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Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
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Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Este fic es muy intenso, que bueno que actualizaste después de tanto tiempo. llegué a creer que así se quedaría. Excelente historia.
Ahora nomás falta que Irina y enohia actualicen el suyo que ya tienen bastante sin hacerlo.
Ahora nomás falta que Irina y enohia actualicen el suyo que ya tienen bastante sin hacerlo.
gleefollower**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 04/12/2011
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Ayyy Lau!!! Que emocion tenerte de vuelta se q me entere hoy temprano, pero hasta ahora pude leer (por cierto qdamos a medias con la platica)
Voy a ir comentando segun leo....
Dios no llevo ni 3 parrafos y ya me sacaste una lagrima...
Finn: es un amor, tan cuidadoso y lleno de amor... Amo su relacion con mi mami... Me encanta Finn enfadado, justo como lo imagine, me alegra que golpeara a Thom
Rach: Esta super fragil, pero me encanta como disfruta cada momento con Chris y quien no va a mejorar con ese marido, yo pense lo mismo q ella de Finn por la ma;ana (muy sexy)
Mi mami y mi papi: ella hermosa, es un sol primaveral, mi papi recogiendome me senti como costal de papas jajaja y de compinche coin tio Finn :)
Lau y Jesse: gracias a ellos Rach esta de vuelta les hare un altar y merecen un felices para siempre
Irina: Alguien q le de un zape a esta ni;a (osea a mi) como va a interrumpir
a Finchel
Chris: Tengo que decir que este ni;o me tiene babas, que cosita tan hermosa, y va amar los deportes como su padre *.*
Barbara y Edward: Edward un terremoto jajaja eso me gusta y Barbara igual de hermosa q su madre
Bueno nena no me qda mas q decir q ME ENCANTO todo, no tengo una qja de ninguno (solo de Thom q es un...)
Espero el proximo capi
Un abrazo
Acabas de hacer q me sonroje... Q pena contigo en serio... Te enviare un pm... Mil disculpas en serio
Voy a ir comentando segun leo....
Dios no llevo ni 3 parrafos y ya me sacaste una lagrima...
Finn: es un amor, tan cuidadoso y lleno de amor... Amo su relacion con mi mami... Me encanta Finn enfadado, justo como lo imagine, me alegra que golpeara a Thom
Rach: Esta super fragil, pero me encanta como disfruta cada momento con Chris y quien no va a mejorar con ese marido, yo pense lo mismo q ella de Finn por la ma;ana (muy sexy)
Mi mami y mi papi: ella hermosa, es un sol primaveral, mi papi recogiendome me senti como costal de papas jajaja y de compinche coin tio Finn :)
Lau y Jesse: gracias a ellos Rach esta de vuelta les hare un altar y merecen un felices para siempre
Irina: Alguien q le de un zape a esta ni;a (osea a mi) como va a interrumpir
a Finchel
Chris: Tengo que decir que este ni;o me tiene babas, que cosita tan hermosa, y va amar los deportes como su padre *.*
Barbara y Edward: Edward un terremoto jajaja eso me gusta y Barbara igual de hermosa q su madre
Bueno nena no me qda mas q decir q ME ENCANTO todo, no tengo una qja de ninguno (solo de Thom q es un...)
Espero el proximo capi
Un abrazo
gleefollower escribió:Ahora nomás falta que Irina y enohia actualicen el suyo que ya tienen bastante sin hacerlo.
Acabas de hacer q me sonroje... Q pena contigo en serio... Te enviare un pm... Mil disculpas en serio
Irina Monteith- Master Fanfic 2011
- Mensajes : 963
Fecha de inscripción : 25/01/2010
Edad : 37
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola Lau
Realmente por capitulo asi vale la pena esperar. Tuvo mucho emoción, drama, tensión y por supuesto Amor. Adore la extra-preocupacion de Finn y veo que hara todo lo que tenga y no tenga a su alcance para apoyar a su mujer. Emily es la voz de la cordura siempre tratanto de darle consejos a su primo y ayudando a Rach. Es maravillosa esa mujer. Puck siempre siendo Power-Bro de Finn, es que en verdad, ese malnacido de Thom era merecedor de esos golpes. Chris es un bebe muy dulce y me fascino con su incursion con la mermelada. Quinn y Sam presentando a sus bebes, Edward (Me suena ese nombre :P ) y Barbra.. ya quiero saber mas de ellos. Felicitaciones nena, por volver. Besos Gigantes
Pd: Es el Fic de Lau.. pero me uniré a los sonrojos de mi Iri por nuestro Fic. Prometemos que estamos trabajando en el capitulo Final. :D
Realmente por capitulo asi vale la pena esperar. Tuvo mucho emoción, drama, tensión y por supuesto Amor. Adore la extra-preocupacion de Finn y veo que hara todo lo que tenga y no tenga a su alcance para apoyar a su mujer. Emily es la voz de la cordura siempre tratanto de darle consejos a su primo y ayudando a Rach. Es maravillosa esa mujer. Puck siempre siendo Power-Bro de Finn, es que en verdad, ese malnacido de Thom era merecedor de esos golpes. Chris es un bebe muy dulce y me fascino con su incursion con la mermelada. Quinn y Sam presentando a sus bebes, Edward (Me suena ese nombre :P ) y Barbra.. ya quiero saber mas de ellos. Felicitaciones nena, por volver. Besos Gigantes
Pd: Es el Fic de Lau.. pero me uniré a los sonrojos de mi Iri por nuestro Fic. Prometemos que estamos trabajando en el capitulo Final. :D
enohia- Master Fanfic 2011
- Mensajes : 922
Fecha de inscripción : 12/10/2010
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
kjflskndfskskld! <3<3 Es que Hay Dios Amooo!
A.M.O! este Fic de verdad es uno de los Mejores
que he leido siendo que han sido muchos :$ De verdad escribes
excelente y describes las Emociones de una manera impresionante...
Buuueno Dejando de lado tus super dotes de escritora (que yo creo que son mas que evidentes por la Grandiosa Historia que has creado) y Volviendo a los que nos convoca que es la historia OMG OMG Es que Pooobre Finn de verdad esto me hace amarlo mas de lo que ya lo amo (si eso es Posible <3 .-.) es que es tan Malditamente Tierno y comprensivo yyy Golpeó a Thom te juro que ame esa Parte....<3 Pucky! *-* Es skfdnskfnssdfv! De verdad Tan lindo con Emily Y Con su Pequeñita *-* Además que apoya en todo a Finn Y a No se lo Amo, Lau Es La mejor Además que Aaaah La Amo con Jesse <3 Son como Tan Tiernos *-*, Emiiily Bueno a ella La Amo Igual es que de verdad es como la mejor amiga que una pudiera pedir tan preocupada de Rachel Y Protectora con Finn.... *-*, Chris Haaaaay Bebito Lindo <3 Es tan adorable Con que terminare explotando de ternura con el Looo Amo <3, Irina jskdknlaa! Interrumpio Finchel D: Peeero No importa <3 Igual La Amo xDé! Los papas de Rach y la Mama de Finn con Burt bueno ellos son perfectos Nada que decir además de eso son Leeejos los Mejores <3 Y los Bebitos de Quinn Hay creo que explotare de Ternura! <3 Saaam D: No salio Mucho Pero Bueno sera U.u <3<3 y Quinn Con Kurt Buuueno a ellos de verdad los Amo son Tan Lindo y No se es que Aaaah No hay ni palabras para decirlo Peero Me encanta que sean tan amigos de Rachel Y Poor Ultimo pero no por eso menos importante Rachel.... Es que Hay Dios Cuanto sufre pero Ame que fuera tan Linda y tierna con Chris ahora Falta que este así con Finn <3 Buueno es que no se es tan lfkjkwndndbnfss! Que de verdad ame que al fin se acabara esa Pesadilla Solo espero que esa Marcas Desparezcan D: Y Que vuelva a estar todo Bien con Finny Bear *-* Buuuueno eso espero que actualices Pronto Wuau Escribí un testamento .-. Pero Bueno sera Cuídate xo
A.M.O! este Fic de verdad es uno de los Mejores
que he leido siendo que han sido muchos :$ De verdad escribes
excelente y describes las Emociones de una manera impresionante...
Buuueno Dejando de lado tus super dotes de escritora (que yo creo que son mas que evidentes por la Grandiosa Historia que has creado) y Volviendo a los que nos convoca que es la historia OMG OMG Es que Pooobre Finn de verdad esto me hace amarlo mas de lo que ya lo amo (si eso es Posible <3 .-.) es que es tan Malditamente Tierno y comprensivo yyy Golpeó a Thom te juro que ame esa Parte....<3 Pucky! *-* Es skfdnskfnssdfv! De verdad Tan lindo con Emily Y Con su Pequeñita *-* Además que apoya en todo a Finn Y a No se lo Amo, Lau Es La mejor Además que Aaaah La Amo con Jesse <3 Son como Tan Tiernos *-*, Emiiily Bueno a ella La Amo Igual es que de verdad es como la mejor amiga que una pudiera pedir tan preocupada de Rachel Y Protectora con Finn.... *-*, Chris Haaaaay Bebito Lindo <3 Es tan adorable Con que terminare explotando de ternura con el Looo Amo <3, Irina jskdknlaa! Interrumpio Finchel D: Peeero No importa <3 Igual La Amo xDé! Los papas de Rach y la Mama de Finn con Burt bueno ellos son perfectos Nada que decir además de eso son Leeejos los Mejores <3 Y los Bebitos de Quinn Hay creo que explotare de Ternura! <3 Saaam D: No salio Mucho Pero Bueno sera U.u <3<3 y Quinn Con Kurt Buuueno a ellos de verdad los Amo son Tan Lindo y No se es que Aaaah No hay ni palabras para decirlo Peero Me encanta que sean tan amigos de Rachel Y Poor Ultimo pero no por eso menos importante Rachel.... Es que Hay Dios Cuanto sufre pero Ame que fuera tan Linda y tierna con Chris ahora Falta que este así con Finn <3 Buueno es que no se es tan lfkjkwndndbnfss! Que de verdad ame que al fin se acabara esa Pesadilla Solo espero que esa Marcas Desparezcan D: Y Que vuelva a estar todo Bien con Finny Bear *-* Buuuueno eso espero que actualices Pronto Wuau Escribí un testamento .-. Pero Bueno sera Cuídate xo
angelitaXD** - Mensajes : 93
Fecha de inscripción : 08/02/2011
Edad : 28
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Esperamos tu respuesta
Moderadoras Zona Fan fics
Emy_Rodriguez Groff- -
Mensajes : 1446
Fecha de inscripción : 25/05/2011
Edad : 43
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
¡Hola a todos! ¡Antes de nada quiero pedirles mil disculpas con tanto retraso pero quería que el capítulo quedase lo mejor posible y eso me ha llevado muchísimo tiempo! ¡Lo siento de verdad! Sólo daros las gracias a todos los que leéis el fic y lo apoyáis para que siga adelante :) ¡Va para todos vosotr@s! ;) Porfis, os ruego que me dejéis un pequeño comentario con vuestra opinión para ver que os parece. Es muy importante para mí!!! Mil besos!!!
PD: Ni Glee ni sus personajes me pertenecen
Cáp. 19 (PARTE 2)
Rachel permaneció unos segundos en silencio mirando a su alrededor dubitativa, sin saber qué responder a aquella pregunta. Al sentirse observada por todos, no pudo evitar morderse el labio inferior, presa de los nervios y la indecisión. A pesar de que ya habían pasado dos semanas desde su regreso, aún no sabía si estaba preparada para afrontar un día completo en el exterior.
-Yo…- comenzó a decir, entre balbuceos.
Rachel retrocedió unos pasos sin saber qué hacer, apretando el cuerpo de Chris contra el suyo con firmeza. Sin embargo, sus dudas se despejaron al contemplar a su pequeño, que comenzó a mover sus manitas en dirección al folleto del zoo que Quinn acababa de mostrarles.
-¿Quieres ir ahí, mi amor?- preguntó Rach a Chris, que giró su cabecita para mirarla a los ojos mientras asentía con una gran sonrisa que llenó de felicidad a su madre- Muy bien, entonces está decidido, el sábado vamos al zoo- resolvió Rachel, alzando el rostro para mirar a los demás con una sonrisa.
-¿Estás segura, Rach?- quiso asegurarse Finn, que ya estaba a su lado y tenía una de sus manos apoyada sobre su hombro, de forma protectora-Ya sabes que no tenemos porque ir si no estás preparada, podemos llevar a Chris al zoo más adelante.
-Lo sé Finn, gracias por preocuparte, pero tal vez los chicos tengan razón y éste sea el momento para dar un paso más y volver a ser la de antes- dijo ella, agradeciendo su preocupación.
-¿Entonces eso es un sí, Rachie? ¿Vendrás con nosotros?- preguntó Quinn, totalmente emocionada.
-Sí, Quinn- respondió Rach con una sonrisa al ver a su amiga tan feliz.
-¡Perfecto! ¡Entonces vendremos a recogeros dentro de tres días!- comenzó a planear Quinn, arrastrando el carrito de sus bebés hacia la salida tras despedirse de los chicos- ¡Mañana os llamo para concretar la hora! ¡Hasta el sábado!
En cuanto Emily cerró la puerta, Rachel se dejó caer en el sofá, tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir hacía tan sólo unos minutos mientras Chris tiraba de una de las mangas de su vestido para atraer su atención.
-Bueno… parece que ya no hay vuelta atrás… el sábado volveré a salir al exterior…- murmuró, más para sí misma que para los demás.
Emily observó el rostro de preocupación de su primo e hizo una señal a su marido para que la acompañase a la habitación, al tiempo que Finn se sentaba al lado de Rachel y Chris.
-Rach, ¿sabes que no tienes que hacer esto si no quieres, verdad?
-Sí, Finn, lo sé, no te preocupes. Tan sólo me he agobiado por un momento al pensar en todo lo que tenemos que preparar para el sábado- le aseguró ella, sonriendo para tranquilizarle- Además, a tu lado sé que nada malo puede pasarnos- dijo, mirando a Chris por un momento con absoluta adoración.
-Sí, yo cuidaré de los dos, Rach. Te lo prometo- le aseguró él, sonriendo de medio lado mientras rozaba una de sus manos con dulzura.
Rachel sonrió ante aquel contacto y finalmente se acercó a Finn para besar dulcemente su mejilla.
-Finn, yo… quería darte las gracias por todo lo que estás haciendo por mí- le agradeció ella, con un brillo especial en la mirada- Tan sólo espero poder recompensarte algún día…- dijo ella, bajando la cabeza mientras suspiraba, visiblemente emocionada.
-¡Ey! ¡Mírame!- pidió él, alzando su barbilla con suavidad- Tú no tienes que compensarme porque no has hecho nada malo, Rach. Estos meses han sido muy duros para los tres, pero te prometo que juntos vamos a superar todo esto, como una familia- le aseguró, mirándola fijamente a los ojos con su sonrisa de medio lado.
-Gracias, Finn…- consiguió decir ella entre lágrimas, mientras lo abrazaba.
Él la estrechó entre sus brazos, acariciando su espalda con delicadeza, feliz al sentirla tan cerca después de tanto tiempo. Rachel no pudo evitar sonreír mientras acortaba aún más la distancia que los separaba, recostando su cabeza contra su pecho, buscando la calidez y la protección de sus brazos. Finn cerró los ojos para impedir que las lágrimas empapasen sus mejillas, poniendo toda su atención en disfrutar al máximo de aquel momento, mientras rogaba que el tiempo se detuviese para poder pasar el resto de su vida abrazándola. Ahora que la tenía de nuevo a su lado, se sentía como si acabara de despertar tras un largo sueño y sólo su presencia le completaba totalmente. Unos segundos después, cuando el abrazo terminó, se apresuró a retirar las lágrimas de emoción que comenzaron a caer por el rostro de ella, que no podía dejar de mirarle con un brillo especial en la mirada.
-Finn, yo…- intentó decir, entre lágrimas.
-Chss… no hace falta que digas nada- le aseguró él, sin dejar de mirarla a los ojos.
Rachel sonrió, al tiempo que ambos iban acercándose muy despacio. Justo cuando sus rostros empezaban a rozarse, la voz de Chris protestando los interrumpió.
-¡Oh!- consiguió decir Rach, sonrojándose- ¡Perdóname, tesoro!- le pidió a su bebé, que llevaba ya un buen rato reclamando su atención- ¿Qué te ocurre, quieres jugar con mamá y papá?
Rachel y Finn sonrieron al ver que Chris asentía mientras intentaba bajar de los brazos de su madre para después salir corriendo por la habitación agitando alegremente sus bracitos.
-¡Uego oso!- chilló el pequeño saltando, feliz al tener toda la atención de sus padres.
-¿Qué ha dicho?- preguntó Rach, mirando a Finn con el ceño fruncido.
-Tú sígueme el juego, es muy fácil- le susurró él, haciéndole un guiño de complicidad- ¡Oh, no! ¡Todo el mundo a esconderse!- exclamó Finn llevándose una mano al cuello, fingiendo encontrarse mal- ¡Va a venir el gran oso! ¡Corred antes de que cuente hasta diez!
-¡Papi oso!- gritó Chris, tirando del vestido de Rach mientras corría tan rápido como podía- ¡Mami, men core!
Rachel no pudo evitar sonreír al ver lo emocionado que estaba su pequeño. Al sentir como Finn comenzaba la cuenta atrás, subió rápidamente las escaleras con Chris en brazos hacia su habitación, dónde corrió a esconderse en el armario, dejando una de las puerta ligeramente entreabierta al tiempo que Chris le hacía un gesto con el dedo índice sobre su boca que ella imitó al instante con una sonrisa.
Cuando la cuenta llegó a cero, Finn se giró con una gran sonrisa mientras iba subiendo lentamente las escaleras mirando hacia todos lados en busca de los chicos.
-¡Ya estoy aquí! ¡El gran oso ha llegado!- gritó Finn, cambiando el tono de su voz a uno más grave que aportaba más realismo a su personaje- ¡Os encontraré, es inútil que os escondáis!- advirtió, entrando en el baño y retirando la cortina de la bañera- ¡Booh!- exclamó, encontrándose la estancia vacía- Mmm… voy a la habitación.
Rachel y Chris no pudieron evitar una risita débil que terminó al instante cuando ambos sintieron cómo Finn entraba sigilosamente a la habitación. La joven acercó más el cuerpo de su hijo contra el suyo en un gesto protector mientras que el niño seguía con el dedo sobre su boca y observaba con curiosidad como su padre miraba bajo la cama y tras las cortinas.
-Mmm…- murmuró Finn, moviendo su nariz como si olfateara algo- Huelo algo… está cerca… creo que miraré en el armario…- dijo, acercándose lentamente hacia allí.
-¡NO!- suplicó Chris, abrazándose a su mamá al ver que acababa de delatarse.
-¡Ya estoy aquí! ¡Voy a abrir!- Finn abrió la puerta de golpe, para descubrir a Rachel y a Chris acurrucados en un rincón- ¡Os pillé!- exclamó, cogiendo a Chris mientras lo alzaba por los aires- ¡Ahora verás!- dijo Finn, tendiendo a su hijo sobre la cama.
-¡No! ¡Osquillas, no! ¡Papi pofavo, no!- chillaba Chris, retorciéndose entre los brazos de su padre mientras reía sin parar al tiempo que Rachel los observaba con una gran sonrisa.
Mientras tanto en la habitación de al lado, Puck y Emily comenzaban a recoger todas sus cosas, ya que en unos días volverían a su casa. Puck cerró una de las cajas y con cuidado la dejó en el montón de las terminadas. El joven frunció el ceño al ver a Emily sentada sobre la cama, mirando una foto con expresión ausente.
-Em, pareces distraída… ¿Estás bien?- quiso saber Puck, que acababa de recoger a su pequeña de la cuna y la miraba con atención.
-¡Sí, sí! ¡Estoy perfectamente!- exclamó ella, sorprendida por su pregunta, poniéndose de pie rápidamente para seguir recogiendo.
-¡Espera, Em!-le rogó él, agarrando uno de sus brazos con suavidad- Siéntate, por favor.
-Pero… si no me ocurre nada, Puck… En serio…- susurró ella, con la vista baja, jugando con la tela de su camisa.
-Vamos, Em… te conozco como a la palma de mi mano y sé que hay algo que te preocupa- dijo él, acercándose más mientras alzaba su mentón para que lo mirase a los ojos- ¿Qué ocurre?
Emily finalmente suspiró, aceptando su derrota y refugiándose en su esposo, que la rodeó con el brazo que le quedaba libre, mientras que su pequeña los observaba con curiosidad, apoyándose en el hombro de su padre.
-En realidad no sé qué me ocurre exactamente, Puck- confesó ella, algo desanimada- Ahora que veo tan cerca la hora de marcharnos de aquí los tres, yo…
-¿Tienes miedo de que algo pueda pasarles a Finn y a Rach, no?
-Sí… tengo un mal presentimiento, Puck- susurró ella, acurrucándose más aún entre sus brazos- ¿Cómo sabemos que Rach ya está preparada para salir al exterior y para sacar a su familia adelante sola?
-Bueno, Em. Rach no va a estar sola, tiene a Finn que la ayudará y protegerá en todo momento.
-Sí, lo sé…pero… ya sabes en qué punto se encuentra ahora mismo su relación… Aunque parece que Rach está mejor, yo sigo viéndola muy frágil aún… no se atreve a dar un paso sola…
-Sí, todos sabemos que Rach necesita aún mucha ayuda para volver a ser la de antes. Sin embargo, ¿no crees que esta salida podría venirnos bien para evaluar la situación?
Emily frunció el cejo, confundida por sus palabras.
-¿Qué quieres decir?
-Bueno, si salimos el sábado podremos comprobar el verdadero estado de Rach y así podrás quedarte más tranquila al ver que todo marcha a la perfección.
-Mmm… sí, tal vez tengas razón…-concedió Emily, en un suspiro, mientras caminaba hacia la puerta para bajar a preparar la cena de los niños.
Puck la siguió y ambos no pudieron evitar pararse al contemplar la hermosa escena que estaba desarrollándose tan sólo unos metros más allá, con una sonrisa enorme dibujándose en sus labios. Desde su posición podían ver a Finn tendido sobre la cama con Chris entre sus brazos, muerto de risa, mientras que Rach permanecía de pie a tan sólo unos pasos, sonriéndoles con ternura.
-¿Lo ves?-susurró Puck al oído de su esposa- Rach está mucho mejor, Em. Ya verás como sale todo bien.
