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[Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
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claudia1988
JVM
Lucy LP
perez102
marthagr81@yahoo.es
monica.santander
10 participantes
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Página 2 de 12. • 1, 2, 3, ... 10, 11, 12
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
Hola morra...
En serio otro caso mas ya es hora del fbi
San ya se esta poniendo al día con el caso???
Súper ternura san con el/la Gatito...
Mmmmmm santana haciendo las cosas a su manera a ver que no termina matándose setre todos haya???
Nos vemos!!!
Pd ya te estaba por buscar.... Te voy a poner un gps!! Pero se entiende suerte con los estudios,.. Un mal necesario lastimosamente!!!
En serio otro caso mas ya es hora del fbi
San ya se esta poniendo al día con el caso???
Súper ternura san con el/la Gatito...
Mmmmmm santana haciendo las cosas a su manera a ver que no termina matándose setre todos haya???
Nos vemos!!!
Pd ya te estaba por buscar.... Te voy a poner un gps!! Pero se entiende suerte con los estudios,.. Un mal necesario lastimosamente!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
hola, que bien vamos en esto. Creo que por lo menos aca los roles cambian. Britt lleva los pantalones en la historia, Santana aunque tipa dura es tan tierna mas con esa gatita o gato Dios sabra que es ... pero eso de Agente del FBI es una mascara ella es la mas adorable.
Con el capitulo es que la salida de Britt es por que perdio a su pareja de manera tragica me imagino que igual era policia y estaba en mision o durante su ausencia.
Quinn y las mulas parecen estar destinadas a estar juntas en la historia. jajjajajajajaj. saludos
Con el capitulo es que la salida de Britt es por que perdio a su pareja de manera tragica me imagino que igual era policia y estaba en mision o durante su ausencia.
Quinn y las mulas parecen estar destinadas a estar juntas en la historia. jajjajajajajaj. saludos
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
3:) escribió:Hola morra...
En serio otro caso mas ya es hora del fbi
San ya se esta poniendo al día con el caso???
Súper ternura san con el/la Gatito...
Mmmmmm santana haciendo las cosas a su manera a ver que no termina matándose setre todos haya???
Nos vemos!!!
Pd ya te estaba por buscar.... Te voy a poner un gps!! Pero se entiende suerte con los estudios,.. Un mal necesario lastimosamente!!!
Hola lu, eso mismo digo yo =/ Eso parece... y ya era bueno jajajajaja. Aiii si esa morena es un amor, un amor! jajajajaja. De la mejor manera... espero jajajaja. Saludos =D
Pd: jajajajajajajajaja xD menos mal que volví, asi te ahorre tiempo jajajajaja. Jajajaajajajajaaja xD ajajajajajaja. Eso mismo digo yo xD
marthagr81@yahoo.es escribió:hola, que bien vamos en esto. Creo que por lo menos aca los roles cambian. Britt lleva los pantalones en la historia, Santana aunque tipa dura es tan tierna mas con esa gatita o gato Dios sabra que es ... pero eso de Agente del FBI es una mascara ella es la mas adorable.
Con el capitulo es que la salida de Britt es por que perdio a su pareja de manera tragica me imagino que igual era policia y estaba en mision o durante su ausencia.
Quinn y las mulas parecen estar destinadas a estar juntas en la historia. jajjajajajajaj. saludos
Hola, si no¿? Eso parece... eso parece, pero bn, no¿? Jajajajajajaja esk san es una tierna, solo que lo tiene bien oculto jajajajaja. Eso mismo digo yo jajajajajajaja. Mmmmm =/ eso parece, no¿?JAjajajajajaja si, no¿? jajajajajajaja quinn sabe manejar las cosas difíciles al parecer jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 7
Capitulo 7
—Ahora voy hacia la oficina del sheriff—dijo Santana—Quería ver si tenías algo resaltante.
—Acabo de regresar de Tucson, López. La última víctima, Angela Myers, al parecer, fue asesinada en su apartamento. Preliminar, por supuesto, pero estoy convencido que es la escena. Una enorme cantidad de sangre.
—Las dos primeras víctimas ¿han encontrado la escena del crimen?
—Nada. Me pregunto si tal vez las mató en el desierto.
—El sheriff afirma que solo fueron abandonadas ahí, de acuerdo al informe de Figgins.
—Sí, López ¿Desde cuándo le crees al sheriff de un condado de la ciudad?
—Tomando en cuenta que no he hablado con él o visitado los sitios donde fueron desechadas, le daré el beneficio de la duda.
—Bueno, ten cuidado con ese grupo. Creo que podrían ser un poco entusiastas. Uno de sus asistentes trabajó en el escenario… Pierce… vinculando a este sujeto con unos asesinatos sin resolver diez años atrás—él se rió—Sí, claro, como si el FBI no pudiera encontrar patrones en su propia base de datos, como si necesitaran un asistente local para encontrarlos. Increíble.
—Pierce es la única con experiencia. Pasó la mayor parte de su carrera en Los Ángeles ¿Por qué no me mandas el archivo y le echo un vistazo?
—Ya lo he leído, López. Es basura ¿Diez años? Vamos.
Santana apretó los dientes, tratando de ser agradable.
—Todavía me gustaría leerlo, Collie. Si no te importa—agregó ella.
—Es una pérdida de tiempo, López. ¿Por qué no te concentras en los vertederos y dejas que mi equipo trabaje en la identificación del asesino?—hizo una pausa—Creo que esa es tu misión ¿no es así?
—Ni se te ocurra dictaminar cual es mi asignación. Cristo, Collie, debí haberte disparado cuando tuve la oportunidad—colgó sin decir nada más, odiando que él pudiera presionar sus botones tan fácilmente.
—Cabrón. Idiota.
Maldito imbécil.
Hablando de perder el tiempo.
Los minutos que pasaba hablando con él los clasificaba de esa manera.
Respiró profundamente varias veces, dejando que su ira se desvaneciera. Realmente tenía que hacer algo con respecto a su relación con Collie. Él disfrutaba molestándola y ella se lo permitía, cayendo justo en sus manos.
Cabrón.
Comprobó el GPS, siguiendo su dirección hacia la oficina del sheriff. Sedona, aunque de alguna manera era una extensión de la ciudad, era más grande de lo que había pensado al principio.
Una revisión rápida le dijo que la población era de doce mil personas, más o menos y se había convertido en un gran destino turístico.
Difícilmente el desierto remoto que Figgins había indicado. La ciudad estaba en un valle, rodeada de hermosas y salvajes rocas rojas que le hacían famosa.
Había tenido poca oportunidad de familiarizarse con el área, además de echar un rápido vistazo a través de algunos sitios web.
Planeaba hacer una investigación más a fondo esta noche.
El edificio de adobe color crema que albergaba el departamento del sheriff se ubicaba en un rincón en las afueras de la ciudad.
Contó un coche, dos camionetas, un SUV más nuevo y un viejo Jeep amarillo que parecía un trasto, todos con insignias del departamento del sheriff pegadas a los lados.
Estacionó su camioneta en el puesto de visitantes, junto al puesto de estacionamiento para discapacitados. Empujando sus gafas de sol hacia la parte superior de su cabeza, se bajó y se dirigió resueltamente hacia la puerta, abriéndola sin vacilación.
Una señora mayor que supuso era la recepcionista le sonrió. Santana la ignoró, dirigiéndose hacia la atractiva mujer sentada detrás de un escritorio muy desordenado.
Lucía incómoda en su ajustado uniforme, el color arena le quitaba vida a su rostro. Su cabello era rubio… largo tomado en una cola de caballo y algunos mechones sueltos de una manera desgreñada que casi suplicaba lo apartaran de su rostro.
Santana no pudo evitarlo.
Se agachó, encontrándose con los ojos de la mujer, un tono más claro del color azul. Esbozó lo que esperaba fuera una sonrisa encantadora, coqueteando descaradamente.
—Brittany Pierce…espero—dijo Santana.
—¿Discúlpeme?
—Dije que espero que seas Brittany Pierce—le tendió la mano—Sería un placer tener a alguien tan hermosa como tú enseñándome la ciudad, tal vez pueda llevarme a cenar esta noche—dijo con un guiño.
Los ojos azules se estrecharon ignorando su mano extendida.
—¿Quién demonios eres?
Santana se enderezó.
—Santana López. Encantada de conocerte—su declaración fue recibida con una mirada en blanco—Oh, sí. Aquí…—dijo extrayendo un estuche de cuero de su bolsillo trasero—…Esto podría ayudar—alzó sus credenciales del FBI—Siempre olvido esta parte.
Los ojos azules la miraron de arriba abajo.
—¿Eres del FBI?
—Sip. Agente López. Puedes llamarme Santana o San—dijo sin dejar de sonreír.
Una sonrisa falsa apareció en la rubia.
—Agente López ¿cómo puedo ayudarla?
—Pensé que ya habíamos cubierto eso. Mostrarme los alrededores. Cena—se encogió de hombros—¿Estás libre esta noche? Me encantaría que nos reuniéramos.
La mujer rubia se puso de pie:
—Definitivamente no estoy libre esta noche. Creo que el sheriff Schuester es quien quiere verla.
Santana la siguió por un corto pasillo, pero fue el tiempo suficiente para echarle un ininterrumpido vistazo a un muy bonito trasero.
Lástima que tuviera un caso.
Esta mujer definitivamente valdría la pena perseguir.
—¿Sheriff Schuester? La agente del FBI está aquí.
Santana se detuvo en la puerta, volviéndose hacia Brittany Pierce.
No pudo resistirse.
—Te apuesto cien dólares a que esta noche cenamos—dijo en voz baja, con la esperanza de que Schuester no le hubiera escuchado.
Esta vez recibió una sonrisa genuina.
—Estaré encantada de tomar su dinero, Agente López. Puede pagarme en la mañana porque no voy a cenar contigo esta noche.
Santana tuvo que utilizar todo su decoro profesional para no decirle exactamente cómo iba a pagarle en la mañana. Le dio una leve inclinación de cabeza y luego entró a la oficina del sheriff Schuester, cerrando la puerta tras ella.
Él era mayor, no tanto como había esperado. Collie había sido exacto en eso.
Él era un adulto.
Un hombre delgado y alto, de cabello rubio…él se puso de pie con rapidez, ofreciéndole un firme apretón de manos.
—Soy Will Schuester—dijo—Gracias por venir.
—Santana López—dijo siguiendo su ejemplo al omitir los fatigosos títulos que la mayoría de los agentes insistían en usar.
Tal vez si ella se considerara una agente especial, podría estar más inclinada en usarlo.
—He trabajado con el FBI un puñado de veces en mi carrera. La mayoría de las veces he sentido como que quieren que me aleje de su maldito camino.
—Bueno, en realidad sólo soy yo, así que probablemente necesitaré toda la ayuda que pueda obtener.
—Hablé con un tal Figgins, creo que ese era su nombre. Dijo que también tenía un agente trabajando en Phoenix—dijo él metiendo un palillo de dientes en su boca—Britt ha estado en contacto con él.
—El agente Collie. Él está tratando de identificar las escenas del crimen, hablando con quienes vieron por última vez a las mujeres. Ese ángulo. Yo estoy aquí para tratar de encontrar algún tipo de patrón en los vertederos—hizo una pausa sin querer ofenderlo directamente—He leído su informe ¿Está seguro que ninguno de los vertederos podría haber sido la escena del crimen?
Él se rió con buen humor.
—Piensa que probablemente un hombre casi mayor como yo, atrapado aquí en medio de la nada, nunca ha visto una escena del crimen anteriormente—inclinó su cabeza—Eso sería del todo correcto. No somos una zona de alta criminalidad, eso es seguro. Pero Britt ha tomado la iniciativa en esto. Ella fue a los tres sitios, ella encontró los cuerpos. Si ella dice que no es la escena del crimen, entonces le creo.
—Esa debe ser Brittany Pierce ¿la asistente que me trajo aquí?
Él asintió con la cabeza.
—Ella ha visto suficientes horrores en LA. Ella dice que sólo porque el vertedero no fue la escena del crimen no quiere decir que no fueron asesinadas por aquí en alguna parte. Pero esta es un área muy extensa. Sin una pista de dónde…será difícil dar con ella.
—Eso podría ser cierto…tomando en cuenta que todavía no han sido capaces de encontrar las escenas del crimen. Bueno…tienen una posible escena en Tucson, pero están esperando los resultados de laboratorio para asegurarse.
—Hice que Britt pasara eso por e-mail al Agente Collie. Ella compartió ese escenario con él. También le envió un archivo de algunas cosas que había desenterrado en otros asesinatos sin resolver. Él parecía pensar que ella estaba fuera de orden por sugerir eso. Él nunca le dio mucho crédito al ángulo del asesino en serie, mucho menos que hayan sido asesinadas en algún lugar por aquí y luego ser arrojadas en otro lugar.
—Bueno, el Agente Collie es...—Un hijo de puta—…No es de los que acepta sugerencias, a menos que se trate de su jefe—dijo tan diplomáticamente como pudo—Las personas tienen diferentes definiciones de lo que constituye un asesino en serie. Pero si no le importa, me gustaría echarle un vistazo a sus resultados.
—Sí, claro—dijo él rebuscando en su escritorio—Tengo una copia en algún lugar.
Ella sonrió.
—Sería de gran ayuda si fuera un archivo electrónico, Will.
Él se echó a reír.
—Creo que soy uno de los pocos que todavía le gusta sujetar papel en las manos—se levantó y abrió la puerta—¿Britt? Ven aquí—se volvió hacia la morena—Si necesita a alguien en mi oficina que le ayude, Britt es a quien quiere. Ella tiene más experiencia.
—Gracias. Creo que me voy a aceptar esa oferta.
*******************************************************************************************************
—Es una ricura—dijo Ryder, su cuello todavía estirado mientras trataba de mirar hacia la oficina del Sheriff Schuester.
—¿Ricura? Esa mujer probablemente te rompería el brazo si te escuchara decir eso.
—¿Has visto su cuerpo? ¿Has visto cómo su camiseta se ajusta a todo? Hombre, apuesto a que tiene abdominales con 6 cuadritos.
Brittany sonrió.
—Confía en mí Ryder, no eres su tipo.
—Oh, lo sé. Vi la forma en que te miraba, Britt. Pero un hombre puede mirar ¿no? Quiero decir, ella es una ricura.
Ella empujó su silla hacia atrás, sacudiendo su cabeza.
¿Ricura?
La mujer era demasiado arrogante para ser llamada ricura, aunque Brittany admitía que era atractiva.
Permaneció de pie en la puerta del sheriff Schuester, esperando que terminaran su conversación. Él le hizo señas con la mano inmediatamente.
—Britt, pasa. La agente López…
—Santana, por favor—dijo la agente interrumpiéndolo.
—Santana, sí. Britt, Santana quiere leer el archivo. El que le enviaste al otro agente.
Brittany asintió.
—Le envié un correo electrónico al Agente Collie con un archivo en el que había trabajado. Él dijo que estaba muy lejos del jardín izquierdo, creo que esas fueron sus palabras.
—Sí, bueno, Collie es un asno—dijo la agente Santana sin rodeos—Me interesaría leerlo.
—Está bien, seguro.
Brittany tomó la tarjeta de presentación que la agente Santana le dio, notando la dirección de correo electrónico así como su número de celular.
—Tengo algunos asuntos que atender esta tarde, pero me gustaría echarle un vistazo a los vertederos a primera hora de la mañana. Will dijo que tú me llevarías.
—Está bien. Los dos están cerca de la ciudad, arriba en el cañón Oak Creek. El otro está sobre el sendero Rim en el cañón Sycamore. Necesitaremos caballos para ese, a menos que desee escalar once millas—arqueó una ceja, notando que Santana lucía más como una vaga de la playa que una agente del FBI.
Su cabello era espeso negro, penetrantes ojos negros y piel morena, como un perfecto bronceado.
Ella personificaba la palabra informal.
—Sabe cómo montar un caballo ¿verdad?
—Puedo montar casi cualquier cosa, sí.
Una sonrisa burlona y centelleantes ojos oscuros hicieron que Brittany se sonrojara.
Odiaba a las mujeres que coqueteaban con tanta facilidad.
Nunca se podía confiar en ellas.
—Sin duda—dijo secamente.
—Lo que me gustaría hacer…y Will, espero que esto esté bien con usted…pero me gustaría que los tres nos reuniéramos para una cena temprana y discutir nuestro plan, si quieres. Eso me dará la oportunidad de leer el archivo y hacer un poco de investigación por mí misma.
Brittany la miró fijamente, luego movió sus ojos hacia Will.
¿Cena?
—Eso está bien para mí—dijo Will—¿Britt? ¿Qué tal a las 6? ¿Es demasiado pronto?—preguntó mirando a la Agente López para su confirmación.
—Seis me parece grandioso—la agente Santana volteó sus confiados ojos oscuros hacia ella—¿Cena? ¿Seis?
—Tienes que estar bromeando—murmuró Brittany, lo bastante alto como para que la agente López escuchara.
Una vez más, esa sonrisa arrogante.
—Rara vez pierdo una apuesta—se puso de pie extendiendo su mano hacia Will—Gracias por tu tiempo, Will. ¿Nos reunimos aquí a las seis o tienes un lugar favorito?
Will miró a Brittany, esperando.
La ojiazul suspiró.
—¿Filetes? ¿Mexicano? ¿Local?
—No soy mucho de filetes ¿Qué tal Mexicano? Mientras pueda conseguir una cerveza fría y tal vez un buen trago de tequila.
—El Café de Juanita. Está por las afueras de la 80-9, Oak Creek Boulevard.
—Lo encontraré—inclinó ligeramente su cabeza en su dirección—Nos vemos a las 6.
Tan pronto salió de la habitación Brittany se dio la vuelta, mirando a Will.
—¿Cena? Tenías que aceptar la cena ¿no?
—¿Qué hay de malo en eso?
—Ella me apostó cien dólares a que me llevaría a cenar esta noche.
Will sonrió.
—Oh. Ya veo ¿Ella estaba coqueteando contigo?
—Es arrogante. Muy presumida.
—¿Eso crees? No vi eso en absoluto. Parecía muy agradable. Con los pies en la tierra. No como la mayoría de los agentes del FBI ¿Cómo fue que llamaste al agente Collie?
—Un pendejo.
—Sí. Un pendejo. Me gusta esa chica. A menos, por supuesto, que acabe dándome lata.
Brittany no se sorprendería si ese fuera el caso.
Ciertamente la agente Santana López no había sido otra cosa más que experimentada, había sido sencillamente demasiado experimentada. La prueba era la facilidad con la que había ganado una apuesta de cien dólares.
Brittany consideraba prudente mantener su distancia con la agente López.
*****************************************************************************************************************************
Santana hizo un rápido recorrido por la ciudad, tratando de familiarizarse con Sedona.
Por supuesto, aunque confiaba en su GPS para prácticamente todo, no sabía por qué se molestaba. Encontró la cafetería donde se reunirían más tarde. Lucía como un lugar de reunión local y no uno frecuentado por turistas.
Eso sería una adición.
Rápidamente regresó nuevamente hacia el sur y se dirigió hacia el equipo. Quería leer los archivos de Pierce sobre su sospecha del asesino en serie antes de la cena.
También estaba un poco ansiosa por regresar y ver cómo le había ido al gatito.
Esta era la primera vez que lo dejaba solo.
Después de desactivar la alarma, abrió la puerta silenciosamente, no quería asustarlo. El gatito estaba acurrucado en la manta extendida sobre el sofá. Bostezó ampliamente, luego se sentó, estirando sus minúsculas patas.
—Hey, tú—dijo Santana en voz baja—¿Me extrañaste?
Lo levantó acariciándolo bajo la barbilla, nuevamente amonestándose a sí misma en silencio por convertirse en una bola esponjosa por la cosita.
Para no haber tenido nunca una mascota, estaba realmente atada a él.
Lo rascó un par de veces bajo su barbilla y luego lo colocó nuevamente en el sofá.
Su ordenador portátil estaba donde lo había dejado y rápidamente abrió su correo electrónico, buscando el archivo que Brittany Pierce había enviado.
Antes de empezar, fue a la nevera y sacó una botella de agua, luego se sentó al lado del gatito. No le tomo mucho tiempo a la pelota de piel con rayas para deslizarse hacia su regazo.
En vez de lanzarlo nuevamente hacia la manta…como lo había hecho ayer…deslizó la laptop hasta sus muslos, dándole espacio al gatito para que se acurrucara.
—Dios, espero que seas una niña. Odiaría pensar que me estoy enamorando de un gatito varón—dijo obligando a sus ojos a ver hacia el monitor y no hacia su nueva amiga.
Santana fue cautivada inmediatamente con la información que Pierce había recabado.
Ella no tenía la autorización para hacer algo más que una búsqueda superficial en la base de datos, parte de ella era rudimentaria, pero aun así estaba muy impresionada con el archivo que había recabado.
Imaginó que le había tomado horas recopilar todo.
Santana se conectó con sus credenciales, revisando algunos de los primeros casos donde Pierce sólo había conseguido el mínimo de los detalles. Por desgracia, no había mucho más que Santana pudiese encontrar.
Dallas había sido el único caso donde habían encontrado ADN. También iba a ser el más útil. Si ellos encontraban coincidencia con las heridas y los patrones del cuchillo, entonces podrían saber si Brittany Pierce estaba en algo o no.
Si no había coincidencia, entonces su ángulo estaba equivocado y estarían lidiando con alguien que no era Patrick Doe.
Agarró su teléfono, llamando al agente Collie. Casi esperaba caer directamente al correo de voz pero se sorprendió al escuchar su voz.
—Leí el archivo de la asistente Pierce—dijo ella—Creo que es bastante impresionante.
—Oh, vamos López. Se seria. Te lo dije, ya lo revisé. Es una mierda.
—No estoy de acuerdo. Creo que debes solicitarle al médico forense los registros de Dallas. Ver si ellos pueden encontrar una coincidencia con el cuchillo, ver si las heridas son similares.
—Es una pérdida de tiempo, López. Incluso si son similares, difícilmente será concluyente sin ADN. O al menos, un arma que coincida.
—No estoy hablando de pruebas concluyentes para usar en la corte, Collie. Estoy hablando de ser capaces de identificar al asesino.
Él se echó a reír, provocando que Santana se mordiera el labio.
—¿Identificar al asesino? ¿Cómo Patrick Doe? Sí, eso ayuda mucho, López. Escucha ¿por qué no sólo te ajustas a lo tuyo y yo a lo mío?
Cortó antes que Santana pudiese responder.
—Imbécil. Cabrón.
Dios, odio a ese hombre.
Rápidamente llamó a Figgins, golpeando impacientemente sus dedos.
—Sí, López ¿Qué pasa?
—Tengo que conseguir un archivo del médico forense en Phoenix—dijo ella.
—Collie es…
—…un maldito idiota.
Él se echó a reír.
—Oh. Así que ya fuiste con él. Está bien, Santana ¿Qué necesitas?
—Hubo un caso en Dallas hace unos 18 meses. La asistente de aquí, Pierce, unió las piezas de algunos casos sin resolver, más o menos el mismo modus operandi. Me gustaría que el médico forense examinara los cortes del cuchillo, heridas y ver si es el mismo como el caso de Dallas.
—Está bien. Envíame lo que tienes. Voy a saltarme a Collie.
—Gracias, Figgins. Eso me impide tener que pegarle un tiro la próxima vez que lo vea.
La verdad era que Collie tenía razón.
Sería de poca utilidad para vincular los casos.
No ayudaría a resolver este caso. Pero la posibilidad de identificar un asesino en serie…era suficiente para que ella pasara por encima de Collie.
Y a él le jodería que ella lo hiciera.
—Acabo de regresar de Tucson, López. La última víctima, Angela Myers, al parecer, fue asesinada en su apartamento. Preliminar, por supuesto, pero estoy convencido que es la escena. Una enorme cantidad de sangre.
—Las dos primeras víctimas ¿han encontrado la escena del crimen?
—Nada. Me pregunto si tal vez las mató en el desierto.
—El sheriff afirma que solo fueron abandonadas ahí, de acuerdo al informe de Figgins.
—Sí, López ¿Desde cuándo le crees al sheriff de un condado de la ciudad?
—Tomando en cuenta que no he hablado con él o visitado los sitios donde fueron desechadas, le daré el beneficio de la duda.
—Bueno, ten cuidado con ese grupo. Creo que podrían ser un poco entusiastas. Uno de sus asistentes trabajó en el escenario… Pierce… vinculando a este sujeto con unos asesinatos sin resolver diez años atrás—él se rió—Sí, claro, como si el FBI no pudiera encontrar patrones en su propia base de datos, como si necesitaran un asistente local para encontrarlos. Increíble.
—Pierce es la única con experiencia. Pasó la mayor parte de su carrera en Los Ángeles ¿Por qué no me mandas el archivo y le echo un vistazo?
—Ya lo he leído, López. Es basura ¿Diez años? Vamos.
Santana apretó los dientes, tratando de ser agradable.
—Todavía me gustaría leerlo, Collie. Si no te importa—agregó ella.
—Es una pérdida de tiempo, López. ¿Por qué no te concentras en los vertederos y dejas que mi equipo trabaje en la identificación del asesino?—hizo una pausa—Creo que esa es tu misión ¿no es así?
—Ni se te ocurra dictaminar cual es mi asignación. Cristo, Collie, debí haberte disparado cuando tuve la oportunidad—colgó sin decir nada más, odiando que él pudiera presionar sus botones tan fácilmente.
—Cabrón. Idiota.
Maldito imbécil.
Hablando de perder el tiempo.
Los minutos que pasaba hablando con él los clasificaba de esa manera.
Respiró profundamente varias veces, dejando que su ira se desvaneciera. Realmente tenía que hacer algo con respecto a su relación con Collie. Él disfrutaba molestándola y ella se lo permitía, cayendo justo en sus manos.
Cabrón.
Comprobó el GPS, siguiendo su dirección hacia la oficina del sheriff. Sedona, aunque de alguna manera era una extensión de la ciudad, era más grande de lo que había pensado al principio.
Una revisión rápida le dijo que la población era de doce mil personas, más o menos y se había convertido en un gran destino turístico.
Difícilmente el desierto remoto que Figgins había indicado. La ciudad estaba en un valle, rodeada de hermosas y salvajes rocas rojas que le hacían famosa.
Había tenido poca oportunidad de familiarizarse con el área, además de echar un rápido vistazo a través de algunos sitios web.
Planeaba hacer una investigación más a fondo esta noche.
El edificio de adobe color crema que albergaba el departamento del sheriff se ubicaba en un rincón en las afueras de la ciudad.
Contó un coche, dos camionetas, un SUV más nuevo y un viejo Jeep amarillo que parecía un trasto, todos con insignias del departamento del sheriff pegadas a los lados.
Estacionó su camioneta en el puesto de visitantes, junto al puesto de estacionamiento para discapacitados. Empujando sus gafas de sol hacia la parte superior de su cabeza, se bajó y se dirigió resueltamente hacia la puerta, abriéndola sin vacilación.
Una señora mayor que supuso era la recepcionista le sonrió. Santana la ignoró, dirigiéndose hacia la atractiva mujer sentada detrás de un escritorio muy desordenado.
Lucía incómoda en su ajustado uniforme, el color arena le quitaba vida a su rostro. Su cabello era rubio… largo tomado en una cola de caballo y algunos mechones sueltos de una manera desgreñada que casi suplicaba lo apartaran de su rostro.
Santana no pudo evitarlo.
Se agachó, encontrándose con los ojos de la mujer, un tono más claro del color azul. Esbozó lo que esperaba fuera una sonrisa encantadora, coqueteando descaradamente.
—Brittany Pierce…espero—dijo Santana.
—¿Discúlpeme?
—Dije que espero que seas Brittany Pierce—le tendió la mano—Sería un placer tener a alguien tan hermosa como tú enseñándome la ciudad, tal vez pueda llevarme a cenar esta noche—dijo con un guiño.
Los ojos azules se estrecharon ignorando su mano extendida.
—¿Quién demonios eres?
Santana se enderezó.
—Santana López. Encantada de conocerte—su declaración fue recibida con una mirada en blanco—Oh, sí. Aquí…—dijo extrayendo un estuche de cuero de su bolsillo trasero—…Esto podría ayudar—alzó sus credenciales del FBI—Siempre olvido esta parte.
Los ojos azules la miraron de arriba abajo.
—¿Eres del FBI?
—Sip. Agente López. Puedes llamarme Santana o San—dijo sin dejar de sonreír.
Una sonrisa falsa apareció en la rubia.
—Agente López ¿cómo puedo ayudarla?
—Pensé que ya habíamos cubierto eso. Mostrarme los alrededores. Cena—se encogió de hombros—¿Estás libre esta noche? Me encantaría que nos reuniéramos.
La mujer rubia se puso de pie:
—Definitivamente no estoy libre esta noche. Creo que el sheriff Schuester es quien quiere verla.
Santana la siguió por un corto pasillo, pero fue el tiempo suficiente para echarle un ininterrumpido vistazo a un muy bonito trasero.
Lástima que tuviera un caso.
Esta mujer definitivamente valdría la pena perseguir.
—¿Sheriff Schuester? La agente del FBI está aquí.
Santana se detuvo en la puerta, volviéndose hacia Brittany Pierce.
No pudo resistirse.
—Te apuesto cien dólares a que esta noche cenamos—dijo en voz baja, con la esperanza de que Schuester no le hubiera escuchado.
Esta vez recibió una sonrisa genuina.
—Estaré encantada de tomar su dinero, Agente López. Puede pagarme en la mañana porque no voy a cenar contigo esta noche.
Santana tuvo que utilizar todo su decoro profesional para no decirle exactamente cómo iba a pagarle en la mañana. Le dio una leve inclinación de cabeza y luego entró a la oficina del sheriff Schuester, cerrando la puerta tras ella.
Él era mayor, no tanto como había esperado. Collie había sido exacto en eso.
Él era un adulto.
Un hombre delgado y alto, de cabello rubio…él se puso de pie con rapidez, ofreciéndole un firme apretón de manos.
—Soy Will Schuester—dijo—Gracias por venir.
—Santana López—dijo siguiendo su ejemplo al omitir los fatigosos títulos que la mayoría de los agentes insistían en usar.
