajó y ayudo a la morena, el ultimo cruce fue ayudado por un tierno niño que por su estatura y voz le calculaba de unos 8 o 9 años. Veinte minutos después estaba llegando a casa de su novia, sana y salva. No tuvo tiempo de tocar la puerta ya que esta se abrió.
-Llegaste- exclamo emocionada la rubia.
-Sí, ya puedes llamarle a mi madre, mi padre, calmar a Susan y Robert diciéndoles que saluden a tus abuelos- Brittany soltó una risita nerviosa ya que era cierto, todos supieron de la travesía de la morena.
Diez minutos después terminando la última llamada, Brittany buscaba a Santana que según ella la había dejado en la sala pero que ahora no se encontraba ahí, busco en la planta baja y no la encontró, subió y la escucho en el baño del pasillo. Poco tiempo después la puerta se abrió dejando ver a Santana con una coleta y sin sus lentes de sol.
-Te encontré, pensé que habías huido para unirte a la pandilla de Lord Tubbington- bromeo Brittany.
-Nah, ya lo intente y no me aceptaron, su argumento es que soy muy humana- le siguió la corriente.
-Ven aquí- Brittany la rodeo con sus brazos para luego besarla, así estuvieron en el pasillo hasta que la rubia cortó el beso, ya que no quería que las cosas se adelantaran- Bien, vamos, tengo una sorpresa-
Santana se dejó llevar, pensando que bajarían, pero en su lugar entraron a lo que la morena supuso era la habitación de su novia, para luego salir al balcón donde había una pequeña mesa con la cena servida.
-Bien, cenaremos aquí, porque es una linda noche, también porque sé cuánto amas la brisa, más en otoño como ahora, también corte el pasto hace unas horas y se puede sentir su olor- Brittany guio a Santana hasta su lugar donde la cena ya estaba acomodada como la morena estaba acostumbrada y luego se sentó enfrente de ella.
-¿A qué se debe todo esto?- preguntó divertida la morena.
-Bueno, primero porque te amo, segundo, hace mucho no tenemos un momento de solamente tú y yo, tercero te amo….-
-Eso ya lo dijiste- recalcó la morena.
-Sí, pero es la razón principal, será siempre así- contesto la rubia al mismo tiempo que dejaba un beso en la mano de su morena.
La cena fue de lo más ameno, Brittany trató de convencer a Santana que era ella quien había cocinado pero la morena no se lo creyó ni por medio segundo, ya que a la rubia se le quemaba hasta el agua, luego de ser descubierta y haber confesado que la había comprado entraron de nuevo a la habitación, cerrando con seguro y corriendo la cortina, empezaba a estar nerviosa, era tiempo de ver si todo lo que había planeado era del agrado de su morena, pero más que nada sería la primera vez que estuvieran juntas después de haberlo deseado por tanto tiempo.
-Brittany por dios, ¿Dónde has conseguido este juego de sabanas? Es lo más suave que he sentido en mi vida- dijo Santana, Brittany sonrió automáticamente.
Sin decir nada fue una de las mesas de noche para prender velas aromáticas que había comprado, luego caminó a su tocador y encendió su estéreo, dejando escuchar las canciones que ellas compartían desde que eran amigas como de cuando ya estaban en su relación formal, pero lo más características de las canciones es que todas eran solamente instrumentales, haciendo que el ambiente se tornara melodiosos y pacífico.
Santana se había acostado en la cama disfrutando la suave textura de las sabanas cuando el olor a vainillas y canela fue
detectado por su nariz, ella adoraba esos olores, luego escuchar la música fue lo último que necesito para entender que pretendía Brittany, automáticamente sonrió y no pudo evitar excitarse, por fin estaría con su rubia, meses por no decir años de deseo hacia esa rubia por fin podrían hacerse realidad, pero una pequeña punzada de tristeza no pudo evitar que la invadiera, tanto que había deseado ese momento y no podría ver a rubia, sus pensamientos no pudieron seguir adelante ya que unos brazos la rodearon por la espalda.