-Sí, eso espero, Puck… eso espero.
Mientras tanto, a varios kilómetros de allí, Laura mantenía la vista fija en el sándwich vegetal que acababa de sacar de una de las máquinas expendedoras de la sala de espera del hospital. Ya habían pasado dos semanas desde que ingresaron a Jesse y, sin embargo, por alguna razón el joven no había despertado aún. Aquel pensamiento hizo que las lágrimas acudieran a sus ojos al recordar cómo él había recibido ese disparo con el único de propósito de salvarle la vida a ella. La joven negó con la cabeza, incapaz de entender porqué cada vez que la felicidad intentaba entrar de nuevo a su vida, el destino se encargaba al instante de arrebatársela por completo.
-¿Por qué a él, por qué?- se preguntaba en voz baja, entre sollozos, mientras dejaba el sándwich intacto al lado de su botella de agua.
Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas descontroladamente, empapando su hermoso rostro que ya comenzaba a dar muestras de excesivo cansancio. En estos quince días, la joven no se había separado apenas de él y tareas tan sencillas como comer y dormir le resultaban ahora totalmente imposibles. Si tan sólo los médicos pudiesen darle una explicación a su estado, asegurarle que tarde o temprano Jesse despertaría y todo volvería a ser como antes… Pero no, simplemente le habían dicho que sólo podrían emitir un diagnóstico cuando despertase, ya que el golpe que recibió en el cráneo tras la caída podría tener algún tipo de secuela. Laura negó con la cabeza, intentando alejar esa posibilidad de su mente. Cuando vio que el reloj marcaba las cinco en punto, recogió toda su comida y se dirigió con paso rápido hacia la habitación de Jesse, dónde como siempre la esperaba Kate, la enfermera del turno de tarde. La joven la saludo con una sonrisa amable mientras terminaba de cambiarle el suero y ajustaba con precisión el gotero.
-¿Cómo se encuentra?- preguntó Lau, revolviendo sus cabellos con ternura.
-Bueno… al parecer no ha habido ningún cambio, todo sigue igual- respondió la enfermera, borrando la sonrisa de su rostro- Lo siento mucho, señorita.
-No pasa nada, sé que algún día despertará- respondió, conteniendo las lágrimas como podía.
-¿Puedo hacer algo por usted?- preguntó Kate, intentando serle de alguna ayuda- Si quiere puedo traerle algo de comer… tiene cara de no haber comido nada desde hace varios días…
-No, gracias, está todo bien- dijo ella, intentando sonreír- Además, no creo que pudiera comer nada ahora mismo, Kate.
-De acuerdo, pero si en algún momento cambia de opinión no dude en llamarme, ¿vale?
-Lo prometo.
Kate le dedicó una sonrisa de satisfacción para después continuar con su ruta de planta. Laura sonrió, pensando en lo mucho que le recordaba aquella joven a Tatiana, su mejor amiga de la adolescencia. Ambas tenían ese espíritu alegre y la urgente necesidad de ayudar constantemente a los demás. Sus pensamientos se disiparon al contemplar a Jesse, que comenzó a revolverse suavemente entre sueños. Laura se acercó al instante, estrechando una de sus manos entre las suyas mientras con la otra le acariciaba el rostro.
-Mi amor…- susurró, llevándose una de sus manos a su rostro- Ojala pudieras despertar ahora mismo… no sabes cuánta falta me hace decirte cada segundo lo mucho que te quiero… cuanto desearía poder cambiarme por ti… -confesó ella, con la voz desgarrada por el dolor mientras las lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas, empapando también la mano de él, que se movió ligeramente- Lo siento, Jesse… lo siento mucho.
Laura rompió a llorar en su regazo, sin soltar su mano de la de él, que comenzó a moverse de nuevo, sin que ella lo advirtiese. Cuando el movimiento volvió a producirse, la joven alzó la cabeza lentamente con la boca abierta, incapaz de creer lo que veían sus ojos. Ya no eran sólo sus manos, sino que ahora también todo su rostro estaba en movimiento, como si quisiera decirle algo.
-¿Jesse?- logró preguntar ella, observándolo de cerca con un brillo de esperanza en sus ojos marrones.
Laura se acercó lentamente hacia él, para finalmente sonreír llena de emoción al ver cómo él abría finalmente los ojos.
-Ey…- susurró él, a modo de saludo con una sonrisa tierna.
Jesse no pudo decir nada más, ya que Laura lo silenció con sus labios, que atraparon los suyos en un dulce beso. La joven comenzó a repartir rápidos besos por todo su rostro sin poder evitar que las lágrimas de emoción resbalasen por sus mejillas. Jesse sonrió ante su reacción, para después mirar a su alrededor con un gesto de confusión.
-Mmm… ¿Dónde estoy?
-¡Oh, Jesse! ¡Te dispararon hace dos semanas y tuvimos que ingresarte en un hospital! ¿No te acuerdas de nada?
Jesse frunció el ceño, intentando asimilar toda la información que su novia acababa de proporcionarle. ¿Lau acababa de decir dos semanas? ¿Quería decir eso que había estado inconsciente todo ese tiempo? El joven negó con la cabeza totalmente incrédulo.
-No puedo creer que hayan pasado dos semanas desde… ¡UN MOMENTO! ¡RACH! ¿Dónde está, Lau? ¿Se encuentra bien?- preguntó Jesse con los ojos muy abiertos, intentando incorporarse de la cama.
-¡Ey, no hagas esfuerzos!- le riñó ella, empujando su espalda con cuidado para devolverle a su postura anterior- Sí, Rach ya está en Ohio con Finn y Chris, al final lo conseguimos- dijo ella, sonriéndole emocionada.
-Eso es… genial, Lau… sabía que lo conseguirías- dijo él, con una mueca de dolor al terminar.
-Chsss… no te sobreesfuerces, por favor- le rogó ella, muy preocupada- Además, todo esto no se habría conseguido de no ser por ti… tú me salvaste la vida, Jesse- le recordó ella, mirándole directamente a los ojos-Nunca podré agradecértelo lo suficiente.
-No seas tonta, por ti lo haría todas las veces que hiciera falta- le aseguró él, estrechando su mano con cariño- ¿Qué pasó con Isabella cuando perdí el conocimiento?
-Yo… me enfrenté a ella…-admitió ella, bajando la cabeza- creí que habías muerto, que ella te había matado así que la enfrenté… pero en ese momento llegó la policía y ella huyó hacia el acantilado… yo la seguí, forcejeamos y después…-dijo ella, con lágrimas en los ojos.
-Ey, no pasa nada…-susurró él, acariciando su mejilla con suavidad-¿Qué ocurrió después?
-Ella nos hizo caer, quería que muriésemos allí las dos… sin embargo en el último momento conseguí aferrarme al pico de la cima… fue horrible, Jesse- le relató ella, con lágrimas de desesperación deslizándose por su rostro.
-Chsss, no llores- le suplicó él, limpiando sus mejillas con las manos- Todo ha pasado ya, Lau. Ahora podremos ser todos felices por fin. Te lo prometo- susurró, mirándola con una gran sonrisa.
-No sé, Jess. Yo todavía no puedo quitarme de la cabeza la imagen de Isabella cayendo por ese acantilado. Algo en mi interior me dice que tendría que haber hecho algo por salvarla a ella también. Me siento culpable de su muerte- reconoció, lanzándose a sus brazos.
-¡Vamos, Lau! ¡No digas tonterías!- exclamó él, acariciando su espalda mientras la abrazaba- ¡Esa mujer era una desequilibrada! ¡Si la hubieses salvado lo más seguro es que hubiera terminado matándote ella a ti! ¡No quiero que pienses que fue culpa tuya porque ese final se lo buscó ella solita!
Laura se apoyó contra su pecho, sonriendo al sentir el firme y constante latido de su corazón. Los dos permanecieron algunos minutos así, disfrutando el uno con la compañía del otro. Finalmente se separaron al sentir el sonido de los carritos que traían la merienda.
-¿Te encuentras con fuerzas para comer?- preguntó Lau, recuperando su antiguo papel de enfermera.
-No, lo que me apetece es salir de esta cama- dijo él, frunciendo el ceño de repente, muy confuso.
-¿Qué ocurre, Jess? ¿Algo va mal?- quiso saber ella, que ya estaba situada a su lado, mirándole con atención.
-Lau, no puedo moverme- consiguió decir él, con el rostro pálido de miedo.
-¿Có… cómo dices?
-No… no siento las piernas- susurró, llevándose las manos hacia sus piernas que seguían inmóviles bajo las sábanas, al tiempo que una lágrima solitaria se deslizaba por su mejilla- No puedo moverme, estoy… parapléjico.
-¡NO! ¡No digas eso!- exclamó ella, con los ojos llenos de lágrimas-¡Ya… ya mismo llamó al doctor!- exclamó ella, yendo hacia la puerta- ¡Ahora vuelvo!
Laura salió corriendo por el pasillo en busca de alguno de los médicos que había atendido a Jesse, rogando porque todo esto fuese solo una horrible pesadilla de la que tarde o temprano iban a despertar.
Los días pasaron rápidamente en Lima, tres para ser exactos, y antes de que Rachel pudiera darse cuenta ya era sábado, el día en el que realizaría su primera salida con Finn, Chris y los chicos. La joven sonrió ante ese pensamiento, feliz al poder pasar todo el día junto a Kurt, Quinn y los demás. Sin embargo, por más que lo intentaba no conseguía alejar los nervios que habían decidido instalarse en lo más profundo de su estómago. Rachel suspiró, apoyando su rostro contra la almohada en el preciso momento en el que el despertador comenzó a sonar. Al instante sintió el brazo de Finn sobre ella para apagarlo al tiempo que le susurraba al oído un “buenos días, Rach” para después darle un dulce beso en la mejilla. Ella sonrió, retirando las sábanas al tiempo que comenzaban a preparar las cosas para su salida al zoo.
-Buenos días, chicos- saludó Em desde la puerta- Me ha parecido oír el despertador y venía a preguntaros si queríais desayunar algo antes de irnos.
-Mmm… bueno, unas tortitas no me vendrían mal para empezar el día- admitió Finn con su sonrisa de medio lado-Pero… ¿Estás segura de que no es mucho trabajo, Em? Yo mismo puedo bajar en un momento a prepararme cualquier cosa…
-¡No te preocupes, Finn! ¡Tu amigo Puck ya me las ha pedido antes que tú!-rió Emily, al pensar en la carita de Puck rogándole que las cocinase- ¡Además, vosotros dos no vais libraros de hacer cosas! ¡Tenéis que dejar el coche preparado para cuando vengan los chicos! ¡No pienso subir a los niños a un coche sin que haya sido revisado previamente!
-¡Sí, señora!- exclamó Finn, llevándose la mano a la frente al estilo militar- ¿Rach, tú quieres comer algo?- le preguntó, mirándola directamente a los ojos.
-Mmm… una pieza de fruta sería perfecto. Gracias, Em- le agradeció con una sonrisa, yendo al baño a prepararse.
Cuando poco después llegaron todos los demás, los chicos subieron rápidamente a sus respectivos coches. En cuanto Finn se aseguró de que todo estaba listo, arrancó el motor y giró el volante hacia la autopista que los llevaría al gran zoo de Columbus.
El viaje transcurrió rápidamente para Rachel y Emily, que no podían parar de reír a causa de los chistes y anécdotas que Puck les contaba desde el asiento del copiloto. Ambas sonrieron con dulzura al contemplar a sus hijos, que dormían plácidamente en sus sillitas con sus pequeñas manos entrelazadas. En cuanto llegaron al zoo, Rachel bajó del coche con cuidado y después fue rápidamente a recoger a Chris, que siguió durmiendo tranquilamente entre sus brazos. La joven no pudo evitar acercarlo un poco más hacia sí, estrechándolo con suavidad mientras besaba sus mejillas. Sin embargo, un ruido procedente de los árboles atrajo su atención, paralizando su cuerpo por completo mientras apretaba con más fuerza a su pequeño contra ella a modo de protección.
-¿Qui… quién anda ahí?- preguntó la joven en un susurro, mirando fijamente entre los árboles sin abandonar su posición defensiva.
Todos dejaron rápidamente lo que estaban haciendo para mirar en su dirección totalmente sorprendidos.
-¿Rach, va todo bien?- preguntó Finn, que ya estaba a su lado y la miraba con el ceño ligeramente fruncido- ¿Quieres que volvamos a casa?
-Yo… juraría que… había visto…- balbuceó ella, agachando la cabeza avergonzada al sentirse observada por todos y haberlos preocupado sin motivo- No, por favor… - susurró, liberando ligeramente a Chris de su abrazo- Quiero hacer esto por Chris…
-De acuerdo…- concedió él no muy convencido, alzando el mentón de ella para mirarla directamente a los ojos- Pero si en algún momento sientes que todo esto puede contigo no dudes en decírmelo, ¿vale?- pidió él, con su sonrisa de medio lado.
-Te lo prometo- respondió ella relajando un poco la tensión de su rostro.
Tras mirar entre los árboles una última vez, Rachel siguió al resto, empujando con cuidado el carrito de Chris hacia la gran entrada del zoo. Una vez allí, las chicas se sentaron en unos bancos junto a la puerta mientras los chicos esperaban la cola que había en las taquillas para comprar las entradas.
-¡Ey, Finn! ¡¿Te encuentras bien?!- le preguntó Puck, al ver que éste tenía la vista fija en el banco donde esperaban las chicas.
-¡¿Qué?! ¡Perdona! ¿Qué decíais?- respondió él con otra pregunta, volviendo a la realidad.
-Finn, creo que deberías relajarte un poco…-le aconsejó Kurt, poniendo una mano sobre su hombro- Ya verás como todo sale bien y al final conseguimos que Rach pase un buen rato.
-No, sé… la veo demasiado nerviosa… tal vez haya sido un error venir aquí tan pronto…- susurró el joven, mordiéndose el labio inferior mientras fruncía el ceño.
-¡Ey, no pienses eso! ¡Vamos, anímate! ¡Todo saldrá bien!- exclamó Puck, dándole unas palmaditas en la espalda para después dirigirse a la taquilla.
Una vez compraron las entradas, los chicos se adentraron en el recinto al tiempo que decidían sobre el plano la ruta que iban a seguir.
-¡Yo quiero empezar por la zona de las aves! ¡Los tonos rosas de los flamencos son ideales!- exclamó Kurt, dando saltitos alrededor de Blaine, que sonrió al ver el rostro de confusión de Puck.
-¡Ay, a mí me encantaría empezar por los animales marinos!- admitió Quinn, apoyándose en el brazo de Sam.
-¡¿Pero os habéis vuelto todos locos?! ¡Los mejores son los monos y los gorilas! ¡No ningún avestruz con plumas rosas!- intervino Puck, con una mueca de desagrado.
-¡No son avestruces, son flamencos africanos, animal!- espetó Kurt, resoplando.
Mientras tanto, ajena a la conversación de sus amigos y sin dejar de mirar a su alrededor, Rachel mecía con nerviosismo el carrito de Chris, que acababa de despertar y observaba todo con curiosidad. Emily, que no la había perdido de vista en ningún momento, decidió introducirla en la conversación.
-¡Bueno, ya basta! ¡No hemos venido hasta aquí para discutir!- resolvió, en un suspiro- ¡Yo propongo que sea Rach quien decida la primera parada!- sentenció, estrechando la mano de su amiga con cariño.
-¡¿Qu… qué?! Yo… eh… - respondió ella, sin dejar de mirar el ir y venir de la multitud.
-¿Rachel, te encuentras bien?- le preguntó Emily en un susurro mirándola directamente a los ojos.
-¡Sí, sí!- le aseguró ella, en un tono poco convincente- Yo creo que… podríamos empezar por… ¡Los leones marinos!- respondió rápidamente al ver esa especie en uno de los carteles del zoo.
-De acuerdo-concedió Emily, con el ceño ligeramente fruncido- En ese caso, será mejor que nos demos prisa si queremos encontrar buenos sitios, la exhibición empieza en cuarenta minutos...
Dicho esto, todos se encaminaron hacia la zona donde tendría lugar el espectáculo, mientras observaban los animales que iban encontrándose por el camino. Rachel, que arrastraba consigo el carrito de Chris, sonrió al ver cómo Finn le explicaba al pequeño, que observaba todo con ojos muy abiertos, los nombres cada uno de los animales que iban visitando, para poco después compadecerse cuando señaló un patito que había quedado rezagado del resto y se dirigía tan rápido como podía hacia el lago. Finalmente, tras echar un vistazo a los rinocerontes y dar de comer a los flamencos, al lado de los pingüinos africanos y las focas grises descubrieron el lugar donde tendría lugar la exhibición de los leones marinos.
Kurt y Quinn enseguida se apresuraron a buscar algún asiento libre entre las gradas, seguidos poco después por el resto, que caminaban como podían entre los asientos. Rachel y Finn fueron los últimos en llegar, ya que tuvieron que detenerse unos segundos para sacar a Chris del carrito. En cuanto Finn lo tuvo en brazos, tras besar su cabeza se lo pasó a Rachel para poder cerrar el cochecito del bebé. Ella lo recibió con una sonrisa para después jugar con él, al tiempo que le susurraba dulces palabras al oído. El pequeño miró a su alrededor con una enorme curiosidad en sus ojos, fijando finalmente su atención en un puesto de venta de comestibles que había cerca de allí, dónde el dueño tendía a otro niño una bolsa de gusanitos.
-¿Chris, qué ocurre?- preguntó Rachel, al ver cómo éste extendía con todas sus fuerzas sus bracitos en dirección opuesta al espectáculo- ¡Oh, las golosinas! ¿Quieres que te compremos algo?- adivinó, sonriendo al ver cómo su pequeño asentía- ¿Finn, te parece bien que…?
Ella se giró para obtener una respuesta, pero se detuvo al comprobar que se había alejado unos pasos para dejar el carrito de Chris junto al de Irina. Rachel suspiró, algo nerviosa, al observar cómo Chris se iba retorciendo cada vez más en sus brazos. Finalmente, al ver que Chris no paraba de moverse y que Finn se entretenía buscando algo en el cochecito, se encaminó rápidamente hacia el puesto, dónde finalmente el niño escogió una bolsa de gusanitos de maíz. Rachel sonrió a su pequeño, aliviada al haber completado aquella tarea con éxito. Sin embargo, cuando iba a darse la vuelta para marcharse, sintió una mano posándose débilmente sobre su hombro. El tiempo pareció detenerse para ella, que sintió cómo un escalofrío recorría su espalda de arriba abajo, impidiéndole realizar ningún movimiento.
-No… por favor no me hagas daño…-suplicó, con los ojos llenos de lágrimas mientras aferraba cada vez con más fuerza el cuerpo de su hijo contra el suyo en una postura defensiva.
-Señorita… disculpe…
Rachel siguió hablando en voz apenas audible al tiempo que sus temblores aumentaban por momentos. Tan sólo fue capaz de abrir los ojos unos segundos después, al escuchar a Finn, que ya se había situado a su lado y rodeaba su espalda de forma protectora.
-¡Rach! ¡Lo siento, lo siento mucho! ¿Te encuentras bien?- le preguntó, acogiéndola con ansiedad entre sus brazos al tiempo que la gente los observaba sin entender nada.
-S… sí-logró responder ella, hundiendo la cabeza en su pecho totalmente avergonzada- sólo ha sido un susto…
-Señor… yo… sólo quería darle la bufanda del niño… se le había caído al coger la bolsa de gusanitos…- intentó explicarse el hombre, tendiéndole la prenda a Finn- siento mucho haberla asustado…
-No se preocupe, no pasa nada…- le disculpó Finn, llevándose a Rachel rápidamente de la multitud que comenzaba a formarse a su alrededor.
Una vez se alejaron, Finn se detuvo para contemplar el rostro de Rachel, que seguía aferrando a Chris con fuerza y rehusaba mirarle a los ojos.
-Rachel, mírame por favor…- le suplicó él, acercándose más a ella.
-Yo… siento mucho todo esto… ha sido culpa mía… Chris quería los gusanitos y yo…
-Chsss- le hizo callar Finn, poniendo un dedo sobre sus labios- no digas eso… soy yo el que tengo que pedirte perdón, he sido un completo inconsciente al dejarte sola en un momento así…- dijo él, con una punzada de culpabilidad creciendo en su pecho- No te preocupes, en cuanto termine la exhibición nos marchamos. Nunca deberíamos haber venido a un lugar así tan pronto…
-¡No, no por favor!- exclamó ella, alzando el rostro- ¡No volveré a separarme del grupo, te lo prometo!
-Pero, Rach yo…
-Por favor… necesito hacer esto por Chris, Finn… no puedo fallarle ahora…-rogó en un susurro, con lágrimas en los ojos.
Finn frunció el ceño, mordiéndose el labio inferior con indecisión, por un lado la idea de sacar a Rachel al exterior en estas condiciones le parecía un error, pero por otro sabía que tarde o temprano tendrían que afrontar la realidad y lo que ello conllevaba. En último lugar dirigió su mirada hacia Chris, que reía entusiasmado señalando el lugar donde se iba a desarrollar la exhibición de los leones marinos.
-Está bien…-concedió él, no muy convencido- ¡Pero si en algún momento necesitas salir de aquí dímelo!- le pidió, mirándola directamente a los ojos.
-¡Gracias!- exclamó ella, abrazándole con fuerza- ¡Te prometo que así lo haré!
Rachel cogió a Chris en brazos y ambos siguieron a Finn hacia el lugar donde estaba el resto.
-¡Finn, Rachel! ¡Venid, sentaos aquí!- dijo Emily, señalando un par de asientos vacíos que había entre Quinn y ella.
Finn tomó a Chris de los brazos de Rachel en cuanto tomaron asiento, para que pudiese charlar tranquilamente con Quinn. Finalmente se giró, dejando escapar un suspiro de alivio, para encontrarse con los ojos de su prima que no se habían despegado de él ni un segundo y lo miraban con preocupación.
-Finn, ¿qué ocurre? ¿Por qué habéis tardado tanto?-cuestionó la joven, frunciendo ligeramente el ceño- He estado a punto de mandar a Puck a buscaros… ¿va todo bien?
-Sí, Em… eso creo- respondió él, llevándose una mano al rostro.
-¿Cómo que eso creo?- inquirió ella, con los ojos muy abiertos- ¡Finn Christopher Hudson! ¡Ya estás tardando en contarme qué ha pasado!- le amenazó ella, zarandeando su brazo con urgencia.
