|
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
"Opening Night" en:
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Publicidad
[Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
+3
Tati.94
3:)
23l1
7 participantes
Página 7 de 12.
Página 7 de 12. • 1, 2, 3 ... 6, 7, 8 ... 10, 11, 12
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
las cosas siguen su curso,.. para bien o para mal!!!
a las universidad las dos... britt tiene que hablar con san!!!
a ver como va el fin de semana???
nos vemos!!!
Hola lu, si que si y van bn, lo que es bueno xD Mmm por lo q se supo... para mal =/ Si. Obvio, tiene q! De lo mejor¿? ajjajaja. Saludos =D
JVM escribió:Pues todo iba bien.... Haber como le va a Britt con la platica con su padre y pues aun no sabe si esta embarazada o no .....
Mientras le toca disfrutar de la morena y sus amigos
Hola, iba... tu misma lo dijiste =/ Esperemos que bn así se va bn y tranquila. Nones... esperemos y si, no¿? xD AJajaajajaja lo q es muy bueno tmbn, no¿? jajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Cap 2
Capitulo 2
Santana
Algo no andaba bien esta noche.
No sabía qué, pero algo no se sentía bien.
Quinn parecía nerviosa.
Rachel parecía ansiosa, y no podía concentrarme en ninguna de las dos porque Brittany parecía retraída.
Tomé otro sorbo de mi cerveza mientras me encontraba sentado en el sofá, escuchando a Marley parlotear sobre el juego de la próxima semana.
Luchaba contra el impulso de tomar a Brittany de la cocina y arrastrarla a otra habitación para averiguar qué es lo que pasaba.
Desde que me desperté de nuestra siesta más temprano este día, y me di cuenta que desapareció, sabía que algo no estaba bien.
Brittany sonreía mientras me hablaba de la visita de Rachel y la invitación para esta noche, pero se encontraba preocupada por algo.
Quería saber por qué.
Tenía que arreglar esta mierda. No la quería perturbada.
—¿Santana?—la voz de Marley interrumpió mis pensamientos.
Aparté mi mirada de la puerta de la cocina y miré a Marley. Era diferente ahora que salía con la hermana de Quinn, Kitty.
Solía ser una mujeriega que era conocida por dormir con más de una chica en una noche.
Por eso establecimos un vínculo.
Una vez también fui esa chica.
—¿Qué?—pregunté con un tono más borde en mi voz de lo que pretendía.
—¿Viste ese juego de entrenamiento de las Bucaneras la semana pasada? Su lanzadora es locamente buena.
Jugaríamos contra las Bucaneras la próxima semana.
Marley hacía hincapié acerca de perder por primera vez en la temporada contra ellas.
Tenía problemas más grandes.
—Sí, lo sabemos—le informé, luego dejé mi cerveza y me levanté.
Tenía que hablar con Brittany. Esto me volvía loca.
—¿A dónde vas?—gritó Marley.
No respondí.
Escuché a Quinn decir algo, pero las ignoré a ambas y me dirigí a la cocina.
Cuando abrí la puerta, mis ojos escanearon la habitación hasta que encontré a Brittany de pie ante el fregadero, lavando sus manos, mientras Kitty burbujeaba de alegría sobre algo que les decía.
Brittany sonrió, pero pude ver que su sonrisa no era real. Su mente se hallaba en otra parte.
—Hola, Santana—Kitty me miró, y la cabeza de Brittany se giró rápidamente, sus ojos se encontraron con los míos.
—¿Puedo robarte a Britt por un minuto?—pregunté, sin apartar los ojos de ella.
Brittany secó sus manos en la toalla al lado del fregadero y regresó su mirada hacia Rachel y Kitty.
—Volveré a revisar las galletas en un minuto—les dijo, luego caminó hacia mí.
Le tendí mi mano hasta que deslizó la suya en la mía y la llevé a la puerta trasera de la cocina.
No quería regresar y atravesar la sala.
Marley hacía demasiadas malditas preguntas.
—¿Estás bien?—preguntó mientras cerraba la puerta detrás de nosotras.
Me giré para mirarla.
—Dime tú, porque no siento que estés bien. Algo está mal, Britt-Britt, y necesito saber qué es —dije sin soltar su mano.
Brittany comenzó a decir algo, luego se detuvo. Cerró sus ojos con fuerza y dejó escapar un suspiro de frustración.
Tenía razón en que algo andaba mal.
Me acerqué, dispuesta a protegerla de lo que fuera que la molestara. Odiaba no saber cuándo necesitaba algo.
—¿Qué pasa, cariño? Dímelo, así puedo arreglar esta mierda—susurré, dejé ir su mano para agarrar su cintura y acercarla aún más a mí.
Abrió sus ojos y me miró con tristeza.
—No quería preocuparte. No iba a decir nada sobre esto. Pero me lees demasiado bien o soy muy mala en ocultar mis sentimientos.
No me gustó lo que escuchaba.
—Hablaré con papá el jueves sobre el pago de la matrícula del año que viene. No soy optimista sobre lo que dirá. Tennessee es un largo camino desde aquí, y no estoy segura de que confíe en ti lo suficiente como para dejar que me vaya tan lejos de él de buena gana. Sé que simplemente me puedo ir sin su bendición y lo haré… pero necesito el dinero. Lo necesito para que la pague—un pequeño sollozo escapó de su boca, y la cerró, murmurando una maldición.
Eso era tan lindo, sonreiría si no me encontrara tan molesta por ser el motivo de su preocupación.
—Si no la paga, entonces haré que eso suceda, maldición. No te preocupes. Puedo vender el departamento y utilizar ese dinero para tu matrícula. Está bien. No quiero que te preocupes por esto. No te dejaré atrás, Britt.
Grandes lágrimas brotaron de sus ojos.
—Justo por eso, San. Tienes que ir. Ese es tu futuro. Es tu sueño. También me rehúso a dejar que vendas tu herencia para pagar mi matrícula universitaria. Ese departamento es tu seguridad. No lo haré. Simplemente no.
Tomé su rostro entre mis manos y limpié las lágrimas con mis pulgares.
—Entonces, no venderé el departamento si no quieres que lo haga, e iré porque es nuestro futuro. Mi sueño es una vida contigo, Britt. Esta beca sólo asegura ese futuro. Nada más. Ambas iremos con o sin el dinero de tu papá. Eso te lo prometo. Ahora, deja de preocuparte. Haré que suceda.
—Está bien—susurró.
—Confía en mí—supliqué.
Necesitaba que dejara de agobiarse.
—Lo hago. Con mi vida—respondió.
Eran momentos como este que me dejaban asombrada de que esta mujer me amara tanto.
Nunca imaginé a alguien como ella en mi vida.
El hecho de que se encontraba ahí, de que me amaba y que no tenía que temer que me dejara, hacía que todo en mi vida estuviera bien.
Ella lo arreglaba todo.
Moví mi boca a la suya y mordisqueé su suave labio inferior, antes de deslizar mi lengua en su boca para saborearla.
Mi mundo siempre se centraba cuando la sostenía en mis brazos.
Brittany se hizo hacia atrás tan pronto como mis manos se deslizaron bajo su blusa.
La sonrisa en su rostro era de verdad.
—San, se supone que debemos allá con nuestras amigas. No aquí besándonos —dijo.
—¿Por qué no? Besarse es mucho más divertido que hablar con esas payasas—contesté antes de besar la comisura de su boca y ahuecar uno de sus pechos en mi mano.
—Sanny, detente—dijo con voz ronca, la cual me dijo que estaba encendiéndose.
Demonios, ahora me quería ir.
—Tenemos que comer con ellas. Creo que Rach quiere decirnos algo. Está muy emocionada.
Rachel y Quinn estuvieron actuando demasiado extraño. Lo recordé en este momento.
De mala gana dejé que mi mano se deslizara fuera de la blusa de Brittany y la llevé hacia abajo para entrelazar mis dedos con los suyos.
—Está bien, regresemos ahí, pero pensaré en ese pequeño coño apretado tuyo durante toda la cena—contesté con un guiño.
Brittany
Tenía un momento difícil en la comida.
Santana continuaba deslizando su mano entre mis muslos, y empecé a pensar que esta falda fue una mala idea.
Cada vez que quitaba su mano, me dirigía una malvada sonrisa que era tan ridículamente sexy, era un milagro que pudiera decirle no.
—Sabes qué quieres abrirlos para mí—susurró Santana en mi oído, haciéndome temblar.
Maldita.
Un dedo solitario se arrastró por mi pierna y se deslizó bajo mi falda.
Realmente era una chica mala. No quería que esa parte de ella cambiara.
—Déjame entrar en esas bragas húmedas—susurró, de hecho hacía que mi ropa interior se humedeciera.
Terminaría dejando que me tuviera en el baño antes de que la cena finalizara.
—¿Qué le haces, morena? Demonios, está de todos los tonos de rojo posibles—dijo Marley desde el otro lado de la mesa.
La cabeza de Santana se giró rápidamente en dirección a Marley, me encontraba dividida entre la humillación por el hecho de que ahora todas sabían lo que sucedía, y temiendo que Santana la lastimara.
No sé cómo Marley con esos ojos que te daban una pena, podría ser tan distinta a lo que su cara mostraba de personalidad una vez que la conocías.
—No sé de qué demonios hablas, pero sé que no avergüenzas a mi chica. Porque si lo haces, patearé tu trasero.
Marley sólo se rió entre dientes, pero pude ver la mirada de pánico en los ojos de Kitty.
—Está bien, ustedes dos. Eso es suficiente. Marley, cierra la boca, y Santana, cálmate. Condenadas psicópatas—dijo Quinn desde la cabecera de la mesa.
Por lo menos ya no me hallaba lista para agarrar a Santana e ir a follarla en el baño.
—Antes de que San y Mar se líen a golpes sobre la mesa, quiero decir algo dijo Rachel, sonriendo hacia Quinn.
Esa mirada de adoración delató lo que diría antes de que pudiera decirlo.
Ahora sabía de qué se trataba.
Estiré la mano y apreté la mano de Santana.
—Fui al médico ayer. Tendremos un bebé—dijo Rachel con la sonrisa más grande que nunca vi en su rostro.
Marley dejó escapar un alarido.
—Maldición, ustedes dos. Eso es asombroso.
Kitty saltó de su asiento y corrió a abrazar a Rachel, luego se lanzó a los brazos de su hermana.
Vi como Quinn le sonrió a su hermana, riéndose de sus lágrimas de felicidad.
Cuando se enteró de que salía con su mejor amiga, se puso furiosa. Todos ellos se llevaban bien ahora.
Ayudó que Marley besaba el suelo por donde pisaba. A Quinn le gustaba eso.
Rachel miró hacia Santana por primera vez.
Me pregunté cómo tomaría esto mi morena.
Sabía que me amaba, pero a Rachel también. Mucho, pero diferente.
Apretó mi mano, luego la soltó antes de levantarse y caminar alrededor de la mesa para tirar de Rachel en sus brazos y abrazarla.
La vi susurrarle algo al oído, y la castaña se rio.
No entendí su relación al inicio. Era difícil de entender.
Con el tiempo comprendí que aunque ellas no eran parientes, en sus corazones lo eran.
Eso era algo que podía entender.
Sentía lo mismo por Sam. Crecí con Sam y Casey Evans.
Aunque mi corazón siempre perteneció a Casey, amaba a Sam como si fuera mi familia.
Cuando Casey murió, lloré con Sam. Tuvimos ese vínculo.
Así que, lo de Rachel y Santana tenía sentido completamente.
No quisieron a la misma persona y lo perdieron, pero lucharon para vivir y sobrevivir juntas.
El abandono de sus familias, a medida que crecían, era más fácil porque se tenían la una a la otra.
Perder a Casey me rompió, pero también rompió a Sam.
Casey fue su hermana gemela. Su otra mitad.
Nos aferramos el uno al otro para sobrevivir.
Mi corazón se encontraba lleno.
Santana tenía amigos tan maravillosos.
Cada uno de ellos me aceptó como parte de su grupo con los brazos abiertos.
Al verlos ser tan felices por Rachel y Quinn hizo que mi corazón se inflamara.
Quizás con Santana pronto tendríamos esa felicidad si todo salía bien.
Me puse en pie y me acerqué a felicitar a Quinn, luego me giré hacia Rachel mientras Santana la dejaba ir.
—Felicitaciones—le dije y la abracé—Serás una mamá maravillosa.
Ya era una tía maravillosa.
La vi con Aria, su sobrina.
—Gracias. Estoy tan contenta de que San te tenga ahora—susurró.
Esto era el por qué se preocupaba por nosotras.
Sabía que su vida estaba a punto de cambiar drásticamente, y ya no podía ser el hombro en el que Santana se apoyara.
Me necesitaba.
Los brazos de Santana se deslizaron alrededor de mi cintura y me atrajo a su lado. Me acurruqué contra ella mientras Marley le daba un abrazo a Quinn y la llamaba mamá.
Kitty ya le preguntaba a Rachel sobre los nombres para el bebé, y disfrutaba observando todo.
Esta era la felicidad.
Ser parte de ella era una experiencia asombrosa.
Y quizás yo nosotras seríamos las protagonistas.
—¿Eres feliz?—le pregunté a Santana mientras miraba su rostro.
Movió la vista hacia mí.
—Completamente. Cuando éramos niñas, siempre pensé que todo lo que tendríamos era la una a la otra. Pero tuvimos suerte. Rach encontró a Quinn, y yo te encontré a ti.
Presioné un beso en su pecho y volví a mirar a las demás en la habitación.
Incluso si mi papá no me ayudaba a ir a Tennessee, encontraríamos una manera.
Quinn y Rachel superaron algo mucho más difícil que el dinero y la ubicación, y míralas ahora.
No sabía qué, pero algo no se sentía bien.
Quinn parecía nerviosa.
Rachel parecía ansiosa, y no podía concentrarme en ninguna de las dos porque Brittany parecía retraída.
Tomé otro sorbo de mi cerveza mientras me encontraba sentado en el sofá, escuchando a Marley parlotear sobre el juego de la próxima semana.
Luchaba contra el impulso de tomar a Brittany de la cocina y arrastrarla a otra habitación para averiguar qué es lo que pasaba.
Desde que me desperté de nuestra siesta más temprano este día, y me di cuenta que desapareció, sabía que algo no estaba bien.
Brittany sonreía mientras me hablaba de la visita de Rachel y la invitación para esta noche, pero se encontraba preocupada por algo.
Quería saber por qué.
Tenía que arreglar esta mierda. No la quería perturbada.
—¿Santana?—la voz de Marley interrumpió mis pensamientos.
Aparté mi mirada de la puerta de la cocina y miré a Marley. Era diferente ahora que salía con la hermana de Quinn, Kitty.
Solía ser una mujeriega que era conocida por dormir con más de una chica en una noche.
Por eso establecimos un vínculo.
Una vez también fui esa chica.
—¿Qué?—pregunté con un tono más borde en mi voz de lo que pretendía.
—¿Viste ese juego de entrenamiento de las Bucaneras la semana pasada? Su lanzadora es locamente buena.
Jugaríamos contra las Bucaneras la próxima semana.
Marley hacía hincapié acerca de perder por primera vez en la temporada contra ellas.
Tenía problemas más grandes.
—Sí, lo sabemos—le informé, luego dejé mi cerveza y me levanté.
Tenía que hablar con Brittany. Esto me volvía loca.
—¿A dónde vas?—gritó Marley.
No respondí.
Escuché a Quinn decir algo, pero las ignoré a ambas y me dirigí a la cocina.
Cuando abrí la puerta, mis ojos escanearon la habitación hasta que encontré a Brittany de pie ante el fregadero, lavando sus manos, mientras Kitty burbujeaba de alegría sobre algo que les decía.
Brittany sonrió, pero pude ver que su sonrisa no era real. Su mente se hallaba en otra parte.
—Hola, Santana—Kitty me miró, y la cabeza de Brittany se giró rápidamente, sus ojos se encontraron con los míos.
—¿Puedo robarte a Britt por un minuto?—pregunté, sin apartar los ojos de ella.
Brittany secó sus manos en la toalla al lado del fregadero y regresó su mirada hacia Rachel y Kitty.
—Volveré a revisar las galletas en un minuto—les dijo, luego caminó hacia mí.
Le tendí mi mano hasta que deslizó la suya en la mía y la llevé a la puerta trasera de la cocina.
No quería regresar y atravesar la sala.
Marley hacía demasiadas malditas preguntas.
—¿Estás bien?—preguntó mientras cerraba la puerta detrás de nosotras.
Me giré para mirarla.
—Dime tú, porque no siento que estés bien. Algo está mal, Britt-Britt, y necesito saber qué es —dije sin soltar su mano.
Brittany comenzó a decir algo, luego se detuvo. Cerró sus ojos con fuerza y dejó escapar un suspiro de frustración.
Tenía razón en que algo andaba mal.
Me acerqué, dispuesta a protegerla de lo que fuera que la molestara. Odiaba no saber cuándo necesitaba algo.
—¿Qué pasa, cariño? Dímelo, así puedo arreglar esta mierda—susurré, dejé ir su mano para agarrar su cintura y acercarla aún más a mí.
Abrió sus ojos y me miró con tristeza.
—No quería preocuparte. No iba a decir nada sobre esto. Pero me lees demasiado bien o soy muy mala en ocultar mis sentimientos.
No me gustó lo que escuchaba.
—Hablaré con papá el jueves sobre el pago de la matrícula del año que viene. No soy optimista sobre lo que dirá. Tennessee es un largo camino desde aquí, y no estoy segura de que confíe en ti lo suficiente como para dejar que me vaya tan lejos de él de buena gana. Sé que simplemente me puedo ir sin su bendición y lo haré… pero necesito el dinero. Lo necesito para que la pague—un pequeño sollozo escapó de su boca, y la cerró, murmurando una maldición.
Eso era tan lindo, sonreiría si no me encontrara tan molesta por ser el motivo de su preocupación.
—Si no la paga, entonces haré que eso suceda, maldición. No te preocupes. Puedo vender el departamento y utilizar ese dinero para tu matrícula. Está bien. No quiero que te preocupes por esto. No te dejaré atrás, Britt.
Grandes lágrimas brotaron de sus ojos.
—Justo por eso, San. Tienes que ir. Ese es tu futuro. Es tu sueño. También me rehúso a dejar que vendas tu herencia para pagar mi matrícula universitaria. Ese departamento es tu seguridad. No lo haré. Simplemente no.
Tomé su rostro entre mis manos y limpié las lágrimas con mis pulgares.
—Entonces, no venderé el departamento si no quieres que lo haga, e iré porque es nuestro futuro. Mi sueño es una vida contigo, Britt. Esta beca sólo asegura ese futuro. Nada más. Ambas iremos con o sin el dinero de tu papá. Eso te lo prometo. Ahora, deja de preocuparte. Haré que suceda.
—Está bien—susurró.
—Confía en mí—supliqué.
Necesitaba que dejara de agobiarse.
—Lo hago. Con mi vida—respondió.
Eran momentos como este que me dejaban asombrada de que esta mujer me amara tanto.
Nunca imaginé a alguien como ella en mi vida.
El hecho de que se encontraba ahí, de que me amaba y que no tenía que temer que me dejara, hacía que todo en mi vida estuviera bien.
Ella lo arreglaba todo.
Moví mi boca a la suya y mordisqueé su suave labio inferior, antes de deslizar mi lengua en su boca para saborearla.
Mi mundo siempre se centraba cuando la sostenía en mis brazos.
Brittany se hizo hacia atrás tan pronto como mis manos se deslizaron bajo su blusa.
La sonrisa en su rostro era de verdad.
—San, se supone que debemos allá con nuestras amigas. No aquí besándonos —dijo.
—¿Por qué no? Besarse es mucho más divertido que hablar con esas payasas—contesté antes de besar la comisura de su boca y ahuecar uno de sus pechos en mi mano.
—Sanny, detente—dijo con voz ronca, la cual me dijo que estaba encendiéndose.
Demonios, ahora me quería ir.
—Tenemos que comer con ellas. Creo que Rach quiere decirnos algo. Está muy emocionada.
Rachel y Quinn estuvieron actuando demasiado extraño. Lo recordé en este momento.