-Te dije que quería que fuera especial, pero si ahora tu no quieres, estoy dispuesta a quedarme así y disfrutar la noche acurrucadas- habló Brittany estrujándola en sus brazos.
-Me muero por estar contigo mi Britt-Britt, amo los detalles que te estás tomando en hacer, como te lo dije ese día y te lo repito ahora, no era necesario nada de esto, solo con estar contigo es más que suficiente- Santana se giró y ahora sus narices chocaban- Te amo tanto- buscó a tientas los labios de su novia para luego juntarlos con los suyos, el beso empezó lento y cariñoso, pero rápidamente subió de tono, Santana rápidamente se colocó encima de la rubia y no dudó en empezarla a acariciar por todas partes.
Brittany tenía sus sentidos al máximo, no se imaginaba como estaba Santana, sin perder tiempo, le quitó su blusa a la morena, viendo su perfecta piel canela con un sujetador rojo, pasó sus manos por sus pechos y luego recorrió su espalda.
-Por Dios San, eres hermosa- dijo sin pensarlo.
La morena sonrió y busco nuevamente los labios de su novia, ahora fue está quien despojo a la rubia de su blusa, tocando cada parte de piel descubierta, sintiendo una suave sensación, recordando el color nívea característico de Brittany.
-Tu igual eres hermosa, siempre los has sido para mí y siempre te recordare así-
Empezó a bajar sus besos por la mandíbula de la rubia, cuello, clavícula para llegar al valle de sus pechos, pasando su lengua por este al mismo tiempo que acariciaba cada uno, sintiendo aun con el sujetador lo duro que se estaban poniendo los pezones de la rubia. En un rápido movimiento Brittany le quito el sujetar a Santana, extasiándose con los pechos bien dotados de su novia, Santana no se quedó atrás y alzando un poco a la rubia logro igual quitar el sujetador, rápidamente su boca volvió al valle de sus pechos pero ahora muy cerca de los pezones.
-¿Dime que color son?- hizo referencia a los pezones de su rubia, mientras su nariz jugueteaba con uno perfectamente erecto.
-San… por… por favor…- pidió Brittany al sentir ahora la lengua de la morena rodeando su pezón.
-Vamos Brittany, dime para que pueda seguir- volvió a lamer, haciendo que la rubia soltara un gemido.
-Son… son rosados- dijo jadeando y sintiendo como su humedad aumentaba con cada segundo.
-Justo como los imaginaba, rosados y duros, haciendo contraste con tu piel perfectamente blanca-
No dijo más, simplemente se metió todo el pezón a la boca y jugó un rato con él para luego darle la misma atención al otro, después de dejar bien lubricados esa parte de Brittany, siguió su recorrido, ahora besando las costillas y abdomen de Brittany.
-Aquí, justamente aquí tienes dos lunares, que me volvían loca cada vez que te veía en bañador- dijo lamiendo la zona donde ella recordaba estaban los lunares.
Brittany ardía, quería tocar y sentir a Santana, pero cada vez que trataba de girar o moverse la morena la inmovilizaba dejando caer todo su peso.
-No cariño, quiero probarte y tocarte antes que tú a mí, luego tú podrás hacer conmigo lo que desees- afirmo Santana desabrochando los jeans de Brittany.
La ropa interior fueron bajados juntos con los jeans, dejando a la rubia completamente desnuda, desnuda y excitada, Santana pudo sentir la calidez de la zona de la rubia a penas la toco, lentamente paso un dedo por el sexo de Brittany y sintiendo como este se deslizaba con gran facilidad debido a toda la humedad de la rubia.
-Oh mi amor, estas tan mojada- ahora deslizaba dos dedos por su sexo pero sin llegar a penetrarla.