-¡Chsttt! ¡No, ahora no es el momento!- le replicó él en un susurro, para después mirar disimuladamente a Rachel, que parecía no haberse percatado de su conversación- Te prometo que te contaré todo cuando volvamos a casa.
-Finn, me estás asustando… tal vez sería mejor que nos marcháramos ahora… ya es la tercera vez que la ves nerviosa…
-No, no puedo… le he prometido que no lo haría... ella quiere quedarse por Chris…- le explicó él, agachando la cabeza a modo de resignación.
-Mmm… no sé Finn… quizá deberíamos llamar a Lau o tal vez contar con la opinión de un profesional, ¿no crees?- sugirió Emily, observando a Rachel con disimulo.
-No sé, yo…
El chillido de emoción de su hijo interrumpió su respuesta, indicándole que el espectáculo acababa de comenzar. Rachel lo acogió en sus brazos justo en el momento en el que el enorme animal hacía su aparición en el escenario acompañado por su entrenadora. Todos observaron muy impresionados sus increíbles acrobacias y se asombraron al comprobar cuán inteligente era esa especie. Al final, todos se pusieron de pie, aplaudiendo entusiasmados, para después dirigirse a la zona especialmente habilitada para comer. Finn estaba tan pendiente de Rachel que apenas podía probar bocado. Por su parte la joven no le quitaba el ojo de encima a su pequeño, que dormía plácidamente junto a Irina en sus cochecitos.
-Finn, creo que deberíamos hablar de esto seriamente- apuntó Emily, presa de la inquietud- No podemos seguir así por más tiempo…
-Lo sé, Em… ¿Pero qué quieres que haga si me lo ha pedido por Chris?- dijo él, con la voz cargada de angustia- ¡¿Acaso crees que sería mejor sacarla de aquí por la fuerza?!
-Pues… ¡No lo sé! ¡Tal vez sí, Finn!- respondió la joven, mordiéndose el labio inferior- Mira, lo he estado pensando y creo que lo mejor es que Puck y yo nos quedemos un par de semanas más hasta que todo esto se solucione…
-¡No, nada de eso!- replicó él, de forma tajante- Ya es hora de que vosotros viváis vuestra vida, Emily.
-¡Pero lo importante ahora es que Rach se recupere! ¡Eso sólo lo conseguirá con su familia cerca!
-Rachel va a estar con su familia que somos Chris y yo- le recordó él, en un tono más suave- Nosotros la cuidaremos para que todo vuelva a ser como antes, te lo prometo.
Emily no pudo evitar sonreír ante sus palabras al tiempo que lo miraba con ternura.
-Eso no hace falta que lo digas, Finn. Todos vemos a diario como te desvives por ella- le confesó, con lágrimas de emoción cubriendo sus ojos marrones- Nadie mejor que tú podría quererla, cuidarla y protegerla, de eso estoy totalmente segura.
-Por eso te pido que no cambiemos el plan establecido- rogó él, agradecido por sus palabras- En cuanto volvamos a casa hablaremos y después vosotros os marcharéis a vuestro hogar a disfrutar la felicidad que merecéis.
-De acuerdo… tan sólo espero que no te moleste que os visite con frecuencia…
-¡Por supuesto que no me molesta! ¡Qué cosas dices, Em! ¡Puedes venir a vernos tantas veces como quieras!
-Gracias, Finn…-consiguió decir ella, reprimiendo las lágrimas-No sabes lo feliz que me hace sentir que por fin he formado una familia y puedo sentirla tan cerca.
-No me des las gracias, más bien soy yo el agradecido por todo lo que has hecho por nosotros. No sé qué habría sido de Chris sin tus cuidados y sin los juegos con su prima.
-Sí, esos dos se entienden a las mil maravillas- reconoció ella, mirando a los pequeños con una gran sonrisa- Pero prométeme que pensarás lo que te he dicho de buscar ayuda para Rach.
-Sí, lo pensaré…
En cuanto terminaron de comer, continuaron con el paseo para ver los animales que les faltaban. Todos estallaron en carcajadas al contemplar el rostro de felicidad de Puck al entrar en la zona donde estaban los gorilas. Incluso los más pequeños se rieron al ver cómo uno de los animales se había aproximado al cristal e imitaba con gran precisión todos sus gestos. Finalmente, tras echar un vistazo al área de las aves, llegó la tarde y con ella el momento de ver el espectáculo de los delfines. Los chicos entraron corriendo al delfinario para encontrar los mejores sitios. Rachel apoyó su cabeza sobre el hombro de Finn mientras esperaban, sin dejar de sostener a Chris que jugaba alegremente con Irina. Casi una hora después dio comienzo la exhibición, en la que destacaban un total de cinco delfines quienes, junto a sus entrenadores, hacían las delicias del público con sus ejercicios. Unos minutos después, el espectáculo terminó y los chicos permanecieron en sus asientos, esperando a que el lugar estuviese más despejado para marcharse. Rachel dejó a un adormilado Chris en su carrito, al tiempo que se giraba para charlar con Kurt y Quinn. Por otro lado Emily y Finn, que no habían dejado de vigilar a Rachel en todo el rato, se alejaron unos pasos del grupo para hablar.
-Bueno… ¿Cómo la has visto?- preguntó Finn, más relajado al ver cómo su novia había disfrutado al ver la exhibición.
-La verdad es que más tranquila, pero no podemos confiarnos, Finn- respondió ella, en un suspiro- Yo todavía sigo pensando que lo mejor sería buscar ayuda en alguna parte.
-No sé, Em… ¿Tú crees que Rach podría confiar sus temores a un desconocido o desconocida?
-Bueno, no sé… yo…
Un par de voces gritando sus nombres hizo que se girasen al instante, para descubrir únicamente a Kurt y a Quinn, que se movían como podían para alcanzar a Rachel, que caminaba con paso decidido hacia la cristalera donde estaban los delfines.
-¡Rachel, espera!- suplicó Kurt, intentando alcanzarla entre la multitud.
Finn corrió hacia donde estaba Quinn, que seguía a Kurt como podía.
-¡Quinn! ¡¿Qué ha pasado?!
-No sé… estábamos charlando tranquilamente y de repente se ha girado, ha visto algo y ha salido corriendo sin que pudiésemos detenerla…
-¿Qué…?- preguntó él, con el ceño fruncido, sin entender nada- Pero eso no es posible… Rachel no haría… Un momento, ¿dónde está Chris?- logró preguntar, con el rostro pálido del susto.
-Puck se lo ha llevado con Irina para que viesen los delfines más de cerca… ¿Por qué?
Sin perder un segundo, Finn salió corriendo sin siquiera responderle hacia uno de los pasillos laterales que conducían a la parte delantera del delfinario. Una vez allí comenzó a buscar entre la gente alguna pista sobre dónde podía estar Rachel o Puck con los niños.
Por otro lado, Rachel corría hacia el hombre que tenía en brazos a su hijo con los puños apretados. En cuanto lo tuvo al lado, se abalanzó contra él, golpeando su espalda con todas sus fuerzas mientras le gritaba.
-¡SUELTA A MI HIJO, DESGRACIADO!- le ordenó sin dejar de golpear a aquella persona, que se dio la vuelta totalmente impresionada.
-¡Rach! ¡¿Qué haces?! ¡Soy yo! ¡Soy Puck!
Sin embargo Rachel lo ignoró y siguió golpeándolo al tiempo que trataba de arrebatarle al pequeño de los brazos, que comenzó a gimotear asustado.
-¡NO, NO VOLVERÉ A PERDERLO! ¡ES MI HIJO, DÁMELO!
-¡Rachel, por favor cálmate! ¡Rachel, mírame!- suplicó él, esquivando sus golpes como podía.
-¡HE DICHO QUE ME LO DES!- chilló, clavándole las uñas en un brazo.
-¡¡¡AH!!- exclamó él dando un paso atrás sin dejar a Chris, con un arañazo que sangraba levemente.
Rachel se llevó las dos manos al rostro al contemplar la herida, horrorizada por lo sucedido. Poco a poco alzó la mirada para observar cómo Puck la contemplaba con los ojos como platos sin dejar de sostener a Chris en sus brazos, que la miraba sin dejar de llorar. Aquella escena fue demasiado dolorosa para ella, que comenzó a retroceder al tiempo que las lágrimas inundaban rápidamente sus mejillas. Justo cuando iba a girarse para salir corriendo de ahí, su cuerpo chocó contra el de alguien. Rachel alzó la cabeza para encontrarse con los ojos de Finn, que la miraron con ansiedad y preocupación. Sin pensarlo dos veces se arrojó a sus brazos, llorando desconsoladamente, en busca de su protección. El joven la abrazó con fuerza, acercándola más hacia sí, apoyando su barbilla en sus cabellos. Un minuto después, Finn alzó el rostro para mirar a Puck, que observaba la escena inmóvil, con el niño aún entre sus brazos, algo más tranquilo al ver allí a su padre. Con un leve movimiento de cabeza le indicó que lo acompañase junto al resto para abandonar aquel lugar cuanto antes.
Cuando llegaron al coche, Finn ayudó a Rachel a subir con cuidado para después dejar a Chris a su lado, que dormía algo inquieto en su sillita. El joven iba a cerrar la puerta para ponerse al volante, pero la mano de Rach sobre la suya se lo impidió.
-Yo… Lo… lo siento mucho…- consiguió decir, reanudando sus sollozos.
Finn corrió hacia el otro lado para estrecharla de nuevo entre sus brazos, acunándola como si fuese un bebé frágil e indefenso.
-Chsss-le susurró al oído, besando sus cabellos-No pasa nada… ya ha pasado todo…
-¿Dónde está Puck?-preguntó, mirando a su alrededor- ¡Tengo que pedirle perdón!
-Puck está perfectamente, sólo ha sido un rasguño, Rach- dijo, intentando tranquilizarla.
-¡No, Finn! ¡Me he comportado como un monstruo! ¡Ahora hasta Chris me tendrá miedo!-exclamó, con la respiración acelerada al tiempo que su llanto aumentaba.
-¡No, no digas eso!- respondió él, negando con la cabeza, sin dejar de abrazarla- ¡Tú no eres ningún monstruo! ¿Me oyes? -dijo él, mirándola a los ojos- Todo se va a arreglar… tan sólo necesitabas más tiempo antes de venir a un lugar como este…
-Finn, tengo miedo… ¿Y si no logro superarlo? ¿Y si ahora Chris no quiere estar conmigo? ¡No podría soportarlo!
-¡No, nada de eso! Chris es aún muy pequeño, Rach. Ya verás como todo mejora con el tiempo. No sé… A lo mejor necesitamos la ayuda de alguien más… de un profesional… - dijo, esperando su respuesta con un nudo en la garganta.
PD: Ni Glee ni sus personajes me pertenecen
Cáp. 19 (PARTE 2)
Rachel permaneció unos segundos en silencio mirando a su alrededor dubitativa, sin saber qué responder a aquella pregunta. Al sentirse observada por todos, no pudo evitar morderse el labio inferior, presa de los nervios y la indecisión. A pesar de que ya habían pasado dos semanas desde su regreso, aún no sabía si estaba preparada para afrontar un día completo en el exterior.
-Yo…- comenzó a decir, entre balbuceos.
Rachel retrocedió unos pasos sin saber qué hacer, apretando el cuerpo de Chris contra el suyo con firmeza. Sin embargo, sus dudas se despejaron al contemplar a su pequeño, que comenzó a mover sus manitas en dirección al folleto del zoo que Quinn acababa de mostrarles.
-¿Quieres ir ahí, mi amor?- preguntó Rach a Chris, que giró su cabecita para mirarla a los ojos mientras asentía con una gran sonrisa que llenó de felicidad a su madre- Muy bien, entonces está decidido, el sábado vamos al zoo- resolvió Rachel, alzando el rostro para mirar a los demás con una sonrisa.
-¿Estás segura, Rach?- quiso asegurarse Finn, que ya estaba a su lado y tenía una de sus manos apoyada sobre su hombro, de forma protectora-Ya sabes que no tenemos porque ir si no estás preparada, podemos llevar a Chris al zoo más adelante.
-Lo sé Finn, gracias por preocuparte, pero tal vez los chicos tengan razón y éste sea el momento para dar un paso más y volver a ser la de antes- dijo ella, agradeciendo su preocupación.
-¿Entonces eso es un sí, Rachie? ¿Vendrás con nosotros?- preguntó Quinn, totalmente emocionada.
-Sí, Quinn- respondió Rach con una sonrisa al ver a su amiga tan feliz.
-¡Perfecto! ¡Entonces vendremos a recogeros dentro de tres días!- comenzó a planear Quinn, arrastrando el carrito de sus bebés hacia la salida tras despedirse de los chicos- ¡Mañana os llamo para concretar la hora! ¡Hasta el sábado!
En cuanto Emily cerró la puerta, Rachel se dejó caer en el sofá, tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir hacía tan sólo unos minutos mientras Chris tiraba de una de las mangas de su vestido para atraer su atención.
-Bueno… parece que ya no hay vuelta atrás… el sábado volveré a salir al exterior…- murmuró, más para sí misma que para los demás.
Emily observó el rostro de preocupación de su primo e hizo una señal a su marido para que la acompañase a la habitación, al tiempo que Finn se sentaba al lado de Rachel y Chris.
-Rach, ¿sabes que no tienes que hacer esto si no quieres, verdad?
-Sí, Finn, lo sé, no te preocupes. Tan sólo me he agobiado por un momento al pensar en todo lo que tenemos que preparar para el sábado- le aseguró ella, sonriendo para tranquilizarle- Además, a tu lado sé que nada malo puede pasarnos- dijo, mirando a Chris por un momento con absoluta adoración.
-Sí, yo cuidaré de los dos, Rach. Te lo prometo- le aseguró él, sonriendo de medio lado mientras rozaba una de sus manos con dulzura.
Rachel sonrió ante aquel contacto y finalmente se acercó a Finn para besar dulcemente su mejilla.
-Finn, yo… quería darte las gracias por todo lo que estás haciendo por mí- le agradeció ella, con un brillo especial en la mirada- Tan sólo espero poder recompensarte algún día…- dijo ella, bajando la cabeza mientras suspiraba, visiblemente emocionada.
-¡Ey! ¡Mírame!- pidió él, alzando su barbilla con suavidad- Tú no tienes que compensarme porque no has hecho nada malo, Rach. Estos meses han sido muy duros para los tres, pero te prometo que juntos vamos a superar todo esto, como una familia- le aseguró, mirándola fijamente a los ojos con su sonrisa de medio lado.
-Gracias, Finn…- consiguió decir ella entre lágrimas, mientras lo abrazaba.
Él la estrechó entre sus brazos, acariciando su espalda con delicadeza, feliz al sentirla tan cerca después de tanto tiempo. Rachel no pudo evitar sonreír mientras acortaba aún más la distancia que los separaba, recostando su cabeza contra su pecho, buscando la calidez y la protección de sus brazos. Finn cerró los ojos para impedir que las lágrimas empapasen sus mejillas, poniendo toda su atención en disfrutar al máximo de aquel momento, mientras rogaba que el tiempo se detuviese para poder pasar el resto de su vida abrazándola. Ahora que la tenía de nuevo a su lado, se sentía como si acabara de despertar tras un largo sueño y sólo su presencia le completaba totalmente. Unos segundos después, cuando el abrazo terminó, se apresuró a retirar las lágrimas de emoción que comenzaron a caer por el rostro de ella, que no podía dejar de mirarle con un brillo especial en la mirada.
-Finn, yo…- intentó decir, entre lágrimas.
-Chss… no hace falta que digas nada- le aseguró él, sin dejar de mirarla a los ojos.
Rachel sonrió, al tiempo que ambos iban acercándose muy despacio. Justo cuando sus rostros empezaban a rozarse, la voz de Chris protestando los interrumpió.
-¡Oh!- consiguió decir Rach, sonrojándose- ¡Perdóname, tesoro!- le pidió a su bebé, que llevaba ya un buen rato reclamando su atención- ¿Qué te ocurre, quieres jugar con mamá y papá?
Rachel y Finn sonrieron al ver que Chris asentía mientras intentaba bajar de los brazos de su madre para después salir corriendo por la habitación agitando alegremente sus bracitos.
-¡Uego oso!- chilló el pequeño saltando, feliz al tener toda la atención de sus padres.
-¿Qué ha dicho?- preguntó Rach, mirando a Finn con el ceño fruncido.
-Tú sígueme el juego, es muy fácil- le susurró él, haciéndole un guiño de complicidad- ¡Oh, no! ¡Todo el mundo a esconderse!- exclamó Finn llevándose una mano al cuello, fingiendo encontrarse mal- ¡Va a venir el gran oso! ¡Corred antes de que cuente hasta diez!
-¡Papi oso!- gritó Chris, tirando del vestido de Rach mientras corría tan rápido como podía- ¡Mami, men core!
Rachel no pudo evitar sonreír al ver lo emocionado que estaba su pequeño. Al sentir como Finn comenzaba la cuenta atrás, subió rápidamente las escaleras con Chris en brazos hacia su habitación, dónde corrió a esconderse en el armario, dejando una de las puerta ligeramente entreabierta al tiempo que Chris le hacía un gesto con el dedo índice sobre su boca que ella imitó al instante con una sonrisa.
Cuando la cuenta llegó a cero, Finn se giró con una gran sonrisa mientras iba subiendo lentamente las escaleras mirando hacia todos lados en busca de los chicos.
-¡Ya estoy aquí! ¡El gran oso ha llegado!- gritó Finn, cambiando el tono de su voz a uno más grave que aportaba más realismo a su personaje- ¡Os encontraré, es inútil que os escondáis!- advirtió, entrando en el baño y retirando la cortina de la bañera- ¡Booh!- exclamó, encontrándose la estancia vacía- Mmm… voy a la habitación.
Rachel y Chris no pudieron evitar una risita débil que terminó al instante cuando ambos sintieron cómo Finn entraba sigilosamente a la habitación. La joven acercó más el cuerpo de su hijo contra el suyo en un gesto protector mientras que el niño seguía con el dedo sobre su boca y observaba con curiosidad como su padre miraba bajo la cama y tras las cortinas.
-Mmm…- murmuró Finn, moviendo su nariz como si olfateara algo- Huelo algo… está cerca… creo que miraré en el armario…- dijo, acercándose lentamente hacia allí.
-¡NO!- suplicó Chris, abrazándose a su mamá al ver que acababa de delatarse.
-¡Ya estoy aquí! ¡Voy a abrir!- Finn abrió la puerta de golpe, para descubrir a Rachel y a Chris acurrucados en un rincón- ¡Os pillé!- exclamó, cogiendo a Chris mientras lo alzaba por los aires- ¡Ahora verás!- dijo Finn, tendiendo a su hijo sobre la cama.
-¡No! ¡Osquillas, no! ¡Papi pofavo, no!- chillaba Chris, retorciéndose entre los brazos de su padre mientras reía sin parar al tiempo que Rachel los observaba con una gran sonrisa.
Mientras tanto en la habitación de al lado, Puck y Emily comenzaban a recoger todas sus cosas, ya que en unos días volverían a su casa. Puck cerró una de las cajas y con cuidado la dejó en el montón de las terminadas. El joven frunció el ceño al ver a Emily sentada sobre la cama, mirando una foto con expresión ausente.
-Em, pareces distraída… ¿Estás bien?- quiso saber Puck, que acababa de recoger a su pequeña de la cuna y la miraba con atención.
-¡Sí, sí! ¡Estoy perfectamente!- exclamó ella, sorprendida por su pregunta, poniéndose de pie rápidamente para seguir recogiendo.
-¡Espera, Em!-le rogó él, agarrando uno de sus brazos con suavidad- Siéntate, por favor.
-Pero… si no me ocurre nada, Puck… En serio…- susurró ella, con la vista baja, jugando con la tela de su camisa.
-Vamos, Em… te conozco como a la palma de mi mano y sé que hay algo que te preocupa- dijo él, acercándose más mientras alzaba su mentón para que lo mirase a los ojos- ¿Qué ocurre?
Emily finalmente suspiró, aceptando su derrota y refugiándose en su esposo, que la rodeó con el brazo que le quedaba libre, mientras que su pequeña los observaba con curiosidad, apoyándose en el hombro de su padre.
-En realidad no sé qué me ocurre exactamente, Puck- confesó ella, algo desanimada- Ahora que veo tan cerca la hora de marcharnos de aquí los tres, yo…
-¿Tienes miedo de que algo pueda pasarles a Finn y a Rach, no?
-Sí… tengo un mal presentimiento, Puck- susurró ella, acurrucándose más aún entre sus brazos- ¿Cómo sabemos que Rach ya está preparada para salir al exterior y para sacar a su familia adelante sola?
-Bueno, Em. Rach no va a estar sola, tiene a Finn que la ayudará y protegerá en todo momento.
-Sí, lo sé…pero… ya sabes en qué punto se encuentra ahora mismo su relación… Aunque parece que Rach está mejor, yo sigo viéndola muy frágil aún… no se atreve a dar un paso sola…
-Sí, todos sabemos que Rach necesita aún mucha ayuda para volver a ser la de antes. Sin embargo, ¿no crees que esta salida podría venirnos bien para evaluar la situación?
Emily frunció el cejo, confundida por sus palabras.
-¿Qué quieres decir?
-Bueno, si salimos el sábado podremos comprobar el verdadero estado de Rach y así podrás quedarte más tranquila al ver que todo marcha a la perfección.
-Mmm… sí, tal vez tengas razón…-concedió Emily, en un suspiro, mientras caminaba hacia la puerta para bajar a preparar la cena de los niños.
Puck la siguió y ambos no pudieron evitar pararse al contemplar la hermosa escena que estaba desarrollándose tan sólo unos metros más allá, con una sonrisa enorme dibujándose en sus labios. Desde su posición podían ver a Finn tendido sobre la cama con Chris entre sus brazos, muerto de risa, mientras que Rach permanecía de pie a tan sólo unos pasos, sonriéndoles con ternura.
-¿Lo ves?-susurró Puck al oído de su esposa- Rach está mucho mejor, Em. Ya verás como sale todo bien.
-Sí, eso espero, Puck… eso espero.
Mientras tanto, a varios kilómetros de allí, Laura mantenía la vista fija en el sándwich vegetal que acababa de sacar de una de las máquinas expendedoras de la sala de espera del hospital. Ya habían pasado dos semanas desde que ingresaron a Jesse y, sin embargo, por alguna razón el joven no había despertado aún. Aquel pensamiento hizo que las lágrimas acudieran a sus ojos al recordar cómo él había recibido ese disparo con el único de propósito de salvarle la vida a ella. La joven negó con la cabeza, incapaz de entender porqué cada vez que la felicidad intentaba entrar de nuevo a su vida, el destino se encargaba al instante de arrebatársela por completo.