De mala gana dejé que mi mano se deslizara fuera de la blusa de Brittany y la llevé hacia abajo para entrelazar mis dedos con los suyos.
—Está bien, regresemos ahí, pero pensaré en ese pequeño coño apretado tuyo durante toda la cena—contesté con un guiño.
Brittany
Tenía un momento difícil en la comida.
Santana continuaba deslizando su mano entre mis muslos, y empecé a pensar que esta falda fue una mala idea.
Cada vez que quitaba su mano, me dirigía una malvada sonrisa que era tan ridículamente sexy, era un milagro que pudiera decirle no.
—Sabes qué quieres abrirlos para mí—susurró Santana en mi oído, haciéndome temblar.
Maldita.
Un dedo solitario se arrastró por mi pierna y se deslizó bajo mi falda.
Realmente era una chica mala. No quería que esa parte de ella cambiara.
—Déjame entrar en esas bragas húmedas—susurró, de hecho hacía que mi ropa interior se humedeciera.
Terminaría dejando que me tuviera en el baño antes de que la cena finalizara.
—¿Qué le haces, morena? Demonios, está de todos los tonos de rojo posibles—dijo Marley desde el otro lado de la mesa.
La cabeza de Santana se giró rápidamente en dirección a Marley, me encontraba dividida entre la humillación por el hecho de que ahora todas sabían lo que sucedía, y temiendo que Santana la lastimara.
No sé cómo Marley con esos ojos que te daban una pena, podría ser tan distinta a lo que su cara mostraba de personalidad una vez que la conocías.
—No sé de qué demonios hablas, pero sé que no avergüenzas a mi chica. Porque si lo haces, patearé tu trasero.
Marley sólo se rió entre dientes, pero pude ver la mirada de pánico en los ojos de Kitty.
—Está bien, ustedes dos. Eso es suficiente. Marley, cierra la boca, y Santana, cálmate. Condenadas psicópatas—dijo Quinn desde la cabecera de la mesa.
Por lo menos ya no me hallaba lista para agarrar a Santana e ir a follarla en el baño.
—Antes de que San y Mar se líen a golpes sobre la mesa, quiero decir algo dijo Rachel, sonriendo hacia Quinn.
Esa mirada de adoración delató lo que diría antes de que pudiera decirlo.
Ahora sabía de qué se trataba.
Estiré la mano y apreté la mano de Santana.
—Fui al médico ayer. Tendremos un bebé—dijo Rachel con la sonrisa más grande que nunca vi en su rostro.
Marley dejó escapar un alarido.
—Maldición, ustedes dos. Eso es asombroso.
Kitty saltó de su asiento y corrió a abrazar a Rachel, luego se lanzó a los brazos de su hermana.
Vi como Quinn le sonrió a su hermana, riéndose de sus lágrimas de felicidad.
Cuando se enteró de que salía con su mejor amiga, se puso furiosa. Todos ellos se llevaban bien ahora.
Ayudó que Marley besaba el suelo por donde pisaba. A Quinn le gustaba eso.
Rachel miró hacia Santana por primera vez.
Me pregunté cómo tomaría esto mi morena.
Sabía que me amaba, pero a Rachel también. Mucho, pero diferente.
Apretó mi mano, luego la soltó antes de levantarse y caminar alrededor de la mesa para tirar de Rachel en sus brazos y abrazarla.
La vi susurrarle algo al oído, y la castaña se rio.
No entendí su relación al inicio. Era difícil de entender.
Con el tiempo comprendí que aunque ellas no eran parientes, en sus corazones lo eran.
Eso era algo que podía entender.
Sentía lo mismo por Sam. Crecí con Sam y Casey Evans.
Aunque mi corazón siempre perteneció a Casey, amaba a Sam como si fuera mi familia.
Cuando Casey murió, lloré con Sam. Tuvimos ese vínculo.
Así que, lo de Rachel y Santana tenía sentido completamente.
No quisieron a la misma persona y lo perdieron, pero lucharon para vivir y sobrevivir juntas.
El abandono de sus familias, a medida que crecían, era más fácil porque se tenían la una a la otra.
Perder a Casey me rompió, pero también rompió a Sam.
Casey fue su hermana gemela. Su otra mitad.
Nos aferramos el uno al otro para sobrevivir.
Mi corazón se encontraba lleno.
Santana tenía amigos tan maravillosos.
Cada uno de ellos me aceptó como parte de su grupo con los brazos abiertos.
Al verlos ser tan felices por Rachel y Quinn hizo que mi corazón se inflamara.
Quizás con Santana pronto tendríamos esa felicidad si todo salía bien.
Me puse en pie y me acerqué a felicitar a Quinn, luego me giré hacia Rachel mientras Santana la dejaba ir.
—Felicitaciones—le dije y la abracé—Serás una mamá maravillosa.
Ya era una tía maravillosa.
La vi con Aria, su sobrina.
—Gracias. Estoy tan contenta de que San te tenga ahora—susurró.
Esto era el por qué se preocupaba por nosotras.
Sabía que su vida estaba a punto de cambiar drásticamente, y ya no podía ser el hombro en el que Santana se apoyara.
Me necesitaba.
Los brazos de Santana se deslizaron alrededor de mi cintura y me atrajo a su lado. Me acurruqué contra ella mientras Marley le daba un abrazo a Quinn y la llamaba mamá.
Kitty ya le preguntaba a Rachel sobre los nombres para el bebé, y disfrutaba observando todo.
Esta era la felicidad.
Ser parte de ella era una experiencia asombrosa.
Y quizás yo nosotras seríamos las protagonistas.
—¿Eres feliz?—le pregunté a Santana mientras miraba su rostro.
Movió la vista hacia mí.
—Completamente. Cuando éramos niñas, siempre pensé que todo lo que tendríamos era la una a la otra. Pero tuvimos suerte. Rach encontró a Quinn, y yo te encontré a ti.
Presioné un beso en su pecho y volví a mirar a las demás en la habitación.
Incluso si mi papá no me ayudaba a ir a Tennessee, encontraríamos una manera.
Quinn y Rachel superaron algo mucho más difícil que el dinero y la ubicación, y míralas ahora.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
mmmm todo color de rosas!!!
san da hasta el ultimo suspiro por britt y eso es bueno,..
bebe a bordo jajaj no es e de san pero bueno sobrinooo!!!
nos vemos!!!
mmmm todo color de rosas!!!
san da hasta el ultimo suspiro por britt y eso es bueno,..
bebe a bordo jajaj no es e de san pero bueno sobrinooo!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
Como paso britt de estar de idilio con santana a estar comprometida con labios de pescado??????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
Que bueno que Britt le dijo sus temores a Britt y pues la familia agrandándose con Rach y aun falta Britt jajaja
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
mmmm todo color de rosas!!!
san da hasta el ultimo suspiro por britt y eso es bueno,..
bebe a bordo jajaj no es e de san pero bueno sobrinooo!!!
nos vemos!!!
Hola lu, si... lo que es bueno, pero con lo q se sabe... la tormenta¿? Si que lo es..., como espero que siga así. Jajajajjajaaj siendo faberry tmbn es bueno, no¿? jaajajajaj. Saludos =D
micky morales escribió:Como paso britt de estar de idilio con santana a estar comprometida con labios de pescado??????
Hola, esa es la pregunta q mas de un@ se hace... xq con tanto amor y calma no se sabe q pudo pasar. Aquí dejo otro cap para saber más! Saludos =D
JVM escribió:Que bueno que Britt le dijo sus temores a Britt y pues la familia agrandándose con Rach y aun falta Britt jajaja
Hola, si. De los errores se aprende, no¿? y ella esta diciendo las cosas y no guardandocelas, bn ai. SI!!!! bb faberry! q lindo!! ajjaajaj sería lo mejor! bb brittana! ajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Cap 3
Capitulo 3
Brittany
Me quedé en el pórtico de la casa de mi papá, mirando el familiar terreno que crecí amando.
Tantos recuerdos bailaban en mi cabeza.
Una vez, esos recuerdos trataban solo de Casey, mi amor de la infancia, prometido y ahora un soldado caído.
Ella fue mi mundo incluso después de su muerte, hasta que Santana López llegó caminando a mi vida con arrogancia y una boca traviesa.
No era para nada como Casey, pero me enamoré de ella de todos modos.
Sonriendo, agarré mi vaso de té dulce y tomé un sorbo. Esperaba que papá volviera de su viaje al corral. Íbamos a almorzar juntos hoy, pero su nuevo peón se reportó enfermo esta mañana.
Casi llegaba aquí cuando papá me llamó para cancelar, así que decidí venir y simplemente disfrutar de la paz y la tranquilidad por un tiempo.
Quería quedarme y ver a papá hoy.
Al principio, fue duro dejarlo.
Cuando mi mamá murió, yo seguía siendo tan joven. A través de la pena y el dolor, papá y yo nos hicimos más fuertes juntos.
Dejarlo me hizo sentir culpable, pero ya había el tiempo.
No podía quedarme con él para siempre.
—Me pareció reconocer ese Jeep estacionado enfrente—llamó la voz de Sam desde el patio delantero.
Giré la cabeza para ver al hermano gemelo de Casey bajo el arce, con las manos en sus bolsillos delanteros, sonriéndome.
No lo veía desde su receso de invierno de la universidad.
Puse mi vaso sobre el borde de madera de la barandilla del pórtico y bajé corriendo las escaleras. Sam abrió los brazos para que me lanzara.
Él fue una parte tan importante en mi vida mientras crecía como lo fue Casey.
Los tres éramos inseparables. Cuando Casey murió, Sam y yo nos acercamos. Habíamos pasado por eso permaneciendo cerca.
No me di cuenta de que Sam se encontraba listo para seguir adelante con su vida hasta que Santana entró en la mía. En cierto modo, Santana nos salvó a ambos.
Los brazos de Sam se envolvieron a mí alrededor y me levantaron del suelo.
—¡Estás en casa! ¡No sabía que vendrías a casa esta semana! Pensé que te quedaba otra semana antes de que volvieras—dije, apretándolo con fuerza.
Lo había extrañado.
Ver su rostro siempre era agridulce. Se parecía tanto a Casey.
—El semestre terminó. Es momento de disfrutar mis vacaciones de verano. ¿Qué haces aquí?—preguntó, poniéndome en el suelo delante de él.
—Vine a almorzar con papá. Sin embargo, se ha ido al corral. Su ayudante se reportó enfermo esta mañana.
Sam movió las cejas provocativamente.
—¿Por qué no almuerzas conmigo en su lugar?
—Me encantaría. Tengo un poco de ensalada de pollo en la nevera, mazorca de maíz y frijoles negros, y bizcochos en la cocina, manteniéndolos calientes. Más que suficiente para mí y papá. Ven y comeremos, y me puedes contar sobre todas las chicas a las que les rompiste el corazón este año.
Hubo un destello de inquietud en los ojos de Sam que la mayoría de las personas no notarían, pero la mayoría de la gente no creció pasando cada día de su vida con él.
Lo conocía demasiado bien.
Y porque lo conocía tan bien, decidí dejarlo pasar por ahora. Él protegía algo y lo iba a dejar.
—¿Tu ensalada de pollo casera?—preguntó con una mirada de satisfacción en su rostro.
—Síp.
—Demonios, sí—respondió, y subió las escaleras sin esperarme.
Esto era agradable.
Últimamente extrañaba la casa… papá… Sam… el pasado. No porque no fuera feliz con Santana, porque sí lo era, muy delirantemente. Era sólo que no sentía que pudiera hablar con ella de mi casa.
Santana y papá aún no se hablaban entre sí.
Cuando estaban juntos, era incómodo. A pesar de que Santana no lo mencionaba, sabía que seguía preocupado de no estar a la altura de Casey.
Si alguna vez mencionaba a Casey, la mirada en el rostro de Santana lo decía todo.
Simplemente no podía ser abierta con ella sobre todo.
Nos arreglé un plato a ambos y me senté a la mesa frente a Sam. Habíamos comido juntos en esta mesa desde que yo era una niña.
Se sentía bien aún tener momentos así.
—Háblame de la universidad. ¿Aún no estás locamente enamorado?
Sam me miró y luego a su plato, entonces puso el tenedor con guisantes en su boca.
Supongo que no era algo de lo que quería hablar.
Lo que significaba que teníamos que hablar sobre ello. Siempre fue el trabajo de Casey conseguir que Sam hablara cuando tenía un problema. Había visto su dinámica por años.
Conocía a Sam tan bien como conocí a Casey.
—Habla, Sam—dije, bajando mi propio tenedor y mirándolo.
Dejó escapar un suspiro y sacudió la cabeza.
—No hay nada de qué hablar.
—Sí, y lo sé mejor que eso. No puedes mentirme —contesté.
Sam se recostó en su asiento y niveló su mirada con mis ojos.
—Está bien. No creo que la vida universitaria sea para mí. Pensé que era lo que quería. No podía esperar para salir de aquí… ya sabes, lejos de este pequeño pueblo. Pero lo extraño. Jodidamente mucho. Extraño despertarme temprano y salir antes de que el rocío se haya secado. Extraño el olor de la tierra y trabajar con el sol en mi espalda mientras realizo algo. Por tanto maldito tiempo quise dejar esta vida, y ahora sé que es mi hogar. Es lo que soy.
Entendía algo de eso.
También extrañaba la tierra. Tal vez no tanto como él, pero era una parte de ambos.
—Entonces múdate a casa. Si esta es la vida que quieres, ven a casa.
Podía ver la expresión desgarrada en sus ojos.
—Quiero hacerlo… pero mamá está tan malditamente orgullosa de mí. Por primera vez en mi vida, actúa tan orgullosa de mí como lo estuvo por Casey. Amaba a mi hermana, lo sabes, Britt, pero nunca fui tan bueno como Casey a los ojos de mamá. Ella la adoraba. Ella era a quien todos amaban—hizo una pausa y sus ojos bajaron, lejos de mí—Entiendo por qué. También la amaba. Pero es agradable sentir por una vez que estoy haciendo algo de lo que está orgullosa, a pesar de que al principio no quería que me fuera. Está contenta de haberlo hecho ahora.
Me incliné sobre la mesa y miré duro a Sam hasta que tuvo que levantar su mirada para encontrar la mía.
—Samuel Evans, escúchame, y me refiero a que me escuches bien. Tu mamá piensa que caminas sobre el agua. Te adora tanto como adoraba a Casey. ¿Cómo no podría hacerlo? Después de todo, fuiste la razón por la que todos, yo, tu mamá, tu papá, todos, superamos la muerte de Casey, y estuviste ahí en el vacío. Cuando deberías haber estado de duelo y desmoronándote, nos mantuviste a todos juntos. Tú, Sam. Tú. Si decides que quieres volver a casa y vivir aquí y tener esta vida, tu mamá estará encantada. Ella te quiere cerca, Sam. Pero más que nada, quiere que seas feliz. ¿Acaso no lo ves? Quiere que tengas una oportunidad en la vida. Quiere que llegues a vivir la vida que tu hermano no tuvo.
Una pequeña sonrisa tiró de las esquinas de sus labios. Era una sonrisa torcida que me recordó mucho a la de Casey.
—Me alegro de que estuvieras aquí hoy. Necesitaba que me enderezaras. Siempre fuiste buena para eso—bromeó Sam.
—Todos tenemos nuestros talentos—contesté, y le guiñé un ojo antes de recoger mi bizcocho.
—¿Cómo van las cosas contigo y Santana?—preguntó Sam antes de tomar otro bocado de su comida.
—Bien… no, genial. Consiguió una beca completa de Softbol para Hill Estate en Tennessee. Estoy tan orgullosa de ella.
Sam frunció el ceño.
—¿Cómo va a funcionar? No me puedo imaginar a López alejándose y dejándote atrás. La última vez que estuve aquí, ella estaba malditamente unida a ti.
El miedo devorándome volvió.
Quería creer lo mejor, pero la verdad era que existía una posibilidad de que papá pudiera decir que no.
¿Y si decía que no?
—Me voy con ella—contesté, decidiendo que hablarlo podría hacerlo cierto.
—Vaya, ¿en serio? No pensé que tu papá estaría realmente entusiasmado contigo yéndote con Santana.
No era lo que necesitaba escuchar en ese momento. Me las arreglé para encogerme de hombros con indiferencia.
—Tal vez no, pero la amo.
—Y cuando Brittany ama a alguien, los ama con fuerza y con todo su corazón. Sé eso. Lo he visto en acción—dijo Sam con una sonrisa triste que no entendí y no quería excavar más profundo y averiguarlo.
Era extraño.
Santana
Le eché un vistazo a mi teléfono de nuevo por tercera vez en diez minutos.
Se hacía tarde.
Brittany me envió un mensaje que venía de regreso de casa de su papá hace más de una hora.
No quería mandarle uno y comprobarla mientras conducía, por miedo a que bajara la vista a su teléfono y despegara sus ojos del camino. Si no llegaba aquí en los próximos diez minutos, iba a ir por ella.
—Relájate. Maldición, finalmente te tengo a solas por más de diez malditos minutos, y todo lo que haces es sentarte por ahí malhumorada y comprobar tu teléfono. Amo a Kitty como una loca, pero aun así tenemos que tomar descansos la una de la otra. Tienes que aprender a respirar sin ella bajo el brazo todo el tiempo—Marley me fruncía el ceño desde el otro lado de la mesa en Live Bay, donde me encontré con ella y Emily para escuchar el juego de Jackdown.
Brittany sabía dónde me encontraba y venía directamente hacia acá.
—Cállate—le gruñí a Marley.
Se metió un poco de su largo pelo castaño detrás de la oreja, y juro que dos personas se acercaron a la mesa sólo por eso.
La niña de ojos tristes y su pelo eran un maldito imán para las personas.
Era molesto como el infierno, ya que la mayoría de ellas venían en parejas y siempre había una mirándome.
No estaba interesada.
Nunca lo estaré.
—Oye, Marley, ¿estás sola esta noche?—dijo una de ellas, apoyándose en ella con sus pechos doble D presionados en su rostro.
—Mi chica podría no estar aquí, pero aun así no estoy disponible. Vayan a olfatear a otra parte—respondió con un movimiento de su mano.
Ni siquiera hice contacto visual con ellas. Mis ojos se encontraban fijos en la puerta, esperando que Brittany entrara.
—La próxima vez manda a una en mi dirección—dijo Emily mientras ponía su cerveza en la mesa y se sentaba a mi lado—Me voy por tres jodidos minutos y me pierdo eso. Necesito una maldita distracción. Ellas lo habrían conseguido. Ambas.
—Ve tras ellas. Estoy segura de que estarían al cien por ese estilo elegante, pero liberal les encantara, eres encantadora Em. Hace falta más que una Barbie de Malibú para aceptarte—Marley resumió bien a Emily.
La morena era linda. A las personas les gustaba, pero entonces ella hablaba de la naturaleza y ellas salían corriendo.
—Tienes razón. Esas dos no habrían sido capaces de manejarme. Incluso aunque fuera con ambas.
No era una imagen mental que necesitara.
¿Dónde demonios se encontraba Brittany?
La puerta se abrió y ella entró como si la hubiera convocado con mi desesperación.
Su largo cabello rubio se hallaba suelto y al viento, encrespándose alrededor de sus hombros. Los pantalones cortos que llevaba una vez habían sido un par de sus vaqueros favoritos.
Los había cortado, y aunque se veía jodidamente increíble, los cortó demasiado.
La camiseta ajustada que tenía puesta era la que compró para usar en mis juegos el año pasado. Tenía mi número escrito en ella.
Emily dejó escapar un silbido.
—Maldición, López, cuando decides jodidamente establecerte, seguro que escoges algo de primera selección porque…
—No. Termines. Ese. Pensamiento—la interrumpí antes de que pudiera molestarme por completo.
Emily la miraba, al igual que cada persona en el maldito bar.
Me levanté y fui a buscar lo que era mío.
—¡Ve por ella!—gritó Marley con una gran carcajada.
La idiota sabía lo que se sentía que tu chica fuera observada. Ella lidiaba con eso tan bien como yo.
Sólo era una imbécil cuando quería serlo.
—Hola—los ojos de Brittany se iluminaron cuando me vio caminar a través de la multitud para alcanzarla.
No le respondí.
La necesitaba primero.
Tirándola contra mí, lamí su labio inferior antes de deslizar mi lengua con avidez en su boca.