Brittany gemía sin poder contenerse, Santana estaba jugando con ella y no sabría cuánto tiempo más podría soportar, sin previo aviso, la boca de la morena se apodero del monte de nervios de la rubia, haciéndola gritar. Santana lamia y succionaba lentamente el sexo de Brittany, esta puso una mano en la cabeza de la morena incitándola más, la cual con una mano, abrió suavemente los labios mayores de la rubia para poder meter su lengua y probarla hasta el fondo.
-San…- gemía Brittany
La morena sintió como el cuerpo de Brittany se empezaba contraer, así que en un rápido movimiento la penetro con dos dedos, sintiendo su apretado y cálido interior, dos dedos se convirtieron en tres y las embestidas de la morena fueron
acompañadas por su boca que jugaba con todo lo que podía lamer.
-Ya… ya no… no puedo más- advirtió Brittany.
Santana apresuro sus embestidas y momentos después escuchó gemir a Brittany mientras sus dedos eran apretado y succionados en el interior de la rubia. El orgasmo de Brittany llegó con sacudidas a su cuerpo y una capa de sudor que la cubría, Santana salió lentamente y empezó un camino desde el sexo de Brittany, por su abdomen, costillas, pechos, deteniéndose en sus pezones, para seguir en la clavícula, mandíbula y finalmente llegar a los labios de la rubia, quien al probar los de la morena la excitación volvió a su cuerpo al probarse a ella misma, sin dejar que la morena reaccione giro colocándose encima de ella y quitándole los pantalones de chándal junto con las pequeñas braguitas que tenía, besaba a Santana con euforia, como si la vida se le fuera en eso, no lo dudó y entrelazo sus piernas, haciendo que ambos sexos se tocaran y pudiendo sentir la humedad de la morena. Santana gimió con todo esto, empezando un movimiento involuntario de caderas en el cual buscaba el máximo contacto de su sexo con el de Brittany, la rubia abandono los labios de la morena para pasar al cuello, mientras el movimiento de cadera aumentaba, haciendo que ambas gimieras y ambos cuerpos empezaran a sudar.
-Te amo, te amo tanto- dijo Brittany mientras embestía fuertemente a la morena con sus caderas- Quiero que cada vez… cada vez que sientas el olor a vainilla y canela pienses en mi- la penetró con dos dedos, haciendo que la morena gritara por la sorpresa- que cuando escuches música instrumental tus sentidos se emocionen y te excites en solo pensarme- sus caderas aún conservaban el mismo ritmo, lo que ahora dificultaba la respiración de ambas- quiero… meter… meter todo mi amor en ti… y hacerte sentir todo esto… esto que me… me trae… loca por ti- culmino volviendo a besar a la morena y aumentado aún más el ritmo de las caderas, bastaron unos minutos más para que Santana llegará a un maravilloso orgasmo, lo cual Brittany la acompaño segundos después.
Ambas se desplomaron en la cama, agitadas y sudadas, Brittany tapó a Santa y la envolvió con sus brazos.
-Fue maravilloso- dijo una adormilada Santana.
-Claro que lo fue, estuvo contigo- dijo Brittany más despierta que la morena.
-Sí, es la mejor noche de mi vida, a pesar de que no obtuve mi perro guía que pensaba me ibas a regalar- bromeo
Santana, al recordar el pensamiento con el que se dirigió a la casa de la rubia. Brittany no pudo evitar reír.
-Sí, puede que esto haya sido mejor que un perro guía pero no descartare la idea- dijo dándole caricias en la espalda a
San, pero no obtuvo respuesta ya que la latina había quedado profundamente dormida- Descasa San, te amo- dijo acomodase y dejándose llevar por Morfeo.
BrittanaV*** - Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 11/01/2015
Re: Fanfic Brittana: Make you feel my love Epílogo
esta escena Brittana fue no quiero decir linda sino diferente en el buen sentido de la palabra por que para que Britt logre despertar todos los sentidos de Santana, ya que no cuenta con la vista eso no es facil. Me ha gustado, pero me da pesar por Santana por que ellla hubiese querido ver a su rubia como dios la trajo al mundo
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
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