-¿Por qué a él, por qué?- se preguntaba en voz baja, entre sollozos, mientras dejaba el sándwich intacto al lado de su botella de agua.
Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas descontroladamente, empapando su hermoso rostro que ya comenzaba a dar muestras de excesivo cansancio. En estos quince días, la joven no se había separado apenas de él y tareas tan sencillas como comer y dormir le resultaban ahora totalmente imposibles. Si tan sólo los médicos pudiesen darle una explicación a su estado, asegurarle que tarde o temprano Jesse despertaría y todo volvería a ser como antes… Pero no, simplemente le habían dicho que sólo podrían emitir un diagnóstico cuando despertase, ya que el golpe que recibió en el cráneo tras la caída podría tener algún tipo de secuela. Laura negó con la cabeza, intentando alejar esa posibilidad de su mente. Cuando vio que el reloj marcaba las cinco en punto, recogió toda su comida y se dirigió con paso rápido hacia la habitación de Jesse, dónde como siempre la esperaba Kate, la enfermera del turno de tarde. La joven la saludo con una sonrisa amable mientras terminaba de cambiarle el suero y ajustaba con precisión el gotero.
-¿Cómo se encuentra?- preguntó Lau, revolviendo sus cabellos con ternura.
-Bueno… al parecer no ha habido ningún cambio, todo sigue igual- respondió la enfermera, borrando la sonrisa de su rostro- Lo siento mucho, señorita.
-No pasa nada, sé que algún día despertará- respondió, conteniendo las lágrimas como podía.
-¿Puedo hacer algo por usted?- preguntó Kate, intentando serle de alguna ayuda- Si quiere puedo traerle algo de comer… tiene cara de no haber comido nada desde hace varios días…
-No, gracias, está todo bien- dijo ella, intentando sonreír- Además, no creo que pudiera comer nada ahora mismo, Kate.
-De acuerdo, pero si en algún momento cambia de opinión no dude en llamarme, ¿vale?
-Lo prometo.
Kate le dedicó una sonrisa de satisfacción para después continuar con su ruta de planta. Laura sonrió, pensando en lo mucho que le recordaba aquella joven a Tatiana, su mejor amiga de la adolescencia. Ambas tenían ese espíritu alegre y la urgente necesidad de ayudar constantemente a los demás. Sus pensamientos se disiparon al contemplar a Jesse, que comenzó a revolverse suavemente entre sueños. Laura se acercó al instante, estrechando una de sus manos entre las suyas mientras con la otra le acariciaba el rostro.
-Mi amor…- susurró, llevándose una de sus manos a su rostro- Ojala pudieras despertar ahora mismo… no sabes cuánta falta me hace decirte cada segundo lo mucho que te quiero… cuanto desearía poder cambiarme por ti… -confesó ella, con la voz desgarrada por el dolor mientras las lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas, empapando también la mano de él, que se movió ligeramente- Lo siento, Jesse… lo siento mucho.
Laura rompió a llorar en su regazo, sin soltar su mano de la de él, que comenzó a moverse de nuevo, sin que ella lo advirtiese. Cuando el movimiento volvió a producirse, la joven alzó la cabeza lentamente con la boca abierta, incapaz de creer lo que veían sus ojos. Ya no eran sólo sus manos, sino que ahora también todo su rostro estaba en movimiento, como si quisiera decirle algo.
-¿Jesse?- logró preguntar ella, observándolo de cerca con un brillo de esperanza en sus ojos marrones.
Laura se acercó lentamente hacia él, para finalmente sonreír llena de emoción al ver cómo él abría finalmente los ojos.
-Ey…- susurró él, a modo de saludo con una sonrisa tierna.
Jesse no pudo decir nada más, ya que Laura lo silenció con sus labios, que atraparon los suyos en un dulce beso. La joven comenzó a repartir rápidos besos por todo su rostro sin poder evitar que las lágrimas de emoción resbalasen por sus mejillas. Jesse sonrió ante su reacción, para después mirar a su alrededor con un gesto de confusión.
-Mmm… ¿Dónde estoy?
-¡Oh, Jesse! ¡Te dispararon hace dos semanas y tuvimos que ingresarte en un hospital! ¿No te acuerdas de nada?
Jesse frunció el ceño, intentando asimilar toda la información que su novia acababa de proporcionarle. ¿Lau acababa de decir dos semanas? ¿Quería decir eso que había estado inconsciente todo ese tiempo? El joven negó con la cabeza totalmente incrédulo.
-No puedo creer que hayan pasado dos semanas desde… ¡UN MOMENTO! ¡RACH! ¿Dónde está, Lau? ¿Se encuentra bien?- preguntó Jesse con los ojos muy abiertos, intentando incorporarse de la cama.
-¡Ey, no hagas esfuerzos!- le riñó ella, empujando su espalda con cuidado para devolverle a su postura anterior- Sí, Rach ya está en Ohio con Finn y Chris, al final lo conseguimos- dijo ella, sonriéndole emocionada.
-Eso es… genial, Lau… sabía que lo conseguirías- dijo él, con una mueca de dolor al terminar.
-Chsss… no te sobreesfuerces, por favor- le rogó ella, muy preocupada- Además, todo esto no se habría conseguido de no ser por ti… tú me salvaste la vida, Jesse- le recordó ella, mirándole directamente a los ojos-Nunca podré agradecértelo lo suficiente.
-No seas tonta, por ti lo haría todas las veces que hiciera falta- le aseguró él, estrechando su mano con cariño- ¿Qué pasó con Isabella cuando perdí el conocimiento?
-Yo… me enfrenté a ella…-admitió ella, bajando la cabeza- creí que habías muerto, que ella te había matado así que la enfrenté… pero en ese momento llegó la policía y ella huyó hacia el acantilado… yo la seguí, forcejeamos y después…-dijo ella, con lágrimas en los ojos.
-Ey, no pasa nada…-susurró él, acariciando su mejilla con suavidad-¿Qué ocurrió después?
-Ella nos hizo caer, quería que muriésemos allí las dos… sin embargo en el último momento conseguí aferrarme al pico de la cima… fue horrible, Jesse- le relató ella, con lágrimas de desesperación deslizándose por su rostro.
-Chsss, no llores- le suplicó él, limpiando sus mejillas con las manos- Todo ha pasado ya, Lau. Ahora podremos ser todos felices por fin. Te lo prometo- susurró, mirándola con una gran sonrisa.
-No sé, Jess. Yo todavía no puedo quitarme de la cabeza la imagen de Isabella cayendo por ese acantilado. Algo en mi interior me dice que tendría que haber hecho algo por salvarla a ella también. Me siento culpable de su muerte- reconoció, lanzándose a sus brazos.
-¡Vamos, Lau! ¡No digas tonterías!- exclamó él, acariciando su espalda mientras la abrazaba- ¡Esa mujer era una desequilibrada! ¡Si la hubieses salvado lo más seguro es que hubiera terminado matándote ella a ti! ¡No quiero que pienses que fue culpa tuya porque ese final se lo buscó ella solita!
Laura se apoyó contra su pecho, sonriendo al sentir el firme y constante latido de su corazón. Los dos permanecieron algunos minutos así, disfrutando el uno con la compañía del otro. Finalmente se separaron al sentir el sonido de los carritos que traían la merienda.
-¿Te encuentras con fuerzas para comer?- preguntó Lau, recuperando su antiguo papel de enfermera.
-No, lo que me apetece es salir de esta cama- dijo él, frunciendo el ceño de repente, muy confuso.
-¿Qué ocurre, Jess? ¿Algo va mal?- quiso saber ella, que ya estaba situada a su lado, mirándole con atención.
-Lau, no puedo moverme- consiguió decir él, con el rostro pálido de miedo.
-¿Có… cómo dices?
-No… no siento las piernas- susurró, llevándose las manos hacia sus piernas que seguían inmóviles bajo las sábanas, al tiempo que una lágrima solitaria se deslizaba por su mejilla- No puedo moverme, estoy… parapléjico.
-¡NO! ¡No digas eso!- exclamó ella, con los ojos llenos de lágrimas-¡Ya… ya mismo llamó al doctor!- exclamó ella, yendo hacia la puerta- ¡Ahora vuelvo!
Laura salió corriendo por el pasillo en busca de alguno de los médicos que había atendido a Jesse, rogando porque todo esto fuese solo una horrible pesadilla de la que tarde o temprano iban a despertar.
Los días pasaron rápidamente en Lima, tres para ser exactos, y antes de que Rachel pudiera darse cuenta ya era sábado, el día en el que realizaría su primera salida con Finn, Chris y los chicos. La joven sonrió ante ese pensamiento, feliz al poder pasar todo el día junto a Kurt, Quinn y los demás. Sin embargo, por más que lo intentaba no conseguía alejar los nervios que habían decidido instalarse en lo más profundo de su estómago. Rachel suspiró, apoyando su rostro contra la almohada en el preciso momento en el que el despertador comenzó a sonar. Al instante sintió el brazo de Finn sobre ella para apagarlo al tiempo que le susurraba al oído un “buenos días, Rach” para después darle un dulce beso en la mejilla. Ella sonrió, retirando las sábanas al tiempo que comenzaban a preparar las cosas para su salida al zoo.
-Buenos días, chicos- saludó Em desde la puerta- Me ha parecido oír el despertador y venía a preguntaros si queríais desayunar algo antes de irnos.
-Mmm… bueno, unas tortitas no me vendrían mal para empezar el día- admitió Finn con su sonrisa de medio lado-Pero… ¿Estás segura de que no es mucho trabajo, Em? Yo mismo puedo bajar en un momento a prepararme cualquier cosa…
-¡No te preocupes, Finn! ¡Tu amigo Puck ya me las ha pedido antes que tú!-rió Emily, al pensar en la carita de Puck rogándole que las cocinase- ¡Además, vosotros dos no vais libraros de hacer cosas! ¡Tenéis que dejar el coche preparado para cuando vengan los chicos! ¡No pienso subir a los niños a un coche sin que haya sido revisado previamente!
-¡Sí, señora!- exclamó Finn, llevándose la mano a la frente al estilo militar- ¿Rach, tú quieres comer algo?- le preguntó, mirándola directamente a los ojos.
-Mmm… una pieza de fruta sería perfecto. Gracias, Em- le agradeció con una sonrisa, yendo al baño a prepararse.
Cuando poco después llegaron todos los demás, los chicos subieron rápidamente a sus respectivos coches. En cuanto Finn se aseguró de que todo estaba listo, arrancó el motor y giró el volante hacia la autopista que los llevaría al gran zoo de Columbus.
El viaje transcurrió rápidamente para Rachel y Emily, que no podían parar de reír a causa de los chistes y anécdotas que Puck les contaba desde el asiento del copiloto. Ambas sonrieron con dulzura al contemplar a sus hijos, que dormían plácidamente en sus sillitas con sus pequeñas manos entrelazadas. En cuanto llegaron al zoo, Rachel bajó del coche con cuidado y después fue rápidamente a recoger a Chris, que siguió durmiendo tranquilamente entre sus brazos. La joven no pudo evitar acercarlo un poco más hacia sí, estrechándolo con suavidad mientras besaba sus mejillas. Sin embargo, un ruido procedente de los árboles atrajo su atención, paralizando su cuerpo por completo mientras apretaba con más fuerza a su pequeño contra ella a modo de protección.
-¿Qui… quién anda ahí?- preguntó la joven en un susurro, mirando fijamente entre los árboles sin abandonar su posición defensiva.
Todos dejaron rápidamente lo que estaban haciendo para mirar en su dirección totalmente sorprendidos.
-¿Rach, va todo bien?- preguntó Finn, que ya estaba a su lado y la miraba con el ceño ligeramente fruncido- ¿Quieres que volvamos a casa?
-Yo… juraría que… había visto…- balbuceó ella, agachando la cabeza avergonzada al sentirse observada por todos y haberlos preocupado sin motivo- No, por favor… - susurró, liberando ligeramente a Chris de su abrazo- Quiero hacer esto por Chris…
-De acuerdo…- concedió él no muy convencido, alzando el mentón de ella para mirarla directamente a los ojos- Pero si en algún momento sientes que todo esto puede contigo no dudes en decírmelo, ¿vale?- pidió él, con su sonrisa de medio lado.
-Te lo prometo- respondió ella relajando un poco la tensión de su rostro.
Tras mirar entre los árboles una última vez, Rachel siguió al resto, empujando con cuidado el carrito de Chris hacia la gran entrada del zoo. Una vez allí, las chicas se sentaron en unos bancos junto a la puerta mientras los chicos esperaban la cola que había en las taquillas para comprar las entradas.
-¡Ey, Finn! ¡¿Te encuentras bien?!- le preguntó Puck, al ver que éste tenía la vista fija en el banco donde esperaban las chicas.
-¡¿Qué?! ¡Perdona! ¿Qué decíais?- respondió él con otra pregunta, volviendo a la realidad.
-Finn, creo que deberías relajarte un poco…-le aconsejó Kurt, poniendo una mano sobre su hombro- Ya verás como todo sale bien y al final conseguimos que Rach pase un buen rato.
-No, sé… la veo demasiado nerviosa… tal vez haya sido un error venir aquí tan pronto…- susurró el joven, mordiéndose el labio inferior mientras fruncía el ceño.
-¡Ey, no pienses eso! ¡Vamos, anímate! ¡Todo saldrá bien!- exclamó Puck, dándole unas palmaditas en la espalda para después dirigirse a la taquilla.
Una vez compraron las entradas, los chicos se adentraron en el recinto al tiempo que decidían sobre el plano la ruta que iban a seguir.
-¡Yo quiero empezar por la zona de las aves! ¡Los tonos rosas de los flamencos son ideales!- exclamó Kurt, dando saltitos alrededor de Blaine, que sonrió al ver el rostro de confusión de Puck.
-¡Ay, a mí me encantaría empezar por los animales marinos!- admitió Quinn, apoyándose en el brazo de Sam.
-¡¿Pero os habéis vuelto todos locos?! ¡Los mejores son los monos y los gorilas! ¡No ningún avestruz con plumas rosas!- intervino Puck, con una mueca de desagrado.
-¡No son avestruces, son flamencos africanos, animal!- espetó Kurt, resoplando.
Mientras tanto, ajena a la conversación de sus amigos y sin dejar de mirar a su alrededor, Rachel mecía con nerviosismo el carrito de Chris, que acababa de despertar y observaba todo con curiosidad. Emily, que no la había perdido de vista en ningún momento, decidió introducirla en la conversación.
-¡Bueno, ya basta! ¡No hemos venido hasta aquí para discutir!- resolvió, en un suspiro- ¡Yo propongo que sea Rach quien decida la primera parada!- sentenció, estrechando la mano de su amiga con cariño.
-¡¿Qu… qué?! Yo… eh… - respondió ella, sin dejar de mirar el ir y venir de la multitud.
-¿Rachel, te encuentras bien?- le preguntó Emily en un susurro mirándola directamente a los ojos.
-¡Sí, sí!- le aseguró ella, en un tono poco convincente- Yo creo que… podríamos empezar por… ¡Los leones marinos!- respondió rápidamente al ver esa especie en uno de los carteles del zoo.
-De acuerdo-concedió Emily, con el ceño ligeramente fruncido- En ese caso, será mejor que nos demos prisa si queremos encontrar buenos sitios, la exhibición empieza en cuarenta minutos...
Dicho esto, todos se encaminaron hacia la zona donde tendría lugar el espectáculo, mientras observaban los animales que iban encontrándose por el camino. Rachel, que arrastraba consigo el carrito de Chris, sonrió al ver cómo Finn le explicaba al pequeño, que observaba todo con ojos muy abiertos, los nombres cada uno de los animales que iban visitando, para poco después compadecerse cuando señaló un patito que había quedado rezagado del resto y se dirigía tan rápido como podía hacia el lago. Finalmente, tras echar un vistazo a los rinocerontes y dar de comer a los flamencos, al lado de los pingüinos africanos y las focas grises descubrieron el lugar donde tendría lugar la exhibición de los leones marinos.
Kurt y Quinn enseguida se apresuraron a buscar algún asiento libre entre las gradas, seguidos poco después por el resto, que caminaban como podían entre los asientos. Rachel y Finn fueron los últimos en llegar, ya que tuvieron que detenerse unos segundos para sacar a Chris del carrito. En cuanto Finn lo tuvo en brazos, tras besar su cabeza se lo pasó a Rachel para poder cerrar el cochecito del bebé. Ella lo recibió con una sonrisa para después jugar con él, al tiempo que le susurraba dulces palabras al oído. El pequeño miró a su alrededor con una enorme curiosidad en sus ojos, fijando finalmente su atención en un puesto de venta de comestibles que había cerca de allí, dónde el dueño tendía a otro niño una bolsa de gusanitos.
-¿Chris, qué ocurre?- preguntó Rachel, al ver cómo éste extendía con todas sus fuerzas sus bracitos en dirección opuesta al espectáculo- ¡Oh, las golosinas! ¿Quieres que te compremos algo?- adivinó, sonriendo al ver cómo su pequeño asentía- ¿Finn, te parece bien que…?
Ella se giró para obtener una respuesta, pero se detuvo al comprobar que se había alejado unos pasos para dejar el carrito de Chris junto al de Irina. Rachel suspiró, algo nerviosa, al observar cómo Chris se iba retorciendo cada vez más en sus brazos. Finalmente, al ver que Chris no paraba de moverse y que Finn se entretenía buscando algo en el cochecito, se encaminó rápidamente hacia el puesto, dónde finalmente el niño escogió una bolsa de gusanitos de maíz. Rachel sonrió a su pequeño, aliviada al haber completado aquella tarea con éxito. Sin embargo, cuando iba a darse la vuelta para marcharse, sintió una mano posándose débilmente sobre su hombro. El tiempo pareció detenerse para ella, que sintió cómo un escalofrío recorría su espalda de arriba abajo, impidiéndole realizar ningún movimiento.
-No… por favor no me hagas daño…-suplicó, con los ojos llenos de lágrimas mientras aferraba cada vez con más fuerza el cuerpo de su hijo contra el suyo en una postura defensiva.
-Señorita… disculpe…
Rachel siguió hablando en voz apenas audible al tiempo que sus temblores aumentaban por momentos. Tan sólo fue capaz de abrir los ojos unos segundos después, al escuchar a Finn, que ya se había situado a su lado y rodeaba su espalda de forma protectora.
-¡Rach! ¡Lo siento, lo siento mucho! ¿Te encuentras bien?- le preguntó, acogiéndola con ansiedad entre sus brazos al tiempo que la gente los observaba sin entender nada.
-S… sí-logró responder ella, hundiendo la cabeza en su pecho totalmente avergonzada- sólo ha sido un susto…
-Señor… yo… sólo quería darle la bufanda del niño… se le había caído al coger la bolsa de gusanitos…- intentó explicarse el hombre, tendiéndole la prenda a Finn- siento mucho haberla asustado…
-No se preocupe, no pasa nada…- le disculpó Finn, llevándose a Rachel rápidamente de la multitud que comenzaba a formarse a su alrededor.
Una vez se alejaron, Finn se detuvo para contemplar el rostro de Rachel, que seguía aferrando a Chris con fuerza y rehusaba mirarle a los ojos.
-Rachel, mírame por favor…- le suplicó él, acercándose más a ella.
-Yo… siento mucho todo esto… ha sido culpa mía… Chris quería los gusanitos y yo…
-Chsss- le hizo callar Finn, poniendo un dedo sobre sus labios- no digas eso… soy yo el que tengo que pedirte perdón, he sido un completo inconsciente al dejarte sola en un momento así…- dijo él, con una punzada de culpabilidad creciendo en su pecho- No te preocupes, en cuanto termine la exhibición nos marchamos. Nunca deberíamos haber venido a un lugar así tan pronto…
-¡No, no por favor!- exclamó ella, alzando el rostro- ¡No volveré a separarme del grupo, te lo prometo!
-Pero, Rach yo…
-Por favor… necesito hacer esto por Chris, Finn… no puedo fallarle ahora…-rogó en un susurro, con lágrimas en los ojos.
Finn frunció el ceño, mordiéndose el labio inferior con indecisión, por un lado la idea de sacar a Rachel al exterior en estas condiciones le parecía un error, pero por otro sabía que tarde o temprano tendrían que afrontar la realidad y lo que ello conllevaba. En último lugar dirigió su mirada hacia Chris, que reía entusiasmado señalando el lugar donde se iba a desarrollar la exhibición de los leones marinos.
-Está bien…-concedió él, no muy convencido- ¡Pero si en algún momento necesitas salir de aquí dímelo!- le pidió, mirándola directamente a los ojos.
-¡Gracias!- exclamó ella, abrazándole con fuerza- ¡Te prometo que así lo haré!
Rachel cogió a Chris en brazos y ambos siguieron a Finn hacia el lugar donde estaba el resto.
-¡Finn, Rachel! ¡Venid, sentaos aquí!- dijo Emily, señalando un par de asientos vacíos que había entre Quinn y ella.
Finn tomó a Chris de los brazos de Rachel en cuanto tomaron asiento, para que pudiese charlar tranquilamente con Quinn. Finalmente se giró, dejando escapar un suspiro de alivio, para encontrarse con los ojos de su prima que no se habían despegado de él ni un segundo y lo miraban con preocupación.
-Finn, ¿qué ocurre? ¿Por qué habéis tardado tanto?-cuestionó la joven, frunciendo ligeramente el ceño- He estado a punto de mandar a Puck a buscaros… ¿va todo bien?
-Sí, Em… eso creo- respondió él, llevándose una mano al rostro.
-¿Cómo que eso creo?- inquirió ella, con los ojos muy abiertos- ¡Finn Christopher Hudson! ¡Ya estás tardando en contarme qué ha pasado!- le amenazó ella, zarandeando su brazo con urgencia.
-¡Chsttt! ¡No, ahora no es el momento!- le replicó él en un susurro, para después mirar disimuladamente a Rachel, que parecía no haberse percatado de su conversación- Te prometo que te contaré todo cuando volvamos a casa.
-Finn, me estás asustando… tal vez sería mejor que nos marcháramos ahora… ya es la tercera vez que la ves nerviosa…
-No, no puedo… le he prometido que no lo haría... ella quiere quedarse por Chris…- le explicó él, agachando la cabeza a modo de resignación.