Tal vez si ella se considerara una agente especial, podría estar más inclinada en usarlo.
—He trabajado con el FBI un puñado de veces en mi carrera. La mayoría de las veces he sentido como que quieren que me aleje de su maldito camino.
—Bueno, en realidad sólo soy yo, así que probablemente necesitaré toda la ayuda que pueda obtener.
—Hablé con un tal Figgins, creo que ese era su nombre. Dijo que también tenía un agente trabajando en Phoenix—dijo él metiendo un palillo de dientes en su boca—Britt ha estado en contacto con él.
—El agente Collie. Él está tratando de identificar las escenas del crimen, hablando con quienes vieron por última vez a las mujeres. Ese ángulo. Yo estoy aquí para tratar de encontrar algún tipo de patrón en los vertederos—hizo una pausa sin querer ofenderlo directamente—He leído su informe ¿Está seguro que ninguno de los vertederos podría haber sido la escena del crimen?
Él se rió con buen humor.
—Piensa que probablemente un hombre casi mayor como yo, atrapado aquí en medio de la nada, nunca ha visto una escena del crimen anteriormente—inclinó su cabeza—Eso sería del todo correcto. No somos una zona de alta criminalidad, eso es seguro. Pero Britt ha tomado la iniciativa en esto. Ella fue a los tres sitios, ella encontró los cuerpos. Si ella dice que no es la escena del crimen, entonces le creo.
—Esa debe ser Brittany Pierce ¿la asistente que me trajo aquí?
Él asintió con la cabeza.
—Ella ha visto suficientes horrores en LA. Ella dice que sólo porque el vertedero no fue la escena del crimen no quiere decir que no fueron asesinadas por aquí en alguna parte. Pero esta es un área muy extensa. Sin una pista de dónde…será difícil dar con ella.
—Eso podría ser cierto…tomando en cuenta que todavía no han sido capaces de encontrar las escenas del crimen. Bueno…tienen una posible escena en Tucson, pero están esperando los resultados de laboratorio para asegurarse.
—Hice que Britt pasara eso por e-mail al Agente Collie. Ella compartió ese escenario con él. También le envió un archivo de algunas cosas que había desenterrado en otros asesinatos sin resolver. Él parecía pensar que ella estaba fuera de orden por sugerir eso. Él nunca le dio mucho crédito al ángulo del asesino en serie, mucho menos que hayan sido asesinadas en algún lugar por aquí y luego ser arrojadas en otro lugar.
—Bueno, el Agente Collie es...—Un hijo de puta—…No es de los que acepta sugerencias, a menos que se trate de su jefe—dijo tan diplomáticamente como pudo—Las personas tienen diferentes definiciones de lo que constituye un asesino en serie. Pero si no le importa, me gustaría echarle un vistazo a sus resultados.
—Sí, claro—dijo él rebuscando en su escritorio—Tengo una copia en algún lugar.
Ella sonrió.
—Sería de gran ayuda si fuera un archivo electrónico, Will.
Él se echó a reír.
—Creo que soy uno de los pocos que todavía le gusta sujetar papel en las manos—se levantó y abrió la puerta—¿Britt? Ven aquí—se volvió hacia la morena—Si necesita a alguien en mi oficina que le ayude, Britt es a quien quiere. Ella tiene más experiencia.
—Gracias. Creo que me voy a aceptar esa oferta.
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—Es una ricura—dijo Ryder, su cuello todavía estirado mientras trataba de mirar hacia la oficina del Sheriff Schuester.
—¿Ricura? Esa mujer probablemente te rompería el brazo si te escuchara decir eso.
—¿Has visto su cuerpo? ¿Has visto cómo su camiseta se ajusta a todo? Hombre, apuesto a que tiene abdominales con 6 cuadritos.
Brittany sonrió.
—Confía en mí Ryder, no eres su tipo.
—Oh, lo sé. Vi la forma en que te miraba, Britt. Pero un hombre puede mirar ¿no? Quiero decir, ella es una ricura.
Ella empujó su silla hacia atrás, sacudiendo su cabeza.
¿Ricura?
La mujer era demasiado arrogante para ser llamada ricura, aunque Brittany admitía que era atractiva.
Permaneció de pie en la puerta del sheriff Schuester, esperando que terminaran su conversación. Él le hizo señas con la mano inmediatamente.
—Britt, pasa. La agente López…
—Santana, por favor—dijo la agente interrumpiéndolo.
—Santana, sí. Britt, Santana quiere leer el archivo. El que le enviaste al otro agente.
Brittany asintió.
—Le envié un correo electrónico al Agente Collie con un archivo en el que había trabajado. Él dijo que estaba muy lejos del jardín izquierdo, creo que esas fueron sus palabras.
—Sí, bueno, Collie es un asno—dijo la agente Santana sin rodeos—Me interesaría leerlo.
—Está bien, seguro.
Brittany tomó la tarjeta de presentación que la agente Santana le dio, notando la dirección de correo electrónico así como su número de celular.
—Tengo algunos asuntos que atender esta tarde, pero me gustaría echarle un vistazo a los vertederos a primera hora de la mañana. Will dijo que tú me llevarías.
—Está bien. Los dos están cerca de la ciudad, arriba en el cañón Oak Creek. El otro está sobre el sendero Rim en el cañón Sycamore. Necesitaremos caballos para ese, a menos que desee escalar once millas—arqueó una ceja, notando que Santana lucía más como una vaga de la playa que una agente del FBI.
Su cabello era espeso negro, penetrantes ojos negros y piel morena, como un perfecto bronceado.
Ella personificaba la palabra informal.
—Sabe cómo montar un caballo ¿verdad?
—Puedo montar casi cualquier cosa, sí.
Una sonrisa burlona y centelleantes ojos oscuros hicieron que Brittany se sonrojara.
Odiaba a las mujeres que coqueteaban con tanta facilidad.
Nunca se podía confiar en ellas.
—Sin duda—dijo secamente.
—Lo que me gustaría hacer…y Will, espero que esto esté bien con usted…pero me gustaría que los tres nos reuniéramos para una cena temprana y discutir nuestro plan, si quieres. Eso me dará la oportunidad de leer el archivo y hacer un poco de investigación por mí misma.
Brittany la miró fijamente, luego movió sus ojos hacia Will.
¿Cena?
—Eso está bien para mí—dijo Will—¿Britt? ¿Qué tal a las 6? ¿Es demasiado pronto?—preguntó mirando a la Agente López para su confirmación.
—Seis me parece grandioso—la agente Santana volteó sus confiados ojos oscuros hacia ella—¿Cena? ¿Seis?
—Tienes que estar bromeando—murmuró Brittany, lo bastante alto como para que la agente López escuchara.
Una vez más, esa sonrisa arrogante.
—Rara vez pierdo una apuesta—se puso de pie extendiendo su mano hacia Will—Gracias por tu tiempo, Will. ¿Nos reunimos aquí a las seis o tienes un lugar favorito?
Will miró a Brittany, esperando.
La ojiazul suspiró.
—¿Filetes? ¿Mexicano? ¿Local?
—No soy mucho de filetes ¿Qué tal Mexicano? Mientras pueda conseguir una cerveza fría y tal vez un buen trago de tequila.
—El Café de Juanita. Está por las afueras de la 80-9, Oak Creek Boulevard.
—Lo encontraré—inclinó ligeramente su cabeza en su dirección—Nos vemos a las 6.
Tan pronto salió de la habitación Brittany se dio la vuelta, mirando a Will.
—¿Cena? Tenías que aceptar la cena ¿no?
—¿Qué hay de malo en eso?
—Ella me apostó cien dólares a que me llevaría a cenar esta noche.
Will sonrió.
—Oh. Ya veo ¿Ella estaba coqueteando contigo?
—Es arrogante. Muy presumida.
—¿Eso crees? No vi eso en absoluto. Parecía muy agradable. Con los pies en la tierra. No como la mayoría de los agentes del FBI ¿Cómo fue que llamaste al agente Collie?
—Un pendejo.
—Sí. Un pendejo. Me gusta esa chica. A menos, por supuesto, que acabe dándome lata.
Brittany no se sorprendería si ese fuera el caso.
Ciertamente la agente Santana López no había sido otra cosa más que experimentada, había sido sencillamente demasiado experimentada. La prueba era la facilidad con la que había ganado una apuesta de cien dólares.
Brittany consideraba prudente mantener su distancia con la agente López.
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Santana hizo un rápido recorrido por la ciudad, tratando de familiarizarse con Sedona.
Por supuesto, aunque confiaba en su GPS para prácticamente todo, no sabía por qué se molestaba. Encontró la cafetería donde se reunirían más tarde. Lucía como un lugar de reunión local y no uno frecuentado por turistas.
Eso sería una adición.
Rápidamente regresó nuevamente hacia el sur y se dirigió hacia el equipo. Quería leer los archivos de Pierce sobre su sospecha del asesino en serie antes de la cena.
También estaba un poco ansiosa por regresar y ver cómo le había ido al gatito.
Esta era la primera vez que lo dejaba solo.
Después de desactivar la alarma, abrió la puerta silenciosamente, no quería asustarlo. El gatito estaba acurrucado en la manta extendida sobre el sofá. Bostezó ampliamente, luego se sentó, estirando sus minúsculas patas.
—Hey, tú—dijo Santana en voz baja—¿Me extrañaste?
Lo levantó acariciándolo bajo la barbilla, nuevamente amonestándose a sí misma en silencio por convertirse en una bola esponjosa por la cosita.
Para no haber tenido nunca una mascota, estaba realmente atada a él.
Lo rascó un par de veces bajo su barbilla y luego lo colocó nuevamente en el sofá.
Su ordenador portátil estaba donde lo había dejado y rápidamente abrió su correo electrónico, buscando el archivo que Brittany Pierce había enviado.
Antes de empezar, fue a la nevera y sacó una botella de agua, luego se sentó al lado del gatito. No le tomo mucho tiempo a la pelota de piel con rayas para deslizarse hacia su regazo.
En vez de lanzarlo nuevamente hacia la manta…como lo había hecho ayer…deslizó la laptop hasta sus muslos, dándole espacio al gatito para que se acurrucara.
—Dios, espero que seas una niña. Odiaría pensar que me estoy enamorando de un gatito varón—dijo obligando a sus ojos a ver hacia el monitor y no hacia su nueva amiga.
Santana fue cautivada inmediatamente con la información que Pierce había recabado.
Ella no tenía la autorización para hacer algo más que una búsqueda superficial en la base de datos, parte de ella era rudimentaria, pero aun así estaba muy impresionada con el archivo que había recabado.
Imaginó que le había tomado horas recopilar todo.
Santana se conectó con sus credenciales, revisando algunos de los primeros casos donde Pierce sólo había conseguido el mínimo de los detalles. Por desgracia, no había mucho más que Santana pudiese encontrar.
Dallas había sido el único caso donde habían encontrado ADN. También iba a ser el más útil. Si ellos encontraban coincidencia con las heridas y los patrones del cuchillo, entonces podrían saber si Brittany Pierce estaba en algo o no.
Si no había coincidencia, entonces su ángulo estaba equivocado y estarían lidiando con alguien que no era Patrick Doe.
Agarró su teléfono, llamando al agente Collie. Casi esperaba caer directamente al correo de voz pero se sorprendió al escuchar su voz.
—Leí el archivo de la asistente Pierce—dijo ella—Creo que es bastante impresionante.
—Oh, vamos López. Se seria. Te lo dije, ya lo revisé. Es una mierda.
—No estoy de acuerdo. Creo que debes solicitarle al médico forense los registros de Dallas. Ver si ellos pueden encontrar una coincidencia con el cuchillo, ver si las heridas son similares.
—Es una pérdida de tiempo, López. Incluso si son similares, difícilmente será concluyente sin ADN. O al menos, un arma que coincida.
—No estoy hablando de pruebas concluyentes para usar en la corte, Collie. Estoy hablando de ser capaces de identificar al asesino.
Él se echó a reír, provocando que Santana se mordiera el labio.
—¿Identificar al asesino? ¿Cómo Patrick Doe? Sí, eso ayuda mucho, López. Escucha ¿por qué no sólo te ajustas a lo tuyo y yo a lo mío?
Cortó antes que Santana pudiese responder.
—Imbécil. Cabrón.
Dios, odio a ese hombre.
Rápidamente llamó a Figgins, golpeando impacientemente sus dedos.
—Sí, López ¿Qué pasa?
—Tengo que conseguir un archivo del médico forense en Phoenix—dijo ella.
—Collie es…
—…un maldito idiota.
Él se echó a reír.
—Oh. Así que ya fuiste con él. Está bien, Santana ¿Qué necesitas?
—Hubo un caso en Dallas hace unos 18 meses. La asistente de aquí, Pierce, unió las piezas de algunos casos sin resolver, más o menos el mismo modus operandi. Me gustaría que el médico forense examinara los cortes del cuchillo, heridas y ver si es el mismo como el caso de Dallas.
—Está bien. Envíame lo que tienes. Voy a saltarme a Collie.
—Gracias, Figgins. Eso me impide tener que pegarle un tiro la próxima vez que lo vea.
La verdad era que Collie tenía razón.
Sería de poca utilidad para vincular los casos.
No ayudaría a resolver este caso. Pero la posibilidad de identificar un asesino en serie…era suficiente para que ella pasara por encima de Collie.
Y a él le jodería que ella lo hiciera.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 8
Capitulo 8
—¿Crees que se perdió?
—¿En este pueblo?
Brittany volvió a mirar su reloj.
Sólo eran las 6:10pm, pero aun así, lo menos que la agente López podía hacer…ya que para empezar había sido su idea…era llegar a tiempo.
Y sí, estaba infantilmente enojada porque se había visto obligada a aceptar la invitación a cenar.
—Aquí está—dijo Will haciéndole señas a López desde su mesa.
—Siento llegar tarde. Estaba haciendo un poco de investigación—sonrió a Brittany—Tu archivo fue bastante impresionante, incluso con tu acceso limitado. Me tomé la libertad de ampliar la búsqueda y surgieron más víctimas posibles—sacó una silla y se unió a ellos—También conseguí más información sobre los casos que marcaste. Te envié un correo electrónico, si estás interesada.
—Gracias ¿Crees que sea posible que…?
—Demasiado pronto para decirlo—dijo interrumpiendo su pregunta—Para ser honestos, el agente Collie piensa que es basura, pero ya sabían eso. He solicitado que las conclusiones del médico forense en Dallas sean enviadas aquí para comparar—se encogió de hombros—Si se trata de una coincidencia, entonces tenemos un sospechoso. Sin embargo, ya que Patrick Doe es sólo eso, una persona no identificada, no va a ayudarnos mucho.
—No. Pero si lo atrapamos, eso cerraría los casos sin resolver en Dallas. Y podría atar cabos sobre los otros que he encontrado—Brittany ofreció una sonrisa amigable a la camarera cuando se acercó—Hola, Rosa.
—Britt. Will—puso un vaso de agua frente a cada uno de ellos—Te extrañé el sábado por la noche—dijo en voz baja—Nos divertimos mucho.
Brittany asintió.
—Tuve mucho que hacer. Lo siento.
—Tal vez la próxima vez—dio un paso atrás asumiendo una actitud más profesional—¿Bebidas? ¿Aperitivo?
—Voy a tomar mi cerveza de costumbre—dijo Brittany.
—Yo también—dijo Will.
—Dos Equis, por favor. Con un trago de tequila—la agente López le ofreció a Rosa una sonrisa coqueta, haciendo que la camarera se sonrojara.
—Por supuesto ¿Puedo interesarte con algo más?
Brittany miró a Will y puso los ojos consiguiendo un guiño en respuesta. Will era muy consciente de la intención de Rosa de salir con ella. Aunque Brittany no había mostrado ningún interés, Rosa continuaba preguntando.
—Eso servirá para empezar. Gracias—dijo Santana.
Tan pronto como Rosa estuvo fuera del alcance del oído, Santana sonrió a Brittany:
—Ella es linda ¿Ustedes dos tienen algo?
—No. No que sea asunto tuyo—añadió la rubia.
—Es cierto—tomó un sorbo de agua—Will me dijo que habías estado en los tres sitios—dijo cambiando nuevamente de tema hacia el caso.
—Sí.
—¿Y estás segura que solamente fueron desechados ahí? ¿Hay alguna posibilidad que fuera la escena del crimen?
Brittany negó con la cabeza.
—No. Víctimas degolladas de esa manera…habría una gran cantidad de sangre. Esos sitios estaban demasiado limpios. De hecho, muy poca sangre. No había evidencia de lucha, ni evidencia de que las víctimas hubieran sido arrastradas. Ellas fueron colocadas con mucho cuidado, todo dispuesto con un patrón similar.
—Por favor, no pienses que estoy cuestionando tu capacidad, Brittany. Sólo tengo que estar segura—hizo una pausa mientras Rosa traía sus bebidas.
—Aquí tienen—dijo colocando una cerveza delante de Will, luego delante de
Brittany. Dejó de último la Dos Equis y el tequila, sonriendo alegremente a Santana—Espero que el tequila sea de su agrado. Es el mejor que tenemos.
—Estoy segura que estará bien. Gracias.
—Regresaré un poco más tarde para ver cómo estás ¿Supongo que te quedas para cenar?
—Sí. Pero primero tenemos algunos asuntos que tratar, así que no tenemos ninguna prisa.
Rosa asintió.
—Háganme saber si necesitan otro trago—sonrió ligeramente a Brittany.
Y Brittany se preguntó si Rosa pensaba que le estaba poniendo celosa con toda la adulación a la agente López.
Tan pronto se fue, López volvió a su actitud todo negocio.
—¿Tienes la ubicación exacta de todos los cuerpos?
—¿Qué quieres decir? ¿Si puedo encontrar los lugares otra vez?
—Longitud. Latitud—explicó—Voy a necesitar los lugares exactos. No sé qué algoritmo usaré. Por lo que no estoy segura qué datos utilizaré.
—No entiendo—dijo Brittany.
¿Algoritmo?
¿Qué demonios?
—Mi asignación, en realidad, no es tratar de encontrar al asesino—dijo Santana.
—Entonces ¿qué diablos estás haciendo aquí?
La agente López miró a Will.
—Lo siento. Pensé que le había explicado…
—Lo hiciste. Solo que no puse a Britt al tanto. Mi culpa.
Brittany miró entre ellos, esperando que uno de ellos le explicara. La agente López primero bebió su trago de tequila, después tomó un gran sorbo de su cerveza. Aclaró su garganta.
—Eso está muy bueno—dijo—Excelente tequila.
—Estoy feliz por ti—murmuró Brittany, perdiendo rápidamente la paciencia.
Entonces López se rió y empujó su cerveza a un lado.
—Mi trabajo es encontrar algún tipo de patrón en los vertederos utilizando un algoritmo. El FBI ha gastado mucho dinero y tiempo de investigación desarrollando diferentes ecuaciones.
—¿Así que eres como una friki de las matemática o algo así?
La agente volvió a reír.
—Difícilmente. Mi entrenamiento ha sido ingresar datos y luego descifrar los resultados ¿Cómo funciona? no tengo ni idea.
—¿Y cómo exactamente va a ayudar eso con este caso?
—Bueno, idealmente, tendrías otros sitios potenciales y usarías el que tuviera la más alta probabilidad.
—¿Hablas en serio? ¿Y qué? ¿Atraparlo en el acto?
—Ese sería el plan, sí. Siempre y cuando el grupo en Phoenix no lo atrape primero.
—¿Y eso sería el agente Collie?
—Sí.
—¿Así que ese es el plan?—Brittany apoyó los codos sobre la mesa y se inclinó hacia delante—No sé mucho acerca de las matemáticas y no sé nada de algoritmos, pero supongo que necesitas más de tres sitios para conseguir un patrón.
—Sí. Cuanto más datos tenga, obviamente, más precisos serán los resultados.
Will, que había estado en silencio sorbiendo su cerveza mientras observaba el intercambio, por fin habló:
—Sin ánimo de ofender, Santana, pero este plan parece ser demasiada tecnología para Sedona. Y como Britt, no sé nada acerca de su asunto de los algoritmos…de hecho, ni siquiera sé que es un algoritmo…pero sólo porque su computadora puede decirle el siguiente sitio potencial para abandonar un cuerpo, no significa que sea verdad. Un asesino puede ser una pobre excusa de ser humano, pero sigue siendo eso…humano. Algo podría ocurrírsele. Podría cambiar de opinión en el último minuto. Cualquier cosa. Y estaríamos sentados en algún lugar esperando por él con la cabeza metida en el culo y él iría a algún lugar diferente—bebió lo último de su cerveza—Sólo mi opinión, por supuesto.
—Entiendo. De hecho, solía pensar de la misma manera. Pero cuando funciona, funciona—también terminó su cerveza—Como he dicho, esa es mi asignación. Y hasta que Collie y su equipo encuentren una escena del crimen, encuentren alguna evidencia, entonces no hay mucho más que hacer.
—¿Así que Collie tiene un equipo? ¿Por qué tu no?
—Trabajo sola—dijo Santana—Además, me ofrecieron tus servicios.
Brittany frunció el ceño.
—¿Perdón?—miró a Will y sus cejas se elevaron expectantes.
—Tú tienes más experiencia, Britt. Has estado en los tres sitios—Will le ofreció una sonrisa un tanto tímida—¿Qué? ¿Debí haberle ofrecido a Quinn?
—Háblame de Los Ángeles—dijo la agente López—¿Cuánto tiempo estuviste ahí?
—Muchos años—dijo Brittany con evasivas.
No había hablado de LA con su propio departamento, ciertamente no iba a hacerlo con esta arrogante agente del FBI.
—¿Sí? Eso es un gran cambio, venir de Los Ángeles hasta acá ¿Por qué te fuiste?
Brittany apretó la mandíbula.
—Eso no es asunto tuyo—dijo de manera uniforme.
Los ojos negros de la agente López se volvieron un poco más agudos, pero pareció hacerle caso omiso a la negativa de Brittany de discutir el asunto.
—Bueno, si vamos a trabajar juntas, me gustaría saber a quién le estoy confiando mi espalda. Eso es todo—levantó su mano, consiguiendo la atención de Rosa—¿Otra ronda antes de pedir la cena?
Brittany asintió, deseando poder levantarse e irse.
Este era su pueblo, su gente.
No debería ser la que se sintiera incómoda, pero estaba incómoda. Tres años y sin embargo, todavía no quería discutir LA y su partida.
No quería hablar de esa noche.
No quería hablar de Erin.
—Entonces, cuéntame sobre los vertederos. Dijiste que se necesitarían caballos para ir a uno de ellos—dijo la agente López haciendo una pausa para sonreír…coquetear…con Rosa—Queremos otra ronda, por favor. Ese tequila estuvo excelente.
—Gracias. Ya traigo sus bebidas.
Cuando Rosa se fue, la agente se acercó más a Brittany:
—¿Segura que no estás involucrada con ella?
—Supongo que lo sabría ¿no?
—Solo estoy recibiendo esta vibra, ya sabes.
—Rosa le ha estado pidiendo a Britt que salga con ella durante dos años—dijo Will.
Brittany lo miró.
—Oh y ella sigue rechazándola. Ya veo.
—¿Podemos regresar al trabajo, por favor?
—Lo siento. Los vertederos. Ibas a contarme sobre ellos.
—La primera víctima encontrada estaba justo fuera del camino, subiendo al cañón Oak Creek. Es un sendero popular para los excursionistas así que el asesino no estaba tratando de ocultar el cuerpo. Lo dejó a plena vista.
—Esa sería Sandy Reynolds ¿la estudiante de Flagstaff?
—Sí. El primer cuerpo encontrado, no la primera asesinada—Brittany esperó mientras Rosa colocaba las bebidas frente a ellos.
Ella no se quedó para conversar ya que otros clientes, en otra mesa, llamaron su atención, continuo:
—La víctima en el cañón Sycamore estaba en estado de descomposición.
—El forense estimó que el cuerpo había estado ahí tres, cuatro semanas antes de ser encontrado—dijo Will—Pero supongo que ya lo sabías.
La agente López asintió.
—Leí el informe preliminar, sí. Tendrán un tiempo de muerte más concreto después que los resultados de las pruebas estén de regreso ¿Esa era la estudiante de Tempe?
—Sí. Fue encontrada por unos excursionistas que subían el sendero Rim. Ellos llamaron.
—¿En el que vamos a necesitar caballos?
—Sí. Quinn se comprometió a conducir el remolque con los caballos hasta Sycamore. Supongo que estaremos de regreso al mediodía. Entonces podremos subir al cañón Oak Creek hacia los otros dos sitios. No están muy distantes.
—Está bien. Me gustaría empezar muy temprano ¿Hay alguna versión en línea de los caminos en esta área? Voy a necesitar esos datos.
—Puedo enviarte un archivo con esa información—dijo Brittany—¿Qué necesitas? ¿Coordenadas? ¿Elevación?
—Sí. Así como la distancia.
—Está bien, no hay problema.
—¿No hay problema? ¿Tenemos todo eso en mi archivador?—preguntó Will.
Brittany le sonrió cariñosamente.
—El Servicio Forestal tiene esa información por vía electrónica. Y conseguiré los senderos desde Oak Creek hasta Bethany sobre el parque.
—Ahora ves por qué sigo diciendo que somos afortunados de tenerte—inclinó su botella de cerveza hacia ella—Si nos dejaran eso a mí, a Quinn y a los chicos, Santana estaría en apuros consiguiendo ayuda.
Aunque Brittany sabía que era cierto, odiaba que él se menospreciara a sí mismo.
Brittany sabía que cuando se trataba de un verdadero trabajo policial, Will Schuester era de primera categoría.
Él conocía la ley en los libros, pero también conocía la ley del país.
Él era justo y honesto, la razón principal por la que había mantenido su puesto todos estos años.
—Estoy segura que podrías manejarlo muy bien—dijo Brittany—Ahora, si hemos terminado con los cuerpos en descomposición, me gustaría comer.
Y a salir de aquí, añadió en silencio.
Había tenido suficiente por una noche.
Y si la agente López quería empezar amaneciendo, eso significaría que perdería su caminata en solitario hacia su roca plana, algo que sospechaba iba a necesitar más que nunca.
**********************************************************************************************************
Santana vio como Brittany Pierce se alejaba manejando el viejo y abollado Jeep amarillo, con la mente llena de preguntas.
Agarró su teléfono, presionando la marcación rápida sin mirar. Se apoyó en su camioneta, esperando cuatro timbrazos antes que una voz soñolienta sonara en su oído.
Había olvidado la diferencia horaria en la costa este.
—Lo siento. No pensé que ya estuvieras en cama. Podrías haber dejado que cayera en el buzón de voz—dijo ella.
—No, sólo ha sido una larga semana, eso es todo—dijo Figgins con un bostezo—¿Qué pasa?
—Necesito un favor.
—¿Otro?
—Brittany Pierce. Quiero el expediente completo ¿Cuan profundo puedes excavar?
—Conoces mi nivel de autorización, Santana. Puedo conseguir lo que quieras.
—Quiero saber sobre LA, por qué se fue, por qué está aquí, con quien estuvo
involucrada… sus asignaciones.
—¿No confías en ella?
—No estoy segura. Pero está ocultando algo. Quiero saber que es.
—Está bien. Dame un día.
—Gracias. Duerme bien.
Hizo una pausa antes de entrar en su camioneta, su mirada siguió el contorno de las montañas distantes y las formaciones rocosas.
Eran casi las nueve, pero todavía había suficiente luz como para colorear el cielo, por lo que pudo ver el resplandor rojo en espiral hacia el oeste.
Nunca había pasado tiempo en el desierto, ciertamente no en una tierra virgen como ésta.
Y en los cinco meses y medio que había estado en esta tarea, había visitado casi todos los estados en el oeste, con excepción de Washington y Oregon.
Descubrió que amaba la inmensidad del desierto de las altas montañas, las vistas infinitas, la variedad del terreno. Realmente estaba entusiasmada con su viaje a caballo en el mañana. Eso le daría una vista de primer plano del cañón, de las formaciones rocosas.
Desplazó su camioneta, recordándose a sí misma que tenía un gatito esperándola. Y ese pensamiento trajo una inesperada sonrisa a su rostro.
—¿En este pueblo?
Brittany volvió a mirar su reloj.
Sólo eran las 6:10pm, pero aun así, lo menos que la agente López podía hacer…ya que para empezar había sido su idea…era llegar a tiempo.
Y sí, estaba infantilmente enojada porque se había visto obligada a aceptar la invitación a cenar.
—Aquí está—dijo Will haciéndole señas a López desde su mesa.
—Siento llegar tarde. Estaba haciendo un poco de investigación—sonrió a Brittany—Tu archivo fue bastante impresionante, incluso con tu acceso limitado. Me tomé la libertad de ampliar la búsqueda y surgieron más víctimas posibles—sacó una silla y se unió a ellos—También conseguí más información sobre los casos que marcaste. Te envié un correo electrónico, si estás interesada.
—Gracias ¿Crees que sea posible que…?
—Demasiado pronto para decirlo—dijo interrumpiendo su pregunta—Para ser honestos, el agente Collie piensa que es basura, pero ya sabían eso. He solicitado que las conclusiones del médico forense en Dallas sean enviadas aquí para comparar—se encogió de hombros—Si se trata de una coincidencia, entonces tenemos un sospechoso. Sin embargo, ya que Patrick Doe es sólo eso, una persona no identificada, no va a ayudarnos mucho.
—No. Pero si lo atrapamos, eso cerraría los casos sin resolver en Dallas. Y podría atar cabos sobre los otros que he encontrado—Brittany ofreció una sonrisa amigable a la camarera cuando se acercó—Hola, Rosa.
—Britt. Will—puso un vaso de agua frente a cada uno de ellos—Te extrañé el sábado por la noche—dijo en voz baja—Nos divertimos mucho.
Brittany asintió.
—Tuve mucho que hacer. Lo siento.
—Tal vez la próxima vez—dio un paso atrás asumiendo una actitud más profesional—¿Bebidas? ¿Aperitivo?
—Voy a tomar mi cerveza de costumbre—dijo Brittany.
—Yo también—dijo Will.
—Dos Equis, por favor. Con un trago de tequila—la agente López le ofreció a Rosa una sonrisa coqueta, haciendo que la camarera se sonrojara.
—Por supuesto ¿Puedo interesarte con algo más?