Extrañé su sabor hoy.
Se había ido por demasiado tiempo.
Riendo, Brittany se apartó antes de que me olvidara por completo en dónde estábamos, y me sonrió.
—También te extrañé —dijo.
—Como una loca—le aseguré.
No pensé en otra cosa mientras ella no estaba.
—Papá dijo que pagaría por ello.
Tenía la intención de decirle que no me iría a Tennessee sin ella. Había estado preparada para hacer que sucediera o no ir. Pero escucharla decir que no tendríamos que superar ese obstáculo fue como si la maldita pared de mierda acabara de ser levantada de mi jodido pecho.
Podría tomar una respiración profunda.
—Caliente infierno—gruñí, y la tiré más duro contra mí—Te necesito. Ahora.
Me encontraba lista para llevarla afuera y celebrar. Brittany, sin embargo, me agitó sus pestañas, lo que significaba que quería hacer otra cosa y estaba siendo adorable para poder salirse con la suya.
—Vamos a bailar primero—dijo, agarrando mi brazo y tirándome hacia la pista de baile cubierta con cuerpos sudorosos.
El DJ se encargaba de la música. “Hot In Herre” de Nelly comenzó a sonar, y Brittany me miró con una sonrisa maliciosa. Me encontraba en problemas.
Podríamos terminar follando en el maldito Mustang.
Dejé que me tirara en medio de los cuerpos moviéndose y la miré mientras pasaba sus manos por mi pecho, deteniéndose para jugar con mis pezones perforados sobre mi sujetador, antes de que comenzara a moverse de una manera que sólo quería que lo hiciera en la intimidad de nuestro departamento.
Maldita sea.
Cuando comenzó a deslizar su cuerpo hacia abajo hasta que se encontraba en cuclillas con su boca al nivel de mi cremallera, decidí que no llegaríamos hasta la siguiente canción.
Bajando la mano, la levanté, y ella tiró la cabeza hacia atrás y se rio a carcajadas.
Mi chica traviesa quería jugar.
Bien. Jugaríamos.
Deslicé una pierna entre las suyas, presionando entre esos pequeños pantalones que usaba, luego agarré su pequeño culo apretado, tirándolo contra mí antes de balancear mis caderas con la música.
El fuego en sus ojos fue instantáneo.
Brittany puso las palmas contra mi pecho y cerró los ojos. Cuando su boca estuvo floja y se abrió lentamente, sabía que había tenido suficiente. Agarré su mano y la saqué de la pista de baile, directo hacia la puerta.
Cuando salimos a la cálida brisa de la noche, mi pulso golpeó más alto.
La llevaba al Mustang. No sería capaz de esperar.
—¿A dónde vamos?—preguntó Brittany sin aliento.
—Mi auto—contesté, tirándola hacia el estacionamiento oscuro—Estuve caliente apenas entraste, chica. No necesitaba más estímulo.
Abrí de un tirón la puerta del pasajero. Deslicé el asiento hacia atrás tanto como se podía, luego retrocedí y me senté, jalándola a mi regazo antes de cerrar la puerta.
—En mi auto, Britt-Britt—gruñí, agarrando su cabeza y tirando de su sorprendida boca para poder invadirla con mi lengua de la forma en que estaba a punto de invadir su cuerpo—Jodidos pantalones. Tan malditamente cortos—murmuré contra sus labios.
Se sentó a horcajadas, poniendo sus rodillas a cada lado de mis piernas, y presionó su calor en mi contra. Incluso a través de los pantalones podía sentir cuán lista se encontraba ya.
Deslicé mis manos bajo su camiseta y desabroché el sujetador, dejando su camiseta puesta en caso de que alguien caminara por ahí.
No quería que nadie viera sus pechos. Esos eran míos.
Sólo míos.
Tomé pequeños mordiscos de su cuello y hombros. Brittany siempre sabía tan bien.
En todas partes.
—Cuando lleguemos a casa, voy a disfrutarte. Cada parte. Pero en este momento, necesito que estemos unidas. Sácate esos pantalones.
Brittany se retiró y sus ojos estaban cubiertos con deseo. La observé mientras desabrochaba sus pantalones cortos y comenzó a menearse fuera de ellos y sus bragas mientras se sentaba en mi regazo.
Estiré la mano y le bajé el resto.
—Recuéstate—susurré, acomodándola en mi regazo para que su espalda estuviera contra mi pecho.
Abrí sus piernas y pasé las manos por el interior de sus muslos. Su piel era tan suave, siempre me fascinó.
—Por favor, San—rogó mientras mis dedos recorrían el pliegue de su pierna apenas rozando su centro.
—¿Por favor, qué, Britt? Dime—dije mientras su cabeza caía en mi hombro y dejó escapar un suspiro de frustración, haciéndome sonreír.
—Tócame.
—Mi jodido placer—contesté, deslizando un dedo entre sus pliegues húmedos y haciéndola saltar en mi regazo.
Se encontraba más que lista para mí y yo lo estaba para ella.
Deslicé mi dedo en su calor un par de veces y la dejé disfrutar de mi toque juguetón antes de que no pudiera soportarlo más.
—Extiéndelas más—dije mientras se acomodaba en mi regazo y la volví a penetrar.
Ambas gemimos de placer mientras su cuerpo se ajustó para adaptarse a mí.
—Maldición—gemí, no esperaba que fuera tan ansiosa—¿Lo quieres duro esta noche?—pregunté.
—Sí. Quiero ser follada duro—susurró.
—Me hablas así y me voy a correr malditamente rápido—gemí.
No bromeaba cuando dijo que lo quería duro esta noche. Se lo daría a mi rubia traviesa si eso era lo que quería.
Deslizando mi mano libre entre sus piernas, di golpecitos en su clítoris, provocándole un grito sorprendido.
—Oh, sí—gimió.
—Monta mis dedos, Britt, y mantendré este bonito coño feliz—dije, sintiéndola temblar contra mí.
—Dios, San. Me voy a correr rápido si me tocas.
Me reí contra su oído.
—Eso es algo bueno, porque si sigues así me voy a correr jodidamente rápido. Especialmente si me hablas sucio.
Giró la cabeza para mirarme. Podía ver el brillo en su mirada. Estaba excitada.
Acababa de pedirlo y ella estaba a punto de probarlo.
Maldición.
Levantó su culo de nuevo y apreté su clítoris justo cuando volvió a caer sobre mí.
Su fuerte grito de placer me hizo sonreír.
—Me voy a correr. Joder, te sientes bien. Tan bien dentro de mí. Quiero sentirte terminar en mi interior. Córrete conmigo, San—rogó.
Estaba tan cerca.
Pasé mi pulgar sobre su clítoris un par de veces más y su cuerpo comenzó a temblar. Alcanzando su cintura, la levanté y empecé a controlar el ritmo.
Cuando su orgasmo comenzó y la seguía en la liberación.
Envolviendo mi brazo alrededor de su cintura, la sostuve contra mí mientras su cuerpo se sacudía con cada ola que la invadía. Lentamente empezó a relajarse en mi contra.
Seguía enterrado dentro de ella. No quería salirme aún. Me gustaba sentir su calidez.
—Te amo —dijo jadeando.
Ella era mi hogar.
Tantos recuerdos bailaban en mi cabeza.
Una vez, esos recuerdos trataban solo de Casey, mi amor de la infancia, prometido y ahora un soldado caído.
Ella fue mi mundo incluso después de su muerte, hasta que Santana López llegó caminando a mi vida con arrogancia y una boca traviesa.
No era para nada como Casey, pero me enamoré de ella de todos modos.
Sonriendo, agarré mi vaso de té dulce y tomé un sorbo. Esperaba que papá volviera de su viaje al corral. Íbamos a almorzar juntos hoy, pero su nuevo peón se reportó enfermo esta mañana.
Casi llegaba aquí cuando papá me llamó para cancelar, así que decidí venir y simplemente disfrutar de la paz y la tranquilidad por un tiempo.
Quería quedarme y ver a papá hoy.
Al principio, fue duro dejarlo.
Cuando mi mamá murió, yo seguía siendo tan joven. A través de la pena y el dolor, papá y yo nos hicimos más fuertes juntos.
Dejarlo me hizo sentir culpable, pero ya había el tiempo.
No podía quedarme con él para siempre.
—Me pareció reconocer ese Jeep estacionado enfrente—llamó la voz de Sam desde el patio delantero.
Giré la cabeza para ver al hermano gemelo de Casey bajo el arce, con las manos en sus bolsillos delanteros, sonriéndome.
No lo veía desde su receso de invierno de la universidad.
Puse mi vaso sobre el borde de madera de la barandilla del pórtico y bajé corriendo las escaleras. Sam abrió los brazos para que me lanzara.
Él fue una parte tan importante en mi vida mientras crecía como lo fue Casey.
Los tres éramos inseparables. Cuando Casey murió, Sam y yo nos acercamos. Habíamos pasado por eso permaneciendo cerca.
No me di cuenta de que Sam se encontraba listo para seguir adelante con su vida hasta que Santana entró en la mía. En cierto modo, Santana nos salvó a ambos.
Los brazos de Sam se envolvieron a mí alrededor y me levantaron del suelo.
—¡Estás en casa! ¡No sabía que vendrías a casa esta semana! Pensé que te quedaba otra semana antes de que volvieras—dije, apretándolo con fuerza.
Lo había extrañado.
Ver su rostro siempre era agridulce. Se parecía tanto a Casey.
—El semestre terminó. Es momento de disfrutar mis vacaciones de verano. ¿Qué haces aquí?—preguntó, poniéndome en el suelo delante de él.
—Vine a almorzar con papá. Sin embargo, se ha ido al corral. Su ayudante se reportó enfermo esta mañana.
Sam movió las cejas provocativamente.
—¿Por qué no almuerzas conmigo en su lugar?
—Me encantaría. Tengo un poco de ensalada de pollo en la nevera, mazorca de maíz y frijoles negros, y bizcochos en la cocina, manteniéndolos calientes. Más que suficiente para mí y papá. Ven y comeremos, y me puedes contar sobre todas las chicas a las que les rompiste el corazón este año.
Hubo un destello de inquietud en los ojos de Sam que la mayoría de las personas no notarían, pero la mayoría de la gente no creció pasando cada día de su vida con él.
Lo conocía demasiado bien.
Y porque lo conocía tan bien, decidí dejarlo pasar por ahora. Él protegía algo y lo iba a dejar.
—¿Tu ensalada de pollo casera?—preguntó con una mirada de satisfacción en su rostro.
—Síp.
—Demonios, sí—respondió, y subió las escaleras sin esperarme.
Esto era agradable.
Últimamente extrañaba la casa… papá… Sam… el pasado. No porque no fuera feliz con Santana, porque sí lo era, muy delirantemente. Era sólo que no sentía que pudiera hablar con ella de mi casa.
Santana y papá aún no se hablaban entre sí.
Cuando estaban juntos, era incómodo. A pesar de que Santana no lo mencionaba, sabía que seguía preocupado de no estar a la altura de Casey.
Si alguna vez mencionaba a Casey, la mirada en el rostro de Santana lo decía todo.
Simplemente no podía ser abierta con ella sobre todo.
Nos arreglé un plato a ambos y me senté a la mesa frente a Sam. Habíamos comido juntos en esta mesa desde que yo era una niña.
Se sentía bien aún tener momentos así.
—Háblame de la universidad. ¿Aún no estás locamente enamorado?
Sam me miró y luego a su plato, entonces puso el tenedor con guisantes en su boca.
Supongo que no era algo de lo que quería hablar.
Lo que significaba que teníamos que hablar sobre ello. Siempre fue el trabajo de Casey conseguir que Sam hablara cuando tenía un problema. Había visto su dinámica por años.
Conocía a Sam tan bien como conocí a Casey.
—Habla, Sam—dije, bajando mi propio tenedor y mirándolo.
Dejó escapar un suspiro y sacudió la cabeza.
—No hay nada de qué hablar.
—Sí, y lo sé mejor que eso. No puedes mentirme —contesté.
Sam se recostó en su asiento y niveló su mirada con mis ojos.
—Está bien. No creo que la vida universitaria sea para mí. Pensé que era lo que quería. No podía esperar para salir de aquí… ya sabes, lejos de este pequeño pueblo. Pero lo extraño. Jodidamente mucho. Extraño despertarme temprano y salir antes de que el rocío se haya secado. Extraño el olor de la tierra y trabajar con el sol en mi espalda mientras realizo algo. Por tanto maldito tiempo quise dejar esta vida, y ahora sé que es mi hogar. Es lo que soy.
Entendía algo de eso.
También extrañaba la tierra. Tal vez no tanto como él, pero era una parte de ambos.
—Entonces múdate a casa. Si esta es la vida que quieres, ven a casa.
Podía ver la expresión desgarrada en sus ojos.
—Quiero hacerlo… pero mamá está tan malditamente orgullosa de mí. Por primera vez en mi vida, actúa tan orgullosa de mí como lo estuvo por Casey. Amaba a mi hermana, lo sabes, Britt, pero nunca fui tan bueno como Casey a los ojos de mamá. Ella la adoraba. Ella era a quien todos amaban—hizo una pausa y sus ojos bajaron, lejos de mí—Entiendo por qué. También la amaba. Pero es agradable sentir por una vez que estoy haciendo algo de lo que está orgullosa, a pesar de que al principio no quería que me fuera. Está contenta de haberlo hecho ahora.
Me incliné sobre la mesa y miré duro a Sam hasta que tuvo que levantar su mirada para encontrar la mía.
—Samuel Evans, escúchame, y me refiero a que me escuches bien. Tu mamá piensa que caminas sobre el agua. Te adora tanto como adoraba a Casey. ¿Cómo no podría hacerlo? Después de todo, fuiste la razón por la que todos, yo, tu mamá, tu papá, todos, superamos la muerte de Casey, y estuviste ahí en el vacío. Cuando deberías haber estado de duelo y desmoronándote, nos mantuviste a todos juntos. Tú, Sam. Tú. Si decides que quieres volver a casa y vivir aquí y tener esta vida, tu mamá estará encantada. Ella te quiere cerca, Sam. Pero más que nada, quiere que seas feliz. ¿Acaso no lo ves? Quiere que tengas una oportunidad en la vida. Quiere que llegues a vivir la vida que tu hermano no tuvo.
Una pequeña sonrisa tiró de las esquinas de sus labios. Era una sonrisa torcida que me recordó mucho a la de Casey.
—Me alegro de que estuvieras aquí hoy. Necesitaba que me enderezaras. Siempre fuiste buena para eso—bromeó Sam.
—Todos tenemos nuestros talentos—contesté, y le guiñé un ojo antes de recoger mi bizcocho.
—¿Cómo van las cosas contigo y Santana?—preguntó Sam antes de tomar otro bocado de su comida.
—Bien… no, genial. Consiguió una beca completa de Softbol para Hill Estate en Tennessee. Estoy tan orgullosa de ella.
Sam frunció el ceño.
—¿Cómo va a funcionar? No me puedo imaginar a López alejándose y dejándote atrás. La última vez que estuve aquí, ella estaba malditamente unida a ti.
El miedo devorándome volvió.
Quería creer lo mejor, pero la verdad era que existía una posibilidad de que papá pudiera decir que no.
¿Y si decía que no?
—Me voy con ella—contesté, decidiendo que hablarlo podría hacerlo cierto.
—Vaya, ¿en serio? No pensé que tu papá estaría realmente entusiasmado contigo yéndote con Santana.
No era lo que necesitaba escuchar en ese momento. Me las arreglé para encogerme de hombros con indiferencia.
—Tal vez no, pero la amo.
—Y cuando Brittany ama a alguien, los ama con fuerza y con todo su corazón. Sé eso. Lo he visto en acción—dijo Sam con una sonrisa triste que no entendí y no quería excavar más profundo y averiguarlo.
Era extraño.
Santana
Le eché un vistazo a mi teléfono de nuevo por tercera vez en diez minutos.
Se hacía tarde.
Brittany me envió un mensaje que venía de regreso de casa de su papá hace más de una hora.
No quería mandarle uno y comprobarla mientras conducía, por miedo a que bajara la vista a su teléfono y despegara sus ojos del camino. Si no llegaba aquí en los próximos diez minutos, iba a ir por ella.
—Relájate. Maldición, finalmente te tengo a solas por más de diez malditos minutos, y todo lo que haces es sentarte por ahí malhumorada y comprobar tu teléfono. Amo a Kitty como una loca, pero aun así tenemos que tomar descansos la una de la otra. Tienes que aprender a respirar sin ella bajo el brazo todo el tiempo—Marley me fruncía el ceño desde el otro lado de la mesa en Live Bay, donde me encontré con ella y Emily para escuchar el juego de Jackdown.
Brittany sabía dónde me encontraba y venía directamente hacia acá.
—Cállate—le gruñí a Marley.
Se metió un poco de su largo pelo castaño detrás de la oreja, y juro que dos personas se acercaron a la mesa sólo por eso.
La niña de ojos tristes y su pelo eran un maldito imán para las personas.
Era molesto como el infierno, ya que la mayoría de ellas venían en parejas y siempre había una mirándome.
No estaba interesada.
Nunca lo estaré.
—Oye, Marley, ¿estás sola esta noche?—dijo una de ellas, apoyándose en ella con sus pechos doble D presionados en su rostro.
—Mi chica podría no estar aquí, pero aun así no estoy disponible. Vayan a olfatear a otra parte—respondió con un movimiento de su mano.
Ni siquiera hice contacto visual con ellas. Mis ojos se encontraban fijos en la puerta, esperando que Brittany entrara.
—La próxima vez manda a una en mi dirección—dijo Emily mientras ponía su cerveza en la mesa y se sentaba a mi lado—Me voy por tres jodidos minutos y me pierdo eso. Necesito una maldita distracción. Ellas lo habrían conseguido. Ambas.
—Ve tras ellas. Estoy segura de que estarían al cien por ese estilo elegante, pero liberal les encantara, eres encantadora Em. Hace falta más que una Barbie de Malibú para aceptarte—Marley resumió bien a Emily.
La morena era linda. A las personas les gustaba, pero entonces ella hablaba de la naturaleza y ellas salían corriendo.
—Tienes razón. Esas dos no habrían sido capaces de manejarme. Incluso aunque fuera con ambas.
No era una imagen mental que necesitara.
¿Dónde demonios se encontraba Brittany?
La puerta se abrió y ella entró como si la hubiera convocado con mi desesperación.
Su largo cabello rubio se hallaba suelto y al viento, encrespándose alrededor de sus hombros. Los pantalones cortos que llevaba una vez habían sido un par de sus vaqueros favoritos.
Los había cortado, y aunque se veía jodidamente increíble, los cortó demasiado.
La camiseta ajustada que tenía puesta era la que compró para usar en mis juegos el año pasado. Tenía mi número escrito en ella.
Emily dejó escapar un silbido.
—Maldición, López, cuando decides jodidamente establecerte, seguro que escoges algo de primera selección porque…
—No. Termines. Ese. Pensamiento—la interrumpí antes de que pudiera molestarme por completo.
Emily la miraba, al igual que cada persona en el maldito bar.
Me levanté y fui a buscar lo que era mío.
—¡Ve por ella!—gritó Marley con una gran carcajada.
La idiota sabía lo que se sentía que tu chica fuera observada. Ella lidiaba con eso tan bien como yo.
Sólo era una imbécil cuando quería serlo.
—Hola—los ojos de Brittany se iluminaron cuando me vio caminar a través de la multitud para alcanzarla.
No le respondí.
La necesitaba primero.
Tirándola contra mí, lamí su labio inferior antes de deslizar mi lengua con avidez en su boca.
Extrañé su sabor hoy.
Se había ido por demasiado tiempo.
Riendo, Brittany se apartó antes de que me olvidara por completo en dónde estábamos, y me sonrió.
—También te extrañé —dijo.
—Como una loca—le aseguré.
No pensé en otra cosa mientras ella no estaba.
—Papá dijo que pagaría por ello.
Tenía la intención de decirle que no me iría a Tennessee sin ella. Había estado preparada para hacer que sucediera o no ir. Pero escucharla decir que no tendríamos que superar ese obstáculo fue como si la maldita pared de mierda acabara de ser levantada de mi jodido pecho.