-Mmm… no sé Finn… quizá deberíamos llamar a Lau o tal vez contar con la opinión de un profesional, ¿no crees?- sugirió Emily, observando a Rachel con disimulo.
-No sé, yo…
El chillido de emoción de su hijo interrumpió su respuesta, indicándole que el espectáculo acababa de comenzar. Rachel lo acogió en sus brazos justo en el momento en el que el enorme animal hacía su aparición en el escenario acompañado por su entrenadora. Todos observaron muy impresionados sus increíbles acrobacias y se asombraron al comprobar cuán inteligente era esa especie. Al final, todos se pusieron de pie, aplaudiendo entusiasmados, para después dirigirse a la zona especialmente habilitada para comer. Finn estaba tan pendiente de Rachel que apenas podía probar bocado. Por su parte la joven no le quitaba el ojo de encima a su pequeño, que dormía plácidamente junto a Irina en sus cochecitos.
-Finn, creo que deberíamos hablar de esto seriamente- apuntó Emily, presa de la inquietud- No podemos seguir así por más tiempo…
-Lo sé, Em… ¿Pero qué quieres que haga si me lo ha pedido por Chris?- dijo él, con la voz cargada de angustia- ¡¿Acaso crees que sería mejor sacarla de aquí por la fuerza?!
-Pues… ¡No lo sé! ¡Tal vez sí, Finn!- respondió la joven, mordiéndose el labio inferior- Mira, lo he estado pensando y creo que lo mejor es que Puck y yo nos quedemos un par de semanas más hasta que todo esto se solucione…
-¡No, nada de eso!- replicó él, de forma tajante- Ya es hora de que vosotros viváis vuestra vida, Emily.
-¡Pero lo importante ahora es que Rach se recupere! ¡Eso sólo lo conseguirá con su familia cerca!
-Rachel va a estar con su familia que somos Chris y yo- le recordó él, en un tono más suave- Nosotros la cuidaremos para que todo vuelva a ser como antes, te lo prometo.
Emily no pudo evitar sonreír ante sus palabras al tiempo que lo miraba con ternura.
-Eso no hace falta que lo digas, Finn. Todos vemos a diario como te desvives por ella- le confesó, con lágrimas de emoción cubriendo sus ojos marrones- Nadie mejor que tú podría quererla, cuidarla y protegerla, de eso estoy totalmente segura.
-Por eso te pido que no cambiemos el plan establecido- rogó él, agradecido por sus palabras- En cuanto volvamos a casa hablaremos y después vosotros os marcharéis a vuestro hogar a disfrutar la felicidad que merecéis.
-De acuerdo… tan sólo espero que no te moleste que os visite con frecuencia…
-¡Por supuesto que no me molesta! ¡Qué cosas dices, Em! ¡Puedes venir a vernos tantas veces como quieras!
-Gracias, Finn…-consiguió decir ella, reprimiendo las lágrimas-No sabes lo feliz que me hace sentir que por fin he formado una familia y puedo sentirla tan cerca.
-No me des las gracias, más bien soy yo el agradecido por todo lo que has hecho por nosotros. No sé qué habría sido de Chris sin tus cuidados y sin los juegos con su prima.
-Sí, esos dos se entienden a las mil maravillas- reconoció ella, mirando a los pequeños con una gran sonrisa- Pero prométeme que pensarás lo que te he dicho de buscar ayuda para Rach.
-Sí, lo pensaré…
En cuanto terminaron de comer, continuaron con el paseo para ver los animales que les faltaban. Todos estallaron en carcajadas al contemplar el rostro de felicidad de Puck al entrar en la zona donde estaban los gorilas. Incluso los más pequeños se rieron al ver cómo uno de los animales se había aproximado al cristal e imitaba con gran precisión todos sus gestos. Finalmente, tras echar un vistazo al área de las aves, llegó la tarde y con ella el momento de ver el espectáculo de los delfines. Los chicos entraron corriendo al delfinario para encontrar los mejores sitios. Rachel apoyó su cabeza sobre el hombro de Finn mientras esperaban, sin dejar de sostener a Chris que jugaba alegremente con Irina. Casi una hora después dio comienzo la exhibición, en la que destacaban un total de cinco delfines quienes, junto a sus entrenadores, hacían las delicias del público con sus ejercicios. Unos minutos después, el espectáculo terminó y los chicos permanecieron en sus asientos, esperando a que el lugar estuviese más despejado para marcharse. Rachel dejó a un adormilado Chris en su carrito, al tiempo que se giraba para charlar con Kurt y Quinn. Por otro lado Emily y Finn, que no habían dejado de vigilar a Rachel en todo el rato, se alejaron unos pasos del grupo para hablar.
-Bueno… ¿Cómo la has visto?- preguntó Finn, más relajado al ver cómo su novia había disfrutado al ver la exhibición.
-La verdad es que más tranquila, pero no podemos confiarnos, Finn- respondió ella, en un suspiro- Yo todavía sigo pensando que lo mejor sería buscar ayuda en alguna parte.
-No sé, Em… ¿Tú crees que Rach podría confiar sus temores a un desconocido o desconocida?
-Bueno, no sé… yo…
Un par de voces gritando sus nombres hizo que se girasen al instante, para descubrir únicamente a Kurt y a Quinn, que se movían como podían para alcanzar a Rachel, que caminaba con paso decidido hacia la cristalera donde estaban los delfines.
-¡Rachel, espera!- suplicó Kurt, intentando alcanzarla entre la multitud.
Finn corrió hacia donde estaba Quinn, que seguía a Kurt como podía.
-¡Quinn! ¡¿Qué ha pasado?!
-No sé… estábamos charlando tranquilamente y de repente se ha girado, ha visto algo y ha salido corriendo sin que pudiésemos detenerla…
-¿Qué…?- preguntó él, con el ceño fruncido, sin entender nada- Pero eso no es posible… Rachel no haría… Un momento, ¿dónde está Chris?- logró preguntar, con el rostro pálido del susto.
-Puck se lo ha llevado con Irina para que viesen los delfines más de cerca… ¿Por qué?
Sin perder un segundo, Finn salió corriendo sin siquiera responderle hacia uno de los pasillos laterales que conducían a la parte delantera del delfinario. Una vez allí comenzó a buscar entre la gente alguna pista sobre dónde podía estar Rachel o Puck con los niños.
Por otro lado, Rachel corría hacia el hombre que tenía en brazos a su hijo con los puños apretados. En cuanto lo tuvo al lado, se abalanzó contra él, golpeando su espalda con todas sus fuerzas mientras le gritaba.
-¡SUELTA A MI HIJO, DESGRACIADO!- le ordenó sin dejar de golpear a aquella persona, que se dio la vuelta totalmente impresionada.
-¡Rach! ¡¿Qué haces?! ¡Soy yo! ¡Soy Puck!
Sin embargo Rachel lo ignoró y siguió golpeándolo al tiempo que trataba de arrebatarle al pequeño de los brazos, que comenzó a gimotear asustado.
-¡NO, NO VOLVERÉ A PERDERLO! ¡ES MI HIJO, DÁMELO!
-¡Rachel, por favor cálmate! ¡Rachel, mírame!- suplicó él, esquivando sus golpes como podía.
-¡HE DICHO QUE ME LO DES!- chilló, clavándole las uñas en un brazo.
-¡¡¡AH!!- exclamó él dando un paso atrás sin dejar a Chris, con un arañazo que sangraba levemente.
Rachel se llevó las dos manos al rostro al contemplar la herida, horrorizada por lo sucedido. Poco a poco alzó la mirada para observar cómo Puck la contemplaba con los ojos como platos sin dejar de sostener a Chris en sus brazos, que la miraba sin dejar de llorar. Aquella escena fue demasiado dolorosa para ella, que comenzó a retroceder al tiempo que las lágrimas inundaban rápidamente sus mejillas. Justo cuando iba a girarse para salir corriendo de ahí, su cuerpo chocó contra el de alguien. Rachel alzó la cabeza para encontrarse con los ojos de Finn, que la miraron con ansiedad y preocupación. Sin pensarlo dos veces se arrojó a sus brazos, llorando desconsoladamente, en busca de su protección. El joven la abrazó con fuerza, acercándola más hacia sí, apoyando su barbilla en sus cabellos. Un minuto después, Finn alzó el rostro para mirar a Puck, que observaba la escena inmóvil, con el niño aún entre sus brazos, algo más tranquilo al ver allí a su padre. Con un leve movimiento de cabeza le indicó que lo acompañase junto al resto para abandonar aquel lugar cuanto antes.
Cuando llegaron al coche, Finn ayudó a Rachel a subir con cuidado para después dejar a Chris a su lado, que dormía algo inquieto en su sillita. El joven iba a cerrar la puerta para ponerse al volante, pero la mano de Rach sobre la suya se lo impidió.
-Yo… Lo… lo siento mucho…- consiguió decir, reanudando sus sollozos.
Finn corrió hacia el otro lado para estrecharla de nuevo entre sus brazos, acunándola como si fuese un bebé frágil e indefenso.
-Chsss-le susurró al oído, besando sus cabellos-No pasa nada… ya ha pasado todo…
-¿Dónde está Puck?-preguntó, mirando a su alrededor- ¡Tengo que pedirle perdón!
-Puck está perfectamente, sólo ha sido un rasguño, Rach- dijo, intentando tranquilizarla.
-¡No, Finn! ¡Me he comportado como un monstruo! ¡Ahora hasta Chris me tendrá miedo!-exclamó, con la respiración acelerada al tiempo que su llanto aumentaba.
-¡No, no digas eso!- respondió él, negando con la cabeza, sin dejar de abrazarla- ¡Tú no eres ningún monstruo! ¿Me oyes? -dijo él, mirándola a los ojos- Todo se va a arreglar… tan sólo necesitabas más tiempo antes de venir a un lugar como este…
-Finn, tengo miedo… ¿Y si no logro superarlo? ¿Y si ahora Chris no quiere estar conmigo? ¡No podría soportarlo!
-¡No, nada de eso! Chris es aún muy pequeño, Rach. Ya verás como todo mejora con el tiempo. No sé… A lo mejor necesitamos la ayuda de alguien más… de un profesional… - dijo, esperando su respuesta con un nudo en la garganta.
Última edición por Lau_finchelforever el Jue Mar 21, 2013 8:35 pm, editado 1 vez
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
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Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Perdonad el doble post, pero es que me quedo como siempre demasiado largo!!!
Rachel se separó ligeramente, para poder mirarlo fijamente a los ojos mientras pensaba en lo que él acababa de decirle.
-Oh…
-¡Sólo haremos lo que tú quieras, Rach! ¡No tenemos que decidirlo ahora!-la calmó, estrechando sus manos con cariño.
-Lo sé… te prometo que lo pensaré…
Una hora después, Rachel descansaba ya en su habitación mientras Puck y Emily terminaban de recoger sus cosas para marcharse a su casa.
-Finn… ¿Seguro que no quieres que me quede con vosotros esta noche?-insistió Emily, mirándolo con tristeza.
-No, no te preocupes… Me las apañaré…-le aseguró él, dejándose caer en el sofá con muestras evidentes de cansancio en el rostro.
-Pero…
-¡Vamos, Em!-intervino Puck, acercándose a ella- Ya es hora de que los dejemos a solas-le recordó, acariciando su brazo con ternura-Finn, ya sabes que si necesitas cualquier cosa aquí estamos.
-Gracias, tío- respondió, esbozando una media sonrisa-Por favor, no se lo tengas en cuenta a Rach…-dijo, señalando el pequeño arañazo de su brazo izquierdo.
-Tranquilo, por mi parte está todo olvidado-le aseguró, con una sonrisa sincera-Ahora más que nunca todos tenemos que centrarnos en echarle una mano a Rachel.
-Sí…-coincidió Emily, girándose para mirar a su primo- No sé qué pensarás tú, pero yo creo que tendríamos que buscar ayuda en alguna parte…
-Ya se lo he comentado a Rach, pero no quiero tomar ninguna decisión sin contar con su aprobación, Em.
-Sí, lo comprendo. ¿Pero no crees que al menos deberíamos hablar con Lau? Tal vez ella pueda darnos algún consejo… Por favor…
-Está bien… Te prometo que mañana la llamaré-concedió, levantándose para acompañarlos a la puerta.
-¡Gracias!- exclamó Emily, con un brillo de esperanza en los ojos mientras lo abrazaba-Finn cuídate mucho y cuídala.
-Te juro que siempre lo haré-le aseguró él, con su media sonrisa.
-Mañana pasaremos a recoger las últimas cosas-dijo Puck, palmeando su espalda-Oye, dale un beso a Rach cuando despierte.
-De acuerdo, hasta mañana chicos.
El joven cerró la puerta, dejando escapar un suspiro al tiempo que emprendía el camino hacia la habitación para velar el sueño de Rachel.
A la mañana siguiente, Finn bajó con Chris las escaleras hacia la cocina para comenzar a preparar el desayuno. Una vez allí, tras dejar a Chris jugando en su parque infantil, comenzó a trocear las verduras que iba a utilizar para el plato de Rachel. Tan sólo unos minutos después, mientras daba los últimos retoques a la mesa, escuchó los tímidos pasos de ella, que acababa de entrar y esperaba indecisa junto a la puerta.
-Hola…-susurró, mirando a Chris de reojo al tiempo que avanzaba hacia su lugar en la mesa.
-¡Buenos días, Rach!-saludó él con el mayor optimismo posible, al tiempo que retiraba su silla para que pudiera sentarse-¿Has dormido bien?
-Bueno, más o menos…-respondió, sin dejar de observar a Chris, que continuaba jugando en su parquecito, con preocupación en sus ojos.
-Ey…-susurró Finn, sentándose a su lado y aferrando con cariño sus manos-Por favor, no quiero que te mortifiques pensando en lo de ayer…
-¡¿Cómo no voy a pensar en ello?! Chris… me tiene miedo, Finn…-afirmó, con lágrimas en los ojos- Me he convertido en una amenaza para mi hijo…
-¡No, nada de eso!- exclamó él, retirando con su pulgar las lágrimas de sus mejillas- Ahora mismo te demostraré que te equivocas.
Rachel observó perpleja cómo Finn se levantaba en un solo movimiento para después dirigirse a toda prisa hacia el lugar dónde seguía jugando su hijo. El joven revolvió sus cabellos con cariño y a continuación lo recogió para finalmente llevarlo a la mesa junto a ella.
-Finn…- fue todo lo que pudo decir, al ver que los ojos de Chris estaban ahora sobre ella.
-Vamos Rach, háblale…-le animó Finn, con su sonrisa de medio lado- No tengas miedo…
La joven miró al pequeño sin saber qué hacer, tratando de adivinar sus pensamientos. Por su parte el niño permanecía inmóvil aferrado a la camisa de su padre, mirándola con interés a través de sus hermosos ojos marrones. Rachel respiró profundamente para después comenzar a mover su mano lentamente hacia él, que lentamente empezó a imitar sus movimientos.
-Chris… soy mamá…- le susurró ella con una sonrisa débil, dejando escapar una lágrima de emoción- Por favor, no me tengas miedo…Te quiero, te quiero mucho…
Al volver a escuchar la voz de su madre, cálida y suave, los ojos del pequeño volvieron a iluminarse al tiempo que extendía sus bracitos hacia ella, reclamando su atención con una sonrisa. Tan sólo un segundo después Rachel ya lo había acogido en su regazo, meciéndolo suavemente al tiempo que llenaba su rostro de besos.
-Gracias, Finn- le agradeció, estrechando su mano con cariño para poco después volver a centrarse en Chris.
-No hay nada que agradecer, Rach- respondió él, agradeciendo aquel acercamiento por parte de ella- Chris aún es muy pequeño para entender todo lo que está pasando… para él siempre serás su madre a la que adora.
-Eso espero- dijo ella en un suspiro, visiblemente más relajada- De todas maneras he estado pensando que tienes razón.
-¿Cómo? ¿Sobre qué?
-Al principio no quería verlo, pero… es evidente que necesito ayuda para superar esto, Finn- admitió, bajando ligeramente la mirada para evitar mirarle a los ojos.
-Rach, mírame- suplicó él, alzando su rostro con cuidado- No quiero que te sientas mal ni te avergüences por esto, ¿me oyes? Todos en algún momento hemos necesitado que nos tendiesen una mano sin embargo no todo el mundo es tan valiente como tú y se atreve a reconocerlo. No sabes lo orgulloso que me siento en este momento.
-La verdad es que me tiemblan las piernas de sólo pensar que tendré que contarle a un completo desconocido o desconocida el infierno que tuve que vivir estos meses…- confesó en un susurro- Además, me aterra la idea de estar sola sin vosotros.
-¡Ey! ¿Quién ha dicho que vayas a estar sola? ¡De eso nada! ¡Yo no pienso separarme de ti ni un momento, Rach!- le aseguró, sentándola en su regazo para poder abrazarla con fuerza- Te prometo que no te va a pasar nada malo porque yo no lo voy a permitir- prometió él, besando su frente con ternura.
-Gracias- dijo ella, acurrucándose entre sus brazos.
-No hay nada que agradecer, Rach- respondió él, con una gran sonrisa- ¿Te parece bien que hable con Lau? Hace varios días que no sabemos nada de ella ni de Jesse y tal vez pueda recomendarnos a alguien de confianza.
-¡Oh, Finn! ¡Me parece una idea estupenda! ¡La verdad es que los echo mucho de menos!- exclamó ella, con una amplia sonrisa.
-Muy bien, pues ya mismo voy a llamarla.
Rachel se retiró a su sitio para que Finn pudiera levantarse a coger el teléfono móvil que descansaba en la encimera. El joven marcó y esperó paciente al tiempo que Rachel reanudaba sus juegos con Chris.
-¿Diga?- respondió una voz mermada por el cansancio al otro lado del teléfono.
-¿Lau? ¿Eres tú?- preguntó Finn, con el ceño fruncido.
-¡Oh, Finn! ¡Sí, soy yo perdona!- se disculpó la joven, al tiempo que tomaba asiento y secaba la leve capa de sudor que cubría su frente- ¿Cómo estáis? ¿Cómo va Rachel?
-Eh… bueno ahí vamos… Esto… ¿Lau, va todo bien?-susurró Finn, alejándose ligeramente de Rachel y del niño-¿Le ha pasado algo a Jesse?
Un escalofrío recorrió la espalda de ella al escuchar de nuevo ese nombre. Laura inspiró profundamente durante unos segundos, luchando contra las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
-Jesse despertó hace unos días, Finn…-comenzó ella, con voz débil.
-¡Pero esa es una excelente noticia, Lau!- la interrumpió él, con una gran sonrisa.
-Finn, espera… hay algo más- le previno ella, con la voz cargada de inquietud.
-¿Lau, qué le ocurre a Jesse?- preguntó él, borrando de golpe la sonrisa de su rostro.
-La verdad es que aún no sé nada…- respondió ella, entre sollozos- Hace tres días despertó y al principio todo iba bien, pero después… Jesse me dijo que no sentía las piernas…
La joven le relató lentamente y con todo tipo de detalles lo que había ocurrido. Le explicó que llevaban tres días operándole sin éxito y que existía la posibilidad de que no pudiera volver a caminar. Finn salió de la cocina con sigilo para poder hablar con más tranquilidad sin riesgo de asustar a Rachel.
-Lau… no sabes cuánto siento todo esto… espero que todo salga bien…-le dijo con sinceridad- Ya sabes que al principio Jesse no era santo de mi devoción pero con el tiempo se ha convertido en una persona muy importante para Rach y por tanto para mí. De verdad que espero que podamos tener buenas noticias pronto. Ya sabes que aquí estamos para lo que sea- le recordó, frunciendo el ceño por la preocupación.
-Gracias, Finn- agradeció ella, entre lágrimas- Ojala los médicos puedan dar pronto con la solución y todo esto sea sólo un susto. La verdad es que tanto él como yo os echamos mucho de menos, en especial a Rachel. Por cierto, ¿Me llamabas para comentarme algo de ella?- preguntó, recordando la inseguridad en sus palabras cuando le preguntó por ella.
Ahora fue Finn el que le contó el verdadero estado de Rachel y lo que había ocurrido en el zoo el día anterior.
-Oh… parece que aún no se siente segura del todo- murmuró Lau con tristeza.
-La verdad es que no… por eso te llamo… tanto ella como yo creemos que necesita ayuda de un profesional… ¿Tú conoces a alguien que pueda ayudarnos?
-Pues… la verdad es que no… me parece que el problema de Rachel debería tratarlo un psicólogo… ¿No conocéis a ninguno que sea de confianza?
-Bueno… en el instituto hay una orientadora que es bastante buena… no es psicóloga pero tal vez pueda ayudar a Rachel.
-Pues creo que podrías empezar por ahí- dijo ella, viendo cómo un médico se acercaba a su posición- ¡Finn, tengo que dejarte! ¡Acaba de salir el médico!
-¡De acuerdo! ¡Gracias por todo y mantennos informados con lo que sea!- exclamó Finn, a modo de despedida.
-¡Te lo prometo! ¡Adiós!
Laura colgó el teléfono en el preciso momento en el que el doctor se detuvo ante ella y le rogó que lo acompañara a su despacho. La joven asintió, intentando desatar sin éxito el nudo que había decido instalarse en su garganta y en su estómago. Estos últimos días le habían quitado el apetito y cuando trataba de comer algo lo único que conseguía era un viaje al servicio para vomitar. Finalmente llegaron y el médico le indicó con un gesto indescifrable que tomase asiento. Ella obedeció, aferrando ambos lados de la silla con fuerza mientras sentía que su rostro palidecía más y más por momentos a causa de los nervios.
-Señorita… ¿se encuentra usted bien?-inquirió el doctor, examinándola con preocupación.
-¡Sí, por favor dígame cómo está!-suplicó, con ansiedad en la voz.
-Verá… acabamos de terminar la última operación y… lo siento mucho pero no hemos logrado que recupere la sensibilidad en las piernas…-sentenció el cirujano, con un toque de tristeza en la voz.
-¿Entonces… se va a quedar paralítico de por vida?- logró preguntar ella, con un hilo de voz.
-Bueno, eso no se lo puedo asegurar al cien por cien. Hoy en día existen métodos de rehabilitación y… ¡SEÑORITA!-exclamó, corriendo a recoger a la joven, que se había desmayado por el impacto de la noticia- ¡Enfermera!- gritó, alertando a una de las trabajadoras del hospital- ¡Ayúdeme a llevarla a enfermería, rápido!