Brittany miró a Will y puso los ojos consiguiendo un guiño en respuesta. Will era muy consciente de la intención de Rosa de salir con ella. Aunque Brittany no había mostrado ningún interés, Rosa continuaba preguntando.
—Eso servirá para empezar. Gracias—dijo Santana.
Tan pronto como Rosa estuvo fuera del alcance del oído, Santana sonrió a Brittany:
—Ella es linda ¿Ustedes dos tienen algo?
—No. No que sea asunto tuyo—añadió la rubia.
—Es cierto—tomó un sorbo de agua—Will me dijo que habías estado en los tres sitios—dijo cambiando nuevamente de tema hacia el caso.
—Sí.
—¿Y estás segura que solamente fueron desechados ahí? ¿Hay alguna posibilidad que fuera la escena del crimen?
Brittany negó con la cabeza.
—No. Víctimas degolladas de esa manera…habría una gran cantidad de sangre. Esos sitios estaban demasiado limpios. De hecho, muy poca sangre. No había evidencia de lucha, ni evidencia de que las víctimas hubieran sido arrastradas. Ellas fueron colocadas con mucho cuidado, todo dispuesto con un patrón similar.
—Por favor, no pienses que estoy cuestionando tu capacidad, Brittany. Sólo tengo que estar segura—hizo una pausa mientras Rosa traía sus bebidas.
—Aquí tienen—dijo colocando una cerveza delante de Will, luego delante de
Brittany. Dejó de último la Dos Equis y el tequila, sonriendo alegremente a Santana—Espero que el tequila sea de su agrado. Es el mejor que tenemos.
—Estoy segura que estará bien. Gracias.
—Regresaré un poco más tarde para ver cómo estás ¿Supongo que te quedas para cenar?
—Sí. Pero primero tenemos algunos asuntos que tratar, así que no tenemos ninguna prisa.
Rosa asintió.
—Háganme saber si necesitan otro trago—sonrió ligeramente a Brittany.
Y Brittany se preguntó si Rosa pensaba que le estaba poniendo celosa con toda la adulación a la agente López.
Tan pronto se fue, López volvió a su actitud todo negocio.
—¿Tienes la ubicación exacta de todos los cuerpos?
—¿Qué quieres decir? ¿Si puedo encontrar los lugares otra vez?
—Longitud. Latitud—explicó—Voy a necesitar los lugares exactos. No sé qué algoritmo usaré. Por lo que no estoy segura qué datos utilizaré.
—No entiendo—dijo Brittany.
¿Algoritmo?
¿Qué demonios?
—Mi asignación, en realidad, no es tratar de encontrar al asesino—dijo Santana.
—Entonces ¿qué diablos estás haciendo aquí?
La agente López miró a Will.
—Lo siento. Pensé que le había explicado…
—Lo hiciste. Solo que no puse a Britt al tanto. Mi culpa.
Brittany miró entre ellos, esperando que uno de ellos le explicara. La agente López primero bebió su trago de tequila, después tomó un gran sorbo de su cerveza. Aclaró su garganta.
—Eso está muy bueno—dijo—Excelente tequila.
—Estoy feliz por ti—murmuró Brittany, perdiendo rápidamente la paciencia.
Entonces López se rió y empujó su cerveza a un lado.
—Mi trabajo es encontrar algún tipo de patrón en los vertederos utilizando un algoritmo. El FBI ha gastado mucho dinero y tiempo de investigación desarrollando diferentes ecuaciones.
—¿Así que eres como una friki de las matemática o algo así?
La agente volvió a reír.
—Difícilmente. Mi entrenamiento ha sido ingresar datos y luego descifrar los resultados ¿Cómo funciona? no tengo ni idea.
—¿Y cómo exactamente va a ayudar eso con este caso?
—Bueno, idealmente, tendrías otros sitios potenciales y usarías el que tuviera la más alta probabilidad.
—¿Hablas en serio? ¿Y qué? ¿Atraparlo en el acto?
—Ese sería el plan, sí. Siempre y cuando el grupo en Phoenix no lo atrape primero.
—¿Y eso sería el agente Collie?
—Sí.
—¿Así que ese es el plan?—Brittany apoyó los codos sobre la mesa y se inclinó hacia delante—No sé mucho acerca de las matemáticas y no sé nada de algoritmos, pero supongo que necesitas más de tres sitios para conseguir un patrón.
—Sí. Cuanto más datos tenga, obviamente, más precisos serán los resultados.
Will, que había estado en silencio sorbiendo su cerveza mientras observaba el intercambio, por fin habló:
—Sin ánimo de ofender, Santana, pero este plan parece ser demasiada tecnología para Sedona. Y como Britt, no sé nada acerca de su asunto de los algoritmos…de hecho, ni siquiera sé que es un algoritmo…pero sólo porque su computadora puede decirle el siguiente sitio potencial para abandonar un cuerpo, no significa que sea verdad. Un asesino puede ser una pobre excusa de ser humano, pero sigue siendo eso…humano. Algo podría ocurrírsele. Podría cambiar de opinión en el último minuto. Cualquier cosa. Y estaríamos sentados en algún lugar esperando por él con la cabeza metida en el culo y él iría a algún lugar diferente—bebió lo último de su cerveza—Sólo mi opinión, por supuesto.
—Entiendo. De hecho, solía pensar de la misma manera. Pero cuando funciona, funciona—también terminó su cerveza—Como he dicho, esa es mi asignación. Y hasta que Collie y su equipo encuentren una escena del crimen, encuentren alguna evidencia, entonces no hay mucho más que hacer.
—¿Así que Collie tiene un equipo? ¿Por qué tu no?
—Trabajo sola—dijo Santana—Además, me ofrecieron tus servicios.
Brittany frunció el ceño.
—¿Perdón?—miró a Will y sus cejas se elevaron expectantes.
—Tú tienes más experiencia, Britt. Has estado en los tres sitios—Will le ofreció una sonrisa un tanto tímida—¿Qué? ¿Debí haberle ofrecido a Quinn?
—Háblame de Los Ángeles—dijo la agente López—¿Cuánto tiempo estuviste ahí?
—Muchos años—dijo Brittany con evasivas.
No había hablado de LA con su propio departamento, ciertamente no iba a hacerlo con esta arrogante agente del FBI.
—¿Sí? Eso es un gran cambio, venir de Los Ángeles hasta acá ¿Por qué te fuiste?
Brittany apretó la mandíbula.
—Eso no es asunto tuyo—dijo de manera uniforme.
Los ojos negros de la agente López se volvieron un poco más agudos, pero pareció hacerle caso omiso a la negativa de Brittany de discutir el asunto.
—Bueno, si vamos a trabajar juntas, me gustaría saber a quién le estoy confiando mi espalda. Eso es todo—levantó su mano, consiguiendo la atención de Rosa—¿Otra ronda antes de pedir la cena?
Brittany asintió, deseando poder levantarse e irse.
Este era su pueblo, su gente.
No debería ser la que se sintiera incómoda, pero estaba incómoda. Tres años y sin embargo, todavía no quería discutir LA y su partida.
No quería hablar de esa noche.
No quería hablar de Erin.
—Entonces, cuéntame sobre los vertederos. Dijiste que se necesitarían caballos para ir a uno de ellos—dijo la agente López haciendo una pausa para sonreír…coquetear…con Rosa—Queremos otra ronda, por favor. Ese tequila estuvo excelente.
—Gracias. Ya traigo sus bebidas.
Cuando Rosa se fue, la agente se acercó más a Brittany:
—¿Segura que no estás involucrada con ella?
—Supongo que lo sabría ¿no?
—Solo estoy recibiendo esta vibra, ya sabes.
—Rosa le ha estado pidiendo a Britt que salga con ella durante dos años—dijo Will.
Brittany lo miró.
—Oh y ella sigue rechazándola. Ya veo.
—¿Podemos regresar al trabajo, por favor?
—Lo siento. Los vertederos. Ibas a contarme sobre ellos.
—La primera víctima encontrada estaba justo fuera del camino, subiendo al cañón Oak Creek. Es un sendero popular para los excursionistas así que el asesino no estaba tratando de ocultar el cuerpo. Lo dejó a plena vista.
—Esa sería Sandy Reynolds ¿la estudiante de Flagstaff?
—Sí. El primer cuerpo encontrado, no la primera asesinada—Brittany esperó mientras Rosa colocaba las bebidas frente a ellos.
Ella no se quedó para conversar ya que otros clientes, en otra mesa, llamaron su atención, continuo:
—La víctima en el cañón Sycamore estaba en estado de descomposición.
—El forense estimó que el cuerpo había estado ahí tres, cuatro semanas antes de ser encontrado—dijo Will—Pero supongo que ya lo sabías.
La agente López asintió.
—Leí el informe preliminar, sí. Tendrán un tiempo de muerte más concreto después que los resultados de las pruebas estén de regreso ¿Esa era la estudiante de Tempe?
—Sí. Fue encontrada por unos excursionistas que subían el sendero Rim. Ellos llamaron.
—¿En el que vamos a necesitar caballos?
—Sí. Quinn se comprometió a conducir el remolque con los caballos hasta Sycamore. Supongo que estaremos de regreso al mediodía. Entonces podremos subir al cañón Oak Creek hacia los otros dos sitios. No están muy distantes.
—Está bien. Me gustaría empezar muy temprano ¿Hay alguna versión en línea de los caminos en esta área? Voy a necesitar esos datos.
—Puedo enviarte un archivo con esa información—dijo Brittany—¿Qué necesitas? ¿Coordenadas? ¿Elevación?
—Sí. Así como la distancia.
—Está bien, no hay problema.
—¿No hay problema? ¿Tenemos todo eso en mi archivador?—preguntó Will.
Brittany le sonrió cariñosamente.
—El Servicio Forestal tiene esa información por vía electrónica. Y conseguiré los senderos desde Oak Creek hasta Bethany sobre el parque.
—Ahora ves por qué sigo diciendo que somos afortunados de tenerte—inclinó su botella de cerveza hacia ella—Si nos dejaran eso a mí, a Quinn y a los chicos, Santana estaría en apuros consiguiendo ayuda.
Aunque Brittany sabía que era cierto, odiaba que él se menospreciara a sí mismo.
Brittany sabía que cuando se trataba de un verdadero trabajo policial, Will Schuester era de primera categoría.
Él conocía la ley en los libros, pero también conocía la ley del país.
Él era justo y honesto, la razón principal por la que había mantenido su puesto todos estos años.
—Estoy segura que podrías manejarlo muy bien—dijo Brittany—Ahora, si hemos terminado con los cuerpos en descomposición, me gustaría comer.
Y a salir de aquí, añadió en silencio.
Había tenido suficiente por una noche.
Y si la agente López quería empezar amaneciendo, eso significaría que perdería su caminata en solitario hacia su roca plana, algo que sospechaba iba a necesitar más que nunca.
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Santana vio como Brittany Pierce se alejaba manejando el viejo y abollado Jeep amarillo, con la mente llena de preguntas.
Agarró su teléfono, presionando la marcación rápida sin mirar. Se apoyó en su camioneta, esperando cuatro timbrazos antes que una voz soñolienta sonara en su oído.
Había olvidado la diferencia horaria en la costa este.
—Lo siento. No pensé que ya estuvieras en cama. Podrías haber dejado que cayera en el buzón de voz—dijo ella.
—No, sólo ha sido una larga semana, eso es todo—dijo Figgins con un bostezo—¿Qué pasa?
—Necesito un favor.
—¿Otro?
—Brittany Pierce. Quiero el expediente completo ¿Cuan profundo puedes excavar?
—Conoces mi nivel de autorización, Santana. Puedo conseguir lo que quieras.
—Quiero saber sobre LA, por qué se fue, por qué está aquí, con quien estuvo
involucrada… sus asignaciones.
—¿No confías en ella?
—No estoy segura. Pero está ocultando algo. Quiero saber que es.
—Está bien. Dame un día.
—Gracias. Duerme bien.
Hizo una pausa antes de entrar en su camioneta, su mirada siguió el contorno de las montañas distantes y las formaciones rocosas.
Eran casi las nueve, pero todavía había suficiente luz como para colorear el cielo, por lo que pudo ver el resplandor rojo en espiral hacia el oeste.
Nunca había pasado tiempo en el desierto, ciertamente no en una tierra virgen como ésta.
Y en los cinco meses y medio que había estado en esta tarea, había visitado casi todos los estados en el oeste, con excepción de Washington y Oregon.
Descubrió que amaba la inmensidad del desierto de las altas montañas, las vistas infinitas, la variedad del terreno. Realmente estaba entusiasmada con su viaje a caballo en el mañana. Eso le daría una vista de primer plano del cañón, de las formaciones rocosas.
Desplazó su camioneta, recordándose a sí misma que tenía un gatito esperándola. Y ese pensamiento trajo una inesperada sonrisa a su rostro.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 9
Capitulo 9
Santana se volteó, el cuero de la silla chirrió con su movimiento.
Detuvo su caballo, la belleza de la salida del sol era demasiado impresionante como para perderla.
—Wow—susurró.
Se habían estado dirigiendo hacia el oeste, el cielo todavía estaba cargado de oscuridad. Pero hacia el este, el sol brillaba detrás de las formaciones de roca roja, haciendo que todo el paisaje resplandeciera y reviviera con la luz.
Miró a Brittany y notó que también estaba mirando los colores.
—Eso es increíble.
—Sí. Solía entristecerme pensar que muchas personas duermen a esta hora—dijo Brittany, alejando sus ojos de la salida del sol para mirarla—Ahora me doy cuenta de lo afortunada que soy. No puedes hacer que alguien ame esto.
—Es cierto. Pero aún así, todo el mundo debería experimentarlo al menos una vez. Es impresionante aquí arriba.
Brittany señaló hacia el otro lado del cañón.
—Esa es la Torre del Diablo—dijo la rubia—Las formaciones rocosas a su alrededor son bastante impresionantes. El Puente del Diablo sigue en pie. La Cocina del Diablo, es una pintoresca roca roja. Ofrece columnas y otras formaciones rocosas interesantes, fue una vez un puente natural que se derrumbó por un deslizamiento de tierra. A esta hora de la mañana, con el sol brillando…
—…Parece como las puertas del infierno—concluyó Santana.
—Exactamente—Brittany instó a su caballo—Debemos seguir. Se pone muy caliente cuando el sol está en lo alto.
Santana la siguió, recordándose a sí misma la razón del porque estaban aquí en primer lugar.
No se suponía que fuera un viaje de placer, pero eso no le impedía disfrutar del paisaje. Estaba sorprendida por el cambio de colores mientras el sol se elevaba.
Delante de ellas, podía ver el resplandor rojo mientras recorría la tierra, despertando a la tierra para el nuevo día, cambiando la oscuridad por la luz, de un color marrón opaco a un brillante carmesí.
Santana finalmente volvió su atención a la mujer frente a ella. Se sentía un poco culpable por hacer que Figgins realizara una investigación a fondo sobre la ojiazul.
Algunas cosas estaban destinadas a ser privadas y obviamente, Brittany Pierce sentía lo mismo. Desafortunadamente, Santana no estaba en condiciones de confiar ciegamente en alguien, sobre todo si iban a trabajar en estrecha colaboración.
Tal vez hoy le daría otra oportunidad, antes que Figgins llenara los vacíos.
—Así que ¿estás lista para hablar de LA?—vio la rigidez en los hombros de Brittany, pero no se dio la vuelta.
—¿Qué es lo que quieres hablar?
—Quiero saber por qué alguien renunciaría a una emocionante carrera en Los Ángeles para venirse a un pueblo pequeño y tranquilo como este.
—¿Sí? Bueno, tal vez era demasiado emocionante.
—¿Por qué te fuiste de LA?—Santana volvió a preguntar.
—Como dije anoche, no es de tu incumbencia.
—Y yo no quise discutir contigo anoche frente a Will, pero si es de mi maldita incumbencia. Quiero saber con quién estoy trabajando.
Brittany detuvo su caballo y se dio la vuelta.
—Bien. Entonces trabaja con alguien más—espetó—No me ofrecí como voluntaria para esto, ya sabes.
Wow.
¿Quién podría pensar que la ira pudiese hacer a alguien más atractivo de lo que ya era?
Los ojos de Brittany brillaron casi a un azul oscuro, su mandíbula apretada con fuerza, la expresión de su rostro retando a Santana a discutir con ella.
—Cierto—Santana sonrió, sabiendo que era algo condescendiente, pero sonrió de todos modos—Pero ahora estás atrapada con el trabajo. Lo siento.
—Al demonio que lo estoy. Regresaré por este camino y te dejaré por tu cuenta.
Santana se echó a reír.
—¿Hablas en serio? ¿Esa es tu réplica? ¿Qué vas a dejarme?—Santana instó su caballo para que fuera hacia Brittany—Escucha, sólo pensé en darte la oportunidad de que me contaras sobre ti antes de leerlo en tu expediente.
Los ojos claros se ensancharon.
—¿Qué expediente?
—El expediente que solicité de tus antecedentes.
—Eres una hija de puta. No tienes derecho.
—En realidad, tengo todo el derecho. Soy del FBI ¿Recuerdas? Puedo hacer lo que quiera.
—Maldita...arrogante…—murmuró Brittany—...Perra.
Santana volvió a reír.
—Oh, vamos. Seguro que puedes hacerlo mejor que eso.
—Te odio—replicó Brittany mientras pateaba levemente a su caballo, trotando por el sendero lejos de Santana.
—Como si no hubiera escuchado eso antes—dijo Santana en voz alta mientras la seguía—Entonces ¿qué hiciste? ¿Tuviste un romance con un superior?
—Cállate.
—Todos tenemos esqueletos, Brittany.
No hubo respuesta de la rubia.
—Noté que casi todo el mundo te llama Britt ¿Así te llaman tus amigos?
—No te atrevas—amenazó—Ni siquiera intentes fingir que somos amigas.
—¿Por qué no podemos hablar?
—No quiero hablar contigo.
—Mira, voy a dejar que me hagas algunas preguntas—ofreció la morena.
—No me importa.
—Vamos ¿No quieres saber algo sobre mí? ¿Como si estoy viendo a alguien?—dijo Santana en voz alta, todavía tratando de alcanzarla—Estoy soltera, por cierto—añadió.
—Oh, no me cabe duda ni por un minuto—dijo Brittany—No puedo imaginar que alguien realmente salga contigo, mucho menos que se quede contigo.
—¿Por qué no? Soy lo suficientemente linda.
—Como luces te conseguiría una primera cita. Dudo seriamente que alguien pueda sufrir una segunda.
—¿Qué estás diciendo?
—Estoy diciendo que eres arrogante. Vanidosa. Un rufián.
—¿Un rufián? Bueno, podría concederte las dos primeras ¿Pero un rufián?
Brittany sacó su caballo del sendero y Santana la siguió.
—Sí, un rufián. Estás tratando de intimidarme para que te cuente mi pasado. Me estás amenazando. Estás haciendo una maldita investigación de antecedentes del FBI, por el amor de Dios.
—Te lo dije, si voy a trabajar contigo, tengo que ser capaz de confiar en ti.
—Bueno, eso funciona en ambos sentidos ¿Cómo puedo confiar en ti?
—El FBI confía en mí. Eso debería ser suficiente.
Brittany negó con la cabeza.
—¿Qué es exactamente lo que haces para el FBI?
—¿Qué quieres decir?
Brittany miró sobre su hombro hacia Sanatan:
—He trabajado con agentes del FBI en Los Ángeles. Trajes y corbatas para los hombres, trajes ejecutivos y chaquetas para las mujeres. No encajas en el perfil del FBI.
—Oh. Bueno, ahí es donde estás en desventaja. Realmente no puedo decirte nada.
—¿No? Ves, por eso no confío en ti.
—Me gustaría decirte, pero no puedo. Es clasificado.
—¿Clasificado? Pensé que eras del FBI, no militar.
—Actualmente, soy del FBI.
—¿Actualmente?
Santana sabía que podía revelar más de lo que era, pero estaba teniendo demasiada diversión presionando los botones de Brittany.
—Era militar. Operaciones especiales.
—¿Qué hacías?
—Lo siento. Es clasificado.
Eso, al menos, era verdad.
Pero nuevamente se sorprendió por el destello de ira en el rostro de Brittany.
—La mayor parte de mi pasado es clasificado.
—Ya veo. Así que tu oferta de compartir…tú me haces preguntas y yo te hago preguntas…fue sólo una broma. Puedes ocultarte detrás de la línea clasificado. Pero no se me permite el mismo lujo.
—No creo que la policía de Los Ángeles tenga misiones secretas ¿verdad?
—Si tu pasado puede seguir siendo un misterio ¿por qué el mío no?
—Ya sabes, si me hubieras contado solo un poco, aunque hubiera sido algo insignificante, probablemente estaría bien. Pero tu firme rechazo ha despertado mi curiosidad, hasta el punto que me estás obligando a escarbar en tu pasado. Y el FBI puede escarbar tan profundo como queramos—se encogió de hombros—Esa fue tu elección. No la mía.
—Dios mío. No eres solo un rufián. Eres malvada. Creo que disfrutas haciéndole daño a los demás—Brittany detuvo su caballo y se deslizó bajando de la silla de montar.
—¿Daño?—Santana hizo lo mismo deslizándose hasta poner los pies en tierra, sus piernas adoloridas por dos horas de cabalgata.
—Sí, daño ¿Alguna vez pensaste que tal vez mi salida de LA fue dolorosa para mí? Tal vez no quiero hablar de ello. Tal vez no quiero revivirlo. Pasé tres malditos años tratando de olvidarlo. Tres largos años en los que no estaba segura si vería el día siguiente o la semana siguiente. Finalmente lo he dejado atrás. Este último año casi ha sido normal. Así que no quiero contarte sobre eso—sus ojos furiosos se llenaron de lágrimas—Perdí todo mi equipo. No quiero volver atrás y revivirlo. Tengo suficientes cicatrices.
Santana sabía que sólo debía dejarlo pasar, pero no lo hizo.
De repente se enojó mucho.
—¿Cicatrices? No eres la única con cicatrices. No eres la única que ha perdido un equipo—deslizó su camiseta sobre su cabeza, permaneciendo quieta mientras los ojos de Brittany recorrían su cuerpo, manteniendo su mirada en las numerosas heridas de su pasado—Todos tenemos cicatrices con las que tenemos que vivir. Todos tenemos recuerdos que quisiéramos olvidar. Pero no podemos. Ellos se cuelan, te hacen revivir cada maldito día—se volvió a colocar su camiseta, ahora enfadada consigo misma por haber perdido el control, pero incapaz de detenerse—No me hables de cicatrices—dijo en voz alta—Puedo igualar cada una de las tuyas, tanto física como emocionalmente. Tengo cicatrices en mi alma que son tan profundas que nada puede curarlas—se alejó, respirando profundamente, tratando de recuperar la compostura.
Había estado fuera de lugar y lo sabía.
Pero eso no fue suficiente como para ofrecer una disculpa.
No estaba aquí para hacer amigos.
Y si Brittany Pierce la odiaba, que así fuera.
—Lo siento.
Santana se volteó ante la voz silenciosa llena de tristeza. Perdió hasta la última gota de su ira por la mirada en el rostro de Brittany.
Negó con su cabeza.
—No. Mi culpa—aclaró su garganta—¿Ya llegamos?—preguntó regresando a los negocios.
—Sí—Brittany caminó unos veinte metros y luego se detuvo—Ella estaba aquí.
Santana sacó su cámara digital del bolso, junto con su ordenador portátil y el GPS de mano. Había muy poca evidencia de que un cuerpo hubiera estado alguna vez ahí.
—El forense dijo que había estado muerta... ¿qué? ¿Tres, cuatro semanas?—preguntó aunque ya sabía la respuesta.
—Sí. Eso coincide con cuando fue vista por última vez.
—¿Y han pasado tres semanas desde que la removieron?
—Sí.
Santana tomó fotos del lugar, luego registró las coordenadas en su cuaderno, junto con la elevación.
—¿Alguien tomó fotos del cuerpo?
—Sí.
—No estaban en el archivo que leí.
—Estaban en el archivo que le enviamos al agente Collie.
—Figúrate—Cabrón—Él me odia y le gusta hacer mi vida miserable—explicó—¿Puedes enviarme un correo electrónico con el archivo que le enviaste?
—Claro.
—De hecho, toda la correspondencia que le envíes de ahora en adelante, por favor cópiamela.
—Está bien, pero no es como si en realidad nos pasáramos correspondencia. Se nos dio instrucción de enviarle nuestros archivos después de encontrar el tercer cuerpo. Él nunca respondió. Le envié mis conclusiones del ángulo del asesino en serie y él respondió, pero ya sabes cómo se sintió al respecto.
—¿Quieres a alguien arrogante? Pasa algún tiempo con Collie. Él hará que quieras cortarte las muñecas—logró una ligera sonrisa de Brittany por eso, así que se acercó—Mira, siento lo de antes. Estuvo fuera de lugar—le tendió la mano—¿Tregua?
Brittany se quedó mirando la mano durante unos segundos, finalmente agarrándola.
—Tregua.
—Bien. Y me abstendré de leer tu archivo. Si quieres contarme, bien—se encogió de hombros—Si no, bueno, supongo que tendré que confiar en ti con lo que veo.
—Gracias. Apreciaría eso.
Santana se volteó en un círculo, mirando a su alrededor. Ya no estaba viendo las formaciones rocosas, ya no estaba mirando el paisaje. Levantó una ceja.
—¿Cómo diablos transportó un cuerpo hasta acá?
—Tenemos que asumir que a caballo. Hay varios establos que rentan caballos.
—¿Cuatro ruedas?
Brittany negó con su cabeza.
—No están permitidos en esta ruta.
—Solo porque no se les permite, no significa que no sucediera. Podría haber llegado hasta aquí en la noche, abandonarla y luego bajar en menos de una hora ¿Es posible?
—Posible, sí. Probable, no. El sendero es estrecho y empinado en algunos lugares ¿Cuáles son las probabilidades de que nuestro asesino sea un jinete experimentado? Un viaje de noche en un vehículo de cuatro ruedas requeriría habilidad.
—Probablemente tengas razón, pero todavía es algo a considerar. Tal vez en nuestro camino de regreso pudiésemos buscar señales—sugirió la morena.
Brittany miró hacia el sol que ahora estaba más alto en el cielo, el calor del verano empezaba a manifestarse. Tenía gotas de sudor en la frente y Santana la observó mientras se quitaba su gorra y sacudía su cabello.
—¿Estás lista para regresar?—preguntó Brittany—No queremos estar aquí arriba en el borde mucho más tiempo. El calor irradiado por las rocas hace que se sienta veinte grados más caliente de lo que es.
—Sí, he terminado aquí.
El viaje de regreso se hizo en relativo silencio y Santana disfrutó de las vistas casi tanto como la subida. La multitud de formaciones rocosas hizo que su imaginación saltara, pero su mente seguía regresando a la misma pregunta:
¿Cómo logró transportar el cuerpo hasta acá?
A caballo parecía la respuesta lógica, pero también la más arriesgada. Con respecto a eso, traer un coche de cuatro ruedas en un camino de equitación era arriesgado, pero no tan arriesgado como hacerlo de noche.
Incluso si alguien te reportara, podrías regresar e irte antes que alguien con autoridad apareciera.
—¿Puedes tener señal aquí?
—¿Celular?
—Sí.
—En un buen día, sí.
Buscó señales a lo largo del sendero que indicara que un vehículo podría haber viajado por él, pero las rocas rojas y las gravas todas mezcladas, hacía casi imposible determinar si algo había sido perturbado.
—¿Ves algo que parezca extraño?
—No. Pero han pasado casi dos meses desde que fue abandonada aquí.
—Cierto. Hace que la búsqueda de algo sea inútil.
—Más o menos.
—¿Quién la encontró?
—No lo sé. Un excursionista. Él llamó.
—¿No lo entrevistaste?
—No. Llamó como un anónimo.
—¿Lo sabe Collie?
—Asumo que sí. Está en el archivo.
—Está bien, así que nuestro asesino abandona su primera víctima. Pasan semanas, sin embargo nadie la encuentra. Así, que abandona su segunda víctima donde se asegura puedan encontrarla. Aun así, su primera víctima permanece desapercibida.
—Oh Dios mío ¿Crees que fue el quien llamó?
Santana asintió, sabiendo que tenía que releer el archivo más a fondo.
—Es posible. Él quiere crédito por eso ¿no te parece? Así que se él llama, ustedes lo encuentran. Luego, una semana más tarde, una tercera víctima es encontrada. Hasta ahora, por supuesto saben que las tres están vinculadas.
—Y los asesinos en serie quieren notoriedad. Tres asesinatos son mejor que dos.
—Y cuatro es mejor que tres y así sucesivamente—dijo Santana—Lo que nos lleva a nuestra pregunta nuevamente ¿Cómo diablos transportó un cuerpo hasta acá?
—He estado pensando acerca de tu posibilidad de cuatro ruedas. Este es un camino ecuestre, obviamente también utilizado por los excursionistas—dijo Brittany—Pero más hacia el norte, hay senderos para cuatro ruedas. Aunque el sendero Rim es esencialmente una curva alrededor del cañón, hay un sendero que lo conecta con el que es utilizado por vehículos de cuatro ruedas. Nunca he estado en él, pero Ryder lo ha escalado anteriormente. Él sabría si es o no transitable por vehículos de cuatro ruedas.
—Bien. Porque entonces eso hace de este abandono de cuerpos algo más lógico. Él la llevó en un coche de cuatro ruedas. Asumamos que de noche. Salió por el camino principal, tomó el sendero que conecta al sendero Rim, abandona el cuerpo relativamente cerca del camino donde él supuso podría ser encontrado con bastante facilidad.
—Pero no fue así.
—Así que se ve obligado a llamar él mismo para dar la localización.
Brittany sonrió.
—Tan terrorífico como parece, estamos pensando igual sobre esto.
—Eso es lo que hacen los compañeros. Intercambian ideas entre sí—tan pronto como las palabras salieron, vio una nube cubrir el rostro de Brittany.
Obviamente, era algo que no debía decir.
Brittany asintió rápidamente y continuó por el sendero, dejando que Santana especulara sobre la causa de esa mirada afligida.
No le tomó mucha especulación.