Podría tomar una respiración profunda.
—Caliente infierno—gruñí, y la tiré más duro contra mí—Te necesito. Ahora.
Me encontraba lista para llevarla afuera y celebrar. Brittany, sin embargo, me agitó sus pestañas, lo que significaba que quería hacer otra cosa y estaba siendo adorable para poder salirse con la suya.
—Vamos a bailar primero—dijo, agarrando mi brazo y tirándome hacia la pista de baile cubierta con cuerpos sudorosos.
El DJ se encargaba de la música. “Hot In Herre” de Nelly comenzó a sonar, y Brittany me miró con una sonrisa maliciosa. Me encontraba en problemas.
Podríamos terminar follando en el maldito Mustang.
Dejé que me tirara en medio de los cuerpos moviéndose y la miré mientras pasaba sus manos por mi pecho, deteniéndose para jugar con mis pezones perforados sobre mi sujetador, antes de que comenzara a moverse de una manera que sólo quería que lo hiciera en la intimidad de nuestro departamento.
Maldita sea.
Cuando comenzó a deslizar su cuerpo hacia abajo hasta que se encontraba en cuclillas con su boca al nivel de mi cremallera, decidí que no llegaríamos hasta la siguiente canción.
Bajando la mano, la levanté, y ella tiró la cabeza hacia atrás y se rio a carcajadas.
Mi chica traviesa quería jugar.
Bien. Jugaríamos.
Deslicé una pierna entre las suyas, presionando entre esos pequeños pantalones que usaba, luego agarré su pequeño culo apretado, tirándolo contra mí antes de balancear mis caderas con la música.
El fuego en sus ojos fue instantáneo.
Brittany puso las palmas contra mi pecho y cerró los ojos. Cuando su boca estuvo floja y se abrió lentamente, sabía que había tenido suficiente. Agarré su mano y la saqué de la pista de baile, directo hacia la puerta.
Cuando salimos a la cálida brisa de la noche, mi pulso golpeó más alto.
La llevaba al Mustang. No sería capaz de esperar.
—¿A dónde vamos?—preguntó Brittany sin aliento.
—Mi auto—contesté, tirándola hacia el estacionamiento oscuro—Estuve caliente apenas entraste, chica. No necesitaba más estímulo.
Abrí de un tirón la puerta del pasajero. Deslicé el asiento hacia atrás tanto como se podía, luego retrocedí y me senté, jalándola a mi regazo antes de cerrar la puerta.
—En mi auto, Britt-Britt—gruñí, agarrando su cabeza y tirando de su sorprendida boca para poder invadirla con mi lengua de la forma en que estaba a punto de invadir su cuerpo—Jodidos pantalones. Tan malditamente cortos—murmuré contra sus labios.
Se sentó a horcajadas, poniendo sus rodillas a cada lado de mis piernas, y presionó su calor en mi contra. Incluso a través de los pantalones podía sentir cuán lista se encontraba ya.
Deslicé mis manos bajo su camiseta y desabroché el sujetador, dejando su camiseta puesta en caso de que alguien caminara por ahí.
No quería que nadie viera sus pechos. Esos eran míos.
Sólo míos.
Tomé pequeños mordiscos de su cuello y hombros. Brittany siempre sabía tan bien.
En todas partes.
—Cuando lleguemos a casa, voy a disfrutarte. Cada parte. Pero en este momento, necesito que estemos unidas. Sácate esos pantalones.
Brittany se retiró y sus ojos estaban cubiertos con deseo. La observé mientras desabrochaba sus pantalones cortos y comenzó a menearse fuera de ellos y sus bragas mientras se sentaba en mi regazo.
Estiré la mano y le bajé el resto.
—Recuéstate—susurré, acomodándola en mi regazo para que su espalda estuviera contra mi pecho.
Abrí sus piernas y pasé las manos por el interior de sus muslos. Su piel era tan suave, siempre me fascinó.
—Por favor, San—rogó mientras mis dedos recorrían el pliegue de su pierna apenas rozando su centro.
—¿Por favor, qué, Britt? Dime—dije mientras su cabeza caía en mi hombro y dejó escapar un suspiro de frustración, haciéndome sonreír.
—Tócame.
—Mi jodido placer—contesté, deslizando un dedo entre sus pliegues húmedos y haciéndola saltar en mi regazo.
Se encontraba más que lista para mí y yo lo estaba para ella.
Deslicé mi dedo en su calor un par de veces y la dejé disfrutar de mi toque juguetón antes de que no pudiera soportarlo más.
—Extiéndelas más—dije mientras se acomodaba en mi regazo y la volví a penetrar.
Ambas gemimos de placer mientras su cuerpo se ajustó para adaptarse a mí.
—Maldición—gemí, no esperaba que fuera tan ansiosa—¿Lo quieres duro esta noche?—pregunté.
—Sí. Quiero ser follada duro—susurró.
—Me hablas así y me voy a correr malditamente rápido—gemí.
No bromeaba cuando dijo que lo quería duro esta noche. Se lo daría a mi rubia traviesa si eso era lo que quería.
Deslizando mi mano libre entre sus piernas, di golpecitos en su clítoris, provocándole un grito sorprendido.
—Oh, sí—gimió.
—Monta mis dedos, Britt, y mantendré este bonito coño feliz—dije, sintiéndola temblar contra mí.
—Dios, San. Me voy a correr rápido si me tocas.
Me reí contra su oído.
—Eso es algo bueno, porque si sigues así me voy a correr jodidamente rápido. Especialmente si me hablas sucio.
Giró la cabeza para mirarme. Podía ver el brillo en su mirada. Estaba excitada.
Acababa de pedirlo y ella estaba a punto de probarlo.
Maldición.
Levantó su culo de nuevo y apreté su clítoris justo cuando volvió a caer sobre mí.
Su fuerte grito de placer me hizo sonreír.
—Me voy a correr. Joder, te sientes bien. Tan bien dentro de mí. Quiero sentirte terminar en mi interior. Córrete conmigo, San—rogó.
Estaba tan cerca.
Pasé mi pulgar sobre su clítoris un par de veces más y su cuerpo comenzó a temblar. Alcanzando su cintura, la levanté y empecé a controlar el ritmo.
Cuando su orgasmo comenzó y la seguía en la liberación.
Envolviendo mi brazo alrededor de su cintura, la sostuve contra mí mientras su cuerpo se sacudía con cada ola que la invadía. Lentamente empezó a relajarse en mi contra.
Seguía enterrado dentro de ella. No quería salirme aún. Me gustaba sentir su calidez.
—Te amo —dijo jadeando.
Ella era mi hogar.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
mmm britt no sabe lo que quiere,.. si lo que siente!!!
san es completa con britt,.. y ella???? a ver cuanto dura la felicidad??
a ver como va???
nos vemos!!!
mmm britt no sabe lo que quiere,.. si lo que siente!!!
san es completa con britt,.. y ella???? a ver cuanto dura la felicidad??
a ver como va???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
brittany me confunde, no se pq pienso que su separacion futura no fue todo culpa de santana!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
Al parecer le fue bien con su papá a Britt .....
Y pues con Sam parece que empieza a darse cuenta que tiene un interés mas allá con ella, sin embargo no quiso mover las cosas porque sabe que las cosas cambiarían.
Y con la morena las cosas de maravilla, y es cierto lo que le dijo Marley es muy unida a Britt, es como si se volviera loca sin ella ....
En fin veamos como les va en la casa a las chicas hahaha
Y pues con Sam parece que empieza a darse cuenta que tiene un interés mas allá con ella, sin embargo no quiso mover las cosas porque sabe que las cosas cambiarían.
Y con la morena las cosas de maravilla, y es cierto lo que le dijo Marley es muy unida a Britt, es como si se volviera loca sin ella ....
En fin veamos como les va en la casa a las chicas hahaha
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
mmm britt no sabe lo que quiere,.. si lo que siente!!!
san es completa con britt,.. y ella???? a ver cuanto dura la felicidad??
a ver como va???
nos vemos!!!
Hola lu, dices tu¿? Eso si q si ajajajajajj. Bn ai por la morena... xq dudas de la rubia¿? Sabemos q no será x siempre xD Aquí otro cap para saberlo. Saludo =D
micky morales escribió:brittany me confunde, no se pq pienso que su separacion futura no fue todo culpa de santana!!!!
Hola, xq lo dices¿? =O dices tu¿? Esperemos y no sea culpa de ninguna la vrdd xD Saludos =D
JVM escribió:Al parecer le fue bien con su papá a Britt .....
Y pues con Sam parece que empieza a darse cuenta que tiene un interés mas allá con ella, sin embargo no quiso mover las cosas porque sabe que las cosas cambiarían.
Y con la morena las cosas de maravilla, y es cierto lo que le dijo Marley es muy unida a Britt, es como si se volviera loca sin ella ....
En fin veamos como les va en la casa a las chicas hahaha
Hola, si... y eso es bueno =) =O si ¬¬ Y eso es bueno... si se kedo asi con cassy xq no con san¿? jajajajaja. SI! y bn ai! jajajajaaj. JAajaja es el efecto q causan en la otra... mas britt en san jaajajajajaj. Aquí dejo otro cap para saberlo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Cap 4
Capitulo 4
Brittany
Las siguientes dos semanas pasaron rápidamente.
Santana terminó su última temporada con los Huracanes y pasé todos mis exámenes finales.
Íbamos a ir a Tennessee en dos días para mirar departamentos y Santana tenía que reunirse con el equipo y el entrenador.
Empezaría a trabajar y practicar con ellos el próximo mes.
Aunque faltaba un largo tiempo antes de la próxima temporada, sé que trabajó duro para ponerse en forma para jugar en la universidad en ese nivel.
Me encontraba preparada para ello y me sentía feliz por ella.
Nunca la vi tan emocionado.
Al parecer, la emoción la ponía aún más cachonda, lo que no pensaba que fuera posible.
Era raro que pasara a su lado y que no me tuviera presionada contra la pared o lanzada sobre las cajas. Me encantaba su entusiasmo y era difícil no sentirme tan vertiginosa como ella.
Hoy me quedé a empacar mis cosas y Santana fue a obtener un cambio de aceite y a que chequearan el coche para que funcionara bien para el largo viaje este fin de semana.
Pensaba en ir a ver a papá mañana.
Quería pasar tiempo con él antes de que nos fuéramos. Volvería otra vez en un mes para verlo, pero me acostumbré a verlo una vez por semana.
Extrañaría extrañar eso.
Mi teléfono sonó cuando sellé otra caja. El nombre de Sam iluminó la pantalla y agarré el teléfono y rápidamente respondí.
Sam nunca me llamaba.
—¿Hola?
Hubo una pausa en el teléfono. Un nudo se formó lentamente en mi estómago.
―¿Sam?―pregunté cuando no respondió.
―Britt. Oye. Yo… necesitas venir a casa. Tenemos que hablar. ¿Tenemos que hablar?
—¿Qué? Me estás asustando, Sam. ¿Qué está mal?
―Yo, eh, hablé con tu papá hoy. Me necesita para llevarlo de vuelta al médico hoy. Está enfermo, Britt. Tienes que venir a casa. Deberíamos estar de vuelta a las cinco de esta tarde. Ven a hablar con él.
¿Enfermo?
Acababa de verlo la semana pasada. Se sentía bien.
―¿Qué pasa con él?―pregunté mientras me movía para agarrar mi bolso y las llaves.
―Britt, no quiero hablar contigo acerca de esto por teléfono. Hubiera ido a tu casa, pero tu padre me necesita con él. Vuelve a casa y hablaremos.
Mi corazón se aceleró mientras cerré la puerta del piso detrás de mí y corrí por las escaleras hacia el estacionamiento.
―¿Deberías llamar a una ambulancia?―pregunté mientras los peores escenarios pasaban por mi cabeza.
¿Tenía un ataque al corazón?
―No. No necesita una ambulancia. No es ese tipo de enfermedad. Sólo te necesita, Britt. Lo voy a llevar al hospital del condado para un chequeo. No quiere que lo sepas, pero lo encontré inclinado hoy y estaba... vomitaba... vomitaba sangre, Brittany.
Era como si mi corazón se detuviera.
¿Vomitando sangre?
Eso no era normal.
Oh, Dios, eso no era normal.
Las lágrimas llenaron mis ojos cuando encendí el motor de mi jeep y lo saqué a la calle.
―¿Cuándo te vas para el hospital?―pregunté con ansiedad.
Tenía que llegar con mi papá.
―Tiene que ir ahora―espeté.
―Está cambiándose de ropa en este momento. Estoy fuera esperándolo, luego nos vamos para allá.
―Entra al consultorio con él, Sam. Por favor. Entra con él―no podía mantener mis sollozos a raya―No lo dejes solo. Te veré en el hospital. Date prisa Sam. Apresúrate, por favor―le supliqué.
―Conduce con cuidado. Voy a entrar a comprobarle ahora. Lo tengo, Britt. Sólo encuéntranos ahí. Vamos a resolver esto. Te juro que lo haremos.
Las palabras de Sam no aliviaron el miedo arañando mi interior. Mi papá, mi fuerte e invencible papá vomitaba sangre.
¿Qué significaba eso?
¿Por qué alguien vomitaría sangre?
No podía desmoronarme.
Tenía que ser fuerte.
Tenía que demostrarle que creía que se iba a mejorar.
Si me veía llorando se preocuparía por mí. No tenía que estar preocupándose por mí.
Tragando el sollozo en mi garganta, tomé varias respiraciones profundas.
Iba a tener que decirle a Santana.
Estaría buscándome. Marqué su número y esperé. Sonó dos veces.
―Hola, mi amor―dijo arrastrando las palabras.
La facilidad y la felicidad en su voz sólo hicieron que las lágrimas quemaran mis ojos.
―Me dirijo al hospital. Papá está enfermo. Sam me llamó. Me tengo que ir―me las arreglé para decir eso con sólo unos pequeños sollozos.
―¿Dónde estás? Puedo llevarte. No tienes conducir cuando estás alterada.
Me di cuenta de que se movía.
Probablemente corriendo hacia su coche. No podía esperar por ella.
La amaba por querer venir conmigo, pero no podía esperar.
―Ya me marché. Tengo que llegar lo más rápido posible. No puedo esperar. Está vomitando sangre. Él…―hipé―, Iba al médico hoy de todos modos para un chequeo. Algo está mal con él y no me ha dicho. Eso no puede ser bueno. No puedo perder a mi papá, San. No puedo―ahora lloraba libremente.
―Lo sé, Britt-Britt. Va a estar bien. Tenemos que creer que va a estar bien. Por favor, detente y deja que vaya a buscarte. Conducir así es peligroso. Necesito que te calmes. De acuerdo, por favor, por favor, cálmate y detente[/i]―la súplica de pánico en su voz era difícil de ignorar.
Pero tenía que llegar a mi papá.
Luché contra las lágrimas otra vez.
―Estoy bien. En serio. No puedo parar. No puedo. Necesito llegar ahí.
Santana maldijo entre dientes.
―¿En qué hospital?
―Hospital del Condado―respondí.
―Estoy de camino. Ten cuidado. Por mí y por tu papá, ten cuidado―suplicó.
―Lo haré. Te lo prometo―le aseguré.
―Te amo.
―Te amo, también. Siempre―le contesté y luego colgué.
Agarrando el volante con las dos manos me concentré en llegar al hospital y entonces empecé a rezar.
Me paseaba en la entrada del hospital cuando vi el camión de Sam aparcar en el estacionamiento.
No estaba segura de sí le dijo a papá que yo iba a estar aquí o no. De cualquier manera iba a quejarse.
No quería que supiera sobre esto, obviamente.
Los esperé a que llegaran a la puerta antes de dar un paso adelante para saludarlos.
El ceño fruncido de papá al verme no fue de sorpresa. Sam le dijo que iba a estar aquí.
Bien.
―Este muchacho obstinado no debería haberte llamado. Iba a hablar contigo antes de que te fueras. Sólo quería esperar hasta que tuvieras tu nueva vida por delante primero y estuvieras lista para seguir adelante antes de explicarte todo esto―dijo papá. Su voz aún sonaba tan fuerte y rasposa como siempre.
Mi miedo se alivió un poco ante el recordatorio de que permanecía vivo y que no se veía como que había estado vomitando. Excepto que los círculos bajo sus ojos no eran normales y el color pálido de su piel no era tan notable, pero se hallaba ahí.
―No puedo creer que esperaras para decirme que te encontrabas enfermo. Podría haber sido la que te llevará al hospital. No tienes que estar enfermo solo―dije caminando hacia él y envolviendo mis brazos alrededor de su cintura para abrazarlo.
Necesitaba oler su colonia y sentir su fuerte cuerpo.
Todos los pensamientos que pasaron en mi cabeza en el camino hasta aquí me alteraron.
Tenía miedo de perderlo. Pero se encontraba aquí e íbamos a hacer que se mejorara.
―Tenemos que llevarlo a la tercera planta. Su cita es en diez minutos―dijo Sam.
Era la primera vez que hablaba desde que llegaron aquí. La mirada atormentada en sus ojos me molestó.
Él sabía algo. O tal vez me lo imaginaba.
Agarré la mano de papá y caminamos hacia el ascensor.
―Iba a visitarte mañana y marcharme al día siguiente. ¿Ibas a esperar hasta mañana para decirme? Ese era un mal plan―le informé presionando el número tres cuando nos metimos en el ascensor.
No miré a Sam.
La mirada en sus ojos me asustaba. No podía mirarlo. Tenía que concentrarme en que mi papá vivía.
Estaba bien.
―No quería que te retractaras de irte. Es lo que quieres. Creo que es lo mejor para ti en este momento.
Mi papá pensaba que mudarme a otro Estado con Santana López era lo mejor para mí.
¿Tenía fiebre?
¿Tenía un caso grave de neumonía?
Antes de que pudiera preguntarle eso, la puerta se abrió y salimos del ascensor. Lo primero que vi fue una mujer de pie ahí con un pañuelo alrededor de la cabeza.
Era calva. Me di cuenta de aquello.
Ni siquiera tenía las cejas.
Su piel era de un color enfermizo pero me sonrió cuando nuestros ojos se encontraron entonces pasó por delante de mí y se metió en el ascensor.
Seguí a papá, pero podía sentir los ojos de Sam en mí. No iba a mirarlo.
Incluso si quería que lo hiciera.
A continuación, una pareja pasó a nuestro lado y este hombre era calvo también, pero no cubría su cabeza. También se hallaba en una silla de ruedas y me di cuenta que le faltaba una pierna.
Al levantar la mirada vi a la señora que empujaba su silla de ruedas hacia el ascensor.
Dos personas calvas... Me detuve.
No miré para ver a donde iba papá.
En su lugar, poco a poco escaneé mi entorno. Todos eran iguales. Cada uno de ellos.
Tal vez se hallaban en diferentes etapas, pero todos tenían una palidez enfermiza de su piel.
Y todos calvos.
Estiré la mano y cogí lo más cercano que pude encontrar. Era el brazo de Sam.
En algún momento se acercó a mí. Esperó a que lo averiguara. Sabía a dónde íbamos.
Era difícil respirar profundamente.
Todo empezó a ponerse borroso.
El brazo de Sam llegó a mí alrededor y se dirigió a mí. No entendía lo que decía, pero por el tono de su voz trataba de aliviar mi mente.
Eso no era posible.
Sabía dónde estábamos.
Sabía por qué mi papá vomitaba sangre.
El plástico duro y fresco de una silla tocó mi espalda cuando Sam me hizo tomar asiento.
―Respira, Brittany. Respira lenta y profundamente―animó.
Entendí eso. Así que eso fue lo que hice.
Me concentré en mi respiración. No pensé en donde estábamos.
―Va a necesitar que seas fuerte. Cuando él no esté cerca puedes gritar y llorar y dejar salir todo. Quiébrate completamente y estaré ahí para ayudarle, pero cuando esté cerca tienes que ser fuerte. ¿Me oyes, Brittany? Necesita eso de ti―las palabras de Sam confirmaron mi peor miedo.
Alcé los ojos y miré la cara preocupada de Sam.
―¿Qué tan malo es? ―pregunté.
La tristeza grabada en su rostro respondió por él.
―Tienes que dejar que te hable. Pero en este momento componte. Va a necesitar que seas fuerte.