Laura abrió los ojos una hora después, mirando a su alrededor totalmente aturdida. De repente la conversación con el médico acudió a su mente, llenando sus ojos de lágrimas al tiempo que se maldecía a sí misma por no haber evitado aquella situación. La joven se incorporó lentamente, decidida a salir de allí para estar con Jesse.
-¡Oiga, señorita! ¿Pero qué cree que está haciendo?- le increpó una enfermera de mediana edad que acababa de entrar a la enfermería- ¡Vuelva ahora mismo a tumbarse! ¡Le hemos extraído sangre para hacerle unos análisis y necesita recobrar fuerzas antes de ir a ningún sitio!
-Lo siento, pero me necesitan en otro lugar-le respondió, intentando incorporarse de nuevo sin éxito- Además no tengo apetito, gracias.
-¡Pues tiene que comer algo si quiere que la deje salir!
-Pero...-suplicó ella, agachando con abatimiento la cabeza a modo de rendición- De acuerdo... comeré...
-¡Así me gusta! ¡Los resultados de los análisis indican que tienes un poco de anemia! ¡Toma, este caldo calentito te sentará bien!
Laura cogió el plato que la enfermera le tendía y poco a poco consiguió tomarse la mitad.
-Ya he comido, ¿Puedo irme ya?
-Mmm…- dudó la enfermera, consultando su reloj- Tal vez un poco más tarde, cuando estés algo más fuerte. Ahora necesitas descansar-sentenció, recostándola sobre la cama.
-Pero…-trató de protestar ella, sin éxito.
-¡Nada de peros! ¡Duerme, te vendrá bien!
La enfermera salió de allí tras arroparla con las sábanas. Laura trató de incorporarse, pero de repente su cuerpo empezó a acusar un profundo cansancio que la obligó a recostarse para entrar en un profundo sueño poco después.
La luz de la mañana siguiente la despertó, dejándola algo aturdida al tiempo que abría lentamente los ojos. Cuando vio dónde se encontraba recordó todo lo que había pasado el día anterior y las palabras del doctor informándole de que la operación no había resultado. Con cuidado de no hacer ruido se levantó y, tras ponerse los zapatos, se dirigió hacia la habitación donde estaba ingresado Jesse. Al abrir la puerta se topo de cara con el doctor, que le indicó con gesto serio que la acompañase a fuera un momento.
-Buenos días... ¿Se encuentra ya mejor?
-Sí, gracias... ¿Cómo está?
-Pues la verdad es que no muy bien... he intentado hablarle de la posibilidad de hacer rehabilitación pero no quiere escucharme...- dijo el médico, dejando escapar un suspiro- Tal vez a usted la escuche...
-¿Yo? No sé, doctor... No creo que pueda conseguir gran cosa...
-¡No diga eso! ¡Usted es importante para él y él lo es para usted! ¡Si realmente quiere que se recupere tiene que animarlo a que haga la rehabilitación! ¡Si no lo hace no creo que podamos hacer nada por él!
-De acuerdo... lo intentaré...
-Perfecto, les diré a las enfermeras que os dejen a solas para que podáis hablar con tranquilidad. Por favor, ven a verme con lo que sea que decida.
-Se lo prometo, doctor.
Dicho esto, Laura entró finalmente a la habitación para encontrarse a Jesse tumbado en la cama mirando el techo con una expresión de vacío en sus ojos.
-Hola, Jesse...-susurró ella, acercándose a él y sentándose a un lado de la cama.
Jesse siguió mirando el techo como si no la hubiese escuchado. Ella bajó la cabeza e intentó acariciar su mano, que se retiró lentamente.
-¿Dónde estabas?- preguntó por fin él, con la voz cargada de dolor.
Laura inspiró profundamente, luchando contra las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
-Yo... he pasado la noche en la enfermería, me desmayé y...
-¿Entonces ya lo sabes, no? ¿Que tu novio es un completo inútil que no puede ni levantarse de esta maldita cama?- dijo él, escupiendo cada palabra al tiempo que una lágrima se deslizaba por su mejilla.
-¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso de ti mismo?- le preguntó ella, tocándole el mentón para que lo mirase.
-¡Porque es la jodida verdad! ¡Soy un paralítico, Lau! ¡Ya no podré darte la vida que mereces! ¡Ya no seré el hombre que querías que fuese! ¡Ya no soy nada! ¡No valgo para nada!- le dijo él con desesperación, llorando como un niño.
-¡No! ¡No digas eso!- suplicó ella, abrazándose a él hecha un mar de lágrimas-¡Todo saldrá bien! ¡Empezarás aquí la rehabilitación y si no da resultado buscaremos los mejores médicos! ¡Te prometo que vas a volver a caminar, Jess! ¡Yo estaré a tu lado para verlo!
-Me parece que no me has entendido... -susurró él, separándose de ella-no pienso hacer ninguna rehabilitación y mucho menos quiero que estés aquí conmigo por lástima...
-¿Qué... qué quieres decir?-
-¡Que quiero que te marches, Lau! ¡Lárgate y vive la vida que te arrebataron!- le espetó él, dándole la espalda.
-No, eso no te va a funcionar- le advirtió ella, poniéndose en pie- Lo quieras o no estaré a tu lado, con o sin rehabilitación. ¿Me has oído?
Él permaneció unos segundos en silencio, de espaldas a ella, hasta que finalmente una pregunta se escapó de sus labios.
-¿Por qué haces esto, Lau?
-¿Qué por qué hago esto? ¡Porque ya no imagino una vida sin ti a mi lado! ¡Porque por primera vez en mucho tiempo quiero volver a ser feliz! ¡Tú me hiciste volver a vivir! ¡Pero lo más importante, porque estoy perdidamente enamorada de ti y jamás permitiré que nada ni nadie vuelva a separarnos! ¿Me oyes?
Jesse se giró lentamente al oír sus palabras, con la mirada llena de amor y gratitud.
-Lau, tengo mucho miedo... ¿Y si no sale bien?
-Te prometo que no será así...- le aseguró, llenando su rostro de besos- Estamos juntos en esto, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Al día siguiente Jesse comenzó con la rehabilitación en el hospital. Las semanas pasaron volando entre ejercicios y consultas. Dos meses después de la operación, a pesar de que habían conseguido algunos avances, Jesse seguía sin tener sensibilidad en las piernas.
-¡Te lo dije! ¡Esto no ha servido para nada! ¡Para nada!- gritó él, llevando su silla de ruedas hacia la cama- ¡Aceptémoslo, nunca más podré volver a caminar! ¡Nunca!
-No, por favor, no te rindas ahora...- le suplicó ella, con evidente cansancio en la voz.
-¡Lo ves! ¡Tú también estás cansada de hacer lo mismo cada día para no conseguir nada al final! ¡Lo mejor es que volvamos a casa y dejemos de perder el tiempo aquí!
Laura iba a contestarle, cuando de repente le fallaron las fuerzas y tuvo que apoyarse en una silla.
-¡Lau! ¿Qué te pasa? -preguntó él, alarmado al ver la palidez de su rostro- ¡Enfermera, ayuda!
Las enfermeras acudieron poco después y a regañadientes consiguieron llevarse a Laura a la enfermería, donde le repitieron los análisis. Unos minutos más tarde, una de las enfermeras salió para decirle que en una semana tendrían los resultados y que debía descansar y comer algo antes de volver a la habitación. Cuando llegó allí se encontró a Jesse esperándola ya tendido en la cama, observándola con preocupación.
-¿Qué ha pasado? ¿Qué te han dicho?-preguntó, al tiempo que ella se sentaba a su lado.
-No es nada, tan sólo estoy un poco cansada.
-¿Pero te han hecho alguna prueba o algo?
-Sí, unos análisis, pero hasta dentro de una semana no tendrán los resultados, yo creo que sigo con anemia...
-Lau, tienes que comer más, últimamente no pruebas apenas bocado.
-Es que tengo un nudo en el estómago, Jess...-susurró ella, entrelazando su mano con la de él- Pero ahora lo que importa es que te recuperes tú y para eso tienes que seguir con la rehabilitación...
-Lau, no...-suplicó él, agachando la cabeza abatido- Ya has visto que no sirve de nada...
-¡Eso no es cierto! ¡A veces cuando el médico te pincha lo sientes! ¡Eso tiene que significar algo!
-No sé, Lau... yo ya estoy cansado de todo esto...
-Tan sólo una semana más, por favor...
-De acuerdo, esperaremos al resultado de tu análisis y volveremos a Lima.
-Está bien...
Una semana después, cuando el médico acudió a hablar con Jesse, Laura se encaminó hacia la enfermería para recoger los resultados de sus análisis. La joven caminaba despacio, algo cansada. La situación de Jesse le quitaba el sueño prácticamente todas las noches y por las mañanas se sorprendía vomitando lo poco que tenía en el estómago a causa de los nervios. Finalmente llegó a la enfermería, dónde la enfermera que la atendió la primera vez que estuvo allí la recibió con una sonrisa.
-¡Hola, cielo! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Has venido a por lo de los análisis verdad?- le preguntó, con un guiño de complicidad que hizo que la joven frunciera el ceño algo confusa- ¡Bueno, aquí están!-exclamó, sacando un sobre del fichero con una gran sonrisa- ¡Por cierto! ¡Enhorabuena!
-¿Enhorabuena? ¿Por qué?-preguntó Lau, pensando que aquella mujer la había confundido con otra persona.
-¡Ay, hija! ¡Pues por tu embarazo! ¿Por qué sino?- preguntó la mujer, tendiéndole el sobre que llevaba su nombre.
Laura se la quedó mirando con ojos como platos, incapaz de creer lo que aquella mujer acababa de decirle.¿Podría estar esa mujer en lo cierto? ¿Realmente podría estar embarazada de Jesse después de una sola noche juntos? Su cabeza comenzó a dar vueltas, hasta el punto que pensó que iba a desmayarse de nuevo.
-¿Có... cómo dice?
-¡Estás embarazada de más de dos meses, querida! ¡Mira, aquí lo pone!- le indicó, señalándole los análisis- ¿Es que no lo sabías?
-Oh, Dios mío... no puede ser... -susurró ella, con los ojos llenos de lágrimas.
-¡Dios mío! ¿Te encuentras bien, tesoro?- preguntó la enfermera, ayudándola a tomar asiento en la camilla.
-Sí, eso creo… yo…-balbuceó ella, con la mente completamente en blanco.
-¿Qué ocurre? ¿Es que no lo quieres?
-¿Cómo?-preguntó ella, sin entender- ¡Oh, no es eso! Es que yo…
-¿No has estado con ningún hombre en las últimos meses?
-Yo… sí…
-¿Entonces qué es lo que pasa?
-Pues… verá yo… sufrí un aborto hace algunos años y no creo que pueda…
-¡Tonterías! ¡Las mujeres podemos perder un bebé y con el tiempo engendrar otro! ¡Una cosa no tiene que ver con la otra!
-Es que… no fue un aborto natural- confesó con un hilo de voz, al borde del llanto.
-Oh, lo siento mucho...-la abrazó la mujer, comprendiendo la situación- Bueno, pero ya verás como esta vez todo saldrá bien…
-No sé... tengo miedo...-confesó ella, dejando escapar una lágrima por su rostro.
-¡No hay porque tener miedo!- le tranquilizó la enfermera, estrechando su mano- Si quieres puedo hablar con alguno de nuestros ginecólogos para que te confirme que todo está bien.
-Yo... es que tengo que volver con Jesse…
-¿Él es el padre?
-Sí…
-Bueno, tal vez querrás decírselo a él primero y luego puedes ir al ginecólogo para que te examine, aunque los análisis indican que va todo bien.
-La verdad es que no sé qué hacer... ni siquiera sé si él quiere tenerlo...
-Pues ve y díselo, querida-le aconsejó, con una sonrisa maternal- Si necesitas cualquier cosas no dudes en venir a preguntarme.
-Muchas gracias...
Laura se despidió, reanudando el camino hacia la habitación de Jesse. De repente miles de recuerdos y de sensaciones acudieron a su mente. La emoción al sentir el crecimiento paulatino del vientre, el sonido acelerado de su diminuto corazón latiendo dentro de ti, las primeras patadas. La imagen de su pequeña Lucía acudió a su mente y sólo pudo llorar, llevándose instintivamente la mano al vientre. Laura cerró los ojos y pensó en la posibilidad de estar embarazada de nuevo. Sin poder evitarlo una sonrisa de esperanza iluminó su rostro. Si aquella enfermera estaba en lo cierto y tenía en su vientre un nuevo bebé lucharía por él o ella hasta la muerte.
-Esta vez todo saldrá bien… te lo prometo- susurró con una sonrisa débil, entrando en la habitación inmediatamente después.
Sin embargo, todo rastro de felicidad desapareció de su rostro al contemplar la escena que estaba desarrollándose ante sus ojos. Laura observó muy aturdida cómo el doctor abandonaba la habitación a toda prisa, dejando a Jesse hecho un mar de lágrimas.
-Jesse… ¿Qué ocurre?- preguntó ella, olvidando por unos instantes lo del embarazo.
-Ese doctor… me ha dado la prueba que demuestra que sólo seré una carga para ti por el resto de tu vida…
-¿Qué? ¡¿Pero de qué hablas?! ¡Ya te dije que pase lo que pase estaré contigo!
-¡Pero ahora todo es diferente! ¡Esto lo cambia todo! ¡No podemos estar juntos!-exclamó, moviéndose con su silla de ruedas por toda la habitación.
-¡¿Qué?! ¡¿Pero qué es lo que te ha dicho el doctor?!
-Lau, yo… nunca podré darte eso que tanto anhelas…
-¿El qué?
-Un hijo… el médico ha dicho que lo más probable es que haya quedado prácticamente estéril tras el accidente… Sólo un milagro podría hacer realidad tu deseo de ser madre si sigues a mi lado…-sentenció, reanudando su llanto.
-No me lo puedo creer…
-¿Es que crees que estoy de broma? ¡¿Cómo puedes pensar que jugaría con una cosa así?!- le espetó, claramente ofendido.
-¡No! ¡No es eso! Es que… en realidad tiene gracia…- dijo ella, con una sonrisa.
-¿El qué es tan gracioso?
-Pues, que al parecer los milagros existen…
-¿Qué…? ¿Pero qué…?
A Jesse no le hizo falta terminar la pregunta al ver la felicidad que había en el rostro de ella.
-Lau… estás…
-Sí… da la casualidad de que antes del accidente estuvimos juntos y bueno… no sé si será un milagro pero…
A Lau no pudo decir nada, ya que Jesse la sorprendió agarrándola por la cintura para sentarla en su regazo al tiempo que comenzaba a llenar su rostro de besos.
-¡No me lo puedo creer! ¡Vamos a ser padres! ¡Voy a poder darte lo que tanto deseabas!- exclamó, tomando su cara entre sus manos para besarla con dulzura.
-Sí, vamos a ser padres- le confirmó ella con una sonrisa- Tan sólo espero que esta vez no ocurra nada malo- susurró ella, con el ceño fruncido.
-¡Por supuesto que no! ¡Porque pienso cuidaros a ti y a ese pequeñín o pequeñina con mi vida si es necesario!
-¡Ay, Jesse! ¡Te quiero! ¡No sabes lo feliz que soy ahora mismo!
-¡Yo también! ¡Te prometo que a partir de ahora se acabó el pesimismo! ¡Voy a luchar por volver a caminar!
-¿Qué? ¿En serio? ¿Vas a seguir con la rehabilitación?- preguntó ella, con una gran sonrisa.
-¡Sí, ahora vamos a formar una familia y quiero estar al cien por cien para cuando nazca este bebé!
Mientras tanto en Lima, Rachel acababa de terminar su última sesión con Emma después de más de dos meses de terapia. La joven abandonó la oficina con una sonrisa, para encontrarse como siempre a Finn y a Chris esperándola a la salida. El pequeño correteó alegremente hacia ella, agarrándose a la tela de su vestido para mantenerse en pie.
-¡Hola, pequeño!- le saludó ella, sin perder de vista a Finn, que caminaba hacia ella con su sonrisa de medio lado-Hola, Finn-le saludó, sonrojándose ligeramente.
En las últimas semanas las cosas entre ellos habían mejorado tanto que Rachel no se explicaba cómo todavía él no había tratado de darle un beso. Todo lo contrario, Finn era dulce y paciente con ella y en ningún momento la presionaba para hacer nada que no quisiera. La joven le sonrió, tomando la mano que él le tendía mientras se alejaban del despacho de Emma. Sin embargo, frunció el ceño al ver que se desviaban de la salida y se dirigían en cambio hacia el auditorio.
-Finn, ¿por qué vamos al salón de actos?-le preguntó ella algo nerviosa, aferrándose a su brazo sin dejar de sostener a Chris.
-Tranquila, muy pronto lo sabrás-le aseguró él, besando su frente con ternura.
Finalmente llegaron al auditorio para encontrarse en el escenario a todos sus amigos.
-¡¿Pero qué significa todo esto?!- preguntó Rachel con una gran sonrisa, encaminándose a toda prisa hacia su posición.
-¡Sorpresa!-exclamaron todos al mismo tiempo, abrazándola en círculo.
-¿Pero…?-preguntó ella, sin entender aun lo que estaba pasando.
-¡Rach, todo esto lo hemos organizado para celebrar que hoy terminaste la terapia!-exclamó Quinn, estrechando su mano con una gran sonrisa.
-¡Muchísimas gracias, chicos!- exclamó ella, visiblemente emocionada-¡La verdad es que yo también estoy muy contenta!
-¡Bueno, ya basta de charla! ¡Hay que llevarla ya para el camerino! ¡Con ese vestido no puede cantar en condiciones!- Interrumpió Kurt, guiñándola un ojo.
Antes de que Rachel pudiera darse cuenta las chicas ya la habían arrastrado hacía el camerino para su primer cambio de vestuario. Cuando salió Kurt ya la esperaba para cantar el tema “For good” del musical Wicked.
Rachel abrazó a Kurt al terminar la canción, dejando escapar algunas lágrimas de emoción. A continuación, volvió a cambiarse de ropa, esta vez para cantar “I feel pretty/unpretty” con Quinn.
Poco a poco todos fueron subiendo al escenario hasta que en último lugar llego el momento en el que Rachel cantaría con Finn. La joven volvió a entrar al camerino, donde la vistieron toda de negro. En esta ocasión, cuando preguntó cuál era la canción que iban a interpretar, todos sonrieron para decirle a coro.
-¡La canción que Finn escribió para ti, Rach!
Rachel sonrió de oreja a oreja al oír eso. “Pretending” era un tema original que Finn había compuesto en su ausencia y se enamoró de él desde la primera vez que escuchó la letra. Tras respirar profundamente tomó posición donde le indicaron las chicas poco antes de que empezasen a sonar los primeros compases de la canción.
Al final del tema, Rachel y Finn se miraron fijamente sin decir nada. El mundo pareció detenerse durante algunos segundos en los que sólo existían ellos dos. Poco a poco ambos se acercaron para fundirse en aquel beso tan esperado por los dos.
Rachel se apretó más contra Finn, en un intento de profundizar más aún aquel beso, si es que aquello era posible. Él por su parte tomó su rostro en sus manos, disfrutando de aquel momento y deseando que no acabara jamás. Los chicos siguieron besándose unos minutos más, hasta que les pareció oír algunos carraspeos que, sin embargo, nos le hizo detenerse. Finalmente fue Emma quien se acercó tímidamente al escenario, dando suaves golpes contra el suelo para llamar su atención.
-Eh, chicos… todavía estamos aquí- dijo con voz suave la orientadora, sin conseguir llamar su atención.
-Me parece que será mejor que me deje esto a mí, Emma-intervino Kurt, estrechando su hombro con afecto- ¡EH! ¡VOSOTROS DOS! ¡SEPARAOS UN MOMENTO QUE NO ESTÁIS SOLOS!- exclamó, tan alto como pudo.
Rachel y Finn se separaron sobresaltados con las mejillas sonrojadas, pero sin dejar de sonreír. Finalmente la fiesta terminó y los chicos regresaron a casa. Después de dejar a Chris plácidamente dormido en su cuna, los dos entrelazaron sus manos para dirigirse a su dormitorio. Una vez allí, se acurrucaron dentro de la cama, sin dejar de besarse y acariciarse.
-¿Entonces te ha gustado la sorpresa de los chicos?- preguntó él, rodeando su cintura con ambos brazos para después buscar de nuevo sus labios.
-¡Sí, mucho!- respondió ella, apoyando su cabeza contra su pecho- Aunque lo que más me ha gustado es que por fin te he vuelto a besar- confesó ella, alzando el rostro para mirarlo con una sonrisa.
-A mí también, no sabes cuánto lo he echado de menos- respondió, besándola de nuevo- Me parece que ahora no podré parar- bromeó, con su sonrisa de medio lado.
-Bueno, por mí no hay ningún problema-rió ella, alzándose para volver a atrapar sus labios en un beso tierno- Te amo, Finn, siempre lo haré.
-Yo también, no sabes cómo disfruto viéndote tan feliz-le confesó, acariciando su rostro.
-Pues toda esta felicidad es gracias a Chris y a ti. La verdad nunca podré agradecerte lo suficiente todo el cariño y la paciencia que has tenido conmigo, Finn-reconoció ella, rodeando su cintura.
-No hay por qué darlas y si hice todo eso es porque te quiero y haría lo que fuera por verte bien, Rach.
-Te quiero- murmuró ella medio adormilada- Buenas noches, Finn.
-Yo también- respondió él, susurrándole al oído- Buenas noches, Rach.
A la mañana siguiente, Rachel fue la última en despertarse. Cuando bajó las escaleras se encontró a Finn en el salón jugando con Chris.
-Buenos días-saludó, acercándose para besar a Finn.
-Mmm, echaba de menos empezar así las mañanas-murmuró él con una sonrisa, sentándola sobre su regazo- ¿Te apetece desayunar algo?
-Sí, me muero de hambre- reconoció, recogiendo a Chris para que los acompañase a la cocina.
Rachel dejó a Chris en la trona para después tomar asiento en su sitio, al tiempo que Finn le tendía su desayuno tapado.
-¿Y esto? ¿Qué me has preparado?- preguntó ella, con una gran sonrisa.
-Ah… ¡Tendrás que levantar el recipiente para averiguarlo!- la animó él, sentándose a su lado.
Rachel levantó la tapa a toda prisa, descubriendo un sobre blanco en el centro del plato.