Brittany había dicho que había perdido a todo su equipo, muy probablemente también a su pareja.
Y con eso, también, Santana podría relacionarse. Había perdido amigos cercanos, había perdido amantes y había perdido compañeros. Sin embargo, había sobrevivido, viéndose obligada a escoger nuevos amigos, nuevas amantes.
Y sí, nuevos compañeros.
Era la parte más difícil…y dolorosa…de su trabajo.
Por lo que le gustaba su situación actual.
Trabajaba sola.
No había nadie más que perder sí no a ella misma.
Detuvo su caballo, la belleza de la salida del sol era demasiado impresionante como para perderla.
—Wow—susurró.
Se habían estado dirigiendo hacia el oeste, el cielo todavía estaba cargado de oscuridad. Pero hacia el este, el sol brillaba detrás de las formaciones de roca roja, haciendo que todo el paisaje resplandeciera y reviviera con la luz.
Miró a Brittany y notó que también estaba mirando los colores.
—Eso es increíble.
—Sí. Solía entristecerme pensar que muchas personas duermen a esta hora—dijo Brittany, alejando sus ojos de la salida del sol para mirarla—Ahora me doy cuenta de lo afortunada que soy. No puedes hacer que alguien ame esto.
—Es cierto. Pero aún así, todo el mundo debería experimentarlo al menos una vez. Es impresionante aquí arriba.
Brittany señaló hacia el otro lado del cañón.
—Esa es la Torre del Diablo—dijo la rubia—Las formaciones rocosas a su alrededor son bastante impresionantes. El Puente del Diablo sigue en pie. La Cocina del Diablo, es una pintoresca roca roja. Ofrece columnas y otras formaciones rocosas interesantes, fue una vez un puente natural que se derrumbó por un deslizamiento de tierra. A esta hora de la mañana, con el sol brillando…
—…Parece como las puertas del infierno—concluyó Santana.
—Exactamente—Brittany instó a su caballo—Debemos seguir. Se pone muy caliente cuando el sol está en lo alto.
Santana la siguió, recordándose a sí misma la razón del porque estaban aquí en primer lugar.
No se suponía que fuera un viaje de placer, pero eso no le impedía disfrutar del paisaje. Estaba sorprendida por el cambio de colores mientras el sol se elevaba.
Delante de ellas, podía ver el resplandor rojo mientras recorría la tierra, despertando a la tierra para el nuevo día, cambiando la oscuridad por la luz, de un color marrón opaco a un brillante carmesí.
Santana finalmente volvió su atención a la mujer frente a ella. Se sentía un poco culpable por hacer que Figgins realizara una investigación a fondo sobre la ojiazul.
Algunas cosas estaban destinadas a ser privadas y obviamente, Brittany Pierce sentía lo mismo. Desafortunadamente, Santana no estaba en condiciones de confiar ciegamente en alguien, sobre todo si iban a trabajar en estrecha colaboración.
Tal vez hoy le daría otra oportunidad, antes que Figgins llenara los vacíos.
—Así que ¿estás lista para hablar de LA?—vio la rigidez en los hombros de Brittany, pero no se dio la vuelta.
—¿Qué es lo que quieres hablar?
—Quiero saber por qué alguien renunciaría a una emocionante carrera en Los Ángeles para venirse a un pueblo pequeño y tranquilo como este.
—¿Sí? Bueno, tal vez era demasiado emocionante.
—¿Por qué te fuiste de LA?—Santana volvió a preguntar.
—Como dije anoche, no es de tu incumbencia.
—Y yo no quise discutir contigo anoche frente a Will, pero si es de mi maldita incumbencia. Quiero saber con quién estoy trabajando.
Brittany detuvo su caballo y se dio la vuelta.
—Bien. Entonces trabaja con alguien más—espetó—No me ofrecí como voluntaria para esto, ya sabes.
Wow.
¿Quién podría pensar que la ira pudiese hacer a alguien más atractivo de lo que ya era?
Los ojos de Brittany brillaron casi a un azul oscuro, su mandíbula apretada con fuerza, la expresión de su rostro retando a Santana a discutir con ella.
—Cierto—Santana sonrió, sabiendo que era algo condescendiente, pero sonrió de todos modos—Pero ahora estás atrapada con el trabajo. Lo siento.
—Al demonio que lo estoy. Regresaré por este camino y te dejaré por tu cuenta.
Santana se echó a reír.
—¿Hablas en serio? ¿Esa es tu réplica? ¿Qué vas a dejarme?—Santana instó su caballo para que fuera hacia Brittany—Escucha, sólo pensé en darte la oportunidad de que me contaras sobre ti antes de leerlo en tu expediente.
Los ojos claros se ensancharon.
—¿Qué expediente?
—El expediente que solicité de tus antecedentes.
—Eres una hija de puta. No tienes derecho.
—En realidad, tengo todo el derecho. Soy del FBI ¿Recuerdas? Puedo hacer lo que quiera.
—Maldita...arrogante…—murmuró Brittany—...Perra.
Santana volvió a reír.
—Oh, vamos. Seguro que puedes hacerlo mejor que eso.
—Te odio—replicó Brittany mientras pateaba levemente a su caballo, trotando por el sendero lejos de Santana.
—Como si no hubiera escuchado eso antes—dijo Santana en voz alta mientras la seguía—Entonces ¿qué hiciste? ¿Tuviste un romance con un superior?
—Cállate.
—Todos tenemos esqueletos, Brittany.
No hubo respuesta de la rubia.
—Noté que casi todo el mundo te llama Britt ¿Así te llaman tus amigos?
—No te atrevas—amenazó—Ni siquiera intentes fingir que somos amigas.
—¿Por qué no podemos hablar?
—No quiero hablar contigo.
—Mira, voy a dejar que me hagas algunas preguntas—ofreció la morena.
—No me importa.
—Vamos ¿No quieres saber algo sobre mí? ¿Como si estoy viendo a alguien?—dijo Santana en voz alta, todavía tratando de alcanzarla—Estoy soltera, por cierto—añadió.
—Oh, no me cabe duda ni por un minuto—dijo Brittany—No puedo imaginar que alguien realmente salga contigo, mucho menos que se quede contigo.
—¿Por qué no? Soy lo suficientemente linda.
—Como luces te conseguiría una primera cita. Dudo seriamente que alguien pueda sufrir una segunda.
—¿Qué estás diciendo?
—Estoy diciendo que eres arrogante. Vanidosa. Un rufián.
—¿Un rufián? Bueno, podría concederte las dos primeras ¿Pero un rufián?
Brittany sacó su caballo del sendero y Santana la siguió.
—Sí, un rufián. Estás tratando de intimidarme para que te cuente mi pasado. Me estás amenazando. Estás haciendo una maldita investigación de antecedentes del FBI, por el amor de Dios.
—Te lo dije, si voy a trabajar contigo, tengo que ser capaz de confiar en ti.
—Bueno, eso funciona en ambos sentidos ¿Cómo puedo confiar en ti?
—El FBI confía en mí. Eso debería ser suficiente.
Brittany negó con la cabeza.
—¿Qué es exactamente lo que haces para el FBI?
—¿Qué quieres decir?
Brittany miró sobre su hombro hacia Sanatan:
—He trabajado con agentes del FBI en Los Ángeles. Trajes y corbatas para los hombres, trajes ejecutivos y chaquetas para las mujeres. No encajas en el perfil del FBI.
—Oh. Bueno, ahí es donde estás en desventaja. Realmente no puedo decirte nada.
—¿No? Ves, por eso no confío en ti.
—Me gustaría decirte, pero no puedo. Es clasificado.
—¿Clasificado? Pensé que eras del FBI, no militar.
—Actualmente, soy del FBI.
—¿Actualmente?
Santana sabía que podía revelar más de lo que era, pero estaba teniendo demasiada diversión presionando los botones de Brittany.
—Era militar. Operaciones especiales.
—¿Qué hacías?
—Lo siento. Es clasificado.
Eso, al menos, era verdad.
Pero nuevamente se sorprendió por el destello de ira en el rostro de Brittany.
—La mayor parte de mi pasado es clasificado.
—Ya veo. Así que tu oferta de compartir…tú me haces preguntas y yo te hago preguntas…fue sólo una broma. Puedes ocultarte detrás de la línea clasificado. Pero no se me permite el mismo lujo.
—No creo que la policía de Los Ángeles tenga misiones secretas ¿verdad?
—Si tu pasado puede seguir siendo un misterio ¿por qué el mío no?
—Ya sabes, si me hubieras contado solo un poco, aunque hubiera sido algo insignificante, probablemente estaría bien. Pero tu firme rechazo ha despertado mi curiosidad, hasta el punto que me estás obligando a escarbar en tu pasado. Y el FBI puede escarbar tan profundo como queramos—se encogió de hombros—Esa fue tu elección. No la mía.
—Dios mío. No eres solo un rufián. Eres malvada. Creo que disfrutas haciéndole daño a los demás—Brittany detuvo su caballo y se deslizó bajando de la silla de montar.
—¿Daño?—Santana hizo lo mismo deslizándose hasta poner los pies en tierra, sus piernas adoloridas por dos horas de cabalgata.
—Sí, daño ¿Alguna vez pensaste que tal vez mi salida de LA fue dolorosa para mí? Tal vez no quiero hablar de ello. Tal vez no quiero revivirlo. Pasé tres malditos años tratando de olvidarlo. Tres largos años en los que no estaba segura si vería el día siguiente o la semana siguiente. Finalmente lo he dejado atrás. Este último año casi ha sido normal. Así que no quiero contarte sobre eso—sus ojos furiosos se llenaron de lágrimas—Perdí todo mi equipo. No quiero volver atrás y revivirlo. Tengo suficientes cicatrices.
Santana sabía que sólo debía dejarlo pasar, pero no lo hizo.
De repente se enojó mucho.
—¿Cicatrices? No eres la única con cicatrices. No eres la única que ha perdido un equipo—deslizó su camiseta sobre su cabeza, permaneciendo quieta mientras los ojos de Brittany recorrían su cuerpo, manteniendo su mirada en las numerosas heridas de su pasado—Todos tenemos cicatrices con las que tenemos que vivir. Todos tenemos recuerdos que quisiéramos olvidar. Pero no podemos. Ellos se cuelan, te hacen revivir cada maldito día—se volvió a colocar su camiseta, ahora enfadada consigo misma por haber perdido el control, pero incapaz de detenerse—No me hables de cicatrices—dijo en voz alta—Puedo igualar cada una de las tuyas, tanto física como emocionalmente. Tengo cicatrices en mi alma que son tan profundas que nada puede curarlas—se alejó, respirando profundamente, tratando de recuperar la compostura.
Había estado fuera de lugar y lo sabía.
Pero eso no fue suficiente como para ofrecer una disculpa.
No estaba aquí para hacer amigos.
Y si Brittany Pierce la odiaba, que así fuera.
—Lo siento.
Santana se volteó ante la voz silenciosa llena de tristeza. Perdió hasta la última gota de su ira por la mirada en el rostro de Brittany.
Negó con su cabeza.
—No. Mi culpa—aclaró su garganta—¿Ya llegamos?—preguntó regresando a los negocios.
—Sí—Brittany caminó unos veinte metros y luego se detuvo—Ella estaba aquí.
Santana sacó su cámara digital del bolso, junto con su ordenador portátil y el GPS de mano. Había muy poca evidencia de que un cuerpo hubiera estado alguna vez ahí.
—El forense dijo que había estado muerta... ¿qué? ¿Tres, cuatro semanas?—preguntó aunque ya sabía la respuesta.
—Sí. Eso coincide con cuando fue vista por última vez.
—¿Y han pasado tres semanas desde que la removieron?
—Sí.
Santana tomó fotos del lugar, luego registró las coordenadas en su cuaderno, junto con la elevación.
—¿Alguien tomó fotos del cuerpo?
—Sí.
—No estaban en el archivo que leí.
—Estaban en el archivo que le enviamos al agente Collie.
—Figúrate—Cabrón—Él me odia y le gusta hacer mi vida miserable—explicó—¿Puedes enviarme un correo electrónico con el archivo que le enviaste?
—Claro.
—De hecho, toda la correspondencia que le envíes de ahora en adelante, por favor cópiamela.
—Está bien, pero no es como si en realidad nos pasáramos correspondencia. Se nos dio instrucción de enviarle nuestros archivos después de encontrar el tercer cuerpo. Él nunca respondió. Le envié mis conclusiones del ángulo del asesino en serie y él respondió, pero ya sabes cómo se sintió al respecto.
—¿Quieres a alguien arrogante? Pasa algún tiempo con Collie. Él hará que quieras cortarte las muñecas—logró una ligera sonrisa de Brittany por eso, así que se acercó—Mira, siento lo de antes. Estuvo fuera de lugar—le tendió la mano—¿Tregua?
Brittany se quedó mirando la mano durante unos segundos, finalmente agarrándola.
—Tregua.
—Bien. Y me abstendré de leer tu archivo. Si quieres contarme, bien—se encogió de hombros—Si no, bueno, supongo que tendré que confiar en ti con lo que veo.
—Gracias. Apreciaría eso.
Santana se volteó en un círculo, mirando a su alrededor. Ya no estaba viendo las formaciones rocosas, ya no estaba mirando el paisaje. Levantó una ceja.
—¿Cómo diablos transportó un cuerpo hasta acá?
—Tenemos que asumir que a caballo. Hay varios establos que rentan caballos.
—¿Cuatro ruedas?
Brittany negó con su cabeza.
—No están permitidos en esta ruta.
—Solo porque no se les permite, no significa que no sucediera. Podría haber llegado hasta aquí en la noche, abandonarla y luego bajar en menos de una hora ¿Es posible?
—Posible, sí. Probable, no. El sendero es estrecho y empinado en algunos lugares ¿Cuáles son las probabilidades de que nuestro asesino sea un jinete experimentado? Un viaje de noche en un vehículo de cuatro ruedas requeriría habilidad.
—Probablemente tengas razón, pero todavía es algo a considerar. Tal vez en nuestro camino de regreso pudiésemos buscar señales—sugirió la morena.
Brittany miró hacia el sol que ahora estaba más alto en el cielo, el calor del verano empezaba a manifestarse. Tenía gotas de sudor en la frente y Santana la observó mientras se quitaba su gorra y sacudía su cabello.
—¿Estás lista para regresar?—preguntó Brittany—No queremos estar aquí arriba en el borde mucho más tiempo. El calor irradiado por las rocas hace que se sienta veinte grados más caliente de lo que es.
—Sí, he terminado aquí.
El viaje de regreso se hizo en relativo silencio y Santana disfrutó de las vistas casi tanto como la subida. La multitud de formaciones rocosas hizo que su imaginación saltara, pero su mente seguía regresando a la misma pregunta:
¿Cómo logró transportar el cuerpo hasta acá?
A caballo parecía la respuesta lógica, pero también la más arriesgada. Con respecto a eso, traer un coche de cuatro ruedas en un camino de equitación era arriesgado, pero no tan arriesgado como hacerlo de noche.
Incluso si alguien te reportara, podrías regresar e irte antes que alguien con autoridad apareciera.
—¿Puedes tener señal aquí?
—¿Celular?
—Sí.
—En un buen día, sí.
Buscó señales a lo largo del sendero que indicara que un vehículo podría haber viajado por él, pero las rocas rojas y las gravas todas mezcladas, hacía casi imposible determinar si algo había sido perturbado.
—¿Ves algo que parezca extraño?
—No. Pero han pasado casi dos meses desde que fue abandonada aquí.
—Cierto. Hace que la búsqueda de algo sea inútil.
—Más o menos.
—¿Quién la encontró?
—No lo sé. Un excursionista. Él llamó.
—¿No lo entrevistaste?
—No. Llamó como un anónimo.
—¿Lo sabe Collie?
—Asumo que sí. Está en el archivo.
—Está bien, así que nuestro asesino abandona su primera víctima. Pasan semanas, sin embargo nadie la encuentra. Así, que abandona su segunda víctima donde se asegura puedan encontrarla. Aun así, su primera víctima permanece desapercibida.
—Oh Dios mío ¿Crees que fue el quien llamó?
Santana asintió, sabiendo que tenía que releer el archivo más a fondo.
—Es posible. Él quiere crédito por eso ¿no te parece? Así que se él llama, ustedes lo encuentran. Luego, una semana más tarde, una tercera víctima es encontrada. Hasta ahora, por supuesto saben que las tres están vinculadas.
—Y los asesinos en serie quieren notoriedad. Tres asesinatos son mejor que dos.
—Y cuatro es mejor que tres y así sucesivamente—dijo Santana—Lo que nos lleva a nuestra pregunta nuevamente ¿Cómo diablos transportó un cuerpo hasta acá?
—He estado pensando acerca de tu posibilidad de cuatro ruedas. Este es un camino ecuestre, obviamente también utilizado por los excursionistas—dijo Brittany—Pero más hacia el norte, hay senderos para cuatro ruedas. Aunque el sendero Rim es esencialmente una curva alrededor del cañón, hay un sendero que lo conecta con el que es utilizado por vehículos de cuatro ruedas. Nunca he estado en él, pero Ryder lo ha escalado anteriormente. Él sabría si es o no transitable por vehículos de cuatro ruedas.
—Bien. Porque entonces eso hace de este abandono de cuerpos algo más lógico. Él la llevó en un coche de cuatro ruedas. Asumamos que de noche. Salió por el camino principal, tomó el sendero que conecta al sendero Rim, abandona el cuerpo relativamente cerca del camino donde él supuso podría ser encontrado con bastante facilidad.
—Pero no fue así.
—Así que se ve obligado a llamar él mismo para dar la localización.
Brittany sonrió.
—Tan terrorífico como parece, estamos pensando igual sobre esto.
—Eso es lo que hacen los compañeros. Intercambian ideas entre sí—tan pronto como las palabras salieron, vio una nube cubrir el rostro de Brittany.
Obviamente, era algo que no debía decir.
Brittany asintió rápidamente y continuó por el sendero, dejando que Santana especulara sobre la causa de esa mirada afligida.
No le tomó mucha especulación.
Brittany había dicho que había perdido a todo su equipo, muy probablemente también a su pareja.
Y con eso, también, Santana podría relacionarse. Había perdido amigos cercanos, había perdido amantes y había perdido compañeros. Sin embargo, había sobrevivido, viéndose obligada a escoger nuevos amigos, nuevas amantes.
Y sí, nuevos compañeros.
Era la parte más difícil…y dolorosa…de su trabajo.
Por lo que le gustaba su situación actual.
Trabajaba sola.
No había nadie más que perder sí no a ella misma.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
excelente maraton, cada vez quiero mas de la historia pero se que te vez imposibilitada por tus estudios y bueno prioridad de prioridades.. Espero que salgas bien en las pruebas tanto en las que ya pasaron como en las que te faltan....
Bueno en cuanto a la historia Santana es un amor, creo que Brittany se cerrara en banda y no dejara caer tan facil su coraza, te juro que tengo ansiedad por la historia. Ojala este tal Patrick Doe caida pero sin hacerle daño a ninguna de las dos.
Creo que si Santana mostrara su gatito (me refiero a la mascota) Britt puede que le haga un poco de caso a santana. saludos.....
Bueno en cuanto a la historia Santana es un amor, creo que Brittany se cerrara en banda y no dejara caer tan facil su coraza, te juro que tengo ansiedad por la historia. Ojala este tal Patrick Doe caida pero sin hacerle daño a ninguna de las dos.
Creo que si Santana mostrara su gatito (me refiero a la mascota) Britt puede que le haga un poco de caso a santana. saludos.....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
marthagr81@yahoo.es escribió:excelente maraton, cada vez quiero mas de la historia pero se que te vez imposibilitada por tus estudios y bueno prioridad de prioridades.. Espero que salgas bien en las pruebas tanto en las que ya pasaron como en las que te faltan....
Bueno en cuanto a la historia Santana es un amor, creo que Brittany se cerrara en banda y no dejara caer tan facil su coraza, te juro que tengo ansiedad por la historia. Ojala este tal Patrick Doe caida pero sin hacerle daño a ninguna de las dos.
Creo que si Santana mostrara su gatito (me refiero a la mascota) Britt puede que le haga un poco de caso a santana. saludos.....
Hola, que bueno que te gusto =)! Jajajajajaja es el efecto que causan las adaptaciones de las brittana ajajajajajajajaja. MMmm como digo, esos tontos, pero necesario estudios jajajajajajaja. =O yo espero exactamente lo mismo la vrdd ajajaja y gracias!
Aiiii si que lo es jajajajaja. Mmmm eso parece =/ JAjajajaja eso es bueno la vrdd jajajajajaj. =O espero lo mismo jajajajajajjaaja. Jajajajajaja buena jugada ai jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 10
Capitulo
Brittany se quedó cerca de su Jeep y bebió su segunda botella de agua, el calor del día de verano había hecho mella en ella.
La agente López se había ido tan pronto habían regresado del cañón Oak Creek, ofreciéndole sólo un tranquilo "hasta luego."
Eso, por supuesto, estaba bien con ella.
No estaba de humor para charlas.
Después que bajaron de la montaña por el sendero Rim y dejaron sus caballos con Quinn, perdió todo su entusiasmo por el día. Había esperado que la agente López pospusiera los otros dos sitios. Pero no, apenas tomaron un descanso cuando comenzaron a escalar el cañón Oak Creek.
Y como antes, Santana marcó las coordenadas las anotó en su ordenador portátil junto con la elevación. Brittany la había observado atentamente mientras la morena estudiaba cada sitio, caminando un amplio círculo, sus ojos moviéndose como dardos por los alrededores, obviamente buscando algo…cualquier cosa…que pudiese considerar evidencia.
Brittany no la había interrumpido, a pesar de que ella misma había revisado esos dos sitios varias veces.
Habían regresado en silencio ya que Brittany se había retraído nuevamente, no quería hablar, temerosa de que Santana dijera algo que desencadenara sus recuerdos.
Ella no había tenido un compañero…no desde Erin.
Patrullaban solos aquí, sin necesidad de andar en parejas. Y cuando lo hacían, no era como si ella siempre fuera con Quinn o siempre fuera con Ryder, aunque eran sus amigos más cercanos, si es que podía llamarlos así.
Además del sheriff Schuester, eran seis asistentes y Kitty la recepcionista que trabajaba sólo a medio tiempo. Además de Will, Quinn y Ryder, sólo tenía relaciones de trabajo con los demás, incluyendo a Kitty. Y aunque Kitty siempre había sido amable con ella, sospechaba que Kitty era un poco homofóbica. Y Brittany realmente no le importaba.
Cuando llegó por primera vez a Sedona, no había tenido el estado de ánimo adecuado para hacer amigos y se contentó con vivir una vida solitaria. Pero Will, Quinn y Ryder lentamente le habían sacado de su retraimiento y ella les había acompañado a salidas sociales con mayor frecuencia.
Poco a poco, había vuelto a la normalidad.
Pero hoy, cuando Santana López expresó a la ligera la palabra "compañeros" Brittany fue llevada al pasado, su mente tuvo destellos de Erin…su compañera y amante…cubierta de sangre, sus ojos, tan fríos y sin vida, mirando hacia la nada, ambas piernas ausentes por debajo de las rodillas.
—Cristo—murmuró sintiendo como su pecho se apretaba mientras los recuerdos aparecían.
Se dio la vuelta, mirando hacia la montaña Thunder, tomando respiraciones profundas mientras trataba de concentrarse. Cerró sus ojos, imaginándose a sí misma en la madrugada, sus pies moviéndose sin esfuerzo a través de la roca plana, su cuerpo realizando sus movimientos sin pensamiento, su imaginación viendo como el sol se elevaba sobre el cañón.
Poco a poco, su tensión disminuyó y su ansiedad se redujo.
Abrió sus ojos nuevamente, viendo la montaña Thunder al final de la tarde, el sol caía sobre Sedona.
El clima cerca de los 30 grados era habitual en esta época del año, pero refrescaba cuando el sol se ponía, lo suficientemente fresco como para usar una chaqueta ligera algunas noches.
Subió a su Jeep, recordándose a sí misma que había perdido su entrenamiento de la mañana. Quizás por eso había dejado que sus emociones tomaran el control.
Después del incidente…la emboscada…había visto un terapeuta, con la esperanza de que le ayudara a entender por qué su equipo había sido asesinado y ella había quedado viva.
Ellos habían sido una unidad muy unida y además de Erin, también había perdido a Mark, su mejor amigo. Ambos habían pasado juntos por la academia, habían patrullado juntos en sus inicios y se habían hecho detectives al mismo tiempo.
Por su insistencia, habían pedido su traslado a narcóticos, donde conoció a Erin.
Pero nada había podido alejar su dolor, ni siquiera la esposa de Mark, quien…después de la conmoción inicial…buscó a Brittany, tal vez sabiendo que Brittany se estaba culpando a sí misma, culpándose por algo de lo que nadie tenía culpa.
Sin embargo, no quiso tener nada más que ver con Paige.
No quiso tener nada más que ver con nadie que le recordara lo que había perdido.
Cuando se dio cuenta que el terapeuta ya no estaba ayudando, su dolor se transformó en desesperación. Nunca se había sentido tan impotente, tan desesperada, tan terriblemente sola.
Cada día era una lucha para poder seguir adelante, casi estuvo a punto de darse por vencida.
Fue por casualidad que descubrió el Tai Chi.
El único consuelo que tuvo en ese momento, fueron las caminatas solitarias en las montañas en las afueras de Los Ángeles. Salía temprano, mucho antes del amanecer, llegando al inicio del sendero cuando el día estaba comenzando.
En una de esas caminatas, lo vio.
Él estaba de pie en lo alto de las rocas, con los brazos extendidos hacia el sol naciente. Cuando él ejecutó sus movimientos, eran gráciles y elegantes y ella pensó que era la cosa más hermosa que jamás había visto.
Comenzó a estudiar Tai Chi, aprendiendo las diversas formas del arte. Sólo tomó lecciones formales durante seis meses ya que no estaba interesada en convertirse en una experta.
Simplemente necesitaba algo para enfocar su energía y combinó las técnicas de meditación que había estado estudiando con los movimientos del Tai Chi que había aprendido, creando su propio estilo.
Cuando se sintió lo suficientemente fuerte…un año después de la emboscada…se fue de Los Ángeles.
No pensaba que regresaría a la policía, no pensaba que sería capaz de hacerlo, pero pronto aprendió que no tenía habilidades para otra cosa. En ese entonces, no había tenido la certeza de que trabajaría nuevamente o que alguien le contrataría.
Al parecer, el pequeño incidente con su capitán le había etiquetado como alguien de riesgo.
Afortunadamente, Will Schuester estuvo dispuesto a arriesgarse con ella, incluso después que ella se había negado a hablar con él, diciéndole que su pasado estaba fuera de límites.
Él la contrató de todos modos.
Eso había ocurrido dos años atrás, el último año…como le había dicho a Santana… había sido casi normal.
Y cada mañana durante esos años, había subido al cañón Oak Creek a esa roca plana, ejecutando su rutina, centrándose en el presente, no en el pasado.
Todas las mañanas…hasta hoy.
No era tan tonta como para pensar que incluso si hubiera ido, las palabras de Santana no le hubieran afectado de la misma manera.
Y se dio cuenta que era algo que aún necesitaba.
Desafortunadamente, por primera vez, estaba en un caso. No siempre tendría la oportunidad de realizar su caminata de la mañana. Por ahora, al menos, estaba a la orden de Santana López.
Y por mucho que se decía a sí misma que no le gustaba la mujer, que era arrogante y engreída, sabía que aún le debía una explicación a Santana.
O por lo menos, una disculpa.
Había sido muy presuntuoso de su parte asumir que ella era la única en llevar cicatrices. Pero Santana López estaba literalmente cubierta de ellas.
En los pocos minutos que Santana había permanecido de pie delante de ella en nada más que su elegante sujetador, Brittany había contado seis heridas que estropeaban lo que era un hermoso cuerpo.
La más prominente, una enorme cicatriz lacerante que iba desde su hombro, atravesando su torso y que el sujetador negro ocultaba el trayecto final que cruzaba su pecho.
La herida obviamente era de un cuchillo o una espada y Brittany se sorprendió de que Santana hubiera sobrevivido.
Se detuvo en la calzada de la pequeña casa que había alquilado, sin darle importancia al patio descuidado y a los macizos de flores. Después de vivir en apartamentos durante tanto tiempo, pensaba que disfrutaría tener el espacio de una pequeña casa, pensaba que podría plantar una flor o dos.
Pero esa había sido una de esas cosas que simplemente nunca haría.
Entró en la casa, el aire acondicionado fresco, realmente refrescante. Se dirigió hacia su dormitorio, quitándose la ropa y dejándola regada mientras avanzaba.
Estaba cansada y con hambre, pero permaneció mucho tiempo bajo la ducha, cerró sus ojos y mantuvo su rostro en el agua, sintiendo como le inundaba una extraña tranquilidad.
Por primera vez, sus pensamientos no estaban saltando en todas direcciones mientras ella trataba de alejarlos de esa fatídica noche.
No…por primera vez…se sentía enfocada.
Sentía como si tuviera una dirección.
Se echó hacia atrás saliendo del agua y abrió sus ojos.
Sí, esto era bueno.
Tenía un caso.
Sentía como si realmente estuviese haciendo trabajo policial, algo para lo que había sido entrenada. Tenía algo en que enfocar su mente y energía, algo más que el pasado.
Y si tenía que aguantar por un par de días…o incluso semanas…a Santana López, lo haría.
Al menos ahora tenía un propósito.
Era asombroso que tratar de resolver un asesinato pudiese hacerle sentir tan viva.
E inclinada a hablar.
Salió de la casa 45 minutos más tarde con una botella de vino y un pedido de pizza. Will dijo que Santana se estaba alojando en las afueras del parque
Red Rocks.
¿Por qué?
Brittany no tenía ni idea.
Seguramente no estaba acampando, pero no podía imaginar que ella se alojara en las viejas y pequeñas cabañas que alquilaban.
Bueno, no tenía importancia.
Encontraría a Kitty Wilde.
Ella sabría dónde encontrarla.
No pasaban muchas cosas en Red Rocks sin que Kitty supiera.
La agente López se había ido tan pronto habían regresado del cañón Oak Creek, ofreciéndole sólo un tranquilo "hasta luego."