Miré a mí alrededor y mis ojos se centraron de nuevo.
―¿Dónde está? ―pregunté.
―La enfermera vio tu cara cuando te diste cuenta de dónde estábamos. Me vio agarrarte y llamó la atención de tu papá mientras que lidiaba contigo, pero va a darse cuenta de que te has ido de un momento a otro. Tienes que ser fuerte aquí. Por él.
Tenía razón.
Necesitaba mantener la calma.
No sabía todo.
Las personas se curaban de esto todo el tiempo. Ni siquiera sabía los detalles.
Derrumbándome sin ni siquiera hablar con mi papá sobre eso.
Se hallaba perfectamente bien. Tenía pelo. Por qué eso me hizo sentir mejor, no lo sé pero lo hizo.
―¿Britty?―la voz de mi papá me sacó de mis pensamientos y me puse de pie y me apresuré a regresar a la esquina para ver su expresión de preocupación cuando sus ojos me encontraron.
―Aquí estoy, papá ―le dije, caminando hacia él.
―¿Quieres ir a la sala y hablar con el médico conmigo? Si no quieres, entonces no tienes que hacerlo pero puede explicarlo mejor que yo.
Asentí, preguntándome si necesitaba a Sam conmigo en caso de que empezara a enloquecer de nuevo.
Papá no mencionó a Sam viniendo con nosotros. Solo seríamos nosotros entonces.
Podría ser fuerte para él.
Mi teléfono comenzó a sonar en mi bolso. Se lo entregué a Sam.
―Es Santana. Probablemente ya está aquí. ¿Podrías hablar con ella y traerlo aquí para que espere contigo?
Sam asintió y tomó mi bolso y se dirigió de nuevo a la sala de espera donde me llevó antes.
Tendría a Santana junto a mí cuando saliera de la habitación.
Ella estaría aquí y haría todo bien.
Me agaché y agarré la mano de papá mientras entramos en la habitación a la que la enfermera nos dirigió. No dejé ir su mano mientras caminábamos a sentarnos en las dos sillas situadas una junto a la otra contra la pared.
Estábamos en una sala de examen.
¿Iban a darle un tratamiento hoy día?
¿Tomaba algo que haría que todo esto desapareciera?
―Quiero que escuches lo que el médico tiene que decir. Entonces quiero que me escuches. ¿Puedes hacer eso, Britty? Porque lo que vas a oír no va a ser fácil, mi niña. Va a ser difícil. Necesito que seas fuerte.
Logré asentir a pesar de que no me sentía segura de que podría ser fuerte.
No con esto.
Papá se inclinó y tomó mi mano y la sostuvo entre las suyas. Siempre pensé que mi papá tenía las manos más grandes. Podía vencer cualquier cosa.
Nada era más grande que él.
Pero esto lo era.
―Vamos a estar bien, tú y yo. Siempre lo estamos―me dijo.
Nos sentamos ahí y esperamos juntos sin decir nada más. Apoyé la cabeza en su hombro y sólo esperé.
Santana
La puerta del ascensor se abrió en el tercer piso y Sam se encontraba ahí de pie sosteniendo el bolso de Brittany esperando por mí.
No tenía que preguntar para saber que esto era malo.
La expresión de su cara lo decía todo. Maldita sea, esto iba a romper a Brittany.
Amaba a su papá.
―¿Dónde está?―pregunté mirando a su alrededor.
En lugar de ver a Brittany, vi varios pacientes de quimioterapia. Mi estómago se retorció.
Oh, mierda. Esto no era bueno.
―Oh, no, hombre. Por favor, dime que esto no es lo que creo que es―dije mirando a Sam.
―No. En realidad es peor ―respondió.
―¿Cómo demonios es peor?
El dolor en mi corazón y la necesidad de ir a buscar a Brittany y abrazarla eran abrumadores.
Necesitaba sentarme.
―¿Está con él?
―Sí. Fue con su papá a ver al doctor. Le dirá todo y te lo voy a advertir ahora, ella va a ser un desastre. Un completo desastre.
―Está en el piso de quimioterapia. Pueden superar esta mierda en estos días. ¿Cierto? Quiero decir, escucho sobre eso todo el tiempo.
Tenía que vencer esto.
Brittany no sería capaz de soportarlo si no lo hacía.
―No está tomando tratamientos. Se niega a hacerlo. Se enteró hace dos meses―las palabras de Sam me atravesaron.
¡Santa mierda!
¿En qué pensaba el hombre?
Iba a matar a Brittany.
―¿Por qué? ¿Por qué no trata de vencer esto? Va a matarla.
―Lo único que se le prometió fueron tal vez seis meses más con los tratamientos. Ha ido demasiado lejos. Dijo que no quería pasar sus últimos días enfermo por los tratamientos. Quiere pasarlos en casa, no en un hospital.
Esto no podía estar pasando.
No esto.
Brittany no era lo suficientemente fuerte como para manejar esto. Acaso Dios no tenía un puto límite en cuanto la cantidad de pérdida de una persona podría tener.
Perdió a su mamá, luego perdió a Casey.
No era justo, maldita sea.
No podía sentarme aquí. Me puse de pie y me acerqué a la ventana. Tenía que calmarme.
Me sentía furiosa con el jodido universo y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto.
―¿Por qué ella? ¿Por qué siempre tiene que perder a alguien?―maldije y cerré mi mano sobre el sello de la ventana.
―Es un asco. Ha lidiado con demasiada mierda. Perdí a Casey. No puedo imaginar perder a mis padres, también.
No se iría conmigo ahora.
No… ninguna se estaría yendo.
No podía dejarla para hacer frente a esto por sí sola. Me necesitaba y la necesitaba.
―No dejaré su lado. No me está perdiendo―dije más para mí que cualquier otra persona.
―Bien. Va a necesitarte.
―Me tiene. Siempre.
―Brittany no lidia bien la perdida. Sólo recuerda eso. No importa lo difícil que se pongan las cosas, recuerda eso. Casey se encontraba con ella cuando perdió a su mamá. Ella y yo. Era una niña, pero se perdió por un tiempo. Casey le recordó cómo vivir. Cuando perdió a Casey pensé que nunca la tendría de vuelta. Luché contra todo y me quedé a su lado, pero se encontraba perdida… hasta que llegaste. Le ayudaste a encontrar una vida otra vez. Me imagino que eres la única que puede ayudarla a atravesar esto. No fui lo suficientemente con Casey pero tú sí.
―Nada de lo que haga va a alejarme ―juré.
Nos quedamos en silencio.
Mis pensamientos sobre Brittany y lo que iba a enfrentar en los próximos meses.
Mi corazón se rompía por ella con cada segundo que pasaban.
Soportar mi dolor era una cosa. Pero soportar el de Brittany era más profundo.
El dolor era más difícil.
No quería eso.
―Sanny―la voz de Brittany se rompió cuando me di la vuelta para mirarla.
Las lágrimas cayendo por su cara mientras me miraba desesperada me partieron el corazón.
Tomé tres largos pasos hasta que pude agarrarla y tirar de ella en mis brazos.
―Estoy aquí, Britt-Britt.
Comenzó a llorar lastimosamente en mis brazos.
―Llévame donde papá. Sam lo llevará a casa una vez que haya terminado con su examen. Necesito tiempo para llorar cuando no puede verme.
Miré por encima de su cabeza a Sam y asintió.
―Llévala. Te mandaré un mensaje cuando estamos cerca.
―Gracias―le dije, y luego tomé su bolso de su mano extendida y lo sostuve mientras caminábamos hacia el ascensor.
No dijo nada hasta que los dos estuvimos dentro de su Jeep. Volvió la cara afligida hacia mí.
―Voy a perder mi papá―susurró, entonces sus lágrimas comenzaron a caer de nuevo.
Estiré la mano y cogí la suya y la sostuve.
No existían palabras que podría decir ahora mismo para hacer que se sintiera mejor.
Cuando nos detuvimos en el camino de la casa de su papá, recibí un mensaje de Sam diciendo que ya salían del hospital.
Tenía una hora para calmarse antes de que su padre llegara a casa. Lloró en silencio todo el camino.
Me bajé del coche y caminé alrededor, abrí la puerta y luego tomé su mano y la saqué.
Era lamentable.
Me destrozaba.
Mantuve mi mano envuelta alrededor de sus hombros mientras la llevaba a la casa.
Una vez que llegamos dentro la llevé a la sala y me senté en el sofá y tiré de ella en mi regazo.
―Llora, grita, golpéame, haz lo que necesites. Sólo sácalo―le dije.
Y lo hizo.
Santana terminó su última temporada con los Huracanes y pasé todos mis exámenes finales.
Íbamos a ir a Tennessee en dos días para mirar departamentos y Santana tenía que reunirse con el equipo y el entrenador.
Empezaría a trabajar y practicar con ellos el próximo mes.
Aunque faltaba un largo tiempo antes de la próxima temporada, sé que trabajó duro para ponerse en forma para jugar en la universidad en ese nivel.
Me encontraba preparada para ello y me sentía feliz por ella.
Nunca la vi tan emocionado.
Al parecer, la emoción la ponía aún más cachonda, lo que no pensaba que fuera posible.
Era raro que pasara a su lado y que no me tuviera presionada contra la pared o lanzada sobre las cajas. Me encantaba su entusiasmo y era difícil no sentirme tan vertiginosa como ella.
Hoy me quedé a empacar mis cosas y Santana fue a obtener un cambio de aceite y a que chequearan el coche para que funcionara bien para el largo viaje este fin de semana.
Pensaba en ir a ver a papá mañana.
Quería pasar tiempo con él antes de que nos fuéramos. Volvería otra vez en un mes para verlo, pero me acostumbré a verlo una vez por semana.
Extrañaría extrañar eso.
Mi teléfono sonó cuando sellé otra caja. El nombre de Sam iluminó la pantalla y agarré el teléfono y rápidamente respondí.
Sam nunca me llamaba.
—¿Hola?
Hubo una pausa en el teléfono. Un nudo se formó lentamente en mi estómago.
―¿Sam?―pregunté cuando no respondió.
―Britt. Oye. Yo… necesitas venir a casa. Tenemos que hablar. ¿Tenemos que hablar?
—¿Qué? Me estás asustando, Sam. ¿Qué está mal?
―Yo, eh, hablé con tu papá hoy. Me necesita para llevarlo de vuelta al médico hoy. Está enfermo, Britt. Tienes que venir a casa. Deberíamos estar de vuelta a las cinco de esta tarde. Ven a hablar con él.
¿Enfermo?
Acababa de verlo la semana pasada. Se sentía bien.
―¿Qué pasa con él?―pregunté mientras me movía para agarrar mi bolso y las llaves.
―Britt, no quiero hablar contigo acerca de esto por teléfono. Hubiera ido a tu casa, pero tu padre me necesita con él. Vuelve a casa y hablaremos.
Mi corazón se aceleró mientras cerré la puerta del piso detrás de mí y corrí por las escaleras hacia el estacionamiento.
―¿Deberías llamar a una ambulancia?―pregunté mientras los peores escenarios pasaban por mi cabeza.
¿Tenía un ataque al corazón?
―No. No necesita una ambulancia. No es ese tipo de enfermedad. Sólo te necesita, Britt. Lo voy a llevar al hospital del condado para un chequeo. No quiere que lo sepas, pero lo encontré inclinado hoy y estaba... vomitaba... vomitaba sangre, Brittany.
Era como si mi corazón se detuviera.
¿Vomitando sangre?
Eso no era normal.
Oh, Dios, eso no era normal.
Las lágrimas llenaron mis ojos cuando encendí el motor de mi jeep y lo saqué a la calle.
―¿Cuándo te vas para el hospital?―pregunté con ansiedad.
Tenía que llegar con mi papá.
―Tiene que ir ahora―espeté.
―Está cambiándose de ropa en este momento. Estoy fuera esperándolo, luego nos vamos para allá.
―Entra al consultorio con él, Sam. Por favor. Entra con él―no podía mantener mis sollozos a raya―No lo dejes solo. Te veré en el hospital. Date prisa Sam. Apresúrate, por favor―le supliqué.
―Conduce con cuidado. Voy a entrar a comprobarle ahora. Lo tengo, Britt. Sólo encuéntranos ahí. Vamos a resolver esto. Te juro que lo haremos.
Las palabras de Sam no aliviaron el miedo arañando mi interior. Mi papá, mi fuerte e invencible papá vomitaba sangre.
¿Qué significaba eso?
¿Por qué alguien vomitaría sangre?
No podía desmoronarme.
Tenía que ser fuerte.
Tenía que demostrarle que creía que se iba a mejorar.
Si me veía llorando se preocuparía por mí. No tenía que estar preocupándose por mí.
Tragando el sollozo en mi garganta, tomé varias respiraciones profundas.
Iba a tener que decirle a Santana.
Estaría buscándome. Marqué su número y esperé. Sonó dos veces.
―Hola, mi amor―dijo arrastrando las palabras.
La facilidad y la felicidad en su voz sólo hicieron que las lágrimas quemaran mis ojos.
―Me dirijo al hospital. Papá está enfermo. Sam me llamó. Me tengo que ir―me las arreglé para decir eso con sólo unos pequeños sollozos.
―¿Dónde estás? Puedo llevarte. No tienes conducir cuando estás alterada.
Me di cuenta de que se movía.
Probablemente corriendo hacia su coche. No podía esperar por ella.
La amaba por querer venir conmigo, pero no podía esperar.
―Ya me marché. Tengo que llegar lo más rápido posible. No puedo esperar. Está vomitando sangre. Él…―hipé―, Iba al médico hoy de todos modos para un chequeo. Algo está mal con él y no me ha dicho. Eso no puede ser bueno. No puedo perder a mi papá, San. No puedo―ahora lloraba libremente.
―Lo sé, Britt-Britt. Va a estar bien. Tenemos que creer que va a estar bien. Por favor, detente y deja que vaya a buscarte. Conducir así es peligroso. Necesito que te calmes. De acuerdo, por favor, por favor, cálmate y detente[/i]―la súplica de pánico en su voz era difícil de ignorar.
Pero tenía que llegar a mi papá.
Luché contra las lágrimas otra vez.
―Estoy bien. En serio. No puedo parar. No puedo. Necesito llegar ahí.
Santana maldijo entre dientes.
―¿En qué hospital?
―Hospital del Condado―respondí.
―Estoy de camino. Ten cuidado. Por mí y por tu papá, ten cuidado―suplicó.
―Lo haré. Te lo prometo―le aseguré.
―Te amo.
―Te amo, también. Siempre―le contesté y luego colgué.
Agarrando el volante con las dos manos me concentré en llegar al hospital y entonces empecé a rezar.
Me paseaba en la entrada del hospital cuando vi el camión de Sam aparcar en el estacionamiento.
No estaba segura de sí le dijo a papá que yo iba a estar aquí o no. De cualquier manera iba a quejarse.
No quería que supiera sobre esto, obviamente.
Los esperé a que llegaran a la puerta antes de dar un paso adelante para saludarlos.
El ceño fruncido de papá al verme no fue de sorpresa. Sam le dijo que iba a estar aquí.
Bien.
―Este muchacho obstinado no debería haberte llamado. Iba a hablar contigo antes de que te fueras. Sólo quería esperar hasta que tuvieras tu nueva vida por delante primero y estuvieras lista para seguir adelante antes de explicarte todo esto―dijo papá. Su voz aún sonaba tan fuerte y rasposa como siempre.
Mi miedo se alivió un poco ante el recordatorio de que permanecía vivo y que no se veía como que había estado vomitando. Excepto que los círculos bajo sus ojos no eran normales y el color pálido de su piel no era tan notable, pero se hallaba ahí.
―No puedo creer que esperaras para decirme que te encontrabas enfermo. Podría haber sido la que te llevará al hospital. No tienes que estar enfermo solo―dije caminando hacia él y envolviendo mis brazos alrededor de su cintura para abrazarlo.
Necesitaba oler su colonia y sentir su fuerte cuerpo.
Todos los pensamientos que pasaron en mi cabeza en el camino hasta aquí me alteraron.
Tenía miedo de perderlo. Pero se encontraba aquí e íbamos a hacer que se mejorara.
―Tenemos que llevarlo a la tercera planta. Su cita es en diez minutos―dijo Sam.
Era la primera vez que hablaba desde que llegaron aquí. La mirada atormentada en sus ojos me molestó.
Él sabía algo. O tal vez me lo imaginaba.
Agarré la mano de papá y caminamos hacia el ascensor.
―Iba a visitarte mañana y marcharme al día siguiente. ¿Ibas a esperar hasta mañana para decirme? Ese era un mal plan―le informé presionando el número tres cuando nos metimos en el ascensor.
No miré a Sam.
La mirada en sus ojos me asustaba. No podía mirarlo. Tenía que concentrarme en que mi papá vivía.
Estaba bien.
―No quería que te retractaras de irte. Es lo que quieres. Creo que es lo mejor para ti en este momento.
Mi papá pensaba que mudarme a otro Estado con Santana López era lo mejor para mí.
¿Tenía fiebre?
¿Tenía un caso grave de neumonía?
Antes de que pudiera preguntarle eso, la puerta se abrió y salimos del ascensor. Lo primero que vi fue una mujer de pie ahí con un pañuelo alrededor de la cabeza.
Era calva. Me di cuenta de aquello.
Ni siquiera tenía las cejas.
Su piel era de un color enfermizo pero me sonrió cuando nuestros ojos se encontraron entonces pasó por delante de mí y se metió en el ascensor.
Seguí a papá, pero podía sentir los ojos de Sam en mí. No iba a mirarlo.
Incluso si quería que lo hiciera.
A continuación, una pareja pasó a nuestro lado y este hombre era calvo también, pero no cubría su cabeza. También se hallaba en una silla de ruedas y me di cuenta que le faltaba una pierna.
Al levantar la mirada vi a la señora que empujaba su silla de ruedas hacia el ascensor.
Dos personas calvas... Me detuve.
No miré para ver a donde iba papá.
En su lugar, poco a poco escaneé mi entorno. Todos eran iguales. Cada uno de ellos.
Tal vez se hallaban en diferentes etapas, pero todos tenían una palidez enfermiza de su piel.
Y todos calvos.
Estiré la mano y cogí lo más cercano que pude encontrar. Era el brazo de Sam.
En algún momento se acercó a mí. Esperó a que lo averiguara. Sabía a dónde íbamos.
Era difícil respirar profundamente.
Todo empezó a ponerse borroso.
El brazo de Sam llegó a mí alrededor y se dirigió a mí. No entendía lo que decía, pero por el tono de su voz trataba de aliviar mi mente.
Eso no era posible.
Sabía dónde estábamos.
Sabía por qué mi papá vomitaba sangre.
El plástico duro y fresco de una silla tocó mi espalda cuando Sam me hizo tomar asiento.
―Respira, Brittany. Respira lenta y profundamente―animó.
Entendí eso. Así que eso fue lo que hice.
Me concentré en mi respiración. No pensé en donde estábamos.
―Va a necesitar que seas fuerte. Cuando él no esté cerca puedes gritar y llorar y dejar salir todo. Quiébrate completamente y estaré ahí para ayudarle, pero cuando esté cerca tienes que ser fuerte. ¿Me oyes, Brittany? Necesita eso de ti―las palabras de Sam confirmaron mi peor miedo.
Alcé los ojos y miré la cara preocupada de Sam.
―¿Qué tan malo es? ―pregunté.
La tristeza grabada en su rostro respondió por él.
―Tienes que dejar que te hable. Pero en este momento componte. Va a necesitar que seas fuerte.
Miré a mí alrededor y mis ojos se centraron de nuevo.
―¿Dónde está? ―pregunté.
―La enfermera vio tu cara cuando te diste cuenta de dónde estábamos. Me vio agarrarte y llamó la atención de tu papá mientras que lidiaba contigo, pero va a darse cuenta de que te has ido de un momento a otro. Tienes que ser fuerte aquí. Por él.
Tenía razón.
Necesitaba mantener la calma.
No sabía todo.
Las personas se curaban de esto todo el tiempo. Ni siquiera sabía los detalles.
Derrumbándome sin ni siquiera hablar con mi papá sobre eso.
Se hallaba perfectamente bien. Tenía pelo. Por qué eso me hizo sentir mejor, no lo sé pero lo hizo.