-¿Qué significa esto?-le preguntó, mirándolo con una sonrisa.
-Por favor, ábrelo- le pidió él, algo nervioso.
Rachel abrió el sobre para encontrarse con un par de billetes de avión.
-Dios mío, Finn…-susurró ella, sin apartar la vista del papel.
-¿Y, qué me dices Rach? ¿Te apetece que vayamos de viaje?-le preguntó él, alzando su rostro para que lo mirase directamente a los ojos.
¿Qué responderá Rachel a la propuesta de Finn? ¿Podrá Jesse volver a caminar? ¡Todo esto y mucho más en el próximo capítulo de "Otra oportunidad"![/justify]
Rachel se separó ligeramente, para poder mirarlo fijamente a los ojos mientras pensaba en lo que él acababa de decirle.
-Oh…
-¡Sólo haremos lo que tú quieras, Rach! ¡No tenemos que decidirlo ahora!-la calmó, estrechando sus manos con cariño.
-Lo sé… te prometo que lo pensaré…
Una hora después, Rachel descansaba ya en su habitación mientras Puck y Emily terminaban de recoger sus cosas para marcharse a su casa.
-Finn… ¿Seguro que no quieres que me quede con vosotros esta noche?-insistió Emily, mirándolo con tristeza.
-No, no te preocupes… Me las apañaré…-le aseguró él, dejándose caer en el sofá con muestras evidentes de cansancio en el rostro.
-Pero…
-¡Vamos, Em!-intervino Puck, acercándose a ella- Ya es hora de que los dejemos a solas-le recordó, acariciando su brazo con ternura-Finn, ya sabes que si necesitas cualquier cosa aquí estamos.
-Gracias, tío- respondió, esbozando una media sonrisa-Por favor, no se lo tengas en cuenta a Rach…-dijo, señalando el pequeño arañazo de su brazo izquierdo.
-Tranquilo, por mi parte está todo olvidado-le aseguró, con una sonrisa sincera-Ahora más que nunca todos tenemos que centrarnos en echarle una mano a Rachel.
-Sí…-coincidió Emily, girándose para mirar a su primo- No sé qué pensarás tú, pero yo creo que tendríamos que buscar ayuda en alguna parte…
-Ya se lo he comentado a Rach, pero no quiero tomar ninguna decisión sin contar con su aprobación, Em.
-Sí, lo comprendo. ¿Pero no crees que al menos deberíamos hablar con Lau? Tal vez ella pueda darnos algún consejo… Por favor…
-Está bien… Te prometo que mañana la llamaré-concedió, levantándose para acompañarlos a la puerta.
-¡Gracias!- exclamó Emily, con un brillo de esperanza en los ojos mientras lo abrazaba-Finn cuídate mucho y cuídala.
-Te juro que siempre lo haré-le aseguró él, con su media sonrisa.
-Mañana pasaremos a recoger las últimas cosas-dijo Puck, palmeando su espalda-Oye, dale un beso a Rach cuando despierte.
-De acuerdo, hasta mañana chicos.
El joven cerró la puerta, dejando escapar un suspiro al tiempo que emprendía el camino hacia la habitación para velar el sueño de Rachel.
A la mañana siguiente, Finn bajó con Chris las escaleras hacia la cocina para comenzar a preparar el desayuno. Una vez allí, tras dejar a Chris jugando en su parque infantil, comenzó a trocear las verduras que iba a utilizar para el plato de Rachel. Tan sólo unos minutos después, mientras daba los últimos retoques a la mesa, escuchó los tímidos pasos de ella, que acababa de entrar y esperaba indecisa junto a la puerta.
-Hola…-susurró, mirando a Chris de reojo al tiempo que avanzaba hacia su lugar en la mesa.
-¡Buenos días, Rach!-saludó él con el mayor optimismo posible, al tiempo que retiraba su silla para que pudiera sentarse-¿Has dormido bien?
-Bueno, más o menos…-respondió, sin dejar de observar a Chris, que continuaba jugando en su parquecito, con preocupación en sus ojos.
-Ey…-susurró Finn, sentándose a su lado y aferrando con cariño sus manos-Por favor, no quiero que te mortifiques pensando en lo de ayer…
-¡¿Cómo no voy a pensar en ello?! Chris… me tiene miedo, Finn…-afirmó, con lágrimas en los ojos- Me he convertido en una amenaza para mi hijo…
-¡No, nada de eso!- exclamó él, retirando con su pulgar las lágrimas de sus mejillas- Ahora mismo te demostraré que te equivocas.
Rachel observó perpleja cómo Finn se levantaba en un solo movimiento para después dirigirse a toda prisa hacia el lugar dónde seguía jugando su hijo. El joven revolvió sus cabellos con cariño y a continuación lo recogió para finalmente llevarlo a la mesa junto a ella.
-Finn…- fue todo lo que pudo decir, al ver que los ojos de Chris estaban ahora sobre ella.
-Vamos Rach, háblale…-le animó Finn, con su sonrisa de medio lado- No tengas miedo…
La joven miró al pequeño sin saber qué hacer, tratando de adivinar sus pensamientos. Por su parte el niño permanecía inmóvil aferrado a la camisa de su padre, mirándola con interés a través de sus hermosos ojos marrones. Rachel respiró profundamente para después comenzar a mover su mano lentamente hacia él, que lentamente empezó a imitar sus movimientos.
-Chris… soy mamá…- le susurró ella con una sonrisa débil, dejando escapar una lágrima de emoción- Por favor, no me tengas miedo…Te quiero, te quiero mucho…
Al volver a escuchar la voz de su madre, cálida y suave, los ojos del pequeño volvieron a iluminarse al tiempo que extendía sus bracitos hacia ella, reclamando su atención con una sonrisa. Tan sólo un segundo después Rachel ya lo había acogido en su regazo, meciéndolo suavemente al tiempo que llenaba su rostro de besos.
-Gracias, Finn- le agradeció, estrechando su mano con cariño para poco después volver a centrarse en Chris.
-No hay nada que agradecer, Rach- respondió él, agradeciendo aquel acercamiento por parte de ella- Chris aún es muy pequeño para entender todo lo que está pasando… para él siempre serás su madre a la que adora.
-Eso espero- dijo ella en un suspiro, visiblemente más relajada- De todas maneras he estado pensando que tienes razón.
-¿Cómo? ¿Sobre qué?
-Al principio no quería verlo, pero… es evidente que necesito ayuda para superar esto, Finn- admitió, bajando ligeramente la mirada para evitar mirarle a los ojos.
-Rach, mírame- suplicó él, alzando su rostro con cuidado- No quiero que te sientas mal ni te avergüences por esto, ¿me oyes? Todos en algún momento hemos necesitado que nos tendiesen una mano sin embargo no todo el mundo es tan valiente como tú y se atreve a reconocerlo. No sabes lo orgulloso que me siento en este momento.
-La verdad es que me tiemblan las piernas de sólo pensar que tendré que contarle a un completo desconocido o desconocida el infierno que tuve que vivir estos meses…- confesó en un susurro- Además, me aterra la idea de estar sola sin vosotros.
-¡Ey! ¿Quién ha dicho que vayas a estar sola? ¡De eso nada! ¡Yo no pienso separarme de ti ni un momento, Rach!- le aseguró, sentándola en su regazo para poder abrazarla con fuerza- Te prometo que no te va a pasar nada malo porque yo no lo voy a permitir- prometió él, besando su frente con ternura.
-Gracias- dijo ella, acurrucándose entre sus brazos.
-No hay nada que agradecer, Rach- respondió él, con una gran sonrisa- ¿Te parece bien que hable con Lau? Hace varios días que no sabemos nada de ella ni de Jesse y tal vez pueda recomendarnos a alguien de confianza.
-¡Oh, Finn! ¡Me parece una idea estupenda! ¡La verdad es que los echo mucho de menos!- exclamó ella, con una amplia sonrisa.
-Muy bien, pues ya mismo voy a llamarla.
Rachel se retiró a su sitio para que Finn pudiera levantarse a coger el teléfono móvil que descansaba en la encimera. El joven marcó y esperó paciente al tiempo que Rachel reanudaba sus juegos con Chris.
-¿Diga?- respondió una voz mermada por el cansancio al otro lado del teléfono.
-¿Lau? ¿Eres tú?- preguntó Finn, con el ceño fruncido.
-¡Oh, Finn! ¡Sí, soy yo perdona!- se disculpó la joven, al tiempo que tomaba asiento y secaba la leve capa de sudor que cubría su frente- ¿Cómo estáis? ¿Cómo va Rachel?
-Eh… bueno ahí vamos… Esto… ¿Lau, va todo bien?-susurró Finn, alejándose ligeramente de Rachel y del niño-¿Le ha pasado algo a Jesse?
Un escalofrío recorrió la espalda de ella al escuchar de nuevo ese nombre. Laura inspiró profundamente durante unos segundos, luchando contra las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
-Jesse despertó hace unos días, Finn…-comenzó ella, con voz débil.
-¡Pero esa es una excelente noticia, Lau!- la interrumpió él, con una gran sonrisa.
-Finn, espera… hay algo más- le previno ella, con la voz cargada de inquietud.
-¿Lau, qué le ocurre a Jesse?- preguntó él, borrando de golpe la sonrisa de su rostro.
-La verdad es que aún no sé nada…- respondió ella, entre sollozos- Hace tres días despertó y al principio todo iba bien, pero después… Jesse me dijo que no sentía las piernas…
La joven le relató lentamente y con todo tipo de detalles lo que había ocurrido. Le explicó que llevaban tres días operándole sin éxito y que existía la posibilidad de que no pudiera volver a caminar. Finn salió de la cocina con sigilo para poder hablar con más tranquilidad sin riesgo de asustar a Rachel.
-Lau… no sabes cuánto siento todo esto… espero que todo salga bien…-le dijo con sinceridad- Ya sabes que al principio Jesse no era santo de mi devoción pero con el tiempo se ha convertido en una persona muy importante para Rach y por tanto para mí. De verdad que espero que podamos tener buenas noticias pronto. Ya sabes que aquí estamos para lo que sea- le recordó, frunciendo el ceño por la preocupación.
-Gracias, Finn- agradeció ella, entre lágrimas- Ojala los médicos puedan dar pronto con la solución y todo esto sea sólo un susto. La verdad es que tanto él como yo os echamos mucho de menos, en especial a Rachel. Por cierto, ¿Me llamabas para comentarme algo de ella?- preguntó, recordando la inseguridad en sus palabras cuando le preguntó por ella.
Ahora fue Finn el que le contó el verdadero estado de Rachel y lo que había ocurrido en el zoo el día anterior.
-Oh… parece que aún no se siente segura del todo- murmuró Lau con tristeza.
-La verdad es que no… por eso te llamo… tanto ella como yo creemos que necesita ayuda de un profesional… ¿Tú conoces a alguien que pueda ayudarnos?
-Pues… la verdad es que no… me parece que el problema de Rachel debería tratarlo un psicólogo… ¿No conocéis a ninguno que sea de confianza?
-Bueno… en el instituto hay una orientadora que es bastante buena… no es psicóloga pero tal vez pueda ayudar a Rachel.
-Pues creo que podrías empezar por ahí- dijo ella, viendo cómo un médico se acercaba a su posición- ¡Finn, tengo que dejarte! ¡Acaba de salir el médico!
-¡De acuerdo! ¡Gracias por todo y mantennos informados con lo que sea!- exclamó Finn, a modo de despedida.
-¡Te lo prometo! ¡Adiós!
Laura colgó el teléfono en el preciso momento en el que el doctor se detuvo ante ella y le rogó que lo acompañara a su despacho. La joven asintió, intentando desatar sin éxito el nudo que había decido instalarse en su garganta y en su estómago. Estos últimos días le habían quitado el apetito y cuando trataba de comer algo lo único que conseguía era un viaje al servicio para vomitar. Finalmente llegaron y el médico le indicó con un gesto indescifrable que tomase asiento. Ella obedeció, aferrando ambos lados de la silla con fuerza mientras sentía que su rostro palidecía más y más por momentos a causa de los nervios.
-Señorita… ¿se encuentra usted bien?-inquirió el doctor, examinándola con preocupación.
-¡Sí, por favor dígame cómo está!-suplicó, con ansiedad en la voz.
-Verá… acabamos de terminar la última operación y… lo siento mucho pero no hemos logrado que recupere la sensibilidad en las piernas…-sentenció el cirujano, con un toque de tristeza en la voz.
-¿Entonces… se va a quedar paralítico de por vida?- logró preguntar ella, con un hilo de voz.
-Bueno, eso no se lo puedo asegurar al cien por cien. Hoy en día existen métodos de rehabilitación y… ¡SEÑORITA!-exclamó, corriendo a recoger a la joven, que se había desmayado por el impacto de la noticia- ¡Enfermera!- gritó, alertando a una de las trabajadoras del hospital- ¡Ayúdeme a llevarla a enfermería, rápido!
Laura abrió los ojos una hora después, mirando a su alrededor totalmente aturdida. De repente la conversación con el médico acudió a su mente, llenando sus ojos de lágrimas al tiempo que se maldecía a sí misma por no haber evitado aquella situación. La joven se incorporó lentamente, decidida a salir de allí para estar con Jesse.
-¡Oiga, señorita! ¿Pero qué cree que está haciendo?- le increpó una enfermera de mediana edad que acababa de entrar a la enfermería- ¡Vuelva ahora mismo a tumbarse! ¡Le hemos extraído sangre para hacerle unos análisis y necesita recobrar fuerzas antes de ir a ningún sitio!
-Lo siento, pero me necesitan en otro lugar-le respondió, intentando incorporarse de nuevo sin éxito- Además no tengo apetito, gracias.
-¡Pues tiene que comer algo si quiere que la deje salir!
-Pero...-suplicó ella, agachando con abatimiento la cabeza a modo de rendición- De acuerdo... comeré...
-¡Así me gusta! ¡Los resultados de los análisis indican que tienes un poco de anemia! ¡Toma, este caldo calentito te sentará bien!
Laura cogió el plato que la enfermera le tendía y poco a poco consiguió tomarse la mitad.
-Ya he comido, ¿Puedo irme ya?
-Mmm…- dudó la enfermera, consultando su reloj- Tal vez un poco más tarde, cuando estés algo más fuerte. Ahora necesitas descansar-sentenció, recostándola sobre la cama.
-Pero…-trató de protestar ella, sin éxito.
-¡Nada de peros! ¡Duerme, te vendrá bien!
La enfermera salió de allí tras arroparla con las sábanas. Laura trató de incorporarse, pero de repente su cuerpo empezó a acusar un profundo cansancio que la obligó a recostarse para entrar en un profundo sueño poco después.
La luz de la mañana siguiente la despertó, dejándola algo aturdida al tiempo que abría lentamente los ojos. Cuando vio dónde se encontraba recordó todo lo que había pasado el día anterior y las palabras del doctor informándole de que la operación no había resultado. Con cuidado de no hacer ruido se levantó y, tras ponerse los zapatos, se dirigió hacia la habitación donde estaba ingresado Jesse. Al abrir la puerta se topo de cara con el doctor, que le indicó con gesto serio que la acompañase a fuera un momento.
-Buenos días... ¿Se encuentra ya mejor?
-Sí, gracias... ¿Cómo está?
-Pues la verdad es que no muy bien... he intentado hablarle de la posibilidad de hacer rehabilitación pero no quiere escucharme...- dijo el médico, dejando escapar un suspiro- Tal vez a usted la escuche...
-¿Yo? No sé, doctor... No creo que pueda conseguir gran cosa...
-¡No diga eso! ¡Usted es importante para él y él lo es para usted! ¡Si realmente quiere que se recupere tiene que animarlo a que haga la rehabilitación! ¡Si no lo hace no creo que podamos hacer nada por él!
-De acuerdo... lo intentaré...
-Perfecto, les diré a las enfermeras que os dejen a solas para que podáis hablar con tranquilidad. Por favor, ven a verme con lo que sea que decida.
-Se lo prometo, doctor.
Dicho esto, Laura entró finalmente a la habitación para encontrarse a Jesse tumbado en la cama mirando el techo con una expresión de vacío en sus ojos.
-Hola, Jesse...-susurró ella, acercándose a él y sentándose a un lado de la cama.
Jesse siguió mirando el techo como si no la hubiese escuchado. Ella bajó la cabeza e intentó acariciar su mano, que se retiró lentamente.
-¿Dónde estabas?- preguntó por fin él, con la voz cargada de dolor.
Laura inspiró profundamente, luchando contra las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
-Yo... he pasado la noche en la enfermería, me desmayé y...
-¿Entonces ya lo sabes, no? ¿Que tu novio es un completo inútil que no puede ni levantarse de esta maldita cama?- dijo él, escupiendo cada palabra al tiempo que una lágrima se deslizaba por su mejilla.
-¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso de ti mismo?- le preguntó ella, tocándole el mentón para que lo mirase.
-¡Porque es la jodida verdad! ¡Soy un paralítico, Lau! ¡Ya no podré darte la vida que mereces! ¡Ya no seré el hombre que querías que fuese! ¡Ya no soy nada! ¡No valgo para nada!- le dijo él con desesperación, llorando como un niño.
-¡No! ¡No digas eso!- suplicó ella, abrazándose a él hecha un mar de lágrimas-¡Todo saldrá bien! ¡Empezarás aquí la rehabilitación y si no da resultado buscaremos los mejores médicos! ¡Te prometo que vas a volver a caminar, Jess! ¡Yo estaré a tu lado para verlo!
-Me parece que no me has entendido... -susurró él, separándose de ella-no pienso hacer ninguna rehabilitación y mucho menos quiero que estés aquí conmigo por lástima...
-¿Qué... qué quieres decir?-
-¡Que quiero que te marches, Lau! ¡Lárgate y vive la vida que te arrebataron!- le espetó él, dándole la espalda.
-No, eso no te va a funcionar- le advirtió ella, poniéndose en pie- Lo quieras o no estaré a tu lado, con o sin rehabilitación. ¿Me has oído?
Él permaneció unos segundos en silencio, de espaldas a ella, hasta que finalmente una pregunta se escapó de sus labios.
-¿Por qué haces esto, Lau?
-¿Qué por qué hago esto? ¡Porque ya no imagino una vida sin ti a mi lado! ¡Porque por primera vez en mucho tiempo quiero volver a ser feliz! ¡Tú me hiciste volver a vivir! ¡Pero lo más importante, porque estoy perdidamente enamorada de ti y jamás permitiré que nada ni nadie vuelva a separarnos! ¿Me oyes?
Jesse se giró lentamente al oír sus palabras, con la mirada llena de amor y gratitud.
-Lau, tengo mucho miedo... ¿Y si no sale bien?
-Te prometo que no será así...- le aseguró, llenando su rostro de besos- Estamos juntos en esto, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Al día siguiente Jesse comenzó con la rehabilitación en el hospital. Las semanas pasaron volando entre ejercicios y consultas. Dos meses después de la operación, a pesar de que habían conseguido algunos avances, Jesse seguía sin tener sensibilidad en las piernas.
-¡Te lo dije! ¡Esto no ha servido para nada! ¡Para nada!- gritó él, llevando su silla de ruedas hacia la cama- ¡Aceptémoslo, nunca más podré volver a caminar! ¡Nunca!
-No, por favor, no te rindas ahora...- le suplicó ella, con evidente cansancio en la voz.
-¡Lo ves! ¡Tú también estás cansada de hacer lo mismo cada día para no conseguir nada al final! ¡Lo mejor es que volvamos a casa y dejemos de perder el tiempo aquí!
Laura iba a contestarle, cuando de repente le fallaron las fuerzas y tuvo que apoyarse en una silla.
-¡Lau! ¿Qué te pasa? -preguntó él, alarmado al ver la palidez de su rostro- ¡Enfermera, ayuda!
Las enfermeras acudieron poco después y a regañadientes consiguieron llevarse a Laura a la enfermería, donde le repitieron los análisis. Unos minutos más tarde, una de las enfermeras salió para decirle que en una semana tendrían los resultados y que debía descansar y comer algo antes de volver a la habitación. Cuando llegó allí se encontró a Jesse esperándola ya tendido en la cama, observándola con preocupación.
-¿Qué ha pasado? ¿Qué te han dicho?-preguntó, al tiempo que ella se sentaba a su lado.
-No es nada, tan sólo estoy un poco cansada.
-¿Pero te han hecho alguna prueba o algo?
-Sí, unos análisis, pero hasta dentro de una semana no tendrán los resultados, yo creo que sigo con anemia...
-Lau, tienes que comer más, últimamente no pruebas apenas bocado.
-Es que tengo un nudo en el estómago, Jess...-susurró ella, entrelazando su mano con la de él- Pero ahora lo que importa es que te recuperes tú y para eso tienes que seguir con la rehabilitación...
-Lau, no...-suplicó él, agachando la cabeza abatido- Ya has visto que no sirve de nada...
-¡Eso no es cierto! ¡A veces cuando el médico te pincha lo sientes! ¡Eso tiene que significar algo!
-No sé, Lau... yo ya estoy cansado de todo esto...
-Tan sólo una semana más, por favor...
-De acuerdo, esperaremos al resultado de tu análisis y volveremos a Lima.
-Está bien...
Una semana después, cuando el médico acudió a hablar con Jesse, Laura se encaminó hacia la enfermería para recoger los resultados de sus análisis. La joven caminaba despacio, algo cansada. La situación de Jesse le quitaba el sueño prácticamente todas las noches y por las mañanas se sorprendía vomitando lo poco que tenía en el estómago a causa de los nervios. Finalmente llegó a la enfermería, dónde la enfermera que la atendió la primera vez que estuvo allí la recibió con una sonrisa.
-¡Hola, cielo! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Has venido a por lo de los análisis verdad?- le preguntó, con un guiño de complicidad que hizo que la joven frunciera el ceño algo confusa- ¡Bueno, aquí están!-exclamó, sacando un sobre del fichero con una gran sonrisa- ¡Por cierto! ¡Enhorabuena!
-¿Enhorabuena? ¿Por qué?-preguntó Lau, pensando que aquella mujer la había confundido con otra persona.
-¡Ay, hija! ¡Pues por tu embarazo! ¿Por qué sino?- preguntó la mujer, tendiéndole el sobre que llevaba su nombre.
Laura se la quedó mirando con ojos como platos, incapaz de creer lo que aquella mujer acababa de decirle.¿Podría estar esa mujer en lo cierto? ¿Realmente podría estar embarazada de Jesse después de una sola noche juntos? Su cabeza comenzó a dar vueltas, hasta el punto que pensó que iba a desmayarse de nuevo.