Eso, por supuesto, estaba bien con ella.
No estaba de humor para charlas.
Después que bajaron de la montaña por el sendero Rim y dejaron sus caballos con Quinn, perdió todo su entusiasmo por el día. Había esperado que la agente López pospusiera los otros dos sitios. Pero no, apenas tomaron un descanso cuando comenzaron a escalar el cañón Oak Creek.
Y como antes, Santana marcó las coordenadas las anotó en su ordenador portátil junto con la elevación. Brittany la había observado atentamente mientras la morena estudiaba cada sitio, caminando un amplio círculo, sus ojos moviéndose como dardos por los alrededores, obviamente buscando algo…cualquier cosa…que pudiese considerar evidencia.
Brittany no la había interrumpido, a pesar de que ella misma había revisado esos dos sitios varias veces.
Habían regresado en silencio ya que Brittany se había retraído nuevamente, no quería hablar, temerosa de que Santana dijera algo que desencadenara sus recuerdos.
Ella no había tenido un compañero…no desde Erin.
Patrullaban solos aquí, sin necesidad de andar en parejas. Y cuando lo hacían, no era como si ella siempre fuera con Quinn o siempre fuera con Ryder, aunque eran sus amigos más cercanos, si es que podía llamarlos así.
Además del sheriff Schuester, eran seis asistentes y Kitty la recepcionista que trabajaba sólo a medio tiempo. Además de Will, Quinn y Ryder, sólo tenía relaciones de trabajo con los demás, incluyendo a Kitty. Y aunque Kitty siempre había sido amable con ella, sospechaba que Kitty era un poco homofóbica. Y Brittany realmente no le importaba.
Cuando llegó por primera vez a Sedona, no había tenido el estado de ánimo adecuado para hacer amigos y se contentó con vivir una vida solitaria. Pero Will, Quinn y Ryder lentamente le habían sacado de su retraimiento y ella les había acompañado a salidas sociales con mayor frecuencia.
Poco a poco, había vuelto a la normalidad.
Pero hoy, cuando Santana López expresó a la ligera la palabra "compañeros" Brittany fue llevada al pasado, su mente tuvo destellos de Erin…su compañera y amante…cubierta de sangre, sus ojos, tan fríos y sin vida, mirando hacia la nada, ambas piernas ausentes por debajo de las rodillas.
—Cristo—murmuró sintiendo como su pecho se apretaba mientras los recuerdos aparecían.
Se dio la vuelta, mirando hacia la montaña Thunder, tomando respiraciones profundas mientras trataba de concentrarse. Cerró sus ojos, imaginándose a sí misma en la madrugada, sus pies moviéndose sin esfuerzo a través de la roca plana, su cuerpo realizando sus movimientos sin pensamiento, su imaginación viendo como el sol se elevaba sobre el cañón.
Poco a poco, su tensión disminuyó y su ansiedad se redujo.
Abrió sus ojos nuevamente, viendo la montaña Thunder al final de la tarde, el sol caía sobre Sedona.
El clima cerca de los 30 grados era habitual en esta época del año, pero refrescaba cuando el sol se ponía, lo suficientemente fresco como para usar una chaqueta ligera algunas noches.
Subió a su Jeep, recordándose a sí misma que había perdido su entrenamiento de la mañana. Quizás por eso había dejado que sus emociones tomaran el control.
Después del incidente…la emboscada…había visto un terapeuta, con la esperanza de que le ayudara a entender por qué su equipo había sido asesinado y ella había quedado viva.
Ellos habían sido una unidad muy unida y además de Erin, también había perdido a Mark, su mejor amigo. Ambos habían pasado juntos por la academia, habían patrullado juntos en sus inicios y se habían hecho detectives al mismo tiempo.
Por su insistencia, habían pedido su traslado a narcóticos, donde conoció a Erin.
Pero nada había podido alejar su dolor, ni siquiera la esposa de Mark, quien…después de la conmoción inicial…buscó a Brittany, tal vez sabiendo que Brittany se estaba culpando a sí misma, culpándose por algo de lo que nadie tenía culpa.
Sin embargo, no quiso tener nada más que ver con Paige.
No quiso tener nada más que ver con nadie que le recordara lo que había perdido.
Cuando se dio cuenta que el terapeuta ya no estaba ayudando, su dolor se transformó en desesperación. Nunca se había sentido tan impotente, tan desesperada, tan terriblemente sola.
Cada día era una lucha para poder seguir adelante, casi estuvo a punto de darse por vencida.
Fue por casualidad que descubrió el Tai Chi.
El único consuelo que tuvo en ese momento, fueron las caminatas solitarias en las montañas en las afueras de Los Ángeles. Salía temprano, mucho antes del amanecer, llegando al inicio del sendero cuando el día estaba comenzando.
En una de esas caminatas, lo vio.
Él estaba de pie en lo alto de las rocas, con los brazos extendidos hacia el sol naciente. Cuando él ejecutó sus movimientos, eran gráciles y elegantes y ella pensó que era la cosa más hermosa que jamás había visto.
Comenzó a estudiar Tai Chi, aprendiendo las diversas formas del arte. Sólo tomó lecciones formales durante seis meses ya que no estaba interesada en convertirse en una experta.
Simplemente necesitaba algo para enfocar su energía y combinó las técnicas de meditación que había estado estudiando con los movimientos del Tai Chi que había aprendido, creando su propio estilo.
Cuando se sintió lo suficientemente fuerte…un año después de la emboscada…se fue de Los Ángeles.
No pensaba que regresaría a la policía, no pensaba que sería capaz de hacerlo, pero pronto aprendió que no tenía habilidades para otra cosa. En ese entonces, no había tenido la certeza de que trabajaría nuevamente o que alguien le contrataría.
Al parecer, el pequeño incidente con su capitán le había etiquetado como alguien de riesgo.
Afortunadamente, Will Schuester estuvo dispuesto a arriesgarse con ella, incluso después que ella se había negado a hablar con él, diciéndole que su pasado estaba fuera de límites.
Él la contrató de todos modos.
Eso había ocurrido dos años atrás, el último año…como le había dicho a Santana… había sido casi normal.
Y cada mañana durante esos años, había subido al cañón Oak Creek a esa roca plana, ejecutando su rutina, centrándose en el presente, no en el pasado.
Todas las mañanas…hasta hoy.
No era tan tonta como para pensar que incluso si hubiera ido, las palabras de Santana no le hubieran afectado de la misma manera.
Y se dio cuenta que era algo que aún necesitaba.
Desafortunadamente, por primera vez, estaba en un caso. No siempre tendría la oportunidad de realizar su caminata de la mañana. Por ahora, al menos, estaba a la orden de Santana López.
Y por mucho que se decía a sí misma que no le gustaba la mujer, que era arrogante y engreída, sabía que aún le debía una explicación a Santana.
O por lo menos, una disculpa.
Había sido muy presuntuoso de su parte asumir que ella era la única en llevar cicatrices. Pero Santana López estaba literalmente cubierta de ellas.
En los pocos minutos que Santana había permanecido de pie delante de ella en nada más que su elegante sujetador, Brittany había contado seis heridas que estropeaban lo que era un hermoso cuerpo.
La más prominente, una enorme cicatriz lacerante que iba desde su hombro, atravesando su torso y que el sujetador negro ocultaba el trayecto final que cruzaba su pecho.
La herida obviamente era de un cuchillo o una espada y Brittany se sorprendió de que Santana hubiera sobrevivido.
Se detuvo en la calzada de la pequeña casa que había alquilado, sin darle importancia al patio descuidado y a los macizos de flores. Después de vivir en apartamentos durante tanto tiempo, pensaba que disfrutaría tener el espacio de una pequeña casa, pensaba que podría plantar una flor o dos.
Pero esa había sido una de esas cosas que simplemente nunca haría.
Entró en la casa, el aire acondicionado fresco, realmente refrescante. Se dirigió hacia su dormitorio, quitándose la ropa y dejándola regada mientras avanzaba.
Estaba cansada y con hambre, pero permaneció mucho tiempo bajo la ducha, cerró sus ojos y mantuvo su rostro en el agua, sintiendo como le inundaba una extraña tranquilidad.
Por primera vez, sus pensamientos no estaban saltando en todas direcciones mientras ella trataba de alejarlos de esa fatídica noche.
No…por primera vez…se sentía enfocada.
Sentía como si tuviera una dirección.
Se echó hacia atrás saliendo del agua y abrió sus ojos.
Sí, esto era bueno.
Tenía un caso.
Sentía como si realmente estuviese haciendo trabajo policial, algo para lo que había sido entrenada. Tenía algo en que enfocar su mente y energía, algo más que el pasado.
Y si tenía que aguantar por un par de días…o incluso semanas…a Santana López, lo haría.
Al menos ahora tenía un propósito.
Era asombroso que tratar de resolver un asesinato pudiese hacerle sentir tan viva.
E inclinada a hablar.
Salió de la casa 45 minutos más tarde con una botella de vino y un pedido de pizza. Will dijo que Santana se estaba alojando en las afueras del parque
Red Rocks.
¿Por qué?
Brittany no tenía ni idea.
Seguramente no estaba acampando, pero no podía imaginar que ella se alojara en las viejas y pequeñas cabañas que alquilaban.
Bueno, no tenía importancia.
Encontraría a Kitty Wilde.
Ella sabría dónde encontrarla.
No pasaban muchas cosas en Red Rocks sin que Kitty supiera.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
hola morra,...
ammm san siendo "hetero" deja absolutamente mucho que decaer en su apariencia,..
bueno cada una tiene su pasado y cicatrices que marcaron a mayor o menor capacidad no,..
a ver cuanto aguantan una con la otra???
nos vemos!!!
ammm san siendo "hetero" deja absolutamente mucho que decaer en su apariencia,..
bueno cada una tiene su pasado y cicatrices que marcaron a mayor o menor capacidad no,..
a ver cuanto aguantan una con la otra???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
Bueno muchas gracias, me encanta esta historia, la verdad prefiero las adaptaciones de libros lesbicos, no me gustan las de libros hetero, no logro adentrarme en ellos a no ser q sean adaptaciones g!p y q el g!p sea de Santana.
PD: gracias por actualizar :)
PD: gracias por actualizar :)
claudia1988* - Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 21/08/2016
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
ohhh muy pronto un encuentro y Britt realmente querra darle una disculpa o ira a provocar a Santana, ya le habran gustado sus piropos.
Me parece una excelente oportunidad de conocer al gatito......... no se porque pero puedo que ese animalito pueda jugar a favor de Santana, ademas San ya dejo ver que tambien tiene cicatrices pero que no se ha dejado vencer por ellas....
Me parece una excelente oportunidad de conocer al gatito......... no se porque pero puedo que ese animalito pueda jugar a favor de Santana, ademas San ya dejo ver que tambien tiene cicatrices pero que no se ha dejado vencer por ellas....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
3:) escribió:hola morra,...
ammm san siendo "hetero" deja absolutamente mucho que decaer en su apariencia,..
bueno cada una tiene su pasado y cicatrices que marcaron a mayor o menor capacidad no,..
a ver cuanto aguantan una con la otra???
nos vemos!!!
Hola lu, =O dices que lo es¿? =O problema ai, no¿? Mmmm siempre ai un pasado =/ el que no ai te tomar en cuenta aveces jajajajajaja. La nada misma... espero jajajajajaja. Saludos =D
claudia1988 escribió:Bueno muchas gracias, me encanta esta historia, la verdad prefiero las adaptaciones de libros lesbicos, no me gustan las de libros hetero, no logro adentrarme en ellos a no ser q sean adaptaciones g!p y q el g!p sea de Santana.
PD: gracias por actualizar :)
Hola, de nada, pero gracias a ti por leer y comentar! Jajajajaja bueno esos son mucho mas fáciles de adaptar la vrdd, pero casi no ai o son son "brittana" jajajajaa, si tienes alguno puedes decirme así lo puede ser brittana, no¿? ajajajajaja. Mis adaptaciones de libros hetero son son g!p xD pero no quita que los puedas leer de igual manera, no¿? ajajajajajaja.
Pd: de nada, pero como dije antes, gracias a ti por leer y más aun por comentar!
marthagr81@yahoo.es escribió:ohhh muy pronto un encuentro y Britt realmente querra darle una disculpa o ira a provocar a Santana, ya le habran gustado sus piropos.
Me parece una excelente oportunidad de conocer al gatito......... no se porque pero puedo que ese animalito pueda jugar a favor de Santana, ademas San ya dejo ver que tambien tiene cicatrices pero que no se ha dejado vencer por ellas....
Hola, jajajajajajajajaja para eso aquí te dejo el siguiente cap jajaajajajaja. Mmm sisis, osea xq no¿? ajajajajajaja. Ahora que los dices otra vez, yo tmbn lo pienso jajajajaajaja esperemos y sea así jajajajajajajaja. =/ siempre ai un pasado... Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 11
Capitulo 11
—Aún no he tenido la oportunidad de verlo—dijo Santana—Acabo de salir de la ducha.
—Bueno, tenías razón. Ella tiene algunos demonios—dijo Figgins.
Santana vaciló.
Le había dicho a Brittany que no leería el archivo, pero ahora Figgins le había tentado con eso de los demonios.
—Dame la versión corta—le dijo mientras se sentaba y abría su portátil, sonriendo a la pelota de pelos que de inmediato se unió a ella.
—Se suponía que ella y su equipo interceptarían un trato de drogas. Tenían a alguien infiltrado, habían trabajado en eso durante meses. Les tendieron una trampa. Su equipo cayó en una emboscada.
Santana leyó rápidamente a través del archivo, sintiendo una punzada de culpabilidad al hacerlo.
—Hubo una explosión y dos miembros de su equipo aterrizaron ante ella. Ella fue protegida de la ráfaga de fuego de armas automáticas que el resto de su equipo sufrió. Murieron 5.
—¿Protegida? Aquí dice que sufrió dos heridas.
Figgins aclaró su garganta.
—Protegida porque no murió—dijo él.
Santana sonreía a medida que leía.
—Wow. Le sacó su arma a su capitán ¿No es genial?
Figgins se echó a reír.
—Pensé que te gustaría esa parte.
—¿Por qué hay dos archivos?
—Uno es personal. No sabía cuánto querías. Uno de los miembros de su equipo, Erin Rogers…ellas eran amantes.
Santana vaciló, entonces decidió no abrirlo.
Perder a tu equipo era una cosa pero perder a tu amante era otra muy distinta.
No era de extrañar que Brittany Pierce no quisiera hablar de ello.
—Por lo que sé, Pierce estaba más comprometida en la relación que Rogers.
—¿Qué quieres decir?
—Oh, lee el archivo, López. No quiero entrar en todo eso y puede que incluso no sea relevante. Digamos que Rogers jugaba en el campo y Brittany Pierce no tenía ni idea.
—Grandioso. Así que ella está sufriendo la culpa de que su amante fue asesinada, pero su amante estaba…
—Durmiendo con otras cuatro mujeres.
—Maravilloso—rápidamente cerró la carpeta que había abierto.
Como Brittany le había dicho tan bruscamente…no era de su maldita incumbencia.
—Nunca descubrieron donde había estado la fuga, así que nadie fue procesado. Sin embargo, después de la escena con su capitán en la que le había amenazado con dispararle…bueno…fue relevada de sus funciones. La paso muy mal encontrando otro trabajo.
—Sin duda. Está bien, Figgins. Gracias. Luego lo leeré más a fondo—dijo ella.
—¿Algo nuevo sobre el caso?
—No ¿Collie?
—Sí. Pero se supone que él iba a llamarte para actualizarte. Al parecer, la escena del crimen en Tucson fue falsificada. La sangre no pertenecía a la víctima. El ADN correspondía a Sandy Reynolds, la estudiante de Flagstaff.
—El primer cuerpo encontrado. Nos está jodiendo.
—Sorprendente. Tú y Collie son más parecidos de lo que piensas. Él uso esas mismas palabras.
—No me insultes.
—En fin, se supone que se pondrá en contacto contigo. Y le hice saber sobre el archivo que le envié al forense de allá. No estaba contento contigo, pero el forense en Phoenix dijo que tendría resultados en uno o dos días.
—Está bien. Tengo los datos de los vertederos. Voy a empezar la alimentación de la información y ver qué sale.
—Mantenme informado.
Se sentó ahí durante unos minutos, escuchando el suave ronroneo del gato mientras le frotaba la cabeza.
Decidió que tener el gato era bueno para ella.
Traía una paz y tranquilidad a su vida que había estado extrañando.
Estaba a punto de levantarse para ver lo que tenía a mano para la cena cuando la alarma silenciosa parpadeó, señalando que alguien se aproximaba. Esperó sintiendo curiosidad por ver cuán cerca podría llegar alguien.
Era obvio que estaba ahí.
Su camioneta estaba justo afuera, las luces estaban encendidas. Entró en su pequeña oficina y encendió el monitor, sorprendida al ver a Brittany Pierce en el exterior.
Casi se echó a reír cuando Brittany dio varios pasos atrás al escuchar su advertencia, seguida por el sonido de la escopeta.
—¿Agente López? ¿Estás ahí?—dijo Brittany en voz alta.
—Trae pizza—miró al gato—¿Crees que debemos dejarla entrar?
—¿Santana? Te juro que si tienes una escopeta apuntándome voy a patearte el culo cuando entre.
Santana se echó a reír por eso, encendiendo el altavoz mientras apagaba la seguridad.
—Como si pudieras patearme el culo—dijo—La seguridad está desactivada. Vamos, entra—deslizó las puertas de su oficina y cerró con llave.
No que no se fiara de Brittany Pierce. Simplemente no estaba de humor para explicar todo el equipo.
—La única razón por la que te dejo entrar es por la pizza. Me muero de hambre—dijo cuando Brittany subió a bordo.
Brittany puso la pizza y la botella de vino en la mesa y miró a su alrededor.
—¿Qué demonios es esto?
—Hogar—dijo—En realidad, hogar y oficina.
—¿Una casa rodante? ¿El FBI tiene casas rodantes?
—Es un modelo experimental—dijo, el aroma tentador de la pizza hizo gruñir su estómago—¿Cómo me encontraste?
—Kitty Wilde. Fue muy protectora con tu ubicación. Sólo me dijo dónde estabas porque le dije que éramos compañeras en este caso—dijo girando el círculo—¿Vives aquí sola? ¿Y sólo viajas?
—Bueno, obviamente, si algo pasa en Nueva York, no conseguiré esa asignación. Estoy prácticamente relegada a los estados del oeste—un pequeño maullido atrajo su atención hacia el sofá—Y no vivo sola.
—Oh, Dios mío—dijo Brittany recogiendo el pequeño gatito—¿Tienes un gato? ¿Tú?
—¿Por qué no yo?
Brittany frotó su rostro contra el pelaje.
—No pareces del tipo.
—Solo me has conocido dos días—respondió Santana.
—Cierto. Y no pareces del tipo—Brittany sostuvo al gato bajo su barbilla—¿Cuál es su nombre?
Santana hizo una pausa.
—Gato.
—Gato? No puedes nombrarlo Gato.
La morena abrió el armario y sacó dos platos.
—Bueno, no estaba segura de quedármelo. Lo encontré en un área de descanso en Utah—dijo—Además, no sé si es niño o niña, así que no le he puesto un nombre—vio como Brittany le daba vuelta al gatito y levantaba su cola—¿Qué estás haciendo?
—Es una niña.
—¿Cómo lo sabes? ¿Es como si le faltaran piezas o algo así?
Brittany rió.
—No son como los perros. Pero confía en mí...es una niña—puso el gatito en el suelo—Teníamos una gata mamá cuando era pequeña. Cuando tuvo una camada, parte de la diversión era descubrir cuál era el sexo.
Le entregó a Brittany un plato con dos rebanadas de pizza cargadas con todo.
—No voy a discutir esa afirmación—sostuvo con fuerza la botella de vino mientras giraba el sacacorchos—Pero estoy muy contenta que sea una niña. Me he enamorado de ella. Creo que sólo sería incorrecto si se tratara de un niño—jaló amando el sonido del distintivo pop del corcho.
Brittany acercó los vasos y Santana llenó los dos.
—Toma el sofá—dijo la morena eligiendo su sillón reclinable.
El sofá no era más que un sofá de dos puestos. Santana había elegido tener un sillón reclinable en lugar de un sofá de tamaño completo consciente de que rara vez tendría visitantes y quería la comodidad del sillón.
—Esto es agradable. No es tan estrecho como había imaginado.
—Cuatro salas expansibles—explicó antes de tomar un bocado—Esto es grandioso—dijo con la boca llena—¿Qué estás haciendo aquí? Dudo que solo para traerme la cena.
—Pensé que te debía una disculpa.
—¿En serio? ¿Por qué? ¿Por llamarme perra presumida arrogante y rufián?
—No. Te lo merecías—dijo Brittany con una leve sonrisa—Me refiero a la forma en que te traté esta tarde.
—Oh ¿La parte de ignorarme y no hablarme?
—Sí.
—Bueno, obviamente dije algo que…
—Sabes lo que dijiste.
Santana asintió.
—Sí.
—¿Has leído mi expediente?
—No—dijo Santana.
Y en realidad no era una mentira.
Sólo había echado un vistazo a su expediente profesional. El expediente personal, no lo había abierto.
—¿Debería?
—Creo que he aceptado el hecho de que lo harás, sin tomar en cuenta si debes o no…—una vez más, una leve sonrisa—…Aunque dijiste que no lo harías. Ya sabes, la curiosidad y todo eso.
—Está bien. Entonces ¿quieres ser la que me cuente en lugar de que revise lo que dice el expediente?
—Sí—levantó su última rebanada de pizza—La pizza fue sólo una excusa—admitió—Y pensé que quizás tendrías tanta hambre como yo.
—¿Y el vino?
—Bueno, pensé que si tenías un par de vasos, podrías no ser tan crítica.
—¿Así que planeas una confesión completa? Entonces es posible que necesitemos dos botellas.
Permanecieron en silencio durante un minuto mientras ambas terminaban su pizza.
Santana estaba sorprendida de que el gatito estuviera ignorándola y por el contrario estuviera acurrucado contra la pierna de Brittany. Por supuesto, Brittany lo había recogido y mimado, obviamente, sabía cómo interactuar con el animal.
Santana, por otra parte, no tenía ni idea.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
Santana alejó sus ojos del gatito, asintiéndole a Brittany.
—Por supuesto.
—¿Por qué entraste en la oficina como lo hiciste ayer?
—¿Qué quieres decir?
—Entraste sin identificarte y me invitaste a cenar.
Santana sonrió.
—¿Quieres decir por qué no dije que era del FBI o por qué te invité a cenar?
—¿Por qué asumiste que cenaría contigo?
Santana se levantó, llevando los platos vacíos al fregadero y regresó con la botella de vino.
—Tenía toda la intención de identificarme y reunirme con Will…—dijo.
Vaciló si debía decirle a Brittany la verdad, pero tenía miedo de que viera a través de una mentira casual, continua:
—Cuando te vi, de alguna manera olvidé por qué estaba ahí. Tu cabello estaba todo desordenado…—dijo señalándolo—…Y tenías esa mirada salvaje en tus ojos—se sentó nuevamente—Así que el lado arrogante y vanidoso se apoderó de mí—sonrió—Hice mi mejor esfuerzo.
—¿Y simplemente asumiste que caería rendida ante ti?
—Bueno, todavía me debes cien dólares. Supongo que si caíste ante mí.
—Estás completamente loca si piensas que ese pequeño truco te hizo ganar la apuesta.
Santana se recostó en su sillón, disfrutando la conversación, pero preguntándose si Brittany estaba haciendo tiempo.
Brittany debió haber sentido su cuestionamiento ya que también se echó hacia atrás con un profundo suspiro.
—Trabajé…en narcóticos…—dijo finalmente—…Habíamos infiltrado a alguien, nos llevó meses para que él estableciera una relación con el proveedor. Seis de nosotros entramos. Éramos...éramos muy cercanos. Todos nosotros. Éramos un buen equipo—levantó la mirada encontrándose con los ojos de Santana—Nos tendieron una emboscada. Fui la única que sobrevivió—apartó la mirada rápidamente—Mark, Mark era mi mejor amigo, pasamos juntos por la academia. Y Erin, ella era mi compañera.
Santana vio las lágrimas y se inclinó hacia adelante.
—¿Y amante?
Brittany asintió.
—Sí. Estúpido, lo sé. Nunca, nunca te involucres con tu pareja ¿Cuántas veces hemos oído eso?
—Sí. Es una buena regla. Está ahí por una razón. Pero probablemente la regla que uno rompe con más frecuencia—esperó unos segundos, al ver la mirada perdida en los ojos de Brittany.
Se compadeció de ella, realmente lo hizo.
Había estado ahí.
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntas?
—Alrededor de un año.
—¿También vivieron juntas?
—No. No lo hicimos. No queríamos provocar cuestionamientos.
Santana asintió.
Eso también le había facilitado a Erin Rogers salir con otras mujeres al mismo tiempo. Se preguntaba si esas otras mujeres se habían sentido tan afligidas como Brittany.
—Eso no le restaba importancia a lo que teníamos—continuó como si Santana estuviera cuestionándolo.
O tal vez era Brittany quien estaba cuestionándolo solo que su culpa no se lo permitía.
—No, no lo hace—dijo Santana—¿Fuiste herida?—preguntó.
—Sí. No mucho—sus ojos se cerraron y Santana asumió que de ahí provenía la verdadera culpa.
El hecho de que ella hubiera sido protegida por su equipo moribundo.
—Hubo una explosión inicial y dos de ellos…Kevin y Mitch…fueron arrojados sobre mí. Lo que la bomba no hizo, lo hicieron las armas automáticas. No creo que se hayan detenido ni por un segundo. No podía creer que todavía estaba viva. Fue increíble que sólo recibiera dos tiros. Uno en la pierna y uno en el hombro, donde el chaleco no me cubrió—deslizó lentamente los dedos por su cabello, tratando de domesticarlo—Sacaron siete balas de mi chaleco.
—¿Cuando apareció el refuerzo?
Brittany regresó su mirada hacia ella, con su mirada muy lejos nuevamente.
—Ellos vinieron de inmediato, pero ya era demasiado tarde. Todos estaban muertos, los tiradores escaparon—se encogió de hombros—Nunca se volvieron a ver.
Santana esperó que Brittany ordenara sus pensamientos, no quería presionarla.
—Simplemente quedé atrás para llorar…—dijo finalmente—…Mi equipo…ellos eran mis amigos más cercanos. Ni siquiera pude estar allí para la esposa de Mark cuando más me necesitó. Nadie fuera de mi equipo sabía que Erin y yo estábamos juntas, así que...—dijo, su voz apagándose.
Santana se preguntaba si aliviaría un poco la culpa de Brittany si ella supiera la verdad sobre Erin. Fuera así o no, decidió que no le correspondía decírselo.
Todo lo que tenía eran palabras en un expediente.
Brittany había tenido una vida con esta mujer.
—En fin…hice algo muy, muy estúpido.
—Todos hacemos cosas estúpidas cuando dejamos que nuestras emociones tomen el control. No sé si alguien podría ser racional después de eso.
—Nadie tenía respuestas para mí. Nadie sabía cómo el narcotraficante había sido advertido. Nadie estaba destrozando el departamento, en busca de la fuga—levantó su vaso—¿Puedo tener un poco más?
—Por supuesto—Santana lo llenó casi hasta la parte superior al notar el temblor de la mano de Brittany.
—Cuando leas mi expediente verás que saqué mi arma en contra de mi capitán. No sólo eso, lo amenacé con pegarle un tiro.
Santana no pudo evitar reírse y lo lamentó inmediatamente tan pronto como lo hizo.
—No es gracioso, lo sé. Es sólo que...he estado ahí—dijo Santana—Dos veces.
—¿Amenazaste con disparar a un superior?
Santana sonrió y arqueó una ceja.
—Oh, Dios mío ¿Les disparaste?
—Sólo le disparé a uno de ellos, pero se lo merecía. El otro, bueno, eventualmente vio las cosas a mi manera.
—¿En cuántos problemas te metiste?
—Mi castigo fue una misión que nadie quería. Me enviaron al desierto durante tres meses con suficientes provisiones para una semana. Creo que sólo me bañé cuatro veces durante esos meses.
—Asqueroso.
—Sí. Pero volvamos contigo…—dijo—…Esos tres meses es algo en lo que no quiero pensar—volvió a llenar su propia copa—¿Qué pasó con tu capitán?
—Bueno, obviamente, realmente no le dispare. Y por lo que había pasado, no tomaron ninguna acción legal contra mí. De hecho, no fue divulgado en absoluto.
—¿Pero te despidieron?
—Oh, sí. No importaba. No podría haber trabajado de todos modos. No estaba en el estado de ánimo adecuado.
—¿Y ahora lo estás?
—Sí.
—¿Terapia?
—Sí. Al principio. Pero en realidad no estaba ayudando. O al menos pensaba que no lo hacía—frotó el pelaje del gatito, una sonrisa apareció en su rostro cuando escuchó el fuerte ronroneo—Comencé a escalar, salir de la ciudad a un lugar donde pudiera estar sola, donde no hubieran distracciones. Entonces vi a este sujeto haciendo Tai Chi. Estuve fascinada por él. Así que empecé a estudiarlo, aprendí acerca de la meditación y sobre el enfoque interno—hizo una pausa para mirar a Santana—Fue increíble como pude alejarme, casi como dejar mi cuerpo atrás mientras hacía un viaje espiritual—sonrió—Probablemente piensas que suena tonto. Sé que yo lo pensaría, si no me hubiera pasado a mí.
—No, no en absoluto. Estoy familiarizada con el Tai Chi. De hecho, practiqué un poco, pero me quedé con el Tae Kwon Do e incluso el karate.
—¿Todavía practicas?
Santana negó con la cabeza.
—No. En el ejército tuve que usar mis habilidades como arma. Dejó de ser un arte.
—¿Has matado con tus manos?—preguntó.
Santana la miró a los ojos sin parpadear.
—Eso es clasificado—dijo en voz baja, sabiendo que Brittany lo tomaría como una afirmación a su pregunta.
—Lo siento.
—No es necesario. Como dije esta mañana, todos tenemos esqueletos, todos tenemos que vivir con cicatrices.
—Háblame de las tuyas…—instó Brittany.