―¿Britty?―la voz de mi papá me sacó de mis pensamientos y me puse de pie y me apresuré a regresar a la esquina para ver su expresión de preocupación cuando sus ojos me encontraron.
―Aquí estoy, papá ―le dije, caminando hacia él.
―¿Quieres ir a la sala y hablar con el médico conmigo? Si no quieres, entonces no tienes que hacerlo pero puede explicarlo mejor que yo.
Asentí, preguntándome si necesitaba a Sam conmigo en caso de que empezara a enloquecer de nuevo.
Papá no mencionó a Sam viniendo con nosotros. Solo seríamos nosotros entonces.
Podría ser fuerte para él.
Mi teléfono comenzó a sonar en mi bolso. Se lo entregué a Sam.
―Es Santana. Probablemente ya está aquí. ¿Podrías hablar con ella y traerlo aquí para que espere contigo?
Sam asintió y tomó mi bolso y se dirigió de nuevo a la sala de espera donde me llevó antes.
Tendría a Santana junto a mí cuando saliera de la habitación.
Ella estaría aquí y haría todo bien.
Me agaché y agarré la mano de papá mientras entramos en la habitación a la que la enfermera nos dirigió. No dejé ir su mano mientras caminábamos a sentarnos en las dos sillas situadas una junto a la otra contra la pared.
Estábamos en una sala de examen.
¿Iban a darle un tratamiento hoy día?
¿Tomaba algo que haría que todo esto desapareciera?
―Quiero que escuches lo que el médico tiene que decir. Entonces quiero que me escuches. ¿Puedes hacer eso, Britty? Porque lo que vas a oír no va a ser fácil, mi niña. Va a ser difícil. Necesito que seas fuerte.
Logré asentir a pesar de que no me sentía segura de que podría ser fuerte.
No con esto.
Papá se inclinó y tomó mi mano y la sostuvo entre las suyas. Siempre pensé que mi papá tenía las manos más grandes. Podía vencer cualquier cosa.
Nada era más grande que él.
Pero esto lo era.
―Vamos a estar bien, tú y yo. Siempre lo estamos―me dijo.
Nos sentamos ahí y esperamos juntos sin decir nada más. Apoyé la cabeza en su hombro y sólo esperé.
Santana
La puerta del ascensor se abrió en el tercer piso y Sam se encontraba ahí de pie sosteniendo el bolso de Brittany esperando por mí.
No tenía que preguntar para saber que esto era malo.
La expresión de su cara lo decía todo. Maldita sea, esto iba a romper a Brittany.
Amaba a su papá.
―¿Dónde está?―pregunté mirando a su alrededor.
En lugar de ver a Brittany, vi varios pacientes de quimioterapia. Mi estómago se retorció.
Oh, mierda. Esto no era bueno.
―Oh, no, hombre. Por favor, dime que esto no es lo que creo que es―dije mirando a Sam.
―No. En realidad es peor ―respondió.
―¿Cómo demonios es peor?
El dolor en mi corazón y la necesidad de ir a buscar a Brittany y abrazarla eran abrumadores.
Necesitaba sentarme.
―¿Está con él?
―Sí. Fue con su papá a ver al doctor. Le dirá todo y te lo voy a advertir ahora, ella va a ser un desastre. Un completo desastre.
―Está en el piso de quimioterapia. Pueden superar esta mierda en estos días. ¿Cierto? Quiero decir, escucho sobre eso todo el tiempo.
Tenía que vencer esto.
Brittany no sería capaz de soportarlo si no lo hacía.
―No está tomando tratamientos. Se niega a hacerlo. Se enteró hace dos meses―las palabras de Sam me atravesaron.
¡Santa mierda!
¿En qué pensaba el hombre?
Iba a matar a Brittany.
―¿Por qué? ¿Por qué no trata de vencer esto? Va a matarla.
―Lo único que se le prometió fueron tal vez seis meses más con los tratamientos. Ha ido demasiado lejos. Dijo que no quería pasar sus últimos días enfermo por los tratamientos. Quiere pasarlos en casa, no en un hospital.
Esto no podía estar pasando.
No esto.
Brittany no era lo suficientemente fuerte como para manejar esto. Acaso Dios no tenía un puto límite en cuanto la cantidad de pérdida de una persona podría tener.
Perdió a su mamá, luego perdió a Casey.
No era justo, maldita sea.
No podía sentarme aquí. Me puse de pie y me acerqué a la ventana. Tenía que calmarme.
Me sentía furiosa con el jodido universo y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto.
―¿Por qué ella? ¿Por qué siempre tiene que perder a alguien?―maldije y cerré mi mano sobre el sello de la ventana.
―Es un asco. Ha lidiado con demasiada mierda. Perdí a Casey. No puedo imaginar perder a mis padres, también.
No se iría conmigo ahora.
No… ninguna se estaría yendo.
No podía dejarla para hacer frente a esto por sí sola. Me necesitaba y la necesitaba.
―No dejaré su lado. No me está perdiendo―dije más para mí que cualquier otra persona.
―Bien. Va a necesitarte.
―Me tiene. Siempre.
―Brittany no lidia bien la perdida. Sólo recuerda eso. No importa lo difícil que se pongan las cosas, recuerda eso. Casey se encontraba con ella cuando perdió a su mamá. Ella y yo. Era una niña, pero se perdió por un tiempo. Casey le recordó cómo vivir. Cuando perdió a Casey pensé que nunca la tendría de vuelta. Luché contra todo y me quedé a su lado, pero se encontraba perdida… hasta que llegaste. Le ayudaste a encontrar una vida otra vez. Me imagino que eres la única que puede ayudarla a atravesar esto. No fui lo suficientemente con Casey pero tú sí.
―Nada de lo que haga va a alejarme ―juré.
Nos quedamos en silencio.
Mis pensamientos sobre Brittany y lo que iba a enfrentar en los próximos meses.
Mi corazón se rompía por ella con cada segundo que pasaban.
Soportar mi dolor era una cosa. Pero soportar el de Brittany era más profundo.
El dolor era más difícil.
No quería eso.
―Sanny―la voz de Brittany se rompió cuando me di la vuelta para mirarla.
Las lágrimas cayendo por su cara mientras me miraba desesperada me partieron el corazón.
Tomé tres largos pasos hasta que pude agarrarla y tirar de ella en mis brazos.
―Estoy aquí, Britt-Britt.
Comenzó a llorar lastimosamente en mis brazos.
―Llévame donde papá. Sam lo llevará a casa una vez que haya terminado con su examen. Necesito tiempo para llorar cuando no puede verme.
Miré por encima de su cabeza a Sam y asintió.
―Llévala. Te mandaré un mensaje cuando estamos cerca.
―Gracias―le dije, y luego tomé su bolso de su mano extendida y lo sostuve mientras caminábamos hacia el ascensor.
No dijo nada hasta que los dos estuvimos dentro de su Jeep. Volvió la cara afligida hacia mí.
―Voy a perder mi papá―susurró, entonces sus lágrimas comenzaron a caer de nuevo.
Estiré la mano y cogí la suya y la sostuve.
No existían palabras que podría decir ahora mismo para hacer que se sintiera mejor.
Cuando nos detuvimos en el camino de la casa de su papá, recibí un mensaje de Sam diciendo que ya salían del hospital.
Tenía una hora para calmarse antes de que su padre llegara a casa. Lloró en silencio todo el camino.
Me bajé del coche y caminé alrededor, abrí la puerta y luego tomé su mano y la saqué.
Era lamentable.
Me destrozaba.
Mantuve mi mano envuelta alrededor de sus hombros mientras la llevaba a la casa.
Una vez que llegamos dentro la llevé a la sala y me senté en el sofá y tiré de ella en mi regazo.
―Llora, grita, golpéame, haz lo que necesites. Sólo sácalo―le dije.
Y lo hizo.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
joder que mal lo de el padre de britt es una mierda,...
san va a tener que ser fuerte y consciente de que birtt puede decir o hacer de todo ahora,...
nos vemos!!!
joder que mal lo de el padre de britt es una mierda,...
san va a tener que ser fuerte y consciente de que birtt puede decir o hacer de todo ahora,...
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
ya voy entendiendo por donde van las cosas, espero no equivocarme!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
Pobre Britt le pasa de todo!!!!
Veremos como sigue!!
Saludos
Veremos como sigue!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
joder que mal lo de el padre de britt es una mierda,...
san va a tener que ser fuerte y consciente de que birtt puede decir o hacer de todo ahora,...
nos vemos!!!
Hola lu, si que lo es =/ Uff si que si... y como no¿? Saludos =D
micky morales escribió:ya voy entendiendo por donde van las cosas, espero no equivocarme!!!!
Hola, si¿? podrías decirnos tu hipotesis¿? no me dejes con la duda! ajajajja. Saludos =D
monica.santander escribió:Pobre Britt le pasa de todo!!!!
Veremos como sigue!!
Saludos
Hola, si, es una gran pena... a tenido que perder tantas personas =( Si, y aquí dejo el siguiente cap para saberlo. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Cap 5
Capitulo 5
Brittany
Si no fuera porque sabía que mi papá estaba enfermo, todo parecería casi normal.
Todavía se levantaba por la mañana e iba a trabajar.
Todavía venía todos los días para el almuerzo.
Todavía hablaba sobre el ganado, y que necesitaba venderlo para el final del verano.
La diferencia es que no comía un gran desayuno como lo hacía antes. A menudo lo encontraba sentado en la sombra con la mirada perdida en sus pensamientos cuando lo miraba durante el día. Y en el almuerzo apenas tocaba la comida. Sin contar las veces en que no lo puede encontrar cuando estaba enfermo.
Se escondía de mí.
Sólo había pasado una semana desde que me enteré.
Una semana desde que mi mundo se alteró.
Me negué a dejarlo. Tenía que estar ahí.
Me había pedido que me fuera, pero después de discutir con él finalmente me derrumbé y lloré como la aterrorizada niña que tenía dentro de mí. Me había abrazado y me dijo que podía quedarme.
Lo comprendió.
Sabía que no lo había comprendido.
No era a él a quien iban a dejar solo. Iba a estar con mamá de nuevo. Sería yo la que estaría sin ellos.
Los médicos le habían dicho que podría vivir durante seis meses más, si teníamos suerte.
Recé todas las noches para que fuésemos las personas más afortunadas en la tierra.
—¿Brittany?—llamó Sam mientras la puerta mosquitera se cerraba detrás de él.
Dejé de mirar a papá a medida que caminaba por el patio de atrás y me acercaba a la parte delantera de la casa para ver a Sam.
—Sí—dije en voz alta cuando le di la vuelta a la esquina en la cocina.
Ya estaba preparando un vaso de limonada. Me miró y frunció el ceño. Reconocí ese ceño fruncido.
Vino para hablar.
No me encontraba de humor para hablar.
—¿Santana vuelve esta noche?—preguntó al mismo tiempo que sacaba una silla y la ponía al revés antes de sentarse en ella.
—Sí. Fue al departamento a buscar algunas cosas que yo necesitaba—la culpa empezó a matarme otra vez.
Traté de ignorarla, pero cada vez era peor.
—¿Vas a hacer que se vaya, verdad? Es su futuro, Brittany.
Esperaba esta conversación, ya sea de papá o de Sam.
Me dieron una semana de respiro. Todavía nadie me había presionado a tomar una decisión. Pero Santana aplazó ir a Tennessee por una semana.
La estaban esperando.
Ella me esperaba.
Sabía que si le pedía que se quedara lo haría. Era así de simple.
—Lo sé, Sam—espeté.
Porque sabía eso.
No necesitaba que me dijeran que estaba siendo egoísta. Que estaba siendo necesitada.
Santana tenía un futuro por delante. Ir a Tennessee era el primer paso.
Luchó duro por esa oportunidad.
La amaba lo suficiente como para dejarla ir sin mí. Sin embargo, no iría con ella.
No este año.
Tenía que estar aquí.
—Voy a hacer que se vaya mañana. Tengo planeado hablar con ella esta noche.
Suspiró y dejó el vaso sobre la mesa.
—No te va a dejar con facilidad. Está dispuesta a rechazar su beca por ti.
Eso también lo sabía. Podía verlo en sus ojos.
Tendría que obligarla a dejarme.
Podríamos soportarla la distancia. No necesitaba verme pasar por esto. No era yo. No era yo misma.
Sólo la arrastraría conmigo.
Miré a Sam.
—¿Estarás aquí conmigo?—pregunté.
Porque no podría hacerlo sola.
—No voy a ninguna parte, Britt. Me tienes a mí. No tenía ganas de volver de todos modos. Lo sabes. Pero Santana… ella quiere ir. Esta es su oportunidad. Sé a dónde pertenezco ahora y es aquí.
En momentos como estos me olvidaba de que Casey ya no estaba. Sam me recordaba mucho a la persona que amé y perdí.
—Gracias.
—Juntos contra viento y marea. Siempre ha sido así—dijo con una sonrisa triste.
Estaba en lo cierto.
Habíamos estado juntos a través de todo.
Miré por la ventana y vi que papá se sentaba en la parte trasera de su camión para beber un poco de agua.
Se negaba a dejar de vivir. Esto era lo que él quería.
Pese a que estuve muy enojada cuando me enteré que se negaba a tomar los tratamientos, no pude permanecer molesta con él.
Era su vida.
Quería que sus últimos días fueran así y no podía negárselo.
—Amo a ese hombre—dije más para mí misma que para otra persona.
—También te ama. Tú eres su mundo, Britt. Siempre lo has sido—la voz de Sam estaba mezclada con tristeza.
También amaba a mi papá.
Era difícil no hacerlo.
—Cuando Santana se vaya mañana, voy a necesitarte—dije en voz baja.
Sabía que había soportado esta semana porque tenía los brazos de Santana para refugiarme del dolor.
—Y estaré aquí —me aseguró.
—Iré con papá —dije mientras salía.
Papá giró su cabeza para mirarme caminando hacia él.
Una sonrisa apareció en su rostro. Ver esa sonrisa me animó. No sonreía mucho estos días.
—Oye, papá—dije mientras me sentaba a su lado.
—Oye, nena—respondió mientras extendía su mano para acariciar mi rodilla.
—Hace mucho calor hoy. Normalmente no tenemos esta temperatura caliente hasta julio—dije alcanzando una toalla fría de la nevera y entregándosela—Refréscate.
No discutió.
Tomó la toalla y se secó la cara y el cuello, y luego la enrolló para dejarla descansar en su cuello.
—¿Sam está escondiéndose adentro?—preguntó con una sonrisa.
—Probablemente—contesté.
Siempre acusaba a Sam de ocultarse cuando iba a tomar un descanso o a conseguir una bebida.
—Santana me ayuda con las pacas de heno por las tardes. ¿Cuándo volverá?
Santana había estado ayudando a papá toda la semana.
Era como si fuera el verano pasado otra vez… pero no era así. Esta vez, papá trabajaba con Santana y me permitía estar cerca… y ahora papá estaba enfermo.
—Debería volver pronto. Tuvo que ir a resolver algunas cosas y traer más cosas mías—me callé porque a papá le gustaba tratar de convencerme de me fuera cada vez que tenía oportunidad.
Dejó escapar un suspiro de cansancio y supe que estaba a punto de decir algo que sabía que yo no quería oír. Me preparé para que me dijera otra vez que tenía que irme.
—Sé que quieres quedarte conmigo. Lo entiendo. Y sinceramente me alegro de que lo hagas. Quiero pasar tanto tiempo contigo como pueda. Eres la cosa más importante en mi vida. ¿Sabes eso, cierto?
No iba a llorar.
No podía hacerle eso.
Él necesitaba hablar y tenía que ser lo suficientemente fuerte como para dejarlo.
En lugar de eso, asentí.
—Bueno. Porque tengo que decirte algo que no quieres escuchar. Pero te amo, y quiero que siempre seas feliz. Sé que Santana te hace feliz. Puede que no haya sido mi opción para ti, pero ella te ama con locura. Lo he visto en su rostro esta semana. Es capaz de hacer cualquier cosa que le pidas, inclusive saltar de un puente. Por lo tanto, te estoy diciendo esto porque es necesario. Tienes que dejar que esa chica se vaya, niña. Vino aquí el verano pasado porque tenía un plan. Tenía una oportunidad de conseguir el futuro que quiere, y aunque ella es rebelde, es una chica inteligente. Consiguió lo que quería. Pero si le pides que lo deje ir, lo hará. En un latido. No la hagas elegir. Déjala ir. Hazlo bien por ella, que realice ese sueño por el que luchó. Hazlo porque la amas.
Papá y Sam siempre habían pensado igual.
Debí saber que esto también lo molestaba. Mi corazón se animó al saber que papá estaba pensando en lo mejor para Santana. No solo para mí.
Quería que también amara a Santana.
—Voy a hablar con ella esta noche. Se irá mañana. No le daré una opción. No voy a terminar con ella. Simplemente lo haremos a larga distancia.
Papá no dijo nada más. Se acercó y tomó mi mano entre las suyas. Nos sentamos ahí y miramos hacia el campo en silencio.
Sabía que ambos estábamos pensando en un futuro del que no queríamos hablar.
No me podía imaginar un futuro sin papá en él.
No estaba dispuesta a hablar de ello.
—El día en que naciste tu mamá te entregó a mí y me dijo con su traviesa sonrisa: “no conseguiste ese niño que querías, pero estoy dispuesta a apostar que esta niña será tu dueña antes de que lleguemos a casa”—papá rio y negó con la cabeza—Tenía razón. Nunca me imaginé que alguien tan pequeño me podría controlar por completo. Cuando aprendías a caminar, lo juro, cada vez que caías de rodillas, yo caía contigo. Cuando dijiste tu primer dada lloré como un bebé. Después, el día que tuve que llevarte a la guardería y te aferraste a mi pierna… estaba muy tentado de recogerte y correr de vuelta a casa, donde estuvieras a salvo y feliz. Casey y Sam aparecieron y te apartaste de mí. Pero fui a casa y lloré de nuevo. Fui el primer papá en línea para recogerte al final del día. Eras toda trenzas y sonrisas. Parloteabas todo el camino a casa acerca de las plastilinas y la hora de los cuentos. Odiabas ferozmente la hora de la siesta—se detuvo y dejó escapar otra risita.
—Te amo, papi—conseguí susurrar a pesar del nudo en la garganta.
—También te amo, mi niña.
Santana
Esperé a que Brittany hablara primero.
Estuvo tranquila hasta la cena. Cuando Wilson se fue a la cama inmediatamente después de haber terminado de comer, vi la mirada que él le dio.
Fue una pregunta no formulada.
Brittany simplemente asintió y él besó la coronilla de su cabeza antes de salir de la habitación.
Nada de eso me tranquilizó.
El cuerpo de Brittany estaba tenso. Pero esperé a que ella hablara.
Se detuvo cuando llegamos a la parte trasera del granero. Quedábamos fuera de la vista desde cualquier ventana de la casa.
Eso me alivió un poco.
No quería tener que preocuparme por incomodar a Wilson. Porque seguro que no me iba a gustar lo que ella estaba a punto de decirme.
Lo pude ver en todo su rostro.
—Colúmpiate conmigo—dijo simplemente.
—No creo que pueda sentarme justo ahora. Necesito que me digas lo que te hizo traerme aquí en primer lugar—dije.
Estaba nerviosa.
Podría necesitar caminar un poco. Sentarme no era una opción.
Se acercó y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura, y por un momento estuve bien.
Entonces abrió la boca:
—Quiero que vayas a Tennessee. Mañana. Ya has esperado una semana. No más distracciones. Te vas mañana. Sin mí.
—No—respondí, sacudiendo la cabeza—Claro que no—repetí.
—Déjame hablar, San. No he terminado.
—No me importa una mierda. Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión. No te voy a dejar. ¿Ahora? ¿Cómo puedes siquiera pensar que eso estaría bien? No puedo dejarte, Britt.
—¡Escúchame! Tienes que hacerlo. Por nosotras. Tienes que irte. Si no te vas entonces no lo haremos nunca. No lo haremos. Has luchado por esta beca, y la tienes. Es el momento de tomarla. De vivirla. Haz un futuro para nosotras. Voy a estar ahí contigo… algún día. Pero tienes que comenzar esto ahora o lo perderemos. Tienes que hacerlo conmigo aquí. Podemos hablar por teléfono todos los días. Puedes venir a visitarme los fines de semana cuando estés libre. Podemos hacer esto. No es para siempre.