-¿Có... cómo dice?
-¡Estás embarazada de más de dos meses, querida! ¡Mira, aquí lo pone!- le indicó, señalándole los análisis- ¿Es que no lo sabías?
-Oh, Dios mío... no puede ser... -susurró ella, con los ojos llenos de lágrimas.
-¡Dios mío! ¿Te encuentras bien, tesoro?- preguntó la enfermera, ayudándola a tomar asiento en la camilla.
-Sí, eso creo… yo…-balbuceó ella, con la mente completamente en blanco.
-¿Qué ocurre? ¿Es que no lo quieres?
-¿Cómo?-preguntó ella, sin entender- ¡Oh, no es eso! Es que yo…
-¿No has estado con ningún hombre en las últimos meses?
-Yo… sí…
-¿Entonces qué es lo que pasa?
-Pues… verá yo… sufrí un aborto hace algunos años y no creo que pueda…
-¡Tonterías! ¡Las mujeres podemos perder un bebé y con el tiempo engendrar otro! ¡Una cosa no tiene que ver con la otra!
-Es que… no fue un aborto natural- confesó con un hilo de voz, al borde del llanto.
-Oh, lo siento mucho...-la abrazó la mujer, comprendiendo la situación- Bueno, pero ya verás como esta vez todo saldrá bien…
-No sé... tengo miedo...-confesó ella, dejando escapar una lágrima por su rostro.
-¡No hay porque tener miedo!- le tranquilizó la enfermera, estrechando su mano- Si quieres puedo hablar con alguno de nuestros ginecólogos para que te confirme que todo está bien.
-Yo... es que tengo que volver con Jesse…
-¿Él es el padre?
-Sí…
-Bueno, tal vez querrás decírselo a él primero y luego puedes ir al ginecólogo para que te examine, aunque los análisis indican que va todo bien.
-La verdad es que no sé qué hacer... ni siquiera sé si él quiere tenerlo...
-Pues ve y díselo, querida-le aconsejó, con una sonrisa maternal- Si necesitas cualquier cosas no dudes en venir a preguntarme.
-Muchas gracias...
Laura se despidió, reanudando el camino hacia la habitación de Jesse. De repente miles de recuerdos y de sensaciones acudieron a su mente. La emoción al sentir el crecimiento paulatino del vientre, el sonido acelerado de su diminuto corazón latiendo dentro de ti, las primeras patadas. La imagen de su pequeña Lucía acudió a su mente y sólo pudo llorar, llevándose instintivamente la mano al vientre. Laura cerró los ojos y pensó en la posibilidad de estar embarazada de nuevo. Sin poder evitarlo una sonrisa de esperanza iluminó su rostro. Si aquella enfermera estaba en lo cierto y tenía en su vientre un nuevo bebé lucharía por él o ella hasta la muerte.
-Esta vez todo saldrá bien… te lo prometo- susurró con una sonrisa débil, entrando en la habitación inmediatamente después.
Sin embargo, todo rastro de felicidad desapareció de su rostro al contemplar la escena que estaba desarrollándose ante sus ojos. Laura observó muy aturdida cómo el doctor abandonaba la habitación a toda prisa, dejando a Jesse hecho un mar de lágrimas.
-Jesse… ¿Qué ocurre?- preguntó ella, olvidando por unos instantes lo del embarazo.
-Ese doctor… me ha dado la prueba que demuestra que sólo seré una carga para ti por el resto de tu vida…
-¿Qué? ¡¿Pero de qué hablas?! ¡Ya te dije que pase lo que pase estaré contigo!
-¡Pero ahora todo es diferente! ¡Esto lo cambia todo! ¡No podemos estar juntos!-exclamó, moviéndose con su silla de ruedas por toda la habitación.
-¡¿Qué?! ¡¿Pero qué es lo que te ha dicho el doctor?!
-Lau, yo… nunca podré darte eso que tanto anhelas…
-¿El qué?
-Un hijo… el médico ha dicho que lo más probable es que haya quedado prácticamente estéril tras el accidente… Sólo un milagro podría hacer realidad tu deseo de ser madre si sigues a mi lado…-sentenció, reanudando su llanto.
-No me lo puedo creer…
-¿Es que crees que estoy de broma? ¡¿Cómo puedes pensar que jugaría con una cosa así?!- le espetó, claramente ofendido.
-¡No! ¡No es eso! Es que… en realidad tiene gracia…- dijo ella, con una sonrisa.
-¿El qué es tan gracioso?
-Pues, que al parecer los milagros existen…
-¿Qué…? ¿Pero qué…?
A Jesse no le hizo falta terminar la pregunta al ver la felicidad que había en el rostro de ella.
-Lau… estás…
-Sí… da la casualidad de que antes del accidente estuvimos juntos y bueno… no sé si será un milagro pero…
A Lau no pudo decir nada, ya que Jesse la sorprendió agarrándola por la cintura para sentarla en su regazo al tiempo que comenzaba a llenar su rostro de besos.
-¡No me lo puedo creer! ¡Vamos a ser padres! ¡Voy a poder darte lo que tanto deseabas!- exclamó, tomando su cara entre sus manos para besarla con dulzura.
-Sí, vamos a ser padres- le confirmó ella con una sonrisa- Tan sólo espero que esta vez no ocurra nada malo- susurró ella, con el ceño fruncido.
-¡Por supuesto que no! ¡Porque pienso cuidaros a ti y a ese pequeñín o pequeñina con mi vida si es necesario!
-¡Ay, Jesse! ¡Te quiero! ¡No sabes lo feliz que soy ahora mismo!
-¡Yo también! ¡Te prometo que a partir de ahora se acabó el pesimismo! ¡Voy a luchar por volver a caminar!
-¿Qué? ¿En serio? ¿Vas a seguir con la rehabilitación?- preguntó ella, con una gran sonrisa.
-¡Sí, ahora vamos a formar una familia y quiero estar al cien por cien para cuando nazca este bebé!
Mientras tanto en Lima, Rachel acababa de terminar su última sesión con Emma después de más de dos meses de terapia. La joven abandonó la oficina con una sonrisa, para encontrarse como siempre a Finn y a Chris esperándola a la salida. El pequeño correteó alegremente hacia ella, agarrándose a la tela de su vestido para mantenerse en pie.
-¡Hola, pequeño!- le saludó ella, sin perder de vista a Finn, que caminaba hacia ella con su sonrisa de medio lado-Hola, Finn-le saludó, sonrojándose ligeramente.
En las últimas semanas las cosas entre ellos habían mejorado tanto que Rachel no se explicaba cómo todavía él no había tratado de darle un beso. Todo lo contrario, Finn era dulce y paciente con ella y en ningún momento la presionaba para hacer nada que no quisiera. La joven le sonrió, tomando la mano que él le tendía mientras se alejaban del despacho de Emma. Sin embargo, frunció el ceño al ver que se desviaban de la salida y se dirigían en cambio hacia el auditorio.
-Finn, ¿por qué vamos al salón de actos?-le preguntó ella algo nerviosa, aferrándose a su brazo sin dejar de sostener a Chris.
-Tranquila, muy pronto lo sabrás-le aseguró él, besando su frente con ternura.
Finalmente llegaron al auditorio para encontrarse en el escenario a todos sus amigos.
-¡¿Pero qué significa todo esto?!- preguntó Rachel con una gran sonrisa, encaminándose a toda prisa hacia su posición.
-¡Sorpresa!-exclamaron todos al mismo tiempo, abrazándola en círculo.
-¿Pero…?-preguntó ella, sin entender aun lo que estaba pasando.
-¡Rach, todo esto lo hemos organizado para celebrar que hoy terminaste la terapia!-exclamó Quinn, estrechando su mano con una gran sonrisa.
-¡Muchísimas gracias, chicos!- exclamó ella, visiblemente emocionada-¡La verdad es que yo también estoy muy contenta!
-¡Bueno, ya basta de charla! ¡Hay que llevarla ya para el camerino! ¡Con ese vestido no puede cantar en condiciones!- Interrumpió Kurt, guiñándola un ojo.
Antes de que Rachel pudiera darse cuenta las chicas ya la habían arrastrado hacía el camerino para su primer cambio de vestuario. Cuando salió Kurt ya la esperaba para cantar el tema “For good” del musical Wicked.
Rachel abrazó a Kurt al terminar la canción, dejando escapar algunas lágrimas de emoción. A continuación, volvió a cambiarse de ropa, esta vez para cantar “I feel pretty/unpretty” con Quinn.
Poco a poco todos fueron subiendo al escenario hasta que en último lugar llego el momento en el que Rachel cantaría con Finn. La joven volvió a entrar al camerino, donde la vistieron toda de negro. En esta ocasión, cuando preguntó cuál era la canción que iban a interpretar, todos sonrieron para decirle a coro.
-¡La canción que Finn escribió para ti, Rach!
Rachel sonrió de oreja a oreja al oír eso. “Pretending” era un tema original que Finn había compuesto en su ausencia y se enamoró de él desde la primera vez que escuchó la letra. Tras respirar profundamente tomó posición donde le indicaron las chicas poco antes de que empezasen a sonar los primeros compases de la canción.
Al final del tema, Rachel y Finn se miraron fijamente sin decir nada. El mundo pareció detenerse durante algunos segundos en los que sólo existían ellos dos. Poco a poco ambos se acercaron para fundirse en aquel beso tan esperado por los dos.
Rachel se apretó más contra Finn, en un intento de profundizar más aún aquel beso, si es que aquello era posible. Él por su parte tomó su rostro en sus manos, disfrutando de aquel momento y deseando que no acabara jamás. Los chicos siguieron besándose unos minutos más, hasta que les pareció oír algunos carraspeos que, sin embargo, nos le hizo detenerse. Finalmente fue Emma quien se acercó tímidamente al escenario, dando suaves golpes contra el suelo para llamar su atención.
-Eh, chicos… todavía estamos aquí- dijo con voz suave la orientadora, sin conseguir llamar su atención.
-Me parece que será mejor que me deje esto a mí, Emma-intervino Kurt, estrechando su hombro con afecto- ¡EH! ¡VOSOTROS DOS! ¡SEPARAOS UN MOMENTO QUE NO ESTÁIS SOLOS!- exclamó, tan alto como pudo.
Rachel y Finn se separaron sobresaltados con las mejillas sonrojadas, pero sin dejar de sonreír. Finalmente la fiesta terminó y los chicos regresaron a casa. Después de dejar a Chris plácidamente dormido en su cuna, los dos entrelazaron sus manos para dirigirse a su dormitorio. Una vez allí, se acurrucaron dentro de la cama, sin dejar de besarse y acariciarse.
-¿Entonces te ha gustado la sorpresa de los chicos?- preguntó él, rodeando su cintura con ambos brazos para después buscar de nuevo sus labios.
-¡Sí, mucho!- respondió ella, apoyando su cabeza contra su pecho- Aunque lo que más me ha gustado es que por fin te he vuelto a besar- confesó ella, alzando el rostro para mirarlo con una sonrisa.
-A mí también, no sabes cuánto lo he echado de menos- respondió, besándola de nuevo- Me parece que ahora no podré parar- bromeó, con su sonrisa de medio lado.
-Bueno, por mí no hay ningún problema-rió ella, alzándose para volver a atrapar sus labios en un beso tierno- Te amo, Finn, siempre lo haré.
-Yo también, no sabes cómo disfruto viéndote tan feliz-le confesó, acariciando su rostro.
-Pues toda esta felicidad es gracias a Chris y a ti. La verdad nunca podré agradecerte lo suficiente todo el cariño y la paciencia que has tenido conmigo, Finn-reconoció ella, rodeando su cintura.
-No hay por qué darlas y si hice todo eso es porque te quiero y haría lo que fuera por verte bien, Rach.
-Te quiero- murmuró ella medio adormilada- Buenas noches, Finn.
-Yo también- respondió él, susurrándole al oído- Buenas noches, Rach.
A la mañana siguiente, Rachel fue la última en despertarse. Cuando bajó las escaleras se encontró a Finn en el salón jugando con Chris.
-Buenos días-saludó, acercándose para besar a Finn.
-Mmm, echaba de menos empezar así las mañanas-murmuró él con una sonrisa, sentándola sobre su regazo- ¿Te apetece desayunar algo?
-Sí, me muero de hambre- reconoció, recogiendo a Chris para que los acompañase a la cocina.
Rachel dejó a Chris en la trona para después tomar asiento en su sitio, al tiempo que Finn le tendía su desayuno tapado.
-¿Y esto? ¿Qué me has preparado?- preguntó ella, con una gran sonrisa.
-Ah… ¡Tendrás que levantar el recipiente para averiguarlo!- la animó él, sentándose a su lado.
Rachel levantó la tapa a toda prisa, descubriendo un sobre blanco en el centro del plato.
-¿Qué significa esto?-le preguntó, mirándolo con una sonrisa.
-Por favor, ábrelo- le pidió él, algo nervioso.
Rachel abrió el sobre para encontrarse con un par de billetes de avión.
-Dios mío, Finn…-susurró ella, sin apartar la vista del papel.
-¿Y, qué me dices Rach? ¿Te apetece que vayamos de viaje?-le preguntó él, alzando su rostro para que lo mirase directamente a los ojos.
¿Qué responderá Rachel a la propuesta de Finn? ¿Podrá Jesse volver a caminar? ¡Todo esto y mucho más en el próximo capítulo de "Otra oportunidad"![/justify]
Última edición por Lau_finchelforever el Sáb Mar 23, 2013 2:56 pm, editado 2 veces
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Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hace mucho tiempo que leia tu fic y no habia comentado porque pense que no volverias a publicar, pero ahora que publicaste comento para decirte que amo tu fic y que es uno de mis preferidos. Me dio pena como se puso Rachel en el zoo y lo de Jesse tambien, realmente espero que los dos se puedan recuperar y volver a estar bien. Lau esta embarazada >.< que hermoso, al fin va a poder cumplir su sueño, esperemos que todo salga bien :D Y Finn y Rachel se volvieron a besar, al fin las cosas vuelven a retomar su curso y volver a la normalidad. Me encanto el capitulo, saludos y un abrazo
camidejuaco******* - Mensajes : 498
Fecha de inscripción : 18/04/2012
Edad : 31
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Pensé que nunca mas lo ibas a actualizar :( Fue el primer Fic que leí de Finchel (acá en gleeklatino) ME ENCANTA DEMASIADO♥ Finchel♥ y ojala se vayan de viaje! Actualiza cuando puedas obvio je
BESOOS♥
BESOOS♥
Daaiana* - Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 22/02/2013
Edad : 26
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
camidejuaco escribió:Hace mucho tiempo que leia tu fic y no habia comentado porque pense que no volverias a publicar, pero ahora que publicaste comento para decirte que amo tu fic y que es uno de mis preferidos. Me dio pena como se puso Rachel en el zoo y lo de Jesse tambien, realmente espero que los dos se puedan recuperar y volver a estar bien. Lau esta embarazada >.< que hermoso, al fin va a poder cumplir su sueño, esperemos que todo salga bien :D Y Finn y Rachel se volvieron a besar, al fin las cosas vuelven a retomar su curso y volver a la normalidad. Me encanto el capitulo, saludos y un abrazo
Daaiana escribió:Pensé que nunca mas lo ibas a actualizar :( Fue el primer Fic que leí de Finchel (acá en gleeklatino) ME ENCANTA DEMASIADO Finchel y ojala se vayan de viaje! Actualiza cuando puedas obvio je
BESOOS
¡Muchísimas gracias a las dos por vuestro apoyo! ¡La verdad es que pensé que ya nadie se iba a acordar del fic! Me alegro mucho de que os guste tanto y que para ti Daaiana haya sido el primer fic finchel que leíste aquí en el foro (No sé cómo describirte la emoción que me da saber eso). Os prometo que ya mismo me voy a poner con el siguiente para que podáis leerlo cuanto antes y os adelanto en exclusiva que ya queda muy poquito para el final.
¡MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO Y SOBRE TODO POR MOLESTAROS EN COMENTAR! ¡Un besazo enorme a las dos!
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
dlsjklsdkjflskjfjs Hermosooo! que bueno que hayas vuelto a subir el fic sdkfhskfh no sabes cuanto esperamos<3 Siguelo pronto Please*-*
angelitaXD** - Mensajes : 93
Fecha de inscripción : 08/02/2011
Edad : 28
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
angelitaXD escribió:dlsjklsdkjflskjfjs Hermosooo! que bueno que hayas vuelto a subir el fic sdkfhskfh no sabes cuanto esperamos<3 Siguelo pronto Please*-*
¡Muchísimas gracias por seguir leyendo mi fic, Angelita! Aún recuerdo tus comentarios que siempre fueron una gran alegría para mí
¡Prometo ponerme cuanto antes con el siguiente para no hacer espacios de tiempo tan largos entre capítulos!
¡Un besazo enorme!
¡Prometo ponerme cuanto antes con el siguiente para no hacer espacios de tiempo tan largos entre capítulos!
¡Un besazo enorme!
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Uffff, mucho tiempo sin leerte . Gracias por subir cap :3
Si no fuera porque en la noche luego de publicar un nuevo cap de mi Fic, entré de mi cel a ver si hay algún nuevo fic por leer... NUNCA HUBIERA VISTO TU ACTUALIZACIÓN... SÍGUELA !!
Mucha nostalgia al imaginarme a Rachel pegando a Puck en el Zoo.
Si no fuera porque en la noche luego de publicar un nuevo cap de mi Fic, entré de mi cel a ver si hay algún nuevo fic por leer... NUNCA HUBIERA VISTO TU ACTUALIZACIÓN... SÍGUELA !!
Mucha nostalgia al imaginarme a Rachel pegando a Puck en el Zoo.
MelFinn- - Mensajes : 1122
Fecha de inscripción : 30/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
siguela amo tu fic es uno de los mejores que e leido y de tanto tiempo que tenias sin subir se me habia olvidado pero hoy curiosando un poco vi que actualizaste a mi encanta sobre todo por que finchel es mi pareja favorita asi que siguelo por que si no me voy a enojar ajajajajajaj
alexandrasilv54* - Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 08/03/2013
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola Te leia de antes pero nunca pense que volvertias a actualizar De verdad sinceramente amo tu fic es tan intrigante Actualiza Pronto y de verdad el capitulo me encanto ojala Rach acepte ir con Finn Bueno eso era Besos
Milaa Gleek* - Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 06/12/2012
Edad : 25
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Acabo de leer tu fic esta muy padre, actualiza pronto porfavoor
Wafialex*** - Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola!!!!
Cuanto tiempo; me descuido unas semanitas y actualizas (POR FIN).
Como simpre, un capitulo exelente. Espero que no te vuelvas a olvidar de nosotras/os tanto tiempo. Gracias por no abandonar el fic.
Un saludo.
Cuanto tiempo; me descuido unas semanitas y actualizas (POR FIN).
Como simpre, un capitulo exelente. Espero que no te vuelvas a olvidar de nosotras/os tanto tiempo. Gracias por no abandonar el fic.
Un saludo.
Diva-Funny* - Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 06/07/2011
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Espero y algún día puedas continuar este fic, lo dejaste en lo mejor
Wafialex*** - Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
me encanto!!!!
y si no es mucha molestia............................lean mi fic es nuevo y la primera vez que escribo......................comenten que les parecio
porfavor
http://www.gleeklatino.com/t18759-forbidden-love
y si no es mucha molestia............................lean mi fic es nuevo y la primera vez que escribo......................comenten que les parecio
porfavor
http://www.gleeklatino.com/t18759-forbidden-love
leilany gleek<3* - Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 22/05/2013
Edad : 25
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
ok!... Te voy a decir que tu fic me atrapo desde que espese a leerlo.... Ademas... Fue el 1 fic finchel que leí. Osea sabes lo deprimente que es saber que... El primer fic finchel que leí, no tiene final?...
A lo que voy es que te pido porfavor lo continues!.. Pero se que es dificil... Ya que todos tenemos responsabilidades... Y hay que acerlas pero si tienes tiempo porfavor escribe algo... Dale un final a la historia... Porfavor!!!!... :)
Bye!...
A lo que voy es que te pido porfavor lo continues!.. Pero se que es dificil... Ya que todos tenemos responsabilidades... Y hay que acerlas pero si tienes tiempo porfavor escribe algo... Dale un final a la historia... Porfavor!!!!... :)
Bye!...
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Apoyo el comentarío de mari71087
Deberías continuarlo
Deberías continuarlo
Wafialex*** - Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola me ha gustado mucho la historia deberias continuarlo :)
Yuli Cullen* - Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 31/07/2013
Edad : 36
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola a todas las personas que leen o han leído este fic.
En primer lugar quería dar las gracias por los comentarios de apoyo en todos estos meses desde la última publicación. Siempre tuve la intención de terminarlo pero de repente Cory nos dejó y la verdad es que desde entonces no sé si sería una falta de respeto terminarlo. Por favor, os ruego que me déis vuestra opinión sobre lo que pensáis. No sé si todavía querréis leerlo, por eso necesito vuestra opinión para no herir a nadie continuado esta historia.
Un beso muy grande y gracias por todos los comentarios, me hacen sentir que todo este fic realmente merece la pena.
En primer lugar quería dar las gracias por los comentarios de apoyo en todos estos meses desde la última publicación. Siempre tuve la intención de terminarlo pero de repente Cory nos dejó y la verdad es que desde entonces no sé si sería una falta de respeto terminarlo. Por favor, os ruego que me déis vuestra opinión sobre lo que pensáis. No sé si todavía querréis leerlo, por eso necesito vuestra opinión para no herir a nadie continuado esta historia.
Un beso muy grande y gracias por todos los comentarios, me hacen sentir que todo este fic realmente merece la pena.
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Continualoooo!! :)
Wafialex*** - Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola!.. Mira se que es dificil todo esto, la muerte de Cory.... Tiene que servir de ejemplo .... Y recordarlo siempre!... Y la mejor manera de recordarlo es haciendo fics.... Con esto pensamos que el sigue vivo yo realmente cada vez que leo un fic de el pienso en que esta vivio y que extiste!... hay algunos que para tratar de olvidar no leen mas sobre el porque aun no lo superan pero... Hay otros como yo que... Siguen recordandolo mediante fics... Me ENCANTARIA que lo siguieras seria maravillo!... Ojala lo termine!... :D
xoxoxoxoxo
xoxoxoxoxo
mari71087**** - Mensajes : 191
Fecha de inscripción : 17/04/2013
Edad : 25
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