Santana rió a medias.
—¿Cuál de ellas?
—¿Hay tantas?
—Sólo he tenido algunos rasguños en mi tiempo.
—¿Es clasificado?
—Algunos, sí.
—¿Qué hiciste en el ejército?
Sí, ¿qué hiciste Santana?
¿Francotiradora?
¿Secuestradora?
¿Mentir y engañar?
¿Asesina?
¿Espía?
No es tan halagador cuando piensas en ello de esa manera, supuso.
—Operaciones especiales—dijo Santana.
—Eso es vago.
—Sí.
—Háblame de las cicatrices—dijo Brittany nuevamente.
—Cicatrices de batalla. Nada más.
—¿Alguna vez has perdido un compañero? ¿Una amante?
Santana asintió.
—Una vez, sí—tragó saliva—Fue mi culpa.
—Cuéntamelo.
—¿Por qué? ¿Eso te ayudaría?
—No. Pero podría ayudarte a ti.
—¿Crees que necesito ayuda?
—Te he conocido dos días. Pareces...intacta—dijo—O tal vez tu valentía y arrogancia son una cubierta.
—Sucedió hace mucho tiempo, Brittany. Dudo que todavía albergue la culpa por ello. No después de...bueno, no después de todo lo que he hecho.
Santana siempre había estado orgullosa de servir a su país, pero nunca había estado orgullosa de algunas de las cosas que había tenido que hacer.
Como matar.
—¿Eras policía militar o…?
—Mira, en realidad, la mayoría de mis misiones son clasificadas.
—¿Pero estás retirada?
—Sí. Quise irme. Ellos no estaban dispuestos a dejar ir.
—¿Así que el FBI?
—Fue un compromiso—dijo evasivamente.
Era básicamente la verdad.
O era eso o dejar su carrera a una edad relativamente joven.
Supo después de su última asignación, en Darfur, que había llegado al final. Se había convertido en nada más que una asesina. Eliminar la vida de objetivos como francotiradora de largo alcance era algo difícil con que lidiar.
Sin embargo, planificar y calcular el asesinato de tres oficiales de gobierno de un país hostil…y seguir adelante con eso…era otra cosa muy distinta.
—No te gusta hablar de ti misma ¿verdad?
—Tampoco tú—respondió la morena.
Brittany asintió, tomando nota del enfrentamiento. Después de unos minutos, preguntó.
—Entonces, ¿cuál es el plan?
Santana no había creído que ella cambiaría de tema tan fácilmente o renunciaría a su interrogatorio sin luchar. Estaba agradecida de que Brittany lo hubiera hecho.
Tomando en cuenta todas las excavaciones que había hecho en el pasado de Brittany, no tenía el deseo de corresponder y compartir los detalles de su propio pasado miserable.
—Voy a introducir la información de los sitios en algunas de las ecuaciones que tengo. Sin embargo, realmente no creo que haya suficiente información para establecer algún tipo de patrón.
—¿Lo que significa que tendremos que esperar por más cuerpos?
—Sí. Y Collie no está muy cerca de tener una escena del crimen. La sangre encontrada en el apartamento de la tercera víctima…
—¿La de Tucson?
—Sí. Angela Myers era su nombre. En fin, la sangre no era suya. Era del primer cuerpo que ustedes encontraron, Sandy Reynolds.
Brittany se puso de pie, paseándose lo mejor que pudo en el espacio pequeño.
—Así que eso significa que él la secuestró y luego la mató.
—Y quiere asegurarse que sepamos que los asesinatos están vinculados.
Brittany se alejó, luego se volteó, volviendo sobre sus pasos.
—Lo siento, pienso mejor cuando camino.
—No hay problema.
—Estoy tratando de recordar. El archivo que recopilé… ¿no había un grupo de homicidios donde nunca encontraron la escena del crimen? ¿En Alabama, tal vez?
Santana buscó su laptop.
—Creo que tienes razón. Todas eran estudiantes. Abandonadas en el bosque.
—Sí. No todos los asesinatos involucraban estudiantes universitarias. Pero parecía que en cada grupo de asesinatos, por lo menos una era estudiante.
Santana abrió el archivo y buscó, encontrando la sección de la que Brittany estaba hablando.
—Aquí—dijo haciendo un gesto para que Brittany se acercara—Pondville, Alabama.
Brittany se inclinó sobre su hombro, leyendo.
—Sí. Cinco meses después de los asesinatos de Birmingham. Esas mujeres fueron encontradas asesinadas en su apartamento, dejando la escena del crimen completamente limpia y ordenada.
—Luego, cinco meses más tarde, se trasladó a Tuscaloosa, secuestrando cuatro mujeres, matándolas…esas escenas del crimen nunca fueron encontradas…y sus cuerpos fueron desechados en el bosque cerca de Pondville.
Brittany se enderezó.
—¿Por qué demonios Collie pensaba que esto estaba muy lejos del jardín izquierdo? Es un patrón perfecto.
Santana asintió.
—Creo que tienes razón. Pero aún no he tenido oportunidad de hacer algo con esta información. Debería pasársela a los frikis que escribieron estos programas y ver lo que pueden hacer con ella. Mi entrenamiento está dirigido a cifras concretas, números, lugares, ese tipo de cosas—explicó.
Brittany puso las manos en sus caderas.
—¿En serio? ¿Viajas por los alrededores en esta cosa, este ordenador móvil y sólo introduces información en las ecuaciones? ¿Ese es tú trabajo?
—Supongo que estás diciendo eso con envidia. Como, wow, qué trabajo más cómodo.
—Lo digo como, wow, qué trabajo tan aburrido.
Santana no se sintió en absoluto ofendida por el comentario.
—Después de todo lo que he hecho en nombre de...la democracia, algo que bordee lo aburrido es un alivio.
—¿Y los sujetos como Collie se quedan con toda la diversión?
—Bueno, como he dicho, ya he tenido mi parte de diversión.
—Bueno, tenías razón. Ella tiene algunos demonios—dijo Figgins.
Santana vaciló.
Le había dicho a Brittany que no leería el archivo, pero ahora Figgins le había tentado con eso de los demonios.
—Dame la versión corta—le dijo mientras se sentaba y abría su portátil, sonriendo a la pelota de pelos que de inmediato se unió a ella.
—Se suponía que ella y su equipo interceptarían un trato de drogas. Tenían a alguien infiltrado, habían trabajado en eso durante meses. Les tendieron una trampa. Su equipo cayó en una emboscada.
Santana leyó rápidamente a través del archivo, sintiendo una punzada de culpabilidad al hacerlo.
—Hubo una explosión y dos miembros de su equipo aterrizaron ante ella. Ella fue protegida de la ráfaga de fuego de armas automáticas que el resto de su equipo sufrió. Murieron 5.
—¿Protegida? Aquí dice que sufrió dos heridas.
Figgins aclaró su garganta.
—Protegida porque no murió—dijo él.
Santana sonreía a medida que leía.
—Wow. Le sacó su arma a su capitán ¿No es genial?
Figgins se echó a reír.
—Pensé que te gustaría esa parte.
—¿Por qué hay dos archivos?
—Uno es personal. No sabía cuánto querías. Uno de los miembros de su equipo, Erin Rogers…ellas eran amantes.
Santana vaciló, entonces decidió no abrirlo.
Perder a tu equipo era una cosa pero perder a tu amante era otra muy distinta.
No era de extrañar que Brittany Pierce no quisiera hablar de ello.
—Por lo que sé, Pierce estaba más comprometida en la relación que Rogers.
—¿Qué quieres decir?
—Oh, lee el archivo, López. No quiero entrar en todo eso y puede que incluso no sea relevante. Digamos que Rogers jugaba en el campo y Brittany Pierce no tenía ni idea.
—Grandioso. Así que ella está sufriendo la culpa de que su amante fue asesinada, pero su amante estaba…
—Durmiendo con otras cuatro mujeres.
—Maravilloso—rápidamente cerró la carpeta que había abierto.
Como Brittany le había dicho tan bruscamente…no era de su maldita incumbencia.
—Nunca descubrieron donde había estado la fuga, así que nadie fue procesado. Sin embargo, después de la escena con su capitán en la que le había amenazado con dispararle…bueno…fue relevada de sus funciones. La paso muy mal encontrando otro trabajo.
—Sin duda. Está bien, Figgins. Gracias. Luego lo leeré más a fondo—dijo ella.
—¿Algo nuevo sobre el caso?
—No ¿Collie?
—Sí. Pero se supone que él iba a llamarte para actualizarte. Al parecer, la escena del crimen en Tucson fue falsificada. La sangre no pertenecía a la víctima. El ADN correspondía a Sandy Reynolds, la estudiante de Flagstaff.
—El primer cuerpo encontrado. Nos está jodiendo.
—Sorprendente. Tú y Collie son más parecidos de lo que piensas. Él uso esas mismas palabras.
—No me insultes.
—En fin, se supone que se pondrá en contacto contigo. Y le hice saber sobre el archivo que le envié al forense de allá. No estaba contento contigo, pero el forense en Phoenix dijo que tendría resultados en uno o dos días.
—Está bien. Tengo los datos de los vertederos. Voy a empezar la alimentación de la información y ver qué sale.
—Mantenme informado.
Se sentó ahí durante unos minutos, escuchando el suave ronroneo del gato mientras le frotaba la cabeza.
Decidió que tener el gato era bueno para ella.
Traía una paz y tranquilidad a su vida que había estado extrañando.
Estaba a punto de levantarse para ver lo que tenía a mano para la cena cuando la alarma silenciosa parpadeó, señalando que alguien se aproximaba. Esperó sintiendo curiosidad por ver cuán cerca podría llegar alguien.
Era obvio que estaba ahí.
Su camioneta estaba justo afuera, las luces estaban encendidas. Entró en su pequeña oficina y encendió el monitor, sorprendida al ver a Brittany Pierce en el exterior.
Casi se echó a reír cuando Brittany dio varios pasos atrás al escuchar su advertencia, seguida por el sonido de la escopeta.
—¿Agente López? ¿Estás ahí?—dijo Brittany en voz alta.
—Trae pizza—miró al gato—¿Crees que debemos dejarla entrar?
—¿Santana? Te juro que si tienes una escopeta apuntándome voy a patearte el culo cuando entre.
Santana se echó a reír por eso, encendiendo el altavoz mientras apagaba la seguridad.
—Como si pudieras patearme el culo—dijo—La seguridad está desactivada. Vamos, entra—deslizó las puertas de su oficina y cerró con llave.
No que no se fiara de Brittany Pierce. Simplemente no estaba de humor para explicar todo el equipo.
—La única razón por la que te dejo entrar es por la pizza. Me muero de hambre—dijo cuando Brittany subió a bordo.
Brittany puso la pizza y la botella de vino en la mesa y miró a su alrededor.
—¿Qué demonios es esto?
—Hogar—dijo—En realidad, hogar y oficina.
—¿Una casa rodante? ¿El FBI tiene casas rodantes?
—Es un modelo experimental—dijo, el aroma tentador de la pizza hizo gruñir su estómago—¿Cómo me encontraste?
—Kitty Wilde. Fue muy protectora con tu ubicación. Sólo me dijo dónde estabas porque le dije que éramos compañeras en este caso—dijo girando el círculo—¿Vives aquí sola? ¿Y sólo viajas?
—Bueno, obviamente, si algo pasa en Nueva York, no conseguiré esa asignación. Estoy prácticamente relegada a los estados del oeste—un pequeño maullido atrajo su atención hacia el sofá—Y no vivo sola.
—Oh, Dios mío—dijo Brittany recogiendo el pequeño gatito—¿Tienes un gato? ¿Tú?
—¿Por qué no yo?
Brittany frotó su rostro contra el pelaje.
—No pareces del tipo.
—Solo me has conocido dos días—respondió Santana.
—Cierto. Y no pareces del tipo—Brittany sostuvo al gato bajo su barbilla—¿Cuál es su nombre?
Santana hizo una pausa.
—Gato.
—Gato? No puedes nombrarlo Gato.
La morena abrió el armario y sacó dos platos.
—Bueno, no estaba segura de quedármelo. Lo encontré en un área de descanso en Utah—dijo—Además, no sé si es niño o niña, así que no le he puesto un nombre—vio como Brittany le daba vuelta al gatito y levantaba su cola—¿Qué estás haciendo?
—Es una niña.
—¿Cómo lo sabes? ¿Es como si le faltaran piezas o algo así?
Brittany rió.
—No son como los perros. Pero confía en mí...es una niña—puso el gatito en el suelo—Teníamos una gata mamá cuando era pequeña. Cuando tuvo una camada, parte de la diversión era descubrir cuál era el sexo.
Le entregó a Brittany un plato con dos rebanadas de pizza cargadas con todo.
—No voy a discutir esa afirmación—sostuvo con fuerza la botella de vino mientras giraba el sacacorchos—Pero estoy muy contenta que sea una niña. Me he enamorado de ella. Creo que sólo sería incorrecto si se tratara de un niño—jaló amando el sonido del distintivo pop del corcho.
Brittany acercó los vasos y Santana llenó los dos.
—Toma el sofá—dijo la morena eligiendo su sillón reclinable.
El sofá no era más que un sofá de dos puestos. Santana había elegido tener un sillón reclinable en lugar de un sofá de tamaño completo consciente de que rara vez tendría visitantes y quería la comodidad del sillón.
—Esto es agradable. No es tan estrecho como había imaginado.
—Cuatro salas expansibles—explicó antes de tomar un bocado—Esto es grandioso—dijo con la boca llena—¿Qué estás haciendo aquí? Dudo que solo para traerme la cena.
—Pensé que te debía una disculpa.
—¿En serio? ¿Por qué? ¿Por llamarme perra presumida arrogante y rufián?
—No. Te lo merecías—dijo Brittany con una leve sonrisa—Me refiero a la forma en que te traté esta tarde.
—Oh ¿La parte de ignorarme y no hablarme?
—Sí.
—Bueno, obviamente dije algo que…
—Sabes lo que dijiste.
Santana asintió.
—Sí.
—¿Has leído mi expediente?
—No—dijo Santana.
Y en realidad no era una mentira.
Sólo había echado un vistazo a su expediente profesional. El expediente personal, no lo había abierto.
—¿Debería?
—Creo que he aceptado el hecho de que lo harás, sin tomar en cuenta si debes o no…—una vez más, una leve sonrisa—…Aunque dijiste que no lo harías. Ya sabes, la curiosidad y todo eso.
—Está bien. Entonces ¿quieres ser la que me cuente en lugar de que revise lo que dice el expediente?
—Sí—levantó su última rebanada de pizza—La pizza fue sólo una excusa—admitió—Y pensé que quizás tendrías tanta hambre como yo.
—¿Y el vino?
—Bueno, pensé que si tenías un par de vasos, podrías no ser tan crítica.
—¿Así que planeas una confesión completa? Entonces es posible que necesitemos dos botellas.
Permanecieron en silencio durante un minuto mientras ambas terminaban su pizza.
Santana estaba sorprendida de que el gatito estuviera ignorándola y por el contrario estuviera acurrucado contra la pierna de Brittany. Por supuesto, Brittany lo había recogido y mimado, obviamente, sabía cómo interactuar con el animal.
Santana, por otra parte, no tenía ni idea.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
Santana alejó sus ojos del gatito, asintiéndole a Brittany.
—Por supuesto.
—¿Por qué entraste en la oficina como lo hiciste ayer?
—¿Qué quieres decir?
—Entraste sin identificarte y me invitaste a cenar.
Santana sonrió.
—¿Quieres decir por qué no dije que era del FBI o por qué te invité a cenar?
—¿Por qué asumiste que cenaría contigo?
Santana se levantó, llevando los platos vacíos al fregadero y regresó con la botella de vino.
—Tenía toda la intención de identificarme y reunirme con Will…—dijo.
Vaciló si debía decirle a Brittany la verdad, pero tenía miedo de que viera a través de una mentira casual, continua:
—Cuando te vi, de alguna manera olvidé por qué estaba ahí. Tu cabello estaba todo desordenado…—dijo señalándolo—…Y tenías esa mirada salvaje en tus ojos—se sentó nuevamente—Así que el lado arrogante y vanidoso se apoderó de mí—sonrió—Hice mi mejor esfuerzo.
—¿Y simplemente asumiste que caería rendida ante ti?
—Bueno, todavía me debes cien dólares. Supongo que si caíste ante mí.
—Estás completamente loca si piensas que ese pequeño truco te hizo ganar la apuesta.
Santana se recostó en su sillón, disfrutando la conversación, pero preguntándose si Brittany estaba haciendo tiempo.
Brittany debió haber sentido su cuestionamiento ya que también se echó hacia atrás con un profundo suspiro.
—Trabajé…en narcóticos…—dijo finalmente—…Habíamos infiltrado a alguien, nos llevó meses para que él estableciera una relación con el proveedor. Seis de nosotros entramos. Éramos...éramos muy cercanos. Todos nosotros. Éramos un buen equipo—levantó la mirada encontrándose con los ojos de Santana—Nos tendieron una emboscada. Fui la única que sobrevivió—apartó la mirada rápidamente—Mark, Mark era mi mejor amigo, pasamos juntos por la academia. Y Erin, ella era mi compañera.
Santana vio las lágrimas y se inclinó hacia adelante.
—¿Y amante?
Brittany asintió.
—Sí. Estúpido, lo sé. Nunca, nunca te involucres con tu pareja ¿Cuántas veces hemos oído eso?
—Sí. Es una buena regla. Está ahí por una razón. Pero probablemente la regla que uno rompe con más frecuencia—esperó unos segundos, al ver la mirada perdida en los ojos de Brittany.
Se compadeció de ella, realmente lo hizo.
Había estado ahí.
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntas?
—Alrededor de un año.
—¿También vivieron juntas?
—No. No lo hicimos. No queríamos provocar cuestionamientos.
Santana asintió.
Eso también le había facilitado a Erin Rogers salir con otras mujeres al mismo tiempo. Se preguntaba si esas otras mujeres se habían sentido tan afligidas como Brittany.
—Eso no le restaba importancia a lo que teníamos—continuó como si Santana estuviera cuestionándolo.
O tal vez era Brittany quien estaba cuestionándolo solo que su culpa no se lo permitía.
—No, no lo hace—dijo Santana—¿Fuiste herida?—preguntó.
—Sí. No mucho—sus ojos se cerraron y Santana asumió que de ahí provenía la verdadera culpa.
El hecho de que ella hubiera sido protegida por su equipo moribundo.
—Hubo una explosión inicial y dos de ellos…Kevin y Mitch…fueron arrojados sobre mí. Lo que la bomba no hizo, lo hicieron las armas automáticas. No creo que se hayan detenido ni por un segundo. No podía creer que todavía estaba viva. Fue increíble que sólo recibiera dos tiros. Uno en la pierna y uno en el hombro, donde el chaleco no me cubrió—deslizó lentamente los dedos por su cabello, tratando de domesticarlo—Sacaron siete balas de mi chaleco.
—¿Cuando apareció el refuerzo?
Brittany regresó su mirada hacia ella, con su mirada muy lejos nuevamente.
—Ellos vinieron de inmediato, pero ya era demasiado tarde. Todos estaban muertos, los tiradores escaparon—se encogió de hombros—Nunca se volvieron a ver.
Santana esperó que Brittany ordenara sus pensamientos, no quería presionarla.
—Simplemente quedé atrás para llorar…—dijo finalmente—…Mi equipo…ellos eran mis amigos más cercanos. Ni siquiera pude estar allí para la esposa de Mark cuando más me necesitó. Nadie fuera de mi equipo sabía que Erin y yo estábamos juntas, así que...—dijo, su voz apagándose.
Santana se preguntaba si aliviaría un poco la culpa de Brittany si ella supiera la verdad sobre Erin. Fuera así o no, decidió que no le correspondía decírselo.
Todo lo que tenía eran palabras en un expediente.
Brittany había tenido una vida con esta mujer.
—En fin…hice algo muy, muy estúpido.
—Todos hacemos cosas estúpidas cuando dejamos que nuestras emociones tomen el control. No sé si alguien podría ser racional después de eso.
—Nadie tenía respuestas para mí. Nadie sabía cómo el narcotraficante había sido advertido. Nadie estaba destrozando el departamento, en busca de la fuga—levantó su vaso—¿Puedo tener un poco más?
—Por supuesto—Santana lo llenó casi hasta la parte superior al notar el temblor de la mano de Brittany.
—Cuando leas mi expediente verás que saqué mi arma en contra de mi capitán. No sólo eso, lo amenacé con pegarle un tiro.
Santana no pudo evitar reírse y lo lamentó inmediatamente tan pronto como lo hizo.
—No es gracioso, lo sé. Es sólo que...he estado ahí—dijo Santana—Dos veces.
—¿Amenazaste con disparar a un superior?
Santana sonrió y arqueó una ceja.
—Oh, Dios mío ¿Les disparaste?
—Sólo le disparé a uno de ellos, pero se lo merecía. El otro, bueno, eventualmente vio las cosas a mi manera.
—¿En cuántos problemas te metiste?
—Mi castigo fue una misión que nadie quería. Me enviaron al desierto durante tres meses con suficientes provisiones para una semana. Creo que sólo me bañé cuatro veces durante esos meses.
—Asqueroso.
—Sí. Pero volvamos contigo…—dijo—…Esos tres meses es algo en lo que no quiero pensar—volvió a llenar su propia copa—¿Qué pasó con tu capitán?
—Bueno, obviamente, realmente no le dispare. Y por lo que había pasado, no tomaron ninguna acción legal contra mí. De hecho, no fue divulgado en absoluto.
—¿Pero te despidieron?
—Oh, sí. No importaba. No podría haber trabajado de todos modos. No estaba en el estado de ánimo adecuado.
—¿Y ahora lo estás?
—Sí.
—¿Terapia?
—Sí. Al principio. Pero en realidad no estaba ayudando. O al menos pensaba que no lo hacía—frotó el pelaje del gatito, una sonrisa apareció en su rostro cuando escuchó el fuerte ronroneo—Comencé a escalar, salir de la ciudad a un lugar donde pudiera estar sola, donde no hubieran distracciones. Entonces vi a este sujeto haciendo Tai Chi. Estuve fascinada por él. Así que empecé a estudiarlo, aprendí acerca de la meditación y sobre el enfoque interno—hizo una pausa para mirar a Santana—Fue increíble como pude alejarme, casi como dejar mi cuerpo atrás mientras hacía un viaje espiritual—sonrió—Probablemente piensas que suena tonto. Sé que yo lo pensaría, si no me hubiera pasado a mí.
—No, no en absoluto. Estoy familiarizada con el Tai Chi. De hecho, practiqué un poco, pero me quedé con el Tae Kwon Do e incluso el karate.
—¿Todavía practicas?
Santana negó con la cabeza.
—No. En el ejército tuve que usar mis habilidades como arma. Dejó de ser un arte.
—¿Has matado con tus manos?—preguntó.
Santana la miró a los ojos sin parpadear.
—Eso es clasificado—dijo en voz baja, sabiendo que Brittany lo tomaría como una afirmación a su pregunta.
—Lo siento.
—No es necesario. Como dije esta mañana, todos tenemos esqueletos, todos tenemos que vivir con cicatrices.
—Háblame de las tuyas…—instó Brittany.
Santana rió a medias.
—¿Cuál de ellas?
—¿Hay tantas?
—Sólo he tenido algunos rasguños en mi tiempo.
—¿Es clasificado?
—Algunos, sí.
—¿Qué hiciste en el ejército?
Sí, ¿qué hiciste Santana?
¿Francotiradora?
¿Secuestradora?
¿Mentir y engañar?
¿Asesina?
¿Espía?
No es tan halagador cuando piensas en ello de esa manera, supuso.
—Operaciones especiales—dijo Santana.
—Eso es vago.
—Sí.
—Háblame de las cicatrices—dijo Brittany nuevamente.
—Cicatrices de batalla. Nada más.
—¿Alguna vez has perdido un compañero? ¿Una amante?
Santana asintió.
—Una vez, sí—tragó saliva—Fue mi culpa.
—Cuéntamelo.
—¿Por qué? ¿Eso te ayudaría?
—No. Pero podría ayudarte a ti.
—¿Crees que necesito ayuda?
—Te he conocido dos días. Pareces...intacta—dijo—O tal vez tu valentía y arrogancia son una cubierta.
—Sucedió hace mucho tiempo, Brittany. Dudo que todavía albergue la culpa por ello. No después de...bueno, no después de todo lo que he hecho.
Santana siempre había estado orgullosa de servir a su país, pero nunca había estado orgullosa de algunas de las cosas que había tenido que hacer.
Como matar.
—¿Eras policía militar o…?
—Mira, en realidad, la mayoría de mis misiones son clasificadas.
—¿Pero estás retirada?
—Sí. Quise irme. Ellos no estaban dispuestos a dejar ir.
—¿Así que el FBI?
—Fue un compromiso—dijo evasivamente.
Era básicamente la verdad.
O era eso o dejar su carrera a una edad relativamente joven.
Supo después de su última asignación, en Darfur, que había llegado al final. Se había convertido en nada más que una asesina. Eliminar la vida de objetivos como francotiradora de largo alcance era algo difícil con que lidiar.
Sin embargo, planificar y calcular el asesinato de tres oficiales de gobierno de un país hostil…y seguir adelante con eso…era otra cosa muy distinta.
—No te gusta hablar de ti misma ¿verdad?
—Tampoco tú—respondió la morena.
Brittany asintió, tomando nota del enfrentamiento. Después de unos minutos, preguntó.
—Entonces, ¿cuál es el plan?
Santana no había creído que ella cambiaría de tema tan fácilmente o renunciaría a su interrogatorio sin luchar. Estaba agradecida de que Brittany lo hubiera hecho.
Tomando en cuenta todas las excavaciones que había hecho en el pasado de Brittany, no tenía el deseo de corresponder y compartir los detalles de su propio pasado miserable.
—Voy a introducir la información de los sitios en algunas de las ecuaciones que tengo. Sin embargo, realmente no creo que haya suficiente información para establecer algún tipo de patrón.
—¿Lo que significa que tendremos que esperar por más cuerpos?
—Sí. Y Collie no está muy cerca de tener una escena del crimen. La sangre encontrada en el apartamento de la tercera víctima…
—¿La de Tucson?
—Sí. Angela Myers era su nombre. En fin, la sangre no era suya. Era del primer cuerpo que ustedes encontraron, Sandy Reynolds.
Brittany se puso de pie, paseándose lo mejor que pudo en el espacio pequeño.
—Así que eso significa que él la secuestró y luego la mató.
—Y quiere asegurarse que sepamos que los asesinatos están vinculados.
Brittany se alejó, luego se volteó, volviendo sobre sus pasos.
—Lo siento, pienso mejor cuando camino.
—No hay problema.
—Estoy tratando de recordar. El archivo que recopilé… ¿no había un grupo de homicidios donde nunca encontraron la escena del crimen? ¿En Alabama, tal vez?
Santana buscó su laptop.
—Creo que tienes razón. Todas eran estudiantes. Abandonadas en el bosque.
—Sí. No todos los asesinatos involucraban estudiantes universitarias. Pero parecía que en cada grupo de asesinatos, por lo menos una era estudiante.
Santana abrió el archivo y buscó, encontrando la sección de la que Brittany estaba hablando.
—Aquí—dijo haciendo un gesto para que Brittany se acercara—Pondville, Alabama.
Brittany se inclinó sobre su hombro, leyendo.
—Sí. Cinco meses después de los asesinatos de Birmingham. Esas mujeres fueron encontradas asesinadas en su apartamento, dejando la escena del crimen completamente limpia y ordenada.
—Luego, cinco meses más tarde, se trasladó a Tuscaloosa, secuestrando cuatro mujeres, matándolas…esas escenas del crimen nunca fueron encontradas…y sus cuerpos fueron desechados en el bosque cerca de Pondville.
Brittany se enderezó.
—¿Por qué demonios Collie pensaba que esto estaba muy lejos del jardín izquierdo? Es un patrón perfecto.
Santana asintió.
—Creo que tienes razón. Pero aún no he tenido oportunidad de hacer algo con esta información. Debería pasársela a los frikis que escribieron estos programas y ver lo que pueden hacer con ella. Mi entrenamiento está dirigido a cifras concretas, números, lugares, ese tipo de cosas—explicó.
Brittany puso las manos en sus caderas.
—¿En serio? ¿Viajas por los alrededores en esta cosa, este ordenador móvil y sólo introduces información en las ecuaciones? ¿Ese es tú trabajo?
—Supongo que estás diciendo eso con envidia. Como, wow, qué trabajo más cómodo.
—Lo digo como, wow, qué trabajo tan aburrido.
Santana no se sintió en absoluto ofendida por el comentario.
—Después de todo lo que he hecho en nombre de...la democracia, algo que bordee lo aburrido es un alivio.
—¿Y los sujetos como Collie se quedan con toda la diversión?
—Bueno, como he dicho, ya he tenido mi parte de diversión.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
jajajjjaj sabia que esa mascota haria que las cosas se relajaran un poco entre ellas es tan Brittany el no poder resistirse a un gatito....
por fin un capitulo donde Britt no ha querido matar a Santana.
y es super mala onda, esa pareja de Britt que la engaño y ella sufre inconsolablemente por ella ojala en su momento llegue a saber la verdad... saludos.....
por fin un capitulo donde Britt no ha querido matar a Santana.
y es super mala onda, esa pareja de Britt que la engaño y ella sufre inconsolablemente por ella ojala en su momento llegue a saber la verdad... saludos.....
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
Hola morra...
Es una gatita.... San y su enamoramiento por su gata jajajaja
Es bueno que britt le haya contado a san lo que paso y lo de su amante... Faltaría san aunque todo sea confidencial no???
San tendria que decirle o entregarle el archivo de la amante de britt para que cierta forma no se sienta tan mal no???... Obviamente si no le gana la curiosidad y lo lee antes san!
Nos vemos!!
Es una gatita.... San y su enamoramiento por su gata jajajaja
Es bueno que britt le haya contado a san lo que paso y lo de su amante... Faltaría san aunque todo sea confidencial no???
San tendria que decirle o entregarle el archivo de la amante de britt para que cierta forma no se sienta tan mal no???... Obviamente si no le gana la curiosidad y lo lee antes san!
Nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
marthagr81@yahoo.es escribió:jajajjjaj sabia que esa mascota haria que las cosas se relajaran un poco entre ellas es tan Brittany el no poder resistirse a un gatito....
por fin un capitulo donde Britt no ha querido matar a Santana.
y es super mala onda, esa pareja de Britt que la engaño y ella sufre inconsolablemente por ella ojala en su momento llegue a saber la verdad... saludos.....
Hola, jajajajajaajaj y que razón tenias la vrdd jajajajajajajajajajajaja, jajajajajajaja si! creo q todo calza, no¿? jajajajajaja. JAjajajajaja van mejorando las cosas entonces, no¿? jajajajaja. =O si espero y sea rápido así se deja de martirizar ella =/ Saludos =D
3:) escribió:Hola morra...
Es una gatita.... San y su enamoramiento por su gata jajajaja
Es bueno que britt le haya contado a san lo que paso y lo de su amante... Faltaría san aunque todo sea confidencial no???
San tendria que decirle o entregarle el archivo de la amante de britt para que cierta forma no se sienta tan mal no???... Obviamente si no le gana la curiosidad y lo lee antes san!
Nos vemos!!
Hola lu, si! jajajajajajajaja van puras chicas y eso complemeta bn al grupo, no¿? jjajajajaaja. Por lo menos una va avanzando en ese punto, no¿? esperemos y san haga lo suyo =/ Mmmm debería o por lo menos hacer algo para que britt se entere de la vrdd =/ =O jajajajajajaja puede pasar jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 12
Capitulo 12
Brittany no estaba tan emocionada por regresar a la silla de montar pero pensaba que había poco que hacer al respecto.
Santana quería tomar el sendero que conectaba al cañón con el sendero donde pasaban los carros de cuatro ruedas, con la esperanza de tener una idea de cómo él había transportado el cuerpo hasta allá sin que nadie lo detectara.
—Este sendero se ve que no lo usan—dijo Santana.
—No lo usan. Hace años, antes que las motos y cuatrimotos se volvieran populares, todos estos senderos eran ecuestres. Ahora, si vas a caballo, evitas los senderos motorizados. Supongo que los ciclistas de montaña o excursionistas utilizan este sendero buscando un atajo para bajar la montaña.
—Pero es bastante aceptable para un vehículo de cuatro ruedas ¿no te parece?
—Sí, creo que sí. No hay…—se detuvo viendo unas rocas volcadas a la derecha del sendero.
Detuvo su caballo y luego bajó de un salto.
—¿Qué ves?—preguntó Santana.
—Estas rocas fueron perturbadas—dijo la rubia.
Escuchó el chirrido del cuero de la silla de Santana cuando también se bajó del caballo.
—No te acerques demasiado.
Brittany le lanzó una mirada molesta a Santana.
—No es como si no hubiera hecho esto anteriormente, López.
—Lo siento.
Brittany se puso en cuclillas, explorando con sus ojos las rocas, finalmente encontró lo que estaba buscando.
—Ahí…—dijo señalando.
—Huellas de neumáticos—dijo Santana mientras se ponía en cuclillas a su lado—Anchas. Más que una moto.
—Definitivamente—Brittany se puso de pie, caminando un amplio espacio alrededor de las rocas, en busca de más.
Santana aún estudiaba la que habían encontrado anteriormente agarrando su cámara. Brittany observó mientras introducía la información en el cuaderno digital que llevaba.
—¿Algo más?
—No. Parece que se dirigía al sur, se salió del sendero aquí—dijo Brittany señalando—Posiblemente para evitar esas rocas.
—Si estaba transportando un cuerpo, de seguro no quería arriesgarse con ningún contratiempo—dijo Santana.
—Cierto. Evitar la trampa de roca, rodearla y luego regresar al sendero—se encogió de hombros—Por supuesto ya ha pasado un mes. Son pequeñas las probabilidades de que estas marcas sean de nuestro hombre.
Brittany regresó al camino por donde habían venido en busca de signos que indicaran que el coche de cuatro ruedas hubiera regresado por el sendero.
No vio nada que pareciera perturbado.
Se dio la vuelta al sentir los ojos de Santana sobre ella. Sus cejas se alzaron cuando vio exactamente lo que la morena había estado mirando.
—¿Estabas mirando mi culo? ¿En serio?
—¿Qué? Tienes muy buenas...nalgas. No hay nada malo en mirar.
—¿En serio? ¿Nada en absoluto?
Santana sonrió.
—No he hecho un secreto que te encuentro atractiva.
Brittany puso las manos en sus caderas y le miró fijamente.
—No obstante tu cita original para cenar…no estoy interesada.
—¿No? ¿Aun guardándote para Rose, la camarera?
—Para tu información, no me estoy guardando para nadie…menos para ti—dijo mientras regresaba nuevamente a su caballo.
—Oh, ya veo. Aún de duelo—Santana se encogió de hombros—¿Han pasado cuánto? ¿Tres años? ¿Cuánto tiempo vas a cargar esa antorcha?
Brittany se empujó subiendo a la silla, volteando su caballo para mirar a Santana.
—Eso fue cruel, incluso para ti. Cuánto tiempo voy a hacer duelo por alguien que amaba es mi problema—golpeó levemente su caballo luego se detuvo—¿O es algo con lo que no te puedes relacionar? ¿Amar a alguien?
—Ahora ¿quién está siendo cruel?—Santana tomó las riendas de su caballo y se acercó—He amado antes ¿sabes?
—¿En serio? ¿Y también es clasificado?
—Mira, toda mi maldita vida es clasificada.
—Por supuesto que lo es. Es más fácil de esa manera. Así no tienes que hablar de ello. Me encantaría que me permitieras el mismo lujo.
Santana levantó sus manos.
—¿Por qué estamos peleando?
—Tú lo empezaste.
—¿Yo? Todo lo que hice fue mirar tu culo.
—Exactamente.
Brittany movió su caballo alrededor de Santana, continuando por el sendero. No sabía por qué se había puesto tan molesta.
¿Así que Santana estaba comiéndose con los ojos su culo?
Francamente, aparte de Rose, nadie se había molestado en coquetear con ella desde que había estado en Sedona.
Debería sentirse halagada.
—Mira, lo siento—dijo Santana en voz alta desde su espalda—¿Así que tienes un buen culo? Me abstendré de mirarlo.
Brittany escondió su sonrisa.
Sabía que había tenido una reacción exagerada, pero estaba disfrutando escuchar como Santana se arrastraba en su disculpa.
—Claro—dijo en respuesta, tan sarcásticamente como pudo.
—Lo digo en serio. También voy a tratar de dejar de imaginarte desnuda.
Brittany giró su cabeza, su réplica murió en sus labios cuando vio la sonrisa que Santana lucía.
—Oh, así que ahora te estás burlando de mí.
Santana golpeó ligeramente su caballo haciéndole trotar para alcanzar a Brittany.
—¿Burlándome? No—sus ojos recorrieron todo el cuerpo de Brittany, deteniéndose en sus pechos—Simplemente imagino que tienes…
—Detente.
Santana se rió.
—Está bien, me detendré. Pero en realidad, estuviste un poco exage…
—Lo sé. Lo siento—dijo Brittany.
—No estaba tratando de restarle importancia a tu relación—dijo Santana—Pero si cargas con tu duelo demasiado tiempo dejas de vivir.
Y tan rápido como lo dijo Brittany se enojó nuevamente.
—No tienes ni idea de lo difícil que fue para mí. Tal vez puedes relacionarte. Tal vez te ha sucedido algo similar, pero no me conoces. Y no sabes por lo que pasé. Sola. Así que no me digas cuándo dejar mi duelo.
—No fuiste tú quien murió, Brittany.
—¿Sí? Bueno, tal vez algunas veces me gustaría haber sido yo—le dio un golpe a su caballo con más fuerza de lo que pretendía, haciéndole cabalgar por el camino, lejos de Santana López.
Santana sabía que debía prestar atención a las palabras de Brittany cuando decía que no era de su incumbencia.
También debía prestar atención a su propio consejo.
Métete en tus asuntos.
Pero la verdad era que le gustaba Brittany y odiaba ver esa mirada angustiada y sin alma que a veces inundaba sus ojos.
El duelo era una emoción poderosa, sobre todo si tenías que soportarlo sola. Especialmente si la línea entre la pena y la culpa era borrosa.
Entró en el departamento del sheriff con sólo una breve inclinación de cabeza a la recepcionista.
El único asistente que conocía por nombre era Quinn, la linda rubia de ojos verdes, y sólo porque ella atendía los caballos.
Él joven que ahora la miraba era el que se había sentado junto a Brittany, el otro día cuando ella había llegado por primera vez.
—Soy Santana López—dijo ofreciéndole su mano.
—Ryder Lynn—contestó apretando su mano con firmeza. Miró detrás de ella—¿Dónde está Britt?
—No se sentía bien. Decidió terminar por hoy.
—Bueno ¿pasa algo malo? Britt nunca se enferma. No creo que haya perdido ni un día.
Santana perdió su paciencia y pasó junto a él.
—Estoy segura que está bien ¿Está Will?
—Está en su oficina.
Santana vio la mirada de preocupación en su rostro cuando agarró el teléfono, sin duda llamando a Brittany para ver cómo estaba.
Buena suerte con eso, pensó ella.
Después de la manera en que ella y Brittany habían pasado las últimas tres horas, no imaginaba que su llamada fuera contestada.
Tocó suavemente la puerta abierta de Will, sonriendo cuando él miró hacia arriba.
—Santana, entra—también miró detrás de ella—¿Britt?
—Se fue a casa—Santana cerró la puerta—Supongo que lo hizo, de todos modos—agregó.
—¿Qué pasa?
—Tú me dirás.
—¿Qué quieres decir?
Santana se inclinó hacia delante, apoyando los codos en sus muslos.
—¿Cuánto sabes acerca de su pasado?
Will lanzó el palillo de dientes que había estado masticando en su escritorio y cruzó sus manos.
—Sé más de lo que piensas si eso es lo que quieres decir.
—¿Revisaste su archivo?
—Por supuesto.
—¿Y aun así la contrataste?
Él torció el borde de su bigote entre su pulgar e índice con una leve sonrisa en sus labios.
—Ella me gustaba mucho, quería contratarla de una. Pero entonces, cuando no me dijo sino cosas superficiales, bueno, me picó la curiosidad.
—¿Y?
—Y siempre quise sacarle mi arma a un superior o dos—dijo con una sonrisa. Pero su sonrisa se desvaneció rápidamente—Es trágico lo que sucedió y ella me ha contado un poco sobre eso en el último año. Nunca mencionó una palabra a los demás y he mantenido su confianza—la miró—Estoy asumiendo que sabes.
Ella asintió con la cabeza.
—Sí. Verificación de antecedentes del FBI.
—¿De todos nosotros? ¿Has encontrado esqueletos en mi armario?
Ante la mirada que él le dirigió, Santana estuvo avergonzada de que hubieran hecho alguna verificación.
—En realidad, todo fue bastante preliminar—dijo ella—Queríamos comprobar la experiencia previa y quien podría estar en mejores condiciones para ayudar—se encogió de hombros disculpándose—Cuando traté de averiguar más de Brittany, ella se negó a hablar de ello. No quería correr ningún riesgo.
—Ya veo—él se echó hacia atrás en su silla y entrelazó las manos detrás de su cabeza—¿Así que ahora quieres un nuevo compañero?
—No. Todo lo contrario. Ella es muy competente. Sabe manejarse por aquí—dijo ella—Le dije que había hecho una verificación de antecedentes de ella y se enojó terriblemente.
—Sin duda.
—Eso hizo que me contara algo—dijo ella.
—Estoy sorprendido. Como ya he dicho, no ha mencionado una palabra a nadie por aquí. De hecho, prácticamente se mantiene recluida, excepto algunas cuantas cenas con nosotros de vez en cuando.
—¿Así que no se la pasa con nadie, ni tiene citas?
Will soltó un bufido.
—Rosa es lo más cercano que ha llegado a una cita y eso es mucho decir, tomando en cuenta que no han salido.
—¿Entonces sabes lo de su pareja?
—¿Te refieres a que ellas estuvieron...involucradas?
Santana asintió.
—Veo que lo sabes.
Él la miró pensativo y luego se inclinó nuevamente hacia delante, apoyando los codos sobre la mesa.
—¿Te dijo sobre sus padres?
—No ¿Qué?
Pero Will negó con la cabeza.
—Dejaré que ella te lo diga, si quiere. No tiene que ver con esto—dijo él, golpeó la mesa con los dedos—Sin embargo ¿estás preocupada por ella?
—Sí. Siento que es una buena policía, pero quiero estar segura.
—Es la mejor que tengo. Cuidará tu espalda, Santana. Perdió a su equipo, perdió a su pareja, perdió a su mejor amigo. Dudo que alguna vez permita que eso vuelva a ocurrir.
—A veces esas cosas están fuera de nuestro control. Como le ocurrió entonces.
—Y no fue capaz de manejarlo ¿a eso te refieres?
—Creo que ella está caminando por una línea muy fina en este momento, Will. Está tratando de mantener su pasado y su presente separados. Casi como dos vidas diferentes. Tarde o temprano van a chocar.
Una vez más él la estudió, haciéndole sentir casi incómoda bajo su mirada.
—¿Puedo hacerte una pregunta personal?
—Pregunta lo que quieras—dijo ella con facilidad.
Eso, por supuesto, no significaba que iba a responder.
—Has estado aquí un puñado de días, has pasado tiempo con Britt. Estoy asumiendo que tu preocupación por ella es profesional, no personal.
Fue una declaración que le sorprendió y ella le ofreció una sonrisa rápida.
—No mezclo los negocios con el placer, Will, si es eso lo que estás preguntando.
—Bien. Britt podría abochornarse si me escucha decir esto, pero siempre he pensado que ella es tan dura como una roca cuando se trata de su trabajo. Pero emocionalmente, siempre hay una expresión de vulnerabilidad en ella—se encontró con su mirada—No me gustaría verla lastimada.
—Entiendo. Como he dicho, mi interés por ella es totalmente profesional.
—Maravilloso—agarró el palillo de dientes desechado anteriormente y lo dejó caer nuevamente en su boca—Ahora ¿estás haciendo algún progreso con el caso?
Santana quería tomar el sendero que conectaba al cañón con el sendero donde pasaban los carros de cuatro ruedas, con la esperanza de tener una idea de cómo él había transportado el cuerpo hasta allá sin que nadie lo detectara.
—Este sendero se ve que no lo usan—dijo Santana.
—No lo usan. Hace años, antes que las motos y cuatrimotos se volvieran populares, todos estos senderos eran ecuestres. Ahora, si vas a caballo, evitas los senderos motorizados. Supongo que los ciclistas de montaña o excursionistas utilizan este sendero buscando un atajo para bajar la montaña.
—Pero es bastante aceptable para un vehículo de cuatro ruedas ¿no te parece?
—Sí, creo que sí. No hay…—se detuvo viendo unas rocas volcadas a la derecha del sendero.
Detuvo su caballo y luego bajó de un salto.
—¿Qué ves?—preguntó Santana.
—Estas rocas fueron perturbadas—dijo la rubia.
Escuchó el chirrido del cuero de la silla de Santana cuando también se bajó del caballo.
—No te acerques demasiado.
Brittany le lanzó una mirada molesta a Santana.
—No es como si no hubiera hecho esto anteriormente, López.
—Lo siento.
Brittany se puso en cuclillas, explorando con sus ojos las rocas, finalmente encontró lo que estaba buscando.
—Ahí…—dijo señalando.
—Huellas de neumáticos—dijo Santana mientras se ponía en cuclillas a su lado—Anchas. Más que una moto.
—Definitivamente—Brittany se puso de pie, caminando un amplio espacio alrededor de las rocas, en busca de más.
Santana aún estudiaba la que habían encontrado anteriormente agarrando su cámara. Brittany observó mientras introducía la información en el cuaderno digital que llevaba.
—¿Algo más?
—No. Parece que se dirigía al sur, se salió del sendero aquí—dijo Brittany señalando—Posiblemente para evitar esas rocas.
—Si estaba transportando un cuerpo, de seguro no quería arriesgarse con ningún contratiempo—dijo Santana.
—Cierto. Evitar la trampa de roca, rodearla y luego regresar al sendero—se encogió de hombros—Por supuesto ya ha pasado un mes. Son pequeñas las probabilidades de que estas marcas sean de nuestro hombre.
Brittany regresó al camino por donde habían venido en busca de signos que indicaran que el coche de cuatro ruedas hubiera regresado por el sendero.
No vio nada que pareciera perturbado.
Se dio la vuelta al sentir los ojos de Santana sobre ella. Sus cejas se alzaron cuando vio exactamente lo que la morena había estado mirando.
—¿Estabas mirando mi culo? ¿En serio?
—¿Qué? Tienes muy buenas...nalgas. No hay nada malo en mirar.
—¿En serio? ¿Nada en absoluto?
Santana sonrió.
—No he hecho un secreto que te encuentro atractiva.
Brittany puso las manos en sus caderas y le miró fijamente.
—No obstante tu cita original para cenar…no estoy interesada.
—¿No? ¿Aun guardándote para Rose, la camarera?
—Para tu información, no me estoy guardando para nadie…menos para ti—dijo mientras regresaba nuevamente a su caballo.
—Oh, ya veo. Aún de duelo—Santana se encogió de hombros—¿Han pasado cuánto? ¿Tres años? ¿Cuánto tiempo vas a cargar esa antorcha?
Brittany se empujó subiendo a la silla, volteando su caballo para mirar a Santana.
—Eso fue cruel, incluso para ti. Cuánto tiempo voy a hacer duelo por alguien que amaba es mi problema—golpeó levemente su caballo luego se detuvo—¿O es algo con lo que no te puedes relacionar? ¿Amar a alguien?
—Ahora ¿quién está siendo cruel?—Santana tomó las riendas de su caballo y se acercó—He amado antes ¿sabes?
—¿En serio? ¿Y también es clasificado?
—Mira, toda mi maldita vida es clasificada.
—Por supuesto que lo es. Es más fácil de esa manera. Así no tienes que hablar de ello. Me encantaría que me permitieras el mismo lujo.
Santana levantó sus manos.
—¿Por qué estamos peleando?
—Tú lo empezaste.
—¿Yo? Todo lo que hice fue mirar tu culo.
—Exactamente.
Brittany movió su caballo alrededor de Santana, continuando por el sendero. No sabía por qué se había puesto tan molesta.
¿Así que Santana estaba comiéndose con los ojos su culo?
Francamente, aparte de Rose, nadie se había molestado en coquetear con ella desde que había estado en Sedona.
Debería sentirse halagada.
—Mira, lo siento—dijo Santana en voz alta desde su espalda—¿Así que tienes un buen culo? Me abstendré de mirarlo.
Brittany escondió su sonrisa.
Sabía que había tenido una reacción exagerada, pero estaba disfrutando escuchar como Santana se arrastraba en su disculpa.
—Claro—dijo en respuesta, tan sarcásticamente como pudo.
—Lo digo en serio. También voy a tratar de dejar de imaginarte desnuda.
Brittany giró su cabeza, su réplica murió en sus labios cuando vio la sonrisa que Santana lucía.
—Oh, así que ahora te estás burlando de mí.
Santana golpeó ligeramente su caballo haciéndole trotar para alcanzar a Brittany.
—¿Burlándome? No—sus ojos recorrieron todo el cuerpo de Brittany, deteniéndose en sus pechos—Simplemente imagino que tienes…
—Detente.
Santana se rió.
—Está bien, me detendré. Pero en realidad, estuviste un poco exage…
—Lo sé. Lo siento—dijo Brittany.
—No estaba tratando de restarle importancia a tu relación—dijo Santana—Pero si cargas con tu duelo demasiado tiempo dejas de vivir.
Y tan rápido como lo dijo Brittany se enojó nuevamente.
—No tienes ni idea de lo difícil que fue para mí. Tal vez puedes relacionarte. Tal vez te ha sucedido algo similar, pero no me conoces. Y no sabes por lo que pasé. Sola. Así que no me digas cuándo dejar mi duelo.
—No fuiste tú quien murió, Brittany.
—¿Sí? Bueno, tal vez algunas veces me gustaría haber sido yo—le dio un golpe a su caballo con más fuerza de lo que pretendía, haciéndole cabalgar por el camino, lejos de Santana López.
Santana sabía que debía prestar atención a las palabras de Brittany cuando decía que no era de su incumbencia.
También debía prestar atención a su propio consejo.
Métete en tus asuntos.
Pero la verdad era que le gustaba Brittany y odiaba ver esa mirada angustiada y sin alma que a veces inundaba sus ojos.
El duelo era una emoción poderosa, sobre todo si tenías que soportarlo sola. Especialmente si la línea entre la pena y la culpa era borrosa.
Entró en el departamento del sheriff con sólo una breve inclinación de cabeza a la recepcionista.
El único asistente que conocía por nombre era Quinn, la linda rubia de ojos verdes, y sólo porque ella atendía los caballos.
Él joven que ahora la miraba era el que se había sentado junto a Brittany, el otro día cuando ella había llegado por primera vez.
—Soy Santana López—dijo ofreciéndole su mano.
—Ryder Lynn—contestó apretando su mano con firmeza. Miró detrás de ella—¿Dónde está Britt?
—No se sentía bien. Decidió terminar por hoy.
—Bueno ¿pasa algo malo? Britt nunca se enferma. No creo que haya perdido ni un día.
Santana perdió su paciencia y pasó junto a él.
—Estoy segura que está bien ¿Está Will?
—Está en su oficina.
Santana vio la mirada de preocupación en su rostro cuando agarró el teléfono, sin duda llamando a Brittany para ver cómo estaba.
Buena suerte con eso, pensó ella.
Después de la manera en que ella y Brittany habían pasado las últimas tres horas, no imaginaba que su llamada fuera contestada.
Tocó suavemente la puerta abierta de Will, sonriendo cuando él miró hacia arriba.
—Santana, entra—también miró detrás de ella—¿Britt?
—Se fue a casa—Santana cerró la puerta—Supongo que lo hizo, de todos modos—agregó.
—¿Qué pasa?
—Tú me dirás.
—¿Qué quieres decir?
Santana se inclinó hacia delante, apoyando los codos en sus muslos.
—¿Cuánto sabes acerca de su pasado?
Will lanzó el palillo de dientes que había estado masticando en su escritorio y cruzó sus manos.
—Sé más de lo que piensas si eso es lo que quieres decir.
—¿Revisaste su archivo?
—Por supuesto.
—¿Y aun así la contrataste?
Él torció el borde de su bigote entre su pulgar e índice con una leve sonrisa en sus labios.
—Ella me gustaba mucho, quería contratarla de una. Pero entonces, cuando no me dijo sino cosas superficiales, bueno, me picó la curiosidad.
—¿Y?
—Y siempre quise sacarle mi arma a un superior o dos—dijo con una sonrisa. Pero su sonrisa se desvaneció rápidamente—Es trágico lo que sucedió y ella me ha contado un poco sobre eso en el último año. Nunca mencionó una palabra a los demás y he mantenido su confianza—la miró—Estoy asumiendo que sabes.
Ella asintió con la cabeza.
—Sí. Verificación de antecedentes del FBI.
—¿De todos nosotros? ¿Has encontrado esqueletos en mi armario?
Ante la mirada que él le dirigió, Santana estuvo avergonzada de que hubieran hecho alguna verificación.
—En realidad, todo fue bastante preliminar—dijo ella—Queríamos comprobar la experiencia previa y quien podría estar en mejores condiciones para ayudar—se encogió de hombros disculpándose—Cuando traté de averiguar más de Brittany, ella se negó a hablar de ello. No quería correr ningún riesgo.
—Ya veo—él se echó hacia atrás en su silla y entrelazó las manos detrás de su cabeza—¿Así que ahora quieres un nuevo compañero?
—No. Todo lo contrario. Ella es muy competente. Sabe manejarse por aquí—dijo ella—Le dije que había hecho una verificación de antecedentes de ella y se enojó terriblemente.
—Sin duda.
—Eso hizo que me contara algo—dijo ella.
—Estoy sorprendido. Como ya he dicho, no ha mencionado una palabra a nadie por aquí. De hecho, prácticamente se mantiene recluida, excepto algunas cuantas cenas con nosotros de vez en cuando.
—¿Así que no se la pasa con nadie, ni tiene citas?
Will soltó un bufido.
—Rosa es lo más cercano que ha llegado a una cita y eso es mucho decir, tomando en cuenta que no han salido.
—¿Entonces sabes lo de su pareja?
—¿Te refieres a que ellas estuvieron...involucradas?
Santana asintió.
—Veo que lo sabes.
Él la miró pensativo y luego se inclinó nuevamente hacia delante, apoyando los codos sobre la mesa.
—¿Te dijo sobre sus padres?
—No ¿Qué?
Pero Will negó con la cabeza.
—Dejaré que ella te lo diga, si quiere. No tiene que ver con esto—dijo él, golpeó la mesa con los dedos—Sin embargo ¿estás preocupada por ella?
—Sí. Siento que es una buena policía, pero quiero estar segura.
—Es la mejor que tengo. Cuidará tu espalda, Santana. Perdió a su equipo, perdió a su pareja, perdió a su mejor amigo. Dudo que alguna vez permita que eso vuelva a ocurrir.
—A veces esas cosas están fuera de nuestro control. Como le ocurrió entonces.
—Y no fue capaz de manejarlo ¿a eso te refieres?
—Creo que ella está caminando por una línea muy fina en este momento, Will. Está tratando de mantener su pasado y su presente separados. Casi como dos vidas diferentes. Tarde o temprano van a chocar.
Una vez más él la estudió, haciéndole sentir casi incómoda bajo su mirada.
—¿Puedo hacerte una pregunta personal?
—Pregunta lo que quieras—dijo ella con facilidad.
Eso, por supuesto, no significaba que iba a responder.
—Has estado aquí un puñado de días, has pasado tiempo con Britt. Estoy asumiendo que tu preocupación por ella es profesional, no personal.
Fue una declaración que le sorprendió y ella le ofreció una sonrisa rápida.
—No mezclo los negocios con el placer, Will, si es eso lo que estás preguntando.
—Bien. Britt podría abochornarse si me escucha decir esto, pero siempre he pensado que ella es tan dura como una roca cuando se trata de su trabajo. Pero emocionalmente, siempre hay una expresión de vulnerabilidad en ella—se encontró con su mirada—No me gustaría verla lastimada.
—Entiendo. Como he dicho, mi interés por ella es totalmente profesional.
—Maravilloso—agarró el palillo de dientes desechado anteriormente y lo dejó caer nuevamente en su boca—Ahora ¿estás haciendo algún progreso con el caso?
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
Hola morra....
Le va a costar a britt asimilar que no murió con su equipo y mas con la culpa que lleva encima por todo lo que perdió...
Mmm veremos si solo por ahora es preocupación profesional y nada mas??? Además digamos que no ayuda mucho con sus comentarios!!
Nos vemos!!
Le va a costar a britt asimilar que no murió con su equipo y mas con la culpa que lleva encima por todo lo que perdió...
Mmm veremos si solo por ahora es preocupación profesional y nada mas??? Además digamos que no ayuda mucho con sus comentarios!!
Nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
3:) escribió:Hola morra....
Le va a costar a britt asimilar que no murió con su equipo y mas con la culpa que lleva encima por todo lo que perdió...
Mmm veremos si solo por ahora es preocupación profesional y nada mas??? Además digamos que no ayuda mucho con sus comentarios!!
Nos vemos!!
Hola lu, mmm sip =/ eso le molestará =/ =O que dices tu¿? espero y sea algo más jajajajajja. JAjajajaajajajajajaj nop xD ajajjaajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Compañeras I: La Cora Del Diablo (Adaptada) Cap 13
Capitulo 13
—Lo juro, Collie, eres tan malditamente terco, que una pista podría morder tu culo y tu la ignorarías.
—El hecho que los forenses hayan confirmado una coincidencia en las heridas del cuchillo es irrelevante. Eso no nos acerca a resolver este caso.
—No. Simplemente conecta siete asesinatos y establece el patrón de un asesino en serie—dijo ella—Y creo que le debes una disculpa a la asistente Pierce por desechar su investigación.
—¿Qué? ¿Su vinculación de casi todos los asesinatos sin resolver en los EE.UU que se remonta a los últimos diez años? Eso fue verdaderamente ingenioso.
—Parece que sí. Ellos todavía están analizando los datos, pero están preparados para vincular los casos.
—¿Ellos? ¿Los frikis que contrató el FBI?—él se rió—A menos que obtenga una confesión del asesino o tenga pruebas concretas de ADN, no vincularé nada. Serías inteligente si hicieras lo mismo.
Santana se había cansado de esta conversación.
—Está bien, Collie, te daremos el nombre del asesino ¿Qué tienes? ¿La escena del crimen? ¿ADN? ¿Ya encontraste el arma homicida?
—¿El nombre? ¿Patrick Doe? Sí, eso es de mucha ayuda, López. Eso va a ponernos en marcha con seguridad.
Escuchó la línea muerta y miró su celular, notando que la llamada había sido terminada.
Oh, echaba de menos los viejos tiempos cuando le colgabas a alguien con un slam del teléfono.
—Imbécil.
Cabrón.
Acababa de lanzar su teléfono al sofá para agarrar al gatito cuando éste sonó. Acarició suavemente el pelaje del gatito, como Brittany había hecho.
—Tal vez él está llamando para disculparse por colgarme ¿eh?—lo dejó sonar un par de veces más antes de agarrarlo—López.
—Soy yo. Hay otro cuerpo.
—¿El cañón Oak Creek otra vez?
—No. Sycamore. El sendero Dogie. Se extiende a lo largo del arroyo.
—Está bien ¿Vas de camino?
Llenó el plato de comida del gatito, luego abrió el archivador en su oficina, cuidadosamente agarró su arma de servicio.
—Voy a esperarte. Envié a Ryder para cerrar el camino.
—Bien. Estaré ahí en cinco.
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—Mira, acerca de lo de ayer…
—¿Podemos no hablar de eso, por favor?
—Sólo quería disculparme—dijo Santana.
—Bien. Aceptadas. Sigamos adelante.