Quería gritar, pero la asustaría.
En cambio, la abracé más fuerte contra mí. No podría estar bien sin ella ni un jodido día.
¿Cómo se supone que lo haría durante una semana?
¿Dos semanas?
No lograría hacer eso.
—Britt, no puedo vivir sin ti.
—No estarás sin mí. Estaré aquí. Seguiré siendo tuya. Todavía eres dueña de mi corazón. Tendremos a la distancia entre nosotras por un tiempo. Podemos hacer que funcione. Pero tienes que hacer esto para nuestro futuro, Sanny.
Ella quería esto por nosotras. No solo por mí. Estaba preocupada por nuestro futuro después de que su papá se fuera.
Maldita sea.
¿Cómo iba a dejarla?
Incluso si ella lo quería así.
—No puedo dejarte—repetí, porque era todo lo que podía decir.
—Tienes que dejarme. Esto es lo mejor para nosotras. Estas oportunidades no vienen todos los días. Si pierdes esto… lo perdemos nosotras. Siempre estará esa pregunta en tu mente de “¿Que si…?” y no creo que pueda vivir con eso.
Negué con la cabeza.
—No. No, no voy a dejarte porque estés preocupada de que lamente mi elección. Nunca lo haría, y me refiero a que jodidamente nunca me arrepentiría de elegirte. Nada es más importante que tú, Brittany Pierce. Nada.
Besó mi pecho.
—Sé eso. Es por eso que estoy aquí, hablando contigo acerca de esto. Sé que si se tratara de una elección entre el Softbol y yo, me elegirías. No lo dudo ni por un minuto. Pero necesito que entiendas que esta es una elección por mí. Una elección para nosotras, San. Que vayas a Tennessee es la elección de nuestro futuro. Eso es lo que es. Sé que la semana pasada, cuando estuve alterada, te pedí que te quedaras conmigo porque estaba cayéndome a pedazos ese día. He tenido tiempo para pensar. Mi papi… mi papi no siempre estará aquí. Necesito pasar con él el tiempo que me queda. Pero después que él esté… después… necesitaremos tener un plan. Un futuro. Es tu trabajo ir y construir ese futuro para nosotros mientras yo me quedo aquí a hacer lo que tengo que hacer.
¡Maldita sea!
Comprendía lo que estaba diciendo.
Estaba en lo cierto y odiaba eso. No podía dejarla.
¿Cómo demonios iba a ser capaz de concentrarme sin ella ahí conmigo?
Yo no era yo sin ella.
Pero cuando esto se haya acabado, necesitará una persona que pueda protegerla y darle un futuro.
Quedarme aquí y trabajar en un empleo mediocre no sería el futuro que se merece.
Así que no sería digna de ella.
Tenía que ser la persona que ella necesitaba.
¿Por qué eso tenía que doler como el infierno?
—No quiero estar sin ti—dije, tirándola contra mí y enterrando mi cara en su pelo.
—Lo sé. Pero ahora mismo es lo que tenemos que hacer —respondió.
—Me necesitas—intenté de nuevo, alegando una razón por la que debería quedarme.
—Siempre. Pero necesito que asegures nuestro futuro más de lo que te necesito aquí ahora mismo. Puedo pasar tiempo con papá. Ve por esa beca de la universidad y estaré ahí contigo algún día.
Algún día.
Sabía que no estaba diciendo pronto o dentro de poco, porque eso significaría que su padre se habría ido.
No podía decir eso.
Lo entendí.
Pero “algún día” me estaba atormentando.
¿Qué si cambiaba de opinión?
¿Qué si algún día llegaba y no me quería más?
—Necesito que me digas que me amarás por siempre. Necesito saber que no vas a dejarme.
Estaba desesperada, pero quería oírla decirme lo que significaba para ella.
Que el futuro era nuestro.
—Nunca habrá ninguna otra persona para mí. Lo eres. Eres mí siempre.
Todavía se levantaba por la mañana e iba a trabajar.
Todavía venía todos los días para el almuerzo.
Todavía hablaba sobre el ganado, y que necesitaba venderlo para el final del verano.
La diferencia es que no comía un gran desayuno como lo hacía antes. A menudo lo encontraba sentado en la sombra con la mirada perdida en sus pensamientos cuando lo miraba durante el día. Y en el almuerzo apenas tocaba la comida. Sin contar las veces en que no lo puede encontrar cuando estaba enfermo.
Se escondía de mí.
Sólo había pasado una semana desde que me enteré.
Una semana desde que mi mundo se alteró.
Me negué a dejarlo. Tenía que estar ahí.
Me había pedido que me fuera, pero después de discutir con él finalmente me derrumbé y lloré como la aterrorizada niña que tenía dentro de mí. Me había abrazado y me dijo que podía quedarme.
Lo comprendió.
Sabía que no lo había comprendido.
No era a él a quien iban a dejar solo. Iba a estar con mamá de nuevo. Sería yo la que estaría sin ellos.
Los médicos le habían dicho que podría vivir durante seis meses más, si teníamos suerte.
Recé todas las noches para que fuésemos las personas más afortunadas en la tierra.
—¿Brittany?—llamó Sam mientras la puerta mosquitera se cerraba detrás de él.
Dejé de mirar a papá a medida que caminaba por el patio de atrás y me acercaba a la parte delantera de la casa para ver a Sam.
—Sí—dije en voz alta cuando le di la vuelta a la esquina en la cocina.
Ya estaba preparando un vaso de limonada. Me miró y frunció el ceño. Reconocí ese ceño fruncido.
Vino para hablar.
No me encontraba de humor para hablar.
—¿Santana vuelve esta noche?—preguntó al mismo tiempo que sacaba una silla y la ponía al revés antes de sentarse en ella.
—Sí. Fue al departamento a buscar algunas cosas que yo necesitaba—la culpa empezó a matarme otra vez.
Traté de ignorarla, pero cada vez era peor.
—¿Vas a hacer que se vaya, verdad? Es su futuro, Brittany.
Esperaba esta conversación, ya sea de papá o de Sam.
Me dieron una semana de respiro. Todavía nadie me había presionado a tomar una decisión. Pero Santana aplazó ir a Tennessee por una semana.
La estaban esperando.
Ella me esperaba.
Sabía que si le pedía que se quedara lo haría. Era así de simple.
—Lo sé, Sam—espeté.
Porque sabía eso.
No necesitaba que me dijeran que estaba siendo egoísta. Que estaba siendo necesitada.
Santana tenía un futuro por delante. Ir a Tennessee era el primer paso.
Luchó duro por esa oportunidad.
La amaba lo suficiente como para dejarla ir sin mí. Sin embargo, no iría con ella.
No este año.
Tenía que estar aquí.
—Voy a hacer que se vaya mañana. Tengo planeado hablar con ella esta noche.
Suspiró y dejó el vaso sobre la mesa.
—No te va a dejar con facilidad. Está dispuesta a rechazar su beca por ti.
Eso también lo sabía. Podía verlo en sus ojos.
Tendría que obligarla a dejarme.
Podríamos soportarla la distancia. No necesitaba verme pasar por esto. No era yo. No era yo misma.
Sólo la arrastraría conmigo.
Miré a Sam.
—¿Estarás aquí conmigo?—pregunté.
Porque no podría hacerlo sola.
—No voy a ninguna parte, Britt. Me tienes a mí. No tenía ganas de volver de todos modos. Lo sabes. Pero Santana… ella quiere ir. Esta es su oportunidad. Sé a dónde pertenezco ahora y es aquí.
En momentos como estos me olvidaba de que Casey ya no estaba. Sam me recordaba mucho a la persona que amé y perdí.
—Gracias.
—Juntos contra viento y marea. Siempre ha sido así—dijo con una sonrisa triste.
Estaba en lo cierto.
Habíamos estado juntos a través de todo.
Miré por la ventana y vi que papá se sentaba en la parte trasera de su camión para beber un poco de agua.
Se negaba a dejar de vivir. Esto era lo que él quería.
Pese a que estuve muy enojada cuando me enteré que se negaba a tomar los tratamientos, no pude permanecer molesta con él.
Era su vida.
Quería que sus últimos días fueran así y no podía negárselo.
—Amo a ese hombre—dije más para mí misma que para otra persona.
—También te ama. Tú eres su mundo, Britt. Siempre lo has sido—la voz de Sam estaba mezclada con tristeza.
También amaba a mi papá.
Era difícil no hacerlo.
—Cuando Santana se vaya mañana, voy a necesitarte—dije en voz baja.
Sabía que había soportado esta semana porque tenía los brazos de Santana para refugiarme del dolor.
—Y estaré aquí —me aseguró.
—Iré con papá —dije mientras salía.
Papá giró su cabeza para mirarme caminando hacia él.
Una sonrisa apareció en su rostro. Ver esa sonrisa me animó. No sonreía mucho estos días.
—Oye, papá—dije mientras me sentaba a su lado.
—Oye, nena—respondió mientras extendía su mano para acariciar mi rodilla.
—Hace mucho calor hoy. Normalmente no tenemos esta temperatura caliente hasta julio—dije alcanzando una toalla fría de la nevera y entregándosela—Refréscate.
No discutió.
Tomó la toalla y se secó la cara y el cuello, y luego la enrolló para dejarla descansar en su cuello.
—¿Sam está escondiéndose adentro?—preguntó con una sonrisa.
—Probablemente—contesté.
Siempre acusaba a Sam de ocultarse cuando iba a tomar un descanso o a conseguir una bebida.
—Santana me ayuda con las pacas de heno por las tardes. ¿Cuándo volverá?
Santana había estado ayudando a papá toda la semana.
Era como si fuera el verano pasado otra vez… pero no era así. Esta vez, papá trabajaba con Santana y me permitía estar cerca… y ahora papá estaba enfermo.
—Debería volver pronto. Tuvo que ir a resolver algunas cosas y traer más cosas mías—me callé porque a papá le gustaba tratar de convencerme de me fuera cada vez que tenía oportunidad.
Dejó escapar un suspiro de cansancio y supe que estaba a punto de decir algo que sabía que yo no quería oír. Me preparé para que me dijera otra vez que tenía que irme.
—Sé que quieres quedarte conmigo. Lo entiendo. Y sinceramente me alegro de que lo hagas. Quiero pasar tanto tiempo contigo como pueda. Eres la cosa más importante en mi vida. ¿Sabes eso, cierto?
No iba a llorar.
No podía hacerle eso.
Él necesitaba hablar y tenía que ser lo suficientemente fuerte como para dejarlo.
En lugar de eso, asentí.
—Bueno. Porque tengo que decirte algo que no quieres escuchar. Pero te amo, y quiero que siempre seas feliz. Sé que Santana te hace feliz. Puede que no haya sido mi opción para ti, pero ella te ama con locura. Lo he visto en su rostro esta semana. Es capaz de hacer cualquier cosa que le pidas, inclusive saltar de un puente. Por lo tanto, te estoy diciendo esto porque es necesario. Tienes que dejar que esa chica se vaya, niña. Vino aquí el verano pasado porque tenía un plan. Tenía una oportunidad de conseguir el futuro que quiere, y aunque ella es rebelde, es una chica inteligente. Consiguió lo que quería. Pero si le pides que lo deje ir, lo hará. En un latido. No la hagas elegir. Déjala ir. Hazlo bien por ella, que realice ese sueño por el que luchó. Hazlo porque la amas.
Papá y Sam siempre habían pensado igual.
Debí saber que esto también lo molestaba. Mi corazón se animó al saber que papá estaba pensando en lo mejor para Santana. No solo para mí.
Quería que también amara a Santana.
—Voy a hablar con ella esta noche. Se irá mañana. No le daré una opción. No voy a terminar con ella. Simplemente lo haremos a larga distancia.
Papá no dijo nada más. Se acercó y tomó mi mano entre las suyas. Nos sentamos ahí y miramos hacia el campo en silencio.
Sabía que ambos estábamos pensando en un futuro del que no queríamos hablar.
No me podía imaginar un futuro sin papá en él.
No estaba dispuesta a hablar de ello.
—El día en que naciste tu mamá te entregó a mí y me dijo con su traviesa sonrisa: “no conseguiste ese niño que querías, pero estoy dispuesta a apostar que esta niña será tu dueña antes de que lleguemos a casa”—papá rio y negó con la cabeza—Tenía razón. Nunca me imaginé que alguien tan pequeño me podría controlar por completo. Cuando aprendías a caminar, lo juro, cada vez que caías de rodillas, yo caía contigo. Cuando dijiste tu primer dada lloré como un bebé. Después, el día que tuve que llevarte a la guardería y te aferraste a mi pierna… estaba muy tentado de recogerte y correr de vuelta a casa, donde estuvieras a salvo y feliz. Casey y Sam aparecieron y te apartaste de mí. Pero fui a casa y lloré de nuevo. Fui el primer papá en línea para recogerte al final del día. Eras toda trenzas y sonrisas. Parloteabas todo el camino a casa acerca de las plastilinas y la hora de los cuentos. Odiabas ferozmente la hora de la siesta—se detuvo y dejó escapar otra risita.
—Te amo, papi—conseguí susurrar a pesar del nudo en la garganta.
—También te amo, mi niña.
Santana
Esperé a que Brittany hablara primero.
Estuvo tranquila hasta la cena. Cuando Wilson se fue a la cama inmediatamente después de haber terminado de comer, vi la mirada que él le dio.
Fue una pregunta no formulada.
Brittany simplemente asintió y él besó la coronilla de su cabeza antes de salir de la habitación.
Nada de eso me tranquilizó.
El cuerpo de Brittany estaba tenso. Pero esperé a que ella hablara.
Se detuvo cuando llegamos a la parte trasera del granero. Quedábamos fuera de la vista desde cualquier ventana de la casa.
Eso me alivió un poco.
No quería tener que preocuparme por incomodar a Wilson. Porque seguro que no me iba a gustar lo que ella estaba a punto de decirme.
Lo pude ver en todo su rostro.
—Colúmpiate conmigo—dijo simplemente.
—No creo que pueda sentarme justo ahora. Necesito que me digas lo que te hizo traerme aquí en primer lugar—dije.
Estaba nerviosa.
Podría necesitar caminar un poco. Sentarme no era una opción.
Se acercó y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura, y por un momento estuve bien.
Entonces abrió la boca:
—Quiero que vayas a Tennessee. Mañana. Ya has esperado una semana. No más distracciones. Te vas mañana. Sin mí.
—No—respondí, sacudiendo la cabeza—Claro que no—repetí.
—Déjame hablar, San. No he terminado.
—No me importa una mierda. Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión. No te voy a dejar. ¿Ahora? ¿Cómo puedes siquiera pensar que eso estaría bien? No puedo dejarte, Britt.
—¡Escúchame! Tienes que hacerlo. Por nosotras. Tienes que irte. Si no te vas entonces no lo haremos nunca. No lo haremos. Has luchado por esta beca, y la tienes. Es el momento de tomarla. De vivirla. Haz un futuro para nosotras. Voy a estar ahí contigo… algún día. Pero tienes que comenzar esto ahora o lo perderemos. Tienes que hacerlo conmigo aquí. Podemos hablar por teléfono todos los días. Puedes venir a visitarme los fines de semana cuando estés libre. Podemos hacer esto. No es para siempre.
Quería gritar, pero la asustaría.
En cambio, la abracé más fuerte contra mí. No podría estar bien sin ella ni un jodido día.
¿Cómo se supone que lo haría durante una semana?
¿Dos semanas?
No lograría hacer eso.
—Britt, no puedo vivir sin ti.
—No estarás sin mí. Estaré aquí. Seguiré siendo tuya. Todavía eres dueña de mi corazón. Tendremos a la distancia entre nosotras por un tiempo. Podemos hacer que funcione. Pero tienes que hacer esto para nuestro futuro, Sanny.
Ella quería esto por nosotras. No solo por mí. Estaba preocupada por nuestro futuro después de que su papá se fuera.
Maldita sea.
¿Cómo iba a dejarla?
Incluso si ella lo quería así.
—No puedo dejarte—repetí, porque era todo lo que podía decir.
—Tienes que dejarme. Esto es lo mejor para nosotras. Estas oportunidades no vienen todos los días. Si pierdes esto… lo perdemos nosotras. Siempre estará esa pregunta en tu mente de “¿Que si…?” y no creo que pueda vivir con eso.
Negué con la cabeza.
—No. No, no voy a dejarte porque estés preocupada de que lamente mi elección. Nunca lo haría, y me refiero a que jodidamente nunca me arrepentiría de elegirte. Nada es más importante que tú, Brittany Pierce. Nada.
Besó mi pecho.
—Sé eso. Es por eso que estoy aquí, hablando contigo acerca de esto. Sé que si se tratara de una elección entre el Softbol y yo, me elegirías. No lo dudo ni por un minuto. Pero necesito que entiendas que esta es una elección por mí. Una elección para nosotras, San. Que vayas a Tennessee es la elección de nuestro futuro. Eso es lo que es. Sé que la semana pasada, cuando estuve alterada, te pedí que te quedaras conmigo porque estaba cayéndome a pedazos ese día. He tenido tiempo para pensar. Mi papi… mi papi no siempre estará aquí. Necesito pasar con él el tiempo que me queda. Pero después que él esté… después… necesitaremos tener un plan. Un futuro. Es tu trabajo ir y construir ese futuro para nosotros mientras yo me quedo aquí a hacer lo que tengo que hacer.
¡Maldita sea!
Comprendía lo que estaba diciendo.
Estaba en lo cierto y odiaba eso. No podía dejarla.
¿Cómo demonios iba a ser capaz de concentrarme sin ella ahí conmigo?
Yo no era yo sin ella.
Pero cuando esto se haya acabado, necesitará una persona que pueda protegerla y darle un futuro.
Quedarme aquí y trabajar en un empleo mediocre no sería el futuro que se merece.
Así que no sería digna de ella.
Tenía que ser la persona que ella necesitaba.
¿Por qué eso tenía que doler como el infierno?
—No quiero estar sin ti—dije, tirándola contra mí y enterrando mi cara en su pelo.
—Lo sé. Pero ahora mismo es lo que tenemos que hacer —respondió.
—Me necesitas—intenté de nuevo, alegando una razón por la que debería quedarme.
—Siempre. Pero necesito que asegures nuestro futuro más de lo que te necesito aquí ahora mismo. Puedo pasar tiempo con papá. Ve por esa beca de la universidad y estaré ahí contigo algún día.
Algún día.
Sabía que no estaba diciendo pronto o dentro de poco, porque eso significaría que su padre se habría ido.
No podía decir eso.
Lo entendí.
Pero “algún día” me estaba atormentando.
¿Qué si cambiaba de opinión?
¿Qué si algún día llegaba y no me quería más?
—Necesito que me digas que me amarás por siempre. Necesito saber que no vas a dejarme.
Estaba desesperada, pero quería oírla decirme lo que significaba para ella.
Que el futuro era nuestro.
—Nunca habrá ninguna otra persona para mí. Lo eres. Eres mí siempre.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
que los parta un rayo a sam y la maldito viejo ese,..
sinceramente OJALA se arrepienta britt de decidir por san algo que no quiere,...
nunca digas nunca,.. por que es mas que nunca! por que a rey muerto rey puesto!!! no me gusta lo que hace britt "pensando" en san y toda la pantomima,...
nos vemos!!!
que los parta un rayo a sam y la maldito viejo ese,..
sinceramente OJALA se arrepienta britt de decidir por san algo que no quiere,...
nunca digas nunca,.. por que es mas que nunca! por que a rey muerto rey puesto!!! no me gusta lo que hace britt "pensando" en san y toda la pantomima,...
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
Mmmmmmm no se si Britt va a cumple con esa ultima frase!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
esa era parte de mi teoria, que ella la dejaria ir para construir su futuro, solo que pense que la engañaria con sam para que fuese mas facil!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
El algún día suena muy lejano e incierto de cierta manera, pero Britt hizo lo que tenia que hacer San tenia que cumplir su sueño independientemente de si están juntas ....
Y pues veamos que tiene planeado la vida para ellas en este tiempo...