—No quieres hablar sobre…
—No—Brittany le dio una sonrisa forzada—No quiero—volvió su atención nuevamente a la carretera, afortunadamente el camino hacia el cañón Sycamore no era largo.
Debió haber sabido que Santana le hubiera gustado discutir su pequeña discusión. La primera vez que la conoció, nunca hubiera adivinado que Santana sería del tipo de las que hablaba demasiado.
—¿Quién encontró el cuerpo?—preguntó Santana después que el silencio, al parecer, se hizo demasiado para ella.
—Excursionistas—dijo la rubia—Lugareños, en realidad. Ben Speers y su esposa. Ellos son los dueños del local de neumáticos al norte, de camino a Flagstaff—sonrió, sabiendo que a Santana le importaba poco quienes eran—En caso que quieras interrogarlos—agregó.
—Supongo que ya lo has hecho.
—Muy brevemente. El sheriff Schuester tomó su declaración, no yo.
—Estoy segura que Will tiene todos los detalles que necesitamos. Concretamente ¿perturbaron la escena?
—Me aseguraron que no se acercaron lo suficiente como para hacerlo.
—Supongo que es un poco desconcertante para la gente que vive aquí.
—¿Te refieres a que ya nos hemos convertido en un vertedero? Sí—dijo Brittany—Lo único que evita que el pueblo entre en modo pánico es el hecho de que ninguna de las víctimas son lugareñas. Por supuesto a la mayoría les preocupa cómo afectará esto a los turistas—desaceleró cuando se acercaron al sendero del cañón Red, el que las llevaría hasta el extremo inferior del cañón Sycamore—Esta es una buena escalada por el cañón—dijo—Menos gente que Oak Creek.
—¿Pero se usa diariamente?
—Oh, sí. No es tan lejano como el sendero Rim—dijo Brittany.
—Así que él no quiso arriesgarse de que este cuerpo pasara desapercibido.
—No. El sendero Dogie es lo suficientemente utilizado, especialmente hasta la cabaña Taylor. Está a cinco kilómetros hacia adentro, luego cinco hacia atrás. Hay algunos caminos secundarios, si estás buscando soledad—no mencionó que esos eran los caminos que ella normalmente utilizaba cuando quería ir de excursión—El camino Parson sube hasta el manantial, es la única presencia de agua en el cañón durante todo el año. El arroyo está por temporada—añadió ella.
—¿Ese es el discurso practicado de una guía turística o estás familiarizada con los senderos de primera mano?
—Cuando tengo tiempo, vengo de excursión, sí—dijo la más alta—Sin embargo, generalmente voy a Oak Creek. Queda prácticamente detrás de mi puerta.
Estacionó su viejo Jeep en el sendero junto a la nueva camioneta de Ryder. Vio la expresión divertida en el rostro de Santana cuando lanzó una mirada dudosa a la nueva camioneta del departamento del sheriff y luego a su Jeep, la insignia casi desvanecida de las puertas.
—Porque me gusta—dijo respondiendo la pregunta tácita de Santana sobre el viejo Jeep.
Abrió la gabera que estaba en la parte de atrás y sacó dos botellas de agua fría, lanzándole una a Santana:
—Toma. Necesitarás esto.
—¿Cuán lejos está?
—No demasiado lejos. Ellos dijeron que a mitad del camino.
—¿Los caballos?
—¿Qué? ¿Tienes miedo de escalar?
—No. Estaba pensando en el tiempo, eso es todo.
—Los caballos no se permiten en el camino Dogie—dijo tomando la iniciativa.
—Seguramente podríamos haber hecho una excepción—dijo Santana.
Brittany rió.
—Estamos a 35 grados y ni una nube en el cielo ¿Eso tiene algo que ver con tu problema de tiempo?
—Tal vez.
Brittany siguió caminando y trató de ignorar a su compañera excursionista. No había estado en este camino desde comienzo de primavera y había olvidado lo pintoresco que era, incluso siguiendo al ahora seco arroyo Sycamore.
—Es bonito aquí—dijo Santana como si hubiera leído sus pensamientos.
—Sí. La primavera es lo mejor. El arroyo fluye, todo es verde.
—Este es el tipo de lugar en el que siempre imaginé esconderme cuando era niña.
—¿Por qué no lo hiciste?
—Porque estos lugares no existían.
—¿Dónde creciste?—preguntó Brittany—¿O también es clasificado?
—Crecí...en ninguna parte. En todos lados.
Brittany se detuvo, esperando una explicación.
—Una mocosa militar—dijo Santana—La armada. Cada cierto tiempo nos trasladan a una nueva base.
—¿Lo odiabas?
—Uno se acostumbra a ello—dijo.
Brittany continuó a lo largo del camino, preguntándose cuántas preguntas podría hacer antes que Santana se cerrara.
—Supongo que creciste en California—dijo Brittany.
—¿Por qué?
—Cabello negro, ojos oscuros. Bronceada. Una vaga de playa.
—¿Y todo eso solo grita California?
—Podrías ser la niña de la publicidad, sí. Pareces como que perteneces a la playa.
—Pasamos mucho tiempo en California. También Florida. Así que sí, pasaba mucho tiempo en algunas playas.
—¿Dónde pasaste tus años de secundaria?
—Washington.
—¿En serio? ¿Y…?
—Suficiente. Creo que has llegado a tu límite.
Brittany rió.
—Sólo estaba empezando.
—¿Por qué sientes tanta curiosidad conmigo?
—¿Por qué no? Tú eres curiosa conmigo.
—Mi curiosidad es totalmente profesional—dijo Santana.
Brittany se detuvo abruptamente, haciendo que Santana tropezara con ella.
—¿Y cómo echarle un vistazo a mi culo cae en esa categoría?
Santana levantó las cejas.
—¿Realmente quieres empezar esa conversación nuevamente?—pasó junto a la rubia—Yo iré delante. De esa manera podrás echarle un vistazo a mi culo.
La mirada de Brittany bajó involuntariamente al culo en cuestión. Como de costumbre, los vaqueros de Santana estaban sueltos, descoloridos y lucían cómodos. Y el rítmico balanceo de sus caderas mientras caminaba, tenía hipnotizada a Brittany.
Eso ocurrió hasta que el balanceo se detuvo.
—¿Vienes o no?
Brittany salió de su estupor auto inducido, avergonzada no sólo por ser atrapada mirando fijamente, sino también por el rubor que cubrió su rostro. Ignoró la tranquila mirada divertida y satisfecha en los ojos de Santana mientras pasaba junto a ella. Sin embargo, no pudo ignorar la risa que escuchó.
—Ya supéralo—murmuró escuchando que la risa pasaba a una carcajada.
Afortunadamente, el resto de la caminata se realizó en un bienaventurado silencio, muy probablemente debido al rápido ritmo que Brittany había establecido.
Visualizó a Ryder sentado en una roca bajo uno de los árboles de ciprés, aprovechando la sombra limitada.
—¿Cuánto falta?—preguntó Brittany.
—Justo al pasar la próxima curva—dijo él.
La rubia tocó su hombro y lo apretó, notando la palidez en su piel y el temor en sus ojos
—¿Estás bien?
—Simplemente nunca…nunca había visto algo como eso—dijo él su voz tranquila y muy lejana.
—No perturbaste nada ¿verdad?—preguntó Santana.
—No. No lo hice—dijo él—¿Quieres que espere aquí?
—Sí. Quinn viene con el remolque. Le pedí que trajera la mula. Necesitamos sacarla de aquí y no creo que alguien esté apto para cargarla tan lejos.
—Está bien, sí, lo esperaré aquí.
Brittany miró a Santana, haciendo un gesto con su cabeza hacia el sendero. Ryder obviamente estaba perturbado y temía que Santana hiciera mención de eso.
—Entonces ¿qué pasó con tu regla de no caballos?—preguntó Santana.
—Sabía que seríamos más rápidas—dijo Brittany—Además, tuvimos una caminata muy agradable ¿no?
Santana le detuvo con un ligero toque en su brazo. El cuerpo yacía más adelante, a pocos metros del sendero.
—Parece haber sido colocada como las demás—dijo Brittany.
—Camina un amplio margen…—instruyó Santana—…Mira si hay alguna pista. Sé que este es un camino relativamente plano, simplemente se me hace difícil pensar que alguien haya cargado un cuerpo hasta aquí.
Brittany asintió con la cabeza, yendo hacia la izquierda del cuerpo, mientras Santana iba a la derecha.
No encontró nada fuera de lo común.
Se detuvo, finalmente moviendo la mirada hacia la víctima.
—Oh, Dios—susurró.
Era sólo una niña, degollada como las demás.
Observó cuando Santana se dirigió cuidadosamente hacia el cuerpo, poniéndose en cuclillas junto a él.
—Hijo de puta. Ella es una niña. Sólo es una maldita niña—dijo Santana. Se puso de pie con rapidez, alejándose—No es una universitaria. Sólo es una niña—dijo ella nuevamente.
—Los otros asesinatos…nunca fueron solamente estudiantes universitarias—le recordó Brittany mientras se acercaba a la morena.
También se puso en cuclillas junto al cuerpo, tratando de mantener sus emociones bajo control mientras su ojo entrenado se hacía cargo.
También Santana había asumido su modo profesional, sacando su cámara y libreta digital de su bolso.
—Tal vez no es sólo una niña—dijo Brittany después de estudiar a la chica.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir, no creo que esta sea la niña de alguien—se puso de pie—Maquillaje barato. Esmalte de uñas brillante. Joyería de fantasía—señaló los zapatos desgastados—Tacones altos.
Santana bajó la cámara.
—¿Prostituta?
Brittany asintió.
—Probablemente una fugitiva. Es joven.
—Así que tal vez él usó sus servicios antes de matarla.
—¿Y dejar ADN? Ha sido muy cuidadoso de no dejar ninguna evidencia detrás ¿Por qué ahora haría las cosas más sencilla dejando ADN?
—Asumamos que Patrick no sabe que hemos vinculado estos asesinatos con los de Dallas.
—Y quiere asegurarse que se lleva el crédito por ellos—dijo Brittany siguiendo el tren de pensamientos de Santana.
—Exactamente.
—¿Pero por qué? Si ha matado antes, si los otros casos de años atrás terminan estando vinculados ¿por qué quiere el crédito para él ahora?
—No lo sé. Por lo que sabemos, los casos de Dallas fueron la única vez que dejó atrás ADN. Tampoco sabemos por qué se diferenció en eso. Pero piensa en ello. Dallas fue la primera vez que casi lo atrapan.
—Pero no lo hicieron.
—Cierto. Así que ahora es un juego. Es mucho más divertido que solo matar y seguir adelante. Montó la escena del crimen en Tucson. Es un juego para él.
—Y está ganando.
—Claro que está ganando. No tenemos una pista de dónde está o cuándo va a atacar nuevamente. Es ingenioso—dijo Santana—Cuando las noticias se llenaron de advertencias para las universitarias, cambió su objetivo. Tomó una prostituta. No sabemos de dónde es, cuál es su nombre. Cuando lo sepamos, tendrá otra víctima.
—Liberemos un boceto de él—sugirió Brittany—Tenemos fotografías de John, su hermano. Sólo debemos ajustarlas un poco, basándonos en lo que los detectives de Dallas han dicho.
—Ha sido mi experiencia que liberar un boceto, en lugar de una foto real, provoca la reacción contraria de lo que esperas.
Brittany asintió.
—Vecinos acusando vecinos.
—Cierto. Tendremos miles de posibles apariciones y terminaremos persiguiendo nuestra cola mientras tratamos de rastrearlos.
—¿Crees que su modus operandi sigue siendo el mismo? ¿Dormir durante el día, salir en las noches? ¿Cambiar el color de su cabello? ¿Usar un vestido?
—Probablemente. Creo que los detectives de Dallas estaban en lo correcto. Es mucho más fácil acercarte a tus víctimas sí pareces una mujer inofensiva. De hecho, ese debió haber sido su modus operandi desde el principio.
Brittany levantó sus manos en señal de frustración.
—Siento que no estamos haciendo lo suficiente. Quiero decir, tal vez si diéramos más información al público, más detalles sobre los asesinatos entonces…
—¿Él se detendría?
Brittany suspiró.
—Si. Se detendría durante unos meses y luego seguiría adelante y empezar todo de nuevo.
Santana se acercó, apretando suavemente su mano.
—Tan lejos como estamos de atraparlo, aún así estamos más cerca de lo que nadie ha estado nunca.
Brittany se sorprendió a sí misma…y también a Santana… al permitir que sus dedos se entrelazaran.
—Lo sé.
Permanecieron ahí de pie, sus ojos nunca apartándose de los de la otra.
Brittany sintió la suave presión de los dedos de Santana y devolvió el apretón. Luchó por poner sus pensamientos en orden, esforzándose en pensar en algo ingenioso que decir.
—Cuando lo encontremos ¿podemos dejar a un lado todo el profesionalismo y disparar al bastardo entre los ojos?
Santana rió y se alejó, rompiendo la tensión que les había rodeado.
—Creo que es una excelente idea. Pero tal vez deberíamos mantener eso entre nosotras.
—El hecho que los forenses hayan confirmado una coincidencia en las heridas del cuchillo es irrelevante. Eso no nos acerca a resolver este caso.
—No. Simplemente conecta siete asesinatos y establece el patrón de un asesino en serie—dijo ella—Y creo que le debes una disculpa a la asistente Pierce por desechar su investigación.
—¿Qué? ¿Su vinculación de casi todos los asesinatos sin resolver en los EE.UU que se remonta a los últimos diez años? Eso fue verdaderamente ingenioso.
—Parece que sí. Ellos todavía están analizando los datos, pero están preparados para vincular los casos.
—¿Ellos? ¿Los frikis que contrató el FBI?—él se rió—A menos que obtenga una confesión del asesino o tenga pruebas concretas de ADN, no vincularé nada. Serías inteligente si hicieras lo mismo.
Santana se había cansado de esta conversación.
—Está bien, Collie, te daremos el nombre del asesino ¿Qué tienes? ¿La escena del crimen? ¿ADN? ¿Ya encontraste el arma homicida?
—¿El nombre? ¿Patrick Doe? Sí, eso es de mucha ayuda, López. Eso va a ponernos en marcha con seguridad.
Escuchó la línea muerta y miró su celular, notando que la llamada había sido terminada.
Oh, echaba de menos los viejos tiempos cuando le colgabas a alguien con un slam del teléfono.
—Imbécil.
Cabrón.
Acababa de lanzar su teléfono al sofá para agarrar al gatito cuando éste sonó. Acarició suavemente el pelaje del gatito, como Brittany había hecho.
—Tal vez él está llamando para disculparse por colgarme ¿eh?—lo dejó sonar un par de veces más antes de agarrarlo—López.
—Soy yo. Hay otro cuerpo.
—¿El cañón Oak Creek otra vez?
—No. Sycamore. El sendero Dogie. Se extiende a lo largo del arroyo.
—Está bien ¿Vas de camino?
Llenó el plato de comida del gatito, luego abrió el archivador en su oficina, cuidadosamente agarró su arma de servicio.
—Voy a esperarte. Envié a Ryder para cerrar el camino.
—Bien. Estaré ahí en cinco.
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—Mira, acerca de lo de ayer…
—¿Podemos no hablar de eso, por favor?
—Sólo quería disculparme—dijo Santana.
—Bien. Aceptadas. Sigamos adelante.
—No quieres hablar sobre…
—No—Brittany le dio una sonrisa forzada—No quiero—volvió su atención nuevamente a la carretera, afortunadamente el camino hacia el cañón Sycamore no era largo.
Debió haber sabido que Santana le hubiera gustado discutir su pequeña discusión. La primera vez que la conoció, nunca hubiera adivinado que Santana sería del tipo de las que hablaba demasiado.
—¿Quién encontró el cuerpo?—preguntó Santana después que el silencio, al parecer, se hizo demasiado para ella.
—Excursionistas—dijo la rubia—Lugareños, en realidad. Ben Speers y su esposa. Ellos son los dueños del local de neumáticos al norte, de camino a Flagstaff—sonrió, sabiendo que a Santana le importaba poco quienes eran—En caso que quieras interrogarlos—agregó.
—Supongo que ya lo has hecho.
—Muy brevemente. El sheriff Schuester tomó su declaración, no yo.
—Estoy segura que Will tiene todos los detalles que necesitamos. Concretamente ¿perturbaron la escena?
—Me aseguraron que no se acercaron lo suficiente como para hacerlo.
—Supongo que es un poco desconcertante para la gente que vive aquí.
—¿Te refieres a que ya nos hemos convertido en un vertedero? Sí—dijo Brittany—Lo único que evita que el pueblo entre en modo pánico es el hecho de que ninguna de las víctimas son lugareñas. Por supuesto a la mayoría les preocupa cómo afectará esto a los turistas—desaceleró cuando se acercaron al sendero del cañón Red, el que las llevaría hasta el extremo inferior del cañón Sycamore—Esta es una buena escalada por el cañón—dijo—Menos gente que Oak Creek.
—¿Pero se usa diariamente?
—Oh, sí. No es tan lejano como el sendero Rim—dijo Brittany.
—Así que él no quiso arriesgarse de que este cuerpo pasara desapercibido.
—No. El sendero Dogie es lo suficientemente utilizado, especialmente hasta la cabaña Taylor. Está a cinco kilómetros hacia adentro, luego cinco hacia atrás. Hay algunos caminos secundarios, si estás buscando soledad—no mencionó que esos eran los caminos que ella normalmente utilizaba cuando quería ir de excursión—El camino Parson sube hasta el manantial, es la única presencia de agua en el cañón durante todo el año. El arroyo está por temporada—añadió ella.
—¿Ese es el discurso practicado de una guía turística o estás familiarizada con los senderos de primera mano?
—Cuando tengo tiempo, vengo de excursión, sí—dijo la más alta—Sin embargo, generalmente voy a Oak Creek. Queda prácticamente detrás de mi puerta.
Estacionó su viejo Jeep en el sendero junto a la nueva camioneta de Ryder. Vio la expresión divertida en el rostro de Santana cuando lanzó una mirada dudosa a la nueva camioneta del departamento del sheriff y luego a su Jeep, la insignia casi desvanecida de las puertas.
—Porque me gusta—dijo respondiendo la pregunta tácita de Santana sobre el viejo Jeep.
Abrió la gabera que estaba en la parte de atrás y sacó dos botellas de agua fría, lanzándole una a Santana:
—Toma. Necesitarás esto.
—¿Cuán lejos está?
—No demasiado lejos. Ellos dijeron que a mitad del camino.
—¿Los caballos?
—¿Qué? ¿Tienes miedo de escalar?
—No. Estaba pensando en el tiempo, eso es todo.
—Los caballos no se permiten en el camino Dogie—dijo tomando la iniciativa.
—Seguramente podríamos haber hecho una excepción—dijo Santana.
Brittany rió.
—Estamos a 35 grados y ni una nube en el cielo ¿Eso tiene algo que ver con tu problema de tiempo?
—Tal vez.
Brittany siguió caminando y trató de ignorar a su compañera excursionista. No había estado en este camino desde comienzo de primavera y había olvidado lo pintoresco que era, incluso siguiendo al ahora seco arroyo Sycamore.
—Es bonito aquí—dijo Santana como si hubiera leído sus pensamientos.
—Sí. La primavera es lo mejor. El arroyo fluye, todo es verde.
—Este es el tipo de lugar en el que siempre imaginé esconderme cuando era niña.
—¿Por qué no lo hiciste?
—Porque estos lugares no existían.
—¿Dónde creciste?—preguntó Brittany—¿O también es clasificado?
—Crecí...en ninguna parte. En todos lados.
Brittany se detuvo, esperando una explicación.
—Una mocosa militar—dijo Santana—La armada. Cada cierto tiempo nos trasladan a una nueva base.
—¿Lo odiabas?
—Uno se acostumbra a ello—dijo.
Brittany continuó a lo largo del camino, preguntándose cuántas preguntas podría hacer antes que Santana se cerrara.
—Supongo que creciste en California—dijo Brittany.
—¿Por qué?
—Cabello negro, ojos oscuros. Bronceada. Una vaga de playa.
—¿Y todo eso solo grita California?
—Podrías ser la niña de la publicidad, sí. Pareces como que perteneces a la playa.
—Pasamos mucho tiempo en California. También Florida. Así que sí, pasaba mucho tiempo en algunas playas.
—¿Dónde pasaste tus años de secundaria?
—Washington.
—¿En serio? ¿Y…?
—Suficiente. Creo que has llegado a tu límite.
Brittany rió.
—Sólo estaba empezando.
—¿Por qué sientes tanta curiosidad conmigo?
—¿Por qué no? Tú eres curiosa conmigo.
—Mi curiosidad es totalmente profesional—dijo Santana.
Brittany se detuvo abruptamente, haciendo que Santana tropezara con ella.
—¿Y cómo echarle un vistazo a mi culo cae en esa categoría?
Santana levantó las cejas.
—¿Realmente quieres empezar esa conversación nuevamente?—pasó junto a la rubia—Yo iré delante. De esa manera podrás echarle un vistazo a mi culo.
La mirada de Brittany bajó involuntariamente al culo en cuestión. Como de costumbre, los vaqueros de Santana estaban sueltos, descoloridos y lucían cómodos. Y el rítmico balanceo de sus caderas mientras caminaba, tenía hipnotizada a Brittany.
Eso ocurrió hasta que el balanceo se detuvo.
—¿Vienes o no?
Brittany salió de su estupor auto inducido, avergonzada no sólo por ser atrapada mirando fijamente, sino también por el rubor que cubrió su rostro. Ignoró la tranquila mirada divertida y satisfecha en los ojos de Santana mientras pasaba junto a ella. Sin embargo, no pudo ignorar la risa que escuchó.
—Ya supéralo—murmuró escuchando que la risa pasaba a una carcajada.
Afortunadamente, el resto de la caminata se realizó en un bienaventurado silencio, muy probablemente debido al rápido ritmo que Brittany había establecido.
Visualizó a Ryder sentado en una roca bajo uno de los árboles de ciprés, aprovechando la sombra limitada.
—¿Cuánto falta?—preguntó Brittany.
—Justo al pasar la próxima curva—dijo él.
La rubia tocó su hombro y lo apretó, notando la palidez en su piel y el temor en sus ojos
—¿Estás bien?
—Simplemente nunca…nunca había visto algo como eso—dijo él su voz tranquila y muy lejana.
—No perturbaste nada ¿verdad?—preguntó Santana.
—No. No lo hice—dijo él—¿Quieres que espere aquí?
—Sí. Quinn viene con el remolque. Le pedí que trajera la mula. Necesitamos sacarla de aquí y no creo que alguien esté apto para cargarla tan lejos.
—Está bien, sí, lo esperaré aquí.
Brittany miró a Santana, haciendo un gesto con su cabeza hacia el sendero. Ryder obviamente estaba perturbado y temía que Santana hiciera mención de eso.
—Entonces ¿qué pasó con tu regla de no caballos?—preguntó Santana.
—Sabía que seríamos más rápidas—dijo Brittany—Además, tuvimos una caminata muy agradable ¿no?
Santana le detuvo con un ligero toque en su brazo. El cuerpo yacía más adelante, a pocos metros del sendero.
—Parece haber sido colocada como las demás—dijo Brittany.
—Camina un amplio margen…—instruyó Santana—…Mira si hay alguna pista. Sé que este es un camino relativamente plano, simplemente se me hace difícil pensar que alguien haya cargado un cuerpo hasta aquí.
Brittany asintió con la cabeza, yendo hacia la izquierda del cuerpo, mientras Santana iba a la derecha.
No encontró nada fuera de lo común.
Se detuvo, finalmente moviendo la mirada hacia la víctima.
—Oh, Dios—susurró.
Era sólo una niña, degollada como las demás.
Observó cuando Santana se dirigió cuidadosamente hacia el cuerpo, poniéndose en cuclillas junto a él.
—Hijo de puta. Ella es una niña. Sólo es una maldita niña—dijo Santana. Se puso de pie con rapidez, alejándose—No es una universitaria. Sólo es una niña—dijo ella nuevamente.
—Los otros asesinatos…nunca fueron solamente estudiantes universitarias—le recordó Brittany mientras se acercaba a la morena.
También se puso en cuclillas junto al cuerpo, tratando de mantener sus emociones bajo control mientras su ojo entrenado se hacía cargo.
También Santana había asumido su modo profesional, sacando su cámara y libreta digital de su bolso.
—Tal vez no es sólo una niña—dijo Brittany después de estudiar a la chica.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir, no creo que esta sea la niña de alguien—se puso de pie—Maquillaje barato. Esmalte de uñas brillante. Joyería de fantasía—señaló los zapatos desgastados—Tacones altos.
Santana bajó la cámara.
—¿Prostituta?
Brittany asintió.
—Probablemente una fugitiva. Es joven.
—Así que tal vez él usó sus servicios antes de matarla.
—¿Y dejar ADN? Ha sido muy cuidadoso de no dejar ninguna evidencia detrás ¿Por qué ahora haría las cosas más sencilla dejando ADN?
—Asumamos que Patrick no sabe que hemos vinculado estos asesinatos con los de Dallas.
—Y quiere asegurarse que se lleva el crédito por ellos—dijo Brittany siguiendo el tren de pensamientos de Santana.
—Exactamente.
—¿Pero por qué? Si ha matado antes, si los otros casos de años atrás terminan estando vinculados ¿por qué quiere el crédito para él ahora?
—No lo sé. Por lo que sabemos, los casos de Dallas fueron la única vez que dejó atrás ADN. Tampoco sabemos por qué se diferenció en eso. Pero piensa en ello. Dallas fue la primera vez que casi lo atrapan.
—Pero no lo hicieron.
—Cierto. Así que ahora es un juego. Es mucho más divertido que solo matar y seguir adelante. Montó la escena del crimen en Tucson. Es un juego para él.
—Y está ganando.
—Claro que está ganando. No tenemos una pista de dónde está o cuándo va a atacar nuevamente. Es ingenioso—dijo Santana—Cuando las noticias se llenaron de advertencias para las universitarias, cambió su objetivo. Tomó una prostituta. No sabemos de dónde es, cuál es su nombre. Cuando lo sepamos, tendrá otra víctima.
—Liberemos un boceto de él—sugirió Brittany—Tenemos fotografías de John, su hermano. Sólo debemos ajustarlas un poco, basándonos en lo que los detectives de Dallas han dicho.
—Ha sido mi experiencia que liberar un boceto, en lugar de una foto real, provoca la reacción contraria de lo que esperas.
Brittany asintió.
—Vecinos acusando vecinos.
—Cierto. Tendremos miles de posibles apariciones y terminaremos persiguiendo nuestra cola mientras tratamos de rastrearlos.
—¿Crees que su modus operandi sigue siendo el mismo? ¿Dormir durante el día, salir en las noches? ¿Cambiar el color de su cabello? ¿Usar un vestido?
—Probablemente. Creo que los detectives de Dallas estaban en lo correcto. Es mucho más fácil acercarte a tus víctimas sí pareces una mujer inofensiva. De hecho, ese debió haber sido su modus operandi desde el principio.
Brittany levantó sus manos en señal de frustración.
—Siento que no estamos haciendo lo suficiente. Quiero decir, tal vez si diéramos más información al público, más detalles sobre los asesinatos entonces…
—¿Él se detendría?
Brittany suspiró.
—Si. Se detendría durante unos meses y luego seguiría adelante y empezar todo de nuevo.
Santana se acercó, apretando suavemente su mano.
—Tan lejos como estamos de atraparlo, aún así estamos más cerca de lo que nadie ha estado nunca.
Brittany se sorprendió a sí misma…y también a Santana… al permitir que sus dedos se entrelazaran.
—Lo sé.
Permanecieron ahí de pie, sus ojos nunca apartándose de los de la otra.
Brittany sintió la suave presión de los dedos de Santana y devolvió el apretón. Luchó por poner sus pensamientos en orden, esforzándose en pensar en algo ingenioso que decir.
—Cuando lo encontremos ¿podemos dejar a un lado todo el profesionalismo y disparar al bastardo entre los ojos?
Santana rió y se alejó, rompiendo la tensión que les había rodeado.
—Creo que es una excelente idea. Pero tal vez deberíamos mantener eso entre nosotras.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
Hola morra....
Mmmm van a seguir asi entrd peleas y disculpas! Y sobre rodo qjien le mira el culo a quien jajaja
Nueco caso??? A ver como les va con este y si esta ves ds partick???
Nos vemos!!!
Mmmm van a seguir asi entrd peleas y disculpas! Y sobre rodo qjien le mira el culo a quien jajaja
Nueco caso??? A ver como les va con este y si esta ves ds partick???
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
no he podido sentarme a disfrutar de esta historia pq no tengo internet y estoy rapido pasando a un centro de chat para ponerme medio al dia en cuanto me reinstalen el internet volvere a mi foro favorito y comenzare con la lectura de la cora del diablo!!!! hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
(͡° ͜ʖ ͡°) el culo de Brittany es un distractor...
claudia1988* - Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 21/08/2016
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Compañeras II: Carretera Del Infierno (Adaptada) Cap 34 y 35 Fin
3:) escribió:Hola morra....
Mmmm van a seguir asi entrd peleas y disculpas! Y sobre rodo qjien le mira el culo a quien jajaja
Nueco caso??? A ver como les va con este y si esta ves ds partick???
Nos vemos!!!
Hola lu, jajajajajajajaja eso parece jajajajaja xD Jajajajajajajajajajajaja esk es una visión imposible de no mirar, no¿? jajajajajaja. Aha! Esperemos y bn, así pillan a ese ¬¬ Saludos =D
micky morales escribió:no he podido sentarme a disfrutar de esta historia pq no tengo internet y estoy rapido pasando a un centro de chat para ponerme medio al dia en cuanto me reinstalen el internet volvere a mi foro favorito y comenzare con la lectura de la cora del diablo!!!! hasta pronto.
Hola, =O con razón yo preguntaba donde estaban tus comentarios que no los leía hace mucho, supuse que eran los estudios, pero es algo mucho peor! =O jajajajajajaja. Mientras puedas leer todo bn, no¿? jajajajajaja. Saludos =D
claudia1988 escribió:(͡° ͜ʖ ͡°) el culo de Brittany es un distractor...
Hola, jajajajajajajajaja si tu y san lo dice, vrdd tiene que ser, no¿? jajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
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