Y pues veamos que tiene planeado la vida para ellas en este tiempo...
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
que los parta un rayo a sam y la maldito viejo ese,..
sinceramente OJALA se arrepienta britt de decidir por san algo que no quiere,...
nunca digas nunca,.. por que es mas que nunca! por que a rey muerto rey puesto!!! no me gusta lo que hace britt "pensando" en san y toda la pantomima,...
nos vemos!!!
Hola lu, jajajajajaajajaj xD jajaajajajajajajajajaja espera q viejo¿?... Esperemos y no, xq la vrdd esta pensando en la misma morena mas q en ella misma, lo cual veo bn =/ Mmmm si lo vemos bn se logra entender lo q hace y no =/ Creo q yo haría lo mismo en su lugar =/ saludos =D
monica.santander escribió:Mmmmmmm no se si Britt va a cumple con esa ultima frase!!!!
Saludos
Hola, dices tu¿? esperemos y no tengas razón la vrdd XD jajajajajaajaj. Saludos =D
micky morales escribió:esa era parte de mi teoria, que ella la dejaria ir para construir su futuro, solo que pense que la engañaria con sam para que fuese mas facil!!!!!
Hola, aaahhh =O jajajajaaj tu parte era para terminal mal, pero aki lo hace para seguir juntas... la cosa sera hasta cuando =/ saludos =D
JVM escribió:El algún día suena muy lejano e incierto de cierta manera, pero Britt hizo lo que tenia que hacer San tenia que cumplir su sueño independientemente de si están juntas ....
Y pues veamos que tiene planeado la vida para ellas en este tiempo...
Hola, la vrdd esk si =/ Si, y yo como ya dije, le encuentro la razón =/ Eso mismo, y aquí dejo el siguiente cap. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Cap 6
Capitulo 6
Brittany
La cama sola en la vieja habitación de Santana no tenía sábanas.
Nadie dormía ahí ahora.
Papi no había enviado de regreso a Santana al granero esta semana. La había dejado dormir en la habitación de huéspedes.
Santana cerró la puerta y la bloqueó mientras yo abría la pequeña ventana para refrescar la habitación. Girándome, fui hipnotizada ante su hermoso cuerpo mientras se quitaba la camisa y el sujetador sobre la cabeza y la lanzaba al suelo mientras cerraba la distancia entre nosotras.
Santana no hablaba como normalmente lo hacía. Había una mirada desesperada en sus ojos que rompió mi corazón.
Quería liberar sus miedos.
No confiaba en que estuviéramos separadas. Le probaría que estaríamos bien.
A tiempo.
Desabotoné mi camisa y la dejé caer al suelo con la suya. Llevo su mano detrás de mí y desabrochó mi sostén con una facilidad que solía fastidiarme.
Ya había superado su experiencia ahora.
Sabía que ella era mía.
No me hallaba insegura cuando se refería a donde me encontraba con la sexualidad de Santana.
Yo era todo lo que ella quería. Eso era suficiente.
Sus manos se movieron a mi cintura y desabotonó mis pantalones cortos, luego los bajó junto con mis bragas hasta que tuve que salir de ellos.
—Recuéstate—dijo, con un susurro ronco, su cintura estrecha y caderas se encontraban perfectamente esculpidas.
Era perfecta.
Una mujer debería ser tan perfecta. Pero la mío lo era.
Mirando su rostro, la atrapé sonriendo. Le gustaba cuando miraba su cuerpo. Le sonreí en respuesta y vino sobre mí.
—Necesito amarte esta noche. Tal vez necesite amarte toda la noche—dijo mientras sus caderas se movían entre mis piernas.
Antes de que pudiera responder, su boca se hallaba en la mía. Su lengua hizo esas cosas mágicas que podía sentir por todo mi cuerpo con un simple chasquido.
La mantuve cerca de mí y la besé en respuesta con cada emoción que tenía en mí.
Sus labios bajaron a mi cuello mientras susurraba palabras en mi piel. Que me amaba.
Que no podía vivir sin mí.
Que yo era su vida.
Y yo era masilla bajo su toque. Gemí mientras tomaba un pezón en su boca y chupaba un poco amablemente antes de lamerlo para aliviar el dolor agudo.
Pasé mis manos por su espalda para acunar su trasero en mis manos. Los músculos provocadores flexionados bajo mi toque y gimió.
Levanté mis piernas alrededor de su cintura mientras me levantaba.
—Maldita sea, te amo tanto—susurró mientras nos acomodaba para que nuestros sexos se rozaran. Todo lo que pude hacer fue gritar de placer—Ahí es mi hogar. Tú eres mi hogar—dijo antes moverse más rápido y yo con ella.
Alcancé su rostro y la besé fuerte.
La estaba alejando pero la iba a extrañar. Iba a necesitarla y no iba a estar aquí.
No podía decirle eso.
No podía dejarle saber que moría por dentro de pensar en lidiar con esto sin ella.
No me encontraba segura de sobrevivir sin sus brazos a mí alrededor. Pero si decía eso una vez, no se iría.
Así que todo lo que pude hacer era amarla.
La amaría tan fuerte tanto como me lo permitiera.
El crepúsculo llegaba por la ventana mientras yacía enredada en los brazos de Santana en el pequeño edredón.
No dormí.
Ella se quedó dormida luego de que hicimos el amor en la ducha por tercera vez.
Eso fue hace dos horas.
Todo lo que podía hacer era verla dormir. Se iría hoy. Quería disfrutar tenerla sosteniéndome.
Dejarla irse hoy sería difícil.
No podía llorar.
Si lo hiciera se quedaría.
No podía decir que iba a ser difícil o se quedaría.
Tenía que ser fuerte.
Tenía que fingir hasta que se fuera.
Luego podía ir a mi habitación y romperme.
Su cabello oscuro estaba creciendo mucho. Habían pasado unos meses desde que se lo cortó. La curva natural que aparecía cuando lo dejaba muy largo era sexy.
La odiaba, pero a mí me encantaba.
Sus pestañas largas y oscuras se curvaban sobre sus mejillas.
Sonreí para mí misma pensando en el primer día que puse mis ojos en ella.
Pensé que era hermosa. También pensé que era una perdedora.
Cuán mal estuve.
Santana López había probado ser todo lo que quería en la vida.
Solo esperaba que dejarla ir fuera lo correcto. Me encontraba segura de que lo era, pero había un poco de temor de perderla.
Era perfecta.
Las personas acudían a ella.
No estaría en sus brazos. Vendrían detrás de ella.
Sabía que me amaba y sabía que nunca me lastimaría, pero aun así me preocupaba.
¿Qué si accidentalmente conocía a alguien más y se enamoraba?
¿Qué si extrañarme se hacía demasiado?
No.
No podía pensar así.
No podía.
Tenía que confiar en nosotras.
Confiar en ella.
Mi enfoque tenía que estar en papi. Quería construir tantos recuerdos con papá como pudiera.
—Mía—murmuró Santana entre sueños acercándome a ella.
Incluso en sueños sabía lo que necesitaba.
Besé su mejilla y sonreí.
—Sí, soy tuya.
Santana
Brittany salió hacia el auto conmigo.
No podía creer que hacía esto.
Dejarla.
Joder, se sentía tan mal.
Pero me despertó y me hizo el amor una vez más esta mañana prometiéndome que estaríamos bien. Que eso era lo que quería y que necesitábamos.
Empaqué algunas cosas que tenía aquí e iba a regresar al departamento por mis otras cosas antes de dirigirme al norte.
¿Cómo dormiría esta noche sin ella?
—No me hagas hacer esto—rogué cuando entramos al auto.
—Tenemos que. Recuerda, es por nosotras—dijo apretando mi mano.
—Llama a Rach si necesitas algo. Estará aquí. Me prometió que pasaría a verte seguido. Quinn también. Dijo que lo que necesites llamalas.
Había llamado a Rachel esta mañana mientras Brittany tomaba una ducha. Me dio una charla porque me encontraba realmente cerca de romperme.
Rachel escuchó la ansiedad en mi voz y me consoló diciendo era lo que teníamos que hacer.
Ella concordaba con Brittany.
—Lo sé. Les llamaré. Lo prometo—me aseguró.
Sabía que tenía a Sam, pero necesitaba saber que también tenía a Rachel.
Confiaba en Quinn y Rachel para protegerla. Para cuidarla si necesitaba algo.
Sam, no me encontraba muy seguro de ello.
—Llámame, también. Regresaré. Saltaré en un avión. Juro que lo haré. Es un viaje de cuarenta y cinco minutos.
—Lo sé—dijo, abrazándome—Te amo tanto. Por favor conduce con cuidado. Llámame cuando estés allá. Voy a querer escuchar todo. Todo.
Haríamos todo esto juntas.
La idea de hacerlo sin ella jodía mi cabeza.
—Te llamaré tanto, maldita sea, vas a pensar que estabas ahí.
Se rió y me miró.
—Bien.
Bajé la mirada a sus ojos azules y la absorbí.
Esos bonitos ojos azules me atraparon la primera vez que los vi.
Hemos pasado por tanto ya.
Éramos más fuertes de lo que éramos hace diez meses.
Nuestra relación era segura.
Estábamos seguras de la otra.
Mis miedos no tenían sentido.
Estaríamos bien.
—Puedo irme mañana—dije, esperando que me diera una noche más en sus brazos.
—Solo pensaríamos en tu partida todo el día de hoy. Haría las cosas más difíciles. Tienes que entrar al auto y conducir.
Acuné su cara en mis manos y me incliné para besar su dulce boca otra vez. Agarró mis brazos y se mantuvo cerca mientras nuestras lenguas se enredaban desesperadamente.
Alejándome, presioné un beso en cada uno de sus pómulos y luego su nariz.
—Regresaré una semana luego del sábado.
Porque no podía irme por más de dos semanas.
—No puedes regresar tan pronto. Necesitas más tiempo para tener las cosas listas allá.
—No presiones, hermosa. Quieres que me vaya, me estoy yendo. Pero estaría maldita si me quedo lejos más de lo necesario.
Se rió y asintió.
—De acuerdo. Te veré en trece días, entonces.
Eso me ayudó un poco.
Trece días.
Podía hacerlo.
—Ve, Sanny—dijo Brittany alejándose y empujándome amablemente hacia la puerta del auto.
Respiré profundamente y entré al auto antes de poder agarrarla de nuevo.
—¡Te amo! ¡Ten cuidado!—gritó mientras yo empezaba a cerrar la puerta.
—Te amo más. Y tú ten cuidado —respondí.
Se alejó y cerró la puerta.
Eso era.
La estaba dejando.
Me despidió con la mano y sonrió.
Demonios, no me quería ir.
Forcé el auto a ir en reversa y le lancé un beso antes de conducir para alejarme del granero blanco que contenía mi mundo.
Nadie dormía ahí ahora.
Papi no había enviado de regreso a Santana al granero esta semana. La había dejado dormir en la habitación de huéspedes.
Santana cerró la puerta y la bloqueó mientras yo abría la pequeña ventana para refrescar la habitación. Girándome, fui hipnotizada ante su hermoso cuerpo mientras se quitaba la camisa y el sujetador sobre la cabeza y la lanzaba al suelo mientras cerraba la distancia entre nosotras.
Santana no hablaba como normalmente lo hacía. Había una mirada desesperada en sus ojos que rompió mi corazón.
Quería liberar sus miedos.
No confiaba en que estuviéramos separadas. Le probaría que estaríamos bien.
A tiempo.
Desabotoné mi camisa y la dejé caer al suelo con la suya. Llevo su mano detrás de mí y desabrochó mi sostén con una facilidad que solía fastidiarme.
Ya había superado su experiencia ahora.
Sabía que ella era mía.
No me hallaba insegura cuando se refería a donde me encontraba con la sexualidad de Santana.
Yo era todo lo que ella quería. Eso era suficiente.
Sus manos se movieron a mi cintura y desabotonó mis pantalones cortos, luego los bajó junto con mis bragas hasta que tuve que salir de ellos.
—Recuéstate—dijo, con un susurro ronco, su cintura estrecha y caderas se encontraban perfectamente esculpidas.
Era perfecta.
Una mujer debería ser tan perfecta. Pero la mío lo era.
Mirando su rostro, la atrapé sonriendo. Le gustaba cuando miraba su cuerpo. Le sonreí en respuesta y vino sobre mí.
—Necesito amarte esta noche. Tal vez necesite amarte toda la noche—dijo mientras sus caderas se movían entre mis piernas.
Antes de que pudiera responder, su boca se hallaba en la mía. Su lengua hizo esas cosas mágicas que podía sentir por todo mi cuerpo con un simple chasquido.
La mantuve cerca de mí y la besé en respuesta con cada emoción que tenía en mí.
Sus labios bajaron a mi cuello mientras susurraba palabras en mi piel. Que me amaba.
Que no podía vivir sin mí.
Que yo era su vida.
Y yo era masilla bajo su toque. Gemí mientras tomaba un pezón en su boca y chupaba un poco amablemente antes de lamerlo para aliviar el dolor agudo.
Pasé mis manos por su espalda para acunar su trasero en mis manos. Los músculos provocadores flexionados bajo mi toque y gimió.
Levanté mis piernas alrededor de su cintura mientras me levantaba.
—Maldita sea, te amo tanto—susurró mientras nos acomodaba para que nuestros sexos se rozaran. Todo lo que pude hacer fue gritar de placer—Ahí es mi hogar. Tú eres mi hogar—dijo antes moverse más rápido y yo con ella.
Alcancé su rostro y la besé fuerte.
La estaba alejando pero la iba a extrañar. Iba a necesitarla y no iba a estar aquí.
No podía decirle eso.
No podía dejarle saber que moría por dentro de pensar en lidiar con esto sin ella.
No me encontraba segura de sobrevivir sin sus brazos a mí alrededor. Pero si decía eso una vez, no se iría.
Así que todo lo que pude hacer era amarla.
La amaría tan fuerte tanto como me lo permitiera.
El crepúsculo llegaba por la ventana mientras yacía enredada en los brazos de Santana en el pequeño edredón.
No dormí.
Ella se quedó dormida luego de que hicimos el amor en la ducha por tercera vez.
Eso fue hace dos horas.
Todo lo que podía hacer era verla dormir. Se iría hoy. Quería disfrutar tenerla sosteniéndome.
Dejarla irse hoy sería difícil.
No podía llorar.
Si lo hiciera se quedaría.
No podía decir que iba a ser difícil o se quedaría.
Tenía que ser fuerte.
Tenía que fingir hasta que se fuera.
Luego podía ir a mi habitación y romperme.
Su cabello oscuro estaba creciendo mucho. Habían pasado unos meses desde que se lo cortó. La curva natural que aparecía cuando lo dejaba muy largo era sexy.
La odiaba, pero a mí me encantaba.
Sus pestañas largas y oscuras se curvaban sobre sus mejillas.
Sonreí para mí misma pensando en el primer día que puse mis ojos en ella.
Pensé que era hermosa. También pensé que era una perdedora.
Cuán mal estuve.
Santana López había probado ser todo lo que quería en la vida.
Solo esperaba que dejarla ir fuera lo correcto. Me encontraba segura de que lo era, pero había un poco de temor de perderla.
Era perfecta.
Las personas acudían a ella.
No estaría en sus brazos. Vendrían detrás de ella.
Sabía que me amaba y sabía que nunca me lastimaría, pero aun así me preocupaba.
¿Qué si accidentalmente conocía a alguien más y se enamoraba?
¿Qué si extrañarme se hacía demasiado?
No.
No podía pensar así.
No podía.
Tenía que confiar en nosotras.
Confiar en ella.
Mi enfoque tenía que estar en papi. Quería construir tantos recuerdos con papá como pudiera.
—Mía—murmuró Santana entre sueños acercándome a ella.
Incluso en sueños sabía lo que necesitaba.
Besé su mejilla y sonreí.
—Sí, soy tuya.
Santana
Brittany salió hacia el auto conmigo.
No podía creer que hacía esto.
Dejarla.
Joder, se sentía tan mal.
Pero me despertó y me hizo el amor una vez más esta mañana prometiéndome que estaríamos bien. Que eso era lo que quería y que necesitábamos.
Empaqué algunas cosas que tenía aquí e iba a regresar al departamento por mis otras cosas antes de dirigirme al norte.
¿Cómo dormiría esta noche sin ella?
—No me hagas hacer esto—rogué cuando entramos al auto.
—Tenemos que. Recuerda, es por nosotras—dijo apretando mi mano.
—Llama a Rach si necesitas algo. Estará aquí. Me prometió que pasaría a verte seguido. Quinn también. Dijo que lo que necesites llamalas.
Había llamado a Rachel esta mañana mientras Brittany tomaba una ducha. Me dio una charla porque me encontraba realmente cerca de romperme.
Rachel escuchó la ansiedad en mi voz y me consoló diciendo era lo que teníamos que hacer.
Ella concordaba con Brittany.
—Lo sé. Les llamaré. Lo prometo—me aseguró.
Sabía que tenía a Sam, pero necesitaba saber que también tenía a Rachel.
Confiaba en Quinn y Rachel para protegerla. Para cuidarla si necesitaba algo.
Sam, no me encontraba muy seguro de ello.
—Llámame, también. Regresaré. Saltaré en un avión. Juro que lo haré. Es un viaje de cuarenta y cinco minutos.
—Lo sé—dijo, abrazándome—Te amo tanto. Por favor conduce con cuidado. Llámame cuando estés allá. Voy a querer escuchar todo. Todo.
Haríamos todo esto juntas.
La idea de hacerlo sin ella jodía mi cabeza.
—Te llamaré tanto, maldita sea, vas a pensar que estabas ahí.
Se rió y me miró.
—Bien.
Bajé la mirada a sus ojos azules y la absorbí.
Esos bonitos ojos azules me atraparon la primera vez que los vi.
Hemos pasado por tanto ya.
Éramos más fuertes de lo que éramos hace diez meses.
Nuestra relación era segura.
Estábamos seguras de la otra.
Mis miedos no tenían sentido.
Estaríamos bien.
—Puedo irme mañana—dije, esperando que me diera una noche más en sus brazos.
—Solo pensaríamos en tu partida todo el día de hoy. Haría las cosas más difíciles. Tienes que entrar al auto y conducir.
Acuné su cara en mis manos y me incliné para besar su dulce boca otra vez. Agarró mis brazos y se mantuvo cerca mientras nuestras lenguas se enredaban desesperadamente.
Alejándome, presioné un beso en cada uno de sus pómulos y luego su nariz.
—Regresaré una semana luego del sábado.
Porque no podía irme por más de dos semanas.
—No puedes regresar tan pronto. Necesitas más tiempo para tener las cosas listas allá.
—No presiones, hermosa. Quieres que me vaya, me estoy yendo. Pero estaría maldita si me quedo lejos más de lo necesario.
Se rió y asintió.
—De acuerdo. Te veré en trece días, entonces.
Eso me ayudó un poco.
Trece días.
Podía hacerlo.
—Ve, Sanny—dijo Brittany alejándose y empujándome amablemente hacia la puerta del auto.
Respiré profundamente y entré al auto antes de poder agarrarla de nuevo.
—¡Te amo! ¡Ten cuidado!—gritó mientras yo empezaba a cerrar la puerta.
—Te amo más. Y tú ten cuidado —respondí.
Se alejó y cerró la puerta.
Eso era.
La estaba dejando.
Me despidió con la mano y sonrió.
Demonios, no me quería ir.
Forcé el auto a ir en reversa y le lancé un beso antes de conducir para alejarme del granero blanco que contenía mi mundo.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm (no se me ocurre nada)
lo ley dos veces,.. es entendible la posición de britt en no querer atar a san a estar alado de ella en las circunstancias en las que esta,...
pero no se!!!
nos vemos!!!
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm (no se me ocurre nada)
lo ley dos veces,.. es entendible la posición de britt en no querer atar a san a estar alado de ella en las circunstancias en las que esta,...
pero no se!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Mientras II (Adaptada) Epílogo
Me parece que aqui San va a hacer de las suyas, no confio mucho!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Página 7 de 12. • 1, 2, 3 ... 6, 7, 8 ... 10, 11, 12
Temas similares
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Tal Vez (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Obsesión (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Tal Vez (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Obsesión (Adaptada) Epílogo
Página 7 de 12.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1